La Vigencia Actual Del Capital Franz Hinkelammert
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“La vigencia actual de El capital”: Franz Hinkelammert
Ponencia presentada con motivo de la V Semana de Ciencias Sociales en la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional el 25 de octubre del año 2009. El texto fue
facilitado por el señor Hinkelammert, tan solo se corrigieron algunos errores menores (los no
ortográficos se describen en las anotaciones). El texto no corregido puede consultarse en la
página http://www.pensamientocritico.info.
I. Introducción
Quiero agradecer la invitación para
inaugurar esta Cátedra Virtual de Diálogo e
Investigación Karl Marx, que hoy se va a
iniciar.
Creo, que este es el momento de reflexionar
sobre lo que es el método del pensamiento crítico
de Marx, como se presenta en especial en su
libro: El Capital. No quiero resumir todo el
pensamiento Marx. Eso sería algo imposible. Por
eso quiero concentrarme en su método.
Pero hay que tomar en cuenta, que para nosotros
hoy este libro -El Capital- es un libro clásico.
Critica la economía política a partir de la teoría
burguesa de su tiempo, en especial de Adam
Smith y David Ricardo. Hoy, sin embargo, esta
teoría burguesa ha cambiado. Se trata hoy más
bien de la teoría económica neoclásica y
neoliberal. Para poder seguir a estos cambios, la
propia crítica de la economía política tiene que
ser reubicada. Pero eso obliga a reflexionar
especialmente sobre el método, en el cual se
fundamenta la continuidad. Se trata de una
concepción del método distinta de lo que es
corriente hoy. No se trata de un método
abstracto, que se aplica, sino de un método
concreto que se desarrolla como parte del propio
análisis. En la tradición de Marx se lo llama el
materialismo histórico.
Marx considera central para su enfoque del
pensamiento crítico la crítica de la
economía política. En 1859 publica un
primer libro referente a la economía política
propiamente dicha, que lleva como título
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“Contribución a la crítica de la economía
política” (1). En el año 1867 publica “El
Capital”, que lleva como subtítulo (2): “Crítica
de la economía política”. Marx lo entiende como
una continuación del libro anterior.
Marx escribe para el libro de 1859 una
introducción, en la cual intenta formular el
método que subyace a su crítica de la
economía política. Pero, al no estar
satisfecho con este su análisis, no lo
publica. Fue publicado muy posteriormente
en el siglo XX. En vez de esta introducción,
publica un prólogo muy conocido, en el
cual presenta su teoría de la infraestructura
y la superestructura, que en este tiempo lo
considera como el resumen breve de su
método. En este prólogo la superestructura
es considerada compuesta por: formas
jurídicas, políticas, religiosas, de arte y
filosóficas.
Sin embargo, en El Capital Marx cambia
este punto de vista sobre el método de
manera radical. Marx deja de hablar de la
superestructura y desarrolla un concepto de
reflejo en el espejo que es inclusive
contrario a lo que -por lo menos
aparentemente- expone en este prólogo.
Marx pasa ahora en el Capital a una especie
de fenomenología de la vida real.
II. El paso de Marx hacia una
fenomenología de la vida real.
Quisiera partir de un texto tomado del
Capital, en el cual ésta relación de base y
superestructura y de las formas
institucionales e ideológicas
correspondientes, son vistas de una manera
radicalmente diferente:
“Las mercancías no pueden acudir ellas
solas al mercado, ni cambiarse por sí
mismas. Debemos, pues, volver la vista a
sus guardianes, a los poseedores de
mercancías. Las mercancías son cosas, y se
hallan, por tanto, inermes frente al hombre.
Si no se le someten de grado, el hombre
puede emplear la fuerza o, dicho de otro
modo, apoderarse de ellas. Para que estas
cosas se relacionen las unas con las otras
como mercancías, es necesario que sus
guardianes se relacionen entre sí como
personas cuyas voluntades moran en
aquellos objetos, de tal modo que cada
poseedor de una mercancía sólo puede
apoderarse de la de otro por voluntad de
éste y desprendiéndose de la suya propia; es
decir, por medio de un acto de voluntad
común a ambos. Es necesario, por
consiguiente, que ambas personas se
reconozcan como propietarios
privados. Esta relación jurídica, que tiene
como forma de expresión el contrato, es,
hállese o no legalmente reglamentada,
una relación de voluntad en que se
refleja la relación económica. El
contenido de esta relación jurídica o de
voluntad lo da la relación económica
misma. Aquí, las personas sólo existen las
unas para las otras como representantes de
sus mercancías, o lo que es lo mismo, como
poseedores de mercancías.” (Marx, Karl: El
Capital. FCE. México, 1966. I, p.48)
Creo que esta cita es de importancia central
para la posterior comprensión del
materialismo histórico de parte de Marx.
Marx no habla aquí de un condicionamiento
de la superestructura por la base. Ni habla
de una base en relación con una
superestructura. En vez de eso hay ahora
relaciones entre cosas, que son mercancías
(o pueden serlo potencialmente) y
constituyen la relación económica (que
indica a la vez relaciones de propiedad y de
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producción) y que corresponden a la
relación jurídica. Esta correspondencia la
expresa como reflejo (en un espejo). Pero
esta relación de reflejo tiene una dirección
sorprendente: la relación económica -por
tanto, la realidad experimentada- tiene la
relación jurídica como su espejo y, por
tanto, se refleja en la relación jurídica. La
relación jurídica es el espejo, en el cual se
ve y se refleja la relación económica. El
prólogo de 1859 no habla de espejos o
reflejos. Pero se refiere a una dirección del
condicionamiento: la base condiciona a la
superestructura. Pero ahora la relación es al
revés y descrito como reflejo y en la cual el
concepto de condicionamiento pierde su
sentido: la relación jurídica es el espejo, en
el cual se refleja la relación económica.
Esta implica la realidad experimentada y da
contenido material a las relaciones
jurídicas. Se lo puede decir también así: la
relación jurídica da el marco categorial,
dentro del cual se ve y se interpreta el
mundo de los objetos. Con la relación
jurídica este marco categorial presenta a la
vez la relación mercantil y las relaciones de
producción. Lo que era antes la
superestructura, ahora es marco categorial
de lo real. Marx sigue usando la palabra
“reflejo en el espejo”, porque en este se ve
el mundo invertido y puesto de cabeza. Lo
primero, la vida humana, es visto como lo
secundario, y lo secundario, las
instituciones, sobre todo del mercado, como
lo primero. El ser humano es transformado
en un ser despreciado y explotado. Lo llega
a ser por la misma forma categorial de ver.
Los que ven, se vuelven ciegos.
Marx dice exactamente lo contrario de lo
que se le imputa normalmente como teoría
del reflejo. Marx de ninguna manera afirma
que las relaciones jurídicas son el reflejo en
el espejo de las relaciones económicas.
Incluso sostiene lo contrario, es decir, que
las relaciones económicas -la realidad que
vemos- son el reflejo, es decir, la imagen
especular usando las relaciones jurídicas
como su espejo, en el sentido de que sólo
resultan visibles en tanto imagen especular
reflejada/conformada por las relaciones
jurídicas. Lo dice con la palabra alemana
“wiederspiegeln”, lo que significa,
reflejarse en el espejo o, si se quiere
“reespejar”. Por tanto, la tesis de Marx es
que vemos las relaciones económicas en un
espejo y no directamente. Las vemos en el
espejo constituido por la relación jurídica,
que de su parte está constituida por los
hombres en cuanto hacen morar su voluntad
en los objetos. Eso ocurre en cuanto se
hacen propietarios al reconocerse
mutuamente como tales y consideran el
objeto de propiedad suya. Dice en el texto
citado:
“Esta relación jurídica… [en forma de un
espejo] es, … una relación de voluntad en
que se refleja la relación económica. (3)
Sin duda, la relación jurídica es vista como
el espejo, en el cual la relación económica
se refleja. Ya antes, en el capítulo primero
de El Capital, ha desarrollado la tesis de
que la relación económica, reflejada en el
espejo de la relación jurídica, es vista -
como siempre ocurre con la imagen en un
espejo- de manera invertida, de lo cual se
deriva su teoría del fetichismo mercantil.
En este sentido, la relación económica es el
reflejo de la relación jurídica. Lo es como
forma del contrato de compra-venta.
Solamente el contenido del contrato viene
de la relación económica misma, esto es, el
valor de uso también envuelto en la forma
mercantil. El contenido se refiere a las
mercancías específicas, que se compran y
se venden. No puede resultar de la forma
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del contrato, es decir, de la forma jurídica.
Sigue el mismo texto citado:
“El contenido de esta relación jurídica o de
voluntad lo da la relación económica
misma”
Marx además ha dicho en el mismo texto
citado, como él entiende el surgimiento de
las relaciones económicas como reflejo de
las relaciones jurídicas:
“Para que estas cosas se relacionen las unas
con las otras como mercancías, es necesario
que sus guardianes se relacionen entre sí
como personas cuyas voluntades moran en
aquellos objetos, de tal modo que cada
poseedor de una mercancía sólo puede
apoderarse de la de otro por voluntad de
éste y desprendiéndose de la suya propia; es
decir, por medio de un acto de voluntad
común a ambos. Es necesario, por
consiguiente, que ambas personas se
reconozcan como propietarios privados.”
Esta parte es básica para entender la
relación económica como el reflejo en el
espejo que es de la relación jurídica. Debe
haber una penetración del mundo de los
objetos por la relación jurídica. Esta se da
en cuanto los poseedores de los objetos
hacen morar su voluntad en ellos. Con eso
constituyen su esfera de propiedad privada,
con el resultado de que “cada poseedor de
una mercancía sólo puede apoderarse de la
de otro por voluntad de éste y
desprendiéndose de la suya propia; es decir,
por medio de un acto de voluntad común a
ambos.” Este acto de voluntad es el
contrato. Ahora los objetos son mercancías
y sus poseedores se reconocen mutuamente
como propietarios.
Cuando el mundo de los objetos es
propiedad, porque cada objeto tiene un
propietario, cuya voluntad mora en él,
entonces la relación jurídica está
objetivamente presente en el objeto. Hacer
morar la voluntad en los objetos es un acto
subjetivo. Pero se trata de una subjetividad
que constituye hechos objetivos. La propia
subjetividad resulta ser algo objetivo. El
objeto en su existencia objetiva de
mercancía refleja ahora esta relación
jurídica. Por tanto, los propietarios no se
pueden relacionar en cuanto propietarios
sino relacionando los objetos, sobre los
cuales tienen propiedad. Esta relación entre
los objetos-mercancías también llega a
tener objetividad. Evidencia objetivamente,
cómo los objetos se intercambian, es decir,
qué equivalencias de intercambio tienen. La
mercancía es constituida objetivamente, en
cuanto la voluntad de los poseedores mora
en ella, y ocurre un reconocimiento entre
los hombres, en el cual se reconocen como
propietarios.
Es ahora obvio, que el contenido de las
relaciones jurídicas no puede venir de las
mismas relaciones jurídicas. En cuanto se
trata de objetos, en los cuales mora la
voluntad del propietario, estos objetos dan
los contenidos. Pero en cuanto objetos
ahora son mercancías, o lo son por lo
menos en potencia y son vistos como tales.
Un objeto, en el cual no mora ninguna
voluntad de ningún propietario, es una
objeto abandonado, tirado. No es
mercancía, sino objeto botado, por ejemplo,
la basura. En este estado cualquier persona
puede apropiarse de él. Sin embargo, si
alguien se apropia de este objeto, hace
morar su voluntad en él, y se vuelve a
presentarlo como una mercancía, entonces
es propiedad de aquél que se adueñó del
objeto. En este sentido, la diferencia entre
un objeto abandonado, del cual cualquiera
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puede apropiarse, y un objeto mercancía, es
en última instancia jurídica. Pero los
objetos reflejan esta relación jurídica de una
manera tal, que nosotros de una manera casi
instintiva podemos distinguir entre objetos
abandonados y objetos que son propiedad
de alguien. Además, la distinción es
peligroso no hacerla, porque la policía
vigila cualquier violación a la propiedad.
Por eso, el objeto abandonado lo es objetiva
y visiblemente, aunque ningún carácter
corporal del objeto permite discernirlo. El
objeto refleja para nosotros su condición
jurídica.
III. La presencia de una ausencia
Eso implica una inversión del mundo, que
produce precisamente el espejo mismo:
“… las relaciones sociales que se
establecen entre sus trabajos privados
aparecen como lo que son: es decir, no
como relaciones directamente sociales de
las personas en sus trabajos, sino como
relaciones materiales [“sachliche” e.d. con
carácter de cosas] entre personas y
relaciones sociales entre cosas.” (Marx,
op.cit. I, p.38) (4)
Las relaciones mercantiles aparecen como
lo que son! La realidad aparece en la
empiría (5)inmediata como lo que es. Se ha
establecido un círculo. Lo que aparece
como lo que es, es él mismo, un reflejo
hecho objetivo en la mercancía. Resulta,
que la relación jurídica coincide con la
realidad, porque la realidad refleja
objetivamente esta misma relación jurídica.
Interpretar esta realidad como realidad
última, resultará necesariamente en la
confirmación de su supuesto constituyente:
el reconocimiento mutuo de las personas
como propietarios. Se trata de un quid pro
quo, un círculo vicioso. La realidad
confirma las relaciones jurídicas
precisamente porque las refleja
objetivamente y realmente. Son las
categorías con las cuales se ve.
Pero en cuanto las personas se reconocen
como propietarios, no se reconocen como
sujetos en cuanto que sujetos de
necesidades (como relaciones directamente
sociales de las personas en sus trabajos). Al
aparecer las relaciones sociales como lo que
son, son “relaciones materiales (“sachliche”
e.d. con carácter de cosas) entre personas y
relaciones sociales entre cosas.”.
Pero no aparece, cuando las relaciones
sociales aparecen como lo que son, lo que
estas relaciones sociales no son, es decir
“relaciones directamente sociales de las
personas en sus trabajos”. Lo que esta
realidad no es, es una ausencia presente,
una ausencia que grita y que cada uno de
los participantes en el mercado vive.
Aquí resulta el punto de vista, bajo el cual
Marx juzga: la ciencia tiene que escuchar
este grito, que le viene de la ausencia
presente de lo que está escondido,
condicionando todo.
Las personas tienen que reconocerse como
sujetos de necesidades. La sociedad
mercantil abstrae de esta dimensión
humana (por eso es, según Marx, anti-
humana), precisamente en nombre de lo
que es. Sin embargo, la teoría del
fetichismo demuestra precisamente, que
esta referencia a lo que es, es una simple
tautología. Se extrae de la realidad lo que
previamente se ha introducido en ella. Pero
esta dimensión humana presente por
ausencia es objetiva y por tanto su
reconocimiento es necesario. No puede
haber ciencia más allá de la ciencia
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tautologizada e ideologizada sin este
reconocimiento.
Marx supone siempre que este paso hacia
relaciones sociales directas “como
relaciones directamente sociales de las
personas en sus trabajos” es algo posible.
Yo supongo, en cambio, que se trata de
algo imposible y que eso hace ver un límite
de la misma conditio humana. Pero eso no
es decisivo. Si no es un paso posible,
resulta un conflicto permanente con
mediaciones continuamente necesarias en
pos de una humanización de las relaciones
humanas.
¡Se trata de un imposible que abre
posibilidades! A la luz de lo imposible se
las descubre.
Lo decisivo es el punto de vista bajo el cual
Marx analiza. Posibilita juicios críticos
sobre lo que es y su posible cambio. Se
trata de este punto de vista que recién hace
posible un pensamiento crítico. Pero no se
trata de valores cualesquiera, que se
introduce desde afuera a la realidad, sino de
la ausencia presente de otro mundo, que
hace falta hacer presente y que tiene que
atravesar el mundo dado.
Se trata de una dialéctica de la presencia de
una ausencia, que no es hegeliana. De
hecho se trata de una dialéctica
trascendental, para la cual las relaciones
sociales directas -como relaciones
directamente sociales de las personas en
sus trabajos- son la referencia
trascendental. Resulta una ética, que no es
ética de normas, sino que formula un punto
de vista bajo el cual cualquier ética de
normas es criticable y desarrollable.
Trascendental significa aquí lo imposible,
que hace posible ver lo posible. Para Kant
lo trascendental sería algo no empírico que
es condición de posibilidad de lo empírico.
Es el punto de vista del observador y por
tanto estático. Aquí se trata del punto de
vista del ser humano actuante y de la
praxis. Por tanto, lo trascendental es lo
imposible. La trascendentalidad es
subjetiva. En la física esta trascendentalidad
es el perpetuum mobile (en la economía
neoclásica la “competencia perfecta”), en el
pensamiento crítico es “relaciones
directamente sociales de las personas en sus
trabajos”. Lo primero se expresa en
conceptos trascendentales, lo segundo son
referencias trascendentales, que no se
pueden conceptualizar. Eso es necesario,
por que trascienden el propio mundo de los
conceptos, del argumento discursivo y de la
razón instrumental medio-fin.
Marx llega de esta manera a un punto de
vista que ya había formulado como joven
Marx. Habló del “el imperativo categórico
de echar por tierra todas las relaciones en
que el hombre sea un ser humillado,
sojuzgado, abandonado y
despreciable.”.[A] Este punto de vista sigue
el mismo, pero ahora es desarrollado con
otras palabras desde el interior de la crítica
de la producción de mercancías. El joven
Marx habló en el mismo contexto del ser
humano como “el ser supremo para el ser
humano”. Ahora el paso a relaciones
sociales directas es la condición para que el
ser humano puede realizar su humanidad.
El ser humano sigue siendo “el ser supremo
para el ser humano”.
Lo que está presente por su ausencia es
precisamente eso “el ser humano como el
ser supremo para el ser humano.” Marx le
puede dar otros nombres como “relaciones
directamente sociales de las personas en sus
trabajos”o “reino de la libertad”
![Page 7: La Vigencia Actual Del Capital Franz Hinkelammert](https://reader031.fdocuments.mx/reader031/viewer/2022020417/55cf9688550346d0338c1e1e/html5/thumbnails/7.jpg)
Pero esta referencia trascendental es
también presente de una manera negativa.
Libertad e igualdad son, en cuanto son
definidas en el marco de las relaciones
jurídicas, en el mismo acto, en el cual hacen
presente libertad e igualdad, mecanismos de
la explotación y dominación. Tienen eso
como el otro lado sencillamente porque no
son “relaciones directamente sociales de las
personas en sus trabajos”. Por eso, esta
ausencia está presente en las relaciones
jurídicas y en la realidad que se refleja en
ellas. Son igualmente presentes en la
explotación y la dominación, en las cuales
su ausencia grita al cielo. Eso es el grito del
sujeto. El cielo, al cual grita, es
precisamente esta ausencia de “relaciones
directamente sociales de las personas en sus
trabajos”.
IV. Lo humano y su presencia por
ausencia
La presencia de una ausencia, lo que no es,
pero que está presente, eso es la clave. Esta
ausencia es lo humano, que siempre,
aunque sea como ausencia, está presente.
En las mismas estructuras de dominación
ocurre esta presencia. Se puede tratar a un
ser humano inhumanamente, pero no se lo
puede tratar como un animal.
Deshumanizar a seres humanos, es algo
específicamente humano. Si se tratara a un
ser humano como un animal, no se lo puede
esclavizar. Porque se escaparía o se
defendería.
Deshumanizar, sojuzgar, abandonar y
despreciar a un ser humano, presupone
mecanismos de dominación, que hacen
presente lo que no es, es decir su
reconocimiento como ser humano. De una
manera no-intencional se tiene que
reconocer que es un ser humano y no un
esclavo, para poder esclavizarlo. Sin saber
que el ser humano no es esclavo, no puede
funcionar la estructura de dominación del
esclavismo. Eso es la contradicción interna
que atraviesa todas las estructuras de
dominación. Tampoco se puede odiar a un
animal tanto como se puede odiar a un ser
humano. Para eso tendría que suponerse
que sea un ser humano.
Se puede deshumanizar al ser humano, pero
no se lo puede tratar como animal o hacerlo
un animal. También en el extremo más
deshumanizante sigue siendo un ser
humano deshumanizado, y las formas de
deshumanizarlo revelan, que hasta el que lo
oprime sabe muy bien que es un ser
humano, cuya humanidad está negando.
También un animal o la naturaleza se puede
solamente deshumanizar y no
“desanimalizar” o “desnaturalizar”. Las
formas de la deshumanización muestran,
que el deshumanizado es un ser
deshumanizado, y el mismo opresor lo sabe
y tiene que saberlo, para poderlo oprimir.
Por eso la recuperación de lo humano es y
tiene que incluir la humanización de la
relación humana con la naturaleza. No se
puede derivar nada de la naturaleza como
tal, no puede haber derechos naturales o de
la naturaleza de por sí. La exigencia de la
humanización resulta de las relaciones entre
los seres humanos y de ellos con la
naturaleza externa, y es la exigencia de
hacer presente aquello, que está presente
por ausencia en estas relaciones. A partir de
eso, por supuesto, se puede adjudicar
también a la naturaleza derechos. Pero son
seres humanos que se le adjudican. Análisis
de este tipo los encontramos especialmente
en Sartre.
![Page 8: La Vigencia Actual Del Capital Franz Hinkelammert](https://reader031.fdocuments.mx/reader031/viewer/2022020417/55cf9688550346d0338c1e1e/html5/thumbnails/8.jpg)
Eso se refiere al ser humano entero. Marx
lo tiene presente, cuando dice por ejemplo,
que el hambre que se satisface con tenedor
y cuchillo, es un hambre muy distinto del
hambre que se satisface devorando la
comida. El ser humano no es un animal
vocale o un animal intelectual. En todas sus
expresiones corporales, en la manera de
comer, de beber, de vestirse, de tener casa,
de tener relaciones sexuales, de caminar, de
bailar, es un ser humano, no un animal. Por
eso puede ser deshumanizado en todas las
expresiones de su vida y es deshumanizado
de esta manera. Y siempre las formas de
esta deshumanización revelan, que se trata
de un ser humano y que aquél, que lo
deshumaniza, sabe que es un ser humano y
no un animal. Pero no lo reconoce. Sin
saber eso, no podría negar su humanidad. Y
siempre está presente la humanidad negada
en su forma de ausencia que grita. El ser
humano no tiene la corporeidad en común
con el animal, para distinguirse del animal
por su alma, su hablar o por su intelecto.
Precisamente se distingue por su
corporeidad del animal. Esta corporeidad
humana por supuesto incluye su hablar, su
pensar y su alma. La corporeidad humana
es corporeidad cultural en todas sus
formas. (6)
Lo que es, son los mecanismos de
dominación. Lo que no es, es aquello
negado por los mecanismos de dominación,
es decir, la libertad como reconocimiento
positivo de “relaciones directamente
sociales de las personas en sus trabajos” y
del hecho, de que “el ser humano es el ser
supremo para el ser humano”. En su forma
negada, como presencia de su ausencia,
siempre está, porque su negación revela lo
que está negado. Lo negado no está en el
exterior, sino está en el interior de las
relaciones de dominación. Estas son lo que
es, y de ellas se puede derivar, lo que no es,
porque es negado. Negation positio est. Se
trata de mentiras performativas.
Resulta un humanismo, que no surge en
nombre de alguna llamada de “esencia”
humana , sino que surge desde el interior de
las propias relaciones humanas. Está dado
objetivamente, no es una ética que irrumpe
desde afuera en las relaciones humanas. La
ética que surge no tiene un Sinai externo,
sino está dada con la misma realidad. Su
Sinai es lo interior de la realidad. Se trata
de un humanismo de la praxis. Marx es el
primero para mostrar esta ética.
La presencia de esta ausencia, la presencia
de la ausencia de lo humano, parece algo
fantasmal. Efectivamente lo es. Se trata del
fantasma que recorre el mundo desde
mucho tiempo: el fantasma del comunismo.
Notas del autor:
(A) Karl Marx: Manuscritos económico-filosóficos. Fromm, Erich: Marx y su concepto del
hombre. FCE. Mexico, 1964. p.230
Notas de revisión del texto:
1. En el original se lee “Crítica de la economía política”, corregimos por razones obvias.
2. En el texto se ubica acá la palabra “también”. La suprimimos en correspondencia a la
modificación (1).
3. En el texto el autor anota “(subrayado nuestro)”, no obstante en el texto que tenemos a
disposición no hay ninguna frase subrayada en esta cita.
![Page 9: La Vigencia Actual Del Capital Franz Hinkelammert](https://reader031.fdocuments.mx/reader031/viewer/2022020417/55cf9688550346d0338c1e1e/html5/thumbnails/9.jpg)
4. En el texto el autor anota “(subrayado nuestro)”, no obstante en el texto que tenemos a
disposición no hay ninguna frase subrayada en esta cita.
5. La palabra “empiría” no aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua,
pero debe derivarse de empírico. Tan pronto sea posible se le consultará al autor al
respecto.
6. La frase “corporeidad cultural en todas sus formas.”, por un error aparente, se repite en
el texto original.
Fuente: http://www.catedramarx.una.ac.cr/
http://marxismocritico.com/2013/02/04/la-vigencia-actual-de-el-capital/
![Page 10: La Vigencia Actual Del Capital Franz Hinkelammert](https://reader031.fdocuments.mx/reader031/viewer/2022020417/55cf9688550346d0338c1e1e/html5/thumbnails/10.jpg)
ESPECIALES › CUADERNOS DEL PENSAMIENTO CRITICO LATINOAMERICANO
Entrevista a Franz Joseph Hinkelammert*
Economista, filósofo y teólogo de la liberación. Dr. en Economía por la Universidad Libre de Berlín. Fue
profesor de Economía en el DEI, Departamento Ecuménico de Investigaciones en Costa Rica.
Actualmente forma parte del Grupo de Pensamiento Crítico y está vinculado a la Universidad Nacional
Autónoma, Heredia, Costa Rica.
Por Estela Fernández Nadal y Gustavo David Silnik
Estela Fernández Nadal (EFN): Franz, ¿a qué
llamas, exactamente, “crisis de los límites del
crecimiento? ¿Cómo se pone en evidencia?
Franz Joseph Hinkelammert (FJH): Se pone
en evidencia en el hecho de que un crecimiento
lineal, alto, no es sostenible, y esto se hace
presente hoy en el plano del petróleo y de los
cereales. En el caso del petróleo, la experiencia
empírica demuestra que una tasa de crecimiento
del 5%, más o menos, presupone un crecimiento
del consumo de petróleo del 2% al 3%. Si lo
calculamos a veinte años, un crecimiento así
representa un aumento de 1/3 en el consumo de
petróleo. Imagínate: ¡no hay suficiente petróleo
para eso! Y entonces ¿cómo quieren sustituir el
consumo del petróleo? Con los cereales.
Entonces, aumenta la producción de cereales y
baja la de alimentos de seres humanos. ¿Quiénes
aparecen ahora como los hambrientos más
urgentes y con poder de compra suficiente para
desplazarlos? Los automóviles; ellos demandan
ahora cereales, y tienen poder de compra. En
cambio, la gente hambrienta no tiene poder de
compra. ¿Entonces, quién gana? Los
automóviles, ellos devoran a la gente. Entonces,
tienes las dos energías básicas: la energía básica
para el cuerpo humano es el cereal, y la energía
básica para las máquinas es el petróleo. Fíjate, ya
el barril de petróleo está en 90 dólares. Y se
habla de que va a subir de nuevo a 100 dólares
(1)#. Bueno, con 100 dólares todavía podemos
vivir. Pero ¿si la tasa de crecimiento sigue alta a
nivel mundial? Entonces va a subir más y llegará
a 140 dólares, como en 2008, y habrá otra crisis,
que será considerada como una nueva crisis
financiera. Eso está en el tapete.
EFN: Y paralelo a esto (la gente hambrienta y la
producción de cereales para agrocombustibles),
está el impacto sobre el ambiente.
FJH: Los impactos están todos
interrelacionados: la falta de alimentos para la
gente, la escasez de energía para las máquinas y
la crisis del medio ambiente. Es todo una gran
crisis, una crisis global; la enfocan como si fuera
una crisis del clima, pero es una crisis de los
límites del crecimiento, una rebelión de los
límites. Como no se los ha respetado para nada,
ahora los propios límites se rebelan. Y ahí
aparece de nuevo la necesidad de otra
civilización, por el lado de la producción misma
de alimentos y de energía. No solamente a partir
del problema de la convivencia, que es siempre
subvertida más y más. La convivencia está en
crisis, pero es a la vez un aspecto de la crisis de
la rebelión de los límites. La de 2008 es la
primera crisis cuya raíz es la rebelión de los
límites. Y aunque no se habla públicamente de
una rebelión de los límites del crecimiento, los
militares lo tienen completamente claro, por eso
las guerras son por el petróleo, quien tiene el
petróleo domina el mundo.
Y no surge ningún pensamiento de consenso,
pura guerra. Solamente en guerra piensa el
sistema y, sobre todo, los Estados Unidos. Los
Estados Unidos son los herederos del nazismo en
este sentido, sólo pueden pensar soluciones a
partir de la guerra, no pueden pensar en términos
de lograr un acuerdo, no les entra en la cabeza,
porque el cálculo de la utilidad propia siempre
lleva a la guerra, siempre la guerra parece lo más
útil, nunca la paz.
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EFN: Tú has caracterizado esa actitud como
“cortar la rama del árbol donde se está sentado”,
¿no es cierto?# (2)
FJH: Sí, así es.
EFN: En América Latina, particularmente en
Bolivia, pero también en Ecuador, en Venezuela,
tal vez en Brasil, sus gobiernos tienen –en
distintos grados– cierta conciencia de estos
límites, y en muchos casos se discute qué forma
de crecimiento promover, que no resulte
destructora del medio ambiente y del ser
humano. Pero como tú decías, no siempre se sabe
cómo hacerlo, porque a la vez son países con
muchas carencias, muy atrasados desde el punto
de vista de sus infraestructuras, necesitan
construir presas, caminos, gasoductos, etcétera.
FJH: Sí, ese es el problema. Pero hay una cosa
ahí: las culturas que se han considerado siempre
como atrasadas indican hoy el camino que hay
que tomar, porque las culturas anteriores no eran
tan suicidas como la moderno-occidental.
Entonces, ¿por dónde habría que hacer el
camino? Se ve desde estas culturas mucho más
claro que desde las culturas del progreso. Ellas se
convierten en muy actuales, tienen plena
actualidad.
Gustavo David Silnik (GS): ¿Eso lo ves en
Bolivia?
FJH: Detrás está la cultura andina.
Habitualmente se piensa que hay que disolver la
cultura que se considera atrasada, para
transformarla en Modernidad. Yo creo que es al
contrario, esa cultura puede ser hoy la brújula
para hacer caminos. Insisto en la palabra brújula,
no es posible copiarla. Hay que inventar. Creo
que esto hay que pensarlo con mucha seriedad.
Una vez en Alemania, en una reunión con gente
de otros lugares, había un africano que decía:
“África no es el problema, África es la solución”.
Algunos se reían, pero es algo muy serio, porque
en África también está esta conciencia. Es algo
parecido a lo que ocurre en América Latina con
la cultura andina, ahí esta la solución, no en
Nueva York. Mejor dicho, tal vez no proporciona
“la” solución, pero sí la dirección en la que hay
que tender los caminos.
EFN: ¿Qué opinas de este modelo de minería
que tenemos en Argentina y en otros países de la
región, la megaminería a cielo abierto?
FJH: Es horrible. Todos los restos de oro que
quedan quieren llevárselos. Porque hay rebelión
de los límites, entonces quieren aprovechar los
restos. Lo peor es cuando sacan oro, ¡es ridículo!
Desde hace 500 años es lo mismo: sacan oro de
aquí y lo ponen en bodegas del banco central de
un país del centro. La irracionalidad es total. El
oro no tiene ningún valor de uso, porque no hay
tantas personas dispuestas a ponerse todas las
joyas que se podrían producir. Ese es el único
valor de uso que tiene, que como tal es muy
lindo, pero no es por eso que lo quieren. Sacan el
oro de la tierra destruyéndola, para enterrarlo de
nuevo en las bodegas de los bancos.
EFN: Es la nueva forma de saqueo que han
encontrado para nuestros países, al tiempo que
aceleran la destrucción de los glaciares, usan
cianuro, arsénico, con los desechos contaminan
las napas de agua subterránea…
FJH: Sí, destruyen zonas enteras… Acá [Costa
Rica] había un gran proyecto, en Las Crucecitas,
pero hubo una resistencia férrea de la sociedad
civil, y se logró pararlo. Hay que ver hasta
cuándo queda así, porque el poder económico
sigue insistiendo, comprando, corrompiendo,
para obtener el permiso que necesitan. Nunca van
a dejar de presionar para tener la posibilidad de
aumentar la catástrofe, porque la catástrofe da
mucha ganancia. Evitarla no da ganancia,
entonces todos calculan que seguir es más
rentable que parar o cambiar.
EFN: También juega a su favor la idea de que no
se puede renunciar a la tecnología, y a la
tecnología de punta. ¿Qué piensas de eso?
FJH: Pero nunca hay que pensar que la
tecnología es de por sí progreso. Mira, la
tecnología atómica no fue progreso, fue una
regresión total. Hoy, las tecnologías se
transforman muchas veces en regresión, en todos
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lados se nota el peligro que aparece a partir del
desarrollo tecnológico. Tal vez el sida sea un
producto de eso, no lo sabemos, pero es posible.
No existe un desarrollo tecnológico limpio, y los
riesgos son cada vez mayores. La refrigeradora
para la casa es algo muy bueno, pero el
desarrollo técnico es cada vez más arriesgado, no
es una cosa limpia.
GS: Pensando en lo que tú escribiste en Chile,
relativo a la crítica de las ideologías del
desarrollo (3)#, muchas veces en las discusiones
de nuestro equipo de Mendoza nos preguntamos:
¿Hasta dónde los modelos actuales
latinoamericanos (concretamente Brasil,
Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela) no están
repitiendo esos modelos desarrollistas de los años
sesenta y setenta? Por supuesto, en otros
contextos y con algunos contenidos políticos
diferentes, pero ¿no se repite la misma lógica de
celebrar los aumentos de la tasas de crecimiento
económico, por sobre cualquier otra cosa,
incluida la crisis medioambiental?
FJH: Claro, ahora no hay tasas de crecimiento
que celebrar ¿no? Pero, entonces, la ausencia de
las tasas de crecimiento se transforma en “la”
preocupación en el mundo.
Bueno, creo que estos nuevos tipos de
pensamiento que aparecen, más claramente en
Bolivia –porque hay muchas diferencias entre los
diversos países latinoamericanos que
mencionaste, diferencias muy grandes incluso–,
donde quieren realmente una sociedad guiada por
la convivencia, están todavía en una etapa muy
preliminar. Hay muchos conflictos por resolver,
todavía no hay una idea clara de lo que se puede
hacer con eso. Yo tampoco tengo la respuesta.
GS: Te preguntamos más por lo que identificas
como problema que por la respuesta al problema.
FJH: Ese es el problema. Por ejemplo, en
Venezuela han hecho cosas muy importantes,
sobre todo respecto de la población marginada.
Pero el aparato industrial, el capital, sigue igual
que antes, no lo tocan o lo tocan sólo
marginalmente, por ejemplo cuando nacionalizan
la energía. Es cierto que el gobierno ha logrado
avances muy valiosos en la promoción de la
educación pública, la salud pública, pero no
tocan aún el núcleo. Porque, por otro lado, no se
sabe cómo hacerlo, no veo que en ninguna parte
haya una idea clara de lo que puede ser un
desarrollo diferente. Es decir, hay una idea
general, la cual está más precisamente formulada
en Bolivia: el “buen vivir”, “gobernar
obedeciendo”, y mucho de eso se hace. Pero
transformar esto en una alternativa frente al
capitalismo mundial, no se ha podido, y tampoco
todavía a nivel nacional.
El problema es que, hasta hace 40 años, había
una idea disponible sobre el socialismo, se sabía
qué había que hacer…, pero hoy no. Estamos
todos inmersos en la misma cuestión, y en cuanto
somos críticos podemos hacer ver lo que falta, lo
que no se ha solucionado: pero cómo enfrentarlo
sigue siendo, yo creo, bastante enigmático. Hay
propuestas muy razonables, pero son parciales. Y
muchas veces (y esto no es un reproche), son
recuerdos del Estado de Bienestar, que es mil
veces preferible a lo que tenemos, pero que
mostró sus límites.
GS: ¿Es decir que las nuevas propuestas sociales
y políticas tratan de recuperar algo de lo que fue
desmontado por el neoliberalismo, que en
comparación puede ser mejor, pero claramente
no representan una salida ni una alternativa?
FJH: Creo que de todas maneras hay que
hacerlo, pero no permite tener ilusiones sobre el
futuro.
EFN: ¿Esto tendrá que ver con lo que tú señalas
respecto de la actual crisis mundial, cuando dices
que no es una crisis financiera ni económica sino
algo de mucho mayor alcance, una crisis
civilizatoria?
FJH: Sí. Y una civilización no se construye de la
nada, no sale de la cabeza de alguien, que llega y
tiene la solución, y sólo hay que aplicarla. No es
así. Se trata de otra civilización. Ahí hay una
falencia que se nota en todos lados. Y frente a
esa falencia, hay un sistema que es ciego,
absolutamente ciego; entonces, no hay
posibilidades de diálogo, el sistema no dialoga,
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es extremista, defiende las armas de destrucción
masiva, financieras, mercantiles, etcétera.
GS: Y si no alcanza, busca las armas de
destrucción masiva más convencionales.
FJH: Las bélicas, sí. Nos encontramos frente a
eso. Lo cual me recuerda algo que dicen los
surrealistas, que es muy interesante: “el
comienzo de todo es ser pesimistas”. Yo diría: no
solamente ser pesimistas, sino tener esperanzas
desde el pesimismo, no desde las ilusiones.
EFN: ¿Podrías explicar ese concepto de
“pesimismo esperanzado”?
FJH: Somos pesimistas en cuanto a los
resultados que la civilización, en la que todavía
nos movemos, va a traer. Y pesimistas también
en cuanto a la posibilidad de enfrentar esos
resultados. Por tanto, necesitamos una
justificación de la acción frente a esto, que no
calcula la posibilidad de la victoria. Ello también
es muy bueno en los surrealistas: se resisten a
calcular, en el sentido de que la acción no se
valida por el éxito que se pueda alcanzar, la
acción tiene sentido en sí misma, aunque no
resulte.
Ahí tienes otro cuento de rabinos de Europa
oriental. El rabí iba a ir a una ciudad pero supo
que había habido un pogrom, y que ya no se
podía hacer nada allí. Entonces, no fue. En ese
momento se encuentra a Dios, que le dice: “¿A
dónde vas?”. Él responde: “Yo quería ir a esta
ciudad, pero ya no hay nada que hacer, ya no
tiene sentido para la gente que yo vaya”.
Entonces Dios le dice: “Es muy posible que esto
sea así, pero para ti sí hubiera tenido sentido que
fueras” (risas). Ya no podía hacer nada para los
otros, pero para sí mismo hubiera tenido sentido
haber ido.
17 de marzo de 2011,
San José de Costa Rica
Estela Fernández Nadal Doctora en Filosofía, Investigadora Principal del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas (CONICET) y docente-investigadora
de la Universidad Nacional de Cuyo. Discípula
de Franz Hinkelammert desde hace
aproximadamente una década e integrante del
Grupo de Pensamiento Crítico, con sede en San
José, Costa Rica.
Gustavo David Silnik Licenciado en Sociología y Profesor de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
Universidad Nacional de Cuyo. Investigador de
la crítica de la ley en Franz Hinkelammert y su
vinculación con la tradición judía. Discípulo de
Franz Hinkelammert desde hace
aproximadamente una década e integrante del
Grupo de Pensamiento Crítico, con sede en San
José, Costa Rica.
* El texto publicado en este Cuaderno es un anticipo del quinto número de la revista Crítica y Emancipación. Buenos Aires,
CLACSO, 2011, de próxima aparición.
(1) Al momento de editarse esta entrevista (marzo de 2011) el precio del petróleo ya había trepado a cifras algo superiores a los
100 dólares el barril [N. del E.].
(2) Hinkelammert, Franz J., 2001, “Asesinato es suicidio: cortar la rama del árbol en la cual se está sentado” en El nihilismo al
desnudo. Los tiempos de la globalización (Santiago de Chile: LOM Editores), pp. 155-183.
(3) Hinkelammert, Franz J., 1970, Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia (Buenos Aires: Biblioteca de Ciencias
Sociales-Universidad Católica de Chile/Paidós), pág. 308.
http://marxismocritico.com/2013/02/04/la-vigencia-actual-de-el-capital/