Leyendas
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¿Qué es una leyenda?
Una leyenda es una narración oral o escrita, en prosa o verso, de apariencia más o menos
histórica, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos.
Pueden ser religiosas, profanas o mixtas, según el tema del cual traten. Las leyendas
también pueden ser populares (de formación más o menos espontánea o inconsciente),
eruditas o fruto de una combinación de elementos de ambos orígenes.
Pueden haber sido inicialmente eruditas y haber conseguido, después, una gran popularidad.
EL BOOB
La descripción general del Boob lo aproxima más a los monstruos
clásicos griegos que a los de la propia mitología maya: su peludo
cuerpo es el de un asno monumental; su cabeza, de león.
Se alimenta de carne humana. Su morada está en lo más profundo
de la selva, en lo intrincado del monte alto de las proximidades
con Guatemala. Como el común de estos monstruos, sólo vaga por
las noches. Quienes habitan cerca de los dominios del Boob
fabrican sus casas con sólidos troncos para protegerse de sus
devastadoras intrusiones.
Alucinados chicleros de la zona de Campeche juran haber
contemplado al fabuloso Boob. Aseguran que es "semejante al
león africano, de color negro y cola larga, y que a veces anda solo
y es también peligroso". Su implacable pestilencia provoca la náusea y en pocas horas, la muerte.
En las espesas junglas de Campeche, un jinete se enfrentó al Boob y padeció el horror de su fetidez
y los embates del monstruo. Auxiliado por su caballo, logra, al fin, escapar de ese infierno, cuando
consideró que se había alejado bajó, pero ya en la tierra volvió a sentir aquella horrible peste hasta
que lo hizo vomitar; apuró al caballo y medio muerto pudo llegar a una vivienda no muy lejana a
donde iba; pidió de comer y de beber, pero nada le quedaba en el estómago; su estado alarmó a
los pocos vecinos del lugar quienes avisaron a las autoridades de Hopelchén de donde llegó auxilio
que lo condujo en camilla hasta Hecelchakán; durante el trayecto no dejaba de sentir la peste y que
esto unido a lo del estómago .
LA COLA NEGRA
Quienes han percibido el horror de la cola negra
(llamada Ekuneil en maya) la describieron del
color de la ceniza y de extraordinario largo; a su
cuerpo lo remata una espeluznante cola negra,
ancha y bifucarda. Habita generalmente en el
monte pero se le ha encontrado hasta en los
mismos patios de viejas casas desamparadas.
Nadie ha logrado salvarse de la picadura de la cola
negra. se sabe que vuela al interior de las casas si
descubre que alguna madre da pecho a su recién
nacido. Llega emitiendo su veneno, le introduce en
las narices a la víctima la bifucarda cola y se aplica
a extraerle la leche de los pechos.
EL CUCALKIN
Su nombre maya significa "sacerdote sin cuello“.
su visión nos provoca el horror. carece de cabeza
y los ojos los lleva plantados en el pecho. Camina
con paso de ganso, extiende los brazos al andar.
"Se le veía salir de entre las paredes de los
conventos arruinados, especialmente en los
patios en que se notaban vestigios de sepultura“.
La aparición del Cucalkin ha sido frecuente entre
los mayas. como viste una suerte de hábito religioso
algunos encuentran sus origenes en la época de la
Colonia; otros postulan que se trata de un espantajo
maya.
El Cucalkin acostumbra vagar por distintos puntos
de la Península de Yucatán. A fines del siglo XIX
dos campesinos se lo toparon una noche; el
descabezado, vestido con un capote negro, les
salió de súbito al camino. Amedrentados al principio,
los campesinos recobraron el valor y blandieron un cuchillo frente al fantasma haciéndolo
retroceder y finalmente desaparecer en la obscuridad. Después de buscarlo por mucho
tiempo lo encontraron encaramado en alto de un guanacaste, arbol que denominan el
maya, pich.
EL CHIVO BRUJO
El chivo brujo se ocupa de asustar y embestir a las
gentes con sus enormes cuernos, desde la caída
de la noche, la presencia de uno de éstos tragos
llegó a trastornar la sosegada existencia de los
habitantes de cierta aldea de Yucatán.
Algunos habían perdido la razón por haber visto los
relucientes y malignos ojos del monstruo. La gente
acusó a un hechicero de asumir la forma de un chivo
para atemorizar a la población. Aunque lo encarcelaron,
no se ganó mucho con esto: su alma, transmutada
en chivo, lograba evadirse de su encierro por las noche
para aterrorizar a los moradores del pueblo. Con todo,
la historia tiene un final felíz (por lo menos para los
aldeanos): el chivo es ultimado de un balazo, el brujo
falleció en prisión en el mismo instante en que ejecutaban
al animal.
Una herida de bala amancillaba su cuerpo.
EL H-WAYAK‘
Es uno de los gigantes del folklore maya. A primera
vista, se trata solamente de un hombre común, pero
a medida que se va aproximando alcanza una
estatura monumental. Su ocupación es romperle los
huesos a sus víctimas, al estilo del Ua Ua Pach.
Es conocida la aterradora circunstancia padecida por
una campesina: al anochecer, la señora salió a su
patio con objeto de recoger la ropa lavada; allí se
encontró con la aterradora presencia del H-Wayak‘.
El terror le impidió escapar y el trasgo la levantó y
la aporreó contra el suelo hasta romperle las piernas.
Cuando el H-Wayak' no consigue atrapar a un ser
humano, se desquita con los árboles que arranca de raíz y destroza con sus poderosas manos.
LA LLORONA
De los campos a las ciudades emigran muchas jovencitas en
busca de su sueño, de estudios y de tener mejores trajes y dinero
para ayudar a sus familias.
Esta como muchas llegó a la ciudad y se empleo en casa de ricos,
enamorándose de su hijo el cual cruelmente la dejó embarazada y
luego la despidió de su trabajo.
No habiendo más que hacer, se devolvió a su casa escondiendo
su hijo bajo su delantal, lo cual no logró por mucho tiempo, su
familia, apegada al cristianismo, comenzó a decirle su error a
todas horas, creándole gran angustia.
Una noche bajo un gran aguacero corrió hacia el río y pariéndolo
lo lanzó a la corriente, al ver lo que había hecho se lanzó detrás
del niño gritando y llorando.
Todavía en las noches de luna después de una creciente se oye
el llanto de esta mujer, y se puede verle tras el rayo de luna en el
agua del río, tratando de alcanzar a su hijo.
Dicen que el señor en su gran misericordia tendrá compasión de ella y que algún día lo alcanzará, volverá a la
vida y será un gran hombre revolucionario de la sociedad.
LA X´TABAY
Es el nombre del más conocido demonio femenino de los mayas.
Llamada también "la engañadora" por sus artes malignas para
poner trampas a los hombres jóvenes y conducirlos a la muerte,
se manifiesta en las noches como una bellísima mujer que peina
su larga cabellera debajo de una ceiba, árbol sagrado de los mayas,
o alrededor del brocal de un pozo. El joven no puede resistir sus
encantos y va tras ella y se pierde en lo profundo del monte, de
donde nunca retornará.
Muy pocos han podido salvarse de las garras de la X´tabay, aunque
de todos modos fallecen a los pocos días de un ataque de fiebre
delirante. Los viejos cazadores explican la estrategia de la hechicera:
cuando el joven se le aproxima, ella vuelve las espaldas y huye, pero
no precipitadamente, sino con coquetería, mirando de soslayo a su
perseguidor. Al fin éste logra alcanzarla, pero en el momento de
abrazarla, el cuerpo de la mujer se transforma en un arbusto
espinoso y sus pies en garras de ave de rapiña que destrozan a su
perseguidor.
La X´tabay suele habitar los viejos troncos de las ceibas de Chichén Itzá y otros sitios remotos
de Yucatán. Su origen se remonta a Ix´tab, la antigua diosa de los ahorcados a la que ofrendaban
sacrificios humanos.
LOS BALAM
Son los guardianes mayas de los cuatro puntos cardinales
en la Tierra. Ancianos altos y tenebrosos, de largas y blancas
barbas, sus rostros poseen una expresión intimidante.
Aunque carecen de alas, vuelan a sorprendente velocidad.
Su vestimenta consiste en una larga túnica flotante, sandalias
y sombrero.
Son grandes fumadores y se dice que las estrellas fugaces
que vemos surcar en el espacio, son en realidad los cabos
de sus cigarros que arrojan desde el cielo.
Se cree que los Balames son buenos y malos a la vez, ya
que cuidan de las milpas de aquéllos que les hacen ofrendas,
aunque descuartizan a quienes los ignoran o se burlan de
sus poderes. Se conoce que se alimentan de niños, de cuyas
almas continúan viviendo.
Como guardianes de los cuatro puntos cardinales, protegen
a los pueblos de huracanes y enfermedades pestilentes. Se citan unos a otros por medio de
pitazos agudísimos que el oído del hombre no podría tolerar: cuando se han reunido, luchan
contra las enfermedades malignas que tratan de asaltar a la población. Las señales de estas
luchas se observan a la mañana siguiente en los árboles destrozados y en las profundas
grietas abiertas en la tierra.
EL ZIP
El venado es un animal sagrado para los mayas. En los viejos
tiempos lo sacrificaban a los dioses y les ofrendaban su corazón,
y su sangre la untaban los extasiados sacerdotes en los rostros
de los ídolos de piedra.
La carne de venado es, por otra parte, uno de los deliciosos
manjares de la cocina yucateca. Por esta razón los cazadores
le dan muerte y comercian con su carne.
Pero los venados cuentan con un rey: un rey llamado Zip, que
por siglos los caminantes han visto vagando por las veredas del
monte ciertas tardes cansadas y rojizas del Mayab, esto es, la
Tierra Maya.
El Zip es hermoso, tiene ojos de jade y aterciopelada piel, y lleva entre los cuernos un nido de
avispas asesinas. Nadie se atrevería a tocarlo, y si un cazador tuviera la osadía de matarlo,
también él moriría al instante.
EL DTUNDTUNCAN
Sólo tiene una pata y adolece de ojos, en cuyo lugar
se advierten negras cuencas vacías. Es un pajarraco
corpulento y de lustroso plumaje, que no sabe cantar
y apenas puede emitir un horrible graznido como el
cuervo.
Durante centurias empolló sus huevos en las
húmedas estancias de los edificios de Tulum o
Chichén Itzá, pero cuando los expedicionarios
comenzaron a frecuentarlos en el primer tercio del
siglo XIX, abandonó las ruinas y se fue a vivir a lo
más profundo del monte. Sólo se le ve, volando muy
alto en el cielo, ciertas tardes, casi al anochecer,
como esperando la hora del sueño de los niños, para envenenarlos soplándoles en la boca el
viento helado de la muerte.
Los viejos sabios mayas explican con poéticas palabras que Dtundtuncan significa "el que va por
el cielo", y que en realidad, este pájaro repulsivo es sólo una de las transmutaciones del demonio
"Kakasbal", cuyos poderes de transformación son ilimitados. También se le conoce como
"Kakaschuch", que quiere decir "pájaro del mal“.
UAY CEN
Un fantasma poco conocido es el Uay-Cen, al que
se le describe como un brujo que adquiere la forma
de un gato, y que se introduce de noche por el ojo
de la cerradura en las habitaciones y se dedica a
chupar la sangre de los durmientes sin despertarlos
Algunos mitólogos lo comparan con Drácula, el
famoso vampiro bohemio. Durante el día, el
Uay-Cen se dedica a dormir en algun lugar oscuro
entre la malesa de los montes del mayab.
El UAY-PEK (PERRO BRUJO)
Está considerado una encarnación diabólica. Es un perro
de color negro y mucho pelo que acostumbra entrar en
las casas, donde se pasa la noche rascándose,
lamiéndose, sacudiendo las orejas o atropellando las
hamacas de los durmientes. Si alguien se levanta y hace
luz, nada ve; el perro ha desaparecido como por encanto.
Da saltos, practica piruetas y no deja en paz a los
moradores de la casa. Algunos han tratado de darle un
balazo, pero en el momento de dispararle se esfuma
como por arte de magia. De nada sirve, tampoco, cerrar
las puertas y las ventanas a piedra y lodo, pues el negro
perro se cuela por las rendijas.
Aunque aparentemente no hace daño, los lugareños temen su presencia como cosa diabólica, y
para evitar que se meta en la casa, colocan cruces de palma bendita detrás de las puertas. Otros
dibujan sobre el suelo, a la entrada de la casa, cruces de sal y hojas de ruda molidas.
LOS ALUXES
Son los elfos mayas, duendecillos que se mofan
de las personas y gustan de lanzarles piedras y
de maltratar a sus perros. Se introducen por la
noche en las casas, donde ponen las cosas de
cabeza impidiendo a sus moradores conciliar el
sueño. También les producen enfermedades con
sólo pasarles la mano suavemente por la cara
mientras duermen.
Las enfermedades pueden consistir en diarreas,
fiebres o vómitos incontrolables. Sin embargo,
son duendes agradecidos con aquéllos que les
regalan comida o les ofrendan alguna cosilla;
entonces les brindan protección y cuidan de sus casas y sus milpas. Si pillan a un extraño
hurtando los frutos de los huertos ajenos, recibirá una paliza, y después los propios aluxes
acabarán pegando en las ramas los frutos arrancados por el ladrón.
Los aluxes nunca duermen, y si lo hacen mantienen los ojos abiertos. Un testigo descubrió
a un aluxe que parecía muerto pero tenía un ojo abierto, señal de que estaba vivo. Se sabe
que antiguamente eran los hombres quienes volvían a los aluxes a la vida con tal de
congraciarse con ellos, pero los campesinos actuales destruyen sus ídolos de barro para
evitar que esto ocurra. Otros creen que los aluxes desaparecieron para siempre cuando les
cayó un rayo mientras se bañaban en la lluvia.
Abril, espero que esta presentación te haya gustado y hayas aprendido algo sobre
las Leyendas de Yucatán.