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La productividad del trabajo al encuentro de la teoría marxista
Alejandro Valle Baeza1
Introducción
En la teoría convencional el trabajo, el capital y la tierra son considerados igualmente
productivos, constituyen la Santísima Trinidad de que hablaba Marx. Más aún, en dicha
teoría se consideran otros factores de la producción tales como la capacidad
organizativa; por ello se habla de la "productividad multifactorial". La justificación de la
ganancia capitalista está detrás de esta noción de productividad: sin la visión de que el
capital es productivo podría criticarse la necesidad del ingreso capitalista. Resulta,
pues, muy cara para la economía convencional la noción de productividad
multifactorial; sin embargo en el terreno del análisis concreto los economistas
ortodoxos frecuentemente utilizan la "productividad del trabajo", que es la relación
1 División de Posgrado, Facultad de Economía, UNAM, México 04510 D.F. tel
(525)6222148, fax (525)6222158, e-mail: [email protected]. Agradezco las
valiosas observaciones de Victor Hugo Klagsbrunn a una versión previa de este trabajo.
Los errores que haya son de mi exclusiva responsabilidad.
2
entre el producto y uno solo de los "factores de la producción": el trabajo. Un ejemplo
de este uso es el bien conocido libro de Angus Maddison2, De manera que un
concepto neoclásicamente erróneo, por ser parcial, se utiliza sin ambages.
La distribución del producto entre las clases, el gran problema de la economía política
según David Ricardo, es tratado erróneamente por los economistas convencionales. El
análisis de la relación entre salarios medios y productividad se hace mediante los
salarios medios deflactados con el índice de precios del producto (el salario producto) y
la productividad del trabajo. Este análisis se apoya en las deducciones de la
contabilidad nacional: si el salario producto crece más (menos) que la productividad
laboral la participación de los salarios en el producto aumenta (disminuye). No
preocupa a los economistas neoclásicos que la contabilidad contradiga a la noción de
la productividad del capital.
La productividad laboral también es utilizada ilegítimamente por los economistas
convencionales para hacer comparaciones espaciales. En el ambicioso proyecto de
comparaciones internacionales de las Naciones Unidas se utiliza el producto por
trabajador en dólares a paridad de poder adquisitivo como una productividad
comparable entre países. De nueva cuenta no es posible hacer esta clase de análisis
2 Maddison, A. Phases of Capìtalist Development. Oxford University Press. Nueva
York. 1982
3
dentro de una teoría que postula la productividad de múltiples factores fijándose sólo
en el trabajo.
Aquí proponemos una explicación de estas aparentes paradojas: cuando los
economistas convencionales están haciendo mala economía neoclásica, por relacionar
todo el producto con una parte de los factores de la producción, están haciendo buena
economía marxista. Están contribuyendo al desarrollo científico sin proponérselo. Para
argumentar nuestra posición revisaremos someramente los defectos de la noción
neoclásica de productividad en la primera sección del trabajo. La segunda sección está
dedicada a definir productividad dentro de la teoría marxista. Se entenderá por
productividad el recíproco del valor de una canasta de mercancías. Está definición
nos permitirá demostrar, en la tercera sección del artículo, que las variaciones de la
demanda final a precios constantes en una economía cerrada, una forma de medición
del PIB, mediría las variaciones en el valor medio de esa canasta si los precios
son los precios valor. La cuarta sección está dedicada a deducir la relación entre
salarios reales y productividad. Se verá que con la definición propuesta es posible
obtener un índice de trabajo necesario a partir de los índices de productividad de
bienes salario y de salario real. En la quinta sección de este trabajo encontramos la
justificación, dentro de la economía marxista, para comparar productividades entre
países. La sección sexta está dedicada al análisis empírico de los tres aspectos
anteriores y la última sección presenta un resumen de las conclusiones del trabajo.
4
I La visión neoclásica sobre la productividad.
En la noción de productividad del saber económico convencional está la idea de que
los medios de producción son igualmente productivos que el trabajo. Esta concepción
parece verosímil ya que la mayor eficacia en la producción generalmente está ligada al
incremento y -o- a la mejoría de los medios de producción utilizados. Entonces resulta
plausible afirmar que, al menos en parte, la mayor producción debe atribuirse a los
medios de producción utilizados. Esta idea es planteada por los neoclásicos como una
justificación de la ganancia capitalista. La defensa de la ganancia mediante la
productividad del capital es muy antigua. Bhöm-Bawerk señala a Jean-Baptiste Say
como el economista que rompió la marcha en la dirección de "explicar el interés por la
productividad del capital"3 y es él mismo un campeón de esta explicación
"La 'teoría de la productividad', aunque atacada por diversos lados, sobre todo por
parte de las doctrinas socialistas, ha sabido hacer frente a todos estos embates y hoy
-1884 nota nuestra- podemos afirmar que la mayoría de los autores que no adoptan
3. Bhöm-Bawerk, E. v. Capital e interés (1884), Fondo de Cultura Económica, México,
1986, pp. 132
5
una actitud de hostilidad manifiesta frente al interés del capital comparten, bajo un
matiz u otro, esta doctrina."4
El asunto es que en el análisis no marxista de la productividad aparece una
denominador común: el capital no es producto del trabajo sino de alguna virtud del
capitalista. Al mismo tiempo se le atribuyen al capital es decir a la cosa la facultad
humana de producir. Si por ejemplo la producción de un cierto cereal ocupa fertilizante,
semilla y trabajo y si una nueva técnica ocupa, por unidad de producto más fertilizante
y menos trabajo, digamos un 20 por ciento más de fertilizante y un 15 por ciento menos
de trabajo; sin reconocer que el fertilizante es producto del trabajo, lo único que se
podría decir es que la nueva técnica hace un uso más eficiente del trabajo y es menos
eficaz para aprovechar al fertilizante que la anterior. Esto es lo único que la teoría
neoclásica, la teoría neorricardiana, o cualquier otra teoría no marxista pueden decir
rigurosamente.
La concepción neoclásica de la productividad del capital puede extenderse sin
dificultad a n factores productivos y se formula el concepto de productividad total de
los factores. Según esta visión la productividad resulta de la aplicación de una
multitud de factores: la tierra, el trabajo, los medios de producción, la capacidad
4. ibid
6
organizativa, la tecnología, etcétera. Como no todos ellos pueden medirse se utiliza la
productividad multifactorial en la que se consideran sólo algunos de los factores
productivos. Robert M. Solow publicó en agosto de 1958 "Technical Change and the
Aggregate Production Function"5 donde ajustaba datos de capital, trabajo empleo y
producto de los EUA para el período 1909-1949 mediante diversas funciones, una de
ellas del tipo Cobb-Douglas. Los resultados causarían la envidia de las llamadas
ciencias exactas: en todos los casos Solow, tal como se muestra en el cuadro 1,
obtuvo coeficientes de correlación múltiple superiores a 0.996.
Cuadro 1
Resultados del ajuste de R. Solow a los datos de EUA 1909-1949
Función que se ajustó Coeficiente de correlación
q* = + k 0.9982
q* = + log k 0.9996
q* = a - /k 0.9964
log q* = + log k 0.9996
log q* = - /k
0.9982 0.9996 0.9964 0.9996 0.9980
5. Solow, Robert "Technical Change and the Aggregate Production Function" en The
Review of Economic and Statistics, v. 39, agosto de 1957, pp. 312-320.
7
Fuente elaboración propia con datos de Solow, R. ob. cit. pp. 331 q
* es el producto nacional bruto por hombre empleado dividido entre A(t), k es el
coeficiente de capital trabajo.
Los cálculos de Solow pueden ilustrarse con lo que hizo para la función de
producción de Cobb-Douglas. En primer lugar recordemos que las posibilidades de
producción en un tiempo t pueden representarse, de acuerdo a los neoclásicos, con:
Q = F(K, L, t)
Dicha función de producción afirma que el producto Q está definido por el
tiempo t, y las cantidades de capital K y de trabajo L que se pongan en funcionamiento.
Pero una forma especial de progreso técnico, el de tipo neutral, la expresión anterior
puede escribirse como:
Q = A(t)f(K,L) (1)
En ésta expresión la función A(t) es la productividad multifactorial.
Después de un poco de cálculo diferencial Solow llegó a que
k
dkg
A
dA
q
dqk
8
donde se relacionaban las tasas de crecimiento: del PNB por hombre dq/q, la
del coeficiente capital trabajo dk/k y la del progreso técnico neutral dA/A y gk es la
participación de las ganancias del capital en el PNB. Solow despejó de la expresión
anterior la tasa de crecimiento de la productividad multifactorial y la calculó a partir de
gk y de las tasas de crecimiento de q y de k. Con la tasa de crecimiento de A(t) Solow
obtuvo esta variable como un índice de progreso técnico. Posteriormente con dicho
índice Solow efectuó varias regresiones y obtuvo sorprendentes resultados. Algunos de
ellos están en el cuadro 1.
Los resultados de Solow están en la base de todos los cálculos efectuados hoy día
sobre productividad multifactorial.6 Hay una contundente crítica a Solow del lado
marxista, en 1973 Anwar Shaikh7 hechó por tierra la idea neoclásica de la
productividad multifactorial con un sarcástico artículo donde demostraba que los
altísimos coeficientes de correlación del trabajo de Solow provenían de un elemental
6 Veáse U.S. Department of Labor, Bureau of Labor Statistics, BLS Handbook of
Methods, boletín 2285, abril de 1988.
7 Shaikh, Anwar "Laws of Production and Laws of Algebra: The Humbug Production
Function", The Review of Economic and Statistics, v. LVI, febrero de 1974, pp. 115-120
9
error de lógica: la productividad multifactorial se calcula como el residuo de un modelo
de regresión y luego Solow utiliza esos residuos para validar el modelo de regresión.8
II Productividad en la teoría marxista
La idea sugerida por Marx es que la productividad es el recíproco del valor, del trabajo
abstracto socialmente necesario para la producción de las distintas mercancías.9 Para
explicar esta concepción recordemos que socialmente necesario significa, en primer
lugar, que el trabajo gastado en la producción de cada bien es tanto el trabajo directo
como el indirecto. De manera que las eficacias con la que se elaboran las distintas
8 Es interesante ver que la crítica de Shaikh es ignorada por los economistas
convencionales. McCloskey en un libro dedicado a la retórica en la economía analiza el
articulo de Solow citado antes y tan solo comenta que es uno de los más citados de la
profesión, diez años después de publicado se le citaba unas veinticinco veces por año.
McCloskey no parecía saber que la buena retórica puede ir junto con pésima lógica y no
parece haber leído la crítica de Shaikh a Solow. McCloskey, D. La retórica de la
economía. Alianza Editorial. Madrid. 1990.
9. "Ahorrar tiempo de trabajo equivale a desarrollar las fuerzas productivas." Marx. K.
Los Fundamentos de la Crítica de la Economía Política, t. 2, Ed. Comunicación, Madrid,
s.f. pp. 209
10
mercancías están interrelacionadas. Esa idea que está presente en el análisis de
insumo producto fue planteada por David Ricardo cuando habló de trabajo
incorporado y por Marx cuando habló de trabajo abstracto. Hay una circularidad de
la producción donde muchos de los productos son a su vez medios de producción, las
mercancías son producidas capitalísticamente mediante mercancías pues el trabajo
humano es una mercancía. Lo anterior conduce a una cosa muy importante, la
definición marxista de productividad implica que un aumento en la eficacia con la que
se elabora una cierta mercancía afecta la elaboración de muchas otras, pudiendo
abarcar a la totalidad de la producción. El concepto marxista de trabajo abstracto
enfatiza esto: cada mercancía es en rigor el resultado de la aplicación de una
porción del trabajo social y no sólo del proceso de trabajo que aparece
inmediatamente como su origen. El tratamiento matemático del valor permite ver
esto muy fácilmente: conocidas las condiciones técnicas A el valor se define por10
M = L(I-A)-1
(1)
10
Esta formulación del valor apareció desde hace mucho tiempo en la literatura, por
ejemplo Seton, F "The 'Transformation Problem'", The Review of Economic Studies, v.
24, 1957, pp. 149-160. M. Mosishima es seguramente quien más contribuyó a que dicha
presentación se difundiera en Morishima, M. Marx's Economics: A dual theory of value
and growth. Cambridge University Press. Gran Bretaña, 1973.
11
La expresión anterior se deriva de la definición de valor como suma del trabajo pasado
o valor de los medios de producción MA y del trabajo directo L:
M = MA + L
en la definición no se alude a la factibilidad de la producción más que cuando se
considera que A debe ser una matriz "productiva" es decir que es posible producir una
unidad de cualquier mercancía porque no se requiera de ella una unidad o más como
insumos directos e indirectos. Pero además de esta idea, es preciso ver que no toda
producción bruta es factible, por ejemplo la producción de una unidad bruta de cada
mercancía puede implicar que la demanda final de ciertas mercancías sea negativa.
Podemos plantear cual sería la producción bruta necesaria para producir una unidad
de demanda final de cierta mercancía, si denotamos con Yi el vector de demanda final
unitaria de la mercancía i y con Xi(Xi = (I-A)-1
Yi) la producción bruta correspondiente
se puede ver que
mi =L (I-A)-1
Yi = LXi (2)
donde yj = 0 j i, yi=1 j=i
la expresión anterior muestra claramente la idea de que el valor de una mercancía es
el trabajo directa e indirectamente gastado en la producción distribuido como las
condiciones técnicas de la producción lo exigen. También puede interpretarse (2) como
que el producto por trabajador de la mercancía i es 1/mi y por lo tanto el consumo
potencial por trabajador será también 1/mi.
12
Con lo anterior tenemos
i = 1/mi
por ejemplo supongamos que se produce una sola mercancía cuyo valor es de un
décimo de año hombre; entonces se podrán consumir diez unidades de esa mercancía
por hombre ocupado. Con i estamos pues denotando la productividad de la mercancía
i y que se define como el recíproco del valor de dicha mercancía. La productividad
delimita la máxima producción por trabajador (y simultáneamente el máximo consumo
por trabajdor) para cada mercancía. Tal producción o consumo sólo se alcanzaría si la
mercancía i fuera el único componente de la demanda final.
En general podemos escribir que para cualquier canasta producible Y su valor por
trabajador debe ser a lo más uno:
MY /LX 1 (3)
De aquí se sugiere que podemos definir productividad análogamente al caso de una
mercancía
=1/MY
13
Unidades de medida
Aquí nos ocuparemos tan sólo del problema de las unidades de medida de la
productividad por lo que suponemos comparables los trabajos considerados o si se
prefiere que el vector L está constituido por elementos li, requerimientos de trabajo
simple, en digamos años hombre por unidad física de producto aH/ui. Esas deberán
ser las unidades del vector M. De lo anterior se sigue que la productividad i tendrá
unidades ui/aH. Esto evidencia que las productividades entre dos ramas productoras
de valores diferentes no son comparables, pero si lo son las tasas de crecimiento. No
tiene sentido decir que es más productiva la industria alfiletera que la industria
automotriz pero si se pueden comparar sus crecimientos. La productividad agregada
tendrá las unidades u1 u2..un /aH. Sólo se podrán comparar productividades si se
utiliza la misma canasta de mercancías.
III Análisis de la variación de la productividad
Aquí presentamos un resultado de cómo estimar aproximadamente los cambios en la
productividad agregada de toda la economía de un país. Al PIB por trabajador se le
denomina dentro de la teoría económica neoclásica "productividad del trabajo". Para
los neoclásicos es importante señalar que la medida de productividad del trabajo es
muy parcial y en rigor incorrecta pues no considera todos los "factores de la
producción". Baumol et al señalan: "Es obvio que la productividad total -más conocida
como productividad multifactorial- es el mejor índice de la eficiencia del uso de los
14
insumos, parecería que la productividad del trabajo es una medida que arroja luz
acerca de los resultados del proceso productivo para sus participantes."11
Por qué es
obvio que la productividad total de los factores mide la eficiencia del uso de los
insumos? Aparentemente porque con la productividad laboral se ignoran los cambios
en la cantidad de los insumos al tomar en cuenta sólo al "factor trabajo". En la
expresión (4) tenemos los cambios en el PIB por hombre ocupado
Haciendo la hipótesis de que los precios son proporcionales a los valores
P = M
es posible demostrar que
11
. Baumol, W. Blackman, S.A.B. y Wolff, E.N.Productivity and American Leadership,
The MIT Press, Cambridge Massachusetts y Londres, 1989, pp. 227, énfasis del original
(4) LXXL
D11
V
PYPY1
(5) 11
1
11
1
YM
MY
LX
PY
XL
PY
15
donde el subíndice 1 sirve para denotar el año de estudio, las variables sin subíndice
corresponden al año inicial.12
A matriz de coeficientes técnicos, aij es la cantidad física de la mercancía j que se requiere
para producir una unidad física de la mercancía i.
L, L1 vectores renglón de coeficientes de trabajo
Y, Y1 vectores columna de producto neto
X X1 vectores columna de producción bruta
M, M1 vectores renglón de magnitudes unitarias de valor
P vector renglón de precios en el año inicial
La expresión (5) nos dice que un índice de productividad de Paasche es igual al índice de
la productividad del trabajo o lo que es lo mismo al índice del PIB por trabajador a precios
constantes. El resultado anterior muestra que la llamada productividad del trabajo refleja
cambios en la eficacia del trabajo gastado en los insumos y en el trabajo directamente
gastado, de modo que la presunción neoclásica está mal fundada. El cambio en el PIB por
12
Para la demostración veáse Valle Baeza, A. "Productividad las visiones neoclásica y
marxista", Investigación Económica 198. oct.dic. 1991. pp. 45-69.
16
hombre ocupado a precios constantes sería exactamente el cambio en le valor del PIB por
hombre, medido éste por un índice de Paasche, si los precios fueran proporcionales a los
valores trabajo. En el índice anterior la productividad de cada rama está ponderada por la
cantidad con la que contribuye a la demanda final. De modo que si una rama no produce
bienes de consumo o de inversión no influirá directamente en la productividad media.
Cambios en la productividad de medios de producción afectan la productividad promedio
puesto que afectan los valores de todas las mercancías que la utilizan como insumos. Es
posible por tanto que el aumento en la productividad en una rama aumente la
productividad de muchas otras ramas o incluso de la de todas las demás. Esto requiere
una explicación más amplia. En primer lugar se trata de un resultado que muestra el
carácter social del trabajo humano: un cambio en la productividad de una rama puede
afectar a todas las demás en virtud de la interdependencia de las ramas. Al ahorrar trabajo
en la producción de un insumo se posibilita dedicar más trabajo a la producción de todas
las ramas que lo utilizan directa o indirectamente. La magnitud del efecto de un aumento
de la productividad depende pues del lado de la demanda como del lado de la oferta. Al
aumentar la productividad en una rama cualquiera se posibilitan dos cosas muy
importantes:
a) aumentar el consumo de la mercancía en cuestión y de todas las que la
empleen como insumo.
17
b) aumentar el consumo de todos los trabajadores, de todas las mercancías
involucradas, de acuerdo a las relaciones de fuerza entre las clases y a las
posibilidades de la acumulación de capital.
El resultado encontrado exige que los precios sean los precios valor y esos quiere decir
que en la realidad habrá errores al medir los cambios en la productividad mediante los
precios corrientes. En rigor aquí mencionamos sólo uno de los efectos de la demanda
sobre la productividad, las relaciones entre ambas son más amplias y complejas como
bien señalaba Marx en el capítulo X del tomo III de El Capital.
IV Productividad y salarios reales.
A partir de consideraciones puramente contables es fácil establecer una relación entre la
participación de los salarios en el PIB , la productividad del trabajo deflactada por el
deflactor implícito del PIB yy y la tasa salarial deflactada con el mismo índice anterior a la
que se ha denominado "salario producto" sy13
:
13
Considerando una economía cerrada con sólo trabajadores y capitalistas es posible
escribir la participación salarial
=S/Y
donde S es la masa salarial eY el PIB a precios corrientes. Dividiendo numerador y
denominador entre el deflactor del PIB
=Sy/Yy
18
= sy/yy (6)
de aquí a sostener que si los salarios reales crecen más que la productividad los
trabajadores aumentan su participación en el PIB y pueden frenar la acumulación no hay
más que un pequeño paso. En rigor en la relación no aparece la tasa de salario real, pero
este problema es secundario junto a otro: que la productividad que no es productividad es
la que resulta conveniente en el discurso neoclásico. Si los neoclásicos o los keynesianos
buscaran la coherencia deberían utilizar la productividad marginal del trabajo o algún
concepto semejante que partiera de su visión de múltiples factores de la producción. Eso
no existe hasta donde sabemos. pero veamos que dentro de una teoría marxista no hay
dificultad para encontrar una relación entre un índice de trabajo necesario´, un índice de
salario real y un índice de productividad:
El índice de la tasa de trabajo necesario N resulta , en el caso de que no se altere la
duración de la jornada, igual a:
donde el subíndice y denota precios constantes. Dividiendo ambos términos entre el
empleo total L se llega a:
= sy/yy
donde sy e yy denotan la tasa salarial delfactada con el índice de precios del PIB o
"salario producto" e yy sería la productividad laboral o PIB a precios constantes por
trabajador.
19
N = IS/I (7)
el índice de trabajo necesario se define por:
N = Ms1Ys1 /MsYs (8)
IS es el índice de salario real de Laspeyres pesando con los valores de las mercancías
definido por:
IS = MsYs1/MsYs, el índice 1 identifica las magnitudes en el año de estudio y los
subíndices s identifican los bienes salario, las variables con un sólo subíndice se refieren
al año base.
I es el índice de productividad de Paasche:
I = MsYs1/Ms1Ys1
Ys Ys1 son los vectores columna de bienes salario en el año base y en el año de estudio
respectivamente
Ms, Ms1 son los vectores renglón de los valores de los bienes salario
Resulta de la teoría marxista una relación muy clara entre productividad, salarios reales y
trabajo necesario aunque se requiere una forma práctica para medir IS e I.
Veremos a continuación otro resultado derivado de la definición de productividad.
20
V Comparación de los niveles de productividad entre países
Si una canasta en el país A se denota por el vector columna yA y las magnitudes unitarias
de valor de las mercancías correspondientes las denotamos con el vector renglón MA' la
productividad medida por la canasta será:
AA = 1/ MAYA (9)
emplearemos dos índices A y B en este trabajo para referirnos a dos países. En la
expresión anterior AA es la productividad medida con los valores del país A, primer índice,
y una canasta del país A , segundo índice. De acuerdo a esta notación tendremos cuatro
productividades: AA,BA,AB,BB donde,por ejemplo,BA=MBYA.
La ley de un sólo precio (LUP) sostiene que mediante la tasa de cambio los precios de las
distintas mercancías se igualan. Hay un aspecto muy razonable en la LUP, no es posible
que los niveles de precios entre dos países se alejen demasiado porque en tal situación se
arruina la producción de una gran cantidad de mercancías en el país con precios altos. Lo
que aquí utilizaremos es la versión débil de la LUP que sostiene que sólo se igualan los
niveles de precios. Empleando las definiciones anteriores:
PAAYA = cBA*PBAYA (10)
21
donde cBA es la tasa de cambio de paridad de poder adquisitivo, definida en términos de
una canasta que se produce en A, y PAA y PBA son los vectores renglón con los precios en
los dos países de la canasta yA.
Se considera que los precios son los precios valor:
PA = AMA (11)
Sustituyendo 11 en 10:
AMAAYA = cBA*BMBAYA (12)
sustituyendo 2 en 5
multiplicando (11) por YA y dividiendo entre el empleo total LAXA llegamos a:
PAyA = A
donde yA es el PIB por trabajador en el país A, sustituyendo esta última expresión en (13)
llegamos a:
(13) c B
A
B
*
BA
A
(14) c BA
AA
*
BA
A
yp
22
donde zcBA = cBA* es la relación entre la tasa de cambio PPA y la corriente. Si z > 1 la
moneda está subvaluada y si z < 1 está sobrevaluada.
la expresión anterior nos dice que el cociente de los PIB por trabajador a precios
corrientes en una moneda común es igual al cociente de productividades
23
VI Aspectos empíricos de la productividad
1. Los cambios de la productividad en el tiempo.
La gráfica 1 muestra por qué la
productividad se ha vuelto tan
importante en nuestros días: hay una
disminución en la tasa de crecimiento de
la productividad laboral en los países
más poderosos. El estancamiento en la
productividad se ha visto acompañado
de una disminución en el ritmo de la
acumulación de capital en esos países y
en muchos de ellos los salarios reales
se han estancado o retrocedido. De acuerdo a lo que vimos en la tercera sección de este
trabajo la productividad laboral mediría los cambios en el valor de una canasta si los
precios corrientes fueran proporcionales a los valores. Esto no es así pero numerosos
trabajos han mostrado que los precios de mercado están muy próximos a los valores
trabajo de las mercancías14
. De manera que la productividad laboral puede considerarse
14
Cockshott, P., Cottrell, A. and Michaelson, G. "Testing Marx: Some new results
from UK data". Capital & Class 55, 1995,pp.103-129.
24
como una medición aproximada del recíproco del valor de una canasta constituida por la
demanda final de la economía. Por ello la disminución de la tasa de crecimiento de la
productividad significa que el capitalismo de nuestros días sigue desarrollando la fuerzas
productivas aunque a un ritmo menor. Este menor ritmo de crecimiento de la productividad
ocurrió en numerosos países desde mediados de los años setenta. Veremos que ha
ocurrido junto con ese estancamiento de la productividad.
Petrovich, P. "The deviation of production prices from labour values some methodology
and empirical evidence, Cambridge Journal of Economics 11(3), 1987, pp 197-
210.
Shaikh, A. "The Transformation from Marx to Sraffa" in Mandel, E. and Freeman eds.
Ricardo, Marx, Sraffa. Verso. Londres. 1984. pp. 43-84.
25
2. Salarios reales y productividad.
La gráfica 2 muestra claramente que en los EUA aparece una ruptura del vínculo
entre productividad y salarios reales desde la mitad de los años setenta.
Antes de esos años, los salarios reales y la productividad se movían de manera parecida ;
después el vínculo se rompió como resultado inmediato de las políticas conservadoras y
seguramente de las fuerzas que guían la acumulación: las ganancias.
La gráfica 3 muestra que durante los ochenta en México también ocurre lo que en
EUA: el vínculo productividad salarios reales se rompe.
Esto resulta especialmente claro para la industria manufacturera tal como se observa en la
gráfica 4.
La causa inmediata de ese
comportamiento es que el
26
gobierno mexicano merced al férreo control de los sindicatos oficialistas (los afiliados a la
Central de Trabajadores Mexicanos y a otras centrales importantes) ha abatido el salario
real mediante el subterfugio de ligar los aumentos salariales de los salarios mínimos a la
inflación esperada. El salario mínimo se fija cada año y constituye una guía y en
muchas ocasiones un tope a los aumentos salariales contractuales. Como casi siempre el
gobierno ha subestimado la inflación futura el salario mínimo ha caído prácticamente sin
excepción desde 1983 cuando se inició esta política.
El gobierno mexicano y las organizaciones patronales dicen frecuentemente que las
posibilidades de aumentos salariales están supeditadas a los aumentos de productividad
pues de otra manera se frenaría el crecimiento y se perjudicaría a los propios obreros. Con
lo expuesto hasta aquí es obvio
que los descensos salariales no
han ocurrido a causa de la
productividad: el nivel de la
productividad ha crecido casí
ininterrumpidamente y el nivel de
los salarios ha descendido sin
que se vuelva a los niveles de
mediados de los años setenta. El
ligar los aumentos salariales a los cambios en la productividad es un recurso retórico del
27
gobierno y de los capitalistas para no decir que son las posibilidades de la acumulación las
que restringen los aumentos salariales.
Por otro lado la propuesta capitalista de ligar la productividad local a los aumentos
salariales no representa las necesidades de los trabajadores ni se adecua a las
posibilidades de la acumulación. hemos visto que hay períodos prolongados donde el
salario real se mueve como lo hace la productividad promedio de las economías.
Hay que desarrollar el significado de las expresiones 5 y 7 para entender la relación entre
aumentos en la productividad, los salarios y la tasa de plusvalía. No estamos en capacidad
de desarrollar todos los aspectos de estas relaciones, nos concentraremos en uno de ellos
poco discutido: La tasa de plusvalía no cambie si el índice de trabajo necesario no lo hace.
Eso supone que el índice de salarios reales se mueve igual que el índice de productividad
del sector de bienes salario ( de la expresión 7). Eso es aceptado por la mayoría de los
economistas, aunque en el caso de los neoclásicos será por malas razones. Pero lo que
se desprende de nuestro análisis es original del marxismo: un aumento en la
productividad de algún medio de producción posibilita un aumento del consumo de
todas las mercancías que utilicen directa e indirectamente dicho medio de
producción. Esta derivación de las expresiones 5 y 7 puede ser comprendida si la
ilustramos así: supongamos que hay sólo tres ramas de producción , la rama 1 es
productora del único medio de producción y las ramas 2 y 3 producen medios de
consumo. Supongamos que aumenta la productividad en la rama 1 en 50% y por lo tanto
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aumentará la productividad en las ramas 2 y 3 en, digamos, 15% y 10% respectivamente.
Ello ocurrirá así a pesar de que no se registre cambio local alguno en las condiciones de
producción en las ramas 2 y 3. Si sólo hubiera un bien salario, el producido en la rama 2;
sería posible incrementar el salario real en 15% sin merma alguna en la tasa de
plusvalía. La explicación de esto es que en realidad cada producto es resultado del
trabajo desempeñado por el conjunto de los trabajadores y no sólo de los que
aparecen directamente ligados a su elaboración. De manera que al ahorrarse trabajo
en un punto de la producción social se posibilita producir más de todos las mercancías
que utilicen el producto donde se originó el cambio. Esta es pues una de las formas en la
que se evidencia el carácter social de la producción.
Volvamos a los datos para México y EUA. Es posible que la productividad del sector de
bienes salario hubiera crecido menos o más que la productividad promedio; resulta sin
embargo improbable que hubiera decrecido durante varios años mientras que aumentaba
el promedio. Resulta así que la disminución de los salarios reales obedece seguramente a
un aumento de la tasa de plusvalía en ambos países. Dicho aumento es consistente con
la teoría marxista de la ganancia pues indicaría un aumento en la composición orgánica
del capital.
Queda por analizar la manera de estudiar la productividad del sector de bienes salario lo
que resulta de la mayor importancia dado el comportamiento de los salarios reales en
nuestros días. Pasemos a otro aspecto del análisis concreto de la productividad.
29
3. Productividad entre países: México y EUA.
Tal como se muestra en la gráfica 5 los salarios mexicanos y los estadounidenses son
muy diferentes. Para un capitalista
extranjero que venderá los productos obtenidos en México en otro país los salarios en
dólares son uno de los costos con los que tiene que decidir si le conviene producir en
México. De manera que si se devalúa el peso frente al dólar los trabajadores mexicanos
se abaratan y probablemente vendrán más empresas. Para este efecto, como se ve, la
paridad de mercado (PM) es determinante. Sin embargo, para entender las diferencias de
salarios entre México y EUA conviene eliminar los efectos de la subvaluación o
sobrevaluación del peso, eso se consigue aproximadamente con la Paridad de Poder
30
adquisitivo (PPA).
Gráf. 6: Remun., product. y valor
F.T. en EUA y Mexico.
0
5
10
15
20
60
64
68
72
76
80
84
88
92
Ra
zón
EU
A/M
éx.
Rem a PPA Rem. corrient.
product. Val. FT
La gráfica 6 muestra que si
se emplea una estimación de la PPA en lugar de la paridad de mercado, la razón entre las
remuneraciones estadounidenses y las mexicanas se suavizan. Hemos eliminado los
"saltos" atribuibles a fluctuaciones de la paridad monetaria entre países. Las
remuneraciones estadounidenses son entre 6 y 12 veces más altas que las mexicanas
Distribución del producto entre clases.
Otra explicación de tales diferencias es la distribución del producto entre las clases
sociales, la cual se expresa en la participación de los salarios en el producto, en ambos
países. Esto ha sido denominado por autores marxistas como Duncan Foley15
el valor de
la fuerza de trabajo. Sucede que si los trabajadores mexicanos reciben menos de lo
15
Foley, D. "The Value of Money, the value of labor power and the Marxian
transformation problem", Review of Radical Political Economics, v. 14(2), pp. 37-47.
31
producido que los trabajadores estadounidenses ello agranda las diferencias salariales en
dólares.
El porcentaje del producto que reciben el total de trabajadores estadounidenses
representa dos veces el que reciben los mexicanos (alrededor del 60% y del 30%
respectivamente, como lo muestra la gráfica número 6. Aún durante la segunda mitad de
los setenta, con el crecimiento de la participación de las remuneraciones de México la
razón fue de 1.5 a 2. Esta situación expresa que los trabajadores mexicanos son en
promedio más explotados que los trabajadores estadounidenses. O, con otras palabras
que la fuerza de trabajo mexicana vale menos que la estadounidense.
Podemos estimar las diferencias en remuneraciones que habría si los trabajadores de los
dos países fueran igualmente explotados. Así la participación de los asalariados
estadounidenses no sería dos veces la de los mexicanos sino la misma. Con esto las
diferencias salariales entre ambos se reducirían a la mitad. Hasta aquí habríamos
eliminado la influencia de la sobrevaluación o subvaluación y de las diferencias de
explotación pero el salario de los mexicanos seguiría siendo más bajo que el de los
estadounidenses. Las diferencias que persistirían entre los salarios se deberían a que la
productividad promedio en México es inferior a la estadounidense.
Productividades promedio entre países
32
Como lo muestra la gráfica número 6, la productividad estadounidense es tres y seis veces
la de México. Habida cuenta de que con este tipo de análisis eliminamos los otros
factores, la diferencia de productividades coincide con la diferencia de remuneraciones.
Por eso los bajos salarios mexicanos no son una ventaja para exportar sino que en gran
parte, resultado de la menor productividad, o sea producto de una desventaja para
exportar. De ahí que para que los bajos salarios mexicanos sean aprovechables, los
capitalistas precisan de islas donde los procesos con costo salarial significativo importen
productos semielaborados producidos con altas productividades: las maquiladoras. Los
gobiernos mexicanos las han fomentado y con ello están frenando el desarrollo industrial
interno pues las maquiladoras están poco integradas a la economía nacional. Los bajos
salarios mexicanos no son como reza la economía convencional una ventaja relativa (sólo
lo es en los islotes maquiladores) sino que son el resultado de una desventaja absoluta
en el comercio internacional. La explicación de nuestro modelo es sólida pues si los
salarios bajos fueran una ventaja los capitales se irían a los países más pobres para
competir en el mercado mundial. No es así y dicho comportamiento es explicado por la
teoría marxista según la entendemos.
VII conclusiones.
La definición de productividad derivada de la teoría marxista resulta fructífera, nos permite
manejar diferentes problemas que en la literatura no marxista aparecen ilegítimamente
tratados o que de plano son inconsistentes con otras partes de la misma teoría.
33
a) La variación del PIB por hombre ocupado ("productividad del trabajo") permite medir
la variación de la productividad agregada con un índice de Paasche. Tenemos una
definición marxista de productividad que corresponde aproximadamente a lo que en
muchos trabajos empíricos se usa. Esta forma de definir y medir productividad es
ampliamente usada pero dentro de la teoría no marxista es ilegítima e inconsistente
con el dogma de que el capital es productivo. Por el contrario, dentro de la teoría
marxista puede y debe emplearse la productividad laboral como una medición de
los cambios en el valor trabajo de la demanda final. Desde luego, esta medición
como todas involucra un cierto error y la determinación de la importancia de este
error es un problema por resolver.
b) Es posible plantear una relación entre un índice de trabajo necesario y los índices
de salario real (Laspeyres) y productividad (Paasche). Una idea semejante se
utiliza ampliamente en la literatura no marxista ´sólo que el salario no se deflacta
con un índice para productos de consumo sino con el deflactor del PIB, es decir que
no tiene un significado claro. Además la productividad empleada por dichos análisis
es la laboral.
Los datos de México y EUA muestran que hay una transformación en curso en el
capitalismo, al menos en esos dos países. El mayor crecimiento de la productividad
media de la economía sugiere que se está elevando la tasa de plusvalía.
34
c) La productividad definida aquí sirve para comparaciones interespaciales, el cociente
de productividades entre dos países resulta igual al cociente de los PIB por
trabajador a paridad de poder adquisitivo. Al aplicar estas ideas a México y a EUA
se encuentra un sólida explicación de las diferencias salariales entre ambos. Se
concluye que las considerables diferencias salariales resultan de diferencias muy
considerables de productividad y de tasas de plusvalía.
Los resultados anteriores son muy prometedores, se obtuvieron suponiendo que los
precios son los precios valor. Por lo tanto es imprescindible ver si con precios corrientes
próximos a ellos lo que se obtendría resultaría una buena aproximación a lo requerido
por la teoría. De una definición de productividad marxista se siguen una serie de
resultados que sirven para entender la productividad en el tiempo y en el espacio. No
hemos analizado, sin embargo, uno de los aspectos más importantes: la distinción entre
trabajo productivo e improductivo. Su importancia es obvia si pensamos que en muchos
países ha crecido la proporción de los trabajadores dedicados a tareas de supervisión y a
otras actividades improductivas en el empleo total. La medición de la productividad del
trabajo se modifica sustancialmente según se la calcule considerando o no a estos
trabajadores.
De cualquier manera estamos convencidos de que una definición marxista de
productividad consistente con la teoría del valor trabajo es un concepto útil y que dará
muchos frutos importantes para el estudio crítico del capitalismo.
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Apéndice
Fuentes para las gráficas:
Gráfica 1 : elaboración propia con datos de: Mishel, L. TheState of Working America
1996-97- M. E. Sharpe. Nueva York. 1997 pp. 384
Gráfica 2: Fuente: Elaboración propia con datos de National and Income Product
Accounts obtenidos de University of Maryland.
Gráfica 3: Fuente: Elaboración propia con base en: Sistema de Cuentas Nacionales de
México varios años. INEGI.
Gráfica 4: Fuente: Elaboración propia con base en: Sistema de Cuentas Nacionales de
México varios años. INEGI
Gráfica 5: : Elaboración con base en : hasta 1994: Valle B., A. y Martínez G., G. Los
salarios de la crisis. La Jornada Ediciones, México. 1996. Los años posteriores se
actualizaron con la base de datos de INEGI y de la Universidad de Maryland
Gráfica 6: elaboración propia con las mismas fuentes que la gráfica 5.