Maples Arce Manuel Prisma

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Renato Leduc Opiniones ajenas no son siempre bastantes: la jirafa, el camello, ciertas aves zancudas son menos admisibles. Como dije a usted antes gusto hablar de animales con el pelo en la mano. Como errar es humano perseguí paquidermos por los seis continentes — el antártico incluso— por verdades fehacientes en dinero y cuidados no paré nunca mientes. Hay elefantes blancos pero no son comunes; son como la gallina que pone huevo en lunes. Los usan en los circos y en las cortes fastuosas para atraer turistas y algunas otras cosas. Los elefantes son, más comúnmente, grises: a veces son gris-rata, a veces son gris-perla y tienen sonrosadas como usted las narices. Cuando miro elefantes, siento anhelos de verla y estrecharla en mis brazos, como en tiempos felices. . . Los elefantes son, más comúnmente, grises. . . Un rajah de la India, por razones que ignoro, arrancó los colmillos a su fiel proboscidio quien se puso ipso-facto, dentadura de oro y murió ipso-facto. . . ¿fue piorrea? ¿fue suicidio. . . ? ¿Un rajah de la India? Eso sí es hilarante, hilarante sobre todo en el cine con un buen comediante. . . Un defecto, no obstante tiene — justo es decirlo— el amigo elefante: la epidermis que cubre su maciza estructura es tan dura, tan dura que adecuarse no puede a la industria del guante. 120 Antología de Poesía Mexicana: 1915-1979 De otros puntos de vista el amigo elefante. . . es tan útil, señora, como un cambio de dieta a un estómago enfermo. . . X V fabulillas de animales, niños y espantos. Manuel Maples Arce (1898) Nació en Papantla, Veracruz, el lo. de mayo. Estudió Preparatoria en Veracruz y se recibió como abogado en la Universidad de México. Cursos especiales de Literatura e Historia del Arte en la Sorbona. En 1925 Secretario General del gobierno de Veracruz. Diputado del Congreso de la Unión. Ha desempeñado números puestos diplomáticos. Fue embajador de México en Japón y Líbano. Obras: Poesía: Rag. Tintas de abanico (1920), Andamios interiores (1922), Urbe (1924), Poemas interdictos (1927), Metrópolis (1929), Memorial de la sangre (1947). Antología: Antología de la poesía mexi- cana moderna (1940). Ensayo: El paisaje en la literatura mexicana (1944), El arte mexicano moderno (1945), Peregrinación por el arte de México (1952), Incitaciones y valoraciones (1937), Ensayos japoneses (1959). Autobiografía: A la orilla de este río (1964). Prisma Yo soy un punto muerto en medio de la hora, equidistante al grito náufrago de una estrella. Un parque de manubrio se engarrota en la sombra, y la luna sin cuerda me oprime en las vidrieras. Margaritas de oro deshojadas al viento. 121

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Renato Leduc Opiniones ajenas no son siempre bastantes: la jirafa, el camello, ciertas aves zancudas son menos admisibles. Como dije a usted antes gusto hablar de animales con el pelo en la mano .

Como errar es humano perseguí paquidermos por los seis continentes — el antártico incluso— por verdades fehacientes en dinero y cuidados no paré nunca mientes.

Hay elefantes blancos pero no son comunes; son como la gallina que pone huevo en lunes.

Los usan en los circos y en las cortes fastuosas para atraer turistas y algunas otras cosas.

Los elefantes son, más comúnmente , grises: a veces son gris-rata, a veces son gris-perla y tienen sonrosadas como usted las narices.

Cuando miro elefantes, siento anhelos de verla y estrecharla en mis brazos, como en tiempos felices. . .

Los elefantes son, más comúnmente , grises. . . Un rajah de la India, por razones que ignoro, arrancó los colmillos a su fiel proboscidio quien se puso ipso-facto, dentadura de oro y murió ipso-facto. . . ¿fue piorrea? ¿fue suicidio. . . ?

¿Un rajah de la India? Eso sí es hilarante, hilarante sobre todo en el cine con un buen comediante. . .

U n defecto, no obstante tiene — justo es decirlo— el amigo elefante: la epidermis que cubre su maciza estructura es tan dura, tan dura que adecuarse no puede a la industria del guante. 120

Antología de Poesía Mexicana: 1915-1979 De otros puntos de vista el amigo elefante. . . es tan útil, señora, como un cambio de dieta a un estómago enfermo. . . X V fabulillas de animales, niños y espantos.

Manuel Maples Arce

(1898) Nació en Papantla, Veracruz, el lo. de mayo. Estudió Preparatoria en Veracruz y se recibió como abogado en la Universidad de México. Cursos especiales de Literatura e Historia del Arte en la Sorbona. En 1925 Secretario General del gobierno de Veracruz. Diputado del Congreso de la Unión. Ha desempeñado números puestos diplomáticos. Fue embajador de México en Japón y Líbano.

Obras: Poesía: Rag. Tintas de abanico (1920), Andamios interiores (1922), Urbe (1924), Poemas interdictos (1927), Metrópolis (1929), Memorial de la sangre (1947). Antología: Antología de la poesía mexi-cana moderna (1940). Ensayo: El paisaje en la literatura mexicana (1944), El arte mexicano moderno (1945), Peregrinación por el arte de México (1952), Incitaciones y valoraciones (1937), Ensayos japoneses (1959). Autobiografía: A la orilla de este río (1964).

Prisma

Yo soy un punto muerto en medio de la hora, equidistante al grito náufrago de una estrella. Un parque de manubrio se engarrota en la sombra, y la luna sin cuerda m e oprime en las vidrieras.

Margaritas de oro deshojadas al viento.

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Manuel Maples Arce La ciudad insurrecta de anuncios luminosos flota en los almanaques, y allá de tarde en tarde, por la calle planchada se desangra un eléctrico. El insomnio, lo mismo que una enredadera, se abraza a los andamios sinoples del telégrafo, y mientras que los ruidos descerrajan las puertas, la noche ha enflaquecido lamiendo su recuerdo. El silencio amarillo suena sobre mis ojos. Prismal, diáfana mía, para sentirlo todo! Yo departí sus manos, pero en aquella hora gris de las estaciones, sus palabras mojadas se me echaron al cuello, y una locomotora sedienta de kilómetros la arrancó de mis brazos. Hoy suenan sus palabras más heladas que nunca. Y la locura de Edison a manos de la lluvia! El cielo es un obstáculo para el hotel inverso refractado en las lunas sombrías de los espejos; los violines se suben como la champaña, y mientras las ojeras sondean la madrugada, el invierno huesoso tirita en los percheros. Mis nervios se derraman.

La estrella del recuerdo naufragada en el agua del silencio. T ú y yo.

Coincidimos en la noche terrible,

meditación temática deshojada en jardines. Locomotoras, gritos, arsenales, telégrafos.

Antología de Poesía Mexicana: 1915-1979

El amor y la vida son hoy sindicalistas, y todo se dilata en círculos concéntricos. A ndamios Interiores, 1922.

Revolución

El viento es el apóstol de esta hora interdicta. Oh épocas njarchitas que sacudieron sus últimos otoños! Barrunta su recuerdo los horizontes próximos desahuciados de pájaros, y las corolas deshojan su teclado. Sopla el viento absoluto contra la materia cósmica; la música es la propaganda que flota en los balcones, y el paisaje despunta en las veletas. Viento, dictadura de hierro que estremece las confederaciones! Oh, las muchedumbres azules y sonoras, que suben hasta los corazones! La tarde es un motín sangriento en los suburbios; árboles harapientos que piden limosna en las ventanas; las fábricas se abrasan en el incendio del crepúsculo, y en el cielo brillante los aviones ejecutan maniobras vesperales. Banderas clamorosas repetirán su arenga proletaria frente a las ciudades.

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