liturgia

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218. ¿Qué es la liturgia? La liturgia es la celebración del Misterio de Cristo y en particular de su Misterio Pascual. Mediante el ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo, se manifiesta y realiza en ella, a través de signos, la santificación de los hombres; y el Cuerpo Místico de Cristo, esto es la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público que se debe a Dios. 219. ¿Qué lugar ocupa la liturgia en la vida de la Iglesia? La liturgia, acción sagrada por excelencia, es la cumbre hacia la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que emana su fuerza vital. A través de la liturgia, Cristo continúa en su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra de nuestra redención 220. ¿En qué consiste la economía sacramental? La economía sacramental consiste en la comunicación de los frutos de la redención de Cristo, mediante la celebración de los sacramentos de la Iglesia, de modo eminente la Eucaristía, «hasta que él vuelva» (1 Co 11, 26) CAPÍTULO PRIMERO EL MISTERIO PASCUAL EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA LA LITURGIA, OBRA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 221. ¿De qué modo el Padre es fuente y fin de la liturgia? En la liturgia el Padre nos colma de sus bendiciones en el Hijo encarnado, muerto y resucitado por nosotros, y derrama en nuestros corazones el Espíritu Santo. Al mismo tiempo, la Iglesia bendice al Padre mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias, e implora el don de su Hijo y del Espíritu Santo.

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218. Qu es la liturgia?La liturgia es la celebracin del Misterio de Cristo y en particular de su Misterio Pascual. Mediante el ejercicio de la funcin sacerdotal de Jesucristo, se manifiesta y realiza en ella, a travs de signos, la santificacin de los hombres; y el Cuerpo Mstico de Cristo, esto es la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto pblico que se debe a Dios. 219. Qu lugar ocupa la liturgia en la vida de la Iglesia?La liturgia, accin sagrada por excelencia, es la cumbre hacia la que tiende la accin de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que emana su fuerza vital. A travs de la liturgia, Cristo contina en su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra de nuestra redencin 220. En qu consiste la economa sacramental?La economa sacramental consiste en la comunicacin de los frutos de la redencin de Cristo, mediante la celebracin de los sacramentos de la Iglesia, de modo eminente la Eucarista, hasta que l vuelva (1 Co 11, 26)CAPTULO PRIMERO EL MISTERIO PASCUAL EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA

LA LITURGIA, OBRA DE LA SANTSIMA TRINIDAD 221. De qu modo el Padre es fuente y fin de la liturgia?En la liturgia el Padre nos colma de sus bendiciones en el Hijo encarnado, muerto y resucitado por nosotros, y derrama en nuestros corazones el Espritu Santo. Al mismo tiempo, la Iglesia bendice al Padre mediante la adoracin, la alabanza y la accin de gracias, e implora el don de su Hijo y del Espritu Santo. 222. Cul es la obra de Cristo en la Liturgia?En la liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza principalmente su misterio pascual. Al entregar el Espritu Santo a los Apstoles, les ha concedido, a ellos y a sus sucesores, el poder de actualizar la obra de la salvacin por medio del sacrificio eucarstico y de los sacramentos, en los cuales l mismo acta para comunicar su gracia a los fieles de todos los tiempos y en todo el mundo. 223. Cmo acta el Espritu Santo en la liturgia respecto de la Iglesia? En la liturgia se realiza la ms estrecha cooperacin entre el Espritu Santo y la Iglesia. El Espritu Santo prepara a la Iglesia para el encuentro con su Seor, recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes, hace presente y actualiza el Misterio de Cristo, une la Iglesia a la vida y misin de Cristo y hace fructificar en ella el don de la comunin.

CATECISMO DE LAIGLESIA CATLICACompendio La Liturgia es:

La palabra Liturgia viene del griego (leitourgia) y quiere decir servicio pblico, generalmente ofrecido por un individuo a la comunidad. Hoy se usa para desginar todo el conjunto de la oracin pblica de la Iglesia y de la celebracin sacramental.

El Concilio Vaticano II en la "Constitucin sobre la Liturgia" nos presenta un tratado amplio, profundo y pastoral sobre el tema. Citamos algunos conceptos para darnos una idea de lo importante que es vivir la Liturgia, si queremos enriquecernos de los dones que proceden de la accin redentora de Nuestro Seor. "La Liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles significan y cada uno a su manera realizan la santificacin del hombre, y as el Cuerpo Mstico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto pblico ntegro. En consecuencia, toda celebracin litrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es accin sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo ttulo y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra accin de la Iglesia" (SC 7). En esta amplia descripcin encontramos lo que es realmente la Liturgia. Sealamos que: 1.-Es el ejercicio del sacerdocio de Cristo. Es decir, en la Liturgia, Cristo acta como sacerdote, ofrecindose al Padre, para la salvacin de los hombres. 2.-Los signos sensibles realizan la santificacin de los hombres en lo que quieren decir. Por ejemplo, el agua en el Bautismo significa y realiza la purificacin y es principio de vida, el pan en la Eucarista alimenta el espritu del hombre. 3.-En la accin litrgica, Cristo y los cristianos, que forman el Cuerpo Mstico, ejercen el culto pblico. 4.-Es la accin sagrada por excelencia, que ninguna oracin o accin humana puede igualar por ser obra de Cristo y de toda su Iglesia y no de una persona o un grupo. Para asimilar mejor los conceptos que nos revelan la importancia de la liturgia, citamos otro texto del Concilio: "La Liturgia es la cumbre a la que tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza".

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Liturgia Catolica

Razn de ser de la liturgia

1066. En el Smbolo de la fe, la Iglesia confiesa el misterio de la Santsima Trinidad y su "designio benevolente" (Ef 1,9) sobre toda la creacin: El Padre realiza el "misterio de su voluntad" dando a su Hijo Amado y al Espritu Santo para la salvacin del mundo y para la gloria de su Nombre. Tal es el Misterio de Cristo (cf Ef 3,4), revelado y realizado en la historia segn un plan, una "disposicin" sabiamente ordenada que S. Pablo llama "la economa del Misterio" (Ef 3,9) y que la tradicin patrstica llamar "la Economa del Verbo encarnado" o "la Economa de la salvacin".

1067 "Cristo el Seor realiz esta obra de la redencin humana y de la perfecta glorificacin de Dios, preparada por las maravillas que Dios hizo en el pueblo de la Antigua Alianza, principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasin, de su resurreccin de entre los muertos y de su gloriosa ascensin. Por este misterio, `con su muerte destruy nuestra muerte y con su resurreccin restaur nuestra vida'. Pues del costado de Cristo dormido en la cruz naci el sacramento admirable de toda la Iglesia" (SC 5). Por eso, en la liturgia, la Iglesia celebra principalmente el Misterio pascual por el que Cristo realiz la obra de nuestra salvacin.

1068 Es el Misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia a fin de que los fieles vivan de l y den testimonio del mismo en el mundo:En efecto, la liturgia, por medio de la cual "se ejerce la obra de nuestra redencin", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucarista, contribuye mucho a que los fieles, en su vida, expresen y manifiesten a los dems el misterio de Cristo y la naturaleza genuina de la verdadera Iglesia (SC 2).

Significacin de la palabra "Liturgia"

1069 La palabra "Liturgia" significa originariamente "obra o quehacer pblico", "servicio de parte de y en favor del pueblo". En la tradicin cristiana quiere significar que el Pueblo de Dios toma parte en "la obra de Dios" (cf. Jn 17,4). Por la liturgia, Cristo, nuestro Redentor y Sumo Sacerdote, contina en su Iglesia, con ella y por ella, la obra de nuestra redencin.

1070 La palabra "Liturgia" en el Nuevo Testamento es empleada para designar no solamente la celebracin del culto divino (cf Hch 13,2; Lc 1,23), sino tambin el anuncio del Evangelio (cf. Rm 15,16; Flp 2,14-17. 30) y la caridad en acto (cf Rm 15,27; 2 Co 9,12; Flp 2,25). En todas estas situaciones se trata del servicio de Dios y de los hombres. En la celebracin litrgica, la Iglesia es servidora, a imagen de su Seor, el nico "Liturgo" (cf Hb 8,2 y 6), del cual ella participa en su sacerdocio, es decir, en el culto, anuncio y servicio de la caridad:Con razn se considera la liturgia como el ejercicio de la funcin sacerdotal de Jesucristo en la que, mediante signos sensibles, se significa y se realiza, segn el modo propio de cada uno, la santificacin del hombre y, as, el Cuerpo mstico de Cristo, esto es, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto pblico. Por ello, toda celebracin litrgica, como obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es accin sagrada por excelencia cuya eficacia, con el mismo ttulo y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra accin de la Iglesia (SC 7).

La liturgia como fuente de Vida

1071 La Liturgia, obra de Cristo, es tambin una accin de su Iglesia. Realiza y manifiesta la Iglesia como signo visible de la comunin entre Dios y de los hombres por Cristo. Introduce a los fieles en la Vida nueva de la comunidad. Implica una participacin "consciente, activa y fructfera" de todos (SC 11).

1072 "La sagrada liturgia no agota toda la accin de la Iglesia" (SC 9): debe ser precedida por la evangelizacin, la fe y la conversin; slo as puede dar sus frutos en la vida de los fieles: la Vida nueva segn el Espritu, el compromiso en la misin de la Iglesia y el servicio de su unidad.

Oracin y Liturgia

1073 La Liturgia es tambin participacin en la oracin de Cristo, dirigida al Padre en el Espritu Santo. En ella toda oracin cristiana encuentra su fuente y su trmino. Por la liturgia el hombre interior es enraizado y fundado (cf Ef 3,16-17) en "el gran amor con que el Padre nos am" (Ef 2,4) en su Hijo Amado. Es la misma "maravilla de Dios" que es vivida e interiorizada por toda oracin, "en todo tiempo, en el Espritu" (Ef 6,18)

Catequesis y Liturgia

1074 "La Liturgia es la cumbre a la que tiende la accin de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza" (SC 10). Por tanto, es el lugar privilegiado de la catequesis del Pueblo de Dios. "La cateq uesis est intrnsecamente unida a toda la accin litrgica y sacramental, porque es en los sacramentos, y sobre todo en la Eucarista, donde Jesucristo acta en plenitud para la transformacin de los hombres" (CT 23).

1075 La catequesis litrgica pretende introducir en el Misterio de Cristo ( es "mistagogia"), procediendo de lo visible a lo invisible, del signo a lo significado, de los "sacramentos" a los "misterios". Esta modalidad de catequesis corresponde hacerla a los catecismos locales y regionales. El presente catecismo, que quiere ser un servicio para toda la Iglesia, en la diversidad de sus ritos y sus culturas (cf SC 3-4), ensea lo que es fundamental y comn a toda la Iglesia en lo que se refiere a la Liturgia en cuanto misterio y celebracin (primera seccin), y a los siete sacramentos y los sacramentales (segunda seccin).

LA LITURGIA, OBRA DE LA SANTSIMA TRINIDAD

I. El Padre, fuente y fin de la liturgia

1077 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en l antes de la creacin del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligindonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, segn el beneplcito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agraci en el Amado" (Ef 1,3-6).

1078 Bendecir es una accin divina que da la vida y cuya fuente es el Padre. Su bendicin es a la vez palabra y don ("bene-dictio", "eu-logia"). Aplicado al hombre, este trmino significa la adoracin y la entrega a su Creador en la accin de gracias.1079 Desde el comienzo y hasta la consumacin de los tiempos, toda la obra de Dios es bendicin. Desde el poema litrgico de la primera creacin hasta los cnticos de la Jerusaln celestial, los autores inspirados anuncian el designio de salvacin como una inmensa bendicin divina.

1080 Desde el comienzo, Dios bendice a los seres vivos, especialmente al hombre y la mujer. La alianza con No y con todos los seres animados renueva esta bendicin de fecundidad, a pesar del pecado del hombre por el cual la tierra queda "maldita". Pero es a partir de Abraham cuando la bendicin divina penetra en la historia humana, que se encaminaba hacia la muerte, para hacerla volver a la vida, a su fuente: por la fe del "padre de los creyentes" que acoge la bendicin se inaugura la historia de la salvacin.1081 Las bendiciones divinas se manifiestan en acontecimientos maravillosos y salvadores: el nacimiento de Isaac, la salida de Egipto (Pascua y Exodo), el don de la Tierra prometida, la eleccin de David, la Presencia de Dios en el templo, el exilio purificador y el retorno de un "pequeo resto". La Ley, los Profetas y los Salmos que tejen la liturgia del Pueblo elegido recuerdan a la vez estas bendiciones divinas y responden a ellas con las bendiciones de alabanza y de accin de gracias.1082 En la Liturgia de la Iglesia, la bendicin divina es plenamente revelada y comunicada: el Padre es reconocido y adorado como la fuente y el fin de todas las bendiciones de la Creacin y de la Salvacin; en su Verbo, encarnado, muerto y resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por l derrama en nuestros corazones el Don que contiene todos los dones: el Espritu Santo.

1083 Se comprende, por tanto, que en cuanto respuesta de fe y de amor a las "bendiciones espirituales" con que el Padre nos enriquece, la liturgia cristiana tiene una doble dimensin. Por una parte, la Iglesia, unida a su Seor y "bajo la accin el Espritu Santo" (Lc 10,21), bendice al Padre "por su Don inefable" (2 Co 9,15) mediante la adoracin, la alabanza y la accin de gracias. Por otra parte, y hasta la consumacin del designio de Dios, la Iglesia no cesa de presentar al Padre "la ofrenda de sus propios dones" y de implorar que el Espritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma, sobre los fieles y sobre el mundo entero, a fin de que por la comunin en la muerte y en la resurreccin de Cristo-Sacerdote y por el poder del Espritu estas bendiciones divinas den frutos de vida "para alabanza de la gloria de su gracia" (Ef 1,6).

II La obra de Cristo en la liturgiaCristo glorificado...

1084 "Sentado a la derecha del Padre" y derramando el Espritu Santo sobre su Cuerpo que es la Iglesia, Cristo acta ahora por medio de los sacramentos, instituidos por l para comunicar su gracia. Los sacramentos son signos sensibles (palabras y acciones), accesibles a nuestra humanidad actual. Realizan eficazmente la gracia que significan en virtud de la accin de Cristo y por el poder del Espritu Santo.1085 En la Liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza principalmente su misterio pascual. Durante su vida terrestre Jess anunciaba con su enseanza y anticipaba con sus actos el misterio pascual. Cuando lleg su Hora (cf Jn 13,1; 17,1), vivi el nico acontecimiento de la historia que no pasa: Jess muere, es sepultado, resucita de entre los muertos y se sienta a la derecha del Padre "una vez por todas" (Rm 6,10; Hb 7,27; 9,12). Es un acontecimiento real, sucedido en nuestra historia, pero absolutamente singular: todos los dems acontecimientos suceden una vez, y luego pasan y son absorbidos por el pasado. El misterio pascual de Cristo, por el contrario, no puede permanecer solamente en el pasado, pues por su muerte destruy a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeci por los hombres participa de la eternidad divina y domina as todos los tiempos y en ellos se mantiene permanentemente presente. El acontecimiento de la Cruz y de la Resurreccin permanece y atrae todo hacia la Vida....desde la Iglesia de los Apstoles...

1086 "Por esta razn, como Cristo fue enviado por el Padre, l mismo envi tambin a los Apstoles, llenos del Espritu Santo, no slo para que, al predicar el Evangelio a toda criatura, anunciaran que el Hijo de Dios, con su muerte y resurreccin, nos ha liberado del poder de Satans y de la muerte y nos ha conducido al reino del Padre, sino tambin para que realizaran la obra de salvacin que anunciaban mediante el sacrificio y los sacramentos en torno a los cuales gira toda la vida litrgica" (SC 6).1087 As, Cristo resucitado, dando el Espritu Santo a los Apstoles, les confa su poder de santificacin (cf Jn 20,21- 23); se convierten en signos sacramentales de Cristo. Por el poder del mismo Espritu Santo confan este poder a sus sucesores. Esta "sucesin apostlica" estructura toda la vida litrgica de la Iglesia. Ella misma es sacramental, transmitida por el sacramento del Orden.est presente en la Liturgia terrena...

1088 "Para llevar a cabo una obra tan grande" -la dispensacin o comunicacin de su obra de salvacin-"Cristo est siempre presente en su Iglesia, principalmente en los actos litrgicos. Est presente en el sacrificio de la misa, no slo en la persona del ministro, `ofrecindose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreci en la cruz', sino tambin, sobre todo, bajo las especies eucarsticas. Est presente con su virtud en los sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Est presente en su palabra, pues es El mismo el que habla cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura. Est presente, finalmente, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometi: `Donde estn dos o tres congregados en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos' (Mt 18,20)" (SC 7).

1089 "Realmente, en una obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a la Iglesia, su esposa amadsima, que invoca a su Seor y por El rinde culto al Padre Eterno" (SC 7)....que participa en la Liturgia celestial

1090 "En la liturgia terrena pregustamos y participamos en aquella liturgia celestial que se celebra en la ciudad santa, Jerusaln, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo est sentado a la derecha del Padre, como ministro del santuario y del tabernculo verdadero; cantamos un himno de gloria al Seor con todo el ejrcito celestial; venerando la memoria de los santos, esperamos participar con ellos y acompaarlos; aguardamos al Salvador, nuestro Seor Jesucristo, hasta que se manifieste El, nuestra Vida, y nosotros nos manifestamos con El en la gloria" (SC 8; cf. LG 50).

III El Epritu Santo y la Iglesia en la liturgia

1091 En la Liturgia, el Espritu Santo es el pedagogo de la fe del Pueblo de Dios, el artfice de las "obras maestras de Dios" que son los sacramentos de la Nueva Alianza. El deseo y la obra del Espritu en el corazn de la Iglesia es que vivamos de la vida de Cristo resucitado. Cuando encuentra en nosotros la respuesta de fe que l ha suscitado, entonces se realiza una verdadera cooperacin. Por ella, la Liturgia viene a ser la obra comn del Espritu Santo y de la Iglesia.1092 En esta dispensacin sacramental del misterio de Cristo, el Espritu Santo acta de la misma manera que en los otros tiempos de la Economa de la salvacin: prepara la Iglesia para el encuentro con su Seor, recuerda y manifiesta a Cristo a la fe de la asamblea; hace presente y actualiza el misterio de Cristo por su poder transformador; finalmente, el Espritu de comunin une la Iglesia a la vida y a la misin de Cristo.

El Espritu Santo prepara a recibir a Cristo

1093 El Espritu Santo realiza en la economa sacramental las figuras de la Antigua Alianza. Puesto que la Iglesia de Cristo estaba "preparada maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza" (LG 2), la Liturgia de la Iglesia conserva como una parte integrante e irremplazable, hacindolos suyos, algunos elementos del culto de la Antigua Alianza: principalmente la lectura del Antiguo Testamento; la oracin de los Salmos; y sobre todo la memoria de los acontecimientos salvficos y de las realidades significativas que encontraron su cumplimiento en el misterio de Cristo (la Promesa y la Alianza; el Exodo y la Pascua, el Reino y el Templo; el Exilio y el Retorno).

1094 Sobre esta armona de los dos Testamentos (cf DV 14-16) se articula la catequesis pascual del Seor (cf Lc 24,13- 49), y luego la de los Apstoles y de los Padres de la Iglesia. Esta catequesis pone de manifiesto lo que permaneca oculto bajo la letra del Antiguo Testamento: el misterio de Cristo. Es llamada catequesis "tipolgica", porque revela la novedad de Cristo a partir de "figuras" (tipos) que la anunciaban en los hechos, las palabras y los smbolos de la primera Alianza. Por esta relectura en el Espritu de Verdad a partir de Cristo, las figuras son explicadas (cf 2 Co 3, 14-16). As, el diluvio y el arca de No prefiguraban la salvacin por el Bautismo (cf 1 P 3,21), y lo mismo la nube, y el paso del mar Rojo; el agua de la roca era la figura de los dones espirituales de Cristo (cf 1 Co 10,1-6); el man del desierto prefiguraba la Eucarista "el verdadero Pan del Cielo" (Jn 6,32).

1095 Por eso la Iglesia, especialmente durante los tiempos de Adviento, Cuaresma y sobre todo en la noche de Pascua, relee y revive todos estos acontecimientos de la historia de la salvacin en el "hoy" de su Liturgia. Pero esto exige tambin que la catequesis ayude a los fieles a abrirse a esta inteligencia "espiritual" de la Economa de la salvacin, tal como la Liturgia de la Iglesia la manifiesta y nos la hace vivir.

1096 Liturgia juda y liturgia cristiana. Un mejor conocimiento de la fe y la vida religiosa del pueblo judo tal como son profesadas y vividas an hoy, puede ayudar a comprender mejor ciertos aspectos de la Liturgia cristiana. Para los judos y para los cristianos la Sagrada Escritura es una parte esencial de sus respectivas liturgias: para la proclamacin de la Palabra de Dios, la respuesta a esta Palabra, la adoracin de alabanza y de intercesin por los vivos y los difuntos, el recurso a la misericordia divina. La liturgia de la Palabra, en su estructura propia, tiene su origen en la oracin juda. La oracin de las Horas, y otros textos y formularios litrgicos tienen sus paralelos tambin en ella, igual que las mismas frmulas de nuestras oraciones ms venerables, por ejemplo, el Padre Nuestro. Las plegarias eucarsticas se inspiran tambin en modelos de la tradicin juda. La relacin entre liturgia juda y liturgia cristiana, pero tambin la diferencia de sus contenidos, son particularmente visibles en las grandes fiestas del ao litrgico como la Pascua. Los cristianos y los judos celebran la Pascua: Pascua de la historia, orientada hacia el porvenir en los judos; Pascua realizada en la muerte y la resurreccin de Cristo en los cristianos, aunque siempre en espera de la consumacin definitiva.

1097 En la Liturgia de la Nueva Alianza, toda accin litrgica, especialmente la celebracin de la Eucarista y de los sacramentos es un encuentro entre Cristo y la Iglesia. La asamblea litrgica recibe su unidad de la "comunin del Espritu Santo" que rene a los hijos de Dios en el nico Cuerpo de Cristo. Esta reunin desborda las afinidades humanas, raciales, culturales y sociales.

1098 La Asamblea debe prepararse para encontrar a su Seor, debe ser "un pueblo bien dispuesto". Esta preparacin de los corazones es la obra comn del Espritu Santo y de la Asamblea, en particular de sus ministros. La gracia del Espritu Santo tiende a suscitar la fe, la conversin del corazn y la adhesin a la voluntad del Padre. Estas disposiciones preceden a la acogida de las otras gracias ofrecidas en la celebracin misma y a los frutos de vida nueva que est llamada a producir.

El Espritu Santo recuerda el Misterio de Cristo

1099 El Espritu y la Iglesia cooperan en la manifestacin de Cristo y de su obra de salvacin en la Liturgia. Principalmente en la Eucarista, y anlogamente en los otros sacramentos, la Liturgia es Memorial del Misterio de la salvacin. El Espritu Santo es la memoria viva de la Iglesia (cf Jn 14,26).

1100 La Palabra de Dios. El Espritu Santo recuerda primeramente a la asamblea litrgica el sentido del acontecimiento de la salvacin dando vida a la Palabra de Dios que es anunciada para ser recibida y vivida:La importancia de la Sagrada Escritura en la celebracin de la liturgia es mxima. En efecto, de ella se toman las lecturas que luego se explican en la homila, y los salmos que se cantan; las preces, oraciones e himnos litrgicos estn impregnados de su aliento y su inspiracin; de ella reciben su significado las acciones y los signos (SC 24).

1101 El Espritu Santo es quien da a los lectores y a los oyentes, segn las disposiciones de sus corazones, la inteligencia espiritual de la Palabra de Dios. A travs de las palabras, las acciones y los smbolos que constituyen la trama de una celebracin, el Espritu Santo pone a los fieles y a los ministros en relacin viva con Cristo, Palabra e Imagen del Padre, a fin de que puedan hacer pasar a su vida el sentido de lo que oyen, contemplan y realizan en la celebracin.

1102 "La fe se suscita en el corazn de los no creyentes y se alimenta en el corazn de los creyentes con la palabra de la salvacin. Con la fe empieza y se desarrolla la comunidad de los creyentes" (PO 4). El anuncio de la Palabra de Dios no se reduce a una enseanza: exige la respuesta de fe, como consentimiento y compromiso, con miras a la Alianza entre Dios y su pueblo. Es tambin el Espritu Santo quien da la gracia de la fe, la fortalece y la hace crecer en la comunidad. La asamblea litrgica es ante todo comunin en la fe.

1103 La Anamnesis. La celebracin litrgica se refiere siempre a las intervenciones salvficas de Dios en la historia. "El plan de la revelacin se realiza por obras y palabras intrnsecamente ligadas; ... las palabras proclaman las obras y explican su misterio" (DV 2). En la Liturgia de la Palabra, el Espritu Santo "recuerda" a la Asamblea todo lo que Cristo ha hecho por nosotros. Segn la naturaleza de las acciones litrgicas y las tradiciones rituales de las Iglesias, una celebracin "hace memoria" de las maravillas de Dios en una Anmnesis ms o menos desarrollada. El Espritu Santo, que despierta as la memoria de la Iglesia, suscita entonces la accin de gracias y la alabanza (Doxologa).

El Espritu Santo actualiza el Misterio de Cristo

1104 La Liturgia cristiana no slo recuerda los acontecimientos que nos salvaron, sino que los actualiza, los hace presentes. El Misterio pascual de Cristo se celebra, no se repite; son las celebraciones las que se repiten; en cada una de ellas tiene lugar la efusin del Espritu Santo que actualiza el nico Misterio.

1105 La Epiclesis ("invocacin sobre") es la intercesin mediante la cual el sacerdote suplica al Padre que enve el Espritu santificador para que las ofrendas se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo y para que los fieles, al recibirlos, se conviertan ellos mismos en ofrenda viva para Dios.

1106 Junto con la Anmnesis, la Epclesis es el centro de toda celebracin sacramental, y muy particularmente de la Eucarista:Preguntas cmo el pan se convierte en el Cuerpo de Cristo y el vino...en Sangre de Cristo. Te respondo: el Espritu Santo irrumpe y realiza aquello que sobrepasa toda palabra y todo pensamiento...Que te baste or que es por la accin del Espritu Santo, de igual modo que gracias a la Santsima Virgen y al mismo Espritu, el Seor, por s mismo y en s mismo, asumi la carne humana (S. Juan Damasceno, f.o., IV, 13).

1107 El poder transformador del Espritu Santo en la Liturgia apresura la venida del Reino y la consumacin del Misterio de la salvacin. En la espera y en la esperanza nos hace realmente anticipar la comunin plena con la Trinidad Santa. Enviado por el Padre, que escucha la epclesis de la Iglesia, el Espritu da la vida a los que lo acogen, y constituye para ellos, ya desde ahora, "las arras" de su herencia (cf Ef 1,14; 2 Co 1,22).

La comunin del Espritu Santo

1108 La finalidad de la misin del Espritu Santo en toda accin litrgica es poner en comunin con Cristo para formar su Cuerpo. El Espritu Santo es como la savia de la via del Padre que da su fruto en los sarmientos (cf Jn 15,1-17; Ga 5,22). En la Liturgia se realiza la cooperacin ms ntima entre el Espritu Santo y la Iglesia. El Espritu de Comunin permanece indefectiblemente en la Iglesia, y por eso la Iglesia es el gran sacramento de la comunin divina que rene a los hijos de Dios dispersos. El fruto del Espritu en la Liturgia es inseparablemente comunin con la Trinidad Santa y comunin fraterna (cf 1 Jn 1,3-7).

1109 La Epclesis es tambin oracin por el pleno efecto de la comunin de la Asamblea con el Misterio de Cristo. "La gracia de nuestro Seor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunin del Espritu Santo" (2 Co 13,13) deben permanecer siempre con nosotros y dar frutos ms all de la celebracin eucarstica. La Iglesia, por tanto, pide al Padre que enve el Espritu Santo para que haga de la vida de los fieles una ofrenda viva a Dios mediante la transformacin espiritual a imagen de Cristo, la preocupacin por la unidad de la Iglesia y la participacin en su misin por el testimonio y el servicio de la caridad.

Resumen

1110 En la liturgia de la Iglesia, Dios Padre es bendecido y adorado como la fuente de todas las bendiciones de la Creacin y de la Salvacin, con las que nos ha bendecido en su Hijo para darnos el Espritu de adopcin filial.

1111 La obra de Cristo en la Liturgia es sacramental porque su Misterio de salvacin se hace presente en ella por el poder de su Espritu Santo; porque su Cuerpo, que es la Iglesia, es como el sacramento (signo e instrumento) en el cual el Espritu Santo dispensa el Misterio de la salvacin; porque a travs de sus acciones litrgicas, la Iglesia peregrina participa ya, como en primicias, en la Liturgia celestial.

1112 La misin del Espritu Santo en la Liturgia de la Iglesia es la de preparar la Asamblea para el encuentro con Cristo; recordar y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y actualizar la obra salvfica de Cristo por su poder transformador y hacer fructificar el don de la comunin en la Iglesia.

Qu es la liturgia? en corto

EtimologaEl termino liturgia procede del griego clsico, leitourga ( de la raz lit les-las- : pueblo, popular; y rgon: obra) lo mismo que sus correlativos leitourgen y leitourgs, y se usaba en sentido absoluto sin necesidad de especificar el objeto, para indicar el origen o el destino popular de una accin o de una iniciativa, independientemente del modo como se asuma sta. Con el tiempo la presentacin popular perdi su carcter libre para convertirse en un servicio oneroso a favor de la sociedad.

Liturgia vino a designar un servicio pblico. Cuando este servicio afectaba al mbito religioso, liturgia se diriga al culto oficial de los dioses. En todos los casos la palabra tena un valor tcnico

Uso del trmino liturgia en la BibliaEn el AT: El verbo leitourge y el sustantivo leitourga se encuentran 100 y 400 veces, respectivamente en la versin de los LXX, y designan el servicio cultual de los sacerdotes y levitas en el templo. El trmino en hebreo es algunas veces shrr (cf. Nm 16,9) y otras abhd y abhdh, que designa prcticamente siempre el servicio cultual del Dios verdadero realizado en el santuario por los descendientes de Aarn y de Lev. Para el culto privado y para el culto de todo el pueblo los LXX se sirven de las palabras latrea y doula (adoracin y honor). En los textos griegos solamente, leitourga tiene el mismo sentido cultual levtico (cf. Sab 18,21; Eclo 4,14; 7,29-30; 24,10, etc.).Esta terminologa supone ya una interpretacin, distinguiendo entre el servicio de los levitas y el culto que todo el pueblo deba dar al Seor (cf. Ex 19,5; Dt 10,12). No obstante, la funcin cultual perteneca a todo el pueblo de Israel, aunque era ejercida de forma especial y pblica por los sacerdotes y levitas.

En el griego bblico del Nuevo Testamento, leitourga no aparece jams como sinnimo de culto cristiano, salvo en el discutido pasaje de Hch 13,2.

En el NT: La palabra liturgia se utiliza con los siguientes sentidosen el NT:a) En sentido civil de servicio pblico oneroso, como en el griego clsico (cf. Rm 13,6; 15,27; Flp 2,25.30; 2 Cor 9,12; Heb 1,7.14)b) En sentido tcnico del culto sacerdotal y lvitico del AT (cf. Lc 1,23; Heb 8.2.6; 9,21; 10,11). La Carta a los Hebreos aplica a Cristo, y slo a l, esta terminologa para acentuar el valor del sacerdocio de la Nueva Alianza.c) En sentido de culto espiritual: San Pablo utiliza la palabra leitourga para referirse tanto al ministerio de la evangelizacin como al obsequio de la fe de los que han credo por su predicacin(cf. Rm 15,16; Flp 2,17).d) En sentido de culto comunitario cristiano: El texto de Hch 13,2 (leitourgontn) es el nico del NT donde la palabra liturgia puede tomarse en sentido ritual o celebrativo. La comunidad estaba reunida orando, y la plegaria desemboc en el envo misionero de Pablo y de Bernab mediante el gesto de la imposicin de manos (cf. Hch 6,6).

Esta reserva en el uso de la palabra liturgia por el Nuevo Testamento obedece a su vinculacin al sacerdocio levtico, el cual perdi su razn de ser en la Nueva Alianza.

Evolucin posterior

En los primeros escritores cristianos, de origen judeocristiano, la palabra liturgia fue usada de nuevo de nuevo en el sentido del Antiguo Testamento, pero aplicada al culto de la Nueva Alianza (cf. Didach 15,1; 1 Clem. 40,2.5).

Despus la palabra liturgia ha tenido una utilizacin muy desigual. En las Iglesias orientales de lengua griega leitourga designa la celebracin eucarstica. En la Iglesia latina liturgia fue ignorada, al contrario de lo que ocurri con otros trminos religiosos de origen griego que fueron latinizados. En lugar de liturgia se usaron expresiones como munus, oficcium, ministerium, opus, etc. No obstante San Agustn la empleo para referirse al ministerio cultual, identificndola con latra (cf. S. Agustn, Enarr. in Ps 135, en PL 39, 1757.).

A partir del siglo XVI liturgia aparece en los ttulos de algunos libros dedicados a la historia y al explicacin de los ritos de la Iglesia. Pero, junto a este significado, el trmino liturgia se hizo sinnimo de ritual y de ceremonia. En el lenguaje eclesistico la palabra liturgia empez a aparecer a mediados del siglo XIX, cuando el Movimiento litrgico la hizo de uso corriente.

Definicin de Liturgia en el Concilio Vaticano II

Los documentos conciliares, especialmente la Sacrosanctum Concilium, hablan de la liturgia como un elemento esencial de la vida de la Iglesia que determina la situacin presente del pueblo de Dios: Con razn, entonces, se considera a la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificacin del hombre, y as el Cuerpo Mstico de Cristo, es decir, la Cabeza y sus miembros ejerce el culto publico ntegro. En consecuencia, toda celebracin litrgica por ser obra de Cristo Sacerdote y de su cuerpo, que es la Iglesia, es accin sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo ttulo y el mismo grado, no la iguala ninguna otra accin de la Iglesia. (SC 7).

Esta nocin estrictamente teolgica de la liturgia, sin olvidar los aspectos antropolgicos, aparece en ntima dependencia del misterio del Verbo encarnado y de la Iglesia (cf. SC 2; 5;6; LG 1; 7; 8, etc.). La encarnacin en cuanto presencia eficaz de lo divino en la historia, se prolonga en gestos y palabras (cf. DV 2; 13) de la liturgia, que reciben su significado de la Sagrada Escritura (cf. SC 24) y son prolongacin en la en la tierra de la humanidad del Hijo de Dios (cf. CEC 1070, 1103, etc.).

El Concilio ha querido destacar, por una parte, la dimensin litrgica de la redencin efectuada por Cristo en su muerte y resurreccin, y, por otra, la modalidad sacramental o simblica-litrgica en la que se ha de llevar a cabo la obra de salvacin.

De esta manera, en la nocin de liturgia que da el Vaticano II, destacan los siguientes aspectos :a)es obra de Cristo total, Cristo primariamente, y de la Iglesia por asociacin;b)tiene como finalidad la santificacin de los hombres y el culto al Padre, de modo que el sacerdocio de Cristo se realiza en los dos aspectos;c)pertenece a todo el pueblo de Dios, que en virtud del Bautismo es sacerdocio real con el derecho y el deber de participar en las acciones litrgicas;d)en cuanto constituida por gestos y palabras que significan y realizan eficazmente la salvacin, es ella misma un acontecimiento en el que se manifiesta la Iglesia, sacramento del Verbo encarnado;e)configura y determina el tiempo de la Iglesia desde el punto de vista escatolgico;f)por todo esto la liturgia es fuente y cumbre de la vida de la Iglesia (SC 10; LG 11).

As pues, en la nocin de liturgia que ofrece el Concilio podemos definirla como la funcin santificadora y cultual de la Iglesia, esposa y cuerpo sacerdotal del Verbo encarnado, para continuar en el tiempo la obra de Cristo por medio de los signos que lo hacen presentes hasta su venida.

Lo litrgico y lo no litrgico

Son acciones litrgicas (lo litrgico) aquellos actos sagrados que, por institucin de Jesucristo o de la Iglesia, y en su nombre, son realizados por personas legtimamente designadas para este fin, en conformidad con los libros litrgicos aprobados por la Santa Sede, para dar a Dios, a los santos ya los beatos el culto que les es debido. Lo no litrgico son las dems acciones sagradas que se realizan en una iglesia o fuera de ella, con o sin sacerdote que las presencie o las dirija (a estas tambin se les llama ejercicios piadosos).

Lo litrgico es lo que pertenece al entero cuerpo eclesial y lo pone de manifiesto (SC 26) y constituye la eficacia objetiva de los actos de culto. Los ejercicios piadosos evocan el misterio de Cristo nicamente de manera contemplativa y afectiva.

La eficacia de los actos litrgicos depende de la voluntad institucional de Cristo y de la Iglesia, y de que se cumplan necesariamente las condiciones para su validez; por eso estos actos actualizan la presencia del Seor. La eficacia de los ejercicios piadosos depende tan slo de las actitudes personales de quienes toman parte en ellos.

Qu es la liturgia?

La palabra liturgia proviene del griego clsico profano ("obra para la comunidad"). La traduccin del Antiguo Testamento al griego, realizada por los judos de la ciudad de Alejandra, en Egipto, durante los siglos III y II antes de Cristo, conocida como la Versin de los LXX, as como el Nuevo Testamento (NT) cristiano suelen utilizarla en un sentido cultual. Cfr. Hebr. 8, 2 y Rom. 15, 16 donde a Cristo y Pablo se les llama "liturgos".En la iglesia primitiva griega se redujo el uso de la palabra al de "culto divino", y ms tarde al de "misa". En el occidente europeo la palabra entr mucho ms tarde con el humanismo renacentista con ese sentido restringido, y slo desde el siglo XIX lo utilizan los documentos eclesisticos en un sentido amplio de culto divino en la Iglesia.

La discusin sobre cul es la correcta definicin de "liturgia" entr en una nueva fase a partir de documentos eclesisticos sobre ese tema: Encclica "Mediator Dei" (MD), 1947; Instruccin de la Sagrada Congregacin de Ritos del 3-IX-1958; Constitucin "Sacrosantum Concilium" (SC) del Concilio Vaticano II aprobada el 4-XII-1963 sobre la sagrada liturgia.En la MD se rechaza como definicin insuficiente a la que entienda a la liturgia nicamente como la parte externa de las ceremonias y rbricas (reglas que ensean la ejecucin y prctica de las ceremonias) del culto divino. La liturgia es el mismo culto divino: El culto pblico ntegro del cuerpo mstico de Jesucristo, de su cabeza y de sus miembros.Jurdicamente, en el Cdigo de Derecho Cannico, su primera promulgacin fue en 1917, se entenda nicamente como liturgia a los actos realizados segn los libros litrgicos de la Santa Sede, y a todos los dems actos cultuales se les llamaba "pia exercitia" (ejercicios piadosos). Hasta los tiempos del Vaticano II y especialmente despus de la promulgacin del Nuevo Cdigo de Derecho Cannico, 1983 se distingua claramente entre "actos litrgicos" (la Misa) y "actos no litrgicos" (el rezo del rosario), que hoy se consideran como actos litrgicos en un sentido amplio, a los que la MD considera "incluidos de alguna manera en el orden litrgico".

En el ncleo fundamental de la liturgia vive y acta el sacerdocio de Cristo que se desarrolla a travs de los siglos. Pero tambin el mismo culto a Cristo en el Espritu Santo (1 Cor. 12, 3) est en el ms perfecto sentido de la palabra liturgia segn la MD: "El culto... que la comunidad de los fieles cristianos tributa a su fundador y por l al Padre eterno".Por todo ello una teologa de la liturgia no puede entenderse desligada de una teologa de la Iglesia y de los Sacramentos.Ya en el NT encontramos algunas antiqusimas descripciones de textos litrgicos (p.e. 1 Cor. 16, 20-24; Ef. 5, 14; Filip. 2, 6-12). La descripcin de los himnos celestiales en el Apocalipsis p.e. 11, 17-18; 12, 10-12... debemos considerarla como una imagen de los himnos litrgicos de la comunidad terrestre.Se conservan algunos textos litrgicos del siglo II y hacia el 215 tenemos el primer texto de una plegaria eucarstica que se nos haya conservado. Se trata de un escrito de Hiplito en su "Traditio Apostlica" (Tradicin Apostlica). En todos ellos nos encontramos no con textos normativos, sino con ejemplos de cmo deben resolverse las tareas de improvisacin en la liturgia.Los primeros testimonios de frmulas liturgias ya fijas y determinadas las encontramos en los siglos III y IV en frica, que al principio se refieren a los puntos fundamentales de la plegaria eucarstica. Slo hacia el ao 600 aparecen determinadas en Roma el conjunto de las oraciones sacerdotales con las frmulas de los "Sacramentarios", los libros que regulaban la celebracin de la Eucarista y de los dems sacramentos.La liturgia posterior tiene sus races ms profundas en la liturgia del cristianismo primitivo. Hoy se reconoce un profundo enraizamiento de ste en las ceremonias del culto divino del judasmo. Despus de un perodo que podramos llamar de libertad e improvisacin, a partir del siglo IV empieza a notarse en las grandes metrpolis cristianas (Antioqua, Alejandra, Roma...) que se van fundando como familias litrgicas en las que al principio se advierten muchas diferencias regionales y locales.Posteriormente Constantinopla en oriente y Roma en occidente, se preocupan de conseguir una uniformidad litrgica y para ella junto a motivos religiosos se ven tambin otros de ndole poltico-eclesistica. Es notable como en todas partes el "centro de la piedad", Jerusaln, tiene un influjo normativo litrgico. (Recordemos p.e. el Via Crucis).

Las liturgias orientales

Estas familias litrgicas podemos agruparlas en dos grandes secciones, las orientales y las occidentales. Aunque nosotros equivocadamente casi identificamos "liturgia catlica" con "liturgia romana" y nos interesa estudiar sobre todo a sta, no debemos desconocer algunos rasgos caractersticos de las orientales.Notemos que las liturgias orientales subsisten hoy en las iglesias orientales, tanto las separadas de Roma (a las que frecuentemente llamamos "ortodoxas") como las unidas a Roma ("orientales unidas") y que en muchos casos las liturgias de los unidos y los separados a Roma se parecen muchsimo entre s.Las liturgias orientales desde el comienzo resaltaron ciertos datos teolgicos y simblicos ms de lo que lo han hecho las occidentales. Consideremos algunas de sus caractersticas generales.Ya desde los siglos III y IV resaltan algo que ya se percibe en la Epstola a los Hebreos y en el Apocalipsis, la participacin del culto divino que los ngeles realizan en el cielo en la liturgia terrestre (recordemos la introduccin al "Sanctus" en nuestra liturgia de la Misa). Tambin, a partir del siglo IV, se nota lo que podramos llamar una "dramatizacin en la celebracin de los misterios".Como consecuencia del desarrollo de la Cristologa (la teologa sobre Cristo), recordemos las luchas contra los arrianos (que negaban la divinidad de Cristo), la funcin mediadora de la segunda persona de la Trinidad no se considera tanto como la del que "est sentado a la derecha del Padre" cuanto la historia de su misin salvfica entre nosotros, o como un reflejo de la omnipotencia del "Logos" divino.Consecuencia de ello es la gran importancia que dan los orientales a la "Epclesis", (la invocacin que implora el poder divino para que el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo), en los textos de las Anforas (plegarias eucarsticas) y su significacin en la concepcin de la liturgia, como representacin de los hechos salvficos de Cristo (Teodoro de Mopsueta, primer ejemplo de una alegora rememorativa) o como imagen de la actuacin de la "Jerarqua celeste" (Dionisio el Areopagita, en parte influido por el neoplatonismo).Otras caractersticas notables de las liturgias orientales son, sobre todo en la liturgia bizantina, las oraciones secretas (en voz baja), el ocultamiento del Santsimo (velos), y la gran importancia que se da a la mediacin de los santos (iconos en las paredes...)Como tipos ms importantes de las liturgias orientales podemos mencionar:1. La liturgia griega de Alejandra 2. La liturgia copta (Egipto) 3. La liturgia etipica. 4. La liturgia griega de Antioqua 5. La liturgia siria occidental 6. La liturgia siria oriental (Irak, Irn) 7. La liturgia bizantina 8. La liturgia armeniaHoy en muchas zonas del oriente medio estn muy mezcladas las comunidades (unidas o separadas de Roma) de muy diversas liturgias. En una misma ciudad pueden encontrarse varias muy diferentes. Jerusaln sigue siendo un centro donde "quieren estar todos".

Las liturgias occidentales

El desarrollo histrico de la liturgia en occidente est determinado por la yuxtaposicin de un tipo de liturgia, tpicamente occidental, romano-africano, y otro, la liturgia galicana, con grandes influjos orientales. El primero se caracteriza por su moderacin y sencillez, mientras que el segundo est lleno de riqueza potica.Durante mucho tiempo se considera a Miln como la cuna y el centro de la liturgia galicana, pero hoy se la considera mucho ms como un producto simultneo originado en el fondo religioso de casi todo el occidente cristiano.Poco a poco el crecimiento de la importancia religiosa de Roma fue imponiendo su liturgia y las costumbres y prcticas romana acabaron dominando en todo el Occidente. En esta romanizacin influyeron en los distintos pases el regreso y las experiencias vividas en Roma por los "romeros" (peregrinos que acudan a Roma, de ah la palabra castellana "romera" como equivalente casi a peregrinacin). Los benedictinos expandiendo su liturgia y los emperadores carolingios buscando la uniformidad religiosa de su imperio trabajaron mucho para el predominio de la liturgia romana.Hacia el siglo XI puede decirse que la liturgia romana se ha impuesto casi totalmente en occidente, la liturgia que ms subsisti a su lado fue la milanesa, y de alguna manera las costumbres y ritos locales que no pudieron ser eliminados fueron como absorbidos en la liturgia romana.Como rasgos caractersticos de las liturgias occidentales y especialmente de la romana podemos sealar:La acentuacin de la funcin mediadora de Cristo, que se percibe claramente en el "por Cristo..." de las oraciones sacerdotales de la Misa, y que ha hecho resaltar el elemento Eucarstico frente al de la Epifana (la manifestacin de Dios), y que ha llevado a una piedad centrada en la Misa y en la Eucarista.En la liturgia romano-africana se nota una ausencia casi total de libertad de expresin litrgica, que fue eliminando de alguna manera las oraciones populares a Cristo. stas subsisten, pero como tapadas por las oraciones y salmos que "con" Cristo se dirigen al Padre.Otra caracterstica occidental es la diversificacin de oraciones segn las fiestas del ao litrgico que ha desarrollado una importante teologa de la "historia de la salvacin" a lo largo de las fiestas del Seor y de los santos.Tambin es notable la distancia y la separacin en las ceremonias. En cuanto al simbolismo las posturas han perdido su valor dramtico y potico. La celebracin eucarstica ms que por un movimiento dramtico se caracteriza por su seriedad y solemnidad que hace intervenir muy poco al pueblo con aclamaciones. Parte de esta "seriedad" se debe al influjo que el ceremonial imperial ha tenido en la liturgia , y al consideracin de la Eucarista como una "ceremonia sagrada del Estado" frente a la consideracin oriental que la ve como la celebracin de un misterio cargado de sentido escatolgico (para la vida eterna).Antes de hablar de la liturgia romana mencionemos rpidamente las principales liturgias occidentales.

La liturgia mozrabe (espaola). Tuvo su momento de esplendor en la poca visigoda, (siglo VII). Empez a ser fuertemente reprimida por la romana hacia el siglo XI y slo subsiste hoy en un par de capillas (Toledo y Oviedo) como una "reliquia histrica".

La liturgia ambrosiana o milanesa. Remonta sus orgenes a San Ambrosio (siglo IV) y aunque poco a poco fue romanizndose, todava ha llegado a nuestros das vigente en la dicesis de Miln y algunas zonas vecinas.

La liturgia antigua galicana (Francia). De ella conservamos el libro litrgico ms antiguo de la iglesia latina (siglo V). Tuvo un poderoso influjo oriental. Vivi una especie de renacimiento en los siglos XVII y XVIII en diversas liturgias regionales como la de Lyon.

La liturgia celta. Surgi en los pueblos de origen celta del occidente europeo. Est bastante relacionada con e influida por la galicana. En Inglaterra desapareci ya en el siglo VII bajo el influjo romanizador de los benedictinos. En la Bretaa francesa se mantuvo hasta el siglo IX y subsisti hasta el siglo XII en Irlanda.

Todas estas y algunas otras de menor importancia fueron absorbidas por la

Liturgia romana

Muy frecuentemente en vez de llamarla "romana" se utiliza o se ha utilizado las expresiones "liturgia latina" o mucho ms "rito latino".Sus ms primitivos textos los encontramos en la "Traditio apostlica" de Hiplito (290 - 302). En su desarrollo histrico podemos sealar los siguientes acontecimientos fundamentales.

a) Hacia el ao 370 la total substitucin de la lengua griega primitiva en la liturgia romana por la lengua latina. (Recordemos que subsistan reliquias como el "Kyrie eleyson" en la misa latina).

b) Hacia el 600 se realiza la reforma del papa Gregorio el Grande que logra una clarificacin sobre todo en el sector de los sacramentos.

c) Hacia el 950 comienza la reincorporacin de elementos galicanos procedentes sobre todo de Alemania.

d) Pasado el ao 1000 comienza con Gregorio VII e Inocencio III la etapa final de esta asimilacin. Aparecen los libros litrgicos oficiales de la curia romana que son extendidos por todo occidente especialmente por los franciscanos.

e) Entre 1568 y 1614 Roma crea de acuerdo con las determinaciones del Concilio de Trento (1545-1563) los libros que unifican la liturgia de la Iglesia latina: Breviario (1568), Misal (de San Po V, 1570), Pontifical (1598), Ceremonial de los obispos (1600) y Ritual (1614).Como el Breviario y el Misal no tenan carcter obligatorio en el caso de que existiesen tradiciones, otros ritos diferentes con una antigedad superior a los 200 aos, pudieron conservarse bastantes costumbres locales, aunque fueron pocas las que subsistieron a la corriente romanizadora del siglo XIX. Entre las que se conservaron citemos las de las dicesis de Braga (Portugal), Lyon (Francia) y las liturgias propias de algunas rdenes religiosas (Cartujos, Cistercienses, Premostratenses, Carmelitas, Dominicos...)

f) A mediados del siglo XX comienza una renovacin litrgica cuyos pasos fundamentales fueron la reestructuracin de la Semana Santa y el nuevo rito de la Vigilia Pascual (recordemos que la conmemoracin de la resurreccin se adelantaba al sbado santo por la maana y que en aquella poca no se permitan las misas vespertinas... Por eso hace medio siglo en toda Europa y tambin Amrica los grandes estrenos teatrales tenan lugar el Sbado de Gloria al anochecer, ya que ya haba terminado la Cuaresma y el Seor ya haba resucitado).

g) El Concilio Vaticano II con la "Sacrosantum Concilium" inici un perodo todava no terminado de grandes reformas litrgicas (uso de los idiomas vulgares, reestructuracin de la prctica de los sacramentos, con una gran descentralizacin que puede llevar a la creacin de nuevos tipos de liturgias, pensemos en los pueblos africanos, adaptados a la vida moderna).

Esta gran obra del Concilio no surgi de la nada. Estaba insinuada y preparada por lo que se ha llamado el movimiento de reforma litrgica, al que se le ha conocido por diversos nombres: "Movimiento litrgico", "Renovacin litrgica", "Reforma litrgica"...El Movimiento litrgico en la Iglesia catlica ha sido una tendencia de renovacin con races anteriores, pero ya claramente visible a fines del siglo XIX, que dej plenamente maduro el terreno para la reforma del Vaticano II.Algunas personalidades y algunos centros de investigacin, especialmente monasterios benedictinos (que con su lema "Ora et labora", "reza y trabaja", han sido en la Iglesia los pioneros en el movimiento litrgico) fueron los que iniciaron estudios sobre el nacimiento, desarrollo y naturaleza de los elementos litrgicos, y su perfecto conocimiento fue el primer paso para purificarlos de las deformaciones y degradaciones producidas a lo largo del tiempo.En los grandes monasterios benedictinos como Solesmes (Francia), Mara Lach o Beuron (Alemania) se lograron revivir las mejores tradiciones de la Iglesia latina, se redescubri el sentido del ao eclesistico, se encontraron muchos tesoros perdidos en las frases y contenido de los antiguos libros litrgicos, se renov y comprendi el canto gregoriano...

Este elemento musical fue corroborado e impulsado por el Motu Propio (uno de los diversos tipos de documentos papales) "Tra le sollecitudini" sobre la msica sacra de Po X (22-XI -1903) y la edicin vaticana de los libros corales, y la reforma litrgica de los aos 1911-1914.Tambin hay que entender en relacin con esta "Renovacin litrgica" el famoso decreto de Po X sobre la comunin frecuente y la edad de la primera comunin de los nios que hasta entonces se reciba a los 14 o 15 aos. En l se menciona el principio fundamental de la renovacin litrgica, el de la "participacin activa" de los creyentes en las festividades de los sagrados misterios y en la oracin solemne de la Iglesia.Quien dio un gran impulso al movimiento litrgico, con el apoyo del Cardenal Mercier, fue el abad benedictino de Mont-Cesar (Lovaina, Blgica) y su discurso del 23-IX-1909 en Malinas en el "Da Catlico" lanz un movimiento de renovacin litrgica que lleg muy pronto en Blgica y Holanda hasta las ltimas parroquias, pero que en el resto de Europa se redujo al influjo de las grandes abadas benedictinas.El portaestandarte del movimiento fue durante algn tiempo la abada benedictina de Mara Lach (Alemania) donde Odo Casel escribi su famosa obra sobre la "Teologa de los misterios". Importante fue tambin la parte del movimiento juvenil de Romano Guardini que llev a la participacin litrgica de la juventud.Despus de la guerra europea, la encclica "Mystici Corporis" del 29-VI-1943 haba abierto ya un paso ms, y el centro de pastoral litrgica de Pars fundado en 1943 ayud a la preparacin de una serie de elementos que culminaron en la encclica de Po XII, la "Mediator Dei", del 20-XI-1947, que fue la Carta Magna de la libertad litrgica, que partiendo de la reforma litrgica de Po X la desarrollaba en muchos puntos.Notemos en el pontificado de Po XII (1939-1958), adems de la Mediator Dei, la aprobacin de numerosos rituales con textos y cantos en los idiomas vernculos, la nueva traduccin del salterio a partir del texto original hebreo, la renovacin de la Vigilia Pascual y de las ceremonias de la Semana Santa, la simplificacin de las rbricas, el permiso de las misas vespertinas, la simplificacin del ayuno eucarstico, la encclica "Musicae sacrae disciplina" y la Instruccin de la Sagrada Congregacin de Ritos "De musica sacra et sacra liturgia".Juan XXIII encomend al Vaticano II que decidiera sobre las lneas fundamentales de una futura reforma general de la liturgia.

El dominio al que se extendi el movimiento litrgico fue todo el campo del culto cristiano: la celebracin de la Santa Misa y la celebracin de las horas (tanto el breviario cannico, como los oficios parvos privados, as como las horas santas y otros tipos de ceremonias que suelen estar impregnadas de espritu litrgico); la administracin de los sacramentos, las consagraciones, bendiciones y procesiones, la msica sacra (especialmente el gregoriano y la polifnica, pero tambin los cantos populares); la construccin y disposicin de los templos; el formato de los utensilios litrgicos.Pero su dominio principal es la renovacin, mejor comprensin y restauracin del culto divino de la Iglesia como celebracin comunitaria de los que se renen en nombre del Seor y realizan el culto con distintos roles de acuerdo a sus distintos grados jerrquicos fundamentales en el sacramento del orden. Predicar la palabra de Dios, alabar. glorificar y dar gracias a Dios, celebrar el memorial del Seor y prepararse continuamente para su futura venida, es el objetivo principal, siempre actual de la Iglesia peregrina en la tierra.Este movimiento litrgico hubiese sido imposible sin una verdadera y seria ciencia litrgica, ntimamente relacionada con la teologa y sobre todo con la Historia de la Iglesia, y no podemos aqu mencionar ni su desarrollo histrico ni sus elementos fundamentales, ni sus ms ilustres representantes. Tampoco debemos hablar ac de los Institutos litrgicos, de las Comisiones litrgicas ni de los Congresos litrgicos.La Constitucin sobre la Sagrada Liturgia, "Sacrosantum Concilium" fue la primera constitucin aprobada por el Vaticano II en diciembre del 63, y a casi cuarenta aos de distancia podemos decir de ella lo siguiente:En ella podemos encontrar objetivos de reforma inmediatos y otros ms mediatos. En cuanto a los inmediatos en lneas generales casi todos ellos se han cumplido incluso avanzando ms de lo que en ese momento supona el Concilio.Histricamente el Concilio despert un perodo de cambios, reformas y ensayos litrgicos, muchos de ellos muy positivos y otros ciertamente exagerados. Al cabo de unos aos se prohibieron los ensayos salvo casos concretos y determinados, y puede decirse que en este momento estamos en un perodo de serenidad y decantacin de los resultados obtenidos.Ciertamente los cambios litrgicos al principio resultaron hasta escandalosos para una minora del pueblo cristiano, y en algunas cosas se busc demasiado lo nuevo. Pero el tiempo ha ido haciendo percibir lo positivo de los nuevos logros litrgicos y tambin reestimar algunos elementos tradicionales que fueron dejados de lado por muchos, pero cuyo valor se comprende hoy mejor...En cuanto a los objetivos ms mediatos todava le queda mucho a la Iglesia y a los liturgistas para reactualizar y renovar. Citemos ac como ejemplo todo lo referente al Sacramento de la Reconciliacin.

Posturas y gestos

Las posturas y gestos, as como los ademanes en la oracin son manifestaciones y participaciones corporales de la oracin interna. La liturgia necesita del uso de signos sensibles y formas externas: palabras, cantos, smbolos, gestos... que excitan y son expresin de la devocin interna y relacionan a la misma oracin con los actos internos.En el Antiguo Testamento abundan los ademanes en la oracin: El que reza est de pie delante del Seor (Gen. 18,22; 1 Sam. 1, 9 y 26), mira hacia Yav (hacia arriba) (2 Cron. 20, 12; Ps. 24, 15), extiende las manos o las eleva (Ex. 9, 29; 17, 11; 1 Re. 8, 22; Ps. 27, 2; 62, 5; ...), se inclina o se prosterna en tierra (Gen. 17, 3; Jos. 5, 15; Deut. 9, 18; Ps. 5, 8; Dn. 8, 17), se arrodilla (1 Re. 8, 54; Is. 45, 23), dirige su mirada hacia el templo o hacia Jerusaln (Ps. 5, 8; Da. 6, 11)En el Nuevo Testamento Cristo utiliza en el culto divino del templo o de la sinagoga los gestos y posturas de oracin normales en el culto judo, aunque en algunos momentos corrige algunos excesos de los fariseos (Mt. 6, 5); levanta los ojos al cielo (Mt. 14, 19; Mc. 6, 41), se arrodilla (Lc. 22, 41) o se prosterna en tierra (Mt. 26, 39; Mc. 14, 35). Esos mismos ademanes se los recomienda a sus discpulos (Mc. 11, 25). Los apstoles y discpulos siguen su modelo (Hech. 7, 55; 9, 40; Ef. 3,14; Filip. 2, 10; 1 Tim. 2, 8)Las posturas y gestos en la Iglesia provienen fundamentalmente del culto primitivo, pero no faltan usos y costumbres profanas que reciben un sentido nuevo, especficamente cristiano.El estar de pie (o "parados" en argentino) en la oracin se considera como un smbolo de la resurreccin y de la alegra pascual. Por eso se reza de pie los domingos y en el tiempo pascual (Tertuliano: "De oratione" 23)...Pero siempre en la Iglesia ha habido gente "ms papista que el papa", y ya en el primer Concilio Ecumnico, Nicea, ao 325, ante una situacin concreta que se ha repetido muchas veces a lo largo de la historia y en concreto despus del Vaticano II, pensemos en los lefebrianos y otros grupos, el Concilio de Nicea, en su ltimo canon, el 20, determina:

"Sobre el rezar de rodillas.

Ya que hay algunos que se arrodillan en los das domingo y en el tiempo de pentecosts (hoy diramos "en tiempo pascual") para que en todos los lugares haya un perfecta uniformidad, le parece ben a este santo concilio que las oraciones a Dios se hagan de pie."Este primitivsimo texto nos ensea algo que sigue siendo hoy la doctrina de la Iglesia. No hay posturas de oracin que sean las "divinamente reveladas y nicas", sino que han variado en muchas ocasiones a lo largo de los tiempos. Incluso en muchos casos quedan opciones libres dependientes frecuentemente de circunstancias externas... El pueblo cristiano se sienta en los bancos de las iglesias, pero no lo hace de igual modo en una "misa de campaa". Son distintas las posturas oyendo una Misa dentro de una iglesia con bancos y sillas, que hacindolo en la Plaza de San Pedro del Vaticano... Y la razn que alega el concilio niceno no es sino "para mantener la uniformidad"... Los obispos son los nicos que pueden dar leyes o reglas en ese terreno, y tambin cambiarlas a lo largo de los tiempos. Aunque no faltan algunos "iluminados" a quienes su "espritu santo particular" les dice que ellos y toda la Iglesia debe adoptar tal postura. Casi siempre me encuentro con que a m mi espritu santo particular me dice lo contrario que a esos seores...La ltima aceptacin y determinacin de las posturas y ademanes tolerados, permitidos u ordenados, corresponde al Episcopado. Notemos que el cambio de posturas y generalmente tambin el de muchos otros elementos litrgicos no suele implicar profundos problemas teolgicos(como algunos equivocadamente pretenden creer), sino ms bien problemas de adaptacin, conveniencia y mayor utilidad para conseguir una mayor participacin del pueblo.El estar de rodillas simboliza el reconocimiento de la culpa y la penitencia, por eso se estimula en tiempos de cuaresma y adviento, que suelen ser los de ayuno y abstinencia, aunque esas penitencias en la liturgia actual se han reducido a un mnimo.La genuflexin simple (con una sola rodilla) es algo desconocido en la primitiva liturgia romana; primitivamente era en la edad media un gesto de reverencia y sumisin frente al seor feudal, despus se hizo a los obispos, muchos de los cuales eran tambin seores feudales, y no entr en la liturgia hasta finales del medioevo.La genuflexin doble con inclinacin de la cabeza estaba hasta hace relativamente poco tiempo reservada como saludo de adoracin a la Eucarista expuesta para la adoracin de los fieles. Hace poco tiempo ha sido sustituida por la genuflexin simple.

La inclinacin o reverencia ha sido una de las posturas ms frecuentes, p.e. en las oraciones sobre el pueblo.La postracin en el suelo era frecuente al comienzo del acto de culto. Hoy slo se conserva as el Viernes Santo.El extender las manos en la oracin aparece frecuentemente descrito en los autores primitivos (Tertuliano, "De oratione" 14; Ambrosio, "De virginibus" II, 4, 27) y el arte (los "orantes") y se le da un nuevo fundamento como smbolo de la crucifixin del Seor (Tertuliano, "De oratione" 17; Ambrosio, "De sacramentis" VI, 4, 18)El juntar las manos es algo que procede del derecho feudal germnico y simboliza fidelidad al seor (en este sentido se conserva todava en la ordenacin sacerdotal), aparece en la liturgia desde el siglo VIII y se generaliza en la segunda mitad de la edad media.Puede decirse que la unificacin de las posturas corporales se consigui en la Iglesia latina a partir de las rbricas del Missale Romanum (1570) y el Pontificale Romanum (1596) y han permanecido casi inmutables hasta el Concilio Vaticano II.

Las posturas del pueblo quedaron ya determinadas a finales de la edad media. La postura fundamental en la Misa era de rodillas, lo que se interpretaba como una confesin de fe en la presencia real de Cristo en el Santsimo Sacramento (y esto se resalt ms como reaccin a la postura contraria del protestantismo.)El movimiento litrgico y los documentos eclesisticos (cfr. SC 30) pretenden una nueva integracin de las posturas corporales en el culto divino, la liturgia y la oracin, buscando una mayor participacin del pueblo.

La msica sagrada

Es una parte integrante de la liturgia solemne (MP de 1903 I, 1) que debe acompaar a las acciones litrgicas (Instruccin de 1958, nn. 1, 5-9, 12) que surgi con la liturgia y est inseparablemente unida a ella. Como "principal servidora de la sagrada liturgia" (Carta del Cardenal Secretario de Estado al Cardenal Frings del 26-Y-1961) tiene un lugar primordial sobre todas las dems artes en la liturgia.El canto gregoriano es la forma ms elevada de la msica litrgica (MP de 1903 II 3-4) (SC 116). La msica coral o polifnica tiene tambin una gran tradicin dentro de la Iglesia.El canto religioso popular (SC 118) debe ser fomentado en las acciones litrgicas para lograr una mayor participacin de los fieles.En cuanto a los instrumentos musicales, se considera como instrumento musical tradicional el rgano de tubos, pero pueden admitirse otros instrumentos (guitarra) con el consentimiento de la autoridad eclesistica territorial correspondiente, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la edificacin de los fieles (SC 120)Notemos que tambin corresponde a la autoridad eclesistica territorial (el episcopado) determinar qu cantos pueden o no pueden cantarse en los actos litrgicos.

HISTORIA DE LA LITURGIA

SUMARIO

I. Desarrollo histrico:

1. En la liturgia, parte inmutable v parte sujeta a cambio;2. Las diversas fases de la obra de salvacin realizada por Cristo y actuada en la liturgia.

II. Los comienzos:

1. En la vida de Jess;2. Las primeras realizaciones apostlicas:3. El contexto:

a) El culto judo del siglo I.b) Las formas cultuales del helenismo contemporneo.

III. Las concreciones en el perodo subapostlico.IV. Las grandes familias litrgicas.V. La liturgia romana clsica.VI. Las transformaciones de la liturgia romana al encontrarse con el genio franco-germnico.VII. Transformaciones, desarrollos, reformas:

1. La liturgia de la curia;2. El breviario de Quiones;3. La reforma de Trento y de Po V;4. La reforma inspirada en el movimiento litrgico:

a) Po X,b) Malinasi L. Beauduin,c) Po XII: "Mediator Dei" y vigilia pascual

I. DESARROLLO HISTRICO

1. EN LA LITURGIA, PARTE INMUTABLE Y PARTE SUJETA A CAMBIO.

El conjunto de la liturgia, mediante el cual, especialmente en la celebracin de la eucarista, "se ejerce la obra de nuestra redencin" (SC 2), no agota ciertamente la actividad de la iglesia (SC 9), pero es la cumbre y la fuente de toda accin eclesial (SC 10). "Toda celebracin litrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su cuerpo, que es la iglesia, es accin sagrada por excelencia, cuya eficacia... no la iguala ninguna otra accin de la iglesia" (SC 7). Ahora bien, ese conjunto ha estado sujeto a un continuo devenir a lo largo de la historia.

En l ciertamente existe "una parte que es inmutable, por ser de institucin divina"; pero existen tambin "otras partes sujetas a cambio, que en el decurso del tiempo pueden y aun deben variar..." (SC 21). En los prrafos siguientes se tratar de iluminar la historia de esos cambios, del devenir, del desarrollo y de las correcciones que en el curso de dos milenios han ido dando vida, si bien de una manera lenta, al imponente edificio de la liturgia de la iglesia, a partir del origen divino establecido en Jesucristo.

2. LAS DIVERSAS FASES DE LA OBRA DE SALVACIN REALIZADA POR CRISTO Y ACTUADA EN LA LITURGIA.

Jesucristo es el centro de todo el culto cristiano, el nico mediador entre Historia de la liturgia Dios y los hombres (1 Tim 2,5). Toda la predicacin apostlica tiende a introducir en la "plenitud de la inteligencia" y a hacer "llegar al conocimiento del misterio de Dios, que es Cristo" (Col 2,2). Hacia l tiende toda la historia de la salvacin. "Dios, que quiere que todos los hombres se salven..., habiendo hablado antiguamente en muchas ocasiones de diferentes maneras a nuestros padres por medio de los profetas, cuando lleg la plenitud de los tiempos envi a su Hijo, el Verbo hecho carne... En Cristo nostrae reconciliationis processit perfecta placatio, et divini cultus nobis est indita plenitudo" (SC 5). Esta es la obra salvfica realizada en la historia de la salvacin, que ocupa el centro de todo nuestro culto: "Esta obra..., preparada por las maravillas que Dios obr en el pueblo de la antigua alianza, Cristo el Seor la realiz principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasin, resurreccin de entre los muertos y gloriosa ascensin... Del costado de Cristo dormido en la cruz naci el sacramento admirable de la iglesia entera" (SC 5). Es misin de la iglesia actuar esa obra salvfica, porque Cristo "envi a los apstoles... no slo a predicar" el contenido de esa accin redentora mediante el anuncio del evangelio, "sino tambin a realizar la obra de salvacin que proclamaban mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litrgica" (SC 6).

II. LOS COMIENZOS

La verdadera tarea de la liturgia, en adoracin y glorificacin del Dios vivo y para salvacin de los hombres, es la realizacin (representacin) del misterio salvfico de la pascua de Cristo. A fin de que esto fuese Historia de la liturgia posible, los apstoles predicaron y reunieron a los fieles para realizar acciones cultuales.

1. EN LA VIDA DE JESS.

Podemos hablar de primeras formas de acciones cultuales solamente en la edad apostlica. Los documentos al respecto -las cartas de los apstoles y los Hechos - se remontan a una poca que dista ya algunos decenios de los comienzos. En las confesiones de fe en el Seor resucitado y con la fuerza del Espritu Santo ya se celebran acciones cultuales. Pero ya en la redaccin de los evangelios se refiere que el fundamento y los primeros pasos de esas acciones se deben buscar en la vida de Jess anterior a la resurreccin. Los evangelios delinean la figura de Jess como la del hijo de una familia que vive segn la ley de Moiss: circuncisin del nio al octavo da (Lc 2, 21), sacrificio de la purificacin en el templo (2, 22), peregrinacin anual de toda la familia al templo por la fiesta de pascua (2,41). Al comenzar la actividad pblica, Jess se hace "bautizar" por Juan (3,21; Mt 3, 13 ss; Mc 19 ss); ensea en las sinagogas (Mc 1,21; Mt 4, 23 Lc 4 14 ss) y participa activamente en el culto sinagoga (Lc 4,17-21). Es el gran orante, que pasa las noches en oracin (Lc 6, 12) y ensea a los discpulos a orar (11,1-4). Con frecuencia se acerca al templo, aunque nunca se nos dice que participe en los sacrificios que all se realizaban. Pero celebra las fiestas de Israel, y sobre todo, se seala, celebra con sus discpulos la cena pascual, en la que introduce la nueva accin memorial de la ofrenda de su cuerpo y de su sangre bajo las especies del pan y del vino. Seguramente habr pronunciado, quiz en el seno de su propia familia, muchas de las oraciones cotidianas de los judos piadosos de su tiempo: efectivamente, conoce y recuerda el Schem Israel ("Escucha, Israel") de la oracin de la maana (Mc 12 29), utiliza las alabanzas (berakoth) (Mc 6,41; 8,7; 14,22-23) y las transforma en su propia oracin (alegra mesinica: Mt 11,25-27). Por otra parte, hace sentir su crtica y propugna la pureza y la sencillez del culto: cuando expulsa a los vendedores del templo (Mc 11,15); cuando explica la recta observancia del sbado, del que es seor el Hijo del hombre (Mc 2,1828); cuando exige una actitud interior recta en el sacrificio, y sobre todo en la oracin (Mt 5, 23; 6, 5 ss; Lc 18, 13). Finalmente, el evangelio de Juan pone en sus labios palabras relativas al verdadero culto de Dios: "Llega la hora, y sta es, en que los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad" (Jn 4, 23). Los evangelistas hablan de la explcita institucin de acciones cultuales: el mandato de bautizar (Mt 28, 19s) y el encargo de celebrarla cena: "Haced esto en recuerdo mo" (Lc 22, 19).

2. LAS PRIMERAS REALIZACIONES APOSTLICAS.

Enviados por el Seor y fortalecidos por el descenso de la fuerza de lo alto, los apstoles predicaron la buena noticia de la resurreccin, del perdn de los pecados y del don del Espritu Santo (He 2, 38-40). Administraron el bautismo, y los nuevos discpulos se agruparon alrededor de ellos: "Perseveraban en la enseanza de los apstoles en la comunin, en la fraccin del pan y en las oraciones" (He 2, 41-42). Seguan participando cotidianamente en el culto del templo, mientras que en las casas hacan una comida en comn, "partan el pan... con alegra y sencillez de corazn, alabando a Dios" (2, 46 s).Entre los actos cultuales del templo se menciona, por ejemplo, la oracin "ala horade nona" (3,1). En este cuadro general de una comunidad estrechamente unida podemos insertar los datos particulares mencionados en los escritos neotestamentarios, es decir, los Hechos de los Apstoles, las cartas y el Apocalipsis de Juan: el bao (la inmersin) bautismal, administrado "en el nombre del Seor Jess" (He 19, 5); a ste sigue la imposicin de las manos para comunicar el Espritu Santo (He 8, 15-17; 19, 56); la reunin de la comunidad para hacer una comida de una naturaleza especial, el depnon kyriakn, consistente en una "fraccin del pan" acompaada de una "eucharista" y en la ofrenda del cliz de vino, sobre el que se pronuncia una "eulogua"; "cuantas veces comis este pan y bebis este cliz anunciis la muerte del Seor hasta que venga"( 1 Cor 11, 20-26 y 10, 16-17). En estos alimentos sobre los que -en evidente conexin con las palabras del Seor- se pronuncian una "eucharista" y una "eulogua", se recibe el cuerpo y la sangre del Seor, como explica ampliamente Jn 6. Esa comida se incluye todava dentro de una comida normal completamente. Por He 20, 7-11 vemos ya que tiene lugar al final de una enseanza doctrinal bastante larga por obra del Apstol (20,7), y precisamente en el "primer da de la semana"; es decir, en el da en que el Seor se apareci a los suyos despus de la resurreccin; en el que descendi el Espritu Santo sobre los apstoles; en el que, segn 1 Cor 16, 2, se haca la colecta dentro de la asamblea de la comunidad, da que en Ap 1, 10 ya se llama "da del Seor". Se practica mucho la oracin en comn, y se hace con constancia, participando en las horas de oracin en el templo o en la sinagoga, o bien dentro de la comunidad ya separada de los judos, y se ora tambin de noche (He 16,25: hacia medianoche).

La ndole y el contenido de esas oraciones nos los indica, por ejemplo, Ef 5, 18-20: "... llenos del Espritu, hablando unos a los otros con salmos, himnos y cnticos espirituales, cantando y alabando al Seor en vuestros corazones, dando siempre gracias por todo al que es Dios y Padre en nombre de nuestro Seor Jesucristo" (cf Col 3, 16-17). En caso de enfermedad los presbteros oran sobre el enfermo y lo ungen con aceite en nombre del Seor para que sane y obtenga la remisin de los pecados (Sant 5, 14-15). Todo se centra siempre en el Seor Jess; en lse han cumplido las promesas; hacia l ha conducido la ley como pedagogo (Gl 3, 24). Ahora sta ha sido abolida por la realidad definitiva, presente en Cristo. Todo lo que se ha verificado antes era slo una imagen ha sucedido typiks ( I Cor 10, 11) "para nosotros, que hemos llegado a la plenitud de los tiempos" (10, 11). Esto se ve claramente sobre todo por el modo diferente de celebrar las fiestas: ya no son una observancia literal de los tiempos festivos (Gl 3, 8-11; Col 2, 16s); Cristo mismo es el verdadero Cordero pascual (1 Cor 5, 7s); participando de l celebramos la verdadera fiesta (heortzomen). En esa libertad del Espritu Santo, en el abandono progresivo de las costumbres sinagogales, en la interpretacin que refiere la imagen del tiempo pasado (del AT) a la nueva realidad presente en Cristo, se va delineando en unas pocas formas la liturgia del nuevo pueblo de Dios.

3. EL CONTEXTO.

Sin embargo, esto no significa que los apstoles y sus comunidades, para poder entrar en contacto y hacerse entender, no se hayan servido en muchos casos de formas preexistentes, las hayan modificado y despus hayan pasado a proponer de manera creativa algo nuevo. Esto era simplemente necesario.

a) El culto judo del siglo IAs como Jess de Nazaret se haba movido dentro de las formas de la sociedad de su tiempo y de su tierra, as tambin los apstoles y las primeras comunidades judeocristianas asumieron con gran naturalidad unas formas de oracin y de culto que les eran familiares. Los baos, las inmersiones y emersiones, los bautismos no eran realidades desconocidas. Eran frecuentes, de una u otra manera, en el AT y en la comunidad de Qumrn. Juan Bautista los haba administrado. Jess mismo se haba hecho "bautizar"; y, ya durante su vida, tambin los discpulos haban bautizado (cf Jn 4, 1-3). El bautismo cristiano, la manera de administrar el bautismo, ha asumido diversas cosas de las formas ya habituales, aunque todo recibe una interpretacin y una orientacin completamente nuevas: se bautiza en el nombre del Seor Jess (crucificado y resucitado), para participar en su muerte y resurreccin (Rom 6, 1-11; Col 2, 6-15; 3, 1-5 ss).

La costumbre de los primeros cristianos de "orar sin cesar" (1 Tes 5, 17), o sea, continuamente, varias veces a lo largo del da y de la noche, se remite a ejemplos del AT y de la oracin del templo y de la sinagoga de la poca de Jess: oracin de la maana y de la tarde; tres veces al da (cf Dan 6, 11; He 3, 1; 10, 9). Las frmulas de estas oraciones son libres (cf He 4, 24) o bien se utilizan los salmos. De considerable importancia para la oracin de los cristianos, de un contenido indudablemente nuevo, fue el gnero literario de las alabanzas (berakoth), quiz la herencia ms preciosa de la oracin veterotestamentaria juda. Este es su esquema: invocacin en alabanza del nombre de Dios; mencin del motivo de la alabanza: recuerdo de las obras maravillosas de Dios; doxologa final: "Bendito seas t, Dios omnipotente, Seor nuestro; has realizado esta gran accin a nuestro favor; a ti, Seor, la alabanza eternamente. Amn". Encontramos frmulas de oracin semejantes en los escritos del NT; de manera ms breve, por ejemplo, en el gozo de Mt 11, 25; de manera ms larga, en Rom 16, 25-27; Ef 1, 3-14. Semejante a esto debe haber sido el contenido de las alabanzas que, en la narracin de la multiplicacin de los panes y de la ltima cena, se denominan eucharistai y euloguai. Tenemos ejemplos de esas oraciones judas de accin de gracias dichas en la mesa y que se remontan casi hasta la poca de Jess. Todo esto se asume y se utiliza con soberana libertad, en un progresivo y lento alejamiento de la antigua costumbre y, sobre todo, con un espritu completamente nuevo: Jess, el Cristo, el Seor, y su accin salvfica pascual son la gran obra de Dios, que se celebra con alabanzas. En la composicin de las nuevas frmulas de oracin se evitan todas las expresiones que indiquen directamente una costumbre cultual veterotestamentaria. El culto antiguo est abolido en Cristo. Para celebrar el culto memorial de Cristo y dar gracias a Dios por l se renen lejos del templo y de la sinagoga, o sea, en las casas de la comunidad, donde, con unas pocas acciones, aquellos que han sido instruidos y creen son introducidos en el acontecimiento salvfico de Cristo, para que estn siempre "en Cristo Jess" (Gl 3,28; Ef 2, passim).

b) Las formas cultuales del helenismo contemporneo. Se trata de los templos y de los mltiples sacrificios ofrecidos a los llamados dioses en el culto del sol, del Sol invictus, y en el culto del emperador. Frente a todo esto se asume una actitud de total oposicin: ni actos cultuales ante el emperador o ante los dioses, ni sacrificio material ni templo; por el contrario, se practica la adoracin espiritual e interior del verdadero Dios invisible en la celebracin de la memoria de Jesucristo y en la unin con l y con su obra a travs del bautismo en su nombre o de la comida memorial que proclama su muerte. A este respecto algunas tendencias de la filosofa popular del tiempo, orientadas hacia un culto espiritual de Dios, hacia una loguik thysa, aportaron algunas cosas, bien desde el aspecto terminolgico, bien de cara a una elaboracin conceptual y a una explicitacin del patrimonio tradicional del ambiente helenstico.

III. LAS CONCRECIONES

A partir de la compenetracin recproca y de la unin de los diferentes elementos que hemos detectado en los escritos del NT y en su ambiente, se desemboc, durante el s. II , en las primeras formas de liturgia cristiana. La reunin de la comunidad en el da del Seor para celebrar la memoria del Seor, la eucarista, es elemento central. El da es ya una costumbre bien fija. En la Didaj leemos: "Reunidos cada da del Seor, romped el pan y dad gracias..." (c. 14). Hacia la mitad del s. II, Justino presenta la primera descripcin precisa del culto dominical. En el "da que se llama del sol" todos se renen; se leen pasajes de los escritos de los apstoles y de los profetas; siguen la homila y las oraciones de intercesin; a continuacin se presentan pan y vino mezclado con agua, y el que preside la asamblea dice sobre ellos, "segn sus fuerzas", "oraciones y acciones de gracias" a las que todos responden con un "Amn"; los dones as "eucaristizados" se distribuyen entre todos (Apol. 1, 67); ahora se han cambiado en la carne y sangre del Jess encarnado (c. 66). Se trata ya de la estructura de la misa, que ha permanecido igual hasta hoy a lo largo de los siglos. Punto central, decisivo, despus de la liturgia de la palabra, es la plegaria eucarstica, pronunciada sobre los alimentos llevados por los fieles para que se transformen; despus, todos se unen en la comida. Esto, sencillamente, desarrolla el ncleo central puesto por el NT: la comunidad se realiza al acoger la recomendacin apostlica de hacer memoria de la muerte y resurreccin de Jesucristo; es un convite santo, que continuamente une a todos, segn 1 Cor 10,17: "Porque no hay ms que un pan, todos formamos un solo cuerpo, pues todos participamos del mismo pan".

Todava no existen textos precisos para ello; el celebrante habla libremente, "segn sus fuerzas", dice Justino. De todas formas, podemos, en cierta medida, descubrir el gnero literario de la oracin de la eucharista; se trata de la formulacin cristiana de la oracin de la berakah proveniente del AT, de la oracin de "alabanza" de los mirabilia Dei. En los captulos 9 y 10 de la Didaj se nos ofrecen por lo me nos algunos ejemplos semejantes de cmo se poda formular esa eucharistia cristiana.

El primer texto preciso lo encontramos solamente en la oracin de accin de gracias que nos transmite Hiplito Romano, a comienzos del s. III, en su Tradicin Apostlica. Se trata de un texto no prescrito, sino ejemplificativo, que el celebrante puede seguir con toda libertad, sin estar obligado a ello. Despus de la introduccin (el dilogo como el de hoy), leemos: "Te damos gracias, oh Dios, por medio de tu amado Hijo Jesucristo, que en estos ltimos tiempos nos has enviado como salvador y redentor..." (c. 4). La celebracin del domingo mediante la liturgia de la palabra y del memorial del Seor (eucarista) es la primera y ms importante accin litrgica de la iglesia antigua testimoniada con toda claridad.

A la vez va formndose -aunque est menos testimoniada- la celebracin de la pascua anual. Un escrito de los aos 130-140, la Epistula Apostolorum, habla por primera vez de la existencia de esta fiesta. Se celebra ya anualmente, como la pascua juda, en memoria de la muerte salvfica de Cristo, en la que se cumple la pascua antigua, que la prefiguraba. Su liturgia consiste concretamente en una vigilia nocturna (vigilia), concluida al canto del gallo con la celebracin de la eucarista. Hacia finales del siglo II, la controversia sobre la fecha precisa de la pascua (a saber: si haba que seguir la costumbre juda, poniendo el acento en la muerte del Seor, y adoptar por tanto el 14 de Nisn, o bien si se debe elegir como fecha el da del Seor sucesivo al 14 de Nisn, poniendo as el acento en la resurreccin) lleva a preferir el da del Seor. La vigilia nocturna que precede al da festivo (y a todo el tiempo festivo pascual, el pentecosts que se aadi muy pronto) es un elemento decisivo. Desde bien entrado el siglo III, la fiesta de la pascua es solamente el transitus, el "paso del ayuno a la fiesta; por tanto, propiamente un punto de demarcacin, la superacin de la lnea divisoria entre muerte y vida, entre la muerte de cruz y la resurreccin de Cristo, entre la muerte al pecado y la nueva vida con Cristo. Despus, poco a poco, toda la vigilia y la eucarista festiva que la cierra se llamarn pascua; por eso la pascua comprende tambin el ayuno a partir de la tarde del viernes santo, desde la hora de la muerte del Seor. En el siglo IV se coloca delante de la pascua el "tiempo de cuarenta das de ayuno y penitencia", y despus de ella el "tiempo de cincuenta das" o pentecosts, en el que, segn una afirmacin de Tertuliano (De corona 3), es nefas, no est permitido ayunar ni rezar de rodillas, exactamente como en los das del Seor. Esta celebracin anual es, en aquella poca y en el fondo hasta hoy, "la fiesta" de la iglesia pura y simplemente, he heort, "en su conjunto la fiesta de la redencin a travs de la muerte y la glorificacin del Seor" 6 bis. En esta santa noche pascual se administra tambin el bautismo y la sucesiva imposicin de las manos y uncin para la comunicacin del Espritu Santo. Se trata de los dos sacramentos de la iniciacin a la vida cristiana, que llevan a la cumbre de la primera participacin activa en la celebracin eucarstica.

Estamos bien informados sobre la celebracin de la liturgia de esos sacramentos de la iniciacin a travs de la Didaj, de Justino (Apologa I), de Tertuliano y, al principio del s. III, nuevamente de Hiplito (Tradicin apostlica). Tras una adecuada preparacin catequtica completada en los "cuarenta das" de ayuno de la preparacin de la fiesta pascual, despus de oraciones y exorcismos, despus de la participacin en la vigilia nocturna, a primeras horas de la maana se consagra el agua, los candidatos se despojan de sus ropas -smbolo del hombre viejo-, se consagra el aceite sagrado, los que van a ser bautizados renuncian a Satans y bajan, desnudos, al agua, y all escuchan la triple pregunta e invitacin a confesar su fe en el Padre, y en el Hijo, y en el Espritu Santo, y se les sumerge tres veces con tres invocaciones (epclesis) de los nombres divinos. Tras una primera uncin con el leo, los bautizados se visten sus ropas -smbolo del hombre nuevo- y son conducidos ante el obispo, que les impone las manos y los unge con leo santo mientras pronuncia estas palabras: "Seor Dios, que los has hecho dignos de merecer la remisin de los pecados mediante el bao de regeneracin del Espritu Santo, infunde en ellos tu gracia, para que te sirvan segn tu voluntad..." El obispo les da el beso de paz y luego les admite a la oracin y a la participacin comunitaria en la eucarista con todo el pueblo (Tradicin apostlica 17-21). Este es el ncleo del rito de la iniciacin: "Por el bautismo los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con l, son sepultados con l y resucitan con l; reciben el espritu de adopcin de hijos, por el que clamamos: Abba! Padre! (Rom 8, 15), y se convierten as en los verdaderos adoradores que busca el Padre. Asimismo, cuantas veces comen la cena del Seor proclaman su muerte hasta que vuelva. Por eso, el da mismo de pentecosts, en que la Iglesia se manifest al mundo, los que recibieron la palabra de Pedro fueron bautizados... (He 2,41-42. 47). Desde entonces, la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual: leyendo cuanto a l se refiere en toda la escritura (Le 24,27), celebrando la eucarista, en la cual se hacen de nuevo presentes la victoria y el triunfo de su muerte, y dando gracias al mismo tiempo a Dios por el don inefable (2 Cor 9, 15)..." (S C 6).

En el mismo tiempo en que se hace esta elocuente descripcin de la liturgia central de la iglesia, encontramos tambin las primeras alusiones claras a la que ser posteriormente la liturgia de las Horas. La Tradicin apostlica de Hiplito, junto a la cena comn, conoce una especie de lucernarium o culto vespertino. Al caer de la tarde, el dicono lleva la lmpara a la asamblea y se pronuncia una oracin de accin de gracias sobre ella: "Te damos gracias, Seor, por tu Hijo Jesucristo, nuestro Seor, por el que nos has iluminado revelndonos la luz incorruptible. Hemos vivido todo este da y hemos llegado al comienzo de la noche... Que no nos falte ahora la luz de la tarde, por tu gracia; por eso te alabamos y te glorificamos por medio de tu Hijo..." (c. 25). Otros captulos invitan a orar por la maana, antes de comenzar el trabajo; si es posible, incluso en la "asamblea, donde el Espritu produce fruto" (c. 35). Pero tambin cada uno debe orar a la hora de tercia, sexta y nona, "alabando continuamente a Dios", y antes del reposo nocturno; e incluso los que viven en comunidad conyugal deben levantarse a media noche para orar (c. 41). Unos aos antes Tertuliano trazaba el cuadro de estos tiempos de oracin de una manera algo ms realista, y distingua las horae legitimae, o sea, los tiempos de oracin obligatorios "al comienzo del da y de la noche", de las "orationes communes", acerca de las cuales no existe ninguna prescripcin (De oratione 25). De cualquier forma, no s