Manuel Mora Morales. Sobre la novela histórica "La isla transparente", una reflexión.
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8/7/2019 Manuel Mora Morales. Sobre la novela histrica "La isla transparente", una reflexin.
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La isla transparenteuna novela de manuel mora morales
www.editorialmalvasia.com - [email protected]
Antonio Ruiz de Padrn naci en San Sebasn
de La Gomera (Canarias), en 1757, y muri en
Villamarn de Valdeorras (Galicia), en 1823.
Su vida fue un apasionante viaje por diversos
pases, ideas y movimientos religiosos, polcos y
sociales de los siglos dieciocho y diecinueve. Esta
gura puede considerarse, junto a la del escritor
Benito Prez Galds, como la ms relevante de
su archipilago natal.
Ningn otro personaje canario ha sido tan cono-
cido y reconocido fuera de las islas. Fundamen-
talmente, su fama se debe a su labor como
Diputado, en las Cortes de Cdiz, para lograr la
derogacin del Voto de Sanago y la abolicin de
la Inquisicin Espaola. Aun siendo sacerdote,
logr ambos objevos. El resto de su vida tran-
scurri de manera novelesca.
La aparicin de una novela sobre Ruiz de Padrn
no debera sorprender a nadie, excepto por ser
la primera de las muchas que ya se debieron
haber escrito. Ni siquiera existe una bibliograa
extensa y los arculos periodscos tampoco han
sido numerosos. Es posible que esto se deba a la
escasez de nocias publicadas en torno a algunas
etapas de su vida o al ocultamiento intencionado
de uno de los personajes ms brillantes y rompe-
dores de nuestra historia.
Esta novela consta de cuatro volmenes. El tulo
genrico es Nuestro Ruiz de Padrn. El primer
volumen, La isla transparente, narra la infancia
La isla transparente,primera novela histrica sobre Antonio Ruiz de Padrn,
el canario que derrib la Inquisicin espaola
Con motivo del 200 aniversario de las Cortes de Cdiz y de la primera Constitucin
Editada en formato e-book y en papel con encuadernacin en tapa dura
Portada de la novela La isla transparente,
de Manuel Mora Morales. El libro est
lujosamente encuadernado en tapa dura,
conene 430 pginas y un apndice con
imgenes alusivas a la novela, adems
de un rbol genealgico de Antonio Ruizde Padrn.
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y primera adolescencia de nuestro personaje.
La accin principal transcurre en su isla natal,
La Gomera, pero la narracin incluye sucesos
histricos a una mayor escala as como la apa-
ricin de personajes pintorescos que tuvieron
relacin con el archipilago canario.
Lo histrico no excluye lo prodigioso. Ya se sabe
que la realidad suele regalarnos grandes sorpre-
sas. De manera que la meculosa invesgacin
histrica llevada a cabo en esta obra no excepta
la inclusin de abundantes histo-
rias extraordinarias que sucedi-
eron realmente. Entre otras,
podra destacarse la deAl Arrez
Canario, el isleo que lleg a ser
un esmadsimo General en el
Imperio Turco; la de una hermo-
sa e inocente jovencita llamadaMenca de Luna, torturada hasta
la muerte por el Santo Ocio de
la Inquisicin que, no sasfecho
con su crimen horrendo, volvi a
juzgarla y a quemarla varios aos
despus, de la manera descabel-
lada que aqu se explica; la de
Francisco Toms de Alfonso, un
vecino de Garachico que desa
al Imperio Britnico: naveg en
solitario hasta el corazn de Lon-
dres, con su barco cargado de
vino, cuando el Rey de Inglaterra restringi el
comercio con Canarias. Muchas otras historias
reales, referidas a obispos, marqueses, reyes y a
campesinos muertos de todas las hambres. Re-
cetas de comidas anguas, costumbres arraiga-
das en la poblacin, viajes entre islas, naufragios,
rebeliones, trabajos codianos, juegos de nios,conjuros de brujas,... Tambin el amor, en todas
su facetas, que de forma inevitable, parcipa del
dolor y hasta de la muerte.
Chesterton escribi, rerindose a la literatura,
que O bien una crca no es buena en absoluto
o bien una crca signica decir sobre un autor
aquellas cosas que lo harn salirse de sus casi-
llas. En ese mismo sendo, como autor, he in-
tentado construir esta novela, sin colocarme
incondicionalmente a favor de su protagonista.
Ha preferido adoptar un sendo crco que, con
toda probabilidad, hara salirse de sus casillasal propio Antonio Ruiz de Padrn. Sobre todo, en
algunos episodios signicavos
que aparecen en los siguientes
volmenes de esta obra.
Mi nica intencin no ha sido res-
catar del olvido a Ruiz de Padrn,
sino ms bien llevar a cabo una
reexin sobre la poca que le
toc vivir y la relacin, a vecesextrema, que mantuvo con ella.
Introspeccin necesaria para
acercarse en lo posible a esos es-
cenarios desde las claves existen-
ciales de sus coetneos, por una
parte, y, por otra, pasarlas por
el crisol del pensamiento actual,
delimitndolos. El lector juzgar
en qu medida se ha logrado
este propsito. En ese aspecto,
he tratado por todos los medios
no falsear los ncleos de verdad
depositados en esta historia, para no menrme ni
menr al lector. Aunque ningn novelista puede
escribir un relato objevo (menos an el que se
crea capacitado para hacerlo), ser dicil hal-
lar en esta novela una sola palabra que no est
acorde con mi manera de senr y de comprender
la honradez a carta cabal.
No es habitual la inclusin de tantas citas, notas
y bibliograa en una obra literaria como conene
Junto a esta
novela, se ha
realizado un
largometrajedocumen-
tal dobre la
gura de An-
tonio Ruiz de
Padrn.
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La isla transparente. Esta parcularidad va a per-
mir que cualquier lector tenga la oportunidad
de documentarse sobre la periferia de estas nar-
raciones, sin necesidad de acudir a una biblioteca
o archivo histrico. Esas partes complementarias
se han situado al nal del libro para facilitar la
lectura corrida del texto narravo.
El mismo tratamiento tendr el
resto de los volmenes, quizs con
ms razn porque las alusiones a
lugares lejanos son ms frecuentes.
Si hemos de referirnos a las visitas
de Ruiz de Padrn a Filadela, Bal-
more, Nueva York, La Habana, Pars,
Roma, Cdiz, Madrid, Oporto, Lis-
boa,... es preferible contar con ref-
erencias sucientes y fehacientes,
antes que desconocer el terrenoque pisamos. Puedo asegurar a los
lectores que he recorrido personal-
mente, y detenidamente, cada una
de las poblaciones donde residi o
que, simplemente, visit nuestro protagonista;
y he consultado en su geograa urbana, en sus
archivos, bibliotecas, iglesias, museos y personas
expertas cuantos datos estuvieron a mi alcance.
Sobre el eslo de los textos narravos, resultaevidente que no es el ms tradicional. El que es-
cribe es hijo de sus lecturas y, en las mas, no son
ajenas autoras como Nivaria Tejera o Gertrude
Stein. En realidad, a medida que avanzaba en la
obra, la sintaxis fue buscando caminos propios.
Como otros escritores han sido arrastrado por
sus personajes, yo lo fui por las palabras y los
sig-nos de puntuacin. Desaparecieron las co-
mas, excepto un reducido nmero para destacar
vocavos y aposiciones nominales. Se borraron
los guiones de los dilogos y otros signos de pun-
tuacin se acomodaron o tambin se esfumaron.
En estas circunstancias, las mismas palabras que
haban expulsado los signos, bus-
caron nuevos nichos dentro de lasfrases para no perder sus signica-
dos convencionales o para reinven-
tarlos y aportar mayor transparencia
al relato.
Como el resto de novelas histricas,
La isla transparente no es histrica
en sendo estricto, porque necesa-
riamente hay en ella dilogos y per-
sonajes que nunca exiseron o, si lohicieron, no eran idncos a los des-
critos. No obstante, lo mismo podra
decirse de cualquier ensayo histri-
co, puesto que quien lo escribe se ve
obligado a completar con su imaginacin objetos
y acontecimientos desconocidos, pero necesa-
rios para entender el desarrollo de la historia.
La diferencia est en que el ensayista calica de
hiptesis a esta argamasa de suposiciones, mien-
tras el novelista preere denominarla ccin. Ex-
traamente, a medida que el empo transcurre,
las cciones histricas de las novelas nos van
pareciendo menos falsas que las hiptesis for-
muladas por los historiadores acadmicos.
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Informacin sobre el autor: http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Mora_Morales
