las Tácticas Secretas de las Policías Antidisturbios

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    establecido. Robaba a los ricos para darlo a los pobres y se refugiaba en su escondite delbosque de Sherwood. El problema estaba, como siempre, en que el hroe y su grupo, decidaquines eran los ricos a quien robar y los pobres a quien beneficiar.Los registros histricos de la casa del rey Eduardo II de Inglaterra de 1324, indican que nuestropersonaje-o quin era ms probable que lo fuera-fue finalmente capturado y rindi homenaje yobediencia a la corona. Incluso insina que acab recibiendo salarios del palacio real, al menosdurante 15 meses.12. J ustificacinLa eleccin de este tema para el PFM, tiene como argumento, que la observacin delfenmeno okupa / antisistema a nivel internacional, nos ensea que con unas bases sociales,culturales e ideolgicas similares, el comportamiento de los miembros de estos co- lectivos sondiferentes en funcin del pas o de la ciudad donde desarrollan sus actividades.As, pareci interesante estudiar qu medidas o polticas pblicas de seguridad, pueden seraplicadas "a" "con" este colectivo en nuestro pas (en concreto en el distrito Grcia), queinfluyan en su comportamiento colectivo.Como ejemplos extremos, nos encontramos en Italia o Grecia donde los antisistema secomportan, y como tales son tratados, como vndalos y delincuentes y se genera mucha

    violencia. En estos pases el fenmeno es considerado, con matices, un problema de ordenpblico.Por otro lado, podemos encontrar el caso de Christiania en Copenhague (Dinamarca), dondeun barrio es autogestionado por los propios okupas que por otra parte crean muy pocosproblemas a las autoridades del "sistema".1 Hole, C. (1992). English Folk Heros: From King Arthur tono Thomas Becket (pp. 71-102). NewYork: Dorset Press.3Despus encontramos casos intermedios como Alemania o Espaa donde hay una poltica, nogeneralizada de contencin, que podramos definir de aceptacin o comprensin social, perode control policial y judicial de las actividades de estos colectivos. En este trabajo, queremos

    ver cul es el modelo social y jurdico que nos permita orientar polticas publique sobre estosgrupos, que eviten un deterioro de la convivencia colectiva sin dejar que la tolerancia seconvierta en impunidad y por tanto en injusticia.

    3. Estado de la cuestinComo ya se ha mencionado antes, en Espaa, especialmente en Barcelona y en concreto eldistrito de Grcia, el fenmeno okupa / antisistema se mantiene en una posicin intermediaentre las sociedades o autoridades que lo consideran un foco de violencia e inseguridadciudadana y los que consideran que son una manifestacin de una realidad social integrable aun "sistema".

    Para entender esta situacin, cabe hacer una breve descripcin de este fenmeno, susactividades, la circunscripcin en un espacio, la orientacin ideolgica y una pequeavaloracin de su evolucin histrica reciente.

    3.1 Descripcin del fenmeno Okupa y / o antisistema3.1.1 Orgenes del movimiento okupaEl movimiento okupa nace, inicialmente, de un problema econmico y social en el norte deEuropa, donde las grandes guerras dejaron muchas familias sin techo que se vieron obligadasa okupar edificios propiedad de los ayuntamientos para vivir. De la mediacin y el dilogopoltico para solucionar esta necesidad, naci un movimiento que con el paso del tiempo hatomado un cariz cultural y alternativo.

    El movimiento okupa es una protesta colectiva que propone una va alternativa a la sociedadcapitalista que, segn ellos, "instrumentaliza el tiempo libre y burocratiza las relaciones

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    personales". Por eso buscan espacios donde "desarrollar un espritu de colectividad y realizaruna serie de actividades sociales y culturales propias, fuera de las establecidas" .22 Dossier de la Asamblea de Okupas de Barcelona publicado en la revista La letra A (n 49,1997).De hecho, ocupar una vivienda vaca por la necesidad de proporcionarse un techo es unaactividad que se ha realizado siempre. Lo que hace de este movimiento algo diferente, ms allde la grafia3, es que la okupacin tiene una pretensin de denuncia poltica y pblica, quepretende cambios en la organizacin social y que usurpa una vivienda para desarrollar otro tipode actividad ms all de la de tener un techo.3.1.2 Fenmeno transversal del entorno antisistema catalnSe habla del movimiento okupa como un fenmeno transversal del entorno antisistema catalnporque sus reivindicaciones, de las que luego se hablar, conectan y relacionan a diferentesgrupos de diferentes ideologas.La okupacin es un medio para desarrollar actividades que reivindican otros tipos de sociedad,y es por eso que el movimiento okupa es una especie de cajn de sastre donde caben todo tipode grupos que llevan a cabo polticas que se llaman de base, como ahora ecologistas,feministas, pacifistas, etc.

    Adems, la propia particularidad del movimiento, el hecho de disponer de una considerableinfraestructura de casas okupadas, es lo que hace que sea un lugar de convergenciaheterognea, con facilidad intrnseca de desplazamientos y el consiguiente alojamiento de losmiembros del colectivo en todo del territorio.3.1.3 Ideario poltico y dinmica sociolgicaUna de las muchas definiciones que se pueden hacer del movimiento okupa, podra ser la de"una forma singular de denuncia poltica y pblica, mediante acciones no institucionales,consistentes bsicamente en la okupacin de espacios como lugar de vivienda, cultivo y / o detrabajo social "4.El movimiento okupa amalgama la filosofa y la ideologa antisistema con el incumplimiento delartculo 245 del Cdigo Penal5 donde se tipifica el delito de usurpacin. La puesta en prctica

    por parte de la polica de las resoluciones judiciales de desalojo crea situaciones muycomprometidas por la seguridad, que a veces son muy violentas.3 Se utiliza el verbo "ocupar" para indicar aquellas usurpaciones de viviendas que se hacen pornecesidad, como puede ser el caso de una familia que ha perdido el techo y se apropiatemporalmente de otra. Se utiliza el verbo "okupar" cuando la usurpacin se hace comoinstrumento poltico.

    4 Definicin acordada por los "okupantes" y expresada por su portavoz, Albert A.de la casa dela C /. Virgen de La Salud n 55 de Barcelona. V gis que se evita cualquier referencia al usode la violencia o excusa que justifique la kupaci.

    5 Ley Orgnica 10/1995 de 23 de noviembre. 5El movimiento okupa se define a s mismo como un movimiento auto-gestionar, es decir, quecontrola sus procesos de trabajo y los productos derivados, aprovechando sus redesrelacionales, sus miembros dicen llevar a cabo actividades que permiten una autonomaeconmica sin tener que recibir ningn tipo de subvencin estatal, garantizando suindependencia a nivel de grupos y como centros alternativos.ltimamente, esto ha dejado de ser parcilment cierto, dado que algunos colectivos desalojadoshan conseguido que el Ayuntamiento les cediera espacios municipales, para continuar con lasactividades "culturales" que desarrollaban antes de hacerlos fuera de los espacios"okupados". Es el caso del grupo que gestionaba el espacio La Makabra dedicado a la culturadel circo en Barcelona y alrededores.Por otra parte, los okupas invierten muchos esfuerzos a defender un ejercicio de poder civil

    contrario al modelo establecido, que los convierte, segn ellos mismos, en unos outsiders delsistema poltico institucional. En este sentido, el rechazo del sistema no slo se aprecia por el

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    enfrentamiento abierto e ideolgico que mantienen con l, sino que, paralelamente, el colectivookupa crea y preconiza una contra cultura que vara segn el entorno donde se desarrolla, peroque en la mayora de ocasiones es opuesta a la cultura hegemnica con una simbologa y unlenguaje propios.2.3 Barcelona como referente europeo de los antisistemaLa ciudad de Barcelona se ha convertido en los ltimos aos, junto con otras ciudades depases europeos como Italia y Grecia, en un referente de los grupos antisistema lo que implica,como se ver a continuacin, que lo sea tambin del movimiento okupa.Este liderazgo barcelons en el marco europeo, se pone de manifiesto slo observando treseventos diferentes cielo-Lebrato en 2005 y fruto de causas no relacionades6: La celebracin en la ciudad el 1 de mayo de 2005, por segundo ao consecutivo, de la'MAYDAY', una jornada reivindicativa donde la mayora de grupos antisistema, cualquiera quesea su etiqueta diferenciadora, se juntan para manifestarse por la calle. Son varias lasciudades que celebran su 'MAYDAY', Miln, Pars y Amsterdam. En Espaa, se hace en laciudad de Barcelona.6 Aunque los ejemplos tienen cierta antigedad, son lo suficientemente significativos paraejemplificar el fenmeno tal como se est explicando.

    6 La celebracin en la ciudad, del Foro Social del Mediterrneo el mes de junio de 2005, quecongreg a ms de cinco mil asistentes de todo el mundo para hablar sobre temas alternativos. Los hechos sucedidos el mes de junio del mismo ao 2005 en la ciudad y cincomanifestaciones reivindicativas y la explosin de dos artefactos de fabricacin casera contraintereses italianos-, como respuesta al aumento de presin policial del gobierno italiano contrael col colectivo anarquista en el pas transalpino, demuestra la eleccin de Barcelona comolugar desde el que luchar, "contra la represin, aunque sta se convierta en otro pas" .73.2.1 Movilidad okupa extranjera en BarcelonaDesde el surgimiento del movimiento okupa, la expansin e interaccin entre sus miembros hasido una constante en toda Europa. Barcelona no ha sido una excepcin y hoy da es un

    paradigma de movilidad okupa hasta el punto que se encuentran entre los miembros delcolectivo barcelons muchas personas de diferentes nacionalidades.Ciertamente, durante los ltimos aos, sobre todo a raz de las celebraciones de las diferentescontracumbres, entre otros acontecimientos vividos en nuestro pas, se ha apreciado unaumento considerable de la poblacin okupa extranjera en el conjunto de centros socialesokupados y casas okupas del panorama cataln .Barcelona es el punto neurlgico donde mejorse percibe esto, con los consecuentes problemas de seguridad o de su percepcin de que estocomporta.8En esta lnea, se podra considerar un conjunto de factores, tanto internos como externos almovimiento, que han podido facilitar una mayor movilidad y globalizacin de este fenmenohacia la ciudad de Barcelona a nivel nacional e internacional.

    En cuanto a los factores internos al movimiento okupa / alternativo / antisistema que hanpodido propiciar una mayor globalizacin de sus actuaciones, podran observarse puntos talescomo:7 Consigna pbica de los manifestantes, en la concentracin de junio de 2005 el centro deBarcelona8 Segn datos de la Divisin de informacin de la PG-ME, el nmero de extranjeros integradosen los movimientos antisistema y residentes en casas okupadas, ha ido creciendo hasta el2008, donde se ha estabilizado en una franja de entre el 15% y el 20%. Otro 20%, sonnacionales de otros lugares de Espaa.7 La variedad de ideologas que se pueden encontrar dentro del movimiento okupa hatransformado a este fenmeno en un motor y un espacio de encuentro y debate para diferentes

    organizaciones y associacionismes no institucionalizados afines al entorno antisistema,producindose una ampliacin del tejido asociativo okupa, acogiendo a una parte importante dela juventud autctono y extranjero ms atrado por un tipo de vida alternativo.

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    Las posibilidades que ofrecen los entornos antisistema, la extensa red de infraestructuras delmovimiento okupa, tanto a nivel nacional como internacional, mediante sus espacios, hafacilitado la retroalimentacin y el intercambio de nuevos activistas dentro y fuera de nuestrasfronteras . Un hecho que, por un lado, les ha permitido vehicular un intercambio deexperiencias y por otro, ha favorecido una globalizacin progresiva de sus respuestas ante lasactuaciones judiciales y policiales. La prctica del apoyo mutuo, con la realizacin de campaas de agitacin conjuntas y laimportacin de tcticas de respuesta antipolicial que, han favorecido un aumento de su flujomigratorio a nivel nacional e internacional. La necesidad de mantener una poltica econmica de autogestin por parte de los centrossociales okupados, ha llevado en determinados lugares, como Holanda, al surgimiento de unanueva oferta turstica, alternativa y accesible para la juventud antisistema, favorecindosedirecta o indirectamente la movilidad okupa todo el mundo.En cuanto a los factores externos al movimiento okupa que han podido incidir en suglobalizacin, habra que considerar los siguientes puntos: La expansin de los movimientos de protesta, iniciada a las cumbres de Davos (1999) y dePorto Alegre (2003), han promovido un espacio de intercambio humano, que ha sido acogido y

    aprovechado por la totalidad del movimiento okupa.8 El agravamiento generalizado, por lo que a las dificultades de acceso a la vivienda, enconjuncin con la proliferacin del trabajo precario y temporal que absorbe a una parteimportante de la juventud, han favorecido el aumento de un movimiento de masas okupa, quesi bien con anterioridad optaba por okupar en su zona de origen, cada vez ms, valora laopcin de okupar en otros pases (nivel de vida mejor, posibilidad de aprender idiomas, etc.). Las modificaciones del Cdigo Penal9 y el endurecimiento de las medidas de control ante elfenmeno okupa, han llevado a una consolidacin y mejora de la organizacin del colectivoante las intervenciones de la Administracin. Dentro la adopcin y mejora de nuevas tcticasde resistencia a los desalojos, encontraramos relevantes desplazamientos de grupos de

    okupas en apoyo a determinados centros sociales okupados amenazados de desalojo, etc. Las mejoras y el abaratamiento de determinados medios de transporte pblicos y privados,han facilitado la movilidad de los miembros del colectivo en todo el territorio y del extranjero. La modernizacin y mejora de las comunicaciones - Internet, TIC - y de los medios decontrainformacin, han hecho de vnculos entre el tejido asociativo okupa, y han propiciado unamejor comunicacin de sus agentes socials.103.3 Anlisis, actividad y valoracin del movimiento Okupa en BarcelonaDe los datos obtenidos y que se presentan a continuacin, vale decir que no estn actualizadasporque varan mes ltima mes y se fijan en un punto de principios del ao 2008. De todosmodos, la proporcin con respecto a las okupaciones de espacios se mantiene muy parecido.En este apartado en concreto, sirven para justificar la eleccin del Distrito de Grcia como

    paradigma del estudio del fenmeno okupa / antisistema en tanto objeto de este trabajo.9 Ley Orgnica 10/1995 de 23 de noviembre10 Informe de situacin del movimiento okupa en la ciudad de Barcelona (2005-2006). Comisara General de Investigacin Criminal. Divisin de Informacin. PG-ME. 93.3.1-Distribucin territorialEn la ciudad de Barcelona haba hace poco (2007), 136 usurpaciones entre okupas y CentrosSociales Okupados (CSO 's). De estas, 134 son de titularidad privada y 2 de titularidad pblica,una en el distrito de Ciutat Vella, en la C / Vistalegre 15, y el otro en el distrito de Sant Mart, enla Rambla Prim 76.11De los datos que se disponen, se indica claramente que el distrito de Grcia, con 43usurpaciones, es donde el movimiento okupa muestra mayor implantacin. Por el contrario, el

    distrito de Sarri-Sant Gervasi con 1, donde menos.El resto de distritos tienen un nmero de okupaciones ms elevado, pero ninguno de ellos seacerca a los niveles de Gracia. As Les Corts (2 okupaciones), el Eixample (4 okupaciones),

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    Nou Barris (7 okupaciones), Horta-Guinard (10 okupaciones), San Martn (13 okupaciones),Sants-Montjuc (16 okupaciones), Ciutat Vella (18 okupaciones) y San Andrs (22okupaciones).Tabla 1. Nmero de okupaciones por Distritos en Barcelona a enero de 2008132271043121641801020304050CiutatVellaEixampleSants-MontjucLes CortsSarri-SantGrciaHorta-GuinardNouBarrisSantAndreuSantMartFuente: Direccin General de la Polica. Fnix1011 "Informe sobre empleos en Barcelona". Ayuntamiento de Barcelona. Guardia Urbana deBarcelona (GUB). Enero 2008En cuanto a la preponderancia del distrito de Grcia dentro del movimiento okupa, se debenbuscar razones en la propia distribucin urbanstica del barrio, con muchas torres y casasdeshabitadas que fueron en sus orgenes lugares de segunda residencia de vecinosadinerados de la ciudad de Barcelona, que con el paso del tiempo se iban dejando nicamentecomo patrimonio inmobiliario, sin demasiados cuidados por parte de sus propietarios.Por otra parte, el asociacionismo vecinal ha sido siempre muy fuerte en este distrito, lo queimplica la confianza de los gracienses en la autogestin y la autoorganizacin, principios que

    como ya se ha dicho estn en la base del movimiento okupa, y que hace que ste alcanceunos niveles de comprensin y apoyo superior a Gracia que en otros lugares de Barcelona.3.3.2-Tipologa de las okupacionesDel total de empleos que tiene en la actualidad la ciudad de Barcelona, se ha de constatar quela gran mayora son de okupas, es decir, usurpaciones destinadas nicamente a vivienda, conun nmero de 105, mientras que CSO ' S12 activos suman el nmero de 31.De hecho, la proporcin entre okupas y CSOS es la esperada, ya que la propia definicin deCSO como lugar de desarrollo de actividades obliga a que sean necesarios un cierto nmerode activistas para llevarlo a cabo. Por el contrario, una okupa puede ser usurpada slo por unapersona, y el movimiento no hace diferencias a la hora de contabilizar sus okupaciones por elnmero de personas que la realizan, es decir, por el movimiento okupa es lo mismo una casa

    okupada ( una okupa) por una sola persona que por ms.12 De la utilizacin que el movimiento okupa hace de las edificaciones que usurpa, seestablece una diferenciacin entre los Centros Sociales Okupados y / o Autogestionados (CSOo CSOA) y lo que el grupo denomina como una simple Okupa. Si bien los centros socialesOkupados estn destinados a un uso social y cultural pblico, las okupas son las edificacionesreservadas a un uso exclusivo de vivienda. Los grupos que las okupan se suelen formar porafinidad y hacen distribucin de sus espacios interiores estableciendo unas estanciascomunitarias (cocina, comedor, etc.) Y dejando las habitaciones como lugares privados ypersonales.11Tabla 2. Situacin a 2008 casas okupadas y CSO

    -SSituacin ActualCases okupadas - CSO12412203295209604011112240510152025303540Ciutat VellaEixampleSants-MontjucLesCortsSarriant GervasiGrciaHorta-GuinardNou BarrisSant AndreuSant MartCasesCSOFuente: Direccin General de la Polica. Fnix3.3.3 Orientacin ideolgica de las okupacionesEn cuanto a la orientacin ideolgica de las usurpaciones, la gran mayora s'autocataloguencomo "anarco-libertarias", 76. Sin embargo, aparecen 12 catalogadas como independentistas y48, sobre las que no se ha podido establecer o identificar si pertenecen a uno u otro tipo o esuna mezcla heterognea de ideologas 13.Ya se ha dicho que la idiosincrasia del movimiento okupa descansa sobre fundamentos

    libertarios, como la autogestin, el antiautoritarismo, etc. y que la orientacin ideolgicaimportar en el sentido de las campaas reivindicativas en las que se adhiera, los actos queorganice o en las manifestaciones que apoye.

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    Es decir, el funcionamiento interno de las usurpaciones, se basa en parte sobre principios quepropugnan la libertad individual, la colectivizacin, la inexistencia de liderazgo y el noreconocimiento de ninguna autoridad formal. Todo ello, aunque los okupantes s'autocataloguincomo anarquistas, libertarios, independentistas o de otro tipo, ya que no se puede descartarque de entre las no catalogadas se encuentren de ideologa comunista con sus corrientes o sinideologa. Lo dicho anteriormente, sirve tambin para stas.13 La catalogacin que aqu se describe, se ha obtenido de fondos varias de difcilcontraste. Hay referencias de la Divisin de Informacin del CMI, comentarios de miembros delmovimiento okupa y detalles extrados de las pginas web afines al fenmeno antisistema.12Tabla 3. Okupaciones a enero 2008 segn la ideologa manifestadaSituacin VellaEixampleSants-MontjucLes CortsSarri-San GervasiGrciaHorta-GuinardNouBarrisSant AndreuSant MartAnarquista-LlibertriaIndependentistaIndeterminadaSituaciActualIdeologia122901175713100510152025Ciutat VellaEixampleSants-MontjucLesCortsSarri-San GervasiGrciaHorta-GuinardNou BarrisSant AndreuSant MartAnarquista-LlibertriaIndependentistaIndeterminadaFuente: Direccin General de la Polica. Fnix

    4. DiagnsticoEl movimiento okupa mantiene su vigencia como fenmeno transversal de la red antisistemaubicada en Catalua y, en particular, en la ciudad de Barcelona, con un nmero deokupaciones muy alto.El elevado nmero de okupaciones suponen una infraestructura de viviendas suficiente comopara favorecer actualmente la presencia, de personas de otras ciudades y pases englobadasdentro de colectivos conocidos como "antisistema" en la ciudad de Barcelona. Estainfraestructura es la que utilizan para alojarse.La existencia de la Asamblea de Okupas y de la Oficina de Okupacin que esta impulsa hace

    pensar en un cierto grado de organizacin del movimiento. La respuesta que este opuso adesalojo del CSO Hamsa y CSO Pati Blau durante el ao 2004, respuesta que fue altamenteviolenta y masiva y nada espontnea, as lo indica.El movimiento okupa puede asumir las crticas vecinales cuando stas son debidas a laoposicin violenta de un desalojo si el lugar a "defender" es lo suficientemente importante paraellos.Lo que no pueden ni quieren asumir, es enemistarse con los vecinos por la etiqueta queltimamente se les da desde la mayor parte de la "opinin pblica" o "opinin publicada" 14, deser los responsables de la gran mayora de muestras de incivismo que sufre la ciudad. Lamuestra ms evidente de ello se encuentra en los hechos ocurridos en el verano de 2008 enlas fiestas de Grcia, donde la Asamblea de Okupas emiti un comunicado desmarcndose de

    los diferentes actos de incivismo que se dieron.Grcia es el distrito de Barcelona con el nmero de okupaciones ms elevado, que sobrepasaen mucho la media que se da a otros distritos. La razn de esto se encuentra en la particulardistribucin urbanstica de la Villa y en el amplio asociacionismo vecinal que al fin, ve con ciertasimpata los movimientos como el de la okupacin, autogestionarios y contestatarios. Estaacumulacin de casas okupadas pero, unida a la existencia de muchos otros locales noocupados, entre Ateneos independentistas y los llamados "locales alternativos", hacen deGracia un lugar de Barcelona de especial resonancia de lo que se conoce como "movimientosantisistema ".Es de esta manera como estos colectivos utilizan la ciudad de Barcelona, dentro del mbito delas movilizaciones, para intentar concentrar el mayor nmero de personas posibles afines a lamovilizacin en s. Este hecho propicia que, en algunas ocasiones como protestas de carcter

    antifascista, contra la especulacin inmobiliaria o de otros, se renan un nmero de personasque no necesariamente formen parte del colectivo convocante pero s simpaticen con la causa

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    y donde las casas okupadas de Gracia tienen un papel relevante a la hora de disearestrategias. De esta manera, los colectivos antisistema hacen extensible su reivindicacin aotros sectores de la sociedad.Aproximadamente en 1 de cada 4 movilizaciones hay incidentes que van desde pintadas opequeos daos a agresiones a miembros de los cuerpos policiales, en los que el movimientookupa / antisistema, focalizan la personificacin del "poder establecido o sistema". En lasmanifestaciones donde el volumen de manifestantes es importante, algunos de sus miembrosaprovechan el anonimato y la impunidad que proporciona la masa para producir daos,principalmente, en la va pblica, edificios oficiales o en establecimientos contrarios a suideologa como entidades bancarias , ETTs, inmobiliarias, etc. Esta expresin violenta de unaforma de pensar, de sentir e incluso de vivir, es la que las polticas pblicas de seguridaddeben contribuir a disminuir o canalizar.14 Ex. "... Pequeas hordas de desarraigados ..." (ABC, septiembre 2004). "... Piratas urbanos..." (El Pais, marzo 2004). "... Okupas de fin de semana ..." (El Pas, 24/10/1999).

    5. Hiptesis de contraste

    1.5 Planteamiento de baseCuando se buscan referencias bibliogrficas sobre el tratamiento del fenmeno antisistemadesde la ptica de las polticas pblicas de seguridad, nos encontramos que este punto de vistano es abordado directamente. La mayora de lo publicado con cierto rigor cientfico, se hahecho desde una visin psicolgica, educativa, sociolgica, psiquitrica e incluso antropolgica,destacando los estudios sobre violencia juvenil o escolar, donde se intenta entender, explicarya veces justificar, este fenmeno. Por otro lado, nos encontramos las publicaciones de tipoperiodstico que con una cierta deriva ideolgica, enfocan la cuestin desde la vertiente jurdicao criminolgica para justificar la criminilitzaci del movimiento antisistema y afrontarlo a base dela aplicacin del cdigo penal en su forma ms rigurosa.Ninguno de los dos puntos de vista nos es til para buscar una solucin eficaz al problema que

    se plantea en este trabajo, ya que nos conducen a dos de los paradigmas extremos de cmoafrontar un problema de inseguridad ciudadana, que al fin y al cabo, es lo que se trata en esteproyecto. Me estoy refiriendo a dos doctrinas que, por conocidas, no dejan de ser un buenejemplo del fracaso o la ineficacia de aplicar soluciones simples a problemas complejos. Estoyhablando de la tolerancia cero (TZ) y de la tolerancia mxima (TM).Pondr unos ejemplos no relacionados, de la aplicacin de estas doctrinas extremas, que mepermitirn justificar una propuesta de conclusiones y de un plan de accin posible, a la vez quearriesgado.

    5.1.1. Tolerancia ceroLa tolerancia cero es como se llama una doctrina de seguridad pblica, que se basa en la

    "Teora de las ventanas rotas". Esta la desarrollaron los criminlogos J ames Q. Wilson yGeorge Kelling en 1982 en un artculo 15 y en 1996 en un libro coeditado con CatherineColes16. No me extender en explicar esta teora pues es bastante conocida.15 The broken windows. The Atlantic Monthly. Marzo 198216 Restoring order and Reducing crime in our communities. The free press 1996, Touchtone1998 15El paradigma - por ser el ms conocido - de la aplicacin de la tolerancia cero a la seguridadpblica, lo encontramos en la ciudad de Nueva York a partir del nombramiento de WilliamJ . Bratton en 1994, como comisionado del Departamento de Polica de aquella ciudad. Elalcalde era en Rudolph Guilianni.La aplicacin de la doctrina mencionada, se fundament en perseguir implacablemente

    cualquier infraccin, no slo las penales, sino tambin las administrativas, tratndolas con unrigor extremo que conduca a practicar detenciones por el simple hecho de ensuciar las calles o

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    hacer graffitis en las paredes.Para sacar adelante este plan, se contrataron 5.000 nuevos agentes de polica, que seaadieron a los 30 000 que tena el New York Police Department (NYPD).Es decir, en temas depersonal, la aplicacin de la tolerancia cero es cara.A pesar de la eficacia inicial de la tolerancia cero (TZ), a medio plazo comenz a aumentar elnmero de denuncias por excesos y brutalidad policial, ya que se trataba de igual manera a losdelincuentes que a los simples infractores de lo que podramos describir como "normascvicas". Esto provoc un descontento entre sectores sociales, que si bien tenan asumido quecometieron alguna infraccin supona una multa, no estaban dispuestos a ser tratados como"delincuentes" con la ficha policial correspondiente. La TZ es indiscriminada.A los policas se les obligaba a no "dejar pasar ni una", con la consecuente desaparicin de lafacultad discrecional que permite valorar a los agentes las circunstancias personales,ambientales y temporales de una intervencin. La norma criminalizaba todo tipo decomportamientos antijurdicos leves y habituales en sectores desfavorecidos. La TZ escriminalizadora.Un informe encargado por el Parlamento de Nueva Gales del sur, (Australia) en el ao 199917,observ que muchos policas (algunos eventuales) fueron expulsados del NYPD por excesos,

    violencia injustificada y comportamientos racistas en actos cometidos durante el perodode aplicacin de la TZ. Se produjo un descenso de la confianza y prestigio en la polica deNueva York, ya que la aplicacin de esta doctrina se dej en manos de un solo actor, el NYPD.Consecuentemente, tambin sufrieron desprestigio de las instituciones municipales. La TZtiene un alto precio institucional.17 Cero tolerance policing. Gareth Griffith. NSW parliamentari library research service. 1999. 16

    5.1.2. Tolerancia mximaEl ejemplo ms visual de la aplicacin de esta doctrina en estado puro, lo situamos en la ciudadde Zrich (Suiza) en la que se llam "Plaza de la aguja".

    A finales de los 80 ', la municipalidad de Zrich vio como se incrementaba peligrosamente, eluso de herona entre algunos miembros de su ciudadana. La falta de referentes y el profundorespeto a los derechos individuales de los suizos, hizo que la solucin acordada, fuera queaunque la venta de drogas era un delito y el consumo en espacios pblicos estaba sancionado,se estableciera una zona de "tolerancia mxima "en una plaza / jardn, que pronto fue conocidacomo la" Plaza de la aguja ".All y slo all, se poda vender y consumir libremente. La polica no entraba dentro del recinto,pero fuera de la plaza, las leyes seguan siendo tanto rigurosas como siempre. Inicialmente, nohubo demasiados problemas pues el lugar slo era ocupado por adictos. Eso si, la gente"normal" dej de ir a pasear por la plaza. Se convirti en un gueto de excluidos.Poco a poco, los vendedores / traficantes establecieron all su mercado, cerca del cliente y con

    ellos, los que intentaban robar o violar a gente indefensa, con la garanta de la no presenciapolicial. Era una verdadera atraccin por los delincuentes.El aumento de la oferta hizo bajar precios y calidad, con un incremento de problemas sanitariosde los que se inyectaban cualquier cosa. Las ambulancias tuvieron que empezar a entrar en laplaza para salvar la vida de personas con paradas cardiorrespiratorias. El ataque a lasambulancias para robarles a ella cualquier cosa, oblig a entrar en la polica aunque slo fuerapara proteger las ambulancias que llegaron a negarse a entrar sin escolta policial. Losconflictos se fueron extendiendo ms all de los lmites de la plaza afectando a barrios fueradel entorno "controlado". Las autoridades no pudieron mantener "el acuerdo".Adems, se empezaba a detectar el incremento de vendedores y consumidores extranjerosdebido a un entorno de impunidad. Internacionalizacin del gueto con gente de bajo arraigosocial.

    La presin ciudadana hizo desistir a las autoridades municipales de mantener la experiencia de

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    tolerancia mxima. Dur poco ms de un ao.

    Comentario al planteamiento de baseEn los ejemplos descritos - y sintetizados - anteriormente, he intentado hacer una analoga delas consecuencias de la aplicacin de dos polticas de seguridad que podran ser puestas en

    prctica para hacer frente al conflicto escogido. Es destacable el hecho de que, a pesar de serpolticas totalmente opuestas, tienen algunos efectos similares, como por ejemplo el descrditode las instituciones - en un caso por masa y en el otro por demasiado poco -, el precioeconmico o social que hay que asumir y finalmente, un coste poltico de difcil recuperacin.Tambin es digno de observacin que ambos paradigmas tienen un elemento comn, lalimitacin de actores a la hora de afrontar el problema. En el caso de la TZ, todo se deja enmanos de la polica y los jueces y el caso contrario, slo intervienen los que actan desde lavertiente social o poltica.La aplicacin de la TZ, conlleva crispacin y radicalizacin de los sectores antisistema,adhesiones de parte de la ciudadana, extensin o desplazamiento del fenmeno yclandestinitzaci de personas y grupos.

    La tolerancia mxima nos lleva a un fortalecimiento de comportamientos antisociales, prcticasmafiosas de coaccin al sistema pblico ya la degradacin del entorno donde se toleran estoscomportamientos. Se han dado casos de "okupaciones expreso" en viviendas donde se estnhaciendo reformas y que en pocas horas se pone un par de colchones y algunas pertenencias.Cuando llegan los operarios dicen que esto es un "domicilio" y que para sacarlos, el propietariodeber ir a la va civil con un mnimo de seis meses de trmites judiciales. La alternativa es unpago en efectivo para marcharse inmediatamente, que oscila entre los 2000 y los 6000 enfuncin de la vivienda.Consciente de que, al poner dos ejemplos de fracaso de polticas extremas, pueda parecer queno hay soluciones posibles para afrontar el problema de los movimientos okupa / antisistema,quiero decir que hay algunas experiencias que se basan en las doctrinas anunciadas y que han

    tenido un resultado ms satisfactorio. Podramos destacar la ciudad de Quebec (Canad) conla aplicacin de una TZ con alternativas a los jvenes. Curiosamente, el liderazgo de este plande integracin de jvenes violentos era de la polica metropolitana. Tambin la experiencia dela comunidad de Christiania en Copenhague (Dinamarca), donde la autogestin del espaciotiene carcter de compromiso social. No debemos obviar, la diferencia de los entornos sociales,econmicos e incluso religiosos de estos dos ejemplos.En el primer caso - Quebec - estamos hablando de jvenes delincuentes no organizados, y enel caso de Crhistian podemos decir que se ha institucionalizado una "zona libre" donde quienquiera instalarse se debe pagar un "impuesto", no al Ayuntamiento, sino a la comunidad deCrhistian donde se pueden encontrar desde las mejores-y ms caras-bicicletas de Copenhaguehasta el hachs de calidad garantizada de origen. Este ltimo ejemplo lo he vivido

    personalmente y se garantiza el ndice del principio activo (tetrahidrocannabinol) del hachsofrecido y del pas de produccin, incluso la zona exacto. Los compradores me recordaban alos sibaritas consumidores de cigarros habanos o vinos de calidad.Este comentario, junto con que el se explica a continuacin (cap. 5.2), pretende hacer ver lagran dificultad que presenta abordar el problema planteado desde las polticas pblicasclsicas - extremas - disponibles. No bastar con tomar una posicin eclctica - que es lo quese dice cuando no sabemos hacia dnde volverse ni llenarse la boca de decir que hacen faltapolticas transversales, - que es cuando no se quiere asumir el riesgo de hacerse responsablede algo -.Quizs habr que ser ms imaginativos, ms valientes y ms responsables.5.2. Intentos bien intencionadosVistos los casos anteriores, se puede pensar que una posible solucin, es intentar que este tipo

    de grupos consideren la posibilidad de integrarse en el juego democrtico y buscar larepresentatividad formal que les permita el uso de los canales ordinarios, al nivel

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    que consideren idneo. Esto se ha probado y ha fracasado.En conversaciones con representantes polticos del distrito de Grcia18 - que no hanconsentido el uso de su nombre para este trabajo - manifiestan que ya han probado estasolucin "poltica" y no lo han conseguido. Dicen que la complejidad del fenmeno y de susmiembros, - que no representantes - hace imposible cualquier acuerdo o compromiso. Losprincipales problemas que se encontraron fueron la falta de liderazgo y la multitud de interesesindividuales que confluan. Desde extranjeros o locales que vienen a pasar una temporada enBarcelona a vivir una "experiencia", hasta idelogos del anarquismo insurreccionalista oindependentista, pasando por artistas fracasados, delincuentes ocultos, gente sin donde vivir opersonas con problemas de adaptacin social.18 Altos responsables polticos representantes de los partidos: PSC, ERC e IC-VerdsLos representantes o delegados municipales, han expresado su frustracin porque muchasveces las peticiones de estos colectivos suenan ms a eslganes que a demandas concretas yse mezclan peticiones polticas como "presos polticos en la calle" con "viviendas paratodos". En cuanto a este aspecto, no sirvi de nada, explic que hay familias realmentenecesitadas y que a travs del "sistema" es la forma de poder disfrutar de estos servicios y queadems, estas familias deben ser las primeras que se beneficien de este tipo de ayudas

    sociales. Sobre los espacios culturales o artsticos, se ha podido hacer algo, pero no hasatisfecho a todo el mundo ya que los locales para este tipo de actividades, requieren ciertasnormas de funcionamiento y mantenimiento que muchos no estn dispuestos a cumplir. Losque rechazan esta posibilidad, prefieren que se les ceda (gratuidad) un espacio municipal que"ellos" autogestionar. El problema es saber quines son "ellos", a quien representan y quintereses sociales los mueven. Evidentemente, rechazan cualquier supervisin municipal sobresus actividades. De todas formas, la creacin de una red de centros de barrio, ha permitidocanalizar muchas de las inquietudes sociales de los colectivos integrados en el "antisistema",sobre todo los que consideran que la violencia no es la solucin. Esta ltima constatacin, esespecialmente importante de cara a desarrollar el plan de accin donde parece esencialdistinguir a los grupos violentos de los que no lo son, independientemente de los motivos o de

    la ideologa que les hace integrarse en la amalgama de los autodenominados antisistema. Yase deca en el captulo del "estado de la cuestin" que una de las dificultades de abordar elproblema de los movimiento okupa / antistema, era la cantidad de ideologas y motivacionesque los integran. Quizs no es un problema, quiz sea la solucin.Las autoridades municipales del distrito de Grcia, han hecho enormes esfuerzos para conducirestos colectivos hacia una especie de participacin formal o asociacionismo que al fin y alcabo, les beneficiara porque tendran acceso a rganos de decisin del distrito y les permitiradisfrutar de subvenciones pblicas abierta y legalmente. Los resultados sin embargo, no hansido demasiado satisfactorios.Explicar brevemente los mecanismos o instituciones municipales que han puesto adisposicin para evitar esta percepcin de outsiders que se tiene de los colectivos antisistema.

    5.3. Hiptesis principalVistos los anteriores ejemplos y las circunstancias donde se han dado, hemos podidocomprobar que las polticas pblicas que se basan en estrategias maximalistas del todo onada, no funcionan totalmente y que las consecuencias pueden ser igual dedesastrosas. Tambin hemos visto que ciertas actuaciones - aunque menos ambiciosas - quese centran en un grupo, en un espacio y en un momento, pueden dar resultadosrazonablemente satisfactorios. Sin embargo, se puede comprobar que si bien se requiere unaalta determinacin y un liderazgo claro y slido para afrontar el problema, es necesaria laintervencin de diferentes actores que, aunque siguen una estrategia comn, han de utilizardiferentes tcticas adecuadas a sus capacidades y responsabilidades que posibilite la solucin

    al problema.

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    6. Polticas pblicas disponiblesA la hora de presentar el diagnstico, podra parecer que se ha hecho con un espritu deasuncin de la realidad contempornea y que por tanto no hay ninguna solucin"aceptable". Esto se hace ms evidente si nos centramos en la aplicacin de las posiblesvariables de los dos paradigmas presentados en el captulo 5., La tolerancia cero y la toleranciamxima. Cualquiera de los dos ejemplos - con los matices que sean necesarios - se nospresentan impracticables, el primero por reaccionario y el segundo por derrotista. Nos recuerdavagamente a las posturas que se toman frente a la lucha contra el trfico internacional dedrogas. Desde los que quieren implantar la cadena perpetua hasta los que defienden la totalliberalizacin.Ninguna de las dos posiciones, como ya se ha demostrado, pueden acabar con el riesgo quesupone el movimiento okupa / antisistema. Uno de los problemas que presentan estas polticases que son pblicas, no en el sentido de quien las lleva a la prctica, sino de la publicidad quese da. Quizs es la hora de aplicarnos una frase que, a los catalanes, no por nefasta nos esdesconocida "... a cuyo fin quedar providencias ms templadas y disimuladas, para que senote el efecto sin que se note el cuidado" .19

    19 Felipe V, 1717. "Carta del Rey a los Corregidores", sobre la aplicacin del Decreto de NuevaPlanta.

    6.1. De la estrategia a la tcticaMuchas veces, cuando se habla de aplicar una estrategia, una de las dificultades que sepresenta es que los que lo tienen que disear no son estrategas y ni siquiera comparten unamisma visin de cul es el objetivo final de esta. Esto suele ocurrir a la hora de aplicar ciertaspolticas pblicas de riesgo, donde lo primero que se consensa es su carcter"transversal". Tambin es una forma de repartir responsabilidades o peor an, eludirlas. Unaforma moderna de ocultar una estrategia mal o poco definida, es hacer un plan de carctermultidisciplinar. La principal diferencia es que un plan de este tipo no es el resultado de una

    decisin, sino de un acuerdo y por tanto, proclive a contener objetivos "particulares" e inclusocontradictorios. Es un trabajo tcnico. La estrategia ha a ser fruto de una idea polticacompartida, que a su vez deriva de una doctrina bien definida y aceptada. Suele tener variosobjetivos complementarios que requieren de la aplicacin de diferentes tcticas - diseadas porprofesionales - por su consecucin. Adems, habitualmente, su difusin se hace en crculosrestringidos y siempre hay un responsable final, alguien que dirija y asuma el riesgo.Un ejemplo de este ltimo aspecto, nos lo recuerda una situacin donde, en un incidente decarcter natural, se constituy un CCA (centro de mando avanzado) donde estbamosreunidos varios responsables de polica, bomberos, servicios sanitarios, etc. Todos expertos en"nuestras" propias tcticas. Lleg un mando de la Guardia Civil que tambin era convocado ynada ms entrar, dijo "Seores, vamos a coordinarnos. Por cierto, aqu quien manda? ".

    Con esto quiero explicar la necesidad de un liderazgo claro y evidente a la hora de aplicar unadeterminada estrategia, que aqu denominamos como poltica pblica de seguridad y que portanto, en el caso de "El Sndrome Sherwood", le corresponde al Departamento de Interiordefinir e impulsar ciertas acciones que pasan por aprobar y asumir diversas tcticas.En los comentarios del captulo 5. se reconoca el fracaso de la aplicacin de ciertas polticasextremas, en parte debido a que eran unidireccionales. Pero a la hora, tambin se describanun par de pequeos ejemplos que dan esperanza y que demuestran que el plan de accin pasanecesariamente por la aplicacin simultnea de varias tcticas y la realizacin de diferentesacciones. Su conexin no debe ser necesariamente visible ni manifiesta.

    Antes, de proponer un plan global para afrontar el problema del riesgo que suponen para la

    seguridad pblica20 los movimientos okupa / antisistema, creo que vale la pena hacer unpequeo viaje por la historia de la teora militar, ya que es aqu donde encontramoslos principales ejemplos de aplicacin de estrategias y tcticas. Con esto no se quiere decir que

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    las prcticas militares y policiales sean idnticas, pero tienen unos elementos en comn en laejecucin de cualquier plan estratgico que, como la planificacin, la inteligencia, la psicologay uso controlado de la fuerza, junto con la propaganda y el uso adecuado del derechodisponible, hace que a travs de los paradigmas siguientes, se pueda justificar o explicar mejorel plan de accin.Me ha parecido adecuado ir a las fuentes clsicas de la teora militar y concretamente a cuatrode los paradigmas que nos pueden ser tiles en este trabajo.Me refiero a Sun Tzu, general chino que vivi en el siglo VI aC. y que escribi "El arte de laguerra". Su mxima, ganar sin combatir. A Karl von Klausewitz, general austro-hung autor de"De la Guerra". Pensaba que al rival se le debe vencer y basta, sin humillarlo. Tambinusaremos el ejemplo de Miyamoto Musashi, un samurai nacido en 1581 y que defenda que lastropas eran como espadas, que estn hechas para la guerra y que al enemigo se le debeexterminar, como castigo, como ejemplo y para evitar la venganza. Finalmente, veremos comoJ ulio Csar lleg a dominar y romanizar la Gala-lia, poniendo en prctica la mxima "divide yconquerirs".Con esta reflexin, no quiero que se piense que la estrategia / tctica policial en referencia almovimiento antisistema en Grcia, es tratado como una guerra resuelta en varias batallas. Al

    menos en el Cuerpo de mozos de escuadra. Para explicar esta postura, hay que ir al primerparadigma terico de cmo enfrentarse al rival vencindole sin destruirlo o humillarlo.

    6.1.1. Modelo von KlausewitzEl mximo exponente de esta doctrina, - desde la ptica de la tctica policial y cuando sepuede o se sabe aplicar - se da en los desalojos de casas okupadas, y CSOA (CentrosSociales Okupados y / o Autogestionados), los cuales, se llevan a cabo con todas las garantasjurdicas y por unidades especializadas. La estrategia es evitar el enfrentamiento o capacidadde defensa activa o violenta mediante la sorpresa, velocidad y unidades que no responden aninguna provocacin ni aprovechan la debilidad del rival para ensaarse.

    20 Castel, R. (2006) La inseguridad social. Ed. El manantial. Buenos Aires

    La informacin recogida previamente, o el espionaje en argot literario, es esencial. Lalocalizacin, identificacin e inmovilizacin inmediata de los lderes, paraliza cualquier reacciny esto evita comportamientos desesperados y "heroicos". En la doctrina militar, esta estrategiase aplica cuando se tiene en cuenta el factor poltico, es decir, el ejrcito se comporta demanera que fuerza la otra parte a negociar a la baja, pero no para conquistarlo sinopara dominarlo, o incluso convertirlo en aliado. Un ejemplo clsico es el trato en J apn a finalesde la 2 guerra mundial o las recientes invasiones a Irak, en especial la primera. En la metforade Sherwood, se est dando un mensaje claro: "Entramos en el bosque cuando queremos ypara donde queremos y la resistencia no es que sea intil, es imposible"

    En cuanto a la tctica policial, aplicada a las concentraciones o manifestaciones de los gruposantisistema, cuando se aplica el modelo Klausewitz se deja que los grupos de manifestantes seconcentren, - recordemos que ninguna de las manifestaciones antistema estn autorizadas - ylo que se hace es disminuir su capacidad de producir daos.Esto se realiza con el establecimiento de filtros muy slidos a los lugares de paso obligado porlos "refuerzos" que se necesitan para hacer una manifestacin mnimamente digna. Sera comocortar las lneas de suministros del enemigo en la preparacin de una batalla, pasan lossoldados pero sin armas. Los "cortes" ms habituales, en el caso de las concentraciones enGrcia, estn en el metro de Fontana, la Plaza. Lesseps y la C / .Escorial. En estos filtros serequisan objetos y se identifican personas, la prdida del anonimato previo a la accin, haceque muchos moderen su comportamiento posterior.El hecho de dejar pasar las personas por los filtros sin preguntar que hacen all, - ya lo

    sabemos -, tiene dos objetivos: Demostrar que tenemos suficiente fuerza como para que nopreocupe el aumento de gente a manifestarse y hacer que los "refuerzos "expliquen el tamao

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    de nuestro" ejrcito "que, evidentemente, se exagera en los puntos de paso. Volviendo aSherwood, se les est diciendo que: "Sabemos lo que quiere hacer y ahora, tambin sabemosquines son".Una vez comienza la actividad de los manifestantes, las fuerzas policiales abandonan los filtrosy se dispersan por puntos estratgicos de forma que cualquier manifestante vea, en cualquiermomento, tanto en la concentracin, en el recorrido o durante la dispersin, unidadespoliciales. Estas no son muy numerosas, pero son omnipresentes. El efecto que se consigue, elimpacto, es que la presencia en todo de agentes de polica evita los actos de vandalismo ydestruccin de bienes pblicos y privados. Cualquier accin - o casi - sera presenciada poragentes de la autoridad y esto implicara su detencin y posterior paso por el juzgado, no porninguna accin heroica, sino por un simple delito de daos y que habr que pagar con unamulta.

    Para concretar esta doctrina, los detenidos son puestos en libertad tan rpidamente como esposible y citados ante el juez, no hay que cebarse, es un procedimiento y punto. Cuando no seaplica adecuadamente o se rompe la disciplina, la situacin puede convertirse en una situacinno deseada como es el caso de las manifestaciones contra el plan Bolonia de mayo de 2009.

    Es evidente que este modelo es aplicable cuando se tiene fuerza suficiente en relacin alrival. Cuando no es as, para conseguir los mismos resultados hay que aplicar tcticas msagresivas que, ms que disuasin, provoquen coercin. Pero esto es ms propio de otromodelo de actuacin que nadie desea.Lo importante, es el conocimiento del terreno, y eso nos lleva al siguiente modelo de actuacin.

    6.1.2. Modelo Sun TzuEste general chino fue famoso por su aparente capacidad de prediccin de cmo sedesarrollara una batalla. Esto sin embargo, no es totalmente cierto, su xito se deba alprofundo estudio del enemigo, sus comportamientos y el exhaustivo estudio del terreno donde

    se debera desarrollar una batalla o incluso, toda la guerra. l habla de 9 terrenos posibles y decmo actuar en cada uno de ellos. Incluso reconoce en qu tipo de terreno perder la batalla, silo impulsan a combatir.Como curiosidad, cabe decir que el general americano Norman Schwarzkopf, que dirigi conxito militar la coalicin internacional en la 1 guerra del Golfo, era un apasionado lector deSun Tzu. En este subcaptulo, nos centraremos en una doctrina elaborada hace 26 siglos sobredos de los terrenos donde se desarrolla el conflicto / combate y sus consecuencias.Los grupos antisistema en general saben que, por diferentes motivos, sus acciones tienen msrepercusin social y meditica si se desarrollan en ciertos espacios. Por el contrario, estosmismos espacios o terrenos - los ms abiertos - los son ms desfavorables desde el punto devista de tctica policial. Nos referimos en el Eixample, parte de Sants o cualquier terreno

    abierto que permita una rpida movilidad de los efectivos policiales. En la teora militar clsica,sera la capacidad de movilizar los flancos la caballera o unidades de infantera ligera.

    Como decamos antes, Sun Tzu era partidario de ganar sin combatir y eso se poda conseguirmediante diversas estrategias y la que siempre ha tenido ms xito, ha sido la de, "quien rodeaal enemigo, vence". Esta tctica ha permitido, a lo largo de la historia, que ejercidosnumricamente inferiores hayan derrotado otros con ms soldados. Los casos ms estudiadosson los de la batalla de Cannas21 donde Anibal Barca derrot al ejrcito romano dirigido porCayo alteracin Varrn y el de la batalla de Alesia22 donde Julio Csar venci a los galosdefinitivamente e hizo prisionero a Vercingetrix ya partir de aqu, la Gala-lia fue asimiladacomo provincia romana.Volvemos a la tctica policial del primer terreno - abierto - y con fuerza policial suficiente. En

    este caso, no se quiere reprimir los disturbios ni detener a los infractores, sencillamente seevita. Esto se consigue limitando extraordinariamente la capacidad de movimiento de los

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    manifestantes rodeando-totalmente.Esto se realiza en el momento de la concentracin que, como se sabe dnde se realizar, hapermitido hacer un filtro de malla fina en los puntos de paso obligado por el lugar deencuentro. El objetivo del filtro es el mismo que en modelo Klausewitz, la requisa de objetospeligrosos de cualquier tipo - porque despus habr contacto fsico - y evitar el anonimato.A partir de ese momento, los concentrados ya saben que la manifestacin ir por donde lapolica quiera, se detendr donde la polica quiera y durar hasta que los manifestante decidandispersarse. Esta dispersin se hace lentamente, dejando salir las personas poco a poco y engrupos muy pequeos para evitar el reagrupamiento fuera del crculo.El estas situaciones, el sentimiento de frustracin e impotencia de los manifestantes es muyalto y a menudo generan reacciones violentas de algunos individuos cuando son conscientesde que han perdido toda capacidad de iniciativa. Estos momentos son delicados y es necesarioque los agentes de primera lnea eviten las provocaciones individuales o los intentos colectivosde romper el crculo. Pensamos que los policas estn a menos de un metro de losrodeados. El objetivo no es hacer detenciones, slo inmovilizar. La sensacin de derrota entrelos manifestantes, es bastante alta y la moral queda muy "tocada". No ha habido heridos - notienen mrtires - ni tampoco detenidos - hroes -.Incluso han intentado, sin xito, denunci a la

    polica por detencin ilegal o violar el derecho de deambulacin. Si se planifica correctamente,la fiscala ha sido avisada de la aplicacin de esta tctica para evitar estas denuncias. Si salebien, se ha vencido sin luchar. El mensaje a Sherwood sera: "Fuera el bosque, al descubierto ysin donde esconderse, sueldo vulnerables."21 Anibal. Baker, George Philip. 1943. Editorial Iberia.22 Comentarios a la Guerra de Las Galias. J ulio Csar. 51 aC.

    Si vamos al segundo terreno posible, el bosque, este es La Vila de Grcia por los vecinos ySherwood por nosotros. Aqu, los manifestantes se sienten ms cmodos porque saben que nose les puede rodear, adems tienen sus "refugios" donde saben que, con la doctrina de noensaarse, si huyen no los perseguiremos hasta sus lugares seguros. Se aplica aquella

    mxima de "Enemigo que huye, puente de plata" y ellos la conocen.La accin policial en este terreno, es un poco diferente aunque el objetivo sea el mismo, evitarque se produzcan daos. En lugar de un crculo, lo que se hace es una especie de pasillo queva guiando, sin bloquear, los manifestantes por ciertas calles. Las unidades de polica encolumnas a pie muy cerca de ellos, pero dejando espacio suficiente para que se muevan y notengan la sensacin de ahogo. A pesar de estar totalmente vigilados, pueden tener lasensacin de que se les deja hacer. Como el bloqueo no es impermeable, siempre puedehaber algn grupo que aparentando que se va, quiera realizar alguna accin violenta. En estoscasos ya se les ha hecho saber, que fuera del crculo de agentes uniformados, se encontrarngrupos de policas de paisano que no tendrn demasiados miramientos si se produce algunaagresin o dao significativo.

    Como estos grupos de policas estn dispersos pero son numerosos, los que quieran realizaralgn acto de este tipo, se arriesgan a un enfrentamiento violento y como quedar fuera delcampo visual del grueso de la manifestacin y de los medios de comunicacin, no recibirnningn tipo de apoyo, ni en aquel momento ni con posterioridad. Se les tratar comodelincuentes violentos, no como manifestantes pacficos. En la teora militar clsica - vuelta aempezar -, stos no seran considerados como fuerzas regulares y por tanto no tendran laproteccin de los tratados y convenios internacionales, con las consecuencias que ello sueleimplicar. Al igual que en el modelo anterior, estas tcticas no siempre salen bien del todo.Hasta ahora, hemos visto unos modelos de actuacin policial donde se intenta evitar al mximoque haya heridos y ms que detenciones, se procura que no se cometan hechos que las podraprovocar. Si lo que se quiere pero, es la derrota fsica y moral del enemigo - aqu ya se le

    considera as - tendremos que ir al siguiente modelo de actuacin policial.

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    6.1.3. Modelo Miyamoto MushasiYa hemos explicado al principio, que este modelo se basa en la aniquilacin del rival. Aunqueno lo parezca, incluso los gobernantes con menos escrpulos han necesitado una excusa parainiciar una guerra y si la intencin es llevarla hasta el exterminio del contrario, la excusa debeser poderosa. 27En trminos militares o polticos, a veces se ha permitido ciertos excesos en el futuro enemigo,incluso provocndoles, para as justificar una intervencin de "respuesta" que sea comprensiblepara la poblacin civil propia, que deber apoyar la intervencin militar. Muchas de estasacciones previas podran haber sido evitadas, pero precisamente por eso se han permitido ytener as la excusa. En estas situaciones, cuanto ms inocentes sean las vctimas propiasiniciales, mayor ser la excusa para atacar. No hace falta ir muy lejos para encontrar losejemplos necesarios: Guerra hispano-norteamericana en Cuba, guerra de los Balcanes, PearlHarbour, USA-Mxico por Texas, la mayora de las guerras rabe-israeles o la invasin dePolonia de los nazis.Si volvemos al mundo de la tctica policial - o tambin estrategia poltica -, por desgracia nosencontramos ejemplos de la aplicacin de esta doctrina, algunos de ellos recientes. En este

    caso no hay estudio del terreno, no importa, que lo escoja el enemigo. Tampoco hay accionesprevias para disminuir la capacidad de hacer dao o provocar daos del rival, cuanto msfuertes se vean, ms valientes se sentirn y ms enfrentamientos habr, que es lo que sebusca. Si no hay enfrentamiento no hay heridos ni detenidos.En esta situacin la polica concentra muchas fuerzas en pocos lugares y fuera de la vista dequienes posteriormente sern atacados.Incluso si la concentracin o manifestacin, que es lo que estamos hablando, no se prevbastante violenta, se puede llegar a provocar un poco, con detenciones poco justificadas ynada pacficas unos das antes para calentar el ambiente. Tambin se pueden hacer "redadas"preventivas a los lugares donde se encuentran habitualmente personas cercanas a la ideologade los convocantes con la excusa de buscar drogas o lo que sea necesario. La "redada" estar

    especialmente mal hecha y con trato humillante para encender ms los nimos, si esnecesario.La consecuencia previsible de estos comportamientos previos y el diseo del dispositivopolicial, es que acabar con una "batalla campal".Adems de la estrategia previa, en cuanto algn grupo descontrolado empieza las accionesviolentas, las unidades de polica ni se mueven y cuando la violencia empieza a sergeneralizada, la actuacin policial se retrasa deliberadamente hasta que los daos producidosson socialmente inaceptables. Es entonces cuando se producen las cargas policiales que enningn momento quieren ser disuasoria, no se disimula.Se va directamente contra los manifestantes, que ya son considerados vndalos, y se les atacacon suficiente velocidad para que no d tiempo a la fuga y se provoque el enfrentamiento

    fsico. En este estadio, los manifestantes atacan a la polica con todo lo que tienen y que les hadejado tener, realmente se estn defendiendo, pero no lo parece. Han sido acorralados. Laviolencia entre agentes y manifestantes se desata, se personaliza y se descontrola. 28Es lo que se quiere. Comienzan a aparecer vctimas inocentes - daos colaterales se diceahora-Los que han rehuido el enfrentamiento, se encuentran con el resto de unidades policialesque los cierran el paso y que no hacen detenidos - prisioneros -, la dispersin no es voluntaria ,es a golpe de defensa (porra) y cualquier atisbo de resistencia es contestada con contundenciaexagerada y detenciones masivas.En las batallas de la antigedad, era cuando se enva a la caballera a perseguir a los quehuan mientras la infantera extermina a los que se han rendido en el campo de batalla.Lamentablemente, esta tctica no es exclusiva de regmenes totalitarios, tambin se da con

    demasiada frecuencia en muchas democracias occidentales. Quizs puede ser debido a dosfactores: Una estrategia poltica que no considera otra opcin que no sea la visin del problema

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    como un conflicto de orden pblico y el otro, en la que se encarga el control de la calle y losmanifestantes / activistas a unidades policiales poco disciplinadas, vengativas y provocadoras.

    6.1.4. Modelo J ulio CsarLa batalla de Alesia en el ao 52 aC. puso fin, prcticamente a la llamada guerra de las Galas-

    lias (58-51 aC.) en la que el procnsul romano J ulio Csar someti en Roma a todas las tribusgalas-las. Si bien esta campaa militar se conoce ms por las batallas que se produjeron, hayque analizar la estrategia y las tcticas utilizadas para someter a 300 tribus y conquistar msde 800 ciudades. 23Ya hemos dicho al principio del captulo, que J ulio Csar se aplic la mxima de "divide yvencers". Esto no es fruto de un capricho sino de la necesidad, ya que estamos hablando deun territorio ms grande que la actual Francia con una poblacin de entre 5 y 13 millones dehabitantes y una capacidad militar de aproximadamente 1 milln de guerreros. En este caso, elriesgo potencial por los romanos - por volumen de guerreros - era la unidad de las tribus galas-las y por lo tanto, el conflicto no se poda resolver slo militarmente, haba que dividir las tribustanto como fuera posible.

    Esto se logr gracias al espionaje - hay que recordar que muchos soldados del ejrcito romanoeran de origen galo - investigando cules eran las debilidades de cada grupo, sus necesidadeso ambiciones.23 Vidas paralelas. Plutarco. Obra completa vol. VI. Alejandro y Csar. 2007

    Esto permiti que muchas tribus aceptaran ser aliados del imperio romano a cambio de ciertos"privilegios", algunos como: comercio con Roma con condiciones preferentes, ofrecimiento detierras de los vecinos rivales e incluso, la ciudadana romana a algunos caudillos que , de caraa su gente, les daba un status de dignidad, nobleza y garanta de proteccin delimperio. Muchas de las tribus galas-las eran lo suficientemente civilizadas y cultas como parasaber apreciar un trato que les poda favorecer, sobre todo cuando la alternativa era la

    aniquilacin. As pues, la solucin militar se aplic a menos tribus y ciudades de las que sepiensa y slo se resolvi en grandes batallas, la resistencia de quienes no quisieron ser"conquistados" pacficamente. Es el caso de Vercingetrix, que reuni una gran coalicin - laltima - de tribus galas-las para enfrentarse militarmente a Csar. La batalla de Alesia fue latumba de las aspiraciones de independencia galo-, donde Vercingetrix fue hecho prisionero yconducido a Roma, donde fue ejecutado el 46 aC.24Si volvemos a la metfora de Sherwood, parece que la unificacin o coalicin formal de todoslos grupos antisistema, es una situacin que hay que evitar si queremos evitar el problema quedescribe en el ttulo de este trabajo. En este caso, no es debido al nmero total de miembrosde estos colectivos, sino a que, unidos su capacidad de presin social y de influencia polticaafectara realmente al "sistema" contra lo que luchan y lo haran transgrediendo el modelo

    democrtico que el resto de la sociedad ha impuesto.As, parece prctico al igual que hizo Csar, utilizar la falta de un liderazgo evidente, ladiversidad de ideologas que presentbamos en el captulo 3.3 y el anlisis de ciertas"necesidades" de algunos de estos grupos, sobre todo los menos violentos y que veran comoun avance en sus aspiraciones grupales o individuales, ciertas concesiones o "privilegios" porparte de la administracin que para ellos es como el antiguo imperio romano, que oprime perose puede tratar.En cuanto a los grupos irreductibles, quiz no hay ms remedio que el uso de la fuerza, al igualque hizo J ulio Csar. En este caso no estamos hablando de batallas, sino del uso adecuadodel Derecho disponible que inspira y limita toda actuacin de las administraciones pblicas enlas sociedades democrticas.Como se ha podido observar, los cuatro modelos escogidos no son slo un ejemplo de

    estrategia militar, sino tambin poltica. Quiz este hecho puede pasar desapercibido por elhecho que en la antigedad, muchas actividades polticas eran dirigidas por militares y las

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    grandes batallas ocultaban el diseo de un plan poltico anterior.24 Vercingtorix. J acques Harmand. 1984

    7. Plan de accinLa formulacin de la hiptesis principal y la descripcin de los ltimos modelos doctrinales conrespecto a la estrategia, as como una disciplinada discrecin sobre el objetivo final, nos llevana definir un plan de accin con diferentes fases. Algunas de estas han de ser necesariamenteconsecutivas, aplicadas en un orden concreto y otros pueden ejecutarse simultneamente, tododepender de la evolucin de los acontecimientos y especialmente, del comportamiento de laopinin pblica. Concretamente de la opinin publicada que habr implicar en la estrategia.Condicin previa: Hay una decisin poltica firme y decidida para afrontar elproblema. Asignacin del liderazgo del plan al Departamento de Interior y conciencia de ciertodesgaste poltico si la ejecucin del plan no es tan pacfico como se desea.

    1 fase. Creacin de un clima proclive al rechazo de cualquier tipo de ocupacin ilegal devivienda evitando en todo momento la mencin al movimiento okupa.

    Un buen detonante podra ser una noticia como la que este noviembre de 2009, donde losmedios de informacin han hecho eco del caso de una familia que al volver de un mes devacaciones, han encontrado su vivienda ocupada por unos inmigrantes rumanos que inclusoles haban cambiado la cerradura.El proceso para recuperar su domicilio ha tenido que ser una demanda civil, ya que parece serque una vez instalados, los nuevos ocupantes no pueden ser acusados de usurpacin, deacuerdo con el Cdigo Penal. La intencin es generar un debate - convenientemente dirigido -y provocar un cambio legislativo que evite casos tanto manifiestamente injustos comoeste. Esta estrategia no sera nueva, el caso histrico ms conocido de su aplicacin nos llevaa Catn el viejo, senador romano que sobre el 150 aC. finalizaba todos sus discursos en elSenado con la frase "Carthago Delenda est". (Cartago debe ser destruida) .25

    25 The Authenticity and Form of Cato s Saying "Carthago Delenda Est", by Charles E. Little 1934. The Classical Association of the Middle West and South, Inc. ..

    2 fase. Generacin de debate poltico sobre la ocupacin de viviendas.Esta fase implica la aplicacin simultnea de varias subestrategias o tcticas que debernaplicar diferentes actores. Estos no deben conocer necesariamente la totalidad del plan, perosu actividad debe ser supervisada y controlada - sin matices - por quienes tienen conciencia delplan global, sobre todo para controlar los tiempos y reaccionar frente a posibles desviacionesde las previsiones.Fruto de la fase anterior, hay que generar el debate poltico suficiente sobre el problema de lasviviendas ocupadas, forzando la aparicin de posturas extremas que vayan desde la

    criminalizacin de las usurpaciones hasta la sancin punitiva a los propietarios que mantenganuna vivienda desocupada, sea para especular o lo que sea. De eso se encargarn las diversasopciones polticas y los tertulianos y / o portavoces ideolgicamente definidos. La idea es queeste debate concluya en una propuesta de modificacin legislativa de amplio consenso, dondeel punto de vista de las opciones polticas ms representativas vean reflejados sus postulados.La propuesta podra ser similar a la ley que el pasado 15 de octubre de 2009 aprob elparlamento holands.26 Esta nueva ley castiga con un ao de prisin las ocupaciones ilegales,dos si en el empleo se utiliza la violencia o las amenazas.Simultneamente, esta norma sanciona a los propietarios que mantengan una viviendadesocupada, con una multa de 7.500 si no notifican al ayuntamiento el estado del inmueble yjustifican el motivo de este estado. Con ello se pretende, que sea el ayuntamiento quien decidasobre el uso que debe darse a los edificios o viviendas desocupadas.

    Respecto a esta modificacin de la ley, es indispensable que antes, las administracionesresponsables, aceleren el proceso de adjudicacin de todas las viviendas de proteccin oficial,

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    tanto de alquiler como de venta. Esto puede ayudar a desarmar de argumentos a los quejustifican las ocupaciones de viviendas protegidas para familias empobrecidas ya que algunasde estas mismas familias, podran ser beneficiarias de la "nueva" poltica de vivienda social.26 Agencia EFE. Den Haag 10/15/2009 32Aqu es importante jugar con los tiempos y calcular bien el momento de implementacin decada subestratgia, as como su duracinSimultneamente, habr que empezar a hacer o actualizar un censo sobre las viviendas deestas caractersticas en cada municipio. Hay que tener en cuenta que el movimiento okupa /antistema las visitas de sus miembros en el registro de la propiedad son frecuentes.Al mismo tiempo, otros departamentos municipales deben empezar a preparar un nuevo plande usos de todos estos edificios y viviendas para estar a punto para dar un verdadero usosocial en cuanto sean liberados, sea por liberacin forzado, voluntario o jurdico.A la vez que los municipios llevan a cabo esta actividad, las unidades policiales especializadasen orden pblico empiezan a ser menos permisivas con las manifestaciones y concentraciones,que a buen seguro se producirn mientras dura el debate poltico. Consistira en la aplicacindel modelo von Klausewitz.La peculiaridad de este aumento de rigor en la aplicacin de la ley, es que slo se har

    evidente fuera de Gracia, de manera que noten que fuera de "Sherwood", no se les permitirningn exceso.De todos modos, si el nmero de manifestantes fuera excesivo, quizs habra que aprovecharpara dejar que durante el recorrido, se produzcan suficientes actos vandlicos como paraintensificar el debate sobre el comportamiento antisocial del movimiento antisistema y permitirque la opinin pblica vinculara los colectores lectivos al fenmeno okupa. Es esencial que lapoblacin est convencida de esa relacin aunque no sea totalmente cierta.Con una presin constante por parte de la polica fuera de Gracia, se busca que intuyan queall y slo all, pueden seguir haciendo lo que ms o menos les parezca. Es decir, cerca de susrefugios o casas okupadas, las cuales son el objetivo final.

    3 fase. Aparicin de un nuevo marco normativo.Como toda publicacin de una ley de esta importancia, hay que hacer el aviso pblico de suaplicacin inmediata. Realmente, se esperar un poco para dar tiempo a los que por diferentesmotivos, abandonen individualmente las okupaciones ilegales y se desmarquen del movimientoantistema. Tambin se puede esperar para comprobar los grupos - posiblemente los noviolentos - que quieren llegar a "acuerdos" con los municipios sobre la utilidad social de algunoslocales.Naturalmente, los ayuntamientos accedern a dialogar pero poniendo condiciones bastanteestrictas, por ejemplo: Que los promotores de estas actividades no tengan antecedentespenales o administrativos, en el pasado o en el futuro, o que tengan un domicilio conocido y

    reconocido (empadronamiento).Naturalmente, las autoridades municipales revisarn el cumplimiento de estas condicionestemporalmente. Al fin y al cabo, en este proyecto se estn poniendo dinero pblico. En nuestraversin particular de la leyenda de Robin Hood, estamos provocando deserciones medianteuna amnista general a que se integren al "sistema".

    4 fase. Ataque al corazn de Sherwood y detencin o descrdito de los posibles Robin Hood.Pasado un tiempo prudencial, donde se compruebe que todos los individuos o grupos posiblesse hayan acogido a las nuevas reglas del juego, es el momento de ir a por los "irreductibles" yempezar a aplicar la ley en toda su extensin. En nuestra metfora, dar privilegios a los"institucionalizados" y empezar a cortar rboles del bosque.

    Como la resistencia de algunos sectores es previsible, habr que actuar con contundenciasobre los instigadores de las protestas que se puedan llevar a cabo. Pero en este caso, esta

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    actuacin no se har exclusivamente desde la ptica del orden pblico, que tambin, sinodesde la investigacin criminal. Se deber procurar la detencin selectiva de los lderes paraimputarles delitos comunes y evitar la condicin de "mrtir".Adems protestas, ms detenciones, hasta acabar con el poco apoyo del que dispongan, sobretodo si comprueban los "privilegios" que se pueden conseguir con una adecuada integracin alsistema, sin renunciar a algunos de los postulados que los inspiran.5 fase. Mantenimiento y control de la situacin.Esta fase es de difcil definicin ya que la aplicacin de las anteriores, se pueden alargaralgunos aos y quizs habr que modular la ejecucin de algunas prcticas descritas en lasanteriores fases hasta alcanzar cierta estabilidad que sea aceptable polticamente ysocialmente.

    8. ConclusionesEl ttulo del trabajo final de mster ya haca la descripcin de una situacin compleja y que portanto, requerira de una propuesta tambin compleja. No se ha intentado hacer un trabajo conel que todo el mundo est de acuerdo, slo se ha pretendido cierto rigor metodolgico propiode un informe de investigacin.

    Tambin se ha hecho evidente el punto de vista desde donde se ha tratado y por lo tanto se haasumido un cierto riesgo a la hora de plantear la hiptesis principal y sobre todo el plan deaccin. Quizs este mismo riesgo, ha hecho que el ejemplo escogido haya sido tratado,habitualmente, desde otras pticas ms "sociolgicamente descriptivas" pero que a la vez, nonecesariamente son contradictorias, sino incluso, complementarias.Tampoco ha habido la intencin de ocultar la advertencia del riesgo que para la convivencia yla seguridad pblica supone el movimiento okupa / antisistema, el ttulo del trabajo essuficientemente explcito.Por este motivo, el foco del informe ha ido dirigido, no a explicar el problema exhaustivamente,sino a resolverlo y esta visin parece lgica, pues estamos hablando de polticas pblicas deseguridad.

    Los datos aportados en el captulo 3 . junto con otras de las que estn disponibles, hacen queel xito o fracaso de la aplicacin del plan de accin sea medible, lo que permite modular lostiempos y la intensidad de aplicacin de las diversas fases e incluso, el replanteamiento totaldel plan de accin.Esto, junto con la necesidad de un contexto poltico y social muy concreto, para poder poner enprctica un plan como el que se presenta, demuestra la refutabilidad de la hiptesis principal yque "el Sndrome de Sherwood" no deja de ser un simple trabajo acadmico."Alea jacta est"J ulio Csar

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