Las tres avemarías de la noche Cuando éramos pequeños –ahora también lo somos, aunque seamos...

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Las tres avemarías de la noche Cuando éramos pequeños – ahora también lo somos, aunque seamos adultos- nuestra madre nos rezaba las 3 avemarías, nos acostábamos en camitas y luego decía: se apagó la velita.

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Page 1: Las tres avemarías de la noche Cuando éramos pequeños –ahora también lo somos, aunque seamos adultos- nuestra madre nos rezaba las 3 avemarías, nos acostábamos.

Las tres avemarías de la noche

Cuando éramos pequeños –ahora también lo somos, aunque seamos

adultos- nuestra madre nos rezaba las 3 avemarías, nos acostábamos en camitas

y luego decía: se apagó la velita.

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Pero antes• Decía: Dios bendiga a mi Papá y a mi Mamá y que haga a Susanita, a Vicentito, a Guillermito, a Rogelito, a Carlitos, a

Danielito, y a Francisco José: unos buenos muchachitos, a abuela a los tíos y primos Dios los bendiga a todos, y era cuando apagaba todas las luces y ventanas y recuerdo que el benjamín: Tico decía: “y a Lola”

• Entonces nos acurrucábamos y cada uno en su cama, nos disponíamos a dormir. Y soñábamos cada uno en los múltiples sueños que le depara la noche, unos cantan muy bien, otros mejor, y al final todo queda en agua de borrajas.

• Pasaban muchas cosas por nuestra mente, cada cual, a su vez más curiosa. ¿En fin para que contar? Uno de mis hermanos le daba miedo todo, y cuando íbamos al cine, ahora ya no hay, sólo en algunos locales donde se proyecta imágenes que irritan nuestra córnea, y luego se ven en la retina, en dibujos. No me gusta ninguno de las artes pictóricas, porque ya se lo que hay tras ellas: o sea: mierda tras mierda, pero con mucho arte, destacando algunas que tienen mucho ingenio cuando las exponen, en las paredes han pintado de todo: que mucho te quiero perrito, pero de pan poquito. O siempre te querré, asomaros a las tumbas de nuestros ancianos, que están deseando ser visitados por nuestros hijos, y nuestros nietos. Decía un hombre muy santo: Yo soy capaz de todos los errores y horrores que cualquiera puede provocar, y ahora es santo subido a los altares. Y dejó hijos en toda Europa, en Asia, en África, en Australia , en Oceanía, y en América del norte y del Sur,

• Y la gente le oía, le admiraba, y solo hablaba de Dios, pudiendo haberle conocido, no quise y ahora estoy aquí viendo a los coches pasar, los borrachos que echan la mascada, en cualquier esquina. Es posible que nadie me oiga, ni me escuche, y que ni me lean, ahora se dice: copien, yo comprendo que haya gente que no sabe leer, otros no saben escribir, y otros son mudos, o sordomudos. Pero hay alguno que empezó desde pequeñito. Se dice que como el arbolito desde chiquito. Qué hacer cuando estas en la selva y te encuentras con una playa de arenas movedizas?. O cuando estas tu sólo pilotando un avión, y no sabes nada de cómo funciona eso o como no funciona. Vuelo con destino a Sidney, aterrizará en breves instantes, y al final resulta que por un error del piloto, todos los tripulantes sucumben, igual que los pasajeros, hay cantidad de películas que se proyectan en TV, Recuerdo que cuando fui a una de las playas que hay próximas a mí, nunca me habían picado ni las abejas ni las avispas, y en ese tiempo me tocó a mi puesto que 3 se ensañaron en mi cuerpo. ¿Quienes son los chupobcteros? Pueden ser unos animalitos que hay en casa, o otros que disfrazados de personas, te chupan, el dinero, la ropa, y todo lo demás te dejan sin viida y les importa un comino.

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La tercera y última• La órden tercera franciscana, es un sistema de haber quien

aguanta más, sin respirar, unos se marean y no pueden dar un paso más, cada cual tiene su propia encrucijada. No quiero escandalizar a nadie, pero así es la vida desde nuestra pequeña óptica. Y dirigen unos mentecatos, que se creen lo más de lo más, y no saben que este pueblo, esta lleno de falsos amigos, que cuando te despistas un poco: plozz, se acabó lo que se daba. Les llaman portadores (me refiero a los que cargan con los tronos), pero si hay chicas guapísimas que hay por aquí, que están deseando que algún chico las saque a bailar pero no se puede, porque lo manda quien lo mande, y luego resulta que son abuelas y no pueden controlar a nadie. La vida nos regala, un don que es eso: la vida, y entres por aquí, por acá o por acuyá es y será igual. Como la canción de Julio Iglesias: La vida sigue igual. Y al final…