Miguel Hernández

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Por las calles voy dejando algo que voy recogiendo pedazos de mi vida venidos desde muy lejos

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Por las calles voy dejandoalgo que voy recogiendo pedazos de mi vida venidos desde muy lejos

Nació en Orihuela en 1910 y murió en Alicante en 1942. Fue un poeta irrepetible por la fuerza de sus versos y desafortunado por su temprana muerte en la cárcel, durante la postguerra.

Su padre era un modesto ganadero y el pequeño Miguel cuidaba sus rebaños, a la vez que leía poesía y componía sus

primeros versos adolescentes.

A pesar de las buenas notas, Miguel, por el

empeño y la necesidad paterna, sólo pudo ir al colegio desde los ocho a

los catorce años.

Empieza a escribir poesías,

aproximadamente hacia 1925. Su principal

fuente de inspiración es el entorno en el que

vive: la huerta, su patio, la montaña, las cabras,

el pastoreo, el río…

El poeta-pastor marchó a Madrid a los veinticuatro años, cuando ya había publicado un libro, Perito en lunas.

En marzo de 1937 se casa con Josefina Manresa y en 1938 tiene un hijo que se muere poco después, provocando una serie de poemas que anuncia en su libro Cancionero y romancero de ausencias. Actúa como soldado, y como poeta, en diversos frentes.

Al finalizar la guerra civil, nace su segundo hijo

Miguel intenta escaparse a Portugal, pero se lo impide la policía portuguesa y es entregado a la Guardia Civil

Puesto, inesperadamente, en libertad, es detenido de nuevo en Orihuela, trasladado de nuevo a prisión y condenado a pena de muerte

En 1942 muere en la enfermería de la prisión con 31 años de edad.

Andaluces de Jaén,aceituneros altivos, decidme en el alma:¿quién,quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,ni el dinero, ni el señor,sino la tierra callada,el trabajo y el sudor.

Unidos al agua puray a los planetas unidos,los tres dieron la hermosurade los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,dijeron al pie del viento.Y el olivo alzó una mano poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,aceituneros altivos, decidme en el alma:¿quién, amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,no la del explotadorque se enriqueció en la heridagenerosa del sudor.

No la del terratenienteque os sepultó en la pobreza,que os pisoteó la frente,que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afánconsagró al centro del díaeran principio de un panque sólo el otro comía.

¡C uántos sig los de aceituna,los p ies y las m anos presos, so l a sol y luna a luna,pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,aceituneros a ltivos, pregunta m i a lm a: ¿de quién, de quién son estos o livos?

Jaén, levántate bravasobre tus p iedras lunares,no vayas a ser esclavacon todos tus o livares.

D entro de la c laridaddel aceite y sus arom as,indican tu libertadla libertad de tus lom as.

Cuántos siglos de aceituna,los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna,pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,aceituneros altivos, pregunta mi alma: ¿de quién, de quién son estos olivos?

Jaén, levántate bravasobre tus piedras lunares,no vayas a ser esclavacon todos tus olivares.

Dentro de la claridaddel aceite y sus aromas,indican tu libertadla libertad de tus lomas.

NANAS DE LAS CEBOLLAS

La cebolla es escarcha cerrada y pobre: escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla: hielo negro y escarcha grande y redonda. En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre, escarchada de azúcar, cebolla y hambre. Una mujer morena, resuelta en luna, se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete, niño, que te tragas la luna cuando es preciso.

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.Para la libertad sangro, lucho, pervivo.Para la libertad, mis ojos y mis manos,Para la libertad, mis ojos y mis manos,como un árbol caudal, generoso y cautivo,como un árbol caudal, generoso y cautivo,doy a los cirujanos.doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazonesPara la libertad siento más corazonesque arenas en mi pecho dan espuma a mis venasque arenas en mi pecho dan espuma a mis venasy entro en los hospitales,y entro en los algodonesy entro en los hospitales,y entro en los algodonescomo en las azucenas.como en las azucenas.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcanPorque donde unas cuencas vacías amanezcanella pondrá dos piedras de futura miradaella pondrá dos piedras de futura miraday hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcany hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcanen la carne talada.en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoñoRetoñarán aladas de savia sin otoñoreliquias de mi cuerpo que pierdo en cada heridareliquias de mi cuerpo que pierdo en cada heridaporque soy como el árbol talado, que retoño:porque soy como el árbol talado, que retoño:

aún tengo la vida.aún tengo la vida.

PARA LA LIBERTAD

Besarse, mujer, al sol, es besarnos en toda la vida. Asciende los labios, eléctricamente vibrantes de rayos, con todo el furor de un sol entre cuatro. Besarse a la luna, mujer, es besarnos en toda la muerte: descienden los labios, con toda la luna pidiendo su ocaso, del labio de arriba, del labio de abajo, gastada y helada y en cuatro pedazos.