Los objetos meta-artísticos

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Universidad de las Artes Maestría en Arte Contemporáneo Mtro. Benjamín Valdivia Diciembre 14, 2009 DULCE MARIA RIVAS GODOY LOS OBJETOS META-ARTÍSTICOS Cuando no son suficientes las palabras “Si sigues pensando en lo que viste una semana después, es arte. Si sales y lo olvidas…no lo es.” DAMIEN HIRST Teorizar sobre arte contemporáneo en la época contemporánea, no es fácil porque es pensar acerca de un fenómeno desde dentro de él. Reflexionar sobre lo que ha ocurrido en el pasado es observar desde nuestra perspectiva actual, algo que ha quedado estático; es voltear hacia atrás. Pensar lo actual, a la velocidad de lo actual, sobre todo cuando el mismo hecho de observar incide y modifica dicha actualidad, se vuelve algo parecido a una nave supersónica en el momento en que su velocidad crucero es la misma que la del sonido que produce. 1

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“Si sigues pensando en lo que viste una semana después, es arte. Si sales y lo olvidas…no lo es.” DAMIEN HIRST

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Universidad de las Artes

Maestría en Arte Contemporáneo

Mtro. Benjamín Valdivia

Diciembre 14, 2009

DULCE MARIA RIVAS GODOY

LOS OBJETOS META-ARTÍSTICOSCuando no son suficientes las palabras

“Si sigues pensando en lo que viste una semana

después, es arte. Si sales y lo olvidas…no lo es.”

DAMIEN HIRST

Teorizar sobre arte contemporáneo en la época contemporánea, no es fácil porque es

pensar acerca de un fenómeno desde dentro de él. Reflexionar sobre lo que ha ocurrido en

el pasado es observar desde nuestra perspectiva actual, algo que ha quedado estático; es

voltear hacia atrás. Pensar lo actual, a la velocidad de lo actual, sobre todo cuando el

mismo hecho de observar incide y modifica dicha actualidad, se vuelve algo parecido a una

nave supersónica en el momento en que su velocidad crucero es la misma que la del sonido

que produce.

Lo que no podemos hacer es pretender que estamos firmes y fijos en un lugar y

tiempo determinados, mientras observamos al mundo expandirse a nuestro alrededor. Por

el contrario, para estudiar lo actual, es necesario intentar desplazarse a la misma velocidad

y con la misma aceleración que los fenómenos; de otra manera, se van; se escapan y por

habernos quedado quietos, pasmados, nos vemos obligados a inventar palabras o prefijos

que describan esa condición que adquieren los eventos de estar, o de suceder “más allá”.

Con respecto al arte, como siempre, lo que se percibe es un deseo frenético de

certidumbre; la urgencia de emitir una declaración final y absoluta acerca de lo que es arte

o de lo que no lo es y entre más se intenta, más se falla. Jorge Luis Borges dijo una vez:

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“No sabemos lo que es ni lo que debería ser el arte, pero no es eso lo que necesitamos

averiguar. Lo que buscamos, es entender la razón por la que el arte existe.”

Con frecuencia nos quejamos de que en la actualidad hay muchas cosas que se

exhiben como arte y no lo son; esto no es característica exclusiva de la época actual. En el

pasado ocurrió exactamente lo mismo: ¿cuántas cosas se habrán hecho pretendiendo ser

algo y no lo fueron?

“Si todo es arte, entonces nada es arte” es otro argumento utilizado para

descalificarlo, pero no es que todas las cosas sean arte; es que cualquier cosa “podría ser

arte”, si se le piensa como tal. Para que una cosa que el creador ha pensado como arte sea

susceptible de ser pensada como arte por otros, será necesario mostrarla. Hecho esto, lo

que sigue es el compromiso de decidir, (sin criterios fiables) si lo que se tiene enfrente es

arte. Transitado ese trayecto, la importancia del veredicto pasa de inmediato a un segundo

término; es decir, ya no tiene caso detenerse a discernir si es arte o no y buscar

justificaciones, puesto que el fenómeno ocurrido es lo importante, lo que se está suscitando,

lo que gira en torno a la idea misma de arte, la aproximación que se hace a la manera en

que un objeto ha hecho su entrada al mundo, desde su concepción. Surge entonces la

polémica; se empieza a pensar el arte y curiosamente, entre más grande la discusión, más se

refuerza el concepto. Luego vendrá o no el consenso.

Se entiendan o no, las artes contemporáneas convocan muchedumbres; eso dicen las cifras de asistencia a los salones y museos, donde las formas no tradicionales de arte ya son la regla y no la excepción. En la aceptación del público compiten por igual los grandes maestros de la historia del arte con las exposiciones de arte contemporáneo: la XII Documenta de Kassel fue visitada por 754,301 personas1, a la Bienal de Venecia del año 2007 asistieron más de 250 mil y a la No. 53, que acaba de terminar, asistieron 375,000 personas2; 125,000 más que a la anterior. Las grandes movilizaciones, a la manera de procesiones laicas, hacia los museos y salas de exposición no son un dato unívoco. Para algunos es señal de que existe un fuerte consenso

1 http://www.documenta12.de/start123.html?&L=1, consultado 14 diciembre 2008.2 http://www.labiennale.org/en/art/, consultado en diciembre 5, 2009.

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respecto a lo que llamamos arte hoy. Aquello que en círculos más conservadores puede parecer incomprensible, el público lo recibe con curiosidad. Es más: es evidente que el espectador, aún el no iniciado, tiene una educación sensorial heredada de la cultura en la que habita. Todavía hoy —cuando ya han sido digeridas por el público, la crítica y el mercado las experiencias de las vanguardias, del pop y el op art, las artes performativas, el concept art y muchas, muchas decretadas muertes del arte—, hay quienes señalan que los espectadores no entienden las propuestas de un arte que los deja perplejos, desconcertados.

En una entrevista para el diario británico The Guardian, el artista Steve McQueen dijo: “La gente del mundo del arte ama u odia la Biennale, o se quejan de ella, pero aún odiándola, siempre vienen. Hay algo de magnetismo en esta cosa extraña y obsoleta.”3

Una brecha que no es talEl término “meta-artístico” (más allá de lo artístico), sugiere una distancia; una

separación entre lo artístico y lo que está más allá. Una brecha entre nosotros (que los

nombramos) y esos objetos que ya se nos fueron , que se alejaron del alcance de nuestro

concepto tradicional de arte. Sin embargo, al observar las piezas que actualmente se

exhiben como arte, comprobamos que esos objetos ahora llamados meta-artísticos, están

cada vez más cercanos a la vida, y confrontan directamente la realidad. Al dejarlos ir,

ubicándolos en el terreno de lo meta-artístico lo que hacemos es abstraernos psicóticamente

de la realidad.

El entendimiento actual, frecuentemente llamado post-moderno de que nuestro lenguaje es demasiado impreciso, y nuestros sentidos limitados y engañosos, ha sido causado por el fracaso de los físicos y los filósofos (a lo largo de muchos siglos) para descubrir y describir correctamente la Realidad.

No estamos seguros, pero suponemos que existe. La realidad para algunos, es

3 McQueen, Steve, The Guardian, entrevista de Charlotte Higgins, junio 4, 2009.

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cuestión de acuerdos. Según Wittgenstein y su Tractatus Logico-Philosophicus, “la

existencia y no existencia del estado de cosas, es la realidad”4. El concepto de realidad parece moverse en un ámbito de límites no definidos, lo cual lo vuelve inestable, evasivo, inaprensible, como el arte. Podríamos asumir que no hay realidad que exista independiente de nuestra propia consciencia como observadores; sin embargo no hay evidencia clara de que la consciencia humana tenga un papel especial más allá de la configuración de instrumentos para medir los resultados.

La realidad es algo que en algún momento, con mayor o menor frecuencia y por nuestra propia naturaleza humana, pensamos que podríamos y por lo tanto, desearíamos cambiar, modificar, intervenir, o tal vez ¿penetrar?, ¿descubrir?, ¿revelar?

Una de las maneras que a través de los siglos ha utilizado el hombre para intervenir la realidad, es el arte y actualmente, la línea entre

el arte y la vida es cada vez más tenue y lo real y lo virtual, son casi la misma cosa.

Shift

Góngora, desengañado de la historia, cambia la poesía

porque no puede cambiar la vida.

OCTAVIO PAZ

Shift es una palabra en inglés que describe con precisión lo que en español

tendríamos que explicar como “movimiento o cambio de un lugar a otro pero en pequeña

distancia, desplazamiento dentro de un determinado espectro, ligero cambio de posición;

cambio en el énfasis, en la dirección o el enfoque; desfasamiento”. En el momento actual,

estamos experimentando un shift de la realidad, un ligero desplazamiento: el estado de

cosas a que se refiere Wittgenstein, es otro. Pero debemos entender que nosotros y todo lo

que hagamos, incluyendo el arte, vamos junto con ella. El arte y por lo tanto el objeto

artístico no se ha ido, sigue “siendo” , de la misma manera que una pieza de música que se

4 Wittgenstein, Ludwig, Tractatus logico-philosophicus, p.117 (2.06)

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transporta medio tono más arriba, sigue siendo música. Ese medio tono es un shift, que la

coloca, toda completa, en otro campo del espectro. Por el devenir del tiempo, la vida, el

hombre, el arte, se encuentran ya en otro reino.

A veces parece que faltan las palabras. Podemos encontrarlas en otros idiomas,

como shift; o combinarlas y hacer nuevas, como meta-arte, pero si vamos a referimos a un

objeto “meta-artístico”, tendríamos que hacerlo asumiéndonos como miembros de una

meta-civilización meta-humana de un meta-mundo en un meta-universo en expansión cada

vez más acelerada. ¿No sería más fácil seguir usando las mismas palabras y sólo aceptar

que el mundo como se conocía ya se acabó y que la realidad se ha deslizado empujando los

límites? ¿Los ha empujado hasta dónde? El arte se encargará de investigarlo, de

alcanzarlos y de provocar que se sigan diluyendo. “En realidad”, el arte es un juego

inteligente y divertido.

La fugacidad no es el olvido

La palabra “arte” es como un verbo: como correr, navegar, mirar, respirar,

comer. La palabra “hacer” se define por la acción.  En esa acción se

descubren las posibilidades del arte.  No en el objeto fijo, acabado,

resultado; sino en lo que sucedió infinitamente antes.  Ese objeto final

debe ser la calma del gesto contenido, de los gestos anteriores que

llevaron a su realización.

GABRIEL OROZCO

Los objetos artístico nos atraen porque nos conectan con la mente de quien los hizo;

Su existencia y su “puesta ahí”, por muy fugaz que sea, provoca lo que llamamos arte. Tal

vez es por eso que en el contexto del arte actual es tan importante evidenciar el proceso,

privilegiándolo aún mas que el resultado. El uso por parte de los artistas, de gran variedad

de recursos a veces ilógicos, simples o inusitados, es justamente para inducir la conexión;

hacer que se produzca la reacción, que se active el proceso de sinapsis en las neuronas del

cerebro del espectador. Si no llega a lograrlo, si no despierta interés, si no nos lleva más

allá, si no detona la respuesta, más que llamarlo meta-artístico, a ese objeto solamente

deberíamos ignorarlo. Pero mucho del arte que se produce actualmente “[…] es un arte

banal: un arte inconfundiblemente cotidiano, ni kitsch ni arte elevado, es un arte

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“intermedio” que confiere glamour a la realidad mientras finge analizarla.”5 Un objeto

artístico no se puede absorber del todo y sin importar si es fugaz, perdurable u olvidable, el

hombre seguirá haciendo arte, que no es mas que la transformación de un equilibrio dado

en otro; y lo más importante de todo: porque tiene la indiscutible y poderosa cualidad de

hacernos soportable la vida.

FUENTES DE CONSULTA

1. http://www.documenta12.de/start123.html?&L=1, consultado 14 diciembre 2008.

2. http://www.labiennale.org/en/art/, consultado en diciembre 5, 2009.

3. McQueen, Steve, The Guardian, entrevista de Charlotte Higgins, junio 4, 2009.

4. Valdivia, Benjamín, Los objetos meta-artísticos y otros ensayos sobre la sensibilidad

contemporánea, Universidad Autónoma de Zacatecas, Guanajuato, 2007.

5. Wittgenstein, Ludwig, Tractatus logico-philosophicus, p.117 (2.06)

5 Kuspit, Donald, poeta y crítico de arte norteamericano, Profesor Distinguido de historia del arte y filosofía en State University of New York at Stony Brook y profesor de historia del arte en School of Visual Arts. Ph.D. University of Michigan, Phil. D. University of Frankfurt. Recibió el premio Frank Jewett Mather por Distinción en Crítica de Arte en 1983, dado por el College Art Association.

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