La moral y la aplicación del método (redacción)

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La Moral y la Aplicación del Método. Como bien indica Descartes en la parte II del Discurso del Método, es necesario hacer uso de la razón para revisar todos los contenidos aprendidos hasta el momento que por entonces, no eran más que prejuicios que se nos han inculcado desde niños, por lo que hay que reiniciar por sí mismo, reelaborar el edificio de las ciencias, pero sin reformar ni entrar a formar parte de asuntos públicos ni mostrarse como un revolucionario. A partir de esto, expone un método con el cual elaborar una filosofía teórica basada en el hallazgo definitivo de la verdad. Dicho método se caracteriza por ser deductivo como la geometría o la lógica aristotélica aunque sin sus defectos. Además, en él se ha de usar la facultad racional del entendimiento, en concreto, la de la intuición. A diferencia de los silogismos, este método es de carácter ampliativo, mientras que aquellos son demostrativos pues la información de las premisas se encuentra repetida en la conclusión. Finalmente, consta de 4 reglas: evidencia, análisis, síntesis y comprobación. Sin embargo, el hecho de utilizar la razón con la finalidad de alcanzar certezas, conlleva permanecer en la duda hasta encontrar la verdad. Esto no puede ser posible en el terreno de la moral, pues continuamente se toman decisiones y en consecuencia se actúa de una forma determinada, por lo que esto no admite que la suspensión de juicios y por lo tanto tampoco se puede dejar de hacer uso de la voluntad. En conclusión, el método que Descartes propone para alcanzar la verdad (filosofía teórica), no se puede aplicar al ámbito de la moral (filosofía práctica), por lo que es necesaria la existencia de una moral que nos ayude a no permanecer irresolutos, una moral provisional que él mismo nos propone en la parte III del D.M.

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La Moral y la Aplicación del Método.

Como bien indica Descartes en la parte II del Discurso del Método, es necesario hacer uso de la razón para revisar todos los contenidos aprendidos hasta el momento que por entonces, no eran más que prejuicios que se nos han inculcado desde niños, por lo que hay que reiniciar por sí mismo, reelaborar el edificio de las ciencias, pero sin reformar ni entrar a formar parte de asuntos públicos ni mostrarse como un revolucionario.

A partir de esto, expone un método con el cual elaborar una filosofía teórica basada en el hallazgo definitivo de la verdad. Dicho método se caracteriza por ser deductivo como la geometría o la lógica aristotélica aunque sin sus defectos. Además, en él se ha de usar la facultad racional del entendimiento, en concreto, la de la intuición. A diferencia de los silogismos, este método es de carácter ampliativo, mientras que aquellos son demostrativos pues la información de las premisas se encuentra repetida en la conclusión. Finalmente, consta de 4 reglas: evidencia, análisis, síntesis y comprobación.

Sin embargo, el hecho de utilizar la razón con la finalidad de alcanzar certezas, conlleva permanecer en la duda hasta encontrar la verdad. Esto no puede ser posible en el terreno de la moral, pues continuamente se toman decisiones y en consecuencia se actúa de una forma determinada, por lo que esto no admite que la suspensión de juicios y por lo tanto tampoco se puede dejar de hacer uso de la voluntad. En conclusión, el método que Descartes propone para alcanzar la verdad (filosofía teórica), no se puede aplicar al ámbito de la moral (filosofía práctica), por lo que es necesaria la existencia de una moral que nos ayude a no permanecer irresolutos, una moral provisional que él mismo nos propone en la parte III del D.M.