La posibilidad de una ontología hermenéutica unificada
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ARTCULO PUBLICADO EN EL NMERO 156 (FEBRERO 2015) DE LA REVISTA EL CATOBLEPAS
http://www.nodulo.org/ec/2015/n156p09.htm
La posibilidad de una ontologa hermenutica unificada Francisco Ariza Lama
No se trata tanto de presentar aqu una posible propuesta concreta, sino de alumbrar las
condiciones de composibilidad que necesariamente se requieren para la realizacin material
de dicha potencialidad
La posibilidad de una ontologa hermenutica unificada
poca interesante la que nos toca vivir. Interesante por su contenido histrico, por las
cuestiones que atraviesan actualmente al pensamiento contemporneo, por los lazos que tan
heroicamente estamos creando entre diferentes maneras de mirar el mundo. Interesante por la
crisis axiolgica que venimos encarando, por la amplia gangrena que representa nuestra
anquilosada organizacin econmico-social de los recursos comunitarios, y tambin por los
ambiciosos proyectos revolucionarios que se ciernen sobre la esfera pblica dominante. Pero
interesante, sobre todo, porque, precisamente, nos toca vivir, elegir, posicionarnos,
reconociendo nuestra participacin (consciente o no) en el mundo que nos rodea. Llegados a
este lgido momento requerimos imperiosamente de la filosofa como praxis reflexiva, pues
necesario se torna un mesinico cambio de rumbo.
Genrica y vagamente podemos decir que tres miradas divergentes se entrelazan
complejizando el nudo filosfico del pensamiento actual. Tres fcticas formas de comprender
relacionadas con la consumacin de nuestra todava era moderna: en su forma arcaica, en su
forma clsica, y sobre todo como propia superacin evolutiva de sta, suponiendo dicha
-
posibilidad una apertura radical a un nuevo abanico de posibilidades an no pensadas.
Modernidad, postmodernidad y postmetafsica (entendiendo modernidad como consumacin
metafsica) conforman tres maneras de comprender el mundo, llevando a cabo una lucha de
racionalidades que viene gestndose como inminente cambio de ciclo, como revolucin de los
paradigmas inoperantes, el cual suavemente se desliza mientras siguen sucedindose
acontecimientos cada vez ms determinantes para dicho cambio. Slo llegados a este punto la
postmetafsica se presenta como superacin de la postmodernidad, es decir, como superacin
definitiva de la modernidad, atendiendo especialmente a los vestigios metafsicos del
escepticismo relativista. La ruptura radical con la metafsica inaugura por tanto un nuevo
periodo verdaderamente apasionante y esperanzador, en el que se abren paso de forma
heroica nuevas formas de contemplar lo real, radicando la comprensin de las realidades en el
noble esplendor de las sabiduras antiguas no-duales.
No busco saber todas las respuestas, sino entender todas las preguntas.{1}
En esta nueva etapa, especialmente brillante para la mecnica cuntica, se vuelven a
fusionar los horizontes entre ciencia y filosofa, fraternalizando una relacin irreversible en la
que las artes salen ganando (pues la filosofa es ciencia y la ciencia es arte, al menos desde
una determinada perspectiva). Potenciacin de las artes, que tambin son religiosas e
indisolubles de la tierra por mucho cielo que puedan conquistar. Si es cambio de paradigma es
vuelta a la praxis espiritual, a la praxis divina como culto a lo sagrado, dejando a un lado los
absolutos inalcanzables que con tanta sangre y dinero riegan el mundo. Y si dudan de dicha
perspectiva, la crisis axiolgica responde al respecto con desmesurada contundencia.
Reconocemos que entre paradigmas inconmensurables slo hay violencia, en mayor o menor
grado, con mayor o menor virulencia, acordndome de Simn Royo cuando nos recuerda que
el dilogo representa un nivel mnimo de violencia{2}
. Y es por ello responsabilidad innata de la
filosofa analizar la problemtica lingstica existente entre metafsica y ontologa, es decir,
entre el paradigma de un supuesto absoluto teolgico sinttico y el paradigma de las
contradicciones ontolgicas absolutas. Caracterizando por tanto la ontologa como
hermenutica sencillamente nos alejamos de una supuesta ontologa subsumida por la
supuesta Sustancia metafsica, acercndonos as a la physis{3}
, al logos{4}
, al dinamismo que
exhala lo real y su profundo misterio. Es precisamente en nuestra poca donde de manera
sublime se desvela la violencia lingstica que constituye a la metafsica, alcanzando niveles
desagradables de precariedad moral, parasitando en mbitos de la vida an impensados. Slo
tomando consciencia de sus limitaciones cognitivas (de la metafsica) podemos concebir dicho
sentir como representacin generosa de una sistmica y avanzada lepra, ampliamente
asentada en la conciencia del sujeto moderno, alienado por la opulencia exacerbada
del cogito cartesiano que abriga. Dicha concepcin nihilista y egocrtica del sujeto
postmoderno nos permite trazar caminos hipotticos para un pensar ya no metafsico, es decir,
ya no relativista, escptico, positivista o prometeico.
Nos habla Deleuze sobre la prioridad de pensar el acontecimiento{5}
. Por lo que la
postmetafsica puede concebirse como ese pensar el acontecer ontolgico de lo real,
analizando e investigando sobre la fenomenologa hermenutica que constituye al sujeto, y que
se imbrica con lo real de sublime y misteriosa manera. Pensamos ms ac de la metafsica,
atendiendo precisamente a la posibilidad de contemplar dicho acontecer ontolgico.
Necesitamos plantear la problemtica pregunta desde una perspectiva que englobe al todo
como uno ontolgico, es decir, como unidad inclusiva, como jerarqua de desarrollo
(holoarqua) y no como jerarqua de dominacin (dialctica platnico-hegeliana). Por ello
representa una esperanzadora inquietud el noble intento de concebir propositivamente la
diferencia ontolgica entre consciencia (unidad ontolgica) y conciencia (pluralidad teolgica),
determinando humildemente que pensar la consciencia como acontecer teolgico (aletheia{6}
)
representa la motivacin principal que conmueve al pensar (y sobre todo al obrar) ya no
metafsico. Las estructuras polticas emergentes muestran, por ejemplo, como nos orientamos
-
hacia un obrar ya no basado en el principio de la realidad supuestamente nica, monolgica y
pura, sino a travs de dinmicas inclusivas que propicien cierta flexibilidad sinttica ante las
nuevas situaciones emergentes, siempre paradigmticas temporalmente. Ah la frescura del
bello momento histrico que envuelve a nuestra anquilosada Cultura judeo-cristiana: repensar
la relacin entre el todo teolgico y el uno ontolgico, reformulando las fantasmagricas
instituciones que supuestamente nos sostienen, trabajando por aportar un estatuto teolgico
digno para todos los seres vitales basado en la diferencia ontolgica entre ser (como principio
comn) y ente (como autonoma particular).
Tomo una concreta perspectiva axiolgica cuando afirmo que la metafsica, como
absolutismo egocrtico de la conciencia, representa un impedimento prioritario a superar frente
a la esperanzadora posibilidad de avanzar evolutivamente hacia una Cultura colectiva ms
cooperativa y solidaria, inclusiva de las particularidades, integradora de lo complejo, consciente
de su propia temporalidad, radicando un pensar ya no metafsico basado en la concepcin
modal del absoluto y no en el supuesto Uno numrico-sustantivo (pretenciosamente absolutista
y dogmtico). Nos apoyamos en Heidegger cuando afirmamos que la sublimacin metafsica
representa precisamente el reconocimiento consciente de su fracaso histrico{7}
, materializando
la imperiosa necesidad de un cambio de paradigma cognitivo que pueda atender a la compleja
riqueza del mundo en el que cotidianamente vivimos. Pues la metafsica est agotada, y por
ello nos impide seguir avanzando; y no slo agotada sino que se tambalea en pos de una
inminente cada. Una vez asesinado Dios, ha salido toda la ptrida bazofia que llevamos
dentro; eso s, mierda en plata y oro. Representando por tanto una ptima situacin para una
emancipacin ms efectiva, requiriendo para ello de una ms autntica manera de iluminar las
problemticas filosficas que nos interpelan hoy y nos inquietarn siempre, trabajando por
alumbrar la funcionalidad falaz de la metafsica y sus adecuacionismos especulativos,
preparando al ego para meterlo en quirfano. Es aqu que operamos la estafa axiolgica que
representa la supuesta Razn Pura para nuestra corporalidad mental. El postoperatorio es duro
y se requiere reposo y digestin; al cabo de unos das ya podemos comenzar a afirmarnos
hermenuticamente.
No escuchndome a m, sino al lgos, es sabio reconocer que uno es todo{8}
Nos remangamos las mangas de la camisa cuando reconocemos en la hermenutica la
categorialidad constitutiva de la ontologa fundamental, relacionando de manera ntima no slo
ontologa y hermenutica sino carcter hermenutico y regionalidad ontolgica. Perseguimos
con ello una emancipacin del pensamiento aqu y ahora, plantendonos dicho objetivo como
un medio para transformar las condiciones materiales de nuestra existencia particular,
alejndonos de posibles dogmatismos ideolgicos. Para ello construimos (lingsticamente)
nuestra particular manera de comprender la fenomenologa espiritual, enajenados en la
contemplacin del desierto de lo real (recordando Matrix{9}
). Cada cual despliega sobre el
terreno su particular criterio epistemolgico para juzgar; y bien que juzgan: adoptando en masa
el catastrfico vector metafsico, aunque en la mayora de los casos el sujeto ignore la
constitutiva temporalidad de su propia realidad. Celebramos por tanto las construcciones
temporales frescas y holsticas que comienzan a brotar con firmeza en el mundo civilizado,
colaborando en una escatolgica deconstruccin metafsica orquestada como decimos por las
sabiduras antiguas no-duales.
Intenciones no faltan para reciclar los escombros (en la medida de lo posible), no para
construir bien sino para construir mejor, proponiendo un nuevo tablero de juego y no una
moralidad reformada. Por lo que concentramos nuestra voluntad y conocimiento sobre la
ambiciosa posibilidad (necesaria) de una ontologa hermenutica (temporalmente) unificada,
operando como criterio de interpretacin integral de todos los fenmenos posibles,
determinando por ende nuestra percepcin de la ciencia y las artes, de nuestra religiosidad
-
constitutiva, de nuestras posibilidades ms virtuosas y tambin de aquellas que conforman la
Naturaleza como un todo integrado ontolgicamente. Ontologa hermenutica unificada como
poema efmero de la simplicidad voluntaria. Es dicho paradigma revolucionario? La posibilidad
temporal de una ontologa hermenutica unificada temporalmente siempre est presente;
podemos tomar consciencia o ignorarla, aunque va llegando el momento de responsabilizarnos
de nuestra mayora de edad y construir algo juntos (me refiero a algo decente). Encaramos
pues una posible revolucin paradigmtica, atendiendo especialmente a la consecuente
reestructuracin funcional del saber que inevitablemente conlleva.
Dicha propuesta temporal no es necesaria, pues lo necesario es lo real como diferencia
ontolgica. La autenticidad de nuestras posibles unificaciones abiertas e inclusivas es que
representan una posibilidad necesaria, es decir, que teolgicamente son necesarias para
aportar cohesin espiritual al sujeto, atribuyendo as un sentido integral a nuestra efmera
temporalidad. Tenemos cada vez ms claro que nuestras construcciones colectivas tienen
fecha de caducidad, y que adems se requiere necesariamente que apunten a una felicidad
escasamente platnica, es decir, alcanzable, experimentable, aunque sea de manera precaria
y efmera. Por ende la intensidad emerge teolgica, orientando al sujeto en el desarrollo de las
virtudes esenciales. La posibilidad temporal de una ontologa hermenutica unificada basada
en el acontecer consciente colabora en la fundacin tica de nuestras creaciones lingsticas,
acercndonos a la alegra del anima y a la serenidad espiritual de un ego cultivado en la
contemplacin de una ms aurea belleza. Propiciamos tambin con este tipo de propuestas un
cohesionado argumento por el pluralismo ontolgico, eligiendo la va del medio entre realistas y
antirealistas (relativistas y escpticos, metafsicos ambos), hermanando lo relativo y lo absoluto
a travs de la teologizacin cultural, es decir, de la puesta en movimiento de nuestra
linguisticidad consciente y su derivada libertad condicional. Construimos por tanto a partir de la
libertad de conciencia, que es libertad lingstica, que a su vez interacta con las condiciones
materiales de existencia. Superamos la metafsica a travs de una (re)optimizacin de nuestra
estima, construyendo nuestra particular autonoma simbitica como una renovada dignidad
rebelde, recuperando una visin antidualista que enlace con lo sagrado en la intensidad del
aqu-ahora. Esta mirada probablemente es muy revolucionaria, especialmente para las
personas interesadas en cultivar una supuesta absolutizacin material del ego (esa ideolgica
inmortalidad tan fantstica que voluntariosamente trata Hollywood de vendernos, es decir, que
nos vende y que ilusamente compramos).
El objetivo de la interaccin de las filosofas debera ser desarrollar un sistema intelectual
comprensivo en el cual todos los elementos de nuestra total experiencia sean entrelazados, en el
cual sea generado un patrn consistente y a pesar de todo abierto e inclusivo, en el cual lo que
parece forneo se establezca dentro de un todo o ser omniinclusivo, sin desarraigarlo de lo que
pueda ser su espacio ontolgico y psico-cultural; el fin ltimo de semejante esfuerzo es
comprender el ser y las formas de su auto-expresin, incluyendo el fenmeno humano.{10}
Atendiendo al ttulo del presente artculo no trato de presentar aqu una posible propuesta
concreta, sino alumbrar las condiciones de composibilidad que necesariamente se requieren
para la realizacin material de dicha potencialidad. Aunque siempre que hay reflexin hay algo
de juicio, o si lo prefieren, de discernimiento. Ese discernimiento que se relaciona con la
temporalidad de las elecciones fenomnicas traza un camino que construye al paso,
experimentando y reflexionando sobre la marcha. Significa que toda propuesta de
composibilidad conlleva una determinacin probabilstica de los fenmenos. Es decir, que uno
termina ponindose de fango hasta arriba, sin por ello borrar la serena sonrisa que proyecta la
consciencia del momento presente. Nos posicionamos hermenuticamente afirmando la
imposibilidad ontolgica de los fundamentos formales que falazmente constituyen la metafsica.
Y posicionarnos contra ello es revolucionario, atendiendo a las implicaciones epistemolgicas,
polticas o culturales que dicha perspectiva tendr sobre la carcomida representatividad de
-
nuestras instituciones. Reconocer la diferencia ontolgica representa otra contradiccin
insalvable para el Stablishment metafsico{11}
. Afirmamos por ejemplo que la concepcin trgica
de aletheia como accin a travs de la cual la verdad se desvela como acontecimiento
teolgico (es decir, deviniendo consciencia presente) representa, sin lugar a dudas, un
merecido funeral para el cogito cartesiano y suAmerican Dream{12}
. Negamos la propuesta
metafsica a travs de la reformulacin hermenutica de los primeros principios,
empapndonos de physis y logos, de movimiento y transformacin, reconocindonos en la
procesualidad que constituye nuestra impermanente presencia. Por ello apostamos (con mucho
respeto pero sin miedo) por la vacuidad objetiva de nuestra emancipada voluntad, liberando la
vida de imposiciones mercantilistas a travs de la articulacin de un criterio satlite (unificado
temporalmente) para la interpretacin integral de los fenmenos espirituales. Una tarea
ambiciosa en lo ontolgico, apasionante epistemolgicamente y esperanzadora para nuestro
devenir teolgico.
La posibilidad de una ontologa hermenutica unificada temporalmente se asienta en la
reconstruccin de las nociones filosficas y sus limitaciones operativas. La clsica pirmide de
la filosofa, la ciencia, el arte y la religin bien merece una crtica relectura, tratando de
reconstruir las ciencias humanas a travs de una exgesis profunda de nuestras anquilosadas
creencias. Para desarrollar un posible sistema abierto e inclusivo deviene fundamental la
reformulacin de los elementos que filosficamente conforman el nudo borromeo del
pensamiento postmetafsico: la necesidad del fundamento ontolgico de lo real, la posibilidad
(necesaria) del fundamento teolgico del ser del ente, y la posibilidad (contingente) del
fundamento epistemolgico para el ente. Dicho malabarismo lo ponemos en pie a travs de la
negacin formal del omnifundamento lgico que la metafsica propone para el todo-uno,
atribuyendo a dicha idea un carcter de contingencia ms que posible. Por limitaciones de
espacio no argumentamos ms la inoperatividad manifiesta que arrastra el fundamentalismo
lgico de la metafsica (por mucha ontologa que la Razn Pura proclame{13}
), adems de que
reconozcamos de manera honesta y firme que ya es hora de pensar el mundo con los cinco
sentidos.
Las tareas actuales que atribuimos al pensar alcanzan progresivamente mayor
complejidad, requiriendo de voluntad multidisciplinar y neto carcter interactivo. Repensar la
ontologa fundamental ms ac de la metafsica nos propicia herramientas tiles para una
comprensin fenomenolgica que integre los opuestos dialcticos, manteniendo en todo
momento la jerarqua (de desarrollo y no de dominacin) de la diferencia ontolgica.
Requerimos fundamentos flexibles y resistentes (o mejor dicho, resistentes por su flexibilidad),
y especialmente requerimos atribuir un complejo estatuto categorial a las realizaciones
fenomenolgicas del mundo espiritual que cotidianamente experimentamos. Eligiendo esta
senda particular nos orientamos hacia un ensamblaje abierto e inclusivo de las regionalidades
ontolgicas del uno, integrando un pluralismo fundamental que requiere ser reconstruido a
travs de vectores integrales, ms validos relativamente respecto del absoluto y su unidad
modal. Pluralismo ontolgico que irremediablemente se asienta en el respeto de la diferencia
ontolgica, que a su vez posibilita de manera fresca la posibilidad de configurar un determinado
estatuto fundacional para cada disciplina filosfica, en orden a la funcionalidad holorquica de
la estructura, es decir, a su operatividad modal.
Deca Einstein que si queremos resultados diferentes no tenemos que apostar por lo de
siempre{14}
; toca abrirnos por ello a las posibilidades ms utpicas, aquellas que colaboran a la
apertura del espectro contemplativo, aceptando las repercusiones cognitivas que
imperativamente conllevan. Pues si queremos plantear un tablero de juego en el que todos los
fenmenos se sientan como en casa tendramos que hablar forzosamente de fundamento y
fundamentalidad, incluyendo cientficamente la posibilidad de lo que supone contrariedad frente
al fundamento, abrindonos por tanto a lo inexplorado an en sus radicales consecuencias:
-
pensar las posibilidades de lo que se autofundamenta, o tambin de lo que pudiera no tener
fundamento, aceptando la honesta posibilidad de la ausencia de fundamento estable para el
ente, es decir, imposibilitando una objetividad supuestamente absoluta. Algunas personas
interpretan dicha carencia de fundamento atemporal para el ente como un castigo; otras sin
embargo conciben dicha posibilidad como la puerta a una felicidad ms autntica e intensa.
Elegimos por tanto de manera consciente aquella fundamentalidad adecuada a cada saber,
integrando todas las posibilidades fundamentales en un nico modo de conocimiento, radicado
irremediablemente en el logos gnoseolgico que intuitivamente nos constituye. Deconstruimos
por tanto para recrear una renovada estabilidad, basada paradjicamente en la estabilidad del
cambio, es decir, de lo supuestamente inestable: tan contradictorio como pudiera ser el
fundamento ontolgico, el excelentsimo vaco cuntico o un supuesto principio del caos.
La familiarizacin con las renovadas concepciones culturales promueve un proceso de
asimilacin digestiva que irremediablemente transforma y reorienta nuestras investigaciones
cientficas. Nuestro planteamiento conlleva una reelaboracin programtica respecto de las
funcionalidades tradicionales asignadas a los diferentes elementos que conforman y
desarrollan la realizacin de las posibilidades. Por este motivo la concepcin hermenutica de
la ontologa deviene revolucionaria respecto de la metafsica, desplegando una serie de
utilidades que cohesionan el pensamiento y fomentan su integralidad holstica. Seguimos
avanzando en el conocimiento complejo de lo real a travs de sus probables realidades,
trazando enredos conceptuales que proponen una mejorada comprensin del carcter
mistrico de la unidad ontolgica que tan sutilmente nos constituye.
Fresca tiene que ser por tanto nuestra concepcin de lo real frente a la supuesta Realidad
nica que propone la metafsica: pantesmo humilde como actual cohin{1}
del pensamiento
contemporneo, tratando de operar una escatologa honesta de las ideas pretenciosamente
absolutistas. Siendo as que llegamos a pensar en un doble principio dialctico ya no basado
en la jerarqua dominante del Uno numrico-sustantivo, tratando de escapar a la (sin)razn de
supuestas independencias radicales concebidas al abrigo de una visin manquea francamente
inoperante. Qu relacin tan ontolgica envuelve a la nada y al ser, a la vacuidad y la
impermanencia? Cul es la relacin entre ser del ente y la consciencia de ser aqu-ahora?
Cmo construir un estatuto estable para el ente sin erigir al ser como fundamento de ste? A
tan complicadas cuestiones tiene que hacer frente el hipottico aunque riguroso planteamiento
de una posible ontologa hermenutica unificada temporalmente, sin por ello devenir receta
moralista e iluminada que termine mercantilizando una supuesta verdad objetiva. Por lo que
considero que la teorizacin genuina de las categoras teolgicas (como nexo cognitivo entre la
cognoscitividad epistemolgica y la gnoseologa ontolgica) ejerce como objetivo
postmetafsico y vehculo (trans)epocal, permitiendo una evolucin que se adapte a las nuevas
potencialidades desarrolladas en cada periodo histrico.
Si hemos reconocido la posibilidad necesaria del carcter hermenutico (es decir,
teolgico) de la ontologa es porque consideramos el conocimiento como herramienta,
vislumbrando por ende la coherente proposicin de una posible caja de herramientas, la cual
opere como deseado criterio satlite (inmaterial) de la comunicacin dialgica. Por ello este tipo
de proyectos tienen un intrnseco ADNcolectivo, inherente pues su carcter comunitario impone
la democratizacin filosfica del saber, brotando como puente hacia lo no pensado an (al
margen de las tradicionales clasificaciones sociolgicas), atendiendo a las implicaciones
colaterales que puedan derivar de nuestra reformulada posicin. ADN colectivo realizado a
travs del trabajo cooperativo, libre, abierto, intersubjetivo, temporal, no dogmtico, apostando
por una pluralidad concntrica como interpretacin de interpretaciones, hasta el infinito y el ms
ac. Numerosas son las cualitativas aportaciones que pueden recogerse de nuestras
pluralistas historias de la filosofa; tan cualitativas como aquellos orientalismos que tan
sigilosamente nos estn calando. Pensamiento de las categoras, por tanto, que requiere de un
-
dilogo crtico acerca del carcter hermenutico de la ontologa. Colaboramos as con el
debate construyendo puentes entre pensamientos postmetafsicos, reconociendo las
influencias positivas que al respecto nos sugieren las propuestas lingusticas de Alejandro
Escudero, especialmente en su artculo La teora de las categoras en una ontologa
hermenutica{16}
. Por evidentes razones espaciales slo abstraeremos algunos puntos que
estimamos de especial inters, los cuales nos ayudan a trazar bosquejos (siempre inacabados)
que imperativamente permitan seguir profundizando en nuestra hipottica perspectiva.
A travs de este excelente artculo Alejandro Escudero afirma que las categoras apuntan
a que la comprensin de algo es siempre como algo, compareciendo con rasgos que portan
y sostienen un conjunto de propiedades y/o relaciones, dotados as de un determinando
sentido; es decir, entendiendo las categoras como agrupaciones de rasgos, tipos de
propiedades y relaciones. Por otro lado valoramos positivamente su afirmacin de que la
comprensin del sentido es siempre y constantemente categorial, sentenciando que las
categoras lo son de los entes; es decir, de los entes que comparecen en la comprensin,
en el saber (sea cientfico o artstico, por ejemplo). Por tanto la sntesis del sentido no sera una
sntesis conceptual sino una sntesis esquemtica. Un alto grado de luminosidad
vislumbramos en dicha perspectiva. Por ltimo reproducimos ntegramente sus conclusiones al
respecto: Una hermenutica filosfica que no renuncie a su profunda vocacin ontolgica est
obligada a proponer una teora de las categoras, sea en los trminos que hemos apuntado o
en otros que se demuestren ms rigurosos y acertados.{17}
Manifiesta por tanto la coherencia de una posible propuesta de unificacin temporal,
enraizando nuestras comprensiones teolgicas en un proceder ya no metafsico, es decir,
acorde a la ontologa y su constitutivo carcter hermenutico, reconociendo que la unidad
ontolgica es modalidad absoluta y no Sustancia (Pura) divisible en esencias parciales.
Tratamos de desarrollar las implicaciones del giro copernicano en todos los mbitos de la
existencia, derivando acertadamente en giros lingsticos y hermenuticos, fortaleciendo dicha
tendencia a travs de una regeneracin espiritual de nuestro modo de conocer. Dnde
quedaron las Ciencias del espritu? Rpido olvidamos cuando nos come la agitacin nerviosa
del tecnologizado ego: amnesia producida por el tempo mercantil de la Razn (supuestamente)
Pura y Universal. Y las ciencias humanas y las ciencias naturales, dnde se sitan
actualmente respecto de las formalidades cognoscitivas de la Filosofa y la Ciencia? Podemos
delimitar por ejemplo las relaciones entre psicologa y antropologa? Son la lingstica y la
tica mbitos constitutivos del ser humano? Y la religiosidad? Y la democracia? Aparente
facilidad para responder? Ms problemtico se torna por el contrario realizar un ensamblaje
coherente que permita la integralidad del conocimiento (y su categorizacin teolgica) a travs
de una vlida (temporalmente) propedutica cientfica.
Podemos concluir con mesurada inocencia que la posibilidad temporal de una ontologa
hermenutica unificada no es slo realizable sino deseada por su carcter necesario,
abrindonos as a un abanico de posibilidades no metafsicas que recuperen la dignidad divina
que merecemos, no slo los seres humanos, sino el resto de seres animados. Como bien
hemos reconocido no hay diferencia alguna (o no debe haber) entre disear un camino y
transitarlo, alejados ya de una especulacin teortica que rechace una experimentacin
consecuente de sus valores. Por lo que afirmar hoy la posibilidad de un proyecto de tan
ambiciosa envergadura significa afirmarnos hermenuticamente (como temporalidad modal) a
travs de nuestras propuestas particulares, es decir, a travs de nuestro aprendiz de tratado
motivadoramente intitulado aletheia. Ontologa Hermenutica Unificada{18}
. Esta caja de
herramientas reconoce su historicidad compleja, concebida en unas coordenadas concretas del
espacio-tiempo contemporneo y antagnico de la metafsica establecida; dicho proyecto brota
y crece como se lo permite su ADN, tan abierto e inclusivo como crtico y antidogmtico.
Desarrollar los postulados en los que se asienta nuestra perspectiva metodolgica significa
-
afirmarnos a travs de las posiciones limitadamente argumentadas en este artculo,
construyendo un puente transitable y de inters general para trabajar nuevas miradas
paradigmticas (aprovechando la coyuntura axiolgica que se presente en los tiempos de
crisis). Frente a la metafsica y sus confusiones ontoteolgicas (resultado de la inversin
natural de las condiciones de posibilidad entre ser y ente) proponemos una analtica
del dasein (ser del ente) ya no metafsica, pues no recaemos en realizar dicha investigacin al
margen del ente sino precisamente (y sobre todo) a travs de su corporalidad mental, es decir,
a travs de las condiciones cognitivas con las que experimentamos el acontecer ontolgico de
la consciencia teolgica (aletheia). Pues no es el ser la meta de nuestras indagaciones, sino la
determinacin de sentido que nos aporta la comprensin y entendimiento contemplativo de
nuestro propio ser. Ah la consciencia respetuosa de la diferencia ontolgica, precisamente
fundando el carcter teolgico del lmite y sus basculaciones temporales, marcando el ritmo
entre los tambores del ser comunitario y las flautillas del ente particular.
Desde nuestra humilde estima pensamos que lo menos que podemos hacer es presentar
levemente algunos conceptos claves que articulan y cohesionan nuestra precaria
fundamentalidad, aquella mostrada en el texto aletheia. Ontologa Hermenutica Unificada.
Comprendiendo que la deconstruccin metafsica no slo se realiza a travs de las prcticas
culturales (transformaciones materiales) sino tambin a travs de la reflexin lingustica,
situando la prioridad de nuestra lucha como guerra axiolgica contra el (mono)pensamiento
metafsico y su mtrtica Razn-Concepto, proponiendo un exhaustivo tratamiento para
(im)purificar el ego (con la experiencia). A travs de nuestra forma de percibir comprendemos
de dnde venimos y a dnde vamos, analizando nuestra situacin actual para trazar
colectivamente utpicas culturalidades. Slo as podemos organizar la marcha, aunando
nuestros esfuerzos para decrecer la egocrtica conciencia que nos perturba, y restablecer con
armona un sendero transitable que propicie una rebelin holstica al interior del sujeto, la cual
opere estableciendo temporalmente una supuesta superacin integral del nihilismo alienado
que parasita en el Yo-Conciencia. Pues un criterio integral de interpretacin requiere
constitutivamente de la inclusividad para responder a la complejidad real de los fenmenos, en
el que todo es todo a travs del movimiento y la vibracin energtica, orquestados por la
autonoma que permite el ser a las diferentes entidades que coexisten interactuando. Tareas
para las que requerimos de un lenguaje autnomo, teleonmico{19}
respecto de nuestras
experiencias particulares, que es precisamente lo comn que podemos encontrar en otras
propuestas sistemticas postmetafsicas que cohabitan la noosfera{20}
contempornea. Aunque
consideramos medida de salud posicionarnos correctamente antes de construir ningn puente,
fomentando una sana intuicin que ejerza como vector satlite ante la confusin y el caos
axiolgico temporal que nos impone la metafsica.
En el glosario introductorio que aparece en la pgina 483 de aletheia. Ontologa
Hermenutica Unificada se desglosan pedaggicamente los 20 conceptos claves que operan al
interior de nuestra calibrada propuesta. Prefiero por el contrario aprovechar esta oportunidad,
no para duplicar contenidos sino para compartir las principales reflexiones que caracterizan
nuestra sistemtica propuesta, las cuales han sido divulgadas de manera informal en el
Congreso Internacional de Ontologa de San Sebastin (el cual certifico tiene mucho ms de
metafsica positivista que de ontologa hermenutica; slo tenemos que iluminar con serenidad
qu y cmo se laurea). En dicho documento caracterizamos la posibilidad epistemolgica de
una ontologa hermenutica a travs de postulados cientficos flexiblemente constituidos,
dirigiendo nuestro esfuerzo intelectual hacia un desarrollo ptimo de nuestra potencialidad
lingstica. Slo as existe ruptura radical con la metafsica y sus limitadas (simplistas)
concepciones, orientndonos a un ms profundo enriquecimiento de nuestra pluralidad cultural.
El texto aletheia.Ontologa Hermenutica Unificada, como ilustrada representacin de
nuestro andar-investigando, comprende la ontologa como ciencia que estudia la physis, es
-
decir, analizando la naturaleza inmaterial que nos constituye unitariamente como multiplicidad
teolgica, atendiendo as al respeto cientfico de la diferencia ontolgica, de la ley del cambio
como doble principio o del vaco ontolgico como modalidad dialctica. Ello conlleva interpretar
la metafsica como falacia lgica y afeccin mental producida por los absolutismos egocrticos
de la conciencia. Dicho modo limitado de contemplar el mundo, influenciado por la
desmesurada (sobre) valoracin ontolgica de las matemticas, deviene fenomnica a travs
de una (supuesta) razn-concepto pura, universal e independiente, la cual invierte la jerarqua
natural entre ser y ente, es decir, entre condicin de posibilidad y probabilidad realizada. De
hecho, ms que olvido del ser, la metafsica representa el olvido de la nada, es decir, de la
vacuidad ontolgica de todo lo que es.
Frente al absoluto sinttico de la metafsica proponemos las basculaciones ontolgicas de
un lmite contradictorio: el que marca la diferencia entre lo necesario y lo contingente a travs
de lo posible (que no es moral suprema sino lmpida voluntad). La contemplacin de la
diferencia ontolgica permite comprender que dicho lmite une y separa a la misma vez,
aportando cohesin fenomnica a travs de vectores holorquicos que trabajan en la limitacin
consciente de los absolutismos conceptuales, propiciando una determinada concepcin de la
razn como temporalidad dinmica. A travs de una rigurosa analtica epistemolgica de los
principios del conocimiento derivamos una posible (por su relatividad fenomnica) fundacin
cientfica, no slo de la posibilidad del conocimiento, sino tambin de la posibilidad de
veracidad cognitiva, nunca absoluta sino como espiralidad ascendente en la comprensin
simblica de lo particular y lo diverso. Contemplando la impermanencia fenomnica del ser y la
vacuidad axiolgica de la nada comprendemos las carencias lgicas de un supuestamente
posible fundamento absoluto del Uno como Sustancia, egocntrico, antropomrfico y
extracsmico. Pero el problema no es si Dios existe o no, sino los contenidos que afirmamos
cuando nos reconocemos en la existencia de algo. Pues como dijimos antes, todas las
personas tienen sus vectores axiolgicos, ya sean el Dios cristiano o musulmn, el hare
krishna o el dinerito electrnico de las Bolsas burstiles. Necesitamos sincerarnos y alumbrar
mejor nuestra concepcin del absoluto, dejando a un lado la imposibilidad ontolgica de un
fundamento absoluto de carcter formalmente lgico. Ah es cuando la basura se desborda, y
no por huelga del personal.
Se abre paso con firmeza la concepcin hermenutica (modal) de la unidad ontolgica. La
diferencia ontolgica reina como absoluto a travs de una jerarqua de desarrollo y no de
dominacin, determinando que todo es ser y equiparando el uno con el vaco cuntico que nos
propone la contempornea fsica de partculas. El acontecer teolgico de la consciencia nos
permite comprender como el uno legisla imposibilitando los absolutismos nticos de la lgica
matemtica, colaborando en la concepcin del lmite como afirmacin contradictoria y
antifundamental de todo lo que es. Para ello necesitamos de una teora categorial de las
ontologas regionales, materializando el estatuto epistemolgico de una genuina Teologa
ontolgica. Rebuscamos en el bal de la filosofa y reciclamos las sugestiones que vamos
encontrando, descubriendo que no necesitamos mirar tanto a fuera si valoramos bien lo que
tenemos en casa, es decir, lo que podemos construir nosotrxs mismxs a travs del
entendimiento. Analizamos los fenmenos a travs de nuestro criterio de interpretacin integral,
dictaminando la capital importancia de la intencionalidad de la conciencia (la conciencia
siempre es conciencia de algo) como afirmacin constitutiva del carcter ontolgico de los
procesos culturales, reconociendo la cultura y la vida como proceso teleonmico,
acercndonos as, por ejemplo, a las interpretaciones actuales de la biologa molecular sobre
los sistemas abiertos. Escapamos por tanto a la metafsica rechazando la concepcin de la
naturaleza humana como Sustancia, abrindonos a las posibilidades no dogmticas de una
condicin comn de todos los seres animados.
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Conscientes del cataclismo que dicha propedutica cientfica supone para
elStablishment positivista proponemos una restructuracin crtica e interdisciplinar de los
diferentes saberes tcnicos, filosficos y artsticos, llevando a cabo una consecuente
deconstruccin teolgica de las aporas metafsicas de nuestra egocrtica Cultura.
Desdramatizando en la medida de lo posible para comprender mejor que no todo es revolucin
espontnea del paradigma actual, revalorizando el valor lingstico de las sabiduras antiguas
(especialmente la tragicidad griega y el no-dualismo oriental). As nos reconocemos de manera
dionisiaca en la apoteosis cuntica del pensamiento postmetafsico. Aportaciones hay muchas,
en diferentes direcciones y sentidos; al sujeto consciente determinar cules son sus
necesidades para poner en marcha las prioridades que ms le interesen. Hay muchas ideas
que trabajar y validar temporalmente, pero sobre todo emergen renovadas prcticas por (y
para) experimentar cognitivamente, suponiendo en ltima instancia libertades por las que
luchamos para legitimarnos en una determinada direccin axiolgica.
En ltima instancia, como dice Jess Mostern, no se trata de encontrar morales sublimes
sino de dejar sosteniblemente de hacer el cafre{21}
. La deseada superacin de nuestras
limitaciones mentales la experimentamos a travs de aprendizajes digestivos, permitiendo una
relacin simbitica con el todo que fomente una apertura cognitiva no dogmtica. Reconocer
nuestra libertad como determinismo teleonmico (a priori cultural de los fenmenos
teleolgicos) asienta la responsabilidad de nuestras decisiones en nuestra constitutiva
autonoma simbitica, posibilitando una libertad condicional que nos permite seguir
avanzando en el cultivo del acontecer teolgico como consciencia presente. Nuestro proceso
de complejizacin nos dirige progresivamente a un ms amplio nivel de autoorganizacin,
colaborando en la transformacin paulatina de nuestras condiciones materiales de existencia.
Por ello no se proponen recetas alternativas sino una renovada manera de concebir la cocina,
poniendo en prctica un pensar (que es obrar lingsticamente) ya no metafsico.
Y aunque es verdad que hace tiempo que no nos atrevemos a entablar tratados
sistemticos que propongan un orden formalmente cohesionado, no es por ello que carecemos
de la suficiente capacidad crtica para reconocer dichas propuestas en mbitos del saber no
especficamente especulativos, es decir, encuadrados generalmente en las ciencias naturales y
humanas. Abriendo nuestro espectro intersubjetivo valoramos positivamente las mltiples
sugestiones sistemticas que nos llegan tanto de la mecnica cuntica como de las
matemticas, de la psicologa o la medicina holstica pasando por la biologa molecular. La
Teora de Campo unificado, la Teora de conjuntos, la Teora General de Sistemas abiertos, el
Sistema adaptativo complejo (CAS), AQAL, la Spiral Dynamics o las medicinas integrales
(china, ayurvdica u homeoptica) son algunas de las ontologas hermenuticas unificadas
temporalmente que no slo se preguntan por el qu del ser sino que, especialmente, atienden
al cmo de la physis que ontolgicamente nos constituye. Una vez ms comprendemos que no
es nuestra intencin desplegar las formalidades concretas de cada propuesta metodolgica,
sino de comprender el sentido profundo de sus objetivos para fundar epistemolgicamente la
posibilidad de proponer formalidades procesuales coherentes con una posible temporalidad
sinttica no dogmtica, a travs de la cual estemos en condiciones de interpretar mejor el
mundo fenomnico (que tambin, de cierta manera, relativamente, nos constituye). Nos
interesa por tanto comunitarizar el por qu de sus necesidades, dejando para investigaciones
especficas el estudio comparado de las diferentes propuestas, sin negar una vez ms que es
precisamente a travs de la complejidad concreta de lo real que accedemos a una
comprensin cientfica del sentido del mundo fenomnico, es decir, de su cmo categorial
(de su modus operandi).
Dejando a un lado, como decimos, los tratamientos mdicos integrales (los cuales
tambin derivan de una comprensin ontolgica del uno), atendemos a las propuestas
modernas que se estn dando en el mbito de las ciencias naturales y las ciencias humanas.
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Reconocemos la riqueza de las particularidades que conforman cada propuesta, atendiendo
especialmente a la colectivizacin de los postulados epistemolgicos en los que se asientan
todas estas propuestas de manera temporalmente estable. Ontologa Hermenutica Unificada
significa categorizacin (epistemologa) hermenutica (teolgica) del uno (de lo ontolgico).
Representa por tanto la proposicin abierta y no violenta de un tablero de juego en el cabe todo
lo posible, aportando una descripcin rigurosa (en la medida de nuestra inteligencia) de las
complejidades elementales que participan de esta presencia comn. Ello lo comprende la
Teora General de Sistemas (abiertos), que propone un estudio interdisciplinar de los diferentes
sistemas y sus niveles, comprendiendo los sistemas vivos como autopoiesis, es decir, como
redes cerradas de autoproduccin de los componentes que las constituyen. Ello lo comprende
el Sistema adaptativo complejo (CAS) por medio de la concepcin ontolgica del uno como
principio de complejidad autosimilar, atendiendo en todo momento a los vectores de
complejidad, emergencia y sistematicidad macroscpica. Quizs ms arriesgada sea la
interpretacin de la Teora de conjuntos como una proposicin matemtica descriptiva del uno
ontolgico, pero al menos es as como queremos entenderla, es decir, como intento paradjico
de captar matemticamente el carcter no mtemtico (simblico) del uno. Son precisamente
sus propuestas sistemticas de axiomas lo que ahora ms nos interpela, categorialidad
operativa a travs de la lgica matemtica atendiendo a las cualidades de los conjuntos,
tratando de esbozar sus posibilidades totales. Es el corpus filosfico de mpetu unificador lo
que perseguimos en cada fenmeno, desplegando nuestra forma de proceder en todos los
aspectos del saber y en todos los mbitos de la vida.
Especialmente sugestiva consideramos la Teora cuntica de campo unificado,
entendiendo que respecto de nuestra investigacin nos concierne especficamente su intento
de reconciliar las cuatro fuerzas fundamentales (nuclear fuerte, nuclear dbil, electromagntica
y gravitacional). En analoga con nuestra perspectiva integral valoramos positivamente los
hipotticos planteamientos sobre el Campo de Higgs, entendiendo su ntima relacin con la
energa oscura como campo unificado. Por tanto el bosn de Higgs, como cuanto del campo de
Higgs, estara en relacin irremediable con la materia oscura y la materia observable. Es en
dicho tablero de juego y a travs de dicha concepcin elemental que entendemos el todo como
una red vivracional en la que alegremente interactan la energa y la materia (observables)
como onda y partcula, postulando un doble principio dialctico como holoarqua interna del uno
ontolgico. Por ltimo y no precisamente como menos importantes (atendiendo al carcter
humano de nuestras motivaciones) referenciamos las noosfricas propuestas de Ken Wilber
(AQAL), Christopher Cowan y Don Beck (Spiral Dynamics), las cuales marcan lneas de
investigacin similares al Proyecto aletheia. Y son precisamente estas dos propuestas
metodolgicas integrales y holsticas las que ms informacin filosfica nos aportan acerca de
la hermenutica modal que determina el desarrollo probabilstico de las posibilidades
particulares.
Gracias a la perspectiva integradora de ambas propuestas, podemos dilucidar algunas
premisas a las que irremediablemente tiene que atender una posible ontologa hermenutica
temporalmente unificada. Ya hemos reconocido el carcter holorquico (basado en la
concepcin de los holones{22}
categoriales) de dichas estructuras (como jerarquas de
desarrollo y no de dominacin). Podemos afirmar tambin que ninguna propuesta integradora
es totalmente falsa (y por oposicin tampoco absolutamente verdadera). Enfatizamos que
dichas propuestas son concebidas como contenedores (axiolgicos) y no como contenidos
(ideolgicos). Revelan la posibilidad necesaria de la existencia de niveles interdependientes,
atendiendo as a la requerida categorizacin regional de la ontologa. No tan sloAQAL y
la Spiral Dynamics, sino tambin la Teora General de Sistemas (abiertos) coinciden con el
Proyecto aletheia en la relacin funcional de las categoras, entendiendo que lo inferior
establece las posibilidades de lo superior, y que lo superior establece las probabilidades de lo
inferior. El movimiento natural entre categoras marca una tendencia natural al ascenso
-
consciente, atendiendo a la creciente complejidad y a la progresiva autoorganizacin. En
resumidas cuentas concluimos que ejercen como meta-paradigmas, representando una red de
paradigmas intrincados que se desvelan hermenuticamente como criterios holsticos de
interpretacin integral para cualquier fenmeno posible. Retroalimentando desde tan rica
perspectiva nuestra evaluacin epistemolgica de otras propuestas unificadoras que trabajen
en la construccin de sentido ontolgico para el uno y sentido teolgico para la consciencia
(como posibilidad necesaria de la conciencia particular).
La necesidad de elaborar colectivamente propuestas acerca de una posible unificacin
hermenutica de la ontologa conllevar evidentemente implicaciones consecuentes con sus
particulares interpretaciones. Respecto de la filosofa y el conocimiento tratamos de realinear
los sentidos del saber y de otros fenmenos animados, renovando nuestro compromiso (o no)
en todo momento con una u otra determinada manera de mirar el mundo. De capital
importancia resulta entonces la potenciacin dialgica de la comunicacin, erigindose como
vector procesual de las transformaciones culturales que emergentemente acontecen. Dicha
tarea conlleva la organizacin propedutica de las praxis analticas, poniendo en marcha una
gestin efectiva del cambio fenomnico (tico, poltico, esttico, etc.). Nuestra interpretacin
integral trata de desarrollar y fortalecer la autonoma cultural de los diferentes elementos que
borroneamente conforman lo real, capacitando axiolgicamente al sujeto y aportando tiles
temporales para el tratamiento epistemolgico de las diferentes realidades fenomnicas. Slo
as puede consolidarse el estatuto abierto, inclusivo y no dogmtico (es decir, democrtico) de
las pluralidades polticas y estticas. Slo as puede abordar el sujeto la superacin dionisiaca
de la alienacin nihilista.
Por otro lado la Teora General de Sistemas colabora en el descubrimiento de
isomorfismos en distintos niveles de realidad. Ello permitira usar los mismos trminos y
conceptos para describir rasgos esenciales de sistemas reales muy diferentes. Ello nos
permitira tambin encontrar leyes generales aplicables a la comprensin de su dinmica. Una
vez ms recordamos la imposibildad de prescribir recetas industriales que nos dirijan al
despertar de la conciencia. Ms bien trabajamos experimentando y concentrando nuestro
esfuerzo en el feed-back que del todo recibimos. Apoyndonos en la TGS tratamos de
favorecer la formalizacin de las descripciones de la realidad, para, a partir de ella, permitir la
modelizacin de las interpretaciones que se hacen de ella. De esta manera facilitamos el
desarrollo terico en campos en los que es difcil la abstraccin del objeto (como la filosofa o
las ciencias humanas), atendiendo a la complejidad histrica de los fenmenos y su carcter
nico. Por ello la hermenutica se presenta como el criterio de interpretacin ptimo para el
anlisis histrico de los fenmenos culturales, pues los sistemas histricos estn dotados de
memoria, y no se les puede comprender sin conocer y tener en cuenta su particular trayectoria
en el tiempo.
Apologas varias para finalmente tratar de superar la maniquea perspectiva del sentir
metafsico, aportando a sta su merecido estatuto sentimental. Pues una posicin
genuinamente holstica tiene que integrar no tan slo la visin analtica de los fenmenos,
basada en operaciones de reduccin, sino atender imperativamente a la concepcin sistmica
del mundo que nos rodea, basndose en la composicin elemental de las posibilidades
realizadas. Slo desde una perspectiva integradora casan con ordenada armona los opuestos
ontolgicos, hermanando definitivamente teleologa y teleonoma (telos y cultura), trazando
analogas entre conciencia y consciencia, construyendo sentido propio a travs de una libertad
lingstica responsable (y por ende antiegocrtica, es decir, antiautoritaria), integrada sin
distorsiones en la complejidad real de su propia realidad, cultivada para la contemplacin
benevolente de la belleza aurea que impregna el todo.
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Slo nos queda sealar la verdad, apuntando hacia ella con mistrico silencio. Pero a
travs de lo que es velo puede construirse ciencia, concibiendo precisamente los impedimentos
limitantes que obstaculizan nuestra espiritualizacin progresiva, recordando las sugestiones
epistemolgicas de Bachelard{23}
. Sealamos inocentes a la guerra lingstica en curso, batallas
entre metafsica y ontologa por lograr una estabilidad determinada (cada una la suya) del
conocimiento cientfico de lo que es. El positivismo muestra permanentemente sus lmites,
tecnologizando progresivamente el circo metafsico de la produccin identitaria, adornando con
lgrimas de sangre un mundo con ridculo sentido, infantilizado por su Poder, su Dinero y su
inutilidad teolgica.
Me parece a m que no slo las fminas musulmanas de oriente medio llevanburka,
concluyendo que tanta ciruga esttica ha logrado evaporar nuestras tradiciones culturales, y
que tanta televisin ha forzado nuestra reversible miopa. Sentimentalismos aparte
reconocemos que una perspectiva unificada de la ontologa hermenutica tiene repercusiones
colaterales en todos los mbitos del ser vital, tanto a nivel cognitivo como cognoscitivo, tanto
lingstico como sociolgico, tanto artstico como religioso. Si nuestras perspectivas tienen que
asentarse en una determinada manera de contemplar la realidad, elijamos por tanto una
manera de mirar no violenta, abierta, no dogmtica, inclusiva, no dualista, integradora; en
resumen: tratemos de elegir la forma de mirar menos ignorante, o al menos, una forma de mirar
que no ignore la fundamentalidad ontolgica de la epistmologa, atendiendo a la complejidad
teolgica que nos constituye necesariamente como posibles seres alegres y serenos.
Atendiendo a lo esencial nos responsabilizamos de nuestros actos, de nuestros pensamientos,
de nuestras propuestas metodolgicas, de nuestras hiptesis cientficas, de nuestras violencias
cotidianas y de sus multidisciplinares consecuencias.
Comprender con profundidad trgica y serenidad estoica las implicaciones teolgicas de
la concepcin ontolgica de aletheia supone una autntica revolucin para el paradigma
metafsico de la totalitaria Razn Pura, produciendo turbulencias no slo en el mbito
estrictamente filosfico sino, sobre todo, en los mbitos cientfico, artstico o religioso. Desde
dicha perspectiva aportamos nuestro granito de arena al respecto, concibiendo nuestro
aprendiz de Tratado aletheia. Ontologa Hermenutica Unificada como lugar de (inter)cambio y
(re)encuentro pasional con la praxis filosfica (un pensar ya no metafsico) a travs de la
espiritualidad inherente a todo proceso cultural. Esperando sinceramente que nuestras
sugestiones fenomenolgicas no confundan an ms el enmaraado mundo de la metafsica
positivista, evitando as que la egocrtica y precaria existencia de la supuesta Razn Pura nos
arrolle, en su inminente cada axiolgica, al (ciber)mundo de los (neo)absolutismos.
Diciembre 2014
Francisco Ariza Lama
www.aletheia.comoj.com
BIBLIOGRAFA
Ariza, Francisco. aletheia.Ontologa Hermenutica Unificada, CuantoCaos, 2014.
Escudero, Alejandro. La teora de las categoras en una ontologa hermenutica, Eikasia,
mayo 2012.
Fliguer, Jos Lus. La ontologa de Nicolai Hartmann en la encrucijada del pensamiento
biolgico contemporneo.
Larrique, Diego. La hermenutica como ontologa de las ciencias sociales, Espacio
Abierto.
Royo, Simn. Del materialismo histrico a la ontologa hermenutica, A parte rei n19.
Sinari, Ramakant. Filosofas en interaccin y la posibilidad de una ontologa unificada,
trad. de Juan Diego Moya.
-
Notas
{1} Sentencia annima popularmente atribuida a la filosofa Kung-Fu, la cual interpreta, en
analoga con la filosofa de Gaston Bachelard, que la ciencia no produce verdad sino que
busca interrogar mejor, colaborando en la reestructuracin epistemolgica del conocimiento,
potenciando el saber y respetando la diferencia ontolgica.
{2} Del materialismo histrico a la ontologa hermenutica: anomalas de la dialctica ser-
devenir, Simn Royo, A Parte Rei n 19.
{3} Physis como naturaleza inmaterial que constituye al todo como uno.
{4} Logos como indisolubilidad ontolgica del uno y el todo.
{5} Lgica del sentido, Gilles Deleuze, ed. Paids, Barcelona, 1989
{6} Concepcin trgica (grecia antigua) de la verdad como desvelamiento (a-letheia).
{7} Nietzsche, Martin Heidegger, Destino, 2005.
{8} Sentencia atribuida a Herclito por Teresa Oate en su libro El nacimiento de la filosofa en
grecia. Viaje al inicio de occidente, ed. Dykinson, 2004.
{9} The Matrix (1999) es una pelcula de ciencia ficcin escrita y dirigida por Lana y Andy
Wachowski, protagonizada por Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss y
Hugo Weaving, la cual puede representar un moderno remade del mito platnico de la
caverna.
{10} Filosofas en interaccin y la posibilidad de una ontologa unificada, Ramakant Sinari, trad.
de Juan Diego Moya.
{11} Pudiendo entender por Stablishment metafsico la teora de las ideas de Platn y el
absoluto sinttico de Hegel, ambos artfices de una dialctica limitadamente hermenutica.
{12} American Dream como desmesura egocrtica del sujeto postmoderno, aqul que ha
asesinado a Dios para poner en su lugar al Poder-Dinero, desarrollando un relativismo
escptico que conduce irremediablemente al nihilismo metafsico.
{13} Ontoteologa kantiana en el argumento de los posibles, Irene Borges, Universidad de
vora.
{14} El mundo como yo lo veo, Albert Einstein, Brontes, 2012.
{15} Punto de encuentro dialgico, fusin de horizontes gadameriana que recojo en boca de
Teresa Oate.
{16} La teora del las categoras en una ontologa hermenutica, Alejandro Escudero, Eikasia,
mayo 2012.
{17} La teora de las categoras en una ontologa hermenutica, Alejandro Escudero, Eikasia,
mayo 2012, pp. 158.
{18} Texto de 497 pgs. publicado por CuantoCaos editorial bajo licencia libre
(www.aletheia.comoj.com).
{19} La teleonoma es un trmino ideado por Jacques Monod que se refiere a la calidad de
aparente propsito y de orientacin a objetivos de las estructuras y funciones de los
organismos vivos, la cual deriva de su historia y de su adaptacin evolutiva para el xito
reproductivo.
{20} Concepcin acuada por Vladimir Ivanovich Vernadsky, aunque a nosotrxs nos interesa la
concepcin de Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), que explica la noosfera como un
espacio virtual en el que se da el nacimiento de la psiquis (noognesis), un lugar donde
ocurren todos los fenmenos (patolgicos y normales) del pensamiento y la inteligencia.
{21} Jess Mostern es el ms conspicuo representante de los derechos de los animales en
nuestro pas y el ms firme defensor de una conciencia animalista en el campo filosfico.
{22} Un holn es algo que es a la vez un todo y una parte. La palabra fue acuada por Arthur
Koestler en su libro El espritu de la mquina.
{23} Epistemologa, Gaston Bachelard, Anagrama, 1989.