LAS ADICCIONES EN LA PRIMERA INFANCIA - Buenos Aires · 2018-05-04 · LAS ADICCIONES Un problema...
Transcript of LAS ADICCIONES EN LA PRIMERA INFANCIA - Buenos Aires · 2018-05-04 · LAS ADICCIONES Un problema...
1
LAS ADICCIONES EN LA PRIMERA INFANCIA
Cómo enfrentar, entender y/o anticiparse
a las adicciones.
2
Jefe de Gobierno
Horacio Rodríguez Larreta
Ministra de Educación
Soledad Acuña
Subsecretaría de Equidad Educativa
Andrea Bruzos Bouchet
Dirección General de Fortalecimiento de la Comunidad Educativa
Eugenia Cortona
Gerencia Operativa de Inclusión Educativa Melisa Massinelli
ACIAR - El Reparo es una asociación civil sin fines de lucro pionera en el
tratamiento de las adicciones en nuestro país. Desde 1985, trabaja a partir del
modelo de comunidad terapéutica de puertas abiertas y libre de drogas,
desarrollando una intensa actividad preventiva asistencial -
Su misión es brindar ayuda a personas y a sus seres queridos para enfrentar, entender y/o anticiparse a las adicciones, contribuyendo a mejorar su calidad de vida y transformar su realidad. En la actualidad cuenta con una sede de tratamientos ambulatorios y consultorios externos en el
barrio de Belgrano de la Ciudad de Buenos Aires y dos centros de internación, uno en San Miguel
y otro en Marcos Paz.
Todos sus pacientes acceden a psicoterapia individual, grupal y familiar, atención médica general
integral y asistencia social en los casos en que sea necesario. Para estos casos, cuenta con una
vivienda temporaria protegida, en la cual residen los pacientes en tratamiento ambulatorio con
problemas habitacionales que necesitan un tiempo para insertarse laboralmente y acceder a una
vivienda digna.
Pone especial énfasis en los programas educativos (en las sedes de internación cuenta con escuela
primaria y secundaria), en los programas de capacitación e inserción laboral y en la introducción a la
cultura de trabajo. Realiza actividades de prevención tanto en escuelas como en la comunidad en
general y posee convenios de intercambio académico con las Facultades de Psicología de la UBA, la
UCA y la USAL.
3
QUERIDAS FAMILIAS:
Quiero agradecer y reconocer a todos los que son parte de Familias a la Escuela, en especial a las madres y a los padres que nos permiten entrar a sus hogares para fortalecer los vínculos familiares y potenciar las capacidades de sus hijos. Tenemos un ambicioso objetivo: transformar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en una Ciudad Educadora. Por esta razón, es un orgullo acompañarlos con el programa Familias a la Escuela, dirigido a quienes viven y crían a los niños y niñas de 45 días a 5 años, que asisten a las escuelas de la Ciudad. Sabemos que la educación no
se reduce a los espacios, tiempos y contenidos escolares: el rol de la familia es fundamental. Por eso, los invitamos a acompañar a los chicos durante su recorrido escolar, reforzando su rol de adultos comprometidos en brindar una buena educación a sus familias. La educación es una tarea compartida entre el Estado, los docentes, los padres y los alumnos, juntos, en equipo. Este es nuestro gran desafío y sin ustedes todo lo que emprendamos no tendrá sentido. En este camino, creo que es fundamental enfatizar nuestro rol como madres y como padres, ya que somos quienes mejor podemos brindarles a nuestros hijos las herramientas necesarias para su formación. Sabemos que cuanto más alto sea el nivel de educación de la madre y del padre, mejor será el resultado de los chicos en las escuelas. Los invito a participar en Familias a la Escuela, a asistir a las actividades y a tener una activa concurrencia a la escuela durante el año. Además, les ofrecemos estos cuadernillos con diferentes temáticas. Son guías que los ayudarán en la tarea diaria de educar a nuestros hijos, para poder acompañarlos en su ciclo escolar y fomentar un espacio de encuentro familiar. Les doy la bienvenida a las nuevas familias y les agradezco a las que, año tras año, nos siguen acompañando.
Soledad Acuña
4
*
LAS ADICCIONES
Un problema que puede prevenirse desde la infancia
Hoy en día se habla mucho de las adicciones,
pero no todos se ponen de acuerdo sobre su
significado. En general, las personas tienen
distintas ideas acerca de qué son las
adicciones, a qué se deben y cómo se
combaten. Algunos piensan que son un vicio,
otros dicen que el problema es que los tiempos
cambiaron y que son la consecuencia de «una
juventud que está perdida», otros opinan que se
solucionan con mano dura, metiendo presos a
los que venden y consumen, otros creen que es
una enfermedad seria y otros opinan que fumar
un porro de vez en cuando no es ningún
problema.
Los padres de chicos de más de seis años
piensan tal vez que sus hijos son muy chicos
para empezar a preocuparse por el tema de las
drogas. Pero están equivocados. ¿Sabes por
qué? Porque los chicos son como esponjas:
absorben todo lo que uno les ofrece y lo que
los rodea. Cuanto más chicos son, más rápido
aprenden, y en la infancia podemos empezar a
transmitirles y enseñarles cosas que les van a
quedar grabadas para toda la vida.
Por eso es muy importante que pensemos
juntos de qué manera los podemos fortalecer,
para que, si más adelante se encuentran con
las drogas, sepan qué hacer.
Médicos, policías, sacerdotes, psicólogos,
maestros, políticos, investigadores, psiquiatras
muchas veces tienen opiniones muy diferentes
respecto de este problema. Entonces ¿Qué se
debe hacer?
Pensemos juntos. Todos coincidimos en que se
trata de un problema. Y que es un problema
grave y complejo, que se va agravando año
tras año y que llegó para quedarse. Si no nos
ocupamos de él, como suele suceder con todo
problema, empeorará. Lo que te proponemos
es que nos ocupemos para ver qué salidas
podemos encontrar juntos.
En este cuadernillo vamos a acercarte
algunas ideas para poder entender cómo es
este problema, pero no como un recetario de
lo que hay que hacer y de lo que no hay que
hacer, sino más bien como una manera de
conversar sobre cuál sería la mejor forma de
ocuparse. Por vos, y por tus hijos, porque cada
vez es más probable que ellos se crucen con
las drogas y las quieran probar en algún
momento o que algún amigo se las ofrezca y
sientan curiosidad. Es conveniente que
pensemos juntos qué hacer cómo padres en
ese momento.
Si como padres los ayudamos a que crezcan
en un clima de confianza, podrán elegir
sanamente.
La adicción es un grave problema que puede
prevenirse desde la infancia. Los padres contamos con
elementos para ayudar a nuestros hijos a evitar el consumo
de drogas.
5
LA DROGADICCIÓN
¿Qué es?
Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la drogadicción es una enfermedad
que se caracteriza por el consumo habitual
de alguna droga, que puede generar diversos
efectos dañinos para la salud física, mental
y/o espiritual de quien la consume.
Las drogas que nos preocupan a nosotros
son aquellas sustancias que, al introducirse
en el organismo son psicoactivas (es decir,
alteran el funcionamiento psíquico), adictivas
(producen dependencia, la persona siente una
compulsión a consumirla, ya que si no lo hace
sufre un profundo malestar) y nocivas (son
dañinas para la salud).
Existen diversos tipos y clasificaciones de
drogas. Las hay legales (como el alcohol, el
tabaco y los psicofármacos) e ilegales (como
la marihuana, la cocaína, el éxtasis, el paco).
Si bien en este cuadernillo vamos a ocuparnos
más detalladamente del consumo de sustan-
cias legales o ilegales, las adicciones no se
producen solo en relación con las drogas: hay
adictos a la comida, al juego, al tabaco, a los
videojuegos, etc. El objeto de la adicción
puede variar, pero la estructura de la
enfermedad es bastante similar en todos
los casos.
¿Cómo se originan?
Las adicciones son trastornos muy complejos.
No tienen una causa única, sino que son
originadas por una multiplicidad de factores,
biológicos, psíquicos, espirituales, familiares y
sociales.
¿Cómo se desarrollan?
Los trastornos adictivos, una vez que se han
instalado, tienden a ser crónicos, es decir,
acompañan al individuo que lo padece
durante toda su vida. Además, si no reciben
atención adecuada, son progresivos, es decir
que se van agravando con el paso del tiempo.
En el inicio, el consumo de la sustancia es más
esporádico y se asocia más a una actividad
experimental o recreativa. Con el correr del
tiempo y la repetición de este hábito, este
circuito va generando un efecto de tolerancia,
por lo cual la persona necesita cada vez
mayor dosis o mayor frecuencia para producir
el mismo efecto.
Por otro lado, desde el inicio, cuando pasa el
efecto deseado de la sustancia consumida,
se producen síntomas negativos y opuestos
(sensación de displacer, malestar general,
decaimiento, etc.). Este malestar disminuye al
volver a consumir la sustancia, por lo cual se
refuerza el hábito, que luego puede
transformarse en una compulsión, es decir, en
un impulso irresistible a repetir una acción
determinada. A esto se le llama síntoma de
abstinencia.
6
*
*
¿Quiénes pueden padecerla?
Cualquier
sustancia, aunque
no sea una droga,
puede generar un
comportamiento
adictivo. Hay que
estar atentos
como padres para
prevenir
en salud.
Las adicciones
no solo perjudican
al adicto, sino
también
a su entorno y
al resto de la
sociedad.
Cualquier persona, independientemente de su edad,
sexo, clase social, religión, etc. puede ser adicta. Y
nunca hay que olvidar que produce mucho sufrimiento,
muchas pérdidas, mucho daño de todo tipo, no solo al
adicto sino también a su familia y a la sociedad. Por
ejemplo, un conductor alcoholizado tiene mayores
posibilidades de producir un accidente y dañar a otras
personas.
Tenemos que tener en cuenta que, como toda
enfermedad, nadie quiere padecerla. Es más, no nos
equivocamos si planteamos que consumir drogas
puede ser un intento para estar mejor, una búsqueda
de aliviar un sufrimiento que no podemos tolerar.
¿Los niños pueden tener trastornos
adictivos?
Los chicos también pueden tener trastornos adictivos.
Si bien la edad promedio en que comienza el consumo
de drogas ronda los 14 años, cada vez el inicio es
más temprano, es decir, cada vez hay chicos más
pequeños que empiezan a consumir. Y cuanto más
vulnerables sean y más desprotegidos estén, más
temprano comenzarán. Las últimas investigaciones
que involucran a chicos en situación de calle plantean
que la edad de inicio promedio entre estos chicos baja
a los 11 años. Pero también hay casos de chicos de 7
años que ya son adictos.
Por eso, es sumamente importante que vos, como
mamá, papá o cuidador/a, sepas que el consumo de
cualquier sustancia puede convertirse en un trastorno
adictivo, que las adicciones son una enfermedad
grave, muy dañina, no solo para la persona que
consume, sino para su familia y para la sociedad en la
que vive, y que por eso siempre es mejor -y en este
caso mil veces mejor- prevenir que curar.
7
EL CONSUMO EN LA SOCIEDAD Y EN LA CASA
Los hábitos de consumo
Muchas veces se escucha decir que vivimos en
una sociedad de consumo. Todos somos
consumidores: cuando compramos alimentos,
estamos consumiendo comida; cuando toma-
mos un colectivo o el tren para ir a trabajar,
consumimos un medio de transporte. Estos son
productos o servicios que consumimos por
necesidad. Pero en muchas oportunidades
compramos cosas que queremos, o mejor dicho
que deseamos, y que pensamos que nos van a
hacer bien, aunque no las necesitemos (una
camiseta, una entrada de cine, etc.). Muchas
veces estas cosas están influenciadas por las
creencias, las modas o la publicidad. Y allí se
nos abre un panorama, propio de la sociedad
de consumo, en el que nos vemos estimulados
a comprar, o sea consumir, determinadas
cosas y no otras (unas zapatillas para ser más
veloces, un yogur para ser fuertes y sanos, un
aparato para tener abdominales planos,
etcétera).
De la misma manera, pensamos que si
consumimos cerveza nos vamos a divertir
mucho con amigos; si tomamos tal aperitivo,
tendremos la pareja de nuestros sueños; si
fumamos tabaco, pertenecemos a un grupo o
somos más adultos, etc.
¿Por qué es importante tener en cuenta las
características del consumo? Porque los niños
también «consumen»: nos piden que les
compremos un chocolate, una hamburguesa,
una gaseosa, un juguete y tantas otras cosas.
Desde chiquitos todos «aprendemos» a con-
sumir, lo que no está mal: todos necesitamos
comer, vestirnos, o nos gusta tal celular porque
saca fotos o queremos tomar tal gaseosa y no
otra.
Pero sí es muy importante saber que el
consumo de drogas también responde a
estas «leyes»: el inicio en el consumo puede
darse porque queremos sentirnos bien o
pertenecer a un grupo que las consume o
porque nos da cierta sensación de «poder», o
nos hacen más interesantes o populares o nos
desinhiben y entonces hacemos cosas que de
otra manera no nos atreveríamos.
Y al igual que ninguna marca de zapatillas nos
hace más veloces, tampoco las drogas nos van a
solucionar los problemas: por el contrario, los
van a empeorar.
8
LA FAMILIA
El papel de la familia en la prevención
Anteriormente decíamos que las adicciones
son una enfermedad compleja. Se trata de
una enfermedad crónica y progresiva. También
es importante señalar que es una enfermedad
que se adquiere, no es genética ni
hereditaria. Por eso, tenemos la oportunidad
de evitarla si comprendemos cómo funciona y
llevamos una vida saludable.
Sin embargo, los hijos de padres que tienen
algún trastorno adictivo tienen muchas más
posibilidades de adquirir esta enfermedad.
Esto es así porque la familia cumple un rol
fundamental en el desarrollo psíquico y
emocional del ser humano. Y esto es válido
no solo para las adicciones, sino para todas las
enfermedades, en especial las relacionadas
con la mente.
Si un chico crece en un ambiente sano tiene
muchas más posibilidades de tener una
vida sana. En cambio, si un chico vive en una
casa con problemas, tiene más posibilidades
de tener problemas cuando crezca.
Uno puede preguntarse quién no tiene
problemas hoy en día. Y tiene razón, porque
todos tenemos problemas, no importa cuán
graves o sencillos puedan ser. La clave es
cómo reaccionamos frente a estos
problemas y qué les transmitimos a
nuestros hijos al respecto.
La familia es la clave
Para no enfermarnos, podemos seguir dos
caminos diferentes. Uno es pensar en las
enfermedades y tratar de detectar rápidamente
cuándo nos empezamos a enfermar y así
tomar las medidas necesarias para solucionar
los problemas que están empezando.
Otro camino es acrecentar y mejorar las
actitudes, hábitos y formas de relacionarnos,
que sabemos que nos van a permitir desarrollar
una vida más saludable. Siguiendo este camino,
estamos pensando en cómo producir salud,
en vez de evitar enfermedades. Los dos
caminos son válidos y son complementarios.
Por eso, a continuación, damos algunas
recomendaciones y, en especial, algunos
señalamientos sobre a qué tenemos que
estar atentos si queremos que nuestros hijos y
nuestra familia en general tengan una vida
más saludable y sin adicciones.
El entorno familiar es fundamental para su
crecimiento y para que se conviertan en
adultos sanos. Nosotros te queremos ayudar
para que les des lo mejor que les puedas dar.
Esto es porque lo que uno les da a sus hijos
se lo da para toda la vida.
“Lo importante es saber cómo reaccionar frente al problema”.
8
9
Jugar con nuestros hijos
Jugar es la actividad principal de un chico: correr, imaginar que es un personaje con poderes
especiales, «vivir» una aventura, entre tantos otros juegos, estimulan su capacidad de pensar,
crear, inventar, curiosear y colaboran con su desarrollo y su crecimiento. Si jugamos «en
serio» con ellos y nos divertimos juntos, los ayudamos a que crezcan mejor.
Es importante que los adultos sepamos diferenciar qué es jugar y qué no, y que podamos
dejar de ser compañeros de juego para ocupar el rol de padres cuando sea necesario. Los
padres no tenemos que ser amigos de los hijos, tenemos que ser padres.
Tenemos que prestar atención a los nuevos juegos, los que nos propone la tecnología, que
pueden ser fantásticos en un aspecto, pero que dejan de serlo si favorecen el encierro y el
aislamiento.
Cuando jugamos con nuestros hijos es importante que también nos divirtamos con ellos
y que en ese momento (solo en ese momento) también nosotros volvamos a ser un poco
chicos. Y para divertirnos no necesitamos el último jueguito de la computadora o el juguete
más caro, solo debemos soltarnos, tener la intención de divertirnos y acordarnos...
Hagamos memoria: ¿guardamos algún juguete de cuando éramos chicos?, ¿de cuál nos
acordamos?, ¿cuál era nuestro juguete preferido? Seguramente nos acordamos de algún
regalo de nuestra mamá o de nuestro abuelo, o de algo a lo que jugábamos con nuestro
hermano. Es decir, nos acordamos de lo que más nos gustaba, no necesariamente del
juego más caro o más grande.
10
Conversar y hablar
La comunicación con nuestros hijos, lo
sabemos, es importante. Es necesario hablar.
Ahora preguntémonos: ¿qué es hablar?
¿Es esto?
¿Es esto otro?
¿Y esto?
Hablar no solamente es decirles algo a nuestros
hijos, sino también escuchar lo que ellos
tienen para decirnos. Quizás algunas cosas
que para nosotros no son importantes,
ellos sí lo son. Hay que escucharlos, siempre
con atención. También hay que mirarlos a los
ojos. A veces un gesto vale más que mil
palabras. Si los miramos y los escuchamos,
los conoceremos mejor, vamos a estar más
cerca de ellos y ellos se van a sentir más
cuidados. Aunque lleguemos cansados a casa y
no tengamos fuerzas, vale la pena.
Esto SÍ es hablar.
Crear un ambiente de confianza
Una persona que desconfía de la gente que la
rodea, se siente insegura y vulnerable, y pierde
la confianza en sí misma. Si un chico se siente
cuidado y protegido por sus padres, aprende a
confiar en ellos y en las personas que lo rodean,
entonces crece con confianza y seguridad. De
esta manera, también adquiere confianza en sí
mismo.
¿Cómo se logra establecer la confianza? Es una
tarea de todos los días. Es necesario que
estemos presentes y disponibles para
nuestros hijos cuando nos necesiten: si se
lastiman, los curamos; si no pueden dormir
porque tienen miedo, nos quedamos a su lado,
etc. Así, vamos a construir un clima de
seguridad, confianza y respeto hacia todos los
integrantes de la familia, basado en el cariño y el
amor. Los chicos necesitan tener a un adulto
a quien respetar.
11
Dar el ejemplo
Una de las primeras cosas que hacemos los padres
cuando nace nuestro hijo es fijarnos a quién se parece.
Seguramente tendrá cosas nuestras. Es más, los chicos
cuando van creciendo, aprenden imitándonos. Somos
un modelo a seguir, siempre. Y nosotros queremos
darles lo mejor: les enseñamos cosas y esperamos que
sigan nuestras indicaciones porque queremos que les
vaya bien.
Tenemos que tener en cuenta que nuestros hijos van a
aprender de lo que hacemos y no de lo que les
decimos.
Si les decimos que no mientan, pero nos escuchan
mentir, es más probable que hagan lo que ven que
hacemos, y no lo que les decimos que hagan. Y si pasa
eso, tenemos otro problema: como nuestros dichos no
van acompañados de los hechos que los confirman, no
van a saber si creernos o no, y entonces no somos tan
confiables. Y si no nos creen, entonces quizás nos
hagan menos caso y es ahí cuando perdemos
autoridad.
Por todo esto, es muy importante saber que los padres
siempre somos ejemplo para nuestros hijos y
tenemos que saber guiarlos y acompañarlos.
12
*
Los roles en la familia
Los límites son
necesarios para
que
el chico
estructure su
personalidad.
Al decirles a
nuestros hijos
qué pueden hacer
y qué no, les
damos la
confianza
necesaria para
que crezcan
como adultos
sanos y elijan
aquello que les va
a hacer bien.
Una familia cumple muchas funciones: cuida, protege,
alimenta, enseña a hablar, educa, transmite valores y
muchas cosas más. Para cumplir bien con tantas
actividades, cada persona de la familia tiene un papel y
una función: los padres se encargan de algunas cosas,
los hijos se encargan de otras; los abuelos, los
hermanos los tíos, etc., cumplen diferentes roles.
Así, si hay un clima de colaboración y armonía, la
familia crea un ambiente de confianza, de seguridad
basada en el amor, que le permite desarrollarse con
normalidad. Pero si por alguna razón empieza a
haber competencia en vez de colaboración en el
desempeño de las funciones y comienza a haber
«cortocircuitos», sin respetar el lugar y la función de
cada uno, empieza a generarse un clima de confusión,
que a su vez crea inseguridad y fragilidad.
Poner límites
En muchos lados escuchamos que es necesario
ponerles límites a los chicos: que ellos «necesitan»
límites, que «piden» límites, etc. Pero ¿cómo se hace
para ponerlos? Empezamos a ponérselos desde que
son muy chiquitos, solo al decirles: «no».
Aunque parezca increíble, una de las primeras
maneras en que niñas y niños vayan organizando
su personalidad es a partir de que puede decir
«no». Y va aprender a decir que no si alguien se lo
enseña, es decir, si alguien le dice que no a él.
A partir de ahí va a poder organizar su mundo. Cuando
aprende a qué cosas decir que sí y a qué cosas decir
que no, aprende qué es bueno y qué es malo, qué es
lindo y qué es feo, qué le gusta y qué no, aprende a
pensar y también entiende qué cosas lo pueden dañar
y qué otras le pueden hacer bien.
13
Decir que no
Para que los chicos formen su propia
personalidad y puedan saber qué quieren en la
vida, qué les hace bien y qué mal, los padres
tenemos que aprender a decir que no de
muchas maneras.
1 Decir que no sin sentirnos culpables. Tenemos que
saber que si los chicos aprenden que no todo lo que
quieren es posible, serán personas más saludables en
el futuro.
2 Decir que no a tiempo. Hay que hacerlo antes de
perder la paciencia. De esta manera, evitaremos sentir
que les negamos algo porque no aguantamos que se
pongan caprichosos.
3 Decir que no poniendo reglas claras. El mensaje debe
ser coherente. Si la regla no se cumple, algo debemos
hacer. No tiene que darnos lo mismo.
4 Decir que no, sabiendo que también hay que decir
que sí. Si les decimos lo que no deben hacer también
tenemos que dejarles en claro qué es lo que sí pueden
hacer.
14
CREENCIAS SOBRE LAS DROGAS
¿Verdaderas o falsas?
Las que siguen son afirmaciones sobre las
drogas que circulan habitualmente. Les propo-
nemos que piensen si las comparten o no, si
creen que son verdaderas o falsas, y que
piensen por qué. Después de hacerlo, lean los
comentarios en donde les decimos si son
verdaderas o no y damos una breve explicación.
Creencias sobre las drogas
1. La marihuana hace menos daño que el
tabaco. No es mala, porque es natural y cura
el cáncer.
2. El alcohol, el tabaco y los psicofármacos
son las drogas que mayor daño generan en el
mundo.
3. Para ser considerado adicto, hay que
consumir todos los días. Consumir solo los
fines de semana no provoca daño.
4. Todo el mundo consume drogas.
5. El adicto necesita «mano dura», ir a
trabajar al campo y dejar las malas juntas.
¿Verdadero o falso?
1. FALSO. Es erróneo y tendencioso
comparar los daños que producen la
marihuana y el tabaco. Ambas sustancias son
tóxicas y dañinas para el organismo. La
marihuana no cura el cáncer; puede ser
utilizada, en dosis pequeñas, para aliviar
síntomas en
algunos pacientes con cáncer que realizan
quimioterapia y no toleran los medicamentos
específicos para aliviar esos síntomas.
2. VERDADERO. Son las drogas más
accesibles y de mayor consumo en todo el
mundo. Están relacionadas con numerosas
enfermedades que provocan discapacidad,
deterioro y muerte, y son la causa de gran
cantidad de accidentes automovilísticos y
laborales, crímenes, actos de violencia, etc.
Cabe aclarar que también las otras drogas
producen daño, que en ocasiones puede ser
mayor al mencionado anteriormente, aunque
en una franja menor de la población.
3. FALSO. No importa la cantidad de días que
se consuma, sino en qué medida el consumo
afecta la vida, por ejemplo: ¿podés ir a bailar o
ir a la cancha sin consumir? ¿Podés divertirte
sin consumir? Alguien puede tener el hábito
de consumir únicamente los fines de semana y
ser adicto, incluso gravemente adicto.
4. FALSO. El porcentaje de la población que
no consume sigue siendo mucho mayor
respecto del que consume. Lo que sí puede
suceder es que el que consuma se relacione
mayoritariamente con gente que comparte su
hábito, por lo cual en «ese» mundo «todo» el
mundo consume.
5. FALSO. Alguien que padece una enfermedad
necesita realizar un tratamiento adecuado para
esa enfermedad. Debe recibir la orientación
especializada necesaria para que pueda
acceder al mejor tratamiento posible.
15
*
A MODO DE CONCLUSIÓN
Prevenir y tratar la adicción
La adicción es una enfermedad compleja, difícil,
que produce mucho daño. Quien la padece
sufre mucho. No se trata de una enfermedad
que afecte a una sola persona, sino que implica
a toda la familia. Por esa misma razón, la
familia es clave. Es importante que nos
cuidemos desde el principio. Hay que empezar
por los chicos, que al ser más vulnerables que
los grandes, necesitan de nuestro cuidado.
Jugar, escuchar, hablar, crear un clima de
confianza y respeto, enseñar con el ejemplo,
poder decir que no y tener en cuenta que
somos parte de una sociedad y que no
estamos aislados de ella son algunas de las
cosas que debemos poner en práctica para que
nuestros hijos crezcan sanos y se conviertan en
adultos que puedan elegir vivir sanamente.
Es cierto que nadie se vuelve adicto por el
simple hecho de haber ingerido alguna vez
alguna sustancia, pero también es cierto que
todas las personas que adquieren esta
enfermedad empezaron consumiendo
alguna vez y, con el tiempo, el consumo se
constituyó en un hábito que no pudieron dejar.
Lo importante es preguntarse por qué y para
qué uno consume, y por qué uno lo continúa
haciendo, en ocasiones aun sabiendo que es
perjudicial para su salud y que directa o
indirectamente puede llevarlo a la muerte.
Tampoco debemos olvidar que, para una
persona con problemas de adicción, consumir
siempre es un intento de aliviar un sufrimiento,
que la droga, en lugar de aliviar, va tornando
cada vez más insoportable.
El adicto es alguien que no puede encontrar una
identidad adulta, que creció en una familia en la
que no se sentía protegido, en la que no se le
prestaba demasiada atención y que se fue
convirtiendo en una persona insegura, frágil. Es
alguien que no tuvo buenos ejemplos y que
tiene una baja tolerancia a la frustración, porque
le cuesta aceptar límites y por consiguiente no
puede desarrollarse según sus propios deseos y
habilidades ni armar proyectos de vida.
Si alguna vez consumiste o conocés a alguien
que lo haya hecho; si la estás pasando mal,
buscá ayuda. Hay muchos espacios de
referencia y adecuados para tratar estos temas.
Te escucharán y te acompañarán en cada
situación.
Nunca hay que
olvidar que el adicto es
una persona que sufre y
que busca en el
consumo la manera de
aliviar ese sufrimiento.
Por eso, se lo debe
ayudar y no condenar.
16
Índice
Las adicciones ................................................................................................ 4
Un problema que puede prevenirse en la infancia ............................................ 4
La drogadicción .............................................................................................. 5
¿Qué es? .......................................................................................................... 5
¿Cómo se origina? ............................................................................................ 5
¿Cómo se desarrolla? ....................................................................................... 5
¿Quiénes pueden padecerla? ........................................................................... 6
¿Los niños pueden tener trastornos adictivos? ................................................. 6
El consumo en la sociedad y en la casa ....................................................... 7
Los hábitos de consumo ................................................................................... 7
La familia ......................................................................................................... 8
El papel de la familia en la prevención .............................................................. 8
La familia es la clave ......................................................................................... 8
Jugar con nuestros hijos ................................................................................... 9
Conversar y hablar .......................................................................................... 10
Crear un ambiente de confianza ..................................................................... 10
Dar el ejemplo ................................................................................................. 11
Los roles en la familia ..................................................................................... 12
Poner límites ................................................................................................... 12
Decir que no ................................................................................................... 13
Creencias sobre las drogas ......................................................................... 14
¿Verdaderas o falsas? .................................................................................... 14
A modo de conclusión .................................................................................. 15
Prevenir y tratar la adicción ............................................................................. 15