LOS HUMEDALES DE LA REGIÓN DE MURCIA: CLAVES PARA …

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LOS HUMEDALES DE LA REGIÓN DE MURCIA:CLAVES PARA SU INTERPRETACIÓN

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Dirección técnica y coordinación de la edición:Ramón Ballester Sabater

Dirección y coordinación científicaMª del Rosario Vidal-Abarca GutiérrezMiguel Ángel Esteve SelmaMaría Luisa Suárez Alonso

InvestigadoresFrancisco Robledano AymerichRosa Gómez Cerezo

ColaboradoresJosé M.ª Caballero Fernández-RufeteEster Cerezo ValverdeM.ª Ángeles Climent ValienteVicente Hernández GilMarcelo Martínez PalaoM.ª Teresa Pardo SáezAna Isabel Fernández MartínezIsabel Hurtado MelgarEduardo Martín de Valmaseda

EDICIÓN MULTIMEDIA

Instituto de Ciencias Sociales y Ambientales (ICSAMariano Soriano Urbán

ISBN

84-688-2566-2

D.L.

MU-1.445-2003

Impresión

Novograf, S.A.

Preimpresión

S.G. Formato, S.A.

Claves para su interpretación

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Los espacios naturales ligados al agua,aquellos que denominados como “humeda-les”, en territorios como Murcia donde esterecurso es escaso, adquieren un especial in-terés ecológico y valor paisajístico.

Ante la importancia de estos enclaves hú-medos, la Consejería de Agricultura, Agua yMedio Ambiente tuvo la iniciativa de firmarun convenio con la Fundación Universidad-Empresa de la Región de Murcia para la rea-lización de diversos trabajos de investiga-ción sobre “El conocimiento y conservación

de humedales de zonas áridas”, los cualesfueron financiados a través de los fondos FE-DER, en concreto gracias a la Iniciativa Co-munitaria Interreg II-C.

Fruto de dicho Convenio ha sido la reali-zación del trabajo denominado “Los humeda-les de la Región de Murcia: claves para suinterpretación”, el cual se da a conocer através de esta publicación en el ánimo deque contribuya a un mejor conocimiento porparte de todos de estos valiosos ecosiste-mas.

Presentación

Carlos Brugarolas Molina

Director General del Medio Natural

Presentación

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AGRADECIMIENTOSJosé Francisco Calvo SendínJosé Miguel Gutiérrez OrtegaGonzalo González BarberáRubén Vives López

Consejo Regulador de la D.O. “Calasparra”Pedro Antonio Martínez Robles

Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales(INTA)

José Luis Pérez SalinasTRAGSA

María Riaza LujánDirección General de Conservaciónde la Naturaleza (Ministerio de Medio Ambiente)

Magdalena Bernués de CastroJosé Luis González

Departament de Medi Ambient (Generalitat de Catalunya)

Lluís BalaguerInstituto Universitario del Agua y del Medio Ambiente (INUAMA)Jumsal, S.A. (Salinas de la Rosa, Jumilla)

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1.1. LOS HUMEDALES COMO SISTEMAS ECOLÓGICOS Y CULTURALES

No es fácil encontrar una definición de hume-dal, entre otras razones porque si hay algún eco-sistema fronterizo entre los estrictamente terres-tres y los acuáticos son los humedales. Pruebade ello es la cantidad de definiciones y sobre to-do puntualizaciones y añadidos que, a modo ex-plicativo, incluyen distintos autores o adoptan di-ferentes documentos y planes de conservación,para ajustar la definición a este tipo de ecosiste-ma fronterizo y extraordinariamente dinámico.

Actualmente estamos asistiendo a una prolife-ración extraordinaria de políticas y acciones desdemuy distintos colectivos, encaminadas a la protec-ción a ultranza de los humedales, entre otras razo-nes porque su “mala prensa” hasta no hace mu-chas décadas ha contribuido a su degradación ge-neral, en el mejor de los casos, o a su desapari-ción completa en prácticamente todo el mundo.Evidentemente, las acciones y programas que in-tentan frenar este retroceso en el número y cali-dad de los humedales pasa, en primer lugar, pordefinir de la forma más precisa posible lo que esun humedal, tarea nada fácil, aunque necesaria.

Para nuestro estudio se ha adoptado la defi-nición que, en 1988, acuñó el profesor González-Bernáldez y que más tarde desarrollaron y aplica-ron el equipo de investigación de ecología acuáti-ca del Departamento de Ecología de la Universi-dad Autónoma de Madrid (p. ej. CASADO y MON-TES, 1995) y que se adoptó en el Inventario Na-cional de Humedales de la Dirección General deObras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públi-cas y Transportes (DGOH, 1991).

Para ellos, un humedal es cualquier anomalíahídrica positiva en el paisaje, de origen natural o

artificial, que no es ni un río ni un lago, y que secaracteriza por presentar comunidades biológi-cas o usos característicos que la diferencian delentorno.

Sobre esta definición hay que hacer variasconsideraciones. En primer lugar, el carácter deanomalía hídrica expresa la posibilidad de que elagua no sea visible en el humedal. En efecto,únicamente la cercanía del nivel freático a la su-perficie del suelo puede condicionar tanto losprocesos físicos y químicos como el tipo de sue-los o las comunidades biológicas que en él sedesarrollen e incluso los posibles usos que deestos humedales se pueden hacer: son los crip-tohumedales, que adquieren una gran importan-cia en zonas semiáridas como la Región de Mur-cia (VIDAL-ABARCA et al., 2000).

El posible origen natural o artificial de los hu-medales permite además incorporar una parteimportante del patrimonio cultural de sistemas li-gados a la dinámica hídrica (VIÑALS y ORS,1999), muchas veces consecuencia de la inter-vención humana, como es el caso de las salinastanto costeras como de interior o de los arroza-les en terrazas fluviales o los embalses de dife-rente tipología.

Además, quedan excluidos los ecosistemasestrictamente acuáticos (ríos y lagos), que no loestán en definiciones como las del ConvenioRamsar, y que entran en el ámbito de estudio dela ecología de las aguas continentales.

Esta definición tiene también varias ventajas.La primera es que se adecua bien a los humeda-les murcianos, que se caracterizan por sus esca-sas dimensiones, por su dinámica hidrológicafluctuante y temporal y por su tendencia al endo-rreísmo (ÁREA DE ECOLOGÍA, 1992). Además,presta especial atención a los aspectos funciona-

1. Introducción

1. Introducción

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les ligando a los humedales con los procesos di-námicos del entorno superficial y subsuperficial.

Finalmente, hay que destacar que es una defi-nición muy cercana, sobre todo a nivel funcional,a la adoptada por el recientemente aprobadoPlan Estratégico Español para la Conservación yel Uso Racional de los Humedales (VARIOS AUTO-RES, 1999).

1.2. VALORES NATURALES Y BIODIVERSIDAD

Las interacciones que se detectan entre losdistintos componentes de los humedales (aguasuperficial y subterránea, sedimentos, suelos,microrrelive, microorganismos, flora y fauna)son el motivo de los complejos procesos que enellos ocurren, así como de los valores, funcionesy servicios que nos proporcionan.

La hidrología es quien marca funcionalmentea los humedales. El agua es su origen, pero tam-bién es cierto que los humedales (las cubetas ysuelos saturados) regulan los ciclos hidrológicos:son zonas de recarga o de descarga de lasaguas subterráneas según la hidrogeología delterritorio (LLAMAS, 1991). Amortiguan y almace-nan el agua de inundación y retienen el sedimen-to (KUSLER et al., 1994).

En este sentido, los humedales actúan comolaminadores del agua de las avenidas y crecidasde los ríos, reteniéndola en las llanuras de inunda-ción, liberándola poco a poco y relativizando así losefectos devastadores aguas abajo. Por el contra-rio, las llanuras fluviales se ven beneficiadas acausa de la deposición de los sedimentos que fer-tilizan el suelo y además se posibilita la recarga deacuíferos. El papel de los humedales en el controlde las riadas es especialmente interesante en lastierras áridas y semiáridas como la Región de Mur-cia, donde el agua es escasa y las avenidas sonun fenómeno hidrológico relativamente frecuente.

Las complicadas relaciones que se estable-cen entre las aguas superficiales y las subterrá-neas en los humedales hace que no sólo actúencomo “recarga” de acuíferos. En muchas ocasio-nes, los humedales son precisamente las zonasde “descarga” de estos sistemas profundos, pro-porcionando entonces agua de forma inmediata ycasi constante, lo cual es especialmente impor-tante en zonas áridas, constituyendo verdaderasislas-oasis en el paisaje.

Además juegan un papel importante en la es-tabilización de la línea de costa contra el viento,tormentas, mareas y otros fenómenos climáticoso hidrológicos. En general, la vegetación de loshumedales, sobre todo los helófitos, actúa enlos bordes como estabilizadora de las márgenesde ríos, lagunas, etc., y previene los fenómenosde erosión, tan activos en estas zonas (RAMSAR,2001).

Su importancia tambien está relacionada conel papel que juegan en los ciclos biogeoquími-cos, siendo sumideros o “fuentes” de materialesorgánicos e inorgánicos y de nutrientes segúnlas circunstancias hidrológicas dominantes (WET-ZEL, 1992).

Son sistemas de alta productividad biológica,dado que permanecen activos durante el verano,cuando el resto del territorio sufre un importanteestrés hídrico y porque acumulan y retienen nu-trientes que, finalmente, transforman en bioma-sa vegetal y animal, compitiendo incluso con lossistemas más productivos de agricultura intensi-va. Muchos humedales costeros, como los del-tas, dependen del transporte de sedimentos ynutrientes para su existencia.

Precisamente su alta capacidad de retencióny transformación hace que desempeñen una ex-traordinaria función como sistemas depuradoresde agua. Eliminan eficazmente altas concentra-ciones de nitrógeno y fósforo, previniendo la eu-trofización de otros sistemas situados más abajo(GÓMEZ, et al., 2001).

Constituyen áreas de refugio de especies ve-getales y animales que necesitan mayor grado dehumedad, siendo verdaderos “corredores natu-rales” que facilitan la intrusión de organismos enentornos áridos y semiáridos (GONZÁLEZ-BERNÁLDEZ, 1988).

Quizás uno de los argumentos que más sehan esgrimido para invertir la tendencia actualde destrucción de los humedales y facilitar y con-seguir su conservación sea la alta biodiversidadque presentan. En efecto, si algún atributo le daidentidad y reconocimiento a los humedales es lariqueza en flora y fauna que albergan y más aúnsi pertenecen a algún grupo faunístico especial-mente conspicuo, como por ejemplo las aves(MONTES, 1995). Más del 40% de especies delmundo viven en los humedales y algunas de ellasson endémicas (RAMSAR, 2001). Pero además

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los humedales son un reservorio genético con unalto potencial económico para la industria ali-mentaria y la farmacéutica.

Esta alta biodiversidad es un carácter bastan-te común a todos los humedales y tiene que ver,entre otros, con la fluctuabilidad del nivel deagua. Según el tipo de humedal considerado, elagua sube o baja en relación con las mareas, laprecipitación, la escorrentía superficial y subsu-perficial o la descarga-recarga de las aguas sub-terráneas. Esta compleja dinámica es la que per-mite que coincidan en el espacio y en el tiempomanchas terrestres y acuáticas que confierenuna alta heterogeneidad espacial y así una eleva-da biodiversidad (KUSLER et al., 1994).

Las actividades humanas inciden sistemática-mente en reducir esta fluctuabilidad y, en conse-cuencia, contribuyen a alterar el hidroperíodo quees, en definitiva, el que proporciona la diversifica-ción de espacio y especies: los humedales sonmosaicos.

Además del papel funcional que juegan y delos valores naturales que se les puede asignar,los humedales son fuente de alimento y de otrosproductos, en ocasiones muy valiosos. Proporcio-nan recursos vegetales (juncos, cañas, arroz, so-sas, etc.) y forestales (maderas, turba, etc.);pesquerías y marisqueo; pastos y recursos forra-jeros e incluso recursos agrícolas en llanuras deinundación y en otros humedales transformados(VARIOS AUTORES, 1999).

También son lugares para el ocio y el recreo,proporcionando así un recurso turístico que sepotencia con las declaraciones de protección demuchos de ellos. En este sentido, los humedales

tienen un valor añadido como sistema natural pa-ra el aprendizaje de muchas cuestiones ambien-tales.

Finalmente, hay que señalar el valor cultural,histórico, religioso y sentimental que tienen mu-chos humedales. En este sentido sería deseablerescatar algunas de las tradiciones que están li-gadas a los humedales mediterráneos, como porejemplo se está haciendo con la recuperacióndel sistema de pesca tradicional en las encañiza-das del Mar Menor.

1.3. TIPOLOGÍA DE LOS HUMEDALESMURCIANOS.

En la Región de Murcia se reconoce una am-plia variedad de humedales naturales y semina-turales e incluso totalmente artificiales. Todos seajustan a la definición de “anomalías hídricas enel paisaje”. En un afán por sistematizar esta va-riedad podemos establecer distintas clasificacio-nes o tipologías que, en general, guardan unarelación estrecha con la definición de humedalsobre la que se basan, con su ámbito de aplica-ción y con los fines y objetivos del estudio, pro-yecto o iniciativa en cuyo marco se generan.

La tipología del Inventario Abierto de Hume-dales de la Región de Murcia (ÁREA DE ECO-LOGÍA, 1989) incluía a los humedales inventaria-dos en 11 tipos, posteriormente revisados y re-ducidos a 10 por ESTEVE et al. (1995). Estas ti-pologías se basan en criterios estructurales,atendiendo a las unidades de paisaje que com-ponen el humedal y al modo en que se organizanen el espacio y en el tiempo. Se asume que esta

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1. Introducción

Uno de los valores más conocidos de los hu-medales es la fauna vertebrada, especialmentelas aves. Una valiosa fuente de información so-bre éstas son los censos de aves acuáticas in-vernantes y nidificantes. Según los datos de losúltimos 18 años, los humedales de la Región deMurcia acogen, en el mes de enero, una mediade 5.000 aves acuáticas (el 80,9% del totalcensado en el conjunto de la Región). También,en promedio, más de 950 parejas de aves acuá-ticas nidificantes (el 82,6% del total regional),de 33 especies, utilizan anualmente los hume-dales naturales y seminaturales para la repro-ducción.

Pero, evidentemente, no son las aves acuáti-

cas los únicos ni los principales exponentes dela biodiversidad de los humedales. Otras espe-cies de aves no acuáticas (Aláudidos, Ortega, Si-són, Curruca Tomillera) dependen de ciertos crip-tohumedales esteparios y otras como el AviónZapador (Riparia riparia) o el Aguilucho Cenizo(Circus pygargus) tienen poblaciones importan-tes en embalses o saladares, al igual que mu-chos anfibios, algunos reptiles y mamíferos y pe-ces como el Fartet (Lebias ibera). A los que ha-bría que añadir los menos conocidos –por nume-rosos y diversos, a la par que menos atractivospara el público– invertebrados acuáticos, paralos que los humedales representan auténticasislas o refugios biogeográficos.

HUMEDALES Y FAUNA VERTEBRADA

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estructura viene determinada por razones genéti-cas, geomorfológicas, hidrogeológicas, dinámi-cas y con frecuencia a intervenciones humanasasociadas a determinados usos (ÁREA DE ECO-LOGÍA, 1992).

Como adaptación de dichas tipologías, en elInventario Regional de Humedales 2000 se con-sideran 10 tipos de humedales, descritos en latabla siguiente. En ella, los tipos se ordenan demayor a menor “naturalidad”, según su origen ygrado de transformación por el hombre. Al princi-pio aparecen los humedales con un origen natu-

ral y una estructura poco alterada (debido, enocasiones, a su gran extensión) y al final los hu-medales de origen totalmente artificial (embal-ses, salinas interiores). En una situación inter-media estarían los humedales originados a partirde una cubeta natural, pero con una estructuraartificial creada por el hombre (salinas costeras).

Se establece una distinción clara entre estosdiez tipos de humedales (naturales, seminatura-les o artificiales) y los cuerpos de agua estricta-mente artificiales (balsas de riego y depuradorasde lagunaje). Estos dos últimos, aunque se ajus-

Claves para su interpretación

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HUMEDALES:

LAGUNA COSTERA(MAR MENOR)MM

CRIPTOHUMEDALESCR

FUENTES YMANANTIALESFBOSQUES DE RIBERABR

CHARCAS Y POZASCMARISMASPSEUDOMAREALES(ENCAÑIZADAS)ENC

HUMEDALES CONSALINAS COSTERASSEMBALSESE

ARROZALESARR

SALINAS INTERIORESSA

Humedal costero, originado a partir del cierre de una cubeta preexistente porprocesos litorales de depósito de arenas sobre basamentos rocosos (areniscascalcáreas y afloramientos volcánicos), dando lugar a una barrera interrumpidapor canales naturales o artificiales denominados golas.

Humedales crípticos, aquellos en los que la lámina de agua superficial no existeo presenta una extensión muy reducida y carácter temporal, si bien el nivel freá-tico siempre queda lo suficientemente próximo al suelo como para permitir el de-sarrollo de una comunidad de plantas freatófilas y la presencia de un sustratosaturado en agua y generalmente rico en sales.

Se incluyen bajo esta denominación aquellos nacimientos de agua (y sus hume-dales asociados) que se encuentren en estado natural o con un grado de inter-vención humana moderada.

Humedales en terrazas fluviales, ocupadas por árboles de ribera y vegetaciónacompañante, caracterizados por una alta productividad biológica y estructura-ción horizontal en bandas paralelas al río.

Se incluyen bajo esta denominación tanto las charcas y pozas de origen naturalcomo las artificiales (charcas ganaderas, graveras...).

Zona de comunicación entre una laguna costera –Mar Menor– y el Mediterráneo(golas) estabilizada por infraestructuras pesqueras tradicionales (encañizadas).Mantiene un notable dinamismo reflejado en procesos de sedimentación, coloni-zación vegetal y alternancia de inundación-desecación, que permiten el desarro-llo de una notable biodiversidad acuática y una alta densidad de aves.

Explotaciones salineras en funcionamiento (tanto si son económicamente renta-bles como si están subsidiadas con fines conservacionistas), siempre que semantenga en ellas el gradiente espacial de salinidad.

Cuerpo de agua generado por la interrupción de una red de drenaje, mediante undique de obra (grandes diques de tierra se consideran análogos), con fines de re-tención de agua. Se incluye toda la masa de agua, colas y recodos con vegeta-ción palustre.

Áreas artificiales temporalmente encharcadas para el cultivo del arroz, localiza-das en antiguas llanuras de inundación fluviales. A su importancia cultural, comoactividad agrícola tradicional y sostenible, se une el valor ecológico y biogeográfi-co como refugio de ciertas especies palustres.

Explotaciones salineras interiores, en su mayor parte artesanales, destinadas ala producción de sal por evaporación de salmueras de diverso origen (ramblas,manantiales, aguas subterráneas o diapiros salinos). Su interés es básicamentecultural, pero también biológico, por representar una lámina de agua hipersalinapermanente en la que destacan las comunidades de microorganismos, algas einvertebrados.

TIPOCódigo DEFINICIÓN (CRITERIOS DE IDENTIFICACIÓN)

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tan a la definición de anomalía hídrica en el pai-saje, son en realidad el subproducto de determi-nadas actividades humanas. Su inclusión al mis-mo nivel que el resto de tipos desvirtuaría la fina-lidad del inventario.

Esta tipología agrega algunos tipos anterio-res, como los criptohumedales, inicialmente cla-sificados en asociados o no a sistemas de dre-naje. Ello obedece a la separación que en el pre-sente trabajo se establece entre humedales yramblas, considerando incluidos en los primerossólo aquellos que no guardan una relación fun-cional y espacial directa con la red hidrográfica,

aunque pueden tener relaciones de proximidad yun origen ligado a dicha red. ESTEVE et al.(1995) se refieren a las ramblas todavía comohumedales “con un funcionamiento netamentevectorial”, aunque al mismo tiempo reconocenque sería necesario un esfuerzo específico paraabordar su inventario y tipología.

La actual tipología también incorpora nuevostipos de humedales naturales (fuentes y manan-tiales, bosques de ribera). Los bosques de riberaya aparecen en la tipología de ESTEVE et al.(1995), junto con los arrozales, dentro del tipo“Humedales en terrazas fluviales”.

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1. Introducción

CUERPOS DE AGUA ESTRICTAMENTE ARTIFICIALES

BALSAS DE RIEGOBA

DEPURADORASPOR LAGUNAJEDL

Cuerpos de agua artificiales, de sustrato artificial impermeable (recubierto o nopor grava); por norma general, no interrumpen redes de drenaje ni tienen comoprincipal fuente de alimentación aguas residuales.

Grandes balsas o lagunas (o conjuntos de ellas), con sustrato artificial impermea-ble, creadas para la depuración de aguas residuales de origen doméstico. Su va-lor es básicamente faunístico (hábitat de aves acuáticas)

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¿Cuántos humedales hay en la Región deMurcia? ¿Qué superficie ocupan? ¿Cómo hanevolucionado históricamente y en años recien-tes? Diversas investigaciones permiten dar res-puesta a estas preguntas e interpretar las res-puestas a la luz de los fenómenos históricos ylos procesos que han conducido al estado actualde este patrimonio ecológico y cultural.

En particular, en los años 1989-90 y 2000 sehan realizado dos revisiones bastante completasde la situación de los humedales, basadas en laelaboración del Inventario Abierto de los Hume-dales de la Región de Murcia (ÁREA DE ECO-LOGÍA, 1989) y en su revisión posterior (VARIOSAUTORES, 2001). Estos estudios constituyen labase para diagnosticar el estado de conserva-ción de los humedales, al recopilar y almacenarde forma sistemática información sobre sus ca-racterísticas físicas (extensión), valores ecológi-cos, actividades e impactos.

2.1. EL PATRIMONIO REGIONALDE HUMEDALES: INVENTARIO

Los inventarios constituyen una herramientapara la conservación de los humedales, que sedefinen como: "La recogida y/o compilación deinformación esencial para la gestión de los hu-medales, incluyendo la creación de una base deinformación para actividades específicas de eva-luación y seguimiento” (FINLAYSON et al., 1999).

El proyecto Revisión y Actualización del In-ventario Regional de Humedales ha tenido porobjeto la puesta al día y la informatización del in-ventario de 1989-90 y de su cartografía, que ha

sido digitalizada para permitir su utilización comoparte de un sistema de información geográfica(SIG).

Se concibe, por lo tanto, como una herramien-ta de gestión que consta de los siguientes ele-mentos:• Una base de datos con fichas descriptivas de

107 humedales, incluyendo todos los conteni-dos en el Inventario de 1990 (74 humedales).

• Una cartografía digital de los límites de la ma-yor parte de dichos humedales.

• Un banco de imágenes de humedales, integradopor más de 500 fotografias en soporte digital.Para la elaboración de la base de datos se ha

utilizado el formato del Inventario Nacional deHumedales, desarrollado por la Dirección Gene-ral de Conservación de la Naturaleza del Ministe-rio de Medio Ambiente (TRAGSA, 2000). De estamanera, los datos almacenados se integrarán di-rectamente en la base de datos nacional.

De los 107 humedales incluidos en la basede datos regional, 7 han desaparecido entre

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

2. Situación y tendencias de los humedalesde la Región de Murcia.

Diagnóstico de conservación

Ojos de Archivel (Caravaca). El inventario de 2000 incluye 13fuentes y manantiales. Sin embargo, dado su amplia distri-bución y carácter puntual, este listado queda abierto parapermitir nuevas inclusiones

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1990 y 2000. El resto de humedales del inventa-rio de 1990 (67) siguen existiendo aunque mu-chos han sufrido cambios diversos en extensióny grado de conservación. De ellos, dos han sidodesclasificados (pasando a ser considerados tra-mos de ramblas). Se han incluido además en elinventario 33 nuevos humedales.

Pese a su actualización y mejora, no hay quepensar que el inventario de 1989-90 era incom-pleto y que el actual viene a subsanar esta ca-rencia. Ambos trabajos tienen, por definición, uncarácter abierto, que permite que se incorporena ellos nuevos humedales a medida que avanceel conocimiento de los mismos y la implicaciónde otros investigadores y entidades. Una pruebade esto es el distinto grado de cobertura que seestima para cada tipo de humedal (con respectoal total existente en la Región), reflejado en la si-guiente tabla, en la que se aprecia cómo la me-nor cobertura se alcanza en los humedales dis-persos y de menor tamaño.

En consecuencia, el Inventario Regional deHumedales (al que en adelante nos referiremoscomo IRH 2000) está integrado en la actualidadpor 98 humedales. Su distribución por tipos es:

Numéricamente dominan los humedales inte-riores, debido fundamentalmente al elevado nú-mero de charcas incluidas en el inventario, en sumayoría localizadas en el interior de la Región(sólo hay tres charcas litorales).

Claves para su interpretación

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CoberturaTipo Código estimada 2000

Arrozales ARRBosque de ribera BRCharcas y pozas CCriptohumedales CREmbalses EMarismas pseudomareales ENC(encañizadas)Fuentes y manantiales FHumedales con salinas costeras HMar Menor MMSalinas Interiores SA

Tipo Número de humedalesArrozales 1Bosque de ribera 2Charcas y pozas 35Criptohumedales 19Embalses 14Marismas pseudomareales 1(encañizadas)Fuentes y manantiales 13Humedales con salinas activas 3Laguna litoral (=Mar Menor) 1Salinas interiores 9Total: 98

IRH 2000 - Humedales por tipos

EMBALSES14%

CHARCAS37%

CRIPTOHUMEDALES19%

BOSQUE RIBERA2%

ENCAÑIZADAS1%

FUENTES13%

SALINASINTERIOR

3%

MAR MENOR1%

SALINASCOSTERAS

9%

ARROZALES1%

Humedales IRH 2000

LITORALES18%

INTERIORES82%

SA5SA9

C3 C4

C-36C-35

C-33C-34

SA-7

SA3

C38SA2

BR1BR2

ARR

ARR

SA1C2

C40

C39

C41

ENC

CR12CR20

CR10

H2H1

C30

CR13

MM

C26

C19C28

C15C24

C25

C11C21 C12

C17C37

SA6

C1

CR5

CR6

CR7

C23C20

C18

CR17

C42

CR3CR4

CR2CR21

C5

CR18

C7

C8

C6

CR19

CR14SA8

CR1CR15

SA4

CR16 C10

F7

F8

F11

F9

F12

F13

F10 F5

F3

F4

F6

F2

E1

E2

E3 E4

E10

E12

E7

E6

E11

E5

CR11

E14

E13

E8

E9

H3

F1

C9

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Los humedales se distribuyen por 28 munici-pios de la Región. Cartagena, Jumilla y Cieza sonlos municipios con mayor número de humedalesincluidos total o parcialmente dentro de sus tér-minos municipales. El primero incluye la mejor re-presentación de humedales costeros de la Re-gión: Mar Menor, salinas del Rasall y Marchama-lo, humedales de La Manga, saladares de Lo Po-yo y Punta de las Lomas y Marina del Carmolí.Los dos segundos municipios incluyen sobre to-do embalses, charcas y salinas interiores.

Los 98 humedales inventariados en 2000 re-presentan una superficie mínima de 18.539,12hectáreas. Esta cifra global no incluye los nue-vos embalses incorporados al inventario, por lasdificultades encontradas en su delimitación, queexigen el desarrollo de una metodología específi-ca. Por su carácter puntual, tampoco se puedeasignar superficie a los humedales incluidos enel tipo “Fuentes y manantiales”.

La distribución de la superficie total entre losrestantes tipos es la siguiente:

Para hacerse una idea de la magnitud de estasuperficie, los humedales incluidos en el inventa-rio de la Dirección General de Obras Hidráulicasde 1991 totalizan 120.537 ha, el 0,24% de lasuperficie de la España peninsular (VARIOS AU-TORES, 1999). En este inventario no se conside-ran los embalses y sólo figuran en él los hume-dales de más de 0,5 ha.

En los cuadros que acompañan a este aparta-do se describen algunos ejemplos de los princi-pales tipos de humedales incluidos en el inventa-

rio, de los que en el texto se dan sus valores desuperficie y número (absolutos y relativos).

El Mar Menor, con sus 135 Km2 de superfi-cie, es el humedal de mayor extensión y el únicoejemplo de laguna costera. En el IRH 2000, elMar Menor representa el 77% de toda la superfi-cie de humedales inventariados, excluidos losembalses.

Las encañizadas, aunque se refieren en senti-do estricto al arte de pesca tradicional emplaza-do en este tipo de humedal, designan por exten-sión al sistema hidrográfico formado por las go-las (canales de comunicación de la laguna coste-ra del Mar Menor con el Mediterráneo) y los de-pósitos sedimentarios (marismas pseudomarea-les) que se organizan en torno a él. Representael 1,01% de la superficie total de humedales(embalses excluidos) y el 4,17% si se excluyetambién al Mar Menor.

Se trata de un sistema dinámico sometido ala acción de las corrientes marinas y de los tem-porales, que determinan variaciones relativamen-te rápidas en la topografía y batimetría del hume-dal. Existe una tendencia a la colmatación de loscanales por el depósito de sedimentos y restosorgánicos, que se ve alterada por rupturas brus-cas que ponen en contacto la laguna con el mar.Esta dinámica natural ha sido atenuada por elmanejo humano encaminado a mantener abier-tos los canales para facilitar el trasiego y la cap-tura de peces en las encañizadas.

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

Superficie 2000 (excepto embalses)

MAR MENOR76%

BOSQUES DERIBERA

2%

CRIPTOHUMEDALES11% CHARCAS Y POZAS

0,1%SALINAS

INTERIORES0,1%

ARROZALES6%

SALINASCOSTERAS

5%

MARISMASPSEUDOMAREALES

1%

El Mar Menor y sus encañizadas son dos humedales únicospor su singularidad física y biológica, por sus usos caracte-rísticos y por la riqueza cultural y natural que representan

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La inclusión en el inventario de los bosques deribera constituye una novedad, ya que, aunque endiversos estudios y publicaciones recientes se vie-ne considerando a estas formaciones freatofíticascomo un tipo de humedal (ESTEVE et al., 1995),en el inventario de 1989-90 no había ninguna re-ferencia, cualitativa ni cuantitativa, a ellas.

En sentido estricto, el bosque de ribera es unaformación de extensión muy reducida en la Re-gión de Murcia, tanto por razones climáticas co-mo de alteración humana. Pero no sucede lo mis-mo con otras formaciones riparias como los bos-quetes o galerías de tarays (Tamarix spp.), que or-lan una gran extensión de cauces fluviales y deramblas. Por ello sólo se han incluido, a título deejemplo, dos muestras representativas, las demayor extensión y grado de conservación de la

Claves para su interpretación

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Reserva Natural de los Sotos y Bosques de Ribera de Caña-verosa

Estos dos humedales son los únicos ejem-plos en la Región de los tipos “laguna costera” y“marismas pseudomareales”. Y también son úni-cos por su singularidad física y biológica, por sususos característicos y por la riqueza cultural y na-tural que representan. Su localización en la queprobablemente es la zona más deteriorada del li-toral murciano, no ha impedido que se conserveuna parte importante de estos valores.

Los valores ambientales y culturales del MarMenor son diversos. Aún hoy, la actividad pesque-ra contribuye a la economía local gracias a la cali-dad y precio que alcanzan sus productos, principal-mente peces (anguilas, mújoles, doradas, magres,sargos, lenguados, lubinas, etc.) y crustáceos (lan-gostinos). La laguna, junto con sus humedales pe-riféricos, está incluida en la Lista Ramsar de hu-medales de importancia internacional y ha sido de-signado como Zona de Especial Protección paralas Aves (ZEPA) y como Lugar de Importancia Co-munitaria (LIC) por sus hábitats naturales.

El Mar Menor es una seña de identidad regio-nal, lo que no ha impedido que se cometierancon él todo tipo de abusos a lo largo de la histo-ria. Roturaciones en su cuenca vertiente, verti-dos mineros, urbanizaciones y rellenos han redu-cido su superficie, y hoy la contaminación orgáni-ca y la presión turística dañan la calidad de susaguas y debilitan sus mecanismos naturales dedefensa. Especies como las medusas Cotylorhi-za tuberculata y Rhizostoma pulmo han llegado aser una plaga como consecuencia de los cam-bios en el estado trófico de la laguna, que seatribuyen principalmente al aporte de grandescantidades de nutrientes, con origen en la agri-cultura intensiva.

Obviamente, para controlar el proceso que hapermitido la degradación del Mar Menor o decualquier otra laguna es necesario conocer enprofundidad estos procesos y las relaciones cau-sales entre ellos y las actividades humanas quelos han originado. Estas relaciones causa-efecto,en general, son desconocidas y establecerlas de-manda un seguimiento detallado, que a veces esincompatible con la acelerada evolución de la la-guna forzada por el hombre.

Las ventanas naturales del Mar Menor sonlas golas, de las que existen cinco, más o me-nos funcionales. Sólo en torno a las golas de laTorre y el Ventorrillo, las más norteñas, se orga-niza un importante humedal que hemos dado enllamar pseudomareal. Lo integra un componentenatural, de canales, bajos de limos, islotesemergidos con vegetación de saladar y charcosde desecación, y grandes acumulaciones de res-tos de Posidonia oceánica. Y un componentecultural, la encañizada, el ingenio pesquero deorigen árabe que ha sido recuperado en épocasrecientes.

El componente natural es extraordinariamen-te diverso, por sus poblamientos sumergidos dealgas, plantas acuáticas e invertebrados, y muyproductivo, tanto en pesca de valor comercial co-mo en otros peces e invertebrados de valor trófi-co para la avifauna: correlimos, chorlitos, zarapi-tos, archibebes, garzas, charranes, gaviotas...Una gran reserva de alimento, fertilizada por elflujo y reflujo de las corrientes marinas entre elMar Menor y el Mediterráneo, que sirve a lasaves migratorias para repostar y para alimentar-se a las aves nidificantes en las cercanas sali-nas de San Pedro.

EL MAR MENOR Y SUS ENCAÑIZADAS: EJEMPLOS ÚNICOS

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

No siempre las riberas de los ríos son consi-deradas como humedales. En realidad son “eco-tonos” o sistemas frontera entre los ambientespuramente terrestres y los estrictamente acuáti-cos. Sin embargo, lo singular y sobre todo esca-so de nuestros bosques ribereños y la adopciónde una definición de humedal amplia, como cual-quier anomalía hídrica del paisaje, aconsejan suinclusión.

La Reserva Natural de los Sotos y Bosquesde Ribera de Cañaverosa se localiza en el nores-te regional al borde del río Segura. Incluye unas225 ha de los municipios de Calasparra y Mora-talla, que, en forma de ribera fluvial, ocupa unafranja de 100 m a ambos lados del Segura. Enesta reserva, junto con el Espacio Natural Prote-gido del Cañón de Almadenes, se conservan aúnlos sotos y formaciones ribereñas más extensosde la Región de Murcia, a pesar del importanteincendio que sufrió en julio de 1994. Estas for-maciones vegetales, en diferentes estratos, in-cluyen olmos, chopos, álamos y fresnos en el es-trato arbóreo, sauces y tarays en el arbustivo yentre ellos, zarzamoras, rosales silvestres y ma-dreselvas. Al borde del cauce, en una secuenciade tolerancia al agua, los juncos, carrizos, cañas

y espadañas o eneas diversifican aún más el sis-tema.

Esta riqueza vegetal es la base para el man-tenimiento de comunidades muy ricas tanto deinvertebrados como vertebrados. Entre los pri-meros, destacar el pequeño odonato zigopteroazulado (Coenagrion mercuriale), especie de in-terés comunitario cuya larva acuática requiereuna buena calidad del agua. Por idéntica razón,destacar al Galápago Leproso, menos exigenteen cuanto a la calidad del agua. Entre las avesligadas al agua, en estos sotos destacan la Gar-za Real, el Martinete o la Garceta común. Perola especie más emblemática de estas formacio-nes ribereñas es la Nutria (Lutra lutra), hoy díarelegada casi exclusivamente al cañón de Alma-denes y al tramo del curso alto del Segura com-prendido entre el embalse del Cenajo y Cañave-rosa.

Al margen del deterioro en los bosques de ri-bera producido por las canalizaciones, limpiezasy actuaciones en la práctica totalidad de los ríosmurcianos, actualmente hay que sumar un im-portante impacto derivado de la extracción deltotal del caudal circulante para abastecer a lascentrales hidroeléctricas.

CAÑAVEROSA: UN TROZO DE BOSQUE RIBEREÑO

Región. Se trata de los bosques de ribera de Ca-ñaverosa y Almadenes, que representan la situa-ción más compleja, en cuanto a estructura y fun-cionalidad, de este tipo de formación, la mejorpreservada históricamente y con mejores pers-pectivas de conservación (en virtud de su declara-ción como espacios naturales protegidos). La Re-serva Natural de los Sotos y Bosques de Riberade Cañaverosa y el Espacio Natural Protegido delCañón de Almadenes se extienden a lo largo deunos 20 Km del curso del río Segura. Estos doshumedales representan el 2% de todos los inven-tariados, y el 3% de los humedales interiores. Ensuperficie también representan el 2% del total(excluidos los embalses) y el 8% descontandoademás la superficie del Mar Menor.

En los criptohumedales se incluyen todosaquellos humedales carentes de lámina de agualibre en la mayor parte de su superficie, que sedesarrollan sobre llanuras de inundación relictasde ríos o ramblas (Guadalentín), planicies y de-presiones costeras endorreicas o de drenaje di-fuso –marinas, depresiones dunares, marismas,lagunas colmatadas y antiguas salinas (Carmolí,Lo Poyo, Punta Galera, Mazarrón)–, y otras zonas

llanas o de escasa pendiente y drenaje difuso,receptoras de escorrentías y descargas lateralesy subterráneas, pero topográfica y funcionalmen-te independientes de la red hidrográfica asociada(Ajauque, Derramadores, Boquera de Tabala, Ca-ñada Brusca, Matalentisco).

El presente inventario incluye 19 criptohumeda-les, lo que supone el 19% de todos los humedalesinventariados, el 11% de los interiores y el 55% delos litorales. Ocupan una super ficie total de1.805,71 ha, que supone un 10,17% de la superfi-cie incluida en el IRH 2000 (excluidos los embal-ses) y un 41,9% excluyendo también al Mar Menor.

Tal como se ha expuesto, estos humedales re-presentan situaciones diversas, dependiendo desu localización y características geomorfológicase hidrológicas, pero se ven afectados en muchoscasos por perturbaciones de origen similar. Adop-tan fisonomías variadas dependiendo de las in-fluencias que reciben, sean de origen natural o ar-tificial. En particular, responden a variaciones enla profundidad de la capa freática y en la salinidaddel medio, evolucionando desde formaciones es-teparias hasta marismas o pequeñas lagunas, engradientes que pueden manifestarse simultánea-

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mente en una zonación espacial (distintas bandaso sectores dentro del humedal) o a escala tempo-ral (secuencialmente en una misma zona). Cuan-do determinadas influencias se acentúan por pro-cesos de origen antrópico pueden producirse rápi-dos cambios en la fisonomía del humedal.

Las salinas, tanto costeras como interiores,se suelen clasificar dentro de los humedales arti-ficiales, aunque las primeras suelen asentarsesobre la cubeta de antiguos humedales natura-

les. Las salinas costeras activas de la Regiónson tres: el 3,06% de todos los humedales inven-tariados en 2000 y el 16% de los humedales lito-rales. Con 818,92 ha contribuyen con un 4,6% ala superficie total inventariada (sin los embalses)y con un 19% descontado además el Mar Menor.

Las superficies de explotación salinera mues-tran una gran estabilidad, aunque sólo el hume-dal más extenso de este tipo, las salinas de SanPedro del Pinatar, se mantiene realmente en acti-vo como explotación salinera. En las salinas deMarchamalo y del Rasall, la Administración ha te-nido que intervenir para evitar su desecación. Laconservación de estos sistemas depende de laprotección legal de la que gozan, como parquesregionales y paisajes protegidos, pero el mante-nimiento de todos sus valores y funciones re-quiere además rentabilidad económica.

El actual inventario incluye 9 salinas interio-res. De ellas, sólo tres (salinas del principal, sali-nas de la Rosa y salinas de Molina) se mantie-nen en explotación. El resto son salinas artesa-nales de reducida extensión, asociadas a ma-nantiales salinos que se han secado o han sidoabandonados, aunque en dos salinas más semantiene el bombeo de salmuera (salinas del

Claves para su interpretación

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Vista parcial del humedal de Derramadores (Fortuna), en elPaisaje Protegido del Humedal de Ajauque y Rambla Salada

También existen humedales donde el agua nun-ca o casi nunca se ve. Son los criptohumedales,unos sistemas a caballo entre los ambientes este-parios y los de aguas permanente, en los que el ni-vel de agua subterránea queda lo suficientementecerca de la superficie como para permitir el desa-rrollo de una comunidad vegetal freatófila y la pre-sencia de un sustrato saturado de agua y sales.

La Región de Murcia cuenta con uno de loscriptohumedales más singulares de sureste ibé-rico. Son los saladares del Guadalentín, localiza-dos en la depresión tectónica de la extensa lla-nura de inundación de este río, de fondo planoconstituido por margas neoógenas recubiertasde materiales del Cuaternario. Su extensión ac-tual de 700 ha, está fraccionada en tres secto-res, dos de ellos, La Alcamora y los Ventorillosen la margen derecha, y uno en la izquierda. Traslas lluvias se producen encharcamientos localesy efímeros.

Su origen hay que buscarlo tanto en los acuí-feros colgados que se organizaron por la reten-ción de agua de escorrentia en capas de sedi-mento de menor permeabilidad como en la diná-mica de las aguas de escorrentia del propio valle

y de los sistemas de drenaje alóctonos que sepierden en zonas llanas, pero que crean caucesautóctonos, procesos endorreicos, “tollos” (de-presiones locales), etc. y un sin fin de procesosgeomórficos de extraordinario dinamismo.

Las comunidades vegetales, los paisajesabiertos y activos y las aves son los valores na-turales a destacar. La intervención del hombreen los ciclos de roturación, cultivo, abandono yrecuperación del saladar es imprescindible paraentender la estructura y organización de las co-munidades biológicas en estos saladares. Ade-más, la extracción excesiva de agua subterráneaconduce finalmente a la formación de estepassalinas. El resultado final es la convivencia decomunidades pioneras halonitrófilas constituidaspor distintas especies de Suaeda, junto conotras más maduras tipo saladares y estepas sali-nas, destacando las formaciones de la quenopo-diacea Halocnemum strobilaceum. Este comple-jo mosaico vegetal da origen a una comunidad ri-ca y diversa de aves, entre las que destacan lasespecies esteparias como la Ortega o el Sisón,que conviven junto a Terreras, Cogujadas, Calan-drias, Alcaraván, etc.

LOS SALADARES DEL GUADALENTÍN: UN EJEMPLO DE CRIPTOHUMEDAL

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

Águila) o la elevación de agua hasta las cubetas(salinas de Rambla Salada) para usos educativose interpretativos.

Estas 9 salinas representan el 9,18% de to-dos los humedales y el 11,25% de los interiores.En superficie, en cambio, sólo aportan el 0,12%del total (embalses excluidos) y el 0,5% descon-tando el Mar Menor.

Las fuentes y manantiales constituyen, co-mo tipo, una nueva inclusión en el IRH 2000.Comprende las surgencias de aguas subterrá-neas en estado natural o escasamente artificia-lizadas, que constituyen una de las manifesta-ciones más singulares y valiosas de nuestro pa-trimonio hidrogeológico (RODRÍGUEZ-ESTRELLA,2000). Siguiendo a este autor, se incluyen eneste tipo los manantiales naturales y las fuen-tes en las que la construcción o estructura decaptación se localiza en el mismo lugar de naci-miento del agua y tienen al mismo tiempo algu-

na singularidad geológica, geomor fológica ocultural. En el IRH 2000 se incluyen 13 hume-dales de este tipo, que representan el 13,26%de todos los inventariados (el 16% de los inte-riores).

Este humedal es un buen ejemplo de unidadpaisajística funcional constituida por un sistemade drenaje sobre materiales sedimentarios cons-tituido por ramblas, la de Ajauque y Salada, alque se asocian unas salinas de interior y un em-balse, el de Santomera. Su extensión total es de1.632 ha y se sitúa al noreste, en una de las co-marcas más áridas de la Región de Murcia.

Su interés y peculiaridad se deben a la com-binación de dos características ambientales dife-rentes. La primera en relación con la calidad hi-droquímica del agua, en general muy salina, a ladistribución espacio-temporal del agua que gene-ra tramos permanentes con otros temporales y ala existencia de mantos acuíferos profundos quedescargan en los sectores más bajos y llanos,dando lugar a humedales asociados a ramblascomo el de Ajauque y Derramadores. La segundaobedece a la interacción del clima árido junto ala compleja tectónica de materiales geológicosque justifica la existencia de fuentes termales(baños de Fortuna) o afloramientos volcánicos(Cabecicos Negros) con materiales blandos mar-go-arcillosos donde fenómenos geomorfológicosde acarcavamiento, sufusión, etc, produce los tí-picos paisajes abarrancados, exorreicos y erosi-vos de las tierras áridas.

En estos sistemas, la diversidad de comuni-dades vegetales y animales es una respuesta alcomplejo mosaico espacio-temporal resultante.En las zonas encharcadizas con valores altos desalinidad, los saladares constituidos por queno-

podiáceas dominan el espacio. Más alejados dela lámina de agua, otras halófilas como Anabasishispanica, Limonium sp. y distintos tarajes cons-tituyen la vegetación más conspicua. La descar-ga de aguas subterránea más dulce, e incluso lade los drenajes de regadíos circundantes, estáprovocando el aumento del carrizo en detrimentode las comunidades halófilas. En Ajauque hayque destacar, además, la palmera (Phoenixdactyliphera) como especie protegida.

Los organismos acuáticos responden tanto ala salinidad del agua como a la temporalidad. Al-gunos de los insectos acuáticos más interesan-tes viven en ambientes hipersalinos como Ram-bla Salada (p. e. varias especies de coleópterosdel género Ochthebius). Entre las aves se en-cuentra todo un gradiente, desde las más este-parias asociadas a los saladares como la TerreraMarismeña, el Alcaraván o las Cogujadas, hastalas asociadas a los cauces con densas formacio-nes de carrizo donde conviven Carriceros, Mos-quitero Común, etc. –o la Garcilla Bueyera enAjauque–, pasando por las limícolas, anátidas yfochas del embalse de Santomera el AguiluchoCenizo, que nidifica en las formaciones de sala-dar más densas.

Toda la dinámica hidrológica de este paisajese encuentra alterada en la actualidad, desta-cando el acelerado proceso de “dulcificación”producido por los drenajes del regadío circundan-te que amenaza con homogeneizar este diversopaisaje protegido (Gómez et al., en prensa).

EL PAISAJE PROTEGIDO DEL HUMEDAL DE AJAUQUE Y RAMBLA SALADA

Nido de Charrancito

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Claves para su interpretación

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Su interés ecológico radica en distintos valo-res y funciones (AMBIENTAL, 1995). Por lo gene-ral tienen valor como hábitat de plantas e inver-tebrados acuáticos, así como de anfibios, repti-les e incluso peces. En algunos de los sitios in-ventariados, como la Fuente del Mula (hoy seca)o La Muralla de Archivel, se han citado poblacio-nes de Barbos (Barbus sclateri), capaces en al-gún caso de atraer a aves piscívoras, como laGarza Real (Ardea cinerea).

El tipo de humedal más numeroso son lascharcas y pozas, de las que se han inventariado35 y se conoce la existencia de al menos 20más. Las inventariadas suponen el 37% del total

En el humedal de las salinas de San Pedro delPinatar puede encontrarse una muestra completay rica de la biodiversidad de los sistemas sedi-mentarios costeros de nuestra Región. Su exten-sión y variedad de hábitats permiten que coexis-tan, en un espacio relativamente reducido, espe-cies y comunidades típicas de playas y dunas, sa-ladares, carrizales, charcas y estanques salobresy salados.

Más de la mitad de su superficie está ocupadapor la explotación salinera, producto de la trans-formación gradual del humedal por el hombre, quea lo largo de la historia ha ido incorporando a lassalinas fragmentos de saladar, arenal e inclusodel Mar Menor. El resultado es que pueden encon-trarse dentro del humedal ambientes de aguas so-meras y profundas, como el Charco Grande, frag-mento de la laguna anexionado a las salinas.

La riqueza biológica de las salinas de San Pe-dro es considerable y se manifiesta sobre todo enuna comunidad de aves acuáticas que varía a lolargo del año, dependiendo de las necesidades delas especies y de los desplazamientos migratoriosque realizan para satisfacerlas. La principal funciónde las salinas para estas especies es la de refu-gio, además de servir de zona de alimentación.

Las salinas forman un recinto vigilado, de difí-cil acceso, que permite que las aves se alimen-ten, reposen o críen en su interior. A ello ayudanalgunos rasgos físicos del humedal. La existenciade charcas profundas permite la presencia deaves buceadoras como el Zampullín Cuellinegro;los fondos de los estanques de profundidad inter-media son accesibles a Flamencos y Tarros Blan-cos, las orillas fangosas de poca pendiente sonadecuadas para los limícolos (Correlimos, Chorli-tejos, Archibebes, Avocetas...), que se adentranen ellas hasta distintas profundidades para co-mer. La Gaviota Picofina se alimenta en la superfi-cie de los estanques, sea cual sea su profundi-

dad. Las motas, isletas y playas sirven de lugar dereposo o nidificación para Aviones Zapadores, limí-colas, gaviotas y charranes. Por ello, San Pedrodel Pinatar es el único punto de nidificación regio-nal de especies como la Gaviota Reidora y la Pa-gaza Piconegra, y el más importante de CharránComún, Avoceta, Charrancito y Chorlitejo Patine-gro. También acoge importantes concentracionesno reproductoras de Gaviota de Audouin.

Todo ello gracias a la explotación de sal, quemantiene esta heterogeneidad física, a la que sesuperpone la variación en la salinidad de lasaguas, desde condiciones casi marinas en las pri-meras charcas hasta comunidades hiperhalófilasde bacterias y algas unicelulares en los cristaliza-dores. Un gradiente a lo largo del cual disminuyela diversidad de organismos acuáticos, aunque al-gunos son muy abundantes, como el crustáceo Ar-temia o los quironómidos de los que se alimentanflamencos y limícolos. También encuentran ali-mento las aves piscívoras, como Garzas y Charra-nes, que pueden pescar mújoles en las primerascharcas, donde también se refugia el Fartet, nues-tro pez más amenazado.

Otra característica que incrementa el valor bio-lógico de las salinas es la permanencia de suinundación, que hace posible que recalen en suscubetas los Flamencos y otras aves que abando-nan los humedales naturales (marismas del Gua-dalquivir, laguna de Fuente de Piedra) a medidaque se desecan en verano.

Si a esto añadimos la presencia de otros eco-sistemas en sus inmediaciones, como los arena-les que sirven de zona de nidificación a TarrosBlancos, Chorlitejos Patinegros y Alcaravanes, olas encañizadas, en las que se alimentan los limí-colos, o el Mar Menor, dónde completan su dietalos Charranes Comunes y Charrancitos, se com-prende la importancia de las salinas como hábitatde fauna.

LAS SALINAS DE SAN PEDRO DEL PINATAR: SAL Y BIODIVERSIDAD

Salinas del Principal (Jumilla). La explotación artesanal de lasal antaño en las Salinas del Principal contrasta con la reali-zada actualmente en las Salinas de la Rosa.

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

El término municipal de Jumilla alberga el mejorconjunto de salinas de interior de la Región de Mur-cia. Las más importantes por su actividad económi-ca son las salinas de la Rosa, integradas en el Par-que Regional de la Sierra del Carche. En realidad,se trata de un conjunto de salinas distribuidas entorno al diapiro salino del cabezo de la Rosa. Esteyacimiento se explotaba ya, mediante galerías, enla época romana, de la que viene el nombre de “po-zo romano” (pozo artesiano) que surtía de salmue-ra a unas salinas abandonadas, situadas al pie delcabezo. Todavía fluye hacia las cubetas un lixiviadosalino de la antigua mina, lo que permite encontraren ellas ejemplares del crustáceo Artemia.

En la zona alta del cabezo, en un collado juntoa la sierra del Carche, se encuentra la explotaciónactual, un conjunto de cubetas alimentado por unmoderno sistema de bombeo, con tecnología pe-trolífera. Una parte de conducciones introducenagua a presión en el diapiro, provocando su disolu-ción. Otras extraen la salmuera, que es vertida enlas cubetas de evaporación, cuyo funcionamientoes a partir de aquí análogo al de las salinas tradi-cionales. Las salinas cuentan, no obstante, conmaquinaria para el lavado, preparación y envasadode la sal, que es vendida principalmente para usosindustriales, aunque también en diversas presen-taciones para usos domésticos.

Las otras dos salinas del término son las delPrincipal, situadas a escasa distancia de la locali-dad, encajadas en una rambla. Las forma un rosa-rio de cubetas, antaño alimentadas por un manan-

tial salino, y hoy abandonadas muy a pesar de supropietario, que mantiene activa la explotación conun bombeo y una nueva cubeta situada en la partealta de la finca. Esto permite que todavía se acu-mule sal en el antiguo almacén, un austero edificiode ladrillo con columnas de piedra soportando latechumbre de madera y teja, modelo arquitectóni-co que se repite en otras salinas de la Región. Elconjunto tiene un notable interés cultural, al quese une la singularidad geológica de la formaciónsalina y un afloramiento de jumillitas.

No menos interés tienen las salinas del Águila,localizadas en la cañada del mismo nombre, quejunto con la de Albatana constituye uno de los últi-mos reductos de la avifauna esteparia (aquí criabano hace mucho la Avutarda). Las salinas han teni-do que ser también abandonadas, en fechas muyrecientes. Lejos quedan los tiempos en los que,además de extraer sal, servían para el baño depersonas y animales, en estos últimos como me-dio de desparasitación. No hace tanto acudíangentes a disfrutar de las aguas hipersalinas en lasque el cuerpo de una persona puede flotar sin es-fuerzo, hasta el punto de haber tenido que vallarlas salinas como medida de seguridad, algo quecuesta imaginarse en un paraje tan desolado.

Aún hoy la explotación sobrevive en cierto mo-do, resistiéndose a perder utilidad. La salmueraque produce el pozo que alimentaba estas salinases apreciada por las fábricas de aceitunas y encur-tidos, a las que surte su propietario regularmentecon un camión cisterna.

LAS SALINAS DE JUMILLA

Las aguas que emergen de las infiltradas enlos Llanos del Ardal y área suroriental de la sierrade Ricote configuran el paisaje de este manantialque se localiza al norte del embalse de La Ciervay que, según cuenta la leyenda, en tiempos se de-nominó cueva de la Encantada. Situada en un pa-raje de la comarca de Mula donde las margas ylas arcillas dan paso a estos conjuntos calizos ykársticos, constituye, junto con otras fuentes ymanantiales de la Región, una buena representa-ción del valor de nuestro patrimonio hidrogeológi-co. El de Fuente Caputa alimenta el caudal de larambla Perea, que continúa su curso hasta de-sembocar en el río Mula, aguas abajo del embal-se de La Cierva.

Su elevado interés científico, a escala nacio-nal, y los valores sedimentológicos, tectónicos,paleontológicos, hidrogeológicos, geomorfológi-cos y paisajísticos, le han supuesto el reconoci-miento de Lugar de Interés Geológico (LIG) en unaunidad conjunta con el embalse de La Cierva.

Este lugar, de gran importancia en el pasadopara pastores y rebaños que transitaban por la

Cañada Real de Calasparra, constituye un paisajecuya vegetación está constituida por especies ca-racterísticas de ramblas como la adelfa, el carri-zo, el junco, la zarzamora y el almez, entre otrosde atractiva floración, y otras de ámbito forestalcomo pino carrasco, romero, tomillo, sabina ne-gra, esparto, jaras, acebuche, etc. La avifaunaestá representada por el Búho Real, el Águila Per-dicera, la Chova Piquirroja y el Águila Culebrera.

Sus aguas, bien oxigenadas, son blandas, al-calinas, pobres en cloruros y oligotróficas. Enellas se desarrollan macrófitos sumergidos co-mo Chara vulgaris y Cladophora glomerata.

La fauna acuática, característica de este es-pacio húmedo, está constituida por el Barbo, Ga-lápago Leproso, distintas especies de Sapo, Ra-na Común, así como por gran diversidad de inver-tebrados acuáticos, entre los que cabe destacarel hidrofílido Hydrophylus pistaceus.

Por último, es frecuente la realización en FuenteCaputa de prácticas de ocio y tiempo libre que vandesde el baño hasta el senderismo, pasando por elpiragüismo, la escalada y la educación ambiental.

FUENTE CAPUTA: UN HUMEDAL DE ORIGEN NATURAL

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Claves para su interpretación

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de humedales, el 17% de los litorales y el 40%de los interiores. Su contribución en superficiees, en cambio, muy reducida: el 0,1% de todoslos humedales (excluidos los embalses) y el 0,4sin incluir tampoco al Mar Menor.

El caso más típico, las charcas ganaderas,son humedales artificiales o seminaturales, si-tuados en posiciones imposibles para la forma-ción de humedales naturales (laderas y vaguadasde cierta pendiente). Se basan, no obstante, enla retención de escorrentías naturales cuya pro-ducción (y recogida) ha sido favorecida tradicio-

nalmente por el hombre. La cosecha de agua sefacilita mediante el mantenimiento de un mosai-co paisajístico de zonas sin roturar, destinadas ala generación de escorrentías, insertas general-mente en una matriz paisajística natural (mato-rral, pastizal) o agrícola.

La asociación de estas charcas a vías pecuariasha sido confirmada en bastantes casos. Algunossistemas importantes de charcas ganaderas se lo-calizan a lo largo de cañadas, cordeles o veredas.

Uno de los tipos de humedales de origen arti-ficial que más han aumentado durante la últimadécada son los embalses. Los embalses no son,en sentido estricto, humedales, sino cuerpos deagua de origen artificial que generan humedalesen determinadas zonas, como son sus colas o ri-beras de menor pendiente, en los que se desa-rrollan biotopos palustres (carrizales, tarayales,etc.). La extensión de estos biotopos es muy va-riable, dependiendo de las características de lacubeta, el uso del embalse y el régimen hídrico.En determinados casos, el conjunto del embalsefunciona como un humedal, una situación fre-cuente en la Región de Murcia. Como consecuen-cia de procesos de colmatación, o de usos comoel de control y defensa frente a avenidas (sin re-tención de agua), muchos de los embalses de laRegión presentan durante largos períodos de

En un entorno semiárido como la Región deMurcia, la existencia de cuerpos de agua naturaliza-dos como en el caso de las charcas y pozas inven-tariadas representan una importante contribución ala diversidad del paisaje y a la biodiversidad acuáti-ca de organismos restringidos a este tipo de hume-dales. Su origen, ligado a la actividad humana a lolargo de la historia, se debe a la acumulación y re-tención de agua en la parte final de pequeños sis-temas de drenaje, mediante la construcción de mo-tas y la creación de sistemas peculiares que inten-tan evitar la evaporación.

El abandono o disminución de la actividad aso-ciada a estos humedales ha provocado que algu-nas de las charcas, como la de Los Chorrillos, alpie de la cara norte de Sierra Espuña, adquieran uncarácter temporal en el mantenimiento del aguadulce, oligotrófica y saturada de oxígeno sobre unsustrato arcilloso con sedimentos finos. En su ribe-ra predomina el Scirpus sp. entre los helófitos,mientras que las especies de los géneros Potamo-geton y Chara son buenos representantes de la flo-ra acuática sumergida.

La comunidad de invertebrados acuáticos estáconstituida por especies oportunistas adaptadas ala huida, mediante el vuelo, en condiciones de défi-cit hídrico como las efímeras Caenis luctuosa y Clo-eon gr. dipterum; los Odonatos Anax imperator,Ischnura elegans, Erythroma viridulum, Crocothe-mis erythraea y Orthetrum albistylum; los Heteróp-teros Sigara lateralis, Naucoris maculatus, Anisopssardea, Plea minutissima y Notonecta maculata y,entre los Coleópteros, Herophydrus musicus,Hyphydrus aubei y Laccophylus minutus especiesde gran interés faunístico y/o biogeográfico.

La amenaza a la persistencia de esta charca deLos Chorrillos, igual que con el resto de este tipode humedales, viene dada por el abandono de suuso y mantenimiento, la sobrecarga ganadera aque están sometidas y el vertido de residuos sóli-dos. En ocasiones, la actividad agraria implica, asi-mismo, una profunda alteración de la vegetación ri-bereña que altera la función de ecotono que éstarepresenta y el hábitat de refugio para muchos anfi-bios y reptiles acuáticos.

LOS CHORRILLOS: UNA ISLA HÚMEDA

Si bien los embalses no son, en sentido estricto, humedales,en sus colas o riberas de menor pendiente pueden generarsezonas húmedas. Vista parcial del embalse de Algeciras (Alha-ma-Librilla)

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Políticas de conservación y desarrollo sostenible de humedales

El tipo de humedal en el que se incluye el em-balse de Alfonso XIII representa un cuerpo deagua con lámina libre de cierta entidad, singularen el contexto territorial de gran aridez en el quese encuentra y originado por el represamiento ar-tificial del cauce natural y temporal del río Quí-par. Frente a la extremada irregularidad del régi-men hídrico natural de los ríos de la cuenca delSegura, las necesidades humanas han impues-to, mediante la construcción de embalses, unaalta regulación de sus caudales.

Queda incluido en el complejo hidrológico de-finido como “Sistema Quípar-Cagitán”, en el queparticipan los sistemas de drenaje de los Llanosdel Cagitán (Los Rameles), además de las sali-nas interiores de La Ramona y las charcas semi-naturales situadas alrededor de los asentamien-tos humanos. Este sistema destaca por la altacalidad de sus humedales, integrados en unazona esteparia con un paisaje rural tradicional ysin graves amenazas para su existencia.

Las colas del embalse y Los Rameles alber-gan una amplia gama de tipos estructurales de

vegetación de humedales de la Región (tarayalesbien conservados, juncales, carrizales, cañavera-les, etc.). Este embalse alberga las poblacionesy comunidades de aves acuáticas más importan-tes del interior de la Región, con grandes canti-dades de anátidas y fochas y constituye una delas áreas mayoritarias de invernada del Cormo-rán Grande. Cabe destacar, igualmente, la pre-sencia de la Garceta, Cigüeñuela y Martinete, in-cluidas en (Directiva Anes) el anexo I de la Direc-tiva 72/409/CEE.

Entre las comunidades acuáticas, destacan lasespecies de invertebrados Ecdyonurus sp. (Efeme-róptero), Simulium sp. (Díptero), Herophydrus mu-sicus (Coleóptero) y los Hidróbidos (Moluscos).

El embalse se incluye en la propuesta de Lu-ga r de Impo r t anc i a Comun i t a r i a ( L IC :ES6200043) elaborada por la Comunidad Autó-noma de la Región de Murcia y, junto con la sie-rra del Molino y los Llanos del Cagitán, ha sidodesignada, recientemente, Zona de Especial Pro-tección para las Aves (Resolución de 8 de mayode 2001, BORM de 18 de mayo de 2001).

EL EMBALSE DE ALFONSO XIII: UNA ZONA PALUSTRE EN UN ENTORNO SEMIÁRIDO

Estos humedales, de carácter artificial por suorigen y funcionamiento, representan ecosiste-mas acuáticos de escasa profundidad (15-20 cm),con una fase seca durante el invierno y permane-cen inundados desde abril o mayo hasta noviem-bre o diciembre, tras la recolección del grano.

El coto arrocero de Calasparra, representa-do por los arrozales de El Salmerón y Calaspa-rra, se diferencia del resto de zonas arrocerasespañolas por su peculiar situación y forma decultivo, aun cuando comparte con ellas la técni-ca de inundación. Estos arrozales están situa-dos en terrazas fluviales de la vega alta del Se-gura, sustituyendo parcialmente al bosque de ri-bera, en tramos encajados de paisajes abrup-tos y montañosos, cultivados con aguas rodan-tes no embalsadas y con rotación plurianual decultivos.

El particular funcionamiento hidrológico, conmayor encharcamiento durante el verano, y susaguas dulces, algo sulfatadas, ricas en nutrien-tes y de elevadas temperaturas, los hacen ex-

cepcionalmente singulares para el estableci-miento de comunidades vegetales y animales.Las primeras, representadas por comunidadesde helófitos, comunidades sumergidas y planc-tónicas, presentando algunos elementos natura-lizados de origen exótico. Las especies de inver-tebrados acuáticos son típicas de medios tem-porales (Odonatos como Sympetrum fonscolom-bei y Cordulia aenea y Coleópetros como Hydati-cus leander, Rhantus pulverosus, o Hydrophyluspistaceus), con gran importancia en la genera-ción de biodiversidad. La mayor parte de ellastienen estrategias oportunistas, pero son exclu-sivas de estos humedales, también con algúnelemento asiático (el molusco Gyraulus chinen-sis, introducido en la Península Ibérica a travésde esta práctica agrícola, que también ha traídodiversas plantas exóticas). Los arrozales alber-gan, igualmente, gran variedad de organismosanfibios, reptiles, aves y mamíferos. La orla ve-getal en la ribera del río presenta elementos co-mo Populus alba, Salix sp. y Ulmus sp.

ARROZALES DE CALASPARRA Y SALMERÓN:ESPECIES EXÓTICAS EN UN AMBIENTE MEDITERRÁNEO

tiempo una lámina de agua muy somera, lo quefacilita su colonización por macrófitos emergen-tes (e incluso sumergidos).

Otra característica relevante de los embalsesde la Región es la fuerte oscilación de nivel, mo-

tivada por la irregularidad de los aportes hídricosy el régimen de uso. Las fluctuaciones que expe-rimenta la superficie y profundidad de la láminade agua facilitan la colonización de amplias su-perficies por comunidades como el tarayal.

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Claves para su interpretación

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Todo lo anterior determina dificultades para ladelimitación de los humedales asociados a losembalses, lo que a su vez impide establecer conprecisión la superficie de los 14 embalses inclui-dos en el IRH 2000. Éstos representan, en núme-ro, el 14% de todos los humedales inventariados.

En la Región existen 1.120 hectáreas de arro-zales que representan el 6,3% de la superficie in-ventariada (excepto embalses) y el 26% sin elMar Menor. Sería, por tanto, el segundo humedalindividual más extenso de la Región, después delMar Menor.

Estos datos representan la superficie poten-cial de arrozal de la Región de Murcia, facilitadapor el Consejo Regulador de la Denominación deOrigen “Calasparra”, correspondiente a la super-ficie del coto arrocero perteneciente a los térmi-nos municipales de Calasparra y Moratalla. La su-perficie realmente sembrada de arroz varía segúnlos años y ha venido aumentando durante la últi-ma década desde 434,6 hasta 726 ha.

2.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LOS HUMEDALES.ASPECTOS SOCIALES Y ECONÓMICOSIMPLICADOS

La historia de Murcia está ligada al agua. El po-blamiento y la actividad económica de la Regiónson una lucha constante por regular y canalizar deforma eficiente los recursos hídricos, para dispo-ner de ellos en los lugares y épocas en que sonmás escasos o necesarios. Pero también es la his-toria de la interacción del hombre con los humeda-les: el Almarjal de Cartagena, la Albufera de Cabode Palos (actual Mar Menor), los almarjales de la

vega del Segura, los saladares del Valle del Guada-lentín..., son algo más que hitos geográficos o to-pónimos desprovistos de referente actual. La his-toria política, social y económica de Murcia ha gira-do en torno a ellos con una intensidad que explicasu grado actual de alteración y transformación.

Históricamente, los humedales han jugado unpapel muy importante, como fuente de productosy servicios diversos (suelo fértil, agua para riego,cosechas, minerales, caza y pesca, transporte) ycomo frontera o espacio a conquistar, como terri-torio sometido a los procesos y fuerzas de la Na-turaleza que contrasta con el espacio transfor-mado y utilizado. Incluso como escenario de lasdisputas entre distintos pobladores, grupos hu-manos y sectores de actividad.

La historia de los humedales murcianos es,por lo tanto, el relato de una lucha constante enla que las fronteras de los grandes humedalesprimigenios (almarjales interiores y costeros) vancambiando, por la intervención del hombre. Du-rante este proceso, el hombre transforma los hu-medales directa e indirectamente, al tiempo quegenera nuevos tipos (arrozales, salinas, embal-ses) y, en general, modula o interfiere su funcio-namiento para adaptarlo a sus necesidades, conresultados diversos.

A la larga, la tendencia es a un retroceso delos ecosistemas palustres, pero la evolución escompleja y dinámica, alternando fases en lasque los humedales recuperan terreno. Al igualque en la Edad Media se observaba con preocu-pación el avance de los almarjales en ciertos te-rrenos sin aprovechamiento, hoy ciertas accio-nes del hombre, como la expansión del regadío,provocan como reacción la proliferación de carri-zales y zonas encharcadas.

Salinas de la Rosa (Jumilla)

Saladar Punta de Las Lomas (Cartagena), un humedal relictoen la ribera del Mar Menor

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

Ocupando la depresión central del valle delrío Guadalentín, entre Totana y Alhama, se ex-tienden hoy día varias decenas de fragmentos desaladar, en distintos grados de conservación,con una extensión por fragmento nunca superiora las 80 hectáreas y un total de 700 hectáreassegún las estimaciones de finales de los noven-ta que figuran en el presente Inventario Regionalde Humedales. Tal es su ritmo de alteración, queactualmente sólo queda algo más de la mitad deesta superficie. Estos saladares fragmentados yen franco retroceso representan una fase termi-nal en la destrucción de los humedales presen-tes en los valles de inundación de los ríos medi-terráneos en climas áridos y semiáridos.

Gracias a PALAO (1909), experto local y co-nocedor profundo de estos humedales semien-dorreicos, sabemos con cierto detalle las técni-cas utilizadas en lo que entonces se llamaba elsaneamiento de tierras húmedas y salobreñas.El drenaje mediante distintos tipos de zanjas ylos lavados y riegos con aguas dulces eran lastécnicas más recomendadas. Estos terrenoseran entonces una gran estepa salina, que podríaextenderse a varios miles de hectáreas, en cuyamatriz habrían hasta siete ojos o manifestacio-nes palustres de geometría circular, de unos po-cos metros de diámetro, en los que manaban deforma permanente aguas dulces. Esos sieteojos se disponían todos ellos en la margen iz-quierda de río Guadalentín. Cuatro de ellos entre

la rambla de Salinas y las Flotas de Butrón (ojosde las Flotas, del Judío, del Churrete y del Lobo),otros dos entre dicha rambla y el cauce del Gua-dalentín (ojo de Esparza y ojo del Cuco –o nombresimilar–) y otro ojo, el de Fray Pérez, en la influen-cia del piedemonte de la sierra de La Muela. To-dos estos manatiales se han perdido, aunque al-gunos pueden reconocerse aún en el terreno.

Lógicamente, en estos parajes abundan otrostopónimos que hacen referencia a la salinidaddel terreno o a la vegetación típica de estas zo-nas como Los Salares, Las Salinas, El Albardi-nal, Los Siscares, La Camarroja o La Junquera.Todos ellos nos recuerdan su pasado natural, sa-lino, estepario y palustre.

Hoy día, este espacio fragmentario presentavarias declaraciones formales de protección(espacio protegido, área de protección de la fau-na silvestre, LIC, ZEPA), aunque su conserva-ción, aun parcial, está sin consolidar a la espe-ra de la aprobación definitiva de su Plan de Or-denación de los Recursos Naturales. Sus nota-bles poblaciones vegetales (Tamarix boveana,Halocnemum strobilaceum) y animales (aves es-teparias como Ortega, Alcaraván, Sisón, Carra-ca, Terrera marismeña y Curruca tomillera, o in-sectos como la cicindela endémica Taenidia de-ser ticoloides) y su paisaje estepario siguenamenazados y pendientes de una reactivacióndefinitiva de la protección y ordenación de esteenclave singular.

LOS SALADARES DEL GUADALENTÍN

Determinados tipos de humedales naturales yseminaturales se han conservado hasta la actua-lidad, o hasta fechas muy recientes, precisamen-te por su valor productivo o funcional para elhombre (salinas, manantiales, arrozales, encañi-zadas) y otros por haber quedado al margen delas actividades que han transformado el restodel territorio (saladares) o por resultar en sí mis-mos imposibles de modificar por su gran exten-sión (Mar Menor). Los humedales son ecosiste-mas de alta productividad, pero al mismo tiempomedios hostiles para ser ocupados o explotadospor el hombre, lo que ha frenado su colonizacióno transformación hasta que se ha dispuesto dela tecnología adecuada, lo que lamentablementeha sucedido en muchos casos.

No obstante, su dependencia de los procesosexternos les hace sensibles, como medios recep-tores de flujos hídricos, sedimentarios y de nu-trientes, a transformaciones que se desarrollanen su entorno. Así, actuaciones históricas sobrelos sistemas hidrológicos o sobre la vegetación ysuelos de su cuenca vertiente repercuten en los

humedales ocasionando fenómenos de colmata-ción, contaminación, eutrofización, desecación,drenaje, etc., especialmente evidentes en losbosques de ribera y almarjales fluviales, salada-res, lagunas y almarjales costeros.

A grandes rasgos, podemos establecer la evo-lución histórica de los humedales, por grandes ti-pos (litorales e interiores). Conviene recordar aquí

Urbanización en las antiguas salinas de Mazarrón

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Claves para su interpretación

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los humedales hoy ya desaparecidos, pero queen tiempos recientes aún constituían una partenotable del patrimonio natural de estas tierras.

En el litoral de lo que hoy es la Región de Mur-cia han desaparecido el Almarjal de Cartagena,El Fangal de Escombreras, las salinas de PuntaGalera (o de Los Narejos) y las salinas de Córco-las, todos ellos por urbanización o por instala-ción de polígonos industriales. También puedeconsiderarse prácticamente desaparecido por es-tas mismas razones el charco de la Vaca, quejunto con Lo Pollo constituía hace cien años eldenominado pantano de Los Cuencas, en la ribe-ra del Mar Menor.

De El Fangal no hay muchas referencias, sóloalgunas de la gran extensión de vegetación pa-lustre que se desarrollaba en esta localidad. Delas dos salinas mencionadas sí existe cartogra-fía relativamente reciente, ya que fueron abando-nadas al avance del desarrollo urbano-turísticodel Mar Menor, desarrollo que coincidió en partecon una de las crisis recientes más importantesdel sector salinero. Las salinas de Mazarrón tam-bién iniciaron este mismo proceso de abandonoy urbanización, pero su mayor extensión ha per-mitido la permanencia de varios estanques peri-féricos abandonados, pero sin edificar, que aúnmantienen cierta dinámica palustre.

De El Almarjal de Cartagena sí existen nume-rosas referencias, ya que por su proximidad a laciudad antigua de Cartagena, de la que consti-tuía su límite norte, se han sucedido incontablesplanes para su desecación en los últimos cuatrosiglos, culminándose entrado el siglo XX, con losúltimos grandes ensanches urbanos del norte dela ciudad. Según las referencias cartográficasmás precisas tuvo que tener más de dos kilóme-tros cuadrados de zonas encharcadas y salada-res limítrofes, aunque ya en 1860 los planos ofi-ciales recogían una extensión mucho más reduci-da de la zona pantanosa, localizada al norestede la ciudad, en El Hondón.

De su valor para la fauna silvestre se tieneuna referencia del infante D. Juan Manuel, queal tratar sobre el arte de la cetrería para la cazade garzas y avetoros (vítores en el lenguaje deentonces) menciona como lugar palustre impor-tante la desembocadura de la rambla de Benipi-la, entonces conectada, al menos en una de suspartes, con la zona suroeste del Almarjal. El au-

mento de población de Cartagena y los constan-tes problemas sanitarios que sufría, así como lamás que probable contaminación de las aguasdel Almarjal por los desechos orgánicos de sushabitantes, alentaron los sucesivos proyectosde desecación, con éxitos muy limitados durantemuchísimos años. Aún permanecen algunos to-pónimos que nos recuerdan este humedal comoEl Almarjal o Los Juncos. Estas zonas mantie-nen altos riesgos de inundación por las aguasde escorrentía procedentes de los campos inme-diatos.

Por lo que se refiere a los humedales interio-res, motivos de tipo agrario justificaron en su mo-mento el drenaje de algunos humedales estepa-rios de los campos de Yecla, así como la modifi-cación de los principales humedales situados enlos valles de inundación del río Segura y del ríoGuadalentín en sus vegas media y baja. En laEdad Media, desde la ciudad de Murcia hasta ellímite con el reino de Valencia, se disponíanabundantes zonas pantanosas, con lagunas co-mo la de Los Lobos en las proximidades de laciudad y almarjales usados como pastos para lascaballerías o bien para el cultivo del arroz o parala caza del Francolín. Dichos almarjales y demászonas palustres fueron sucesivamente elimina-dos, mediante su drenado con azarbes, durantela construcción del sistema de riego y de sus co-rrespondientes drenajes de aguas sobrantes pa-ra las huertas situadas aguas abajo de la ciudadde Murcia. Este proceso tuvo su fase final conlos meranchos y azarbes de la margen izquierdaentre El Raal y Santomera, terminados definitiva-mente en el siglo XIX.

Un proceso similar, pero aún inacabado ocu-rrió con el valle de inundación del Guadalentín.En tiempos recientes (hace unos 100 años), elaspecto del valle del Guadalentín entre las po-blaciones de Alhama y Totana consistía en unagran llanura esteparia sobre suelos salinos o enfase salina, con un freático muy superficial situa-do entre los 20 y 40 cm de profundidad, y algu-nas surgencias de aguas dulces llamadas ojossalpicando la llanura. Algunas zonas topográfica-mente más elevadas eran cultivadas. La exten-sión potencial de los saladares y estepas salinaspodría rondar las 4.000 hectáreas, aunque aprincipios del siglo XX se delimitan 1780 ha co-mo saladares. En la actualidad, el freático está

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

tan profundo que apenas interfiere en la dinámi-ca en superficie de la humedad y la sal, y la ex-tensión de los criptohumedales ha sido reducidaa una décima parte. Los ojos llevan ya muchotiempo totalmente secos.

A diferencia de los anteriores, otros tipos dehumedales interiores, resultado directo de activi-dades humanas, han ido aumentando en númeroy extensión a medida que se incrementaba la im-portancia de dichas actividades. Un ejemplo sonlos humedales asociados a los embalses de re-

gulación, defensa frente a avenidas y abasteci-miento de agua para riego. Las infraestructurasque los han generado (presas) son mucho másantiguas de lo que se cree, siendo la Región deMurcia una de las pioneras en la construcción degrandes obras hidráulicas. Más recientemente,la pequeña hidráulica asociada al regadío ha da-do lugar a millares de cuerpos de agua artificia-les, las balsas de riego, que en ocasiones ad-quieren una gran importancia para la fauna acuá-tica.

2.3. DIAGNÓSTICO DE LAS INTERACCIONESHOMBRE-HUMEDALES

2.3.1. Cambios recientes en el patrimoniode humedales

Con respecto a los inventariados en 1990, larevisión de 2000 indica que únicamente han de-saparecido por completo 7 humedales, todosellos pertenecientes al tipo charcas y pozas.

En lo relativo a la variación de la superficie de hu-medales, la revisión del inventario refleja la desapari-ción de 855,52 ha de humedales (equivalentes al4,37% de la superficie total inventariada en 1990).

A finales del siglo XVIII, tras varios fracasosde trasvasar agua al río Guadalentín para abaste-cer los regadíos de Lorca, desde las fuentes deArchivel y desde los ríos Castril y Guardal (en lacuenca del Guadalquivir), e incluso de un fallidoembalse proyectado en 1647 sobre el Guadalen-tín, se construyen los embalses de Puentes y Val-deinfierno, las primeras grandes presas de Espa-ña. El incremento demográfico y la necesidad detierras agrícolas junto al alza del precio de losproductos de consumo y una secuencia de desas-tres meteorológicos (avenidas y sequías), justifi-caron estas obras, aprobadas por Carlos III y pro-yectadas por los arquitectos Juan de Villanueva yGerónimo Matín de Lara, ejecutor de las mismas.

Ambas presas controlarían unos 86.000.000de m3 (el embalse de Tibi, el mayor hasta enton-ces, almacenaba 3.700.000 m3) y permitirían laampliación de unas 13.000 ha más de regadío.Pero ambas construcciones tuvieron desde elprincipio serios problemas.

El embalse de Valdeinfierno se construyó 3kilómetros aguas arriba de los ojos del Luchenaun manantial de afloramiento subterráneo cuyoprincipal abastecedor ha resultado ser el propioembalse. Además, casi desde su puesta en mar-cha en 1788 (aunque finalizó definitivamente en

1791), se observaron problemas de aterramien-to por las aguas de avenida, utilizándose en mu-chas ocasiones como fuente de tierra fértil paralos cultivos. Su aspecto desértico, con fangossecos y cuarteados, es utilizado en fotos cuandose quiere magnificar las sequías en la cuencadel Segura.

El de Puentes no ha tenido mejor historia.Mal cimentado sobre terrenos aluviales, comen-zó su construcción en 1785, estando en diciem-bre de 1788 dispuesto para acumular agua. Du-rante once años, el embalse nunca alcanzó sucapacidad límite, hasta que el 30 de abril de1802, a las tres de la tarde, el embalse comple-tamente lleno se desbordó. La presa se abrió yse evacuaron 52.000.000 de m3 que arrasaronel barrio de San Cristóbal en Lorca, produciendo608 muertos y graves daños materiales. La re-percusión de esta catástrofe fue tal que hastacasi un siglo después (por Real Decreto de 13 dejunio de 1897) no se volvió a reconstruir la pre-sa, hoy día ubicada unos metros aguas abajo dela antigua. Recientemente ha sido inagurada laúltima actuación sobre ella, consistente en su re-crecimiento por haber perdido capacidad, dentrode las obras del Plan de Defensa Contra las Ave-nidas del Segura.

LOS PANTANOS DE LORCA

Estado de colmatación y desarrollo del tarayal en el Embalsede Valdeinfierno (Lorca).

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Claves para su interpretación

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Los tipos de humedales que han sufrido unamayor pérdida neta de la superficie inventariadaen 1990 han sido los criptohumedales, tanto entérminos absolutos (820,29 ha) como relativos(un 30% de la original).

Esta reducción explica en su mayor parte lavariación regional. En el extremo opuesto, el tipoque mayor incremento de superficie ha experi-mentado, embalses aparte, ha sido el de lascharcas y pozas (sólo 9,6 ha, pero que represen-tan un 123% de la superficie original).

Los humedales individuales que mayor varia-ción neta han sufrido han sido, en términos rela-tivos, los saladares de Altobordo (CR17), quehan perdido un 76% de la superficie inventariadaen 1990, y en términos absolutos los de la mar-gen izquierda del Guadalentín (CR6), de los quehan desaparecido 596,29 ha (69%). Les siguenLa Alcanara (CR5; 108,8 ha o un 33,9% de pérdi-da) y El Salar Gordo (42,6 ha o un 55%). El mayorincremento lo ha experimentado, en superficie,la Marina del Carmolí (CR10; 67,1 ha o un27,1%), y en porcentaje, la gravera de la ramblade las Moreras (C7; 11,8 ha o un 295%). Para al-gunos tipos de humedales existen datos adicio-nales sobre su variación reciente. AMBIENTAL(1995) establece un bosquejo histórico de la de-saparición de fuentes y surgencias –desde1916– por sobreexplotación de acuíferos. Aun-que las cifras globales no permiten una adecua-da comparación, a escala comarcal sí se obser-van balances muy negativos: en las unidades hi-drogeológicas de Mazarrón y Águilas, la descarga

de fuentes y manantiales desciende de 3,6 a 0,6hm3/año y en las correspondientes al Altiplanode Jumilla-Yecla, la descarga se reduce a 0,7hm3/año, cuando en 1916 la salida sólo por ma-nantiales era de casi 8,5 hm3, sin contar los 6,5que eran extraídos mediante galerías.

Con independencia de su variación superficial,el estado de conservación de los humedales quese mantienen varía notablemente dependiendodel tipo de humedal considerado y de otros facto-res. Características como la localización, las acti-vidades que se desarrollan en ellos o en su entor-no, la situación hidrológica a escala de sistema ocuenca hidrográfica o el propio tipo de uso huma-no que sustenta el humedal, influyen sobre la si-tuación global de cada tipo y sobre la situaciónparticular de algunos sitios individuales.

2.3.2. Actividades e impactos

El estado de conservación de los humedalesguarda una estrecha relación con el tipo de acti-vidades que se desarrollan en ellos y que les in-fluyen de muy diversa forma. Las actividadespueden ser fuente de impactos, pero en muchoscasos han contribuido tradicionalmente a la con-servación de los humedales, resultando muchomás perjudicial su abandono que la actividad pro-piamente dicha.

Del mismo modo, determinados usos actua-les –como los recreativos– causan impactos, pe-ro al mismo tiempo favorecen la conservación delos humedales incrementando su conocimiento yvaloración social. La distribución de actividadesen el conjunto de los 98 humedales inventaria-dos indica que las más frecuentes son el pasto-

En los últimos 10 años, la mayor pérdida de superficie de hu-medal la han experimentado los criptohumedales. En la ima-gen, El Salar Gordo (Molina de Segura), que ha perdido el55% de su superficie inventariada en 1990

Residuos agrícolas en el saladar de Cañada Brusca (Águilas).

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

reo (presente en el 48,9% de ellos), el uso re-creativo (38,7%), el abastecimiento de agua pa-ra riego (15,3%), la regulación hídrica y el controlde avenidas (12,2%) y la caza (12,2%).

En más de un 5% de humedales se realizanactividades como el cultivo agrícola, la extracciónde sal, el abastecimiento de agua y el uso tera-péutico o medicinal. El resto de actividades se si-túan por debajo de este porcentaje.

Obviamente, estas proporciones varían de-pendiendo del tipo de humedal considerado. Enlas charcas predomina el uso ganadero y tam-bién experimentan algún uso recreativo, sirvien-do en menor medida para abastecimiento deagua o para riego. Los criptohumedales son utili-zados principalmente para el pastoreo y tambiénpara actividades recreativas, caza y agricultura.Las actividades más frecuentes en los embalsesson la regulación hídrica y el control de avenidas,el uso recreativo y el suministro de agua para rie-go. También son frecuentes el pastoreo y la caza.En los humedales con salinas costeras activaspredominan la extracción de sal (en todos ellos),

el pastoreo y los usos medicinales. En las sali-nas interiores, el uso más frecuente es tambiénla extracción de sal (aunque sólo se desarrollaen un 33,3%), lo mismo que el uso recreativo.Los bosques de ribera únicamente son utilizadospara actividades recreativas (los dos ejemplos in-cluidos en este Inventario). Las fuentes y manan-tiales se utilizan fundamentalmente como abre-vadero para el ganado y para riego y en menormedida para actividades recreativas. En las en-cañizadas se desarrollan actividades de pesca,marisqueo, acuicultura y recreativas. En cuantoal Mar Menor, en él se desarrollan actividadesrecreativas, medicinales, extracción de arena,militares, de transporte, pesca, marisqueo yacuicultura. Los arrozales tienen como única acti-vidad la agricultura.

Por lo que se refiere a los tipos de impactosque afectan preferentemente a los humedalesmurcianos, puede realizarse también un diagnós-tico global y por tipos. En términos generales, losimpactos más frecuentes son el vertido de resi-duos sólidos (afecta al 42,85% del total de hu-medales), la presión recreativa (23,46%) y elabandono de usos tradicionales (21,42%).

Impactos sobre los humedales

0

5

10

15

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25

30

35

40

45

RS PR AU CG DA ARH RC ACV VAE IN

Nº de humedales

RE= Residuos Sólidos; PR= Presión Recreativa; AU= Abando-no Usos; CG= Carpa Ganadera; DA= Drenaje Agrícola; ARH=Alteración Régimen Hídrico; RC= Rodeado por Cultivos; ACV=Alteración Cobertura Vegetal; VAE= Vuelo de Aeronaves; IN=Incendio.

Actividades que se realizanen los humedales

0

10

20

30

40

50

60

PA UR RI CZ RH AG ES AA MD

% de humedales

PA= Pastoreo; UR= Uso Recreatico; RI: Riego; CZ= Caza; RH=Regulación Hídrica; AG= Agricultura; ES= Extracción de Sal;AA= Abastecimiento de Agua; MD= Medicinal.

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Claves para su interpretación

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Las charcas se ven afectadas sobre todo porla carga ganadera, si bien se trata de un impactocolateral al uso que garantiza su mantenimiento.También destaca por su frecuencia el vertido deresiduos sólidos. Algunas charcas se ven afecta-das también por el abandono de su uso (equiva-lente a falta de mantenimiento, que dificulta oimpide la captación de agua) y por incendios quedestruyen la vegetación palustre.

A los criptohumedales les afectan sobre todolos residuos sólidos y el drenaje agrícola. Tam-bién la presión recreativa y la alteración de la cu-bierta vegetal. Además, sufren un amplio abani-co de impactos como el abandono de usos tradi-cionales, la carga ganadera, la alteración del ré-gimen hídrico, la urbanización, la construcción deinfraestructuras y las roturaciones.

A los embalses les afectan sobre todo los re-siduos sólidos, la presión recreativa y la cargaganadera. Residuos líquidos (urbanos e indus-triales), colmatación y extracción de áridos sonotros impactos relativamente frecuentes.

En los humedales con salinas costeras acti-vas predominan la presión recreativa, el vuelo deaeronaves y la predación no natural (afectando atodos). Dos tercios sufren vertidos de residuossólidos, están rodeados por urbanizaciones ohan perdido virtualmente su uso tradicional, porfalta de rentabilidad, manteniéndose gracias aayudas públicas.

Las salinas interiores se ven afectadas sobretodo por el abandono de su uso tradicional, alque se asocia la ausencia de mantenimiento demanantiales o el cese del bombeo desde pozos

de agua salina. Impactos también registrados,aunque minoritariamente, son residuos sólidos yalteraciones del entorno (expansión de la agricul-tura o degradación del paisaje).

Los impactos más frecuentes sobre la reduci-da muestra de bosques de ribera incluida en es-te inventario son la presión recreativa, los incen-dios y la regulación hídrica.

Las fuentes y manantiales se ven afectadossobre todo por el vertido de residuos sólidos y porla sobreexplotación de acuíferos. Otros impactoscitados son la alteración del régimen hídrico, laexpansión agrícola o la degradación del paisaje ensu entorno, la presión recreativa y el drenaje.

En las encañizadas se registran vertidos deresiduos sólidos, dragados, presión recreativa,abandono de usos (en parte recuperados), vuelode aeronaves y urbanizaciones en su entorno.

En cuanto al Mar Menor experimenta quizá lamás amplia variedad de afecciones: residuos só-lidos, alteración del régimen hídrico (por aperturade canales), presión recreativa, cultivos y urbani-zaciones en el entorno, dragados, drenaje y resi-duos agrícolas, residuos líquidos urbanos, vuelode aeronaves, tráfico de embarcaciones a motor,rellenos y eutrofización.

Los arrozales son el único tipo para el que nose han registrado impactos.

Si se analizan por separado los humedales in-teriores y litorales, se aprecian algunas diferen-cias en la frecuencia con que les afectan los dis-tintos impactos. En los interiores, los impactosregistrados con mayor frecuencia son los resi-duos sólidos (en un 31,2%), el abandono de usosy la sobreexplotación de acuíferos (en un 20% omás). Carga ganadera, presión recreativa y altera-ción del régimen hídrico se citan en más del 10%.En los litorales también el impacto más comúnson los residuos sólidos (88,8%), pero les siguenla presión recreativa (77,7%), el vuelo de aerona-ves (55,5%), el drenaje agrícola (50%) y la presen-cia de urbanizaciones y cultivos en el entorno, asícomo la alteración de la cubierta vegetal, presen-tes en un 30% de humedales o más.

Finalmente, las cifras anteriores no reflejan laextensión o intensidad con que cada impactoafecta a los humedales. Un análisis somero de lacontribución de los impactos a la destrucción dehumedales revela que las infraestructuras (carre-teras, polígonos industriales), las roturaciones y

Roturación y expansión del carrizo (Phragmites australis) enel saladar de Lo Poyo (Cartagena)

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las instalaciones agropecuarias (granjas, naves)explican una proporción muy alta de las pérdidasen criptohumedales interiores: prácticamente to-das las superficies desaparecidas de CR17 (Alto-bordo) y una gran extensión de los saladares delGuadalentín (CR5, CR6 y CR7). También tienencierta importancia los vertidos de residuos sóli-dos, tanto en los saladares del Guadalentín comoen El Salar Gordo, donde todas las superficiesdesaparecidas obedecen a esta causa.

En cambio, las superficies perdidas en el lito-ral resultan sobre todo del vertido de residuossólidos y la urbanización. Los primeros han oca-sionado la principal reducción de superficie delos humedales de las salinas de San Pedro (H3)y Marchamalo (H2) y la urbanización, la de loscriptohumedales de La Manga (CR12), Lo Poyo(CR13) y Punta Galera (CR20).

Lo mismo puede decirse de las acciones res-ponsables de cambios ecológicos, del deteriorode la calidad ambiental o de la funcionalidad delhumedal –sin pérdida de superficie–. En general,los impactos que más contribuyen al cambio eco-lógico son, tanto en los humedales interiores co-mo en los litorales, los derivados del drenajeagrícola, el abandono de los usos tradicionales yla alteración del régimen hídrico. Otros impactosafectan específicamente a ciertos valores, comola presión recreativa, el tráfico terrestre o la pre-dación no natural, que degradan la vegetación olas condiciones de vida de la fauna.

En cuanto a las causas últimas que originanlos factores de degradación previamente descri-tos, las tendencias generales en los usos quecompiten por el espacio o los recursos hídricos

son las más importantes, en especial con rela-ción a la agricultura y al turismo. A ello se unenlos condicionantes de propiedad, ordenación ur-banística e insuficiencia de las políticas públicas(informativas, financieras, de planificación, decoordinación...) de gestión de estos medios.

2.3.3. Diagnóstico global

Conocida la tendencia histórica y sus motiva-ciones socioeconómicas y la situación actual delrecurso (inventario), incluyendo los tipos de usos,amenazas e impactos que soporta cada tipo dehumedal, resulta posible establecer un diagnósti-co de la interacción antrópica con los humedales,tanto en términos positivos como negativos.

Para ello es conveniente realizar una lecturaconjunta de las actividades humanas que se de-sarrollan en los humedales, en particular deaquellas que han contribuido tradicionalmente asu creación, transformación o mantenimiento.

La ganadería se relaciona con carácter gene-ral con la creación y mantenimiento de humeda-les seminaturales o artificiales como charcas ypozas y con el mantenimiento de humedales natu-rales como fuentes y manantiales, en ambos ca-sos para abrevadero del ganado. También con lapreservación de criptohumedales (saladares ypastizales halófilos), integrados en áreas de pas-toreo extensivo, como zona de alimentación. Laasociación de las charcas ganaderas a vías pe-cuarias ha sido confirmada en bastantes casos.

Algunos sistemas importantes de charcas ga-naderas se localizan a lo largo de cañadas, corde-les o veredas. En Caravaca, el sistema de char-cas de la “Cañada del Hambre”, del que formaparte la charca de la Casa “El Cajitán” (C41), selocalizan en la intersección de tres cañadas rea-les: la del Moral, la del Cortijo del Espín y la de Ar-chivel. Las charcas de El Barbo (C11), de la Casade Bulleros (C13) y del camino a la Casa de Bulle-ros (C14) se localizan junto a la vereda de Rosi-que. Junto a la Charca de Yéchar (C25) finaliza elextremo oriental de la Cañada Real de Calasparra(302901). Las charcas C15, C16, C18, C19,C20, C24, C26 se distribuyen a lo largo de la Ca-ñada Real de Calasparra (sobre la misma vía o aescasa distancia) y sobre otras veredas asocia-das a ésta: del Ardal, de Valentín y de la Venta delHumo. Y un largo etcétera.

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

La presión urbanística es la responsable de la desapariciónde los humedales de La Manga. En la imagen, pequeña man-cha de saladar residual entre urbanizaciones

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Claves para su interpretación

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Algunos manantiales conservados en un esta-do prácticamente natural se asocian típicamenteal uso ganadero (manantial de la cañada de la Ca-rrasca), aunque también es frecuente que, unavez garantizado el suministro de los abrevaderos,se canalicen o entuben para derivar la mayor par-te del caudal hacia otros usos.

Valores naturales como la avifauna estepariadependen estrechamente del uso ganadero quegarantiza la conservación de su hábitat (criptohu-medales) y la introducción de cultivos forrajeros,integrados en el mosaico paisajístico, que les fa-vorecen indirectamente proporcionando hábitatsadicionales de alimentación (como ocurre en lossaladares del Guadalentín). Otro tipo de valores,como la flora o vegetación, pueden resultar nega-tivamente afectados por el sobrepastoreo. En lascharcas se cita la carga ganadera como un impac-to, que se manifiesta en el pisoteo de la vegeta-ción, la compactación del sustrato y el incremen-to de la turbidez de la masa de agua; no obstan-te, este impacto es de baja intensidad y en partereversible y se ve compensado sobradamente porel mantenimiento del humedal como hábitat demacrófitos, inver tebrados, anfibios y reptilesacuáticos y como bebedero de la fauna silvestredel entorno (incluida la fauna cinegética).

La agricultura está en relación directa con lacreación de embalses, arrozales y balsas deriego, si bien los primeros no tienen con carácterexclusivo funciones de suministro de agua parariego, compartiéndolas con otras de regulación ydefensa frente a avenidas. Los embalses pueden

generar humedales de interés biológico y paisajís-tico en sus riberas o colas, cuando se dan las con-diciones apropiadas de pendiente, fluctuación dela masa de agua, sedimentación, etc., que permi-ten la formación de cinturones de helófitos, bos-quetes riparios, playas fangosas, etc. En ocasio-nes, una gran parte o la totalidad del embalse secomporta como un humedal, especialmente si semantiene a un bajo nivel de llenado (por ejemplo,el embalse de Santomera (E10) durante la pros-pección de campo del presente proyecto) o si pre-senta una gran estabilidad, en función del régimende explotación (azud de Ojós; E8). En otros casos,un régimen excesivamente fluctuante impide o difi-culta la formación de los hábitats arriba citados.

El uso agrícola se asocia también a determina-das fuentes y manantiales, si bien en este casoes raro que se mantenga el carácter natural de lasurgencia, siendo mucho más frecuente su cana-lización y entubamiento para el aprovechamientode caudales. En general, es el uso ganadero elque con más frecuencia permite el mantenimien-to de surgencias en un estado casi natural, aun-que también se conservan en este estado algu-nos manantiales utilizados para riego, cuando noson captados en el propio nacimiento (ojos de Ar-chivel, F11; manantial de Architana, F7).

Como factor de alteración, la agricultura com-pite por el espacio con los criptohumedales, me-diante la roturación de terrenos, y altera su fun-cionamiento mediante la extracción de aguas sub-terráneas, el drenaje de aguas de regadío haciael humedal y la contaminación orgánica y química(localizada o difusa).

Las actividades de regulación hídrica, parafunciones de control de avenidas, suministro deagua para actividades urbanas e industriales yotros usos no agrarios, guardan relación tambiéncon la creación de embalses. Este tipo de activi-dades afectan negativamente a las fuentes y ma-nantiales, cuando son utilizados para suministrode agua a la población, por las mismas razonesque el aprovechamiento para riego (canalizacióny/o entubamiento).

La pesca está típicamente asociada al mante-nimiento de humedales como las marismas pseu-domareales o encañizadas, siendo este uso elque precisamente condiciona la estructura del hu-medal, permitiendo la existencia de determina-dos microhábitats. Los valores naturales asocia-

Balsa del Gaitán (Jumilla). El mantenimiento de las charcasganaderas asociadas a las vías pecuarias es un hecho cons-tatado en muchas zonas de la Región

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Situación y tendencias de los humedales de la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

dos son comunidades muy diversas de fauna yflora litoral, aves acuáticas (en particular limíco-las) y marinas. En su versión deportiva, la pescaes una actividad frecuente en embalses y riberasfluviales, con un impacto considerable a través dela introducción de especies exóticas y de la pre-sión recreativa.

Las actividades extractivas, incluyendo enellas a la producción de sal (englobada desde elpunto de vista administrativo-legal en el ámbitode la minería), son responsables de la creaciónde salinas costeras, salinas interiores y algunascharcas y pozas. Todos los casos incluidos en elIRH provienen de humedales naturales (criptohu-medales o lagunas costeras) transformados endistintas épocas en sistemas de estanques sali-neros. Éstos permiten mantener un gradiente es-pacial de salinidad y una heterogeneidad estruc-tural que incrementa la diversidad biológica delhumedal.

Las charcas y pozas originadas a partir de ac-tividades extractivas son encharcamientos artifi-ciales originados en antiguas graveras (rambla delas Moreras) o explotaciones de arcilla (fuente delPinar). Pueden adquirir un grado de naturalizaciónimportante, por la heterogeneidad estructural dela cubeta, el desarrollo de vegetación palustre yla colonización faunística, especialmente por unagran variedad de aves acuáticas.

El saneamiento urbano, y concretamente eltratamiento de aguas residuales de origen do-méstico, ha originado cuerpos de agua estricta-mente artificiales como depuradoras de lagunaje.Algunas balsas de riego, charcas y pozas seusan también como depósito de este tipo deaguas, con o sin algún grado de tratamiento pre-vio, si bien esto constituye una función secunda-ria que tiene la consideración de impacto en es-tos tipos de humedales (por ejemplo, en las char-cas de la rambla de las Moreras).

Otras actividades, como la industria, la urbani-zación y la construcción de infraestructuras yobras públicas (carreteras, canales, tendidoseléctricos, gasoductos...) son en general fuentede impactos sobre los humedales, causando unareducción en su superficie, valores y funciones ola desaparición total de éstos. Ocasionalmente,las infraestructuras pueden generar humedalescomo charcas y pozas por intercepción de drena-jes, excavaciones, filtraciones...

El turismo es también una fuente de impactosa través de la presión recreativa, contaminación,urbanización, rellenos y dragados (asociados ainstalaciones náutico-deportivas). Su contribucióna la creación y mantenimiento de cuerpos deagua es anecdótica y se circunscribe a los estric-tamente artificiales como balsas y estanques or-namentales para riego de urbanizaciones, cam-pos de golf, etc.

Con carácter general, los humedales inventa-riados soportan presiones derivadas de los cam-bios de uso, tanto en su interior como en los sis-temas hidrológicos de los que dependen. Loscambios en la agricultura (tanto por el abandonode prácticas tradicionales como por la intensifica-ción de los regadíos), en la explotación salineraartesanal (por su declive), en la ganadería (por elabandono de sistemas tradicionales de trashu-mancia) y en el turismo (por el crecimiento urba-nístico que lleva asociado) afectan directamentea la superficie de humedales existente en la Re-gión. Por otra parte, los cambios en estas activi-dades, y en particular su abandono, favorecen ladegradación de fondo de los humedales, en la for-ma de vertidos y ocupaciones puntuales y otrasformas de alteración que en algunos casos ad-quieren una gran extensión.

Con la excepción de determinados humedalesprotegidos y correctamente gestionados, la per-cepción de muchos humedales por el público engeneral es peyorativa, considerándolos focos demolestias e insalubridad.

La expansión de los regadíos está en relación directa con lacreación de embalses y balsas de riego. En la imagen, proli-feración de balsas de riego en el valle del Guadalentín

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Existe una baja valoración generalizada, quese ve potenciada por la citada degradación defondo que progresa en ausencia de una vigilanciasuficiente. Esto hace extraordinariamente difícilque se pueda plantear, por ejemplo, revertir latransformación de humedales desprotegidos porla normativa urbanística o agrícola. No existe unapresión social que desencadene soluciones ima-ginativas, que permitan conservar estos espa-cios, integrándolos en el desarrollo urbanístico,agrícola o industrial.

La gestión del uso público orientada a la infor-mación, interpretación y educación ambiental enlos humedales protegidos cumple una función deenorme valor, pero puede proporcionar una ima-gen de humedales de élite, que no trasciendemucho más allá de los estrictos límites de los es-pacios naturales protegidos. Algunos humedalesprotegidos limitan directamente con biotopos dehumedales muy alterados, lo que puede reforzaresta imagen.

Claves para su interpretación

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Fuente en la muralla de Archivel (Caravaca). A pesar de queel uso ganadero es el que con mayor frecuencia permite elmantenimiento de fuentes y manantiales, su uso agrícola hapermitido en muchos casos su conservación

Pista de motocross en el humedal de Derramadores (PaisajeProtegido de Rambla Salada y Ajauque). La destrucción de lacubierta vegetal es una de las consecuencias más frecuentesdel uso recreativo y de ocio en los humedales

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3.1. INICIATIVAS INTERNACIONALES

La Convención de Ramsar (1971) es el mar-co de referencia obligado de las políticas de con-servación de humedales. Este convenio es elmás antiguo de los tratados intergubernamenta-les sobre conservación de los recursos natura-les, siendo 136 las Partes Contratantes y másde 1.000 los sitios incluidos en la “Lista Ram-sar” de humedales de importancia internacional.

A lo largo de la existencia del convenio, se haampliado su alcance, inicialmente centrado enlos humedales como hábitat de aves acuáticas,para abarcar todos los aspectos de su conserva-ción y uso sostenible. Ha madurado la concep-ción de que la conservación de los humedales

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Políticas de conservación y desarrollo sostenible de humedales

3. Políticas de conservación y desarrollosostenible de humedales

En 1996, la sexta reunión de la Conferenciade las Partes Contratantes del convenio adoptóun Plan Estratégico 1997-2002, que pone espe-cial énfasis en la consideración de los humeda-les dentro de la planificación y la adopción de de-cisiones, a escala nacional, provincial y local, so-bre los usos del suelo, la gestión de las aguassubterráneas, la planificación de cuencas y zo-nas costeras y todas las demás medidas de pla-nificación y gestión del medio ambiente.

Para ello propone que se establezcan políti-cas nacionales de humedales, bien de forma in-dependiente o como elementos claramente iden-tificables dentro de otras iniciativas (como porejemplo, Estrategias Nacionales de Conserva-ción o Biodiversidad). El Convenio sobre Diversi-dad Biológica (CBD), ratificado por España en1993, establece también en su artículo 6º la ne-cesidad y la obligación de que las Partes Contra-tantes elaboren estrategias, planes o programas

nacionales para la conservación y el uso sosteni-ble de la biodiversidad y que integren la conser-vación y el uso sostenible de la diversidad bioló-gica en los planes, programas y políticas secto-riales e intersectoriales. Este convenio consideraprioritarios a los ecosistemas costeros y a losde aguas interiores, ambos incluidos en la defini-ción de humedal del Convenio de Ramsar.

La Declaración de Venecia (1996) hace un lla-mamiento a los estados de la región mediterrá-nea para que elaboren y adopten Planes Nacio-nales sobre Humedales basados en la Estrate-gia sobre Humedales Mediterráneos, cuyo finprincipal es “detener e invertir la pérdida y degra-dación de los humedales mediterráneos, comocontribución a la conservación de la biodiversi-dad y al desarrollo sostenible de la región”. Laestrategia, aprobada simultáneamente con dichadeclaración, es una adaptación regional del PlanEstratégico de Ramsar para el Mediterráneo.

ESTRATEGIAS PARA LA CONSERVACIÓN DE HUMEDALES

Humedal de Ajauque (Fortuna)

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Claves para su interpretación

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sólo puede lograrse armonizando los interesesestrictamente conservacionistas con los de lossectores económicos que tienen una influenciadirecta sobre ellos.

Por lo que se refiere a las políticas de laUnión Europea, en 1992 se inicia la creación dela Red Natura 2000, agrupando las zonas de es-pecial protección de acuerdo con las Directivasde Aves (79/409 CEE) y de Hábitats (92/43CEE). Natura 2000 tiene una enorme importan-cia para la conservación de los humedales en lospaíses comunitarios, ya que, por una parte, inclu-ye espacios en los que existen hábitats propiosde humedales (p. ej. estuarios, lagunas coste-ras, marismas halófilas, estanques temporalesmediterráneos, turberas, lagos); por otra, Natura2000 incluye las Zonas de Especial Protecciónpara las Aves (ZEPAs) y las zonas de importanciacomunitaria como hábitat de especies de flora ode fauna típicas de ecosistemas acuáticos. Porotro lado, se establece la necesidad de tomarmedidas de conservación apropiadas en los si-tios incluidos en la red, incluyendo la elaboraciónde planes de gestión, y se crean instrumentos fi-nancieros para su aplicación.

Con posterioridad, la Comisión Europea hapuesto en marcha diversas iniciativas, como laComunicación de la Comisión al Consejo y al Par-lamento Europeos sobre "Uso prudente y conser-vación de los humedales" (1995), aprobada porel Parlamento Europeo, que se inspira en la ideade uso racional promovida por el Convenio de

Ramsar. Como respuesta europea al CBD, tam-bién en 1995 fue aprobada la Estrategia Pan-Eu-ropea para la Diversidad Biológica y Paisajísti-ca, que se desarrolla a través de planes de ac-ción quinquenales, estructurados a su vez en on-ce temas de acción.

En 1998, la Comisión Europea presentó unaComunicación al Consejo y al Parlamento Euro-peos sobre una “Estrategia de Biodiversidad dela Comunidad Europea”, diseñada para anticipar,prevenir y combatir en su origen las causas de lareducción o pérdida de diversidad biológica.

Por lo que se refiere a la gestión integrada delagua, el 22 de diciembre de 2000 se publicó enel Diario Oficial de las Comunidades EuropeasDirectiva Marco del Agua (Directiva 2000/60/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23de octubre de 2000, por la que se establece unmarco comunitario de actuación en el ámbito dela política de aguas), que regulará la actualmentefragmentada disposición comunitaria en este ám-bito y cuyo objetivo es la protección de las aguasde superficie, subterráneas, costeras e interio-res.

Esta directiva cubre todas las aguas comuni-tarias (aguas superficiales interiores, aguas cos-teras y aguas subterráneas). Su objetivo princi-pal es conseguir un buen estado de todas lasaguas en el plazo de 15 años desde la adopciónde la directiva.

Es de esperar que la directiva tenga importan-tes efectos positivos sobre los humedales, al es-tablecer el “buen estado” en términos tanto cuan-titativos como cualitativos, de las aguas superfi-ciales y subterráneas asociadas a ellos, y poratender tanto a los niveles de contaminantes co-mo al estatus ecológico (hidrología, hidroquímica,geomorfología, diversidad de especies). La direc-tiva establece la obligación de identificar el esta-do de las distintas masas de agua dentro de cadacuenca hidrográfica y de elaborar un plan de ges-tión para la misma. En este plan figurarán ade-más todas las áreas protegidas, y específicamen-te las pertenecientes a la Red Natura 2000, conun programa de actuaciones que incluya las medi-das necesarias para cumplir con las obligacionesde las Directivas de Aves y Hábitats, así como lasacciones de conservación y restauración de hu-medales que sean necesarias para alcanzar el ob-jetivo del buen estado de las aguas.

Roturaciones y cultivos en los límites de la Marina del Carmolí(Cartagena)

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Políticas de conservación y desarrollo sostenible de humedales

En el ámbito mediterráneo tienen relevanciainiciativas internacionales como el Convenio deBarcelona y el Plan de Acción para el Mediterrá-neo (PAM), en cuyo marco se adoptó en 1995 elProtocolo sobre las Zonas Especialmente Prote-gidas y la Diversidad Biológica en el Mediterrá-neo, el cual establece la necesidad de adoptarmedidas especiales de protección para los ani-males y plantas en peligro, así como de las zo-nas consideradas vitales para su supervivencia.Se crean las Zonas Especialmente Protegidas deImportancia Mediterránea (ZEPIM) para asegurarla protección de, entre otras, las zonas costerasde elevada importancia ecológica y las que con-tienen tipos representativos de ecosistemas, in-cluyendo numerosos humedales costeros. Es elcaso del Mar Menor, designado por la Región deMurcia junto con la franja litoral oriental. Tambiénen 1995 se aprobó la Resolución de Barcelonapara el Medio Ambiente y el Desarrollo Sosteni-ble en la Cuenca Mediterránea, como instrumen-to de aplicación de la segunda fase del PAM, elConvenio de Barcelona y sus Protocolos. En ellase destaca la necesidad de promover la conser-vación y la gestión racional de los humedalesmediterráneos y se prevé que los estados elabo-ren y apliquen estrategias nacionales para la bio-diversidad.

La iniciativa MedWet fue lanzada en 1991,como resultado de un esfuerzo cooperativo de di-versas instituciones, que obtuvo apoyo financierode la Comisión Europea, desarrollándose a tra-vés de dos proyectos plurianuales. El primero deellos, MedWet1 (1993-96), con participación deEspaña, Francia, Grecia, Italia y Portugal, elaboróy puso a prueba métodos e instrumentos para elinventario y seguimiento, gestión, aplicación delos resultados de investigación y sensibilización.En el marco de esta iniciativa internacional se ce-lebró en 1996 la Conferencia sobre los Humeda-les Mediterráneos, en la que fueron aprobadasla Declaración de Venecia y la Estrategia sobreHumedales Mediterráneos.

3.2. Legislación y planificación estatal

En el ámbito estatal existen diferentes instru-mentos legales que establecen la importancia delos humedales y la necesidad de su conserva-ción (CALVO, 1995). La Ley 29/1985 de Aguas

establece una definición de humedal, la necesi-dad de su inventariación y delimitación, la elabo-ración de planes hidrológicos, la inclusión en eldominio público hidráulico de las aguas continen-tales (tanto superficiales como subterráneas),los cauces naturales, los lechos de lagos, lagu-nas y embalses y los acuíferos subterráneos, ycontempla la protección, restauración y creaciónde humedales. La Ley 4/1989 de Conservaciónde los Espacios Naturales y de la Flora y FaunaSilvestres también establece la elaboración deun inventario nacional de humedales junto conmedidas de protección que deberán recogerseen los planes hidrológicos.

La Ley 22/1988 de Costas tiene por objeto ladeterminación, protección, utilización y policía deldominio marítimo-terrestre y especialmente de laribera del mar, incluyendo dentro de dicho domi-nio las marinas, albuferas, marjales, esteros y, engeneral, los terrenos bajos que se inundan comoconsecuencia de las mareas, de las olas o de lafiltración de agua de mar. También las playas ozonas de depósito de materiales sueltos (dunas)e incluso los terrenos ganados al mar como con-secuencia de obras y desecaciones. Incide, por lotanto, sobre las zonas húmedas costeras propia-mente dichas (marismas, albuferas, lagunas), so-bre los humedales asociados a sistemas dunares(depresiones interdunares húmedas) y sobre anti-guos humedales recuperables (ÁREA DE ECO-LOGÍA, 1992). Según la ley, la actuación adminis-trativa sobre el dominio público marítimo terrestreperseguirá determinar dicho dominio y asegurar

Acumulación de escombros en el Parque Regional de las Sa-linas de San Pedro (San Pedro del Pinatar)

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su integridad y adecuada conservación, así comosu utilización racional.

Entre los instrumentos estratégicos y de pla-nificación con incidencia sobre los humedaleshay que destacar el Plan Hidrológico de la Cuen-ca del Segura (con una referencia directa ya queincluye una lista de humedales y la estimaciónde sus requerimientos hídricos), el Plan Nacionalde Regadíos, la Estrategia Forestal Nacional, laEstrategia Nacional para la Educación Ambientaly, de forma especial, la Estrategia Española parala Conservación y el Uso Sostenible de la Diversi-dad Biológica. Esta última es la respuesta del Es-tado español a las obligaciones aceptadas al fir-mar en 1993 el Convenio sobre Diversidad Bioló-gica. Por otra parte, existen varias estructurasestatales de relevancia directa para la conserva-ción de humedales. En 1989 se creó la Comisión

Nacional de Protección de la Naturaleza, estruc-tura de coordinación y cooperación en esta mate-ria entre el Gobierno Central y las ComunidadesAutónomas, en cuyo seno se integra, para el ám-bito específico de los humedales, el Comité deHumedales.

El desarrollo de los objetivos de la EstrategiaEspañola para la Conservación y el Uso Sosteniblede la Diversidad Biológica se establece medianteplanes de acción sectoriales, cuya elaboración yaplicación deben ser coordinadas y participativas.

El Plan Estratégico para la Conservación y elUso Racional de los Humedales en España es elprimero que desarrolla sectorialmente la Estrate-gia de Diversidad Biológica, convirtiendo ademása España en el primer país que cumple las resolu-ciones adoptadas en la séptima reunión del Con-venio de Ramsar (COP7). Aprobado en octubre de1999 por la Comisión Nacional de Protección dela Naturaleza, incluye una serie de acciones paradetener la degradación y promover el desarrollodel uso racional de estos ecosistemas.

El Plan Estratégico se plantea como la aplica-ción en el Estado español, en lo referente a hu-medales y ecosistemas acuáticos, de las premi-sas de los convenios globales, como el de Ram-sar y el de Diversidad Biológica, y de iniciativasregionales como la Estrategia Pan-Europea parala Diversidad Biológica y Paisajística, la Comuni-cación de la Unión Europea sobre Humedales, laEstrategia sobre Biodiversidad de la ComunidadEuropea, el Protocolo sobre las Zonas Especial-mente Protegidas y la Diversidad Biológica en elMediterráneo, la Resolución de Barcelona para el

Claves para su interpretación

38

Dentro del marco del Convenio de Ramsar, hasido creado el MedWetCom, estructura en la queparticipa España junto con numerosos estadosmediterráneos y cuyo fin es generar iniciativasde conservación y uso racional de humedales enel ámbito de la región mediterránea. La 7ª Confe-rencia de las Partes Contratantes del Convenio(Costa Rica, 1999) aprobó el establecimiento deeste comité, como un foro para la colaboraciónen cuestiones relativas a los humedales y parael asesoramiento a la Convención en la regiónmediterránea. Como aportación española, se hacreado en Valencia un centro español (SEHU-MED, Sede para el Estudio de los Humedales

Mediterráneos) que junto con la Estación Biológi-ca de la Tour du Valat (Francia) y el Centro de Bio-topos y Humedales (Grecia) integra el “EquipoMedWet”, cuya principal función es desarrollarnuevos proyectos y actividades para implementarla Estrategia sobre Humedales Mediterráneos.SEHUMED se especializa en usos turísticos y re-creativos, desarrollo de biotecnología, tecnologíade restauración y marcos administrativo y jurídi-co de gestión de los humedales mediterráneos.La más reciente reunión (8ª) de la Conferenciade las Partes Contratantes del Convenio de Ram-sar se ha celebrado precisamente en Valencia,en el año 2002.

MEDWET. UNA ESTRUCTURA DE COOPERACIÓN PARA LOS HUMEDADES MEDITERRÁNEOS

Roturaciones en los límites del Paisaje Protegido de RamblaSalada y Ajauque (Fortuna).

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39

Políticas de conservación y desarrollo sostenible de humedales

Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible en laCuenca Mediterránea y la Estrategia sobre Hu-medales Mediterráneos.

Por lo que se refiere al contenido de este tra-bajo, y en especial a su apartado 4, el Plan Es-tratégico es un referente obligado, estructurán-dose en fines, principios orientadores, objetivosgenerales y objetivos operativos. Cada uno de es-tos últimos se implementa mediante accionesgenerales y locales.

3.3. Humedales protegidosen la Región de Murcia

De los 98 humedales incluidos en el IRH2000, 57 (58,16%) cuentan con algún régimende protección.

La figura de protección más frecuente es lade Área de Sensibilidad Ecológica (ASE), estable-cida por la Ley 1/1995, de Protección del MedioAmbiente de la Región de Murcia, y que integralos espacios naturales protegidos o no, a los quehace mención la Ley 4/1992, de Ordenación yProtección del Territorio de la Región de Murcia, ytodos aquellos que sean declarados por ley, y laRed de Áreas de Protección de Fauna Silvestre,en la que a su vez se integran las ZEPAS, confor-me al artículo 22 de la Ley 1/1995, de la FaunaSilvestre, Caza y Pesca Fluvial.

Esta figura de protección tiene exclusivamen-te efectos sobre la Evaluación de Impacto Am-biental, estableciendo para estas zonas un régi-men especial. Además de los anteriores, otros 7

humedales (7,14%) están incluidos en la Pro-puesta de Áreas de Sensibilidad Ecológica de laRegión de Murcia realizada por el Departamentode Ecología e Hidrología de la Universidad deMurcia en el año 1996. Según la informacióncontenida en la base de datos del IRH, 40 hume-dales (40,81%) están incluidos en ZEPAs desig-nadas por la Comunidad Autónoma hasta el 30de marzo de 2001. La proporción de humedalesincluidos en Áreas de Protección de Fauna Silves-tre (APFS) es la misma. Un 30,61% (30 humeda-les) se incluyen total o parcialmente en la Listade Lugares de Importancia Comunitaria (LIC)aprobada por el Consejo de Gobierno de la Re-gión de Murcia.

La cuarta parte de los humedales inventaria-dos está protegida a escala regional por la Ley4/1992. 21 humedales (21,42%) se incluyen (to-tal o parcialmente) en espacios naturales prote-gidos, a lo que hay que sumar otros 4 (4,08%) in-cluidos en esa misma ley sin figura de protec-ción: Almadenes (BR2) y los saladares del Gua-dalentín (CR5, 6 y 7). Los espacios protegidosque contienen humedales son parques regiona-les (9 humedales), paisajes protegidos (10) y pe-servas naturales (2).

Estas figuras de protección tienen la virtud deincluir específicamente los valores ambientalesde los humedales en sus criterios de declara-ción. Otro tanto sucede con los LIC, que en mu-chos casos se designan por la presencia de hábi-tats característicos de humedales. No tanto lasZEPAs, que en muchos casos incluyen casual-mente los humedales, aunque han sido designa-das por aves terrestres. La ZEPA no es sólo la fi-gura de protección que afecta a más humedales,sino también a una mayor diversidad tipológica.Mucho más específica es la Lista de Humedalesde Importancia Internacional del Convenio deRamsar, figura que afecta en la Región de Murciaa 8 humedales, incluidos en el Humedal Ramsardenominado “Mar Menor”. Cabe por último haceruna mención a la legislación del suelo, cuyo mar-co de referencia es la ley estatal de 1998 y la re-gional de 2001, que trasladan a los Ayuntamien-tos la posibilidad de proteger urbanísticamentehumedales de interés municipal.

La tabla siguiente identifica los humedales in-cluidos en distintas figuras de protección existen-tes en la Región de Murcia.

FIGURAS PROTECCIÓN

0

10

20

30

40

50

60

Parqu

e R.

Paisaje

Pr.

Reser

va N

.ENP

ZEPALI

CASE

ASE (pro

p)

APFS

RAMSAR

% de humedales

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Claves para su interpretación

40

PRINCIPALES HUMEDALES INCLUIDOS EN FIGURAS DE PROTECCIÓN

Parque Regional

Paisaje Protegido

Carrascoy y El Valle

Calblanque, Monte de lasCenizas y Peña del Águila

Salinas y Arenales de SanPedro del Pinatar

Sierra del Carche

Cuatro Calas

Espacios Abiertos e Islasdel Mar Menor

Charca en la cumbre de Carrascoy (C1)

Charca de Calblanque (C30), Humedal de las Sa-linas del Rasall (H1)

Encañizadas (ENC), Humedal de las Salinas deSan Pedro (H3)

Salinas de la Rosa (SA3)

Saladar de Cañada Brusca (CR3)

Marina del Carmolí (CR10), Saladar de Lo Poyo(CR13), Marina de Punta Galera (CR20), Humedalde las Salinas de Marchamalo (H2)

Saladar de Ajauque (CR14), Salinas de RamblaSalada (SA8), Embalse de Santomera (E10)

Bosque de Ribera de Cañaverosa (BR1), Arroza-les de Calasparra (ARR)

Bosque de Ribera del Cañon de Almadenes(BR2)

Saladar de Ajauque (CR14), Saladar de Derrama-dores de Fortuna (CR15), Salinas de Rambla Sa-lada (SA8), Embalse de Santomera (E10)

Encañizadas (ENC), Marina del Carmolí (CR10),Saladar de Lo Poyo (CR13), Marina de Punta Ga-lera (CR20), Humedal de las Salinas del Rasall(H1), Humedal de las Salinas de Marchamalo(H2), Humedal de las Salinas de San Pedro (H3)Mar Menor (MM)

Charcas (C2, C3, C4, C15, C18, C19, C20,C23,C24,C26, C39, C40); Embalses del Quípar(E1), del Argos (E2), de Almadenes (E3) y del Cár-cabo (E14); Bosque de Ribera del Cañón de Al-madenes (BR2); Arrozales de Calasparra (ARR),Salinas de la Ramona (SA1) y de la Casa del Sa-lero (SA9); Fuente Caputa (F3) y Manantial de laCañada de la Carrasca (F4)

Embalse de Puentes (E5), Embalse de Valdein-fierno (E6)

Saladar del Chícamo (CR1), Balsa en el Saladardel Chícamo (C31), Charca en el Saladar del Chí-camo (C32)

Embalse de Almadenes (E3), Arrozales de Calas-parra (ARR), Bosque de Ribera de Cañaverosa(BR1), Salinas de la Ramona (SA1)

La Alcanara (CR5), Saladares del Guadalentín-Margen Izquierda (CR6), Saladares del Guadalen-tín-Margen Derecha (CR7)

Salinas del Zacatín (SA5)

Embalse de Pliego (E12), Embalse de la Cierva(E7), Fuente de Mula (F5)

Todos los anteriores

Todas las ZEPA

Los mismos que la ZEPA Mar Menor

Saladar de la Boquera de Tabala (CR19)

Figura deprotección Ejemplo Principales humedales que incluye

Ajauque y Rambla Salada

Sotos y Bosque de Riberade Cañaverosa

Ajauque y Rambla Salada

Mar Menor

Sierra del Molino, Embalsedel Quípar y Llanosdel Cagitán

Sierra del Gigante-Pericay,Lomas del Buitre-RíoLuchena y Sierrade la Torrecilla

Río Chícamo

Sierras de la Vega Altadel Segura y Río Benamor

Ley 1/95

Ley 7/95

Saladares del Guadalentín

Sierra de Villafuerte

Río Mula y Pliego

ProtecciónMunicipal

Área de Sensibilidad Ecológica Boquerade Tabala y Cabezo Negro(PGOU Murcia)

Cañón de Almadenes

Reserva Natural

Espacio NaturalProtegido

Zona de EspecialProtección paralas Aves (ZEPA)

Lugar deImportanciaComunitaria (LIC)

Área deSensibilidadEcológica (ASE)Área de Protecciónde Fauna Silvestre(APFS)Humedal Ramsar Mar Menor

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41

Bibliografía

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Claves para su interpretación

42

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43

ANEXO I

ANEXO I:ABREVIATURAS UTILIZADAS EN EL TEXTO

CHS Confederación Hidrográfica del Segura

CARM Comunidad Autónoma de la Región de Murcia

Convenio sobre Diversidad BiológicaCBD

Comunidad Económica EuropeaCEE

APFS Área de Protección de la Fauna Silvestre

ASE Área de Sensibilidad Ecológica

INH Inventario Nacional de Humedales

IRH Inventario Regional de Humedales

LIC Lugar de Importancia Comunitaria

PAM Plan de Acción para el Mediterráneo

SEHUMED Sede para el Estudio de los Humedadles Mediterráneos

ZEPA Zona de Especial Protección para las Aves

ZEPIM Zonas Especialmente Protegidas de Importancia Mediterráneo

DGCNDirección General de Conservación de la Naturaleza (Ministerio de Medio Ambiente)

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45

ANEXO II

ANEXO II:LISTADO DE HUMEDALES INCLUIDOS

EN LA BASE DE DATOS DEL INVENTARIOREGIONAL DE HUMEDALES

VARIACIÓN (%) CON RESPECTO A 1990

Nombre Código RM Código INH Situación

Charca en la cumbre de Carrascoy C1 621034

Charca “Carpinteros” C2 621035

Charca "Casa del Ramel" C3 621037

Charca "Casa de la Parra" C4 621038

Balsa de Tébar C5 621039

Charca de la Rambla de Lorca C6 621040

Gravera de la Rambla de las Moreras C7 621041

Charca Litoral de la Rambla de las Moreras C8 621042

Charca frente Urb. "Los Conejos" C9 621043 Desaparecida

Charca en Urb. "Los Conejos" C10 621044

Charca "El Barbo" C11 621045

Balsa Finca "El Bárbol" C12 621046

Charca de la Casa de Bulleros C13 621047 Desaparecida

Charca en el camino a Casa de Bulleros C14 621048 Desaparecida

Charca "de Ardal" C15 621049

Charco del Buey C16 621050 Desaparecida

Charca "Los Chorrillos" C17 621051

Charca Casa Geromo C18 621052

Charca de Casa Hita C19 621053

Charca El Hoyo C20 621054

Charca de "Lacuas" C21 621055

Charca "Malvariche" C22 621056 Desaparecida

Charca del Ramel de las Contiendas C23 621057

Charca Villa Antonia C24 621058

Charca "de Yéchar" C25 621059

Charca de la Casa Zapata C26 621060

NOTA: Este listado incluye todos los humedales inventariados en 1989-90, más los incluidos en su re-visión de 2000, indicando la situación en que se encuentran. En total son 107 humedales, de los que98 siguen incluidos en el IRH 2000. El resto han desaparecido o han sido desclasificados (por no ajus-tarse a la definición de humedal utilizada).

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Claves para su interpretación

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VARIACIÓN (%) CON RESPECTO A 1990

Nombre Código RM Código INH Situación

Laguna dulce de Lacuas C27 621061 Desaparecida

Charca Bermeja C28 621062

Charca de "La Venta Puñales" C29 621063 Desaparecida

Charca de Calblanque C30 621036

Balsa en Saladar del Chícamo C31 621032

Charca en el Saladar del Chícamo C32 621033

Balsa del Gaitán C33 621106 Nuevo

Charca de la Casa de Frasquito C34 621077 Nuevo

Charca Fuente del Pinar I C35 621078 Nuevo

Charca Fuente del Pinar II C36 621079 Nuevo

Charca Casa de Perea C37 621080 Nuevo

Charco del Zorro C38 621081 Nuevo

Charco "Cartagena" C39 621082 Nuevo

Charco "Vereas" C40 621083 Nuevo

Charca Casa "El Cajitán" C41 621084 Nuevo

Charca Casa Puerto Blanco C42 621085 Nuevo

Saladar del Chícamo CR1 621013

Saladar de la Marina de Cope CR2 621014

Saladar de Cañada Brusca CR3 621015

Saladar de Matalentisco CR4 621016

La Alcanara CR5 621018

Saladares del Guadalentín-Margen Izquierda CR6 621019

Saladares del Guadalentín-Margen Derecha CR7 621020

El Salar de Blanca CR8 621021 Excluido del inventario

Los Rameles CR9 621022 Excluido del inventario

Marina del Carmolí CR10 621023

Saladar de Punta de las Lomas CR11 621024

Humedales de La Manga CR12 621025

Saladar de Lo Poyo CR13 621026

Saladar del Ajauque CR14 621007

Saladar de Derramadores de Fortuna CR15 621027

El Salar Gordo CR16 621028

Saladares de Altobordo CR17 621029

Saladar de las Salinas de Mazarrón CR18 621030

Saladar de la Boquera de Tabala CR19 621031

Marina de Punta Galera CR20 621017

Saladar de la Playa del Sombrerico CR21 621076 Nuevo

Embalse del Quípar E1 621065

Embalse del Argos E2 621066

Embalse de Almadenes E3 621067

Embalse del Moro E4 621068

Embalse de Puentes E5 621069

Embalse de Valdeinfierno E6 621070

Embalse de la Cierva E7 621071

Azud de Ojós E8 621072

Depósito Regulador del Mayés E9 621073

Embalse de Santomera E10 621074

Embalse de Algeciras E11 621086 Nuevo

Embalse de Pliego E12 621087 Nuevo

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Políticas de conservación y desarrollo sostenible de humedales

VARIACIÓN (%) CON RESPECTO A 1990

Nombre Código RM Código INH Situación

Embalse del Judío E13 621088 Nuevo

Embalse del Cárcabo E14 621089 Nuevo

Encañizadas EÑ 621064

Humedal de las Salinas del Rasall H1 621011

Humedal de las Salinas de Marchamalo H2 621012

Humedal de las Salinas de San Pedro del Pinatar H3 621010

Salinas de la Ramona SA1 621004

Salinas del Principal SA2 621001

Salinas de la Rosa SA3 621002

Salinas de Molina SA4 621005

Salinas del Zacatín SA5 621003

Salinas de Sangonera SA6 621008

Salinas del Águila SA7 621102 Nuevo

Salinas de Rambla Salada SA8 621006 Nuevo

Salinas de la Casa del Salero SA9 621103 Nuevo

Arrozales de Calasparra ARR 621075

Mar Menor MM 621009

Cañaverosa BR1 621104 Nuevo

Almadenes BR2 621105 Nuevo

Sondeo del Saladillo F1 621090 Nuevo

Manantial de la Presa de Román F2 621091 Nuevo

Fuente Caputa F3 621092 Nuevo

Manantial de la Cañada de la Carrasca F4 621093 Nuevo

Fuente del Mula F5 621094 Nuevo

Fuente del Charco Lentisco F6 621095 Nuevo

Fuente de Architana F7 621096 Nuevo

Fuentes del Marqués F8 621097 Nuevo

Nacimiento de Ojico F9 621098 Nuevo

Manantial de Guarino F10 621099 Nuevo

Ojos de Archivel F11 621100 Nuevo

La Muralla de Archivel F12 621101 Nuevo

Manantial de Los Charcos F13 621107 Nuevo

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ÍNDICE

353537

3941

43

45

57

789

13

13

2427

272831

Presentación1. Introducción

1.1. Los humedales como sistemas

ecológicos y culturales

1.2 Valores naturales y biodiversidad

1.3. Tipología de los humedales murcianos

2. Situación y tendenciasde los humedalesde la Región de Murcia. Diagnóstico de conservación

2.1. El patrimonio regional de humedales:

Inventario

2.2. Evolución histórica de los humedales.

Aspectos sociales y económicos

implicados

2.3. Diagnóstico global

2.3.1. Cambios recientes en el patrimo-

nio de humedales

2.3.2. Actividades e impactos

2.3.3. Diagnóstico global

3. Políticas de conservacióny desarrollo sostenible de humedales

3.1. Iniciativas internacionales

3.2. Legislación y planificación estatal

3.3. Humedales protegidos

en la Región de Murcia

BibliografíaAnexo I: Abreviaturas utilizadas

en el textoAnexo II: Listado de humedales

incluidos en la basede datos del InventarioRegional de Humedales

Índice

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