La Mujer Contenciosa

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La mujer contenciosa Prov. 21:9, "Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa". Prov. 21:19, "Mejor es morar en tierra de- sierta que con la mujer rencillosa e iracunda". Prov. 27:15, 16, "Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa son semejantes; pretender contenerla es como refrenar el viento". Se dice que Salomón tuvo 700 esposas y 300 concubinas porque esperaba que tal vez entre tantas pudiera encontrar a una o dos de buen humor. Pablo enseña (Tito 2:4, 5) que las mujeres deben ser “cuidadosas de su casa”. Dice La Biblia de las Américas, “hacendosas”. Desde luego, como ama de casa la cristiana debe estar muy contenta, muy feliz. Los textos citados arriba sobre la mujer iracunda y contenciosa no deben describir a las mujeres que profesan la piedad. El hogar debe ser refugio para toda la fa- milia, un verdadero paraíso aquí en la tierra. En el trabajo y en otras muchas actividades uno encuentra problemas e irritaciones, pero en el hogar debe haber paz y armonía, un verdadero refugio en que podamos escapar los problemas de la vida. Que el habla de la mujer sea, pues, como "la sabiduría que es de lo alto ... primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía" (Sant. 3:17).

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La mujer contenciosa

      Prov. 21:9, "Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa".

      Prov. 21:19, "Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda".

      Prov. 27:15, 16, "Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa son semejantes; pretender contenerla es como refrenar el viento".

      Se dice que Salomón tuvo 700 esposas y 300 concubinas porque esperaba que tal vez entre tantas pudiera encontrar a una o dos de buen humor.

      Pablo enseña (Tito 2:4, 5) que las mujeres deben ser “cuidadosas de su casa”. Dice La Biblia de las Américas, “hacendosas”. Desde luego, como ama de casa la cristiana debe estar muy contenta, muy feliz.  Los textos citados arriba sobre la mujer iracunda y contenciosa no deben describir a las mujeres que profesan la piedad.

      El hogar debe ser refugio para toda la familia, un verdadero paraíso aquí en la tierra. En el trabajo y en otras muchas actividades uno encuentra problemas e irritaciones, pero en el hogar debe haber paz y armonía, un verdadero refugio en que podamos escapar los problemas de la vida. Que el habla de la mujer sea, pues, como "la sabiduría que es de lo alto ... prime-ramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía" (Sant. 3:17).