LA VOZ DEL PAPA De la exhortación apostólica “Evangelii ... · “Evangelii Gaudium ... El...

JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE • 2014

PSICOLOGÍA | Psicología y temperamento de Jesús

CONOCIENDO PANAMÁ | Cinta costera III

TESTIMONIO | Hablarle a Dios de un hijo

LA VOZ DEL PAPADe la exhortación apostólica

“Evangelii Gaudium”

“Somos un pueblo de Dios... Ahora nos corresponde actuar en consonancia con este paradigma, irradiar la fe desde la iglesia

hacia las comunidades, siendo testimonio y testigos del evangelio”

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EDITORIAL 4

REFLEXION La revelación de Dios... la Santísima Trinidad 5

LA VOZ DEL PAPADe la exhortación apostólica“Evangelii Gaudium” 6

CONOCIENDO PANAMACinta Costera III... alternativa de recreo al aire libre 8

SANTIDAD“Bueno y amigo” Juan XXIII y Juan Pablo II 9

REFLEXION ¿Qué es más importante la oración o la acción? 10

PSICOLOGÍA Psicología y temperamento de Jesús 11

ACONTECIMIENTOS Juan Carlos VarelaNuevo Presidente electo de la República de Panamá 13 BIENVENIDOS AL CUARTO DIA 14

TESTIMONIOHablarle a Dios de un Hijo 17

TEESTIGO FIEL 18

REMEMBRANZAHispanoamérica, doscientos años después de la Independencia 19

BELLEZA ESPIRITUALConsejos para la Belleza Espiritual 20

SECCION DE LIBROSube Conmigo 21

VIDA DE ORACION 22

PARA MEDITARPapa Francisco 24

PILDORITAS DE HUMOR 26

AGRADECIMIENTOS 27

índice

Basílica menor Santiago Apóstol de Natá de los Caballeros, Coclé, Diócesis de Penonomé.

Su construcción se inicia en el año 1522 y se concluye después de más de 100 años.

Su estilo arquitectónico es barroco y es considerado el templo religioso más importante construido por los españoles en Panamá.

Foto cortesía de:José Santos González G.

Revista Formativa e InformativaSECRETARIADO NACIONAL DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD DE PANAMA

Julio, 2014No. 149 Año XL

CoordinadorasInés De León de HernándezAgustina Reyes de González

Consejo EditorialR. P. Daniel PallaisJosé Santos González G.Wanda Cogley de FernándezJuan Valdez A.Edgar Guerra IsosInés De León de HernándezAgustina Reyes de González

CorresponsalesJuan M. Altamiranda (Colón)Alexis Bertila Corro (Chitré)Enelda y Jorge Moreno (David)Cecilia de Manzané (Penonomé)Gabriela Hernández de Ellis (Santiago)Omaira Sanjur (Panamá)

Movimiento de Cursillos de Cristiandad Santiago de Veraguas, Rep. de Panamá.Telefax: 998-2630Teléfono: [email protected]

Donación B/. 1.00 Tiraje: 2,000 revistas

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Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014

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EditorialRevista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014

Los comicios electorales pasados, en nuestro país, han puesto en evidencia la madurez del pueblo panameño, y nos lleva a la conclusión del rechazo de la ciudadanía a la corrupción y a los antivalores; para abrazar la honestidad, el respeto y la cordura.

Definitivamente, es en el seno familiar donde se cimientan los valores, claves para la vida y la toma de decisiones. Una buena familia, de la mano con una buena política, allanará el camino hacia la paz, el trabajo tesonero, el progreso; el amor y la fe mueven montañas.

Ahora debemos estar vigilantes para que las promesas electorales, nacionales, municipales, locales y comunitarias se cumplan para el beneficio de todos.

A pesar de muchos programas sociales, Panamá sigue con altos índices de pobreza, de inse-guridad, escasez de agua potable, educación deficiente, baja producción básica, la falta de otros servicios y, sobre todo, el alto costo de la vida.

Sabemos que existen diversos obstáculos como la apatía, la falta de tiempo, el interés por los problemas que nos aquejan, el protagonismo, el relativismo y los serviles que tanto daño causan a la sociedad; pero debemos unirnos porque en síntesis, lo que deseamos es un mejor Panamá.

Ante todos estos obstáculos y muchos más, recordemos las palabras de san Pablo cuando expresó: hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu, hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.

En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo; así también es Cristo.

Somos un pueblo de Dios, por lo tanto, tenemos presente que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Sus obras y enseñanzas son permanentes y perennes. Representan el ayer, el hoy y el futuro: un modelo de vida. Ahora nos corresponde actuar en consonancia con este para-digma, irradiar la fe desde la Iglesia hacia las comunidades, siendo testimonio y testigos del evangelio. Tal como lo acotó el Papa Francisco: Profesar la fe con la boca implica vivirla en el corazón y mostrarla con las obras: un testimonio y un compromiso público. El discípulo de Cristo, hijo de la Iglesia, no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. Desafío importante y fuerte para cada día, persuadidos de que el que comenzó en ustedes la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

reflexión

La revelación de Dios...la Santísima Trinidad

¿Cuál es el misterio central de la fe y de la vida cristiana? El misterio central de la fe y de la vida cristiana es el miste-rio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. (Ca-tecismo de la Iglesia Católica # 232-237)

¿Puede la razón humana conocer, por sí sola, el misterio de la Santísima Trinidad?

Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el Antiguo Testamento, pero la intimidad de su ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón humana e incluso a la fe de Israel, antes de la Encarnación del Hijo de Dios y del envío del Espíritu Santo. Este misterio ha sido revelado por Jesucristo, y es la fuente de todos los demás misterios. (Catecismo de la Iglesia Católica # 237).

¿Qué nos revela Jesucristo acerca del misterio del Padre? Jesucristo nos revela que Dios es «Padre», no solo en cuanto es Creador del universo y del hombre sino, sobre todo, porque engendra eternamente en su seno al Hijo, que es su Verbo, «resplandor de su gloria e impronta de su sustancia» (Hb 1, 3). (Catecismo de la Iglesia Católica #240-243).

¿Quién es el Espíritu Santo, que Jesucristo nos ha revelado?

El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Santísima Tri-nidad. Es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo; «procede del Padre» (Jn 15, 26), que es principio sin principio y origen de toda la vida trinitaria. Y procede también del Hijo (Filio-que), por el don eterno que el Padre hace al Hijo. El Espíritu Santo, enviado por el Padre y por el Hijo encarnado, guía a la Iglesia hasta el conocimiento de la «verdad plena» (Jn 16, 13). (Catecismo de la Iglesia Católica # 243-248).

¿Cómo expresa la Iglesia su fe trinitaria?

La Iglesia expresa su fe trinitaria confesando un solo Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divi-nas Personas son un solo Dios porque cada una de ellas es

idéntica a la plenitud de la única e indivisible naturaleza divina. Las tres son realmente distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas: el Padre engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu Santo procede del Pa-dre y del Hijo. (Catecismo de la Iglesia Católica # 249-256 266).

¿Cómo obran las tres divinas Personas?

Inseparables en su única sustancia, las divinas Personas son también inseparables en su obrar: la Trinidad tiene una sola y misma operación. Pero en el único obrar divino, cada Persona se hace presente según el modo que le es propio en la Trinidad. (Catecismo de la Iglesia Católica # 257-260 267).

«Dios mío, Trinidad a quien adoro... pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo,

tu morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje jamás solo en ella,

sino que yo esté allí enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada sin reservas a tu acción creadora»

Beata Isabel de la Trinidad

(Tomado del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica).

http://buenanueva.net/Teologia/1_12_44SmaTrinidad8.htm

El Papa Francisco nos ha regalado un documento carga-do de esperanza e impulso hacia una evangelización ur-gente y a la medida de nuestro tiempo. Hemos tomado estas líneas que hablan con claridad y humildad sobre sus expectativas y sus oraciones para un mundo más justo y más cristiano. Es una inspiración y no una tarea para cada cursillista y cada bautizado leer todo el documento. En-cuentro les invita a hacerlo.

Economía y distribución del ingreso 202. La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no solo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la socie-dad, sino para sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que solo podrá llevarla a nuevas crisis. Los planes asistenciales, que atienden ciertas urgen-cias, solo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad; no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales.

203. La dignidad de cada persona humana y el bien co-mún son cuestiones que deberían estructurar toda po-lítica económica; pero a veces parecen solo apéndices agregados desde fuera para completar un discurso políti-co sin perspectivas ni programas de verdadero desarrollo integral. ¡Cuántas palabras se han vuelto molestas para este sistema! Molesta que se hable de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial, molesta que se hable de distribución de los bienes, molesta que se hable de pre-servar las fuentes de trabajo, molesta que se hable de la dignidad de los débiles, molesta que se hable de un Dios que exige un compromiso por la justicia. Otras veces su-cede que estas palabras se vuelven objeto de un mano-seo oportunista que las deshonra. La cómoda indiferencia ante estas cuestiones vacía nuestra vida y nuestras pala-bras de todo significado. La vocación de un empresario es una noble tarea, siempre que se deje interpelar por un sentido más amplio de la vida; esto le permite servir ver-daderamente al bien común, con su esfuerzo por multipli-

car y volver más accesibles para todos los bienes de este mundo.

204. Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone, requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor dis-tribución del ingreso, a una creación de fuentes de traba-jo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo. Estoy lejos de proponer un populis-mo irresponsable, pero la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el merca-do laboral y creando así nuevos excluidos.

205. ¡Pido a Dios que crezca el número de políticos ca-paces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la aparien-cia de los males de nuestro mundo! La política, tan deni-grada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común. Te-nemos que convencernos de que la caridad «no es solo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas» ¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres! Es imperioso que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, edu-cación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos. ¿Y por qué no acudir a Dios para que inspire sus planes? Estoy convencido de que a partir de una apertura a la tras-cendencia podría formarse una nueva mentalidad política y económica que ayudaría a superar la dicotomía absolu-ta entre la economía y el bien común social.

206. La economía, como la misma palabra indica, debería ser el arte de alcanzar una adecuada administración de la casa común, que es el mundo entero. Todo acto econó-mico de envergadura realizado en una parte del planeta repercute en el todo; por ello ningún gobierno puede ac-

la voz del papa

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De la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”

tuar al margen de una responsabilidad común. De hecho, cada vez se vuelve más difícil encontrar soluciones locales para las enormes contradicciones globales, por lo cual la política local se satura de problemas a resolver. Si real-mente queremos alcanzar una sana economía mundial, hace falta en estos momentos de la historia un modo más eficiente de interacción que, dejando a salvo la soberanía de las naciones, asegure el bienestar económico de todos los países y no solo de unos pocos.

207. Cualquier comunidad de la Iglesia, en la medida en que pretenda subsistir tranquila sin ocuparse creativa-mente y cooperar con eficiencia para que los pobres vi-van con dignidad y para incluir a todos, también correrá el riesgo de la disolución, aunque hable de temas sociales

“Pido a Dios que crezcael número de políticos

capaces de entrar en un auténtico diálogo que

se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y nola apariencia de los males

de nuestro mundo!”

o critique a los gobiernos. Fácilmente terminará sumida en la mundanidad espiritual, disimulada con prácticas re-ligiosas, con reuniones infecundas o con discursos vacíos.

208. Si alguien se siente ofendido por mis palabras, le digo que las expreso con afecto y con la mejor de las intencio-nes, lejos de cualquier interés personal o ideología políti-ca. Mi palabra no es la de un enemigo ni la de un opositor. Solo me interesa procurar que aquellos que están escla-vizados por una mentalidad individualista, indiferente y egoísta, puedan liberarse de esas cadenas indignas y al-cancen un estilo de vida y de pensamiento más humano, más noble, más fecundo, que dignifique su paso por esta tierra.

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Juan XXIII y Juan Pablo IIEl tercer tramo de la cinta costera, una vía que, aden-trándose en el mar, se espera reduzca la congestión de tráfico en la capital panameña mientras ofrece a la po-blación alternativas de recreo al aire libre.

El tramo que se adentra en el mar hasta una distancia de casi medio kilómetro de la costa, tiene 1.9 kilóme-tros de extensión, con tres carriles para cada sentido de circulación para vehículos y otra vía separada y paralela para peatones y ciclistas.

El nuevo tramo de la cinta costera, ejecutada por la contratista Odebrecht Infraestructura, conectará los barrios de El Chorrillo, Barraza, San Felipe y Santa Ana.

En los espacios abiertos de la vía se ha construido un “fritódromo”, un parque profesional de patinetas de 1,500 metros cuadrados, canchas de voleibol y volei-playa, baloncesto, fútbol sala, parques infantiles, mira-dores, áreas de esparcimiento y conciertos, y hasta un estadio de fútbol con gradas para 5,500 espectadores.

El ministro de Obras Públicas, Jaime Ford Castro, desta-có que “esta solución vial y urbanística, que forma parte de la Nueva Red Vial de la ciudad de Panamá, impacta-rá de manera positiva a miles de familias panameñas y turistas, conjugando el esparcimiento familiar y la con-vivencia con la naturaleza...también se promocionará la salud a través del deporte”.

La obra la conforman una serie de puentes peatonales, moderna red de iluminación con la última tecnología sin postes, mejoramiento de drenajes, parques urba-nos, deportivos, ciclovía, más de 800 estacionamientos, un moderno estadio de fútbol y canchas deportivas.

Además se contarán con unas 13 hectáreas de área co-mún en El Chorrillo y Barraza, y habrá cerca de 10 hec-táreas que serán utilizadas para el suministro de servi-cios públicos, como la venta de comida (fritódromo).

También se cuenta con tres parques con forma de isla. Estos parques ofrecerán una hermosa vista del Casco Antiguo y su gran muralla, y serán otras de las atraccio-nes de la Cinta Costera 3.

Recuerdo que había pasado mala noche aquel 26 de abril, producto de una indisciplina en la dieta; lo cier-to es que siendo ya las dos de la madrugada del día siguiente, casi por accidente, porque había olvida-do, con mis molestias gástricas, que ese glorioso día tendría lugar, en un solo acto, la canonización de dos grandes hombres en la vida de la Iglesia y en la de la humanidad.

Mientras que transcurrían aquellos rituales, propios de tal reconocimiento, pasaban por mi mente, al mismo tiempo, pensamientos que hacían un intento intelec-tual para entender toda la infinita riqueza de la que estaba siendo testigo y que solo tiene asidero en el te-rreno de la fe.

Angelo Giuseppe Roncalli y Karol Józef Wojtyla fueron hombres de carne y hueso como acusan algunos ene-migos de la fe católica, y nadie tiene objeción contra aquel señalamiento; lo absurdo de esa misma acusa-ción es lo meritorio, después de todo. Así el Papa Fran-cisco, tras haber recibido el informe que indicaba que sendos procesos no daban lugar a dudas sobre la vida santa de estos mortales, declaraba que tanto Juan XXIII como Juan Pablo II habían vivido para ser amigos de Dios, habían luchado la buena batalla (Segunda de Timoteo 4,7) y solo estaban recibiendo, ante nuestros ojos testigos, la corona de la Gloria que desde hace rato el mismo Dios les había colocado.

A fin de cuentas tanto el “Papa bueno” como el “Papa amigo”, como respectivamente se les llama a estos mo-delos humanos, no habían hecho en sus vidas, más que lo que el mismo Dios nos pide a todos en su bendita palabra: “sean santos” (Levítico 19,2; Mateo 5,48 y Pri-mera de Corintios 1,2). Fueron obedientes a un man-dato que se convierte, al mismo tiempo, en una opción. De seguro, estos hombres no vivieron santamente para que algún día eso les fuera reconocido por lo hombres; conociendo sus trayectorias, llenas de persecuciones y entrega al prójimo, se alcanza ver un robusto deseo de

conociendo panamá santidad

Cinta Costera III ...alternativa de recreo al aire libre

Por: Valerio González Flores. Cursillo N° 15del 18 al 21 de marzo de 1999, Villa Nazareth

ser como Cristo que pasó por el mundo haciendo el bien (Hechos 10,38)

Ante el panorama del mundo actual, repleto de corrientes de pensamiento, tales como el hedonismo, el erotismo, el consumismo, entre otras; al igual que aquellas que dicen, sin poderlo sostener, que la santidad no es posible y ante la visión torcida de quienes, por su naturaleza protestante, desmeritan lo que las mismas Sagradas Escrituras contie-nen; se nos pone al frente estas dos grandes vidas. Las evidencias son contundentes, por eso la Iglesia, con su declaración, confirma que al momento de que estos ex-pedientes fueron presentados ante el Altísimo, y después de un exhaustivo balance, las cifras de activo superaron las del pasivo; dejando para nosotros el reto de vivir para Cristo, por Cristo, con Cristo, como Cristo y en la Iglesia de Cristo; ocupándonos de nuestros asuntos temporales con la diligencia del siervo que por haber multiplicado sus ta-lentos, mereció haber sido llamado “amigo” (Mateo 25,14-30 y Juan 15,15).


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“Bueno y amigo”

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Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014

Esta interrogante siempre me ha preocupado, pues en el cuarto día de todo cursillista ambas deben ocupar un sitio de vital importancia. Por ello quiero compartir con ustedes este artículo que hace algún tiempo llegó a mis manos y me ayudó mucho a aclarar mis ideas.

He aquí el documento (no está textual, lo he modifica-do un poco para su mejor estudio).

En un mundo tan dado al activismo se tiende a enfren-tar la oración a la acción y a modificar el significado y el sentido de la piedad. Pero estas actividades no son opuestas, sino absolutamente complementarias. Es más, una depende de la otra: la primera es la oración, luego viene la acción, como resultado de la oración.

De la unión con Dios en la oración brota la fuerza so-brenatural que hace eficaz la acción apostólica. Al faltar esa dimensión espiritualizante, el apostolado puede tornarse en mero activismo sin sentido sobrenatural o simple filantropía, sin alcance redentor.

El camino de la oración lleva necesariamente a la ac-ción, y esta acción será más fecunda, mientras más in-tensa sea la vida de oración.

En los santos puede verse que mientras más oraban, más atendían a las necesidades del prójimo. En Sta. Te-resa del Niño Jesús, por mencionar solo una, coinciden su vida de oración contemplativa con su vida de escri-tora, cuando después de haber sido monja durante 20 años, se hace contemplativa, es decir, se dan cuenta de que Dios no está esperando las obras que ella puede hacer (su acción apostólica), sino que le dé oportuni-dad a Él para hacer sus obras en ella y a través de ella.De allí que el Papa Juan Pablo II nos indicara que para conocer a Cristo en el pobre, hay que encontrarlo y co-nocerlo en la oración.

Y continuaba el Papa: “La capacidad de contemplación

se les convierte en capacidad de influjo evangelizador, la capacidad de silencio se les transforma en capacidad de escucha y de donación a los hermanos… y recuerda que la actividad- incluso la más santa y benéfica a favor del prójimo- no exime nunca la oración”.

Refiriéndose el Papa al pasaje sobre María y Marta (Lc.10, 39), nos indica que “estar sentados a los pies del Maestro constituye, sin duda, el inicio de toda actividad auténtica apostólica, invitándonos al necesario balance entre ora-ción y acción, entre María y Marta”.

Somos contemplativas, pues “rezamos” nuestro trabajo… rezamos cuatro horas al día, decía la madre Teresa de Cal-cuta en la última entrevista que tuvo con la prensa antes de pasar a la vida eterna. Mientras más hagamos la ora-ción de silencio, más podemos dar en nuestra vida activa. Necesitamos el silencio para poder llegar a las almas… en la oración vocal nosotros hablamos con Dios, en la ora-ción de silencio es Él quien nos habla… En el silencio se nos otorga el privilegio de escuchar su voz. Son frases de la madre Teresa.

Esta unión con Cristo que mantiene Viva la GRACIA de Dios en nosotros es indispensable para realizar cualquier actividad apostólica, ya que “nuestra actividad será verda-deramente apostólica en la medida en que dejemos que Dios sea quien trabaje en nosotros y a través de nosotros. Así, mientras más recibamos en la oración de silencio, más podemos dar en nuestra vida activa, en nuestra labor, en nuestra acción.

En esto consiste EL REZAR EL TRABAJO, NO SOMOS NOSO-TROS ACTUANDO; ES DIOS ACTUANDO A TRAVÉS NUES-TRO.

Vemos entonces como, lejos de ser cuestiones contra-puestas, la acción para ser fecunda requiere del silencio de la Oración. Así ha sido con los santos. La madre Teresa

reflexión

psicología

Abdiel Rolando Villasanta DelgadoCursillo N°27 del 27 al 30 de Octubre 2005

[email protected]

¿Qué es más importantela oración o la acción?

Psicología y temperamento de Jesús

también lo vivió y lo enseñó asimismo el Papa Juan Pa-blo II, quien dijo: “También hoy la oración debe ser cada vez más el medio primero y fundamental de la Acción Mi-sionera en la Iglesia porque la auténtica Oración, lejos de replegar al hombre y a la mujer sobre sí mismo o a la Igle-sia sobre ella misma, la dispone a la Misión, al verdadero apostolado”.

Después de leer y meditar este documento, he llegado a las siguientes CONCLUSIONES:

• La oración y la acción, la escucha de la palabra de Dios y el trabajo, no son realidades contrapuestas, sino elemen-tos que configuran la existencia cristiana.

Cada uno de nosotros ha de asumir, con plena responsa-bilidad personal, su propia tarea: el cuidado de la familia, la preocupación por la educación de los hijos, el afán de

realizar bien el propio trabajo. De esta manera, contribui-mos al bien común de la sociedad y al perfeccionamiento del mundo.

Hemos sido creados a imagen de Dios y estamos llama-dos, en consecuencia, a prolongar la obra de la creación mediante nuestro trabajo.

La actividad y el trabajo, siendo realidades justas y bue-nas, se convierten en un peligro en la medida en que nos distraigan de nuestra orientación hacia Dios. No se trata de no trabajar, sino de trabajar sin olvidarnos de Dios. La vida cristiana es una síntesis entre lo uno y lo otro, entre la contemplación y la acción. El reto que se abre para cada uno de nosotros es el de saber descubrir a Dios en medio de las ocupaciones a las que hemos de hacer frente.

P. Emilio González, Director Espiritual, Escuela De Chitré

El temperamento es la manera natural con que un ser hu-mano interactúa con el entorno. Jesús es un maestro un tanto singular, que no tenía lugar físico donde preparar sus clases; no tenía escuela, no llevaba libros debajo del brazo. Ni casa donde dormir. A pesar de que su vida se de-sarrolló en un ambiente de lucha y fricción, dado que su mensaje era innovador y chocaba constantemente contra las clases dirigentes de entonces, que le consideraban in-truso, Jesús les desenmascara terriblemente, con espíritu decidido, costase lo que costase. Y lo hace con esponta-neidad, equilibrio, naturalidad, sinceridad...pero también con tono y palabras punzantes, con argumentos contun-dentes y serenos, hasta el punto que nadie se atreve a echarle mano (Jn 7, 45).

Cuando quisieron sus paisanos despeñarle, con toda naturalidad pasa en medio de ellos, sin nerviosismo ni excitación. En su vida no hay bruscas alternativas, ni de-presiones nerviosas ni rectificaciones de conducta o de doctrina. Este equilibrio y serenidad es reflejo de una ar-

monía y equilibrio de su alma segura y centrada en torno a una misión superior.

Lúcido en su hablar y predicar. Su hablar era coherente, reflexivo y brillante. Y al mismo tiempo, tenía una volun-tad decidida. Nada de blandenguería, ni voluntad enfer-miza o débil. Voluntad decidida, demostrada en términos tajantes: “Si tu ojo...si tu mano...córtatelos”.... “Dejad a los muertos enterrar a los muertos”....”Dejen todo y síganme”. Fue esta voluntad decidida, la que hizo que algunas ve-ces los apóstoles no se atrevieran a preguntarle...estaban como sobrecogidos y con temor, a veces.

En Cristo no cabían las mañas, la manipulación de la gen-te, el engaño, las palabras de doble sentido, la trampa. Por eso, luchó a muerte contra el espíritu doble e hipócrita de los fariseos, a quienes trató duramente. No aguantaba la mentira. Por eso dijo: “Vuestra palabra sea sí o no...No se puede servir a dos señores...la lámpara de tu cuerpo es tu ojo”. Jesús no tenía máscaras. Era transparente: por eso

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lloraba, sentía tedio y temblor, se compadecía, se enojaba. Por eso, desenmascara las trampas de los fariseos: “Mos-tradme el denario...dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Jesús era realista. Vivía a la intemperie. Nunca estuvo en-fermo. Esto nos demuestra que tuvo un equilibrio orgáni-co y psíquico a prueba de todo.

Jesús vivía en la realidad. Y esa realidad era dura. Tanto que le creaba tensión con su misión: “Tengo que recibir un bautismo de sangre...las raposas tienen madriguera...va-mos a Jerusalén”. Jesús no fue un idealista ni un soñador. Pisa en tierra firme: “Dadles de comer...estoy conmovido”. No es un sonámbulo. No tiene espasmos nerviosos. No te-nía sugestiones ni fanatismos.

Jesús nada tiene de rarezas. Por eso, come, bebe, echa en cara, discute, reza, motiva, llama la atención, se enoja.

Sus mismas parábolas demuestran este espíritu realista: pescadores escogiendo los peces buenos; los agricultores sembrando la buena semilla; los obreros esperando en la plaza el contrato del día; la reacción de los que trabaja-ron más contra los más favorecidos; la preocupación de la mujer que perdió una dracma en la casa; la súplica de la mujer ante el juez inicuo; los amigos importunos que van de noche a pedir pan al amigo; el rico que no se preocupa del pobre; los fariseos que en las plazas hacen todo para ser vistos; la madre que va a dar a luz; los lirios del campo; los que entran al banquete sin llevar vestido de etiqueta... ¡Qué ojo tan realista y observador! Nada se le escapa. Con sus parábolas podríamos reconstruir el medio ambiente social de su época.

La sencillez es la no complicación ante Dios, los hombres y uno mismo. Es sinónimo de naturalidad, autenticidad, transparencia. Por eso, en Jesús encontramos una fluidez

en la relación con su Padre. Y en el trato con los hombres no tenía gestos teatrales, ni tonos altisonantes ni especta-cularidades para halagar a las masas.

No clamaba en las plazas. Su vocabulario era sencillo, na-tural, simple, imaginativo y plástico. Natural, sin afecta-ción; natural, sin rarezas; natural, sin formalismos. Por eso, pedía que los ayunos no se hiciesen en público, sino en privado. Por eso, iba a los convites con gente sencilla e in-cluso poco recomendable. No se complicaba. No se hacía líos. No cavilaba. No buscaba dobles intenciones a las co-sas. Por eso, desenmascaraba a los fariseos, porque eran complicados de mente, retorcidos, maliciosos, malpen-sados. Todo en Jesús es transparente, auténtico, sincero: “El ojo debe ser el espejo del corazón”. Sencillez. Sencilla fue la llamada de cada apóstol. Nada de truenos, ni de gri-tos, ni de espasmos. Nada de sueños ni de visiones: “Ven y sígueme”. Sencillez. Por eso, todo lo decía de frente sin complicarse. Sencillez. Por eso, simplificó los 503 precep-tos judaicos en uno solo: Amaos.

Hemos visto algunas características del temperamento de Jesús. Virtudes en plena armonía, que forman la rica personalidad de Cristo, su mundo psicológico y afectivo. Estas virtudes las vivió Jesús de un modo sereno, limpio, natural, sin tensiones. Cristo representa el equilibrio, el ideal más puro de la humanidad. A Él tenemos que mirar todos, por ser el Camino, la Verdad y el Modelo de vida...

acontecimientoAutor: José Santos González G. • Cursillo No. 7

del 4 al 7 de noviembre de 1993, Villa Nazareth, [email protected]

Los panameños asistimos a un evento que cada cinco años nos convoca o nos debiera convocar a una consulta íntima, profunda, sincera con nuestra conciencia ciudada-na, a fin de tomar una decisión que no solo afecta positiva o negativamente a quien la toma, sino por el contrario, tiene implicaciones sociales de gran alcance, lo cual hace que la responsabilidad de concurrir a las urnas no puede ser producto de otra cosa que de un examen de concien-cia que pasa por conocer a fondo lo que el país se juega cada cinco años.

Lo que somos, lo que seremos como país depende de cuan conscientes somos del deber ciudadano de pro-fundizar sobre la democracia participativa y efectiva que como camino de realización y desarrollo integral nacional, tenemos cada uno que construir mediante el aporte res-ponsable de un país que piensa, se enfoca, se organiza, se proyecta y realiza sus mejores esfuerzos para construir y fortalecer las instituciones necesarias para que el Estado, bajo la administración de gobiernos elegidos por medio de un voto a conciencia, garantice lo que realmente nece-sitamos, el bien común.

Lejos de pensar que cada proceso electoral es una opor-tunidad para el acomodo y reacomodo de nuestros inte-reses personales, empresariales que pueden ser sanos o malsanos, tenemos que empinarnos sobre ellos para ver

las necesidades de las mayorías, las oportu-nidades que todos se merecen para su de-sarrollo humano, que lo que importe es el país y que quienes aspiran a “servirle” desde el órgano ejecutivo, legislativo, municipal y comunal sea por la vía partidaria o indepen-diente, tengan una verdadera vocación de servicio y no vean el torneo electoral como la oportunidad de alcanzar el poder para enri-quecerse ellos y con ello empobrecer al pue-blo para poder siempre traficar con su pobre-za para seguir en el poder político.

Panamá es un país mayoritariamente cristiano y muchos de los que no lo son profesan una fe que enseña el temor a Dios o sea a no hacer la voluntad de Dios, lo cual nos cuestiona a todos porque nuestro desempeño no se cen-tra en los valores humanos, cívicos y cristianos que debie-ra caracterizar nuestros actos como ciudadanos o como gobernantes. La sociedad que hoy tenemos corresponde exactamente no a lo que nos merecemos; sino a lo que con nuestras decisiones hemos elegido como camino.

El 4 de mayo el pueblo habló en las urnas y eligió una ofer-ta electoral a varios niveles. Entonces, tendremos un go-bierno de acuerdo a las decisiones que tomamos. Es res-ponsabilidad de todos los amantes de la justicia y la paz, orar, trabajar, participar, defender, denunciar y apoyar con todas nuestras fuerzas para que el gobierno elegido cami-ne por los senderos que permitan construir una sociedad justa, transparente, eficiente, que elimine la corrupción, el hambre, la pobreza material y espiritual del pueblo y garantice las oportunidades para todos a tener una vida decorosa.

Entonces, la fiesta electoral del 4 de mayo y de cada cinco años no agota nuestra responsabilidad, lejos de ello nos compromete a participar como ciudadanos, pensando siempre en los demás, porque en el bien común está el nuestro. Pero ello exige de cada uno un cambio de men-talidad y de actitud, para actuar con los criterios correctos, encaminados a superar todo lo que ha significado la poli-tiquería en nuestro país.

Entrega de credenciales al nuevo presidente electo

de Panamá, Juan Carlos Varela

Juan Carlos VarelaNuevo Presidente electo de

la República de Panamá

1514


BIENVENIDOS HERMANOS AL IV DÍADE COLORES

Cursillo 93 de damas en David

Cursillo # 101 Damasco

17

Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014testimonio

Mi padre hizo Cursillo cuando yo tenía 18 años. En ese momento él era un católico lite, al igual que el resto de la familia. También tenía un mal hábito. Era de los que hacía “mal trago”. Cada vez que bebía, mi madre, mis hermanos y yo vivíamos un infierno.

Cuando regresó del Cursillo, nadie en la familia le cre-yó que había decidido cambiar. Además, las heridas emocionales que nos había causado no se habían curado mágicamente aquel fin de semana en Emaús.

Con mucha pena les confieso que me dediqué a ha-cerle lo más pesada posible la cruz que debía cargar por haber decidido seguir a Cristo. Me comporté como un verdadero patán; así como lo hizo el herma-no mayor del hijo pródigo de la parábola del Padre Misericordioso. La decisión de cambiar de mi padre, en vez de alegrarme, tuvo el efecto de aumentar mi rencor y mi desprecio hacia él.

Nunca se quejó de mi actitud, ni siquiera me regañó o me exigió respeto. Jamás se le ocurrió hablarme de Dios. Sencillamente, tal y como lo hizo nuestro Señor Jesucristo, optó por cargar la cruz, de mis burlas y sar-casmos, en silencio y con humildad.

Al transcurrir los años, veía cómo mi padre paulati-namente iba dominando sus malos hábitos y se iba convirtiendo en un hombre completamente nuevo. No es que ya sea un santo; pero sí es el mejor testi-monio que conozco de lo que es perseverar en la vida de Gracia. Por supuesto, que me intrigaba saber qué había descubierto mi padre en Cursillo, para haber-se decidido hacer un cambio tan radical en su vida; sin embargo, mi recelo contra él, alimentado por mi

soberbia y el veneno del rencor, me hacían desistir de cualquier intento de indagar sobre este tema.

Veintiocho años después hice Cursillo. No fue mi padre quien me invitó…todavía estaba cargando con “esta cruz” que soy yo. Estando en Emaús pensaba mucho en él. Al iniciar mi cuarto día, una de las primeras cosas que hice fue visitarlo, contarle mi vivencia y pedirle que me perdonara. Él estaba feliz…me abrazó, me presionó contra su pecho y me susurró al oído: -Hijo, nunca dejé de hablarle de ti a Dios.-

Antes de hablarle a los hombres de Dios hay que ha-blarle a Dios de los hombres…

Por: Rogelio A. Saltarín R. (Cursillo 188, Arquidiócesis de Panamá)

HABLARLE A DIOS DE UN HIJO

1918

Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014 REMEMBRANZATESTIGO FIEL

“Europa había entrado desde hacía tiempo en un profundo proceso revolucionario.

En 1649 los ingleses, sin teorizar mucho, con-forme a su estilo pragmático de hacer política, le

cortaron la cabeza a su rey, Carlos I. Con ello terminó en las Islas Británicas el gobierno

absoluto del trono.

El ejemplo de la independencia de los Estados Uni-dos, fue uno de los factores que más contribuyeron a acelerar el proceso separatista que ya se gestaba en la América española. Unos cuantos años después de consumarse aquella, el jesuita Vizcardo decía en su célebre manifiesto: «El valor con que las Colonias in-glesas de América han combatido por la libertad de que ahora gozan gloriosamente, cubre de vergüen-za nuestra indolencia. Nosotros les hemos cedido la palma con que han coronado las primeras, al Nuevo Mundo, de una soberanía independiente. Agregad el empeño de las cortes de España y Francia en soste-ner la causa de los ingleses americanos. Aquel valor acusa nuestra insensibilidad. Que sea ahora el estí-mulo de nuestro honor, provocado con ultrajes que han durado trescientos años.»”(Manuel Rodríguez Lapuente. Historia de Iberoamérica. Pp. 413-414)

Ante el manifiesto del jesuita Vizcardo y, sin perder de vista la terrible separación entre fe y vida que ex-perimentaron las colonias españolas, me hago since-ramente la pregunta:

¿Era consciente Vizcardo del hecho de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y sus consecuencias en la evan-gelización de los aztecas? De ser consciente, ¿incluía Viz-cardo la evangelización de los indios como parte de los ultrajes que han durado trescientos años? Como Vizcardo no menciona en lo absoluto la fe católica de la que, apa-rentemente él era partidario, no puedo decir que la mis-ma fuese un asunto relevante en su manifiesto.

Luego, fe católica y movimiento independentista hispa-noamericano, ¿fueron compatibles? Fíjense en el siguien-te texto de Simón Bolívar en su célebre Carta de Jamaica:“Felizmente los directores de la independencia de Méjico se han aprovechado del fanatismo con el mejor acierto, proclamado a la famosa virgen de Guadalupe por reina de los patriotas; invocándola en todos los casos arduos y lle-vándola en sus banderas. Con esto, el entusiasmo político formaba una mezcla con la religión, que ha producido un fervor vehemente por la sagrada causa de la libertad.” (Si-món Bolívar. Kingston, 6 de septiembre de 1815.)

Doscientos años después, luego de atrocidades cometi-das por los revolucionarios, llámense de izquierda o de derecha, llámense teólogos de la liberación, debemos preguntarnos si acaso no es el hecho de que dichas doc-trinas, al menospreciar la doctrina católica en muchos casos, han llevado a nuestros pueblos latinoamericanos a no alcanzar un nivel óptimo de bienestar económico, político y social.

Hispanoamérica, doscientos años después de la

IndependenciaTomado de la revista encuentro

abril-mayo-junio 2010

Monumento a Simón Bolívar ubicado en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá

Edilberto González.Cursillo No. 6

Escuela de David

Debo confesar a mis amables lectores que cuando me pidie-ron que escribiera sobre el tema lo primero que pensé fue exponer todas las cualidades, actitudes y sentimientos del “testigo fiel” que es el Señor Jesús. Pero es posible que todos sepamos o, al menos, nos imaginemos sus innumerables vir-tudes que le son inherentes y que nosotros debemos imitar.

Sin embargo, el caso que nos debe preocupar es: ¿Qué clase de discípulo del Señor soy yo, cristiano de este siglo XXI? Si hoy tuvieran que juzgarme por ser discípulo de Jesús de Na-zaret ¿habría suficientes pruebas para condenarme?

Creo que el asunto amerita que cada uno de nosotros, los que nos llamamos discípulos, testigos, servidores, misione-ros o seguidores del Señor, pasemos por un examen minu-cioso sobre este tema, para que, a conciencia, juzguemos si tenemos o no suficientes méritos para llamarnos cristianos.

Ya hemos escuchado, y no pocas veces, que no basta con haber sido bautizado en la Iglesia Católica, ni si rezo todos los días, voy a misa todos los domingos, hago mis rosarios, novenas, participo de las actividades de mi parroquia, cum-plo mis mandas, entre otras prácticas que, en sí, son buenas. Pero sabemos en lo más íntimo que no son suficientes para alcanzar una buena calificación. Cómo evitar la tentación de esconder detrás de esas prácti-cas una careta, una simple apariencia, porque me he fabri-cado un cristianismo a mi medida, conforme a mi comodi-dad, con una acción cristiana, estéril. Siendo así, pareciera que nos hemos contaminado con las cosas del mundo y nos hemos acomodado a él. Ya el pecado nos es tan natural y co-tidiano que hasta convivimos con él y, peor aún, admitimos que se exhiba. Estamos como adormecidos, anestesiados.

Observarán que procuro hablar y criticarme a mí mismo, como cristiano, para no herir susceptibilidades. La razón es sencilla: Conozco lo que hay en mi interior, en mi mente, en

Pentecostés Juan [email protected]

Vocablo procedente del griego pentecosté(hemerá) que significa el quincuagésimo día.En sus orígenes, para los judíos, era la fiesta de las siete semanas (Ex34.22.) que tenía carácter agrícola, era día de regocijo y de acción de gracia.Su significado teológico cristiano es el mismo Cristo quien que envió al paráclito o espíritu consolador en referencia al Espíritu Santo.En nuestra Iglesia Pentecostés es la confirmación de la promesa de Jesús: seréis bautizados en el Espíritu Santo.

UNA PALABRA

mi conciencia, en mi memoria; en fin, en mi; corazón. Quie-nes me conocen sabrán un poquito de mí quizás al observar mis actos, mis palabras o mis obras. Cosas que pueden tener otra motivación que no necesariamente sean las que deben ser; de acuerdo con los criterios de Cristo.

Y es que, con asombrosa facilidad, podemos perder el rumbo y ser absorbidos por el ambiente que nos devuelve a un nivel seguramente inferior al que estábamos antes del encuentro. El cristiano por sí mismo no es un “Superman” ni un llanero solitario. Necesitamos tener siempre presente lo que se nos dijo una vez en el cursillo: “Nos salvamos en racimo”. Para ello, debemos vivir el cristianismo en grupo y allí, en medio, estará El Señor como lo prometió y Él cumple sus promesas.

El Señor, antes de partir, nos dijo: “En esto conocerán que son mis discípulos: En que os amáis los unos a los otros como yo los he amado” ¿Podrá operar la Gracia de Dios en mi ser con actitudes tan adversas y contrarias al amor verdadero, con residuos de egoísmo, indiferencia, orgullo (autosuficiencia), soberbia y tibieza por no decir frialdad? Seguramente no.

Retomemos el amor primero, el verdadero y seamos auténti-cos testigos del Señor de quien, conforme a su promesa, es-cucharemos: “Vengan benditos de mi Padre a tomar parte en mi reino: porque tuve hambre y me diste de comer, sed y me diste de beber, estuve enfermo y me fuiste a visitar, preso y me fuiste a ver…”

El mundo necesita conocer a Cristo. Ser salvado por Cristo. ¿Cómo ser cristiano y renunciar a esta misión?

2120


Modesta Carrasco de Espinosa.Escuela de David.

Por: Padre Ignacio Larrañaga Síntesis por: Wanda Cogley de Fernández. Cursillo #21. Villa

Nazaret. E-mail: [email protected]

BELLEZA ESPIRITUAL SEccIóN dE LIBRO

stos consejos son para todo aquel que quiera ponerlos en práctica, y tener una belleza interior. No importa el sexo, la edad, la etnia, la nacionalidad o su posición social. Está al alcance de todos.

Entre más temprano comencemos a cultivar una vida espiritual, más tiempo tendremos para disfrutar y compartir este regalo de Dios con los que nos rodean. Debemos cuidar nuestro aspecto físico, porque es un reflejo de lo que hay dentro de nosotros. Sin caer en el consumismo y la competencia por ser bellos o bellas, porque la verdadera belleza se manifiesta desde el in-terior hacia afuera. Sin ser presas de la vanidad porque esta nos enferma, empobrece el espíritu y muchas ve-ces nos hace perder el control.

Consejitos de belleza:

• Ocuparnos por la belleza interior, más que por la exterior.

• Ser sinceros con nosotros mismos.

• No compararnos con los demás, porque nos volveremos vanos y amargados.

• Ser sinceros cuando demostremos afecto y ser auténticos en el amor.

• Hacernos un examen de conciencia, para detectar cualquier anomalía y ponerla en tratamiento.

CONSEJOS PARA

LA BELLEZA ESPIRITUAL

• Reconocer nuestras debilidades y trabajar en ellas.

• Y, sobre todo, saber que Dios nos ama.

Tratamiento de belleza:

Vivir una vida de gracia a la luz de la Palabra de Dios; cono-cer a Jesús, amarlo, seguirlo y hacer todo lo que Él nos dice, esto es ser su testigo fiel.

Alimentarnos santamente con su cuerpo y su sangre para mantenernos junto a Él, en las buenas obras, oraciones, visi-tas al Santísimo Sacramento y dejar que Él haga su voluntad en nosotros. El premio final: la vida eterna con Él.

La belleza de una persona no radica en la ropa que viste, la figura que luce o en la manera de acicalarse, sino en la expre-sión de su rostro, en la luz de sus ojos cual ventanas donde se asoma el alma y se manifiesta el corazón que sabe amar. Somos templo donde habita Dios y donde Él habita, allí se encuentra la verdadera belleza.

VARONES # 12DEL 13 AL 16 DE MARZO

DAMAS # 12DEL 4 AL 7 DE SEPTIEMBRE

CURSILLO 2014 • PENONOMÉ

EAl leer este libro, me vino a la memoria entre otras cosas el rollo Comunidad Cristiana y sobre todo nuestra gran Comunidad de Cursillos de Cristiandad.

Considero que el autor lo escribió pensando primera-mente en las comunidades religiosas; pero también en los grupos comunitarios, además puede aplicar a la vida matrimonial y al círculo del hogar.

Ante todo nos dice el padre Ignacio, que debemos em-prender el viaje a nuestro interior. Para conocernos a no-sotros mismos. Reconocer que somos irrepetibles.

Para poder realizar este viaje, tenemos que tener en cuenta que los tres enemigos de la interioridad son: la distracción, la diversión y la dispersión. Y cuando vivi-mos con el vacío existencial, por no saber para qué es-tamos en este mundo, aparece la ansiedad. Es por ello la importancia de encontrarnos a nosotros mismos, en-contrar a Dios y encontrarnos con nuestros hermanos. Solamente después de haberlo logrado, podemos ini-ciar la convivencia fraterna en una Comunidad Cristiana, sea religiosa o laica.

Nos expone el ejemplo de un religioso, que sabiendo que se vive una sola vez, y no sabiendo si esa sola vez se ha equivocado, preguntándose si su proyecto de vida tiene sentido, viviendo los años que pasan, que la juven-tud ya se ha ido y Dios solo llegó a ser una palabra vacía. Vivirá en ansiedad permanente.

Cuando para un cristiano, Dios es un ser verdaderamen-te vivo, lo podrán amenazar las enfermedades, los fraca-sos y la muerte; pero nunca la ansiedad porque Dios lo liberó del supremo mal: “el vacío de la vida”.

Nos plantea que para el hombre es necesario el deseo de relación, no puede sobrevivir solo. Al tomar concien-cia de esto salen dos vertientes de vida: ser él mismo y ser para el otro. La única salvación es la salida, la relación hacia los demás. Por eso la repetida frase en Cursillo “nos salvamos en racimo”.

Esta relación entre sujetos debe ser equilibrada, no que-rer dominar, ni dejarse dominar. Teniendo apertura o movimiento hacia un “tú”, siendo “yo” mismo. Tenemos que navegar con la corriente apertura-acogida, para que se pueda dar el encuentro con el hermano, el cual desig-na el autor con la palabra “intimidad”.

Una de las partes del libro que me encantó es donde ex-plica, de una manera tan sencilla, el complicado Misterio de la Trinidad. Nos dice que este concepto de relación e intimidad se puede aplicar a las tres divinas personas; porque la persona humana es una copia de las personas trinitarias y nos dice: “El Padre no sería padre sin el Hijo. El Hijo no sería hijo sin el Padre. El Padre y el Hijo se pro-yectan mutuamente, y nace una tercera persona, que en el lenguaje que hemos usado se llamaría Intimidad”.

El Espíritu Santo es como el fruto de la relación. Es como la plenitud, la madurez, la personalización acabada.

De la relación de estas tres personas, nace la comunidad “común-unidad”, tienen todo en común: tienen el mismo conocimiento y el mismo poder. Pero a pesar de esto, no pierden su mismicidad. No existe fusión sino unión: identidad de personas y comunión de bienes. Esta es la clave de la “fraternidad”.

SUBE CONMIGOEn esta ocasión, quiero compartir con nuestros lectores el libro Sube Conmigo, de nuestro querido y recordado padre Ignacio Larrañaga.

2322


Los motivos por lo que los humanos nos juntamos y con-vivimos, es primeramente por la sexualidad afectiva que une a un hombre con una mujer, y se constituye el matri-monio, y nace la primera comunidad. Luego el hogar y la familia; por afinidad se originan los grupos de amigos. Por último, nos congregamos por intereses comunes.

Más llega Jesús, y por encima de todas estas motiva-ciones nos plantea: “Dios es nuestro Padre y, por consi-guiente, todos nosotros somos hermanos”.

Así que todos los que experimentamos vivamente que Dios es “mi Padre”, tenemos que experimentar también que el prójimo que está a mi lado es “mi hermano”. Todo queda abierto a la universalidad del espíritu.

Con esto nos deja sentado el padre Ignacio, que el ele-mento común entre todos los que formamos una Comu-nidad Cristiana es Jesús. La experiencia en Jesús nos ha transformado en hermanos.

Nosotros nos hemos juntado sin conocernos, sin con-sanguinidad y posiblemente sin afinidad. Nos hemos juntado porque creemos, y amamos a Jesucristo y con-vivimos porque él nos legó el ejemplo y el precepto del amor mutuo.

Si nos olvidamos de esta raíz original y aglutinante, nuestras comunidades no serán precedidas por Jesús y acabarán como escuelas de egoísmo y mediocridad.Y es que cuando experimentamos el amor del Padre, surge en el corazón humano, un deseo incontenible de tratar a los demás como el Padre me ha tratado a mí. A partir de esa experiencia, el otro se transforma, para mí, en hermano.

Las fraternidades son imposibles sin humildad y pobre-za de corazón, entre los que la conforman.

Para terminar, el autor nos ilustra con una analogía y nos dice que para levantar el muro de la fraternidad, debe-mos tener presente que las piedras para la construcción de este muro son desiguales. Cada piedra tiene su his-toria, todas son diferentes por sus orígenes. De la misma forma que los miembros de una comunidad vienen de diversos hogares, con sus historias inéditas y persona-lidades únicas. Tenemos que hacer un esfuerzo soste-niéndonos unos con otros para la adaptación. Apoyar-nos mutuamente, respetar la forma de ser de cada quien.

No es tarea fácil, pero estando con el Señor entre noso-tros lo podemos lograr.

Y que hermoso sería, que los que pasen por delante de nuestra edificación se alejen repitiendo: “esta es obra del Señor”.

La vida de oración no es más que la co-municación constante de mantenernos con nuestro Creador y Salvador. Desde que somos conscientes de que Dios nos ama y que se hizo hombre en Jesucristo para el perdón de nuestros pecados y ofrecernos la promesa de salvación y de una vida eterna a su lado nos lleva también a ser conscientes de que es, a través de Jesús, como podemos alcanzar esta meta.

La oración constante se convierte en una medio efectivo para vivir una vida de gracia perma-nente en donde, con ojos avisados y oídos pres-tos, podemos ser capaces de ver y escuchar las respuestas y la dirección que Dios nos propone cada día para regresar a Él.

Tal como los apóstoles se manifiestan al pedirle a Jesús: “Enséñanos a orar”, cada día debemos pedirle al Señor que nos enseñe a orar con fe y esperanza y es que, sin estas condiciones, la oración es poco efectiva.

En cursillo aprendí a abandonar la oración egoísta donde solo pedía por mí y por mis nece-sidades, por mis problemas, por mis deseos. Sin embargo, a través de la oración del Padre Nues-tro comprendí lo que realmente era importante para mi salvación y también para la salvación de

SEccIóN dE LIBRO VIdA dE ORAcION

mis hermanos en Cristo. Ahora mi vida de ora-ción se ha vuelto, no solo más fecunda a lo largo de los día, sino más comunitaria. Pido por nues-tros gobernantes, por los proyectos de evangeli-zación que se llevan a cabo en todos los rincones del mundo, por el Papa, los obispos, sacerdotes, religiosas, laicos, en fin, por todos los hijos de Dios.

Pido también la misericordia de Dios para aque-llos que ya han partido y que ya no pueden pedir por ellos mismos, y que cuando llegue nuestro momento, también el Señor se apiade de no-sotros. Pido por los estudiantes y profesores, para que cada uno juegue el rol para el que está destinado, y que los primeros aprendan de este mundo las cosas necesarias para llevar su vida terrenal adelante, y que los segundos, puedan enseñarles con paciencia y dedicación. Pido por los enfermos, por los privados de libertad, por lo que no conocen a Cristo, y que por no conocerlo, no lo aman.

Mi vida de oración no solo se realiza en solita-rio, sino también, con mi familia cercana, cuando sentados a la mesa damos gracia por los alimen-tos que vamos a consumir pidiéndole al todopo-derosos que también les dé de comer a aquellos más necesitados tocando los corazones de mu-chos hermanos que bendecidos con recursos de

Por Raúl Contreras Cursillo Nº81

Escuela de David

diferente índole pueden aliviar el hambre de po-cos o el hambre de muchos alrededor del mun-do.

Otra ocasión de orar ocurre cuando viajamos y nos lanzamos a los caminos de nuestro país, a veces tan llenos de inseguridad y confiados so-licitamos al Padre que nos lleve con bien y que podamos regresar a casa sanos y salvos, no solo nosotros, sino los demás hermanos que transitan en ese momento.

Particularmente, en este tiempo de elecciones en nuestro país, pedimos por nuestros líderes actuales y futuros, para que nos sepan guiar con justicia y con sabiduría, y sobre todo, teniendo a Dios en su corazón, y al Espíritu Santo como guía en la toma de las decisiones.

Mi vida de oración también se realiza frente al Santísimo con los hermanos que acudimos ante el Señor, a veces cargado de angustias, ansieda-des, dolores físicos y espirituales, en busca de su ayuda, y también, en el templo, al acudir a ese banquete al que el Señor nos invita a compartir su cuerpo y su sangre, acompañando a la familia y a mis hermanos en las diferentes actividades de la parroquia.

Hermanos, vivir sin orar es solo existir, es la ora-ción diaria la que da a nuestro transcurrir por la vida el verdadero sentido para el cual fuimos creados, y que no es otro, que amar y descubrir a cada momento el inmenso amor que Dios tiene por nosotros.

Vida de OraciónVida de Oración

“Mi vida de oración no solo se realiza en solitario, sino también, con mi familia

cercana, cuando sentados a la mesa damos gracia por los alimentos que

vamos a consumir”

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MISAS MATUTINAS EN LA CAPILLA DE LA DOMUS SANCTAE MARTAHE

Seguramente el diablo Fuente: L’Osservatore Romano, ed. sem. en lengua española, n. 16, viernes 18 de abril de 2014.

«El diablo existe también en el siglo XXI y debemos aprender del Evangelio cómo luchar» contra él para no caer en la trampa. Para hacerlo no hay que ser «inge-nuos», por ello se deben conocer sus estrategias para las tentaciones, que siempre tienen «tres característi-cas»: comienzan despacio, luego crecen por contagio y al final encuentran la forma para justificarse. El Papa alertó acerca del considerar que hablar del diablo hoy sea cosa «de antiguos» y en esto centró su meditación en la misa del viernes 11 de abril.

El Pontífice habló expresamente de «lucha». Por lo de-más, explicó, también «la vida de Jesús fue una lucha: Él vino para vencer el mal, para vencer al príncipe de este mundo, para vencer al demonio». Jesús luchó con el de-monio que lo tentó muchas veces y «sintió en su vida las tentaciones y también las persecuciones». Así «tam-bién nosotros cristianos que queremos seguir a Jesús, y que por medio del Bautismo estamos precisamente en la senda de Jesús, debemos conocer bien esta verdad: también nosotros somos tentados, también nosotros somos objeto del ataque del demonio». Esto sucede «porque el espíritu del mal no quiere nuestra santidad, no quiere el testimonio cristiano, no quiere que seamos discípulos de Jesús».

Pero, se preguntó el Papa, «¿cómo hace el espíritu del mal para alejarnos del camino de Jesús con su tenta-ción?». La respuesta a este interrogante es decisiva. «La tentación del demonio —explicó el Pontífice— tie-ne tres características y nosotros debemos conocerlas

PARA MEdITAR

PAPA FRANCISCO

para no caer en las trampas». Ante todo «la tentación comienza levemente pero crece, siempre crece». Luego «contagia a otro»: se «transmite a otro, trata de ser co-munitaria». Y «al final, para tranquilizar el alma, se jus-tifica». De este modo las características de la tentación se expresan en tres palabras: «crece, se contagia y se justifica».

Pero si «se rechaza la tentación», luego «crece y vuelve más fuerte». Jesús, explicó el Papa, lo dice en el Evan-gelio de Lucas y advierte que «cuando se rechaza al de-monio, da vueltas y busca algunos compañeros y vuel-ve con esta banda». Y he aquí que «la tentación es más fuerte, crece. Pero crece incluso involucrando a otros». Es precisamente eso lo que sucedió con Jesús, como re-lata el pasaje evangélico de Juan (10, 31-42) propuesto por la liturgia. «El demonio —afirmó el Pontífice— in-volucra a estos enemigos de Jesús que, a este punto, hablan con Él con las piedras en las manos», listos para matarlo.

La tercera característica de la tentación del demonio es que «al final se justifica». El Papa Francisco, al respecto, recordó la reacción del pueblo cuando Jesús volvió «por primera vez a su casa en Nazaret» y fue a la sinagoga. Primero todos quedaron asombrados por sus palabras, luego, inmediatamente, la tentación: «¿Pero no es éste el hijo de José, el carpintero, y de María? ¿Con qué au-toridad habla si nunca fue a la universidad y jamás es-tudió?». De este modo buscaron justificar su propósito

de «matarlo en ese momento, lanzarlo desde el monte».

También en el pasaje de Juan los interlocutores de Jesús querían matarlo, tanto que «tenían las piedras en las manos y discutían con Él». Así, «la tentación implicó a todos en contra de Jesús»; y todos «se justificaban» por esto. Para el Papa Fran-cisco «el punto más alto, más fuerte de la justifi-cación es el del sacerdote» que dice: «Pero aca-bemos con Él de una vez, vosotros no entendéis nada. ¿No sabéis que es mejor que un hombre muera por el pueblo? Debe morir para salvar al pueblo». Y todos los demás le daban la razón: es «la justificación total».

También nosotros, advirtió el Pontífice, «cuando somos tentados, vamos por este mismo camino. Tenemos una tentación que crece y contagia a otro». Basta pensar en las habladurías: si tenemos «un poco de envidia», no la mantenemos dentro sino que la compartimos. Y es así que la crítica «trata de crecer y contagia a otro y a otro...». Preci-samente «este es el mecanismo de las habladurías y todos nosotros hemos sido tentados de criticar», reconoció el Papa, confesando: «¡También yo he sido tentado de criticar! Es una tentación cotidia-na», que «comienza así, suavemente, como el hilo de agua».

He aquí por qué, afirmó una vez más el Papa, se debe estar «atentos cuando en nuestro corazón sintamos algo que acabará por destruir a las per-sonas, destruir la fama, destruir nuestra vida, lle-vándonos a la mundanidad, al pecado». Se debe estar «atentos —añadió— porque si no detene-mos a tiempo ese hilo de agua, cuando crece y contagia llega a ser una marea tal que llevará a justificarnos del mal».

«Todos somos tentados —afirmó el Pontífice— porque la ley de nuestra vida espiritual, de nuestra vida cristiana, es una lucha». Y lo es en consecuen-cia del hecho que «el príncipe de este mundo no quiere nuestra santidad, no quiere que sigamos a Cristo».

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Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014Revista ENCUENTRO • JULIO • AGOSTO • SEPTIEMBRE 2014PILdORAS dE HUMOR

La Cucaracha de chocolate

Le dice Jaimito a la madre: -Mamá mamá, el cho-colate sabe caminar por la mesa de la cocina? -No hijo, por qué? -Nada... Que me he comido una cucaracha!

Chistes de Casados

- Pepe, Pepe, en veinticinco años de casados nunca me has comprado nada. – Es que vendes algo?

Chistes El Traga dientes

- Un anciano le dice a su odontólogo: Vengo a que me saque los dientes… Pero señor, si usted no tiene dientes. Por eso doctor; acabo de tra-gármelos.

Chistes de Feas

Esta era una vez una mujer tan fea, pero tan fea, que cuando fue a un concurso de feas, le dijeron: aquí no aceptamos profesionales.

Chistes Le recomiendo el Cajero Automático

Un hombre de 68 años le pregunta al entrena-dor en el gimnasio: ¿Qué máquina me aconseja

usar para impresionar a una chica de 30? El entre-nador lo mira, sonríe y dice… Le recomiendo el cajero automático….

Chistes La gallega y el Oxígeno

La gallega había tenido un parto difícil. Se le acer-ca el médico y le dice: El bebé está bien, pero le tuvimos que poner Oxígeno. – No joda, yo que quería ponerle Manuel…..

Chistes La niña Catequista

Esto va una niña en catequesis y dice la profe ¿Por-que hay que estar calladitos en misa? Dice la cria-tura: Por qué así no despertamos a los que están dormidos.

Aguadulce• Etna, Elsa, Leandro y Alfonso• Flia. Manzané, Alvarado y González• Hildebrando, Anneth, Hilde A. y

Withney Martínez Camaño• Ultreya de Aguadulce

Colón• Alexandria Ursula Taylor C. No. 18• Bona Oneida Béliz• Dolores C. Crawford• Elvira Ayarza S.• Familia Forsythe• Familia Morales Fiengo• Feliciana G. de Arrocha• Flia. De Puy González• L. y M. Asociado• Luís Carlos y Sandra Williams• Noris Hawkins Cursillo No. 14• Vicky y David Cotton

Chitré• C & G Arquitectos, S.A.• Cooperativa Avance, R.L• Grupo Moreno. (Ovidio Moreno)• Grupo Santa Rita (Leidy, Etelvina,

Etilvia, Alexis, Hykeys y Margarita)• Dr. Orlando Reyes (Clínica Mile-

nium)• Dres. Alexis y Yerka Del Rosario• Dr. Rafael Ortega y Jilma de Ortega• Salomón Álvarez, Sra. e hijos• Grupo Santa Mónica de la Villa de

Los Santos

David• “No hay obras como las tuyas”• Abdiel Tomás, Giselle, Reynaldo

Daniel, María Isabella y Oscar Gar-cilazo.

• Alberto, Rosa, Ameth, Alberto y Ketssi Aguilar

• Alfredo y Aida Barahona• Amancio e Iris Wong Chang• América y Bolívar Nieto• Cafetería YAMI

• Edgar y Karem Rueda• Elizabeth. Dixon y Familia• Ericka Ferguson Amores y Flia• Escuela de Dirigentes• Esperanza y Héctor Sanjur• Familia Simón González• Fernando, Minerva, Fergie, Fergina y

Fernandino Merel• Gema, Lilia, María, Heide y Gema• Gisela Pérez• Gotitas de Amor• Jesús hijo de David, ten piedad de mi• Jorge, Enelda, Jorgito y Iara Moreno• Julio, Lelis, Osvaldo, Abdías Samudio• Lourdes y Rogelio Romero• Luís e Ileana Gaitán• Maria Teresa Méndez• Marta y Víctor Wong Chang• Olmedo y Minin González• Orlando , Guadalupe y Analía

Aizpurúa• Pablo y Luz de Acosta• Pablo, Cindy y Pablito Adriel Acosta• Raúl y Lianna Contreras• Ricardo y Neyla Caballero• Rubén y Maria Isabel Corro• Thiany y Agustín Montenegro• Serafina González y Flia• Sonia de Araúz (Boquete)• Teófilo, Farina y Andrea Contreras• Tivin, Iris, Tivincito y Lisseth Sarm-

iento

Panamá• Alicia y Ricardo Medina• Alicia, Araceli, Maritza• Ricardo y Leonora de Muñoz• Alvin Vega• Ana y Eviliardo Espinosa• Analida y Raúl Díaz• Armando y Gabriela Pinzón• Brenda, Elsa y Eida Crooks• María del C Calonge• Cristela Almanza• Doris Alba• Doris de Alemán

• Doranna y Edgardo Onetto • Edita Aparicio• Edith de Villanueva• Elsa y Floyd Skoubo• Eneida Rob • Familia Sanjur Almanza• Familia Suárez - Puig• Familia Wong• Geraldina H. de Guevara• Janios y Emmanuel• Johann & Antoine Barsallo• Joyce y Guillermo Cedeño• Lesbia y Juan Ramírez• Licia y Edna Quintero L.• María del Carmen e hijas• María del Pilar de Zarak• Miroslava y Jorge Jones• Diego Enterprises,S.A.• Nelson y Mersha Ferrer• Nereida Herrera• Octavio Medina• Raymond Lloyd• Rebeca y Alejandro Tulipano• Rosa Zambrano• Ruth Evelyn Ortiz Escala • Ruth de Abraham

Santiago• Dr. Didier Torres y Sra.• Escuela de Santiago• María Yolanda “Yita” Fernández de

Barrera e hija Mariyoli.• Sabrina y José Trejos Vega• Agustina A. Reyes de González• José Santos González G. y María

Alcedo R.• Giana Gómez e Hijas• Ing. Francisco Pineda• Ing. Jimmy Peñaloza • Luis Alfonso López• Reunión de Grupo(Lilibeth, Milvia,

Dalys, Edra y Agustina)

…su generoso patrocinio.

Agradecemos a….

LA VOZ DEL PAPA De la exhortación apostólica “Evangelii ... · “Evangelii Gaudium ... El...

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