Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo...

168
María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión I PRAHC UMSS Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria de Postgrado Facultad de Arquitectura Instituto de Investigaciones de Arquitectura Cooperación Institucional de Universidades Francófonas de Bélgica Programa Integral de Rehabilitación Áreas Históricas Cochabamba – UMSS Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial” Quinta Versión TEMA: LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD EN SITIOS CULTURALES Estudio de caso: Alta Gracia, espacio urbano, poder y conflicto Informe Final de Tesis Autor: Mgtr. Arq. María Rebeca Medina Tutor: Dr. Arq. Andrés Loza Armand Ugón Cochabamba, 22 de Mayo 2009

Transcript of Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo...

Page 1: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

I

PRAHC UMSS

Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria de Postgrado Facultad de Arquitectura Instituto de Investigaciones de Arquitectura Cooperación Institucional de Universidades Francófonas de Bélgica Programa Integral de Rehabilitación Áreas Históricas Cochabamba – UMSS

Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”

Quinta Versión

TEMA: LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD EN SITIOS CULTURALES

Estudio de caso: Alta Gracia, espacio urbano, poder y conflicto Informe Final de Tesis

Autor: Mgtr. Arq. María Rebeca Medina

Tutor: Dr. Arq. Andrés Loza Armand Ugón

Cochabamba, 22 de Mayo 2009

Page 2: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

II

A la memoria de mi madre Inés María Proietti de Medina

Page 3: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

I

ÍNDICE PARTE I. INTRODUCCIÓN, METODOLOGÍA Y MARCO TEÓRICO CAPÍTULO I. INTRODUCCIÓN 1.1. Justificación 1

1.1.1. Problema a investigar 2 1.1.2. El objeto de estudio 3

1.2. Los Objetivos y los interrogantes 5 1.2.1. Alcances 6 1.2.2. Importancia del estudio 6 1.2.3. Estructura del trabajo 6

CAPÍTULO II. METODOLOGÍA 2.1. Enfoque metodológico 10 2.2. Variables, Indicadores, Técnicas 10 2.3. Los actores: Sujetos y organizaciones 11 2.4. Metodología, Métodos y Técnicas cualitativas 12 2.5. Criterios de selección de las muestras y situaciones a investigar 13 2.6. Fuentes Primarias y Secundarias 14 2.7. Procedimientos 15 2.8. Sistematización de datos 16 2.9. Problemas y Limitaciones 18 Capítulo III. Marco Teórico 3.1. Conceptos instrumentales 19

3.1.1. Las Representaciones y producción simbólica del territorio 19 3.1.1.1. Territorio: Territorialización, Territorialidad, Modo de Producción 19 3.1.1.2. Objetos y Acciones 22

3.1.2. El Espacio Geográfico, Milton Santos 23 3.1.2.1. Rugosidades, Fijos, Horizontalidades 24 3.1.2.2. Inercias dinámicas, Flujos, Verticalidades 24 3.1.2.3. Invariantes estructurales 26

3.1.3. El Espacio Social, Pierre Bourdieu 27 3.1.3.1. Campo 28 3.1.3.2. Habitus 29 3.1.3.3. Clases 29 3.1.3.4. Capital 30

3.1.4. Identidad y Memoria 33 3.1.5. Las formulas binarias de oposición 37 3.1.6. El Patrimonio territorial 38

3.1.6.1. Patrimonio cultural 39 3.1.6.2. Los Bienes Culturales. Valoración 42

3.1.7. El desarrollo local a partir del patrimonio territorial 44 PARTE II. EL OBJETO DE ESTUDIO CAPÍTULO IV. IDENTIFICACIÓN DEL SITIO DE ESTUDIO [ESPACIO-TIEMPO]: ALTA GRACIA COMO ESPACIO GEOGRÁFICO Y SOCIAL 4.1. Contextos de situación del objeto de estudio 46 4.2. Tiempo y cronología 46

4.2.1. Las etapas históricas y sus protagonistas (procesos diacrónicos-sincrónicos) 48

Page 4: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

II

4.3. Territorio. Espacio geográfico y social 51 4.3.1. El territorio natural y la primera sociedad. Primeros habitantes, Colonia 1573-1643 51 4.3.2. El territorio como sistema espacial productivo: Manzana y Estancias Jesuíticas

de Córdoba y otros propietarios. 1643- 1767/ 1868 54 4.3.3. El Sitio de estudio como sistema espacial urbano: Alta Gracia, villa turistica y

ciudad, hasta la actualidad. 1868- 1940 /2008 58 4.4. Sitio. Espacio geográfico y social 66

4.4.1. Las etapas históricas y sus protagonistas (procesos diacrónicos-sincrónicos) 66 4.4.2. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767) 66

4.4.2.1. El Espacio Geográfico 69 4.4.2.2. El Espacio Social 71

4.4.3. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940) 73 4.4.3.1. El Espacio Geográfico 76 4.4.3.2. El Espacio Social 77

4.4.4. La Ciudad y la industrialización de la región (a partir de 1940) 80 4.4.4.1. El Espacio Geográfico 84 4.4.4.2. El Espacio Social 86

4.4.5. Los periodos de crisis 88 4.5. Conclusión: Territorio y Sitio 90

4.5.1. El Espacio Geográfico 90 4.5.2. El Espacio Social 91 4.5.3. El Patrimonio territorial y la identidad. 92 4.5.4. El desarrollo local a partir del patrimonio territorial 94

PARTE III. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS ALCANZADOS CAPÍTULO V. LA MEMORIA Y LA IDENTIDAD EN EL SITIO DE ALTA GRACIA 5.1. Las Representaciones y la construcción de la memoria histórica y cotidiana local 96

5.1.1. El reconocimiento de los objetos y acciones que construyen la memoria y la identidad del sitio 96

5.1.2. La valoración de los bienes culturales en relación a la construcción de la identidad del sitio 101

5.1.3. El uso de los objetos y acciones que construyen la memoria y la identidad del sitio 103 5.2. Reflexión Final: La identidad como sentimiento de afinidad, reconocimiento

y apropiación 105 CAPÍTULO VI. LAS VISIONES LOCALES SOBRE EL PATRIMONIO: PRÁCTICAS Y REPRESENTACIONES 6.1. Las visiones locales sobre el patrimonio, entre las prácticas y las

representaciones socio-territoriales 109 6.2. El Espacio Social 109

6.2.1. El espacio social en la actualidad desde la visión del vecino: los usos y las actividades en los espacios públicos 109 6.2.2. Espacio social: Rasgos del campo y del habitus en cada una de las etapas históricas del sitio. (Sincrónico) 114 6.2.3. Espacio social: Síntesis de los campo-habitus que han construido o construyen relaciones identitarias (Diacrónico) 119

6.3. El Espacio Geográfico 123 6.3.1. El Espacio geográfico en la actualidad desde la visión del vecino: rugosidades

e inercias 123 6.3.2. Espacio geográfico: Rasgos de los procesos de territorialización y

Page 5: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

III

territorialidades, fijos y flujos en cada una de las etapas históricas del sitio. (Sincrónico) 125 6.3.3. Espacio geográfico: Síntesis de las rugosidades e inercias dinámicas, a partir de los

fijos y los flujos, que han construido o construyen relaciones identitarias (Diacrónico) 129 6.4. Reflexión Final: Espacio Social y Geográfico: lo diacrónico y lo sincrónico 131 CAPÍTULO VII. LOS CONFLICTOS PARA EL DESARROLLO 7.1. Estrategias locales, el patrimonio y la perspectiva del desarrollo 134

7.1.1. Bases para relacionar objetos y acciones con la dimensión local y territorial en función del desarrollo sustentable 134 7.1.2. Espacio social y geográfico: Síntesis de las verticalidades, horizontalidades y redes que han aportado o aportan al desarrollo local 138 7.1.3. Bases para identificar los conflictos que ha presentado la relación patrimonio/desarrollo en este territorio 139

7.2. Reflexión Final 142 CAPÍTULO VIII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 8.1. Conclusiones

8.1.1. A modo de recapitulación 144 8.1.2. El patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia 149 8.1.3. El patrimonio cultural y las estrategias de desarrollo local 150

8.1.2.1. Bases para relacionar la dimensión local y territorial del patrimonio cultural de Alta Gracia con la identidad del habitante local y el desarrollo del sitio 152

8.1.4. La participación del patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia 152

8.2. Recomendaciones 155 BIBLIOGRAFÍA 157

Page 6: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

IV

ANEXOS

Glosario -2- Anexo 1. Observación no participante -6- Anexo 2. Encuesta a propietarios de bienes -9- Anexo 3. Entrevistas a personajes claves -11- Anexo 4. Clases y capitales. Fuente: BOURDIEU, Pierre. “Capital Cultural, Escuela y Espacio Social”. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina 2005. Pág. 31 -17- Anexo 5. Cuadro Síntesis 1. Marco Teórico -18- Anexo 6. Cuadro Síntesis Alta Gracia como espacio geográfico y social. Territorializaciones y Territorialidades -19- Anexo 7. El Bajo y el Alto en la bibliografía sobre Alta Gracia -20- Anexo 8. Proyecto de Unificación espacial y puesta en valor del Conjunto Jesuítico de Alta Gracia. Municipalidad de Alta Gracia-Gobierno de la Provincia de Córdoba -22- Anexo 9. Portadas Semanario Nuevo Sumario Alta Gracia -23- Anexo 10. Cuadro síntesis 2. Análisis de Resultados -25- Anexo 11. Sistematización de datos de las Observaciones. Introducción a la sistematización de datos, Textos descriptivos y analíticos de cada observación, con archivos de audio, fotos y videos, mapas funcionales y emocionales -26- Anexo 12. Sistematización de datos de las Encuestas cerradas. Introducción a la sistematización de datos, Gráficos según ítems de análisis -109- Anexo 13. Sistematización de datos de las Entrevistas abiertas a personajes claves. Introducción a la sistematización de datos, Análisis de discurso por cada entrevista, archivos de audio y planos de recorridos. -115- Anexo 14. Síntesis del estatus del sitio como espacio social y geográfico, para el Documento Preliminar del Plan de Gestión del Sitio de la Estancia, sobre la base de un enfoque conceptual diferente. Museo Nacional de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, 2008. -193-

Page 7: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

1

LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD EN SITIOS CULTURALES Estudio de caso: Alta Gracia, espacio urbano, poder y conflicto

PARTE I. INTRODUCCIÓN, METODOLOGÍA Y MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I. INTRODUCCIÓN

“Cada pueblo debe ser su edad y su suelo, cada pueblo debe ser él mismo..."

Juan Bautista Alberdi, 1853

“Cada Lugar es, al mismo tiempo, objeto de una razón global y de una razón local que conviven dialécticamente”

Milton Santos, 2000

1.1. Justificación

Un territorio, desde los campos del urbanismo y la historia, quizás se pueda entender como esa porción de superficie terrestre que presenta rasgos diferenciados, posee señas de identidad propias, y es resultado de procesos de individualización a lo largo del tiempo, es decir un espacio de interacción de los hombres, y referente de unión y pertenencia. “El territorio como patrimonio es diacrónico: da cabida a diferentes formas y contenidos en función del tiempo y del grado de desarrollo social; puede incluso desbordar los límites administrativos o políticos. No sólo es propiedad, sino herencia del grupo y se define como todo aquello que es función y resultado de la actividad humana dentro de la relación entre el hombre y su medio. El territorio se convierte en patrimonio una vez que pasa a ser recurso para el hombre”1.

Espacios, paisajes, lugares, ciudades, lo material, lo intangible y fundamentalmente, lo social son, en síntesis, las dimensiones de la construcción territorial y urbana, objetos y acciones nunca aislados sostenidos en un determinado espacio ―en ocasiones urbanos ―, en el que se realiza la historia.

Los actores, las acciones y sus articulaciones generan poderes y conflictos a lo largo de la historia del territorio y sus espacios urbanos, que se suelen estudiar de manera sincrónica. El hombre, su grupo social, las empresas productivas y las institucionales territorializan el espacio, lo reconocen como propio, crean a partir de él su identidad. Según Brunet, el espacio es territorio cuando un grupo humano se apropia de él y tiene conciencia ―memoria―, de haberlo hecho.

“El territorio también podría comprenderse, entonces como la imagen de la realidad de una sociedad expresada a través de bienes tangibles e intangibles (…). En este proceso, siempre se opera en dos dimensiones básicas: la identidad y la diferencia. Si la identidad la entendemos como forma de pertenencia y de participación: ¿a dónde pertenecemos y de qué participamos?”2

Otra pregunta surgirá paralela a las anteriores. En este espacio y en este tiempo, en este suelo y en esta alta modernidad –y en el campo disciplinario de la arquitectura–, la posmodernidad demuestra interés por la recuperación de memoria y el rescate y construcción de identidad, por lo tanto la conciencia preservacionista constituye un rasgo característico de la posmodernidad3, junto a la reflexión sobre la finitud de recursos patrimoniales y la necesidad de valorar el ambiente humano, en su

1 Declaratoria de Oaxtepec sobre el patrimonio y su territorio. ICOMOS, Morelos, 1984. 2 Carta de Brasilia. Documento Regional del Cono Sur sobre Autenticidad. ICOMOS, Brasilia, 1995 3 GAMBONE DE DELLAVEDOVA, Dora y FRANCHELLO DE MARICONDE, María. “Posmodernidad y Patrimonio. El monumento arquitectónico en

Córdoba”. Córdoba: Editorial Eudecor, 1997.

Page 8: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

2

soporte natural y físico construido. Pero ¿se construyen en el actual proceso de territorialización nuevos espacios para la memoria urbana? ¿Se reconocen y se valoran los espacios que se poseen?

El estudio de caso de este proyecto –la ciudad de Alta Gracia–, se identifica como un espacio urbano escenario de historias de poder y conflictos, siempre enfrentados, que ha promocionado al presente una actividad turística tradicional y local, sin potenciar sus recursos territoriales de carácter único, reconocidos internacionalmente, posibles factores de un desarrollo sustentable.

Alta Gracia se manifiesta como un todo coherente en cuanto a la síntesis de sus bienes tangibles, (objetos materiales de reconocido valor cultural), pero no así en cuanto a sus actividades humanas, (acciones técnicas y simbólicas), que, en cada etapa histórica, parecen evitar las miradas diacrónicas a su pasado prefiriendo destacar o reconocerse en solo una de las etapas, silenciando las restantes.

¿A quienes les pertenecen los bienes culturales y su espacio geográfico y social? Si bien la identidad del Sitio de Alta Gracia es indiscutible, pero compartimentada y compartida solo por los grupos activos (las clases cuyos actores decisores generaron formas de construcción social y capitales sociales y culturales), y no por el resto de los habitantes del lugar, actores y herederos pasivos del mismo conjunto patrimonial. ¿Quiénes participan y construyen la apropiación del patrimonio urbano del sitio?

Las respuestas deben aportar a una mejor interpretación del rol del patrimonio cultural en el sitio, donde la diversidad de dominios, poderes e intereses genera conflictos en su gestión como recurso cultural y económico, es decir como posible factor de desarrollo local.

1.1.1. Problema a investigar

Un primer acercamiento al problema de la investigación indica algunos factores que influirán en cualquier línea de trabajo, entre los que interesa: la posición ambigua de la población, tanto de los actores con poder de decisión como los que no lo poseen en relación a la construcción de sus propias representaciones identitarias en general y a ese patrimonio territorial como referente de las identidades individual y de grupo.

El problema parte, en hipótesis, de la ausencia de atribución de valores al patrimonio local por parte de los actores locales; y el territorio es un ejemplo ignorado de formas de construcción social, verdadera base de la identidad del sitio, y condición esencial para comprender su pasado y su futuro desarrollo. Asimismo se constata un estudio y hasta una vivencia sincrónica de los objetos y acciones, procesos y actores protagonistas de su historia, mientras que la construcción de las identidades locales ―y hasta el posible desarrollo sustentable del territorio―, necesita una mirada desde lo diacrónico.

Entonces:

¿Qué significa el patrimonio cultural en el imaginario de los pobladores de Alta Gracia?

¿Cómo indagar en las identidades y subjetividades de los actores locales en relación a la potencialidad histórica del patrimonio territorial y urbano?

¿Qué problemas ha presentado la relación patrimonio/sustentabilidad en este territorio?

En definitiva el interrogante principal es: ¿Cómo participa el patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia?, y en consecuencia, el secundario se plantea como: ¿es factible la relación patrimonio / desarrollo en este espacio urbano y en este territorio, escenario de poder y conflictos?

Page 9: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

3

En este marco, objetivos, variables e indicadores se centran en los bienes tangibles e intangibles, objetos y acciones que componen el patrimonio cultural local desde una mirada integral e inclusiva, su significado simbólico para la comunidad local y la vinculación entre el patrimonio cultural y el desarrollo local.

El objeto de análisis es el bien cultural ―mueble, inmueble o natural, tangible o intangible, urbano, semiurbano, entendido como partes de sistemas y no solo como colecciones ―, como un dato cuyo análisis permite la construcción intelectual de la realidad, y también como signo, como símbolo, como recurso, en el espacio geográfico y social de la ciudad de Alta Gracia, a partir de sus principales etapas históricas y de los actores institucionales y sociales que detenten relación con ellos. Se entiende que este análisis debe partir desde lo singular y desde momentos concretos, definidos o críticos, para alcanzar una instancia diacrónica que permita formular posturas más diversas y complejas.

Ahora bien, un aspecto a considerar es la complejidad que presenta el estudio de los bienes culturales. Josep Ballart define al bien mas allá del objeto en sí: “Un bien cultural es un objeto que ha acumulado teoría, práctica, experiencia e investigación, en definitiva es el resultado del conocimiento humano acumulado”4. Esta actividad creadora llamada Bien Cultural –como una hipótesis personal a confirmar–, aúna en su estudio variables cualitativas y cuantitativas. Su estudio puede revelar conocimientos sobre la población y el territorio que involucra el proyecto, puede contextualizar y contrastar conocimiento ya registrados con otros nuevos que se produzcan.

1.1.2. El objeto de estudio

La participación de los bienes culturales en la construcción de la identidad local se desarrolla en varios espacios geográficos / sociales / históricos (Gráfico 1):

4 BALLART, Josep. “El Patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso”. Barcelona: Ariel, 1997.

Valoresde los

Bienes Culturales

Objetivo:Analizar y problematizar los procesos de construcción identitaria en la

población de Alta Gracia, en función a la incorporación y problematización de las dimensiones patrimonial y territorial.

Patrimonio Cultural (+) (-)

Objetos y acciones

Lugar??

Alta Gracia Actores decisores y actores

pasivos

Identidad /es

jesu

itas

abor

ígen

es

FFC

C

Vill

a tu

ríst

ica

Ciu

dad

Page 10: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

4

3. El territorio natural y la primera sociedad. Primeros habitantes, Colonia 1573-1643

4. El territorio como sistema espacial productivo: Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba y otros propietarios. 1643- 1767/ 1868

5. El Sitio de estudio como sistema espacial urbano: Alta Gracia, villa turistica y ciudad, hasta la actualidad. 1868- 1940 /2008

Cada componente originado en el marco de los espacios citados es un bien cultural, objeto que es fuente de conocimiento y generador de sentimientos de pertenencia territorial, lo que indica que necesariamente se deberá indagar sobre:

Las etapas historicas y sus protagonistas (procesos diacrónicos-sincrónicos):

- la Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1868)

- la Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940)

- la Ciudad y la industrialización de la región (a partir de 1940)

Siendo los citados los periodos más concretos identificados en el actual proceso histórico de Alta Gracia, también cabe tener en cuenta los momentos de crisis entre periodos y la crisis como periodo.

Cada etapa puede ser analizada mediante el concepto de “rugosidades” propuesto por Milton Santos, aquellos “espacios construidos, o formas territoriales construidas, un tiempo histórico que deviene paisaje (entendido como formas territoriales) y un tiempo histórico incorporado en el paisaje”.

A este concepto lo acompaña el de “inercias dinámicas” para completar la mirada al territorio, entendidas estas como “el espacio organizado o las formas espaciales, que si bien son rugosidades son también inercia dinámica, resultado de la interacción de múltiples variables presentes que ejercen condicionamientos o determinaciones sobre los procesos futuros”.

Las representaciones e imaginarios en relacion a los procesos socio-culturales, que definen la apropiación territorial: Alta Gracia como escenario de historias de poder y conflictos, a partir de formulas binarias de oposición, formas de pensamiento social que se organizan para comprender y describir al mundo5:

- El Bajo y El Alto, identidades en el espacio condicionadas por las caracteristicas del soporte geografico, pero que repercute en las clases sociales, organizaciones economicas y culturales de la ciudad, es decir campos y habitus, que involucran capitales sociales y culturales, y que tambien abarcan:

- los “nacidos y criados”/ los que llegaron y eligieron quedarse, identidades colectivas que enfrentan grupos o clases según la relacion de pertenencia original al sitio;

- los ricos y los pobres, binario derivado del primer par, que definieron el espesor territorial del sitio;

- la diversión y la muerte, binario derivado de las actividades de la segunda etapa historica, como parte de los tras-escenarios o espacios no reconocidos.

5 REGUILLO CRUZ, R. “De las culturas en “infinitivo” a la conjugación compleja re-pensar la diferencia”, en III ENCUENTRO INTERNACIONAL DE PROMOTORES Y

GESTORES CULTURALES CONACULTA, 2005

Grafico 1. Las etapas históricas del sitio y el espacio geográfico: estancia (rojo), el Bajo (celeste),

y el Alto (violeta) Fuente: elaboración propia

Page 11: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

5

Las etapas y las formulas binarias de oposicion responden a “invariantes estructurales”, es decir la consideración de procesos de larga duración que se determinan como estructurantes de los procesos territoriales y dan cuenta del espesor histórico del territorio: la identidad de los lugares.

Así, este campo espacial geográfico-social más el campo teórico permitirá un acercamiento a la interpretación de:

- Identidad - Memoria

- Patrimonio territorial

- Espacio geografico y social como recurso cultural

Desde estos contextos se desarrollarán observaciones y proposiciones de carácter general.

1.2. Los Objetivos y los interrogantes

Interrogante principal

¿Cómo participa el patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia?

Interrogante secundario

¿Es factible la relación patrimonio / desarrollo en este espacio urbano y en este territorio, escenario de poder y conflictos?

Objetivo General.

Analizar y problematizar los procesos de construcción identitaria en la población de Alta Gracia, en función a la incorporación y problematización de las dimensiones patrimonial y territorial; a partir de lo cual se identifiquen las vinculaciones posibles entre lo patrimonial, desde una visión integral, y la generación de estrategias de desarrollo local.

Objetivos Específicos. Indagar sobre:

- 1. Los procesos históricos de construcción territorial de Alta Gracia

- 2. Las representaciones sociales que se articulan en la construcción (diacrónica) de la memoria histórica.

- 3. Las visiones locales sobre el patrimonio en función al análisis de las prácticas y representaciones socio-territoriales.

- 4. Las estrategias de los distintos actores sociales y las perspectivas y proyectos de desarrollo que cada uno de ellos defiende.

Page 12: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

6

1.2.1. Alcances

Los alcances de esta investigacion se vinculan a la elaboración del Plan de Gestión Cultural del Sitio de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, su área de protección urbana inmediata, y su relación con el territorio histórico, económico y cultural. Las dificultades presentadas en la elaboracion del mismo a la fecha suponen la ausencia de datos claves como el sentimiento de identidad de los habitantes respecto a sus objetos y acciones patrimoniales, asi como la valoracion cultural de los mismos. De esta forma los alcances tambien suponen una relacion directa con las lineas de desarrollo local, en especial el turismo, y el buen uso de los bienes culturales.

Se espera que el proyecto contribuya con resultados en cuanto a la relacion patrimonio / turismo / desarrollo sustentable, que aporten a la redaccion del Plan como instrumento público de planificación del sitio, compartido y ejecutado entre las instituciones responsables del sitio –reunidos en el Nodo de Gestión Local según O. Nº 7234/05–, en vinculación con la Red de Estancias Jesuíticas. Este alcance puede matrializarse en uno de los documentos sintesis que en esta etapa aportan cada una de las instituciones al Docuemento Base elaborado en el año 2008.

Asimismo puede contribuir en cuanto a la aplicación de las ordenanza vigentes (relación bien cultural- propietario-identidad), a su mejora y actualización, y a los proyectos de interpretación del sitio, aun pendientes de eleboración, para reducir conflictos .

En síntesis, la presente investigación está destinada a reexaminar categorias teóricas [espacio social y geográfico], para describir y analizar el sitio cultural de Alta Gracia, y poder así explicar el proceso de contrucción identitaria del lugar.

1.2.2. Importancia del estudio

La importancia de esta investigación radica en un acercamiento diferente al estudio del patrimonio cultural. Tradicionalmente. Alta Gracia ha sido receptora de trabajos de investigación acerca de su patrimonio cultural tangible dado su jerarquizado valor. En la mayoría de los casos, esta jerarquización de su patrimonio arquitectónico-urbano proviene desde el exterior de la sociedad local, siendo ambigua la posición de la población respecto a dichos valores culturales. Esta posición varía desde un reconocimiento que se evita exteriorizar hasta una negación rotunda.

Más que verificar esa valoración del patrimonio cultural de Alta Gracia, ya constatado a nivel local, nacional e internacional, lo que se pretende es indagar sobre el significado simbólico del bien cultural para la comunidad local, su reconocimiento como parte de un espacio geográfico y antropológico, como partícipe de la memoria histórica del territorio, como posible recurso para el desarrollo que exige tanto restricciones en cuanto a su uso como la condición de aceptar compartir la memoria tangible e intangible local con visitantes, extraños temporales o permanentes.

Algunos proyectos de obras públicas así como acciones de gestión derivadas de su condición de Patrimonio de la Humanidad, han evidenciado varias carencias en este aspecto. Una de ellas es la relación entre el Estado que regula sobre la memoria común y el derecho a participar del ciudadano. Otra es sobre los usos que se dispone, sobre los objetos que soportan parte de esa memoria, y por ultimo su exposición como recurso que facilita el desarrollo económico. Quizás todos convergen en un error inicial de alguna gestión cultural y política que dio por sentado la aceptación ciudadana para iniciar la exposición internacional de su patrimonio cultural y su uso como recurso turístico

1.2.3. Estructura del trabajo

La estructura de la investigación consta de tres partes:

PARTE I. Introducción, Metodología y Marco Teórico

Page 13: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

7

Síntesis del Cuadro 1. Marco Teórico (Anexo 5).

PARTE II. El Objeto de Estudio

PARTE III. Análisis del sitio

La Primera Parte incluye la Introducción General como Capitulo I y la Metodología como Capitulo II. En ellos se presenta el tema problema y los objetivos y alcances del trabajo, así como el enfoque metodológico a utilizar en el desarrollo. El enfoque crítico de las ciencias sociales guiará los métodos y las técnicas cuantitativas y cualitativas a fin de indagar sobre ¿cómo participa el patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia?

El Capítulo III comprende el Marco Teórico del trabajo, que recupera y relaciona algunos conceptos instrumentales sobre el espacio social y geográfico propuestos por Milton Santos y Pierre Bourdieu, en especial, que se estiman adecuados y pertinentes para interpretar el espacio de análisis desde otros enfoques disciplinares, como la sociología y la geografía social. La conceptualización parte del territorio, la territorialización, y la territorialidad, para incluir en el espacio geográfico las nociones de Rugosidades, Fijos, Horizontalidades vs. Inercias dinámicas, Flujos, Verticalidades e Invariantes estructurales. En el espacio social se agrupan los conceptos de Campo, Habitus, Clases y Capital.

Como otro modo de mirar el espacio las formulas binarias de oposición propuestas por Rosana Reguillo, se suman a los conceptos sobre patrimonio territorial, bienes culturales, identidad y memoria, para concluir con su posible aplicación en relación al desarrollo local.

La Segunda Parte se ocupa del Objeto de Estudio: el sitio de Alta Gracia como espacio cultural, social y geográfico. Frecuentemente descripta y analizada desde la arquitectura y el urbanismo por sus valores patrimoniales reconocidos a nivel internacional, este análisis se propone una mirada desde lo geográfico y lo social de los contextos de situación del objeto de estudio, de lo que da cuenta el

Territorio

ESPA

CIO

GEO

GR

ÁFI

CO

M

ilton

San

tos

Rugosidades Fijos Verticalidades

Inercias dinámicas Flujos Horizontalida des

Relaciones formulas binarias de oposición

Periodos Sitio

Acciones Personajes y empresas

Objetos Bien cultural

Periodos Territorio

ESPAC

IO SO

CIA

L P

ierre Bourdieu

Campo

Habitus

Capital

Clases

Poder

Conflicto

Patr

imon

io

Bie

n cu

ltura

l Identidad/es

Mem

oria

Desarrollo [local]

LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD EN SITIOS CULTURALES Estudio de caso: Alta Gracia, espacio urbano, poder y conflicto

Invariantes estructurales

Page 14: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

8

rugo

sida

des

Síntesis del Cuadro Alta Gracia como espacio geográfico (Anexo 6).

Capítulo IV, en respuesta al primer objetivo especifico: indagar sobre los procesos históricos de construcción territorial de Alta Gracia. Una primera instancia, de visión más amplia, aplica parte de la conceptualización teórica al reconocimiento del territorio, una suerte de análisis según territorializaciones e inercias dinámicas en etapas de mayor duración en el espacio-tiempo:

- El territorio natural y la primera sociedad. Primeros habitantes, Colonia: 1573-1643.

- El territorio como sistema espacial productivo: Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba y otros propietarios: 1643- 1767/ 1868.

- El Sitio de estudio como sistema espacial urbano: Alta Gracia, villa turistica y ciudad, hasta la actualidad: 1868- 1940 /2008.

A continuación, y tras algunas reflexiones sobre el tiempo y la cronología apropiada para el sitio cultural específico, se reduce el espacio geográfico y social de análisis al Área de Protección de Primer Orden, un lugar estratégico que vincula situaciones espaciales singulares, donde se recrean las principales períodos históricos y sus protagonistas en procesos diacrónicos-sincrónicos, según etapas de menor duracion en el espacio tiempo, identificadas según territorialidades y rugosidades:

- La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767)

- La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940)

- la Ciudad y la industrialización de la región (a partir de 1940)

En esta segunda instancia el espacio es examinado mediante las formulas binarias de oposición, así como la revisión de objetos y acciones del Patrimonio territorial, para concluir sobre la relación entre el marco teórico y el análisis del sitio según lo expuesto sobre los campos del espacio geográfico y social.

RUGOSIDADES

Horizontalidades (regiones)

Primeras mercedes? 1588-1640

comechingones Siglo XVI? (500 al 1600 d.C.)

Compañía de Jesús (1643 – 1767)

José Manuel Solares (1820 – 1868)

Villa turística, ligado al FFCC (1900-1930)

La villa como ciudad dormitorio (1955-1980)

La ciudad como ¿? 2000 -2008

INERCIAS DINAMICAS

Verticalidades (redes)

1643 - 1767 1900 -1930 1960-2000 1588 1820-1900 1940-60 1960-2000

Page 15: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

9

Síntesis del Cuadro 2. Marco Teórico (Anexo 10).

MA

RC

O T

EOR

ICO

: Esp

acio

geo

gráf

ico

Milt

on S

anto

s Pa

trim

onio

. Obj

etos

: Esp

acio

s ur

bano

s pú

blic

os

VALO

RES

LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD EN SITIOS CULTURALES Estudio de caso: Alta Gracia, espacio urbano, poder y conflicto

El Marco Teórico y el análisis del Objeto de estudio fueron desarrollados a partir el Trabajo de Campo enfocado al análisis crítico de documentos, bibliografía, y fuentes varias que proporcionaron datos culturales antropológicos, etnográficos, arqueológicos, históricos, sociales, políticos arquitectónicos, urbanos y ambientales existentes sobre el sitio. Las relaciones contempladas en el discurso están reflejadas en el Cuadro Síntesis 1. Marco Teórico (Anexo 5).

La Tercera Parte, dedica al Análisis del Sitio en sí mismo, comienza con la exposición de los resultados alcanzados mediante el desarrollo del Trabajo de Campo sobre el espacio definido para el análisis.

Respondiendo a los segundos objetivos específicos del trabajo se sintetizan en los Capítulos V, VI y VII, mediante textos, gráficos, fotos y mapas diversos, los datos obtenidos a partir de Observaciones no participantes, Encuestas enfocadas y Entrevistas cualitativas, cuyo registro forma parte de los anexos de la presente investigación. Las relaciones contempladas en esta etapa del discurso están expresadas en el Cuadro Síntesis 2. Análisis de Resultados (Anexo 10).

Finalmente, el Capítulo VIII contiene las Conclusiones y Recomendaciones a las que ha arribado esta investigación, como verificación de los interrogantes y objetivos generales propuestos.

TRABAJO DE CAMPO Encuesta: Objeto de estudio: BIENES CULTURALES INMUEBLES DE ALTA GRACIA Variable cualitativa: SENTIMIENTO DE IDENTIDAD Observación: Objeto de estudio: BIENES CULTURALES INMUEBLES / ESPACIOS PUBLICOS DE VALOR CULTURAL DE ALTA GRACIA Variable cualitativa: SENTIMIENTO DE IDENTIDAD Entrevista abierta Objeto de estudio: BIENES CULTURALES INMUEBLES DE ALTA GRACIA Variable cualitativa: SENTIMIENTO DE IDENTIDAD, MEMORIA, VALORACION

Territorio ESPACIO / Sitio cultural:

Estancia Jesuítica de Alta Gracia y su área de amortiguamiento (APPO) Etapas

TRABAJO DE CAMPO Observación: Objeto de estudio: BIENES CULTURALES INMUEBLES / ESPACIOS PUBLICOS DE VALOR CULTURAL DE ALTA GRACIA Variable cualitativa: SENTIMIENTO DE IDENTIDAD Entrevista abierta Objeto de estudio: BIENES CULTURALES INMUEBLES DE ALTA GRACIA Variable cualitativa: SENTIMIENTO DE IDENTIDAD, MEMORIA, VALORACION

MA

RC

O TEO

RIC

O: Espacio social P

ierre Bourdieu

Capital / H

abitus / Clases R

elaciones formulas binarias de oposición

Patrim

onio. Acciones: Personajes y em

presas. MEM

OR

IA

IDENTIDAD

Objetivos Específicos. Indagar sobre:

CONFLICTO PODER Objetivo General.

1. Los procesos históricos de construcción territorial de Alta Gracia

2. Las representaciones sociales que se articulan en la construcción (diacrónica) de la memoria histórica.

3. Las visiones locales sobre el patrimonio en función al análisis de las prácticas y representaciones socio-territoriales.

4. Las estrategias de los distintos actores sociales y las perspectivas y proyectos de desarrollo que cada uno de ellos defiende.

Page 16: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

10

CAPÍTULO II. METODOLOGÍA

2.1. Enfoque metodológico

El enfoque crítico de las ciencias sociales se adapta a esta investigación ya que pretende comprender procesos de transformación, en este caso indagar pautas y condiciones que determinan una forma de pensar la realidad de Alta Gracia, tanto hacia su pasado como hacia el futuro, intentando incidir en esa realidad.

Se entiende que el enfoque permitió construir un conocimiento interpretativo en la teorización de la relación patrimonio / desarrollo, para guiar el juicio acerca de ¿Cómo participa el patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia?, en otras instancias más ligadas a la práctica. El enfoque critico, ideológico al fin, fue el camino para relacionar las interpretaciones sincrónicas y diacrónicas de la realidad de Alta Gracia. En este marco, la presente investigación está destinada a reexaminar categorias teóricas [espacio social y geográfico], para describir y analizar el sitio cultural de Alta Gracia, y poder así explicar el proceso de contrucción identitaria del lugar.

2.2. Variables, Indicadores, Técnicas

Cuadro 1. Síntesis de Objetivos, Variables, Indicadores y Técnicas de Investigación. Fuente: Elaboración Propia sobre modelos PRAHC

Objetivos específicos

Relación

con el Interrogan

te principal

Interrogantes específicos

Variables

Indicadores

Técnicas de investigación por

objetivos específicos Técnicas

cuantitativas Técnicas

cualitativas

1. Los procesos históricos de construcción territorial de Alta Gracia

El territorio y su problemática, hasta hoy

¿Cuál es

el proceso de construcción de las territorializaciones en Alta Gracia (1800-1900)?

RUGOSIDADES E INERCIAS Estancia Villa Ciudad BIEN CULTURAL Variables situacionales no identificadas

Objetos Actores Acciones Procesos

BC COMO: Objeto Procesos,

NUMERO DOMINIO CONOCIMIENTO

Análisis de documentos

2. Las representaciones sociales que se articu-lan en la construcción (diacrónica) de la memo-ria histórica

¿Cómo participan los objetos y acciones en la construcción de la memoria de Alta Gracia?

BIEN CULTURAL IDENTIDAD Variables situacionales no identificadas

Actores Acciones

BC COMO: VALOR CULTURAL USO

Encuestas cerrada [Anexo4]

Observación no participante Tajamar – Plaza Solares (15) [Anexo 3] Encuestas cerrada (50) [Anexo 4]

Page 17: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

11

3. Indagar sobre las visiones locales sobre el patrimonio en función al análisis de las prácticas y representaciones socio-territoriales.

El patrimonio territorial local, valor y uso El territorio y su problemática, en adelante

¿Cuál es la importancia actual de los valores de los bienes culturales en relación a la construcción de su identidad para el habitante de Alta Gracia?

BIEN CULTURAL Objeto y flujo] USUARIOS: (espacio público) Ciudadano cotidiano VALORACIONES de testigos claves

SENTIMIENTO DE IDENTIDAD RECONOCI- MIENTO APROPIACION Edad Ubicación

urbana Clase social

Formulas

binarias de oposición

Observación no participante [Anexo 3] Entrevista semi abierta a personajes claves (10) [Anexo 5]

4. Indagar sobre las estrategias de los distintos actores sociales y las perspectivas y proyectos de desarrollo que cada uno de ellos defiende.

¿Es factible la relación patrimonio / desarrollo en este territorio, un espacio (que es mirado solo como paisaje) escenario de poder y conflictos?

CAMPUS Y HABITUS FIJOS Y FLUJOS HORIZON- TALIDADES Y VERTICALI- DADES.

Variables situacionales no identificadas

SUJETOS, ORGANIZACIO- NES, SITUACIONES RELEVANTES

Indicadores que definen características de las variables

Encuestas cerrada (50) [Anexo 4] Entrevista semi abierta a personajes claves (10) [Anexo 5]

2.3. Los actores: Sujetos y organizaciones

Los actores individuales y colectivos que participan en el espacio de estudio son:

Sujetos / Actores sociales: el agente cuyo “habitus” coincida con el campo espacial, social y urbano del Sitio. En principio el espacio físico del sitio está definido jurídicamente por los límites del Área de Protección de Primer Orden, (Área de Amortiguamiento del conjunto jesuítico), solicitada por la UNESCO, que equivale a alrededor de dos manzanas circundantes a la estancia, articulación urbana entre El Alto y El Bajo. Sin embargo, la relación espacial y social entre ambos sectores puede hacer variar el límite, introduciendo agentes provenientes de habitus definidos en El Alto y en El Bajo.

Se reconoce a priori que el acceso a los sujetos como a los informantes puede presentar dificultades.

Organizaciones: las que definen la reglas del campo: Municipio-Museo-Iglesia y se reúnen para acordar la gestión de los bienes culturales en el Nodo de Gestión del PC de Alta Gracia:

Municipalidad de Alta Gracia. El Estado Municipal de la Ciudad de Alta Gracia ejerce sus funciones, atribuciones y derechos inherentes a su competencia dentro del ejido que testamentariamente fuera determinado por su primitivo dueño, Don José Manuel Solares en 1889. Según su Carta Orgánica (1999) es propósito de esta institución pública “organizar social, política y jurídicamente a la ciudad, sobre la base de un Estado Municipal ético, eficiente y solidario, que procure una mejor calidad de vida a los vecinos y el logro del bien común, protegiendo nuestro acervo histórico, cultural y natural”. Se reconocen como deber del Estado Municipal promover la planificación integral como un instrumento flexible tendiente a establecer estrategias de desarrollo local que contemplen los intereses propios, regionales, provinciales y nacionales. En consecuencia reconoce el derecho al “desarrollo cultural, afirmando su

Page 18: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

12

identidad y la de sus barrios” y valorando “las diferentes vertientes que la componen, al igual que las diferenciaciones espaciales que éstas determinan”, entre otras consideraciones.

Museo Histórico Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers. El Museo es una organización pública creada en 1971 a partir de la expropiación del edificio (1968), que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación, con sede en la antigua Residencia jesuítica del siglo XVII (Monumento Histórico Nacional y Sitio Patrimonio de la Humanidad), que integraba el casco de la Estancia de Alta Gracia. Su misión, como Museo de historia social, es “ofrecer a la sociedad herramientas para interpretar su patrimonio (paisaje-edificio-colecciones), (…). Se trabaja comprometida y profesionalmente para fomentar una actitud participativa, reflexiva y crítica en el público que nos visita, poniendo énfasis en la población local y regional. Como museo nacional, respondemos a la necesidad social de construir hitos que marquen un sentido de pertenencia e identidad histórica, y como patrimonio de la humanidad, favorecemos el turismo como factor de desarrollo sustentable”. La visión oficial del [MHNEJAG] es “Ser referente de calidad y excelencia a través de un modelo de gestión integrado que potencie el valor simbólico, social y cultural del patrimonio, participando con la comunidad, las jurisdicciones políticas y los organismos de la sociedad civil en el desarrollo sustentable de la región”.

Iglesia Parroquial Nuestra Sra. de la Merced. Dependiente del Arzobispado de Córdoba, se forma a partir de los bienes legados por Don José Manuel Solares en 1889. Desarrolla hasta la actualidad las funciones de Iglesia Parroquial central de la ciudad, e integra sus propiedades con la Casa Parroquial y el Instituto El Obraje, cuyo edificio es parte de la estancia original.

Otras instituciones: Escuelas y Bancos

Vecinos - Visitantes

Comerciantes

Empleados públicos, de comercio, docentes

2.4. Metodología, Métodos y Técnicas [cualitativos]

A partir del enfoque critico, la metodología cualitativa se adapta al estudio de casos, como el del presente trabajo. En especial la metodología cualitativa6 se dirige a construir marcos teóricos que parten de conceptos sensibilizadores, es decir, guías que ofrecen un marco de referencia para formular los objetivos de investigación, por ejemplo las prácticas sociales cotidianas, la identidad social, el patrimonio cultural.

Asimismo se entiende que en este tipo de proceso de investigación se debe sostener una dinámica que permita “recoger información, sistematizarla, elaborar algunas hipótesis descriptivas o explicativas, y luego volver a terreno a buscar información para reformular la hipótesis”. En este proceso, los conceptos e hipótesis que se construyen parte de la práctica, pero se sitúan en posiciones cada vez más alejadas de la realidad empírica, buscando información relevante para comprender con mayor profundidad el objeto de estudio.

La bibliografía consultada cita como Método al “Análisis cultural”, cuyo enunciado parece acercarse a las necesidades de la presente investigación, pero no se ha ubicado la conceptualización de la misma. Sin embargo cabe suponer que implica una aproximación al objeto de estudio desde su localización espacio-histórica, sus atributos propios y las relaciones con otros entornos.

6 SAUTU, Ruth, BONIOLO, Paula et alt. “Manual de metodología” CLACSO, Colección Campus Virtual, Buenos Aires, 2005

Page 19: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

13

Esto implica que:

La primera parte de la metodología supone un acercamiento general a las realidades de los habitantes del campo y sus habitus para acercarse a una visión de la realidad, y hacia la comprensión de procesos de cultura, transculturación, aculturación, socialización, etc., es decir hacia los procesos de construcción identitaria.

La segunda parte puede centrarse en la problemática de los bienes culturales a partir de los siguientes métodos:

Cuadro 2. Síntesis de Metodología, Métodos y Técnicas de producción de datos.

Fuente: Elaboración Propia

Metodología Métodos Técnicas de producción de datos Cualitativa - Estudio de caso/s

Selección de informantes: • muestreo teórico

acerca de los bienes culturales y la construcción identitaria

• muestras

intencionales, en función del uso y reconocimiento de los bienes culturales

- Análisis de discursos

- Análisis de documentos - Análisis de material visual/auditivo • Relevamiento grafico-conceptual:

Información cultural antropológica, etnográfica, arqueológica, histórica, histórico-artística, arquitectónica, tecnológica, científica. Información ambiental

• Relevamiento bibliográfico – documental

- Observación no participante. Anexo 3 - Encuestas enfocadas. Anexo 4 - Entrevista cualitativa de profundidad.

Anexo 5

2.5. Criterios de selección de las muestras y situaciones a investigar

Las situaciones investigadas fueron seleccionadas por representar adecuadamente y aproximadamente:

Una relación de identidad en función del “espacio” y del “habitus”.

Una relación agente-bien cultural en función del “espacio” y “habitus”, quizás del “paisaje”.

Una relación de poder dentro del campo y del proceso de territorialización.

En consecuencia, los espacios geográfico-sociales observados fueron El Tajamar jesuítico y la Plaza Solares (dentro del Área de Protección de Primer Orden como límite de la zona de trabajo), por su incidencia como espacio públicos de reconocido valor cultural, en situaciones cotidianas o significativas, como las Fiestas Patronales, Quinchos Estudiantiles, eventos de la temporada de verano y Encuentro Anual de Colectividades.

Las encuestas se realizaron sobre el 44% de los bienes catalogados por la Municipalidad como parte del Patrimonio cultural del APPO (50/113 viviendas). Las entrevistas priorizaron la relación social con el espacio de análisis, así como la fórmula de oposición “los nacidos y criados” / “los que llegaron y eligieron quedarse” y “El Alto” /”El Bajo”.

A partir de los datos obtenidos mediante las técnicas citadas se establecieron las siguientes relaciones:

Page 20: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

14

Como reconoce el habitante los objetos y acciones que construyen identidad. Escala de valores.

Como usa el habitante esos objetos y acciones que construyen identidad.

Rasgos del campo y del habitus en cada una de las etapas históricas del sitio, incluido el actual. (sincrónico)

Elementos dentro de cada campo-habitus que han construido/construyan relaciones identitarias.

Lo anterior en relación a los rasgos de los procesos de territorialización y territorialidades, fijos y flujos del territorio y el espacio local.

Lo anterior en relación a las rugosidades e inercias dinámicas del territorio y el espacio local.

Bases para relacionar esos objetos y acciones con la dimensión local y territorial en función del desarrollo sustentable. (diacrónico)

Bases para identificar los conflictos que ha presentado la relación patrimonio/desarrollo en este territorio.

Lo anterior en relación a verticalidades y horizontalidades, y las redes.

Debido a la complejidad del escenario, se previeron dificultades en la aproximación a los informantes. Tras la primera obtención de datos, se completaron los mismos mediante las entrevistas en profundidad previstas a actores claves de la comunidad, ya que en las metodologías cualitativas la recolección y el análisis de datos son procesos simultáneos, que se desarrollan durante todo el proceso metodológico.

2.6. Fuentes Primarias y Secundarias

Se distinguen dos tipos de fuentes de información:

Fuentes primarias [directas, obtenidas por el investigador en el espacio geográfico y social de análisis y a partir de sujetos relacionados con el mismo]:

- Encuestas cerradas sobre el muestreo seleccionado en el APPO - Entrevistas abiertas - Observaciones no participantes en espacios públicos en relación a bienes culturales

Fuentes secundarias [procesada, referencias del estado de conocimiento a partir de la obra de expertos y la existente sobre el espacio geográfico y social de análisis]:

- Bibliografía, legislación, catálogos - Municipalidad de la Ciudad de Alta Gracia. Archivo General, Archivo Histórico, Oficialía

Mayor - Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers. Biblioteca

El trabajo de revisión bibliográfica determinó la existencia de teorías sobre el espacio geográfico y social, a partir de la obra de Milton Santos y Pierre Bourdieu, que permiten describir, explicar y predecir adecuadamente los fenómenos del sitio, y en consecuencia estas teorías que poseen ciertas “zonas conceptuales” en común, definen el Marco Conceptual de la investigación.

Page 21: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

15

En relación al sitio prácticamente hablando, es escasa la existencia de análisis en profundidad, debido a lo cual, y en base a datos comunes de la bibliografía consultada y a la relación con eventos de la región, se procedió a construir el Análisis del sitio.

2.7. Procedimientos

La dinámica seguida en el proceso de elaboración del presente informe de investigación fue la siguiente:

a. Inicio del Trabajo de Campo con el relevamiento bibliográfico – documental / grafico-conceptual: sobre el tema espacio geográfico y social; sobre el sitio. Desde noviembre de 2008 a partir del Perfil Final de Investigación aprobado en Metodologías IV. Se trabajo a partir de bibliografía y documentación proporcionada por la Maestría, en bibliografía personal y trabajos de autoría del investigador sobre el sitio y sobre el tema, así como la revisión de títulos pertinentes en la Biblioteca, Fototeca y Archivo del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers y en Archivo General, Archivo Histórico, y Oficialía Mayor de la Municipalidad de la Ciudad de Alta Gracia. Se consultaron las páginas web de ambas instituciones y trabajos de investigación previos conocidos.

b. Definiciones de términos teóricos [Glosario]. Propuesta de relaciones entre los mismos. Anexo 7.

c. Desarrollo del Marco Teórico: Definición teórica del Espacio Geográfico y del Espacio Social, además de otros conceptos instrumentales de apoyo (Anexo 5)

- Construcción del Marco Teórico

d. Definición del espacio de análisis: Territorio (Región de Córdoba) / Sitio (Alta Gracia, APPO)

e. Definición de espacios-tiempos para las territorialidades y territorialización

f. Transferencia de los conceptos instrumentales del Marco Teórico al espacio del análisis

- Construcción del Análisis del Objeto: Sitio Cultural

g. Revisión de la Metodología del Perfil de Investigación elaborado

h. En forma paralela, continuación del Trabajo de Campo con la definición de muestras y aplicación de técnicas en el sitio de análisis:

- Observación no participante, directa y descriptiva. Septiembre, 2008 – febrero, 2009: Tajamar y Plaza Solares, y su vinculación eventual con el Patio de Honor de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, en situaciones diarias o en Eventos programados por las Direcciones de Cultura y Turismo (Plaza, explanada del Reloj Publico, etc.), por el Museo Nacional, la Parroquia de la Merced u otras organizaciones locales. Las observaciones fueron realizadas por el investigador, con apoyo de vecinos en el caso de Colectividades, registrando en planillas de textos, mapas, fotos y audio, así como consultas a las páginas web oficiales de la Municipalidad de Alta Gracia y del Encuentro, en el Semanario Nuevo Sumario de la localidad y en el Diario La Voz del Interior, de edición provincial, y salidas del evento en la emisora provincial Cadena 3 y Canal 10 SRT en las emisiones televisivas. Se recopilaron los folletos. Lo mismo se repitió para los Quinchos Estudiantiles y las Fiestas Patronales, que tienen repercusión solo en los medios de difusión locales.

- Encuestas enfocadas. Noviembre 2008. Sobre bienes inmuebles (viviendas) APPO. Las encuestas fueron realizadas por el investigador, acompañado por dos vecinos conocidos del lugar sobre viviendas catalogadas ubicadas en el APPO. Se registraron en formularios base

Page 22: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

16

elaborados a tal fin. Si bien se lograron la cantidad requerida, muchos propietarios se negaron a contestar, o contestaron gracias a la presencia del conocido.

- Entrevista cualitativa de profundidad. Febrero 2009. Las entrevistas fueron realizadas por el investigador con cita previa en el domicilio o en el lugar de trabajo de cada uno de ellos. Se registraron en planillas y archivos de audio, y planos de recorridos. Se utilizo una presentación en Power Point de apoyo, con imágenes de los bienes cultuales y actividades mencionadas como referencia durante la entrevista.

i. Sistematización de datos: gráficos cuantitativos, procesamiento de relatos y observaciones, fotografías, videos y mapeos. Elaboración de Anexos 11, 12 y 14, análisis y conclusiones parciales.

j. Presentación de Resultados alcanzados

- Realimentación del Marco Teórico y del Análisis de Sitio

k. Propuesta de relaciones entre el Marco Teórico y los resultados alcanzados. Anexo 10.

l. Análisis de resultados alcanzados

- Realimentación del Marco Teórico y del Análisis de Sitio [elaboración de una teoría sustantiva que dé cuenta de las características del fenómeno en un contexto, en una situación histórica y bajo ciertas condiciones institucionales]

m. Elaboración de las Conclusiones y las Propuestas

n. Revisión de la Introducción General, Índice y Anexos.

2.8. Sistematización de datos

El Objeto de Estudio se identifico a partir de la bibliografía y relevamiento de datos existentes. Su relación con los conceptos instrumentales, respondiendo al primer objetivo especifico, permiten definir periodos cronológicos de análisis del espacio geográfico y social y sus rasgos principales.

Los Resultados Alcanzados se trabajaron primero por técnica y luego según su relación con los segundos Objetivos Específicos.

Resultados de Encuestas

Aportan datos cuantitativos y cualitativos, y se organizaron según los ítems ya definidos en el marco de la encuesta para:

⋅ Verificar el interés por el BC

⋅ Verificar su acuerdo o disconformidad (cultural / económica)

⋅ Verificar conocimiento y opinión sobre el patrimonio intangible de la localidad y sobre algunos aspectos menos reconocidos del tangible.

⋅ Verificar conocimiento sobre los bienes de la ciudad y el barrio, en relación al pasado y al futuro Relación formación - trabajo/ apreciación de los bienes culturales

Se elaboraron gráficos circulares que muestran la contribución de cada valor al total, en el programa Microsoft Office Excel, y otros comparando datos. Se intentó un procesamiento de datos según su

Page 23: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

17

ubicación relativa (bajo-alto), para verificar parte de los interrogantes que genera el análisis de las formulas binarias de oposición.

Tanto las planillas de recuperación de datos como los gráficos circulares forman parte del Anexo 12. Al Capítulo V. Resultados Alcanzados se han incorporado conclusiones generales y los gráficos más representativos.

Resultados de Observaciones.

Aportan datos cualitativos y en menor medida cuantitativos de los espacios públicos observados. Se pretendía obtener los siguientes resultados:

⋅ Un mapa funcional o de usos de los espacios públicos y de los bienes culturales citados, que delimite espacios de acuerdo con las funciones y usos que tienen asignadas (calles, parques, zonas de conversación, de permanencia, de paso, ignoradas, etc.)

⋅ Un mapa emocional de los espacios públicos y de los bienes culturales citados que delimite las zonas del territorio que inspiran sentimientos de identidad o de rechazo a la población o a colectivos específicos.

Los resultados se organizan en relatos síntesis de las apreciaciones, registro de fotografías, de video, de audio y de repercusión en los medios de difusión, así como la difusión de las instituciones involucradas en la organización.

Se elaboró un mapeo síntesis de lo observado tanto física como emocionalmente en cuanto al uso y apropiación del espacio por los participantes en eventos o vivencias diarias. Resúmenes, archivos de imagen y de audio, y los mapeos citados forman parte del Anexo 11.

Las Conclusiones en Relatos síntesis de los textos, algunas fotografías y mapas funcionales y emocionales representativos de las diecisiete observaciones realizadas se han incorporado al Capítulo V. Resultados Alcanzados.

Resultados de Entrevistas. Esta técnica aporta datos cualitativos y los resultados esperados se centraban en:

⋅ Conseguir relatos, comentarios u otra mirada sobre los hechos históricos locales en relación a los bienes culturales

⋅ Obtener información del entrevistado acerca de los procesos de identidad de la población y sus bienes culturales

Se elaboraron textos de análisis del discurso de los entrevistados y se recuperaron los planos de recorridos en relación a los bienes culturales mencionados, además de una cuantificación comparativa mediante gráficos de barras sobre selecciones de objetos, actividades, usos y preferencias de los entrevistados. Estos textos y planos forman parte del Anexo 13.

Síntesis de los discursos y algunos planos de recorridos seleccionados entre las diez entrevistas realizadas se incluyen en el Capítulo V. Resultados Alcanzados.

Según las conclusiones de la sistematización de datos y los aportes del Marco Teórico, se procedió a identificar el objeto de estudio y al Análisis de los Resultados, resolviendo los interrogantes planteados en los Objetivos Específicos:

⋅ Los procesos históricos de construcción territorial de Alta Gracia

⋅ Las representaciones sociales que se articulan en la construcción de la memoria histórica.

⋅ Las visiones locales sobre el patrimonio

Page 24: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

18

⋅ Las estrategias de los distintos actores.

2.9. Problemas y Limitaciones

En el desarrollo del presente trabajo se han presentado los problemas normales de una investigación cuyas variables e indicadores dependen de las respuestas del ciudadano. Es conocido a través de las escasas investigaciones y trabajos de tesis realizados en la ciudad que si bien las observaciones y relevamientos técnicos son frecuentes y aceptados por la comunidad local, las encuestas y entrevistas no suelen obtener similares resultados. Si bien encuestas y entrevistas se pueden realizar mediante acuerdos previos e interlocutores validos, no siempre el sujeto ofrece todos los datos que posee o contesta en función de sus propias convicciones. Esto se reconoce al comparar las opiniones que fuera de un marco institucional o académico pueden ofrecer los mismos sujetos, que las que se recaban en el marco más formal de los instrumentos y técnicas de investigación. Aun así, frente al predominio de investigaciones técnicas e históricas, la presente puede ofrecer otro tipo de datos y conclusiones que aporten a la valoración de los bienes culturales y a su uso en función de la identidad local y su desarrollo sustentable, desde otro enfoque.

A esta actitud del ciudadano de Alta Gracia se le suma en la actualidad cierto cambio de postura de parte de un sector de la comunidad que tradicionalmente ha participado a favor de la conservación de los bienes culturales, que ha comenzado a manifestarse públicamente, generando más adhesiones de lo habitual, que se plasman en los medios gráficos y orales de la ciudad.

Sin embargo, esto se genera en el marco de nuevos proyectos que incidirán en el espacio público de valor patrimonial, proyectos avalados por la clase política decisora a nivel nacional, provincial y local, lo que supone indagar en la complejidad del juego del poder de las clases locales, la influencia del factor económico y de las rede políticas del territorio, más allá de considerar el valor cultural del espacio público.

Como es frecuente en este campo, teoría y práctica enfrentan la difícil relación con la propiedad privada, que a su vez dificulta el acceso a los datos que puedan o deban suministrar los propietarios de bienes culturales en cuanto a su relación con ellos. Esta situación reduce muchas veces el número de datos posibles a recabar o la objetividad de los mismos.

Page 25: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

19

CAPÍTULO III. MARCO TEÓRICO

3.1. Conceptos instrumentales

3.1.1. Las Representaciones y producción simbólica del territorio

3.1.1.1. Territorio: Territorialización, Territorialidad, Modo de Producción territorial, Invariantes estructurales

La Línea de Investigación de la presente investigación se enmarca en el Eje IV. 3. Representaciones y producción simbólica del territorio, propuesto en el Documento “Ejes y Líneas de Investigación”, marco general de referencia que articula las actividades de investigación del PRAHC-UMSS y de la Maestría “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”. De acuerdo al mismo se deberá indagar en el conjunto de representaciones que generó el territorio a partir de su construcción social en los periodos citados no considerándolos como estáticos sino derivados de territorializaciones y territorialidades, mediante una mirada diacrónica, para identificar los sistemas de valores colectivos, de grupos, de clases o de la sociedad en su conjunto en el sitio de Alta Gracia.

En principio, el “territorio concretiza la manera en la cual el hombre y sus sociedades se representan, conciben y producen su relación con el espacio” (Guy Di Méo, 2001). Es entonces por la acción del hombre que el territorio deja de ser solo físico para convertirse en espacio, social y geográfico, registrando, almacenando, recordando todo proceso que en el suceda. En estas condiciones el territorio se interpreta como patrimonio, producto de la práctica del hombre.

Por eso, “se denomina, en general, territorio, ese tipo de espacio que un grupo se ha apropiado, que tenga conciencia de haberlo hecho, y que apropie a sus necesidades, a su estructura” (Brunet, R., 1986). Según Decleve y Loza, el “régimen territorial es la dinámica de transformación del espacio en territorios realizada por una sociedad”7, que se manifiesta en un sistema de poderes organizadores, una producción material, unas escenografías, una temporalidad.

Excediendo el mero soporte físico, el territorio demanda un conocimiento sistemático de su realidad, tanto de su uso pasado como del uso actual. Milton Santos, ―Brasil, 1926-2001, geógrafo y abogado que aportó significativamente al campo de la Geografía Humana y del Urbanismo―, lo hace a partir de considerar el modo de producción del territorio, su formación social y el espacio-tiempo (Anexo Cuadro 3), en el que se desarrollan sus formas físicas8

Este autor recuperó conceptos de la teoría marxista y los incorporó a la geografía (modo de producción, formación social, etc.), para fundamentar una nueva teoría de la geografía. Al respecto Santos dice: “el espacio no puede ser estudiado como si los objetos materiales que forman el paisaje tuvieran propia vida, pudiendo explicarse por sí mismos. Sin duda, las formas son importantes. Esa materialidad sobrevive a los modos de producción que le dieron origen o a los momentos de esos modos de producción”9

En relación al concepto de modo de producción acuñado por el marxismo, Santos lo propuso para el análisis del espacio como “modo de producción territorial", adaptándolo en su propia teoría del espacio geográfico.

7 “Planificación estratégica, territorio y gestión socio-cultural”. PRAHC-UMSS, Maestría “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”. Dr. Bernard Declève -

Msc. Andrés Loza, 2008 8 SANTOS, Milton. “De la totalidad al lugar”. Barcelona: Oikos-Tau, 2000. 9 SANTOS, Milton. A Natureza do espaço: técnica e tempo, razão e emoção. São Paulo: HUCITEC, 1999. p.85. Citado por de Souza, Gizele. “El Espacio

como Categoría de Análisis en Historia de la Educación”. En Línea: [www.historia.fcs.ucr.ac.cr/congr-ed/gizele%20Souza.rtf]. Consultado el 6 de febrero de 2009

Page 26: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

20

Cuadro 3. Elementos para el conocimiento sistemático del espacio Fuente: SANTOS, Milton. “De la totalidad al lugar”. Barcelona: Oikos-Tau, 2000. pág. 55 Elaboración Propia

Modo de producción territorial rural, turismo, industria, etc.

El modo de producción tradicional se refiere a la “forma en que los hombres obtienen sus medios materiales de existencia. Ello supone, necesariamente, dos tipos de relaciones íntimamente imbricadas: a) la relación de los hombres con la naturaleza para efectos de la producción, b) la relación que los hombres establecen entre sí en el proceso productivo.

La combinación de estos dos elementos: fuerzas productivas y relaciones sociales de producción, constituye la matriz económica de todo modo de producción (...)". Agustín Cueva

Partiendo de estos conceptos de tradición marxista, para Santos, el modo de producción territorial se expresa por una lucha y por una interacción entre lo nuevo -que domina-, y lo viejo. Lo nuevo busca imponerse en todas partes, aunque sin poder realizarlo completamente.

Cuando se crea una actividad nueva en el territorio o cuando una actividad ya existente allí se establece, el valor de todos los lugares cambia10. Cualquier evento es un factor de desequilibrio, y por lo tanto de evolución, es decir de “cambio de significado” de los lugares en el conjunto del espacio

Formación social

En la formación social, Milton incluye al complejo de las diferentes formas técnicas y organizacionales de los modos de producción territorial, que corresponden a las diversas relaciones de producción existentes.

A esta formación social le atribuye una estructura productiva y otra técnica.

Esta última le permite a una ciudad local el control sobre su porción de territorio. En cualquier caso, existe además un control de la política de la producción, subsistema del sistema social. Si el control el lejano (en red) el resultado es la alienación de los espacios y de los hombres, anulando la relación identitaria con el territorio.

Espacio

(tiempo)

Formas

Espacio territorial como espacio humano

El espacio es algo dinámico y unitario que reúne materialidad y acción humana, conjunto indisociable de sistemas de objetos naturales o fabricados, y de sistemas de acciones, deliberadas o no.

En cada época se añade, nuevos objetos y nuevas acciones a los anteriores, modificando el todo. La organización del espacio, como medio técnico – científico, es también una forma, un resultado objetivo de una multiplicidad de variables actuando a través de la historia, y su inercia pasa a ser dinámica ya que la evolución jamás termina.

Las formas antiguas permanecen como la herencia de las divisiones del trabajo en el pasado, y las formas nuevas surgen como exigencia funcionales de la división del trabajo actual o reciente. En todo momento se crean nuevas formas para responder a necesidades novedosas, al mismo tiempo que viejas formas cambian de función y dan lugar a una nueva geografía construida sobre viejos objetos. Cada elemento cambia de valor al mismo tiempo que la totalidad se transforma.

El espacio es, entonces, acumulación de tiempos. Las formas-espacio, tomadas aisladamente, representan una acumulación de tiempos: sería imposible pensar en evolución del espacio si el tiempo no tuviese existencia como tiempo histórico. Tiempo y espacio conocen un movimiento que es, al mismo tiempo, continuo, discontinuo e irreversible

10 SANTOS, Milton. “De la totalidad al lugar”. Barcelona: Oikos-Tau, 2000. pág. 55

Page 27: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

21

Modos de producción del territorio, formación social y formas en el espacio-tiempo inciden para que el espacio territorial se modifique en cada tiempo, modificando a su vez sus valores, y en consecuencia construye, modifica, reinventa, muta y/o destruye su representación simbólica. Por ejemplo, el análisis de los usos del suelo puede constatar las modificaciones del sistema espacial.

Los lugares tienden a especializarse, dice Milton Santos, sean rurales o urbanos y su especialización depende de las formas técnicas y organizacionales de los modos de producción, para lo cual la información es determinante.

Como síntesis, la configuración territorial está determinada por el conjunto formado por los sistemas naturales existentes en un área dada y por los agregados que los hombres han sobrepuesto a esos sistemas naturales. Tiene una existencia material propia ―en la cual el “paisaje” es solo un aspecto o una fracción―, pero su existencia real le viene dada desde las relaciones sociales: en esta instancia se habla de espacio.

La palabra paisaje se utiliza frecuentemente como sinónimo de configuración territorial. El paisaje es el conjunto de formas que, en un momento dado, expresa las herencias que representan las sucesivas relaciones localizadas entre el hombre y la naturaleza. El paisaje es un sistema material, una construcción horizontal, cuyos objetos no cambian de lugar pero si de función y de significado. El espacio es un sistema de valores.11

El paisaje, como un puzle de formas de diferentes edades, es una forma residual de una distribución selectiva de variables. Algunas piezas del puzle, algunas formas desaparecen, otras permanecen como reliquias del pasado. Este palimpsesto formado por el paisaje es la acumulación de tiempos pasados cuyo movimiento es dado por el tiempo vivo actual, el tiempo social.

El carácter de palimpsesto, memoria viva de un pasado ya muerto, trasforma al paisaje en instrumento de trabajo, pues esa imagen inmovilizada permite ver las etapas del pasado con una perspectiva de conjunto. Su realidad histórica la encuentra si se asocia con el espacio social.12

El paisaje, propone Santos, es la materialización de un instante de la sociedad, las formas que los sentidos ven, mientras que el espacio contiene movimiento, es la totalidad que incluye a las formas13.

En este análisis del territorio, la territorialización da cuenta del dinamismo territorial, de procesos, mientras que la territorialidad, es una estabilidad relativa de ese movimiento.

Se propone un análisis de la territorialidad a partir de esquemas de territorializaciones, que son resultados a su vez de representaciones de relaciones socio-espaciales:

Esquemas de territorialidad Esquemas de relaciones socio-culturales

1. Modelo de la localidad, intima estrecha 2. Modelo de lo externo, infinito, desconocido.

¿Qué definen estos esquemas? Los diversos niveles de:

Conocimiento e información: a mayor conocimiento mayor es el sentimiento de pertenencia territorial. Los objetos y sus sistemas.

Control: carácter de la propiedad económica, jurídica, simbólica y las formas de apropiación derivadas. Los actores y sus acciones.

11 SANTOS, Milton. “La Naturaleza del Espacio”. Madrid: Ariel, 2000. pág. 86 12 Ibídem 11. pág. 89 13 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219

Page 28: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

22

Gráfico 2. Caracterización de los elementos del espacio según Milton Santos Fuente: ARROYO, M. (1996), en ZUSMAN, P. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial”. Elaboración propia

3.1.1.2. Objetos y Acciones

Como elemento del territorio, cada “objeto”, en este caso geográfico, es un dato cuyo análisis permite la construcción intelectual de la realidad. En el marco de la geografía, se supone la existencia de objetos como sistemas y no solo como colecciones, que proporcionan testimonio de su utilidad actual, pasada o futura, indica Milton Santos, ya que provienen de su uso combinado por los grupos humanos que los crearon o que los heredaron de generaciones anteriores. Su papel puede ser solo simbólico o también funcional.14

Retomando el pensamiento de Milton Santos, el espacio era funcional a la forma en que, en un período histórico determinado, se establecía el vínculo entre fuerzas productivas y relaciones de producción. Marca la importancia del proceso de producción del espacio, el momento en que la sociedad se apropia de la naturaleza, proceso que, según su punto de vista, adquiere un carácter global y diferenciado, a la vez, en diferentes puntos del planeta.

Entonces, siguiendo con esta idea, cada época histórica se caracteriza por la aparición de un conjunto de nuevas posibilidades concretas que modifican los equilibrios preexistentes y pretenden imponer su ley. En este conjunto sistémico, el espacio seria el conjunto indisociable de sistemas de objetos naturales o fabricados y de sistemas de acciones, deliberadas o no. En cada época, nuevos objetos y nuevas acciones vienen a añadirse a los anteriores, modificando el todo, tanto formal como sustancialmente.

Actualmente, los objetos culturales tienen tendencia a hacerse cada vez más técnicos y específicos, y en cuanto a las acciones, tienden a ser más y más racionales y concertadas. Convertidos en hechos geográficos, los objetos técnicos son tanto más eficaces en tanto están mejor adaptados a las acciones previstas, sean económicas, políticas o culturales.

En tiempos más antiguos existían tantos sistemas técnicos como lugares, que a medida que evolucionaba la cultura se unificaban ―en especial mediante el capitalismo―, hasta llegar a la actualidad con el predominio de un solo sistema técnico, base material de la globalización.

Las acciones siempre resultan de necesidades, naturales o creadas, algunas son acciones técnicas (las que transforman la naturaleza), y otras simbólicas (las que afectan al ser humano). Las acciones llevan al hombre a actuar y lo conducen a las funciones, y esas funciones a los objetos, que se crean en relación a esas necesidades y a un determinado espacio, que no es geográficamente indiferenciado.

Mónica Arroyo15, citada por Perla Zusman, propone una caracterización de los elementos del espacio que presenta Santos:

14 SANTOS, Milton. “La Naturaleza del Espacio”. Madrid: Ariel, 2000. pág. 63 15 ARROYO, Mónica. (1996). «A trama de um pensamento complexo: espaco banal, lugar e cotidiano». En FANI ALESSANDRI CARLOS, A. Ensaios de

geografia contemporãnea. Milton Santos obra revisitada. São Paulo: Hucitec, p. 52-62; en ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. N° 40, 2002. Pág. 211.

Sistema de Objetos

Sistema de Acciones

• naturales, • fabricados, • técnicos, • informatizados

• económicas • políticas, • culturales, • deliberadas o no, • racionales o no • Flexibles o no, • hegemónicas o no

cará

cter

his

tóric

o de

am

bos

sist

emas

en

cont

inua

tra

nsfo

rmac

ión

carácter no autónomo e

interactivo de cada sistema,

parte de una totalidad

Page 29: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

23

En este marco, se impone distinguir entre los actores que deciden y los demás. Un decisor es aquel que puede escoger lo que va a ser difundido y que es capaz de elegir la acción que va a realizarse. La elección del hombre común en muchas de las acciones que emprende es muy limitada16. En cada momento hay una relación entre el valor de la acción y el valor del lugar donde se realiza, y es por eso que cada lugar posee diferentes valores de uso y de cambio en cada momento de la historia17. La relación entre los actores y los sistemas de objetos determinará la decisión entre lo que se es y lo que se tiene.

3.1.2. El Espacio Geográfico, según Milton Santos

De acuerdo a Milton Santos la noción de espacio18 se entiende como aquel conjunto indisoluble de sistemas de objetos y sistemas de acciones, en el que confluyen categorías analíticas como: el paisaje, la configuración territorial, la división territorial del trabajo, el espacio producido o productivo, las rugosidades y las formas contenidas.

Para Santos el espacio adquiere contenido a partir del reconocimiento de los vínculos entre el individuo y la sociedad. Es en el espacio donde confluyen relaciones de carácter funcional, de interdependencia, de selección, de reproducción, de sustitución o de cambio, cuya actuación se refleja en diferentes escalas, niveles y tiempos. En este sentido, la dinámica socio-territorial esta funcionalmente ligada a los cambios propios del espacio. Pero Santos también advierte que el espacio está formado por un conjunto o indisoluble, solidario y también contradictorio de esos sistemas de objetos y acciones, que deben ser considerados en el contexto único en el que se realiza la historia.19

El espacio en un ámbito de ejercicio de poder y de acumulación de capital, siempre funcional a la forma en que en cada periodo histórico se establecía la relación entre fuerzas productivas y relaciones de producción, a partir del momento en que la sociedad se apropia de la naturaleza20. De esta manera, toda teoría del espacio está necesariamente referenciada en una teoría social.

Para analizarlo, Milton propone los conceptos de:

Rugosidades: como espacio construido o como formas territoriales construidas, como tiempo histórico que deviene paisaje (entendido como formas territoriales), como tiempo histórico incorporado en el paisaje

Inercias Dinámicas: el espacio organizado o las formas espaciales, si bien son rugosidades son también inercia dinámica, es decir, el resultado de la interacción de múltiples variables presentes que ejercen condicionamientos o determinaciones sobre los procesos futuros

Rugosidades e inercias contribuyen a definir la profundidad histórica del territorio y la identidad de los lugares, que se expresa en el patrimonio territorial, que abarca el patrimonio medio ambiental y construido, el socioeconómico y cultural y el de las nuevas prácticas sociales.

Relacionando ciertas características similares que Milton Santos propone para analizar el espacio territorial, y a los fines de sistematizarlo para el análisis, se propone agrupar los siguientes conceptos por sus referencias a los objetos y sus relaciones en el espacio en cuanto a lo sincrónico y lo diacrónico:

16 SANTOS, Milton. “La Naturaleza del Espacio”. Madrid: Ariel, 2000. pág. 69 17 Ibídem 16. pág. 74 18 SANTOS, Milton. “La Naturaleza del Espacio”. Madrid: Ariel, 2000. Reseña de HERNÁNDEZ DIEGO, Celia. FPUR-UAEM 19 Ibídem 18 20 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219

Page 30: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

24

3.1.2.1. Rugosidades, Fijos, Horizontalidades (ciudad-espacio)

La rugosidad es lo que permanece del pasado como forma, como espacio construido, paisaje, lo que resta de un proceso de acumulación, supresión, superposición a través del cual las cosas se sustituyen y acumulan en cada lugar. Serían herencias morfológicas de carácter socio-geográfico. Las rugosidades suman los testimonios de diferentes momentos históricos, que permanecen o mutan -parcial o totalmente-, de acuerdo a las nuevas funciones, separando forma y contenido, con nuevos significados y valores. A su vez, la idea de rugosidad contribuye a comprender la íntima relación entre el espacio y el tiempo21.

Este cierto carácter estable se relaciona con los fijos que enuncia Santos, fijados en cada lugar, que permiten sobre ellos acciones que modifican el propio lugar.

A su vez, rugosidades y fijos comparten ciertas relaciones con las horizontalidades22, relaciones contigüidad en el territorio, asociables a las regiones. Estas horizontalidades son el asiento de todo lo cotidiano, es decir, de lo cotidiano de todos, individuos, colectividades, firmas, instituciones. Y están cimentadas por la similitud de las acciones ―actividades agrícolas modernas, algunas actividades urbanas―, o por su asociación y complementariedad, vida urbana, relaciones entre el campo y la ciudad.

Rugosidades, fijos y horizontalidades pueden contribuir a analizar el espacio geográfico y social de la ciudad en un corte sincrónico. (Simultaneo, coincidente, concurrente).

3.1.2.2. Inercias dinámicas, Flujos, Verticalidades (ciudad-espacio)

El tiempo actual se enfrenta con el tiempo pasado, cristalizado en formas, define Santos. Estos restos del pasado influyen forzosamente en el tiempo actual, y en las formas presentes y futuras, una suerte de inercia dinámica del espacio23 que permite que “el pasado este presente”. Lo que el paisaje actual representa es un tiempo del pasado. “La casa, el lugar, el trabajo, los puntos de encuentro, los caminos que unen entre sí estos puntos, son elementos pasivos que condicionan la actividad de los hombres y comandan su práctica social» (Santos, 1986a, p. 137)”24. Cada forma y objeto del pasado condiciona las acciones humanas.

Cuando la sociedad actúa sobre el espacio no lo hace sobre los objetos como realidad física, sino como realidad social, es decir objetos sociales ya valorizados a los cuales la sociedad busca ofrecer o imponer un nuevo valor. La dialéctica se produce entre acciones nuevas y una vieja situación25.

Los flujos son el resultado directo de las acciones y atraviesan o se instalan en los fijos, modificando su significación y su valor, al mismo tiempo que ellos también se modifican. Milton indica:

Considerado como un todo, el espacio es el teatro de flujos a diferentes niveles, intensidades y orientaciones. Existen flujos hegemónicos y flujos hegemonizados, flujos más rápidos y eficaces y flujos más lentos. La escala de los flujos materiales e inmateriales es tanto mayor en cuanto sus objetos son por si mismos prueba de una mayor innovación26.

Si los flujos llevan información generan nuevas jerarquías, reemplazando a los antiguos flujos de materias en la organización de los sistemas espaciales.

Las inercias y los flujos pueden relacionarse con las acciones, movimientos, circulaciones que involucran actores, las verticalidades que Santos define como una organización territorial de tipo red, puntos distantes unidos por todas las formas y procesos sociales: redes de posibilidades y oportunidades en el espacio nación y en el espacio globalizado.

21 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219 22 SANTOS, Milton. “De la totalidad al lugar”. Barcelona: Oikos-Tau, 2000. pág. 124 23 SANTOS, Milton. “La Naturaleza del Espacio”. Madrid: Ariel, 2000. pág. 118 24 Citado por ZUSMAN, Perla. Ibídem 21 25 Ibídem 23. pág. 91 26 SANTOS, Milton. Los espacios de la globalización, en Anales de Geografía de la Universidad Complutense N°13, Pág. 69-77. Ed. Comp., Madrid, 1993.

Page 31: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

25

Estas verticalidades vinculan objetos mediante redes, vectores de la integración jerárquica regulada y, además, necesarias en todos los lugares de producción globalizada. Parecen reagrupar áreas o puntos cercanos (que pueden ser los fijos y las rugosidades) para ponerlos al servicio de los actores hegemónicos, pero también suelen alejarse de lo local, para relacionarse con mundos lejanos o con controles a distancia. En las verticalidades, actores y acciones suelen estar distanciados.

Inercias dinámicas, flujos y verticalidades pueden contribuir a analizar el espacio geográfico y social de la ciudad en un corte diacrónico (Grafico 3).

Grafico 3. El Espacio Geográfico según conceptos de Milton Santos. Fuente: elaboración propia

Lo fundamental, según Loza, no se encuentra en aquello que permanece o no, sino precisamente en los procesos que definen la permanencia. En las negociaciones que determinan en un momento dado los roles y significados sociales que adquieren los objetos territoriales27.

Así como en el campo del patrimonio cultural, para la geografía que propone Milton Santos, lo que permanece del pasado es fragmentario, permanecen los objetos pero no los sistemas en los cuales se insertaban, estos se han actualizado.

En este sentido Santos habla de “espacio construido” y no de “espacio” a secas, porque para él espacio es siempre presente. De esta manera, las rugosidades son, a la vez, pasado y presente, formas territoriales pasadas que se actualizan constantemente. Dinamismo que define la imposibilidad de considerar los valores intrínsecos de los objetos construidos fuera del contexto socio-espacial que determinó su existencia y su permanencia. La noción de

27 LOZA ARMAND UGÓN, Andrés. “La mirada histórica y la construcción territorial. De la profundidad histórica a los proyectos de territorio”.

Fijos y Rugosidades Flujos e Inercias Dinámica Verticalidades y Horizontalidades Espacio territorio del Estado Nación Espacio banal, territorio de todos

Page 32: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

26

rugosidad se encuentra así ligada a otro concepto que da cuenta de esta dinámica, el de inercia dinámica28.

Superando la segmentación diacrónica y sincrónica que implica todo análisis, se deberá entender que las rugosidades son a la vez inercias dinámicas, que fijos y flujos implican las mismas acciones sobre similares objetos, que verticalidades y horizontalidades atraviesan el mismo espacio, lugar, paisaje y exceden la noción de región y generan conflictos. Al identificar las formas heredadas, las que permanecieron y las que mutaron, y las relaciones que estas establecen con el espacio geográfico y social, es posible entonces recomponer la historia del territorio.

El paso siguiente es intentar regular el espacio, sea por la horizontalidad ―lugares contiguos, sustrato de los procesos de la producción y de la división territorial del trabajo―, sea por la verticalidad ―los procesos de circulación, de la cooperación que superan la escala geográfica que soporta el proceso local de la producción―. Las verticalidades y la horizontalidades de cada lugar están ligadas, regulan y tensionan el espacio, provocando cambios29.

En un intento de identificar los espacios, Milton plantea lo siguiente:

Existirían espacios más o menos reactivos, más o menos dóciles a las restantes formas de regulación. Así tienen lugar los espacios de la racionalidad cuya constitución está más marcada por la ciencia, la tecnología y la información, es decir, los espacios más abiertos a la realización de la racionalidad de los diversos actores”, (…) “el espacio global está formado por todos los objetos y todos los flujos”, (…) por redes desiguales que, entrecruzadas a diferentes escalas y niveles, se superponen y se prolongan mediante otras de distintas características, desembocando incluso en magmas resistentes a la formación de redes. El todo constituiría el espacio banal, es decir, el espacio de todos los hombres, de todas las firmas, de todas las organizaciones, de todas las acciones, donde se reagrupan horizontalidades y verticalidades: en una palabra, el espacio geográfico30.

Sin embargo, así como en la historia de los objetos tiene mayor incidencia lo político-cultural, en este espacio geográfico que parecería ser de todos suele estar al servicio de los actores decisores, que privilegian redes verticales que tienden a la hegemonía propia de la globalización, transformando “nuestros” territorios locales en “otros” territorios internacionales y trasnacionales.

3.1.2.3. Invariantes estructurales

El territorio, de acuerdo a Decleve y Loza31, comporta una dimensión histórica que es necesario comprender para explicar los procesos territoriales. Desde esta perspectiva el análisis debe centrarse en aquellos elementos y/o manifestaciones que dan cuenta de la particularidad de un territorio y constituyen su soporte fundamental a nivel de la definición de identidades y memorias colectivas.

Magnaghi propone el concepto de invariantes estructurales, definidas como los procesos de larga duración que se determinan como estructurantes de los procesos territoriales y dan cuenta del espesor histórico del territorio. El concepto de invariante estructural designa la posibilidad/necesidad de identificar los caracteres de la identidad de los lugares, que garantizan su preservación y su crecimiento en el curso de sus diversos procesos de transformación32.

Es posible, en consecuencia, que este concepto pueda aplicarse al análisis territorial en conjunto con los de rugosidades e inercias dinámicas, y a su vez a la matriz de diseño de nuevos proyectos territoriales.

28 LOZA ARMAND UGÓN, Andrés. “La mirada histórica y la construcción territorial. De la profundidad histórica a los proyectos de territorio”. 29 SANTOS, Milton. Los espacios de la globalización, en Anales de Geografía de la Universidad Complutense N°13, Pág. 69-77. Ed. Comp., Madrid, 1993. 30 Ibídem 29. 31 “Planificación estratégica, territorio y gestión socio-cultural”. PRAHC-UMSS, Maestría “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”. Bernard DECLÈVE -

Andrés LOZA, 2008 32 MAGNAGHI, Alberto. “Le projet local”. Lieja: Mardaga, 2003

Page 33: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

27

Santos comprende el espacio como la interacción entre un sistema de objetos y un sistema de acciones, y entiende que la realidad social no está constituida solo por la estructura –de acuerdo con la teoría de la estructuración–, sino también por la acción de los sujetos.

Todo fenómeno social es un hecho histórico en cuanto que pueda definirse a sí mismo y al mismo tiempo al todo del cual forma parte. Los hechos aislados son abstracciones. En consecuencia, el espacio se concibe como objetos geográficos, naturales o artificiales, mas la sociedad, todo en permanente cambio, solo interpretable desde una mirada histórica y como parte de un todo, asumiendo el binomio espacio tiempo para su análisis33. El espacio como sistema de sistemas o como sistema de estructuras, es la metodología de análisis geográfico que propone Santos.

3.1.3. El Espacio Social, según Pierre Bourdieu

El espacio social, para Pierre-Félix Bourdieu ―Francia, 1930-2002, un teórico relevante de la sociología de la alta modernidad―, es un espacio pluridimensional de posiciones, donde toda posición actual puede ser definida en función de un sistema pluridimensional de coordenadas, cada una de ellas ligada a la distribución de una especie de capital diferente34. En este sistema los sujetos se distribuyen en el espacio social en función de sus posiciones sociales, las que se definen las unas en relación con las otras (autoridad/súbdito; jefe/subordinado; hombre/mujer; rico/pobre; distinguido/popular, etc.), según dos principios de diferenciación: capital económico y capital cultural 35.

Es una construcción que no es igual al espacio geográfico, porque define acercamientos y distancias sociales, pero si es comparable, ya que el sociólogo lo reconstruye a la manera de una carta geográfica.

La sociedad es un sistema relacional de diferencias en el que se dan una serie de campos con sus reglas de juego particulares. El espacio social se construye a partir de tres principios36:

volumen de capital (conjunto de recursos y poderes efectivamente utilizables, capital económico, cultural, social, simbólico). Señala las diferencias primarias que distinguen las grandes clases de condiciones de existencia.

estructura de capital (patrimonial, forma particular de distribución del capital global entre las diferentes especies de capital). Determina diferencias secundarias que separan distintas fracciones de clases. [los dos primeros permiten analizar dos formas de desplazamiento en el espacio: vertical (en el mismo campo) y transversal (de un campo a otro); en el mismo plano o planos diferentes]

evolución histórica (trayectoria) de ambas propiedades, volumen y estructura del capital.

“La estructura del espacio social tal como se observa en las sociedades diferenciadas”, afirma Bourdieu, “es el producto de dos principios de diferenciación fundamentales, el capital económico y el capital cultural”37.

La posición de un agente en un espacio social se define por la posición que ocupa en los diferentes campos, (la distribución de los poderes), y en un corte sincrónico del campo de luchas de clases se obtiene un estado de las relaciones de clases.

El “valor” de una posición se mide por la distancia social que la separa de otras posiciones inferiores o superiores, lo que equivale a decir que el espacio social es, en definitiva, un sistema de diferencias sociales jerarquizadas38. En consecuencia, el “orden social” en el sistema de espacios sociales está

33 Pensar geográficamente la historia , concebir históricamente la geografía. En Línea [http://www1.universia.net/CatalogaXXI/C10010PPPTII2/ E88541/index.html]. 34 BOURDIEU, Pierre. “Campo del poder y reproducción social. Elementos para un análisis de la dinámica de clases”. Córdoba: Ferreyra Editor, 2006. Pág. 18. 35 GIMENEZ, Gilberto. La Sociología de Pierre Bourdieu. 36 Ibídem 34 37 BOURDIEU, Pierre. “La Noblesse d´Etat”. Paris. Ed. De Minuit, 1989, citado en BOURDIEU Pierre. Ibídem 34 38 GIMENEZ, Gilberto. La Sociología de Pierre Bourdieu

Page 34: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

28

Clase Ψ +- Capital social +- Capital cultural +- Capital económico +-Capital simbólico

Clase Φ +- Capital social +- Capital cultural +- Capital económico +-Capital simbólico

Capital común en juego Clase β

+- Capital social +- Capital cultural +- Capital económico +-Capital simbólico

Capital externo en juego

CAMPO PRINCIPAL

Otro CAMPO Externo

formado por conjuntos de posiciones, separadas por distancias. Si este orden estructural es objetivo, también existe otro subjetivo, el que deviene de la percepción, del lenguaje, de las luchas simbólicas.

El espacio social es, en definitiva, un campo de fuerzas y de luchas, donde los agentes se enfrentan con medios y fines diferentes, según el valor de su posición en el orden social (Gráfico 4). Las prácticas entre los agentes tiende a acomodarse naturalmente, casi por conformismo; lo que no asegura que en períodos de crisis se rediseñe el orden social.

Gráfico 4. El Espacio Social, según conceptos de Pierre Bourdieu. Fuente: elaboración propia

3.1.3.1. Campo

Se entiende el campo como “un espacio de conflictos y competición, en el que los contendientes luchan por monopolizar el capital especifico que caracteriza al campo”39. La noción de campo implica la existencia de poder.

Se constituye con dos elementos “la existencia de un capital común y la lucha por su apropiación”. Asimismo en cada campo agentes e instituciones compiten por un capital, para conservarlo o para modificarlo.

Al sustituir la separación entre lo objetivo y lo subjetivo como teorías, Pierre Bourdieu construye una relación entre dos modos de existencia de lo social:

las estructuras sociales externas, lo social hecho cosas: “campos” de posiciones sociales que se han construido en dinámicas históricas;

las estructuras sociales internalizadas, incorporadas al agente en forma de esquemas de percepción, pensamiento y acción: los “habitus”.

Entonces, cada agente define su posición según el capital que posea, siendo en este caso el capital social (relaciones, contactos, prestigio) y el capital simbólico los más destacados. A partir de ellos se desarrollan las prácticas donde cada sujeto demuestra su interés o no por el juego. Porque para que un campo funcione, afirma Bourdieu, “es necesario que hay apuestas y personas dispuestas a jugar el juego, dotadas del habitus que implica el conocimiento y el reconocimiento de las leyes inmanentes del juego, de las apuestas, etc." 39 FLACHSLAND, Cecilia. “Pierre Bourdieu y el capital simbólico”. Madrid: Campo de Ideas S.L., 2003. Pág. 49.

Page 35: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

29

3.1.3.2. Habitus

El habitus se define para Bourdieu como el conjunto de modos de ver, sentir y actuar, es decir su visión del mundo o de su realidad por parte de los agentes, que aunque parezcan naturales, son sociales; esquemas a partir de los cuales los sujetos perciben el mundo y actúan en él40. De acuerdo a su creador, el habitus “tiende a asegurar su propia constancia, es un mecanismo de defensa contra el cambio”, y es posible que en nuestro caso de estudio se revele como un ejemplo de ello. Como esquema de percepción y apreciación de prácticas, genera una selección sistemática de informaciones nuevas: rechaza todo aquello que cuestione el esquema, o reinterpreta a través de su propio esquema; y al mismo tiempo margina las prácticas de sus agentes en otros habitus que puedan no ser adecuados según el esquema local.

Como termino intermedio de la relación entre lo exterior y lo interior, el habitus permite explicar la interiorización de lo externo, ligando así la historia pasada a las actualizaciones presentes; y también la relación entre lo que se hace y lo que se puede hacer.

A partir de los habitus los sujetos promoverán sus prácticas en los campos. Es decir, se comprende que las estructuras que llevan a un grupo a estructurar un esquema de percepción les permiten definir categorías para mirar la realidad, separar lo que les interesa de lo que no les preocupa, lo que quieren de lo que no quieren, etc., a partir de lo cual los agentes sociales locales generarán sus prácticas o elecciones de lo que deben o no deben hacer. Por eso, los agentes ni son libres ni determinados –nada es objetivo o subjetivo–, porque el habitus no se elige ni es una disposición, y en cada caso puede generar relaciones y prácticas diversas.

Asimismo, el habitus parece reintroducir la dimensión histórica en el análisis de la acción de los agentes, asegurando la actuación del pasado en el presente.

Al incorporar el concepto de habitus se debe contemplar otro concepto que propone Bourdieu: el “sentido práctico” o “racionalidad práctica”. No se trata de la racionalidad universal sino la racionalidad práctica que el agente define en función de su habitus, inmerso en un juego particular según sus esquemas que le permiten definir conductas razonables en cada campo determinado. Es decir que además de aceptar la práctica de los esquemas de su habitus, se debe indagar también acerca del “interés” en jugar el juego en relación a los bienes culturales, porque para que un campo funcione es necesario el juego, los jugadores y las leyes del juego. En definitiva un interés por jugar porque vale la pena en el campo de la acumulación del capital, sea este económico, simbólico, social.

3.1.3.3. Clases

Una clase, para Pierre Bourdieu, “es un conjunto de agentes que se encuentran situados en unas condiciones de existencia homogénea que imponen unos condicionamientos homogéneos y producen unos sistemas de disposiciones homogéneas, apropiadas para engendrar unas prácticas semejantes, y que poseen un conjunto de propiedades comunes, objetivadas, a veces garantizadas legalmente, o incorporadas”41. Por eso, las clases sociales son centrales en el analisis del espacio social: reflejan la posición que se ocupa en el espacio social según el capital que se posea y que se herede, posición que da lugar a distintos hábitos, gustos, prácticas y estilos de vida (Anexo 4).

Dentro del sistema, Bourdieu plantea la existencia de clases lógicas o teóricas, compuestas por el conjunto de agentes de posiciones similares que en circunstancias semejantes pueden parecerse sin constituir una clase real, sino solo probable. De allí se deduce que el espacio social es una estructura de probabilidades de relaciones entre los agentes, que no se da mecánicamente o por su propio peso como lo establecía la teoría de Marx42.

40 FLACHSLAND, Cecilia. “Pierre Bourdieu y el capital simbólico”. Madrid: Campo de Ideas S.L., 2003. Pág. 53. 41 BOURDIEU, Pierre. “Campo del poder y reproducción social. Elementos para un análisis de la dinámica de clases”. Córdoba: Ferreyra Editor, 2006. Pág. 10 42 GIMENEZ, Gilberto. La Sociología de Pierre Bourdieu

Page 36: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

30

Los sociólogos elaboran, entonces, las clases construidas, “conjunto de todos los factores que operan en todos los dominios de la práctica: volumen y estructura del capital definidos puntualmente y en su evolucion (espacio social?), sexo, edad, status matrimonial, residencia, etc.”

Las caracteristicas de una clase social determinada se deben a la distincion de dos aspectos de la situacion de clase43: la condición de clase y la posición de clase. La condición de clase esta ligada a un cierto tipo de condiciones de existencia y de práctica profesional; la posición de clase se refiere al lugar ocupado en la estructura de las clases, por relación a las demás clases.

3.1.3.4. Capital

El capital es una relación social que, según Bourdieu, asigna valor competitivo a determinados factores en el espacio social, sobre todo a aquellos bienes sociales, materiales e inmateriales –alguno de los cuales forman parte del patrimonio cultural–, que siendo escasos y susceptibles de acumulación dan lugar a una economía especial de creación, movimientos y consumos, de conservación, de valoración o desvaloración, etc.

Cada agente define su posición según el capital que posea, siendo en este caso el capital social (relaciones, contactos, prestigio) y el capital simbólico los más destacados. A partir de ellos se desarrollan las prácticas donde cada sujeto demuestra su interés o no por el juego.

El capital se entiende, desde la economía, como un factor de producción constituido por inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, principalmente el trabajo, se destina a la producción de bienes. En esencia, el capital es el valor que le adjudicamos a aquellos bienes y/o actividades que generan beneficios de algún tipo.

Desde la economía se distingue además una diferencia entre capital fijo y la renta o capital circulante, ya que el primero es más duradero mientras el segundo se consume inmediatamente. Por analogía, otros campos de conocimiento como la sociología y la pedagogía, aplicaron en el siglo XX este concepto en sus áreas, reflexionando sobre procesos de generación e intercambio de bienes no tan tangibles como los económicos, pero determinantes de accionar humano.

Pierre Bourdieu reinventa el concepto del capital mediante la teoría del capital social. Junto al capital económico, propone la existencia del capital cultural, el capital social y el capital simbólico.

Este enfoque permite analizar las relaciones entre la cultura, la organización social y el desarrollo económico en el marco de políticas de preservación patrimonial. Cabe destacar que este concepto de capital social aborda con otra mirada la inversión en el campo cultural, en beneficio de la sociedad, por encima de aquellos beneficios físicos directos, proporcionando otra fundamentación para acceder a fondos públicos locales, nacionales o globales.

El capital es una relación social que, según Bourdieu, asigna valor competitivo a determinados factores en el espacio social, sobre todo a aquellos bienes sociales, materiales e inmateriales –por ejemplo, el patrimonio cultural–, que siendo escasos y susceptibles de acumulación dan lugar a una economía especial de creación, movimientos y consumos, de conservación, de valoración o desvaloración, etc. En este contexto puede pensarse incluso a la ciudad, el espacio geográfico que contiene el espacio social de intercambio del mercado económico, social y cultural.

Cuando se habla sobre capital social se suele coincidir en que es un “capital” constituido por vinculaciones que surgen entre los miembros de una organización –el capital humano–, que al integrarse en redes sociales comparten similares valores de confianza mutua y normas de comportamientos que dan lugar a mayor creatividad, conocimientos, cooperación y productividad. No basta sumar personas, hay que crear, fomentar y mantener las relaciones que las sostienen juntas.

43 BOURDIEU, Pierre. “Campo del poder y reproducción social. Elementos para un análisis de la dinámica de clases”. Córdoba: Ferreyra Editor, 2006. Pág. 11

Page 37: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

31

El estudio del capital social puede partir de análisis de las propuestas conceptuales de tres autores, que antes de Bourdieu, se dedicaron a este campo, como James Coleman (USA, 1926-1995), Robert Putnam (USA, 1941) y Nan Lin (China)44.

Si hay que definir las visiones de los autores sobre el capital social, Coleman lo entiende como aquellos recursos que devienen de las relaciones sociales, que se ubican en una estructura social y que necesitan además un contexto social. Las relaciones, a partir de una elección racional, se organizan en base a la confianza, a normas implícitas compartidas, que dan una forma de relación: la clausura. Además, en la definición de capital social es fundamental su dimensión pública (no individual ni privada), que es consecuencia de su naturaleza social.

A diferencia del Capital físico –donde prevalece la propiedad privada, inversión/beneficios equivalentes–, el capital social no es privado, sus beneficios no son excluyentes de los que lo generan, la inversión es diferente de los beneficios o asimétrica, y en todo caso, no se debe esperar beneficios inmediatos y exclusivos de forma individual.

Putnam insiste más en las relaciones y en la organización. Define los elementos constitutivos como la confianza, las redes y las normas. Más allá de la dimensión pública del capital social, le interesa el compromiso cívico que este importa: El capital social no se limita al intercambio de favores, por lo tanto piensa al capital social bajo la forma de compromiso cívico.

En el caso de Lin se presenta la perspectiva de redes, que constituye el plano mismo de relaciones del capital social, prefiere intercambios con menos normas y apela a la coordinación natural. La red organiza los recursos y los capitaliza, como lugar de intercambio, recursos que son accesibles a través de lazos sociales. Pero se está en la red –en ese “continente de capital social”–, de acuerdo a una posición y una ubicación social. Al parecer, la red no es tan democrática, al pasar a segundo plano el acceso individual a los recursos.

El capital social depende entonces, de la confianza entre los individuos para establecer vínculos y esa confianza parece ser tan importante como la libertad: esa facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Libertad para elegir una profesión de fe, un trabajo, una educación, libertad para decidir sobre las opciones que el mundo ofrece para ser feliz. La libertad conduce al desarrollo, el desarrollo debe conducir a la calidad de vida del individuo, que no necesariamente es el aumento de su renta y / o su riqueza.

Integrando el capital social, el capital cultural se define como aquellos bienes tangibles e intangibles que permiten al hombre constituir redes, establecer jerarquías y ejercer poder en algún campo de la cultura. Los bienes que le permiten ingresar a este mercado –o campos de intercambio–, son diversos: la educación, el conocimiento, la ciencia, lo estético, el idioma, etc.

La cultura, para Pierre Bourdieu, es otra forma de capital que permite adquirir, poseer, acumular, intercambiar. En tal caso, esta forma de ver la cultura como capital margina a quienes no pueden acceder a ella, es decir, esta desigualmente distribuido como el económico.

Menciona el autor que el capital cultural puede existir en:

Estado Incorporado, es decir, hecho cuerpo en los sujetos, una sola cosa. El hombre invierte tiempo en adquirir cultura, la apropia, la acumula, pero también la hereda. La familia es clave entonces, tanto en la transmisión como en las oportunidades que le pueda brindar en tiempo y mercado para educarse.

Estado Objetivado, transformado en bienes culturales concretos (libros, cuadros, esculturas, edificios, ciudades), es decir en bienes culturales transmisibles. Tiene en principio un soporte físico que permite una apropiación material casi total e individual, que

44 MILLÁN, René y GORDON, Sara. “Capital social, una lectura de tres perspectivas clásicas” en Revista Mexicana de Sociología, año 66, núm. 4, octubre-diciembre México, D. F: Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales, 2004. pág. 744.

Page 38: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

32

debería ser independiente de las posibilidades de apropiación simbólica comunitaria. En este estado, el capital cultural solo existe si los individuos lo activan como tal.

Estado Institucionalizado, cuando la “acumulación de cultura” es certificada/validada por el poder estatal o institucional. El poseer un título académico permite al hombre competir en el mercado cultural, político, social: ponerle valor económico a sus aptitudes

Es común a los tres estados la categoría de simbólico, y de eso se deriva la dificultad de verlo, reconocerlo, entenderlo –porque la mayoría de las veces esta encubierto–. Es también difícil valuar y/o validar su intercambio: el incorporado no puede venderse si no “se vende” a la persona, el objetivado se vende jurídicamente en su aspecto físico pero no en el simbólico, el institucionalizado necesita re-validarse a través del tiempo.

Si el “capital cultural se traduce en capital social (prestigio) que luego se reconvierte en capital económico”, esto es factible de traducirse en términos de bienes culturales inmuebles. Un edificio es parte de un capital cultural (un bien cultural en estado objetivado) de acuerdo a la valoración que le otorgue la sociedad, y en función de las redes sociales que integra y que puede generar (tradición, costumbres, usos, inversiones), se traduce en capital social. Automáticamente el prestigio del objeto y de sus poseedores aumenta, y esto se reconvierte en capital económico. Son muchos los bienes culturales que participan en el capital cultural, son menos los que integran el capital social, y escasos el económico.

Aquí cabría preguntarse qué relación existe entre el capital cultural y el campo político. Es posible que el campo político en función de sus propios beneficios apoye la relación entre los capitales culturales y sociales para beneficiarse del prestigio del patrimonio activado y su futura renta.

Por otro lado, en estos juegos de apoyos y relaciones existe poder, poder que, según M. Weber, es la posibilidad de imponer la propia voluntad, incluso contra la oposición, dentro de una relación social, sin que importe en que se base esta posibilidad45. El debate surge en relación es si ese poder que le permite a un individuo cumplir su propia voluntad, es bueno o es malo. En principio, el poder al menos permite al actor que la acción sea posible, pero se tornaría conflictiva cuando el poder de hacer posible se comenzara a concentrar en esos individuos o en organizaciones.

El ejercicio del poder no requiere necesariamente amenazas o el uso de la fuerza: el poder para la sociología incluye tanto el poder físico como el político (legitimado por la institición democrática), y otros tipos de poder existentes (la persuasión, la influencia social, la tradición, la pertenencia a una clase social, el conocimiento, el dinero)46.

En consecuencia, el poder social, será aquella capacidad de controlar, modificar o influir en el comportamiento de otro/s sujeto/s, determinando qué se hace, cuándo se hace y cómo se hace, para lo cual se debe contar con información, con conocimientos y destrezas, y con la habilidad de asociarse a otros.

En el juego del espacio social, el concepto de habitus enmarca los campos que compiten por el poder. Cada campo genera su capital: económico, cultural, social y simbólico. Cada campo juega por acumular, mantener o incrementar su capital, generando estructuras a partir del poder. Si cada campo lucha por controlar su capital ejerciendo poder, en algún momento se generan conflictos, luchas que demuestran cierta contradicción interna entre deseos simultáneos, cuyas finalidades se excluyen recíprocamente47. Estructuras de poder, espacio, sociedad, territorio, establecen relaciones que suelen entrar en situaciones de conflicto social, donde los sujetos luchan por los valores, la pertenencia a una clase social y el control de los modos de producción territorial.

45 ALVAREZ DE LUNA, Alejandro. “Antropología cultural”. Diccionarios Rioduero. Ediciones Rioduero: Madrid, 1986. Pág. 139 46 Ibídem 44 47 Ibídem 44. Pág. 39

Page 39: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

33

3.1.4. Identidad. Memoria, permanencia y mutación

La identidad es un fenómeno derivado de un proceso cultural dinámico y en continua reelaboración. El proceso se produce por contraste, seleccionando semejanzas y diferencias significativas entre el otro y uno mismo. La identidad es una consecuencia y no un objeto en sí, y el objetivo del proceso es determinar cuál es el modelo de pautas de comportamiento ideales para el otro y uno mismo. En todo caso la identidad –o las diferencias que vinculan a los individuos–, origina tensiones, conflictos, violencias y antagonismos que cuestionan la capacidad de éstos de vivir juntos; y no solo plantea diferencias entre las sociedades de estos individuos, sino que también actúa dentro de cada una de ellas.

Desde mediados del siglo XX el uso de la idea de identidad tiende a referirse no a las razas ni a las etnias, sino a las culturas, en plural, entendidas en el contexto del relativismo cultural y de la mano de los antropólogos estructuralistas48. La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan los grupos y las sociedades que componen la humanidad.

Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras. Es decir que la identidad cultural tiene una densidad que remite a la historia, a la memoria, a las tradiciones49. La cohesión de un grupo está dada por la estabilidad de sus identidades individuales y por la claridad de la identidad común del grupo, el reconocimiento de múltiples identidades diversas, cambiantes y transversales.

En cuanto a los modelos de estudio de la identidad cultural, pueden identificarse dos líneas desde la ciencia antropológica: una perspectiva esencialista y otra constructivista. La primera, esencialista u objetivista concibe a la identidad como esencia, como algo natural; y entiende que las señas culturales son heredadas de generación en generación, configurando una identidad cultural a través del tiempo. Es decir, estos rasgos son inmanentes y heredados culturalmente, inevitables para el sujeto, con raíces históricas e incluso biológicas.

La segunda, constructivista o instrumentalista, define a la identidad como construcción social, relativiza el vínculo hereditario y afirma que la identidad es algo que se construye, un proceso dinámico, maleable y manipulable, que persigue la consecución de determinados fines.

Respecto a la postura esencialista cabe advertir que ni la cultura ni la identidad se heredan completa e inflexiblemente. Hay cambios en el proceso, porque la identidad es un fenómeno derivado de un proceso cultural dinámico y en continua reelaboración.

En consecuencia, se debe señalar también en cuanto a la postura constructivista que la identidad cultural no es una construcción que comienza cada vez desde cero ni depende solo del entorno sincrónico. Siempre se cuenta con una transmisión heredada que conforma un sustrato básico a partir del cual el sujeto conforma su identidad cultural.

El proceso se produce por contraste, seleccionando semejanzas y diferencias significativas entre el otro y uno mismo. La identidad es una consecuencia y no un objeto en sí, y todo individuo y grupo social puede definir y construir su identidad a partir de:

La percepción de la igualdad a sí mismo, y la continuidad de la propia existencia en el tiempo y en el espacio;

La percepción del hecho de que los demás reconocen dicha igualdad a sí mismo y dicha continuidad.

48 PELAYO GARCÍA SIERRA. “Diccionario filosófico” Biblioteca Filosofía en español. En Línea:[http://filosofia.org/filomat] 49 WIEVIORKA, Michel. “La Diferencia”. La Paz: Plural Editores, 2003.pag. 31.

Page 40: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

34

Los grupos se definen a sí mismos al acentuar sus diferencias frente a otros grupos. Esta dinámica implica reconocer normas comunes compartidas, que se evidencian frente al contacto con otras culturas. Reconocer una identidad común conlleva la necesidad de su preservación y cierta postura de autodefensa frente a la intromisión de otras culturas.

La postura constructivista es la más aceptada desde el campo científico, aunque socialmente parece prevalecer la esencialista. La identidad, construida a partir de combinar semejanzas y diferencias, es un proceso que selecciona rasgos que se poseen para modificarlos y hacerlos operativos, convirtiéndose así en estereotipos. Esta construcción se divide en categorías definidas interna o externamente que no son fijas y varían con el tiempo. Las categorías identitarias (región, raza, etnia, trabajo, etc.), se construyen a partir de los propios grupos con la participación del Estado, en el marco de las circunstancias históricas y las ideologías vigentes. Es factible aceptar que el juego del poder posee influencia en la determinación de estas categorías, y que, en consecuencias, estas no son arbitrarias sino que responden a ciertos intereses.

Este enfoque para analizar las identidades ya no piensa a la identidad como una cosa fija que cada sujeto tiene de una vez y para siempre, sino que se las entiende como construcciones a través del tiempo, cuyas categorías y fronteras se negocian constantemente en el juego del poder local, además de los juegos que implica pensar en “los otros”, los de afuera del campo que participan en la construcción de la identidad. “La identidad no es algo meramente dado como resultado de las continuidades del sistema de acción sino algo que ha de ser creado y mantenido habitualmente en las actividades reflejas del individuo50”. Es el “resultado a la vez estable y provisorio, individual y colectivo, subjetivo y objetivo, biográfico y estructural de los diversos procesos de socialización que conjuntamente construyen a los individuos y definen a las instituciones”51.

Partiendo de cualquiera de los dos enfoques, no se debe olvidar que la complejidad del hombre se basa en su constitución biocultural, dado que toda acción humana esta culturalizada pero a la vez posee una fuente biológica. Los estudios de la identidad, indica Edgar Morin 52, “deben anclarse en este nudo gordiano de la definición biocultural del ser humano, pues sólo así es posible obtener una visión enriquecedora y no disyuntiva de la existencia humana”.

Retomando los conceptos claves del interrogante principal de esta investigación, la acción de construir respecto a la identidad toma un lugar central. Construir es propiamente habitar, permanecer, residir, afirma Martin Heidegger, siendo el habitar la manera en que los mortales son en la tierra. Del construir como habitar se deriva el construir que cuida el crecimiento y el construir que levanta edificios. Entonces, construir es característica existencial del ser en su espacialidad.

Construir es ordenar para expresar un concepto, y el constructivismo toma este nombre por su especial fervor en los actos de construcción, ya que asume a la realidad como una construcción humana. Entendido como la relación simbiótica entre el yo y el mundo, este enfoque parte de cinco temas básicos: actividad, orden, identidad, relación simbólica y desarrollo vital.

En este particular contexto, ¿cómo se construye la identidad? El sujeto participa en la creación de la realidad a la que responde, la ordena y la significa en un contexto social. El individuo surge de sus vínculos humanos, y la identidad se desarrolla en el contexto de las relaciones sociales.

La modernidad le atribuyó al individuo la formación del ser, y el debate se centró en las posiciones encontradas del esencialismo y el constructivismo en cuanto a la discusión de la identidad. Pero, por ejemplo el posestructuralismo, consideró el concepto, y uno de sus principales representantes, Michael Foucault, enfatizó la producción de individuos a través de discursos y prácticas ligados al ejercicio del poder.

50 GIDDENS, Anthony Modernidad e identidad del yo. Barcelona: Península, 1995. Citado por LONGO, María Eugenia. “¿Qué les queda a los jóvenes?

Representaciones en torno al trabajo e identidad en varones jóvenes pobres” IDICSO – Serie Documentos de Trabajo Facultad de Ciencias Sociales SDTI016c Universidad del Salvador. En Linea: [http://www.salvador.edu.ar/csoc/idicso/sdti016.htm]

51 DUBAR, Claude. La Socialisation. Paris: Armand Colin, 2000. Ibídem 50 52 MORIN, Edgar. La unidualidad del hombre, en la “Gazeta de Antropología”, número 13, CNRS, París, 1999.

Page 41: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

35

Para Ernesto Laclau (desde el posmarxismo) y Chantal Mouffe todas las identidades están “en disputa”53. Todas las identidades son relacionales y sobredeterminadas, de manera que la lógica de la articulación es la única posibilidad para la construcción política de la identidad. Para Lawrence Grossberg, en el marco de la posmodernidad, el discurso de la identidad es visto como el terreno para la lucha54: aún cuando concebida en términos de fragmentación e hibridez, la identidad como diferencia tiende a localizar el término subordinado como necesario para el dominante, desconociendo la positividad del subalterno “como poseedor de otros conocimientos y tradiciones”.

Tratando de alcanzar la igualdad y el equilibrio, los individuos en comunidad deben encontrar los medios para construir realidades compartidas. Porque cada individuo tiene un relato propio de su historia, y cuando la expone a la comunidad elige algunos recuerdos, elimina daños, construye su identidad, la mejora, la fortalece. Esta representación de la realidad no es estática, es dinámica según los actores y el tiempo. Por eso el constructivismo apela a la responsabilidad y a la tolerancia: las diferencias originan conflictos, y estos llevan a la ruptura y a la desintegración social.

La identidad individual, entonces, resulta de una serie de identidades que se activan con la asunción de distintos roles, y que necesita interrelaciones para construir una identidad propia y valorar la identidad ajena. Así aparecerán identidades de grupos de muy distinta características: ideológicas, territoriales, geográficas, políticas, sociales, de género, familiares, de amistad, etc.; que definen una serie de intereses compartidos por una comunidad, se configura un contexto que todos integran, y se establecen diferencias culturales. En consecuencia, no sería pertinente seguir hablando en singular de la identidad, sino necesario reconocer la existencia de múltiples identidades que aportan a la riqueza de la construcción territorial.

De todas las formas en que se utiliza el término identidad, interesa también el de identidad colectiva, que abarca los fenómenos englobados en diversas calificaciones de las ciencias sociales: identidad nacional, ser nacional, pueblo, nación, regionalismos y provincialismo, identidad de clase, identidades culturales o sociales.

Pero a la sociedad no le bastan los recuerdos de la memoria colectiva y las interpretaciones que hace de los mismos para avanzar y asegurar su continuidad. Su permanencia como grupo supone el estudio, evaluación y protección de las huellas del pasado –que adquieren la categoría de patrimonio cultural–, por un proceso de selección consciente como objetos y acciones que deben ser conservados por los valores que trascienden el uso o función primitiva. Sin embargo es frecuente que se considere a las identidades de los grupos o procesos preexistentes como “algo dado, una especie de estado primero de la cultura, ignorando sus transformaciones”55, afirma Wieviorka analizando la mirada esencialista.

El ser vivo se reconoce y toma conciencia de su identidad a través de su memoria. El ser vivo se reconoce y toma conciencia de su identidad a través de su memoria. Si la memoria individual sustenta la conciencia del individuo, la memoria colectiva hace lo propio con la conciencia que un pueblo tiene de serlo y que constituye su historia, base de sus señas de identidad. Como instrumento de las identidades, la memoria es conciencia, es convicción56 sobre lo que se hizo, sobre lo que paso, esa facultad del hombre por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado.

Cita José Manuel Sobral lo siguiente respecto a la memoria y su análisis teórico:

No es fácil definir de un modo resumido en qué consiste la memoria. La memoria no es una cosa, “un navío inmutable destinado a transportar el pasado al presente”, la memoria es un proceso (Olick & Robbins 1998:122), un conjunto de prácticas de recuerdo -orales, visuales, rituales, corporales (Linke 2001:2219)-. Para clasificar las manifestaciones de la memoria se han propuesto diversas tentativas de orden, como la de Connerton (1989) que distingue entre las narrativas (orales o escritas), ceremonias conmemorativas las actividades que tienen

53ESCOBAR, Arturo. Modernidad, identidad, y la política de la teoría, en Anales N. E. 9/10 pp. 13-42, Göteborg University. Faculty of Social Sciences, 2007. En Línea: [http://gupea.ub.gu.se/dspace/simple-search?query=arturo+Escobar] 54 Ibidem 53 55 WIEVIORKA, Michel. “La Diferencia”. La Paz: Plural Editores, 2003.pag. 77. 56 BERGSON, Herni, cita por ARNAUD, Joaquín. “72 voces para un diccionario de arquitectura teórica”.

Page 42: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

36

como fin, por su desempeño recurrente, instaurar y reproducir un determinado universo de significación y la memoria-hábito, conjunto de adquisiciones sociales incorporadas manejar el cuerpo, hablar, e incluso ciertos aprendizajes semánticos como la escritura, que exige un entrenamiento corporal, etc., reproducidas de forma automática. O la posición de Candau, que emplea protomemoria para designar la memoria que opera sin una toma de consciencia (como en gran medida el habitus de Bourdieu (1972, 1997), memoria propiamente dicha o de alto nivel –memoria de recuerdo y de reconocimiento– y la metamemoria, la representación construida por individuos o grupos sobre la propia memoria (Candau 1998:11-15). En cualquiera de sus acepciones la memoria no es un simple registro del pasado. En expresión de Halbwachs, es una “reconstrucción del pasado” (1994-25:83-113).

Se ha insistido en la interpenetración entre identidad y memoria (Candau 1998:10). Ello es válido tanto para la identidad individual como para las identidades colectivas.

Esa construcción de la memoria comporta desigualdades, relaciones de poder y conflictos: las memorias compiten entre sí, la tentativa de imposición de un determinado pasado puede obliterar o desfigurar otros recuerdos. La memoria está unida al ejercicio de dominación57.

Se recuerdan objetos y acciones que permanecen o mutan, total o parcialmente. La mutación se define como “mudanza, inconsecuencia, inconstancia, variabilidad, cambio de aspecto, variación, cambio en la naturaleza o el estado” 58. Luego de esta primera aproximación, en general casi todos ellos nos remiten al significado del término para la genética, ciencia biológica que estudia los fenómenos de la herencia y la variación. La mutación que es algo más que cambio, desarrollo y evolución, y ha comenzado a reemplazar a estos términos en lo referente al espacio urbano, ya que los mismos parecen insuficientes para nombrar lo que en la ciudad está sucediendo a nivel de su dinámica de cambio.

Afirma la biología que la mutación es un cambio en el material genético de una célula, el que produce alteraciones de uno o más caracteres hereditarios, provocando una ruptura en los mecanismos de la herencia, es decir, una alteración substancial que afectará a todo el individuo. También en lo patrimonial, la mutación interrumpe, corta el mecanismo de la herencia, dado que, muchas veces lleva implícito la destrucción de objetos y acciones. Esto implica la pérdida de lo que se debería heredar de nuestros mayores, símbolos y signos físicos en el espacio geográfico y social, y que hacen presente a la memoria y dan continuidad a la herencia.

La mutación, una característica intrínseca de lo urbano y producto del accionar humano, al contrario de la permanencia, hace referencia al cambio y también a la evolución del espacio urbano, a la movilidad de ciertos sistemas o a su reemplazo total o parcial.

Todas las ciudades se transforman por la historicidad que les es propia, aunque algunas con mayor tendencia a la mutación, cuya característica principal es la transformación constante. Puede ser relevante diferenciar dos tipos de mutaciones, destacando que ambas han sido y pueden ser espontáneas o planificadas.

Las primeras son aquellas que se producen respetando los sistemas espaciales y formales básicos, así como sus objetos y acciones identitarias que constituyen las permanencias valiosas de cada ciudad. Este tipo de mutación, en general resulta positiva. Al segundo tipo lo constituyen aquellas que por el contrario resultan negativas para el hombre y el espacio que él habita, porque no consideran, preservan, rescatan lo permanente y hasta llegan a destruir estructuras y elementos significativos de la memoria social.

La permanencia habla de algo que se mantiene sin mutación o en un mismo lugar o estado, también hace referencia a duración, constancia, perseverancia, estabilidad, seguridad, relación con el pasado,

57 SOBRAL, José Manuel. “Memoria social, identidad, poder y conflicto”. Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, en Revista de

Antropología Social 2004, 13. Pag 137-159 . ISSN: 1131-558X. 58 Enciclopedia Salvat - Salvat Editores S.A. Barcelona, 1978. Vastus - Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua Castellana - Editorial Sopena.

Buenos Aires. (Sin referencia de fecha).

Page 43: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

37

presencia y proyección hacia el futuro. Lo permanente es lo que construye el espacio urbano, lo que se hereda y se lega, el patrimonio cultural.

La permanencia lleva implícito un orden consolidado, establecido y definido; mientras que la mutación alude a un contrario: la oposición a lo que ya está, la ruptura de un orden, el desorden consiguiente y tal vez, la constitución de un nuevo orden.

Es importante reconocer lo permanente y perdurable, lo que ha creado orden reconocido, con el cual se identifican los sujetos urbanos, aquello que ya se ha confrontado con el tiempo, los cambios y las crisis, pero no se ha roto, sino que por el contrario ha subsistido como símbolo de la historicidad urbana.

3.1.5. Las formulas binarias de oposición En todas las cosas hay dos razones contrarias entre sí.

Protágoras de Abdera (485 a.C.-circ. 411 a.C.)

Diferente es, para la Real Academia Española, lo diverso, lo distinto. Por diferencia entiende la cualidad o accidente por lo que algo se distingue de otra cosa, la variedad entre la misma espacie, el disenso y la operación de restar. Distinto es lo que no es lo mismo, lo que tiene diferentes cualidades, lo que no se entiende. Y diverso es, a la vez, muchos y lo que no es semejante. Bajo esas acepciones se es diferente, distinto, diverso de lo otro/a [alter, distinta de aquella persona o cosa de que se habla]. Finalmente la otredad designa la condición de ser otro.

Lo otro es para el hombre una obsesión, fuente de riquezas y temores, de aprendizajes y recelos a lo largo de la historia. Hoy, entender lo otro –lo diferente, distinto, diverso–, es haber develado el misterio de esa diferencia que resta y que no es semejante, para gestionarla y hasta reducirla a productos de consumo59.

La diferencia, según Rosana Reguillo, constituye para lo propio o lo local:

una amenaza por su proximidad;

un objeto de consumo banalizado, que se reduce al inventario de rasgos distintivos de la cultura diferente;

un objeto de tematización mediática, que suele elevar al rango de explicación de la diferencia las determinaciones geopolíticas.

La misma autora propone dos posibles miradas sobre lo otro en relación a lo propio:

una mirada a lo que está a “lo lejos”: a partir del invento del telescopio, con un desarrollo científico acelerado, se indaga para preguntar por lo que está lejos, que es preguntar por la otredad: lo otro estaba más allá de los límites de la ciudad, del país, del continente, del planeta. Entonces lo diferente es lejano, lo normal esta aquí, y es el parámetro para clasificar entre lo idéntico y lo diferente. Lo diferente siempre está situada en un “más allá”, la diferencia es exógena.

una mirada a “lo cerca”: a partir del invento del microscopio, con un desarrollo científico acelerado a principios del XX, la mirada micro se pregunta por la otredad interior: ya no lejana, sino situada en el centro mismo de la sociedad. Las categorías orientadas a pensar “lo diferente” están instaladas adentro, pero sigue existiendo ese otro pensamiento de la diferencia como anomalía, como ruptura de lo normal. Lo diferente esta en el interior y la diferencia es endógena60.

59 REGUILLO CRUZ, R. “De las culturas en “infinitivo” a la conjugación compleja re-pensar la diferencia”, en III ENCUENTRO INTERNACIONAL DE

PROMOTORES Y GESTORES CULTURALES CONACULTA, 2005 60 Ibídem 59

Page 44: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

38

Cuando se compara, lo diferente se hace visible. Lo uno y lo diverso, lo único y lo múltiple, lo idéntico y lo diferente, lo conocido y lo desconocido “forman parte del pensamiento social que ha venido organizando en formulas binarias de oposición tanto la comprensión como la nominación del mundo”61. Y así aparecen estas oposiciones binarias como: centro/ periferia; alto/bajo; pobre/rico, prestigioso/mediocre, nacido/de afuera, etc.

Pero profundizar en estas miradas puede llegar a modificar estas relaciones con el otro, porque la diversidad cultural puede incorporar la dimensión de la interacción entre culturas diferentes. Y al decir nuevamente de Reguillo, se puede avanzar más allá de la simple contabilización de los rasgos diferentes e inertes o “la cultura en infinitivo”, para “conjugar” otras lecturas de los sistemas culturales.

La problematización queda, entonces, en torno a “los modos de estar juntos” a los otros, mirando primero de lejos o mirando primero de cerca, estableciendo diferencias que resten y segreguen, o diferencias que sumen a la riqueza de la diversidad. Mirar y buscar al mismo tiempo, que los otros sean como nosotros y nosotros como ellos, mediante otros “medios para una revisión de fondo de las concepciones de diferencia u otredad, de sus vinculaciones con la noción de lejanía/cercanía, normalidad/anomalía, gestión/reducción”62.

Individualidades y modos de estar juntos frente a los demás, las formulas binarias de oposición ayudan a definir características de las identidades, aportan formas de discernir cuales son las referencias a partir de las cuales se construyen similitudes y diferencias de los habitantes de un territorio, y revelan al menos que la dificultad de entender a los otros, cercanos o lejanos, existe.

3.1.6. El Patrimonio territorial

El territorio guarda la huella del hombre en su complejidad, la forma de su intervención sobre él, resultado de la acción del hombre de habitar humanamente: un sistema de datos difíciles de ubicar en otros tipos de archivos que no sea el territorial. Por la acción del hombre el territorio se convierte en espacio y a su vez en archivo y patrimonio cultural, fruto de la experiencia humana63.

El paisaje puede ser el objeto básico de estudio del transcurso del tiempo, hilo conductor del cambio y de relaciones interactivas y dialécticas que quedan grabadas en el territorio.

Milton Santos afirmaba que: “En la aurora de la historia, existían tantos sistemas técnicos como lugares. La historia humana es también la de la disminución del número de sistemas (...). La instantaneidad de la información globalizada aproxima los lugares, (...) y crea entre lugares y hechos una relación unitaria a escala mundial”.64 La historia del hombre es la de la acción del hombre sobre la materialidad del territorio, y territorio y acción crean espacio, entendido éste como un sistema. Estos sistemas se superponen época tras época, modificando –en parte o en todo–, objetos y acciones, para responder mejor a nuevas exigencias de la sociedad y porque “(...) son tanto más eficaces en tanto están mejor adaptados a las acciones previstas, sean económicas, políticas o culturales”65

Cultura y patrimonio se entienden en el marco de estos sistemas espaciales globalizados. Según Santos “las formas de poder se hacen normas y la norma en cada lugar se hace territorio”66, porque las 61 Ibídem 59 62 Ibídem 59 63 SÁNCHEZ LÓPEZ, Lorenzo - JEREZ GARCÍA, Oscar. “El patrimonio geográfico: reflexiones sobre el espacio como archivo, patrimonio y recurso

didáctico” Universidad de Castilla-La Mancha 64 SANTOS, Milton. “Análisis del Sistema Mundo y de la Economía Mundial”. Anales de Geografía de la Universidad Complutense Nº 13. Ed. U.

Complutense. Madrid 1993. 65 Ibídem 64. Pág. 70. 66 SANTOS, Milton. La Naturaleza del Espacio : Técnica y tiempo, razón y emoción. Ed. Ariel. Barcelona 2000.

Page 45: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

39

formas culturales son normas del poder hegemónico y formas en su acción de territorio. Esta relación entre el patrimonio y el poder afecta a la valoración y a los flujos de los bienes culturales y sociales, porque cada uno es, al mismo tiempo, objeto de una razón global y de una razón local que conviven dialécticamente67, si bien las formas culturales universales están presentes en todos los espacios.

Las formas culturales universales están presentes en el espacio local, espacio social heredado cuyo mejor conocimiento en cuanto a sus valores educativos puede ayudar a asegurar un mayor respeto y objetividad en la protección del patrimonio cultural territorial.

Es por eso que Milton Santos afirma: “si la geografía desea interpretar el espacio humano como el hecho histórico que es, solamente la historia de la sociedad mundial, aliada de la sociedad local, puede servir de fundamento a la comprensión de la realidad espacial y permitir su transformación al servicio del hombre”68.

El espacio es un patrimonio que pertenece a todos, y su protección exige buscar estrategias nuevas. Una de ellas parte del espacio vivido como primer recurso69.

3.1.6.1. Patrimonio cultural

La palabra patrimonio –del latín patrimonium: lo que se hereda–, es aquello que proviene de los padres. Según el Diccionario de la Real Academia, patrimonio son los bienes que poseemos o los bienes que se heredan de los ascendientes. Patrimonio es lo que se recibe y se traspasa en herencia en aras de la continuidad del linaje. La imagen del “legado que una generación deja a sus sucesores para que la vida continúe” no parece haber perdido validez sea cual sea el patrimonio al que aludamos.

Patrimonio es la suma de la historia particular de un pueblo; el lenguaje que constituye la expresión viva de su realidad; sus costumbres y tradiciones; su religión y su pensamiento; su literatura oral y escrita; sus conocimientos técnicos; la experiencia que los hombres han acumulado para la supervivencia de toda la humanidad; los errores y fracasos de esos hombres. El patrimonio es un conjunto de principios, de valores espirituales, que refuerzan los lazos de coexistencia entre la gente y dan significado a su vida cotidiana.

El patrimonio no es solo el mundo físico, sino también el espacio preservado que una generación deja a la próxima, para que ésta pueda tener mejores condiciones de vida. El patrimonio incluye objetos materiales o tangibles como una casa o un libro, pero también incluye derechos y obligaciones, es decir cosas intangibles, abstractas, espirituales. Los aspectos que encierra entonces la definición del patrimonio son:

transmisión

posesión

caracteres material, inmaterial y espiritual.

Como punto de referencia, el patrimonio es una necesidad. El fantasma de la ruptura y el desorden ha conducido a algunas sociedades enfrentadas a cambios excesivamente rápidos a buscar en el patrimonio un refugio compensatorio, especialmente en la región sudamericana. Por ello la sociedad demanda a las instituciones que asuman en su nombre el proceso la transmisión del patrimonio cultural, que reconozcan, preserven y defiendan todo aquello cuya desaparición podría amenazar su existencia, sus entornos naturales y culturales, sus identidades, sus valores.

El concepto de patrimonio es inseparable de la evolución en el tiempo y en el espacio geográfico y social. El curso de la historia de cada civilización es lo que otorga un significado absoluto al patrimonio. Esto incluiría a los principios y valores que, aunque habiendo completado su propósito en diferentes

67 SANTOS, Milton. Razón Universal .Razón Local en Por Una Geografía Nueva. Ed. Espasa-Universidad. Madrid. 68 Milton Santos. De la Totalidad al lugar. Oikos Tau. Barcelona 1996 69 Ibídem 63

Page 46: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

40

momentos de la historia, sobrepasan las circunstancias históricas y representan la suma de la experiencia colectiva de un pueblo. El patrimonio puede ser entendido como un proceso de creación y renovación que asegura la continuidad entre la materia, la vida, el espacio y el tiempo.

El patrimonio en general incluye una pluralidad de bienes que en conjunto dan forma a la identidad de los pueblos. Es más que una reunión de objetos muebles e inmuebles, es un conjunto de bienes materiales e inmateriales de una comunidad con respecto a un territorio70; no centra su objetivo principal en los objetos y su conservación, sino que se entiende como un recurso para el desarrollo, siendo su objetivo las personas y su calidad de vida. No son sus principales protagonistas y financistas la Administración y los especialistas, sino los municipios y las regiones que lo contienen; además de las leyes y el planeamiento urbano sus instrumentos son los inventarios de recursos y los planes de promoción y gestión integral.

La controversia que suscita el termino patrimonio cultural se debe a las interpretaciones que el concepto ha originado, que difieren en la concepción de cada unidad (patrimonio y cultural) y del conjunto (patrimonio cultural). Se entiende por patrimonio cultural como el conjunto de bienes tangibles e intangibles que reflejan la herencia cultural de un pueblo, lo cual determina su sentido de pertenencia a sus distintas producciones e imaginarios simbólicos. Este concepto es abierto.

El término patrimonio cultural comprende aquellos bienes muebles e inmuebles que son la expresión o el testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza y que tienen especial relevancia en relación con la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, la educación, el arte, las ciencias y la cultura en general. El legado cultural –es decir el patrimonio cultural que se hereda por transmisión humana–, es una manera de mantener en contacto una generación con la siguiente y así sucede en todo el mundo.

Algo que se hereda ha sido creado y trasmitido por otros, por lo que forma parte del pasado, y con la acción hereditaria, también del presente. La noción de pasado es un concepto abstracto que puede definirse como una construcción artificial que trata de medir y ordenar el paso del tiempo. Si el pasado es todo aquello que ya ha sucedido; el presente será lo que está sucediendo y el futuro lo que aun no ha comenzado a suceder. La línea imaginaria entre cada instancia es virtual y desaparece constantemente; y el común denominador es la necesidad de la conclusión del hecho en sí.

La noción de pasado se conecta con la noción de herencia. Si una realidad del pasado es una realidad concluida, se heredará desde un contexto igualmente terminado. Esto supone que se puede heredar una catedral colonial –de 400 años, prácticamente inalterable y funcional en todo ese lapso de tiempo–, o un programa de software –creado hace solo tres meses y tal vez inservible en este momento–, es decir que los mecanismos de transmisión de la herencia cultural contiene periodos temporales muy desiguales, y puede que sea el individuo actual el primer legatario –heredando en tal caso los valores directos de su contexto–, o por el contrario se integre a un proceso de cientos de transmisiones –heredando el objeto más las huellas que sobre él han ido dejando las generaciones participantes en la transmisión–. Cuanto más lejano sea el origen del bien, más difuso se encontrará el contexto de valores en el cual surgió.

La cultura, al igual que la historia, se comprende a través de una selección. El patrimonio cultural forma parte de esa cultura pero es solo una selección de la misma, un residuo [en una rugosidad] que cada momento cultural ha ido depositando y que puede servir como indicio para reconstruir e interpretar ese pasado cultural.

Desde el punto de vista individual el patrimonio es un elemento de socialización y de arraigo en el entorno comunitario. Desde el punto de vista comunitario el patrimonio contribuye a la integración y al desarrollo social de la comunidad que lo conserva y lo promueve como suyo. Así, el sujeto se identifica con su contexto y no existe la posibilidad de permanecer fuera del sistema.

70 ROMERO MORAGAS, Carlos. Ponencia “Patrimonio, Turismo y Desarrollo”, Bilbao, España 1996

Page 47: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

41

El uso de los bienes incide en la construcción de la identidad. La acción turística abre el contexto de referencia hacia el exterior. Entonces es preciso estudiar la posible pérdida de identidad cultural local, destacando bienes y valores específicos de la identidad cultural del grupo.

El patrimonio cultural y la identidad cultural, como cualquier otro producto de la actividad humana, no son elementos estáticos, sino entidades sujetas a cambio, condicionados por factores externos y supeditados a una continua alimentación mutua: la identidad cultural existe en el grado que permite el reconocimiento de ellos, en su condición de bienes culturales, lo que genera el concepto de identidad cultural.

El concepto de patrimonio cultural ha sufrido una larga evolución a partir del Siglo XIX. Un conferencia mundial de 1982 definía al patrimonio no solo como el conjunto de Monumentos históricos, sino la totalidad dinámica y viva de la creación del hombre.

Se asume, para su estudio, la división del patrimonio cultural en:

patrimonio material o tangible (mueble e inmueble)

patrimonio inmaterial o intangible

También se incluye en los marcos del patrimonio cultural los testimonios excepcionales de la naturaleza, siendo el patrimonio cultural y natural objeto de consideración conjunta (Convención de 1972). Esta tendencia adquiere legitimidad a partir de la consideración de que el hombre desarrolla su actividad creadora en un medio conformado por la naturaleza, de la cual es inseparable y está presente en toda acción del hombre y del grupo.

El patrimonio comprende también las manifestaciones culturales intangibles como las tradiciones orales, la música, las festividades y las lenguas. Es decir que así como existen bienes materiales con ciertos valores, también existen valores sin soporte material. En el patrimonio cultural de un pueblo es donde mejor y más profundamente se guarda el ADN del mismo; no es solo materia, forma o color, también contiene el espíritu, el deseo, el esfuerzo, la utopía y la evolución de toda la humanidad.

La ciudad está integrada por una variedad de hechos físicos en el espacio geográfico que sumados a la estructura social, llamamos patrimonio, patrimonio general en su más amplia aplicación. Su función es materializar la historia de la comunidad, permitirle “figurarse las sucesivas imágenes”71 de su pasado. Toda esta masa de elementos es lo que e hereda de generación en generación.

Si alguno de los objetos o acciones del patrimonio general detenta valores que lo presentan con un aspecto único o memorable en el contexto espacial; si es un elemento del recuerdo de la gente que la habita, estamos en presencia de un hito o monumento. Los monumentos, cuya significación y valoración es indiscutible para la comunidad, constituyen dentro del patrimonio general, uno especial formado por bienes principales, es decir que pueden existir en sí mismos y por sí mismos.

Esta mirada del patrimonio como tesoro histórico-artístico prevaleció largo tiempo en las disciplinas responsables de la conservación del patrimonio, situación que además ubicaba objetos y acciones al margen del conflicto de clases y grupos sociales.

El cambio de mirada sobre el patrimonio surgió a partir de la necesidad de ampliar las categorías legales de protección de bienes. Se cuestionó incluso el espíritu según la cual se habían seleccionado los bienes que componían el patrimonio cultural de una nación surgiendo condiciones de legitimidades, desigualdades, conflictos, especialmente en Latinoamérica. La obra de obra de Pierre Bourdieu y la de Walter Benjamín fueron aportes teóricos fundamentales para la revisión que se inició en México y Brasil, que llevaron a la compresión del patrimonio como construcción social, con las complejidades y conflictos que esto supone. Esta nueva dimensión de la “construcción social” del patrimonio se entiende como una acción dinámica, que desde el presente reconstruye, selecciona e interpreta el pasado.

71 Carta de Atenas, 1941

Page 48: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

42

Entonces, en una breve síntesis, hay otro conjunto de objetos y acciones, que, como señala la Carta de Venecia (1964), son “obras modestas que han adquirido con el tiempo, un significado cultural”. Se relacionan con hechos históricos particulares, pero por su sobriedad exterior no son receptores de un reconocimiento tan efusivo como el que se les presta a los monumentos. Son bienes que componen el patrimonio urbano-arquitectónico tradicional y doméstico, tejido que acompaña a los grandes monumentos o conforma sectores de interés, u otros bienes muebles modestos, costumbres locales, tan importantes para la identidad de la comunidad como sus hitos significativos. Integrante esencial y mayoritario del patrimonio general, este patrimonio especial, puede ser de igual forma definido como un bien secundario cuya existencia y naturaleza depende, en forma reciproca, de otros bienes principales como monumentos, usos, costumbres, etc.

Es, creemos, la unión de acciones y objetos, bienes materiales e inmateriales, el espacio de los acontecimientos donde se insertan esos bienes, más aquellos factores que reconocemos como el “alma” del lugar, lo que constituye el patrimonio cultural. Esa suma es lo que se percibe al recorrer la ciudad y es lo que le otorga identidad a cada lugar. Y se apoya en un territorio, al que adjetiva como cultural. “Del monumento, soporte de la memoria, hemos pasado al patrimonio, soporte de la identidad” (André Desvallées, 1995; Jean-Claude Duclos, 1997).

Queda por reflexionar sobre cuál es la utilidad del patrimonio cultural. El patrimonio está integrado por un conjunto de objetos y acciones con valores procedentes de determinada cultura, de manera que ya deriva de una selección propia de ésta. No se incluyen todos los objetos y acciones, sino una selección de ellos, dependiendo ésta de criterios según disciplinas, contextos y épocas. Dentro de la memoria cultural se destacan una serie de elementos por encima de otros.

¿Por qué unas personas necesitan de la presencia de un pasado que las identifica y otras no? El pasado es lo que sucedió; la historia, un intento selectivo de describir el pasado; y el patrimonio: un producto contemporáneo formado a partir de la historia. Así, la historia proporciona la información necesaria, que una vez procesada, crea –unida a los objetos y acciones del patrimonio–, un producto contemporáneo.

Algunas personas entienden los vínculos culturales que ofrecen los bienes patrimoniales como testimonio de continuidad. Otros, ansiosos de “consumir y devorar por entero el presente en el instante mismo que es percibido son incapaces de relacionar cosa con cosa, y desvinculados del ayer y del mañana, (…) viven con el hilo perdido”.72 De ahí ese respeto hacia el pasado, de ahí el prestigio que el paso del tiempo concede, y de ahí la importancia de conservar esos restos materiales e inmateriales desde los creencias culturales de las primeras décadas del siglo XXI.

3.1.6.2. Los Bienes Culturales. Valoración

El concepto de monumento ha sido superado por el de bien cultural, creaciones del hombre que se traducen en obras y hechos sustentados por elementos materiales de diversas formas y escalas; y por elementos inmateriales sin forma real, que perduran a través de la tradición.

Los bienes culturales son portadores de una historia, tienen una vida que comprende el momento en el que surgen y todas las fases por las que pasan. Son testigos de acciones humanas, recogen huellas, reciben intervenciones, y están indefensos ante todo ello.

Josep Ballart define al bien mas allá del objeto en sí: “Un bien cultural es un objeto que ha acumulado teoría, práctica, experiencia e investigación, en definitiva es el resultado del conocimiento humano acumulado”73. A esta actividad creadora llamada Bien Cultural, asociada en cada caso a un hecho particular de un lugar, región o país, se la puede clasificar74 según el Cuadro 4.

72 Gaite, Carmen María, “Cosa por Cosa”, La Vanguardia, Barcelona, 1994. 73 BALLART, Josep. “El Patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso”. Barcelona: Ariel, 1997. 74 Clasificación propuesta por el Instituto Colombiano de Cultura.

Page 49: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

43

Cuadro 4. Clasificación de los Bienes Culturales Fuente: Instituto Colombiano de Cultura. Elaboración propia

BIENES TANGIBLES Elementos materiales

INMUEBLES Ubicación: en ciudades o rurales

1.Arquitectura Civil (Institucional, doméstica, ingeniería, etc.) Religiosa Funeraria Militar

2.Ciudades Históricas 3.Sectores Históricos 4. Sitios Arqueológicos 5. Zonas de Reservas Naturales, creadas e históricas

MUEBLES Ubicación: museos, iglesias, colecciones Particulares

1. Objetos Arqueológicos 2. Artes Plásticas 3. Artesanías 4. Mobiliario 5. Objetos varios

BIENES INTANGIBLES Manifestaciones tradicionales

Tradiciones y expresiones orales (idiomas) Artes del espectáculo Usos sociales, rituales y actos festivos Conocimientos y usos Técnicas artesanales tradicionales Gastronomía, etc.

El sector de los bienes inmuebles, los que por su condición física son inamovibles, reúne como arquitectura, ciudades históricas y sectores históricos -es decir, diversas formas de espacios-, a las variables posibles en que se encuadra el patrimonio construido urbano. Entre estas categorías se acerca más a la realidad americana el concepto de Sector Histórico, que se aplica solo a los sectores originales de la ciudad, núcleos que mantiene la unidad arquitectónica y dimensional y, que puede haber sufrido o no diferentes escalas de intervención. Podría aplicarse a casos como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, La Paz, etc., y también a ciudades menos como la del caso de estudio: Alta Gracia, Córdoba, Argentina.

Uno de los problemas fundamentales a los que se enfrenta la conservación del patrimonio es la dificultad de cuantificar su valor, a los fines de elaborar jerarquías de referencias de los bienes culturales. El derecho dice que un bien es tal cuando tiene valor y que el valor se mide en la aptitud que tiene dicho bien para satisfacer alguna necesidad del hombre. La ciencia económica afirma que los bienes culturales tienen un valor per se mas allá del valor de mercado, no cuantificable por los economistas. Las ciencias sociales difieren según especialidades y períodos temporales acerca de los diversos valores adjudicados a los bienes culturales.

Una primera mirada a un bien patrimonial sugiere que se está ante algo que tiene valor. Valor, “en sentido de valía, es decir de percepción de cualidades estimables en una cosa, por la utilidad que manifiestan o por su aptitud para satisfacer necesidades o proporcionar bienestar”75. No sólo son sus cualidades físicas objetivas y cuantificables las que prevalecerán, sino las subjetivas que dependen de la percepción y de la conducta que el hombre desarrolle para con ese bien patrimonial. Dependerá del marco socio-cultural que modele la conducta del individuo y de la comunidad, la actitud que se tenga frente al objeto, la cual podrá variar entre el valor supremo y lo despreciable.

Se ha dicho que un bien es aquello susceptible de tener valor pecuniario. La característica de valor pecuniario para definir un bien, lleva al significado de valor. Valor es el grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o proporcionar deleite. Son características del valor:

la idea una relación de dos o más cosas

la idea de rareza, o insuficiencia de cantidad existente con relación a la cantidad requerida, del bien en cuestión

75 Ballart, Josep. El Patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso. Barcelona: Ariel, 1997.

Page 50: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

44

En general, se coincide en los valores asignados a los bienes culturales, aunque bajo distintas designaciones, son: valores históricos (que incluyen los artísticos), físicos-espaciales (que incluyen los de uso), sociales, y económicos.

El espacio es un sistema de valores. Cuando se crea en un lugar una actividad nueva, o cuando una actividad ya existente allí se establece, el valor de todos los lugares también cambia. Los valores históricos, físicos-espaciales, incluso el económico, de espacios, paisajes, objetos y acciones suele ser reconocido con mayor facilidad. El valor social, sin embargo, no despierta similar atención. Más allá de sus valores históricos y físicos, el ser vehículo de expresión social es el valor vital del bien cultural. Valor que el objeto o la acción recibe del exterior, a diferencia de los demás valores que parten de ellos. El carácter y el significado de los bienes culturales no corresponden a estas obras por su destino originario, sino que es el sujeto quien en la actualidad se lo atribuye. Depende entonces de políticas culturales estatales la concientización de la valoración que poseen los bienes culturales.

La cuantificación del valor social se dificulta por la pluralidad de actores que participan. El valor social tiene por objetivo la utilidad que en ese bien reconoce y ejerce la sociedad. Los bienes se aceptan como valiosos cuanto más se usan. Cuando los bienes culturales tradicionales y modestos carecen de una cuantificación significativa de los valores históricos y físico-espaciales, el valor social es lo único que podría asegurar su permanencia.

3.1.7. El desarrollo local a partir del patrimonio territorial

El desarrollo [local] se relaciona con el Estado y sus tareas públicas, ya que el desarrollo se define como un proceso transformador que involucra a todos los individuos, constituido por actividades que llevan a la utilización, el mejoramiento o la conservación de bienes y servicios naturales, culturales o económicos, con el objeto de mantener o mejorar la calidad de la vida humana

Un proceso de desarrollo local exitoso está asociado al “grado de confianza existente entre los actores sociales de una sociedad, las normas de comportamiento cívico practicadas, y el nivel de asociatividad que las caracteriza; estos elementos son evidenciadores de la riqueza y fortaleza del tejido social interno de una sociedad” (Putnam, 1994; Klisberg, 2000, citado por Silva: 2003).

En una línea similar, dirigida a la esencial participación del hombre, Max-Nef (1998) propone el desarrollo a escala humana, que se centra y sustenta en la satisfacción de las necesidades fundamentales, en la generación de niveles crecientes de auto-dependencia y en la articulación orgánica de:

los derechos humanos con la naturaleza y la tecnología

lo global con lo local

lo personal con lo social

la planificación con la autonomía

la sociedad civil con el estado

Es necesario asegurar que el desarrollo se entienda como sustentable, proceso que contempla una gestión global de los recursos con el fin de asegurar su durabilidad, permitiendo conservar el capital natural y cultural. “La definición de “desarrollo local auto-sostenible” ha nacido en reacción contra las definiciones tecnocráticas de la sostenibilidad. Ella se relaciona con una cultura de auto-gobierno: una cultura preocupada por el territorio, que no confía la sostenibilidad del desarrollo ni a las máquinas ni a una economía promovida por centros de decisión heterónomos, sino que, en un mundo habitado por una multiplicidad de “estilos de desarrollo”, se funda sobre un conocimiento medioambiental

Page 51: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

45

recuperado y sobre habitantes capaces de producir nuevos territorios”76

Es preciso además, identificar y exponer la aportación del patrimonio cultural a la creación de nuevas oportunidades de trabajo, teniendo en cuenta las experiencias alternativas de desarrollo local y los programas de regeneración urbana, promoviendo la cooperación entre los poderes públicos, las organizaciones voluntarias, las empresas privadas y las comunidades locales, ofreciendo así una base sólida para el desarrollo sostenible.

Coraggio propone que, más que mirar aquellas regiones donde la reinserción al mercado global gracias a sus recursos naturales y culturales ha sido efectiva, hay que observar “desde la perspectiva de lograr desarrollo donde no se da, y registrar el impacto negativo de las transformaciones de la economía-mundo sobre “las regiones que perdieron”77. Este impacto se puede encontrar, según este autor en:

a. La reestructuración de la esfera productiva, que expulsa o traslada la mano de obra local, mientras las empresas locales desaparecen debido a la a la apertura del mercado nacional y la no competitividad de actividades y productos locales que no encuentran nichos en los mercados externos para ser aceptados. Estas reacciones pueden convertir en pueblos fantasmas a localidades que alguna vez fueron parte de un sistema.

b. La intervención de Estados neoliberales con políticas de dádivas y de subsidios, que no responden a planes de inversión para el desarrollo, que también incrementan el empleo público por razones de gobernabilidad política, mecanismos de clientelismos políticos que sustentan la permanencia en el poder a cambio de determinados favores. Esto deteriora la legitimidad del sistema político y de sus instituciones, erosionando la credibilidad y la capacidad de gobernar sin manipulación política y un juego electoral cortoplacista.

c. Los espacios tiempos con estas características de simple supervivencia pueden ser prolongados, erosionando valores necesarios para iniciar proceso de desarrollo local. Los que asumen funciones estatales experimentan los límites que le ponen una economía capitalista global y dificultades para encontrar proyectos propios que puedan revertir esas tendencias.

Se trata entonces, agrega Coraggio, de empeñarnos en la regeneración de la economía, de encontrar procesos de desarrollo social y la sustentabilidad del territorio, evitando aplicar un criterio de eficiencia basado en la tasa de ganancia de corto plazo, que no valoriza la conservación y uso socialmente racional de recursos no renovables ni la biodiversidad. En relación con el tema de esta investigación, la “reconstrucción” no significa volver al pasado, sino que recuperar la historia es parte del juego en la reconstrucción de las economías regionales.

La historia productiva de los ancestros, indica Coraggio78, y sus redes de intercambio “pueden ser bases del desarrollo de capacidades de organización del trabajo colectivo, incluyendo un valioso potencial para el trabajo remunerado, dependiente o autónomo, individual o asociado en contextos locales. Y por supuesto, la historia de las luchas sociales, las epopeyas de las que participó la región”. En los espacios por donde circulan flujos de fuerza de trabajo, procesos de producción, productos y servicios, información, formación social, se genera un soporte donde se sitúan los actores sociales locales responsables de dichos flujos y también de los conflictos y sus posibles soluciones.

¿Cómo alcanzar esas soluciones? La teoría tiende a diferenciar “crecimiento” de “desarrollo”, porque se prevenía la posibilidad de lograra crecimiento sin desarrollo, es decir, sin la transformación institucional, tecnológica y social que suponía el paradigma de la modernidad79. ¿Cuál es entonces la

76 MAGNAGHI, Alberto. “Le projet local”. Mardaga: Bruselas, 2003, citado en “Planificación estratégica, territorio y gestión socio-cultural”. PRAHC-UMSS, Maestría “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”. Bernard DECLÈVE - Andrés LOZA, 2008. 77 CORAGGIO, José Luis. “Desarrollo regional, espacio local y economía social”. Versión revisada de la ponencia presentada en el Seminario Internacional “Las regiones del Siglo XXI. Entre la globalización y la democracia local”, organizado por el Instituto Mora, México, 9-10 de junio de 2005. En Línea: [http://www.coraggioeconomia.org/jlc/archivosparadescargar/EldesarrolloregionalespaciolocalyES_2.pdf]. Consultado el 30 de enero de 2009. 78 Ibídem 77 79 CORAGGIO, José Luis. “La economía popular es más que la suma de microproyectos (Alternativas para el desarrollo humano en un mundo globalizado”. En Política y Sociedad, 31. Universidad Nacional General Sarmiento: Buenos Aires-Madrid, 1999. Pág. 133-141. En Línea: [http://www.ucm.es/BUCM/revistas/cps/11308001/articulos/POSO9999230133A.PDF]..

Page 52: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

46

novedad de adjetivar el desarrollo como desarrollo “humano”, cita Coraggio, para contraponerlo con el crecimiento económico?. El desarrollo humano requiere atención y gestión del Estado en primer grado y de otras formas de acción social conjunta, como complemento, que ejerzan directa influencia en la modificación de las condiciones de vida de todas las clases sociales. Los indicadores del desarrollo humano, son, en consecuencia, la equidad social y la calidad de vida. Esta posición encuentra como primer problema que toda inversión en la estrategia capitalista se dirige a las actividades cuyas demandas generan ganancias, y no solo la satisfacción de las necesidades prioritarias. Por esto, afirma Coraggio, el modelo económico capitalista es incapaz de asignar recursos de uso social en magnitudes suficientes y a la vez sostener el proceso de acumulación capitalista80-

Una posibilidad de superar esta instancia es lo que este autor define como “economía social”, una concepción que “pretende superar la opción entre el mercado capitalista –asociado con la Economía "a secas"–, y un Estado central planificador y regulador de la economía – asociado con las variantes del socialismo y la Economía Política–”81. Esta postura ve la economía como un todo con la cultura, en la que los actores económicos no son separados de sus identidades sociales, ni de su historia y participación en el espacio simbólico e institucional. Los individuos en este caso no buscan ventajas en el juego sino que “arreglan” y negocian entre la utilidad material y valores de solidaridad y cooperación, limitando la competencia. De esta forma, los conflictos pueden ser regulados, las relaciones de los actores pueden afirmarse en vínculos productivos de cooperación, surgen asociaciones de trabajadores más que empresas, y el poder se podría equilibrara entre lo local y el Estado Nación.

En esta instancia es conveniente conciliar la nueva perspectiva social y económica del patrimonio con aquellos valores culturales que son considerados como inherentes al mismo. La apreciación de la dimensión económica del Patrimonio siempre condicionada por el respeto al valor cultural de los elementos que lo integran.

La contribución del Patrimonio al desarrollo local, se pone de manifiesto no sólo en los retornos económicos inmediatos y en el crecimiento del empleo, sino también en una serie considerable de beneficios indirectos que favorecen al conjunto de la comunidad.

El acercamiento transversal a la conservación y la dinámica asociativa, hacen necesaria una determinación clara del papel del Estado y de las diversas administraciones públicas, siendo indispensable destacar el valor a largo plazo de las inversiones en este campo, así como el hecho de que la rentabilidad de estas inversiones no debe ser apreciada exclusivamente en términos económicos, sino como un beneficio para el conjunto de la sociedad.

Es importante que las políticas del territorio estén inspiradas en principios de desarrollo sustentable, intentando mediante medidas adecuadas, la compatibilidad entre el control de la evolución del espacio social y geográfico y los cambios que tienden a transformarlo. Se impone una coordinación entre las políticas de protección del patrimonio y las de ordenación del territorio. La utilización del patrimonio cultural como recurso debe integrarse en el proceso de planificación de un desarrollo sostenible, respetando aquellas restricciones que se aplican al uso de los bienes no renovables.

80 Ibídem 77 81 CORAGGIO, José Luis. “La Economía Social como vía para otro desarrollo social”. Línea: [http://www.rebelion.org/noticia.php?id=51725 - 06-06-2007].

Page 53: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

47

PARTE II. EL OBJETO DE ESTUDIO

CAPÍTULO IV. IDENTIFICACIÓN DEL SITIO DE ESTUDIO [ESPACIO-TIEMPO]: ALTA GRACIA COMO ESPACIO GEOGRÁFICO Y SOCIAL

4.1. Contextos de situación del objeto de estudio

Este capítulo dedicado al objeto de estudio pretende presentar los procesos históricos de construcción territorial de Alta Gracia, a partir de la síntesis de los datos históricos tradicionales y la aplicación de los conceptos instrumentales del Marco Teórico sobre el espacio social y geográfico del sitio.

4.2. Tiempo y cronología

Una de las categorías que Milton Santos propone para analizar el espacio es el tiempo. Lo presenta como “tiempo espacial”, y sugiere el uso de las “periodizaciones históricas” como instrumento apropiado para afrontar el tratamiento del espacio en términos de tiempo82. A lo largo de sus escritos, Santos habla de “relaciones espacio tiempo” (1994), de “sistemas de tiempo y sistemas de espacio” (1976), y de “sistema temporal” (1985), entre otras nociones. Al proponerse usarlo como categoría de variable geográfica, reflexiona sobre el tiempo real83, el histórico, el objetivo y el presente hasta 1977, para seguir con el tiempo acumulado, rápidos y lentos, empíricos en 1996.

Este autor recurre al concepto de periodización como sub-espacio, al plantear que “cada “subespacio comporta equipamientos y actividades de diversas épocas. Puede ser que un subespacio sea, desde este punto de vista, redividido en otros subespacios dotados de una relativa homogeneidad, y así en adelante. Es una cuestión de escala. Habrá siempre, y en todos los grados, diferenciaciones que aprehender y analizar”84. Son las diferencias las que separan períodos y permiten encontrar huellas y formas en el espacio geográfico.

En relación a los conceptos instrumentales de esta investigación, Santos habla de la multiplicidad de tiempos y de las rugosidades del espacio, ya que éste es una acumulación de tiempos reales y es donde se realiza el tiempo. Para Santos, en cada sistema temporal, el espacio muda sus características85.

El tiempo es entonces, relativo, concreto y divisible, y a los fines de la periodización se confunde con el espacio, como tiempo-espacio, siendo esta fusión un avance epistemológico para la disciplina geográfica. Los eventos, como expresión del tiempo, pueden entenderse como líneas que unen objetos y acciones para definir el espacio. Entonces, cuando se periodiza, ya “no se trata de un tiempo sin nombre, sino de un tiempo empirizado, concreto, dado exactamente a través de ese portador de un acontecer histórico que es el evento”86.

82 PANADERO MOYA, Miguel. La dimensión temporal en la conformación del espacio geográfico (leyendo a Milton Santos), en VV.AA. Lecturas Geográficas. Homenaje a José Estébanez Álvarez, Colección Homenajes de la Universidad Complutense. Madrid: UCM, 2000, p. 567-579. 83 “El tiempo real, es tiempo en el que se contienen los enfoques de todas las disciplinas. El espacio –escribe Santos en 1978–, integra todos esos tiempos, proporcionándoles una base concreta. Su originalidad nace exactamente de que las combinaciones de tiempos particulares están marcadas fuertemente por el elemento geográfico, donde todos esos “tiempos teóricos” se integran para dar lugar a una especie de tiempo "real", la dimensión tanto histórica como geográfica, económica, sociológica y política”. Ibídem 82 84 SANTOS, M. “Por una Geografía nueva”. Madrid: Espasa-Universidad, 1990. Pág. 260.Citado por PANADERO MOYA, Miguel. La dimensión temporal en la conformación del espacio geográfico (leyendo a Milton Santos), en VV.AA. Lecturas Geográficas. Homenaje a José Estébanez Álvarez, Colección Homenajes de la Universidad Complutense. Madrid: UCM, 2000, p. 567-579. 85 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219 86 SANTOS, Milton. “Metamorfosis del espacio habitado”. Barcelona: Oikos-Tau, 1996. Pág. 120.

Page 54: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

48

Porque cada periodo histórico, indica Santos, se define a partir de una innovación proveniente de un periodo anterior, e identifica por ejemplo:

- un período de comercio a gran escala (a partir de los finales del siglo XV hasta 1620)

- una época manufacturera (1620-1750),

- la de la revolución industrial (1750-1870),

- el período industrial (1870-1945)

- y el tecnológico87.

A su vez, estos períodos están marcados por tres grandes revoluciones: la de los transportes marítimos, la industrial (antes de 1870) y la tecnológica. Finalmente, Santos reconoce para el presente la complejización que ha significado el proceso de la globalización.

Las periodizaciones históricas y tradicionales del sitio de estudio abarcan los siguientes periodos:

- el prehispánico (500 al 1600 d. C – 1573)

- la colonia española (1573 – 1810)

- la independencia, desde la formación del estado Nación hasta la República conservadora, siglo XIX (1810 – 1916)

- la Modernidad y los gobiernos populares- Siglo XX primera parte (1916- 1955)

- la Posmodernidad, dictaduras militares y gobiernos democráticos (1955 - 1983 – hasta hoy)

En relación a la periodización anterior, la época manufacturera abarca la colonia y la mitad del siglo XIX, la industrial en función del comercio de la materia prima desde la mitad del XIX a la mitad del XX, y la tecnológica, según el modelo del desarrollismo internacional, desde 1960.

Algunos periodos pueden identificarse con mayor claridad que otros, porque los objetos y acciones de las mismas han dejado huellas más profundas en el territorio. Otros periodos son más débiles al respecto, incluso indefinidos en cuanto a los objetos y acciones que pueden o pretenden dejar como huella en el territorio, o en cuanto al reconocimiento que puedan prestar a los objetos y acciones de periodos anteriores.

Esta indefinición es propia de la posmodernidad, si bien en el “campo disciplinario de la arquitectura se vislumbra un interés de la posmodernidad por la Historia, que se manifiesta a través de la teoría, praxis y critica arquitectónicas, en actitudes positivas como el reconocimiento, la valoración y la concientización sobre la preservación del patrimonio y acciones como puesta en valor de centros históricos, reciclajes y renovación de áreas de interés e inclusive en la reconstrucción y construcción de memoria e identidad generando nuevos espacios para la edificación de la memoria urbana” 88

4.2.1. Las etapas históricas y sus protagonistas (procesos diacrónicos-sincrónicos)

De acuerdo a los modos de producción territorial predominantes, incluso como inercias dinámicas, se proponen las siguientes periodizaciones de largo tiempo para la descripción y análisis del territorio:

- El territorio natural y la primera sociedad. Primeros habitantes, Colonia 1573-1643

- El territorio como sistema espacial productivo: Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba y otros propietarios. 1643- 1767/ 1868

87 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219 88 GAMBONE DE DELLAVEDOVA, Dora y FRANCHELLO DE MARICONDE, María. “Posmodernidad y Patrimonio. El monumento arquitectónico en Córdoba”. Córdoba: Editorial Eudecor, 1997

Page 55: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

49

- El Sitio de estudio como sistema espacial urbano: Alta Gracia, villa turistica y ciudad, hasta la actualidad. 1868- 1940 /2008

En una segunda instancia se pretende profundizar en aquellos periodos que han dejado más huellas y formado rugosidades en un espacio más reducido que el contexto anteriormente indicado, adoptándose como espacio geográfico de trabajo al definido como el Área de Protección de Primer Orden del Sitio jesuítico de Alta Gracia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este espacio comprende parte de “el Bajo” en su articulación con “el Alto”, y el inicio del centro comercial, es decir el lugar elegido por los jesuitas como centro de control de la producción del territorio. Sin embargo, es inevitable que para comprender y valorar este espacio, sus objetos y acciones, se debe compararlos con los otros espacios históricos, como el Alto y Barrio Norte.

De acuerdo a los modelos históricos de organización del territorio latinoamericano que propone Milton Santos en “De la Totalidad al lugar”89, se definen los siguientes periodos:

- Hasta 1870, inicio del segundo periodo de la Revolución Industrial. En esta etapa se crean zonas de producción para responder a la demanda de países europeos. Un escala superior es la administrativo, fiscal y militar, le siguen los centros mineros, luego los monocultivos.

- Hasta la Segunda Guerra Mundial, 1939. La producción agrícola, con redes de transportes que llevan al puerto, sin conexiones entre sí. El Estado se organiza política y administrativamente, y se crean nuevas ciudades administrativas, para el FFCC, y para la distribución de la producción.

- Hasta la actualidad, 2000. La modernización del Estado y los servicios públicos según la complejidad de los centros: metrópolis, regionales, las ciudades locales, que ya no dependen de la producción, sino del consumo.

De esto se deriva la propuesta de periodización a desarrollar en el sitio y en el territorio, sintetizada en el Cuadro 590:

89 SANTOS, Milton. “De la totalidad al lugar”. Barcelona: Oikos - Tau, 2000. Pág. 76-77 90 Ibídem 89

Terr

itorio

Rural (aborígenes - jesuitas - Liniers -

Solares) El medio natural es la fase de la

historia en la cual el hombre escoge de la naturaleza aquello que es

fundamental para vivir, base material de la existencia

Urbano-Villa (Lozada- FFCC- municipalidad -

turismo) XVIII-XIX. El territorio se mecaniza,

se crea el medio técnico

Urbano-Ciudad (industria – ciudad dormitorio) Territorio: contiene ciencia, tecnología e información

Especialización del territorio según las producciones

Sitio

La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de

Jesús (1643-1767)

la Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el

Sierras Hotel (1868-1940)

La Ciudad y la industrialización de la

región (a partir de 1940)

obje

tos

Objetos nacen con vocación simbólica

Objeto como símbolo

Objetos nacen con vocación mercantil

Mod

o de

pr

oduc

ción

HASTA 1870

Tantos sistemas técnicos como lugares

HASTA LA 2°GM 1999-45

Unificación del sistemas técnicos por el capitalismo

HOY, 2000 Periodo tecnológico

Un modo de producción dominante

Un solo sistema técnico

Page 56: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

50

Inte

rés

de la

pr

oduc

ción

Zonas de producción orientadas a responder las demandas de los países

europeos

Producción agrícola, desarrollo del transporte

(FFCC) Modernización del Estado

Servicios públicos Consumo

Concentración dispersión

Cuadro 5. Propuesta de periodización del sitio de estudio. Fuente: SANTOS, Milton. “De la totalidad al lugar”. Elaboración propia

Si bien los periodos resultan claros en cuanto a las diferencias que contribuyen a identificarlos, este análisis puede ayudar a definir otros periodos, en espacial las crisis entre periodos o la crisis como periodo.

Cada objeto y acción originada en el marco de los espacios citados es un bien cultural, como se mencionara en el desarrollo conceptual, objeto que es fuente de conocimiento y generador de sentimientos de pertenencia territorial. Se indagará sobre ellos en el presente capitulo a partir de los conceptos teóricos de: formulas binarias de oposición, clases sociales, campos y habitus capitales sociales y culturales, en relacion a los atencedentes historicos investigados.

En cuanto al espacio social se procederá de forma similar: el contexto inicial desde el que se abordará el objeto de estudio será el espacio social del Sitio de Alta Gracia, entendido como un “campo”, según el enunciado de Bourdieu: aquel que se constituye con dos elementos “la existencia de una capital común y la lucha por su apropiación”91. Asimismo en cada campo agentes e instituciones compiten por un capital, para conservarlo o para modificarlo.

En este campo históricamente construido [espacio social-urbano] la investigación se dirigirá a “escudriñar las fachadas [físicas/significativas] de los supuestos aparentemente evidentes” sobre la realidad de Alta Gracia, tomando como marco físico de referencia, al ya definido espacio geográfico.

91 FLACHSLAND, Cecilia. “Pierre Bourdieu y el capital simbólico”. Madrid: Campo de Ideas S.L., 2003. Pág. 49.

Red

es d

el

terr

itorio

Energía

Instrumento de unión del territorio

Transporte

Información

Car

acte

rístic

as d

e lo

s s

itios

Territorio rural Transformación del espacio natural en

espacio productivo

Pseudociudad/Ciudad local• Relación con el medio

ambiente: dependiente de actividad primaria: minería, FFCC

• Relación con el medio ambiente: dependiente de actividad no primaria: turismo

• Relación con el medio ambiente: articulada con el área de influencia de la metrópolis: ciudad dormitorio

CIUDADES DE LOS NOTABLES

Ciudad local subsistencia

Dispone de una actividad polarizante

Administración publica Turismo

Industria????

INVOLUCION URBANA CIUDADES ECONOMICAS

Page 57: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

51

Imagen 1. Foto aérea de la ciudad de Alta Gracia, Arroyo, Sierra de los Comechingones y pinturas rupestres Fuente: Google Earth y Pagina oficial de la Municipalidad de Alta Gracia

31°39´24´´S

64°26´05´´O

4.3. Territorio. Espacio geográfico y social “El indio comechingón, dueño y señor de las sierras,

no sabe que han de llegar hombres de lejanas tierras..." Cantata de la Fundación. Raúl Montachini y Francisco Muñoz

4.3.1. El territorio natural y la primera sociedad. Primero habitantes, Colonia 1573-1643.

Ubicada en la Provincia de Córdoba, en el centro del territorio argentino, la ciudad de Alta Gracia tiene como marco natural a las Sierras Chicas, una zona antiguamente denominada Paravachasca –voz aborigen que significa “vegetación enmarañada”–.

Las planicies que ocupan el piedemonte oriental de las Sierras Chicas son de mayor altura, variando desde los 600 msnm hasta perderse en la llanura, con ondulaciones que revelan en la superficie las irregularidades del sustrato rocoso. La erosión eólica se ve atenuada por la existencia de una cubierta vegetal. Entre la pampa alta y las sierras, y a lo largo de éstas, se encuentra un área conocida como “depresión periférica”, rellenada por sedimentos y es donde se sitúa la ciudad de Alta Gracia. La vegetación inicial de montes xerófilos poblados por espinillos ha sido desplazada por la urbanización y la agricultura. El área de piedemonte se continúa al este en la llanura, muy rica productora de soja y curcubitáceas, y de importantes explotaciones ganaderas.

Alta Gracia

Page 58: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

52

La zona es cortada por la cuenca de los Ríos Suquía y Xanaes. Afluente de éste último, el Arroyo Chicamtoltina o Alta Gracia bordea el asentamiento original de la ciudad, reuniendo el aporte de varios cauces menores92. Un registro de precipitaciones de 722 mm al año, otorgan a la zona características singulares, un microclima diferente reconocido por el hombre desde los primeros asentamientos (Imagen 1).

Anterior a la llegada de los españoles, el territorio estaba ocupado por grupos de agricultores sedentarios, a los que los conquistadores les dieron el nombre de comechingones. Estas culturas agrícolas de la provincia de Córdoba y el centro noreste de la provincia de San Luis habrían llegado presumiblemente desde el oeste y posteriormente desde el Norte, buscando regiones climáticas más favorables, hace aproximadamente 2.500 años, ocupando valles y ríos serranos. Su arte alcanzó relevancia en la pintura rupestre, y poseían su propio idioma: la lengua sanavirona, aunque también coexistían otros dialectos particulares como el henia y camiare, si bien en el territorio que habitaban abunda hoy la toponimia quechua, debido a que los conquistadores españoles lo impusieron como "lengua general", y los comechingones, ya abatidos, fueron perdiendo sus costumbres hasta dejarlas en el olvido.

Practicaron el cultivo con irrigación artificial de maíz, porotos y quínoa, completando su alimentación con la recolección de frutos silvestres, la pesca y la caza de fauna autóctona. Este pueblo agro alfarero, alcanzó también un importante conocimiento en el trabajo de la piedra, con la que fabricaron morteros, hachas, puntas de flechas y boleadoras. Se estima que a la llegada de los españoles poblaban la región cerca de 40.000 personas repartidos en 600 pueblos, en asentamientos de 15 a 40 viviendas, ubicados cerca de los cursos de agua. Habitaban en viviendas subterráneas llamadas “casa pozo”, distribuidas en círculos.

En esta zona, y derivada de la corriente central, que desde el virreinato del Perú conquistó y colonizó los territorios del Tucumán, los españoles llegaron de la mano de Dn. Jerónimo Luis de Cabrera, nombrado Gobernador y Capitán General de las Provincias del Tucumán, Juríes y Diaguitas (1571). La expedición de Cabrera tenía como objetivo establecer una ciudad en el país de los comechingones que, por su proximidad al Río de la Plata, permitiese fáciles comunicaciones con ésta región y la metrópoli española. Bajo su mando la fundación de la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía tuvo lugar el 6 de julio de 1573 (Gráficos 5 y 6).

92 TERZAGA. Alfredo. “Geografía de Córdoba”, Editorial Assandri, Córdoba, 1964

Grafico 5 y 6: Primera ocupación del territorio sobre los pueblos originarios – Etapas de poblamiento blanco, 1588 1870. Fuente: Foglia, M. Bases para una Historia Urbana de la Provincia de Córdoba. Cba.: UNC, 1988

Page 59: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

53

La ciudad y el fuerte que le servía de refugio se comenzaron a construir inmediatamente, y entre los primeros pobladores de Córdoba se repartieron en encomienda a los naturales para el trabajo de las mercedes, grandes estancias o chacras dedicadas a la agricultura y la ganadería. Acompañaron al fundador, cerca de un centenar de soldados y 40 carretas, y para 1607 la ciudad contaba con 60 vecinos y 4000 aborígenes, cuya poca “resistencia” para el trabajo generó el ingreso de esclavos negros. A esto se le sumaban 19 encomenderos iniciales sobre 6000 aborígenes, que para la fecha citada habían aumentado a 60, aunque la población indígena disminuía notablemente, siendo su idioma original sustituido por el quechua, como ya se mencionara.

El 8 de abril de 1588 el Rey de España otorgó las tierras de Paravachasca a Juan Nieto, cofundador de Córdoba, quien con ayuda de los cien aborígenes asignados a su encomienda construyó los primeros ranchos y corrales, desarrollando como principal actividad productiva a la ganadería.

Las tierras recibidas se extendían, desde las cumbres de las sierras, hasta el camino existente de Córdoba a Anisacate y recibieron el nombre de “Potrero de San Ignacio de Manresa”. Cuando falleció, en 1609, sus bienes pasaron a su esposa e hija. En 1612, su viuda doña Estefanía de Castañeda, contrajo nuevas nupcias con Alonso Nieto de Herrera. Este nuevo propietario mejoró en parte los edificios y construyó una capilla bajo la advocación de Nuestra Sra. de Alta Gracia en honor a la Virgen que se veneraba en su pueblo natal, Garrovillas de Alconétar, en España. En 1643, ya viudo y sin herederos ingresó a la Compañía de Jesús donando a esta Orden todos sus bienes, entre ellos Alta Gracia.

En estos primeros momentos del paso del territorio natural a espacio social y geográfico, se comienzan a almacenar y registrar acciones y objetos: las actividades propias de la vida rural y el inicio de las productivas, definiendo un primer modo de producción territorial: el agrícola, que le permitía insertarse en el intercambio comercial.

Entre el modo aborigen y el incipiente modo español de cultivar, existió escasa diferencia, salvo algún perfeccionamiento en los instrumentos manuales, pero se modifica la división del trabajo entre el conquistador y el conquistado. Sí cambia de valor y significado la formación social: la sociedad aborigen, con sus costumbres, idioma, cultos y modos de vida, es limitada y/o sometida por el poder militar e institucional español, quienes cambian el significado de lugares, objetos y acciones. Es interesante mencionar la red de control que impone el sistema colonial: una red institucional desde España hasta el lugar específico –en este caso dependiente del Virreynato del Perú-, paralelo a la otra red, la religiosa, tanto del clero secular como regular, como la red comercial que sustentaba todos los demás sistemas.

A los asentamientos de casas-pozo de los comechingones en las riberas del arroyo o en los aleros de las sierras, a sus pinturas y cestería y cerámicas, a su modo de producir para vivir, se le agrega para imponerse –en un lento transcurrir de tiempos y de comunicaciones por tierra–, la división de la tierra, una nueva religión, un nuevo idioma, un nuevo sistema político-administrativo y comercial cuyo interés por el territorio era proporcional a la velocidad y a la cantidad de recursos y producciones que fuese posible extraer del mismo.

La territorialización93 está dada en el territorio de Alta Gracia por la dinámica de la producción rural, que no es intensa ni interesante porque compite con extracciones mineras mucho más productivas en otras regiones de la colonia; mientras que la territorialidad, podría identificarse –aunque no en forma muy concreta–, en:

Cultura de los comechingones, en contacto con los sanavirones. Siglo XVI? (500 al 1600 d.C.)

Primeras mercedes 1588-1640

Ambas territorialidades poseen escasos registros sobre objetos y acciones, que parecen indicar que en la época este lugar estaba al margen de los espacios geográficos y sociales considerados importantes.

93 Ver Anexo 6

Page 60: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

54

“Alta” por aires serranos y más por altos afectos,

“Gracia” que viene de Dios Y se hace paz en el huerto

Romance de Alta Gracia. Rodolfo Gallardo, 1958

4.3.2. El territorio como sistema espacial productivo: Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba y otros propietarios. 1643- 1767/ 1868.

En América la religión conduce el proceso de colonización, respaldando políticas administrativas y sociales, y denunciando más tarde, los errores del colonizador. En cualquier caso, la religión católica intenta suprimir y desterrar los credos tradicionales, logrando –en el mejor de los casos–, asimilar las creencias autóctonas con el dogma cristiano.

Las órdenes religiosas, con votos de obediencia, pobreza, castidad y vida en comunidad, que dejando esto último de lado, emprenden la evangelización de vastos territorios, crean regiones de accionar de cada orden. De ellas depende la avanzada pacifica en los nuevos territorios, y más tarde la conversión de tribus rebeldes. El sentido misional de las órdenes signa el destino de los territorios coloniales, imponiendo nuevas pautas de vida, otros valores éticos, nuevas creencias, y en lo físico, los asentamientos urbanos jerarquizados por sus tipologías religiosas.

En el territorio antes descripto, llega la Orden de la Compañía de Jesús en 1599, con la intención de crear Residencia y Colegio, y más tarde, una Universidad, logro concretado en 1613. Buscando mantener económicamente el emprendimiento evangelizador y educativo, los jesuitas organizan un conjunto de estancias rurales a partir del siglo XVII. Ellas significaron una atinada geopolítica por la que se consolidó la jerarquía de la ciudad de Córdoba como ciudad universitaria, situación que se mantuvo durante dos siglos.

En total, los jesuitas crearon seis estancias: Caroya (1616), Jesús María (1618), Santa Catalina (1622), Alta Gracia (1643), La Candelaria (1678) (Imagen 2), además de San Ignacio, dedicada al mantenimiento de los Ejercicios Espirituales, existiendo numerosos puestos satélites como La Calera (1726), y Santa Ana (circ. 1740), entre otros. Los cinco establecimientos rurales que quedan en pie presentan similares tipologías funcionales, algunas variantes morfológicas y diversos elementos de apoyo a sus múltiples producciones específicas. Todas fueron verdaderas empresas agrícola ganadero e industriales, adquiridas por donaciones o mercedes de tierras y transformadas en los más importantes centros de producción de su época, que aseguraron el sustento de la obra evangelizadora y educativa que se concentraba en la Universidad con sede en la Manzana Jesuítica de Córdoba94, siendo a su vez Córdoba la capital de la Provincia Jesuítica del Paraguay (1607).

El territorio de Alta Gracia se manejaba a través de Puestos, de los que esta estancia contaba con varios en 1776: San Ignacio, San Antonio, Puestito de Guzmán, del Potrerillo, Santiago, del Potrero, de Achala, de San Miguel, compuestos por rancheríos y corrales95. La actividad era dirigida por dos o tres hermanos jesuitas sobre 310 esclavos negros y escasos indios conchabados. En este marco, los esclavos eran sometidos a una estricta disciplina, aunque el trato era más tolerable, con escasos datos sobre castigos y fugas. La localización serrana fijó el destino de esta estancia y las de sus vecinas, para la explotación de ganado caprino, ovino e invernada mular en sus corrales. Las mulas eran llevadas en arrias al Alto Perú en las caravanas que comerciaban con la plata de Potosí, acercando también el repertorio del arte alto peruano. Desde Córdoba, tras la invernada en la Estancia de Candelaria, solían partir arrias de 1300 a 1400 mulas con destino a los molinos de sangre de la Casa de la Moneda de Potosí96. 94 El Colegio Máximo era el que ocasionaba mayores gastos, por el gran número de alumnos becados de diferentes países americanos. Lo mantenían las Estancias de Alta Gracia, Jesús María y La Candelaria; al Noviciado, Santa Catalina; al Convictorio de Monserrat; Caroya, al Oficio de Misiones, San Ignacio de los Ejercicios. 95 LARRAURI, E.; TRECCO, A.; Amarilla, L.; SANTIA, S.; GARCÍA VIEYRA, J. et alt. “Alta Gracia: Evolución Histórica y Desarrollo Urbano-Arquitectónico”, Córdoba: CEHUALA, FAUD, UNC. , 1986. 96 SARRIA, Gustavo. La Candelaria, una explotación jesuítica del siglo XVII. Córdoba, Ediciones del Copista, 1999.

Page 61: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

55

Imagen 2. Foto aérea de la región ocupada por la Orden de la Compañía de Jesús con las cinco estancias y la ciudad capital, con sus caminos de comunicación de flujos.

Fuente: Google Earth y Pagina oficial de la Provincia de Córdoba. Esquema de Elaboración propia

Consta que antes de la expulsión, la Compañía del Nombre de Jesús había incrementado notablemente la extensión de la estancia, y que además de los edificios e instalaciones mencionados, poseía 3 005 crías de mulas, posiblemente 16 000 cabezas de ganado, 400 baguales, 1167 yeguas de cría de potros, 300 mulitas, 800 burros, 1 000 caballos, 80 mulas mansas, 3 000 ovejas y 200 cabras, más cultivos de trigo que habían producido 119 fanegas de acuerdo al inventario final97.

Con la construcción del Tajamar, los jesuitas demostraron la amplia visión que poseían de la región, porque según escribe el Arq. Rodolfo Gallardo98, fueron los primeros en adivinar un destino agrícola-ganadero para el país y la primera vez que un estudio minucioso del régimen pluvial irregular de Córdoba dictó como solución el almacenaje de agua en un tajamar, antecedentes de diques y embalses de la región. Es decir que la actividad de la Orden Jesuita en este territorio generó una región cultural, productiva y social particular, hasta su expulsión en 1767.

Mientras tanto, el sistema colonial se mantuvo con cierta dificultad, dado las distancias a la metrópoli y la marginación que esto implicaba en cuanto a lo económico y social, vinculándose con un sistema de correo por postas desde 1748.

En 1776, dentro del cuadro de las "Reformas Borbónicas", se creó el Virreinato del Río de la Plata, con capitalidad en Buenos Aires. EL interés de esta política administrativa fue económico, ante la decadencia de la producción de Potosí y el incremento de la producción de cuero y sebo de la pampa. Dentro de este nuevo Virreinato, Córdoba paso a ser la sede de la Gobernación Intendencia de Córdoba del Tucumán en 1784, con jurisdicción sobre la región de Cuyo. Desde ese año y durante los quince siguientes, Rafael Nuñez, Marqués de Sobremonte (1745-1827), fue el Gobernador Intendente,

97 Testimonios de los autos del Inventario de los bienes de los jesuitas expulsos de esta ciudad pertenecientes a la Estancia de Alta Gracia. Año 1767 anotado en el año 1771. Escrib. 2 – Leg. 40 – Expte.6. 98 GALLARDO, Rodolfo. “La arquitectura de Córdoba y su historia”. Córdoba: Ediciones Nuevo Siglo, 2003.

Page 62: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

56

abarcando su administración y gestión la capital y el territorio a su cargo. Sobremonte dictó nomas para organizar la imagen urbana de la Córdoba y la dividió en barrios, la dotó de alumbrado público, de agua corriente, y de un hospital de mujeres, abrió la Escuela Gratuita y del Gobierno, mejoró la justicia, construyó escuelas en zonas rurales y creó la Cátedra de Derecho Civil en la Universidad de San Carlos.

Entre 1783 y 1797 –ante el retroceso de la línea de frontera hasta el Río Tercero a causa de los malones–, fundó y/o consolidó las siguientes villas: 1786: Villa de la Concepción (Rio IV); San Rafael (Mendoza); 1794: La Carlota, (Comandancia Principal); 1795: Villa de María del Río Seco, Villa Real (hoy Vª del Rosario); 1797: San Francisco del Chañar, Tulumba, Quilino, Sampacho, Candelaria, Nono (sobre un asentamiento indígena) y Merlo ( San Luis). Esta reafirmación de la apropiación del territorio fue acompañada con una mejora en el trabajo de las minas, que impulsó en las distintas provincias de la gobernación.

Para el censo realizado por Sobremonte (1785), los habitantes de la ciudad ascendían a 8 000, mientras los aborígenes habían sido reducidos a 53199. La presencia africana representaba el 60% de la población.

En 1806, Pío VII, atendiendo al pedido que le efectuara el rey Carlos IV, dividió la Diócesis del Tucumán en dos: la de Salta y la de Córdoba. Ambos espacios habían permanecido unidos durante 236 años. La división era producto de las gestiones que, entre 1784-1797, había iniciado el Gobernador Intendente de Córdoba con la idea de que el obispado del Tucumán se dividiera copiando la traza de las flamantes gobernaciones. La creación de la Diócesis de Córdoba en 1807 –coincidiendo territorio político con el religioso-, afianzó el predominio y el prestigio que la capital cordobesa mantuvo durante todo este período. Sustentando esta posición privilegiada en el centro del territorio ocupado, un sistema de postas de correo y diligencias mantenía la comunicación con los centros urbanos más importantes. El Camino Real cruzaba por territorio de la Gobernación a través de 109 leguas (600 km) y contaba con 16 postas principales y puestos secundarios.

La independencia política de 1810 fue seguida por guerras civiles, que repercutieron principalmente en el interior del país y detuvieron su desarrollo productivo. A partir de la Constitución de 1853, se optó por un sistema de gobierno representativo, republicano y federal, y los procesos de producción agropecuaria se aceleraron dando lugar a una economía primaria exportadora, ejercida ahora por los criollos en desmedro de los españoles. El poder político, económico y social comenzó a concentrarse en el puerto de Buenos Aires.

Gobernaron en esta etapa a la Provincia de Córdoba, Estado de la Confederación Argentina, importantes personalidades de variadas convicciones políticas, quienes lograron mantener la preeminencia nacional de la provincia a través de sus obras. El gobierno provincial se ocupó de la anexión de antiguas zonas de tránsito ente 1790 y 1820 trazando caminos a Santiago del Estero, La Rioja y Catamarca, y ocupando las riberas de los Río Segundo y Tercero camino al litoral. La Línea de Frontera entre los Ríos Cuarto y Quinto fue asegurada entre 1857 y 1863, mediante la fundación y/o consolidación de diversos asentamientos, fuertes, fortines, y postas.

En este marco, las oligarquías provinciales se componían de estancieros comprometidos con la riqueza de su provincia y una concepción paternalista de la estructura social.

Luego de la expulsión de los jesuitas en 1767, la Junta de Temporalidades –institución que se hizo cargo de los bienes de la Orden en el territorio argentino-, abandonó el trabajo en la estancia de Alta Gracia, que fue conocida durante esta época como "Hacienda del Rey", ya que el ganado llevaba la marca real, manteniendo 97 esclavos negros. Posteriormente la Junta la sacó a remate en 1773, siendo adquirida por José Rodríguez y en 1810 por su hijo, Victorino Rodríguez y Antonio de Arredondo. Rodríguez se convierte en el propietario del casco de la estancia, y se la vende en febrero de 1819 a Santiago de Liniers (1753-1810), héroe de la Defensa ante las Invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806-7), quien vivió cinco meses en la casa. Liniers fue un militar francés al servicio de España que se desempeñó como

99 RIZUTTO, Miguel. “Historia y evocación de Alta Gracia”. Córdoba: s/d, 1940.

Page 63: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

57

Virrey del Río de La Plata entre 1807 y 1809, y fue ejecutado en Cruz Alta en agosto de 1810, por encabezar la contrarrevolución, desconociendo la autoridad de la Primera Junta. Un censo de 1813 indica que Alta Gracia estaba habitada por 144 personas, de las cuales 69 eran blancos, 47 pardos libre y 5 esclavos, 13 negros esclavos y 6 libres, y solo 4 indios100. Subastada en 1820 por los herederos de Liniers, la Estancia es adquirida por Don José Manuel Solares (1782-1868), –tutor de los hijos de Liniers–, hombre de notable personalidad, adinerado y generoso, que recupera la producción agropecuaria del establecimiento rural, así como rehabilita acequias, canteras y hornos.

Políticamente, Solares se destacó como un funcionario honesto y eficiente, iniciándose en 1809 como Regidor del Ayuntamiento de Córdoba, Alcalde de Segundo Voto y Sindico Procurador. A partir de 1821 fue designado por el Cabildo como Juez Pedáneo de Alta Gracia, que como pedanía formaba parte del Curato de Anejos. Creó más de seis escuelas en la campaña a partir de 1819, costeando en gran medida sus presupuestos de funcionamiento (incluida la de Alta Gracia en 1823, que inició con ocho niños mendigos de la estancia), siendo designado Inspector General de Escuelas de la Provincia101. En tiempos de Solares habitaban el territorio 125 blancos, 187 pardos libres y 8 esclavos negros102.

Ocupó la Estancia hasta su muerte en 1868, y por voluntad testamentaria dispuso el deslinde de las tierras para la formación de una Villa, y el paso del dominio del Templo a la Iglesia Católica, iniciando el desmembramiento de la estancia original103, de la cual fue patrono, siendo recordado como el Patriarca de Alta Gracia.

En esta etapa el uso del espacio social y geográfico es predominantemente rural, almacenando objetos y acciones correspondientes a una forma de producción rural más avanzado y en constante evolución, especialmente en manos de los jesuitas. En este uso se destaca una búsqueda de la organización de la producción ligada a la evangelización en el caso de los jesuitas y a la educación en la época de Solares. En ambos casos la producción les permitía insertarse en intercambios económicos más allá de la región, para lograr objetivos específicos además de la mera subsistencia.

Los modos de producción territorial se especializan, ya que los jesuitas introducen el control hidráulico de le región y procesos mecánicos de producción, que mejoran y diversifican los productos, aumentando los procesos de intercambio, pero dentro de una reducida red de relaciones sociales, que incluían una marcada distribución del trabajo entre los patrones blancos, los esclavos negros y los aborígenes conchabados. Esta división del trabajo no solo se relaciona con la producción y sus necesidades, sino con la religión y sus propósitos, las razas y sus linajes, las instituciones y sus leyes. La formación social comienza a ser compleja, organizada según normas institucionales que son obedecidas y rara vez discutidas. Las instituciones civiles y la iglesia establecen valores y significados de objetos y acciones, marginando y silenciando otros. Hay un idioma, un culto y un modo de vida reconocidos, que le otorga significado a lugares, objetos y acciones, legitimándolos.

Sobre el territorio comienzan a construirse objetos más permanentes dedicados a la producción y a la habitación, y también al culto, donde otros objetos cotidianos y de arte que respondían a la manera jesuítica, se vinculaban con ceremonias, costumbres y tradiciones de la clase dominante, pero también daba lugar a objetos y acciones de las otras clases, por su posición alejada del centro de dominación territorial: la ciudad capital.

Solares recupera y actualiza en parte la complejidad del modo de producción territorial jesuítico a favor de una red social integrada con más actores, y privilegia la institucionalidad y la educación. Logra la reinserción del lugar en el sistema económico en función de planificar un desarrollo local en lo social, lo económico, lo político y lo cultural. Ahora el territorio es parte de una nueva división política

100 DE LA CERDA DONOSO, J. y VILLARROEL, L. “ Los negros esclavos de Alta Gracia. Caso testigo de población de origen africano en la Argentina y América,” Córdoba: Ediciones del Copista, 1999 101 CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE ALTA GRACIA. Síntesis Histórica de Alta Gracia. Córdoba: Municipalidad de Alta Gracia, 1979. 102 Ibídem 100 103 LARRAURI, E.; TRECCO, A.; Amarilla, L.; SANTIA, S.; GARCÍA VIEYRA, J. et alt. “Alta Gracia: Evolución Histórica y Desarrollo Urbano-Arquitectónico”, Córdoba: CEHUALA, FAUD, UNC.

Page 64: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

58

(gobernaciones y curatos), que todavía se vinculan con la administración eclesiástica. La formación social transita por el camino del mestizaje, pero también de nuevas ideas sobre el orden social, a partir de las guerras de la independencia y la nueva organización política. Aun así, la división del trabajo sigue coincidiendo con las división de clases sociales y los derechos que están posee. Existen patronos y otros que no lo son, que son pobres pero honrados, como lo reconoce el mismo Solares en su testamento. En este caso el patrono, de tierras, de decisiones, de objetos y acciones, incluso patrono en relación al culto católico, desarrolla y demuestra un espíritu filantrópico, buscando mediar en esas diferencias a través de la educación y el trabajo. A los objetos existentes construido por los jesuitas, se les agregan otros si nos referimos a lo protourbano, que colaboran a los fines del patrono o a las necesidades de esos primeros habitantes, sin ningún orden preestablecido. Los nuevos objetos y acciones acompañan estos fines y necesidades.

La territorialización104 continúa ligada a la dinámica de la producción rural, que comienza a ser significativa aunque no extraordinaria a partir de la acción jesuítica, acompañada en las últimas décadas de este período con un lento proceso de institucionalización del territorio; mientras que la territorialidad, podría identificarse –en forma muy concreta–, en:

Estancia y territorio en propiedad de la Orden de la Compañía de Jesús (1643 – 1767)

Estancia y territorio en propiedad de José Manuel Solares (1820 – 1868)

Ambas territorialidades poseen interesantes registros sobre objetos y acciones, que no han sido identificado y analizados en profundidad, que indican que en esta época el lugar comenzó a construir un significado más interesante para la sociedad marcando cada territorialidad, factor que se puede atribuir a sus actores, y los objetos y acciones que estos crearon.

“… Sale de Retiro 2 p.m.- Llega a Córdoba 6,15 a.m.

-Llega a Alta Gracia 8,55 a.m. Domingos y miércoles: Tren directo”

Horario Ferrocarril Central Argentino, 1906

4.3.3. El Sitio de estudio como sistema espacial urbano: Alta Gracia, villa turistica y ciudad, hasta la actualidad. 1868- 1940 /2008.

Desde las últimas décadas del siglo XIX, los cambios en el territorio global y nacional fueron vertiginosos. Desde la máquina de vapor, el ferrocarril, la electricidad hasta las dos guerras mundiales, la inmigración, la relatividad y el psicoanálisis, todas las acciones repercutieron en los objetos más distantes. Pero la fe ilimitada en el progreso también llevó a la explotación del hombre por el hombre.

En territorio argentino, y bajo el lema de “gobernar el poblar”105, la Campaña del Desierto de Julio Argentino Roca exterminó a miles de aborígenes para sumar una enorme extensión de tierras productivas al nuevo proyecto de la burguesía terrateniente: un país agro exportador. Esta elite argentina está relacionada con Alta Gracia por parentesco, por propiedades o por momentos de ocio compartido.

Porque sobre la base de una serie de condiciones propias del espacio –lugar, nombre, edificios, clima, bellezas naturales–, José Manuel Solares proyectó transformar un predio casi feudal en un espacio urbano a partir de las escasas edificaciones existentes, ya que por su testamento dispuso la donación de las tierras adyacentes a los edificios principales para la formación de un villa a la que organizó,

104 Ver Anexo 6 105 Cita de referencia: “pero ¿Cuál es la constitución que mejor conviene al desierto? La que sirve para hacerlo desaparecer. Luego, este debe ser el fin político y no puede ser otro… así, en América gobernar es poblar”. ALBERDI, Juan Bautista. “Bases y puntos de partida pala la organización política de la República Argentina. Buenos Aires: Eudeba, 1066.

Page 65: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

59

ubicando la residencia de las autoridades, fijando condiciones de habitación y otorgando los medios para mantenerla:

Ordeno y mando, reza el testamento de Solares, que tomando por punto de arranque la esquina donde existe la casa de abasto, se tire una línea recta al naciente, que comprendan o tenga dos cuadras más de la esquina de la huerta en este rumbo y donde éstas terminen, se tirara otra hacia el sur, hasta tocar con el arroyo, o mas allá hasta enterar dos cuadras desde donde se tirara otra igual en su extensión hacia el poniente, y enseguida otra al norte, hasta dar con el sitio de Don Sixto Llanes y casa de éste, inmediata al Tajamar, sin tener en consideración los rumbos sino las regularidades del cuadro, el cual dono para la formación de una Villa, que dejo a beneficio de los pobres de notoria honradez, que serán los que tendrán derecho para que se les dé terreno de treinta varas de frente y cinco varas de fondo (…)106

Retomando las sólidas convicciones religiosas de Solares, su interés por la educación, su reconocida filantropía, no debería ser difícil vincular las intenciones de su testamento con las utopías sociales y urbanas de principios del siglo XIX, como la de R. Owen, con intención de convertir los espacios urbanos en centros productivos y educacionales, en beneficio de la vida de sus habitantes.107

A partir del trazado de estas 70 manzanas irregulares, de las cuales da cuenta una mensura de 1912, la estancia rural devino en villa urbana, a la que el fundador bautizó con el nombre de “Villa Mercedes”, aunque prevaleció el nombre tradicional.

Durante los cien años siguientes los Lozada, herederos de Solares108, fueron los propietarios de las construcciones jesuíticas y tierras adyacentes y patronos de la Iglesia, ahora bajo la advocación de Nuestra Sra. de La Merced.

El siguiente patrono, Rafael Lozada y Llanes (1844-1902), trajo a Alta Gracia el progreso, personificado en el ferrocarril (Gráfico 7). Donó los terrenos en los que se asienta la estación y los necesarios para la red ferroviaria, extendiéndose ésta hasta los cerros que durante años proveyeron de balasto a las vías de toda la República. Con la llegada del ferrocarril, Alta Gracia poco a poco dejó de ser una aldea para convertirse en una villa. En consecuencia, Alta Gracia no fue ajena al impacto de la llegada del Ferrocarril Central Argentino en 1891, que permitió su vinculación con el resto del territorio provincial y nacional, en especial con el puerto de Buenos Aires, que permitía llevar –según Sarmiento-, “Europa a la pampa”. Primero la producción minera y luego las inversiones en la actividad turística, llevaron a la villa a una posición privilegiada que impulsó su desarrollo económico y urbano. Unos 350 obreros trabajaban en las canteras del ferrocarril y en las industrias paralelas a su actividad.

El 14 de diciembre del año 1899 el Poder Ejecutivo de la Provincia de Córdoba decretó el llamado a elecciones para la Villa de Alta Gracia, y en el mismo dispuso la convocatoria para el día 14 de enero de 1900 donde se debería elegir el intendente y seis vocales para conformar el Concejo 106 RUSTAN, Victoria. “José́ Manuel Solares, el patriarca de Alta Gracia”. Dirección de Historia, Letras y Ciencias: Córdoba, 1981. 107 “En 1809 R. Owen proyecta en New Lanark, un modelo teórico como lugar de la armonía universal, con edificios destinados a viviendas, edificios administrativos, educacionales, plaza, lugar para cultivos, con base económica para la industria, donde se formaría el carácter a través de la educación”. LARRAURI, E.; TRECCO, A. et alt. “Alta Gracia: Evolución Histórica y Desarrollo Urbano-Arquitectónico”, Córdoba: CEHUALA, FAUD, UNC. 108 En 1874, Telésforo Lozada, albacea testamentario y sobrino de Manuel Solares, vende la estancia a Galo Cámara. A la muerte de este, las posesiones quedaron en poder de Manuela Lozada de Cámara, quien a su vez las transfiere a su hermano Rafael Lozada en 1879. En adelante ambas familias y sus descendientes irán desprendiéndose de fracciones de terreno, originando los loteos del Alto y de Barrio Norte.

Gráfico 7: Crecimiento del tendido ferroviario en el territorio argentino.

Fuente: Foglia, M. Bases para una Historia Urbana de la Provincia de Córdoba. Córdoba:

UNC, 1988

Page 66: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

60

Deliberante. El Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Alta Gracia se constituyó por primera vez el 21 de enero del año 1900, en virtud de las primeras elecciones municipales realizadas el 14 de enero de ese año, siendo electos –por los 54 contribuyentes que registraba el padrón–, como Intendente Don Domingo Lepri y como Concejales Eliseo González, Ismael Carranza, Teodoro Clibborn, Telésforo Lozada, Antonio Lobos y Mateo Beres. La villa contaba con 2 500 habitantes y las autoridades constituidas procedieron a hacerse cargo de la “donación Solares”, reclamando a la Nación el uso público del agua del Tajamar y la apertura de caminos.

Las inversiones de Central Argentino y de la Compañía de Tierras y Hoteles abarcan, a partir de la primera década del siglo, la actividad turística e inmobiliaria. Adquirieron en 1910 a Guillermo Franchini el complejo del Sierras Hotel. La vinculación de las inversiones permitió que el Hotel con capacidad para más de 300 pasajeros, gozara de las ventajas del acceso inmediato que brinda el ferrocarril. Frecuencias horarias, servicios especiales, ofertas de fin de semana, a lo que se sumó la apertura del Casino, potenciaron a la villa como destino turístico exclusivo, frecuentado por la aristocracia nacional y extranjera. El confort a bordo de los coches dormitorios y el servicio de cocina internacional eran reconocidos por la prensa local e internacional. “Paris en las Sierras - Sierras Hotel”, se titulaba un artículo en una guía social y turística de 1913.

Los procesos políticos generados a partir de la Ley Sáenz Peña en 1912 no parecieron afectar este lugar privilegiado por la aristocracia y la alta burguesía porteña y cordobesa. Incluso algunos de ellos se instaron en la villa, ocupando cargos políticos en la nueva administración local. En este momento de auge urbano se sumó la demanda inmobiliaria con la concentración del poder decisor en manos de un grupo homogéneo que respondía a un proyecto único, además de una adecuada capacidad económica y técnica. La venta de terrenos en estas décadas fomentó una especulación comercial que aumentaba mes a mes. Se consideraba que era de “buena familia” tener una casa en Alta Gracia o veranear en la villa.

El primer núcleo poblacional se había generado en torno a la Estancia, y sufrió a lo largo de los años una serie de transformaciones fruto de las influencias del medio, como el aporte de la llegada del ferrocarril y de la corriente inmigratoria que arribó a nuestro país a fines del siglo XIX. Desde el punto de vista de la organización urbana Alta Gracia presentaba a principios del siglo XX dos zonas bien diferenciadas que dieron lugar al surgimiento de los Barrios Sur (El Bajo) y Villa Carlos Pellegrini (El Alto), resultantes de dos procesos socio-culturales que caracterizaron a nuestra Nación en aquellas décadas109.

El Barrio Sur [el Bajo o Barrio Liniers], que tenía como límite natural el Arroyo de Alta Gracia, respondió a la primera traza que se hizo en la villa, asentándose allí numerosas viviendas de medio patio y villas de tipo italianizante pertenecientes a familias tradicionales de Córdoba que llegaban a Alta Gracia en épocas de vacaciones. Esta zona constituye el entono urbano inmediato de la Estancia, y en su centro comercial –actual calle Belgrano–, se encuentran las expresiones de las primeras vanguardias arquitectónicas.

La Villa Carlos Pellegrini [el Alto], surgió hacia 1906 ubicada en el sector noroeste y en una cota de nivel más alta que el incipiente poblado. Fue loteada y vendida prácticamente en Buenos Aires y adquirida por un grupo social selecto que llegaba a Alta Gracia en busca de descanso o de salud para sus enfermedades. Su centro de reunión fue el Sierras Hotel, germen de la actividad social recreativa que convirtió a la pequeña Villa en uno de los centros turísticos más importante a nivel nacional.

Esta burguesía tradicional construyó en torno al Sierras Hotel imponentes residencias de alta calidad arquitectónica con marcada influencia inglesa y francesa, y creó un espacio urbano propio que se diferenció de “El Bajo”, eminentemente comercial y con una población formada por criollos e inmigrantes españoles e italianos en su mayoría. El “Alto” fue, además, el lugar elegido por hombres de la cultura como Belisario Roldán, Paul Groussac, Manuel de Falla, que encontraron aquí inspiración para sus obras –y también la muerte por enfermedad o depresión–. 109 LARRAURI, E.; TRECCO, A.; Amarilla, L.; SANTIA, S.; GARCÍA VIEYRA, J. et alt. “Alta Gracia: Evolución Histórica y Desarrollo Urbano-Arquitectónico”, Córdoba: CEHUALA, FAUD, UNC. La división geográfica, social, económica y política entre el Bajo y el Alto en mencionada por diferentes autores.

Page 67: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

61

En 1912 se abrió el “Sierras Teatro”, y éste no sería el único espacio de ocio, porque en 1914 el primer Casino del país se inauguraba en el predio del Sierras Hotel. Pero el casino solo funcionaría 3 años, y cerrando por presión de la sociedad cordobesa y de la Iglesia, en detrimento de la economía local.

La Villa de Alta Gracia alcanzó el mayor auge en cuanto al turismo entre 1910 y 1950, en la zona de “El Alto”, exhibiendo, como testigo de esa época y su modo de vida, destacados ejemplos arquitectónicos de las más variadas líneas historicistas, ferrocarrilera inglesa, art decó, art nouveau, restauración nacionalista y movimiento moderno. Junto a estos objetos, el espacio vive gracias a las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Merced, a los corsos, a las visitas y relatos de personajes ilustres, a las leyendas y a las anécdotas diarias. El Presidente Julio A. Roca en uno de sus discursos decía: “Aunque la Villa Carlos Pellegrini no se iguale a la India que Mahatma Gandhi quiso liberar del dominio británico, simboliza en buena manera los mismos intereses. Se trata de una minicolonia, con las sierras y sus chalets circundantes, irradiando el glamour de la corona real” 110.

Pero paralela a esta vida deslumbrante y aparentemente feliz, Alta Gracia también recibió a pasajeros afectados por las enfermedades pulmonares comunes en la época. El paso de la tuberculosis se advierte en los hospitales locales y en los espacios que las viviendas dedicaban al reposo de los enfermos. Algunos investigadores locales sostienen que la villa nació como una “ciudad hospital” y no como un centro turístico, aunque esta opinión es resistida en la población en general.

El antiguo Hospital de Tuberculosos se ubicó en la zona sur de la ciudad hacia principios de siglo, mientras que la residencia de la Familia Riglos en el Alto, funcionó desde 1927 como primer Sanatorio de Montaña, siendo adquirido en 1946 por la Fraternidad Social del Personal Ferroviario de Locomotoras y Unión Ferroviaria, y es conocido desde entonces como Centro Tisiológico Ferroviario Alta Gracia, más tarde Policlínico Ferroviario “Dr. Ricardo Williams”.

Los intendentes se suceden con obras que pretenden consolidar el destino de la ciudad, especialmente con intervenciones en salud, higiene y ornato público. En mayo de 1940 se presenta a la Legislatura Provincial la solicitud de la elevación al rango de ciudad, que ya tenía 12 000 habitantes, cinco escuelas, estación de FFCC, sucursal del Banco de la Provincia y era la sede del Jefe Político del Departamento Santa María. El rango le es otorgado mediante Ley N° 3849 del 23 de junio del mismo año, al tiempo que se construyen el Reloj Publico y el Monumento a Myriam Stefford, y al año siguiente los edificios jesuíticos son reconocidos como Monumentos Históricos Nacionales. La población estaba compuesta en su mayor parte por descendiente de inmigrantes españoles e italianos, así como de otros países europeos (alemanes, rusos, polacos, irlandeses, franceses e ingleses), si bien se conoce que un 56% de los argentinos poseen un antepasado amerindio, y en menor medida de otras etnias (asiática, africana, etc.).

Bajo la intendencia de H. Llorens (1940-1943), “Alta Gracia se había convertido en un lugar donde acudían los enfermos de los pulmones por lo que el turismo había mermado en la zona, por lo que el intendente aumentó los impuestos para la instalación de esos enfermos y logró desviarlos a Cosquin”111.

Los gobiernos provinciales radicales y conservadores continuaron con la política de afianzamiento en el control del territorio a través de la obra pública institucional (Grafico 8). A pesar de las agitaciones políticas y sociales y de la crisis económica que se presentaron a lo largo de esta etapa, el gobierno provincial trató de solucionar en los diferentes gobiernos los déficits de la red vial, energética, educacional y sanitaria. Entre 1927 y 1941, los proyectos de la Dirección Provincial de Hidraúlica trataron de aprovechar las ventajas geográficas de la provincia para la construcción de diques de reserva de agua, para producir energía. El gobierno de Amadeo Sabattini, cuyo lema proselitista “Agua para el norte, caminos para el sur, escuelas para toda la provincia”, quizás fuera un diagnóstico de la situación provincial, a la vez que una planificación territorial de la obra pública, proyectó tanto obras hidráulicas como viales, destacándose por las escuelas monumentales construidas en la capital y en las principales ciudades del interior, como Alta Gracia. Los caminos que la provincia necesitaba 110 Citado por LARRAURI, E.; TRECCO, A. et alt. Ibídem 109 111 CARIGNANI, María Inés. “Intendentes de Alta Gracia. 1900-1999”. Alta Gracia: manuscrito, 1999.

Page 68: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

62

llegaron a Traslasierra y a los valles de las Sierras Chicas, pero se destacó sin duda la pavimentación de la Ruta Nacional Nº 9, obra del Estado Nacional que unió Córdoba con Buenos Aires (1937).

El mejoramiento de la red vial impulsó la actividad turística, apoyada desde 1957 por instituciones oficiales de gestión y fomento, además de la propia Ley de Turismo. Colonias de vacaciones, agencias de viajes, y festivales artísticos dieron auge a este destino turístico provincial. Este nuevo desarrollo no impidió que la provincia conservara por ese entonces sus fiestas patronales, sus costumbres tradicionales, carnavales y bailes populares, patrimonio intangible que luego se fue perdiendo. Una última acción para la memoria de la ciudad fue un Congreso de la OEA realizado en el Sierras Hotel, para estrechar lazos comerciales que permitieran conformar un mercado común latinoamericano, según los deseos sentados en la “Carta de Alta Gracia”.

Entre 1950 y 1970 Alta Gracia se incorporó al proceso de industrialización que vivió el país. Su perfil turístico fue perdiéndose para dar lugar a una nueva realidad socio-económica configurada espacialmente con el surgimiento de otros Barrios en el “llano”, entre el Bajo y la Ruta N° 5 que conduce a Córdoba. En ellos se asentaron los nuevos profesionales, comerciantes y otros obreros que en su mayoría trabajaban en KAISER (1955), poderosa industria automotriz radicada en Córdoba en la salida hacia Alta Gracia, quedando así ligada al proceso económico industrial que comenzó a gestarse en la provincia (Gráfico 9).

Esta última etapa, cuya finalización no es posible fijar definitivamente aún (circ.1990?), estuvo signada por períodos alternativos de gobiernos elegidos democráticamente y gobiernos militares de facto. Córdoba tuvo activa participación en la agitada vida política de la época, protagonizando desde su ciudad capital hechos que marcaron la historia nacional: la llamada Revolución Libertadora de 1955 y el movimiento obrero conocido como “El Cordobazo” en 1969.

En ese mismo año, 1969, la Nación Argentina expropió a sus dueños la Residencia de la Estancia jesuítica, convirtiéndola en Museo Histórico Nacional, inaugurado oficialmente en 1977. Esta casa-

Grafico 9: Área Metropolitana de la ciudad de Córdoba. Área conurbana: Alta Gracia.

Fuente: RAMOS, J. L. Planificación Urbana y Regional. Córdoba: UNC, 1985

Grafico 8: División Política del territorio de la Provincia de Córdoba.

Departamento Santa María, Capital: Alta Gracia. Fuente: Pagina oficial del Gobierno de la Provincia de Córdoba

Page 69: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

63

museo fue ambientada de acuerdo a los modos de vida que tenían los cordobeses y serranos en los siglos XVII, XVIII y XIX, y su patrimonio se conformó a partir de objetos evocadores de la vida cotidiana y las formas de trabajo en la antigua estancia y sus propietarios. El valor del edificio, así como el de sus protagonistas originales, fue en cierto modo relegado, al designarse al Museo como “Casa del Virrey Liniers”.

La esplendorosa historia espacial y turística local comenzó su declive hacia 1950. La industria automotriz de la KÁISER-Renault fue una opción sólida como fuente de trabajo para los altagracienses, las sucesivas crisis económicas, la cura de la tuberculosis gracias al descubrimiento de la penicilina y la llegada del turismo de clase media y en forma masiva, limitó definitivamente el desarrollo turístico de jerarquía para el que la villa estaba pensada. El Sierras Hotel cerró en 1986, fue rematado, y la falta de uso llevó al edificio a un estado de ruina parcial.

Al mismo tiempo la sustitución indiscriminada de edificios residenciales e institucionales inició la transformación de la forma urbana, consecuencia de la especulación inmobiliaria, de la falta de conciencia y hasta la negación de su valor cultural, sumado a un Código de Edificación que no contempló la protección de la trama urbana existente y al incumplimiento de ordenanzas de regulación del espacio público. Asimismo se privilegió la actividad económica sobre la cultural, siguiendo políticas de desarrollo nacional. De esta forma los bienes culturales se vieron relegados como recursos turísticos en favor de la promoción de los atractivos naturales del área. La falta de protección legal de los primeros, el uso no planificado de los segundos, condujo una degradación severa de estos recursos no renovables.

Aun con el regreso de la democracia en 1983 la situación económica no se revirtió. La desafectación final de los ferrocarriles en la última década del siglo XX cerró un ciclo productivo y turístico, con pérdidas importantes –tanto materiales como personales–. El poder político de la incipiente democracia se ocupó de la imagen del espacio urbano e inició el rescate de algunos bienes singulares de la ciudad, así como la creación de nuevos museos. Este reconocimiento del pasado se afianzó con la celebración de los 400 años de la ocupación del territorio en 1988, cuando –frente a los poderes políticos reunidos para el evento–, se mencionó por primera vez al Che Guevara como una de las personalidades que habitó en Ata Gracia. En esta misma fecha nace el Encuentro Anual de Colectividades, como una inquietud que trascendió entre los inmigrantes y sus descendientes: rendirle un homenaje a esta ciudad, que los recibió dándoles la posibilidad de forjar un futuro.

En 1996 se constituyó en Alta Gracia una Comisión cuyo propósito fue intentar buscar un lugar en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO para las Estancias Jesuíticas. Si bien una de las motivaciones principales estaba referida a la actividad turística, el mayor interés se dirigió a lograr un apoyo eficaz para la protección y conservación de los sitios históricos involucrados.

Esta Comisión del Proyecto se formó a partir de la actuación de miembros de la Asociación de Amigos del Museo Casa del Virrey Liniers, con el apoyo de la Compañía de Jesús, y por Ordenanza 36887/97 la Municipalidad de Alta Gracia declaró la iniciativa de interés Municipal. Cabe recuperar en este momento un texto elaborado por la Comisión del Proyecto en ese año y en plena década de los 90, titulada “Declaración de Alta Gracia”, bajo el subtitulo “el patrimonio es de todos”:

Nosotros, los que descendemos de los Comechingones, de los negros y mulatos que trabajaron en las Estancias Jesuíticas, de los primeros españoles, y luego de los italianos y de tantos otros orígenes, quienes con su trabajo y esfuerzo levantaron esta ciudad;

Nosotros, los que descendemos de los que vinieron a veranear y se afincaron; los que descendemos de los descendientes de los barcos, que pasaron por aquí y se quedaron para siempre; los que hoy comenzamos a reencontrarnos y a reconocernos en lo que fuimos, y de ahí en más desarrollar un proyecto que se sustente en nuestro pasado para construir nuestro futuro;

Nosotros, los que hoy comenzamos a recuperar la autoestima y a entender que cuatro siglos son muchos en nuestro país; los que vemos que Roma o Florencia no pretenden imitar a

Page 70: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

64

Miami y que nuestras ciudades no necesitan imitar a otras para que la gente venga a conocernos; que venga por lo que fuimos y por lo que somos, y no por fantasías, porque contamos con un patrimonio integral, legado histórico de cuatro siglos.

Por lo que hicimos, por lo que hacemos y por lo que haremos, declaramos hoy que:

Nos preponemos llevar adelante sin claudicar hasta lograrlo, el proceso de inclusión de las Estancias Jesuíticas de Córdoba y la Iglesia de la Compañía de Jesús en la Lista del PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD112, para protegerlas para hoy y para las generaciones futuras.

Es significativa la intención de promover nuevamente la empresa turistica a partir del patrimonio cultural, de una herencia de cuatro siglos de algunos actores que identificaron la necesidad de la sociedad de “reencontrarse y reconocerse”, para generar un proyecto de desarrollo sustentable. Aparecen casi por primera vez todos los actores del territorio histórico, así como la aceptación de un largo periodo de crisis y ausencias, de divisiones y baja autoestima local, en esta segunda etapa del Siglo XX.

Tras la inclusión del sitio en la Lista de Patrimonio de la Humanidad en el año 2000, en Alta Gracia se prosiguió trabajando para responder a los criterios de protección e interpretación del sitio que recomienda la UNESCO, en especial en la regulación del espacio urbano, en las actividades que las instituciones ofrecían al visitante y en la interpretación del legado jesuita. El censo del año 2001 indicaba que la ciudad sostenía a 42 538 habitantes.

En la actualidad, con cerca de 46.923 habitantes113, y en base a sus potencialidades, en especial la Estancia Jesuítica, las Casas Museos del Che Guevara y Manuel de Falla, eventos anuales y su paisaje urbano y natural singular, la ciudad busca recuperar su lugar como destino turístico, una alternativa que puede brindarle nuevamente una actividad dinámica y aglutinante, junto a actores que se identifiquen con ella.

En esta última etapa el uso del espacio describe un proceso desde la mínima a la máxima complejidad, para una ciudad de tamaño medio. El uso del espacio social y geográfico es predominantemente urbano, asociado a procesos productivos agro-ganaderos, al turismo y al ferrocarril y a la industria en pequeña escala. La complejidad de cada modo de producción territorial es acorde al tamaño de la población y del territorio, siendo la turistica ligada al ferrocarril la actividad que mayor desarrollo alcanzada en cuanto a equipamiento, jerarquía y trascendencia. Los otros dos modos no logran destacarse, ya que dependen de sistemas mayores, lejos de la auto-dependencia y la organización local alcanzada en el periodo anterior. Asimismo, estas formas productivas poseen sus controles fuera de la región, y a excepción del ferrocarril y el turismo local, no desarrollan una relación de interés mutuo con el territorio local, sus personajes y empresas. En esta época sí se logran establecer redes de intercambio de todo tipo a nivel nacional e internacional, en especial social, político y económico, relaciones cuyo incremento se deben a la presencia del sistema ferroviario.

La división del trabajo y la división social es marcada por la llegada de los inmigrantes y la posición de los sujetos en el espacio: el Alto y el Bajo designan posiciones claras en ambos aspectos, además del económico y el cultural, en directa relación con el poder político. Patrones y propietarios vs. Obreros y empleados, con los comerciantes en el lugar medio. Sigue existiendo un modo de vida legitimado, cuyo modelo ahora es más europeizado, que es el legalizado por el poder, modelo que se verifica en la capital del territorio, pero que no influencia en su totalidad en el espacio local, porque además es un espacio de ocio. Si las instituciones civiles consolidan su poder, la iglesia lo mantiene hasta fines del siglo XX, pero mayor aun es el poder de las familias de la clase terrateniente y sus relaciones sociales y políticas, que son los que otorgan ahora el significado a lugares, objetos y acciones.

112 Proyecto declarado de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Alta Gracia, por Ordenanza 3683/87. 113 Censo Provincial 2008. Alta Gracia es la sexta ciudad a nivel provincial en cantidad de pobladores

Page 71: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

65

Los objetos de la primera parte de esta época van a generar un paisaje urbano que equipara, en cuanto a su valor y significado, con el núcleo rural colonial, escenario de acciones, ritos, costumbres y tradiciones de esta clase dominante, ciudadana del mundo, pero tal vez alejada de lo local.

Los bienes culturales que Alta Gracia posee fueron construidos a partir de la voluntad de propios y ajenos, implicando la elección de permanencia en el lugar un fuerte compromiso con el mismo y la generación de empresas excepcionales que definieron su historia y su identidad: al sistema jesuítico, le siguió el sistema del ferrocarril, y el sistema turístico.

A la inversa, en la segunda mitad del siglo XX los objetos no aportan significativamente al espacio social y geográfico, y las acciones llegan a comprometer la calidad del mismo. Hay un quiebre evidente en las instituciones durante este espacio de tiempo, que aunque se compromete con lo urbano, buscan distintos resultados: un espacio social y geográficamente diseñado en función de signos y significados, a un espacio casi carente de contenido simbólico, como mera respuesta a necesidades básicas. No parece encontrarse en la actualidad un modo de producción territorial y una forma social que aglutine un interés para el desarrollo local. La reestructuración productiva a nivel regional trasladó la mano de obra local a la capital, mientras las empresas de la ciudad desaparecían por falta de competitividad o ausencia de nichos en el mercado externo

De la misma manera las redes de intercambio que se desarrollan en la primera parte, desaparecen en la segunda, recuperándose en parte a partir del reconocimiento del legado jesuítico como Patrimonio de la Humanidad.

El territorio original de la estancia jesuítica ahora coincide con una división política que organiza la región provincial: el departamento Santa María, del cual la ciudad de Alta Gracia como estado municipal es cabecera, ajena ya a divisiones impuestas por la iglesia católica. Al mismo tiempo la formación social incorpora al inmigrante y al visitante, que ocupan sus lugares en el espacio geográfico y social, posición que se revierte totalmente a partir de la mitad del siglo anterior, cuando el turismo de jerarquía se convierte en turismo masivo, y la ciudad pasa a ser una ciudad dormitorio de la capital.

Finalmente, la territorialización114 deja en segundo lugar a la dinámica de la producción rural, y se adhiere a ese extraordinario dinamismo que significa el FFCC en el territorio, que trae a los turistas y se lleva los productos locales. La decadencia y el cierre del sistema ferroviario aleja el eje de la dinámica territorial del espacio de Alta Gracia, anexándolo a otros procesos que no tienen su centro en la ciudad.

La territorialidad, podría identificarse –en forma muy concreta–, en:

La villa como destino turístico, ligado al FFCC (1900-1930)

La villa como ciudad dormitorio (1955-1980)

Ambas territorialidades poseen registros incompletos sobre objetos y acciones, que tampoco han sido identificados y analizados en profundidad, si bien algunos poseen protección legal, lo que indica que el lugar no parece interesarse por ellos al menos en apariencia, ya que tras largas décadas de apatía y pérdidas, es recién en el momento actual cuando esta indiferencia social comienza a revertirse.

114 Ver Anexo 6

Page 72: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

66

4.4. Sitio: Espacio geográfico y social

En el actual campo teórico del patrimonio cultural, el concepto de sitio cultural, ha sustituido el genérico de sitio. Los sitios culturales se entienden, según la Recomendación relativa a la conservación de los Sitios Culturales, como:

partes específicas del paisaje, topográficamente delimitadas, que están constituidas por diversas combinaciones de la intervención del hombre y de la naturaleza. Representan la evolución de la sociedad humana, de su establecimiento y de su carácter, en el espacio y en el tiempo, y además han adquirido una serie de valores reconocidos social y culturalmente, a diversos niveles del territorio, debido a la presencia de vestigios físicos que dan a conocer los antiguos usos del suelo, las actividades allí desarrolladas, las tradiciones distintivas o las manifestaciones artísticas o literarias e, incluso, el hecho de que allí se desarrollaron acontecimientos históricos”115.

La conceptualización se acerca a la complejidad de factores y relaciones que Milton Santos propone para el análisis del espacio geográfico. Toma en cuenta el espacio, el tiempo, la historia y los valores del patrimonio tangible. Espacio, paisaje, sitio cultural (pero con una componente antropológica más marcada), parecen constituirse en una posible jerarquía de análisis.

Según la Recomendación mencionada, la protección y puesta en valor de los sitios culturales “contribuye a la salvaguarda de la memoria colectiva e identidad cultural de las comunidades, y constituye un factor de promoción de su sistema de vida” Sin embargo, aunque los sitios deben considerarse como recursos socioeconómicos que pueden ser utilizados para el desarrollo local, son bienes no renovables y su uso con fines turísticos debe planificarse estratégicamente para asegurar sus valores y su autenticidad.

La búsqueda de los posibles usos apropiados para cada sitio cultural, debe ir más allá de proponer medidas incentivadoras que comporten un incremento de la inversión pública, a fin de apoyar a las economías locales y la creación de empleo (...), debe contemplar además los propios intereses de la comunidad y su propia manera de valorar su patrimonio cultural.

El uso involucra a los sujetos, los objetos y las acciones, que hacen a la identidad del sitio. Bienes tangibles e intangibles pueden dar indicios de las rugosidades e inercias del territorio, pero siempre el sujeto es quien, en un tiempo y en un espacio, genera los procesos en relación a las permanencias y cambios de los mismos.

4.4.1. Las etapas históricas del sitio y sus protagonistas (procesos diacrónicos-sincrónicos)

4.4.2. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1868).

La figura del propietario comienza en esta etapa, para mantenerse en las demás, identificando posiblemente el que detenta el poder. Nieto y Nieto de Herrera serán los primeros en iniciar este proceso, sucesión que se da por legado y no por compra, hasta llegar a la Compañía de Jesús. Aunque la documentación histórica indique las acciones que llevaron a cabo los primeros propietarios, no han permanecido huellas físicas en el territorio que den cuenta de ellas. Sin embargo, la ocupación temprana

115 Apéndice de la Recomendación relativa a la conservación de los Sitios Culturales integrada en las políticas del paisaje, 1995. Art.1.

Page 73: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

67

del mismo y la trayectoria pública de ambos propietarios116 son huellas que la memoria colectiva ha recuperado y mantenido hasta el presente.

La Orden del Nombre de Jesús es creada por Ignacio de Loyola para difundir la fe católica en lugares donde la Iglesia más lo necesitara, coincidiendo con la Contrarreforma de Trento, utilizando la predicación y la enseñanza como instrumentos. El objetivo principal de ésta orden es difundir la fe católica por medio de la prédica y la enseñanza, trabajando en lugares y momentos de máxima urgencia de la Iglesia, siguiendo como lema su frase emblemática “Ad majorem Dei gloriam”. Desde el comienzo, la educación ha sido su principal actividad, y la preparación que requiere todo aspirante a la orden, la distinguen del resto de ellas117. La actividad cultural de los hermanos implicaba sobre todo el contacto entre la cultura europea y la local, su fusión y su trascendencia en América, es especial por las diversas procedencias y profesiones de los hermanos. En la educación la Ratio Studiorum promueve el diálogo entre la fe y la cultura118. En este marco, los jesuitas fueron exploradores, matemáticos, arquitectos, ingenieros, artistas, historiadores músicos y maestros, estudiaron los idiomas locales, su flora y su fauna, entre otras actividades aunando la mejora espiritual con la técnica y la práctica.

La presencia de los jesuitas en el territorio argentino se extendió durante más de ciento cincuenta años. Su tarea excedió los limites de las ciudades y, en nuestro caso en particular, ganó territorio en valles y pampas del noroeste cordobés. La orden consolida la evangelización de la región del Tucumán, que depende de la región del Plata, integrando la Provincia Jesuítica del Paraguay. Creada en 1608 tuvo por capital a la sede de la ciudad de Córdoba, asegurando su organización la relación y el intercambio entre las fundaciones de la orden.

La fundación del Colegio en Córdoba con estudiantes internos, y el desarrollo de planes de estudios que comparten la renovación tridentina, señalan a la orden como la de mayor impulso cultural en el siglo XVIII, siguiendo el lema “en virtud y en letras”, que a su vez fue el de la Universidad de Córdoba del Tucumán. Esta institución fue centro educador de destacados políticos y personalidades de la época, que participaron en los gobiernos de las ciudades de Buenos Aires, Asunción, Charcas, Potosí y Córdoba. La actividad de la orden fue apoyada por la sociedad y la autoridad política, y también resistida por los encomenderos. El accionar de la orden a través de la predicación ayudó a consolidar la calidad de vida en los nuevos territorios.

La práctica de los Ejercicios Espirituales (1522) les permitieron discernir “los mejores medios para lograr un fin”, y, en consecuencia si el fin era la educación universitaria en Córdoba, las estancias fueron los mejores medios para asegurar su mantenimiento. Si bien parte de las necesidades del funcionamiento del Colegio y de la Universidad se cubre con los aportes de los pensionados, los enfrentamientos con los encomenderos de la zona frenaron las donaciones de las principales familias de la ciudad. Para evitar la pobreza y avanzar con sus actividades, los jesuitas idearon el sistema de estancias agropecuarias, cuya producción les permitió solventar los gastos, sin alcanzar la abundancia. En consecuencia las Estancias como modelo de promoción humana aseguraban el proceso educativo y evangelizador y significaron otro modo de proceder en la cultura y en los modos de producción.

La Orden Jesuita como propietaria del territorio edificó el conjunto de la Estancia de Alta Gracia y acrecentó su superficie por compra de los campos lindantes y por legados sucesivos (Grafico 10). Como en el resto de territorio libre el control del espacio se logró mediante la implantación de una trama cartesiana ideal: en la nada el claustro ortogonal ordenó las actividades de los jesuitas en sus núcleos de producción rural.

116 La ciudad de Alta Gracia reconoce como “día del origen” o fecha de “fundación”, el 8 de abril de 1588 (fecha de entrega de la merced a Juan Nieto), porque lo considera como el momento de encuentro de las culturas aborigen y española en el Valle de Paravachasca. Carta Orgánica Municipal de la ciudad de Alta Gracia, 1999. Art. 8. 117 GUILLERMOU, Alain. Los Jesuitas. Barcelona: Ediciones Oikos-tau, S.A., 1970. 118 Simposio La Ratio Studiorum en América Latina. Su vigencia en la actualidad. (Córdoba, 1999). Ponencias. Córdoba: Universidad Católica de Córdoba, 2001.

Page 74: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

68

CAMINO A SAN JUAN

SAN MIGUEL

EL POTRERO

GUZMAN

ALTA GRACIA

EL POTRERILLO

SAN ISIDRO

CU

MBR

E D

E A

CH

ALA

SANTIAGO

SAN ANTONIO

CÓRDOBA

MONTE RALO

CAMINO A SAN JUAN

RÍO ANIZACATE

LÍMITE DE LA ESTANCIA JESUÍTICA

El conjunto de Alta Gracia, repite un tipo común a todas las estancias: lo construido se estructura alrededor de un patio rectangular cerrado por sus cuatro lados, por un lado la iglesia, dos por galerías que forman el claustro y el cuarto por una tapia o barda donde se ubicaba el ingreso a la residencia.

En este conjunto se destaca la Iglesia (1723-62) y su cementerio, la Residencia, El Obraje, La Ranchería de negros, el Tajamar y el Molino, y más alejados hornillas, diques, hornos de cal, fraguas, corrales, etc.

La estancia jesuítica genera un tipo único, mestizo, americano, que mediante su producción sostiene la educación y la evangelización, fines primordiales de la orden que las creó. La estancia es, además, el símbolo físico de dichas actividades. Si bien pueden detectarse algunas referencias transculturadas de la arquitectura religiosa europea, las estancias combinan el tipo religioso, residencial y productivo en una síntesis nueva: la “estancia jesuita cordobesa”.

En Alta Gracia, la Residencia queda definida por dos volúmenes prismáticos de doble altura cubiertos con techos a dos aguas que limitan dos lados de un patio rectangular, el Patio de Honor. En el tercer lado se ubica la Iglesia y el cuarto es un plano ciego, con la Portada de acceso (Imagen 3).

El Obraje reunía alrededor de un patio central los espacios de trabajo de españoles, negros y aborígenes. Cabe destacar que hacia fines del siglo XVIII la estancia contaba con ovejas, cuya lana se trabajaba en los telares instalados en su Obraje, para elaborar “ropa de la tierra como son cordellates, fresadas y sayalas”119. De acuerdo al inventario de la Junta de Temporalidades, el Obraje contaba al momento de la expulsión con carpintería donde se fabricaban carretas, aberturas y muebles; herrería, jabonería, fundición de campanas, un horno para quemar ladrillos y cinco telares con sus aperos, empleando en su actividad 14 oficiales, además de los peones. Por 124 años el ganado, los cereales, los textiles, la herrería y la carpintería, entre otros productos, salieron de Alta Gracia para intercambiarse con las demás estancias, con las misiones del Guairá y con el comercio colonial en general. Los últimos Padres Estancieros –Pedro Nolasco López, Juan de Molina y Francisco Benito–, fueron apresados el 12 de julio de 1767 y trasladados a Córdoba, cinco años después de haber terminado la construcción de la estancia, ingresando al mundo de los “expulsos”, designación bajo la cual serán mencionados en los documentos posteriores.

La figura del propietario se retoma tras la expulsión de los jesuitas en 1767, siendo la Junta de Temporalidades la que asume el dominio, para cedérselo por ventas sucesivas a José Rodríguez,

119 Testimonios de los autos del Inventario de los bienes de los jesuitas expulsos de esta ciudad pertenecientes a la Estancia de Alta Gracia. Año 1767 anotado en el año 1771. Escrib. 2 – Leg. 40 – Expte.6.

Imágen 3: Foto de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, circ. 1890.

Fuente: Archivo del MNEJAG

Gráfico 10: La Estancia Jesuítica en relación al actual departamento Santa María (3.427 km²) Fuente: LARRAURI y otros, Alta Gracia, evolución

histórica y desarrollo urbano arquitectónico. Córdoba: UNC, 1986

Page 75: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

69

Victorino Rodríguez, Antonio de Arredondo y Santiago de Liniers. En estos 53 años es poco lo que sucede en el sitio, que mantiene quizás una producción ganadera limitada, mientras el sistema productivo jesuítico se desaprovecha y comienza a perderse.

Hacia 1820, José Manuel Solares adquiere la Estancia y su territorio para vivir en ella durante los siguientes 48 años, retomando la producción agropecuaria, a la par que desarrolla una interesante tarea al servicio del bien público, como juez e impulsor de la educación. Recuperando parte de los objetos y acciones de la orden jesuítica, Solares lleva al territorio algunos de los progresos teóricos, técnicos y hasta utópicos del siglo XIX. La educación, el derecho de los obreros, las teorías sociales y urbanas, se transforman en gestión, escuelas, alumnos, censos, trabajo y la idea de un trazado urbano. Deja la idea como legado en su testamento, donde reconoce que existe un asentamiento que hay que organizar e institucionalizar, pero quizás lo más importante es que distingue como destinatario de su legado a aquellos pobres de notoria honradez, a los músicos y a sus deudos y parientes desposeídos que habitaban el territorio productivo. Asegura además el mantenimiento físico e institucional de lo que considera más importante para la sociedad: la escuela, la Iglesia y la religión católica, para la cual destina el Obraje como espacio de ejercicios espirituales, creados y difundidos por los jesuitas. Su huella social y geográfica en el espacio social es memorable, ya que es recordado como el Patrono, Patriarca y Benefactor de la ciudad cuya fundación propició.

4.4.2.1. El Espacio Geográfico

Las rugosidades de este periodo, como formas que permanecen del pasado, son en principio las jesuíticas, ya que las anteriores desaparecieron en cuanto a su materialidad, si bien su existencia es parte de la memoria institucional local.

El sistema jesuítico se superpone al espacio natural ocupando diferentes lugares a los elegidos por los aborígenes, y tal vez pudieron coexistir hasta la asimilación total de éstos. Sobre esta primera acumulación en paralelo, las intervenciones físicas de Solares consolidan el lugar de poder, sin sustituir preexistencias. En cuanto a las acciones, el modo de producción rural es el que marca el territorio como constante, acumulando tradiciones artesanales.

En consecuencia, tras la huella difusa de los comechingones, la obra jesuítica es la primera “pensada” como un fijo, objetos y acciones destinados a perdurar, modificando definitivamente el espacio geográfico al iniciar un asentamiento para la producción y la evangelización. Fijo es también la obra de Solares centrada en la educación y formalizada en los edificios escolares, cuya influencia a lo largo de los años definiría el carácter cultural de la ciudad.

Retomando las horizontalidades, el proceso rural forja contigüidades en el territorio, solidaridad y territorio compartido, generando objetos y acciones cotidianas, huellas que no se reconocen como parte de la memoria, de las que nada se ha conservado ni protegido, ni se mencionan como relevantes dentro del patrimonio cultural si nos referimos al reducido sitio de análisis. Esta horizontalidad también depende de las intenciones del propietario, y en el caso jesuítico se puede encontrar en las demás estancias de la orden que configuraban en el territorio compartido, un extraordinario y solidario conjunto de contigüidades.

La actividad de la Compañía de Jesús y la del propio Solares a través de su empresa productiva rural definieron y fortalecieron la inercia dinámica del territorio, efecto que perduró en el mismo como permanencia. Esta inercia parece ser estimulada por fines específicos, como la educación.

Son flujos en este periodo la producción rural y artesanal, que desde los fijos se trasladan a otros fijos similares, determinado en esta etapa inicial su significado y valor en el territorio. También son flujos la misión evangelizadora española al modificar significados y símbolos de las poblaciones originales, flujos que son seguidos por luchas políticas, cuyas acciones pasan por los fijos y los transforman: la revolución de Mayo, Liniers y la contrarrevolución, las guerras de la independencia, unitarios y

Page 76: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

70

federales120, usan las rugosidades del sitio como referencia, sin tocarlo físicamente, pero paralizando su proceso de producción.

Una verticalidad inicial es la estructura administrativa virreinal, la segunda la red de producción de los jesuitas (estancias y misiones) en su Provincia del Paraguay. La ausencia de verticalidades desestructura el sistema productivo tras la expulsión de los jesuitas, para ser retomado por Solares, en la época de la formación del estado nacional. La importancia del sitio en estas redes fue mayor en la época jesuítica, quedando parcialmente marginada en lo sucesivo.

El Patrimonio territorial

Poco se sabe de los bienes tangibles e intangibles que poseían los comechingones, pero sí que eran “belicosos”, lo que induce a una valoración de la cultura. Sin embargo el pueblo comechingón es uno de los pueblos aborígenes de mayor riqueza pictográfica de la Argentina, legando grabados y dibujos en el interior de numerosas cuevas y aleros en las sierras. Pictografías y petroglifos abstractos representan un documento singular del encuentro de las dos culturas, la española y la aborigen, desde la cosmovisión comechingona. Los aportes y la significación de su cultura no son nada despreciables dentro del marco histórico de la región y la nación: apropiación del territorio, asentamientos, procesos productivos, lengua y arte. La comparación de estos bienes a través de los escasos objetos que se han recuperado con otras culturas más avanzadas ha relegado sistemáticamente la valoración de la misma.

Por el contrario, los objetos materiales que dejaron los jesuitas en su paso por el territorio cordobés son reconocidos como testimonio de una obra que trasformó el espacio natural, y se entiende que para bien, con las limitaciones propias de su tiempo. Las obras arquitectónicas, artísticas y documentales producidas bajo la órbita jesuítica se mueven en un universo simbólico; y “los símbolos son ante todo, multívocos y polivalentes, es decir múltiples en significados y combinaciones. Cambian según el contexto y ganan matices con el uso. Es precisamente esa plasticidad y no su capacidad de representación directa lo que convierte al símbolo en un elemento medular de la acción y el pensamiento humano”121.

Siendo los objetos polisémicos, el problema jesuítico merece un tratamiento especial no por la importancia de cada objeto en sí, sino por el mensaje que puede transmitir en cuanto a la influencia social política y económica y la trascendencia en el tiempo de la obra de la Compañía.

Los bienes que permanecen en el sitio son predominantemente arquitectónicos y monumentales en relación al espacio y a las demás permanencias: Iglesia, residencia, obraje, tajamar, molinos, paredones. Lo demás, que da cuenta de la producción y de la vida cotidiana, desaparece fragmentando el mensaje patrimonial.

Lo monumental y permanente es valorado por los sucesivos propietarios -quizás desconociendo los propósitos y acciones de la orden suprimida-, al extremo que su condición de hito territorial se mantiene por años, ya sea por el significado de lo construido o porque es poco lo que se puede realizar en épocas de guerras civiles, más allá de leyendas, tradiciones, historias orales de romances o luchas. Pero el mismo Solares tampoco altera los bienes jesuíticos, sino que los recupera, intuyendo en parte su valor productivo a la vez que simbólico, y también la posibilidad de su uso como instrumento de promoción humana.

Solares agrega a este conjunto de bienes algún que otro edificio medianamente significativo, pero aporta considerablemente en cuanto a lo intangible, al cambiar la advocación de la iglesia por la de la Virgen de la Merced, con fiestas religiosas y funciones organizadas desde su condición como Patrono

120 “En tiempo de Rosas, las tropas federales, asaltaron y trataron de quemar la Villa “dejando –como él decía [Solares]–, nada más que los calicantos del monumental edificio, por no haber podido cargar con ellos los invasores”. RIZZUTO, Miguel. “Historia y evocación de Alta Gracia”. Córdoba: Miguel Rizzuto, 1940. 121 SHELDON, Annis. “El museo como espacio de la acción simbólica” en Museum Nº 151, 1986

Page 77: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

71

de la Iglesia, pero fundamentalmente a través de sus acciones: el desarrollo de la educación y la formación de la villa, acciones aun no valoradas en toda su magnitud.

4.4.2.2. El Espacio Social

Las clases sociales que impone la colonia sustituyen totalmente a la de los pueblos originarios. Españoles, criollos, negros e indios eran etnias definidas que a su vez se agrupaban por derechos o ausencia de ellos: el poder económico reunía a españoles y criollos, pero éstos estaban excluidos del poder político, y algo relegados socialmente. Ni negros (de procedencia africana, presumiblemente de Angola) ni aborígenes podían acceder a mantener relaciones con estas clases, relaciones vedadas por la administración y la religión. La esclavitud, como institución productiva y doméstica, fue el pilar básico del desarrollo económico del territorio, ante la desaparición paulatina del aborigen, si bien este último tuvo cierta “protección” por parte de la corona española. Cada clase poseía las prácticas comunes que la historia indica, y más al margen aún se ubicaban mestizos, mulatos y zambos, sin cabida en clase social alguna. Estas clases eran estrictamente respetadas en la capital del territorio, y en el sitio de análisis los españoles o blancos estaban representados por los jesuitas y los propietarios, más sus familias y allegados, como una minoría, familias que mantenían propiedades en la capital y en el campo, celosas de su limpieza de sangre y de la calidad y ascendencia de sus respectivos linajes. Los criollos heredaron esos apellidos y propiedades, así como el interés en mantener la estricta división de clases, al extremo de llegar a oponerse a la formación de un gobierno propio (criollo) ajeno a la corona española, lo que ocasionó enfrentamientos en el seno de muchas familias cordobesas.

Los negros los superaban ampliamente en esta zona rural, sin contar hasta el momento con datos sobre el número de aborígenes que pueden haber entrado en contacto con ellos. En el límite del territorio controlado, es lógico pensar que los resultados del mestizaje fueron más evidentes y menos vigilados. La esclavitud se mantiene hasta más allá de 1813.

Los criollos que no accedieron a propiedades iniciaron la formación de una clase social que trataba de mantener dignamente la posición, aunque sin condiciones para sostenerla: son, tal vez, los pobres de notoria honradez que Solares menciona en su testamento.

Milton Santos reconoce en los pobres el sujeto histórico de la transformación122, como parece haberlo hecho Solares. La pobreza es una situación de carencia, pero también de lucha, donde la toma de conciencia es posible. Desde su punto de vista, la lucha por la sobrevivencia cotidiana requiere la solidaridad, la construcción de redes horizontales, en especial cuando se mezcla sujetos de diversos orígenes.

En este orden social la diferencia entre las clases era más que considerable, y solo algo menor entre españoles y criollos, lo que indica que la condición de clase estaba claramente marcada en el territorio: la propiedad de la tierra, la pertenencia a una raza y a una religión aseguraban una protección legal y administrativa, mientras que las otras clases dependían del trabajo que pudieran ejercer en el territorio, retribuido o no. La posición de clase se determinaba por el nacimiento y por la relación a grupos preestablecidos, en una sociedad dispuesta a rechazar cambios y gente advenediza.

El poder en este periodo está ejercido por los propietarios, que a su vez eran patronos de la Iglesia. La voluntad de propietario se impone casi sin oposición en el campo del juego, ya que las obras y acciones derivadas del poder se entendían como positivas para la sociedad, incluso más allá del bien y el mal si nos referimos a la esclavitud de los negros y el exterminio de los comechingones.

El poder se ejerce con una amenaza relativa, porque está legitimado por las instituciones políticas y la Iglesia, pero además se emplea también la influencia social, la tradición, la pertenencia a una clase social, el conocimiento, el dinero. Los jesuitas y Solares son ejemplo de este modo de ejercer el poder, controlando y modificando el comportamiento de los otros.

122 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219

Page 78: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

72

La competencia por los capitales estaba controlada por el orden social, por lo que los conflictos parecen ser escasos.

En este espacio marginal del territorio colonial el capital social que se traía desde la metrópoli colonial aseguraba el acceso al capital económico, traducido en propiedades y sus producciones. De la misma manera, las órdenes religiosas tenían asegurado cierto capital económico en las nuevas fundaciones, a fin de atraerlas para consolidar el orden social necesario. De esta manera los españoles y las órdenes regulares comenzaron a acumular capital económico, legitimando el capital social.

Puede considerarse que la Orden de la Compañía de Jesús poseía un interesante capital social, derivado de las influencias que podía ejercer sobre los que detentaban cargos políticos o por los cargos que desempeñaban sus miembros, capital social que emplearon para construir un capital económico que les permitiera una tercera opción: construir un capital cultural a partir de la educación. Los jesuitas eran llamados para fundar colegios y universidades, porque el acceso a un grado universitario podía permitir a su vez, la aceptación en otras clases sociales y era un umbral hacia los otros capitales. La educación, sin embargo, estaba reservada a aquellos españoles y criollos que la pudieran costear, si bien los jesuitas insistieron en su accesibilidad general y para ello crearon, en este sitio, las estancias rurales que sustentan el funcionamiento de la universidad de Córdoba.

Aun después de la expulsión, Córdoba fomentó el capital simbólico que significaba ser una ciudad universitaria y centro religioso jerárquico, asiento del obispado. Córdoba de las campanas y Córdoba, la Docta, se repiten en la literatura, las artes y las tradiciones locales.

Este lugar preeminente del capital cultural en relación a la educación lo retoma Solares con su interés por la enseñanza de las primeras letras en la zona rural, si bien él es representante de una clase criolla que debía su condición y posición social al capital económico. En él, como en los otros propietarios, se repite cierto sentido de paternalismo hacia los más débiles, casi como deber de condición y posición de clase, del que Solares es posiblemente, su más acabado ejemplo123.

Las fórmulas binarias de oposición

Las fórmulas binarias pueden empezar a citarse a partir de “los que llegaron para conquistar y quedarse” / “los que ya habían conquistado el territorio”. En este caso, la oposición fue escasa o simplemente inútil ante la magnitud de binario de la fórmula, y marcó las diferencias frente a los otros de ambas partes, siempre como la amenaza de lo diferente y desconocido.

Otra fórmula puede quedan enmarcada en la nueva institucionalidad que trae la colonia: “los que detentan derechos legales y sociales” / “los que no los poseen porque así lo establece el otro”, que trae como consecuencia el exterminio, la esclavitud, la marginalidad y la explotación, así como el derecho casi indiscriminado sobre el territorio.

Los “ricos” (propietarios) / “los pobres” parecen ser un binario constante, que en este caso se personifican en los propietarios “benevolentes” religiosos o laicos, y los trabajadores, esclavos, indios, criollos que aceptan esos patronazgos porque los reconocen como los que ofrecen mayores oportunidades de mejorar en la región.

Sin embargo, no parece que estas formulas afectaran excesivamente al sitio en su etapa de formación, donde es reconocido que ninguna de estas acciones se realizó por un choque de fuerzas, sino gradualmente, lo que no debe tomarse como de menor efecto a largo plazo.

123 José Manuel Solares fue sepultado en 1868 frente al altar de la Iglesia Jesuítica de Alta Gracia. Su epitafio reza lo siguiente: “Las lagrimas del escolino [estudiante], huérfano niño, las de la viuda desamparada y las del pobre desvalido se derraman en esta fría loza al recordar a su benefactor”.

Page 79: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

73

La identidad

La permanencia de objetos concretos, casi sin mutar, legitimados por el valor de antigüedad ha marcado esta etapa, determinando la pertenencia al sitio donde estaba ubicada la obra de los jesuitas, separando a lo demás que no es de ese origen, sobretodo porque los otros reconocían esos objetos como valiosos por alguna razón. Las identidades de familia y de clases parecen subordinarse a esta identidad colectiva signada por la obra jesuítica, incluso porque los propietarios posteriores aportan su trayectoria, sus acciones a estos objetos, en especial Liniers y Solares, usándolos como residencia. La construcción de la identidad en esta etapa margina anteriores preexistencias y selecciona los objetos más prestigiosos como la base natural de referencia, siendo evidente desde el enfoque constructivista la manipulación de los propietarios en este montaje.

La identificación con la obra de Solares no implica el reconocimiento de objetos, sino de acciones, proceso donde la información y la educación son fundamentales. La condición intangible de esta huella hace que dependa del ejercicio de la memoria colectiva, que hasta la fecha ha sido parcialmente efectiva, ya que si bien el nombre de Solares permanece en el espacio, no siempre se identifican concretamente sus obras y acciones.

4.4.3. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

La Estancia fue el núcleo original de la trama urbana de Alta Gracia: una trama cartesiana ideal que ordenó los principales espacios de oración, residencia y trabajo, respondiendo a una tipología claustral en un medio rural. Los jesuitas la ubicaron en una reducida depresion entre una zona alta y otra mas baja, aprovechando el desnivel para construir el tajamar.

Imágen 4: Foto de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, circ. 1920. Fuente: Archivo del MNEJAG

Gráfico 11: La Villa de Alta Gracia. Mensura de 1912

Fuente: RUSTAN, V. José Manuel Solares, el patriarca de Alta Gracia, Córdoba: Dirección de

Historia, Letras y Ciencias, 1981

Page 80: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

74

El paso siguiente fue la construcción de ranchos en la zona más baja siguiendo el camino de acceso que llegaba hasta los pies del atrio de la Iglesia. Posiblemente intentando darle forma urbana a esta distribución imprecisa del espacio disponible, pero aun en manos de los propietarios de la estancia, Manuel Solares propone en su testamento el trazado de una villa y dona un rectángulo ubicado hacia el sureste de la estancia, hacia el bajo, comenzando el proceso urbano del territorio (Gráfico 11).

El testamento también menciona un lote destinado a municipalidad, es decir al uso público. De este texto legal se deduce también otras actividades, como la “casa de abasto”, ubicada en una esquina de la antigua Ranchería y la huerta, hacia el norte. El mismo documento, en definitiva, dispone las actividades del conjunto jesuita: destina la Iglesia a uso parroquial, el obraje al de ejercicios espirituales, la Residencia a vivienda, el terreno del entorno a villa.

El trazado original define el cuadrante inferior derecho del sitio de estudio, y en él se puede observar la adecuación de la cuadrícula española a las condicionantes del terreno. Las calles son trazadas siguiendo la dirección del primer camino, y no en forma paralela a los lados del rectángulo de la donación. La trama se establece también en el testamento: lotes de treinta varas de frente por cuarenta y cinco de fondo.

El vértice entre este rectángulo y los predios de la estancia es ocupado por la plaza, y en el registro gráfico de la Mensura de 1912 aparecen los perfiles de los primeros edificios, más concentrados cerca de la plaza, ubicados en forma alineada. En torno a los edificios coloniales, algunas construcciones de fines del siglo XIX respetan la escala de la Estancia (Imágen 4). Son en general tipologías residenciales e institucionales académicas e historicistas, algunas de gran desarrollo como la Casa Caferatta, y otras más domésticas, como la propia Casa Parroquial. Estas unidades mantienen una alineación respecto a la línea de edificación municipal, generando fachadas continuas que se adaptan a los desniveles topográficos, adoptando patios rodeados por galerías.

Un elemento significativo del tejido se incorpora hacia 1937: la Torre Reloj entre el Tajamar y la Residencia, monumento conmemorativo que adhiere a la corriente de la restauración nacionalista y define un eje vertical hasta entonces ausente, que compite y se equilibra con el conjunto jesuítico.

Se puede concluir que a principios del siglo XX la traza de la Villa [Mercedes] o El Bajo se reducía a la donación de Solares, compuesto por manzanas regulares aunque no de dimensiones constantes, divididas en 4 o 6 lotes, excepto cerca de la plaza donde la subdivisión se deduce como de menores dimensiones. El cauce del rio segmenta la parte sur de la traza, siendo más pronunciadas las barrancas que bordean su cauce hacia esta dirección.

La construcción del FFCC generara otro quiebre en diagonal opuesto al rio, pero no incide en el sector de análisis, si bien la actividad del ferrocarril y las inversiones asociadas son las que posibilitaran las compras de las tierras ubicadas al noroeste de la estancia a los herederos de Solares y darán lugar al trazado de Villa Carlos Pellegrini, o El Alto.

Fragmentos de cuatro a ocho manzanas regulares rodean dos grandes e irregulares unidades urbanas en El Alto: El Sierras Hotel y la Colonia Santa Fe. Entre El Alto y la Estancia las manzanas adquieren una trazado irregular, rodeando el Tajamar y completando los tres cuadrantes restantes del sector de análisis.

Se entiende entonces que hacia mediados del siglo XX la traza del sector estaba definida en torno a dos unidades urbanas singulares –la del Tajamar y la de la Residencia e Iglesia–, y a su alrededor las manzanas eran muy irregulares hacia El Alto y relativamente regulares hacia El Bajo124.

En síntesis, el área de estudio se centra en el punto de inflexión geográfica del territorio, que los jesuitas eligieron para ubicar el casco de la Estancia, centro de control, dominio y poder. Los sucesivos propietarios permitieron asentamientos espontáneos hacia el bajo, luego regularizados mediante el loteo de Solares [conocido como El Bajo, Barrio Sur o Barrio Liniers]. Esta situación organizó el espacio

124 PRAHC- UMSS. Memoria del Informe de Relevamiento del edificio de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia. Trabajo Final del Modulo IV. Maestría Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial V Versión, Convenio CIUF- UMSS / Cooperación Belga. Cbba.-Alta Gracia: UMSS, 2008.

Page 81: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

75

geográfico y social entre los propietarios que vivían en la Estancia por encima de los pobres y trabajadores, que ocuparon el bajo. La primera expansión, dedicada al ocio y la inversión ocupó las tierras del alto [mencionado como El Alto o Villa Carlos Pellegrini], con mejores visuales y más cercana a las sierras, espacio de una clase social también dominante que se relacionaba socialmente con los propietarios de la Estancia y empleaba los servicios de los habitantes del bajo.

Mientras la arquitectura y las costumbres del Bajo revelan una clase social baja y media, con lenguajes neoclásicos austeros, propios de criollos e inmigrantes, y alguna aristocracia cordobesa, el Alto desplegará en mayor medida historicismos académicos y pintoresquismos, inspirados en la Europa que pretendía recrear en sus espacios de ocio la clase terrateniente que la frecuentaba.

Poco queda registrado de quien vivía o dejaba de vivir en el Bajo, pero es frecuente encontrar noticias de quién y cómo se vive en El Alto125. La bibliografía consultada, escrita entre la primera parte del siglo XX, hacen claras referencias a la división social y económica entre el Bajo y el Alto, división marcada por lo geográfico desde los primeros propietarios126.

Las instituciones y comercios comienzan a asentarse entorno al conjunto jesuítico, definiendo un centro comercial. El bajo, cercano al FFCC y a las canteras, posee costumbres mas llanas, pero no por eso menos tradicionales. Sus habitantes son permanentes, nacidos y criados en Alta Gracia y realizan trabajos en los chalets y hoteles del Alto. Rara vez abandonan el sitio, y mantienen relaciones de familia y amistad con los habitantes de las sierras.

El Alto posee propietarios que provienen de otras regiones del país, son visitantes, turistas, permanecen pocos meses al año y establecen con los habitantes locales ciertas relaciones de comercio y servicio, pero no de sociedad o amistad. Dos motivos parecen atraer a los visitantes: el espacio geográfico social como lugar de ocio a la europea y/o el espacio geográfico como alivio a las enfermedades pulmonares de la época, mortales en su mayoría. En consecuencia, así como había hoteles de alta jerarquía, también había hospitales para tuberculosos. El “glamour” en la vida de los primeros intenta esconder la existencia mortal de los segundos, en este tipo de ciudad que Milton Santos intenta identificar como la “ciudad de los notables”.

Muchos de los visitantes y enfermos son famosos o lo serán más tarde. Uno, por ejemplo, es Manuel de Falla que vive, compone y muere en su chalet alquilado en el Alto. Otros, desahuciados o deprimidos, suelen suicidarse, como Belisario Roldan, un poeta y jurisconsulto argentino, pero antes “disfrutan” de días y noches inolvidables en el Sierras Hotel. Son varios los comentarios y leyendas que tejen en relación a estos sucesos, pero que no se divulgan, como las enfermedades127. Algunos mantienen un entorno familiar, como los Guevara Lynch-De la Serna, que además de relacionarse con la sociedad porteña del Alto a la que pertenecen, alquilan villas durante más de doce años tratando que Ernestito, uno de sus hijos, se recupere de su afección asmática. El niño, que vive en el Alto, juega cuando puede con los niños pobres del Bajo, hijos del servicio doméstico de las villas, los chalets y los hoteles. Ernesto Guevara de la Serna vive en Alta Gracia las primeras experiencias que contribuyeron a crear la personalidad y el carácter de quien se proyectó en la historia latinoamericana como "El Che", uno de los escasos nexos sociales entre el Alto y el Bajo a partir de los juegos de infancia.

Entre las familias propietarias de la Estancia y sus relaciones sociales y políticas con las del Alto, Alta Gracia es reconocida como ciudad en el 1900. Intendente y concejales pertenecen a un selecto grupo que posee las propiedades más antiguas, uno de ellos es Telésforo Lozada, familia que ejerce el patronazgo de la estancia.

125 Diario LA VOZ DEL INTERIOR, enero 4 de 1912. “Viajeros a Alta Gracia, el Diputado Nacional Dr. Juan Vernazza y familia, de Buenos Aires para Alta Gracia los señores H. Krausse, C. Carreras, Iriarte, M. Casa, de la Capital Federal el Sr. Bunge y familia” 126 Ver Anexo 7 127 “Esta gruta [la de la Virgen de Lourdes] fue mandada a construir por la Sra. Delfina Bunge de Gálvez (…). Su construcción de acuerdo a informaciones de buen origen se debe al cumplimiento de una promesa que la Sra. de Gálvez hiciera a la Virgen de Lourdes en su santuario homónimo, en visita que efectuara a Francia pidiéndole por la curación de su hija gravemente enferma, por lo que debió trasladarse a la Villa de Alta Gracia por prescripción médica.”. FERREYRA BARCIA, Oscar. “Volviendo al pasado. Alta Gracia por los caminos del recuerdo desde 1916 hasta 1931”. Manuscrito. Alta Gracia: s/d, 1989. Pág. 31

Page 82: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

76

4.4.3.1. El Espacio Geográfico

Comenzando por las rugosidades como formas que permanecen del pasado, los trazados, la trama y el tejido de los dos principales barrios históricos se señalan como los de mayor relevancia: El Alto y el Bajo, y al medio la estancia, las instituciones y el comercio. Esto implica un cambio en el modo de producción de lo rural a lo urbano. Lo rural no desaparece, pero será paulatinamente marginado del espacio de dominio, y no será ya la razón de ser del sistema.

El primer trazado más regular y el segundo siguiendo tendencias inglesas de ciudad jardín, tocan en un extremo al sitio de la Estancia y se apropian del territorio, adaptándolo a sus fines, según loteos y tipologías arquitectónicas representativas. No hay sustitución ni superposición en estas rugosidades, porque barrio y villa buscan orientaciones espaciales diferentes en el territorio. El espacio natural es el paisaje requerido como entorno para el Alto, con lotes algo más amplios y edificios aislados, mientras que en el Bajo forma parte aun de la producción, si bien las viviendas ocupan lotes estrechos, con edificaciones contiguas.

Si se indaga en las acciones, hay varias que conviven y se entrecruzan en el espacio: el ferrocarril tiene intereses en la producción del Bajo y trae a los turistas que se alojan en el Alto, porque además tiene intereses financieros en loteos y en el propio Sierras Hotel. Esta huella define modos de vida y modos de trabajo y producción que perdurarán como constante por casi cincuenta años en el territorio.

Fijos son los trazados urbanos y el FFCC es el que aporta, con obras propias de transporte, empresas e inversiones para instalar esos fijos en el lugar, como objetos y acciones destinados a perdurar [viviendas, hoteles, parques, etc.], que modifican definitivamente el espacio rural al mutarlo en urbano, Su objetivo final el ocio, el descanso, el progreso, acompañando al modelo agro exportador promovido por el Estado Nación. Fijos no reconocidos son los hospitales para tuberculosos y las viviendas adaptadas a las necesidades de estos enfermos. Fijo es también la conformación del estado local, aunque su constitución social dependa en gran medida de los flujos.

En cuanto a las horizontalidades, hay una ruptura entre lo urbano y lo rural, porque las formas ya no son similares ni comparten objetos y acciones cotidianas. Las contigüidades pueden ser indagadas hacia las otras villas serranas, separadas entre sí por 20 km o más, que se complementaban en el incipiente turismo de sierra y sol. Hasta cabria pensar en horizontalidades utópicas, como las que se difundían como promoción del sitio, semejándolo a los paisajes europeos. Son las autoridades políticas y las inversiones del ferrocarril las que alientan y planifican estas horizontalidades.

Las inercias que se generan en esta etapa devienen de las inversiones del sistema ferroviario, que adquiere formas concretas en estaciones, trasportes, canteras, hoteles, casinos, viviendas, etc. La inercia precedente, rural, queda parcialmente marginada por lo urbano. La dinámica de lo urbano tiene su razón de ser en las acciones y los flujos que el ferrocarril imprime al territorio.

En este caso la inercia parece estimulada por los ideales propios del siglo XIX: la fe en el progreso del hombre gracias a la maquina, lo que trajo aparejado otros modos de producir y otras divisiones del trabajo.

Son flujos la producción asociada al ferrocarril, el transporte de la producción y el turismo y los turistas, que utilizaron fijos significativos que modificaron definitivamente el territorio (las vías férreas, las canteras, las viviendas, los hoteles). Otros flujos se conectan con las acciones, como las del estado municipal y los servicios públicos, acciones destinadas a poner en valor el territorio como destino turístico, flujos que se entrecruzan con las relaciones e influencias políticas y sociales que ligan a Buenos Aires con Córdoba y Alta Gracia, así como la llegada de los inmigrantes.

Una de las verticalidades deriva de la nueva estructura del Estado Nación y la otra del ferrocarril que crea redes de producción y redes de transporte de personas y bienes, incluso de visitantes cercanos y lejanos.

Page 83: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

77

El Patrimonio territorial

Los bienes culturales de esta época definen el espacio social y geográfico. Desde el trazado de los barrios, pasando por la arquitectura hasta su mobiliario, lo tangible fue el marco de los modos de vida y producción en los cuales la sociedad del Alto y del Bajo gustaba practicar sus ritos.

El Sierras Hotel, su casino y parque, la estación del FFCC y las viviendas de chapa de la casa Avellaneda, las vías del FFCC, sus puentes y la cantera, las viviendas y villas a la italiana del Bajo, los chalets pintoresquistas del Alto, las villas españolas e inglesas del Alto, los comercios Art Deco del centro, el edificio de la Municipalidad y la Comisaria de la provincia, los hospitales, el teatro, son solo algunos de los objetos que aportan a la calidad del espacio geográfico y social.

A estos bienes se han dedicado frecuentes análisis, pero son escasos los relatos de las acciones que en ellos trascurrían. Son citados frecuentemente desde la memoria popular los carnavales, los corsos, las patronales, la fiesta de San Juan, que convocaban a toda la comunidad. Los deportes como el futbol eran recreados en el Bajo, mientras que en el Alto la diversión dependía de la organización de actividades del Sierras Hotel: hipódromo, cine, tenis, caza del zorro, tertulias, bailes, tardes de té y de cabalgatas. Por las personalidades, profesionales y artistas que veraneaban en la Villa, de esta época datas obras literarias que reflejan la vida y el paisaje de Alta Gracia. Una vez más y en especial en el arte y la arquitectura del siglo XIX, los signos poseen múltiples significados y combinaciones, asociando valores de culturas pasadas, cuyo código fue propio de la época. La valoración de estos bienes y estas acciones se dificulta por la pérdida de estos códigos sociales específicos que, aunque particular en Alta Gracia, también alcanzo una hegemonía internacional.

Los objetos y las acciones se deben a la voluntad de sus propietarios, en la medida de sus posibilidades, ricos, pobres, instituciones, comerciantes, trabajadores, artesanos, políticos, expresando su participación en la imagen del espacio público y privado.

4.4.3.2. El Espacio Social

Las clases sociales se modifican con la independencia política, la Constitución Nacional y la formación del Estado Nación, aunque los cambios no son significativos en cuanto a las posiciones y condiciones de clases. Anuladas la esclavitud y la nobleza, la clase alta queda conformada por los terratenientes, mientras profesionales, militares, comerciales le siguen en jerarquía de acuerdo a su poder de adquisición. A los obreros y campesinos criollos se les suman los inmigrantes, en el campo o la ciudad, constituyendo la clase baja. Clase alta y clase baja se definen por características homogéneas, en especial el acceso a las tierras, las relaciones de parentesco, la cercanía al poder político, que es directamente proporcional a la posición de cada clase.

La inmigración fue recibida como la mano de obra para la producción de la nación, y llegaron desde diversas procedencias para poblar el territorio, aunque muchos se quedaron en las ciudades. Se adaptan a los más diversos trabajos y condiciones de producción.

La movilidad entre las clases fue lenta, pero factible gracias a la educación superior o a una fortuna deparada por la explotación agro-ganadera.

En el sitio de estudio la clase alta estaba constituida por los herederos de Solares, los Lozada y sus familiares, más los demás terratenientes de la zona, todos cordobeses con relaciones familiares o políticas con Buenos Aires, políticas en las que participaban activamente. Los comerciantes fueron criollos y luego inmigrantes, inmigrantes que también trabajaron en el ferrocarril, en canteras e industrias, y en especial en la construcción. La influencia de la Universidad Nacional, continuidad de la jesuita, determinó características específicas para la sociedad cordobesa –donde la Iglesia no perdió el poder ni la influencia–, cuya ascendiente se extendía no sólo en el territorio cercano, sino sobre el resto del territorio nacional. Profesión y buena familia, mas relaciones políticas adecuadas eran frecuentemente encontradas en el Alto, espacio que poseía las adecuadas condiciones para esta clase.

Page 84: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

78

Por el contrario el Bajo era el escenario para la clase pobre, criollos e inmigrantes. Siguiendo a Santos, la convivencia con la necesidad y con el otro llevaría a la elaboración de una política de “los de abajo”128. Esta situación es vivida por el inmigrante recién llegado, que se ve obligado a crear nuevas relaciones con su medio, donde su propia memoria no le sirve como elemento de acción. Lo cotidiano de cada uno se enriquece por la experiencia propia y por la del vecino, ya que, según el mismo autor, dado que “los de abajo” carecen de medios para participar en la cultura de elite, la cultura de los pobres se basa en su territorio y en su trabajo.

Canclini menciona que “las migraciones del siglo XIX y la primera mitad del XX eran casi siempre definitivas y desconectaban a los que se iban de los que se quedaban (…)”. Sin embargo, cabe diferenciar entre la clase alta a la “clase turista”, personas con alto poder adquisitivo que pretenden conocer experiencias diferentes, con la mayor comodidad posible, utilizando los medios de moda, que pueden ser considerados migrantes especiales que no cortan lazos con su lugar de origen. Los turistas “aumentan” la sensación de migración-inmigración, comenzando a inestabilizar las clases y el campo social.

La diferencia de clases continúa siendo considerable y marcada por el acceso a los capitales sociales y económicos, aunque algo más permeable gracias a la educación.

El poder de imponerse en este período está ejercido por los propietarios del sistema jesuítico y los nuevos propietarios de las tierras del “Alto”, que imponen su voluntad en cuanto a los usos y formas del tejido urbano. El poder ya no es sólo social, sino también político, manteniendo la Iglesia Católica un poder asociado a la tradición cordobesa.

La voluntad política y social-económica se impone sin oposición hacia las obras concretas, pero el conflicto que se plantea el social, nunca expresado públicamente. Este conflicto (pobres/ricos, bajo/alto, barrio/villa), es un proceso de larga duración que se evidencia en situaciones de análisis por sujetos foráneos, difícilmente expresada abiertamente por los locales.

La creación del estado municipal y la sede de la jefatura política dan un marco legal a las acciones sociales, que no requiere ya el uso de la fuerza o la persuasión para ejercer su voluntad. Asimismo la competencia por los capitales en juego continuaba controlada por el orden impuesto por el poder social, y de existir los conflictos mencionados, eran solapados por dicho poder.

Finalmente el turismo y sus inversiones habrían aumentado la “sensación” de movilidad de clases y producciones en el territorio de Alta Gracia, movilidades no compartidas entre los locales y los visitantes, quienes si coinciden en circuitos a través de la ciudad, espacios donde se marcan o se diluyen límites: un territorio en disputa y un espacio social en disputa.

Los capitales son fundamentales en la compresión del espacio del siglo XIX. El capital económico –tierras, ganado, cultivos–, va de la mano con el capital social, en directa relación con las redes políticas. La clase social alta retiene el mayor capital social, que puede legitimarse mediante el poder político y por las influencias que ejerce sobre las demás clases.

En Alta Gracia, propietarios e inversores representan al capital económico, que dependía del capital social para poder desarrollarse, tanto como mano de obra o como simple usuario. Casi nunca el capital económico revertía sus excedentes hacia el capital social, como en la etapa anterior. Aunque el paternalismo y el patronazgo sobrevivan en espacios reducidos como Alta Gracia, no constituyen un modelo común.

El capital cultural es significativo en cuanto a la educación superior, pero “la cultura” no establecía relaciones con el territorio propio, sino con aquel que seguía como modelo de desarrollo. Aun así el capital simbólico plantea relaciones con esta cultura universal y homogeneizante del siglo XIX, y a ese capital cultural y simbólico se le debe la imagen de los espacios geográficos.

128 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219

Page 85: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

79

Las formulas binarias de oposición

Las formulas binarias se intensifican en esta época, comenzando por “El Bajo” / “El Alto”, diferenciando posiciones económicas, sociales y geográficas, que reflejan en pequeña escala idéntica situción a nivel provincial y nacional. En particular, el sistema jesuita, por la ubicación de su conjunto entre el bajo y el alto marcó en el territorio los primeros trazos de estos límites, a veces virtuales y otras veces materiales. Y más tarde el sistema del ferrocarril, al extenderse sobre el trazado urbano, reforzó con sus empresas esta específica identidad de la ciudad.

Es sensible la descripción de el Alto y el Bajo como “la villa” / “el barrio”: la villa es europea, refinada, culta, elegante, mientras el barrio es pobre, feo, folklórico, pero interesante, casi exótico.

Esto enfrenta tambien a sus habitantes los “nacidos y criados” / “los que llegaron y eligieron quedarse”, los primeros que observaban como año tras año los visitantes se renovaban, los segundos decidiendo sobre el destino del territorio. La situación generaba la resistencia de los habitantes locales frente a los extraños, resistencia frente a cambios o ideas nuevas. Se suma la fórmula que es una constante en cada período, “los ricos” / “los pobres”, ya ubicados geográfica y socialmente en el espacio. En esta época posiblemente, los ricos son más ricos y los pobre son más pobres, distanciando más la condición de clases. Los pobres, nativos del territorio o inmigrantes, habitantes del Bajo se agrupan como clase frente a los ricos, los de afuera, los del Alto. Puede suceder que algunos de esos de afuera, por las condiciones del espacio, decida elegir el lugar para residir y se quede en forma permanente. Con el tiempo puede lograr insertarse como residente, pero seguirá siendo del Alto. Otra de las posibilidades es la elección de sitio por necesidad, por enfermedad. La existencia de tres hospitales especiales demuestra la presencia de enfermos, que no es registrada por la historia social local, porque destruiría el destino turístico. Mientras las familias se divierten con las múltiples actividades del Sierras Hotel, los enfermos se recuperan en las viviendas o en los hospitales. Los resultados de la recuperación no siempre son los esperados, por eso el binario “la vida y la diversión/ la enfermedad y la muerte”, forma parte de los tras-escenarios no reconocidos por la sociedad local129.

En este perido las formulas binarias de oposición son efectivas para comprender al sitio en su etapa de mayor apogeo, registrándose los naturales choques de clases y de capitales.

La identidad

Si bien el sistema jesuítico es el más conocido, la ciudad le debe al sistema del ferrocarril un aporte importante a su identidad, a su historia social, política y económica y esencialmente a su identidad.

Porque sumadas a las singulares condiciones del paisaje y el clima, el ferrocarril decidió el destino turístico de la villa con inversiones inmobiliarias significativas, generando empresas muchas veces excepcionales que definieron la segunda etapa de su historia, como la actuación de la Compañía de Tierras y Hoteles. Sin embargo, el reconocimiento se dificulta porque objetos y acciones no provienen, en su mayoría, de este territorio sino de otros, fracasando el proceso de búsqueda de lo diferente para aunar individualidades, ya que el discurso es universal.

La memoria se concentra en el casco de la estancia jesuítica, determinando el origen del asentamiento. Como villa turistica, la estancia es un símbolo del pasado que otros destinos no poseen, aunque solo fuese accesible por aquellos que compartieran con los propietarios lazos familiares, políticos o culturales.

Propio de la época es cierta mirada romántica al pasado, como por ejemplo entender que el antiguo Obraje jesuítico servía “para que allí pasaran sus días la juventud laboriosa (indios y esclavos)

129 “Fue en aquel tiempo cuando apareció aquel famoso libro “Alta Gracia” donde el Señor Peyret pintaba nuestra villa como un detestable foco infeccioso, hasta el extremo de pintar en su novela a un personaje tísico que en un bar del pueblo escupía sangre en la taza de café. Esto produjo la indignación entre el vecindario que en una enérgica reacción obligo al Señor Peyret a alejarse de la villa para radicarse en La Calera, donde falleció poco tiempo después”. FERREYRA BARCIA, Oscar. “Volviendo al pasado. Alta Gracia por los caminos del recuerdo desde 1916 hasta 1931”. Manuscrito. Alta Gracia: s/d, 1989. Pag.24

Page 86: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

80

dedicada a diferentes oficios y ejercitándose en todas las ramas de la agricultura, para transformarse en hombres útiles”130, visión idílica totalmente alejada de la realidad histórica, que creará una memoria malversada de objetos y acciones. La construcción de la identidad, entonces, dependerá de un relato estático y dominante del pasado ofrecido a los que llegaban, necesitados de continuar articulando sus propios relatos con el nuevo territorio.

Si bien las permanencias son significativas en el territorio, las mutaciones que se registran son importantes, por pérdida total o parcial de los objetos, por ausencia del registro de las acciones o por su negación.

4.4.4. La Ciudad y la industrialización de la región (a partir de 1940).

En mayo de 1940 el municipio de Alta Gracia solicita ser elevado a la categoría de ciudad, porque además de la cantidad de habitantes requeridos, posee cinco escuelas, estación de FFCC, sucursal del Banco de la Provincia y es la sede del Jefe Político del Departamento Santa María.

Ya siendo ciudad, y tras entrar en vigencia la ley de creación de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos de 1940, la atención nacional inicia la identificación del prestigioso pasado artístico y arquitectónico colonial de la Nación. Por su representatividad, la declaratoria de Monumento Histórico Nacional recae en la Manzana Jesuítica de Córdoba y en las Estancias de Santa Catalina, Jesús María, La Candelaria y Alta Gracia, en el caso del legado jesuítico de Córdoba. El decreto respectivo menciona al sitio de Alta Gracia como “reducción”131, equivocando el uso original del sistema y extendiendo su protección a “la Iglesia y sacristía, la casa vivienda, el Obraje, el mirador o miramar, el tajamar y las ruinas de lo que fueron el viejo molino y batanes”132.

Es factible pensar por una parte, que no se indagara sobre el real significado y la magnitud del sistema productivo, ya que por otra parte, los jesuitas eran aún parte de un pasado sólo reconocido como historia y como arte, más no como producción.

Entre 1940 y 1950 Alta Gracia inició la tercera etapa de su historia y se incorporó al proceso de industrialización que vivió el país. Es interesante recordar la organización de empresas locales ligadas a la minería, al ferrocarril, a lo textil y a la producción de bebidas en la ciudad, que aseguraron cierto desarrollo sustentable. Más tarde, esto se modificó ante el desarrollo de la industria metalmecánica en Córdoba capital, en especial de la industria automotriz KAISER radicada a pocos kilómetros de Alta Gracia, de la cual pasó a depender la subsistencia local. No se cuenta en esta etapa con bibliografía actualizada sobre la historia de Alta Gracia133.

En el área de estudio la ocupación de los lotes se densificó sobre las arterias viales principales (España y Belgrano), y más tarde, hacia 1960, se extendió en todo el sector tanto la tendencia hacia la densificación (FOS: 60%) como una subdivisión de lotes y/o unidades tipológicas. Esta situación se acentuó a fines del siglo pasado, alcanzando un FOS del 80 al 90%, que no superó en altura los dos niveles ni modificó el trazado original.

Aunque los ejemplos de la vanguardia moderna en el sector de análisis son escasos, existen ejemplos significativos de la línea del racionalismo y del organicismo, que adoptan la tipología compacta, al igual que sus contemporáneas de la vertiente de la tradición, viviendas resueltas en lenguajes neocoloniales o californiano. La tipología compacta y los jardines frontales rompen con la continuidad de las líneas de fachada, pero mantienen escala y proporciones morfológicas. El lenguaje y la morfología neocolonial 130 RIZZUTO, Miguel. “Historia y evocación de Alta Gracia”. Córdoba: Miguel Rizzuto, 1940. 131 Una reducción en la acción por parte de una orden religiosa de reunir (reducir) por convencimiento a un grupo de aborígenes para asentarlos en un pueblo o misión, en un esfuerzo por enseñarles los rudimentos de la vida civil y religiosa. Implica un trazado urbano que nunca fue contemplado por los jesuitas para las estancias de Córdoba. 132 Decreto Nº 4724/54 (26/03/54) Poder Ejecutivo Nacional. Archivo del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia 133 La bibliografía desarrolla hasta la etapa de Solares y la villa como destino turístico de jerarquía, limitándose en otros casos a una listado de los Intendentes y sus obras o de relatos sueltos sobre personales y eventos.

Page 87: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

81

A Bº NORTE

DARZ. CASTELLANOS

M. S

OLA

RES

INTE

ND

EN

TE M

AR

TIN

EZ

R. L

OZA

DA

Bº SUR

C

3 DE FEBRERO

SAN

MAR

TIN

MARGARITA FUNES

PAR

AVA

CH

ASC

A

BUTELER

GR

AL.

E. M

OS

CO

NI

Av.

LEA

ND

RO

N. A

LEN

F . A

LCO

RTA

CARUSO

NIETO

GIORELLO

Av. DEL TAJAMAR

CAL

LE D

EL M

OLI

NO

ESPAÑA

Av. BELGRANO

AGUSTIN AGUIRRE

L.V

. CÓ

RD

OBA

CHILE

BRASIL

OLM

OS

BPELLEGRINI

Av.

FR

AN

CH

I NI

Av. SARMIENTO

aseq

uiaLEPRIPADRE GRENON PADRE GRENON

PTE. IL

IA

N

ÁREA DE PROTECCIÓN DE PRIMER ÓRDENUBICACIÓN DE BIENES CULTURALES Y NATURALES IDENTIFICADOS

BIENES DEL PERÍODO COLONIAL JESUÍTICOVESTIGIOS DE RUINAS JESUÍTICASBIENES CULTURALES Y NATURALES IDENTIFICADOS

123124 125

126 127

108109

100 101

84

69

57

58

68

85

67

5960

6166

62

6564

63

86

99

110

Bº C

. PEL

LEG

RIN

I

Bº POULUYAN

B. R

OLD

ÁN

ACEQUIA JESUÍTICA

son inducidas desde el Código de Edificación (Ordenanza N° 1294/82) como la imagen más coherente e identificatoria de la forma urbana local134, una práctica común en el planeamiento argentino de mediados del siglo XX, que se reitera en los planes ordenadores de las ciudades de Salta, Tucumán y Rosario. Si bien se preocupa por la imágen, el Código de Edificación no toma en cuenta la forma urbana preexistente, sino que la considera sujeta a renovación, o a modificación y/o introducción de nueva arquitectura, como queda evidenciado en la construcción de una torre de propiedad horizontal frente al Tajamar en la década del 70. El nuevo Plan 2006-7 está concluido en su elaboración, pero no sancionado135.

La decadencia de la actividad turística produjo impactos negativos en el sector. La arquitectura comercial sufrió modificaciones de baja calidad de diseño, pero fue la introducción puntual de la propiedad horizontal sobre El Tajamar lo que produjo la ruptura más significativa del orden morfológico preexistente.

En la actualidad, convive la morfología del tipo estancia jesuítica con todas las mencionadas, que responden a diversos usos urbanos. El inicio de la peatonalización en el año 2005 proporciona visuales directas al conjunto jesuítico, pero aún no es posible interpretar el sistema jesuítico original fragmentado por el trazado urbano (Imagen 5).

Los usos del siglo XIX serán mantenidos y en este sector se reforzará el carácter institucional con el establecimiento del municipio y escuelas, sumado al comercial a lo largo de las calles España y Belgrano. En la actualidad el uso educativo e institucional es predominante, acompañado por el comercial y el residencial. Tienen su sede la Municipalidad y sus diversas dependencias, algunas clínicas y sanatorios, más las sucursales locales de bancos nacionales y provinciales. Comercios particulares y hoteles completan los usos del sector hacia el año 2000. Los usos predominantes no afectaron la significación del sitio hasta fines del siglo XX. La diversificación indiscriminada del uso comercial provocó luego rupturas en las tipologías dominantes, saturó el uso del espacio público o forzó otros usos no compatibles, como una estación de servicios.

La Residencia Jesuítica, propiedad de la familia Lozada y sus descendientes, será expropiada por la Nación en 1968, por voluntad de una de sus herederas, Noemí Lozada de Solla, quien será nombrada 134 Municipalidad de Alta Gracia, O. Nº 1294 Código de Urbanismo y Edificación. 135 PRAHC- UMSS. Memoria del Informe de Relevamiento del edificio de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia. Trabajo Final del Modulo IV. Maestría Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial V Versión, Convenio CIUF- UMSS / Cooperación Belga. Cbba.-Alta Gracia: UMSS, 2008.

Imagen 5: Foto Aérea del Área central de la ciudad de Alta Gracia, 1999.

Fuente: Archivo S.OO PP. Municipalidad de Alta Gracia, 1999.

Gráfico 12: Alta Gracia, Área de Protección de Primer Orden, 2000

Fuente: S.OO PP. Municipalidad de Alta Gracia, 1999.

Page 88: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

82

custodia del monumento y primera directora del Museo Nacional organizado en el edificio, que abre sus salas al público entre 1971 y 1977136.

Además del Museo Jesuítico, Alta Gracia cuenta con otros Museos como la Casa-Museo Manuel de Falla, en el Alto, que testimonia los últimos años en el exilio del destacado compositor español. Inaugurado en 1970 en el Chalet “Los Espinillos”, este museo se dedica a la vida del compositor, y fue expropiada mediante Ley Provincial 4467/54. El museo organiza el “Mes de España”, y otros eventos anuales como el Concurso Provincial Literario Falla y el Concurso Provincial de Pintura Falla. Asimismo, el Museo Manuel de Falla mantiene relacionales institucionales con la Fundación Falla de Granada, España.

En la casa de la familia Caferatta sobre la Plaza Solares, –bien declarado Monumento Histórico Municipal por Ordenanza Nº 2530/92–, se encuentra el Museo de la Ciudad “Dr. Juan F. Cafferatta” creado por O. 1349/83. Tiene el objetivo de atesorar la historia, la tradición y la obra del hombre de la ciudad de Alta Gracia y sus precursores. En este caso la villa urbana neomanierista que fuera vivienda del Dr. Juan Félix Cafferata –destacado político de principios del siglo XX–, fue expropiada por O. 1648 en el año 1985 para preservar el edificio, y destinada más tarde a sede del mencionado Museo por O. 2216//90.

En 1996 se inicio en Alta Gracia el proceso de solicitud de inclusión del conjunto de las Estancias Jesuíticas en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, declaración que se alcanza en diciembre del año 2000 como un Sitio Cultural formado por una Serie de Conjuntos: la Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba (Gráfico 11). Este reconocimiento, si bien obliga a retomar el discernimiento de los que significo la complejidad y diversidad del legado jesuita, parte de la clase social alta, una “elite cultural” que promociona las gestiones nacionales e internacionales, dejando de la lado el debate local: el conocimiento acerca de los valores del patrimonio cultural y de los derechos y obligaciones que se posee respecto a él.

La oferta cultural-museística de la ciudad se completa con la apertura en el año 2001 del Museo del “Che” Guevara instalado en una de las viviendas ocupadas por su familia en sus numerosas residencias temporarias en la localidad. En las salas de la “Villa Nydia” ubicada sobre calle Avellaneda Nº 501 –expropiada por el Municipio y ubicada en El Alto”–, se muestran las vivencias de la infancia de Ernesto Guevara de la Serna en este lugar, si bien, a partir del 2004, su figura como ícono de la lucha por ideales compartidos o no, debió ser incorporada al guión museográfico.

Las acciones y objetos mencionados forman parte de un lento y conflictivo proceso de recuperación del patrimonio cultural local, en función de promocionar un destino turístico de perfil cultural para la ciudad, como parte de una gestión municipal de desarrollo sustentable, que con diversos resultados, se iniciara en 1999. El tiempo de adecuación propuesto para promover la conciencia social sobre el valor y la función de los bienes culturales, y la necesidad de ajustarse a las normas para su conservación no fue debidamente comprendido por la gestión política entre los años 2000-2003, situación que se detecta como primera debilidad del proyecto legal, causando cierto atraso para el avance de las reglamentaciones, desarrollo de catálogos e inventarios y de la continuidad de la elaboración de las ordenanzas correspondientes al área de amortiguamiento y otras áreas especiales, así como la pérdida o el deterioro de los bienes protegidos.

Pero el inicio de restauraciones y rehabilitaciones de Bienes Culturales de dominio privado tiene siempre efectos multiplicadores. Este tipo de intervenciones así como la recuperación de algunos edificios emblemáticos para la historia de la ciudad –Casa del Che, 2001, la Estación del FFCC, 2004, y el proyecto de Puesta en valor del Molino Jesuítico, 2003-2004, Reloj Publico, 2005, Casa Caferatta y Escuela Solares, 2006–, por parte del municipio, junto a la creación del Nodo de Gestión del Patrimonio Cultural de Alta Gracia en el 2004, se cuentan como los logros positivos del proyecto. Otros aspectos aún no resueltos es el trabajo en conjunto de agentes municipales de distintas áreas, y/o en colaboración con las demás instituciones. 136 La Residencia queda como propiedad del Gobierno Nacional, desde su Expropiación en 1968. La Iglesia y el Obraje permanece bajo el dominio del Arzobispado de Córdoba, desde 1868. El Tajamar, también propiedad del Gobierno Nacional, posee un convenio de uso a favor del Municipio desde 1973.

Page 89: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

83

Imagen 5: Foto satelital, Área central de la ciudad de Alta Gracia, 2008, Fuente: Google Earth

Gráfico 12: Proyecto unificación espacial, 2008 Fuente: Pagina oficial Municipalidad de Alta Gracia.

Similar situación se presenta con los comerciantes y propietarios de Bienes Culturales identificados y los profesionales que actúan en dichos edificios sin el compromiso que implica intervenir con criterios apropiados la memoria construida de una sociedad. Además, la vía de la excepción es frecuentemente utilizada para aprobar proyectos que no se ajustan a la norma, que solo se logrará corregir con una aplicación continua e imparcial de lo que establecen las ordenanzas.

En el tiempo de redacción de esta tesis, la Municipalidad, con apoyo y fondos de la Provincia de Córdoba y en el marco del las Obras del Bicentenario 1810-2010, ha iniciado el Proyecto de Unificación Espacial y Puesta en valor del Conjunto Jesuítico de Alta Gracia, el que tras varias contradicciones en su gestión y desarrollo, fue presentado en diciembre de 2008137, aunque las obras se anunciaban desde junio del mismo año. El desconocimiento del proyecto provocó reacciones adversas en vecinos, comerciantes y medios de comunicación locales, quienes comenzaron a presentar sus reparos a la intervención desde octubre del 2008138. Finalmente, el proyecto fue justificado en estos términos por el gobierno local (Imagen 5 - Gráfico 12):

La unificación del solado que cubrirá calles y veredas, cartelería, colores de fachadas, nueva iluminación y equipamiento urbano, y espacios accesibles mediante rampas y pisos táctiles y cartelería en sistema Braile, nos permitirá a todos los que vivimos en Alta Gracia y a los numerosos visitantes que vienen todos los días, disfrutar del patrimonio cultural, arquitectónico y natural que tenemos emplazado en el casco histórico.” (…). “Es importante destacar, tomando como referencia a numerosas ciudades turístico-patrimoniales del mundo, cómo la puesta en valor de sus bienes favorece notablemente el incremento de la actividad comercial y el surgimiento de nuevos emprendimientos que promuevan principalmente el desarrollo sostenible de la región.

Por ello invitamos a compartir la magnífica realización que los Jesuitas nos dejaron para que nosotros, los herederos hoy, trabajemos juntos para seguir cuidándola, revalorizándola, y mostrándola al mundo como un Patrimonio insustituible de nuestro pueblo. Su aporte nos interesa en pos de construir todos juntos una mejor ciudad que apueste a crecer y desarrollo.

137 Municipalidad de Alta Gracia. Página Oficial: En Línea [http://www.altagracia.gov.ar/plaza/index.asp]. En Anexo 8, información impresa 138 Ver Anexo 9. Portadas del Semanario NUEVO SUMARIO, 2008-9; y Notas en Línea del Diario Nuevo Sumario: Viernes, 07 de noviembre de 2008: [http://www.sumarioenred.com.ar/ver_noticia.asp?id=724[; y Lunes, 24 de noviembre de 2008 [http://www.sumarioenred.com.ar/ver_noticia.asp?id=741]

Page 90: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

84

En éste y en otros proyectos y actividades que el poder político promueve, siempre queda en tela de juicio que se entiende por heredar, cuidar, revalorizar e interpretar el patrimonio cultural. Entre los tiempos que indican la teoría y la práctica de la conservación del patrimonio y los tiempos políticos, suele haber severas diferencias que juegan en contra de los bienes, si bien se argumenta que algo a favor siempre se rescata. En este proceso, los bienes culturales pierden autenticidad, limando las rugosidades del territorio que se pretende usar como recurso para el desarrollo.

El proyecto es puesto a consideración de los vecinos por noventa días (en conferencia de prensa, internet, en paneles y en folletos), quienes mediante “debida fundamentación” -las que no se encuentran en el proyecto presentado para un espacio de la significación que este supone-, pueden proponer las modificaciones que consideren necesarias.

La presentación mencionada fue prácticamente obligada por la presión social, aunque se dá por sentado que ésta es la obra que el Municipio pretende dejar para celebrar el Bicentenario, “algo que nos identificara fuertemente con la ciudad y lo que mejor nos identifica es el patrimonio cultural que tenemos, el mundo nos eligió como Patrimonio de la Humanidad, elegimos esto porque nos es común a todos”139

Más allá de las definiciones del diseño urbano, el proyecto tiende a repetir el error de planificar sin considerar el entorno urbano existente y proponer actores y acciones –como en el caso de la rehabilitación del Sierras Hotel-, que lejos de acercar clases y capitales, los alejan reeditando viejos escenarios de poder y conflicto.

4.4.4.1. El Espacio Geográfico

Para esta etapa, las rugosidades del territorio que originalmente ocupaba la Estancia de Alta Gracia ya constituyen un singular testimonio que documenta el proceso de colonización iberoamericano, desde la merced, la incipiente producción rural, el apogeo agrícola ganadero de la mano de los jesuitas, un período intermedio como Hacienda del Rey, destino de actores destacados del proceso de emancipación del virreinato a la república, su función de núcleo generador de la villa urbana, la llegada del ferrocarril y sus inversiones y la inmigración, más tarde asentamiento turístico jerarquizado. Aún la incipiente ciudad industrial giró en torno al pasado productivo de la estancia.

Las rugosidades del sector de análisis como los trazados, la trama y el tejido de los dos principales barrios históricos y del centro se consolidan, pero pierden elementos del paisaje y de la sociedad, es decir que las rugosidades mutan y se destruyen permanencias.

Lo rural se aleja de lo urbano y la ciudad se convierte en centro de servicios: una ciudad local, afirmando el nuevo modo de producción. Este nuevo modo es paralelo al inicio de la decadencia de las acciones principales del periodo (el ferrocarril y el turismo), lo que supone que los objetos que se suman a las rugosidades existentes no presentan la calidad de los anteriores.

Las acciones se transforman en estáticas, utilizando las rugosidades pero al parece, sin llegar a comprender su significado, ni adaptarse adecuadamente a nuevas dinámicas, como, por ejemplo, el turismo de masas o un turismo cultural o religioso de alto nivel.

Fijos son los elementos que se agregan al tejido urbano, viviendas, comercios, instituciones que pueden mantener un equilibrio con el espacio o modificarlos totalmente, como las propiedades horizontales. Estos fijos no obedecen a un objetivo común en el diseño del espacio geográfico y social, objetivo que tampoco es claro a nivel provincial y nacional. El nuevo estatus de ciudad comienza a construir cierta rugosidad inestable, asociada al poder político y social.

Las horizontalidades se establecen mediante contigüidades político-administrativa, generado la división política departamental cierta solidaridad por el territorio compartido. La complementariedad con los

139 Semanario NUEVO SUMARIO, 29 de diciembre de 2008. Nota: “Alta Gracia: Presentaron el proyecto para la remodelación de la plaza”. En Línea: [http://www.sumarioenred.com.ar/ver_noticia.asp?id=772]

Page 91: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

85

demás destinos turísticos de la región e internacionales se pierden, a pesar de aislados proyectos políticos de planificar el territorio.

Las inercias parecen detenerse en este periodo, no existiendo actividad ni actores que generen flujos que continúen los usos de los fijos con similar dinamismo que las anteriores inercias. Las nuevas inercias posibles (industrias y servicios, turismo selectivo) no supieron utilizar los fijos existentes, relegándolos.

Las nuevas dinámicas urbanas no utilizaron los fijos en la medida de la significación y utilidad de estos, casi ignorado y menospreciando el valor cultural de los mismos en cuanto a la forma física, ya que su trascendencia permaneció en forma oral.

Las posibles inercias y los flujos en cuanto al turismo y la cultura no parecen encontrar estímulos locales, por lo que los modos de producir y las divisiones del trabajo se asocian a dinámicas de otras ciudades locales o de la metrópolis de la región, que ya no dependen de la producción, sino del consumo.

Los flujos en esta época responden a la industria y al comercio, encontrando escasos fijos en los que instalarse dentro del área. El territorio ofrece sólo servicios subsidiarios a estos flujos, como la vivienda, pero alejada del área de análisis. Son más constantes los flujos, que en continuidad con el periodo anterior, relacionan la actividad política local con la provincial y la nacional, pero este flujo no es constante.

Las verticalidades siguen dependiendo de los vínculos políticos, oficiales o partidarios, ya que dentro de la estructura jerárquica la industria relega al sitio, salvo excepciones en cuanto a la extracción y manufactura minera.

El Patrimonio territorial

En este periodo y en el sector de análisis son escasas las incorporaciones que puedan identificarse como nuevos bienes culturales tangibles. Algunas excelentes obras de la modernidad racionalista y organicista, están fuera del sector de análisis. En el caso de los bienes intangibles, ceremonias y eventos se consolidan o se incorporan en la memoria social: la fiesta de la Virgen de la Merced, la de la fundación de la villa, los Quinchos Estudiantiles, los conciertos en el Falla, la Fiesta Anual de Colectividades y la Semana del Che. Algunos ya poseen una valoración definida, otros todavía provocan reacciones conflictivas por su ideología o por la ocupación del espacio. En todo caso, el tiempo aun no es suficiente para verificar las posibles rugosidades que estas acciones puedan dejar sobre el territorio.

Como lógica consecuencia de la posmodernidad, el interés por el patrimonio cultural es considerable en Alta Gracia si se la compara con otras ciudades de similares características, como Jesús María o La Falda. La protección de los bienes culturales se inicia en la década del ´90 con protecciones puntuales de edificios de valor histórico, en relación a sus personajes destacados [Dr. Félix Cafferata, Che Guevara], o a unidades urbanas de gran significación en la historia de la ciudad [edificio del Sierras Hotel, Casino y Parque]. Un avance hacia la recuperación de un tramo urbano queda establecido en la rehabilitación de la principal arteria comercial, calle Belgrano, por O. Nº 3886/98.

La protección integral del sector de análisis le corresponde a la O. Nº 4518/99, Manual de Procedimientos para las Actuaciones en el Área de Protección de Primer Orden, redactado para cumplimentar las disposiciones de la UNESCO en cuanto a la regulación de los entornos de los bienes declarados. La UNESCO particulariza su interés en la permanencia y trascendencia de los valores excepcionales del legado jesuítico, distinguidos en su declaratoria:

- Ser el testimonio singular de un período significativo de la Historia de la Humanidad

- Ser una expresión material única de la experiencia religiosa, social y económica desarrollada durante 150 años por la Compañía de Jesús en Sudamérica

Page 92: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

86

- Ser un ejemplo de fusión entre la cultura europea y la americana140

Estas disposiciones tienen relación con los bienes identificados y protegidos por la O. Nº 4368/99 de Protección de Bienes Culturales y su D. R. Nº 884/99, por sus especiales valores culturales a nivel local. La concentración de este tipo de bienes en este sector de análisis es relevante, conformando tramos urbanos continuos. Son escasos por otra parte los lotes vacantes, y la inserción de nueva arquitectura se ha dificultado por la ausencia de formación en los profesionales en cuanto al diseño en sectores de valor urbano-arquitectónico.

En síntesis, la normativa en vigencia en el sector de análisis contiene patrones y criterios en directa relación con la protección de la forma urbana existente, pero su aplicación suele dificultarse.

La protección de los objetos y las acciones que conforman el patrimonio local, suelen deberse al interés de extraños más que a la voluntad de sus propietarios, incidiendo nuevamente en el uso y significado del espacio público y privado

4.4.4.2. El Espacio Social

Los conjuntos de agentes que definen las clases buscan, como condición hegemónica, la fuente de trabajo. La clase alta que antes era atraída por un destino turístico de jerarquía ya no regresa, pero se mantienen en el lugar profesionales y comerciantes con algún vínculo con las familias de los propietarios de la Estancia y del Alto, aunque con menor poder adquisitivo. La clase baja queda conformada con obreros y empleados, con algunos nuevos inmigrantes. Clase alta y clase baja se definen por características homogéneas, pero el hecho de nacer en el lugar puede acercar a las clases sociales diferentes, citadas para el período anterior. La movilidad entre clases es posible, si bien la pertenencia a los distintos espacios geográficos, sigue condicionando la condición y la posición del sujeto en el espacio social.

Esta movilidad está ejemplificada en la conformación de otra clase, la clase media surgida gracias a los gobiernos de corte popular. En el lugar, empleados y comerciantes integran esta clase media y son los que transitan y usan como tal el espacio en análisis, incluso destacándose como clase política, ya que son gobiernos radicales y justicialistas los que ocupan “el sillón de Lepri” en estas décadas.

En la medida que “los de abajo”, [e incluso la clase media], carecen de medios para participar plenamente de la cultura de masas, cita Milton Santos141, la cultura de los pobres se basa en su territorio, en su trabajo, en su cotidiano. En esta etapa, la cultura de los pobres podría poner en cuestión la cultura de masas globalizadas o a la cultura de elite, pero en Alta Gracia todavía no se identifican las condiciones para esta acción.

En relación a las migraciones actuales, Canclini afirma que “combinan traslados definitivos temporales, de turismo y viajes breves de trabajo”. El turismo y sus inversiones han aumentado la “sensación” de migraciones en Alta Gracia, viajes reales y mediáticos son compartidos por los locales y los migrantes, quienes coinciden a su vez, pero hasta cierto punto, los espacios geográficos de la ciudad, pero ya no los espacios sociales, que se los reservan. El turista visita y conoce paisajes, rugosidades, pero no espacios.

El conflicto puede identificarse con el proceso de aceptar la pérdida del status del destino turístico de la villa, ahora convertida en ciudad dormitorio. El conflicto es social y económico, el poder es político, y por un tiempo, lo cultural queda al margen del poder y el conflicto.

Cuando el poder político apuesta nuevamente por un desarrollo ligado al turismo cultural –que en la práctica sigue siendo un turismo de masas-, el conflicto social y el cultural reaparecen. El turismo es un factor de controversia por el uso de ciertos espacios públicos de valor cultural y por la necesidad de regular accesos y usos compatibles al sitio declarado Patrimonio de la Humanidad. A veces los

140 UNESCO, Centro del Patrimonio Mundial. En Línea: [http://whc.unesco.org/fr/list/995] 141 ZUSMAN, Perla. “Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001)” Doc. Anàl. Geogr. 40, 2002 205-219

Page 93: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

87

poderes coinciden: un ejemplo es la solicitud de los comerciantes de la calle Belgrano para la recuperación estética y funcional de la misma en 1998, que se repite en el año 2007 para la calle España. A veces los poderes no coinciden: la organización del Encuentro Anual de Colectividades en el predio del Tajamar jesuítico”, contradice la legislación vigente, y causa un impacto contraproducente para la propia fiesta y para la conservación de los bienes culturales por el tipo de uso y la cantidad de asistentes al evento que sobrepasan la capacidad de carga del sitio.

El poder de imponer un modelo de desarrollo sin la debida planificación genera conflictos, pero la voluntad política puede usar el poder delegado democráticamente e imponer su voluntad en cuanto a los usos y formas del tejido urbano, es decir sobre parte del patrimonio cultural. El poder social debe aceptar las reglas de juego que establece la democracia, ya sin el apoyo el poder religioso.

Incluso aunque los eventos como el antes citado busquen solucionar antiguos conflictos, como el de los “nacidos y criados”/ “los que llegaron y eligieron quedarse”, esto no sucede debido a la ausencia de una planificación que asegure la cohesión y la permanencia del patrimonio y la sustentabilidad.

Los conflictos en la última década nacen ante cada propuesta política, en medio de la desconfianza que es propia frente a eventos provinciales y nacionales y los que se deprenden de la globalización. Los conflictos no son debatidos porque la sociedad no lo requiere o no le interesa, a pesar de que se pone en juego la identidad del espacio social y geográfico del cual en el cual la sociedad dice identificarse. Esta contradicción da inicio a los interrogantes de esta investigación, cuando, casi sorpresivamente, desde agosto del año 2008, diversos grupos de diferentes clases sociales y con diferentes intereses económicos y culturales, comienzan a requerir explicaciones acerca de las acciones que el poder público proyecta sobre el espacio que había sido definido para el análisis. Quizás por primera vez los conflictos se hacen públicos, y se debe reconsiderar las posiciones en el juego de poder, aunque el sector político detente algunas ventajas.

En esta última etapa los capitales como relaciones sociales que asignan valores competitivos a determinados factores en el espacio social, parecen desdibujarse, quizás porque el capital económico juega desde afuera del territorio, de la mano del capital político.

La menor diferencia entre capitales económicos disminuye la influencia que la clase alta ejercía sobre la baja. Este capital económico se concentra en el comercio y en menor medida en actividades asociadas a un turismo en decadencia hasta el año 2000, que pretende recuperar su posición a partir de una gestión que utiliza a los bienes culturales como recurso.

Si bien el capital cultural es significativo para la clase media, que se esfuerza por mantenerlo y acrecentarlo, este capital suele asociarse con la clase alta y la elite de la media, automarginándose el resto en cuanto al uso y construcción de dicho capital en el tiempo actual. En consecuencia, el acceso a este capital divide, como lo hace el uso e interpretación del capital simbólico, que queda en manos de unos pocos, no existiendo interés alguno en la disputa por el poder sobre estos capitales.

Los agentes definen su posición en el espacio social según el capital social y económico que posean, fundamentando esa posición por su acceso al capital cultural y a su relación con el poder político, también mencionado como la posibilidad de facilitar un “tráfico de influencias”. Pero el verdadero interés por el juego deja de lado la condición de clase, agrupando todas las clases sociales en una posición homogénea frente a los que son ajenos al territorio local. En tal caso, si bien es factible cierto acceso al capital cultural tangible, las clases locales se reservan el capital cultural intangible y una buena parte del simbólico.

No existió en este período ni capital ni actores de alguna de las clases que generaran un emprendimiento autosuficiente para mantener el protagonismo de la villa.

Page 94: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

88

Las formulas binarias de oposición

Las formulas que permanecen en este periodo son las del “El Bajo” / “El Alto”, “los nacidos y criados” / “los que llegaron y eligieron quedarse”, “los ricos” / “los pobres”, manteniendo las características mencionadas para el tiempo anterior.

Las diferencias se encuentran en la conformación de las clases y los capitales antes mencionados, pero la oposición entre el bajo y el alto geográfico y social subsisten, sin bien también se registran acciones políticas que tienden a equilibrar las diferencias sin lograrlo: el equipamiento urbano comunitario (escuelas, hospitales, dispensarios, centros de atención al vecino, etc.), se ubican en el bajo y en el llano, pero el mercado inmobiliario sigue privilegiando el alto.

Los nacidos y criados asocian a los que llegaron en el periodo anterior frente a los nuevos recién llegados. Aunque esta situación es frecuente en cualquier sociedad ante la migración, en Alta Gracia se expresa franca y claramente: lo de afuera no tienen cabida en los juegos de poder local, sobre todo si el juego pone en conflicto el significado de sus bienes culturales.

La identidad.

La mayor parte del tiempo, de este último periodo y del anterior, carece de un registro fiel de los eventos sucedidos y del uso de nuevos y antiguos objetos. Esto, sumado a una visión romántica del pasado colonial y una negación de otros actores -como los aborígenes, los negros, las mujeres-, dificultaron la correcta interpretación del sitio en la segunda mitad del siglo XX; cuando sólo lo antiguo era valioso, en función de su antigüedad y no de su significado; en el segundo periodo, los objetos se asimilaban a la oligarquía opresora, y lo contemporáneo representaba un vinculo posible con la demás redes regionales y nacionales para lograr algún desarrollo, cualquiera que este fuese.

La construcción identitaria heredada no posibilita la articulación con todos los actores y objetos. De por si, en esta etapa es dable señalar la identidad como diferencia entre lo propio y lo extraño, prevaleciendo relatos estáticos, que generan conflictos y desigualdades.

La inclusión en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad obligó a reconsiderar cual era la identidad de Alta Gracia, agregando al idílico edificio colonial, el conflicto de los aborígenes, de los negros, de las mujeres y el silenciado mundo de los jesuitas expulsos. No obstante, desde adentro, la identidad de Alta Gracia se sigue asociando a este legado jesuita y al fugaz paso del héroe de la Reconquista de Buenos Aires, Santiago de Liniers. Es posible entender a este enfoque de la identidad desde el esencialismo.

Desde fuera, los especialistas señalan el mundo del Alto y del Bajo y sus personajes como señas de identidad, lo que equivale a revivir otros conflictos, a abrir los tras-escenarios no reconocidos: reconocer que hubo enfermos tuberculosos en los tres hospitales de Alta Gracia, reconocer que Ernestito Guevara es el “Che”, reconocer que el Alto diseñado por la oligarquía y el Bajo construido por los pobres, tienen para la memoria de la ciudad tanto valor como la Estancia Jesuítica, etc. Este enfoque desde el constructivismo es resistido por la sociedad local, dado que implica aceptar la existencia de las disputas en juego.

Aunque existe un sistema legal de protección para parte del soporte físico de esta memoria, las mutaciones y las pérdidas se aceleraron en las últimas décadas, mientras la memoria de la villa turistica pierde terreno frente a un seudo protagonismo de la etapa jesuítica.

4.4.5. Los periodos de crisis

A lo largo del capítulo se han desarrollado rugosidades e inercias que son fáciles de ubicar en periodos concretos del espacio social y geográfico del sitio y del territorio. La crisis, como mutación importante

Page 95: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

89

en el desarrollo de procesos físicos, históricos o espirituales, suele ser de corta duración y poner en duda la continuación, modificación o cese del proceso. Dan inicio o finalización a los períodos, o se pueden ubicar en cualquier tiempo, siendo reconocidas o no según la intencionalidad del relato histórico.

Estos momentos de crisis entre períodos o la crisis como período, en el caso del sitio de estudio pueden ser los siguientes:

El encuentro/choque de culturas, 1588

La expulsión de los jesuitas y el destino de los expulsos, 1767

La ejecución de Liniers,1810

El cierre del Sierras Hotel, 1978

El cierre del ramal del Ferrocarril Central Argentino, 1990

La declaración del sitio como Patrimonio Cultural de la Humanidad, 2000

La crisis económica del 2001

La crisis de gobernabilidad actual

Algunas crisis no están asumidas por la ausencia de datos históricos, pero es indudable que alguna crisis debió afrontar el pueblo aborigen local ante la llegada de los españoles, situación que es frecuentemente suavizada con relatos de “encuentros” de culturas, mientras a continuación el pueblo originario se diluye en el territorio, como los jesuitas luego de la expulsión. ¿Dónde fueron los jesuitas y que pasó en sus propiedades en Alta Gracia cuando el sistema queda sin dirección? Los documentos del siglo XVIII relatan qué dejaron pero no qué se hizo con los bienes y las personas que trabajaban en el territorio ¿Dónde fueron los 300 esclavos negros? La presencia de Liniers no suele abarcar la idea de la “contrarrevolución” de Mayo, una oposición detenida ejecutivamente frente al nuevo destino político del territorio nacional ¿Qué significó eso para Alta Gracia? ¿Cómo marcó a sus habitantes en medio de un clima revolucionario?

A los principales fijos y flujos de la época de esplendor de la villa turística les llegó su fin en la segunda mitad del siglo XX. El Sierras Hotel y las instalaciones funcionales y productivas del ferrocarril, que daban trabajo a una parte importante de la población local, fueron cerradas y saqueadas hasta alcanzar la condición de ruina. ¿Qué significó eso para los habitantes del Bajo y del Alto? ¿Qué hicieron los más de 300 empleados que se quedaron sin trabajo? ¿Por qué nadie defendió desde lo local el signo y el símbolo que ambas empresas representaban para la ciudad?

La declaración del sitio como Patrimonio Cultural de la Humanidad fue una empresa más que logró un éxito para la ciudad. Pero ¿fue para bien o para mal? ¿Cómo impacta la declaratoria cultural en las crisis políticas y económicas de la actualidad?

Las crisis son, en general, más preguntas que respuestas, porque aún no han logrado un soporte conceptual que las defina como períodos o hechos concretos, determinantes de algunas realidades del territorio que permanecen difusas, avalando relatos sincrónicos de los procesos históricos del territorio.

Page 96: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

90

4.5. Conclusión: Territorio y Sitio ¿Quién era yo? ¿el yo actual, perplejo,

el de ayer, olvidado; el de mañana, impredecible?

J. L. Borges

4.5.1. El Espacio Geográfico

El territorio como construcción social, y la búsqueda de la relación identidad-patrimonio territorial en el Sitio de Alta Gracia conducen a profundizar en los procesos socio-culturales, factores, criterios y valores que definen la apropiación territorial. En este caso los procesos están definidos en etapas concretas y la apropiación del territorio coincide con estas etapas, que no se vinculan con la actual realidad del mismo territorio (2008-9). A esto procesos de larga duración, que dan cuenta del espesor histórico, Alberto Magnaghi los denomina invariantes estructurales.

¿Cuál es la realidad inicial del sitio? (1643?) Si la realidad es la verdad, lo que ocurre verdaderamente, Estancia, Villa y Ciudad son un aspecto del territorio que queda a la vista del visitante (las rugosidades evidentes del territorio local); los protagonista, jesuitas, aborígenes, negros, pobre, ricos, enfermos, la inmigración, visitantes ilustres, son los actores del territorio que se niegan o se potencian según convenga a la forma en que se estudia (inducida o accidental), se interpreta (los protagonistas de las inercias dinámicas del territorio local); se difunda: el pasado de Alta Gracia responde a una estructura sincrónica, evitando al parecer, lo diacrónico.

Además, se ajusta en este caso lo dicho por Weber (citado por Mella) sobre cómo buscar un tipo metodológico para explicar la realidad: un concepto mental abstracto que está formado “por la acentuación unidireccional de uno o más puntos de vista y por la síntesis de una gran cantidad de fenómenos concretos individuales, muchos de ellos difusos, discretos, más o menos presentes y ocasionales”.

Cada uno de los tres períodos citados –estancia, villa turística, ciudad–, alcanzan luego de procesos de territorialización una estabilidad relativa que concreta hechos físicos –edificios, ferrocarril, loteos–, en el territorio. Nuevamente si la territorialidad de la estancia, de la villa, de la ciudad son elementos que dan cuenta de una unidad del territorio, la realidad no alcanza a definir esa situación esperada.

Entonces, los conflictos en el interior del sistema de la comunidad de Alta Gracia son detectables –aunque no siempre evidentes–, y se acentúan mucho más en su relación con el exterior, evidenciando una notable resistencia al cambio o modificación y a crear relaciones en red.

En el caso de Alta Gracia resulta evidente que el problema deviene de la segmentación en la interpretación de su patrimonio, en hacer prevalecer productos (lo jesuita, el paisaje serrano, el Che) por sobre los procesos (los grupos aborígenes, el sistema jesuítico, el sistema del ferrocarril, el sistema turístico, etc.), en la negación de algunos actores sociales históricos, en la consecuente fragmentación de su gestión cultural, patrimonial y económica, así como la falta de voluntad de poder político para aplicar las normas en vigencia, evaluar y retroalimentar las procesos mencionados. Memorias y gestiones deberán encontrar una interpretación diacrónica del territorio.

El territorio fue construido a partir de la voluntad de propios y ajenos, implicando la elección de permanencia un fuerte compromiso con la misma y la generación de empresas muchas veces excepcionales que definieron su historia y su identidad (estancias, villas, hoteles, urbanizaciones).

Pero en Alta Gracia no se debería olvidar la intensa relación entre la geografía del lugar, la sociedad que lo ocupo y el espacio [urbano] que se generó. Alta Gracia evidencia históricamente ese desdoblamiento social y cultural entre El Bajo y El Alto, entre la villa y el barrio, entre los “nacidos y criados” en la villa y los que llegaron y eligieron quedarse, entre los ricos y los pobres, entre la diversión y la muerte; y esa relación de pares opuesto se refleja en sus espacios públicos, arquitectura y su urbanismo.

Page 97: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

91

Se hace especial énfasis en el reconocer y valorar esos signos [bienes culturales] del pasado que conforman el patrimonio local, comprender e interpretar su semiótica, para activarlos responsablemente. La situación inicial del objeto de estudio, de acuerdo a la descripción precedente, revela como oportunidades y potencialidades paisajes urbanos de alto valor cultural, reconocidos institucionalmente mediante legislaciones específicas a nivel local, cuyo principal obstáculo es el desinterés de los actores local hacia su especial reconocimiento histórico-social, marginando sus posibilidades primero como espacio social y geográfico, y luego como recurso de desarrollo local.

4.5.2. El Espacio Social

El campo como espacio de poder y conflicto se identifica en Alta Gracia según clases y capitales. Una clase esta compuesta por los agentes que monopolizan un espectro social y cultural alto, y el poder de inversión económica, pudiendo competir por acceso a la politica y a un capital cultural superior, manejando incluso parte del significado de los tras-escenarios no socializados con los visitantes. La otra clase retiene la reunión de la clase baja y media, agentes con un limitado acceso a la educacion y a la “otra” cultura, detentando la mano de obra del sitio, base de la forma de producción y de la construcción social del territorio, y reuniendo quizas mayor información sobre el mismo, porque participan y usan con mayor asiduidad objetos y acciones que forman parte de la memoria del territorio.

Ambas clases que juegan sobre el campo poseen, en este caso, un espacio geográfico definido que los representa (el Alto y el Bajo), y se superponen –social y fisicamente–, en el espacio de análisis. Marcado el campo y el espacio geografico de cada clase y sus capitales, los conflictos internos no suponen un interés excesivo por el juego de poder, y si la competencia existe, agentes e instituciones tienden a conservar y no modificar ni su espacio fisico ni sus habitus, siendo factible la movilidad entre clases, reflejo de triunfos o desventajas a partir del capital económico.

En el campo, la existencia de un capital común es relativa, porque el capital que podría generar la lucha por su apropiación es la tierra y los sistemas de producción y circulación como el ferrocarril, capitales que siempre quedan en manos de la clase social alta, haciendo ilógica la disputa, hasta alcanzar un marco politico que permitiera otro tipo de acceso a estos capitales.

El capital simbólico constituye un elemento común a ambas clases, incluso como referencia que los articula en identidades compartidas. El desarrollo de cada clase en el campo se relaciona a la época que es factible identificar agentes o personajes interesados de una de esas clases en el juego de poder, actores que manejaron conocimiento y reconocimiento para luchar por la apropiación del campo, construirlo y transformalo –Compañía de Jesús, Solares, Lozadas, Compañía de Tierras y Hoteles–. Estos actores arriesgaron capitales en cada una de sus empresas para innovar en el campo, controlando conflictos y ejerciendo el poder mediante recompesas e influencias.

El habitus –esquemas a partir de los cuales los sujetos perciben el mundo y actúan en él, según lo define Bourdieu–, parece adecuarse como concepto para interrogar la realidad de Alta Gracia, donde –en hipótesis–, las jerarquías del campo establecidas por las clases no son desafiadas por los agentes para no producir cambios.

Se deduce, a partir de las consideraciones desarrolladas, la actitud de los agentes locales de colocar lo personal como colectivo [identidad colectiva]142, para enfrentar otros campos exógenos. Esto se completa compartiendo la forma de entender las clases sociales de Pierre Bourdieu: las clases se definen no por las propiedades sino por la estructura de las relaciones entre todas las propiedades pertinentes [identidad espacial]143, que confiere su propio valor a cada una de ellas y a los efectos que ejerce sobre las prácticas.

142 WIEVIORKA, Michel. “La Diferencia”. La Paz: Plural Editores, 2003.pag. 44. 143 Ibídem 142.pag. 46.

Page 98: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

92

En este caso, la relación pasado-presente a través de los bienes culturales parece escindida por factores poco claros, aunque en cada período histórico es factible detectar la relación entre lo que se poseía y los que se hizo, siendo esta relación la que puede impulsar lo que será posible realizar en el futuro local.

Queda relativamente claro que están conformadas algunas categorías para mirar la realidad: la precedencia en la ocupación del territorio y las vinculaciones con cada clase del campo permiten a los actores elegir lo que les interesa y lo que quieren, aunque luego en sus prácticas no se verifique esa elección, ya que dichos agentes ni son ni fueron libres y/o determinados.

El habitus en Alta Gracia incorpora la dimensión histórica en las acciones de los agentes, ya que la mirada desde los que se posee, desde el tiempo de permanencia en el territorio, desde la posición que se ocupa en el espacio social y geográfico, define la relación con el otro y la actuación en el presente.

En la actualidad, en el campo se ha definido otro capital que si interesa a todos en el juego de poder, redefiniendo o despertando la lucha por su apropiación. El sitio declarado Patrimonio de la Humanidad es un capital cultural, social y simbólico con posibilidades de ejercer y desarrollar aspectos económicos y políticos, cuyo rasgo esencial es ser común a todos los agentes, independientemente de su clase social y de la manera en que su habitus individual y de clase lo perciba o lo reconozca.

En síntesis, lo que no se alcanza a dilucidar es la ausencia de sentido práctico en las acciones de los habitantes, en cuanto al uso de su patrimonio cultural como capital común, en definitiva en la ausencia de interés por el juego de lo que se posee y como se lo juega, ya que la mayoría de las veces los jugadores son extraños al campo local, y la clase política es la que marca las leyes de un juego cada vez más globalizado donde los valores y la autenticidad de objetos y acciones carecen de un protagonismo decisivo.

4.5.3. El Patrimonio territorial y la identidad.

¿Que reivindica la comunidad de Alta Gracia como signos de sus múltiples identidades? ¿Qué es lo que une a los grupos y los ayuda a vivir juntos a pesar de las diferencias? Al parecer una serie de identidades individuales y cerradas, siempre sincrónicas y nunca diacrónicas –el jesuita, Solares, el Sierras Hotel, la villa turistica, etc.–, sin llegar a compararlas entre sí, o introducir las mirada de otras identidades o más complejas miradas transversales –como el aborigen, el negro, el inmigrante, o el proceso de la producción, el proceso de la inmigración, el proceso del turismo ligado al ferrocarril, etc.–.

Si en algún momento la etapa jesuita fue estudiada como fundamento de la identidad local, esa propuesta de identidad no alcanzó a interesar a todos los actores de la misma. En el caso del sitio de Alta Gracia el espacio geográfico público concentra bienes culturales que en cada etapa histórica aportaron a la construcción de estas identidades parciales, siendo hoy integrantes de un patrimonio cultural escasamente valorado –solo un paisaje–, que ya no aporta a la lógica evolución y transformación de la identidad cultural de la sociedad local.

Este patrimonio, como significante del habitante que asimila el significado, ha sido estudiado, valorado y activado, desde una mirada sincrónica y hasta sólo desde el nivel del poder político y de las clases dominantes que quieren y pueden diferenciarse (desde una perspectiva evolucionista) de otros sitios similares. Mientras que la cultura que todos comparten (desde una perspectiva relativista), las necesarias líneas de continuidad en la densidad histórica del territorio, una mirada diacrónica que aporte a algo más que un juego estático entre significante y significado, no ha sido considerada ni valorada culturalmente o como posible factor de un desarrollo sustentable de dicho territorio.

En el sitio de Alta Gracia, el sentido de apropiación no es estático ni rígido, pero se concentró en pocos actores, y esos actores en general fueron externos a la población del lugar. Si lo económico, lo político-jurídico y lo ideológico-cultural definen distintas formas de apropiación territorial, lo económico (estancia, ferrocarril, turismo) da unidad a partir de la producción al territorio, se le superpone una

Page 99: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

93

organización jurídico privada primero (merced, estancia, loteos), y luego pública (municipio, ciudad), representadas en cada etapa histórica por una ideología y una cultura (la colonia, el capitalismo, la oligarquía terrateniente, la inmigración, la industria). Si bien estas dinámicas socio-espaciales son complejas y generan articulaciones entre ellas, son visibles en el espacio-tiempo. Hoy no es posible detectar vinculaciones tan directas. Canclini sostiene que quienes afirman dogmáticamente una identidad –“soy nacido y criado en Alta Gracia”–, frecuentemente lo hacen por la dificultad de vivir oscilando entre las muchas referencias que ofrecen las migraciones y la interculturalidad global. Si se observa la historia de Alta Gracia los personajes y sus empresas llegaron siempre desde afuera, creando históricamente múltiples referencias, que sin embargo no generaron la práctica o el deseo de establecer relaciones con lo otro que venía desde lejos (jesuitas, ferrocarril, inmigración, turismo). Los desplazamientos masivos de personas fuera de sus países aumentan la interculturalidad a través de conocimiento reciproco entre sociedades, los intercambios materiales y simbólicos, y la transmisión de modelos de comportamiento. Pero en este caso pudieron transculturarse modelos de comportamiento, sin aumentar la interculturalidad, como durante el siglo XIX.

“La vida en una ciudad –dice Rossana Reguillo (2001)144 –, se basa en la lucha diaria de apropiación; ésta es a un tiempo individual y social en cuanto al espacio, el tiempo, el gozo, la expresión. Desde el sujeto (individual o grupal) que mira la ciudad puede ser una sola; desde la interacción y relación con los otros (personas, grupos) la ciudad es múltiple y se somete a procesos inter-subjetivos de disputa, tensión y negociación.”

Es evidente que la ciudad de Alta Gracia refleja los componentes del espacio que Milton Santos propone (M. Santos, 1996 citado por Chávez, 2003), interactuando continuamente:

a) la configuración territorial, conjunto de datos naturales modificados por la acción del hombre a través de sucesivos sistemas de ingenierías: la Estancia, El Alto, El Bajo, los barrios…

b) la dinámica social o el conjunto de relaciones que definen una sociedad en un momento determinado: los jesuitas, la producción rural, el turismo, los enfermos, el ferrocarril, la inmigración, la industria, nuevos turistas…

Pero en ese espacio geográfico y social de superposición de clases, campos y conflictos, los posibles referentes del siglo XX –el Estado y la familia–, han retrocedido y se han desdibujado. Vivir sin certezas, donde todo está permitido (como se evidencia en el juego que plantea el estado municipal para el proyecto de la plaza), lleva a un debilitamiento de la identidad común para la ciudad.

La identidad de Alta Gracia –quizás amenazada por los continuos desplazamientos de sus actores–, se refugia y se aferra a la pertenencia a un grupo: los nacidos y criados en el lugar, cuyos sentimientos de posesión los llevan a establecer las diferencias con los otros, los que llegaron y eligieron quedarse, por ejemplo. Prefiere, en todo caso continuar una construcción desde aquellas señas culturales heredadas naturalmente de generación en generación, en vez de arriesgarse en un proceso dinámico y en continua reelaboración.

Si la ciudad de Alta Gracia es un bien, el acceso diferencial a sus recursos genera desigualdad social. Y el acceso es regulado –en principio–, por los que integran desde su nacimiento el sistema cultural local, desde la sociedad civil y/o desde el propio Estado. La elección de establecer espacios de contactos con otras culturas parte de ellos mismos, y también la selección del otro que puede ingresar al sistema: el ferrocarril y sus inversiones, el turismo de jerarquía y cierta clase social en el Alto, la “otra” no, pero puede quedarse en el Bajo.

A estos espacios separados social y físicamente los vincula un espacio de convergencia, la Estancia Jesuítica primero y el espacio urbano público –el centro comercial–, después. A la vez, el mismo espacio urbano será escenario de crisis y disputas, cercanas a la interculturalidad y sectorizada en ese lugar, ni más arriba, ni más abajo. 144 KARMA, Tanius. “Representaciones de la ciudad de México en la crónica”. En Línea: [http://www.uacm.edu.mx/andamios/num1/dossier%202.pdf]

Page 100: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

94

Para el vecino local, para el nacido en la cultura de Alta Gracia, lo “otro lejano” era Europa, Buenos Aires, Córdoba. Aparece por temporadas, se le ofrece espacios y luego se retira, porque no es de acá, es diferente, no entiende.

Y dependiendo en donde hubiera nacido, el “otro cercano” es el del Alto o el del Bajo. Se sabe que es diferente, pero no se indaga el porqué. Hay veces que se está demasiado ocupado controlando lo lejano como para buscar desentrañar diferencias endógenas, que bien pueden pasar desapercibidas para los exógenos.

Así, la identidad social se construye por pertenencia al grupo que nació en el lugar, si bien la mayoría de los personajes que determinaron las innovaciones en el territorio son de afuera. Sin este tipo de personajes y sus empresas, sin reconocer la diversidad que crearon, la innovación y la diversidad están estancadas, suspendidas en el tiempo y el espacio. Aquí se reconoce otra forma de identidad: por oposición, en este caso a los cambios que otros puedan organizar, alterando el sistema social que es referencia de seguridad.

Entonces es fundamental retomar algunos de los principios de la Carta Orgánica Municipal, como valorar las diferentes vertientes que la componen, al igual que las diferenciaciones espaciales que éstas determinan, porque las distintas empresas construyeron espacios rurales y urbanos, en los que se reflejan sus valores, y allí, en esos barrios históricos, está la identidad común, no una, sino muchas y diversas.

En conclusión se debe fomentar la interculturalidad en su diversidad con el fin de desarrollar la interacción cultural, con el espíritu de construir puentes entre ellos –según la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad en las Expresiones Culturales–, entre los del Bajo y los del Alto, entre los del Norte y los del Sur, entre los nacidos y criados y lo que llegaron, entre el vecino y el turista, pero ante todo, puentes entre esa cultura rica y diversa que se posee y los jóvenes, esos “nativos del presente”, al decir de Renato Ortiz.

4.5.4. El desarrollo local a partir del patrimonio territorial

“El desarrollo humano se refiere al individuo que es tanto objetivo último como actor principal”, cita el texto de Nuestras Diversidad Creativa. El individuo no está aislado, sino que trabaja junto a otros, coopera, compite e interactúa de múltiples maneras. Es la cultura la que los vincula y hace posible el desarrollo de cada persona. Si la cultura es simplemente “maneras de vivir juntos”, por desarrollo se entiende la ampliación de posibilidades y opciones ofrecidas al ser humano, y su relación es más que obvia, es estudiar como las diferentes maneras de vivir juntos afectan esta ampliación de las opciones humanas

Si el desarrollo se relaciona con la función del Estado, si es necesario transformaciones institucionales que impliquen mejoramientos sociales, la realidad del sitio se aleja de esta posibilidad, al estar inserta en una dependencia económica propia de la política neoliberal y las repercusiones propias de la crisis global imperante. Es visible el deterioro de la legitimidad del sistema político y de su credibilidad, si bien el marco democrático es asegurable. En consecuencia, se registran en el sitio los factores que Coraggio cita como indicadores de que el desarrollo no se da, tan sólo se logra un crecimiento inestable.

El desarrollo local y humano necesita de mecanismos confiables y con una continuidad asegurable en el espacio tiempo. La realidad del sitio de análisis indica que la posibilidad de regenerar lo social y lo económico como sistema a partir de lo cultural y en relación al territorio, puede llevar tiempo. En este tiempo la recuperación de las articulaciones que propone Max-Nef, entre lo personal con lo social, la sociedad civil con el Estado, pero especialmente la planificación con la autonomía que detentó Alta Gracia en la red, pueden ser ejes centrales en el trabajo de reconstrucción.

Page 101: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

95

La permanencia de la industria textil y el propósito variable e inconsecuente de recuperar el perfil turístico del sitio no acerca todavía a la economía y a la cultura. Es posible trabajar en este lugar a partir de las relaciones entre los actores para crear y consolidar vínculos productivos de cooperación, que definan la sustentabilidad de las empresas locales, como las dedicadas al turismo, a la minería y sus derivados, etc.

El criterio de eficiencia basado en la conservación y el uso de los recursos a largo plazo en los procesos de desarrollo social y la sustentabilidad del territorio, es correspondido por idéntico criterio en relación a la conservación del patrimonio cultural. Fijos y flujos en las rugosidades e inercias dinámicas del sitio dan cuenta de esta situación hasta la crisis de mediados del siglo XX, y representan experiencias significativas para planificar, para reconocer nuevos flujos de fuerza de trabajo, procesos de producción, productos y servicios, información, formación social, donde situar actores sociales locales que participen en el juego de poder y que aporten soluciones a los conflictos.

Page 102: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

96

PARTE III. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS ALCANZADOS

CAPÍTULO V. LA MEMORIA Y LA IDENTIDAD EN EL SITIO DE ALTA GRACIA

5.1. Las representaciones y la construcción de la memoria histórica y cotidiana local

Este capítulo inicial del análisis está dirigido a examinar las representaciones sociales que se articulan en la construcción (diacrónica) de la memoria histórica. La/s identidad/es y la memoria se convierten en los conceptos instrumentales del Marco Teórico a aplicar en el análisis del espacio social y geográfico del sitio de Alta Gracia

5.1.1. El reconocimiento de los objetos y acciones que construyen la memoria y la identidad del sitio.

Según propone Milton Santos, el espacio es funcional a la forma en que, en un período histórico determinado, se establecía el vínculo entre fuerzas productivas y relaciones de producción. Cada época se caracteriza por un conjunto de sistema de objetos y acciones, que modifican equilibrios preexistentes al añadirse a los anteriores.

Los relatos obtenidos en las entrevistas sobre la historia de Alta Gracia colocan a los jesuitas en una situación central, acompañados por los personajes que van desde los primeros propietarios a la etapa de la villa turística (Cuadro 6). En relación a estos últimos, la mitad incorpora dos etapas más: a los aborígenes y a la ciudad industrial, quedando con escasas menciones los eventos de la ciudad a partir de la mitad del siglo XX. Centrados en el periodo rural y de los propietarios destacados que construían y producían, como etapa distante además, las crisis y los conflictos desaparecen, si bien algunos señalan la carencia de datos que revelen la vida cotidiana de jesuitas, negros y aborígenes, los sucesivos traspasos de dominio de la propiedad y como, finalmente, el territorio rural deviene en urbano por voluntad testamentaria de Solares, y quién y cómo se ejecuta ese deseo de cambiar el destino del territorio.

Ocupación del

territorio Mención de cada etapa en los relatos Etapas según personajes y procesos

Etapa prehispánica

RURAL Etapa de las estancias.

Los 1ros. Propietarios Los jesuitas Otros propietarios. Liniers José Manuel Solares

URBANO

Etapa de la villa de turismo Etapa de la ciudad industrial

Etapa neoliberal, 70 /democracia Etapa actual

Cuadro 6. Las etapas de la historia de Alta Gracia en el relato de los entrevistados, según la E12. Fuente: Elaboración propia

Las alusiones a un uso territorial previo a la llegada de los españoles es otra ausencia significativa, que margina fijos y flujos de los cuales hay escasa constancia tangible. En cambio, el otro giro en la producción del territorio, de turístico a industrial, con mayor posibilidad de investigación, no llama la atención ni en la memoria histórica y cotidiana, ni en la bibliografía consultada. Menor interés

Page 103: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

97

despiertan las etapas que abarcan la segunda parte del siglo XX, a partir de los gobiernos de facto, la recuperación del sistema democrático y las últimas décadas actuales.

Se constata, en todo caso, que la cantidad y el tipo de información que se obtiene de las entrevistas coinciden con la organización de la bibliografía existente sobre la historia de la ciudad, que se sintetizan en la introducción del Anexo 13.

Cada relato queda marcado por el tipo de vivencia que al vecino le permite construirlo: la experiencia propia [E 11], la familia [E 9, 16], el trabajo [E 1, 4, 6, 14], la cercanía a los sitios [E 17], o el conocimiento académico e interés personal [E 2, 3, 12, 18]. La experiencia ofrece la oportunidad de vivir directamente los hechos y poder contarlos [E 7, 8, 11]. En este caso, la memoria histórica es relegada por la cotidiana, y ofrece detalles vivos del acontecer diario: la vida en el Bajo tiene esa posibilidad. En los relatos aparecen repetidas citas al espacio de reunión que brindaban los Salesianos, la vida de trabajo de los obreros, los comercios, el Matadero, el acceso a lugares del Alto como espacio de trabajo. Esto induce a reconocer la vida de familia que llevaba la barriada del Bajo, con casas contiguas y juegos en la vereda, donde el compartir resultaba cotidiano. Los relatos sobre el Alto cuentan caminatas en familia, lo que se “muestra” a los visitantes, más espacio y mejores viviendas, la vida del Sierras Hotel. En el centro, el espacio del Tajamar es el punto de juegos y eventos, y algunos mencionan a la Plaza Solares como lugar de encuentro. Estos entrevistados construyen lo que cuentan según lo que han visto y ven, o a lo sumo lo que les han contado. Aquello que no es visible en el espacio geográfico y social, no puede ser registrado y guardado, debe buscar otros medios para sobrevivir en la memoria y en la historia.

El trabajo o la cercanía física y familiar a los espacios y sitios de valor cultural llevan a otra forma de relatos. “Me gusta porque lo veo todos los días” [E 17] o “desde que trabajo acá cuento otra cosa, antes nada” [E 14], son expresiones previas a historias que centran su interés en una selección específica: los jesuitas, el Che, etc. Además de retener ciertos datos precisos, la dimensión histórica se reduce a uno o dos periodos, incluso sólo a personajes dentro de un periodo, sin abarcar la magnitud de fijos y flujos que posee el sitio.

La otra opción, la que brinda un relato que abarca un devenir histórico completo, proviene del interés personal al que se le suma el conocimiento impartido desde una estructura educativa formal [E 10, 12, 18]. En este caso, la cronología aparece clara, los fijos son rescatados y al menos alguno flujos ocupan el lugar que corresponden, como se deduce de la elección que realizan sobre aquellos bienes que dominan un lugar en la memoria histórica del sitio, acercándonos a la construcción de las rugosidades e inercias dinámicas detallada en el Capitulo anterior, cuya periodización coincide con la de estos entrevistados.

En este último tipo de descripciones la construcción se estructura desde el conocimiento de aquellas ausencias y crisis que otros omiten –quizás por desconocimiento o inconscientemente-, y según el manejo o búsqueda de datos específicos. La estructura que tiene la historia contada oficialmente, o al menos la que está disponible públicamente, puede explicar que los que no han nacido en Alta Gracia utilicen estas versiones incompletas, aunque queda demostrado que los nacidos y criados en el sitio sostienen versiones similares o más reducidas, siendo escaso el número de entrevistados que alcanza un relato completo.

En el mismo contexto de las entrevistas se exploró sobre el bien cultural visto desde la memoria histórica y la memoria cotidiana (Grafico 13). El recuerdo se evaluó desde la pregunta directa [¿esto es parte de su herencia?], para confrontar con la memoria visual en un recorrido diario [¿qué bienes culturales ve?]. En el primer caso la aprobación que consigue el conjunto jesuita, el Sierras Hotel y el conjunto urbano del Alto es importante tanto entre los locales como para los que llegaron y se quedaron. La afirmación es decidida en el caso de la estación del FFCC o de la Casa Museo Manuel de Falla, pero se duda o se niega para la Casa Museo de Ernesto Che Guevara. Asimismo las viviendas del Alto tienen más adherentes que las del Bajo, y la idea de barrio como bien compartido supera a la elección de la propia vivienda dentro de la misma categoría. Si bien la significación del patrimonio urbano del siglo XIX tiene reconocimiento, éste es mayor entre los de afuera que entre los

Page 104: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

98

nativos de la ciudad. Omitidas deliberadamente en la lista, la plaza y el Tajamar no aparecen entre los bienes que podrían faltar, pero sí se solicitaba agregar los bienes naturales como el Arroyo, el paisaje serrano, o monumentos urbanos como el “Caballo” (Monumento al Libertador Gral. San Martin), el “Indio” (Monumento a los primeros habitantes) o el “Burrito” (escultura que representa a un niño serrano y su animal de carga).

Las fiestas de Colectividades y de la Virgen obtienen una aceptación completa, mientras que los Quinchos tienen opciones a favor y en contra casi de la misma magnitud, situaciones que contemplan el uso de los espacios observados.

La Gruta es un bien que, aunque está asociado con las personalidades del Alto, adquiere un uso popular significativo que se evidencia en su identificación como referente espacial.

Se constata que la totalidad de los entrevistados demuestra conocer las imágenes que se presentan, salvo muy contadas excepciones [La Cantera, Villa Oviedo en el Bajo], y que afirma o niega con seguridad, dudando en el caso de la Casa del Che, los Quinchos, el Instituto Misericordia, y en algunos casos el Parque García Lorca. Las dudas estaban dirigidas al interés en el uso del objeto o evento, y no al objeto o evento en sí.

Al momento de mencionar que ven diariamente en sus recorridos, la mayoría reconoce la Estancia (o alguno de sus elementos: Iglesia, Residencia, Obraje), El Tajamar y la Plaza Solares, seguidos del Sierras Hotel, pero los demás fijos frente a los cuales pasan (y que han reconocido en las preguntas anteriores), desaparecen o afirman que “no lo pienso cuando voy caminando porque los tengo incorporados, no les presto atención” [E 9]. Cabe esperar que la incorporación no se transforme en indiferencia. Los espacios de la villa decimonónica desaparecen más fácilmente que los jesuíticos, quedando absolutamente relegada toda incorporación del siglo XX. La memoria histórica incluye, entonces, más objetos y acciones que la memoria cotidiana.

Grafico 13. Elementos que conforman la herencia cultural de Alta Gracia, según el relato de los entrevistados. Fuente: Elaboración propia/Entrevistas

A estos resultados se los puede vincular con los obtenidos en las encuentras en relación a la pregunta sobre cuáles son los lugares o edificios que representan mejor el pasado del barrio en el cual residen (Cuadro 7- Grafico 14: centro, alto, bajo), donde los vecinos mencionaron los siguientes bienes culturales:

Page 105: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

99

Cuadro 7- Grafico 14. Bienes culturales que representan el pasado del barrio del encuestado. Fuente: Elaboración propia/Encuestas

Bien mencionado / ubicación geográfica Solo Bajo Solo Alto Completa Museo Jesuítico (Residencia Jesuítica, centro) 20,00 11,90 20,69Iglesia (Jesuítica, centro) 2,86 0,00 1,72Tajamar (Jesuítico, centro) 25,71 0,00 15,52Reloj Público (centro) 8,57 0,00 5,17Colegio Misericordia (centro) 2,86 4,76 6,90Sierras Hotel (alto) 0,00 23,81 17,24Casa de la Cultura (bajo) 5,71 0,00 3,45Casas viejas (alto y bajo) 8,57 0,00 5,17Casa calle Brasil y B Roldán (villa a la italiana restaurada, bajo) 5,71 0,00 3,45Cine (bajo) 2,86 0,00 1,72Ferrocarril. (bajo) 2,86 0,00 1,72No sabe 17,14 9,52 17,24

Se advierte una relación proporcional a la ubicación de la residencia con la localización los bienes que representan al encuestado, aun en un espacio reducido. Así, los del Alto otorgan un 23% de representatividad al Sierras Hotel, mientras los del Bajo lo ignoran; y a la inversa el Tajamar es el bien que representa a un 25 % de los encuestados en el Bajo, siendo obviado como referencia para los habitantes del Alto.

Se evidencia la ausencia de una mirada integral hacia el conjunto jesuítico, que es mencionado por elementos como la Residencia, el Tajamar y la Iglesia. La Residencia es reconocida por todos, quizás por sus actividades como Museo Nacional, mientras que las referencias a la Iglesia son escasas. Hay elementos del sistema jesuita que no se mencionan, como El Obraje y el Molino. Las viviendas son indicadas en una proporción interesante en el Bajo, llamando la atención una de ellas restaurada en el año 2005.

Los componentes de sistemas como el ferrocarril sólo son mencionados por los encuestados del Bajo, asi como el Cine Monumental Sierras, mientras que el Instituto Misericordia recibe alumnos de ambos sectores. Es significativo, finalmente, la cantidad de encuestados que indican que no saben que objeto de su espacio los representan, casi en la misma proporción de los que señalan el Tajamar o el Sierras Hotel. Si se lo relaciona con la primera pregunta, se entiende que hay cierta conciencia, algo débil, que indica que hay valores culturales en el sitio, pero luego no es posible relacionar los valores con objetos y acciones concretas. Esto puede indicar otras caracteristicas del habitus y de las actividades de las clases sociales, segmentadas en función de su ubicación en el espacio geográfico, que construyen de ese modo su relación con el pasado y el presente.

Queda claro que la memoria histórica de los habitantes de Alta Gracia es sincrónica, separando hechos y personajes claves del campo en los que la mayoría están de acuerdo en reconocer como la representación de su historia.

En consecuencia, el habitante parte de dos posturas diferentes frente a los objetos y acciones que componen las principales rugosidades del territorio:

- Forman parte subconsciente de un paisaje urbano cultural que parece interesante pero no quedan comprendidos entre sus prioridades identitarias. En este caso, la clase social alta y baja dejan objetos y acciones como parte de una estructura social externa y en un campo en cuyo juego no les interesa participar, quedando un pequeño espacio en el habitus como estructura social interna (individual y comunitaria), en la cual hay cosas de estas rugosidades que deben permanecer como están. Aunque posean capitales que pueden aportar al juego del campo y reconocen en parte un capital cultural común, no les interesa la lucha por su

Page 106: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

100

Grafico 15. Posibilidad de diversificación de Bienes culturales no arquitectónicos en Alta Gracia

Fuente: Elaboración propia/Encuestas

Grafico 16. Identificación de Bienes culturales intangibles en Alta Gracia

Fuente: Elaboración propia/Encuestas

Grafico 17 Conocimiento de Bienes culturales intangibles en Alta Gracia

Fuente: Elaboración propia/Encuestas

apropiación. Sin embargo es factible que ante una propuesta de participación significativa (como la Fiesta de la Virgen o Colectividades), pueden ingresar en ocasiones al juego.

- Son parte indispensable de un espacio social y geográfico urbano singular con el cual se identifican, parte imprescindible de sus prioridades en el territorio. En este caso, agentes de todas la clases sociales que han mantenido algún contacto con objetos y acciones del campo general, por medio del aprendizaje formal o informal, incluso familiar, se interesan por el capital cultural y simbólico que define ese otro campo de los sitios Patrimonio de la Humanidad, y pretenden participar del juego del poder a partir de sus capitales sociales, culturales, económicos y simbólicos. La defensa de fijos y rugosidades, así como de algunos flujos, es importante, pero en el cómo, cuándo y porqué aparecen las diferencias y estrategias del juego.

En estas posturas y como soporte de otros valores y bienes, lo edificado se suele constituir en hito, mientras lo demás se relega a segundo plano. Se puede observar la mayoría de los fijos mencionados o seleccionados son tangibles, y ante la consulta acerca de otros bienes culturales de la ciudad que la propia población reconozca, es posible separar en primera instancia aquella mirada que sólo está dirigida a los bienes tangibles inmuebles, como los más fáciles de percibir.

En este caso, los encuestados reconocen por mayoría casi absoluta que Alta Gracia posee otros bienes culturales (Gráfico 15), que sin embargo no están protegidos por el Estado, ni la sociedad ha solicitado para ellos el reconocimiento que las ordenanzas locales prevén. En el Alto, esta afirmación alcanza el 100% de respuestas positivas, mientras que en el Bajo la opción se reduce en un 16%.

Un instancia más pretende indagar sobre si los habitantes de Alta Gracia conocen estas otras expresiones de la cultura local con los que pueden llegar a identificarse (Gráficos 16 y 17).

Los bienes culturales reconocidos por la población, además de los urbano-arquitectónicos, son los relacionados con las fiestas tradicionales y las celebraciones religiosas, que alcanzan un 28% cada uno, seguidos por eventos culturales en un 15% y la histórica producción textil en un 10%. Esto concuerda con el interés que despiertan las fechas religiosas locales y el Encuentro Anual de Colectividades, rescatando que la producción textil puede ser otro factor de desarrollo que acompañe al proyecto turístico.

Observando el espacio geográfico y social, el interés por las fiestas y lo religioso es mayor en el Alto, mientras que en el Bajo aumenta el reconocimiento hacia las tradiciones y la literatura, siendo nula la referencia a lo textil.

En relación a los flujos y fijos existentes en el territorio, el reconocimiento de los encuestados se advierte como limitado, por lo que cabe dudar sobre el real conocimiento de estos otros bienes culturales mencionados por los vecinos. Los resultados sobre esta duda indican que el 66% de los consultados opinan que los habitantes de Alta Gracia conocen sus expresiones culturales, de lo cual se deduce que las diferencian de otras expresiones menos comunes o las practican, pero que este conocimiento y práctica no compite aun con lo tangible.

Page 107: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

101

Grafico 18. Valoración del patrimonio Arquitectónico en Alta Gracia

Fuente: Elaboración propia/Encuestas

La pregunta alcanza en el Alto un 95% de respuestas positivas, y en el Bajo, recordando que presenta otros intereses evidenciados en la pregunta anterior, la afirmación solo alcanza al 60%.

Se entiende entonces, que la construcción de la identidad del sitio utiliza parcialmente objetos y acciones, y que su uso depende de la situación social y geográfica, así como de las posibilidades de conocimiento y reconocimiento de los mismos. No se evidencia la intención de construir identidad a partir de los objetos, sino una actitud más pasiva de recuerdo ocasional y cierto sentido de pertenencia.

5.1.2. La valoración de los bienes culturales en relación a la construcción de la identidad del sitio.

Hay una discrepancia acerca de la valoración de los bienes por parte de los ciudadanos (Gráfico 18). La encuestas indican que la valoración de los edificios antiguos (bienes inmuebles con valor de antigüedad) como fijos de las principales rugosidades, es mayoritaria en la población, ya que solo un 25% contesta en forma negativa. Si los resultados se refieren al espacio geográfico, se debe agregar que los vecinos del Alto alcanzan un 100% en la afirmación, mientras que hacia el Bajo esta postura refleja un 52% de adeptos, indicando una influencia del espacio social en la respuesta. Esto puede señalar una postura variable hacia los fijos culturales del sitio, dependiendo de la ubicación espacial geográfica y social.

A su vez, en el marco del desarrollo de las entrevistas individuales (Gráfico y Cuadro 19), los vecinos aceptan por unanimidad que el sitio posee valores culturales en un 100% de los consultados y que éstos constituyen un factor de desarrollo local. Pero por una mayoría de 83% reconocen que la población local no valora esos bienes culturales, lo cual se contrapone con los porcentajes de las encuestas.

Si No• ¿Ud. cree que el sitio posee valores culturales? 100,00% 0,00%• ¿Ud. cree que la población local valora los bienes culturales? 16,67% 83,33%• ¿Ud. cree que los bienes culturales son factor de desarrollo local? 94,44% 5,56%

Grafico 19. Valoraciones acerca del sitio, Alta Gracia. Fuente: Elaboración propia/Entrevistas

Las diferencias en las respuestas de los vecinos del sitio obedecen primero al contexto de la técnica: la encuesta es impersonal, directa, rápida; la entrevista genera un clima de mayor confianza y las respuestas pueden ser más meditadas. De cara al extraño que le formula una pregunta (aunque lo

Page 108: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

102

acompañe un conocido), parece resguardarse la imagen de la ciudad, en la confianza de la entrevista, se responde sin esa sospecha al “que puede pensar si contesto de tal forma”, si reconozco que no se valora lo que se posee.

En las entrevistas la mitad de los informantes reconocen como fijos históricos con valor de signo en su espacio a toda clase de fijos, incluyendo los del XVIII, XIX y XX con un sentido integral, mas los naturales del territorio, reclamando incluso el marco natural del espacio serrano. El resto se enfoca en los más antiguos del siglo XVIII y los de mayor calidad del XIX, citando así mismo algunos naturales no incluidos en las opciones de la entrevista.

Es interesante observar por otra parte, cómo en el caso de los entrevistados los recorridos diarios llevan al centro de la ciudad (Gráfico 20), concentrando las actividades en el área de protección de los bienes jesuíticos donde además se ubican casi 200 bienes culturales más, que no son registrados cotidianamente, salvo excepciones significativas, como la Casa Cafferata o la Comisaria. Los flujos no son reconocidos en los recorridos, ni los antiguos (producciones diversas, procesos institucionales y religiosos, industrias y turismo), ni los actuales (comercio y turismo).

En el caso del valor de símbolo, la amplitud se reduce a los fijos antiguos del siglo XVIII, algunos del XIX y ninguno del XX, siendo escasos los entrevistados, solo tres, que los asocian con sus respectivos flujos, antiguos o actuales. Se puede inferir que se valoran los fijos aislados, sin conformar rugosidades ni relacionarlos mediante flujos e inercias.

Gráfico 20. Recorridos diarios y bienes reconocidos, Alta Gracia.

Fuente: Elaboración propia/Entrevistas, sobre Plano de la Ciudad de Alta Gracia, 2006. Pagina Web Oficial de la Municipalidad de Alta Gracia.

Page 109: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

103

Se deduce, entonces, que el habitante reconoce objetos y acciones culturales sólo si se le informa acerca de sus valores, de lo contrario prefiere el entorno natural. Una vez producido el conocimiento la valoración de los mismos presenta diferentes criterios:

- Un grupo de entrevistados les otorga valor de acuerdo a las posibilidades del uso y la participación. Así:

1. el paisaje natural ocupa el primer lugar;

2. los espacios barriales de juegos y trabajo, donde se incorpora inconscientemente el patrimonio doméstico y el industrial (en función del valor de uso, no simbólico);

3. el espacio urbano de fiestas a nivel ciudad;

4. y los monumentos antiguos, quedan más adelante en las preferencias.

- Otro grupo contempla una valoración de acuerdo a rasgos históricos, estéticos y simbólicos del conjunto urbano, que se ubican según:

1. los monumentos jesuíticos y espacios públicos de la Villa;

2. el conjunto de la villa, siglo XIX;

3. algunas fiestas tradicionales;

4. el paisaje natural suburbano;

5. algunas asociaciones a los sistemas productivos que caracterizaron el territorio (el FFCC, la inmigración, el turismo, las industrias).

En ambos casos, la valoración supone conocimiento y participación del y en el espacio social y geográfico del sitio. En consecuencia la dinámica que como proceso implica la construcción de la identidad no parece alcanzar la reelaboración necesaria. Se reconocen tensiones y conflictos a partir del análisis de los binarios de oposición, y en este caso las diferencias internas indican la existencia de identidades barriales y familiares, hasta de clase, que sin lugar a duda cuestionan la capacidad de los vecinos de vivir juntos en la ciudad.

Son escasas las diferencias frente a los otros externos que se plantean, es decir que es poco lo que comparten, como el común sentimiento de haber nacido en el lugar, la religiosidad y la vida familiar, tranquila, sosegada que caracterizaba a los pueblos del interior de la provincia a principio del Siglo XX. Se podría afirmar que la construcción identitaria reconoce y valora cierta “base natural” en la obra jesuita y en el entorno natural, pero que en la operación del construir a través del tiempo los demás componentes son manipulados (aceptados o negados), de acuerdo a las circunstancias históricas y las ideologías vigentes, identificadas en el Capitulo anterior, y no según su valor cultural y social.

5.1.3. El uso de los objetos y acciones que construyen la memoria y la identidad del sitio.

La valoración de los bienes culturales parte de o supone cierto conocimiento y/o participación, y en parte se evidencia por el uso que hace el habitante de Alta Gracia de estos objetos y acciones que aportan a la construcción de la identidad. Por otra parte, de las observaciones y entrevistas se infiere que usan lo que ven, lo que conocen, lo que suponen un espacio amable sin demasiadas reglas (reales o implícitas). Aquellos procesos y acciones que no hayan logrado insertar su marca en el territorio carecen, en general, de una memoria histórica y cotidiana, con dificultades de incorporación en el proceso de identidad.

Por eso, si se interroga al vecino sobre lo que él supone que sería el bien o proceso histórico con el que se identifica el habitante de Alta Gracia, los jesuitas y su legado registran el 30% de las elecciones

Page 110: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

104

favorables y con mayor adhesión en el Bajo, y el posicionamiento de la figura del Che es significativo al alcanzar un 26% del total y con una marcada mayoría del Alto.

Ambos sectores marcan su relación con la inmigración, que de alguna manera los afectó, y mantuvo una inercia en la memoria local, mientras la actividad del ferrocarril no registra similar permanencia.

El interrogante está dirigido a proponer actores o procesos que posiblemente estén incluidos en la memoria de los encuestados, no agotando en la lista con las posibilidades identitarias del sitio (Cuadro 8 y GrÁfico 21).

Bien de referencia Solo Alto Solo Bajo Completa

Con los Jesuitas 25,42 41,67 30,12

Con los inmigrantes 20,34 29,17 22,89

Con la actividad del FFCC 0,00 4,17 1,20

Con el Sierras Hotel 22,03 4,17 16,87

Con el Che Guevara 32,20 12,50 26,51

Con nada 0,00 8,33 2,41

Cuadro 8 – GrÁfico 21. Fijos y flujos con los que se identifica el habitante de Alta Gracia. Fuente: Elaboración propia/Encuestas

Retomando fijos y rugosidades por etapas, la permanencia de objetos concretos, casi sin mutar, legitimados por el valor de antigüedad marcan la definición de la ocupación rural del territorio. Objetos, pero no acciones, de este periodo (concretamente los jesuíticos) son reconocidos como valiosos a nivel nacional e internacional, motivos que condujeron a su expropiación y organización de un museo nacional, o a la trasformación del Tajamar en un espacio público, y a la continuidad del uso religioso de la Iglesia como cabecera de la Parroquia principal, o del Obraje como espacio educativo, mientras el resto de los elementos productivos se sustituyeron o se mantuvieron como ruina histórica.

El uso museo no induce a una participación activa a nivel local, a pesar de los cambios en la última década en cuanto a misión y visión de la institución. Actividades culturales dirigidas a la puesta en valor e interpretación del sitio no despiertan una atracción colectiva de los vecinos, y entre los visitantes la estadística indica un número exiguo de residentes locales145.

En la Iglesia el uso como iglesia parroquial ha mantenido la asiduidad de los vecinos católicos, pero el incremento en el ingreso de turistas trae aparejado que aquellos que pasaban solo algunos instantes, a rezar o meditar, no encuentren en el espacio las condiciones ambientales tradicionales. El Obraje, unido por dominio a la Iglesia, maneja el uso educativo como significado de la actividad, lo cual se traduce en un sentimiento de identidad hacia la institución, pero no hacia el conjunto jesuítico en general.

El Tajamar como espacio público es el que más uso y sentimiento de identidad detenta, en todas las etapas de la vida del altagraciense en general. Visitantes y vecinos conviven amablemente en el predio. Esta aceptación del Tajamar como lugar convocante, conduce en ocasiones a sobrepasar la capacidad de carga del sitio, en el marco de su conservación como bien cultural.

En consecuencia el uso de estos bienes y el aporte a la construcción de las identidades es diverso y complejo, dependiendo de la accesibilidad física y a la idea que se posea de su accesibilidad en cuando a la posición de clase.

145 El visitante local no está discriminado en las estadísticas del Museo Nacional, si bien se puede estimar que en los meses de enero y febrero de 2009 no ingresaron más de 40. La época de más afluencia corresponde al segundo semestre del año (agosto a octubre), cuando las escuelas realizan las visitas guiadas didácticas, ingresando cerca de 300 alumnos locales al mes en días de semana.

Page 111: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

105

Los bienes que se incorporan a partir de la donación de Solares han facilitado, en cambio, acercamientos en cuanto a su uso y disfrute, que no presentan los conflictos detectados en los espacios jesuíticos.

La actual Plaza Solares, centro cívico de la Villa Mercedes que imaginó Manuel Solares, demuestra todos los usos posibles para un espacio público, y ocupa un lugar preponderante en la memoria de los vecinos. Las actividades que se realizan abarcan desde las diarias individuales a las familiares, institucionales y populares masivas. Estas últimas se realizan con un sentido de apropiación del significado del lugar, a conciencia que el paisaje de la plaza y el conjunto jesuítico distingue a la actividad por sobre las otras.

Los posibles cambios en la imagen de la Plaza, crean, en consecuencia, reclamos de participación por parte de los vecinos y de la sociedad que siente que algunos actores con poder en el juego pretenden modificarles un espacio físico y emocional que es referencia de su memoria e identidad.

Es posible que un caso contrario pueda ser ejemplificado con los espacios del Sierras Hotel, un objeto significativo en la memoria del ciudadano del Alto y del Bajo, que evidenció una escasa demostración de apropiación ante su destrucción y la aceptación de la pérdida parcial de su autenticidad e integridad como bien cultural.

Los fijos y los flujos proporcionados por el sistema del ferrocarril en Alta Gracia son importantes, pero la ausencia de un uso actual los relega en la memoria del vecino. Se usan como paso los predios del cuadro de la Estación de Pasajeros, pero casi no se reconocen los elementos del resto del sistema, como los hornos, la cantera, etc. Aunque escapa a los alcances del presente trabajo, es posible verificar la persistencia de las actividades del ferrocarril entre los habitantes del Bajo.

La religiosidad de los vecinos se evidencia en su identificación de bienes como la Iglesia Jesuítica y la Gruta de la Virgen de Lourdes, así como las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Merced. La Gruta aparece como destino de caminatas y paseos, además de un espacio de culto individual y masivo. Espacio controlado, regulado y mantenido por la orden de los Carmelitas Descalzos, ofrece tranquilidad y comodidad para su uso, apreciadas ambas por los visitantes.

En general, si bien la permanencia de los fijos es significativa en el territorio, las mutaciones que se registran en los bienes y en sus entornos suelen ser importantes, por pérdida total o parcial de los objetos, por ausencia del registro de las acciones, por su negación o por las dificultades planteadas para su interpretación. La misma Plaza Solares posee dos monumentos: uno a Juan Nieto como “fundador” y otro a José Manuel Solares como “benefactor”, y a continuación en el espacio surge la Residencia, sede del Museo “Casa del Virrey Liniers”, designación que aunque modificada permanece en la costumbre popular. Las confusiones en cuanto a los procesos y usos originales del territorio son lógicas, trasladándose a la construcción de la identidad del habitante local.

Aun así, el uso se advierte como instrumento indispensable en la construcción de las identidades locales, ya que de él depende la aproximación del individuo al objeto o a la actividad, y la posible apropiación de los mismos en el proceso de estructuración identitaria.

5.2. Reflexión Final: La identidad como sentimiento de afinidad, reconocimiento y apropiación

La identidad y los posibles sentimientos que ayudan a reconocerla se indagaron a partir de solicitar relatos sobre bienes o un sentimiento de afinidad con alguno en particular a nivel individual, y luego acerca de algún rasgo que pudiesen compartir todos los habitantes de Alta Gracia.

Desde lo individual se mencionaron:

Page 112: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

106

Tajamar, como espacio de diferentes actividades a lo largo de la vida “[Me identifico con el Tajamar porque me encanta, lo tengo al lado, lo veo todos los días y es algo que siempre me gusto. Íbamos a jugar todos los días, mi mama nos largaba al Tajamar, nos encerraban afuera. Éramos una banda que jugábamos en el embudo, pescábamos, corríamos carreritas”; E 17].

El barrio (el de hoy, el de ayer)

Los espacios de la ciudad con los que se entabla una relación de apropiación cotidiana, de vida o de trabajo

El conjunto jesuítico como monumento

El conjunto jesuítico como herencia familiar [“la Estancia es historia, el Museo es familia”, E 9]

“El espacio de la Plaza Solares, rodeada de la Estancia y la Escuela Solares; y también el Tajamar” [E 18]

Barrio Sur (Oratorio de los Salesianos)

La inmigración, sus acciones y objetos, y una afinidad con el Barrio Sur

Eventos o bienes que impliquen participación; Corsos, carnavales, Colectividades (primeras).

Y en menor medida se hicieron referencia a:

El ferrocarril

Los Quinchos

El Matadero

La Gruta

El paisaje serrano

El Tajamar como espacio público, quizá no como monumento, es lo que más identifica individualmente a los altagracienses. Espacio seguro de juegos y de sociabilización, relega a la Plaza institucional a segundo lugar como lugar de encuentro. Los relatos sobre el Tajamar son más fáciles de obtener que sobre el resto de los bienes, y la fundamentación de la elección va desde la simple afirmación “porque me gusta” hasta explicaciones complejas del significado del sitio.

El barrio, en el Alto, en el Bajo o en el Centro parece ser para los habitantes una referencia segura, ligada a la familia, desde donde se sale a la mañana y se regresa mas tarde. De la misma manera, se mueven en otros espacios urbanos y privados, en los que no necesariamente se identifican en forma individual (El Sierras Hotel, por ejemplo, el Golf, los museos), pero que frecuentan e incorporan a su memoria cotidiana. En este caso quizás no es el fijo lo que signifique, sino el flujo: ir a trabajar, caminar, recorrer. De la misma manera hay monumentos que se reconocen desde esta condición cultural o desde la dimensión de lo familiar, instancia en la cual se debe recordar que son varias las familias ligadas de esta manera a este sitio en particular y a otros.

La inmigración como flujo, así como la producción ligada a la acción del FFCC aparece vinculada a los espacios de Barrio Sur. No hay flujos identificados para el Alto, espacio que “siempre parece estar de vacaciones” [E 3]. “En el Alto hay mas distancia, el Bajo es más popular, tiene más cercanía entre los vecinos que se conocen de toda la vida” [E 3].

El recuerdo perdurable de Corsos y Bailes, con la acotación “donde se participaba” [E 1], indica que la participación es un instrumento de construcción de identidad, que la mutación o la desaparición de esos eventos ha dejado de lado.

Cabe destacar que los llegados a la ciudad indicaron rigurosamente su condición de tales y que, en consecuencia, su identidad estaba en construcción o en definición.

Page 113: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

107

Por otra parte, guiando la pregunta hacia la identidad compartida por todos los habitantes, las opiniones son diversas. Por un lado están los que han encontrado un lado positivo al indicar que tienen “alma y sentimiento de pueblo casi el 80% de los habitantes, sin la indiferencia de las grandes ciudades” [E11], y en relación a esto se destaca el valor familiar: “la vida familiar, de barrio, aunque no sea el mismo barrio, todo es familiar, en el Bajo y en el Alto” [E 8]. Acompaña a estas afirmaciones la condición de “un pueblo conservador”, con acciones que definen “una manera de no querer cambiar todo” [E 6].

De conservador y cuidadoso en no cambiar todo a cerrado hay un paso. Otros entrevistados no son tan positivos al sugerir que Alta Gracia “es un pueblo cerrado, que critica mucho lo que viene de afuera, que no está acostumbrado al turismo, a pesar de que “hace 100 años que es turístico” [E 7], que coincide en parte con la aseveración acerca de que “vivir en AG supone cierta <chatez mental>, y el rechazar lo extraño es lo que nos une” [E 15], siendo ambas opiniones de “nacidos y criados” en el lugar, sentimiento que comparten, pero del que no siempre hacen apropiación [E 5].

Es verificable mediante las anteriores preguntas que los habitantes admiten una visión sesgada de su historia, “una visión acerca de que el patrimonio es solo lo jesuita” [E 13], y que hay “una falta de involucramiento en el destino de la ciudad” [E 13], cierta “individualidad y reticencia a la participación” [E 18], que lleva posiblemente a “ser inconstantes en cuanto a que defender, cambiando de interés respecto al mismo bien y en el mismo entorno” [E 2].

Ahora bien, también es factible constatar la afirmación sobre que la “religiosidad es un rasgo que comparten” y que posiblemente “un 90% de los habitantes de AG compartan la fiesta de Colectividades” [E 10].

Aun así, es significativo que siete de los dieciocho entrevistados, tras pensar la pregunta, afirmen no encontrar nada que todos los habitantes de Alta Gracia compartan, porque no hay actividades que logren un interés general, y porque “no hay rasgos que identifiquen a la gente de Alta Gracia, porque es difícil, no se identifica con su localidad” [E 4]. Puede darse la situación que la convocatoria a eventos participativos exista, en cuyo caso otro entrevistado indica que “la gente de Alta Gracia es complicada, pueden llegar a compartir porque no les queda otra opción” [E 1].

Sin embargo la y las identidades pueden ponerse en duda o confundirse, hasta sentir que faltan, pero existen. Así como existen rasgos que se comparten, “aunque no se den cuentan, lo que tienen que ver con los orígenes de muchos de nosotros. Muchos de los que están en el Bajo y en el Alto son hijos de inmigrantes, algunos son ellos mismos inmigrantes, lo que ha hecho que muchos hayan elegido en el pasado estar en Alta Gracia. Los que sobresalieron no son nativos, los personajes han venido de afuera. Sin esos simbolismos, sería posible hacer un proyecto en común [E 11]”.

De esto se deduce la importancia de la convocatoria para la participación en acciones que apoyen el proceso de construcción de la identidad local, sin desaprovechar oportunidades. La condición de pueblo y de familia posibilita “una participación que en la actualidad es pasiva, porque se <mal convoca> a la gente. Sin embargo la esencia de ciudad perdura, tiene vida propia” [E 11].

Finalmente, una mirada hacia cual es la imagen de la ciudad que identifica a cada uno, destaca nuevamente la presencia jesuítica posiblemente por el valor de antigüedad, pero acompañada por los espacios que la ciudad debe a las empresas del siglo XIX y a la inmigración (Gráfico 22): La Plaza Solares y El Sierras Hotel, espacio éste que no se incluye en la selección de las identidades individuales, pero que aparece en las colectivas.

Se puede afirmar, en conclusión, que en cuanto a las identidades de los vecinos de Alta Gracia, lejos de ser un fenómeno derivado de una construcción dinámica y en continua reelaboración, estos escogen deliberadamente objetos y hechos a partir de intereses personales o de posición de clases, de conocimiento o de conveniencia en el juego de poder: el legado jesuita, Santiago de Liniers, José Manuel Solares, la Villa del Alto como paisaje urbano, la religiosidad y sus lugares de culto, la inmigración y el trabajo obrero del Bajo, alejando en lo posible, conflictos y tras-escenarios no reconocidos: los enfermos, las crisis económicas, el Che en su etapa de guerrillero, etc.

Page 114: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

108

Entonces, la construcción de la identidad es manipulada desde el propio individuo o desde los personajes que manejan el juego del poder del sitio, seleccionando y desechando elementos, modelando el proceso de acuerdo a los fines, primero sociales y luego políticos, que pretenden alcanzar.

Como se mencionara, la inclusión en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad obligó a reconsiderar cuál era la o las identidades de Alta Gracia, agregando al idílico edificio colonial, el conflicto de los aborígenes, de los negros, de las mujeres y el silenciado mundo de los jesuitas expulsos. Cualquiera de estas reivindicaciones debe encauzarse por el reclamado camino de la participación social y el compartir nuevos conocimientos.

Gráfico 22. La imagen que identifica a Alta Gracia. Fuente: Elaboración propia/Entrevistas

En definitiva, los rasgos de una vida de pueblo, en familia, con tendencia a la religiosidad propiciaron en etapas anteriores una participación activa en el espacio geográfico y social, actitud que perdió continuidad, causando con el tiempo tensiones y antagonismos, que además de cuestionar la capacidad de los vecinos de vivir juntos, no permiten definir como y a partir de que perfil de ciudad se pretende convivir con los demás en el territorio.

Page 115: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

109

CAPÍTULO VI. LAS VISIONES LOCALES SOBRE EL PATRIMONIO: PRÁCTICAS Y REPRESENTACIONES

6.1. Las visiones locales sobre el patrimonio, entre las prácticas y las representaciones socio-territoriales.

En este capítulo se pretende reconocer cuál es la imagen o idea que la sociedad local tiene sobe el patrimonio cultural, qué es lo que los representa a lo largo de las etapas históricas, y cuál es la realidad práctica de dichas representaciones patrimonializadas.

Las posiciones y prácticas de los vecinos se analizaron mediante observaciones en los espacios públicos significativos del sitio de análisis, intentando verificar los usos y sentimientos que los actores establecen con sus fijos y flujos (Anexo 11). Los espacios observados son utilizados diariamente por funcionarios y técnicos de las instituciones vinculadas a la gestión del sitio como Patrimonio de la Humanidad, ya que la Plaza y el atrio de la Iglesia funcionan como espacios de conexión entre las distintas sedes municipales. La plaza es un espacio frecuentado por vecinos, donde se plantean las reuniones que expresan las opiniones ciudadanas, y también un ámbito en disputa para instalar puestos informales de venta artesanal, sitios de información, exposición, eventos turísticos e institucionales, por su directa relación visual y física con la Estancia Jesuítica.

Los bienes culturales tangibles –el Tajamar, la Plaza, la Residencia, la Iglesia, la Torre Reloj, las viviendas y las instituciones-, definen y caracterizan estos espacios públicos, siendo los mismos referentes en las etapas históricas de la ciudad. Algunos bienes intangibles –como las Fiestas Patronales-, fueron observados en su desarrollo dentro de estos espacios, conformando un todo geográfico-social.

Por otra parte, el interés y la perseverancia en organizar eventos en estos espacios a pesar de ciertas oposiciones e inconvenientes, demuestra que son convocantes y una referencia segura en la memoria local. En todo caso esta memoria actúa como memoria-habito, imágenes y costumbres adquiridas y reproducidas automáticamente pero que operan sin una toma de conciencia por parte del ciudadano de Alta Gracia.

Durante el año 2008 y 2009 la Plaza Solares y el edificio de la Iglesia se han transformado en centro de atención por parte de los vecinos, y de posiciones encontradas desde las instituciones hacia proyectos de intervención en estos sitios, algunos realizados (Iglesia Jesuítica), y otros en desarrollo (Proyecto de unificación espacial de la Plaza Solares). Estas mismas circunstancias son las que enmarcan el desarrollo de las entrevistas a personajes claves del sitio, sobre las variables de análisis ya mencionadas.

Se retoman del Marco Teórico los conceptos instrumentales de patrimonio, memoria histórica, espacio social (campo y habitus), espacio geográfico (territorializaciones y territorialidades, rugosidades e inercias, fijos y flujos), e identidades, para aplicarlos en el análisis del sitio de Alta Gracia.

6.2. El Espacio Social

6.2.1. El espacio social en la actualidad desde la visión del vecino: los usos y las actividades en los espacios públicos

Los espacios públicos del sitio evidencian un uso frecuente, familiar y amigable de los mismos en forma diaria, incluso cuando los utilizan en horas de trabajo. Estos espacios, tanto el Tajamar como la Plaza

Page 116: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

110

se entienden como escenario fijos de los usos diarios, así como de aquellos eventos anuales y masivos que programan las instituciones. Esto queda verificado mediante el trabajo de las observaciones en cada espacio público y en las más diversas actividades –Quinchos Estudiantiles, Encuentro de Colectividades, Fiestas Patronales, programación turistica o cultural, diaria, etc. (Imagen 6).

En estos espacios públicos las actividades se cierran sobre sí mismas sin plantear relaciones físicas con otros bienes, fuera de aquellos que utiliza como soporte. Los espectáculos programados tienen relación con el grupo etario, social o cultural –como Quinchos, Colectividades o la programación turistica–, pero no con el entorno y sus tradiciones, el lugar o temas locales, salvo el Museo que los realiza por la misma misión de la institución.

Durante las actividades, el campo visual hacia los demás bienes es escaso, no suelen estar iluminados o destacados, marginando la participación de estos. Tampoco se integran en los eventos acciones que despierten en el publico el interés por mirara o buscar al bien cultural. Los bienes culturales parecen estáticos en relación a la dinámica de la actividad.

En cambio, si se recuerda cómo las Fiestas Patronales o las del Museo enmarcan sus actividades en relación al significado de los bienes, el interés del público se despierta, al menos en apariencia. No obstante, el fijo histórico suele plantear barreras al momento de aproximarse, barreras que se relacionan con lo cultural y lo social, que por una vez la religión supera. Son más los vecinos que participan todavía de las fiestas patronales e ingresan a la Iglesia, que los que asisten a las actividades del Museo. La Iglesia aparece como un referente en el entorno, signo de las creencias populares, de la memoria de la sociedad y de su pasado: en la Fiesta de la Patrona, sociedad, actividad y espacio comparten una relación con las tradiciones que la fiesta implica. El Museo, en cambio, es un recinto de “cultura” que parece no ser para todos, mientras el Tajamar es para todos, incluso cuando se cobra el ingreso y deja de ser espacio público, como en Colectividades. En este caso, los espectáculos centrales programados tienen relación con la difusión del evento y la masividad de la convocatoria, más que el objetivo inicial de plasmar la identidad de cada “colectividad” inmigrante y su fusión en territorio argentino. En este marco, las danzas y su música, así como la gastronomía se constituyen en el referente de cada país, sin establecer la relación con el territorio local que los recibió.

Imagen 6. Actividades observadas y registradas en el Tajamar, la Plaza Solares y los Patios del Museo Nacional [Anexo 11] Fuente: Relevamiento propio

Los bienes culturales edificados y urbanos actúan como soporte de las fiestas, que a su vez se valoran como bienes intangibles. Cada uso –el religioso, el comercial, el recreativo y gastronómico-, utiliza los espacios libres apropiables que permite el predio del Tajamar o de la Plaza.

Las actividades principales observadas en estos espacios nacen en relación a alguna mirada sobre la cultura o la sociabilización del vecino, ocupando adecuadamente el espacio, pero después pierden esa relación, se masifican y comercializan, agrediendo en parte al espacio geográfico que las soporta o desvirtuando al espacio social que las contiene. En la evaluación de estas actividades, según surge de declaraciones y opiniones de los medios de difusión, ciertos actores del juego del poder local dan prioridad al número de participantes por sobre la actividad en sí, o sus efectos sobre el espacio geográfico y social.

Page 117: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

111

Fijos y flujos Recorridos Venta Permanencias Espectáculos Limites fijos

Interés del actor Sonidos Luz Olores

Grafico 23: Observación 4 - Anexo 11. Patios del Museo en actividad cultural. Mapa emocional.

Fuente: Elaboración propia sobre planos PRACH-UMSS, Relevamiento 2008

Grafico 24.: Observación 10 - Anexo 11. Colectividades en el Tajamar Mapa emocional

Fuente: Elaboración propia sobre planos PRACH-UMSS, Relevamiento 2008

Grafico 23

Grafico 24

Page 118: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

112

El público que se congrega depende de quién organiza la actividad, del espacio público y del conocimiento que se posea sobre ella. Así, las actividades fijas anuales y populares en el Tajamar convocan más gente, quizás de clase baja y media, mientras que las programadas en la Residencia todos los meses tienen menor concurrencia (Gráfico 23), proveniente de una clase media y alta.

Salvo contadas ocasiones se verifica el uso del fijo patrimonial sin la consecuente apropiación. Es curioso observar como el uso verbal del espacio hace alusión a la historicidad, mientras el uso físico es especulativo. Este es el caso de la frecuente mención sobre el sitio histórico que se realiza desde del escenario mayor de Colectividades, mientras el Tajamar soporta una carga superior a las 30 000 personas, además de equipamiento de la fiesta (Gráfico 24).

El espacio social del sitio de análisis, entonces, queda definido por las coordenadas históricas de los fijos legados por los jesuitas y los propietarios y por el uso de los residentes del Alto y el Bajo: es decir, de acuerdo a la definición de relaciones según las cuales quienes organizan las actividades están en el centro del espacio social y geográfico, detentan un poder de autoridad (administrativa, política, cultural, religiosa), y establecen incluso si van dirigidas a la elite o a lo popular. Esto indica que el usuario se acerca masivamente cuando el capital económico requerido es menor y el capital cultural que se pone en juego no es relevante.

Las clases sociales del sitio, marcadas por el capital económico y simbólico, responden a la definición de Pierre Bourdieu, incluso entendiendo que la identificación con El Alto y El Bajo no llegue a constituir una clase real, sino probable: la “clase del Alto”, la “clase del Bajo”.

Si el capital cultural está significado en los espacios de la Residencia-Museo, éste no es un espacio contemplado como accesible por las clases bajas, mientras que si las actividades organizadas en los entornos públicos minimizan el capital cultural reduciéndolo a simple escenario, la convocatoria es mayor, quizás porque la masividad anula las distancias que el significante establece.

Este espacio social detenta, entonces un significativo volumen de capital (conjunto de recursos y poderes efectivamente utilizables, capital económico, cultural, social, simbólico), cuya estructura no queda definida, primando un uso limitado y mediocre del capital cultural en función del capital económico, y no a la inversa como se pretende en una planificación para un desarrollo sustentable. En este sentido, la evolución histórica del espacio puede dar cuenta de buenos ejemplos de manejo de volumen y estructura del capital, que no han sido recuperadas

De esta deducción se infiere que un vecino del Bajo, con escasa participación en el juego del poder y en el campo de lucha de clases, ocupa una posición distante a estos espacios, en los que ingresa sin integrarse cuando la ocasión es apropiada. Y es apropiada cuando los que están posicionados en el sitio de análisis así lo deciden. En cambio, los vecinos de Alto, que manejan otros capitales económicos, sociales y culturales, detentan mayores posibilidades de participación, lo que no implica que los utilicen, ya que de hecho lo hacen en una menor medida. Se ha reparado en que el capital cultural en poder de los residentes del Alto no siempre es auténtico, sino que suele ser sólo aparente, como una consecuencia del capital económico y la posición en el espacio geográfico.

En definitiva, cada actividad en estos espacios públicos recrea un campo históricamente significativo: los sitios marcados por el esplendor de la historia 146y su consecuente prestigio, hoy reconocidos internacionalmente como los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En este campo las instituciones locales (Municipalidad, Parroquia y Museo) compiten –y a veces chocan–, por monopolizar el capital cultural sustentado por el legado jesuita y una tradición de turismo de jerarquía. Efectivamente, este capital cultural y simbólico, es por definición un patrimonio común a todos. Como los intereses en el campo son diversos (conservar el patrimonio, sostener valores espirituales, alcanzar resultados exitosos, etc.), los logros y los fracasos se miden en forma diversa, incorporando conflictos al campo. Lo importante es que todos los actores institucionales están interesados por el juego,

146 Alta Gracia Esplendor de la Historia, es uno de los slogans utilizados para la difusión turistica del sitio por la Municipalidad de Alta Gracia, junto a Alta

Gracia, Patrimonio de la Humanidad.

Page 119: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

113

quedando en segundo plano la participación de otros agentes, que en la actualidad se comienzan a manifestar.

El habitus queda definido por los atributos históricos del espacio social en análisis, cuya carga simbólica es tal –por los fijos y flujos acumulados, por las verticalidades y horizontalidades establecidas–, que marcan una identidad aunque el agente no consiga exteriorizarlo. Sin embargo, es parte del habitus que el acceso a este espacio se transforme en rituales establecidos además de las posibilidades diarias. Los participantes de las clases bajas son convocados a usar el campo, invitados a acudir al espacio geográfico y social del sitio en determinadas fechas y no en otras. En esos eventos (Colectividades), el habitus les permite ser dueños del espacio y usarlo, mostrarse, ser visto, llevar a su familia, estrenar ropa nueva, escuchar o bailar su música preferida, comprar objetos de su interés, sin la presión del capital cultural del campo. Otra opción del habitus (las actividades del Museo, por ejemplo), implica eventos con invitaciones postales, recepciones, y distintas preferencias de moda, y están dirigidos a que otra clase, la que baja del Alto, use el campo. El habitus se unifica parcialmente para la Fiesta de la Virgen de la Merced, cuando las prácticas religiosas inducen a que todos respondan al mismo habitus en el mismo campo: todos siguen la misa, todos estrenan ropa, todos escuchan la misma música, todos participan en la procesión y admiran jinetes y caballos, etc.

Retomando el capital cultural, definido en parte por los bienes observados, estos han permitido establecer jerarquías y redes de poder, donde el máximo valor es alcanzado por lo antiguo y perteneciente a los propietarios (lo jesuítico) y en menor medida lo producido en el marco del desarrollo de la villa y la ciudad.

Este capital cultural parece existir en estado incorporado (adquirido, apropiado, acumulado heredado) en forma inconsciente en los sujetos del sitio, como parte de los tras-escenarios. Para transformar este estado en uno más reflexivo, la familia, como habitus tradicional de acercase a los espacio públicos seria una posibilidad. En consecuencia, el capital cultural en estado objetivado, que evidencia los más altos valores en cuanto a calidad y cantidad, originalidad y autenticidad, se soporta en el pasado sin producción actual que lo enriquezca, y lo que es más preocupante aun, sin una activación responsable que permita su transmisibilidad sustentable. Es factible pensar, en consecuencia, que el proceso de contrucción de identidad ha atravesado o atraviesa una etapa de estaticidad, sin la dinamica necesaria para avanzar en relación a la realidad y a los vínculos sociales actuales.

En este caso, los bienes poseen cierta institucionalización, ya que su valor cultural está certificado por las declaratorias de Monumento Histórico Nacional, Patrimonio de la Humanidad y Bien de Interés Municipal. Estos “titulos” permiten al sitio ingresar al campo de los sitios con historia y competir en un mercado turistico cultural en desarrollo.

Se observa, entonces, que se está frente a un capital cultural que proporciona prestigio al capital social, pero que aún no se reconvierte en capital económico, y que en este proceso, el espacio social fuerza al espacio geográfico a adecuarse a ciertos requerimiento y necesidades del mercado regional (el cronograma de festivales cordobeses, por ejemplo), y global (el turismo de “alta gama”).

Finalmente, el poder que conduce el juego es el económico de la mano del poder político. Se advierte aquí el deseo de controlar, modificar e influir en el comportamiento de los demás jugadores del espacio para alcanzar metas a corto plazo, ajenas a los flujos e inercias del sitio. En contrapartida, el poder social, influyente en otras épocas, no alcanza la capacidad necesaria para controlar lo anterior, pero logra mantener cada habitus del lugar, sin evitar conflictos internos y externos.

Por otra parte, las entrevistas indican que los agentes del campo definen su posición en el espacio social urbano y en el juego de poder, cuando éste les interesa. Se puede llegar a inferir que las clases sociales reconocen las características del habitus del sitio de estudio y si bien la condición de clase (ligada a un cierto tipo de condiciones de existencia y de práctica profesional), pueden no llegar a influir en la percepción, la posición de clase (lugar ocupado en la estructura de las clases), si lo hace.

Las condiciones de clases pueden mejorar las posiciones hasta favorecerlas, pero no crearlas en un reducido lapso de tiempo.

Page 120: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

114

Así, cada uno de los entrevistados trata de vincular su posición de clase con el espacio geográfico de residencia, usando en este proceso el capital social y económico del cual dispone, acompañado del cultural y simbólico, aunque no necesariamente. Sí usará estos dos tipos de capital cuando se acerque al área central para participar en el juego de poder, a través de su trabajo o por diversos intereses, en cuyo caso posiblemente el capital económico no resultará significativo.

Existe cierto interés, aunque no uniforme, en la participación en los espacios y juegos de poder, en el cuál se pretende hacer prevalecer el capital cultural y simbólico vs. el político-económico. En este juego prevalecen muchas veces las estrategias y vínculos familiares, y la construcción de otros tantos lazos sociales. Es posible observar que la juventud advierte el juego, participando libremente en algunos casos a partir del capital cultural que posee, mientras construye el capital social y económico. El lugar de trabajo resulta en este caso un espacio válido y consensuado para ingresar al juego, por el respaldo que esto supone.

Finalmente, los entrevistados reconocen la posición que pueden ocupar en el habitus local, eligiendo ejercerla o no de acuerdo a sus intereses en el juego de poder.

Del análisis del momento actual, se pretende retomar una mirada sincrónica sobre el espacio social histórico del sitio, para rescatar definiciones acerca de los conceptos instrumentales en y desde estos espacios.

6.2.2. Espacio social: Rasgos del campo y del habitus en cada una de las etapas históricas del sitio (sincrónico).

Los campos como espacios de poder y conflicto se identifican en Alta Gracia según clases y sus capitales en una primera instancia, tratando de reconocer el capital común que genera el juego de poder.

En la segunda etapa de la ocupación del territorio a partir de la colonia española, la principal huella es la Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767). En esta etapa, el campo está dominado por la clase de los propietarios y su habitus, por sobre la clase conformada por un grupo significativo de trabajadores esclavos, aborígenes y mestizos, de cuyos habitus queda muy escasos fijos. No parece haber en el campo la existencia de un capital común que genere una lucha de poder entre las clases por su apropiación, ya que incluso la producción del territorio en la que ambas clases participan deviene en beneficios solo para los propietarios, en manos de quienes permanece el total control del juego del poder. La realidad de la representación socio-territorial se observa desde la posición de la minoría de los propietarios de la tierra que dominaba el campo.

Gráfico 25. Campo, clases y habitus. Etapa de la Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767). Fuente: Esquema de elaboración propia

Capital común en

juego Estancia

Clase de los propietarios + Capital social (nobleza) -Capital cultural + Capital económico (poder de inversión y político, producción rural) +Capital simbólico (religioso)

Clase de los silenciados - Capital social (valores morales) - “otro” Capital cultural (mestizaje) - Capital económico (mano de obra) + “otro” Capital simbólico (negado)

CAMPO AG

Page 121: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

115

El habitus de cada campo queda marcado por el capital social, con apoyo de la religión y la política: esto define como se siente y se actúa en la época de la colonia. Las costumbres indican un total respeto por las posiciones de clases determinadas por el nacimiento en cada uno de los campos, que definían un tipo específico de habitus. Las diferencias de clases, de raza y religión, eran irreconciliables. En consecuencia los habitus mantenían jerarquías y se resistían al cambio por costumbre. Queda claro que los jesuitas definen un habitus relevante a partir del dogma católico y sus propios fines: la evangelización, la educación, la promoción humana acorde a los campos y habitus de la época, y la producción cuando fue necesaria. Parte de este habitus fue recuperado por otro propietario, José Manuel Solares, siendo el primer vecino del campo que define el juego de poder. Forma parte del habitus la religiosidad, que encuentra fijos y flujos en los cuales arraigarse y reconocerse. La competencia por los capitales en juego está controlada por el orden social y religioso, por lo que los conflictos parecen ser escasos.

La siguiente etapa en análisis es la Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940). El campo no presenta modificaciones significativas, aunque las clases sociales se modifican lentamente a partir de la independencia política y la formación del Estado Nación. En general la clase alta o terrateniente se agrupa, compartiendo su habitus con profesionales y comerciantes. La otra clase, la que ofrece la mano de obra en la construcción del Estado, comparten otro habitus con los obreros, los campesinos criollos y los inmigrantes. Ambas clases se definen por características homogéneas, cuya visión de la realidad parte del acceso a las tierras, las relaciones de parentesco, la cercanía al poder político, que es directamente proporcional a la posición de cada clase en el campo. En Alta Gracia se define la ubicación espacial en El Alto y El Bajo para cada clase, que no se superponen. Para ordenar el juego, se podría decir que una clase se comienza a formar, regulando las reglas del juego de poder: la de las instituciones, cuyos agentes posicionan el juego en el campo de los terratenientes, que es la clase de la cual provienen.

Gráfico 26. Campo, clases y habitus. Etapa de la Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940)

Fuente: Esquema de elaboración propia

El habitus de cada campo mantiene definitivamente las jerarquías de cada uno, las que no son desafiadas por los agentes locales evitando producir cambios, aunque la movilidad puede pasar por las instituciones y sus agentes. La dimensión histórica comienza a participar del habitus, así como la religiosidad y la educación, y el sentimiento barrial y familiar, fomentado por la inmigración. Nuevamente los personajes y empresas que marcan el territorio provienen de otros campos y otros habitus. Los capitales simbólicos comienzan a individualizar a este campo de Alta Gracia por sobre otros campos, reforzando las realidades de los capitales sociales y económicos. El poder ya no es solo social, sino también político, manteniendo la Iglesia Católica un poder asociado a la tradición cordobesa.

Clase de las instituciones + Capital político + Nuevo Capital simbólico (construcción del estado Nación)

Capital común en

juego Turismo (FFCC)

Clase de los terratenientes + Capital social (privilegios para “los de arriba: herencia) -Capital cultural + Capital económico (poder de inversión y político, turismo-manufactura) +Capital simbólico: El Alto (prestigio)

Clase de la mano de obra - Capital social (movilidad para “los de abajo”: trabajo) - Capital cultural (educación) - Capital económico (mano de obra inmigración) + Capital simbólico: El Bajo

CAMPO AG

Page 122: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

116

Capital común en juego

Turismo social Clase media (empleados) y + Capital social (movilidad) + Capital cultural (educación) + Capital económico (mano de obra especializada) - Capital simbólico (¿?)

Clase de los nuevos propietarios: comerciantes y profesionales + Capital social (educación –progreso) + Capital cultural - Capital económico (comercio) +Capital simbólico: El Alto (prestigio)

Clase de las instituciones + Capital político + Capital social + Capital económico

Clase baja (obreros) - Capital social (movilidad) - Capital cultural (educación) - Capital económico (mano de obra) + Capital simbólico: El Bajo (popular)

Capital externo en juego

Industria

CAMPO AG

CAMPO INDUSTRIAL

Una tercera etapa se reconoce con la Ciudad y la industrialización de la región (a partir de 1940). El campo y las clases definen a la fuente de trabajo como condición hegemónica. El campo de Alta Gracia se modifica porque las clases sociales cambian sus intereses en el sitio: en el campo no se verifican fuerzas de producción y la clase de los terratenientes ya no practica los ritos de su habitus en este espacio, y en su lugar se posicionan profesionales y comerciantes como nuevos propietarios. La clase baja queda conformada con obreros y empleados, con algunos nuevos inmigrantes, que frecuentemente trabajan fuera del campo local, dependiendo del campo de la producción industrial. La clase de las instituciones ordena y participa en el juego de poder, apoyada por un Estado nacionalista y protector.

El habitus de cada clase comienza a modificar lentamente jerarquías porque advierte que el campo lo permite, a partir de la condición de nacido y criado, de algún acceso a la formación universitaria y al progreso gracias al trabajo, definiendo la llamada clase media argentina. En esta instancia, la movilidad entre clases es posible gracias a los cambios en la condición de clases, si bien la posición de clases sigue condicionando al agente local.

Gráfico 27. Campo, clases y habitus. Etapa de la Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

Fuente: Esquema de elaboración propia

Son otras, entonces, las visiones que las clases van a construir de su realidad. El capital común local por el que se puede luchar ya no promueve interés, el capital económico en disputa esta fuera del campo. La residencia en el espacio social y geográfico es lo único que retiene a clases y agentes en el campo de Alta Gracia, perdurando en el habitus la ubicación espacial en El Alto y El Bajo para cada clase. La dimensión histórica local pierde jerarquía frente lo nacional, pero permanece la religiosidad el sentimiento barrial y familiar.

No hay en esta etapa personajes y empresas que motiven capitales externos o comunes y la lucha por su apropiación. El habitus de cada agente se concentra en lo familiar y barrial, dejando de lado la dimensión del capital simbólico del campo. El conflicto en el campo puede identificarse con el proceso de aceptar la pérdida del status del destino turístico de la villa, ahora convertida en ciudad dormitorio. Desde el habitus del agente y cada una de sus clases el conflicto en el campo es económico, el poder queda en manos de las instituciones políticas, y el capital cultural queda al margen del juego en el campo. El poder institucional es el que elegirá como capital común al turismo de masas, en desmedro del capital cultural y simbólico del campo, privilegiando el capital político, social y económico.

Page 123: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

117

En la etapa actual (1990-2009), si bien es factible continuar con la denominacion de Alto y Bajo por los espacios geograficos que ocuparon las clases en sus origenes, esta asimilacion espacial no es cerrada. Las clases del Alto y del Bajo, con algunas caracteristicas homogéneas en sí mismas, coinciden en compartir espacios urbanos que las identifican, que son públicos y que en este caso forman parte de ese otro campo marcado por la historia, la monumentalidad y el prestigio, reconocidos internacionalmente como los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que concentra un capital cultural y simbólico, que es por definición un patrimonio común a todos.

Las dos clases del campo local se superponen –social y físicamente–, sobre el segundo campo, que es el espacio de análisis. Como estos campos no controlan capitales económicos que aseguren la subsistencia y desarrollo del sitio, se debe buscar en otros campos el aporte de este capital, que por un lado puede ser el sistema de ayuda social (que a partir de la clase institucional política lucha por los subsidios y prebendas que distribuyen tanto el Estado Nacional como el Provincial); o un campo aún en desarrollo que encuentra como capital común económico en disputa a los recursos naturales, la manufactura tradicional y el turismo cultural, para despertar el interés por el juego en la apropiación del espacio social y geográfico local.

Del trabajo de campo de la presente investigación se puede inferir un interés institucional en el juego de poder politico –ajeno a la conservación patrimonial del campo local y del definido por el sitio Patrimonio de la Humanidad–, y si la competencia existe, agentes e instituciones tienden a conservar y no modificar los habitus, siendo factible la movilidad entre campos como resultado de la construcción de posiciones a partir del capital económico. Desde las clases y campos, la realidad se mira desde la precedencia en la ocupación del territorio y desde los intereses de cada habitus, de modo más individual que de clase.

Gráfico 28. Campo, clases y habitus. Etapa actual (1990-2009). Fuente: Esquema de elaboración propia

El habitus de cada campo parece tener en común la tendencia mantener las jerarquías del campo (que asegura sus ingresos económicos), las que no son desafiadas por los agentes locales evitando producir cambios. Como se afirmara en el análisis del sitio, los agentes tienden a colocar lo personal como colectivo [identidad colectiva], para enfrentar otros campos exógenos. El habitus en el campo de Alta Gracia incorpora la dimensión histórica en las acciones de los agentes, pero no es claro mediante que acciones esto trasciende a la realidad del espacio social y geográfico, dado que siempre personajes y empresas significativas en la historia provienen de otros campos y otros habitus.

Capital común en juego subsidio

Capital común en juego Manufactura tradicional

Recursos naturales

CAMPO en desarrollo?

Clase de las instituciones políticas

- Capital político - Capital social - Capital económico

CAMPO de los Sitios PH Clase del Alto

+ Capital social -+ Capital cultural + Capital económico (poder de inversión y político) +Capital simbólico: El Alto (prestigio)

Clase del Bajo (media-baja) + Capital social + “otro” Capital cultural (menor acceso a la educación superior) - Capital económico (mano de obra) + “otro” Capital simbólico: El Bajo (popular)

Capital común en juego Espacios Públicos

++Capital cultural ++Capital simbólico

CAMPO de la Ayuda Social?

CAMPO AG

Page 124: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

118

Grafico 29. Estudios Cursados por los encuestados

Fuente: Elaboración propia/Encuestas

Grafico 30. Profesión/Ocupación de los encuestados

Fuente: Elaboración propia/Encuestas

Algunos rasgos que condicionan al habitus en la actualidad pueden ser los estudios realizados y la profesión o trabajo que se ejerce. En el desarrollo de las encuestas (Anexo 12), el interrogante respecto a los estudios estaba destinado a establecer una relación entre el conocimiento formal y el reconocimiento del sentimiento de identidad respecto a los bienes culturales del sitio (Gráfico 29).

Se advierte que todos los encuestados han cursado algún estudio: un 13% primario, 36% bachillerato, mientras que un 23% posee alguna formación profesional y otro 28% alcanzaron estudios universitarios, siendo equiparables los porcentajes entre el Alto y el Bajo de acuerdo a las posibilidad de acceso a las distintas instancias educativas. Se deduce que en algún momento del proceso educativo se insertó información sobre los eventos históricos de la ciudad, o incluso sobre la problemática del patrimonio cultural. Es posible que estas referencias no fueran suficientes para resolver las dos preguntas anteriores.

A continuación, la pregunta sobre la profesión u ocupación (Gráfico 30), tratando de deducir si éstas pueden influir en la apreciación de los bienes culturales, indica que la presencia de docentes es baja, alcanzando solo un 12% de residentes en el Alto, siendo más numerosos los autónomos con un 22% y los jubilados con un 25%, que predominan en el Alto y el Bajo, respectivamente. Los empresarios se ubican en el Alto y los comerciantes en el Bajo y el Alto, compartiendo espacios con los empleados. La presencia del ama de casa es nula en el Alto, indicado la permanencia de antiguos elementos del habitus. Los datos coinciden con la lectura del espacio social y geográfico realizado en la identificación del sitio a lo largo del Capítulo IV y con los discursos de las entrevistas.

Los atributos históricos definen cada clase y cada campo y al espacio social en análisis. En todos los casos la presencia o la ausencia del capital simbólico es importante y marca los fijos y flujos, establece redes verticales y horizontales, pero no siempre se exterioriza en la identidad del agente que integra el campo.

Otro rasgo del habitus son los rituales de uso de los espacios públicos, marcando el poder de cada campo a través del uso de sus capitales, separando y uniendo clases empleando o negociando el poder.

El uso –que implica acción y participación–, revela el interés por este capital común en juego, cuando los espacios corresponden al campo de los sitios Patrimonio de la Humanidad. Las consultas acerca de la diversidad de usos posibles en estos espacios indican que los vecinos entrevistados aceptan otros usos para los espacios públicos si se controla la magnitud del evento y se cuida la temática de los mismos, es decir, si se evitan los eventos masivos. Incluso hay algunos entrevistados que señalan que el problema no es que uso se aplique “mientras se regule, se tenga consenso, se tengan pautas claras, y no exista flexibilidad en la aplicación de las ordenanzas” [E 12]. Es decir siempre que las reglas de juego y sus estrategias se respeten.

En la selección de las opciones en cuanto a usos e intervenciones, los “llegados” son más conservadores que los “nacidos y criados”. En definitiva hay usos que, por ejemplo el turismo y sus dinámicas requieren, pero que el vecino parece no estar de acuerdo en aceptar para sus espacios geográficos y sociales. Los vecinos incluso reconocen que hay elementos con los cuales no se identifica, pero que se venden como culturales porque son una “oportunidad de desarrollo.” Pero

Page 125: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

119

también advierten que hay otros espacios, que son históricos y públicos, que no se cambian, ni se comercian ni se venden.

En esta última etapa de análisis del sitio, los capitales sociales que asignan valores determinados espacios geográficos, parecen desdibujarse, quizás porque el capital económico juega desde afuera del campo local, de la mano del capital político. Esto implica que las reglas del juego de poder no se socializan localmente, marginando los habitus de los agentes y sus clases.

Del análisis del momento actual, se pretende retomar una mirada sincrónica sobre el espacio geográfico histórico del sitio, para rescatar definiciones acerca de los conceptos instrumentales en y desde estos espacios.

6.2.3. Espacio social: Síntesis de los rasgos de los campo-habitus que han construido o construyen relaciones identitarias (Diacrónico)

El habitus, como conjunto de modos de ver, sentir y actuar según Pierre Bourdieu, es un concepto instrumental que aporta al análisis sincrónico de la visión local sobre el patrimonio cultural que posee el sitio.

Una síntesis del ítem anterior puede indicar para cada etapa los rasgos de los habitus que integran los campos identificados, es decir las estructuras sociales internas y externas que se pueden distinguir como particulares de los agentes locales.

En consecuencia se proponen los siguientes rasgos de los campos-habitus y una consideración acerca de su influencia en la construcción de relaciones identitarias, primero en:

a. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

- La representación del “propietario” como referencia del habitus (el que guía la estrategia del juego)

- La labor de la Orden de la Compañía de Jesús: la evangelización, la educación, la promoción humana, y la producción (el modelo de estrategia)

- Trabajo rural de la primera clase baja (esclava, conchabada, criolla: una conducta como estrategia en el juego)

Estos rasgos de los habitus de la etapa –donde el habitus del propietario referencia el habitus de los que obedecen–, generan fijos y flujos que han conformado la base de las rugosidades e inercias que hoy se reconocen como referentes de la identidad local. Reconocidos o no, estos rasgos establecen a lo largo de la historia las relaciones que va a caracterizar al lugar como tal: la producción especializada, la mano de obra especializada, la religiosidad unida a la educación. En ellos se recupera cierta intención de promoción humana mediante la religión, el trabajo y la educación, que podía llevar a una mejora de la calidad de vida de los agentes locales, siempre en el marco de las prioridades de cada época.

b. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

- La labor previa de José Manuel Solares: educación, justicia, institucionalización y producción (el modelo de estrategia)

- La representación del ocio de la clase de los terratenientes como referencia del habitus del Alto (los que guían la estrategia del juego)

- El trabajo de servicio y de producción de la clase baja (inmigrantes) como referencia del habitus del Bajo (una conducta como estrategia en el juego)

Page 126: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

120

- La religiosidad y la tradición en relación a los espacios legados por la Orden de la Compañía de Jesús y los nuevos construidos (los valores en la estrategia del juego)

En esta etapa, los habitus de las clases, aunque dependientes, comienzan a separarse. Los fijos y flujos que se incorporan van a definir rugosidades e inercias valiosas, pero que no siempre integran todas las relaciones de identidad por parte de las clases del campo. El ocio y sus servicios marcan estos habitus, permaneciendo la religiosidad unida a la educación.

c. La Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

- La representación de “los nuevos propietarios” como herederos de la referencia del habitus del Alto (los que guían la estrategia del juego?)

- La decadencia del capital económico en el campo local: la ciudad dormitorio (ausencia de un modelo estratégico)

- El trabajo de los obreros y empleados de las clases media y baja fuera del Bajo de Alta Gracia (una conducta como estrategia en el juego)

Los habitus heredados se modifican y pierden atributos, al mismo tiempo que los fijos ingresan en una etapa de decadencia y/o sustitución. A la vez los flujos pierden continuidad y en este proceso, la construcción de rugosidades se dificulta, así como la continuidad de las inercias precedentes en el territorio. El interés por el juego traslada su centro de lucha fuera del campo local, por lo que la mano de obra especializada local produce, pero para otro campo. La religiosidad y la educación se mantienen como rasgos de los habitus locales, advirtiéndose en esta etapa una escasa producción en cuanto a construcción de relaciones de identidad.

d. La ciudad actual (1990-2009)

- La permanencia de las costumbres tradicionales como representación de un “habitus histórico” que identifica al campo (los que guían la estrategia del juego?)

- La religiosidad y la tradición en relación a los espacios legados por la Orden de la Compañía de Jesús y los construidos en la Villa (los valores en la estrategia del juego).

En esta etapa es posible que el agente establezca conscientemente su visión del mundo, es decir, su habitus. Se recuperan o se restablecen aquellas visiones sociales del campo para afirmar su acción en el, según sus intereses en cuanto a prestigio, posición, condición, etc., pero no modelo ni conducta a seguir. Los fijos adquieren notoriedad por su valor histórico-cultural, pero los flujos no alcanzan similar reconocimiento. De esto se deduce que las relaciones de identidad que se construyen son parciales e incompletas, sin alcanzar a interpretar correctamente las rugosidades e inercias del territorio. Así, si la religiosidad es un rasgo de identidad de los habitus locales, no se relaciona con sus flujos e inercias correspondientes, sino con aquellos fijos de mayor relevancia y aceptación.

Sobre lo anterior las entrevistas indican la relevancia de la religión [E10] en el habitus del vecino, lo que concuerda en la selección de espacios religiosos que realizan en entrevistas y encuestas, así como la participación en las Fiestas Patronales de la Virgen de la Merced, registrada en la Observación 3. En especial en las entrevistas se advierte la importancia de los fijos en el habitus, así como la omisión de los flujos.

En esta instancia, intentando una mirada diacrónica sobre habitus y campos, es posible recuperar algunos rasgos del espacio social como vínculos cuya continuidad participan en la identidad del sitio (Cuadro 9):

- Un habitus de clase como referencia que marca las leyes del juego para los demás habitus [el de la producción rural, el ocio, el ferrocarril, las instituciones]: el que guía la estrategia del juego.

Page 127: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

121

- La representación de un “personaje” que impulsa la empresa y marca una época, del cual el campo depende [los propietarios, la Compañía de Jesús, José Manuel Solares, la Compañía de Tierras y Hoteles, el Estado Municipal]: el modelo de estrategia.

- La religiosidad ligada a la vida familiar como habitus, del cual parten los valores sociales [los primeros propietarios, sus familias y la Virgen de Alta Gracia; la Orden de la Compañía de Jesús, las familias de los negros y los criollos; José Manuel Solares, su familia y herederos y la Virgen de la Merced; la Villa, las familias del Alto y la Virgen del Lourdes; la ciudad, las instituciones, las familias del Bajo y el Oratorio de los Salesianos y la Capilla del Divino Niño; etc.]: los valores en la estrategia del juego.

- El trabajo y la educación ligados al capital social y económico, como modo de promoción social [la Orden de la Compañía de Jesús, José Manuel Solares, el Estado Municipal?, el Instituto El Obraje?]: una conducta como estrategia en el juego.

Excepto la religiosidad, estas relaciones diacrónicas no son habituales en el sitio, quizás porque evidencian procesos prósperos y su posterior pérdida, la construcción de valores que se diluyen, etc., es decir, demostración de crisis y conflictos que este agente en particular evita reconocer en la representación de la historia de su campo. La estrategia del habitus, en conclusión, es obviar los conflictos del pasado, buscar un guía que proponga la estrategia en el campo que pueda servir de modelo, y de no ser posible, custodiar pasivamente las conductas y costumbres, hasta que algún agente-personaje diseñe un nuevo modelo a seguir.

Cuadro 9. Rasgos de los habitus (diacrónicos) y la construcción de relaciones de identidad (sincrónicas) Fuente: elaboración propia

Hab

itus

diac

róni

ca

Etapas históricas del Sitio de Alta Gracia Relación Sincrónica

La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

La Ciudad y la industrializa-ción de la región (1940-1990).

La ciudad actual (1990-2009)

1.el

que

guí

a la

est

rate

gia

del j

uego

La representación del “propietario” como referencia del habitus

La representación del ocio de la clase de los terratenientes como referencia del habitus del Alto

La representación de “los nuevos propietarios” como herederos de la referencia del habitus del Alto

La permanencia de las costumbres tradicionales como representación de un “habitus histórico” que identifica al campo

Un habitus de clase como referencia que marca las leyes del juego para los demás habitus [el de la producción rural, el ocio, el ferrocarril, las instituciones]

Page 128: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

122

2. e

l mod

elo

de e

stra

tegi

a La labor de la Orden de la Compañía de Jesús: la evangelización, la educación, la promoción humana, y la producción

La labor previa de José Manuel Solares: educación, justicia, institucionaliza-ción y producción La Compañía de Tierras y Hoteles

Los Herederos de Solares hasta los Lozada

El Estado Municipal

La representación de un “personaje” que impulsa la empresa y marca una época, del cual el campo depende [los propietarios, la Compañía de Jesús, José Manuel Solares, la Compañía de Tierras y Hoteles, el Estado Municipal]

3. lo

s va

lore

s en

la e

stra

tegi

a de

l jue

go

La religiosidad y la tradición en relación a los espacios legados por la Orden de la Compañía de Jesús y los nuevos construidos

La religiosidad y la tradición en relación a los espacios legados por la Orden de la Compañía de Jesús y los construidos en la Villa

La religiosidad ligada a la vida familiar como habitus, del cual parten los valores sociales [los primeros propietarios, sus familias y la Virgen de Alta Gracia; la Orden de la Compañía de Jesús, las familias de los negros y los criollos; José Manuel Solares, su familia y herederos y la Virgen de la Merced; la Villa, las familias del Alto y la Virgen del Lourdes; la ciudad, las instituciones, las familias del Bajo y el Oratorio de los Salesianos y la Capilla del Divino Niño; etc.]

4. u

na c

ondu

cta

com

o es

trat

egia

en

el j

uego

.

Trabajo rural de la primera clase baja (esclava, conchabada, criolla)

El trabajo de servicio y de producción de la clase baja (inmigrantes) como referencia del habitus del Bajo

El trabajo de los obreros y empleados de las clases media y baja fuera del Bajo de Alta Gracia

Obreros y empleados públicos

El trabajo y la educación ligados al capital social y económico, como modo de promoción social [la Orden de la Compañía de Jesús, José Manuel Solares, el Estado Municipal?, el Instituto El Obraje?]

Page 129: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

123

6.3. El Espacio Geográfico

6.3.1. El Espacio geográfico en la actualidad desde la visión del vecino: rugosidades e inercias

Las rugosidades e inercias dinámicas del sitio se han identificado en el Capítulo IV y de su situación en la actualidad del sitio dan cuenta, por ejemplo, las observaciones realizadas (Anexo 11).

En principio, los ciudadanos consideran espacios públicos aquellos a los que puede acceder libremente, y que a su vez poseen una carga simbólica específica, entre otras variables. Éste es el caso de los espacios públicos y semi-públicos que se observaron en el sitio de análisis. En ellos se encuentran bienes culturales diversos, entre los cuales más de 200 bienes inmuebles y espacios urbanos dentro del área de protección están reconocidos jurídicamente como de valor cultural. Los ciudadanos solo parecen extender esta consideración a los edificios y espacios más antiguos, dificultándoseles a las instituciones involucradas en su gestión una compresión integral de la diversidad de este patrimonio territorial.

En consecuencia, estos atributos del habitus obstaculizan la posibilidad de identificar las relaciones entre los agentes y los bienes en el marco de las actividades observadas, ya que los participantes no miran o preguntan sobre lo que los rodea, y a su vez, este entorno no proporciona oportunidades de interpretación, además de la que, a propósito, establece el habitus. Las actividades tampoco están diseñadas para este propósito, y por el contrario se ubican casi siempre de espaldas a las visuales más importantes de los bienes culturales del sitio. Esto sucede en el caso de los Quinchos estudiantiles o de Colectividades, donde en el campo visual quedan la Torre Reloj y los plátanos del Tajamar, situándose de espaldas a la Residencia.

Las actividades en general usan un espacio “fijo”, sin la connotación que suponen los fijos [estancia, villa] propuestos por Milton Santos. No parece existir vínculos con las rugosidades e inercias, y el aporte posible a la memoria de los individuos no alcanza a la memoria social. En el caso de las Fiestas Patronales, como actividad tradicional la situación varía: usan el espacio como un fijo, pero generando rugosidades e inercias, y aportando a la memoria individual y social. Pero incluso en éste caso las mutaciones mayores en el habitus se observan en cuanto al avance de micro actividades económicas, ajenas a la esencia de la actividad principal.

Lo positivo de cada actividad se puede establecer en relación a la vinculación que su temática propone con los valores del sitio y en el impacto que produce en el mismo. Las Fiestas Patronales por ejemplo, son moderadamente positivas por su carácter tradicional y por la permanencia en el tiempo y el espacio, sin generar conflictos en la actividad diaria de la ciudad; y porque la participación masiva pero controlada en un corto tiempo cualifica al espacio, causando un impacto leve, y reforzando el carácter patrimonial del sitio, es decir sus rugosidades e inercias.

En el caso del Encuentro de Colectividades (Gráfico 32), se plantea la relación entre un fijo (el Tajamar) y una inercia dinámica (la inmigración), no alcanzando a evidenciar las rugosidades creadas. No hay alusión a otros fijos del entorno [estancia, villa], salvo la Torre Reloj, símbolo del encuentro. El uso del fijo parte de su potencial como referente de historia, prestigio y significado, sin atender a las limitaciones que éstas condicionantes suponen. El aporte a la memoria de los individuos que concurren al evento es indudable, aunque no parece que construya identidad social-cultural. Es positivo el sentido original del evento, la diversidad frente la globalización, sentido desdibujado a lo largo de las ediciones. Desde el punto de vista del impacto de la actividad en el espacio, este es grave, complejo en cuento a su evaluación, llegando a comprometer los valores culturales del sitio, tanto física como socialmente.

Y quedan los demás eventos ocasionales, que usan los fijos [estancia, villa], pero sin vincularse con rugosidades e inercias ni aportando a la construcción del territorio. Si bien el impacto de la actividad en el espacio es leve, el sentido de identidad que se aprecia es prácticamente nulo o escaso.

Page 130: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

124

Las observaciones en los espacios semi-públicos de la Residencia (Gráfico 31) indican que estos eventos utilizan los fijos para establecer relación con los flujos e inercias del pasado y las rugosidades ausentes en las miradas actuales. El impacto de la actividad en el espacio geográfico es leve, pero es más que suficiente en el espacio social, aunque participen pocos actores. El sentido de identidad que se aprecia es importante. Es positivo el uso del espacio como soporte y escenario de muestras temporarias conflictivas, compartiendo espacios con la colección permanente, pero complejizando el discurso museográfico y la actitud del visitante. Se plantea otra mirada hacia las rugosidades y fijos del territorio más reconocidos por la comunidad. En este caso es negativa la ausencia de otros actores sociales en la misma, y la escasa relación con otros espacios públicos.

Grafico 31: Observación 4 - Anexo 11. Patios del Museo en actividad cultural

Mapa emocional. Fuente: Elaboración propia

sobre planos PRACH-UMSS, Relevamiento 2008

Grafico 32: Observación 10 - Anexo 11. Colectividades en el Tajamar Mapa emocional. Fuente: Elaboración propia

sobre planos PRACH-UMSS, Relevamiento 2008

Las rugosidades son evidentes en el sitio de análisis, donde espacios rurales y urbanos se acumulan, se suprimen y se superponen con el paso del tiempo. Aunque expuestas a la vista y utilizadas, las rugosidades del sitio no son de fácil interpretación para el vecino o el visitante. Los fijos resultan aislados entre los flujos contemporáneos, impidiendo recomponer horizontalidades. Las actividades investigadas ponen en juego lo cotidiano de estas rugosidades sin recuperar la posibilidad de promocionar los múltiples eventos concurrentes en el espacio geográfico a lo largo del tiempo en este sitio.

Estos testimonios del pasado contienen a las inercias dinámicas del territorio, que tampoco son expuestas en estas actividades, salvo la asociación a los flujos inducidos por la inmigración en el territorio, mano de obra y culturas nuevas que se adaptaron a campos y habitus ya construidos. En consecuencia no se llega a producir esa dialéctica entre acciones nuevas y viejas. Los nuevos flujos que presentan los eventos no utilizan integralmente los fijos que han permanecido, pero se esfuerzan por formar parte de verticalidades prestigiosas: redes de posibilidades y oportunidades en el espacio nación y en el globalizado, como por ejemplo los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad.

Espacios de permanencias Espacios de recorridos Actores participantes Actores principales Orientación del centro de interés Exposiciones/ventas Sentido del recorrido más frecuente Otros usos

Page 131: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

125

Del análisis del momento actual, se pretende retomar una mirada sincrónica sobre el espacio geográfico histórico del sitio, para rescatar definiciones acerca de los conceptos instrumentales en y desde estos espacios.

6.3.2. Espacio geográfico: Rasgos de los procesos de territorialización y territorialidades, fijos y flujos en cada una de las etapas históricas del sitio. (Sincrónico)

El territorio, con proceso dinámico (territorializacion) y pasivo (territorialidades), conserva fijos y flujos que son resultado de la acción humana. Su identificación, según Milton Santos, permite analizar finalmente los significados y los valores de los lugares.

La primera etapa de referencia del sitio en este análisis es la Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767), incluida a los fines del estudio del territorio en un período más prolongado definido como el territorio como sistema espacial productivo: Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba y otros propietarios (1643-1767 / 1868).

La territorialización está ligada a la dinámica de la producción rural (1588-1868), que comienza a ser significativa a partir de la acción jesuítica; mientras que la territorialidad podría identificarse–en forma muy concreta con la Estancia y territorio en propiedad de la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767). Esta territorialidad “jesuítica” actúa a partir de fijos y flujos en el territorio que permanecen en parte hasta la actualidad.

Gráfico 33. Fijos y Flujos, Rugosidades e Inercias. Etapa la Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767), Fuente: Esquema de elaboración propia

Verticalidades Horizontalidades Otras Estancias Jesuíticas

Fijos Casco de la Estancia Jesuítica de AG Puesto de la Estancia Pueblos originarios Flujos Producción agrícola Producción ganadera Producción Textil Producción manufacturera artesanal Proceso evangelizador

Rugosidades Ciudad Capital Estancia Jesuítica de AG Inercias Dinámicas Producción rural

Page 132: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

126

Son flujos en este período la producción rural y artesanal (diversificada en cereales, ganado, textiles, manufacturas varias, etc.), que desde los fijos (la estancia, sus elementos para la producción y los puestos), se trasladan a otros fijos similares (las demás estancias de la Orden en red con el Conjunto Jesuítico de la capital), determinando el valor productivo del territorio primero y la significación histórica en periodos posteriores.

Al flujo de la producción se asocia el de la misión evangelizadora de la Orden religiosa al modificar significados y símbolos de las poblaciones originales, flujos que son seguidos por otros procesos políticos, que finalmente detienen los flujos y la inercia de la producción.

La segunda etapa del sitio corresponde a la Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940), que se enmarca en este caso en el siguiente período territorial definido como el Sitio de estudio como sistema espacial urbano: Alta Gracia, villa turistica y ciudad, hasta la actualidad. (1868- 1940 /2008)

Puede afirmarse que la territorialización se identifica con el desarrollo del ferrocarril y sus empresas, que en Alta Gracia es transporte de producción, de pasajeros, de turistas, operaciones urbanas y de ocio, y emprendimientos mineros; mientras que la territorialidad se concentra específicamente en la villa como destino turístico, ligado al FFCC (1900-1930).

Gráfico 34. Fijos y Flujos, Rugosidades e Inercias. Etapa la Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940)

Fuente: Esquema de elaboración propia

Fijos Casco de la Estancia Jesuítica de AG Arq. y Urbanización de la Villa Obras del FFCC Flujos Producción del FFCC Producción agrícola-ganadera FFCC Turismo Inmigración Fijo – Flujo Estado Municipal

Rugosidades Ciudad Capital Estancia Jesuítica de AG Villa: el Alto y el Bajo Inercias Dinámicas Empresas del FFCC

Verticalidades Otras Estaciones del FFCC Horizontalidades

Page 133: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

127

Fijos son las obras del FFCC y la urbanización de la villa con su nueva arquitectura [viviendas, hoteles (Sierras Hotel), parques, etc.], mutando el espacio de rural a urbano. Entre ellos se esconden fijos no reconocidos, como los hospitales. Un mixto de fijos y flujos asumen los objetos y acciones del estado Municipal y de las propias empresas del FFCC.

Los fijos de esta etapa y los de la anterior son los que el vecino selecciona, por ejemplo en las encuestas y entrevistas. De los resultados de las encuentras se puede inferir que la posición en el espacio geográfico y social incide en la apreciación del bien cultural tangible como referente: la cercanía al bien lo transforma en parte de la memoria individual. El Tajamar Jesuítico y el Sierras Hotel son los referentes de la memoria del sitio, representando su pasado, y en parte su futuro. Este tiempo futuro aparece como indefinido, influenciado por políticas y eventos actuales, relacionando su desarrollo con la cultura, pero sin certeza en cuanto a proyectos viables.

Los espacios que se viven a través de juegos o el simple transitar, lo que se ve en esos recorridos, ocupan la memoria de los altagracienses (Gráfico 35). Hay una concentración de hitos en el espacio central donde se ubican el conjunto jesuítico, el Instituto Misericordia y el Reloj Público. Hacia el Bajo aparece la Casa de la Cultura (pero no la Plaza Solares), el Cine Monumental Sierras sobre calle Belgrano hasta llegar a la estación del Ferrocarril. Hacia el Alto, el Sierras Hotel. La mención de casas viejas hace referencia al tejido urbano que rodea a los hitos, compuesto mayoritariamente por viviendas, entre las que destacan la villa de calle Brasil y Roldan.

Las etapas históricas representadas son claramente las rugosidades correspondientes a esta etapa de análisis (la villa superpuesta a los jesuitas), pero considerando solo fijos en la rugosidades y no inercias dinámicas. La ausencia en la consideración de los sistemas del territorio y sus formas de producción como parte de la memoria es reveladora de modos de mirar y recordar.

Gráfico 35. Hitos y espacios de referencia en la memoria de los encuestados en relación al sitio de análisis Fuente: Plano de la Ciudad de Alta Gracia, 2006. Pagina Web Oficial de la Municipalidad de Alta Gracia. Grafico de elaboración propia

Page 134: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

128

Retomando la síntesis, son flujos la producción asociada al ferrocarril, el transporte de esa producción y el turismo y los turistas, la inmigración, que usan y ocupan las vías férreas, las canteras, las viviendas, los hoteles, etc.

Pero sólo la inmigración como proceso ha marcado una huella que se ha convertido en rugosidad, según las encuestas, lo que se evidencia en una relación de identidad algo débil pero actualizada en el espacio de homenaje: la Plaza de los Inmigrantes de Barrio Norte. El ferrocarril no presenta un reconocimiento claro, ya que nunca se mencionan sus componentes (Estación, canteras, viviendas, hospital, hoteles), si bien el vínculo debiera reflejarse en el Sierras Hotel y en las viviendas de chapa de la calle Avellaneda donde se ubica la Casa-Museo del Che.

La última etapa en estudio en el sitio corresponde a la Ciudad y la industrialización de la región (a partir de 1940), que continúa enmarcada en el mismo periodo de larga duración designado como el Sitio de estudio como sistema espacial urbano: Alta Gracia, villa turistica y ciudad, hasta la actualidad (1868- 1940 /2008).

En esta última etapa la territorialización se adhiere y participa activamente de la dinámica empresaria del FFCC, y comparte su suerte cuando esta inicia su decadencia en la segunda mitad del siglo XX. Los procesos productivos se alejan del sitio, por lo que la territorialidad se sintetiza en la villa como ciudad dormitorio (1955-1980).

Gráfico 36. Fijos y Flujos, Rugosidades e Inercias. Etapa la Ciudad y la industrialización de la región (a partir de 1940)

Fuente: Esquema de elaboración propia

Fijos Casco de la Estancia Jesuítica de AG La Villa Nuevos Barrios Flujos Producción agrícola-ganadera Transporte rutas nacionales y provinciales Turismo social Fijo – Flujo Estado Municipal

Rugosidades Ciudad Capital Estancia Jesuítica de AG Ciudad: el Alto y el Bajo, el Llano Inercias Dinámicas Empresas del FFCC Producción rural Producción Industrial

Verticalidades Otras villas serranas turísticas Horizontalidades

Page 135: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

129

Son fijos los elementos que se agregan a la rugosidad urbana preexistente (viviendas, comercios, instituciones), pero ya no responde a un modelo en el diseño del paisaje urbano. La ciudad, cuya organización se asocia al poder político y social, comparte de modo arbitrario los planes y programas del estado nacional o provincial, sin definir el modelo de ciudad que se pretende desarrollar.

Sin un modelo productivo, la ciudad se convierte en centro de servicios y residencia de los obreros que trabajan en otros campos, como la capital provincial. En esta etapa los flujos responden al comercio local y a la industria externa, encontrando escasos fijos en los que instalarse dentro del área.

6.3.3. Espacio geográfico: Síntesis de los rasgos de las rugosidades e inercias dinámicas, a partir de los fijos y los flujos, que han construido o construyen relaciones identitarias (Diacrónico)

A partir de fijos y flujos es posible reconocer las rugosidades e inercias dinámicas, como lo que permanece y lo que fluye y se proyecta en el territorio, intentando en esta instancia una primera relación con el espacio social. Se pueden reconocer los siguientes en función de los rasgos que pueden aportan al proceso de construcción de la identidad del campo local.

a. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

- La Estancia Jesuítica como rugosidad y el proceso productivo rural como inercia, así como la religiosidad ligada al trabajo

En la primera etapa del sitio es clara en cuanto a la viabilidad de identificar como las rugosidades se depositan por superposición directa al territorio natural, quedando definidas las huellas del sistema de producción jesuítico: la estancia como modelo de producción. Esta facilidad podría vincularse a un campo social con escasas reglas, pero claras y comprensibles por todos, y además la existencia de un habitus de clase como referencia que marca las leyes del juego para los demás habitus, siendo fácilmente interpretable que es la Compañía de Jesús el “personaje” que guía la estrategia del juego. Por medio de circulaciones de personas y mercancías esta primera rugosidad rural se vincula con la rugosidad principal del territorio: la ciudad de Córdoba, capital a su vez de la Provincia Jesuítica del Paraguay.

Es históricamente reconocido que la actividad productiva rural de la Compañía de Jesús definió y fortaleció la inercia dinámica del territorio, y que este efecto permaneció. En particular, esta inercia parece ser estimulada por fines específicos, como la educación, es decir que hay conductas y valores particulares asociados a la estrategia del juego, situación que más tarde reiterará José Manuel Solares como propietario. Nace aquí la religiosidad del sitio, quizás como flujo, seguramente como valor social a emplear en el juego del campo.

b. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

- La gestión previa de José Manuel Solares como inercia: educación, justicia, institucionalización y producción

- Las empresas del Ferrocarril Central Argentino y la Compañía de Tierras y Hoteles como agentes de construcción de fijos y promoción de flujos

- El trazado urbano de la villa y el barrio, y la arquitectura como rugosidad, con la gestión y los servicios municipales como inercias, así como la continuidad de la religiosidad.

- El Sierras Hotel como rugosidad, con el turismo y sus servicios como inercia dinámica (ocio)

Pasando a la segunda etapa las rugosidades principales son los trazados, la trama y el tejido de los dos principales barrios históricos que definirán el paisaje del espacio urbano: El Alto y el Bajo, y al medio la estancia, las instituciones y el comercio. El paso de lo rural a urbano queda claramente

Page 136: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

130

marcado por la influencia del habitus de una clase, que es la referencia que los demás agentes del sitio siguen. El cambio se realiza sin conflictos aparentes, porque el modelo es claro, y el juego en el campo mantiene conductas y valores, como el trabajo y la religiosidad, afines por otra parte a los ideales propios del Siglo XIX.

Las inercias dinámicas de esta etapa devienen de las inversiones de las empresas del FFCC, mientras la inercia rural precedente queda parcialmente marginada por lo urbano. La dinámica de lo urbano progresa y avanza porque se reitera la misma contingencia que la etapa anterior: “el personaje” que guía y define el modelo, es decir el FFCC, propone una estrategia sobre el campo cuyas pautas son interpretadas y seguidas por las clases sociales, sus habitus y sus capitales.

c. La Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

- La ciudad y sus nuevos barrios hacia el llano, que no constituyen rugosidades relevantes, mientras que las rugosidades históricas inician un lento camino hacia su valoración como capital cultural, a partir de gestiones que como flujos nunca llegan a devenir en inercias o redes territoriales

- Ausencia de inercias dinámicas en el campo

Como última etapa, la villa deviene en ciudad, el espacio social y geográfico en paisaje urbano. Las rugosidades del territorio jesuítico inician un lento proceso de reconocimiento de su singularidad y significado histórico, que a la vez proporciona la interpretación de una inercia dinámica: la estancia documenta el proceso de colonización iberoamericano, desde la merced, la incipiente producción rural, el apogeo agrícola ganadero de la mano de los jesuitas, un periodo intermedio como Hacienda del Rey, destino de actores destacados del proceso de emancipación del virreinato a la república, su función de núcleo generador de la villa urbana, la llegada del ferrocarril y sus inversiones y la inmigración, más tarde asentamiento turístico jerarquizado, que queda enmarcado en una incipiente ciudad industrial. Para esta época el habitus que guía está en duda y el modelo ya no existe, porque no hay “personaje” que impulse una empresa capaz de aunar espacios sociales y geográficos, como las que ya son historia.

En consecuencia las inercias dinámicas parecen detenerse en el tiempo sin utilizar los fijos, sin guías ni modelos, salvo la religiosidad, rasgo que define primordialmente al habitus que pretende mantener la identidad del campo.

d. La ciudad actual (1990-2009)

- La ciudad y su paisaje como rugosidad en cuanto recurso (no producto) turístico

- Intenciones de recuperar estrategias de producción y ocio que devengan en flujos e inercias dinámicas para el campo

Reconocimientos sobre paisajes pero no sobre espacios sociales y geográficos, omisiones sobre “otros” fijos y sobre los flujos e inercias, intenciones parciales de recuperar una integralidad conflictiva, permiten deducir una actualidad en crisis. De acuerdo a los valores culturales del espacio público urbanos, se observa por ejemplo, una diferencia entre la apreciación y apropiación que hacen de sus bienes los ciudadanos locales en comparación con las que llegan a formular los visitantes o los vecinos que optaron por vivir en Alta Gracia. Se advierte que el vecino accede al espacio público, realiza determinada actividad que se identifica por esta ubicación (Colectividades en el Tajamar, Patronales en la Plaza, actividades culturales en el Museo o recreativas en la Torre Reloj), y se retira sin interactuar con el fijo por iniciativa propia. Los espacios actúan como referencias habituales de la memoria, emociones leves que no alcanzan a establecer una apropiación consciente de cada rugosidad, quedando la construcción de la identidad como la acumulación cuantitativas de visitas al espacio donde se perciben objetos y acciones que llegan a integrar la identidad individual (“el Tajamar está en mi ciudad, yo pescaba de niño en el Tajamar, me llevaban a las Colectividades”), pero esa igualdad a sí mismo no avanza en la percepción de la misma frente a los demás (“las otras ciudades no tienen un Tajamar”).

Page 137: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

131

Como se mencionara, los entrevistados prefieren como fijos los objetos antiguos, incorporando los del siglo XVIII (jesuitas), y los de más calidad del Siglo XIX (historicistas, 1890-1930), de la lista propuesta, pero descartan lo propio en su aporte al conjunto. Son menos los que poseen una mirada más integral del patrimonio cultural, incorporando el soporte geográfico y sus bienes, mas el patrimonio intangible.

En esta instancia, intentando una mirada diacrónica, es posible recuperar algunos rasgos del espacio social como vínculos que unen habitus y relaciones cuya continuidad participan en la identidad del sitio:

- Una rugosidad principal a partir de la superposición de fijos y flujos: la merced, la estancia jesuítica, los procesos institucionales del XIX, la villa urbana, el FFCC, la inmigración y la ciudad industrial, con objetos y acciones valoradas o no.

- Líneas de inercias dinámicas ligadas a la producción y/o vocación del territorio: la producción, el turismo, el trasporte, la industria, que marcaron el campo, pero se diluyeron o se apartaron del sitio en análisis, y no encuentran estrategias para regresar.

En cuanto a las rugosidades, las miradas diacrónicas son escasas y hasta dificultosas, porque lejos de pretender interpretar las superposiciones se tiende a aislar cada etapa para su comprensión y hasta presentarlas de esta forma, en especial en relación a la Estancia Jesuítica, sin alcanzar a distinguir que la construcción de las rugosidades no presentan la característica de reversibilidad. Esta incapacidad de vincular etapas puede explicar además, la omisión de los flujos e inercias dinámicas en la lectura del territorio.

6.4. Reflexión Final: Espacio Social y Geográfico: lo diacrónico y lo sincrónico

Los comportamientos actuales detectados en el espacio de análisis revelan las visiones probables de los vecinos sobre el patrimonio local, sus prácticas y representaciones. En ellos prevalece lo diacrónico a lo sincrónico, afirmación que es posible justificar mediante los siguientes registros realizados en los espacios motivo del presente análisis.

Por ejemplo, se concluye que los usos coinciden y dependen de la clase social que participa en una actividad y de su construcción del habitus, y casi siempre son comportamientos pasivos, poco comprometidos en el juego del campo. Estos usos van desde los recreativos, lúdicos, religiosos, artístico hasta los culturales.

Durante la permanencia de las actividades en el lugar los contenidos pasan por compartir emociones entre los de su mismo género, edad e institución; compartir fe y tradiciones; compartir algún pasado común, reflexionar sobre los fijos y flujos, o simplemente recrearse y jugar. Estos contenidos están en relación directa con la institución que los organiza y su misión y visión.

La Plaza o el Tajamar son soportes pasivos de cada actividad –tanto en su perímetro como en su interior–, en directa relación con el conjunto jesuítico que actúa como marco visual. La atención sobre las imágenes de las Fiestas Patronales, los jinetes y los caballos, la gastronomía, los espectáculos, las exposiciones o los juegos es singular, como imágenes de la memoria que se recrean, se cuentan y se renuevan. La mayoría de las actividades son eventuales, muy diferentes de las diarias que transcurren en el sitio. Esto implica que su organización demanda cierta paralización en la vida de la ciudad. Incluido este reparo a la modificación del habitus del vecino del área central, todas las actividades despiertan un sentimiento de aceptación y comodidad entre el ciudadano y el espacio público que utiliza.

Partiendo de una participación familiar o de grupos de amistad, las actividades inducen a la formación de grupos que se aíslan en el interior de los eventos masivo, observándose pocos contactos entre ellos, aunque en algunos casos la integración y la sociabilización está contemplada en la actividad de los Quinchos o en las Fiestas Patronales. Este patrón se repite en otras representaciones, cuando por

Page 138: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

132

ejemplo se reconocen fijos históricos aislados de flujos, recordando algunas etapas de la historia local excluidas del relato total.

El compartir tiempo y espacio, la persistencia del uso del lugar histórico como punto de encuentro para el evento pueden ser parte de la construcción de la identidad y de una representación socio territorial de referencia, aunque no parece posible definir si la construcción de esta identidad tiene como partícipe al patrimonio territorial.

En las Fiestas Patronales en cambio, los sentimientos de identidad son evidentes, influenciados por la fe y acompañados por entornos históricos y tradiciones renovadas en relación directa con toda la ciudad y su territorio. Si se observan las actividades en la Residencia, el interés y la reflexión comienzan en forma individual y luego se socializan y se referencian a los espacios que se viven, aportando a la identidad individual y grupal; y por el contrario, el Encuentro de Colectividad ejemplifica un evento masivo en donde la relación de identidad se desdibuja. En todos los casos la apropiación del espacio es completa, de acuerdo a las prácticas sociales de cada clase y habitus.

Es también significativo que estos espacios pasan en pocas horas del uso diario (paso, pesca, recorridos, encuentros) a eventos masivos donde familias enteras “endomingadas” del Bajo y de Alto, siguen atentamente todo el acontecer del evento, para guardarlo quizás, en su memoria. La condición de popular y masiva del evento establece que sólo la participación activa en el mismo permite una posición cómoda en el espacio, mientras los demás ocupan lugares más o menos estratégicos para disfrutar una participación externa.

La persistencia de cada actividad se transforma en una acción positiva, así como el uso del espacio como referente para la comunidad. Sin embargo, la tendencia a la comparación con ediciones anteriores en cuanto a cantidad de asistentes y la inclinación hacia lo mediático en la programación, por sobre la posibilidad de aportes a la construcción de la identidad local, produce mutaciones en la actividad que desdibujan los valores originales del evento observado (Quinchos, Colectividades, Patronales, actividades de la programación turística).

También es notable el impacto en la vida diaria de la ciudad del Encuentro de Colectividades, la ausencia de controles en relación a la interpretación, difusión y conservación de los espacios culturales, la masividad que se propone alcanzar sin control de la capacidad de carga del sitio. Esto se aleja de flujos y fijos precedentes que pretendían la participación directa de las familias y la reflexión sobre el ser argentino, más que lograr una vidriera de exposición al mundo. En particular, en esta edición, al revisar estos contenidos históricos, se advierte la actualidad que propuesta inicial de reivindicar la diversidad cultural tenia frente a la globalización.

El espacio público posee significados para los habitantes, como referencia en el territorio, como contenedor de emociones que se reiteran año tras año, como escenario de actividades masivas. Estos espacios permanecen relativamente estáticos, sin despertar interés o sugestión para los que ya los conocen, y si bien funcionan como soporte de identidad, no poseen la inercia necesaria para reinterpretarla, activarla y avanzan en nuevas construcciones.

Como en los antiguos espacios públicos de la época de la colonia y del siglo XIX, la población siente que a estos espacios se accede para ocasiones especiales, además de otras diarias, que es un lugar donde “acontecen” las acciones importantes de la ciudad. Pero también piensan que su custodia, su mantenimiento, su organización, está en manos de otros actores con más poder, y en esta posición se pueden mostrar activos o pasivos en cuanto a interactuar con los proyectos e intervenciones posibles.

En conclusión, el espacio social y geográfico es recordado, representado y hasta vivido de modo diacrónico. Son espacios dentro de espacios los que el vecino vive, sin relacionarlos con otros espacios posibles con similares cargas de significado e identidad. Es solo una parte del relato –uno o dos capítulos sincrónicos-, lo que su memoria mantiene como imagen o concepto en que se hace presente a la conciencia el pasado del sitio, cuyo acontecer resulta de un proceso diacrónico implícito en el sitio.

Rugosidad e inercias dan cuenta a su vez de la invariante estructural del territorio, definida por Magnaghi: estancia, villa y ciudad, surcadas por la producción, el turismo, el trasporte, la industria,

Page 139: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

133

constituyen el proceso de larga duración que estructura al territorio, en cuyo espesor histórico persisten y se renuevan las identidades del lugar.

Page 140: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

134

Grafico 37. El desarrollo local y los bienes culturalesFuente: Elaboración propia/Encuestas

CAPÍTULO VII. LOS CONFLICTOS EN LOS PROCESOS DE DESARROLLO SUSTENTABLE

7.1. Estrategias locales, el patrimonio y la perspectiva del desarrollo

Como última parte del análisis, este capítulo pretende indagar sobre las estrategias de los actores sociales en general y sus perspectivas y proyectos de desarrollo [cultural sustentable] que cada uno de ellos puede llegar a defender a partir de sus capitales en el campo local.

En este caso, los actores identificados y los conceptos instrumentales de desarrollo y espacio social y geográfico (verticalidades y horizontalidades) serán recuperados en el análisis del sitio de Alta Gracia.

7.1.1. Bases para relacionar esos objetos y acciones con la dimensión local y territorial en función del desarrollo sustentable.

“El desarrollo económico, indica el Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo “Nuestra Diversidad Creativa”, UNESCO (1995), forma parte de la cultura de un pueblo, aunque no sea ésta la opinión común". Esto indica que el desarrollo debe estar centrado en el ser humano y que su tratamiento debe ser multifacético, casi multidimensional, porque el concepto involucra múltiples dimensiones que deben ser atendidas para poder hablar de un “desarrollo integral”, como conjunto interrelacionado de aspectos económicos, políticos, sociales y, recientemente culturales147.

La cultura –siempre en relación al territorio-, adquiere así un reconocimiento como dimensión esencial del desarrollo socio-histórico-económico y los sectores políticos y el Estado están comenzando a admitir que la cultura juega un papel mucho más primordial del que suponían. Pero la cultura y su diversidad implican y exigen participación de todos los actores del campo, por sobre el capital y la posición que detenten respecto a él. Se da por sentado que las organizaciones del sitio, el Municipio, el Museo y la Iglesia se reúnen para acordar la gestión de los bienes culturales y sus espacios, (o los espacios donde se ubican dichos bienes), y definen en consecuencia las reglas del juego en el campo. El análisis de sus habitus y estrategias son usualmente contemplados al momento de apostar por una nueva jugada en el campo. Por el contrario, los habitus y las estrategias de los vecinos del sitio, a los que se dirige esta investigación, nunca han sido reconocidos como parte del juego.

Hoy, los vecinos, los visitantes, los comerciantes, los empleados públicos, de comercio, docentes y otras instituciones como escuelas y bancos han comenzado a reclamar su participación en el sitio, teniendo en cuenta que las decisiones políticas y las iniciativas económicas y financieras tienen más posibilidades de éxito si se tienen en cuenta las perspectivas y proyectos de la sociedad local.

Si se interroga al habitante del sitio acerca de si cree que los bienes culturales de Alta Gracia serían el motor para el desarrollo local (Gráfico 37), el 91% de respuestas positivas indican una convicción definida en este factor de desarrollo desde dentro de la comunidad, destacándose que hacia el Alto la opción alcanza el 100% por el sí, mientras que en el Bajo, esta posición decrece en un 17%.

147 HERRERA ALAMOS, C., "Reflexiones generales sobre desarrollo, cultura e integración en América Latina", en Integración Latinoamericana. Buenos Aires: INTAL. N° 155, Año 5. 1990; citado por RADL, Alejandra. “La dimensión cultural, base para el desarrollo de América Latina y el Caribe: desde la solidaridad hacia la integración”, en Documento de Divulgación 6. Buenos Aires: INTAL, BID, 2000. En Línea: [http://www.iadb.org/intal -http://www.iadb.org/intal/aplicaciones/uploads/publicaciones/e_intal_dd_06_2000_radl.pdf]

Page 141: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

135

Este dato en relación a la variable de análisis justifica una política de conservación del patrimonio en función de un desarrollo sustentable, si bien se entiende que no es la única posibilidad de desarrollo y que por sí sola no constituye una vía de recuperación socio-económica. A su vez, estos porcentajes coinciden con similar pregunta reiterada en las entrevistas, donde el voto afirmativo alcanzo el 95% en las opiniones de los entrevistados.

En consecuencia los bienes culturales, aunque representación del pasado común, deberían ocupar un lugar en la representación del futuro del sitio, con alguna función en la cultura y el desarrollo del mismo. En principio los vecinos del espacio de análisis identifican o no alguna permanencias para el futuro del sitio, por ejemplo (Cuadro 10- Gráfico 38):

Cuadro 10. Gráfico 38. Los bienes que los entrevistados eligen como lo que representa el futuro de su barrio

Fuente: Elaboración propia/Entrevistas

Bien mencionado / ubicación geográfica Solo Alto Solo Bajo completa

Museo Jesuítico (centro) 22,73 0,00 11,63

Sierras Hotel (alto) 45,45 0,00 23,26

Centro Turístico (centro y alto) 0,00 4,55 2,33

Centro Comercial (centro) 0,00 22,73 11,63

Plaza de los Inmigrantes (bajo) 0,00 4,55 2,33

Instituto Misericordia (centro) 13,64 0,00 6,98

Edificios Altos (centro) 0,00 22,73 9,30

No sabe 18,18 45,45 32,56

Se advierte el peso que ha tomado el Sierras Hotel (23%) tras su recuperación parcial en el año 2007, pero es más la proporción de encuestados que indica no saber cual referencia puede representar el futuro de su espacio geográfico y social, alcanzando un 32% en el total, siendo mayor esta opción en el Bajo. Aun así, no son los espacios dedicados al turismo donde se vislumbra el futuro, sino en el centro comercial y en el conjunto jesuitico, pero mencionados a la inversa por cada sector: el Bajo apuesta por el centro comercial, el Alto juega a favor de los bienes jesuíticos. Incluso algunos adjudican a la propiedad horizontal la idea del futuro o del progreso. La idea de la cultura como aglutinante de proyectos futuros parece no tener presencia en el horizonte del futuro individual o colectivo.

La indefinición por un lado y la dispersión de los valores por el otro, indican, quizás, la ausencia de proyectos de desarrollo que aúnen esfuerzos para un futuro común, separando nuevamente diferentes habitus, según clases y fijos, como asi tambien posibilidades de verticalidades y horizontalidades.

Cabe mencionar la dificultad de valorar lo propio, por más modesto que sea, como aporte al conjunto del sitio. En la aplicación de la técnica de las encuestas el valor económico del bien cultural como vivienda no parece influir en la apreciación de los bienes, sobre todo en el caso de la vivienda, la que es relegada incluso en su valor simbólico en relación con los bienes monumentales.

La consideración hacia otros bienes culturales que puedan razonarse como motor de desarrollo, confirma las actividades tradicionales de la ciudad: las fiestas y eventos populares y las celebraciones religiosas, parte de las cuales se ubican en el sitio de análisis, como la Fiestas Patronales de la Virgen

Page 142: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

136

de la Merced y el Encuentro Anual de Colectividades. El reconocimiento de la producción textil como bien cultural indica una permanencia compatible con la teoría de la recuperación económica mediante un desarrollo humano, cultural y sustentable, que luego se podría trasladar hacia otras formas de producción tradicional en el territorio.

Sobre estos bienes -en función de un desarrollo que se pretende turístico y cultural-, debería acordarse alguna política de uso consensuada que, por un lado, genere atractivos para el visitante, y que permita a su vez al vecino mantener un uso residencial razonable.

Un ítem de análisis del discurso de las entrevistas realizadas recupera información de las preguntas que evalúan eventuales usos de los espacios públicos de valor patrimonial en función del desarrollo, por ejemplo turístico cultural (Gráfico 39). Los vecinos aceptan contemplar otros usos en el sitio, pero establecen la temática y el impacto como límite de la elección.

Gráfico 39. Los posibles usos permitidos para los espacios públicos de valor cultural.

Fuente: Elaboración propia/Entrevistas

Los usos definen su preferencia en función al impacto que producen en cada espacio, y por eso la música clásica y los eventos turísticos alcanzan una aceptación promedio del 70%, mientras que las fiestas tradiciones que suponen más público, son elegidas para el Tajamar en un 38% (en contradicción con el Encuentro de Colectividades, si es que se lo considera tradicional y relacionado con la identidad), y para la Plaza Solares, en casi un 70% (en coincidencia con la popularidad de la Fiesta de la Virgen).

Se reitera que hay usos que el turismo requiere pero que el vecino parece no estar de acuerdo en aceptar para sus espacios geográficos y sociales, y que en el marco de una propuesta de desarrollo sustentable son opiniones que deben ser atendidas, aún cuando determinados bienes y espacios se presenten como una “oportunidad de desarrollo”.

En el mismo sentido, el deseo de conservar la imagen conocida de los bienes culturales es significativo. La oposición hacia todo proyecto que modifique la representación tradicional de los bienes jesuíticos (Iglesia, Residencia, Tajamar: entre el 70 y el 100% en contra), indica su interés y sentido de identidad y apropiación, que puede extenderse, aunque en menor medida, a otros bienes de la villa como la Casa Cafferata, la Gruta de la Virgen de Lourdes (69% a favor) y las calles que resumen la esencia del Alto: la calle Deán Funes (53% en contra) y el Bv. Pellegrini. Estas elecciones son coherentes con esa “manera de no querer cambiar todo”, que hace a la identidad del sitio.

Muchos de los entrevistados desean conservar la imagen que conocen de casi todos los bienes y espacios porque “Me gusta así como esta”, mientras que son más abiertos ante los posibles cambios de espacios ya mutados como la Calle Belgrano (84% a favor). No rechazan tampoco posibles intervenciones en la Plaza Solares, pero exigen en todos los casos conocer con antelación el proyecto. Esto indica que todo cambio debe obtener un consenso previo en estos espacios, ya que constituyen la

Page 143: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

137

memoria de la ciudad y de sus habitantes, y que hay algunos que deben permanecer como están, porque esto es necesario.

Grafico 40. La posibilidad de cambio en la imagen de los bienes y espacios públicos de valor cultural.

Fuente: Elaboración propia/Entrevistas

Finalmente, el “desarrollo integral” no es posible sin la participación de lo económico, político y, social, que en relación al territorio en su espesor patrimonial involucra la recuperación de formas de producción, de tradiciones artesanales, de prácticas de trabajo y de recursos naturales.

Ligadas directamente a la construcción de los primeros fijos, los materiales de la zona se encuentran utilizados en ellos como parte de su estructura o su envolvente. Piedras, maderas, cales y arcillas de la zona alguna vez participaron del sistema productivo y definieron parte de la imagen actual de los bienes culturales edificados. En general, toda ordenanza municipal que pretenda proteger tejidos urbanos históricos establece el uso de este tipo de materiales para nuevas intervenciones por su color y textura, pero también intentando inducir la recuperación de técnicas tradicionales. Esto, mas una adecuada preparación de mano de obra y de criterios de diseño, sin duda aporta a un proyecto de desarrollo sustentable en sitios culturales como el de Alta Gracia, siendo la posibilidad de proyectos integrales de puesta en valor el medio adecuado para llevarlo a cabo.

Siempre en el marco del Proyecto de Unificación Espacial que se ha mencionado para el espacio de la Plaza Solares, en los últimos meses del año 2008 se presentó otro debate que involucra las circunstancias descriptas en el párrafo precedente. El uso de la piedra local en una zona de extracción minera, avalada por la ordenanza en vigencia parece una situación coherente con un proyecto de desarrollo sustentable para una ciudad de perfil turístico cultural, pero sin embargo, el campo institucional no lo ve de la misma forma148, posiblemente porque esto compromete su estrategia en el juego con otros campos políticos y económicos, que pueden poner en riesgo capitales económicos.

Base 1. La participación responsable de agentes y organismos institucionales del campo, según reglas de juego claras y con respeto a los criterios y normas vigentes.

Base 2. Economía cultural (Coraggio, 2005), estructura en la que los actores económicos no son separados de sus identidades sociales, ni de su historia y participación en el espacio simbólico e institucional.

148 Semanario NUEVO SUMARIO, Alta Gracia:

⋅ 30 de enero de 2009. Nota: “Piedritas para la plaza”. En Línea: [http://www.sumarioenred.com.ar/ver_noticia.asp?id=800] ⋅ 13 de febrero de 2009. Nota “Otra piedra en el camino de los fanáticos del pórfido”. En Línea:

[http://www.sumarioenred.com.ar/ver_noticia.asp?id=832]

Page 144: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

138

Base 3. Usos para los espacios públicos vinculados a la identidad del sitio, a las capacidades de carga de cada uno y a su condición urbana residencial-institucional-comercial.

Base 4. Incorporación de la cultura a la planificación del espacio social y geográfico, diseñando redes de estrategias de juego local frente a lo macro

7.1.2. Espacio social y geográfico: Síntesis de las verticalidades, horizontalidades y redes que han aportado o aportan al desarrollo local.

Horizontalidades y verticalidades retoman la relación del sitio con el territorio en cuanto a contigüidades compartidas y a redes de integración con otros sitios, según lo propone Milton Santos.

Una síntesis de los mismos para cada etapa del sitio puede contribuir a identificar los recursos de un marco de desarrollo local y regional, desde lo cotidiano a lo internacional.

Se proponen la siguiente síntesis de horizontalidades y verticalidades y una consideración acerca de su aporte al desarrollo local.

a. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

- Horizontalidades (contigüidad interna): las estancias Jesuíticas: Santa Catalina, Jesús María, Caroya, La Candelaria y sus puestos en el territorio, y sus colectivos de trabajo y de fe (jesuitas, criollos, negros)

- Verticalidades (red externa): Administración española (Gobernación del Tucumán), y administración de la Orden de la Compañía de Jesús (Provincia del Paraguay)

Las horizontalidades pueden depender de las intenciones y necesidades del propietario, y en el caso jesuítico se encuentra en las demás estancias de la Orden un extraordinario y solidario conjunto de contigüidades.

Las verticalidades obedecen al sistema político de la colonia y la segunda al propio sistema de sistema de estancias y misiones creados por la Orden de la Compañía, una red local con posibilidades transnacionales. El desarrollo se basaba en la complementariedad de producciones.

b. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

- Horizontalidades (contigüidad interna): asentamientos urbanos serranos (“villas de los notables”), asociados por la representación del paisaje serrano

- Verticalidades (red externa): el Estado (Provincia de Córdoba) y el FFCC Central Argentino con la Compañía de Tierras y Hoteles (internacional)

En cuanto a las horizontalidades, hay una ruptura entre lo urbano y lo rural, porque las formas ya no son similares ni comparten objetos y acciones cotidianas. Las contigüidades pueden ser indagadas hacia las otras villas serranas, separadas entre sí por 20 km o más, que se complementaban en el incipiente turismo de sierra y sol. Hasta cabría pensar en horizontalidades utópicas, como las que se difundían como promoción del sitio, asimilándolo a los paisajes europeos. Son las autoridades políticas y las inversiones del ferrocarril las que alientan y planifican estas horizontalidades.

Una de las verticalidades deriva de la nueva estructura del Estado Nación y la otra del ferrocarril que crea redes de producción y redes de transporte de personas y bienes, incluso de visitantes cercanos y lejanos. El desarrollo, según la teoría del progreso indefinido, se soportaba en la extracción de recursos naturales y la circulación de bienes y personas, que permanecían en el sitio atraídas por el ocio y el paisaje.

Page 145: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

139

c. La Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

- Horizontalidades (contigüidad interna): ciudades locales (pseudo-ciudades) dependiente de actividad no primaria: turismo / ciudades locales (subsistencia) articulada con el área de influencia de la metrópolis: ciudad dormitorio

- Verticalidades (red externa): el Estado (Provincia de Córdoba + Departamentos) e industrias de extracción.

Las horizontalidades se establecen mediante contigüidades político-administrativa provincial, generando la división política departamental cierta solidaridad por el territorio compartido. La complementariedad con los demás destinos turísticos de la región e internacionales se pierden, a pesar de aislados proyectos políticos de planificar el territorio.

Las verticalidades siguen dependiendo de los vínculos políticos, oficiales o partidarios, ya que dentro de la estructura jerárquica la industria relega al sitio, salvo excepciones en cuanto a la extracción y manufactura minera. En esta época el sitio pierde vínculos con las redes sociales y de producción. Mudado en centro de servicios, ya no detenta un proceso de desarrollo significativo.

d. La ciudad actual (1990-2009)

- Horizontalidades (contigüidad interna): ciudades locales (subsistencia), en busca de compartir fijos históricos (Red de Estancias Jesuíticas), en pos de un perfil turístico cultural

- Verticalidades (red externa): el Estado Nacional, con posibilidades de establecer una red entre el sistema patrimonial local y los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en la misma región cultural y en el mundo

Las horizontalidades conservan las contigüidades político administrativas provinciales, pero éstas dependen de acuerdos con el Estado Nacional. El posible fortalecimiento de la complementariedad entre destinos turísticos similares en la región se subordina a políticas nacionales y provinciales que definen solo superficialmente este tipo de producto, sin retomar para su anclaje en el sitio los rasgos que en el espesor histórico le otorgan identidad al territorio.

Las verticalidades abren un espectro de posibilidades importantes hacia el exterior con reglas de juego marcadas y estrategias en conjunto que se potencian en lo cultural, mientras que a nivel local las redes se debilitan ante la carencia de apuestas que superen los proyectos a corto plazo.

El desarrollo, en consecuencia, dependerá de revertir estos estados actuales de verticalidades y horizontalidades.

7.1.3. Bases para identificar los conflictos que ha presentado la relación patrimonio/desarrollo en este territorio.

El análisis desde el conflicto, (desde la contradicción interna entre intenciones simultáneas excluyentes), es parte de la lucha en el campo por imponer una voluntad, sin importar algunas veces, dice Weber, en qué se base la posibilidad de triunfar. El conflicto es, por lo tanto, inevitable en todo campo social, pero puede encubrirse entre otras situaciones.

Si la cultura integra el concepto de desarrollo humano, se rescata de ellas su contribución como factor de cohesión ante los procesos de profundización de conflictos por desigualdades económicas y sociales. Un desarrollo de estas características debería además contribuir a una distribución más equitativa de las riquezas que es lo que pregona en la actualidad el campo político nacional. Sin embargo la relación patrimonio cultural-turismo no verifica en el sitio beneficios concretos y “la idea de

Page 146: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

140

que todos comen con el turismo no es hasta ahora, más que una ilusión”149. Lo que más preocupa en este caso es la ausencia de criterios comunes para gestionar el desarrollo turístico-cultural, y la persistencia del concepto acerca de que la protección del patrimonio según regulaciones especificas limita las posibilidades de progresar. La protección de la diversidad cultural, que es en parte lo que representan los sitios Patrimonio de la Humanidad, plantea también un conflicto entre la tradición y lo moderno, entre lo que debe permanecer y lo que puede cambiar.

Este tipo de conflictos son evidentes en el sitio de análisis, comenzando por el simple recorrido entre las notas del semanario local donde se advierte directa o indirectamente las contiendas y antagonismos que envuelve la gestión del área de protección del conjunto jesuítico150.

A pesar de los conflictos o detrás de los mismos, el vecino en la actualidad demuestra ciertas convicciones sobre su espacio geográfico y social.

Declara, por ejemplo, conocer que su vivienda está reconocida como bien cultural de la ciudad (Gráfico 41), integrando el campo de disputa y conflictos. El conocimiento de la situación legal de bien es mayoritario, alcanzando el 66% de respuestas afirmativas. Sin embargo, en un área reducida de flujos como la definida para este estudio, es evidente que el 34% de desconocimiento de las normas vigentes y acuerdos institucionales alcanzados es elevado y preocupante. El valor del espacio geográfico y social depende de cada componente para mantener su significado, porque los elementos monumentales son escasos en comparación a las unidades de vivienda que conforman el tejido urbano de interés cultural. En este caso, los porcentajes son similares en el Alto y en el Bajo.

En el mismo sentido, además de conocer el estatus jurídico-cultural de su vivienda, el vecino declara estar conforme con este reconocimiento (Gráfico 42). La disconformidad es prácticamente nula, aun recordando que hay encuestados que desconocían la situación de su inmueble. Esto puede indicar que las políticas de conservación son viables, incluso un perfil de desarrollo a partir de dichos bienes y el turismo cultural. Esta posición favorece la conservación de los fijos y la permanencia de las rugosidades del territorio, acercando las diferencias de clases. Nuevamente el acuerdo en el reconocimiento del bien alcanza la totalidad entre los encuestados del Alto.

Esto parece indicar que los conflictos son menores entre la clase del Alto, o que la del Bajo no se siente representada completamente en la elección, que puede seguir encubriendo antiguos procesos de segregación.

De estos procesos dan cuenta los binomios de oposición. Cuando se compara, afirma Rosana Reguillo, y las diferencias “forman parte del pensamiento social que ha venido organizando en formulas binarias de oposición tanto la comprensión como la nominación del mundo”151. Y así aparecen estas oposiciones binarias que se proponen para este trabajo como: pobre/rico, prestigioso/mediocre, nacido/de afuera, etc.

149 Semanario NUEVO SUMARIO, Alta Gracia: 30 de noviembre de 2007. Nota: “Turismo en Alta Gracia: Esa riqueza que no se comparte”. En Línea: [http://www.sumarioenred.com.ar/ver_noticia.asp?id=340]. “Omar Godoy Secretario del Sindicato de empleados de Comercio (…) Calculo que hay entre 800 y mil empleados en el comercio. Un 50 por ciento trabaja en los supermercados de Becerra. Con el Patrimonio de la Humanidad Alta Gracia no sólo no progresó sino que frenó algunas cosas, y está siendo usado para “cercarnos”. Alta Gracia fue una ciudad industrial, tenía talleres y fábricas. El Sierras lo único que trajo fue un casino más grande”. 150 Anexo 9 e ibídem 148 y 149 151 REGUILLO CRUZ, R. “De las culturas en “infinitivo” a la conjugación compleja re-pensar la diferencia”, en III ENCUENTRO INTERNACIONAL DE

PROMOTORES Y GESTORES CULTURALES CONACULTA, 2005

Gráfico 41. Conocimiento del estatus de su viviendaFuente: Elaboración propia/Encuestas

Gráfico 42. Reconocimiento del estatus de su viviendFuente: Elaboración propia/Encuestas

Page 147: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

141

Los entrevistados aceptaron en su mayoría que reconocer los binarios puede ser una manera de explicar la historia de Alta Gracia, ya que si persisten se deben a algún factor no identificado. Algunos incluso propusieron otras:

“los que van al Anglo” / “los que van al Comandante Espora” [E 1].

“los chetos” (no de plata sino de familias conocidas) / “los negros” (desconocidos)” [E 9].

“los personajes/ los silenciados” [E 12].

“de este lado del (arroyo | ferrocarril) / “del otro lado del (arroyo | ferrocarril) [E 13].

Aseguraron que posiblemente las fórmulas sirvieran para “explicar el pasado” [E 1], “para algunas etapas, pero con la actual re-significación del espacio todo es relativo” [E 18].

Entre los binomios trabajados se destacan los “nacidos y criados”/ “los que llegaron y eligieron quedarse”, en donde la condición y posición social es fundamental especialmente frente a los de afuera; y geográficamente “El Alto”/ “El Bajo”.

Las formulas son válidas, entonces, “para estudiar las disputas en los espacios de poder. Cuando un patrimonio se superpone al de otros, les estamos quitando la voz simbólicamente y la posibilidad de valorarlo” [E 12]. Asimismo, “las fórmulas en Alta Gracia están más vigentes que nunca, aunque en algunos lugares se está cambiando (Museo del Virrey). El proceso de gestión municipal actual marca de nuevo los lugares de <lo popular> y los de <la elite>. Por ejemplo cambiar el destinatario de uso de la plaza (del vecino al turista), o que haya una fiesta de Colectividades (para los ricos) y otra para los pobres (Plaza Mitre)152, que haya un festejo de los 100 años de Turismo, uno con bandas populares y otro a puertas cerradas en el Sierras Hotel, está marcando una tendencia” [E 12].

En el reconocimiento del binomio de oposición “El Alto/El Bajo” se parte de indagar la correlación entre las diferencias geográficas y las diferencias sociales, que entre “El Alto/El Bajo” se observan hasta el día de hoy. En principio los entrevistados reconocen esta diferencia a partir del status social que significa el Alto: “son espacios sociales con características muy diferentes, que tiene que ver con la vida diaria de los vecinos (tránsito, compras), en el Alto hay más distancia (siempre parece estar de vacaciones): el Bajo es más popular, tiene más cercanía entre los vecinos que se conocen de toda la vida” [E 3].

En un cruda afirmación: “El Bajo se asocia a los pobres, a los obreros, al servicio domestico y a los ladrones; el Alto a las familias tradicionales, al capital económico, a los empresarios y a otro tipo de corrupción” [E 15].

Mirando hacia el pasado, entrevistados de diferentes edades coinciden: “He vivido lo de los ricos y los pobres, no soy de clase alta, mi papa era obrero, de clase media, que hoy está desaparecida. Lo del Bajo y El Alto se sigue viviendo, se ve en cada fiesta de la ciudad, en la de la Virgen, en Colectividades: es mas la gente que baja que la que sube al centro”; otra respuesta acota: “he conocido ese mundo desde las dos caras y aprendí a disfrutar y a respetar los dos mundos. No hubo convivencia equilibrada, había un Bajo trabajando para el Alto, pero el trabajo era progresar aunque esos espacio no los representaba” [E 12].

Las diferencias sociales llevan a las diferencias físicas en el espacio: por ejemplo, las viviendas, aparte de ser más ostentosas, muestran una ubicación diferente en el Alto. El tipo chalet o “cottage”, aislado en el centro del lote es común en el Alto, mientras que en el Bajo, la casa entre medianeras se repite hasta conformar un tejido urbano mucho más cerrado.

Esto genera diferentes paisajes urbanos y sociales: “las personas que viven en el Alto, más allá que tienen poder económico (aparentado muchas veces, no cultural), tienen la casa más grande. Incluso no se sale a caminar para el Bajo, salimos para el Alto, por el paisaje” [E 17]. Es decir que otros paisajes, conducen a otros valores y a diferentes formas de apropiarse de él. 152 Semanario NUEVO SUMARIO, Alta Gracia: 13 de febrero de 2009. Nota: “La fiesta de Alta Gracia visto desde diferentes plateas”. En Línea: [http://www.sumarioenred.com.ar/ver_noticia.asp?id=830]

Page 148: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

142

Aunque individualmente no se marque la diferencia, la sociedad si lo hace, si bien las diferencias que se reconocen a simple vista son las socioeconómicas y no a nivel de educación o cultura.

Ahora bien, ese binomio tiende a cerrar brechas según la opinión de algunos: “se sentía como que el Alto era el barrio residencial y el Bajo la zona comercial, pero no era tan tajante la diferencia entre ricos y pobres. Ya había una mezcla, no era una barrera (década del 70)” [E 7]; o: “pero hay mayor movilidad desde los años 50 o 60. La educación ha reducido la separación y busca una uniformidad” [E 10]. En otros casos, cabe reiterar que las fórmulas están más vigentes que nunca.

En este marco es pertinente recordar que las diferencias también parten “de cómo se ven a sí mismos [E 10]”, o “lo define la persona” [E 16], y que con “la actual re-significación del espacio todo es relativo” [E 18].

Los binomios de oposición demuestran que en la representación de cada habitus existe de alguna manera la idea sobre que una parte del patrimonio simbólico y físico que no es totalmente propio, que es de otros. Como en Sierras Hotel, puede que todos estén relacionados con el, pero su apropiación es distinta, situación verificable en el proceso de degradación y rehabilitación del edificio y su espacio.

Más cerca, más lejos, reducida o aun abierta la diferencia y el conflicto existen, y esto dificulta la relación entre patrimonio y desarrollo en el sitio, ya que las restricciones que de por sí la conservación del patrimonio exige no son aceptadas o compartidas por todos en el tras-escenario del campo de los sitios Patrimonio de la Humanidad, aunque luego exterioricen otra opinión. Esto surge de comparar respuestas de encuestas con entrevistas.

Asimismo, las entrevistas indican que el patrimonio es en gran medida solo un paisaje en el sitio, sin alcanzar la profundidad de elementos analizados para los espacios sociales y geográficos. En consecuencia el paisaje carece del espesor histórico del territorio y posibilita, en las representaciones del vecino, menos compromisos en cuanto a su uso e intervención, exceptuando lógicamente los bienes que han seleccionado como parte de su memoria e identidades.

Los binomios de oposición, lejos de ser indicadores infrecuentes para la variable identidad, se confirman como una realidad que los entrevistados reconocen y a la cual además aportan. Esta lectura aporta datos a la compresión del espacio social y geográfico, así como sobre las intenciones de los participantes en el juego de poder.

En conclusión, la identificación de conflictos mediante la comparación de fórmulas binarias de oposición puede evidenciar más riquezas en la diversidad de los escenarios del campo de poder en análisis, que sólo actores y hechos negados y subsumidos.

Base 1. Identificar conflictos: Recuperar relatos del Alto y del Bajo y confrontarlos.

Base 2. Completar el relato de la historia de Alta Gracia y difundir su conocimiento formal e informalmente.

Base 3. Espacializar el paisaje según las diferentes identidades de las clases del Alto y del Bajo: espacios públicos comunes con actividades que permitan interpretar el espesor histórico del territorio.

Base 4. Vinculación institucional y vecinal en actividades que trabajen sobre conflictos locales.

7.2. Reflexión Final. Los conflictos y el desarrollo

Los relatos y las opiniones aportadas por las entrevistas y encuestas confirman los conflictos detectados en el espacio social y geográfico, y el marco en el que se desarrollan los juegos de poder.

Page 149: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

143

La historia, como relato de eventos significativos, muestra una selección diacrónica de hechos prestigiosos y fijos monumentales, marginando conflictos y crisis que aparecería de indagar más en lo sincrónico del sitio, evaluando flujos e inercias dinámicas.

En este marco los bienes culturales son valorados por su prestigio y antigüedad, por su singularidad y autenticidad, como fijos aislados y no como partícipes de un sistema de flujos que en otros períodos hicieron producir al territorio, asegurando su desarrollo. La memoria histórica se desvincula en parte de la cotidiana, perdiendo en este proceso las posibilidades de construir, sobre las diversidades, identidades tal vez más individuales pero compartidas en el mismo espacio heredado.

Esto indica que las valoraciones de los bienes culturales también son sincrónicas, sin vinculación a los flujos a los cuales respondieron en su origen o en la actualidad.

Aun así, con cautela, los “nacidos y criados” y los “que llegaron y eligieron quedarse” acumulan capitales y vínculos en las redes, y estudian su posición en el espacio de poder que significa la participación en este sitio.

Se dificulta, en consecuencia, avanzar sobre propuestas concretas para el sitio, ya que la base de consenso no está definida entre los actores, porque las identidades no están reconocidas, porque las pautas del juego no son claras, porque los conflictos no están reconocidos y las crisis, ni siquiera la actual, están aceptadas por todos.

La construcción de la identidad separa entonces, lo que recibió de la realidad cotidiana, conformado relatos individuales y aislados que eventualmente se re-significa en un contexto social, evitando conflictos y disputas.

Es posible incluso deducir que esta construcción se inclina hacia una concepción esencialista de la identidad desde la mirada del habitante local (en particular del “nacido y criado”), que ve como natural la posesión de ciertos objetos y actividades, sobre las cuales no pretende producir cambio alguno. Por el contrario, ciertos “propietarios” y en especial los “que llegan y eligen quedarse” se inclinan más hacia una construcción constructivista de la identidad, que sin negar el pasado pretende transformarlo en operativo y avanzar desde la cultura hacia un desarrollo sustentable del territorio.

Siendo la construcción de la identidad un conflicto sin resolver en el sitio, es necesario utilizar las herramientas disponibles para acercar las diferencias y disminuir las distancias detectadas en la lectura. La participación social y la educación aparecen como instrumentos claves en esta operación, que además son instrumentos de toda planificación sustentable del territorio.

Page 150: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

144

CAPÍTULO VIII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

“Feliz el que tiene todos los días a Fillide delante de los ojos y no termina nunca de ver las cosas que contiene”, exclamas,

con la pesadumbre de tener que dejar la ciudad después de haberla sólo rozado con la mirada.

Te ocurre a veces que te detienes en Fillide y pasas allí el resto de tus días (…).”

Las ciudades y los ojos. 4 Italo Calvino, Las ciudades Invisibles, 1972

8.1. Conclusiones

8.1.1. A modo de recapitulación

Acerca de la identidad individual y la compartida

Los componentes del patrimonio cultural que detentan posibles sentimientos de afinidad o identidad mencionados por los habitantes de Alta Gracia son:

Tajamar, como espacio de diferentes actividades a lo largo de la vida.

El barrio (el de hoy, el de ayer)

Los espacios de la ciudad con los que se entabla una relación de apropiación cotidiana, de vida o de trabajo

El conjunto jesuítico como monumento

El conjunto jesuítico como herencia familiar

La Plaza Solares,

Barrio Sur (Oratorio de los Salesianos)

La inmigración, sus acciones y objetos, y una afinidad con el Barrio Sur

Eventos o bienes que impliquen participación; Corsos, carnavales, Colectividades (primeras).

Y en menor medida se hicieron referencia a:

El ferrocarril

Los Quinchos

El Matadero

La Gruta

El paisaje serrano

El Tajamar como espacio público, quizá no como monumento, es lo que más identifica individualmente a los altagracienses. Espacio seguro de juegos y de sociabilización, relega a la Plaza institucional a segundo lugar como lugar de encuentro, y la fundamentación de la elección va desde la simple afirmación “porque me gusta” hasta explicaciones complejas del significado del sitio.

Por otra parte, en relación hacia la identidad compartida por todos los habitantes, las opiniones son diversas. Por un lado están los que han encontrado un lado positivo al indicar que tienen “alma y sentimiento de pueblo casi el 80% de los habitantes, sin la indiferencia de las grandes ciudades”, y en relación a esto se destaca el valor familiar: “la vida familiar, de barrio, aunque no sea el mismo barrio, todo es familiar, en el Bajo y en el Alto”. Acompaña a estas afirmaciones la condición de “un pueblo conservador”, con acciones que definen “una manera de no querer cambiar todo”.

Page 151: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

145

Otros entrevistados no son tan positivos al sugerir que Alta Gracia “es un pueblo cerrado, que critica mucho lo que viene de afuera, que no está acostumbrado al turismo, a pesar de que “hace 100 años que es turístico”.

Acerca del espacio social

Las clases sociales del sitio, marcadas por el capital económico y simbólico, responden a la definición de Pierre Bourdieu, incluso entendiendo que la identificación con El Alto y El Bajo no llegue a constituir una clase real, sino probable: la “clase del Alto”, la “clase del Bajo”.

Cada actividad analizada en estos espacios públicos recrea un campo históricamente significativo: los sitios marcados por el esplendor de la historia y su consecuente prestigio, hoy reconocidos internacionalmente como los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En este campo las instituciones locales (Municipalidad, Parroquia y Museo) compiten –y a veces chocan–, por monopolizar el capital cultural sustentado por el legado jesuita y una tradición de turismo de jerarquía.

El capital cultural parece existir en estado incorporado (adquirido, apropiado, acumulado heredado) en forma inconsciente en los sujetos del sitio, como parte de los tras-escenarios. Este capital cultural y simbólico, es por definición un patrimonio común a todos. Como los intereses en el campo son diversos (conservar el patrimonio, sostener valores espirituales, alcanzar resultados exitosos, etc.), los logros y los fracasos se miden en forma diversa, incorporando conflictos al campo. Lo importante es que todos los actores institucionales están interesados por el juego, quedando en segundo plano la participación de otros agentes, que en la actualidad se comienzan a manifestar.

El habitus queda definido por los atributos históricos del espacio social en análisis, cuya carga simbólica es tal –por los fijos y flujos acumulados, por las verticalidades y horizontalidades establecidas–, que marcan una identidad aunque el agente no consiga exteriorizarlo.

Sin embargo, es parte del habitus que el acceso a estos espacios públicos se transforme en rituales establecidos además de las posibilidades diarias. El habitus se unifica parcialmente para la Fiesta de la Virgen de la Merced, cuando las prácticas religiosas inducen a que todos respondan al mismo habitus en el mismo campo.

En consecuencia se proponen los siguientes rasgos de los campos-habitus:

a. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

- La representación del “propietario” como referencia del habitus (el que guía la estrategia del juego)

- La labor de la Orden de la Compañía de Jesús: la evangelización, la educación, la promoción humana, y la producción (el modelo de estrategia)

- Trabajo rural de la primera clase baja (esclava, conchabada, criolla: una conducta como estrategia en el juego)

b. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

- La labor previa de José Manuel Solares: educación, justicia, institucionalización y producción (el modelo de estrategia)

- La representación del ocio de la clase de los terratenientes como referencia del habitus del Alto (los que guían la estrategia del juego)

- El trabajo de servicio y de producción de la clase baja (inmigrantes) como referencia del habitus del Bajo (una conducta como estrategia en el juego)

- La religiosidad y la tradición en relación a los espacios legados por la Orden de la Compañía de Jesús y los nuevos construidos (los valores en la estrategia del juego)

Page 152: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

146

c. La Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

- La representación de “los nuevos propietarios” como herederos de la referencia del habitus del Alto (los que guían la estrategia del juego?)

- La decadencia del capital económico en el campo local: la ciudad dormitorio (ausencia de un modelo estratégico)

- El trabajo de los obreros y empleados de las clases media y baja fuera del Bajo de Alta Gracia (una conducta como estrategia en el juego)

d. La ciudad actual (1990-2009)

- La permanencia de las costumbres tradicionales como representación de un “habitus histórico” que identifica al campo (los que guían la estrategia del juego?)

- La religiosidad y la tradición en relación a los espacios legados por la Orden de la Compañía de Jesús y los construidos en la Villa (los valores en la estrategia del juego).

En consecuencia esta instancia, desde una mirada diacrónica, es posible recuperar algunos rasgos del espacio social como vínculos cuya continuidad participan en la identidad del sitio:

- Un habitus de clase como referencia que marca las leyes del juego para los demás habitus [el de la producción rural, el ocio, el ferrocarril, las instituciones]: el que guía la estrategia del juego.

- La representación de un “personaje” que impulsa la empresa y marca una época, del cual el campo depende [los propietarios, la Compañía de Jesús, José Manuel Solares, la Compañía de Tierras y Hoteles, el Estado Municipal]: el modelo de estrategia.

- La religiosidad ligada a la vida familiar como habitus, del cual parten los valores sociales [los primeros propietarios, sus familias y la Virgen de Alta Gracia; la Orden de la Compañía de Jesús, las familias de los negros y los criollos; José Manuel Solares, su familia y herederos y la Virgen de la Merced; la Villa, las familias del Alto y la Virgen del Lourdes; la ciudad, las instituciones, las familias del Bajo y el Oratorio de los Salesianos y la Capilla del Divino Niño; etc.]: los valores en la estrategia del juego.

- El trabajo y la educación ligados al capital social y económico, como modo de promoción social [la Orden de la Compañía de Jesús, José Manuel Solares, el Estado Municipal?, el Instituto El Obraje?]: una conducta como estrategia en el juego.

Acerca del espacio geográfico

A partir de fijos y flujos es posible reconocer las siguientes rugosidades e inercias dinámicas, en función de los rasgos que pueden aportan al proceso de construcción de la identidad del campo local:

a. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

- La Estancia Jesuítica como rugosidad y el proceso productivo rural como inercia, así como la religiosidad ligada al trabajo

b. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

- La Estancia Jesuítica como rugosidad y el proceso productivo rural como inercia, así como la religiosidad ligada al trabajo

c. La Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

- La ciudad y sus nuevos barrios hacia el llano, que no constituyen rugosidades relevantes, mientras que las rugosidades históricas inician un lento camino hacia su valoración como

Page 153: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

147

capital cultural, a partir de gestiones que como flujos nunca llegan a devenir en inercias o redes territoriales

- Ausencia de inercias dinámicas en el campo

d. La ciudad actual (1990-2009)

- La ciudad y su paisaje como rugosidad en cuanto recurso (no producto) turístico

- Intenciones de recuperar estrategias de producción y ocio que devengan en flujos e inercias dinámicas para el campo

En esta instancia, desde una mirada diacrónica, es posible recuperar algunos rasgos del espacio social como vínculos que unen habitus y relaciones cuya continuidad participan en la identidad del sitio:

- Una rugosidad principal a partir de la superposición de fijos y flujos: la merced, la estancia jesuítica, los procesos institucionales del XIX, la villa urbana, el FFCC, la inmigración y la ciudad industrial, con objetos y acciones valoradas o no.

- Líneas de inercias dinámicas ligadas a la producción y/o vocación del territorio: la producción, el turismo, el trasporte, la industria, que marcaron el campo, pero se diluyeron o se apartaron del sitio en análisis, y no encuentran estrategias para regresar.

Acerca del espacio publico

Los comportamientos detectados en el espacio público de análisis revelan las visiones probables de los vecinos sobre el patrimonio local, sus prácticas y representaciones y en ellas prevalece lo diacrónico a lo sincrónico.

Se concluye que los usos coinciden y dependen de la clase social que participa en una actividad y de su construcción del habitus, y casi siempre son comportamientos pasivos, poco comprometidos en el juego del campo. Estos usos van desde los recreativos, lúdicos, religiosos, artístico hasta los culturales.

Partiendo de una participación familiar o de grupos de amistad, las actividades inducen a la formación de grupos que se aíslan en el interior de los eventos masivo, observándose pocos contactos entre ellos. Este patrón se repite en otras representaciones, cuando por ejemplo se reconocen fijos históricos aislados de flujos, recordando algunas etapas de la historia local excluidas del relato total.

El espacio público posee significados para los habitantes, como referencia en el territorio, como contenedor de emociones que se reiteran año tras año, como escenario de actividades masivas. Estos espacios permanecen relativamente estáticos, sin despertar interés o sugestión para los que ya los conocen, y si bien funcionan como soporte de identidad, no poseen la inercia necesaria para reinterpretarla, activarla y avanzan en nuevas construcciones.

Acerca de los procesos para un desarrollo sustentable

El habitante del sitio cree que los bienes culturales de Alta Gracia serían el motor para el desarrollo local, según un total de 91% respuestas positivas. En consecuencia los bienes culturales, aunque representación del pasado común, deberían ocupar un lugar en la representación del futuro del sitio, con alguna función en la cultura y el desarrollo del mismo. Sin embargo la idea de lo cultural como aglutinante de proyectos futuros parece no tener presencia en el horizonte del futuro individual o colectivo. La indefinición por un lado y la dispersión de los valores por el otro, indicanla ausencia de proyectos de desarrollo que aúnen esfuerzos para un futuro común, separando nuevamente diferentes habitus, según clases y fijos, como asi tambien posibilidades de verticalidades y horizontalidades, querretoman la relación del sitio con el territorio en cuanto a contigüidades compartidas y a redes de integración con otros sitios, según lo propone Milton Santos.

Page 154: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

148

Una síntesis de las mismos para cada etapa del sitio puede contribuir a identificar los recursos de un marco de desarrollo local y regional, desde lo cotidiano a lo internacional, como por ejemplo:

a. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

- Horizontalidades (contigüidad interna): las estancias Jesuíticas: Santa Catalina, Jesús María, Caroya, La Candelaria y sus puestos en el territorio, y sus colectivos de trabajo y de fe (jesuitas, criollos, negros)

- Verticalidades (red externa): Administración española (Gobernación del Tucumán), y administración de la Orden de la Compañía de Jesús (Provincia del Paraguay)

b. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

- Horizontalidades (contigüidad interna): asentamientos urbanos serranos (“villas de los notables”), asociados por la representación del paisaje serrano

- Verticalidades (red externa): el Estado (Provincia de Córdoba) y el FFCC Central Argentino con la Compañía de Tierras y Hoteles (internacional)

c. La Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

- Horizontalidades (contigüidad interna): ciudades locales (pseudo-ciudades) dependiente de actividad no primaria: turismo / ciudades locales (subsistencia) articulada con el área de influencia de la metrópolis: ciudad dormitorio

- Verticalidades (red externa): el Estado (Provincia de Córdoba + Departamentos) e industrias de extracción.

d. La Ciudad y la industrialización de la región (1940-1990).

- Horizontalidades (contigüidad interna): ciudades locales (pseudo-ciudades) dependiente de actividad no primaria: turismo / ciudades locales (subsistencia) articulada con el área de influencia de la metrópolis: ciudad dormitorio

- Verticalidades (red externa): el Estado (Provincia de Córdoba + Departamentos) e industrias de extracción.

Acerca de los conflictos

La relación patrimonio cultural-turismo no verifica en el sitio beneficios concretos y “la idea de que todos comen con el turismo no es hasta ahora, más que una ilusión”, persistiendo la idea acerca de que la protección del patrimonio según regulaciones especificas limita las posibilidades de progresar. La protección de la diversidad cultural, que es en parte lo que representan los sitios Patrimonio de la Humanidad, plantea también un conflicto entre la tradición y lo moderno, entre lo que debe permanecer y lo que puede cambiar.

De estos procesos dan cuenta los binomios de oposición. Los vecinos del sitio aceptaron en su mayoría que reconocer los binarios puede ser una manera de explicar la historia de Alta Gracia, ya que si persisten se deben a algún factor no identificado. Algunos incluso propusieron otras. Entre los binomios trabajados se destacan los “nacidos y criados”/ “los que llegaron y eligieron quedarse”, en donde la condición y posición social es fundamental especialmente frente a los de afuera; y geográficamente “El Alto”/ “El Bajo”.

En este marco es pertinente recordar que las diferencias también parten “de cómo se ven a sí mismos”, o “lo define la persona”, y que con “la actual re-significación del espacio todo es relativo”.

Los binomios de oposición demuestran que en la representación de cada habitus existe de alguna manera la idea sobre que una parte del patrimonio simbólico y físico que no es totalmente propio, que es de otros.

Page 155: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

149

8.1.2. El patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia

¿Qué significa el patrimonio cultural en el imaginario de los pobladores de Alta Gracia? Comenzando desde una escala macro, si el territorio, según Di Méo, es la manera concreta en la cual el hombre y su sociedad se representan, conciben y producen su relación con el espacio, tras el estudio y análisis del sitio de Alta Gracia, el espacio en su concepción socio-geográfica no está presente en la memoria de los altagracienses. El patrimonio territorial, como fruto de la experiencia humana, exige un ejercicio de representación que no es ejercitado por el habitante local, en parte porque se le dificulta apropiarse de objetos y hechos que no le resultan propios o que no conoce, y por otra parte, como resultado de la cotidianeidad en el trato con los bienes culturales. La escasa valoración cultural que se le otorga al patrimonio no monumental transforma paulatinamente a un bien cultural en un objeto más del entorno, y el espacio pierde espesor histórico para tornarse en un simple paisaje urbano.

Estos paisajes fragmentados del espacio (la Estancia Jesuítica, El Tajamar, el Alto, El Bajo, La Gruta) se entienden como un conjunto de formas heredadas de alguna etapa del pasado, objetos que son un signo de lo acontecido, pero con escasas posibilidades de establecer efectivamente la función de referencia, de dato que les permita iniciar o completar el conocimiento de la historia territorial.

El paisaje natural es indicado como el marco de relevancia del conjunto urbano, como singularidad que el sitio posee, además o por sobre las formas heredadas. Es frecuentemente reclamado como parte de las imágenes y la memoria del sitio, y de esto depende quizás la oportunidad de recuperar las significaciones que el sitio poseía cuando el territorio era un sistema espacial rural y productivo.

El patrimonio cultural es para el vecino la representación del hecho que ha seleccionado como representación de la historia de Alta Gracia en su relato. Suelen ser los jesuitas para los más interesados y selectivos, los espacios del Bajo para los que pasaron allí su infancia y tienen la memoria de su familia, o el Tajamar si fue el espacio de juegos y de encuentros. En todos los casos se comparte la relación de uso frecuente con los espacios, objetos y hechos de la historia. Pero también debe ser atendida la posibilidad de un uso frecuente como el del Sierras Hotel que, aunque se identifique como un signo relevante del paisaje, no despierte sentimientos de apropiación en proporciones similares al valor como objeto.

Cabe reiterar que en la realidad del espacio geográfico del sitio –Estancia, Villa y Ciudad–, son rasgos del territorio que quedan a la vista del habitante y del visitante (las rugosidades evidentes del territorio); los actores protagónicos (los jesuitas, los ricos, los visitantes ilustres), y más aun los silenciados (aborígenes, negros, pobres, enfermos, la inmigración), son los flujos del territorio que se niegan o se potencian según convenga a la interpretación que el campo social requiera. Para evitar conflictos en el espacio de poder del campo principal del sitio el relato de las rugosidades suele ser sincrónico, evitando lo diacrónico y la incorporación de inercias dinámicas. La mirada es única, casi direccional a los jesuitas y la villa turistica como rugosidad principal, y en ellos se sintetiza el pasado memorable de la ciudad que se debe y se desea contar. Pero aun así los hechos que se cuentan son difusos, parciales, enmascarados, interesados.

Esta segmentación en la interpretación del patrimonio cultural que hacer prevalecer productos creados a partir de una rugosidad principal o fijos aislados (lo jesuita, el Sierras Hotel, el Che), sin la participación de flujos y por sobre las inercias dinámicas que suponen los procesos (los grupos aborígenes, el sistema jesuítico, el sistema del ferrocarril, el sistema turístico, etc.), se evidencia tanto en la memoria de los habitantes del sitio como en su gestión institucional actual.

Como se desarrollara en la conclusión del Capítulo IV, que da cuenta del análisis del sitio en función de los antecedentes teóricos, el campo social en Alta Gracia como espacio de poder y conflicto se identifica según clases y capitales: la clase del Alto con sus capitales sociales, económicos y simbólicos; y la del Bajo, que se atribuye otros capitales sociales, culturales y simbólicos. Los habitus de cada clase son conservadores y escasamente modificados en las últimas décadas, situacion que ha

Page 156: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

150

favorecido el manejo del juego por parte de la clase del Alto en cuanto a lo social y simbolico, asi como el progreso de la clase instituicional a partir del capital politico.

La importancia del capital simbólico se traslada al espacio. El espacio como lugar simbólico, sin dimensión histórica, es importante para los vecinos. No son conscientes del valor histórico cultural de objetos y acciones, pero sí de lo que significan personalmente para ellos. Siendo, en hipótesis, mas significado que signo, la protección de objetos y acciones del patrimonio territorial no les es indispensable.

A partir de los antecedentes y el trabajo de campo se confirma que los procesos históricos reconocidos en la construcción territorial de Alta Gracia son la Estancia, la Villa y la ciudad, al que los relatos de los entrevistados agregan la etapa actual, de acuerdo a la siguiente cronología:

a. La Estancia Jesuítica y la Orden de la Compañía de Jesús (1643-1767).

b. La Villa Turística de jerarquía y el FFCC y el Sierras Hotel (1868-1940).

c. La Ciudad y la industrialización de la región hasta su decadencia (1940-1990).

d. La ciudad actual (1990-2009)

Las ausencias en cada período son otras tantas crisis y conflictos no reconocidos, que le restan riqueza a la diversidad cultural que posee el espacio. Sobre todo porque el espesor del territorio en este sitio fue construido a partir de proyectos de propios y ajenos, es decir del compromiso de actores que fueron nativos o extranjeros en cada una de las etapas.

En los comportamientos actuales detectados en el espacio de análisis se observa que en las visiones probables de los vecinos sobre el patrimonio local, sus prácticas y representaciones prevalece lo diacrónico a lo sincrónico. Identificación de espacios aislados en el paisaje urbano, participación grupal que se aísla en eventos masivos, fijos históricos excluidos de flujos, son algunas señales que indican la fragmentación, al igual que la que se reitera en el relato histórico.

La visión diacrónica supone conflictos que se evidenciaron en el análisis de las formulas binarias de oposición, desde las identificadas en los antecedentes: “los que llegaron para conquistar y quedarse” / “los que ya habían conquistado el territorio”, “los que detentan derechos legales y sociales” / “los que no los poseen porque así lo establece el otro”, los “ricos” (propietarios) / “los pobres”, “El Bajo” / “El Alto, “la villa” / “el barrio”, los “nacidos y criados” / “los que llegaron y eligieron quedarse”, “la vida y la diversión/ la enfermedad y la muerte”; hasta los propuestos por los propios vecinos: “los que van al Anglo” / “los que van al Comandante Espora”, “los chetos” (no de plata sino de familias conocidas) / “los negros” (desconocidos)”, “los personajes/ los silenciados”, y los “de este lado del (arroyo-ferrocarril) / “del otro lado del (arroyo-ferrocarril). En consecuencia, estos binomios de oposición, lejos de ser solo indicadores teóricos para la variable identidad, se confirman como una realidad que los entrevistados reconocen como desigualdades y a la cual además aportan.

8.1.3. El patrimonio cultural y las estrategias de desarrollo local.

Se puede reconocer que la cultura es un motor de desarrollo, pero también puede servir para marcar diferencias como las que plantean los binomios de oposición. Son los bienes culturales los que pueden acercar estas diferencias, pero también pueden expresar las diversidades y las desigualdades que significan. Instrumentos de doble filo en manos de las estrategias del juego de poder, los bienes culturales pueden, entonces, acercar o alejar, como actualmente sucede en el sitio en estudio. El Sierras Hotel y el Alto han actuado de esta forma, y las oportunidades de revertir estas situaciones no han sido correctamente gestionadas en pos de un desarrollo turístico sin inserción en el territorio.

Page 157: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

151

Néstor García Canclini en el texto “Todos tienen cultura: ¿Quiénes pueden desarrollarla?” propone una hipótesis de trabajo que se ajusta al presente trabajo y coincide con estas conclusiones:

1. Desarrollar la cultura en las sociedades contemporáneas, multiculturales y densamente interconectadas, no puede consistir en privilegiar una tradición, ni simplemente preservar un conjunto de tradiciones unificadas por un Estado como <cultura nacional>. El desarrollo más productivo es el que valora la riqueza de las diferencias, propicia la comunicación y el intercambio –interno y con el mundo–, y contribuye a corregir las desigualdades153.

Siguiendo a este autor, la tendencia a seleccionar objetos y acciones aislados, así como fijos y rugosidades memorables puede generar tanto una unificación fundamentalista en la representación física y social del espacio, como la ingobernabilidad del mismo.

El siguiente paso sería reflexionar acerca de qué tipo de prácticas culturales pueden contribuir a que el desarrollo de este sitio sea sustentable, es decir qué tipo de desarrollo socioeconómico puede dar más sustentabilidad a la cultura en este sitio complejo. Canclini indica que la clave está en que las políticas garanticen la diversidad cultural y los intercambio más equitativos, internas y con el mundo. Este principio está incluido además en la Carta Orgánica de la Ciudad de Alta Gracia cuando expresa que se debe “valorar las diferentes vertientes que la componen, al igual que las diferenciaciones espaciales que éstas determinan”.

Las desigualdades expresadas en los binarios de oposición del sitio son parte importante de su diversidad cultural, y garantizar su expresión debería ser parte de la política social y cultural local, en beneficio de la calidad de vida del habitante, y luego como factor de desarrollo cultural y turístico. Porque la cultura, además de un fin deseable en sí mismo, debe cumplir la función de dar sentido a la propia existencia y promover el crecimiento económico y otros objetivos, a partir de modelos de desarrollo que descubran, potencien y respeten los aspectos más relevantes de la diversidad cultural del sitio154.

Aquí cabe quizás otra opción binaria que propone el mismo Canclini –citando a estudios de CEPAL y el IIDH155–: “la ciudadanía” o su contrario, “la exclusión”. ¿Cuál es, en el sitio de Alta Gracia, el umbral a partir del cual la ciudanía comienza a participar y a partir de que se la excluye o auto-excluye? Retomando las opiniones de las entrevistas, el conocimiento determina la valoración del patrimonio territorial y redefine el relato histórico, propiciando la participación. El conocimiento es parte de ese umbral que genera oportunidades de acceso a la participación en el campo y en el juego de poder local. Debe ser posible, a partir de políticas culturales sobre la diversidad, formar ciudadanos y a partir de ellos formar públicos.

En consecuencia, “tener cultura y tener desarrollo son hoy actividades complementarias”, indica Canclini. “Implican a la vez convivir en la diferencia, no sólo crecer sino hacerlo juntos y con mayor equidad”156.

La dimensión de la diversidad cultural deberá ser, además de una actividad central en el juego de poder local, un factor decisivo de desarrollo, siendo este objetivo factible solo a partir de una clara voluntad de integración por parte de la clase institucional del campo, asumiendo la clase que participa en política los compromisos contraídos en los distintos ámbitos de integración y cooperación, como en el caso del campo de los sitios declarados patrimonio de la humanidad. El problema suele radicar en la ausencia de mecanismos que transformen en prácticas locales efectivas y operativas los acuerdos

153 GARCÍA CANCLINI, Néstor. “Todos tienen cultura: ¿Quiénes pueden desarrollarla?” Texto de la Conferencia para el Seminario sobre Cultura y Desarrollo, BID, Washington, 2005. En Línea: [http://www.iadb.org/biz/ppt/0202405canclini.pdf]. 154 RADL, Alejandra.”La dimensión cultural, base para el desarrollo de América Latina y el Caribe: desde la solidaridad hacia la integración”. Documento de Divulgación 6. Buenos Aires: INTAL, BID, 2000. En Línea: [http://www.iadb.org/intal -http://www.iadb.org/intal/aplicaciones/uploads/publicaciones/e_intal_dd_06_2000_radl.pdf]. 155 CEPAL-IIDH. “La igualdad de los modernos. Reflexiones acerca de la realización de los derechos económicos, sociales y culturales en América Latina”. Costa Rica: CEPAL, IIDH, 1997. Citado por GARCÍA CANCLINI, Néstor, en “Todos tienen cultura: ¿Quiénes pueden desarrollarla?” Texto de la Conferencia para el Seminario sobre Cultura y Desarrollo, BID, Washington, 2005. En Línea: [http://www.iadb.org/biz/ppt/0202405canclini.pdf] 156 Ibídem 153

Page 158: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

152

regionales e internacionales, razón por la cual la clase institucional ni se informa ni cumple con los criterios que establecen dichos compromisos, ni los que ha asumido voluntariamente en el sitio.

Como lo reconociera uno de los vecinos entrevistados, es necesario abrir en el sitio de Alta Gracia los espacios sociales y geográficos a otras acciones: “el corazón de Alta Gracia debe estar más abierto, no solo comercio, debe haber otra cosa (…), 35 años atrás habíamos evolucionado mas (…) y hoy con todas las posibilidades que tienen los gobiernos no se logra algo similar”. Abrir espacios y acciones significa aceptar que ya no es posible trabajar ejecutivamente en forma aislada, que se deben asumir compromisos para acceder a mejores niveles de vida y enfrentar así el desafío de la globalización desde y a partir de la realidad de un sitio cultural complejo.

8.1.3.1. Bases para relacionar la dimensión local y territorial del patrimonio cultural de Alta Gracia con la identidad del habitante local y el desarrollo del sitio

Base 1. La inclusión y la participación del ciudadano local a partir del conocimiento de su pasado y de la realidad actual del sitio cultural.

Base 2. Políticas que recuperen la diversidad cultural en la desigualdad del sitio, como recursos de interés para ciudadanos y visitantes

Base 3. La participación de ciudadanos e institucionales del campo, para recuperar la participación de personajes en el espesor histórico del territorio Base 4. Modelos de desarrollo que abarquen la dimensión cultural con igual jerarquía que la socioeconómica.

Base 5. Modelo urbano de planificación a partir de las invariantes estructurales como matriz de diseño.

Base 6. Diversificación de los espacios geográficos con acciones y usos sociales que promuevan conocimientos vinculados a la identidad del sitio, asegurando el acceso de la ciudadanía a la participación en el campo

8.1.4. La participación del patrimonio cultural en la construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia.

En cuanto a la identidad en la construcción de la memoria histórica, las identidades individuales se reflejaron en objetos y acciones referidos en el Capítulo V, para los cuales la apropiación fue y es más efectiva si ésta involucra participación. Se reitera nuevamente el valor de signo y significado, ya que muchas veces continúa la permanencia de recuerdos acerca de signos que ya han desparecido, sin registrar una defensa proporcional a su valor. En consecuencia, la defensa de los objetos presenta intereses ambiguos en las estrategias, mientras las acciones como tradiciones mutan su significado, girando hacia lo comercial y globalizado.

La condición de conservador de su habitus ciudadano y familiar, así como la religiosidad del mismo son los rasgos principales de una posible identidad común del sitio, rasgos que no evitan la individualidad y la apatía según otras opiniones. La posición de “no querer cambiar todo” es a su vez compleja, ya que no se define que es lo que no hay que cambiar y que si, y esta indefinición conlleva una mutación no regulada del espacio geográfico. A su vez, la “selección parcial” y deliberada de objetos y hechos del pasado en los cuales reconocerse, parece evitar la idea de “proceso dinámico” que implica el concepto de identidad.

El proceso de construcción identitaria puede reflejar las posturas de los habitantes frente a las rugosidades del territorio:

Page 159: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

153

- Se desarrolla a partir de una realidad donde el paisaje urbano cultural actúa como marco, no como aporte al proceso. Objetos y acciones de valor patrimonial son referencias estáticas y externas, cuyo uso es eventual a lo largo del tiempo en el cual se habita el territorio y el sitio. Estos objetos y acciones se han heredado como señas esenciales de identidad, pero su real apropiación es relativa.

- Se reconocen acciones y objetos como indispensables en el proceso de construcción de la identidad, y se los utiliza según los fines de cada individuo, renovando frecuentemente las relaciones entre ellos mediante el uso, la visita, las referencias, el disfrute, el aprendizaje, etc. En este caso las relaciones son diversas, porque el interés varía entre la valoración cultural y el rédito económico, entre el respeto y la manipulación política.

En este proceso, desde el enfoque del constructivismo el habitante reconoce objetos y acciones culturales en mayor medida cuando se le informa acerca de sus valores, de lo contrario prefiere el entorno natural como principal material de su estructura identitaria.

Entonces, en este proceso de construcción, los bienes que componen el patrimonio cultural de Alta Gracia pueden participar, por ejemplo según la siguiente ponderación para el primer grupo de habitantes:

- el paisaje natural

- los espacios públicos de los barrios, con la incorporación inconscientemente el patrimonio doméstico y el industrial

- el espacio público del centro fundacional (sitio de análisis)

- los monumentos más antiguos

El segundo grupo, en cambio, puede preferir elaborar su proceso a partir de otras prioridades y preferencias como:

- los monumentos jesuíticos y espacios públicos de la Villa;

- el conjunto de la villa, siglo XIX;

- algunas fiestas tradicionales;

- el paisaje natural suburbano;

- los recuerdos sobre el FFCC, la inmigración, el turismo, las industrias.

Estos procesos, individuales y familiares primero, seleccionan los objetos y actividades mencionados a partir del uso y del conocimiento como categorías de construcción identitaria, que a su vez son influidas, condicionadas, promovidas y manipuladas por los grupos de poder y por el Estado, según las circunstancias históricas y las ideologías vigentes (en especial la religiosidad), como por ejemplo la posibilidad del ingreso al campo de los sitios declarados patrimonio de la humanidad. A partir de esta circunstancia, el uso y conocimiento de los objetos y acciones comenzaron a modificarse y obligaron a pensar en otros objetos y acciones silenciados o marginado, así como obligaron a reconsiderar la relación del colectivo altagraciense frente a “los otros”.

Esta relación con el “otro” significa un conflicto en la construcción, porque la tendencia al aislamiento grupal, familiar y barrial aparece como rasgo característico del sitio, así como la tendencia a cierto espíritu conservador, que puede llegar a confundirse con indiferencia o desinterés por parte de los “nacidos y criados” hacia la realidad de su patrimonio cultural.

La selección parcial y fragmentada de objetos y acciones como los mencionados conlleva a que la construcción identitaria adolezca de materiales culturales relevantes al momento de definir el relato de la historia local, o que incluso, casi en una absoluta postura constructivista, el habitante rechace todo vinculo hereditario común, afirmando no encontrar nada que todos los habitantes de Alta Gracia

Page 160: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

154

compartan, porque no hay actividades que logren un interés general, ni “rasgos que identifiquen a la gente de Alta Gracia, porque es difícil, no se identifica con su localidad”.

Se puede afirmar, en conclusión, que en cuanto a las identidades de los vecinos de Alta Gracia, lejos de ser un fenómeno derivado de una construcción dinámica y en continua reelaboración a partir de un sustrato básico común, estos escogen deliberadamente objetos y hechos del espesor histórico del territorio y del sitio, a partir de intereses personales o de posición de clases, de conocimiento o de conveniencia en el juego de poder, del uso y del disfrute que les puedan asignar, manipulando los espacios en función del prestigio de los mismos, y alejando en lo posible, los conflictos y disputas de los tras-escenarios no reconocidos.

Si construir es ordenar para expresar un concepto, en el proceso de construcción de la identidad del habitante de Alta Gracia no se advierte el uso integral de los objetos y acciones que forman parte de su acervo cultural, careciendo la realidad resultante de la diversidad que podría detentar como construcción humana. Parecen, incluso, más los elementos apartados que los seleccionados, además de ser significativamente diferente el modo de selección entre los “nacidos y criados” y los “que llegaron y eligieron quedarse.

El habitante de Alta Gracia” crea su realidad a partir de fragmentos y ausencias, la ordena según su condición y posición de clase, y la significa en el espacio geográfico que habita. Si los vínculos humanos son favorables o no, según pertenezca a los grupos antes definidos y caracterizados, su identidad hará partícipe en su construcción a los bienes culturales o le asignará un rol marginal.

En definitiva, los rasgos de una vida de pueblo, en familia, con tendencia a la religiosidad propiciaron en etapas anteriores una participación activa en el espacio geográfico y social, actitud que perdió continuidad, causando con el tiempo tensiones y antagonismos, que además de cuestionar la capacidad de los vecinos de vivir juntos, no permiten definir como y a partir de que perfil de ciudad se pretende convivir con los demás en el territorio.

Page 161: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

155

8.2. Recomendaciones

“La cultura debe ser considerada en grande, no como un simple medio para alcanzar ciertos fines,

sino como su misma base social. No podemos entender la llamada dimensión cultural del desarrollo

sin tomar nota de cada uno de estos papeles de la cultura.” Amartya Sen

"La cultura como base del desarrollo contemporáneo"; Diálogos UNESCO

Los alcances de esta investigacion se vincularon desde su inicio a la elaboración del Plan de Gestión Cultural del Sitio de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, declarado Patrimonio de la Huamanidad, su área urbana de amortiguamiento, y su relación con el territorio histórico, geografico, social, económico y cultural.

El Documento Preliminar del Plan de Gestion que requiere la UNESCO se propone como herramienta para resolver la problemática para el manejo equilibrado y armónico de un sitio cultural complejo. Para que este patrimonio se transforme en el motivo de la mejora en la calidad de vida y pueda impulsar el desarrollo sustentable de la comunidad local y regional, el Plan deberá fijar criterios de usos, intervención e interpretación en el sitio, así como fuentes de financiamiento. Por otra parte, el enfoque metodológico deberá abarcar tanto la investigación como la participación activa de actores locales, para el diagnóstico y el desarrollo integral del Plan de Gestión157.

Las dificultades presentadas en su elaboración se vinculan en parte con los conflictos identificados en el desarrollo de esta investigación, en relación a la participación ciudadana, a la valoración de los espacios afectados y al sentimiento de identidad de los habitantes respecto a sus objetos y acciones patrimoniales. Los componentes del sitio como fijos construidos e institucionales y sus diversas jurisdicciones limitan en cierta forma el acceso a la participación de otros actores sociales, que si bien no tiene jurisdicción administrativa, tienen intereses creados en el sitio que deben tenerse en cuenta al elaborar el Plan de Gestión: vecinos, comerciantes, agentes turísticos e inversores inmobiliarios.

Como aporte a la elaboración del Plan de Gestión, el Anexo 14. “Síntesis del estatus del sitio como espacio social y geográfico” para el Documento Preliminar del Plan de Gestión del Sitio de la Estancia, sobre la base de un enfoque conceptual diferente, recupera alguna conclusiones parciales del presente trabajo que pueden contribuir a la discusión de los conflictos que debe resolver este sitio cultural.

Se confirma que entre los factores generales que afectan a la significacion futura del sitio se encuentra la necesidad de un conocimiento integral del mismo a través de la investigación, que permita conciliar los factores externos con los internos (intereses públicos y privados) y asegurar la condiciones física y social del sitio mediante un buen uso de los bienes y espacios (degradación/ruina/saturación/agentes naturales y antrópicos).

En consecuencia se recomiendan las siguientes estrategias:

Fomentar los procesos que contribuyan a la construcción de un relato histórico integral, potenciando la diversidad para superar la desigualdad.

Formar capital humano común a todos los campos para la gestión cultural con énfasis en proyectos de cultura y desarrollo.

Contemplar la dimensión política de la cultura en su contribución al desarrollo, investigando su aporte a la gestión institucional compleja que posee el sitio y estimulando la participación ciudadana

157 Documento Preliminar del Plan de Gestión del Sitio de la Estancia, sobre la base de un enfoque conceptual diferente. Alta Gracia: Museo Nacional de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, 2008.

Page 162: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

156

Contemplar la dimensión económica de la cultura en su contribución al desarrollo, a partir del fomento, creación, y producción de empresas, industrias e instituciones culturales y creativas, así como su conexión con otros sectores productivos como el turismo cultural.

Potenciar la relación y los vínculos entre educación y cultura en los procesos de educación formal e informal, desde las instituciones ya existentes como los museos, que además de desarrollar su temática principal, intenten mejorar la comprensión del relato histórico y contemporáneo del sitio, mediante las herramientas que hoy proponen los llamados museos de la memoria y de la identidad.

Generar y sostener los procesos que se siguen en relación al patrimonio cultural, difundiendo y socializando –al igual que con el relato histórico del sitio–, los criterios y procesos existentes en la conservación, intervención, restauración y puesta en valor de los bienes culturales del territorio, tanto los tangibles como los intangibles.

En especial se recomienda reorganizar el juego del campo afrontando los conflictos y las crisis, buscando reconocer nuevas fortalezas en las desigualdades, apelando a la integración de los actores y sus capitales, recuperando para la cultura local aquella participación de personajes y empresas que construyeron el espesor histórico del territorio que hoy es su principal capital simbólico. Quizas se provoque de esta manera un retorno de las miradas de “los nacidos y criados” y “de los que llegaron y eligieron quedarse” que hoy habitan y usan los espacios del Alto y Bajo hacia los objetos y acciones particulares y valiosos del sitio, que lo hacen singular en todo el territorio nacional.

“Millones de ojos se alzan hasta ventanas puentes alcaparras

y es como si recorrieran una página en blanco. Muchas son las ciudades como Fillide que se sustraen a las miradas,

salvo si las atrapas por sorpresa.” Las ciudades y los ojos. 4

Italo Calvino, Las ciudades Invisibles, 1972

Page 163: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

157

BIBLIOGRAFÍA Bibliografía Referencial ALVAREZ DE LUNA, Alejandro

1986 Antropología cultural. Diccionarios Rioduero. Ediciones Rioduero: Madrid BALLART HERNANDEZ, Joseph y JUAN i TRESSERRAS, Jordi

2001 Gestión del Patrimonio Cultural. Barcelona: Ariel BALLART, Joseph

1977 El Patrimonio Histórico y arqueológico: valor y uso. Barcelona: Ariel. BISCHOFF, Efraín

1995 Historia de Córdoba. Buenos Aires: Editorial Plus Ultra BONOFIGLIO, Marta y M. HERRERA

1985 Prehistoria de la Provincia de Córdoba. Córdoba: Editorial de la Municipalidad de Córdoba.

BOURDIEU, Pierre 2006 Campo del poder y reproducción social. Elementos para un análisis de la dinámica

de las clases. Córdoba: Ferreyra Editor BOURDIEU, Pierre

2005 Capital Cultural, Escuela y Espacio Social. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina BOURDIEU, Pierre

1992 El sentido práctico. ¿?: Taurus, BUSCHIAZZO, Mario

1969 Estancias jesuíticas de Córdoba. Buenos Aires: Filmediciones Valero, 1969. CASTILLO RUIZ, José

1997 El Entorno de los Bienes Inmuebles de Interés Cultural. Granada COMISIÓN NACIONAL DE MUSEOS Y DE MONUMENTOS Y DE LUGARES HISTORICOS

2000 Monumentos Históricos de la República Argentina. Buenos Aires: CNMMyLH. DE LA CERDA DONOSO, J. y VILLARROEL, L.

1999 Los negros esclavos de Alta Gracia. Caso testigo de población de origen africano en la Argentina y América. Córdoba: Ediciones del Copista

FLACHSLAND, Cecilia 2003 Pierre Bourdieu y el capital simbólico. Madrid: Campo de Ideas S.L.

FOGLIA, María Elena 1998 Bases para una Historia Urbana de la Provincia de Córdoba. Reflexiones sobre los

procesos históricos de ocupación del territorio. Teorías y Modelos, Argentina y Provincia de Córdoba. Córdoba: FAUD, UNC.

GARCÍA CANCLINI, Néstor 1989 Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad. México: Grijalbo

GALLARDO, Rodolfo 2003 La arquitectura de Córdoba y su historia. Córdoba: Ediciones Nuevo Siglo.

GRACIA, Joaquín, S.J. 1940 Los jesuitas en Córdoba

GRENÓN, Pedro, S. J. 1940 Los jesuitas en Córdoba. Buenos Aires: Espasa Calpe.

HALL, Peter 1996 Ciudades del Mañana. Historia del urbanismo en el Siglo XX. Barcelona, Ediciones del

Serbal HERNANDEZ SAMPIERI, R, et alt

1998 Metodología de la Investigación. México: McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES SA

KRONFFUS, Juan 1988 Arquitectura Colonial Argentina. Córdoba: Editorial Nuevo Siglo.

Page 164: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

158

LARRAURI, E. y A. TRECCO, L. AMARILLA, S. SANTIA, J. GARCÍA VIEYRA, et alt. 1986 Alta Gracia: Evolución Histórica y Desarrollo Urbano-Arquitectónico. Córdoba:

CEHUALA, FAUD, UNC. PRATS, Llorenç

1997 Antropología y patrimonio. Barcelona: Ariel Antropología RAMOS, José Luis

1985 Planificación Urbana y Regional. Teoría y Práctica. Córdoba: FAUD, UNC RIZZUTO, Miguel

1940 Historia y evocación de Alta Gracia. Córdoba: Miguel Rizzuto RUSTAN, Victoria

1981 José Manuel Solares, el patriarca de Alta Gracia. Córdoba: Dirección de Historia, Letras y Ciencias.

SANTOS, Milton 2000 De la totalidad al lugar. Barcelona: Oikos-Tau,

SANTOS, Milton 2000 La Naturaleza del Espacio. Técnica y Tiempo. Razón y Emoción. Madrid: Ariel. Copia

Capítulos 2, 3, 4, 5 y 6 SANTOS, Milton

2004 Por otra globalización. Del pensamiento único a la conciencia universal. Bogotá: Convenio Andrés Bello

SAUTU, Ruth, BONIOLO, Paula et alt 2005 Manual de metodología CLACSO, Colección Campus Virtual, Buenos Aires. En línea:

[http://bibliotecavirtal/clacso.org.ar/ar/libros/campus/metodo.pdf]. SENNET, Richard

2007 Carne y Piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid: Alianza Editorial,

TAYLOR, S.J. y BOGDAN, R 1992 Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona: Paidós,

TERZAGA, Alfredo 1964 Geografía de Córdoba. Córdoba: Editorial Assandri.

TRECCO, Adriana 1996 Córdoba, Guía de Arquitectura. Córdoba: Editora Mayúscula

WAISMAN, Marina (comp.) 1984 Arquitectura Colonial Argentina. Buenos Aires: Ediciones SUMMA.

WAISMAN, Marina 1985 La estructura histórica del entorno. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión

WIEVIORKA, Michel 2003 La Diferencia. La Paz: Plural Editores

ZEMBORAIN, Jorge. s/d. Viejas estampas de Alta Gracia. Córdoba: s/d

Obras Artículos y/o Investigaciones

BOSQUE MAUREL, Joaquín

1996 La obra científica del profesor Milton Santos. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, N° 16, Pág. 203-223. Madrid: Servicio de Publicaciones, Universidad Complutense, 1996. En Línea [http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02119803/articulos/AGUC9696110203A.PDF].

BOURDIEU, Pierre 1979 Los tres estados del capital cultural en Sociológica, Azcapotzalco, México: UAM. 1979.

núm. 5, pp. 11-17. En Línea: [http://sociologiac.net/biblio/Bourdieu-

Page 165: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

159

LosTresEstadosdelCapitalCultural.pdf] GARCÍA CANCLINI, Néstor

2005 Todos tienen cultura: ¿Quiénes pueden desarrollarla? Texto de la Conferencia para el Seminario sobre Cultura y Desarrollo, BID, Washington. En Línea: [http://www.iadb.org/biz/ppt/0202405canclini.pdf]

GIMENEZ, Gilberto s/d La Sociología de Pierre Bourdieu. UNAM. En Línea:

[http://www.paginasprodigy.com/peimber/BOURDIEU.pdf]. GÓMEZ FERRI, Javier

2004 Del patrimonio a la identidad. La sociedad civil como activadora patrimonial en la ciudad de Valencia. Gazeta de Antropología, Nº 20, Texto 20-09, Universidad de Valencia. En Línea: [http://www.ugr.es/~pwlac/G20_09Javier_Gomez_Ferri.html ].

HERNANDEZ DIEGO, Celia 2001 Estructura y dinámica de las interrelaciones en el espacio geográfico. Reseña de:

Santos, Milton (2000), La naturaleza del espacio, Ariel, España. UAEM. En Línea: [http://www.cmq.edu.mx/documentos/Revista/revista10/Hernandez_est_voliii_num10_2001(resena).pdf].

LOZA ARMAND UGÓN, Andrés s/d La mirada histórica y la construcción territorial

MARTÍN CRIADO, E. 2002 Habitus. Román Reyes (Dir.): Diccionario Crítico de Ciencias Sociales. Madrid: Pub.

Electrónica, Universidad Complutense. En Línea: [http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario]

MILLÁN, René y GORDON, Sara 2004 Capital social, una lectura de tres perspectivas clásicas, en Revista Mexicana de

Sociología, año 66, núm. 4, octubre-diciembre Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales. México, D. F., pp. 711-747.

RADL, Alejandra 2000 La dimensión cultural, base para el desarrollo de América Latina y el Caribe: desde

la solidaridad hacia la integración. Documento de Divulgación 6. Buenos Aires: INTAL, BID. En Línea: [http://www.iadb.org/intal -http://www.iadb.org/intal/aplicaciones/uploads/ publicaciones/e_intal_dd_06_2000_radl.pdf].

REGUILLO CRUZ, R. 2005 De las culturas en “infinitivo” a la conjugación compleja re-pensar la diferencia, en

III ENCUENTRO INTERNACIONAL DE PROMOTORES Y GESTORES CULTURALES CONACULTA

ROSAS MANTECÓN, Ana s/d Las jerarquías simbólicas del patrimonio: distinción social e identidad barrial en el

Centro Histórico de la ciudad de México. UAM. En Línea: [http://www.naya.org.ar/articulos/patrim01.htm].

SALAS, Susana (comp). 2005 Alta Gracia, de la prehistoria a Patrimonio de la Humanidad. Alta Gracia: Nuevo

Sumario. SÁNCHEZ LÓPEZ, Lorenzo y JEREZ GARCÍA, Oscar.

s/d El patrimonio geográfico: reflexiones sobre el espacio como archivo, patrimonio y recurso didáctico”. Ámbito temático: reflexión del por qué, el para qué y el qué enseñar del Patrimonio en la Educación. Escuela Universitaria de Magisterio de Ciudad Real (Universidad de Castilla-La Mancha). En Línea: [http://www.uclm.es/PROFESORADO/web_geografia/congresos/c_cuenca1.htm].

SANTOS V, Gabriel M s/d Pensar geográficamente la historia, concebir históricamente la geografía. En Línea:

[http://www.monografias.com/trabajos10/hygeo/hygeo.shtml]. SANTOS, Milton

1993 Los espacios de la globalización, en Coloquio Análisis del sistema-mundo y de la

Page 166: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

160

economía mundial, París. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, N° 13, Pág. 69-77 - Madrid: Ed. Comp. En Línea: [http://revistas.ucm.es/ghi/02119803/articulos/AGUC9393110069A.PDF].

SEN, Amartya. 2000 Los fines y medios del desarrollo, en Desarrollo y libertad. Madrid: Planeta. Pp. 54-75.

SOBRAL, José Manuel 2004 Memoria social, identidad, poder y conflicto. Instituto de Ciencias Sociales de la

Universidad de Lisboa, en Revista de Antropología Social N°13. Pág. 137-159. ISSN: 1131-558X. En Línea: [http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/838/83801306.pdf].

ZUSMAN, Perla. 2002 Milton Santos. Su legado teórico y existencial (1926-2001) Doc. Anal. Geogr. N° 40.

Pág. 205-219. En Línea: [http://ddd.uab.cat/pub/dag/02121573n40p205.pdf]. Consultado el 28 de noviembre de 2008.

Publicaciones y documentos

CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE ALTA GARCIA

1979 Síntesis histórica de Alta Gracia. Córdoba, Municipalidad de Alta Gracia CARIGNANI, María Inés

2000 Intendentes de Alta Gracia. 1900-1999. Manuscrito. Alta Gracia: s/d, 2000 COMISION NACIONAL DE MUSEOS, Y DE MONUMENTOS Y DE LUGARES HISTORICOS

1999 Ficha de Inventario MHN de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia. Córdoba: CNMMyLH, Archivo del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia. Actualización: 2005.

FERREYRA BARCIA, Oscar 1989 Volviendo al pasado. Alta Gracia por los caminos del recuerdo desde 1916 hasta

1931. Manuscrito. Alta Gracia: s/d, INSTITUTO COLOMBIANO DE CULTURA

1975? Normas Mínimas para la Conservación de los Bienes Culturales. Bogotá MUNICIPALIDAD DE ALTA GRACIA

1999 Carta Orgánica Municipal de la Ciudad de Alta Gracia. Alta Gracia: Editorial Nuevo Sumario.

1999 Manual de Actuaciones para el Área de Protección de Primer Orden. Alta Gracia: Secretaria de Obras y Servicios Públicos, Área de Planeamiento.

MUSEO DE ANTROPOLOGÍA, UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA 2005 Patrimonio Arqueológico de Córdoba Reconocimiento, protección y puesta en valor,

Córdoba: Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades. Versión digital. ICOMOS

1967 Normas de Quito, Ecuador UNESCO 1972-1999 Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural -

Directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, Centro del Patrimonio Mundial.

UNESCO 1976 Recomendación de Nairobi: Salvaguardia de los conjuntos históricos y su función en la

vida contemporánea, Unión Europea

1985 Carta de Granada. Salvaguardia del Patrimonio Arquitectónico Europeo ICOMOS

1987 Carta de Washington: Carta Internacional para la Conservación de Poblaciones y Áreas Urbanas Históricas

UNESCO 1994 Carta de Nara, Japón

Page 167: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

161

ICOMOS 1995 Carta de Brasilia: Autenticidad (Reflexiones sobre la Carta de Nara en el contexto

americano) UNESCO

2001 Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural UNESCO

2003 Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial ICOMOS

2004 Carta de Ename para la interpretación de lugares pertenecientes al patrimonio cultural ICOMOS

2005 Declaración de Xi’an sobre la Conservación del entorno de las estructuras, sitios y áreas patrimoniales.

UNESCO – WHC 2005

Memorando de Viena: El Patrimonio Mundial y la arquitectura contemporánea. Gestión del paisaje histórico urbano

UNESCO 2005 Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones

culturales PRAHC-UMSS, Maestría “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”. Andrés Loza - Germán Parrilla

2006 Ejes y Líneas de Investigación PRAHC-UMSS, Maestría “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”. Dr. Bernard Declève - Msc. Andrés Loza

2008 Planificación estratégica, territorio y gestión socio-cultural

Documentación gráfica

Archivo del MUSEO NACIONAL ESTANCIA JESUÍTICA DE ALTA GRACIA. Fototeca y Biblioteca

Archivo de la MUNICIPALIDAD DE ALTA GRACIA, Secretaria de Obras y Servicios Públicos, Área de Planeamiento y Patrimonio Cultural

Documentación histórica

Testimonios de los autos del Inventario de los bienes de los jesuitas expulsos de esta ciudad pertenecientes a la Estancia de Alta Gracia. Año 1767 anotado en el año 1771. Escrib. 2 – Leg. 40 – Expte.6. Archivo del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia

Autos de embargo de la Estancia de Alta Gracia con lo ella edificado, plantado, esclavos y demás bienes de la propiedad del General Santiago de Liniers. (Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba. Escrib. 4 Leg. 46 – Expte. 8). Archivo del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia

Fotografías

Archivo del MUSEO NACIONAL DE LA ESTANCIA JESUÍTICA DE ALTA GRACIA Y CASA DEL VIRREY LINIERS

Archivo de la SECRETARIA DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, Área de Planeamiento y Patrimonio Cultural, de la Municipalidad de Alta Gracia

Aerofotografías. Google Earth

Page 168: Maestría: “Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial”atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/272/1/Texto Tesis... · Universidad Mayor de San Simón Escuela Universitaria

María Rebeca Medina MGPDT, Quinta Versión

162

Grabados / dibujos

Archivo de la SECRETARIA DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, Área de Planeamiento y Patrimonio Cultural, de la Municipalidad de Alta Gracia

UMSS-PRACH. Relevamiento Estancia Jesuítica de Alta Gracia. MGPDT, V Versión, 2008.

Fuentes

Biblioteca y Archivo del MUSEO NACIONAL DE LA ESTANCIA JESUÍTICA DE ALTA GRACIA Y CASA DEL VIRREY LINIERS

OFICIALÍA MAYOR, MUNICIPALIDAD DE ALTA GRACIA En Línea: [http://www.altagracia.gov.ar/decretos/index.asp]

SECRETARÍA DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, Área de Planeamiento y Patrimonio Cultural. Municipalidad de Alta Gracia, 2006-7.

Diario LA VOZ DEL INTERIOR, diciembre 2008 a febrero 2009 En Línea: [www.lavozdelinterior.com.ar].

Semanario NUEVO SUMARIO, julio 2008 a marzo 2009. En Línea: [http://www.sumarioenred.com.ar]