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Paro del gas • 1 Viernes 30 de diciembre de 2011La Prensa Austral •

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La Noticia del Año 2011 en Magallanes

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2 • Paro del gas Viernes 30 de diciembre de 2011 • La Prensa AustralJo

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En medio de la calzada, con los brazos en alto un hombre ordena la circulación de los vehículos, dando el paso, primero, a los de la derecha y, luego, a los de la izquierda. Con una chaqueta reflec-tante, asume su rol con absoluta propiedad, convencido de que él manda. Y así es, porque todos le obedecen; aunque el papel,

en rigor, le corresponde a los tres carabineros que, pasivamente, lo obser-van a 15 metros, sin intervenir, concientes de que en esa circunstancia ellos carecen de autoridad.

Esta escena surrealista en un Chile acostumbrado al orden de la gorra uniformada, ocurrió hace casi un año, en enero de 2011, en pleno bloqueo de la ruta de acceso a Punta Arenas durante la paralización general de siete días en la región en protesta contra el alza de la tarifa del gas, y grafica, como nin-guna otra, que la leyenda “La ACM entrega el gobierno”, escrita en un lienzo durante la firma, en la intendencia, del acuerdo protocolar que puso fin a la movilización, evidenció una tremenda verdad: durante las 161 horas gran parte del poder en la región fue popular. Y quienes impulsaron la revuelta, estaban convencidos de ello.

Se puede cuestionar -como varias personas lo hicieron- la validez de la representación de los miembros de la Asamblea Ciudadana de Magallanes (ACM); también criticar las consecuencias del paro, especialmente en los turistas y los habitantes de la región que vieron impedido su normal des-plazamiento y compra de alimentos; así como los hechos de violencia que se registraron, sin duda, inaceptables. Pero el asunto aquí es otro: cómo un movimiento ciudadano creció al punto de capturar el interés de todo el país, transformándose en un fenómeno social digno de ser seguido día a día como una teleserie de final incierto.

En un principio vilipendiados y menospreciados con comentarios cla-sistas, con el paso de las horas y los días los dirigentes de la ACM agarra-ron vuelo gracias al masivo y transversal apoyo que concitó la protesta. Además, debido al quiebre entre el interés ciudadano y el del Estado, con un gobierno regional partidario del aumento tarifario, se fue alimentando su validación social. Ellos, por su parte, a medida que transcurría el movi-miento se empoderaron cada vez más, para terminar siendo sus grandes sostenedores, por sobre alcaldes, parlamentarios, empresarios e, incluso, el obispo Bernardo Bastres, quien pese a participar en las primeras negocia-ciones (gestión alabada por la comunidad), no pudo llevar los argumentos

de la disputa a un punto de consenso. Desde esta perspectiva, esta protesta fue puro pueblo, un pueblo capaz de sentarse a negociar cara a cara con el gobierno, tensionándolo al extremo de conseguir la renuncia de un minis-tro de Estado (el de Energía).

Durante siete días, Magallanes vivió al borde de la anarquía (y en ins-tantes, lo traspasó), con algunos visitantes extranjeros molestos porque no podían abandonar Punta Arenas, bloqueando el tránsito vehicular en la Plaza de Armas; muchas personas conduciendo sus vehículos a contra-mano por la sorpresiva aparición de una barricada, empleados cerrando el acceso a los supermercados y varios asados cocinándose en esquinas ini-maginables en medio de una vigilia nocturna.

Pero el poder no sólo estuvo en manos de la ACM; también lo hizo suyo la gente -de capitán a paje- que con su voz o su letra opinó a destajo en las tribunas dispuestas en los medios de comunicación. Admirable ejercicio democrático por lo aglutinante de sensaciones y puntos de vista; casi una catarsis colectiva tras años, décadas, de oídos sordos de un Estado cen-tralista hacia una región que por extrema debió extremar el descontento. Punto de inicio y ejemplo, sin duda, para las manifestaciones ciudadanas que recorrieron Chile durante 2011.

Que al final la ACM no consiguiera el gran objetivo de suspender el alza, viéndose obligada a transar en 3% y 18 mil subsidios para las familias más vulnerables, es sólo un dato de la causa final que aún no termina, con una ley de tarificación del gas todavía pendiente cuando el año ya acaba. Lo realmente relevante, aquello que quedará en la historia, es cómo se llegó a eso; a que el día del acuerdo el 18 de enero, hablara primero en directo para todo el país ante las cámaras de TV el biministro de Minería y Energía, Laurence Golborne, luego el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, y tras ellos el antiguo dirigente vecinal Carlos Aro, para que después -sí, des-pués de Aro- el Presidente de la República se refiriera desde La Moneda, también en directo, al término del conflicto.

Una notable exhibición de poder popular ver a las más altas autoridades de gobierno esperando en un documento la firma de un poblador magallá-nico.

Alejandro Toro Director

La Prensa Austral

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Siete días de poder ciudadano

Rechazo total al nuevo contrato de Enap y Gasco que incrementa en 16,8% la tarifa del gas domiciliario en Magallanes.30

Jueves

de diciembre de 2010:

Bitácora del paro

4 • Paro del gas Viernes 30 de diciembre de 2011 • La Prensa Austral

A casi un año de la protesta por el alza del gas, nadie nos pudo dar pistas certeras del paradero de este hombre, quien cuando le fue tomada esta fotografía, el

18 de enero de 2011, sólo se identificó como Carlos Ruiz.

En la intersección de las Avenidas Frei y Presidente Ibáñez, ese día, luego del anun-cio del término de la paralización regional, Carlos asumió la tarea de dirigir el tránsito vehicular para despejar la ruta, función que, debidamente “uniformado”, cumplió a la per-fección. Tanto así que una conductora señaló: “Me encanta cómo hace su trabajo ese hom-bre. ¿Habrá sido carabinero?”. Para salir de la duda, mientras agitaba sus manos en una y otra dirección, le preguntamos si había perte-necido a la institución policial, respondiendo: “¡No amigo, nunca he sido carabinero!”.

Carlos es, sin duda, un claro ejemplo, un icono, de cómo los magallánicos, los simples ciudadanos, tomaron el control de su destino durante los siete días de la gran paralización.

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El destino en manos

de la gente

1de enero de 2011:

Cabildo ciudadano acuerda principales acciones contra el alza del gas en Magallanes. Se planifican marchas y paro.

Sábado Bitácora del paro


3de enero de 2011:

Consejeros regionales cuestionan a la intendenta por defender el alza del gas.

José Hernández Villarroel, un eterno de la dirigencia social en Magallanes, tiene fama de “duro”. Por eso, no resulta fácil llevarlo hacia el lado de la fibra. Sin embargo, su voz se entrecorta cuando

se le consulta sobre qué episodio de la parali-zación es capaz de emocionarlo.

Su respuesta surge espontánea: “La noche cuando murieron las dos niñas en la barricada. Eso nos marcó hasta dónde podíamos llegar, más aún cuando algunos sectores nos endosa-ron la responsabilidad. Aquel fue un momento complejo, que nos marcó a todos y nos llevó a evaluar la continuidad de la manifestación. Pero fuimos de la opinión de que se trataba de un hecho que debía aclararse en los tribunales y que era una señal fuerte de que no podíamos claudicar en nuestras demandas”.

- ¿Cuál fue el momento de inflexión en este proceso, ese minuto donde dicen: “¡Ya, hay que hacer un paro!”?

- “Fue cuando hicimos el cabildo en el ex Ceia. La situación no daba para más e, incluso, así había voces que estaban en contra de una movilización de gran envergadura. Final-mente, se logró el acuerdo de que había res-puesta o había paro”.

- ¿Y cuánto hubo de planificado y cuánto de espontáneo?

- “Planificada, la decisión, después vino

todo el resto con mucho de espontáneo. Y, esa misma improvisación fue la que llevó al éxito. Recuerdo los cortes de calles, la movilización de los camiones a la entrada del puerto, todas señales fuertes de las cuales el gobierno no quiso o no supo dar lectura”.

- ¿Imaginaron la adhesión, impacto y trascendencia que tendría esta parali-zación?

- “Nosotros dijimos: ‘Vamos a hacer un paro’, pero nunca imaginamos que se daría en los términos en que se dio, más cuando entendíamos que era un problema de fácil resolución. Lamentablemente, no fue así por-que tuvimos una intendenta que no enten-dió absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo y ministros que despreciaron las propuestas de la gente de Magallanes. Eso no hizo más que entregar mayor fuerza al movi-miento”.

- Y ahí vino el largo aliento o eso de hasta las últimas consecuencias.- “Claro. Nosotros pensábamos en un paro no mayor a dos o tres días. Pero las soluciones no estaban en la región porque no teníamos auto-ridades con la capacidad de tomar decisiones”.

- Imagino que hubo momentos de fla-queza, de duda o amenazas de quiebre del movimiento.

José Hernández, vocero de la Asamblea Ciudadana de Magallanes

“El paro fue consecuencia de un

error grave: el no saber escuchar por

parte del gobierno”- “Tuvimos una intendenta que no entendió

absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo y ministros que despreciaron las propuestas de la gente

de Magallanes”, asegura el dirigente.

Alejandro Salazar

Lunes Bitácora del paro

- “Todas cosas lógicas cuando se tiene un movimiento de esta envergadura, con una región entera paralizada, con desabasteci-miento, con turistas prácticamente atrapa-dos en la región y un problema que incluso tocó a los argentinos. Hubo momentos de presión muy fuerte, discusiones, pocas horas de descanso, mala alimentación. Pero logra-mos mantenernos en pie, firmes pese a todo”.

José Hernández dice que la clave de la paralización fue el haber dejado fuera los colores políticos, las ideologías y los intere-ses individuales. “Entendimos que el gas era un problema que nos afectaba a todos. Tocó la fibra de los magallánicos y la indiferen-

cia dolió y nos fortaleció. Fuimos capaces de llevar adelante un movimiento transversal, que ya está instalado en la historia no sólo de Magallanes, y de entregar una lección a nues-tras autoridades: el que las demandas deben ser escuchadas”.

- ¿Algo de qué arrepentirse?- “Sí, porque en el momento cuando se

firma el protocolo cometimos una falta: no haber exigido en ese instante, sin levantar el paro, una respuesta definitiva por parte del gobierno. Y si bien logramos gran parte de nuestras demandas, la promesa de una ley para septiembre sigue siendo un tema pen-diente”.

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Martes

4de enero de 2011:

En sesión especial en el Senado, ministro de Energía descarta revertir el incremento.

Bitácora del paro

Ya lo dijo el vocero de la Asamblea Ciudadana, José Hernández: “La muerte de ambas jóvenes marcó hasta dónde podíamos llegar. Aquel fue un momento com-

plejo, que nos marcó a todos, una señal fuerte de que no podíamos claudicar en nuestras demandas”.

Para Defilia Ruiz fue una Navidad dife-rente. La primera sin su hija Melissa Silva, la joven de 23 años que dejó de existir en medio de una barricada la noche del martes 11 de enero. Junto a ella también falleció su amiga

Claudia Castillo Campos (19).Recordar se torna doloroso. El tema

le resulta sensible, más aún en esta fecha (“donde ella era el alma”) y a pocos días del fallo del Tribunal que sentenció a pena en libertad al responsable del atropello.

Sus pensamientos, traducidos en pala-bras, se sitúan la noche de los hechos. Defilia recuerda que Melissa le dijo: “Mamá, voy a ir a mirar y hacer fuerza. Tenemos que apoyar este movimiento”.

Lo que pareció una frase al aire, se torna-ría acaso en las últimas palabras que escucha-

ría por parte de su hija.Minutos después -cerca de las 23,30

horas- vendría una última mirada. La madre se dirigió también hasta la intersección de Correa con Videla. Melissa era parte de un grupo que bailaba y cantaba a pasos de una barricada. “Me quedé un ratito y regresé a la casa. Al cabo de pocos minutos…”. Defilia se quiebra, cuenta que su yerno llegó corriendo para avisarle que “algo había pasado”. Lo que vino después fue caos, confusión.

El vehículo que conducía Jaime Eduardo Sotomayor había sobrepasado la barricada y

literalmente barrido con todo lo que encon-tró a su paso. Tanto Melissa como Claudia debieron ser sacadas de entre las llamas.

La noticia fue portada a nivel nacional. La figura de ambas fue sustento importante para mantener la movilización y un cable a tierra para una comunidad que endureció su posi-ción por lo que consideraba justo.

Pero también, la pérdida fue un golpe irreparable para dos familias vecinas, que hoy siguen buscando una explicación, clamando justicia y recordando aquella noche en que Magallanes lloró.

La muerte de Melissa y Claudia

El drama que marcó la movilización

Multitudinario fue el funeral de las dos jóvenes.

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La figura de ambas fue sustento importante para mantener el paro. Pero también, la pérdida fue un golpe irreparable para dos familias que hoy siguen buscando una explicación, clamando justicia y recordando aquella noche en que Magallanes lloró.

Alejandro Salazar

Velatón en la Plaza de Armas de Punta Arenas.

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Uno de los principales actores que tuvo el paro regional por el alza en el precio del gas fue Francisco Alarcón, miembro de la Asamblea Ciudadana, encar-

gado de conflictos de la Central Unitaria de Trabajadores (Cut) y militante del Partido Comunista. “Pancho” fue uno de los que no participaba directamente de las negociacio-nes, pero que telefónicamente se comunicaba a cada instante con quienes sí lo hacían, como Dalivor Eterovic o José Hernández.

Fue de esta manera como el 17 de enero se enteró de que en la intendencia, mientras la Asamblea Ciudadana mantenía una nego-ciación con el ministro Laurence Golborne, los alcaldes Vladimiro Mimica (Punta Are-nas) y Fernando Paredes (Puerto Natales), acompañados por el concejal Emilio Boccazzi, desarrollaban una reunión paralela en la que incluso se había llegado a un acuerdo de subir el precio del gas en 3 por ciento.

Alarcón, quien se encontraba “aleonando” a la gente frente a la intendencia, comenzó a anunciar a viva voz la situación que se estaba produciendo, acusando al edil de Punta Are-nas de “traidor” y refiriéndose en duros térmi-nos a quienes participaban de la negociación paralela. “Acá está el pueblo de Magallanes dando la pelea y no aceptaremos esta mierda”, vociferaba frente a miles de manifestantes en la Plaza de Armas, quienes con cánticos alusi-vos a los “traidores”, como los llamaban, agi-taban al viento sus banderas negras.

Esta situación provocó que los alcaldes se retiraran abruptamente desde la intendencia y por medio de Mimica -en representación de

los tres- señalar: “Los alcaldes y concejales jamás hemos traicionado al pueblo de Maga-llanes. Hemos planteado nuestra posición con suma claridad, y no hemos cambiado nuestra posición”.

Con GolborneOtro episodio que marcó el paro para Alar-

cón fue la oportunidad en la que encaró junto a un grupo de manifestantes al ministro Gol-borne en las afueras de la intendencia, hecho

que recuerda como si fuese ayer, aunque tam-bién reconoció que de la misma forma ayudó a “salvar” al secretario de Estado cuando éste, tras participar de un programa en Polar Comu-nicaciones, era esperado por vecinos y vecinas indignados, quienes intentaron agredirlo con golpes de pies y puños.

A casi un año de esta lucha social que para-lizó a la región, Francisco Alarcón reconoce que se lograron acuerdos importantes luego de las constantes protestas, aunque en térmi-

El inolvidable episodio que protagonizó Francisco Alarcón

El dirigente que acusó a los “traidores”- El miembro de la Asamblea Ciudadana afirma que se lograron acuerdos importantes en la lucha por el gas, pero, como autocrítica, asegura que la formación de la mesa técnica debilitó el movimiento.

Mario Andrade

nos de autocrítica tiene la claridad de que la formación de la mesa técnica debilitó en parte el movimiento, señalando que el gobierno le ha mentido a Magallanes durante todo este tiempo, debido a que la ley de tarificación del gas aún no es una realidad. Eso sí, remarca con gran felicidad: “Con el paro logramos desen-mascarar al ministro estrella de Piñera”, en clara referencia a que Golborne no salió bien parado ante la opinión pública luego de esta paralización.

Francisco Alarcón en las afueras de la intendencia en los días de la protesta.

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“Con el paro logramos desenmascarar al ministro estrella de Piñera”, asegura Alarcón.

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Miércoles

Un papel relevante le tocó cum-plir al obispo Bernardo Bastres durante las movilizaciones del gas en enero pasado. Al punto que evoca: “Cuando fue la gran

protesta que se hizo en la plaza, cuando ya está-bamos indignados por la cosa del gas, y que diri-gió el señor (Eugenio) Bahamonde, ese día nos habíamos puesto de acuerdo antes el personal apostólico, los religiosos y las religiosas: “¿Par-ticipamos o no participamos?”. Y llegamos a la convicción que teníamos que participar, porque era un problema de todo Magallanes y nosotros éramos magallánicos”.

Esto fue algo que llamó la atención en San-tiago, porque no sólo se vio a algunos sacerdo-tes sino también a religiosas y al obispo también presente. “Esa primera protesta fue muy signifi-cativa, porque fue muy alegre”, expresa.

Por otro lado, Bastres recuerda: “Modesta-mente, con el padre Fredy (Subiabre) fuimos los primeros que recibimos a la Asamblea Ciu-dadana acá en la oficina, en un momento en que nadie les daba ningún reconocimiento”. Eso le permitiría después, al arreciar el movimiento ciudadano, poder viajar a Santiago y gestionar un diálogo ante el gobierno.

Un recuerdo interesante que evoca Bastres fue al encontrarse en Santiago con el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien “perci-bió entonces que el problema del gas era un valor transversal en Punta Arenas, no era sólo la subida del gas, había algo más. A él le llamó mucho la atención que la gente en la calle saliera, hiciera fogata, cantara, y que las protestas fueran

absolutamente pacíficas”.Bastres también vio al secretario de Estado

bastante acongojado, “incluso se agarró la cabeza a dos manos por la muerte de estas dos chiquillas de la población”. Eso lo hizo decirle a Bastres: “padre, esto no puede ser, esto es tre-mendo, tenemos que hacer algo”. Y ahí le haría ver al obispo que él podría ayudar a convocar una mesa de diálogo.

Cuando salía de La Moneda todos le pre-

guntaron dónde tenía el auto estacionado. “No -le dije-, si ando a pie nomás, yo ando en micro”.

Legítima aspiraciónDe regreso en Punta Arenas, pocos saben

que él se pudo trasladar desde el aeropuerto Carlos Ibáñez a Punta Arenas gracias a que el general Cristián Llévenes le puso un vehículo a su disposición, ya que el camino permanecía cerrado. El nunca había pensado que viajaría

dentro de una patrulla de Carabineros, y dice que pasó “piola”.

Asimismo, el prelado resalta la gran recep-ción y disponibilidad que mostró la intendenta Liliana Kusanovic para conversar este problema. “En esto fue una persona muy recta, percibía la tensión que se vivía, cómo también ella sufría, si no era fácil”.

La misma opinión conserva de los otros dirigentes. “No quiero decir lo que se conversó, porque me parece que fue resorte de ellos”. Pero para el obispo, la gran fuerza de la protesta del gas fue que todos estaban dispuestos a dialogar teniendo sus propios puntos de vista. Y si a eso se le agrega un ambiente a ratos distendido, en que unos a otros se tiraban tallas, todo ello fue legítimo para este mediador.

Monseñor Bernardo Bastres recuerda que el personal apostólico, los religiosos y las religiosas, “llegamos a la convicción que teníamos que participar, porque era un problema de todo Magallanes y nosotros éramos magallánicos”. En la foto de la izquierda, en medio de una manifestación en la Plaza de Armas de Punta Arenas junto a otros miembros del clero.

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Obispo Bernardo Bastres

“Fuimos los primeros en recibir a la Asamblea Ciudadana, cuando nadie le daba reconocimiento”- El prelado confesó que vio bastante acongojado al ministro Hinzpeter, quien “incluso se agarró la cabeza a dos manos por la muerte de estas dos chiquillas de la población”.

Roberto Hofer

5de enero de 2011:

Multitudinaria concentración en la Plaza de Armas de Punta Arenas. Día de paro en la región.

Bitácora del paro


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“Sólo le puedo decir que haber participado en el paro contra el alza del gas en Maga-llanes quedó en la historia de mi vida”.

Así de tajante es la opinión de Dorka Guerrero Toro al referirse al rol que cum-

plió voluntariamente en la movilización regional efectuada en enero de este año.

El paro ya llevaba dos días de duración y Dorka, una vendedora de ropa usada de la feria “Salvador Allende”, sintió que tenía que colabo-rar con esa causa. Se preocupó de preparar unas sopaipillas y las llevó al sector norte de Punta Arenas, en Tres Puentes, donde estaba el núcleo

principal de los movilizados.Repartió sus sopaipillas a todos los anóni-

mos participantes del paro, la mayoría camio-neros, colectiveros y trabajadores en general que se unieron con el objetivo de rechazar la anunciada alza del gas domiciliario en Maga-llanes.

De pronto, pensó que podía ayudar de una manera más comprometida con la causa. “Me acordé del nombre de la agrupación de ven-dedores que presido, que se llama ‘Esfuerzo magallánico’, y me prometí representar a mis compañeros en la movilización. Así me uní al

trabajo de la cocina y desde ahí no me moví hasta que el paro terminó”, recuerda.

En esos días, Dorka no dormía más de una hora. Se preocupaba de preparar una serie de comidas para todos los protestantes que se instalaban en el lugar y que hacían turnos para mantener cerrado el acceso principal a la ciu-dad.

“Claro que fue mucho el trabajo que tuvi-mos en esos días. Pero fue muy gratificante. En ese momento Magallanes era uno solo y me sentí muy digna al estar ahí colaborando. Todos los días recibimos donaciones y ayuda de

personas humildes y de empresas. Con decirle que hasta unas farmacias nos donaron medi-camentos para prevenir que no nos enfermá-ramos”, dice.

“Yo sólo espero que se mantenga la unidad que se creó durante la movilización, que siga-mos creyendo en nosotros, porque no pedimos nada del otro mundo. Lo que queremos es gas a un precio digno para todos los que vivimos acá. Si hasta la gente del resto del país e, incluso, los extranjeros nos apoyaron. Yo espero que de este paro salga algo bueno para Magallanes y que perdure por siempre”, sentencia.

Dorka Guerrero Toro

Preparó el “rancho” de los movilizados

Marisol Retamal

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6 Asamblea Ciudadana de Magallanes amenaza con un paro indefinido.

Jueves

de enero de 2011:

Bitácora del paro

Dorka Guerrero recuerda con emoción los días del paro en que Magallanes se unió contra el alza del gas domiciliario.

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“Llevaba siete días y siete noches sin dormir cuando lo veo ahí, con esa risa irónica, su cara de desprecio y burlándose de todos nosotros. Esa actitud desafiante, como diciendo:

‘Yo soy la máxima autoridad’. ¡Me dio tanta rabia que lo agarré con toda mi fuerza sin soltarlo!”, relató Oriana Rojas, la mujer que se atrevió a encarar al entonces biministro de Minería y Energía, Laurence Golborne.

Ese día se agolpó un tumulto de gente afuera de la intendencia en espera de su salida. “Yo estaba ahí de pura metiche”, dijo, señalando que en medio del caos “se avispó” y le quitó el paraguas. “Había mucha gente y estaban los guardias también peleando con nosotros. En el forcejeo, le arrebaté su para-

guas y me quedé con él”, contó, mostrándolo en el comedor de su casa, donde se aprecia que el mango está completamente roto.

Este arrebato de justicia, que terminó con un “trofeo” en sus manos, fue sólo una de las tantas anécdotas que vivió en los entretelones de la protesta por el alza del gas y que hoy revela con decepción porque, a su parecer, se terminó haciendo “un muy mal negocio”.

Retrocediendo a esos días de enero, Oriana cuenta que la convicción de la gente fue la que mantuvo en pie esta lucha, pero lamenta que el esfuerzo que se vivió en Punta Delgada y en el kilómetro 175 -donde ella se mantuvo firme- haya sido desco-nocido por la mayoría de los ciudadanos.

“Teníamos el toro por los cuernos”, expresó, refiriéndose al lugar estratégico que se encontraba; sin embargo, “al sexto día tuvi-mos que salir a buscar comida porque nadie se preocupó de nosotros”, afirmó, haciendo la salvedad con la gente de San Gregorio y “el señor Galindo”.

“Dos veces nos quisieron linchar; una por mar, a las 3 de la mañana; y otra por tierra, a las 6 de la mañana. Querían quebrar el bloqueo y nosotros no podíamos permitirlo. Imagínate la que se armó. Defendimos nuestro lugar con garras”, dijo la mujer que incluso salió en Uni-visión, un canal de TV venezolano que emitió el conflicto en Magallanes.

Oriana también reveló la llegada de un “conocido profesional” que supuestamente

llevaba un médico y una enfermera para asistirlos en caso de sufrir algún inconve-niente. “El médico se perdió y ella no sabía ni tomar la presión. Después contó que no era enfermera y que la habían presionado”, aseguró, agregando que también tuvieron la visita del cónsul argentino, Martín Rivolta, quien les habría advertido que se había con-tactado con la Presidenta Cristina Fernán-dez para que interviniera directamente en el conflicto que se había extendido hasta la frontera.

“Todo esto me deja como experiencia que sólo unidos se logran las cosas y que el lugar donde vivimos es muy estratégico. El que no ama su Patagonia, no ama a su madre”, reflexiona Oriana.

Oriana Rojas, una luchadora

Se quedó con el paraguas de Golborne

Liliana Alvarado

Oriana muestra el “trofeo” que arrebató al ministro.

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Se apostaron en los puntos neu-rálgicos de la ciudad durante los siete días; pasando frío, sueño y sacrificando su fuente de ingre-sos económicos. Los colectiveros

fueron uno de los grandes protagonistas de la protesta que paralizó a Magallanes para evitar el alza del gas en el mes de enero; con sacrificio, resistencia y la única convicción de estar luchando en beneficio de toda la comunidad.

José Muñoz fue uno de ellos. Desde el primer día decidió sumarse a la moviliza-ción, trasladándose con sus dos hijos –del

mismo rubro- y sus vehículos de la línea 13 hasta Avenida Bulnes, para impedir el acceso a Zona Franca y hacia Tres Puentes. Este hombre, que desde 1980 empezó a con-ducir colectivos, reveló algunos momentos vividos en aquella intersección, donde no faltó la ayuda de la gente; pero sobró la pre-potencia de algunos automovilistas que no comprendían que no se podía cruzar.

“El segundo día de paro, se acerca un caballero de un bus de turismo y me ofre-ció hasta ‘aletazos’ porque no lo dejaba pasar”, relató Muñoz, recordando que le tocó ver a varios conductores reclamando

y enojados porque querían “pasar a toda costa”. “Nosotros les explicábamos que eso no era para beneficio de nosotros, sino de toda la región y que, aunque los dejáramos pasar, en Tres Puentes los iban a retener de nuevo”, agregó.

Pero la causa no ameritaba irse a los gol-pes, por lo que el chofer se retiró indignado de vuelta a la ciudad. El papel de “guar-dianes” se lo creyeron tanto, que incluso registraban los maleteros de algunos “sos-pechosos” de portar gente a escondidas.

La parte amable –y desconocida- fue la importante ayuda de alimentación que reci-

bieron. “Pese a que obstaculizamos el paso a Zona Franca, Abu Gosch nos daba pasteles y panes; Corcoran nos dio galletas y café; e Inacap mantenía sus puertas abiertas para que utilizáramos los baños”, contó, agrade-ciendo el gesto.

Para entretenerse jugaban truco, coci-naban, conversaban o “guitarreaban”; se llevaban todos bien, pero Muñoz dudó al responder si repetiría esta experiencia: “Si participara toda la gente, sí, lo volvería hacer. Pero faltó más apoyo porque decían que estaban paralizados, pero se quedaban en sus casas sin hacer nada”.

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José Muñoz, colectivero que bloqueó el paso en Avenida Bulnes

“Hasta ‘aletazos’ me ofrecieron”Liliana Alvarado

José Muñoz junto a sus hijos Alan y José, todos conductores de la línea 13.

7 Presidente Piñera defiende alza de la tarifa y anuncia subsidio para la compra de calentadores que consuman menos gas.

Viernes

de enero de 2011:

Bitácora del paro


El teniente José Orellana Dalivet, de Linares, fue protagonista de una fotografía en la sección “Pa’ callao” justo cuando en enero estaba de punto fijo en las afueras del Liceo

San José, producto de una reunión que soste-nía la Asamblea Ciudadana con autoridades. En ese momento, el tema del gas llevaba varios días de conflicto.

¿Qué lo hizo ser entonces el blanco de los reporteros allí presentes? Mientras muchas personas esperaban congregadas el resultado de la reunión que sostenían adentro auto-ridades y representantes de la ciudadanía, recuerda que “se estableció un diálogo entre las personas que estaban ahí y los carabineros. Y hubo un momento en que el clima se relajó un poco y hubo más contacto y confianza con ellos”. Esto se daría así hasta la finalización con el conflicto del gas.

Fue tan distendida la cosa, que las fémi-nas presentes llegaron a gritarle el consabido cántico “mijito rico”. Esto no sólo se daría en el San José sino también en la intendencia y en todas partes, “y fue bien chistoso, en todo caso”.

Cómo lo vivióEste oficial de la Primera Comisaría, quien

se apresta a cumplir dos años en la región, venía llegando de sus vacaciones cuando le tocó vivir esta coyuntura. En los días previos él veía todas las noticias que pasaban sobre Magallanes desde la Séptima Región, y el día de su retorno llegó a la 1 de la mañana a Punta

Arenas. “Y tuve que esperar hasta las 5 para entrar a trabajar a las 8. Fue brusco el cambio desde las vacaciones a lo que se vivió como movilización nacional”.

Su jornada en esos días empezaba bastante temprano y debían estar atentos a todo lo que estaba sucediendo. De ahí también brotaría esta confianza que se dio con la ciudadanía, y que sirvió para relajarse dentro de lo que se vivía, ya que no es normal que le griten piro-pos a un carabinero que está trabajando.

Este ambiente bastante distendido se vería reflejado en un despacho en directo de la Radio Biobío, en el cual no podían creer que una manifestación a nivel regional tuviera a miles de personas en que piropearan o moles-taran a un carabinero “en buena onda”, como se dice. “Eso salió a nivel regional y al final también me entrevistaron y fue súper grato lo que pasó, las señoras que estaban ahí, las niñas e, incluso, los hombres también molestaron. Fue bastante raro”.

Esto le permite concluir que hubo bas-tante comprensión hacia la labor que esta-ban cumpliendo, ya que llevaban varios días trabajando, y no sólo involucró a un grupo de personas sino que a toda la región. Orellana cree que es difícil que esto se repita en otro lugar y circunstancia, “es algo que pasa sólo en Magallanes, fue un tema de mucho respeto no hubo ningún tipo de mala intención”. El, incluso, admite que se sonrojó varias veces: “Uno nunca espera que le griten ese tipo de cosas, y cuando no es uno, ni dos, sino que son miles de personas”.

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El “piropeado” teniente de Carabineros, José Orellana

“Esto es algo que pasa sólo en

Magallanes”- Al ser entrevistado desde el norte, no podían creer que durante una manifestación a nivel regional con miles de personas molestaran a un carabinero “en buena onda”.

Roberto Hofer

El teniente José Orellana supo mejor que nadie sobre el espontáneo acercamiento que se dio a nivel de toda la ciudadanía durante la crisis del gas. En la foto, custodiando el Liceo San José.


El lunes 17 de enero -penúltimo día del paro- más de cinco mil perso-nas se congregaron en un evento de características simbólicas casi en el término de la movilización

contra el alza del gas: La actuación de Sol y Lluvia en la barricada de Tres Puentes.

El consagrado grupo nacional, que cul-tiva el género de canción de protesta popu-lar, vino en aquella ocasión para actuar en forma gratuita, en una gestión de la Radio Nuevo Mundo más el apoyo de la Asamblea Ciudadana.

“Nos sentimos orgullosos de estar con nuestro pueblo”, dijo en aquella ocasión Amaro Labra, cantante y guitarrista de Sol y Lluvia, reconocida por ser una de las “bandas de la resistencia” durante la dictadura militar.

En tanto, el bajista del grupo Jonny Labra, señaló a nuestro medio: “Para nosotros, fue súper potente ver que la ciudad estaba toda movilizada, ya que antes sólo lo veíamos muy lejos desde Santiago donde nosotros estába-mos viendo una realidad distinta, por eso que llegar allá y recibir el cariño de los trabajado-

res al pasar por los sitios de bloqueos y can-tar con ellos, los vecinos y la gente de manera espontánea fue súper potente en términos de encuentro con las personas, para compartir un deseo de construir un país más justo. Ade-más pudimos observar que la gente estaba protestando de manera pacífica”.

Con respecto a la realidad que habían conocido de la protesta a través de los

medios de comunicación nacionales, Jonny Labra señaló: “Fue muy distinta a la que vimos acá, ya que nos encontramos con una ciudad realmente de pie con respecto a las reivindicaciones sociales, totalmente dis-puesta a seguir luchando y a seguir protes-tando para que estos temas se solucionaran. Descubrimos que se juntó gente de todos los colores políticos por un bien común, que

fue lo interesante de esta forma de mani-festarse”.

Como anécdota, recuerda: “Llegamos a las 4 de la madrugada y, cuando íbamos en la camioneta, en algunos puestos no sabían que íbamos nosotros y, por ello, nos detenían y nos dejaban esperando hasta que alguien se dio cuenta y ahí nos dejaban pasar pero nos pedían como peaje que cantáramos”.

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Bajista del grupo Sol y Lluvia y su actuación en Tres Puentes

Jonny Labra: “Fue súper potente ver que la ciudad estaba toda movilizada”Adrián González

Más de cinco mil personas asistieron a la presentación del conjunto.

8 Asamblea Ciudadana convoca a toda la comunidad a protestar mañana en la Costanera.

Sábado

de enero de 2011:

Bitácora del paro


Inolvidables imágenes de una histórica paralización

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Un gesto de paz en un momento de alta tensión.

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La protesta ciudadana incluyó marchas en las afueras de las oficinas de Gasco.

El punto neurálgico de la protesta contra el alza del

gas fue el bloqueo de la Ruta 9 con Avenida Frei por parte

de camiones, colectivos y vehículos particulares,

impidiendo de esta forma el acceso o salida de Punta

Arenas.

La bandera del No “renació” durante la jornadas de movilización.

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Pocas autoridades se salvaron de la crítica ciudadana. En este caso, los dardos apuntaron a José Miguel Cruz, jefe de gabinete de la entonces intendenta, y Miguel Schweitzer, seremi de Gobierno.

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Los trabajadores del Supermercado Unimarc también se sumaron a la paralización, con barricada incluida.

El ingenio magallánico floreció durante el paro. Esta imagen, en la que aparece el diputado René Alinco, fue reproducida en varios medios de prensa nacionales.

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Los turistas extranjeros solidarizaron con los magallánicos, exigiendo, eso sí, que se respetara su derecho a movilizarse libremente por la región.

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aLos colectiveros fueron pilar fundamental durante el paro. Y el pueblo magallánico se los agradeció.

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9 10 mil personas se reúnen en la Costanera del Estrecho para protestar por el alza del gas.

Domingo

de enero de 2011:

Bitácora del paro

Viernes 30 de diciembre de 2011


Los colectiveros fueron pilar fundamental durante el paro. Y el pueblo magallánico se los agradeció.

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Durante los días de paro total, en diversos sectores de Punta Arenas se levantaron barricadas y quemaron neumáticos.

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Los magallánicos se unieron en torno a un anhelo.

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Como en toda protesta, no podían estar ausentes los “cacerolazos”.

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Grandes y chicos salieron a las calles a protestar.

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Las huellas de una de las noches de protesta.

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La empresa Methanex estuvo en el ojo del huracán de la molestia ciudadana.

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La Plaza de Armas fue el punto neurálgico de las manifestaciones, donde la gente se expresó de variadas maneras.

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“En el pedir no hay engaño”, pensaba, quizás, este niño.

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El bloqueo de la Ruta 9 en varios puntos obligó a la mayoría de los pasajeros de los aviones a caminar los 20 kilómetros que separan el aeropuerto y la ciudad de Punta Arenas.

10 Alcaldes de la región apoyan paro indefinido convocado a partir de este martes a la medianoche.

Lunes

de enero de 2011:

Bitácora del paro

Viernes 30 de diciembre de 2011 • La Prensa Austral


Para el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla Mackenney, el paro regional por el alza del gas en Magallanes es uno de los hitos que marcarán su gestión como tal, ya

que debió viajar hasta Punta Arenas en repre-sentación del gobierno, para encabezar las negociaciones con los dirigentes de la Asam-blea Ciudadana de Magallanes. Así se des-prende de sus palabras, al recordar la histórica movilización, que se inició la noche del martes 11 de enero y concluyó una semana después, el martes 18, con la firma del acuerdo entre el

gobierno y la Asamblea, y el posterior levan-tamiento de las últimas barricadas de Avenida Presidente Eduardo Frei Montalva y la entrada triunfante de los camiones y taxis colectivos al centro de Punta Arenas, mientras eran vito-reados por la ciudadanía apostada en las calles.

- Dado todo lo que aconteció en enero pasado, en relación al paro del gas en Magallanes, y a casi un año de ello, ¿cómo visualiza o cómo definiría lo vivido por Ud. durante esos días, en su paso por Punta Arenas?

- “Llegué a Punta Arenas el martes 11 de enero, pocas horas antes del inicio de la para-lización total de Magallanes. Como gobierno, habíamos puesto sobre la mesa una propuesta potente, en cuanto a inversión, no obstante, me quedó claro desde un principio al llegar a Punta Arenas que ella no era suficiente para quienes finalmente concentraban el liderazgo de la movilización. Como encargado de llevar adelante las negociaciones, mi postura fue siempre el diálogo. En esa lógica, nos reuni-mos con todos los actores, ya sea por separado

o en grupo, en la intendencia, el obispado o un liceo. Siempre que hubo quiebre en el diá-logo, tomamos la iniciativa para restablecerlo con el ánimo de consensuar una nueva pro-puesta. Siento una gran satisfacción de haber logrado que se firmara el acuerdo que permitió trabajar durante el año 2011 sobre las mate-rias de fondo”.

- ¿Qué fue lo más difícil de su labor, en las negociaciones con la Asamblea Ciu-dadana de Magallanes, en su calidad de representante del gobierno?

- “Sin duda, la muerte de Claudia Castillo y Melissa Silva a raíz de un atropello en una de las barricadas. Creo hasta el día de hoy que no era necesario llegar a esa paralización que tanto daño generó a la región. La mesa de diálogo entregaba todas las condiciones necesarias para llegar a acuerdo y así quedó

de manifiesto a sólo una semana del inicio de la movilización. El otro momento complejo se dio el sábado 15 de enero, cuando los mani-festantes señalaron por medio de una decla-ración pública que endurecerían el bloqueo. Nosotros invocamos la Ley de Seguridad del Estado y hubo entonces momentos de mucha tensión. No obstante, rápidamente primó la racionalidad en los líderes del movimiento y así, el martes 18, ya estábamos en condiciones de firmar el acuerdo”.

Finalmente, Ubilla realiza dos reconoci-mientos públicos: “A Liliana Kusanovic (ex intendenta regional), una magallánica de corazón, transparente y con una admirable disposición al diálogo, y al obispo de Maga-llanes (Bernardo Bastres), que siempre con-tribuyó al acercamiento de las diferentes posiciones”.

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Subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla

“Siento una gran satisfacción por haber logrado que se firmara el acuerdo”- Afirma que la muerte de Melissa Silva y Claudia Castillo fue lo que más lo marcó durante el paro regional por el alza del gas.Paula López

El subsecretario Ubilla, seguido de la entonces intendenta Liliana Kusanovic, saliendo apresuradamente del Liceo San José para evitar a los manifestantes.


Sin duda, fue una de las prota-gonistas indiscutibles del paro regional por el alza del gas en Magallanes y una de las más afec-tadas en su imagen, también. Se

trata de la ex intendente Liliana Kusanovic Marusic, quien a casi un año de lo sucedido, compartió con La Prensa Austral su visión de lo acontecido.

- ¿Cuál es su mirada del histórico paro del gas de enero pasado?

- “El movimiento por el alza del gas, sin duda, que tuvo gran importancia para Magallanes, ya que, a pesar de los difí-ciles momentos que vivimos, sirvió para remecer el tremendo centralismo que ha existido siempre en los chilenos; ha cam-biado la perspectiva de la importancia de las regiones y sus necesidades que son dis-tintas a las del centro del país. A pesar de que se planteó muchas veces las necesida-des específicas de Magallanes en cuanto al gas y que no tienen relación con lo que es el gas en el resto del país, a nivel ministe-rial no hubo sensibilidad al respecto. Ante nuestra preocupación, siempre se aseguró que no habría alza del gas. Con este movi-miento, se establece una preocupación del gobierno central por la situación de zonas diferentes, con realidades diferentes, y seguro que actualmente la situación espe-cífica de cada tema de la región es tratada con más cuidado”.

Kusanovic asegura que el conflicto pudo haberse terminado antes, pues los acuerdos ya se habían concretado el viernes 14 de enero en las negociaciones con todos los sectores y “se alargó el conflicto por varios días más, sin ninguna necesidad, quedando la ciudad sitiada con todo el daño que eso significó para el turismo regional y los nego-cios que dependen de esta actividad. Todo esto sólo por sacar provecho político”.

A su juicio, lo preocupante es que cuando los movimientos masivos se radica-lizan, como sucedió en este caso, se pierde todo el avance democrático que ha resuelto

Ex intendenta Liliana Kusanovic

“Con el paro se estableció una preocupación del gobierno por la situación de las zonas extremas”

La comunidad magallánica manifestó su descon-tento por la postura de la ex intendenta, quien en

un comienzo justificó el alza del gas.

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- La empresaria turística reconoció que antes de la movilización faltaba sensibilidad política a nivel ministerial.

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el mundo tras años de evolución política e institucional. “No se puede llegar a movi-mientos donde la seguridad de las personas se vulnera para lograr un objetivo. Los cana-les democráticos existen, tenemos represen-tantes de todas las tendencias elegidos por voto popular de todos los ciudadanos, por lo tanto el respeto a las instituciones vigentes y a sus representantes debe exigirse”.

- ¿Alguna anécdota o episodio de lo acontecido esa semana que recuerde especialmente?

- “En un momento tan difícil y de tanto

desgaste para todos los actores, es intere-sante recordar que después de muchas horas de diálogo y negociaciones, donde todas las partes querían un protagonismo especial, los alcaldes Fernando Paredes, de Puerto Natales, y Vladimiro Mimica, de Punta Are-nas, hicieron todos los esfuerzos por lograr al comienzo un final del conflicto, pero des-pués de muchas horas de trabajo y discu-siones con el subsecretario del Interior fue insólito ver al alcalde Mimica, quien es muy formal normalmente, agotado, cerca de las 2 de la madrugada, durmiendo en un sillón interior de la intendencia”.

Liliana Kusanovic (a la izquierda) junto a algunos de sus colaboradores más cercanos durante los días del paro.

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11 A las 23,30 horas mueren atropelladas en una barricada las jóvenes Melissa Silva Ruiz y Claudia Castillo Campos, en la primera noche de protesta en Punta Arenas.

Martes

de enero de 2011:

Bitácora del paro


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Ya se habían cumplido seis días de paralización total en Magallanes y el gobierno central ya había enviado a sus representantes -el biministro de Energía y Minería, Laurence Gol-

borne y el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla- para negociar el fin de la movilización, pero el descontento en la población seguía cre-

ciendo y esto se manifestó la noche del lunes 17 de enero en pleno centro de Punta Arenas.

Haciendo una pausa de las negociaciones que se estaban sosteniendo en el edificio de la intendencia, el biministro Golborne visitó varias emisoras radiales esa noche para brindar entre-vistas. A las 22,30 horas de ese día, el ministro sufrió una agresión durante este trayecto por las

emisoras, pero lo más grave ocurriría pasadas las 23 horas a la salida de las dependencias de Radio Polar en calle Bories.

Golborne acudió allí para brindar una entre-vista, pero al irse él y su comitiva de seguridad se encontraron con una muchedumbre exaltada que estaba esperando que saliera, en un edificio que cuenta con un solo acceso, por lo que debie-ron pedir el apoyo de las fuerzas especiales de Carabineros.

Al salir con resguardo policial, el secretario de Estado y su comitiva sufrieron los insultos, gritos y la furia de los manifestantes que debie-ron ser contenidos por la fuerzas especiales. Mucha de la gente que estuvo ahí asegura que el ministro fue agredido, pero después las versio-nes oficiales aseverarían lo contrario.

Miguel Palma, jefe de prensa de Radio Polar en aquel entonces, recuerda: “Era previsible que ocurriera esto, porque en calle Bories se esta-ban desarrollando movilizaciones durante todo el día. Golborne estaba con su comitiva, su jefa de gabinete y el seremi de Minería. Hubo mani-festaciones mientras Alfredo Vera le estaba haciendo la entrevista en Radio Polar y no había pasado nada, pero cuando finalizó la conversa-

ción, me acerqué a despedirme de él, ya sabía que había una manifestación afuera y quería salir de inmediato.

Yo pienso que si hubiese salido de inme-diato no habría tenido problemas. Los maga-llánicos somos pacíficos, a lo más le habrían gritado algo o hecho alguna pregunta ya que hasta ese momento sólo habían unos tres cara-bineros de servicio. Sin embargo, los encarga-dos de seguridad del ministro lo frenaron en su intento de salir a la calle y nosotros sólo tomamos palco. Se complicó todo porque la gente de seguridad pidió refuerzos y las fuer-zas especiales se demoraron en llegar, así que el ambiente se fue encendiendo y la gente se molestó más aún por la llegada de fuerzas especiales”.

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Los tensos minutos que vivió Golborne en Polar Comunicaciones

La furia que puso en aprietos al ministroAdrián González

La caótica salida de Golborne de los estudios de Polar, tras ser entrevistado.

12 Fuerzas Especiales asumen el control del orden público en Punta Arenas. Mil turistas no pueden abandonar el Paine por bloqueo de la ruta.

Miércoles

de enero de 2011:

Bitácora del paro


“Me corrieron las lágrimas al pensar que en plena democracia hubiese sucedido algo terrible. Me quebré al ver que estábamos como en una situación de guerra, con la Cruz Roja

al frente de una caravana con vehículos del Ejército que la seguían”, recordó la presi-denta de la filial de la Cruz Roja en Puerto Natales, Sara Barrientos.

La imagen que jamás se le olvidará ocu-rrió el 14 de enero de este año en medio de la manifestación contra el alza del gas, cuando se inició el puente aéreo para eva-cuar a los 2 mil turistas que se encontraban atrapados en Ultima Esperanza.

El importante papel cumplido por la Cruz Roja se inició con una reunión del Comité de Emergencias que convocó el gobernador Max Salas. En el encuentro, se determinó que el organismo que le daba garantías a todos era precisamente dicha entidad humanitaria. Igual opinión tuvie-ron los dirigentes de la Asamblea Ciuda-dana.

Por los medios locales y a través de con-tactos, se logró convocar a los turistas que se encontraban en Puerto Natales. Quinientos de ellos llegaron hasta la gobernación pro-vincial. Allí se les informó que existía un albergue para recibirlos mientras se supe-raba la situación. Se trataba de las instala-ciones de la escuela Santiago Bueras.

Del recinto se hicieron cargo las volun-tarias de la Cruz Roja. “Realmente no toma-mos mucha conciencia de lo que implicaba hacernos cargo del albergue”.

Primero fueron 140 personas, el número al otro día aumentó a 200 hasta llegar al millar. Allí dimensionaron la ardua labor que tuvieron que enfrentar.

Se contó con el apoyo de voluntarios civiles, funcionarios del Ejército y de otras entidades. En el lugar recibían desayuno, almuerzo, once y cena. El tema de la salud también debieron enfrentarlo. Problemas psicológicos por la incertidumbre, alzas de presión y falta de medicamentos.

Ante la grave situación, se dirigieron a la Asamblea Ciudadana donde manifestaron la necesidad que los turistas salieran de la zona. La propuesta fue aceptada. Se dirigie-

Presidenta de la filial de la Cruz Roja de Puerto Natales, Sara Barrientos

“Me quebré al ver que estábamos como en una situación de guerra”Gabriel Leiva

ron a la gobernación. Allí se realizó la ges-tión para contar con aviones para hacer el puente aéreo entre Puerto Natales y el aero-puerto Carlos Ibáñez.

Los turistas (1.500 salieron por esta vía) iban a bordo de buses del regimiento Lan-ceros, la comitiva era encabezada por el vehículo de la Cruz Roja y sus voluntarias y voluntarios. Al llegar a las barricadas levan-tadas en la ruta, ésta se abría y les dejaban el paso libre. Incluso recibieron aplausos de los propios manifestantes.

Otra tarea fueron las evacuaciones terrestres hacia El Calafate, en Argentina. Los buses debían llevar un distintivo de la Cruz Roja y ser acompañado por algunas de sus voluntarias. En uno de los viajes retor-naron a las 3 de la mañana del día siguiente. A las 7 horas había que estar en el albergue.

Con orgullo, Sara Barrientos destaca que “la Cruz Roja es un organismo huma-nitario, imparcial y neutral que le da garan-tías a todos”. Una turista abraza a una voluntaria de la Cruz Roja en el aeropuerto de Puerto Natales.

El vehículo de la Cruz Roja encabezaba la caravana donde se evacuaba a los turistas.

“Realmente no tomamos mucha conciencia de lo que implicaba hacernos cargo del albergue”, recuerda Sara Barrientos.

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Tan sólo 26 personas -en su mayo-ría mujeres- casi provocan un incidente internacional el 12 de enero, cuando en una acción sor-presiva e impensada para una

comunidad normalmente tranquila como la fueguina, se tomaron el terminal marítimo de Bahía Azul (comuna de Primavera). Fue en el marco de la protesta contra el alza del gas, que el día anterior fue tan exitosa en Porvenir, reuniendo más de dos mil personas de todas las tendencias y profesiones.

“Ese pequeño grupo, apenas un puñado como se dijo, llegamos a las 6 y media de la mañana y nos tomamos Bahía Azul, contra la resistencia de centenares de viajeros argen-tinos, más que nada camioneros”, recuerda una de las protagonistas de la planificación y “toma”, Patricia Cossio. “Cuando abandona-mos el lugar, cerca de la noche, la fila de autos y camiones, en tres carriles, puedo asegurar que llegaba hasta Cerro Sombrero”.

“Los argentinos estaban muy molestos, porque había padres con niños, gente que iba a control médico, profesionales que tenían que cumplir sus trabajos, hasta una monja con un centro de vacaciones en bus. Por eso en un momento, como mujeres, flexibiliza-mos para permitir el paso de los vehículos en que viajaban menores de edad. Y me comuni-qué por teléfono con el capitán del ferry, para permitir que bajaran los autos con menores o de casos especiales, pero no camiones”, reme-mora Cossio.

Ella, junto a otra “Patty” (Patricia Vargas) fueron las líderes del movimiento en el termi-nal marítimo llamado “la principal puerta de entrada a Tierra del Fuego” . Rememorando lo más difícil del evento, apunta que ya en

Mujeres lideraron la movilización en ese punto de Tierra del Fuego

La heroica “toma” en Bahía AzulFélix Iglesias

Patricia Cossio recuerda los tensos momentos vividos.

La panorámica muestra el pequeño grupo de porvenireños (no más de 26) que la mañana del 12 de enero impidió el paso de unos mil 500 vehículos argentinos en el terminal de Bahía Azul.

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horas de la tarde comenzó la desesperación de los camioneros trasandinos, que empe-zaron a presionar. “Como eran muchos más, no nos dejaban que pusiéramos música, que nos moviéramos y crearon barreras que se nos acercaban. Y nosotros les cerrábamos el paso con apenas seis vehículos en que había-mos llegado”.

El temor de los movilizados era que a algún alterado se le ocurriera pasar con su camión por sobre sus autos. “Nos harían ‘tiras’ y ¿qué ibamos a hacer, si la mayoría éramos mujeres? Pero estaban los carabineros, con quienes la relación durante la mañana fue muy buena, gracias al teniente de Primavera, que nos permitió extender los lienzos y seguir

con la toma. Pero cuando empezaron a acu-mularse vehículos y camiones, la cosa se puso muy tensa”.

Lo que desconocían los manifestantes era que el mando dispuso que Carabineros actuara sin armamento, porque si uno solo hacía uso del arma, podría desencadenar un conflicto binacional. “Lo desconocíamos, pero cada una hora nos reuníamos en círculo para ver hasta dónde podíamos transar y tomar acuerdos por mayoría. Así fue como decidi-mos desistir a las 11 de la noche”.

Pero hubo un momento que el grupo se debilitó, admite Patricia, cuando un concejal propuso “descomprimir” y dejar el paso a los vehículos retenidos. “Irónicamente fueron los

hombres los primeros en desertar. Nosotras las mujeres -no por aprovecharnos de nuestra condición- nos mantuvimos con la idea del paro. Como la presión era tan fuerte, los hom-bres estimaban que estábamos en peligro”.

Hoy, Patricia Cossio se muestra conforme con el resultado del “paro” en la región y del histórico momento de “toma” en Bahía Azul. Hubo otras en Tierra del Fuego, pero en el colectivo quedó la del terminal norte de la isla, por la magnitud de personas y móviles para-lizados. “Por la experiencia vivida -finaliza- aconsejaría a los jóvenes que cuando se trata de luchar lo hagan, pero sin desmanes, porque estamos en un país libre y tenemos derecho a expresarnos”.

13 Fracasó intento para deponer el paro. Reunión de cinco horas encabezada por el obispo culminó sin consenso.

Jueves

de enero de 2011:

Bitácora del paro

24 • Paro del gas Viernes 30 de diciembre de 2011 • La Prensa AustralRo

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14 Gobierno propone rebaja al 3% el alza, propuesta que es rechazada por la Asamblea Ciudadana que insiste en la eliminación total.

Había que estar. Cada uno a su manera. Por eso hay cientos de relatos. Todos tienen una parte de la historia, una breve arista que suma un gran todo. No hay

una imagen, sino miles. Acá algunas líneas de lo que se vivió en Radio Nuevo Mundo Patagonia, 104.7 FM, el día que los magallánicos tomaron el poder de la región.

Al poco andar, una de las metas: traer a Sol y Lluvia. La decisión fue repentina y necesaria. El puente: Marco Bahamonde, productor de la emisora, quien hizo el primer contacto con su amigo Amaro Labra, líder del grupo. La dispo-sición de los músicos era total. Querían estar y animar a Magallanes, sólo faltaban los ¡doce pasajes! En tres días no es fácil conseguirlos por el costo y la temporada estival que incre-menta el valor. Inmediatamente la diputada Carolina Goic y el senador Pedro Muñoz dije-ron: “¡Presente!”, sacando la cara por los legis-ladores regionales; los otros se desentendieron amablemente, con un “NO” independiente. Afortunadamente el buen gesto lo repitieron el municipio de Punta Arenas y el Sindicato de Enap. Los pasajes faltantes fueron colabora-ción de parlamentarios de otros distritos: Hugo Gutiérrez, Lautaro Carmona, Juan Pablo Letelier y Guillermo Teillier.

“Nadie pasa”, dijo el encargado de la última barricada antes de llegar al aeropuerto. Las oje-ras y la disfonía le daban un tono de gravedad a su voz.

“Pero si vamos a buscar a Sol y Lluvia, vienen a cantar hoy”, le replicamos.

“¡Imposible!, ya estamos cansados de que pase gente con cualquier chamullo”, dijo el hombre que llevaba al menos cinco días dur-miendo en el lugar. A las 9 de la mañana, los que integraban el piquete compartían un café; otros un mate. Había un aire de tensión, moles-tia y cansancio.

Los músicos ya estaban en el aeropuerto. Las llamadas iban y venían.

En eso, detrás de gruesos vidrios poto bote-lla, asomaron dos pequeños ojos, casi orienta-les: “¡Déjelos pasar, amigo!”, dijo la voz desde del fondo de la fogata. Cuando habla, su cabeza redonda y afilada en la pera tiende a inclinar el rostro hacia abajo, como si se tratara de un hom-bre gigante que mira a pequeños interlocuto-res. Pero, no mide más de un metro cincuenta. La petición resultó. El acuerdo final permitió que ingresara el furgón vacío de Radio Nuevo Mundo para traer a los músicos y una camio-neta para cargar los instrumentos.

Esos días, el estudio de la emisora, por pri-mera vez en su breve existencia, se llenó de voces -de todos los sectores sociales-, en una transmisión ininterrumpida que siguió desde la calle, con programación especial y llamadas telefónicas narrando cada momento de la movi-lización. “Falta leña en la barricada sur”; “Hay que llevar más autos al norte”; “Llegó el Gope y está tomando detenidos”; “Víveres se requieren para las ollas comunes…”, y la gente seguía con-

vocando como si fuera una teletón, apelando a la solidaridad y la conciencia. Las llamadas tam-bién provenían de Chicago, Alemania, Suecia, Argentina, Santiago, Calama, Iquique, Australia, etc. Muchos seguían a través de internet la infor-mación y querían alentar a los magallánicos.

Los músicos bajaron del vehículo. Y en la primera barricada, pocos notaron que tenían las ojeras en el piso, hace pocas horas habían termi-nado un concierto en Santiago. La gente aplau-dió y les pidió una canción que terminó siendo un mini recital que se repitió en cada uno de los piquetes, seis al menos entre el aeropuerto y el cruce de Frei con la Ruta 9.

“¿Cuánto cobraron?”, preguntaban algunos incrédulos; “¿En qué hotel van a alojar?”, insis-tían otros. Actuaron gratis y durmieron en la casa de los amigos de Radio Nuevo Mundo.

Mientras en las calles los corresponsales voluntarios de la emisora daban cuenta de las cientos de barricadas espontáneas que parecían repetir la imagen que describió magistralmente el escribano Antonio Pigafetta en el cruce por el

estrecho de Magallanes, 491 años atrás. Fue-ron barricadas que, sin buscarlo, rescataron el sentido que los pueblos de la Patagonia le daban al fuego: alumbramiento, visibilidad, calor, encuentro. La llegada de Fuerzas Espe-ciales de Santiago no alteró la racionalidad de la movilización. Las madres, abuelas y dueñas de casa fueron en muchos casos la cabeza de la organización, pusieron la calma y bajaron adre-nalina cuando había que hacerlo. Varios chefs aparecían en los piquetes con platos que mejo-raban las tradicionales ollas comunes; las guita-rras caían como hojas de otoño por todos lados; había señoras repartiendo café, y niños jugando a la pelota.

A los magallánicos les molestó que en la movilización contra el alza del gas algunos medios nacionales dijeran que había violencia, saqueo y robos. No era verdad. Afortunada-mente los medios locales realizaron un trabajo excepcional para dar claridad. En esta batalla, las emisoras volvían a cobrar la vigencia y pro-tagonismo de antaño. Ayudó la posibilidad de

El paro desde una trinchera radialCristián Morales

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dar cobertura inmediata a todos los vecinos, fortaleciendo la organización y comunicación del movimiento. Micrófonos abiertos y perio-dismo explicativo ayudaron en el proceso. En el caso de Nuevo Mundo, hubo conversacio-nes con doctoras en lingüísticas, historiadores, políticos, dirigentes, dueñas de casa, expertos en energía, etc., ese diálogo facilitó la comprensión y el orden del movimiento; y otras que siguieron meses después con Camila Vallejo, Gabriel Sala-zar, Karol Cariola, terminaron asegurando que el movimiento de Magallanes abrió la puerta a las grandes movilizaciones del año 2011.

No hubo tiempo para ensayar, apenas pro-bar sonido. Había más de 5 mil personas en el cruce de Frei con la Ruta 9. Y desde el escenario era posible ver las filas de caminantes que con-tinuaban llegando de todos lados, con banderas negras y regionales.

Mientras animaba el evento, simulé un llamado telefónico con Sebastián Piñera, le pregunté a la gente qué le querían decir al Pre-sidente. Alcé el fono celular, y las más de 5 mil gargantas presentes gritaron de todo, menos “Buenas tardes”.

Paradojalmente el acto del grupo Sol y Llu-via partió con un intenso sol y terminó con una lluvia a granizo.

Cada segundo quedó retratado, grabado y quizás hoy perdido en algún cajón a la espera de ser rescatado para las futuras generaciones. Nunca antes un paro concentró tanta informa-ción. Autoridades desencajadas en un silencio abrumador. Algunos parlamentarios confun-didos. Una región entera en las calles, con un orden y organización que sorprendió al país entero.

Viernes

de enero de 2011:

Bitácora del paro


Una ciudad sitiada es la que veía con preocupación desde el nivel central el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. Invocar la Ley de Seguridad del Estado

surgía, entonces, como una de las opciones viables para retomar la normalidad en Punta Arenas. Esto, en la práctica, significaba la pre-sentación de una querella criminal en contra de los principales líderes de la Asamblea Ciu-dadana de Magallanes (ACM). Pese a que la Udi cuestionó la aplicación de dicha norma, el gobierno hizo uso de aquel derecho ante los Tribunales (sin embargo la querella fue reti-rada días después por el gobierno).

La región no resistía un día más bloqueada. Cientos de turistas “varados”, tanto en el con-tinente como en la isla de Tierra del Fuego, la paralización de la actividad productiva, obli-gaban al gobierno a acelerar las negociaciones para bajar el paro. La protesta magallánica se había trasladado a la Cancillería, hasta donde llegaron los reclamos de la gobernadora de Tie-rra del Fuego, argentina, Fabiana Ríos, debido a las dificultades que enfrentaban particular-mente los fueguinos para entrar y salir de la isla en plena época estival.

Ante este complejo escenario, al quinto día comenzó a sonar con fuerza la versión que el Ministerio del Interior había ordenado a Cara-bineros el envío de personal de Fuerzas Espe-ciales a Magallanes y algunos carros lanza-agua (guanacos) con la misión de despejar las prin-cipales carreteras y vías de acceso a la ciudad y controlar posibles disturbios. Pero, esto fue inmediatamente desmentido por el jefe de la XIIª Zona de Carabineros, general Cristián Llé-venes. “Nosotros tenemos un plan operativo que es el Plan Cuadrante de Seguridad Preven-tiva y recursos suficientes para hacer frente a la realidad que tenemos hoy en Magallanes”, señaló el jefe de zona a los medios de comuni-cación el 11 de enero.

Pese a ello, al día siguiente aterrizaba en el Base Aérea Chabunco un avión de la Fuerza Aérea de Chile trayendo a un centenar de cara-bineros de Fuerzas Especiales. En la noche del 12 de enero, hacían su debut en las calles de Punta Arenas, controlando las barricadas encendidas y arrestando a los autores de los desmanes.

Los carabineros venían con otra predispo-sición, de choque, contraria al accionar que habían tenido hasta ese entonces los funcio-

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Piquetes de carabineros de Fuerzas Especiales provenientes de la capital frenaron el descontrol de or-ganizados grupos de jóvenes, que al caer la noche procedían a encender fogatas y causar desmanes en distintos puntos de la ciudad.

Las Fuerzas Especiales de Carabineros que llegaron de Santiago venían dispuestas a todo

General Llévenes se opuso a las bombas lacrimógenas

Poly Raín

narios bajo el mando del general Cristián Llé-venes.

Cada hora que pasaba urgía reabrir las vías bloqueadas. En medio del clima de efer-vescencia, surgió por parte del Ministerio del Interior la decisión de recurrir a la fuerza para despejar la “toma” en el empalme de las Ave-nidas Eduardo Frei y Carlos Ibáñez del Campo. Hacerlo traía consigo un alto riesgo. El oficial de alto rango que venía a cargo del grupo de Fuerzas Especiales propuso hacer uso de los gases lacrimógenos para controlar el orden, medida que el general Llévenes reprobó pues no estaba dispuesto a avalar una acción de tal naturaleza en la jurisdicción a su cargo, debido al comportamiento pacífico que habían tenido los manifestantes.

Al entregar su cargo, el general Llévenes la semana pasada recordó que las protestas por el alza de las tarifas del gas, fue “una manifes-tación transversal y no fue un acto violento”. Luego agregó que “muchas veces quisieron que Carabineros actuara. Yo creo que había intereses mezquinos de algunos que querían que actuáramos, pero creo que también poli-cialmente los oficiales y todo el personal que participó de esto lo hizo muy razonablemente, y de hecho no hubo ninguna actuación policial cuestionada”, subrayó.

Un avión de la Fuerza Aérea de Chile trasladó a Punta Arenas al contingente de Fuerzas Especiales con la misión de

controlar el orden y despejar las vías bloqueadas.


15 Exigen presencia de Golborne y paro indefinido se endurece. Asamblea Ciudadana rechaza ultimátum dado por el subsecretario Ubilla.

La movilización llegó a La Moneda- En la tarde del martes 11 de enero, magallánicos residentes en Santiago y en otras ciudades de la zona central del país protestaron frente al Palacio de La Moneda por el alza del gas en Magallanes. Esta manifestación en la capital marcó un importante hito en la movilización ciudadana contra el incremento tarifario anunciado por el gobierno.

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Sábado

de enero de 2011:

Bitácora del paro


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El mercado- “Quienes pretenden llevar los precios del

gas en Magallanes a una ‘situación de mercado’ parecen desconocer los parámetros de con-sumo en la zona, que si bien se concentran en el período invernal, están vigentes casi todos los meses del año”. Viernes 31 de diciembre.

“Impuesto” - “Mediante esta alza tarifaria, y conside-

rando el carácter insustituible del gas, el Estado no hace otra cosa que establecer una suerte de ‘impuesto’ a las familias magallánicas, el que transfiere para sí por la vía de una empresa privada (Gasco) que lo ‘recauda’ y traspasa a Enap”. Domingo 2 de enero.

Ingreso familiar- “No obstante encontrar sustento desde

el punto de vista económico-mercantil del nivel central (decisión técnica), el incremento de la tarifa domiciliaria afectará el ingreso familiar de los magallánicos y, por deriva-ción, a muchas actividades productivas de la región (factor político-subjetivo)”. Martes 4 de enero.

Desincentivo- “La gran consecuencia esperable es una

pérdida de una condición de vida favora-ble que puede derivar, incluso, en un desin-centivo a la permanencia o radicación en Magallanes por la pérdida de una ventaja comparativa”. Miércoles 5 de enero.

Levantar la voz - “Sí, Magallanes es capaz de levantar la

voz; de organizarse sus ciudadanos en pro-cura de un trato acorde con lo que implica vivir en la región, lo que parece no enten-derse en el norte del país”. Jueves 6 de enero.

La lucha - “¿Por qué quienes nos critican en el

norte del país por reclamar pese a que tene-mos un gas más barato no se radican en nuestra región? No, ni pensarlo. Argumenta-rán que es muy lejos, hace tanto frío, la vida es más cara, etc. Y tienen razón, pues eso explica nuestra lucha”. Viernes 7 de enero.

Intendenta - “Al manifestarse convencida de que este

ajuste tarifario es lo mejor para la región, convicción que, según señaló, está dispuesta a defender incluso si ello le cuesta el cargo, (la intendenta) Kusanovic se puso en la vereda equivocada, la del gobierno central”. Sábado 8 de enero.

Reconocimiento- “La lucha contra el alza del gas puede

ser el punto de partida, por fin, a un reco-nocimiento mayor por parte del Estado de lo que somos por estar donde estamos”. Domingo 9 de enero.

La opinión de La Prensa Austral

durante la crisis por el alza del gas

- Desde que el jueves 30 de diciembre de 2010 la comunidad fue alertada sobre el alza del 16,8% en la tarifa del gas

domiciliario, este diario asumió de inmediato una postura de rechazo a la determinación, representando de esta forma el

sentir mayoritario de los magallánicos, de la mano con nuestra inquebrantable línea regionalista. Fue así como durante este

período, esta visión quedó plasmada en los editoriales, algunos de cuyos párrafos destacamos en esta selección.

Sin violencia - “Hasta hora los magallánicos han protes-

tado en forma pacífica y, por tanto, no cabría esperar un cambio en esta actitud. En este sen-tido, el llamado a los ciudadanos es a protestar sin violencia y a las autoridades civiles y poli-ciales a no reprimir de manera injustificada”. Martes 11 de enero.

Falta de visión - “Nos extraña profundamente la falta de

visión del gobierno, más cuando con el paso de los días se fue generando un consenso transversal, en diversos personeros políticos, especialmente de oposición, pero también oficialistas, sobre la justicia de la demanda regional contra el alza del gas”. Miércoles 12 de enero.

Reivindicación ciudadana- “Una reivindicación ciudadana tan

importante y transversal como oponerse al incremento del precio del gas no puede ser empañada con actos delictuales de personas que equivocan el rumbo; que aprovechan el propósito para desatar su propia rabia contra el sistema”. Jueves 13 de enero.

Punta del iceberg- “La protesta generalizada de los

magallánicos por el alza de la tarifa del gas es sólo la punta del iceberg de una pre-ocupación mayor: el valor que el Estado asigna a esta zona extrema del país, prin-cipalmente desde la óptica geopolítica”. Viernes 14 de enero.

Subsidio estatal - “No corresponde que una empresa

pública, a la cual el gobierno le exige resultados posi t ivos , asuma en su balance este costo. Este subsidio debe venir de manera directa del Estado, no de Enap”. Sábado 15 de enero.

Gabinete regional - “El pésimo manejo de la primera

autoridad de la región y de sus más cer-canos colaboradores durante los días en que se conocieron las informaciones iniciales sobre el alza, así como la falta de visión para prever las consecuencias sociales de una medida tan impopular, calaron en la ciudadanía un profundo sentimiento de desilusión; y, lo más grave: de desconfianza en sus gobernan-tes”. Domingo 16 de enero.

Ley inoportuna - “La determinación de acudir a esta

ley (de Seguridad Interior del Estado) no es oportuna, menos cuando el mismo gobierno insistió durante los últimos días que el camino para superar el grave conflicto en la región es el diálogo. Y lo es mucho menos cuando, paralelamente, el nuevo ministro de Energía, Laurence Golborne, tiene la difícil misión de encontrar una salida que permita poner fin al movimiento ciudadano”. Lunes 17 de enero.

La negociación- “Toda negociación tiene un límite y

la que han llevado adelante el gobierno y la Asamblea Ciudadana alcanzó el suyo, lo que no significa abandonar la crítica al incremento por el significado intrín-seco de aplicarlo en una región con las particularidades de Magallanes. Por eso, a esta altura de la discusión la propuesta del gobierno es razonable”. Martes 18 de enero.

Mantenerse alerta- “Tras el término de la moviliza-

ción, el deber ahora de todos los maga-llánicos es mantenerse alerta, vigilantes de los próximos pasos y exigiendo que el gobierno cumpla los compromisos adquiridos”. Miércoles 19 de enero.

Justo derecho- “Quienes conformen la mesa consul-

tiva que sentará las bases del proyecto de ley sobre regulación de la tarifa en Maga-llanes tendrán la gran responsabilidad de salvaguardar el espíritu que animó la his-tórica movilización de 161 horas: el justo derecho de los magallánicos a un valor preferencial por vivir en una región pro-ductora de gas”. Jueves 20 de enero.

16 Gobierno amenaza con aplicación de la Ley de Seguridad del Estado en Magallanes. Interpondrá querellas por alteración del orden público.

Domingo

de enero de 2011:

Bitácora del paro


17 Turba insultó e intentó agredir al bi-ministro Laurence Golborne a la salida de la Radio Polar. Asamblea Ciudada-na analiza propuesta del gobierno.

Lunes

de enero de 2011:

Bitácora del paro

Las redes sociales y los medios de comunicación lo presentaban como “Súper Golborne”, el ministro todo terreno y capaz de lograr hasta lo imposible tras la hazaña del rescate

de los 33 mineros.Con tal fama, fue enviado por el Presidente

Sebastián Piñera a Magallanes a auxiliar la ges-tión de la entonces intendenta Liliana Kusanovic y a lograr un acuerdo que permitiera poner fin a la movilización regional, luego de que el subse-cretario del Interior, Rodrigo Ubilla, hubiera fra-casado en aquello.

Para algunos, la idea de La Moneda era apro-vechar su simpatía y carisma y potenciarlo como el presidenciable capaz de suceder a Piñera en marzo de 2014.

Para otros, su nombramiento como biminis-tro de Energía y Minería en medio de la crisis del gas era una jugada que perseguía totalmente lo contrario: exponerlo a un conflicto de enverga-dura que tenía en jaque al gobierno de la centro-derecha.

De hecho, el propio Laurence Golborne parece que considera que su misión era más bien comprometedora en términos de dividendos políticos y estaba lejos de representar el papel de “Súper Golborne”:

“Si nos vamos de vuelta a enero del 2011, la situación no se veía muy auspiciosa. Creo que, más bien, al revés. Lejos de parecer súper algo, muchos pensaron que me entregaban un cargo difícil y en un momento crítico, lo que podía ser complicado desde el punto de vista político. Pero en la vida yo acostumbro enfrentar los problemas y asumir responsabilidades”, comenta el entonces biministro y hoy titular de Obras Públicas.

Más allá de especulaciones e intenciones polí-ticas, lo cierto es que el ministro Golborne fue una suerte de rostro amable del Ejecutivo, en momen-tos en que los anteriores emisarios sólo ideaban cómo desconocer la voz de la ciudadanía y cómo desarmar al movimiento transversal. Se mostró proclive al diálogo cuando el titular del Interior blandía la amenaza de la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado, incluida presenta-ción de querella, y cuando casi todo el gabinete de Piñera sostenía en los medios de comunica-ción una campaña de desprestigio de la demanda regional, al plantear que en Magallanes se derro-chaba el gas, que el estándar de vida era superior a la media del país, que en Santiago se pagaba cuatro o cinco veces más por el uso del energé-tico, que el suministro gasífero corría serio riesgo por el agotamiento de las reservas y que había que aplicar el precio de mercado.

Finalmente, Laurence Golborne firmó el acuerdo, durante una sesión bien agitada y con sobresaltos, y Magallanes volvió a la normalidad.

En medio de la preparación de su cuenta pública y con una agenda recargada por los afa-nes de fin de año, este medio se contactó con Gol-borne, quien accedió a contestar un cuestionario para revivir en parte los agitados días de enero:

- ¿Qué estaba haciendo cuando se le informó de la decisión presidencial de nom-brarlo biministro y qué sintió al saber que tenía que resolver sí o sí el conflicto del gas en Magallanes?

- “Estaba en el Ministerio de Minería. Había-mos terminado con éxito el encuentro de los mineros en agosto y su rescate en octubre. Sentí una gran responsabilidad por el desafío del ministerio, en general. Pero, como esto ocurrió en medio del conflicto de Magallanes, me sentí especialmente preocupado por dar una buena solución a los magallánicos”.

- ¿En qué medida le fue incómodo asumir siendo que el ministro del Interior recién había anunciado que se iba a invocar la Ley de Seguridad Interior del Estado para Maga-llanes?

- “Hay que entender que durante las crisis hay un trabajo en equipo. Y cada quien hacía su labor de la mejor manera con el único objetivo de dar una solución. Por ejemplo, el apoyo del subsecre-tario Ubilla fue fundamental”.

- El hecho de que su esposa sea maga-llánica, ¿cuánto ayudó para establecer los primeros contactos, más allá de las autori-dades, con la comunidad y apreciar lo que sentía la gente respecto de la demanda ciudadana frente al discurso oficial de “no

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Titular de Energía y Minería que fue enviado a zanjar el conflicto

El ministro que asegura que no llegó con la capa de “Súper Golborne”

- Con toda la fama y los bonos altos por el rescate de los 33 mineros, Laurence Golborne fue enviado a Magallanes a deponer la movilización y lograr un acuerdo, en medio del anuncio del ministro del Interior de aplicar la Ley de Seguridad

Interior del Estado.

Elia Simeone R.

Lejos de parecer súper algo, muchos pensaron que me entregaban un cargo difícil y en un momento crítico, lo que podía ser complicado desde el punto de vista político. Pero en la vida yo acostumbro enfrentar los problemas y asumir responsabilidades”

Ministro Laurence Golborne.


Acuerdo permite deponer siete días de paro en la región. Alza del gas no afectará al 40% de las familias magallánicas y se trabajará en proyecto de ley de regulación tarifaria.

18Martes

de enero de 2011:

Bitácora del paro

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hay gas”?- “Fue un complemento que me ayudó, pues,

a raíz de su origen magallánico, tengo muchos amigos y conocidos en la región que me pusie-ron al día de los acontecimientos e introdujeron frente a algunos actores. Siempre me he carac-terizado por trabajar en equipo y por procurar escuchar a los demás, lo que tienen que decir, sus argumentos. No me siento dueño de la verdad y, por eso, siempre estoy abierto a escuchar. Y este caso no fue la excepción y fue algo fundamental para llegar a buen puerto”.

- ¿Fue efectivo que todas las autoridades ligadas al conflicto, tanto nacionales como regionales, le desaconsejaron reconocer y sentar a la mesa a la Asamblea Ciudadana para no legitimar el movimiento social? ¿Por qué, finalmente, permitió que varios de sus exponentes fueran incorporados a la nego-ciación?

- “La mesa tenía como propósito escuchar las distintas posiciones para luego, desde el Eje-cutivo, elaborar un proyecto de ley. Y eso fue lo que hicimos”.

- ¿Existía mucha presión gubernamental por superar el conflicto, sabiendo el impacto que ello iba a tener en las encuestas para la aprobación del Presidente?

- “Como parte del equipo de gobierno, la idea es siempre entregar soluciones a los temas que sean correctas técnica, política y económicamente, pero también sustentables en el largo plazo. Para ello, hay que enfrentar los problemas con la verdad, explicando los riesgos de cada posición. Eso es lo que nos pedía el Presidente y es la convicción con que trabajamos todos los días, no mirando el impacto en el corto plazo o una encuesta específica”.

- ¿Qué sintió cuando se interpretó que su envío a la zona era para seguir presentán-dolo como una especie de Súper Golborne, que estaba en la pole position para las presi-denciales de 2013?

- “Si nos vamos de vuelta a enero del 2011, la situación no se veía muy auspiciosa. Creo que más bien al revés. Lejos de parecer súper algo, muchos pensaron que me entregaban un cargo difícil y en un momento crítico, lo que podía ser complicado desde el punto de vista político. Pero en la vida yo acostumbro enfrentar los problemas y asumir responsabilidades”.

- ¿Cómo vivió la experiencia de quedar encerrado en radio Polar con una multitud que gritaba consignas en contra? Podría con-tar algún detalle de las alternativas que se barajaron cuando estaba en tales dependen-cias para poder sacarlo del lugar.

- “Fue un momento difícil porque la radio tiene una sola puerta de entrada y salida. Sin embargo, gracias al actuar ejecutivo de Carabi-neros salimos sin problemas”.

- ¿Cuál fue el mejor momento vivido y cuál el peor?

- “El mejor momento fue cuando viajamos -por segunda vez porque la primera no pudimos aterrizar junto al Ministro Rodrigo Alvarez- en julio, a menos de seis meses, para anunciar la solución y el pronto envío del proyecto de ley.

El resto pasan a ser anécdotas que quedan como parte de una experiencia”.

- ¿Pensó en algún instante que el caso no tenía solución? ¿Por qué?

- “No. Soy un convencido de que, mientras las partes estén dispuestas a conversar y dialogar, existirá una solución. Y eso es lo que yo vi: la pos-tura de alcanzar una solución como fin último”.

El origen magallánico de mi mujer fue un complemento que me ayudó, pues, a raíz de eso, tengo muchos amigos y conocidos en la región que me pusieron al día de los acontecimientos e introdujeron frente a algunos actores”.

Ministro Laurence Golborne.

Tras varios días de mucha tensión y poco dormir, el ministro Golborne logró que todos los actores políticos, sociales y gremiales suscribieran un acuerdo con el gobierno.

Pese a toda su disposición al diálogo, el entonces biministro sufrió la furia de la gente y sólo salvó de ella gracias al férreo resguardo de Fuerzas Especiales de Carabineros, como sucedió cuando fue rescatado de Polar Comunicaciones.

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32 • Paro del gas Viernes 30 de diciembre de 2011 • La Prensa AustralGe

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Director: Alejandro Toro Editor General: Poly Raín Jefa de Crónica: Elia Simeone Diseño: Patricio Vera Gerente General y Representante Legal: Francisco Karelovic

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