La senda 3º

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La senda de las palaas Revista literaria Nº 3 3 nov-2014 Poesía Relatos Cultura Entvistas Recuos literarios Dirección y edición: Gabriel Gil

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Revista literaria

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Revista literaria Nº1 oct 2014

Dirección y edición: Gabriel Gil

La senda de las palabras Revista literaria Nº 3 3 nov-2014

Poesía Relatos

Cultura Entrevistas

Recursos literarios

Dirección y edición: Gabriel Gil

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La senda de las palabras es una obra propiedad de Gabriel Gil.Todos los derechos reservados.

Los derechos sobre las obras editadas pertenecen a su autores.Queda prohibida la reproducción total o parcial

sin su consentimiento.Editado en Sevilla.Año 2014

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“La cultura hace mejores personas,mejores personas,

hacen un mundo mejor.”

Gabriel Gil

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ÍndiceEditorial.

Colaboran.

El desván de Gaby.

Perfiles con poesía.

La otra voz.

El tintero rojo.

Recursos literarios.

Como colaborar.

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Editorial

LA SENDA DE LAS PALABRAS

Poco a poco, paso a paso, vamos haciendo camino como decía el poeta. El tercer número de La senda de las palabras ve la luz y ya somos más amigos los que nos reunimos para hacer de los renglones un lugar donde pasar buenos momentos.

Los lectores tambien siguen creciendo y eso significa que este rincón se va haciendo un sitio en la agenda de mas personas.

Curiosamente coincide con el día tres de un nuevo mes, algo que creo digno de reseñar, porque el espíritu con el que construí este proyecto semanal tiene el respaldo de lo hecho con cariño y como no hay dos sin tres aquí tenéis el tercer número.

Que lo disfrutéis .

G.G

Gabriel GilPoeta y escritor. Sevi-lla 1971. Miembro de la institución poéti-ca decana en Sevilla, Noches del Baratillo.Colaborador en va-rias publicaciones y entidades culturales sevillanas asi como internacionales, entre ellas el Escelentísimo Ateneo de Sevilla y la asociación La Al-mazara de Dos Her-manas. Promotor de actividades culturales, solidarias y medioam-bientales, fue director del programa de radio El bus de la amistad.Tiene un poemario pu-blicado titulado Mari-nero por los caminos y en breve presentará su primera novela.

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Colaboran 5

Enrique Cisma PinoPoeta miembro de la asociación poética L álmazara de Dos Hermanas, Sevilla.

Ana Díaz Cuadrado.Sevillana de Lora del Río. Escritora de relatos, licenciada en Derecho y Lade.

Elizabeth Santos Dorado.Sevilla, 1971. Formándose como escritora y poeta.Terapeúta de profesión.

Verónica Ventura Mar.Sevillana de sangre onubense. Poeta y escritora de relatos.

Elena Márquez.Escritora, poeta afincada en Sevilla, autora de varios libros de relatos y colaboradora en varias webs y entidades literarias.

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Noches del Baratillo.Institución poética Decana en Sevilla.

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El desván de Gaby Cuando oigo la palabra crisis siempre respondo,( no son tiempos de crisis, son tiempos de cambio). La televisión y los medios se empeñan en hacernos ver lo negativo que esta pasando, pero si analizamos en profundidad es fácil ver que toda esta “ crisis”, esta haciendo que surjan muchas cosas nuevas para que la humanidad sea mejor.

Habíamos entrado en una dinámica materialista y de eso se aprovechó quien pudo para convertirnos en borregos , también adolecíamos de una crisis de identidad y de valores, no hay mas que ver las consultas de psiquiatría, y el au-mento de divorcios.

Pues bien, yo veo observando objetivamente lo que sucede, que la crisis no es mas que eso se esta derrumbando. Vivimos tiempos donde la solidaridad alcan-za cotas nunca vistas, donde la sociedad se esta rebelando contra lo que no tiene sentido ni razón de ser. Cada día nacen iniciativas innovadoras para cuidar el mundo y la cultura se esta tornando un arma pacifica para luchar.

La carencia económica nos está haciendo que valoremos lo que realmente im-porta en la vida, la familia, el amor, nuestro mundo. Llamamos crisis a un pro-ceso de derrumbe de un sistema que ya no sirve a la humanidad, pero como se-guimos con esa mentalidad obsoleta, pues no paramos de quejarnos. ( Algo que yo dejé de hacer cuando comprendí lo que esta pasando). Es cierto que ahora toca apretarse, pero de eso solo tenemos la culpa nosotros, no los bancos ni los políticos, a fin de cuentas tanto a unos como a otros los elegimos nosotros.

La historia nos ha demostrado que tras cada etapa dura, la humanidad ha evo-lucionado. Así que sinceramente, sigo pensando que son tiempos de cambio y que todo esto conduce a una nueva sociedad mas humana consigo misma y con el planeta tierra.

G.G

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Perfiles con poesía 8

Elena Márquez

Licenciada en Filología Hispánica, trabaja como correctora de textos en el Par-lamento de Andalucía. Ha obtenido diversos galardones, como el primer pre-mio del «Paso del Estrecho» en 2010 y el segundo en 2011; el primer premio del XV Certamen Literario «San Jorge», modalidad prosa; el primer premio del V Concurso de Relato Cortos Ciudad de Huesca; y el segundo del VIII Certamen de Poesía del Ayuntamiento de Herencia. Entre sus publicaciones en diversas antologías contamos con «Ávila», en Miradas y letras en el camino de la Len-gua castellana; «Amor secreto», en Dreceres; «Cinema Paradiso», en El beso; «Pícaros», en Ex Novo. Revista d’Història i Humanitats; «Aula Magna», en Pa-réntesis; «La desesperación de doña Inés», «El duelo de las artes» y «Haciendo versos», en Miradas y letras II en el Camino de la Lengua Castellana; y «Locos por el cine», en Deseos humanos.

Ha participado también en varias publicaciones de Ediciones Irreverentes: Hi-roshima. Truman, Eros de España y América, Antología del relato negro III, El hombre que se ríe de todo y Microantología del microrrelato III. En este sello es la editora literaria de la antología Historias de la imposición yanqui sobre Hispanoamérica y España.

Ha sido publicada en las antologías París y Viena, Mujeres en la historia y Tres cuentos de Nueva York.

-Háblenos de sus orígenes en el mundo de las letras. ¿Cuándo empezó a escribir?

-Aunque he escrito desde siempre, sobre todo poemas, de los que apenas se conservará media docena, empecé a tomármelo más en serio a partir del año 2010. Vi que ya había cumplido muchas facetas en mi vida y que había relega-do por necesidad la que consideraba más importante. Y era el momento propi-cio para aceptar el reto.

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9Perfiles con poesía

-¿Está escribiendo algún libro actualmente?

-Ahora mismo estoy intentándolo con una novela, aunque no estoy segura de que llegue a buen término. Todos los días escribo. A veces me asalta una idea y dejo lo que esté haciendo para retomarlo después. Es la ventaja de escribir sobre todo relatos: que no te ocupan un tiempo excesivo.

-Defina su estilo.

-Es difícil porque pretendo adaptarme en cada momento a lo que esté escri-biendo. Un cuento de terror ha de ser muy distinto a un relato histórico. En este último caso la época, o el lugar donde se desarrolla, reclama una forma de escribir determinada. Últimamente intento depurar, pues peco muchas veces de cierto barroquismo que quizás me sea innato por mi procedencia andaluza y por mis lecturas. Lo que sí veo es que en la mayoría de las ocasiones se desli-za mi vena poética, pero no la rechazo. Es un modo de cultivar varios géneros al mismo tiempo.

-¿Tiene algún reto literario que quiera afrontar en el futuro?

-Creo que todo escritor tiene el deseo de que se le reconozca al menos por un libro. Un libro que no sea anecdótico, sino una parte de él, de su sangre y su sudor, donde se consagre como una voz diferente y que aporte algo único, tan-to en lo que dice como en la forma de decirlo. Es, evidentemente, un reto muy difícil, pero no por eso voy a dejar de intentarlo.

-¿Libro digital o papel?

-He crecido entre papeles y moriré entre ellos. Le veo muchísimas ventajas al libro digital. En un aparato tan pequeño cabe toda una biblioteca, que adaptas a tu vista, que puedes subrayar, en el que cuentas con un diccionario para con-sultar términos dudosos... La tecnología es un arma maravillosa no solo para el lector, sino también para el escritor. Yo, al menos, casi no escribo en papel. Sin embargo, las librerías siguen siendo el mejor sitio para pasar una tarde, y el sonido de las páginas al pasar es una buena música para el otoño.

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Perfiles con poesía 10

-Ha habido un boom de ediciones gracias a los métodos de autoedición. ¿Bene-ficia o perjudica al mundo literario el saturar el mercado de libros sin calidad contrastada según su opinión?

-Sinceramente creo que no es un fenómeno positivo. Sigo pensando que todo libro ha de sufrir un proceso, en el que la lectura en profundidad y el juicio de alguien que sepa calibrar la calidad son fundamentales. Es cierto que muchas editoriales no se arriesgan con autores noveles por muy buena que sea su obra y prefieren las apuestas seguras; y, por otra parte, que a todos nos gusta que nos lean y la autoedición es a veces la única opción. La cuestión es, como di-ces, que, ante la saturación, el lector no sabe adónde dirigir sus pasos, y acaba aceptando a los autores consagrados, porque así parece que no se equivoca; a los amigos; o a quienes saben vender su libro. Y muchas veces ninguna de estas opciones es la mejor.

-Pida un deseo.

-Tiraré una moneda y pediré, sencillamente, que me lean. No sé si apunto muy alto.

-Muchas Gracias.

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“Los versosson la voz del poeta,

la otra voz”. G,G

La otra voz 12

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13La otra voz

COMETACometa que cruzas el Cielo, dime:¿Cómo ves tan claro tu destino?

¿Cómo no yerras jamás la órbita de tu camino?.Nada te detiene.

Ni lo eterno, ni lo infinito,ni lo breve, ni lo efímero.

Cometa que cruzas el Cielo,¿cómo avanzas sin desatinos?

¿Y de dónde surgen de tu cuerpolas luciérnagas de tu cabello?

Esas, de mil colores,titilantes y esféricas,

que se diluyen en el silenciode sus guirnaldas de tiempo finito.

¡Qué suerte tienes, Cometa,de ver tan claro tu destino¡

Mientras yo, por más que me empeño

en interpretar mapas marinos,en otear más allá del horizonte,

equivoco mi camino.Quedándome girando

sin elegir camino.Sintiendo como zozobroen mi ególatra destino.

Y tú, cometa que navegas,sin mapas en tus entretelas,siempre conoces el camino.

¡Quién fuera astro!¡Quién fuera vacío!

¡Quién fuera, tú, cometa,para no olvidar el camino!

¡O la luciérnaga de tu metal finitoardiente por el roce del soplo divino¡

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14La otra voz

Ese soplo que te empujaa seguir hacia el infinito,

que te convierte en estallidode estelas de polvo pristino!

Y mientras mis ojos te atrapan,tu mensaje llega a mis sentidos:

Mujer de grandes ojos,recuerda que todo es efímero

y que nada es el final.Sólo camina hacia delante,

a dónde tu brújula te quiera llevar. Ya se llame esta corazón,

sextante o carta de navegación,siempre en tu camino navega sin temor,

que millones de cometasbrillan en tu interior.Pues eres universo, de uno aún mayor.

Y empuja con soplos de vida,de gracias, de perdón, de amor

a cada uno de los Cometas que viajanen tu Universo Interior

(Elizabeth Santos Dorado)

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15La otra voz

PRÓLOGO

Voy a hablar de paisajes:de recodos urbanos que no existendel camino indeleble y de palmerasaisladas en alcorques,del jazmín desnutrido que ceñíala valla inmaculada del colegio.Voy a hablar de almacenesque orillaban la callecon las puertas cerradas y el misteriososteniendo las horas.Voy a hablar de la esperadelante de un semáforo,de un montón de revistasal pie de los quioscoscomo una invitación a lo infinito.Voy a hablar de la prisa,de la prisa invisible,de los locos que adornan sin su vozlas ciudades: dementes solitarios que algún díamirarán nuestros ojosal fondo del espejo.

( Elena Márquez )

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La otra voz 16

SÓLO MOTAS DE POLVO

La etérea nada,donde livianos seres

dejan su huella.Gráciles como plumasque navegan en el airecon pasos de bailarina

sobre el azul de la tarde.

Humanos imitadoresque contaminan el étercomo Ícaros perversos

de ruidoso paso.

Hay un lugar en la Tierrapara todas las criaturas.

Tan sólo el Hombreha perdido la sensatez y el rumbo.

Un deseo primitivoimpulsa la egolatría.

No somos el centro del mundo,sólo motas de polvo que se deshacen.

Tal vez algún día una luz señale el camino al Hombre

y comprenda, por fin, cual es su sitio

( Enrique Cisma Pino )

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17La otra voz

EL ALMA COMO ABANICO

Reta al aire un grito de color carmesí.Palabra de un corazón que late y muere

para volver a nacer, acompañado por taconesque despiertan entre claveles y versos.

Y viene y va y sueña y despierta y regala

a la vida su alma de abanico.Invita a las palmas,

emociona los sentidos.Toca el cielo con su mirada.

Y el verso quiere ser guitarra y la guitarra quiere ser caricia en su pelo

y el tiempo sentado en primera fila,lanza piropos a ese alma,

que como abanicose muestra y esconde...

en cada compás.

( Dedicado a la bailaora Andrea Prieto)

Gabriel Gil

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La bailaora Andrea Prieto

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“ Relatos y cuentos, memorias de un ayer y un futuro

inventados”. G.G

El tintero rojo 19

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EL OLVIDO

Una espesa niebla cubría la ciudad en una fría madrugada de invierno. El tin-tineo de la lluvia al caer era lo único que rompía el silencio de las calles. Por un instante, aquella armonía se vio interrumpida por el taconeo de unos finos zapatos de mujer. Caminaba deprisa por la gran avenida.

La densa niebla no le permitía ver el camino, tropezó con una piedra y cayó al suelo. Quería levantarse pero algo se lo impedía, un inmenso cansancio envol-vía su delicado cuerpo, cada vez se sentía más y más débil. Poco a poco aquella imagen se difuminaba como todas las cosas de su alrededor. ¿A dónde se irían? Eso nadie lo sabe. Pero ella había muerto, se había borrado una vez más.

Pequeñas lágrimas brotaban sin cesar de sus verdes ojos. Tal vez era odio, rabia o impotencia lo que se apoderaba de ella cada segundo. Una gran tristeza cubría su ser, en ningún momento pensó que borrarse de aquella manera iba a ser una tarea tan complicada, tan cansada, tan triste, tan dolorosa…

El olvido era el causante de aquella sensación de muerte, no física sino vital, más cruel que la muerte misma porque significaba desaparecer de la memoria del otro.

Es lo que tiene el amor cuando termina, que ni siquiera queda el recuerdo de lo vivido sino el recuerdo del olvido. Ana Isabel Díaz Cuadrado

El tintero rojo

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El tintero rojo 21

LA PROCESIÓN

En un pueblo de calles blancas se sentaban a las puertas de sus casas, dos amigas de unos 65 a 70 años. Una delgada con un moño; Carmela. Y la otra más gruesa con el pelo corto y oscuro; Toñi.-Toñi todavía están las calles vacías- -Déjate Carmela – se abanicaba Toñi- que después viene la gente y no vemos na.--¡Pero si después la gente se ponen de pie y delante!- exclamó Carmela.-El que tenga huevos que se ponga delante de mí-replicó Toñi.-¡Ay! Toñi, si el paso es mu alto- dijo Carmela.-Oye esa que viene ahí no es la Macaria?-preguntó Toñi.-Eso parece- contestó Carmela.-Po viene más rápida que un corre caminos-exclamó Toñi.Macaria, mote que le venía dado porque el marido se llamaba así; Macario, era una mujer de media melena negra y de cabellos rizados no muy gruesa, de fac-ciones duras y ojos pequeños.-Macaria, ¿A dónde vas tan rápida?- llamó Carmela.-A ¡dónde voy, a dónde voy!-dijo la mujer, con los brazos en jarra y meneando la cabeza- Que mi marío ha perdío el ojo.--¿El ojo?-exclamaron las dos mujeres a la vez.-El mu hijo de puta, porque no tiene otra palabra, ha perdio el ojo en el bar de la Curra-¬ explicó la mujer muy enfadada.-¡Oy! Macaria- exclamó Toñi. -Pero el ¿ojo?-seguía emparanoiada Carmela repitiendo una y otra vez la frase.-Con el dineral que me costó, el ojo de cristal-seguía Macaria, sin escuchar a las mujeres-y el tío guarro éste, con las borracheras, lo ha perdio. Ahora-añadía- que eso ha sio la putaaaa de la Curra, con las bromas de lo ha escondio.--Hombre no digas eso- dijo Toñi, sorprendida.-Pero… ¿cómo ha perdido el ojo no está metido en el hueco?- rompió a hablar Carmela. Macaria apretó la boca y meneó la cabeza:-En el hueco estaba, pero el mu borracho, guarro, se lo quitó pa que viera el Ja-cinto lo ciego que estaba él, y ahora dice, que no sabe si botó y se le cayó por el husillo o si lo han “pisao” y lo han roto.-

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-¡Virgen Santa Bendita! -exclamó Toñi .-Pero un ojo de cristal, ¿Cómo va a botar?--Na - replicó la Macaria- eso ha “sio” la puta de la Curra, que es más puta que una gallina--Pero ¿Cómo le va a quitar el ojo?- preguntó Carmela.-¡Esa!- levantó las cejas y la voz al mismo tiempo Macaria- esa con tá de echar un polvo, se saca ella los dos ojos, fite lo que te digo-Las dos mujeres se echaron a reir y Macaria siguió su camino.-Vamos que esta se cree que tiene a Robert Reford de marido- dijo Toñi y se siguió abanicando.-A ve Toñi- dijo Carmela- que voy a ir a por unos tintitos a mi casa.-Que van a decir la gente que somos borrachas-respondió riéndose Toñi.La calle empezó a ambientarse.-¡Qué bueno el tinto!, Carmela.-No va estar malo, quizás--Oye, ¿ese no es el hijo de la Bombera?- preguntó Toñi.-Sí-contestó Carmela- pero que serio lo veo.- Y ¿Cuándo se ha reído ése?, si tiene los dientes blancos de no darle el sol.-Po viene con un carrito parece ¿no?- exclamó Carmela.-Ese se casó con la Piluca y fueron a una residencia, porque no podían traer hijos-explicó Toñi.-Eso cuesta mucho dinero- dijo Carmela- pero a ve, él tenía y la Piluca no te digo na.-Hombre la familia de la Piluca están forrados-exclamó Toñi- po si todas las tierras de por aquí son del padre, ¿no?. Y los pisos en Sevilla capitá y, los alcor-noques en la sierra… ¡Coño están forraos!- Ea, po no podía tener hijos y con los adelantos que hay hoy, po tienen a su crío- respondió Carmela.-A ver si viene pa ca y vemos al chiquillo- dijo Toñi.El hombre se fue acercando lentamente.-¡Niño! – llamó Toñi.El hombre no muy alto se acercó de muy mala gana.-A ver el niño- dijo Toñi ansiosa.-¡Ay que cosa más bonita!- exclamaba la mujer acariciando al crío.-¡Que gordito y que bonito ¡ y que ojos tan grandes- decía Carmela.-¡ Es negroooooo!- gritó el hombre.

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23El tintero rojo

Las dos mujeres se quedaron cortadas y se miraban sin saber que decir.-¡Yo soy blanco, mi mujer es blanca y el niño es negro!- gritaba el hombre.Carmela casi tartamudeando:-Pe, pe, pero tu mujer es, es mu buena.-Eso ya lo sé yo sino no se hubiera quedado con esto- y le dio un empujón al carro.-Oy, oy, oy- exclamó Toñi y cogió al niño.Piluca se acercó al marido:-¿Tu qué? ¡Te he dicho que es mi hijo!- dijo la mujer con mucho genio.El marido se fue dejando el carrito.-Ay hija con lo bonito que es el niño- dijo Toñi dándole al crío.- Éste lo he llevado yo nueve meses y es mi hijo- explicó la mujer casi lloran-do- yo no tengo la culpa que él sea estéril y que la residencia haya cometido un error.--Po vaya error- murmuró Carmela, meneando la cabeza.-Y no ha reconocido al niño todavía- gemía Piluca.Las dos mujeres meneaban la cabeza sin saber que decir.-Y tendré que denunciar a la clínica- seguía Piluca.Carmela buscando una salida, miró a la gente que se arremolinaban a su alre-dedor:-Oye digo yo, esa es la Canaleja ¿no?Canaleja, mote que le venía de la madre, era una mujer muy vistosa y guapeto-na, un poco más joven que ellas, con media melena oscura y muy bien maqui-llada.Piluca se volvió para atrás:-Sí, es ella.-¿Po no me había enterao yo que se le había muerto el mario hace poco?-pre-guntó Toñi.-Aro yo también, creo- contestó Carmela.-Po que jirocha la veo yo- dijo Toñi.-¿Y entonces?. Si al mario lo encontraron muerto en un prostíbulo.- respondió Piluca.-¿No me digas eso?- exclamó Toñi, abanicándose.-¿No se enteraron ustedes?- preguntó Piluca, limpiándose las lágrimas.-Yo no- contestó Carmela- me fui con mi hermana que ha estao mala un poco

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tiempo.-Ni yo- respondió Toñi- mi hija dio a luz y yo he estao con ella lo menos dos meses.-Po se murió- susurró Piluca- pero se murió en un prostíbulo.-¡Ohhhh!- dijeron las dos mujeres a coro.-Pero estaba con una fulana…- dijo Carmela, para enterarse bien.-¿Po y entonces?- exclamo Piluca-. Y lo peor, que tuvo que ir el hijo mayor a reconocerlo pa sacar al cadáver.Carmela se ponía las manos en la cabeza.-Así que, ni misa ni na- seguía Piluca Informando de todo- la caja con el muerto, solo al tanatorio y solo al entierro.-Bueno alguien iría, imagino- dijo Toñi.-Mi padre que le da pena de to er mundo y algunos amigos, pero familiares ninguno- respondió Piluca.-¿Tu padre?- murmuró Carmela, y miró con una sonrisilla picarona a Toñi, mientras daba un sorbo al tinto. Piluca se fue cuando vio a su madre al otro lado.

La Cruz de Guía de la procesión ya había asomado por la esquina; tras de ellas las mujeres y hombres bien arreglados de oscuro; muchas de ellas con man-tillas y ellos en corbateados y, todos con velas. La gente se arremolinaban a lo largo de la calle, mirando todo los detalles de una Cruz de Guía, sencilla y plateada. También buscaban ver a alguien entre las personas que montaban la procesión. Las mujeres y hombres, con las velas, con cuidado de no mancharse sus trajes; miraban a la muchedumbre un poco por encima del hombro y salu-daban con una sonrisilla hipócrita y un movimiento de cejas.Las dos mujeres se pusieron de pie. Toñi abanicándose.-Que negro van tos- dijo Carmela.-Oye mira la Remolona. - Que traje tan percudío, ¿no?- dijo Carmela.-A ve, po hoy está limpia- replicó Toñi.-¡Ésa!- exclamó Carmela- ¡¿Esa limpia?!, si ésa se lava menos que un gato sin lengua.-Hoy va más limpia- dijo Toñi.-A ve la cara- respondió Carmela- porque fíjate en las manos.

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-¡Qué vergüenza de uñas!- exclamó Toñi sin dejar el abanico.-Bueno ¿y que me dice de la Revoltosa?- replicó Carmela.-Ésa que lleva una peina, más grande que ella- contestó Toñi.-A ve, ella es muy bajita; pues caballo grande ande o no ande.-Pero lo bien arreglá que va- dijo Toñi- que mantilla tan fina y tan bonita, que traje tan bien echo, que zapatos;¿Y el maquillaje y los pelo?; que bien va, que bien.-Oye, ¿ese no es el Macario con los dos ojos?- replicó Carmela, que no le quita-ba los ojos a la gente.-Uy, ése es- exclamó Toñi.-Voy a llamarlo que nos cuente lo del ojo- dijo Carmela, alejándose de Toñi y levantando la mano para llamar la atención del hombre.Macario era un hombre delgado y alto, de orejas grandes y poco pelo. Además de eso su mirada…su nariz larga; le hacían una cara rara. El hombre se acercó despacio a las mujeres.-¡Que guapas las señoras!- exclamó.-Gracias igualmente- contestaron a coro las mujeres.-Macario, pero hoy ¿Qué te pasó con el ojo?- preguntó Carmela. -Hoy casi me cuesta un divorcio- contestó Macario.-Uy ¿cómo dices eso?- exclamó Toñi.-Po si señoras mías- replicó el hombre con aires de interesante.-Pero ¿Entonces qué pasó?, ¿Como que ahora tienes el ojo en la cara?- pregun-tó Carmela.-Ná- contestó el hombre preparándose para su larga historia- lo que pasa; llega uno jarto de andar, se mete en el bar, se toma dos copitas de más… y este Ja-cinto que es mu porfión, por huevos decía que a él le habían dado los cupones antes que a mí, porque estaba más ciego. Y yo: “no, te lo han dado porque tú eres más viejo que yo”. Y él que no y yo que sí, total, que me saqué el ojo pa que viera que yo solo tengo uno y lo tengo changao. Y yo no recordaba lo que hice con el ojo; si no que al rato me dice la Curra: “¿El ojo donde lo tienes?” ¡Ay! Que sofocón, y decía el mamón del Jacinto que se me había caído y había botao…--Po tu mujer estaba como las locas-interrumpió Toñi, que la conversación le parecía aburrida.-¡Uhhhh!- aulló el hombre- ¿la mujer?; eso no era una mujer, eso era la leona que sale en los documentales de la dos.

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-Y entonces ¿el ojo?- preguntó Carmela, con impaciencia.-Lo primero que hizo con el palo de la escoba me dio un metío de miedo, me dejó más listo que Calixto. Me quito la borrachera; pero yo me acosté; y como esta mujer mía es más celosa que un perro, siempre me rebusca los bolsillos y ahí, ahí, ahí estaba el cabrón del ojo. Yo to contento y me lo puse y aquí estoy.Aparecieron los ciriales por la esquina y el hombre dijo ver a su sobrina y se fue.El paso no muy grande dio la revirá despacio al son de la música.-Que Cristo tan feo- dijo Carmela.-¿Cómo dices eso?- preguntó Toñi persignándose.-¿Es mentira?- exclamó Carmela-. Es paticorto y cabezón y, tiene una cara más rara…-Te va a castigar Dios- dijo Toñi mirando el paso.-A mí porque, coño; yo me he metío con Dios ni ná- exclamó Carmela- yo he dicho que esa imagen es feísima, igual que digo, que la de la Virgen es preciosa, mirando pa riba a la Cruz de su Hijo.El paso se acercaba meciéndose al son de la música. Los costaleros se acercaban al paso de madera oscura para ver como iban los compañero y los capataces los guiaban con tesón.Las mujeres se persignaron al pasar por delante de ellas el paso. Detrás iban mujeres de mantillas.-La Julia parece que le van a quitar el paso- susurró Toñi.-¿Y la Coja? Que viene dando trancallá con la mantilla puesta- dijo Carmela. -Ésa si que es difícil-replicó bajo Toñi- más difícil que acertá las catorce.La pobre mujer coja iba como podía en la procesión, con cara de cansada mez-clada, quizás con dolor.-Qué mala cara tiene la Coja-dijo Carmela.-Más que los pollos de cimago- respondió Toñi, abanicándose.La pobre mujer con la cojera importante, con los zapatos con tacones bajos y la mantilla larga, dando bandazos, al movimiento de sus caderas; con cansancio visible, dio un tras pies, con pérdida de equilibrio, puso sus manos por delante, empujó a otra mujer, que a su vez empujó a otra, ésta última se giró para no dar al paso y calló sobre la gente que miraba a la procesión. Mientras tanto, alguien quiso sujetar a la Coja y la agarró por la mantilla; la mujer levantó la cabeza, como un caballo cuando le tiran de las riendas, tras un grito, la mantilla sale

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disparada a las caras de la gente de detrás de la mujer. La Coja, da otro traspies, intentando mantener el equilibrio y pisa a una de las personas que miraban la procesión, esta la empuja hacia delante, mientras intenta esquivar a la masa de gente que a su lado se están cayendo. Instintivamente, las mujeres de detrás del paso se retiran, quitándose aún la mantilla de la cara, y, la Coja, va a dar de espalda, con un corneta de la banda. El hombre da un tras pies para atrás, dando una nota de desafine y cae sobre el tambor del compañero, que lo empuja hacia delante y, a su vez empuja a la Coja y, ¡allá va la pobre mujer! Dando trancalla-das, con la cabeza bajada y dando manotazos a diestro y siniestro para mante-ner el equilibrio. Con la peineta da en el trasero de una mujer; esta se asusta y le da un manotazo en la peineta, ayudándola a levantar la cabeza. La peineta sale volando y le da a un músico, en la calva. La música pierde el control y se calla.La Coja ya no tiene freno, va directa hacia el amasijo de gente que luchan por mantenerse de pie. La mujer con los pelos tiesos como un cuerpoespín, cae di-rectamente sobre la gente, haciendo el efecto domino, y subiendo un alarido de hombres y mujeres hasta el cielo. El paso se para, la gente cayéndose llega incluso a empujarlo.-¡Oy la Coja, la Coja, la Coja!-exclamó Toñi.-¡Ay si la han reboleao!- gritaba Carmela- ay que la han despelucao toita.-¡Ay que ver, lo que ha liao la Coja!-replicó Toñi, sin perder de vista la situa-ción.La Cruz Roja móvil rápidamente empezaron a levantar a gente, también la poli-cía y los costaleros.-¿Ayudamos Toñi?- preguntó Carmela.-¿Yo?- exclamó Toñi- ¡Como tengo las piernas tan buenas!, pa que me den un empellón y me revuelquen como ellos… ¡no, yo no!Poco a poco todo volvió a la normalidad y la procesión siguió su camino, hasta perderse por las calles encaladas del pueblo y dar hasta su iglesia, donde ya de noche, la gente arropaban a la hermandad, olvidando lo sucedido; aunque eso, quedaría para la eternidad, como una anécdota que corre de boca.

(Verónica Ventura Mar)

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UN HOMBRE ESPERA

Sentado en el sillón, un hombre espera. Fuera, una lluvia diminuta motea los cristales. Los neumáticos despabilan los charcos. Varios paraguas se abren al unísono.

Mira el reloj de arena, cómo caen las partículas como las gotas del aguacero, acer-ca la mano a su copa de brandy. Así puede pasar toda la vida. Pero solo habrán transcurridos unos quince minutos desde entonces, desde que se sentó ante el cristal de la ventana, moteado por la lluvia menuda, y sintió los neumáticos y el aberrante color de los paraguas.

Finalmente aparece. Lleva en la mano una maleta de tela, unas botas azules, el pelo chorreando. Se detiene en el paso de cebra. Parece que vacila. El hombre la anima con los ojos. «Cruza». Y luego se repite: «Vuelve». La mujer también mira la ventana, el cristal moteado por la lluvia diminuta, los neumáticos, los paraguas abiertos. Levanta la mano. Se despide. Pero el hombre la seguirá esperando.

( Elena Márquez )

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Jueves poéticos en Noches del Baratillo de 19,00- 21,00.Presentaciones de libros, actos culturales.

Ronda de lectura de poemas.

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Estamos en calle Macasta 28, esquina iglesia de la Hiniesta. zona Macarena. Sevilla.

Jueves 6 de noviembre asamblea extraordinaria, tema :Convocatoria de elecciones a la presidencia

de Noches del baratillo.

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Recursos literarios 30

Una de las webs que recomiendo consultar cuando decidimos escribir un poema en métrica es la Web: Vademecum poético.

http://vademecum-poetico.blogspot.com.ar/

Un completa página donde se especifican la mayoría de los recursos que un poeta puede necesitar, casi todos los tipos de estrofas y formas poéticas con explicaciones y ejemplos están aquí representados.

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