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LOS VASCONES DE LAS FUENTES ANTIGUAS EN TORNO A UNA ETNIA DE LA ANTIGÜEDAD PENINSULAR JAVIER ANDREU PINTADO (ED.) Col·lecció INSTRUMENTA 32 Barcelona 2009

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LOS VASCONES DE LAS FUENTES ANTIGUASEN TORNO A UNA ETNIA DE LA ANTIGEDAD PENINSULAR

JAVIER ANDREU PINTADO (ED.)

Collecci INSTRUMENTA 32Barcelona 2009

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NDICE GENERAL

PRTICO

Prlogo(Jos M Blzquez Martnez)

Presentacin(M Jess Perx Agorreta, Luis J. Fernndez Rodrguez)

Nota Editorial(Javier Andreu Pintado)

ETNIA, ETNICIDAD, INDENTIDAD

Vascones, autoctona, continuidad, lengua. Entre la Historia y la Historiografa(Fernando Wulff Alonso)

Entre Vascones, beros y celtberos: el grupo del Hierro del Alto y Medio Ebro(Victor E. M. Maturn)

Las denominadas cecas vasconas: una revisin(Cruces Blzquez Cerrato)

De etnias y monedas: las cecas vasconas, una revisin crtica(Francisco Beltrn Lloris, Javier Velaza Fras)

La toponimia de las ciudades vasconas(Jos Luis Ramrez Sdaba)

CUESTIONES HISTRICAS E HISTORIOGRFICAS

Los Vascones de las fuentes clsicas en poca romana: crnica historiogrfica (2004-2008)(Javier Andreu Pintado, M Jess Perx Agorreta)

Algunos apuntes sobre los Vascones en la guerra sertoriana(Eduardo Artica Rubio)

De nuevo sobre el itinerario de Sertorio por el valle del Ebro y por el ager Vasconum(Serafn Olcoz Yanguas, Manuel Medrano Marqus)

Sertorio, Pompeyo y el supuesto alineamiento de los Vascones con Roma(Francisco Pina Polo)

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Gracvrris y los oppida de antiguo Lacio(Estela Garca Fernndez)

Las tbulas de hospitalidad de Arre (Pamplona)(Borja Daz Ario, Alejandra Guzmn Almagro)

Vascones y visigodos(Javier Arce)

Vascones y visigodos: analisis iushistrico de la organizacin militar(Roldn Jimeno Aranguren)

Los Vascones de la Literatura Latina tarda (siglos IV-VII)(Esteban Moreno Resano)

Navarra, la Gallia y Aquitania en la Antigedad Tarda(Francisco Javier Navarro)

TERRITORIO, SOCIEDAD, POBLAMIENTO

La ordenacin del territorio vascn en la Edad del Hierro(Javier Armendriz Martija)

Arsaos. Reflexiones histricas, geogrficas y tipolgicas en torno a una ceca indgenaen territorio vascn(Jos Fernndez Gmez)

Nuevos testimonios arqueolgicos romano-republicanos procedentes del campamentode Sertorio en el curso bajo del ro Alhama (Cintrunigo-Fitero, Navarra)(Manuel Medrano Marqus, Salvador Remrez Vallejo)

El mvnicipivm Cascantvm en la Antigedad: Valoracin general y aspectos arqueolgicos(Marta Gmara Miramn)

Documentos de regado en el Valle del Ebro. Figuraba la vascona Cascantvm en el Bronce de Agn?(Carmen Castillo Garca)

Onomstica y organizacin social de los Vascones(Esther Cantn Serrano)

La proyeccin de la lite de los Vascones en poca romana. Representacin local, provincialy estatal(Estbaliz Ortz de Urbina lava)

Contribuciones al estudio de la religiosidad de los Vascones(Eva Tobalina Ora)

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Grafitos nominales de la Plaza del Castillo de Pamplona(Mercedes Unzu Urmeneta, Pablo Ozcriz Gil)

Ritmos epigrficos en el rea nororiental del solar vascn: las Cinco Villas de Aragn(ngel A. Jordn Lorenzo)

NDICES ANALTICOS

ndice de fuentesfuentes literariasfuentes epigrficasfuentes numismticas (cecas)

ndice onomsticondice topogrfico

pueblos de la antigedadtopnimos antiguostopnimos actuales

ndice de materiasacontecimientos y categorias histricasactividades econmicasadministracin romanacargos pblicos y profesionesciencias auxiliaresreliginsociedad romanaVascones

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ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS VASCONES EN LA GUERRA SERTORIANA*

EDUARDO ARTICA RUBIOUNED de Tudela

1. ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS

La intervencin de los vascones en la guerra sertoriana ha contado con un inters particular por parte de la historiografa, tanto por la influencia que este pueblo hubiera tenido en el conflicto sertoriano como por las consecuencias derivadas de dicho acontecimiento para esta etnia histrica. Junto a las repercusiones hay que sealar tambin la relevancia concedida a los antecedentes de la participacin de los vascones y las razones que explicaran o condicionaran la toma de partido de aqullos por uno de los contendientes del conflicto. En este sentido ha existido una tendencia bastante generalizada que ha explicado el apoyo a la causa senatorial por parte de los vascones como la continuacin de una actitud amistosa mantenida desde la propia llegada de las legiones romanas a Hispania entre vascones y romanos1. En esta lnea interpretativa la concesin de la ciudadana romana, expresamente uirtutis causa, a una serie de jinetes hispanos entre los que se encuentran un grupo de Segienses originarios de Segia, ciudad atribuida por Ptolomeo a los vascones, no sera sino un nexo de unin entre esas relaciones pacficas previas, y un apoyo a Pompeyo Magno durante

* En primer lugar he de agradecer la desinteresada atencin prestada por J. L. Ramrez Sdaba, J. Andreu, A. A. Jordn y J. Armendriz as como sus recomendaciones e indicaciones en relacin al avance de las conclusiones presentadas en este trabajo.1 P. BOSCH-GIMPERA, Los celtas y el Pas Vasco, RIEV 23-4, 1933, 457-486; G. DE PAMPLONA, Los lmites de la Vasconia hispano-romana y sus variaciones en la poca imperial, en: IV Symposium de Prehistoria Peninsular, Pamplona 1966, 207-221; J. CARO BAROJA, Etnografa histrica de Navarra I, Pamplona 1971; G. FATS, Aproximacin al estudio de la expansin vascona en los siglos II y I antes de Cristo, ED 20, 1972, 383-390 y Notas sobre el territorio vascn en la edad antigua, en: Studia Paleohispnica. Actas del IV Coloquio sobre lenguas y culturas paleohispnicas (Veleia 2-3), Vitoria 1987, 383-397; as como M. J. PERX, Los Vascones: (el poblamiento en poca romana), Pamplona 1986, 63-70.

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la guerra sertoriana, al que se sumara un elemento especial como es el de los vnculos clientelares que se habran establecido entre los vascones y Pompeyo, ya que aqullos remontaran a la voluntad de Pompeyo Estrabn, mxima autoridad en la concesin de la ciudadana romana a los jinetes de la turma Salluitana inscritos en el Bronce de scoli2.

Sin entrar en analizar los argumentos esgrimidos a favor de la existencia de unas relaciones amistosas previas entre los vascones y Roma tal vez no exentos de ciertos reflejos rousseaunianos o, por utilizar una expresin tal vez ms acorde, una caracterizacin en ocasiones prxima al estereotipo de los siluicol homines bellique inertes el Bronce de scoli nos sita ante una serie de problemas y dificultades de interpretacin que son de inters para el estudio de la intervencin de los vascones as como del resto de etnias en la guerra sertoriana.

La primera dificultad que plantea este documento epigrfico en relacin con la cuestin aqu tratada estriba en determinar en qu medida la concesin de la ciudadana romana por parte de Pompeyo Estrabn a una serie de jinetes procedentes del Ebro Medio pudo haber influido en el transcurso de la guerra sertoriana predeterminando una actitud favorable hacia Pompeyo Magno en diferentes ciudades y etnias de este espacio geogrfico. Estas dificultades residen principalmente en la escasez de datos disponibles para valorar el efecto que la concesin de estos beneficios habra tenido dentro de la comunidad urbana a la que pertenecan los jinetes y a su vez la influencia de sta dentro de un referente ms amplio como es el de la etnia.

Partiendo de toda esta serie de problemas y analizando la trayectoria de las poblaciones recogidas por el Bronce de scoli en la guerra sertoriana nos enfrentamos a la dificultad de que buena parte de las poblaciones de origen de los jinetes premiados carece de una localizacin segura3 y en cualquier caso no cuentan con referencias relativas a la guerra sertoriana que confirmen que Pompeyo Estrabn hubiera creado entre las aristocracias locales una clientela afn de la que Pompeyo Magno se hubiera servido. Tan slo en el caso de Ilerda4 las fuentes documentales recogen sucesos acontecidos durante el conflicto sertoriano sin que pueda determinarse con seguridad si entre los Ilerdenses exista una clientela pompeyana, ni tan siquiera que esta ciudad estuviera del lado de Pompeyo. No obstante si bien es cierto que se da este vaco documental en lo que se refiere a alusiones directas a las poblaciones formantes de la turma Salluitana durante la guerra sertoriana, el espacio geogrfico en el que estas se ubican s cuenta con importantes referencias en las fuentes conservadas. Sin embargo y pese a lo que el Bronce de scoli pudiera sugerir, la regin de la que procedan los jinetes de la turma Salluitana lejos de ofrecer la imagen de un espacio fiel a Pompeyo se presenta como una de los territorios clave en la estrategia de Sertorio, con Osca como el ms

2 CIL, I, 709=CIL, VI, 37045=ILLRP, 515=8888. N. CRINITI, LEpigrafe di Ausculum di Gn. Pompeo Strabone, Miln 1970 y J. M. ROLDN, El bronce de Ascoli en su contexto histrico, en: Reunin de Epigrafa Hispnica de poca romano-republicana, Zaragoza 1986 115-135.3 Tan slo los Ilerdenses, Segienses y Salluienses pueden identificarse con ciudades bien conocidas y localizadas en las fuentes documentales. Los Libenses pese a que se ponen en relacin con Libia, documentada por Ptolomeo entre las ciudades de los berones, la onomstica registrada en el bronce tanto para los dos jinetes, Bastugitas y Umarillum, como de sus respectivos padres, Adimels y Turbantu se atiene mal con un pueblo caracterizado como celta y cuyo territorio, al menos por el momento, no aporta antroponimia ibrica. Los Suconsenses se han puesto en relacin con la ciudad de ciudad de los ilergetes segn Ptolomeo (A. TOVAR, Iberische Landeskunde. Tomo 3: Tarraconensis, Baden-Baden 1969, 417), si bien el gentilicio se apartara de lo habitual en este tipo de topnimos como muestran casos como Dertosani, Tolosani o Labitolosani. Sobre la turma Salluitana: J. M. ROLDN, La turma Salluitana, Historia 16, Madrid 1985, 51-60; L. AMELA, La Turma Salluitana y su relacin con la clientela pompeyana, Veleia 17, 2000, 79-92; y F. PINA, Por qu fue reclutada la turma salluitana en Salduie?, Gerin 21-1, 2003, 197-204.4 PAUL. Carm. 5. 23. 4; SALL. Hist. 1. 122; y STR. 3. 4. 10.

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destacado de los ncleos sertorianos, con la importante adhesin de la poblacin de esta regin a su causa5 y finalmente, si admitimos la tradicional ubicacin de Castra Aelia6, es decir, prxima a Salduie, con otro punto capital en la organizacin de sus fuerzas, sin que en definitiva existan claras muestras de la existencia de una clientela pompeyana7.

De este modo y en base a esta serie de indicios podra concluirse, como seala J. J. Sayas8, que no conviene sobredimensionar el papel de los miembros de la turma Salluitana en las relaciones clientelares de Pompeyo, ms an si la influencia ejercida por Pompeyo Estrabn sobre los jinetes inscritos en el Bronce de scoli se pretende extender a las diferentes ciuitates de origen de los premiados y de stas al conjunto de las etnias a las que se adscriban, es decir, a ilergetes, sedetanos y vascones.

En este ltimo punto nos encontramos con una cuestin compleja que dificulta de manera particular el anlisis de la trayectoria de una etnia a lo largo de un conflicto como el sertoriano, como sera la de ver en los populi una entidad firmemente cohesionada y dotada de estructura poltica cuando, como se ha venido sealando en los ltimos aos, son las ciudades y no las etnias las entidades de carcter estatal9. El propio Bronce de scoli agrupa a los integrantes de la turma Salluitana no por etnias sino por ciudades. Un ejemplo ilustrativo de la preeminencia de la ciudad sobre la etnia como elemento poltico y que ha sido sealado en diferentes ocasiones lo constituye un fragmento de las Historias de Polibio en el que se relata cmo a la llegada de una embajada de celtberos a Roma el

5 PLUT. Sert. 16.6 Sobre la localizacin de Castra Aelia: A. SCHULTEN Fontes Hispaniae Antiquae. IV, Barcelona 1937, 181 y Sertorio, Barcelona 1949, 105; F. GARCA MOR, Un episodio de la Hispania Republicana: La Guerra de Sertorio. Planteamientos iniciales, Granada 1991, 407-422; J. A. ASENSIO, La ciudad en el mundo prerromano en Aragn, Zaragoza 1995, 143-146; F. PINA y J. A. PREZ CASAS, El oppidum Castra Aelia y las campaas de Sertorius en los aos 77-76 a. C., JRA 11, 1998, 245-264; A. FERRERUELA y J. A. MNGUEZ, Un nuevo descubrimiento epigrfico romanorrepublicano en el valle del Ebro, en: M. NAVARRO y S. DEMOUGUIN, (eds.), lites Hispaniques, Bordeaux 2001, 241-249; A. FERRERUELA y J. A. MNGUEZ, La Cabaeta (El Burgo de Ebro, Zaragoza), en: A. RIBERA y J. L. JIMNEZ SALVADOR (coords.), Valencia y las primeras ciudades romanas de Hispania, Valencia 2002, 205-214; A. FERRERUELA y J. A. MNGUEZ, Dos modelos de implantacin urbana romanorrepublicana en el valle medio del Ebro: las ciudades de La Cabaeta y La Corona, AEspA 76, 2003, 248-254; A. FERRERUELA y J.A. MNGUEZ, Secundum oppidum quod castra Aelia vocatur, en: A. MORILLO (coord.), II Congreso de Arqueologa Militar, Len 2006, 671-682; S. OLCOZ y M. M. MEDRANO, Tito Livio: Castra Aelia y el lmite meridional del ager Vasconum antes y despus de Sertorio, en: Navarra: Memoria e Imagen. VI Congreso General de Historia de Navarra, Pamplona 2006, 55-77 con un apunte extensivo en este mismo volumen (pp. 191-194).7 L. Amela seala el apoyo de diversas comunidades a Pompeyo Magno como consecuencia de la labor de su padre: L. AMELA, Las clientelas de Cneo Pompeyo Magno en Hispania, Barcelona 2002, 92 y Navarra, Roma e Hispania: Pompeyo, en J. ANDREU (ed.), Navarra en la Antigedad. Propuesta de actualizacin, Pamplona 2006, 137-166, esp. 146 y lo hace citando LIV. Per. 91; PLUT. Pomp. 17. 1; PLUT. Sert. 18. 4; y SALL. Hist. 2. 98. Sin embargo si bien consta una situacin de este tipo en el Piceno (APP. BCiu. 1. 80) a diferencia de lo que ocurre dcadas despus en las que s existen claras alusiones a la existencia de poblaciones fieles a Pompeyo (CAES. BCiu. 1. 38. 61; 2. 18; APP. BCiu. 5. 134; CASS. DIO. 45. 10. 1) no se dan entre la documentacin relativa a la guerra sertoriana referencias directas a una hipottica clientela pompeyana previa a la llegada de Pompeyo a Hispania, siendo en la mayora de los casos informaciones que hablan ms bien de un frgil apoyo por parte de las comunidades indgenas pues Plutarco es coincidente tanto en la vida de Sertorio como en la de Pompeyo en el cambio de posicin de algunos de los pueblos en funcin de los acontecimientos, abandonando a Sertorio a la llegada de Pompeyo a Hispania para volver del lado del de Nursia tras la destruccin de Lauro, por otra parte el testimonio de Salustio tampoco abona tal suposicin pues no menciona la disposicin favorable de determinados pueblos hacia Pompeyo sino que ste haba recuperado, recepi, a lacetanos e indicetes. Ms bien hay que destacar que lo que las fuentes recalcan de manera significativa es el importante apoyo que Sertorio encontr en la poblacin indgena, a diferencia de las fuerzas con las que contaba Pompeyo: Los otros generales tenan pocos escuderos y compaeros, mientras que a Sertorio le seguan decenas de miles de hombres que se haban consagrado as a la muerte por l, se lee en PLUT. Sert. 14 (Traduccin de J. M. Guzmn Hermida).8 J. J. SAYAS, Conquista y colonizacin del valle del Ebro en poca tardorrepublicana y Principado, en: E. ORTIZ DE URBINA y J. SANTOS (eds.), Teora y prctica del ordenamiento municipal en Hispania, Vitoria 1996, 63-82, esp. 72.9 F. BURILLO, Etnias y ciudades estado en el valle medio del Ebro, el caso de kalakorikos/Calagurris Nassica, Kalakorikos 7, 2002, 9-29 y F. BELTRN LLORIS, Nos celtis genitos et ex hiberis. Apuntes sobre las identidades colectivas en Celtiberia, en: G. CRUZ y B. MORA, (coords.) Identidades tnicas-Identidades polticas en el mundo prerromano hispano, Mlaga 2004, 87-146.

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pretor hace pasar a los aliados, belos y titos, separadamente por ciudades10, situacin que tal vez pueda admitir analogas con un episodio de la guerra sertoriana en el que Sertorio convoca una asamblea que Livio denomina significativamente como conuentus sociarum ciuitatium, sealando la asistencia de omnium populorum legationibus et ciuitatium11. Son precisamente los celtberos un ejemplo de las complicaciones que supone el uso de trminos generales como el de los tnicos ya que, pese a que Apiano y Plutarco los presentan plenamente identificados con la causa sertoriana, la confrontacin de esta imagen con la informacin ofrecida por otras fuentes nos sita ante una realidad ms compleja pues no faltan tampoco referencias en las que Sertorio encuentra resistencia entre diferentes ciudades celtberas, constando incluso la existencia expresa de socii de Pompeyo en Celtiberia12.

Junto a estas complejidades hay que sealar tambin que en el transcurso de una guerra que se prolonga prcticamente a lo largo de toda una dcada, las lealtades con las que contaron Pompeyo y Sertorio entre los hispanos no fueron inquebrantables y en algunos casos sta dependa en buena medida de los xitos y fracasos de uno y otro, siendo momentos especialmente significativos tanto la llegada de Pompeyo a Hispania como la derrota de ste en Lauro13. Es decir que la toma de partido por uno de los dos contendientes en un determinado momento poda variar a lo largo de la guerra en funcin de los acontecimientos. Desgraciadamente las fuentes son insuficientes en lo que se refiere a esta cuestin haciendo imposible seguir la evolucin de las posiciones de las poblaciones hispanas14.

Por ltimo y para terminar con este prembulo retomamos una cuestin planteada al inicio de esta introduccin como es la de la hipottica predisposicin de los pueblos aliados hacia el bando senatorial15. Esta es una cuestin compleja y de difcil resolucin pues no es posible conocer la interpretacin que las diferentes poblaciones hicieron de lo que encarnaban Pompeyo y Sertorio que, en realidad, y al margen de las particulares lecturas de las fuentes prosertorianas o filopompeyanas representaban los dos referentes de un conflicto civil que enfrenta a dos concepciones distintas del estado romano no pudiendo caracterizar en ningn caso a Sertorio como un elemento hostil a Roma y por lo tanto ajeno o contrario a los intereses de los aliados. Es Sertorio precisamente el que ofrece uno de los ejemplos mejor documentados de la introduccin de los usos y elementos culturales romanos entre la poblacin indgena. La difusin del griego y el latn, la concesin de recompensas como la bulla, as como cuestiones relacionadas con la indumentaria entre la juventud de la aristocracia con la importante indicacin que hace Plutarco de que esto contaba con la aquiescencia de la aristocracia ibrica16, la instruccin de los hispanos en las tcnicas militares romanas17 junto con lo que tambin Plutarco seala como aspectos que le hicieron ganarse la voluntad de los indgenas como son la afabilidad en el trato con los principales, el alivio en la percepcin de tributos y el eximir a las ciudades del alojamiento de tropas18, son cuestiones que difcilmente pueden ponerse en relacin exclusiva con pueblos cuya trayectoria histrica hubiera sido hostil a Roma19.

10 POL. 35. 2.11 LIV. Per. 91.12 SALL. Hist. 2. 94. Otras referencias sobre la oposicin de ciudades celtberas a Sertorio puede encontrarse en LIV. Per. 91 y CAES. BCiu. 1. 61.13 PLUT. Sert. 18 y Pomp. 18.14 Tampoco stas nos ofrecen informacin alguna sobre las posibles disensiones existentes entre las aristocracias locales y la influencia que stas pudieron tener en la toma de partido por uno u otro bando como se documenta en el caso de Numidia: L. AMELA, Numidia y la clientela pompeyana: La accin de los polticos de la Repblica romana en el extranjero, Iberia 3, 2000, 253-264.15 En este sentido y en relacin con los vascones: L. AMELA, Las clientelas..., 167-168.16 PLUT. Sert. 14. 317 PLUT. Sert. 14. 1; CAES. BGall. 3.23.18 PLUT. Sert. 6.19 En la misma lnea, PLUT. Sert. 22. 6: Adems, que aun utilizando armas, dinero y ciudades de los beros, ni siquiera de palabra les cediera el poder supremo, al imponer a romanos como sus generales y magistrados con la intencin de recobrar

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Tampoco puede obviarse que Sertorio actuaba en Hispania en calidad de procnsul, habiendo sido desposedo ilegalmente de su cargo de gobernador, circunstancia cuyo impacto, interpretacin e influencia en la poblacin hispana, pese a que desconocemos por completo su alcance, debi ser utilizada por Sertorio a juzgar por el programa propagandstico que llev a cabo durante la guerra y del que tenemos precisamente un ejemplo en el corazn del territorio de los vascones20.

2. SERTORIO Y LOS VASCONES, CALAGVRRI21

Teniendo en cuenta que la primera referencia relativa a los vascones en la guerra sertoriana se encuentra dentro de la fuente que mejor recoge el desarrollo de los acontecimientos del ao 76 a. E. parece oportuno servirse de esta coincidencia para dar una visin general de la situacin en la que se encontraba el conflicto en ese momento. As pues segn el fragmento 91 de Livio, el ao 77 a. E. habra acabado para Sertorio con el asedio y toma de la ciudad de Contrebia tras la cual se habra dirigido de vuelta hacia el ro Ebro para asentar el campamento de invierno en la ciudad de Castra Aelia donde rearm a su ejrcito y convoc luego a las delegaciones de todos los pueblos y ciudades y les dio las gracias por haber cumplido sin reservas lo que se les haba pedido; hizo una exposicin de los hechos que ellos mismos haban realizado con valenta y los que l haba llevado a cabo atacando a las ciudades enemigas, y los alent con vistas a la guerra pendiente, despus de hacerles ver en pocas palabras la gran importancia que tena para la provincia el hecho de que su bando resultase vencedor. A continuacin despidi a los reunidos pidiendo a todos que estuvieran animados y regresaran a sus ciudades. Se desconoce la identidad de los populi y ciudades convocadas a las que se refiere Livio. Segn Plutarco, que tambin menciona una asamblea de pueblos, , identificada con esta misma, Sertorio haba conseguido que todos los que habitan de este lado del ro Ebro se sumaran a su causa, hacindose, as, con un numeroso ejrcito22. Las fuentes apenas ofrecen informaciones que permitan conocer el verdadero alcance de los apoyos con los que pudo contar Sertorio al Norte del Ebro. Dentro de la parquedad es el propio Plutarco el que alude a Osca como centro en el que reuna a los hijos de las aristocracias locales de diferentes pueblos, , para instruirlos en las letras griegas y romanas23, por lo tanto parece razonable suponer que entre los legados convocados en Castra Aelia debi haber una importante representacin de las etnias y ciudades ubicadas al Norte del Ebro y a su vez que la eleccin del lugar de la asamblea se habra hecho tambin en funcin de la cercana de los mismos.

Con Pompeyo ya en Hispania, Sertorio marca la estrategia a seguir en los prximos das mandando a Marco Perpenna al territorio de los ilercaones en defensa de las ciudades aliadas, emprendiendo l mismo una campaa contra berones y autrigones por haberse mostrado partidarios de Pompeyo aplazando la decisin sobre si atacar a Metelo en Lusitania o a Pompeyo en la costa levantina.

la libertad para los romanos, no de acrecentar el poder de aqullos contra los romanos. En relacin con esta circunstancia y por la influencia que pudiera ejercer sobre los vascones, hay que tener en cuenta la posible presencia de la legio Martia y de efectivos fieles a Lpido en Calagurri. Sobre esta cuestin vase J. VELAZA, J. L. CINCA y J. L. RAMREZ SDABA, Nuevo testimonio de las guerras sertorianas en Calahorra: un depsito de proyectiles de catapulta, Kalakorikos 8, 2003, 9-30.20 F. BELTRN LLORIS, La pietas de Sertorio, Gerin 8, 1990, 211-226.21 Calagurri o Kalgurri sera la forma latinizada del nombre indgena de esta ciudad. Sobre esta cuestin: J. VELAZA, Calagorri: cuestiones en torno al nombre antiguo de Calahorra, Kalakorikos 3, 1998, 9-17.22 PLUT. Sert. 16.23 PLUT. Sert. 14. F. GARCA MOR, Las primeras repercusiones del conflicto sertoriano en tierras vasconas, en: II Congreso General de Historia de Navarra, Pamplona 1992, 207-216, 208 y M. SALINAS, Geografa real y ficticia de la epopeya sertoriana, en: G. CRUZ; P. LE ROUX y P. MORET (eds.), La invencin de una geografa de la Pennsula Ibrica I. La poca republicana, Madrid 2006, 153-174, esp. 160, consideran el invierno que Sertorio pas en Castra Aelia el momento en el que ste habra constituido su escuela en Osca.

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El texto es bien conocido: Barajando estas posibilidades march Sertorio al otro lado del ro Ebro por territorios tranquilos al frente de su ejrcito en son de paz y sin causar daos a nadie. Parti luego hacia el pas de los bursaones, los cascantinos y los gracuritanos, y despus de arrasarlo todo y pisotear las cosechas lleg a Calagurris Nasica, ciudad de los aliados, construy un puente y cruz el ro cercano a la ciudad, e instal el campamento. Al da siguiente envi al cuestor Marco Mario a los arvacos y cerindones con el fin de alistar soldados en estos pueblos y transportar el trigo de all a la llamada Contrebia Lecada; al otro lado de esta ciudad se encontraba el sitio ms apropiado para pasar desde el pas de los berones, cualquiera que fuese la regin adonde decidiera marchar al frente de su ejrcito. Y al prefecto de la caballera Gayo Insteyo lo envi a Segovia y al pas de los vacceos para reclutar soldados de caballera, dndole orden de que lo esperase a l en Contrebia con los jinetes. Tras despedirlos a ellos parti tambin l, y despus de llevar su ejrcito a travs del territorio de los vascones instal el campamento en una zona colindante con los berones. Al da siguiente se adelant con la caballera para hacer un reconocimiento de los caminos, dejando orden de que la infantera saliera detrs formando en cuadro, y lleg a Vareya, la ciudad ms fuerte de aquella comarca. No cogi por sorpresa a sus habitantes la llegada del enemigo. De todas partes... jinetes de su pueblo y del de los autricones...24.

Cindonos exclusivamente a la referencia a los vascones, es decir Dimissis iis ipse profectus, per Vasconum agrum ducto exercitu in confinio Beronum posuit castra, y dado que Livio se refiere a ellos nicamente como elemento con el que ubicar la narracin de la campaa de Sertorio sin especificar ninguna incidencia ni en un sentido ni en otro, la actuacin de los vascones en este momento de la guerra queda abierta a interpretacin. Pese a las dificultades que plantea tan escueta referencia, esta alusin al paso en principio pacfico por el territorio vascn pues ni se seala campaa alguna contra los vascones ni stos aparecen hostigando la marcha de las tropas sertorianas nos ofrece una serie de indicios ex silentio, que podemos poner en el contexto de las operaciones de Sertorio en los inicios del ao 76 a. E.

La primera cuestin reseable por la importancia que tiene la confrontacin con otras fuentes se encuentra en el hecho de que esta ausencia de hostilidades entre Sertorio y los vascones puede ponerse en relacin con Plutarco por lo que de coincidente tiene cuando destaca que se le adheran a la vez todos los que habitan de este lado del ro Ebro, tena un ejrcito numeroso; pues acudan siempre ms y ms y se reunan con l desde todas partes25. Como se ha sealado anteriormente esta adhesin debe fecharse en torno al invierno del 77 al 76 a. E.26, ao que empezara para Sertorio con una campaa cuyo objetivo sera eliminar la resistencia existente en el valle del Ebro, labor que haba interrumpido a la llegada del invierno tras el asedio y toma de Contrebia y que retoma dirigindose contra berones y autrigones pues, segn Livio: haba tenido conocimiento de que stos, mientras l asediaba las ciudades de Celtiberia, haban implorado la ayuda de Pompeyo, haban enviado guas para indicar las rutas al ejrcito romano, y sus jinetes haban hostigado a menudo a los soldados suyos en cualquier punto al que se hubieran dirigido desde el campamento para recoger forraje o trigo durante el asedio de Contrebia.

Toda esta informacin es, pues, de especial relevancia dado que nos ofrece los puntos de apoyo con los que contaba Pompeyo en la regin en una etapa clave, pues estos acontecimientos se

24 Traduccin de J. A. VILLAR, Tito Livio. Perocas. Perocas de Oxirrinco. Fragmentos. Julio Obsecuente, Libro de los Prodigios, Madrid 1995, 239-244, a partir del texto segn P. JAL, Tite-Live. Histoire Romaine XXXIII. Livre XLV et Fragments, Pars 1990 (1979), 214-218.25 PLUT. Sert. 16.26 Tambin SALL. Hist. 2. 35, se refiere al reforzamiento del ejrcito sertoriano durante el invierno: at Sertorius vacuus hieme copias augere.27 PLUT. Pomp.18.

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producen tras la reciente llegada de Pompeyo a Hispania momento en el que segn Plutarco atrajo a los pueblos que no mostraban un apoyo del todo firme a Sertorio27 y nos obliga a determinar con las fuentes disponibles el lugar que ocupaban los vascones entre Sertorio y Pompeyo.

Intentado dar respuesta a esta controversia y partiendo de la confrontacin de este conjunto de informaciones relativas al momento en el que Sertorio atraves el territorio de los vascones si bien las fuentes no ofrecen una afirmacin explcita en el sentido de que Sertorio contaba con la adhesin de los vascones, o al menos de buena parte de sus oppida el anlisis de la estrategia de Sertorio plantea menos complicaciones y contradicciones desde esta perspectiva. En primer lugar existen claras correspondencias entre la no agresin, (recproca) entre Sertorio y los vascones y el conjunto de informaciones ofrecidas por Livio y Plutarco. La no participacin de los vascones junto con los berones y autrigones en toda una serie de operaciones a favor de Pompeyo pese a la proximidad de su territorio tanto con el de los berones, con los que limitaban, como con el escenario de la campaa sertoriana, as como la ausencia de indicaciones por parte de Livio sobre una posible asistencia de vascones en auxilio de estas etnias indudablemente prosenatoriales es coincidente con el testimonio de Plutarco referente a la gran adhesin que contaba Sertorio al Norte del Ebro, y explica o al menos ayuda a poner en contexto las razones de Sertorio para establecer un conuentus sociarum ciuitatium junto al Ebro as como la eleccin de Osca como centro de su poltica de acercamiento y fidelizacin de las aristocracias indgenas.

La opcin opuesta, es decir que los vascones hubieran tomado partido por Pompeyo supone una serie de problemas de difcil resolucin pues al margen de lo indicado resultara complicado explicar que en la campaa de afianzamiento de sus posiciones sobre el Ebro, Sertorio hubiera empleado cuarenta y cuatro das con prdida de gran nmero de hombres en el asedio de Contrebia, hubiera arrasado las tierras de bursaones, cascantinos, y gracuritanos de camino hacia la reduccin de los berones y los autrigones y sin embargo no slo no emprendiera acciones hostiles contra el corazn del territorio de los vascones al Norte del Ebro sino que llev a cabo la construccin de un puente28 que salvando el Ebro facilitaba la conexin de Calagurri con el resto del territorio vascn, todo lo cual comprometera seriamente las aspiraciones de Sertorio pues supondra dejar a sus espaldas intacto y dominando todo este espacio geogrfico a un pueblo aliado de Pompeyo mxime si tenemos en cuenta la importancia de Osca y Calagurri dentro de su estrategia.

Estas consideraciones ataen tan slo a la referencia expresa que Livio hace de los vascones en el fragmento 91, no obstante este texto plantea algunas cuestiones abiertas sobre la adscripcin tnica de varias ciudades, que al menos en el caso de Calagurri, no pueden eludirse en el anlisis de las fuentes sobre los vascones en la guerra sertoriana. El hecho de que Livio se refiera al territorio de los vascones con posterioridad al paso por Calagurri ha sido interpretado junto con otro tipo de indicios29 en el sentido de que esta ciudad no perteneca originalmente a los vascones tal y como

28 LIV. Per. 91: ad Calagurrim Nasicam, sociorum urbem, uenit transgressusque amnem propinquum urbi ponte facto castra posuit.29 Entre los elementos existentes en apoyo de una pertenencia de Calagurri a los celtberos se aduce el hecho de que esta ciudad emitiera monedas con la leyenda celtibrica kalakoiko. Si bien la filiacin cltica del sufijo -ko es una cuestin sobre la que no cabe discusin, las conclusiones derivadas de esta circunstancia se tornan ms complejas. Partiendo de los datos ofrecidos por la numismtica, M Paz Garca-Bellido agrupa las monedas con esta desinencia en un grupo homogneo que atribuye no a los celtberos sino al territorio de los berones, si bien seala que algunas de ellas podran corresponder a los vascones, as como las dificultades para distinguir entre las monedas de berones, vascones y celtberos. M. P. GARCA-BELLIDO, Notas numismticas sobre los berones y su territorio, en: F. VILLAR y F. BELTRN LLORIS (eds.), Pueblos, lenguas y escrituras en la Hispania prerromana (VII CLCP), Salamanca 1997, 203-220. En lo que se refiere a la guerra sertoriana hay que precisar que durante este periodo no se producen emisiones de kalakoiko ya que estas haban cesado en la segunda mitad del siglo II a. E. posiblemente hacia el 130. En cualquier caso, la pertenencia de Calagurri a los berones aade

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sealan Estrabn y Ptolomeo, adscribindola con el resto de ciudades mencionadas previamente al territorio celtbero y habiendo pasado a los vascones tras el conflicto sertoriano como recompensa ofrecida por Pompeyo. Sin embargo a esta hiptesis pueden objetarse algunas dificultades. La primera y ms relevante se refiere a la naturaleza del texto en el que Estrabn se refiere a Calagurri como ciudad de los vascones ya que la Geografa de Estrabn no expone una simple enumeracin de pueblos con sus correspondientes ciudades de tal manera que entre las poblaciones ms representativas de los vascones incluya a Calagurri, sino que la referencia a esta ciudad como vascona se inserta dentro de un texto que no puede considerarse estrictamente como informacin geogrfica sino ms bien como una nota de carcter histrico en relacin con las guerras civiles y a propsito de las ciudades ilergetes de Osca e Ilerda, recordando al lector que en estas ciudades hizo su campaa Sertorio y en Calagurris, ciudad de los vascones, y en el litoral en Tarraco y en Hemeroscopio, despus de que fuera expulsado del territorio de los celtberos y muri en Osca. Y () despus en Ilerda, Afranio y Petreyo, los generales de Pompeyo fueron derrotados por el divino Csar30.

De este modo, lejos de incluir a de modo general en el territorio vascn, Estrabn se refiere a esta ciudad en relacin con una serie de hechos histricos que no slo corresponden a la guerra sertoriana sino que se fechan de manera precisa en los dos ltimos aos de la vida de Sertorio pues la sucesin de acontecimientos que relata puede cotejarse con otras fuentes y datarse en este ltimo periodo. As la batalla habida en Calagurri es referida por Posidonio31, Livio32 y Apiano33; la campaa del litoral cuenta con otra referencia del propio Estrabn34 y con alusiones por parte de Salustio35 y Cicern36; y finalmente la muerte de Sertorio en Osca es confirmada por Veleyo Patrculo37, acontecimientos todos fechables entre el 75 y el 73 a. E. En sintona con el sentido histrico con el que Estrabn caracteriza a Calagurri como ciudad de los vascones hay que llamar tambin la atencin sobre el hecho de que esto se produce en un relato en el que se establece una clara diferencia entre el territorio de los celtberos y los escenarios de las ltimas campaas de Sertorio que Estrabn ubica fuera de Celtiberia, despus de que fuera expulsado del territorio de los celtberos, en Calagurri, Tarraco, Hemeroscopio y Osca.

Junto a estos elementos hay que aadir otras circunstancias que dificultan la posibilidad de que Estrabn est insertando una informacin actualizada en relacin con la adscripcin tnica de

problemas de difcil solucin, tanto si se considera que los cambios tnicos se habran producido con anterioridad a la guerra sertoriana en lo que se refiere a las causas histricas que expliquen un recorte territorial para los berones como si se entiende que durante el conflicto sertoriano sta era una ciudad berona por el difcil encaje que esta lectura tiene en el relato de la campaa de Sertorio por el Ebro (Sertorio emplea un da entre Calagurri y la llegada in confinio Beronum) y de nuevo por las razones que expliquen un cambio en los lmites territoriales, pues convendra no olvidar que frente a una hipottica afinidad entre los vascones y Pompeyo los berones son uno de los pocos pueblos sobre los que las fuentes (LIV. Per. 91) no dejan lugar a dudas en cuanto a su vinculacin con el bando prosenatorial. Por ltimo hay que hacer notar tambin que el celtibrico es la lengua presente en buena parte de las monedas atribuidas a los vascones: F. VILLAR, Estudios de celtibrico y de toponimia prerromana, Salamanca 1995, 106-107, entre las que se encontraran zekia, benkota, iaka, ba(r)skunez, tirzoz, arzaoz y arzakoz, por otra parte sobradamente estudiadas en este mismo volumen (pp. 71-98 y 99-126).30 STR. 3. 4. 10 (Traduccin de J. Gmez Espelosn). , . () .31 POSID. C. 21.32 LIV. Per. 93.33 APP. BCiu. 1. 112.34 STR. 3. 4. 6.35 SALL. Hist. 3. 6, fragmento en el que se ha interpretado la lectura De[anium].36 Cicern cita Dianium en relacin con la partida de soldados sertorianos rumbo a Sicilia, CIC. Verr. 5. 146 y 154.37 VELL. PAT. 230. 1.

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Calagurri y stas corresponderan bsicamente a las caractersticas de su propia manera de proceder en la descripcin etnogrfica de Iberia. En primer lugar hay que recordar, como hace G. Aujac38, que Estrabn es historiador antes que gegrafo, habiendo escrito una voluminosa obra histrica compuesta por cuarenta y siete libros como continuacin de las Historias de Polibio. La importancia del elemento histrico en la Geografa de Estrabn se hace particularmente relevante en el espacio objeto de este estudio pues de la misma manera que Calagurri otras pleis del entorno como Ilerda y Osca son ilustradas en su descripcin geogrfica por la relevancia histrica que haban tenido durante las guerras civiles, y, del mismo modo, la imagen general que Estrabn ofrece de Celtiberia se basa en una seleccin de aquellas ciudades y etnias que se haban destacado en estos conflictos histricos39 independientemente de que la realidad descrita correspondiera con la existente en el momento de redaccin de la obra40.

La segunda dificultad que presenta la posibilidad de que Estrabn transmitiera una realidad para Calagurri distinta de la existente en el momento en el que ubica los acontecimientos histricos que refiere se encuentra en el hecho de que Estrabn no obvia la naturaleza cambiante del mundo que describe constatando en cada momento las transformaciones de que son objeto las denominaciones de los pueblos, las divisiones territoriales o los cambios culturales que se producen en los mismos, ya que como indica F. Prontera, por la fuerza de la inercia que acta en la tradicin de la geografa descriptiva, pero tambin por su tendencia retrospectiva, lo nuevo no sustituye sin embargo a lo viejo. En otras palabras los cuadros geogrficos y etnogrficos se van actualizando generalmente con aadidos, no con sustituciones41, sin embargo en este caso Estrabn no seala la existencia de cambios territoriales. Al contrario, las contradicciones que suponen en ocasiones esta manera de proceder no se hacen notar en las descripciones generales de los territorios de vascones y celtberos habiendo de destacar de manera muy especial la delineacin de sus lmites42 y la correspondencia

38 G. AUJAC, Strabon et son temps, en: W. HBNER (ed.), Geographie und verwandte Wissenschaften, Stuttgart 2000, 103-139.39 P. CIPRS, El impacto de los celtas en la Pennsula Ibrica segn Estrabn, en: G. CRUZ (coord.), Estrabn e Iberia: nuevas perspectivas de estudio, Mlaga 1999, 121-152, esp.147-148.40 En este sentido lo que define que para Estrabn Numancia sea la ciudad ms renombrada de los arvacos es su relevancia en la guerra celtibrica por ms que probablemente en el momento de redaccin Numancia ya no fuera arvaca si atendemos al relato de Apiano y sobre todo de Plinio. F. Burillo recuerda tambin el caso de Segeda adscrita por Estrabn a los arvacos pese a que probablemente ya no existiera en poca de Augusto, justificando la referencia en el hecho de haber recogido una informacin relacionada con el inicio de las guerras celtibricas, F. BURILLO, Celtberos y romanos: el caso de la ciudad-estado de Segeda, en: M. P. FERNNDEZ ALVREZ y F. VILLAR (coords.), Religin, lengua y cultura perromana de Hispania, Salamanca 2001, 89-106, 100. Para P. Ciprs, por su parte, la Celtiberia de Estrabn se aproxima ms a la de Polibio que a la descrita por Plinio, P. CIPRS, El impacto de...,146.41 F. PRONTERA, Notas sobre Iberia en la Geografa de Estrabn, en: G. CRUZ (coord.), Estrabn e Iberia, 17-30, esp. 25.42 Es significativo ante la posibilidad de que se hubiera producido un reajuste de los lmites entre vascones y celtberos que Estrabn en la enumeracin de pueblos limtrofes con Celtiberia no mencione a los vascones, as en 3. 4. 12: por la parte occidental algunas tribus de astures, galaicos y vacceos e incluso de vetones y carpetanos, por el sur los oretanos y todos los dems bastetanos y edetanos que habitan la Orospeda; hacia Oriente se halla la Idbeda. Habida cuenta de que en la concepcin espacial de la geografa antigua la orientacin de los Pirineos como del Ebro y la Cordillera Ibrica se delineaba de Norte a Sur, el lmite entre vascones y celtberos quedara sustituido por la referencia a la Idbeda, cadena montaosa que en las tres referencias con las que cuenta en la Geografa de Estrabn tiene siempre un carcter marcadamente delimitador, tanto para la regin en la que se ubican los vascones (3. 4. 10) como en el inicio de la descripcin de Celtiberia (3. 4. 12). La existencia de una cadena montaosa que ha sido identificada con la Idbeda como lmite de Celtiberia ya haba sido sealada por Polibio (POL. 3. 17. 2) al referirse a Sagunto: Esta ciudad est no lejos del mar y al pie mismo de una regin montaosa que une los lmites de la Iberia y de la Celtiberia. Hay que sealar tambin, como hace F. Prontera, que conviene ser precavido a la hora de utilizar ciertas informaciones sobre los confines tnicos cuando son trazados en lnea recta (F. PRONTERA, Identidad tnica, confines y fronteras en el mundo griego, en: Otra forma de mirar el espacio: geografa e historia en la Grecia clsica, Madrid 2003, 105-120, esp. 114), mxime en este caso, pues supondra dejar fuera de Celtiberia buena parte de su territorio, sin embargo en lo que se refiere a la zona de contacto entre vascones y celtberos este accidente geogrfico s parece corresponder a la imagen ofrecida por Estrabn.

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que estos encuentran en las conclusiones derivadas de la epigrafa43 y principalmente de los rasgos lingsticos de la onomstica que ostentan44.

Por ltimo hay que llamar la atencin sobre el hecho de que en el cotejo de fuentes disponibles no se produce una discrepancia que aconseje la correccin de Estrabn, pues si bien los textos relativos a la guerra sertoriana no han corrido la fortuna deseable, a pesar de todo contamos con una cierta abundancia de referencias a la participacin de Calagurri en este conflicto y lo cierto es que ninguna de ellas entra en contradiccin con lo expuesto por Estrabn. De los fragmentos conservados45 debidos a las obras de Posidonio, Salustio, Livio, Apiano, Exuperancio, Floro, Valerio Mximo, Orosio y Juvenal, pese a lo que en ocasiones se ha sugerido, ninguno seala una alternancia en la pertenencia de esta ciudad entre celtberos y vascones ya que obvian el componente tnico de sus habitantes. Sin embargo Juvenal alude a un episodio antropofgico padecido por los vascones como consecuencia de un asedio ocurrido en tiempos de Metelo. Este relato por las correspondencias que guarda con otras obras literarias, es identificado, precisamente por la referencia a los vascones, con la clebre fames Calagurritana y es por lo tanto coincidente con Estrabn al aludir a los vascones como vctimas del asedio a Calagurri. En apoyo de Estrabn cabe decir tambin que los trminos en los que Juvenal se refiere a la suerte de los calagurritanos; Vascones, ut fama est, alimentis talibus usi46, slo se explican entendiendo que la adscripcin tnica de Calagurri era lo suficientemente

43 La regin montaosa ubicada al sur de Calagurris (alto Cidacos y Tierra de Yanguas) ha deparado un conjunto de epgrafes latinos que ha merecido la atencin de diferentes estudios. En ellos se ha constatado la existencia de unos rasgos culturales particulares que han derivado un replanteamiento del mapa tnico de un espacio que haba sido atribuido a los pelendones. U. ESPINOSA y L. M. USERO, Eine Hirtenkultur im Umbruch. Untersuchungen zu einer Gruppe von Inschriften aus dem conventus Csaraugustanus (Hispania Citerior), Chiron 18, 1988, 477-504 y U. ESPINOSA, Los castros soriano-riojanos del Sistema Ibrico: nuevas perspectivas, en: C. DE LA CASA (ed.), Actas del 2 Symposium de Arqueologa Soriana, Soria 1992, 901-913. U. Espinosa descarta que los castros septentrionales soriano-riojanos sean pelendones ubicando el ager Pelendonum al Sur de la divisoria de aguas Ebro-Duero, coincidiendo con las informaciones que para los pelendones ofrecen las fuentes documentales, y asignando el espacio estudiado a un pueblo no cltico, cuyo nombre desconocemos por el momento. La misma conclusin considerndolo un enclave ibrico en medio de la Celtiberia puede verse en J. C. RUBIO MARTNEZ, Una estela funeraria romana en San Andrs de Cameros, La Rioja. Estudio preliminar, Faventia 19/1, 1997, 55-63. Por su parte, J. Gmez Pantoja y E. Alfaro sealan las concomitancias existentes entre la onomstica de estos valles y la registrada al norte del Ebro (J. GMEZ PANTOJA y E. ALFARO, Indigenismo y romanizacin en las tierras altas de Soria, en: M P. FERNNDEZ LVAREZ y F. VILLAR (coords), Religin, lengua, 169-188).44 Entre la antroponimia documentada en los valles ubicados al Sur de Calagurris y Gracchurris J. Gmez Pantoja y E. Alfaro recuerdan para Agirsenius y Agirsar el paralelo de Acirsenio o Agirsenio (Tafalla, Navarra) (J. L. GMEZ PANTOJA y E. ALFARO, Indigenismo y romanizacin..., 185). Otros nombres similares son los de Agirn(es) (Artieda, Zaragoza) y los jinetes segienes del Bronce de Ascoli Agirnes y Agerdo. Estos autores hacen notar tambin la transparencia en euskera para Sesenco cuyo significado sera el de torito sealando la conveniencia de un nombre de este tipo dada la edad del difunto y el recurso a los bvidos como emblema funerario. As mismo tambin indican como algunos nombres no latinos como Oandissen, Onso y Onse, admiten fcil comparacin con ejemplos bien conocidos de la orilla Norte del Ebro. J. Gorrochategui, por su parte, recoge como ejemplos claros de onomstica vasca, perfectamente comprensible desde el euskera y en total coherencia con los modos de formacin de nombres utilizados en la onomstica aquitana y vascona de la poca, el nombre de varn Sesenco y el conjunto formado por Onse (mujer) y Onso (varn) (J. GORROCHATEGUI, Planteamientos de la lingstica histrica en la datacin del Euskara, en: XV Congreso de estudios vascos, Donostia 2002, 103-114, esp. 107), aadiendo tambin el caso de Ar[...]thar en el que la aspiracin presente en el sufijo thar slo tiene paralelos en aquitano (J. GORROCHATEGUI, Los Pirineos entre Galia e Hispania: las lenguas, Veleia 12 1995, 180-230, esp. 230) y considerando el grupo como un resto de poblacin anterior a la celtizacin gracias a su especial hbitat geogrfico (J. GORROCHATEGUI, Onomstica de origen vasco-aquitano en Hispania y el Imperio romano, en: Acta XII Congressus Internationalis Epigraphi Grc et Latinae, Barcelona 2007, 629-634, esp. 634).45 Sobre las fuentes relativas a Calagurri en la guerra sertoriana puede verse J. L. RAMREZ SDABA, Limitaciones inherentes a las fuentes literarias: consecuencias de la guerra sertoriana para Calagurris, Gerin 3, 1985, 231-244. Recientemente y dentro del contexto de fuentes sobre los vascones: J. ANDREU y . A. JORDN, Nuevas reflexiones en torno a las fuentes literarias sobre los vascones en la antigedad, Lucentum 26, 2007, 233-252.46 IUV. Sat. 15. 93. Para un anlisis de este texto y bibliografa sobre Juvenal puede verse el citado trabajo de J. ANDREU y . A. JORDN, Nuevas reflexiones..., 237.

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conocida por sus contemporneos como para que la mera mencin del etnnimo en relacin con el episodio antropofgico no precisara de ms indicaciones47.

De estas conclusiones no se deriva en ningn caso una correccin del texto de Livio o una interpretacin que suponga entender que se ha producido un error por su parte, pues el fragmento 91 en ningn caso adscribe Calagurri, como otras ciudades mencionadas, a ninguna etnia concreta sino que nos encontramos ante una caracterstica habitual en la obra de Livio: la utilizacin de localizaciones geogrficas relativas que sirvan al lector de referencia en los relatos referidos al desplazamiento estratgico de los ejrcitos, no un inters particular por la geografa del espacio en el que se desarrollan los acontecimientos48.

3. POMPEYO ENTRE LOS VASCONES, REMOTVS IN VASCONES

Retomando el fragmento 91 y la campaa del 76 a. E., Livio relata como Sertorio tras el ataque a los berones y autrigones en Vareia dudaba entre atacar a Metelo en Lusitania o dirigirse hacia la costa y defender a los aliados de Ilercaonia y Contestania del ataque de Pompeyo. Aunque ni Apiano ni Plutarco recogen de manera detallada la sucesin de acontecimientos que se produjeron a lo largo de la guerra sertoriana como parecen haber hecho Salustio y Tito Livio el hecho de que a diferencia de las obras de estos historiadores tanto la historia de Roma de Apiano como la vida de Sertorio de Plutarco hayan corrido mejor fortuna y se hayan conservado de manera ntegra nos permiten conocer de manera general una visin ordenada de los hechos. De ellas se reproduce a continuacin de manera esquemtica el periodo de la guerra comprendido entre la llegada de Pompeyo a Hispania y el momento en el que existe constancia de acciones en el territorio de los vascones.

47 Es importante destacar en este sentido la popularidad de las obras histricas de Salustio y Livio, y especialmente el inters que las guerras civiles despertaban entre el pblico romano. Baste recordar como Ausonio recomendaba a su nieto la lectura de esa guerra convertida en Marte civil, que promovi Sertorio exiliado con los aliados beros (AUSON. Protr. 2. 65) en referencia a las Historiae de Salustio. La fama que Juvenal atribuye a los vascones en relacin con Calagurri podra explicar la razn por la que Avieno asociaba al Ebro con los vascones: dictos Hiberos non ab illo flumine / quod inquietos Vasconas praelabitur. A. Schulten consideraba este pasaje como una interpolacin habida en tiempo de las guerras sertorianas (A. SCHULTEN, FHA I n. 21, 40 y 101), posteriormente J. CARO BAROJA, Etnografa histrica de Navarra, Pamplona 1971-1972, y recientemente J. J. Sayas, entienden esta referencia como una alusin a la poca de Avieno considerando probable que los vascones estuviesen incubando ya la agitacin que a mediados del siglo V se transformar en resistencia armada (J. J. SAYAS, Unidad en la diversidad: la visin de Estrabn de algunos pueblos peninsulares, en: G. CRUZ (coord.), Estrabn e Iberia, 153-208, esp. 173. Sin embargo los vascones no emprendern acciones hostiles hasta finales del siglo VI quedando tan slo como punto intermedio entre este momento y la fecha de redaccin de la Ora Martima la bagaudia hispana que si bien ha sido puesta en relacin con los vascones, como es sabido y se percibe con claridad en algunas contribuciones del presente volumen no existen en las fuentes disponibles referencias que asocien a los vascones con estos desrdenes.48 P. CIPRS, La geografa de la guerra en Celtiberia, en: G. CRUZ; P. LE ROUX y P. MORET (coord.), La invencin de una geografa de la Pennsula Ibrica: La poca republicana, Madrid 2006, 177-198, esp. 184. Sobre los problemas que supone la obra de Livio para reconstruir una geografa fiable de los territorios de las etnias puede verse P. MORET, Ethnos ou ethnie? avatars anciens et modernes des noms de peuples iberes, en: G. CRUZ y B. MORA, (coords.) Identidades tnicas, 31-62, esp. 48.

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Prescindiendo de la datacin de las diferentes batallas49 y de algunas discrepancias entre una y otra fuente las mayores dificultades se presentan en lo que se refiere a los periodos invernales as como la ausencia de referencias a una estancia invernal de Pompeyo entre los vascones. Como es

Apiano Plutarco

BCiu

. 1.1

09A la llegada de Pompeyo a Hispania unade sus legiones es aniquilada por Sertorio.

Al cruzar Pompeyo los Pirineos, Sertorio acampa frente a l mostrando su superioridad.

Sert

. 18

Sertorio saquea y destruye la ciudad de Lauro.

Sertorio sitia Lauro y acaba destruyndola ante la mirada Pompeyo infringindole un duro golpe moral.

BCiu

. 1.1

10

Metelo y Pompeyo invernan en los Pirineos.

Batalla cerca de Sucro en la que Metelovence a Perpenna y Sertorio a Pompeyoque resulta herido por una lanza.

Batalla de Sucro, Sertorio se enfrenta aAfranio y Pompeyo que es gravementeherido, sin embargo la llegada de Metelo impide la victoria de Sertorio. Batalla en el Turia.

La cierva blanca. Desaparicin de la cierva blanca.

S Se

rt. 2

0

Batalla en . Sertorio vence aPompeyo matando a seis mil de sus hombres y perdiendo la mitad de este nmero, Metelo por su parte derrota a Perpenna. Al da siguiente Sertorio intenta sitiar con un foso por sorpresa el campamento de Metelo pero debe desistir por la intervencin de Pompeyo.

Batalla de Sagunto. Memmio muere en la batalla, Sertorio tras causar muchas bajas arremete contra Metelo que resulta herido y es evacuado consiguiendo sus tropas cambiar el signo de la victoria. Sertorio consigue escapar y posteriormente se dedica a hostigar a sus enemigos mediante emboscadas.

Sert

. 21

BCiu

.1.1

11

La llegada del invierno separa a los contendientes, al ao siguiente Metelo yPompeyo descendieron de nuevo hasta el Ebro desde los montes Pirineos. Sertorio y Perpenna les salieron al encuentro desde Lusitania.

Sertorio corta el suministro de vveres yocupa el litoral con piratas de forma que los generales se vieron obligados a separarse, uno march a la Galia y Pompeyo pas el invierno entre los vacceos ( ) miserablemente por falta de dinero.

Sert

. 19

Tabla 1.-

49 Sobre los problemas cronolgicos de la guerra sertoriana: CH. F. KONRAD, Metellus and the Head of Sertorius, Gerin 6, 1988, 253-261, esp. 254; Plutarchs Sertorius. A historical commentary, Chapel Hill London 1994, 221-222 y A new chronology of the Sertorian war, Athenaeum 83, 1995, 253-261.

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conocido una de las explicaciones que han buscado dar una solucin a este problema entiende que la alusin a los vacceos por parte de Plutarco no sera sino un error y se debera a una confusin entre vacceos y vascones50, por lo que habra que entender que el campamento de invierno de Pompeyo de finales del ao 75 y comienzos del 74 a. E. se habra levantado sobre territorio vascn. Esta correccin de vascones por vacceos encontrara en un fragmento de Salustio que menciona la retirada de Pompeyo al territorio de los vascones para aprovisionarse de trigo, una noticia que a su vez sera reafirmada en el hecho de que Estrabn relacione el nombre de la ciudad de Pompelon51 con el de Pompeyo, de este modo las referencias de Apiano, Plutarco, Salustio y Estrabn formaran un conjunto coherente pues Pompeyo Magno no slo habra invernado en el territorio de los vascones sino que su campamento habra dado lugar a la ciudad de Pompelon52. El fragmento de las Historiae de Salustio origen de esta interpretacin es el siguiente:

tum Romanus rcitus frumenti gra remotus in Vascoemque Sertorius moe, cuius multum in at, ne ei perinde Asi quam tutissimo locos testabantur inotriae parietumque libertatis, eoque ubre, partus et cetera mul munia uiris mane quis rebus accensa iutus decreta seor... aeque uadt e facultate. peius aliquot dies tra statiua habuit, dica ualle disiunctis hostibus, neque propin ciuitates Mutudurei eores hunc aut illum meatibus iuvere: fames bos fatigauit...

50 A. SCHULTEN, Fontes Hispaniae Antiquae. IV, Barcelona 1937, 217 (cf. 220).51 Pese a que generalmente la historiografa opta por Pompaelo, se ha elegido la forma Pompelon en base a diferentes motivos. Los manuscritos conservados de la Geografa de Estrabn ofrecen diferentes variantes para el nombre de la antigua Pamplona , , , etc., todas ellas coincidentes en la presencia de la nasal al igual que ocurre en otras fuentes como Plinio: Pompelonenses; Ptolomeo: ; el Itinerario de Antonino y el Annimo de Rvena: Pompelone, y la opinin de los lingistas que ven una formacin del topnimo en *pompai-iltun (J. UNTERMANN, La onomstica ibrica, Iberia 1, 1998, 78), un compuesto *Pompei-ilun- (J. DE HOZ, Epigrafas y lenguas en contacto en la Hispania Antigua, en: Acta Paleohispanica IX Paleohispanica 5, 2005, 57-98, esp. 75), o un segundo elemento -elo(n), -ilu(n) antecedente del vasco iri, irun=ciudad. Por su parte, J. GORROCHATEGUI, Los Pirineos... 221, opta por la forma Pompelon contando tambin con ejemplos epigrficos como res publica Pompelonensis, en CIL, II, 2960=ILS, 6108.52 A. Schulten, aade adems, en apoyo de su hiptesis, el argumento de que Pamplona est a la cabeza de la va que iba a Aquitania por Roncesvalles, de manera que Pompeyo pudo por esta va transportar vveres de la Galia (A. SCHULTEN, FHA IV, 217). Si bien es cierto que Cicern (CIC. Pro Font. 13) se refiere al envo de dinero y vveres desde la Galia, no parece que el territorio aquitano y los pasos occidentales del Pirineo fueran los ms propicios para esta labor. Aquitania no ser conquistada hasta las campaas de Csar en las Galias, entre 56-52 a. E. y an en 29 a. E. por parte de Valerio Corbino Messala, (APP. BCiu. 4. 38; TIB. 1. 7. 9), lo que supondra adentrarse en un territorio poco conocido y hostil cuyas implicaciones en la guerra sertoriana apenas se intuyen. Es Csar quien seala dos episodios violentos previos a la llegada de Craso a Aquitania, uno referido a Lucio Valerio Preconino que haba sido derrotado y muerto, y otro relativo al procnsul Lucio Manlio el cual haba hudo abandonando la impedimenta (CAES. BGall. 3. 20). M. Salinas propone la posibilidad de que Sertorio hubiera contactado diplomticamente con los aquitanos, bien preparando un posible paso a la Galia bien como forma de ocasionar problemas en la retaguardia (M. SALINAS, Geografa real..., 158). La hiptesis es sugerente y dada la actividad diplomtica desarrollada por Sertorio no sera descartable pero, desgraciadamente, carecemos de elementos de confirmacin. En cualquier caso a estas dificultades cabra aadir que las comunicaciones con Aquitania no parecen haberse producido por la va de Roncesvalles en un primer momento sino desde la costa como sugiere Estrabn al referirse a la calzada que una Tarraco con Oiasso junto al propio Ocano, pasando por Pompelon hasta los mismos confines de Aquitania e Iberia (STR. 3. 4. 10). Por estas mismas razones parece difcil que Pompeyo hubiera elegido los pasos occidentales de los Pirineos, Lepoeder, puerto del Palo y Somport, para una labor tan delicada como el transporte de prisioneros hacia Lugdunum, tal y como propone F. Pina (F. PINA, Deportaciones como castigo e instrumento de colonizacin durante la repblica romana. El caso de Hispania, en: J. REMESAL, F. MARCO, y F. PINA (coords.), Vivir en tierra extraa: emigracin e integracin cultural en el mundo antiguo, Barcelona 2004, 211-246, esp. 235.

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Partiendo de la hiptesis propuesta por A. Schulten este fragmento encuentra ciertas correspondencias con los textos de Apiano y Plutarco relativos al invierno del 75 al 74 a. E. y resolvera en principio ciertas contradicciones. Las dificultades a las que, segn Plutarco, tuvo que enfrentarse Pompeyo entre los vacceos debido a su falta de recursos coinciden con la situacin descrita por Salustio53 ante la ausencia de aprovisionamientos y remarcada posteriormente por un fragmento en el que se hace referencia al asalto de convoyes54, con lo que autorizada la correccin se solventara finalmente la incompatibilidad que supone el hecho de que, segn Plutarco, Pompeyo invernara entre los vacceos y que segn Apiano la campaa iniciada tras el invierno comenzara desde los Pirineos.

Sin embargo esta hiptesis no est exenta de problemas y en los ltimos aos ha sido objeto de crticas producindose un replanteamiento de la cuestin desde diferentes ngulos55. El primer problema en lo que se refiere a dilucidar si Pompeyo invern en el territorio de los vascones se da en el hecho de que Salustio no explicita de ninguna manera que el ejrcito de Pompeyo se dirigiera al territorio vascn con el objeto de levantar all sus cuarteles de invierno, sino que su intencin era la de aprovisionarse de trigo, pasando algunos das en un campamento que, como seala . A. Jordn56, no es denominado como castra hiberna sino como castra statiua, si bien la eleccin del lugar de la hibernada debi de hacerse de manera inmediata a la retirada al territorio de los vascones, pues a continuacin Pompeyo ordena a su legado Titurio pasar el invierno en Celtiberia con quince cohortes57. La segunda contrariedad se encuentra en la ubicacin cronolgica de la retirada de Pompeyo in Vascones dentro de las informaciones relativas al invierno del 75 al 74 a. E., pues si bien A. Schulten haca coincidir este momento con la referencia plutarquea al invierno de Pompeyo es el propio Plutarco el que da pie a una interpretacin distinta cuando en su biografa de Pompeyo seala que finalmente Sertorio, al cortar el suministro de provisiones, saquear el pas y hacerse con el control del mar, los expuls a los dos de la parte de Hispania que estaba bajo su control, obligndoles a refugiarse en otras provincias por falta de recursos58, situacin que si bien en las circunstancias nada objeta a lo referido en la biografa de Sertorio, en lo que atae a los lugares de destino de Pompeyo y Metelo es difcilmente conciliable pues la retirada a otras provincias distintas de la que estaba bajo su control implicara una marcha a la Ulterior y a la Galia, algo de lo que precisamente tenemos noticia gracias a Livio (ab obsidione Calagurris oppidi depulsos coegerit

53 SALL. Hist. 2. 93. En este punto hay que indicar que pese a que Salustio seala la marcha del ejrcito romano hacia los vascones frumenti gratia, para a continuacin relatar la falta de asistencia en forma de aprovisionamientos por parte de la ciudad de los Mutudurei, A. Schulten exclua la posibilidad de que esta ciudad perteneciera a los vascones apoyndose en el argumento de que la terminacin cltica de durum ensea que Mutudurum estaba en la Meseta cltica (A. SCHULTEN, FHA IV, 220). Sin embargo este argumento no es determinante para precisar la localizacin, o la adscripcin tnica de esta poblacin, ya que dentro del conjunto toponmico que de los vascones ofrecen las fuentes no faltan ciudades cuya etimologa presenta una filiacin indoeuropea o cltica. Un anlisis reciente sobre la toponimia vascona en: J. L. RAMREZ SDABA, Las ciudades vasconas segn las fuentes literarias y su evolucin en la tardoantigedad, en: Espacio y tiempo en la percepcin de la Antigedad Tarda [Antigedad y cristianismo 33], Murcia 2006, 185-199. Segn C. Jordn, no se puede reconstruir ni un etnnimo Mutuduri ni un topnimo Mutudurum. S Mutudureus/-eius o Mutudures o incluso Mutuduris (C. JORDN, Sobre la etimologa de Botorrita y su confirmacin en la onomstica presatina, en: F. VILLAR y F. BELTRN LLORIS (eds.), Pueblos, lenguas y escrituras en la Hispania prerromana (VII CLCP), Salamanca 1997, 471-480, esp. 476).54 SALL. Hist. 2. 96.55 F. PINA, Deportaciones como..., esp. 236-237. . A. JORDN, La expansin vascnica en poca republicana: reflexiones en torno a los lmites geogrficos de los Vascones, en: J. ANDREU (ed.), Navarra en, 81-110. Con anterioridad las dificultades que las fuentes plantean ante la posibilidad de que Pompeyo hubiera invernado entre los vascones ya haban sido expuestas por: P. FRASSINETI, I fatti di Spagna nel libro II delle Histori di Salustio, StudUrb 41, 1975, 381-398, esp. 387 y por CH. F. KONRAD, Plutarchs Sertorius. A historical commentary, Chapel Hill London 1994, 178.56 . A. JORDN LORENZO, La expansin..., esp. 100.57 SALL. Hist. 2. 94.58 PLUT. Pomp. 19. Traduccin de S. Bueno Morillo.

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diuersas regiones petere, Metellum ulteriorem Hispaniam, Pompeium Galliam59), obligando a situar el invierno de Pompeyo entre los vacceos y el de Metelo en la Galia el ao anterior, es decir el 76 a. E., para lo que contaramos con el doble apoyo de la Epistula Pompei, al sealar Pompeyo como Gallia superiore anno Metelli exercitum stipendio frumentoque aluit et nunc malis fructibus ipsa uix agitat60, ya que, por un lado, la referencia al ao anterior en relacin con Metelo y la Galia admite interpretarse en el sentido de que Metelo invern en la Narbonense y, por otro, la alusin a la situacin actual de la Galia, nunc, sealara la estancia de Pompeyo y el envo de la carta al Senado desde all.

Sin obviar las dificultades y complejidades que plantea la datacin exacta de los acontecimientos y siguiendo la cronologa propuesta por Ch. F. Konrad61 pueden apreciarse algunas correspondencias entre la sucesin de acontecimientos y los escenarios geogrficos en los que stos se desarrollan. As los inconvenientes sealados por P. Frassinetti62 en relacin con el desplazamiento de Pompeyo a tierras vasconas cuando las noticias previas al invierno lo sitan atacando Clunia quedaran resueltos si se admite fechar este asedio junto con el invierno que Pompeyo pas entre los citados vacceos en el ao 76 a. E. En consecuencia, prosiguiendo con esta argumentacin y dado que Livio relaciona la retirada de Pompeyo y Metelo a provincias distintas con una derrota en Calagurri cabra preguntarse por las relaciones que esta accin pueda guardar con la marcha de Pompeyo hacia el territorio de los vascones.

Desde el punto de vista de la sucesin de hechos y escenarios, la estancia del ejrcito de Pompeyo entre los vascones a fines del ao 75 a. E. a priori no sera conflictiva. Las fuentes presentan una importante campaa de Pompeyo y Metelo en Celtiberia, una derrota en Calagurri y una retirada a los cuarteles de invierno. De este modo la presencia de Pompeyo en territorio vascn admitira una vinculacin con el enfrentamiento en Calagurri. El fragmento de Salustio no permite conocer el lugar concreto al que se habran dirigido las fuerzas de Pompeyo, y aunque tradicionalmente se ha ubicado en torno a Pamplona, recientemente F. Pina sealaba la posibilidad de que dado que el motivo de la marcha era una recogida de alimentos quiz un territorio cercano al Ebro sera ms propicio para esta labor63, con lo que cabra suponer una localizacin prxima a Calagurri64, a costa de cuya ciudad tal vez se hubiera podido llevar a cabo el aprovisionamiento de trigo, reproducindose una situacin similar a la relatada por Salustio en relacin con los campos de los termestinos65. No obstante y en sintona con la lectura que relacionaba la marcha de Pompeyo al territorio de los vascones con los alrededores de Pamplona actualmente no podemos obviar que es precisamente en las cercanas de esta ciudad donde existen pruebas fehacientes de la presencia al menos del ejrcito de Sertorio y probablemente del de Pompeyo.

Estas pruebas no son otras que el hallazgo de una serie de glandes inscriptae con inscripcin alusiva a Sertorio en un paraje prximo a Pamplona66 y la existencia de un posible campamento

59 LIV. Per. 93. Tambin Cicern (CIC. Pro Font. 16): exercitus praeterea Cn. Pompei maximus atque ornatissimus hiemauit in Gallia M. Fonteio imperante.60 SALL. Hist. 2. 98.61 CH. F. KONRAD, Plutarchs Sertorius, 221-222.62 P. FRASSINETI, I fatti di Spagna, 38763 F. PINA, Deportaciones como..., 236, nota 140.64 En relacin con esta interpretacin Apiano se refiere a la batalla de Calagurri en un sentido ms amplio que el de la propia ciudad llevando a cabo [Sertorio] un ataque contra las tropas acampadas en las cercanas del territorio de Calagurris ( ) (APP. BCiu. 1. 112, traduccin de A. Sancho Royo).65 SALL. Hist. 2. 95.66 Los proyectiles recogen la inscripcin Q(uintus) Sertor(ius) / proco(n)s(ul) Pietas, y procederan de un lugar sin determinar con exactitud pero en el valle de Aranguren a menos de 10 km de Pamplona. F. BELTRN LLORIS, La pietas de Sertorio,

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y campo de batalla fechable en ese periodo67, lo que supone admitir la presencia de Sertorio o al menos de su ejrcito en el interior del territorio de los vascones y como parece razonable de Pompeyo, o de sus tropas. Pero lo ms significativo de la presencia de estos epgrafes en el corazn del territorio vascn es el hecho de que, como ha propuesto F. Beltrn Lloris68, la coyuntura en la que Sertorio debi de emplear un recurso propagandstico como el utilizado con estos proyectiles se atiene bien con la situacin descrita por la fuentes para finales del ao 75 a. E., tanto para Pompeyo como para Sertorio. Por un lado el hecho de que el de Nursia manifestara un claro inters por legitimar su posicin ante los soldados enemigos y empleara un medio tan peculiar cabe interpretarse en el sentido de que Sertorio no slo pretenda reforzar su posicin debilitando la del contrario y buscando en lo posible la defeccin de las tropas69, sino incluso la posibilidad de llegar a un acuerdo con Pompeyo70. Como indica F. Beltrn Lloris una estrategia de este tipo precisa de unas condiciones favorables para Sertorio al mismo tiempo que requiere que el enemigo, es decir Pompeyo, se encuentre en circunstancias difciles, lo que hace como momento ms propicio para la datacin de los glandes el periodo comprendido entre los aos 76 y 74 a. E. En este sentido tanto los textos que se refieren a la situacin de Pompeyo a finales del ao 75 en el que segn Plutarco el saqueo y corte de suministros infringido por Sertorio haba obligado a Pompeyo a buscar refugio en otra regin como el fragmento de Salustio en el que se alude a la retirada del ejrcito de Pompeyo hacia el territorio de los vascones para aprovisionarse de trigo, as como el asalto de convoyes y una difcil situacin de hambre, ofrecen en principio las condiciones oportunas para el empleo de este recurso propagandstico. Todo ello sin obviar las dificultades que para confirmar esta propuesta supone nuestro estado actual de conocimientos

Extraer conclusiones acerca de la participacin de los vascones en este episodio sobre una base tan inestable como la que nos deja toda esta serie de hiptesis se revela como una tarea extremadamente complicada. El fragmento de Salustio presenta muchos problemas sin que exista un acuerdo sobre la lectura del mismo considerndose corruptas algunas partes. Restringiendo el anlisis nicamente a la marcha de Pompeyo al territorio de los vascones para aprovisionarse de trigo, poco puede decirse pues, como seala . A. Jordn, no se indica en qu circunstancias se llev a cabo dicha labor ni si hubo una participacin activa de los vascones en el mismo y en cualquier caso parece poco probable que se hubiera llevado con xito, no slo por el hostigamiento con el que, segn Plutarco, Sertorio habra impedido el aprovisionamiento sino que, segn la carta enviada por Pompeyo al senado, la Hispania Citerior haba sido saqueada hasta la saciedad tanto por l como por Sertorio71. En una segunda interpretacin que recoja como acontecido entre los vascones la parte relativa a la estancia del ejrcito de Pompeyo en castra statiua, frente a los enemigos y a la falta de asistencia por parte de una ciudad prxima, la de los Mutudurei, las conclusiones no son muy distintas. La poblacin del entorno parece optar por inhibirse y no participar ni en uno ni en otro sentido pues

Gerin 8, 1990, 211-226. En el entorno geogrfico ms prximo se haban producido hallazgos similares con anterioridad en Usn (Huesca). A. DOMNGUEZ, M A. MAGALLN y P. CASADO, Carta arqueolgica de Espaa. Huesca, Zaragoza 1983, 160. A este material hay que sumar el reciente hallazgo de una serie de glandes inscriptae con inscripcin alusiva a Sertorio en las proximidades de Fitero (M. MEDRANO y MA. DAZ, El patrimonio arqueolgico de Fitero (Navarra), Salduie 3, 2003, 395-405, esp. 397-398), todos valorados en B. DAZ, Glandes inscript de la Pennsula Ibrica, ZPE 153, 2005, 219-236.67 J. ARMENDRIZ, Propuesta de identificacin del campamento de invierno de Pompeyo en territorio vascn, TAN 18, 2005, 41-64.68 F. BELTRN LLORIS, La pietas, 224-225.69 SALL. Hist. 3. 47, se refiere a la defeccin de los aliados y a la difcil situacin de Pompeyo y Metelo: en Hispania los generales reclaman pagas, soldados, armas, trigo, y a ello los obliga la situacin, puesto que con la defeccin de los aliados y la huida de Sertorio por los montes ni pueden trabar combate ni hacerse con lo necesario.70 PLUT. Sert. 22, alude a la existencia de negociaciones por parte de Sertorio, bien con Pompeyo o con Metelo, con el objetivo de obtener el privilegio de regresar a Roma.71 SALL. Hist. 2. 98.

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no slo es Pompeyo quien pasa por dificultades sino que Salustio seala la misma situacin para Sertorio, fames bos fatigauit. Actitud en cualquier caso coincidente con lo relatado en otros fragmentos datados en torno a la marcha de Pompeyo hacia el territorio vascn, pues son varias las ciudades que dudan entre Sertorio y Pompeyo dado lo incierto de la paz72. En cualquier caso el argumento que vea en la suposicin de que Pompeyo hubiera levantado su campamento de invierno en el territorio de los vascones como una muestra de la lealtad de este pueblo al bando prosenatorial es difcilmente aceptable una vez analizadas las fuentes73.

4. POMPELON Y LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA SERTORIANA

Una de las ms sealadas consecuencias que habra tenido para los vascones la guerra sertoriana sera la fundacin por parte de Pompeyo de la ciudad de Pompelon. Como es conocido la relacin establecida entre esta ciudad y Pompeyo Magno se debe a la aclaracin que hace Estrabn a propsito de este topnimo hacindolo derivar del nombre de Pompeyo, 74. A la conocida hiptesis de A. Schulten, unnimemente aceptada, se han sumado en los ltimos aos nuevas lecturas que han supuesto un verdadero replanteamiento de la cuestin. stas corresponden a J. Armendriz y a F. Pina que si bien son coincidentes en descartar un origen castrense para la ciudad de Pamplona difieren sustancialmente en las causas y motivaciones de la fundacin, o refundacin, de la ciudad de los Pompelonenses. Comenzando por la propuesta de F. Pina, por ser la que ms implicaciones supone dentro del contexto de la guerra sertoriana, hay que sealar por oportuna la puesta en relacin de la posible implicacin de Pompeyo en la Pompeyopolis vascona dentro del contexto de fundaciones pompeyanas. As el referente ms cercano tanto geogrfica como cronolgicamente lo constituira la intervencin de Pompeyo Magno en la ciudad aquitana de Lugdunum en la que, una vez concluida la guerra sertoriana, se habra procedido al asentamiento de deportados hispanos, celtberos, arvacos y vetones si seguimos el testimonio de Jernimo75, circunstancia que, como la propia fuente seala, resulta similar a la existente en Cilicia,

72 SALL. Hist. 2. 92 y 93.73 Paradjicamente esta interpretacin tampoco ofreca un argumento slido en el sentido de que Pompeyo contara con los vascones como aliados, pues Salustio en la carta de Pompeyo al senado refiere como ste haba padecido un invierno inter saeuissumos hostis, alusin que, una vez admitida la correccin a Plutarco, sealara a los vascones como enemigos de Pompeyo. Ms problemtica resulta si cabe, la posibilidad de que Pompeyo hubiera pasado con anterioridad al ao 75 un segundo invierno entre los vascones: L. AMELA, Las clientelas..., 170; y J. M. ROLDN y F. WULFF, Historia de Espaa III. Citerior y Ulterior. Las provincias romanas de Hispania en la era republicana, Madrid 2001, 239 y 249. Si bien es cierto que Apiano seala la estancia invernal de Pompeyo y Metelo en los Pirineos (APP. BCiu. 1.110), en funcin de la informacin disponible parece ms razonable ubicar este campamento en el Pirineo Oriental, pues es all donde constan acciones de Pompeyo tras su llegada a Hispania: Recepi Galliam, Pyrenaeum, Lacetaniam, Indigetis... (SALL. Hist. 2. 98. 5).74 STR. 3. 4. 10. A partir de esta referencia existe en la historiografa una tendencia bastante generalizada que atribuye a Pompelon el hecho de ser la capital o poblacin ms importante de los vascones, probablemente siguiendo la traduccin de A. Garca y Bellido: la nacin de los ouskones, que tiene por ciudad principal a Pomplon, como quien dice la ciudad de Pompios (A. GARCA Y BELLIDO, Espaa y los espaoles hace dos mil aos segn la Geografa de Estrabn, Madrid 1945, 147). Sin embargo el modo en el que Estrabn se refiere a Pompelon es simplemente como ciudad, , pero no como capital o metrpolis () o como la ms conocida (), la ms renombrada () o la ms poderosa (), por otra parte una terica capitalidad para esta ciudad no encuentra ningn apoyo fuera de esta interpretacin, Plinio la incluye entre las ciudades estipendiarias por debajo de la superior condicin de otras ciudades vasconas principalmente del Ebro entre las que los calagurritanos ocupan la posicin ms elevada. Como seala F. Beltrn Lloris, Estrabn enfatiza aquellos aspectos que ponen de relieve la romanidad de la regin del valle medio del Ebro mediante la mencin de colonias y municipios romanos o referencias a las guerras civiles: F. BELTRN LLORIS, El valle medio del Ebro durante el perodo republicano: de limes a conuentus, en: G. CRUZ; P. LE ROUX; y P. MORET (eds.), La invencin, 217-240, esp. 222. En ese sentido, la referencia de Estrabn a la ciudad de Pompeyo no corresponde tanto a la relevancia que esta poblacin pudiera tener en el territorio de los vascones como a un inters por remarcar los efectos de la romanizacin en la regin. 75 IERON. Adu. Vig. 4 (edicin de Migne, Patr. Lat. 11.389-390). Nimirum respondet generi suo, ut qui de latronum et Conuenarum natus est semine Cn. Pompeius edomita Hispania, et ad triumphum redire festinans, de Pyrenaei iugis

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concretamente en la antigua Solos: En esta ciudad, que estaba muy poco poblada, estableci Pompeyo Magno a los piratas que consider especialmente dignos de salvar y de proporcionar alguna atencin de entre los que sobrevivieron, y cambi el nombre de la ciudad por el de Pompeypolis76. De este modo partiendo de las analogas existentes entre los diferentes casos cabra suponer razonablemente que en el caso de Pompelon Pompeyo hubiera procedido de manera similar, asentando en el ncleo preexistente un conjunto de poblacin procedente de territorios que se hubieran caracterizado por su vinculacin con Sertorio. Todo lo cual hubiera supuesto, ms que una fundacin propiamente dicha, una repoblacin que se fechara no en el invierno del 75 al 74 a. E. como tradicionalmente se vena asumiendo, sino una vez terminada la guerra en torno al 72 71 a. E., momento en el que Pompeyo habra procedido a la organizacin del territorio pacificado.

Desgraciadamente en el estado actual de nuestros conocimientos toda hiptesis relacionada con el origen de la antigua Pamplona parte de la dificultad de contar con una nica y lacnica base como es la relacin establecida por Estrabn entre y , a diferencia del resto de referencias relativas a las diferentes ciudades fundadas por Pompeyo, que cuentan con el apoyo de diferentes fuentes tanto en lo que concierne al fundador como a las causas y circunstancias que propiciaron la fundacin o repoblacin77.

Junto a la posibilidad de que Pompelon hubiera sido objeto de una repoblacin por parte de Pompeyo con deportados sertorianos, hay que sealar tambin la hiptesis desarrollada por J. Armendriz en torno a los orgenes de la Pamplona romana. Aunque por descartar la intervencin directa de Pompeyo en la fundacin de la ciudad78, entendiendo su origen como un proceso de

deposuit, et in unum oppidum congregauit: unde et Convenarum urbs nomen accepit hucusque latrocinetur contra Ecclesiam Dei, et de Vectonibus, Arrebacis, Celtiberisque descendens... Fecit hoc idem Pompeius, etiam in Orientis partibus; ut Cilicibus et Isauris piratis latronibusque superatis: sui nominis inter Ciliciam et Isauriam conderet civitatem. F. Pina siguiendo este texto propone el mismo origen para los deportados asentados en Pompelon donde cohabitaran con los preexistentes vascones, al igual que ocurrira en el caso cilicio (F. PINA, Deportaciones como..., 237, y F. PINA, Calagurris contra Roma: de Acidino a Sertorio, Kalakorikos 11, 2006, 117-129, esp. 127). Al margen de la dificultad que supone la falta de referencias sobre esta cuestin para el caso vascn, y habida cuenta de que como seala el propio autor una de las caractersticas propias de los casos de deportacin conocidos es la ubicacin de los lugares de asentamiento a notable distancia de sus territorios de origen, tal vez sera ms prudente pensar en pueblos ms alejados que los cercanos e incluso limtrofes de arvacos y celtberos. Pese a lo problemtica que resulta no quisiramos obviar la versin que Isidoro de Sevilla ofrece del asentamiento de deportados al norte de los Pirineos: Hi Pyrenaei iugis peramplam montis habitant solitudinem. Idem et Vascones, quasi Vaccones, C in S litteram demutata. Quos Gnaeus Pompeius edomita Hispania et ad triumphum uenire festinans de Pyreni iugis deposuit et in unum oppidum congregauit. Vnde et Conuenarum urbs nomen accepit (ISID. Etymol. 9. 2. 107). Las evidentes correspondencias que este texto mantiene con el de Jernimo y la conflictiva relacin establecida entre vascones y vacceos as como lo tardo de la fuente, dificultan seriamente la toma en consideracin de esta referencia. Sin embargo no deja de plantear una serie de dudas antes de desecharla por completo. Entre ellas se encuentra la asociacin establecida entre vascones y vacceos habitual en la poca de redaccin de esta fuente. Sin embargo no slo no hay una alusin a los vacceos por parte de Jernimo que diera pie a una interpretacin en este sentido, sino que Isidoro se refiere a un descenso forzoso de los Pirineos sin que pueda determinarse si todo se debe a una caprichosa interpretacin, a una confusin entre diferentes acontecimientos o si realmente est transmitiendo una informacin fiable.76 STR. 14. 3. 5. Anteriormente, en 14. 3. 3, apunta tambin esta misma idea en relacin con el asentamiento de piratas. En la misma lnea APP. Mit. 115: ... Cilicia, pas en el que precisamente haba asentado a la mayor parte de los piratas y cuya antigua ciudad de Solos ahora se llama Pompeypolis, y PLUT. Pomp. 28: Pompeyo reanim Solos, recientemente despoblada por Tigranes, rey de Armenia, y estableci en ella muchos piratas.77 Hay que sealar tambin que no en todos los casos en los que una ciudad fue fundada o renombrada con el nombre de Pompeyo se indica la circunstancia de haber sido lugar de destino de deportados, tal sera el caso de la Pompeypolis paflagonia (STR. 12. 3. 40-41), o de miso, tambin llamada Pompeypolis (PLIN. Nat. 6. 7: Amiso iunctum fuit oppidum Eupatoria, a Mithridate conditum; uicto eo utrumque Pompeiopolis appellatum est).78 Entre las propuestas discrepantes con una fundacin por parte de Pompeyo Magno: A. DREIZEHNTER, Pompeius als stdtegrnder, Chiron 5, 1975, 213-246, esp. 234 y A. M. CANTO, La tierra del toro. Ensayo de identificacin de ciudades vasconas, AEspA 70, 1997, 31-70, esp. 65.

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sinecismo en el que diferentes ncleos de poblacin se habran concentrado en torno a este nuevo o refundado asentamiento, la hiptesis de J. Armendriz quedara fuera de lo que pueden considerarse como consecuencias del conflicto sertoriano, no obstante esta propuesta plantea cuestiones de inters en este anlisis. En contraste con la tesis tradicionalmente aceptada, J. Armendriz recalca la ausencia de restos que certifiquen un origen castrense para la antigua Pamplona79, lo que coincide con la falta de referencias directas en las fuentes a la estancia invernal de Pompeyo en territorio vascn, si bien considera que este campamento de invierno podra localizarse no en Pamplona sino en un lugar prximo80. En cualquier caso y dentro de esta hiptesis lo que probablemente pueda deparar datos de mayor inters para comprender lo que supuso la fundacin de la ciudad de Pompelon corresponda a las conclusiones que puedan derivarse de las campaas arqueolgicas llevadas a cabo no slo en la propia ciudad de Pamplona sino en el entorno inmediato de la misma y especialmente en aquellos oppida que jerarquizaron estructuraron la ordenacin territorial del poblamiento en la Cuenca de Pamplona entre los siglos III y I a. C., y las consecuencias que para los mismos pudo tener la guerra sertoriana, mxime si tenemos en cuenta la existencia de claros indicios que involucran al menos a uno de estos asentamientos en este conflicto81.

Tras haber sido escenario y parte implicada en la guerra sertoriana y como consecuencia de unas hipotticas relaciones intensas entre los vascones y Pompeyo cabra esperar una implicacin no menos importante en la guerra civil que enfrent a Pompeyo con Csar. Sin embargo las fuentes no nos ofrecen sino una completa ausencia de referencias directas a los vascones en la guerra entre Csar y Pompeyo a pesar del importante volumen documental conservado82 y de ofrecernos un catlogo relativamente amplio de pueblos83. No obstante si bien es cierto que no constan alusiones a la etnia de los vascones en las fuentes relativas a esta guerra civil s disponemos de una referencia de Csar a dos comunidades vasconas: Iterum Oscenses et Calagurritani, qui erant cum Oscensibus contributi, mittunt ad eum legatos, seseque imperata facturos pollicentur. Hos Tarraconenses et Iacetani et Ausetani et paucis post diebus Illurgauonenses, qui flumen Hiberum attingunt, insequuntur84.

J. Andreu y . A. Jordn85 han sealado recientemente a propsito de este texto la particularidad de que pese a que los manuscritos no presentan variacin alguna, A. Schulten omiti

79 J. ARMENDRIZ, Propuesta de identificacin..., 51-52. En el mismo sentido . MORILLO, Los establecimientos militares temporales: conquista y defensa del territorio en la Hispania republicana, en: . MORILLO, F. CADIOU, y D. HOURCADE (coord.), Defensa y territorio en Hispania de los Escipiones a Augusto, Madrid-Len 2003, 41-80, esp. 65.80 J. ARMENDRIZ, Propuesta de identificacin..., en el alto o monte de Santa Cruz en jurisdiccin concejil y municipal de Aranguren. Hay que sealar tambin que J. Armendriz no descarta la posibilidad de que este campamento fuera llevado a cabo por la milicia de Sertorio.81 J. Armendriz seala la posible destruccin durante la guerra sertoriana del importante oppidum de el Castillo de Irulegi (J. ARMENDRIZ, Propuesta de identificacin..., 50). Una situacin similar a la de Pamplona pudo haberse dado en la ciudad vascona de Curnonium, en cuyo entorno se detecta tambin la destruccin de importantes ncleos de poblacin (J. ARMENDRIZ, Bases arqueolgicas para la localizacin de la ciudad vascona de Curnonium en Los Arcos (Navarra), TAN 19, 2006, pp. 85-108). Si bien en el caso de Curnonium este proceso parece haberse producido previamente a la guerra sertoriana, en torno al siglo II a. C. Agradecemos al autor de dichos trabajos las indicaciones efectuadas sobre esta cuestin. Sobre el proceso de sinecismo en relacin con Pompelon as como con otros ncleos de poblacin del territorio vascn puede verse el trabajo de J. ANDREU, Algunas consideraciones sobre las ciudades romanas del territorio vascn y su proceso de monumentalizacin, ETF(2) 17-18, 2004-2005, 260-299.82 Es significativo que no slo no existan referencias a los vascones en las obras de carcter histrico que tratan esta guerra civil en algunos casos por testigos tan acreditados como el propio Csar sino que Estrabn, a diferencia de lo que hace con ilergetes y lacetanos, pueblos que comparten regin con los vascones, no relaciona a estos con episodios de la guerra entre Pompeyo y Csar.83 CAES. BCiu. 1. 38-39 y LUC. Phar. 4. 8-10.84 CAES. BCiu. 1. 60.85 J. ANDREU y . A. JORDN, Nuevas reflexiones..., 240.

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la preposicin cum en su edicin de las Fontes Hispaniae Antiquae de tal manera que, dando como resultado la lectura Calagurritani, qui erant Oscensibus contributi, esta referencia sealaba una condicin de contributi por parte de los calagurritanos con respecto a los oscenses que ha derivado en una identificacin no con Calagurris Nassica sino con otra ciudad homnima referida por Plinio86. Sin embargo dada la unanimidad de los manuscritos no existen razones para la correccin del texto por lo que el envo de embajadas a Csar tanto por parte de los iacetanos87 como de los calagurritanos admiten ser entendidas como alusiones a dos ciudades