Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

download Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

of 27

Transcript of Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    1/27

    MARIMBA DE CHONTA Y POSCOLONIALIDAD MUSICAL

    Oscar Hernndez Salgar1

    Resumen

    Este artculo rastrea la manera en que los imaginarios coloniales de lo musical, entre los

    cuales se cuentan el blanqueamiento sonoro y las visiones cientficas de la msica, sentaron

    las bases para la construccin de las diversas formas en que los colombianos se relacionan

    hoy con la msica. La cara poscolonial de estos imaginarios se encuentra en discursos como

    el multiculturalismo y la World Music que obligan a las msicas tradicionales a debatirse

    entre la inclusin y la exclusin, el deseo y el rechazo.

    Palabras clave: Msica en Colombia, Blanqueamiento musical, Poscolonialidad musical,

    World Music, Etnomusicologa, Marimba de chonta,

    En los ltimos aos se ha venido consolidando en Latinoamrica una red de estudiosos de las

    ciencias sociales conocida como teora poscolonial latinoamericana. Esta red, de la que

    hacen parte autores como Walter Mignolo, Enrique Dussel, Anbal Quijano y Santiago

    Castro, toma algunos referentes de la teora poscolonial desarrollada en la academia

    estadounidense por tericos como Homi Bhabha, Gayatri Spivak y Edward Said, pero se

    diferencia de sta ltima en varios aspectos, especialmente relacionados con la forma en quese entiende el inicio de la modernidad y su relacin con la expansin colonialista europea

    (Castro-Gmez, 2005a).

    El primer objetivo de este artculo es describir, a la luz de los principales aportes de la teora

    poscolonial latinoamericana, la forma en que oper la colonialidad musical en Colombia. La

    tesis que tratar de defender en las pginas siguientes es que dicha colonialidad, entendida en

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    2/27

    trminos de dominacin racial y epistmica, sent las bases para las diversas y conflictivas

    maneras en que los colombianos se relacionan actualmente con la msica, sea esta tradicional,

    popular o acadmica. Para ello har en primer lugar un breve recorrido por la teora

    poscolonial latinoamericana y utilizar algunos de sus aportes ms importantes para

    identificar los imaginarios sobre lo musical que fueron incorporados por la lite criolla

    ilustrada en la colonia. En segundo lugar, explicar cmo dichos imaginarios se perpetuaron

    durante los siglos XIX y XX hasta la aparicin del discurso del multiculturalismo en la

    dcada de los 90, momento en el cual se comenz a vivir un retorno de lo reprimidomusical

    que ha marcado la relacin de las msicas locales colombianas con la dinmica de la World

    Musicy la industria discogrfica global. Por ltimo intentar mostrar a travs del ejemplo

    de la msica del conjunto de marimba de chonta cmo este cruce de discursos constituye lo

    que podra denominarse laposcolonialidad musicalcolombiana.

    Algunas herramientas de la teora poscolonial latinoamericana

    Uno de los principales aportes de la red latinoamericana de estudios poscoloniales est en la

    crtica al mito segn el cual la modernidad sera un fenmeno exclusivamente europeo,

    basado en las cualidades internas nicas de la civilizacin all desarrollada (Ibd. 45). Por el

    contrario, los rasgos que caracterizan al proyecto moderno a nivel poltico, social y

    epistmico tuvieron como condicin de posibilidad la creacin, administracin y control de

    un otro constitutivo que le permitiera a Europa identificarse a s misma2. As, slo a partir del

    encuentro con Amrica se hizo necesario que las potencias europeas empezaran a racionalizar

    el manejo de los recursos humanos, tcnicos y financieros destinados al proyecto colonizador,

    as como los provenientes de las colonias. Lo anterior tuvo un gran impacto econmico pues

    gener la apertura de nuevos mercados, la incorporacin de fuentes inditas de materia prima

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    3/27

    y de fuerza de trabajo que permiti lo que Marx denomin acumulacin originaria de

    capital (Castro-Gmez, 2005a:47). Desde enfoques como el liberalismo hobbesiano o el

    materialismo histrico, sta serie de cambios en las relaciones de produccin es el aspecto

    ms importante del proceso colonizador. Sin embargo, segn Anbal Quijano, estos anlisis

    cometen el error de asumir que los mbitos de existencia social diferentes al trabajo como

    sexo, raza, tradiciones culturales, etc. son homogneos y/o se dan como resultado de la

    intervencin de factores ahistricos, es decir, se piensan como dados y naturales3. Para este

    autor es entonces necesario buscar una instancia que permita entender de qu manera un

    conjunto de elementos, que son histricamente heterogneos, llegaron a comportarse como

    una totalidad social histrica en la experiencia de poder del mundo eurocentrado. La respuesta

    est en el uso de la raza como un medio para la clasificacin social a partir del

    descubrimiento de Amrica. Dice Quijano:

    La racializacin de las relaciones de poder entre las nuevas identidades sociales y geo-

    culturales, fue el sustento y la referencia legitimatoria fundamental del carcter

    eurocentrado del patrn de poder, material e intersubjetivo. Es decir, de su colonialidad.

    Se convirti, as, en el ms especfico de los elementos del patrn mundial de poder

    capitalista eurocentrado y colonial/moderno y pervadi cada una de las reas de la

    existencia social del patrn de poder mundial, eurocentrado, colonial/moderno

    (Quijano, 2000: 374).

    La colonialidad del poder es entonces una nocin que explica la centralidad de la raza y de la

    clasificacin social en el patrn de poder mundial. Segn esta propuesta terica, los

    diferentes mbitos de la existencia social estn permeados por la racializacin como eje

    articulador de las relaciones de poder. Esto incluye, por supuesto, las distintas formas de

    pensamiento, subjetividad y creacin artstica.La nocin de colonialidad del poder explica

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    4/27

    adems cmo la dominacin europea tuvo un componente epistemolgico, consistente en

    imponer una imagen mistificada de sus propios patrones de produccin de conocimientos y

    significaciones (Quijano en Castro-Gmez, 2005b:63). En este tipo de dominacin se hace

    evidente una forma de violencia epistmica que Santiago Castro ha abordado a travs del

    concepto del punto cero. Esta nocin hace referencia a la incorporacin de la perspectiva

    geomtrica en la cartografa. Antes de este fenmeno que empez a darse en el siglo XVI, en

    los mapas sistemticamente coincidan el centro tnico y el centro geomtrico. Es decir, el

    dominador se situaba a s mismo como centro de la representacin visual. A partir de la

    llegada de los espaoles a Amrica, el uso del punto cero de la perspectiva geomtrica

    facilit la postulacin de una mirada soberana que se encuentra fuera de la representacin y

    permiti a los europeos adoptar un punto de vista sobre el cual no es posible adoptar ningn

    punto de vista (Castro-Gmez, 2005b:59). Al estar ubicados en un punto cero

    epistemolgico, los europeos vean a las sociedades nativas americanas ancladas en el

    pasado, en el punto ms bajo de una escala imaginaria en la que Europa estara en el punto

    ms alto. Segn Castro, Observadas desde el punto cero, estas dos sociedades coexisten en

    el espacio, pero no coexisten en el tiempo, porque sus modos de produccin econmica y

    cognitiva difieren en trminos evolutivos (Ibd. 37).

    En resumen, la modernidad, que ha sido caracterizada tradicionalmente como un fenmeno

    europeo, slo se hizo posible como proyecto con el inicio de la colonizacin espaola. Esto

    implic el ejercicio de una serie de violencias sobre los nativos americanos, entre las cuales

    las ms importantes para este artculo son la violencia racialy la violencia epistmica, pues

    son las que ocupan un lugar central en la nocin de colonialidad del poderdesarrollada por

    Quijano. Dicha colonialidad se construy a partir de la situacin privilegiada que permiti a

    los espaoles ubicarse en un punto cero de observacin e imponer a los dominados unas

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    5/27

    formas de pensamiento que stos naturalizaron en sus costumbres, en las relaciones sociales y

    polticas y en la produccin de conocimientos y formas artsticas en general. Lo anterior sirve

    tambin para recordar que la colonialidad entendida aqu como una compleja relacin de

    poder entre colonizadores y colonizados cuyo principal sustento es la diferencia de razas y de

    saberes es un fenmeno constitutivode la modernidad y no una consecuencia de sta como

    se ha pensado tradicionalmente. Esto ltimo ha provocado que autores como Hardt y Negri

    concluyan que el trnsito de la modernidad a la posmodernidad significa el fin del

    colonialismo(2001), pues se asume que en la ltima etapa del capitalismo globalizado ya no

    existe un afuera del Imperio. Sin embargo, Walter Mignolo critica esta postura sealando

    que la poscolonialidad es la cara oculta de la posmodernidad y que lo que la

    poscolonialidad indica no es el fin de la colonialidad sino su reorganizacin (Mignolo,

    2002:228). En este sentido, la poscolonialidad, ms all de ser un aparato terico, es un

    trmino que hace referencia a las nuevas y sofisticadas formas de colonialidad que operan en

    el mundo posmoderno, legitimando representaciones que tienen efectos reales en la

    construccin de sujetos y permitiendo la perpetuacin de las relaciones de poder establecidas

    por el aparato de dominacin colonial.

    Lo anterior conduce a las dos preguntas que constituyen el centro de este artculo. En primer

    lugar: qu imaginarios sobre lo musical se construyeron en Colombia con base en las

    relaciones coloniales? Para este punto me apoyar en las nociones de punto cero y de

    colonialidad del poder, con el fin de mostrar que el ideal de limpieza de sangre de la lite

    criolla letrada no se limit a un asunto de color de piel, sino que, partiendo de la clasificacin

    racial, se ancl en una serie de manifestaciones culturales, incluida la msica. En segundo

    lugar: cmo se han sofisticado y reorganizado estos mismos imaginarios en la ltima etapa

    del capitalismo globalizado? En este punto discutir las repercusiones que los discursos del

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    6/27

    multiculturalismo, la biodiversidad y la World Musichan tenido sobre las prcticas musicales

    obligndolas a debatirse entre unapureza exticay una flexibilidad de estilo que se acerque

    lo suficiente a los lenguajes musicales occidentales como para producir resultados

    comerciales.

    Primer punto cero: la urgencia del blanqueamiento musical

    En el ao de 1834, Antonio Margallo, quien haba sido organista y ltimo maestro de capilla

    de la Catedral de Bogot antes de la independencia, public un panfleto en el que calificaba

    de herejes y serpientes protestantes a los responsables de haber trado el piano y otros

    instrumentos a la ciudad, en contra de la cultura basada en la religin pura e intacta

    defendida por el pontfice romano (Bermdez, 2000:54). Este episodio es un ejemplo del

    papel que jugaba la msica polifnica catlica en el panorama musical de Santaf de Bogot

    en el siglo XVIII y principios del XIX. En la actualidad, cuando se utiliza el trmino msica

    colonial en Colombia, a pesar de la multiplicidad de prcticas musicales que sin duda se

    dieron en esta poca, la mayora entiende msica religiosa de la capital durante el perodo

    colonial. Una prueba de ello la constituye el textoLa msica colonial en Colombiade Robert

    Stevenson (1964) que se limita casi exclusivamente a hacer un recorrido por la historia de la

    msica de la Catedral de Bogot y de sus maestros de capilla. Encontrar documentacin sobre

    otras prcticas musicales, especialmente aquellas de los indgenas o de los esclavos africanos,

    es una tarea virtualmente imposible. La pregunta que surge entonces es, a qu se debe que,

    incluso en medios acadmicos, la msica de catedral se haya vuelto sinnimo de la msica

    colonial en Colombia, al punto de invisibilizar cualquier otra manifestacin musical de ese

    perodo?

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    7/27

    Una respuesta se puede encontrar en el papel que tuvo la msica en la evangelizacin de los

    nativos americanos. Si bien en algunas crnicas se deja entrever algo de admiracin por el

    aspecto rtmico de la msica indgena, es reiterativa la idea de que para los religiosos

    espaoles la msica de los indios no era ms que un pretexto para idolatrar, consumir

    bebidas como la chicha y adoptar comportamientos alejados de la moral cristiana 4. A manera

    de ejemplo, el padre Juan Rivero escriba:

    Son grandes borrachos estos Giraras; ocho das con sus noches se llevan de una sentada

    en sus borracheras, y en ellas usan tambin de sus instrumentos msicos, y sealan por

    horas a los ministriles que los han de tocar () y tocando con violencia veinte treinta

    juntos, ya se deja entender qu horrorosa confusin causar, y cmo les quedarn las

    cabezas, y ms cuando al mismo tiempo les llevan el comps los atambores, tan horribles

    en el estruendo, que se oyen sus ecos y porrazos cuatro y seis leguas de distancia ()

    van descargando golpes, con cuyo estruendo se les sube ms presto la bebida a los cascos.

    El moderar estas borracheras, el estorbar las rias y pendencias que ellas se subsiguen

    cuesta infinito trabajo los Padres (Rivero, 1956:118).

    En este comentario, al igual que en muchos otros escritos de la poca, se puede observar que

    para los cronistas, lo negativo de la msica de los indgenas radicaba ms en el uso social de

    sta que en alguna caracterstica sonora. Si la msica estaba ligada a la barbarie de los

    indios y serva para dar rienda suelta a su condicin de salvajes, entonces parte de la labor

    evangelizadora deba consistir en erradicar este tipo de expresiones musicales sustituyndolas

    por otras que sirvieran para adorar al Dios verdadero, es decir, por la polifona catlica

    europea. En la Nueva Granada, los primeros indios que aprendieron a leer por nota el canto

    llano y de rgano fueron los del pueblo de Cajic, provocando gran admiracin entre los

    visitantes europeos5. La actividad musical de la iglesia catlica logr entonces marcar a las

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    8/27

    msicas tradicionales de los pueblos indgenas y negros como inmorales y brbaras por

    estar relacionadas con contextos sociales totalmente distintos de los que se consideraban

    adecuados para la enseanza de la fe. Esta valoracin de las distintas manifestaciones

    musicales en los siglos XVI al XVIII estaba basada en un aspecto eminentemente religioso,

    pero en el imaginario de la poca debi servir como argumento para legitimar y reforzar la

    escala social que se construy con base en el ideal de pureza de sangre de los criollos.

    Santiago Castro explica cmo, en la sociedad neogranadina de la colonia, la posesin de un

    certificado de limpieza de sangre (blancura) llegaba a ser mucho ms importante que la

    posesin de riquezas. En los cuadros de castas se establecan claramente los diecisis tipos

    de sangre que se podan encontrar, clasificndolos del ms puro al ms impuro6. Sin embargo,

    ser blancos no tena que ver tanto con el color de la piel, como con la escenificacin

    personal de un imaginario cultural tejido por creencias religiosas, tipos de vestimenta,

    certificados de nobleza, modos de comportamiento y () formas de producir y transmitir

    conocimientos (Castro-Gmez, 2005b:64). Desde este punto de vista, los argumentos

    religiosos en contra de las prcticas musicales negras e indgenas y sus usos sociales, podan

    ser usados fcilmente para marcar a alguien como ms o menos blanco y afectar de esta

    forma su posicin en las relaciones de poder. Lo importante es que esta clasificacin no

    dependa de la raza en un sentido fenotpico, sino de la raza en un sentido epistmico y social:

    El capital simblico de la blancura se haca patente mediante la ostentacin de signos

    exteriores que deban ser exhibidos pblicamente y que demostraban pblicamente la

    categora social y tnica de quien los llevaba (Ibd. 84). De acuerdo a lo anterior, es probable

    que la sociedad en su conjunto, administrada por una lite criolla cuyo poder estaba basado en

    la blancura, se preocupara por esconder cualquier sonido musical que se relacionara

    directamente con las malas razas (indios, negros o lo que era peor, alguna mezcla entre

    ambos).

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    9/27

    Para los ltimos aos de la era colonial, el paradigma de lo blanco musical para los criollos de

    la Nueva Granada ya no era la polifona catlica ni la msica artstica urbana europea. Los

    primeros aos de la era republicana se caracterizaron por un descenso en la produccin de

    msica litrgica y un aumento en el consumo de danzas como el vals, la polka y la mazurca

    que se adaptaban fcilmente a los msicos e instrumentos disponibles en ciudades como

    Santaf de Bogot y a la vez permitan a los criollos exponer pblicamente algn rasgo

    cultural de origen europeo. Durante la primera mitad del siglo XIX, el bambuco (una danza de

    origen tritnico), fue el primer gnero en ser reconocido especficamente como msica

    nacional. Esto sucedi en parte gracias al papel que varias fuentes le otorgan como un

    importante motivador para las tropas en la lucha independentista que se dio entre 1810 y

    18307. Sin embargo, su procedencia campesina y mestiza hizo que los bambucos siguieran

    siendo vistos como msicas marginales para la lite letrada8. La preferencia de las clases altas

    por algunas danzas de procedencia europea se puede observar en la msica que sala

    publicada en los peridicos de las principales ciudades. El libro La msica en las

    publicaciones peridicas colombianas del siglo XIX (1848-1860) de la investigadora Ellie

    Anne Duque, recoge piezas publicadas en varios medios impresos como El Neogranadino, El

    Mosaico y El Pasatiempo. En esta compilacin se encuentran mazurcas, valses y polkas pero

    no hay un solo bambuco, pasillo o torbellino (Duque, 1998). Estos ltimos gneros, sin

    embargo eran los nicos con el potencial para convertirse en la msica representativa del pas.

    Pero, para cumplir ese papel era necesario reducir al mnimo sus caractersticas indgenas y

    mestizas, que probablemente se hacan evidentes en el uso de instrumentos nativos como

    flautas de caa y tambores. Una muestra de ello es la publicacin aislada en 1852 del

    Bambuco aire nacional neogranadino para piano a cuatro manos, de los compositores

    Francisco Boada y Manuel Rueda. Segn Egberto Bermdez, slo a partir de este punto el

    bambuco se desarrollara como gnero vocal e instrumental, y sera el principal componente

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    10/27

    en el proceso de bsqueda de una msica nacional (Bermdez, 2000:170). La escogencia del

    bambuco como estandarte de la nacin estaba mediada entonces por la necesidad de dotar al

    gnero de una sonoridad menos indgena o negra, y ms ligada a la tradicin musical europea,

    es decir, ms blanca9.

    Segundo punto cero: conocimientos expertos y legitimacin de los saberes musicales

    Adems de la escala valorativa musical que se construy como correlato de la limpieza de

    sangre, durante los siglos XVII y XVIII se gest en Europa un nuevopunto cerobasado en la

    influencia que tuvo el racionalismo en los procesos de produccin musical. Uno de los

    personajes centrales de este movimiento es Ren Descartes, quien en 1618 escriba en su

    Compendium Musicae: La cualidad de cada nota en si misma (de qu cuerpo y por qu

    medios esta emana en la manera ms placentera al odo) se encuentra en el campo del fsico

    (Descartes en Weiss, 1984:189; traduccin libre). Un siglo ms tarde Jean-Philippe Rameau

    escribi el primer tratado musical que recoga el racionalismo del barroco: Trait de

    lharmonie, reduite a ses principes natureles. Su primer captulo es una densa explicacin

    fsico-matemtica de las consonancias y disonancias basadas en las proporciones de la serie

    de armnicos. En el prefacio del libro, Rameau escribe: La msica es una ciencia que debera

    tener reglas definidas; estas reglas deberan ser deducidas de un principio evidente y dicho

    principio no puede ser realmente conocido por nosotros sin la ayuda de las matemticas

    (Rameau, 1971:xxxv; traduccin libre).

    Esta legitimacin de una msica europea ubicada en el punto cero de la observacin cientfica

    contribuye a la creacin de una nueva escala valorativa para las otras msicas, que ya no

    depende de su uso social sino de las caractersticas mismas del sonido. En este sentido, las

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    11/27

    msicas indgenas, negras o mestizas ya no slo son inferiores por estar relacionadas con

    malas razas, malos climas o costumbres inmorales sino porque su produccin no est

    mediada por un cuerpo de conocimientos cientficosque las legitime. En su libro Vida de un

    msico colombiano, publicado en 1941, el compositor bogotano Guillermo Uribe Holgun

    declara que el lema del Conservatorio fundado por l sera el mismo que tena la antigua

    Academia Nacional de Msica: volver a lo antiguo, pero aclara que la nueva idea es

    edificar sobre las bases de lo viejo, mas de lo viejo bueno; tomar el arte desde sus races,

    para recorrer el camino completo hasta los descubrimientos del modernismo (Uribe,

    1941:89; cursivas aadidas). En este comentario queda claro que la escala evolutiva de las

    msicas es un imaginario que no solamente es asimilado y administrado por las lites criollas

    desde el siglo XVIII, sino que se incorpora, en pleno siglo XX a las instituciones de

    formacin musical alcanzando una materialidad objetiva. El efecto concreto fue la exclusin

    radical de cualquier tipo de msica que no fuera artstica urbana europea, de los programas

    del Conservatorio Nacional de Msica10. El punto cero de lo cientfico musical aparece

    entonces como un nuevo argumento para la legitimacin de la actividad musical formal y para

    la exclusin, al menos en los crculos acadmicos, de cualquier tipo de msica que no

    estuviera basada en los parmetros tericos de la msica urbana artstica europea,

    especialmente en lo referente al uso de la armona11. As como la limpieza de sangre

    determina la posibilidad de ascenso social, el cumplimiento de los cnones europeos en el

    manejo de la armona poda llegar a determinar el grado de evolucin de un gnero musical.

    Resumiendo los argumentos anteriores, se puede decir que la colonialidad musical en

    Colombia oper a travs de dos imaginarios. El primero, est basado inicialmente en el punto

    de vista religioso que marca a las otras msicaspor estar relacionadas con un uso social que

    se aparta de la moral cristiana. Este imaginario se complement con el ideal de limpieza de

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    12/27

    sangre, que poco a poco fue construyendo a las distintas prcticas musicales como ndices de

    un determinado lugar, una determinada raza o mezcla racial y unas costumbres inmorales y/o

    abiertamente sexuales (particularmente en el caso de la poblacin negra). Esto llev a un

    imperativo de blanqueamientoen las msicas que se puede observar en el uso de instrumentos

    musicales europeos y la incorporacin de recursos armnicos y texturales similares a los de

    las danzas europeas de saln que estuvieron de moda en Bogot durante la segunda mitad del

    siglo XIX. El segundo gran imaginario a travs del cual opera la colonialidad musical en

    Colombia es el que se desprende de la consolidacin de una ciencia musical, encarnada

    especficamente en las reglas de la armona tonal, legitimada cientficamente por tratadistas

    como Rameau. Segn este imaginario, un gnero musical poda alcanzar cierto nivel de

    legitimidad si haca uso de progresiones armnicas complejas (ojal modulantes) y se apegaba

    a reglas bsicas de conduccin de voces. Por el contrario, una msica que se basara

    enteramente en la reiteracin de uno o dos acordes mal construidos y mal conducidos no

    poda ser otra cosa que msica primitiva. Otro elemento musical que tambin estaba mediado

    por la forma europea de entender el discurso tonal era la relacin entre ritmo y mtrica. El uso

    de sncopas y acentuaciones que amenazaran la claridad de una organizacin mtrica

    uniforme era percibido como una particularidad excesivamente local que poda dificultar la

    comprensin de la msica, y reforzaba la idea de que los gneros mestizos podan ser

    artesanales, pero no artsticos12.

    Lo importante de los imaginarios coloniales sobre lo musical caracterizados arriba, es que

    fueron naturalizados por la lite criolla de los centros urbanos durante los siglos XVIII, XIX y

    XX, quedando de esta manera incorporados en la cultura musical del pas como verdades no

    susceptibles de ser cuestionadas, ya que estaban determinadas por la naturaleza misma de la

    msica y de la gente que la haca. Esto produjo todo un sistema de condiciones de

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    13/27

    inteligibilidadmusical, que est basado en primera instancia en los parmetros de la msica

    urbana artstica europea, y que an hoy se hace presente en la forma como se determinan el

    grado de cercana y familiaridad con que se perciben las msicas locales, especialmente en las

    ciudades. Un ejemplo bien estudiado de este tipo de proceso lo constituye la msica de la

    Costa Atlntica colombiana que, a finales del siglo XIX y principios del XX, cumpla con

    todas las condiciones para ser excluida por primitiva e ininteligible. El baile de la cumbia, por

    ejemplo, se asociaba con la mezcla racial entre negros e indios. Los instrumentos que tocaban

    la msica eran por lo general una flauta de millo, dos gaitas acompaadas por tambores,

    guache y maracas, y su estructura meldica se basaba en la reiteracin de una meloda simple

    (Wade 2002:80-81). Ante estas condiciones sociales y musicales es evidente que la cumbia no

    poda gozar de una muy buena reputacin en el interior del pas, al igual que el porro, el

    vallenato y otros gneros tradicionales de la Costa Atlntica. Sin embargo, durante las

    primeras dcadas del siglo XX tuvieron lugar algunos eventos que iban a modificar este

    esquema jerrquico: La Primera Guerra Mundial (que gener un claro desplazamiento del

    lugar de lo blanco dominante, de Europa hacia el norte de Amrica), la invencin del crdito y

    la formacin de la primera sociedad de consumo (Bell, 1977) y la invencin del fongrafo y

    la popularizacin de la radio en el mundo (y en Colombia a partir de la dcada del 30), que

    contribuyeron a la difusin de msicas que haban sido tradicionalmente locales. En medio de

    este panorama, durante la dcada del 20 la msica cubana tuvo un gran auge internacional,

    influyendo notoriamente en Norteamrica y los pases del Caribe. Todos estos

    acontecimientos hicieron que Barranquilla, una ciudad que para entonces era ms cosmopolita

    que Bogot, se convirtiera en la puerta de entrada de la industria fonogrfica a Colombia. La

    lite costea, orgullosa de su blancura, en contraste con la negritud y la indianidad de los

    sectores populares, propici entonces la rearticulacin de elementos musicales y no

    musicales para resignificar a la msica costea como un producto autnticamente regional

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    14/27

    pero tambin moderno, como un ritmo con races negras, slo que ahora vestido de frac, es

    decir, respetable y blanqueado (Wade, 2002:135-136).

    En el caso de la msica de la Costa Atlntica se puede apreciar que, a pesar de las profundas

    transformaciones de principios del siglo XX, los imaginarios coloniales de lo musical no

    desaparecieron, sino que se adaptaron a las nuevas condiciones sociales, econmicas y

    polticas. A medida que los medios de comunicacin adoptaban una dinmica global, las

    msicas que se volvan hegemnicas eran las que alcanzaban una mayor exposicin meditica

    en el pas, como el tango, el son y las rancheras. Estos sonidos desplazaron a las viejas danzas

    europeas como referentes inmediatos de lo musical. Lo anterior, sumado al auge de las

    orquestas de msica caribea con formato de big band durante los aos 40 y 50, ayud a

    facilitar el ingreso de algunos gneros musicales de la Costa Atlntica a ciudades como

    Medelln y Bogot. Sin embargo, el hecho de que la msica europea de saln perdiera fuerza

    no significa que se acabaran los imperativos de blanqueamiento o de mediacin de

    conocimientos expertos en la produccin musical. Por el contrario, se podra decir que la

    esencia misma de la colonialidad musical (es decir, su carcter racial y epistmico) fue

    reutilizada por un nuevo agente colonizador: la industria musical transnacional. En adelante,

    los procesos de blanqueamiento estaran acompaados por otro tipo de transformaciones

    musicales necesarias para adaptarse a los parmetros de la industria: tener olfato comercial,

    conseguir un manager, organizar giras y conciertos poniendo atencin en el aspecto escnico

    y el vestuario, sonar en emisoras de radio y grabar.

    La dcada de los 90: Multiculturalismo, biodiversidad y world music

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    15/27

    Durante todo el siglo XX muchas msicas mestizas, negras e indgenas colombianas se

    mantuvieron al margen del aparato industrial porque no atravesaron procesos de

    blanqueamiento y mediacin experta. En muchos casos, esto se debi al aislamiento

    geogrfico, pero en otros se debi a la popularizacin de los discursos que oponan tradicin

    vs. modernidad, y vean el folclor como una forma de resistencia a los desbordamientos del

    progreso. La creacin de unas tradiciones musicales que sirvieran para representar

    romnticamente a las clases populares campesinas, llev a establecer una conexin positiva

    con un pasado esttico: los portadores del folclore fueron reducidos a un tiempo sin historia

    (Ochoa, 2003:95). As, autores como Guillermo Abada Morales (1973, 1977) o Delia Zapata

    Olivella (2002, 2003) ayudaron a consolidar un catlogo imaginario de culturas regionales

    que deban ser defendidas contra el avance amenazador de lo forneo. En esta postura se

    reproduce el imaginario colonial segn el cual las msicas folclricas coexisten

    espacialmente, pero no temporalmente con las msicas hegemnicas13. Las msicas

    regionales se siguen asumiendo como el pasado inferior de las msicas ms artsticas y

    menos artesanales, pero tratan de caracterizar ese pasado como positivo en trminos de

    identidad. Al hacer esto niegan cualquier posibilidad de cambio a las expresiones locales y las

    convierten en una pieza de museo condenada al ms estricto purismo. En Colombia, son los

    festivales como el Mono Nez, o el Festival de la Leyenda Vallenata entre otros, los que se

    van a convertir en guardianes de la pureza de las expresiones musicales regionales.

    Este panorama cambi en la dcada de 1990, cuando la aparicin del discurso global del

    multiculturalismo empez a tener un fuerte impacto en la formulacin e implementacin de

    polticas culturales. El reconocimiento positivo de las etnias minoritarias a nivel poltico,

    coincide con el auge de las msicas locales en el mercado discogrfico global que vena en

    ascenso desde la dcada anterior. Segn Steven Feld, fue precisamente en los aos ochenta

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    16/27

    cuando el discurso sobre las otras msicas dej de ser exclusivo de la etnomusicologa y

    pas a ser del dominio de la industria (1995:101). De hecho, fueron los representantes de la

    industria los que crearon la categora de world music en el verano de 1987 en Inglaterra

    (Ochoa, 2003:30). A partir de este punto empieza a darse a nivel global un movimiento sin

    precedentes en la grabacin y comercializacin de msicas no occidentales (y/o no

    anglfonas), en medio del cual los msicos tradicionales descubren que es posible acceder

    al mercado discogrfico y al mismo tiempo algunos msicos blancos inician una bsqueda

    incesante de sonoridades nuevas y exticas que puedan tener algn resultado comercial. Esta

    dinmica ha hecho que las msicas tradicionales experimenten un estmulo para salir del

    purismo folclrico. Ahora pueden ser escuchadas en cualquier momento y en cualquier ciudad

    del primer mundo, pero para ello deben estar dispuestas a modificarse (blanquearse) y acceder

    a unos rasgos musicales determinados por la industria (a travs de una mediacin experta) 14.

    Esta relacin conflictiva muestra un funcionamiento similar al que se produce con la red

    mundial de la biodiversidad. Segn Arturo Escobar, esta red est atravesada por una

    permanente tensin entre intereses globalocntricos, y aquellos de los movimientos sociales

    y comunidades locales. Las multinacionales farmacuticas intentan acceder a los

    conocimientos tradicionales indgenas con el fin de ahorrar costos en investigacin, pero al

    mismo tiempo hacen gala de una vocacin conservacionista y de proteccin del medio

    ambiente. Por otro lado, las comunidades locales intentan resignificar el imaginario de la

    biodiversidad con el fin de defender todo un proyecto de vida, y no solamente los

    recursos biolgicos (Escobar, 1999: 245). En medio de esta dinmica, los indgenas y los

    negros dejan de ser vistos como sujetos coloniales salvajes y se convierten en actores

    polticos ecolgicos, responsables de salvar al mundo (Ulloa, 2001). Sin embargo, es claro

    que a pesar de esta nueva valoracin positiva, la relacin colonial se mantiene a travs de una

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    17/27

    modificacin en el discurso, es decir, se convierte en una forma poscolonialde construccin

    de sujetos que ya no est basada en la exclusin, sino en la inclusin/exaltacinde lo otro. En

    el caso de las msicas locales, esta relacin incluyente se manifiesta, por ejemplo, en la

    creacin de una categora esttica abierta (lo tnico) que resume un discurso globalizado y

    pacificado de la otredad musical promovido por la world music(Hernndez, 2004)15. Pero, el

    punto que quiero resaltar aqu es que esta relacin de inclusin/exaltacin se enfrenta con un

    conjunto de condicionamientos impuestos por varios siglos de colonialidad musical. El hecho

    de que las msicas excluidas sean repentinamente valoradas como un recurso de explotacin

    por msicos blancos del centro (Richard Blair, Peter Gabriel), no quiere decir que tambin

    sean repentinamente comprendidas y apreciadas por un pblico de la periferia que ha

    naturalizado su rechazo (habitantes promedio de ciudades como Bogot o Medelln).

    La msica de marimba de chonta

    La msica ms tradicional del sur de la Costa Pacfica colombiana es la que se interpreta con

    el conjunto de Marimba de Chonta, conformado por los siguientes instrumentos: una

    marimba, dos cununos, dos bombos y uno o varios guass. Adems de estos instrumentos el

    conjunto cuenta con una voz principal (glosador o glosadora) y varias voces que alternan con

    sta (respondedoras) (Arango 2006:7). Los gneros ms comnmente interpretados por este

    formato son el currulao, lajugay el bunde. Durante muchos aos la msica del conjunto de

    marimba fue prcticamente desconocida para la mayora de la poblacin colombiana. Todava

    en Colombia, cuando se habla de msica de la costa, por lo general se piensa en algunos de

    los gneros populares de la Costa Atlntica (no Pacfica) que ingresaron al interior del pas,

    como vallenato, porro y cumbia. Sin embargo, en el mes de agosto de 1997, por iniciativa de

    Germn Patio, un funcionario de la Gobernacin del Departamento del Valle, se convoc al

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    18/27

    primer festival de msica del Pacfico Petronio lvarez. Uno de los propsitos del festival,

    segn se comentaba en una revista universitaria de ese ao era vincular el [Departamento

    del] Valle al Pacfico, no slo en su infraestructura vial y econmica, sino tambin en el rea

    cultural. Pero tambin se buscaba, lograr que los msicos consolidados en el pas, tomen la

    riqueza de esta msica y empiecen a trabajar y experimentar con ella (Marn, 1997:5). Como

    se puede ver, se trataba de una iniciativa gubernamental especficamente dirigida a utilizar la

    msica como un recurso de explotacin que poda traer beneficios para la regin, pero

    apelando al mismo tiempo a un discurso de identidad. La ideologa dominante del festival

    Petronio lvarez contrasta claramente con el carcter conservacionista que tenan en sus

    inicios los otros festivales de msicas tradicionales del pas:

    El Pacfico, dicen los especialistas, es un mundo por descubrir. De igual manera sucede

    con su msica. Es una alternativa para las mismas orquestas del Valle del Cauca y del

    Pas, que requieren de una propuesta para salir del marco de la balada-salsa, para renovar

    su repertorio, investigar sus races y crear una nueva sonoridad ms all de la

    reproduccin folclrica (Valverde, 1997a:3)

    Sin embargo, aunque el festival s ha generado un efecto a nivel nacional, ste ha sido ms de

    tipo acadmico que comercial. Por ejemplo, el Departamento de Msica de la Universidad

    Javeriana de Bogot inici en 2006 un proyecto de investigacin que busca elaborar un

    material didctico para el estudio de la marimba de chonta16. Adicionalmente, dentro del

    pblico que asiste al festival, proveniente de otras regiones del pas diferentes al sur del

    Pacfico, se cuenta una gran cantidad de estudiantes de msica de nivel universitario. A pesar

    de que ya se celebr la dcima versin, los medios masivos nacionales no han hecho eco del

    impacto que el festival tiene en las comunidades negras del Pacfico. Al finalizar la primera

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    19/27

    versin, Umberto Valverde, uno de los jurados y director de la Revista La Palabra de la

    Universidad del Valle, se quejaba as del comportamiento de los medios:

    Lamentable que otros medios, sobre todo los nacionales, mantengan este desprecio por

    las manifestaciones culturales del Pacfico. Ms que menosprecio, esa discriminacin. (...)

    Es la hegemona de la costa norte [Atlntica] en las manifestaciones musicales que

    privilegian en la televisin nacional y en las casas disqueras. Es la explotacin fcil del

    vallenato. Sin embargo, la nica vertiente musical que puede oponerse a la hegemona de

    la msica cubana dentro de la msica latina bailable es la del Pacfico. Ah est, intacta

    en sus races y sus instrumentos (Valverde, 1997b:2, cursivas aadidas).

    En este comentario se hace evidente que la msica del Pacfico, y en particular la del conjunto

    de marimba, mantiene una relacin conflictiva con la msica de la Costa Atlntica

    colombiana que pertenece a la zona de influencia caribe. Esto se explica por el hecho de que

    en Colombia, el trmino msica costease ha convertido en sinnimo de msica de la costa

    Atlntica. Pero adems tiene que ver con la influencia real que las msicas caribeas han

    ejercido sobre la cultura musical de los pueblos del Pacfico, especialmente en el

    Departamento del Choc que, por cierto, est ms conectado con el mar Caribe (a travs del

    ro Atrato) que con los pueblos del sur del litoral. Para los msicos de ciudades como Cali o

    Bogot que se dedican al repertorio de la Costa Pacfica, es difcil interpretar esta msica

    (especialmente los gneros de subdivisin binaria) sin hacer sentir alguna influencia de la

    salsa u otros gneros caribeos. La antroploga Ana Mara Arango, quien realiz un trabajo

    de campo con el grupo Baha, primer ganador del festival Petronio lvarez, comenta que el

    director de este grupo habla de la necesidad de luchar contra la salsa, la cual est

    influenciando demasiado la interpretacin de los ritmos tradicionales y arrasa con su sentido

    musical (Arango, 2006:4).

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    20/27

    Ahora bien, si los msicos que hacen parte de las agrupaciones y participan en los festivales

    tienen este tipo de dificultades con la comprensin y asimilacin de la organizacin mtrica,

    es de esperar que los oyentes potenciales en otras regiones del pas se resistan a sentir como

    msica bailable, gneros y sonoridades que han sido excluidos y marcados durante siglos

    como locales, lejanos e incluso inferiores. La msica del sur del Pacfico ha servido

    principalmente para aportar elementos de fusin a algunos grupos que promueven una nueva

    msica colombiana, ms incluyente, en oposicin al imaginario que ha equiparado

    tradicionalmente el trmino msica colombiana con los gneros andinos blanqueados del

    bambuco y el pasillo. Pero en los medios masivos de comunicacin la msica del Pacfico

    sigue siendo prcticamente invisible. Aunque crticos como Valverde se quejen de que esta

    exclusin obedece a una actitud supuestamente cosmopolita, la invisibilidad de estas msicas

    tambin obedece a un condicionamiento que tiene sus races en el mundo colonial, y que

    sigue operando en medio de los mecanismos posmodernos de la industria. La poscolonialidad

    consiste en la reorganizacin de las marcas raciales y epistmicas que constituyeron la base de

    las relaciones de poder coloniales. Y tal reorganizacin consiste a su vez en un

    desplazamiento del punto cero racial (de la blancura europea a la blancura abstracta e

    invisible de quien consume la msica en el mercado globalizado), y en un desplazamiento del

    punto cero epistmico (de las teoras cientficas de la msica a las nuevas mediaciones

    tecnolgicas, econmicas y sociales). As, en el nuevo universo creado por la industria

    discogrfica y los medios masivos, la escala valorativa de las msicas depende principalmente

    de su nivel de mediacin y de su capacidad para interpelar a un pblico con suficiente poder

    adquisitivo17. Por otro lado en los medios masivos generalmente se asocia lo bailable a

    gneros de la zona caribe como la salsa o el merengue. La msica de marimba difcilmente

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    21/27

    aparecera en un comercial de televisin a menos que el mensaje tuviera que ver

    especficamente con una identidad tnica minoritaria.

    Lo cierto es que, si bien la msica de marimba empieza a ser reconocida entre los msicos

    jvenes de las ciudades, sus posibilidades de xito en la cotidianidad de las emisoras de radio

    y los sitios de baile estn enfrentadas a los imaginarios construidos de lo que en Colombia se

    considera urbano, moderno y bailable, es decir, gneros como la salsa, el merengue, el

    vallenato y, ms recientemente, el reggaeton. Y todos estos gneros tienen en comn aspectos

    como la subdivisin binaria, la cercana cultural a la zona de influencia del Caribe y la

    pertenencia a circuitos especficos de la industria musical. As, para poder volverse realmente

    masiva, como lo quieren los organizadores del festival Petronio lvarez, la msica de

    marimba tiene que recorrer un largo proceso de transformacin que puede implicar distintos

    tipos de blanqueamiento, as como una mayor mediacin tecnolgica, social y econmica.

    Esto con el fin de desprenderse de las marcas de otredad y localidad que los imaginarios

    coloniales han producido sobre su sonido particular. Este proyecto ya ha sido emprendido por

    grupos como Baha, que utilizan elementos novedosos como el uso de la batera para sustituir

    el efecto rtmico del bombo y los cununos, o la inclusin de instrumentos ajenos a la tradicin

    musical del sur del Pacfico como bajo y guitarra elctricos, piano y cobres. Lo que ellos

    buscan con estos experimentos es, segn Arango, proyectarse fuertemente en la industria

    discogrfica y de entretenimiento (Arango, 2006:4)18. Sin embargo, estn enfrentndose a la

    misma disyuntiva que experimenta cualquier msica local cuando intenta acceder al mercado

    discogrfico: el exceso de mediacin musical puede amenazar el sentido identitario de la

    msica, pero al mismo tiempo, un exceso de identidad puede dificultar su asimilacin por

    parte de un pblico masivo.

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    22/27

    Lo interesante es que los procesos de transformacin que seran necesarios para tener una

    circulacin masiva a nivel nacional, no son un imperativo para acceder a mercados

    internacionales. Al fin y al cabo para eso estn los circuitos de world music, que se basan en

    el valor que se otorga al sabor local de las msicas, y en el apetito que esta caracterstica ha

    generado en pblicos del primer mundo. Grupos como Baha tienen sin duda un pblico

    asegurado (aunque no necesariamente masivo) en pases de Europa, Asia o Norteamrica. Sin

    embargo, su agenda parece estar ms dirigida a la transformacin de las valoraciones y gustos

    musicales de los pblicos urbanos del pas. Para ello deben enfrentarse a la relacin

    conflictiva que la sociedad colombiana an tiene con las razas, regiones y msicas que neg

    durante gran parte de su historia. En esa dificultad, precisamente, consiste la poscolonialidad

    musical.

    Notas

    1Maestro en Msica, Especialista en Estudios Culturales. Profesor del Departamento de Msica de la PontificiaUniversidad Javeriana de Bogot. [email protected]

    Aunque esta nocin ya haba sido utilizada por Edward Said en Orientalismo, la diferencia radica en que, segnlos tericos latinoamericanos, las indias occidentales constituyen la primera gran diferencia con la que seencuentra el pueblo europeo y, si bien fueron asimiladas rpidamente como una prolongacin de Occidente msque como un opuesto, su descubrimiento hizo posible que Europa se definiera como una unidad geopoltica antesde la expansin colonizadora del siglo XVIII. En palabras de Walter Mignolo: sin occidentalismo, no hayorientalismo (Mignolo en Castro-Gmez, 2005b:58)3Lo que dice Quijano es que, segn los principales enfoques de la tradicin acadmica europea (anteriores alpostmodernismo), todos los mbitos de existencia social estn determinados por algn principio organizador dela totalidad. Para el caso del liberalismo hobbesiano, dicho principio es la autoridad. Para el materialismohistrico en cambio, la totalidad est determinada por las relaciones de produccin. Sin embargo, esto niega laheterogeneidad histrica de los diferentes mbitos (Quijano, 2000:347-351).4El padre Joseph Gumilla escribe: Y fue cosa para m muy rara, ver que ninguno de los muchos tonos quevaran, sale de los trminos del ms ajustado comps, as en el juego de las voces, como en los golpes de los pies

    contra el suelo (Gumilla, 1955:119). De la misma forma, Ignacio Perdomo refiere que en una de sus crnicas,Fernndez de Piedrahita comenta: son tan acompasados que no discrepan un solo punto en los visajes ymovimientos, y de ordinario usan estos bailes en corro asidos de las manos y mezclados hombres y mujeres(Perdomo, 1945:8). Estos comentarios elogiosos en cuanto a la precisin rtmica, con frecuencia vienenacompaados de una censura en cuanto a la moral relajada de las celebraciones. Por otro lado, Phillip Bohlmancomenta el caso del misionero francs Jean de Lry, quien narra en sus escritos cmo se fue acercandopaulatinamente a la msica de los Tupinamba (que eran conocidos por su canibalismo) hasta lograr unaverdadera afinidad emocional con sta (Bohlman, 2002:3). Este ltimo caso, sin embargo, es una excepcindentro de una fuerte tendencia a asociar las msicas nativas con un salvajismo alejado de la verdadera Fe.5Segn la crnica del jesuita Mercado, un msico religioso que fue invitado a celebrar la misa en esta localidadcomentaba: Padre mo, yo voy muy consolado y he dado mil gracias a Nuestro Seor habiendo odo a estosnios porque tengo por cosa de milagro el haber salido con esta empresa de que sepan los indios cantar(Mercado citado en Perdomo, 1945:19).6 Los tipos de sangre eran: 1) de espaol e india, mestizo 2) de mestizo y espaola, castizo 3) de castizo yespaola, espaol4) de espaol y negra, mulato5) de mulato y espaola, morisco6) de morisco y espaola,

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    23/27

    chino7) de chino e india, salta atrs8) de salta atrs y mulata, lobo9) de lobo y china, jbaro10) de jbaro ymulata, albarazado11) de albarazado y negra, cambujo12) de cambujo e india, zambaigo13) de zambaigo yloba, calpamulato14) de calpamulato y cambuja, tente en el aire15) de tente en el aire y mulata, no te entiendo16) de no te entiendo e india, torna atrs. Es interesante ver cmo los nombres hacen referencia a caractersticasmorfolgicas (chino), lingsticas (no te entiendo) y a la dificultad de ascenso social producida por la mezcla de

    sangre (tente en el aire, torna atrs) (Castro-Gmez, 2005b:74)7 Segn refiere Ignacio Perdomo, el general Manuel Antonio Lpez en sus Recuerdos de la guerra de laIndependencia, comenta que en la batalla de Ayacucho, al orse el famoso grito de Crdoba Armas a discrecin,de frente!, paso de vencedores!, se lanzaron las huestes al combate y la banda del Voltgeros rompi elbambuco, aire nacional colombiano con que hacemos fiesta de la misma muerte (Perdomo, 1945:55).8En la novelaManuela, del escritor Eugenio Daz, el protagonista (Demstenes) defiende danzas como el vals,la varsovianay la polcamientras que desdea los bailes de acerbo colonial practicados por los campesinos yhabitantes del pueblo, como el torbellino, el bambuco, la caade los mestizos y la mantade los indios los cualesconsidera contrarios a la civilizacin (Bermdez, 2000:57, cursivas aadidas).9 En primera instancia puede parecer contradictorio que la misma lite que rechazaba las danzas de origenmestizo, buscara frmulas para convertir a estas mismas danzas en msica nacional. Sin embargo, en las msicasnacionalistas europeas de finales del siglo XIX se pueden advertir procesos similares. Lo que buscaban losmsicos de lite o profesionales, en uno y otro caso, era absorber el espritu y la esencia de lo popular pero al

    mismo tiempo adaptarlo a un lenguaje musical universal. Lo interesante es que en el caso de compositores comoSmetana o Dvork, lo musical universal estaba relacionado con las tcnicas orquestales y compositivascaractersticas de la msica artstica urbana europea desde el clasicismo viens, mientras que, en el caso de loscompositores criollos colombianos, lo universal estaba ms claramente representado por su referencia msinmediata de lo europeo, es decir, las pequeas danzas de saln como el vals y la polka.10En un ejemplo similar, en 1894 el Director de la Academia de Msica de Ibagu, don Temstocles Vargas,escriba as al Gobernador del Departamento del Tolima:

    Debemos convencernos de que estudiar la msica, es como estudiar una ciencia cualquiera. Hoydebido a don Jorge W. Price, Director de la Academia Musical Nacional de Bogot se hageneralizado la verdadera enseanza de la msica entre nosotros; es decir, hoy se estudiaverdaderamente la msica como debe estudiarse; en esta ciencia, como en muchas otras, reinamucho el empirismo, y llevamos la pretensin hasta querer ocupar puestos sin los conocimientosnecesarios; es decir, sin haber siquiera hojeado un libro elemental de Teora y mucho menos tenernociones primarias de laEscuela de Alta Composicin(Villegas, 1962:28 cursivas aadidas).

    11Esto incluye desde la tcnica de composicin hasta la construccin de los instrumentos. En una conferenciasobre la msica nacional pronunciada el 3 de agosto de 1923, Uribe Holguin sealaba que el tiple esrudimentario y deficiente pues,

    para poder dar la funcin de tnica en do, por ejemplo, se hace la combinacin de dedeo quehace mi, sol, do, mi, fatal realizacin, por estar la tercera del acorde, nota modal, duplicada, cosareprobada como lo sabe el estudiante de armona en su primera leccin 11 (Uribe, 1941:138)

    En el comentario anterior se advierte que lo cientfico musical, utilizado como un punto cero epistemolgico,funciona como argumento vlido para sancionar la ilegitimidad de las msicas mestizas. En este caso, la crtica alas limitaciones de un instrumento musical como el tiple pasa por la imposibilidad de ejecutar en ste, msicaque obedezca las reglas de la armona legitimada cientficamente. Y sin duda, a partir de este imaginario elaspecto armnico es el que se va a volver ms importante a la hora de clasificar cualquier msica en algnestadio evolutivo.12Esto se puede apreciar en las polmicas que se han generado alrededor de la transcripcin del bambuco y quean hoy suelen conducir a la conclusin de que este gnero a ms de poderlo leer se debe saber, para poderlotocar bien (Davidson en Bernal 2004:3). Sin embargo, es precisamente esa particularidad rtmica la que va aconvertirse en un valor musical a finales del siglo XX.13Las msicas que aqu llamo hegemnicas son las que han sido consumidas preferencialmente por las lites encada momento histrico, y que han servido para crear efectos de distincin racial y epistmica. Esto incluye tantoa las danzas europeas de saln en el siglo XIX y principios del XX, como a las mltiples msicas populares delsiglo XX que han tenido un mayor nivel de mediacin y de exposicin meditica en el pas (tango, bolero, salsa,rock, etc.). En esta lista tambin se puede incluir a la msica acadmica o clsica ligada a la tradicin artstica

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    24/27

    europea, que empez a tener un creciente pblico entre las clases altas colombianas durante el siglo XX y que encrculos acadmicos todava funciona como el paradigma de lo musical.14 Incluso en aquellos casos en que el sonido musical no es alterado sustancialmente para su inclusin en unproducto discogrfico, el hecho de sacar a la msica de su contexto funcional tradicional constituye unamodificacin importante. Lo anterior est relacionado con el uso que Steven Feld hace del trmino esquizofona

    refirindose al rompimiento entre un sonido original y su reproduccin o transmisin electroacstica (1995:97,traduccin libre).15Con esto no quiero decir que la World Music tenga como agenda explcita ofrecer una visin pacificada de ladiferencia musical. Sin embargo, es inevitable que discursos como el multiculturalismo, la biodiversidad o lamisma WM conlleven una invisibilizacin de las tensiones que normalmente se presentan en cualquier situacinde diferencia tnica. En otras palabras, el hecho de que este fenmeno no sea necesariamente el proyecto polticode mentes perversas, no quiere decir que no est relacionado con intereses econmicos y polticos a escala globalque se benefician directamente de esta celebracin de la diversidad. Precisamente en esto radica la necesidad deabordar el problema desde el punto de vista de la teora poscolonial.16No deja de ser diciente, en trminos de colonialidad musical, que en la formulacin inicial de este proyecto sesealara como uno de los objetivos el de cualificar la msica tradicional del Pacfico para su ingreso almercado. Esta postura se rectific despus de un acalorado debate acadmico entre los miembros del grupo deinvestigacin.

    17Es evidente que en el caso de la msica de marimba, los patrones tmbricos, rtmicos y armnicos de gneroscomo el currulao o la juga, hacen parte de un conjunto semitico que se podra caracterizar a travs de palabrascomo: negritud, aislamiento y atraso, pero tambin races, magia y tradicin ancestral. Esta relacin semntica esel resultado de un largo proceso de incorporacin de imaginarios coloniales, pero tambin de la circulacin dediscursos que intentaron contestar esos mismos imaginarios, como el folclorismo.18En la pgina web de la Biblioteca Luis Angel Arango es posible acceder a algunos fragmentos de cancionesdel Grupo Baha en formato mp3. La direccin especfica es:http://www.lablaa.org/blaavirtual/musica/blaaaudio2/cdm/bahia/indice.htm

    Referencias

    -ARANGO, Ana Mara, 2006, La msica de la Costa Caribe como un paradigma de

    modernidad y globalizacin: el caso de la msica de fusin del Pacfico colombiano en:

    Laboratorio cultural. Revista virtual de msica colombiana.

    .

    Consultado el 10 de diciembre de 2006

    -ABADA Morales, Guillermo, 1973,La msica folclrica colombiana, Bogot, Universidad

    Nacional de Colombia.

    _____________________, 1977, Compendio general de fokclore colombiano, Bogot,

    Instituto Caro y Cuervo.

    -BELL, Daniel, 1977,Las contradicciones culturales del capitalismo, Madrid, Alianza.

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    25/27

    -BERMDEZ, Egberto, 2000, La historia de la msica en Santaf y Bogot (1538-1938),

    Bogot, Fvndacin de Mvsica.

    -BERNAL, Manuel, 2004, De el bambuco a los bambucos." Ed. Ana Mara Ochoa, Anais do

    V Congresso IASPM, Rio de Janeiro, .

    Consultado el 5 de septiembre de 2006

    -BOHLMAN, Philip, 2002, World Music. A Very Short Introduction,New York, Oxford

    University Press.

    -CASTRO-GMEZ, Santiago, 2005a, La poscolonialidad explicada a los nios, Popayn,

    Editorial Universidad del Cauca.

    ___________________, 2005b, La hybris del punto cero. Ciencia, raza e ilustracin en la

    Nueva Granada (1750-1816),Bogot, Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

    -DUQUE, Ellie Anne, 1998,La msica en las publicaciones peridicas colombianas del siglo

    XIX (1848-1860) Bogot, Fvndacion de Mvsica.

    -ESCOBAR, Arturo, 1999, De quin es la naturaleza? La conservacin de la biodiversidad

    y la ecologa poltica de los movimientos sociales en: El final del salvaje: naturaleza,

    cultura y poltica en la antropologa contempornea, Bogot, CEREC- ICAN.

    -FELD, Steven, 1995, From Schizophonia to Schismogenesis: The Discourses and Practices

    of World Music and World Beat. en Marcus, George (comp.) The Traffic in Culture,

    Berkeley, University of California Press.

    -GUMILLA, Joseph, 1955, El Orinoco ilustrado. Historia natural, civil y geogrfica de este

    gran ro,Bogot, Editorial ABC.

    -HARDT, Michael y Antonio Negri, 2001Imperio,Bogot, Ediciones Desde Abajo.

    -HERNNDEZ Salgar, Oscar, 2004, El sonido de lo otro: Nuevas configuraciones de lo

    tnico en la industria musical en: Cuadernos de msica, artes visuales y artes escnicas,

    1/1: 4-22 Bogot, Pontificia Universidad Javeriana.

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    26/27

    -MARN, Ana Cristina, 1997, El Pacfico: el futuro est en las races en:Revista Palabra,

    5/63: 4-5 Cali, Universidad del Valle.

    -MIGNOLO, Walter, 2002, Colonialidad global, capitalismo y hegemona epistmica, en:

    Indisciplinar las ciencias sociales. Geopolticas del conocimiento y colonialidad del poder,

    editado por Catherine Walsh, Freya Schiwy y Santiago Castro-Gmez, pp 215-244. Quito,

    Universidad Andina Simn Bolvar-Abya-Yala.

    -OCHOA, Ana Mara, 2003, Msicas locales en tiempos de globalizacin, Bogot, Grupo

    Editorial Norma.

    -PERDOMO Escobar, Jos Ignacio, 1945, Historia de la Msica en Colombia, Bogot,

    Imprenta Nacional.

    -QUIJANO, Anbal, 2000, Colonialidad del poder y clasificacin social. En: Journal of

    World System Research, 6/2: 342-386.

    .

    Consultado el 15 de diciembre de 2006

    -RAMEAU, Jean-Philippe, 1971, Treatise on Harmony,New York, Dover.

    -RIVERO, Juan, 1956,Historia de las misiones de los llanos de Casanare y los ros Orinoco

    y Meta, Bogot, Empresa Nacional de Publicaciones.

    -STEVENSON, Robert, 1964, La msica colonial en Colombia, Cali, Instituto Popular de

    Cultura (traduccin de Andrs Pardo Tovar).-ULLOA, Astrid, 2001, El nativo ecolgico: Movimientos indgenas y medio ambiente en

    Colombia en: Mauricio Archila y Mauricio Pardo (eds.), Movimientos sociales, estado y

    democracia en Colombia, Bogot, UN-ICANH.

    -URIBE Holgun, Guillermo, 1941, Vida de un msico colombiano, Bogot, Voluntad.

    -VALVERDE, Umberto, 1997a, Pacifico: la musica del siglo XXI, un mundo por descubrir

    en:Revista Palabra5/59: 3, Cali Universidad del Valle.

  • 7/25/2019 Marimba de Chonta y Poscolonialidad Musical-libre

    27/27

    __________________, 1997b, El Festival del Pacfico, naci grande, n:Revista Palabra.

    5/63: 4-5, Cali, Universidad del Valle.

    -VILLEGAS, Hctor, 1962,Resea histrica del conservatorio del Tolima, Bogot, Andes.

    -WADE, Peter, 2002, Msica, raza y nacin: msica tropical en Colombia, Bogot,

    Vicepresidencia de la Repblica de Colombia.

    -WEISS, Piero, 1984, Music in the western world: a history in documents, New York,

    Schirmer Books.

    -ZAPATA Olivella, Delia, 2003, Manual de danzas folclricas de la Costa Atlntica de

    Colombia,Bogot, Colegio Mximo de las Academias Colombianas.

    __________________, 2002,Manual de danzas de la Costa Pacfica de Colombia,Bogot,

    Colegio Mximo de las Academias Colombianas.