La represión en Soria durante la Guerra Civil, 1

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Gregorio Herrero Balsa yAntonio Hernández García

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En septiembre de 1.979, SORIA SEMANAL pu­blicaba tres reportajes sobre la incidencia de la Gue·rra Civil en esta provincia. Se rompía así el silenciohistórico a que había estado sometido el periodo1.936-39. Estos textos, con sus réplicas, se reprodu­cen en las primeras páginas de este tomo, Debido alinterés de ese periodo de nuestra historia contemporá·nea, desconocida en parte por quienes lo vivieron ycasi en su totalidad por las nuevas generaciones, elpresente libro trata de sistematizar la verdad históricade la represión en Soria bajo el mismo prisma críticode los reportajes citados, e intentando ampliar su con·tenido al de toda la geografía soriana .

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Editan:Gregario Herrero Balsa yAntonio Hernández García

Imprime:INGRABELPicos de Urbión, 1Tfno.: 30-OHi6ALMAZAN (Sorial

1.s.B.N. (Obra completa): 84-300-6743-41.s.B.N. (Tomo 1): 84-300-6744-2D. L (Obra completa): SO. 135/82D. L. (Tomo 1): SO. 133/82

Portada: Javier Pérez

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LA REPRESION EN LA PROVINCIA DE SORIADURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

Este trabajo en torno a la represión en la provincia de Soria durante la GuerraCivil, no trata de presentarse como una investigación histórica y exhaustiva, sinocomo un testimonio que ayudará, sin lugar él dudas, a conocer mejor un periodo denuestro reciente pasado que, salvo casos aislados, permanece oscuro y premeditada­mente olvidado. Tanto estas páginas de Gregorio Herrero, como el trabajo anterior­mente publicado de María Isabel del Campo, han de entenderse, pensamos, comodos aproximaciones, fragmentarias si se quiere, a una realidad que ya hoy sólo pue­de verse como parte de nuestra historia. Somos conscientes de que esa historia de laGuerra Civil está por hacer, por eso tienen mayor valor estos trabajos que no duda­mos vienen aportando datos hasta ahora escasamente conocidos unos, y totalmenteignorados otros, de lo que fue la contienda de 1.936 a 1.939 en la provincia de So­ria. "El hecho de que en Soria no se combatiera ni fuera en ningún momento frente

.de guerra, hace todavía más inexplicable la justificación de una represión, que,como se viene a demostrar en este artículo, sólo podía producirse como una manera.de saldar viejas cuentas entre quienes manten ían ideologías distintas. Ahora, trasmás de cuatro décadas en que las tapias de nuestros cementerios dejaran de ser es­cenario de tantas absurdas ejecuciones, los familiares de aquellos sorianos asesinaBoshan comenzado, en parte, a reivindicar los lugares "secretos" en que hasta ahorapermanecían enterrados. las "Matas de Lubia", 105 campos de las- cercanías de Val­corba, la cuesta del Temeroso, son ya sólo mudos testigos de aquellas muertes trági­cas. Sólo en las fechas que recuerdan los hechos, sobre alguna parcela o junto a al­guna tapia del cementerio de Las Casas, de San Pedro Manrique, de Soria, aparecealgún ramo de flores como recuerdo de los días tristes de la Guerra Civil. Estas pá­ginas tratan de "recuperar esa necesaria memoria histórica para que ciertas cosas noqueden fuera de nuestra historia de la que ya forman parte.

SORIA SEMANAL ha publicado en tres números consecutivos, un relato histó­rico con el título "Los primeros días de la Guerra Civil en la provincia de Soria",firmado por doña María Isabel del Campo Muñoz.

Creo que SORIA SEMANAL fue literalmente barrido de los kioscos y libreríasy absorbida por los lectores la totalidad de su tirada. En una tierra como la nuestradonde el "vicio" de la lectura no existe, lo que antecede demuestra de un solo gol­pe el interés y el deseo de saber lo que realmente aconteció en Soria, a conUr delterrible 18 de julio de 1.936.

Frente a este indudable interés de los más, existe el criterio de los menos -y porsupuesto el deseo de algúnos- contrario a que se pn,fundice en el análisis de aquelperiodo histórico. Yo voy a expresar mi opinión al respecto. Creo que el citado re­lato, aunque incompleto y con algunos errores, merece la pena que haya podido serleído; y creo que quien lo firma no debería haberlo cerrado con sus últimas pala­bras: "Se dan casos aislados de represión en varios pueblos durante estos días, sien­do las causas la exaltación del momento, el miedo y los motivos personales", por­que ello no corresponde a la realidad de lo sucedido, como más adelante veremos.No obstante, el relato a que hago referencia tiene además de interés, un valor muyestimable, dada la dificultad del tema y su complejidad.

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Yo discrepo ra~icalmente de quienes habiendo vivido la Guerra Civil, incluso dequienes eran niños cuando empezó o nacieron entonces, estimen que lo mejor esignorarla, como si no hubiera sido una cruelísima tragedia que asoló nuestra Patria. ,un hecho feroz, preparado y perpetrado por hombres de este país y contemporá­neos nuestros. Está demostrado históricamente, incluso con el testimonio de algu­nos que participaron destacadamente en él, que el Alzamiento contra la República,empezó a prepararse antes de que finalizara 1.931 y que en dicha preparación inter­vino primero la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler más tarde, quienes alen­taron y ayudaron a los conspiradores. La "Sanjurjada" del 10 de agosto de 1.932,explosión precipitada de la conjura, fue un"c1aro aviso de lo que años más tarde oeu­rrir(a; aviso que la República no supo valorar, subestimándolo. Indudablemente, losgobernantes.republicanos, pecaron de ingenuidad y exceso de buena fe.

Nos hemos pasado la vida entre conquista y reconquista y asesinándonos unos aotros, esclavos de la sangre y el fuego. Precisamente por ello, debemos ser enemigos-yo lo soy- del antihistoricísmo. No podemos' enterrar la memoria histórica. De­bemos conocer las batallas perdidas por el pueblo -y digo pueblo en su acepciónmás amplia- para evitar que puedan volver a plantearse y vuelva el pueblo a perder­las. El camino más seguro para amar y preservar la paz, es COnocer los horrores dela_guerra. Y su completa inutilidad. He dicho más de una vez que la guerra civil fueu~ tragedia horrorosa y GRATUITA, porque no resolvió ninguno de los grandesproblemas de la Patria. Más aún; cuarenta años después, a la muerte de Franco,los probfemas seguían vivos y activos, y algunos agravados, esperando soluciones ra­cionales y pacíficas; es decir, determinadas por fá fuerza de la razón y no al contra­rio. Y éste es el camino que debemos seguir y el objetivo que debemos alcanzar su­perando con fe y esperanza todas las dificultades que los enemigos de la paz nosopongan.

Alguien ha dicho que los pueblos que no conocen su historia, están condenadosa repetirla; por eso yo creo que debemos conocer lo que nunca debió haber sido yconviene a todos - ia todos!- que no vuelva a poder ser.

No voy a hacer una crítica minuciosa del trabajo de María Isabel del Campo, si­no señalar algunos pequeños errores. La actitud violenta de los requetés -destruc­ción del interior de la Casa del Pueblo, locales de la CNT, Izquierda o Unión Repu­blicana, rótulos de las calles, imprenta de La Voz de Soria, etc.- no fue debida a"su exaltación por haber tenido bajas" durante el trayecto a Soria. Desde luego enla provincia de Soria, y hasta llegar a la capital, nadie opuso resistencia alguna y losrequetés no tuvieron ninguna baja. Es incierto asimismo que la destrucción del kios­co situado a la entrada del Círculo de la Amistad, fuera debida a que los requetésencontraron pornografía -Que no la había- y literatura marxista, que tampocoexistía, entre otras razones porque en aquella época y en Soria podían contarse conlos dedos de las manos los que hubieran leído El Capital. El kiosco fue destruídoporque su dueño, Baudilio Ruiz, era republicano y alguien lo denunció a las Fuer­zas.. Menos mal que Baudilio, entrañable amigo y hombre moderado y bondadosopudo salvar su vida, después de innumerables vicisitudes.

Desde la entrada de los requetés en Soria el día 22 de julio y hasta el 20 de di­ciembre del 36 cuando menos (en este día fueron extraídos de la cárcel de El Bur­go de Osma y fusilados alrededor de 16 presos enterrados en Bayubas). la tónicageneral fue la represión sistemática y organizada fríamente. Pudo haber casos aisla-

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dos de algún crimen cometido por incontrolados, pero eso constituyó la excepción.Para que la represión sea menos explicable y más condenable, en Soria} repito, nohubo lucha, ní resistencia a la sublevación; tampoco hubo violencia alguna duranteJos seis años de República. Para ser más precisos: nunca hubo violencia en nuestraciudad o provincia por motivos poi íticos o sociales.

Fue a partir de aquel 22 de julio cuando todo cambió súbitamente y empezó acorrer la sangre de seres indefensos y pacíficos, de hombres inocentes a quienes elinstante supremo en que perdieron la vida, les causaría tanta sorpresa como dolor.Enfrentados con su trágico destino -pienso yo- dudarían hasta el último momentode que fuera realidad y no terrible pesadilla lo que presenciaban; y cuando llegarona tener conciencia de lo que finalmente les sucedió, pensaron, seguro estoy, de queera más hermoso morir por un ide~I, que ser verdugos a pretexto de otro ideal dis­tinto.

LA REACCION DEL CLERO

María Isabel del Campo Muñoz señala con acierto que el clero, casi en su totali­dad conservador -reaccionario en mi concepto- tuvo una influencia notable en eldesarrollo de los acontecimientos. La represión hubiera desaparecido o suavizadocomo veremos, si la intervención del clero se hubiera orientado en esa dirección paci­ficadora.

En Soria hubo un sacerdote ejemplar, el abad de la entonces Colegiata de San Pe­dro. Don Santiar.o Gómez Santacruz demostró su repulsa por la violencia y la's re­presalias, pero SOlo y aislado, sus esfuerzos fueron inútiles y pronto fue silenciado,ante la indiferencia cuando no la animadversión de muchos de sus compañeros.

En Fuentes de Magaña no hubo ningún fusilamiento porque el sacerdote, unhombre pequeño de cuerpo y grande de alma, don Antonio, se opuso rotundamentey respondió por todos sus feligreses. Evit6 con su decisión que ocurriera lo que su­cedió en San Pedro Manrique y en Magaña, de los que dista unos pocos kilómetros.

En Valdeavellano de Tera había una lista de veintinueve vecinos que estaban sen­tenciados, incluso señalado el lugar de los fusilamientos, y el sacerdote, don José,impidió con ardimiento y energía que semejante atrocidad sé cometier.a.

En Mazaterón, después de múltiples vejaciones, fueron detenidos el 29 de enerode 1.937, el matrimonio Ciriaco Bas y Bárbara Gil. Su hijo, Hipólito Bas, de cincoaños de edad, quedó abandonado y solo. Fue el sacerdote don Mariano Gareíaquien lo recogió y lo tuvo en su casa hasta que sus padres fueron puestos en liber­tad, no sin que antes desapareciera de sus graneros el producto de sus cosechas.

Cuán necesaria hubiera sido la existencia de muchos sacerdotes como los citadosen el pueblecito de Pozalmuro (siete fusilados), Covaleda (seis fusilados), Deza(17 muertos, algunos después de ser expoliados y apaleados con la intervención delos famosos jerarcas falangistas Lama Noriega y José Martínez Verguizas). y enAlmazán y en la comarca de El Burgo de Osma, con una 'argu ísima lista de asesi­nados... y en tantos y tantos pueblecitos de la provincia. Tenemos en Baraona elcaso de Miguel Ranz Iglesias. Pudo escapar a la matanza, pero fueron fusilados suscuatro hermanos, cuatro sobrinos y diez primos. ¡Todo un mosaico de horrores!

Repito que la represión fue en general sistemática y fríamente calculada; y lasórdenes de ejecución sal ían de los centros de poder. Casi todos los fusilados, per-

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manecieron antes en las cárceles de Soria, Agreda, Almazán, El Burgo de Osma, Ber-langa, etc., y ~e ellas no pudieron ser extrafd?s por incontrolado.'. • .

la represion fue general como hemos dicho y, tuvo el caracter de una tactlcasistemática y deliberada, que buscó el aplastamiento de la clase obrera y el aniqui.lamiento de toda posible oposición a la sublevación y al régimen que se pretend íainstaurar. Se impuso el terror y los que se libraron de la muerte o de la cárcel, que·daron paralizados por el miedo. Dentro de la clase trabajadora, los ferroviarios fue·ron el blanco preferido. Los maestros corrieron idéntica suerte. Fueron muy nume­rosos los fusilados y más aún los detenido$, que en su mayoría fueron expedienta-dos y finalmente separados del cargo con carácter definitivo. .

Asimismo Correos y Telégrafos fueron rigurosamente depurados, y sus jefes enSoria, ejecutados. El de Telégrafos, don Antonio Burxal, hombre ejemplar y verda·dero apóstol laico, fue fusilado en el cementerio de Soria la noche del 16 al 17 deagosto de 1.936, junto con el inolvidable doctor Gaya, cuya bondad nadie puso ja­más en· duda, el abogado de Agreda, don Anastasia Vitoria, el delegado de Hacien·da, que apenas llevaba dos meses en nuestra ciudad, el fotógrafo don Manuel Blancoy tres personas más. También fue fusilado más tarde el hijo de don Antonio Burxal,para que la tragedia de la familia fuera mayor. Quedó sólo una hija, a quien despuésde terminada la guerra, visité en Madrid. El caso del doctor Gaya constituye unclaro ejemplo de la crueldad represiva, que no respetó ninguna barrera, pues fue en·carcelado y fusilado llevando en su bolsillo una certificación de la autoridad judi·cial de Zaragoza en la que se proclamaba su inocencia.

lOS ASIDUOS Al GOBIERNO CIVil

Otro ejemplo de crueldad fue el asesinato de don Eusebio Alonso, alcalde·se·cretario de Vinuesa, que fue ejecutado casi a los 80 años. ¿Puede alguien imaginarseel peligro que pudiera representar para el "Glorioso Alzamiento", un pobre ancianopacífico e inerme? Hay cosas difíciles de concebir y ésta es una de ellas. Sf; las gue·rras engendran monstruos, aunque en la paz -entonces y quizás ahora- haya per~

sanas que alimentan en su interior UD monstruo disimulado, que sólo espera la oca·sión propicia para manifestarse y actuar, con la misma o mayor intensidad que en­tonces.

El Gobernador Civil de Soria, de triste recuerdo, don Enrique Casado, fue elmáximo responsable de la represión. El y su equipo de asesores o Comité del quefomaron parte, entre otros, Saturnino Ridruejo, Alfonso de Yelasco, un tal Quiro·ga (registrador de la propiedad), un ingeniero de montes, apellidado Monzón, Mar·ron, director del banco Hispano y un tal Martínez que todavía vive.- Al Gobierno Civil tenfan acceso y entrada libre numerosos delatores e informan·tes, entre los cuales recuerdo ahora a Samuel Redondo, Gregario de Pablo, el fama·so Diego Navarro, Fausto Hortelano y Angel Vallejo, apodado "el Patillas". Hubomuchísimos más, pues la delación fue un deporte concienzudamente alimentado,por morbosidad o por miedoj pero aquí quedan reseñados los más conocidos ysobre los que no cabe ninguna duda.

Referente al "Patillas", recordaré un caso curioso. Terminada la guerra y Jicen-

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ciados del ejército tres sorianos, José García de la Puerta, Nicasio Martínez y Joa­quín Hernández, que habían pasado muchas dificultades y a quienes su marcha alfrente habfa salvado de la cárcel y quizás de la muerte (aunque Nicasio Martínezpermaneció casi un año en los calabozos del cuartel de San Gregario, en Zaragoza),regresaron a Soria y se encontraron en un bar con el célebre llPatillas". García de faPuerta se puso a su lado y le dijo en voz baja: " ¡Cabrón!". Buscando una implica·ción polftica, el astuto Patillas preguntó en voz alta si le llamaban cabrón por lo quehabía hecho durante el Movimiento, a lo que Joaquín Hernández, joven muy im­petuoso entonces, respondió: llTu has sido un cabrón antes del Movimiento, en elMovimiento y después del Movimiento", propinándole un fuerte puñetazo que hizoque "el Pati(Ias" besara .el suelo. Quizás para evitar que cundiera el ejemplo, los tressorianos fueron detenidos y permanecieron en la cárcel de Soria durante dos serna·nas. Aunque todavía dominaba el miedo, en la cárcel recibieron la visita solidariade muchos amigos, y entre ellas J la mía. fiEl Patillas" vivió desde entonces parali·zado por el terror J como otros muchos, y entre el desprecio de todos.

"En Duruelo se presentó una patrulla con el propósito de hacer una ulimpieza",eufemismo que enmascaraba el acto de fusilar, El alcalde, que era tartamudo, seopuso firmemente diciendo: "Aquí el único malo soy yo;"así que lIevadme a míprimero". Su noble y valiente actitud, secundada por el farmaceútico, evitó la pre­parada matanza y en el citado pueblo, nada irreparable ocurrió. En Soria la tónicafue la abstención, el retraimiento, la falta de valor cívico, en una palabra, la cobar·dl'a o la indiferencia. Triste es decirlo pero fue así. Puedo consignar con orgullo quemi padre, hombre de derechas, correligionario de Miguel Maura y Gregario Arranz,pero hombre liberal y humano evitó con su intervención algunos crímenes. Quizás aél debieron sus vidas Seraf(n, el afilador de la calle Estudios, Morales el impresor yun empleado del Ayuntamiento, llamado Dionisia. Los tres de la CNT; y el primeroy el tercero todavía viven.

MUGA: ACTUACION CONTRADICTORIA

Otras almas generosas fueron el matrimonio Del Amo, con comercio de juguetesen el Collado. Me consta su intervención en favor de muchos detenidos¡ aunque susgestiones cerca de Muga, en favor del doctor Gaya J no pudie~~n evitar su post~r~or

asesinato. Por cierto que el hijo mayor de Del Amo fue movilIzado y hecho proSlO­nero por los republicanos. A su regreso a Soria, afirmó que le habían tratado conhumanidad y respeto.

Numerosos miembros de la Guardia Civil se portaron humanitariamente en eltrato a los detenidos. El miedo era a caer en manos de falangistas, sobre todo dealgunos que todavía viven. Hubo excepciones terribles, como la del cabo de 8a.ra~­

na. El comandante de la Guardia Civil, don Luis Pardo, se reveló como un autenti­co caballero.

La actuación del teniente coronel Muga fue cO(ltradictoria, tanto en los momen·tos que precedieron a la entrada de los requetés como después. Su pacto con elGobernador Civil republicano es un hecho histórico. iCuán diferentes hubieran su·cedido las cosas si él con su superior autoridad J se hubiera inclinado decididamentepor la comprensión y la generosidad! No; no estuvo a la altura del comandante

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Pardo.Hubo personas militantes de izquierda (o autotituladas de izquierdas) que se

apresuraron a vestir la camisa azul. (Bien sabido es, que ahora ha ocurrido a lainversa) y colaboraron en la represión, bien delatando a sus· antiguos compañeros,bien participando activamente en las ejecuciones. Conocido es el caso de ManuelRuiz Pedroviejo, de Izquierda Republicana, y que después de convertirse en unauténtico colaborador del aparato opresor -cometida la traición, el traidor no esmenester- fue detenidq e ingresado en la prisión de Soria, donde tUYO que conviviro malvivir aislado y mudo, con sus antiguQs compañeros de militancia, quienes lenegaron el saludo. Puesto meses después en libertad, murió rápidamente. Otro casode "conversión" fue el del Secretario de la Casa del Pueblo, un conocido apareja·dar que se subió rapidfsimamente al carro del vencedor, siendo luego visitante asi­duo del Gobierno Civil.

Ei polo opuesto lo constituyó el Presidente de la Casa. del Pueblo, donEnrique Garda Carrilero, que fue detenido y condenado a muerte. Por puro' milagrosalvó su vida y fue puesto en libertad ocho años después. Ya tengo relatado en algúnartículo y en mi libro "la salida del túnel" su conducta ejemplar, y la entereza ydignidad, con que defendió su condición de hombre libre, aunque preso.

los responsables de la represión, por acción o inducción, pertenecieron en ge­neral a las llamadas "fuerzas vivas": propietarios, profesiones liberales y comercian·

-tes. (Algunos se enriquecieron rápidamente con los negocios fáciles, manejos de in­fluencias, etc.; lo que entonces se conocía como "pasar la factura"). Todos habíanpasado por escuelas de "pago" y ninguno había padecido hambre o sufrido perse­cuciones, por lo que se hace más difícil la comprensión de su conducta. Estas perso­nas conocidísimas, tuvieron una influencia decisiva, determinante, en el desarrollode la represión. Pudieron inclinarse por la piedad y la ignoraron; pudo más el fana­tismo y el odio que la reflexión serena y la consideración objetiva, de que los conde­nados Ila dedo", ni eran personas violentas, ni habían cometido delito alguno.

En mi domicilio de Barcelona, recibí la visita de una hermana y sobrinos de Ar­senio Martínez, para agradecerme los merecidos elogios que en algún artículo y li­bro, había dedicado a su hermano y tío. Y me rogaron que hiciera gestiones a finde averiguar dónde fue asesinado y enterrado_ Hoy ya puedo detírselo_ Al anoche·cer del día 13 de agosto de 1-936, llegó a un lugar cerca del frente, un camión condoce personas esposadas y rigurosamente custodiadas. Dos de ellas -Samper y Chi­cote- fueron separadas y volvieron a la cárcel. Chicote salvó la vida y Samper fueejecutado más tarde. De las diez personas restantes, cuatro eran de Soria: ArsenioMartínez, Fermín González, Tomás Cué y Antonio Lafuente. los seis restantespertenecían a la comarca de El Burgo de Osma. Permanecieron en el camión esposa­dos toda la noche y al amanecer del día 14 fueron trasladados a un lugar entre Bar·eones y Atienza, donde fueron ejecutados.

Asistieron a la ejecución dos sacerdotes y un médico militar, con misiones dis­tintas. Como se habían dado casos, realizados los fusilamientos, de que algunas deras víctimas habían quedado moribundas (conocido es el caso de un fusilado en losllanos de Chavaler, que llegó arrastrándose hasta el pueblo próximo), el médico mi­litar recibió el ruego u orden de un superior, el capitán Martínez, de que se asegu­rara de que los que iban a ser fusilados , fueran realmente muertos y certificara sudefunción.

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Preparado el escenario para el acto final, los sacerdotes exhortan a los presos aque se confesaran. "Dentro de unos momentos vais a comparecer ante Dios, y os in­vitamos a qL!e recibáis los auxilios espirituales". Ninguno de los detenidos respon­dió. Entonces Arsenio Martínez se dirigió a sus compañeros de infortunio y lesldi­jo: "Si alguno de vosotros quiere confesarse y no se decide por rubor, que lo hagacon toda libertad. No por eUo dejará de ser valiente y digno". Los seis presos de lacomarca de El Burgo pidieron ser confesados. Fueron fusilados seguidamente y en­terrados después juntos. los cuatro anarquistas sorianos rechazaron los auxilios es­pirituales y murieron enteros y firmes. Las últimas palabras fueron de Arsenio Mar.tínez. Unido a sus compañeros y dirigiéndose a sus verdugos dijo: "Vosotros nosois culpables; sois un instrumento y ojalá que la España que quereis construir ~ea

de paz, de amor y de verdaderos hermanos; la España que yo siempre he soñado".Alguien que hab ía mostrado predilección por apuntar a Antonio Lafuente tuvoprisa por terminar y tronaron los fusiles. Fueron enterrados los cuatro juntos, cer­ca de los seis anteriores. Todos en un pequeño pradillo.

A MOSCARDD LE PARECIA EXCESIVA LA REPRESION

Entre los horrores de la represión, hay un caso realmente desgarrador, espeluz­nante. Fue detenido el jefe de Correos de Soría, Castiella_ Su esposa embarazada,con la angustia que cabe suponer, acudió repetidas veces al Gobierno Civil, para pe­dir clemencia con resultado negativo. Fue fusilado y la esposa y tres hijos, dos va.rones y una niña, de 13, 10 Y 7 años de edad respectivamente, desterradas a Moli­nos, donde la infortunada mujer tenía una hermana en holgada posición económi­ca, que se negó a recibirla y auxiliarla. La esposa de Castiella buscó refugio en lacabaña de un pastor, donde sin comer y sin atención de nadie dio a luz, muriendopor inanición la madre y el recién nacido. El hijo de trece años, como apuntara (asIlnefastas ideas" de su padre, fue internado en un correccional. Miles de veces hepensado en la espantosa tragedia de esta familia, propia más bien de un país salvajey no de una Soria que siempre hab ía sido pacífica y que en aquellos momentos,alardeaba de patriotismo y religiosidad. iHasta dónde llega la maldad y la hipocre·sía del ser humanal. Justo es consignar porque es verdad y justicia proclamarlo,que el general Moscardó, enterado de lo ocurrido, impuso una multa a la hermanade la fallecida, haciéndola pública, pero no supo evitar que el hijo de trece años fue·ra internado en un correccional. la hija, vivió durante muchos años con la familiade Juan Clavo, en Soria, hombre bondadoso donde los haya_ Aquella niña creo quevive casada en Navaleno.

Volviendo a Moscardó, me consta que él y algunos jefes de su Estado Mayor,quedaron impresionados por la magnitud de la represión en Soria.

Voy a relatar un penoso espectáculo que presencié casualmente. Mi abuelo ma­terno vivía en la Rasa. Enfermó y mi madre se trasladó allí para cuidarle, e hizoque yo la acompañara. Yo montaba mucho en bicicleta y algunos días llegaba aEl Burgo de Osma, donde por cierto, estaba preso Víctor Hernández, socialista ybuen amigo que salvó la vida por los pelos. Yo lo visité en la cárcel varias veces_ Unamañana, sobre las nueve, llegué a El Burgo y entré en un bar a desayunar. AII í seencontraban cuatro falangistas con fusiles, cantando y bebiendo, alternando fas

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canciones con brindis y gritos de iArriba España!. Al pronto uno de ellos miró elreloj y dijo: "Vamos, es la hora". Les vi cruzar la plaza intuyendo que nada buenoiba a pasar pero sin atreverme a seguirles.

Salí del bar y montando en mi bicicleta me dirigí a la cárcel Con intención de vi­sitar a Víctor, pero no entré pues enfrente de ella vi estacionado un vehículo, conel conductor sentado al volante y un sacerdote en la parte posterior. Relacioné loque veía con fa marcha de los cuatro falangistas y me entretuve dando vueltas,como si paseara en bicicleta. Al pronto, llegó otro coche, divisando a los falangistasy entre ellos, un paisano. Al llegar a la altura del coche ocupado por el sacerdote,uno de los falangistas sacó el brazo haciéndole señales, para que le siguiera. Desapa­recieron rápidamente ambos coches en dirección a Soria. Volví al centro de El Bur·go y al rato me enteré que había sido detenido por los falangistas, don AbundioAndaluz, diputado provincial y que a su familia le habían dicho lo llevaban a Soria.La realidad fue que lo asesinaron en la Cuesta del Temeroso, dejándole moribundo.Así fue como acabaron los brindis y las canciones patrióticas de aquellos desalma­dos y como perdió la vida el s~ñor Andaluz, que aún pudo, arrastrándose, avanzarunos metros. .

Otro drama terrible fue el de los hermanos Molina. Al sacarlos de la cárcel paraser fusilados, pidieron solamente que les permitieran dar un abrazo de despedida asus padres. Llegaron cerca de su pueblo y después de burlas y malos tratos, no pu·dieron ver cumplida su petición. Fueron fusifados, en er cementerio de Molinos.Entre los autores materiales, figura un falangista,.que luego fue policía, llamado Jo­sé Maria Peñalba, de San Esteban.

Un caso curioso fue el del cenetista soriano Juanito Sanz Chamarra. Permanecióescondido en su casa desde el día 22 de julio de 1.936, hasta el 1 de noviembre de1.939, sin que fuera descubierto, no obstante los múltiples registros realizados, al­gunos de ellos espectaculares, por el despliegue de fuerzas, pues se llegó a rodeartoda la calle Real y el barrio de San Lorenzo. Algunos de estos registros, fue dirigi­do por el tristemente célebre jerarca falangista, José Martínez Verguizas. Los re­gistros se repitieron, pues aunque eran muy pocas las personas que sabían que Jua­nito estaba en Soria y escondido -yo sabia que estaba en su casa- y todas eran deabsoluta confianza, alguien que todavía vive tenía la intuición o sospecha de que nohabía escapado. Su abnegada esposa Basilisa, muy querida por mis padres y p.or to­dos cuantos la conodan, pues es la bondad personificada, se las vio y deseó, parapoder cuidar de su esposo, trabajando para obtener los indispensables recursos.

Juanito salv6 su vida, una vida codiciada con ansia por sus enemigos y salió deSoria el 1 de noviembre de 1.939. Permaneció en Madrid diez meses y se trasladó aAsturias donde permaneció siete años más. Sus vivencias, la forma en que permane·ció escondido, sin salir de casa y sin que 10 encontraran, así como las vicisitudes quele acontecieron después, merecería la pena ser relatado, pero nos ocuparía largo es­pacio.

Militantes de la CNT fueron fusilados alrededor de treinta, entre los que recuer­do: flEI Manquillo", Arsenio Martínez, Tomás Cué, Fermín González, Antonio La·fuente, Manuel Blanco, José Andrés, Ramón Vinuesa, José Sillero, Miguel Pérez,Tomás Alvarez, José María Ablonil, Juan Arenas, el médico de Almarza, Aquilino,Ramón Cotillas, Segundo Velasco, Cayo B. G. (conserje del local de la CNT), Cons­tantina Alcoceba (comadrona), ocho trabajadores del· pantano de La Muedra y tres

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cenetistas oriundos de Logroño.Soci.~listas fueron más y, sobre todo, republicanos y simplemente liberales, fue­

~on !eglon. Muchos slml?lemente por no ir a misa o leer periódicos republicanos de'lquler~~, o esta~ ~nemlstados con el caciq~e de turno. En muchos pueblos, la in­!~rvenclon o pasIvidad del cura,_fue del~r~mant~, ~omo hemos indicado. Algunas,ovenes, Sol,edad Pesquera (16 anos), senonta Hemandez (su hermano Víctor esta­ba en la carcel) y dos peluqueras (que desde entonces fueron conocidas por elapodo de "las Pe.lonas"). f.uer?n rapadas al cero, obligándoseles a presentarse diaria­mente en el Gobierno Civil, Siendo muchas veces objeto de mofa y escarnio duranteel ,trayecto, por p.a~e de gente que se llamaban patriotas y cristianos. También seuso el aceite de nClno en numerosas ocasiones. Los familiares de los fusilados te­nían prohibido vestir luto. Hubo casos, como la madre del infortunado Adolfo 1.10.rales, socialista fusilado con el también socialista Silverio Lumbreras y alguien máse~ La R.ba de Escalote, que ya no volvió. salir de casa hasta su muerte bastantesanos. después. Nunca se me olvidará su dolor y desconsuelo. En Soria po,'el Collado~asaba con frecuencia, camino de la cárcel o de regreso cargada de' pre.sos para fu.sJla~ una cami~neta Uamada lila Cordera"; llevaba como 'adorno, un corderito en eltapon ~el rad.ad.or y ~n '?s laterales sendas calaveras pintadas. Algunas veces. ibapre~ed.da ~ s~gUlda mas bien por un Rolls, requisado a la familia Trevijano de Lo­grono. En el .ban Jos asesmos: famoso cabo de 8araona un mecánico llamado Pe~dro y !ambién, a veces, Manuel Ruiz Pedroviejo, del qu; ya hemos hablado, yalgu­nos mas.

Una noche se encontraba en el bar Plus Ultra de Soria tom"ando una cerveza PíoAlfonso, conocido por su ingenuidad e inocencia. Er~ lo que popularmente.se cono.ce con la palabra "infeliz". Su único defecto: beber cerveza y ser extremadamentelocuaz.. Fue detenid" y llevado directamente al Puente Hinojosa y fusilado quedan-do colgado con medio cuerpo fuera. '

LOS TRASLADOS

Los familiares de los presos al ir a la cárcel para visitarles o llevarles ropa o ali­~entos, se enco.~traban a veces con. una sorpresa que llegaba a colmar su angustia:

Su esposo o hiJO, o hermano, ha Sido trasladado". Así de simple. Sin añadir nin­gún dato más. Las preguntas atropelladas e insistentes de los familiares inquiriendopormenores sólo encontraban una respuesta: "Han sido trasladados y no sabemosmás" .

.Los famosos "traslados" eran a veces auténticos, pues hubo presos que visitaronvanas cárceles, pe~? con mu.cha ~r~cuencia, la noticia escueta del "traslado" signifi.caba la confirmac.on de la e¡ecuc.on del preso. Transcribo literalmente el documen,to, cuya fQtocopia obra -en mi poder. Dice así:

"DON JOSE MANUEL LORENZO DE LA FUENTE, DIRECTOR DELCENTRO PENITENCIARIO DE CUMPLIMIENTO Y DILIGENCIAS DE SORIA.CERTIFICO; que según datos obrantes en el archivo de este Centro los 16 indivi-,duos que se citan, Miguel Ruiz de Pablo, Florencio Borobio Gil, Salomón OrtegaSebastián, Ramón Vinue.. García, Miguel Pérez del Campo, José Sillero Lerma,Pablo Ormiz y Beltrán, Faustino Moreno Martínez, Teófilo San Nicolás Barrero,

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Manuel Vargas del Valle, Manuel Ramos Rodríguez, Félix Iglesias Garda RafaelSampere Bellido, Antonio Uriel Díez, Fortunato Pérez Noblejas Saturnino éastiellaCastillo, que se encontraban recluídos en la Prisión Preventiva 'Celular de El Burgode Osma, fueron entregad~s a fuerzas de la Guardia Civil el día primero de septiem.bre de ~ .936, por ord.en numero 1329 de la Comandancia Militar de Soria, para serco~d~,cldos a ~rese.ncla de .un Jue"z Instructor en Almazán. Y para que conste, apet'c!on.~e don~ Pilar IgleSIas R.~mera, hija de uno de los citados, y a los efectos detramllaClon ofiCial de exhumaclon, expido la presente en Soria a veinticinco 'deseptiembre .de ~il ~ovecientos setenta y Uno. Firma: ilegible. Hay ~n sello que dice:Centro Penltenclano de Cumplimien"to y Diligencias. Soria. Dirección".

Estos 16 presos -aún en el año 1.971 eran calificados como "individuos"- nollegaron a comparecer ante ningún Juez, ni por supuesto a Almazán. Fueron fusila.dos, ese mismo dí~, tras ser exca~celados, en Bayubas de Abajo, cerca del PuenteU~lan. Entre I.os ejecutores ~ate"ales y como dirigentes del. grupo figuran PedroLope~, ~1~nglSta muy conoc,do en Soria, un practicante apellidado Martínez y el

.guardla CIV" Lafuente, hermano del sargento del mismo cuerpo don Wenceslao La.fuente que en unión de su hijo Angel, cumpliendo órdenes del teniente coronelMug~ habían escoltado el coche ocupado por el Gobernador Civil republicano, sr.Alvalar, en su marcha -pactada con Muga- hacia la zona dominada por el Gobiernod~. la República. Cumpli~a su misión escrupulosamente, el sargento Lafuente y suhilO, de regr~so para Sana, se cruzaron con un tren de ferroviarios procedentes deArcos de Jalan, y resultaron muertos en el transcurso de un tiroteo entablado en­tre ellos. La muerte lamentabil ísima de don W_nceslao y de su hijo tuvo de,pués enSoria y la provincia consecuencias muy graves. '

. A partir de en.to~ces, su hermano se convirtió en un auténtic:o c:azador de repu.bhcanos o de SOCialistas, 0, simpremente de cualquier persona que en su conceptopudiera ser catalogada como liberal o heterodoxa, aunque él no supiera realmente I~que estas palabras significaban.

S~ afán era ejecutar, como él mismo reconocía y proclamaba con orgullo y arro.gancla.

Asisti~ a la ejec.ución de. los 16 infortunados, un sacerdote que fue Capellán delcementerio de SOrla, falleCido hace pocos meses. Su misión como es natural eraprestar los auxilios espirituales a los que iban a morir. No obstante su afirmació~deque todos. habían confesa~o, la realidad es que ninguno lo hizo, según afirmaciónde los veCinOS, algunos testIgos presenciales de las ejecuciones y según me aseguró lahija del infortunado Félix Iglesias. El afán por disparar del guardia Lafuente y el fu.ror que puso en ello, hizo que el sacerdote le dijera un tanto sorprendido: Ir ¿Perono te cansas, hijo?", a lo que el guardia Lafuente contestó: .. ¡Nunca, jamás!".E~tos da~os m.e fueron transmitidos por doña Pilar Iglesias, que como es, natural,hiZO ~verlguaclOnes para conocer detalles de la muerte de su padre, a quien quer(aentranablemente. La muerte del sr. Iglesias, marcó además para Pilar, su hermanaNieves y su madre, la iniciación de un nUevo calvario. Pilar tenía una beca concedi.da por la Diputación de Soria y estudiaba el bachillerato. Le fue retirada la beca porla Diputación, siendo su Presidente don Rafael Garda· de Diego. El profesor de fran·cés, don Alfredo Gómez Robledo protestó e hizo gestiones para que la beca le fue·ra restituída, sin conseguirlo. Es más: se le indicó que no se metiera en asuntos que

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no eran de su competencia. No pudo seguir estudiando doña Pilar. Su hermana Nie­ves, reci,bió durante el año 1.937 lecciones mías, naturalmente a título gratuito.(Así fue como conocí yo a esa familia). Su madre intentó poner una pensión en lacalle Numancia, siéndole denegado el oportuno permiso, hasta que cesado el Go·bernador Casado, quien le sustituyó en el cargo, le autorizó a tener la pensión, noobstante las trabas que siempre puso Julio García Mozo, hombre de confianza,como sabemos, de todos los gobernadores civifes, hasta que se trasladó a otra capi­tal. Más aún: el célebre cabo de Baraona, de tan triste recuerdo, prohibió a Pilar,entonces una joven de 17 años, que saliera de casa e intentó no seducirla, sino ul·trajarla.

ASESINOS Y APROVECHADOS

De las 16 personas fusiladas el 1 de septiembre de 1.936 en Bayubas de Abajo,algunos -o todos quizás- fueron expoliados, antes o después de morir. Concreta­mente don Fortunato Pérez Noblejas llevaba un brillante. Fue enterrado sin él. Conel tiempo, uno de los asesinos, Luis Martínez, pasó a desempeñar el cargo de practi­cante en el sanata:rio antituberculoso de Derroñadas. Allí trabajaba comó enfermeradoña Milagros Pérez Noblejas, quien reconoció en el anillo que lucía el practicante,el que había pertenecido a su hermano. Denunciado el hecho, el aprovechadopracticante tuvo que devolverlo, merced al testimonio del joyero don Ramón Mon­real, que certificó sin IOJgar a dudas que el brillante pertenecía a don Fortunato. Elpracticante terminó por decir que use lo había encontrado·~.

Ya he dicho que los 17 fusilados de Deza, algunos fueroo apaleados y expolia·dos. Según amplios testimonios, el célebre falangista soriano, requisó en Deza variasescopetas de caza, una de ellas de verdadero lujo, que no entregó a las autoridades,apropiándoselas. Con el tiempo y gracias a un Juez de Instrucción de Soria, estric­to cumplidor de la ley, tuvo que devolverlas, aunque por la especialísima situaciónpolítica, los crímenes y las apropiaciones quedaron impunes. A.ntes al contrario,el tal falangista, compañero mío de escuela y poco más que analfabeto, alcanzócargo en la Secretaría del Movimiento en Madrid y posteriormente, en el Ministeriode Comercio, "a dedo" como es natural.

Otro caso de Upatriotismo" y de instinto comercial, fue el de Antonio Cuevas,dentista de profesión. Conocida fue su afición a presenciar ros fusilamientos. Quizásmenos conocida sea, su intención y propósito de extraer las piezas dentales de losfusilados. Llegó en su osadía a pedir autorización para ello, al Gobtrnador Civil,Casado. Aunque éste, principal responsable de los crrmenes que se COMetieron, noera hombre de escrúpulos, en este caso reaccionó amenazando al tal Cuevas con de­tenerle, si llevaba a cabo su propósito. No todo iba a ser negativo en l. conductadel tristemente célebre Enrique Casado. Nunca serán conocidos los casos de rapiñaque se cometieron, pues los fusilados no podían hablar y sus familiares tanpoco lohicieron, atenazados por el terror, e intuyendo además, que toda reclamaCIÓn seríainútil, cuando no contraproducente.

Un escribiente del abogado don Bienvenido Calvo, llamado Tiburcio, denu.ció eiasesinato de su padre, secretario de un pueblecito, creo que de El Cubo de la Sola·

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na, y a los asesinos. La denuncia fue presentada en 1.944 aproximadamente. Nadaconsiguió.y aún tuvo problemas y complicaciones con las autoridades.

PRISIONES

Además de la cárcel provincial de Soria, llena totalmente de presos, se habilita­ron para recluírlos la ermita de Santa Bárbara, el antiguo fielato de la carretera deValladolid, y los calabozos del Gobierno Civil. Y para los prisioneros de Sigüenzainicialmente la plaza de toros, después el cine Proyecciones y finalmente, el cuarteide Santa Clara. Y para las prisioneras de Sigüenza, el antiguo hospitalillo de la plazadel Salvador y más tarde un caserón situado en la actual calle de la Alberca, a la en­trada a mano izquierda.

En los pueblos permanecieron algunos detenidos en los cuartelillos de la GuardiaCivil; y en la provincia, las cárceles más importantes fueron las de Agreda Almazán. . ' ,Berla~ga y espeClal,,:,ente la de E! Burgo. de Osma. El director de ésta última, donGerman Egldo, a qUien yo conocl muy bren personalmente, se mostró en el cumpli­miento de su deber, como funcionario humanísimo y generosó. Las cárceles se lle­naron, pero iban quedando huecos para otros infortunados, a medida que se suce·dieron los fusilamientos, que sobre todo en el mes de agosto, fueron numerosísi­mas y constantes. Agosto fue el mes negro de la Guerra Civil en Soria, aunque rosfusilamientos continuaron hasta las navidades. luego vendrían las saCas de los prisio­neros de Sigüenza, pero eso lo explicaremos después.

Terminada la guerra, yo estaba en Zaragoza como soldado, ocupando el cargo desecretario de un asesor jurídico, don Manuel Ortiz, dada mi condición de estudiantede Derecho. Don Manuel por circunstancias personales tuvo especial interés en via­jar a Madrid; y como yo tenía tíos y primos en la capital de España y por consi·guiente grandes deseos de saber de ellos, conseguí de mi jefe. permiso para acompa­ñarle.

Así que, aproximadamente entre el 2 y el 5 de abril de 1.939, yo estaba en Ma·drid, abrazando con la natural alegría a mis familiares, a quienes afortunadamentenada les había ocurrido. Creo que fue al día siguiente de mi llegada. cuando me en·contré en la calle de Atocha, cerca del domicilio de mis tíos, con Isabelo y Antonio.Ambos estaban desorientados y, por supuesto, sin dinero. Entramos juntos en unbar de la plaza de Antón Martín, "el Moka-", que yo conocía muy bien. Tomamosunos cafés, contándonos mutuamente nuestras impresiones; ellos el relato de susaventuras, confiados y optimistas -hasta dónde puede llegar el entusiasmo y laingenuidad juvenil- y yo procurando persuadirles de lo peligrosa que era su situa­ción, cuando, al pronto, vi que cruzaba la plaza en dirección al bar una persona muyconocida ror su furor antirepublicano, mejor dicho, por su afán represivo: el policíaRamos, apodado "el Rabaniza". Empujé hacia los sótanos a mis dos amigos, advir·tiéndoles que se escondieran hasta que yo bajara a recogerlos. Entró Ramos y nossaludamos, pues él vivía en Soria. encima de la tienda de mis padres, en el Collado,y naturalmente nos conocíamos. Se mostró sorprendido de que yo pudiera haberllegado a mi Madrid, con tanta rapidez y, en virtud de su deformación profesional,me hilo una especie de interrogatorio, que yo salvé como pude. Bien es verdad queyo p.>rtaba una documentación en regla, y una certificación de mi jefe que justifi-

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caba plenamente mi estancia en Madrid. Sal í del café con Ramos y le acompañé has­ta dejarle en mitad de la calle León, donde nos ·despedimos. Me cercioré de que se­guía .calle adelante y volví al "Moka" a recoger a mis amigos. Aproveché lo sucedi­do para recomendarles prudencia y les insistí en mi creencia de que en Madrid enesOS días, ya habría policías y delatores sorianos, buscando a los desertores y a' loshuídos. Les entregué el dinero que llevaba, unos doce o catorce duros les di mis se­ñas de Zaragoza. e insistí en mi consejo de que se escondieran, proc~rando meter­les miedo, pues, repito, ellos decían "que la radio aseguraba que el que no tuvieralas manos manchadas de sangre, nada tenía que temer", y por lo tanto ellos estabantranquilos. Creo que fue dos o tres días más tarde cuando ambos amigos tropezaroncon Fausto Hortelano, quien los saludó cariñosamente. Tomaron cerveza, charlarony finalmente, Fausto les invitó a comer. Lo hicieron en un restaurante de la calleArlabán, la Concha. y comieron a la carta, es·pléndidamente. Fausto pagó la comidanaturalmente y -creo que Isabelo todavía conserva la factura- a la hora del café ycopa uno de los dos amigos, sospechó algo de la excesiva esplendidez y afectuosidaddel paisano Fausto y al salir a la calle se pusieron rápidamente de acuerdo para em·pujar a Hortelano y salir corriendo, pero éste. intuyendo las intenciones de aqué·lIos, y como viera en aquel momento a unos falangistas, los llamó gritando: "Dete·nerlos que son rojos". Y así fue como fueron encarcelados Antonio Ramón e IsabeloJiménez. Juzgados y condenados a cadena perpetua, visitaron los penales de Ocañay el Dueso. Puestos en libertad años más tarde, Antonio Ramón, herrero de profe·sión y hombre de gran fortaleza física, salió con la salud quebrantada. Contrajo ma­trimonio, sie.ndo yo el padrino de la boda, y murió en plena juventud. Isabelo,con algunas secuelas producto de la guerra y de la cárcel, vive hoy en Palenciamilitando como siempre en el PSOE. '

Me tropecé también en la calle con Baudilio Ruiz, que en principio opinabacomo los anteriores y que también había desertado; pude convencerle de que no sepresentara y Baudilio consiguió do(,umentación falsa, y durante muchos años qui·zá más de veinte, pasó a llamarse Marcelino. Vive tranquilo y feliz en Barce'lona,procurando olvidar las vicisitudes sufridas, pero siempre en su 1ínea ideológica dehombre liberal y demócrata. '

Además de fausto y el policía Ramos llegaron de Soria a Madrid con misionesidénticas, numerosos delatores, aunque no puedo precisar con qué resultado. Ha­blando de delatores, he de volver a referirme a Angel Vallejo, "el Patillas", ya cono·cido de los lectores. En los primeros días de la sublevación, "el Patillas" encargadode la plaza de Abastos de Soria, invitó a Atenógenes Zarza Mateo con un pretexto,a que le acompañara al Gobierno Civil, distante pocos metros, ya que tenía que en·tregar unos papeles. Al entrar en el Gobierno y como viera "el Patillas" al comisariode policía, don Emeterio Vicente, le dijo: "Detenga usted a éste que es 'rojo"'.Quedó detenido Atenógenes y pasó más tarde a la Prisión Provincial. Relatar lashazañas de "el Patillas", de Fausto Hortelano, de un frutero ya fallecido, de los po­licías Ramos, "el Rabaniza", y de otro, llamado Angel. familia de los fruteros va·lencianos, nos ocuparía un largo espacial sin que con ellos se agote la lista de los de·nunciantes, confidentes y demás ralea.

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LOS QUE HUYERON Y LOS DESERTORES

Fueron pocos realmente los que tuvieron la decisión de lanzarse a lo desconoci·do para intentar salvar sus vidas. La inmensa mayoría fueron detenidos en sus casas,sin ofrecer resistencia. Pensaron quizás que, una vez detenidos, no pasaría nada más;y aún que la detención sería por pocos días.

En Soria, un emp1eado del banco Hispano Americano, socialista, Luis Arribas,antes de la entrada de los requetés huyó campo a través, llegando a Navalcaballo,donde encontró alguna ayuda y consejo, logrando después, caminando siempre denoche llegar hasta la zona republicana. Era uno de los predestinados, por su signifi­cació~ agravada además por el hecho de que su jefe, el director, Marton, fue uno de'los co~militones d,el Gobierno Civil. Hoy vive en Méjico, con una situación econó­mica brillantísima.

Los hermanos Garcóa de la Puerta (dos de ellos, pues el otro fue requeté)!luyeron llegando hasta Almazán. José no pudo seguir y regresó a Soria, y, movili­zado, pasó desapercibido Y nada le ocurrió. El otr~, maestro y 'l;IYo nombre no re­cuerdo, llegó hasta Madrid, luchando siempre en pnmera fila, y mas ta~~e,comogue...rrillero. En una de sus incursiones por la zona de Franco, desapareclD. Fue un va-liente.

El alcalde de DelO, Pollo, fusilable con toda seguridad, pues era la persona másdestacada del pueblo, logró huir disfrazado de segador. Murió hace anos en Fran·cia,

En Viana de Duero residían con su madre, los hermanos Ranz Lafuente: Angel,David y Benjamín. David se había -destacado como periodista y colaborador de laVoz de Soria y era además maestro, profesión como sabemos no muy bien vistapor los sublevados. Los tres permanecieron en su casa, pero desde ella oían el ruidode los coches que iban a detenerlos, y huían al monte. Fueron numerosas las vecesque los requetés y falangistas llegaron al pueblo buscándolos. Como la situaciónse hacía cada vez más peligrosa, decidieron huir por el campo de G?mara hasta Bi­juesca. Permanecieron allí unos días, pero mataron al médico y volVieron otra vez aViana y, desde all í, disfrazados como Pollo de sega~ores, y ~ie~~r.e campo a tr~vés,apenas sin comer y sin beber, consiguieron despues de mil VICISitudes, llegar a lazona de la República.

Miguel Ranz Iglesias, de Baraona, ya hemos dicho que c?!'siguió huir,_ y hoyvive en Méjico, con la amargura de que 18 mIembros de su ~amllla f!-,eron fusllad.os.,

Desertaron del ejército de Franco, entre otros, Antonro Ramon, Isabelo Jmle­nez Casado Baudilio Ruiz, Clemente Millán Revuelta, Quico el cisquero, un car·pintero de San Lorenzo, Pestaña, "el Gallarón", los hermanos Peralta, Baldomero yVirgilio, Angel Sanz Chamorro, Pedro Marrón. Madurga, el mayor de los hermanos,también desertó de noche y desorientado, tuvo la mala suerte de volver a las filas deFranco. Fue fusilado al día siguiente. Me consta que murió como un valiente; To­dos los cita<tos vivían en la ciudad de Soria. De los pueblos fueron muchos mas losdesertores, pero na conozco los datos y su identidad. Sé que e!, el frente ~e Huesc:aentablaron relación numerosos sorianos y en un bar de la capital, se reuOIeron unavez 17 de ellos, y se juramentaron para pasar a la zona republicana, cosa quelograron conseguir.

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Antes hemos relatado el caso de Juan Sanz Chamorro, escondido en su casa tresaños Y pico. Por un descuido en el examen de mis notas, no consigné que hubo enSoria otro que batió el récord. José Calvo Tutor, ebanista, que permaneció esco'ndi­do durante ocho años en el torreón de la muralla, existente en la calle Puertas dePró, don?e vi.vía. Fu.eron constantes los registros nocturnos y diurnos, sin que die­ran con el. S~l,o sabia que estaba escondido su madre; y pasado el tiempo, sus her­manos. Tamblen hubo otros que permanecieron ocultos durante varios años, entreellos un tal Serrano_

Todos los que huyeron o desertaron, pasaron como es natural, innumerables vi·cisitudes. Casi todos los que he citado salvaron la vida, aunque la mayoría conocie­ron después las cárceles y los campos de concentración. Unos porque fueron hechosprisioneros; otros fueron detenidos después. Caso curioso, aunque sangrante es elde mis amigos, los conocidos sorianos Isabelo Jiménez Casado y Antonio R~món,apodado éste último, "el Bartolillo". Ambos habían desertado pasando al bandorepublicano, donde lucharon valientemente. Isabelo había sido herido y todavíac:onserva metralla en la cabeza.

ALGUNOS DETALLES DE LA HISTORIA QUE ESTA POR HACER

En Montenegro de Cameros, en los primeros días del Alzamiento, una madruga­da, fusilaron a nueve personas, vecinos de los pueblecitos del contorno] en la cune­ta del contrn Soria-Logroño, a unos tres kilómetros del pueblo. En el últimomomento, uno de los predestinados consiguió escapar, subiéndose a la copa de unchaparro o encina, desde donde presenció el fusilamiento de sus compañeros. Losfusiladores fueron al pueblo a dar cuenta del hecho para que los vecinos los enterra­ran y al mismo tiemp.o dieran una batida, para buscar al huído. Enterado el Juez,creo que llamado Jose Romero, y después de consultar con las autoridades de Soriaorden? que se les enterrara en el cementerio. Dos de las víctimas eran padre e hijoy mUrieron atados codo con codo. El huido regresó a su casa varios días después y supropia esposa, atemorizada por las presiones y amenazas sufridas, lo denunciósiendo detenido y fusilado en el acto.

JOVENES y APELLIDADOS DOMINGUEZ

En Mazalvete, dos ~ermanos solteros, fueron detenidos por falangistas en su do·micilio, en presencia de su madre. Llevados a Soria al Gobierno Civil, fueron fusila·d~s al día siguiente., Cuando su madre llegó a Soria para pedir clemencia, ya· se ha·bla consumado el cnmen en el cementerio de Las Casas.

Don José Tabernero Bullón, maestro de Molinos de Razón fue denunciado poralguien de Duruelo, donde con anterioridad al Alzamiento había ejercido su profe­sión; se le acusó de haber destrozado el crucifijo; al saberse perseguido consiguióhuir a logroño, pero como quería reivindicar su buen nombre, ya que io que se leimputaba era falso} volvió a las cercanías de Covaleda con el propós.ito de entregar­se y demostrar que el crucifijo estaba cuidadosamente guardado en un arrJ:Iario 'dela escuela. Fue detenido y fusilado en Ausejo d.e la Sierra, junto con dos personas de

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Abejar. Los asesinos fueron dos falangistas. Fueron enterrados por vecinos de Ause­jo y hoy descansan en el Cementerio de Covaleda. Los denunciantes son conocidos.Don Fernando Romero y su hijo Antonio, fueron detenidos en Covaleda y fusila­dos en la Venta de Valcorba. Un vecino de Oteruelos se refugió en Covaleda, sien.do detenido y llevado al Ayuntamiento; por la noche fue fusilado a fas afueras delpueblo, por personas conocidas.

Juan Arenas de Soria fue detenido el 15 de agosto en Pozal muro, cuando estabasegando, por falangistas. Permaneció ocho días en los calabozos del Gobierno Civil.Detuvieron también en casa de su suegra a Timoteo Valero, en la calle Cuchilleros,siendo llevado al Gobierno. Una nochdos dos infortunados, atados de pies y manosfueron introducidos en una camioneta por unos guardias de Asalto, dirigidos por elpolicía Ramos, "el Rabaniza". Nada más pasar Los Rábanos fueron asesinados.Ramos avisó al caminero y éste ayudado por algunos vecinos, enterraron a las víc­timas. El hermano de Juan Arenas fue fusilado ocho días más tarde en la carreterade Portelárbol.

El médico de Afmarza, Herminio Guajardo, anarquista, conocido por su huma.nismo y desinterés económico, pues era un excelente cazador y las piezas cobradaslas repartía entre los pobres; y como médico no les cobraba e incluso pagaba de supecunia fas medicinas que necesitaban, huyó a Segoviela y a los pocos días se re~

tugió en Almajano. No creyendo quizás que le sucediera nada irremediable, dada sugenerosidad y conducta, vino a Soria, entregándose. Fue fusilado y está enterradoen .Calatañazor, con los maestros Buill y Soria.

El alcalde de Almarza, Esteban el herrero, de sesenta y tantos años de edad, fuedetenido y a las pocas semanas murió en la cárcel de Soria l quebrantada su saludpor fas angustias y sufrimientos. Sus bienes, así como los de los concejales, fueronintervenidos, hasta el extremo que no podían matar una gallina sin permiso.

En los llanos de Chavaler fueron fusiladas una tarde una docena de personas.Una de ellas, atada con otra, quedó malherida. Logró desasirse de las ligaduras y pu·do llegar arrastrándose hasta Gallinero. El médico le curó y pudo salvarse. Creo quetodavía vive.

En el mes de agosto fueron extraídas de la cárcel de Soria 16 personas para seringresadas en la Prisión de Almazán. Al llegar a las Matas de Lubia, fueron fusiladastodas, menos Isaías Romero y un tal Hernando. Estos se salvaron porque Hernandohabía trabajado para un jerarca falangista y aquél por ser hermano de un alguacil,muy querido en Soria, don Nicanor Romero.

Se fusilaba en cualquier sitio, al borde de las carreteras preferentemente y cercade algún pueblo, avisando después, aunque no siempre, a los vecinos para que losenterraran. Más de una vez se dijo: "y si no los enterrais, mejor; que se los comanlos perros". Pero hubo lugares en los que los fusilamientos fueron constantes y re·petidos. Así en Soria, la Venta de Valcorba y sus alrededores, los llanos de Chavaler,el cementerio de Las Casas y el propio cementerio de la capital.

En el recinto de la Venta de Valcorba, en un pequeño cuarto que existía, situadoa la izquierda, fueron enterradas un dfa nueve personas. Ocurrió así: fue avisada porel Gobierno la Inspección Municipal para que se trasladaran al citado lugar tres ocuatro sepultureros, algún alguacil y un bombero. Lo que presenciaron fue horri­ble: nueve personas yacían muertas, con las cabezas macha~adas. Uno de los algua­ciles se retiró espantado¡ el bombero Florentino, apodado I'el Pelele" se desvaneció

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y hubo de permanecer después enfermo en cama algún tiempo. Los sepulturerosmás acostumbrados a la presencia de la muerte, al mando de uno de elJos Mauricio'cumplieron su misión. Algunas de las víctimas iban bien vestidas y al par~cer proce~dían de la comarca de El Burgo.

En la provincia, fueron lugares predilectos para los fusilamientos, la Cuesta delTemeroso, el llamado ilano de la muerte de Bayubas de Abajo y un lugar.cerca deCalatañalOr. Allí múrió don Mariano Cabrujas y en un solo día, fueron fusiladosalrededor de una docena de personas.

Pero sobre todo, el lugar que bate el récord son las "Matas de Lubia", donde en·tre sorianos y prisioneros de Sigüenza, descansan VARIOS CIENTOS DE PERSO·NAS, entre ellas algunas mujeres. "Hoy hemos toreado treinta y dos becerros y unanovilla", oí decir a un bárbaro, a la puerta del Casino de la Amistad. Naturalmenteno he vuelto a saludarle y como éste existen otras personas que al verlas se me per­turba el estómago. Precisamente cerca de este Gran Cementerio escondido, encon­tró la muerte en accidente, quien había participado en múltiples fusilamientos endicho lugar, circunstancia que fue muy comentada en Soria. Algunos compañerossuyos de "correrías" viven, yo no sé SI tranquilos, pero sí orondos y en buena po­sición económica todos.

El pueblo más castigado de Soria fue Baraona. Además de los 18 miembros de lafamilia Ranz Iglesias, fueron fusilados un retrasado mental. Félix Iglesias. Que nadatenía que ver ,con aquella familia y que nada sabía de política, un señor apellidadoCaballero, el maestro del pueblo y varios más, entre ellos Cándido Salces. Este que·dó con vida y logró llegar hasta una caseta de camineros. Descubierto o denunciadofue detenido y fusilado definitivamente.

LOS PRISIONEROS DE SIGUENZA

El día 15 de octubre de 1.936 se rindieron a las fuerzas de Moscardó, unas 850personas de ambos sexos, milicianos y vecinos de Sigüenza. que habían resistidounos días en la Catedral y, atadas codo con codo, fueron llevadas a un cine de laciudad. AII í se hizo una primera selección y algunos fueron puestos en libertad yotros desaparecieron ignorándose su suerte. El día 16 llegaron a Soria en varias tan­das alrededor de 700 presos, atados de dos en dos, en camiones de ganado, cerradoscon rejillas. Inicialmente fueron llevados a la plaza de toros, donde se les cacheó yse les despojó de dinero, relojes, anillos, etc. El célebre Diego Navarro, como uno delos presos quisiera retener el anillo, con el retrato de su madre, le amenazó: 1.IDáme_lo O te corto el dedo ll

• Durmieron en el patio de caballos, sobre paja y sin mantas.De all í pasaron al cine Proyecciones donde se les cortó el pelo al cero a todos, de­jándoles un mechoncito, a unos en un lateral, a otros al final o en el centro de lacabeza. No vaya detenerme en detalles de las vilezas cometidas, hasta el extremoque hubo un plante de los prisioneros, que zanjó Muga, con órdenes que suavizaronla situación de los prisioneros. Dos de ellos fueron extraídos y fusilados días des­pués. Poco a poco fueron trasladados al cuartel de Santa CJara. Al principio durmie­ron en el suelo, sin paja y sin mantas. Después se les facilitó paja y algunas c~lcho­

netas, mantas nunca. En principio los jefes de los prisioneros fueron los tementesPaulina y Moísés.

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Una noche .a final de noviembre fuelon sacados a bulto exactamente treintapresos, que desaparecieron. A los pocos días se pidieron voluntarios para ir a traba·jar a Burgos. Formaron todos en fila y contando desde la cabeza al fondo, de tresen tres, seleccionaron exactamente otros treinta, que, desde luego, .no llegaron aBurgos. Pocos días después, volvieron a sacar otros treinta, contando esta vez desdeatrás a la cabeza. Las ropas o el hatillo de los sacados, quedaron en el patio delcuartel, por lo que los prisioneros dedujeron que los seleccionados habían sido fusi·lados. Así, poco a poco, de los 700 prisioneros que llegaron aproximadamente,quedaban unos 175 cuando los visitó Moscardó. Como era él quien los había hechoprisioneros, al darse cuenta de la sangría producida, dijo: "Estos son mis prisione­ros y no se mata a nadie más". UPero al que se le encuentre un objeto punzante ocuerdas, se le fusila y se le abre después expediente". Dio órdenes en el sentido deque se les facilitara camisas, aunque no llegó a cumplirse la orden citada.

Una fiesta religiosa, invitó a los presos a un banquete y llevó una orquesta y unbalón para que jugaran al fútbol. Antes confesaron en la iglesia del Espino, dándolesa.cada preso un número, que deberían entregar al confesor. Naturalmente, confesa·ron todos. A partir de entonces, sólo hubo tres fusilamientos: dos porqueintentaron escapar y un tal Antonio, taxista de Madrid que tenía cinco hijos, y quefue fusilado en el patio del cuartel, con todos los prisioneros formados. Se celebróun mítin en un garaje de la calle Alberca, en el que intervino García Sanchiz, presi·dido por Moscardó y otras autoridades. Asistieron los prisioneros y público de 50­ria, yo entre él. Sanchiz, buen charlista, se mostró poco humano pretendiendo con­vencer a los presos de su equivocación, pero con argumentos grotescos y amenaza­dores. Su arenga «patriótica y cristiana" fue en realidad una cruel burla, un terri­ble sarcasmo. Moscardó rn"manizó el acto pidiendo un minuto de siJencio para loscaídos de ambos lados. Como alguien del público dijera que sólo del bando nacio­nal, el general se irguió y dijo: "He dicho que de los dos bandos".

Los prisioneros trabajaron en !a construcción de refugios, descarga de bombas enla tabla del Duero, y en la muralla cercana al Mirón, timpieza de la plaza de toros,del Castillo y en otros menesteres, custodiados primero por la Guardia Civil y des·pués por los Alguaciles. Hubo un brigada llamado Mozas, que era jefe de los Muni­cipales, con el que los prisioneros estaban a gusto. Tengo referencias numerosas deprisioneros, que uno de los alguaciles, don Nicanor Romero hrzo cuanto pudo parasuavizar su situación. Algunos prisioneros fueron puestos en libertad, entre ellosdos médicos, Barrera y Herrero, que encontraron refugio gratuito en un piso propie­dad de mi padre.

Terminada la guerra nos demostraron su gratitud atendiendo repetidas veces ensu consulta en Madrid a mi hermana y mi madre, sin cobrar absolutamente nada.Las prisioneras fueron alojadas en el antiguo Hospitalillo de la plaza del Salvador y,más tarde, en un caserón de la calle Alberca, a la entrada a mano izquierda. Casitodas salvaron la vida, a.unque el trato fue duro y la alimentación tremendamenteescasa, como abundantes las vejaciones.

El pueblo de Soria sintió una gran piedad por la situación de los prisioneros,aunque muchos pidieron a su llegada que fueran quemados. Podría citar casos quedemuestran hasta dónde puede llegar la maldad humanal pero me retiene el pudory el dolor de los hijos de aquellos monstruos, muchos de Jos cuales se pasean tran·quilamente y se consideran /fpatriotas y cristianos".

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Entre los prisioneros hubo también traidores y confidentes, aunque pocos. Co·nocidos tres: Cipriano Yera, Manuel Pindado (éste era zafio, feo y tan poco hábilque todos los sorianos sabíamos su despreciable misión) y un tal Domingo.

CONSIDERACIONES FINALES

Todos los sorianos fusilados supieron afrontar con entereza y serenidad su des·tino, siendo m'uy pocos los que se humillaron.

Los funcionarios del Cuerpo de Policía se limitaron a cumplir órdenes en su ma­yoría, sin añadir sal y pimienta. Hubo algunos que extremaron su "celo" y :aún sedistinguieron por sus iniciativas homicidas. Recuerdo a un tal Angel, familia de losfruteros valencianos y a Ramos; ambos eran conocidos comorél terror y el miedo".Otro de los "patriotas" es el ya citado José María, de Peñalba de San Esteban. Estey el tal Angel creo que viven, aunque afortunadamente no han vuelto por nuestratierra. Yive también el que fuera hombre de confianza de todos los gobernadoresciviles durante muchos años y que hoy constituye un "archivo" viviente. Algúnsereno se distinguió por su diligencia en coadyuvar a la causa del Alzam;ento. So­mos muchos los que recordamos cómo sacaba las cajas de bebidas del bar Argentinopara obsequiar a las fuerzas en horas fuera de servicio. Pero los que se llevaron lapalma fueron los camisas azules, más o menos auténticos, más o menos Ilconver­sos". Naturalmente hubo falangistas que marcharon al frente y no participaron enla represión. Y algunos procuraron ayudar a los perseguidos. Me consta que JesúsMartínez Trillo protegió a algún amigo mío, acusado de "rojo". Y quiem consignar,que en ~uarenta años, sólo he hablado con Trillo dos o tres veces, no obstante ha­ber tenido con él antes de la guerra, cierta amistad que quedó interrumpida por elvolcán de la misma.

Hubo un alguacil, Melitón lloren te, que por su falta de "celo" fue expulsado delCuerpo. Sufrió calamidades, pasó hambre, trabajó de cantero y murió prematura­mente.

En fin, fueron tres años terribles en los que ninguna forma de crueldad fue igno­rada; tres años de miedo, de terror y de odio; tres años sin libertad para quienes nose subieron al carro del vencedor y mantuvieron una actitud digna, de rechazo y derepulsa, por la r~presión en sus variadas modalidades.

Algún día se escribirá la historia pormenorizada de lo que sucedió en Soria-quizás yo mismo lo haga- para que nos sirva de enseñanza y nos JURAMENTE­MOS TODOS a fin de que no vuelva a repetirse. Porque, como dijo Ghandi: "Lospueblos no se redimen por el camino de la lucha armada y el aniquilamiento del ad·versario, sino por el camino de la no violencia, la democracia y el respeto a los de·más".

No ignoro los crímenes cometidos en la zona republicana y los condeno con lamáxima energía. Y como ya tengo dicho, flpara mí los que asesinaron no fueronrepublicanos ni socialistas, ni comunistas. Fueron simplemente criminales".

Aunque cabe distinguir que en la zona republicana, la represión tuvo un carác­ter primitivo, como consecuencia de una conciencia proletaria inmadura y siempreen contra de los deseos de las Autoridades. Y para comprobarlo, no hay más quecotejar los discursos de Franco y de Azaña, de Queipo de Llano y de Prieto, cie Mo-

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la y de Martínez. Barrios, de Pemán y Antonio Machado.Para terminar. después de todos los asesinatos cometidos en ambas zonas, lle­

gado el día de la Victoria, siguió la represión y quizás con más virulencia. Una repre­sión in misericorde, fría, calculada, sistemática. Según José Miguel Naveros, entreabril de 1.939 y 1.945 perecieron más de DOSCIENTAS MIL PERSONAS, vícti·mas de los Consejos de Guerra y de los campos de concentración, sin contar los mi­les y miles que fueron ejecutados sin juicio.

Un corresponsal norteamericano en España, cuyo nombre así como el del perió­dico no recuerdo, pues mi archivo lo tengo en Barcelona y estoy escribiendo en So­ria, eleva esta cifra a DOSCIENTOS OCHENTA MI L, basando su afirmación endatos recogidos en el Ministerio de Justicia.

Sea una u otra la cifra, ahí queda reflejada la magnitud de nuestra tragedia, queconsidero todos debemos conocer -y nuestros hijos más- para que nos sirva de lec­ción y ejemplo, de lo que no debe suceder bajo ningún pretexto ni circunstancia.¡Que prevalezca para siempre la razón y no la fuerza; el diálogo y na la violencia yla consideración objetiva de que nadie tiene la exclusiva del patriotismo y de laverdad!.

En esta consideración final, creo yo que descansa la esencia de este trabajo y elimp'ulso que me movió a realizarlo. Todos los hijos de esta atormentada tierra, de­bemos recordar y hacer nuestras las palabras pronunciadas en plena Guerra Civil,en el Ayuntamiento de Barcelona, en 1.938, por don Manuel Azaña, cerrando undiscurso sereno: "PAZ, PIEDAD Y PERDON para todos".

Gregorio Herrero Balsa

PRECISANDO FECHAS Y NOMBRES(SORIA SEMANAL, núm. 135,27 octubre 1.979)

"Por no corresponder a lo por mí manifestado a doña Isabel del Campo Muñoz,en relación con su publicación bajo el título "Los primeros días de la guerra civil enla provincia de Soria" -errores cometidos, sin duda, de forma totalmente invorun·taria por su autora- es mi deseo poder subsanar los mismos de forma que lo mani­festado por mí sea lo que prevalezca, dado que es lo que se ajusta a la realidad delo sucedido entonces.

En el artículo aparecido el sábado 14 de julio y en el apartado correspondiente a"Las fuerzas políticas~'. se dice textualmente que uJosé Martínez Verguizas habíapertenecido a las células or~anjzadas en el Cuartel de la Montaña", cuando la rea­lidad es que el que pertenecIó a las referidas células fui yo..dado que me encontrabaen el citado cuartel cumpliendo el servicio militar en el Kegimiento de ZapadoresMinadores, perteneciendo a la sexta compañía al mando del capitán don RafaelSánchez Catalán, caído gloriosamente en la defensa del mismo, dándose la circuns­tancia que er que fuera Coronel primer jefe, García de la Pruneda posteriormentey durante la Cruzada, fue Gobernador Militar de Soria.

En el apartado uLos días anteriores al18 de julio", se dice que "fuimos a Novier­cas a dar un mítin", cuando lo cierto es que fuimos a reunirnos con un grupo de

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amigos simpatizantes nuestros.Más adelante se señala que "el Gobernador Civil dio orden de trasladarnos de

Noviercas a Olvega", cuando lo cierto es que nos trasladaron de Noviercas a Góma­ra, de Gómara a Agreda y de Agreda a Soria -precisamente el día 13 de julio, fe­cha en que murió asesinado Calvo Sotelo- ignorando quién fue el que pudo dar lasórdenes de traslado.

Vicente Sánchez Crespo, al saber que habíamos sido detenidos, se presentó enel cuartel de la Guardia Civil de Noviercas, que es donde permanecíamos y no en lacárcel, según se dice en el artículo.

En el periódico del sábado 21 de julio, al referirse a la detención por orden gu­bernativa Y previa aquiescencia de Artigas Arpón, se omite el nombre de don Je­sús Posada Cacho, ya que éste también fue detenido en unión de los cuatro que fi·guran, dándose la circu~stancia de que, el sr. Posad~ era nuestro abogado,defen~or.

Estas son las aclaraCIOnes a los articulas apareCidos que le agradecen a publIcase,perl!litiéndome anticiparle que para su posterior publicación estoy preparando ré­plica a los artículos aparecidos en el semanario de su dirección, bajo la firma de. donGregario Herrero Balsa".

Jesús Martínez Trillo-Figueroa

REPLICA FALANGISTA(SORIA SEMANAL, núm. 137, 10 noviembre 1.919)

"Hace tiempo, concretamente al día siguiente de aparecer el tercero y últimoartículo sobre "La represión en la provincia de Soria durante la Guerra Civil (1.936·1.939)", quise dar contestación a su autor, don Gregario Herrero Balsa, pero por di­ferentes causas que no vienen al caso, no me ha sido posiple hacerlo hasta hoy y lohago comenzagdo con una frase de don Gregario Marañón. que me parece aplica­ble a la actitud que se pretende defender y mantener como base a lo largo de sustres artículos.

Me parece recordar que decía don Gregario Marañón: fiEl resentimiento es unapasión que puede conducir a la locura o al crimen. los resentidos tienen una memo­ria contumaz, inasequible al tiempo y·no alcanzan a darse cuenta de que su fracasoes sólo imputable a ellos".

Ignoro si tengo enemigos. Por mi parte a nadie tengo por tal. He procurado tras­ladar a la poi ítica la norma divina de "amar al prójimo como a tí mismo", es decir,no quieras para los demás lo que no deseas para tí, y el procurar trasladar a la prác­tica durante toda mi vida este mandato. hace que poi íticamente pueda ir con lacabeza muy alta. agradeciendo a Gregario Herrero lo que sobre m í aparece en eltercero y último artículo.

y como lo cortés no quita lo valiente, espero que nuestra amistad no se vea me­noscabada por la ineludible réplica que, como Jefe Provincial de Falange Españolade las JONS, que me honro en representar en este momento, se merece a las acusa­ciones que contra ella vierte reiteradas veces.

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. Si la Falange considera al hombre como conjunto de un cuerpo y un alma, es de.Clr, capaz de un de~tln.o eterno, portador de valores eternos, se entiende que el fac.tor hombre es lo pronclpal y que es el hombre y no lo que éste pueda representar elculpable de lo bueno o malo, de los hechos y situaciones que en el ejercicio de'sulibre albedrío, pueda provocar. Por tanto, no puedes culpar a ía Falange de lo maloque pudo suceder en nuestra provincia, máxime cuando usas el mismo argumentode. la; .. /lel causante es el ~actor hombre y no lo que éste pueda representar". paraeXimir de culpas a lo sucedido en la Espana no nacional y provocado por los parti.dos poi íticos marxistas. '

El 17 de julio de 1.936 había en Soria SIETE FALANGISTAS todos ellos afi­liados en Madrid, lo que hacía que en nuestra ciudad no existiese 1; Falange. De lossiete, cinco estábamos encarcelados. El día 18 de julio y posteriores hubo tal alu­vión .de afiliaciones que la cifra .aumentó hasta 7.000 y, ninguno de I~s siete prime.ros ~Itados, con carnet en Madrid, ostentamos cargo alguno, ya que nos incorpora.mas a fas fuerzas combatientes en el frente de Guadalajara.

Enterados de que la Falange Soriana estaba en manos de elementos contrarios asu doctrina, desde el frente, lo pusimos en conocimiento del entonces Jefe de laJunta de Mandos de Falange Española de las JONS, camarada Manuel Hedilla La­rrey, quien mandó dos delegados, los camaradas Tuñón y Rey para abrir una infor.mación, la que dio como resultado el cese de los mandos y la propuesta a nuestrofav~r ~~ra sustituirles; propuesta que no aceptamos por considerar que nue.straobllgaclon era permanecer en primera línea, lo que así hicimos hasta el final de lacontienda, si bien facilitam9s nombres de personas que, sin haber sido falangistaspodían ser consideradas como simpatizantes. Esto ocurría en el mes de diciembr~de 1.936, fecha en que, según tú se habían cometido los fusilamientos. De los dosdelegados mandados por Hedilla, el camarada Tuñón vive y en la actualidad es elJefe Provincial de Falange en Asturias, ignorando qué es'del camarada Rey.

Dices injustamente que "el hecho de que en Soria no se combatiese·ni fuera enningún momento frente· de guerra, hace todavía más inexplicable la justificaciónde una represión". Represión que, como intentas demostrar' en tu artículo, sólo po.,~ía pro9ucir.se ,como una manera de saldar viej.as cuentas entre quienes manteníanIdeologlas dlstmtas. Y a esto yo te contesto: tEs que no sucedió lo mismo en lasprovincias de la zona roja donde tampoco se combatió ni fueron frente? ¿Quiénesf~eron los que saldaron esas viejas cuentas entre los que manten ían ideologías dis­tintas? En Soria, los falangistas -no, ya que, como sabes, estábamos en el frente.La luc~a, como siempre, fue entre izquierdas y derechas que ya estaban organiza.das, mientras que la Falange estaba en su iniciación, y sus mandos en· la cárceldonde fueron fusilados, precisamente por ese odio que tú señalas, porque ningun~de ellos fue culpable del delito merecedor de la última pena. Si en Soria, en lugar detriunfar el Alzamiento, vencen los contrarios, ten la completa seguridad de quenuestro destino, el de los falangistas que por aquellas fechas .estábamos encarcela­dos, hubiera sido vernos frente a frente con un pelotón de fusilamiento, sin que nisiquiera hubiese como justificación el motivo de "saldar viejas cuentas".

Dices que nos hemos pasado la vida entre conquista y reconquista, asesinándonosunos a otros, y mira por dónde, eres tú el que sacas a la luz pública viejas rencillas,dando a entender que nos gustaría continuar por ese camino. Y no te das cuenta

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que, si alguien pretende continuar el camino, es precisamente el que no lo ha ter·minado, los que, en definitiva, no aceptan la derrota; nosotros, los vencedores, porllegar a la meta del camino, perdonamos los senderos caminados y olvidados. De talmanera que, en los Consejos de Guerra que siguieron al finalizar la campaña, defen­dimos a los que pasaron por ese trance. Concretamente yo te puedo decir que de­fendí a más de cincuenta y puse todo mi empeflo y buena voluntad para que salie­ran absueltos, y como yo, cientos y cientos de compañeros de los que tú mismo po­drás dar fe, ya que afirmas estuviste como soldado en un Juzgado al finalizar laCruzada.

Lo ocurrido en Soria no fue ni más ni menos que lo sucedido en el resto de Es­paña durante el tiempo que duró la contienda. En la vida hay que ver las cosas desa­pasionadamente, porque si nos dejamos llevar por la pasión, nuestros juicios no po­drán ser justos.

Como dato curioso, puedo decirte que en mi pueblo, Cidones, en las eleccionescelebradas por la República, el partido socialista obtuvo el 95 por ciento de los vo­tos,'porque el sr. Artigas Arpón, en su propaganda, les ofreció la finca propiedad demi familia. Fácilmente se puede deducir que la obtención de un porcentaje tan ele­vado del pueblo, no fue debido a que todos los vecinos se sintieran ideológicamentesocialistas. Siguiendo tu teoría, al salir yo de la cárcel en 1.936, tenía que habermepresentado en mi pueblo -que es un pueblo extraordinario- y no dejar "títere concabeza". Pero mira cómo es el espíritu falangista, que mi primera presencia en Cido~

"es, creo recordar fue hacia el año 1.942. Y, gracias a Dios, no se fusiló a nadie.Según tu escrito, el clero fue reaccionario; Con el fin de que puedas ser más ob­

jetivo te recomiendo la lectura de dos libros, liLa Iglesia Española y el18 de julio",de Angel García e "Historia de la Persecución Religiosa en España'" de AntonioMontero.

Ignoro de dónde has podido sacar los datos aparecidos en tu artículo, pero si co­mo me decías en una ocasión -contestando a una carta mía- perteneces al partiaosocialista desde 1.936, y algún camarada mío te ten ía cierta animosidad, la verdades que no entiendo cómo, habiéndote sorprendido el Alzamiento en Soria -en laque según tu fueron tantos los asesinados- a tí te respetaran y además puedas con­tar con pelos y señales lo que nosotros no podemos hacer, porque, como digo alprincipio, permanecimos en el frente de batalla los tres años que duró, sin meternospara nada en asuntos de la retaguardia, donde los emboscados campaban por susrespetos, para después poder echar la culpa a la Falange.

También tocas un tema que, dada la amistad que me une con Antonio Burxal-hijo menor del que fuera Jefe de Telégrafos, fusilado por avisar a las fuerzas queprocedentes de Madrid se dirigían a Soria, en lugar de dar cumplimiento a las ór­denes de Muga- no puedo silenciar. Al finalizar la guerra me encontré, siendo Te­niente de Infantería y guarneciendo el campo de concentración de Porta Coeli(Valencia), con mi amigo Antonio Burxal, que estaba como prisionero de guerra,porque se había pasado a los "roios", después de haber sido movilizado en la zonanacional. Por él me enteré del fusilamiento de su padre y el de su hermano -ésteen Valladolid y no en Soria-, como tú das a entender. Ni que decir tiene que leavalé, siendo puesto en libertad con posterioridad. Así es como actúa la Falange,y no como tu dices. De esto puede dar fe el propio Antonio Burxal. Casos comoéste puedo contarte infinidad y que conste que nunca lo he hecho hasta ahora y,

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si lo hago, es por la publicación de tu artículo. Y no para justificarme, sino porqueno puedo consentir las acusaciones que haces gratuitamente a la Falange.

Me gustaría saber si lo que dices es porque lo viviste o porque te lo contaron. Sies esto último, me parece Que lo prudente hubiera sido silenciarlo, ya que está cia.ro que tus informantes se han dejado llevar por la pasión o el resentimiento y esto-según la citada frase de don Gregario Marañón- es malo".

Jesús Martínez Trillo

CONTESTACION AL SEÑOR TRILLO(SORIA SEMANAL, núm" 139,26 noviembre 1.979)

Leo la "Réplica falangista" de don Jesús Martínez Trillo a mi reportaje sobrelila represión en Soria durante la guerra civil" y me siento obligado a hacer algunaspuntualizaciones, siempre sobre la base de lo que sostuve en mi reportaje, pues hin.guna de mis afirmaciones ha sido desvirtuada, ni desmentidos los hechos relatadosen él. En este aspecto siempre estaría dispuesto a rectificar, si hubiera cometidoalgún error involuntario.

Me da la impresión amigo Jesús que no has leído el reportaje con el debido sosie·go; al menos no has llegado a la raíz del mismo, ni entendido los móviles profundosque me impulsaron a escribirlo.

Yo sostuve y sostengo que es necesario conocer la historia y mi reportaje fuesimplemente eso: un pequeño relato histórico incompleto de lo que sucedió en So­ria durante la guerra civil, escrito sin pasión y sin ira. Inevitablemente tenía que re~

ferirme a hechos dolorosos -no todos- y señalar algunas responsabilidades; sóloalgunas.

Pero vayamos por partes. Releído mi reportaje, no encuentro en él ningúnataque a Falange Española de las Jons, que no existía en la época a que me referí,ni siquiera a Falange, por lo que no me explico la necesidad de tu "ineludible ré­plica". Al hablar de la represión es cierto que dije "que se llevaron la palma los ca·misas azules, más o menos auténticos, más o menos 'conversos', aunque hubo falan·gistas que marcharon al frente y no participaron en la represión". Y como esto esverdad, en ello me afirmo y sostengo.

Un paisano nuestro, Dionisio Ridruejo, que fue Jefe Provincial en Falange deValladolid en 1.937, uno de los hombres más lúcidos y generosos con que contó laFalange, en sus IICasi unas Memorias", refiriéndose a Valladolid, tan próximo a So­ria y con sucesos tan parecidos, escribió: uLa Falange vallisoletana era bronca, du­ra, violenta". Y "es un hecho conocido que la oleada represiva en Valladolid fue ex·tremosa". Y más adelante, el 7 de julio de 1.942, en carta dirigida nada menos que aFranco, dijo: '(Ser falangista ya apenas es ser cosa alguna". Yen la misma carta:((Mi general: quiero subrayar que no tenemos régimen que valga, salvo en sus aspec·tos POLICIALES y que la Falange es simplemente la etiqueta externa de una enor·me simulación que a nadie engaña". Y continúa: "Esto no es la Falange que quisi­mos, ni la España que necesitamos". Y en su carta dirigida a Serrano 5úñer, en 29

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de agosto. de 1.~42, dijo: "La Falange mandada por ineptos notorios, no puede con.t~ner la vlOle~cla de los suyos". Y todo esto lo escribió Ridruejo, en el momento enque abandono todos sus cargos VOLUNTARIAMENTE para iniciar una nueva vi·da de destierros, cárcel y persecuciones. '

Cosas parecidas han escrito falangistas tan destacados como Laín Entralgo yAntonio Tovar. Y el mismo Hedilla, que fue tu jefe, coincidió en muchos aspectoscon la actitud critica de los anteriores.

Es obvio que yo ~otengo nada en común con Falange Española de las Jons, nicon l~ Falange AutentIca, pero como partidos políticos, siempre que acepten lapluralidad, respeten las reglas del juego democrático y no resuciten la dialéctica delos puños y las pistolas, merecen mis respetos, porque como dije en mi reportaje"nadie tiene la exclusiva del patriotismo y la verdad". . '

Yo soy un hombre pacífico, enemigo de la violencia -siempre lo fui- y si vuel·ves a leer m.i reportaje verás que insisto repetidas veces en mis deseos de paz y recaloco la neceSIdad de conocer nuestra historia, para que nos" JURAMENTEMOSTODOS a fin de que no se repita".

Pero también creo, que todos los que murieron al borde de las·carreteras asesi­nados por una repulsiva pasión cobarde, merecen el respeto y el recuerdo e~ocio.nado de todos. Y tengamos en cuenta que la mayor parte de los fusilados en Sodaaún permanecen en el lugar en que fueron inmolados y que, hasta hace muy poc~tiempo, sus f~miliar~s no podían intentar siquiera darles sepultura, ni hacer gestio­nes para avertguar donde yacían. Y ello supone una injusticia histórica que debe serreparada.

Las ideas están por encima de 105 hombres, pero son los hombres los que las ma·nejan. Y yo, desde mi posición socialista, si conociera a alguien que pretendiendosustentar esta ideología, hubiera asesinado, le expresaría mi más profundo despre­cio y me apartaría de él como de la peste. Ya lo dije en mi reportaje: uPara mí losque asesinaron fueron simplemente criminales" ¿Es esto resentimiento? Evidente­mente, no.

En cuanto al clero de Soria en 1.936 que yo califiqué de reaccionario creo queno me equivoqué ni exageré. En cuanto a sacerdotes, tuve especial cuid~do en re­saltar la conducta human ísima de algunos, como el abad de la Colegiata de San Pe·dro, y de los párro.cos de Fuentes de Magaña, Valdeavellano de Tera y algunos más.Y aunque nada diJe entonces, puedo asegurarte que también hubo algún cura"trabucaire"; y con ello no critico ni ofendo a la Iglesia, sino que expongo una reali·

",,-,.- dad concreta fácilmente constatable. Vuelvo a citar a Ridruejo que en la carta men­cionada dirigida a Serrano Súñer habla de las" Jerarqu ías eclesiásticas con sus exi·gencias e inquisiciones".

___. . Veo ~~e sigues inm.~rso en la vieja y triunfalista fraseología de vencedores y ven~".. cldos, utilizando tamblen la manoseada palabra "Cruzada". Ya Unamuno le di;o a

Milfán Astray: "Venceréis pero no convenceréis". Y en cuanto a nuestra terrible_" gu~rra civil, con sus actos heroicos a ambos lados de las barricadas, pero llena de

crlmenes horrendos capaces de matar la esperanza, la palabra Cruzada perm ítemeque te lo diga, le sienta como a un Cristo dos pistolas. '

Para satisfacer tu curiosidad te diré que muchos de los sucesos relatados en mireportaje los con~zco de forma muy directa, pues yo estuve en Soria -donde nadame pasó excepto alguna amenaza de darme aceite ricino- hasta finales de 1.937, y,

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por otra parte, bastantes personas que participaron en la represión j pecaron de exce­siva locuacidad; y algunas, después de matar heladamente, con refinada crueldad,con sádica complacencia, se solazaban contando detalles de sus "correrías". Aúnsiento escalofríos- cuando recuerdo algunas conversaciones y afgunos alardes de "te.ner aún caliente la pistola". Otros sucesos me son conocidos por referencias de fa·miliares de las víctimas.

Para concluir, dices que SEGUN YO fueron muchos los asesinados, como si yohubiera mentido o exagerado. Yo te invito a que visites Deza, Almazán, Berlanga,El Burgo de asma, Langa, Baraona, POlalmuro y preguntes, preguntes... Y así po·drás comprobar que en mi reportaje no dije más que una mínima parte de ro querealmente aconteció.

Por lo demás, en el terreno ideológico, yo no considero a nadie enemigo, sino ad·versario; lo primero me parece una aberración, no sólo en el orden poJ(tico, sino enel ético. Pero eso sí, los tránsfugas y los que mancharon sus manos asesinando, seacual fuere su color, merecen mi más radical desprecio.

Por mi parteJ

amigo Trillo, creo que quedan suficientemente c1ara~ nuestras res­pectivas posiciones poi íticas y como las personales fas hemos delado a salvo,considero que para no cansar a la dirección del Semanario y a los lectores, lo mejores poner punto final, a esta pequeña controversia.

Gregorio Herrero Balsa

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LA GUERRA CIVIL Y LA REPRESION EN SORIA

Han transcurrido más de treinta meses desde la aparición en SORIASEMANAL del reportaje transcrito en las páginas precedentes y, losautores de este libro nos hemos propuesto profundizar en aquel relato

. incompleto, a fin de acercarnos todo lo más posible a la verdad histó'rica de aquel periodo, 1.936-1.939 en nuestra tierra, Soria y su próvin·cia.

Sabemos la dificultad de nuestro empeño, mas aún la imposibilidadde esclarecer la completa realidad de lo acaecido. Por una parte no estádebidamente regulada la posibilidad de acceder a los archivos civiles, .militares, judiciales y de las fuerzas de orden público, Policía y Guardia~ivil. El senador socialista, Sobresqués, ha pedido al Gobierno que dictenormas o presente un proyecto de ley a las Cortes, para subsanar laslagunas legislativas al respecto. Por otra, muchos testigos que podríanhaber aportado datos de indudable valor, han fallecido; otros, ya no vi·ven en Soria y están dispersos por todo el territorio nacional, siendomuy problemática su localización, amén de aquéllos que pudiendo tes·timoniar, prefieren guardar silencio. Todavía, el miedo constituye unaobsesión que pesa como una losa, inconmovible en muchos espíritus.

No obstante estas dificultades, creemos que el presente libro, si bienno va a reflejar exactamente toda la magnitud de los sucesos ocurridosen Soria, sí va a aproximarse a ella. No estará en el libro todo lo quefue, pero lo que esté en el libro, sí fue.

Huiremos de la retórica y del tremendismo, si bien no podremos evi­tar -si queremos ser veraces- relatar hechos realmente terribles y sobrelos que existen numerosos testimonios fiables. Nosotros no inventamosnada; relataremos aquello que sabemos ocurrió. "Buscar la verdad ydecirla", ha dicho nuestro Rey recientemente en un lucido discurso,referido a problemas y situaciones de interés nacional. Es esto lo quenos proponemos y queremos conseguir: aprehender la verdad y transmi·tírsela a nuestros lectores.

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¿POR QUE SE ESCRIBE ESTE LIBRO?

Trataremos de explicarlo. Hasta la aparición en SORIA SEMANALdel reportaje sobre la represión durante la Guerra Civil, es indudableque una página de la historia de Soria había quedado deliberadamenteen blanco; y, publicado el reportaje, todavía quedaron muchos hechossilenciados, muchos huecos por rellenar, muchas zonas de la provinciasin mencionar siquiera. Así, Berlanga de Duero, Almazán Arcos de Ja.Ión, Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz, Langa de DJero y algunosotros pueblos menos importantes.

Aquel reportaje "fue un pequeño relato histórico incompleto" co-. ., . 'mo su mismo autor reconoclO, escnto un poco a vuelapluma y sinninguna pretensión científica: una simple llamada de atenció~ paraalertar las conciencias, aunque, eso sí, procurando ajustarse a la ;erdaden los temas examinados. Inevitablemente, su falta de rigor, su incon·creción en ocasiones, sus lagunas, produjeron en algunos lectores ciertaperplejidad y algunas dudas y sombras, sin que faltaran los que frontal·mente acusaran a su autor, de exagerar y mentir.

Para esclarecer esas dudas y sombras y subsanar aquellas lagunas seescribe este libro, no sin antes plantearnos la importante pregunta d~ sise debe o no olvidar la Guerra Civil. Es obvio de que si nos hubiéramosinclinado por la primera alternativa, este libro no se hubiera escrito ymenos publicado. '

Nosotros creemos que la guerra civil, no solamente no debe ser 01­vidada, sino que es necesario tenerla siempre presente. Los pueblos queno conocen su historia -se ha dicho- están condenados a repetirla.y otra guerra civil con sus trágicas consecuencias, con sus terriblescrueldades, debería ser impensable, algo metafísicamente imposible.y no lo es, desgraciadamente.

Está ahí, vivo y despierto el talante agresivo, violento, intransigentede muchos, muchos españoles. Existen fuerzas disolventes de variadosigno, actos terroristas, secuestros, agresiones, asesinatos, deseos deprovQ<;ar un golpe de fuerza, que puede o no triunfar y que podríaconducir a una reacción contraria, desencadenando otra vez de inmedia·to o a corto plazo una nueva guerra civil. Desengañémonos. Por muchoque nos duela, por inconcebible que parezca, existen grupos de personasa quienes no les repugna la posibilidad de una nueva contienda fratri·cida, procurando, eso sí, no desempeñar el papel de víctimas. Existenmuchos verdugos potenciales en esta nuestra atormentada y sufrida ts·pana.

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":i'!j¡".'-'::.,~ .'.3.;'~...~<:,i;W' Un historiador tan eminente y de renombre universal, un hombre ya',,,1ft 'nonagenario, lleno de ponderación, de mesura y sabiduría como'~ Claudia 'Sánchez Albornoz ha escrito: "Creo que debemos recordar con.J;~'. frecuencia los horrores que los españoles padecieron durante los crueles\.\.¡;¡ años de nuestra contienda y no sólo en los frentes de batalla en las re­;.{:;. taguardias. Ya imJ?ortaría no olvidar los latrocinios padecidos: Pero alu·'':',i''. 'do de modo precIso a los crímenes bestiales de todos conocidos: ase­d;\". sinatos Y fusilamientos en masa, incendios, violaciones, torturas,..··_L~ ... enterramientos de seres humanos vivos, etcétera". Y más adelante con·.,,':e tinúa: "No, no hay que olvidar la caída de los españoles en estado sal­~;~~> vaje, de los españoles rojos y blancos, incluso de gentes que por su tra·'.'~' 'dicián familiar o. por s~ cultura, h~bría podido suponérseles incapacesc; ,;'. de ordenar o realizar cnmenes pareJos".. Y sigue escribiendo don Claudia, aleccionándonos, alertando nues·

tras conciencias: "No, en modo alguno debemos olvidar la Guerra Civil.X Millares y millares de muertos en la lucha, millares de asesinados en las

retaguardias y millares de ejecuciones después de acabada. Meditemossobre la responsabilidad que supondría frente al mañana, olvidar loshorrores de otrora. Hay que hacerlos conocer a las nuevas generacionespara que no incidan en la tragedia antañona y busquen el mañana qu~deseen pero por sendas de paz". "Antes de olvidar la Guerra Civil yoorganizaría conferencias o lecciones para que las nuevas generacione~ deespañoles conozcan los errores crueles'que sufrieron sus mayores" ... To·do es preferible a la guerra civil. No olvidemos la nuestra de 1936 a1939. Entenebreciá y ensangrentó la vida de España. Recordemos susmonstruosidades para evitar que se repitan. Para que sepamos razonar ydiscutir b~s~an~o .s~lucion.es a nuestros problemas -Ios.eternos proble­mas del VIVir hlstonco- Sin volver a las andadas. Nadie, nadie, nadiepuede estar seguro de que él, los suyos o las cosas que más pudieraamar, no caerían en una nueva batalla".

La cita es larga, pero merece la pena transcribirla por la autoridadmoral y la alcurnia intelectual de su autor, universalmente conocido yrespetado.

Se pregunta don Claudio Sánchez Albornoz: "¿Olvidar la GuerraCivil? No, mil veces no. Yo aleccionaría a los españoles desde las escue­las a las universidades en el recuerdo de la bárbara y sangrienta contien­da que todavía deshonra y debe avergonzar a los españoles. Para que enadelante vayamos cambiando la vida española como la historia impone,pero según los dictados de la razón y del sereno discurrir: atributos quedistinguen al hombre de las bestias. Sabiendo negociar, ceder, abrircamino al futuro, mediante el juego dialéctico y la palabra. Aceptandolos procesos históricos que el mañana impone. Pero sin pensar en el ex-

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terminio ni en el sojuzgam iento del adversario".Hasta aqu ( lo escrito en febrero de 1980, un año antes del 23·F, por

don Claudio Sánchez Albornoz, desde la altura señera de su vida, tandilatada como ejemplar y tan llena de magisterio.

Es en esta línea, tan maravillosamente expuesta por don Claudio,en la que se inscribe nuestro propósito al escribir el presente libro. Por·que nos horrorizan los sucesos ocurridos en Soria, tan premeditadamen­te silenciados, porque queremos evitar que situaciones semejantes pue­dan volver a repetirse, porque no queremos el diluvio y deseamos la pazy la concordia, porque creemos en el diálogo y no en la violencia, en larazón y no·en la locura colectiva deliberadamente alimentada y favore­cida con palabras y gestos altisonantes; pensamos que es bueno que lasgentes sencillas de nuestra tierra conozcan lo que en ella aconteció enlos trágicos años de 1936 a 1939, y que muchos, y especialmente lasnuevas generaciones, ignoran con toda seguridad.

iQue nuestros hijos y los hijos de sus hijos sepan apartarse de laagresividad de sus antepasados: que piensen que la sangre es un sinies­tro fertilizante y que las vides del odio y del rencor, sólo fructificaránen cosechas envenenadas y malditas!

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LA REPRESION EN SORIA

La guerra civil fue terriblemente cruel. Es preciso reconocerlo sinambages y es necesario llegar al fondo de la misma analizándola hastaen sus más recónditos sucesos. Después de una tragedia como aquéllan~ se puede plantear una auténtica reconciliación, sino es en base a asu~mlr el, pas~~o y recordar todo, todo y muy especialmente los er'rores.

. Es ,!,~s facll perdonar lo~ errores siempre que se reconozcan, queadmlt!r o ~olerar una mentl.ra que trate de ocultarlos o minimizarlos, yque solo sirve para confundir. Cuando se 'actúa dentro de este último es­tilo, se dan las. circunstancias precisas para que puedan repetirse loserrores de otro tiempo.

': cuando hablamos de errores, incluímo.s primordialmente las vio- 'lenClas, los cr(menes. En sí misma la ¡:uerra -como el pecado- es eró·tica y de ahí su tentación; su sortilegiO es terrible: atrae, subyuga em­b.rave~e, obnubila la capacidad de reflexión y, es el instinto, la pur: irra­Cionalidad la que prevalece y domina.

Per? no hay. una sola g.uerra, sobre todo entre hermanos e hijos deuna mIs,!,a naclon. Son vanas las guerras que se entrecruzan a la vez en­s?mbreclénd?l~ todo y haciendo más trágico, triste y desolado el 'des­tmo de sus vlctlmas.

En Soria, no ~ubo un frente de batalla. No corrió la sangre en cho­ques fronta.les, ni en ~ombates abiertos; nadie alcanzó trincheras a pe­cho. d~scubl(:rto y fUSil en mano, porque el terreno fue siempre llano ynadie I.ntento defenderlo: Surgió la sublevación y los sorianos, desarma­dos e mermes, nada pudieron hacer para oponerse. Aceptaron estoica­mente su im previsible destino.

No hubo p~es, en Soria, una gu~rra abierta y clara, aunque sí dos as­pectos de la misma. Uno el de aquellos -los menos- que seducidos porla propaganda o porque honradamente creyeran que cumpl ían con su~eber, se enrolaron voluntariamente en las milicias, partiendo·a los le·Janos frentes de b~t.alla! en compañía de los afectados -que fueron losmás- por las movIlizaCIones, decretadas inmediatamente de producirsela sublevación. Guardemos para ellos todos nuestros respetos. Otro as­pecto de la guerra lo prota.gonizaron los emboscados que cómodamentemstalado.s en la retaguardia, se dedicaron a enrarecer el ambiente conlas delaCl?n~s y fomentaron aquellos míseros servicios de informaciónque convirtieron a personas honestas, dignísimas y absolutamente ino:fensivas, en rojos peligrosos a los que era preciso detener y fusilar.

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Este aspecto de la guerra, como se verá a lo largo del libro fue sórdi­do, sucio y terriblemente cruel y cruento. En el centro de todo ello­vibraba la tragedia honda, emotiva y callada de los perseguidos, de losamenazados de los que fueron detenidos y fusilados casi de inmediato·, . 'y de los que buscaron cobijo de diversas maneras y con desIgual resul-tado, pues unos sucumbieron inexorablemente y otros, después deimnumerables vicisitudes y largos periodos de detención y calvario,pudieron conservar sus vidas. Algunos morirían después, prematuramen­te, agotadas sus fuerzas por los sufrimientos padecidos.

Nuestra historia -la historia de España- está enrojecida por la san­gre de repetidas contiendas fratricidas, pero la última -1936-1939­alcanzó niveles inusitados, impensables. Veámoslo en lo que respecta aSoria y su provincia.

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ANTECEDENTES

Veámoslo hemos escrito, pero creemos que antes de entrar en el rela­to de lo que sucedió puede ser interesante trazar un pequeño bosquejode la vida política en Soria, así como de la correlación de fuerzas exis­tentes: partidos políticos y organizaciones sindicales, antes de iniciarsela guerra civil.

En los meses inmediatamente anteriores al 18 de julio de 1.936,Soria, continuando su tradición histórica, se caracterizaba por su escasaactividad política y la inexistencia de conflictos sociales.

Superadas las pequeñas tensiones con ocasión de las elecciones defebrero de 1.936 que tuvieron -al no haber alcan,zado ese día ningúncandidato el cuarenta por ciento de los votos emitidos- una segundavuelta el día 1 de marzo siguiente,la vida soriana continuó discurriendoplácida y serenamente. Las inquietudes políticas sólo serían sentidaspor una pequeña minoría de ciudadanos; la tónica general era la des­preocupación, la apatía, la indiferencia. Apegados cada cual a sus pro­blemas personales y a la rutina cotidiana, la inmensa mayoría de los so­rianos no llegó a intuir los diversos factores que iban apareciendo en elhorizonte nacional, y que al interrelacionarse entre sí, con sus contra­dicciones ideológicas y socio-económicas, cada vez más agudizadas,acabarían desencadenando la tragedia. Puede decirse que el 18 de juliode 1.936 cogió a los sorianos por sorpresa, excepción hecha de los queestuvieran comprometidos con la subl'evación.

En las elecciones de 1 de marzo de 1.936 (segunda vuelta de las del16 de febrero), fueron elegidos los siguientes diputados: don MiguelMaura Gamazo, don Gregorio Arranz Olalla y don Benito Artigas Ar­pón. Los dos primeros por d Partido Republicano Conservador y el ter-cero representando al Frente Popular (1).

Don Miguel Maura y don Gregorio Arranz habían abrazado con sin­ceridad la causa republicana y ambos eran fundamentalmente hombresde derechas y auténticamente conservadores. El mismo resultado de laselecciones sorianas, dándoles el triunfo, demuestra claramente la incli­nación nítidamente conservadora del electorado. Soria fue siempre

,_ poco proclive a los cambios socioeconóm icos y poi íticos.

(1)._ Don Benito Artigas Arpón, que perteneció antes al Partido Radical Socialista, fundadopor don Alvaro de Albornoz y don Marcelino Oominr;a, pasó después a Unión Republicana, detendencia más moderada y cuyo jefe nacional fue don Diego Mart ínez Barrio.

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(2).- Cuando Miguel Maura, anles de las elecciones de 1936 fue encargado por Alcalá Zamorade formar Gobierno, en la lista elaborada por aquél, figuraba Arranz Olalla como ministro dela Gobernación.

José Pascual Dodero 21.131 votos.Ricardo Moreno Navarrete . . .. 18.002 votos.

TOTAL 39.133 votos.

C. E. D. A.C. E. D. A.

Si sumamos los votos obtenidos por la candidatura Maura-Arranz ylos de Dodero y Moreno, tendremos la cifra de 87.040 votos (todosellos de carácter derechista), frente a 45.633 obtenidos por el FrentePopular, lo que demuestra ~ue Soria, siguiendo su larga tradición, sedefin ía claramente, por las opciones conservadoras y de derechas.

La afluencia de votantes fue del 77 por ciento, aigo superior a la me·dia nacional, en la segunda vuelta celebrada el 1 de marzo de 1.936.

Para que se vea con más claridad la tendencia conservadora y dere­chista de los sorianos, examinemos los votos obtenidos por los diferen­tes candidatos:

Republicanos conservadores: Miguel Maura..... 24.346 votos.id. id. Gregorio Arranz .. 23.561 votos.

TOTAL 47.907 votos.

Frente Popular. Unión Republicana. Artigas .... 24.305 votos.id. id. P.S.O.E. Carlos García Benito .. 21.328 votos.

TOTAL 45.633 votos.

Existían en Soria los partidos políticos siguientes:1.- Partido Republicano Conservador que contaba con un número

más bien reducido de afiliados, y que tenía a nivel provincial una orga­nización deficiente. Su triunfo en las elecciones de 1.936, fue debido alrenombre y proyección nacional de Miguel Maura, y, especialmente, alprestigio personal de don Gregorio Arranz, persona de grandes cualida­des humanas. Abogado de gran relieve en Madrid, de carácter afable ysencillo cuidaba mucho sus relaciones con los sorianos, a los quesiempre atendió con afecto y diligencia. Su gran honestidad, rectitud yaltura moral, eran sobradamente conocidas y valoradas. Todo soriano,incluso de distinta ideología, que se acercó a su despacho en Madrid, enbusca de consejo o apoyo, lo encontró siempre en don Gregorio Arranz.Si la vida política hubiera seguido su curso normal y, Arranz, como erade preveer, hubiera llegado a ser ministro (2), Soria hubiera contado con

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VI.- El P.S.O.E., duramente perseguido durante el bienio negro(La Casa del Pueblo estuvo clausurada desde octubre de 1.934 hastaprincipios d: 1.~36) estab~ un poco en em~rjón y no llegó a alcanzar enSoria en termmos relatiVOS, la relevanCia que tuvo en el resto deEspaiÍa, por la razón expuesta y por las características ambientales y laestructura socioeconómica de nuestra provincia.

Don Clemente Hernando, profesor de latín en el Instituto, fue elprimer Presidente de la Agrupación socialista soriana. Las Juventudessocialistas, ya constituídas, estaban superando el proceso fundacionaly sus miembros eran entusiastas y decididos. Entre los más destacadosrecordemos a Adolfo Morales, Silverio Lumbreras, Víctor Hernández,Julián Hernández de la Iglesia y Pedro Marrón.

En cuanto a organizaciones sindicales, U.G.T. contó con gran nú­mero de afiliados, especialmente en Arcos de Jalón, Almazán y Soria ca·pital. Ferroviarios, empleados de comercio, banca" artesanos y un grannúmero de maestros, inscritos en la Federación de Trabajadores de laEnseñanza nutrieron sus filas. El presidente de la Casa del Pueblo, alproducirse la sublevación era don. Enrique Carrilero, hombre eje~­

plar('), querido por todos, por sus Virtudes morales, su entereza y esp'­ritu de sacrificio.

La C.N.T. tuvo una militancia superior quizás a la U.G.T. a nivelprovincial, y sus afiliados fuer~n muy activos. Se cr~ó el A~eneo liber­tario donde con gran frecuencia se daban conferenCias de tipO cultural,no s~lamente por los anarquistas, sino por personas sin adscripción po­lítica aunque naturalmente de mentalidad abierta y progresista. En suslocal~s llegó a existir una buena bibliot~ca y sus dirigentes,yro.curaronpropiciar el amor a la lectura entre los miembros de la orgamzaclón.

La C.N.T. tuvo su mayor número de afiliados en Soria capital, zonade pinares Arcos de Jalón, pantano de La Muedra y sus miembros perotenecían ~ la construcción, metalurgia, ferroviarios, resineros y peona·je en general. , ..

El alma de esta organizacion, el hombre de mayor mfluencla y p~es­

tigio fue sin duda Arsenio Martínez. No sólo dentro de la C.N.T. smoa ni:el de toda la ~omunidad soriana, fue Arsenio un hombre respetadoy puede decirse sin exageración que querido y admirado por sus virtu­des su moderación y su vida ejemplar.

Dentro de la C.N.T. hubo algunos militantes impulsivos y un tantoexaltados, a quienes Arsenio Martínez, Manuel Morales, Angel Blanco,

(4).- El secretario de la Casa del Pueblo. don Diego Lópe7. Corder? rectificó rapidísi~a,,!,eole

su lrayecloria ideológica, al prod.ucirs~ el !'-Izamiento ~ r~e premiado ~on una conccJaha, enel primer Ayuntamiento constituido despues del 18 de Juho. Luega seria segundo teniente deAlcalde.

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(3).- El doctor Santsmaría abjuró rápidamente de su ideología, producido el Alzamiento.Murió poco tiempo después en un accidente de automóvil.

un valedor sincero y decidido, dispuesto a luchar para que Soria dejarade ser la eterna cenicienta de España. Ideologías aparte, Arram: fue elmejor diputado que tuvo -y tiene- nuestra provincia.

11.- Partido Radical. A pesar de que su jefe nacional, don AleiandroLerroux estuvo en Soria y celebró un m ítin en la plaza de toros, su par­tido nunca alcanzó relieve en nuestra tierra y apenas contó con afi­liados. Algunos estallada la contienda, abrazaron la causa de Francocon entusiasmo' nunca se sabrá si sincero o fingido.

111.- Acció~ Popular. No tuvo en Soria ningún dirigente de verdade.ro prestigio y relevancia, hablando en términos estrictamente poIíti­coso Sí contó en cambio con afiliados de relieve económico y, por lomismo de fuerte influencia social. Así, Ignacio Carrascosa, AntonioRidrueJo, Pedro Borque, Evaristo Redondo, ~asto.Hernández, RicardoMoreno Navarrete, Antonio Torroba, ValentlO GUlsande y otros' de ca·racterísticas similares. Jesús Posada Cacho, joven entonces, pertenecíaa las Juventudes de Acción Popular (JAP).

Además, Acción Popular estuvo siempre apoyada por las organiza­ciones de Acción Católica y "el agrarismo", unido a todo ello la incH­Ración nítidamente derechista de los sorianos, sobre todo en el mediorural dio como resultado que dicho partido llegara a contar con un nú­merd importante de afiliados. No sería exagerado cifrarlos en más de400, entre capital y provincia.

IV.- La izquierda soriana estuvo dividida. Por un lado, IzquierdaRepublicana, partido de don Manuel Azaña, cuyo último Presidente enSoria fue don Baudilio Ruiz, no llegaría nunca a tener más de cien afi­liados.

V.- Fue Unión Republicana el partido de izquierda -más bien cen­tro-izquierda- más numeroso y mejor organizado y extendido por todala provincia. Su órgano de expresión fue la "VOZ DE SORIA". El doc­tor don Juan Antonio Gaya Tovar fue uno de sus más activos y presti­giosos militantes. Junto a él, don Salvador Ferrer -orador elocuentí­simo,- inspector de Primera Enseñanz<!. don Anastasia Vitoria, aboga­do de Agreda, el doctor Santamaría (3), don Mariano Cabrujas, donJosé Buj(, Martín Jodra, Iluminado Beltrán y los concejales don ManuelHerrero González, don Donato Hergueta, Pérez Sevilla y, sobre todo nu­merosísimos maestros, distribu ídos por toda la provincia.

Unión Republicana fue con mucha diferencia sobre los demás, elpartido que contó con más militantes. Puede calcularse que entre capi·tal y provincia, pertenecieron a Unión Republicana no menos de 700afiliados.

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Juan Sanz y "otros entre los más serenos, se encargarían de moderar.Bien es verdad, que ya al principio de la República, los cenetistasfueron reprimidos y no siempre con justicia. Recuérdese el mítin de laplaza de toros que fue interrumpido estando en el uso de la palabraEmilio Andrés(S), por el delegado gubernativo, que abandonó rápida­mente el recinto, dando por suspendido el acto. Cuando el públicoabandonó la plaza de toros, estaban rodeadas las puertas de salida porla fuerza pública y Guardia Civil a caballo, que dieron una carga dúrísi­ma. Hubo cenetistas que para no ser alcanzados, saltaron las tapias delMuseo Numantino, cayendo de bruces al interior. Otros muchos resulta­ron contusionados, aunque nadie resultó herido de gravedad.

Con anterioridad a lo relatado, la C.N.T. había celebrado también enla plaza de toros dos actos: en el primero intervino el célebre sindicalis­ta Angel Pestaña con gran afluencia de público; en el otro lo hicieronRamón Franco, por cierto con muy poca fortuna, en el fondo y en laforma y el capitán Sediles(6), éste más entonado y lúcido.

Hasta aquí queda reseñado, muy esquemáticamente, es cierto, perono muy alejado de la realidad, cuanto se refiere a la actividad poi íticasoriana, muy escasa, y a los partidos y organizaciones sindicales.

No hemos mencionado a Falange, porque como organización poi í­tica no llegó a constituirse en Soria. "Hubo unos cuantos falangistas de­clarados -alguno contó CDn armas- siendo los más caracterizados:JoséMartínez Verguizas, alias "el Maninas", Pedro Jiménez, alias "Nariz depuerro", Alberto Smet, Jesús Martínez Trillo, los hermanos Labanda ydos o tres menos conocidos. En la provincia pongamos otra media doce­na y ya tenemos el cupo completo" Todo ello referido al 17 de julio de1.936. Luego Falange se hincharía como un gigantesco globo, lo que yaconstituye otra historia.

Durante el periodo republicano, aunque la actividad política fue másbien escasa como queda relatado, en Soria se celebraron varios míti­nes de alguna importancia.

Ya hemos hecho referencia al protagonizado por Angel Pestaña, quese mostró moderado dando la sensación de hombre responsable, aunquedentro naturalmente de su conocida trayectoria sindicalista, si bien yaentonces con perfiles diferenciados de la"línea anarco-sindicalista, queterminaría por imponerse más tarde dentro de la CNT a nivel nacional.

(5).- Emilio Andrés alcanzó el grado de comandante en el campo republicano y a las órdenesdel conocido cenetista Cipriano Mera.(6).- El capitán Sediles se había sublevado en Jaca con Fermín Gala y García Hernández, am­bps fusilados, siendo condenado aquél a cadena perpetua.

Marcelino Domingo, en el primer plano de la tribuna, montada para el acto públicocelebrado en la plaza de toros. (Foto: archivo hermanos Carrascosa)¡ >"44

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A este acto -celebrado en 1.931- asistió numeroso público atraídopor el renombre del orador, y porqué no decirlo, por la novedad del

.acto en sí mismo, ya que era la primera vez que la CNTsoriana or.gani­zaba un mítin de verdadera importancia.

El segundo m ítin organizado por esta misma central en la plaza detoros y que tuvo como protagonistas a Ramón Franco y al capitán Se­diles, bajó mucho en calidad de los oradores yen la afluencia de públi.co.

Otro mítin de fa CNT, ya en 1.932, también celebrado en la plazade toros y que ya hemos visto que no llegó a cone/uir y que culminócon carreras y golpes. Quienes asistieran al mismo y lo recuerden, ten­drán sin duda la impresión de que, si bien hubo algún exceso puramenteverbal por parte de un orador, la reacci\Ín de las fuerzas de seguridad,quizás preparadas por las autoridades cilliles, fue extremosa. En estaépoca existía ya un e/aro enfrentamiento entre la CNT como organiza­ción sindical y el gobernador republicano, que pertenecía al PartidoRadical Socialista.

El Partido Radical Socialista organizó su primer acto en Soria, en faplaza de toros, en el que intervinieron el inspector de Primera Ense­ñanza, Salvador Ferrer, el soriano Teótico Sevilla (que luego sería go­bernador civil de Asturias y Bilbao), Y'como estrella el entonces minis­tro don Alvaro de Albornoz. Al empezar a hacer uso de la palabra donAlvaro, un niño comenzó a llorar con cierta insistencia, provocandomurmullos y protestas entre los asistentes más cercanos. Albornoz, pe­queño de estatura, cuerpo enjuto y abundante cabellera, orador másbien grandilocuente y de rápidos reflejos, se impuso alzando la voz conunas frases efectistas: "un niño que llora no debe inspirar inquietud niprotestas; un niño que llora debe inspirar ternura, debe inspirar cariño",frases que provocaron una ovación e/amorosa del público, bien predis­puesto hacia la tribuna. Los padres del niño llorón debieron alejarse conél y don Alvaro siguió su discurso entre las ovaciones de los asistentes.Era Alvaro de Alborn'oz, ciertamente un buen tribuno, con ribetes ja­cobinos.

Más tarde, también el Partido Radical Socialista organizaría otro mí­tin -en el verano de 1.933- en el mismo escenario que los anteriores,con la intervención del doctor Santamaría, don Salvador Ferrer y donFélix Gordón Ordax.

Este mismo Partido Radical Socialista de nuevo presentó otro actoen la plaza de toros, con la intervención estelar de Marcelino Domingo,que había sido ministro de Instrucción Pública y que estuvo preciso,acertado y elocuente.

Posteriormente, hubo otro m ítin celebrado en la plaza de toros, con

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la intervención de Manuel Hilarío Ayuso(7), subsecretario de Comuni­caciones, don Gerardo Abad Conde (Partido Radical) y don AlejandroLerroux, jefe nacional del Partido Radical. Hizo la presentación de losoradores, el que luego fuera alcalde republicano, Royo Arana (quien locontinuó. siend~ también una vez estallado el Movimiento), quien segu­ramente ImpresIOnado por la magnitud del acto -ya que la plaza de to­ros estaba llena de público- apenas supo hilvanar algunas frases y pro­vocó la hilaridad de los asistentes, cuando elevó la categoría del subse­cretario de Comunicaciones a ministro, y en lugar de decir Abad Conde,dijo Orgaz Conde. De cuatro palabras equivocó el bueno de Royo Ara-na, dos. Todo un récord. .

También el Partido Socialista organizó varios actos: uno en el tea'tro Principal, sito en el actual Ayuntamiento, con la intervención deTrifón GÓmez. El teatro se encontró igualmente abarrotado de públi­co, discurriendo el acto con toda normalidad. Otro acto organizado porel mismo partido en el que intervinieron don Wenceslao Carrillo (padrede Santiago Carrillo) y otro diputado, por Guadalajara. Y finalmente,en los últimos tiempos de la República hubo otro mítin en el cine Idealcon la intervención de los diputados Bujeda y Lamoneda, el primerohombre joven, muy preparado, y que iba alcanzando dentro del PSOEuna espectacular relevancia.

La Comunión Tradicionalista también preparó un acto en un localpúblico de la calle Doctrina con la intervención de un orador navarro,muy elocuente, cuyo nombre no recordamos, y el diputado por.Sala­manca, y gran terrateniente; Lamamié de Cfairac. Hubo un pequeño in­cidente motivado por una intervención de dos cenetistas sorianos apo­dados "el Pestaña" y "el Gallarón", que provocaron las protest~s dealgunos entusiastas tradicionalistas sorianos.

La CEDA celebró pocos actos públicos en Soria, uno de ellos en elcine Ideal. Hablaron, entre otros, Jesús Posada Cacho y varios oradoresde Madrid, entre ellos Pablo Ceballos, elocuente propagandista de lasJuventudes de Acción Popular.

Más tarde, en la campaña electoral de febrero del 36, la misma orga­nización poi ftica organizó otro m ítin, ya de mayor importancia, con laintervención estelar de Pérez Laborda, jefe de las Juventudes de AcciónPopular, a nivel nacional, en un intento desesperado de arrebatar eltriunfo a los candidatos republicanos conservadores, Miguel Maura yGregorio Arranz. La intervención de este orador se centró en un ataqueal Frente Popular, pero con más énfasis en desprestigiar la candidaturade los derechistas Maura y Arranz, haciendo especial hincapié en la

(7).- Manuel Hilario Ayuso perteneció siempre al Partido Republicano Federal.

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célebre quema de conventos, cuya responsabilidad atribuyeron al sr.Maura Gamazo.

Durante la campaña electoral de febrero de 1.936, el Partido ~epu.

blicano Conservador celebró varios actos públicos· en Soria y provincia,naturalmente con la intervención de Gregorio Arranz y la muy esperadade don Miguel Maura. . ,

El abad de la Colegiata, don Santiago GO?1ez S~ntacr~z que hablaacatado con sinceridad la República, no oculto sus slmpatl~s por el Par­tido Republicano Conservador y especialmente por el diputado donGregorio Arranz. .. . . "

El "Avisador Numantino" que era el perJodlco de mayor d!fus!o~de la provincia, en aquellas elecciones de febrero de 1.936, se I~.ch.noa favor de los candidatos Maura Gamazo y Arranz Olalla. El perJ~dlco"Labor" favoreció, por el contrario, con gran entusiasmo, la candidatu­ra de la C.E.D.A.

Respecto a los sucesos ocurridos en Soria durante el periodo republi­cano, la relación es bien simple. Al producirse en Madrid y otras ciuda­des la desgraciada y lamentabil ísima quema de conventos e iglesias, enSoria nada aconteció. Aparte de las medidas que tomaran las autori­dades gubernativas, los republicanos con Juan Antonio Gaya al frente,se encargaron de proteger el Convento de los Franciscanos y las iglesiasde la ciudad, en prevención de posibles incidencias, que no llegaron aproducirse.

Solamente hay que reseñar una huelga de los obreros del pantano,motivada por el retraso en percibir sus jornales, no obstante trabajardiez horas; dos más que la jornada legal, y éstas nunca cobradas.. ~~C.N.T. de Soria se solidarizó con los obreros del pantano y propiCIOuna huelga general en la capital, que no llegó a cuajar, por la falta deapoyo de U.G.T. Unos pocos comercios cerraron durante unas horas ygrupos de cenetistas recorrieron las calle~ céntricas d~ la. ciudad, en se-ñal de protesta, sin que llegaran a producirse mayores incidentes. "

Hubo otra huelga general decretada por la C.N.T. como reacclonpor la deportación a Bata en 1.932 de cenetistas de Cataluña que tuvomayor incidencia, pero sin que llegaran a producirse trastornos de im­portancia. Algunos cenetistas sorianos fueron detenidos y puestos enlibertad unas treinta horas después.

El incidente más relevante de los sucedidos en Soria fue la explosiónde un artefacto en el viaducto. A consecuencia del mismo, fueron dete­nidos veintitantos cenetistas a quienes se les imputó la autoría de ello.Celebrado el juicio fueron absueltos.

Por último cabe señalar que en las elecciones de 1.936, no obstantela recomendación de votar a la izquierda, por parte de señalados cene-

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tistas muy significados a nivel nacional, en Soria la consigna de C.N.T.fue la ABSTENCION.

Quedan relatados los conflictos sociales y sucesos ocurridos en So­ria durante la. República, que en su mayor parte se originaron en elperiodo 1.931-1.933. Como se ve, el agua apenas llegó al río y Soria du­rante el periodo republicano, puede decirse que vivió en paz y calma.Desde luego con más calma y paz que el resto de España.

Hoy día, en cualquier jornada futbolística se producen incidentesmás graves que todos los relatados. Pues bien: de esta pequeña tempes­tad en un vaso de agua, se pasó un 22 de julio de 1.936 a un verdaderotorrente que asoló la provincia entera, bañándola en sangre y sumiendo

. a sus habitantes en un clima de terror y de miedo. Un miedo insupera­ble, pegajoso, insistente que, aún hoy, transcurridos tantos años, toda­vía sigue atenazando a muchos espíritus.

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SAN PEDRO MANRIQUE

En Hogar y Pueblo de Soria, del día 4 de Julio de 1.979, en su pri­mera página y con grandes titulares a cuatro columnas leímos: "YAESTAN EN EL CAMPOSANTO SEIS SAMPEDRANOS FUSILADOSEN EL MilO 1.936", añadiendo seguidamente dicho periódico:

"El pasado día treinta en San Pedro se vivió una jornada de dolor y. recuerdo. Toda la carga de angustia que cuarenta y tres años no hanpodido petrificar, se hacía flor de memoria y amor, en el corazón de pa­dres, esposas e hijos. Sucedía esto en las mismas vísperas de un tremen­do mes de Julio, que allá por el año 1.936 desgarró vidas, enfrentó amis-.tades y desgarró a la Patria". /

"Pobres y buenas gentes que no habían cometido ningún delito, quepracticaban por el contrario, la virtud del idealismo humano, fueron'arrancadas de sus hogares; sacados literalmente a obscuras por la noche,levantándolos de sus lechos, para unos pocos kilómetros, por otroshombres sin piedad, ponerlos contra los muros ruinosos de la Ermita"Rabanera" y acabar con sus vidas, sin darles opción a que recibieran elauxilio espiritual que no maldecían!'.

"Ha sido ahora, cuarenta y tres años después, cuando manos piado­sas de familiares y amigos, se han ido a buscarlos donde aproximada­mente sabían que estaban y los han encontrado. Estaban en una fosacomún apretados en sus huesos, como unidos habían estado en el ideal,en la amistad y la tragedia. No tenían ya fisonomía, pero seis nombresformaban uno solo. Se llamaron Raimundo Munilla Hornillos, Francis­co Lafuente Ruiz, Marcelino León Duro, Félix del Rincón García,Santiago García Hornillos y Pelayo Ruiz Cuadra. Todos hijos recios dela bendita tierra sampedrana. Para ellos también hubo un terrible "Ho­locausto" aunque no hayan merecido el "honor" de una película. Se­rán, sin embargo el vivo testimonio que Dios no quiera se marchite nun­ca, para que jamás ningún otro sampedrano, ni soriano de cualquier si·tio, ni tampoco español de parte alguna, haya de conocer la brutalidadinconfesable de ser asesinado y arrojado a una fosa común".

"Estos seis paisanos ya reposan en el cementerio amigo, donde comodiría alguno de los presentes "están las personas decentes y honradas".Ellos fueron todo eso y mucho más. Ahora el amor de familias y ami­gos, los tomaron con emoción, les rezaron una misa y les enterraron enaras de un civismo increlble. Todos se olvidaron del odio y del revan­chismo. Es la mejor forma de honrar a vuestros y nuestros muertos. QueDios os lo pague. Descansen en paz". (FCH).

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Nos hemos perm itido reproducir literalmente lo que escribió fCHpor estar totalmente de, acuerdo con su contenido y porque de modoadmirable y emotivo, pone de relieve la tragedia de aquellos vecinos deSan Pedro Manrique. Hacemos especial hincapié en nuestra total coinci.dencia con las frases "serán vivo testimonio que Dios quiera no se mar.chite nunca, para que jamás ningún otro sampedrano ni soriano decualquier sitio, ni español de parte alguna, haya de co~ocer la brutali.dad inconfesable de ser asesinado y arrojado a una fosa común". Coin­cide este escrito con el espíritu de lo enseñado por D. Claudio SánchezAlbornoz y tantos otros historiadores y que es el mismo que nos ha im­pulsado a .escribir este libro. Aclaremos ahora algunos extremos, riguro­samente ciertos, y que forman parte de la historia de San Pedro Manri­que y de Soria.

El día 2 de septiembre de 1.936, sobre las doce de la noche, llegarona San. Pe~r? Manrique: procedentes de Soria, veh ículos ocupados porguardias cIviles y falangistas, al mando del Teniente Agustín del Rincónque portaba una lista de los que deberían ser detenidos y que fLiero~después asesinados. A dicho grupo, se unieron varios vecinos de San Pe­dro y fueron casa por casa, .conminándolos para que les acompañaranal Ayuntamiento, para "declarar". ,

Reunidos en el Ayuntamiento, algunos a medio vestir pues se les di­jo "que no les iba a hacer falta la ropa", se produjeron algunos momen.tos de confusión. Un hijo del que después sería fusilado, MarcelinoLeón, llamado Justo y que contaba siete años, se agarró desesperada­mente a las piernas de su. padre como si quisiera ampararle y protegerle,y fue apartado a trompicones y llevado a rastras hasta su casa. El Te­niente Rincón era natural de San Pedro y conocía a todos los detenidosy, quizás en un momento de arrepentimiento, pidió a los falangistasque no mataran a Marcelino León: "A ése no lo matéis, no lo matéis".Algunos de los falangistas y vecinos de San Pedro, abandonaron elAyuntamiento en compañía del Teniente Rincón y fueron a tomarcopas a uno o varios bares, mientras continuaban los detenidos en laCasa Consistorial, debidamente custodiados por los guardias. Se creeque ello fue motivado por el afán de convencer al citado Teniente deque no pusiera obstáculos para el fusilamiento de todos; a tal fin, copava y copa viene, ya todos eufóricos y envalentonados, volvieron alAyuntamiento y montaron a los detenidos en los vehículos asesinándo­les en el paraje "La Rabanera", a unos cuatro kilómetros de' San Pedro.

. Cuando se los llevaban, el padre del detenido Santiago García Hor­milos, llamado Juan, en un momento de desesperación llamó a los guar­dias "canallas" y "asesinos", siendo golpeado repetidamente con lasculatas de los fusiles.

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Las víctimas permanecieron más de un día sin enterrar. Al fin,fueron inhumados por vecinos de La Ventosa, obligados por los falan­gistas de San Pedro.

A las mujeres, familiares de los fusilados las obligaban a ir a misa,con la amenaza de cortarles el pelo. Y después fueron conminadas a quefirmaran la "desaparición" de sus maridos o hijos, y en tal situación de"desaparecidos" permanecieron durante unos veinticinco años, los ase·sinados. (1) En la lista que portaba el Teniente Rincón, figuraba para serasimismo detenido y fusilado, Isidro del Rincón, hermano del asesinadoFélix del Rincón García. Pudo esconderse en otra casa del pueblo y all ípermaneció encerrado durante unos cinco años. Su mujer le llevaba devez en cuando comida, por las noches, y conservó su vida.

A los pocos días de los fusilamientos, fueron detenidos todos lostrabajadores de la cuadrilla de los fusilados, que fueron llevados a di­versas cárceles, especialmente a la de Soria y El Burgo de Osma, dondepermanecieron hasta tiempo después de terminar la guerra.

De los asesinados, cinco pertenecían a la U.G.T. No así RaimundoMunilla Hornillos, en cuya casa se reun ían los falangistas. La muerte deéste resulta un tanto extraña y quizás constituya uno de los aspectoscontradictorios y obscuros de la represión. Había venido Munilla deAmérica y era prestamista. Se dice que muchos de sus deudores rompie­ron los recibos y no pagaron las deudas. Sea como fuere, Munilla muriódando vivas a José Antonio y al Movimiento. Dejó dos hijas minusváli­das.

Marcelino León Duro,<') había sido alcalde de San Pedro en I,a Re·pública. Tenía 42 años y dejó seis hijos, entre los trece años y dos mesesde edad.

Todos los fusilados eran trabajadores y hombres honrados, y en SanPedro Manrique no hubo nunca problemas sociales. La represión fue

(1).- Así, en el Registro Civil de San Pedro Manrique -donde primaría la redacción del funcio­nario de turno- no aparece ningún fusilado en 1936-1939. Las inscripciones se realizarondespués: Félix del Rincón GarcÍa (libro 16, folio 341) inscrito el 27 de marzo de 1946, ymuerto el 3 de septiembre de 1936, "como consecuencia del Alzamiento Nacional". La inscrip­ción se realiza por orden del Juzgado de Agreda, como consecuencia de expediente promovidopor su esposa, Dorotea Sáenz del Rincón.

Marcelino León Duro (libro 16, folio 384) falleció el 3 de septiembre de 1936 "a consecuenciadel Movimiento Nacional" a los 43 años. La inscripción se practicó el4 de mayo de 1950, pororden del Juzgado de Agreda, a petición de la esposa del fusilado.

No figuran en el Registro Civil de fallecidos el resto de los fusilados, a pesar de ser todos .oriundos de San Pedro. En el acta de nacimiento de Marcelino León Duro, figura una nota mar­ginal sobresu muerte "a causa del Movimiento Nacional".(2).- Los hijos del fusilado Marcelino León Duro, llegada la edad, tuvieron que incorporarse afilas, no obstante quedar su madre sola y con más hijos pequeños. No pudieron librarse del ser­vicio militar, porque su padre "no era adicto al Glorioso Movimiento".

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Antigua casa donde se reunían los falangistas de San Pedro Manrique. (Foto de Josautores).

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totalmente injustificada, Nota a destacar, la constituye el hecho de queen las detenciones y fusilamiento intervinieron algunos vecinos de SanPedro, Todos han muerto o desaparecido, menos uno que continúaviviendo en el pueblo sólo Dios sabe si con arrep'entimiento o con unadolorosa y eterna pesadilla, Años después de los sucesos relatados, unSargento de la Guardia Civil, ya jubilado, comentaba con) usto león,hijo del alcalde fusilado: H ¿Así que han matado a los malos y han deja­do a Jos buenos? Pues a mí me parece que más bien fue al revés", YelSargento no se refería a la condición política, sino a las cualidades hu­manas.

Respecto a la vida municipal hay que constatar que el día 22 de juliode 1936 y por orden telefónica del Comandante Militar de Zaragoza,folio 43 del libro de Actas del Ayuntamiento, se cesa al Alcalde, Marce­lino León y a Isidro del Rincón y Pedro Manzano. Se nombra nuevoAyuntamiento compuesto por Alfredo Monforte Sáenz, como Alcalde;y como concejales, Faustino Aragón Bachiller, Luciano Izquierdo, Mar­tínez, Manuel Fernández Ridruejo, Bruno Dom ínguez Martínez, Ma­nuel Jiménez Ruiz, Tomás San Miguel Martínez y Miguel Alonso Ji­ménez. Examinadas las actas de las sesiones de 9 de agosto, S de sep­tiembre, 12 de septiembre y 12 de diciembre de 1936, así como las de10 de enero, 30 de mayo y 20 de junio de 1937, como únicas notas des­tacables resañaremos un cambio de concejales en 5 de septiembre de1936; el nombramiento por unanimidad de hijo adoptivo de fa villa aD. Gregorio-Ignacio Muga Díez, "como consecuencia de la conductaejemplarísima y habilidad habida en los primeros días del Movimientoevitando que los elementos marxistas se apoderaran de las armas"; unacircular sobre recaudación pro monumento a Franco; destinar el dinerode los banquetes populares en las fiestas patronales, para los soldadoscombatientes de la Villa; y suscribir 50 pesetas para el acorazado Es­paña. Como vemos, poca actividad municipal.

YANGUAS

Don) uan Munilla era oficial de Telégrafos, con destino en Madrid,El día 15 de julio de 1.936 llegó a Yanguas con objeto de disfrutar

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su permiso de verano. Fue detenido en Yanguas en el mes de a~osto yseguidamente fusilado en Recelada, frente a Los Campos.

Quedó el cadáver abandonado en la cuneta y al percatarse de ello losvecinos de Los Campos, lo enterraron en el cementerio de esta locali­dad, uno o dos días después.

HUERTELES

Teófilo Lafuente Ruiz, hermano del también fusilado Francisco La­fuente Ruiz, en San Pedro Manrique. Teófilo contaba 34 años de edad,casado, afiliado a 'la U.G.T., y trabajaba en la misma cuadrilla que losfusilados de San Pedro Manrique. Detenido, fue fusilado y estáenterra.do en Los Campos (Soria), junto con un vecino de Yanguas, apodado·'eI Cañas".

MAGAÑA

En esta localidad del norte de la provincia se fusiló a:1.- Felipe Zamora. No se sabe con certeza si era Guardia Civil o de

Asalto. Natural de Magaña, se hallaba en el pueblo de permiso al iniciar.se la contienda y, tardó, al parecer dos o tres días en incorporarse a 50­ria. Tenía unos 32 años, y fue ajusticiado aunque se desconoce el lugary las personas que lo ejecutaron. Todavía es enigmática esta muerte en­tre el vecindario de Magaña.

2.- Dionisio, "el Carbonero". Natural de algún pueblo de la falda delMoncayo, se encontraba en Magaña trabajando como carbonero.

Era persona de no buena reputación, poco cumplido~al parecer, ensus tratos con la gente del lugar. Contrataba montes que pagaba mal y,en ocasiones, no pagaba.

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Fue fusilado en el monte de La Losilla, municipio colindante aMagaña, según los testimonios, "por irse de la lengua". Parece ser que alsalir un día gentes o escuadras de Falange del pueblo, hizo el siguientecomentario: "Van como corderitos". Alguien que lo oyó lo denunció.Lo cierto es que fue fusilado .

3.- "El Mingarrilla": se cree que se llamaba Domingo. Era naturalde Magaña, aunque trabajaba y resid ía en Arnedillo, como funcionariode Correos. Excelente persona, gozaba d.e muy buena reputación, loque no le libró de ser ajusticiado también a consecuencia de una denun­cia; una de tantas denuncias sin fundamento, que irresponsablemente, serealizaban y que más irresponsablemente aún desencadenaban la repre­sión y la muerte. Es generalizado en Magaña el criterio sobre la muertede Domingo, creyéndose a ciencia cierta que la denuncia provino de uncompañero suyo de Correos.

4.- Una persona desconocida, que venía fugitiva, fue detenida a lasafueras de Magaña, hacia Trévago. Lo fusilaron en el acto y lo dejarontirado en una acequia.

Hay un tal Ricardo Iglesias, natural de Magaña y combatiente posi­blemente en el frente de Aragón, de unos 30 años de edad, que no sesabe en el pueblo si fue fusilado, muerto en el frente, o si se evadió alcampo republicano. Se le dio por "desaparecido".

FUENTES DE MAGAÑA

En este pueblo había un grupo de personas de marcado carácter li­beral. Uno de ellos, Elías "el Molinero" era quizás el más ~estacado einteligente de todos. Había estado en la Argentina y regreso al pueblocon una pequeña fortuna. Presidía en Fuentes una tertulia "librepensa·dora" en la que se hablaba de poi ítica. Ningún vecino f~e detenid?:merced a la intervención del párroco llamado don AntOniO, que sallofiador de todos. No pudo evitar, sin embargo, que a la posadera Emiliadel Barrio Martín le cortaran el pelo.

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VINUESA

Teniendo la masa obrera sindicalista del Pantano dela Cuerda del Pozo como ceb9, Vinuesa fue un puntoneurálgico de acción falangista durante el verano de1.936. De allí irradiaron sus actuaciones a otras lo­calidades de la zona de pinares donde se produjerontambién inmolaciones de personas de las más diversasprofesiones. Junto a las consabidas denuncias, deten­ciones y fusilamientos, Vinuesa fue -quizá atípica­mente- la población donde mayor exacerbación po­pular se produjo, inducida desde el mando falangista.Así, el enfrentamiento equívoco con falangistas delValle, la manifestación contra el ex·Alcalde, o lasarengas de una conocida familia de "azules", son ioshechos más relevantes, entre los constatados, de loallí acontecido.

De la localidad de Vinuesa fueron fusilados don Eusebio AlonsoSanz, don Juan Rodrigo Calavia y don Faustino Moreno Martínez.

Don Eusebio Alonso hab ía sido alcalde de Vinuesa, sustituyendo aBaldomero Ramos que lo había sido durante casi treinta años. Duranteel tiempo en que don Eusebio Alonso Sanz fue alcalde, creyó observaren la gestión de su antecesor ciertas irregularidades, haciendo público,un llamado "Manifiesto a los VISONTINOS" referente a las mismas.

En el momento de su fusilamiento, contaba don Eusebio Alonso al­rededor de 70 años y era secretario del Juzgado, plaza obtenida poroposición. Persona honestísima, gozaba de gran prestigio entre sus con­vecinos y nadie pod ía imaginarse lo que le sucedió.

Al comenzar la sublevación se trasladó él solo a Soria, quedando enVinuesa su esposa y dos hijas. Se hospedó en la pensión El Ferial, tanconocida como modesta, en la que permaneció tres o cuatro días. Allífueron a buscarle varias veces un grupo de falangis~as, sin que al parecerlo encontrasen. Al fin, en otra visita posterior, cuateo falangistas lo de­tuvieron trasladándole directamente a un monte cerca de Fuentetoba.Durante el camino, el sr. Alonso que se mostraba sereno y entero, lesexplicó a los falangistas, la responsabilidad en que' iban a incurrir si lofusilaban. Los razonamientos de don Eusebio debieron hacer alguna me·lIa en sus aprehensores, y dos de ellos regresaron a Soria, según dijeronpara consultar con un inspector de policía, alto y delgado, de semblante

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duro y severo. Realizada o no la consulta, los dos falangistas regresaronal monte y' el infortunado señor fue finalmente fusilado y dejado sucadáver en Fuentetoba, siendo enterrado por el secretario de esta locali.dad.

Juan Rodrigo Calavia contaba 28 años. Hab ía estado antes de secre.tario en La Muedra y a la sazón, ejercía el m ismo cargo en Vinuesa.Fue fusilado el día 13 de agosto de 1.936.

El día 12 de agosto por la tarde, fue detenido por falangistas y ence.rrado en los calabozos de Vinuesa, situados en los sótanos del actualAyuntamiento, entrando por el juego de pelota. Pasó la noche en el ca.labozo y a la mañana siguiente desayunó lo que le llevó su esposa, Tere.sa Moreno, no en el calabozo sino en el patio delantero.

Recuerda Teresa que con los falangistas estaba José María VicenteCampos, que parecía el jefe del grupo. Estaban también presentes algu·'nos paisanos de Vinuesa: Darío Puertas, hijo del Juez, y Benjamín Apa.ricio, sobrino del alcalde; ambos -según doña Teresa y otros familia.res- llevaban camisa azul.

Vuelto a encerrar Juan Rodrigo, a la hora de la comida su esposa lellevó sopa y tortilla francesa. Aquella misma tarde fue avisada Teresa,por su cuñada Felipa Rodrigo, de que su esposo iba en un camióncamino de Molinos. Juan Rodrigo, al· pasar por la tejera, donde vivíansus padres, se agachó en la caja de;l camión, para no ser visto. EnMoliIJoS le confesó don Mariano. Este sacerdote dijo después que JuanRodrigo "había hecho una buena confesión y que por mal camino iba".Todos los informes coinciden en que don Mariano nada hizo para evitarel posterior fusilamiento de Juan Rodrigo, que era un católico fervoro­so, de los "de verdad". Ten ía una hermana monja y sus padres y otrahermana, eran asimismo personas de arraigadas convicciones religiosas,según se recuerda entre el vecindario de Vinuesa. No, don Mariano noestuvo a la altura del sacerdote de Salduero, de Fuentes de Magaña,delAbad de la Colegiata de San Pedro de Soria y de algunos más, que vane irán apareciendo a lo largo de este libro.

El infortunado Juan Rodrigo fue trasladado desde Molinos hastaCovaleda, él solo, en un camión que recogería en esta localidad a otrosdos detenidos, Regino Sánchez y Juan Antonio del Toro. Estos dos erantrabajadores del Pantano de La Muedra, y juntos los tres, fueron fusila·dos en el paraje "Campoespacio", del término municipal de Calataña·zor, en la carretera de Venta Nueva a Abejar, pasada La Aldehuela, enuna larga recta, kilómetro 17, hectómetros 5·6 a la derecha de la ca·rretera,

Quienes les enterraron testimoniaron que después de ser fusilados,estuvieron tres días abandonados. De ello da fe, entre otros, el sr. Juande la Aldehuel.a de Calatañazor.

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Juan Rodrigo llevaba su documentación y entre ella figuraba uncertificado de buena conducta expedido y firmado por Bardomero Ra­moS, alcalde que fue de Vinuesa durante treinta años. Portaba tam-bién la cartilla militar. . .

La exhumación se realizó recientemente, y los restos de los tr~sfueron colocados en un solo ataúd, siendo enterr~dos en el cement~node Covaleda. Juntos vivieron los momentos .horrlbles de su .calva!1O yjuntos permanecen, arropados por la santa tierra! ~~mo testimoniO VI­VO de la "caída de algunos hombres al estado salvaje .

Faustino Moreno Martínez, cuñado de Juan Rodrigo, fusilado com?hemos dicho, fue el primero de los tres visontinos detenido. D~sde VI­nuesa fue conducido a la cárcel de El Burgo de O~ma. Lo det~vleron_ensu ta)ler de carpintería, situado en el centro de Vmue.sa. Tema 34 a~osy dejó viuda y cuatro hijos, ~~ los .<,lue actualmente ~Iven tres. Faustm?en el momento de su detenclon, dijO a uno de sus hilOS, con ~na seren!­dad y laconismo impresionante: "no llores hijo, que el que libre va, li­bre viene; pronto vuelvo" Fueron dos guardias civiles quienes se lo' IIe·varon andando hasta el cuartel.

F~e fusilado en el puente Ullán y trasladados sus restos al ,cemente­rio de Soria. La lápida corresponde a la misma en la que esta!] sus 15compañeros restantes del puente Ullán. '. .

Juan Rodrigo y su espo~a ~~re~a Moreno. tenla,n una fo~da en Vl'nuesa llamada "Fonda el Pmar ,situada al pie de la montana. En ellaestab~n albergados tres pedagogos de las Misiones Pedagógicas, que ve­nían de La Muedra. Un Roncal pequeño, que. ~compañ~ba a su ~adre-maestro de Vinuesa, Esteban Roncal- en unlon de vanos falanglst!1s,llegaron a la "Fonda el Pinar", registrándola. Teresa Moreno pregunto aRoncal que qué pasaba y por qué revolvían tanto la ca~a. Roncal. lecontestó que habían encontrado un carnet de Jua~ Rodr.'go, cosa cle~­tamente imposible porque éste nunca estuvo adscnto a ninguna organl'zación ya que como hemos dicho anteriormente era profundamentereligio~o y sin tendencias políticas. En el momento de detenerlo y II~.várselo, los falangistas blandieron amenazado!es las culatas de sus fUSI­les. Era el día 12 de agosto de aquel nefasto ano de 1.936.

Es creencia generalizada entre el vecindario de V.inue.sa que vivió laGuerra Civil que un detonante muy claro de los fusllamlentos.de Eu~~­bio Alonso Sanz y Juan Rodrigo Calavia (Alcalde y Secretano habili­tado del Ayuntamiento de Vinuesa) lo fue el manifiesto impreso quedieron a la luz el nueve de junio de aquel año de 1.936.

Para los visontinos de aquel entonces -muy dados como todos lossorianos a hacer oídos sordos de los rumores verbales callejeros- lessorprendería la contundencia de las afirmaciones y la veracidad de las

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Juan Rodrigo Calavia, fusilado el 13de ago~to de 1.936, junto con otrasdos personas más, en el paraje UCam_poespacio", próximo a la Aldehuelade Calatañazor. Fue secretario habili·tado del Ayuntamiento de Vinuesaen los meses anteriores al Alzamien·to, siendo alcalde Eusebio AlonsoSanz (foto de la derecba). EusebioAlonso también sería fusilado. (Foto:familia Rodrigo Moreno).

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Eusebio Alonso Sanz. Fusilado losprimeros días de agosto de 1.936 en. ~. ,un paraje prox,mo a Fuentetoba.Fue alcalde en la época anterior alMovimiento. En junio de 1.935 edi.tó un "Manifiesto a los visontinos"en el que denunciaba unas presumi­bles irregularidades administrativasen el anterior Ayuntamiento de Vi·nuesa, según las cuales habría sidoinjustificado un gasto de 86.000 pe.setas. Eusebio Alonso Sanz era con.siderado como una de las mentes máspreclaras de la administración localen Soria. (FOlo: familia Alo~so).

demostraciones que sobre la gestión económica municipal se reflejaban-nada menos- que en papel impreso.

El manifiesto "Al pueblo Visontino.- Explicación de cuanto se rela­ciona con las cuentas del Ayuntamiento anterior", había sido impresoen tipografía "La Voz". Constaba de veintiuna páginas encabezadascon un expresivo edicto al vecindario que comenzaba con un no menosclaro "DE ORDEN DEL SEI\lOR ALCALDE, y AUNQUE SINTIEN­DO LLAMAR LA ATENCION DEL VECINDARIO, acerca de lascuentas del anterior Ayuntamiento, HACE SABER:" (1)

El alegato del alcalde manifestaba, en síntesis, que el anterior Ayun-tamiento, presidido por el ex-alcalde don Baldomero Ramos Carretero,

. había recibido en 27 de diciembre de 1.935 en concepto de expropia­ciones del Procomún una cantidad de 162.000 pts. de las que faltabanpor entregar 86.000 al Ayuntamiento. De este déficit, el anterior Ayun·tamiento dispuso para la adquisición por 64.000 pts. -según el mani­fiesto- de "un edificio artefacto para asierro de maderas, titulada"El Cachopo" (...) edificio que no ha podido pasar a formar parte delPatrimonio Municipal por no haberse tramitado su adquisiciónconforme a las disposiciones de la Ley Municipal de 1.877, entonces vi·gente; y por oposición del vecindario, al ser manifiestamente EXCESI­VO SU PRECIO, Y considerar ruinosa la empresa de electricidad a queel Ayuntamiento anterior pensó dedicarlo". Las restantes 22.000 pts.habían sido destinadas a atenciones ordinarias del Presupuesto de 1.935que ".no debieron hacerse con los fondosespecialesde lasexpropiaciones".

En los Considerandos del manifiesto se explicaba razonadamente laresponsabilidad solidaria del Alcalde, Baldomero Ramos; el Interven­tor, Vicente Lucía Las Heras; así como la subsidiaria que pudieran asu­mir el ex·Depositario, Clemente Monge y los demás concejales que toomaron "intervención en la compra del prenombrado "Sierra Cachopo"y que resultan serlo don Pedro Larrubia Martínez, don Santiago Escri­bano Rojo, don Angel Zapatero Blasco, don Lucio Pascual Carreteroy don Gregorio de Marco Andrés".

La pupa que hiciese el referido cuadernillo impreso entre los presu­mibles malversadores, si es que los hubo, es fácil imaginar, sobre todoteniendo en cuenta el montante de la misma: 86.000 pts. en dinero de1.935.

Las reacciones no se hicieron esperar, y hay que apuntar como se·cuelas del manifiesto la manifestación de mujeres que -instigadas pro­bablemente por aquellos denunciados en el folleto- recorrería las calles

(1).- El texto del Edicto del Alcalde, Eusebio Alonso Sanz y la certificación del Acta de la Se­sión -3 la que entre otros concejales asistió Faustino Moreno Martínez- se transcriben, por suinterés, en el Apéndice núm. 4 de este libro.

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MONTENEGRO DE CAMEROS

de Vinuesa dirigiéndose hasta el domicilio de don Eusebio Alonso, si·tuado a las afueras del pueblo, en la carretera de Soria.

A los tres meses de la publicación del folleto, el alcalde EusebioAlonso, el secretario Juan Rodrigo y uno de los concejales, FaustinoMoreno habían sido fusilados en plena ola revanchista de la Guerra Ci­vil.

Sobre la culpa o no de los implicados y el final administrativo delasunto nada más se supo.

(1).- La confesión coactiva, la imposición religiosa al que sufre prisión o martirio, precisamen­te por sus supuestas o reales ideas, es el sacrileghJ más espantoso, la ofensa más satánica quepuede hacer el falso católicp, a Aquél que levantó su Cruz contra la violencia y el crimen.

Montenegro de Cameros es un pueblecito alejado de Soria, a sesen­ta y cinco kilómetros de distancia, casi en su límite con la provincia deLogroño. Parece ser que ningún vecino de este pueblo fue víctima de lacontienda, si bien su término municipal sí fue escenario de sucesos san­grientos que conmocionaron a sus pacíficos habitantes, siendo ésta larazón de que escribamos sobre ello.

El 27 de septiembre de 1.936, unos jóvenes de Torrecilla (Logroño),se trasl,adaron a Montenegro de Cameros, con objeto de construir unagran fosa donde pensaban enterrar a los que ya tenían detenidos y pen­sa.ban fusilar. Realizaron el trabajo y fusilaron la noche siguiente a laspersonas que se relacionan: 1.- Pedro Soldevilla, natural de Torrecillade Cameros; 2.- Vicente Velilla, natural de Torrecilla de Cameros;3.- Otro, cuyo nombre se desconoce, también del mismo lugar; 4.- San­tos Velilla, natural de Pinillas; 5.- "El Chairo", natural de Nieva de Ca­meros, 6.- "El Tarteras", natural de Nieva de Cameros. .7.- Toribio Ruiz,natural de Torrecill;l de Cameros; 8.- los hermanos Barrio, naturales deNieva de Cameros y varios más cuya procedencia y circunstancias sedesconocen.

Según amplios testimonios, el día 28 de septiembre, por la noche,los detenidos fueron obligados a confesar{1) por un grupo de falangistasentre los que se hallarían Leoncio Marco, Pedro Moreno y otros más.Los confesó el cura don Eugenio. Esto ocurriría en Torrecilla y los de­tenidos ya confesados fueron maltratados y subidos a un camión, quesería propiedad de Pascual Salcedo o de un tal Córdoba, ya que ambos

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camiones se emplearon para dichos fines. Llegaron a Villanueva de Ca­meros, provincia de logroño, donde les esperaba otra expedición pro­cedente de Ortigosa de Cameros, también de la provincia de logroño.los falangistas de Ortigosa se llevaron a los detenidos de Torrecilla y losde Torrecilla hicieron lo mismo con los de Ortigosa. Unos fueron fusi­lados en Villanueva y los otros en Montenegro de Cameros, y en am­bos casos, las pobres víctimas fueron maltratados insistentemente yexpoliados de todos sus objetos de valor.

En Montenegro ya estaba preparada la fosa; se realizaron los asesi­natos y sus autores acudieron al pueblo para que los vecinos enterrarana las víctimas. Enterado el Juez de lo sucedido, llamado don JoséRomero, y conocido por Pepe "el aceitero", prohibió los enterramien­tos y buscó a varios vecinos, para que custodiaran los cadáveres, mien­tras él iba a Soria a denunciar lo ocurrido y dar cLlenta al Juzgado, paraque se trasladara a Montenegro el médico forense, para hacerles la co­rrespondiente autopsia. El bueno de don José no estaba por lo visto,muy al corriente de que sucesos como aquéllos eran el pan de cada'día,en tantos pueblos de Soria y en la misma capital.

Regresado el Juez a Montenegro se procedió al traslado de los cadá­veres, desde el lugar de la ejecución al cementerio de la localidad. Eltraslado se efectuó en un carro de un señor de Arnedo, vendedor de pi­mientos, apodado "el Cadenas", que se prestó a realizar la.humanitariatarea.

El vecindario de Montenegro se comportó con toda generosidad, enla ayuda a trasladar a los asesinados y acompañarles en el acto de su in­humación en el cementerio, que se realizó dentro del mayor respeto yrecogimiento.

En el momento de proceder al fusilamiento, uno de los detenidosapellidado Barrio, logró escapar subiéndose a una encina desde dondepresenció los crímenes. los falangistas, al. darse cuenta de su desapari­ción y al no poder localizarlo, fueron a pedir' ayuda a los de Montene­gro quienes, si bien prometieron que buscarían al hu ído, no lo hicieronen realidad, ya que el vecindario de este pueblo repudió los crímenes.

El que logró escapar resultó con una pierna rota y pudo llegar a supueblo, donde volvió a ser detenido y fusilado, esta vez de una maneracierta y acompañado de otro preso.

De los fusilados en Torrecilla, en Villanueva de Cameros, en Ortigo­sa, Pajares y en los pueblos cercanos a la comarca, no haremos mención,pues los crímenes y los enterramientos se realizaron en tierras de lo­groño, lo que escapa a los límites de este libro.

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SAlDUERO

Como otras localidades del contorno, Salduero viveen los prolegómenos de la Guerra Civil la efervescen·cia propia de la gran obra del pantano de la Cuerdadel Pozo, que supondría en la zona la movilización-inusitada hasta entonces- de recursos humanos yeconómicos. Sin embargo, aunque el planteamientode los falangistas era idéntico al de otros lugares de lazona (primero, detención de sindicalistas; después,ejecución más o menos indiscriminada) la actitud ·delo que significaban las "fuerzas vivas" supuso en pi­nares una excepción a la regla general del comporta·miento de los represores.

Salduero fue un claro ejemplo, desgraciadamente apenas imitaqo, decómo la intervención decidida de personas generosas, evitaron en estepueblo que se cometieran crímenes similares a los perpetrados en otroslugares y de los que debemos sentirnos ahora y siempre, horrorizados yavergonzados. Rindamos homenaje -merecido homenaje- al sacerdoteD. Benito Moreno y al abogado D. J.esús Istúr;z, hombre de ideologíaclaramente derechista, de fuerte posición económica, pero lleno decomprensión y humanidad. la intervención de ambos fue decisiva y na­da irreparable aconteció en la hermosa y pacífica villa de Salduero, pesea los reiterados intentos de algunas personas, em-peñadas en quetambién all í fueran inmolados alJ(unos hombres sencillos y honrados,que ningún daño habían hecho a nadie, ni cometido delito alguno.

Parece cierto que existía una lista de diez u once personas, trabaja­d'ores del Pantano, para ser, de momento, detenidas. En los últimos díasdel mes de julio de 1.936 fueron por ellos, con un camión. Ya estabandetenidos y montados en el. mismo Gaudencio latorre, Marianolatorre, Maximino Vera "El Pelele", natural de Molinos y un tal Nico­lás, alias "El Rabanizo", también de Molinos. Una señora avisó de loque ocurría a D. Jesús Istúriz, que llegó rápidamente al lado del camióny ordenó a los aprehensores; "Bajen a esos chicos de ahí". Impresiona­dos por la rotundidad de la orden y por el tono enérgico y decidido delsr. Istúriz, persona de gran prestigio y ascendiente moral, los que habíanpracticado las detenciones, obedecieron.

Ya durante los primeros tiempos de la guerra frecuentaron Salduero

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numerosos falangistas, entre los que se recuerda: José María VicenteCampos, de Peñalba de San Esteban, considerado como el Jefe de todoslos grupos que correteaban por la zona de pinares; Benjam ín Aparicio,que veraneaba en Vinuesa; un tal Félix, empleado en el comercio de"los Alejandros", en El Burgo de Osma; Vicente de la Serna, poeta,compañero constante de José María Vicente; y también Pedro Hernán­dez Carretero, que después sería Secretario del Ministerio de Informa­ción y Turismo en Soria.

Aunque en Salduero no se fusiló a nadie, sí cortaron el pelo a unamaestra, cuyo nombre no hemos podido precisar y que fue paseada conel pelo al cero, en este pueblo y en otros próximos. También, despuésde ser fusilados los tres de Vinuesa, Eusebio Alonso, Juan Rodrigo yFaustino Moreno, varios falangistas trajeron a Salduero a un tal "Serru­cho", natural de Canicosa y obrero del Pantano. Lo introdujeron en elbar "Katiuska" y, obligando a la dueña, doña Maximina García, aabandonar el establecimiento, le pegaron una gran paliza, que sólo seinterrumpió debido a las súplicas y gritos de aquélla.

El bar "Katiuska", pasó a llamarse "Arriba España". Todo muy tris­te y degradante, pero Salduero, comparado con la mayor parte de lospueblos de Soria, fue, durante la guerra, casi una Arcadia feliz, un re­manso de paz, gracias a don Jesús Istúriz y al buen sacerdote don Beni­to Moreno.

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El pantano de la Cuerda del Pozo en construcción. (Foto: Luis Alonso).

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EL ROYO

Catalogado como un pueblo de economía mixta;agricultura, ganadería V comercio, El Royo ha sidotradicionalmente lugar de coilVivencia de clases socia­les muy diferenciadas. Entre la acrisolada aristocraciadel centro y norte de España -que conservaba suscasas y mansiones de abolengo para solaz y recreo­y los pequeños propietarios del lugar discurría esa vi­da diaria de la localidad en la década de los años 30,heredada ya. desde el siglo pasado. Sin embargo, losacontecimientos desarrollados durante la Guerra ei·vil hay que verlos desde la perspectiva de ser El Ro­yo uno de los centros de población lindantes al pan­tano de la Cuerda del Pozo y, consiguientemente, unfoco de emisión de trabajadores a una de las mayoresobras públicas realizadas en la provincia en lo que vade siglo. En esta coyuntura de relación con las gentesque operaban en el pantano se encuentra esta pobla­ción a comienzos de la Guerra Civil: de una parte, lamasa obrera sindicalista que convoca la huelga generaly que se enfrenta con las fuerzas de la Guardia Civilprocedentes de Burgos; de otra la plana mayor de laFalange provincial que opera desde la capital de laprovincia, distante tan sólo 24 kms.

Vecinos de El Royo fusilados fueron tres: Gabriel Pérez Molina,maestro de profesión; su hermano, Miguel Pérez Molina y un trabajadordel Pantano, que era de origen gallego posiblemente, apodado" El Ba­rroso". No se recuerda su nombre. Gabriel Pérez estaba de vacacionesen El Royo al producirse el Alzamiento y se unió, junto con su herma­no, a un grupo de trabajadores que habían llegado a Vinuesa, dondefueron detenidos por la Guardia Civil. (Estas fuerzas de la Guardia Ci­vil procedían de Burgos y habían intentado llegar a Soria por el antiguopuente de madera de La Muedra. Pero al ser destruído dicho puente porlos trabajadores tuvieron que regresar a Molinos de Duero para tomar lacarretera de Vinuesa dirección a Soria). Este encuentro se producía enlos primeros días de la sublevación militar. Los tres detenidos fuerontrasladados a Soria e ingresados en la Prisión Provincial. Se cree que

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Cementerio Civil de Molinos de Duero, donde reposan los restos de Gabriel PérezMolina, Miguel Pérez Molina y una tercera persona apodada "el Barroso'\ fusiladosel 27 de agosto de 1.936. (Foto de los autores).

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fueron invitados a afiliarse a la Falange y marchar al frente, a primerafila, a lo que se negaron.

Fueron fusilados el día 27 de agosto de 1.936"sobre las ocho de latarde, fuera del cementerio de Molinos. Fue constantemente comentadoel hecho de que los hermanos Pérez Molina, pidieron como única gracia,que les permitieran dar un abrazo a sus padres residentes en El Royo,antes de ser ejecutados, cosa que les fue negada, siendo además maltra­tados. José María Vicente Campos, a quien tantas veces se ha de nom­brar en este libro, falangista y después policía, mandaba el grupo de fu­siladores.

Fue avisado el alcalde de Molinos, Fernando Rincón, para que ente­rraran a los ejecutados, acto que se realizó al día siguiente, en el Cemen­terio Civil. Vecinos de Salduero y del mismo Molinos fueron a ver loscadáveres, mientras estuvieron fuera del recinto del cementerio"ayudán­dose con linternas y faros de bicicletas, siendo motivo de especial co­mentario la gran estatura del apodado "El Barroso", que como antes seha referido fue detenido al mismo tiempo que los hermanos Pérez Mo­lina y fusilado después con éstos, unidos los tres en un mismo y trágicodestino.

la noche del mismo día del fusilamiento, el padre de los hermanosfusilados, Vicente Pérez, en compañía de Cesáreo Martín Brieva, esta­ban haciendo guardia de Acción Ciudadana en El Royo, cuando pasó elcamión regresado de Molinos, ya realizadas las ejecuciones, en el que ibael mencionado José María Vicente Cam pos. Vicente Pérez ,conocedorya de la muerte de sus hijos, le dijo a José María: "Si yo tuviera un fu­siL ..", a lo que aquél contestó poniéndole el fusil en el pecho: "Aquítiene usted uno" Hay que consignar que Gabriel Pérez Molina (3) era deideología socialista, su hermano Miguel, más joven, más bien apolíti­co, y el padre de ambos, derechista.

Otro vecino de El Royo, Manolo "El Rinconero", fue llamado acomparecer en la oficina de la empresa constructora del pantano, anteJosé María Vicente Campos. Directivos de la empresa lo avalaron yelfamoso José María decidió dejarlo en libertad, siendo éste, quizás, elúnico gesto generoso que realizó durante aquella terrible época.

(3).- Gabriel Pérez Malina era maestro en vildé." Fusilado el 27 de agosto de 1936. Según el8.0. de la P. de ,31.8,37, fuc suspendido de empleo y sueldo eI27-3-1937. Primero se le fusilóluego se le form~ e~pediente. ,Para un~ mayor comprensión de los profesores y maestros expe­dientados en Sona vease el Apendice numo J de este libro.

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Lápida en la que se inscriben los nombres de dos vecinos de Covaleda, José Taber­nero Bullón y Felipe García Martínez, fusilados elide septiembre de 1.936 en la"Caseta de los camineros", del término municipal de Ausejo de la Sierra, adondefueron trasladados desde Soria. Fueron exhumados el 14 de abril de 1.979. (Foto d.los autores).

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COVALEDA

Aunque distante de la capital de la provincia, Co·valeda tuvo durante la Guerra Civil su puesto de man­do en la vecina localidad de Vinuesa, desde cuya po­blación actuaron las fuerzas de la Guardia Civil y losmilitantes falangistas en una perfecta simbiosis deacción. Sin embargo, la nueva Corporación impuestatras el Movimiento, daría un fehaciente testimoniohistórico -inédito en ningún otro lugar de la provin­cia- de lo que sí debía hacerse en pro de la subleva­ción militar.

Triunfante la sublevación en Soria, las fuerzas afines al Movimientose hicieron cargo de la administración municipal de Covalerla (1): No sealteró en absoluto el orden ni se produjeron violencias de ninguna cla­se. Cada cual siguió haciendo su vida ordinaria, sus trabajos habituales.La normalidad, al menos en apariencia, fue completa, aunque algunaspersonas tuviesen cierta inquietud interior.

Durante los primeros tiempos de la sublevación -que fueron los mássangrientos en' otras localidades- nada ocurrió en Covaleda, salvoalguna palabra de doble sentido dirigida a los que despué~ serían deteni­dos y algunos de ellos fusilados por los elementos fascistas. De todasmaneras nada hacía preveer lo que después acaecería.

La p;imera víctima fue don José Tabernero Bullón, maestro que ha­bía sido de Covaleda, de donde era oriunda su esposa; más tarde estuvodestinado en Duruelo y finalmente ejercía en Molinos de Razón. DonJosé Tabernero era socialista y nunca ocultó su ideolog~a; fr~cuent.aba

el trato con los trabajadores a los que procuraba aconsejar e instrUir y

(1).- El 19 de julio de 1936 la Corporación estaba formada por los siguientes señores: 1._ Ar­gimiro Díez García. 2.- Braulio de Miguel Ureta. 3.· Bonifacio L10renle Romero. 4.· Isaac deVicente L1orenle. S.' Domitilo Rioja Carcía. 6.· Francisco Blázquez de Nicolás y 7.- RafaelHerrero Rioja, acluando de Secretario de la misma, don Pedro Rodrigo.

En el acta del primem de agosto de 1936 (al rolio 3S del Libro correspondienle) el Ayunta­miento salienle lo constituyen los señores concejales anteriores, más Honoralo Rioja Lázaro yLuis Santórum Santórum. El Ayuntamienlo entrante lo integraban Julio Herrero L1orente,Ladislao Romero Ramos, Teodoro Romero Herrero, Urbano Martínez de Pedro, Pedro Peiro­tén Jbáñez, Pedro Sanz Covaleda, Felipe Herrero Lloren[e, Teodoro Herrero Rioja y Pablo Mu­ñoz Bartolomé.

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era una persona respetada y querida.Sie~do. maestro. de Duruelo y ordenado que fue por el Gobierno

la Republula I~ r~tlrada de los crucifijos de las escuelas, don José Tab denero en. cumplimiento de la orden recibida retiró el crucifijo gua d ~r­dolo cUIdadosamente en una caja, como la realidad dem'ostró ';'ás t~rano

~o obstant~, personas de Duruelo y de Covaleda, iniciada la subde.va':JOn, denuncl~~?n a las ,~uevas autoridades que el sr. Tabernero h ~~­qUitado el crucifiJo romplendolo. En virtud de esta denuncia f a labuscarle a Molinos de Razón, con resultado infructuoso Un farero.n ade Valde,avellano, avisó a la esposa del sr. Tabernero ue' se esco~n~lstap~es tenlan or~en de "cogerlo y matarlo". Al día sigui~nte volvier~~era,mismos fal.anglstas acompañados de un taxista de Vinuesa sin r ,osd~. El taxista cogió aJ hijo mayor del sr. Tabernero qu~ con:;~ata.~~os.de edad Xp,?niéndole una pistola en'el pecho, le dijo que le t 9f1~ sr no decla donde estaba su padre. El niño que sabía cierta:a a·

Jdon~e estaba su padre escondido, resistió la dura prueba y mantuveont.eencJO. SI-

Al día siguiente, don José Tabernero anunció a su esposa y a su hi'mayor que estaba dispuesto a ir a Duruelo y demostrar que el cr T!Oestaba gu~~dado e in~a~to (2). N? obstante, y presionado por su e~c~~Jono cumpl,o su. proposrto y huyo al monte, pudiendo llegar a Lo ioñ~~estuvo escondido luego en Montene~ro, donde también había ej~rcid~como raestro, en casa de un campanero de profesión. Pero su obsesión~ra va ver ,a Duruelo y demostrar su inocencia. Decidido a ello lIe 'as c:rcaOlas de Covaleda y encontró a un pastor a quien él íe h g~.a

ensenado a leer Yo a escribir, dándole cinco duros para ue le com a lapan y tabaco y dijera a su suegra que esa noche iría a su ~asa. prara

(?).- Como podrá inducir el lector a lo lar o d 1;;cas de nupcias que motivaban la d~tención gprir;:'e:ale:tur~ d~1 est.s!! páginas, es que las hiporé.d mas venlan motivadas por circunstancias q~e casi n~nc e ~I amiento, después, de 'anlas víc-

entemente. en ninglÍn caso luvieron audiencia lo .3 r~su laron probadas ni en las que evi-acontecido a José Tabernero no es oc o .s propios Inculpados. Si nos extendemos ~n Jo:.uvo o~sesionado -fatal obsesión, ~unqut:ae~o~~:~~~:ho:rati~ctr el hecho de que Tabernero es­

o era 81so, como después -ya conSUmados los hech renCla a suya_ ,en demostrar que aqueomaestro sabe y puede asegurar sin temor a erro 05--; se demostrafla. Quien conoció a este~u ~sc~~la que hUbiese colocado un Vía.Crucis c~':~~e:~s~ T~be~nero j~ual quitó el crucifijo de

o /gl.tlmo de entonces. La Revolución y el AIt slb~SI se o hubiera ordenado el Gobier.en lstmtos pUntos de la provincia, para desgracia 8d'.-,.nno••o stante_ anduvieron muy de 18 mano

s personas.

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Lo trasladaron a Covaleda, y el cura párroco(3), don Nicolás Olalla,'lucas, según testimonios presenciales del acto dijo públicamente,:'!.'hombre, ya traen a Tabernero bien atado". Varios falangistas lo"~montaron en una camioneta en la que ya venían detenidos dos vecinos1'de Abejar, uno de ellos conocido republicano, Felipe García Martínez,

e i: apodado "el Chich~rras" y otro sin. identificar, llevándolos a Soria e i~­

',¡¡¡,': gresándolos en la carce!. Aquella misma noche los trasladaron a AuseJo)~rde la Sierra y a la salida del pueblo fueron asesinados. Varios vecinos:~ que por orden del ~lcalde ~e Ausejo estaban haciendo g~ardia con esco­:~ petas, oyeron los tiros .y vieron a dos hom.bres ca!! camisa azu~, que.les.~ dijeron: "Os hemos deJado tres muertos; SI querels los enterrals, y SI se

,:e,"': los comen los perros, mejor". Uno de estos vecinos fue luego alcalde de.. Ausejo continuando en el cargo hasta hace pocos años, y hay que desta­

carsu ayuda a los familiares de las víctimas en la localización de la fosadonde habían sido enterrados. Se practicó la exhumación el14 de abrilde 1.979, siendo enterrados el 21 del mismo mes, en compañía de otroscompañeros asesinados en la Venta de Valcorba, en el Cementerio deCovaleda. El entierro, con una impresionante manifestación de duelo

. popular, se desarrolló en medio de un profundo y absoluto silencio.La viuda de don José Tabernero quedó sin recursos económicos y

con seis hijos, el mayor de 9 años, y se vio en la dolorosa necesidad deingresarlos en el Hospicio, donde permanecieron hasta el año 1.940, fe­cha en Que ya le fue posibl¡; .recoger!,!~. Se le.habfa con~edido u"!a pen­sión de 300 pts./mes que deJO de reclolrla casi de inmediato; en vista deello, la viuda del sr. Tabernero escribió al Ministerio de Educación, se·ñalándole la anomal ía existente, recibiendo la contestación en el senti­do de que la pensión sal ía de Madrid. En realidad, la susodicha pe~sión

quedaba retenida en.Soria, según testimonio de. sus hijos, P?r la !nter­vención de un conOCido sacerdote, don Demetflo y un funclonaflo delGobierno Civil llamado don Daría (4) , ambos muy amigos y con simila­res "afanes poi íticos y patrióticos". Años más tarde del asesinato dedon José Tabernero, su viuda recibió una carta de una señora de Mon-

(3).- En la sesión de 20 de febrero de ]937 (folio 4 del Libro correspondiente) se lee: "Se diolectura de la comunicaclón del sr. cura-párroco, Nicolás' Olalla Lucas, en la que solicita el abonode los sermones de San l.orenzo durante los años 1932, 33, 34 Y t 935 a razón de 40 pts. poraño y enterada 1a corponción de su contenido acordó por unanimidad que se abone al citadoseñor dicho importe, toda 'Vez que no es justo que el citado sr. cura-párroco haya anticipado di·chas cantidades y no se las abonasen desde el momento que era para la función de San Lorenzo.con cargo al capítulo de funciones y festejos del actual ejercicio".

(4)._ ':Don Demetrio y Don Darío" formaron una de las parejas más temidas en la pOSEguerrade Sana. Don Demelrio era Director de la Casa de Observación y Capellán de las Siervas de Je.sús, además de canónigo beneficiario de la Concatedral de Soria. Don Daría, funcionario delGobiern? Ci~~. Altar y poder fueron estrechamente unidos en un sinfín de anécdotas. cuyo re.lato harl3 eJllglble un nuevo libro.

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(5).- José Tabernero Bullón sería suspendido de empleo y sueldo el 25 de noviembre de 1936,(BOP 28-11-36), habiendo sido fusilado en el mes de agosto de ese mismo año. Para todo lorelativo a suspensiones de empleo y sueldo de profesores y maestros, véase el Apéndice núm. 1de este libro.(6).- Julio Herrero tomó posesión elide agosto de 1.936. En el Libro de Actas correspondien­te, se lee:

"Ayuntamiento que cesa y el que se ha nombrado por el sr. Teniente de la Guardia Civil dela línea de Vinuesa en virtud de lo ordenado por el Excmo. Sr. General de la Quinta División,don Miguel Cabanellas Ferrer, en orden telegráfica de fecha 18 del actual, bajo la presidenciadel Sr. Alcalde que cesa, don Argimiro Díez García, quien dio posesión del cargo a los señoresConcejales recientemente nombra los que estando presentes aceptaron el referido cargo; entre­gando las insignias del cargo al Concejal entrante don Julio Herrero Llorente por haber sidonombrado Presidente del nuevo Ayuntamiento

lquien pasa a ocupar la presidencia del citado

Ayun ta mien to' '."Los concejales salientes después de una cordial despedida abandonan sus cargos".

tenegro en que le contaba que uno de sus hijos había estado muchotiempo enfermo, sin que se le hubiera podido diagnosticar la causa, yque dos días antes de morir confesó a la madre, que se moría de pena,pues no podía superar el remordimiento y la angustia de recordar suintervención como falangista, en el asesinato del que había sido sumaestro en Montenegro, don José Tabernero Bullón(S).

El día 7 de octubre de 1.936, por la noche, fueron detenidos en Co­valeda, 17 vecinos. No pudieron detener a uno más llamado Julio Jimé­nez L1orente, por estar en la cama gravemente enfermo. Los fueron de­teniendo casa por casa y, esposados de dos en dos -con los codos ata·dos-o Para hacer las detenciones traían una lista, lo que induce a pen-

. sar que hab ían sido previamente denunciados, y según testimonios muyamplios los denunciantes lo fueron vecinos de Covaleda.

Fueron trasladados a Vinuesa -tras haber estado presente en ladetención el alcalde del Movimiento, Julio Herrero (6) , en un coche deContinental Auto; estuvieron all í algo más de una hora, esperando quedetuvieran en Quintanarejo a Felipe Benito, que trabajaba como pastor.Era éste muy conocido por llevar siempre EL SOCIALISTA, diario deMadrid. Los llevaron a la Comisaría de Soria. Por la tarde del día 9,separaron a Felipe Benito, Rafael Herrero, Fernando Romero Ruiz y suhijo Antonio Romero Romero, diciéndoles que "iban a hacer una de­claración a Burgos". Esto fue oído por los restantes detenidos; y losingresaron en un cuarto oscuro de la misma Comisaría, y dos horas mástarde, los llevaron a la Venta de Valcorba, fusilándolos. Al mismotiempo, fusilaron a dos personas más: una de Madrid y otra de ElRoyo. El señor de Madrid, cuyo nombre se desconoce, estaba maniata­do como los demás y pidió a los ejecutores, entre ellos al tan conocidoguardia civil López, que le colocaran en el pecho el retrato de su esposaque guardaba en el bolsillo "para tenerlo cerca del corazón" cuando re·cibiera los tiros. También tenía 600 pesetas, cantidad considerable en

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Antonio Romero Romero, fusiladoen la "Venta de Valcorba" (Saria)en 1.936. Reinhumados sus restos e~1.979. Fue fusilado junto con supadre, Fernando Romero Ruiz elm!smo día, a la misma hora y e~ elmIsmo lugar, a pesar de haber pedidocon insistencia que le fusilaran a él,pero que su padre fuera respetado.(Foto: familia Romero).

José Tabernero Bullón, maestro fusi.lado en la "Caseta de los camin~ros"del ~érmino municipal de Ausejo dela SIerra, en 1.936. Su obsesión duorante los p~imeros días del Movimien­to, fue demostrar que no había rotoel crucifijo de la escuela tal comohabían propalado sus de~unciantes.Después de su fusilamiento, se comoprobaría que, efectivamente el cruci­fijo estaba guardado en un 'cajón desu mesa. (Foto: familia Tabernero).

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aquellos tiempos que las ofreció al sacerdote don Angel de la Peñaquien residió en la calle Angel de la Guarda de Soria durante bastant~tiempo, siendo rechazadas por éste. Este presbítero había atendido a lasvíctimas por orden de Muga. Según refirió este sacerdote repetidas ve­ces a los familiares de Fernando Romero y Antonio Romero, ésteúltimo pidió con insistencia y en forma dramática que le fusilaran a él,pero que su padre fuera respetado. No fue atendido el ruego. Llovía unpoco en aquellos momentos, mientras el sacerdote confesaba a las víc­timas; como aumentase la llovizna, los ejecutores insistieron alsacerdote para que se diera prisa, por lo que hubo de abreviar la confe­sión, consumándose las ejecuciones. Fernando Romero y su hijo murie-

, ron abrazados. Fueron exhumados el 14 de abril y enterrados de nuevoen Covaleda el 21 del mismo mes de 1.979, junto con José Tabernero,un vecino de Abejar y el otro fusilado en Ausejo de la Sierra.

Quedaron en los calabozos del Gobierno Civil catorce vecinos deCovaleda, entre ellos Esteban Herrero de Miguel(7), de profesión mú­sico, de 18 años de edad.

Durante su permanencia en el Gobierno Civil, el joven Esteban He­rrero y otro de los detenidos, ya casi anciano y cuyo nombre no pode­mos precisar, pidió permiso para ir al lavabo y hasta allí los acompañóun policía muy alto y delgado, quien les preguntó por qué estaban all í,respondiéndole los detenidos, "no lo sabemos". a lo cual el policía lesdijo: "a tí por joven y a tí por viejo, buen pelo vais a correr". Todoquedó en un exabrupto o en una broma tan cruel como de mal gusto ya los cuatro días justos, los llevaron a la ermita de Santa Bárbara y,transcurridos unos meses, al Fielato de la Avenida de Valladolid.

Esteban Herrero estuvo detenido siete meses y al salir de la cárcelfue movilizado y por la ermita de Santa Quiteria, en Almudévar, (Hues­ca), se evadió al bando republicano. Concluída la guerra fue condenadoa 30 años de cárcel, de los que sólo cumplió cuatro, saliendo en liber­tad condicional, con la obligación de presentarse durante otros cuatroaños más a la Guardia Civil y al Presidente de la Junta de Libertad Vi­gilada, don Gabino Santornés Vera.

Esteban Herrero estuvo detenido con don Enrique Carrilero, con De­metrio Ruiz, que no comían para dar alimento a los más desamparados,

(7).- En la sesión de 11 de septiembre de 1.937 (folio 20, reverso) se comisionan a varios con·cejales para que se personen en Soria y en Burgos para que gestionen de la Junta Técnica delEstado Ja concesión de plazos para el pago del 20 por ciento de propios en virtud de la visitade inspección realizada por el inspector de hacienda de Soria.

Se acordó por unanimidad que se pague a la música la subvención del segundo trimestre delafio actual, descontando lo que le pudiera corresponder al músico Esteban Herrero de Miguel,toda vez que este individuo no es digno que pertenezca a la música por haber estado afüilildo al"Frente Popular".

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(8).- Al fusilado Fernando Romero Ruiz también se le incoó -como a otros muchos- el co­rrespondiente expediente de "Responsabilidades políticas". Sin embargo. después de ejecutadost' reconocía por el Juzgado Instructor Provincial de Responsabilidades Políticas un claro Dic·tamen de irresponsabilidad, por el que procedía el sobreseimiento de las actuaciones contra él.Para ilustrar estos extremos véase el Apéndice numo 2 de este libro, en el que se transcribe elCertificado del Secretario del referido Juzgado .

(9).- Enlre el día 2 de agosto de 1936 y el23 de abril de 1938, el Ayuntamiento de Covaledacelebraba 55 sesiones. Lo que en principio pudiera ser L1na pletórica actividad municipal no sect"ñía nada más que a una pura mecánica encaminada, de una parte, a dar el parabién y partici­par activ!lmente en todo cuanto dimanaba del Gobierno Civil de la provincia o de otros entes yconstituía el elogio dt:l Movimiento Nacional; y, de otra, en llevar a cabo sistemática y atomís­l¡cemente en Covaleda lo que a nivel nacional realizaba el Gobierno de Burgos. Para ilustrar esto-y por lo que de ejemplo tiene a hechos similares en otros Ayuntamientos de la provincia­hemos creído necesario reproducir un extracto de los acuerdos de esta época que incluimos enel Apéndice núm. 3 d~l final del libro. .

y con Cándido Pérez, Jefe de Talleres de la Renfe, propietario mástarde del Bar España. En aquellos momentos, en el Fielato de la Aveni­da de Valladolid (hoy ocupado el solar por el banco Comercial Español)llegaron a juntarse más de 70 presos. Los vigilantes eran Guardias Civi­les jubilados, señores Moreno y Moragas, buenas personas según todoslos testimonios de los allí recluídos. El Jefe de Milicias de Covaleda fuepor aquél entonces Teodoro Romero, quien participó en la captura dedon José Tabernero; armado de escopeta se le disparó un tiro que learrancó un dedo del pie. Se dice que después del fusilamiento antesrelatado' de los señores Romero Ruiz(8), Romero Romero, Felipe Be­nito y Rafael Herrero y cuando quedaban en los calabozos de'la Comi·

. saría 14 detenidos de Covaleda fue con muletas a Soria y los visitó,aunque los testimonios más fiables indican que fue el capitán Monten­qu ín quien intercedió cerca del teniente coronel Muga para que a estos,detenidos se les respetara la vida. Seguidamente, el capitán Montenqu índio cuenta de su gestión al Inspector García Mozo y le hizo saber que .nada debería ocurrirles a los detenidos de Covaleda (9) •

Sea como fuere, estos 14 presos siguieron viviendo, según alguno deellos, milagrosamente, pues estando detenidos en Comisaría oyeron co­mentarios en el sentido de que los iban a ir sacando de cuatro en cua­tro diariamente para seguir el mismo destino de sus compañeros fusi­lados en la Venta de Valcorba.

Falangistas de Covaleda fueron a. detener al vecino apodado "elCurro", qu'e fue también asesinado en la Venta de Valcorba.

Dos maestros de Covaleda, Francisco Jiménez Bartolomé y Fran­cisco del Campo fueron detenidos y trasladados a la Comisaría. El pri­mero de ellos sería suspendido de empleo y sueldo. Francisco Jiménez,maestro, y Primo Contreras, médico, serían traídos a Soria por el céle­bre falangista Francisco Roncal.

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DURUELO DE LA SIERRA

El día 2 de agosto de 1.936 llegó a Duruelo un camión con falangis­tas de Navaleno y San Leonardo de Yagüe, con el propósito de detenera Pedro Martín y David Bartolomé. No pudieron conseguir sus propósi­tos porque los citados vecinos de Duruelo estaban en el monte.

Ocho días más tarde, ellO de agosto, se presentaron en Duruelo doscamiones, uno de ellos era el conocido como el "camión de la' muerte"-conducido por el tristemente célebre Pedro- llenos de guardias civi­les y falangistas. Los falangistas eran de San Leonardo y Navaleno.Mandaba la expedición en persona el teniente coronel, Gregorio-Igna­cio Muga, quien llevaba como guardaespaldas a Gregorio de Pablo y aManolo "el de la Moderna" (la "Moderna" era un bar de Soria situapo,en los soportales de lo que hoyes el Hogar del Pensionista, en el Paseodel Espolón).

Portaban una lista de 46 vecinos de Duruelo para ser detenidos. Elvecindario al percatarse de la presencia de los guardias y falangistas, foeacercándose a los camiones y concentrándose alrededor de ellos, en loque pudiéramos llamar una manifestación pacífica. El alcalde salientede la República, Mariano Martín, se colocó al frente de los vecinos y sedirigió al teniente coronel Muga, pidiéndole un voto de confianza yase·gurándole que en Duruelo "nunca se había alterado el orden" y que"respondía de que nada sucediese en lo sucesivo", ,ya que "todos losvecinos eran gente honrada", siendo apoyado fervorosamente por elfarmacéutico don José María Elio. El nuevo alcalde de Duruelo, alcaldedel Movimiento, don Santiago Lafuente, que era tartamudo, secundó laactitud de los primeros y respondió asimismo de "todos los vecinos deDuruelo" y dijo con una vehemencia impropia de la dificultad de su len·guaje que "para llevarse a alguien tendrían que hacerlo también con él".

Muga, impresionado por todo lo que queda relatado, reflexionó ensilencio durante unos momentos, entre la natural expectación yansiedad de todos, y finalmente ordenó con energía a guardias y falan·gistas que montaran en sus veh ículos, abandonando todos la villa deDuruelo.

De regreso para Soria, al llegar a Covaleda, salieron a su encuentrovarios falangistas y vecinos de este pueblo, que reprocharon a Muga elque no se hubieran practicado las detenciones en Duruelo "con la malagente que había en aquel pueblo". Así pues, merced a la actitudvalerosa de los alcaldes -saliente y e'ntrante- y al farmacéutico de Du-

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ruelo, nada irreparable sucedió, si bien después, se exigieron responsa­bilidades políticas, con los correspondientes expedientes y sanciones avarios vecinos de Duruelo, entre los que se recuerda fehacientemente aFausto Rubio, Mariano Martín, Juan Simón e Hilario Contreras, entreotros.

OTERUELOS

El único suceso digno de mención ocurrido en este pequeño pueble­cito fue el siguiente: Un señor, de unos 30 años de edad, llegado de laArgentina con algún dinero, era primo del entonces alcalde de la locali­dad. Según los testimonios más solventes, el alcalde atravesaba unos mo­mentos difíciles, e incluso parece que existían algunas irregularidades enla administración de los fondos municipales. Según aquellos testimo­nios, para subsanar esta situación pidió al indiano una cierta cantidad dedinero, prestada. Hasta aquí todo es normal.

Pero el triunfo del Alzamiento'y la atmósfera que se respiraba, de­bieron inducir al alcalde a denunciar a su primo y lo hizo en el sentidode declararlo "rojo peligroso". Este fue detenido por el falangista JoséMaría Vicente Campos -que ya aparecía en el reportaje de SORIASEMANAL y al que ya se alude en otras ocasiones- que lo entregó alos falangistas de Covaleda.

El infortunado fue llevado aquel mismo día por la noche al paraje- denominado "la Tejera" por dos vecinos muy conocidos de Covaleda,

que lo asesinaron a tiros de pistola, después de obligarle a cavar su pro­pia fosa. Es conocido también en Covaleda, que después de asesinarle,los desalmados, en la cima de la más pura animalidad, hicieron sus neocesidades sobre el caááver.

Como la víctima no tenía más familiares que su primo, su cadáversigue enterrado en el mismo sitio, al pie de un árbol, señalado con unacruz metálica pintada de rojo. Constituye una nota realmente curiosael hecho de que la pintura roja se renueva constantemente, sin que sesepa quién lo hace.

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Paraje ula Majada". situado en el km. 27 de la carretera de Covaleda a Duruelo dela Sierra. A tres metros, a la izquierda de la calzada se encuentra el lugar donde re·posan los restos de un vecino de Oteruelos fusilado en agosto de 1.936, por falan·gistas de Covaleda. En el lugar, se observa un ligero promontorio en el suelo y unacruz -de brazos iguales- clavada en un pino. Esta cruz. sin que nadie sepa cómo.aparece siempre pintada de un brillante esmalte rojo. (Folo de los autores).

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ABEJAR

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(1 ).- El jde l¡tular d.: la l:stación eslaba detenido en la Prisión Provincial de Soria, pero no fuefusilado.

CABREJAS DEL PINAR

Felipe García fue detenido y llevado a Covaleda e ingresado mástarde en la cárcel de Soria, siendo fusilado juntamente con el maestrode Covaleda, don José Tabernero y otro señor cuyas circunstancias sedesconocen, a la salida de Ausejo. Fueron fusilados por falangistas yenla cárcel de Soria sólo debieron permanecer unas horas. Sus restos, jun.to con los de sus compañeros de martirio, fueron exhumados el 14 deabril de 1.979 y enterrados en Covaleda el día 21. '

Juan Checa, vecino de Abejar; resinero de profesión, fue detenido ensu casa. Fue muerto a la entrada de Herreros, dejando el cadáver aban­donado. En Abejar conocieron su fusilamiento porque algunos vecinosobservaron que los perros volvían al pueblo con- el hocico manchado desangre. Como ya se conocían casos similares, siguieron a los perros ydescubrieron el cadáver del infortunado, totalmente destrozado ymedio mutilado.

El jefe de la estación de Abejar, temiendo ser detenido y fusilado,pudo escapar y consiguió, después, llegar a América.

En Cabrejas del Pinar fusilaron al jefe de la estación sr. Fernández.Ha~ía los relevos (llen I~ estación y no era oriundo de éabrejas. Lo de.tuvIeron tres falangistas en la propia estación, llevándole a los montesf.ronteri.z?s a Cabrejas, fusil.ándole seg~idamente. Tampoco hubo auxi­hos esp'rituales. Los falangistas tendnan prisa para realizar otras tareasen otro lugar y con otra víctima y no era cosa de perder el tiempo bus:cando .un sacerdote .. El asesinato fue en ,el mes de agosto de 1.936 ylos veCinOS de CabreJas trasladaron el cadaver al pueblo y le dieron se­pultura.

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Paraje "Altos de Herrera", situado en el km. 23 de la canetera local de San Leonar.do a El Burgo de Osma, en una gran curva pronunciada hacia la izquierda direcciónEl Burgo. Aquí fueron fusiladas siele personas (seis de Sanla María de'las Hoyasy una de Arganza), el 23 de agoslo de 1.936. El lugar, en medio del pinar seencuentrA a cuarenta metros a la izquierda de la carretera. (Foto de los autores). 1

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SANTA MARIA DE LAS HOYAS

Fueron fusilados seis vecinos de este pueblo: Luis Viñarás L1orente,de unos 60 años de edad, agricultor; dejó viuda y cuatro hijos. IgnacioViñarás, primo carnal del anterior, de 58 años de edad, agricultor; susaprehensores fueron a buscarle a las eras y desde all í fue conducidodescalzo al pueblo. Dejó viuda y tres hijos. Juan L10rente Peñaranda,"el Zapatero", 56 años, agricultor y zapatero. Cuando fue detenidoestaba en camisa y le dijeron "no le va a hacer falta la ropa"~ VicenteAlvarez, "el Caloyo". Casado y sin hijos, de unos 50 años, agricultor.Antonio Laguna, apodado "el Rojito", de 18 años, sóltero; era el sa­cristancito de Muñecas. Isidro de León Carretero, de 16 años, soltero,pastor del rebaño de su padre.

Un hermano de éste último, llamado Eugenio, no fue detenido yfusilado por tener de 13 a 14 años de edad, aunque en principiofiguraba en la lista fatídica.

Sobre las doce de la mañana del día 23 de agosto de 1.936, proce­dente de Alcubilla de Avellaneda llegó el camión, conducido por el"Charramán" y mandada. por el guardia civil López, a quienes acompa­ñaban: un zapatero de El Burgo de asma, cuyo establecimiento estabasituado en la plaza que hay junto al Ayuntamiento; un "Campanero" deEl Burgo de asma apellidado Otín; un estanquero de Alcubilla de Ave­llaneda, llamado Eduardo y varios individuos más, cuyos nombres no serecuerdan con precisión, pero que se saben eran de El Burgo de Osma,todos con camisa azul y armados.

Inmediatame;¡te dieron un bando para que el vecindario llevara alAyuntamiento cuantas armas y cuchillos tuvieran. Dócilmente, los veci­nos cumplieron el mandato; y al llegar cinco de los seis fusilados (alotro, Ignacio Viñarás, lo cogieron en las eras) quedaron detenidos.Isidro de León, de 16 años, tuvo el coraje de enfrentarse verbalmentecon el alcalde del Movimiento, Felipe Muñoz. A los detenidos, el sar­gento López les dijo: "Todos los que han votado a las izquierdas han dequedar aquí sepultados", dando al mismo tiempo una fuerte patada enel suelo.

Quedaron detenidas en el Ayuntamiento las personas mencionadas,custodiadas por vecinos del pueblo; y al mismo tiempo se establecióotra vigilancia en las esquinas de la localidad. Al tío "Marianito" letoco estar de vigilancia en un arroyo cerca de la carretera. Este serviciode vigilancia, ordenado por el sargento López y compañía, fue cumpli­mentado debidamente, aunque se cree, que no todos los vigilantes, lo

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2. Paraje IIAltos de Herrera".

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hicieron con idéntica satisfacción. En unos brillaba la alegría y, enotros, predominaba el miedo, eterno contraste tan repetido en el pro­ceso de represión en tantos pueblos de la provincia de Soria.

Dispuestas así las cosas, los falangistas fueron a comer con toda tran­quilidad a la .tabernita del señor Pedro de Miguel, "el tío Folías".Terminada la comida, con las consabidas copas y las bromas y brindisacostumbrados, "por el Imperio hacia Dios", "Arriba España", etc.,regresaron eufóricos y ardorosos, llenos de fervores (o furores) patrió­ticos al Ayuntamiento. Los detenidos, bien maniatados, fueron introdu­cidos en el camión y arrojados al fondo del mismo, emprendiendó viaje

. a Arganza, donde detuvieron al maestro, Angel de León(l), marchandoseguidamente al paraje"Alto de Herrera", donde serían fusilados.

No hubo auxilios espirituales. Quienes fueran sus ejecutores, si bienalegarían siempre defender a Dios y a los valores del espíritu, no sepreocuparon de que aquellas personas destinadas a ser asesinadas, pu­dieran todas, o algunas, desear realizar la confesión. Al parecer tenían

•prISa.Días después del fusilamiento, a un hijo de una de las víctimas. Igna­

cio Viñarás, llamado Félix, le dieron una escopeta para que hicieraguardia cívica, dentro de la organización denominada Acción Ciudadana.Es fácil suponer la tragedia del pobre muchacho y el estado de su espí­ritu, teniendo que actuar forzado por el miedo, a las órdenes de quieneshabían facilitado o ayudado a consumar el asesinato de su padre. Casoscomó éste se dieron muchos a lo ancho y largo de la provincia y en lamisma capital de Soria.

Las víctimas fueron enterradas por vecinos de Ucero, entre ellos, elsr. Felipe "el Truchero", según mandato del alcalde de dicho pueblo,que a su vez cumplía órdenes del sargento López.

Hermenegildo Pérez, maestro de Santa María de las Hoyas, padre deManuel Pérez, "Manolete" ("Manolete" murió hace poco más de tresaños en San Leonardo y fue objeto de un clamoroso homenaje popu­lar) también iba a ser detenido y fusilado con los demás, pero momen­tos antes de la llegada de los falangistas, tuvo la intuición o sospecha deque algo iba a suceder y colocó el crucifijo en la escuela y quitó la ban­dera republicana. Esto le salvó la vida.

(l).- El maestro Angel de León fue ejecutado en el "Alto de Herrera". Como a otros compañe.ros suyos, se le suspendió de empleo y sueldo meses después de ser fusilado. Para todo lo refe­rente a profesores y maestros represaliados "administrativamente" en. la Guerra Civil, véase elApéndice núm. 1 de este libro.

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ARGANZA

En Arganza, barrio de San Leonardo hab ía una escuela mixta preci­samente con 15 alumnos y 15 alumnas. El maestro era don Angel deLeón, que ejercía su cargo desde 1.931. Contaba cincuenta años deedad y estaba casado con doña Isidra García. Dejó al morir seis hijos.

El día 23 de agosto, sobre las tres de la tarde, llegó a Arganza el ca­mión con ocho o nueve falangistas, concretamente los que -horas an­tes- habían actuado en Santa María de las Hoyas, a saber, el guardiacivil López, como jefe de la expedición; el conocido por "Charramán",condlJctor de la camioneta, un zapatero de El Burgo de Osma, cuyo es­tablecimiento se conocía por aquél entonces por zapatería "Almería";un "Campanero" apellidado Otín; el estanquero de Alcubilla de Avella­neda, llamado Eduardo; y algún otro -cuya identificación ha resultadoinfructuosa- aunque se sabe con precisión ser residentes en El Burgo deOsma y correligionarios de los anteriores.

Preguntaron a los alumnos, entre ellos a Adrián Rupérez, por sumaestro que estaba en la siesta. (Era época de vacaciones). Avisado éstey mientras se levantaba, los. falangistas rompieron la bandera republica­na y unos cuadros que había decorando. el aula. Bajó don Angel a lapuerta en chaleco y camisa blanca. Su mujer le dijo en la acera, con lachaqueta en la mano: "Angel, toma la chaqueta que vas en mangas".Charramán le contestó: "No se moleste, señora, que no le va a hacerfalta". Le metieron en el camión junto con los de Santa María de lasHoyas, que ya estaban dentro y le echaron una manta encima, con ce­nefa blanca en los bordes. El camión de madera con cabina roja, partióseguidamente.

Horas más tarde serían ejecutados (1) en el paraje conocido como"Alto de Herrera". (2)

(1).- En el Registro Civil de San Leonardo de Yagüe, hay una inscripción en el año 1940 deAngel de león. maestro de AIgaRza, muerto el 23 de agosto de J936, en la "Cuesta de Herr~.ra", por "asuntos de guerra", .(2).- El paraje "Alfo ~e Herrera" donde fue fusilado el maestro Angel de León, con olras seispersonas de Santa Mana de las Hoyas, se encuentra en la carretera local de San Leonardo a ElBurgo de Osma, próximo al kilómetro 23, cuyo mojón se ve a la derecha, en una ¡traTl curvapronunciada hacia la izquierd::a. El lugar está a unos 40 metros de la carretera, en medio delpinar.

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CASAREJOS

Producido el Alzamiento, en Casarejos siguió discurriendo la vidacon la misma tranquilidad de siempre, dedicado cada cual a sus queha­ceres cotidianos. Nada hacía presagiar la tragedia que después se desen­cadenó; si alguien la hubiera anunciado le hubieran tomado por loco.Los habitantes de este pueblecito, pequeño y pacífico, pasados losmeses de julio, agosto, septiembre y octubre, ¿cómo iban a imaginarque dos de sus vecinos, jóvenes ambos, iban a ser inmolados de una for­ma tan terrible y espeluznante? No, nadie lo pensaba ni lo temía .

Pero el lB de noviembre de 1,936 aparecieron en el pueblecito unosfalangistas dando vivas al Movimiento; una joven de 22 años, soltera, lescontestó: "Arriba España y mueran los traidores" .

Serían sobre las seis de la tarde y los falangistas montaron en el veh í­culo a dicha joven y a dos hombres más del pueblo, a los que despuésdejaron en libertad. No así a la joven, Clara Contreras Peña, que fue lle­vada a Soria e ingresada en la cárcel.

Clara Contreras pidió a su familia que le llevaran ropa, y cuando suhermana llegó a Soria con lo que la detenida había solicitado, ya no pu­do hacer la entrega, porque hab ía sido fusilada.

No hay prueba alguna concreta del lugar donde la mataron, ni lascircunstancias del asesinato, pero todos los indicios inducen a pensar,que fue fusilada junto con treinta hombres, prisioneros de Sigüenza, enlas "Matas de Lubia", el mismo día'lB ó 19 de noviembre (1),

Según testimonios solventes, la joven Contreras ser:a denunciada porun médico, Julio Sangüesa Sanz, a quien Clara Contreras Peña habíarechazado en sus pretensiones y por un tal Ayuso, de San Leonardo, Sesabe que el cura que la confesó, si bien no aclaró detalles del lugardonde fue sacrificada y sus circunstancias, salió de la cárcel de Soria ho­rrorizado, sabiendo que iban a matar a una joven tan inteligente y bue­na,

Juanito Sancho, también de unos 22 años, oriundo de La Rasa, fuedetenido en El Burgo de Osma. Apareció con sus partes mutiladas ymuerto en Pinar Grande, Fue enterrado en Vadillo, Se ignoran más de­talles del horroroso suceso, aunque existen algunas sospechas, que nosabstenemos de consignar por su falta de concreción. Lo que sí se sabe

(1).- La conjetura está basada en que uno de estos días -según testimonios de uno de los ente­rradores que lúcidamente recuerda aún con suma precisión aquellos acontecimientos- fueronfusilados en "el barranco Loboso", término de Lubia, 30 personas, de las que una era mujer.Por las descripciones de los familiares de Clara Contreras y del enterrador, podría tratarse de lamisma persona.

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con absoluta ~erteza es que el alguacil de Vadillo apareció después conlas ropas del rnfortunado, lo que no significa que tuviera participaciónen el crimen. Aunque sí debió aprovecharse.

El Burgo de Osma. (Foto de los autores).

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EL BURGO DE OSMA

En El Burgo de Osma residió uno de los grupos fa­langistas más represivos de la provincia. No sólo selimitó a actuar entre la población de El Burgo, sinoque participó activamente en toda la comarca. La cár­cel -la más importante de la provincia- y las accio­nes de este grupo de vecinos de El Burgo hicieron deeste núcleo uno de los lugares más tenebrosos de lahistoriografía de la Guerra Civil en Soria. Por otraparte. en la propia Villa. sede episcopal de la dióce­sis, tampoco la Iglesia supo atraer a este grupo de fie·les hacia el redil de la no violencia.

Vecinos de El Burgo de Osma fueron fusilados exactamente doce;once de ellos el día 15 de septiembre de 1.936.

1.- Agustín Alonso Zuloaga, de 53 años. Era propietario de una car­nicería-alpargatería. Se comentó mucho que, al ser coaccionado paraconfesar, le dio una patada al sacerdote, diciéndole "que a quien teníaque confesar era a los fusiladores". Fu.e fusilado antes que su hijo, Elías,y enterrado en una fosa aparte. Cuando lo montaron en el camión, sedio perfecta cuenta de cuál sería su destino y dijo a una vecina, presen­te en el acto casualmente: "Hasta el valle de Josafat".

2.- El ías Alonso Téllez, de 31 años de edad, hijo del anterior y fu­silado el mismo día, después de ver cómo asesinaron a su padre.

3.- Cayetano Zapatero, de 44 años de edad. Era de origen andaluzy albañil de profesión. Residía en El Burgo y como contratista se habíaquedado con la contrata del grupo escolar hoy llamado "Juan Yagüe".

4.- Miguel Arribas, de 44 años, dependiente del comercio de telas yferretería de un tal Ridruejo, conocido cacique de El Burgo de Osma.

5.- Eugenio Aylagas Antón, de 39 años de edad. Casado con JuanaRupérez y padre de ocho hijos. Doña Juana Rupérez, en la mañana deldía 15 acudió con todos sus hijos, llevando en brazos al más pequeño,al cuartel de la Guardia Civil de El Burgo, para ver qué sucedía. Cuandoel infortunado Eugenio era introducido en el camión, uno de los hijos seaferró desesperadamente a los pantalones de aquél, siendo separado,dentro de la natural angustia de su madre y hermanos. Eugenio Aylagasera serrador de madera y también agricultor de unas pequeñas tierras desu propiedad. Le apodaban "el Tortas". Cuando fue exhumado su ca­dáver, un hijo suyo tuvo la calavera en sus manos y comprobó que tenía

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.. OS tiros: uno en el occipital y otro en la sien." 6.- jasé Orofino, de 35 años de edad, era calderero, arreglaba sarte­

es e iba de pueblo en pueblo buscando .trabajo. Persona de muy hu-r • ., ,.

liJilde pOSIClon economlca." 7.- Sebastián' Orofino, de 53 años de edad, hermano del anterior.",amilia afincada entre El Burgo de Osma y Almazán..¿ 8.- Manuel Acedera, de 40 años. No era natural de El Burgo, pero'e casó con una burgense y sus hijos nacieron en El Burgo. Manuel Ace­'-era era criado o dependiente de Alfredo Marqués y éste le ordenó que·ereparara el coche negro de su propiedad el día 14 de agosto de 1.936.·.ue este coche, precisamente, el que transportó a los falangistas que in­

'ervinieron en los fusilamientos del día 15 del mismo mes.:: 9.- Manuel Andrés de jesús, de 39 a~os de edad. Eran ocho herma­"os; uno de los cuales marchó de fraile a San Salvador. La víctimadejó cinco hijos. De profesión obrero, trabajaba en diversas faenas. Se· ice que cuando fue bajado dél camión para fusilarlo, a uno de los fa-.angistas le propinó una patada en los testículos, a consecuencia de lo· ual falleció. Este falangista era de Berlanga.:: 10.- julián Torre Carro, de 29 años, obrero de profesión e íntimo',migo de Eugenio Aylagas, también fusilado. Se sabe que julián le ha­· ía propuesto. a Eugenio Aylagas, puesto que las cosas "olían mal"

,marchar voluntarios al frente. julián Torre en el momento de su deten­tión llevaba ocho duros de plata.

~". Tod'os los testimonios de los familiares de los fusilados y otros ve·'i!l':cin~s coincide,n en la misma versión d~ lo que ocurrió: sobre las 7 de la

'manana del dla 15 de agosto el alguacil de El Burgo de Osma, llamado"Angel "el Cabuche" acompañado de un guardia civil, fueron a los'~omicilios de los que luego serían fusilados, invitándoles a que se lIe­.'aran de inmediato al cuartel de la Guardia Civil, en el edificio de la

o 'rcel. Uno a uno fueron llegando dócilmente los diez avisados, sin quelegaran a entrar en la cárcel. Fue desde el mismo cuartel donde les in­'rodujeron en el camión. Una señora, esposa precisamente de un guardia

. ivil, les gritó, "que os van a matar". Antes de arrancar el camión, les~bligaron a cantar el "Cara al sol". El camión era propiedad de Pepe·el Amo, que ten ía un almacén de maderas y lo conducía el célebre'Charramán", que en tantos sucesos parecidos participó. El "Charra­

-lhán" era de Osma, y después marcharía de Soria.~ El camión arrancó sobre las ocho y media de una luminosa mañana,-con un sol espléndido, única cosa buena que los infortunados presen-

,Ciaron, pues a partir de ese momento empezó su calvario, atados y a so­... Ias con sus verdugos. Unos momentos antes, y después de los cantos del" "Cara al sol", había partido el coche negro propiedad de Alfredo Mar-

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Eugenio Aylagas Antón, de 39 años. Fue fusilado el 15 de septiembre de 1.936,~;junto con otras nueve personas. en la bifurcación de las caneteras locales de ~

Bayubas de Abajo y Tajueco, después de haber sido sacado de El Burgo de Osma en. ".la madrugada de aquel mismo día. Fueron exhumados sus restos en 1.970 y reinhu.·:,mados en el cementerio municipal de El Burgo de Osma, donde hoy repo~n. (Foto:familia Aylagas-Rupérez).

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'qués en el que adem~s de éste iban un tal lIIana, un tal L.~scos ~ u':! ~al'Otín, todos ellos vecinos de El Burgo. El coche y el camlon, cOlncldle-

.. ron en el paraje "Puente de la Tejada" con otro procedente de Berlan­'ga de Duero, también con detenidos destinados al mismo trágico final.

No se puede precisar si fueron fusilados en el mismo Puente Ullán o en"'eI empalme de las carreteras locales de Bayubas y Tajueco, a la dere­

....cha de ésta última, inmediatamente después del desvío, que es donde','fueron enterrados. El lugar estuvo perfectamente señalizado hasta que\'$e realizó la exhumación. Desde El Burgo, los familiares de las víctimas

{,,{'iban todos los añosa visitar las tumbas el día de todos los Santos.(~', En la expedición iba el célebre López, natural de Bayubas y con~destino en El Burgo de Osma. El mandó la expedición y fue quien subió'2~'l,'f:. a Bayubas ?e Abaj~ para avisar al alcalde que ordenad~ fuer~~ enterra-2~. dos los fUSilados. Dicho alcalde de Bayubas y otros testIgos, diJeron que'.i'~. al' bajar al lugar de los fusilamientos, uno de ellos todavía vivía y le:~[ dieron el tiro de gracia. Otro de los que marchaba en la expedición fue,Jli' Lafuente, de Muriel Viejo.c'>,:.. López estuvo en Soria de guarda en una finca, próxima a las insta­.\ laciones de la Renfe. Una noche que iban a buscarle mataron equivoca­

damente a un molinero; en lugar de aquél. En el reportaje publicado enSORIA SEMANAL ya queda relatada la detención y fusilamiento dedon Abundio Andaluz, diputado provincial, oriundo de Almazán y ve­cino de El Burgo de Osma. Nada hay que rectificar. Unicamentecabeañadir, que al llevarse los falangistas de su domicilio a don Abundio, sushermanas alquilaron el taxi de Vicente del Pino Alonso, para trasladar­se a Soria, donde los falangistas dijeron que llevarían al señor Andaluz.Antes de llegar a Calatañazor vieron ya de vuelta el coche en que fuemontado el infortunado don Abundio, ya sin él. No se atrevieron a pre­guntar nada, aunque ya, por supuesto, sospecharon lo sucedido. A losdos o tres días apareció su cadáver.

Un hijo de Anastasio Izquierdo, apodado de familia "los Herreros",fue detenido y trasladado después desde la cárcel de El Burgo hasta laventa de Valcorba, donde fue fusilado, ignorándose si solo o acompaña­do.

A la entrada de El Burgo, a la izquierda, frente a las primeras edifi­caciones existe el paraje llamado "las Serrezuelas". Allí fueron fusila­das numerosas personas, de otras localidades, que se desconocen, asícomo sus circunstancias personales. Aunque sí es notorio que los fusi-lamientos se llevaron a efecto. -

Además de las personas vecinas de El Burgo de Osma fusiladas, fue­'. ron numerosas las detenciones, más o menos prolongadas y constante

el clima de inquietud y temor.

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La cárcel de El Burgo de Osma, quizás la mejor instalada de toda laprovincia incluída la capital, estuvo siempre repleta de presos, oscilan­do entre 60 y 70. Algunos sal ían a trabajar, bien a La Rasa, bien al arre­glo de calles de El Burgo. Todos los testimonios coinciden en que su di­rector, don Germán Egido, tuvo una actuación humana con los deteni­dos e hizo cuanto pudo por respetar su dignidad.

En la cárcel de El Burgo de Osma estaba detenido don Félix Iglesiasy hacia finales de agosto de 1.936 tuvieron acceso a la misma tres per­sonas con objeto de interrogarle: Celso del Olmo, hermano de don Teo­doro del Olmo, alcalde republicano de Almazán, ya fusilado por los fas­cistas; Francisco Arroyo, sin profesión, persona ociosa, y FlorentinoSantaolalla, relojero, los tres vecinos de la villa de Almazán.

Los tres citados interrogaron a don Félix Iglesias acerca del paraderode Artigas Arpón, a quien suponían escondido en Baraona o sus alrede­dores. Como don Félix había sido secretario del Ayuntamiento de Ba­raona, aunque ya hacía meses que estaba destinado en Soria, los interro­gadores estaban al parecer convencidos de que aquél podía saber algoa1 respecto. No obstante las amenazas y presiones recibidas, el señorIglesias nada podía decir, ya que, además, es un hecho comprobado queel diputado Artigas Arpón había pasado a la zona republicana en laúltima década del mes de julio de 1.936.

, Ante el resultado infructuoso del-interrogatorio, los tres vecinos de,,- Almazán ya citados, anunciaron al señor Iglesias que volverían pasados

unos días, al objeto de obligarle "a cantar". Esta entrevista con sus ame­nazas, hicieron que don Félix Iglesias quedara impresionado, hasta elextremo de contraer una disentería, de la que ya no se repuso hasta sufusilamiento.

Ya hemos dicho que el director de la cárcel fue una persona honestay respetuosa con los detenidos, con los que charlaba afectuosamente;igualmente, los vigilantes, que eran guardias civiles retirados, se compor­taban con benevolencia.

De la cárcel de El Burgo fueron extraídos el día 1 de septiembre de1.936, 16 personas que fueron fusiladas en el Puente Ullán:

1.- Miguel Ruiz de Pablo. Vivía en una destilería en la que estabaempleado. Su familia residía en Francia en 1.971, año de la exhuma­ción. Natural de Soria.

2.- Florencio Borobio Gil, de 20 años de edad. Dependiente encasa de Pedro Beltrán, en Soria.

3.- Salomón Ortega Sebastián, de 17 años de edad. Hijo de un guar­da de montes de San Leonardo.

4.- Ramón Vinuesa García, contratista de carreteras. Vivía en So-

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1. Paraje "Puente Ullán".

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ria, en la plaza del Carmen y dejó dos hijos. ,5.- Miguel Pérez del Campo. No se sabe su procedencia ni origen.6.- José Sillero Lema. Pintor de profesión. No se sabe nada de su

familia.7.- Pablo Ortiz y Beltrán. 25 años de edad. Secretario de Alcozar.8.- Faustino Moreno Martínez, carpintero de Vinuesa. Cuñado de

Juan Rodrigo, también fusilado. Dejó varios hijos. (1)

9.- Teófilo San Nicolás Barrero. Trabajador en la Imprenta Las He­ras, de Soria.

10.- Manuel Vargas del Valle, 20 años, recién casado. Maestro deMuriel Viejo. El guardia Lafuente, de Muriel Viejo, que según todos lostestimonios intervino en estos y otros fusilamientos, era padre de unajoven que había sido novia del infortunado Manuel Vargas.

11.- Manuel Ramos Rodríguez. Se sabe que estuvo enfermo en laprisión, aquejado de una infección bucal. Pidió a su casa una cucharaque se encontró en la exhumación de su cadáver.

12.- Félix Iglesias García. Había sido secretario del Ayuntamientode Baraona al que había accedido por concurso de traslados desde lalocalidad zaragozana de Alfamén.

AII í, en Baraona, convivió en la pensión del sr. Celestino con uno delos maestros de la localidad, Rufino Gómez Escribano, quien sería tam­bién fusilado.

Por oposición accede a la plaza de oficial-secretario de la Junta Pro­vincial de Secretarios de Administración Local de la provincia de Soria,dejando Baraona y viviendo ero Soria desde principios del año 36.

Antes de que esta Junta celebrase su asamblea anual -en la quepresumiblemente podrían no haberse aprobado las cuentas por un hi­potético desfalco de 3.000 pts.- Félix Iglesias era detenido el 25 dejulio de 1.936 en su propio domicilio de la plaza Bernardo Robles. Losinspectores de policía de servicio que removerían toda la casa comenta­rían con la familia: "esto es una mala intención de alguien contra suesposo".

Félix Iglesias, hombre de una gran capacidad y valía profesional a lavez que provisto de unas excelentes cualidades morales, pasaría a la cár­cel de Soria, desde donde sería trasladado a la de El Burgo de Osma.

13.- Rafael Sempere Bellido. Secretario del Gobierno Civil de So­ria. Secretario del partido de Izquierda Republicana. Estando en la cár­cel le nació un hijo y obtuvo permiso de un día o dos para verlo y estarcon su familia. El día 13 de agosto de 1.936 fue excarcelado y traslada-

(l).- Véase Vínuesa.

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; do a un lugar entre Barcones y Atienza, para ser fusilado con otras.once personas más; pasó la noche esposado con Chicote, de Soria; y; cuando a los doce detenidos, los bajaron del camión para ser fusilados,'en la madrugada del día 14, un falangista soriano, hoy acaudalado pro­

pietario jubilado, al ver a Chicote lo apartó del grupo y como éste iba, maniatado con Sempere, ambos no fueron ejecutados. Chicote salvó la,(vida definitivamente y el infortunado Sempere volvió a la cárcel, para: ser ejecutado en el Puente Ullán, el día 1 de septiembre de 1.936, Qui­; sieron quitarle algunas joyas que portaba y él las entregó al sacerdote'que lo confesó, para que se las remitiera a su esposa.'~: 14.- Antonio Uriel Díez, de 33 años de edad. Interventor del Ayun­.? tamiento de Soria. Estuvo detenido en Soria y fue puesto en libertad.o Nuevamente detenido fue trasladado a El Burgo hasta su fusilamiento.

Llevaba un reloj de oro que le sería devuelto a la familia anónimamentealgún tiempo después.

15.- Fortunato Pérez Noblejas. Jefe de Correos en Almazán .. Erahijo de un teniente de la Guardia Civil. Estando en la cárcel llevaba dos'anillos: uno era un sello de oro con el emblema de correos; el otro, unbrillante. (En el reportaje publicado en SORIA SEMANAL y que hemosreproducido, ya se cuenta la historia del anillo de brillantes; en cuantoal sello de correos, ilunca más se supo de él, excepto que se lo robaron).

16.- Saturnino Castiella. Jefe de Correos de Soria. Casado con unafamiliar del Gobernador, Enrique Casado. Estaba en la enfermeríade la cárcel de El Burgo de Osma cuando lo sacaron para fusilar. Era unhombre de grandes cualidades humanas, de gran inteligencia, y con unbrillantísimo porvenir a la vista. De ideas progresistas, si bien por su for­mación y temperamento era hombre moderado y prudente. A raíz de sufusilamiento, su viuda se vio completamente en la miseria, muriendorápidamente. Su domicilio de Soria, tras su fusilamiento, fue totalmenteexpoliado. El hijo mayor del sr. Castiella, a raíz del fusilamiento de supadre, se enfrentó verbalmente y de una manera frontal con el Gober­nador Civil, Enrique Casado, quien atenazó por el cuello en la discusiónal hijo de Castiella.

Debieron ser fusilados en dos tandas: 4 al mediodía y 12 por la no­che. Don Fél ix Iglesias, desde la visita que recibió en la cárcel y el sub­siguiente interrogatorio que ya hemos relatado, estaba convencido deque le fusilarían; los restantes debieron saberlo la noche anterior a suejecución. El más joven, Salom6n Ortega (17 años) debió pasar toda la'noche llorando en compañía de otro recluso llamado Eustaquio García,

Se cree que don Félix Iglesias, cuyo estado físico era de gran debili­dad, debió entregar su ropa nueva al joven Salomón Ortega, animándo­, " qlle intenlara escaparse cuando llegara el momento de la ejecución,

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cosa que ciertamente intentó, pudiendo llegar cerca del río, donde fi­nalmente fue fusilado.

En las exhumaciones había tres fosas: una primera con tres cadáve­res: Félix Iglesias, Rafael Sempere y un tercer esqueleto pequeño, quedebería corresponder a Teófilo San Nicolás. Una segunda fosa con ochocadáveres y otra con cuatro. Aparte, el fusilado cerca del río, que estabaaislado.

El fusilamiento se produjo en el paraje "Vallejo Barco" del términode Bayubas de Abajo, en una finca propiedad del duque de Frías, resi­dente en Madrid, quien no debió vender la finca, según se cree, por es·tar enterrados los fusilados. El fusilado en el río fue exhumado en lamargen izquierda, en el término municipal de Aguilera.

Los presos de la cárcel de El Burgo realizaron diversos trabajos:alcantarillado de la cárcel, ya que la fosa séptica había quedado obstruí·da e inutilizable; alcantarillado del colegio nacional" Juan Yagüe", en·tonces todavía no inaugurado; explanación del campo de fútbol; obras·de mejora en el cuartel de la Guardia Civil; surtidor de agua en la plazaMayor; suministro del agua corriente a la cárcel mediante un pozo y unabomba aspirante-impelente; pintado de las fachadas del Juzgado yAyuntamiento, etc. En la cárcel de El Burgo estuvieron también deteni­dos los siguientes vecinos de Almazán: Emeterio Romero, albañil;Joaquín Romero, hermano del anterior, albañil; Celedonio Hernández,fontanero; Severino Muñoz, alfarero; Julián Hernández, cazador; Ju­lián Tello, comerciante; Antonio Martínez, guarda del albergue de Tu­rismo; Jesús Navarro, carpintero.

En la cárcel de El Burgo de Osma, que ya hemos dicho estuvo siem­pre repleta, eran frecuentes las salidas de presos para su traslado o su fu­silamiento. Cuando los presos salían de la cárcel ya se sabía su destino,pues a modo de contraseña, su director daba la mano a los que no ibana ser fusilados, seguramente para que marcharan tranquilos. A medidaque iban quedando huecos en la prisión, eran ingresados nuevos presosprocedentes de otras cárceles, o bien, personas que eran entonces dete­nidas.

De la cárcel de El Burgo fueron extraídas y fusiladas en Retortillo,en el límite con la provincia de Guadalájara, el día 20 de diciembre de1.936: Celedonio G. Brieva, Hipólito Muñoz G., Segundo Velasco V.,Aquilino Orguene B. y Ramón Cotillas. Fueron exhumados y descansanahora en el cementerio de Soria. Según el enterrador de Retortillo,perdonaron a los guardias civiles que habrían de fusilarles, por conside­rar que éstos cumplían órdenes; y antes de morir, les abrazaron. RamónCotillas salió de la cárcel fumando y murió con el cigarro en la boca.

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(1).- Tras el Alzamiento, el Ayuntamiento estaba presidido por Gregario Marín. El últimoAlcalde republicano había sido Vicenle Domingo Las Heras.

LANGA DE DUERO

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Las primeras fuerzas fascistas que llegaron a Langa de Duero fuerongente de La Vid, Valdeconde y Zuzones, localidades de la provincia deBu~gos. E~ creencia .general, que entre los llegados, figuraban algunosfrailes vestidos de paisano. '

Los vecinos residentes en Langa de Duero fusilados fueron:1.- Genaro , de profesión herrador, siempre afincado en Langa. No

he,mos podido concretar sus apel/idos.2.- Alejandro García García, de 25 años de edad trabajador en la

fábrica de harinas, residente siempre en Langa. '.3.- Tomás.?el .Val García, de 27 años, obrem,agrícola ó'agostero,

afincado tamblen sIempre en Langa. Fue aprehendido en la era ya querealizaba los trabajos propios de la época: "recoger la parva", t~abajan­do por cuenta de un patrón. Su hermano intentó la exhumación de susrestos en 1.979, pero no lo consiguió, por desconocerse el lugar exactodonde yace.

4.- losé, alias "El Gallego", de 67 años, capataz jubilado de RENFE.Había venido a Langa tiempo atrás con un hijo, después de haber esta­do en la Argentina. El infortunado tenía al parecer, cierta cantidad dedinero en su casa; y, según -testimonios, el dinero desapareció; y se diceque con él compraron algunos machos, alguna familia de Zuzones. Tam­bién se sabe certeramente que el sacristán de Valdeconde fue visto conlas ropas de "el Gallego".

A un hermano de Alejandro García, el día 19 de agosto de 1.936,sobre las 10 de la noche, personas uniformadas que no eran del pueblo,le preguntaron por su hermano Alejandro y le ordenaron que le avisarapara presentarse inmediatamente en el Ayuntamiento, pues tenía que"declarar". Alejandro obedeció sumisamente la orden -siempre la dudao la esperanza inmovilizaba a los predestinados":' y acudió al Ayunta­miento.(I) Detenido y maniatado lo bajaron, introduciéndole en un co­che, donde ya estaban los reseñados anteriormente; el veh ículo seguida­mente emprendió la marcha final, hacia el lugar del crimen, consumadoen el paraje "Monte Valladar", a unos dos kilómetros dirección Burgos,entre Guma y Valdeconde, ya en la provincia de Burgos. En el mismositio se cree que hay varios fusilados más, de esa provincia. El lugar estásin precisar y las dudas subsisten sobre si yacen, "en ese enebro" o "en

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1. Celdas de los presos co­munes; 2. Celdas de ,los pre­sos políticos; 3. Rotonda opaseo; 4. Catres de los guarodianes.

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Planta de la prisión de El Burgo de Osma.

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Hipólito Muñoz estaba muy enfermo en la prisión, por lo que no salíaa trabajar y no pudo llegar vivo hasta la fosa. Debió morir antes por fa.110 cardiaco, ya en el momento previo a la ejecución.

Según testimonios de sus compañeros de cárcel, dos días antes yasabían que iban a ser ejecutados, y al salir de la misma lo hicieron contoda tranquilidad, con una sangre fría admirable. No estuvieron nuncaincomunicados y al abandonar el' recinto carcelario se despidieron det~dos sus .compañeros, repetimos "como si tal cosa", según los testimo.nlos recogidos.

Por aquel/as fechas fueron ingresadas en la cárcel tres personas porla noche, ignorándose su procedencia y circunstancias; al día siguientesalieron sin que se sepa su final. La nochebuena de 1.936 detuvieron eingresaron en la citada cárcel a 4 ferroviarios, uno apodado "el lana"de Almazán, cuando cenaban con sus familiares. Salieron tiempo des:pués, sin que se conozca a dónde.

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ese chopo,". Por ello no ha habido exhumaciones. Los cuatro vecinos de:~Lan~a de Duero, no recibieron auxilios espirituales. Como en otros ca. o;:sos, los fusiladores traían la lista, capturaban a los "sentenciados'! e in. '?mediatamente procedían, bien amarrados, a su ejecución. Como hemos;'dicho fueron detenidos el día 19 de agosto y el día 20 ya sabían sus':"'familiares que habían sido fusilados.}:

Los. fusilados ,eran miembros o socios del Centro ~epublicano, ufrt'café-caslno de la epoca. Indudablemente los cuatro vecinos fueron de'Knunciados por gente del pueblo. Se da la circunstancia de que el.Jísacerdote de Langa, había dicho días antes a Alejandro García Garcíil:;que no se moviera del pueblo, ya que a él nada le iba a pasar.,it

Se recuerda comúnmente que el alcalde del llamado Movimiento.:':Gregorio Marín, se paseaba jactancioso, con la pistola bien visible. Otri;'\persona influyente en aquellos momentos, además de los anteriores';::-cura y alcalde- fue el maestro Emilio Cardenal. En ello coinciden pie;;?namente numerosos testimonios de personas que viven. ,p>

,Realizados los fusilamientos, Langa de Duero quedó sumida en urii'~verdadero clima de terror. Las amenazas y frases de doble sentido, eran¡ ,~

moneda de uso corriente. Constantemente se hablaba de la segunda,',':vuelta, que llegó, como luego veremos, aunque algo más matizada. ,:,:

Durante algún tiempo muchos varones durmieron en el monte, y,"/'procuraban estar el menos tiempo posible en las calles del, pueblo y eric'%,sus casas. Algunos no se atrevían a entrar en los bares, temiendo las pró'-"~:

vocaciones, las miradas aviesas y los comentarios a media voz. Algo qUe;:"~

hoyes difícil de concebir y comprender, sobre todo por los que no vi.!).vieron aquella época terrible. Algo, hoy, casi inimaginable, pero quef.';fue real y verdadero. El miedo surgido instintivamente y alimentado y¡favorecido después, por un conjunto de factores y circunstancias vita"les y ambientales, lo ensombreció todo y apenas si se com ía y se dOr';'mía. Se malvivía simplemente, esperando siempre lo peor: aquella anUl'-"ciada y temida segunda vuelta. ,

En esta triste y atormentada situación, fue transcurriendo el tiempo'con una lentitud desesperante. iQué largos son los días, cuando se tem:que en cualquier hora, en unos pocos minutos, pueda surgir, súbitamelÍ',te, la tragedia! '1".

En los últimos días del mes de julio de 1.937, un año y unos dídespués de triunfar en Soria y su provincia el Alzamiento, llegaron, 'Langa de Duero, durante la noche y procedentes de Soria y El Burgo d~,Osma, varios camiones con unas 30 personas uniformadas y algunos pal,$,sanos, como "el Aguado". Cercaron completamente el pueblo, impk;diendo Que nadie lo abandonase. Los labradores que, en plena campaña;'agrícola iban a cargar hacia el amanecer, fueron obligados a volver a su's~,casas. :¡....~

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;1' Los uniformados y los paisanos acompañantes, guiados según se cree:;por al.gunos vecinos del pueblo, fueron recorrién~olo, y, casa por casa,',detuvieron a los que llevaban apuntados en una lista. En total cerca de'OCHENTA PERSONAS, de las que aproximadamente 20 eran mujeres.:A medida que se iban efectuando las detenciones, fueron llevados al_Ayuntamiento. Una vez concluída la redada, a trece mujeres les

-:cortaron el pelo al cero y a algunas se les dio aceite de ricino. Entre las:mujeres infamadas se encontraban: 1.- Felisa Esteban, corte de pelo;"2.- Paula Lafuente, corte de pelo y cárcel; 3.- Julia Carrasco, corte de';'pel~; 4.- Balt~ara l?íez, corte de pelo; S.- María Alcubilla, corte de,pelo

.' oV·carcel; 6.- VlctOTla Medrano, corte de pelo; 7.- Petra Lafuente, carcel;;B,- Constantina Pérez, corte de pelo; 9.- Teófila Lafuente, corte de pelo

>'y cárcel; 10.- Eleuteria Pérez, corte de pelo y cárcel; 11.- Señora Severi­',' :,na, cárcel; 12.- María Domingo, corte de pelo; 13.- Vicenta Domingo,,·eorte de pelo; 14.- Juliana Martínez, corte de pelo y cárcel; 15.- Angeles'i1-,~iJ:arazo, corte de pelo; 16.- Rosa Aparicio Molinero, cárcel; 17.- Señora, :J;milia, cárcel (donde dio a luz una niña llamada Juanita).'W;" En total, trece mujeres con el pelo al cero y nueve llevadas a la cár­'*'cel, cinco de ellas con la cabeza afeitada. A algunas de las rapadas que~~no fueron llevadas a la cárcel, así como a otras, a quienes no se les cor­:ihó el pelo, ni ingresaron en prisión, se las castigó con aceite ricino. Se­,~fi: ría interesante conocer qué criterios presidieron, mejor dicho, qué re­ii:Zflexiones, qué razones o qué caprichos influyeron en la fijación de los"~i,::castigos. ¿Se realizó todo a voleo, cuestión de súbitas antipatías, por el~ ..~"'::r;::aspecto más o menos ceñudo o triste o compungido de las sancionadas,;~o hubo alguien, que ya lo tenía todo dispuesto y bien dispuesto? Noi,1!i::,podemos contestar a estas preguntas, aunque algunos testimonios se'''Iinclinan a creer en la existencia de personas del pueblo que ya habían

'propuesto lo que sucedió.'t' Las mujeres detenidas y aproximadamente unos sesenta hombresJiJeron introducidos en las camionetas e ingresados en las prisiones de'.fl Burgo de Osma y Soria, donde estuvieron detenidos unos cinco me­, ;5es.

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.. ' De entre los detenidos, los que componían el Ayuntamiento de la~epública permanecieron primeramente en la cárcel de Soria, siendo,:Iilás tarde trasladados a Figuerido y después a Redondela. Alrededor de!,ete años de cárcel, y tan alejados de su pueblo.

..... Tras este largo y duro calvario, algunos no volvieron a Langa. Sí lo. >"hicieron Manuel Cerezo, Simeón Alcubilla y Vicente Domingo, todos" )gotados y viejos. Alguno con más de 70 años de edad.,,.,..' Los vecinos de Langa detenidos en El Burgo de Osma acud ían a La~Rasa, a trabajar en el campo de aviación de los alemanes y, por supues-,

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to, a cargar las bombas. No hay que insistir mucho en que lo hacíanobligados.

Como se ve, la famosa segunda vuelta no fue una fantasía. No tansangrienta como la primera, pero quizás más cruel, más sórdida, másrepugnante. Todavía, a pesar del tiempo transcurrido, hay miedo y anogustia, en las gentes sencillas de Langa de Duero, un pueblo pacífico ytrabajador, que nunca debió sufrir tanto y durante tanto tiempo.

Pero después de los fusilamientos, cortes de pelo y detenciones, aúnles aguardaban a algunas perso'nas, las responsabilidades políticas y lasmultas.

Al padre del sr. Domingo (Vicente Domingo) le impusieron la multade CINCO MIL pesetas, por haber gritado "Viva la República" antes del18 de julio de 1.936. (Hágase un pequeño cálculo de lo que suponíanentonces MIL DUROS) (2). A la madre de Félix Aparicio la multaron

,con DOS MIL pesetas, sin que se sepa el motivo concreto, aunque es desuponer que fuera por su condición de republicana. Para pagar esta mul·ta, tuvo que vender algunas cosas y pedir prestado, a sus más íntimasamigas. La mayoría de las multas, que fueron numerosas eran de MILpesetas, aunttue hubo algunas de QUINIENTAS.

Durante la guerra, doña Modesta García Aparicio, de 64 años, ma·dre de seis hijos, tenía cuatro en la cárcel y uno en el frente. Quedó solacon el hijo menor, de trece años de edad y cinco nietos pequeños quemantener y cuidar. No pudo recoger la cosecha. Nadie se atrevía a ayu·darla', ni siquiera a verla. Ya hemos dicho que el miedo se apoderó delas gentes, y ya hemos visto por lo relatado, que con bastante funda·mento. Durante mucho tiempo aún, los pobres vecinos de Langa deDuero temieron la tercera vuelta, que si bien anunciada, no llegó a pro-ducirse. '

Algunos vecinos de Langa de Duero lograron huir, entre ellos Felipe eLafuente e Hipólito García. Huyeron al monte dos días antes de produ· :cirse los fusilamientos: tuvieron suerte, porque también figuraban en la>lista. Estuvieron escondidos en el monte hasta noviembre de 1.936~­sobreviviendo casi milagrosamente, pues aunque los familiares sabían'"dónde estaban, era muy difícil y peligroso llevarles alimentos, cosa ::que hacían de tarde en tarde. Al fin decidieron, ya desesperados, in- 'tentar llegar a la zona republicana, cosa que lograron atravesando el"Pico Grado. iDifícil Y arriesgada aventura, coronada al fin con éxito>'luchando contra el hambre y el frío! -.

Durante toda la guerra, los re~istros domiciliarios fueron constantes.:.

..(2).- En 1:\ bar Torcualo de Saria, una caña de cerveza de barril con una banderilla de una acei- .~tuna y una anchoa, costaba 30 céntimos en el año J 936. ~

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El domicilio de Felipe García, que convivía con tres hermanos de 1412 Y 11 años, era registrado cada semana, incluso debajo de la cama. '

Personas de ambos sexos de Langa de Duero, dijeron a los autores deeste libro, serenamente, sin acritud, sin alzar la voz ni descomponer elgesto, con ese lenguaje sencillo y lacónico de las gentes de nuestra tie­rra: "Mil años que viviéramos y no podríamos olvidar tanta pesadilla".

OSMA, LA OLMEDA, CASTILLEJO DEROBLEDO, VILDE Y RECUERDA

Durante e~ mes de a¡¡osto d~ 1.9.36, el famoso López acompañado'del. ya conocido Marques, propletano del coche negro donde iban losfusileros, acostumbraban a entrar en Osma, bien al ir a La Rasa o al re­gr~~o más comúnmente. Tenían una lista de veinte personas, todasafiliadas a la ~GT y llegaban al Ayuntamiento, con la pretensión de de­tenerlas: La firmeza, del alca~de, don Pe~ro Pancorbo, apoyado por elsec~etano, don Cesareo Acena, pudo eVitar que las detenciones y suspOSibles denvaclOnes fueran llevadas a efecto. Estos intentos se repitie­ron mu~has veces, siempre con el mismo resultado, lo que demuestraque, alll donde hubo personas de algún relieve o autoridades decididasa velar por la seguridad de, sus convecinos, nada irrep'arabíe ocurrió.Nos complacertlQs en expresar nuestro homenaje a aquel dignísimo al­caide y. secretario, si aún viven; yen caso contrario, hagamos honor a sumemona.

"La Matona" era la camioneta que conducía a los presos y a los queiban a ser fusilados. Su conductor era Felipe Sanz, "Charramán". Unprimo suyo de La Olmeda fue fusilado. Entre el "Charramán" y su tío-padre del fusilado- debió entablarse el siguiente diálogo:

- "Ahora tenéis ocasión de quitároslo de encima" -dijo "Charra-mán tJ

- "Pues ahora, llevároslo" -contestó el padre del que después se­ría fusilado.

Padre e hijo mantenían unas relaciones tensas y difíciles; pero, ¿có­mo es posible llegar a tal extremo de salvajismo? ¿y cómo explicar queuna persona del pelaje moral de "el Charramán" pudiera disponer li·bre~ente, en la más absoluta impunidad, de la libertad de quien se leantoJara?

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En Castillejo de Robledo fueron fusilados: el alcalde, don RestitutoSanz, su hijo Evelio y un caminero llamado Marcelo Morato(l).

Don Restituto Sanz estaba en su propia bodega, una tarde de agostode 1.936; se cree que alrededor de la Virgen de agosto, por ser época desiega. Fue sacado de ella y conducido hasta El Burgo en un coche en elque iban el detenido, un cura y un paisano.

No debió ser ingresado en la cárcel, pues al atardecer del mismo díay antes de que anocheciera, apareció su cadáver en el paraje "Las Mi.nas", a un kilómetro de Osma, dirección San Esteban, a la derecha de laN·122. Una perra con sus ladridos alertó a varios segadores de que algoanormal ocurría o hab ía ocurrido.

Acudieron varias personas de los que en las eras de Osma se dedica­ban a la trilla y a la siega en fincas cercanas. El "tío Rojas" fue uno delos que primeramente acudió. Encontraron a don Restituto "atado demanos, la gorra volada, el tiro en los sesos"; salida la masa enfálica (qui­zás volada con posta de escopeta); las manos hinchadas fuertemente y~tadas con una cuerda calzadera (de atar sacos), en mangas de camisacon chaleco de pana y alpargatas. El "tío Rojas" le sacó del bols"ill~"un cacho de jamón serrano, una peseta, un lapicero y dos papeles".

El Juez de Osma, Juan Arranz (quien después fue encarcelado) auto­rizó el enterramiento en el cementerio de Osma, aunque no se le hizoacto litúrgico alguno.

Como ya hemos relatado, "La Matona" era la camioneta siniestraque, conducida por Felipe Sanz, alias "Charramán" se dedicaba al tra~lado de detenidos para ser fusilados. "Charramán", terminada su atroztarea, y pasado algún tiempo, hubo de abandonar nuestras tierras.Antes de marcharse le cortaron la parra que ten ía a la puerta de su casapor lo que el "valiente" conductor de hombres maniatados decidiÓcambiar de aires. '

Esta "Matona" ,era la que iba a Vildé, donde al ver que se aproxima­ba, los vecinos empezaban a tocar las campanas, y en pocos minutos sereunía todo el vecindario, haciendo frente a la camioneta y sus ocupan­tes, decididos a jugarse la vida frente a frente, antes de consentir los ase­sinatos aislados que sabían se cometían en otros lugares. Así se impidiódurante algún tiempo que ningún vecino fuera detenido ni fusilado.

En Recuerda, pueblo por donde discurre el río Duero, se montabapor los falangistas un turno de vigilancia para preveer el desplazamiento

(~).- El maestro de Castillej~. ~osé María ~el.so del Hoyo, era nalura) de laraiz. En vista del ca­riz que tomaban los aconteClmll:ntos, huyo Sin que pudiesen aprehenderlo, Fue suspendido deempleo y sueldo con fecha 23-11-36 (B.O.P. 2S·2.37). Para todo lo relativo a suspensión deempleo y sueldos de profesores y maestros, véase el Apéndice núm. 1 de este libro.

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de la columna republicana desde Guadalajara y Sistema Central. AII íacudían junto con los falangistas de El Burgo, unos dinamiteros de pro­fesión, cuyo objetivo era volar el puente en el momento preciso.

En la larga espera y vigilancia, los falangistas se entreten ían cantan­do y bebiendo, y en agosto de 1.936, estando de guardia entre otrosmás, "los Orinotes" de El Burgo, apareció por allí un anciano pedi­güeño, de cerca de OCHENTA años, cuya procedencia se ignoraba: vcomo un pedigüeño, de nada podía servir. Y por si acaso fuera un espíacamuflado, fue fusilado en un centenar próximo. Los dinamiteros no seatrevieron a oponerse.

LA RASA

El día 21 de julio de 1.936 el jefe de la estación ordenó al capatazCeferino Camarero, cerrar y obstruir la vía por si venían los sublevados.Sobre las once de la mañana se procedió a quitar raíles. El 22 de julioiban a reparar la vía, pero hubo contraorden y no se hizo. El capatazordenó a Narciso Aylagas se desplazase hacia Quintanas de Gormaz-FF.Ce. Valladolid-Ariza- para ver cómo estaba la situación, llegandofrente a La Olmeda. A este lugar llegó una máquina y seis vagones,llenos de ferroviarios. Todos los compañeros de La Rasa montaron en elconvoy dirigiéndose hacia Ariza. A su paso por Coscurita -empalme delFF.Ce. Madrid-Pamplona- estuvieron a punto de ser alcanzados por lacolumna de Mola.

En Ariza se dispersaron el 23 de julio, reencontrándose en San Este­ban a finales de mes. Estos ferroviarios, una vez que fue imposible laresistencia, se incorporaron en Ariza donde ejercieron su profesión-los que no fueron detenidos- hasta noviembre de 1.936.

Entre los ferroviarios de La Rasa y partícipe de estos hechos, estaba, Gabino Camacho, guardaagujas de la estación de La Rasa y padre de

Marcelino Camacho, un joven entonces que los viejos recuerdan haberlevisto jugando en la estación. La mayoría de los ferroviarios vivían entorno a la misma estación. (Algo así como ocurre hoy en Torralba delMoral o Castejón de Ebro, donde existen viviendas de ferroviarios).

Algunos de los ferroviarios incorporados en Ariza, fueron enviadosen noviembre de 1.936 a la cárcel de Soria, más tarde a la de El Burgoy finalmente a San Leonardo, donde trabajaron, ya terminada la guerra,en faenas de Obras Públicas y construcción del poblado nuevo.

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SAN ESTEBAN DE GORMAZ

Fueron fusilados los siguientes vecinos de San Esteban de Gormaz:1.- Ismael' Díez Gil. Compraba cereales para el silo de San Esteban.2.- Pedro Ortiz. Secretario de Alcozar, menor de 20 años, que dia'

riamente iba de Alcozar en bicicleta a San Esteban, a trabajar. Fue fusi­lado en Bayubas de Abajo y reinhumado en Soria.

3.- Juan Pablo Rica(l). Concejal del Ayuntamiento, de profesiónsastre.

4.- Maximino Hernando. Era fuerte y joven y se dice que antes deser fusilado, llegó a apoderarse de la pistola del sargento que mandaba alos ejecutores.

5.- Juan Ballano Pérez. Natural de Atauta, de profesión agricultor.Contaba 31 años. Su documentación proviene del Juzgado de El Burgode Osma. Fue fusilado en Velamazán, aunque alguien sostiene que lofue en el Puente Ullán.

6.- Valentín Esteban Benito, alias "el Cagatán", de 37 años, jorna­lero y dedicado a cavar viñas.

7.- Cándido Muyo Arranz, de 26 años de edad. Jornalero, dedicadocomo el anterior a cavar viñas.

Otros fusilados que no eran naturales de San Esteban, pero quevivían en esta localidad:

1.- Un guardaagujas que cuidaba el paso en la casilla "la Pepa",la situada en primer lugar desde San Esteban hacia Aranda. Unos díasantes de ser detenido y fusilado, unos falangistas le dieron en la mismacasilla una trerrtenda paliza, con las culatas de los fusiles.

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(1).- El Ayuntamiento cesante el 24 d~ julio de 1.936 estaba compuesto por Eladio MirandaCarro; Emigdio Martínez de Pedro; Juan Pablo Rica (que fue fusilado); Andrés Lamata Esteban(suegro del fusilado); Vicente Manchado Miguel; Francisco Izquierdo Téllez; Julio Lóptl La­nen; Julio Hernández. Cabrerizo y Domingo Romano de Pablo.

En sesión del 24 de julio de 1936, se lee en el1ibro de Actas: "Siendo la hora de las dieciseistreinta se reunieron en la sala de sesiones de la c3sa consistorial, los señores concejales de este

- Ayuntamiento que al margen bajo la presidencia de don Lucas Lorduy, capitán delegado de la.:~,; Comandancia Militar del Distrito y abierta la sesión manifestó que en uso de las atribuciones y

!! facultades que le han sido conferidas en éste, cesaba en sus funciones y actuaciones todos los.~ señores concejales. Mando extender esta Acta que firman todos los señores asistentes, de que yo~:f:. el secretario cl!rtifico".-_ (En el acla, curiosaml!nte, no figura nadie al margen. la letra es irregular e imprecisa, con ras·:(- gos notoriamente más "nerviosos" que todas las anteriores).

En la misma sesión toman posesión de sus cargos: Luis Pelarda Aroz, alcalde (guardia. civil.;:. retirado, posiblemente teniente); Emilio Hergueta Frías, primer teniente de alcalde (veterinario;".~ disponía de uno de los dos únicos cocht:s que había en San Esleban); Isidoro Molinero Miguel,oJ. segundo teniente de alcalde (conocido por "el tío Leyes", gran presl~misla de la zona; un grani. ricacho, aunque "caritativo"); Fernando I. Hernando Rubio, síndico; Domingo García Aguile.

ra¡ Luis Gracia Estopaiián y Julián Ruiz Pastor.

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Mariano González Canacedo, fusilado el14 de agosto de 1.936, en Barcones. (Fotode los aotores).

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2.- Un celador de la Renfe, cuyas circunstancias se desconocen.3.- Además de los reseñados, según informaciones de personas re­

sidentes en San Esteban, examinando los archivos correspondientes deSan Esteban, aparece Mariano Díez Gil, hermano de Jesús Díez Gil,auxiliar del Ayuntamiento y del Juzgado, como fusilado en las proximi­dades de Retortillo. La documentación proviene del Juzgado de Atien­za.

4.- En el registro civil aparece "inscribir la desaparición de MáximoRedondo García, de 38 años de edad, ferroviario, natural de Langa deDuero y vecino de esta Villa" (').

Debió ser fusilado en la madrugada del día 14 de agosto, junto concinco más de la comarca de El Burgo-San Esteban, y cuatro anarquistassorianos: Arsenio Martínez, Fermín González, Tomás Cué y AntonioLafuellte, después de haber permanecido juntos, los diez esposados, yrigurosamente custodiados en un camión toda la noche anterior,acompañados de dos sorianos más, Sempere y Chicote, que no llegarona ser fusilados, porque un conocido falangista de Soria (hoy comercian­te acaudalado) apartó primero a Chicote y después por la intervenciónde alguien más, se separó a Sempere. (No obstante, éste último fue fusi­lado tiempo después en Bayubas, según se relató en el reportaje de 50­RIA SEMANAL, que aparece íntegro al principio de este libro).

Los seis fusilados de la comarca de El Burgo-San Esteban se confesa­ron; no así los anarquistas sorianos, que dieron las gracias a dos sacerdo­tes presentes, pero rechazaron sus auxilios.

Los seis de El Burgo están enterrados juntos en un mismo hoyo y loscuatro sorianos en otro al lado.

S.- Asimismo, en el registro civil de San Esteban está inscrito Ma­riano González Carracedo, "natural de Tudela de Duero, esposo de Ma­ría Nieves Moreno Ruiz; falleció en accidente de guerra el día 14 deagosto de 1.936". Se encuentra la defunción comprobada en el términomunicipal de Barcones (3). Como el anterior, sería uno de los fusiladoscon los anarquistas sorianos.

6.- Existe la creencia generalizada, certera en algunos vecinosancianos de San Esteban, que un hijo de Andrés Hernández Carro, apo­dado "el Gordito", fue también fusilado.

(2).- "Esta inscripción se practica en virtud de Auto decretado por el ST. Juez de (nslrucción deEl Burgo de Osma, a instancia de la esposa del desaparecido. doña Maximina Mogir Guridi, deacuerdo con Jo preceptuado en el párrafo segundo delaparlado e del De~rero de 10 de noviem­bre de 1936. B.O. del Estado del día 14". La inscripción está en el folio 20 del Libro 35. con el.número 20. Murió en Barcones de Atienza (Guadalajara). Desapareció el 13 de agosto de 1936,sobre las cuatro de la tarde de su domicilio. INSCRIPCJON DEFINITIVA: número 123, rolio123, tomo 35.(3).- Se inscribe con el número 2J2, al folio 212, del Libro 35, con fecha 23 de septiembrede 1944.

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Como medida de represión generalizada en la provincia, también enSan Esteban de Gormaz cortaron el pelo a varias mujeres, entre las quese recuerda a Feliciana Lázaro, a "la Juanilla" y a Teresa Lamata,

El único intento ingenuo para detener a la columna de Mola proce­dente de Burgos, fue el realizado por un pequeño grupo de personas quecortaron tres chopos de "el Tablazo", colocándolos en la vía del tren.Unicamente llevaban escopetas de caza dos o tres de ellos. El tren sedetuvo en el interior del túnel de la Villa, que se encuentra a los pies delcastillo. Una ametralladora fue colocada en el castillo y otra en lo altodel puente del Duero y los oponentes; ante la imposibilidad de resisten·cia, se dispersaron.

Las fuerzas invasoras, a su paso por la plaza Mayor de San Esteban,gritaban insistentemente: "ventanas abiertas, persianas arriba".Ocupada la Villa, entre la alegría de unos y el temor de otros, se pasóenseguida a la represión (4) .

VELILLA DE SAN ESTEBAN

Uil hijo de un maquinista de la Renfe, de unos 16 ó 17 años de edad,estudiante de bachiller en Aranda de Duero, que estaba en casa de unostíos fue detenido en la noche del 19 de agosto de 1.936 y fusilado se­guidamente en el paraje "monte Valladar". Es muy difícil comprenderlas razones por las que un chaval tan joven, que por su edad no tendríaninguna intervención en la poi ítica, fue asesinado tan fría y rápidamen­te. No se le ofrecieron auxilios espirituales y seguramente hasta el mo·mento de morir, nunca imaginó lo que le iba a suceder.

(4).- El signo de la vida municipal en San Esteban, cambió totalmente como en casi toda laprovincia, durante el transcurso de la guerra. Puede decirse que se viyió de ella, por ella y paraella, en menoscabo "de toda actividad social y económica. Para comprender en parte la vida localde San Esteban durante aquel entonces, hemos resumido algunas de las sesiones, cuyos acuerdosson significativos. Se reproducen en el Apéndice número 5 de este libro.

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BARCONES

, Joaq~(n Moreno Lozano, fusilado en Barcones e inscrito en el Re­gistro CIvil de Bar~ona. Murió el 12 de febrero de 1.937, fusilado entreBarcones y Romanillos.

Había nacido el 7 de mayo de 1,880, Se le conocía por el apodo de"el tío Cascala". De profesión labrador, dejó cuatro hijos,

Al ,?arecer los vecinos de! p.ueblo hacían guardia por la noche, parapre,venlr o conocer los mOVimientos de las fuerzas republicanas y Joa·qurn Moreno debió decir que "iban a venir los suyos",

En . Ba~c~>nes ,se ev!tó una matanza gracias a un sargento de laGua~dla CIVil, con destrno en Berlanga, que anteriormente había estadod~strnado como cabo en Barcones, Era, en Berlanga, el encargado de re·visar y censurar la correspondencia y un día vio que en una carta pro­cedente de Barcones, un vecino denunciaba a CUARENTA habitantesde Barcones, como comunistas peligrosos. Fue a Barcones con la cartay se enfrentó con el "chivato" y convencido de la mala fe de éste es·t~vo a punto de matarle. Los cuarenta denunciados, no sufrieron m¿les.tia alguna.

,En e! R:~gistro Civi~ de Atienza aparece expediente de tramitaciónde rnscrrpclo~ de Toma~ ~e Mingo B~ato, natural de Barcones, aunqueen aquellos tiempos resldla en Madrrd. Al parecer fue fusilado por losalrededores y está enterrado en Atienza.

CASTRO

. ~xiste otro expedien,te ~e tramitación de inscripción en el RegistroCIVil del Juzgado de Dlstrrto de Atienza, para Gaspar liceras Barrionatural de Castro (Soria) y que fue "fusilado por aqu í", '

Al pare~er tenía un hijo aviador, no se sabe en qué frente, y se diceque lo fUSilaron por eso, en el paraje "Oteruelos". Lo dejaron casi sinenterrar.

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ZAYAS DE BARCONES

Fue fusilado un vecino de unos sesenta años de edad, llamado Jaime.Era viudo y de buena posición económica. Se ignora el lugar de su. .-eJecuclon.

RETORTlLLO

En Retortillo no fue fusilado ningún vecino, en parte porque los ha­bitantes del pueblo tenían montada una vigilancia y cada vez que apare­cía por las cercanías una patrulla, huían por el camino opuesto. ComoRetortillo estaba cerca del frente, todos tenían miedo y nadie se fiabade nadie. Sin embargo, en el paraje "Lobares", del término municipalde Retortillo, fueron ejecutadas varias personas, ignorándose si proce­d ían de Soria o de El Burgo de Osma y comarca.

ATA UTA

En el recorrido de Morcuera a Atauta fue llevado a rastras el ancianoBienvenido Rodrigo, de unos 70 años de edad. Ya casi moribundo, fuefusilado. Un sobrino suyo, por rencillas familiares, cuestiones económi­cas o diferencias ideológicas fue el causante de tan horrible muerte,según los testimonios. recogidos.

Seis segadores que trabajaban en Atauta. fueron fusilados en el tér­mino de Barcones, en el paraje de "Valdevelaza". Fueron confesadosantes en la ermita.

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BARAONA

Baraona fue una de las localidades más castigadas por la represión,si excluímos Soria capital, Almazán y Berlanga. Nada menos que unaveintena de personas fueron fusiladas en el pueblo de Baraona, un ptle­blo pacífico y pequeño. En términos relativos, no creemos que haya entoda España una localidad que tuviera tantas víctimas, con el agravanteademás, de que Baraona ni fue frente de batalla, ni hubo resistencia a lasublevación, ni siquiera el menor intento de iniciarla o propiCiarla. Lapoblación permaneció tranquila, aunque con la natural expectación.

El ,día 31 de julio de 1.936, celebra el nuevo Ayuntamiento suprimera sesión, presidida por el Teniente Coronel de la Guardia Civil,don Gregario-Ignacio Muga, en funciones de Comandante Militar de laprovincia. Hasta ese momento, la vida de Baraona había transcurrido­dentro de la mayor normalidad, sin que se hubieran producido sucesosde ningur¡a clase.

Fue a partir de entonces, cuando se inició una cruel y despiadadarepresión, de la que todos los sorianos debemos avergonzarnos. Siguien­do con la misma norma que hasta este momento, vamos a consignar,nombres y apellidos, circunstancias y datos correspondientes a los fusi­lamientos y lugares de ejecución, ajustándonos lo más exactamente po­sible a la verdad. No es nuestro propósito, recargar las tintas, sinoreconstruir y narrar lo sucedido de una forma clara y veraz. Que cadacual, saque después las oportunas consecuencias, con arreglo a su con­ciencia. La lista de fusilados es ésta:

1.- Rufino-Felipe Gómez Escribano. Maestro que llevaba unos tresaños ejerciendo en el pueblo y que gozaba del aprecio general, por suconducta y profesionalidad. Vecinos ancianos del lugar recuerdan lasescenas que se produjeron cuando eran apartados del camión de losdetenidos, los niños de la localidad que acudían a ver a su maestro,

2.- Hipólito Olmo Fernández, Maestro nacional también. Algo másviejo que el anterior y que también gozaba de excelente reputación. Fuefusilado en Cobertelada.

3.- Gregario Ranz Iglesias. Hermano de Miguel Ranz Iglesias (el quefue diputado provincial y pudo huir). Gregario tenía una posada en laque se hospedaban los jefes de la Guardia Civil.

4.- Félix Iglesia Casado. Agricultor de profesión. Los testimoniosrecogidos apuntan a que fue denunciado, por vecinos que tenían con éldiferencias sobre asuntos de tierras. Para hacer las denuncias, era preci­sa la firma de dos vecinos. Desde luego, Félix Iglesia era totalmente aje­no a la política.

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5.- Venancio Iglesia Casado. Es uno de los tres fusilados .en Romani­llos de Medinaceli. Según el Registro Civil el paraje es conocl~o como el.. Alto de Valdearcón", y según otros infor!"ante~por" L?mllla del Me­dio". Venancio Iglesia es cuñado del anterior, Fellx IgleSia Ca~a~~. Eraagricultor y reconocido por todo el pueblo como hombre efiCiente ytrabajador.

6.- Felipe Caballero Ortega, agricul!or y ganadero. Alcalde de Ba-raona hasta el 31 de julio de 1.936 (1). Siendo a.lcalde .s~ celebrar~n. en elpueblo todas las procesiones y todos I?s festelos re~lglOsos tradiciona­les (fiestas patronales, el tercer domingo. de septlemb~e; el CorpusChristi y Semana Santa). El mismo don Felipe t::aballero Iba a recqudarpor las casas la "iguala" del párroco que .en a~u.el entonces era do~ Do­mingo Lozano. Su fusilamiento hay que inSCribirlo como algo realizadodentro de la más pura animalidad.

'7.- Fidel Ranz Iglesias. De la familia !'Los Chaparros", hermano deltambién fusilado Gregorio. Le debieron coger por una perra cachorraque le acompañaba, en el paraje denominado "el C?jo" (salien~o de Ba­raona a Soria hacia la izquierda). Fidel Ranz, en vista del cariz que to­'maban los acontecimientos quiso huir y se cree que quienes le detuvie­ron, iban acompañados del Alcalde Bla.sco. Los lad.ridos de la pe~ra aler­taron a los perseguidores que, al fin, capturaron al Infortunado Fidel.

8.- Mariano Alcolea Moreno, fue otro de los fusilados en Roman~

1I0s. De profesión agricultor.9.- Francisco Paredes Campos, conocido por "el Churrilla", fue el

tercero de los fusilados en Romanillos, Agricultor de profesión.10.- Cándido Salces Olmo. Tenía el Casino de Baraona. Vendía fru··

(1).- El alcalde de Baraamll, don Felipe Caballero presidió la última sesión del Ayuntamiento eldía S de julio de 1936. El día 31 de julio siguiente se celebra una sesión en el Ayuntamiento.presidida por don Gregario-Ignado Muga. en funciones de Comandante Militar de la provincia,y queda cesado el anterior Ayuntamiento, constituyéndose el nuevo, integrado por: don Sanira­cio Blasco García como Alcalde; Y por tos Concejales; don Aurelio Alguacilj don Víctor Torru·biano Rello' don Dionisia Casado Olmo; don Jesús Olmo Casado; don Emilio Ranz Ranz y don, ,Santiago Olmo Casado. El nuevo Alcalde permanecio en, el cargo hasta el 25 de mayo de 1950.Era de profesión zapatero y luego fue guarda del campo de aviación de Baraana, que fue utiliza­do por los aviones italianos en la Guerra Civil, sobre lodo en la batalla de Guadalajara.

Como datos de inter~s tlel Ayuntamiento de Baraona, aparece en su libro de Actas una prime­ra sesión celebrada el 13 de septiembre de 1936, en la que se nombra hijo adoptivo de Baraonaa don Gregario-Ignacio Muga Díez. Hay otra sesión en 30 de mayo de 1937 en la que se nombrahijo adoptivo de Baraona a don Ramón Enrique Casado Gareía, que fue Gobernador Civil deSoria, a partir de la sublevación. (Al parecer el sr. Casado tenía alguna relación de descendenciacon Baraona). Todas las sesiones celebradas durante los años 1936-39, excepto las dos mencio­nadas, no tienen cuerpo de acuerdos. Unicamente aparece la lectura y aprobación del acta an·terior, la lectura de 105 Boletines y Comunicaciones Oficiales, con la fórmula: "se acordó sucumplimiento". Como vemos, la actividad municipal fue totalmente nula. Sólo apareció viva Yeficiente la labor de represión.

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ta y pescado. Afiliado al Partido Socialista. Vino de Madrid, donde es­taba empleado en un comercio, a socorrer a su madre y hermanos,que eran seis, al morir su padre en un accidente de carro. Era el mes deagosto de 1.936 y estaba segando la familia en un paraje conocido como"Villacisneros", a unos diez kilómetros de Baraona, dirección Bordeco­rex. La familia vio que llegaban dos falangistas de Almazán. Antes detu­vieron a don Felipe Caballero Ortega, alcalde de Baraona, que estabasegando su parcela a unos cien metros.

Cuando vieron que se acercaban los falangistas, Esteban Salces, dijoa su hermano Cándido: "escápate, que será lo que Dios quiera". Cáfldi·

. do no se fue. En un primer momento, los falangistas se llevaron al me­nor de los varones que iba en el surco, y que era Alvaro Salces, e.studian·te de cura. Al verlo Esteban Salces preguntó: "lA por quién venís?",respondiepdo los de Falange: "A por Cándido". Este se entregó y fuellevado andando desde "Villacisneros" a Baraona, maltratándole conti­nuamente. Detenido, fue llevado a Soria y fusilado en los llanos de Chaovaler.

La familia Salces Olmo se había llevado un barril de cerveza, mantasy provisiones para estar segando en "Villacisneros" unos cuantos días.Todo quedó interrumpido por la brutal aparición de aquellos dos falan·gistas de Almazán. a Quien Dios haya perdonado.

1. Paraje "Altos de Valdearcón" ó HLomilla del medio".

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11.- Victoriano Tarancón Paredes, Maestro nacional, sobrino deFrancisco. Paredes Campos, también fusilado. Su padre, Andrés Taran.cón tenía un comercio de telas. Vendían por los pueblos de la comarcadonde eran muy conocidos y considerados. .

12.- Amado Castillo Iglesia. Era sastre y ten ía el taller en su propiacasa. Excelente persona.

13.- Mariano Ranz Iglesia, hermano de los fusilados Fidel y Grego.rio (2) . Era oficial de la Guardia Civil y había estado de Sargento en Bar.cones. Estaba en activo y al parecer se encontraba de vacaciones en Ba­raona.

14.- Fusilar.on también al hijo del anterior, de catorce años. Estu.diante. También estaba de vacaciones en Baraona, con su padre.

También fue fusilado don Félix Iglesias, Secretario que fue de Barao­na desde el primero de mayo de 1.9.31, cargo al que acc.ed~ó por concur­so de traslados. Fue luego Secretano de la Junta PrOVinCial de Secreta­rios de Administración Local.

(2).- En el Registro Civil del periodo 1936-39 no aparece n~nguna inscripción ~e fusilados. Lasinscripciones fueron realizadas posteriormente a la terminadon de la guerra. ASI vemos: .

Rutino-Felipe Cómez Escribano (folio 3). Nació en Borobia y domiciliado en B~aona. Fue . :~muerto en el paraje "el Cargado" de VilIas.yas. el 22 d~ agos~o de. 1936. De profeslon MSC;$lro ':<',nacional en Baraona y c!ludo con Basilisa Calavia Celorno. Se mscnbe por orden del Juzgado de :.-i

Instrucción de Medinaceli, el 28 de diciembre de 1940. ~;.

Hipólito Olmo Fernández (folio 8). Nacido en Baraooa, fue m.uerlo !~.Cobertelada, el día 25 '~J

de agosto de 1936. Viudo de doña María Log~oño Lora,?za, d~Ja dos hiJas, Josefina y Carmen. ~:

Se inscribió por orden del Juzgado de Instruccion. ~e Med.maceh el 21 de f~br~ro de 1941. . :..t.:Gregario Ranz Iglesia (folio 6, reverso). FalleclO en Vl1lasayas el 3 de JuniO de 1937. Se ms- ~~.

cribió por orden del Juzgado de Medinaceli el 24 de mayo de 1941. .' ~~~

Félix Iglesia Casado (folio 7). Muere en Villasa~as el.22 de agos(o de J93~: De pro.feslon la~ .;;.:1<bradar y casado con Victoriana Olmo Ranz, matnmomo del que queda un hiJO, Publlo. Inseri.,,>to por orden del Juzgado de Medinaceli. .. <:::

Venancio Iglesia Casado (folio 14, reverso). Muere el 23 de agosto de 1936 en el alto d.e V~·:

dearcón" de Romanillos de Medinaceli. Nacido en Barlona, labrador, casado con Agaplta IgI~~

sia, deja ~n hijo, Luciano. Se inscribió por orden del Juzgado de Medinaceli el! d~ julio de 194~~,Felipe CabaUero Ortega (folio 41). Muere el 2~. de agosto de .1936, a 105.'0 anos: C~~~ c~.'1:

Juliana Negredo. Profestó.n lab~ador. De~a ~os hiJOS: Constanclo y Saturnmo. Se tnscnblO ~~orden del Juzgado de Medmaceh. el 9 de Juho de 1949. .. . ·...t

Fide! Ram. Iglesia (folio 195). De 42 ailos, casado con Eladla Asuagil, de cuyo matramon."queda una hija, María Isabel. ".-~

Mariano Alcolea Moreno (folio 197). Muere en RomaRlllos de Me~lnaceh el.?4 de ago~to,!1~1936. De 58 años, labrador, casado con Nicolasa Olmo, de la que tiene tres hiJOS: Andres, ~~rónimo y Primitivo. • . :./

Simeón Antonio Pastora Ranz. Falleció en Almazan el 14 de ~ctubre de 1936. De ~6 ail.;soltero, es enterrado en el cementerio de Baraona a~ los pocos dl~s de su mue~te. Se I~scrib_ .~.en el Reglstro Civü el 9 de abril de 1938. (De este ultimo no se tiene constanCia fehaclente,~tsu fusilamiento). l';;

Como se observa pOr lo reseñado, en ningún caso s~ e:'pecifica la. causa de la mue~le, de :OJ':inscritos en el Registro Civil de falleci.dos, aunque es publ~co y. no.'.ono que fu~ron fusl~,ados. ':'.~

En otros Regislros Civiles aparecera, como veremos, I~ Jnscnpclon .de falleCidos ~o~ paro ~~~diaco" o "hemorragia cerebral", eufemismos que aludlan a los fUSilados que reCibieron 10S"~ros en el pecho o en la cabeza. "'1'"

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Obtuvo también la plaza de Oficial de la Junta de Secretarios a prin­cipio de 1.936, por lo que desde esa fecha resid ía en Soria, en la calle deI Bernardo Robles. Vivía don Félix Iglesias en el primer piso y al medio­

~.~.••.•:. día del 25 de julio de 1.936 es deltenido por Inspecdtorles ~e Policía.'J' Sus hijas recuerdan que registraron a casa y, que uno e os Inspectores'",' comentó, "esto es una mala intención de alguien". Don Félix estuvo re­~'c tenido en Comisaría 72 horas, siend·o trasladado a la cárcel de Soria y.'''.c- a los pocos días, a la de El Burgo de Osma, donde permaneció hasta el:t;, primero de septiembre, que fue excarcelado, en unión de quince presos~)( más y fusilados todos en Bayubas de Abajo, en la forma ya relatada enI el reportaje publicado en SORIA SEMANAL.j;t;~ Para el proceso de exhumación de don Félix Iglesias y de los otros,';j:( quince fusilados, dos vecinos de Aguilera firmaron como testigos de laEt defunción, para que se pudiera cobrar la pensión por parte de doña Ale­~ jandra Romera, esposa del sr. Iglesias. Sin embargo, es curioso señalar'i.: que los documentos testimoniales, desaparecieron de Aguilera. ."",.. Con el tiempo, doña Alejandra Romero, una vez fusilado su esposo~. quiso poner una pensión, encontrando toda clase de dificultades por:..f: parte del inspector Mozo, que como es notorio tuvo una influencia de·

cisiva durante aquel periodo de la guerra, con las primeras autoridadesciviles de Soria.

Venancio Iglesia Casado, Mariano Alcolea Moreno y Francisco Pare­des Casado (al menos·éstos tres) están enterrados en "Lomilla del Me­dio", término de Romanillos, a dos kilómetros y medio de Bar'aona, enla carretera local a Romanillos de Medinaceli, y a unos sesenta metros ala derecha de la carretera. El foso está circundado por unas piedras gra­níticas irregulares, iguales a las del contorno, y, se cre~ fue respetado enlas labores de deslinde para la concentración parcelaria, realizadas aprincipio de los años setenta.

" Los fusilados en "La Lomilla del Medio" serían trasladados hasta. ·i allí por los soldados del Capitán Montada, que al parecer mandaba .Ia

-; guarnición de Baraona, en la llamada camioneta "de la muerte".:; Parece ser que el Gobernador Civil de Soría, Enrique Casado, era fa­., miliar de algún vecino de Baraona, lo que no fue obstáculo para que seJ produjera la matanza. Posteriormente Enrique Casado fue nombrado• hijo adoptivo de Baraona.

. Es anecdótico constatar que el alguacil de Baraona iba diciendo a los~"que iban a ser detenidos: "Mañana te toca a tí" .

., La familia Salces Olmo tenía el bar de Baraona, "el Sindicato", en el.*-. que las fuerzas y los falangistas consumieron todo gratis durante aque­.'i/;: 1I0s días, hasta que el establecimiento quedó totalmente expoliado.!¡;¡{ A don Eugenio de Mij(uel le embarj(aron las tierras y por ello, e im---

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pulsado por el temor a ser fusilado huyó a la zona republicana, dejandotres hijos pequeños.

Don Miguel Ranz Lafuente pudo huir a la zona republicana, dondealcanzó el grado de Comandante. Reside actualmente en Méjico; y haceun año aproximadamente escribió una larga serie de artículos, publica­dos en HOGAR Y PUEBLO de Soria, donde explicó sus desventuras yperipecias. Sus bienes, que eran cuantiosos fueron incautados, a raíz desu huída, que sin duda evitó su muerte, ya que casi todos sus hermanos,sobrinos y primos fueron fusilados.

De todo lo relatado en este capítulo, se pueden sacar obviamentemuchas conclusiones: que el número de fusilados fue extraordinaria·mente desproporcionado considerando la poca importancia del pueblo,la escasez de su población y la irrelevancia de su actividad poi ítica; quela represión se centró principalmente en' el núcleo de familiares de donMiguel Ranz Iglesia, diputado provincial, que pudo huir y s~lvar su vida,aunque perdió todos sus bienes; que entre los fusilados figura un, her·mano de don Miguel, llamado Mariano, Oficial de la Guardia Civil ysu hijo Mariano Ranz, de 14 años, estudiante. Que el asesinato de esteadolescente demuestra por sí sólo, de un solo trazo, la "caída al esta·do salvaje" de quienes lo ejecutaron, lo propiciaron, lo silenciaron ypermitieron su impunidad. Todos los crímenes son odiosos, pero algu·nos rebasan los límites de lo inconcebible y éste es uno de 'ellos. Quedaluego la persecución lenta y constante, la represión continuada a lo lar·go de' meses, y el expolio de bienes y ~aciendas, por quienes se ~lzaronpretendiendo defender la propiedad privada. Y finalmente, el clima deangustia y de horror generalizado y mantenido a lo largo ~e meses yaños en el que quedó sumida la localidad y sus habitantes, mientras porotra'parte sus autoridades municipales no realizaron labor práctica al·guna en f;vor del pueblo. Y lo que queda escrito, no es una apreciaciónsubjetiva nuestra, sino algo palpable, evidente, incuestionable, increíble·mente cierto.

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YELO

La represión en Yelo. como en otros núcleos del surde la provincia (Belte¡ar, Miño de Medina, Alcubillade las Peñas, Tarada, Coscur"ita) hay que entender·la como la "natural" onda expansiva de dos epicen­tros tan significativos como Almazán y Baraana.Tanto desde Almazán -donde las dos cárceles eranmotivo suficiente para mantener una elevada mili·tancia falangista- como desde Baraana -lugar en quehasta finales de septiembre de 1.936 convivieron ejér.cito y guardia civil- se irradió una actividad represi·va constante hacia la zona meridional de la provincia,de cuyos pueblos fueron eliminados aquellos mili·tantes y simpatizantes más cualificados de las izquier­das.

En este pequeño pueblecito casi perdido en el límite de la provinciade Soria, fueron fusilados cuatro vecinos. El primero lo fue en solita·rio: don Santos Matamala Latorre, de unos 50 años de edad, labrador.Dejó seis hijos, de edades comprendidas entre los 22 y los 7 años. Dosguardias civiles, destinados según se cree en Baraona, se lo llevaron en laprimera quincena de septiembre y fue fusilado cerca de Medinacelí. Apartir de este momento las gentes de Yelo vivieron sobresaltadas, domi­nadas por el miedo y el temor de que volvieran a repetirse sucesos

•pareJos.Efectivamente, ocurrieron más muertes: el día 18 de noviembre de

1.936, a mediodía, se presentaron en Yelo, dos guardias civiles, tambiénsegún se cree destinados en Baraona, aunque nadie puede precisar sifueron los mismos que la vez anterior. Llegaron al Ayuntamiento y or­denaron al alguacil que avisase a Andrés Dolado Latorre, Santiago Fer­nández y Saturnino Cortés, para que se presentaran en el Ayuntamien­to. Instantáneamente fueron trasladados en el coche hacia Alcoleadel Pinar, donde, al borde mismo de la carretera -hoy la N-II- fueronfusilados. Andrés Dolado contaba unos 43 años, labrador, dejó seis hi·jos, la mayor de 11 años y la menor de 9 meses. En el momento de lle­varse a Andrés Dolado, una señora del pueblo, doña Bonifacia Vallada­res, dijo a los guardias, refiriéndose a los hijos de aquél: "Tengan uste·des compasión, caben todos debajo de una bandera".

Santiago Fernández Torrejón contaba unos 50 años de edad, labra-

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MIÑO DE MEDINACELI

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Don Aniceto Dolado del Amo, tenía 56 años de edad. Había ejerci­do el comercio en Yelo hasta 1.921, estableciéndose luego en Miño deMedinaceli. Era un hombre muy emprendedor y tenía un excelente ne­gocio. Un gran comercio, una finca de gran extensión, con varias plan­tas de ventas: ultramarinos, ferretería al por mayor, en el que bajo sudirección trabajaban sus hijos, Arturo -hoy gerente del negocio- Ci­

.' riaco, Enrique y Carmen y un yerno de don Aniceto.:;: Don Aniceto Dolado era amigo personal de don Benito Artigas Ar-

pón, diputado radical socialista por Soria en las elecciones de 1.931 y1.933, siendo más tarde diputado por Soria, como miembro-del partidoUnión Republicana, cuyo jefe nacional fue don Diego Martínez Barrio.

Se cree que don Benito Artigas, antes de pasar a la zona republicana, .desayunó en casa de don Aniceto Dolado. El hecho de que éste noacompañara a Artigas, parece indicar que nada temía personalmente;su implicación en la vida poI ítica debió ser muy escasa, pues era hombrede gran actividad comercial, aunque desde luego su amistad personalcon el diputado Artigas es indiscutible. No creemos, sin embargo, queser amigo de un político, pueda ser motivo de sanción ni, mucho menos,pretexto para ser asesinado.

Hacia las tres de la tarde del día 9 de agosto de 1.936, llegaron a lapropiedad de don Aniceto Dolado un grupo numeroso de requetés yguardias civiles. En total, de 20 a 25 personas, de los que solamenteeran guardias unos cinco. Cercaron toda la finca donde se encuentra elcomercio. En' ese momento lograron esconderse en los sótanos los her­manos Dolado, Ciriaco y Enrique, afrontando los acontecimientos quepudieran producirse don Aniceto Dolado. Fue detenido, montado en uncoche y fusilado a unos tres kilómetros de Miño de Medinaceli, en elparaje "la Pedraja", camino de Medinaceli. No recibió auxilios espiri­tuales.

Quedó sin enterrar durante tres días. Como al llevárselo, lo advirtie­ra su perro siguió al coche y permaneció junto al cadáver de su dueño,sin movers~, hasta que fue descubierto y enterrado. El cadáver se en­contró sobre una pared que había en un cercado próximo a la carretera.Benito Navalpotro, Petra García, Mónica Marcos y Mariano Dolado re­cogieron el cadáver del infortunado y lo inhumaron en el cementerio deMiño de Medinaceli.

Un hijo de don Aniceto, Enrique Dolado, después del fusilamientode su padre, marchó a Guijosa y logró pasar al campo republicano.

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dor. Dejó dos hijas. Saturnino Cortés Alonso tendría unos 50 años. Noten (a hijos.

Al producirse la detención de Dolado y sus compañeros, un Ho delprimero fue a entrevistarse con un militar de alta graduación, conocidode la familia, que resid(a en Medinaceli. Este militar le dijo que nadapod(a hacer "pues ya hab(an sido fusilados". Ya hemos relatado antesque la detención de los infortunados y su viaje sin retorno, se realizaronrapid (simamente. Fue un "servicio" practicado con eficacia y prontituddel que seguramente se sentirían' orgullosos los que lo llevaron a efecto.

Después de los cuatro fusilamientos nada ocurrió en Yelo, aunque síes seguro que el miedo siguió siendo la tónica dominante, entre aquellossencillos vecinos de dicho pueblecito. Cabe añadir que el cura de la lo­calidad don Juan López, nada hizo por impedir las detenciones de susconvecinos. Seguramente, no quiso meterse "en política"(J).

(1 ).- Una segunda versión de los hechos mantiene que -Iras la.!> detenciones- fueron desde elAyuntamienlo enviados a comer a sus casas, para prestolarse de nuevo una Vel hecha la comidade mediodía.

El vecino de esta localidad, don Manuel Hernando Cabrerizo, ferro­viario, fue fusilado en el paraje "Puente Corral Sabina", del términomunicipal de Centenera del Campo. Antes de ser fusilado, pasó atadoen un Ford negro por Adradas. Entre su detención y su fusilamientomedió escaso tiempo, escasamente una hora. Fue visto desde la casillaferroviaria de Adradas. No hubo auxilios espirituales, ni declaraciones.

BELTEJAR

TARODA

Detuvieron a don Angel Milla, médico de profesión. Don Angel te­nía también un hermano, don José Milla, médico de Romanillos de Me­dinaceli .

Los testimonios coinciden en que una vez detenido don Angel Millafue llevado a Medinaceli y que, en la misma plaza y dentro del coche,fue confesado por un cura de este pueblo. Al concluir este acto, elinfortunado se agarró fuertemente al cura y no pudieron sacarlo del co­che, siendo fusilado dentro del mismo. El sacerdote falleció poco des­pués, presumiblemente como consecuencia de este trágico suceso.

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En este pueblo fue fusilado don Abdón Alonso, casado con IsabelBartolomé Tundidor, ésta natural de Pinilla del Olmo. Contraerían ma·trimonio por la vía civil y se piensa que, éste sería uno de los primerosmatrimonios civiles de la comarca, y quizás ello, fue uno o el motivo delfusilamiento de don Abdón.

Don Abdón era molinero y vivía con unos tíos. Su tía había estadoen la Argentina y era una republicana convencida. Los falangistas quefusilaron a don Abdón dijeron: "Pronto vendremos a por los tíos".Afortunadamente no volvieron,

También huyeron Conrado Bartolomé, un tal señor Anguita, natural deVelo; y los hijos del veterinario, Ramón y otro.

La hija del fusilado, Carmen Dolado, al momento de llevarse a su pa·dre, fue golpeada e insultada. Querían cortarle el pelo, cosa que impidióel médico don Honorato Sotillos. Al día siguiente del fusilamiento, des·trozaron los archivos del comercio de la familia Dolado, y Carmen Do·lado fue golpeada con la culata de los fusiles.

Pocos días después llegaron al comercio un grupo de requetés, quecargaron en un camión arroz, aceite, leche y prendas de vestir. Volvie·ron cinco o seis días más, haciendo siempre lo mismo, y llevándose ade·más, mantas, camisetas y ropas de abrigo. De la fábrica de harinas, pro·piedad también de don Aniceto Dolado, se llevaron harina y salvado.

En el comercio familiar, sólo habían quedado al frente Carmen Do·lado y un cuñado. A Carmen, los requisadores le dijeron que hiciera fac·turas de los géneros expoliados y "que fuera a cobrarlos a Almazán".Naturalmente, ni fue ni cobró.

El cura de Miño, don Juan López, era natural de Conquezuela, re·sidía en Velo y atendía a varios pueblos de la comarca. Su actitud fuede total inhibición.

Cuando el día 9 de agosto fue cercada la finca de Dolado, su hijoArturo huyó al cerro "el Sombrero", cercano al pueblo, siendo perseoguido por varios requetés que no pudieron darle alcance.

Aniceto Plaza, agricultor y ganadero de Miño de Medinaceli, fue de·tenido y conducido a la cárcel de Medinaceli. Puesto en libertad tiempodespués murió seguidamente a consecuencia de los sustos y miedo pa·sado, que quebrantaron su salud, iCuántas, cuántas personas, murieronprematuramente, como consecuencia de su paso por las cárceles, siem·pre con la angustia de ignorar si la hora que vivían pod ía ser la última!.

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ALCUBILLA DE LAS PEÑAS

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La privilegiada situación de Arcos y sus inmejora­bles comunicaciones por carretera y ferrocarril per­mitió que el gran contingente de ferroviarios sindica­listas estuviese al corriente del progreso del Movi­miento y mantuviese contactos constantes con elPOUM y la FAI catalanes. Es asi como desde Arcos sefragua el primer y único contra-Movimiento ~e la pro~

vincia, pero con un carácter netamente diferente alque se originó en Deza. Precisamente. este intento decontraofensiva motivaría el incidente fortuito deFuencaliente de Medina, donde la muerte de dosguardias civiles sería el móvil -según una hipótesisharto probable- de que la represión en Soria alcan­zase cotas desmesuradas.

ARCOS DE JALaN

El relato de los sucesos ocurridos en Arcos de Jalón resulta extrema­damente difícil(l), por su complejidad y. porque en ellos intervinieron,bien como actores, biel) como víctimas, numerosas perSOnas que noeran vecinos de dícha localidad. Siendo nuestro propósito ajustarnos ala verdad histórica de lo sucedido omitiremos referirnos a hechos queno estén debidamente contrastados y a los rumores, comentarios o im­presiones que puedan tener carácter subjetivo y que pudieran exageraro deformar la verdadera realidad de lo sucedido.

La primera cuestión que parece clara, es que al iniciarse el levanta­miento, la Guardia Civil procedió a la recogida de armas. y escopetas decaza, aunque los que las poseyeran tuviesen la correspondiente licencia.No obstante, también parece cierto que algunos ferroviarios debieronquedar en posesión de armas.

(1).- De una parte, la situación de los archivos municipales no permite conocer los vecinos em­padronados en 1936, cuya profesión fuera la de ferroviario. De olro lado, en el Regislro Civil deArcos no están las inscripciones de defunción de quienes murieron en esa Villa -"a consecuen·cia de la guerra"- ni la totalidad de las que se podrían haber practicado en virtud de expedien­tes para ulteriores actuaciones. Hay que señalar también que REN FE (cualquier cosa que se diga

~ ·de la RENFE española es creíble a "pies juntillas") en sus ofitínas tenll"ales de la Estadon del"Príncipe Pio" en Madrid y en sus dependencias anejas de la calle "El Rey" tampoco disponede estadísticas sobre el número y nombre de ferroviarios destinados en Soria en 1936. En elmismo caso se encuentra la Ofitina de la Seguridad Social de Renfe, hace tiempo instalada en laestación del Cañuela. Habría que recordar también que la descapitalización _de Soria, !anto enrecursos monetarios como humanos, afectó también a la infra~structura viarla que teRla en Ar­cos de Jalón el núcleo más importante de la provincia y que al ~~smanlel~r1<.> Renfe supuso,obviamente, la emigración de un importante contingtmh'. de poblaclon ferrOViaria.

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Artigas Arpón diputado por Soria, cuya huida produjo el que el automóvi~ c,ont;:::.d al "Ben~" Beltrán -yen el que viajaban el sargento Lafuente Y su IJO t.C~l~ ~uera tiroteado por ferroviarios de Arcos de Jalón..(Foto: contrapo~tada del I~...~ro "La tra¡:cdia de F.spaña", del que es autor, precisamente, el Citado parlamentarIo). ..I,

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Un grupo de ferroviarios formaron un tren con el propósito de lIe.gar a Guadalajara en busca de armamento, pero no pudieron lI~gar porestar cortada la vía del tren en un paso a nivel. Actualmente la vía deltren pasa por encima de la carretera, aproximadamente a unos tres·kilómetros de Medinaceli, dirección Madrid. Allí, los ferroviarios vieronllegar un coche ocupado por el sargento de la Guardia Civil, don Wen.ceslao Lafuente y su hijo, con el chófer, que regresaban a Soria despuésde haber cumplido ejemplarmente el. servicio encomendado de dejaren la zona republicana al diputado don Benito Artigas Arpón y al ex.go­bernador civil de Soria, sr. Alvajar. Fue detenido el coche o éste se detu.vo y se intercambiar!)n disparos, resultando muertos el sargento sr.Lafuente y su hijo, y dos ferroviarios, más otros dos gravemente heri­dos (2).

Los ferroviarios al ·no poder seguir su proyectado viaje, optaron porregresar a Arcos con los cadáveres de sus compañeros y los dos heridos.El sargento Lafuente y su hijo fueron muertos en el paraje denominado"los Boliches", término de Fuencaliente de Medina.

Al regreso de los ferroviarios a Arcos debió entablarse una pugnaentre ellos y la Guardia Civil; aquéllos pensando'o tratando de conseguirarmas y los guardias, ya conocedores de los sucesos que acabamos derelatar, tomando precauciones priniero y procediendo seguidamente a laofensiva, practicando detenciones. En esta pugna, la Guardia Civil sealzó con el triunfo, consiguiendo encarcelar a unos treinta ferroviarios.Al ser reducido el espacio del lugar donde estaban los detenidos laGuardia Civil decidió trasladar a catorce a la cárcel de Almazán. A' talobjeto requisaron el camión Chevrolet de Enrique Camacho, al que orodenaron que lo condujera. Lo.s detenidos iban en el camión sueltos '1 na·die pensó lo que después sucedería.

También requisaron la camioneta ChevroJet de Manuel Morales aquien la Guardia Civil mandó a por armas y ..municiones. El camión deCamacho iba delante con los detenidos. Detrás marchaba la camionetade Morales con seis u ocho guardias civiles, al-mando del brigada Laca·lIe, destinado en Arcos. . ' .

Al llegar a Almazán, los presos, que insístimos iban sueltos, no baja.ron del camión; uno de ellos, Jesús Entrena Pascual, de 18 años, iba le·yendo una novela tranquilamente, lo que demuestra que, al menos enapariencia, nadie abrigaba demasiados temores; y no se adoptaron por

(2).-EI coche en que salió de Soria Arligas Arpón era un Ford propiedad de Benediclo DeU1'áo;más conocido por "el Sene Beltrán", y conducido pOr éste. Una vez que Artigas y el gobernadorAlvajar fueron dejados cerca de Akolea del Pinar, Sene Bellrán emprendió el viaje de regreso aSoria llevando en su coche al infortunado sargenlo y a su hijo. En el tiroteo con los ferroviarios.en el que los guardias civiles perdieron la vida, llenedicto Beltrán resultó herido de bala en unapierna. Las vicisiludes por las Que éste atravesó escapa al conlenido de esle capítulo.

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parte de los guardias precauciones especiales...Los ¡¡uard~as civiles se apearon del camión, dejando a los presos sin

VigilanCia y dieron la novedad en el cuartel de Almazán; y allí se les diola orden de que los preso~ fueran lIevad~s dirección a Soria y se les fusi­lara antes de llegar a Lub,a. No se sabe s/ esta orden se dio debido a quela ~árcel de Almazán estaba totalmente repleta de presos o comorepre­salla por la muerte del sargento Lafuente e hijo.

~~tes de partir d~ Almazán, algún guardia montó en la cabina delcamlOn de los d~~eOldos y e~ el kilómetro 90, nomenclatura antigua,se detuvo el camlon X la ca~l~neta y se procedió a la ejecución de lospresos. En la c~nfuslon ~el ultimo momento y como -según hemos di­cho- los detenidos no Iban atados, pudieron escapar dos: uno era elcartero de J.ubera, herid~ en un brazo que pudo llegar hasta el Cubo de,la S~la~~, sl~ndo .d~~pues capturado y ejecutado en el monte; el otroconslgulo hUir d~flnltlvamente llegando a la zona republicana.

Los doce fUSilados fueron enterrados en el cementerio de Lubia lle­vados desde el kilómetro 90. La expedición había salido de Arcos ~ lascu~tro ~e la tarde y. <:ra completamente de día cuando se produjeron losfUSilamientos. Un VI~J~ de pocas horas sin regreso para los detenidos.

~~ el. segundo Viaje re~lizado por el señor Camacho con su propiocaml~n, Iban men.os detenrd.o.s, pero esta vez custodiados por guardiasqu<: Iban en la caja del camlon y alguno en la cabina con el conductoro~ligado a ha~er estos ~e~osos viajes. Este viaje se realizó a los pocosdla~ del anterror y lo hicieron. por la ruta Monteagudo-Gómara hastaSorra, ~onde los preso~ fueron Ingre~dos en la cárcel. Al no pasar porAI~azan -ya hemos dicho que la carcel de Almazán era quizás la máspeligrosa de todas-: no hubo fusilamientos en este segundo viaje.

Otros hechos dignos de mención fueron: en los últimos días del mesde (u!io, un co.che ocupado por tres personas, al parecer de la mismafamilia y que Circulaba por la N.I!, quizás procedente de Barcelona fueIl)terceptado por la Guardia Civil. Como llevaban armas en el c¿chefueron fusilados inmediatamente en la estación de Arcos no obstantela. !ntervenci.ón del sacerdote de dicha localidad, don MaJricio, que pi.diO clemenCia,

El veterinario y el alcalde rep~blic~no de A~cos fueron detenidos ytrasladados .a la cárcel de Almazan, Siendo fUSilado el veterinario, donAlberto Aliende y llevado el alcalde a la cárcel de Soria dondeperm~neció hasta después de la guerra. Al secretario del Ayunt~mientoI~ fUSilaron a la entrada de Almazán, con otra persona más de proceden.cla d.escono~ida, El secretari.o no ,!!urió en el acto; quedó malherido yt~~do dos dlas en fallecer, Siendo Imposible socorrerle, porque se impi.diO el acceso al lugar del fusilamiento.

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Cuatro personas más, huidos quizás de la provincia de Guadalajaracuya identidad se desconoce, fueron denunciadas por un telefonista d~Sagides, y al llegar a Arcos, fueron detenidos por la Guardia Civil y fusi- .lados en la misma estación. Después los echaron en el camión de labasura y los pasearon por el pueblo para "ejemplo de los ferroviarios".

Es muy difícil precisar las personas que fueron detenidas en Arcosde Jalón y las que fueron fusiladas. A las dificultades inherentes a lafalta de datos oficiales, y la imposibilidad de acceder a ciertos archivosse une la tremenda confusión de aquellos momentos y el hecho de quelos ferroviarios no todos eran residentes en Arcos, ni todos los que te.nían su domicilio en esta localidad, estuvieron en ella al estallar la su.blevación.

Así tenemos que ferroviarios de Somaén, llegaron al depósito deArcos siendo d;tenidos; así en Jubera, fueron detenidas personas queno resid ían en ella; también de Montuenga hubo personas fusiladas, nose sabe si lo fueron en esta localidad, en Arcos o en otros lugares pró.

•xlmos.Lo que si puede afirmarse es que a las familias de los detenidos, no

se les comunicó su detención, ni su traslado a Almazán o Soria, ni mu'cho menos su fusilamiento. Parece también seguro que los detenidos yfusilados fueron sacados de Arcos de Jalón en un camión propiedad deCamacho conducido a la fuerza por éste y que la camioneta Chevrolet '.;de Moral~s, fue también utilizada para el traslado de presos y otros ser, .c;vicios requeridos por la Guardia Civil. Asimismo, diferentes t,esti'!10nio·~.rcoinciden en aseverar que Morales y Camacho, pa~do algun tlem.~Q;.. :·entregaron pulseras, anillos y otros objetos de !os fUSilados a los famlha~.·;

res de éstos. También parece seguro que el brigada Lacalle mandaba la~!expediciones de detenidos, cuando eran trasladados. Lacalle se hospe;~

daba en el bar Numancia, propiedad de la familia de uno de los fusildos Valentín Fernández, que murió gritando, "Viva la República!Tar:,bién con el mismo viva, murió Alberto de Benito junto al anterioi;

Se dice según creencia muy generalizada que el brigada LacaUtiempo después -al morir- deliraba insistentemente nombrando a li .de los fusilados(3). ~

En fin todo lo sucedido en Arcos de Jalón es imposible de esclarcer, hoy por hoy. Para no aumentar la c?nfusión s~lo nos queda aña,(que varios vecinos de la localidad ademas de los.cltados, y qu.e no er"ferroviarios fueron fusilados y otros permanecieron largo tiempo.:prisión. Te;minada la guerra, en la prisión provincial de Soria contimrban detenidos algunos ferroviarios de Arcos de Jalón. .

(3).- Este fenómeno -con uno u otro malit psíquico- ha sido frecuente entre varias d~':

personas que participaron en fas ejecuciones. ":

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;~' Según los diversos ~egistros Civiles consultados, puede concluirse~; que en o de Arcos d~ J,~lon fueron fusiladas las siguientes personas:;~ a).- D~ la ex~edlclon de 14 deportados de Arcos a Almazan _y de;",' aqul a SOrla- senan:~ 1. Doming? Soriano Díaz (folio 22 del Registro Civil de Arcos Libroª correspo~odlente) .. Natural de Laina (Soria), 38 años, ferroviari~. Deja1; cuatro hilOS. Fusilado ~n .~I térmi~o municipal de Lubia, el día 5 de~: agosto ~e 1.?36. 'pscnpclOn practicada por orden del Juez Instructor~, de Medmaceh, el di a 8 de mayo de 1.940., :. 2. Félix de Benito Rodr!gálvarez (folio 24 del Registro Civil de Arcos).

" Natu~~1 de Arcos de Jalon (Soria), 68 años. De profesión cartero deja' dos hiJOS. '

Fusilado .eno~I térmi~o municipal de Lubia, el día 6 de agosto de1.~36. l~scnpclOn practicada por orden del Juez Instructor de Medína.ceh, el dra 16 de agosto de 1.940.3. Pedro ~onzález Pruneda (foli~ 36 del Registro Civil de Arcos)o Na.t~r~1 de Ca.ldenas (Cuba), de 55 anos. Deja tres hijos, de profesión ferro•Viario. Fusll~do. ~n el termino municipal de Lubia, el día 6 de agosto de1.936.. In~cnpclOn por orden del Juez Instructor de Medinaceli el día14 de JUniO de 1.941. '4. Joaquín Amo H~r~udo (Re~istro Civil de Arcos). Natural de Alagón(la~agoza). F"r~ovl~rlo, 36. ~nos, casado con !uliana Algora Aguilar.Fusll~d~,en el termmo mUnicIpal de Lubia, el dla 6 de agosto de 1.936.l~scnpclOn por orden del Juez Instructor de Medinaceli el día 1 de ju.nlO de 1.940. '

~

: 5. Valentín Fernández García, de 30 años natural de Alcáza d S: Jua,n (Ciudad Real), hijo de Eloy y de Amaiia, domiciliado en Árc~s ~~[Jalon, ~ozo ~e tren~.casado con Angelita de Benito Tarodo, dejando de;oSu m.atnmonl,o un hijO ~Iamado Alberto Fernández de Benito. Falleció¡;en las. cercan las de LubJa (Soria), el día 6 de agosto de 1.936, a conse­'o,cuenc,a de ser pasado por las armas. Fue inscrito por Auto dictado por:'el. sr. Jue~ del par~~do con fecha 10 de diciembre de 1.939, por expe­;dlente de mformaclOn.

,¡¡, (Está inscrito al tomo 31, folio 229 vuelto de defunciones del Re.:gistro Civil de Sigüenza). ":6:. Albert~ de Benito Tarodo, de 30 años, natural de Arcos de Jalón,,~IJO de PIO y de Timotea, domiciliado en Arcos de Jalón, profesión·:act?r de Fo Canales de M.loA., de estado soltero. Falleció en las cero~canlas de Lubia (Soria), el día 6 de agosto de 1,936, a consecuencia de'. ~ pasado p~r las armas. Fue inscrito por escrito del Juez de Instruc-,,!on del partido, por expediente de información, con fecha 20 de di.:clembre de 1.9390

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(Inscrito al tomo 31, folio 230 de defunciones, del Registro Civilde Sigüenza).7. Jesús Entrena Pascual, de 2.2 años, el m~s jo.ven de los fusilados.

b).- Vecinos de Arcos fusilados en el termino de Almazán:1. Alberto Cayetano Aliende y Molina (folio 10 del Registro. Civil deArcos Libro correspondiente). Natural de Uceda (GuadalaJara), 53años ~eterinario. Deja cuatro hijos. Fusilado en el término municipal deAlm~zán el 29 de julio de 1.936, "en virtud de noticias adquiridas".

Inscripción practicada por orden del Juez Instructor de MediAaceli,el 20 de noviembre de 1.939.1. Germán Cabezas Correa (folio 37 del Registro Civil de Arcos, Librocorrespondiente). Natural de Mérida (Badajoz), ferroviario, 35 años.Deja tres hijos. Fusilado en el término municipal de Almazán, el día 26de agosto de 1.936. Inscripción por orden del Juez Instructor de Medi­naceli el día 27 de junio de 1.941. No figura causa alguna de la muerteen el ~cta de defunción.

c).- Vecinos de Arcos ejecu~ados fuera de. la pro~i~cia de Soria: .1. Braulio Barbacil Crespo (foho 30 del RegIstro CIVil de Arcos, ~Ib.rocorrespondiente). Natural de Tudela de Duero (Burgos). Ferrovlano,33 aoos. Fusilado en las "inmediaciones de Aranda de Duero", el día18 de agosto de 1.936. Inscripción por orden del Juez Instructor deMedinaceli, el día 6 de febrero de 1.94t.

No figura en el registro causa alguna de su muerte.

ADRADAS

Fue fusilado don Cipriano Huerta, de profesión ferroviario, con des­tino en la localidad de Adradas. El infortunado Cipriano era unapersona honrada y pacífica, muy estimado en la localidad.

A Adradas llegaron dos guardias civiles buscando a Alejandro Nati­vidad Menéndez, que era guardaagujas, y al sr. Cacho jefe de la estación,sin encontrarlos. La casa de Alejandro Natividad fue registrada. Escreencia general que el sacerdote de la localidad de Adradas, don Ro­mán intercedió en favor de éstos últimos, así como el cura de Medinace­li, que después fue párroco de Almazán. Seguramente a ellos hay queagradecer que los sres. Natividad y Cacho salvaran sus vidas.

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DEZA

La abundante militancia en 'as centrales sindicalesUGT y CNT existente en Deza era en los primerosdías del Movimiento el corolario de una larga tradi­ción republicana, explicable en un pueblo en modoalguno representativo de la Soria agrícola. Esta masasindical protagonizó el único hecho destacable en laprovincia en pro del Gobierno legítimo de la f'iepúbli­ca, que pudo haber tenido -de ser secundado­importancia decisiva en la Soria de la Guerra Civil. Larepresión posterior se entendería, bajo esta hipótesis,como la represalia sangrienta a quienes habían partici­pado activamente en defensa de la República.

Aproximadamente el día 20 de julio de 1.936 y ante el llamamientodel Gobierno de la República, el alcalde de Deza don Félix Ramos Var­gas, alias "el Pollo", al frente de un grupo de 'vecinos se presentó enSoria, para ponerse a las órdenes del Gobernador Civil. No portabanmás armas que escopetas de caza, y no todos ellos. Ya veremos luegocuando examinemos el capítulo referente a Soria y a la actuación de su~autoridades, la indecisión y contradiciones en que incurrieron siendoquizás la más paradójica, que el valeroso alcalde de Deza, qu~ llega aSoria para defender el Gobierno republicano, fuera detenido en elpropio Gobierno Civil y encerrado en un calabozo, mientras el señorAlvajar, primera Autoridad de la provincia, negocia y pacta con el te­niente coronel de la Guardia Civil, don Gregorio Muga. Relataremostambién con detalle lo sucedido, cuando iniciemos el capítulo referidoa Soria. En lo que concierne al pueblo de Deza, hay que anotar que losvecinos que hab ían llegado con su alcalde a Soria, ante el cariz quetomaban los acontecimientos y faltos de directrices sobre la conducta aseguir, decidieron regresar a su pueblo, mientras quedaba detenidoaquél, aunque quizás, ellos no lo sabrían realmente.

Finalmente, merced a la intervención de los integrantes del Comitérepublicano y centrales sindicales, que tuvieron reuniones con Muga ycon el Gobernador Civil, el alcalde de Deza fue puesto en libertad.

Al precipitarse los acontecimientos, este valeroso alcalde pudo eludiruna nueva detención y disfrazado de segador consiguió llegar a la zonarepublicana para seguir luchando por sus ideales. Pasó al terminar laguerra a Francia donde murió hace unos años.

Fue el único de la provincia que tuvo la decisión de presentarse en

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Félix Ramos Vargas, apodado uel Pollo", alcalde de De~a,.quien acudió ~.Soria convarios vecinos más: de su localidad, para defender la Repubhca. (Foto: ramlha Ramos).

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Soria dispuesto a luchar. Si su ejemplo hubiera sido imitado y, sobretodo, si la primera Autoridad de la provincia hubiera tenido la mismaenergía y espíritu que aquél y mayor lucidez, quizás la historia de Soriahubiera caminado por derroteros distintos.

Estas son las personas, vecinos de Deza, que fueron fusilados:1.- Genaro Gracia. No era oriundo de Deza, sino de Torrija de la

Cañada. Era practicante. Los vecinos tenían más fe en él que en el médi­co. Persona muy respetada y querida en el pueblo. Tenía ocho hijos,dos mayores de edad y el resto menores de 10 años. Contaba al morir44 años.

2.- Claudia Yagüe Santos. Tenía un comercio de tejidos y sastreríaa medida. Dejó seis hijos, cuatro de ellos de corta edad. Tenía 44 añoscuando murió.

3.- Benito Alejandre. Agricultor. Dejó siete hijos.4.- Francisco Carramiñana. Agricultor y sin hijos, aunque casado.5.- Teótimo Esteban, de 40 años de edad. Agricultor. Dejó dos hijos

menores de edad.6.- Nicolás Gómez Gómez, de 40 años de edad. Dejó dos hijos me­

nores de edad. Era propietario del café del pueblo, que fue desvalijado.7.- Máximo Latorre, de 50 años. Obrero. Dejó dos hijos.8.- Marcelino Latorre (hermano del anterior). Unos 42 años. Agri­

cultor. Dejó cuatro hijos menores de edad.9.- Evaristo Gómez Puebla, de 40 años. Era guarda del campo a

cuenta del municipio (cuidaba fincas, viñas, etc.) Dejó cinco hijos me­nores de edad, una chica ciega y otra manca.

10.- Jesús Gómez Puebla, hermano del anterior, de 38 años. Agri­cultor. Dejó dos hijos menores de edad.

11.- Juan García, de 44 años. Agricultor. Dejó cuatro hijos.12.- Wenceslao Alcalde Solanas. Agricultor. Era soltero y tenía seis

hermanos.13.- Cecilio Remacha, de 26 años, soltero. Pastor de profesión.

Tenía seis hermanos.14.- Eusebio Lafuente, de 38 años. Era agricultor y tenía cinco hi­

jos menores de edad.15.- Florentino Ortega, de 39 años. Era soltero y vivía con una her­

mana y sobrinos.16.- Claudio Sierra, de 42 años. Agricultor, casado, con cuatro hi­

jos menores de edad.17.- Juan Manuel Alejandre, de 28 años. Agricultor, soltero. Tenía

cuatro hermanos.Francisco Carramiñana, Máximo Latorre, Marcelino Latorre, Evaris­

to Gómez Puebla, Juan García y Wenceslao Alcalde Solanas pertene-

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cían a la CNT. Los restantes, unos a la UGT, otros republicanos o libe·rales simplemente.

El Ayuntamiento presidido por Félix Ramos Vargas, "el Pollo",existente antes del Movimiento, siguió hasta el día 26 de julio de 1.936.Este mismo día, a las 8 de la mañana llegaron algunos guardias y prin­cipalmente numerosos falangistas y empezaron a quemar todo lo quehabía en el sindicato de la CNT y el baile del piso bajo que perteneéía

-a los jóvenes de la localidad y que nada tenía que ver con la política,ni con el sindicato mencionado.

Ante esta invasión y la actitud agresiva y violenta de los llegadosunos 50 jóvenes se fueron a la sierra, lo que evitó que se produjeran de­tenciones.- Una vez que aquéllos abandonaran el pueblo de Deza, fueronavisados por otros vecinos, los que habían huído y lbs 50 regresaron asus domicilios.

A primeros de septiembre detuvieron en Deza a unos 50 hombresque quedaron apiñados en la cárcel de la localidad, situada en los só­tanos del Ayuntamiento y con capacidad de dos celdas. Estuvierondetenidos unos días.

El cura, don Pedro Febrel,_oriundo de Deza y tío de Juan García,que fue fusilado niás tarde, dijo que ib~ a hacer una misa "de perdón"para los cincuenta hombres detenidos. Fueron puestos en libertad ynaturalmente acudieron todos a la misa. En esta situación, los vecinos,aunque siempre temerosos, llegaron a abrigar esperanzas de que nadairreparable sucedería. Tremenda equivocación.

- En el mes de diciembre de 1.936 detuvieron los falangistas a cincovecinos: Benito Alejandre, Teótimo Esteban, Nicolás Gómez Gómez,Wenceslao Alcalde Solanas y Juan Manuel Alejandre. Parece ser queTeótimo Esteban había comprado unos cerdos y en el café de NicolásGómez Gómez lo comentó y fueron a verlos los cinco infelices. Esto seinterpretó como una reunión clandestina. Fueron detenidos y llevadosa Soria y fusilados, según se cree, en el cementerio de Las Casas.

Algunos falangistas de Deza marcharon vol untarios al frente, dondemurieron varios y se fue generando entre sus afines un deseo de ejercerrepresalias sobre los vecinos del pueblo, considerados contrarios alMovimiento. Existía una lista de 50, en la que figuraban especialmenteaquéllos que en el día 26 de julio huyeron a la sierra y que luego mástarde estuvieron detenidos en el Ayuntamiento y puestos en libertadpara asistir a "la misa del perdón".

El día 7 de enero de 1.937 llegaron a Deza, hacia las 11 de la noche,varios falangistas con algunos guardias en un camión, procedentes d~Soria. El alguacil de Deza, Aquilino Martínez, fue de casa en casa aVI­sando a doce vecinos para que de orden del alcalde fueran en el acto al

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-,--" Ayuntamiento a declarar. Confiadamente, porque la ingenuidad suele

abundar y nunca se pierde la esperanza, no obstante lo intempestivo dela hora y lo sospechosa que era la orden para "declarar", las doce perso­nas requeridas comparecieron en el Ayuntamiento quedando inmedia­tamente detenidas y rigurosamente maniatadas. Al parecer, algunos fue­ron apaleados. En las primeras horas del día ocho llegaron a Soria, a lacárcel provincial. En ella estuvieron escasamente dos horas. De cuatroen cuatro, con un paréntesis de quince minutos, fueron llamándoles,llevándoselos al cementerio de Las Casas, donde fueron seguidamentefusilados.

Al ser introducidos en la cárcel de Soria, se encontraron con algunosdetenidos de la comarca.

No hubo para los infortunados "misa de perdón"; no se les ofreciólos auxilios' espirituales ni en Deza ni en Soria (1). La esposa del fusiladoClaudio Yagüe subió a Soria el día 8 de enero, enterándose de que loscrímenes ya se habían consumado.

No se sabe con seguridad en qué parte del cementerio de Las Casasestán enterrados. Un enterrador venido de Zaragoza no supo asegurarlo.Debieron ser enterrados la misma madrugada de su fusilamiento, o Jomás tarde al día siguiente.

En Deza, los falangistas vigilaban las casas de los fusilados, para queno se oyera el llanto de los familiares y no fuera nadie a acompañarlesen su dolor. Vigilaban con camisa azul y armados con fusiles. Entre losvigilantes se recuerda a Bautista Martínez y José GÓmez. El corazón seencoge y la pluma duda, temblorosa, relatando estos verídicos sucesos.Hagamos punto.

(1).- Las personas más representativas y de mayor autoridad efectiva en Oeza, en aquellos mo­mentos eran Pedro Febrel, sacerdote; Justo Febrel, sobrino del cura (ambos residentes en De­za); Nicolás Febrel Alcalde (el rico del pueblo). Ninguno de los tres hizo nada para evitar 18 ma·tanza de sus convecinos, y al decir nada, queremos expresar que, según amplios testimonios, po­dían haber hecho mucho.

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ALMENAR

Fortunato Tejero, de 20 años de edad, jornalero" Victorio Alicante,también de 20 años de edad, trabajador del campo, y Delfín Ibáñez, dela misma edad que los anteriores y de profesión panadero fueron movi·lizados, meses después de iniciarse la guerra civil. Incorporados a susregimientos en Zaragoza, los informes que recibieron las autoridadesmilitares, por parte del Ayuntamiento de Almenar debieron ser muydesfavorables, por lo que fueron detenidos y fusilados. No es posible

, saber qué sentido tendrían aquellos informes, ni se sabrá hasta que seaposible el acceso a los diferentes archivos, pero lo cierto es que todoslos testimonios de cuantas personas conocieron a aquellos jóvenes, coin­ciden en que se trataba de personas decentes y entre otras cosas por suedad, ajenas a la poi ítica.

Otro vecino de Almenar, Sebastián Villoria, agricultor, de edad inde­terminada, pero que según todas las referencias oscilaba entre los 50 ylos 60 años, cuando se encontraba en una finca de su propiedad traba­jando en las faenas de la recolección, fue detenido por varios falangis­tas entre ellos "el Beratonero", que conducía la camioneta. Lo llevaronhasta el pueblo y, desde all í, a la dehesa de Pinilla del Campo, a unos 8ó 10 kilómetros de Almenar, donde fue objeto de malos tratos antes deser fusilado.

Según testimonios, un caminero que presenció la escena, oyó decir alinfortunado Sebastián Villoria: "bueno..., matadme ya..., no me ha­gáis sufrir más".

De acuerdo con la información recogida en el pueblo de Pinilla delCampo, el infeliz no quedó muerto en el acto, sino solamente herido degravedad, no obstante los palos y los tiros recibidos. Recogido por unosvecinos de Pinilla, el infortunado falleció pasadas unas horas de agonía.Fue enterrado en el cementerio de Pinilla.

Dionisio Barranco, vecino de Almenar, cuando estaba haciendo guar­dia en el pueblo (en todos los pueblos existía una guardia cívica, prin­cipalmente la llamada Acción Ciudadana) huyó y después de grandesvicisitudes logró pasar al bando republicano, desconociéndose su final.

El 20 de julio de 1.936, unos cinco vecinos de Almenar se traslada­ron a Soria y como eran afiliados a la UGT llegaron a la Casa delPueblo. Al entrar los requetés, fueron detenidos y conducidos a la cár­cel. Pocos días después, el resto de los afiliados a la UGT de Almenarque serían unos 20, fueron detenidos e ingresados en la cárcel de Sorla.Aproximadamente estos veinte ugetistas permanecieron en la cárcel de

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NOVIERCAS

En No'viercas fueron fusilados dos vecinos: Teodoro Pinilla y Berna·bé Abián.

Teodoro Pinilla era natural de Pozalmuro, pequeño labrador, quetrabajaba además en faenas agrarias y urbanas. Era Presidente de la Casadel Pueblo.

Al estallar el Movimiento, varios vecinos de Noviercas, entre ellos elAlcalde republicano llamado Julio, huyeron al monte. Teodoro Pinillano quiso huir, porque decía "que él no tenía miedo". Unos días'antesde su detención y fusilamiento, frecuentaron el bar de la Casa del Pue­

, blo, una cuadrilla de jóvenes violentos, entre ellos "el Beratonero",;. llamado Vicente, que produjeron algunos altercados, haciéndoles frente:. con serenidad y decisión Teodoro Pinilla..' El día 21 de agosto de 1.936, Teodoro Pinilla había estado segando,. con su familia en fincas de su propiedad, en el campo de "el Espartal": y volvió a casa, marchando seguidamente a la peluquería, donde le afei­: taron. Estando todavía en .ella, propiedad del sr. Saturnino, en la calle'. las Posadas, fueron a buscarle dos guardias civiles, que antes habían es­e': tado en su domicilio. Teodoro salió de la barbería, con intención de ir': a su casa a recoger la chaqueta. Le dijeron los guardias una frase tan re·; petida en tantas ocasiones similares:' "No le va a hacer falta". No llegó, a ser ingresado en la cárcel; le llevaron directamente al cementerio de'\ Las Casas, donde le fusilaron aquel mismo día al anochecer, en compa­; ñía de otro vecino de Noviercas, don Bernabé Abián.

Bernabé ~bián contaba 60 años. Era también un pequeño agricul·',tor. Lo detuvieron en el pueblo y se lo llevaron junto con Teodoro Pi·.' nilla. No eran amigos ambos; sin embargo, la muerte les unió en los úl·.: timos momentos de sus vidas. A ninguno de los dos se les ofreció auxi­': líos espirituales y en el caso de que los pidieran no fueron atendidos... Entre su detención en Noviercas y su muerte en Las Casas, mediaron:muy pocas horas.. El cabo de la Guardia Civil, apellidado Bonilla, mandaba la expedi­:ción de quienes los llevaron en un camión a Soria. El citado cabo ha·"bía estado destinado en Noviercas y después lo estaría en Soria. Se cree·que entre los acompañantes estaba un joven guardia, don Benito Celo-

•·frlO.

El sr. Martín, herrero de Las Casas, estuvo -además de otros veci­,nos- en el enterramiento de Teodoro Pinilla. Antes le quitó un cepillo. de limpiarse las uñas, un dedil de segador y una navaja, objetos que

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Soria entre veinte y veintidós meses, si~ndo ~rasla?a~os después a ElBurgo de Osma y, por último, a la coloma pemte~~lanade Sa~ Leonar·do de Yagüe, donde trabajaron en. la construcClon .del barrio nuevo;. '..En total, estuvieron privados de hb,:rta.d cuatro ano~. Todo po~ el /delito de ser simples afiliados a un Sindicato de trabajadores, debida; '.\.

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mente legalizado como es notono. , . , "Todo lo relatado, si se tiene ~n c,uenta las ,caract:nstlcas de, este pe; :·0 pueblo de Soria donde'Jamas se habla suscitado un problema "0:'q uen '. . d di"') .,

político-social, es bastante indicativo de la magmtu e a represlOn .".y de la crueldad de sus ejecutores.

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guardó para'sí, con el consentimiento de la familia del infortunado.Según testimonios diversos influirían en la detención de Teodoro

Pinilla, entre otros, Jos falangistas llamados "los Casporros": Angel Bo­robia, sacristán; PantaJeón Borobia y Gerardo Borobia. El sacerdote nointervino ni intercedió en su favor.

Asimismo, fueron detenidos varios vecinos que fueron llevados a So- 'ria, a la cárcel. En el Ayuntamiento de Noviercas estuvo encerrada lajoven María de la O Romero. ,

El juez de Noviercas, Florencio Martínez, no dejaba a los familiaresde Teodoro Pinilla terminar de recoger la cosecha de aquel año, 1.936.Había venido a ayudarles en las faenas del campo un cuñado de Teodo_ro Pinilla, llamado Pedro J iménez. El juez insultaba a Pedro J iménezque tenía que pasar necesariamente por la puerta de aquél. El alcaldeFrancisco Aguado, hubo de intervenir, para que el juez dejara de moles:tar a Pedro Jiménez. Al fin, la cosecha fue recogida por las tres hijasdel señor Pinilla: Julia, Catalina y Carmen, ayudadas por su tío, PedroJ iménez.

"El Pájaro", llamado también Pedro Jiménez, de profesión albañil,días antes del fusilamiento de los dos vecinos de Noviercas, registrófusil en mano, la casa de Teodoro Pinilla. "El Pájaro" y "los Casporros"impedían a la familia Pinilla tener abierta la puerta de su casa y ser so­corrida.

JARAY

Un hijo del maestro de Jaray, llamado José, fue fusilado en el para­je "La Dehesa", situado al comenzar los lIa'nos de Jaray y concluir ladehesa de Pinilla del Campo.

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BOROBIA

En Borobia sólo fue fusilado un señor soltero, cuyo nombre no he­mos podido saber, ya que sus únicos familiares, unos .sobrinos residen­tes en Pedrola han fallecido y otros marcharon a FranCia.

l.asTuerzas vivas de la localidad eran, de una parte, el sacerdote, donFlorencio Medrano y, de otra, el grupo de ~ecinos a~ropado en torno alterrateniente de la localidad, Laurentino G0":lez Chirle, n~tural d~ Bur­gos y que no residía habitualmente e~ Borobl.a. Es creencia general queeste señor se opuso a que fueran detemdos va~lOs.aparceros,y obre~os dela cosecha de aquel año, por razones humamtar!as y tamblen de. mdolepráctica. Fuera una u otra la razón, ~ ambas .conlunt~m~nte, I? cle~to esque en Borobia nada ocurrió despues del primero y umco fUSilamiento.Recordemos con gratitud al citado Laurentino GÓmez.

Se recuerda en la población que unos falangistas de lII~eca (Z~ra~o­

u) llegaron a Borobia por la Virgen de agosto. No cometieron mngundesmán ni se atentó contra bienes ni personas.

Desde tiempo atrás funcionaba el casino de la señora Inés, "I!i tíaFuegas", donde convivían pacíficamente obreros, patronos y funCIOna­rios, también durante el verano de 1.936. Cuando las fuerzas de Fra~co

ocuparon Oviedo, que como se sabe estuvo cercada por los r.epublica­nos hubo en Borobia un repique general de campanas y segUldamen~e

una' manifestación del vecindario dando la vuelta al pueblo, con el miS­mo recorrido que las acostumbradas procesiones.

En tiempo de guerra, como no queda~on ~ozos en la localid~d, lasjóvenes para los bailes de fiestas, se las Ingemaron par~ consegUir quellegaran al pueblo mozos de otros lugares, ~elebrando ba"e~ e.n la fuentedel pueblo. Al concluir la guerra estos bailes fuero~ proh.lbldo~: Huboen Borobia, como en muchos otros puntos del palS, var~as ahiJadas ymadrinas de guerra, que mandaron paq~etes de ropa y .alimentos a lossoldados, al mismo tiempo que haclan lerseys e.~ el patio de la escuela,con lanas milicianas la lana llamada roya. Tamblen guantes, pasamonta­ñas, etc. Se recuerd; esta coplilla cantada en el patio de la escuela:

Estos jerseys que hacemosserán para nuestros soldados,que los rojos vestiráncon algún traje robado .

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POZALMURO

Pozalmuro también sufrió la ola represiva que asoló la provincia deSoria. Cualquiera que se dé una vuelta por este pueblecito, difícilmentecomprenderá hoy, cómo pudo ocurrir allí la tragedia que vamos a rela·tar.

Según es popular creencia, un día de la primera quincena del mes deagosto, se presentó en Pozalmuro una pareja de la Guardia Civil, con or­den de detener a Evaristo Forcén, maestro nacional, que ejercía su pro­fesión en un pueblo de Zaragoza, pero que estaba de vacaciones en supueblo natal: Pozal muro.

Numerosos testimonios coinciden, que el hermano de Evaristo For·cén, llamado Dionisio y un grupo de vecinos, trataron de oponerse, almenos de palabra a que aquél fuera detenido. Sea como fuere, la deten­ción no se llevó a efecto, y los guardias abandonaron el pueblo. Al díasiguiente se presentó en Pozalmuro un camión, con unos quince oveinte soldados, que procedieron a la detención del citado maestro, desu hermano y de cuatro vecinos más que, al parecer, se distinguierondefendiendo al primero. Fueron detenidos Feliciano Gil, casado, 35años, albañil; Tomás Hernández, cas,!do, 35 años, albañil; Cipriano Gar­cía, soltero, 30 años, agricultor; Gregorio Calavia, soltero, 33 años, car­pintero, tenía taller en su casa; Evaristo F'orcén, maestro, casado, unos35 años de edad, estaba de vacaciones; y Dionisio Forcén, soltero, agri­cultor, más joven que su hermano.

Los dos ptimeros eran declaradamente izquierdistas. No se recuerdacon exactitud si estaban afiliados a la U.G.T. o a la C.N.T. Los cuatrorestantes no ten ían ninguna significación poi ítica, aunque es posibleque el maestro, Evaristo Forcén, fuera liberal.

Unos fueron detenidos en sus casas y otros en el campo, donde es­taban faenando y, reunidos todos fueron llevados directamente al ce­menterio de Las Casas, donde fueron fusilados. Algunos testimoniosapuntan a que fueron ejecutados en la Venta de Valcorba y enterradosen este lugar. Pero casi con toda seguridad, el lugar de la ejecución yen­terramiento fue el cementerio de Las Casas. Desde luego, no lo fueronen Pozalmuro.

León Ciriano, natural de Pozal muro, como todos los anteriores, fuebuscado para detenerle el mismo fatídico día. Pudo esconderse, y mástarde se presentó en Soria en el Tercio Numantino como voluntario,salvando así su vida.

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Anastasio Vitoria, abogado y alcalde de Agreda hasta el Movimiento Nacional, ~;Fue fusilado la noche del 16 al 17 de agosto de 1.936 en los paredones del cemente. .rio de Soria, Anastasio Y~t.oria ha~ia. sido detenido en Agreda a finales del mes de ;',Julio y conduCido a la prlSlon prOVInCIal. (Foto: familia Vitoria-Soria). .":;,

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AGREDA

En la importante villa de Agreda, al decir de los más viejos del lu·!.gar, la vida transcurría normalmente durante el mes de julio de 1.936,¿Sin apenas industria, la población vivía de la agricultura y el comercio,( No existían entonces y mucho menos en épocas anteriores, conffictivi­<'·dad alguna, ni problemas laborales, Solamente las pequeñas diferencias:por límites de fincas, testamentos y otros problemas parecidos, origi-

" naban, de cuando en cuando, algunas discusiones, negociaciones y en el'( peor de los casos, algún pleito, Vivía en Agreda un prestigioso abogado,'''que había cursado la carrera de Derecho, después de casado, en menos·."de tres años con excelentes calificaciones, don Anastasia Vitoria. Perte-.":.n.ecía Vitoria a una familia acomodada y su hermano Cándido era mé­·~dico. Vivían en la plaza mayor y sus casas se comunicaban ¡nteriormen­.;:. te. Don Anastasia vivía en el primer piso' y en el segundo tenía su';'. biblioteca y su despacho. Como abogado, su fama había trascendido a'; . toda la provincia y, aunque inicialmente su especialidad era el Derecho.,:. Civil, tuvo ocasión de destacarse como gran criminalista, a raíz de algu­.: . nos procesos que alcanzaron resonancia en toda la geografía soriana.f: Era asimismo alcalde de Agreda, cargo que ejercía con habilidad y hon­~. radez. Tenía un gran ascendiente moral sobre todos sus vecinos, y su;. palabra era escuchada con atención y respeto. Hombre reposado, pru­-' dente, generoso, tenía un talante liberal y abierto y puede asegurarse". -y así lo confirman actualmente en Agreda todas las gentes- que era~:': persona muy querida por todos.. . Políticamente pertenecía al partido de Unión Republicana, partido, burgués y moderado. Al llegar el 18 de julio, don Anastasia Vitoria tuvo;.' una única y esencial preocupación: garantizar como alcalde que era, la" tranquilidad y el orden en la villa. Se daba la circunstancia de que en: aquella época la plaza mayor de Agreda estaba repleta de segadores: murcianos, que como en años anteriores eran agosteros de familias agre­: . deñas. Pero estos hombres que siempre hab ían observado buena con­

ducta y trabajado honradamente, eran prácticamente desconocidos ensus actitudes socio-políticas; y al producirse la conmoción del 18 dejulio, don Anastasia, en prevención de que alguien pudiera cometeralgún desmán, estableció un servicio de vigilancia que él mismo presi­día y que estaba formado por alguaciles, el inspector municipal y algunapareja de la Guardia Civil.

Todavía se recuerda en Agreda, cómo don Anastasia, incansable, dedía y de noche, recorría la villa en esta misión de vigilancia al servicio

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de sus convecinos. No hemos encontrado a nadie que discrepe de lo quehemos expuesto.

Sin embargo, al triunfar la sublevación en Soria, el día 23 de julio de1.936, el prestigioso abogado y excelente alcalde, es cesado en sus fun­ciones, sustituyéndole don Pedro Cilla Valenciano, zapatero remendóny de no muy clara conducta en el aspecto moral.

Cesado en sus funciones de alcalde, don Anastasio Vitoria sigue ha­ciendo su vida normal dedicado a su trabajo y estudio; su bufete estálleno de asuntos pendientes de resoluciones judiciales. Pasan los días yllegan a Agreda las primeras noticias referentes a la represión ejercida enSoria sobre republicanos y socialistas, y alguien indica a Vitoria laconveniencia de alejarse momentáneamente de Agreda o de esconderse.Se niega rotundamente a tales proposiciones, que ni siquiera quiere es·cuchar.

Acude a Agreda un comandante del Ejército, amigo de la familia,que ante la posibilidad de que algunas bandas incontroladas puedan mo­lestarle, propone a don Anastasio llevarlo con él a Zaragoza, donde suseguridad estaría garantizada. Se niega Vitoria, afirmando que su sen­tido de la moral, le impide realizar lo que parecería "una fuga", ya queél no ha cometido falta alguna, tiene su conciencia tranquila y conside­ra que siempre ha cumplido honestamente con su deber, como ciudada­no como abogado y como alcalde, Negándose perdió su primeraoportunidad...

Se acentúa la presión represiva en Soria y llegan a Agreda noticiasya más concretas de la misma. Tiene don Anastasio una sirvienta quevivía en el barrio moro y que explica que allí puede refugiarse donAnastasio, hasta que pase la ola represiva. El abogado Vitoria, sigue con·siderando la propuesta como una deserción que su moral no le permitey decide continuar en Agreda, afrontando los acontecimientos, sean losque fueren. Ha perdido su segunda y última oportunidad, y ya sólo leespera la cárcel y la tragedia.

Al día siguiente se presenta en casa de Vitoria el nuevo y flamantealcalde de Agreda, don Pedro Cilla y tras una conversación cuyos térmi·nos nunca se sabrán, abandonan ambos el domicilio de aquél y en uncoche, probablemente un taxi, se encaminan a Soria. Llegan a Soria y'5e dirigen al Gobierno Civil, donde Anastasio Vitoria queda detenido,siendo posteriormente ingresado en la cárcel. La noche del 16 al 17 deagosto, es fusilado en el cementerio de Soria, junto con don Juan An·tonio Gaya, el delegado de Hacienda, sr. Ranz, el jefe de Telégrafos,don Antonio Burxal, el fotógrafo don Angel Blanco y algunas personas

..mas.

Estamos seguros que don Anastasio Vitoria afrontaría el trance su-

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gos de Agreda, días antes del Movi·miento Nacional. (Foto: familia Vilo­da-Soria).

Anastasio Vitoria, segundo por la d..recha, de pie, con un grupo de ami-

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Adolfo La Orden Beamonte. (fOfO de los autores).

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premo con la moral alta, con la misma firmeza que demostró al no que­rer huir ni esconderse. Conductas como ésta son las que dan sentido ala vida y nos hacen enorgullecernos de nuestra condición de hombreslibres.

Pero lo que no sospechó nunca don Anastasio Vitoria es Jo que ocu­rriría después. Su casa fue asaltada por un grupo de falangistas; algunosmuebles destrozados, la radio expoliada, su biblioteca, archivos, expe­dientes, documentos robados ignominiosamente y su esposa, víctimainocente de todo, maltratada de palabra y obra.

Para más inri, sus bienes fueron embargados y en esta situación estu­vieron durante ocho o diez años, hasta que siendo alcalde don EstebanSevillano, les fueron restituídos.

El hijo de Anastasio Vitoria, don Gerardo, es actualmente Juez deDistrito de Agreda y goza, entre sus convecinos, de la misma reputacióny'cariño que su padre.

También fue detenido en Agreda, don Simón Cacho, labrador deunos SO años que fue también fusilado, por Gallur.

Los falangistas recorrieron varias veces los pueblos del contorno y enalguna ocasión, en el centro de Agreda, organizaron fiestas con el pro­ducto de sus rapiñas.

Los sacerdotes de Agreda en aquel entonces don Rufino Oria, párro­co, y don Juan Vera, coadjutor, no intervinieron en favor de los'fusila­dos y se recuerda que el primero, en sus sermones se mostraba agresivo"con lós enemigos de Dios y de España" que no merecían perdón nimisericordia.

Un inspector municipal, Gabino Peñuelas, también se mostraba in­transigente con los republicanos.

CASTILRUIZ

En este pequeño pueblo agrícola, como en tantos otros de la provin­cia de Soria, nunca había existido conflicto alguno, de índole políti­co-social. La cordialidad entre los convecinos, nunca se había visto tur­bada por diferencias de tipo ideológico que si en algún caso existían,siempre se dilucidaban mediante el diálogo sereno y apacible. Tampocoexistían grandes desigualdades económicas entre sus habitantes.Durante el periodo de 1.931-1.936, la tranquilidad fue absoluta y nadieperturbó el orden. Era impensable, antes del 18 de julio, que algún vecino

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sufriera daño en sus haciendas y menos en su persona.El recaudador de contribuciones del Estado era don Vicente La Oro

den; pe~tenecía al único partido existente en Castitruiz, que era UniónR~publrcana, cuyo representante en Soria fue don Benito Artigas Ar.pon. Don Vicente era persona acomodada y poco proclive a cambioso transformaciones socioeconómicas súbitas. Por su posición económi.ca, su cargo, don Vicente La Orden, ideológicamente, considerado en laperspectiva actual, era un hombre de centro; un buen demócrata y me.nos reformista que conservador. No era, desde luego, un reaccionario.

Su hijo Adolfo, que trabajaba con su padre como auxiliar de larecaudación, no pertenecía a ninguna organización política ni sindicaly cabe suponer que sus ideas y actividades estaban en línea con las d~su padre. Podría ser, como es natural, por su edad, algo más inquietopero sin adscripción concreta a partido alguno. '

En los primeros días del Alzamiento llegaron varias veces a Castil.ruiz, falangistas que no se sabe si procedían de la parte de Soria o deLogroño, que obligaban a la gente a cantar el "Cara al so," y saludarcon el brazo en alto. A algún vecino, al parecer vacilante, le exigieronponer "manos arriba". Estas visitas turbaron la tranquilidad det pueblopero sin que sucediera nada irreparable. '

El día 15 de agosto de 1.936 fue detenido Adolfo La OrdenBeamonte, por un grupo de ocho o diez falangistas llegados en uncamión, siendo fusilado la misma noche.madrugada en el cementeriode Las Casas. Con Adolfo fueron ejecutadas varias personas más cuyaprocedencia se desconoce. Adolfo no fue ingresado en ninguna prisióno centro gubernativo antes de ser fusilado.

Adolfo La Orden, en el momento de ser detenido, por lo que le dije.ron sus aprehensores, debi6 darse cuenta de su próximo final y entregóa su hermano Vicente, un valioso reloj que portaba y que éste guardacelosamente como preciosa reliquia. Detenido Adolfo, su hermano Vi­cente recurrió al cura de Castilruiz, don Manuel Lapeña, oriundo deOlvega, en demanda de ayuda. El sacerdote no le hizo caso y se inhibiódel asunto .

. Ya fusilado Adolfo, vinieron otros falangistas a buscar a su padreVicente La Orden sin encontrarle. Por estos días se impusieron dos mul·taso una a don Vicente La Orden, de 5.000 (') pesetas y otra de 3.000a don Emilio Ruiz Casado, ambos vecinos de Castilruiz.

Para pagar esta multa, don Vicente La Orden hubo de vender las fin·cas de su hijo menor, Vicente, que suponían 10 yugadas: algo más de

(1).- En ~'I har Regl\·ro. dd Collado, un vermou( cun una anchoa valía 15 cénlimos, en agostode 1.936.

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tres hectáreas. Las multas' fueron pagadas ante el sr. Rincón -delegadodel Gobierno en Agreda-. Rincón era natural de San Pedro Manrique.Por otra parte, don Vicente La Orden Beamonte, acompañado de Ma·nuel Ruiz Casado, fueron a caballo a San Pedro Manrique y visitaron aRincón, consiguiendo de éste un salvoconducto para que no se moles·tase al padre de aquél.

Después de lo relatado y por el mes de septiembre se presentó enCastilruiz un grupo de falangistas y requetés, a los que acompañaba unestudiante de cura natural de San Felices, Isidoro Sarnago. Don VicenteLa Orden, hijo, se encontraba en el paraje "la Trilla" y el aspirante acura le preguntó: "¿y tu padre?". Respondió Vicente, "por ahí anda".

, El seminarista debió quedar sorprendido por la contestación y comen·tó: "¡qué raro!". Pero ahí quedó la cosa, retirándose de Castilruiz losexcur.sionistas.

Una vez fusilado Adolfo La Orden, su padre quiso decirle una misay el párroco de Castilruiz se negó. Hubo de oficiarla el sacerdote de Val·delagua, don Valentín.

MATALEBRERAS

En esta localidad fue detenida Andrea Tutor y trasladada a Soria,ingresando en la prisión provincial. Fue puesta en libertad poco tiempodespués.

Fueron impuestas multas por responsabilidades políticas a varios ve­cinos, entre los que se recuerdan: Pedro Hernando, Uldorico Sebastiány Félix García, de profesión guarnicionero.

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1. Paraje "Uanos de Chavaler", 2. Portelrubio.

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ALMAZAN

La lucha, teórica en las urnas, entre una burguesíasocialmente definida por terratenientes, comerciantes,y algunos altos funcionarios y una amplia base detrabajadores por cuenta ajena, representativa de lasclases menos acomodadas, quedó patentizada deforma sangrienta en la dura represión que se dio enAlmalán durante la Guerra Civil. Salvo aislados casosde familias que se comportaron humanitariamente, labipolarizaci6n entre derechas e izquierdas produjouna eclosión socja' revanchista con la contienda civil,que se tradujo en la ejecución sistemática de militan.tes de los partidos del Frente Popular, ampliamenterepresentativos en Almazán, durante la Segunda Re-pública.

La Villa de Almazán, a treinta y cuatro kilómetros de Soria, fue es­cenario de muy variados sucesos, casi siempre, con trágicos desenlaces.Su cárcel fue sin duda la más peligrosa de toda la provincia. La mayorparte de los ingresados en ella perdieron sus vidas. Algunos detenidosy que, en principio, iban destinados a la cárcel de Afmazán,.al estar ésta·abarrotada siguieron camino, supuestamente hacia Soria, siendo fusila­dos en las "Matas de Lubia". Otros llegaron a Soria y fueron ingresadosen la cárcel provincial, para ser inmolados días más tarde en los "llanosde Chavaler".

Los detenidos en Soria y que fueron más tarde trasladados a la cár­cel de Almazán, fueron fusilados en su mayor parte. Si, Almazán, fueuna encrucijada trágica, donde coincidieron presos de Baraona, de Ar­cos de Jalón, de Soria y de la misma Villa adnamantina, todos con elmismo final: el sufrimiento, la afrenta y la muerte.

El día 18 de julio de 1.936, al tenerse las primeras noticias de la su­blevación, se reunieron en Almazán unas cuarenta personas, afectas alrégimen republicano para analizar la situación y, en su caso, estudiar lasmedidas que deberían adoptarse, de acuerdo con las autoridades de So­ria, para la mejor defensa de la República y del mantenimiento del or­den. El alcalde de Almazán estuvo en permanente contacto con el capi'tán de la Guardia Civil, quien a su vez consultaba con el teniente coro­nel Muga, jefe de la Guardia Civil de Soria. Los días 20, 21 Y 22, semantuvo la situación estacionaria; los republicanos tuvieron acceso al

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Teodoro del Olmo Martínez, alcalde republicano de Almazán. (Foto: familia Del Olmo).

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cuartel de la Guardia Civil, y se acordó mantener un servicio de vigilan­cia en la población, en las carreteras, en el que participaron conjunta­mente, republicanos y guardias civiles. En estos días los elementos másdestacados de carácter derechista, se mantuvieron en sus domicilios y latranquilidad fue absoluta.

Se mantuvo el servicio de telégrafo con Madrid, contando con lacolaboración de su jefe en Almazán y los funcionarios. Desde losmismos postes de telégrafo, por medio de celadores y con el empleo deauriculares, fue constante la comunicación con Madrid. No sucedió lomismo con el servicio telefónico, que fue boicoteado por elementosafectos a la sublevación.

En estos días, don Teodoro del Olmo, alcalde de Almazán, debió ha­cer varios viajes a Soria para entrevistarse con las autoridades de la ca·pital, uno' de ellos acompañado por el capitán de la guardia civil de AI­mazán y dos militantes republicanos. (Ya veremos al relatar los sucesosocurridos en Soria, la confusión reinante entre las autoridades civiles ymilitares, hasta la entrada de los requetés en la capital). Don Teodoro'del Olmo regresó a la Villa de Almazán, preocupado por la falta de cla­ridad que había observado en Soria, considerando que su deber estabaen colocarse al frente de sus paisanos, para garantizar su seguridad y elorden.

Realizada la entrada de los requetés en Soria, con la marcha de Ar­tigas Arpón y el Gobernador Civil, la Guardia Civil se hizo cargo de lasituación en Almazán, ya no con la colaboración de los republicanos,sino procediendo a la detención de los mismos. Casi al mismo tiempo seempezó a reclutar en Almazán a aspirantes a guardias civiles, que .no lle­varían, de momento, fusiles, sino solamente pistolas.

El día 24 de julio pasó la columna de Mola por Almazán, con unos100 vehículos entre ligeros y pesados. Martínez Azagra (Manuel), des­tacado derechista, tuvo el gesto de avisar a varios izquierdistas para queno durmieran en sus casas. Varios grupos de republicanos y socialistasabandonaron Almazán, trasladándose el grupo más numeroso a Morónde Almazán, y pernoctando en la Sierra de Perdices; el domingo día 26llegaron a Coscurita.donde encontraron un grupo de ferroviarios que lesfacilitaron comida, contándoles que el día anterior (día 25) un camiónde la Guardia Civil, con su capitán al frente (el mismo que había colabo­rado con Teodoro del Olmo en días anteriores), y varios paisanos, en­tre ellos un tal Teodoro Almarza, habían pegado una gran paliza a losferroviarios, entre ellos al jefe de la estación, llamado también Teodoro,ausentándose sin practicar detenciones.

Pero al llegar este camión de guardias y paisanos a Almazán, debie­ron enterarse de que los adnamantinos huidos, estaban en Coscurita, y

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va/vieron para detenerlos. No lo consiguieron porque aquéllos, campo através, habían marchado en dirección a la carretera nacional d~ Alma·zán-Medinaceli. Uno de los huídos decidió regresar a Coscurita y seescondió en un almacén de yeso para dormir. Se trataba de un "Chiqui­tín" que luego sería fusilado con dos hermanos más. Según los testimo­nios recogidos, pudo ser denunciado por un vecino relojero, llamadoFlorentino Santaolalla.

El día 27 de julio cayeron dos o tres bombas en Almazán, lanzadaspor la aviación republicana. Cayeron en lo que hoy son casas de los ca­mineros y murió un vecino de la Villa. Almazán fue evacuado casi porcompleto, marchando los vecinos al campo. E/ día 28, y en virtud de unbando del recién nombrado alcalde (que ya lo había sido durante ladictadura de Primo de Rivera), Carlos de Martiarena, regresó la gente alpueblo.

Inmediatamente empezaron las detenciones masivas. Ya el día 29 dejulio, fueron trasladados a Soria e ingresados en la prisión provincial,unas veintitantas personas. Otros quedaron en Almazán. Días deSpuésempezaron los fusilamientos.

Centremos ahora el relato, en la relación de los vecinos de Almazánque fueron fusilados y las circunstancias que son conocidas. Fueron eje­cutados al menos treinta vecinos naturales de Almazán.

1.- Teodoro del Olmo Martínez, médico; alcalde de Almazán en lasúltimas elecciones municipales de 1.936. Fue fusilado en el kilómetro28 de la carretera del Puente Ullán a la Cuesta de Paredes, término deBarcones, el día 16 de agosto de 1.936. El fusilamiento se produjo jun­to al mismo mojón indicativo del kilómetro y fue enterrado de unaforma muy somera, casi sin tierra encima. Sobre las circunstancias de sumuerte corrieron infinidad de rumores, algunos espeluznantes, que norecogemos por su inconcreción, si bien todos los testimonios coincidenen que fue objeto de un trato inhumano. Pocos meses más tarde, susrestos fueron trasladados al cementerio de Almazán, donde reposan.

2.- David Muñoz, representante de comercio. Teniente alcalde delAyuntamiento de Almazán. Fue detenido júnto con don Teodoro delOlmo y un tercero, cuyas circunstancias se desconocen, y asesinado jun­to con los anteriores, el mismo día 16 de agosto de 1.936.

3.- Fortunato Pérez Noblejas, jefe de Correos desde hacía ochoaños. Fue detenido y más tarde trasladado a la cárcel de El Burgo deOsma, de donde fue excarcelado, junto con quince personas más y fu­silado en Bayubas, el día 1 de septiembre de 1.936. Enterrado definiti­vamente en el cementerio de Soria.

4.- Luis Pérez, jefe de Telégrafos. Asesinado el día 14 de agosto de1.936.

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Apolinar Garijo del Rincón, guarda forestal y fotó~rafo de Almazán. Fusilado el13 de agosto de 1.936, junto con cuatro peTsonas mas en los "Llanos de Chavaler".Fueron exhumados sus restos el 14 de junio de 1.981. (Falo: familia Garijo).

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5.- Máximo García López, practicante. Asesinado en Chavaler y en­terrado en Portelrubio. Reinhumado en Almazán.

6.- Apolinar Garijo del Rincón. Fotógrafo y guarda de montes.Asesinado en Chavaler. Tenía el carnet número 3 del PSOE de Almazán.

7.- Celestino García Sanz. Jefe de la estación de FF .CC. de Alma·zán-Villa. Caído en Chavaler.

8.- Teodoro, no se recuerda el apellido. Apodado de familia "losCualquiera". Jefe de la estación de Coscurita. No tenemos constanciacierta de donde se encuentra enterrado.

9.- Teodoro Antón, alias "el Chirri", asesinado el día 15 de agostode 1.936, en el paraje denominado "Casilla de los camineros" (carreterade Soria). Es creencia general que murió junto con el "Macario" y conEleuterio Ruiz y que los cadáveres de los tres permanecieron cinco díassin enterrar y que las zorras y otras alimañas los despedazaron. Esta

Objetos encontra~os junto a los re~~os de ~polinar Garijo del Rincón, guarda demontes de Alrnazan, en la exhumaclOn practIcada en Portelrubio, el 14 de junio de1.981. (Foto: Emilio Alonso).

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puede ser la, c¡¡usa de su difícil localización, para una posible exhuma·.-clon.

10.- Bienvenido Sanz Jiménez, de 16 años de edad, estudiante enlos Escolapios de Zaragoza; estaba veraneando en Almazán al producirsela sublevación.

11.- Modesto Jodra Tarancón, alias "el Chiquitín". (Fueron fusila·dos tres hermanos, dos de ellos gemelos). Fue fusilado en Chavaler. Ex­humados sus restos, descansan ahora en Almazán.

12.- Patricio ladra Tarancón, alias "el Chiquitín". Fue exhumadoen el paraje "Pasillo del medio", de "Las Matas de Lubia". Enterradodefinitivamente en Almazán.

13.- José Jodra Tara'ncón, alias "el Chiquitín". Fue asesinado en elparaje "las Callejuelas", en la carretera de, Soria, a la salida de Almazán.Estaba enterrado solo. Tres hermanos, jóvenes los tres, asesinados en

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Momento de los trabajos de exhumación llevados a cabo el 14 de junio de 1.981, enPortelrubio (80ria), para extraer los restos de cinco fusilados de Almazán, que lofueron el 13 de agosto de 1.936. (Foto: Emitio Alonso).

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Momento de la exhumación de los restos de cinco personas fusiladas de Almazán,que lo fueron el 13 de agosto de 1.936. Estos trabajos se llevaron a cabo el 9 demayo de 1.981, en los "Llanos de Chavaler ll

• (Foto: Emilio Alonso).

distintos lugares y con diferencia de días, sin haber cometido delito al­guno, sin que se les tomara ninguna declaración, sin que ellos sospecha,ran siquiera, por qué razón, pretexto o capricho se les inmolaba. ( iQuétremenda crueldad, qué aberración tan salvaje, qué, qué... !. Fue comodijo Sánchez Albornoz: la caída del hombre hispánico al estado salvaje).

14.- Eleuterio Ruiz, hermano de Antonio Ruiz, también fusilado.Aquél lo fue junto al "Chirri" y al "Macario" (Teodoro Antón y Maca­rio Ortega respectivamente). El fusilamiento de los tres fue cometido enel paraje "Casilla de los camineros" (carretera de Soria), el día 15 deagosto de 1.936.

15.- Antonio Ruiz, alias "el Salado", hermano de Eleuterio Ruiz.Fusilado en "'as Matas de Lubia",

16.- Luis Soria, de 21 años de edad .17.- Pascual Saldaña Gil, exhumado en Chavaler y enterrado defi,

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'179

nitivamente en Almazán.18.- Saturnino Alonso, esposo de la señora Antonia. Se ignoran los

detalles de su ejecución.19.- Rufino García Soria, caído en Chavaler, enterrado en Portel·

rubio y después de su exhumación sus restos descansan en Almazán.20.- Vicente Herl'lández Castillo, escribiente del Ayuntamiento, fu­

silado en Chavaler y enterrado después de su exhumación en Almazán.21.- Pedro Pastora, dependiente en el comercio "los Jareños". Se

ignora dónde fue ejecutado.22.- Macario Ortega, fusilado el 15 de agosto de 1,936, junto con

':. Teodoro Antón y Eleuterio Ruiz, en la "Casilla de los camineros". Co­mo ya hemos relatado, su cuerpo y el de sus compañeros quedaron cin·cO días sin enterrar.

23.- Abundio Andaluz, abogado y gestor. Diputado provincial. Eranatural de Almazán, pero su residencia la tenía en El Burgo de Osma,donde fue detenido por falangistas en su domicilio y asesinado seguida·mente antes de llegar a Calatañazor. Quedó moribundo y estuvo tresdías sin enterrar.

24.- Esteban Ciria, albañil, picapedrero; fue detenido en su casa porla Guardia Civil y llevado a la cárcel para hacer una declaración, A lasalida de la cárcel de Almazán se cruzó con su hermano que salía del es­tanco. Iba acompañado de un paisano y montó en un coche que le espe·raba en la Puerta de Herreros. Le condujeron hasta la cantera de Villa·sayas, donde lo fusilaron. Se dice que, periódicamente, se le cubría detierra, pues había sido enterrado muy someramente, casi en la super­ficie. La familia va a proceder a la exhumación de su cadáver.

25.- Francisco Cuevas Lacalle, exhumado de Portelrubio y enterra­do en Almazán.

26.- Luis Sacristán GÓmez. Fusilado cerca de Baraona.27.- Jesús Sacristán Gómez, hermano del anterior. Se ignora el lugar

de su fusilamiento.28.- Martín Molinero, fusilado en Chavaler; malherido pudo desa·

sirse de las ligaduras y consiguió llegar a Gallinero, donde su médico ti·tular, don Gregorio Beltrán Jiménez, que afortunadamente vive todavía,le curó y se desvivió por atenderle. Una vez restablecido en el hospital,Martín Molinero fue movilizado y pasó al bando republicano, comba·tiendo hasta el final de la guerra, exiliándose después a Francia, dondeha' muerto hace unos años.

29.- Cándido Salces Olmo, exhumado en Portelrubio. Había sidodetenido en Baraona.

30.- León Hernández Casado, el mayor de tres hermanos, fue fusi·lado, sin que se conozcan las circunstancias ni el lugar.

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E:teban Ciria, albañil de A1mazán. fu.e fusilado en una cantera de VilIasayas, a fi.n es de a~os~. de 1.936. Fue la ultIma de las personas ejecutadas de A1mazán(Foto: familia CIrJa). .

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Celedonio Hernández Casado, hermano del anterior, no fue fusilado,pero murió en su domicilio, al poco tiempo a consecuencia de las pali­zas que recibió durante su detención.

Gaspar Hernández Casado, hermano de los dos anteriores, tampocofue fusilado, pero como el anterior, fue bárbaramente apaleado y murióuno o dos años después.

Manolo Garijo Casal, hijo de don Apolinar Garijo, fusilado en Cha­valer, movido por el miedo, marchó voluntario a Regulares. Como deAlmazán se mandaron informes desfavorables -ya el hecho de ser hijode un fusilado era motivo de sospecha-, fue destinado a un batallón

; . disciplinario en Algeciras. Era un muchacho alto y fuerte como su infor­,.: tunado padre, y cuando regresó a Almazán, licenciado por enfermo, ca·'i)f minaba encogido y renqueante, y murió seguidamente en su casa. Apar­I te de esto, fueron objeto de duras represiones, don Antonio,'a quien le~ sacaron el hueso ilíaco a fuerza de palizas; un señor cuyo nombre no;;C hemos podido constatar, conocido por el padre de "la Pizorra", también

"'. '.:'c fue maltratado inhumanamente. Asimismo, cortaron el pelo al cero a las\,'g mujeres siguientes: "las Gaseosas", cuatro mujeres que están ahora en

3 Buenos Aires; la señora Juana; las tres hijas de "el Chirri" (Teodoro'"c' Antón, fusilado); la señora Gabriela "la del Hipólito"; Dolores, "la

Remula"; la señora Agustina; "la Madriles". A estas mujeres les hacíandar vueltas por la plaza el día que les cortaron el pelo. A las esposas delos fusilados no llegaron a cortarles el pelo.

Como colofón de los sucesos acaecidos en Almazán, al menos de losque se tienen conocimiento y testimonios, hagamos un pequeño resu­men:

Los diez adnamantinos fusilados en Chavaler fueron sacados de AI-. mazán en un camión; hay dudas de si llegaron a ingresar en la cárcel de

_" Soria, o fueron trasladados inmediatamente al lugar de su fusilamiento._~ _' Aunque fueron fusilados todos juntos, fueron enterrados cuatro en Cha­

valer, enfrente del refugio de los camineros; cinco más recibieron se­pultura en Portelrubio; y el décimo pudo llegar malherido a Gallinero.

Los cadáveres de los cinco estaban bien alineados en la fosa y bas­tante conservados. Un hombre del pueblo que intervino en la exhuma­ción, avisó antes de que aparecieran los cadáveres que sobre uno de elloshabía un reloj machacado. El había intervenido en los enterramientospor razones humanitarias y acordó con sus compañeros de tareas rom­per el reloj para que nadie pudiera aprovecharse.

Descubiertos los cadáveres, en el de don Apolinar Garijo, fotógrafoy guarda de montes, se encontraron unas monedas de cinco pesetas deplata, pesetones, pesetas y algunas monedas de cobre. Sus gafas apare­cieron en un estuche de plata y algún galón y emblemas de guarda jura-

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Emeterio Romero, socialista de Almazán, en 1.936. Fue uno de los detenidos en esaVilla y conducidos a"la cárcel de Soria, a la de El Burgo de Osma y a la de Almazán,lugar desde donde sería puesto en libertad terminada la contienda civn. Fue testigode excepción de los acontecimientos ocurridos en la cárcel de El Burgo de Osma.(Falo: familia Romero).

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do. A otro, de profesión practicante se le encontró el termómetro me­tido en su funda. Todo ello está en poder de las hijas del infortunadosocialista don Apolinar Garijo. Fueron fusilados el 13 de agosto de1.936 y practicadas las exhumaciones, fueron enterrados definitivamen­te en Almazán el día 9 de mayo de 1.981, previo funeral en la iglesiade San Pedro, con multitudinaria asistencia y en medio de un silencioabsoluto.

Por familias completas es de destacar el fusilamiento de tres herma·nos: Modesto, Patricio y José Jodra Tarancón. También la muerte dedos hermanos: Eleuterio y Antonio Ruiz. Asimismo otros dos herma­

" nos: Luis y Jesús Sacristán GÓmez.Aunque sólo fue fusilado León Hernández Casado, sus dos herma·

nos, Celecjonio y Gaspar, murieron al poco tiempo, víctimas de los ho·rrendos sufrimientos padecidos.

Uno de los asesinos de don Apolinar Garijo, pudo ser un amigo suyo,y del domicilio de la víctima se llevaron todo el material fotográfico,"la leña y una dinamo para producir electricidad. Cuando capturaron adon Apolinar, uno de sus aprehensores, dijo: "lo que sobra se quitacuanto antes", frase que oyeron las hijas del que luego sería asesinado.

En cuanto a la actitud del clero, hay que destacar que don Gregorio,el párroco de San Miguel, retiró los ornamentos y reliquias, para quefuera habilitado como prisión el templo parroquial. Un sacerdote, donPedro, apodado "el Buscaagujas", porque siempre miraba al suelo,se distinguió, según los testimonios recogidos, por dar malos informes.Falleció casi al final de la guerra, cuando al despedir a una joven "sobri­na" y al descender del vagón quedó enganchado por la sotana, siendoarrastrado por el tren.

Además de los adnamantinos fusilados, la cárcel de Almazán estuvosiempre repleta de presos, entre ellos muchos vecinos de Almazán.Otros fueron llevados a otras cárceles. Se calcula que fueron unos cin­cuenta los vecinos de Almazán que sufrieron prisión.

Entre los vecinos de Almazán que fueron detenidos y que no fueronfusilados se recuerda que, al final de la guerra, permanecía en esta pri­sión Celedonio Hernández, fontanero; los hermanos -Romero Hernán­dez, albañiles; Trifón Escribano, albañil; Saturnino Rojo, esquilador deovejas; Braulio Sacristán, zapatero, .(cuyos dos hermanos, Luis y Jesúshabían sido fusilados); Raimundo Romero, peón de albañil y emplea·do en el matadero municipal; Acisclo Largo Jiménez, maestro de Cas­tilruiz (quien impartió en la cárcel unas aulas de enseñanza para los pre­sos); Ambrosio Ortega, dueño de un bar; Eusebio Ruiz, pescadero.

Cabecillas del Movimiento en Almazán, serían: Celso del Olmo, deprofesión boticario, hermano del que fue alcalde republicano Teodoro

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FUENTELCARRO

Ningún vecino de este pueblo fue fusilado, aunque sus habitantessufrieron sobresaltos y fueron testigos de trágicos sucesos, que les lle­naron de inquietud y temor, durante muchos, muchos meses.

En el paraje conocido como "la fuente del Churrito", sita antes delkilómetro 91, contado hace años por y desde la carretera de Atienza,se encuentran unas piedras redondas que hacen forma de cruz. Bajo es­tas piedras redondas que ahora se encuentran en el km. 191 según lanueva distribución, están enterrados, según el caminero Santa Genove­va: el maestro de Neguillas(l), y dos personas más, cuyas circunstanciaspersonales y procedencia se desconocen. En octubre de 1.981, familia­res del maestro de Neguillas se interesaron por su paradero.

También en el paraje conocido como "el Charcazo", sito entre loskilómetros 90 y 91, según la terminología antigua, que aún sirve de pau­ta para los habitantes viejos de esta comarca, fueron ejecutadas 17 per­sonas de Arcos de Jalón. "El Charcazo" era un lugar al que los cabrerosbajaban con sus animales a beber, debido al carácter pantanoso de lazona.

"Los Coscurros", de oficio resineros y Pedra Garijo, resinero tam­bién, que estaban trabajando en las suertes de pinos de aquel entonces,oyeron los disparos. "Los Coscurros" (Eusebio Hernández, VicenteHernández y Sebastián Hernández) iban junto con Pedro Garijo, todosunidos, porque estaban asustados a 'consecuencia de los fusilamientosque se estaban produciendo en la comarca.

A comienzos de la guerra se presentaron en Fuenteicarro, Arroyo,relojero de Almazán y un tal Bienvenido, oriundo también de Almazán.Buscaban a quince trabajadores del sindicato Resinero, sin que pudie­ran encontrarlos. A consecuencia de ello, el día de Santiago -25 de ju­lio de 1.936- huyeron al monte unos treinta varones, donde permane­cieron algún tiempo en espera de que pasara el chaparrón.

Otros acontecimientos que se recuerdan: A los resineros del sindica­to les quitaron el cupo de leña del año. Cuando se instauró el llamado"Plato Unico", los vecinos considerados de derechas pagaban dos pese­tas al mes, por dicho concepto, y los de izquierdas -unos quince apro­ximadamente- pagaban cuatro pesetas; al llegar la columna de Mola a

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y que habí~ sido ejecutado; Francisco Arroyo, relojero; Moisés Garcíade Leániz sin profesión conocida; Eduardo Martínez, notario; SimónAlmarza, terrateniente; y Carlos Alonso Martiarena, alcalde.

Paraje "Fuente el churrito", sita en el km. 191 de la carretera de Soria a AlmazánSe encuentra a unos quince metros a la izquierda de la calzada, dirección AlmazánBajo los cantos redondeados ---en primer plano- descansan los restos del maestro deNeguillas y dos personas más. (1-'010 de los autores). - ---~

(1).- Debió ser don Domingo A. Hernando Talosa. En el B.O.P. de 28·11·36 aparece comomaestro de Neguillas, suspendido de empleo y sueldo, por resolución del Rector de la Universi­dad de Zaragoza, sr. Calamita, de fecha 25 de noviembre de 1.936. Su muerte debió ser anteriora esta fecha.

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COBERTELADA

Oriundos de este pueblo no se fusiló a nadie, aunque en su términomunicipal fueron asesinados y enterrados diecisiete personas, que se se·pa de una manera fehaciente. Varios de los que participaron en los ente·rramientos viven todavía y recuerdan los acontecimientos con todo lu­jo de detalles. Once vecinos de Berlanga, según los ancianos del lug;tr(aunque para los autores solamente están constatadas nueve personas)fueron fusilados el 24 de agosto de 1.936, tras ser sacados de la cárcelde Almazán, atados con las muñecas y entre sí por los codos.Fueron vistos por jóvenes de Almazán que se encontraban en la plaza.

Fueron fusilados en el km. 115 de la carretera de Cobertelada a Vi­IIasayas, en el paraje denominado "el Praderón", término de Coberte·lada. Están enterrados en un pozo de un metro de profundidad, ya quese cavaba bien 'la tierra, y los colocaron correctamente uno al lado deotro, todos a la larga, sin amontonar unos encima de otros. Los fusila·dores avisaron a los vecinos de Villasayas para que los enterraran, peroal fin, alertados por el alcalde de Cobertelada, don Silvestre Casado,fueron los vecinos de este pueblo quienes realizaron la piadosa tarea.

Al día siguiente de ser asesinados los vecinos de Berlanga, fueron saocados· de la cárcel de Almazán, cinco presos que, según los testimoniosmás solventes fueron: don Eloy Serrano, maestro de Cobertelada, uncatedrático cuyo nombre no se recuerda, dos maestros más y un mendi­go. Fueron fusilados, como si fuera una cacería, uno a uno, según co­rrían hacia arriba del paraje "los Tomillares", a la derecha de la carre·tera de Cobertelada a Villasayas, a unos 20 metros de la cuneta. Comoeste terreno era muy calizo, se les enterró en la "Riba la Mollero", muypróximo a "los Tomillares". El momento de los fusilamientos fue vistopor labradores vecinos de Cobertelada, desde las eras cercanas a la carre­tera. Los crímenes se cometieron al anochecer y a la mañana siguientefueron inhumados por vecinos de Cobertelada.

Otra persona, cuyas circunstancias se desconocen, fue más tarde fu·silada. Su cadáver apareció en el paraje denominado "los Centenales",sito entre el km. 119 y 120 de la carretera de Cobertelada a Almazán,a la izquierda de la misma, y a unos 30 metros de la cuneta. Fueenterrado en el mismo lugar. Uno más de los innumerables misterios,que nunca se podrán esclarecer: un hombre asesinado en solitario, sinmás testigos que el cielo y la tierra y la saña infame de sus victimarios.

La situación correcta de los parajes, al margen de la nomenclatura delos kilómetros qu.e dan los ancianos del lugar, puede verse señalada enlos mapas que se insertan.

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Soria, se reunieron unos treinta hacheros de Tejerizas y Fuente/ct I t · d d 'b I . . arroy. proyec aron a Ira a e ar o es para Impedir el avance de la column

srn llegar a realizarlo. Aquel día durmieron al parecer en el Ayunta,miento de Almazán y algunos disponían de ~scopetas d~ un caño q a­no llegaron a utilizar. ' ue

En el "camino del Candilejo", frente a un chalet construído recien.temente, cerca de la caseta del caminero de Fuentelcarro tenían I

. AII'h b' 'osr~srnero.s un ropero. I a la enterrada una persona que había sido fu-silada, srn que se sepa su nombre y procedencia.

Dentro ~~I t~rr~i~o:, el ca,minero Santa ~enoveva y Juan Ortega en.~erraron.al ChlqUltJn, Jose Jodra Tarancon, de Almazán, en el para.Je conocIdo como "las Callejuelas".

~aseta del carz:¡inero d.e Fuentelcarro?,hoy derrl;lída, como tantas otras de la provin­CIa que han sido testigos de excepclOn de varIOS fusilamientos. Está situada en elkm. 186,500 de la carretera de Alma~án a Soria, próximo al camino vecinal deFuentelcarro. Cercano a este lugar, teman los resineros de la zona un ropero donderecuerdan haber enterrado a una persona que fue ejecutada en ese mismo lugar.(Foto de los autores).

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1. Paraje "los centenales".

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TARDELCUENDE

En Tardelcuende no se fusiló a ningún vecino, gracias a la interven­ción, entre otros, del cura, don Isaac, a quien muchos vecinos recuerdan

.-con carmo.Existió una lista de unos 40 vecinos fundamentalmente resineros y

empleados de la granja "La Concepción", de Matamala de Almazán,para ser detenidos. Es creencia general que fue la intervención personal.del conde de la Puebla de Valverde y de un guarda de la misma;JoaquínLozano, la que impidió que se practicaran las proyectadas detenciones.

La citada lista, según testimonios, había sido elaborada por los mássignificados vecinos pro-Movimiento, entre los que estaban Daniel LasHeras, comerciante y teniente de alcalde; Doroteo García, alias "elJaque", y algunos más.

Fueron, no obstante, detenidos, Aquilino Ortega, jefe de la estaciónde ferrocarril y sus hijos Luis Qrtega y Jaime Ortega.

Una tarde de agosto de 1.936 llegaron al pueblo un grupo de genteuniformada, entre los que podría haber soldados y falangistas. Luis yJaime Ortega estaban jugando a la pelota en el frontón, siendo deteni­dos. Los coches llegaron a la estación de la Renfe, donde detuvieron aAqui!ino Ortega, y empujándole con las culatas de los fusiles, lo intro­dujeron de cabeza al interior de uno de los vehículos. Seguidamenteavisaron con un bando a todo el pueblo para que acudiera a la plaza.Allí hicieron cantar al vecindario el "Cara al sol" y desde allí se llevarona los tres detenidos. Los herma.nos Ortega, Luis y Jaime, estuvieron de­tenidos en la cárcel de El Burgo de Osma, ocupando las celdas 14 y 22.No se ha podido averiguar el destino final del padre de ambos, Aquili­no Ortega, jefe de la estación .

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Núcleo de econorn ía preferentemente agraria, deíndole rudimentaria y de pequeños propietarios,Berla09a mantenía en la Guerra Civil el carácter decabeza de comarca debido a su importante mercado.La represión, consiguientemente, irradi6 también a laspoblaciones del contorno, aunque fuera Berlanga la'localidad más castigada. Sufrieron la persecución y'el martirio, las gentes más sencillas y económiCamen­te menos dotadas V las acciones represivas se genera·ron por los falangistas de la misma población, cuyomando único radicó en el Ayuntamiento. El hecho-aplicable también a otros puntos de la geografíasoriana- de estar las fuerzas de la Guardia Civil alservicio de la Falange y a las órdenes emanadas de susMandos, está plenamente constatado en Berlanga deDuero.

BERlANGA DE DUERO

Si exceptuamos Soria capital y Almazán, Berlanga de Duero presentala lista más numerosa de fusilados en la Guerra Civil, entre las poblacio­nes de la provincia. Hemos considerado, eso sí, a Hortezuela como arra­balo barrio de Berlanga de Duero, ya que los vecinos así se autodefi­nen.

la lista de fusilados es la siguiente:1. Aurelio Gutiérrez Chacobo, de 35 años. Era el alcalde de la pobla­

ción. Tenía un comercio de tejidos, ferretería y demás géneros, tal ycomo se montaban en aquella época en casi todos los núcleos rurales.Dejó dos hijas pequeñas. Era primo del conocido republicano Pío Al·fonso.

2. Vicente Molina lópez, 'de 30 años. Era jornalero y cuñado deAurelio Gutiérrez. Su padre estaba de caminero en una caseta del mon­te Oca.

3. Marcelino Antón, dedicado al comercio en general. Parece que te­nía algunas dificultades de índole legal para quedarse con la propiedadde la tienda que era explotada familiarmente, y decidió buscarse su des­tino ingresando en carabineros, para lo cual pidió ayuda a Hilario Ayu­so. la hipótesis más verosímil apunta al hecho de que Marcelino Antónno ingresaría en Carabineros, porque su padre, Román Antón, era unconocido artiguista (partidario del diputado Artigas Arpón). Anecdóti­camente, recuerdan los más ancianos de Berlanga que Marcelino Antón,

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Marcelino Antón, de Berlanga de Duero, fusilado junto con otros siete compañerosmás en la "caseta del tío Romero", el9 de septiembre de 1.936. (Folo: archivo par­ticuhu de AJlastasio Izquierdo).

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1. Paraje uCarraarenillas".

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tenía una novia guapísima que después contraería matrimonio con unoficial de Correos.

4. Hilario Vesperinas, suegro de Marcelino Antón. Había sido depen­diente del comercio de Aurelio Gutiérrez y en agosto del 36 era agente.comercial, dedicado a la venta de productos en general para el comer­cio. Tenía 39 años. Fue trasladado -al igual que Aurelio Gutiérrez yMateo Alonso- a la cárcel de Almazán, desde donde se le envió de nue­vo a su domicilio de Berlanga de Duero, según se cree por la decisivaintervención del capitán de la Guardia Civil, sr. Valdenebro, que era fa­miliar suyo, destinado por aquellos tiempos en Almazán. Ya en sudomicilio, le hicieron guardia constante en su puerta, sacándol.o defini­

.. tivamente el 4 de septiembre de 1.936, fecha en la que sería fusilado.5. Mateo' Alonso lodra, de 57 años. En el verano ,de 1.936 era el

abastecedor del Casino de la Peña Berlanguesa, casino muy acreditadoen la comarca. Anteriormente había regentado el bar "Plus Ultra", tam­bién en su localidad. Según recuerdan los más viejos del lugar, habíacomentado Mateo Alonso en alguna ocasión, su pertenencia al PartidoRadical Socialista.

6. Felipe Núñez, el más joven de dos hermanos fusilados. Labradorde sus pequeñas propiedades, hacía también los trabajos propios de unjornalero.

7. Simón Núñez, hermano del anterior, y mayor que Felipe.También era jornalero, sin que -como a su hermano- se le conociesenafinidades poi íticas definidas.

8. Francisco Moreno Las Heras, de 35 años. Dejó cuatro hijos decorta edad. Al igual que los anteriores, era labrador de sus escasas tierras.

9. Estanislao Badorrey Gamarra, de 30 años, también labrador. Se­gún se desprende de diversos testimonios, a Estanislao Badorrey le qui­sieron utilizar, dentro de la cárcel de Berlanga, como confidente de suscompañeros. A pesar de corresponderle esta desagradable misión (queen cada prisión era encomendada a uno o varios red usos) sería fusila­do, como sus compañeros, el 23 de agosto de 1.936.

10. Roque Abad Rello, jornalero -como los anteriores- se dedicabaaquel agosto de 1.936 a la siega por diversos pueblos de la comarca,según las ofertas de trabajo existentes. Dejó tres hijos.

11. Constantino Miguel Molina, de 35 años, dejó dos hijas. De profe­sión labrador, como los anteriores.

12. Mariano González Carracedo, de 35 años. Era natural de Horte­zuela, pero residía en San Esteban de Gormaz, desde donde fue sacadopara su fusilamiento, ocurrido entre Barcones y Paredes de Atienza..

13. Quirico Esteban, labrador de oficio. F.ue detenido y condu~l.dohasta el lugar de la ejecución, con otros veCinOS de Berlanga. QU!r1COEsteban iba atado con Marcelino Antón. Al llegar al lugar de la elecu-

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ción -"caseta del tío Romero"- logró desasirse de las ligaduras, esca­pando al fusilamiento. Anduvo errante por los contornos de Berlangade Duero durante tres días, hasta que fue visto en las proximidades deCasillas. Aquí, en el barranco existente a la derecha de la carretera queconduce a la ermita de San Baudelio, sería fusilado el 12 de septiembrede 1.936, siendo éste el último vecino inmolado.

14. Juan Ortego, labrador.15. Alberto Rodrigo, sastre de oficio. Dejó viuda y dos hijos. Era

una de las personas que, por su bondad, se las recuerda con sumo afec­to todavía entre el vecindario de Berlanga.

16. Antonio Manzanares, ferroviario de profesión, destinado comofactor especialista en la estación de l3erlanga. '

17. Manolo Manzanares, hermano del anterior. Ferroviario, igual quesu hermano. Ambos, hijos de "el tío Manzanares", guardaagujas delpaso a nivel que hay junto al puente de hierro, el primero saliendo de laestación, dirección Valladolid.

18. Julián Moreno Ruiz, apodado "el Mundo". Residía en Hortezue­la y se cree -según criterio de familiares y vecinos tanto de Hortezuelacomo de Berlanga- que su fusilamiento se debió a no permitir que JoséMaría Tomás, alias "el Pepote", conocido falangista de Berlanga, baila­ra con su novia el día 24 de junio de 1.936, en plenas fiestas de Horte­zuela. La novia de Julián Moreno, Isabel Calvo, era una guapa mozacodiciada por varios pretendientes.

19. Tomás Hernández, de 25 años, Casado, de profesión resinero yresidente en Hortezuela, Conocido como el hijo de "la tía Celedonia".

20. Primitivo Lafuente, natural de Morates y casado en Hortezuela,donde resid ía. Dejó tres hijos. Es recordada con suma precisión, por tes­tigos de aquellos días, que Primitivo Lafuente al ver llegar a Hortezuelaun camión de requetés, les saludó "puño en alto", creyendo que elcolor rojo de sus boinas se debía al emblema de fuerzas de la Repúbli­ca. Aunque fue apuntalado con fusiles en aquel momento, tardaría,como sus compañeros, breves días en ser ejecutado.

21. Isidoro Heras, fusilado en Cobertelada, tras haber permanecidoen la cárcel de Almazán.

22. Basilio Moreno, natural de Lodares del Monte. Trabajador porcuenta propia. Dejó una hija.

23, Juan Molinos, de 30 años; soltero y labrador de profesión.24. Bernardino Oliva, natural de Fuentetovar (antes Fuentelpuerco),

era sastre en Caltojar, aunque residía -con su familia- en Berlanga. Secree que antes de su muerte dialogó breves instantes con un muchachode Velamazán, llamado Miguel Moreno, a quien le indicó comunicase asu familia que "se lo llevaban".

25. Gregorio Valdenebro, apodado "el Bolito", Junto con Alberto---.-. -'

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Rodrigo, de Berlanga y Silverio Lumbreras y Adolfo Morales dé Soria,formó el grupo que primero sería fusilado en "Carraarenillas", junto aLa Riba de Escalote.

26. Demetrio Moreno, fusilado en la "caseta del tío Romero".27. Fernando Miguel, ejecutado en el mismo paraje que el anterior.28. Florencio, alpargatero de profesión, natural de Casillas, fusilado

igualmente en la "caseta del tío Romero".29. Angel Valdenebro, también fusilado en el mismo paraje que los

•tres anteriores .De los VEINTINUEVE anteriormente citados, cinco de ellos, resi­

.dían habitualmente en el barrio de Hortezuela, o eran naturales del mis­mo: Mariano González Carracedo (éste sería apresado en San Este­ban); Julián Moreno Ruiz, cuñado del anterior; Tomás Hernández;Primitivo Lafuente y Juan Molinos. De estos cinco fusilados, la mayortragedia correspondió a Nieves Moreno Ruiz que perdía a su esposo Ma·riano y a su hermano Julián.

Los primeros fusilados, que fueron extraídos de la cárcel de Berlangaa primeros de agosto de 1.936, lo fueron en el paraje "Carraarenillas"del término municipal de La Riba de Escalote. En este lugar serían eje­cutados Alberto Rodrigo y Gregorio Valdenebro, conocido éste últimopor "el Bolito". El sastre Alberto Rodrigo, conocido por "el Trifón",le dijo a Teodoro Palacín antes de morir: "dales un beso a mis hijos".Teodoro Palacín era el conductor de la camioneta que condujo a lospresos desde la cárcel de Berlanga a La Riba de Escalote.

Tras este primer fusilamiento, vendría el más sangriento de todos.Desde el día 16 de agosto, permanecían encerrados en la cárcel de Ber·langa, además de otros presos, trece vecinos de Berlanga. Estas trecepersonas serían sacadas de la cárcel hacia las ocho y media de la noche.Era el día 23 de agosto de 1.936. El pueblo quedó cercado y las casasquedaron cerradas. Se obligó a que todo el mundo permaneciera en sushogares. A nadie se le permitió acercarse a la cárcel. En el zaguán quedaba acceso a la prisión fueron atadas estas trece víctimas. PrimitivoMagín, entre otros más, participó en esta tarea. Ya de noche, en una ca·mioneta cuya caja iba repleta se dirigen hacia la cárcel de Almazán. In­gresan los 13 detenidos. Cuatro de ellos, son sacados inmediatamente yconducidos -de nuevo- en la misma dirección hacia Berlanga. Pero es·ta vez, ya no llegarán a sus casas. Se detendrían 17 kms. antes de sushogares. En el paraje "el Vergazal" (término de Velamazán), junto alDuero, a las dos de la madrugada de aquél 24 de agosto, fueron ejecu.tados Francisco Moreno Las Heras, Estanislao Badorrey Gamarra, Ro·que Abad Rello y Constantino Miguel Molina. Sixto "el Herrero" enfo·caba a las víctimas mientras se producía el fusilamiento. Vecinos de Ve·

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lamazán serían los encargados de darles tierra. Los restos de estas cuatrovíctimas quisieron ser exhumados el pasado 22 de marzo de 1.980, sinque pudieran ser rescatados de la tierra, debido a los aluviones del ríoy a las explanaciones realizadas en aquella zona. Constituyen el únicocaso en la provincia de restos que -intentándolo- quedan por rescatar.A la madrugada siguiente, la del 24-25 de agosto, saldrían de la prisiónde Almazán los otros nueve detenidos: Vicente Molina López, AntpnioManzanares, Manolo Manzanares, Julián Moreno Ruiz, Tomás Hernán­dez, Primitivo Lafuente, Isidoro Heras, Basilio Moreno y Juan Moli­nos. Estas nueve personas fueron ejecutadas en el término de Coberte­lada. (1)

El día 4 de septiembre de 1.936, Aurelio Gutiérrez Chacobo, HilarioVesperinas Romero y Mateo Alonso Jodra, son fusilados en el paraje"la Choza", cerca del "puente Ullán", Los cadáveres de estas tres perso­nas serían los únicos trasladados al cementerio de Berlanga de Duero,tras varios días de haber permanecido sin enterrar. Los vecinos del lu­gar recuerdan que fueron carcomidos por las alimañas del monte, an- .tes de que se decidiera traerlos a Berlanga.

Resulta chocante la actitud de la Iglesia, en plena guerra, en algunoslugares de la provincia, Pero es más sorprendente aún la habilidad conque ciertos presbíteros le dan la vuelta a los acontecimientos dando aentender blanco, lo que -realmente- es negro y diciendo que es negrolo que -objetivamente- es blanco, o no pasa de gris perla. No compren­demos aún cómo en un Registro parroquial de Certificados de defuncio­nes se puede decir de unos fusilados que fallecen "a consecuencia de laactual lucha Nacional contra el marxismo"(2), cuando ellos ni tuvieron

(l).- véase Cobertelada.(2).- Mateo Alonso ladra, de 57 artos. tiene la inscripción número 21-)2 en el Libro registrocorrespondiente, en eJ que se lee: "Natural de Almazán y residente en esta ViJJa. hijo de Juan yde IgRacia y esposo de Magdalena Crespo Gateaa, en el cementerio de esta parroquia de SantaMaría del Mercado, falleció el día 4 de septiembre último, año de J 936. a consecuencia de laactual lucha Nacional contra el marxismo y confesó antes de morir. El sepelio fue presenciadopor el Coadjutor de esta parroquia. don Pedro Cimelos Gutiérrez, con los testigos Inocente Ro­dríguez, sepulturero y don Pablo Alfonso". "y para que conste, finno la presente fecha uf su­pra".Hilario Vesperinas Romero tiene la inscripción núm. 22/3, "hijo de Benito y de María, y espo­so de Elisa Maure Pérez, natural de Aguilera, perteneciente al distrito de Bayubas de Abajo yresidente en esta ViIla"_ (La causa del fusilamiento es idéntica a la del anterior). (Estos dos fa­llecimientos se encuentran en el folio 6, vuelto, del tomo 21, del archivo parroquial de Berlan­ga, y en ellos -los únicos de todo el lomo- se encuentra la fecha de) fallecimien10 corregidacon tinta de plumilla: hay un 6 superpuesto a un 7).AureJio Gutiérrez Chacobo, inscripción núm. 23·14, "hijo de Domingo y de Flora. esposo deMaría Molina López, na1ural y vecino de esta Villa, que falleció a consecuencia de la lucha Na·cional contra el marxismo, el 4 de septiembre del año úl1imo pasado". (Aunque la fecha de fa­llecimiento fue el 4 de sepliembre de 1936, las certificaciones de sepelio eSlán hechas -como seha dicho- en el lomo 21, que corresponde al año 1937).

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Antonio y Manolo Manzanares, al pie de la máquina, fusilados la noche del 24 al 25~e agosto de. 1.936.' en el paraje uel Praderón", de Cobertelada. (Foto: archivo par­ticular AnastaSlo IzqUierdo).

S~mona Ru!z, madre ~e AdolCo Morales, a la puerta de la pastelería "la Azucena",Slmona RUlz no saldrta de ~asa desde el fusilamiento de su hijo Adolfo hasta el díade su muerte. (Foto: archivo de A. Izquierdo).

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armas, ni participaron en lucha alguna -lucha que no sería nacional,sino local- ni lo hicieron contra el marxismo, ni fueron actores o suje·ros activos de ella, sino sujetos pacientes de la misma,

Cinco días más tarde, el 9 de septiembre, una nueva expedición dedetenidos salía de Berlanga. Esta vez, los presos serían conducidos a la"caseta del tío Romero", donde serían finalmente ejecutados, AII ílo fueron: Marcelino Antón, Felipe Núñez, Simón Núñez, Juan Ortego,Demetrio Moreno, Fernando Miguel, Florencio "el Alpargatero" yAngel Valdenebro. Marcelino Antón iba atado con Quirico Esteban,quien se desasió y consiguió huir. Marcelino Antón sería ejecutado ais·

-lado y enterrado también solo. En el paraje de referencia, su cuerpo-inhumado muy somero- ha producido un ligero levantam iento en lahierba del pinar que se reconoce perfectamente.

transcurridos tres días, el 12 de septiembre, se avisó a Berlanga dela existencia de Quirico Esteban en los montes de Casillas. En la barran­quera de San Baudelio, enfrente de lo que está ocupado por la ermitamozárabe, sería ejecutado sólo Quirico. El lugar donde reposan sus res­tos ha sido respetado en las faenas de labranza.

Mariano González Carracedo fue evacuado desde San Esteban deGormaz (3). Primeramente lo sería por la Guardia Civil y conducido a lacárcel de El Burgo de Osma, desde donde fue reexpedido a San Este·ban, Días más tarde lo sería' por falangistas quienes lo buscaron en supropia casa. Esta salida sería la de su definitivo no retorno.

En Ciadueña sería inmolado Bernardino Oliva con otras personas deRebollo de Duero. Esto ocurría la mañana del día 25 de agosto de1.936.

Cronológicamente, las fechas de fusilam iento de los 29 ejecutados deBerlanga de Duero (y sus arrabales) serían éstas: 1. A principios del mesde agosto dos personas son ejecutadas en La Riba de Escalote; 2. La no­che del 23 al 24 de agosto de 1.936 cuatro personas son fusiladas enVelamazán; 3, La mañana del 25 de agosto, una persona es ejecutadaen Ciadueña; 4, La noche del 25 de agosto nueve personas son fusila·das en Cobertelada; 5. El 4 de septiembre tres personas serían fusila·das en el "puente Ullán"; 6. El día 9 de septiembre ocho personas sonejecutadas en la "caseta del tío Romero"; y 7. La tarde del 12 de sep­tiembre de 1,936 una persona es fusilada en Casillas de Berlanga. (Noreseñamos el fusilado en Barcones, la mañana del 14 de agosto de 1.936debido a que ya figura su muerte entre los de San Esteban de Gormaz).

(3).- véase San Esteban de Gormaz.

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Además de las víctimas ya señaladas, es creencia común en Berlangaque junto a los ocho ejecutados en "la Caseta del tío Romero" se fusi­ló a un testigo que por all í pasaba en aquellos momentos, cuyo nombrey circunstancias personales son desconocidas.

La acción represiva en Berlanga de Duero tuvo sus protagonistas enlos falangistas de la propia localidad. Se sabe que la Guardia Civil actuósiempre por imperativo de aquéllos, teniendo en algunos casos unaacción mitigadora sobre determinadas situaciones de denuncias y sobrepersonas denunciadas o sobre familiares de las víctimas. A un sargentode la Guardia Civil se le recuerda en Berlanga con sumo respeto, dadoque sus actos estuvieron siempre dentro de la profesionalidad más orto­doxa.

No sucedió lo mismo con el núcleo de falangistas que tuvo su mandounificado en la persona de don Mariano Tomás, secretario del Ayunta­miento. Desde este centro de poder irradió toda la actividad represivaen Berlanga y comarca. Mariano Tomás, pariente del Gobernador CivilRamón Enrique Casado, se tomaría la justicia por su mano y sería elprincipal ogro de la sublevación en Berlanga. Algunos miembros de lacorporación republicana serían también víctimas. Mariano Tomás es­taba también emparentado con el párroco de Baraona, Domingo Loza­no, quien no impidió en modo alguno las ejecuciones de su feligresía.Mariano Tomás tenía un hijo llamado José María Tomás, apodado "elPepote". Se sabe que José María Tomás, cuando menos, mandaba· lasexpediciones de La Riba de Escalote, Rebollo de Duero-Ciadueña y Ca­sillas, donde fueron fusiladas respectivamente cuatro, cinco y una per­sona.

La cárcel de Berlanga, cuyo edificio está ocupado hoy por teléfo­nos, era la más siniestra de la provincia. En ocasiones, no fue suficientepara dar total cabida a todos los recluídos. Era en su interior de unasingular lobreguez. Un solo ventanuco iluminaba el recinto en el quealgunas alpacas de paja, no abundantemente esparcidas por el suelO, ser­vían de lecho a los presos. Lo más impresionante era, sin embargo, el"cuarto de la viga", que todavía recuerdan escalofriantemente quienespor allí pasaron. Era el cuarto una mazmorra en donde un largo yugo demadera permitía sujetar -al cerrarse- a los presos por las muñecas. Enesta posición, con los brazos siempre extendidos, sufrían los detenidostoda s.uerte de vejaciones.

Los grupos de requetés llegaron a Berlanga el mismo 25 de julio. Pri­mero descendieron de los camiones en Hortezuela, para llegar hasta Ber­langa. Aquí, entre otras anécdotas se recuerda su entrada en el baile"la Carioca", donde expoliaron y quemaron todo aquello que olía a re­publicano y que no había sido previamente ocultado por los directivosdel centro.

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Gregorio Miguel Moreno, de Rebollo de Duero, fusilado el 25 de agosto de 1.936en "el Soto" de Ciadueña. (Foto: familia Miguel).

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Tras la llegada de los requetés se implantó en Berlanga -de idénticaforma a otros lugares de la provincia- la delegación del Gobierno. Estepuesto de Delegado del Gobierno recayó en Hermenegildo Peña, conoci·do falangista de la localidad. Entre las actuaciones de este Delegado seinscriben en su haber la negativa de concesión de varios salvoconductosa personas de tendencia republicana. Estos salvoconductos serían des·pués, afortunadamente, expedidos -sin traba alguna- por el sargentode la Guardia Civil, de feliz memoria. Estos documentos -necesáriospara cualquier desplazamiento desde Berlanga- consistían en un sen·cilio "Autorizo a 'fulano de tal' para que se traslade a 'tal sitio' para in·corporarse a las milicias, para visitar a sus familiares, etc.".

REBOLLO DE DUERO

Hacia las diez de la mañana del día 25 de agosto de 1.936 -tan sóloun día más tarde de que se produjeran las ejecuciones en el paraje "elVergazal", de Velamazán, donde fue'ron fusilados 4 vecinos de Ber·langa- llegaba a la Venta-de Rebollo de Duero, una camioneta proce·dente de Berlanga en la que viajaban -entre otros- el conocido JoséMaría Tomás y un sacerdote apellidado González. En la caja del veh í·culo iban atadas tres personas, una de ellas Bernardino Oliva y dos máscuya identificación no sabemos. Se detuvo el vehículo en la misma Ven·ta que está junto a la carretera y allí aprehendieron a Gregorio MiguelMoreno. Desde este lugar se dirigieron al pueblo, donde capturaron aSantiago Miguel Moreno, hermano del anterior. En Rebollo, distante unkilómetro de la Venta, repescaron también a quienes serían minutosmás tarde los cinco enterradores de sus propios convecinos: FernandoMuñoz, Yusta, Hermenegildo Moreno, Bonifacio Casado, Bonifacio deMiguel y Félix Muñoz Mingueza. Todos juntos, detenidos yenterrado·res, llegaron en un mismo vehículo al Soto de Ciadueña, a escasa dis·tancia de Rebollo. Allí fueron fusilados Bernardino Oliva, dos personasdesconocidas, y los hermanos Gregorio y Santiago Miguel Moreno quemurieron abrazados.

Las ejecuciones se produjeron al día siguiente de haber cometido enla Venta una rapiña cuyo botín habría sido nada menos que la capturade 50 aves de corral entre pollos y gallinas.

Todavía antes, la represión ya se había dejado sentir en Rebollo deDuero, pues tanto Gregorio Miguel Moreno como otros dos vecinos, Ci·

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r~lo Sobrino Tarancón y Luis Antón habían tenido que desplazarse va­nas veces hasta Berlanga para declarar ante los falangistas. Cirilo Sqbri­no y Luis Antón no llegarían a ser inmolados. Cirilo Sobrino comentabaen el pueblo que a él le había salvado "el Barca".

C?t~o v~~ino de Rebollo, Isidro Heras Cabeza estaba cumpliendo elservicIo ~I"tar en Zaragoz~, concretamente en la guarnición de Torrero.Hasta al" llegaron malos Informes del pueblo y el infortunado Isidrosería fusilado en septiembre de 1.937.

Un hermano de Isidro, Domingo Heras Cabeza, estuvo detenido en lacárcel de Berlanga de Duero.

D~ Velamazán no sufrió martirio ningún vecino, aunque sí se sabefue ejecutado un segador (bien podría ser de los inmigrantes agosterosque acudían a la provincia, bien huído dI'! la zona republicana) que se­gún los testimonios, lo sería en compañía de Teodoro del Olmo y D~vidMuñoz, el 16 de agosto de 1.936, en el km. 27 de la carretera local delPuente Ullán a la Cuesta de Paredes, término de Barcones.

Ancianos de La Riba de Escalote recuerdan los momentos en que tuvieron que acu.dir al paraje "Carraarenillas" para enterrar los cadáveres de cuatro fusllados (Sil·verio Lumbreras, Adolfo Morales y dos más). (Folo de los autores).

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LA RIBA DE ESCALOTE

Distante 19 kms. de Berlanga de Duero, La Ribade Escalote cumple con respecto a la cárcel de Berlan­9a la misma función que las "Matas de Lubia" conrelación a Soria. Como otras localidades salpicadaspor el sur de la provincia, La Riba de Escalote es pra­tagonista de la Guerra Civil en la provincia al compásdel ritmo marcado en las cárceles de El Burgo, Berlan­ga V Almazán, donde las "salidas" de pr.sos· produ­cían un trabajo añadido entre los vecinos varones deestos pequeños pueblos, a los que el libre azar de losejecutores marcaba como entl!lrradores de los fusila­dos y custodios de los cuerpos en sus tierras.

En este pueblecito no hubo afortunadamente ninguna víctima. Sí,en cambio, les tocó a sus vecinos intervenir en el enterramiento de cua­tro asesinados: dos de ellos sorianos y dos vecinos de Berlanga.

Para uno de los autores de este libro, resulta penoso escribir sobre ladesgraciada muerte de dos personas a quienes trató y con los que tuvolazos de amistad. No sólo con ellos sino también con sus más directosfamiliares: Adolfo Morales y Silverio Lumbreras. Más adelante se habla­rá de ellos.

De la cárcel de Berlanga. fueron extraídos el 18 de agostode 1.936, Alberto Rodrigo, de profesión sastre, de 32 años de edad,y Gregorio Valde nebro, conocido por "el Bolito", ambos vecinos deaquella localidad, junto con los jóvenes sorianos Adolfo Morales y Sil·verio Lumbreras. Fueron introducidos, atados, en una camioneta,conducida por Teodoro Palacín (hermano de Tomás Palacín, el llamado"Matachín" de Berlanga). Antes de llegar a La Riba de Escalote y porun camino de carros se llegaba al paraje llamado "Carraarenillas". Dichocamino debería estar en muy malas condiciones entonces y la camione­ta tendría dificultades para llegar allí. Los cuatro detenidos, además delos sufrimientos del viaje, debieron darse perfectamente cuenta del fi·nal que les esperaba. Detenida la camioneta, los presos atados de dosen dos -los sorianos juntos- fueron colocados en el límite de la carre­tera y empujados al fondo del paraje, en el que hay un desnivel conside·rabie, siendo fusilados desde arriba.

Los asesinos llegaron a La Riba de Escalote y avisaron a los vecinospara que subieran a enterrarlos. Los enterradores, a pesar del tiempo

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transcurrido, todavía recuerdan la inquietud y el dolor de aquellos mo­mentos. Los enterraron de dos en dos, tal y como murieron, Cuentanque siempre los vecinos de La Riba y quienes frecuentaban aquel lugar,sabían dónde estaban los enterrados, porque el trigo crecía mós alto.Ahora, por lo visto, se siembra cebada.

Además, entonces la tierra se labraba con yuntas, y no había peligrode que los cadáveres se desplazaran; ahora se labra con arado de vertede­ras, aunque se asegura que no ha apareddo ningún hueso,

Adolfo Morales y Silverio Lumbreras eran dos jóvenes idealistas,pacíficos, honrados, incapaces de cometer la menor incorrección.Adolfo era más bien tímido, de carácter apacible, suave de modales yhombre de pocas palabras; Silverio tenía unas grandes cualidades huma­nas, era un gran mozo alto y fuerte, un poco más franco y directo; qui­zás algo impulsivo, pero siempre dentro de una línea respetuosa e inca­paz de cometer un acto violento. Ningún motivo hubo para que fuerandetenidos y mucho menos para ser asesinados, tan fría y cruelmente.

Desde su muerte, la madre de Adolfo no volvió a salir de casa hastasu fallecimiento. Y el padre de Silverio Lumbreras, acudía con frecuen­cia al domicilio de don Germán Morales para consolarse mutuamente.El hermano de Adolfo Morales, Guillermo, padre de Adolfo Morales,afiliado al partido de don Miguel Maura y Gregorio Arranz, en un inten­to de salvar a su hermana, ingresó en Falange y se marchó al frente,pero al enterarse del fusilamiento de su hermano Adolfo volvió a Soriay nunca dejó de condenar públicamente el asesinato de su hermano yde Lumbreras, no obstante el riesgo que ello suponía. ¡Rindamoshomenaje a la memoria de estos dos sorianos, Adolfo y,Silverio!.

Vista de La Riba desde uCarraarenillas". (Foto de los autores),

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ALMARZA

Referente a este pueblo, poco podemos añadir a lo relatado en elreportaje. El médico, don Herminio Guajardo, era quizás la persona demás relieve en la localidad. Desinteresado, generoso, gozaba del afectode todos los vecinos, especialmente de los más humildes, de los peordotados económicamente. Sus ideas eran anarquistas, pero su interven­ción en la vida política era escasa. Ya sabemos que los anarquistas prac-

. ticaban, por principio, el apoliticismo.Durante los primeros días del movimiento hizo su vida normal. Al

tener notiCias de las primeras detenciones practicadas en Soria, precisa­mente de cenetistas y anarquistas en su mayor parte, huyó a Segoviela ya los pocos días, a Almajano. Pero como tantos otros, no quiso co¡npro­meter a quienes le habían dado cobijo y como su intervención en lascontiendas políticas había sido prácticamente nula, pensó en que, alno tener ninguna responsabilidad, ni haber ocupado cargo alguno, nadairreparable le podría suceder. Y llegó a Soria, presentándose en el Go­bierno Civil, donde quedó detenido. Fue·fusilado el día l\ de agosto enel cementerio de Calatañazor, junto con los maestros Buill y Soria, Ma­riano Cabrujas, José Andrés y otra persona más que se desconoce.

El alcalde de Almarza, llamado Esteban, herrero de profesión, decerca de setenta años de edad, fue detenido y a las pocas semanas mu­rió en la cárcel de Soria, víctima de las adversas y difíciles circunstan­cias que rodeaban la vida de los detenidos, sobre todo cuando se trata­ba de personas mayores, ancianos casi.

Sus bienes le fueron embargados y lo propio sucedió con las propie­dades de todos los concejales de la República, hasta el extremo de queno podían matar una gallina sin la oportuna autorización. No hubo másvíctimas en Almarza, pero el clima de terror imperó durante toda lacontienda. Como en todos los pueblos, existían los confidentes y lasamenazas fueron continuas. Almarza fue también panacea de malospatriotas {IJ, e innumerables vecinos que no contribuyeron con su apor­tación a la jornada del "Plato Unico" vieron aparecer sus nombres enletras de molde, lo que representaba no ya sólo la propia intimidad-y por supuesto, su Iibertad- personal menospreciada, sino el riesgo deser potenciales nominados en listas de otro tipo.

Silverlo Lumbreras Pérez de las Ju­ventudes Socialistas, en' '1.936. Fuefusilado, junto con Adolfo Moralesy otras dos pe\'S')nas más en el para.

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je conocido por "Carraarenillas"distante dos kms. de La Rlba de Es:calote, tras ser sacados de la cárcel deBerlanga. (Foto: familia Lumbreras).

(1).- Para comprender la magnitud de la represión publicista de la Guerra CivH en esta vertientede los "Malos Patriotas", véase el Apéndice núm. 6 de este libro.

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EL CUBO DE LA SIERRA

No fue fusilada ninguna persona de este pueblo. Sin embargo, sí fuedetenido el vecino Baltasar J iménez, que permaneció en la cárcel deSoria de' cinco a seis años. En ella aprendió estupendamente el oficio dealbañil, al que se dedicaría después durante toda su vida. Consideradocomo buena persona, se desconocen en El Cubo los móviles reales porlos que sería detenido. .

REBOLLAR

Natural del pueblo, no fue ejecutado ningún vecino. El alcalde, Vi­cente Gómez, salía en defensa del vecindario cuando llegaban falangis­tas al pueblo, diciendo que antes de detener a nadie, tendrían que ha­cerlo con él, ya que en el pueblo no habí¡¡ gente mala.

Fue detenido, no obstante, Pedro "el Manquillo", natural de Cigudo­sa (Soria) y que trabajaba en Rebollar como pastor. Buen muchacho yexcelente trabajador, fue detenido por sus ideas liberales.

Según los testimonios, el infortunado Pedro caminaba esposado jun­to a sus aprehensores por las afueras de Renieblas. Se ignora cómo lle­garon all í. En el puente de la entrada, Pedro saltó desde la carreteracon intención de huir y fue fusilado allí mismo, desde lo alto delpuente. Otra versión recogida apunta al hecho de que este Pedro, quejunto con su tío Cipriano había ayudado a mantener escondido a JoséCalvo Tutor en el domicilio y la tejera de la familia en Rebollar habríasido fusilado cerca de Aguilar del Río Alhama. Parece confirmada tam­bién la versión de que Pedro había estado en la mesa electoral de febre­ro de 1.936, motivo éste, que unido a su ideología liberal, propiciaríasu detención y fusilamiento.

SOTILLO DEL RINCON

Entre los naturales de Sotillo no hubo detenciones ni fusilamientos.Fueron requisadas, en cambio, 80 ó 90 camas, incautadas de las casas

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que no se habitaban.Don Agustín García Palomar estaba casado con María Luisa' ambos

ejercían de maestros en Sotillo. Don Agustín tenía unos 30 añ~s y eradiez más joven que su esposa. Ambos eran muy buenas personas y exce­

-lentes maestros.Don Agustín era natural de Piqueras de San Esteban. Se encontraba

de vacaciones en agosto de 1.936 y residía en Soria. Fue detenido en lacapital e ingresado en la cárcel por sus ideas republicanas.

Fue sacado de la cárcel de Soria, con intención de trasladarlo a laprisión de El Burgo de asma, en compañ ía de otros dos presos -uno deellos, probablemente de la comarca de El Burgo de Osma-. Los queI,?s conducían pararon a merendar en el camino y, tras hacerlo, al diri·glrse a El Burgo de asma, detuvieron la camioneta y les hicieron bajara los tres. Fueron fusilados en la cuneta de la carretera, entre el empal­me de Rioseco de Soria y el pueblo de Valdealvillo, aproximadamente aun kilómetro de éste último, dirección Soria. Tres vecinos de Valdealvi­110 fueron obligados por los falangistas a enterrar a los infortunadosque lo fueron en el mismo sitio de su fusilamiento. '

Don Agustín García Palomar tenía un tío cura, destinado precisa­mente en Piqueras de San Esteban, quien al enterarse de la detención desu sobrino, se personó en Soria, con idea de interceder por él.' Llegó a lacapital a las pocas horas de haber sido sacado su sobrino, para ser trasla­dado a El Burgo. Le dijeron que ya no estaba allí, pero se negaron ainformarle dónde lo habían llevado. Los restos de don Agustín GarcíaPalomar y de los otros dos fusilados, fueron exhumados años más tarde.

VILLACIERVOS

Fue detenido en Villaciervos el maestro, Manuel Almazán Lucía. Se­gún parece, poco antes del Movimiento, hubo un mítin de las izquierdasen Villaciervos y se vio al maestro, aplaudir la intervención de los orado­res. Se cree que fue detenido por esto. Gozaba de buena reputacióncomo maestro y era persona honesta.

Fue detenido en septiembre de 1.936 y conducido directamente al"Puente la Tejada", donde fue fusilado él sólo. Este puente se halla aunos 800 metros del empalme Soria-EI Burgo-Berlanga-Almazán sobreel río Avión. Quedó sin enterrar, siendo visto por resineros que' traba­jaban en aquella comarca.

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1. Paraje "la Bardera de los perejones".

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MURIEL VIEJO

Fue fusilado el maestro, don Manuel Vargas del Valle. Era deMadrid, considerado buena persona y excelente profesional. Estuvo pre­so en la cárcel de El Burgo de Osma, desde donde fue sacado y fusiladoen el "Puente Ullán", como ya se ha visto. Ciertamente, estaba metidoen política, y en febrero había votado a las izquierdas. Muy probable­mente, afiliado a la CNT.

En cuanto a don Manuel Tello (quien durante años se creyó fue eje­cuado) no hay constancia de que fuera fusilado.

Natural de Cubeta (Guadalajara), tenía unos 40 años y era resinerode profesión. Al final de la guerra, se marchó del pueblo (Muriel Viejo)con otra persona, y desapareció. Se cuenta que lo mataron en Cubeta-adonde hab ía lIegado- posiblemente el 20 de marzo de 1.939, peronunca se encontró su cadáver y, en realidad, no hay seguridad de quefuera fusilado.

De Muriel Viejo fueron detenidas alrededor de media docena de per­sonas, e ingresadas en la cárcel -posiblemente en El Burgo de Osma-.Fueron puestos en libertad todos, al finalizar la guerra, excepto el yacitado maestro, Manuel Vargas, que sería fusilado.

VALDENEBRO

El maestro de Aylagas, Restituto Bravo de Gracia fue fusilado conotra persona, que podría ser ferroviario, a juzgar por su indumentaria,en "la Bardera de los perejones", término municipal de Valdenebro, aunos dos kilómetros del pueblo en dirección Berlanga.

Restituto Bravo era natural de Centenera de Andaluz. Parece ser queregresaba 'de Soria a primeros de septiembre de 1.936, de cobrar sumensualidad y se cree -nadie se atreve a asegurarlo- que fue detenidoen el coche de línea que iba a El Burgo de Osma. Según el juez del pue­blo en aquellos días, el maestro tenía dos tiros en el cráneo y era per­ceptiblemente más pequeño que su compañero de infortunio.

Los encontraron días después dos hermanos resineros de Tardelcuen­de (los hermanos Sanz), qu'ienes avisaron al alcalde, Eusebio López.Restituto Bravo vestía camisa color ceniza y chaqueta azul marino conpantalón gris. Calzaba zapato bajo, negro. El otro infortunado vestía

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pantalón de pana.No consiguieron autorización para enterrarlos en el cementerio de

Valdenebro y lo hicieron en el mismo lugar del fusilamiento, dejándolesmuy someros, debido a la sequedad y dureza del terreno. Más tardeahondarían la fosa, ya que las zorras y demás alimañas habían consegui:do casi desenterrarlos. Fueron exhumados hace 10 años al cementeriode Centenera de Andaluz.

En Valdenebro fueron a detener a don Carmelo, marido de la maes­tra del pueblo, doña Felicitas. Buena maestra, buenas personas, de ideo­logía derechista, se cree que fueron a detenerlo por tener en su casa laúnica radio del pueblo. Afortunadamente, el alcalde, Eusebio López yel secretario se opusieron y los falangistas desistieron de su propósito.

MAZALVETE

La familia Domínguez García había estado enemistada desde tiempoatrás con otra rival residente en el mismo,pueblo. Los hermanos Deogra­cias y Agapito, al estallar el Movimiento, fueron denunciados, al parecerpor la familia rival y detenidos en el mes de agosto, presumiblementepor falangistas, cuando se encontraban segando junto al pueblo, en unafinca de su propiedad. Al llevárselos, les dijo su madre, "tomar unamanta", a lo que respondieron los aprehensores, "no les va a hacer fal­ta" .

Fueron conducidos directamente al cementerio de Las Casas, dondefueron fusilados. Los dos hermanos murieron abrazados y fueron ente­rrados por gente de Las Casas. Los dos hermanos eran naturales de Ma­zalvete y se dedicaban a la agricultura, sin que se les conocieran filia­ciones políticas, ni mucho menos.

Deogracias Domínguez García era el mayor de los dos y contabaunos 40 años. Agapito Domínguez García, más joven, andaría alrededorde los 28 años. Al contrario que su hermano Deogracias, que teníacierta fama de bravucón y mal genio, Agapito era "un cacho pan".

Ningún vecino más de Mazalvete fue fusilado ni detenido. Y aúnéstos, poco tuvieron que ver con la guerra, al decir de los vecinos de Ma­zalvete, ya que la rivalidad con la familia que parece ser que los denun­ció, venía de muy atrás en el tiempo.

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GARRAY

En este pequeño pueblecito no huba ninguna mu~rte violenta, au~­que sí detenciones. Luis López Recio, Timoteo LISO, ~edro GarclaHernández, Luis Díez, Teodoro Soto, Ju~n Gonzalo Acena y.~n hom­bre llamado Casimiro de Miguel fueron mgresados en la pnslon de laermita de Santa Bárbara, donde permanecieron, el que menos, unos cua-tro meses.

RIOSECO

"Marianote", el carnicero, cuyo nombre y apellidos no hemos podi­do precisar, ya que todo el pueblo le recuerd~ por su ap?do, ~e uno~ 50

• d edad fue detenido por unos falangistas Y fUSilado mmedlata-anos e , 'd Cita- Semente en la Cuesta del Temerboso. Eh~ta dl)~~~r~c~e~~ y :1:0 ra~f;rróntrataba de un hombre grueso, onac on, I ,en el sentido menos peyorativo de la palabra. Su !"uerte causo una gransorpresa, pues no tenía significación política. Simplemente era un re-

publicano. . I . r doCiriaco Jiménez Palomar, guarda f9restal,. aplcu}or ~specl~, Iza :

cult~!, p~~st~~O;~jaer ~tl~~~~n~~ ~~v;~s~á~~~e:~~:naa b~~~::r~;~eari:S :~-~~~ s\~ encontrarle. Permaneció escondido toda la guerra.,

MATAMALA DE ALMAZAN

Fue fusilado un vecino no oriundo de esta localidad, al que apoda­ban "el Americano". L1e~aba poc~ tie":!P? residien~o en M~tama~a,pero fue denunciado por su ideologla soclahsta. Detemdo, fue mmedla:tamente ejecutado en el límite con la d~hesa de Matute, a la d~rech\dela carretera local de Matamala a Alm~za~. S~s r~~tos no han Sido ex u­mados y el lugar aparece con una senCilla mdlcaclon.

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LAS CASAS

El maestro de Las Casas, Vicente Soria y Soria, hombre joven muycapacitado y que gozaba de general aprecio y simpatía, fue dete~ido yfusilado junto al c~menterio de Calatañazor, con otras personas.Muchos meses despues de ser ejecutado, fue requerido por la ComisiónDepuradora, por expediente incoado, según resolución de 4 de febrerode 1.937, firmada por su Presidente, 1. Maés. (B.O.P~ 8-2-37). Así mar­chaban las cosas por aquellos tiempos.

Las Casas fue motivo de atención y comentarios, por ser su cemente.rio uno de los lugares donde se produjeron numerosas ejecuciones.

El orden de prioridades de los fusilamientos realizados en las tapiasdel cementerio debió ser el siguiente: 1.- Los dos fusilados de Novier­caso 2.- Los seis fusilados de Poza/muro. 3.- Cinco vecinos de [)eza.4.- Doce vecinos de Deza. 5.- Algunos sorianos cuyo fusilamiento esseguro y que aunque no se sabe con certeza el lugar de la ejecucióntodos los indicios y testimonios recogidos tienden a señalar el cemente:rio de Las Casas, como el lugar donde perdieron sus vidas. 6.- Numero·sos prisioneros de Sigüenza. Se sabe que algunos guardias civiles se nega·ron o pusieron resistencia a participar en las ejecüciones, siendo susti­tuídos por paisanos, que se prestaron gustosos a realizarlas.

La fosa donde fueron enterrados los ejecutados, se encuentra a la en­trada a la derecha, en el ángulo sur-occidental del cementerio.

Angel Gonzalo Crespo, ya fallecido, conocido popularmente por"el Tormenta" (1), se encargaría por su condición de guarda de campos,y por orden del alcalde de Las Casas, de buscar a los enterradores. En­tre éstos se recuerda realizaron la triste a la vez que obligada tarea Da­niel Alvaro, Carmelo Gonzalo, Daniel Molina y otros.

(1).- Como habrá podido inducir el lector en la lectura -de las páginas de este libro, el uso demotes o apodos ha formado siempre parte sustancial de la vida de Saria y sus pueblos. Hasta talpunto que el apodo ha sido el inseparable compañero -cuando no el eficaz sustituto- del nomobre de pila de las personas. Hay pueblos en Jos que localizar e identificar a una persona es tareaharto difícil si no se conoce el propio apodo o el de sus antepasados o el de Ja dinastía famiJiar.Hoy. por fortuna, esta tendencia va desapareciendo aunque no con la rapidez que sería desea­ble. Los autores han creído conveniente mantener los apodos de cuantas personas aparecen enel libro con el UNICO Y" EXCLUSIVO OBJETO de lograr la completa identificación de las mis­mas por los lectores. Así pues, entienden los autores que el mote o apodo es parte integrante-en este libro- del apelativo de las personas, como pueden serlo su nombre o sus apellídos. Yque estos apodos han de ser tomados en el sentido denotativo de los mismos. Todas aquellasconnotaciones que pudieran derivárseles quedan fuera de la auténtica intencionalidad dequienes escriben este libro.

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Los vecinos de la Tejera, parte alta de las Puertas de Pró y Numanciao ían los disparos del cementerio de las Casas y, aunque un poco fIsoto voce, lo comunicaban a sus amigos, por lo que, en general, .Ia notI­cia de las ejecuciones era conocida poco a P?CO por todos los sOrianos..

Algo parecido sucedía con los que habitaban cerca del cementeriode la capital, calle del Teatro, Caballeros, etc.

SAN LEONARDO DE VAGUE

En esta localidad se formó un amplio núcleo de falangistas -in~or- .porados a la Falange, tras el 18 de julio de 1.9~6;- de los. que se tienecompleta certeza actuaron en Agreda y zonas rioJanas colindantes conla provincia de Soria. Entre ellos se enco~traba un tal Ayuso, Esteb~nGarcía, Alejandro de Miguel.. Pedro .Ruperez, ~edro Munoz y Agust'~Muñoz. Todos ellos eran amigos, casI con las mismas edades y ex-alumnos del maestro don Gregorio.. .

Se sabe también que desaparecIó un vecino de Sa~ Leonardo ~la~a­do Casimiro Sánchez. Es creencia común que fue fUSilado en solitariO,en una pinada cercana a Navaleno.

MORON DE ALMAZAN

Tirso Ontiveros Molina era natural de Morón de.Almazán. I-!abíapertenecido a las Juventudes Socialistas en Soria. Tenia uno~ 2~ anos yal ser movilizada su quinta, se incorporó. a Zaragoza, .al regimiento d~Carros de Combate. Cuando llegaron sus Inform~ debieron ser tan desfavorables, que fue arrestado y fusilado al poco tiempo.

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Grupo de requetés. de la columna Mola, en el "Ensanche" del Collado, después dehaber negado a Soria, el 21 de julio de 1.9,36. (Foto: archivo hermanos Carcascosa).

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Indice del tomo 1

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La represión en la provincia de Soria durante la Guerra Civil (1936·39)Precisando fechas y nombresRéplica falangistaContestación al señor Trillola Guerra Civil Vla represión en Soria¿Por qué se escribe este libro?La represión en SoriaAntecedentesSan Pedro ManriqueVanguasHuértelesMagañaFuentes de MagañaVinuesaMontenegro de CamerosSaldueroEl RoyoCovaledaDuruelo de la SierraOteruelosAbejarCabrejas del PinarSanta María de las HoyasArganzaCasarejosEl Burgo de OsmaLanga de DueroOsma, La Olmeda, Castillejo de Robledo, Vildé y RecuerdaLa RasaSan Esteban de GormazVelilla de San EstebanBarconesCastroZayas de BarconesRetortilloAtautaBaraaoaVeloBeltejarTarodaMiño de MedinaceliAlcubilla de las Peñas

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