Mi Tirallo Completo
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MI TIRALLO
Dedicatoria
A los niños del Instituto de Experimentación Educacional de Puno, que me
enseñaron a comprender mejor a la infancia; y a los niños puneños y peruanos
en general, con cariñosa devoción de maestro.
EL AUTOR
NIÑO:
Este libro se llama "MI TIRALLO".
Debes quererlo con el mismo cariño que sientes por la bolita de cristal que te
sirve de "tirano" en tus juegos; debes cuidarlo con la misma diligencia con que
lo tratas; y debes aprender a leerlo con la misma facilidad con que manejas tu
bolita predilecta. En una palabra, debes ser tan diestro en leer sus páginas
como cuando juegas con tu bolita "tirallo".
Este libro tiene un cuerpo que son sus páginas, un alma que son las ideas que
contienen sus temas y un corazón que han puesto los maestros que lo han
preparado en cada trozo escrito y en cada figura grabada. El es como un niño
que aspira a ser tu mejor amigo o como un hombre que desea ser tu mejor
maestro, por los consejos que sus páginas te tienen reservadas y por las
enseñanzas que se proponen dártelas.
Cuando leas las páginas de este libro, hazlo con mucho interés: solamente así
podrás aprender a leer bien. Luego, pon mucha atención en comprender las
ideas que contiene cada página; sólo así podrás aprender a estudiar con
facilidad. I después de cada lectura, piensa, razona y medita sobre lo que has
leído, como si fueras un gran pensador.
J. P. C.
PRIMERA PARTE
TEMAS Y MOTIVOS INFANTILES
Mi Mamá
Yo tengo una mamá muy buena.
Ella me dice la vida, me cría desde que nací y me cuida todos los días.
De día vigila mis pasos y de noche vela mi sueño. En las mañanas despierto
con sus sonrisas y en las noches me duermo con sus canciones.
Ella alimenta mi cuerpo con golosinas y mi alma con su ternura.
¡Qué buena es mi mamá!
Ella sufre cuando lloro y goza cuando río.
Ella prepara mis alimentos y mis vestidos.
Ella es todo para mí.
Cómo trabaja todo el día sin sentir cansancio.
Por ella todo está limpio en la casa; por ella las cosas siempre están en su sitio
y hay un sitio para cada cosa; y por ella, podemos desayunar, almorzar y
lonchar, a la hora exacta, todos los días.
Ella lo hace todo.
Cuando sea grande, voy a construir una casa grande y bonita para mi mamá,
con muchas empleadas que la cuiden y trabajen por ella.
Mi Papá
Mi papá es muy bueno, muy inteligente y muy trabajador. Es bueno porque me
quiere mucho.
Es inteligente porque todo lo que piensa es mejor que lo que piensan los
demás.
I es trabajador porque siempre está ocupado. Va a trabajar a la hora exacta
todos los días y nunca falta a sus deberes.
Con el dinero que gana sostiene a mi familia, nos dá todo lo que necesitamos y
nos compra juguetes.
A la hora de las comidas siempre está en su sitio en lo mesa. I en las noches,
no se ausenta de le casa.
Los días domingos sale a pasear conmigo. Unas veces recorremos las calles y
otras veces vamos al campo a observar la Naturaleza. Entonces me enseña
muchos cosas. I los días de fiesta me lleva al cinema.
¡Qué bueno es mi papá!
Mi Bola Tiralllo
Mi "tirallo- es una bolita linda.
Es muy redonda y brillante.
Su color verde plateado reluce de un modo tan bello que da gusto exponerla al
sol. I su tamaño es mediano; ni grande ni pequeño.
Nunca olvidaré el primer día que jugué con mi "Tirallo", porque gané muchas
bolas.
Aquel día, no perdía un solo tiro; en cada tiro sacaba muchas bolas de la
“troya" y cuando tiraba a la "mata" sobre el tirano de mis contendores: iqué
tiros!.
Me parecía que no tenía necesidad de apuntar. Mis tiros no fallaban.
Desde entonces, mi bola "tirallo" se ha hecho famosa en la escuela. En el
barrio de mi casa todos hablan de ella. I yo me siento tan diestro que no hay
otro que me iguale jugando a la "troya".
Cuando juego con mi bola "tirallo” parece que me dijera: tira no más, tú, ¡yo sé
lo que hago! 1 siempre ganamos.
Por eso la quiero tanto y la cuido mucho. No la cambiaría por ningún otro
juguete.
Mi Cometa
Yo tengo una corneta muy bonita.' Tiene la forma de un avión de muchos
colores.
La hice cuando hubo concurso de cornetas en la escuela.
Mi papá me ayudó a hacerla.
Un día sábado en la tarde trabajamos.
Cuando la terminamos, mi papá me dijo:
—Esta corneta tienes que cuidarla bien, porque cuesta mucho.
Entonces yo saqué la cuenta de lo que habíamos gastado en el material. El
valor no pasaba de un sol. Luego le dije a papá que costaba muy poco.
—No, hijo mío - me explicó él - ¿Olvidas que nosotros la hemos hecho? Yo en
la oficina, gano al día por lo menos cincuenta soles; pero hay días que gano
más. En hacer la corneta hemos tardado medio día. Calcula ahora cuánto
cuesta.
Aquella explicación me hizo ver que las cosas no velen solamente por el
material, sino también por el tiempo empleado, la clase de trabajo y la persona
que lo hace.
Esta idea, que me demostraba que mi corneta valía mucho, me hizo pensar
que ella sería la ganadora.
I así fue.
¡Cómo volaba! Se elevaba en -el cielo como una mariposa gigante. Mientras
otras cometas se enredaban o se caían, mi corneta seguía volando. Así
alcanzó la mayor altura. I resultó la corneta triunfadora en el concurso.
El Mago del Trompo
Carlitos era un niño muy distraído y tímido.
Lo teníamos como el último alumno de la clase.
El maestro parecía que se había cansado de exigirle que estudiara y lo tenía
olvidado. Nosotros tampoco lo tomábamos en cuenta para nuestras actividades
escolares.
Así pasaba su vida. I cuando se organizó un concurso de trompos en ley
Escuela, Carlitos se inscribió para tomar parte.
Mucha gracia nos hizo aquella su pretensión y nos reimos de él.
Llegó el día del concurso. Varios niños se presentaron.
Los mejores de nuestra clase fueron vencidos.
Un niño hizo diez pruebas diferentes. Otro hizo dieciocho pruebas.
Nosotros creímos perdida la esperanza de ganar.
Cuando le tocó a Carlitos, todos nos burlamos de él.
Pero él empezó sin hacer caso de nadie. Hizo las primeras pruebas conocidas
y fáciles sin que le diéramos importancia. Pronto alcanzó hacer las dieciocho
pruebas del record y recién empezamos a aplaudirlo.
Luego hizo veinte pruebas, pasó las veinticinco llegó a las treinta pruebas ante
el asombro de todos …
Por último hizo bailar el trompo con el pié y dio por terminada su participación.
Un aplauso general de todos los alumnos lo aclamó cariñosamente. Carlitos, el
niño sin importancia en la clase, nos había hecho triunfar.
Desde aquél día le llamamos con admiración "el mago del trompo".
I se convirtió en un niño alegre, trabajador y estudioso, llegando a ser uno de
los mejores de la clase.
Los Campeones
Había transcurrido seis meses desde aquel día en que "Cachupín ” trajera su
pelota de futbol por primera vez a la Escuela: seis meses desde que los niños
del grupo inicial pidieran al maestro unos minutos más para sus recreos,
porque querían jugar sin ser molestados por los niños mayores de otras
secciones y consiguieron lo que deseaban.
De este modo tuvieron tiempo para entrenarse todos los días, hasta que
llegaron a ser los campeones de la Escuela, venciendo a los demás equipos.
Se sentían verdaderos campeones. Había que verlos el interés que ponían en
las cosas del futbol.
El último partido que jugaron fue sensacional. Fue con el equipo del grupo
superior, que se presentó incompleto, pero formado de jugadores crecidos.
El partido fue emocionante. Los del grado superior hicieron mucho esfuerzo por
vencer, pero no lograron colocar ni un gol. Es que toda la barra les era
contraria.
Los del grupo inicial, en cambio, alentados por los aplausos de sus "hinchas"
se batieron como héroes. "Cantínflas'', "Macaco", "Cachupín-, "Hombre Goma",
"Come-papel", "Machucado", "Rana-, "Viejito", "Mamanquito", "Pato Donal eran
los mejores jugadores y estuvieron en su tarde. 1 lo que es "Chivo" se hizo
aplaudir mucho como guardaballa.
Al final, cuando los del equipo del grupo superior comenzaron a jugar de cólera,
queriendo ganar por la fuerza, todos los niños del grupo inicial ingresaron al
campo de juego. Había que ver cómo hasta "Papaliza-, "Pichín- y "Tenaca", a
quienes no les gustaba el futbol, se batieron al lado de sus compañeros.
En los últimos momentos, un griterío anunció el primer gol del partido,
"Cantinflas- había logrado colocarlo. Fue el único gol de la tarde.
El Cantor
Una clase es una pequeña sociedad. En ella se reúnen niños de diferente
inteligencia y cada uno con aptitudes especiales.
En la clase del último grado donde yo estudiaba, habían dibujantes, cantores,
poetas, recitadores y cuentistas. Así que cuando llegaba una fiesta escolar, las
actuaciones que presentaba mi clase, resultaban muy atractivas.
Todos los niños de la Escuela nos aplaudían.
Uno de mis condiscípulos que mejor lucía era Paquito; un niño como de doce
años, de tez morena y ojos grandes y dormidos; tenía una voz dulce, clara y
sonora.
Con qué gusto cantaba las canciones escolares.
En ningún programa faltaba su número de canto y toda vez que se le
presentaba en actuaciones, lo aplaudíamos con entusiasmo y cariño.
Nunca se negaba a cantar, cuando se lo pedíamos.
Un día, advertimos que su voz enronqueció al entonar una canción. Paquito
insistió queriendo cantar de todos modos; y al no poder conseguirlo, se puso a
llorar amargamente.
Nosotros nos sorprendimos y tratamos de consolarle. Al día siguiente volvió ya
tranquilo. I cuando le pedimos que cantase, nos dijo sonriente:
—El maestro me ha dicho que estoy cambiando de voz. No cantaré por un
tiempo largo.
I así fue.
Cuánta falta hacía la voz de Paquito en los programas de festejos escolares.
El Poeta
Para festejar la llegada de una primavera, la Autoridad escolar de la provincia,
organizó unos "Juegos Florales- en que los niños de las escuelas debían
participar, haciendo composiciones, recitando poesías, dibujando cuadros y
entonando bellas canciones a la Estación Primaveral.
Los niños de mi Escuela tomaron parte en distintos números. I entre ellos,
Edgar, un niño callado, que siempre leía libros de poesías, se preparó para
intervenir en el concurso de recitación.
Nadie dio importancia a la intención de Edgar. Pero cuando llegó el día del
concurso ¡Qué sorpresa nos dio!
Fue muy linda su declamación porque parecía un verdadero poeta.
Qué dulzura había en las palabras que iba diciendo y qué suavidad y
delicadeza había en sus ademanes.
Cuando terminó, todos lo aplaudieron. I el jurado le otorgó el primer premio.
Así se hizo conocer el poeta de la Escuela; nuestro poeta, como le decíamos, a
quien llegamos a quererlo mucho, porque debido a él nuestra Escuela adquirió
importancia.
Yo quiero la Luna
Una noche se reunió mi familia en un ángulo del patio de nuestra casa para
contemplar la luna llena, cuando yo era muy pequeño.
Era una bellísima noche de estío. La luna llena aparecía sobre las cumbres
lejanas como una inmensa naranja. I avanzaba en el cielo como dando saltos
e iluminando todo con su radiante luz.
Yo creí que fuese una naranja verdadera de esas cuyo jugo mezclado con el
de la zanahoria y el tomate me solía obligar a tomar todos los días mi mamá.
Como aparecía tan distinta aquella noche, se me antojó pedirla.
--Mamá, quiero esa naranja - dije con toda la ilusión de tenerla.
--No es naranja, es la luna llena - explicó mi padre.
Quedé pensativo por un momento ante aquella explicación. Pero quería tenerla
entre mis manos y volví a pedir.
--¡Quiero la luna! ¡Quiero la luna – dije agitando todo mi cuerpo entre los brazos
de mi madre.
--No se puede, hijo mío - dijo mi madre tratando de convencerme.
Yo estaba acostumbrado a que me dieran gusto en todo. Por eso, aquella
negativa me resintió mucho y seguí pidiendo. Pero como no me complacían,
me puse a llorar.
Mi madre me colmaba de mimos y caricias. Mi padre no se cansaba de darme
explicaciones. I todos mis hermanos trataban de persuadirme.
Pero yo seguí llorando.
Hubo un instante en que todos se callaron. En ese instante pude darme cuenta
de que mis lágrimas se confundían con las de mi madre, que también lloraba
porque no podía tranquilizarme. Entonces, recién pude comprender que tenían
razón. Sólo las cálidas y calladas lágrimas de mi madre me convencieron.
El Primer Día de Clases
Era una fresca y radiante mañana de marzo.
Mi madre me llevaba de la mano por primera vez a la Escuela.
Yo iba un poco asustado porque tenía miedo de que algo malo me pasase;
pues recordaba que cada vez que cometía una travesura me decían en tono de
amenaza: "te voy a llevar a la escuela".
I aquel día me imaginaba que la Escuela era una casa llena de fantasmas y el
maestro, un hombre severo, con lentes, castigando a los niños con un látigo
por haber jugado en la casa.
Un bullicio de niños que cantaban alegres canciones nos anunció que allí cerca
quedaba la Escuela. Ingresamos en ella.
Era una casa muy bonita. En el patio había jardines con plantas y flores. Las
paredes del patio estaban cubiertas de grandes cuadros de vistosos colores.
Nos recibió el director, que no era como yo me había imaginado. No llevaba
lentes, ni tenía ningún - látigo en la mano.
Me matriculó y desde el primer momento me hablo de mi nombre. Luego me
tomó de la mano y me llevó a una sala muy linda, amoblada con sillas y
mesas pequeñas donde se encontraban muchos niños y una señorita alta y
de ojos grandes, con guardapolvo blanco.
Esa debía ser mi clase y allí tenía que permanecer todo el año.
Mi maestra era muy buena. Mis amiguitos muy alegres. Todos los días
jugábamos, nos contaban lindos cuentos, y dibujábamos lo que queríamos.
Los jueves íbamos a pasear por los alrededores.
Qué linda era mi Escuela.
Cómo me gustaba ir a ella.
La Historia del Libro
—Mi historia es tan vieja como la historia de los hombres.
Mis primeros antecesores fueron hechos de piedra.
Los papás de mis tatarabuelos eran de cera, vaciados en moldes; pero como la
cera se destruía pronto, dejó de utilizarse ese, material.
Mis tatarabuelos fueron fabricados de arcilla, a manera de ladrillos. Muchos
ladrillos hacían un libro, pero como eran pesados, se pensó usar otro material.
Por esta razón, mis abuelos ya fueron hechos de la corteza de una planta
llamada papiro que crece en las orillas del río Nilo, en África. También los
papiros se destruían con el tiempo y los cambiaron.
Así resultó que mis padres eran fabricados de cuero curtido llamado pergamino
y reunido en fojas
El papel había sido ya conocido desde antes por los chinos. Pero sólo desde
que un alemán llamado Gutenberg inventó la imprenta, se le utilizó para hacer
los libros como somos ahora.
Los libros de hoy seguimos siendo hechos de papel y no creo que cambiemos
por mucho tiempo, porque el papel es un material muy bueno y cuya
fabricación se está perfeccionando; por eso hay papeles cada vez más finos y
más durables.
Nosotros hemos prestado a los hombres muchos servicios. Por nuestras
páginas se sabe lo que ha ocurrido en los tiempos pasados y se sabrá más
tarde lo que ahora sucede, porque en ellos se imprimen los pensamientos y los
hechos importantes de la humanidad.
Si no fuésemos nosotros, los hombres serían ignorantes.
En resumen, los libros somos los mejores consejeros y los mejores amigos del
hombre; pero más nos gusta que nos lean los niños, porque ellos necesitan
aprender muchas cosas.
Los niños pequeños nos tienen un poco de miedo cuando no saben conversar
con nosotros; pero cuando prenden a leer, son nuestros mejores amiguitos.
La Vida del Lápiz
—Niños: yo soy muy útil a los hombres y especialmente a los niños que van a
la escuela, quienes siempre me llevan en el bolsillo.
Mi cuerpo está hecho de una sustancia que se llama grafito, cubierto con
madera.
El grafito es uno de los carbones. Los carbones fueron vegetales que antes
formaban selvas que ocupaban grandes extensiones de la tierra. Pero como la
superficie de la tierra ha cambiado, aquellas selvas fueron enterradas
y con el tiempo esos vegetales se pudrieron y se quemaron
por la acción del fuego que hay en el centro de la tierra. Unos vegetales se
calcinaron mucho y se volvieron muy duros, mientras que otros se calcinaron
menos y quedaron menos duros; por eso hay varias clases de carbones. El
diamante es el más duro, se parece al cristal, y es el único cuerpo que raya al
vidrio. La antracita sigue al diamante en dureza y se parece al azabache por su
Color negro oscuro, de caras rocosas y brillantes.
Luego viene el grafito que forma el centro de mi cuerpo que, como verán, es de
color negro y bastante suave.
Al grafito sigue el carbón llamado de piedra, 'también de color negro que se
emplea para alimentar el fuego de los grandes hornos.
El lignito o turba es el último de los carbones, de color café, muy suave y que
todavía conserva la forma de las plantas carbonizadas.
Con el grafito me fabrican y sirvo a todas las personas que saben escribir.
También me fabrican con otras sustancias de variados colores y en esa forma
me utilizan más los niños que gustan de pintar con vivos colores sus dibujos
Los Siete Hermanitos
Es el amanecer de un nuevo Día.
— ¡Niños! ¿Dónde estáis?; venid que os necesito - llama el Día.
Los siete hermanitos acuden presurosos.
—Bien; os he llamado para saber en qué debéis ocuparon hoy - dice el Día.
—Vos mi pequeño Rubí ¿qué queréis hacer?
Yo quiero ir a pintar el color de la bandera de los niños peruanos, porque ya
he terminado de dar color a la sangre de los hombres y de los animales.
— ¿Y vos Rosa de Francia?
—Yo estuve coloreando el rostro de las niñas. Hoy querría pintar los pétalos
de una flor muy linda que he visto en los jardines.
— ¿Topacio, y tú?
—Ayer entré al cráter de los volcanes para dar color al fuego, pero ¡casi me
aso!; quisiera pintar ahora la naranja que es una fruta muy rica y jugosa, para
refrescarme,
— ¿Y tú, Oro, qué querrías hacer?
—Yo he pintado la luna y las estrellas. Ayer unas niñas me rogaron que dé
color a sus joyas.
— ¿Y tú, Esmeralda'?
—Yo estoy pintando las selvas. Después debo bajar a los valles. Cómo me
gusta pintar los árboles.
— ¿Y tú, Zafiro?
—A mi me falta poco para terminar de pintar el cielo, ¡Cuan inmenso es el
cielo! Luego debo bajar a pintar el agua de los mares.
— ¿Muy bien Zafiro; y tú, qué harás mi pequeña Amatista?
—Mis hermanos han escogido grandes cosas para pintar; pero yo he elegido
sólo unas florecitas muy perfumadas, que he encontrado en los jardines. Se
llaman violetas. Son tan pequeñitas; seguiré pintándolas.
—Muy bien, muy bien - dijo el padre Día besando y abrazando a los niños. I
los niños se fueron cantando y bailando una ronda.
Los Tres Magos y Una Hada
Tres magos y un hada cuidan a la Naturaleza, por turno, durante el año, como
cuidaban los "camayos" las chacras de los Incas.
Primavera es una hada muy joven; es casi una niña, alegre y juguetona.
Asoma el veintitrés de setiembre. Siembra las semillas en las chacras, en los
huertos y en los jardines. Hace brotar los retoños de los árboles, de los
arbustos y de todas las plantas. Con su frescura y sus lluvias suaves las hace
florecer; llenando de vistosos colores los jardines, los huertos y las chacras;
perfumando el ambiente con sus delicados aromas.
Verano llega a reemplazarla el veintiuno de diciembre. I con su aliento fuerte y
caluroso hace madurar los frutos, hasta ponerlos sabrosos y nutritivos.
El segundo mago es otoño, que viene después de verano. Llega el veintiuno
de marzo. Ayuda a los hombres a recoger los frutos y las frutas de los cultivos:
y a llenar los graneros. Es el mago de la cosecha.
Cuando otoño ha terminado su turno aparece invierno que comienza su turno
el veintitrés de junio. Este es un mago anciano. Trae su cabeza cubierta de
nieve blanca rostro ajado por el frío. Como no puede trabajar como los otros
magos, la mayor parte del tiempo se pasa durmiendo mientras se mueren las
plantas de frío y toda la tierra se cubre de aridez. Hasta que otra vez llega la
primavera, vuelve a renacer la vida de todos los seres.
El tiempo que dura el turno de cada uno es de tres meses y se llama estación;
por eso se dice que el año tiene cuatro estaciones: la Primavera, el Verano, el
Otoño y el Invierno.
Declaraciones de Una Llama
Un periodista tuvo la ocurrencia de entrevistar a una Llama. I conversaron de
la siguiente manera:
— ¿Podría decirme porqué es usted tan altiva?
—Pues vea, señor; cada una tiene derecho a ser como quiere. Pero ya
que usted se interesa en saberlo, le diré: Yo desciendo de las estrellas.
Hubo una vez lluvia de estrellas en los Andes y cuando cayeron sobre las
nieves, se quedaron convertidas en llamas, vicuñas y alpacas.
—Qué maravilla, señora Llama. ¿Qué piensa usted de los hombres?
—Créame usted, señor periodista, que ahora sé muy poco de los
hombres. Antes frecuentaba las cortes imperiales del Cusco, de Quito y
otras ciudades; trataba con los mejores reyes, reinas y princesas. Ahora vivo
casi olvidada, en las cordilleras, porque me han usurpado los caballos, los
burros y las mulas que trajeron los españoles; pero estoy viendo que a ellos
también los están desplazando los carros y los aviones. Lo que son las
cosas los tiempos………. Por eso sólo puedo hablar con los hombres que
viven en las cordilleras. Ellos quieren mejorar su manera de vivir, pero la
civilización no llega hasta esas alturas - terminó la Llama.
— Encantado de conocerla y de haberla escuchado, señora Llama, -
expresó el periodista y agregó:
— ¿No desea usted decir algo más para informar en mi periódico?
—Con todo gusto, señor periodista. Diga usted en su periódico a las
gentes de las ciudades que nunca me Lleven a los jardines zoológicos; yo
prefiero mi libertad junto a los picachos, en las extensas pampas andinas. I
luego, que los automóviles, las góndolas y los camiones no me miren con
malos ojos, cuando bajo a las ciudades. No me interesa la ciudad. Pero, eso
si que tampoco me crean menos que nadie para que se avergüencen de mi.
Ya sabe usted: ¡Yo desciendo de las estrellas!
Confidencias de Un Caballo
Mi papá tenía un caballo blanco en la finca. Era alto, brioso, de andar
elegante y rápido.
¡Qué buen caballo era aquel! ¡Qué bien lucía mi papá, cuando montaba en
él!
Yo lo cuidaba mucho. Pero un día tuve que ausentarme a estudiar en la
ciudad. I cuando volví después de varios años, encontré que el caballo ya no
servía para montar, porque estaba viejo y andaba sólo por los campos.
Me dio mucha pena que estuviese así y cierto día me fui a buscarlo. Lo
encontré jadeando junto a un manantial hondo, sin poder alcanzar a beber,
con la cabeza gacha, los ojos turbios y el cuerpo escuálido. Ya no era ni
sombra de lo que fuera en otros tiempos.
--- ¿Qué tienes? ¿Qué te pasa? ¡Cómo has cambiado tanto! - le dije
como si fuera hombre. I él me contestó:
—Recuerdo haberte conocido. Tú también estás cambiado. Ahora ya
no eres un niño. Estás hecho un hombre. En cambio yo, ya ves, cómo
estoy. Antes, cuando era joven, todos me mimaban, me daban de comer el
Mejor forraje y por las noches dormía bajo techo, cubierto de mantas.
Ahora que no puedo comer ni beber por mi mismo, cómo me abandonan.
Los hombres son muy crueles Ahora es otro caballo el que goza de los
cuidados que a mi me prodigaban. Pero me da pena, porque también ha
de terminar como yo.
Le escuché asombrado y profundamente emocionado. Le prometí que lo
llevaría nuevamente al establo y le dije que allí no le faltaría nada. Pero él
se negó.
— ¿Para qué? - dijo, con amargura y luego agregó:
—Prefiero que me mates para terminar con mi vida que ya no sirve
para nada.
Al decir esto hizo un esfuerzo más para beber y cayó, porque sus
débiles patas no pudieron soportar su peso, sobre la pendiente.
! ¡I cayó para no levantarse más!
La Rosa Vanidosa
En un jardín lleno de rosas, claveles, pensamientos y azucenas, entró un
poeta.
El jardinero mostró al poeta las flores que cultivaba. I el poeta se sintió
maravillado al contemplar tanta belleza de flores.
Al pasar junto a cada flor iba diciendo bellas palabras de alabanza que las
flores las entendían. I para demostrar la emoción que les producía, lucían
más sus lindos colores y exhalaban con más fuerza sus delicados perfumes.
El poeta manifestó su deseo de llevarse un ramo de flores para formar un
búcaro que le sirviese de motivo para escribir un poema.
Ante esta dichosa esperanza, todas las flores se ruborizaron, pensando cada
una en ser la elegida. Pero la flor que mejor impresionó al poeta fue la rosa. I
una rosa encarnada fue despojada de su mata, llevada a la casa del poeta y
colocada en un hermoso florero.
Aunque la rosa se sintió intensamente herida, el orgullo de formar un lindo
ramillete y la ilusión de figurar en un verso, hicieron que se resignara a
soportarlo. I, mientras el poeta escribía el mejor poema que había producido en
su vida, la rosa iba marchitándose lentamente. Sus pétalos se ajaron, su color
se volvió pálido y por perdió toda su hermosura.
Después de unos días, una sirvienta la tomó u mañana y la arrojó a la basura
con brutal indiferencia. I de la rosa vanidosa sólo quedó el canto del poeta en
un verso.
El Árbol Bondadoso
A la vera de un camino crecía un árbol solitario, de grueso y retorcido tronco, y
de follaje grande y tupido.
Un día de sol llegó un caminante a sus pies y se echó a descansar. Estaba
muy fatigado y pronto se quedó dormido.
El árbol le protegió con su sombra y el caminante descansó apaciblemente.
Mientras dormía, soñó que el árbol había conversado con él, transformado en
un anciano de blanca y luenga barba.
—Hijo mío, yo soy un ser viviente como tú. Siento y pienso y hago algunas
cosas. Solamente que no puedo hablar ni moverme como los animales.
Cuando llueve, protejo a los caminantes que necesitan abrigo; cuando hace
calor les doy sombra, como a ti; cuando llega el invierno, cobijo entre mis
ramas a los pajarillos que hacen sus nidos para que críen a sus pichones y
aunque en invierno no pierdo muchas hojas y muchas ramas, felizmente la
primavera me las devuelve. Doy mi madera a los niños, para su cuna: a los
trabajadores para sus herramientas a los hogares para sus muebles; a los
ancianos para su báculo; y hasta con los muertos estoy en sus ataúdes.
Cuando los animales feroces persiguen a los males pequeños, yo los libro
cubriéndolos con mi ramaje. Lo mismo hago cuando los persiguen los
cazadores.
Como se ve, hago mucho por los hombres y los animales. Por eso todos me
quieren; pero muy pocos me cuidan y son raras las personas que me cultivan.
De pronto el árbol movió su copaje con el viento y despertó al caminante,
cortando así el sueño y quedado todo como antes.
Las Alasitas
En algunos pueblos de nuestro país, existe una costumbre muy original que
se llama "alasitas" y que en aymara quiere decir: cómprame.
Las "alasitas- son ferias pequeñas que tienen lugar en cualquier época del año,
pero comúnmente en el mes de mayo.
Las "alasitas" son muy esperadas por los niños y preparadas con anticipación
por los mayores. Los industriales elaboran cosas en miniatura, como aparatos,
instrumentos y utensilios diversos. Los artesanos trabajan vestidos,
sombreros, calzados, muebles pequeñitos. Los comerciantes envasan el
azúcar, el arroz, la harina y otros productos en taleguitas. I los hacendados
hacen construir caseríos de fincas que tienen instalados cercados, con ganado
de diferentes especies de la región, hechos de arcilla, por alfareros.
Las "alasitas- tienen lugar en la cima o al pie del calvario cercano a las
ciudades. Ese día los feriantes acomodan todo lo que van a vender en lugares
escogidos, desde la mañana.
Por la tarde, después de la hora de almuerzo. La gente de la ciudad se dirige
hacia el lugar de la feria. Grandes y chicos se agolpan sobre los asientos de
venta, unos compran y otros, nada más que por mirar.
En los alrededores se levantan toldos donde se sirven viandas y bebidas que
los paseantes consumen.
Hasta hace algunos años se compraba y se vendía con botones. En algunos
lugares fabricaban monedas de plomo en láminas muy delgadas. Pero en los
últimos tiempos se viene utilizando dinero.
Un muñeco que llama mucho la atención en las "alasitas- es el "Equeco" que
representa a un hombre viejo y enano; que lleva sobre sus hombros una
infinidad de cosas diminutas.
Es creencia general de que el comprar un "Equecco” trae buena suerte.
La Corrida de Toros
Una costumbre que nos han traído los españoles es la afición al toreo.
En todos los pueblos de los países que hablan castellano, hasta en las más
apartadas aldeas, existe la afición y se practica especialmente cuando se
celebran las fiestas patronales.
Cada pueblo tiene una Virgen por patrona o un Santo por patrón. I la fiesta de
este patrón o patrona se rea-liza con mucha solemnidad, a cargo de alterados
y altareros. Las fiestas duran generalmente de tres a cinco días. I los últimos
se dedican a las "corridas de toros”.
El primer día de toros corresponde organizar al gobernador. El segundo día al
alcalde. I el tercer día a la juventud del pueblo. Cuando sigue el entusiasmo,
las corridas se prolongan por más días.
Los aficionados del pueblo se encargan de proporcionar el ganado que,
aunque no es de verdaderos toros de lidia, sirve para el caso. Algunas veces
los interesados contratan toreros de profesión. Pero en ningún pueblo faltan
aficionados a la lidia.
Las "corridas de toros" se realizan en las plazas principales; pero hay pueblos
que tienen ruedos especiales.
Para el día de la corrida se levantan palcos de madera, adornados con
mantones de manila y mantas de vistosos colores.
Les damas del pueblo bordan enjalmas, rosones y banderillas, que obsequian
a los toreros.
Para la corrida se hacen muñecos de trapo, vestidos de toreros con papel de
color, llamados "dominguillos” y los colocan en lugares visibles para que los
toros los corneen y hagan reír al público.
Bandas de músicos indígenas y comparsas de bailes nativos, animan las
corridas.
Se cree que una corrida es buena cuando el toro mata a alguien y mala
cuando no ocurre ninguna desgracia: pues esto último presagia que habrán
malas cosechas
SEGUNDA PARTE
GENEROS LITERARIOS ESCOLARES
La Cucarachita Morrongonita
Cierta vez, una Cucarachita que gustaba de la música y el canto, y a la que
llamaban "morrongonita" porque era bonita y chiquita, quiso irse con un
músico con quien pudiera cantar y bailar. Se puso un lindo rosón en la cabeza
y se sentó en la ventana de su casita a esperar que pasara alguno.
El primero en pasar fue un perro faldero y al verla tan bonita, le dijo:
—Cucarachita "morrongonita"; ¿quieres irte conmigo?
—A ver ¿cómo cantas? - contestó la Cucarachita. —Guau! ¡Guau! -
ladró el perro.
—Me asustas, me asustas - dijo ella y se negó a ir con el perro.
Luego llegó un gato y le dijo:
—Cucarachita "morrongonita", quieres irte conmigo
—A ver ¿cómo cantas?
—Miau, miau - maulló el gato.
—Me asustas, me asustas; sigue tu camino - le dijo.
Mas tarde llegó un gallo y le preguntó:
—Cucarachita "morrongonita" ¿quieres irte conmigo?
—A ver ¿cómo cantas?
— Quiquiriquí - cantó el gallo, entusiasmado.
La Cucarachita se sintió emocionada con el canto del gallo y ya estaba
por irse con él; pero en ese monte, llegó una cigarra, tocando su guitarra. I
con ella se fueron tocando y cantando.
El Monito de Brea
Había una vez un fabricante de quesos que cada mañana los encontraba
roídos por los ratones
Para evitar el daño que le hacían los ratones, compro una trampa con la que
logró atrapar algunos, pero los otros aprendieron a comerse los quesos sin
ser cogidos.
Desesperado por la situación, el fabricante de quesos consultó a un amigo,
quien le aconsejó que hiciera tapar con cemento los agujeros por donde
entraban los ratones dejando uno solo, y colocar allí un monito de brea.
El fabricante hizo todo lo que le dijo su amigo.
Por la noche los ratones quisieron volver a entrar. Pero al encontrarse con el
monito de brea le dijeron que se retirara, amenazándolo con pegarle; pero
como no se movía, el más guapo se adelantó, le dio una trompada y su mano
quedó pegada al mono.
— Suéltame, si no quieres que te pegue otra vez - le dijo' y le dio otra
trompada con la mano izquierda, la que también se quedó pegada.
— Si no me sueltas te rompo las costillas a puntapiés -amenazó; pero al
darle el primer puntapié se le quedó pegado, do el pié.
Luego le golpeó con el pié izquierdo que también se le pegó igual que los
demás miembros.
Al encontrarse en tal situación, desesperado y furioso, le dio un cabezazo,
quedándose pegado al mono de cabeza, pies y manos. Los demás ratones,
cuando vieron que el más guapo de la pandilla ratonil fue vencido fácilmente
por el monito de brea, se fueron de miedo, para no volver más.
El Perro Guardián
Un perro muy fiel y muy bravo cuidaba una granja de gallinas, de pavos y de
patos.
Un día se acercó a la granja un zorro hambriento, y al encontrar al perro,
pensó engañarle y le dijo:
—Señor perro, quiero proponerle un negocio muy provechoso para usted
como para mí. Deseo instalar una granja como ésta y no tengo los animales
ni el dinero necesario. Pero con su ayuda se puede conseguir… Usted se
hace el dormido para que no le eche la culpa su dueño; yo aprovecho ese
instante para entrar a la granja y sacar algunas gallinas, unos pollos y unos
patos. Con ellos instalo la granja que nos daría muy buenos resultados y de
las ganancias nos repartimos a medias. ¿Qué le parece?
El perro por toda respuesta le mostró los dientes, I el zorro no tuvo más
remedio que alejarse corriendo, avergonzado de su fracaso. Otro día volvió a
pensar en el asunto y llevando un costal de huesos sobre la espalda se
dirigió a la granja, para hacerle otra propuesta el perro, creyendo que en esta
vez lo convencería, y le habló del siguiente modo:
—Pues, mire señor perro. Traigo en este costal un lindo pavo que
acabo de adquirir para iniciar mi granja. Tengo que viajar a un lugar distante
y como pesa mucho, prefiero dejárselo hasta mi vuelta. En cambio le ruego
que me dé un pollo como prenda.
Apenas terminó de hablar el zorro, el perro dio salto que casi lo alcanza, y el
zorro tuvo que escapar vez despavorido.
I cuando se iba a su cueva, fue meditando: encontrar en esta época un
perro honrado e inteligente al mismo tiempo. ¿Qué raro, no?
El Zorro, las Mulas y el Burro
Una tarde de invierno hizo su "pascana" un arriero en la cordillera. Ató sus
mulas con unas reatas y se puso a dormir.
Por la noche un zorro bajó de su guarida en busca de alimentos. I al olfatear
las "reatas" se acercó a las mulas y les propuso libertarlas.
Las mulas que deseaban estar libres para ir en busca de algún pastizal
fresco, aceptaron la propuesta sin vacilar y proclamaron al zorro: libertador
de mulas
Una vez sueltas las mulas, el zorro se apoderó de las reatas y se las llevó a
su guarida.
Al amanecer, el canto agudo y tristón de las aves cordilleranas despertó al
arriero, quien al no encontrar las mulas sino solamente al único asno de su
recua, se puso a lamentar su suerte. El asno conmovido por los lamentos de
su amo le avisó todo lo ocurrido. I en seguida se ofreció rescatar las reatas
con la condición de que el resto del camino no llevara carga alguna.
El arriero aceptó la propuesta del borrico y se quedó en espera de los
acontecimientos.
Mientras tanto el burro se encaminó hacia la guarida del zorro y una vez allí
se tendió a lo largo de la entrada, simulando estar muerto.
El olor de carne de asno atrajo al zorro que asomó a la puerta de la cueva,
encontrando con gran alegría al asno muerto.
Pero había que introducirlo al interior de la cueva el cadáver del asno para
que la familia zorruna pudiera darse un banquete opíparo, sin ser molestada
por los cóndores ni por los gallinazos.
Con este fin sacó las reatas y con ellas ató, por un extremo, el cuerpo del
asno y por el otro extremo, sujetó a su propio cuerpo, al de la zorra y los
zorritos. Pero a los primeros tirones que dieron, el asno se puso sobre sus
cuatro patas y echó a correr en dirección de la "pascana", llevándose
consigo las reatas….
Huiracocha
Pachacamac era el dios de los antiguos peruanos. Según éstos, él creó la
tierra, las aguas y el aire de los cielos. Sobre la tierra creó los animales, los
vegetales y los minerales. I para crear al primer hombre, utilizó la grasa de
estos seres. Encendió el primer fuego y las tres grasas se diluyeron con su
calor, despidiendo vapores blancos y densos en forma de espirales. Antes
de que se esfumaran los espirales, Pachacamac les dio un soplo misterioso y
el primer hombre quedó formado.
Aquel primer hombre fue Huiracocha, cuyo nombre significa la esencia de la
vida y el ser superior a cuanto existe.
Huiracocha recibió la misión de organizar y cultivar la vida de los animales y
las plantas, cumpliendo todo con visión maravillosa.
Un día pensó sembrar su propia vida, pero no pudo; entonces enfermó de
soledad y tristeza.
Pachacamac acudió en su ayuda. Tomó un poco de tierra, la amasó hasta
darle una forma escultural y le dio un soplo de vida. I la mujer quedó hecha a
semejanza del hombre; ero dotada de una belleza superior y de sentimientos
especiales.
Aquella primera mujer se llamó Cullahua, nombre que significa la que cura los
males; ella representa a la madre tierra.
Huiracocha y Cullahua se establecieron en Chitapampa o pampa de la
creación. I una vez cumplida su misión sobre le tierra fueron llamados por
Pachacamac.
Huirachocha fue el primero en morir. Su cuerpo se convirtió en piedra para
recuerdo de su presencia en el mundo, porque la piedra es indestructible. I su
espíritu se elevó a los cielos en forma de espirales de humo y quedó
trasmigrado al sol.
I cuando murió Cullahua, su alma fue trasmigrada a la luna para seguir siendo
la compañera del sol. Su cuerpo se convirtió en polvo, y volvió a la tierra para
seguir sustentando con su savia a los seres que se crían sobre ella.
Los hijos de Huiracocha y Cullahua hicieron de su padre su dios y tomaron el
nombre de su madre, al propagarse por el mundo; por eso la historia los
conoce con el nombre de Cullahuas o Collas e los descendientes de
Huiracocha.
Titicaca
Hace miles de años. Apu el dios de las cumbres, había prohibido a los
hombres que escalaran los cerros, permitiéndoles vivir sólo en las quebradas y
llanos. Pero un día se presentó entre los hombres Aucca, el espíritu del mal, y
les obligó a desobedecer el mandato del dios Apu, haciéndoles creer que si
escalaban la cúspide de las cumbres llegarían a tener el mismo poder de los
dioses.
Cuando los hombres intentaron escalar las '‘cumbres cercanas, Apu,
encolerizado mandó un ejército de pumas, para que los devorasen. Entonces
los hombres pidieron protección al Aucca. Este los internó en las profundidades
de la tierra y allí siguen viviendo convertidos en Anchanchos o espíritus
malignos.
lnti, el supremo dios de los Incas, al ver que los hombres le habían
desobedecido, sintió gran pesar y eclipsó su luz al mismo tiempo que todos los
seres celestiales se sumieron en amargo llanto. Las lágrimas cayeron en la
tierra en forma de tormentas terribles, inundando las quebradas y los llanos.
En aquel diluvio murieron casi todos los animales. Sólo una pareja de seres
humanos, asidos de un haz de totoras y resignados a morir en el amor de dios,
antes de escapar con los demás hombres, lograron flotar sobre las aguas.
Cuando Inti devolvió la luz a la tierra y cesó el llanto celestial, la pareja
sobreviviente contempló que los pumas (titis) habían perecido también y
flotaban a millares sobre las aguas, mostrando sus vientres grises (ccaccas).
Las aguas de aquel diluvio formaron el lago Titicaca.
Los Colores de Nuestra Bandera
Un día de primavera, en el mes de setiembre del año de 1820, la expedición
libertadora comandada por el General don José de San Martín, desembarcó en
la bahía de Paracas, después de haber libertado e independizado Chile.
El General San Martín, luego de disponer cómo debía acampar su ejército, se
alejó del lugar para meditar sobre sus planes.
A poco se tendió con la cara al cielo, al pié de una palmera y sobre las limpias
arenas de la playa perfumada por las brisas del mar y caldeadas por los
primeros calores de la estación. Pronto se quedó dormido. Al despertar, vio
que por el cielo surcaba, de oriente a occidente, una bandera de pariguanas
blancas y rojas.
Aquel espectáculo maravilloso, de colores blanco y rojo, le impresionó
fuertemente y sin meditado, exclamó entusiasmado:
--- ¡He aquí los colores de la bandera del Perú libre!
Pocos días después, cuando el ejército libertador ingresó al interior, delicadas
manos de damas iqueñas bordaban la primera bandera nacional, formada de
triángulos obtusos y agudos, blancos y rojos, opuestos dos a dos.
Aquella primera bandera que presentaba dificultades para su confección por lo
de los ángulos, fue modificada en franjas horizontales. Pero también ésta fue
transformada debido a que la disposición de los colores se confundían a lo
lejos con la bandera española, disponiéndose las franjas en sentido vertical, tal
como hoy la conocemos.
Así nacieron los colores de nuestra insignia patria y así se formó nuestra
bandera nacional, que flameó por primera vez el 28 de julio de 1821, cuando el
General San Martín juró nuestra independencia en Lima, pronunciando
aquellas inolvidables palabras: "El Perú es desde este momento libre e
independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su
santa causa que Dios defiende".
El Himno Nacional
Jurada la independencia Nacional, don José de San Martín, pensó en la
creación de un himno cuyas letras y cuya música sirvieran para hacer vibrar el
fervor patriótico en el corazón y en el alma del ejército y del pueblo peruanos.
Con este fin convocó a un concurso para la música como para las letras.
En el concurso para la música se presentaron seis composiciones de los
músicos, Huapaya, Filomeno, Aguilar, Tena, el músico mayor del Batallón
Numancia y don José Bernardo Alcedo.
Llegado el día del concurso, todas las composiciones fueron interpretadas en el
Teatro Municipal de Lima. I cuéntase que al terminar de ejecutarse la música
presentada por el maestro Alcedo, el General San Martín púsose de pie y
desde su palco declaró entusiasmado:
--- ¡He aquí el Himno Nacional del Perú!
I al día siguiente, un decreto confirmó aquella opinión del libertador.
Para la letra se presentaron numerosas composiciones a cual más graciosas,
como ésta que decía:
"Peruanos, el mate de chicha llenad y alegres cantemos por la libertad".
La letra que mereció aprobación por el jurado fue presentada por don José de
la Torre Ugarte, la que cantamos los peruanos, actualmente.
Así nació nuestro Himno Nacional
En su música vibra el genio de un artista de gran emoción patriótica.
I en sus letras palpita el sentimiento patriótico que animó a nuestros abuelos,
en aquellos felices a la par que dolorosos días de lucha por la libertad que nos
legaron.
Sus autores, limeño el músico e iqueño el literato, culminaron sus vidas al
servicio de lo causa libertadora: pues ambos se alistaron en las filas del ejército
patriota, tomando parte en importantes acciones de guerra por la
independencia americana.
La Virreina Gobernadora
En los tiempos de apogeo de la España conquistadora, abundaban las damas
“de temple de acero y mucho cascabel" como decía don Ricardo Palma.
Una de ellas fue doña María Ana de Austria que asumió el gobierno de España,
cuando todavía era niño el rey Carlos II.
I esta Reina, cuando nombró virrey del Perú a don Pedro Antonio de Castro y
Andrade, Conde de Lemos, expidió una real cédula autorizando a la esposa de
éste, doña. Ana de Borja, para que asumiera el mando del virreinato, cuando
fuese necesario.
La oportunidad no se dejó esperar. Pues, apenas. llegaron a Lima, se enteraron
de que en los ricos yacimientos mineros de Laycacota, en el altiplano de Puno,
ocurrían grandes disturbios entre andaluces y vizcaínos.
Cuando de esto se enteró el virrey, decidió marcha personalmente a hacer
justicia en el propio lugar de los acontecimientos. I uno de los primeros días de
junio de 1668, salió de Lima en dirección a Laycacota, dejando el mando en
manos de su esposa.
La ausencia duró diez meses, y durante este tiempo gobernó doña Ana, con
todo acierto; pues ni la Real Audiencia sintió celos de habérsele despojado de
sus derechos para reemplazar al Virrey, ni el pueblo tuvo motivos de
descontento.
En el breve tiempo de gobierno, doña Ana, expidió nombramientos de altos
funcionarios; preparó campañas de, defensa contra los piratas que ponían en
peligro los pueblos costaneros; y tuvo actos de verdadero tino. Por ejemplo, se
cuenta que cuando recibió denuncia de espionaje contra un fraile portugués, en
vez de hacerlo encarcelar o hacerlo colgar, lo puso a prueba, invitándole a un
banquete en que se le presentó una opípara mesa, provista de gran cantidad
de vinos. I como el fraile diera buena cuenta de los potajes y vaciara los
cántaros de vino, demostrando ser fraile auténtico; no hubo necesidad de hacer
ningún apresamiento.
Así gobernó el Perú una mujer española.
Mujeres como ésta han habido muchas en nuestra historia. Entre ellas, doña
Manuelita Sáenz, doña Pancha Zubiaga, doña hora Tristán, doña María
Parado, y cuantas otras más.
Un Negro en el Sillón Presidencial
Fue durante el gobierno del General Orbegoso, tiempos aquellos en que
habían frecuentes revoluciones y se presentaban casos en que el Perú era
gobernado por dos o tres presidentes revolucionarios a la vez, y en que dos o
tres ciudades hacían el papel de capitales del Perú, al mismo tiempo.
El joven general Felipe Santiago Salaverry se. Sublevó en contra de Orbegoso
con el pretexto de que éste por sostenerse en el gobierno, cometió el error de
pedir auxilio a las fuerzas bolivianas. Este hecho disgustó aI pueblo que
apoyó la revolución.
Salaverry para defender la causa nacional tuve salir de Lima en dirección a
Arequipa donde se encontraba Orbegoso, dejando en Ia capital el General don
José Ángel Bujanda, al mando de unos cuarenta hombres de caballería y unos
cien de infantería.
Aprovechando el desorden surgido por la revolución, se habían organizado
bandas de maleantes que, pretextando defender a Orbegoso, ponían en peligro
la ciudad de Lima.
Una mañana en que el General Bujanda recibió la noticia de que por los
alrededores del sur merodeaba una de aquellas bandas, salió a batirla.
Pero, ocurrió que a las pocas horas que salió Bujanda, aparecieron por el lado
opuesto, otra banda de maleantes dando voces de ¡Viva Orbegoso!
La banda formada por treinta hombres con el negro León Escobar a la cabeza,
avanzó hacia el palacio y como éste se encontraba resguardado sólo por una
docena de hombres que no opusieron resistencia alguna, tomaron el palacio
con toda facilidad; entre tanto el pueblo de Lima se sobrecogía de espanto ante
el peligro que lo amenazaba.
Se cuenta que dos miembros del municipio se dirigieron al palacio a entrevistar
al negro Escobar, y que fueron recibidos con la cortesía de un mandatario
verdadero. Les exigió un cupo de cinco mil soles en el plazo de dos horas y
después de breve conferencia transaron en la mitad; cumplido lo cual, a las tres
de la tarde del mismo día, el negro Escobar y sus treinta bandoleros,
desocuparon la capital con vivas a Orbegoso.
El Incanato
La historia de nuestra Patria ha pasado por tres grandes épocas que son: el
Incanato, el Coloniaje y la República sin contar los tiempos de la Pre-historia ni
las pequeñas épocas transitorias de la Conquista que tuvo lugar entre el
Incanato y el Coloniaje, y la Independencia entre el Coloniaje y la República.
El Incanato empezó con la aparición legendaria de Manco Capac y Mama
Ocllo, y terminó con la muerte de Atahualpa.
El gobierno de los Incas se sucedía de padre a hijos. Ellos gobernaban con
gran cariño a su pueblo, pero también con mano férrea.
Los Incas fueron monarcas muy conquistadores. Ensancharon sus dominios
hasta ocupar las dos terceras partes de América del Sur; pues hacia el norte
comprendía Ecuador y parte de Colombia; por el sur todo Bolivia, la mitad de
Chile y parte de la Argentina; hacia el este grandes extensiones de selva; y
hacia el oeste el Océano Pacífico.
Durante el Incanato existían sabios, estudiosos, poetas como los amautas, los
quipocamayos y los arawicos.
La ciencia como la medicina alcanzó grandes progresos, pues sabían hacer la
cura por el espíritu que ha degenerado en hechicería, y hacían admirables
operaciones quirúrgicas como la trepanación de cráneos.
En el arte, los restos de templos, palacios, pucaras y tejidos que dejaron, nos
demuestran que llegaron a maravillosas formas simbólicas dominando el arte
estilizado.
Profesaban la religión de los astros y creían que el sol era el supremo creador
de cuanto existe; por eso lo adoraban.
En materia de industrias, la que alcanzó mayor progreso fue la agricultura, en
la que se adelantaron a la ingeniería de nuestra época en la conservación de
los suelos, mediante la construcción de andenes.
Tenían una moral natural, elevada y simple, cuya doctrina se sintetiza en el
"ama llulla-, "ama quella- y "ama suha" (no mientas, no seas ocioso y no
robes).
En cuanto a la educación, sólo había escuelas para los hijos de los nobles que
se llaman yachay-huasis, pero hicieron que cada hogar fuese una escuela y
que cada padre madre de familia fuese un verdadero maestro.
El Coloniaje
Cuando el Imperio de los Incas había llegado a su mayor apogeo durante el
reinado de Huayna Capac, se produjo el descubrimiento de la América por el
genial navegante Cristóbal Colón.
Después de aquel acontecimiento vinieron hacía el Nuevo Mundo una serie de
expediciones conquistadoras. Una de ellas conquistó Panamá donde se supo
de la existencia del fabuloso Imperio de los Incas, por noticias dadas, por un
cacique llamado Comagre.
Entonces Francisco Pizarro, Diego de Almagro Hernando de Luque, militares
los primeros y sacerdote el último, organizaron una expedición, para
conquistar el Perú, realizó tres viajes consecutivos,
En el último viaje llegó hasta Cajamarca, donde con gran audacia vencieron a
más de doce mil soldados indígenas, atacándolos por sorpresa, y tomando
prisionero al último Inca Atahualpa, a quien ajusticiaron para facilitar la
conquista. A la muerte de Atahualpa los españoles quedaron dueños del
Imperio del Tahuantinsuyo.
En los primeros momentos hubo luchas entre los mismos conquistadores por
el afán de apoderarse de las mejores tierras y de las mejores riquezas.
Al poco tiempo, el Rey de España don Carlos V, estableció el gobierno de los
virreyes, quienes gobernaron el Perú durante tres siglos.
La época de los virreyes se llama también coloniaje, porque en esa época los
peruanos éramos colonos de España.
El Virreinato del Perú comprendía casi toda la América del Sur, sin contar una
parte del Brasil que fue conquistado por los portugueses.
Durante el coloniaje cambió completamente nuestra vida nacional. Los
naturales pasaron a ocupar el último lugar en la vida social y dejaron de
intervenir en el gobierno, siendo reducidos a la servidumbre.
En el coloniaje se implantaron costumbres españolas; la lengua castellana y la
religión católica; costumbres, lengua y religión, que hemos heredado y las
practicamos actualmente.
La República
En los últimos tiempos del coloniaje, los españoles empezaron a abusar de su
autoridad. I aunque los reyes de España daban leyes llamadas "ordenanzas
reales" en favor de los peruanos, indígenas y mestizos, los españoles no les
cumplían.
Los peruanos indígenas seguían cada vez más sometidos a la servidumbre y
los mestizos, hijos de españoles y madres indígenas, nacidos en el Perú,
tenían muy pocos derechos: apenas podían llegar a ser sacerdotes y militares
de baja graduación.
Por otro lado, los productos peruanos se exportaban sólo a España. I los
comerciantes españoles pagaban precios bajos, pudiendo venderse aquellos
productos a mejor precio en otros países.
Estas injusticias y el ejemplo de libertad que dieron otros países, como
Estados Unidos que se independizó de Inglaterra, y Francia que se liberó de la
monarquía absoluta de los reyes, hizo pensar a los pueblos americanos en
independizarse.
Con esta idea surgieron grandes caudillos libertadores como Bolívar en los
pueblos del norte y San Martín en los pueblos del sur.
La libertad y la independencia de nuestro país fue obra de aquellos
libertadores. San Martín que la juró el 28 de julio de 1821 y Bolívar que la
reafirmó con sangre en Junín y Ayacucho.
Una vez destruido el poderío de España en América, nuestro país adoptó el
gobierno Republicano, con un presidente a la cabeza y asesorado por dos
cámaras legislativas.
Los presidentes son elegidos por el voto popular de todos los ciudadanos que
saben leer y escribir.
Nuestra República sufrió muchas dificultades al principio, por falta de
experiencia en nuestros gobernantes y debido a las ambiciones personales que
surgieron.
Pero en los últimos tiempos, hemos mejorado mucho. Nuestro porvenir
depende de que todos los peruanos nos preparemos para explotar nuestras
riquezas que son tantas y de tanto valor en los tres reinos de la naturaleza.
La Costa
Si un día sin nubes, y sin niebla volásemos en un avión a varias millas de altura
sobre el territorio nacional, sería fácil distinguir tres zonas geográficas,
completamente distintas; las orillas del mar, la región de los bosques al medio,
una gran hilera de cerros,
La que está á las orillas del mar es la costa; la segunda, la selva; y la que, está
entre les dos, la sierra.
La costa es una faja de arenales que se extiende a lo largo del Océano Pacífico
que es nuestro mar. De trecho en trecho está surcado de ríos que bajan desde
los altos nevados de la sierra y forman valles numerosos donde la vegetación
es exuberante, porque la tierra es fértil y productiva.
En estos valles florecieron las culturas antiguas de Nazca y Chimú. I sus ríos
sirvieron para la migración de aquellas culturas según unos, de la costa hacia
la serranía, y según otros, de la serranía hacia la costa.
Los valles son unos más anchos que otros, pero todos muy bellos; parecen
huertos y jardines, dispuestos a lo largo de los ríos que corren tumultuosos y
turbios, en la época de lluvias en la sierra, y límpidos y tranquilos, en las
épocas de invierno. En ellos se cultiva una gran variedad de productos como el
algodón, la caña de azúcar, el arroz, y numerosas hortalizas, como el camote,
la yuca, la zanahoria y el rábano, y muchas frutas como la vid, el olivo, el
naranjo, el manzano, etc.
La mayor parte de los valles son fincas industrializadas de nuestra producción
agrícola, por eso se dice que nuestra agricultura está en los valles.
Entre valle y valle se extienden enormes eriales, cuyas distancias a veces se
pierden en el horizonte, cubiertos de tierras feraces que no producen nada por
falta de agua, porque en la costa no llueve. Los desiertos son angostos en el
sur y anchos en el norte; porque la cordillera en el sur está casi junto al mar,
hacia donde se extienden numerosos contrafuertes de los cuales, algunos
mueren a orillas del mar formando picos y morros. En cambio en el norte los
desiertos son anchos porque la cordillera está un tanto alejada del mar.
La Sierra
Nuestra sierra es un conjunto de cerros que a manera de una cadena de rocas
separa la costa de la selva.
Esa cadena está formada de picachos que se elevan hasta cerca de los siete
mil metros sobre el nivel del mar; de nevados que conservan sus hielos por
todas las estaciones del año, como viejos encanecidos cuyo sudor alimenta el
caudal de los ríos; de punas bravías y estepas inmensas situadas entre tres y
cuatro mil metros de altura, y de numerosas quebradas que se pierden, tanto
hacia el mar como hacia la selva.
Por algunas quebradas corren ríos caudalosos que forman valles llamados
interandinos los que están en medio de las sierras; cisandinos los que están
hacia la costa y trasandinos los que están hacia la selva.
Nuestra sierra es una parte de la cordillera de los Andes que comienza desde
la Tierra del Fuego; avanza sirviendo de limite entre Chile y la Argentina; llega
a Bolivia, donde se bifurca en dos ramales y sigue por nuestro País,
dividiéndose en dos y en tres ramales; y formando nudos, continúa por los
territorios de Colombia, Centro América y América del Norte, hasta terminar en
las heladas regiones de Alaska.
Dentro del territorio nacional, los dos ramales del Sur forman el Altiplano del
Titicaca, uniéndose en el nudo de Vilcanota; de allí se separan dos ramales;
que luego se juntan para formar el nudo de Pesco y en tres ramales avanza
hacia el Ecuador.
La sierra peruana fue cuna de importantes culturas de nuestra historia como
Tiahuanaco y Chavín, y la del Imperio de los Incas, después.
I en sus altas estepas nacieron hombres de una raza fuerte como la roca
andina; raza que es actualmente motivo de estudio y un problema para el
porvenir de América.
En las serranías están las grandes haciendas ganaderas del Perú, I el interior
de sus montañas guardan inmensos filones de metales preciosos de
incalculable valor para la futura economía del País,
La Selva
Hacia el lado oriental de los Andes queda la selva.
La selva es una inmensa llanura tendida desde las faldas de los Andes y cubre
gran parte de la América del Sur, surcada por numerosos ríos que parecen
nervaduras de una fantástica hoja de esmeraldas.
Un inmenso bosque cubierto de variados árboles, de troncos gruesos, de copas
elevadas, de ramas enmarañadas y de follajes tupidos, se extiende cubriendo
todo el ambiente.
Una fauna extraordinaria en especies salvajes y peligrosos; de aves de los más
belios plumajes y de insectos ofensivos e inofensivos, pueblan la selva.
Los ríos están infestados de peligrosos reptiles; y tortugas y peces viven en sus
aguas.
En algunos claros de la selva o sobre los remansos de los ríos, los hombres
viven todavía una vida primitiva y salvaje, formando tribus de raras costumbres
y de diversos lenguajes; visten apenas con plumas y telas nativas. Ellos, como
los hombres de la época de las cavernas, viven de la caza y de la pesca, por
eso nuestra selva es nuestra y no es nuestra; es nuestra porque está, en
nuestro territorio patrio, y no es nuestra porque no podemos explotar sus
riquezas. I no las explotamos porque no sabemos combatir y vencer los
peligros que ella presenta. Cuanta gente civilizada intenta penetrar en la selva
casi siempre sucumbe, víctima de los peligros que ella encierra, desde los
animales feroces y venenosos, hasta los microbios que producen
enfermedades mortíferas. De otro lado hacen falta caminos, porque sólo
existen ríos por donde surcan canoas indígenas y barcos pequeños. Las
trochas que abren los caminantes aventureros y los exploradores pronto
desaparecen por la exhuberancia de la vegetación.
Sin embargo, la selva con sus árboles que dan numerosas especies de
madera y abundantes frutas; con sus ríos que llevan arenas con oro; y sus
tierras feraces e incultas, constituye el porvenir económico de nuestra Patria.
Don Ramón
Don Ramón Castilla nació en Tarapacá, en el último día del mes de agosto de
1797.
Sus padres fueron don Pedro de Castilla y doña Juana Marquesado.
A los doce años se fue a Santiago de Chile en compañía de su hermano
Leandro y allí ingresó a un liceo para aprender las primeras letras.
En aquellos tiempos en Chile como en todos los pueblos de América se
sucedían frecuentes movimientos revolucionarios y los virreyes ofrecían
grandes beneficios a quienes ingresaran en las filas realistas, para defender el
gobierno de España en América.
Por eso don Ramón casi niño todavía, se alisto en el regimiento de Dragones
de la Frontera, pero cayó prisionero de San Martín después de la batalla de
Chacabuco y fue conducido a Buenos Aires. De allí pasó a Río de Janeiro. En
estos pueblos llegó a comprender la causa justa de la libertad y en un viaje
lleno de peligros, atravesó la selva amazónica, volviendo al Perú, su patria,
para luchar primero por su libertad, y después por su integridad y grandeza.
Fue un gran amigo de San Martín. I cuando Bolívar llegó al Perú se puso a sus
órdenes, tomando parte en la batalla de Ayacucho con el grado de
Comandante.
Gobernó dos veces el Perú. Inició la organización del gobierno, mediante una
constitución liberal, que suprimió el voto indirecto y la pena de muerte. Elaboró
el primer presupuesto nacional. Orientó la obra educativa con un reglamento de
Instrucción. Construyó el primer ferrocarril en América del Sur. Declaró la
libertad de los negros. Abolió el tributo de los indios. I dictó el primer código
penal, de acuerdo con la justicia republicana.
Como hombre fue honrado, generoso y leal y como gobernante fue justo, legal
y patriota; y en resumen, fue el mejor de los presidentes de nuestra república.
Murió en los desiertos de Tibiliche, anciano de sesenta años, pidiendo a la
providencia diez días más de vida para salvar a la Patria.
El Cholo San Román
Así le llamaban las gentes de su tiempo
Nació un día 17 de mayo de 1802, cuando los peruanos y los pueblos de
América abrían los ojos hacia el porvenir libre e independiente.
Fueron sus padres don Miguel San Román y doña María Mesa.
La cuna de su nacimiento se meció en Puno, la dudad lacustre situada a las
orillas del, lago, navegable más alto del mundo.
A los doce años vio morir a su padre en manos de los españoles por haber
tomado parte en la revolución de Pumacahua.
Aquel hecho doloroso hizo que escogiera la carrera militar. I, a los 19 años
ingresó al ejército patriota, al mando del general Miller, animoso de vengar la
muerte de su padre y luchar por la causa de la libertad.
Estuvo presente en casi todas las batallas de la guerra por la independencia. I
en sólo tres años de vida militar, esforzada y heroica, conquistó el grado de
capitán, con el que asistió a la batalla de Ayacucho y muy pronto alcanzó la
jerarquía de Gran Mariscal.
Terminada la guerra de la independencia, fue Diputado por Puno y después por
Lampa, y luego Senador de la República. En 1855 fue presidente de la
Convención Nacional que dictó la primera constitución de ideas liberales que
tuvo el Perú. I en las elecciones de 1862 fue elegido Presidente Constitucional
de la República.
Después de pocos meses de gobierno, cerró los ojos el día 3 de abril de 1863,
cuando todos creían que iba ser digno sucesor de don Ramón Castilla, quién
dicen que lloró su muerte en público.
Su carrera militar está sembrada de esfuerzos heroicos y sus actos políticos
tuvieron un profundo sentido de justicia, I toda su vida dejó una estela luminosa
de patriotismo.
La Poesía
— ¿Qué es la Poesía? - preguntaron un día a un poeta. I él respondió:
La poesía es la belleza de las flores con sus deliciosos perfumes; es el trinar
de los pajarillos que nos anuncian el alba; es el agua límpida que brota de los
claros manantiales y fecunda los prados y los jardines.
Son las mariposas de valiosos colores que vuelan de flor en flor, llevando la
vida; son los árboles que dan sombra al caminante cansado; son los bellos
paisajes con sus lejanías y sus horizontes que se pierden en la distancia.
Son las rojas alboradas que anuncian los días; son las horas diáfanas y
brillantes de los días primaverales; son las tardes de arrebol que envuelven la
caída de los días, de invierno.
,
Hay poesía en el río que canta al correr por las quebradas y los valles; en los
picachos que se yerguen hacia los cielos; en el viento que besa las flores en
suaves zafiros, en el sol que ilumina todas las cosas y en el cielo que cubre
todo el mundo con su inmensidad azul.
Hay también poesía en el niño que se mece en su cuna, en el alma de la
madre que le acaricia, entonándole dulces canciones; en los niños que juegan
en los recreos escolares alegrando su vida con sus risas; en los jóvenes que
estudian bellos libros; y en los hombres que trabajan en las fábricas y luchan
por el pan de cada día.
I hay poesía en el corazón y en la mente de cada uno de nosotros, cuando el
amor y la felicidad, el bien y la verdad, el derecho y la justicia, alientan la vida.
La Música
Cuando el aire susurra entre las ramas, cuando el viento silva sobre los
pajonales, cuando el huracán golpea los roquedales, no hay palabras para
explicar la emoción que producen.
Cuando el agua danza en las burbujas de los manantiales, cuando grita entre
las torrascas o gime corriendo por los llanos, no hay palabras para explicar la
emoción que producen.
Cuando el mar besa las tibias playas con sus blancas espumas, cuando se
deshace contra las rocas en espumarajos desgreñados, o cuando braman en
tormentas incontenibles, no hay palabras para explicar las emociones que
producen.
Cuando la lluvia tintinea sobre los tejados cuando el granizo golpea las
punas, o cuando la tempestad retumba de cumbre en cumbre, no hay
palabras que .expliquen las emociones que producen.
Cuando los potros relinchan en los prados, cuando el gallo canta al amanecer
de cada día o cuando el ruiseñor saluda a la aurora con sus trinos
melodiosos, no hay palabras para explicar la emoción que producen,
Pero hay algo que interpreta esas emociones y que no está hecho de
palabras. Ese algo es la música producida por cuerdas, tubos o cajas sonoras
y que tiene la virtud de transmitir al alma humana, alegrías o tristezas
indescriptibles; en un lenguaje, que no se puede comprender y que sólo se
puede sentir.
Por eso la música, que brota del piano o del violín, de la guitarra o de la
mandolina, del charango o de la quena, hace vivir horas de embeleso y
ensueño, en las que el espíritu se purifica y el alma se diluye en bellas
ilusiones de amor y de paz.
Es que hay en las notas de la música dolores que destila. y amarguras que
cantan, en un lenguaje hecho armonía; y ritmo.
Mi Bandera
El emblema de mi patria es bicolor: bicolor en el centro y rojo en los extremos.
El blanco simboliza le nieve eterna que cubre las montañas de mis lares
nativos; las cirrus transparentes que ornan el cielo azul de mis viejas
heredades; y el líquido lácteo que sustentó mi ser, cuando nací.
I el rojo es la sangre que derramaron mis abuelos por darnos patria y por
legarnos libertad; es el fuego del amor que arde en mi corazón; y es la roja
alborada que cada día alimenta mis esperanzas y mis anhelos de felicidad.
En los tres campos de su escudo, que representan las tres regiones de su
territorio, artísticamente envueltas por símbolos de paz y de gloria, están las
riquezas naturales que sustentan la vida nacional de mi patria; el oro de las
montañas, la llama de las punas y el árbol de los valles y las selvas. Todo el
Perú en una oriflama de bellos colores y formas.
Cuando mi bandera flamea en el portón de mi casa nativa o en el asta de la
Escuela donde estudio, los días domingos o los días de fiesta, semeja a una
pariguana gigante, diciendo a los cielos ¡Yo soy el Perú!.
I cuando le canto mis canciones, en ellas vibran mi alma y mi corazón de
peruano.
Mi Patria
Mi Patria es el Perú.
Pacíficos mares, bellas bahías y rumorosas playas ornan su litoral.
Torrentosos ríos, fértiles valles e inmensos desiertos forman su costas Blancas
montañas, hondas quebradas y punas bravías son sus serranías. I selvas
tupidas, tierras tropicales y caudalosos ríos hacen su selva.
En ellas nacieron los incas; y en ellas vivieron los virreyes y en elle vive nuestra
madre patria: la República Bellas ciudades son su corazón y su espíritu: Lima,
Huancayo, Junín, Ica, en el Centro. Cusco, Arequipa, Puno, Tacna, Moquegua
y Apurimac en el Sur. Trujillo, Ancash, Lambayeque, Piura, Cajamarca y
Tumbes: en el Norte.
E Iquitos, San Martín y Amazonas en el oriente.
Dos razas hicieron su historia: el indio americano de místicas leyendas y el
ibero español de épicas tradiciones. De los dos nació el hombre peruano,
pujante y optimista, amante de la libertad y de la justicia.
Mi mayor orgullo es ser peruano, por eso quiero a mi Patria con todas las
fuerzas de mi corazón y vivo por ella y para ella. Ahora de niño estudio sin
descanso; mañana, cuando joven conquistaré glorias; y más tarde, cuando
hombre, trabajaré con tesón, para hacerla grande fuerte y poderosa.
¡VIVA EL PERU!
INDICE
Dedicatoria Pág. 3
Niño Pág. 5
I. Los seres queridos
Mi mamá Pág. 11
Mi papá Pag. 13
II. Juguetes del niño
Mi bola tirallo Pág. 15
Mi cometa Pag. 17
III. Juegos infantiles
El mago del trompo Pág. 19
Los campeones Pag. 21
IV. Personajes infantiles
El cantor Pág. 23
El poeta Pag. 25
V. Evocaciones de la infancia
Yo quiero la luna Pág. 27
El primer día de clases Pag. 29
VI. Expresiones animistas
La historia del libro Pág. 31
La vida del lápiz Pag. 33
VII. Ficciones infantiles
Los siete hermanitos Pág. 35
Los tres magos y una hada Pag. 37
VIII. Los animales hablan
Declaraciones de una llama Pág. 39
Confidencias de un cabello Pag. 41
IX. Las plantas sienten y piensan
La rosa vanidosa Pág. 43
El árbol bondadoso Pag. 45
X. Escenas costumbristas
Las alacitas Pág. 47
La corrida de toros Pag. 49
Segunda parte
GENEROS LITERARIOS ESCOLARES
I. Cuentos infantiles
La cucharadita morrongonita Pág. 53
Mi papá Pag. 55
II. Fábulas moralistas
El perro guardían Pág. 57
El zorro, las mulas y el burro Pag. 89
III. Leyendas terrigenas
Huirachocha Pág. 61
Titicaca Pag. 63
IV. Tradiciones peruanas
Los colores de nuestra bandera Pág. 65
El Himno Nacional Pag. 67
V. Anécdotas de la vida nacional
La virreina gobernadora Pág. 69
Un negro en el sillón presidencial Pag. 71
VI. Narraciones históricas
El incanato Pág. 73
El coloniaje Pag. 75
La república Pág. 83
VII. Descripciones geográficas
La costa Pág. 79
La sierra Pag. 81
La selva Pág. 83
VIII. Biografías ilustres
Don Ramón Pág. 85
El Cholo San Román Pag. 87
IX. Prosas Líricas
La poesía Pág. 89
La música Pag. 91
X. Simbolismos patrióticos
Mi bandera Pág. 93
Mi patria Pag. 65
NOTA PARA EL MAESTRO
El contenido, el objeto y la forma de utilización didáctica de este libro están
explicados en una Guía Didáctica. Reclame esta Guía para emplear
correctamente este libro con los niños de su clase.