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2. ¿Porque se sostiene que la revolución francesa ha pasado como un hecho paradigmático en los fenómenos revolucionarios? El proceso denominado como la Revolución Francesa hace referencia a aquél conjunto de hechos sociales y políticos que confluyeron en la Francia de fines del siglo XVIII y que trajeron como consecuencia el fin del “Antiguo Régimen”. Para entender la envergadura de este fenómeno, es necesario apuntar que a partir de estos hechos se acaba de manera inédita en Europa con la estructura productiva (“feudalismo”), social (“órdenes”) y política (absolutismo), tradiciones de largo aliento se vieron reemplazadas por nuevos valores y maneras de ordenar la sociedad. Ahora bien, más allá de determinar los actores que fueron influyendo en esta cadencia histórica y los actos puntuales que estos llevaron a cabo, se hace tremendamente necesario destacar el modo en que el proceso en su conjunto influyó en el resto del mundo occidental, en tanto marcó un hito que se proyectó en formas y símbolos casi míticos en el devenir de las sociedades modernas. Un primer aspecto a considerar tiene que ver con las condiciones que permitieron que se desembocara en la Revolución: las ideas de la ilustración corrían en “fórmulas simples” 1 , diseminando los ideales como la libertad y la igualdad entre ciertos elementos de la sociedad. Estas mismas ideas encontraron caldo de cultivo en un momento en que convergen en Francia crisis de carácter administrativo, social y económico, que hacen cristalizar el descontento en acciones concretas, tanto a nivel institucional como insurreccional-popular. 1 Vovelle, Michel, “Introducción a la Historia de la Revolución Francesa”, Barcelona, Crítica, 1987. Pág. 22.

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2. ¿Porque se sostiene que la revolución francesa ha pasado como un hecho paradigmático en los

fenómenos revolucionarios?

El proceso denominado como la Revolución Francesa hace referencia a aquél conjunto de hechos

sociales y políticos que confluyeron en la Francia de fines del siglo XVIII y que trajeron como

consecuencia el fin del “Antiguo Régimen”. Para entender la envergadura de este fenómeno, es

necesario apuntar que a partir de estos hechos se acaba de manera inédita en Europa con la

estructura productiva (“feudalismo”), social (“órdenes”) y política (absolutismo), tradiciones de

largo aliento se vieron reemplazadas por nuevos valores y maneras de ordenar la sociedad.

Ahora bien, más allá de determinar los actores que fueron influyendo en esta cadencia histórica y

los actos puntuales que estos llevaron a cabo, se hace tremendamente necesario destacar el modo en

que el proceso en su conjunto influyó en el resto del mundo occidental, en tanto marcó un hito que

se proyectó en formas y símbolos casi míticos en el devenir de las sociedades modernas. Un primer

aspecto a considerar tiene que ver con las condiciones que permitieron que se desembocara en la

Revolución: las ideas de la ilustración corrían en “fórmulas simples”1, diseminando los ideales

como la libertad y la igualdad entre ciertos elementos de la sociedad. Estas mismas ideas

encontraron caldo de cultivo en un momento en que convergen en Francia crisis de carácter

administrativo, social y económico, que hacen cristalizar el descontento en acciones concretas, tanto

a nivel institucional como insurreccional-popular.

El nuevo sistema político creado a partir de estas condiciones únicas en la historia se instaló como

un modelo frente a las aspiraciones de los pueblos que en adelante se vieron en la necesidad de

resolver las contradicciones propias de los sistemas tradicionales frente al advenimiento de las

dinámicas modernas en sus propios espacios. La Revolución Francesa se instala como un paradigma

en la medida que anuncia lo que está por venir en el resto del mundo más que en los cambios

inmediatos a partir del quiebre con el Antiguo Régimen2, proyectándose como una herencia

ideológica de largo alcance, tanto en la misma Francia como en el resto del mundo, y fue apreciada

como fuente de inspiración para las revoluciones que le siguieron. Finalmente, y como bien ha

reseñado Eric Hobsmawm, “La ideología del mundo moderno penetró por primera vez en las

antiguas civilizaciones, que hasta entonces habían resistido a las ideas europeas, a través de la

influencia francesa. Esta fue la obra de la revolución francesa”3.

1 Vovelle, Michel, “Introducción a la Historia de la Revolución Francesa”, Barcelona, Crítica, 1987. Pág. 22.2 Ibíd. Pág. 76.3 Hobsbawm, Eric, ”La era de la Revolución (1789-1848), La era del Capital (1848-1875), La era del Imperio (1875-1914)”, Barcelona, Crítica, 2012. Pág. 59.