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LA MUJER CAMPURRIANA, CULTURA Y TRADICION EMILIO JORRIN 1 Cuadro de Federico Salces en Museo Etnográfico de Cantabria en Muriedas Federico Salces. Pintor, profesor de la Escuela Nacional de Cerámica en Madrid Hijo del ilustre pintor Manuel Salces. 1ª EDICION. Septiembre 2.013 Autor de los cuadros al óleo y dibujos: EMILIO JORRÍN Fotografías en color: LINA GESTAL. Fotos en blanco y negro de: “Memoria Gráfica de los campurrianos de Suso”; de “Reinosa imágenes del pasado”, e Internet Copyright: Emilio Jorrín.

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LA MUJER CAMPURRIANA, CULTURA Y TRADICION EMILIO JORRIN

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Cuadro de Federico Salces en Museo Etnográfico de Cantabria en Muriedas

Federico Salces. Pintor, profesor de la Escuela Nacional de Cerámica en Madrid Hijo del ilustre pintor Manuel Salces.

1ª EDICION. Septiembre 2.013 Autor de los cuadros al óleo y dibujos: EMILIO JORRÍN Fotografías en color: LINA GESTAL. Fotos en blanco y negro de: “Memoria Gráfica de los campurrianos de Suso”; de “Reinosa imágenes del pasado”, e Internet Copyright: Emilio Jorrín.

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Una Familia matrilineal del pueblo de Salces Joaquina Obeso, Faustina Robles, Pilar González, Maripili Bascuñana, María Muñoz

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Dedicatoria

A mi nieto Pablo, nacido en Extremadura, para que no pierda las raíces de la

tierra de su abuelo.

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INDICEINDICEINDICEINDICE

A modo de introducción. 5. Alma de mujer. 12

PRIMERA PARTE. LA MUJER CAMPURRIANA

Evolución de la mujer campurriana en el s. XX. 13. Tomasuca. 14. Mariuca. 46 Concepción Rábago. 56. María Luz del Valle. 59. Lorenza de los Ríos. 78

Textos misóginos.73. Las mujeres mayores también cuentan. 90. Los pecados de Eva y El mito de Pandora. 100. El voto femenino. 105

SEGUNDA PARTE. CULTURA TRADICIONAL

Cultura tradicional. 111 Campoo, tradición viva. 125. Las Marzas. 127. Las Cantadoras. 132

Campoo en la Fiesta de la trashumancia en Madrid. 133 Campoo, Tradiciones perdidas. 136

La hila. Pedir las natas. Las rogativas. El Corpus. La cruz del pobre. El matancíu. 137 La Montanera. Las peleas de toros. Pedir para el lobo. Correr los lobos. 141

Correr los hitos. Pagar la robla. El juego de la lichona. Los tratos de boda. 145 Dar la cencerrada. El concejo. 147

TERCERA PARTE. EL RABEL Y SU CIRCUNSTANCIA

El Rabel. 153. El rabel en el Quijote.165. El rabel en la literatura costumbrista.168 Tonaducas de rabel. 174

El rabel en televisión y en el cine. 177 Rabelistas campurrianos. 178

Ecos de Campoo en Bruselas. 180 Primer encuentro de rabelistas en Madrid. 185

Ecos de rabel en Taranco de Mena. 189 El rabel en un sello de correos. 191

CUARTA PARTE. LA PANDERETA

La pandereta. 193. La chifla. 194

Otros Instrumentos musicales populares en Campoo. 194

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A MODO DE INTRODUCION

El siglo XXI, deberá saldar la deuda que la historia tiene con las mujeres desde el principio de los tiempos.

El Excelentísimo Ayuntamiento de Reinosa, en combinación con la Dirección General de la Mujer del Gobierno de Cantabria, y de acuerdo con los compromisos adquiridos en la IV Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre las mujeres, celebrada en Pekín en 1.995, y el IV Programa Europeo de Acción Comunitario para la igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres (1.996-2.000), rubricado por los quince países de la Unión Europea, el Gobierno de Cantabria aprobó el 28 de mayo de 1.998 el II Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres de Cantabria (1.998-2.001) para promover la incorporación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social, política y laboral:

Convocó en 2.001, el Premio de Investigación a Trabajos relacionados con la Mujer Campurriana, dirigido a conocer y promover estudios que investiguen, profundicen y divulguen aspectos diversos de la Mujer Campurriana: usos y costumbres, aspectos sociales y económicos, salud...etc..

Ante esta iniciativa tan importante como sugerente, me puse manos a la obra y presenté un trabajo que titulé TOMASUCA CAMPOO.

Con suerte tal que fue premiado con el ACCESIT a dicho premio.

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Incendio en los años 30

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AREA ardua y difícil resultaría pretender describir a la mujer en el sentido amplio de la palabra dada la complejidad del término que define a la persona del sexo femenino con toda la variedad de tipos y caracteres.

Hemos de distinguir también, la clara diferencia entre una mujer nacida en el seno de una familia económicamente bien situada de la mujer que ha venido al mundo fruto de unos padres que viven de su trabajo.

Hemos de distinguir igualmente, entre la actividad de una mujer que vive en la ciudad y la mujer que vive en un pueblo, cuya forma de vida, agrícola y ganadera, asociada a la comunidad aldeana, tenía una tremenda fuerza sobre costumbres y tradiciones, ya que estaban basadas en el hecho fundamental de haber existido desde tiempo inmemorial y muy arraigadas en el seno de dicha sociedad, carente de cultura escrita y de toda oportunidad de desarrollo científico.

Es igualmente decisivo la época en la que se sitúa el estudio.

Dejamos para otra ocasión el amplio perfil de la "mujer trabajadora" en su definición actual, es decir la mujer que trabaja fuera del hogar en cualesquiera de las múltiples actividades que hoy realiza en todos los campos de la actividad moderna.

Recurriendo al valor de la estadística, sabemos que a principios del siglo XX, trabajaban en España, fuera de casa, una mujer por cada cuatro hombres y medio, y en la actualidad, lo hacen una mujer por cada menos de dos hombres, lo que significa un avance considerable. Ello sin tener en cuenta la economía sumergida, que como también sabemos, falsea los datos.

Es también un hecho contrastable que estas cifras españolas se quedan muy reducidas con relación a las de Europa, de nuestro entorno, o a las de Estados Unidos de América, en donde las plantillas de la mujer trabajadora con un cincuenta y uno por ciento supera a la de los hombres.

Circunstancia ésta que tiene sus explicaciones:

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Una de las razones de este retraso en España, está en que nuestro país no participó en ninguna de las dos grandes guerras mundiales, lo que obligó a las mujeres de los países participantes a ocupar los puestos de los hombres que fueron a luchar. Otra razón hay que buscarla también en que la guerra civil española 1.936-1.939, la ganó una ideología que tendía a mantener a la mujer en la casa como núcleo fundamental de la familia, baste recordar la labor de la Sección Femenina, que si bien hizo una labor en pro de la mujer, lo hizo fundamentalmente pensando en las labores del hogar. Tampoco hay que olvidar el retraso español en el campo industrial.

Hay otros conceptos también, como el sentido religioso de la familia...etc.

El hecho es que la mentalidad de la sociedad no estaba adecuada al trabajo de las mujeres españolas, sobre todo de la clase alta y media.

A principios del siglo XX, la americana Luisa Hubbard, publicó "Cómo pueden ganarse la vida las mujeres", y enumeraba hasta 117 oportunidades: desde escritora, hasta florista callejera. No obstante, a mi entender, cometió un error, la analista americana, al no incluir en su "lista" actividades como minera o bombera, por poner solo dos ejemplos. ¿Por qué discriminaba Luisa Hubbard?. Por razones de fuerza física?. Hoy, con el avance de la tecnología y la maquinaria "inteligente", ese inconveniente, está también superado.

Vamos a conocer ahora un poco de la evolución histórica del trabajo como concepto:

Empecemos por la definición de Trabajo, y la Real Academia de la Lengua nos dice: "Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza".

Sabemos también que el trabajo manual fue considerado como actividad servil en la antigüedad y en la sociedad medieval.

El esclavo no era considerado persona, pues se diferenciaba en su naturaleza del hombre libre. El mismísimo Aristóteles afirmaba:

"Así como algunos hombres, son por naturaleza libres, otros son por naturaleza esclavos".

Hasta la llegada de San Pablo, no se empezó a modificar este concepto, gracias a su "Epístola a los gálatas", que supuso una afirmación radicalmente distinta de la

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identidad de la naturaleza humana: "La fe llegada, todos somos herederos según la promesa, ya no hay esclavos y hombres libres".

No obstante, la realidad es que la libertad en el trabajo humano avanzó muy lentamente y de hecho tenemos que hasta muchos siglos después, año 1.865, no llegó en Estados Unidos, la abolición de la esclavitud, o en Rusia hasta mediados también del mismo siglo XIX no fue decretada la abolición de los siervos agricultores.

El trabajo, en definitiva, se ha tenido siempre como algo desgraciado y la nobleza nunca quiso trabajar, pues era una casta guerrera, eclesiástica o dedicada al arte y a la cultura, incluso al deporte.

Sabemos que durante mucho tiempo, desde la Edad Media hasta el siglo XIX, en 1.843, que fueran abolidos, los Gremios y Cofradías, aglutinaban todo el trabajo artesanal y todos los artesanos de un mismo oficio se establecían en la misma calle.

El Gremio, controlaba toda la actividad y evitaba la competencia, facilitando las materias primas a los mismos precios a todos los agremiados y fijando el tipo y cantidad de productos, los precios de venta etc.

También los miembros de cada Gremio, al que era obligado pertenecer, formaban las cofradías, asociaciones de carácter benéfico y religioso. Cada una tenía su Santo Patrón, y cada miembro pagaba una cuota que se destinaba a obras de caridad o al culto del Santo.

Los artesanos comenzaban su actividad con el alba y la terminaban a la puesta del sol, por lo tanto trabajaban mucho más en verano, en jornada que se hacía interminable.

Las mujeres artesanas tenían un salario inferior al de los hombres y no podían acceder a la maestría, cargo imprescindible para regir un taller, compuesto de oficiales y aprendices.

Algunas ordenanzas gremiales permitían a la viuda de un maestro a continuar con el taller de su marido, con el auxilio de otros maestros del gremio.

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Ya hemos indicado que el trabajo manual era tenido por la nobleza y burguesía como una deshonra y la vagancia imperaba en estas clases sociales.

Hubo que esperar al siglo XVIII para que este concepto experimentase una transformación importante, y fue Carlos III en 1.783, quien hizo una proclama en favor de los oficios:

"Los oficios pueden ser tenidos por honrados y honestos; que el uso de ellos no envilecen a la persona o a la familia que los ejercite...".

Entonces, el trabajo se ennobleció y se le consideró con toda dignidad y calificado como una fuente importante de riqueza.

De esta época es la conocida "Locatio operarum", traducido como arrendamiento de servicios o trabajo a cambio de una remuneración y los primeros códigos, desde el napoleónico de 1.804 dedican muy pocas reglas a esta cuestión y dada la ideología ya liberal dominante, los derechos derivados de tal arrendamiento se consideraba que debían formularse por voluntad de las partes que contrataban, ya que eran libres para hacerlo, pero claro, una de ellas, el trabajador se veía obligado a aceptar cualquier condición de empleo para no caer en la indigencia. Jornadas agotadoras, trabajo indiscriminado de mujeres y niños, condiciones insalubres de los locales, desamparo ante los riesgos, salarios de hambre...etc.

Así pues, no es de extrañar que las primeras normas del Derecho del Trabajo, en la sociedad industrial se refieran al trabajo de las mujeres y de los menores, pues todavía en la segunda mitad del siglo XIX, las condiciones de los obreros, eran muy duras.

Uno de los primeros impulsores de la industria popular y del trabajo de las mujeres en España, fue don Pedro Rodríguez, Conde Campomanes, (1.723-1.803), que fue presidente del Real Consejo de Castilla, presidente de las Cortes del Reino y presidente de la Academia de la Historia.

Su especial sensibilidad, le hizo comprender que enseñándolas un oficio y proporcionándolas el trabajo correspondiente, se evitaría la gran tragedia para muchísimas mujeres de la época: “Caer en la prostitución o en la mendicidad”.

Con esta filosofía surgieron las "Reales Fábricas", siendo en la Villa y Corte las más significativas e importantes la de Porcelana del Buen Retiro (1.760-1.808), la Real

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Fábrica de Tapices y la Fábrica de Tabacos, las cuales motivaron también una buena cantidad de talleres a su amparo.

En 1.779, en España, se promulgaron medidas que prohibieron que en adelante "con ningún pretexto", se impidiese la enseñanza a mujeres y niñas. La declaración de 1.783, mediante la cual se prohibió discriminar en razón del oficio, cesando la división entre trabajos honrados y trabajos viles. Todos habrían de ser considerados honrados y útiles.

Al año siguiente, se declaró que "para mayor fomento de la industria y manufacturas", todas las mujeres podrían trabajar.

Al finalizar el siglo XVIII, la mujer española era ya una realidad permanente en las fábricas y aunque escasas todavía ya funcionaban algunas fábricas de tabacos, de textiles, de calzado...etc.

Las cigarreras, por ejemplo, se convirtieron muy pronto en el prototipo de la mujer obrera, muy apasionada por sus derechos.

Y como ejemplo de su fogosidad en la defensa de sus puestos de trabajo en el año 1.885, llevaron a efecto el histórico y famoso motín al grito unánime de ¡arriba niñas!, en contra de la posibilidad de que la instalación de máquinas las quitaran su pan de cada día.

Estas mujeres de "rompe y rasga", se amotinaban con gran frecuencia y no se arredraban ante la presencia de los "guindillas" (así llamados a los guardias por su uniforme de color rojo) o "ramones" cuando después iban a caballo.

En el siglo XIX, surgen con fuerza nuevos oficios, como es el caso de las telefonistas, cuyas primeras pruebas se realizaron en Madrid el 1 de octubre 1.883.

Después de la primera guerra mundial (1.914-1.918), los principios básicos de la inminente legislación obrera pasaron a formar parte de los textos políticos constitucionales y unos años más tarde, los problemas del trabajo fueron cobrando relieve internacional y surgieron organismos de gran importancia como OIT (Organismo Internacional del Trabajo) y el Consejo Económico Social de la ONU.

En la II República (1931-1939), es la época en que Clara Campoamor, Margarita Nelken y Victoria Kent, efectuaron una gran labor defendiendo el derecho de la mujer al voto, la necesidad del divorcio en nuestra sociedad, la equiparación de los hijos

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legítimos e ilegítimos, la conservación de la nacionalidad de la mujer casada, la abolición de la prostitución legalizada por el Estado...etc.

Hoy en día la emancipación de la mujer sigue siendo una meta lejana, especialmente el salario femenino es, por lo general, inferior al masculino, y las responsabilidades del hogar recaen sobre ella en su mayor parte.

"ALMA DE MUJER"

Nada más contradictorio que ser mujer...

Mujer que piensa con el corazón, actúa por la emoción y vence por el amor...

Que vive un millón de emociones en un sólo día, y transmite cada una de ellas con una sola mirada...

Que vive buscando la perfección y vive tratando de buscar disculpas para los errores de aquellos a quienes ama...

Que hospeda en el vientre otras almas, da a luz y después queda ciega, delante de la belleza de los hijos que engendró...

Que da las alas y enseña a volar pero no quiere ver partir los pájaros, aún sabiendo que no le pertenecen...

Que se arregla toda y perfuma la cama, aunque su amor no perciba más esos detalles...

Que como una hechicera transforma en luz y sonrisa los dolores que siente en el alma, sólo para que nadie lo note...

Y aún tiene fuerzas, para dar consuelo a quien se acerca a llorar sobre su hombro...

Feliz del hombre que tan solo por un día sepa entender el alma de la mujer!!!

Anónimo

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PRIMERA PARTE

EVOLUCION DE LA MUJER CAMPURRIANA EN EL SIGLO XX

Heroína en el buen hacer de lo cotidiano

Y LO ES PORQUE además de recaer sobre ella el cuidado de los hijos, que por lo general eran muchos, y en muchos casos también el cuidado de los padres ancianos, realizaba a diario las múltiples tareas de la casa (guisar, lavar en el río o en el pilón de la fuente, planchar, coser y remendar...), cuidaba de los animales de corral (gallinas, patos, cerdos...), elaboraba las mantecas, iba al mercado a vender los productos, cuidaba del huerto y ayudaba al marido en la cuadra, en las tareas del campo y de la ganadería, etc.

Años 30: ESTEFANA JORRIN TERESA GARCIA MARINA JOAQUINA OBESO

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OMASUCA CAMPOO.

Varias son las fechas claves en la vida de una mujer.

Obviamente la más trascendental es la de su nacimiento. Siguen por orden cronológico cuando va a la escuela por primera vez; el día de su primera comunión; ser mujer; su primer amor; el día de su boda; la llegada de su primer hijo; el inicio de la menopausia; ser abuela; ser bisabuela.

Así pues, iniciamos el ciclo vital de nuestro personaje, que hemos de llamar Tomasuca, y no por casualidad, sino por un motivo puntual como ya diremos en su momento oportuno, el día que vino al mundo.

El nacimiento:

Este acontecimiento feliz de nuestra protagonista, tuvo lugar el día 28 de enero del año de 1.901, festividad de Santo Tomás de Aquino. Su madre se puso de parto cargada de los nervios lógicos de primeriza y la incertidumbre y el miedo del padre que apuraba su cigarro en el "colgadizo" poniendo un poco de orden en los aperos y herramientas que se habían ido quedando por los rincones después de haber sido utilizados en aquellos últimos días.

En seguida, y según mandaba la tradición, fueron llegando a la casa, la madre y las vecinas más próximas de la parturienta así como la partera del pueblo, una mujer sin título de medicina pero sabia en experiencia en el buen arte de ayudar a traer niños al mundo.

Todo venía por buen camino y se desarrollaba con toda normalidad: rotura de aguas, las contracciones cada vez más frecuentes...

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Eran las diez de la mañana, lo que facilitaba las cosas con la luz del día, pues no cabe ninguna duda que los partos nocturnos a la luz del candil eran siempre mucho más problemáticos.

La abuela atizaba la lumbre entre rezos y súplicas y tenía a punto toda el agua caliente necesaria, para el episodio que se aproximaba.

...Y llegó el momento crucial, se colocó a la parturienta sobre la mesa grande de la cocina y todo salió a plena satisfacción con la ayuda inestimable de la experta comadrona.

Una niña preciosa llegaba al mundo y un azote certero en las nalgas de la criatura facilitaron el llanto de la recién nacida en prueba evidente de que estaba sana y con buenos pulmones.

El padre, al oír el llanto de su primer vástago, subió las escaleras de dos en dos y en un periquete se plantó en medio de la cocina y pudo tener entre sus brazos a su primera hija.

Poco tiempo pasó para que el feliz nuevo padre corriera a la taberna del lugar a dar la buena nueva y convidar de buen grado a todo el que por allí anduviera.

Un buen caldo de la mejor gallina del gallinero esperaba caliente en el perol de barro, en las brasas de la lumbre, como primer reconstituyente de la flamante madre.

El bautizo:

Tarea fácil resultó para los nuevos padres buscar nombre para su neófita. Sencillamente seguirían la costumbre de la época de poner al nuevo ser el nombre del santo del día de su nacimiento, por lo tanto le pondrían a la niña Tomasa, ya que vino al mundo el día de Santo Tomás, como antes se dijo.

También los padrinos estaban elegidos de antemano: el abuelo materno y la abuela paterna, los mismos que lo habían sido para su boda hacía muy poco más de nueve meses.

La madrina sería la encargada de llevar a la niña a la iglesia por lo que ya tenía de antemano y bien dispuesto el "faldón de acristianar", y el padrino los caramelos y

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confites para después de la ceremonia en la "repelea", antigua tradición de lanzar el padrino los dulces al aire para que los niños y niñas del pueblo y otros asistentes cogieran cada uno los que pudieran, según su rapidez y destreza.

La madre se quedaría en casa hasta cumplir la "cuarentena" e ir a la iglesia a efectuar la ofrenda de su bebé a la Virgen.

La niñez:

Tomasuca se criaba bien lucida mamando con provecho de la teta de su madre, y que a juzgar por el resultado era abundante y no fue necesario completar la alimentación de la niña hasta que se produjo el destete natural por el nuevo embarazo de su madre.

Las primeras papillas hechas con harina de trigo tostada y la leche de vaca la aportaban a la niña la alimentación necesaria para crecer y desarrollarse con normalidad.

La llegada de un hermanito no produjo en Tomasuca ningún contratiempo ya que era todavía muy pequeña y no se daba cuenta de lo que la llegada de un nuevo miembro a la familia suponía.

Ella con su muñeca de trapo, hecha en casa, de momento tenía más que suficiente para estar feliz y entretenida.

Otro cantar fue cuando la cigüeña llegó de nuevo y trajo otro hermanito cuando era ya un poco mayorcita y al ir a parar todas las carantoñas y mimos hacia el pequeñín ella se sentía un poco molesta y arrugaba el ceño cuando tal cosa ocurría.

Ir a la escuela:

Buena rabieta cogió Tomasuca el primer día que su madre la llevó a la escuela del pueblo cuando cumplió los seis años reglamentarios.

No fueron suficientes ni la buena acogida del señor "maestro temporero" (persona sin título oficial que cada pueblo contrataba por temporadas), ni las carantoñas que

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la hacían las niñas y niños mayores que ella que ocupaban los bancos correspondientes.

Una oportuna golosina del señor maestro calmaron por fin los ánimos alterados de la niña.

Los juegos posteriores a la hora del recreo calmaron del todo a Tomasuca que acabó por sonreir las gracias de sus compañeros de banco y admitir aquella nueva situación que para ella se había producido: Perder buena parte de su libertad por la disciplina y el esfuerzo que a partir de entonces

le iba a suponer aprender las cuatro reglas (sumar, restar, multiplicar y dividir), un poco de dictado, un poco de geografía y de historia y bastante catecismo.

Pasado el berrinche del primer día, ya iba Tomasuca contenta a la escuela con su pizarra y pizarrín y su "silabariu" (libro antiguo en donde se aprendían las primeras letras).

Pocas veces dejó de ir a la escuela, salvo alguna vez por tener "calentura" (fiebre) y que su madre la obligaba a estarse en la cama. En esto era bien diferente a su primo carnal, un "arrapiezu" (muchacho) que era un tanto aficionado a las "corrías" (hacer novillos, no ir a la escuela), a pesar de las regañinas de su madre, de los pescozones de su padre y de los tirones de orejas del señor maestro.

Con la llegada de una hermanita, la cuarta en orden cronológico, sí que disfrutó Tomasuca, pues contaba ya con ocho años largos de edad y ya era una muchachita que ayudaba a su madre en muchas tareas de la casa como barrer la cocina y las alcobas, acopiar leña para la lumbre, pelar patatas...sobre todo pelar patatas, muchas patatas, porque muchas se necesitaban diariamente para alimentar a tantas bocas en edad de comer, pero lo que más le gustaba era acunar y arrullar a la niña, que era algo llorona por cierto, como si fuera su muñeca de carne y hueso, en el "berzu" (cuna) que su abuelo había carpinteado de la mejor madera poco antes de venir ella al mundo y que sus hermanos también habían utilizado.

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Sí tuvo Tomasuca problemas en la escuela con los piojos que de vez en cuando surgían como una plaga y que su madre resolvía con la "peina" (peineta o liendrera) todos los días al salir de la escuela, y que luego ella misma repetía con sus hermanos más pequeños.

A pesar de ser una "rapazuca" muy aplicada, sus padres no podían enviarla a Reinosa a continuar estudiando, por falta de medios, aunque a decir verdad, tampoco se lo habían planteado nunca ya que con las enseñanzas del maestro temporero, aunque muy escasas, y más aún siendo mujer, tendría más que suficiente para defenderse en la vida, pues al fin y al cabo, su madre se las arreglaba muy bien con apenas saber leer y escribir malamente.

La primera comunión:

¿Qué te pasa niña?. Le preguntaba el señor cura a Tomasuca que estaba distraída en la catequesis de preparación previa para hacer la primera comunión con otras varias niñas y niños del pueblo unos días antes de la gran fecha.

-¿Es que no te sabes la lección?.

-Sí señor cura, sí. Sí que me la sé!. Mire verá... y cuando la niña se disponía a repetir de memoria el tema del día, el cura la dijo:

-Está bien, está bien!. Pero estate atenta y escucha y ya contestarás cuando te pregunte.

La preocupación de Tomasuca en la catequesis iba por otros derroteros bien distintos a los que el señor cura creía. Ella estaba preocupada porque su madre a pesar de que todas las noches pasaba horas a la luz del candil, no acababa de terminar su vestido nuevo que estaba hilvanando de un retal para la sublime ocasión.

No sabía bien Tomasuca que los muchos quehaceres de su madre, todas las noches, a la escasa luz del candil, como coser y remendar los rotos que a diario surgían en todas las vestimentas de la prole, y que aprovechaba las noches para hacerlo cuando ya todos estaban en la cama y la dejaban tranquila, no la permitían emplear en la costura de su vestido todo el tiempo que a ella la hubiese gustado.

Pero Tomasuca tendría el vestido nuevo aunque tuviera que pasarse las últimas noches sin dormir. !Pues no faltaba más!!.

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Ser mujer:

Con esta alocución popular se define la primera regla de una muchacha adolescente, y buen susto y hasta un poco de miedo pasó Tomasuca al sentir y ver la hemorragia.

Ya sabía ella por sus amigas y primas un poco mayores que ella que tal cosa le iba a ocurrir en cualquier momento, dada la edad que tenía, pero una cosa era oírlo contar y otra bien diferente era verlo y sentirlo en su propio cuerpo, entre ambas cosas había una gran diferencia.

Sí tenía ya preparados para el cambio que se iba a producir en su cuerpo, también por indicación de sus amigas y primas, varios "paños" limpios para absorber la pérdida de sangre y que poco a poco iría lavando a medida que los fuera necesitando.

Con la pubertad, es decir con la edad en la que han alcanzado su desarrollo los órganos sexuales y la capacidad de reproducción, situación nueva que Tomasuca ya conocía también por las mismas bocas amigas, pues ni las madres y mucho menos las abuelas nunca hablaban de estas cosas tan importantes con las hijas, Tomasuca se sentía en su interior como más responsable y eso de "ser ya mujer" la daba como una fuerza interior para comportarse de otra manera en todos sus actos.

Su cuerpo se iba desarrollando muy rápidamente y ya apuntaban sus encantos de la mujer bella y atractiva que en breve tiempo llegaría a ser.

Mucho se divirtió Tomasuca ese año en la fiesta del pueblo, pues no en vano sus circunstancias personales con respecto al año anterior habían cambiado drásticamente y de ser una rapazuca espigada, eso sí, se había convertido, como por arte de magia en una guapa mocita en la que los mozos ya habían puesto los ojos y se disputaban sus bailes al son de las panderetas que con tanta gracia y remango hacían sonar las mejores tocadoras del lugar.

Ya sabemos que Tomasuca era una muchacha hacendosa que además de las cosas indicadas anteriormente, iba, según la época, a recoger manzanillas, poleo, te de monte y te de lastra, moras, andrinas y ráspanos, avellanas y hayucos... pelaba hojas de olmo para comida de los cerdos, quitaba las malas hierbas de los trigos y otros cereales y los arbolatos de las patatas...escavaba el trigo, y un montón de

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labores más, como lavar en el río, tender la ropa al sol sobre la hierba verde, planchar...

Pues bien, una de las labores que más le gustaba hacer, era ir a por agua a la fuente todos los días con el cántaro de barro debajo del brazo, y allí, en la fuente, tuvo ella su primera declaración de amor de un mozu bien "espigau" (alto y buen mozo).

Moza casadera:

Así las cosas y Tomasuca ya hecha una buena moza, guapa y galana, tenía muchos pretendientes y nunca le faltaba la buena compañía, pero echaba mucho de menos a su mejor amiga, a su amiga de siempre, que por necesidades de la familia se había tenido que marchar del pueblo para ir a una casa de la ciudad como "menegilda" (criada de servir), y a veces la entraba una "murria" (tristeza, melancolía) que la costaba superar.

Cuando más la echaba de menos Tomasuca a su amiga del alma era en la ida y vuelta a las romerías de los pueblos vecinos.

Mozas de Abiada en 1.928: Nieves Cuevas, Paulina de Mier ….

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Ahora, iba y volvía sí con las demás mozas del pueblo, pero no era lo mismo. Con su amiga tenía más confianza y se contaban las cosas con mayor entusiasmo y con mayor ilusión y sobre todo con mayor lealtad.

Entre los varios pretendientes, el que mayor tilín le hacía a nuestra protagonista era el mozo que se la declaró en la fuente, ¿quizás por aquello de haber sido el primero?.

Un buen mozo y trabajador del pueblo vecino y que a diario la rondaba y la dedicaba bellas canciones y recios "ijujus" en los días de "natas" ( vieja tradición campurriana en la que los mozos, durante la época de verano, rondaban por las noches a las mozas del pueblo y de otros, cantando coplas en su corral y ellas les obsequiaban), un mozo formal como el que más que vivía con su madre, algo enfermiza, y llevaba él solo prácticamente todo el peso del trabajo, era un hombre de lo que se dice muy "afanau" (muy activo), aunque, todo hay que decirlo, tenía un pero: era un "bardu" (hijo concebido fuera del matrimonio).

Tomasuca, poco a poco fue superando "el qué dirán" de la gente murmuradora y con el visto bueno de sus padres, y ante la mucha insistencia del galán se dejó acompañar por el garrido mozo.

Corría el año 20 y aquel verano disfrutó mucho Tomasuca escuchando con todo entusiasmo las noticias, chismes y adelantos de la "gentona" (la gente rica en denominación de los pobres), que su amiga , criada doméstica allá en la ciudad, le contaba en el pueblo en aquellas primeras vacaciones después de varios años de servicio.

Lo que más le impresionó a Tomasuca fueron las explicaciones que su amiga del alma, le daba sobre un "aparatu" que hablaba solo y que sus señoritos llamaban radio.

Poco o nada le gustó a Tomasuca oir decir a su amiga que a las mujeres del pueblo las señoritas de la ciudad las llamaban "rabonas" (las mujeres de pueblo llevaban las faldas un poco más cortas, por arriba de los tobillos para evitar el barro de los caminos, en vez de llevarlas largas hasta el suelo como en la ciudad).

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Ambas amigas se rieron mucho aquellos pocos días de vacaciones de la "famula" (criada doméstica) campurriana, contándose sus cuitas y de cómo se comportaban los "fuitos" (señoritos de ciudad), tan remilgados ellos y tan cursis, y pensaban: "Onde esté un mozu campurrianu...".

Mucha gracia le hacía también a Tomasuca oir decir a su amiga los nombres raros que las gentes de la ciudad daban a cosas y objetos tan corrientes en el pueblo y conocidos de toda la vida, como: Jersey en vez de Gambitu; Chichón a un Golloritu; Enfermedad por Malera; Brecha por Saja; Esparadrapo por Esparatrapu; Orinal por Bañau; Relicario por Agnus...

Pero sobre todo se reían ambas amigas recordando sus aventuras de cuando eran niñas y jugaban al truque, jugaban a la comba, al corro de la patata...iban a nidos con los críos y ellos no las dejaban... recordando también cuando eran mozuelas y dejaban las alpargatas viejas escondidas en una pared cerca de la romería y se ponían las nuevas para lucirlas en el baile...y daban calabazas a los que no las gustaban...

Por su parte la campurriana ausente por obligación echaba de menos muchas cosas allá en la ciudad. Tenía muchas ventajas sí con respecto a la aldea, pero ella amaba las cosas sencillas, amaba la amistad sincera entre vecinos y cómo se ayudan unos a otros cuando la necesidad aprieta... Echaba de menos el día de la matanza, la fiesta del pueblo, las marzas, el domingo de las cerezas...las patatas asadas cuando iban a cuidar las vecerías...pero sobre todo, echaba de menos las estupendas noches cuando iba a la "hila" (vieja tradición en las largas noches de invierno de hilar el lino y la lana, y hombres y mujeres, mozas y mozos, después de hacer las respectivas labores, se reunían al calor de la lumbre y en largas charlas comentaban todos los "asuntos y chismes" del pueblo, que terminaban con chistes, cuentos, cantos y bailes al son de rabeles y panderetas).

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La boda:

Teresa García y Emilio Jorrín Trinidad Cuevas y Federico Sobaler en 1925

Varios días llevaba ya Tomasuca muy azarosa y activa y también un tanto nerviosa. Claro que la cosa no era para menos, desde aquella tarde-noche de primavera cuando su novio la preguntara, así, a bocajarro:

-!Tomasuca!. ¿Te quieres casar conmigo?.

Y ella sin saber muy bien a lo que se comprometía dijo un SI que le salió del alma.

A partir de aquel sí tan emotivo, dado a la orilla de la fuente, con la musiquilla de fondo y perenne del chorro del agua cayendo sobre el pilón labrado en piedra, eran muchas cosas las que Tomasuca tenía que resolver y quizás la más difícil era cómo y cuándo se lo decía a sus padres.

Superado este trance que a la postre la resultó mucho más sencillo que todas las suposiciones que ella se había imaginado, pues recordamos que el inicio de sus relaciones había contado con el beneplácito de sus padres ya que el galán reunía en su persona muchas cualidades buenas: era trabajador, respetuoso y no demasiado gastador y juerguista... y aquello de ser hijo de madre soltera estaba ya superado en

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todo el contorno, pues su madre ya había pagado duro durante años por su error de cuando era moza y no quedaba ya ningún problema ni ético ni moral al respecto, le quedaban a la futura casada muchas cosas por hacer y preparar: el ajuar de novia; la petición de mano; la despedida de soltera; las proclamas; la propia boda…

Les fue fácil a la pareja fijar la fecha de la boda, pues utilizando la pura lógica, la época más idónea era el otoño, después de la recogida de la cosecha que tanta dedicación y trabajo supone para todos los miembros de la familia y en especial para la mujer ama de casa y madre de familia que sin dejar de hacer sus labores cotidianas de la casa y tantas otras labores como ya ha quedado dicho anteriormente, iba al "prau", a la tierra y a la era, a echar una mano. Y después, cómo no, de las Ferias y Fiestas de San Mateo en Reinosa, para sacar unos reales para los gastos que se avecinaban, con la venta de algún animal. Además serían también las ferias mateas una buena ocasión para ir a la ciudad y adquirir lo que fuera necesario para el acontecimiento.

Ni qué decir tiene, que aquel verano fue para Tomasuca muy especial y ajetreado, menos mal que sus padres la dispensaron, con el beneplácito también de sus hermanos, de su colaboración en el trajín de la hierba y de la trilla, que era mucha, pues ella arrastraba, pisaba la hierba en el pajar, andaba en el "trillu", iba a por agua

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fresca con el botijo, beldaba, barría la parva... y tantas y tantas cosas, para que dedicara todo el mayor tiempo posible a "sus asuntos de la boda". Tomasuca se encargaría, eso sí, de cuidar el "pucheru" (definición genérica en Campoo para la comida de cada día).

Evidentemente la noticia estaba solo en el ámbito puramente familiar, todavía no había trascendido ni era de dominio público, aunque las gentes del pueblo ya se imaginaban "lo que se cocía", y los más indiscretos a veces la tiraban de la lengua:

- Qué, Tomasuca!. ¿Para cuándo?.

Y ella, también socarronamente contestaba:

- Para pronto!. Para pronto!.

A Tomasuca el hecho de convertirse en ama de casa con la responsabilidad añadida de cuidar a su marido y de la prole que Dios tuviera a bien concederla, no la amedrentaba demasiado, ya que desde que era una rapazuca ayudaba a su madre en cuantas labores la iba mandando de acuerdo con sus capacidades a medida que iba creciendo y por su situación de hermana mayor había cuidado mucho de sus hermanos más pequeños.

Tampoco le acobardaba tener que ayudar al que pronto iba a ser el padre de sus hijos en las tareas del campo y del ganado puesto que estaba bien acostumbrada desde bien pequeña a tales esfuerzos.

En fin, que Tomasuca estaba bien preparada y dispuesta para asumir con firmeza y muy segura de sí misma de todo lo que se le venía encima.

En lo que no estaba tan convencida de salir airosa era en la enorme responsabilidad de ser madre, una madre cariñosa, paciente, comprensiva y buena como era la suya, pero bueno, eso llegaría más tarde, cuando Dios lo dispusiera, aunque ella pondría toda la carne en el asador para salir adelante y en caso de necesidad ya recurriría ella a los consejos de sus padres.

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El ajuar:

Pocas dificultades tuvo Tomasuca, en este tema del ajuar de novia, pues a decir verdad, ya tenía algo preparado desde que era una muchachita adolescente, porque su abuela y su madre ya le habían inculcado la idea de ir poco a poco haciendo algunos "bordaditos", y con un esfuerzo añadido ya tendría para la boda, las "cuatro cosucas" más imprescindibles.

Pensando Tomasuca en su ajuar, se la vino a la memoria lo que le había dicho su madre en alguna ocasión:

En la época de tu abuela, o sea mi madre, no usaban las mujeres, ¡hija mía!, ni sostén ni tampoco bragas y me acuerdo también de haber visto alguna vez a tu abuela orinar de

pié, separando un poco las piernas para no mojarse las faldas.

La fecha:

Corría el mes de Septiembre y cosa fácil les resultó a los novios llegar a un común acuerdo con el día de la ceremonia.

Repasando el calendario, encontraron en Octubre la festividad de otro Tomás, Santo Tomás de Villanueva, así pues la boda sería ese día, el día 10.

Movidito y activo fue ese mes de Septiembre para la pareja de novios después de haber fijado el día de su boda: Comunicación a todos los familiares y amigos, hablar con el cura del pueblo para las proclamas, preparar las vestimentas... los padrinos…y lo que era muy importante: "los tratos".

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Los tratos:

El matiz popular en la antigua usanza en Campoo, no se limitaba a la ceremonia religiosa de la boda, sino que iba precedida y acompañada de algunos actos y festejos diversos.

Una vez que los novios habían decidido casarse, los padres de la novia citaban a su casa a los padres del novio para celebrar "los tratos", con asistencia también de parientes cercanos y en ocasiones, con testigos presenciales.

Los "tratos" se efectuaban de palabra pero en ocasiones, se hacían también por escrito y firmando los papeles.

Reunidos todos, los padres respectivos ofrecían a los novios los medios que les era posible facilitarlos para iniciar su nueva vida.

El primer asunto era si los padres del novio querían llevar a la nuera a vivir a su casa, o los de la novia llevarse al yerno a la suya, y en cualquier caso por cuánto tiempo.

Después los padres respectivos ofrecían cosas según sus posibilidades económicas y también se aclaraba si las aportaciones iban a ser en propiedad para el nuevo matrimonio o solo lo eran en usufructo: alguna vaca, alguna tierra, algunos aperos...en fin, todo aquello que les pudiera ser útil para iniciar su nueva andadura.

Festejos:

Tomasuca y su novio antes de San Mateo (21 de septiembre) ya habían hablado con el señor cura para "leerse" (hacer las proclamas en la iglesia), los tres domingos anteriores al 10 de octubre, fecha de la boda, por si alguna persona tenía algún impedimento legal para que la boda se celebrase.

El día de la primera proclama, como mandaba la tradición, empezaban los festejos en casa de la novia. Al domingo siguiente serían en casa del novio.

Si ambos eran del mismo pueblo, la cosa era más sencilla, pero si eran de pueblos distintos, como en el caso de nuestra historia, la novia acudía al pueblo del novio para ir a misa y rogar por los difuntos de la nueva familia, y las mozas la

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obsequiaban, en concepto de bienvenida, con vino dulce y galletas. El novio, por su parte, debía pagar la "patente"(vieja tradición consistente en pagar una cántara de vino o similar) a los mozos del pueblo de la novia.

En los últimos días previos a la boda, la novia confeccionaba los sabrosos tortos, roscos y sobaos de boda, a base de harina, manteca y azúcar, y que ella misma horneaba para convidar a todos los asistentes a la ceremonia, aprovechando el día de cocedura del pan propio para la familia, labor que las mujeres hacían cada diez o quince días, lo que suponía un trabajo adicional muy duro y fatigoso y no exento de habilidad y conocimiento.

Despedida de soltera:

La última noche de soltera todos los mozos del lugar le cantaban a la novia la "Enhorabuena", acudían a su casa y allí entonaban canciones que salían con brío de sus sonoras gargantas:

Siempre que salgo en la noche – a cantar la enhorabuena Al tiempo que da alegría - acá dentro me da pena.

Me da pena porque siento – que siendo bella y hermosa, Te despides de soltera - perdemos una moza.

Informado estoy señores - informado y muy de veras Que os casáis a la mañana – quiera Dios para bien sea

Y yo de mi parte vengo – a daros la enhorabuena. Quédense con Dios y adiós – queden con Dios caballeros

Vendremos a la mañana – para ir a misa con ellos.

El día de la boda:

Cuando el novio se disponía a salir de casa, se arrodillaba delante de su padre y éste le daba la bendición.

En este caso concreto, a la falta del padre, lo haría su madre.

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En casa de la novia, se organizaba el cortejo nupcial y era acompañada por todas las mozas del pueblo y cantaban coplas alusivas a los novios, a los padres de los novios, a los padrinos, a los acompañantes... y también al señor cura.

"Buenos días señor novio, también la señora novia; el padrino y la madrina y todos los de la boda".

"Desde tu casa a la iglesia, te vamos a acompañar, porque has sido con nosotras, una amiga muy leal".

"Salga, señor cura, salga; que mañana rezará, que está la novia en ayunas y se puede desmayar".

Al novio:

"Ya te pusieron el yugo, ya te dieron la "zamosta" (última lazada que se da a la soga al uncir las vacas al yugo), ya no te vas a los trigos, aunque te pique la mosca".

"Dicen que casar, casar; yo también me casaría, si la vida del casado, fuera como el primer día".

Ni qué decir tiene que Tomasuca y su futuro marido habían llevado al pié de la letra todos los pasos que la tradición demandaba.

Después de la ceremonia religiosa en la iglesia del pueblo, vendría la comida a todos los invitados, la cual se celebraba en casa de los padres de la novia, para lo cual, se cuidaban mucho todos los detalles para que todo "saliera como Dios manda".

Para esta ocasión, se sacrificaron varios pollos del corral, de los bien llamados "picasuelos" y una buena oveja del rebaño, además de unas enormes fuentes del típico arroz con leche.

Un animado baile, al son de panderetas y rabeles puso la guinda a una fecha inolvidable: La boda de Tomasuca Campoo el día 10 de octubre del año de mil novecientos veinticuatro.

Elegante, muy elegante estuvo Tomasuca con su vestido nuevo y zapatos con hebilla, adquirido todo en Reinosa para tan señalada ocasión. Un regalo de su padre, que para eso había vendido una de sus mejores novillas en la feria de San Mateo.

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Pues, qué padres no tiran la casa por la ventana, el día de la boda de su primera hija?.

Al día siguiente se continuaron los festejos que aquellos antepasados nuestros llamaban "tornaboda", y con ello ya sí se puso fin a la ceremonia de la boda.

El hogar:

Según lo convenido en los "tratos", el nuevo matrimonio se quedaría a vivir una temporada en casa de la novia y Tomasuca estaba muy contenta que así fuera, si bien era muy consciente del trastorno que suponía acoplar en la casa a un miembro más, pero ello sería solo provisionalmente y no ocasionaría muchos problemas, sobre todo a una de las hermanas compañera de alcoba de Tomasuca y que lógicamente tendría que ceder.

El novio, o mejor dicho ya su marido, había decidido de acuerdo con su madre, que a la sazón se encontraba algo enferma, arreglar un poco la casa para que fuera la vivienda digna para una mujer tan estupenda y por ella tan querida.

Antes de lo previsto estaba la casa lista y la recién casada tuvo que abandonar la suya, la casa de sus padres, con ese sabor agridulce inevitable en circunstancias tan especiales.

El sabor agrio la venía por el hecho tan fuerte de tener que abandonar a sus seres queridos y el sabor dulce, por ir a lo que sería su definitivo hogar, "su dulce hogar", con el hombre que tanto quería.

¡Con qué alegría y satisfacción fue recibida Tomasuca por su suegra!. ¡Cuántas cosas le contaría a la mujer de su único hijo, a su querida nuera!. ¡Por fin tendría una hija con quien poder hablar y contarla tantas cosas que no había podido comentar con nadie!. Al fin podría despojarse de la carga de su secreto de toda la vida y que con tanta humillación había llevado desde moza: Cómo se confió de un hombre, que la engañó y que luego la abandonó sin dejar rastro en su huída. La contaría todo lo que había tenido que aguantar y sufrir por el rechazo que durante tantos años tuvo que soportar por el hecho de ser madre soltera, primero por sus propios padres y luego por todo el pueblo. La contaría todas las dificultades que había tenido que

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superar para sacar adelante, sola y sin ayuda, a su hijo, en una situación hostil y de rechazo por todos.

Aquellos primeros meses de mujer de su casa no cambiaron demasiado el hábito de los recién casados con respecto a cuando eran novios y seguían yendo a las romerías cercanas y echaban con gusto una "escarpiná" (baile a lo alto y a lo bajo) como en sus mejores tiempos.

Los lunes de "mercau" seguía bajando a Reinosa con su madre, a vender los huevos y la manteca de la semana, bien en los puestos de la calle, bien yendo por las casas a ofrecer su mercancía, y luego comprar algún retal de tela para echar algún remiendo y las cosas necesarias para el "habíu" de la casa: algo de aceite, algo de azúcar... y también a la botica a por un poco de yodo, aceite de hígado de bacalao, o cualquier otro remedio recetado por el médico o por el veterinario.

Suegro y yerno, que hacían buenas migas, también iban con el carro al "mercau" de vez en cuando, a vender las patatas sobrantes o a quitar alguna oveja o cabra antes de la llegada del invierno, y a la vuelta, con la disculpa de que descansaran un poco las vacas uncidas, paraban en alguna taberna del camino para echar un porrón y así achicar un poco la sed acumulada con tanto trajín.

A pesar de los cuidados de Tomasuca con su suegra, ésta no mejoraba, su apetito de día en día disminuía y ya de poco servían las infusiones de raíz de genciana con vino blanco que con frecuencia tomaba.

Duro golpe fue la confirmación del médico:

"La enferma está mal, muy mal, estén preparados para lo peor".

Los primeros días después del entierro a Tomasuca se le venía un poco la casa encima, pues era demasiado grande el hueco que había dejado su suegra, pero una mujer con arrestos como ella y también con un poco de ayuda y ánimo de su madre y sobre todo con el cariño de su marido, pronto lo superó.

Poco a poco fue transformando la casa hasta dejarla a su entera satisfacción, cambió algunas cortinas que ya estaban demasiado raídas por los muchos años

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acumulados, ordenó a su gusto y criterio todos los cacharros de la cocina y plantó geranios, muchos geranios que los colocó por todas las ventanas... y daba gracias a Dios por la suerte que había tenido poniéndola en su vida a un hombre que tanto la quería.

Poco o nada le costó convencer a su hombre la instalación de una cocina moderna, las llamadas "cocinas económicas", conservando eso sí, la cocina de leña, la de siempre, para seguir curando en ella toda la carne de la matanza, las morcillas, los chorizos y los jamones.

Y qué ventaja supuso para ella la "cocina económica" (cocina para leña y carbón, con placa, horno y depósito de agua caliente); con cuatro palos de leña se hacía lumbre y sin humo, tampoco se quemarían los pucheros por la panza, ni se caerían las cenizas al pucheru, ¡qué diferencia!, y también, todo hay que decirlo, ya no saldrían las temidas "cabras"(manchas rojas) en las piernas por calentarse directamente a la lumbre y que tanto afeaban.

Eran los tiempos en que el Charlestón, baile importado de EE.UU., después de la primera guerra mundial estaba de moda en Europa y se vive en un frenesí de alegría, bailes y un cierto derroche. Las mujeres se cortan los cabellos y se acortan las faldas hasta las rodillas, se extienden los aparatos eléctricos a las aplicaciones domésticas... Es la época conocida como "los felices años 20". No obstante en España, esta eclosión social tardaría algún tiempo en iniciar los cambios y entre ellos el papel de la mujer en la nueva legislación.

Tomasuca, influida quizás por las conversaciones de verano con su amiga sirvienta en la ciudad, introdujo un cambio importante en la forma de tomar la comida. La arraigada y antigua costumbre de "comer a cocinu"(sistema por el cual la madre vertía todo el contenido del "pucheru" en una fuente grande y en ella comían todos los miembros de la familia), la cambió por el sistema de poner un plato independiente para cada uno. Si bien es verdad que esta "nueva moda", la suponía un trabajo mayor a la hora de fregar los platos.

La hacienda de su marido, heredada de su madre, no es que fuera gran cosa: media docena de vacas, un par de terneros, un rebaño pequeño de ovejas, 3 cabras y una cerda para la matanza, también un puñado de gallinas, una docena de fincas entre tierras y prados y una casa en buen estado situada en medio del pueblo, el acopio de toda una vida de trabajos, grandes sacrificios y gastando solo lo justo.

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No es que fuera mucho, no, pero sí lo suficiente para vivir honradamente y sin necesidad de tener que recurrir al conocido sistema de "aparcería" por el cual se arrendaban fincas y ganado pagando la mitad del producto al propietario, lo que a nivel popular se conocía como "ir a medias".

Esta situación a Tomasuca la hacía muy feliz y hasta le llenaba, en su interior, de un poquitín de orgullo, que por supuesto nunca exteriorizó, y seguía siendo la muchacha simpática que siempre había sido.

El tema de la matanza del cerdo, ya sabemos que era el medio fundamental y básico de la alimentación rural, es por ello que se cuidaba al cerdo con sumo cuidado y hasta con cariño, si cabe la expresión, y en los últimos meses de engorde era sin duda "el rey de la casa". Se le preparaba el "barbaju" (comida del cerdo), a base de patatas y berza cocidas y luego se mezclaba bien con harina de trigo o similar. Tarea ésta que suponía un buen esfuerzo y dedicación por parte de la mujer.

A la hora de la matanza con toda la elaboración de morcillas, chorizos...etc., es una labor muy dura que recae en su mayor parte en las mujeres de la casa, es por ello que Tomasuca, aquel primer año de ama de casa, recurrió con buen criterio a pedir ayuda a su madre y también a la vecina más próxima con quien tenía unas muy buenas relaciones de vecindad. Ya sabemos que Tomasuca era una mujer de arrestos y no se le "caían los anillos" con ninguna labor de la casa, pero para una tarea tan grande, hizo muy bien en pedir ayuda.

Ser madre:

Había pasado el verano Tomasuca ayudando a su marido a meter la hierba primero y en la trilla después.

Ya hemos comentado que la hacienda no era grande pero sí lo suficiente como para necesitar un poco de ayuda, y en la casa, estando soltero su marido y con su madre casi siempre algo enfermiza, se contrataba siempre a un "veraneru" (obrero solo para las tareas de la hierba y de la trilla), sobre todo por la dura tarea de la siega. Con la llegada de Tomasuca no iba a ser diferente y así se hizo.

Llegaron también las Ferias y Fiestas de San Mateo en Reinosa, y como en años anteriores Tomasuca y su marido fueron a las mismas, cada uno con su cometido:

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ella al "mercau" con sus mantecas y huevos frescos; él, al ferial del ganado a vender un par de jatos (terneros) para sacar unos reales.

El charlatán en un día de feria en Reinosa

Otra cosa fue el Día de las Cantadoras (hoy Día de Campoo), que se pusieron sus mejores galas para ir a Reinosa: ella su "manteu" (falda de color vivo de paño grueso o bayeta) y un pañuelo de seda "que quitaba el hipo"; él, con su traje de pana, casi flamante, estrenado el día de la boda y su "palu pintu" recién tostado; y los dos con las albarcas de "picu entornau" recién "entarugás" que fueron la admiración de todos.

La recolecta de las patatas fue también normal y un buen año por cierto, lo que les daría margen para vender algunos quintales.

La matanza se hizo a las mil maravillas y el chón alcanzó más de veinte arrobas en canal, lo que aseguraba la "pitanza" (comida) para casi todo el año.

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Todo le rodaba a Tomasuca a pedir de boca: Su marido la quería cada día más; no la faltaba un real en la "faldriquera" (bolsillo que se atan las mujeres a la cintura y que llevan colgando debajo del vestido o del delantal); en su nuevo pueblo todos la estimaban... todo le salía a Tomasuca a pedir de boca, todo menos una cosa, un detalle que la apenaba sobre manera, pero que tenía gran cuidado que su marido no se lo notara.

Iban pasando los días, iban pasando los meses y de lo que ella tanto deseaba, nada.

El invierno, resultó bastante nevador ese año, aunque la "ceba" (hierba para el ganado) estirándola un poquitín, o mejor dicho disminuyendo la ración a cada animal, alcanzó para toda la "inverná". Así que en este tema de tanta preocupación para las gentes del valle, no fue muy problemática, y no fue necesario, como en otras "invernás" cortar las ramas de los acebos para alimentar al ganado estabulado.

Se presentaba una primavera llena de colorido, los lirones de los prados empezaban a poner su color amarillo brillante en todos las praderas, y he aquí que a Tomasuca el "día de estar mala", no llegaba. Tomasuca al principio no se lo creía y no dijo nada, pero el "retraso" se iba confirmando al mismo ritmo que aumentaba en ella la alegría y rezaba:

¡San Antonio bendito que sea lo que yo más quiero!!.

Fueron pasando los días y el retraso se confirmaba. Tomasuca estaba radiante y por fin estaba ya casi segura de su embarazo.

¡Qué contenta estaba ella!. ¿Cuándo se lo diría a su marido?.

Repasó de memoria el calendario y justo!, en seguida apareció el día ideal, el día del cumpleaños de su marido. ¡Qué bien! pensó, se lo diré ese día como regalo de cumpleaños.

No hace falta decir que para un hombre que ama a su mujer, que le gusta la familia, fue el mejor regalo de cumpleaños que había tenido en su vida.

Así que aquella primavera con ser igual a las demás, lo fue para Tomasuca y toda su familia, bien diferente:

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La futura madre pensaba en el parto y que su bebé viniera al mundo como Dios manda, sano y salvo.

El futuro padre pensaba en la necesidad de ir mejorando la hacienda y ya había echado él el ojo a un par de fincas que estaban a la venta en el pueblo. El futuro abuelo dedicaba todas sus horas libres y toda su sapiencia en el arte de la madera y ya estaba construyendo la cuna para el "su nietu que venía de caminu”. La abuela ponía velas a San Antonio para que todo saliera bien.

Muchas cosas se la pasaron por la cabeza a Tomasuca aquellos días preciosos de primavera. Se aproximaba el verano y los trabajos de un labrador y ganadero ya sabemos que se multiplican y estaba decidida a ayudar a su marido, tanto en las faenas de la hierba arrastrando y haciendo otras cosas, como lo había hecho ya el primer verano de casada y también desde niña en casa de sus padres e iría también a la era amontar en el "trillu", y, claro está, seguiría haciendo normalmente todas las labores de la casa, ¡cómo no!, pues, ¿quién era ella para no hacer lo que todas las demás mujeres hacen en situaciones semejantes?. Incluso llevaría a su criatura, niño o niña, lo que Dios quisiera darla, bien envuelta en una manta y la dejaría en la lindera de la finca, como otras madres hacían, para hacer sus trabajos, sin perderla de vista, eso sí, por si alguna alimaña merodeaba por las cercanías. El cuévano para los niños muy utilizado en otras zonas de Cantabria, en Campoo no fue de uso generalizado.

Pasó el verano, pasaron otras Ferias y Fiestas de San Mateo, y llegó la hora.

Al igual que cuando ella nació, y tal y como su madre le había contado, eligió la mesa, en vez de la cama, para que su bebé viera la primera luz de su vida.

Todo salió bien, San Antonio había escuchado todos los rezos y súplicas de la abuela y para seguir con la tradición familiar, fue una niña, una niña hermosa, igual que lo había sido su madre y según lo que le habían contado también igual que su abuela materna.

Alguna vez Tomasuca, cuando daba de mamar a su niña, pensaba en aquella historia que una vez le contara su madre, de cuando una antepasada suya, criando como ella, a uno de sus hijos, tuvo que irse a Madrid como "ama de cría", para sacar adelante al resto de la familia.

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Estas "amas de cría" también denominadas "nodrizas", eran mujeres que amamantaban a niños ajenos, práctica que fue de gran trascendencia en otros tiempos y la Real Academia de la Lengua acuñó el término "hermano de leche" para los niños o niñas amamantados con respecto a los hijos propios.

Las "amas de cría" de Cantabria y por ello también las de Campoo, tuvieron gran prestigio en la Monarquía Española, y por lo general eran elegidas por la familia real para amamantar a sus infantes.

Estas mujeres, eran elegidas muy cuidadosamente por médicos expertos de la Corte entre las candidatas voluntarias. Todas ellas debían cumplir una serie de requisitos imprescindibles, como estar comprendidas entre una edad no superior a los 26 años ni menor de 19; gozar de buena salud y tener una buena conducta moral.

Se consideraba también como valor añadido que la candidata estuviera dando de mamar, en ese momento, a su segundo o tercer hijo y no haberlo hecho anteriormente con otros niños ajenos; las primerizas, eran rechazadas.

Fueron pasando los años y fueron viniendo los hijos, y con ellos más trabajo, más dedicación, más sacrificio... pero Tomasuca, nunca perdía la sonrisa bien dibujada, sana y abierta que siempre tuvo en su rostro.

Sus hijos iban creciendo siguiendo los pasos y ejemplo que con buen criterio, tanto ella como su padre y también sus abuelos maternos, les iban marcando, siempre en el respeto a los demás, amor en el trabajo y en el temor a Dios.

La hija primogénita, era como su madre, le gustaba mucho ir a la escuela y aprendía con facilidad las enseñanzas del maestro, que seguía siendo temporero.

Llegado el momento Tomasuca y su marido optaron por lo que consideraron lo mejor para su hija. Como en los asuntos económicos andaban un poco más holgados que sus padres, decidieron que la niña fuera a Reinosa a aprender a coser, a ser modista algún día y no seguir como ellos aferrada al terruño y al olor de las vacas.

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En Abiada, años 30.

...Y llegó la guerra, la guerra civil, la guerra más absurda de cuantas se han efectuado entre españoles: padres contra hijos, hermanos contra hermanos, amigos contra amigos, vecinos contra vecinos...

¡Cuántas ilusiones rotas!. ¡Cuánta juventud perdida!... pero esto es otra historia.

La Naval, por necesidades de armamento y construcción había aumentado su plantilla a 1.727 operarios y al terminar la contienda nuevamente la plantilla disminuyó. Anteriormente había sufrido una de las crisis más grandes de su historia y de 2.027 operarios en el año 1.931 bajó a 968 en 1.935.

Pasaron algunos años, difíciles, muchos pasaron hambre, el racionamiento, el estraperlo... se cerró la presa del pantano y aumentó la penuria para muchas familias campurrianas...

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La menopausia:

Momentos difíciles para la mujer son estos de pasar por dicha situación fisiológica, pero es un hecho natural inevitable y se debe de afrontar con la mayor serenidad posible y sin ningún complejo.

Muchas cosas habían cambiado en la vida de Tomasuca, incluso su propio nombre había cambiado, pues, la mayoría de la gente ya la llamaba por su nombre de pila, es decir, la llamaban Tomasa, la señora Tomasa, y eso mismo haremos nosotros a partir de ahora y nos olvidaremos del diminutivo de toda la vida.

Sus hijos iban creciendo, su marido y ella misma, iban echando canas, y lo que fue peor para ella, acababa de morir su padre.

Un mal trago para ella perder a su querido progenitor. ¡Cómo se acordaba ella con cierta frecuencia de los cuentos que les contaban a todos los hermanos acurrucados al calor de la lumbre en las largas tardes de los interminables inviernos campurrianos!, y que después se los contaba, con mayor entusiasmo si cabe, a todos sus nietos cuando iban a verle. Y qué orgulloso se sentía él, viéndolos crecer, tan sanos y tan rollizos.

El vestir de luto riguroso, como era preceptivo en la época, sobre todo en las mujeres, le puso a la señora Tomasa muchos años encima, pero su carácter no se vio afectado demasiado y adquirió, quizás, una más profunda personalidad en su aspecto general.

Aún no se había repuesto del todo por la gran pérdida de su padre y Tomasa veía como su madre se iba apagando día a día como una vela encendida que se acaba sin remedio...

Al fin, ocurrió, incluso antes de lo previsto, lo que es pura ley de vida, sin que nadie pueda evitarlo.

Varios años estuvo la señora Tomasa vistiendo de negro y el recuerdo de sus padres y también de su suegra, le ponían un poco triste, pero ciertamente, pronto recuperaba su rictus alegre, pensando que todos ellos habían sido personas de bien y así prefería recordarlos.

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Como era de esperar, su hija mayor la modista, se casó. Se casó con un oficial tornero de la Naval.

Corrían los años 50, una época de gran prosperidad para la fábrica y por añadidura para la ciudad de Reinosa, " por la buena cartera de pedidos de armamento y un gran pedido de proyectiles de 105 mm. y los plazos de entrega comprometidos fue necesario adquirir un tren de tornos automáticos, partiendo del redondo adecuado, laminado también en la propia Naval".

Como era también de suponer fijaron su residencia en Reinosa, en las casas denominadas de la Naval, cerca de la zona en donde se establecía el popular "mercau de los lunes".

La boda fue en el pueblo, y la novia vestía un precioso vestido blanco, pero ya no hubo ni roscos, ni tortos, ni sobaos; ni tampoco el oficial tornero pagó "la patente" a los mozos; la comida se celebró en un restaurante de Reinosa y no hubo tampoco la tradicional "tornaboda".

¡Ay si sus abuelos levantaran la cabeza!!, con las "escarpinás" que ellos hubieran echado al son de la pandereta!!. Hubo baile sí, pero esos bailes a lo "agarrau" y al son de una música moderna, con boleros y esas "zarandajas" (cosas sin valor y de poca importancia), que ellos no entenderían.

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Ser abuela:

¡Qué ilusión le hizo a la señora Tomasa la llegada de la cigüeña!. ¡Hasta parecía que le habían quitado años de encima!.

La abuela acertó en su pronóstico y todos los "gambitos" de color rosa que había hecho, para su nieta, sacándole tiempo al tiempo y a pesar de todas sus labores, acertó, porque llegó una niña que bautizaron con el nombre de María porque ya no estaba en uso poner a los neófitos el nombre del santo del día.

El bautizo fue pomposo, también en la iglesia del pueblo, con asistencia de familiares y amigos y con una buena comida, ¡pero ya no hubo "repelea" de caramelos ni confites para los críos y crías del pueblo!. Los tiempos iban cambiando.

Es un hecho cierto de que la felicidad nunca es completa y he aquí que la fatalidad hizo acto de presencia en casa de la señora Tomasa y un catarro mal curado degeneró en pulmonía aguda y en un santiamén la señora Tomasa pasó a incrementar la lista de las viudas del lugar y su indumentaria de "alivio" (vestidos grises para ir quitando el luto), pasó de nuevo al negro riguroso, porque ella quería seguir siendo fiel a las viejas costumbres. Luto que ya lo vistió de por vida.

Esta vez sí se marcaron en su rostro las huellas del sufrimiento por la pérdida tan grande.

Era la época en la que la señora Tomasa y su marido cumplirían sus "bodas de plata", pero ¡ qué lejos estaba ella de pensar en tales celebraciones!.

Desconozco si la señora Tomasa conocía o no las siguientes denominaciones para cada uno de los aniversarios de boda, pero el hecho es que ella y su marido, nunca los celebraron:

Primer aniversario = Bodas de algodón. Segundo aniversario = Bodas de papel. Tercer aniversario = Bodas de cuero.

Quinto aniversario = Bodas de madera. Séptimo aniversario = Bodas de lana.

Décimo aniversario = Bodas de estaño. Duodécimo aniversario = Bodas de seda.

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Decimoquinto aniversario = Bodas de cristal. Vigésimo aniversario = Bodas de porcelana. Vigesimoquinto aniversario = Bodas de plata.

Trigésimo aniversario = Bodas de perla. Cuadragésimo aniversario = Bodas de rubí. Quincuagésimo aniversario= Bodas de oro

Septuagésimoquinto aniversario = Bodas de diamante.

La ancianidad:

Antonia González de Izara, 1.922. Hilaria de Cos e Inés Iglesias de Abiada. Inés Narganes y Antonia Bravo de La Población, en 1.946.

La señora Tomasa, vio de nuevo modificado su nombre y ya era la "tía" Tomasa, en definición cariñosa que se utilizaba en los pueblos para los ancianos.

Ya se estaban introduciendo en el ámbito rural el cambio radical, que hoy se disfruta, con la llegada de la modernidad.

A la tía Tomasa le parecía mentira que en un espacio de tiempo tan corto, se hubieran producido tantos adelantos:

A la cocina económica se le agregaron los electrodomésticos; el arado romano dejó paso a la "vertedera" (arado metálico); la máquina de segar arrinconó al dalle; el agua corriente eliminó al cántaro; la nevera jubiló al botijo; apareció la olla a exprés...

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La vaca campurriana (hoy desaparecida) y la tudanca, dieron paso a otras razas de carne.

De la bicicleta se había pasado a la moto y de ésta al coche...

En las casas se empezaron a instalar los cuartos de baño y la "cilera" (canalillo transversal en la cuadra para recoger las moñigas del ganado cuando está estabulado) dejó de prestar sus servicios como water de los humanos.

Los curas se quitaron la sotana.

Llegó la televisión.

La píldora anticonceptiva desplazó al "metodo Ogino"(ley de Ogino-Knaus. Ley fisiológica debida a los ginecólogos Kiusaku Ogino y Hermann Knaus, según la cual la mujer sólo es fecundable durante un cierto periodo del ciclo menstrual, desde los tres días anteriores a la ovulación hasta un día después de ella).

La botica casera de la tía Tomasa:

Se sabe que la enfermedad más frecuente en la comarca campurriana eran los catarros y pulmonías, de aquí que nuestros antepasados tuvieran muchos remedios para combatirlos:

Cataplasmas de salvados y mostaza, también denominadas sinapismos. Papel de estraza empapado en petróleo. Yodo. Ventosas a base de una tira de guata que se prendía con alcohol en un vaso de cristal. Parche poroso...

Todo ello aplicado directamente sobre el pecho y costados.

Orégano en infusión. Higos cocidos en vino, ingeridos. Árnica, para golpes y torceduras. Aceite templado o leche recental de mujer, para el dolor de oídos. Aceite de ricino, palmil (aceite de ricino disfrazado) y té purgante, para las purgas. Sal de higuera, también para las purgas. Plantas silvestres para las almorranas. Leche fría para intoxicaciones y venenos ingeridos. Hojas de lanten, para purificar la sangre e infecciones de boca. Cortezas de nuez, para las heridas. Junciana (la raíz) en infusión con vino blanco, para abrir el apetito. Ajo y leche, para las lombrices, ingerido. Cardo de la arzoya, para las heridas, cicatrizante. Cascos de cebolla fritos y

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hojas de la materia, para los panadizos (infecciones de uñas), e infecciones por pinchazos. Poleo, en infusión, para la descomposición. Tiraña, la hoja tostada y hecha polvo con un poco de agua, ingerida. Regaliz, la raíz masticada, para el ardor de estómago. Te morado, para el hígado y vesícula. Vinagre, para úlceras de la boca y de los pies, aplicado sobre la herida. Amoniaco, para las picaduras de abejas. Barro arcilloso, también para las picaduras. Aceite de hígado de bacalao, como reconstituyente. Quina, y caldo de gallina, como reconstituyente para las recién paridas. Sopas de leche, aplicadas sobre bultos e hinchazones. Ajos de antosil, para la rotura de huesos, macerados en vino blanco e ingeridos. Corteza del árbol Quinina, para la fiebre. Salmuera, para la torcedura de tobillos o muñecas. Anís o ginebra, para los dolores de tripa. Saldeva, para la menstruación.

Otros remedios:

Para los sabañones, untarlos con ajo o mearse las manos. Para los orzuelos, frotarlos con un objeto frío. Para el dolor de muelas, ponerse frío. Para el sarampión, poner un trapo rojo en la bombilla o en la ventana. Para "la paletilla caída", origen de muchos de los males en tiempos pasados, en opinión popular, se colocaba un "pezgatu" (un componente de pez y tiras de trapo) para mantener en su sitio a la paletilla hasta que "pegara".

Y, muchas "recetas" más que se quedan en el tintero, pero a modo de recordatorio histórico, que no como remedio actual, ya que para eso está el médico y la medicina moderna, creo que la lista es suficientemente ilustrativa.

A la tía Tomasa, nunca se le pasó por la cabeza, la necesidad de ir a vivir sus últimos años a la Residencia de Ancianos, tan frecuente y necesario en los tiempos actuales para muchos de nuestros mayores.

En los años postreros que necesitó ayuda, la tuvo de otra de sus hijas que se quedó soltera y no había abandonado nunca la casa de sus padres. Pero es que además todavía no había calado en la sociedad en general y menos aún en la rural, la nueva filosofía aplicada para las personas mayores, y el concepto de unidad familiar perduraba con sus fuertes lazos de unión y convivencia, los cuales hoy se ven tan afectados por tantas y tan diversas causas.

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Fue una verdadera lástima que la tía Tomasa no pudiera ver graduarse en Medicina a la que fuera su nieta preferida. ¡¡La de hierbas, plantas, ungüentos y recetas mágicas que ella la hubiera enseñado para curar a sus enfermos!!.

Murió Tomasa en paz y en gracia de Dios, el día 12 de febrero de 1.978, a los 77 años de edad, y fue enterrada como era su deseo y como mandaba la tradición, en el camposanto de su pueblo, en una fosa hecha sobre la mismísima tierra. Q.E.P.D.

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Mariuca. La primera nieta de “la tía” Tomasa.

Al año siguiente del citado Primer Certamen de investigación sobre la Mujer Campurriana reflejado anteriormente y en espera de la segunda convocatoria, continué con el trabajo de investigación sobre la “Mujer campurriana” en el año 2.002, en la persona de MARIUCA, la primera nieta de la “tía” Tomasa, pero lamentablemente la convocatoria no se produjo y se quedó el trabajo en mi cajón de asuntos pendientes hasta este año 2.013 que he decidido sacarlo a la luz pública.

María de las Nieves Reinosa y Campoo, Nació en la capital campurriana el día trigésimo del noveno mes del año quincuagésimoquinto del siglo veinte (30-9-1955), en la clínica Nuestra Señora de Montesclaros, de la ciudad de Reinosa, bajo los rayos luminosos de luna clara, en una noche rasa de otoño con el mercurio del termómetro muy poco por encima de cero, como corresponde en tales fechas a una tierra de alta montaña como lo es el valle de Campoo.

Primogénita del matrimonio compuesto por Antonio Reinosa, oficial tornero en la Sociedad Española de Construcción Naval Factoría de Reinosa (la Naval) y de Encarnación Campoo, modista y sus labores de ama de casa.

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Eran sus abuelos paternos Quico el de la Rasa y su mujer Quica, también de la Rasa; y sus abuelos maternos el tíu Nisio y la tía Tomasa, campurrianos de arriba. Todos ellos modestos ganaderos y labradores de subsistencia.

La neófita fue bautizada en la pila bautismal de la iglesia parroquial de Reinosa, la iglesia de San Sebastián, justo una semana después de haber venido al mundo.

Dirigió la ceremonia bautismal el cura mayor de Reinosa, el carismático Don Olegario.

Creció Mariuca (diminutivo característico de toda la comarca campurriana), sana y feliz, bien alimentada con la leche abundante de la teta de su madre, que no abandonó hasta el año largo de edad y ya cuando los dientes de la niña lastimaban el pezón alimenticio, acompañado, eso sí, con buenos biberones adicionales de "pelargón" o similares.

Antes de los seis años de edad, reglamentarios hasta pocos años antes, fue la niña a la escuela, mejor dicho a las Monjas, o para ser más exactos al Colegio del Niño Jesús, que era su nombre oficial.

Este colegio de monjas, de gran arraigo en la ciudad y solo para niñas, estaba regido por las Hijas de la Caridad, y comenzó su andadura en la capital campurriana el día 22 de noviembre del año 1.893, en un edificio de la calle San Sebastián número 4, el cual fue demolido recientemente y en su espacio se ha construido un edifico moderno de viviendas particulares.

El primitivo edificio fue propiedad de don Juan Cieza, quien lo cedió al Ayuntamiento para ser utilizado como Alhóndiga Municipal (casa pública destinada para la compra y venta del trigo, y que sirve también en algunos lugares para el depósito y para la compra y venta de otros granos, comestibles o mercaderías).

Posteriormente, fue cedido a las Hermanas, ampliada y mejorado con una capilla costeada por doña Modesta Vara de Llaguzo.

En un principio se denominó "Asilo del Niño Jesús", porque en él se daba de comer a niñas pobres que asistían a las clases y bajo la máxima "Caritas Christi Urget Nos".

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Seis fueron las primeras Hermanas, que abrieron sus puertas, que llegaron a petición de la entonces Villa de Reinosa y por mediación de doña Adelaida de los Ríos Gamazo, con la subvención del Ayuntamiento y las cuotas de una suscripción particular. En 1.903, dejaron de percibir tales ayudas y tuvieron las monjas que sobrevivir con sus escasos ingresos.

En 1.936, y más concretamente el día 15 de marzo, las monjas tuvieron que abandonar el colegio por orden municipal y fue utilizado como cuartel republicano.

Al término de la guerra civil, retornaron las monjas y poco a poco fueron ampliando sus actividades bajo su lema "Fe, Cultura y Vida".

Además de clase primaria impartían clases de música, mecanografía, bordados...etc.

En 1.977, se trasladó el colegio a un nuevo edificio en la calle Peligros, construido sobre un terreno propiedad del Patronato de la Residencia de Ancianos de San Francisco, donado por don Julián Argüeso Terán y patrocinada la obra por don Emilio Valle Egocheaga. La primera piedra había sido colocada por el Alcalde de Reinosa, don José Antonio Estébanez el día 3 de abril de 1.971.

En este nuevo proyecto se instaló una guardería.

En fechas recientes el colegio se ha integrado al colegio San José regido por Hermanos Mennesianos de Instrucción Cristiana.

Los padres de Mariuca, tenían otras opciones para mandar a la niña a otras escuelas de Reinosa, pero quizás fue el aspecto religioso el que inclinó la balanza a favor del citado.

Entre estas opciones y a modo de ejemplo citamos:

- Escuela de niñas de la Obra Pía, creada y edificada, y a su costa, por don Manuel Antonio de Quevedo y su hermano José.

Comenzó a funcionar en el año 1.785, con el magisterio de su primera maestra doña Juana Vázquez.

Había niñas internas y todas ellas vestían uniforme. La admisión correspondiente corría a cargo del Ayuntamiento de acuerdo con unas normas establecidas.

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En la actualidad se denomina Colegio Público Concha Espina- Educación Infantil, ubicado en la plaza de la Fuente de la Aurora, anexo a la capilla de San Roque, que perteneció a la Escuela.

- Grupo Concha Espina, situado en la calle de este mismo nombre, en recuerdo de la gran escritora de Cantabria. El edificio principal fue construido en los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera, en el denominado "estilo montañés" del arquitecto don Leonardo Rucabado (1.875-1.918), y cuya inauguración oficial se efectuó el día 14 de abril de 1.931, coincidiendo con la proclamación de la II República.

- Escuela de la Villa, situada en la calle Ángel de los Ríos, cuyo edificio está utilizado en la actualidad como sede de varias asociaciones deportivas y culturales.

Se comenzó su edificación el día 21 de junio de 1.886, siendo inaugurado el día 15 de abril de 1.888 y ampliado en 1.961, como colegio de niñas de enseñanza gratuita.

A través de estas líneas quiero dejar constancia de la buena labor de muchas de las maestras que dejaron su huella, tales como la señorita Duque y Merino, hermana de don Demetrio, el gran escritor reinosano, fundador del periódico "El Ebro".

Quizás sea el momento para comentar que en toda la región campurriana, al igual que en toda Cantabria, hubo desde siempre una buena sensibilidad por la enseñanza, y es bien conocido que los índices de analfabetos de la región han sido siempre de los más bajos de España.

Decir también que los índices de analfabetismo en España, fueron siempre más altos en las mujeres que en los hombres.

Don Gaspar Melchor de Jovellanos (1.794-1.811), político, escritor y economista, Ministro de Gracia y Justicia con el rey Carlos IV, ya dijo en una ocasión:

"las fuentes de la prosperidad social son muchas pero todas nacen de un mismo origen, y este origen en la instrucción pública".

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En tales palabras expresaba Jovellanos - ver "Revista 8 de marzo", número 30 de 1.988, editada por la Dirección General de la Mujer de la CAM- uno de los principios ideológicos más novedosos de la Ilustración europea: la convicción de que el progreso de un pueblo era consecuencia directa de su nivel de educación: a mayor educación, mayor desarrollo, y por tanto, más alto grado de bienestar para la comunidad. Se trata, sin duda, de una de las más valiosas herencias legadas por los hombres y mujeres del siglo XVIII.

Así lo demuestra el hecho de que, desde entonces, todo Estado con voluntad de servir a la ciudadanía haya convertido a la educación en una de sus más sustanciales inquietudes.

La educación posee la trascendental peculiaridad de ser a la vez medio y fin, camino y meta. Por un lado, constituye una poderosa herramienta gracias a la cual los miembros de la comunidad logran adquirir los conocimientos y destrezas necesarios para el desarrollo de su vida laboral. Pero junto a ese carácter meramente utilitario, la educación se convierte en un fin en sí misma, puesto que gracias a ella podemos profundizar en nuestra propia naturaleza de personas, de seres humanos. A este ámbito es al que pertenecen el conocimiento y desarrollo de los más importantes valores de convivencia que aún seguimos expresando con los términos que hiciera universales la Ilustración: la libertad y la igualdad.

Libertad e igualdad son derechos inalienables, pero también - o precisamente por eso- una aspiración que hay que alcanzar con el esfuerzo individual y colectivo. La educación, en este sentido, reviste una importancia crucial: frente a los imperativos del egoísmo biológico, hemos de aprender a ser iguales, a respetar a las otras personas precisamente por el hecho de ser personas, al margen de sexo, ideología, creencia y cultura. Solo una relación igualitaria entre los seres humanos permite la existencia de un mundo justo, y solo en un mundo justo podremos ser libres.

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No hace falta, pues, insistir en la enorme importancia que nuestra sociedad debe conceder a la educación en la igualdad y el respeto. Representa, sin duda alguna, la mejor vía para luchar contra comportamientos y actitudes que atentan contra los más elementales principios de la convivencia, como ocurre en el caso de la violencia ejercida dentro del ámbito familiar o de pareja. Tras las todavía frecuentes situaciones de maltrato físico y emocional, siempre se halla una relación basada en la desigualdad, una relación basada en una concepción injusta y arbitraria del poder. Quien maltrata lo hace porque cree que la persona maltratada no es una persona de verdad, sino un mero objeto sobre el que disfruta de plena propiedad. Quien maltrata lo hace porque cree que tiene derecho a hacerlo.

Desde la Dirección General de la Mujer somos plenamente conscientes de la urgencia de destacar, en todos los ámbitos, el papel de la educación en la igualdad como un mecanismo idóneo para desterrar por completo actitudes tan indignas de una sociedad moderna que se encuentra en el umbral del siglo XXI. Solo la educación en igualdad nos permitirá vivir un mundo en igualdad".

La niña Mariuca, desde muy pequeña, tuvo una buena predisposición para los estudios y no fueron pocas las satisfacciones que proporcionó a sus padres con sus notas siempre brillantes.

De igual modo, siempre se despertó en ella una curiosidad innata por todos los asuntos relacionados con las medicinas caseras que con tanto aplomo y seguridad utilizaba su madre Encarna, cuyos conocimientos en el arte de curar, los había heredado de su madre la tía Tomasa, experta como pocas en toda la comarca en el uso de hierbas, plantas silvestres y remedios varios para cada una de las dolencias, golpes y torceduras.

A la edad correspondiente, los padres de la muchacha, bien aconsejados por todos los profesores que habían impartido su docencia en Mariuca y haciendo verdaderos equilibrios económicos a fuerza de coser muchas horas su madre y de hacer muchas horas extraordinarias su padre en la fábrica, la enviaron a estudiar medicina a Madrid, y a fe que vieron recompensados sus esfuerzos, ya que la estudiante, consciente de la plena confianza que todos habían depositado en ella, aprovechó concienzudamente el tiempo y obtuvo sus frutos con una carrera brillante, como lo habían sido sus estudios primarios.

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Aún tiene bien grabado en la memoria la muchacha reinosana, aquel su primer viaje en tren a la capital de España. Después de una larga noche en tren, la oscuridad nocturna fue cediendo poco a poco ante la luz del día. Poco a poco el tren arrastrado por su potente locomotora de vapor se iba acercando a su destino.

Llevaba Mariuca un buen control de las estaciones que se iban quedando atrás mirando muy atenta por la ventanilla, y ya con la luz neta de la madrugada escudriñaba lo que suponía serían los aledaños de la gran ciudad.

Por fin, de repente, tuvo ante sus ojos un cartel mágico y pudo leer con absoluta claridad: Madrid.

Aquel cartel, le pareció a Mariuca como un rayo de luz que iluminaba sus pupilas. Le dio un vuelco el corazón y notó profundamente su cutis de ave.

No era para menos la cosa. Estaba llegando a la capital de España. Convergencia de ideas. Encrucijada de culturas. Principio y fin de todas las cosas... imbuido en el ánimo y sentir de una campurriana que era la primera vez que efectuaba un viaje tan largo y tan comprometido.

Al bajar precipitadamente la escalerilla del tren y casi sin poder reaccionar ante la emoción que la embargaba, se vio envuelta en un auténtico mar de gente. Iban y venían a toda prisa. Subían, bajaban y cruzaban las vías. Tuvo entonces una extraña sensación. La pareció estar en un mundo sin orden ni concierto. En medio de aquel impresionante varullo recorrió con la vista un montón de anuncios y letreros que se sucedían unos a otros como empujándose para ocupar un sitio.

Al fin, la fortuna le acompañó y pudo leer: SALIDA. ¡Menos mal!. Respiró.

En el patio enorme de la estación tomó un taxi. El conductor, con su voz algo rota todavía por lo temprano de la hora, la preguntó:

- ¿Adónde?.

- A la calle de la Princesa. ¡Por favor!.

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En el breve recorrido que media entre la estación de Príncipe Pío y la citada calle, ya percibió Mariuca, los primeros impactos de la grandiosidad madrileña., pues a penas se puso el taxi en movimiento, ya tuvo ante sus ojos la maravillosa silueta del Palacio Real.

Aún no se había recuperado de la impresión cuando su vista chocó frontalmente con la impresionante silueta del “edificio España”, y allí mismo, justo a su lado, como guardián fantasmagórico la “Torre de Madrid”, el rascacielos más alto de Europa con estructura de cemento.

La voz concreta del taxista sacó a la muchacha de su estado de admiración por lo que estaba viendo.

- ¡Ya estamos en Princesa ¿A qué número?.

- Sí, sí, claro. Al número 29.

Inmersa en aquel espectáculo: Escaparates, carteleras de cine, bares... coches, guardias de tráfico, semáforos, peatones, más peatones... Mirando a todas partes impresionada y boquiabierta llegó muy pronto a su destino.

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Con su maleta en la mano, se dispuso a localizar el nombre de la fonda. Efectivamente, allí estaba, grabado en una placa de bronce entre un montón de placas más: "Fonda de Rosa - tercer piso". Para evitarse complicaciones de ascensor, optó por utilizar las escaleras. Llegó a recepción. Le hicieron el brevísimo trámite de identificación. El botones la acompañó hasta la habitación.

Por fin, estaba sola. En silencio. Estaba cansada. Se dio cuenta cuando sin mediar acción alguna, sin más, se echó tendida encima de la cama. ¡Qué atrás quedaba Reinosa!. Su silencio. El Cañón. La plaza. Los soportales de piedra. Cupido....!. Acababa de abandonarlo y le parecía un siglo.

Después de un rato de silencio, intuitivamente examinó la habitación. Una habitación para huéspedes estables que un amigo de la familia se había preocupado mucho en elegir cuidadosamente. Con un aprobado tácito se dispuso a organizar sus cosas. Como eran pocas, terminó enseguida. Eran las diez de la mañana.

Había comenzado para Mariuca una nueva historia.

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Gran impacto causó la presencia de la moza campurriana en la Facultad de Medicina de la Complutense Madrileña, en muchos de los estudiantes principiantes como ella, llegados de todos los puntos de España.

Lucía Mariuca una larga cabellera de color castaño brillante, ojos azules de color cielo y unas medidas adecuadas para su estatura de un metro y sesenta y seis centímetros. Juntándolo todo, una buena moza, muy atractiva y galana. Propiedades que en más de una ocasión la causaron algún que otro problema y tuvo que emplearse a fondo para "espantar moscones" que con frecuencia se le acercaban.

La plena dedicación a los libros de texto, primero por voluntad propia, pero también empujada por la responsabilidad que suponía ser pionera en la comarca en ir fuera de su entorno a estudiar una carrera superior a una universidad de tanto prestigio, ciertamente no la dejaban tiempo para pensar en novios de fin de semana y demás "zarandajas" que la distrajeran.

Mariuca se daba por muy satisfecha en esta parcela de la diversión, aprovechando a tope todas las romerías de verano que proliferan en la comarca de Campoo, en su época de vacaciones. Con su propiedad de buena estudiante, aprobaba en Junio y eso la permitía disfrutar de unas vacaciones siempre relajadas y sin la preocupación de los temibles exámenes de Septiembre o segunda oportunidad para los menos aplicados.

Se divertía de lo lindo en Requejo, el día de San Pedro en la bonita chopera en la mismísima orilla del río Ebro, en donde se tomaban las primeras cerezas de la temporada; en la típica romería de Santa Ana, en Fresno del Río, en la recoleta ermita de ese nombre, con comida en la amplia pradera de sus alrededores, envueltos en el inconfundible olor a churros, y el refrescante baño en la cercana y popular mina de Fontoria; la fiesta-romería de la Virgen de Labra, la gran romería de Campoo, patrona del valle de arriba, en el pueblo de Celada de los Calderones, con su enorme concentración de romeros en participación festiva; Nuestra Señora de Agosto en Nestares...

y la Ferias y Fiestas de San Mateo, en Reinosa, como broche de oro de sus vacaciones antes de regresar a la Villa y Corte a comenzar el nuevo curso.

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Nuestra estudiante en medicina siempre tuvo una gran admiración por el Doctor Jiménez Díaz, veraneante asiduo en el pueblo de Salces, en la Hermandad de Campoo de Suso, en la casa solariega de su mujer doña Concepción Rábago Fernández, mejor conocida por Conchita por las gentes más allegadas.

Conchita nunca perdió el contacto con su pueblo natal y todos los veranos, desde San Juan hasta San Mateo, pasaba sus vacaciones en la finca familiar.

El matrimonio, sin hijos, pasaban los veranos acompañados de sus sobrinos, algunos de los cuales han llegado a ser también médicos de gran prestigio, como el doctor Gregorio Rábago Pardo, fallecido prematuramente en 1.992, víctima del cáncer cuando se hallaba en plena progresión científica, con gran número de intervenciones quirúrgicas efectuadas en la Clínica de la Concepción de Madrid.

Don Carlos, se construyó una pequeña cabaña-choza de madera anexa a la finca, entre el río Ebro y la presa de un molino harinero próximo, a la cual se accedía por un ligero puente levadizo, manipulado solamente desde el lado de la cabaña, con lo cual el médico se aislaba sin posibilidad de comunicación,- en la época no existían los teléfonos móviles- en donde efectuaba el doctor muchos experimentos científicos.

Conchita, supo y quiso estar siempre al lado del médico eminente, y éste, en honor de su mujer, denominó a la clínica que el fundó como Clínica de la Concepción, ya citada.

El doctor Jiménez Díaz, fue una gran figura de la medicina clínica española y un buen conocedor de toda la medicina de su tiempo. Nació y murió en Madrid el día 9 de febrero de 1.898 y 18 de mayo de 1.967. Segundo hijo de cuatro varones del matrimonio Mariano Jiménez Hortés y Jacoba Díaz Benito, ambos de familias de labriegos de Albares y de El Molar, de la provincia de Madrid

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Clínica de la Concepción Monumento a Jiménez Díaz

Fue catedrático de Patología y Clínica Médica en la Universidad de Madrid; profesor en el Hospital Provincial de la capital de España; Doctor Honoris Causa de las Universidades de Lima, Oporto y Navarra; fundador del Instituto de Investigaciones Médicas y Biológicas del que fue director; fundador de la Clínica de la Concepción de Madrid...

El gobierno español le otorgó la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio; en 1.960 le fue concedido el Premio de Ciencias Médicas de la Fundación March.

Autor de varios libros sobre medicina, tales como "El asma", "Lecciones de Patología"...etc.

Gozó, el médico eminente, de una extraordinaria celebridad en

España y en el extranjero, como profesor, investigador y sobre todo como clínico.

Fue propuesto para el Premio Nobel de Medicina.

El Ayuntamiento de Reinosa, le ha dedicado un bello Paseo que lleva su nombre, situado al oeste de la ciudad, en la zona que otrora se denominara "La cuatropea", prolongación de la calle Peñas Arriba, que da salida hacia Campoo de Suso.

En su acera impar, se halla el popular paseo de San Francisco, hasta la Residencia de Ancianos de este nombre, antiguo Hospital ubicado en el convento que fundara en el siglo XVI don Juan de Rebolledo, vecino de Nestares, construido entre los años 1.514 y 1.517, cuya fachada principal, en estilo herreriano, lleva incorporados el

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escudo de San Francisco, la imagen de la Inmaculada Concepción y el escudo de armas de Rebolledo. Por la acera par se llega al Campoo de Santiago, antiguo lugar de celebración de las importantes ferias de ganado caballar en San Mateo, y que da cabida al campo de futbol del Naval, equipo más representativo de la ciudad de Reinosa, y más recientemente al Instituto Nacional de Enseñanza Media, el Instituto de Formación Profesional, la Residencia Juvenil Alto Campoo y un polideportivo.

Quien estas líneas escribe, tuvo la enorme satisfacción de conocer personalmente a don Carlos, charlar con él en diversas ocasiones y verlo jugar al mus con gran entusiasmo en la taberna del pueblo de Salces, vestido con su inconfundible pantalón de pana y una camisa a cuadros, que era su indumentaria más utilizada a diario durante todo el verano, y por supuesto a Conchita, mujer de carácter abierto y dialogante.

… y YA que de un médico ilustre vinculado con Salces y Reinosa hemos hablado, quiero citar también a don Gregorio Marañón Posadillo, médico ilustre, nacido en Madrid el 19 de mayo de 1.887, en donde murió el 27 de marzo de 1.960, muy vinculado a Santander por ser hijo de Manuel Marañón Gómez Acebo, natural de esta ciudad, y aparte de su ascendencia cántabra, pasaba sus vacaciones de verano en ella y fue también un colaborador importante con el Marqués de Valdecilla, en la fundación por éste de la Casa de Salud Marqués de Valdecilla.

Médico, Investigador biológico y catedrático.

Después de obtener en Madrid el título de Medicina se desplazó a Alemania y participó en tareas de investigación como discípulo de Ehrlich.

De regreso a España ejerció la medicina en Madrid y se dedicó a investigaciones biológicas. Fue catedrático en la Facultad de Medicina.

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En algunos momentos fue también un político destacado, pero sobre todo fue un hombre de ciencia, escritor y conferenciante ameno.

Su obra literaria es muy extensa con ideas nuevas. Ha escrito también diversas biografías: de Tiberio, del Conde-duque de Olivares, de Luis Vives …

Sus libros de medicina reúnen el rigor científico con la belleza de expresión.

Fue miembro de las Reales Academias de Medicina. Ciencias. Historia. Bellas Artes de San Fernando y de la Lengua.

En 1.924 fue nombrado presidente del Ateneo de Madrid. Doctor Honoris Causa por la Sorbona. La Legión de Honor es alguno de sus galardones.

El día 1 de Junio de 1.970, se inauguró en Madrid un monumento dedicado a su memoria, obra del escultor Pablo Serrano. Situado en la Ciudad Universitaria, junto a la Facultad de Medicina, costeado por suscripción popular.

María Luz del Valle. Es otra conocida e ilustre dama reinosana, hija de don Emilio Valle Egocheaga, gran benefactor de la comarca.

Casada con don Carlos Arias Navarro, Presidente del Gobierno tras la muerte de don Luis Carrero Blanco, santoñés.

Con el aporte económico de doña María Luz, fue posible la reconstrucción y ampliación de la Residencia en 1.975 y que ella misma inaugurara el día 25 de febrero de ese año, después de que la casa sufriera un pavoroso incendio el trágico día del 23 de febrero de 1.973 y quedara totalmente destruida.

Todos los ancianos residentes fueron trasladados al colegio de la Sagrada Familia en el pueblo de Argüeso, propiedad del Obispado de Santander que lo cedió generosamente.

Inmediatamente se procedió a la reconstrucción de lo destruido, así como la construcción de un nuevo edificio anexo.

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Maria Luz del Valle; Justo Martínez… en inauguración Residencia San Francisco 25 febrero 1.975

Hemos citado en varios ocasiones al pueblo de Salces, pueblo situado en el centro de una amplia planicie a tres kilómetros de Reinosa, en la carretera a Espinilla, y al pié mismo de la Guariza, emblemático monte de hayas esbeltas, con dos puentes sobre el Ebro, que pertenecieron a la vía IV Iniecta Glarea romana, y que toma nombre por la abundancia de salceras existentes en la orilla del río más importante de España, pero sobre todo cuna de otra ilustre dama:

doña Bernarda Tagle Seco, monja, que llegó a ser Abadesa el día 4 de julio de 1.864 en el Real Monasterio de Las Huelgas de Burgos, en el cual había ingresado el día 29 de abril de 1.830, cuando aún no había cumplido los 16 años de edad.

Hija de Diego Tagle, natural de Reinosa y de Tomasa Seco, natural de Matamorosa, pertenecientes a una familia distinguida.

Nació en Salces, el día 23 de julio de 1.814.

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Mujeres de Salces lavando en el Ebro a mediados del s. XX

Una de las pasiones de Mariuca, aparte claro de los asuntos relacionados con la medicina, hay que encuadrarlas en esa parcela que se refiere a la investigación gozosa sobre la vida y obra de la mujer campurriana.

Gran sorpresa le causó a nuestra protagonista cuando leyó en uno de esos libros que recogen los avatares y "modus vivendi" de nuestros antepasados cosas como éstas:

"Según las descripciones históricas, las mujeres cántabras tuvieron una importancia considerable y funcionaban en régimen de matriarcado, ellas cultivaban la tierra y participaban en las batallas.

La mujer era propietaria de la tierra; el hombre daba dote a la mujer, las herencias eran para las hijas y las hermanas buscaban las esposas a sus hermanos.

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Existía el sistema de "avunculado", por el cual, el padre no tenía potestad sobre sus hijas y era el tío materno el que la ejercía...

Pero lo que más le sorprendió a Mariuca fue cuando leyó la siguiente afirmación:

Cuando una mujer cántabra daba a luz, se ponía en práctica la "covada", una costumbre descrita por el historiador griego Estrabón, por la cual, el marido se acostaba en la cama y gemía como si estuviera enfermo, y la mujer le cuidaba, junto al recién nacido, durante varios días".

Como complemento a estos datos históricos quiero reproducir seguidamente un trabajo titulado "Las mujeres en Cantabria en la época del Fuero de Santander", efectuado por Ángela Muñoz y Cristina Segura, de la Universidad Complutense de Madrid, que dice, entre otras cosas, lo siguiente:

"En la presente comunicación pretendemos plantearnos la problemática derivada de la situación de las mujeres en las tierras cántabras en un momento muy concreto: la época en que se promulgan el Fuero de Santander y toda serie de Fueros locales coetáneos que se dieron a los lugares vecinos en los últimos años del siglo XII y primeros del XIII.

El primer problema que nos encontramos reside precisamente en el silencio casi absoluto que todos los Fueros cántabros guardan con respecto a las mujeres. Esto nos indujo a preguntarnos cómo era posible que la legislación se diera no teniendo en cuenta a un grupo que, ineludiblemente, forma parte de la población: las mujeres.

La no referencia a algo, en un lugar donde puede y debe tenerse en cuenta este algo, es decir, el no legislar sobre las mujeres, se debía a algún motivo y manifestaba un estado de opinión. ¿Cuáles eran las causas por las que no se hacía referencia a las mujeres en la legislación del Pleno Medievo en Cantabria?. ¿Qué representaba el silencio del Fuero de Santander en este tema al cual los fueros de otros lugares prestaban atención suficiente?...

Considerando a Cantabria como unidad geográfica de referencia aplicada al estudio de la historia de las mujeres, se ha de hacer notar la falta de estudios concretos que nos aporten luz sobre este pormenor. Tal vacío se ha venido a llenar con la

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argumentación de las pervivencias matrilineales que parece existieron en la sociedad cántabra desde tiempos remotos.

Estrabón, en su Geografía, cuando trata de la zona norte de la Península, resalta especial situación que gozaban las mujeres entre los pueblos cántabros que aquí habitaban. Sin duda, Estrabón, acostumbrado al sometimiento total de las mujeres a los hombres, en las sociedades clásicas, griega y romana, se asombraba más de un pueblo en el cual pervivían fuertes rasgos de matrilineales y en el cual las mujeres tenían una actuación importante y libre. Esta condición de autonomía e independencia de las mujeres se daba en la zona cántabra por las dificultades de supervivencia que aquí había.

Los restos de matriarcado que perduraban en la zona, mientras que en las tierras más meridionales ya había un patriarcado consolidado, se deben a que las sociedades mediterráneas, aparte de ser más evolucionadas que las de Cantabria, tenían un mayor desarrollo económico. En el Sur no se requería en tanta medida como en el Norte, la colaboración de las mujeres en la producción, por tanto, no era necesario que gozaran del protagonismo que las mujeres tienen en una sociedad matriarcal o en la que perduran restos de matrilinealismo.

...

Según las normas dictadas por Alfonso VIII muy escasa debía ser la presencia de las mujeres en la sociedad cántabra en los siglos XII y XIII. Las distintas disposiciones que pretenden ordenar la vida en Santander o en Santillana eluden cualquier referencia a las mujeres. Las normas están dictadas únicamente para los hombres.

....

Este silencio del Fuero de Santander sería más notable en el caso que en estas tierras perviviera una cierta tradición matriarcal, como defienden varios autores. La existencia del matrilinealismo es irrelevante para el caso que nos ocupa y, por otra parte, difícil de constatar. Lo cierto es que las mujeres de Santander parecen quedar olvidadas cuando se inicia el despertar económico de su ciudad y se crea una burguesía próspera, por este motivo, como en toda sociedad burguesa, las mujeres no reciben un apoyo legal a su situación, sino que mantiene su participación en la producción en una cierta precariedad, situación idónea para que según los casos y las necesidades las mujeres logren mayor o menor protagonismo".

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Mariuca, sí sabía mucho sobre la vida sacrificada y austera de la mujer campurriana, sobre todo lo sabía por vía directa de su abuela materna, con quien había hablado mucho y en muy diversas situaciones, cuando era niña ya que era su abuela preferida y viceversa, y pasaba en el pueblo con ella buena parte de sus vacaciones de verano, porque, entre otras cosas la agradaba muchísimo ir al campo y andar en el "trillu" los días de faena.

Su abuela Tomasa, le había contado con todo detalle, su perfil personal con todos los aditamentos propios de una mujer de pueblo que había nacido a principios del siglo XX recién concluido, cuando la vida en los pueblos estaba cargada de tradiciones ancestrales, se hacía la comida en una lumbre hecha sobre el suelo, se comía a "cocinu" (todos en el mismo plato) y se utilizaba la cuadra como cuarto de baño, en las casas rurales.

Le había contado también su abuela con todo lujo de matices que ella vino al mundo sobre la mesa de la cocina con la ayuda de la partera del pueblo; que a los seis año fue a la escuela, con un gran berrinche por cierto, en donde aprendió las cuatro reglas, un poco de dictado y otro poco de geografía e historia bajo la enseñanza de un maestro temporero (un hombre sin título que era contratado por temporadas por el concejo del pueblo); que cuando la llegó la primera regla se llevó un gran susto y que tenía que lavarse los "paños" utilizados para utilizarlos de nuevo; que se echó un novio a su gusto, que luego fue el abuelo Nisio, pero que tuvo que superar uno de los inconvenientes de su pretendiente ya que era hijo de soltera; cuando se casó, sus padres hicieron una bonita fiesta de boda y también la tornaboda del día siguiente; cuando nació su primera hija, la que sería su madre Encarna...etc.etc.

Mucho le habló su abuela sobre las fiestas y tradiciones de la comarca que con tanto orgullo mantienen vivas los campurrianos fundamentalmente mantenidas y transmitidas a las nuevas generaciones por parte de las mujeres.

Tradiciones tan arraigadas en la tierra campurriana que muy bien se las puede calificar como verdadera y auténtica carta de identidad de toda la comarca.

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Espinilla, la fragua y la bolera

Cuánto disfrutaba Mariuca cuando su madre la vestía con el traje regional el gran día de San Mateo, el Día de las Cantadores (hoy día de Campoo considerado de interés turístico nacional).

Qué guapa estaba la niña con su Camisa de corte cuadrado, en lino gordo, con mangas anchas; Jubón ajustado al cuerpo bajo un pañuelo de seda; Chaquetilla con abrejones dorados; Saya de bayeta fuerte de un color; Manteo de lana batanada, largo hasta los tobillos y que según la temperatura se usaban uno, dos y hasta cuatro, de color azafranado, verde, pimentón...;

Medias de lino; Escarpines y albarcas de pico vuelto o zapatos con hebillas grandes; Moño (castaña) o trenzas largas; Pañuelo de seda o percal anudado arriba o por debajo de la barbilla; Mantilla orlada de terciopelo.

Y bien que presumía ella con la compañía de su primo con su Camisa de lino y cuello acantonado hasta las orejas, mangas ondulantes y lorzas en la pechera; Chaleco de paño con solapas grandes y cuello como la chaqueta; Chaqueta de paño

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gordo, corta por detrás, cuello vuelto, solapas grandes y botones de metal; Pantalón del mismo paño que la chaqueta hasta debajo de la rodilla, con cuatro botones y atados a las corvas; Gorro "picota" de paño pardo o negro con orejeras y atado por debajo de la barbilla; Escarpines de lengüeta alta y medias de lana; Albarcas o zapatos de piel de becerro con hebillas.

Y como complemento lo que más le gustaba a Mariuca, el "palu pintu", de acebo, que su primo manejaba con gran soltura, "arma de lujo" de todo galán campurriano, bien pintado al humo, con detalles decorativos hechos a punta de navaja, a base de grecas y figuras geométricas al gusto personal de cada uno.

Ya de moza, estudiante de medicina en Madrid, como sabemos, tuvo Mariuca la oportunidad de visitar el Museo del Pueblo Español, creado por un campurriano, don Luis de Hoyos Sainz, hijo de una hermana del gran pintor de Matamorosa Casimiro Sainz.

Este Museo tiene su origen en la Exposición del Traje Regional celebrada en el Museo de Arte Moderno en 1.925.

Hasta 1.940, fue denominado Museo del Traje, pero con la ampliación de modelos y obras se le puso su nombre actual.

Lo más importante de su colección, son los trajes regionales que componen una de las mejores colecciones de esta clase que existen en España.

En la actualidad se ha enriquecido el Museo, con cerámicas, vidrios, elementos de la industria textil popular, orfebrería popular, alfarería, objetos religiosos, amuletos...etc.

En esta visita pudo informarse Mariuca acerca de la indumentaria popular, y no podemos explicar con palabras lo mucho que disfrutó, primero recordándose a sí misma las muchas veces que había presumido por las calles de Reinosa con su traje de campurriana hecho por su madre y también recordando a su madre modista cosiendo, en tantas ocasiones, prendas similares a las que estaba contemplando.

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Pudo también entender que la indumentaria es uno de los signos externos que imprimen carácter a los pueblos, y que las formas y modos de vestir marcan diferencias.

Estas formas y modos diferentes en el vestir, han estado siempre condicionados por diversos factores, el grado de cultura, el clima, gustos estéticos, normas morales y también las influencias que ejercen las estructuras económicas y sociales del entorno.

En el vestir popular y rural, la evolución ha sido muy lenta a través de los años, incluso de los siglos, ya que en vez de ir obedeciendo a las exigencias de la moda, han ido cristalizando y perpetuándose los elementos antiguos con algunas aportaciones modernas.

Todas estas circunstancias han motivado que existan una riquísima variedad de tipos y modelos, y bien se puede decir que cada comarca o región tiene su propio estilo y su traje regional. La comarca campurriana es un buen ejemplo de estas palabras.

Existe también la diferencia entre ciudad y medio rural y entre el traje festivo y el de trabajo.

En opinión de los eruditos en este tema, fue entre últimos del siglo XVII y principios del XVIII, cuando se produjo un gran cambio en las modas campesinas y es a partir de aquí cuando empieza a tomar cuerpo lo que hoy conocemos como Traje Regional.

Se sabe también que la ropa interior, -camisetas, bragas, canzoncillos....-, no se utilizó hasta el siglo XIX. Hombres y mujeres iban siempre a lo que se denominó "cuerpu libri".

Los trajes campurrianos descritos, responden a las características generales que ya eran conocidas con mucha anterioridad al citado siglo XVII, es decir, colores sobrios, pocos adornos, calzado de madera y paños burdos del valle, hechos de lana y lino, tejidos a mano.

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Y ya que de cultura tradicional hablamos, es de justicia reconocer la gran labor, imprescindible labor de las mujeres como correa de transmisión de generación en generación, como ya antes hemos apuntado, de todo el saber de los pueblos.

Es un hecho cierto y contrastado que han sido y siguen siendo las mujeres, las verdaderas artífices de la difícil tarea de mantener vivas las tradiciones, o dicho en otras palabras de toda la cultura tradicional acumulada durante siglos, generación tras generación, y que como se sabe, es la esencia misma de los pueblos, ya que dicha cultura emana de la propia inventiva del pueblo y el peso de las tradiciones es el espíritu de cada época, sus usos y costumbres, inspirado también en la naturaleza misma, y, como ya decía Epicteto, filósofo estoico un siglo antes de Jesucristo, nacido en Hierápolis (Frigia), llevado a Roma como esclavo, liberado por Nerón, en una de sus obras "Manual de Epicteto":

"Engrandecerás a tu pueblo, no elevando los tejados de sus viviendas, si no elevando las almas de sus habitantes".

Porque, quién no vibra y se le eleva el alma, e incluso se emociona oyendo sonar las voces recias a una sola voz de nuestras "rondas de mozos"?, o viendo bailar una jota campurriana al son alegre de las panderetas o al sonido dulce y melódico del rabel?. Quién no se chupa los dedos degustando unas patatas con costilla a la vieja usanza de Campoo?...

Ronda de mozos cantando en San Mateo en la Plaza Mayor de Reinosa

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Ronda de mozos de Camino el día de Campoo, 1.953, en el campo del club deportivo Naval

La mayoría de las mujeres campurrianas, han ido tejiendo de generación en generación, calladamente y con toda dulzura y amor, el manto que iba arropando y manteniendo en toda su pureza, las costumbres y tradiciones de sus mayores y las iban inculcando fielmente a sus descendientes, pero también ha habido otras muchas que lo han puesto en práctica públicamente, en la fiesta del pueblo o en un escenario en las ferias y fiestas de San Mateo, en Reinosa, para goce y disfrute de miles de espectadores.

Alguien me ha contado, muy próximo a Mariuca, que el día que la entregaron el correspondiente título acreditativo, como licenciada en medicina, sus primeras palabras de agradecimiento, aparte de las dedicadas a sus progenitores por tantos desvelos y sacrificios sufridos para que ella pudiera estar en aquellos momentos pronunciando lo que fueron sus primeras palabras en público y con un título tan

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importante en la mano, fueron para su queridísima abuela Tomasa - que en paz descanse-, que tanto había influido en ella cuando era pequeña para que se hiciera médico, una profesión, en palabras de la abuela, noble y fantástica por lo mucho que tiene de entrega a los demás, y lo que es más importante, para disminuir al prójimo, en lo posible, sus muchos sufrimientos físicos y hasta morales.

Lo mismito que ella misma había efectuado altruistamente durante toda su vida, con sus hierbas, plantas silvestres y demás remedios caseros, pero ahora ella con tantos adelantos y tanta técnica, se veía obligada a multiplicar los efectos beneficiosos de la medicina moderna.

!Cuántas veces se recordaba Mariuca de las curas que su mamá le aplicaba a su papá, cuando cogía catarro!.

La parecía estar viendo a su madre preparar los "potingues" cada vez que el catarro aparecía, a base de cataplasmas de salvados y mostaza, también denominadas sinapismos, o el papel de estraza empapado en petróleo, o yodo, o ventosas a base de una tira de guata que se prendía con alcohol en un vaso de cristal. También se recordaba, cómo no, de los "aullidos" que daba su padre cuando llegaba el momento de aplicarlo sobre el pecho y costados.

Pero, a decir verdad, también se sorprendía viendo como aquello surtía efectos y su padre mejoraba.

Siempre tuvo ella muy grabado, también, en su memoria, cuando una vez tenía un fuerte dolor de oídos y su madre la llevó a casa de una vecina que acababa de tener un bebé para que la recién parida la echara un poco de su leche en los oídos doloridos.

Y lo mal que lo pasaba ella cuando tenía que tomarse aceite de ricino, con su desagradable sabor, para la tripa o ajo con leche para las lombrices.

También hay que decir que la hacía muchísima gracia cuando se hacía alguna herida o rasguños y la llevaban a casa de la abuela al pueblo para que el perro la lamiera la herida porque la lengua de los perros es un buen desinfectante.

Una de las actividades de nuestra doctora en medicina, fuera de sus obligaciones como profesional destacada en la ciencia de curar enfermedades, que comenzara

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hace miles de años entre los hombres primitivos tras la noción del mal físico y que se enriqueció luego con la experiencia de los medios usados para recuperar el estado de salud, es su destacada militancia altruista en esa difícil pero meritoria tarea de trabajar y hacer cosas en pro de reconocer a la mujer sus indiscutibles derechos de igualdad de oportunidades como las que dispone el hombre.

En este sentido comparte plenamente la iniciativa de la Concejalía de Asuntos Sociales de la Mujer del Excelentísimo Ayuntamiento de Reinosa que ha creado el "Premio de Investigación a trabajos relacionados con la mujer campurriana", en combinación con la Dirección General de la Mujer, del Gobierno de Cantabria, y de acuerdo con los

compromisos adquiridos en la IV Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre las mujeres, celebrada en Pekín en 1.995, y el IV Programa Europeo de Acción Comunitaria para la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres (1.996-2.000), rubricado por los 15 países de la Unión Europea, a cuyo respecto, el Gobierno de Cantabria aprobó el 28 de mayo de 1.998, el II Plan de Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres de Cantabria (1.998-2.001) para promover la incorporación de la mujer en todos los ámbitos de la vida social, política y laboral.

Hace unas pocas fechas, en una de las conferencias pronunciadas en La Casona de Reinosa sobre este tema, tuve la enorme satisfacción personal de cambiar impresiones con Mariuca, sobre este interesante asunto y me comentaba con agrado el enorme avance de la mujer actual en este sentido y manejaba en su fluida conversación infinidad de datos estadísticos que así lo demuestran, con la convicción por otra parte de que aún queda mucho por hacer y mucho camino por andar, ya que el 40 % de la mano de obra mundial, me decía, es femenina, porcentaje que se reduce hasta el 3 % en el caso de las mujeres que ocupan puestos de poder, según un informe publicado por la Oficina Internacional del Trabajo en Roma.

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La mano de obra femenina "de elite", se concentra solo en algunos sectores como la distribución y venta, la industria hotelera, los servicios sanitarios y las empresas alimenticias.

Las diferencias con el mundo masculino son aún evidentes al recordar que por cada seis mujeres que tienen trabajo hay casi nueve hombres con un empleo, según la misma fuente. De igual modo existen muchas diferencias en el uso del tiempo, así por ejemplo, en el trabajo doméstico una mujer emplea más de siete horas y media y el hombre emplea solo tres y media; en el tiempo libre la diferencia es igualmente notable, pero esta vez a favor de los hombres, ya que la mujer dispone de ocho horas y el hombre pasa de las diez horas.

Otro ejemplo lo tenemos en la lucha por la igualdad jurídica de la mujer, en opinión de doña María Telo, abogada, fundadora de la Asociación de Mujeres Juristas y miembro de la Comisión de Codificación del Ministerio de Justicia, una de las mujeres juristas que ha trabajado mucho para conseguir las leyes que situaron a la mujer en igualdad jurídica frente al hombre, en los últimos años del franquismo y primeros de la democracia, nos dice que fue el año 1.958, el año que se llevó a cabo la primera reforma seria con respecto a la familia del Código Civil. Fue muy deficiente, pero fue la primera.

Entonces la mujer casada nunca los tenía, hasta que se moría el marido.

La mujer soltera tenía capacidad jurídica y tenía todos los derechos, menos ser tutora y testigo en testamentos. Podía comprar, podía vender, podía abrir cuentas... Lo único que no podía hacer era abandonar el domicilio de los padres antes de los 25 años de, a no ser para casarse o para hacerse religiosa. Y esa una de las primeras cosas que modificamos a través de Belén Landáburo, que era procuradora en Cortes, a partir de 1.969. Pero era la casada la que no tenía derechos, y como la mayoría se casan, pues el problema era muy grave.

En aquella época, cuando una mujer quería separarse de su marido no podía abandonar el domicilio libremente, sino que era depositada en casa de sus padres, como si fuese un objeto, y el marido quedaba dueño del hogar y con la patria potestad sobre los hijos, excepto de los menores de siete años, que se iban con la madre.

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La mujer necesitaba la autorización del marido para vender, mientras que el hombre, hasta entonces, podía vender los suyos propios y los gananciales sin ninguna limitación.

Volviendo al valor frío de la estadística, bien podemos decir que a pesar de los avances experimentados en los últimos tiempos, persisten desigualdades evidentes hacia las mujeres, tanto en el área privada como en la pública, y todos los indicadores objetivos de desigualdad coinciden, tanto en la población española en general como en la campurriana en particular.

Después de un buen rato de estar hablando Mariuca, se disculpó:

- Perdone, que llevo ya varios minutos que solo hablo yo, pero es que en este tema, hay tanto que hablar y resolver!. Aunque ciertamente, las cosas van cambiando, aunque sea poco a poco.

- ¿ Y qué me dice, la pregunté con curiosidad, de la cantidad de páginas que han sido escritas sobre las mujeres, por muchos de los hombres-estrella a través de los tiempos, claramente rechazables por su contenido misógino?.

- Es verdad, son líneas que hoy son netamente rechazables, y producen hilaridad, pero ahí están escritas para asombro de casi todos, ya que a juzgar por la conducta irracional que muchos siguen todavía en la actualidad, el tema sigue sin resolverse.

Ambos hicimos un repaso mental y salieron a la palestra las siguientes:

En opinión de don Pancracio Celdrán, doctor en filosofía y letras por la Universidad Complutense de Madrid, y que recoge en una de sus obras, uno de los documentos más antiguos sobre la mujer y más claramente misóginos es el poeta griego Semónides de Amorgos, del siglo VI a.de C., que dice:

"Cuando crearon los dioses a la mujer, al principio solo la dotaron de cuerpo porque creyeron que no necesitaba nada más.

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Luego se compadecieron y ensayaron un alma para ella.

A la primera mujer hicieronle un alma con una porción de cerdo. A la segunda, un alma con una mezcla de zorra y perra, y así fueron probando. A la sexta mujer la confeccionaron un alma a base de orejas de asno y rabos de gato ... y a la décima un alma con miel de abejas, por eso ¡pobre del hombre a quien le toque una mujer de estas últimas!.”

Otro poeta lírico griego, Anacreonte, contemporáneo de Semónides de Amorgos, en una de sus "Odas a la belleza", dice:

"Zeus, concedió los cuernos al toro, los cascos al caballo, las patas ligeras a la liebre, la boca de dientes armada al león, las espinas a los peces, las alas rápidas a los pájaros y al hombre la razón (para que se defendieran). Nada le quedó para ser concedido a la mujer, y entonces le otorgó la belleza para que dispusiera de ella. He aquí por qué una mujer hermosa vence incluso al hierro y al fuego".

El mundo griego, tuvo a la mujer en una pobre opinión, si bien es cierto que Platón proclamó que la igualdad entre hombres y mujeres es cosa de toda justicia, pero se impuso el pensamiento de Aristóteles (discípulo de Platón), para quien la virtud de la mujer y su verdadero cometido estriba en obedecer al varón.

Eurípides, dando una de cal y otra de arena dice:

"No existe nada peor que una mala mujer, pero tampoco cosa mejor que una buena mujer".

Aristófanes por su parte, escribe:

"No es posible vivir con las malditas mujeres, pero tampoco sin ellas".

Más tarde los romanos intentaron elevar a las mujeres, pero solo se quedó en la intención, ya que cuando efectuaron el primer censo de Occidente, en el siglo I a.de C., se las incluyó en el pecuario, es decir, como unas bestias más de carga, salvo que estuvieran en disposición de heredar grandes fortunas.

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Solamente Séneca, estuvo a su favor, y dice:

"Las mujeres son tan capaces como los hombres, y algunas mucho más".

Desgraciadamente esta visión inteligente del sabio español al servicio de Roma, tuvo poco éxito.

El Cristianismo, a este respecto, heredó parte del pensamiento clásico y parte de la visión bíblica, así, en el "Libro de los Proverbios" se lee:

"La belleza de una mujer fatua es como sortija de oro en el hocico de un cerdo; corona de su marido es la mujer hacendosa, como es carcoma de los huesos de su esposo la mujer de malas costumbres".

San Pablo en su "Epístola a los Efesios", les dice:

"Las mujeres estén sometidas a sus maridos como si éste fuese el Señor, porque el marido es cabeza de la mujer como Cristo es de la Iglesia".

¿Quizás por esa convicción del Apóstol de los Gentiles, hayan ido de cabeza las mujeres a lo largo de la historia?.

Después de este recorrido muy rápido por la literatura antigua, seguimos ahondando en una reflexión sobre lo que supone el amplio universo de la mujer, y tratamos de hacer una incursión, aunque fuera brevísima, en la historia de los disparates que sobre tan importante universo se han dicho y escrito, incluso ya en tiempos modernos, y este fue el resultado:

Es un hecho cierto que la tendencia misógina fue subiendo de tono en la escala de la estupidez, y así en el siglo VII San Máximo escribe:

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"La mujer que sale rebelde es tormento de la casa; naufragio del hombre; estorbo del sosiego; cautiverio de la vida; daño continuo y guerra voluntaria; fiera doméstica disfrazada de veneno, y mal necesario".

Ya en tiempos mucho más cercanos, sabemos que Cervantes tiene del tema una visión mezclada. Por un lado dice que la mujer es objeto de toda cortesía, pero por otro resurge en él la tradición misógina y pone en boca del padre espiritual de doña Dulcinea del Toboso, lo siguiente:

"Opinión fue de no se que sabio que no había sino una sola mujer buena; y daba por consejo el sabio que cada hombre pensase que era la suya, y así viviría contento".

Para Quevedo "La mujer que dura más de un mes se convierte en plaga".

El poeta Ambrose Bierce, proclama:

"¡Las mujeres!. ¡Quien pudiera caer en sus brazos sin caer en sus manos!".

Bernard Shaw, sentencia:

"La mujer espera al hombre como la araña a la mosca".

La lista de esa furia misógina, sería larguísima, así que la mujer podría esgrimir un montón de agravios en busca del arrepentimiento público del hombre por su comportamiento.

En fin, como la conversación se alargaba, dejamos ahí la lista, en el convencimiento de que es mucho más larga, pero sí queda lo dicho como un buen botón de muestra.

A los pocos días de esta interesante conversación con la ilustre campurriana, pude leer en un libro publicado de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación del año 1.920, y más en concreto su publicación número XXII, sobre Beatriz Galindo La Latina, profesora de latín de la reina Isabel la Católica, que casualmente cayó en mis manos, lo siguiente:

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"No, ni letras, ni ciencias, ni artes, ni oficios, en aquella proporción y medida que no dañen a las características esencias del sexo, han de reputarse inabordables para la mujer, "salva rerum substancia", no hay razón para monopolios masculinos.

Prácticamente, necesidades de la vida han ido resolviendo el conflicto en la casa obrera, donde frecuentemente son los dos cónyuges los obligados a ganar el pan, sin que por eso el amor deje de alegrar las escaseces de la miseria e inundar con fecundo rayo de luz los ordinariamente prolíficos hogares. Y esas exigencias de la realidad van ascendiendo día por día en todas las escalas sociales, cada vez más invadidas por apremios y requerimientos de bienestar, a los cuales no siempre puede satisfacer la labor del marido.

!Cuán lejos aquella sociedad de la que Fray Antonio de Guevara (1.480-1.545), confesor, predicador y cronista de Carlos V, escritor y prelado, perteneciente a la Orden Franciscana, obispo de Gyuadix y Mondoñedo, reflejaba con tal justeza de frase la división del trabajo entre los casados!:

"El oficio del marido, decía, es ganar hacienda; y el fin de la mujer, allegarla y guardarla.

El oficio del marido es andar fuera a buscar la vida, y el de la mujer es guardar la casa.

El oficio del marido es buscar dineros, y el de la mujer es no malgastarlos.

El oficio del marido es ser señor de todo, y el de la mujer es dar cuenta de todo.

El oficio del marido es despachar todo lo que es de la puerta afuera, y el de la mujer es dar recaudo a todo lo de dentro de la casa.

Finalmente, digo, que el oficio del marido, es granjear la hacienda, y el de la mujer es gobernar la familia".

Siguiendo con nuestra animada charla, me atreví a comentarla:

- Viene poco por Reinosa. ¿No es cierto, Mariuca?.

- En efecto, me contestó la doctora con cierto aire de melancolía. Mucho menos de lo que me gustaría, pero mis ocupaciones solo me permiten venir de vez en cuando.

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- ¿Y qué la parece la marcha de nuestra ciudad?.

- Bueno... No sé muy bien los datos y si salen o no las cuentas. Pero en lo que veo a simple vista, tengo una sensación claroscura. Veo que la ciudad y la comarca en general se ha remozado en algunos aspectos y en algunos lugares, pero hay otras cosas muy deterioradas, al margen de la cuestión de la Naval, que por lo visto va de mal en peor, y claro está, cuando el motor principal falla, el resto no funciona convenientemente.

Siempre que vengo a Reinosa, y paso por esta magnífica casa, me viene a la memoria su curiosa historia y por qué se la conoce también por el sobrenombre de "la casa de la niña de oro":

Nos dicen las viejas crónicas que doña Lorenza de los Ríos, marquesa de Fuente de Hijas, casada con Don Luis de los Ríos, ofrecieron a una "gen que se venera mucho en estos valles", una cantidad de oro equivalente al peso de su hija enferma si ésta cobraba la salud perdida.

Esta casona fue edificada por el citado don Luis de los Ríos y Velasco en el año 1.778, por el maestro Gandarillas, para, según sus palabras: "mirar con amor e inclinación al país y tener donde alojarme los veranos que pueda ir a él".

En el año 1.808, sufrió el edificio un incendio provocado por el ejército francés durante la guerra de la Independencia.

Posteriormente fue transformada en fonda con la denominación de "Fonda Universal".

En el año 1.954, una de sus plantas dio cabida al casino de Reinosa, en el que se celebraban pomposos bailes de sociedad.

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El día 4 de agosto de 1.978, sufrió otro pavoroso incendio y después de varios años en estado ruinoso fue adquirida por el Ayuntamiento de Reinosa, que lo ha destinado a Centro Cultural con la denominación, ya citada, de "La Casona".

- ¿Y qué me dice de la bonita historia de la "Casa de las Princesas"?.

- ¡Oh sí!, qué crónica más romántica y de cuanto valor histórico! aquel acontecimiento de "tomarse las manos" o "desposarse de presente", en el primer encuentro personal entre el Príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos y la Princesa Margarita de Austria, hija del Emperador de Alemania y hermana de Felipe el Hermoso, en la Villa de Reinosa, allá en el mes de marzo del año 1.497, cuya boda sería ratificada en la Catedral de Burgos, el Domingo de Ramos, día 19 de marzo de ese mismo año 1.497.

!Cuánta gente importante de la alta nobleza española y príncipes extranjeros se dieron cita en nuestra querida Reinosa!.

Por otra parte, me da mucha pena ver el deterioro manifiesto de algunos rincones entrañables y como sus casas van envejeciendo sin que se ponga remedio. Otras zonas, por el contrario, sí han mejorado muchísimo.

En otro momento me comentaba Mariuca el recuerdo cariñoso, cuando pasaba por la Plaza Mayor, de la señora Victoria, con su puesto de golosinas en la columna de la esquina del soportal de la “casa de Mioño” y del comercio de “Doña Elena”, y que tanta felicidad proporcionó a todas las niñas y niños de toda Reinosa.

Y con el sabor amargo de toda despedida, y más aún cuando se ha tenido la enorme satisfacción de cambiar impresiones con una mujer excepcional, dejamos la conversación con un ¡Hasta pronto!, que ojalá sea muy breve.

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Ya en casa, con el inevitable repaso mental, sobre aquel encuentro casual, con la ilustre campurriana, me vino a la mente una curiosa interrogación:

¿Qué pensará Mariuca en su clínica ultramoderna de trabajo, cuando utilizando el léxico actual del basto mundo de la medicina, se recuerde del vocabulario que su abuela utilizaba para sus remedios caseros con sus hierbas, plantas y ungüentos varios?.

A modo de ejemplo, traigo a colación un buen número de esos vocablos que fueron de uso normal en la comarca campurriana:

Abutragarse. Comer en exceso Andanciu. Enfermedad que produce fiebre y cansancio Arca. Capacidad torácica Bajera. Diarrea Botica. Farmacia Cabras. Manchas rojizas en las piernas por ponerse al calor de la lumbre. Calentura. Fiebre Capacete. Costra en la cabeza de los niños de leche Cojalistrón. Que cojea mucho al andar Corita. La piel humana Dentambre. Dentadura Edar. Parir, dar a luz Enflacar. Adelgazar Escagarruciarse. Ensuciarse por diarrea Esparatrapu. Esparadrapo Espuncias. Espinillas Exainar. Desfallecer, desmayar Gargamuellu. Faringe Gotre. Paperas, bocio Indiciones. Inyecciones Malera. Enfermedad Materia. Pus Melecina. Medicina Morrina. Catarro de nariz Murria. Tristeza, melancolía, depresión Panalizu. Infección en las uñas Paralís. Paralisis

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Pasapan. Faringe Perniquebrarse. Romperse una pierna Plumonía. Pulmonía Regotar. Eruptar Ruinera. Enfermedad por poco alimento, anemia Rosariu. Espinazo, columna vertebral Ruma. Reuma Saja Cortadura, herida Sangrador. Cierto cirujano que efectuaba sangrías Saperas. Enfermedad en los pies por andar descalzos Serviciala. Lavativa, jeringuilla Tarazón. Golpe en los dedos de manos y pies Tembliu. Temblor, escalofríos Tísicu. Enfermo de tuberculosis Tosera. Tos frecuente Tumición. Hinchazón, entumecimiento Vileza. Flaqueza, delgadez Viroju. Bizco

¡Qué lejos de aquellos tiempos en que el Ayuntamiento de Reinosa contrataba los servicios de un médico, un cirujano o sangrador y un boticario, y a veces también un mancebo a quien encomendaban las curas menores.

Qué lejos ya también del siglo XVII cuando se comenzó a distinguir y a diferenciar entre la pobreza y la enfermedad.

Fechas en las que "la administración municipal tomó conciencia de la asistencia de los indigentes e intentó buscar una solución a la deficiente atención sanitaria de los pobres de la comarca, proponiendo al resto de los municipios, convocados en sesión al Ayuntamiento General, que se involucraran y destinasen una parte de sus recursos para contribuir a la construcción de un "centro de acogida y convalecencia" para los enfermos pobres de la Merindad, que fuera híbrido entre hospital y casa de misericordia".

Lejos igualmente, entre el concepto del antiguo Hospital del Hospital moderno.

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El Hospital, en su concepción antigua, se le consideraba como un centro donde se atendía a los faltos de recursos o se recluía en él a los enfermos contagiosos.

El Hospital moderno, es una institución que dispone de abundantes recursos en cuanto a personal facultativo se refiere e instrumental, para luchar contra la enfermedad en general y proteger la salud pública.

Como hemos visto a través de las líneas precedentes, han sido y son varias las mujeres campurrianas que han jugado y juegan un papel importante en la sociedad, aparte claro está, de toda su dedicación al marido y a los hijos y a las cotidianas tareas del hogar, a pesar incluso de las muchas dificultades que siempre las ha impuesto la propia sociedad.

Dejamos para otra ocasión la larga lista de mujeres campurrianas que han destacado, por sus propios méritos, en las diversas actividades: literarias, artísticas, deportivas, empresariales, cargos públicos, licenciaturas varias...etc.

Muy pocas son las referencias públicas en la ciudad de Reinosa dedicadas a la mujer salvo las indicadas anteriormente de la "casa de la niña de oro" y "la casa de las princesas" y un par de referencias más:

La calle "Concha Espina", ya citada, como grupo escolar, que nos recuerda a la ilustre escritora cántabra, y la popular e histórica "Fuente de la Aurora", dando por supuesto que su nombre se refiera a una mujer así llamada.

- Concha Espina y Tagle, nació en Santander en 1.877, hija de Víctor Espina y Asunción Tagle. Fue la hija séptima de los once hijos que tuvo el matrimonio.

La situación económica boyante de los padres la permitió conseguir una educación esmerada y en un entorno familiar de profundas raíces cristianas.

En 1.880, por razones económicas, la familia se

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trasladó a Mazcuerras (Cantabria).

En 1.895, a los 18 años de edad, se casó con Ramón de la Serna Cueto y se trasladaron a Valparaíso (Chile) para hacerse cargo de la hacienda familiar de su marido.

En Valparaíso nacieron sus dos hijos mayores y comenzaron las primeras desavenencias en el matrimonio. Fue entonces cuando Concha comenzó sus primeros pasos como periodista.

Regresaron a Mazcuerras y tuvieron dos hijos más. Al poco tiempo se trasladaron a Cabezón de la Sal y allí nació su último hijo en 1.907.

En este año de 1.907, se produjo la ruptura definitiva del matrimonio y Ramón se fue a México.

Un año después, Concha Espina, decidió trasladarse a vivir a Madrid y alternó su carrera literaria con el periodismo.

En 1.909, publica "La niña de Luzmela" y obtiene el primer triunfo literario.

En 1.924, fue nombrada hija predilecta de Santander, año en el que ganó el premio de periodismo "Castillo de Chirel" con su obra "Tierras de Aquilon".

Dos años más tarde, en 1.926, consiguió el Premio Nacional de Literatura compartido con Wenceslao Fernández Flórez. Concha Espina, debido a las críticas habidas, renunció al importe del mismo y lo entregó a la suscripción popular para la construcción del monumento a Cervantes que se erige en la Plaza de España de Madrid.

En 1.948, la Diputación Provincial de Santander, acordó cambiar el nombre a la villa de Mazcuerras por el de Luzmela, en honor a la escritora.

En 1.950, le fue concedida la Medalla de Oro del Trabajo y en 1.954, la Medalla de Oro del Mérito Provincial de Santander.

- Fuente de la Aurora, fuente de cuatro caños, con agua procedente de las Fuentes de la Pelilla, situadas en el Parque de las Fuentes, ubicada en la plazoleta formada

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por la convergencia de la calle Mayor, Menéndez Pelayo, Las Fuentes, San Roque y Avenida Cantabria.

Es uno de los puntos de referencia más populares de la ciudad, y fue construida en tiempos de Carlos III, de aquí su connotación histórica

Fuente de la Aurora cuadro al óleo pintado a espátula

.Seguidamente, quiero referirme, a modo de "botón de muestra" a lo publicado por los diferentes medios de comunicación, relacionado con las mujeres de Cantabria, tratados en la prensa regional.

Los datos que poseo a este respecto, corresponden a "El Diario Montañés", y me han sido facilitados por el Instituto de la Mujer del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

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Estos artículos fueron publicados entre el 4 de abril de 2.000 y 11 de diciembre de 2.001:

- Estudio sociológico. Un estudio del Taller de Sociología de la Universidad de Cantabria sobre la situación de las mujeres rurales en la región, señala que el 53% de las ganaderas consultadas prevé que introducirá mejoras en su estabulación en los dos próximos años. El 48% cree que se mantendrá en los niveles en que se encuentra ahora, en tanto que un 24% está pensando en disminuir su actividad.

De este estudio también se desprende que sólo al 22% de las mujeres ganaderas, o con familia directa en el sector, les gustaría que un hijo o hija suya se dedicara a trabajar en una explotación ganadera. La mayoría de las mujeres que viven en zonas rurales, y específicamente las relacionadas directamente con la ganadería, considera que el trabajo con las vacas es muy duro y poco rentable. En consecuencia, desea para sus hijos un trabajo mejor.

De entre la información que ofrece el informe destacan datos como los siguientes: sólo el el 6% de las mujeres que trabajan en estabulaciones han realizado, en los últimos años, algún cursillo de formación para mejorar en los procesos de realizan. Su jornada laboral, por otro lado es interminable.

Apenas tienen un momento de descanso a lo largo del día, puesto que no existe una distinción clara entre el tiempo de trabajo y el de ocio.

- El Ayuntamiento inicio el estudio sobre las amas de casa. El Ayuntamiento de Santander, a través de la Concejalía de la Mujer, ha comenzado a elaborar el estudio sociológico sobre las amas de casa de Santander, con encuestas a 800 amas de casa y a más de 150 estudiantes universitarios con el fin de conocer qué imagen tienen éstos últimos de las amas de casa.

Se pretende conocer cuáles son los hábitos de vida del ama de casa y la distribución horaria de sus actividades cotidianas, su nivel de satisfacción con las relaciones familiares y sociales, así como sus actividades de ocio, su estado de ánimo y qué aspectos de su trabajo les resultan más gratos e ingratos.

- Discriminación salarial a las mujeres cántabras. Cantabria

es la región que peores datos registra en los últimos años sobre la evolución del salario femenino y sobre la diferencia salarial entre hombres y mujeres.

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- El proyecto "Soy emprendedora" permitió a las mujeres de Cantabria abrir 49 empresas.

La mayoría de estas empresas se han abierto dentro del sector servicios, especialmente en el ámbito turístico, si bien también hay ejemplos de industrias - artesanía- y sector primario, industria agroalimentaria. Estos negocios son de carácter familiar y generan entre uno y dos empleos directos.

Se trata, por lo general, de mujeres jóvenes, con una edad media de 33 años. El 63% están casadas y la mitad no tiene hijos. Sólo el 16% son licenciadas.

- El alcohol es la primera causa de maltrato a la mujer en el mundo rural. Las víctimas acusan la falta de información.

Parece ser que en el mundo rural se oculta más el problema que en las ciudades, debido principalmente, a la falta de información e independencia económica.

- Amamantar al bebe hasta los seis meses. Sólo el 10% de los bebés cántabros son amamantados por sus madres después de los tres meses, según los datos facilitados por la asociación de apoyo a la lactancia materna "La buena leche". Según esta misma asociación el 85% son amamantados cuando nacen, pero es en los tres primeros meses de vida del bebé cuando surgen más dificultades. Los bebés crecen más sanos y están mejor nutridos con leche materna hasta los seis meses.

- Las amas de casa son más eficaces. Un estudio sobre el estrés en el ama de casa revela que las mujeres que se dedican en exclusiva al cuidado de sus hogares se sienten más eficaces que las que trabajan también fuera de casa. El trabajo se ha realizado en la Universidad Miguel Hernández de Elche.

Ahora vamos a efectuar un breve recorrido por la prensa nacional para recoger algunos datos que nos pueden resultar de interés informativo para este trabajo que nos ocupa. Los artículos que se citan, están por orden cronológico:

- Una de cada tres amas de casa espera volver a trabajar fuera del hogar. "Diario de Mallorca". 10-6-01

El 34% de las mujeres españolas que desarrollan su labor diaria como amas de casa creen que su situación es circunstancial y por ello esperan reintegrarse laboralmente

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en un futuro cercano, según se desprende de un estudio sobre el perfil de las amas de casa españolas, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

La causa más mencionada para reincorporarse al puesto de trabajo es una mayor necesidad económica.

Las españolas que trabajan en casa, justifican, así mismo, su deseo de volver a la vida laboral por la fomentación y reciclaje que ello supone, porque los hijos son ya mayores, porque su pareja está de acuerdo y colabora en las tareas domésticas y porque no tienen a su cargo personas mayores o dependientes.

Las amas de casa, según este estudio, dedican un 34% de su tiempo diario al trabajo doméstico, 32% a sus necesidades personales, 16% al ocio y tiempo libre, 15% a las relaciones familiares y el resto, un 35, a la lectura y estudios.

Este estudio concluye que el 51,6% de las amas de casa españolas asumen su propio rol, se encuentran en esta situación "por propia voluntad" y porque "económicamente no necesitan trabajar fuera".

- El 34% de las amas de casa esperan poder reintegrarse al mundo laboral. "Diario Vasco", 10-6-01.

La causa más mencionada para reincorporarse es una mayor necesidad económica.

- Las mujeres han reducido en dos horas su dedicación al hogar en cuatro años. "La Rioja", 8-11-01.

En 1.996, las mujeres dedicaban siete horas más a las tareas del hogar que los hombres, esta cifra se ha reducido a cinco en la actualidad.

- El 62% de graduados universitarios son mujeres. "Sur Málaga", 15-1-02. Las mujeres entran a formar parte del mercado laboral en mayor número que los hombres. El 62% de los universitarios que se han formado en la Universidad de Málaga en el último año corresponden al sexo femenino.

- El colectivo femenino y el de los jóvenes reducen el para el 3,4%. "Gaceta de los negocios".

- Las mujeres empresarias ganan presencia en el mercado español. "Expansión", 17-01-02. A lo largo de los últimos años, el papel de la mujer española

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en el mercado laboral y en la actividad económica se ha incrementado, aunque mantienen las distancias con la Unión Europea.

El rol de la mujer en la sociedad española está cambiando, tal y como refleja el aumento que ha tenido lugar en los últimos años en el número de empresarias.

Sin embargo, y a pesar de estos avances, las diferencias entre hombre y mujer siguen siendo importantes, y las estadísticas españolas no abandonan los últimos puestos del ranking europeo. En 1.999, la tasa de actividad femenina alcanzaba el 37,5%, el segundo nivel más bajo de la Unión Europea por detrás de Italia, y bastante lejos de la tasa masculina, situada en el 62,3% y de la media comunitaria -el 46,7%-.

- Uno de cada cinco empresarios en España son mujeres. "Información Alicante", 20-1-02. El 20,7% de los empresarios son mujeres, un 2,73% más que en 1.996, según datos del último informe "Mujeres en cifras" del Instituto de la mujer, dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Sin embargo, en las empresas con 10 o más asalariados, sólo el 16,13% de los cargos directivos los ocupan las mujeres.

- Las mujeres buscan sitio en la tecnología. "Cinco Días", 26-1-02. La presencia femenina en el sector no llega al 9%, pese a que España es el segundo país europeo con más mujeres especializadas en la materia.

- Los hombres aparecen cuatro veces más en los telediarios. "El País", 1-2-02. En España hay más mujeres que hombres, pero apenas son noticia. Según un estudio sobre los informativos de cuatro cadenas de televisión y otras tantas de radio, sólo el 18% de las personas entrevistadas en los telediarios son mujeres y ocupan el 15% del tiempo. En las radios la situación es peor: 15% de las menciones y 9% del tiempo para las mujeres. Políticos y deportistas copan los informativos.

- La mujer, figura secundaria en los informativos de radio y TV. "ABC", 1-2-02. Un informe revela que aparece poco y ligada a asuntos de poca relevancia. La televisión la radio representan a la mujer poco y mal: Un informe realizado por el Instituto de la Mujer y el Instituto de Radiotelevisión Española pone de manifiesto la enorme desproporción entre las apariciones de hombres y mujeres en los informativos audiovisuales y la escasa relevancia de las contadas noticias que éstas protagonizan.

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- Radiografía de la mujer en España. "Cambio 21". 2-2-02. La vida de la mujer española ja mejorado en los cuatro últimos años, según el estudio "Mujeres en cifras 1.996-2.000.

Dice también "Cambio 21" que "los hombres españoles son nulos en las tareas del hogar".

Por todo lo dicho, es imprescindible avanzar en la integración de la igualdad de oportunidades en las políticas y actividades, con un objetivo general y también con objetivos específicos:

Como objetivo general hay que mejorar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y la participación equilibrada de mujeres y hombres en el desarrollo duradero y adaptación de las estructuras del entorno de vida diaria a las necesidades de las mujeres, y,

Como objetivos específicos, mejorar el acceso de las mujeres al mercado laboral: mejorar la situación de las mujeres con respecto al empleo y mejorar la participación femenina en el establecimiento de actividades socioeconómicas.

Beatriz y Rosario Ceballos, de Soto hacia 1.900. Teodora y Adoración Muñoz, de Soto, hacia 1.919.

Manuela y Emilia Casares de Abiada, años 30

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LAS MUJERES MAYORES TAMBIEN CUENTAN

Canción de otoño en primavera

En vano busqué a la princesa que estaba triste de esperar.

La vida es dura. Amarga y pesa. ¡Ya no hay princesa que cantar!. Mas, a pesar del tiempo terco, mi sed de amor no tiene fin;

con el cabello gris, me acerco a los rosales del jardín. ¡Juventud, divino tesoro ya te vas para no volver!.

Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer.

Rubén Darío.

Fue tu piel rosada y bella, de textura fresca y tersa. Ahora la surcan arrugas,

pero está de dulzura llena. La juventud pone belleza,

pero es flor inconcreta. Los años restan color,

pero ponen experiencia.

¿No es mejor la madurez aunque se arrugue la piel en ella?.

Jorrín

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SITUACIÓN DE LAS MUJERES MAYORES EN RELACIÓN CON LA LEY DE IGUALDAD

El siguiente texto corresponde a la Ponencia leída por Lina Gestal Lameiras en el Congreso de los Diputados, en la Comisión de la Mujer, el día 29 de

septiembre 2007

Rosa López Moraleda, Carmen Alborch, Isabel López Chamosa, Lucila Corral, Lina Gestal

Permítanme señorías que les diga que es un honor para mí hablar en esta ilustre tribuna para todos ustedes que les supongo una gran sensibilidad, en nombre de

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la Asociación de Mayores PABLO IGLESIAS, y de un tema tan sugerente e importante como lo es el significado del título de mi intervención.

Como punto de partida y a modo de “introducción objetiva” a mi intervención ante ustedes, quiero manifestarles la enorme satisfacción que me ha producido la reciente aprobación de la LEY ORGÁNICA PARA LA IGUALDAD EFECTIVA DE MUJERES Y HOMBRES.

Una Ley pionera en el mundo que recoge un principio jurídico universal reconocido en diversos textos internacionales sobre derechos humanos y un principio fundamental en la Unión Europea y que establece, entre otros objetivos, la igualdad entre mujeres y hombres en dignidad humana, en derechos y en deberes.

Igualmente me satisface saber que la mayor novedad de esta Ley radica en su dimensión transversal de la igualdad, seña de identidad del moderno derecho antidiscriminatorio, así como la ordenación general de las políticas públicas bajo la óptica del principio de igualdad y la perspectiva de género y que prevea un marco general para la adopción de las llamadas acciones positivas con el fin de alcanzar esa igualdad real efectiva entre mujeres y hombres.

Ley que viene a eliminar, por ejemplo, el famoso “techo de cristal”, ese límite que impedía que las mujeres llegaran a los puestos más altos de las empresas y organismos oficiales. O también que otra de sus novedades sea la introducción del permiso de paternidad.

Creo que no es necesario recalcar que las estadísticas corroboran que los países más prósperos y solidarios del mundo son aquellos en los que se dan mayores cotas de igualdad entre mujeres y hombres. Por otro lado, las dificultades para que las mujeres europeas concilien el trabajo y la familia han provocado un declive importante en tasas de natalidad, hecho que tiene su efecto negativo.

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Analizada objetivamente esta Ley, convendrán conmigo, señorías, que aun siendo muy positiva, necesaria e imprescindible, es aún insuficiente y que todavía queda un largo camino que recorrer hasta llegar a la igualdad plena , efectiva a aquella “perfecta igualdad que no admitiera poder ni privilegio para unos ni incapacidad para otros” como ya escribiera John Stuart Mill, allá a mediados del siglo XIX, filósofo, político y economista inglés que influenciado por su amiga primero y esposa después Harriet Taylor, se convirtiera en un defensor destacado de los derechos de las mujeres.

No es mi intención resaltar hoy aquí sus bondades, que las tiene, sino de poner en claro las carencias de la misma sobre las mujeres mayores, en el convencimiento de que esta Ley va a ayudar mucho pero se necesita también un definitivo cambio cultural.

Ciertamente, la verdad histórica es que las mujeres sí hemos avanzado mucho si tenemos en cuenta aquel primer censo de los romanos en el cual incluyeron a las mujeres como bestias de carga.

O que hiciera falta un concilio para determinar si las mujeres tenían o no alma y muy larga sería la lista de textos misóginos, no solo en la antigüedad sino también en tiempos modernos.

También hemos superado conceptos tan elogiados en épocas pasadas, no muy lejanas, como aquel de tener hijos para el cielo, o el duro rechazo a las madres solteras.

Seguidamente, quiero recordar hoy aquí, que estudios recientes nos indican que la esperanza de vida de las mujeres españolas se sitúa, en los 83 años, y supone por cierto la edad más longeva de toda la Unión Europea. La edad media de vida de los hombres es de 80 años. La población total de mayores en España es de siete millones y medio siendo las mujeres cuatro millones y medio. Otro dato:

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cada mes 22.000 mujeres en España cumplen 65 años. Por otra parte la demografía de la humanidad nos indica que la edad media de vida de las mujeres era de 31 años en la Baja Edad Media (año 1.400); de 37 años en la Edad Contemporánea (año 1.800) y de 76 años en la actualidad (año 2.000).

Las mujeres mayores de 65 años hemos tenido una etapa demasiado larga de invisibilidad: dedicadas a la casa y a la familia, cuidadoras sin remuneración de hijos y padres y por si esto fuera poco, ahora abuelas cuidadoras de nietos, con un aislamiento social y una carencia de recursos propios además de una falta notoria de seguridad económica para la vejez

Por otra parte, las mujeres mayores sufrimos más carencias, más soledad agravada cuando los hijos han partido y surge el síndrome del nido vacío… y todo acompañado de menos ingresos, menos acceso a la educación, menos cultura y menos ocio también.

Hay un porcentaje de analfabetismo muy elevado en hombres y mujeres de más de 65 años y en el caso de las mujeres se supera el 50%, cifras que se disparan si aplicamos el nuevo concepto de “analfabetismo funcional” y es por ello que hacen falta más clases de alfabetización y de cultura general básica en todos los centros de mayores.

La soledad forma parte también, por norma general, de uno de los aspectos que más afectan en el envejecimiento de las mujeres, pues ya se ha dicho que vivimos más que los hombres, y también sabemos que los viudos suelen volverse a casar con mujeres más jóvenes.

A las mujeres se nos presenta de manera negativa como débiles y dependientes, en lugar de hacerlo de manera positiva, por nuestros puntos fuertes; por nuestras aportaciones a la familia y a la sociedad; por nuestra imaginación y por nuestros valores humanos; por nuestra actitud positiva en los actos sociales; por la labor en la transmisión de la cultura tradicional a las nuevas generaciones, de forma notoria en los pueblos…

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De manera muy especial debemos prestar una decidida atención a las mujeres del medio rural, pues además de todas las deficiencias indicadas, estas mujeres han llevado la casa sin apenas comodidades, han lavado la ropa en el río o en la fuente, han parido en casa, han criado a los hijos, y un largo etc. y además han ayudado al marido en las labores del campo, pues se sabe que las mujeres en general y la española en particular, han desempeñado desde siempre esta doble función.

Mujeres de Reinosa lavando en el Ebro, cerca del Quintanal, principios s. XX

Otro de los valores que hay que atribuirlas es que ellas se encargaron de que la agricultura no muriera en los periodos de guerras y más recientemente con la emigración interior a las ciudades, principalmente de los hombres, en el desarrollo industrial de hace unas décadas. Las mujeres que lo hicieron fué en calidad de sirvientas en su mayoría.

Por otra parte, la mentalidad de la sociedad española no estaba adecuada al trabajo de las mujeres fuera de casa, y mucho menos a las de clase alta y media, en donde el trabajo estaba considerado como una deshonra a quien lo realizaba.

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Digamos ahora que los medios de comunicación nos ofrecen siempre una imagen negativa y decrépita de las personas mayores y que la sociedad en general las encasillan en un estado vital de clarísima situación de marginación y postergación evidente y como una rémora para la economía nacional, debido, entre otras cosas, a sus crecientes necesidades en asuntos de salud y de apoyo social.

A los mayores, por el hecho natural de serlo, se les niega la credibilidad, en vez de reconocerles la sabiduría que da la vida y su experiencia y además no se consideran todas las aportaciones llamadas invisibles que el colectivo de mayores aporta a la sociedad y que son de gran utilidad.

Las mujeres mayores de hoy, no se han beneficiado directamente del cambio a mejor para las mujeres jóvenes, pero según los datos que se tienen al respecto, sí han sido ellas las que lo han hecho posible.

Esta realidad es bien conocida, aunque no reconocida.

Su aporte al bienestar de la familia y la variedad de tareas que efectúan en la vida del hogar y también en la sociedad toda, representan un factor muy importante y decisivo en el progreso que hoy disfrutamos.

Su problema principal y mucho más acusado en el ambiente rural, ha sido la falta de formación cultural, y las cifras de analfabetismo así lo atestiguan, ya que la poca formación que tuvieron estuvo enfocada hacia el papel de amas de casa, cometido que hemos de reconocer que lo realizaron, la mayoría, a plena satisfacción.

Ignorancia también en el tema de la sexualidad, pues es bien sabido que ni los padres, ni los abuelos hablaban con los hijos de este tema, agravado con la represión sexual a la que estaban sometidas las mujeres, además de los desarreglos nerviosos producidos con la práctica del antiguo método del “coitus interruptus”.

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Cipriana Rodríguez y Francisco Rodríguez, de Abiada, años 20 Segando trigo con la hoz.

Analizando muy objetivamente los datos recogidos en el Libro Blanco, que se confeccionó como paso previo a la creación de un Sistema Nacional de Atención a las personas Dependientes, y que en la actualidad se ha convertido en una Ley de gran calado social, que ha sido bien calificada como Cuarto Pilar del Estado de Bienestar, se llega a la clara conclusión de que las mujeres han jugado desde siempre, y siguen jugando, un papel fundamental en el cuidado y atención a los familiares dependientes.

Un sacrificio muy intenso, aunque invisible, que está debidamente cuantificado, y ya está reconocido en la Ley, y será remunerado convenientemente.

Sabemos que han sido las familias las que tradicionalmente han asumido el cuidado de las personas mayores y también de las dependientes, y para ser más exactos, hay que puntualizar que esa función ha recaído y recae, casi en exclusiva en las mujeres.

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Y ello es debido a que estuvo vigente el modelo basado en la antigua concepción social asentada en la división, por razón de sexo, del trabajo y de las responsabilidades, es decir, el hombre era el responsable del mantenimiento económico de la casa, y la mujer era considerada como fuente de vida y cuantos más hijos mejor y se encargaba del cuidado de toda la familia, incluidos los abuelos.

No olvidemos que la tradición dictaba que los mayores serían cuidados por sus hijos como ley natural, y esa certidumbre social originaba que cada nacimiento de un hijo, y sobre todo de una hija, viniera acompañado, entre otros sentimientos obvios de alegría y satisfacción, por una especie de garantía o de seguro de atención en los años de ancianidad.

Es cierto que cuidar de las personas mayores es una obligación moral, y es verdad que ennoblece a quien lo practica, pero no es menos cierto que tiene aspectos negativos, y en algunos casos muy negativos, que son también evidentes, y que se han sido denominados por los especialistas como “carga del cuidador”, originados principalmente por una sobre carga de estrés en él.

Las mujeres de edad, sufren además mayores carencias en múltiples aspectos, además de todas las que afectan al colectivo de mayores en general, por ejemplo:

Tienen menos ingresos, lo que se ha venido en llamar feminización de la pobreza, de la cual dicen los expertos que viene de antiguo y que define de una forma muy clara, no solo el empobrecimiento de la mujer, sino también el empeoramiento de sus condiciones de vida frente a los hombres, además de la vulneración de sus derechos fundamentales, sin hablar, claro está, de su gran dedicación al cuidado de los familiares dependientes, como anteriormente ya se ha dicho.

Padecen de una mayor exclusión social y su soledad, al ser viudas en su mayoría, es muy superior. Son especialmente vulnerables, y por tanto, sometidas a robos violentos como el popular “tirón del bolso”. Son víctimas de la violencia de género en mucho mayor grado que los hombres y también del maltrato psicológico en mayor medida.

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Son muchos los investigadores que mantienen que las mujeres mayores cuyo centro de vida es la familia con exclusividad, se deterioran mucho antes y están sujetas a un nivel más bajo de calidad de vida durante su propia vejez.

Entre las actividades de ayuda y contribución silenciosa a la formación de esta sociedad del bienestar, citada anteriormente, se halla sin duda la relacionada con el cuidado de los nietos por parte de los abuelos y más particularmente de las abuelas.

Asumir, después de una vida de trabajo y después de haber criado a sus hijos, el cuidado y responsabilidad de atender diariamente a los nietos, supone una generosidad y una entrega de gran valor y que posiblemente pocos de los padres jóvenes de hoy asumirán el día de mañana.

Los estudios realizados para el Libro Blanco, parecen demostrar que se vislumbra ya un cierto abuso de esa generosidad, responsabilizando a los abuelos excesivamente de una tarea que resulta agotadora, e incluso se ha acuñado ya el término abuela esclava que las impide el aprovechamiento para su merecido bienestar y además las afecta negativamente en su propia salud.

Así pues, es necesario reconocerlas su justo valor, diferente también en cada caso:

Ni son heroínas, ni tampoco mártires, ni fracasadas, ni triunfadoras. Son mujeres que de acuerdo con su madurez humana y su riqueza interior, supieron hacer frente a las circunstancias de la vida que las tocó vivir y lo hicieron sin complejos ni desesperaciones, pero sí habrá que reparar definitivamente la falta de equidad que, frente a los sistemas públicos de protección social, se comete con ellas, pues siendo las mujeres las que más bienestar producen a la sociedad, son quienes menos se benefician de las prestaciones del sistema.

Ya dije anteriormente que muy larga sería la lista de textos que han sido escritos sobre las mujeres, por varios de los llamados “hombres estrella” a través de los

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tiempos, y que leídos hoy producen verdadera hilaridad y desde luego, un rechazo total. Y la misoginia sigue cabalgando en la actualidad.

LOS PECADOS DE EVA.

Ampliando un poco el tema comentado más arriba sobre la represión sexual en general y muy especialmente en la mujer, quiero traer a colación la opinión rotunda de la filósofa María Ángeles Filella sobre el tema, ya que demuestra en su obra La manzana del paraíso que el desprecio hacia la mujer y el miedo al sexo viene de antiguo, y que la Iglesia y la sociedad se comportan más o menos de la misma forma.

A este respecto Santo Tomás de Aquino, creía que el sexo no está en el alma, y que era algo como un accidente que sobrevenía en un estado avanzado del embarazo.

Sabemos por los textos escritos que en la antigüedad el sexo era una cuestión sin complicaciones y en ellos la mujer aparece con toda brillantez y simpatía, como por ejemplo en los primeros libros sagrados.

¿Qué ocurrió entonces para que el sexo y la mujer empezaran a producir miedo, desprecio y hasta pánico en algunos estamentos?.

En opinión de la mencionada filósofa, el eje sobre el que se mueve es sencillo:

“el paraíso terrenal, que aún se empeñan muchos en ver al pié de la letra, tal y como fue descrito en tiempo del rey Salomón, es decir a Eva como tentadora y desobediente y a Adán como pobre víctima y a los dos arrojados del paraíso, un idílico lugar colmado de bienestar, por culpa de Eva”.

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EL MITO DE PANDORA.

Pandora, según la mitología griega, fue la primera mujer de la tierra y en su boda con Epimeteo, hermano de Prometeo, recibió una caja de Hermes que nunca debía abrir, lo que la llenó de curiosidad.

Por fin cayó en la tentación y al abrirla, en contra también del deseo de su marido todos los males que contenía se esparcieron por toda la tierra.

Este mito de Pandora, es un ejemplo mítico de descrédito de lo femenino, de igual modo que lo fue Eva en la mitología cristiana.

Ambos mitos consideran a la mujer una desgracia para la humanidad y justifica la posterior actuación masculina en contra de los derechos femeninos.

Este reloj es una de las joyas del Congreso de los Diputados. Fue construido por Albert Billeter, en 1.857, en Barcelona.

Descripción: Reloj de péndulo en caja de caoba con incrustaciones de nácar. Consta de semanario, calendario, año, ecuación del tiempo, salida y puesta de sol, termómetro, barómetro e higrómetro. En los laterales se puede ver la hora de distintas capitales extranjeras como Londres, París, La Habana. En el centro del reloj hay una gran esfera donde se encuentra el planetario y los signos del

zodiaco. En la parte superior podemos ver el movimiento de la luna, la tierra y el sol, en torno al círculo zodiacal donde se señalan los solsticios y los equinocios.

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Sabemos que en España, hay más de 8 millones de pobres que viven con menos de la mitad de la renta neta media disponible del Estado, divididos en cuatro escalas: precariedad social, pobreza moderada, pobreza grave y pobreza extrema. De estos 8 millones, la mayoría son mujeres (piénsese en las viudas con una paga casi de miseria), así pues no se puede negar la necesidad evidente de que se amplíen las políticas sociales a la mayor brevedad posible.

Tampoco se nos oculta que la inmigración femenina se sitúa mayoritariamente en el servicio doméstico y en otras tareas mal pagadas, lo que se ha venido en llamar “nuevas clases de servidumbre”.

Es cierto que ha habido resoluciones muy importantes como la Ley de Integración Social de las Personas con Minusvalía de 1.982; la Ley General de Sanidad de 1.986; la puesta en marcha del Plan concertado de Prestaciones Básicas se Servicios Sociales en 1.988; la generalización del sistema de pensiones mediante Ley de Prestaciones no contributivas de 1.990; la puesta en marcha del Plan Gerontológico en 1.992; la ley sobre violencia de género en 2.004; la nueva ley del divorcio en 2.005; matrimonio homosexual en 2.005; derecho de pensiones a parejas de hecho en 2.007; la actual Ley de Educación; y las recientísimas Leyes de Dependencia y la de Igualdad, en denominación abreviada, que han dado motivos suficientes para calificarlas como Pilares del Estado del Bienestar, pero no es suficiente con disponer de la letra, sino que ahora lo que es imprescindible es llevarlas a lo concreto.

A todos nos gusta que la política social en España sea el centro neurálgico de las legislaturas, como se ha puesto de manifiesto permanentemente y se asiente en la firme convicción de que España forme parte de un modelo social como el europeo, en el que la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía se sitúe como una prioridad política, y muy especialmente, todo lo concerniente a las mujeres mayores, con mi lema: LAS MUJERES MAYORES TAMBIEN CUENTAN.

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Todos conocemos el largo camino que ha sido necesario recorrer hasta ver hecha realidad la Ley de igualdad de reciente aprobación.

Los primeros balbuceos al respecto son muy antiguos y ya en el siglo XII y parte del XIII, se denominaba complementariedad de los sexos y más tarde equidad de géneros, y en este sentido, cabe destacar los trabajos de Herralda de Hohenbourg, de Hildegarda de Bingen, entre otros.

En el siglo XVII, se planteó el problema de la instrucción de las niñas, hasta entonces prácticamente excluidas de las escuelas.

En el siglo XVIII, Josefa Amar y Borbón, planteó la educación como vía de avance femenino y promoción social de las mujeres, convencida de la igualdad de capacidades y recomienda que se enseñe a las mujeres a leer y a escribir bien y un poco de aritmética para llevar la economía doméstica, convencida de que la instrucción tiene un doble nivel de bondad: será bueno para ellas y será bueno para el estado.

En el reinado de Carlos III se produjo un avance significativo para la posición social de las mujeres, se legisla a favor de la creación de las primeras escuelas para niños y niñas de las clases bajas con financiación política, cuya educación debía centrarse también en doctrina cristiana y labores.

La Junta de Damas de Honor y Mérito, fue creada en 1.787 con el fin de impulsar la educación de las jóvenes, y permitir a las mujeres aprender oficios que estaban vetados por disposición de los gremios y se las autoriza a vivir de la venta de los objetos producidos. Esta Junta de Damas surgió como consecuencia de la polémica que se levantó por la admisión de mujeres en la Real Sociedad Económica Matritense.

En el siglo XIX, la Guerra de Independencia y los conflictos político-militares de este siglo, frenaron el desarrollo económico social y se acentuó el atraso de las mujeres.

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En la constitución de Cádiz de 1.812, se dispuso la fundación de escuelas en todos los pueblos de España pero este proyecto solo pudo ser realizado en parte.

El Código Civil de 1.889, vigente hasta la reforma legislativa de la Segunda República, marcó de manera clara la subordinación de la mujer casada y estableció medidas punitivas para cualquier transgresión que cuestionara la autoridad del marido, como el artículo 47 que dice: “El marido debe proteger a la mujer, y ésta obedecer al marido”.

En el siglo XX, en marzo de 1.900, Eduardo Dato, promulgó una ley femenina muy importante, referida al trabajo de la mujer y del niño, por la cual se concedían tres semanas de permiso posparto y una hora al día para amamantar al bebé.

En el mes de febrero de 1.908, en los Estados Unidos de América, las organizaciones de mujeres socialistas llamaron a desarrollar enormes manifestaciones públicas para conseguir su derecho al voto y también sus derechos políticos y económicos, y en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo, y, hundir sus raíces en la lucha secular de la mujer por participar en la sociedad en pié de igualdad con el hombre, y superar definitivamente realidades evidentes de marginación.

Por esa misma época, surgió la sindicación de las trabajadoras y surgieron entonces las primeras líderes obreras.

Dos corrientes se disputaron la afiliación: la socialista y la católica.

Una figura destacada ligada al sindicalismo católico, fue María Echarri, que fundó en 1.910 el Sindicato Obrero Femenino de la Inmaculada, con el fin de mejorar las condiciones de trabajo y de vida de la mujer trabajadora.

Otras instituciones sociales completaron esta labor, entre ellas, las Cajas Dotales, que facilitaban ayuda económica, hogares para las criadas sin domicilio, casas-cuna para las niñas pobres, centros de enseñanza, etc.

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Otro paso importante en las mejoras del trabajo femenino, fue dado en el año 1.912 con la promulgación de la famosa Ley de silla, siendo presidente del Consejo de Ministros don José Canalejas, en cuya ley se obligaba a los empresarios y comerciantes a facilitar asiento a las mujeres en los puestos de trabajo; se limitaba la jornada a ocho horas diarias y se prohibía el trabajo nocturno de las mujeres.

En 1.929, se creó el seguro de maternidad con protecciones asistenciales médicas y monetarias a las madres obreras.

En 1.931, con la llegada de la Segunda República se redactó una nueva Constitución que contenía algunos artículos relacionados con la igualdad de derechos para hombres y mujeres como el 43 y el 48 que comprendía entre otros asuntos “Que la enseñanza primaria será gratuita y obligatoria”. A este respecto quiero recordar la frase popular:

“Hizo más la República por la educación en su corto período de vigencia que en todo el reinado de Alfonso XIII”.

En aquella época, estaba escolarizada en la enseñanza primaria solo la mitad de los niños y menos de la mitad de las niñas.

En esa histórica fecha de 1.931 se aprobó el voto femenino, propuesto y defendido por Clara Campoamor Rodríguez, después de un apasionado enfrentamiento con Victoria Kent que lo consideraba prematuro por falta de preparación de las mujeres y por miedo a que el voto se fuera mayoritariamente a la derecha por la influencia de la iglesia. Fue hecho realidad en las elecciones de 1.933 y paradójicamente no fue elegida diputada

quien había sido su principal artífice.

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Clara Campoamor, licenciada en Derecho por la Universidad de Madrid había formado parte de la comisión encargada de redactar el proyecto de la Constitución de la Segunda República, destacando su intervención en el artículo 36 en el que defendió la concesión del citado sufragio femenino.

En su vehemente intervención en las Cortes Generales tuvo que escuchar frases como éstas por lo que no se debía aprobar el voto de las mujeres:

“Hasta que transcurran unos años y vea la mujer los frutos de la República y la educación”. “Hasta que las mujeres dejen de ser retrógradas”. “Porque las mujeres son histéricas por naturaleza”…

En opinión de algunos expertos, a ningún político de ninguna época, a ningún diputado o representante del pueblo debe tanto la democracia en España como a Clara Campoamor, una mujer que se hizo a sí misma, que luchó siempre contra todo, contra todos y contra todas con su lema fundamental “mi ley es mi lucha”. Murió en el exilio en 1.972 en Lausan Suiza.

Celebrando el voto femenino

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Seguidamente y a modo de pequeño homenaje y grato recuerdo, quiero citar como botón de muestra a otras mujeres, que con sus actividades intelectuales, parlamentarias, políticas, sociales y hasta heroicas, dejaron una marcada huella en nuestra historia reciente:

. Mariana Pineda. Nació en Granada en 1.804. Heroína de la causa liberal española del s.XIX. Fue ejecuta por favorecer a los liberales y serla incautada una bandera bordada por ella misma con el lema “libertad, igualdad y ley”. En el año 2.006, el gobierno de la Unión Europea otorgó su nombre a la entrada principal del Parlamento Europeo como símbolo de la aportación española a la lucha por los derechos y libertades en Europa.

. Concepción Arenal. Nació en El Ferrol en 1.820. Defendió los derechos de la mujer a la educación. Se vistió de hombre para poder asistir a la Universidad Complutense de Madrid para estudiar derecho.

. Emilia Pardo Bazán. Nació en La Coruña en 1.851. En muchos de sus escritos demuestra su continua lucha por los derechos de las mujeres.

. Carmen Burgos. Nació en Rodalquilar Almería en 1.879. Usó el seudónimo de “Colombine”. Notable defensora del divorcio y madre soltera.

. Victoria Kent. Nació en Málaga en 1.898. Sucedió a Concepción Arenal en 1.931 como directora general de prisiones en donde realizó una importante reforma penitenciaria. Es histórico su discurso en contra del voto femenino que defendía Clara Campoamor, en igualdad de condiciones con el hombre siguiendo la disciplina del partido socialista y en la convicción de que el voto de las mujeres sería mayoritariamente conservador en detrimento del partido socialista.

. Federica Montseny. Nació en Madrid en 1.905. Fue la primera mujer española que llegó a ser ministra. Ocupó la cartera de Sanidad y Asistencia Social en el gobierno socialista de Francisco Largo Caballero.

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En el periodo franquista se pierden muchos de los avances que se habían conseguido en la Segunda República. Se refuerzan los intereses de un sistema patriarcal y se elimina todo lo que suponía alguna posibilidad de cambio con respecto a beneficios para las mujeres y se las considera nuevamente como mantenedoras de la familia y para desempeñar el rol de mujer esposa y madre.

Se establecen nuevas leyes encargadas de derogar todos los derechos igualitarios concedidos. Se penaliza el aborto y se lleva a cabo una política de segregación de sexos en las escuelas.

Se crea la Sección Femenina bajo la dirección de Pilar Primo de Rivera con la tarea fundamental de formar a las mujeres a la antigua usanza, es decir, mujeres para el hogar, sacrificadas y obedientes y se las aleja de los centros de decisión y poder del Estado, etc.etc.

En 1.962, con el Plan de Desarrollo, se redefinió muy ligeramente el papel de las mujeres al ser necesaria su participación con la demanda de mano de obra con la introducción de tímidas reformas legislativas y se hizo posible una cierta independencia económica y personal de las afortunadas que consiguieron un puesto de trabajo, que las liberó también del dominio patriarcal y/o marital.

Con la llegada de la democracia y la puesta en vigor de la Constitución de 1.978, se comienza a poner en práctica su artículo 14:

“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

En 1.981 se legalizó el divorcio y en el 85 la despenalización del aborto.

Y ya en tiempos más recientes se desarrollan todas las leyes citadas anteriormente que tanto han contribuido a la mejora de la situación de la mujer en términos generales.

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No obstante, se debe seguir promoviendo y fomentando una nueva cultura del envejecimiento y participación de las mujeres mayores en todas las cuestiones que nos atañen en nuestra sociedad moderna, con el convencimiento añadido de que en España todavía queda un largo recorrido para que mujeres y hombres sean realmente iguales en todos ámbitos de la sociedad, tanto públicos como privados y que esta Ley de Igualdad, a las mujeres mayores las llega un poco tarde, pero no perdemos la esperanza de que se salde con ellas esta deuda histórica.

Mujeres de Reinosa

Amelia Mencía, Nieves García, Elena Ríos, Teresa Carrera y Alicia Ceballos. Mozas de Soto en 1.946

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Lina Gestal, Mariví Cediel, Teodosia Ramón, Emilio Jorrín,

en la tribuna del Congreso de los Diputados

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SEGUNDA PARTE.

CULTURA y TRADICION

Es un todo complejo que incluye los conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y todas las otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad. Tyler (1871)

NA de mis aficiones más arraigadas, es el estudio de la Cultura Tradicional y son muchas y diversas las actividades que vengo efectuando desde joven en torno a este saber del pueblo tan directamente relacionado con la vida misma.

Releyendo el fantástico libro “CAMPOO”, del erudito campurriano don José Calderón Escalada, de lectura imprescindible para mí, que gusto de rastrear por las entrañas más exquisitas de nuestro amado Valle de Campoo, y al que recurro con frecuencia, junto con el resto de su amplia obra, siempre que pretendo conocer la vida, la etnografía, el folklore de Campoo… los pueblos, el arte, sus costumbres… cómo fue el mundo de nuestros abuelos, con su vida sencilla pero también llena de amor a sus cosas, para esta ocasión hago mías unas bellas palabras recogidas en el prólogo de este citado libro CAMPOO, escrito por otro insigne campurriano don Miguel Ángel García Guinea, con ancestros en la “casona de Naveda”, que dice:

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“Yo sabía que don José “El Duende”, vivía en Reinosa y también en Mazandrero donde había nacido. Le conocían mis tías, mi familia toda, pero yo no. Yo solo le leía y le admiraba porque me hubiese gustado escribir como él y, sobre todo, porque recogía en sus artículos todo el espíritu más genuino y popular de los hombres de un valle –el de Campoo- que no solo quería como algo mío, sino que, insensiblemente, por su paisaje solitario (¡que soledad la de entonces!) por sus rincones una y otra vez aprendidos y hasta por el sonido de sus campanas, que siguen repicando en mi recuerdo, iba poco a poco creando mi manera de ser de pensar e incluso de sentir. El fervor, casi la locura, que yo he tenido y tengo por las montañas, por los montes cargados de robles, por los hayedos que yo descubría en tardes inmemorables, se debe, casi en su totalidad al contacto íntimo, continuo, directo y hasta enervante con este mundo natural, este trozo de tierra áspera e intacta que don José Calderón llevaba dentro de sí como elemento inseparable de su esencia y de su existencia.

Mi obligada ausencia durante los inviernos me desconectaba todos los años, y en esos meses dejaba Campoo de transmitir directa y persistentemente a mi alma. Ello me hacía volver de nuevo a la normalidad de las atenciones múltiples al perder la especial ensoñación de un paisaje que parecía, egoístamente, confabularse para hacer de lo sensible puro reflejo de su tremenda potencia natural.

Don José Calderón se dejó envolver, consciente y amorosamente de este abrazo devorador, que le transmitió el latido permanente del monte y el secreto ancestral de las gentes que le vivieron. Fue como un encargo del espíritu de los siglos para que se salvase del olvido el alma inmutable de un valle, sus permanencias geológicas, sus tipos humanos más representativos.

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El Duende de Campoo

La Cultura Popular o Tradicional, el Folklore, le ha servido al hombre, a través de los tiempos, para expresar sus sentimientos más íntimos y que ha estado vinculado siempre a los acontecimientos más importantes de su vida, en consonancia con el medio ambiental y geográfico de su habitat, así como con el momento histórico que le ha tocado vivir, y lo ha hecho siempre con amor, desde lo más profundo de su corazón.

Esta Cultura Popular, emana de la propia inventiva del pueblo y el peso de las tradiciones es el espíritu de cada época, sus usos y sus costumbres, inspirado también en la Naturaleza misma y es el respiradero de los pueblos, el espacio por el que fluye su caudal creativo.

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CULTURA, en definición de la Real Academia de la Lengua, es el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos. Es también el conjunto de manifestaciones de la vida de un Pueblo en el que están comprendidos el Arte, la Literatura, la Religión...etc.

Etimológicamente, es un término derivado de "cultivo" y que designa de un modo genérico, el desarrollo interior, moral e intelectual alcanzado por un individuo, comunidad o pueblo, mediante la difusión y empleo de todo lo que la facultad humana ha sido capaz de crear, a fuerza de imaginación, actividad y estudio, y que evidentemente ha ido evolucionando.

Así pues, CULTURA, es sobre todo, formación ideal de la personalidad, y, abundando en el tema, es todo aquello que distingue el comportamiento humano sobre el animal, y por tanto, la iniciativa cultural se halla en el hombre desde el principio.

CULTURA, significa también, desarrollo armónico, buen gusto, sensibilidad, en el entender y en el valorar. Platón ya había intuido que la educación reviste a la persona en la totalidad de sus aspectos.

Ahora bien, no todos los grupos sociales tienen las mismas miras educativas y los valores culturales pueden variar profundamente de época en época, pero la Cultura, será siempre, eso sí, coherente con las creencias de esos grupos.

TRADICION, es la comunicación o transmisión de padres a hijos, en el correr de los tiempos y sucederse las generaciones:

Noticias, doctrinas, creencias religiosas, ritos, costumbres, cantos, bailes, danzas, composiciones literarias..., las cuales se van conservando en un estado genuino de autenticidad.

Tradición, es el fenómeno por el cual se transmiten y conservan los conocimientos populares a través de los tiempos.

En palabras de Julio Caro Baroja, es todo lo que procede del pasado más o menos remoto; la herencia cultural y social; lo que la sociedad hereda de las que la precedieron en el mismo lugar que ocupa, en su habitat.

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Así pues, CULTURA TRADICIONAL, con dichas definiciones, podemos decir que es el conjunto de todo el saber de un Pueblo, de sus creencias, de sus actos, de sus actitudes...

Es también el conjunto de objetos, instrumentos, etc, también las instituciones, que le sirven para resolver los problemas que se encuentra en el medio ambiente en el que vive, así como su gastronomía, su vestido, sus viviendas, sus enseres... etc.

Veamos también que se entiende por PUEBLO para situarlo correctamente en este contexto:

PUEBLO, en este caso, se entiende como unidades sociales que ocupan una zona geográfica, un habitat duradero en el tiempo y que están vinculadas por idioma, creencias, costumbres... etc. y que poseen, por tanto, un conjunto de conocimientos y saberes, e incluso leyes, que proporcionan una configuración y diferencias frente a otras.

El estudio de toda la Cultura Tradicional de un Pueblo, constituye una ciencia que hoy denominamos FOLKLORE.

Folklore es un vocablo de origen inglés pero aceptado en todas las lenguas, compuesta por Folk (pueblo, raza) y Lore (ciencia, saber). Por tanto, significa "saber del pueblo", "saber popular".

Este vocablo FOLKLORE, fue propuesto en 1.846 por el arqueólogo inglés William Jonh Toms, para sustituir a otras expresiones como "Antigüedades populares" ó "literatura popular".

En cuanto a su evolución histórica, bien podemos decir que nunca es más bello en progreso que cuando concierta con las Tradiciones que durante siglos fueron la evidencia de un Pueblo y que fueron también la razón de su vida.

La tradición y el progreso, advirtió el Papa Pío XII, se complementan mutuamente, con armonía tanta, que la tradición sin el progreso, se contradeciría a sí misma, y el progreso sin la tradición sería una empresa temeraria y un salto en la oscuridad.

Cantar, danzar, bailar, tañer instrumentos de música... es Arte. Arte que nació con el hombre, porque son actitudes consustanciales con la naturaleza humana y han

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estado siempre vinculadas a su propia vida, es decir, en su nacimiento, en su diversión, en su trabajo, en su soledad, en su lucha, en su paz, en su sentir, en su muerte...

Desde siempre, los humanos, han cantado a todas horas su estado de ánimo. Y lo han hecho, no para lucimiento personal sino para expresar sus sentimientos. Esto es, con amor, y el amor pone emoción en el alma, y en donde hay emoción hay arte.

¿Qué podemos decir con respecto a los valores de la Cultura Tradicional?:

De lo expuesto anteriormente, se desprende que la Cultura Tradicional, el Folklore, es una fuente inagotable de conocimientos en sus raíces más genuinas.

Nos enseña a comprender mejor otros estilos y formas de vida distintos a los nuestros, en su amplia gama y diversidad de modos, y nos ayuda, por tanto, a conocer mejor nuestra propia cultura y nos ayuda también a comprender comportamientos humanos.

Es un medio inequívoco que identifica a los Pueblos.

Dicen los expertos, y yo comparto esa teoría, de que a un pueblo, a una villa, a una ciudad, a una región, incluso a un país, a veces, se les identifica mejor por sus tradiciones, por su folklore, que por otras actividades, y, ejemplos bien conocidos hay para esta afirmación.

La música tradicional, ha sido enormemente valorada por todos los pueblos y culturas y tiene una relación muy estrecha con el ambiente que la rodea y surge como una necesidad de expresión de cada cultura.

Procede del pueblo y por ello es considerada como fruto colectivo y es, por lo general, anónima.

Se transmite por tradición oral y por tanto no tiene escritura, y ofrece con relación a la música culta diferencias bien definibles ya que la música popular es básicamente melódica y no armónica.

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Al pretender el hombre, obtener sonidos diferentes de los que surgían de su propia voz, tuvo que recurrir a fabricarse sus propios instrumentos en larguísima lista y variedad de modelos.

Ya hemos visto que el hombre expresa sus sentimientos cantando y que sus temas son tan variados como la vida misma.

En general las canciones populares describen las variadísimas ocupaciones y sentimientos de cada pueblo, sus hechos históricos, sus fiestas, sus emociones ante la naturaleza, así como otros fenómenos que rodean a la persona humana, por lo tanto, se deduce que sus variantes son infinitas.

El canto y el baile populares, son la expresión psicológica y el genio artístico de los pueblos, así pues, en España, se distingue fácilmente, a través de su folklore, la diversidad de los pueblos que la integran.

Pilar Ahumada y Paco Sobaler, bailan la jota campurriana en San Mateo en Reinosa, años 40.

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Una canción popular no es solo una melodía, es también un texto literario, que al ir pasando de boca en boca, el pueblo las puede ir alterando hasta convertirlas en propias.

La indumentaria, es sin ninguna duda, otro de los signos externos que imprimen carácter a los pueblos y sus formas y modos de vestir marcan diferencias.

El vestido ha ido evolucionando muy lentamente a través de los tiempos, ya que en vez de ir obedeciendo a "leyes de la moda", ha ido cristalizando y perpetuándose los elementos antiguos con algunas aportaciones modernas.

La gastronomía, de igual modo, entendida como el arte de preparar una buena comida y presentar los alimentos de tal modo que resulten apetitosos, ha tenido desde siempre una relación muy directa con la cultura tradicional de todos los pueblos.

Para empezar a cocinar / hay que tener cual ciencia, Buen sabor y buena mano / y mucha sabidurencia.

La arquitectura popular ha dado origen también a la creación de múltiples tipos y modelos de vivienda y construcciones auxiliares adicionales, utilizando para ello aquellos materiales al alcance de las manos de sus pobladores, de acuerdo con la naturaleza propia del lugar.

Mención especial merecen la diversidad de enseres, utensilios y artilugios varios que el hombre rural ha ido creando de acuerdo con sus necesidades concretas, utilizando tanto la madera, como, el hierro, el cuero, el barro u otros materiales maleables, que ha dado lugar al florecimiento de una magnífica artesanía en todo su abanico de posibilidades.

Los refranes, es otra de las manifestaciones populares que refleja con amplitud y evidencia la sabiduría del pueblo, y que son, como se sabe, de honda tradición y raigambre popular.

Los refranes están basados, sobre todo, en la experiencia obtenida durante siglos y recogen una buena parte de esa filosofía vital para la gente llana.

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La lírica tradicional, es decir, los romances, cántigas, jarchas, canciones varias, ha sido igualmente testigo fiel de las diferentes situaciones de vida de nuestro país, principalmente desde los siglos XI á XVI.

Su transmisión se ha producido, generalmente de memoria, ya que la transmisión escrita no siempre es capaz de reproducir con fidelidad las melodías acompañadas de laud, guitarra, rabel o pandereta...

Los cantares de gesta, o poemas narrativos anónimos, en los que se cuentan hechos históricos, gestas gloriosas, etc., son también dignos de mención.

Así como los juglares o juglaresas, nombre dado en la Edad Media a las personas que cantaban y recitaban para recreo de la nobleza, a cambio de unas pocas monedas.

La literatura de cordel, esas obras populares que se imprimían en pliegos sueltos, denominados "Pliegos de cordel", porque se colgaban, para su venta, con una cuerda en las plazas de los pueblos.

¡Si vierades a Leonor / la hija de la vezina! / aunque trae ropa fina / verla con ella es dolor.

¡Pues la hermana del dotor! / la crinche puesta con goma, / con sus ojos de paloma / y tienese en gran valor!.

Es mas negra que la pez / ponese mucho arrebol / y derritesele al sol / y todo se le paez. ….

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El Mester de Juglaría, el cual lo constituyen el conjunto de poesías de carácter épico, anónimo y popular destinado a los Juglares que lo interpretaban en público acompañándose de instrumentos musicales, que floreció, se supone, en el s. X.

El Mester de Clerecía, modalidad de poesía española del s. XIII, así denominada porque fue cultivada por los clérigos.

La trashumancia, es también de obligada referencia, ya que ha tenido una considerable aportación a la Cultura Tradicional, sobre todo por el intercambio de saberes de unos lugares a otros.

Es bien conocido el repertorio pastoril de canciones, bailes, tañido de instrumentos, platos típicos...etc.

Un erudito cántabro, investigador, etnógrafo, don Sixto Córdova y Oña, en una de sus obras escribe: "Decidnos las canciones de un pueblo y os diremos sus leyes, sus costumbres y su historia".

Otro cántabro universal, Menéndez y Pelayo, ha dicho también con claridad, que Caballero y Chapí renovaron la Zarzuela y Echegaray el Teatro porque bebieron en el pueblo su inspiración popular.

Anteriormente Platón ya había llamado a la Tradición "Divina filosofía", y que la música era un descubrimiento poderoso para mejorar las costumbres y modelar los espíritus, de suerte que cantar y bailar bien, denota educación.

Lope de Vega y otros grandes autores, publicaron coplas y cantares que el pueblo hizo suyos porque estaban compuestos con el alma popular, es decir, que por arte popular se entiende, no solo las obras nacidas de forma impersonal en el pueblo y

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por tanto de autores anónimos, sino también aquellas que el pueblo adopta porque traducen fielmente su sensibilidad.

Es especialmente destacable que Juan del Encina (1.469-1.529), que compuso una abundante obra, tanto profana como religiosa, aprovechara gran cantidad de música popular para sus creaciones.

En opinión de muchos expertos, la melodía es el alma de la música clásica, y para encontrar esas melodías hay que recurrir a la música popular.

Manuel de Falla también ha dicho: "Uno debe inspirarse directamente en el pueblo".

La Cultura Tradicional, el Folklore, le ha servido al hombre, a través de los tiempos, para expresar sus sentimientos más íntimos y que ha estado vinculado siempre a los acontecimientos más importantes de su vida, en consonancia con el medio ambiental y geográfico de su habitat, así como con el momento histórico que le ha tocado vivir, y lo ha hecho siempre con amor, desde lo más profundo de su corazón.

Existe también la convicción de que pueblo que canta nunca muere y que lo lúdico trasciende.

Cultivar el espíritu es lo que ennoblece

La Cultura Tradicional, emana de la propia inventiva del pueblo y el peso de las tradiciones es el espíritu de cada época, sus usos y sus costumbres, inspirado también en la Naturaleza misma.

Lo malo y lo mediano, resiste poco al tiempo, de aquí que por este concepto, la tradición tiene en su permanencia la garantía del carácter propio y a la vez la garantía de su bondad. En opinión de Luis de Hoyos Sainz, los pueblos ricos en arte popular, son viejos, pues su elaboración es lenta, obra de siglos; necesita su tiempo para ir ascendiendo paso a paso.

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El folklore, es el respiradero de los pueblos, el espacio por el que fluye su caudal creativo. La música, es el fluido que lo alimenta y el cordel que une la artesanía con el vestuario, la gastronomía, los ritos festivos, la literatura oral...etc. Por su antigüedad y su belleza nos proporciona admiración y placer al mismo tiempo, y por sus cualidades estéticas le hacen ser muy apreciado.

Su vistosidad, su colorido, nos ayudan también a valorar su indiscutible importancia. Su resistencia al paso de los siglos, le dan el valor añadido de duradero, y en la actualidad continúa siendo una muestra evidente de la riqueza cultural de nuestro país. Esta riqueza folklórica de España, tiene razones históricas de fondo que lo explican, ya que ha sido un país en el cual han convivido a través de su historia, pueblos y culturas muy diferentes: celtas, árabes, judíos..., que han dejado sus huellas claras y concretas. Las peculiaridades regionales, derivadas de la variedad geográfica y climatológica, junto a las razones de tipo histórico e incluso de tipo étnico, constituyen un panorama muy amplio y variado, lo que hace muy difícil descifrar la riqueza folclórica de España, y no tiene nada en común, por ejemplo, el folklore del sur, enriquecido con aportaciones árabes y gitanas con el folklore del norte, de origen también remoto y desarrollado en un ambiente geográfico tan diferente.

Decir que España es muy hermosa, seguramente no es decir nada nuevo en percepción objetiva de todos los nativos y de muchos de sus visitantes, pues solo baste con mirar-admirar sus pueblos, sus castillos, sus monasterios, sus catedrales… sus ríos, sus bosques… también sus fiestas populares de ancestral origen, llenas de colorido, de tradición y de complicidad festiva, y esto utilizando solo nuestra retina como si fuesen objetivos fotográficos, porque el ojo humano no capta el alma de las cosas y sería preciso ir más hacia dentro en el convencimiento de que “el paisaje es un estado del alma”.

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La singularidad de los pueblos españoles nace de una inseparable conjunción de la naturaleza misma, el arte y la historia, porque todo en España se reconduce, en definitiva, a la singularidad de su variada geografía y el prodigio de su acontecer histórico, bajo la mirada permanente de su castillos erguidos cual centinelas pétreos y que desafiando al tiempo y a los siglos se mantienen vivos con altiva majestuosidad.

Parafraseando a los autores de la obra “Fiestas populares de España” de la editorial Rayuela:

“Soñar es tan necesario como respirar. El embrujo de lo legendario, de lo remoto hecho proximidad, de lo mítico pero cotidiano, es el mágico ingrediente de la Fiesta, siempre arcaica y actual, símbolo quimérico de una tierra llamada España”.

La cultura tradicional conforma la multiplicidad de identidades colectivas del carácter histórico y entendemos que la personalidad de todos los pueblos se manifiesta durante siglos y que son nuestra propia razón de ser colectivo. Es por tanto la esencia de los pueblos, una de las actividades más importantes en la vida del hombre.

Las fiestas populares en España presentan una gran variedad y predominan las de carácter religioso, si bien en muchas de ellas aparecen reminiscencias claras de origen pagano o mítico, como ocurre en la fiesta de San Juan, de amplio calado nacional, alrededor de la cual, cada región tiene sus propias leyendas, mitos y tradiciones.

Las fiestas relacionadas con la vida de Jesucristo, son las que alcanzan mayor esplendor. Pensemos en la Navidad y Reyes; Semana Santa; Pascua de Resurrección… etc.

Las fiestas patronales y las romerías de carácter religioso pero con fuerte sabor profano también gozan igualmente de un arraigo muy profundo.

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Del mismo modo ocupan un lugar destacado las fiestas campesinas celebradas en torno a las faenas agrícolas, tales como la trilla, la vendimia…etc.

También los Carnavales gozan en la actualidad de una gran implantación a lo largo y ancho de la geografía hispana, a pesar de las prohibiciones que han sufrido a través de los tiempos y la repulsa permanente del estamento eclesiástico.

Moros y cristianos con innumerables fiestas, festejos y actividades varias que se celebran en toda España bajo esta denominación, que evocan cada año las muchas batallas habidas entre ambos a través de la historia.

Los toros, que son en España una manifestación viva del espectáculo, considerado como un ritual ancestral, con fuerte contenido ascético y argumentos de vida y muerte para el hombre igual que para el animal.

En fin, bien podemos decir que entre el rito, la leyenda y la historia, fluye el calendario de celebraciones en todos y en cada uno de los pueblos de España y el desarrollo con que se revisten todas las fiestas, del tipo que sean, se puede considerar como uno de los respiraderos de los pueblos, el espacio por donde fluye su caudal creativo.

Muchas de estas celebraciones tienen un origen pagano, otras son de clara procedencia religiosa, como ya se ha indicado, que acabarían secularizándose en su desarrollo, pero en ambos casos, todas ellas encontraron en el pueblo llano las condiciones favorables para su arraigo y supervivencia a través de los tiempos, transmitidas de generación en generación, de tal forma que lo lúdico y lo religioso, muchas veces entremezclado, constituyen una de sus raíces más profundas.

La inventiva de los pueblos, su inquietud y generosidad, unidas a su temperamento y talante, siempre han posibilitado que la fiesta se haya consustanciado con el pueblo como un concepto felicitario de la vida.

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La cultura tradicional en general y las fiestas en particular, es uno de sus principales pilares, emana de la propia inventiva del pueblo y el peso de las tradiciones es el espíritu de cada época.

En definitiva, las fiestas populares es una de las actividades más importantes en la vida y se las debe tener asumidas como pauta de comportamiento cívico, sin que ello suponga ni un ápice de refreno en el afán legítimo de progreso.

CAMPOO CULTURA TRADICIONAL VIVA

"Escucha Campoo querido, el eco de tus canciones, que es orgullo de tu raza, conservar las tradiciones"

Campoo, como nos dice la canción campurriana, conserva en toda su pureza muchas de sus tradiciones y ama su cultura tradicional con toda intensidad, y si alguien pone en duda tales afirmaciones que se pase por su centro neurálgico, por su motor vital, por su capital, es decir, por Reinosa el día de "Las Cantadoras", o para mejor entendernos en su denominación moderna el "Día de Campoo", el último domingo de septiembre, broche de oro de las Ferias y Fiestas de San Mateo, de tanto raigambre, dentro y fuera de casa, en donde se pone de manifiesto el amor, la

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fuerza y el entusiasmo que ponen todos los campurrianos en exaltar su folklore, sus viejos oficios, hoy desaparecidos por imperativos del progreso.

Música, color, arte, alegría..., surgen a borbotones por todos los rincones de la ciudad en una complicidad lúdica y festiva de todos los campurrianos, sin distingos de edad o situación social.

!Claro, por algo está considerada esta magna demostración del folklore campurriano como de interés turístico nacional!.

Es bien sabido también que muchas de las tradiciones ancestrales de Campoo, han desaparecido para desgracia nuestra y de las generaciones venideras. Olvidadas están la hila, las peleas de toros, las natas, pedir pa el zorru y pa el milanu, el domingo de piñata... pero aún quedan vivas muchas otras: las marzas, las rondas de mozos, el rabel y pandereta, las albarcas y escarpines, el palu pintu... que confirman que Campoo, es un pueblo fiel a sus usos y costumbres y mantiene muchas de ellas en toda su ancestral pureza.

Los campurrianos aman como pocos a su cultura tradicional, esa cultura popular, entendida como el conjunto de todo el saber del pueblo, de todas sus creencias..., de todos sus actos..., su vestido y gastronomía..., su artesanía y arquitectura popular..., su literatura de cordel, romances y refranes..., su música y cantos..., sus danzas y bailes...

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LAS MARZAS. Las marzas son como un himno solemne con mezcla de plegaria y ronda, que nos corresponde en genio y figura, por su nobleza, lozanía y grandiosidad. Antigua tradición en Cantabria y más en particular en el Valle de Campoo, que se remonta en los tiempos, en la cual, los mozos del pueblo en la última noche de febrero, cantan Las Marzas, y lo hacen con el fin de obtener viandas o dinero para celebrar una fiesta-cena con lo obtenido. Provistos de un farol que porta el "mozu mayor" se dirigen todos en grupo a la casa del señor alcalde primero y a la del señor cura después, con el fin de pedir el correspondiente permiso, y lo hacen cantando: "No es de cortesía, ni es de obediencia, en casa de nobles cantar sin licencia. Si nos da licencia, señor cantaremos y con mucha prudencia, las marzas pediremos". A continuación sigue la ronda, casa por casa, bien provistos de "berronas" (chiflitos de sahúco), y a la puerta de cada casa el mozo mayor hará siempre la misma pregunta: "Por la gente que aquí mora, que venimos a deshora, pidiendo los marceros. ¿Cantamos, rezamos o qué hacemos?". Por lo general, pedirán que se cante, pero no faltan las casas que prefieren que se rece un padrenuestro. “Esta noble gente/ ya nos dio la limosna/ en los Santos Cielos/ Dios les dé la Gloria”. Si en la casa de turno hay alguna moza que goza de la simpatía especial de alguno de los marceros, la pueden cantar también "los sacramentos de amor", un romance lleno de buenos sentimientos:

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Los sacramentos de amor – niña te vengo a cantar

asomate a la ventana – si los quieres escuchar El primero es el bautismo - bien se que estás bautizada

que te bautizó el cura – para ser buena cristiana El segundo es confirmación – ya se que estás confirmada

que te confirmó el obispo – para ser mi enamorada. El tercero es penitencia – la que me echaron a mí el andar contigo a solas – no lo puedo conseguir. El cuarto es la comunión – recíbela con anhelo

que si en gracia la recibes – irás derechita al cielo. El quinto es la extremaunción – de extremo a extremo te quiero

ni de noche ni de día – pensando en ti no duermo. El sexto es el orden – yo cura no he de ser

que en los libros del amor – toda mi vida estudié. El séptimo es el matrimonio – es lo que vengo a buscar aunque tus padres no quieran – contigo me he de casar.

Puede ocurrir, aunque es muy poco probable, que en alguna casa no den nada sin una causa justificada y entonces las letras de las coplas de los marceros serán de desaire: “A los de esta casa sólo les deseamos / que sarna perruna les roa los huesos”. Con todo lo obtenido, los mozos efectúan una cena en buena armonía, y con lo sobrante, que suele ser más que lo consumido, al día siguiente hacen una comida "la sobremarza" a la que invitan a todas las mozas del pueblo, para finalizar con el consabido baile de panderetas y rabeles.

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Antigua estampa de los marceros, en Valdeolea.

Traemos un burro cargado de aceite, para freír los huevos que nos de la gente. Traemos un burro cargado de miel, para que las mozas salgan a lamber.

Traemos un burro –cargado de nada Que no come hierba – paja ni cebada,

Que come solo chorizo – huevos y tajadas, También bebe buen vino – para remojarlas.

Traemos un cesto del pan – y bolsos para el dinero

Y una cestuca de mimbres – para chorizos y huevos. Y con estas voces – tengan santas noches

Y con estas cantas – tengan noches santas.

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La noche de Marzas, tenía un valor añadido para los muchachos que cumplían ese año 18 años y pasaban a la “categoría” de mozos, que les permitía entrar en la taberna, subir al coro de la iglesia, participar en la organización de la fiesta patronal del pueblo... Generalmente se les sometía a ciertas pruebas de tipo viril y otras bromas de mejor o peor gusto, pero siempre sin sobrepasar unos límites razonables. Se les encomendaba, por ejemplo, cargar con las cestas de las viandas recibidas, recoger y limpiar la mesa después de la cena …

Con relación al origen de las Marzas, se barajan diversas opiniones:

La Real Academia de la Lengua las define así:

Marzas (de marzo), coplas que los mozos van cantando de noche por las casas de las aldeas, en alabanza a la primavera, de los dueños de la casa…. – Obsequio de manteca, morcilla…. Que se da en cada casa a los marzantes para que se regalen.

En opinión de don Demetrio Duque y Merino, escritor reinosano, se trata de una tradición originaria de Cantabria “ es en la Montaña costumbre, si no antigua muy vieja; de tiempos tan atrás que memoria de homes non es en contrario de que siempre la hubiera. No es fácil conocer ni cómo ni cuándo se iniciaron”.

Para Julio Caro Baroja, “los mozos son los descendientes de los que en otra época salieron con motivo del comienzo del año “Kalendae Mrtie” cantando las “martiae”, anunciando la venida del primer mes dedicado a un dios de la agricultura, después de los meses purificadores”.

Menéndez Pidal sostiene que provienen de los Celtas cuando llegaron a España, dieciséis siglos antes de Cristo, y existe también la creencia que fueron posteriormente traídas por los romanos, quienes el 15 de febrero celebraban las fiestas lupercales en honor de Pan, tal y como lo recoge Mauritano en sus “Historicorum graecorum”.

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Hay quien afirma que son de origen pagano, uno de tantos cultos que en tiempos remotos tributaban a un dios, espíritu o personificación personal.

También se dice que tienen origen en un impuesto y los mozos recorrían el pueblo la última noche de febrero avisando la cobranza y, de paso, cantaban canciones a las mozas. En 1.404 desapareció el impuesto, pero las canciones perduraron.

Otras opiniones sostienen que son un canto a la primavera y al año nuevo, ya que, según el calendario romano, marzo era el primer mes del año y estaba dedicado al dios Marte, que es cuando el sol entra en Aries, primer signo del Zodiaco, cuando tiene lugar el equinoccio, comienzo astronómico de la primavera. Por tanto pueden tener ambas connotaciones: de ser un canto al florecimiento de la primavera y un canto al año nuevo.

“Marzo florido, seas bien venido – Marzo rosado seas bien llegado”…

En cualquier caso, las Marzas, tal y como hoy las conocemos, con alguna ligera modificación por exigencias del progreso, son una tradición originaria de Cantabria, y en opinión de don Daniel G. Nuevo Zarracina, es en Campoo donde se conservan en su prístina pureza.

MARZO es el mes dedicado a San José. Cuando marzo mayea, mayo marcea.

En marzo, marzadas; aire frío y granizadas. En marzo la veleta ni dos días está quieta.

Marzo marceador, que por la noche llueve y de día hace sol. Marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo florido y hermoso.

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LAS CANTADORAS.

Es en la actualidad, con la denominación de “El Día de Campoo”, una de las manifestaciones festivas más importantes de la comarca campurriana, repleta de muchas y bellas imágenes con el desfile de Carretas por las vías principales de la capital campurriana, llenas a rebosar de gentes de acá y de allá, llegadas a Reinosa por Pozazal, El Bardal, Palombera, Las Hoces o el Pantano... gozando con la gracia incomparable de las mozas campurrianas luciendo airosas los pliegues de sus manteos; con el canto bravío de los mozos a una sola voz y rematado con el sonoro ijujú; con el chirrido agudo de los ejes de madera de los carros blancos bien llevados por las parejas de tudancas cuidadosamente acaldadas con las melenas nuevas y las colleras de feria, transportando orgullosos cien y una estampas de lo que fue la vida y milagros de las gentes de Campoo hasta hace bien pocos lustros; con el traqueteo de las albarcas recién entarugadas...

y todo ello envuelto en una complicidad romera de alegría y divertimento, en donde queda de manifiesto y muy a las claras una dinámica cultural que explica la singular personalidad de los campurrianos.

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CAMPOO EN LA FIESTA DE LA TRASHUMANCIA EN MADRID

Hoy es domingo día 30 de octubre de 2.011 y una vez más en Madrid se ha celebrado el día de la Trashumancia en su 18ª edición y viendo el ambiente festivo, el colorido de los trajes regionales, el sonido de los campanos de las vacas tudancas…y de manera muy especial el soniquete de las albarcas campurrianas sobre el asfalto madrileño, he sentido una emoción muy especial y mis recuerdos se me han remontado al año 1.993 cuando por primera vez se recuperó en Madrid esta secular utilización de la cañada real para el paso de los rebaños que procedentes de los pastos verdes de verano en la alta montaña volvían a sus dehesas en Extremadura, y que siendo yo a la sazón Presidente de la Federación de Grupos Tradicionales Madrileños, cooperé de una manera directa en su realización.

Según la crónica y fotos del periodista campurriano José Luis Sardina, publicada en el Diario Montañés, el lunes 31 de octubre,

“Más de 350 cántabros, en su mayoría campurrianos, completaron seis autobuses para asistir a la XVIII edición de la Fiesta de la Trashumancia, celebrada en las principales arterias de Madrid. La representación regional se completó con 70 vacas tudancas y seis parejas de bueyes

Se unieron a las procedentes de otras comunidades para completar una marcha que agrupó a más de 3.500 cabezas de ganado. La jornada, organizada por el Ministerio de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Madrid -en colaboración con las ONG 'Trashumancia y Naturaleza' y 'Concejo de la Mesta'-, tiene como objetivo «reivindicar los derechos de paso, conservación y acondicionamiento de las cañadas, difundir el fenómeno de la trashumancia y su positivo impacto en la biodiversidad, y el valor de sus antiguas artes». De Cantabria acudieron ganaderos de Ruiloba, Alfoz de Lloredo, Ruente, Cabezón de la Sal, Ibio, Cartes, Los Corrales de Buelna y Campoo, el grupo más numeroso y el que cuenta con mayor experiencia en la materia. Lleva catorce años participando en la fiesta. El folklore regional también estuvo representado, de la mano del Grupo de Danzas de San Blas de Ibio y el Grupo de Gaitas de Campoo de Suso.

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Los más de 3.500 animales, entre ovejas -las protagonistas, más de 3.000-, vacas -de Cantabria y Ávila-, bueyes y caballos, efectuaron un completo recorrido de seis kilómetros por el centro de la capital de España. Así, a partir de las 10.00 horas, las cabezas de ganado abrieron la comitiva desde la Casa de Campo al Puente del Rey. Subieron por el Parque de Atenas y la Cuesta de la Vega hasta la catedral de la Almudena y, a continuación, llegaron a la calle Mayor. «¡Eh, apartarse que no son coches», se abría paso a voces Gonzalo, un caballista madrileño llegado desde Navacerrada para participar en la fiesta. Tras una parada para reagruparse en la Puerta del Sol, los pastores siguieron cañada abajo hasta Cibeles y, a través de la calle de Alcalá, llegaron a la plaza de toros. 160 maravedíes A su paso por la plaza de la Villa, y siguiendo la tradición, los ganaderos entregaron a un representante del Ayuntamiento los 160 maravedíes establecidos como pago para el paso de 3.200 ovejas por la cañada. Se trata de una Concordia firmada en 1418 entre los Hombres Buenos de la Mesta de los Pastores y los Procuradores del Concejo de la Villa de Madrid. El organizador y promotor de la iniciativa, Jesús Garzón, de la Asociación Trashumancia y Naturaleza, defendió la importancia de «preservar las tradiciones, promover la ganadería y animar a los más jóvenes a tomar el relevo al frente de los rebaños». Según Garzón, el paso del ganado por Madrid es una más de las decenas de travesías que la asociación está coordinando por todo el país en un intento de «mantener abiertos y en buen estado» los 125.000 kilómetros de vías pecuarias existentes en España. La organización de la Fiesta de la Trashumancia destacó el incremento de participación”.

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Fotografías de Sardina El Diario Montañés

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CAMPOO, TRADICIONES PERDIDAS.

Con la misma predisposición emotiva pero realista también, me dispongo a escribir ahora sobre una cuestión que necesariamente pone un halo de tristeza en mi euforia innata cuando de Cultura Tradicional se trata y afloran a mi memoria temas como el que ha dado motivo a este título de: "Campoo: Tradiciones perdidas".

Ya ha quedado dicho que Campoo es una gran comarca fiel a sus "Usos y Tradiciones" y mantiene muchas de ellas en toda su secular pureza, cuestión que es evidente y se pone de manifiesto año tras año en muy diversas ocasiones.

No obstante, y para no caer en las alas tentadoras de la exageración, en el mismo artículo comentaba que a pesar de la predisposición de los Campurrianos por mantener vivas sus tradiciones, algunas de ellas han desaparecido, aunque ciertamente, son muchas más las que aún perduran a pesar de la modernidad pujante que implacablemente nos traspasa.

Me voy a referir solamente al relato literario de las Tradiciones perdidas, sin entrar en juicios de valor o razones socio-culturales por las cuales se han ido quedando en el “baúl de los olvidos”, a pesar de que tuvieran una gran implantación en la comunidad campesino-ganadera predominante en la comarca de Campoo, estructurada básicamente en un sistema de cultivo basado en el minifundio familiar, con técnicas tradicionales trasmitidas de generación en generación desde tiempos seculares; en una ganadería en régimen extensivo al cuidado de un pastor o vaquero, ajustado por los vecinos de cada pueblo; en una estructura social colectiva en instituciones consuetudinarias, basadas en la fuerza de la tradición, usos y costumbres; sociedades de agricultores y ganaderos; cofradías religiosas; sociedades de mozos; la cooperación intervecinal; el concejo...

Pero... ¿Quién sabe?. ¡Quizás algún día resurjan de nuevo!.

De momento, y ante esa posibilidad remota pero no imposible, quiero aportar mi pequeño grano de arena trayendo a la memoria de muchos y para que sirva de conocimiento para otros una somera descripción de estas Tradiciones perdidas que en tiempos no tan lejanos sirvieron de diversión y hasta de orgullo a nuestros mayores:

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Las hilanderas (probablemente del pueblo de Suano), Museo etnográfico Cantabria

La hila.

Sabemos por viejas crónicas y sobre todo por la labor etnográfica del Museo de Cantabria en Muriedas y por el Museo "El Pajar de Proaño" (Campoo) de la dedicación otrora, en nuestra comarca, a la recolección de lino.

Pues bien, de una tarea ardua y enojosa como era el cardado e hilado del lino y de la lana, nuestros antepasados tuvieron la habilidad y el acierto de convertirla en una buena forma de diversión y regocijo en las largas y frías noches de invierno.

Así, en algunas cocinas del lugar, al calor de la lumbre y bajo la luz del candil, iban haciendo su tarea, en donde no faltaban las largas charlas y comentarios a todos los "asuntos" del pueblo.

Era también una buena disculpa para que los mozos rondaran a las mozas y para que los novios echaran sus largas parrafadas en un rincón de la cocina.

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Sabemos también que la mayoría de las veces estas Hilas campurrianas acababan con un animado jolgorio.

Todos nuestros escritores campurrianos: Don José Calderón; Don Demetrio Duque y Merino; Don Ramón Sánchez Díaz... le han dedicado a "La Hila", bellas páginas con relatos y anécdotas de gran interés.

Pedir las natas.

Antigua tradición campurriana llevada a cabo por los mozos en las noches de verano, y cuando la abundancia de leche era más notoria.

Rondaban a todas las mozas del lugar y las cantaban canciones propias de dicha tradición bajo las rejas de su balcón, y por lo general, ellas les obsequiaban con agrado, generalmente con una puchera de buena leche.

Asómate a la ventana – cara de luna brillante Que aunque yo no te pretendo – conmigo viene tu amante.

Si alguna de las mozas ya estaba en la cama, se levantaba con agrado para corresponder graciosamente.

Los mozos ufanos se despedían con un sonoro final:

"Que San Antonio te guarde las vacas"

Si alguna de las mozas hacía oídos sordos y no correspondía con alguna dádiva, podía escuchar alguna canción de despedida como esta:

"La Gallarda no da leche, la Majita se estelló, vámonos de aquí muchachos, que ésta ya nos la pegó"

Pero sobre todo corría el riesgo de quedarse sin su ramo en su ventana en la noche de San Juan...

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Las rogativas.

Fue ésta una manifestación religiosa, teñida con matices romeros y sano jolgorio, que tuvo gran arraigo en Campoo. Consistía en efectuar una peregrinación por familias y también por el conjunto de todos los habitantes de cada pueblo, una vez al año, para cumplir ante la Virgen, quizás alguna promesa hecha en momentos de angustia o penuria de difícil solución.

La más importante era la que se efectuaba a la Virgen de Montesclaros, proclamada Patrona de la Merindad de Campoo el día 1 de abril de 1.721.

Fue también muy visitada la Virgen de Labra, Patrona de Campoo de Suso, en la actual ermita en la pradera de San Miguel, entre Villar y Celada de los Calderones.

Esta rogativa estuvo vigente desde que allá en el año 1.615, se hiciera la primera ermita en el lugar de la Cumbre de Cuesta Labra en donde fue hallada la Imagen por el pastor Justo Bazo, como nuestros lectores ya conocen.

Nos dicen las personas mayores que vivieron con emoción dichas rogativas, que era muy frecuente el desplazamiento con el carro de vacas muy engalanado con ramas y flores, así como la pareja de vacas con mantas, melenas y colleras bien lucidas.

La rogativa más antigua con referencia escrita es la denominada "Voto de Orzales" que data del año 1.577.

El Corpus.

Gran fiesta religiosa y romera esta del Corpus Cristi, expresión que significa el Cuerpo de Cristo, en el jueves, sexagésimo día, después del Domingo de Pascua de Resurrección, o dicho de otro modo, en el jueves siguiente a la Octava de Pentecostés.

En ella exalta la Iglesia el amor a Jesucristo y es una de las fiestas móviles del calendario litúrgico.

Esta fiesta católica en honor a la Eucaristía, fue instituida por el Papa Urbano IV, en el siglo XIII.

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Tiene sus orígenes en 1.247, cuando el Obispo de Lieja, Roberto de Torote, ordenara, con la facultad que para ello tenían los Obispos, la celebración de la nueva fiesta.

En 1.264 el citado Papa Urbano IV, mandó que se celebrara en todo el mundo católico.

En nuestros pueblos campurrianos, comenzaba la víspera a notarse ya el gran esplendor, cuando todos los rapaces y rapazas del pueblo barrían muy cuidadosamente todas las calles y callejas por donde pasaría el Día del Corpus, la nutrida y solemne precesión, a la que no faltaba nadie, unos por convencimiento propio debido a su gran devoción, otros por el qué dirán y otros por... imperativos de la época.

El propio día, por la mañana temprano, antes de la gran misa solemne, los mismos chicos y chicas echaban flores y hojas por el suelo a lo largo del recorrido que posteriormente se efectuaría.

Por su parte, las mujeres engalanaban cuidadosamente las ventanas y balcones de su casa.

También se instalaban altares, profusamente adornados, en diversos lugares del recorrido, que eran visitados por todo el pueblo en solemne procesión como ya se ha indicado, encabezada por el señor cura que portaba el Cáliz con la Sagrada Forma.

Esta brillante fiesta del Corpus , junto con Jueves Santo y la Ascensión, dieron motivo, por su gran dimensión religiosa al acuñamiento de la popular y contundente cuarteta:

"Tres jueves hay en el año, que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Cristi y el Día de la Ascensión".

Estupenda fiesta también lúdica y romera en algunos pueblos de la comarca de Campoo tenida como patronal.

Recordamos ahora, la animada romería que se efectuaba en Orzales, con la luna reflejada en las serenas aguas del gran pantano del Ebro.

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Semana Santa y Cuaresma.

En estos días de profunda práctica religiosa se tapaban los santos de la iglesia, se cantaban viacrucis o calvarios y se usaba la matraca en vez de la campanilla en misa.

La cruz del pobre.

Se trataba de una cruz pequeña de madera y pintada de negro, que recorría el pueblo, un día en cada casa. Incluía la obligatoriedad de dar cobijo, aquella noche, en la casa en donde estuviera, si pasaba por el pueblo algún pobre pidiendo.

La montanera.

Ya hemos dicho anteriormente que la “matanza del chón”, en Campoo, fue siempre imprescindible para la alimentación familiar, la “reina” indiscutible de la gastronomía casera, a medio camino entre liturgia y supervivencia y ha constituido una clara seña de identidad de usos y costumbres, que han hecho del cerdo un animal noble y emblemático. En el tiempo del engorde, próximo a la matanza, se le mimaba con tanto cuidado que llegaba a ser “el rey de la casa”.

Entre estos usos y costumbres, se encuadra la montanera, que era una forma de pastoreo de los cerdos, desde septiembre hasta noviembre, al cuidado de un “porqueru” o pastor de cerdos, para aprovechar las muchas bellotas y hayucos de nuestros montes de robles y hayas.

El matancíu y la picatuesta.

Lo que fuera en Campoo, tema de vital importancia en la alimentación familiar, desde tiempos muy pretéritos, la matanza del chon, puede decirse que ha desaparecido casi totalmente, salvo rarísimas excepciones.

Por un lado los nuevos hábitos en la alimentación rural y por otro las normas de regulación sanitarias más estrictas, han determinado que la matanza casera haya perdido su principal razón de ser.

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Emilio, Pilar, Teresa, Goyo, Eutimia, Justo, en Salces

No obstante, sí se debe seguir considerando como una riqueza cultural tradicional importante, habida cuenta de las connotaciones lúdicas que llevaba consigo todo su desarrollo, casi un rito, el día de la matanza:

Para los pequeños de la casa, suponía un día de gran regocijo y hasta se les permitía no asistir a la escuela. Para los grandes, la comida además de ser abundante, llevaba la connotación añadida de ser un motivo importante de convocatoria familiar.

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También entre los vecinos mejor avenidos, se practicaba el regalo de la picatuesta, consistente en una morcilla y una tajada, el día de la matanza o del estazado.

Las peleas de toros.

En Villacantid, 1.963

Sabemos por las crónicas antiguas que las gentes de Campoo, han sido ganaderos desde los tiempos más remotos, favorecidos por las buenas hierbas de las abundantes praderías y brañas en las montañas colindantes.

Es por tanto, una tierra que reúne las condiciones idóneas para la cría del ganado en estado de libertad, también denominado en "régimen extensivo", cuya custodia diaria era encomendada a pastores ajustados por los vecinos de cada pueblo, sustituidos en la actualidad por kilómetros y kilómetros de los desagradables alambres de espino.

La cabaña campurriana estuvo siempre compuesta, básicamente, por la vaca autóctona, denominada "Vaca campurriana", desaparecida hacia los años 40 del recién concluido siglo XX. De color rojo oscuro, con tonos castaños y negros, con cuernos largos y fuertes, de patas robustas y muy resistentes al frío.

Abundante también la "Vaca tudanca", de pelo pardo, algo más pequeña, pero igualmente fuerte y ágil para la alta montaña.

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Ambas razas, reunían las condiciones idóneas para la carreterría de tanta tradición en nuestra comarca, como ya ha quedado dicho en páginas precedentes.

Por todas estas circunstancias del pastoreo en las brañas altas, era muy conveniente que los toros sementales, se enfrentaran en lugares sin peligro antes de llevar la cabaña a los puertos, para que cada ejemplar ejerciera su egemonía sobre el oponente y así evitar peleas en lugares con alto riesgo para los contendientes.

Este enfrentamiento necesario, se convirtió en tradición que se llevaba a efecto el primer domingo de marzo y despertaba una enorme expectación entre los ganaderos y el pueblo en general, y al dueño del toro ganador le aportaba un buen motivo para mostrar un cierto orgullo.

El Campo de Santiago de Reinosa, fue también escenario de estas peleas de toros.

Seguidamente y como complemento de este capítulo quiero reseñar las distintas denominaciones del vacuno macho según la edad del animal:

Recental. Recién nacido. Jatu. Etapa de leche. Terneru. Jatu con destino al consumo de carne. Becerru. Cuando deja de mamar y comienza a pacer. Rechau. De 1 a 2 años Castraoriu. Con más de 2 años y que será castrado. Novillu. Toro joven de 3 años. Toru. Semental de más de 3 años. Buey. Novillo o toro castrado y el color negro se le vuelve pardo. Duendu. Buey domado para el trabajo.

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Pedir para el lobu, el raposu y el milanu.

Es bien sabido que en Campoo abundan las alimañas, debido, entre otras cosas, a la abundancia de bosque y matorral que en ocasiones llegan hasta los mismísimos corrales de las casas, proporcionando un habitat excepcional para estos animales dañinos.

Citamos entre ellos al zorro, la garduña y al milano, los cuales, llegan a ser a veces, una enorme pesadilla para los gallineros.

Sin olvidarnos, claro está, del más temido de todos: el lobo, auténtica pesadilla para todos los ganaderos.

Sabemos por las crónicas históricas, las batidas que se formaban entre los vecinos para ahuyentar y mejor aún abatir a estas alimañas.

Cuando alguien lograba cazar a un raposu o un milanu, se lo entregaba a los mozalbetes del lugar para que fueran por las casas enseñando el "trofeo" y pidiendo la correspondiente recompensa. Posteriormente con lo obtenido, celebraban una animada merienda.

Si la alimaña abatida era un lobo y más aun si era una loba, la recompensa era mucho mayor.

La buena gloria.

Se trataba de un refrigerio ofrecido en los velatorios por los familiares del difunto.

Correr los lobos.

Batida anual, por prestación personal, para ahuyentar a los lobos y otras alimañas de las zonas de pasto y estancia de los animales domésticos, principalmente en los puertos de pastoreo.

Correr los hitos.

Vieja costumbre de comprobar todos los años, por personas elegidas en concejo, que los hitos divisorios de terrenos comunales y fincas, estaban situados correctamente.

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Estos hitos, piedras hincadas en el suelo, llevaban una cruz graba en su parte superior, y con tres trozos de teja en la base, bajo la tierra, como pruebas de que efectivamente eran hitos.

Pagar la robla.

Se trataba de un "importante requisito" sin el cual los tratos de compra-venta y negocios varios no se consideraban cerrados sin haberse llevado a buen término el correspondiente convite en la taberna más cercana y por cuenta del vendedor.

El juego de la lichona.

Se trata de un juego de chavales, ya en desuso, muy viril, que se jugaba en Campoo. También se denomina “la chona”. Para ejecutarlo, se hacía un hoyo en el suelo llamado “iglesia”, y a su alrededor tantos hoyos más pequeños como jugadores menos uno, denominados “casas”. Cada jugador iba provisto de un palo del tamaño de un bastón que debía mantener introducido en su “casa”. El jugador que se quedaba sin “casa, corría la lichona”, una bola de madera del tamaño de una patata, que debía procurar introducirla en la iglesia, con ayuda de su palo, ante la oposición férrea de todos los demás que trataban de impedirlo, alejando, si podían, lo más posible a la lichona, con el cuidado del que la corría no introdujera su palo en la casa de alguno, por haberla dejado vacía, para alejar a la lichona, en cuyo caso se cambiaban los papeles y pasaba a correrla quien había perdido su hoyo.

Para comenzar el juego, quien le había tocado, por sorteo, correr la lichona en primer lugar, la lanzaba desde una distancia con la mano hacia la iglesia, al tiempo que cantaba: Lichonita, lichonada, el que me la de en el aire, que me la baile y el que me la dé de parada, siete veces la rudeada”, es decir, se podía rechazar cuando iba por el aire y de no conseguirlo, había que esperar a que estuviera parada en el suelo y la tocara primero, el que la corría.

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… y tantos y tantos juegos de niñas y niños que ya no se juegan: el garbancito; la luz; la rayuela; a la una anda la mula; el corro la patata...

Dar la cencerrada.

Vieja costumbre, en los pueblos campurrianos, esta de dar la cencerrada, consistente en molestar a los viudos o viudas del lugar en la noche de bodas de sus nuevas nupcias.

En ella participaban todos los mozos del pueblo que bien provistos de campanos, se pasaban la noche tocándolos a la ventana de los recién casados dándoles la cencerrada.

De igual modo, el día de la boda, cuando el novio era forastero y no había pagado "la patente" a los mozos del pueblo de la novia, los mozos vestían a dos muñecos de novia y novio y los paseaban por todo el pueblo tocando los campanos y cantando coplas alusivas.

OTRAS COSTUMBRES PERDIDAS.

. Tomar la parva. Era un pequeño refrigerio de la gente trabajadora, por la mañana temprano, y en especial el día de la matanza del cerdo, consistente en una copa de aguardiente (orujo) con galletas o dulces.

. Matar el gusanillo. Hábito en muchas personas de tomarse una "copita" de aguardiente por la mañana antes del desayuno.

Procede de la antigua creencia de que en el estómago existía un cierto parásito o "gusanillo" que se hacía preciso eliminar tomando un trago mañanero, en ayunas, de aguardiente o similar.

. Tomar la robla. Se trataba de un "importante requisito", sin el cual no se consideraba en firme ni los tratos de compra-venta, ni otro tipo de negocios, ni la venta de ganado, sin llevar a buen término el correspondiente convite en la taberna del pueblo por cuenta del vendedor.

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. Comer el hornazu. En la noche del 31 de enero, a toque previo de campana, todos los mozos del pueblo, se reunían para celebrar a Santa Brígida bebiendo vino que pagaba el alcalde de las arcas del concejo. En Salces lo celebraban los chavales en la casa de concejo bajo la vigilancia del alcalde.

. Poner el ramu. En la noche de San Juan era costumbre que los mozos pusieran una rama de fresno en la ventana de cada moza, y en ocasiones con algún regalo. Si alguna moza se quedaba sin su “ramu”, era considerado como un insulto muy grave. Los retiraban por San Pedro, hacerlo antes no era bien visto.

. La repelea. Vieja tradición en la que el padrino del bebé recién bautizado lanzaba al aire puñados de caramelos y confites, a la puerta de la iglesia, para que los niños y niñas del pueblo los recogieran con habilidad y rapidez de reflejos.

. Jugarse la merienda. Hasta bien avanzado el s. XX, fue costumbre arraigada entre los chavales que guardaban "vecerías", jugarse el pan de la merienda: Colgaban los mendrugos de un palo hincado en el suelo y debían derribarlos, desde cierta distancia, lanzando piedras o palos, ganando cada uno los mendrugos que lograra tirar al suelo.

. Asar patatas. Fue costumbre entre los veceros asar patatas para merendar, para lo cual hacían buenas fogatas. Las patatas la obtenían del patatal más cercano.

. Ir de platu. El hecho de estar invitado a la casa de un pariente o de un amigo, dió motivo al acuñamiento de esta frase popular "Ir de platu". Sinónimo de "Ir a mesa puesta", o "Estar de baberu".

. Hacer comedias. Se hacían en con cierta frecuencia en los pueblos en la época de Cuaresma con gran animación, bien con actores del pueblo, mozas y mozos y las chicas y chicos de la escuela o con comediantes de fuera. Se proyectaban también en la escuela películas de cine mudo.

. Ir los lunes al mercau a Reinosa. Ancestral costumbre que sigue vigente, pero ha cambiado el contenido. Antes las mujeres de los pueblos iban a vender huevos, mantecas, miel; también los chones de cría, ovejas, cabras, gallinas, pollos, patatas.

Eran muy especiales el lunes de castañas, el primer lunes de noviembre que se iba a comprar castañas y lunes de Pascua o Pascuilla, con fiesta en algunos pueblos.

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. En las romerías. Las mozas bailaban juntas en pareja hasta que los mozos también en pareja las sacasen a bailar siempre con la duda de las posibles calabazas si los mozos no eran de su agrado. Ellas, llevaban los zapatos nuevos quitados por el camino y se los ponían al llegar al lugar de la romería; los viejos los dejaban escondidos hasta el regreso a casa. Ellos, se pasaban media tarde en la taberna o en la capachera cantando o jugando a los bolos.

Los que teníamos bicicleta nos producía gran satisfacción montar a alguna moza en la barra de regreso a casa.

. En la trilla. Fue costumbre que las mozas se taparan completamente la cara con un pañuelo para no ponerse morenas. Hay que tener en cuenta que la moda del moreno no surgió hasta los años 60 con la llegada del turismo y el “destape” en las playas.

. Ir de bracete. Los novios cuando paseaban juntos no se daban la mano y menos aún iban cogidos del brazo. Cuando lo hacían era prueba evidente de que ya planeaban la boda.

. Mojarse la oreja. Grave ofensa imperdonable por quien se veía sometido a que otro le mojara la oreja con un dedo mojado en saliva. Suponía el desafío máximo y no había otra salida que pegarse o ser tildado de cobarde.

. Luchas. Llamadas también “engarrás a vueltas”, consistentes en tumbar el uno al otro. Se empezaba con juego limpio pero casi siempre se acababa a puñetazos.

. Peleas entre mozos. Hasta hace unas décadas fue casi tradición, que los mozos de un pueblo se engarraran con los de otro. Cualquier disculpa valía para liarse a puñetazos: Por una moza; por una canción provocativa, con la consabida intención de “vamos a echarlos abajo”, cantando más alto y mejor

. A morrillazos. Cuando un mozo le “quitaba” la novia a otro, el “perdedor”, solía reaccionar apedreando al “ganador” y lo hacía solo o acompañado por la noche cuando éste dejaba a la moza en casa, con el fin de amedrentarlo y que abandonara su conquista.

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TRASTADAS, ZALAGARDAS Y PICARDIAS:

Fue de práctica común entre los mozos y los chavales según la edad, hacer una serie de trastadas y zalagardas, más o menos picarescas, y más o menos intrascendentes, las cuales se hacían generalmente sin malas intenciones de causar daños graves aunque a veces sí se producían:

. Los mozos de vez en cuando “robaban” gallinas incluso a sus propias madres para hacer una cena, y luego le echaban la culpa al milano.

. Era bastante habitual robarle las manzanas de su huerto al señor cura.

. Ir a coger “pivardos”. Novatada que los mozos mayores pretendían hacer a los mozalbetes ingenuos haciéndoles creer que eran unos “pajarracos” muy grandes que volaban por las noches a ras del agua, en la mina Fontoria, y se les cogía con un saco, pero era necesario tocar constantemente varios campanos.

. Era frecuente tirar piedras a los perros que andaban sueltos por la calle y también ponerlos latas y botes atados al rabo y cuanto más ruido hacían más corrían.

. Con frecuencia se hacían “guerras” a morrillazos (pedradas) entre los chavales de un barrio contra los del otro. En invierno se hacían con pellas (bolas) de nieve.

. Se cogían jorges y taberneras en las choperas y grillos hurgando con una paja larga en sus agujeros y en ocasiones se les uncía con un pincho largo de espino.

. Se ponía una moneda en el suelo atada con un hilo y cuando alguien pasaba y la veía en el momento de agachase a cogerla se tiraba de hilo.

. Había costumbre entre los chavales fisgar a las parejas de novios cuando iban de paseo por el campo y se sentaban detrás de los espinos para darse el pico y en ocasiones algo más.

. Los chavales se ponían un trozo de espejo en el pie para intentar ver las bragas a las mozas cuando estaban de pie hablando en grupo distraídas. También se les arrojaban “pegotes” al pelo y cuando se ponían la ropa nueva para ir a la romería.

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. Era costumbre pisarse unos a otros las alpargatas o los zapatos nuevos el día que se estrenaban.

. Se hacían competiciones entre los chavales después de bañarse en verano detrás de los espinos a ver a quien “le venía” primero o quien la tenía más larga.

. ¿Jugamos al teto?. ¿Qué es eso?. Tu te agachas y yo te la meto.

. ¿Has visto a Carlos?. ¿Qué Carlos?. El de los cojones largos.

.

No faltaba quien se untaba de tocino la cara para que le saliera primero la barba o se ponía lana negra alrededor del pene para aparentar que ya se tenía bello.

Se mataban pajaritos con tiragomas y hondas y se cazaban con cepos. También se les metía recién salidos del cascaron con nido y todo en una jaula para que los padres los alimentasen allí cautivos, pero nunca se lograba ya que al poco tiempo los padres dejaban de alimentarlos y lógicamente se morían. A menudo se cogían con liga, para lo cual se untaba una paja larga con un pegamento obtenido de la corteza del acebo que se dejaba varios días en agua y se machacaba bien con dos codones del río hasta conseguir una pasta muy pegajosa; las pajas untadas se colocaban en la orilla de los regatos en donde los pajaritos iban a beber y a bañarse, y cuando se posaban se impregnaban con la liga y ya no podían volar.

Allá va un pensamiento – pique o no pique El que tuviere rabia – que se la quite.

Las suegras y las nueras – se han querido mal Porque unas hablan mucho – y otras mucho más.

Una vez que te quise – ciento me pesa Donde lumbre se ha hecho – ceniza queda Y donde pan se come – migas se quedan.

Con el rique, rique, rique – con el rique, rique, rra Y a mí qué se me queda – que si tú no me quieres

Otro me querrá.

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EL CONCEJU.

Según se desprende de las crónicas históricas, los castellanos viejos vivían una vida comunal en sus Merindades y Behetrías, en aldeas libres, comunidades locales autonómicas con personalidad jurídica propia indudable, expresada en sus concejos abiertos, que poseían colectivamente los prados, montes, aguas, etc.

El concejo, tenía soberanía y jurisdicción sobre un territorio muy variable, que comprendía varios pueblos, teniendo cada aldea, a su vez, una cierta autonomía local y vida propia dentro del Concejo o Comunidad.

El poder emanaba del pueblo y era ejercido en el concejo.

Los concejos eran abiertos y participaba todo hijo de vecino cuando eran convocados, generalmente “a toque de campana tañida y repicada”; por lo general se celebraban en el pórtico de la iglesia o en la casa dedicada a tal fin. En la administración del concejo rural participaban todos los vecinos, si bien el requisito de vecindad, es decir, ser casado o viudo con casa abierta y hacienda propia, era imprescindible para poder asistir y participar en las sesiones del concejo. Los solteros no emancipados y las mujeres, casadas o viudas, carecían de capacidad legal para tomar parte.

En Campoo, se practicaba el concepto de vecindá (vecindad), que era un “tributo” que pagaba un mozo del pueblo cuando se casaba y se quedaba a vivir en él, para invitar a todos los vecinos, y así adquiría lo que se denominaba “participar en todos los derechos del pueblo”.

Concejá (concejada), definía a un concejo muy alborotado y muy discutido. Conceju mayor, definía el sistema de gobierno entre dos o más pueblos para administrar sus terrenos comunales.

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TERCERA PARTE

EL RABEL Y SU CIRCUNSTANCIA

ANDO unas pinceladas más sobre este tema tan sugerente de la Cultura Popular Campurriana y en especial sobre el estudio y promoción de nuestro instrumento musical por excelencia, el humilde pero bello instrumento pastoril y artesano tan rudimentario como antiguo, EL RABEL, incluyo el siguiente trabajo:

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RABEL Y BIHUELA con arco. ¿Primos hermanos?.

Sabemos por crónicas antiguas que la Vihuela con arco ha tenido en la Edad Media y en el Renacimiento diferentes definiciones: Fídula, giga, viela, e incluso rabel, instrumentos de cuerda frotada similares al violín o viola actuales, muy usados en la música medieval.

Estos dos instrumentos, el rabel y la vihuela con arco, por su parecido morfológico y forma de tañerlos, son muy similares, tanto que a la vista incluso de personas expertas pueden pasar por ser el mismo instrumento.

En mi opinión que no tiene más valor que la de ser un aficionado tañedor de Rabel, un poco investigador y algo de estudioso del mismo, creo que el Rabel es la versión primigenia de estos instrumentos, teniendo en cuenta sus características más rudimentarias y más sencillas.

Ante esta circunstancia y ante la imposibilidad de situarlos en el tiempo convenientemente, me tomo la licencia de considerar al rabel como anterior a la Vihuela con arco, y doy por válida mi creencia de que los instrumentos que indico a continuación son Rabeles, representados en códices como el Beato de Liébana,

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siglo X, y en canecillos, capiteles y ornamentos varios del románico, siglo XII y posteriores:

EN: Los Carabeos (Campoo-Cantabria), San Salvador de Piasca (Cantabria), San Miguel de Chantada (Lugo), Sasamón (Burgos), Jaca (Huesca); San Lorenzo de Vallejo (Valle de Mena); en el pórtico de la gloria y puerta de platerías, ambas de la catedral de Santiago de Compostela; en el pórtico de la colegiata de Toro; en el claustro de la catedral de Seu de Urgel (Lérida) y de Oviedo; en varios lugares de Villaviciosa y Langreo (Asturias); en San Martiño de Noya (La Coruña); en los pórticos de las catedrales de León y Burgo de Osma (Soria); en el palacio de Xelmirez (Santiago de Compostela)…etc.

Bustamante y Jorrín en el Pórtico de la iglesia de San Lorenzo de Vallejo Valle de Mena.

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.1. Capitel de la catedral de Jaca (c. 1080), representa al rey David tocando en su

trono una vihuela de arco junto con otros músicos. .2 Rabel en la cantiga 170 de Alfonso X (pintura).

. 3. Miniatura mozárabe de un Beato año 900-950. BNE Vitr. 14/1. Folio 130r. .4. Vihuelas, de arco y de péñola Cántigas de Santa María Alfonso X

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EL RABEL

Tapa de cuero. Tapa de hojalata (Rabel de morral). Tapa de madera.

Para una definición correcta del rabel recurro al diccionario que dice:

“RABEL: Instrumento músico-pastoril, de hechura como la del laud y compuesto de una a tres cuerdas que se tocan con arco y tiene un sonido muy agudo”

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Se trata, por tanto, de un instrumento popular y por ello goza de una gran variedad de formas, de tipos y de modelos, aunque manteniendo siempre sus características esenciales.

Encuadrado en el grupo de los cordófonos frotados. Se toca de oído, sin partituras, en una escala pentatónica.

Hay también rabeles de tamaño pequeño que se les denomina “rabeles de zurrón”.

El rabel tiene otras muchas denominaciones. Así por ejemplo en Asturias se le denomina bandurria; en la zona de Gredos arrabel (no confundir con el arrabel madrileño, otro instrumento hecho a base de huesos de pata de cordero); en el País Vasco arrabiti y chirrin; en Cataluña rabeu y rabequin. En otros lugares se le conoce como contraix de bufa; larrabi; rabelejo; rabequet; rabelillo; rebenque; rabil; rebent; rebeu; rebever; robeu…

En algunos textos antiguos nos encontramos también rabe y rabe morisco.

Este humilde instrumento de música popular, gozó otrora de un gran arraigo en España.

SU ANTIGÜEDAD.

Las primeras referencias en Torno a estos instrumentos musicales denominados cordófonos frotados, aparecen en Persia en el siglo IX, coincidentes con las referencias aparecidas en China y en Oriente, que atribuyen su origen a los Mongoles. En el siglo X, aparecen las primeras referencias en Europa.

En España, la primera referencia fehaciente de su existencia, se recoge en el Beato de Liébana, en el siglo X. Pero quizás, la primera referencia escrita haya que buscarla en la biografía que de San Millán, patrono que fue de Castilla y co-patrono de España con Santiago

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el Mayor, escribiera San Braulio, obispo de Zaragoza, en el año 631, a los 57 años de la muerte del santo ermitaño, primer evangelizador de Campoo, quien nos dice que San Millán, los primeros años de su juventud, los pasó cuidando ovejas, endulzando las largas horas de pastoreo frotando melódicamente las cuerdas de su rabel.

En Campoo, tenemos la referencia más antigua en la iglesia Santa María la Mayor del s. XIII, de Los Carabeos, en el barrio de Barruelo, como ya se ha indicado, si bien se desconoce cuándo y cómo llegó por primera vez.

En versión popular y de boca de algunos estudiosos se dice que fue introducido por los pastores trashumantes de Extremadura, sin precisar época.

Por su parte el insigne Sixto de Córdova y Oña, lo fija en el siglo XVIII.

En fin, ciertamente se deduce que no está documentada convenientemente su introducción en Campoo y bien podemos decir que cualquier opinión debidamente razonada puede ser tenida como válida.

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Vallespinosa de Aguilar (Palencia) Las Henestrosas (Cantabria)

Catedral de León Sasamon (Burgos)

Sasamon (Burgos) Revilla de Santullán (Palencia)

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SITUACION DEL RABEL EN EL SIGLO XXI.

Ciertamente en la primera década del actual siglo XXI, ha tomado un auge importante y bien se puede afirmar que ha pasado de ser un instrumento en el entorno familiar a los escenarios, fundamentalmente en Cantabria en los Valles de Campoo y Polaciones, así como en el norte de Palencia y Burgos; en la zona de la Vera de Extremadura; en Caligao de Asturias, y con menor profusión en Cuevas del Valle (Ávila), Oropesa (Toledo) en las provincias de, La Rioja, Zamora…

En este aspecto de la recuperación de este instrumento, que estuvo a punto de pasar a ser pieza de museo a partir del último tercio del siglo XX, hemos de reconocer la labor de la Asociación de Rabelistas Campurrianos, fundada en el año 2000, reseñada con más detalle en otras páginas de este libro.

ES RABEL NO ES UN VIOLIN.

En efecto, son instrumentos diferentes, pues aparte de que la terminación tienen distintos grados de acabado, mucho más esmerada en el violín, éste posee además una tablilla perforada que se coloca dentro de la caja de resonancia llamada alma, tiene también “trastes” o señales para los dedos; la sujeción de las cuerdas en la caja es distinta; las cuerdas en el violín son 4 y en el rabel son una, dos o tres a lo sumo; el afino en el rabel se hace al oído; la colocación para el tocado es también diferente.

En la actualidad, hay una parte negativa en lo que a la elaboración del rabel se refiere y que ha supuesto una pérdida importante en su morfología secular, dejando de ser rabeles para pasar a ser “violines populares”, que es otra cosa:

La caja de resonancia ya no se hace de una sola pieza a base de vaciado y se efectúa de varias piezas pegadas, el fondo por una parte y los laterales por otra.

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Ya no se utilizan para la tapa ni la piel de cordero u otro animal, ni la hojalata.

Las cuerdas han sido sustituidas por cuerdas de violín y lo que es peor se incluyen tensores mecánicos para el afinamiento.

Desde luego, sí ha ganado en sonoridad para los escenarios pero ha perdido su esencia de instrumento artesanal, popular y genuino.

Tiempos vendrán en que habrá que volver a la esencia pura del Rabel, porque la ciencia del folklore en su verdadera filosofía así lo demandará.

COMPONENTES DE UN RABEL:

Básicamente son dos: el instrumento propiamente dicho y el arco o sedal para tañerlo, elaborados de forma artesanal y rudimentaria.

El instrumento consta de caja de resonancia, tapa, mástil, clavijero, silleta, puente, cordal, pivote, “oídos” y cuerdas.

La caja y mástil deben ser de una sola pieza y de madera, cortada en luna menguante, como bien saben los artesanos de la madera.

La tapa puede ser de madera, de piel de cabrito o de hojalata, con varios agujeros denominados “oídos”.

El mástil, incorpora el clavijero con una tira transversal de madera o de acero denominada “silleta”; no lleva trastes y las clavijas son de madera.

Las cuerdas, pueden ser de tripa; de cola de caballo ( dicen los expertos que las de yegua son de peor calidad por el efecto del orín que con frecuencia las humedece); metálicas sacadas del cable retorcido de los frenos de las antiguas bicicletas y más recientemente la 1ª y 2ª cuerdas de laud o violín.

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El acople de las cuerdas en la parte trasera de la caja se efectúa mediante una pieza de madera, cuero o hueso, llamada “cordal” y va atado a un taco, “botón” o pivote encastrado en la propia caja.

En cuanto al arco o sedal, también denominado sedil, cayau, rabil… puede ser de varias formas y longitudes, a gusto del tañedor. El más rudimentario se hace con un palo delgado y curvado en forma de “media luna”. Las cuerdas pueden ser de tripa o de cola de caballo, las cuales han de ir impregnadas con resina cuando se tañe para conseguir el frotamiento adecuado. En Campoo se pone un “pegote” de resina entre la caja y el mástil.

Posición para el tañido: Básicamente son dos: De pie, apoyado el rabel sobre el hombro, sin tocar con la barbilla (estilo campurriano). Y sentado, apoyado el instrumento sobre las rodillas con el mástil hacia arriba (estilo purriego).

QUIÉN LO TAÑE?.

La pura tradición nos dice que han sido los hombres mayoritariamente los que han tocado el rabel. Las mujeres han optado por tocar la pandereta, otro instrumento básico en el folklore campurriano.

En la actualidad, esta “norma” ya está superada.

LAS COPLAS:

Bien podemos decir que las coplas populares le son al rabel lo que el ojal al botón, es decir, imprescindibles

Las coplas son la salsa del instrumento, sin las cuales perdería el Rabel una de sus principales razones de ser, ya que aportan a la melodía musical la gracia y picardía, sin cuyos ingredientes se perdería, como decimos, uno de sus principales atractivos: su “salsa picante”.

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¡Pero cuidado!. Una cosa es la picardía, el doble sentido de las letras y otra bien diferente es la grosería e incluso las coplas obscenas, como desgraciadamente están en boca de algunos de los tañedores actuales, con poca sensibilidad artística, que buscan la risa fácil de un sector de los oyentes de poco fuste.

Las coplas, por lo general, son populares, compuestas por el pueblo llano, por vates (poetas) aficionados y por los propios tañedores, así pues, su variedad de temas es muy amplio y muy relacionadas con las costumbres y tradiciones , y son muy frecuentes los temas de amor y desamor, los noviazgos… también las suegras y los curas, los políticos … etc.

Tienen fundamentalmente dos melodías “a lo pesao” y “a lo ligero”.

A lo pesao, cada verso está compuesto de ocho sílabas, con rima asonante en los versos pares, a modo de romance:

Cuandu me pongu a cantar,- Me se olvidan los cantares, Cuandu cantu solu en casa, - Los puedu cantar a pares.

A lo ligero, los versos 1 y 3 son octosílabos, pero los versos 2 y 4 son de cinco sílabas:

Pa` que vas y vienes - a la botica Si esi mal que tu tienes - no te se quita.

EL AFINADO.

Lo efectúa el tañedor de oído a su gusto adaptando el sonido a su voz y no al revés.

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El rabel en el Quijote:

La obra maestra de la literatura española y quizás universal, fue escrita como todos sabemos, por el genial madrileño Miguel de Cervantes Saavedra, nacido en Alcalá de Henares (si bien es verdad que hay autores que lo sitúan nacido en Cervantes, localidad de Sanabria –Zamora). “El fénix de los ingenios”, en su magna obra, hizo un canto permanente a la naturaleza, a la vida pastoril y a la cultura tradicional, y es en este aspecto en el que quiero resaltar su citación a los instrumentos musicales populares, y entre ellos a uno de tipo pastoril denominado rabel.

Este instrumento pastoril, popular, de vitola humilde, ha sido citado por don Miguel de Cervantes, en su gran obra universal El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, al menos en dos capítulos: 11 y 67.

Capítulo 11. “De lo que sucedió a don Quijote con unos cabreros”

Es un bello pasaje, del cual vale la pena recordar algunos párrafos: “… Para que con mas veras pueda vuestra merced decir, señor caballero andante, que le agasajamos con pronta y buena voluntad, queremos darle solaz y

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contento con hacer que cante un compañero nuestro que no tardará mucho en estar aquí; el cual es un zagal muy entendido y muy enamorado, y que, sobre todo, sabe leer y escribir y es músico de un rabel, que no hay más que desear. Apenas había el cabrero acabado de decir esto, cuando llegó a sus oídos el son del rabel, y de allí a poco llegó el que lo tañía, que era un mozo de hasta veintidós años, de muy buena gracia. Preguntáronle sus compañeros si había cenado, y respondió que sí, el que había hecho los ofrecimientos le dijo: De esa manera, Antonio, bien podrás hacernos placer de cantar un poco, por que vea este señor huésped que tenemos, que también por los montes y selvas hay quien sepa de música. Hémosle dicho tus buenas habilidades y deseamos que las muestres y nos saques verdaderos; y así, te ruego por tu vida que te sientes y nos cantes el romance de tus amores que te compuso el beneficiado de tu tío, que en el pueblo ha parecido muy bien. Que me place - respondió el mozo -. Y sin hacerse más de rogar, se sentó en el tronco de una desmochada encina y, templando su rabel, de allí a poco, con buena gracia, comenzó a cantar, diciendo desta manera:

Yo se Olalla, que me adoras, Puesto que no me lo has dicho,

Ni aun con los ojos siquiera, Mudas lenguas de amoríos

….

Donde no, desde aquí juro Por el santo más bendito De no salir destas tierras

Sino para capuchino.

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Con esto dio el cabrero fin a su canto; y aunque don Quijote le rogó que algo más cantase, no lo consintió Sancho Panza, porque estaba más para dormir que para oir canciones”.

En el capítulo 67, de la segunda parte “De la resolución que tomó don Quijote de hacerse pastor y seguir la vida del campo, en tanto que se pasara el año de su promesa, con otros sucesos en verdad gustosos buenos”.

Podemos leer:

“… Pardiez -dijo Sancho-, que me ha cuadrado, y aun esquinado, tal género de vida; y más que no la ha de haber aún bien visto el bachiller Sansón Carrasco y maese Nicolás el barbero, cuando la han de querer seguir y hacerse pastores con nosotros; y aun quiera Dios no le venga en voluntad al cura de entrar también en el aprisco, según es de alegre y amigo de holgarse.

¡Válgame Dios –dijo Don Quijote-, y qué vida nos hemos de dar, Sancho amigo !. ¡Qué de churumbelas han de llegar a nuestros oídos, qué de gaitas zamoranas, qué de tamborines, y qué de sonajas, y qué de rabeles!.

Pues, ¡qué si entre estas diferencias de músicas resuena la de los albogues!.

Allí se verán casi todos los instrumentos pastorales”.

Además de las bellísimas páginas cervantinas, en donde queda el humilde rabel tan bien parado, hay otras muchas pinceladas no menos interesantes en la riquísima literatura española de otros ilustres autores que hacen referencia al rabel, tales como “Beato de Liébana”; Alfonso X el sabio; Alfonso XI; Arcipreste de Hita (Libro de Buen Amor); Luis de Narváez; Rodrigo de Reinosa; Jorge Montemayor; José Ortiz de Echagüe; Lucas Rodríguez… También en romances anónimos, como ”La serrana de la Vera”… etc.

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EL RABEL EN LA LITERATURA COSTUMBRISTA.

Quizás ya a muy pocos campurrianos en estos momentos, se le oculte que el Rabel en Campoo está cogiendo un auge considerable, de la misma manera que todos somos conscientes de que estuvo a punto de pasar a ser pieza de museo etnográfico y que gracias a la labor de unos pocos entusiastas del mismo, y en especial la Asociación Cultural y Juvenil “Rabelistas campurrianos” y “ENDO – OLEA”, se le ha recuperado notablemente, tanto, que ya tiene un porvenir bien asegurado.

Y esto es bueno, no solamente para el goce y disfrute de los amantes de este noble instrumento, tan humilde como interesante, sino también para el bagaje de nuestra cultura tradicional popular.

No obstante, hay que seguir en el empeño hasta conseguir su reconocimiento a todos los niveles de la cultura, y si bien es cierto, que de ser un instrumento animador de las tertulias de las cocinas campurrianas en los largos y fríos inviernos, en los últimos tiempos ya ha ascendido hasta el nivel del escenario de muchas de las fiestas de nuestro pueblos campurrianos, y hemos de seguir, digo, hasta conseguir que llegue a las aulas de los colegios de la comarca.

Este instrumento pastoril y de vitola humilde y artesana, encuadrado en los instrumentos populares de los cordófonos frotados, ha sido tema de muchas bellas páginas en la literatura española.

Así por ejemplo, el erudito Arcipreste de Hita, en su obra Libro de buen amor, en 1.330, en el capítulo De cómo clérigos e legos e flaires e monjas e dueñas e joglares salieron a recebir a Don Amor” dice:

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“El rabe gritador, con la alta nota, - cabe el orabin tañiendo la su nota - el salterio con ellos, más alto que la mota;- la viuela de pendola con aquestos y

sota”

Medio canon e harpa con el rabe morisco;- Entre ellos alegranza el galipe Francisco;

La flauta diz con ellos, mas alta que un risco, Con ella el tanborete: sin el non vale un prisco” …

Luis de Narváez, en 1.538, en su Libro del delfín de música, recoge esta copla: “El romero y peregrino / cansado de caminar/ comienza luego a cantar/ por alivio del camino/ y el pastor/ cuando hace más calor/ no siente trabajo del / porque tañe su rabel / con que siente gran dulzor”.

Jorge Montemayor en su obra Los siete libros de Diana; José Ortiz de Echagüe en su libro España, tipos y trajes… etc. igualmente han dedicado al Rabel, bellas páginas y estrofas.

Romances también como los de Lucas Rodríguez escritos en 1.550…

El bello romance extremeño La serrana de la Vera, del cual y a modo de ejemplo, reproduzco unas estrofas:

“Allá en Garganta la Olla, - en la vera de Plasencia, salteome una serrana, - blanca, rubia, ojimorena, trae recogidos los rizos - debajo de la montera; al uso de cazadora - gasta falda a media pierna

… De perdices y conejos - Sirviome muy rica cena,

De pan blanco y de buen vino - Y de su cara risueña.

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Si buena cena me dio - Poco pude comer della; Si buena cena me dio - Muy mejor cama me diera; Sobre pieles de venado - Su mantallina tendiera.

Viendo que no me rendía - Porque el sueño me rindiera A mí me dio un rabelillo, - Ella toca su vihuela;

Por un cantar que ella canta - Yo cantaba una docena

En 1.905, don J. Givanel Mas, en el prólogo que hizo para la Iconografía de las ediciones del Quijote, hecha por don Manuel Henrich, e impresa y editada por él mismo en Barcelona, en conmemoración del III centenario de la publicación del Quijote, que por cierto ha sido reeditada en “facsimil” por LIBRIS asociación de libreros de viejo, el pasado año 2.005 en conmemoración de la XVII Feria de Otoño en Madrid, del Libro Viejo y Antiguo, podemos leer:

“Antonio, el mozo del rabel, arde en amores por Olalla, y demuestra la intensa pasión que siente hacia su amada…”

En clara referencia al pasaje cervantino De lo que sucedió a don Quijote con unos cabreros, anteriormente reseñado.

Lo incluye Givanel en el resumen de la clase de personajes que toman parte en la portentosa fábula quijotesca, los cuales, no pertenecen exclusivamente a una clase de la sociedad, sino que mezclado y en revuelto torbellino, desfilan por sus páginas tipos de la sociedad toda, de aquel tiempo cervantino, del nuestro y la del porvenir.

Además de la referencia recogida en el Beato de Liébana, en el s. X, como ya se ha dicho anteriormente, Alfonso X, el Sabio, en sus históricas Cánticas, hace igualmente una referencia al rabel.

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Alfonso XI, en 1.328, describe cómo tañían los juglares sus instrumentos, y entre ellos un rabel, en el Monasterio de las Huelgas:

“ El laud iban trayendo, instrumento falaguero El rabe con el salterio.

La guitarra serranista, estromento con razón...”

Nuestros eruditos campurrianos también se fijaron en este instrumento para dedicarle bellos pasajes y sin ser exhaustivo, comenzaré recordando a nuestro poeta-trovador por excelencia, Rodrigo de Reinosa, cuando allá en el siglo XV pone en boca del pastor Gil Rabadán, que anda muy enamorado de una guapa pastora, Ginesa, y la ofrece el oro y el moro para camelarla; la ofrece cintas amarillas… traerla a mil maravillas… la ofrece queso y cuajada… y sobre todo, la canta de esta manera:

Ginesa, aunque zagalejo, - se tañer bien rabelejo, Que zagal en el concejo, - lo sabe mejor tocar.

Otro insigne escritor costumbrista de Cantabria, don Manuel Llano, conocido con el sobrenombre de El saruján de Cabuérniga, en 1.929, en el periódico de Santander La Región, el día 10 de mayo de 1.929, escribe:

“Un mensaje de Campoo. Canciones y Rabeles:

Mañana viene Campoo a Santander. Nos trae un mensaje de canciones y de juventud; las suaves melancolías, de tonadas alegres, de dulces cadencias de la tierra que lloran y ríen en las rondas felices, en las rondas desventuradas…

Las esencias de la montaña vienen hasta el mar con el inefable perfume de los romeros y de los manzanillos, y en las riberas estruendosas sonarán los acentos leves y armoniosos de otras riberas quietas, apacibles, en el eterno remanso de la campiña sosegada, entre los trigos y los maizales. Fuerte y noble cantará la

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tradición las trovas recias del amor y de la esperanza. Entre las querellas delicadas de las coplas que hablan de cariños sin recelos y sin inquietudes, se escuchará la voz enérgica de la casta que supo mantener su hidalguía muy por encima de las cumbres tocadas de nieves.

Mañana nos visita Campoo.

Nos trae un amoroso saludo de canciones y de rabeles.”

Seguidamente, continuando mi trabajo de investigación sobre el rabel y en mi afición de rastrear por sus antecedentes históricos, quiero traer a colación un fragmento del artículo “Orfeo en América – San Francisco Solano: evangelización y música”, escrito por Jorge de Persia y publicado en la revista Historia, año XI, nº 128:

“Con motivo de un ya lejano viaje de documentación musicológica pude conocer de modo un poco casual, en las afueras de El Galpón (provincia de Salta, Argentina) a Juan Roquera, descendiente de indígenas de la zona, y entre cuyas ocupaciones se contaba la de construir y tocar el violín.

Su violín y el modo en que ejecutaba, me recordó algún cuadro colonial en el estaba representado San Francisco Solano, misionero, que utilizaba ese instrumento para evangelizar a los indígenas hacia finales del siglo XVI.

… Desde entonces hasta nuestros tiempos aquel rabelillo, con el que acompañaba sus alabanzas y cantos y con el que obraba milagros al convertir a los salvajes, se fue transformando en violín, instrumento que pasó a simbolizar de alguna manera la perfección de la música occidental.

… Algunos hombres marginados del poblado cercano, ocupados en tareas de recolección temporal, se ocupaban de tanto en tanto en tanto de construir algún violín..

Eran piezas rústicas, poco elaboradas, hechas con maderas regionales, que terminaban en las manos de algún animador de bailes de la zona carente de

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recursos. Pero uno de ellos, de nombre Juan Orquera, había hecho un violín - que tocaba en algunas ocasiones- que presentaba en términos generales las mismas características que tiene este instrumento en manos del santo, tal como se le representaba en algún cuadro colonial.

De más está decir que Juan Roquera desconocía su fuente de inspiración. A lo sumo respondía que sus conocimientos sobre el tema los debía a su abuelo, de quien había aprendido mirando como trabajaba. Curiosamente además, conservaba para la ejecución la posición antigua, es decir, el cuerpo del instrumento apoyado en el pecho del ejecutante y, por cierto, el arco era netamente convexo. Pero Roquera vivió poco tiempo después de aquel encuentro y poco más pudimos saber sobre el tema.

Decíamos que además del violín, otro de los atributos de que gozaba el santo en el recuerdo popular es su preocupación por la injusticia…

Lo cierto es que el fraile Solano anduvo por los lugares en que Juan Roquera hacía sus violines…

Paradójicamente, una parte de la civilización que creció al amparo del “mito de Orfeo”, pequeño infierno dueño de las vidas de los hombres, transformó el violín en cuestión en mudo objeto de museo”.

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TONADUCAS DE RABEL

También, como un buen amante del rabel, algo tañedor, y un poco poeta, he compuesto varias coplas rabeleras, algunas de las cuales han sido galardonadas con el Primer Premio de Coplas Rabeleras del año 2.004, en el certamen anual que convoca la Asociación de Rabelistas Campurrianos de Reinosa, son éstas:

Emilio Jorrín recibe el premio de manos del Alcalde de Reinosa Miguel A Barrio, en presencia

de Tomás Macho, 2004

Toca rabelucu toca - Comu lo sabes tu hacer

Que nos oyen los amigos - Y hemos de hacelu mu bien. Unas coplas picarescas - Tañeremos con placer

Que las coplas con picante - Son la salsa del rabel. Ni planchar ni hacer calceta - Pocu en casa se yo hacer

Una alhaja de regalu - Se ha llevau mi mujer.

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Vaya pájaru de cuenta - Me diju mi suegra ayer No te hagas el tontu y friega - Yo te enseñaré a coser.

A mí suegra yo la dije - Son labores de mujer Si su hija cose y borda - Pa que quieru yo aprender.

No seas tercu puñeteru - Y déjate convencer Esu decía tu suegru - Y ahora sabe hasta tejer.

Vaya suegra meticona - Al cuernu con sus lecciones Si me casé con su hija - Que ella cosa los botones.

(Recitado): Las coplas a lo pesau - Le gustan a mi rabel

Muchu más a lo ligeru - Y yo alucinu con él.

(A lo ligero): Cuandu bailas la jota - Mozuca hermosa Te se pone la cara - Color de rosa.

En los pasos que marcas - Pones el alma Y tus ninfas airosas - Suben y bajan. El galán que te baila - Te mira y bota Y tu trenza del pelu - Te se alborota. El rabel mu contentu - Sube la nota

Y su cuerda caliente - Mejor se porta.

(Recitado): Ahora el rabelucu quiere - El estilu Polaciones Tamién los purriegos tañen - Con orgullu sus canciones:

(A lo pesao): Polaciones buena tierra - Ya no nieva de continu Tampocu matan lichón - Ni ya se come tocinu.

La versión original, es: Polaciones buena tierra, pero nieva de continu, el que no

mata lichón, tampocu come tocinu.

(A lo pesao): Ya no hay mozas en Cantones-Que te arrastren la culera tampocu gozan perdones - Ni la leche en la puchera.

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Esta copla hace referencia a una vieja tradición del valle de Polaciones que dice: “Fuiste a la feria y viniste, no me trujistes perdones, tampocu te daré leche, cuando pases por Cantones”; y la ruda costumbre de las mozas cuando subían a las cabañas y pasaba por allí algún mozo y entre todas le arrastraban por la braña, en plan de broma.

(Recitado): Y después de Polaciones - Nos volvemos a Campoo Que los aires campurrianos - Son los que más quieru yo:

(a lo pesao): Tienes unos ojos moza - Y el ombligu en redondel Y un poquitín más abaju - El tarrucu con la miel.

(a lo ligero): Andas diciendu tonta - Que tengu poca Peru bien que te gusta - Cuandu te toca. Y me dices contenta - Que con mi poca

Las cosucas que te hagu - Te vuelven loca.

(a lo pesao): Y por fin la despedida - Da mi rabel a una cuerda Que siga la tradición - Pa que ya nunca se pierda.

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EL RABEL EN TELEVISION Y EN EL CINE.

También este instrumento de construcción rudimentaria artesanal ha tenido su protagonismo en televisión española:

Allá en los años 1970, el presentador José María Íñigo, el de los largos bigotes, en su programa “Estudio abierto”, en la sección “Mundo curioso”, entrevistó a uno de los rabelistas más populares de Campoo, Antonio López Morante, mejor conocido como “Lin el Airoso”, he hizo sonar su viejo rabel para toda España, en una demostración histórica del tañido del rabel campurriano.

En el año 2.000, el día 10 de enero, el artesano campurriano, Fidel González Peña, mostró en el canal 2 de TVE, una buena colección de rabeles campurrianos salidos de sus manos, entre ellos una reconstrucción de 10 ejemplares antiguos que se muestran en el Museo Etnográfico de Cantabria.

También el Rabel ha sido protagonista en el “séptimo arte”. Así la música de fondo de la gran película española “Los santos inocentes” del director cántabro Mario Camus, protagonizada por Francisco Rabal, Alfredo Landa, Terele Pavez, Juan Diego… salió de las cuerdas del rabel tañido por otro gran rabelista cántabro, Pedro Madrid, natural del Valle de Polaciones.

Pedro Madrid Gómez. Tresabuela (Liébana-Cantabria) 1.923-1.997.

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RABELISTAS CAMPURRIANOS

Donato Muñoz Paco Sobaler Antonio López “Lin El Airoso”

ASOCIACIÓN CULTURAL Y JUVENIL RABELISTAS CAMPURRIANOS,

Detalle de una pintura mural de Juan Oliver en el Museo de la capital de Navarra. Anagrama de la Asociación Rabelistas Campurrianos. Juglaresa tañendo el rabel.

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Con la denominación de Asociación Cultural y Juvenil de Rabelistas Campurrianos, se fundó en Reinosa en el año 2.000, de la mano del Profesor Tomás Macho Gómez, que fue su primer presidente.

Es una Asociación Cultural sin ánimo de lucro e independiente, compuesta por un grupo heterogéneo de personas, para recuperar y difundir la música popular. Toda la trayectoria del Rabel; su historia y situación actual, en su triple faceta del tañido, coplas y construcción, con el estudio, investigación y actos culturales, conferencias, veladas musicales, exposiciones, salidas didácticas …etc.

Son muchas y diversas las actividades que realiza: Concierto de fin año, Participación en El día de Campoo, Visitas culturales, Participación en las romerías de la comarca, Día del Rabel Campurriano en el Parque de las Fuentes el último domingo de julio… Intervenciones fuera de Campoo, nacionales e internacionales… En el año 2.002, grabó su primer disco.

Fidel, Toño, Claudio y Emilio, el Día de Campoo, en Reinosa, año 2.004. Fue la primera vez que se tocó el rabel en grupo.

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ECOS DE CAMPOO EN LA BELLA BRUSELAS

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Con motivo de la presentación de la campaña Cantabria infinita, el Gobierno de Cantabria ha programado una serie de actos entre los que se encuentra llevar a Bruselas una muestra de la música popular de Cantabria, eligiendo para la ocasión la de Campoo. Coordinado por Angelines Balbás y presentado por Emilio Jorrín, nos desplazamos a la capital europea 68 personas pertenecientes a la Ronda La Esperanza de Requejo; a la Asociación Cultural Rabelistas Campurrianos; al Grupo de Gaitas San Pelayo de Naveda; a la Agrupación Raíces Campurrianas y al Conjunto folk L´Arca de Sueños. El folklore campurriano brilló con luz propia en los dos conciertos que se efectuaron en el Museo de Instrumentos Musicales, en todo su esplendor, resultando un espectáculo, en opinión de

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todos los asistentes, de brillante y original, además de inédito en aquella ciudad. Esperamos y deseamos que después de esta demostración allende nuestras fronteras, nuestra cultura popular campurriana tenga por fin el reconocimiento que por méritos propios le corresponde. Al final de los actos se hizo entrega de dos Rabeles construidos por Fidel González Peña y Claudio Gómez, así como un libro de Emilio Jorrín titulado “Evidencias Campurrianas”, para el Museo de Instrumentos de Música de Bruselas MIM.

ARTISTAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICION: . Grupo de Gaitas San Pelayo. Melodías de Campoo, en el recorrido de entrada al escenario de todos los participantes. . Emilio Jorrín. Saludo “Ecos de Campoo en la bella Bruselas”. . L´Arca de Sueños. Folk. . Claudio Gómez. Rabel. . Ronda de mozos La Esperanza. . Lorena González. Pandereta. . Parejas de Jota. Raíces Campurrianas, al son de la pandereta . Fidel González. Rabel. . Ronda de Mozos La Esperanza. . José Antonio Alonso. Rabel. . Esperanza Gutiérrez y Celia Díez. Pareja de pandereteras. . Juan Daniel Martínez. Rabel. . Esperanza Gutiérrez y Celia Díez. Pareja de pandereteras. . Niño Alejandro Fernández. Rabel. . Niña Lucía. Canción campurriana.

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. Niño Sergio Robledo. Rabel.

. L´Arca de Sueños. Folk.

. Emilio Jorrín. Rabel.

. Ronda de mozos La Esperanza. Himno a Cantabria.

. Grupos de Gaitas San Pelayo. Melodías de Campoo en el desfile de salida. A medida que se iba saliendo al escenario, se hizo un ligero semblante artístico de cada grupo, de los instrumentos y de la indumentaria: Grupo de Gaitas San Pelayo de Naveda. Sus componentes atesoran amplios conocimientos en este instrumento. Grupo L´Arca de Sueños. Grupo folk formado en Reinosa con gente joven. Ha conseguido ganarse el reconocimiento del público.

Coro Ronda La Esperanza de Requejo. Cuenta con más de 30 años de andadura altruista y entusiasta en la conservación de las costumbres campurrianas, especialmente el Día de Campoo, en donde se pone de manifiesto y sale a borbotones el alma campurriana.

Tiene en su haber numerosas actuaciones en la comarca y fuera de ella y ha grabado discos de canciones campurrianas, entre los que destaca el editado por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria titulado “Los que rondan son los mozos”.

Su calidad artística viene avalada por numerosos premios, entre ellos el Primer Premio obtenido en abril de 2.001 en el Concurso de la Canción Popular de Cantabria promovido por Radio Nacional de España.

Asociación cultural y juvenil de Rabelistas Campurrianos. Asociación que cuenta en su seno con los rabelistas de mayor prestigio en la región así como con investigadores de reconocido prestigio en el campo de la Cultura Tradicional. Efectúa exposiciones anuales de rabeles construidos por artesanos campurrianos, Ofrece frecuentes Conciertos de rabel y celebra todos los años “El Día del rabel

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campurriano” en donde se pone de manifiesto la vitalidad que ha recuperado este instrumento en la actualidad. Ha grabado un disco titulado “Que siga la tradición”, un ejemplar único en su género en el cual aportan su arte musical rabelistas de edades diversas entre 16 y 86 años de edad. Grupo de Jota Raíces Campurrianas. Grupo formado en Reinosa. Se distingue por su interpretación de la “Jota Campurriana”, en cuya actividad ha conseguido un buen número de premios, entre los que destacan los ganados en Reinosa “El día de Campoo”, en las Ferias y Fiestas de San Mateo.

Campurrianas y campurrianos por las calles de Bruselas

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PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE RABELISTAS EN MADRID

Siguiendo con esta labor de difusión del Rabel, en el año 2.004 tuve la satisfacción de organizar este Primer Encuentro Nacional de Rabelistas en Madrid, del cual incluyo el siguiente reportaje:

Payno, Ismael, José Mª, Emilio Fidel elaborando un rabel, Alberto

Claudio, Daniel, Emilio y periodistas Fidel, Emilio, Alberto, Claudio, Ignacio, Payno

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Modelo de los diplomas que se entregaron a todos los participantes

Ismael Peña Poza. Natural de Torreadrada (Segovia). Cantante, folklorista, investigador y coleccionista de más de 20.000 objetos de valor etnográfico.

Luis Ángel Payno Rodríguez. Natural de Los Corrales de Buelna (Cantabria). Folklorista. Investigador y artesano.

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ECOS DE RABEL EN TARANCO DE MENA

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En 2.005, con motivo del centenario de la publicación de El Quijote, la Asociación de Amigos del Monasterio de Taranco del Valle de Mena, conocedores de mi investigación sobre el Rabel, y en particular las menciones que hace de él Miguel de Cervantes en su obra maestra, como queda reflejado en otro capítulo, fui invitado a dar una conferencia sobre el tema y al mismo tiempo ofrecerles un pequeño concierto con mi rabel campurriano: “Queridos amigos del Monasterio de Taranco de Mena e ilustres castellanistas.

Quizás a estas alturas del año, a nadie se le oculta ya el sinfín de celebraciones y actos de todo tipo programados en toda España en conmemoración del IV centenario de la publicación en la villa de Madrid, allá un mes de mayo del año 1.605, en la imprenta de don Juan de la Cuesta, de la mejor obra literaria que jamás se haya escrito.

Es por ello, que sumándome al gran evento, quiero poner “mi grano de arena” en tan magna efemérides, respondiendo a vuestra estimable invitación.

Y lo hago con este título porque el rabel, fue uno de los instrumentos musicales populares más emblemáticos de CAMPOO, que tuviera otrora una gran implantación en la cultura tradicional, y que ha estado al borde de pasar a la historia y ser pieza de museo etnográfico, pero que gracias a la labor de recuperación que llevan a cabo un reducido número de personas, está recobrando nuevos bríos, entre las que tengo la enorme satisfacción de encontrarme”.

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EL RABEL EN UN SELLO DE CORREOS.

El día 3 de abril de 2.012, fue presentado en la Casona de Reinosa, un sello de Correos con un valor postal de 0,36 euros dedicado al rabel.

Este sello forma parte de una serie denominada “instrumentos musicales 2012”, compuesta por cinco sellos en los que se reproducen las piezas siguientes: Arpa, Balalaica, Banjo, Sitar y Rabel.

Estos instrumentos pertenecen al Museo Interactivo de la Música de Málaga; un espacio concebido para que el sonido envuelva y estimule los sentidos del visitante, y para que principiantes y profesionales de la música profundicen en sus conocimientos.

El acto fue presidido por el alcalde de Reinosa y el director de la zona 10 de Correos (Asturias, León y Cantabria) y amenizado por la Asociación de Rabelistas Campurrianos interpretando varias piezas de su repertorio.

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Y ya como broche a este recorrido histórico sobre nuestro emblemático y popular instrumento musical, incluyo una Oda al rabel, de mi creación, incluida en el CD grabado por la Asociación de Rabelistas Campurrianos en el año 2.002, con el título: Que siga la tradición:

Rabel, tronco de abedul, madero, Te han cortado en buena luna, Pero tienes que curar primero, Para que a golpe de azuela,

Te de forma el rabelero. Rabel, viejo amigo de pastor,

Cuando echas tus notas al viento, Créeme que yo siento

Una gran alegría, Y tengo la sensación,

De que oigo un gran concierto Pleno de armonía.

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CUARTA PARTE

LA PANDERETA

Además del reseñado Rabel, que es sin duda el más emblemático de los instrumentos musicales populares en Campoo, le sigue muy de cerca la Pandereta, que se complementaban muy bien en las noches de la Hila en Campoo y en las romerías de nuestros pueblos, sin olvidarnos de la chifla campurriana y otros más comunes, como a continuación se indicarán:

Pandereta: Membranófono percutido. Está formada por un aro de madera provisto de varias sonajas, colocadas de dos en dos, y cubierto por una piel tensa. Se golpea con una mano sobre la piel y su sonido se mezcla con el de las sonajas.

Campoo, es tierra de muchas y buenas pandereteras y recogidos están en la historia nombres como: Pilar Ahumada de Espinilla; Esther Montes de Aldueso; Celia y Espe de Requejo; Beatriz y Begoña, de Reinosa…

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La lista sería muy larga, así que he citado solo a unas pocas, como ejemplo de todas y en una sola actividad de las muchas que componen el amplio y rico mosaico de toda la cultura tradicional, uno de cuyos máximos exponentes lo tenemos en Esther

Esther Montes Argüeso, nacida en Aldueso en 1.918 y residente en Requejo (Campoo de Enmedio) en donde murió en 2.012. Aprendió a tocar la pandereta de la mano de su padre Cirilo, al estilo puro campurriano "a lo ligero y a lo pesao". Consiguió muchos premios y galardones, entre ellos la Medalla de Bronce al Mérito Turístico", concedida por el Ministerio de Cultura en 1.983.

LA CHIFLA

La Chifla campurriana, es un aerófono de lengüeta simple. Antigua flauta con tres agujeros de sonido claro y agudo. Ha sido recientemente recuperada gracias a Tomás García del pueblo de Barrio (Campoo), constructor y tocador de la misma.

OTROS INSTRUMENTOS MUSICALES POPULARES EN CAMPOO

Al pretender el hombre obtener sonidos diferentes de los que surgían de su propia voz, tuvo que recurrir a fabricarse sus propios instrumentos, en larga lista de

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modelos y sonidos diferentes, que han ido apareciendo según la propia evolución del hombre y de su cultura, así como también la utilización de los diferentes materiales nuevos que han ido surgiendo.

La variedad de instrumentos musicales populares, es uno de los ejemplos que indican con claridad la riqueza del folklore español.

Algunos de los cuales, son exclusivos de una región y, a veces, lo son de un pueblo, así por ejemplo la dulzaina y e tamboril son instrumentos muy usuales en Castilla; la gaita, en Galicia; la guitarra, en Andalucía; el chistu, en el País Vasco...

Los aparatos sonoros, se han utilizado en todas las civilizaciones y en todas las edades de la humanidad, con fines estéticos o prácticos o con significados religiosos o mágicos.

Según su naturaleza, se dividen en: idiófonos, membranófonos, cordófonos, y aerófonos.

Los hay también electrófonos, pero por su naturaleza, no encajan dentro de este ámbito de la cultura tradicional.

En los idiófonos, el sonido se obtiene por la percusión y la vibración del propio instrumento y por varios medios: frotamiento, con baquetas, con las manos, etc.

Corresponden a este grupo, las castañuelas, los palillos, las campanas...

La mayor parte de los instrumentos de percusión que no usan membranas para producir el sonido son idiófonos.

En los membranófonos, el sonido se obtiene golpeando las pieles tensas o membranas, también llamadas parches, colocadas en cajas armónicas especiales, como la pandereta y el tambor...

En los cordófonos, el sonido se produce con las vibraciones de las cuerdas, que pueden ser de tripa de animales, de acero o de nylon, las cuales están tensadas y se hacen sonar pulsando, frotando o percutiendo las cuerdas, como el arpa, el rabel, la guitarra...

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En los aerófonos, el sonido deriva de las vibraciones de una columna de aire en su interior, sin necesidad de cuerdas o membranas, tales como la flauta, la gaita, el acordeón... Se subdividen en instrumentos de lengüeta simple y de lengüeta doble

La mayoría de los instrumentos musicales actuales, modernos, son el resultado de las sucesivas modificaciones y mejoras que se han ido incorporando a los antiguos instrumentos populares:

Almidez ó Mortero: Idiófono golpeado. Este utensilio de cocina, se utiliza como instrumento de música golpeando en su interior con su propio mango.

Berrona: Aerófono de lengüeta simple. Hecha de sahuco por su facilidad en el vaciado y sobre el “tubo” obtenido se le abre la lengüeta para que vibre al soplar y produzca el sonido.

Botella de anís: Idiófono raspado. Se aprovechan las estrías de la botella que al ser raspadas con el mango de una cuchara o tenedor, produce sonidos rítmicos. Su efecto es similar al Arrabel o huesera.

Campanas: Idiófono percutido. En forma de copa invertida, en bronce, apareció en el s.VI, montándose al principio sobre caballetes y posteriormente en campanarios. Adoptó su forma actual a partir del s.XIV.

Son un bello festejo de las romerías y constituyen la voz del pueblo y la voz de la iglesia. Para los cristianos, las campanas son un gran enemigo del diablo.

Si la campana es pequeña y manejable con la mano se denomina Campanilla.

Caldero ó Calderillo: Idiófono. Utilizado por los pastores como instrumento de música de acompañamiento rítmico.

Carraca ó Matraca: Idiófono percutido. Es un artilugio formado por una o varias lengüetas de madera y una rueda dentada que al girar pulsa a las lengüetas, que al volver a su posición inicial, golpean contra las estrías de la rueda y producen un sonido estridente. Se usaban en los Oficios de Semana Santa en sustitución de las campanillas habituales.

Castañuelas ó Tarrañuelas: Idiófono entrechocado. Formadas por dos piezas de madera dura o de marfil, compuestas por dos mitades cóncavas que juntas, forman la figura de una castaña. Se sujetan al dedo por medio de un cordón que atraviesa

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las orejetas del instrumento. Generalmente se usan dos, una en cada mano y se utilizan para el acompañamiento en bailes y danzas.

Cencerro ó campano: Idiófono sacudido. Consiste en un tubo cerrado por un extremo y en su interior se cuelga un badajo de hierro o de madera. Se utiliza generalmente en cencerradas y en carnavales.

Cuerna ó Cuerno: Aerófono de boquilla. Se construye utilizando cuernos de animales vaciando su parte interna. A veces se hacen varios agujeros para obtener distintas notas.

Cucharas: Idiófono entrechocado. Se utilizan golpeando una contra otra por su parte convexa, sujetándolas entre los dedos de una mano y golpeándolas contra la palma de la otra mano y contra una de las piernas. También se mueven como si fueran tejoletas.

Dulzaina: Aerófono. Consta de tres partes: tronco, tudel, y lengüeta o pipa.

Está dotada de varios agujeros para producir los sones y de dos agujeros más llamados oídos para la afinación.

Es un instrumento de gran arraigo en Castilla. Va acompañada generalmente por la caja, bombo y platillo.

Manubrio: Cordófono. Especie de organillo que se hace sonar por medio de un cilindro con púas, movido por una manivela o manubrio y encerrado en un cajón portátil.

Palillos: Idiófono. Son dos palos o láminas de madera dura, que colocados entre los dedos y mediante un movimiento de muñeca, se golpean entre sí, pudiéndose conseguir gran variedad de ritmos.

Pandero: Membranófono percutido. Está formado por uno o dos aros superpuestos, provistos de sonajas o cascabeles y cuyo vano está cubierto por uno de sus cantos o por los dos con piel muy estirada. Se toca golpeando la piel con los dedos o con toda la mano y también deslizando uno o más dedos sobre ella.

Son de forma cuadrada o redonda.

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Pito: Aerófano. En general, es una flauta pequeña, como un silvato de sonido agudo. Los hay de varios tipos y formas: Pito de caña, construido con un canuto de caña o bambú, con varios agujeros que producen las diferentes notas según su distancia. Pito de cuerno de cabra, denominado en Cantabria pito cabrero, similar al xiblata asturiano hecho de cuerno de carnero.

Pito de llaves, igual que los anteriores, más perfeccionados, con llaves que abren y cierran los agujeros y se obtiene un sonido de mejor calidad, los cuales tuvieron una época de gran esplendor a finales del s.XIX y principios del XX.

Silvato: Aerófono soplado. Instrumento pequeño y hueco que se hace de diferentes modos y de diversas materias: del hueso o güito de las ciruelas, albaricoques..., de piedra arenisca horadada, etc. También se le denomina chiflito, hecho con un trozo de rama de árbol verde, previamente se extrae la corteza que después servirá de funda y en la madera se efectúa un rebaje con un corte vertical y otro oblicuo para hacer como una "cámara" de aire.

Sonajas: Idiófono sacudido. Consiste en un aro de madera con varias chapas de metal colocadas por pares sobre un alambre en otras tantas aberturas.

Tambor: Membranófono percutido. Construido de madera o metal, de forma cilíndrica, hueco y cubierto con piel por sus dos bases. Se toca con dos palillos.

Los hay también en forma de copa.

Tamboril ó Tamborino. Membranófono percutido. Tambor pequeño, que colgado del brazo o atado a la cintura, se toca con un palillo o dos.

Acompaña por lo común al pito en las danzas populares.

Titosón el tamborilero de Izara

Tejoletas: Idiófono entrechocado. Consta de dos láminas alargadas, hechas de teja o loza, que se colocan entre los dedos y mediante un movimiento de muñeca se golpean entre sí, de igual modo que los Palillos. También se denominan Tarreñas.

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Triángulo: Idiófono percutido. Consistente en una varilla metálica en forma de triángulo y suspendida de un cordón, que se hace sonar con una varilla recta metálica. También se denomina Hierro

Zambomba: Membranófono frotado. Instrumento rústico de barro cocido o de madera, hueco, abierto por un extremo y cerrado por el otro con una piel muy tirante que tiene una caña, a manera de mástil, muy bien sujeta por el centro, la cual frotada con la mano húmeda produce un sonido fuerte y monótono.

Es muy usada en las Fiestas de Navidad y Reyes.

Zanfoña: Cordófono frotado. Se ciñe a la cintura por unas correas y se toca haciendo dar vueltas con un manubrio a un cilindro armado de púas. Fue muy empleada por ciegos y músicos callejeros para interpretar sus romances.

Se conoce también con los nombres de zanfonia, viella o viola de ruedas.

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EMILIO JORRIN GARCIA

Nace en Salces (Campoo), 20 mayo 1.937. Desde 1.962, reside en Madrid.

Ingeniero técnico en TALGO. Cursa estudios BB.AA.

Diplomado por Universidad Complutense Mayores Madrid.

Premio San Isidro Comunicación 1996 (Facultad Ciencias Información, Madrid).

Pintor: Medallas de Plata y Bronce “Casimiro Sainz”. Sesenta exposiciones.

Representado en tres museos nacionales (Santander, Logroño, Centro Artístico Granada), y en colecciones oficiales. Diversos premios. Ha ilustrado varios libros.

Escritor: ACCESIT I Premio Investigación “mujer campurriana” 2.001

Ha publicado 14 libros. Promotor socio-cultural. Conferenciante. Pregonero Feria Libro Latina-93 Madrid, Co-fundador Casa Cantabria Madrid. Ex-secretario Nacional Asociación Amigos Hemerotecas. Director Revista digital “POLIEDROS” Madrid.

Folklorista: Co-fundador Federación Grupos Tradicionales Madrileños, primer presidente. Dos Primeros Premios Rondas de Mozos, Día de Campoo, Reinosa. Primer Premio Coplas Rabeleras Reinosa. En disco “Que siga la Tradición” grabado por Asociación Rabelistas Campurrianos.

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En recuerdo de mis padres y de mis tíos y tías paternos

Fidel y Carmen. Emilio y Teresa. Tío Miguel Jorrín. Pepe y Concha. Ángel y Carmen. Santiago y Elvira.