MÁS ALLÁ DE LOS ASIENTOS ROJOS

Autor: Ingeniero Hugo L. Agüero Alva

Docente Universidad Tecnológica del Perú

De un tiempo a esta parte, he venido observando el comportamiento de los usuarios

de la flamante línea de transportes “El Metropolitano”, inaugurado en mayo del 2010 en el uso

de los asientos rojos que en cumplimiento a la Ley 28683 están reservados para niños, adultos

mayores, mujeres en estado de gestación y personas con discapacidad, con afiches

orientativos pegados en la parte superior de los mismos, en la cual se puede observar las

figuras y una gran palabra que dice “RESERVADO”. Este tipo de asientos, a veces con el mismo

color, se observa también en algunos buses modernos de otras líneas de transporte y

curiosamente en casi todos los minibuses y microbuses, que son los que dieron origen a la mal

llamada “cultura combi” que tanto daño le hacen al Perú.

Inicialmente, en todos los paraderos de El Metropolitano se encontraban personas

contratadas que orientaban y trataban de instruir sobre el uso de este moderno sistema de

transporte, tanto en el exterior del bus: uso de semáforos, pasos peatonales y orden; así como

en el interior del bus donde se daba orientación al uso de los asientos rojos, que se diferencian

de los otros, justamente por ese color. Inicialmente observaba que las personas que no

reunían estos requisitos, miraban a los asientos rojos con respeto y recelo y los dejaban vacíos,

ya sea por el que dirán, o porque no se sentían con “derecho” a usarlos; este fue un repentino

cambio de actitud en muchas personas, que me llenó de alegría y me llamó a pensar

optimistamente, porque significaba un buen paso hacia el gran cambio mental y cultural que

tanto necesita nuestro país para salir de este agobiante sub desarrollo y lo traía consigo este

moderno sistema de transporte. Oh maravilla, nuestro país, nuestro Perú se estaba pareciendo

a países europeos y a otros más desarrollados en nuestro continente americano, con nivel

“Asiento reservado” luce despintado en una llamada

“combi”

cultural más alto, y dentro de mí llegué a pensar “que el asiento rojo estaba llamado a

convertirse en el símbolo de la educación y respeto”.

Con el correr de los días, la situación ha venido cambiando y lamentablemente vengo

observando que el comportamiento de muchas personas ha vuelto a lo de antes, a lo de las

combis y esto deja mucho que desear; no hay respeto a las personas mayores, ni a mujeres en

estado de gestión, ni a las personas con discapacidad, ni a los niños; se observa que jóvenes,

especialmente escolares, universitarios, profesionales y trabajadores en general de todo

género, de toda edad, de todo nivel social, sobre todo saludables y sanos, se sientan sin más,

aduciendo que como no hay usuarios y que “si me piden, les doy”, toman posición

impunemente en estos asientos, en una actitud vergonzosa, muchas veces atropellando a

personas que sí tienen ese derecho, y lo que es peor muchos, una vez posicionados, se hacen

los dormidos y desatendidos, esperan que se les reclame, es cuando allí de mala gana y

muchas veces murmurando, ceden el asiento. Otros, no se sientan en los asientos rojos, más

bien lo hacen en los contiguos asientos grises, pero son incapaces de ceder sus asientos a las

personas que no alcanzaron un asiento rojo.

De mi pensamiento optimista, estoy pasando al otro extremo y llegando a pensar que

la “cultura combi”, ya se hizo paso hacia el Metropolitano, ya no existen los asientos rojos,

ahora se han tornado grises por la rutina mental de muchos, que no hace otra cosa que reflejar

un bajo nivel cultural escaso de valores; entonces, por este tipo de personas, que son la

mayoría, estamos condenados a seguir en el estatus de los países tercermundistas por la

resistencia a un simple cambio de actitud, que es un indicador cultural tan mal aprendido en

muchos hogares.