MARISQUEO Y PESCA ARTESANAL EN LA PROVINCIA DE HUELVA

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MARISQUEO Y PESCA ARTESANAL EN LA PROVINCIA DE HUELVA RAFAEL CÁCERES FERIA Fotografías: JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ SÁNCHEZ Si nos acercamos a cualquier po- blación del litoral onubense al ama- necer de una mañana de otoño o pri- mavera , podemos contemplar la estampa de cientos de hombres y mujeres que se dirigen a su trabajo diario en las cercanas plantaciones de fresas y naranjas. Esta imagen, aunque ya se ha convertido en algo cotidiano , sorprende, sobre todo, en pueblos sin ninguna tradición agríco- la, que han vivido de manera casi ex- clusiva de la explotación de los recur- sos marinos. Hasta hace muy poco, muchos de los hombres y mujeres que hoy faenan en lo mares de plás- ticos de los campos de fresones , que recogen naranjas o envasan frutas , navegaban por las aguas de Atlánti- co, recolectaban coquinas en las pla- yas o enlataban sardinas y caballas. Pero desde principios de los años ochenta la agricultura frutíco la ha ido ganando terreno, en un momento en que muchas de las actividades liga- das a la mar se encontraban en fran- ca decadencia. A pesar de esta gran transforma- ción, no podemos olvidar que la pesca continúa generando una im- portante riqueza en la provincia de Huelva, y que aún son muchas las familias que viven de la mar. Por este motivo, y por la larga tradición pesca- dora, buena parte de la población del litoral onubense posee una cultura marinera, sus valores, su manera de entender el mundo son más un pro- ducto de la mar que de la tierra. La explotación de los recursos ma- rinos adopta formas sumamente va- riadas , que van desde las prácticas más simples ligadas a la estricta su- perv ivencia , como puede ser el ma- risqueo a pie, hasta la explotación de bancos pesqueros utilizando grandes embarcaciones y complejas artes que requieren elevadas inversiones. En la provincia de Huelva desde hace siglos conv iven ambos tipos de pesca; el cont raste entre estos dos mundos pesqueros se aprecia c1ara- mente al ver varadas en la arena las pequeñas pateras de madera de Isla Canela o El Rompido, y después con- templar los grandes congeladores del puerto de Huelva. En las páginas que siguen, dejaremos a un lado la activi- dad pesquera de tipo industrial, para centrarnos en lo que se suele deno- minar pesca artesanal, aquella que se practica en las marismas, ríos y en las aguas más próximas a las costas , con pequeñas embarcaciones, un nú- mero reducido de tripulantes, artes tradicionales y que posee un carác- ter eminentemente familiar. Utiliza- mos el término pesca artesanal y no pesca tradicional, pues si bien es ver- dad que muchas de estas actividades pesqueras perviven desde hace si- glos, también es cierto que mezclan elementos del pasado con elementos modernos: embarcaciones de poliés- ter, con pateras de madera, motores fueraborda con remos... No podemos ver este tipo de pesca como un vesti- gio precapitalista tendente a desapa- recer, pues aunque algunos de los procedimientos a los que haremos referencia se usan muy poco e inclu- so han desaparecido, por falta de ren- tabilidad, por el agotamiento de algu- nas especies o por la prohibiciones de las autoridades pesqueras, en mu- chos otros casos, estamos ante técni- cas que tienen plena vigencia, e in- cluso viven un período de expansión. El medio físico Muchos de los rasgos del sector pesquero onubense son compart idos por otras áreas pesqueras andaluzas y españolas; pero los puertos de Huelva, como todos los puertos del Golfo de Cádiz, presentan notables peculiaridades, en parte, producto de su situación geográfica y de las ca- racterísticas de sus costas. El litoral onubense se extiende desde la desembocadura del río Guada lquivir hasta la del Guadiana, 4S

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MARISQUEO Y PESCAARTESANAL EN LAPROVINCIA DE HUELVA

RAFAEL CÁCERES FERIA

Fotografías: JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ SÁNCHEZ

Si nos acercamos a cualquier po­blación del litoral onubense al ama­necer de una mañana de otoño o pri­mavera , podemos contemplar laestampa de cientos de hombres ymujeres que se dirigen a su trabajodiario en las cercanas plantacionesde fresas y naranjas. Esta imagen,aunque ya se ha convertido en algocotidiano , sorprende, sobre todo, enpueblos sin ninguna tradición agríco­la, que han vivido de manera casi ex­clusiva de la explotación de los recur­sos marinos. Hasta hace muy poco,muchos de los hombres y mujeresque hoy faenan en lo mares de plás­ticos de los campos de fresones, querecogen naranjas o envasan frutas ,navegaban por las aguas de Atlánti­co, recolectaban coquinas en las pla­yas o enlataban sardinas y caballas.Pero desde principios de los añosochenta la agricultura frutícola ha idoganando terreno, en un momento enque muchas de las actividades liga­das a la mar se encontraban en fran­ca decadencia.

A pesar de esta gran transforma­ción , no podemos olv idar que lapesca cont inúa generando una im­portante riqueza en la provincia deHuelva, y que aún son muchas lasfamilias que viven de la mar. Por estemotivo, y por la larga tradición pesca­dora, buena parte de la población dellito ral onubense posee una culturamarinera, sus valores, su manera deentender el mundo son más un pro­ducto de la mar que de la tierra.

La explotación de los recursos ma­rinos adopta formas sumamente va­riadas , que van desde las práct icasmás simples ligadas a la estricta su­perv ivencia , como puede ser el ma­risqueo a pie, hasta la explotación debancos pesqueros utilizando grandesembarcaciones y complejas artesque requieren elevadas inversiones.En la provincia de Huelva desde hacesiglos conv iven ambos tipos depesca; el cont raste entre estos dosmundos pesqueros se aprecia c1ara-

mente al ver varadas en la arena laspequeñas pateras de madera de IslaCanela o El Rompido, y después con­templar los grandes congeladores delpuerto de Huelva. En las páginas quesiguen, dejaremos a un lado la activi­dad pesquera de tipo industrial, paracentrarnos en lo que se suele deno­minar pesca artesanal , aquella quese practica en las marismas, ríos y enlas aguas más próximas a las costas,con pequeñas embarcaciones, un nú­mero reducido de tripulantes, artestradicionales y que posee un carác­ter eminentemente familiar. Utiliza­mos el término pesca artesanal y nopesca tradicional, pues si bien es ver­dad que muchas de estas actividadespesqueras perviven desde hace si­glos, también es cierto que mezclanelementos del pasado con elementosmodernos: embarcaciones de poliés­ter, con pateras de madera, motoresfueraborda con remos... No podemosver este tipo de pesca como un vesti­gio precapitalista tendente a desapa­recer, pues aunque algunos de losproced imientos a los que haremosreferencia se usan muy poco e inclu­so han desaparecido, por falta de ren­tabilidad, por el agotamiento de algu­nas especies o por la proh ibicionesde las autoridades pesqueras, en mu­chos otros casos, estamos ante técni­cas que tienen plena vigencia, e in­cluso viven un período de expansión.

El medio físico

Muchos de los rasgos del sectorpesquero onubense son compart idospor otras áreas pesqueras andaluzasy españolas; pero los puertos deHuelva, como todos los puertos delGolfo de Cád iz, presentan notablespeculiaridades, en parte, producto desu situac ión geográfica y de las ca­racterísticas de sus costas.

El litoral onubense se extiendedesde la desembocadura del ríoGuada lquivir hasta la del Guadiana,

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un total de 120 kilómetros de costasbajas y arenosas; esta línea costeraes de formac ión muy reciente y seencuentra en una continua evolución.La desembocadura de los principa­les ríos de la provincia (Tinto, Odiel,Piedra , Carreras) fragmentan lacosta en numerosos sectores ; ade­más, estos ríos aportan una serie demateriales que ha dado lugar a la for­mación de flechas litorales, puntas, ya numerosas islas.

En la costa de Huelva podemosdistinguir dos zonas muy bien dife­renciadas:

a) Al este de la ría de Huelva,ochenta kilómetros de costas, conacantilados de arenas consolidadas,sometida a una fuerte erosión y contendencia a retroceder. En este sec­tor no han existido puertos importan­tes, tan sólo algunos asentamientosaislados de pescadores.

b) Al oeste de la desembocadu­ra del Tinto y el Odiel, encontramosunos 45 km de costa pantanosa, demarismas, producto del aporte delos ríos. Son terrenos que se inun­dan al subir las mareas, y cuandoéstas bajan quedan numerosos is­lotes rodeados de fango, atravesa­dos por canales de escorrentías,denominados caños . El tipo de te­rreno ha obligado a situar los puer­tos en los estuarios de los ríos, pre­sentando el problema que en estasdesembocaduras las corrientes ma­rinas y fluviales originan grandesbancos de arenas , barras , que difi­cultan la navegación. Este tramocostero es la zona de Huelva dondela pesca ha tenido y tiene unamayor importancia, y donde se si­túan los puertos más importantesde la provincia. En la desemboca­dura del Odiel, Huelva y Punta Um-

bría, en la del río Piedras, El Rom­pido y el Terrón; Isla Cristina juntoal Carreras y Ayamonte en la de­sembocadura del Guadiana.

Las condiciones físicas de lacosta onubense favorecen el desa­rrollo de la actividad pesquera: unaamplia plataforma continental , quesupera los 40 km, aguas poco pro­fundas con temperaturas cálidas yuna gran riqueza en plancton . Losfondos marinos son en general are­nosos y presentan una gran riquezaen moluscos; cerca de las desembo­caduras de los ríos se vuelven fango­sos, muy propicios para la pesca dearrastre. Estas características, com­partidas por todo el Golfo de Cádiz,lo convierten en una de las zonasmás ricas en pesca del litoral penin­sular.

La presencia de corrientes mari­nas atlánticas y mediterráneas favo­rece el desarrollo de una fauna mixtade especies tanto del Atlántico comodel Mediterráneo; entre las másabundantes están las sardinas, atu­nes, caballas, jureles , pescadillas,besugos, corvinas; crustáceos: gam­bas, langostinos y cigalas; moluscos:almejas y coquinas; cefalópodos:chocos, calamares y pulpos.

La posición del litoral onubenseentre dos mares, la cercanía de lascostas africanas y de la frontera por­tuguesa , ha condicionado notable­mente la evoluciónde los puertos deHuelva. Hasta estas aguas han lle­gado tanto embarcaciones medite­rráneas como atlánticas (laúdes ybous catalanes , jábegas malague­ñas, galeones gallegos), y con ellaspoblac ión procedente de todos losrincones de la Península Ibérica (ca­talanes , valencianos, almer ienses,gallegos, portugueses...). Estehecho

46Puerto de Isla Cristina.

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Barriada de pescadores de Canela (Ayamonte).

explica la riqueza, variedad y origina­lidad de las embarcaciones, técnicasy artes de pesca que se han utilizadoen estas aguas.

LA EVOLUCiÓNDE LA ACTIVIDAD PESQUERA

La actividad pesquera en toda lacosta suratlánt ica de la PenínsulaIbérica tiene una larga tradic ión quese remonta a los primeros pobla­mientos humanos; numerosos restosarqueológicos testimonian las prácti­cas pesqueras de forma continuadadesde la más remota ant igüedadhasta nuestros días.

La existencia de grandes bancosde sard inas, y el ser lugar de pasopara los atunes que se dirigen a de­sovar al Mediterráneo, pos ibilitó

desde muy temprano el desa rrollode una pesca de tipo capitalista querequería una gran inversión de ca­pital y un elevado número de asala­riados (almadrabas, jábegas, tarra­fas...).

Un momento clave para compren­der la recien te evolución del sectorpesque ro onubense se sitúa a me­diados del siglo XVIII. Por esas fechasse produce la llegada hasta estascostas de pescadores y comercian­tes catalanes y valencianos quetransformarán la actividad pesqueraal introducir nuevas artes de pesca,fundar enclaves marineros (Isla Cris­tina) y fomentar el comercio depesca salada.

A principio de siglo xx, Huelva,pero sobre todo Ayamonte e IslaCristina, se han convertido en dospuertos con una gran flota de barcos

El Rompido (Cartaya).

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Varadero (Isla Cristina).

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sardineros (qaleones") que abaste­cían las numerosa industrias salazo­neras y conserveras. En Ayamonte eIsla Cristina la pesca artesanal fuesiempre mínima, quedaba reducida alos momentos en que la flota sardi­nera se veía obligada a amarrar porlas cond iciones climát icas o la faltade pesca . Sólo en los puertos máspequeños y en los enclaves de pes­cadores de la playas se practicaba lapesca artesanal: Punta Umbría, ElRompido, La Antilla , Punta del Cai­mán, Punta del Moral.

La crisis de la industria conserve­ra traerá a partir de los años sesentauna profunda transformación de laestructura pesquera. La flota sardi­nera de cerco se irá reduciendoy trans formando progresivamente,mientras que aumentan los barcosde arrastre (parejas). Desde media­dos de la década de los sesenta elpuerto de Huelva se especia liza enpesca de gran altura , con una granflota congeladora que faena en loscaladeros africanos, mientras queAyamonte e Isla Cristina ven declinarsu actividad sardinera. Aunquedesde la década de los setenta elsector pesquero onubense, excep­tuando la flota de gran altura deHuelva, padecía síntomas de unagrave crisis, en los últimos años seobserva en todas las poblac ionescosteras una cierta recuperación. Hancomenzado a proliferar cientos de

2 En Huelva se denomina galeón a unbarco de vapor utilizado para la pesca de lasardina desde principios de siglo. Esta embar­cación empleaba un arte de cerco de grandesdimensiones llamado tarrafa. Este tipo debuque ha funcionado hasta finales de los añoscincuenta, en que fueron sustituidos por navesmás pequeñas y ligeras, con motores de ga·soil, denominadas traíñas .

pequeñas embarcaciones dedicadasa la pesca de bajura, aprovechandola gran demanda de pescado, provo­cada en parte por el auge del turis­mo. Al tratarse de una producciónpequeña que se comercializa direc­tamente, los beneficios para los pes­cadores son mayores, lo que ha con­ferido a este tipo de pesca un granatractivo. Lejos de estar en declive, lapesca artesanal vive un período de

Pateras (Isla Cristina).

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Barcos coquineros (Punta Umbría).

expansión. Incluso podemos obser­var que en zonas como Mazagón ,donde la actividad pesquera haceunos años era mínima, han apareci­do numerosas embarcaciones tripu­ladas por personas que jamás ha­bían tenido vinculación con la mar.

Pesca artesanal

Ya hemos señalado que haremosreferencia exclusivamente a lapesca que se lleva a cabo con pe­queñas embarcaciones y artes tra­dicionales, en la desembocadura delos ríos y a escasa distancia de lacosta. En el litoral onubense, la em­barcación más usada para este tipode pesca es la patera; se trata deun barco de madera, de pequeñasdimensiones , de 3 a 5 m de eslora,poco tonelaje, fondo casi plano, sinquilla y flancos rectos , que resultamuy fácil de varar en la arena. Estosbarcos , que antes iban a remo yahora a motor , tienen múlt iplesusos, y se ha util izado tanto comonave auxiliar de embarcacionesmás grandes como barco para lapesca en ríos, mar ismas o a pocadistancia de la costa . También depequeñas dimensiones pero conquilla y formas más redondeadasson los llamados botes, con losmismos .usos que las pateras. Sibien pateras y botes siguen tenien­do plena vigencia y se continúan fa­bricandoen los ast illeros locales,comienzan a ser desplazadas porembarcaciones industriales de po­liéster, que se denominan de formagenérica~nchas. Enelmarisqueose suelen emplear pateras , perotambién embarcaciones un pocomayores cuando se realiza a másdistanc ia de la costa ; puede n pre-

sentar cub ierta y tener de 5 a 9 mde eslora , con motores de hasta200 c.v.

Son múltiples los procedimientosde pesca que se utilizan en la actua­lidad; cada uno de los mismos pre­senta numerosas variantes en fun­ción del medio físico en el que seemplean, de las especie que se quie­ren capturar, de las necesidades decada momento y de las personasque los ponen en práct ica. Así, en­contramos importantes variacionesen relación a las dimensiones de lasartes utilizadas, el grosor de la mallao la forma de calarlas, por lo queaquí nos referiremos exclusivamentea los procedimientos más genéricos.

La actividad pesquera no se limitaexclusivamente a captura de peces,incluye un gran número de tareasmuy amplias que van desde la pre­paración y reparación del instrumen­tal (barcos, redes, aparejos...) hastala comercialización de la producción.En buena parte de la Península Ibé­rica estas faenas no son exclusiva­mente mascu linas , si bien sueleexistir una estricta división sexual deltrabajo: los hombres salen a la marmientras que las mujeres realizanlas labores pesqueras de tierra. EnHuelva, al igual que en la mayoría delos puertos andaluces, las mujeresse encuentran alejadas de las fae­nas pesqueras; no encontramos nirederas, ni descargadoras, y suúnica vinculación al mundo de lapesca es el trabajo como operariasen las fábricas de conservas. Actual­mente en algunos pueblos comoPunta Umbría podemos ver esporá­dicamente algunas mujeres prepa­rando las redes en las pequeñasembarcaciones familiares.

Sin ninguna duda son el trasma­llo y el palangre los sistemas de

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Lancha. Embarcación moderna utilizada para la pesca (El Terrón).

pesca que más utilizan hoy las pe­queñas embarcaciones pesqueras.El trasmallo es un método de pescade enmalle , para el que se utiliza unarte compuesta por tres paños dered superpuestos. Los dos exterioresmás claros son iguales, mientras quela central es una red ciega de mayo­res dimens iones. Al intentar atrave­sarloslo peces se quedan embolsa­dos en la red . La long itud de lostrasmallos son variables , se puedencomponer de muchos paños de red.Se suelen calar al atardecer, sedejan durante todo un día, señaliza­dos con una serie de balizas, y se re­cogen al día siguiente. Por este pro­ced imiento se capturan especiesmuy var iadas, dependiendo del ta­maño de la malla. Los trasmallos demalla más pequeña se utilizan parael langostino, mientras que existenotros más grandes para especiescomo chocos , aced ías o lenguados.

El palangre es un aparejo formadopor un cabo resistente del que cuelgannumerosos cabos más finos que ter­minan en anzuelos. Existen muchasvariantes; el más utilizadose componede un cordel horizontalque llevaincor­porado cada cierta distanciaotros ver­ticalescon anzuelos. Las dimensionesde cordeles y anzuelos varían en fun­ción de la especie que se pretendecapturar. Se cala fijandouno de los ex­tremos del cabo con un rezón,y a par­tir de este punto se va extendiendo; elotro extremo se vuelve a fijar de lamisma forma. Se suele calar al atarde­cer y se recoge al amanecer.

Para la captura del pulpo se em­plean pequeñas vasijas de barro deboca estrecha denominadas mace­tas, tinajas o cajirones. Se unen unacantidad variables de estas vasijascon una cuerda que va atada al cue­llo de las mismas. Este cabo con lasvasijas se deposita en el fondo, y se

soRastro para el marisqueo con embarcación (El Terrón).

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Fabricación de nasas (Punta Umbr ía).

señalizan con una serie de corchos.Se dejan en el agua durante todauna noche, al día siguiente se reco­gen y se sacan los pulpos que des­pués de haber entrado en los cajiro­nes les ha resultado imposible salir.

Se utilizan nasas de diversos ta­maños, formas y materiales (iunco,red, hierro, mimbre...) para capturardist intas especies. Se suelen fijar alfondo con unas estacas, aprove ­chando la bajamar.

Para la pesca del cangrejo y depequeños peces como el pejerrey te­nemos el llamado zarcillo, consis­tente en un aro de hierro que lleva in­corpo rada una bolsa de red ciegacon un plomo en el fondo. Se lanzacon una cuerda, y se retira al pocotiempo.

En la actualidad se encuentranprohib idas, aunque se siguen usan­do las denominadas lavá (lavadas),una red playera de grande dimensio­nes. Presenta una forma rectangulary se va ensanchando a medida quenos aproximamos a su centro, dondetiene un copo; en su parte superiorlleva corchos y en la inferior plomos.Se deja un cabo en tierra y el otro seintroduce con ayuda de una pequeñaembarcación, y a veces a pie, en elmar, después de describir un semi­círculo se devuelve a tierra, y variaspersonas comienzan a tirar de loscabos, el copo se va cerrando y que-

dan atrapadas todo tipo de especies.Una vez en la playa se selecciona elpescado.

A ojo, por la noche, se solían pes­car los chocos. Se utilizaba una pe­queña barca y una lámpara. El pro­ced imiento consistía en verter unpoco de aceite en el agua y en ilumi­narlo con la luz de lámpara. Se espe­raba que acud iera el choco y se leatravesaba con un pincho de hierro,figa, a modo de arpón.

El mari squeo

La riqueza en moluscos de losfondos arenosos de las playas onu­bense y de los fondos fangosos desus rías (Carreras y Piedra), explicaque el mar isqueo haya sido y conti­núe siendo un recurso fundamentalen la economía de muchas poblacio­nes onubenses.

Esta actividad pesquera ha tenidosiempre un carácter complementario,se trata de un recurso económico delque se ha servido mucha poblaciónque no siempre ha estado vinculadaa la mar. Los marineros solían ma­riscar en los momentos en que lapesca era inexistente o no se podíafaenar por las condiciones climáticasadversas, especialmente en invierno,pero ha sido también muy frecuentecombinar el marisqueo con otra acti­vidad económica; así, hoy día sesuele alterna r con el trabajo en laconstrucción o el campo. Incluso mu­chos parados de barrios obreros deHuelva recurren al marisqueo en lasplayas cercanas a la cap ital. Estehecho se debe en parte a que la re­colecc ión de moluscos, en muchasde sus modalidades, requ iere muypoca especialización, y sobre todo,muy pocos medios materiales, ras­tros bastantes simples , que puedenser de autofabricación.

Podemos distinguir dos modalida­des deferentes de mar isqueo: el lla­mado marisqueo a pie cuando no seutiliza embarcación, y el marisqueo aflote, cuando se practica con barco.A pie encontramos distintos procedi­mientos. Por un lado tenemos el ma­risqueo que se lleva a cabo en lasplayas ; con los pies se remueve laarena mientras se camina lentamen­te hacia atrás; los moluscos que apa­recen se van recog iendo con lasmanos y se depositan en un peque­ño recipiente. Este procedimiento notiene un carácter profesional, normal­mente ha sido una forma de obteneralgunas coquinas (Donax trunculus)o berberechos (Cardum edule) parala alimentación, y solía ser utilizadopor las mujeres y niños de las aldeasde pescadores más ce rcanas a lasplayas (Punta Umbría, La Antilla ,

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Cajirones para la pesca del pulpo. Canela (Ayamonte).

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Punta del Moral). Hoy día es una mo­dalidad que sólo se prac tica comoentretenimiento en las playas.

En la desembocadura de los ríosPiedras y Carreras, se suele maris­car utilizando un pequeño azadón,zoleta, compuesto por una pala dehierro con un mango de madera; lasalmejas 2 se buscan a ojo, localizan­do los orificios en el barro ; el mismoprocedimiento pero usando un pe­queño rastrillo dentado de base trian­gula r se emplea cuando se mariscaen la arena; para los verdigones 3

tenemos un rastrillo de igual formapero un poco mayor.

Las navajas (Ensis ensis) y lon­guerones (Solen vagina) se suelenextraer con una pequeña vara de hie­rro, figa o driza , acabada en unapunta a modo de flecha, que se intro­duce en los or ificios donde se en­cuentran enterrados; el animal se en­gancha y se saca al exterior ",

También a pie es el llamado maris­queo al taladro. Este sistema se em­plea para la coquina y almeja, tantoen los ríos como en la playa. El ras­tro o taladro se compone de un ar­mazón triangular de hierro ; uno desus lados, de unos 50 cm, posee unaserie de dientes , y en ocas iones

2 La terminologia que existe para los mo­luscos en general es bastante compleja, puesvarían mucho de una población a otra los nom­bres empleados. En el caso de las almejas secomplica aún más por la gran cantidad desubespecies que encontramos. Así , se sueledistinguir la almeja fina (Tapes decussatus),chocha (Tapes pullastra). pirulos o pirulltos(Tapes aeurus) . A las almejas finas más gran­des se las conocen con el nombre de madres.

3 Nombre que reciben en Huelva los berbe­rechos .

• Otro método más simple es echar un pu­ñado de sal en el orific io donde está ellongue·rón , de esta forma el animal se ve obligado asalir y es capturado.

éstos son sustituidos por una cuchi­lla. Este armazón tiene incorporadoun saco de red y un mango de made­ra que va sujeto a la cintu ra del ma­riscador por una correa para facilitarla tracción. El mariscador, caminandohacia atrás , tira del rastro moviendoel mango. Una vez lleno el copo sedeposita su contenido fuera del aguay se va seleccionando el marisco.

El marisqueo a flote se lleva acabo util izando pequeñas embarca­ciones a motor, normalmente pate­ras, tripu ladas por un par de perso­nas; se utiliza igualmente un rastro ,pero de dimensiones mayores quelos utilizados en el marisqueo a pie;frecuentemente tiene una base semi­circular de la que salen tres brazosque convergen en una anilla dondeva el cabo util izado para el arrastre.Cuando el barco llega al lugar elegi­do, se lanza por la proa el ancla, y serema hacia atrás durante unos me­tros, se tira el rastro por la popa, y secomienza halar del cabo en direcciónal ancla, sirv iéndose de un rod illoque se maneja con los pies o lasmanos; a med ida que la embarca­ción se desplaza, se va remolcandoel rastro, que es izado una vez sellega al punto señalado. Se enjuagael copo en el agua y se deposita sucontenido en la popa, donde se se­lecciona el marisco . Para faenar auna mayor distancia de la costa, sesue len emp lear embarcaciones demayor tamaño y motores más poten­tes , que llevan más de un rastro orastros mayores que se remolcancon un motor en vez de manualmen­te; la embarcación va ace lerando yfrenando de manera que el rastro pe­netra en el fondo.

Las especies capturadas han va­riado en función de la época y de lasdemandas del mercado. Así , en los

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Arte de pesca : manga. (Punta Umbría).

años sesenta fueron muy importan­tes la capturas de verdigones para laindustria conservera; esta especiesufrió un agotamiento, el mismocamino corrieron otras como las chir­las 5 (Venus gallína) y las denomina­das almejas chochas (Tapes pullas­tra). Actualmente la especie másabundantes son las coqu inas y lasalmejas.

Pesca en la marisma

Si en la actualidad las marismasson ecosistemas proteg idos y muyvalorados por su gran riqueza ecoló­gica, hasta hace muy poco tiempo setrataba de espac ios marginales, in­hóspitos por sus condiciones físicas.Si bien no han sido lugares idóneospara vivir, en camb io, sí han tenidouna gran Importancia económ icapara la población del litoral onuben­se, que aprovechaba los múltiples re­cursos que ofrec ían (recolección,caza, ganadería, pesca).

Las características de este ecosis­tema, la combinación de agua y tie­rra permite , aunque con una grandificultad, el acceso y la pesca enestos parajes sin necesidad deposeer embarcación alguna ; estehecho, unido a la gran riqueza eco­nómica de las marismas, y su titulari­dad pública, le ha otorgado la mismafunción que a las tierras comunalesde las zonas agrícolas . En los mo­mentos de penurias los grupos másdesfavorecidos acudían para el apro­vechamiento de sus múltiples recur­sos. Al igual que suced ía en lasáreas rurales sabemos que ha habi­do numerosos litigios entre ayunta-

5 Por influencia portuguesa en Ayamonte alas chirlas se les llama mechillones.

mientos y particulares por la apropia­ción de las marismas. Un ejemplo lotenemos en el pleito que mantuvo elayuntamiento de Ayamonte con lasautoridades de la mar ina a finalesdel siglo XIX por la propiedad del lla­mado estero de la Mojama. La du­quesa de Sesa solocitaba la propie­dad sobre estas marismas situadasentre Ayamonte e Isla Cristina, paraarrendarla a un industrial conserveroque pretendía convertirlo en viverode marisco. El ayuntamiento siemprese opuso alegando que se trataba deun terreno de interés colectivo:

" La ley establece que este tipo deterreno no se puede explotar si perju­dica otro tipo de aprovechamientos.Centenares de familias de esta loca­lidad y pueblos colindantes aprove­chan para la pesca desde siempre .Ayamonte, Lepe, Isla, Redondela,Gartaya y vecinos de pueblos másalejados tienen un considerable nú­mero de vecinos dedicados a lapesca, pesca que según los elemen­tos de que pueden disponer y segúnel estado del tiempo, ejecutan ya enel mar, el río o los esteros o caños,siendo por lo regular los que acudena estos últimos, porque en ellos esdonde más fácilmente y con artesmás económicas y sencillas puedenpescar, pues bien desde tiempo in­memorial el estero de la Mojarra quees abundantísimo en pescado ycrustáceos vienen prestando en todaocasión tales servicios a las clasesmás pobres y desvalidas, cuando lostemporales no le permiten hacerlo enel río o mar. Inconveniente legal, eco­nómico, e inmoral el intento de mo­nopolizar este recurso" 6.

6 Archivo Municipal de Ayamonte. Legajo737 .

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Almacenes para guardar pertrechos de pesca. Punta del Moral (Ayamonte).

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Las técnicas de marisqueo y pescaen las marismas o zapales 7 , han sidomuy variadas, algunas eran las mis­mas que las de ríos y playas , y encambio, otras eran exclusivas. Muchasde ellas apenas necesitaba de mediostécnicos ni conocimientos; sin embar­go, algunas, dadas la dificultades delterreno, requerían una gran especiali­zación. Prácticamente la totalidad delas técnicas pesqueras utilizadas enestos espacios se encuentran hoy de­saparecidas por razones diversas. Enprimer lugar, por el carácter marginalque siempre han tenido, por la conta­minación de gran parte de este terre­no (Marismas del Odiel), pero sob retodo, por el control oficial, pues al tra­tarse de parajes naturales protegidossu acceso y uso es limitado.

Entre las prácticas pesqueras máspr imitivas emp leadas en las maris­mas está el envenenamiento de lasaguas, método que todav ía a finalesdel XIX llevaban a cabo los pescado­res de Aljaraque , según recoge Anto­nio Machado Álvarez:

«En El Jaraque (se refiere a Aljara­que), pueblecito de la provincia deHuelva, distante una legua de la capi­tal, he presenciado la pesca en unestero por medio del barbasco, plantaque apaleada vigorosamente por lospescadores y enturbiando el agua,entonteció a los lenguados, anguilasy otros peces, que subieron narco ti­zados a la superficie, donde fuero ncogidos sin apenas resistencia»8.

7 Son múltiples los vocab los portu guesesque se utilizan en la costa occidental de Huelva.Así, en Ayamonte e Isla Cristina se habla de za­pales en vez de marismas; se trata de una pa la­bra que procede del portugués sapal (marisma).

• Esta referencia aparece en una nota de latraducc ión que Antonio Machado Álvarez hacede la obra de Tylor, Antropología.

Un sistema más complicado, envigencia hasta hace unos año, era elllamado tapaesteros. Después deelegir el lugar más idóneo, se rodea­ba un estero con una serie de paloslargos, palancas, alrededor de losmismos se colocaba una red ciegaque se enterraba en el fango fijándo­la con pequeñas estacas; en la últi­ma palanca se colocaba una cuerda ,peaña, que iba amarrada a la red.Una vez montado este mecanismo,los hombres se retiraban y espera­ban que subiera la marea; cuandoestaba alta, con una pequeña em­barcación se tomaba la peaña y seiba levantando la red ; mientras unhombre tiraba de la misma otro la ibaenganchando en las palancas. Albajar la marea los peces quedabanencerrados y se recogían con lasmanos .

Dentro de los'tapaesteros, o inde­pendientemente en la boca de uncaño, se colocaban las denominadasmangas, mecan ismo consistente enuna serie de aros de madera que vanunidos con una red ciega y queforma una especie de cil indro de unpar de metros de longitud. Uno delos extremos se cierra mientras quepor el otro, la boca, se va estrechan­do a modo de embudo. La boca de lamanga se coloca en la entrada de uncaño, y al baja r la marea los pecesse van introduciendo en su interior.

También en la mar isma se sue leusar una pequeña red rectangular,redisca o red camaronera, de nomás de un metro de longitud que enlos extremos lleva dos palos, y en suparte cent ral un pequeño copo . Su­jetando la red por los dos palos seva caminando por el agua con la redextend ida y en ella van entrando loscamarones, que se deposita en una

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Pateras varadas en la playa (Punta Umbría).

bolsa que el camaronero lleva a lacintura.

Aunque de forma marginal, en lasmarismas tamb ién se mar iscaba .Norma lmente a ojo, se recogían al­gunas almejas y pirulos (Tapes aeu­rus). Un carácter más especializadotiene la captura de bocas. Se deno­mina boca a la pinza de los can­grejos conoc idos como caballeteso jinetes (Gelassimus tangen) . Sepuede buscar del día, a ojo, locali­zando los orificios o cuevas dondeviven, distinguibles porque por ellosasoma la punta de la pinza de esteanimal. Una vez localizado, se tacha ,es decir, se mete el brazo, se saca elcangrejo y se le arranca la boca quese deposita en un canasto, mientrasque el animal se devuelve a la ma­risma. Otro procedimiento cons isteen extender una red fina en la zona

donde se encuentran las cuevas delos caba lletes , al sacar la pinza delagujero, se quedan enganchados ala red. Por la noche se suelen cogercon ayuda de una luz. Una personava iluminando a los cangrejos que seencuentran fuera de la cueva; con laluz quedan paralizados, mientrasque otra los recoge, les quita la bocay las depositan en el canasto.

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