Libro Protoganismo Social de La Juventud, Marco Bazan

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Transcript of Libro Protoganismo Social de La Juventud, Marco Bazan

  • La novedad del texto que comentamos, no est tanto en el considerar a los jvenes como actor social cuanto en el hecho de que los jvenes han sido

    tomados en cuenta de tal modo que bien pueden considerarse desde su

    formal anonimato, coautores del libro que Marco Bazn ha escrito y que le

    da pie para afirmar, en el subttulo del mismo, como una propuesta que

    slo puede ser entendida cabalmente si los jvenes encuentran y

    experimentan el ser tomados en cuenta, pues ah radica el sentido y el

    significado profundo de la propuesta misma. En efecto, aquello de actor se

    inscribe a las antpodas de su acepcin teatral, es decir el que repite un

    papel aprendido. Muy por el contrario, lo que el libro plantea sin ambages,

    es un abordaje dinmico y creativo del actor que, como lo recuerda Alain

    Touraine, deviene as en sujeto.

    Alejandro Cussinovich

    Un discurso cuando los jvenes son tomados en cuenta

    CONAJUCONSEJONACIONALDE LAJUVENTUD

    mejor gente > mejor pas

    terre des hommes

    Broederlijk D ele n

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  • PROTAGONISMO SOCIAL DE LA JUVENTUD

    INSTITUTO JOSE CARDIJN - IPEC

    Av. Csar Vallejo 335

    Lince - Lima 14 - Per

    Telefax: 0051-1422-1817

    e-mail: [email protected]

    Edicin auspiciada por; EL CONAJU, Terre des Hommes de Alemania y Broederlijk Delen

    Responsable de edicin, diseo de portada

    y fotografas interiores: Lorenzo Talaverano Roldn - [email protected]

    Portada: Todas las sangres Acrlico sobre Tela 130 x 120 cms.

    Fotos: Captulos 1 y 2 : Encuentro metropolitano M-CAJ

    Captulos 3 y 4 : Consejo Nacional de la JOC - Per

    Diagramacin e impresin: JLFINCAGRAF SAC - [email protected]

    Primera edicin: 1000 ejemplares

    Hecho en el Per

    Noviembre 2005

    Un discurso cuando los jvenes son tomados en cuenta

    CONAJUCONSEJONACIONALDE LAJUVENTUD

    mejor gente > mejor pas

    terre des hommes

    Broederlijk D ele n

    Hilfe fr Kinder in Not

  • 8.- De organizaciones a movimiento de jvenes.

    9.- El movimiento CAJ Barrial: una experiencia

    a tener en cuenta.

    10.- Hacia un movimiento de la juventud organizada.

    3.- CONCEPTOS DE JUVENTUD:

    implicancias en el trato y maltrato social.

    1.- Ni adultocentrismos ni juvenilismos.

    2. - Hecho, concepto y actor social joven.

    3.- Referentes e indicadores del concepto

    adultocntrico de juventud.

    4.- Paradigma y rol social de los jvenes.

    5.- Los Jvenes y sus organizaciones concebidos

    como SUB-adultos.

    6.- Los jvenes y sus organizaciones concebidos

    como PRE-adultos.

    7.- Concepto y organizacin desde el

    protagonismo de los jvenes.

    8.- Visiones y rol de las organizaciones de,

    con y para jvenes.

    9.- Criterios para construir un realista concepto

    de juventud.

    NDICEPresentacin:

    Introduccin:

    1.- CONTEXTO SOCIAL DE LOS JVENES:

    entre problemas y potencialidades.

    1.- Realidad: problemas y potencialidad

    social de los jvenes.

    2.- Las locas ilusiones no me sacan de mi

    pueblo...

    3.- Reacciones y reflexiones de los jvenes.

    2.- LA ORGANIZACIN DE JVENES:

    un espacio para la formacin y la accin.

    1.- Tipos de organizacin de jvenes.

    2.- Rol de los jvenes en las organizaciones.

    3.- Lneas de accin en las organizaciones de jvenes.

    4.- Tendencias y tensiones en las organizaciones de

    jvenes.

    5.- Espacio de relacin orgnica y accin social.

    6.- Los delegados de las organizaciones juveniles.

    7.- Las organizaciones y sus acompaantes.

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  • 4.- PROTAGONISMO SOCIAL ORGANIZADO:

    de vctimas a actores.

    1.- Dimensiones del protagonismo.

    2.- El protagonismo como hecho histrico social.

    3.- El protagonismo como concepto social.

    4.- El protagonismo: disposicin y construccin social.

    5.- El protagonismo social: poltico, tico y esttico.

    6.- Indicadores sociales de protagonismo social

    de los jvenes.

    7.- Procesos de construccin del protagonismo

    social de los jvenes.

    8.- Orientacin de la accin protagnica de los jvenes.

    9.- Los jvenes y el protagonismo social organizado.

    10.- Origen, definicin, principios e impacto

    Del protagonismo.

    11.- Construyendo movimiento para una nueva

    cultura de juventud y adultez.

    12.- Prctica del protagonismo social organizado.

    13.- Diseando un modelo de movimiento.

    14.- En torno a la dimensin individual del protagonismo.

    15.- El protagonismo entre la competencia y

    la cooperacin.

    16.- Un balance y cierre desde el protagonismo

    De los jvenes.

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  • Las ideas, ideologas, creencias, paradigmas

    no se crean para hacerlos realidad sino

    para hacer que la transformacin de la realidad

    sea ms llevadera y con sentido.

    Dedicado a los jvenes y adultos

    que abren su mente a la

    creacin de una nueva cultura

    de juventud y adultez.

  • Presentacin:

    La novedad del texto que comentamos, no est tanto en el considerar

    a los jvenes como actor social cuanto en el hecho de que los jvenes

    han sido tomados en cuenta de tal modo que bien pueden

    considerarse desde su formal anonimato, coautores del libro que

    Marco Bazn ha escrito y que le da pie para afirmar, en el subttulo del

    mismo, como una propuesta que slo puede ser entendida

    cabalmente si los jvenes encuentran y experimentan el ser tomados

    en cuenta, pues ah radica el sentido y el significado profundo de la

    propuesta misma. En efecto, aquello de actor se inscribe a las

    antpodas de su acepcin teatral, es decir el que repite un papel

    aprendido. Muy por el contrario, lo que el libro plantea sin ambages,

    es un abordaje dinmico y creativo del actor que, como lo recuerda

    Alain Touraine, deviene as en sujeto.

    En este sentido, no se trata de un discurso ms sobre los jvenes

    considerados como actores sociales. Lo que se plantea es que se

    trata de actores en ejercicio y desarrollo de su vocacin a ser

    protagonistas sociales organizados para el logro de sus grandes

    ideales, de sus mejores aspiraciones, de sus personales como

    colectivos proyectos de vida.

    No obstante, hoy como ayer, los jvenes son objeto de sentimientos

    encontrados; desde quienes cifran en ellos grandes expectativas,

    hasta quienes mantienen una actitud signada por la preocupacin,

    por el suspenso, por el temor. Precisamente esta situacin, hace que

    se tienda a generalizar al conjunto de los jvenes, aspectos y

    fenmenos que son particulares de ciertos sectores de la juventud.

    As deviene una tendencia el extender a la juventud comportamientos

    que suelen tener grupos de muchachos y muchachas que conforman

    lo que hoy se conoce en nuestro medio como pandillaje. La

    multidimensionalidad del fenmeno juvenil tiene que ser considerada

    bajo pena de encasillar a todos en moldes que no dan cabal cuenta de

    las diferentes formas de ser joven en el pas.

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    1.- Presencia pblica vs. reprivatizacin de la juventud

    Estudios recientes sobre los jvenes muestran la paradoja de jvenes

    desencantados de la poltica y de jvenes seriamente concernidos

    por las cuestiones polticas del pas. Entre grandes sectores de

    jvenes que aspiran a dejar el pas y salir a buscar suerte en el

    extranjero y jvenes que reafirman su voluntad de quedarse para

    contribuir al cambio. Ninguna de estas imgenes retrata de cuerpo

    entero el mundo juvenil in toto.

    Lo que es histricamente cierto en el pas, es que los jvenes fueron

    como las mujeres y los nios, confinados al mbito de lo privado. En la

    construccin de los vnculos en el Per, la ideologa de la familia como

    clula base de la sociedad, jug un nefasto papel en la consideracin

    de los jvenes como naturalmente parte del mundo de lo privado,

    castrando as su rol poltico y dejndolos a merced de la influencia de

    la iglesia que termin ocupando el lugar que le corresponda al Estado

    y abdicando de su rol protector de los derechos de los ciudadanos a la

    libertad, a la autonoma, al ejercicio de la sexualidad, etc. Podemos

    decir que los jvenes, en este sentido, fueron tambin alcanzados por

    la cultura patriarcal en la que no slo el adulto macho antes de las

    grandes luchas y conquistas de las mujeres de sus derechos, sino el 1

    adultismo de la sociedad que incluye a varones y mujeres de tiempos

    ms recientes, significaron la subordinacin de las clases de edad

    emergentes y el sometimiento a formas de control social correctivas,

    penalizadoras y autoritarias.

    No sera del todo desacertado, decir que el pacto social de la

    modernidad de finales del siglo XVIII, signific- como planteamiento

    global- un decisivo paso en el reconocimiento, sin discriminacin

    alguna, de derechos universales del hombre y del ciudadano. Los

    jvenes, en principio, gozaban de estos derechos formalmente y de

    forma irrestricta. Pero en el tejido social y poltico, los jvenes como

    las mujeres, los indgenas y los nios, fueron privados del ejercicio de

    los derechos solemnemente declarados. Dentro de ese pacto, los

    jvenes seguan relegados a la exclusin, pues eran parte de quienes

    1 Ver Dina Krauskopf, Dimensiones crticas en la participacin social de las juventudes, en S. Balardini, La

    participacin social y poltica de los jvenes en el horizonte del nuevo siglo, Clacso,2000, p.124-125.

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  • en la sociedad ocuparan el papel de ser objeto de proteccin por

    parte del Estado y de la sociedad. En este marco, que durara ms de

    ciento setenta aos, se conoceran distintos ensayos de construccin

    terica de la juventud que, algunos, reforzaran por un lado la realidad

    juvenil dependiente y, por otro, la necesidad de considerar a los

    jvenes como portadores de una nueva potencialidad

    transformadora. Los jvenes tardaran igualmente un largo tiempo

    para que sus derechos como ciudadanos lograran ser de hecho

    ejercidos.

    No obstante, para ciertos fines, mujeres, indgenas, jvenes y hasta

    nios, s fueron forzados directa o indirectamente a participar

    activamente; servir como mano de obra barata en trabajos agrcolas o

    en minera es un claro ejemplo o en talleres del naciente, precario y

    reducido mundo de la produccin manufacturera; en casos de guerra,

    los jvenes, los indgenas y cumpliendo roles especficos las propias

    mujeres fueron enrolados bajo un discurso nacionalista y patriotero.

    La historia del servicio militar obligatorio en el pas da cuenta de cmo

    el Estado y la sociedad entendieron a los jvenes de los sectores

    populares, los nicos para quienes compulsivamente fue obligatorio y

    por ende penalizado su no cumplimiento. Servir a la patria en un

    cuartel fue una forma de ocupar un espacio pblico en la medida que

    se trata de una institucin del estado, pero sin capacidad alguna de

    autonoma, de crtica y de desobediencia ciudadana que no fueran

    drsticamente reprimidas al interior de la institucin.

    Pero posiblemente el fenmeno de reprivatizacin que se observa en

    las ltimas dos dcadas, a nuestro entender, est ntimamente ligado

    a la exclusin de los jvenes en un contexto de pobreza, de

    desocupacin masiva de quienes en edad de trabajar, deben

    resignarse a formas de explotacin y de precariedad que inciden

    directamente en el mundo de su subjetividad, de su autoimagen, de

    su identidad y autoestima. O como suelen decirlo los propios jvenes,

    aqu ya no hay futuro para m, si quiero salir adelante, tengo que

    salir del pas. La extensin en el tiempo de los estudios, la

    postergacin de la vida matrimonial, la reduccin del tamao de la

    familia como tendencias globales, no dejan de ser factores que

    favorecen la prolongacin de la vida en el mbito privado que en cierto

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    sentido experimentan desde su condicin de nias o de nios. Todo

    ello configura los rasgos de un no lugar como aplicable a los jvenes

    del mundo popular.

    Y es que los grandes cambios en el comportamiento de los jvenes no

    son el resultado voluntarista como si se tratara de un endoproceso.

    Son tambin el resultado de cambios que el pas ha vivido en modelos

    econmicos, polticos, culturales y que inexorablemente conllevan

    cambios en los imaginarios sociales, en los referentes simblicos, en

    los sentidos comunes, en los roles tradicionales asignados y los que

    el contexto demanda. En un contexto cada vez ms centrado en la

    lgica del mercado, las mayoras juveniles del pas, devienen

    poblacin con escaso valor de uso.

    Por otro lado, con frecuencia se ha sealado la desafeccin de los

    jvenes en relacin a la poltica. Ciertamente que ello puede ser muy

    cierto. Pero los ndices de jvenes que se organizan, que participan

    en sus comunidades, que son emprendedores en lo econmico y

    productivo, que estn atentos a la gestin de los gobiernos locales y

    regionales, que suelen activar con mucha conviccin y energa, nos

    estara mostrando que todo esfuerzo de reprivatizacin

    intencionalmente diseado desde las fuerzas dominantes, forma

    parte de una estrategia de contencin de la presin de las nuevas

    generaciones sobre el orden establecido y las polticas sociales

    pblicas adoptadas o desatendidas. Pero que choca tambin con

    nuevos contingentes juveniles con significativos niveles de

    preparacin, desde sus barrios y comunidades, desde sus parroquias

    o grupos de creyentes, incluso desde su experiencia de colegio en las

    que se fueron dando experiencias de municipios escolares, de

    defensoras por los derechos del nio y de la nia. Y es que los

    jvenes no son slo pandilleros como suelen motejarlos en una

    inaceptable generalizacin, o fumones. Hoy nuestros barrios y

    asentamientos humanos estn cada vez ms animados por jvenes

    que han estudiado no slo hasta la secundaria, sino que tienen

    educacin superior en sus distintas modalidades y niveles. No

    obstante la precariedad en la calidad educativa, se han producido

    transformaciones culturales que legitiman la confianza en que no todo

    es tan sombro en el pas. A ello apunta lo que este libro recoge y nos

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  • plantea como experiencia hecha y a profundizarse. Y es que cada vez

    ms jvenes disputan territorios y espacios a quienes

    tradicionalmente los han tenido copados y de los que histricamente

    han mantenido excluidos a los jvenes en cuanto coprotagonistas de

    la vida nacional.

    Paradjicamente, el contexto de violencia poltica y conflicto interno

    armado que sacudi el pas, marc una doble figura de jvenes. Por

    un lado, los jvenes activamente involucrados en el conflicto desde

    las fuerzas insurgentes, legitimaron en el sentido comn urbano en

    particular, representaciones sociales que los asimilaban a la

    amenaza, al peligro, al radicalismo sectario. Pero por otro lado,

    hacan del espacio domstico, del mundo de lo privado, de la

    abstencin, de la desconfianza y del rechazo a lo poltico un modelo

    de prevencin, de curacin en salud de y en relacin a los jvenes.

    Los acontecimientos del once de septiembre y los discursos que de

    all se han construido, como el de terrorismo, han venido a reeditar el

    espritu del Consenso de Washington, de la Doctrina de la Seguridad

    Nacional que se condensan en la neo doctrina de la situacin irregular

    aplicada a adolescentes y jvenes. Y es que reprivatizacin de la

    juventud significa tendencia a la institucionalizacin de todos aquellos

    y aquellas que resulten en conflicto con la ley y con la convivencia

    social.

    2.- Jvenes organizados: una porcin emblemtica de la

    juventud?

    Referirse a organizacin evoca en el imaginario social de gruesos

    sectores, la idea de reforzar una presencia, de dotarla de una

    capacidad mayor de negociacin, de cobrar una cierta visibilidad que

    permita incidencia pblica. Pero por encima de todo, que logre

    reconocimiento como parte de la sociedad, como sector con

    demandas que les son especficas o, por lo menos, que le son

    particulares.

    Organizarse deviene as una necesidad para encarar cualquier

    intento de reprivatizacin de los jvenes, pues un importante sector

    de ellos, no est dispuesto a bajar los brazos ante el reto de repensar

    el quehacer poltico, la transformacin de la relacin entre sociedad e

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    individuos, la llamada sociedad civil y el Estado. En otras palabras, a

    no dejar la res-pblica exclusivamente en manos de generaciones

    mayores.

    Pero el mero hecho de estar organizados no garantiza a los jvenes

    ser portadores de novedad social, cultural y poltica alguna. De lo que

    se trata es de analizar el contenido de los discursos que la

    organizacin juvenil elabora y propone a la sociedad. Y es aqu donde

    se requiere preguntarse por el eje central del discurso de las

    organizaciones juveniles y su contribucin a los procesos sociales,

    culturales y polticos del pas. En efecto, un anlisis de los discursos

    de las organizaciones juveniles, heterogneas en su composicin, en

    su carcter constitutivo y en su accin, nos permitira reconocer a los

    jvenes no slo como un sector especfico en la sociedad, sino como

    formando un todo con el resto de sectores sociales. En otras

    palabras, para que las organizaciones de jvenes puedan ser

    entendidas como movimientos sociales juveniles, se requiere que sus

    banderas de lucha sean realmente banderas reconocibles como

    necesarias y tiles al conjunto de la sociedad.

    Los jvenes organizados con una clara intencionalidad de incidir en la

    esfera poltica, en el devenir social y cultural, devienen en una porcin

    cualitativa y cualificada de las juventudes. Los organizados no son ni

    mejores ni ms despiertos obligatoriamente que los jvenes cuyas

    formas de asociacin no supera un horizonte reductivamente

    individual o de camaradera.

    Pero la organizacin pude ser un imprescindible instrumento de

    presencia social y poltica capaz de interlocutar con el Estado y con

    otros sectores organizados de la sociedad. Pero fundamentalmente,

    pude constituirse en un referente cuya visibilidad le permita crear

    nuevos sentidos comunes entre los propios jvenes y en la poblacin

    en referencia a ellos. Es evidente que hay un presupuesto a todo esto,

    vale decir, que estamos hablando de una presencia pblica

    positivamente propositiva, crtica y creativa con fuerza proporcional a

    su capacidad deconstructiva. Otro presupuesto, no menos

    importante, refiere a la capacidad de la organizacin juvenil de

    sostener un discurso que pueda ser reconocido por el amplio como

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  • heterogneo, mundo de jvenes y en el que stos se reconozcn. No

    obstante, ninguna organizacin juvenil puede abrigar la ilusin de

    autoconsiderarse como plenamente representativa de una realidad

    compleja como la de los jvenes en un pas pluricultural y

    tnicamente diversificado.

    Uno de los grandes retos que encara toda forma de movimiento social

    de jvenes en el pas -hace veinte aos ya se planteaba la cuestin de 2

    entender a las organizaciones juveniles como movimiento social - es

    el tener que construirse en una realidad nacional socialmente

    fragmentada y con crecientes seales de confrontacin en la disputa

    por la atencin a la deuda social del Estado y de la sociedad con los

    sectores sumidos en la exclusin, las desigualdades y la pobreza.

    Hacerlo adems en un periodo en el que se logra niveles macro en la

    economa que son importantes y en recursos naturales prometedores

    en contraste con una percepcin cotidiana de aumento y

    agravamiento de la precariedad de vida. Es decir, los jvenes

    experimentan desencarnadamente la tensin entre libertad y el reino

    de la necesidad asfixiante.

    Por ltimo, estamos refirindonos a formas de organizacin de

    jvenes que conjugan el compartir de una manera estable, o por lo

    menos de cierta estabilidad en el tiempo, procesos de desarrollo con

    otros pares; de ir relacionando lo que se va aprendiendo en la vida con

    su realidad en cuanto joven y con las aspiraciones, deseos y placeres

    como tal; pero adems la organizacin es estar construyendo de

    manera permanente una herramienta que sirva para deconstruir y

    construir un proyecto de vida personal y colectivo y un modo de vida

    coherente con su propia manera de entender su vida y la vida de su

    entorno ms amplio. Si bien la organizacin no es un fin, s debe ser

    instrumento til para lograr los grandes fines que se han propuesto

    como jvenes.

    3.- Ms rupturas que continuidades?

    El tema del otro sigue siendo un punctum dolens para las nuevas

    generaciones de jvenes, tambin para los del mundo popular. Y es

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    que el otro encarna el dilema entre el otro igualito a m, de mi

    mancha, de mi clan, de mi tribu, de mi crculo o el horizonte se ampla

    a dimensiones en las que el que no se me parece o al que no quisiera

    parecerme es tambin el otro que me permite ser yo mismo gracias

    a ese otro. Carlos Tutivn anota reflexiones sumamente pertinentes

    para entender las novedades como rupturas o reelaboracin de

    ciertas dimensiones que se podran referir a continuidades no

    absolutas. Y en el mundo juvenil, todo ello debe entenderse

    particularmente en el marco de relaciones intersubjetivas y 3

    emocionales .

    Cabe entonces preguntarse por los procesos en el Per de

    reconfiguracin y resignificacin de los jvenes en el primer lustro del

    siglo XXI. Cmo se socializan los jvenes en ciudades como Lima

    en la cultura urbana que emerge desde los barrios llamados

    marginales a la gran ciudad? Qu consumen los jvenes, ms

    precisamente los jvenes a los que en los ltimos veinte aos ha

    llegado la accin del IPEC? Cules seran los factores que

    establecen vnculos sociales fuertes entre los jvenes, entre stos y

    la familia, la sociedad entendida en lo inmediato como la gente del

    barrio, con el Estado, entendido ste como la Municipalidad, la

    polica, el gobernador o el representante del poder judicial o de la

    fiscala en la zona, si lo hubiera, etc.?

    Pero si tenemos en cuenta que estamos hablando de una poblacin

    con races en los heterogneos mundos culturales que la migracin

    interna ha hecho confluir en nuevos territorios y de los que los jvenes

    estn generacionalmente rodeados en el mbito familiar y vecinal,

    podemos fcilmente constatar rupturas radicales en memorias

    tradicionales que se van diluyendo. Al mismo tiempo emergen

    construcciones de memorias de futuro relativamente nuevas, aunque

    no siempre originales a los jvenes del sector popular. En descargo,

    debemos sealar la emergencia de atmsferas culturales en las que

    formas de sobrevivencia, de expresin musical y festividades

    relacionadas con la tierra de origen de los mayores, constituyen

    verdaderas reservas de fuerza espiritual en contextos de exclusin,

    2 Ver Enzo Faletto, La Juventud como movimiento social, en M.de Cultura, Rev. de Estudios de Juventud, Espaa, n.20,

    1986, p.71-81.

    3 Ver C.Tutivn, La disolucin de lo social en la socialidad de una comunidad emocional, en AAVV. Culturas Juveniles,

    cuerpo, msica, sociabilidad y gnero, Quito, CAB, 2001, p.101-137.

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  • desmerecimiento alguno de organizaciones de carcter poltico en

    las que la juventud est llamada a jugar un papel central de

    renovacin. No siempre es as, cuando tambin en la organizacin

    partidaria se repite una divisin generacional del poder y cuando sta

    no favorece a quienes por rango de edad son tenidos como an son

    jvenes. Se podra decir que se repite aquello de incluidos sub 6

    especie de excluidos

    Quiz aqu radique la exigencia actual por hacer reconocer y valer en

    la prctica las instancias de representacin e interlocucin de los

    jvenes, que nos invita a un mayor desarrollo terico de lo que se ha

    venido entendiendo por organizacin juvenil incluso de lo que se ha

    dado en llamar movimiento social de jvenes de barrio. Y esto refiere

    directamente al derecho a la participacin que en el caso de los

    jvenes jurdicamente ciudadanos en quienes no se trata de una

    concesin de los adultos a los jvenes para que participen, sino un 7

    autntico derecho cuyo goce implica su ejercicio . Pero el aparato

    legal, el marco jurdico, en general no hace sino regular de forma

    limitante el ejercicio de esta facultad. La gran pregunta sera, cunto

    los jvenes organizados se han, hasta la fecha, preocupado por

    intervenir en los procesos en los que se elaboran las leyes y las

    normas que rigen en el pas?, pero no slo aquellas que refieren

    directamente a la juventud, a la universidad, sino a la economa, a la

    produccin, al trabajo, a la salud. Tenemos la impresin que muy, muy 8

    poco.

    En nuestro medio se ha abierto una reflexin sobre la pertinencia de

    leyes o de proclamacin de derechos especficos sobre jvenes. Se

    suele decir que en cuanto ciudadano jurdicamente reconocido, todos

    sus derechos son los derechos reconocidos a los adultos y que

    proclamar derechos -los mismos que deberan ser especficos a su

    condicin de joven- sera hacer una distincin que devendra en

    subvaloracin de derechos ya adquiridos con la mayora de edad.

    Pero aqu caben varias consideraciones. Una, con este razonamiento

    las mujeres no debieran haber luchado por sus derechos durante

    siglos hasta conseguir muchos de ellos, aunque se observe que ser

    de discriminacin y de comportamientos y conductas desviantes de

    las que jvenes de barrio no estn exentos. Desde esa realidad

    concreta, asistimos al surgir de voluntades juveniles ansiosas de

    superacin. Y es que los jvenes de hoy, en cierto sentido ya son hijos

    de una cultura de la virtualidad, de la comunicacin tecnolgica

    creadoras de pertenencias antes no conocidas, de colectivos

    novedosos crecidos totalmente al margen de control adulto alguno,

    verdadera expresin de autonoma, de iniciativa propia, de 4

    creatividad. En la era de la informacin y de la comunicacin que ha

    transformado la experiencia del tiempo y del espacio, se estn

    creando otros imaginarios sociales, otras representaciones del

    mundo, incapaces quiz an de gravitar en los escenarios polticos y

    culturales dominantes como se quisiera, pero teniendo ya una

    incidencia en gruesos sectores de jvenes de los barrios ms

    alejados de los centros de ciudad. La proliferacin de cabinas de

    internet en las zonas populares, son el ms claro indicador de que

    algo nuevo est surgiendo y que nuevas formas de aprendizaje y de

    conocimiento estn emergiendo y nutriendo las posibilidades de

    desarrollo del protagonismo de los jvenes en la sociedad.

    4.- Jvenes: ciudadana jurdica reconocida, ciudadana social y

    poltica recortada

    La divisin generacional del poder ha dejado a los jvenes en una

    paradjica situacin, la de ser portadores de un derecho a ser

    ciudadanos con facultad para elegir autoridades, y la de verse an

    relegados en el plano social, pero incluso en el plano poltico cuando

    su ejercicio se ve reducido al ritual de la democracia representativa de 5

    manera cclica . Pero la contradiccin se da entre ciudadana jurdica

    y condicin de excluidos en lo que a su ejercicio refiere. Incluso si el

    voto de los jvenes puede hacer la diferencia que histricamente abra

    derroteros nuevos al pas, la razn instrumental an predominante en

    la clase poltica frente a la juventud, impide que sta cobre la

    significacin poltica de transformacin a partir de sus propios

    discursos. Y es que los jvenes carecen an de formas de

    representacin que no sea la de carcter partidario, sin

    17 18

    4 Ver Manuel Castells, Fin de millnaire, L're de l'Information, vol. III, Fayard, 1999, passim.

    5 Ver M.Sandoval M, La relacin entre los cambios culturales de fienes de siglo y la participacin social y poltica de los

    jvenes, en AA.VV, La participacin social y poltica...op.cit., p.147-164

    6 Ver Robert Castel, La Lgica de la Exclusin, en AAVV, Todos Entran, UNICEF, 1998, p.121-160.

    7 (ver Edgar Montiel, Participacin en la sociedad y en la poltica en M. De Cultura, Rev. Estudios de Juventud, Espaa, 1986, p.125-146.

    8 Ver las sugerentes reflexiones de Marcelo Urresti, Paradigmas de participacin juvenil: un balance histrico, en AAVV, La

    participacin social y poltica.., op.cit, 177-206.

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  • 5.- Hacia una participacin protagnica

    Como bien lo muestra el texto que introducimos, el paradigma del

    protagonismo constituye cada da con ms fuerza un enfoque que

    gana espacio en la manera de analizar y de proyectar la accin de los

    jvenes. Si bien como toda categora, aquello de participacin

    protagnica se viene utilizando para demarcarse de la simple

    expresin participacin juvenil. Para nosotros la participacin por la

    participacin no tiene sentido ni significacin poltica.

    Igual que la organizacin por la organizacin de los jvenes, puede

    devenir en una nueva forma de control y de manipulacin. Por ello

    requerimos de una calificacin que sea indicadora del proyecto

    social, personal y colectivo que subyace al discurso de la

    participacin juvenil. Como toda categora conceptual extrapolada de

    su contexto originario de elaboracin, corre riesgo de perder fuerza o

    de ver reducida su comprensin a causa de haber ganado en

    extensin de aplicacin. En realidad en la expresin participacin

    protagnica lo que gramaticalmente es un adjetivo, desde nuestra

    perspectiva deviene lo sustantivo, es decir la participacin que

    adems de tener fuerza transformadora en lo personal, en lo subjetivo

    puede adquirir significacin social y aportar al cambio de visin, de

    representacin social de los sujetos y de los mismos procesos

    sociales. Pero no puede reducirse a un simple enunciado sin que se

    demuestre la eventual densidad de su contenido y la propiedad de su

    uso.

    As Dina Krauskopf, en su interesante artculo sobre las dimensiones

    crticas en la participacin social de las juventudes, dedica un largo

    acpite que titula participacin protagnica, pero no desarrolla para

    nada lo que entiende por protagnica y tiende a asimilarla a lo que

    Roger Hart plantea al utilizar la famosa escalerita que las mujeres

    disearon y aplicarla a los nios y a los jvenes, en la que coloca el

    tema de la manipulacin y del tokenism, pero la autora no aborda su

    diferencia desde la perspectiva del protagonismo; esta misma

    observacin resulta necesaria con el concepto de empoderamiento

    que en una acepcin primera se entendi como ceder poder ms que

    conquistar poder, vale decir, revertir la divisin generacional actual

    mujer no es algo circunstancial en la vida de un ser humano como s la

    edad. Lo mismo podramos decir de los nios y de los propios pueblos

    originarios. Y es que el reconocimiento de la ciudadana jurdica es

    apenas un elemento necesario, pero insuficiente para cancelar los

    resabios que pueden sobrevivir en el conjunto del cuerpo jurdico y en

    el entramado social y cultural que an con dicha ciudadana jurdica,

    se requiere contar con el referente que d legalidad a lo legtimo de la

    lucha por la dignidad. Si bien entonces los jvenes en el plano jurdico

    estn equiparados a los adultos en cuanto a goce de derechos, el

    Estado y la sociedad deben reconocerle aquellos eventuales

    derechos que dicen a su condicin de jvenes, an sabiendo que la

    juventud es en el plano conceptual una construccin que puede variar

    con el tiempo y la cultura. Lo mismo ha sucedido con el Cdigo de los

    Nios y Adolescentes o con la Ley con la que se crea el CONAJU que

    entiende por jvenes el tramo cronolgico de 15 a 29 aos. Sin

    embargo se requiere de un anlisis sociolgico y de una

    epistemologa del derecho cuando de juventud se trate. La mismas

    Reglas de Beijing tiene pleno sentido as como otras normas que

    enmarcadas en el horizonte y espritu del derecho internacional y del

    desarrollo de la ciencia jurdica, pueden servir de referente para

    pensar, si no en una especie de Convencin de los derechos de los

    Jvenes, s en un cuerpo de instituciones jurdicas que adems de

    reafirmar los derechos generales para los ciudadanos, reafirmen los

    derechos humanos internacionalmente reconocidos para los

    jvenes, sin menos cabo de derechos especficos o capacidades

    especiales sobre aspectos hoy regulados de forma limitante a los

    jvenes. Baste pensar en las normas y dispositivos que a nivel de

    gobiernos regionales podran darse guardando las exigencias y

    caractersticas de cada una de las regiones o macroregiones. En todo

    caso, se trata de un terreno en el que deben concurrir especialistas no

    slo del derecho, sino de otras disciplinas en dilogo con los propios

    jvenes. Una investigacin sobre jurisprudencia al respecto sera de

    suma utilidad. Pero la pregunta central sigue siendo qu ganan o en

    qu beneficiara todo esto a los jvenes en el ejercicio de su condicin

    ciudadana actual?

    19 20

    Instituto Jos Cardijn-IPEC Instituto Jos Cardijn-IPEC

  • 9del poder en la mayora de nuestras sociedades .

    La perspectiva que abre el paradigma del protagonismo, implica no

    slo una cuestin meramente conceptual, sino que requiere de una

    elaboracin terica ms exigente. Por ello consideramos el

    protagonismo como una manera de entender la individualidad, su

    carcter irrepetible, su unicidad y su condicin y constitucin social.

    Todo ser humano es protagonista y est llamado a serlo en el devenir

    de su vida personal y colectiva; en efecto, protagonismo se

    emparenta en un campo semntico con autonoma como lo seala

    con tanta fuerza Cornelius Castoriadis, con libertad entendida como

    proceso de liberacin ininterrumpido, con ser sujeto de su propia

    historia personal, con autodeterminacin, con autoorganizacin;

    protagonismo como modo de vida es una poiesis de cada individuo y

    del colectivo al que pertenece. Por ello nos coloca ante el reto terico

    y prctico del desarrollo de una personalidad protagnica, de un estilo 10

    de ser y de relacionarse con los dems, de hacer la historia . Sin

    embargo, no se conocen en nuestro medio, estudios ms actuales y

    que aporten tericamente respecto a esto que hemos llamado

    personalidad protagnica y su relacin con los jvenes como actores

    sociales.

    El cuarto captulo de este libro, entrega una serie de incentivantes

    elementos conceptuales en torno al protagonismo social organizado

    de los jvenes, que a nuestro entender constituyen el aporte ms rico

    del libro de Marco Valentino Bazn N. y donde conjuga, de forma

    acertada, elaboracin terica y experiencia, ya larga, de los procesos

    de organizaciones juveniles populares de las que l mismo ha sido

    coprotagonista.

    En suma, es un texto obligado para renovar el debate y la bsqueda

    de nuevos derroteros para el rol que los jvenes del mundo popular

    estn llamados a jugar organizadamente y con renovada voluntad

    poltica de transformacin de la sociedad peruana.

    Alejandro Cussinovich Villarn

    IFEJANT

    21

    Instituto Jos Cardijn-IPEC

    9 Ver D.Krauskopf, op.cit.,p.127-128; en este mismo sentido ver Carlos Gomez de Sosa, O Protagonismo dos

    Jvens, Brasil, 2002, passim; Francisco Gutirrez -Cruz Prado, Simiente de primavera, protagonismo de la niez y

    juventud, SCN, Guatemala, 2001.

    10 Ver Carlos Franco et alii, Personalidad y Poder y Participacin, Cedep, 1981, passim.

  • jvenes, para proponer y gerenciar los lineamientos de polticas de

    juventud.

    Es en torno a esta prctica y reflexin que invocamos a otras

    instituciones que laboran con juventudes, ya sean civiles o pblicas, a

    afianzar el apoyo a los procesos organizativos de los jvenes que se

    encuentran en la apuesta por constituirse en un actor estratgico de

    desarrollo y cambio social.

    Han sido varios aos de acompaamiento a los jvenes, en sus

    empeos, acciones y decisiones por contribuir en la construccin de

    su identidad cultural y misin histrica.

    Nuestro punto de partida son los jvenes organizados, queriendo

    entender a todos los jvenes que rompen con su individualismo y se

    asumen como colectividad, con todos los grados en que una

    colectividad se pueda expresar; desde nuestra mirada, son el fruto del

    conjunto de jvenes del pas; abordar este sector, no es para

    generalizar, desde una porcin, al conjunto de los jvenes del pas, ni

    menos para aislarlos del conjunto de juventudes; sino para

    plantearnos los desafos, que se desprenden desde una capa o 13

    sector, que en los versos de Natacha entre otros autores, se

    encuentran marcado por la exclusin, rasgo que caracteriza a los

    jvenes no slo del mundo popular (empleo no justo, empleo

    precario, informal, hasta el desempleo absoluto, inclusive habiendo

    estudiado una carrera con el esfuerzo propio y de sus padres; y la

    penosa ausencia de referentes que animen la construccin de futuro)

    Los jvenes organizados son slo un punto de partida para

    comprender, desde la parte propositiva-activa de algunos jvenes, al

    total de su generacin.

    14

    En nuestra experiencia, son la expresin activa de los jvenes

    'comunes y corrientes', en tal sentido son representativos del sentir y

    trajinar as como de los intereses del conjunto juvenil.

    Son jvenes ganados por ejercer su vocacin social, expresada en

    actuar conjuntamente para plasmar el tipo de pas en el que quieren

    23 24

    13 David, Natacha, Marcados por la Exclusin. JOCI. Bruselas. 1995.

    14 Emblemtica en los versos de Cussinovich. Representativa de los procesos de la juventud en general.

    Introduccin:

    La motivacin para elaborar este material se inscribe en torno a los 20

    aos del Instituto Jos Cardijn IPEC, que desde 1984 formaliza su

    experiencia con la juventud, particularmente con jvenes del sector

    popular. Lo vertido es resultado de reflexiones desde las prcticas y la

    academia desarrolladas por sus miembros, con quienes da a da se

    va contribuyendo para que los jvenes hagan posible el 12

    Protagonismo Social Organizado , teniendo en cuenta componentes

    de optimismo, racionalidad y realismo, tan necesario en la forja de

    movimientos generacionales.

    Durante dos dcadas el IPEC no slo ha sido partcipe activo de las

    dinmicas y prcticas juveniles, sino de concepciones, discursos y

    lineamientos que se erigen y debaten desde las juventudes.

    Esta sistematizacin de ideas, se encuentra basada en los

    sentimientos, voz y actuacin de jvenes varones y mujeres

    organizados de todo el pas aunque su fuente de peculiar inspiracin

    lo constituyan los jvenes de los barrios urbanos populares

    organizados de Lima.

    Los jvenes organizados desde su heterogeneidad de formas

    asociativas han logrado articular diversas formas de hacerse actor

    social, entre ellas, las mesas y redes de juventudes en cada

    departamento, expresin de varios grupos y organizaciones juveniles

    de cada regin, entre ellos el ahora Movimiento Cultural por la Actora

    de la Juventud Barrial 1996.

    Este hecho histrico regional da pie para condensar un discurso que

    pueda constituirse en nacional, en torno a la concepcin y

    consecutivo trato o maltrato social que se aplica sobre este sujeto

    social, as como la prctica y accin de su protagonismo social

    organizado.

    Se espera que este discurso pueda servir de orientacin poltica y

    pedaggica tanto a tomadores de decisin como a los mismos

    12 Expresin creada por Alejandro Cussinovich en referencia a la emergencia de nios y adolescentes trabajadores en

    tanto actor social.

    Instituto Jos Cardijn-IPEC Instituto Jos Cardijn-IPEC

  • dar el IPEC al conjunto de la juventud, ha sido tal desde los sectores

    populares, desde donde nace y se mantiene l mismo.

    El IPEC es slo una de las instituciones, entre otras, que bregan por

    construir al actor social joven. Entre ellas se pueden sealar a las que

    han sido parte de constantes intentos por generar redes

    interinstitucionales a favor de los procesos de actuacin social que los

    jvenes, en procura de su visibilidad pblica como parte de los

    tomadores de decisin.

    Entre ellas tenemos la A. Aurora Vivar, SEPEC, CEPS, IFEJANT,

    ASONEDH, REDDES Jvenes, INPPARES, PAZ PERU, CIDAP,

    REDINFA, ENCUENTROS, CEDET, JOC, TAREA, ALTERNATIVA,

    CALANDRIA, sin mencionar la larga lista de las que activan en el

    interior del pas. Desde sus orgenes el IPEC ha buscado contribuir

    ante tres procesos: El primer proceso es la articulacin de todos los

    jvenes peruanos, desde sus organizaciones, en movimientos que

    les den visibilidad social, poltica y cultural.

    El segundo proceso es el acercamiento, en una Red, de las

    instituciones promotoras del desarrollo de las experiencias con

    jvenes como las antes mencionadas. Y el tercer proceso es invitar,

    motivar e involucrar a instituciones pblicas locales, regionales y

    lderes de opinin en esta hazaa; logro que se encuentra plasmado

    en la promulgacin de la ley del CONAJU, hoy constituido en un

    sistema de accin pblica.

    Slo as se podra erigir paulatinamente y a largo plazo, con la

    participacin de diversos actores, un Movimiento Cultural

    Generacional en torno a los derechos a la participacin ciudadana

    que extinga la marginacin por edad, as como el adultocentrismo

    impregnado en las mentes de la sociedad.

    A mediano plazo una erradicacin de las malas prcticas polticas que

    aslan y distancian a la juventud.

    Y en el plazo inmediato un involucramiento de los jvenes en lo que

    les compete para ser parte de la vida poltica y pblica del pas, an

    siendo jvenes, y no slo meras vctimas de una sociedad que no les

    25 26

    vivir, en tanto poblacin, sociedad y generacin, slo en tal sentido los 15

    jvenes organizados son la punta del iceberg social del conjunto de

    los jvenes que no se encuentran organizados y no obstante

    demandan lo mismo.

    Los jvenes organizados no dejan de ser jvenes del comn, por el

    hecho de estar organizados, son jvenes que a parte de organizarse

    trabajan en lo que pueden, estudian con que lo tienen, hacen pareja y

    se enamoran cuando quieren, se divierten hasta donde les d las

    fuerzas, se entregan al consumo que les ofrecen.

    Y a la vez, en tanto que organizarse, es un esfuerzo social, exige un

    desarrollo de competencias especficas, que sin desearlo, estas los

    distinguen de la generalidad de los jvenes, constituyendo una

    cultura peculiar en el conjunto de su generacin.

    Los jvenes organizados por el hecho de ser slo un tercio de la 16

    juventud , no los constituye en un sector privilegiado, ni en una

    minora elitizada, ya que sus experiencias de accin siempre estn

    dirigidas y son realizadas con sus amigos de la localidad o barrio.

    La opcin por los jvenes organizados en particular no es exclusiva,

    ni pretende ser excluyente, slo es un punto de partida, para desde

    ellos llegar a los jvenes en general, desde este sector a la juventud

    como generacin social; nuestro horizonte es el protagonismo social

    de los jvenes en tanto relevo social de potencial innovacin-novedad

    y no slo como sector en transicin de pasiva-continuidad.

    Se parte desde un sector excluido-activo (organizacin) para intentar

    pistas que posibiliten su inclusin-cambio (participacin) en la toma

    de decisiones, que son parte del sector excluido-vctima (50% de la

    poblacin) al que generalmente se le ha condicionado a esperar

    paliativos y regalos que les ayuden en su subsistencia y/o represin

    cuando transgreden la normatividad. La contribucin que ha podido

    15 Es lo que se ve, pero debajo hay una contundente serie de capas de prcticas juveniles que se inician desde las ms

    espontneas y no institucionalizadas hasta las que se logra asomar, es por ello que preferimos frasearlo de la siguiente

    manera: los jvenes y sus organizaciones. Es de seguro que entre capa y capa de prcticas juveniles hay procesos de

    acercamiento y distancia que ponen en cuestin su representatividad, pero es lo mismo con las instituciones generales de

    la sociedad.

    16 Varios Autores. Entre patas del alma, Asociacin de Comunicaciones Sociales Calandria. 2001, Lima, Per.

    Instituto Jos Cardijn-IPEC Instituto Jos Cardijn-IPEC

  • Para lo que va del texto se utilizar el trmino "jvenes" para sealar

    tanto los extremos varn, mujer as como las otras formas de

    concrecin del sexo y gnero en nuestra sociedad, salvo necesaria

    especificacin. Estos dos extremos pueden devenir nuevamente en

    formas de marginacin, terminando por negar lo que pretende

    cuestionar. Tambin se quiere expresar en generalidad a todas las

    juventudes que de algn modo comparten las mismas caractersticas

    sociales establecidas para un sector de la sociedad.

    Los jvenes y las jvenes, que segn nuestra experiencia de

    acompaamiento a sus organizaciones, desarrollan una actividad

    social en paridad de condiciones y de riqueza calificada en su actuar,

    no obstante la manera diferenciada y a la vez injusta de haber sido

    socializados. Para abordar de manera peculiar a cada gnero, no

    basta con reivindicarlos lingsticamente y de manera cacofnica,

    colocando un los y las para dar cuenta de ellos o ellas; o lo que es de

    mayor atrevimiento ortogrfico, colocar una @ para resolver los roles

    injustamente construidos para unas y otros, como si con ello se

    resolviera lo que se tiene que resolver de facto en la sociedad. En sus

    organizaciones ellos y ellas van logrando una nueva forma de rehacer

    los roles impuestos a unas y a otros. Somos consientes que este tema

    merece un estudio aparte, ello nos convoca a investigar ms sobre tal

    asunto, por ahora nos quedamos con la sensacin de estar hablando

    de una generalidad - distinguible cuando nos referimos a los varones

    jvenes o las jvenes mujeres. En este caso se trata de que los

    jvenes sean asumidos conceptual y polticamente como actor ms

    all de sus diferencias de desarrollo corporal, psicolgico o moral.

    A continuacin se presentan, para su debate, los procesos, hallazgos

    y posturas a los que ha arribado nuestra institucin.

    Para lo que va del texto se utilizar el trmino "jvenes" para sealar

    tanto los extremos varn, mujer as como las otras formas de

    concrecin del sexo y gnero en nuestra sociedad, salvo necesaria

    especificacin. Estos dos extremos pueden devenir nuevamente en

    formas de marginacin, terminando por negar lo que pretende

    cuestionar. Tambin se quiere expresar en generalidad a todas las

    juventudes que de algn modo comparten las mismas caractersticas

    sociales establecidas para un sector de la sociedad.

    27 28

    da esperanzas de realizacin.

    Llevar a cuestas estos tres desafos nos ha colocado frente a los

    conceptos construidos y creados sobre juventud. A revisar los

    fundamentos epistemolgicos y semnticos de esta construccin

    conceptual que da cuenta del fenmeno social juventud, constatando

    que es a partir de all de donde se fundan las prcticas y tratos

    sociales, ya sea de marginacin o de promocin del derecho a la

    participacin en los y las jvenes.

    Indagacin que nos llev hasta la necesidad de colocar cada vez,

    conceptos provisionales de juventud, al constatar la existencia de

    diversas juventudes que coexisten en simultaneidad. De otro lado nos

    ha inducido a deconstruir y construir discursos sobre juventud;

    deconstruir los discursos de juventud que sobre-dimensionan este

    periodo en tanto carente, vctima, dependiente y/o peligrosa, para

    construir discursos proactivos, positivos que optimizan a los jvenes

    en el ejercicio de su actuacin, protagonismo y movimiento social.

    Tambin nos hemos visto envueltos en el debate de las polticas

    pblicas de juventud, dejando de lado las posturas anti Estado,

    pragmticas, indiferentes y/o dependientes por posturas

    concertadoras, vigilantes, participativas, crticas en torno a su papel.

    En todo caso, entrar a escudriar este tema ontolgico, epistmico y

    psicosocial debe hacerse sin descuidar tres actitudes imprescindibles

    en un ensayista: mantener una actitud realista-potenciadora: ante los

    problemas sociales; una actitud racional-pasional: ante las ideas

    construidas; y una actitud de albedro-responsable: ante las acciones

    y el devenir.

    No se pretende afirmar tampoco que el gnero femenino y el gnero

    masculino sean pura distincin sexual, cayendo en extremismos

    errneos, dejando al margen otras formas de concrecin sexual y de

    sexualidad; sino que los gneros son una creacin cultural que deben

    tener en cuenta la naturaleza biolgica de cada persona. Hasta donde

    se conoce, se puede hablar de temperamento femenino y

    temperamento masculino socio / histrica / culturalmente

    influenciado y definido por cada individuo.

    Instituto Jos Cardijn-IPEC Instituto Jos Cardijn-IPEC

  • 1Contexto social de los jvenes

    Entre problemas y potencialidades

  • del sector medio (atribuyendo a ello su propio esfuerzo voluntario

    basado en los valores familiares, o a la suerte ocasional o a la

    oportunidad que les permiti ejercitar sus talentos) Hay casos 17

    mnimos donde los "triunfos" son logrados a travs de la trasgresin

    social o la viveza criolla. A gran escala se observa que tanto en la

    ciudad como en el campo muchos jvenes sobreviven con lo peor de

    la modernidad y lo peor de lo tradicional.

    1.- Realidad: problemas y potencialidad social de los jvenes.

    Hacer un balance sobre la realidad de los jvenes implica

    preguntarse qu potencialidades tienen aquellos jvenes? y no slo

    que problemas les aquejan o que problemas provocan. La tendencia

    mayor al referirse a los jvenes est teida de miradas negativas y de

    la exaltacin de prcticas minoritarias. Ms si son del sector popular.

    Los jvenes se encuentran desafiados por cuatro fenmenos, entre

    otros, que ellos tienen que enfrentar o como vencedores o como

    vencidos: la extrema pobreza, las pocas y malas oportunidades, la

    exclusin social y la ausencia de referentes sociales crebles. La

    conjugacin asociada de estos procesos agresivos provocan en los

    jvenes reacciones inmedibles e incontrolables, de otro lado desafan

    tambin a los adultos, ms a los que les corresponde la formacin,

    orientacin e insercin de los jvenes en la sociedad.

    Es sabido que los jvenes en nuestro pas son un sector mayoritario 18

    como poblacin . Del conjunto de los jvenes del pas, los que

    pertenecen al sector popular; hoy catalogados entre los rangos de

    pobreza y extrema pobreza, donde tambin se mal ubica a los

    jvenes del sector rural amaznico y andino, segn los parmetros

    urbanos para medir carencia; son la mayora en proporcin a los

    denominados del sector medio y alto.

    31 32

    CONTEXTO SOCIAL DE LOS JVENES: entre

    problemas y potencialidades.

    No se pretende alcanzar un estudio exhaustivo y riguroso en relacin

    con la realidad y posibilidad de los jvenes sino un relato que ha sido

    construido desde la experiencia de acompaamiento a este sector.

    Los jvenes son o se encuentran viviendo, en su mayora, en sectores

    urbanos y el grueso de aquellos en el mundo popular, en barrios

    urbanos llamados marginales, en lugares que bordean la ciudad

    capital, y en las zonas rurales semi urbanizadas. Una minora se

    encuentra o son de comunidades nativas y andinas, cada vez,

    empujados a hacerse de la vida de la urbe como supuesta muestra de

    superacin. Los jvenes del mundo popular se encuentran en

    desventaja para hacerse ciudadano urbano, sus condiciones de

    insercin no son las mejores debido a la pobreza, trabajo precario y

    culturas dbiles. No obstante desde el margen procuran o ser

    reconocidos o lograr ascenso social de acuerdo a lo que se considera

    bienestar en dicha ciudad, ello implica el acceso a la tecnologa

    modernista as como al estatus social. Hoy existe la urbe, la ciudad,

    en la regin andina y amaznica, aunque de modo similar y en menos

    proporcin en comparacin a las grandes ciudades.

    Lo que les perjudica a los jvenes de sectores populares y del campo,

    es la idea dominante y bien difundida de asociar juventud a periodo de

    estudio solventado por sus padres, este modelo de juventud

    representa a slo a una porcin privilegiada de los jvenes. A pesar de

    estas diferencias los jvenes de cualquier clase social experimentan

    en no ser tomados en cuenta pese a sus ganas por ser parte de los

    tomadores de decisin. En todo caso hoy es un consenso hablar de

    juventudes al referirse a los jvenes y no uniformizar en un slo sector

    invisibilizando a un grueso de la poblacin juvenil.

    Los jvenes de sectores populares, con todas sus diversidades,

    llegan a constituir una cultura del trabajo comercial y carentes de

    poder adquisitivo, entre ellos mismos se asumen como tales aunque

    ello no deje de significar que para algunos llegar a ser por lo menos

    17 De acuerdo a los estndares de xito, que en nuestro medio se encuentra dominantemente constreidos por

    contar con dinero permanente y suficiente como para sostener una vida con los bienestares de la sociedad de

    consumo, el cual se busca lograr conseguir de cualquier modo.

    18 En el ao 2002, segn proyecciones del INEI aproximadamente 7 millones 699 mil 710 personas tienen una edad

    comprendida entre los 15 y 29 aos que constituye el 29% del total de la poblacin.

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  • Cabe sealar que los jvenes de cualquier sector social se

    encuentran, desde los procesos de industrializacin en condicin de 21

    subordinacin social, es decir dependientes ante la sociedad adulta ,

    presumiendo una fase de madurez y preparacin hasta que en un

    futuro se les asuman como condicin adulta. A los jvenes de los

    sectores populares, a parte de la condicin de subordinacin, se le

    suma la situacin de la marginacin social, caracterizada por el

    desprecio tnico y racial por ser de races andinas, de poco roce

    social o por haber sido estigmatizados como violentos. Y en los

    ltimos, tiempos como efecto nefasto de la propuesta neoliberal, a

    los jvenes se le ha sumado la situacin de exclusin social; que se

    manifiesta en el despojo de derechos y beneficios sociales que les

    corresponden por el solo hecho de ser parte del pas. Estos tres

    fenmenos globales que se especifican en los jvenes, los dejan

    fuera, no slo de los beneficios que les corresponden, entre ellos el

    derecho a la educacin de calidad, al trabajo digno y no slo justo, a la

    recreacin, sino lejos de la accin poltica para poder contribuir a las

    mejoras de la situacin del pas y con ello a su realidad especfica.

    En definitiva los jvenes de todos los sectores (medio, alto o popular,

    rural o urbano, de costa, sierra o selva) constituyen una poblacin en

    condicin de subordinacin social, ello los hace un solo hecho social

    no obstante las diferencias sociales, diversidades culturales y

    desigualdades polticas entre s. Los jvenes de los sectores

    populares constituyen un sector en situacin de marginacin social;

    ello los distingue radicalmente de los otros sectores; y los jvenes del

    sector popular en extrema pobreza constituyen un sector en una

    coyuntura de exclusin social, ello los marca inclusive como

    diferenciados de los jvenes del sector popular que an pueden vivir

    bajo la tutela de sus padres.

    Hoy existe mucha evidencia que a su posicin de marginacin se les

    ha sumado la situacin de exclusin social, ello se evidencia en el

    trato social que reciben y en la indiferencia a sus males por parte de 22

    las autoridades pblicas. Rama seala que el sector juvenil fue

    primero objeto del proceso de incorporacin a las formas modernas

    33 34

    Los jvenes son peculiares y mayoritarios en el conjunto de la

    sociedad peruana; como cualquier joven de cualquier condicin

    experimentan en dicha edad acontecimientos que lo determinan

    como tal. Los acontecimientos que lo marcan van desde lo

    socialmente bsico hasta lo superior en referencia a lo que constituye

    al ser humano; se inician con experiencias fsicas cambios

    bioqumicos y fisiolgicos, pasan por experiencias psicolgicas

    construccin casi final de su personalidad, se detienen un poco en la

    experiencia contracultural y concluyen con la experiencia social

    poltica. Esta experiencia es grata para algunos e ingrata para otros,

    es fcil o difcil segn las condiciones y la disposicin para vivirla, o

    una mezcla de ambas entre el encanto y desencanto de sentirse parte

    de una sociedad que a la vez los excluye. Todo ello tiene sus grados y

    graduaciones de un extremo al otro que definen las diversas formas 19

    de ser joven en la sociedad ; entre los que experimentan la gratitud y

    la ingratitud de hacerse parte de la sociedad se dan diversas formas

    de ser y parecer juventud.

    Los jvenes son los que en su mayora experimentan la ingratitud de

    la sociedad. Su experiencia est marcada por los estragos de una

    sociedad contradictoria que a la vez que les propone entrar e

    integrarse, los dejan realmente fuera de la ella. Las expectativas

    presentadas, pretendiendo responder a las demandas de los

    jvenes, no se condicen con la oferta de oportunidades equitativas

    para todos los sectores de la sociedad, idea desarrollada por

    Cortzar.

    Otra experiencia que los marca es la inequidad por la acumulacin del

    poder en la cultura adultista que los coloca en la ambigedad de ser y 20

    no ser ciudadanos segn la circunstancias . Los jvenes estn

    marcados por el desempleo, por profesiones marginales, por

    estamentos de estudio de poco marketing, por apellidos

    considerados como marginales, con rostros estigmatizados y

    comportamientos supuestamente despreciables desde los

    estndares de la etiqueta social del sector medio de la sociedad.

    19 Cortazar, Juan Carlos, La juventud como fenmeno social, en Polticas de Juventudes: por la igualdad de

    oportunidades. SPAJ. Julio 2001.

    20 Buordieu, Pierre, La Juventud no es ms que una palabra. Sociologia y cultura. Mexico, Grijalbo. 1990.

    21 Lutte, Gerard. Liberar la Adolescencia, ed Herder, 1991. Espaa.

    22 Rama, Gemn. 1983. en Revista de la CEPAL, 21, La educacin latinoamericana. Exclusin o participacin.

    Instituto Jos Cardijn-IPEC Instituto Jos Cardijn-IPEC

  • 27

    siquiera para explotarlos , esta situacin es peor para los jvenes de

    sectores populares; si ellos logran algn empleo ste no les es una

    experiencia saludable por las condiciones en las que tienen que

    laborar, aunque el hecho de trabajar les eleve la autoestima y aprecio

    de los dems; ellos lo expresan del siguiente modo trabajar en lo que

    sea es mejor que robar o tener que ser una carga para mi familia,

    estudiar a pesar de todo, a veces si, a veces no, porque no se tiene

    para pagar la cuota. Estas son las expresiones de muchos jvenes a

    los que sus padres han logrado inculcar valores de responsabilidad.

    Para otros jvenes an habiendo estudiado en la universidad no

    consiguen el empleo que buscan subemplendose en lo que ofrece el

    mercado; muchos jvenes estn impedidos de conseguir un empleo

    de acuerdo a sus capacidades y aspiraciones, vindose tentados a

    abandonar su pas. Cuando de estudiar se trata los varones se

    orientan a las carreras cortas para asegurar su supervivencia y las

    mujeres a las profesiones universitarias para asegurar su ascenso 28

    social .

    Estos jvenes culturalmente son parte del mundo de los trabajadores

    o de la historia de los que tienen que trabajar como sea y en lo que sea

    para poder sobrevivir, ello constituye un rasgo positivo.

    Por lo general y a pesar de las condiciones en la que viven, cuentan

    psicolgicamente con nimos de perseverancia, han desarrollado

    habilidades de sobrevivencia y son luchadores ante las

    desavenencias, buscando estrategias para poder enfrentar los

    problemas que les aquejan. No se dejan amilanar por la situacin de

    inequidad que les ha tocado vivir, al contrario responden

    asertivamente.

    Hay suficientes documentos que dan muestra para dar cuenta de la

    realidad y la condicin de los jvenes. Entre ellas los jvenes y el 29

    trabajo : Empleo, segn la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho),

    Desempleo oculto que explica Farid Matuk, jefe del INEI. Es decir, el

    desempleo era el mismo nmero, pero no las mismas personas.

    35 36

    de organizacin social; luego, cuando la recesin fren o desarticul

    la modernizacin, pas a ser un grupo de edad particularmente

    afectado por la exclusin.

    Los jvenes no son parte de los tomadores de decisin en las

    capitales de departamento. Esta experiencia marginal y excluyente

    no slo es entre clases sociales, sino que entre los jvenes tambin

    se genera ese decantamiento entre los incluidos y los no incluidos, 23

    entre la lite y los dems . Puede que ello no sea un problema, en

    toda sociedad y estratos hay lites, pero en este caso el imperativo

    es: qu se hace con los que no logran un espacio en la sociedad! En

    el Per de cada cuatro habitantes, tres son pobres o extremadamente

    pobres. De una poblacin de ms de 27 millones de habitantes, en

    nuestro pas el 50% es pobre y ms del 23% est en condicin de 24

    indigencia .

    A los jvenes que hoy estn engrosando las filas del sector informal

    en las cada vez peores condiciones laborales, les ha tocado

    experimentar trabajos no dignos, no justos, precarios, temporarios y

    sin ningn tipo de seguridad. En el peor de los casos se encuentran en 25

    el desempleo absoluto . Cada vez aumenta la brecha en ingresos

    de la poblacin, en los sectores pudientes suben ms lo ingresos que

    en los otros, segn encuesta. Los niveles de pobreza, mientras tanto, 26

    se mantienen constantes .

    Los jvenes caracterizados por la marginacin y exclusin, que son

    parte de los pobres, que son hijos de migrantes y que trabajan y

    estudian en condiciones desfavorables; son trabajadores que

    desarrollan actividades laborales a cambio de un aporte econmico

    nfimo, y hay aquellos que tambin trabajan sin percibir ningn tipo de

    remuneracin, invisibilizando su produccin.

    La incorporacin de los jvenes al mundo laboral es cada vez ms

    incierta, se vive en una sociedad que no necesita a los jvenes ni

    23 Geneva, Social Exclusion and Inequality in Per, Internacional Institute for Labour Studies,.

    24 As lo seala la prestigiosa Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL). (El Vocero 4 Opinin)

    25 Desempleado es alguien que desde su profesin no consigue emplearse, ms cercano a nuestra realidad seria hablar

    de sin trabajo o subempleo.

    26 As precisa el INEI. (Per 21 11-Economa).

    27 Forrester, Viviane. El Horror Econmico. Fondo de Cultura Econmica, Argentina, abril 1997.

    28 As lo demuestra el diagnstico realizado por el Movimiento Cultural por la Actoria de la Juventud Barrial durante el ao

    2002.

    29 El Peruano Fecha: 28 de octubre del 2003.

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  • nuestro pas. En el mejor de los casos se habla de diversidad

    sociocultural y en el peor de dominacin de una cultura sobre otra.

    La urbe se presenta como el paso siguiente que garantiza el progreso

    y desarrollo de los seres humanos, como la nica forma de avanzar

    social y culturalmente, y se presenta al sector rural como espacio de

    atraso, pobreza, ignorancia y conformismo. Este ltimo paradigma

    hace crear expectativas nuevas y nefastas para muchos jvenes,

    nuevas por tratarse de un reciente acontecimiento histrico, y nefasto

    al tratarse de un canto de sirena para un grueso de la poblacin que

    sali de su tierra para ya no ser supuestamente atrasado.

    El sector urbano en su extensin y generalizacin, es un proceso casi

    reciente, que data desde mediados del siglo pasado, a razn de las

    ofertas generadas desde la mirada modernista de desarrollo,

    provocando en gran escala migraciones del campo a la ciudad, as

    como la llegada cada vez ms pronunciada de las prcticas de la urbe

    a la zona rural, entre ellas la presencia de la escuela oficial.

    El proceso de cambio de materialidad territorial, de geografa, del

    campo a la ciudad, fue un logro para algunos pocos y una desilusin

    para muchos. An hoy en da, los ahora jvenes, en su mayora

    siguen creyendo en la forma de progreso y desarrollo que

    supuestamente se logra en la urbe; pero hay otros que ya se

    desencantaron y contrario a ello afirman su identidad cultural andina o

    nativa. Quienes optan por salir de su comunidad lo plantean en

    trminos colectivos ms que en trminos individuales para volver y

    ayudar a mi comunidad como lo han afirmado los jvenes de la

    comunidad de Quispillacta del departamento de Ayacucho as como

    los jvenes del distrito de Chucuito del departamento de Puno

    aymara. Ellos asumen que lo suyo es valioso tanto as como para

    asegurar felicidad y bienestar; asumen que el campo no es atraso, ni

    pobreza aunque se dan cuenta que en la ciudad hay elementos que

    pueden ser recreados por su cultura. Esta capacidad de afirmacin

    cultural no es gratuita, es el fruto de instituciones y profesionales que

    han nacido y crecido en el mismo lugar; ellos se han dado cuenta que

    los mensajes que se pregonan desde la ciudad, no son de progreso y

    desarrollo sino de conversin cultural, de abandono de su cultura por

    otra supuestamente superior y mejor.

    37 38

    A continuacin se presenta el reporte del parlamento juvenil que

    expresa de manera sinttica lo que viene sucediendo con los jvenes

    en el mundo que no son ajenos a la situacin de los jvenes en

    nuestro pas:30 31

    1. Acceso a y privatizacin de la educacin , .32 33

    2. Prevencin, tratamiento y cuidado de jvenes con VIH/SIDA , .

    3. Zonas de Procesamiento de Exportaciones (ZPE) y los 34 35

    trabajadores jvenes , .

    4. Trfico de mujeres jvenes,.

    5. Jvenes Indgenas.36

    6. La vulnerabilidad de los jvenes rurales .37

    7. Violencia y seguridad de los jvenes .

    8. Globalizacin del activismo juvenil y los derechos humanos. 38

    9. Acceso de los jvenes a la tecnologa .39

    10.Cmo la globalizacin afecta el acceso de los jvenes al agua, .

    11.Cultura global e identidad juvenil.

    No podemos dejar de mencionar a la juventud rural, ni a las formas de

    ser abordada su situacin cultural y caractersticas desde miradas

    urbanas y occidentales.

    2.- Las locas ilusiones no me sacan de mi pueblo...

    El contexto socio histrico en el que se socializan los jvenes para

    configurar su identidad, est marcado, entre otros aspectos, por la

    realidad social de ser parte del sector rural o ser parte del sector

    urbano. Mundos que se han ido concretando como complementarios

    o como contrarios entre s. Diferenciaciones que han llegado hasta

    dar la sensacin de estar hablando de dos formas de ser peruano en

    Instituto Jos Cardijn-IPEC Instituto Jos Cardijn-IPEC

    30 Oxfam International, Education Now, 2000 (en ingls).

    31 Ms de 153 millones de jvenes son analfabet@s; de estos, 96 millones son mujeres (http://www.yesweb.org). 125

    millones de ni@s siguen fuera de la escuela (Global Campaign for Education/ Campaa Mundial por la Educacin).

    32 L@s jvenes y el VIH/SIDA Oportunidad en la Crisis; UNICEF, ONUSIDA y OMS, julio de 2002 (en ingls).

    33 http://www.oxfam.org.uk/policy/papers/25aidsdebt/25aidsdebt.pdf.

    34 Como es planteado por la Convencin para la Supresin del Trfico de Personas y de la Explotacin para la

    Prostitucin y Otros Tipos, de la ONU, 1949, Convencin sobre la Eliminacin de todas las Formas de Discriminacin

    contra la Mujer (CEFDM), 1979.

    35 Un Estudio Comparativo de las Mujeres Traficadas en Procesos de Migracin, Janice G. Raymond, Jean D' Cunha, en

    http://www.catwinternational.org/ (en ingls).

    36 FAO Current Needs of Rural Youth (Necesidades Corrientes de l@s jvenes Rurales).

    37 http://sajo.itu.int/hapyouth/

    38 Alta Educacin y Globalizacin Una Visin desde el Sur. Kader Asmal, 2002 (en ingls).

  • de su cultura tradicional.

    Los procesos actuales, an dbiles, de afirmacin cultural van siendo

    fruto no slo de la incansable labor de personas e instituciones que se

    dedican a recuperar su memoria sino que la frustracin de las

    expectativas provocadas por las consignas de desarrollo y progreso

    se estn convirtiendo en vigorizacin de lo propio.

    Ello constituye una oportunidad bien aprovechada por los que desde

    siempre asumieron una postura respetuosa de la diversidad cultural.

    Este factor es gravitante para las expectativas que los jvenes

    construyen como cuando afirman para que me voy ir, para sufrir no

    prefiero mi chacrita y el cario de mi familia ahora s que no

    necesito estar en la ciudad para ser feliz o para tener saber despus

    de haber sufrido en la ciudad trabajando harto en lo que sea y con

    poca paga, prefiero mi tierra que tambin se trabaja mucho pero con

    cario y siempre hay algo para comer Dicen que el trabajo en el

    campo es duro, es verdad pero al final tienes para comer, adems que

    ests cerca de tu familia; en la ciudad he trabajado duro y al final

    tienes hambre, poca plata, estas lejos de los tuyos y no le puedo decir

    madre a la tierra

    Las razones para darle certeza a la creencia que la urbe es superior y

    mejor que el campo est relacionada al hecho de que las sociedades

    modernas que se localizan en los sectores urbanos, aparecen

    despus, segn la lnea histrica de la evolucin de las sociedades,

    se las puede tomar como el ltimo logro y tambin frustracin de la

    especie humana en su afn por mejorar sus condiciones de vida, sin

    tener en cuenta muchas veces a su entorno. Lo que aparece despus

    siempre ser ms atractivo que lo de siempre, hasta que se muestre

    que lo nuevo no necesariamente es mejor o superior. Ello es lo que

    experimentan los jvenes de todos los tiempos, esa sensacin de

    descubrir lo que viene para el despus a tal punto que los haga

    sentirse que lo novedoso es tal en relacin a lo que les ensearon sus

    padres o adultos.

    Es inevitable que las sociedades y las culturas cambien y casi

    siempre este es el rol que les toca asumir a las nuevas generaciones

    39 40

    Hoy hay suficientes elementos en la urbe como para sealar ms bien

    inferioridad y hasta empeoramiento, no slo como sociedad sino de

    especie humana. Basta ver los sistemas de corrupcin, el hecho del

    pandillaje, el desempleo, la extrema pobreza. La prctica de progreso

    y desarrollo de la urbe es viable slo para algunos y no para las

    grandes mayoras. La prctica rural es todava para todos sus

    miembros, inclusive para los ms dbiles. Las personas que asumen

    la afirmacin cultural como paradigma de accin y convivencia,

    atribuyen sus males en el campo a la penetracin de elementos de la

    ciudad que no armonizan con su sabidura y costumbre (entre ellos

    los pesticidas, la ingeniera inaplicable a las laderas, la concepcin de

    monocultivo, as como la relacin cosificadora de la tierra; que

    desafecta a las personas de la pachamama y deidades).

    De hecho nos encontramos ante dos parmetros de comparacin de

    la vida humana que en correspondencia a uno o a otro cambian los

    valores que se le asigna al comportamiento social, desde el

    paradigma citadino por ejemplo a la lengua espaola se le asigna ser

    la lengua oficial y por ello superior quedando el quechua hablante

    como analfabeto y con ello supuestamente ignorante. Si el paradigma

    dominante fuera el andino el supuesto iletrado no sera medido por

    cuanto habla y escribe el espaol sino por cuanto cra su sabidura en

    el quechua o aymar. Quiz el espaol hablante slo sera otra forma

    de producir sonidos comunicativos. No se puede negar que la cultura

    oral es anterior a la escrita, pero no por ello inferior. Puede que la

    cultura escrita sea un avance pero no por ello la nica forma de

    comunicarse y asegurar la sabidura de cada cultura.

    A los jvenes del sector rural se les ha hecho creer sutilmente que

    mejorar sus condiciones de vida o superarse pasa por salir no slo

    fsica sino tambin mentalmente de su entorno de vida socio cultural.

    Atribuyendo que superarse es hacerse parte de la lgica del mercado,

    consumo, dinero y lucro que vienen a ser los indicadores de tal

    progreso, sin negar que tambin consiste en hacerse de tecnologa,

    sobre todo electrnica que posibilita mejoras y bienestar en los

    grupos humanos cuando se habla de fluido elctrico, uso de

    computadoras, telfono, radio etc. Hay que afirmar que el problema

    no consiste en el nuevo aprendizaje sino en la negacin y negatividad

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  • Cabe sealar que los nuevos pobres en extrema pobreza son casi

    siempre los que llegaron a la ciudad en bsqueda de triunfos y xito, si

    es que no llegaron para salvar su vida de la violencia poltica o

    agresin minera, hay que dar por supuesto que los que no lo lograron,

    esperan que ahora lo logren sus hijos. En estas circunstancias los

    jvenes, entre otras prcticas negativas, tienden a organizarse para

    ser tomados en cuenta en una sociedad que los excluye. En estas

    circunstancias los jvenes del sector popular muchos de ellos

    descendientes de culturas del campo tienen que asumir discursos de

    participacin por la inclusin en la sociedad.

    Entonces la intencin de hacer creer que lo nico novedoso es lo que

    viene desde la cultura moderna, occidental, capitalista, hace que

    algunos jvenes del campo se coloquen en franca rebelda contra los

    que pregonan dicho engao social. Hay otros que en consigna mutua

    con sus padres se confabulan para dedicarse slo a estudiar desde la

    cultura fornea asumiendo que los hijos deben ser mejores que sus

    padres.

    Los jvenes se forman y preparan en funcin a un modelo de

    felicidad, de triunfo o de logro en la vida, el ms difundido y a veces

    pareciera que fuera el nico es el camino de competencia social que

    se implementa en las ciudades donde se trata de iniciarse en el jardn

    y no parar hasta egresar de la universidad o en el menor de los casos

    del instituto superior, tanto es as que aquellos que no logran

    completar este proceso terminan hacindose parte de los perdedores

    o los que no fueron competentes.

    Este modelo dominante y de sutil colonizacin llega a las

    comunidades campesinas y nativas a travs de la escuela donde sin

    querer el profesorado se constituye en el vehculo de difusin de

    expresiones como estudia para que no seas chacarero, como si se

    tratara de una mala prctica social que se alinea con la conductas no

    deseadas como la delincuencia por ejemplo. E indican que salir de la

    comunidad es la nica manera de ser feliz. Luego que los jvenes del

    campo interiorizan esta mirada de su futuro no tienen como meta sino

    la de salir para no ser conformista, para ser mejores, para no ser como

    41 42

    hasta que se asientan en lo que quisieron ver plasmado para que

    venga una nueva generacin que intente cambiar lo que recibi.

    Mientras tanto las generaciones establecidas en el sistema de cosas

    pelearan para que se mantenga lo logrado por ellos y sus anteriores,

    estos procesos a veces son suaves y deleitables otras veces duros y

    agrestes.

    De cierta manera estamos frente a dos formas autnticas y reales de

    entender la vida en sociedad. Que implica asumir paradigmas

    inconmensurables sobre la relacin entre seres humanos con la

    naturaleza, con las deidades, estamos hablando de saberes y

    racionalidades distintos, pero tambin de una forma dominada y otra

    dominante de entender y asumir las relaciones entre los seres

    sociales.

    Al igual que el tema de la lengua, los indicadores de pobreza se

    presentan de la misma forma, lo es o sea la pobreza depende del

    parmetro de comparacin, si por ella se entiende no contar con luz,

    escuela por ejemplo; muchos sectores rurales aparecen como pobres

    o extrema pobreza; pero si los parmetros fueran en relacin a la

    armona ecolgica, al trato familiar colectivo, a los frutos del campo

    otra sera la calificacin para ambas sociedades. De ello se van

    dando cuenta los jvenes que para triunfar en la vida hay varios

    caminos y no slo el oficial y dominantemente establecido. Se van

    dando cuenta que es un problema de paradigma y no de nica

    realidad por la que deben pasar todos para ser tomados en cuenta y

    progresar. Es claro que muchos jvenes del sector urbano no logran

    hoy en da el xito esperado ya que no hay muchas oportunidades

    para todos y si las hay son malas para su ascenso social de acuerdo al

    parmetro impuesto de triunfo. Lo cierto es que los nuevos jvenes

    que siguen llegando a la ciudad llegan a las peores condiciones y

    tienen que competir con los jvenes del sector popular que en su

    mayora se encuentran, esta vez s, en extrema pobreza al ser parte

    del paradigma de la ciudad. De otro lado la vida en el campo, aorada

    por su paz y armona con la naturaleza o mejor dicho con la madre y

    sus deidades termina rompiendo su encanto cuando se encuentra

    envuelta de discursos que le asignan caractersticas de pobreza o

    extrema pobreza.

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  • qu posibilidades hay de que los jvenes logren pasar de vctimas a 43

    actores ?

    Los jvenes, polticamente constituyen un potencial de actora

    decisiva para el conjunto de los jvenes que demandan empleo justo,

    oportunidades legtimas, justicia y equidad ya sea de manera

    constructiva o destructiva. De otro lado no cuentan con amplias

    oportunidades para asumir responsabilidades sociales, ni polticas,

    para lograr desarrollar experiencias de participacin en la sociedad;

    en muchos casos los jvenes no son vistos como potenciales actores

    sociales por los tomadores de decisin. Algo que inicia a desdecir

    esta afirmacin es la presencia institucional de la CNJ (Comisin

    Nacional de la Juventud) que ha hecho esfuerzos por incorporar a las

    juventudes en el diseo de polticas pblicas, aunque no se le d el

    peso poltico suficiente de parte del Gobierno Central; y la presencia

    del CPJ (Consejo de Participacin de la Juventud) vivo ejemplo de

    participacin directa de jvenes en asuntos pblicos, pese a sus

    dilemas de eleccin de sus miembros. Habra que mencionar las

    prcticas de participacin de jvenes con los gobiernos locales e

    instancias similares como lo muestra la reciente publicacin dirigida 44

    por Sandro Maccasi .

    Una cuestin complementaria a la situacin de los jvenes es

    plantearse cmo reaccionan dichos jvenes ante su situacin? Lo

    que se observa es que muchos de ellos, ante los problemas

    sealados (exclusin, pobreza, ausencia de oportunidades y

    carencia de referentes positivos) lo que tienden a hacer es: trabajar

    ms y como se ha sealado, en lo que sea y como sea; otros tratan de

    estudiar y trabajar a la vez. Es encomiable que ante la situacin de

    pobreza extrema, ante la exclusin social, ante las pocas y malas

    oportunidades y ante la ausencia de referentes crebles, tienden a

    trabajar inclusive en las peores condiciones. Los jvenes que

    trabajan, a diferencia de los que asumen conductas sociales

    desviadas (Lutte) y de los que se resignan a vivir pasivamente, son los

    que a pesar de su situacin, son emprendedores con la intencin de

    mejorar su situacin ya sea inmediata o duraderamente.

    43 44

    sus padres. Sin darse cuenta estn hacindose parte de los que

    creen que para progresar hay que cambiar de cultura e incorporarse a

    otra cultura. Otros jvenes testimonian que Cuando estuve en Lima

    aprend a ser vivo, antes no lo necesitaba, despus quise ser vivo en

    mi tierra pero los abuelos me corrigieron

    3.- Reacciones y reflexiones de los jvenes.

    Cmo reflexionan su situacin los jvenes al constatar que se 40

    encuentran en extrema pobreza , Marcados por la Exclusin (David),

    ante malas y pocas oportunidades de movilidad social ascendente

    (Cortazar) y ante la ausencia de referentes crebles y confiables?

    qu estn haciendo ante sus problemas? qu se puede realizar

    para enfrentar los problemas de los jvenes? Entre ellos se escuchan

    interrogantes como por qu no somos tomados en cuenta? Qu se

    tiene que hacer para lograr ser reconocidos? Cmo podemos

    mejorar cada da para poder superarnos? Por qu nos marginan,

    por ser jvenes, por ser pobres o del campo?

    De otro lado, otros creen que se trata de vivir el momento, resolviendo

    sus preocupaciones o problemas a partir de reflexiones inmediatistas

    y pragmticas. Tambin hay jvenes desconfiados y decepcionados,

    que piensan que todo est mal, y que si los buscan es para ser

    utilizados. As hay los que piensan en realizar una mayor participacin

    transparente en la sociedad para lograr resolver sus problemas,

    aquellos son los que tienden a ser conscientes de sus capacidades y

    limitaciones. Entre ellos hay quienes se reconocen como ejes de

    desarrollo para la sociedad y se sienten como los que poseen un gran

    potencial que hay que aprovechar.

    Otro de los ngulos de las preocupaciones est relacionada a la 41

    orientacin de la accin social en qu creen hoy los jvenes? De

    qu alimentan sus fuerzas para seguir sobreviviendo en medio de la

    situacin que les ha tocado vivir? Qu posibilidades hay de 42

    constituirse en uno de los movimientos sociales de esta poca? Y

    40 Franke, Pedro. Pobreza y Juventud en Socialismo y Participacin 81, mayo 1998, Per.

    41 Luckmann, Thomas. Teora de la Accin Social. Paidos, 1996. Espaa.

    42 Romn Marugn, Paloma. El Descubrimiento de la sociedad y su Politizacin. El Nacimiento de los Movimientos

    Sociales. En los movimientos sociales. Consejo de la Juventud de Espaa. 2001.

    43 Touraine, Alain. El Fin de la Ola Liberal, Pgs. 37y38. en Desigualdad y Globalizacin. Facultad de Ciencias Sociales

    UBA, Manantial. Argentina 2001.

    44 Maccasi, Sandro, Juventud y Gobiernos Locales, CONAJU, 2004. Per.

    Instituto Jos Cardijn-IPEC Instituto Jos Cardijn-IPEC

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    Otros a la vez que estudian y trabajan, se organizan; tambin hay los

    que trabajan y se organizan dejando de estudiar diciendo... hacer

    algo por los dems me hace olvidarme que no slo son mis

    problemas, por eso me organizo Hay quienes reaccionan exigiendo

    mejoras hacindose parte de las movilizaciones, huelgas y protestas

    de los trabajadores y pobladores en general. Mayoritariamente las

    jvenes en extrema pobreza, son las que se quedan en sus casas

    ayudando en los quehaceres del hogar para ganarse el pan de cada

    da. Otros jvenes llegan a sentirse menos que los dems y muestran

    una actitud de automarginacin, conformismo y desesperanza.

    Actualmente hay jvenes varones que buscan salidas a la situacin

    desarrollando experiencias de auto empleo sea este de manera

    individual o colectiva.

    a.- Reacciones a la Mala

    Los jvenes que viven en la condicin evaluada, reaccionan algunas

    veces con sentimientos de rebelda, otras con impotencia,

    inmovilidad y frustracin que las canalizan con violencia cotidiana,

    con anomia social, y en otras ocasiones tienden a organizarse y

    actuar por el bien comn, es a partir de este ltimo actuar desde

    donde se postula la creacin del protagonismo social, convirtiendo los

    sentimientos provocados por la coyuntura de exclusin en una

    propuesta de actora social. Los jvenes no slo se agrupan, sino que

    hacen algo ante su situacin o condicin social, as como ante la

    sociedad en su conjunto; los jvenes reaccionan protestando ante un

    contexto que los saca o no les deja ser parte del capital cultural, de los

    bienes sociales y del poder de manera plena, condicin necesaria

    para estar en facultad no slo