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    La mediocridad como factor de violencia: entre la Ética y la MoralAuthor(s): Ricardo Romero UrregoSource: Innovar: Revista de ciencias administrativas y sociales, No. 18 (Julio-Diciembre de 2001),pp. 71-76Published by: Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia

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    La medio factor de la EticaRicardo Romero

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    ETICA EMPRESARIAL

    La mediocridad como factor de violencia: entre

    la Ética y la Moral* Ricardo Romero Urrego*

    Resumen

    En las circunstancias actuales de nuestro país, ha venido haciendo carrera la actitud de no responsabilizarse por las propias acciones. Asumir que son otros los que deben hacer las cosas y tomar las decisiones. Esta actitud va refleján dose cada vez más como mediocridad y se expresa en no pocos confines de la vida cotidiana, en el trabajo, en el estudio, en todos los escenarios. Esta mediocridad contribuye a generar violencia social del más variado tipo.

    Palabras clave Mediocridad, violencia, ética, democracia, ciudadanos, academia.

    "Por crítica que sea la situación y las circunstancias en que os encontréis, no debéis desesperar; en las ocasiones en que todo es temible es cuando nada hay que temer; cuando se está rodeado de

    todos los peligros es cuando no hay que tener miedo de ninguno; cuando se está sin ningún recurso es cuando hay que contar con todos; cuando se es sorprendido es cuando hay que sorprender ai

    enemigo".

    SUN - TSE, El arte de ia guerra

    Los retos que enfrentamos en el camino hacia la sobre lo qupaz -recordemos que de hecho el término paz bién nuestros proyectos personales y colectivos. Pero no siempre evoca los mismos significados para una aproximación de esta naturaleza nos exige una todas las personas- no pueden estar desligados de actitud particular frente a nuestro qué hacer cotidia lo que avizoremos como futuro deseable. Y en ese no y sobre nuestra responsabilidad con el futuro, terreno se sitúan entonces nuestras percepciones Examinemos inicialmente algunas de las carac

    terísticas de nuestra situación actual como so ciedad y como país, al mismo tiempo que intente

    Ponencia presentada en el Seminario "Empresa, gerencia y mos ver algunos elementos comunes COn la COmuni paz", realizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la q^q internacional. Univerersidad Nacional de Colombia, entre el 20 y el 22 de marzo del presente año. Colombia se encuentra sumida en un conflicto Profesor asociado, Facultad de Ciencias Económicas, Uni- armado que data ya de más de cinco decenios, COn versidad Nacional de Colombia. tinuación de interminables enfrentamientos sociales

    INNOVAR, revista de ciencias administrativas y sociales. No. 18, julio - diciembre de 2001

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    y militares desde la llegada de los ^ • ttT]f.. poco hacen nada. Nos hemos ins espanoles. Si bien podemos hacer talado -y esto no es reciente, sola diferencias claras entre los distintos mente que hemos llevado con no tipos de conflictos a lo largo de sotros a las nuevas generaciones

    nuestra historia, seri'a ingenuo de- en el centro mismo de lo que Guy jar de ver la presencia continuada Debord denominara "la sociedad del de la violencia exacerbada a lo lar- ^ espectaculo"1.

    No obstante existen algunos X realidad, la mas proxima, nos colo elementos de nuestra situacion ac- ■'wMMMPbv. ca en el centro de la existencia y tual, que tienden a seramplificados por esa via resultamos siendo los endetrimentodeotroselementosy mas sufridos, los mas dolorosa aspectos de nuestra realidad que mente marcados por el destino, los deberian ocupar nuestra atencion y mas estigmatizados en el mundo y nuestras preocupaciones. todas esas otras cosas que solemos

    El conflicto armado es, efectivamente, el elemen- inventarnos para calificar nuestra ignorancia de la si

    to catalizador de la atencion de los medios, de los tuacion de otros pueblos y de otros pai'ses. En fin, politicos y por esa via de la ciudadania en general. nuestra ignorancia a proposito de la existencia del De hecho es un flagelo que debemos enfrentar y re- rest0 d® 'a humanidad. solver. El pais, la economfa, las finanzas, la riqueza La problematica de otras naciones y otros pue natural, la poblacion, las familias, las personas, he- bios: el fanatismo religioso, cristiano, musulman u otro, mos sufrido las consecuencias de este conflicto ar- no nos toca para nada. Las masacres en Argelia, las mado. Esto es evidente y de ahf su exito mediatico hambrunas en el Africa, el conflicto irresoluto del pue como tema excluyente de las otras grandes tragedias bio palestino y la comunidad judia, la castracion sis que nos acomparian y que amenazan con desmoro- tematica de las mujeres en la china comunista, la pros nar nuestro espfritu y destruir nuestra capacidad de titucion infantil como negocio internacional en el su confrontacion y de construccion de otros futuros po- deste asiatico, no pasan de ser noticias en la televi sibles. sion. Estamos preocupados por la toalla de un senor

    Nuestro pais enfrenta una compleja situacion en de sesenta arios, por las formulas politiqueras de unos la cual se hacen presentes multiples temas que de- candidatos y por la PAZ, con mayusculas. El mundo beremos abordar indefectiblemente, pero que al pa- somos nosotros, el resto no existe. recer, desapareceran magicamente una vez el con- Estamos inmersos en el comportamiento colecti flicto armado sea resuelto. La reforma agraria, la con- v0 demencial, de romper los lazos con nuestros refe centracion de la riqueza, la distribucion del ingreso, rentes esenciales. La articulacion elemental de indi la corrupcion, la equidad social, la justicia y tantos viduo-sociedad-especie2, se ha roto desde hace ya otros temas sociales, economicos y politicos, han largo tiempo. Y no son solamente los habitantes de venido siendo sistematicamente marginados de las nuestro paisito quienes hemos operado tal ruptura. preocupaciones de nuestra sociedad. Es la sociedad occidental en su conjunto quien en un

    Esto para no referirnos a otros grandes temas que ejercicio de perdida del sentido se encuentra en la deberian ameritar nuestras reflexiones y nuestros encrucijada. esfuerzos: la dignidad, la construccion de una nueva Estamos ante una gran COntradicci6n: por un lado sociedad, nuestras relaciones con la comunidad in- una fuerte necesidad de reafirmacion en tanto perso ternacional, en fin el proyecto de una forma diferente naS| p0r otro |ado una negacjon colectiva de nuestra de vivir la existencia. existencia como tales y en consecuencia nuestra asi

    Pensar el futuro inmediato solamente en termi nos de la resolucion del conflicto armado, resulta con veniente para una gran parte de quienes se nutren n , , _ ' .... . . D . ...... r , . , , r, 1- Debord, Guy. La societe du spectacle, Paris: Editions de los otros conflictos de nuestra sociedad. Pero tarn- Gaiiimard, 1992 (primera edicion 1967). bien es conveniente para la gran mayor.'a de perso- z A este proposito ver Morin, Edgar. La methode: l'Humanite nas que se han instalado en el contort de no hacer (je I'humanite. Tomo 5, Paris, Editions du Seuil, Noviembre nada, amparados por la excusa que los demas tarn- 2001.

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    1. Debord, Guy. La société du spectacle, París: Editions Gallimard, 1992 (primera edición 1967).

    z A este propósito ver Morin, Edgar. La méthode: L'Humanité de l'humanité. Tomo 5, París, Editions du Seuil, Noviembre 2001.

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    milación a masas uniformes, predecibles y manipu lares. Una sociedad que habla permanentemente del individuo, pero que habla realmente del individuo pri vado, privatizado, masificado, no del individuo en tan

    to persona autónoma, con la capacidad de fundar y vivir en sociedades autónomas.

    A este propósito, escucharemos a Octavio Paz en diálogo con Cornelius Castoriadis diciendo, "no hay conspiración, pero todo conspira, en el sentido que todo respira en conjunto, todo respira en la misma dirección: la corrupción que se ha vuelto sistemática, la autonomisación de la evolución de la tecnociencia que por supuesto nadie controla, el mercado, la eco nomía, el hecho de que ahora ya no nos preocupa el saber si lo que producimos sirve para cualquier cosa, sino únicamente nos preocupa que sea vendible, e

    inclusive ni eso, pues si se lo ha producido, se logrará por medio de la publicidad que sea vendido, todos esos fenómenos que conocemos. Es decir, tenemos a la vez una especie de potencia inhumana, sin ros tro, un estallido de portadores institucionales e inclu sive un avasallamiento de dichos emisarios institucio nales a esta tendencia histórica"3.

    La Sociedad entera se encuentra en una encruci jada. Luego del fracaso histórico de los proyectos del socialismo realmente existente, nos encontramos en una especie de "pausa histórica", de vacío. "No hay proyecto histórico y al mismo tiempo hay una acepta

    ción de esta situación que por un lado destruye valo res y por otro lado transforma la sociedad en socie dad de consumo". Sociedad del desperdicio, agrega ríamos nosotros.

    El maestro Estanislao Zuleta, en los años ochen ta, nos ponía en guardia frente a esta tendencia del comportamiento societal: 'Todas estas fantasías se rían inocentes e inocuas, si no fuera porque constitu yen el modelo de nuestros propósitos y de nuestros anhelos en la vida práctica" "Puede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principal mente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos propo nemos; que nuestra desgracia no está tanto en la frus tración de nuestros deseos, como en la forma misma de desear"4.

    Es el fenómeno del conformismo generalizado, de la pasividad general. Se ha elevado a nivel de pre cepto moral, el no hacer nada escudándose en el hecho de que los demás tampoco hacen nada.

    Si esta aproximación a la situación actual tiene alguna validez, tendremos que darnos cuenta que no es nuestra situación particular colombiana la que está en crisis. Por supuesto que nuestra situación es gra ve y delicada. Pero no es refugiándonos en nuestras propias miserias como podremos encontrar el norte para salir de ellas. No es simplificando nuestra sin salida como podremos encontrarle salida a la misma. Es el modelo de sociedad en su conjunto el que está en cuestión y es a partir de allí desde donde podre mos construir alternativas para hacerle frente a nues tros retos.

    Pero en este contexto, entonces ¿cuáles son los retos para la Universidad, ante una situación que rebasa nuestro propio campo de acción inmediata?

    Una primera reflexión debe hacernos hablar de la noción misma de Universidad. Es muy frecuente escuchar hablar de la Universidad como se habla de cualquier otra institución u organización. Aún más, se la suele identificar con la empresa, a propósito que hoy estamos hablando de empresas. Aquí es nece sario hacer una breve digresión conceptual.

    Si bien la Universidad es una organización, es una organización de unas características muy parti culares, las cuales le determinan una naturaleza tal, que la distinguen completamente de otro tipo de or ganizaciones. A diferencia de la mayor parte de orga nizaciones y particularmente de la empresa indus trial, la Universidad debe desarrollar su actividad esen cial a partir de sus interrelaciones con la materia viva y activa. Sus "insumos" esenciales, el conocimiento y los estudiantes, las ciencias y los métodos, la filoso fía, son a la vez insumos y productos de su actividad. Sin la colaboración activa de ellos los resultados de su accionar, de su existencia, serán magros, super fluos e intrascendentes.

    La Universidad hace parte de las organizaciones sociales que están en la base de la reproducción societal, se ubica en el terreno de lo estratégico para una sociedad como quiera que hace parte de los mecanismos de cualificación, reproducción y proyec ción de la sociedad en su conjunto. En sí misma con tiene el pasado de su sociedad, su historia, pero debe reflejar su futuro, en la medida que parte de su mi sión es pensar el futuro de la sociedad misma. Así su existencia se nos muestre en el presente, ella se debe

    3. Castoriadis, Cornelius. Dialogue. París, Editionsde l'Aube, 1999.

    4. Zuleta, Estanislao. Elogio de la dificultad y otros ensayos. Edi ciones Fundación Estanislao Zuleta, 1994.

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    al futuro a partir del pasado y "Discours sur la Methode de Etudes de notre Temps", no de las afugias del cotidia- Paul Valery mostraba en 1894, como Leonardo De no inmediato, del mercado. Vinci no se dejaba encerrar por el reduccionismo de

    Por su naturaleza la Uni- los PrecePt0S cartesianos. Por supuesto que poste versidad debe ser capaz de riormente encontraremos un sin numero de autores existir en el presente, a partir ^ue han cuestionado y realizado aproximaciones ai de sus rai'ces en el pasado, ternativas al positivismo. No obstante nuestras uni pero en funcion de unos futu- versidades siguen enclaustradas en la ortodoxia de ros por decidir. La universal - Ia ciencia simplificadora. dad es su caracteristica, la li- Una de las caracteri'sticas mayores de la forma bertad es su emblema, la de- como se ha desarrollado la ciencia occidental, es la mocracia como producto del desarticulacion artificial entre ciencia y filosofia. En accionar de los individuos au- tre conocimiento cienti'fico y reflexion filosofica. Entre tonomos que la componen ciencias naturales y ciencias sociales. El hombre por debe ser el escenario de su fuera de la naturaleza, la sociedad por fuera de la cotidianeidad. De allf se nutre naturaleza, la ciencia al servicio de ella misma.

    su autonomia, de la coexis- E| resultado de esta desarticulacion es el modelo tencia de multiples logicas y de desarrollo tecnocienti'fico que la humanidad se ha de la complejidad de su mision, de su existencia y de dado. Un desarrollo marcado por un destino suicidario: su actividad cotidiana. desde la manipulacion del atomo al servicio de la des

    En el caso de nuestro pais se debe incluir una pre- truccion hasta la manipulacion genetica al servicio de cision importante. La diferencia de lo publico y lo priva- la ambicion.

    do en esta materia, es altamente trascendente. Dadas Edgar Morin afjrma que sj |os media producen e| las caracteri'sticas de nuestro aparato educative y el cretinismo de bajo nivel, la Universidad produce el rol que en el juega la education privada, debe senalar- cretinismo calificado, de alto nivel. Grave y dura afir se, que las diferentes logicas que las inspiran, hacen macjon. Seria conveniente ensayar a demostrar lo que algunas de estas reflexiones no apliquen en una contrario, solamente que nos veremos en serios pro primera aproximacion, pero eso no implica que deba b|emas para hacer,0i particu|armente si observamos

    renunciarse al papel misional que como universidades e| comportamiento cotidiano, laboral, social y familiar les compete a todas, publicas y privadas. de una gran parte de qUjenes pasan por las universi Luego de esta breve digresion conceptual, debe- dades.

    riamos reflexionar sobre lo que suele hacer corner,- No es en los contenldos de lo que ensenamos, lemente la Universidad hoy en dia y particularmenle ,a en |as |6 icas |es sor| inherentes a ,os en nuestro medio, aun mas o que muchos quisieran conocimientos que manejam0Si es en ,a lorma de que terminara haciendo la Universidad. organizar los saberes, es en la desarticulacion del

    Lo primero que debe senalarse es que nuestras conocimiento donde se produce la nueva ceguera. Es universidades continuan reproduciendo el esquema ese el escenario del tecnocrata moderno. Es allf don ortodoxo cartesiano de las ciencias. En 1637 Rene de se entiende que la razon haya perdido la razon. Descartes publica el "Discours de la Methode pour ,, ,. . , . . ... ,. , K „ | , , » s Voltaire desconoceria como legitimos a quienes bien conduire sa raison . Le debemos a Auguste . . . , . . ,. _ . , „t ., ,, . .. se reclaman de sus preceptos racionales. Asistimos Comte (1798-1857) eL Tableau synoptiquedesdis- .. . . , , . , m ♦ ■ i- ■ a- u ■ al imperio de la razon por la razon. El tecnocrata mo ciplines scientifiques (1828) . Aun hoy seguimos an- . r , . ^ . • a , demo se apoya en la razon para eiecutar y legitimar clados en esa aproximacion al conocimiento. La cien- ., , , , - ^ * . . K „ . . . , c su accion. Lo que sucede es que la razon desprovista cia se ha desarrollado bajo esos preceptos5. . , . , . r, 1 ^ ^ de un referente moral, un referente etico, un referen

    Ya desde 1708 G: B: Vico prevenia sobre las limi- te de valores, se convierte en una maquina infernal taciones y peligros del analisis cartesiano en su de destruccion. Los pilares de la justicia en los Esta

    dos Unidos de Norte America, tienen que ver con la delacion. La dignidad humana, la solidaridad, el res peto por la palabra, lo no racional -que no lo irracio

    5. L Jean-louis, "La modelisation des systemes complexes", . . . , ,. . Editions DUNOD, Paris, 1999. nal- no cuentan, cuenta el resultado.

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    al futuro a partir del pasado y no de las afugias del cotidia no inmediato, del mercado.

    Por su naturaleza, la Uni

    versidad debe ser capaz de existir en el presente, a partir de sus raíces en el pasado, pero en función de unos futu ros por decidir. La universali dad es su característica, la li bertad es su emblema, la de mocracia como producto del accionar de los individuos au tónomos que la componen debe ser el escenario de su cotidianeidad. De allí se nutre

    su autonomía, de la coexis tencia de múltiples lógicas y de la complejidad de su misión, de su existencia y de su actividad cotidiana.

    En el caso de nuestro país se debe incluir una pre cisión importante. La diferencia de lo público y lo priva do en esta materia, es altamente trascendente. Dadas las características de nuestro aparato educativo y el rol que en él juega la educación privada, debe señalar se, que las diferentes lógicas que las inspiran, hacen que algunas de estas reflexiones no apliquen en una primera aproximación, pero eso no implica que deba renunciarse al papel misional que como universidades les compete a todas, públicas y privadas.

    Luego de esta breve digresión conceptual, debe ríamos reflexionar sobre lo que suele hacer corrien temente la Universidad hoy en día y particularmente en nuestro medio, aún más, lo que muchos quisieran que terminara haciendo la Universidad.

    Lo primero que debe señalarse es que nuestras universidades continúan reproduciendo el esquema ortodoxo cartesiano de las ciencias. En 1637 René Descartes publica el "Discours de la Méthode pour bien conduire sa raison". Le debemos a Auguste

    Comte (1798 -1857) el "Tableau synoptique des dis ciplines scientifiques (1828)". Aún hoy seguimos an clados en esa aproximación al conocimiento. La cien cia se ha desarrollado bajo esos preceptos5.

    Ya desde 1708 G: B: Vico prevenía sobre las limi taciones y peligros del análisis cartesiano en su

    "Discours sur la Méthode de Etudes de notre Temps". Paul Valéry mostraba en 1894, cómo Leonardo De Vinci no se dejaba encerrar por el reduccionismo de los preceptos cartesianos. Por supuesto que poste

    riormente encontraremos un sin número de autores que han cuestionado y realizado aproximaciones al ternativas al positivismo. No obstante nuestras uni versidades siguen enclaustradas en la ortodoxia de la ciencia simplificadora.

    Una de las características mayores de la forma como se ha desarrollado la ciencia occidental, es la desarticulación artificial entre ciencia y filosofía. En tre conocimiento científico y reflexión filosófica. Entre ciencias naturales y ciencias sociales. El hombre por fuera de la naturaleza, la sociedad por fuera de la naturaleza, la ciencia al servicio de ella misma.

    El resultado de esta desarticulación es el modelo de desarrollo tecnocientífico que la humanidad se ha dado. Un desarrollo marcado por un destino suicidado: desde la manipulación del átomo al servicio de la des trucción hasta la manipulación genética al servicio de la ambición.

    Edgar Morin afirma que si los media producen el cretinismo de bajo nivel, la Universidad produce el cretinismo calificado, de alto nivel. Grave y dura afir mación. Sería conveniente ensayar a demostrar lo contrario, solamente que nos veremos en serios pro blemas para hacerlo, particularmente si observamos

    el comportamiento cotidiano, laboral, social y familiar de una gran parte de quienes pasan por las universi dades.

    No es en los contenidos de lo que enseñamos, tampoco en las lógicas que les son inherentes a los conocimientos que manejamos, es en la forma de organizar los saberes, es en la desarticulación del conocimiento donde se produce la nueva ceguera. Es ese el escenario del tecnócrata moderno. Es allí don de se entiende que la razón haya perdido la razón.

    Voltaire desconocería como legítimos a quienes se reclaman de sus preceptos racionales. Asistimos al imperio de la razón por la razón. El tecnócrata mo derno se apoya en la "razón" para ejecutar y legitimar su acción. Lo que sucede es que la razón desprovista de un referente moral, un referente ético, un referen te de valores, se convierte en una máquina infernal de destrucción. Los pilares de la justicia en los Esta dos Unidos de Norte América, tienen que ver con la delación. La dignidad humana, la solidaridad, el res peto por la palabra, lo no racional -que no lo irracio nal- no cuentan, cuenta el resultado.L Jean-louis, "La modélisation des systèmes complexes", Editions DUNOD, Paris, 1999.

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    "El aspecto enjuiciador de Descartes ha pasado al primer plano. Queremos respuestas simples y ab solutas donde existe una inmensa complejidad. La obsesión con la oposición entre falso y verdadero nos

    conduce a soluciones artificiales, tan tranquilizadoras como la antigua certeza de que el mundo era plano. La obsesión con la eficiencia como valor en sí mismo ha arrastrado gran parte de nuestras economías al caos"6.

    La Universidad se debate entre las exigencias del mercado, producir tecnócratas eficientes, y sus im perativos históricos y sociales. En muchos casos esa disyuntiva ha terminado definiéndose por la vía fácil: la producción de profesionales, con una mayor o me nor capacidad de aprendizaje. Ha sido la respuesta al mercado. Ha sido la respuesta a los bajos instintos,

    aquellos de la productividad, anteponiéndose a la dig nidad y al deber ser desde la óptica social, colectiva, pública.

    Pero el deber ser de la Universidad, la respuesta a los retos que se le plantean, si bien ya puede estar definido, deberá ser reconstruido a la luz de las exi gencias de las condiciones que nos exige el presente aquí y ahora.

    En primera instancia, deberá asumir su papel y no asumir el papel de los individuos o de otras institu ciones. Comprender su rol histórico frente a sí misma y frente a la sociedad, es su primer deber.

    La Universidad no existe para solucionar proble mas coyunturales. La Universidad no existe para dar respuestas. La Universidad existe para formular pre guntas, para generar los interrogantes que den luz al accionar social, que den sentido a la acción indivi dual. La Universidad es un escenario para la reflexión y para la acción. Pero la acción es el fuero de los individuos. La acción de la Universidad es garantizar su existencia en tanto Universidad.

    "No hay mejor práctica que una buena teoría", sentenció en su momento Bertrand Roussel.

    Pero si estas reflexiones tienen algún sentido "práctico", es en la medida en que la Universidad se empeñe deliberada y decididamente en la formación de ciudadanos. La formación de ciudadanos libres, autónomos, capaces de construir una sociedad libre y autónoma. Al fin y al cabo el asunto de la felicidad es un problema de los individuos.

    SAUL John Raltson, "Los bastardos de Voltaire", Editorial An drés Bello, Santiago de Chile, 1998.

    De la misma forma que el ser humano es un pro ducto social, nacemos humanos, pero debemos lle gar a serlo, debemos ganarnos el puesto, el ser ciu dadano también lo es. La ciudadanía no es un pro

    ducto silvestre, es una construcción deliberada y en ese sentido si la democracia quiere existir y si un Es tado se reclama como democrático, es decir signado por ciudadanos, debe forzosamente ocuparse de la educación de sus ciudadanos, para el debate y la participación. Esta es la base de la defensa de la edu cación pública: la construcción de democracia, la cons trucción de sociedad.

    Quisiera evocar una reflexión a propósito de la educación: "donde hay ignorancia, es decir donde se desconocen los principios básicos de las ciencias, donde las personas crecen sin la capacidad de escri

    bir o leer, donde carecen de vocabulario para expre sar sus anhelos y su disconformidad, donde se ven privados de la capacidad de aprender por sí mismos lo que les ayudaría a resolver sus problemas, viéndo se en manos de brujos o adivinos que no comparten las fuentes teosóficas de su conocimiento...ahí reina la miseria y no hay libertad".

    La mediocridad a la cual hace referencia el título de esta reflexión, tiene que ver con la práctica coti diana de esconder la incapacidad personal, en la in capacidad de los otros. Tiene que ver con justificar mis bajos rendimientos en los pobres rendimientos de mis vecinos. Se explica en la medida que para to dos es conveniente que nadie lea el informe. Se ex plica en la medida que mi pobre desempeño es expli cado por los bajos rendimientos de los demás. Al fin y al cabo nadie está comprometido. Es mucho más fá cil que otros piensen por uno, que otros decidan por uno. De esa forma al menos uno se abroga el dere cho de disentir y no tiene que responder por las deci siones.

    La mediocridad tiene que ver con el hecho de portar un título que no representa nada diferente a un diferencial de ingresos, cuando eso se logra. Pero en la esencia la persona en cuestión no sabe, no res ponde, todas las anteriores, vuelva otro día. En fin, la mediocridad es el escena rio predilecto de quienes no tienen ningún interés en construir una sociedad vi vible.

    Lo que está en cuestión aquí es el referente ético de los individuos y no sus ca pacidades específicas. Lo ~m

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    que sucede es que la forma usual como esto se pre senta es a partir de las capacidades y las incapacidades de las personas. Pero no nos llamemos a engaños. O se tiene un proyecto de vida que se articula con un proyecto de sociedad, o se está a la espera de un mesias que nos haga la vida más fácil.

    El respeto por sí mismo y el amor por la vida. Asu mir nuestras limitaciones al mismo tiempo que expre samos nuestros deseos. El maestro Zuleta dirá, "De bemos confesar tranquilamente que nosotros esta mos situados en una circunstancia objetiva que no podemos transformar desde el aula".

    Ligado profundamente a todo lo anterior y en la medida que se trataba de reflexionar sobre los retos de la academia en este proceso de vida y de muerte, quisiera recordarnos que hay dos cosas que no se pueden enseñar:

    ...A pensar y a amar

    Muchas gracias.

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