Mariana Palomino - Ponencia El Secreto y La Ciudad en Sara Gallardo

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El secreto y la ciudad Los relatos breves de El país del humo de Sara Gallardo, publicado en 1977, cuentan historias de personajes que están solos en la ciudad y son, de algún modo, invisibles a la vez que parte del paisaje urbano. La dimensión de lo pequeño y la figura del secreto, junto con la ubicación histórica de los relatos (la “fundación de la nación” 1 y otros momentos importantes de la historia argentina) y su carácter fragmentario, configuran una especie de archivo sutil de la Historia, donde se cuentan las vidas que no cuentan para la Historia, pero que forman parte de ella. Los personajes de estos relatos están en tensión con un doble discurso, una práctica doble: la íntima del secreto y la pública de la “normalidad”. La cara que es posible ver cada día en la ciudad en el empleado de una compañía de seguros, en el vendedor de diarios de la calle Cangallo, en el lustrabotas del bar de la esquina, en la prostituta inmigrante, el tipo que estaciona autos en la Diagonal, el dueño de una fábrica de pastas, la viuda adinerada, el tipógrafo, la vendedora de perfumes de Harrod’s, una jubilada, y hasta en los gatos callejeros, los leones del zoológico y las ratas del centro. Y la cara oculta, lo que no se ve ni se puede contar, lo que avergüenza o aterroriza: el relato está en esa pequeña historia que sería inocultable en un pueblo chico pero que tal vez, entonces, nunca hubiera sucedido. Estas historias necesariamente ocurren en Buenos Aires, y sus habitantes “comunes” (fauna y flora porteñas, los animales, el césped y hasta los muertos hablan en ellas) le dan, secretamente, una densidad siniestra. Las premisas de lectura son tres: 1) concebir la práctica de la literatura como respuesta al pensamiento de que todo lo que vale la pena “se pierde en la noche de los tiempos”. 2 2) Respecto de la experiencia urbana, a la luz del prefacio de M. Berman a Todo lo sólido se desvanece en el aire: “…la idea de que la rutina cotidiana (…) puede ser no sólo infinitamente gozosa y bella sino también infinitamente precaria y frágil”. 3 3) La hipótesis de Pilar Calveiro en Poder y desaparición, según la cual 1 Escribe Leopoldo Brizuela: “En la mayoría de los cuentos de El país del humo, Sara Gallardo redobla su apuesta y se distancia también en el tiempo: casi todos transcurren en la época de “la fundación de la nación”, en cuya violencia la autora se hunde buscando siempre la raíz de uno u otro silencio actual, de uno u otro dolor que parece inextirpable bajo una capa de falsedad o de mutilación de olvido.”, Prólogo, en Gallardo, S., Narrativa Breve Completa, Buenos Aires, Emecé, 2004. 2 En la nota “La vida en la Veda”, publicada en la revista Confirmado, en 1971, Gallardo escribe: “Un día, leyendo las memorias del general Lamadrid, me enteré de que en aquella espantosa coyuntura, una mujer con sus dos hijas habían repartido agua a nuestros guerreros sin cuidarse del fuego graneado. Niñas de Ayouma, encantadoras con su encaje y su peinetón, ¿eran ustedes esas chinas machas, collas descalzas magníficas? Salud para las dos y para su mamá, perdidas en la noche de los tiempos como casi todo lo que vale la pena.” En Palabras de Sara Gallardo seleccionadas por la autora - Ricardo Rey Beckford (comp.), Buenos Aires, Celtia, 1987. 3 A los protagonistas de los relatos también “Los mueve, a la vez, el deseo de cambiar –de transformarse y transformar su mundo- y el miedo a la desorientación y la desintegración, a que su vida se haga trizas. Todos ellos conocen la emoción y el

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  • El secreto y la ciudad

    Los relatos breves de El pas del humo de Sara Gallardo, publicado en 1977, cuentan historias de

    personajes que estn solos en la ciudad y son, de algn modo, invisibles a la vez que parte del paisaje

    urbano. La dimensin de lo pequeo y la figura del secreto, junto con la ubicacin histrica de los relatos

    (la fundacin de la nacin1 y otros momentos importantes de la historia argentina) y su carcter

    fragmentario, configuran una especie de archivo sutil de la Historia, donde se cuentan las vidas que no

    cuentan para la Historia, pero que forman parte de ella. Los personajes de estos relatos estn en tensin

    con un doble discurso, una prctica doble: la ntima del secreto y la pblica de la normalidad. La cara

    que es posible ver cada da en la ciudad en el empleado de una compaa de seguros, en el vendedor de

    diarios de la calle Cangallo, en el lustrabotas del bar de la esquina, en la prostituta inmigrante, el tipo que

    estaciona autos en la Diagonal, el dueo de una fbrica de pastas, la viuda adinerada, el tipgrafo, la

    vendedora de perfumes de Harrods, una jubilada, y hasta en los gatos callejeros, los leones del zoolgico

    y las ratas del centro. Y la cara oculta, lo que no se ve ni se puede contar, lo que avergenza o aterroriza:

    el relato est en esa pequea historia que sera inocultable en un pueblo chico pero que tal vez, entonces,

    nunca hubiera sucedido. Estas historias necesariamente ocurren en Buenos Aires, y sus habitantes

    comunes (fauna y flora porteas, los animales, el csped y hasta los muertos hablan en ellas) le dan,

    secretamente, una densidad siniestra.

    Las premisas de lectura son tres: 1) concebir la prctica de la literatura como respuesta al

    pensamiento de que todo lo que vale la pena se pierde en la noche de los tiempos.2 2) Respecto de la

    experiencia urbana, a la luz del prefacio de M. Berman a Todo lo slido se desvanece en el aire: la

    idea de que la rutina cotidiana () puede ser no slo infinitamente gozosa y bella sino tambin

    infinitamente precaria y frgil.3 3) La hiptesis de Pilar Calveiro en Poder y desaparicin, segn la cual

    1 Escribe Leopoldo Brizuela: En la mayora de los cuentos de El pas del humo, Sara Gallardo redobla su apuesta y se distancia tambin en el tiempo: casi todos transcurren en la poca de la fundacin de la nacin, en cuya violencia la autora se hunde buscando siempre la raz de uno u otro silencio actual, de uno u otro dolor que parece inextirpable bajo una capa de falsedad o de mutilacin de olvido., Prlogo, en Gallardo, S., Narrativa Breve Completa, Buenos Aires, Emec, 2004.2 En la nota La vida en la Veda, publicada en la revista Confirmado, en 1971, Gallardo escribe: Un da, leyendo lasmemorias del general Lamadrid, me enter de que en aquella espantosa coyuntura, una mujer con sus dos hijas habanrepartido agua a nuestros guerreros sin cuidarse del fuego graneado. Nias de Ayouma, encantadoras con su encaje y supeinetn, eran ustedes esas chinas machas, collas descalzas magnficas? Salud para las dos y para su mam, perdidas en lanoche de los tiempos como casi todo lo que vale la pena. En Palabras de Sara Gallardo seleccionadas por la autora -Ricardo Rey Beckford (comp.), Buenos Aires, Celtia, 1987.3 A los protagonistas de los relatos tambin Los mueve, a la vez, el deseo de cambiar de transformarse y transformar sumundo- y el miedo a la desorientacin y la desintegracin, a que su vida se haga trizas. Todos ellos conocen la emocin y el

  • campo de concentracin y sociedad se pertenecen, son inexplicables uno sin el otro. Se reflejan y se

    reproducen.4

    De la primera serie de cuentos, el relato Un secreto, de gnero fantstico, narrado en tercera

    persona, con un tono leve y humorstico, cuenta la historia de una seorita descendiente de armenios que

    migra de Comodoro Rivadavia a Buenos Aires para practicar libremente su excentricidad: comprar y usar

    cabezas, senos, pies. Prctica de la que lo secreto es condicin de posibilidad: ser dos (o tres, misma

    cosa). El amor, que aparece como vnculo capaz de vencer la soledad aceptando sus ms ntimos secretos,

    finalmente cede ante el sentimiento de la traicin. As es un secreto. Nos quiere solos. Solos.5 Las

    referencias al sentido comn son constantes a la hora de narrar la vida cotidiana de los personajes (fuera

    de la aficin convertida en necesidad de la protagonista): el mundo del trabajo, del comercio, las

    comisiones, las salidas a bailar, el cine, el amor, el embarazo. Tambin el saber popular, los refranes

    naturalizan los sucesos narrados: bien dicen que el amor es una prueba de fuego, se afirma que la

    cabra al monte tira, el amor es as.6 Pero lo que los otros dicen est en contraposicin con el

    secreto, ellos quedan afuera, y a la vez hay un vnculo con el otro, hay lazos, porque la ciudad permite esa

    doble vida: la seorita vende perfumes, va al cine y consume lo que puede pagar, pero tambin come

    bolsas de plstico, se hace pasar por otra persona y colecciona partes del cuerpo compradas gracias a las

    comisiones que vienen bien a cualquiera. La imagen final es poderosa:

    El nio naci con esplendor. Pero envuelto en la bolsa de plstico oro y negro.Harrods Menaje, deca en bellas letras. Era un lindo chico, idntico a su padre, dijerontodos.7

    Lo inexplicable y lo siniestro, habitantes del gnero fantstico, cobran una dimensin monstruosa

    a la luz de la historia argentina en este relato publicado en 1977. No se trata de pensar en la dictadura

    militar como clave nica o principal de lectura, s de tener en mente el clima porteo de los aos previos

    espanto de un mundo en el que todo lo slido se desvanece en el aire. Que ser modernos es vivir una vida de paradojas ycontradicciones. Es estar dominados por las inmensas organizaciones burocrticas que tienen el poder de controlar, y amenudo de destruir, las comunidades, los valores, las vidas, y sin embargo, no vacilar en nuestra determinacin deenfrentarnos a tales fuerzas, de luchar para cambiar su mundo y hacerlo nuestro. Berman, M., Todo lo slido se desvaneceen el aire la experiencia de la modernidad, Buenos Aires, Siglo XXI, 1997.4 Calveiro, P., Campos de concentracin y sociedad, en Poder y desaparicin Los campos de concentracin en Argentina,Buenos Aires, Colihue, 2006.5 Gallardo, S., Un secreto, en El pas del humo, en Narrativa Breve Completa, op. cit.6 Ibid.7 Ibid.

  • al golpe del 76 y la publicacin del libro, respecto de lo que se ve y lo que se oculta, la confesin, la

    doble identidad, el qu dirn y la filiacin.

    En la estremecedora confesin de A mano en Puales, la apariencia juiciosa de un lustrabotas

    oculta con xito una serie de asesinatos. En la historia de esta especie de flneur porteo respetado y

    admirado por los parroquianos, de tono ms realista, encontramos la ambivalencia de las relaciones

    sociales en la ciudad moderna: no es un desconocido, en la Buenos Aires de los aos 20 sus vecinos

    festejan con l el ttulo de Doctor con que su hijo lo enorgullece; l conoce los zapatos de sus

    parroquianos, mientras los tranvas corren al ritmo del cambio. La movilidad social es un hecho, el

    tranva y su cargamento de individuos que comparten en cada vagn un viaje veloz con otros cuarenta,

    tambin, as como el anonimato detrs del cual se ocultan los actos ms siniestros de una persona

    cometidos a lo largo de 30 aos. Estoy a mano con la vida afirma el serial killer que da consejos en el

    bar de la esquina y mata por venganza, sentimiento irracional volcado a una racionalidad arbitraria,

    numrica: veintids aos, veintids vctimas de su crculo ms cercano. Veintids, ya lo dije.

    Veneno. Potica, cada lnea breve condensa una narracin. La explicacin? una autobiografa mnima,

    un epitafio: mat porque estaba envenenado.

    La repeticin, las frases cortas, las elipsis temporales y sintcticas y la enumeracin caracterizan

    los relatos ms breves de Sara Gallardo. La repeticin suele ser repeticin de lo que se dice, de lo que

    est en boca de todos, lo reproducible. Esta figura otorga a la voz una individualidad singular, la distingue

    porque la deja reverberando. Cuando son repetidas, esas palabras ya no tienen el mismo sentido: entre la

    primera frase y su repeticin est la historia. La palabra dicha es el lmite del secreto: despus de la

    revelacin las mismas palabras adquieren otra significacin, la voz que la pronuncia es ya una voz

    singular, expresin breve pero intensa de una subjetividad. Ms de veinte crmenes perfectos, pero lo que

    mata es el tranva, el veneno y la venganza son provocados por y dirigidos a la ciudad, a sus habitantes.

    Quin iba a sospechar?

    En la misma lnea, Nmesis presenta frases cortas y enumeracin: con una economa mnima de

    palabras la narradora refiere las cosas que todos sabemos, instala en un relmpago las imgenes en una

    cronologa, un montaje de fragmentos que refieren al sentido comn donde aparecen, fulminantes, las

  • grietas del secreto y se dice lo que no puede ser, lo que est fuera de la ley. El modo sinttico en que se

    resume el pasado de los personajes, junto con las referencias al mundo de lo conocido, son el marco del

    relato del secreto. La narracin breve se detiene en lo que ocultan los personajes. Entonces cambia la

    economa, aparecen la repeticin, los blancos, la suspensin, los silencios. Ped ayuda al portero.

    Mand a su hijo. No s qu ha sucedido.8 En la pgina, algunos relatos toman la forma de poemas en

    prosa: los blancos cobran protagonismo en la confesin, cuando se vislumbra el misterio.

    Temblando me acerco a sus pies, llevo la mano a sus rodillas. Le doy mi dinero.

    Invito al bridge an. No distingo las caras de mis nietos. Cada tarde me visto de loque cre ser. Visito. Hablo de cine, de polticas, modas.9

    Y ese misterio est siempre ligado a la subjetividad de los personajes, a sus deseos, proyectos,

    necesidades, formas de ser y vivir diferentes a las que se muestran en sociedad. La historia del secreto es

    tambin su contrapartida: el mantenimiento de las apariencias. Y tambin la historia de un fracaso, un

    ardor, una vergenza de amor ciego que escapa al espejo del ascensor, que encubre puertas adentro

    prostitucin o chantaje. Y la vida ya no ser la misma. Los secretos tienen la cualidad de ser fatales.

    En esta Buenos Aires no hay paisajes, sino fragmentos del mundo visible que ocultan una historia.

    Los relatos breves de Tareas, menos sangrientos y trgicos, estn centrados en la soledad y la

    marginalidad de sus protagonistas, en su desarraigo de inmigrantes, su incomprensin, su pobreza y falta

    de recursos. La rehabilitacin doliente del mulato analfabeto que vende diarios en Calle Cangallo, que

    slo sonre cuando piensa en esos hijos ajenos preferidos que encontr en el piso al volver de la crcel

    de Ushuaia. Las Flores Blancas que llovieron sobre la ciudad cuando naci Juan Arias, hurfano, pobre,

    tonto y solitario que estaciona autos en la Diagonal y muere suavemente su muerte urbana en pleno

    centro, sin que nadie lo note. La bsqueda del origen del alma raptada por la locura o por la epifana de la

    prostituta japonesa en los burdeles de Suipacha, que atenda al vicepresidente de la repblica. Una ciudad

    de marginales en el centro, donde la verdadera comunicacin parece imposible. Breves epitafios urbanos

    que guardan la historia de habitantes annimos, con referencias a calles centrales (Cangallo, Suipacha, la

    Diagonal) donde estos personajes han trabajado, enfermado y muerto sin que nadie sepa de su ntimo

    8 Gallardo, S., Nmesis, en Puales, en El pas del humo, op. cit.9 Gallardo, S., Nmesis, en Puales, en El pas del humo, op. cit.

  • herosmo. Y a pesar de la competencia que tienen estos personajes en la ciudad: s asesorarme, s de

    patadas, s poner nombres, criar hijos, el resultado es el desencantamiento, la historia de una bsqueda

    o de un deseo, el logro y luego el fracaso. Ese saber no alcanza, la experiencia queda truncada, el secreto

    es la historia de cmo se trunc esa vida. No nos une el amor sino el espanto.

    Una Nueva Ciencia presenta una cronologa prolija, un afn archivista por contar lo que se ha

    llegado a saber pero no sobrevivi. La narradora (en un relato que tiene mucho de autobiogrfico por la

    coincidencia entre la edad de la narradora y de la autora, por la tarea periodstica que ambas desarrollan,

    por las referencias a Buenos Aires y su historia) escribe para contar una verdad desapercibida y

    desaparecida, tan romntica como la ciencia que la sustenta: la ciencia de la interpretacin de la historia

    en las nubes que cubren el cielo. En este relato el secreto quiere ser develado, publicado, transmitido.

    Pero es destruido por la fuerza de la Historia. Las pruebas de los aos de estudio y registro de los nuevos

    cientficos que desde 1852 han estudiado La influencia de las nubes en la historia cumplen su destino

    fatal: se queman en el incendio de la Baslica de San Francisco, en 1955. La nueva ciencia rescatada en

    esta narracin, con su archivo, desparramado sobre la mesa que pareca la quintaesencia de

    innumerables vidas,10 se emparenta con la literatura de Sara Gallardo, en esa tensin entre el registro y

    el olvido, repite el movimiento de hacer una referencia directa a un suceso central en la historia argentina,

    pero la atencin, el centro del relato est puesto en las nubes, en aquello que no parece relevante, en una

    mirada muy ntima sobre el individuo, el tiempo, el misterio.

    Una de las acepciones de la entrada archivo en el DRAE, reza: Persona en quien se confa un

    secreto o recnditas intimidades y sabe guardarlas. Sara Gallardo sabe narrarlas, y en este sentido se

    coloca en la lnea del narrador de Benjamin y su inters por conservar lo narrado:

    La memoria es la facultad pica que est por encima de todas las otras. nicamentegracias a una extensa memoria, por un lado la pica puede apropiarse del curso de lascosas, y por el otro, con la desaparicin de stas, reconciliarse con la violencia de lamuerte.11

    Narradores como mdiums que prestan el odo a una historia para despus reproducirla y as

    salvarla de perderse en la noche de los tiempos, reconocerla como parte de la propia historia,

    10 Gallardo, S., Una nueva ciencia, en El pas del humo, op. cit.11 Benjamin, W. El narrador, en Imaginacin y Sociedad - Iluminaciones I, Madrid, Taurus, 1980.

  • apropirsela en el momento de narrarla, transmitir, al fin, esa experiencia que parece ser falseada o

    destruida por la Historia. La violencia de la prosa contra aquello que hay que mantener en secreto.

    En el eplogo de Puerca Tierra, John Berger afirma respecto a la experiencia campesina que No

    se puede tachar una parte de la historia como el que traza una raya sobre una cuenta saldada. 12 Ese

    quiebre en la experiencia est presente en estos personajes como una experiencia de vida, un saber

    anterior ligado a otro lugar y otras leyes, un pasado que intenta adecuarse al presente y que, aun cuando

    parece haberse logrado con xito y cumplir de algn modo ciertas expectativas o necesidades, acaban

    desencantados, frustrados: el quiebre se da casi como una tragedia en esas vidas, pero los textos no son

    dramticos, sino que encuentran en el silencio, en la soledad y el desamparo, en la inadecuacin de lo que

    debera ser y lo que fue, la materia narrativa. Hay como un intento de recuperacin de esa experiencia que

    va atndose en el campo y que se ve escindida en la vida urbana moderna, cortada como todo lo que

    canta en Un Csped.

    En Las ratas y Pero en la isla!, los animales son protagonistas y tienen la maravillosa

    capacidad de recorrer Buenos Aires de un modo imposible para los humanos. En sus aventuras nocturnas,

    ratas, gatos y un len recorren la ciudad y hacen avanzar la narracin por sus calles y parques. La

    naturaleza se hace presente como marca de origen lejano, de libertad, de promesa de felicidad imposible

    en el mundo urbano. Los gatos que huyen con el joven len en busca de la libertad, por la que vale la

    pena morir, las ratas que arriesgan su vida y la de sus familias en busca de un nuevo hogar, huyendo de la

    demolicin de las casas que se llev a cabo para la construccin de la Avenida 9 de Julio, se disfrazan de

    personas se mueven en una atmsfera de sospechas y dudosos testimonios. Un mundo inventado que

    remite a una realidad concreta de calles, fechas, sucesos de una Buenos Aires donde Las casas se

    transformaron en celadas, las calles en campos de exterminio.13

    Finalmente, El caso de la seora de Ricci presenta una serie de cuestiones que permiten pensar

    en el momento de produccin y publicacin de El pas del humo. De gnero fantstico (ms bien

    fantasmagrico), el cuento se desarrolla en el sector destinado a trabajadores independientes de la caja de

    jubilaciones, en l se mencionan directamente los sindicatos y la fecha del deceso de la protagonista: 7-

    12 Berger, J. Prlogo a Puerca Tierra, Buenos Aires, Punto de Lectura, 2004, pgs. 355-360. (el subrayado es mo).13 Gallardo, S., Las ratas, en El pas del humo, op. cit., p. 310.

  • X-76. Sin buscar una relacin punto por punto entre los sucesos narrados y los acontecidos en la

    Argentina de esos aos (el asesinato de Rucci por parte de los montoneros en 1973, el ltimo golpe

    militar), lo cierto es que resulta verdaderamente impresionante leer, en el marco de estas fechas, un

    cuento de apariciones que desaparecen, de una muerta que hace ruido, que dice cosas que nadie quiere

    or, que hacen ruborizar y desmayar a los empleados de la caja de jubilaciones, un alma en pena que no

    tiene paz y que slo consigue pasar al mundo de los muertos y dejar el de los vivos con ayuda del rabino,

    quien le pide que no abandone a sus padres. Pienso tambin en las madres de plaza de mayo que se

    renen all por primera vez a fines de abril de 1977.

    Esta lectura, tres dcadas posterior a la publicacin del libro, propone pensar en ciertas imgenes,

    dinmicas de aparecidos y desaparecidos, de ocultamientos, secretos, historias siniestras detrs de

    normalidades cotidianas, de palabras que se dicen y no se dicen; que estaban presentes en el

    imaginario colectivo en el momento en que surgen estos relatos. En este sentido, pensar en la ciudad

    como campo de concentracin, en la relacin entre multitud e indiferencia, en las seales extraas y

    siniestras (innombrables), en el modo como lo familiar se volva extrao y lo extrao familiar, en la

    terrible ambigedad de esos aos que no puede catalogarse como total ingenuidad pero tampoco como

    absoluta hipocresa, inevitablemente agrega una dimensin a la ciudad construida por los relatos de Sara

    Gallardo y en una literatura que evoca, conjura y anticipa.

    Y estos elementos propios del clima de la poca en que Sara Gallardo escribe estos relatos, estn

    inevitablemente ligados con otros que tienen que ver con la experiencia de la modernidad, el desencanto,

    la soledad y la experiencia fragmentaria. Como escribi en la nota publicada en la revista Confirmado, de

    1970 (lanzada por Jacobo Timmerman), promocionando un circo:

    el Dolor y otros protagonistas eternos de nuestro mundo, el Terror, la Agona, laAngustia, tambin estn all (...) En el mundo que habla de equipos, participaciones,conjuntos, en el mundo donde se acaba el individuo, por algn motivo secreto ycompensatorio el circo ha dejado de ser un ritual y se ha colado en la vida como la leche deun tazn rajado, invade el plato, desborda sobre el mantel, mancha la mesa, cae al suelo.(...) Cada uno quiere ser ahora un celebrante porque ha perdido la fe, porque no cree en elmisterio. Slo cree en la respiracin jadeante de las multitudes, en los ojos hambrientos, elaplauso, el olvido inmediato, en la atencin por un instante fijada en su persona para darleilusin de que existe, cosa que en el fondo de su alma duda.14

    14 En Sarranizacin, En Palabras de Sara Gallardo seleccionadas por la autora - Ricardo Rey Beckford (comp.), Buenos Aires, Celtia, 1987.