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Juan Sebastin Castro

Comunicacin Expresin Diseo

Eran como las 5 de la tarde de una Semana Santa abundante de soledad, cuandolos vi colgados del puente de la calle 134 rumbo a occidente, conjetur que habanpasado por mi barrio y que me perd de no haberlos saludado. Sin embargo aqu lostena, arriba de mis ojos, observndolos cmo suban el viejo puente.

Con paso lento, Isidora y Eliseo, marchaban por estas calles. Ella, una burrahermosa de piel gris y lomo ancho; burrota de racamandaca, de cascos bellos ylargos, y de andar picante, casi tan petulante como cual dama engreda, sinmentirles, una hermosa bestia muy cariosa por cierto. Hasta nalgona es.

l, su lover, conductor, dueo, amigo, mdico, gineclogo y confidente Eliseo el dela carreta-zorra Bin Laden. Eliseo es un piloso y experto reciclador; un tipazo deextendido recorrido por la vida, expoeta de las alcantarillas y exmaromero de circopueblerino. Un personaje de cmic por su lenguaje charlatenero, su vestimentacustomizada (adems usa un sombrero) y sobre todo, porque posee unpensamiento full de gente picuda con coloridos pensamientos en su mente. Muyamigo de los animales dciles, de la ecologa urbana y de la dreaming city, porque ala hora del sueo urbano, sale con su Isadora a recoger chcheres y cuanta vaina sele atraviese. De eso vive y por eso trabaja con su pareja: la burrita, la de Eliseo.Aparecieron por ac por la 134 encima de su zorra-burra decorada, pero ahora conuna nueva iconografa de un film o quizs, de una rock magazine. Llevaba puestauna shirt del Boca Junior y una gorrita del Dallas United; un overol de cocacolero yunos nike con incrustaciones de adidas y cordones de barbie. Toda una intervencinde signos contemporneos en su fashion, luca Eliseo; y qu decir de su Isidora, laguerrera de cascos metalizados y bien timbaleros, exhiba unas gafas raiban comolas de Pedro Navaja enguayabado.No! Qu maravilla la de la Isidora y Eliseo, convirtiendo las calles bogotanas enuna pasarela espectacular. Claro, con esos sponsors, para qu ms!Cuando me sub a la Bin Laden (despus les cuento cundo lo hice), me cont Eliseoque los cables del freno de Isidora, los haba conseguido de un zorrero costeo, quevino del barrio Las Nieves de Barranquilla a vender un lote de cerbatanas que lecompr a Juana, la del cabello de maz, la que ya no se aburre los domingos frenteal estadio de la 72 -el Romelio Martnez-, viendo jugar al Junior FBC. Eliseo contabala ancdota con la misma sabrosura, creo yo, que escuch del caribeo colega.Mejor dicho, la zorra -o mejor, la burra-, pareca una academia visual muy completay llena de sonoridad tambin, porque le tena parlantes decorados con los listoneshigh tech de El Gran Sound Look Town que copi de una revista portorriquea, delpick-up ms fogoso de San Juan. La Bin Landen llevaba una grabadora pequeaincrustada en el techo loft que le dise en la parte trasera y sonaba bienpachangoza y heavy.

Los divisaba, desde abajo del puente, como andaban de parsimoniosos en esesbado santo; lo atravesaban con una actitud chaplinesca, as, afortunadamente,poda darme el gusto y tiempo de mirarlos encantado. Las imgenes y sus coloridos,as como el sonido de una meloda que expulsaba la carreta, sobresala por elsilencio de los no-carros a esa hora de la tarde (sonaba Ricardo Rey, su SonidoBestial), me hacan pensar en la llegada de un prncipe del mundo del cmic. Quespectculo! Era un nomad circus; yo estaba embobado, trotando en un solo sitio,para no enfriarme.La ciudad en la tarde pareca una flor amarilla ardiente, copia un encendido solsagrado que Dios trae al mundo para estas temporadas de lluvias intermitentes yfragmentadas. Hacan juego forgerie con la luz solar, de manera que la Bin Laden,era una torre de chcheres ojivales, de realismo mgico, catedralsticos, o sea unfigurn mvil del carajo. Se acab Sonido bestial y empez, Lluvia con nieve y laburra-carreta an no descenda, de manera que yo abajo disfrutaba lentamente deuna orquesta andante y de un museo rodante. Wonderfull!Cuando los vi ms de cerca, casi por completo, estaba slo, y vea a la Bin Ladensubir su pesada ruta elevada, y de repente me rodearon gentes que hacan gestosde asombro como yo, observando y gozando del acontecimiento citadino mshermoso de ese sbado santo.El diseo de enfrente, de la carreta, llevaba el nombre Bin Laden, hecha con unadelineacin muy delicada confeccionada con mano de filigrans, en forma de placade carro, con letras negras gticas -como un tag hermoso-, sobre fondo azul,pareca una chapa extica; pero lo que ms me sorprendi, fue verla bajar delpuente porque el sol menguado naranja de la tarde -ya cayendo-, impactaba en laslentes de la Isidora. Me culp de no llevar una cmara en ese instante (quin iba asaberlo?). No se imaginan la foto que tena frente a mis ojos; sin embargo, unapareja de jvenes deportistas, de origen chino o japons (la verdad no sdistinguirlos), empez a experimentar su emocin, aplaudindolos mientrasdescendan, ya con cierta velocidad (claro por el fenmeno de Einstein) el puentede la calle 134.

La verdad, no dud en saludarlos. Me arroj sobre la burra (se acuerdan que antesles dije que les contara?) y de una me sub; Eliseo me reconoci extendindome lamano y me dijo: -Tons qu ticher-. Qu saludazo tan cordial!, tpico de un amigode mucha confianza. -Entonces qu maestro-, le respond (lo elev a una categorasocial y cultural superiorsima no le digo a nadie doctor-), -y la Isadora qu talanda? qu ms Isa?-.

Me dice Eliseo: -Pues ah la ve mi ticher, andamos como siempre ennoviaos, yagrguele: estrenando carrocera, biseles, percha y hasta wheels; estas delanterasme las trajo un paisano suyo, un bacn que lleg de Barranquilla, dizque de la Callede las Vacas, cmo la ve?-.

La gente, por cierto muy poca, nos vea con cara de mirones de un desfile depayasos. Nos decan adis, nos saludaban con sonrisas que a lo lejos lasinterpretaba como seal de amor.

Al llegar al primer semforo, Bin laden se detiene y Eliseo se baja a recogercartones, pedazos de vidrios, botellas plsticas, ropa vieja y un viejo mueble desala. Le ayudo a subir todo y le pregunto, que esta vez, para dnde la llevar. Mecuenta que es para una casa que est en Teusaquillo, donde viven los desplazados ygente de la calle, all hacen vainas con otras vainas, algo as como objetos wierds.all, las regalan, y a cambio, les ofrecen sendos platos de comidas calientes.

Con reserva, tpico de un hombre que habla antilenguajes callejeros, me dijo que elrustic gouch es para la sala de la habitacin que le sac a su Isadora. S, vive conella, desde hace mucho tiempo. Me dice que la ama y que es mejor wife que laprimera que tuvo.

Isadora no le pide nada, no lo molesta, no lo jode para el mercado ni le llega tarde.Igualmente, se conforma con lo que l le da: panelita, hierbabuena, palitos yramitas de eucalipto para el aliento, y de vez en cuando le gasta pollo asado.

Andan juntos y as no se ponen cacho ninguno de los dos.

Cuando celebran su aniversario de amantes, l le coloca canciones de The Beatles, aella le gusta, yesterday.

- Eliseo -le dije-: me bajo maistro. Nos vemos despus.

- Fresco ticher, menos mal que lo encontr trotando si no a cogerbusetica, s o no, -me dice-.

Acaricio suavemente la quijada de Isadora y con un fuerte estrecho de manos, medespido de mis amigos.

***jmpp***