Libro Estética de La Edad Media Parte 1 de Edgar de Bruyne
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5/22/2018 Libro Esttica de La Edad Media Parte 1 de Edgar de Bruyne
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La
estti de l
dad Media
dgar de ruyne
-
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9
IV. El sentimiento de lo bello
El sentimiento de la armona 143
2. El placer esttico desinteresado 152
3. El romanticismo medieval. . . . . . . . . . . . . . . . .. 160
V. El arte
1. La definicin del arte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Ttulo original:
L e st h ti qu e d u
M o y e n
Ag e
Louvain, d. de l Institut Suprieur de Philosophie, 1947
de la presente edicin, Visor Distribuciones, S.A., 1 99 4
Toms Bretn, 55. 28045 Madrid
I.S.B.N.: 84-7774-016-X
Depsito legal:M. 28.338-1994
Impreso en Espaa -
P r in t ed i n S p ai n
Grficas Rgar, S.
Fuenlabrada Madrid)
11. Las constantes
1. La Esttica musical. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
2. La Esttica de la luz 78
3. La Esttica metafsica 86
4. La Esttica simbolista 93
5. La Esttic a a legorista. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
III. Algunos sistemas
1. La Esttica inmediata. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
2. La Esttica moral. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
3. La Esttica sapiencial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
4. La Esttica mstica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
5. El optimismo esttico 133
2 e d i c i n 1 9 9 4
17
22
63
Las fuentes
1. La Biblia .
2. Los
filsofos
3. Los manuales tcnicos .
4. Los Padres .
E l texto original francs ha sido traducido
p or C ar me n S an to s, l os t ex to s l at in os h an
c or ri do a c ar go d e C ar me n G al la rd o.
11
ntroduccin
Indice
Coleccin dirigida por
Valeriano Bozal
La balsa de la Medusa, 15
-
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10
E xiste traduccin castellana de Fr. Arm ando Surez O. P. Madrid
Gredos 1959 3 volmenes.
N
d el E d it or
En forma ms escueta y accesible presenta mos a lgunas
conclusi ones general es a las que c re mos ll egar en nuest ros
tudes Las citas se han reduci do al mnimo las referencias
remit en a nuest ra e xtensa obra en la que el lec tor si as l o
d esea po dr encon trar los pasajes o riginales en los q ue no s
msplramos.
Nos permitimos esperar que el trabajo que tenemos el
honor de presenta rl es arrojar una nueva luz sobre la Edad
Media revelar asp ecto s menos con ocido s
sumamente
i nte resantes de su pensami ento filosfico posiblemente
p ueda aportar u n marco y u n estmu lo p ara estud ios comp le
mentarios.
te.
Indice de nombres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 260
Nuest ros tre s volme nes de
tudes d Esthtique Mdi-
vale se publicaron e n 1946 :: en el los real izamos anli si s
detallados de diferentes obras citando los textos profusamen-
VI. Las bellas artes
1. Arte y belleza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 225
2. Las artes plsticas 231
3. La msica sonora. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 237
4. Las Bellas Letras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 246
Introduccin
2. Metafsica y psicologa del arte. . . . . . . . . . . . . . 177
3 La cristianizacin de la filosofa del arte: el
contenido 188
4. La cristianizacin de la filosofa del arte: la
forma 204
5. El intelectualismo de la filosofa del arte . . . . .. 213
-
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s fuentes
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Los autores de la Edad Media de
les definiciones estticas en cuatro d
la Biblia las obras filosficas los
literatura de los Padres griegos la
los filsofos como los tcnicos de la
la retrica de mtrica y los propi
civilizacin concreta que en el plan
filosofa del arte por regla general n
sar opiniones populares universalm
por la cual no se debe esperar que
definiciones nuevas y originales: los
descubrirlas ni defenderlas simplem
chos con lo que encuentran en los t
su opinin stos no slo transmiten
Antiguos sino que son la evidencia
mn que es tambin buen sentido
-
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Etudes d Estbetique mdivale
III, 31, 32 todas las referencias prece
didas por
Et.
remiten a esta obra). Edicin en castellano:
Estudios de
Esttica Medieval De Boecio a Juan Escoto Erigena II. Epoca Romni-
ca III. El siglo XIII Madrid. Gredos, 1958-1959. Traduccin de Fr. Ar
mando Surez, O. P.)
3
Ps 103,
La lectura de los Padres y de los autores medievales
demuestra que acudieron frecuentemente a los textos estti
cos de las Escrituras. Su concepto de la belleza provena del
Cantar de los Cantares los Salmos y los Profetas. Soy negra
de, color, pero hermosa de apariencia, dice la esposa del
Cantar.
El bien amado es tambin bello y lleno de encanto,
blanco y bermejo. Si no te conoces a ti mismo -dice
otro versculo- ve y apacienta los rebaos. y los Padres
comentan dicho texto considerndolo socratismo trasladado
al registro neoplatnico: Nisi cognoscas te quia decora es...
nisi pulchritudinem tuae naturae intuearis ... si tuam formosi
tatem non recognoscis ... nisi ad pulchritudinis tuae causam
agnoveris descendere, quod ad imaginem Dei facta es, egre
dere de te [Si no conoces que eres bella ... si no contemplas
la belleza de tu naturaleza... si no conoces a fondo tu belle
za ... si no sabes descender hasta la causa de tu belleza, que es
que ests hecha a imagen de Dios, sal de ti]
El S~ l: .~>~~ice de Dios que est revestido de gloria y
esplendor: Confessionem et
decorem
induisti,
amictus lumi-
ne sicunt vestimento [Te has revestido con la manifestacin
del esplendor, revestido de luz como de un manto] 3 Se
a iblia
-
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18
. :.~ste tr~ino _notiene nece~ariamente un valor esttico, puede indicar
S10
mas: equipamiento, apareJos...
N. de la
T
C G.
7 Gen. ,
1, 31; 11,
8 E t
11,258.
9
E t I1I , 117 sv.
10 Gen. 1, 26.
4
Ps 44 3 sv.
Is 53 2 sv.
6 Ps
25, 3.
~echo y era muy bueno ... as pues, termin los cielos y la
tierra y ~odo su ornato
l
7 Siguiendo el ejemplo de los
Padres gnegos, los autores de la Edad Media no dudaron en
interpretar los trminos ornatus y bona-kala en un senti
do esttico tomndolos como base de su optimismo. La
escuela de Chartres, a travs de sus poetas Bernardo Silvestre
y Alano de Lille, consagr varias obras a la ornamentacin
del Universo. De manera explcita completaron o explicaron
el texto en forma esttica. Se complet como hizo Bernardo
Si.l~estre: 1?eus bon~ vidit quae fecisset. .. omniaque Dei
oisibus placuura
[Dios vio todo bueno porque las haba
hecho... y .todo deba d.e~eitar la vista de Dios] 8 Lo que
alegra l~ VISt~,quod visibus .placer, es bello. Se explic,
co~o hIZO VIcente de .Beauva~s,que en este punto se deja
gUIar por San _ r~gJl .N_
-
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6 Sab
XI, 21.
Et
III, 60.
Et
III, 39.
Et 11, 285 Y 295.
13
Purgo XXXVIII.
14
Gen
5 Prov
31, 30.
En el Edn, el rbol de la ciencia del Bien y del Mal
llama especialmente la atencin de los Doctores: Lignum
bonum ad vescendum et p u lc hr um o c u lis aspectuque delecta-
bile
[rbol bueno para alimentarse y hermoso y de aspecto
agradable para la vista] 14 Esta es, en germen, toda la teora
de los placeres inferiores y superiores. La mayora de los
placeres del gusto, dir Santo Toms de Aquino junto con
Aristteles y Cicern, son biolgicos, prcticos, interesados,
los deleites de los ojos son, por el contrario, desinteresados y
estticos. Quiz los maestros del siglo XII sospecharon antes
que l algo anlogo, aunque no desde luego [os Victorinos,
que atribuyen indiscriminadamente a todos los sentidos un
valor esttico.
Los medievales citan a menudo el libro de los
Pro ve rb i o s
con un rigor no exento de melancola: Engaosa es la gracia
y vana la belleza,
fallax est gratia et vana pulchritudo
5
Pero atribuyen an mayor importancia a. las afirmaciones
filosficas del Sabio: Ornnia in mensura et numero et
pondere disposuisti [Has establecido todas las cosas en me-
Dios situ al hombre en un Paraso que los poetas de la
Edad Media celebraron como el paisaje ms bello del mundo.
Segn Bernardo Silvestre y Alano de Lille
12
Dante dedica
sus inmortales versos a la belleza del jardn ideal:
dida, nmero y peso]
16
El versculo es de tal importancia
que provoca, tanto en San Agustn como en los maestros de
la Escolstica del siglo XIII, una esttica desarrollada que
proPQnemos llamar sapiencial.
Si bien esta esttica se basa particularmente en conceptos
de orden cuantitativo, la definicin de la belleza concebida
como luz encuentra tambin argumentos en las Escrituras.
As, por ejemplo, Toms Gallo relaciona explcitamente la
belleza con el resplandor: Deum esse pulchritudinem dicit
Scriptura ut qui cum sir splendor et ut candor lucis
aeternae [La Escritura dice que Dios es belleza, como, por
ejemplo: El cual puesto que es esplendor y, como por
ejemplo: resplandor de la luz eterna] 17
Un'aura dolce, sanza mutamento
avere in se, mi feria per la fronte
non di
colpo que soave vento ... 13
la verdad, la sabidura y la justicia absolutas, inde
fortassis ad imaginem [De ah quizs a imagen
Qu
sublime criatura aquella capaz de abarcar la majestad del
Infinito : celsa creatura in capacitate Majestatis 11
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2
19
Macrobius
In somm Scipionis
1 14.
20 lb
11 12.
Et 11 354.
22 Consol Phil
I1I
metr
9.
18
Chalcidius ed. Wrobel pp. 154 153.
Es notable el paralelismo entre las frmulas hebraicas y
los conceptos griegos al uso. La Edad Media apoya unos en
otros esforzndose en armonizarlos.
El origen filosfico del simbolismo medieval es indiscuti
blemente neoplatonismo que a su vez deriva del divino
Platn. La esttica platoniana incluye una esttica del nme
ro una esttica de la luz y una esttica del smbolo. La Edad
Media asimila las tres estticas aunque no lo hace al mismo
tiempo ni en la misma medida. Para Platn la belleza sensible
es un reflejo de la Belleza en s infinita esencial completa
mente pura. El mundo es bello porque es la imagen de la
belleza de Dios. Idea que transmite muy particularmente el
comentario de Calcidio sobre el Timeo: Mundus speciosissi
mus est generatorum... Dei decorum simulacrum est... Si
mundus incomparabili pulchritudine est ut quidem est opi
fex et fabricator optimus [El mundo es ms hermoso de
los seres creados ... es bella imagen de
Dios
si l mundo es
de incomparable belleza como ciertamente es su creador y
constructor es perfecto] 18 Tambin aparece en Macrobio la
idea del simbolismo universal: lo mismo que un solo destello
brillando en la noche pone. repentinamente al descubierto
innumerables formas del mismo modo las diferentes cosas
del mundo reflejan como espejos la presencia de una nica y
misma belleza la de Dios. Ut cuneta hic unus fulgor illumi
net et in universis appareat ut in multis speculis per ordi-
Los filsofos
nem positis vultus unus [De manera que este nico fulgor
ilumina todas las cosas y en todas aparece un solo rostro
como en muchos espejos colocados en fila] 19
Macrobio en su comentario In somnium Scipionis revela
a la Edad Media junto con Calcidio la proporcin clsica
del mundo con el hombre y del hombre con el mundo pues
el mundo es efectivamente el hombre en grande y el hom
bre el mundo en pequeo: Physici mundum magnum Ho
minem et hominem brevem mundum esse dixerunt [Los
fsicos dijeron que el mundo era un hombre en grande y
que el hombre era un mundo en
p qu o
2 La esttica
de Santa Hildegarda de Bingen resultara incomprensible sin
esta comparacin que desemboca en una teora del justo
medio. Pues en el hombre como en el mundo las partes ms
relevantes se encuentran a la misma distancia unas de otras:
loca ista aequali mensura ab invicem discreta sunt [Estos
lugares a su vez estn separados por una distancia igual] de
tal manera que todo tanto en el hombre como en el mundo
pueda mantener la justa medida: in omnibus aequalem et
discretum modum habere debent [en todas las cosas debe
haber una norma de separacin igual]
21
El mundo est hecho a la imagen de Dios el hombre a la
imagen del mundo. La mayora de los autores medievales no
desarrollan este simbolismo en sus mnimos detalles; se dan
por satisfechos con consideraciones generales. Es lo que ha
cen San Agustn en todos sus escritos; Boecio que celebra la
belleza divina que sustenta en su espritu la idea del bello
universo y crea en la materia sensible la imagen de este
ideal
22;
San Isidoro que en trminos modernos admira
con Agustn y Gregorio Magno el Infinito inmanente a lo
limitado: ex pulchritudine circum scriptae creaturae pulchri
tudinem quae circumscribi nequit facit Deus intelligi [a
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4
26 Et . 11 319.
l
28 Et . 11 327.
3 Sent
1 P.
83, c. 540.
~ : Rev. N eoScolast. de Phi losophie 1927, p. 67.
Et .
1
348. P. L 122, c. 919.
trascendente, es decir, la encamacin de lo perfectamente
humano en un determinado indi viduo. Contrariamente, el
alegorismo tiende un misterioso puente entre
formas
de espe-
cies o gneros diferentes, por ejemplo, entre Cristo y un
pelcano.
Segn los antiguos retricos, la alegora es uno de los
numerosos ornamentos de la prosa artstica. Orario aliud
verbis, aliud sententia demonstrans [es una expresin que da
a entender una cosa con las palabras y otra con el sentido],
es la definicin de la retrica Ad Herennium que devuelve la
alegora al lenguaje figurado. En la alegora, dicen los anti-
guos, se degusta el placer de la sorpresa.
Por tanto, los medievales encuentran la definicin li teraria
de la alegora en los manuales de retrica. En perfecta discor-
dancia con Quintiliano, que da rienda libre a su desconfianza
hacia todo alegrico, Beda y sus sucesores manifiestan una
marcada preferencia por sus tropos 6 Se trata de una prcti-
ca que se remonta a la antigedad griega. Entre los primeros
en interpretar alegricamente los nombres de los dioses se
encuentran Prdico Digenes y Demcrito. Tegenes de
Region, .Teodoro de Lampsaque, Antstenes, Crisipo y los
alejandrinos descubrieron en la Iliada una extensa
alegora 7 Continuaron la tradicin los retricos de la poca
posterior: en el siglo v el mitgrafo Fulgencio explica todos
los nombres de la mitologa segn el alegorismo: y entre los
autores profanos le copian a fondo Isidoro, Macrobio, Apu-
leyo y Marciano Capella que cultivan con predileccin el
gnero alegrico; incluso matemticos como Ten y Nicma-
co no quisieron quedarse atrs.
Sin embargo, es ms que probable que durante la Edad
Media fueran los escritores sagrados los que impusieran su
interpretacin alegrica de la Biblia y de la Naturaleza expo-
niendo la teora de la envoltura del pensamiento en integu-
mentes alegricos
8
Filn el Judo, educado en los medios
partir de la belleza de las crituras limitadas Dios hace que se
comprenda su belleza que no puede limitarse f3
El simbolismo de lo Inexpresable plasmndose en lmites
concretos es autnticamente plotiniano. Ningn autor se
identifica con l con mayor conviccin que Juan Escoto
Ergena. Marguerite Techert ha realizado un interesante estue
dio sobre el plotinismo de Escoto, en el que insiste sobre los
textos paralelos de Plotino, Agustn, Macrobio y el telogo
1
4 N
caro mglO . .os encontramos de nuevo con una poderosa
teora de la belleza simblica: toda forma es una revelacin
de la Belleza infinita e inefable, es. en su sentido exacto, una
teofana
5
Sin embargo, no es con el propio Plotino con el que los
medievales entran en contacto. Sin ser realmente conscientes
de ello, el plotinismo les llega a travs de el Pseudo-
Dionisio en las traducciones de Hilduino y de Escoto si-
glo IX . San Basilio, San Ambrosio, San Agustn y sus compi-
ladores son otra fuente de neoplatonismo. Calcidio, Macrobio,.
Apuleyo, Capella, asimilado a partir del siglo IX, aunque an-
teriormente no fuera un desconocido, aaden su influencia a la
de los autores precedentes.
En cuanto a la tradicin de otras tesis esteticas, se hace
necesaria la misma observacin. Las definiciones de Crisipo
y de los Estoicos slo se conocen de segunda o de tercera
mano: a travs de Cicern, Plinio, Vitruvio o Agustn. Aun-
que el platonismo sea transmitido por las traducciones del
Timeo de Cicern y de Calcidio, son los comentarios del
dilogo los que lo descubren. Es obvio que el pitagorismo no
se conoce directamente, pero impregna todo el pensamiento
de Macrobio, de Calcidio, de Apuleyo, de Capella, por no
hablar de los tratados de Msica y de Aritmtica
Existe una distincin entre el alegorismo y el simbolis-
mo medieval. El simbolismo descubre en determinadas for-
mas el reflejo directo de lo especfico, de lo genrico, de lo
-
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7
4
Top. I1I
1.
35 De off 1, 98
ed. Garnier,
p.244 .
36 Tusc. IV. 31. Cf. supra, n.29.
37 De vita Moysis. 111, 140.
38 Enn. 1
6.1.
9
S. Agustn,
Ep.
3. P. 33, 65.
30 Mem. 111,10, 3.
31 De poet. aud. 2, 16.
32 Emp.
Diels, fr . 71;
Anax. ib.
fr.
4.
K. Svoboda,
Les ides esthetiques de Plutarque.
Mlanges Bidez,
p.94.
de los comentaristas homricos, aplica a las Sagradas Escritu
ras la interpretacin alegrica. Seguirn su ejemplo Orgenes
y, ms adelante, los otros Padres griegos y latinos, entre
ellos Ambrosio, Jernimo, Agustn y Gregorio. Bajo la in
fluencia de la teora y de la prctica, los medievales elaboran
una extensa concepcin alegrica del mundo que dominar la
creacion artstica, y que indudablemente tiene un carcter
esttico, del que son adems claramente conscientes.
durante el perodo postaristotlico. Segn Galeno, Polcleto
no habla en el Canon sino de las categoras de la belleza. En
los tpicos Aristteles destaca exclusivament~ la simetra:
Pulchrinido -nos dice la traduccin de Boecio-e- membro
rum quaedam commensuratio videtur esse [La belleza pare
ce ser cierta proporcin de los miembros
34. El esto~co Cri
sipo se expresa de igual form.a y Cicern. hace lo mlsm~ .en
numerosas ocasiones: Pulchntudo corpons apta compositio
ne membrorum movet oculos [La belleza del cuerpo con la
armoniosa composicin _de sus miembros atrae nuestras
miradas]
35.
Pero en el gran orador romano la belleza puramente
escultural aparece ya complementada por calidades de colo~:
Corporis est quaedam apta figura membrorum cum colons
quadam suavitate, eaque dicitur pulchritudo]. Se
llamabelleza
corporal a una forma proporcionada de los mi:mhros ~n~~, a
cierta suavidad de color]
j
Encontramos la misma definicin
sinttica en Filn de Alejandra
37
y en Plotino
38.
Por tanto,
podemos .pensar sin temor equivocarnos .en una fuente.
comn en el mundo estoico de los siglos_nI o nSea como
fuere la definicin se convierte rpidamente en un lugar
comn y como tal lo emplean Orgenes, Clemente de Alejan
dra, Basilio, etc., y en Occidente, Mario Victorino y San
Agustn. Lo ms probable es que los medievales descubrieran
la clebre frmula en Cicern y en los Padres antes de
interpretarla a su manera. Pues no hay que olvid~r que ,la
apta compositio se transforma en ellos en elegantia gratta
venustas en tanto que a la suavidad de los colores
SUSti-
tuye la
brillantez
?
l
esplendor. . .
La Edad Media no se atuvo a la def inicin Busc las
razones por las que las lneas y los colores se consideran
bellos.
Para Isidoro de Sevilla la hermosa encarnacin del hom-
Las definiciones formales de. lo bello se compendian en la
bien conocida frmula de la belleza humana: omnis pulchri
tudo est partium congruentia cum quadam suavitate coloris
[Toda belleza. es la armona de las partes con. cierta suavidad
de color]
2 J
Probablemente
l
origen de esta definicin procede de
conceptos populares muy antiguos relativos a la pintura y
escultura: toda forma plstica es bella a causa de su forma y
de su color, figura et colore. Observacin que ya se en
cuentra en enofonte. En un dilogo de Scrates con el
pintor Parrasio, ste explica la belleza pictrica por la pro
porcin y el colorido 30. Tambin Plutarco menciona las
lneas y los colores como procedimientos de la
pintura :
Antes que l, Empdocles y Anaxgoras enumeraban como
elementos esenciales de la percepcin visual la forma y el
color
32.
Aristteles da preponderancia a lo lineal en tanto
que la crtica helenstica pone de relieve las tonalidades, la
luz y el resplandor 33.
Tal es, verosmilmente, el origen de una doble corriente
en la teora de la belleza humana tal
y
como se desarrolla
-
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29
28
41
l
42 Fortunatianus
Halm p. 131.
43 Et 1 73
44 Ib 293
Et 1 83 Y
para Boecio
1
5.
e o ff 1 35.
ne ornatu ad actionem apto. Status incessus sessio accuba-
tio vultus oculi manuum motus teneant ergo illud deco-
rum [Aquel decoro se manifiesta en todas las acciones y
palabras en los cuerpos y finalmente en el movimiento y en
la actitud; y est basado en tres cosas: en la belleza e n el
orden y en el ornato conveniente para la accin. La actitud
el andar el modo de sentarse en la mesa el rostro la mirada
el movimiento de las manos deben conservar pues ese
decoro] 41 Razn por la cual el
vir bonus dicendi peritus
debe esforzarse en alcanzar la gracia corporal en su decla-
matio. Gracia en la voz que no ha de ser ni muy fuerte ni
muy dbil gracia en el rostro que no debe ser ni excesiva-
mente gesticulante ni inexpresivo gracia en el cuello que no
ha de inclinarse demasiado hacia delante ni hacia atrs gracia
en los brazos que no pueden estar pegados al cuerpo ni
separarse mucho del tronco: ut brachiorum moderata sit
projectio [que los brazos se adelanten con moderacin] 42
Tambin Casiodoro conoce la relacin entre la cara y las
pasiones: uultus enim a uoluntate [en efecto el rostro
refleja el deseo] dice 43 Cristianiza el antiguo ideal lo aplica
a la manera en que deben presentarse los monjes y lo inscri-
be en la regla monstica inaugurando as una tradicin de la
belleza expresiva que encontraremos por ejemplo en Hugo
de San Vctor.
El justo medio tiene asimismo un importante papel en
los tratados de la Physiognomia El ideal policletiano que
Celso interpreta como un cuerpo en el justo medio entre el
obeso y el flaco: corpus habilissimum quadratum est neque
gracile neque obesum [el cuerpo ms apropiado es cua~rt :
do ni delgado ni obeso] 44 se encuentra. en la Physiognomia
de Polemn que recoge Apuleyo en las obras similares del
Pseudo Aristteles de Adamancio de Abu Beker y muy
particularmente en el clebre Secretum Secretorum ms y
ms ensalzado por la Edad Media a partir del siglo XII. Segn
bre es de naturaleza fisiolgica. Esta belleza de la piel deriva
en su apariencia superficial de una armona ms profunda la
de la salud de la sangre. Pues hay tres etapas en la armona
humana. La ms profunda. consiste en la proporcin justa de
elementos y de humores la siguiente radica en las propor-
ciones del esqueleto de los msculos y de los tendones la
ltima en el ritmo aparente de los miembros visibles: har-
monia in elementis in nervis et ossibus in mernbris [armo-
na en los elementos en los nervios y huesos en los miem-
bros] dice Boecio en su traduccin. de los
Topicos
39
de
Aristteles. Concepto que se repite en todos los tratados de
carcter mdico que hablan de las relaciones entre el carcter
y la estructura del cuerpo; en los que se insiste particular-
mente en la justa medida el equilibrio perfecto la dosifica-
cin adecuada.
La concepcin de la belleza como punto de equilibrio
entre dos extremos posiblemente se define bajo la influencia
del ideal aristotlico de la virtud si bien es cierto que muy
pronto la idea de equilibrio jug uno de los papeles ms
importantes entre los pitagricos en Herclito y
Alcmen
Sabemos que en la ms antigua msica los ritmos del cuerpo
ya influyen sobre los ritmos del alma y a la inversa los
movimientos del corazn se ponen de manifiesto en los mo-
vimientos y .en las actitudes del cuerpo.
Segn la tradicin romana el orador es vir bonus dicen-
di peritus [hombre bueno hbil en el hablar]. Su bonitas
no es nicamente tcnica es tambin moral. Razn por la
que Cicern en el De Officiis y en sus obras retricas subraya
la gracia externa
del
buen orador. odestia aparece emparen-
tada a modus= la medida justa; decor tiene la misma raz que
decentia 40 La belleza interior que esdecoro moral se mani-
fiesta ~s naturalmente en todo que. se dice y ~ hace en
las actitudes y los gestos del cuer:po: Decorum illud in
.9mnibus factis et dictis in corporibus denique motu et statu
cernitur idque positum est in tribus rebus: formositate ordi
-
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13/65
31
50 Et 11, 175. Cf. F. E. J Raby, Secular Latin Poetry 1, 125.
De ord
11, 15.
De divo V, 11,
o c
C. 882.
53 Diels 5. ed. 1, 469.
te. As pues, las innumerables
descripciones
de la mujer ideal
o del hombre perfecto provienen de modelos venerables y de
reglas al uso en las escuelas del. Bajo Imperio. ~e~alaremo.s
nicamente el retrato de Teodonco hecho por Sidn Apoli
nario y el de la joven-tipo de las
Elegas
de un contempor
neo de Boecio, Maximiano, the last of the Roman poets:
en estas dos descripciones se aplica la retrica antigua tal y
como la expusieron los clsicos, Cicern en De inventione
Horacio en el Arte Potica 50
No continuaremos con la evolucin del concepto modus
Volvamos a los dos aspectos plsticos en los que se realiza,
las lneas y los colores.
La medida en las lneas, es decir, su belleza, se rige por
la symmetria o la compositio es decir, .el n.I?ero. Nadie n~s
lo ha dicho mejor que Agustn: Sentio nihil quam pulchri
tudinem mihi placere, et m pulchritudine figuras, in figuris
dimensiones, in dimensonibus numeros [Siento que nada me
causa ms placer que la belleza,
en la belleza las formas, en
las formas las medidas
en las. medidas lo_s.nmeros]
51
La
belleza del color es fundamental; junto con la del fuego y la
de la luz: es el calor vital que determina la belleza de la
carnacin; es la luz csmica que brilla con infinitos matices,
en todo aquello que resplandece y hace surgir la bellez~:
Lux color est -dice Juan Escoto- et formas rerum sensi
bilium detegit [La luz es color y hace visible las formas de
las cosas sensibles]
52
La doctrina de la proporcin es de origen pitagrico. Ya
un fragmento pitagrico nos dice que el orden
y
la propor
cin son bellos
y
tiles
53
En su forma inicial, la esttica de
la proporcin defina la belleza como una relacin suma~en
te simple, clara
neta, matemticamente expresab ...e medla~te
los primeros nmeros naturale~. En su forma mas ev~lucI~
nada, equipara la belleza a la Igualdad perfecta, a la identi
dad, a la unidad, lo mismo que reduce los nmeros a la
45
Ib 288
SV
46 lb 289
47 lb 286
48 lb 285
9 Ale de Rhetorica
Halm, p. 547.
todos estos tratados, la piel idealmente bella es aquella cuyo
colorido es equidistante entre el plido y el rojizo, pues
simboliza el equilibrio fsico, o lo que es lo mismo, vital y
constitucional: aequitatem animi significar [indica un esp
ritu equilibrado] 45 El color que se encuentra en el justo
medio entre el rojo y el blanco es el color ms dulce, ms
claro ms luminoso: Color inter rubeum et album est me
dius et tener et lucidus et .clarus. La carne ms hermosa ni
es excesivamente dura ni demasiado blanda. Los miembros
bellos no son ni muy largos ni muy cortos. Unos ojos
bonitos no son negros ni entreverados: oculi inter nigros
et varios medii, in quibus humiditas existit et claritas [los
ojos que estn a la mitad entre los negros y los entreverados,
en los que hay humedad y brillo]
46
Tales opiniones apare
cen ya en los primeros siglos en la descripcin de los retratos
literarios de Cristo y de la Virgen que podemos leer en
algunos apcrifos, en San Juan de Damas y en San
Epifanio
47
En la descripcin de las figuras d~ los pa...re~ de
San Gregorio (siglo
VIII)
encontramos los mismos terminos
d i d i
m
steticos mo tcum me tocre em era u
El ideal del equilibrio por excelencia lo presenta lcuino
a Carlomagno como un ideal a alcanzar no slo en el orden
moral, sino en todas las cosas y, particularmente, en la expre
sin. No exag.erar en nada, en eso consiste .la sabidura, ah
est la belleza: Philosophicum illud proverbium non solum
moribus sed etiam verbis esse necessarium: ne quid nimis
[aquel proverbio filosfico: Nada con :xceso es. ~mprescin
dible no slo en las costumbres, smo tambin en las,
palabras]
49
El canon de la belleza humana lo transmiten tambin las
descripciones poticas, que se practican como ejercicios e?
las escuelas de retrica y se petrifican en frmulas escolsti
cas: los poetas medievales se inspiran en ellos respetuosamen-
-
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33
2
54 Et 1,245, 246.
55 lb
293, 294.
56 Et
11, 353; I1I , 118 1, 247 Y I1I, 255.
Et 11, 109.
de la unidad. Numerosas consideraciones clsicas relativas a
1 musical
a 1 armonioso hacen su entrada en Occidente
mediante el.
tratado De musica
que citan Escoto Ergena
y
annimo de la Musica Enchiriadis en el siglo IX, y el De
ordine que utiliza Isidoro, que se inspira, igualmente, en
Quintiliano, Varrn, Macrobio, Boecio y Casiodoro.
Por ltimo, no debemos perder de vista los tratados dedi
cados a la arquitectura y a las artes plsticas. En: el De
architectura conocido a partir del siglo
IX,
Vitruvio desarro
lla la doctrina de las proporciones del cuerpo humano, del
rostro, de los templos hermosos
54.--
A Plinio, que elabora una
autntica enciclopedia de la historia, de la teora y de .la
crtica del arte clsico, se le lee y se le copia mucho: Isidoro
cita algunos pasajes de significado esttico. Las pginas ms
antiguas del
H ermeneia
del Monte Atos y un fragmento de
la
Mappae clavicula
atestiguan que las tradiciones prcticas
de la gente del oficio no perdan de vista la importancia de
1
55
as proporciones Justas . No ser, por- tanto, sorprendente
reencontrar en el siglo XII la divisin clsica del rostro de
Santa Hildegarda, o en el siglo XIII el texto de Vitruvio en
Vicente de Beauvais y su influencia en Villard de
Honnencourt
6
. La teora general de la proporcin toma en el siglo un
gIro cada vez ms cualitativo y metafsico. Pero mucho tiem
po antes de esta poca los espritus se sintieron invadidos por
una grandiosa concepcin musical del universo. Mencionare
mos un solo nombre, el de Otloh de Saint-Emeran, quien
crea _quela armona es una propiedad trascendental de las
cosas, tanto del orden sobrenatural como del mundo
visible
7
La esttica de las proporciones precede en la Edad Media,
exactamente igual que en la antigedad, a la de la luz y el
color . .S in duda, la ~dad Media contaba desde sus orgenes
con diversas esnmaciones sobre el carcter esttico de la luz
mnada. No ser necesario decir que la teora experimenta
simultneamente la influencia de la evolucin general: mera
mente cuantitativa en sus orgenes se transforma gradualmen
te en frmulas metafsicas.
En el arte de los antiguos las proporciones juegan un
papel importante, por ejemplo en la arquitectura ideal Ar
quidamante , en la escultura ideal Policleto , en la msica
ideal Pitgoras . Platn las trata, especialmente en el Timeo
en forma filosfica, esttica y matemtica. Una vez ms, los
medievales entran en contacto con la filosofa de la propor
cin a travs de este dilogo, comentado por Calcidio.
En el comentario del
Sueo de Escipin
Calcidio y Ma
crobio resumen toda una tradicin en la que los elementos
matemticos se amalgaman con las especulaciones
filosficas
sobre las correlaciones, las aplicaciones astrolgicas y mgi
cas, las interpretaciones alegricas, etc. En este concierto
interpretan los papeles principales el pitagorismo, el platonis
mo, el estoicismo de Posidonio, el neoplatonismo. Lo mis
mo se podra decir de las obras de Apuleyo de Madaure de
Marciano de Capella: les caracteriza el mismo sincretismo
enciclopdico.
La fuente principal de
esttica de l proporcin se
encuentra en los tratados tcnicos transmitidos por Boecio.
Difcilmente se podra sobrevalorar la importancia histrica .
de tales manuales para la visin medieval del mundo. Real
mente constituyen la base de la concepcin musical del Uni
verso y de una psicologa esttica a la que es posible seguir
las huellas hasta el siglo
XII
e incluso hasta el
XIII.
El propio
Boecio traduce o resume en su
Aritmtica
a Ten de Esmirna
y a Nicmaco de Grase, aunque sin continuar sus conside
raciones alegricas. En su
Msica
cita fundamentalmense a
Euclides y a Ptolomeo.
y
as, a travs de la teora general de
la proporcin nos remontamos hasta Aristjenes y, a travs
de una masa de detalles psicolgicos, hasta Teofrasto. Estos
dos autores nos conducen de nuevo a los grandes clsicos
gnegos.
Tambin las obras de San Agustn abundan en alusiones a
la belleza de las analogas y de los nmeros, de la igualdad y
-
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35
60 t I1, 56 y I1I, 23.
61 Sobre S. Juan Damasceno,S. Basilio y S. Ambrosio d el notable
est udi o de D. H. Pouill on,
La Beaut propit transcendentale chez les
Scolastiques
Arch. de Hist. doct r. et lit tr. du Moyen ge, t. XV, 1946.
8 t I 1I, 16 s v.
59
C
Enn 1 6
3
dice, en un texto que se cita a menudo, que la luz es la
sustancia ms pura, la forma ms bella
la ms decente, la
presencia que ms nos regocija? Lux pura est in essentia,
speciosa in decentia, laetificativa sua presentia [La luz es
pura en su esencia. es bella en su conveniencia.
deleitable
por su presencia]
60
Que la luz se aleje, afirma San Juan
Damasceno,
todo permanece invisible en las tinieblas del
caos. En el
H exameron
San Ambrosio se inspira en los
comentarios de San Basilio, que tuvo en Atenas maestros
neoplatnicos. Da con la famosa afora neoplatnica: si el
oro es hermoso por su brillo fulgurante y si el relmpago es,
en su simplicidad. de una belleza esplndida, no es evidente
que lo bello no
queda.definido
por las. proporciones de lo
compuesto, sino por el brillo de lo sencillo? Ambrosio lo
reconoce explcitamente: Lucis natura hujusmodi est, ut non
in numero, non in mensura, non in pondere, sed omnis in
aspectu gratia sit [La naturaleza de la luz es tal que todo su
encanto est no en el nmero. ni en
la
medida. ni en
el
peso,
sino en su manifestacin externa] 61 Roberto Grosseteste es
quien continuar y extender estas ideas.
Los rabes ,son otra fuente de la esttica de la luz y del
color. Jedizismo mazdakismo son filosofas esplcitas de la
luz; la mstica de Suhrawardi es una mstica de la luz; la
fsica de Alhacn es una ciencia de la luz que ejerci una
considerable influencia en el siglo
XIII.
En efecto, Alhacn
sienta las bases para un estudio cientfico de los fenmenos
luminosos que se ana al estudio de los nmeros
de los
smbolos. Estudio que, lo mismo que la psicologa de las
percepciones visuales, se impuso a los sabios y, lentamente, a
los artistas. La influencia de Alhacn explica el xito de la
metafsica de la luz en Alejandro de Hales, San Buenaventu
ra, San Alberto Magno) y Ulrico de Estrasburgo, as como
el desarrollo de la ptica
de la perspectiva en Roberto
espiritual o visible. Pero hasta el siglo XII~,
tras haber est~
diado los tratados de Alhacn sobre la ptica y la perspecti
va la teora de la luz no se transforma en un sistema general
del universo. Slo entonces, segn nos parece, se presta una
renovada atencin a las observaciones plotinianas de Basilio y
de Ambrosio que haban pasado inadvertidas hasta entonces
58
La esttira de la luz se puede seguir, aunque sea implci
tamente, en la mayor parte de los dilogos clsicos de Platn.
Las imgenes de tonalidad luminosa son abundantes. El res
plandor; la irradiacin el brillo caracterizan las Formas,
cuyo modelo supremo, la Esencia del Bien, se compara con
el sol. La metafsica de la
uz
no se hace explicita, hasta
Plotino. Es posible que a ello contribuyera el culto solar de
los egipcios y los textos caldaicos. Lo cierto es que el simbo
lismo de la luz adquiere una significacin fundamental en los
neopitagricos y los gnsticos, en Proclo y en Simplicio. El
Pseudo-Dionisio transmite la admiracin neoplatnica por la
luz a Escoto Ergena quien, a su vez, influencia a Hugo de
Saint-Victor y a sus discpulos.
Sealaremos la jdentificacin
de
la luz y de la Verdad
-vase el Evangelio-, as como la del Intelecto eterno, con
el sol, que da a las formas primordiales plenissiman inobfus
cabilemque claritatern [una claridad absoluta e imposible de
oscurecer]. Recordemos la comparacin de Cristo con el da
y aquella que representa la felicidad celestial como un ocano
de claridad. Repitamos que en e l mu nd o sensible
lu z es la
sustancia misrn de los colores y la condicin externa de su
visibilidad: es, por tanto, la causa formal.
eficiente de la
belleza sensible: Lux color est et formas rerum sensibilium
detegit [La luz es color que hace visible las formas de las
cosas sensibles]
59
El Liber de causis el Elementatio _forta
lecen tales ideas, el primero a finales del siglo XII y el segun
do a mediados del siglo
XIII.
La doctrina de Plotino inspira numerosas pginas de San
Ambrosio y de San Agustn. No es Ambrosio quien nos
-
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36
37
7 Conf
IV, 13.
A di 1
usnn no Ice o mismo que Platn porque la proposicin: El
La estetica aparece en forma sumamente peculiar en la
doctrina de la honestas
Comenzaremos con las concepciones de Aristteles sobre
el tema de la Kalokagathie Segn Aristteles, el hombre
tiene la posibilidad de elegir entre tres fines: lo bello, lo
agradable
y
lo.til
62
Dice, en otros trminos, que el hombre
no desea otra cosa que el bien, lo agradable y lo til
63
Salta
a la vista que de esta manera identifica elbien con lo bello. tia
da excesivamente original ni en la sinonimia ni en la divisin:
This classification of goods belongs to the era of proverbial
philosophy in Greece, dice Grant, ya se encuentra en Teog-
nis, Simnidas y Platn
64
El bien y lo bello se elgenpor su propio valor, lo til en
relacin a otra casa. Lo bello es as un bien que se impone
por s mismo a la eleccin y por esa razn exige ser
amado, apreciado, alabado. Si se quiere definir desde la pers
pectiva de lo deleitable. lo bello es un bien que nos place
id 65
precisamente por consi erar o como un len .
Consideraciones de este gnero son, evidentemente, de
carcter moral. Pero se desarrollan paralelamente a las con
cepciones estticas cuyo inicio podemos encontrar en el me
dio socrtico-platnico. Ciertas cosas, como el oro y el mar
fi l con los que se recubre
una
estatua, adquieren un valor
esttico si se aplican en
el
lugar
que conviene;
hay otras que
son bellas en s mismas, porque poseen lo que conviene en su
propio ser 66 Si un hombre que es en s ridculo lleva vesti-
Grosseteste, Witelo, Bacon, Thierry de Frieberg, Bertoldo de
Mosburgo, etc.
dos y zapatos que le sientan bien, parece bello a causa del
carcter
adaptado
de esas cosas. Queda por saber la razn
por la que un hombre ser bello no contentndose con
parecerlo: no ser, dir Platn en algunos dilogos clsi
co.s, en el momento en que participa en aquello que es en s
mismo bello y conveniente?
San Agustn desarrolla ideas anlogas en su obra de ju
v~ntud.
De pulchro et apto
No se trata expresamente del
Bien, sino de lo Bel~o.An ms, el autor nos advierte expl
citamente que no pIensa en la belleza inteligible, sino en la
corporal. ~
-
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39
8
7
Et. 1, 8 2.
g
De civ. Dei, ltimo libro.
7 De fin.
111, 18.
72 H. Pouillon,
a.c., 324.
a esta esttica agustiniana en un texto de sus Sentencias que
retoma Alejandro de Hales y asimila como terna de discusin
la Escolstica del siglo XIII. Lo bello, en general, supone la
armona de las partes: Decor elementorum omnium in pule-
hro et apto
consistit. Sed pulchrum est quod per seipsum est
pulchrum, ut horno ex anima et omnibus membris constans;
aptum vera est, ut vestimentum et victus. Ideoque hominem
dici pulchrum ad se... apta, illa quae ad aliud accomodata
[La belleza de todos los elementos consiste en su hermosura
y adaptacin. Pero es bello lo que es hermoso por s mismo,
como el hombre que consta de alma y de todos sus miem-
bros; sin embargo, apto es aquello) como el vestido
y
el
alimento. Y, por ello, se dice que el hombre es bello por s
mismo... aptas son aquellas cosas que se acomodan a otra
cosa]
69
Seguimos as dos lneas paralelas, una. prctica, la del
Bien, otra esttica, la de lo bello. El Bien Bonum) se divide
en
Honestuni
y
Utile,
lo Bello Decor) en
Pulchrum
y
Ap-
tumo Si el Bien no se identifica con lo Bello en todos los
aspectos deberemos simplemente decir: al bien honesto
co-
rresponde
lo bello de las formas globales, al bien til
corres-
ponde
lo bello de
l s
partes en un todo.
Nos ha parecido descubrir otro argumento a favor de la
distincin del Bien y de lo Bello en otro texto agustiniano
citado o utilizado a menudo despus de Isidoro. Agustn
distingue la belleza puramente inteligible de la belleza sensi-
ble. Existe una armona en la disposicin de los rganos
internos, pero nosotros no disfrutamos de esta armona a
travs de los sentidos, nos contentamos con afirmarla con el
intelecto. La armona sensible es aquella que somos capaces
de percibir sensorialmente. Ahora bien, cuando contempla-
mos el cuerpo humano, encontramos partes necesarias, sobe-
ranamente tiles, pero no bellas; y vemos otras que ya no
tienen ninguna utilidad, pero son, sin duda, decorativas; la
barba y los pezones en el hombre y, en los dos sexos el
ombligo. Hay tambin partes que son simultneamente ;iles
y
be.llas, como las manos
y
los pies, que, de acuerdo con el
pasaje precedente, deben incluirse en la categora de partes
adaptadas al todo. Su aspecto es increblemente hermoso
dice San Agustn, y de suma utilidad: ut pedes er manus,
quorum membrorum et utili tas magna et species decentissi-
ma [como los pies y las manos, miembros cuya utilidad es
grande y su aspecto es bellsimo]
70
Como sucede a menudo, Agustn traiciona aqu su asidua
l~ct~ra.,de Cicern
71
Nos parece evidente que hace una
distincin entre la serie de bienes
utilitas
y la serie de
bellezas
species :
en cada una de esas series opone adems el
todo a la parte, es decir, aquello que gusta por s mismo y
aquello. que gusta porque est
decorosamente
relacionado a
un conjunto.
Todos es~os conceptos:
honestum
y
pulchrum, bonum
y
decorum, utile y aptum los entreteje Cicern en su De
Officiis, que asimila las tradiciones del platonismo, del aristo-
~elis :ll0 y del estoicismo que, por otra parte, no solamente
inspira a San Agustn, sino que lo leen Isidoro, Guillermo de
Auvergne y numerosos autores. Segn parece, Cicern es el
principal conducto para la antigua Kalokagathie, aunque ci~r-
tamente lo especifica durante su viaje, se adentra en la Edad
Media.
Otra va es la de los rabes: pasa por Avicena y Algazel y
probablemente se remonta a fuentes especficamente griegas.
La belleza o el
decorum,
dicen los rabes, es la cualidad que
posee una cosa cuando es tal corno
e e ser:
pulchritudo et
decor ~ei est ut sit quemadmodum convenit ei [La belleza y
la gracia de una cosa consiste en que es como le .conviene
ser]. Toms de York cita estas fuentes rabes y nos informa
de qu~ tambin insisten en el carcter subjetivo, psicolgico
y deleitable de lo bello 72
hombre, es decir, el todo, parece bello dado
l carcter adaptado de l
parte no es equivalente a la proposicin: La parte es bella dada su
adaptacin al todo.
Et. 1 81 Cf Sent. 1 c 8 P 83 c 551
-
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41
quod honestum est decet. Qualis autem differentia sit hones
ti et decori facilius intelligi quam explanari potest [Es de tal
naturaleza que no puede separarse el decoro de la honesti
dad porque lo que conviene es honesto y lo que es honesto
conviene. La diferencia que hay entre lo honesto y lo deco
roso puede comprenderse ms fcilmente que explicarse
J 76
Pese a todo Cicern intenta expresar su pensamiento: y
emplea tres medios. En primer lugar el decoro es en mayor
medida que la moralidad absolutamente necesario lo mni
mo que se puede esperar. jusritiae partes sunt non violare
homines verecundiae non offendere in quo maxime perspi
citur vis decori [La justicia consiste en no causar dao a los
hombres el respeto en no ofenderlos; en eso se reconoce
claramente la naturaleza del decoro J . Por sentido de la justi
cia se evitar ejercer la violencia sobre nadie por elegancia
moral se evitar ofenderle en su compostura externa. El
decoro es una moralidad de lujo una decencia supererogato
ria una superabundancia de refinamiento una cierta liberali
dad espontnea en el gesto moral: ese decoro se aprecia
sobre todo en el respeto a la medida justa: Id decorum esse
velint quod ita naturae consentaneum sit ut in eo moderatio
et temperantia
appareat cum specie quadam liberali
[Entien
den que es decoroso lo que est conforme con la naturaleza
de tal modo que en l la moderacin y la templanza aparecen
con un
cierto
matiz liberal] 77
En segundo lugar la nocin de decorum tiene una reso
nancia artstica. En efecto los poetas estn haciendo decoro
cuando con abstraccin del carcter moral o inmoral de los
personajes ficticios que crean los presentan en sus palabras y
sus actos perfectamente armonizados con el papel que
deben representar. Lo mismo sucede en el orden moral
alguien es decorus cuando en el escenario del mundo ejecuta
perfectamente su papel de hombre y expresa mediante gestos
palabras de forma viva espontnea y liberal sin esfuerzo
aparente la virtud interna que le adorna
78
u.,
1 27.
~:u., 1 27 ( < ~ i : Garnicr p.242 .
u., 1 28.
et
snpra ,
p.
33.
73 E t. 1 193 texto Y n. 1
74 De inv. 2 .
75
D e o ff.
n
32.
Si nos circunscribimos a las precisiones agustinianas ins
piradas en Cicern repetimos que en~ontramos bello 1 0 q~e
nos parece
concordar
bien con un Ideal absoluto ~Platon
dice: la Forma; el estoicismo: la
Naturaleza;
Plotino: el
Uno o bien con un todo del que c?nstltuye una parte
integrante. Cicern insiste como los ar~b~s .~n el ~fecto
psicolgico de lo bello as como en la distincin s~tll que
separa honestum y decorum Los mediev~les no pe rdleron de
vista el aspecto psicolgico de la doctrina; quiz no com
prendieran en su exacto valor la teora del decorum y del
honestum
Alcuino cita la definicin ciceroniana del honestum para
probar su desinteresado humanismo: hay fines que merece la
pena realizar por s mismos: Honestum estoq~od propt.er se
appetitur.. . quod sua vi nos allicit et sua dignitate trah~t ~t
virtus veritas scientia [Lo honesto es l~ que apetece por SImis
mo. .. lo que nos seduce con su esencia lo q~e n~s ~t;ae por
su dignidad como las virtu~es la v~rd~d la ciencia] . ~an~o
Toms se refiere a otro pasaje de Cicern: Est autem ahqUl~
non propter suam vim et natura~ sed propter fruct~m et un
litatem appetendum quod pecuma est
[Hay
algo sin emb.ar
go que debe ser apetecido no por su e~enclay naturaleza sm~
por su provecho y utilidad e~~ es e~dinero] 7 Por tanto CI
cern opone
1 0
honesto a lo
til
dlstmg~e
1 .0
honesto del de-
corum? Cmo habra que interpretar el siguIente texto: Illu~
ipsum q~od honestum decorumque dicitur quia per se nobl~
lacet? [Eso que llamamos honesto y decoroso porque por ~
mismo nos agrada]
5
Es preciso pensar en una redundancia
. . , 1 )
oratoria o en una OposlClon rea . .
La ltima hiptesis es la acertada ~unque Clcero~ reco-
noce que es sumamente difcil determl~ar co~ exactltu~ el
matiz de los dos conceptos. Es ms fcil sentir de que se
trata que explicarlo: Hujus vis ea est ut ab honesto non
queat separan decorum nam et quod decet honestum est et
-
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2
Esta concepcin del decorum externo y ms que simple
mente requerido se concreta en una tercera observacin
referida al orden biolgico. Lo mismo que todos los Anti
guos, Cicern distingue en la armona humana las proporcio
nes profundas y elementales de la salud de la de los miem
bros externos. Lo honestum subyace al decorum lo mismo
que la salud orgnica sostiene la gracia superficial de la
apariencia ut venustas et pulchritudo corporis secerni non
potest a valetudine, sic hoc, de qua loquimur, decorum to
tum illud quidem est cum virtute confusum, sed mente et
cogitatione distingitur
79.
Ut enim pulchritudo corporis apta
compositione membrorum movet aculas et delectat, sic hoc
decorum quod elucet in vita, movet approbationem eorum
quibuscumque vivitur
ordine et constantia et moderatione
dictorum omnium atque factorum [As como la gracia y la
belleza del cuerpo no pueden separarse de la salud, as este
decoro, del que estamos hablando, ciertamente se confunde
todo l con la virtud; sin embargo se distingue (de ella) por
abstraccin mental. Pues del mismo modo que la belleza del
cuerpo con la proporcionada composicin de sus miembros
atrae nuestra mirada y nos deleita, as tambin ese decoro
que brilla en nuestra vida suscita la aprobacin de aquellos
con los que vivimos por el orden, la coherencia y modera
cin de todas nuestras palabras y actos]
80.
Por tanto, el decorum es algo ms que el honestum: se
trata de la irradiacin exterior en el mundo de la experiencia,
una irradiacin superabundante y liberal. Quiz esta concep
cin fue la que
incit
a Alberto Magno a diferenciar la
simple presencia de la forma en un cuerpo de su lujoso
resplandor.
Existe an otra razn por la que el decorum se diferencia
del honestum Al aparecer directamente en el mundo sensible,
se presenta como el objeto inmediato de la percepcin sensi
ble, del placer para la vista, de la aprobacin esttico-moral:
ha sido entonces la influencia de
icern
la que ha llevado a
Guil ermo d~ .A.uvergne, a Alejandro de Hales y a Toms de
Aquino a dmgIr su atencin al aspecto psicolgico de lo
bello: ~ovet oculos et delectar? [atrae la mirada y deleita].
Efectivamenre, la psicologa de lo bello, tal y como se
presenta en la problem~ica ,del siglo XIII, recurre expresa
m~~te a los textos de Cicern. Es a Tullius a quien cita
criticando, segn
e l
comentario de San Alberto a los
N om-
bres D_iv_inos:
Tullius in libro
De Officiis
dicit quod hones
tu~ dicitur pulchrum
secundum notitiam ab aliis
[Tulio en
el libro De Officiis dice que lo honesto se llama hermoso
en, ~uanto que percibido por otros] 81. Por otra parte, en una
eritrea de la Summa ~e~logica de.Santo Toms, leemos que el
honestur:z e debe d~f~mren funCIn del apetito y el decorum
en rel cin con la VISIn:Honestum est quod per se appeti
tur, sed decorum magis respicit conspectum [Lo honesto es
lo que apatece por s mismo, pero
e l
decoro se refiere ms a
la ~anifestacin externa] 82 Quiz el problema lo plante
GUIllermo ~e -,\uvergne, quien se apoya directa y personal
mente en Cicern, y de l lo habran recuperado Juan de la
Rochelle y Alejandro de Hales
83.
. L~ ms probable es que al leer la Etica a Nicomaco de
Anstoteles, Santo Toms piense en el
De Officiis
de Cicern
(1, 4). El hombre de estado romano diferencia a los animales
d~ los hombres po~ c~estiones estticas: Nec vera illa parva
VISnaturae est ratiomsque quod unum hoc animal scilicet
h?~o, sentit. quid sit ordo, quid sit quod deceat in factis
dIctI.sque, qUI modu~. Itaq~e eorum ipsorum quae aspectu
sentzun:ur ~ullum ~llzud am;nal pulchritudinem venustatem
c??vementzam partzum
s nt t
[Y no es pequea manifesta
clan de la naturaleza y de la razn que ste, es decir el
hombre, es el nico animal que comprende lo que e; el
81 H. Pouillon,
a e
297, n. 1 seala que la referencia es inexacta. El
tcxt~ se encuentra en De Inv H, 52.
S.
Th
HaHao,qu. 145, a.2.
83 P~lc~rum dicit dispOsitio.n~mboni .secundum quod est placi tum ap
Pche lSlOm; bonum vero respIc.It dispositionem secundum quam
delect r
fcctlOnen [Llam~...bello a la dISPOSICIO~el bien conforme a lo que es
ra t? a la p~rcepcI~~: pero bueno se refiere a la disposicin segn la cual
CItaa la inclinacin], Alex. Halensis, ed. Quar. 1, n. 103.
1, 27 (Garnier , 242). Cf. supra p. 18.
8
1,28
(Garnier, 244).
-
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20/65
89 Cf supra
p. 39.
90
Vase
Etudes
tabla analtica, en la palabra
Plaisir
8 la
qu.
91
a.
3
ad
3m
y
11
n qu.
141 .
a.
4
ad
3m .
:~Hipp
majo 297;
Gorg
474
d.
Tap VI 7 146
D e a rdo U,
11 .
n
3~8Escoto Ergena,
Et
1,330; Toms de Aquino,
Et IlI
283,
n
2
288
excepcin todas las sensaciones. para gozar de la belleza glo
?almente. Slo en el siglo XIII, probablemente debido a la
influencia aristotlica, la oposicin de los sentidos inferiores
a los sentidos superiores conquista definitivamente derecho
de ciudadana.
Mientras tanto, la psicologa de las percepciones estticas
se nutre de un~ doble fuente: una es musical, la que nos
seduce por el numero; la otra es plstica y queda resumida
en la formu~a ~
-
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46
93 Die Kunsliteratur
Wien, 1924, p. 24.
Boecio, Et 1, 32, 33; Casiodoro, Et p. 37.
1 Sulp Vctor ed. Halm, p. 320.
92 Et 1
254.
Cicern seala que el concepto decorum se encuentra e.n
las artes literarias. Los poetas llaman decorus a un personaje
cuando toda su accin se armoniza con su perso~a, es~o es,
con el carcter creado por el artista. El decorum J~ega igual
mente un importante papel en la retrica: .en trmm.os gene-,
rales aparece cuando la forma y el con~~ldo se
usion n
en
una unidad armoniosa, cuando la
expresin
se adapta perfec
tamente a la idea o a la sentencia, cuando los ntmos
y
las
formas del verbo concuerdan con el sentimiento que el tema
provoca: Quod decorum vel decens dicimus, in ea est ut
rebus apta sint verba [Lo que llamamos decoroso o .conv9~
niente consiste en que las palabras se adapten al contenido] .
As pues, el decorum es lo bello en la medida e~ que se
identifica con una concordancia, sea la concordancia de un
todo con su norma ideal d ec or um pe r s e , sea la concordan
cia de una parte con el todo a p tum seu ~ cco rr :o da tum :Los
tericos de la arquitectura que, como VltruV~O,ex~e.nmen
tan la influencia de la msica y de la retnca, utilizan el
trmino decor con un sentido anlogo: el decor de un. t~~plo
do
s
u forma se adapta a
idea de la divinidad
surge cuan . . 92
a la que se le dedica y a la que debe recordar
s imblicam ente
As pues, los autores rr:edievales.no slo ~~contraban la
nocin de decoro en los
filsofos
smo
tambin
en los ma-
nuales tcnicos.
Lo m ism o sucede con otros trm inos, entre ellos pul-
Los manuales tcnicos
chrum, pues, desde luego, no hay que olvidar que toda la
especulacin griega est impregnada de esttica. Las alusiones
a la belleza se encuer...ran lo mismo en los tratados de ciencia
pura que en las obras morales polticas. Es lo que sucede
particularmente con la acstica y la ptica. Encontramos
consideraciones estticas no slo en las alusiones relativas a la
escala situada en el odo (Aristjenes), sino tambin en los
tratados dedicados al anlisis matemtico de los intervalos (de
Platn a Ptolomeo). Sucede lo mismo con la ptica geomtri
ca que, partiendo de los pitagricos y de Platn, pasa por la
perspectiva de Euclides y los hallazgos de Arqumedes,
y
finaliza en el siglo
despus de Jesucristo en la compilacin
de Ptolomeo y, despus, en las especulaciones rabes.
La Edad Media va recuperando poco a poco sus ideas
antiguas asimilando progresivamente. a Boecio por una parte,
y a los sabios musulmanes por otra. Los manuales en los que
se inspira -tanto los del quadrivium (aritmtica, msica,
ptica, etc.) como los del trivium (gramtica, retrica, mtri
ca, potica, etc.)- desempean un papel esencial en la for
macin de sus ideas
de su terminologa esttica y artstica.
Posiblemente no sea necesario extenderse sobre el tema
del concepto ar s transmitiendo innumerables citas de filso
fos y tcnicos. Schlosser, entre otros muchos autores, afirma
que la Edad Media resolvi la nocin de arte en una especie
de saber: Es ist klar dass es sich hier nicht mehr um die
Praxis des Knnens, sondern um die formalen Grundlagen
des Wissens handelt 93. De esta forma es evidente que la
afirmacin requiere modificaciones bastante matizadas. Ya en
los primeros siglos, a partir de Boecio y Casiodoro, los
medievales eran perfecta
prcticamente conscientes de la
distincin entre el saber orientado hacia el conocimiento
puro y el saber hacer dirigido hacia la creacin de formas 94.
La oposicin de a rt if ex t heor ic e y de a r ti fex p rac ti ce est
hecha con miras a aclarar la distincin entre disciplina y ars.
Adems, todos los antiguos conocen tales problemas.
-
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49
8
99
Halm p. 155.
lb 219. Scientia
rursus
duplex est; est scientia artis, est non artis
[La ciencia es, a su vez, doble: hay ciencia del arte y ciencia que no es de
ninyn arte].
lb 170. Ars extr insecus, quae nobis scientiam solam tradit . .. v.g.
ars rethorica extrinsecus quae nobis quid si t rethorica demonstrat; quam
cum demonstraverit, scimus tantum sed exercere non possumus. Ars intrin
secus, quae ita dat scientiam ut illud ipsum quod scientia dat, quibus
rationibus {aciamus ostendat... Intrinsecus autern ars rethorica illa est quae
nobis ad actus praecepta art is insinuat [El arte extrnseco, que nos trans
mite slo teora...
V
g. el arte extrnseco de la retrica, que nos muestra
qu es la retrica, y una vez mostrada sta, la conocemos solamente, pero
no podemos ejercitarla. El arte intrnseco, que nos proporciona un conoci
miento terico tal que ofrece las reglas con las que podemos realizar
aquello que la teora nos da..., e l arte intrnseco de la retrica es que nos
comunica los preceptos de este arte para la prctica] d 25-28 Y 36-40).
5 Quintiliano. Et. 11, 17, 41.
96 Sneca, p 88, 21.
97
Saint Agustin et la fin de la culture antique
1938, pp. 216, 217.
98
De nato deor. 58 60.
definir la esencia del arte en general: Non enim mox scire
possumus quid sit ars, nisi additum fuerit cujus ars: poeticae,
gramaticae, rhetoricae [En efecto, no podemos saber qu es
el arte si no se aade aquello de lo que es arte: de la potica,
de la gramtica, de la retrica] 99
Obviamente, Mario .Victorino adopta la opinin de su
maestro Cicern e insiste en el carcter disciplinado del
arte. El arte, dice, se presenta en dos formas: como saber y
como realizacin: ars duplex, una in scientia, alia in actu
[El arte es doble: terico y prctico]
1
En tanto que saber,
forma parte de la ciencia. El saber se refiere en primer lugar a
las cosas q~e nada tienen que ver con la creacin de las for
mas: a la distincin de las piedras preciosas o a la ciencia del
nmero de habitantes de una ciudad. Concierne tambin a los
objetos que el hombre produce conscientemente; en tal caso,
el arte es la ciencia de las reglas que el artesano debe seguir en
el curso de esta produccin. Es positivo o normativo. Se de
nomina ars extrinsecus el conocimiento
positivo
y terico de
lo que es la retrica; se denomina ars intrinsecus el conoci
miento
normativo
de las reglas a seguir cuando elaboramos no
sotros) un discurso 1 1
Incluso en ~l arte intrnseco es necesario distinguir el
saber puro
de las reglas del
saber hacer
que aplica las reglas
a cada caso concreto: Ars tantum praecepta tradit, non ali-
Quizs Aristteles haga mayor hincapi en el saber y el
estoicismo d mayor importancia al hacer. Entre los roma
nos, Cicern concibe la retrica como una disciplina y Quin
tiliano, que sigue el ejemplo de Cleanto, como un arte prcti-
ca: ars quae est potestas via, id est ordine, efficiens [arte
que es una capacidad que procede metdicamente, es decir,
con orden] 95 De hecho, los estoicos compaginan ambos
matices aproximndose mucho a la concepcin moderna del
arte. A nuestro modo de ver, toda su teora aparece domina
da por la diferencia entre las artes liberales y las artes servi
les; las primeras se sirven nicamente de la palabra, las se
gundas utilizan la mano. Pero no es tan slo eso. Posidonio
habla expresamente de las artes que conducen al enriqueci
miento del saber y de las que contribuyen a la formacin de
la virtud; en lo tocante a los oficios, hace una distincin
entre las artes en funcin de la necesidad y el deleite de los
bienes que procuran 96
Las ideas de Posidonio se generalizan rpidamente; pue
den encontrarse en gran nmero de pensadores y profesores,
segn demuestra Marrou en una tabla comparativa en la que
expone las opiniones ms extendidas sobre la enseanza enc
clica, esto es, sobre la formacin general 97 Galeno, Sneca,
que cita explcitamente a Posidonio, y Cicern, en
De natu-
ra deorum
Son continuadores de la teora del maestro
estoico
98
Los medievales buscan sus definiciones del arte en
Cicern y tambin en Varrn, en Agustn y en los retricos
del Bajo Imperio, especialmente en Mario Victorino.
Destacaremos el nombre de Victorino, cuya influencia es
evidente en Gundisalvo, y posiblemente responsable de la
autonoma otorgada a la Potica a partir del siglo XII, y en
lo sucesivo independiente de la Gramtica y de la Retrica.
Mario Victorino se sita expresamente en el punto de vista
de la induccin, esto es, de las tcnicas particulares: es ms
fcil, dice, comprender que son las artes particulares que
-
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51
50
5
t I1, 385, -388, 397.
6
De natodeor. 60. Cf. Ag, De quant animae. P. L. 32, 1075. Tot ar-
2
lb 156
3
lb 156
4
De nato deor. 58. Cf. Orator 69, Brutus 185, 276. Sobre Varrn,
K. Svoboda, L estbtique de S. Agustin p. 30.
[las ciencias que suministran lo que es necesario], o sea, las
artes mechanicae de las artes del puro placer, appenditia
artium
1 5
La divisin de las artes en liberales y serviles vuelve a
encontrarse en la mayora de los retricos y los gramticos.
No diremos nada especial respecto al tema de las artes-libera
les: por ejemplo, la divisin tripartita platnica aparece en
Orgenes y Boecio, la divisin aristotlica y bipartita inspira a
Casiodoro; Isidoro fusiona ambas en mayor o menor medida.
En cuanto a las artes mecnicas. cuyos nombres aparecen
tan a menudo en San Agustn y a las que hace alusin
Casiodoro en su De anima probablemente es Cicern quien
sienta las bases de la doctrina medieval. Pese a su extensin,
citaremos un pasaje: Quam vero aptas quamque multarum
artium ministras manus natura homini dedit Itaque ad fin
gendum, ad sculpendum, ad nervorum eliciendos sonos ac
tibiarum apta manus est admotione digitorum. Atque haec
oblectationis causa. lila autem necessitatis:
cultus dico agro
rum, extructionesque tectorum, tegumenta corporum vel tex
ta vel suta, omnenque fabricam aeris et ferri. Et praetera
vescimur bestiis... partim capiendo, partim alendo... Magnos
vero usus offert lignum) ad navigia facienda. .. et propter
nauticarum rerum scientiam plurimisque rebus maritimis
fruimur atque utimur
[
Qu apropiadas manos y capaces de
ejecutar muchas artes dio la naturaleza al hombre As pues,
la mano gracias a la aplicacin de sus dedos es apta para
modelar, para esculpir, para arrancar sonidos a la lira y a la
flauta.
y
estas son artes para el deleite pero aquellas de lo
necesario: me refiero al cultivo de los campos, a la construc
cin de las casas, al tejido o cosido del vestido, a todo
artefacto de bronce y hierro. y adems nos alimentamos de
animales... capturando unos, criando otros ... , la madera nos
ofrece una gran utilidad para construir naves, y a causa del
conocimiento de las artes nuticas disfrutamos y utilizamos
muchos productos marinos]
106
quid secundum ipsa [aciendum [El arte solamente ensea las
reglas, no a hacer algo de acuerdo con ellas]
102
Si en efecto
se tratara de la aplicacin consciente del saber de las reglas,
habra que hablar de ars in actu; la nocin de ars in
scientia se limita al conocimiento de las normas abstractas.
As, Mario Victorino es el equivalente, en formas escolsticas
o escolares, al intelectualismo en todo su rigor. Lo que se
hace evidente cuando, reconociendo que el arte presupone la
naturaleza, la tradicin, el ejercicio, se atreve a decir que tales
condiciones no sirven para nada, por el contrario, son noci
vas, cuando no acaban en la ciencia reflexiva de las reglas
apropiadas: Si ars eloquentiae qua~tuor :ebus consta~, natu
ra, usu, exercitatione, arte, necessano artis praecepta m elo
quentiam dantur. Quae si deest ars, profecto tria ~llamultum
interdum nocere, numquam prodesse possunt [SI el arte de
la elocuencia precisa de cuatro condiciones: naturaleza, uso,
ejercicio y arte, necesariamente se dan para la elocuencia las
reglas del arte. Si falta el arte, los otros tres ciertamente
d
di 1 ] 103
pue en pef}u icar a veces, pero nunca son uti es .
Volviendo a Posidonio, es evidente que la distincin de
las tcnicas en
artes de lo necesario y artes de lo placentero
es de importancia para la esttica: Esta distincin, que .ya
aparece en Platn y en Aristteles, se resuelve en la bl.en
conocida, e histricamente decisiva, frmula de
Horacio:
Todo arte, en particular arte potica, tiende a la vez a la
utilidad y a lo deleitable, podes et delectat Cicern haba
insistido en esta posible doble funcin de las artes: Artes
quoque efficimus partim ad usum vitae, partim ab oblectatio
nes necessarias [Tambin practicamos las artes, unas necesa
rias para la vida, o~ras para el deleite]
104
I~ea q~e arraiga
ms y ms, por ejemplo, en Hugo de Saint Victor, ese
inteligente lector de San Agustn: en su opinin hay que
diferenciar las scientiae ministrandi ea quae sunt necessaria
-
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53
5
110
Enn V, 8,1.
griegos y los romanos: los medievales que encuentran el
esquema en San Isidoro, entr; otros, se revelan aqu como en
otros aspectos herederos de la antigedad.
La psicologa del arte adquiere un nuevo desarrollo cuan-
do las traducciones latinas de la Etica a Nicmaco se extien-
den en Ocidente. La influencia aristotlica ya se deja sentir
en Guillermo de Auvergne y, despus, en Alejandro de
Hales.
Todas esas ideas diferentes
anan en una vasta sntesis
del arte, cuyo origen es neoplarnico, que los medievales
encuentran nuevamente en los Pa
-
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55
4
116
E t. 1 319.
117 Pietzsch o. c p. 78-85.
ordenadas en un edificio
111
Consecuentemente. dice Plotino
la obra de arte es una imitacin no de las cosas que el artista
percibe a travs de los sentidos sino de una forma interior o
de una idea la que tiene una intuicin espiritual 112
Alrededor de esta idea central se agrupan mltiples conside
raciones tcnicas filosficas y teolgicas que confieren a la
teora medieval un carcter especial y relativamente unificado.
La historia de los
scriptoria
de los talleres tcnicos y de
los manuales prcticos puede servir para iluminar nuestras
observaciones generales. Est fuera de duda que la terminolo
ga e incluso gusto de la incipiente Edad Media estaban
menos influidos por Platn y Aristteles que por la forma
cin emprica de los oficios y por la transcripcin de los
viejos libros escolares.
Parece evidente que en las escuelas eclesisticas en las
que deba aprenderse canto se difundan reglas estticas jun
to a esas indicaciones tcnicas que desembocaran entre otras
cosas en notaciones musicales nuevas. En sus orgenes la
msica eclesistica estaba sometida a una triple influencia:
judaica siria y griega
113
Unicamente conocemos mediante
documentos directos la teora musical helnica: lleg a la
Edad Media en tres oleadas sucesivas y constituye la base de
una concepcin esttica del mundo que abarca infinitamente
ms que el exclusivo dominio de las percepciones sonoras.
Podemos encontrar las teoras clsicas de los musiclogos
pitagricos en Varrn en
De musica
en el
De ordine
de
San Agustn 114 en Quintiliano que se contenta con generali
dades tomadas por Isidoro en Macrobio y Calcidio en sus
comentarios de Platn particularmente en Boecio que p~
ne los cimientos de la doctrina cientfica de las proporcio
nes y en Casiodoro que no profundiza en la teora musical.
Estos autores son junto con Isidoro los que fundamental
mente citan y copian los tericos carolingios
115
Recordare-
mos algunos nombres: Aureliano de Reom Rgino de
Prm Juan Escoto Ergena Hubaldo de Saint Amand y el
autor annimo probablemente irlands de la Musica enchi-
riadis; este escritor conoce sin lugar a dudas De musica de
San Agustn lo mismo que Juan Escoto.
La teora y la esttica musical reciben un nuevo impulso
cuando empieza a difundirse el De nuptiis de Marciano Ca
pella en el siglo
IX.
Remigio de Auxerre
116
es el primer
autor medieval que revela una profunda influencia de Capella
y transmite la doctrina del ritmo y la teora de la unidad de
la danza de la poesa y del canto.
Tres o cuatro siglos ms tarde es a la literatura rabe a la
que le llega el momento de ser apreciada; tambin ella tiende
un puente entre la antigedad griega y la Edad Media latina.
Probablemente ya existen infiltraciones rabes en Gerberto
de Aurillac; en Adelardo de Bath se hacen ms numerosas y
discernibles; en la segunda mitad del siglo XII se imponen de
manera definitiva con Gundisalvo
117
En cuanto a la evolucin de las bellas letras ha sido
estudiada por tantos autores que nos limitaremos a algunos
temas generales.
Parece casi seguro que se daba la misma educacin litera
ria en todas las regiones del Bajo Imperio. La gramtica se
deca ensea a escribir con correccin y la retrica con arte
ornate. Al analizar a los autores clsicos los escolsticos
comentaban los preceptos abstractos y explicaban las rea
ia.
Donato maestro de San Jernimo sintetiz la ensean
za tradicional en ese campo. Le imitaron y siguieron sus
pasos en la
Tebaida
de Estacio Lactancio Plcido Virgilio
el clebre Servio principios del siglo
V
Horacio y algo ms
tarde el Pseudo- Acrn. La Edad Media demostrara conside
rable inters por estos comentarios: haba que copiarlos pla
giarlos imitarlos como sucedi en el siglo IX con Remigio
de Auxerre y con el annimo de las Scholia Vindobonensia
En cuanto a la Potica tomaba su teora del metro y de
11 lb 1 6 2
112 Ib V 8
113 Th. Grold L es P re s d e l Eg lis e e t la M u siq ue Pars 1931.
K . S vo bo da L e sth etiq ue d e s ain t A gu stn 1933 pp. 67 Y 69 sv.
115
G. Pietzsch D i e K la ss if ik at io n d er M u si k Halle 1929 p.22.
-
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6
120 Vase, no obstante, M. Roger, o.c., p. 264.
siglo X, otros como la Retrica Ad H erennium, el De inven-
tione y los comentarios de Victorino tuvieron mejor suerte:
bastaban para elaborar una teora de las bellas letras. Fortu
nato, al que Casiodoro cita tan encomisticamente, se reco
mienda a todos y se recopia varias veces: Ha1m le edita segn
un manuscrito del siglo
VII
y dos del
VIII.
Por su parte, los
Escoto transcriben el Arte Potica de Horacio, numerosos
tratados de gramtica y el
De nuptiis
de Capella. Algunos
piensan que cabe en lo posible que, a partir del siglo VI,
pudieran leer a Donato y a Prisciano 120 En todo caso,
A
-
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58
59
sv.
126 Et. 1, 223.
27
Faral, o.c.
28 Tb
16. E ebl,o o, eog. 26~Gorgl3:s, fr. 23; Plut., De aud. poet. 1 15 Y 11
P
. stra on, p. 15; Cicern, De
tnu
1, 27; Ad H
e ro
I 13 Horacio Ad
tsc
151, 333, 343. ,
129De ord.
11 40;
Solil.
11 10; 15-17.
niano), Palemo, Malio Teodoro, Eutiquio
2
Aldhelm inclu
so transcribe los trminos tcnicos griegos que, segn Roger,
22 E 1 bibli d
se encuentran en Dra.Gn de Stratomce . n a I ioteca e
York, Alcuino no slo menciona el De inventione de Cicern
sino numerosas obras clsicas, importantes desde un punto
de vista de la teora del arte, entre las que podemos destacar
muy particularmente la
Historia Natural
d~ Plinio. .
Tanto los __nglosajones,
y,
en consecuenCia, los.humaaistas
carolingios, como
la s
retricos romanas en los que se inspiran
directamente hacen l1na distincin entre la prosa artstica y
la, forma vuigar de expresip
23
G~ la musicalidad
d~, sea. mtrica o rtmica. Estudian la prosodia en
Donare, Prisciano, Sergio, Audax, Focas, Carisio, Palemo,
etctera. Muestran inters en dividir las bellas letras en gran
des gneros, como descubre Beda, despus de Isido:o, en
Diomedes
24
En lo relativo a la teora general deLe~t1lo, tal
y como la resume Alcuino, el_maestro n.~jsClJti.ble c;ontina
sien~cern, el heredero de la traebcIQn g[1e~a. ~ara la
doctrina de los smbolos y de los tropos se mspiran en
la retrica
Ad H erennium, Rethorica nova vel secunda
o en la
Rethorica uetus uel prima,
esto es, en
De inventione;
que se
completan con Quintiliano, Aquila Rom~nu~, Rutilio Lupo,
Marciano Capella
25
En cuanto a la mUSicalIdad del verso y
de la frase -compositio seu structura, ryt~mus et clausula,
modulatio, etc.-, consideramos que Marciano Capella, pa
sado el siglo VIII, y, aun ms tarde, Quintiliano fueron l~s
que influyeron en los primeros dictatores. ~o podemos olvi
dar en la formacin de la teora ms an ngua de las bellas
letras el Arte potica de Horacio, pues sirve de tema a un
comentario en el siglo IX (bajo la influencia de Cicern,
Ovidio, Servio, Hi~inio, Donato y Acrn)
26
y, ms adelan
te, a las Artes poeticae de los siglos XII y XIII
27
Podemos, por tanto, deducir que la
Edad
Media
asimil
p ,~. ame?,te la teora literaria antigua ;-partir del sido ~.
~oncluslOn a la que llegamos por los comentarios de Remi
glo de Aux:r.r~, l~s ens~yos estilsticos de innumerables auto
res., _los anlisis literarios de los clsicos, la enseanza del
~nvIUm, del que encontramos, por ejemplo, la teora en el
Siglo XI, en Conrado de Hircheau y la prctica, en la Escuela
de C.?art:es, probablemente a partir de Fulberto.
Es .evldente q~e, pa..r.:-la Edad Media, los problemas del
cont~mdo de la lIteratura no s o n menos importantes que los
de}a forma tcnica.
La veracidad po.tica y la calidad moral del poema es un
tema. que pasa a ocup~r .un primer trmino. Por una parte se
re~aclOn~ con lo
prdico
de la poesa, por otra, con la
fabula. Este tema, que ya tiene un cariz clsico, fue plan
teado e? su. ~o~ento por Gorgias. En efecto, el arte crea
Re~so.nales fictICIOS que sita en un mundo aparentemente
. objetivo; ~dems, provoca ilusiones de las que los lwmbres
S911~onsclente$ y PLl..~_~J:1_~_~~ente.
Platon condena ~ los poeta__La .los pintores a causa de la
~ ~.edad, la mentIra la ilusin del arte. Aristteles es ms
mdulgente y los estoi~os intentan resolver la oposicin entre
los dos, maestros mediante la teora del alegorismo.
, 1: .~lodoJ.lu:~rco, ~.stra~n, Cicern
y
Hor_jcio ~a
,blan que la creaClon poeuca es una mixtura de
verdaderQ
19_{also 28: E,,--. ; l e oedine Agustn llam a al canto de..lts
p'o~tas rationabil ia mendacia [ficciones razonables
En los
S o lUoqu es
hace la_
distincin
ent~e
(allax
y
mend,ax:
unas
veces el ~ lg~o busc;a nicamente el p1acCi'r (mendacium)
otras consegUIr efectos serios (fallacia)
29
Una vez ms evi~
2 Roger, passim, pp. 317 sv. y especialmente 328, 329, 1~3 (Tatwine),
335 (Bonifacio), 336-337 (Alcuino), 345 (Beda), 353 (prosodIa) 361, 363,
381 (mtrica), 360 (gneros literarios).
122 Ib p. 362.
23
Vase,
p
ej., Aldhelm
(Etudes,
1, 142).
24 1
Behrens,
Die Lehre uon der Eintei llmg der Dichtkunst,
Halle,
1940,
p
25. -'
5
E. Faral, Les arts potiques du vtr et du
VI
H s i l e s 1923,pp. 52Y
-
5/22/2018 Libro Esttica de La Edad Media Parte 1 de Edgar de Bruyne
28/65
61
(Dammanda) ergo sunt quae finguntur et tamen nec sunt, nec
fieri possunt, nec fuerunt [~ pintura es una representacign
de eso que existe o puede. e~istir. Por consiguiente Dam-
manda son cosas que se representan y, sin embargo, ni
existen, ni pueden llegar a existir, ni han existido] 134. Los
Livros carolinos defienden, quiz en los mismos trminos que
Vitruvio, la misma posicin.
eGo consecuencia de la iconoclasu toda la esttica
eo-
pl~ica de las estatuas de los dioses dise~ revive bajo
fo rm s cristianas en las obras patrsticas. Din Crisstomo,
Plotino y Porfirio insisten en el sentido religioso de las
estatuas pagn~: en la forma sensible de la divinidad repre
se~tada en forma humana, el artista hace aparecer CllalidMles
puraJl1ente espirituales como la serenidad, l prudencia y la
razn. El que contem.pla la estatua con Jos ojos no se detiene
en a percepcin puramente sensible sino Que se eleva a
travs del intelecto hasta la contemplacjn de las realjdades
inmeteriales..,135.Esta doctrina, que inspira a los Padres grie
~, na.lea.es desconocida a los autores carolingios ck los
Libri carolini.
Lo mismo sucede con la famosa teora del carcter Q .da
ggico de la pintura: lo que los sabios pueden comprender al
Ie~. os caracteres artificiales y esquemticos de la escritura,
los iletrados deben recordarlo al mirar las imgenes naturales
e_imitativas de la plstica. En este caso podramos citar
paralelamente los textos de Ba,silio, Nilo, Gregario de Nisa,
juan_Qamasceno y los de Agustn, Paulina de No la y Grega
rio Magno. Una vez ms, la doctrina procede de los antiguos
retricos
136. .
Las anteriores consideraciones se refieren al contenido del
arte plstico, contenido o sujeto, que los docti proponen a
los artifices y establecen con mayor claridad en las inscripcio
nes o t tul Plinio y Vitruvio son quienes transmiten a los
medievales la esttica de la pintura en tanto. que creacin
formal. Isidoro copia a Plinio; los carolingios leen a Vitruvio.
134 De arch.
VII, 5. Cf.
Et.
1,
250.
135 Et. 266.
136 Et.
26.4.
130 Solil
I1, 17.
131 De parto ano 1, 5, 64 a; Poet., 4, 1148b.
132 De aud. poet. I1I, 17 f.
133 Rhet. ad Hero
IV, 39.
dencia la influencia sea de Cicern
De inv. 1 27
sea de
Cornificio (1, 13); efectivamente, despus de la Repblica los
gramticos distinguen la
historia
que relata acontecimientos
reales, la
fbula
que crea puras ficciones de seres imposibles
y el argumentum que presenta hechos imaginarios aunque
posibles. Conocemos la importancia de esta distinc