método para la meditación_R01

7
Nuestro Fundador ha visto en la oración una necesidad del corazón 1 . Igual que un niño pequeño necesita de las relaciones cercanas y afectivas con la madre, necesita un hermano de la oración para estar con el Padre. Podemos decir que igual que el pez no puede vivir fuera del agua, tampoco puede vivir un religioso fiel a su espíritu sin la meditación. 2 De ahí la importancia no solo de hacerla, sino de sacar fruto. Y para ello, nada mejor que tener un buen método de meditación. Si alguien quiere vivir la espiritualidad marista es necesario tener un rato de oración personal o meditación. Utilizar el método del Fundador puede ayudarte mucho ya que se trata de un método clásico, de media hora 3 , que era practicado por las principales escuelas de espiritualidad, con pequeñas variaciones entre ellas. Esta oración, en tiempos del Fundador, se hacía siempre en comunidad 4 . Antes de comenzar digamos que la Meditación que propone el Fundador se compone de tres partes, y cada parte implicaba la realización de tres actos. Comentario al método de Marcelino Champagnat para hacer la meditación

description

Antes de comenzar digamos que la Meditación que propone el Fundador se compone de tres partes, y cada parte implicaba la realización de tres actos.

Transcript of método para la meditación_R01

Nuestro Fundador ha visto en la oración una necesidad del corazón1. Igual que un niño pequeño necesita de las relaciones cercanas y afectivas con la madre, necesita un hermano de la oración para estar con el Padre. Podemos decir que igual que el pez no puede vivir fuera del agua, tampoco puede vivir un religioso fiel a su espíritu sin la meditación.2 De ahí la importancia no solo de hacerla, sino de sacar fruto. Y para ello, nada mejor que tener un buen método de meditación.

Si alguien quiere vivir la espiritualidad marista es necesario tener un rato de oración personal o meditación. Utilizar el método del Fundador puede ayudarte mucho ya que se trata de un método clásico, de media hora3, que era practicado por las principales escuelas de espiritualidad, con pequeñas variaciones entre ellas. Esta oración, en tiempos del Fundador, se hacía siempre en comunidad4.

Antes de comenzar digamos que la Meditación que propone el Fundador se compone de tres partes, y cada parte implicaba la realización de tres actos.

Comentario al método de Marcelino Champagnat para

hacer la meditación

Red2017 pag 2 método para la meditación

ANTES DE COMENZAR LA MEDITACIÓN:

LAS ADICIONES O PREPARACIÓN REMOTA

Ni a los maestros de oración del tiempo de Marcelino ni a él pasaron por alto lo que nosotros llamamos la preparación remota de la meditación, es decir, las adiciones. En el comentario al horario de las reglas de la casa Madre figura estos textos: “La levantada será a las cuatro de la mañana, en silencio, pensando en el tema de la meditación; es muy importante levantarse a la primera señal. En seguida cada uno arregla su cama.” El tema será leído desde la víspera con el fin de pensar en él durante los intervalos del sueño, para preparase bien y no tentar al Señor. En la mañana no se leerá públicamente dicho

tema, sino que cada quien es libre de revisarlo en particular. (Reglas 1837. Horario)

En estos textos aparecen las principales adicciones de la meditación: la lectura el día anterior, tener el último pensamiento del día para Él, el primer pensamiento también para Dios (siempre en referencia al pasaje por meditar). En este contexto vemos como el “gran silencio” que reinaba en las comunidades maristas hacía referencia a un trato con el Señor, en el que cada religioso estaba ocupado.

* Sinceramente, sin poner estas bases de

recogimiento, o si preferimos, viviendo una vida de continua dispersión en momentos claves como acostarse o levantarse

¿podríamos llegar a ser personas de oración?

C B A PREPARACIÓN

• 1.ponerse en la presencia de Dios

• 2.Pedir luces al Espíritu

• 3. composición de lugares

RELACIÖN CON DIOS

• 4. comprender las verdades

• 5. expresar los afectos

• 6. toma de firmes resoluciones

CONCLUSIÓN

• 7. dar gracias por lo recibido

• 8. se presentan las resoluciones

• 9. se pide la gracia de ser fiel

Red2017 pag 3 método para la meditación

PREPARACIÓN

Para hacer una buena meditación tenemos que comenzar con ponernos en la presencia de Dios5. El objetivo de este primer paso es hacer un signo claro entre la actividad anterior y la que ahora vamos a realizar. La finalidad es tomar conciencia

de lo que vamos a realizar.

Marcelino aconsejará para comenzar la oración una postura (de rodillas) y se fijará en la actitud (recogimiento),6 S. Ignacio habla de “elegir un buen lugar” para orar, y hacer con sentido la señal de la cruz. En definitiva, los maestros de oración señalan gestos conscientes que nos haga ver que hemos cambiado de actividad y que comenzamos realmente una comunicación con Dios, y eso se nota en la postura corporal, en el lugar donde estamos, y en el afecto, que lo ponemos en Aquel con quien queremos estar.

A continuación pedimos ayuda al Espíritu Santo7 para hacer bien nuestra oración. Podemos hacerlo a través de una oración vocal al Espíritu que nos sea familiar, o bien, dedicarle unos momentos para solicitar su ayuda. El marista está impregnado

de esta verdad: “El Espíritu ora en nosotros8”. Nosotros no sabemos rezar, pero con la guía del Espíritu nuestra oración se hace filial. Por eso se hace impensable comenzar la oración personal diaria sin pedir esta ayuda, que es la misma que pedimos al comenzar nuestra oración litúrgica: “Señor, ábreme los labios”…

Finalmente “traemos a nuestro interior el tema de meditación9, es decir hacemos lo que técnicamente se llama “composición de lugar.” Esta expresión es muy rica en significado y está expresando varias cosas a la vez. Por una parte que llego a la

meditación habiendo realizado ya la lectura la noche anterior10 y, si fuera necesario, doy un repaso al pasaje11 personalmente. La composición de lugar propiamente dicha es el ejercicio mental- imaginativo que hago de poner ante mis ojos interiores la primera de las escenas que voy a contemplar. Como quien hace el primer contacto visual con la obra pictórica que se propone examinar con detalle. Esa es la composición de lugar precisamente: situar la escena con los personajes, metiéndome yo también dentro del pasaje que quiero revivir.

* Sinceramente, es muy difícil hacer una buena meditación sin el punto previo de la preparación. Podemos intuir que estos tres pasos nos ayudan muy seriamente a poner las bases de una buena meditación: ponernos en la presencia de Dios nos orienta sobre la motivación e interés de nuestro rato de oración que vamos a comenzar; la petición de ayuda nos avisa de que comenzamos una acción superior a nuestra fuerzas es decir, sobrenatural; y la composición de lugar nos asegura la previsión diaria de nuestro tema de oración, poniéndonos de inmediato, ahora sí, con el objeto de nuestra oración, que es Jesucristo.

1

2

3

A

PRIMERA PARTE

Red2017 pag 4 método para la meditación

LA RELACIÓN CON DIOS

Es lo que denominamos oración propiamente dicha. El orante entra en relación directa con Dios. Marcelino habla de considerar y examinar bien las circunstancias del tema de meditación para mover nuestro corazón en afectos hacia el Señor. S. Ignacio, comenta de manera plástica que, en este momento el orante se mete en el lugar de la escena como un personaje más, que habla, que escucha, que contempla.

La oración que nos propone Marcelino comienza por considerar, examinar, razonar las circunstancias para comprender interiormente las verdades”12 que encierran los hechos y dichos de Jesús en el Evangelio contemplado, o en sus seguidores los santos.

En este momento, la oración es interior, pero más activa. Por decirlo gráficamente, como de quien va al cine y, al comenzar, escruta la técnica usada, dejándose llevar poco a poco, por la historia que le van a presentar.

Hemos de fijarnos muy bien en la pluralidad de verbos empleados: considerar, examinar, razonar, para darnos cuenta de lo que realmente se nos propone hacer en este primer momento de meditación. Marcelino no apuesta por solo razonar el texto, sino por meterse de lleno en una percepción más global del tema oracional para pasar después a expresar afectos y tener una verdadera relación filial.

Una vez hecha esta composición de lugar y examinadas las circunstancias del hecho que contemplamos movemos el corazón en santos afectos13. Por tanto, el corazón de nuestra meditación es una relación con Cristo afectiva, donde el corazón se deja

llevar por lo contemplado. Sentir a Cristo a nuestro lado con la paz, luz y alegría es lo normal y lo ordinario, pero no necesario. Pueden darse días de aridez por motivos distintos. Si esta aridez se hace persistente es necesario revisar nuestra vida de unión con Dios para ver los motivos, y si podemos, intentar quitarlos, para que siempre nuestros afectos con Dios sean espontáneos, sinceros, afectuosos, directos, cercanos, confiados.

Marcelino enmarca esta relación afectiva con Cristo en el amor mutuo. Marcelino está lejos de ser un orante ascético. Huye de un modo de entender la oración donde todo lo ponga el sujeto. Su oración habría que enmarcarla en los místicos realistas. (¿Hay alguno que no lo sea?) Por eso sigue explicando que estos afectos con Cristo en la oración llevarán a nuestra voluntad al amor y la práctica del bien, y el odio y la huida del mal. 14

Cuando Marcelino explica someramente lo que es una meditación de repetición nos hace entender la importancia de la oración en la que estamos, indicándonos que es necesario detenerse en él: “Se detiene uno en los puntos que experimentó mayor consuelo, más luces, mas deseos de ser de Dios.15”

4

5

B

SEGUNDA PARTE

Red2017 pag 5 método para la meditación

Además, si nuestra oración es poco afectiva, Marcelino propone un ejercicio (aplicación de los sentidos16) que se compagina con el método de oración presentado, impulsando el afecto del orante. El uso de la imaginación17 hace que tengamos el objeto más presente, que –de alguna manera- lo podamos tocar, ver, escuchar, o se nos haga más fácil hablar con él. Se trata de una práctica que nos ayuda a gustar y sentir interiormente18 a Cristo en la oración.

Así, si contemplo el nacimiento de Cristo, puedo tomar al Niño para abrazarlo (con el sentido interior del tacto); si elijo el pasaje del paralítico curado, puedo imaginarme yo también siendo perdonado por el Señor (escuchando sus palabras de perdón). Si medito la Transfiguración contempla la gloria de Cristo Mesías (con la vista interior de la fe). En la oración, por tanto, se reviven los misterios de la vida de Cristo. Y estos misterios son el motivo central de mi oración interior.

Digamos, finalmente, que esta relación afectiva con Cristo tiene como fruto los deseos de identificación con Él, la comunión de corazones. Fijémonos de nuevo que, dentro de esta relación afectiva, el orante marista lo que hace es corresponder al

afecto que está sintiendo, transformando esos afectos en deseos y en acciones referidas directamente a más amar a Dios en las acciones cotidianas que emprenderá en breves instantes:

“Después que estáis muy impregnados de estos santos afectos, tomad resoluciones firmes que son el fruto que sigue a los buenos sentimientos que habéis recibido de Dios, y proponeros llevarlos en práctica…” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.)

De este modo si contemplamos la multiplicación de los panes, buscaremos en el día ser como Cristo y aliviar las necesidades que veamos alrededor nuestro, teniendo su misma mirada y sensibilidad con los que nos rodean. Por tanto, toda contemplación de la vida de Cristo nos ha de llevar, en este tipo de oración marista, a la vida, al seguimiento, a lo que llamamos “resoluciones de la meditación” 19.

* Sinceramente, la verdadera meditación marista implica necesariamente una relación afectiva, confiada, directa, auténtica con Cristo. Por tanto son ajenas a nuestro tipo de oración las meditaciones “leídas”, que pueden servir como lectura espiritual o formación religiosa pero no como meditación marista. Ajenas a nuestra tradición son también las “siestas” perennes que se ven en algunos lugares comunes de oración20, o esas posturas exteriores que nos indican que la persona está “totalmente” fuera de juego de una relación verdadera y amorosa con Él. Fuera de nuestra verdadera tradición se encuentran también las meditaciones puramente ascéticas y racionalistas donde el sujeto orante es el único protagonista de su oración.

6

Red2017 pag 6 método para la meditación

CONCLUSIÓN

No parece normal que una relación afectiva, y por tanto intensa, termine sin más, sin una despedida, sin un adiós. Sabemos lo que cuesta despedirse después de un fin de semana fenomenal pasado con unos amigos. Del mismo modo resulta difícil pensar en una meditación intensa sin despedida.

La despedida se comienza dando gracias por el momento vivido21, por los afecto surgidos, por la contemplación de “la Bondad” que es Cristo. Si fuera necesario, se pide perdón22 por el tiempo perdido, por la frialdad del corazón, por los despistes.

Se “ofrece o presenta” un compromiso para el día23. Se trata de una respuesta de amor al amor recibido del Señor. Es un modo concreto en el seguimiento diario, vivido en clave de unión e identificación.

Finalmente se pide la gracia de la fidelidad, de la unión permanente con el Señor a lo largo del día, sobre todo a través del cumplimiento24 de la acción a realizar.

Además, en esta despedida se hace lo que S. Francisco de Sales llama “el ramillete espiritual25”. Es decir, seleccionar –en una breve frase- uno de los sentimientos afectivos recibidos en la oración para repetirlos durante el día, de tal forma que esta unión tenida en este rato, perdure en el día. Podíamos comparar este momento al abrazo final de despedida, propio de las estaciones donde se termina diciendo: “te llamo al llegar”. Es decir, aunque nos “separamos de vista” nos seguimos teniendo presentes. Permanecemos unidos.

* Sinceramente, la despedida está indicándolo todo de una buena meditación. En ella debería estar muy presente el afecto al Señor. En una meditación de consolación, es decir, bien hecha, se dan los elementos enumerados más arriba: agradecimiento por la relación, deseos de más amor de Dios en el seguimiento cotidiano, y voluntad más viva de renovación. De ahí que tengamos que calificar nuestra meditación de MALA, cuando en ella no hemos sentido necesidad de despedirnos del Señor, terminando nuestra meditación “de repente”. Ahí, podemos deducir que no hubo afectos, porque nadie se despide de otro así por las buenas, si entre ellos se estaba dando una comunicación afectiva. Además, podemos calificarla de INEFICAZ al no haber puesto compromisos concretos de seguimiento, que animen a la voluntad a ir al unísono con nuestros sentimientos.

7

8

9

C

TERCERA PARTE

Red2017 pag 7 método para la meditación

NOTAS DEL DOCUMENTO

1 “Hágales sentir (a los niños) que sin la virtud, sin la piedad, sin el temor de Dios, no serán nunca felices.” Champagnat. Cartas .45

2 “...usted sabe mejor que yo que el pez no puede vivir mucho tiempo fuera del agua. Sólo el retiro y la meditación de las grandes verdades pueden mantener el espíritu religioso.” Carta a Pbro. Juan Cholleton; vicario general de lyon. 1834-09-08; PS 045A-B 3 “No se contenten con esta media hora de meditación.” (Reglas 1837. Horario) 4 “La meditación se hace todos los días en comunidad.”(Reglas 1837. Horario.) 5 «Primero haréis un acto de fe para lo cual es necesario persuadirse firmemente de que Dios está presente en nosotros y nosotros lo estamos en Él. » 6 « A continuación os ponéis de rodillas y con recogimiento en lo hondo de vuestro corazón ; solos con Dios solo. » (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 7 « Pedidle que os perdone y os dé todas las luces y las gracias que son necesarias para hacer buen la oración. » (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 8 Rm. 8. 26 9 “3º. Proponéis a vuestro espíritu el tema de la oración”. (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 10 “El tema será leído desde la víspera con el fin de pensar en él durante los intervalos del sueño, para preparase bien y no tentar al Señor.” (Reglas 1837. Horario) 11 “El tema de la oración, y si no lo recordáis, lo volvéis a leer.” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) Como el tema de meditación se hace en común, a los hermanos les quedaban pocas posibilidades de hacer el repaso de tema al comenzar la meditación, en caso de olvidarse, porque el libro leído en comunidad no lo tenían disponible. Un buen ejemplo lo vemos en el H. Lorenzo, que olvidó el tema de meditación, y tuvo que suplirlo por un tema de su devoción. 12 “a) Aplicad vuestro corazón a considerar y examinar bien las circunstancias del tema que habéis tomado, y razonad sobre él hasta que lo hayáis comprendido bien interiormente.” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 13 “Movemos el corazón en santos afectos.” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.)

14 “b.- …afectos que llevarán a nuestra voluntad al amor y a la práctica del bien, al odio y huida del mal que es el objetivo de vuestra meditación”. (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.)

15 “En estas repeticiones se detiene uno en los puntos en que se experimentó mayor consuelo, más luces, más deseos de ser de Dios .” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 16 “Aplicación de los sentidos. Un ejercicio muy útil para fijar la atención es excitar en nosotros una tierna devoción y a aplicación de los sentidos del alma a una verdad de la fe.” .” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) El ejercicio de Aplicación de los sentidos no viene en las Reglas de 1837 para los hermanos. Solo aparece en las reglas de la casa Madre, donde está el noviciado, y se enseña con detalle el método de meditación, y se dan otros alternativos, si fueran necesarios, tomados textualmente de S. Ignacio. 17 “Se sabe que por la imaginación puede hacer un objeto presente, como verlo, entenderlo, saborearlo, sentirlo y tocarlo.” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 18 “Esforzarse en gustar interiormente y de sentir, según el tema de la meditación, tanto la amargura del pecado…” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 19 “3º Hacer resoluciones firmes para practicar el bien y corregir el mal sobre lo meditado.” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 20 Muy sugerente, el empujón que Marcelino da al hermano que sesteaba en este momento de la meditación. 21 “a. Agradecer a Dios de las gracias recibidas en la oración” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 22 “Se pide perdón de las distracciones y de las negligencias.” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 23 “Ofrecedle vuestras resoluciones a fin de que se digne bendecirlas y hacerlas eficaces” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 24 “3º Pedir la gracia de practicarla fielmente.” (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.) 25 “c.- Elegid alguno de vuestros buenos pensamientos o sentimientos que Dios os ha regalado durante este ejercicio de oración, para servidos de él como de oraciones jaculatorias, que repetiréis en algunos momentos de la jornada. Es lo que S. Francisco de Sales llama el “Ramillete espiritual”. (Reglas 1837. II parte. nº 37. Método de meditación.)