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Los altares de Dolores: La identificación de María Izquierdo con la virgen
Dolorosa
Seminario de investigación II
Alumna: Cecilia Itzel Noriega Vega
Asesora
Mtra. Karen Cordero Reiman
Profesor: Dr. Luis Manuel Montes
2
ÍNDICE
Introducción …………………………………………………………………….3
Historiografía de María Izquierdo: Estudiando los estudios………………………5
María Izquierdo: el trauma y la representación de la virgen Dolorosa……………..9
La virgen Dolorosa como imagen recurrente del trauma……………………………28
A manera de conclusión………………………………………………………………37
Bibliografía…………………………………………………………………………….39
3
INTRODUCCIÓN
“Dime, Madre ¿de qué sabor son tus lágrimas? ¿Puedes tú calmar
las mías? Te he puesto en lo más alto para que mi angustia no
escape a tu mirada, para que tus ojos negros vean mejor la
injusticia que azota a este pueblo.
Mi ofrenda sincera para ti, señora, madre como la tierra, para que
con tus dulces manos ahuyentes la pena que me atormenta”
Homenaje a María Izquierdo por Josué Dávalos
El cuerpo humano es el medio para conectarnos con el mundo y la prueba irrefutable de
nuestra existencia. A través de la corporeidad transmitimos nuestros pensamientos y
emociones más profundas. El dolor es un sentimiento siempre presente en el ser humano,
todos hemos estado relacionado de alguna forma con una experiencia dolorosa. Este
sentimiento nos es cercano e íntimo ya que es parte de la existencia misma del ser humano.
A lo largo del tiempo, las artes plásticas han representado la expresión del dolor y la
imaginería religiosa ha jugado un papel protagónico. La figura de Cristo en la cruz y de la
virgen sufriendo por la muerte de su hijo son íconos sobre la representación del cuerpo
doliente. A través de estas imágenes la expresión dolorosa se ha sistematizado y
conformado como parte de la memoria cultural.
Con la conquista del México prehispánico, el mundo occidental introdujo no sólo un nuevo
sistema económico y político, sino también cultural. A través del establecimiento de
imágenes religiosas con fines de evangelización se modificó la manera cómo los indígenas
conocían y se relación con el mundo a través de su cuerpo. Las poses y la gestualidad
4
dolorosa de Cristo, los santos y vírgenes conformaron un imaginario colectivo para la
expresión del dolor.
A partir de esto surgió la pregunta: ¿Existe una relación entre la gestualidad dolorosa de las
imágenes religiosas y la representación del dolor en el arte mexicano de la primera mitad
del siglo XX? Haciendo eco de lo anterior, la investigación tiene como objeto de estudio
seis pinturas que representan altares de Dolores de la pintora María Izquierdo realizados en
el periodo comprendido entre 1943- 1948. El texto utiliza un perspectiva interdisciplinar
que implica la colaboración de diversas metodologías; psicoanálisis del arte, iconología,
sociología del arte y una perspectiva de género. La interrelación entre las diferentes
perspectivas metodológicas permite un acercamiento integral al objeto de estudio. El texto
se apoya en los postulados del historiador alemán Aby Warburg, quien creó en la década
de los años veinte un Atlas Mnemosyne en donde marcaba la persistencia de imágenes que
mostraban un intenso sentimiento desde los tiempos paganos hasta la época moderna. Este
autor propuso el concepto phatos formulae (fórmula sentimientos) para conocer aquellos
elementos que son una constante en la representación de las emociones más profundos del
ser humano. De esta manera, la investigación argumenta que María Izquierdo recurrió a la
representación de la virgen Dolorosa para exteriorizar eventos “traumáticos” en su vida
ya que la virgen podría ser una imagen recurrente asociada al trauma. Asimismo el texto
propone que el gesto doloroso de la virgen es un pathos formulae que pervive en la
representación del dolor en el arte mexicano de la primera mitad del siglo XX.
5
HISTORIOGRAFÍA DE MARÍA IZQUIERDO:
ESTUDIANDO LOS ESTUDIOS
Lo que conocemos como archivo tiene implicaciones muy importantes para la auto
comprensión y la formación de una memoria. Los documentos dan forma a nuestro
pensamiento sobre lo que fuimos, generando una conciencia histórica. El archivo no es
comprehensivo más bien es selectivo, refleja lo que cada cultura considera que es valioso
almacenar y recordar1. Por tales motivos, es de vital importancia analizar los documentos
que se han escrito sobre la vida y la obra de María Izquierdo. El estudio de estos textos nos
permite conocer cómo fue comprendida e interpretada su obra en diversos momentos
temporales y espaciales.
Dos exhibiciones de suma importancia fueron el homenaje realizado en el Palacio de
Bellas Artes en 1986 y la retrospectiva en el Centro Cultural de Arte Contemporáneo de
Televisa en 1989. Ambas muestran fueron catalogadas y representan un primer
acercamiento a la vida y obra de María Izquierdo.
En el año de 1988 se publicó el texto “María Izquierdo Sitiada y Situada” por Octavio
Paz2. Este texto relata la relación que tuvo el escritor con Izquierdo, abordando temas que
permiten profundizar sobre la vida y trayectoria artística de la pintora. En el XIII en el
Coloquio Internacional de Historia del Arte, Tiempo y Arte realizado por el Instituto de
Investigaciones estéticas de la UNAM en 1989, Nancy Deffebach presentó la ponencia
“Grain of Memory: María Izquierdo images of altars for Viernes de Dolores”. Esta
1 Pollock Griselda. Encuentros en el Museo Feminista Virtual Tiempo, espacio y el archivo, España:
Ediciones cátedra, 2000. 2 Paz Octavio. María Izquierdo Sitiada y situada, consultado en
http://www.letraslibres.com/sites/default/files/pdfs_articulos/Vuelta-Vol12_144_04MIStOPz.pdf el 03 de abril de 2015.
6
publicación es el único texto que analiza los altares de Dolores, por lo que representa un
punto clave para el estudio de estas obras. La investigación analiza las costumbres del
viernes de Dolores y cómo lo aborda María Izquierdo. El artículo propone que los altares de
Dolores son un homenaje a las artes populares mexicanas así como expresiones de
devoción popular. A partir del análisis de la obra Viernes de Juguetería (1952) donde se
conservan los mismos elementos del altar pero se sustituye a la virgen Dolorosa por una
ventana al mar, Deffebach sugiere que puede deberse a la compleja visión de María
Izquierdo sobre la religión y a un vacilar en la fe católica3.
En el año de 2002 se publicó el libro María Izquierdo: una verdadera pasión por el color
por Luis Manuel Lozano. A partir del archivo de la pintora, el autor relata de forma
completa la vida de María Izquierdo. Debido a que el libro utiliza fuentes primarias, resulta
un texto imprescindible al momento de estudiar la obra de Izquierdo4.
En el año 2000 se inició el abordaje de la obra de Izquierdo desde la perspectiva de
género, el artículo “Painting Mexican Identities: Nationalism and Gender in the work of
María Izquierdo”, por Robin Adéle Greeley en Oxford Art Journal 5explica cómo a través
de la obra de Izquierdo se puede comprender la situación de la mujer en el contexto
posrevolucionario. En el año de 2010 se publicó el capítulo en el libro Becoming Modern,
Becoming Tradition: Woman, Gender and Representation in Mexican Art por Adriana
Zavala. El texto explora a partir de la obra de Izquierdo, la construcción de la
representación de la mujer en el contexto posrevolucionario. “To paint the unspeakable:
3 Deffebach Nancy. Grain of Memory: María Izquierdo´s images of altars for Viernes de Dolores , Instituto de
Investigaciones estéticas UNAM: México, 1989. 4 Lozano Luis Manuel. María Izquierdo una verdadera pasión por el color en María Izquierdo , México:
CONACULTA, 2000. 5 Robin Adéle Greeley. “Painting Mexican Identities: Nationalism and Gender in the work of María
Izquierdo” en Oxford Art Journal, vol. 23, N.1, 2000, pp 51-71.
7
Mexican Female Artists Iconography of the 1930 s and early 1940 s” publicado en el 2008
por Dina Comisarenco Mirkin, realiza un estudio de diferentes pintoras mexicanas desde
los estudios de Género. Este artículo propone que las producciones artísticas de estas
pintoras representan temas considerados como tabú por la sociedad mexicana
posrevolucionaria6. La importancia de abordar la obra de Izquierdo desde una perspectiva
de género radica en que permite reivindicar el lugar de la mujer dentro de la historia del
arte, conocer sus aportaciones tanto formales como temáticas, explorar el cuerpo y la
feminidad.
El interés por la obra de María Izquierdo ha ido en aumento, cada vez son más artículos
los que analizan su vida, obra y archivo. Este gran impulso fue fortalecido por la
declaración de la obra de la pintora como patrimonio artístico en octubre de 20027. Este
hecho fue detonante para que el Museo de Arte Moderno (MAM) adquiriera una parte
importante del archivo de María Izquierdo, Rosenda Posadas- nieta de la pintora- refiere
que su madre Aurora Posadas Izquierdo decidió entregar estos documentos porque al
convertirse la pintora en patrimonio le pertenecía al pueblo mexicano 8. En relación a éste
en el año 2013 el MAM inició un trabajo de revisión y catalogación del archivo de María
Izquierdo conformado por 953 documentos hemerográficos, 900 cartas y 350 fotografías
entre retratos personales y obras que van desde 1928 hasta 1950. En relación a esta
clasificación el museo publicó el catálogo, María Izquierdo que muestra los documentos
destacados de esta revisión, así como breves comentarios sobre la clasificación de los
6 Comisarenco Mirkin Dina. “To paint the unspeakable: Mexican Female Artists Iconography of the 1930 s
and early 1940 s” en Woman Art Journal, Vol. 21 N. 1, 2008, pp 21-32 7 Proceso, El INBA se desistió en el caso de María Izquierdo: Teresa Vicencio, consultado en
http://www.proceso.com.mx/?p=10451 el 3 de marzo de 2015. 8 Entrevista realizada a Rosenda Posadas el 6 de abril de 2015.
8
archivos9. El archivo de la trayectoria artística está en el MAM sin embargo el archivo
personal de la pintora se encuentra a resguardo de su nieta Rosenda López Posadas,
albacea, heredera universal, representante legal del archivo y dueña de los derechos de
autor.
Existe un interés creciente por estudiar artistas mexicanas que expresen el dolor de forma
individual e íntima, como ocurre con la obra de María Izquierdo y Frida Kahlo. Esto se
puede deber al auge del feminismo que busca reivindicar el trabajo de artistas mexicanas.
Esto se ha reforzado por los estudios del cuerpo que exploran sobre la experiencia de la
feminidad y generan discursos sobre la corporeidad de la mujer.
9 Museo de Arte Moderno, Archivo de María Izquierdo, México: CONACULTA, 2013.
9
MARÍA IZQUIERDO: EL TRAUMA Y LA
REPRESENTACIÓN DE LA VIRGEN DOLOROSA
El conjunto de obras Altares de Dolores de María Izquierdo está conformado por seis
óleos que comparten muchas semejanzas iconográficas entre sí. En el centro de la
composición de todas las obras se observa la representación de una pintura de la virgen
Dolorosa, tal como se observa en la obra Ofrenda del Viernes de Dolores (ver imagen 1) la
virgen es representada con un manto que cubre su cabeza. Su rostro pende levemente hacia
un lado, la mirada se dirige hacia abajo mientras silenciosas lágrimas recorren sus mejillas .
En todas las obras Altares de Dolores, la parte inferior de las pintura está constituida por
dos tablas una sobre otra decoradas con papel de china. En las tablas se colocaron
elementos variables: naranjas con banderas de papel de china, veladoras, flores, copas,
macetas de trigo y diversas figurillas. En la obra Altar de Dolores (ver imagen 2) se puede
observar esta distribución en los elementos que coloca; dos macetas de trigos, un florero
con cempasúchiles, veladoras, naranjas ensartadas con banderas de papel de china. Todas
las obras están enmarcadas por una cortina de diversos decorados que sirven para dividir el
interior del exterior, lo público de lo privado, lo divino y lo secular. Al observarlos parece
que nos acercamos a un mundo mucho más íntimo y personal.
10
Imagen 1
María Izquierdo
Ofrenda del viernes de Dolores
Óleo sobre celotex
1943
60 x 50 cm
Colección Marilyn Maxwell Santa
Fe Nuevo México
11
Imagen 2
María Izquierdo
Altar de Dolores
1944-45
Óleo sobre tela
76 x 60.5 cm
Colección Andrés Blaisten
Imagen 3
María Izquierdo
Altar de Dolores
Óleo sobre tela
1946
Colección Privada
12
Imagen 4
Altar de Dolores
María Izquierdo
1943
Óleo sobre tela
60.3 x 49.8 cm
Colección Marilyn Maxwell, Santa
Fe, Nuevo México
13
Imagen 5
María Izquierdo
Altar de Dolores
1946
Óleo sobre tela
74 x 59 cm
Colección Particular
Imagen 6
María Izquierdo
Dolorosa con trigo
1948
Gouache
37 x 28 cm
14
Las obras los Altares de Dolores de María Izquierdo representan un recuerdo que llegó a
su mente de forma inesperada. Rosenda López Posadas refiere que la artista decía que
pintaba toda imagen que evocaba en su mente10. A pesar de que la mayoría de los altares
fueron encargos, el primero de ellos Ofrenda de viernes de Dolores fue pintado porque la
artista recordó las ofrendas de Dolores que realizaban lo viernes de Semana Santa en San
Juan de los Lagos. Este recuerdo es una conexión muy fuerte con su niñez.
María Izquierdo estaba en constante contacto con la imagen de la virgen Dolorosa. San
Juan de los Lagos se caracteriza por ser un lugar sumamente religioso. En las memorias
inéditas la artista refiere que “se ve ofreciendo flores a la virgen en forma tan precisa y
tan clara, que si lo decidiera se podría pintar así: morenita y graciosa, con su vestido
blanco, corto, vaporoso contrastando con el negro intenso y brillante de sus ojos; un velo
tan sutil, tan fino que casi no existe, envuelve su cabeza (…)11” Además su abuela y tía
Bartola autoritarias eran en extremo religiosas y le inculcaban la religión “era obligada por
su tía a ir diariamente a misa a las cinco de la mañana, aún en las épocas de más inclemente
clima.”12 De esta manera la imagen de la Dolorosa siempre formó de su imaginario visual
asociado a los primeros años de su vida.
Los años cuarenta son el periodo en que realiza obras que la conectan con su infancia en
Jalisco. El retorno a imágenes pertenecientes a su infancia durante este momento se
evidencia en la obra Mi tía, mi amiguito y yo (1942) ver imagen 7, realizada un año previo
a que pintara la primera Dolorosa. La pintura representa a su tía autoritaria y se auto
representa con el vestido de encajes que utilizaba para ir a misa. Luis Martín Lozano dice
10
Entrevista a Rosenda López Posadas, realizada el 6 de abril de 2015. 11
Memorias inéditas de María Izquierdo, Op cit. 12 Íbidem
15
que Izquierdo representa en esa obra su infancia, los rostros se caracterizan por una
hierática actitud, impávida y falsamente coloreada, todo colocado en un denso fondo
negro13. La relación entre los personajes es distante, no existe ningún vínculo afectivo entre
ellos, se notan rostros sin expresión, que muestran los buenos modales inculcados.
La virgen Dolorosa se asocia con el dolor vivido en su infancia y con la ausencia de su
madre. María Izquierdo refiere una infancia en San Juan de los Lagos llena de soledad y de
tristeza. Después del fallecimiento de su padre, su madre tiene la necesidad de trasladarse
a Torreón, por lo que tuvo que dejarla sola con su tía Bartola y su abuela materna, a quienes
temía. La artista refiere que “Doña Bartola era muy mala con ella puesto que en público la
13
Martín Lozano, Op. cit
Imagen 7
María Izquierdo
Mi tía, mi amiguito y yo
1942
Óleo sobre tela
Colección privada Archivo María
Izquierdo
16
trataban con hipócrita dulzura y en privado la atormentaba con las más injustas acciones y
con las más hirientes palabras“ 14 A causa de los frecuentes viajes de su madre por trabajo,
se quedaba constantemente sola, con “el alma en un hilo” como ella mismo lo expresa
pensando que quizá de un día a otro su madre partiera y no regresara jamás. A partir de ese
momento ella, aprendió a querer a su madre y a sufrir por ella.
Para Lacan la psique se forma negativamente, de las repetidas pérdidas del objeto a; rastros
relacionados con los orificios del cuerpo y del cuerpo de la madre. El significado se forma
a través del ritmo entre el aparecer y el desaparecer. Lacan dice que el significado de la
madre se forma a través de este ritmo. Este trauma de pérdida constituye la condición
intrapsíquica donde la pérdida nunca se posee 15. María Izquierdo no sólo sufrió una
pérdida simbólica sino que también perdió a su madre de forma real. La virgen Dolorosa
evoca a su madre ausente porque existe un proceso de identificación con ella, un proceso
habitual y rutinario de compensación por los objetos amados que perdemos rutinariamente.
Freud refiere que “si hemos perdido un objeto amado la reacción más obvia es
identificarnos con algo que lo reemplace a través de la identificación”16 La virgen
representa a esa madre amorosa que da protección y consuelo.
La carencia de un vínculo afectivo con su madre se hace evidente porque en el mismo año
en que pinta su primer altar de Dolores representa la obra Maternidad (ver imagen 8). Esta
obra representa a una mujer mestiza y de facciones gruesas, que lleva en sus brazos a un
bebe, no existe una conexión ni vínculo emocional entre ambos, están desconectados el
uno del otro. Un hecho que llama la atención es el manto que cubre a la mujer en donde
14
Memorias inéditas de María Izquierdo Op cit 15
Pollock Griselda Op cit 16
Fuss Diana, Identification papers, Londres: Great Britain, 1995.
17
repite los mismos colores azul y rojo que utiliza para representar a la virgen Dolorosa. De
manera que existe una asociación entre la maternidad y la virgen. La obra hace evidente
la carencia de un vínculo madre e hijo.
A través de los altares de Dolores María Izquierdo no sólo representa la virgen Dolorosa,
tan arraigada a su memoria colectiva y relacionada con su vida personal, sino que la
transforma y se apropia de la imagen. La iconografía novohispana de la virgen Dolorosa
se caracteriza por la representación del gesto de dolor que expresa el trance mítico doloroso
de la virgen. El óleo Virgen Dolorosa de Cristobal de Villalpando (ver imagen 9) muestra
las características iconográficas de la virgen; las manos entrelazadas, el llanto contenido y
un manto que cubre a la Dolorosa. La virgen mira hacia arriba porque hace referencia al
Imagen 8
Maternidad
María Izquierdo
1943
Óleo sobre tela
Museo de Arte Moderno
18
momento bíblico en que la virgen ve la vena icona, verdadera imagen o paño de la
Verónica que pende sobre la cruz. Asimismo la virgen puede llevar clavada en el pecho
dagas para dar énfasis en su dolor. En algunas representaciones las dagas se agrandan y se
convierten en espadas, lanzas, sables o puñales como símbolo de un dolor interior que
sobrepasa toda posibilidad de explicación17. Según la profecía de San Simeón una daga de
dolor atraviesa tu alma (Lucas 2:35) La postura de la virgen se distingue del cortejo
angelical que lo guarda, cada uno de los ángeles son mensajeros de Dios que representan
un dolor: la presentación en el templo y la sentencia del sacerdote judío, la huída a Egipto
por la persecución de su hijo luego de la orden de Herodes, la pérdida del Niño por tres
días, el encuentro de María y Jesús con la cruz a cuestas y la virgen en el Góngora18.
17
Vargas Eliza, Juan Correa Su vida y Obra, México: UNAM, 1994. 18 Boletín Museo Soumaya, Cristobal de Villalpando a 300 años de su partida, noviembre 2014.
Imagen 9
La virgen Dolorosa
Cristóbal de Villalpando
1680-1689
209 x 147 cm
Óleo sobre tela
Colección Museo Soumaya
19
Los altares de Dolores de Izquierdo recuperan esta imagen religiosa novohispana sin
embargo realiza modificaciones. La artista representa a la virgen con la gestualidad
dolorosa como principal característica pero sus Dolorosas no poseen ninguna daga
incrustada en el pecho y el manto es más simple, sin tantos pliegues y de colores más
brillantes. En las obras de Izquierdo cada virgen es completamente diferente, sus facciones
y poses las convierten en únicas. Su gesto doloroso refleja un estudio profundo sobre la
representación del dolor. En la obra Ofrenda del viernes de Dolores (ver imagen 3) se
muestra a cómo el rostro de la virgen pende levemente hacia un lado, la mirada se dirige
hacia abajo y presenta varias lágrimas recorriendo sus mejillas. En la pintura Altar de
Dolores (ver imagen 4) se observa a cómo virgen mira hacia abajo y cómo se desprenden
lágrimas de sus ojos. El Altar de Dolores (ver imagen 5) representa a la virgen con esta
misma pose; su mirada hacia abajo y lágrimas en su rostro. La principal diferencia que
presenta este último cuadro es el acercamiento que realiza Izquierdo, como si intentara
profundizar en la experiencia dolorosa a través del gesto. Altar de Dolores (ver pintura 6)
muestra a la Dolorosa dirigiendo su mirada hacia el cielo para implorar un poco de
consuelo, su rostro está demacrado, líneas marcadas se observan debajo de sus ojos. Sus
manos están pegadas a su cuerpo en oración. En la obra Altar de Dolores (ver imagen 7) la
virgen Dolorosa dirige su cabeza hacia un lado, parece que la ha dejado caer
intencionalmente. Su rostro demacrado muestra el gran dolor que se apodera de ella. De
forma similar, Dolorosa en Trigo (ver imagen 8) muestra cómo la virgen dejar caer su
cabeza deliberadamente. Su mirada está absorta, el dolor la sobrepasa. En estas
representaciones el dolor conduce a que el cuerpo de la virgen se quiebre.
20
Además de las facciones, la gestualidad y las poses, una diferencia muy importante entre la
virgen novohispana y la virgen de Izquierdo, es que esta última es una virgen mestiza;
caracterizada por su piel morena, ojos negros y facciones gruesas. La virgen Dolorosa de
Izquierdo no es una virgen impuesta, es una representación que surge directamente del
pueblo mexicano. Existe un proceso de sincretismo entre la virgen Dolorosa novohispana y
el concepto del “mestizo” como esencia de una identidad nacional que permite el
surgimiento de esta Dolorosa única.19
Las pinturas de la virgen Dolorosa de Izquierdo no están solas, son parte de un altar de
Dolores, se muestran rodeadas por diversos que complejizan la composición. La virgen no
está en un ambiente sacro ni atemporal, es un ambiente cercano, cotidiano y secular que
convierte a la imagen en una virgen mucho más “popular”. Las obras reflejan las creencias
religiosas de la colectividad y corresponden a una tradición arraigada en el pueblo
mexicano. Como parte de la devoción mariana, los viernes de dolores los creyentes
diseñan altares efímeros en las casas, jardines o calles con la intención de darle el pésame a
la virgen que perdió a su hijo. 20
19 Después del proceso sangriento de la Revolución, se decidió emprender un proceso de construcción
nacional. Para lograrlo se tomó como fundamento el cambio en el paradigma antropológico promovido por Manuel Gamio y evidenciado en su libro Forjando patria (1916) documento parte aguas para el reconocimiento del sector indígena. Es así que durante la década de los veinte se construyó un discurso
oficial sobre la mexicanidad que buscaba sus orígenes en el México prehispánico, pero que construía un presente a través del mestizaje. La identidad del mexicano se encontraba en el mestizo, ya que sólo la mezcla racial podía dar origen al nuevo hombre tal como lo menciona José Vasconcelos en su libro la Raza cósmica (1925)19. En los años cuarenta que corresponden al periodo en que Izquierdo pinta estas imágenes, la concepción del mestizo desarrollado en décadas previas ya era parte del imaginario colectivo. María Izquierdo se apropió de estas concepciones y plasmó estas vírgenes mestizas como parte del legado
posrevolucionario.
20 Deffebach Nancy, Op cit
21
Es difícil caracterizar la producción de altares de Dolores ya que existen diferencias
regionales y personales. A pesar de las posibles variantes que pueden tener los altares de
los devotos es común que se coloquen varios niveles y como constante que contenga una
imagen, escultura o pintura de la Dolorosa en la cima. Un altar típico es adornado con
velas, flores, frutas cítricas y el color que predomina es el morado Las naranjas simbolizan
el pecado porque son dulces y amargas; también representan la amargura de la virgen.
Tanto las semillas germinadas del trigo como las banderillas se han asociado a la
resurrección de Cristo. El agua teñida simboliza las lágrimas de la virgen, la agonía, el
duelo y la esperanza. El color morado de los altares es emblemático porque es el color para
guardar luto21. La fotografía (ver imagen 10) muestra un típico altar de Dolores en la
Antigua Basílica de Guadalupe, el altar está constituido por varios escalones con la
escultura de la cima en la Dolorosa. Es posible observar las macetas de trigo crecido, las
naranjas con banderillas y grandes veladoras.
Imagen 10
Fotografía de un altar de Dolores en Antigua basílica de Guadalupe el 15 de abril de 2011
21
CONACULTA, Altares de Dolores perviven en museos del INAH consultado en
http://www.inah.gob.mx/boletin/248-museos/5794-altar-de-dolores-pervive-en-museos-del-inah el 2 de marzo de 2015
22
María Izquierdo recupera esta tradición para plasmarla en sus obras. Los habitantes de San
Juan de los Lagos son devotos a la virgen. Cada año, como parte de sus tradiciones
religiosas las personas realizan altares de Dolores, por lo que esta imagen es muy cercana
y cotidiana en la vida de Izquierdo. Margarita Michelena (1917-1998) poeta, crítica y
periodista refiere que Izquierdo recorría la ciudad para ver los altares “se los sabía en
verdad de memoria, desde siempre. Y los volvía a la vida”.22 Esta imagen es parte de la
cotidianidad de Izquierdo, sobre su vida y sus recuerdos.
La pintora no sólo representa lo que recuerda sino que también les imprime su propia
personalidad, modifica los trazos, los colores y les añade elementos que no existen. A pesar
de la similitud entre los altares reales y los realizados por Izquierdo, tienen algunas
diferencias; quizá la más importante sea el color, ya que prefiere utilizar una gran gama
de colores, en lugar del típico color púrpura- que significa la penitencia y el duelo en la
liturgia católica-. Esto expresa una búsqueda cromática por parte de Izquierdo, quien
intenta dar vida a través de los colores. Su sello característico es una explosión de color .
En las memorias inéditas de María Izquierdo ella refiere que sus colores representan una
búsqueda por lo mexicano, “su color la distingue no sólo de los pintores de México sino del
mundo, ha encontrado en su paleta los colores de México, los colores que dormían en el
pasado indígena impregnados en las pirámides y en los ídolos”.23 En los altares, el dolor se
entrelaza con la vida, tienen un efecto contrastante entre el sufrimiento y la alegría
producido por los colores brillantes. En las obras el renacer representado por las macetas
de trigo se contrapone con la imagen dolorosa de la virgen. Esto también hace referencia a
22
Margarita Michelena “Pintar a María” en María Izquierdo monografía, Guadalajara: Gobierno de Jalisco-
Departamento de Bellas Artes, 1985. 23
Memorias inéditas Op cit
23
su propia persona. En las memorias inéditas de la artista se refiere que “Casi todo el día lo
ocupaba en observar la vida de los insectos, minúsculos seres multicolores”24. Los colores,
las formas y las luces que encontraba a su alrededor fueron llenando su imaginario
pictórico. Este mundo lleno de terror y soledad se entrelaza con este mundo lleno de vida y
de descubrimientos. Este efecto contraste se encuentra en muchas de las obras de
Izquierdo.
Los altares de Izquierdo poseen elementos que no son típicos que sean colocados en los
altares. En Ofrenda de viernes de Dolores (ver imagen 1) se observan dos ángeles de
alfeñique, un caballito blanco en un extremo. Altar de Dolores (ver imagen 4) contiene los
elementos característicos de los altares de dolores, sin embargo destaca una escultura en
forma de pato, un elemento completamente diferente a las representaciones tradicionales.
Altar de Dolores (ver imagen 3) muestra todos los elementos de los altares, enfatizando en
una escultura pequeña de un caballo. Izquierdo utiliza otros elementos personales como una
forma de imprimir su propia esencia en cada pintura. Rosenda López Posadas, refiere que
varias de las esculturas que representó Izquierdo en sus altares, eran obras que estaban en la
casa de la pintora. La obra Altar de Dolores (ver imagen 5) posee los elementos típicos de
los altares de Dolores sin embargo la pintura es única porque en el centro de la
composición tiene una frutero con plátanos, jícamas, peras, granadas. Esto sitúa a la obra
en un lugar específico, además de otorgarle una cotidianidad que la hace cercana. Los
altares de Dolores son obras transforma María Izquierdo para imprimirles su propia
personalidad.
24
Ídem
24
El trazo es otro elemento característico en los altares de Dolores de Izquierdo. Existe un
predominio por la línea gruesa y el trazo simple. María Izquierdo vivió el cambio tajante en
los lenguajes formales que operaron en la pintura de la década de los veinte. Los obras
altares de Dolores tienen una marcada influencia de los postulados en las Escuelas de
Pintura al Aire Libre. Estas escuelas se convirtieron en un lenguaje alterno a lo manejado
por los conservadores de Bellas Artes, que promovía la libre expresión artística tal como lo
promovían varias corrientes pedagógicas de la vanguardia europea. Luis Martín Lozano
refiere que las reseñas periodísticas sobre los trabajos de María Izquierdo de 1929 expresan
que su pintura retoma los recursos cromáticos de las escuelas al aire libre evidenciando la
pérdida de la perspectiva académica y la libre asociación de volúmenes en el espacio
compositivo.25
La virgen Dolorosa adquiere una significación asociada directamente al trauma en el año
de 1948 cuando María Izquierdo sufre una hemiplejía que le paraliza la mitad de su
cuerpo.26 Inmediatamente después de recuperarse de este evento traumático pintó Dolorosa
con Trigo “Es el primer cuadro desde que he vuelto a la vida. Lo pinté todavía con mucho
esfuerzo, ayudando a mi mano derecha con la izquierda. Es el cuadro más Izquierdo que
tengo”27 Esta es la última obra que pintó del conjunto de sus Dolorosa. Esta imagen tan
recurrente en su vida que evoca al dolor y la ausencia de su infancia la utiliza para expresar
un acontecimiento profundamente traumático en su vida.
La historiadora del arte Griselda Pollock realiza un estudio sobre el concepto de trauma. A
partir de la revisión de Freud, Lacan y Bracha Ettinger, define el trauma como aquellos
25
Martín Lozano Op cit 26
Museo de Arte Moderno, Archivo de María Izquierdo, México: CONACULTA, 2013. 27
María Izquierdo, La pintora recobra su salud, Excelsior, México, Marzo, 1949 Archivo de María Izquierdo
25
eventos invasivos que son incapaces de ser representados por el aparato psíquico. La
formación del trauma conforma el subconsciente y está presente en todos los seres
humanos. El trauma es la ausencia, lo irrepresentable, en términos de Lacan es lo real que
se transforma en lo imaginario. El trauma por definición no se puede representar pero se le
puede acercar, aproximar y transformar a otras palabras, es decir a palabras de la cultura 28.
La hemiplejía que sufrió María Izquierdo es un evento traumático, cargado de dolor, las
palabras e imágenes son incapaces de representarlo, por eso utiliza una imagen
perteneciente a su cotidianidad para mostrar su dolor. Además la obra muestran la
apropiación que realiza María Izquierdo sobre la virgen Dolorosa, es una imagen que hace
suya, producto de un proceso de introspección a la que incluye su propia vida, el ambiente
en que se desarrolló y también sus propias concepciones.
El hecho de que haya pintado a la virgen Dolorosa después de la parálisis refleja la
profunda conexión de esta imagen con el trauma. La escena es caótica ya que los elementos
se encuentran desorganizados en la composición sin embargo posee una significación
mayor con su propia persona. La imagen se asocia con el dolor plasmado pero al mismo
tiempo con la posibilidad de la vida y el renacer- de acuerdo a la iconografía del trigo
crecido y las banderas de papel de china- tal como ocurrió en su vida.
Después de sufrir la hemiplejía, la pintura de María Izquierdo da un giro y tiende mucho
más a la abstracción. En 1952, la artista pinta la obra Viernes de Juguetería (ver imagen
11) esta obra tiene muchas similitudes a los altares de Dolores, utiliza el mismo papel de
china, las veladoras, las naranjas ensartadas con banderillas de colores, las macetas de trigo
crecido, y las esculturas de caballos y patos presentes en muchos de sus altares. Todo
28
Pollock Griselda, After-affects/ afterimages, Trauma and aesthetic transformation in the virtual feminist museum, Manchester University press, New York.
26
enmarcado en una cortina. La principal diferencia es que sustituye el cuadro de la virgen
Dolorosa por una ventana que muestra una vista al mar, a semejanza con la pintura
metafísica. La relación entre María Izquierdo y la obra de Chirico ha sido ampliamente
estudiada, a partir de la década de los treinta en artículos, diarios y revistas de algunos
escritores y críticos miembros del grupo Contemporáneos se liga plástica e ideológicamente
con la obra de María Izquierdo con la de Chirico29. La sustitución que realiza María
Izquierdo puede representar una búsqueda hacia su interior, sobre su devenir, la imagen de
la Dolorosa se sustituye por su propia conciencia, por su cuerpo subjetivo que busca un
camino. Nancy Deffebach relaciona este cambio de la imagen Dolorosa a la ventana como
un modificación en su ser religioso, sin embargo María Izquierdo nunca refiere que dejó en
algún momento de ser profundamente religiosa30. Rosenda López Posadas refiere que las
ventanas son puntos de fuga que remiten al infinito, la esperanza y el cielo31. Por lo tanto
su cambio por una ventana abierta más que significar un vacilar en su fe religiosa
representa un camino hacia la subjetividad. La Dolorosa deja de estar presente y se
convierte en su propio ser.
29
Martín Lozano Luis, Op cit 30
Deffebach, Nancy, Op cit 31
Entrevista a Rosenda López Posadas Op cit
27
Imagen 11
Viernes de Juguetería
María Izquierdo
1952
Óleo sobre tela
Museo Nacional de Arte INBA
28
LA VIRGEN DOLOROSA COMO IMAGEN
RECURRENTE DEL TRAUMA
La imagen de la virgen Dolorosa forma parte de una memoria cultural recurrente sobre
aquellas emociones que agitan al ser humano. Cuando las personas tienen un evento
traumático como ocurrió con María Izquierdo es común que recurran a la representación
de la virgen Dolorosa de forma explícita o bien incorporen el gesto doloroso de la virgen.
Existen varios casos de pintores mexicanos de la primera mitad del siglo XX que
representaron a la virgen para vincular su experiencia traumática. Al igual que María
Izquierdo, la artista Frida Kahlo asoció el trauma con la virgen Dolorosa; en 1932 pintó la
obra Mi Nacimiento (ver imagen 12). La pintura representa su llegada a este mundo, su
cabeza de mujer adulta vuelve a emerger de su propio útero, tiene cubierta la cara, es un
Imagen 12
Mi nacimiento
Frida Kahlo
1932
Óleo sobre metal
30.5 x 35 cm
29
nacimiento lúgubre. Sin embargo pone sobre la cabecera de la cama la imagen de una
Mater dolorosa, una madre llorando, que comparte rasgos iconográficos con la virgen
Dolorosa- el manto azul que la cubre, el vestido rojo y el gesto de dolor – En la parte
inferior del cuadro Kahlo escribe ¿A quién ha de agradecerse cuando se ha ido maltratando
por el destino? Existe una conexión entre el dolor de su propia vida y la imagen de la
virgen Dolorosa32. Según la historiadora del arte, Andrea Kettenman refiere la pintura
evoca varios hechos traumáticos: su propio nacimiento, alude al mismo tiempo al aborto
que había sufrido y coincide con la muerte de su madre33. Frida Kahlo estuvo relacionada
íntimamente con María Izquierdo. Rosenda López Posadas refiere que dieron clase de
pintura en salones contiguos y que en los recesos solían platicar34.
De igual forma Manuel Rodríguez Lozano- perteneciente al grupo contemporáneo y
relacionado de forma directa con María Izquierdo- pintó La piedad en el desierto en 1942
(ver imagen 13) durante su estancia en Lecumberri. Manuel Rodríguez Lozano fue acusado
de robo de los grabados de Alberto Durero y Guido Reni de la Escuela Nacional de Bellas
Artes y fue encarcelado en 1942. Este momento traumático fue el motivo para que pintara
varias escenas de carácter religioso en la prisión de Lecumberri. La pintura representa a
una madre desolada en cuyos brazos está su hijo muerto. El gesto de la virgen es de
absoluto dolor, tiene la cabeza caída, el rostro demacrado, su manto la cubre y sostiene el
cuerpo frágil de su hijo. Los colores fríos y el ambiente desolado completan la escena. A
pesar de que se trata de una virgen de la piedad y no una dolorosa, esta imagen corrobora
32 Gerry Souter, Frida Kahlo, Londres: Banco de México Diego Rivera y Museum Trust. 33
Ketterman Andrea, Frida Kahlo 1907-1954 Dolor y Pasión, Alemania: Tashed,1999. 34
Entrevista a Rosenda López Posadas, Op cit
30
cómo se recurre a una imagen religiosa para poder representar el trauma de su
encarcelamiento.
Durante este periodo, es común que los artistas mexicanos asocien sus propias experiencias
traumáticas con la virgen. A través de la imaginería religiosa representan lo irrepresentable:
la enfermedad, su propio nacimiento, la muerte de su madre o el encarcelamiento injusto.
Más allá de la interpretación social que se le pueda dar a las imágenes, lo que subyace de
forma constante es el dolor y la evocación a un trauma.
Los artistas no sólo recurren a la representación de imágenes religiosas que mostrar el
trauma sino que también retoman la gestualidad de la virgen para la representación del
dolor. Los gestos de la Dolorosa son un pathos formulae que pervive en las imágenes al
Imagen 13
La piedad en el Desierto
Manuel Rodríguez Lozano
1942
Técnica al Fresco
31
como lo propone Aby Warburg35. El gesto traumático es una subjetividad que nos une al
mundo, “cuando me muevo para realizar una acción cualquiera, no se despliega tan sólo
una actividad muscular y ósea, antes de esa abstracción, la motricidad es una acción
intencional de mi subjetividad”36 En el gesto expresamos nuestros sentimientos y deseos al
mundo, que por un momento dejan nuestro interior y se expresan hacia el exterior. El dolor
en sí es irrepresentable, lo que representamos es el gesto doloroso; la serie de acciones,
poses y expresiones fáciles que remiten la idea del dolor. A lo largo de la historia del arte,
las imágenes religiosas han jugado un papel fundamental en la conformación de la
gestualidad dolorosa; la pasión y crucifixión de Cristo, la agonía de los santos y el pesar de
la virgen son representaciones que evocan la idea del dolor. James Elkin y Ma. Pia de Di
Bella dicen que como parte del legado occidental, el dolor es entendido como una
expresión37. A través de la imaginería religiosa hemos construido una forma de representar
el dolor utilizando principalmente la gestualidad.
En la tradición cristiana, el dolor es una forma para transmitir la fe ya que la pasión de
Cristo permitió la redención de la humanidad. El cuerpo de Cristo es la encarnación del
dolor de Dios, el dolor es físico, se infringe desde el exterior, se siente en el cuerpo,
provoca el movimiento y el estremecimiento, los músculos de Cristo se contraen, la sangre
baña su cuerpo es un dolor de carácter activo. La contraparte femenina de este dolor es la
virgen Dolorosa, la madre que sufre por el calvario y la muerte de su hijo en la cruz. Sin
embargo existe una diferencia, el dolor de Cristo es físico y el dolor de la virgen es
35
Pollock Griselda, Encuentros en el museo feminista virtual, Tiempo, espacio y archivo , Madrid: Ensayos Arte cátedra, 2010. 36
Barrios José Luis, “El cuerpo Doliente” en catálogo de exposición El cuerpo aludido: anatomías y construcciones, México, siglos XVI-XX, coordinado por Karen Cordero, Patronato del Museo Nacional de
Arte, México. 37
Di Bella Maria, Representation of pain in Art and Visual Culture, Nueva York: Routledge, 2013
32
psíquico, es interior, se siente por dentro. David Morris refiere que el dolor siempre es una
experiencia subjetiva, nosotros aprendemos cómo sentir el dolor y lo que significa. El
dolor físico tiene un componente bioquímico sin embargo está mediado por la mente, la
capacidad de soportar un dolor físico tiene un componente de carácter psíquico y cultural38.
Lo que ocurre con el dolor de Cristo es que inicia en el cuerpo pero también involucra, de
igual forma la virgen Dolorosa sufre un dolor interior pero que se traduce en el cuerpo, lo
afecta lo daña. No están separados el uno del otro, más bien actúan como en conjunto.
José Luis Barrios refiere que el gesto de dolor puede vivirse en silencio, en algunos
momentos, el dolor es tan grande que suspende la palabra, demostrándonos que el dolor
sólo se murmura en silencio39. Las vírgenes de Dolores de María Izquierdo están en
silencio, no hay grito ni voz, es un dolor callado. Este dolor se vive en silencio porque está
cargado de resignación como el dolor se puede expresar con gritos de agonía sin embargo
cuando se acepta, cuando nos damos cuenta que no hay nada que podamos hacer es cuando
callamos, tal como se observa en las Dolorosas de Izquierdo. El dolor demacra al cuerpo,
lo debilita y enferma para enfrentarnos con la finitud de la vida. El dolor sirve para
conectarnos con nuestro cuerpo efímero y enfrentarnos a la posibilidad de muerte. Las
vírgenes Dolorosas de Izquierdo están pálidas, ojerosas, demacradas, el dolor tiene efectos
sobre el cuerpo, lo desmejora.
El cuerpo sano se caracteriza por mostrarse erguido, el dolor cambia toda su posición. El
primer gesto de dolor conduce a la caída del cuerpo, es el movimiento que lo lleva de lo
vertical a lo horizontal. Aunque no se muestra su cuerpo, inevitablemente las vírgenes de
Izquierdo doblan su cabeza ligeramente hacia abajo o bien francamente hacia un lado, su
38
Morris David, The cultura of pain, California: University of California1993. 39
Barrios Op cit.
33
mirada cae y sus ojos se cierra. Algo peculiar es que se encorvan como si quisieran ver en
su interior. En ningún momento las vírgenes de Izquierdo confrontan la mirada con el
espectador, miran hacia adentro, es un instante de intimidad, de búsqueda interior, porque
tal como lo menciona José Luis Barrios, el dolor se vive en soledad, es imposible
compartirlo con alguien más40.
La representación del dolor también evoca a una posición de súplica. Un Altar de Dolores
de Izquierdo muestra a la una virgen Dolorosa que cruza sus manos y ve al cielo.
Nuevamente no hay confrontación de miradas, es un momento íntimo en el que se pide
clemencia. La virgen no grita no exige nada sólo pide consuelo a su dolor. Por último, las
lágrimas en los ojos enfatizan la pena, es una forma de evocar a la idea del dolor. Varias
de las vírgenes de Izquierdo tienen lágrimas en los ojos para enfatizar su carácter doloroso.
Varios artistas recurrieron tanto en sus pinturas como en sus retratos a la gestualidad de la
Dolorosa para la expresión del dolor. Una escena del mural La Familia de José Clemente
Orozco (ver imagen 14) representa a una mujer cubierta con un manto que baja la cabeza y
cierra los ojos, lleva en sus brazos a un pequeño bebé. Al lado una mujer mayor agacha la
cabeza, su mirada es de una profunda tristeza. En un segundo plano se observa un hombre
y una mujer abrazados de espaldas, que miran hacia un futuro y son incapaces de ver lo que
dejan atrás. La escena representa a aquellos que se van a la guerra y los que se quedan, es
un momento de absoluta tristeza evocando a un momento traumático.
40
Barrios Op cit
34
De igual forma, el mural La Nueva Democracia de David Alfaro Siqueiros (ver imagen 15)
en el fondo de la composición se observan los conquistadores españoles, con sus caballos y
armaduras. En el centro se encuentra un gobernante mexica identificado por los atavíos
que utiliza, a su lado se encuentra una mujer que mira hacia el cielo y cruza sus brazos
para representar el gran dolor que la acoge. La gestualidad y pose es la misma que se
observa en la virgen dolorosa. El ambiente es caótico y expresa el gran trauma de la
conquista. En la misma escena contrasta la vulnerabildad de los indígenas, su cuerpo que
se quiebra, su gestualidad dolorosa genera ese sentimiento. Por su parte los invasores
aparecen íntegros, con sus armaduras con largas lanzas de metal y la fiereza de un perro,
mostrando su fuerza y dominación frente a los indígenas sometidos.
Imagen 14
La Familia
José Clemente Orozco
1923-1926
Técnica al Fresco
San Ildefonso
35
La utilización de la gestualidad dolorosa no se limita únicamente a la representación
pictórica. A lo largo de su vida, María Izquierdo posa y se autorepresenta con la misma
gestualidad. Rosenda López Posadas refiere que la mirada de María Izquierdo era una
mirada llena de tristeza y nostalgia, que evoca a su vida dolorosa41. En la fotografía de
María Izquierdo (ver imagen 12) tiene una expresión de soledad, a pesar de mostrarse
fuerte su rostro esconde una profunda tristeza, dirige su mirada hacia abajo, casi cierra los
ojos. Su cabeza se dobla hacia un lado. Es una forma de evocar su dolor. De igual manera,
en la fotografía de María Izquierdo (ver imagen 13) se muestra en plena soledad, con
mucha nostalgia, pensativa y en estado contemplativo. Entrecruza sus manos para enfatizar
su pena. Parece que ella se esconde y resurge sólo una parte de su cuerpo. Existe una
41
Entrevista realizada a Rosenda López Posadas Op cit
Imagen 15
La Nueva democracia
David Alfaro Siqueiros
1944-1945
Técnica Al fresco Museo del Palacio de Bellas Artes
36
asociación profunda entre el dolor y el cuerpo de María Izquierdo que tiene que ver con la
forma cómo ella misma se concibe y cómo desea expresar su propio dolor.
Imagen 12
Archivo de María Izquierdo
Imagen 13
Archivo de María Izquierdo 1937
37
A MANERA DE CONCLUSIÓN
La virgen Dolorosa es una imagen trascendental para María Izquierdo ya que se asocia con
los primeros recuerdos vividos en San Juan de los Lagos. Esta imagen poderosa la conecta
con el dolor y la ausencia de su madre. María Izquierdo recurre a la virgen Dolorosa para
plasmar un hecho traumático en su vida; es decir la hemiplejía que le paralizó la mitad del
cuerpo. Esto fue en evento irrepresentable e incapaz de ser asimilado por el aparato
psíquico, por lo que Izquierdo tuvo que recurrir a una imagen cercana y perteneciente a su
cotidianidad- que había asociado previamente con el dolor- para plasmar este hecho. Las
obras no son sólo copias de una virgen novohispana sino que las transforma para hacerlas
únicas, modifica el trazo, el color, las convierte en mestizas y en las coloca en un ambiente
popular. De esta manera, hace estas imágenes completamente suyas.
La importancia de la virgen Dolorosa radica en que es una imagen muy poderosa y se
encuentra arraigada a la memoria cultural. Al momento de vivir cualquier evento
traumático está imagen es parte de nuestra cultura visual. El periodo posrevolucionario
recupera a la virgen Dolorosa y su gesto como una imagen recurrente asociada al trauma
como parte del legado occidental. Varios pintores de la primera mitad del siglo XX
colocaron la imagen de la Dolorosa vinculado directamente con los eventos traumáticos, tal
es el caso de María Izquierdo, Frida Kahlo y Manuel Rodríguez Lozano. Asimismo los
pintores recuperaron en varias ocasiones la gestualidad dolorosa de la virgen para plasmar
hechos traumáticos, como se puede observar en diversos murales realizados por Orozco y
Siqueiros. Además la gestualidad no sólo se recupera a nivel pictórico sino que también es
utilizado por los propios artistas, como ocurre con María Izquierdo que incorpora varios
elementos de la gestualidad al momento de posar en sus fotos para mostrar su dolor y
38
nostalgia. De manera que dicho gesto es un pathos formulae que pervive en las imágenes
tal como lo propone Aby Warburg. A través de esta gestualidad es posible conocer los
sentimientos y emociones más profundas en el ser humano, trascendiendo el tiempo y el
espacio.
39
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