Lectura T4.1. Las Etapas de Socializacion Segun Mead

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LECTURA T4.1. LAS ETAPAS DE SOCIALIZACIÓN SEGÚN MEAD Para Mead, adquirir un self implica aprender a ponerse en la situación del otro. Como Freud, Mead consideró que la infancia era una etapa crucial para esta tarea, pero no pensaba que el desarrollo del self estuviera supeditado a factores estrictamente biológicos. Para Mead, lo que explica y permite la evolución de la personalidad o self es la experiencia social. Los bebés responden a los otros únicamente en términos de imitación. Imitan el comportamiento sin comprender las intenciones que hay detrás, sin entender su significado. Según Mead, al ser incapaces de utilizar los símbolos, los bebés no tienen self. Los niños primero aprenden a utilizar el lenguaje y los símbolos en forma de juegos. En una primera fase, los niños juegan a representar los papeles de las personas que son importantes en sus vidas: los otros significativos, en términos de Mead. Cuando los niños juegan “a papás y a mamás”, por ejemplo, están aprendiendo a ver el mundo desde la perspectiva de sus padres. Poco a poco, los niños aprenden a participar en juegos más complejos, que implican ponerse en el lugar de otras personas. Este aprendizaje es el que permite, por ejemplo, superar la fase del juego de tirar y devolver la pelota con un solo compañero, para llegar a jugar a fútbol, donde uno ya debe tener en cuenta las posiciones y ser capaz de anticipar las reacciones del resto de jugadores. A la edad de siete u ocho años, los niños ya cuentan con la experiencia social suficiente como para participar en juegos de equipo, que exigen la comprensión y asunción del papel de todos los que están interactuando en esa situación concreta. La última etapa de desarrollo del self se prolonga a lo largo del resto de la vida de la persona. En los juegos de equipo, el niño es capaz de ponerse en la situación de las otras personas que están jugando con él. Pero a lo largo de la etapa siguiente, uno ya es capaz de verse a sí mismo desde la perspectiva de otras muchas personas y situaciones, conocidas y desconocidas. En esta última etapa empezamos a reconocer e incorporar a nuestra personalidad las normas y valores que son válidas para el resto de personas con las que vivimos, que conforman nuestra sociedad. Mead acuñó el término ‘otro generalizado’ para referirse a las normas y valores culturales ampliamente aceptados que utilizamos como referencia para vernos a nosotros mismos.

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LECTURA T4.1. LAS ETAPAS DE SOCIALIZACIÓN SEGÚN MEAD

Para Mead, adquirir un self implica aprender a ponerse en la situación del otro. Como Freud, Mead consideró que la infancia era una etapa crucial para esta tarea, pero no pensaba que el desarrollo del self estuviera supeditado a factores estrictamente biológicos. Para Mead, lo que explica y permite la evolución de la personalidad o self es la experiencia social.

Los bebés responden a los otros únicamente en términos de imitación. Imitan el comportamiento sin comprender las intenciones que hay detrás, sin entender su significado. Según Mead, al ser incapaces de utilizar los símbolos, los bebés no tienen self.

Los niños primero aprenden a utilizar el lenguaje y los símbolos en forma de juegos. En una primera fase, los niños juegan a representar los papeles de las personas que son importantes en sus vidas: los otros significativos, en términos de Mead. Cuando los niños juegan “a papás y a mamás”, por ejemplo, están aprendiendo a ver el mundo desde la perspectiva de sus padres.

Poco a poco, los niños aprenden a participar en juegos más complejos, que implican ponerse en el lugar de otras personas. Este aprendizaje es el que permite, por ejemplo, superar la fase del juego de tirar y devolver la pelota con un solo compañero, para llegar a jugar a fútbol, donde uno ya debe tener en cuenta las posiciones y ser capaz de anticipar las reacciones del resto de jugadores. A la edad de siete u ocho años, los niños ya cuentan con la experiencia social suficiente como para participar en juegos de equipo, que exigen la comprensión y asunción del papel de todos los que están interactuando en esa situación concreta.

La última etapa de desarrollo del self se prolonga a lo largo del resto de la vida de la persona. En los juegos de equipo, el niño es capaz de ponerse en la situación de las otras personas que están jugando con él. Pero a lo largo de la etapa siguiente, uno ya es capaz de verse a sí mismo desde la perspectiva de otras muchas personas y situaciones, conocidas y desconocidas. En esta última etapa empezamos a reconocer e incorporar a nuestra personalidad las normas y valores que son válidas para el resto de personas con las que vivimos, que conforman nuestra sociedad. Mead acuñó el término ‘otro generalizado’ para referirse a las normas y valores culturales ampliamente aceptados que utilizamos como referencia para vernos a nosotros mismos.