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Las bóvedas y cúpulas de carpintería de madera fue- ron frecuentes en España, a partir del siglo XVII, como un sistema para abaratar las bóvedas tradicio- nales de fábrica de piedra o de ladrillo. Parece que la primera cúpula construida de esta forma fue la de la capilla del Colegio Imperial, hoy iglesia de San Isi- dro, en Madrid, construida entre 1622 a 1685 (Bonet Correa 1984). La bibliografía sobre bóvedas encamonadas es muy escasa. Sólo se ha encontrado la referencia de Fray Lorenzo de San Nicolás (1639 [1989]) en sus conocidos y muy utilizados libros de arquitectura, es- critos a partir de 1639. En el presente trabajo, esta falta de datos se compensa con la investigación di- recta sobre la bóveda encamonada de la iglesia pa- rroquial de Torija (Guadalajara) (Villanueva 2002). Con ambas fuentes se hace una descripción del siste- ma constructivo. También se analiza el sistema cons- tructivo de los camones, probable origen de estas bó- vedas. En paralelo con lo anterior y para completar la ti- pología sobre bóvedas y cúpulas de madera, se anali- za otro sistema constructivo desarrollado a partir de los trabajos de Philibert de L’Orme (1561) que escri- bió varios libros sobre la construcción de bóvedas y cúpulas con pequeñas piezas de madera. Este método fue utilizado en Europa y también en América, donde existe el notable ejemplo de la iglesia de la Compa- ñía de Jesús de Córdoba (Argentina) (Pollastri 2002; Page 2002), que se construyó por el hermano Lemai- re, y que también se incluye en el trabajo. Las bóvedas y cúpulas de carpintería de madera fueron frecuentes en España, a partir del siglo XVII, como un sistema para abaratar las bóvedas tradicio- nales de fábrica de piedra o de ladrillo. Como des- pués se indica parece que la primera cúpula construi- da de esta forma fue la de la capilla del Colegio Imperial, de la Compañía de Jesús hoy iglesia de San Isidro, en Madrid, iglesia comenzada en 1622 y ter- minada en 1685 (Bonet Correa 1984). Se han consultado muchos tratados de arquitectura y de construcción desde el renacimiento hasta nues- tros días con pocos resultados. El tema de las bóve- das encamonadas parece como algo conocido por to- dos los autores, que se da por sabido y no merece la pena describir o detallar con dibujos. Hay también quizá un cierto reconocimiento, más o menos encu- bierto, de la pobreza material del sistema, que trata de imitar una sillería de piedra, que ya no se puede construir, como un siglo antes en El Escorial. Un cierto reparo en exhibir la decadencia económica del XVII, manifestada constructivamente en soluciones en que se imita y sustituye la piedra por modestos materiales. Es el caso de los revocos que encubren fábricas de tierra o de ladrillo, o el caso de las bóve- das que nos ocupa. Sin embargo aparecen dos caminos, dos modos de hacer, dos procedimientos para construir bóvedas de carpintería, que aunque sea resumidamente, se va a tratar de exponer, dada la ya comentada falta de bi- bliografía sobre el tema. En primer lugar se estudian las bóvedas encamonadas de tradición española, para Bóvedas de madera Luis de Villanueva Domínguez Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

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Las bóvedas y cúpulas de carpintería de madera fue-ron frecuentes en España, a partir del siglo XVII,como un sistema para abaratar las bóvedas tradicio-nales de fábrica de piedra o de ladrillo. Parece que laprimera cúpula construida de esta forma fue la de lacapilla del Colegio Imperial, hoy iglesia de San Isi-dro, en Madrid, construida entre 1622 a 1685 (BonetCorrea 1984).

La bibliografía sobre bóvedas encamonadas esmuy escasa. Sólo se ha encontrado la referencia deFray Lorenzo de San Nicolás (1639 [1989]) en susconocidos y muy utilizados libros de arquitectura, es-critos a partir de 1639. En el presente trabajo, estafalta de datos se compensa con la investigación di-recta sobre la bóveda encamonada de la iglesia pa-rroquial de Torija (Guadalajara) (Villanueva 2002).Con ambas fuentes se hace una descripción del siste-ma constructivo. También se analiza el sistema cons-tructivo de los camones, probable origen de estas bó-vedas.

En paralelo con lo anterior y para completar la ti-pología sobre bóvedas y cúpulas de madera, se anali-za otro sistema constructivo desarrollado a partir delos trabajos de Philibert de L’Orme (1561) que escri-bió varios libros sobre la construcción de bóvedas ycúpulas con pequeñas piezas de madera. Este métodofue utilizado en Europa y también en América, dondeexiste el notable ejemplo de la iglesia de la Compa-ñía de Jesús de Córdoba (Argentina) (Pollastri 2002;Page 2002), que se construyó por el hermano Lemai-re, y que también se incluye en el trabajo.

Las bóvedas y cúpulas de carpintería de maderafueron frecuentes en España, a partir del siglo XVII,como un sistema para abaratar las bóvedas tradicio-nales de fábrica de piedra o de ladrillo. Como des-pués se indica parece que la primera cúpula construi-da de esta forma fue la de la capilla del ColegioImperial, de la Compañía de Jesús hoy iglesia de SanIsidro, en Madrid, iglesia comenzada en 1622 y ter-minada en 1685 (Bonet Correa 1984).

Se han consultado muchos tratados de arquitecturay de construcción desde el renacimiento hasta nues-tros días con pocos resultados. El tema de las bóve-das encamonadas parece como algo conocido por to-dos los autores, que se da por sabido y no merece lapena describir o detallar con dibujos. Hay tambiénquizá un cierto reconocimiento, más o menos encu-bierto, de la pobreza material del sistema, que tratade imitar una sillería de piedra, que ya no se puedeconstruir, como un siglo antes en El Escorial. Uncierto reparo en exhibir la decadencia económica delXVII, manifestada constructivamente en solucionesen que se imita y sustituye la piedra por modestosmateriales. Es el caso de los revocos que encubrenfábricas de tierra o de ladrillo, o el caso de las bóve-das que nos ocupa.

Sin embargo aparecen dos caminos, dos modos dehacer, dos procedimientos para construir bóvedas decarpintería, que aunque sea resumidamente, se va atratar de exponer, dada la ya comentada falta de bi-bliografía sobre el tema. En primer lugar se estudianlas bóvedas encamonadas de tradición española, para

Bóvedas de madera

Luis de Villanueva Domínguez

Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005.

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a continuación analizar las bóvedas y cúpulas cons-truidas con pequeñas piezas de madera, realizadas apartir de los escritos de Philibert de L’Orme.

BÓVEDAS Y CÚPULAS ENCAMONADAS

Textos de Fray Lorenzo de San Nicolás

Este procedimiento que podríamos llamar español,está descrito por Fray Lorenzo de San Nicolás en susconocidos y muy utilizados libros de arquitectura, es-critos a partir de 1639. Según cuenta en el capítulocincuenta y uno de su segundo libro, la primera cú-pula realizada por este sistema fue la iglesia del Co-legio Imperial de Madrid (colegio de los jesuitas,cuya iglesia pasó a ser después catedral, y hoy iglesiade san Isidro), construida por el Padre FranciscoBautista de la Compañía de Jesús. Textualmentedice: «en su gran fabrica de su Iglesia, que por losmalos materiales de esta Corte, fue necesario echarlade madera. Yo hize la segunda en mi Convento deAgustinos Descalzos, en esta Villa de Madrid, en lacapilla del Desamparo de Christo; la tercera hize enTalauera en la Hermita de Nuestra Señora del Prado,con el resto de su capilla mayor; y la quarta quetraçé, se executó en Salamanca» (San Nicolás 1663[1989]). Como se puede observar, toda una informa-ción de primera mano sobre las bóvedas encamona-das, en la segunda mitad del XVII.

En el capítulo cincuenta y dos de su primer libro,al tratar de los cañones seguidos ,entre los diferentesmodos de realizar una bóveda rebajada, se indica tex-tualmente: «Demas de lo dicho se puede ofrecer enalgun salon hazer alguna bobeda rebaxada, y estavnas vezes se haze encamonada , haciendo camonesde madera, que son vnos pedaços de viguetas, ò ta-blones, y fixanse en el asiento de la bobeda, y rema-tan en un tercio de su lado, y de vnos a otros se tabi-can, y queda la bobeda con menos peso; y por elexemplo precedente lo entendeàs mejor, aunque noes la misma traça. Supongo, que en el hueco .A.B.quieres hazer la bobeda rebaxada A.C.B. y que es susuelo de madera. M.N. claua en el suelo de parte aparte dos ristreles con buenos clauos, en el lugar quedemuestra .S.T. despues a cada madero echas lasçancas, ò tornapuntas .P.Q.L.V. y desde el asiento dela bobeda .A.B. vete tabicando de sencillo hasta losristreles, y lo que ay de vno a otro ristrel entre made-

ro y madero, passaràs el tabicado de bobeda, y lo de-mas del suelo bien entomiçado, jaharraràs según que-da dicho en el cap. 50. Y quedarà como el deseño lodemuestra» (San Nicolás 1639 [1989]).

Como se advierte, hasta aquí se describe un siste-ma de bóveda tabicada, construida con la ayuda deuna estructura de madera clavada a un supuesto suelotambién de madera y con tornapuntas que enlazan labase de asiento con el techo. Hay una lámina, queayuda a comprender esta explicación (fig. 1).

Después de indicar que ha hecho una bóveda simi-lar de 40 pies de largo por 18 de ancho, pasa a des-cribir la forma de construir una bóveda encamonadade diseño similar, diciendo escuetamente: «Si fueraencamonada, sentaràs los camones en el lugar queestán las çancas, o tornapuntas, con la parte de bueltaque les toca» (San Nicolás 1639 [1989]). Una vezmás se da por sabido el sistema constructivo de lasbóvedas encamonadas y no se desciende a un detalleque parece superfluo. En el mismo libro y poco des-pués, también aparece una sección longitudinal de untemplo, en la que las bóvedas por su poco espesor,pueden ser encamonadas.

En su segundo libro, o mejor en la segunda partede su tratado, en su capítulo cincuenta y uno, se des-cribe minuciosamente con ayuda de una lámina pri-morosamente dibujada (fig. 2), la construcción deuna cúpula encamonada. El sistema constructivo sedetalla con la seguridad y maestría de quien ha reali-zado muchas, tratando de ayudar al arquitecto yconstructor con los detalles prácticos más significati-vos. La lámina ha sido muy reproducida, por el inte-

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Figura 1Dibujo del tratado de Fray Lorenzo de S.Nicolás, para faci-litar la descripción del trazado de una bóveda rebajada

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rés que entraña de ser la única representación gráficade este sistema.

No se insiste en la descripción de Fray Lorenzo yaque la cúpula presenta una complejidad estructuralsuperior a la de una simple bóveda, y se deja al inte-resado en estos temas que analice directamente eltexto.

De los datos de Fray Lorenzo se desprende que elsistema encamonado consiste en realizar una especiede armazón de madera, que resulta ser como un ne-gativo del tinglado de camones necesario para elcimbrado de una estructura de piedra, de tal modoque el tablazón de madera queda al exterior para ser

recubierto con yeso. Así lo indica cuando dice: «elgruesso de paredes, y cornisa, y todo lo que es demadera, se ha de encubrir con yesso, y chapado deladrillo en seco, sin que la cal pueda llegar a la ma-dera, porque no la pudra» (San Nicolás 1663 [1989]).

Sigue dando por muy conocido el procedimiento ytampoco detalla la forma de forrar con pasta o morte-ro la armazón de madera. El chapado de ladrillo enseco, para evitar que la cal llegue a la madera, puedesuponerse que se trata de alguna parte del revesti-miento exterior, chapado en ladrillo y revocado concal, mientras que el yeso se sitúa en el guarnecido in-terior. Pero no está suficientemente claro.

Los camones como posible origen de la bóvedaencamonada

Para ilustrar el supuesto, antes indicado, de la posibleinfluencia de los camones de madera en todo este sis-tema de bóvedas encamonadas, se acompañan unasláminas mostrando dibujos de camones tomados deapuntes relativamente recientes de las Escuelas Téc-nica Superior de Arquitectura y Universitaria de Ar-quitectura Técnica de la Universidad Politécnica deMadrid (Cámara) (Avendaño). En ellos se recoge latradición constructiva de estos apeos de madera ajus-tados a una directriz curva para sustentar un arco ouna bóveda de fábrica de piedra o de ladrillo, durantesu construcción (figs. 3 y 4).

A mi juicio, la habilidad del carpintero para ajus-tarse con camones a la forma de la bóveda es el ori-gen de las bóvedas encamonadas, que no hacen sinoinvertir la forma constructiva (pasar de un negativo aun positivo) y utilizar como definitiva lo que hastaentonces sólo era una construcción provisional. Porotra parte, la utilización de guarnecidos de yeso so-bre los camones era una práctica habitual cuando eltrazado de la bóveda se complicaba. A este respectocitamos textualmente los apuntes de construcción deAparici-Soriano del curso 1885–86 de la Escuela deArquitectura de Madrid : «Cuando hay que hacer tra-zados, se hace un guarnecido de yeso sobre los listo-nes y se indican sobre él las lineas necesarias» (Apa-rici-Soriano 1885).

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Figura 2Lámina tomada de la segunda parte del tratado de Fray Lo-renzo de San Nicolás, mostrando la construcción de una cú-pula encamonada

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La bóveda encamonada de la iglesia parroquial de Torija (Guadalajara)

Para compensar la falta de datos bibliográficos sobrebóvedas encamonadas y como aportación personal altema se recoge a continuación los datos obtenidos enla bóveda de la iglesia parroquial de Torija (Guadala-jara) con motivo de un informe que realicé sobre undesprendimiento parcial de una bóveda de este tipo(Villanueva 2002).

La iglesia de Torija no está muy referenciada en labibliografía general sobre arquitectura religiosa deEspaña. Así no figura en los tratados más comunescomo Lamperez, Street, Schubert, Quadrado, Chue-ca... Sin embargo se han encontrado noticias de lamisma en guías especializadas de monumentos enEspaña y en Castilla-La Mancha. Así en Tesoros ar-tísticos de España textualmente se dice: «La IglesiaParroquial, que fue levantada en el primer tercio delsiglo XVI, ofrece un interior gótico de pilares y bó-

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Figura 3Lámina tomada de los apuntes de Antonio Cámara sobre la construcción en madera, mostrando cimbras y camones

Figura 4Lámina tomada de los apuntes de construcción de RamiroAvendaño mostrando apeos, galápagos y camones

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vedas de crucería, con la excepción del arco de la ca-pilla mayor que se halla recubierto de decoraciónplateresca» (Selecciones 1972). Y en la Guía de Cas-tilla-La Mancha se dice «A ella (se refiere a la plaza)da el ábside de la iglesia. Esta es renacentista del si-glo XVI y restaurada en el XVIII, de tres naves enlas que destaca el arco triunfal, tallado en piedra condecoración plateresca, grutescos y vegetal. Son tam-bién interesantes los escudos policromados que deco-ran los muros del crucero y los enterramientos de losprimeros condes de Coruña y vizcondes de Torija (dela familia de los Mendoza) en el presbiterio. En elcostado norte del templo la capilla fundada por donBernardino Mendoza, de principios del XVII. A po-niente, la torre de planta cuadrada» (Castilla-LaMancha 1990).

Por las visitas efectuadas al lugar se estima que lacabecera de la iglesia, sin duda su mayor valor artís-tico, es de trazado gótico final, con bóvedas de cru-cería en piedra, y está separada de la nave mayor porun arco plateresco tallado en piedra, que se ajustanmuy bien a las descripciones anteriores y a la fechaindicada de principios del XVI. Sin embargo las cu-biertas del resto de las naves no tienen nada de góti-cas. Su intradós tiene una decoración renacentista odel primer barroco, marcando fajas e impostas. Lanave mayor está dotada de una bóveda de cañón muyrebajada, con lunetos, correspondientes a los huecosaltos de sus ventanas, y arcos fajones separando lostramos. En total tiene cuatro tramos. El primero des-de los pies está cubierto por un coro, luego hay dosiguales y el último junto a la cabecera tiene un extra-ño trazado de bóveda para acoplarse al arco triunfalplateresco antes descrito. Desde la naves se observaque la bóveda tiene un diseño muy forzado, paraajustarse a elementos preexistentes y muy bien puedecorresponder con la modificación realizada en elXVIII, que recoge las notas anteriormente aportadas.Se acompaña un croquis en planta (fig. 5) con la dis-posición general de la iglesia.

Visitando el camaranchón existente entre las bóve-das de la nave mayor y la cubierta, se aprecia que di-chas bóvedas son encamonadas, sistema constructivoen madera y yeso que se utilizó bastante en España, apartir del XVII. Todo el conjunto de las bóvedas estácolgado de dobles vigas de madera dispuestas regu-larmente a lo largo de la nave, coincidiendo con losfajones de separación de tramos y con sus puntos in-termedios. Parece que dichas vigas, en realidad son

los dobles tirantes de una desaparecida artesa de ma-dera, que podía haber constituido la cubierta primiti-va de la nave mayor, en el XVI. La combinación decabecera gótica y nave con artesa es frecuente en di-cho período. Por algún problema o deterioro, la arte-sa sería sustituida en el XVIII. El aprovechamientode los tirantes como vigas superiores del encamona-do, explica la falta de altura de la bóveda.

Las bóvedas de carpintería son una solución paraabaratar los costes de la sillería, del mismo modo quelas bóvedas tabicadas. En particular, las bóvedas en-camonadas, como las de esta nave mayor, constitu-yen una ingeniosa aportación de los carpinteros parala resolución económica de uno de los más importan-tes problemas constructivos de la época, como era lacubrición de los templos. La bóveda encamonada dela nave mayor está construida sobre cuatro órdenessucesivos de elementos sustentantes, como se descri-be a continuación. Se adjunta un croquis en planta ysección de esta bóveda encamonada, en los tramossegundo y tercero, que corresponde a la zona afecta-da por el desprendimiento, para facilitar la descrip-ción de su solución constructiva (fig. 6).

Un primer orden lo constituyen las dobles vigas demadera, que atraviesan la nave de lado a lado, apo-yándose en los muros laterales a través de durmien-tes de madera. Sobre estas vigas se apoya transver-salmente un segundo orden sustentante, formado por

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Figura 5Esquema en planta de la iglesia de Torija, indicando la zonaafectada por el desprendimiento

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seis correas longitudinales, en el sentido de la nave.En el centro hay dos correas juntas y a cada ladootras dos separadas de modo equidistante (fig. 7). Delas correas cuelga un tercer orden, formado por costi-llas o camones de madera aplantillada con la formade la bóveda en su cara inferior. Las costillas tienendirección transversal con respecto a la nave. Van col-gadas de las correas a través de unos cogotes de ma-dera, que se apoyan en las correas mediante un senci-llo empalme por muesca, asegurado con clavos. Lascostillas van clavadas a los cogotes. Por último, elcuarto orden lo conforma una serie de tablas clava-das desde abajo sobre las costillas o camones, antesdescritos. Las tablas están separadas unas de otras,dejando unas ranuras para facilitar la penetración de

la pasta de yeso del guarnecido. Las tablas van ento-mizadas con cordeles para mejorar la adherencia delyeso. Sobre el encamonado así construido y desde elintradós se guarnece la bóveda con pasta de yesogrueso. Del mismo modo se hacen los abultados deimpostas, nervaduras y molduras, que en algunospuntos alcanzan espesores de unos 15 a 20 cm. Tam-bién hay motivos ornamentales, como florones, ad-heridos por el intradós.

Durante la primera visita efectuada, se tomaronmuestras de trozos desprendidos correspondientes a

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Figura 6Croquis en planta y sección de los tramos centrales, segun-do y tercero, de la bóveda encamonada de la nave mayor dela iglesia parroquial de Torija (Guadalajara)

Figura 7Vista de la bóveda encamonada de la iglesia de Torija(Guadalajara) desde en intradós. Se pueden apreciar la do-bles correa central, apoyadas sobre las vigas y recibiendolos camones con ayuda de cogotes, así como la tablazón,clavada sobre los camones

Figura 8 Vista de la bóveda encamonada de la iglesia de Torija(Guadalajara) desde el intradós. Se puede apreciar la forma-ción de un luneto

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las molduras y los florones. Analizados cualitativa-mente en laboratorio resulta que las molduras son deun mortero de yeso, cal y arena, mientras que los flo-rones son de pasta de yeso y cal.

La bóveda de la nave mayor tiene lunetos en lazona de los huecos, realizados también con costillasde madera colgadas de las correas (fig. 8). Las clavesde cada dos lunetos enfrentados se unen entre sí conotra tabla, cuya posición coincide justo debajo de laseparación entre tirantes. Estas tablas se apoyan sóloen las claves de los lunetos y no están colgadas de lascorreas, seguramente por el pequeño espacio disponi-ble para situar cogotes.

BÓVEDAS Y CÚPULAS DE MADERA POR

EL SISTEMA DE PHILIBERT DE L’ORME

El francés Philibert de L’Orme desde 1561 escribióvarios libros sobre nuevas invenciones para construirbien y barato, utilizando pequeñas piezas de maderahábilmente ensambladas, en la construcción de bóve-das y cúpulas. Las piezas quedan ocultas por tablasque se guarnecen exteriormente con yeso. En estoson muy similares a las encamonadas. Pero las piezasde madera ensambladas constituyen unas costillas,trabajando fundamentalmente a compresión, dispues-tas en dos direcciones transversales, en el sentido delos fajones y de sus perpendiculares, en el caso decañones y en el sentido de paralelos y meridianos, enel caso de cúpulas. Se podría decir que es una traduc-ción en madera de formas de sillería de piedra. A

continuación se reproducen unas cuantas láminas(figs. 9 a 13) significativas del tratado de L’Orme, enlas que pueden apreciarse las características cons-tructivas de su sistema para realizar en madera bóve-das y cúpulas

Bóvedas de madera 1109

Figura 9Lámina de Ph. de L’Orme con su sistema para construir bó-vedas de madera

Figura 10Lámina de Ph. de L’Orme, mostrando su sistema para unabóveda de cañón sobre la que apoya la cubierta

Figura 11Lámina de Ph. de L’Orme, con su sistema para una bóvedarebajada

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Las bóvedas y cúpula de la iglesia de laCompañía de Jesús en Córdoba (Argentina)

El método constructivo de L’Orme fue utilizado enEuropa y también en América, donde existe el nota-ble ejemplo de la iglesia de la Compañía de Jesús enCórdoba (Argentina) (Pollastri 2002), que se constru-yó entre 1650 y 1674. Una vez levantados los muroshabía gran dificultad para cubrir la nave de más dediez metros de ancho, debido a la falta de materialesen la zona. No había canteros para tallar la piedra, nise disponía de ladrillos en la región. Sólo se disponíade madera de cedro traída por vía fluvial desde lasvecinas misiones del Paraguay. Eran troncos muyfuerte de unos 5 o 6 metros, que resultaban de cortotamaño, para hacer un techo plano.

La llegada a Córdoba del hermano Phillipe Lemai-re, jesuita belga que había trabajado en astilleros enInglaterra, Portugal y Brasil, imprimió a las obras unnuevo carácter. Conocía el tratado de Ph. de L’Orme,que lo hizo traer de Francia. Con ayuda del libro y desus anteriores experiencias ideó el sistema construc-tivo de la bóveda de la nave y de la cúpula sobre elcrucero (Page 2002). Se acompañan dos grabados deesta construcción en los que puede apreciarse el sis-tema. (Pollastri 2002).

La fecha del arranque de las bóvedas se sitúa en1667, conocemos su autoría por una nota necrológicasobre el hermano Lamaire escrita en las Cartas Au-nas de 1671, se manifiesta categóricamente que «fue

1110 L. de Villanueva

Figura 12Lámina de Ph. de L’Orme para una bóveda de cañón termi-nada en rincón de claustro. En planta y sección Figura 13

Lámina de Ph. de L’Orme mostrando su sistema para unacúpula

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quien construyó el techo, bóveda y media naranja deesta iglesia de la Compañía» (Page 2002). La bóveda(fig. 14), que salva una luz de 10,75 m, está confor-mada por una sucesión de arcos perpiaños, a modode cuadernas de un navío, a poca distancia uno deotro, formados por tablas de segmento de arco queunidas constituyen el medio punto. Otras tablas demenor sección colocadas transversalmente a dichosarcos los atraviesan y unen con empalmes medianteclavijas, dando consistencia al conjunto y permitien-do el cierre total del intradós con tablas ligeras que

dan la forma definitiva al cañón. La cúpula (fig. 15),con un diámetro de 10,30 m, se realizó con un siste-ma parecido. Sobre cuatro arcos torales de mediopunto, se apoyó una base poligonal de madera de laque arrancan treinta nervaturas según los meridianosque van hasta un circulo central superior. Perpendi-cularmente e ellos y atándolos discurren ocho parale-los, que traban el conjunto. Toda la armazón de labóveda y de la cúpula está mecánicamente sujeta yequilibrada con tres mil clavijas de madera, menoslas lajas de tabla de cedro, que están clavados a loslistones con clavos de hierro forjado

Bóvedas de madera 1111

Figura 14Lámina mostrando el sistema constructivo de la iglesia dela Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina)

Figura 15Lámina mostrando el sistema constructivo de la bóveda dela iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina)

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En el mismo conjunto jesuítico y próximo a laiglesia existe la capilla doméstica, denominada asípor ser de uso reservado a la comunidad, que tam-bién cuenta con una bóveda de las mismas caracterís-ticas, aunque de menor dimensión (Kronfuss 1999).Su fecha de construcción es inmediatamente anteriora la de la iglesia y muchos suponen que al tratarse deuna bóveda de menores dimensiones supuso un ensa-yo para la construcción de esta.

CONCLUSIÓN

Los dos sistemas de construir bóvedas con maderaestudiados, aunque implican una experimentada téc-nica de carpintería, son tanto conceptualmente comoen su realización muy diferentes. En el caso de lasbóvedas y cúpulas encamonadas, se trata claramentede carpintería de armar, que va a ser recubierta conyeso. Es una trasposición en madera de las bóvedastabicadas de ladrillo, que también exigían un guarne-cido posterior de yeso con la correspondiente decora-ción exterior. Probablemente también necesitaríanuna cimbra para la construcción de las bóvedas de la-drillo, a no ser que la pericia del albañil y el empleode juntas de yeso, de fraguado rápido, permitiera ta-bicar al aire. En todo caso las roscas de ladrillo em-pleadas en los arcos formeros o torales si debían ne-cesitar cimbras. Se trata por tanto de utilizar unatécnica conocida de carpintería de armar, empleadaen cimbras provisionales, para invirtiendo el ordenrealizar una especie de negativo permanente que sereviste de yeso, con un procedimiento similar al em-pleado en las bóvedas de ladrillo.

El sistema de L’Orme, es una carpintería estructu-ral pero terminada con el esmero de una carpinteríade taller, ya que va a quedar directamente vista, consólo una decoración pintada. Los arcos fajones, queorganizan las bóvedas, se conforman a partir de pie-zas pequeñas y de secciones reducidas y se engatillancon las correas trabándose entre sí por medio de en-laces muy elaborados. De modo similar ocurre conlos meridianos y paralelos de las cúpulas. En resu-men, un sistema ingenioso de carpintería con la ven-taja de salvar importantes luces mediante el empleode secciones pequeñas de madera.

Ambos procedimientos constructivos analizadostienen en común la particularidad de utilizar un ma-terial como la madera en un empleo característico de

la piedra, como son las bóvedas y cúpulas. La necesi-dad de recurrir a materiales más baratos, cuando sefue encareciendo la cantería y los recurso económi-cos disminuían obligó en España a sustituir la piedra,primero por ladrillo y después por madera en estasconstrucciones, tan características de las iglesias ba-rrocas. El sistema de L’Orme también sustituye lacantería por carpintería en la construcción de bóve-das y cúpulas, buscando su economía y su menorpeso. Tiene además en interés, ya comentado, de uti-lizas piezas pequeñas. En el caso analizado de laiglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba, fue há-bilmente empleado para resolver un grave problemade falta de otros materiales, que hizo posible contarcon un remate abovedado en línea con las realizacio-nes habituales en su época, a pesar de la lejanía de susituación geográfica.

Cabe, por último, señalar el importante papel delas construcciones jesuíticas en los dos sistemas estu-diados. En efecto, tanto en el la iglesia del ColegioImperial de Madrid, citada por Fray Lorenzo como laprimera cubrición encamonada que se realizó, comoen la iglesia de la universidad de Córdoba, interesan-tísima aplicación por el Hermano Lemaire del siste-ma de L’Orme, los jesuitas utilizan sistemas cons-tructivos pioneros en su tiempo, para resolver condignidad los problemas planteados por la carencia ocarestía de la piedra en los abovedamientos y cúpulasde las iglesias barrocas.

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Bóvedas de madera 1113