LASMASIAS DE EL GIRONES YLASELVA ELEMENTOS …
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LASMASIASDE EL GIRONESYLASELVA
ELEMENTOSDEFENSIVOSEN EL «MAS» DELBAJO AMPURDAN
M.a CRISTINA GIFRE DALMAU y M.aANGELES MOR ENO GARCIA
Can Cavallé. Fachada. Estanyol.
Can Sendra. Estanyol. Conjunto.
En la provincia de Gerona destacaesencialmente la masía como elemento diferenciador de la arquitectura popular, mostrando toda la variedad de tipologías en sus comarcasde El Ripollés, La Garrotxa, El Gironés, La Selva y el Alto y Bajo Ampurdán. No vamos a ocuparnos de to dos los tipos que podemos encontraren todas ellas, sino de las que pueden constatarse en las comarcas deEl Gironés y La Selva, junto con lavariante de las del Bajo Ampurdán,por todos tan conoc ida, de masíasfortificadas.
En estas tres comarcas, como entodas las que se integran en Cataluña Vieja, la masía es la expresiónmás significativa de una organizaciónsocioeconómica muy peculiar y queha sobrevivido, con más o menos deterioros, hasta nuestros días.
No podemos tratar de comprenderla evolución de la masía en estas trescomarcas como algo independientedel resto de Cata luña, ya que sonparte integrante de la misma. Nos referiremos a ellas como partes vinculadas a una historia y una evolucióncomún, principalmente en la Cataluña Vieja, que es donde en mayormedida se dan las masías. Punto aconsiderar son los episodios bélicosacaecidos en Cataluña en la EdadMedia, los cuales son fundamentalespara comprender las particularidadesetnológicas de Cataluña en general yde las comarcas que nos ocupan, yaque se reflejan de modo insoslayableen este tema que nos concierne, el
hecho de la manifestación yla definición del hábitat y vivienda, ambosmuy unidos y expresados, como señala Caro Baroja (1) en el «mas»,«masía» o «manso».
Antes de adentramos en el tema esconveniente intentar una definición delo que se entiende por los términos de«mas» y «masía». Según la Enciclopedia Catalana (2), el «mas» o«manso» se define como una explotación agraria que comprende la casa(masía), además de sus campos, tierras, aperos , ganado . En una palabra, está construido en función deesta explotación. Su origen históricose vincula al emansus» latino medieval de los francos y nació durante laAlta Edad Media en Cataluña Oriental, especialmente en el Prepirineo yla «Serraldas - sierra transversal-,pues las prop iedades feudales, porpresiones económicas y demográficas tuvieron que explotar al máximosus tierras y dividirlas en «mansos».En un principio era regentado por unafamilia, que trabajaba y vivía exclusivamente allí. El carácter autárquicoexigía una gran variedad en el producto de la tierra y de una gran complejidad en la organización de la explotac ión que requer ía una granpluralidad en los tipos de aprovechamiento, edificación, agricultura y ganadería, etc. Debían ser casi autosuficientes.
Para definir lo que se entiende porel término ernasía», como muy bienrecoge Carlos Flores en su Arquitectura popular española (3), recopi-
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landó las ideas de diversos autores,hay que tener en cuenta tanto el aspecto físico -es decir, «el conjuntode la casa con campos, tierras, aperos , etc.s (4)-, como aspectos socioeconómicos y legales -directamente ligados a un fenómeno socialdenominado epaíraüsrnos (S).
El pairalismo es un fenómeno reconocido en el derecho catalán, quecentra en la figura del «hereu» -oepubllla», si no hay primogénito masculino- el cual recibe y administra elpatrimonio familiar, estando sujeto asu conservación y acrecentamientopara las futuras generaciones . Laforma física de este sistema socioeconómico se expresa en la casapairal o masía.
En el hábitat del mas se puedendistinguir grandes conjuntos: bosque, prados, campos de cultivo, edificación propiamente dicha y edificaciones complementarias (6).
1. La zona del bosque se extiendepor los sectores de pendientes másabruptas , de donde obtienen la madera, leña y otros productos, comoson frutos (bellotas para los cerdos),brezo y helechos para la jacilla ocama para los animales.
2. Las zonas de pastoreo o prados suelen estar al margen del bosque o limitando con éste; siendo aveces los límites de estos dos sectores muy imprecisos.
3. El sector de los campos ocupaba la pendiente más baja y plana;dividiéndose en campo de cereales,arbolados (olivo y viña) y otro de regadío destinado al huerto y otros árboles frutales.
4. La disposición de la edificacióndel «mas» es siempre dentro de lazona cultivada y separado del bosque. Es una casa agrícola fundamentalmente, está totalmente aislada-locual ha obligado a un hábitat disperso que todavía sigue siendo lamáxima expresión del paisaje ruralcatalán- y con unas característicasarquitectónicas que podríamos definir claramente como muy parecidas ysimilares entre ellas. Son casas dedos o tres plantas, generalmentecontejados a dos aguas y el caballeteperpendicular a la fachada; aunquelas hay mucho más complejas, comoson las cubiertas a cuatro vertienteso las basilicalesque tienen un cuerpocentral más elevado.
S. Aparte, fuera de la casa o adosado a sus paredes hay otras edificaciones: cuadras, gallineros y establos para los animales, según laimportancia de la explotación. Fuera,se halla la era para trillar o batir loscereales y el «porxo» para guardar lapaja. Los masos disponentambiénde
una fuente, pozo o cisterna para proveer de agua la casa y los animales.
Desde el punto de vista histórico, el «mas», en un principio se localizaba en la parte de la montañacon alturas medianas (no más de1.000 m. de altura) por eso no habíamasías en la alta montaña o en elllano cerca de la costa.
Con el tiempo y sobre todo desdefinales del siglo xv con la resolucióndel problema «Remensa», el «mas» segeneralizó y se extendió fuera de laCataluña húmeda inicial.
La piratería y el bandolerismo delos siglos XVI y XVII hicieron que segeneralizase, en las zonas más omenos cercanasa la costa, como porejemplo en el Bajo Ampurdán , lasfortificaciones de las masías y en algunas de ellas llegaron a tener unatorre o vigía de planta cilíndrica oprismática adosada o independiente,pero siempre próxima al edificio.
Asimismo hubo un fuerte deseo deembellecimiento de estas viviendas,gracias a la prosperidad de los antiguos payeses de «Rernensa», despuésde la sentencia de Guadalupe enel año 1486 (7).
A partir de finales del siglo XIX muchos masos han desaparecido y sustierras han pasado a engrandecer lasexplotaciones vecinas o se hantransformado en explotaciones modernas, verdaderas empresas agrarias muy especializadas (estabulación ganadera o plantaciones demonocultivo -especialmente frutales, en la zona que nos ocupa).
Pero no obstante, una gran partede ellas siguen conservando algunasde sus características tradicionalescomo son la distribución de las áreasimportantes primitivas: bosque, campos, prados y ubicación de la casa,así como una estructura jerárquicafamiliar bien diferenciada.
Algunos ejemplos, cada vez másescasos , mantienen un sistema deexplotación más o menos autárquico, pero casi nunca en las «masías», término que desde el siglo XIX
se generalizó para las explotacionesde cierta importancia o envergadura.También en la actualidad estas casas rurales se han destinado a otrosfines variados, para alojamiento deturistas en períodos vacacionales osimplemente para vivienda fija depersonas que huyen de las grandesaglomeraciones de las ciudades.
La denominación de «mas» fueempleada ya desde el siglo XII al consolidarse la sistemática de las relaciones entre señores directos y payeses, para significar el nombre de laexplotación. El «mas» designaba elconjunto patrimonial formado por la
Torra Sagrera. Castell d'Aro. Bajo Ampurdán.
casa y las tierras, cultivadas o no, quele pertenecían. En el caso de que otrastierras pasaran a pertenecer al «mas»,y en origen no formaban parte de sugleba, recibían el nombre de «tenedors», es decir , posesiones (8). Podían pues agregar posesiones queaumentaban la «masada», o podíanagregarse como «bordas» y «permades», que luego serían o masos secundarios dentro del «mas». A mediados del siglo xv, ya era difícil distinguirentre «masos»y «bordas»,pues éstostenían también sus edificacionesdonde vivían los «borders», y era preciso saber el origen de cada explotación para poderlas encuadrar dentrode una denominación o de otra.
1. «Mas aloer», era un «mas» quedependía de una casa aloera o de unseñor aloer -:-siglos XIII y xv- , por locual pagaba un censo.
2. «Mas lliure», es decir, «mas» libre de toda prestación de censo.
3. «Mas ronec», que era un «mas»deshabitado o abandonado a causade las epidemias frecuentes, principalmente después de la peste de1348, y cuyos habitantes no dejabanninguna sucesión, no volviendo a serocupadas y siendo las tierras adscritas en enfiteusis a otras «masadas»,pasando a formar parte de la gleba deéstas. En los «Capbreus», registro dederechos para evitar prescripciones,del comercio del siglo XVI, cuando sehizo la aplicación, de la sustitución adinero de los malos usos que aúnpervivían, estos masos eronecs» seintegran a la masada - «mas».
Hasta aquí hemos hablado de lamasía, de su desarrollo histórico. Siguiendo también a otros autores, entre ellos a Puig y Cadafalch , el término parece ser que surge encontacto con la Francia Carolingia yMerovingia, que los sajones llamaban «manso». Desapareciendo pocoa poco el nombre de «villa» de origenromano y lentamente, durante laépoca feudal, toma el nombre de«mansus», del cual procede el nombre de mas o masía. Parece ser quesu origen es indiscutiblemente romano (9).
Es Puig y Cadafalch el que primeronos descubrió el extraordinario parecido de las villas romanas con el«mas» catalán . Para ello ofreció eltest imonio de los restos de un mosaico descubierto en Centcelles (Tarragona) ("). en los que aparecía lainiciación de una galería en el hastialde una casa, con un tejado a dosaguas, rasgos que pueden verse hoyen día en tantas masías; pero estasorprendente semejanza se advirtióaún más en un espléndido mosaicodescubierto en Tabarca (Túnez),conservado hoy en el Museo delBardo; en el que se presenta una villa romana con su galería de arcos demedio punto, su tejado a dos aguasy torres en los extremos. Además deesta semejanza la organización laboral romana parece que tambiénsirvió de base en el desenvolvimientoagrario de las masías (10).
Para algunos autores, como Puig yCadafalch, estos rasgos característi-
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cos de origen romano no se modificaron mucho con la invasión de losbárbaros y bajo la dom inación delBajo Imperio Carolingio, al fundarsela Marca Hispánica -princip ios delsiglo IX-, continuó la lógica evolución, siempre bajo los rasgos de unainfluencia romana. Nació entonces elfeudalismo cata lán en contacto conel europeo del imperio carolingio, yquizás éste le alejó del feudalismocastellano (11).
Esta opinión no se aviene a la deotros autores que creen que con lainvasión árabe se perdió todo vest igio romano, y por lo tanto, el origenromano de la masía. Tales autores-como Danés y Torras, Camps i Arboix- consideran que su origendebe buscarse en una tipología totalmente nueva que surge a partir de laEdad Media (12).
Pero Carlos Flores , sin embargo,cree que las destrucciones árabes nollegarían a ser de tal magn itud quearrasaran todo lo construido por losromanos en este campo y se manifiesta a favor de la tesis de continuidad (13). Incluso Camps admite quelos romanos identificaron la villa conla casa de payés, es decir, que laconcibieron como una unidad de trabajo y producción agrícola, reconociéndose su origen romano en la tradición constructiva basada en lasolidez y perfección del muro (14).
En lo que se refiere a las distintastipologías de la masía, se mantienencon más o menos puntualizaciones,las ya remarcadas por José Danés yTorras: Hemos ya señalado que lasmasías tienen su lugar de mejor expresión en las zonas de Cataluña laVieja y en aquellos lugares y comarcas en donde las condiciones de viday de trabajo lo justifican (15).
Salvador Llovet (16), en su Geografía de España y Portugal, distingue 5 clases de masías, atendiendoal tipo de exp lotación al que estándedicadas, y que no siempre corresponde con un tipo arquitectónico determinado. Esta clasificación es perfectamente válida actualmente,aunque lógicamente con todas lasmodificacion es que la evolución delos medios y técnicas de explotaciónagropecuaria han introducido, tendentes cada vez más hacia la especialización.
1. Ganadera: adscrita básicamente en la zona pirenaica y prepirenaica.
2. Cerealista-ganadera: centradaen El Vallés, La Plana de Vich y LaSelva.
3. Hortícola: en el Maresme , deltas del t lobreqat y del Ebro y en loscanales del Segre.
4. Vitícola.5. Cerealista , prop iamente dicha
extendida por toda la Depresión Interior.
Actualmente al hacer un recorridopor las tres comarcas de El Gironés,La Selva y el Bajo Ampurdán, podemos darnos cuenta que el cambiomás importante que ha tenido lugares la tendencia fuerte hacia la especialización, olvidando casi siempre elcarácter autárt ico propio de la explotación. No obstante, aún hoy conviven las más modemas explotaciones-dedicadas al monocultivo de frutales, por ejemplo- que han incorporado maquinaria y planteamientosto talmente modernos con algunaspequeñas explotaciones que todavíaconservan modos de explotacióndestinados a cubrir ellas mismas todas sus necesidades.
Según Danés y Torras y, atendiendo ya a tipolog ías arquitectónicas, existe un esquema de sistemat ización que indica las tres familiasfundamentales existentes, que a suvez se dividen en varios subgrupos .
1. Familia 1: Cubierta a dos aguascon el caballete paralelo a la fachada.
2. Familia 11: Cubierta a dos aguascon el caballete perpendicular a lamisma.
3. Familia 111: Cubierta a 4 vertientes, con o sin Iintema central.
Las tres comarcas que hemos estudiado entran dentro de la zonaconsiderada tradicionalmente «Tierrade mases» -El Gironés, La Selva yel Bajo Ampurdán-. De las tres farnllíascl áslcas, según la clasificaciónde Danés y Torras, que con distintaspuntualizaciones es manten ida porotros autores, son especialmente la 11y 111 las más abundantes en las comarcas que nos ocupan, como en elresto de Cataluña: al ser las familiasque han dado lugar a un mayor número de variantes.
Si bien resulta demasiado arriesgado estab lecer clasificaciones sobre la localización de los tipos máscaracterísticos, a modo de orientación y comprobando con nuestro estudio lo que dice Flores , que en lazona del Bajo Ampurdán, La Selva,hay una gran mayoría de masías quepresentan cubierta a dos aguas conel caballete perpend icular a la fachada.
Las de perfil basilical, derivaciónclara de la masía con cubierta a dosverti entes, perpendiculares a la fachada, se encuentran especialmenteen la Selva, aunque en menor proporción se encuentran también en elGironés y en el Bajo Ampurdán.
El Gironés , es una comarca quecuenta con diversas variantes ; es
CLASIFICACION DE LAS MASlAS SEGUN J. DANES y TORRAS
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~zona de tejado a cuatro vert ientes ,mientras que las de pajar abierto yexento también le son propias. Algúncaso puede encontrarse también congalería, pero en ocasiones con undudoso carácter popular.
En la zona del Bajo Ampurdán seencuentran masías con un acusadocarácter defensivo, ya sea su cubierta a dos aguas perpendicular a lafachada simplemente o de perfil basilical, estaban forti ficadas. Rodeadas por un muro, más o menos elevado, o reforzadas con torres-torreones de defensa que puedenser prismásticos o cilíndricos- oEstas torres , rasgo peculiar y diferenciador, pueden estar adosadas oexentas; siendo en este último casocuando pueden estar comunicadascon la casa mediante una pasarela opuente . Hay una gran variedad encuanto a la interpretación de estosrasgos defensivos, que tuvieron suorigen como ya hemos comentadoanteriormente en el siglo XVI y XVII, incorporando todo tipo de elementospara la protecc ión del recinto de laedificación principal: más o menoselevadas murallas, incluso almenadas, con entradas lateralizadas y lasbellísimas torres vigía, desde las cuales podría observar los movimientosde bandidos y piratas.
Como muy bien señala Feduchi ensu Arquitectura popular española (17), en la organización arquitectónica de la masía destaca como
norma primordial la búsqueda casigeneralizada de la simetría. No obstante, no podemos pasar por alto, elmodo con que en caso necesariopueden adaptarse a la orografía en laque tienen su enclave -en algunaszonas de violentas vertientes en laparte más montañosa de La Selva-,en una sucesión de elementos cuyaúnica norma es la adaptación máspura a las necesidades del terreno.Dejando a un lado estos casos másexcepcionales, las masías suelenelevarse sobre una planta rectangular; siendo su orientación más generalizada la meridional. Asimismo, suplanta se organiza en casi todos loscasos en tres crujías perpendicularesa la fachada , las dos laterales másestrechas y la central siempre de mayores dimensiones en la que se encuentra la entrada principal, y al fondola escalera que da acceso al segundo piso. Esta a veces es de unagran belleza arquitectónica, quecuenta casi siempre con una celosía,esculpida en piedra o en barro cocido, a través de la cual se podía verlo que ocurría en el zaguán sin necesidad de abrir la puerta de acceso ala planta principal que había en el primer rellano de la escalera.
De una forma general, podemosdecir que las masías pueden tenerdos o, con mayor frecuencia, de tresplantas. La planta inferior , antiguamente estaba cubierta con bóveda decañón seguido, que se denominaba
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Can Vidalet. Aiguaviva. Fachada.
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«tugurium» (18). Esta bóveda tanantigua no se encuentra con muchafacilidad, y en la mayoría de los casos está muy deteriorada, conservándose sólo los arranques. Estaplanta inferior estaba, en origen, organizada en torno a un zaguán degrandes dimensiones, disponiéndosea uno de sus lados la cocina y el cemedor -o una dependencia que unificaba ambas funciones- y diversoslocales, al lado contrario, destinadosa los aperos de trabajo y a cuadras.Primitivamente los animales, por lotanto, vivían en la casa propiamentedicha; aunque con el tiempo, primerose les dio acceso por una puerta independiente y más tarde se lesotorgó alojamientofuera de la misma.Además, en esta misma planta secomplementaba con otras dependencias que pueden variar debido alas labores agrícolas según el tipo deproducción a la que se dedicaban ,que pueden ser: cerealista en la zonadel Ampurdán, ganadera en la zonadel uucan és, vinícola a la zona delPenedés y horticolas en la zona delDelta del L1obregat. En casi todasellas encontramos las cuadras-«corts»-, la bodega y prensa delvino o el lagar y prensa de aceite- «celler»-. la alacena o fresquera- «gruta»-. el hogar - «lIar»- y elhorno en la cocina, debido básicamente al carácter autárqu ico de laexplotación, al menos en su origen.Actualmente, hemos podido observar, al menos en las zonas que nosocupan, que al haberse incorporado
en la mayor parte de las explotaciones las nuevas técnicas y planteamientos de la agricultura y ganaderíamodemas, los cambios,o al menos eluso de todas estas dependencias haevolucionado, cuando no desaparecido.
Por lo general, el piso principal oplanta noble, por así decirlo , estádestinado a la habitación-vivienda,con una gran sala en tomo a la cualse disponían las habitaciones; mientras que el tercer piso o piso superior, cuando existe, se solia destinara granero , cuya denominación máspropia es la de las «golfes».
La planta bala. al exterior se abrepor una puerta, en algunos casosadintelada , pero principal y básicamente con un arco de medio puntocon grandes dovelas. Todas ellasorientadas de forma fija, hacia el suro sureste. Estas grandes puertas demedio punto son huella del renacimiento, así como las ventanas geminadas gotizantes del segundo piso.
El segundo piso o planta noblesuele tener tres ventanas. una porcrujía; la ventana de la crujía centralde la parte noble de la casa es la dela sala principal en torno a la cual sedisponen las habitaciones, y suele seruna ventanagotizante. Algunasde lasque aún se conservan como primitivamente fueron abiertas, respondenal tipo que conocemos como destejado!"». en cuyas jambas se disponena modo de dos asientos. Durante elsiglo XIX, se puso de moda sustituirestas ventanas por un balcón, con-
secuencia de lo cual muchas de lasmasías actuales han perdido este detalle peculiar de la organización de sufachada.
La tercera planta , cuando existe-como en el caso de las masías basilicales y en muchas de las cubiertascon tejado a dos aguas perpendicular a la fachada-, es de una solanave o crujía y suele abrir al exteriormediante uno a tres arcos geminados, generalmente abiertos, que danluz a las egolfes» o desván.
No obstante, como señala CarlosFlores, a poco que se compruebenestas normas no son tales , ya quemuchas son las variantes que pueden encontrarse en cuanto a la organización interior.
En estas comarcas que estudiamos las masías, suelen poseer unacierta y reducida extensión de tierrasencontrándose relativamente cercaunas de otras a diferencia de las zonas de tierras más altas, pirenaicas.Se conserva en parte el esquematradicional de bosque, campos de labor , huerto y arbolado, aunque nofalta ya el tractor en todas las casassustituyendo al animal de tiro, generalmente el caballo ; habiendo desaparecido los abombados almiaresque todos recordamos de antiguo.siendo sustituidas por las balas cuadradas de paja hechas por las cosechadoras. Los tiempos cambian yahora se tiende a un monocultivo ,éste muy especializado como en lasplantaciones de frutales; así como enla estabulación del ganado , en lasgranjas de cerdos , gallinas, vacas, etc. Estas son exigencias de lostiempos si el payés quiere sobrevivir.Actualmente no faltan en las masíasningún tipo de innovacionesde la vidamoderna, desde tractores, rnulticultares , coches, electricidad ..., utilizados para la labor, hasta todo tipo deadelantos para hacer la vida cotidiana más cómoda. Pero al payés legusta conservar las casas con su aspecto rústico , aun incorporando lascomodidades de la vida moderna.Hoy en día están siendo restauradasla mayoría de ellas, bien por los quellevan directamente las tierras o porlas gentes de la ciudad que lleganbuscando un poco de tranquilidad ysosiego en los períodos vacacionales.
No obstante, ha habidoalgunasmodificaciones funcionales con respectoal uso de ciertas partes de la casa,como por ejemplo, el hecho de que yacasinadieuti iza la partebajade la casapara cuadra de los animales.
Alrededor de la eeras y de la propiamasía existe toda una serie de construcciones secundarias, que puedenser adosadas a la casa o totalmente
exentas -dependiendo siempre delas necesidades de la casa.
Los pajares - «porxos» o epaIIissa», pueden ser adosados o exentos. Los exentos son de cubierta ados aguas, mientras que los adosados suelen tener una cubierta que sigue la línea de inclinación del tejadode la casa. En ambos casos suelenpresentar una división en altura endos secciones. Los pajares de la zonaque nos ocupa suelen ser epajaresabiertos».
Otras construcciones complementarias, por lo general adosadas. aunque en algún caso exentas, son elpozo - epou)- o aljive- ebassa»-.Los hornos, sin embargo, sobresalendel perímetro de la casa y son siempre adosados.
Existen además cuadras o porquerizas (ecortss), gallineros (<<galliners»),o la propia «era», con sus baldosasdebarro cocido muy toscas con incisiones hechas con los dedos -algunasmuy bien conservadas aún en nuestros días.
En cuanto a los muros se levantancon mampostería de piedra de lazona (volcánica, tova, travertinos lacustres , etc.), En las esquinas y ángulos de las puertas y ventanas-especialmente en la fachada principal que mira al mediodía- se hacen con sillares escogidos de piedramás dura y de mejor calidad, que allíllaman ede Gerona) . En los murossecundarios a veces se utiliza el ladrillo. Estos materiales pueden estaro no a la vista; ya que en muchos casos se cubren de blanco o crema.
Un aspecto muy interesante en loque se refiere a materiales es la viguería de madera. y especialmente elmodo en que seleccionaban los troncos doblados de los árboles por elpeso de la nieve para los «pares» delas cubiertas a dos vert ientes . además de otras múltiples solucionespara la resolución de los aleros y voladizos.
Aunque en la actualidad no se utilizan ya, se encuentran aún restos delas cañerías en cerámica empleadaspara recoger el agua de la lluvia e introducirla en la vivienda.
En cuanto al sistema de construcción, hay que decir que, aún hoy. sesiguen empleando algunos métodosantiguos. En restauraciones o ampliaciones recientes se han hecho enocasiones unos contrafuertes totalmente arcaizantes para sostener losmuros, que quizá antes sostenían lafalda de una montaña.
También en piedra se realizan algunos elementos decorativos. talescomo inscripciones que hacen referencia a la construcción de la casa oal dueño de la misma.
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Otros elementos complementariosque podemos encontrar en las fachadas son los bancos de piedra , ut ilizados para sentarse a descansar, temar el sol o el fresco según laestación y la hora del día. Al otro ladode la puerta, un poyete con tres ocuatro escalones para facilitar a lasmujeres el montar a caballo.
Se conservan también en la fachada principal relojes de sol, pintados de rojo o esgrafiados, que destacan sobre el blanco de la fachada.Parece que responden a una modaque se generalizó en el siglo XVIII. Algunos pueden verse de gran bellezadentro de su sencillez decorativa;destacando otros por la originalidadde su enclave. en uno de los laterales del spor-xo».
En muchos casos. se ven complementados estos detalles decorativoscon unas ollas del Breda o de Quartadheridas a la pared y con un orificioen su frente, que se utilizan como nidos para los gorriones.
Otro elemento decorativo muy característico son las rejas de hierroforjado de las ventanas. Conservándose aún un buen número de lasantiguas díanqostass de líneas muyesquemáticas y de gran belleza.
Como muy bien señala GarcíaMercadal (19), el sentido práctico delos catalanes, sobre todo del payés,se ha manifestado casi siempre en la«parquedad y mesura» de los elementos ornamentales, en los hierros- las «ílanqostasa son buena pruebade ello- y en la cerámica -en losenlosados lisos o con simples mot ivos geométricos, por ejemplo- cuyamayor belleza es su sencillez y esquematismo . No obstante, existenlógicamente algunas excepciones,puesto que a partir del siglo XIX y conel enriquecimiento de algunos payeses se incorporan algunos elementosextraños tomados de la arquitecturaculta del momento :
Muy curioso detalle hemos encontrado en dos masías, una del Gironésy otra del Bajo Ampurdán, con restosde ladrillos y «teuless en el voladizo oalero. formando dibujos comple jos,pintadas de color rojizo y fondoblanco, que podrían responder a loque según Jaume ColI Conesa (20)no son sólo una necesidad ornamental del hombre, sino que responden aun valor simbó lico, con contenidosespirituales y relacionados con viejosritos de las creencias de las sociedades agrarias.
Otros objetos de tipo mágico queapenas hoy perviven, son las hojas delaurel, trozos de palma y rama deolivo bendecidos el día de ramos. Las«cardinas» o flores de cardo es otroelemento que aún puede verse en las
puertas de algunas masías, biencomo protección mágica según algunos, o simplemente con una motivación práctica para saber si el tiempoque va a hacer es húmedo o seco.
La superv ivencia de las antiguascasas en cuanto a entidad arquitectónica se refiere está a veces garantizada, no sólo por la tradicional organización familiar, sino porpequeños complejos hosteleros,como hemos podido comprobar envarias masías de las comarcas quehemos estudiado. Pero en una grancantidad de ellas y debido a su definición como obra de tipo popular. enel interior de la masía y en su organización familiar, parece que no existeel tiempo, perpetuado siempre concariño por el «hereu», muy reacio a loscambios , aunque a veces obviamente no queda otro remedio que incorporarlos si se tiene que sobreviviren los nuevos tiempos, con la modernización de técnicas de trabajo y cemercialización (21).
NOTAS
(1) CARO BAROJA, Julio: Los pueblosdeEspaña, Madrid, Istmo , 2.· OO., 1976, T. 11 ,págs . 182 y ss.(2) Gran Enciclopedia Catalana, dirigidapor Joan Carreras Martí, Barcelona , 1976,vol. IX, págs. 672-683.
Mas Uambi. Gironés. Fachada.
Torre castillo de Torro ella de Montg ri . Bajo Ampurdán.
(3) FLORES, C.: Arquitectura popularespañola, Madrid, Agu ilar , 1977 , T. IV,pág. 112.(4) CARO BAROJA, Julio: Los pueblos deEspaña, Madrid, Istmo, 2.' ed., 1976, T. 11,pág. 182.(5) CAMPS I ARBO IX, J.: La masía catalana. Barcelona, Aedos, 1969; CAMPSI ARBO IX, J.: Les cases pa irals catalanes, Barcelona, Destino, 1973.(6) Gran Enciclopedia Catalana. Barcelona, 1976, vol. IX, pág. 676.(7) VICENS VIVES, J.: His toria de losRemensas (en el siglo XV), Barcelona ,1978, 1.' ed., pág. 109.
(8) Gran Enciclopedia Catalana, Barcelona, 1976, vol. IX, pág. 676.(9) Recog ido por FLORES, C.: op . ci t.(1977), pág. 144, Y por FEDUCHI, L.: Arquitectura popular española, Barcelona,Blume, vol. 3, pág. 21.(10) FEDUCHI , L. : op . cit., Barce lona,Blume, vol. 3, págs. 21-22.(11) FEDUCHI, L.: op. cit. (1976), pág. 22.(12) PUIG I CADAFALCH, J.: La arquitectura románica a Catalunya, Barcelona,1918, vol. 3, págs. 296-297 , y PUIG I CADAFALCH, J.: «La casa cata lana», Memorias I Congreso de la Corona de Aragoo, vol. 11, págs. 1047-1060; y, el estudiofundamental de DANES y TORRAS, J. :«Estudi de la masía catalana», en Butllet;del Centre Excursionista de Cata lunya ,Barcelona, 1933, págs. 272-284 .(13) FLORES , C.: op . cit . (1977),págs. 144-147.(14) CAMPS I ARBOIX, J.: op. cit(1 969);CAMPS I ARBOIX , J.: op. cit. , 1973.(15) FLORES , C.: op. cit. (1977) ,págs. 118 Y ss.; DANES y TORRAS, J.:op. cit. (1933), págs. 272-284.(16) LLOVET, S.: Geografía de España yPortugal, T. IV, parte 11, págs. 165-166.(17) FEDUCHI, L.: op. cit. (1976), 23 Yss.(18) TORRES BALVAS , L.: «La viviendapopu lar española», en Folklore y cos tumbres de Espa ña, dirigida por CarrerasCandi, Barcelona, Ed. A. Martín, 3.' ed..1946 .(19) GARCIA MERCADAL, F.: «La masíacatalana», en La casa popular en España,Madrid, 1930, pág. 49.(20) COLL CONESA, J.: «Sobre teulespintades » (separata), Institut d 'EstudisBalearícs, 1987, vol. XXIV.(21) No podemos dar cuenta aquí de todala enorme cantidad de monografías y artículos de pub licaciones especializadasque se han dedicado al tema de la arquitectura popular catalana. Sin embargo, nodeja de ser significativa la amplia bibliografía reciente fruto de la preocupaciónpor el análisis de una de las más bellasexp resiones de nuestra arquitectur a popular. Un buen ejemplo de ello es la ponencia presentada en las Jornadas de Arquitectura Popular en España celebradasen el C.S.I.C. en diciembre de 1987: «Arquitectura popular catalana: la masía», deJosep Martí Pérez.
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