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O Editores Mexiconos Unidos S,A. Luis GonzÓlez Obregón 5-B Col. Cenlro Delegoción Cuouhtémoc C P 0ó020 Tels: 55-21 '88-7O ol 7 4 Fox: 55-l 2-85-l ó editmuso@moil, internet, com, mx www,editmuso.com,mx Miembro de lo Comoro Nocionol de lo lndustrio Editoriol, Reg, No. 1 15 llusfrociÓn: "Mujer con jorro, cerómico de figuros roJos del s¡glo V" Diseno de colección; Mobel Loclou Miró Lo presentoción y composición tipogróficos son ProPiedod de los editores, Prohibido lo reproducción totol o porciol sin Permiso de los editores, ISBN 96815-l 190-5 Edición 2002 lmpreso en México Printed in Mexico TRAGEDIAS GRIEGAS a SórocLrs, EsourLo v Euniprors Lfl_eaibres mexicanos unidos, s.a.

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O Editores Mexiconos Unidos S,A.

Luis GonzÓlez Obregón 5-B Col. CenlroDelegoción Cuouhtémoc

C P 0ó020 Tels: 55-21 '88-7O ol 7 4

Fox: 55-l 2-85-l óeditmuso@moil, internet, com, mx

www,editmuso.com,mx

Miembro de lo Comoro Nocionolde lo lndustrio Editoriol, Reg, No. 1 15

llusfrociÓn: "Mujer con jorro, cerómico de figuros

roJos del s¡glo V"

Diseno de colección; Mobel Loclou Miró

Lo presentoción y composición tipogróficosson ProPiedod de los editores,

Prohibido lo reproducción totol o porciol

sin Permiso de los editores,

ISBN 96815-l 190-5

Edición 2002

lmpreso en MéxicoPrinted in Mexico

TRAGEDIAS

GRIEGASa

SórocLrs, EsourLo v Euniprors

Lfl_eaibres mexicanos unidos, s.a.

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Los PEnsns

Esce¡¡rnro

Un pórtico ante el palacio real de Susa

La tumba de Darío a un lado

Pensontues

Arosl, LA REINA

Jen¡esU¡¡ xenRloo

Lr soManr oe DaníoCono FoRMADo PoR ANctANos

l

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Cono.-He aquí a los leales, así llamados por los otros persasque partieron para Grecia. Jerjes, rey, hijo de Darío, nos eligiópara custodiar este palacio rico, repleto de oro, debido a nuestradignidad para cuidar de esta tierra

Pero, alpensar en el regreso del rey y de su ejército, ornado de oro,ya profeta de futuros males, siento micorazón erizado de angustia.Todo el poderoso ejército de Asia ha marchado y estoy anhelantode un mensajero que traiga noticias. Y ningún correo viene ní apie, ni a caballo, a esta ciudad de los persas.

Abandonando Susa y Ecbatana y las viejas murallas de Kisia,partieron unos a caballo, otros en navíos y a pie los infantes queeran la mayor parte del ejército.

Salipron a la guerra Amistres y Artafernes y Megabates, y

Atapes, caudillos de los persas. Reyes y vasallos del gran rey,

capitanes de un ingente ejército. Y con ellos marcharon los jine-tes, de aspecto formidable, indomables en el combate y junto a

ellos los triunfantes arqueros, todos con decisión invencible en el

corazón.

Tras ellos Artembates en su brioso corcel, y Masistres y el va-liente lmeo delarco triunfante.Y Frandaques y Sostanes que apu-ran la cateta de sus corceles.

El Nilo nutricio ha enviado también a los suyos: Susiskanes,Pegastagón, hijos de Egipto y el gran rey de la sagrada Menfis, elgran Arsames y elque a la viejaTebas imponía órdenes, Ariomardo,Y los diestros remeros que con sus barcas surcan los mares enmultitud sinnúmero.

Detrás vienen en turba numerosa, los lidios delicados,dominadores de los pueblos de su continente. Los envió Metrogatesy Arcteo el valiente, sus reyes, y Sardes, la rica en oro, sobre pode-rosos carros de guerra de cuatro o seis caballos y marcha estacolumna con orden majestuoso y de visión terrorífica.

Los que habitan junto al Etmolo sacro se jactan de que han dedoblegar a la Hélade a su yugo. Mardonio y Tarbis, verdaderosrayos de la lanza. Y con ellos vienen los misios, lanzadores de lajabalina.

5roy,-li^.Lrou', V¡,\

(-&J,,? §oo 9"^"*

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De Babironia, ra rica en oro, ilega en torrente una confusa tur-3:,^Yfl,1:::,:!: !,1r."r:

y a'qréro. fiados "n

,, "i.o'i'"n .,valentía. Tras eros y oe tooo erAsia r¡án"n, ol ,,ñññí oiverlsos, los que frevan una pequeña espada, dócires a ras ároenesterribfes del rey.

En esta forma partió ra fror de ros guerreros de persia. y Asia,ta tierra que fue su nodriza por eros sé ramenta "on

áráiga que-ja. Padres y esposas cuentan ros días y se estremecen ante ertiempo que se alarga.

Cono, Esrnorn 1.-La regia armada devastadora ya alcanzó laorilla que nos queda vecina. cruzó er estrecho'J" 'u"t",

yAtamantina. ya forma un puente, atando barca a barcacon cuer_das resistentes de rino, y con sus mir cravijas corocan "r

,,r,. unyugo de esclavitud.

An¡resrRom 1r.-Elímpetuoso príncipe de Asia populosa, arrojasobre el mundo entero su moástruoso rebaño humano. pordos vías los empuja:.por er mar y por ra tierra.y van como caudiiloslos robustos, indomabres y fieroé caudi[os, eregidos po, áL nijo oe talluvia de oro, mortal semejante a un dios.

Es¡nom 2e.-Rerucen en sus pupiras ros refrejos azures derdra-gón sanguinario. Mueve ros mir 'bázos

y mir barcos. y empuja yhace correr su potente carroza síria e ímpere ar combate a rosguerreros famosos por ra ranza y por erarco triunfar de Áres.A¡¡resrRore 2a.-¿euién antepondrá un muro a ese oteaje dehombres? ¡Hágaro er que pueda ponerre dique at marenturecido!lnvencible es er ejército persa y su puebro d'e variente corázon.Esrnorn 31.-Con caricías, la desgracia seduce al hombre y lopierde en sus redes y mortar arguno"puede evadirse de un gransafto.

EsrRora 4r--Er destino que trama ros dioses ha mucho tiemposeñaló para ros persas ra misión de ra guerra destructora de mu_ros, las ruchas en que se entrecho."n ió, jinetes y ta aestrucciónde las ciudades.

A¡lresrnom 4r.-He,aquí que han aprendido, en las largas tra_vesías marinas, sobre ra espuma que embranquece ár ,iJnto ro-goso, a atalayar la sagrada extensión de los mar"s, fiados oe susjarcias endebles y en ras máquinas que trasportan a ros hombres.

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Esrnore Se.-Por eso m¡ alma se desgarra... ¡Ah, el ejércitopersa...! ¿Esta ciudad de Susa, vacía de sus varones, oirá reper-cutir esta terrible nueva?

A¡rresrnora Se.-¿Oiré al baluarte de Kisia responder comoeco con los alaridos de las mujeres que claman y desgarran susvelos de lino en la confusión de su amargura?

EsrRore 6a.-Semejantes a las abejas que abandonan el pa-nal, una turba numerosa de jinetes y de infantes abandonó estatierra en pos de su caudillo. Ya salvó el estrecho que separa losdos continentes, ahora ha hecho un camino por las barcas atadasunas a otras.

AlrresrRore 6n.-El pensamiento de los varones ausentes, lle-na de lágrimas los conyugales lechos. Cada mujer de Persia llorade angudtia, con ansia del marido; da la escolta de un amorosoanhelo al que belicoso partió. Ellas solas quedaron de la unidapareja de otros días.

Er- coRrreo.-Ea, persas, tomemos asiento bajo este antiguotecho y deliberemos con prudencia la penetración, porque la ne-cesidad nos urge de saber qué suerte ha corrido Jerjes, hijo deDarío, rey de nuestra tierra y progenie de aquel hombre que dionombre a nuestra raza. ¿Quién ha triunfado? ¿El arco que vuela,lanzado de su cuerda? ¿Lalanza de agudo remate de hierro?

¡Ah, pero he aquí parecida a la claridad que reverbera en lapupila de los dioses, mi reina, la madre del gran rey. Caigo derodillas ante ella.Y que todos los aquí presentes le rindan el debi-do homenaje. (Se postra el coro y entra la reina en su carro, acom-pañada de un numeroso séquito).

El conrrro.-¡Oh, reina, soberana de las mujeres persas, lasde profundos talles, oh anciana madre de un dios, al menos si suantigua fortuna no ha abandonado a nuestro pueblo.

Belxr.-Eso me mueve a venir, dejando la cámara que tantotiempo compartí con Darío en su palacio dorado. También yo sentími corazón desgarrado por la inquietud. Os lo quiero decir abierta-mente, amigos míos;en esta hora en que llena estoy de temores.Témo que este palacio que Darío levantó sin duda gracias a undon divino, venga a hundirse en la nada convertido en polvo. Do-ble afán me tortura sin un hombre que las defienda, las riquezasacumuladas no reciben homenajes ni respeto del pueblo que no

teme a nadie' y un hombre que nada tiene, ¿cómo podría safvar-se? rntactos son nuestros bienes: nadie r,a-osaJo ioürtos; perotemo por nuestros ojos. Et ,ro u, "t

o¡o q;";;¡á; & ta casa.Ea, persas' ancianos leares: aconsejadme útirmente sobre roshechos que os dígo.

El conlreo._ya sabes, oh reina de este suelo, que no has derecramarme dos veces mis parabras o miradas. Basta una índíca-ción para que todo lo mío ," ,r"l* acción. Si puedo servirte deguía, estoy a tus órdenes. t-renos u.turo. de buena voruntad.Ber¡ra'-cada noche soy atormentada por mir sueños desdeque mi hi,o anhe-lante dé conquistas partió a ra aventurade conquistar ra tierra oe.roniá. pero ninguno iguar ar quediáfanamente se me mostró la últim. ,*n".réiero. Seme mostraron dos mujeres, muy bien ataviadas: una con mantosy ropajes persas, ra otra vestida

"oro una doria. Qué beiras, quédistintas de ras mujeres de estos t-iámpos: tanto por ra prestanciade sus cuerpos, como por su hermosura sin tacha. Aunquehermanas de una m¡smá .rngnu,loraban en distintos suelos.Una en Grecia, la.otra.

"n ,ñ pafs OarOaro. Me parecía queentabraban una contienda entre áro"r y que mi hijo, habíéndoronotado, trataba de contenerras y carmárrás,'y p"r,

"iü ra! su¡eto asu yugo, puso ta coyunda en su cuelto. u;á 6 r;;pi.]i"rgr" rucabeza y con ardor se enartece;dócirboca presta arfreno. La otrase resiste y con ambas rnanos ,.orpé et fuerte yugo en dos partes.Mi híjo

9ae; su padre Darío v¡enJáL.tu, a su rado, mirándorocompasivo. No bien Jerjes.lo ve, rasga ta. ,".tiárL.*qr",.rOr"nsu cuerpo' Tar fa visón, d".i" noche f,asaoa. rt¿" rÁrant?-i tras oepurificar mis manos-:n g: f impiOás alJas, las cubro de obtacionesque llevo a ros artares. Lrevo Lr pur-iJl r¡tuar a ros dioses, amparode esta ciudad. r":_11.unrit" ql;;;ye hacia et hogar de Febo.Quedo muda de espanto, on airigos'río", y me detengo. peroveo un harcón que raudo-se arroja.áoi" áiá v ffi"Iár',i1l0".",eláguíla se queda sin defender"l, v ro"-noona su cuerpo ardestino.

- Tgdo esto fue para mí tremendo de ver, y paruvosotros ha deser tremendo de oír. vedro bien: si triunfa mi hijo, será un héroeadmirable; pero si fracasa no ha de dar cuentas a su país, y, contal que regrese seguirá reinandá ¿;;i" tierra.

:\É'{ -9ro 9" o--

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Er- coRrrEo.-No quisiéramos, madre, niatemorizarte con pala-bras vanas, nitampoco darte desmedida confianza. Dirige prime-ro a los dioses tus plegarias y, si alguna visión funesta te visitó,ruégales alejen de ti y toda esta tierra favorables dones que sirvena ti, a tu hijo, a todos los tuyos. Deberás ofrecer de inmediatolibaciones a la tierra y a los muertos. Luego, desde el fondo delmar dirígete a Darío tu esposo, a quien viste esta noche, para quesólo te envíe desde el abismo de la tierra a la luz del día alegríaspara ti y para tu hijo y que guarde en la sombra subterránea, parasiempre, los funestos agüeros.

Esto te digo yo, como profeta inspirado por el corazón; esto medicta la providente razón.Y por lo que toca a estos presagios, hande realizarse para bien.

Rerrve.-No dudo que es tu amor a mi hijo, y a esta casa quiente ha hecho interpretar así esos sueños, y dar opinión tan benévo-la. ¡Sea tal como presagios para dicha! En lo que concierne a loshomenajes que a los dioses y a los muertos amados, dispondrétodo como tú lo deseas al retornar al palacio. Pero primero quierosaber algo que no alcanzo, amigos: ¿en qué región está situadaAtenas?

Er conr¡eo.-Lejos, muy lejos, allá por el ocaso, donde se ocul-ta el rey sol.

RerHr.-¿Y mi hijo quiere adueñarse de esa ciudad?

El coRrrro.-De hacerlo, Grecia toda le quedará sometida.

Rslrur.-¿Tienen ellos un ejército bien provisto de hombres?

El coRrreo.-Más; un ejército que ha hecho mil males a losmedos.

Reru.-Algo más: ¿hay riqueza abundante en sus casas?

Er conrreo.-¡Una fuente de plata, un tesoro que guarda sutierra!

Rerna.-¿Tienen arcos?, ¿dominan la flecha?

Er- coRrreo.-¡No:espadas para la lucha cuerpo a cuerpo y es-cudos arman sus brazos!

Reru.-Y ¿quécaud¡llo encabeza y es el amo de ese ejército?

El conrreo.-No son esclavos;a nadie están sujetos.

l\#,-^(*''.s §ro- go ooo

"¡ul"iSJJeo--Tanto que han deshecho et numeroso y magnífico

Relu._Duro es lo que profieredres de tos que se fueronl s' ¡qué tremendo para las ma-

"",'1,i,"i'i,1;;fr {ür.:,,::,:,ü!";il1.,:;:ff ,,",il;:113

de un persa. Buenas o malas nrü., como sea, él nos las trae.Me¡vsn¡eRo._¡Oh ciudades de toda elAsia;oh, tierra de persia,refugio de la riqu.eza toda; ,n goL" fue bastante pára abatirlo¡ todo! ¡Pasó ,ool:.r^:o-.páliiroY.,lcumbió la nor oJJo, persas!Triste destino er mío ser primero'en anunciar estas nefastas nue-vas' y sin embargo, tengo el oeáer oe desplega, ,nG vuestrosojos ra torar desdi;n"- p"i.ur'¡ririJr.¡to

extranjero ha perecido!CoRo, EsrRopa la._¡TorturaOores, males no prevístos y crue-tes! ¡Ay, ay, persas, llordo áiáñiá'intortun¡or

t",.ff:iliil?il':!!"1§:: r"'o'do;vo mismo veo ra ruz der re-GoRo, A¡llesrt

,i "jo,

;,¡,i i ;;;;' ::,,'il,|}fi t i; l,,,f,iliXi"? " n os co n c ed íó a r os

Me¡¡sn¡eno._pers,as, corno testigo.os habfo; no oí de otros loque ahora os retato, tos males;;;'ilá se os han preparadoCoRo, Esrnorn 2a._¡Ay, en vano la coatición de ejércitos delAsia entera se tanzó.ontiá ;;"",,.";;; enemiga de ta Hétade!

r",yff:ti:.;y.1'J:flj;.:x13::,". vacen hoy en ras ori,as deCono, A¡¡lesrnora Za._¡Ay,tú me h

ffi J¿:,T é a rrebátad". pá iil. ",; ffi :§I l:;:Hi".,.,:;':;

,.§;::i: n::?,"":'i5;,I31*"dos en ruta interminabre con ros

Me¡¡se.¡eno._Lo

:ff ![:fF;;:::;:?";'.n"#1",T3::"."1".L.';:Hl,:l"J::1

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quien hoy llora Sardes, y Seisamo de Misia, y Taribis, que tuvo lajefatura de doscientos cincuenta bajeles, soberbio guerrero queLirna vio nacer... también se rindió al golpe del destino, Sinesiscapitán de los Cilicianos, elprimero entre los piadosos, tras abatirél solo a miles de los adversarios, murió gloriosamente. Estos sonlos caudillos que guarda mi recuerdo. Pero nuestra desdicha esinfinita: pocas son las que te enumero.

Rrrr.rn.-¡Ay de mí;nunca había oído talabismo de males;opro-bio para.Persia, fuente de lamentos! Pero retrocede en tu relato, dicuántas naves tenían los griegos para haber osado oponerse a lainvasión y acometer la empresa de atacar las naves de Persia.

Mr¡¡sa¡eRo.-Si sólo se tratara del número de los navíos, la vic'toria hubiera estado por los invasores. Trescientas eran las navesde la Hélade, más diez de reserva. Y Jerjes, lo sé muy bien, lleva-ba consigo mil ligeros, que eran doscientos siete más. Esta era laproporción. ¿Hay acaso desventaja por nuestra parte? ¡No: undios fue quien deshizo nuestra armada y en su balanza puso pe-sos desiguales! Los dioses protegen la ciudad de Palas.

Rerrue.-¿Atenas está todavía intacta?

Merusa¿eno.-Es inexpugnable un muro que defienden varones.

Rer¡¡r.-Dicómo principió la batalla. ¿Quiénes iniciaron elcom-bate, los griegos, o mi hijo, seguro de sus muchas naves?

Mer.¡snueRo.-Dio comienzo, oh reina, a todo esto un dios malé-fico seguido nadie sabe de dónde. Un griego del ejército de Ate-nas vino a decir a tu hijo Jerjes que tan pronto como las sombrasde la noche cayeran sobre el mundo los griegos no esperaríanmás y, en presurosa confusión, saltarían a los bancos de sus na-víos para huir cada uno por su lado, para salvar sus vidas. Apenaslo oyó Jerjes que sin sospechar ardid alguno, ni la envidia de losdioses hizo esta proclama a los jefes de las naves:

"Cuando el sol deje de iluminar a la tierra con sus rayos y lassombras hayan tomado posesión del sagrado éter, disponganlas más de las naves en tres sectores para resguardar las entradas ysalidas y los puntos de escape, y que otras rodeen la isla de Ayax paraatacarla. Y si los griegos logran evadir el destino inevitable y hallan unsitio por donde escapar hacia los mares, todos los jefes serándecapitados'. Esto dijo el rey. Un corazón demasiado confiado le dictabaestas palabras: ilgnoraba el porvenir que los dio-.

CoRo, Esrnopr 3-;to desotadofuubre' eleva' sobre el

desastre d e Io s p "';;;;;';: :::,:::::".1 :[:I"do e I m a I c ave'

f:§H:ñ,i::Ñ, ñ;;;;; mi eiército destruido!

MeHsr¡eno'-¡Salamina"' nombre c-ruei entre todos! iCuántos

sollozos brotan dt ill'ü;;;; sólo recordar a Atenas!

Cono, AurtstRom 3l'-Sí' Atenas será un nombre funesto para

mi miseria! RazOn ünd'é pu'" recordarlo' Millares de 'esposas

persas sin marido';1;""{;J,::^I'ál' I o" eso ¿quién es er

culpable? ¡etta, soiütar 1Un silencio largo)'

R ernr.- La r go ti e m p o-h e s u a rd 11os i 1,",1;r3;Xll';ff i? 33'li;

ffi':lliii i'"t"HiTil :1 *:[j"Jil:: s üí: :x*íru¿:penas quq nos

"'n,. tooo nuestro ¡nroiüniol Aunque las lágrimas

ga a nuedtros. olc dinos quiénes qr"iun u'",t y q'-:.::::illos han

afloren a tus o¡os'

muerto en la batail"' v iláoi"l oá '-:i

rio*doá y q'uiénes' de los

que en .' *uno'iiI'án tr cetro tamf'"n tutu*bieron' deiando

vacío su sitio'

MeHse¡eno'-¡Vivo está Jerjes; contempla la luz del día!

Relr'¡r'-iAY' que luz centellante tus palabras inundan mi casa

tras la tene6rosa noche!

MeHs¡¿Eno'-¡Ah' sí' pero Artembares' iefe que fue de diez mil

caballeros, "notl"'"'iJttoi" ",-TÉ;ii"tá de las costas de

sirencia. v oaoJxJ,-J'¡ri""" n1^ol n* "1 t"1"::' solpe de la

i"u"rin" soro oiá u*n iüJio sarto o*íL?,Xt:"t9r:ü,Y;""-liil i3

;lm:ru1,iüt;1ii3,!"ii[,i,:' quá r" oras azotan perpe-

tuamente. r,,"o]Á'lánü'' R'gutt:;'grñ en trío doliente en tor-

no de la isla d" #;t;'á"'ti19 niJiqu"orantado su cabeza al

azotarra ,ont'"'t"'ffi.;;: Y]:;;;ü;i;' 1"'11::'i'nto a ras

orillas oet Nito' Áii"á' Ro"'""' r""iulá'-u"n"oo con rico escudo'

los tres cayeron del mismo barco'

Matalo de Cresea' 9te iba 3lfrente

de diez'mil guerreros' al

caerrendidopáilá"eite'muriótJuá'uahirsutayrubiabañadacon la p"pu'" áL'ranil"' nrago¡'¡r uaoo'-A't"'n"t el de Bacriana'

quecondu"i"lái,,tá"*liinetesffi Hr;Tx[it"i"l"rffi,1:Ji"rp," "t "1,."1',",:'i*".X',:?§[;ilü, , i;";¿" variente, por

blandían sin c

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ses le tenían reservado! Ellos, sin alterarse, en calma y orden, obe-dientes al mandato, preparan sus cenas, y los remeros toman suspuestos y disponen sus remos en las toletes. A la hora en que muere laluz, y se adueñan del mundo las tinieblas, ya están a bordo todos, jefesy remeros y los guerreros que van a la batalla. Da la señalde mandola nave capitana y todos en orden emprenden la marcha. Bogan todala noche de aquí para allá a la expectativa, pasa la noche sin que losgriegos den ninguna señal de intentar una salida furtiva.Y cuando eldía con sus carrozas de blancos corceles alumbra sobre el mundo,he aquí que del lado de los griegos surge un clamor modulado comoun himno pero sin moverse para dar batalla, mientras los ecos de lospeñascos de la isla repetían sus voces.

Entonces elterror se enseñoreó de los bárbaros, desconcertadosya en su lalga espera. No era para emprender la fuga que los grie-gos entonaran ese solemne peán; era la trompeta quien abarcabatodo el ejército. De improviso dieron la señal;los remos se abatieron,y en rítmica cadencia, azotaron las olas. Avanzan, vuelan y aparecena nuestros ojos. La armada de los griegos está a la vista íntegra.El ala derecha era la primera, alineada en buen orden. Tias ella sedesprende y avanza elcuerpo entero de los navíos y se puede oír laproclama que hacen los capitanes: "¡Hijos de la Hélade, adelan-te: salvad a la patria;y a vuestros antepasados! ¡Hoy es la batallasuprema!" De nuestro lado le responde una algarabía de gritos enlengua persa. Ya no cabe demora.

La batalla se inicia. Una nave helénica clava impetuosa su espo-lón en una de nuestra armada, dando la señal del abordaje contrauna nave fenicia. Empezada la contienda, cada nave se lanza contrala otra. La armada persa resistió, alcomienzo elembate, pero, a me-dida que uno en pos de otro arremeten los barcos de los griegos,lenta y seguramente fueron siendo encerrados en un callejón sin sa-lida.Allí se entrechocaban unas a otras las naves de los persas. Cadaespolón de cobre causaba una herida en el otro navío, y volabandespedazados alempu¡e de los remos. Bien regidas las naves de losgriegos fueron haciendo un círculo y en ese cerco ahogaron los mo-vimientos de defensa de nuestras naves. Heridos por todas parteslos bajeles de nuestra flota, ya no se veía por dónde huir. El mar des-aparecía bajo una masa de cadáveres sangrientos;los despojos de losnavíos deshechos formaban una capa de solidez horrible. Allá van aremansarse en las costas los cuerpos Ce los muertos y los restos

rntseros de las naves. Lo que qr"O"@S;, it' ¿:?,,A* :,: j::^i: ü;ffi:p e ro ros s ri es os, a n h e, o_

\4(w:q -*" t) (a)-{(},) ,/kt.!d-\

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s o s d e d e s r r u c c i ó n,. .

s o r p ea b a ; .; ; ;;,#; "d ::; :á:?"Tá ri ii :1";fragmentos de mástírés,'"r;f ;¡ r""trrirr. de atunes o peces esca-pados de ra red. rt mar'atioÁ; ;"";;ü con er estrépito doriente deios araridos, hasta que por fin vino ia nocne y con su rostro sombríocubrio ra amarsurl ge n1es1;;¿;ñ y nos dejó at fin tibres deios griegos victoriosos. ¡cuanto Áeriros peroiool ¡si durante diezd.ías estuviera enurne-r.rldg. fo perOiJol !!toy. seguro que no logra_rla estabíecer ia cuental ¡rvrnru ünü po, cierto, han sucumbidoen et espacío de un soto áía tul;¿;;;" de hombres!

. Rerrua'-¡Ay' ay de mi, qué inmenso océano de mares ha des-oordado sobre ios persas y sobre toJo er linaje de los bárbaros!Me¡¿saueno.-¡sábero: todo io dicho no es níra mitad derdesas-l,"t,lH"^so

infórtun¡o "rvá.oli"";il.... dos veces más que tos

Rerr'ra'-¿podría haber suerte más.cruer que esa? Diro: ¿haydesg.acía qr" 11::!egue a esta lue ha.cardo sobre et ejército?¿Qué nuevo desastre árr"ntá nulorrc desgracia?' Merusa¡eRo'-¡Aque,os que, entre ros persas estaban en preno

H?;,;lll,l: ;,;ffi m ás varieÁü, l;;,a" !,"á[olil"#t,",a, ros

de las muertós! es al rey, todos cayeron con la más ignominiosa

Rrrr.re.*-¡A, ,itl]: 9u ,í, qué su-erte cruet es ta míaamrgosl...¿con qué rnuerte .uy"rü-rugún díces?

Merusa¡eR''-Hay cierta isfa frente a saramina, pequeña, inac-cesible a las naves, apenas frecuentáda por el dios pan, que gus-ta de tejer sus danzas en ras .nár-". prayas. A esa isia env¡oJerjes a esos vafientes p".-árJálr!ye n! o p o o r ia n,,á i, g,

",. u e n e r f a, .rr;';:ffi 'jfl,ñ

s l :r.n [1-darían muerte, a la vez que podríán .áV", "

los persas que fueranllevados a'í por ra corriente'd.r ;;;ó?l io gyu er ejército griegoquedaría vencido totatmente, v,r,,ioaoos iioie. iL *rüro. r"flector der futuro se mostró. ú" or* oio ra victor¡a á ras- naveshelénicas. Recuorieron de bronáe .rI .r"rpos los griegos y salta-ron a tierra bien armaoos; poi i;; tados cubríeion ta isladesrnedrada de nnodo q,y";á ñ rril"", e.scuadrón de tos persashallar escaparnría: un dirui¡o o" pJ"iris rtueve soore

"rái y o,

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diantes fuegos con su llama los cristales, y, entonces los persas,el uno en pos del otro, iban siendo tragados por la hondura y pormuy dichoso se tuvo el que pudo exhalar en un instante su mori-bundo aliento. Los que escaparon a la muerte, después de cruzarla Tracia en lenta, larga y fatigosa caminata, lograron alcanzar latierra de sus mayores, puñado de sobrevivientes que invitan aPersia a plañir dolorosamente por la florida juventud amada quebrotó de este suelo. Esta es la verdad:Aunque mi relato aún callamuchos de los males que el cielo arrojó sobre los persas.

(Se va).

Eu coRrreo.-¡Oh funesta deidad, qué duramente te abatistesobre toda la progenie de los persas!

Herr.rn.-¡Ay mísera de mí:destruido está nuestro ejército!

¡Ah, demasiada clara visión que descubrían mis sueños noc-turnos! ¡Cuán exactamente me vaticinaban estos infortunios! ¡Yvosotros que los interpretabais tan a la ligera! Sin embargo, talcomo habéis decidido, antes que nada voy a elevar plegarias a losdioses; en seguida traeré una ofrenda ritual a la tierra y a los ma-nes de los muertos. Bien sabido lo tengo:lo pasado, pasado. Pero,

¿acaso puede el porvenir reservarnos una suerte mejor?

Y en cuanto a vosotros, os conviene pedir consejos leales a losleales príncipes.Y si mi hijo llega antes que yo retorne, consoladlocon pompa al palacio... no vaya a ser que a tantos infortuníos uninfortunio nuevo se acumule.

(Se va la reina con su cortejo).

E¡- conrreo.-¡Zeus rey! ¡Ahora de los persas altívos e innume-rables has quebrado el poder al aniquilar el ejército! Abismaste aSusa y a Ecbatana en luto tenebroso.

¡Miles de mujeres están desgarrando con sus débiles manoslos velos de sus rostros y mojan sus senos con los hilos ardientesde sus lágrimas, aprisionadas por la garra del dolor!

¡Y las esposas persas, muelles y doloridas en su llanto,anhelosas del consorte de su dicha, de su joven compañero, conel que saborearon el placer de suavÍsima.iuventud, se deshacenen sollozos interminables y se despiden deltálamo muellementedispuesto ya solitario para siempre!

destrozan y *il "u"---tut l'náas de diestras y potentes manos

parten del barco '-ir"u'' la muerte a sus filas' Doblegados ya

I os pe rsas, .r. "n

u*ig;' "" ",?19: ::^t::,': :l ::'J Xt"t?i3' 3Xlos persas, su5:rrvrrrrvvv e sólo quedó de ellos un

J"óátrun, los descuartizan' hasta qut

montón de despo¡oá' Ñi''ü l"iá q'"io con vida' Jerjes ante ese

paso de dolores J il; ; rátt"1 luqubres lamentos' Tenía su

asiento real en unu""*in"ncia que.dominaba el campo en la

cercanía de ta ptayalri;ü;';vestiduras' lanzó un agudo gritoy

dio ra orden a su e¡ército térrestre qr" "rpiundieran

la retirada' El

mismo-se precipitá Jn-iesataoa iuga' rát es la nueva desdicha

il;; ñá ági"é"oo a las que te diie antes'

RerNn.-¡Destino enemigo' cÓmo supiste''1t9ut'lllilusiones

de los persas! ¡e'ü iu" etiastigo qu" tni hijo inüntaba para do-

meñar a{Atenas! iÑ" rr"ro" sufióientes los extranjeros que murle-

ron en MaratÓn "nlirnuto enorme! ¡Creía tograr venganza ml

hiio y su red, sólo obtuvo esta tormenia de desgracias"' ¡Pero"'

dinos, las naves q'ál'iü'n s.alvars:';Jonoe qluedan? ¿En qué

sitio las deiaste? ;il;¡"t decirlo exactamente? , .-..i.Meus¡¡Eso.-r-os capitanes de las naves que sobrev:vi3.'311t

desastre, intentarJi ñ'i'"¡n ningún orden' aprovechando'ln vten-

to favorable. El resto del eiército d:]le;t; que quedaba' sucumbio

en parte en la tieria de Beocia ansioso de hallar tuentes de aguas

limpias, at rin venc'i;" ilB.;9us1iá áe la sed' (Laguna)' Pudi-

mos llegar u r" ti"iiá oá tos rócioos y a Dórida' y logramos alcan-

zar el golfo u"ri"áo oonde el río esperlio hace que la llanura beba

sus aguas .urroáárá.. Las region"" i" Acaya y tas ciudades de

Tesaria nos vieron ¡egar ya muy ,goÑáoo" por-ta escasez de ati-

mentos' AtlímucholÍt"í"r.on ior-et hambre y la sed: ambos a la

vez eran nr""'ot"á'oüt' uu"go llegamos a Magnesia y las tie-

rras de r.¡u."oonL,ñ;;;;Ét 'íoi*io' pasamos los pantanos

que abundan en cáñaverales que se hatlan en Bolbe y por fin nos

hallamos en el monte Pangeo V 13 r3oión de los edonios' Esa no-

che un dios hizo nacer un plecoz inviáno q'":olg:'lo^la corriente

del EstrimÓn sagrado"' Hubo m1 áe unó pa'a quien antes los

dioses no existíJn y que entonces aizó sus ruegos y formuló sus

votos y se post;;il;h" et cieto v ta Tierra: Óuando el eiército

concluyÓ su ptegária' fue atrav"t"ádo aquella helada corriente

solidificada SÓ6;;u;llos que ¡ogt;ion tralPasarla antes que los

rayos del d¡vini'#ffi; l; tiérra' están hoy con vida' Los ra-

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§} rq160 5no7"JL*-9"*

Y yo he o" ""t"ññoy la muerte-0" rot que sucumbieron'

1

manantial de intortu-nüt q" nunca cesarán' .. - - ..^^i.rda de

;wr!í §,o- Í?*_

Mientras que en medio de un destino próspero, creen que habráde serles propicio para siempre. Todo para mí está hoy lleno detemores: patente está ante mis ojos el encono divino;a mis oídossube un clamor que mal puede curar mi pena. Tan grande es elrecelo de males que aterroriza mi alma. Por esto regreso del palaciosin pompa, sin carroza, como ha poco me fui, para traer al padrede mis hijos las aplacadoras libaciones que mi amor le ofrece:dulce, cándida leche de vaca jamás al yugo sometida, mielreluciente que va destilando aquella criatura que trabaja en lasflores y junto a esto el agua que corre de una fuente virginal, conel acendrado y límpido licor que procede de vieja vid selvática; elfruto oloroso del blondo olivo de perenne follaje, y guirnaldas deflores que la tierra fecunda engendra.Ea, amigos míos, altiempoque hago libaciones rituales, haced resonar vuestros cantos. Evo-cad al divino Darío, y yo derramaré a los dioses infernales la ofrendaque beberá la tierra.

El conrreo.-Reina que veneran los persas: envía tus libacionesa las moradas subterráneas. Con suplicantes himnos nosotrosimpetraremos a aquellcs que guían a los muertos que se mues-tren clementes con esta tierra.

¡Ah, sacros dioses terrenales, Hermes y tú, soberano de losmuertos, enviad alaluz del mundo elalma de Darío. Nadie comoél conoce nuestros males y sólo él podrá revelarnos cuándo ter-minarán. (La cantata del coro es vehemente y acompañada degrandes gestos que ayudan a la patética evocación).

Esrnore 1r.-¡Oh rey, difunto rey!: ¿Puedes oírme, tú, émulode los dioses? ¿Oyes lanzar mis ayes en lengua bárbara, clara atu oído, donde se mezclan los acentos del dolor? Con grandesalaridos declaro mi infortunio desmedido: ¿Puedes oÍrme desdeel abismo?

Arulesrsom 1a.-Ea, pues, Tierra y todos vosotros dioses queguiáis a los muertos, dad licencia al divino ser, altivo y excelso, aese dios de los persas que Susa engendró. Guiad hacia la luza aquel cuyo igual Persia todavía no descubrió.

EsrRom 2a.-¡Varón amado, amada tumba que un alma tanamada ocultal Oh Adonio, Adonio, deja subir al rey sin igual, aDarío... ¡Ah, ah, ah!

161

mananttal (rti rrrrv^v ' re de sentirse vaciada de

" " 5;l:"0!: J t;-#:'* : n1':: tr|", ii-

SXli ""

ü"' :Jei¡ á s se I o s I t ev ó' i

Jeries los hizo p"'""i"'""iá" rnl ''1"r,les

alocadamente los empu-

tó;; navíos, iuguetes de las olas!

Ah, porque Darío fue en otro tiempo un rey clemente' para los

suyos, Darío, "l t";;tq;áro' el rey amado de Susa'

AxrrEsrRorr ll'-Las naves se llevaron como un gfan vuelo de

páiaros de alas ';ffi;"';ro= torouoot dt ti"tt"' a los soldados

de mar. Sí, las ná'"' los llevaron. y tut naves tos perdieron'

Los condu¡"'on

"tt"'"p']"'to'

en donde esperaba el desastre'

en los bralos d" b;Hütá"t"t-0" ¡oni" Apenas si mi rey pudo

huir, solitario lo acabamgs !e oi' por.'i"' remotas llanuras de la

Tracia Y Por crueles camlnos'

Esrnor¡ 2n'-Más cruel destino tuvieron los que quedaron en

ta Hélade' inv, ui í";ilóÑ;"zados por la suerte sus cuerpos

giran en torno delás cauos qr" pro",Jg-; iil.r"o- iAy,ay de míl

Gime, dessarra J ;;;;:á;ü "i tüiJrut desdichas' ¡Av' av de

míl Aguza ef auttlOo de tu uo' -"Á

clamor interminable'

iAY, aY de mí! ^,,,arm.nté v los hi-

A¡¡resrnorl2r'-Las olas los destrozaron cruelmente y

ios de la incorruptioÜmar royeron "t t"'n"t de parte a parte'

¡Ry, "y

de míl en t"itl "tZ t'i"gar tlora sin varÓn que para siem-

ore perdió. ,o' p"oli'i';ál'o-;t't"üt v t" quelas son infini-

ias.'¡Ay, av de 'íl ñ;;án arfin u tonotLt "' o:'::t^":::'

Esrnoa 3¡'-Ya en ta tierra de Asia ta ley persa no s-ell obede'

cidalya no pug"'an;ii;b;1; que elrey tesimponga;ya no caeran

de rodillas,u*'to'""r'i""r'ótier"' Lafuerza del Gran Bey ya no

"*'1ir,."r*om 3r.-Hasta ras renguas sentirán más libres' Libre

es va el pueblo y t-'abi;;;;nio te u"n" * g"na; se ha desprendi-

doátyugo o" r"ru§lJ' iái"'otu israáá Álax que las'olas azotan

sin cesar, tienen ;ñ[;;";ái" ,iempre er poder de ros persas'

(Aparece ta reina' a pie' Et cortejo de esclavos lleva las ofrendas)'

RerH¡.-Amigos' quien ha conocido la desdicha sabe'que: cuando

el oleaie o"rinto'ii'niJfá"u "on'" tos ñombres' todo les espanta'

--t./

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A¡.rlesrRorn 2n.-¡Nunca perdió sus hombres en las mortíferasbatallas. Los persas lo llamaban el inspirado por los dioses y bajouna luz divlna regía sus ejércitos. ¡Ah, ah, ah!

EsrRorn 3n.-¡Antiguo rey, antiguo rey, ven, ven! ¡Descúbrete,aparece en lo alto de este monumento que corona tu tumba. Alzatu pie ceñido de azafranada sandalia:haz relucir eljoyel de tu tiarareal! ¡Darío, padre benéfico, ven, ven...! ¡Ah, ah, ah!

A¡¡rresrnor¡ 3r.-Ven para saber nuestras nuevas nunca oídasdesgracias. ¡Oh, rey de reyes, muéstrate! Flotan las tinieblas pro-fundas de la Estigia.Toda nuestra juventud sucumbió. ¡Darío, pa-dre benéfico, ven, ven... ¡Ah, ah, ah!

Éeooo.-¡Ay, ay, ay, muerto llorado por millares de amigos...Las trirremes perecieron, nuestras naves ya no navegarán más.

{(Aparece la sombra de Darío en lo alto del monumento mortuo-

rio).

Lr son¡aR¡ oe Danío.-Oh, fieles entre los fieles, compañeros demijuventud, ancianos persas, ¿qué pena aflige a miciudad? Gime,se golpea el pecho y el suelo se abre, de inmediato. Junto a mitumba veo a mi esposa y recibo con todo mi corazón sus libaciones.Vosotros mismos junto a este monumento lanzáis gemidos prolon-gados y agudos, evocando a los muertos, pidiendo mi retorno. Difí-cil es abandonar los infiernos. Los dioses de abajo mejores sonpara recibir que para dar. Puede hacer uso de micrédito entre ellosy vedme aquí. Hablad presurosos, no se me reproche la tardanza.

¿Qué nuevo mal, pues, abruma a los persas?

Cono.*¡La reverencia me cohibe alverte, no me atrevo a ha-blarte cara a cara: eltemor que antaño tuve se renueva en míl

Denío.-Para acudir a tus lamentaciones he subido hasta laluz: deja las prolijas razones, en breves palabras responde a loque inquiero y haz a un lado tus temores.

Cono.-La reverencia me cohibe darte gusto, temo pronunciarante ti, palabras amargas para los que amo.

Dnnío.-Ah, si te estorba el temor que antaño tuvo tu alma ha-cia mí, tú, mi antigua compañera del lecho, tú, mi noble esposa,será la que deberá refrenar sus sollozos, dominar sus lamentos yinfortunios humanos. Por millares salen del mar, y de la tierra bro-tan para el que ha vivido largo tiempo.

L-*r..l-

"(# P(D-tOJ . I qt¡Ut

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I,rffüventurosa vida de.ts

tu mirada gozÓ d_e la luz del sol, viviste la,a. r"r¡iiu ü":J:::?,::y:dli9? por todos r;;p*U,:v aúnmá_sJeliz.te diso, porqu-e"üj#;:HJJl lod9. los persas, y aúnabismo oe nuéstios ¡.ntortu,iá;, :;;:"ou antes de ver abierto ersabrás rodo: ra potencia o. rá. p"-oJ.T::filTJ,;"J,,:ljr,,o, ,o

^,..,P1:,o:--y ¿cómo ha ocurrido ? ¡.Accivil se abatió éobre e,a? _ aso la peste? ¿La guerraRer¡va'-_ No; pero junto a Atenas todo er ejército fue aniquirado.

;l::_l;uién de mis hrjos ilevó afra ra suerraz ¡Ármeror

esta tierra. npetuoso Jerjes, que dejó vacías las llanuras de

-__Danío._¿Fue por mar o por tieresta locurai ¡-v¡ rrrqr w ¡'iur Il€Irá que el desdichado íntentó

. Rel¡¡e._por ambas rutas a la vezció doble frentel

' '|vqe I u(ds a ta vez: doble era su ejército y ofre-Dnnío._¿y cí

sar los ,rrJ.r"rro pudo un tan grande ejército de tierra atrave_

Rerrun'-con ingeniosa máquina de- guerra unió ros dos extre-["r"".0",

estrechol" lu-ieiull"r,?o.rru un puente que le dio er

uu3r3[?-¿Hasta eso se atrevio? ¿Hasta cerrar er anchurosoRerrua._¡Así es: de alguna deidad tuvo acaso fa idea!DnnÍo._¡Un dic

,,,,ff #, *ñ ; ::':i: :[:::i::::, ff T;,:,"Ji*::,,,.,rnrr#ro._¿eué sucedió con nuestras tropas, pues os lamentais

^- Re¡¡¿n._La derrrota del ejército def nterrestre. vJsr urru qer mar, fue la ruina del ejércíto

_Drnío.-Luego, ¿el ejercito sucumbi,

,,Jn'H# l:in'"." que toda r,,;;;'.'Jj:ffn";uerre

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Danío.-¡Ay, infeliz, qué fuera y qué apoyo ha perdido al perdersu ejércitol

Rerrun.-Que el pueblo de los batrios sucumbío tambien y ya nohabrá ancianos.

Danío.-¡Desdíchado: perder la brillante juventud de nuestrosaliados!

RerHr.-Y Jerjes según dice, abandonados como un puñadode valientes apenas.

Danío.-¿Cómo? ¿En dónde? ¿Acabó totalmente? ¿Logró po-nerse en salvo?

Rer¡¡e.-Tuvo la suerte de alcanzar el puente que une los doscontinentes.

DanÍo.-¿Y llegó vivo a esta tierra? ¿Es verdad esto?

Rer¡n.-Sí, y en eso no hay duda: todos están de acuerdo i

Danío.-¡Ay, se realizó por fin, y pronto, lo que anunció eloráculol Sobre mi propio hijo dejó caer Zeus las viejas profecías.Yo me jactaba que correrían los años antes de que se cumplieran;pero cuando el hombre corre hacia su ruina los dioses vienen ensu ayuda. Hoy, una fuente de males brotó para los seres que amo.Ellos se lo buscaron. Los consumó mi hijo. Su inexperiencía, suaudacia juvenil obnubiló su mente. Concibió la ilusión de atar alHelesponto sagrado como se ata a un esclavo, al Bósforo que esla senda por donde corre un dios. ¡Sí, pensó que con hierros dies-tramente forjados iban a crear un estrecho para torcer el curso deesas aguas y abrir ancha senda a sus ejércitos! Mortal era y en sulocura creyó posible vencer a los dioses, entre ellos, nada menosque a Poseidón! ¿Quién podrá negar que una deidad adversaenloqueció la mente de mi hijo? Temo que la enorme riqueza queacumulé con mi trabajo caerá como botín en las manos de losmás rápidos.

Be¡Nr.-Esa fue la lección que el fogoso Jerjes aprendió al con-tacto con los malvados. Le repetían que tú, con fuerza de tus ar-mas, habías logrado tesoros qué legar a tus hijos, mientras que é1,

ociosamente, guerreaba en su alcoba y sin tratar de acrecentar ellegado paterno. Al oír sin cesar tales sarcasmos de sus malosconsejeros, concibió la idea de esta expedición a la Hélade.

DanÍo.-Ellos pues, son los autores O"tFndo, inolviOatrla ^,,o r-,^ rutnosodesenlace,tre_Xl,"#!;',1,1i",11i3,";,'J:^[il:ffJg,]:J';'1",":,'3i:lÍ?X5;fl"tr:lXi:J,ff :"*x1.,:rlFil[:,1,:"1'"ffi :,1:,;:S."J11, §;"" ::r f: J::, a";; ü;;;ffi ;HT:",::il :j3:,:t niiJ

As ía baj o' ;' "l';';;Y;:i,H:.'ñ :TH, i :?i:¿';:este pueblo. lefe de

Después de érsu-hijo' consumó su obra. La razónen érgober-naba ras pasiones.. v¡nb en te'rl"r"rrgu, c¡ro, hombrl-áirino, qr"3ffi,i:TT""ff'oo su reino' olo lá paz a tos pr"oro., para ír enruerza"r ,"¡noi?rtÍJillft ??|,Jj:':t",, a s, iÁpe,io por ra

prud.ente. er rr¡o oe ciro fue ul .r"rtl:: ¡_" era. hostil, porque eraquínto tru opitnio de ta ;;"];;;';'^11'"9i.'elejército, Mardis elque er reary noüe n,t"r*.".;,i;?r:ir:3::'"T? itrffttÍsu palacio' avudado por un prÁáá"i" amigos.yo mi#o, cuandota suerte m" o¡o to gueil;;i";;i, pr"á" nace, áon un granejército, rargas expedicion"", J;;nunca a esta tierra tan amar_ga prueba. O"ro

1Il:., mi ni;o. .lil"rp"rto, joven aún, como tosi:::: H lT:lil ñ': ]:

* "' "

;;'; ; t;; is con sejos Ah ora, sa bed ro.;;'.;;;;;;I;l:i::í"?:i:ff Lflff_Hfi 3lfi "",:,#il:"i,"#El conlreo._y ¿qué, oh rey Darío?.¿A dónde apuntan tus dis_cursos? ¿cómo o:.-llu-t

"0" á'.t"In"oremos ros persas obrar concordura, buscar un remedio u nrá5tio. males?

Danío'-¡Nuncl-iltenJéís fa guerra contra ra Hérader No era ef

;L: i?f ,[ :,:"; ,.il

:Xl' J X "j,', : ¿ il á1 p ot e n t

" r,

" v q I" oo," n. ¡.El coarp.eo._óeué es lo que díces? ¿Cómo los ayuda?Dnnío'-por hambre mata ras más fuertes y numerosas huestes.El conlreo._Ur

gereza. t ejércíto selecto dispondremos, armado con ri-

"r,?Ti;ilisrguiera elque hoy queda en Grecia tendrá escapa-

- Er- co*fFEo'-¿":ro.dices? ¿Acaso er ejército bárbaro no hatranqueado et Hetesponto, abaná";;; Europa?

. Drnío'-No, un puñado entre míres: si tenemos en cuenta rosorvrnos augurios y ros acontecimientos recientes. ¡Ley es que se

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cumpla lo que falta, ya que se ha cumplido lo anterior!, obedecien-do vanas esperanzas dejó mi hijo en Grecia un escuadrón de hom-bres que escogió. Acampados están donde el Asopo riega confecundas aguas la tierra beocia. Allí los aguardan más duros, másterribles males, como pena a su orgullo y a sus excesos sacrílegos.Llegan a tierra griega y no dudan en saquear los santuarios de losdioses; en incendiar sus templos, destruir las aras, y echando portierra las estatuas divinas, que arrancan de sus sitios y derribande sus zócalos. Así, obrando como criminales, reciben castigosiguales a sus crímenes. Otros los esperan, aún mayores; el edifi-cio de su desgracia va a crecer todavía. Ha de quedar un cúmulode cuerpos hacinados sin sepultura en las tierras de Platea: muer-tos por el hierro dorio: ríos de sangre, roja y doliente, clamaránpidiendo expiación hasta la tercera generación y en su mudo len-guaje gritarán: ningún mortal ha de nutrir pensamientos por enci-ma de la condición humana. Da su flor la soberbia, y da su espigael crimen. La mies que recoge, es regada con lágrimas. Tenedsiempre ante ¡os ojos este castigo. Guardad memoria de Greciay de Atenas. Nadie desdeñe su suerte de ahora para intentar ladicha ajena, no sea que así pierda aun la suya. Zeus está atentoa castigar la orgullosa codicia y exige estrecha cuenta de nues-tras acciones. Y pues mi hijo tiene escasa prudencia y toca avosotros aconsejarle, para que nunca hiera a los dioses coninsolente audacia. Y tú, anciana madre y querida madre deJerjes, regresa a tu palacio. Vístete con las más brillantes ropasde fiestas y sal para dar la bienvenida a tu hijo. En medio desus infortunios, desgarró desesperado sus vestes policromasque quedaron convertidas en harapos. Consuélalo con tus palabrasamables. Tu palabra será la única que podrá soportar. Y por miparte, regreso a las tinieblas subterráneas. Adiós, nobles ancianos.Aun en el infortunio dad a vuestras almas el gozo que cada díaofrece. Entre los muertos la riqueza de nada sirve. (La sombra deDarÍo se desvanece).

Eu con¡reo.-Me estremezco al oír cuántos dolores en el pre-sente y en elfuturo están reservados a los bárbaros.

Rerrua.-¡Oh, destino:cómo me penetra el dolor de tantos ma-les!Y lo que más tortura mi alma es la ignominia de los haraposque cubren a mi hijo. Voy al paiacio a buscar una vestimenta ycuanto sea oportuno; luego trataré de ir al encuentro de mi hijo.¡No traicionaré en la desgracia lo más querido que tengo! (Sale).

El Cono, Esrnorn f a._¡Ay, dolorl ¡Cuán magnífica, cran-Oeil::iliJl:, j,"^?:^"^.ll1

3iu-qáoe¡, "ránoo ur rn".¡ánál"i,]lr ,ooo-

i"llil?.3; "J,,1 l" n n

".h o r, er i nu¡ cio,- óaiá,;;; ;;J

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167

A*',esrRopa 1e.-sobre todo mostrábamos ar mundo nuestrosejércitos sin tacha, que en ros asedios dirigían "ont, ur enemigolas antiguas artes de ra guerra. ñlliu.uoun incórumes, sin dañoni pena a sus hogares feiices.

EsrRora 2a.*cuántas ciudades conquistó, sin traspasar er Haris,sin sarir siquiera de su mansión r"rt. n., ras ciudades fruviares derEstrimón, que confinan con los tracios.Aruresrnora 2a._y fuera de los pantanos, las ciudades, queyacen ceñidas de muraras también se sometieron a su dominio. ylas que firmemente asentadas

"n iu. márgenes der estrecho deHetes, y tas cercana:3 ta propóntiJ" u"nü" éáril., v üs de tasdesembocaduras del ponto.

EsrRopa 3n.-f¡mb_ren las islas que el mar azota, agrupadasjunto alpromontorio, unidas a nuestro suero de nsia, céÁá Lesbos,Samos, que alímenta el olivo, euíos; y también paros,Naxos, Miconos y Andros, vecina-a ti oe Tenos.Arurresrnopn 3a'-Dominó también sobre ras isras que se ere-van en ra arta mar entre ros dos continentes: Lemno, y ra tierra delcaro y Rodas y Cnido, y Chipre-con .r. ciudades; ¡pafos, Soli ySalamina cuya metrópoi, .ar." ;il nuestro llanto!Épooo.-y las opulentas ciudades de la Jonia, populosas degriegos. Ér, con su discreta p"ri.iulá. conquistó apoyado en rainfatigable varentía d,".r, e¡ercito,-ios[fes invencibres, ra turba desus aliados' ¡Hoy sufrimos un vuetco, irarar"ntálo qrili"ron ro.

3:T::';:",::? rieros que dobresó ra rota que uevamá, ár-gurro."

(Llega Jerjes en una carrozabajo un doser. Baja er rey y renta*mente vacilando se colocan en elóentro,¡.Jen.res.-¡Ay, infortunado, un horror entre todos imprevisto ytremendo me ha abatído!. ¡con qué crueldureza eldestino se en-sañó contra ros persas! Miserabr'á, ¿qre va a ser de mí? perdió micuerpo su vigor, me.siento oesmayár, cuando miro en este sitio alos ancianos de ta ciudad. ¡nv, 2"Ji hi,o me¡or hrbi";;;o para

t

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S.r.rt" "9.*2,r-\e§r

{mí caer, como cayeron mis guerreros esforzados en las tinieblasde la muerte!

Eu conlreo.-iAy de mí, oh rey, ay de mí! ¡Lloro por el gran

ejército y el renombre del poder persa! Con su adorno de guerre-

ros tronchados por una deidad adversa.

Cono.-Gime esta tierra por la juventud, que salió de ella y

fue conducida por Jerjes a la muerte, proveedor del Hades, alqueha colmado de persas. Por millares la flor de esta tierra bajó alo profundo; hábiles en el arco, en unidad compacta bajarona la muerte. ¡Lloremos, lloremos por nuestros valientes! Y Asia,

reina del mundo, miserablemente dobló al fin la rodilla.

Esrnor¡ 1r. JEn¡es.-¡Yo, yo fui, el miserable: yo he sido el

azote de mi patria!

Cono.-Saludaré tu regreso con alaridos de angustiosa desdi-cha. ¡canto como si viniera de la tierra de los mariandinianos, un

trino empapado en lágrimas!

Jenres.-¡Broten lágrimas y llanto:plañid, llorad, lamentaos: el

destino en mi contra volvió su rostro y su mano.

Cono.-Lo haré: daré libre curso a lamentos de un dolor que no

se sacia. Lloraré la desdicha de esta nación y elazote con que fue

herida en el mar; lloraré por Persia hoy sin consolarme. ¡Una y

muchas veces habré de elevar mi lacrimosa queja!

Esrnom 2a. Jen.¡es.-ElAres de Jonia nos privó de todo: elAresmarino:alzó su balanza y resolvió eldestino, fue su resultado una

llanura doliente y una desolada playa'

Cono.-¡Ay, ay, ay. . .! ¿En dónde están -dilo, si decirlo pue-

des-, dónde la multitud de los tuyos, aquellos caudillos de escol-

ta? Farandakes, Susa, Pelagón, Dotamas, Agdabates, Psamis,

Susiskanes, los que un día salieron de Ecbatana?

Arresrnopr 2r.-Perdidos. Allá quedaron al caer de una nave

tiria; cerca de las costas de Salamina fueron a estrellarse en los

riscos.

Cono.-¡Ay, ay ay...! ¿Dónde está Farnukio y el valerosoAriomardo? ¿Dónde el rey seuako y Lileo de nobles ancestros?

¿Menfis, Tarbis, Masistras y Artembares e Histaikmas? ¡Respon-de a mis preguntas!

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Esrnore Sn. Jen¡es._¡Ay, ay infelizde mí: ellos lograronilE:?? : li T I ls I 3 : -"gi".a

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", n, o rá loip e n e r o sahí con sus cuerpos patpitantes te"no¡o-os ;il;,á"ni i;r!

Cono.-Y ¿elg.ug por miles y miles contaba a los persas, tu ojoderecho siempre fier, Arpisto, hijo de Batanoco, ñir" i" s-"ramas?¿Y Parto y ergrandioso oibares?¿Dónde tos oejaéie, áonoez ¡on,desdicha de los persas: dolores ñá, qr" dolorosos!

A¡¡resrRorn 3a. J.en¡es._¡Ay, renuevas en mí la nostalgia demis más nobres capitanes! párá'uras crueres y terribre;i;s tuyas.Desde elfondo de mis entrañas, grita mi corazón.Cono.-A cuántos más esperamos con ansia: Xantis, Mardes,jefe de diez mil caballeros, Ancares, Diexix, Arsames, intrépidosen la caballería. y Dadakes y Litimnes, y Tolmos, el insaciablelanzador oe laoá,na.s. ¡Me asámora, me asombra no verros juntoa tu carro con dosel!

EsrRoa 4a. Jenues.-¡Todos los caudiros de mi ejército hanperecido!

Cono.-¡Ah, ignominiosamente perecieron!Jen.les.-¡Ay, ay, ay!

, Cono.-¡Ay, ay, ay. . .l Los dioses nos prepararon una inespera-da ruina; con qué esplendor se revela Ate.A¡mesraor¡ 4a. Jen¿es._¡Heridos quedamos ya, y con qué eter-na herida! 'q' , vvr I Yr

cono.-Heridos quedamos, demasiado craro ro vemos.Jenues.-¡Con inusitada herida, con inusitada heridalGono'-por habernos lanzado sobre ra frota jonia jugando conel destino, infausto fue en la guerra el pueblo persa.Es¡nora Se. Jen¿es._¡Cierto, en mi ejército fui golpeado.cono--¿Qué sobrevivió de ér? ¡Fue grande er poder de rospersasl

Jenues.-Mira lo que me queda de mi antigua grandeza!Cono.-Lo veo, lo veo.Jenurs.-¡Este carcaj!Cono.-¿eué? ¿eué es lo que salvar pudiste?

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Jenres.-¡Tan sólo un haz de flechas!

Cono.-¡Qué miseria entre tantos tesorosl

Jen¡es.-Hénos aquí sin nuestros defensores.

Cono.-El pueblo jonio no huye del combate.

Axrresrnora 5n. Jen¡es.-Valiente pueblo es, lleno de ardor bé-lico. Mis ojos no esperaban lo que vieron:ver la derrota.

Cono.-¿Hablas de la derrota de tu armada?

Jenues.-¡La vi y rasgué mis ropas ante golpe tan fatal!

Cono.-¡Ay, ay, ay!

Jen.res.-Dímucho más que "ay".

Cono.-Dobles y triples males.{

Jen¡es.-Dolor para nosotros;alegría para el enemigo.

Cono.-Nuestra fuerza rota quedó.

Jen¡es.-Vedme: no tengo ya mi escolta.

Cono.-¡Ay, por aquellos que en el mar sucumbieron!

EsrRor¡ 6r. Jen¡rs.-Llora, llora tus penas y toma el caminodel palacio.

Cono.-¡Ay, ay, ay.. . ¡Derrota, derrota!. . .

Jenues.-¡Da clamores que correspondan a un clamor!

Cono.-Mísero consuelo a los míseros en sus miserias.

Jen¡es.-Gime y mezcla tus llantos a mís llantos.

Cono.-¡Ay, ay, ay! ¡Abrumador infortunio:y a él agrego mi do-lor!

Axresrnor¡ 6r. Jen¡es.-Hiere, hiere tu pecho y por mígime ysolloza.

Cono.-Bañado estoy en lágrimas, y lamentablemente.

Jen;es.-¡Alza el lamento, ay, tres veces ay!

Cono.-¡Ay, ay, ay, y mis golpes lúgubres acompañan mi ge-mido!

EsrRom 7e. Jen¡es.-¡Hiere tu pecho, hiérelo y lanza un gritocomo lo hacen los misios!

Coao.-¡Ay, ay, ay!Jen.¡es.-Mesa elcano cabello de tu barba.

dolCo"o.--¡Con ambas manos, con ambas manos y dolor tremen-

Jen¡es.-Lanza un clamor agudo.Cono.-¡Eso también lo haré!

.r#:l,ItJ:![:' Jen¡es'-Y con tus rnanos rassa er manto que

Cono.-¡Oh, dolores, doloreslJen¡es.-Arranca tus cabellos llorando por la flota.

o,"fill?;, ¡Con ambas manos, con ambas manos, tamenta_

Jen.res.-¡Baña en flanto tus ojos!Coao.-¡Estoy en él inundado!Éeooo, Jenues.-¡Clama para responder a mis clamores!Coao.-¡Oh, oh, ohlJentEs.-Toma entre gemidos elcamino del palacio.Cono.-¡Ay, ay, aylJentes.-¡Llora por la ciudadlCono.-¡Ay, ay, ay, sí, sí!Jen¡es.-ld en lenta caminata elevando lamentos.

o"'3'H?ln:"fJrJ:l"J!1t" Persía!' ¡horrada por er ínrortunio vJen.res.-¡Ay, ay,.ay... Lloro por los que fueron y no son: su-cumbíeron en nris trirremes nauJat

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,oioro'-¡Ay' ay, ay".!Te iré siguiendo con mís rúgubres soro-

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