La Mujer en El Antiguo Egipto

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La mujer en el Antiguo Egipto 1. El destino de la mujer según la religión. 2. La esposa del faraón. 3. Ejemplos de grandes reinas. 4. La mujer egipcia. 5. Conclusiones. 6. Bibliografía.

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Trabajo sobre la vida cotidiana centrado en la vida de la mujer egipcia

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La mujer en el Antiguo Egipto1. El destino de la mujer segn la religin.2. La esposa del faran.3. Ejemplos de grandes reinas.4. La mujer egipcia.5. Conclusiones.6. Bibliografa.

Egipto naci entre las cadenas montaosas arbiga y libia, en las tierras de aluvin depositadas durante millares de siglos por la inundacin anual producida por las lluvias del frica central. Si el Nilo Blanco, nacido del desbordamiento de los Grandes Lagos y el Nilo Azul, alimentado por el Atbara de Etiopa, hubiera dejado de manar, Egipto se habra convertido en un desierto.De este modo para los primeros pobladores sedentarios, todo dependa de la voluntad suprema que regia la marcha del Universo y que mantena con vida todo lo que existe, al tiempo que lo organizaba en las veinticuatro secciones en las que se divida el recorrido solar y en la sucesin de los aos, que se renovaba con la llegada de la inundacin.Esta fuerza creadora en constante movimiento, cuyo equilibrio no se poda modificar ni su avance dificultar, era una prueba de la existencia de lo divino. De este modo, los egipcios que estaban profundamente enraizados con su terruo, vivieron con la inquebrantable certeza de que todo exista gracias al don de un Dios (el Demiurgo) y que era importante integrarse en el ritmo creado, aceptando tanto su destino como su entorno, pero explotando al mximo los recursos puestos a su disposicin por el Creador. Debido a este pensamiento, cada sexo, por definicin complementario del otro, representaba un papel concreto, siendo ambos igualmente respetables.1. El destino de la mujer segn la religin.Hay numerosos textos mitolgicos y religiosos del antiguo Egipto que reflejan una creencia general en que, en el origen de los tiempos, un proto-demiurgo reinaba sobre el caos primordial. Debido a que los numerosos colegios sacerdotales asentados en las zonas esenciales del pas como Helipolis, Menfis y Hermpolis tenan una cosmogona particular existen diferentes versiones del Gnesis. Todas estas Gnesis tienen como base un concepto nico y comn que es: la existencia de un caos primordial que contena todos los elementos de la creacin. En caos era el Nun, padre de los dioses, que estaba sumergido en tinieblas y era ancestro de todo lo que habra que existir. De este caos surgi el nico, nacido de un misterio total, surgido de s mismo, sin haber sido concebido ni engendrado.La mayora de las teoras de la Gnesis tienen un carcter masculino. Sin embargo, una diosa como la gran Neith de Sais siempre se la consider como parte del origen de la creacin. De hecho al simbolizar en l los principios fundamentales, masculino y femenino, el demiurgo era hermafrodita y materializaba a los padres y madres que estaban con l cuando se encontraba en el Nun, antes del comienzo de todo.La necesidad de encontrar el principio femenino en la accin divina es esencial para el habitante de Egipto. De este modo cada vez que una provincia o ciudad reivindicase a su demiurgo local, ste no tardar en verse acompaado por una diosa paredro que dio a luz un nio divino. Juntos formarn una triada, tan tpicamente egipcia.De todos los aspectos femeninos de lo divino, la diosa Isis se manifiesta como la diosa por excelencia, es la imagen misma de Egipto, la admirable compaera de Osiris, que supo secundarle y posteriormente perpetuar el culto de su esposo, vencido por el mal, as como defender a su heredero hasta que se convirti en adulto.Isis est considerada como la gran maga por excelencia por las maneras que obtuvo del viejo demiurgo que le confesara el secreto de su fuerza. El mtodo con que lo consigui muchas veces se ha reprochado al comportamiento femenino.Viendo en los mitos las atribuciones que se les da a Isis, como por ejemplo la administracin del reino mientras su marido, Osiris, esta fuera, nos habla de cmo muchas esposas de faraones asumieron las actividades administradoras del reino mientras el faran estaba guerreando. Adems, en el mito de Osiris vemos como a ste su hermano Seth y otros conspiradores le encierran en un atad y le tiran al Nilo, su esposa Isis que fue a buscarlo inmediatamente. Una vez que regres con Osiris, escondi el cofre entre las marismas, en el lugar donde habra de educar a su hijo.En el ritual mortuorio llama la atencin, que en el momento de las plegarias y lamentaciones ante el cuerpo de Osiris, stas ponen de relieve el idilio que tuvo Osiris con la hermana de Isis, Neftis, y se pronuncian delante de Isis, se ha visto como un indicio de que se aceptaba a una concubina favorita junto a la seora de la casa, como se ver en los mbitos de la realeza y de la nobleza.Despus Isis dio a luz al hijo pstumo de Osiris, Horus, protegindolo y reanudando la lucha contra los ataques del maligno, el dios Seth. Convertido en adulto Horus, con la ayuda de su madre, como siempre consagrada a hacer valer los derechos del hijo pidi ante el tribunal del Seor eterno, Atum, la herencia de su padre en contra de su to. Al final Horus recibi su herencia, gracias a la ayuda de su madre Isis que hizo confesar delante del Seor eterno a Seth.El gesto de Osiris es totalmente complementario de la accin de Isis, sin la que el misterio de la resurreccin no podra tener lugar, ni la herencia del padre serle devuelta con completa justicia a su hijo. 2. La esposa del Faran.Tras ver el lugar que ocupaban las evocaciones femeninas de la divinidad en los distintos mitos egipcios, no nos puede caber la duda del importante papel que se esperaba que representara la mujer situada al lado del faran. Se trata de la Reina, la Gran Esposa Real, aquella que deba traer al mundo a los herederos al trono. Ya desde la I Dinasta podemos comprobar la particular importancia del papel que representaba la soberana, cuya posicin se mantuvo e incluso cobr ms importancia todava durante la historia de Egipto. Se admite como un hecho indiscutible que la herencia del carcter regio era asumida por la reina, que traspasaba la esencia divina al hijo real. Este concepto implica que ella misma debiera ser hija de un faran, de este modo, mediante su unin con un pretendiente al trono que no fuera un heredero directo, poda trasmitir la sangre real solar a los hijos del nuevo soberano. Los derechos de la madre, la hija real, eran primordiales, lo que ya confirm Manetn quien comentaba que los reyes de la II Dinasta haban confirmado los plenos derechos de la mujer a ocupar el trono.Incesto real.La aplicacin ideal del principio anterior era el matrimonio consanguneo entre un hermano y una hermana nacidos del mismo padre, el faran. Se trataba de seguir al pie de la letra un ejemplo tomado del comportamiento de los dioses.A lo largo de su historia, y nicamente cuando se trataba de la corona (una institucin sagrada que era importante conservar) la familia real permaneca, en lneas generales y cuando ello era posible, fiel a la costumbre de salvaguardar la herencia faranica y divina. Parece casi comprobado que, en la IV Dinasta, Djedefre se cas con su hermana Heteferes II y que Ahmosis, el libertador de Egipto declara en su estela de Abidos que tanto l como su esposa Ahmes-Nefertari eran hijos de una misma madre y de un mismo padre.Para investir a su cnyuge con el poder faranico sin duda bastaba con que la hija del rey se casara con su hermanastro o con un pariente ms lejano de la familia real.Padres e hijasDebido a que el incesto entre hermanos reales no poda ser constante, debemos buscar el medio por el cual la sangre divina se transmita pura. En el ambiente de la realeza se ha comprobado la existencia de otro tipo de incesto, entre padres e hijas, que aunque se consumaba, tambin era ritual. Aunque no se ha podido contrastar con las fuentes, est la leyenda de los amores de Micerino y su hija. Lo que si sabemos por las fuentes es que Amenemhat III se cas con su hija Neferuptah.Los casos ms claros aparecen durante el Reino Nuevo, por una razn fundamental que es que para este periodo las fuentes son mucho ms abundantes. As se sabe que Amenofis III se cas con su hija Sat-Amn, a la que convirti en su segunda Esposa Real. Tambin se cas con otra de sus hijas, Isis, y muy probablemente con otras hermanas de sta.Los ms famosos padres-esposos son tres faraones del Reino Nuevo que son Amenofis IV, Ramses II y Ramses III. De Amenofis IV sabemos que por lo menos tres hijas se casaron con l y que fueron las tres primeras; de la primognita tuvo una hija, la segunda parece haber muerto de parto y la tercera le dio una hija antes de casarse en segundas nupcias, tras la muerte de su padre, con Tutankhamn.Parece ser que la razn que empujaba a estos soberanos a casarse con sus hijas, sobre todo, era de imperativos rituales en el contexto de una sociedad divina, que era la constante demostracin de la esencia supraterrestre del rey. En primer lugar, el faran es el demiurgo encarnado, y en ocasiones tambin Re. En cuanto a su esposa, es Mut, Isis y Hathor, pero tambin Tefnut, su hija-esposa y su mano. Entonces nos encontramos con la versin ms realista de la creacin, en donde la compaera de Re termina por ser conocida como Nebet-Hetepet (que se traduce como Seora de la satisfaccin) tras haberse convertido en Iusaas, la que revela el dinamismo del creador.Tefnut es hija y Ojo de Re, terrorfica y apaciguadora a la vez, tambin es la diosa Maat, que perpeta el vigor del dios, necesario para la vida de Egipto, y que el faran representa en la tierra. De este modo al descender l mismo de un soberano, o provenir de un tronco menos ulico, el faran detenta un potencial divino que, nada ms sentarse en el trono, es afirmado, mantenido y renovado mediante ritos de la mayor importancia. Es un poder supraterrestre que debe a su madre, hija real y descendiente lejana de un prncipe o de un noble mortal, pero que conoci la teogamia. Es decir, el faran, sea quien sea, se convertir por medio de su madre, a la que eligi el dios, en el heredero del demiurgo. Se han encontrado en algunos templos textos de esta teogama como:Uno de esos das, sucedi que Reddjedet sufri los dolores [del alumbramiento] y su parto era laborioso. Entonces la Majestad de Re, Seor de Sakhebu, dijo a Isis, Neftis, Meskhenet y Khnum: Id entonces y liberad a Reddjedet de los tres nios que se encuentran en su seno y que ejercern esta funcin bienhechora en todo el pas. Construirn vuestros templos, aprovisionaran vuestros altares, harn prosperar vuestras mesas de libacin y aumentarn vuestras ofrendas. Las diosas partieron tras haberse transformado en bailarinas-msicas. Khnum las acompa llevando [su] equipaje. Llegaron a casa de Rauser []y ste les dijo: Seoras, mirad, la seora de la casa est con los dolores y su parto es laborioso. Entonces ellas dijeron: Permitenos que la veamos, puesto que sabemos hacer un alumbramiento.Es posible que los faraones, incluidos aquellos cuyas esposas no eran de origen real, creyeran trasmitir a sus hijas algo de esa irradiacin sagrada que haba hecho de ellos dioses encarnados. Divinizados en vida, mediante esa teogama de segundo grado transformaban a sus hijas en soberanas de pleno derecho y, de este modo, sus herederos podan transmitir sangre divina.Finalmente durante el reinado de Ramses III, las hijas del soberano representaron, puede que de manera ritual, el papel de manos divinas durante las fiestas del jubileo.

El matrimonio.Nada permite afirmar que las Grandes Esposas Reales pudieran ser princesas extranjeras. En cambio, desde muy temprano en la historia de Egipto, estas mismas princesas extranjeras debieron ser esposas secundarias de los reyes. De hecho, la nica extranjera que con seguridad lleg a convertirse en la Gran Esposa Real fue, debido a unas excepcionales razones diplomticas, la hija del rey hitita Hatushilish, rebautizada como Maat-Hor-Neferu-Re.De esta princesa se conserva la nica representacin de la ceremonia del matrimonio real en Egipto en la paredes de Abu Simbel. La escena est presidida por una imagen formada por la figura del faran, sentado bajo un dosel, rodeada por Seth y por Path-Senen. Delante del faran aparecen dos figuras que avanzan hacia l, la princesa hitita y su padre, que la sigue con lo que es el antepasado del gorro frigio, ambos llevan las manos alzadas como seal de veneracin. Es la llegada al Palacio de la nueva esposa.La madre realLa madre real representaba un papel de extrema importancia junto a su hijo. En primer lugar, ejerca una innegable influencia durante la juventud de ste, ms tarde, si el heredero se converta en hurfano de padre, se haca cargo de una regencia de facto, que segn el caso era de carcter espordico y en modo alguno institucional. De esta manera, los faraones, al tiempo que daban ejemplo a los ms humildes de sus sbditos, dejaban clara su gran preocupacin por su madre. Tras su muerte, las reinas madres eran inhumadas en sepulturas preparadas segn los ritos y en las que el mobiliario funerario que formaba parte era vaticinio de su gran importancia.El papel de la Gran Esposa Real en la monarqua.Ya fuera, segn sealaba la ley, una princesa real, ya una simple noble, que asociada a la creacin de un nueva dinasta, aquella que se converta en Gran Esposa Real al lado del faran parece haber tenido un importante papel en el trono de Egipto y siempre fue asociada al origen divino de su esposo.Los herederos de la corona deban ser hijos de la Gran Esposa Real, en el caso de no ser ms que hijos del faran y de una esposa secundaria, era necesario, para reforzar el potencial sobrenatural que se casaran con su hermanastra, hija de la verdadera pareja real. La principal misin de las Grandes Esposas Reales era la de ser consejeras del rey, lo que les permita adquirir una gran experiencia poltica, imprescindible en el caso de que, como reina madre, tuvieran que convertirse eventualmente en regentes o tutoras.El papel religioso de la Gran Esposa Real.Ya desde el Reino Antiguo la reina no se limitaba a secundar al faran, acompandolo durante la realizacin de las ceremonias del culto oficial. Durante los primeros reinados de la XVIII Dinasta, la Gran Esposa del rey a menudo es investida de ttulo y la funcin de Hemet Netjer, es decir, esposa del dios, que corresponde a la participacin activa por parte de las reinas y las princesas en el culto de Amn.El dios del que es esposa no aparece mencionado, pero parece que no hay duda que sea uno de los aspectos del demiurgo, el papel de Esposa del Dios es, sobre todo, el de encarnar el principio femenino necesario para apaciguar los ardores creadores del poderoso Seor Universal.Los harenesLa institucin del harn real aparece desde los primeros momentos de la poca histrica, a la vez que la administracin real, pero independiente de ella. Es el lugar de residencia de la reina y donde se educaba a los hijos reales, tambin era donde deban residir las mujeres secundariasLos harenes tenan una estructura organizada dirigidos por un jefe de la administracin, asistido por un adjunto, que controlaba a un gran nmero de escribas del harn, inspectores y funcionarios subalternos que llevaban el titulo de Escriba de la Puerta del Harn y el de Guardin de las Puertas.La funcin del harn, controlado por la Gran Esposa Real, era la de recibir esposas con las que, a ttulo diverso, haba contrado el faran matrimonio y llegaban escoltadas por un sequito. Esto hacia implicaba tener con antelacin de grandes grupos de viviendas en las que viviran las damas, rodeadas por los hijos que le haban dado al faran.El harn se convirti rpidamente en el centro de la poltica matrimonial del faran.3. Ejemplos de Reinas.NitocrisEs una de las grandes reinas del Reino Antiguo. Manetn dice de ella que rein al final de la VI Dinasta, tras Merenre II, mientras que Eratstenes menciona seis aos de reinado. Los archivos egipcios slo han conservado su nombre, que aparece citado en los anales ramsidas en donde se dice que rein dos aos, un mes y un da. La verdad es que de ella slo tenemos datos que la aluden en los escritos de Eratstenes y de Herdoto que se basan en una tradicin literaria muy de Baja poca en la que tambin se mezclan acciones atribuidas, entre otras, a la cortesana griega Rodofis.Herdoto nos cuenta que, llegada al trono de su hermano, que acababa de ser asesinado, Nitocris se veng de los asesinos por medio de una trampa que mat a muchos egipcios, tras lo cual se suicid.Manetn afirma que era ms valiente que todos los hombres de su tiempo, y era ms bella que todas las mujeres; tena el fsico de una rubia de mejillas sonrosadas. Se dice que construy la tercera pirmide. De todos estos datos se puede extraer que esta reina, que no rein mucho a finales de la VI Dinasta, quiz tomara parte en los trabajos de la pirmide inacabada de Micerino, en Guiza. El conocimiento de su belleza desafi al tiempo, probablemente confundido con la de Rodofis; pero el rubio de sus cabellos, que es sorprendente en una egipcia, del que todava se habla en poca griega, hace referencia a una moda egipcia comprobada arqueolgicamente gracias a las pinturas de unas tumbas de la V Dinasta cercanas a las pirmides que es que a las princesas les gustaba llevar pelucas de colores claros. Fue una reina de destacado valor e imparable belleza.HatshepsutEsta reina es una de las reinas ms famosas e importantes del Reino Nuevo egipcio y una de las grandes personalidades de la XVIII Dinasta. Tras la muerte de su esposo, el faran Tutmosis II, Hatshepsut subi al trono como regente del Reino. Supo rodearse de altos funcionarios experimentados.El ao 7 de su reinado es un punto de inflexin en su reinado. A partir de este momento la reina aparece en todas las inscripciones como el Rey del Alto y Bajo Egipto. En esta poca amn de desempear una gran labor constructiva, en poltica exterior no estall ningn conflicto de importancia. Slo se tiene la noticia de una incursin en Nubia. Se dedic a mantener el Reino de su padre Tutmosis I. Lo que si que hizo la reina fue expediciones comerciales a las llamadas Escalas de Levante, as hizo varias expediciones al Sina, aunque el ms famoso fue la expedicin que hizo al Pas de Punt.Hatshepsut fue la instigadora de innovaciones en las que su sucesor, Tutmosis III encontr una gran fuente de inspiracin. No slo sigui la construccin de su templo en el recinto de Deir el-Bahari, sino que adems termin el octavo pilono de Karnak. Una de las cuestiones que ms preocupaban, y que ms investig, se trataba del mensaje del misterio osiraco, posteriormente tratado por Amenofis IV con otro lenguaje. Se atrevi a utilizar su propia imagen del jubileo real como crislida nocturna en la que, como Osiris, llevaba los cetros del dios muerto; pero, adems del smbolo de la renovacin diurna, tambin llevaba en la mano los signos de ankh y was, smbolos del Sol, seor de la vida.TiyiEs una reina de origen no real y represent un papel importante como madre al lado de su hijo Amenofis IV. La mayora de los autores la consideran parcialmente responsable de la reforma religiosa atribuida a su hijo. No se conserva ningn texto que nos deje ver cules eran las ideas de la reina madre, pero hay datos que permiten sostener esto. La debilidad de Amenofis III, la gran influencia que tuvo Amenofis IV por parte ella y como demuestra el hecho que la nueva capital del Reino, situada frente a Tebas y en donde la reina residi a menudo a comienzos del reinado, llevara el nombre del dios de la hereja indica hasta qu punto era partidaria de la reforma. Amenofis IV le dedic un templo en Amarna, los relieves de este nos pueden aclarar la verdadera posicin que con respecto al nuevo dogma ocupaba la reina frente a su hijo y su nuera. Todo nos indica y nos lleva a pensar que comprenda y animaba, si es que no la inspiraba, la necesidad de simplificar y aclarar la expresin religin.Sin embargo, parece probable que esta mujer eminentemente inteligente y sensible tuviera que esforzarse para refrenar ciertos excesos de su hijo. No fue partidaria de ir en contra de ciertas tradiciones y actitudes cuyo origen se remontaba al origen de los tiempos.TuyEs la madre de Ramss II y parece que el papel que desempeo en el reinado de su hijo fue muy importante, pues aparece dos veces en la fachada del templo de Abu Simbel, al lado de la esposa favorita del Rey. Form parte de la poltica de su hijo que consisti en retomar de forma velada y con mucha habilidad la reforma religiosa conocida como amrnica. Ramss no se limit a hacerse representar como nacido de un dios, sino que afirm abiertamente su divinidad terrestre.Adems no sera nada extrao que se hubiera preocupado por el bienestar del pas cuando su hijo se dedicaba a la pacificacin del Oriente Prximo durante casi los veinte primeros aos de su reinado. No es raro que encontremos su nombre en la correspondencia real intercambiada entre el palacio de Ramss y el Rey hitita Hattushilish. 4. La mujer egipcia.Su lugar en la sociedad.Por mucho que nos remontemos en el periodo de formacin de la civilizacin del Nilo egipcio siempre encontramos representaciones del hombre o de la mujer cada uno en la funcin que les otorgo la naturaleza. El hombre aparece como guerrero o cazador, puede que como un mago incluso. La imagen de la mujer expresa el amor, la fecundidad o la dedicacin, es decir, la amante, la madre, la plaidera, la que provoca el deseo, concede la vida o vela por el difunto que se dirige hacia su eternidad. Aparece como deseable, respetable y protectora, en todos ellos materializa una atraccin, una necesidad y un consuelo.En las primeras representaciones femeninas, en la prehistoria, la mujer aparece a menudo con un nio en brazos y las bailarinas y plaideras alzan los brazos por encima de sus brazos.Gracias a los grupos escultricos que nos han llegado de las fases ms primitivas de la historia de Egipto podemos ver que subrayan un deseo de todo egipcio que era la estrecha relacin que exista entre los miembros de una pareja y lo apegados que estaban a la unidad familiar.Estas representaciones de la mujer son representaciones ideales.Estatuto general de la mujerSegn todos los indicios la mujer egipcia, parece ser que en Egipto hubo igualdad para los dos sexos, desde los primeros instantes de la civilizacin, como un hecho natural y tan profundamente arraigado que no parece que nunca supusiera un problema.As se ve en un texto de Merikare, de la poca temprana de la historia de Egipto: El creador hizo el cielo y la tierra para ellos, rechaz para ellos la amenaza de las aguas, e hizo el aliento para que vivan sus narices, puesto que son a su imagen y semejanza, salidos de sus miembros. Brilla el cielo para ellos, igual que para ellos hizo las plantas, los animales y los peces, para alimentarlos.Se desprende de este texto que tanto el hombre como la mujer estn hechos a imagen de las parejas divinas, los humanos disfrutan de la paridad de la creacin, cuyo concepto est profundamente enraizado en las creencias religiosas egipcias.La nocin de igualdad entre los dos sexos estaba tan arraigadas en las costumbres egipcias que se introdujo la antroponimia, donde se daba el caso de que un nombre propio poda designar tanto un hombre como a una mujer.La igualdad de derechos entre ambos sexos se puede contratar de manera satisfactoria en el Reino Antiguo y en el Reino Nuevo, sin embargo en el Reino Medio, poca de reconstruccin nacional nos puede llevar a constatar cierto retroceso en ciertos derechos reconocidos de la mujer, pero no se trata de algo completamente seguro.Toda la documentacin que se tiene parece confirmar que las mujeres egipcias, jurdicamente las iguales a los hombres, reciban el mismo trato que los hombres y lo mismo suceda entre los hijos y las hijas. La mujer poda poseer bienes, realizar adquisiciones, contratos o comprometerse por escrito con total libertad. Es cierto que la madre era el corazn de la familia, pero no era de ah de donde provena su autonoma. Desde que naca posea plenos derechos y su matrimonio y sus alumbramientos no supona ninguna modificacin en este estado de cosas. Desde el momento que alcanzaba la mayora de edad o se casaba, tena plena y completa libertad, pero parece que una nia poda contraer obligaciones legales desde el momento que era capaz de apreciar el significado y evaluar las consecuencias mismas.La libertad de la mujer.La mujer egipcia no conoca la tutela a la que se vea obligada la mujer romana, siendo el poder de sus progenitores ms que nada una proteccin para ella. En materia de herencia, las trasmisiones eran idnticas tanto para el hombre como para la mujer. Tambin da la impresin de que la mujer egipcia fue relativamente libre a la hora de elegir futuro esposo. Esta independencia era tan grande que en los ltimos momentos de las dinastas originarias del pas, se abuso de ello, haciendo que Sfocles o Eurpides digan: Permanecan sentados en un rincn de su hogar mientras la mujer se encargaba de todos los asuntos de la casa.Hubo una reaccin contra esta libertad, llevada acab por Ptolomeo Filopator, que modific parcialmente el derecho egipcio para regresar a la nocin de igualdad entre los dos sexos.Capacidad jurdica de la mujer libre.La nocin de casta no parece que haya existido en Egipto y con la excepcin de la sirvienta-esclava, a la mujer se le reconocen todas las prerrogativas de las que gozaba el hombre. Igual que este es citada por su nombre a partir del Reino Medio, aparecer si est casada, precedido por la expresin nebet-per que significa seora de la casa. Es el ttulo que toda jovencita aspira a conseguir.La mujer de clase media, ciudadana de un poblado o una ciudad importante a menudo era llamada una ankh-en-niut que significa habitante de la ciudad. Esta ciudadana libre propietaria de bienes era una nemehyt y si, como suceda en ocasiones, adoptaba a los hijos de una de sus sirvientas-esclavas a las que se les reconoca el derecho a poseer bienes, los libertos se convertan a su vez en nemeh.A las mujeres se les exiga unos requisitos para poder casarse, era ser virgen y conservar el estado de mujer casada, es decir, no cometer adulterio. Respecto a esta ltima el castigo que les esperaba era la muerte. No se han encontrado indicios de que se aplicara alguna vez este castigo, sino que seria para que recordaran la amenaza como nos cuenta la Historia del Marido engaado de tiempos del faran Keops. Cuando llego la tarde, se dirigi al estanque con agua. Entonces el servidor arroj detrs de l, en el agua, el cocodrilo de cera. Este se transform en un cocodrilo de siete codos y se trag al personaje, despus, por orden del rey, se lo llev al fondo del agua. En cuanto a la esposa del sacerdote mago, el rey hizo que llevaran a la mujer Ubaone a un terreno situado al norte del palacio, la hizo quemar y despus sus cenizas fueron arrojadas al rio.Propiedad libre, legados y testamentos.Est claro que cada uno de los miembros de una familia: padre, madre e hijos, posea sus propios bienes y dispona de ellos segn quera. La mujer no se encontraba, no bajo la autoridad del marido, ni la del hijo primognito. No sufra tutela, siendo igual en dignidad como en derechos legales. Poda heredar de su esposo igual que sus hijos. la igualdad sucesoria de los hijos e hijas confirma la igualdad jurdica de los dos sexos.Da la impresin de que la mujer (por lo menos desde finales del Reino Antiguo) poda no verse encargada de la tutela de los hijos pequeos en caso de la muerte del padre. Si faltaban los hijos, las hijas podan encargarse del culto funerario de sus progenitores.En caso de deceso, los bienes del difunto, pasan a los familiares que le sobreviven, los hijos legtimos reciben cada uno una parte igual, sin que tenga en cuenta el sexo. Si carece de descendencia todo va para la esposa.En un caso extremo, una mujer poda desheredar a alguno de sus hijos disponiendo libremente de sus propios bienes, recibidos en herencia o conseguidos fuera de los haberes conyugales.Actas jurdicas.En el Egipto faranico la mujer actuaba bajo su propia responsabilidad, sin el consentimiento de un tercero, o si estaba casada, de su esposo. De este modo poda llegar libremente a un acuerdo privado con un interlocutor cualquiera, ya fuera hombre o mujer.Delitos.Cuando la mujer comete un delito es perseguida por la autoridad competente sin intermedio de ninguna tutela. La mujer tena la misma clase de castigos que los hombres por acciones delictivas iguales, es decir, hay un ejemplo de difamacin hecha por una mujer y un hombre, ambos fueron condenados a una paliza con varas de madera y la mujer no fue perdonada.No obstante tenemos pruebas de que en (en el caso de la clase media) ciertos castigos afligidos a las mujeres eran menores que para los hombres (ejemplo del falso testimonio, para un hombre era el exilio a la ciudad de Toske o Aniba en Nubia, y para la mujer la reduccin a la servidumbre)Aunque por regla general la mujer actuaba libremente, es posible que la esposa pudiera sufrir el castigo junto a su marido, en el caso de ste cometer alguno delito que mereciera sancin. Esa es la amenaza con la que Seti I intento intimidar a los eventuales ladrones del ganado del templo de Abidos.La mujer en la servidumbre. La sirvienta, la sierva.Es difcil distinguir entre la mujer de la servidumbre que viva con la familia del dueo y la que estaba obligada por unos vnculos diferentes, sobre todo en las representaciones que nos han llegadoNo se puede excluir una condicin de servidumbre, pero que parece haber privado una parte de su libertad a determinadas categoras de individuos. Numerosos factores sustentaban la nocin de servidumbre en Egipto. En primer lugar la "corvea", de la que nadie estaba exento, mientras que una segunda categora serian los delincuentes de ambos sexos que tambin podan estar parcialmente privados de su libertad, son los condenados por el derecho comn.En la mayor parte de los casos esta servidumbre era aplicada a extranjeros trados a Egipto, ya fueran prisioneros de guerra solteros o acompaados por sus familias. El egipcio medio, si no haba sido beneficiado por el faran con un lote de siervos por el valor en batalla, poda comprar siervos de manos de mercaderes sirios que tenan el comercio. La adquisicin de una sierva era registrada oficialmente en una oficina del gobierno. La mayora de las mujeres quedaban afectas a residencias, algunas entraban al servicio de los almacenes del templo, y llevaban la cabeza totalmente afeitada, excepto una coleta en forma de rabo de cerdo.Las mujeres extranjeras llegaron desde tiempo temprano a Egipto debido a las campaas militares. Gracias a un papiro publicado por W. Hayes nos muestra como desde el momento en que los siervos quedaban instalados en los dominios seoriales, las sirvientas de este tipo se integraban entre los miembros de la familia. Nunca se separaban a los hijos de su madre y las mujeres no slo se beneficiaban de una cierta libertad sino que, adems, estaba prohibido hacerlas trabajar en los das de mucho calor.Manumisin y adopcin de siervas.Se sabe que un hombre libre poda casarse con una mujer que fuera sierva, nacida en una casa egipcia consiguiendo la aprobacin de la seora de la casa (en ocasiones es la propia seora la que elige al marido). Con su matrimonio quedaba manumitida y los hijos de la pareja eran personas libres, una ley que fue abolida por los Ptolomeo. Con ocasin del matrimonio los amos daban una dote a la sierva.Hay varios textos que nos indican esto, como una dama que casa a su hermano Padiu con su joven sierva: Yo (el ama) lo acepto (a Padiu) para ella (la esclava). Por tanto est con ella [a partir de] este da. Ahora Ved! He hecho de ella una mujer libre del pas del faran. Si ella trae al mundo ya sea un nio, ya una nia, se convertirn en gentes libres de la tierra del faran, segn el mismo proceso, [porque] vivirn con el seor de las caballerizas, Padiu, mi joven hermano.Todas las clases sociales podan adoptar esclavos, incluso conocemos el caso en que damas con posibles adoptaron a los hijos de algunas de sus siervas y les hicieron, tambin, donativos importante. Por lo que respecta a las herencias, las siervas podan ser legadas a los herederos junto a los dems bienes. En cambio, con la proteccin de su amo, los esclavos podan adquirir una propiedad y poseer tierras de padres a hijos. Todos estos bienes tenan que ser respetados por el amo.Infancia, educacin.Hasta los tres aos por lo menos, la nia era alimentada parcialmente con la leche de su madre o de su nodriza. En la mayor parte los juguetes eran fragmentos de objetos domsticos, pero se ha encontrado la sempiterna figurita con forma de animal tallada en madera y con ruedas a la que no haba ms que arrastrar con una cuerda. Tambin haba muecas de madera con los brazos articulados.Las nias practicaban ejercicios fsicos, igual que los nios, y ambos compartan juegos.Desde muy jvenes, a partir de los cuatro aos y durante muchos ms, algunas nias podan ser admitidas para seguir la enseanza que se daba a aquellos nios destinados por sus padres a convertirse en funcionarios. Antes que nada haba que conseguir el grado de escriba. En el caso de las mujeres no deba ser algo habitual, pero se daba, puesto que algunas profesiones estaban abiertas a las mujeres. Iban a colegios en donde la disciplina era estricta y los castigos corporales se aplicaban.Lo primero que haca era iniciarse en la complejidad de la escritura jeroglfica, que serva para expresar una lengua arcaica. Memorizar los signos y hacer pequeos ejercicios de copia de textos clsicos. Tambin se hacan ejercicios de gramtica y conjugaciones de verbos. Luego se pasaba a un nivel de redaccin.Al finalizar el ciclo, que daba derecho al ttulo de escriba, tambin se les inculcaban nociones de aritmtica, matemticas y geografa. Durante el periodo de escolaridad de su hijo, la madre deba llevar diariamente al maestro de escuela tres panes y dos jarras de cerveza. En el caso de las nias para profundizar en una disciplina, la especializacin se haca en la administracin bajo la tutela de un anciano que la guiaba, en las Casas de la Vida que las grandes haciendas religiosas incluan en sus recintos.Algunas jvenes fueron autorizadas a seguir las enseanzas de medicina y ciruga, por lo menos desde fecha temprana como el Reino Antiguo, puesto que sabemos de una tal dama, de la poca de la IV Dinasta que tena el ttulo de directora de las doctoras. As se puede deducir que exista una profesin cuyas profesionales deban ser llamadas para atender, principalmente, a las mujeres y a los nios pero, sobre todo, a las damas de la familia real.El oficio de nodriza no requera preparacin especial si se trataba de alquilar los servicios a las clases medias, pero las nodrizas reales, grandes damas de la clase alta que se ocupaban de las hijas reales e incluso de los prncipes, deban tener la instruccin necesaria para permitirles seguir los estudios de sus nobles y jvenes seores. Las comadronas eran de otra categora, pues las que eran ms apreciadas en las Corte haban recibido nociones de medicina, la mayora de las veces, completaban su profesin con la de cantante-msico.Los miembros del harn real se convertan en Superiores de los talleres de tejedura del palacio, y las damas de la clase alta podan dirigir grandes talleres de tejido. Las mujeres que haban recibido estudios de escriba podan entrar en la administracin.Los pequeos oficios que no necesitaban instruccin escolar eran del pequeo artesanado que, en el caso de las mujeres, quedaba casi por completo reducido en hilar, tejer, fabricar vestidos y al de confeccionar aceites perfumados y ungentos. Tambin haba mujeres en el clero.Matrimonio, divorcio y adulterio.Los primeros tipos de contrato de matrimonio se han documentado en el Reino Nuevo, aunque dado su rgimen matrimonial, para la mujer solo eran una garanta en caso de divorcio. Este trmite documental no se exiga cuando comenzaba la convivencia, pues se sabe que en ocasiones se esperaba hasta siete aos para realizarlo.No se ha encontrado ninguna prueba de que fuera obligatorio firmar el contrato, sin embargo, una ordenanza real nos dice que haba que dar a toda mujer su sefer, y que tal era pronunciado delante del visir. De hecho, todas las disposiciones que aparecan en los contratos pretendan, por un lado, fijar las provisiones de subsistencia de la mujer y por el otro asegurar la herencia de los hijos en caso de que se disolviera la unin o muriera un cnyuge. Los haberes se dividan en dos partes bien distintas. En primer lugar estaba lo que la mujer aportaba al matrimonio en el momento de comenzar a vivir juntos y en segundo lugar aquello que tena derecho a recibir (o a serle reconocido) adems de una parte de lo que haba sido adquirido en comn durante el periodo de matrimonio.Lo primero que es evidente en relacin al derecho a la comunidad de bienes gananciales es que, en el caso de que muriera uno de los cnyuges o se disolviera el matrimonio, los bienes pasaban directamente, segn ciertas disposiciones de los legatarios, a los hijos; pero los gananciales revertan a cada uno de los cnyuges en una proporcin de un tercio para la mujer y de dos tercios para el hombre. La mujer tena garantizadas la libertad para pedir el divorcio y recuperar todos sus bienes.DivorcioEl hombre y la mujer podan divorciarse. Probablemente el motivo ms frecuente pudiera ser el adulterio, que tena fama de ser severamente castigado como ya hemos visto. No obstante, existan numerosos modos de arreglarse con aquello que los textos llaman el gran crimen o la gran falta.Pero el adulterio no es el nico motivo de divorcio, haba otros como la incompatibilidad de caracteres, que uno de los esposos se enamorara de un tercero y, sobre todo, la esterilidad. En cuanto a esto ltimo, el moralista, siempre indica el mejor camino a tomar, aconseja no divorciarse de una mujer, una solucin mejor era la adopcin.Matrimonio.El matrimonio no dependa de ninguna ley, era un acuerdo estrictamente personal entre los dos interesados, un pacto social.Con anterioridad a la boda, el joven deba hablar con el padre de aquella a la que quera desposar. Despus era la cohabitacin la que legitimaba de hecho la unin. Las condiciones para el matrimonio eran que los contrayentes deban de ser personas libres.Una vez casada, la mujer no cambiaba de nombre, ni siquiera aada al suyo el de su marido. Siempre estaba autentificada por su propia genealoga. En ciertas ocasiones se poda dar el caso que la llamaran: esposa de talLa casa y la vida en el hogar.Tras el matrimonio, la joven iba a dedicarse de pleno a su trabajo como esposa y seora de la casa. El ttulo de nebet-per, seora de la casa, otorgado desde el Reino Medio a la mujer casada, es muy claro respecto a la extensin de las cargas y responsabilidades que le incumban y que deban ser reconocidas por todos. Reinaba sobre la casa en el sentido ms laxo del trmino, es decir, que se encargaba del perfecto desarrollo de la vida diaria y de todo aquello que permita su normal funcionamiento.Para conseguir la indispensable autoridad que le permitiera enfrentarse con energa a esas responsabilidades era importante que la joven esposa concibiera hijos lo antes posible.Viudedad.Parece que las viudas de las clases medias en ocasiones eran obligadas a llevar una vida muy retirada, pero sabemos que en ocasin de las fiestas de entronizacin del rey, las viudas aparecan citadas como "abriendo sus casas a los viajeros".No todas las viudas eran indigentes y muchas de ellas disponan de los medios con los que enfrentarse a sus necesidades. Las ms jvenes deseaban casarse de nuevo. Por lo general, las viudas saban cmo hacer respetar sus derechos a la herencia inmediata de los bienes de su marido que le correspondan.Se poda dar el caso de que una viuda de edad avanzada se encontrara sin herederos directos. Nada le impeda adoptar hijos.5. Conclusiones.Hay que hacer una diferencia en cuanto al papel de la mujer en el Antiguo Egipto. Si por un lado estn las grandes mujeres, las mujeres principales que tienen una funcin que est predeterminada por las creencias y las tradiciones religiosas que marcan su existencia y su forma de vida, por otro estn las mujeres del comn, del pueblo llano que estn muy lejos de estas responsabilidades, no slo religiosas, sino tambin csmicas, de dar garantas de mantener el orden tal y como se conceba, por extensin la riqueza y seguridad de Egipto.Con respecto a las mujeres del pueblo llano hay que destacar que su estatus jurdico era igual al de los hombres, cosa novedosa en cualquier civilizacin antigua, sobre todo si nos fijamos en las civilizaciones griegas y romanas donde la mujer jurdicamente estaba sujeta a la tutela de un varn, ya fuese su padre, su marido o su hermano. En el caso de Egipto ellas tienen una constancia como persona jurdica y as se hace constar desde el principio de la civilizacin egipcia que slo se modifica en poca lgida cuando se introduce una cierta helenizacin en el pas.As se puede decir que en el Egipto Antiguo en cuando a la esfera femenina se distinguen dos grados, por un lado las mujeres de la realeza y por otro lado el de las mujeres del pueblo que no tienen nada que ver.6. BibliografaDESROCHES NOBLECOURT, C. La mujer en tiempo de los faraones. Madrid. Editorial Complutense. 1999.