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La majoria de llibres de Virus editorial es troben sota llicències lliures i per la seva lliure descàrrega. Però els projectes autoges- tionaris i alternatius, com Virus editorial, necessiten un impor- tant suport econòmic. En la mesura que oferim bona part del nostre treball pel comú, creiem important crear també formes de col·laboració en la sostenibilitat del projecte. Subscriu-t’hi!! La mayoría de libros de Virus editorial se encuentran bajo li- cencias libres y para su libre descarga. Pero los proyectos au- togestionarios y alternativos, como Virus editorial, necesitan de un importante apoyo económico. En la medida en que ofrecemos buena parte de nuestro trabajo para lo común, creemos impor- tante crear también formas de colaboración en la sostenibilidad del proyecto. ¡Subscríbete! https://www.viruseditorial.net/es/editorial/socios

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La majoria de llibres de Virus editorial es troben sota llicències lliures i per la seva lliure descàrrega. Però els projectes autoges-tionaris i alternatius, com Virus editorial, necessiten un impor-tant suport econòmic. En la mesura que oferim bona part del nostre treball pel comú, creiem important crear també formes de col·laboració en la sostenibilitat del projecte. Subscriu-t’hi!!

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Núm. 4 , nueva época 2º semestre 2002

PAN

PTICO

editorial

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Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 4

En recuerdo de Alessandro Baratta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 8

CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

ARTÍCULOS DE FONDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 47La privatización de las prisiones como debate para España, Jerónimo Castillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 49"El recuento": un acercamiento personal a la pena de prisión, Margarita Martínez Escamilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 62Reflexiones sobre los recientes desarrollos de la política penal desde la teoría de los sistemas, Roger Matthews . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 75Política interior común de la Unión Europea: el llamado espacio de libertad, seguridad y justicia, Endika Zulueta . . . . . .p. 101

MOVIMIENTOS SOCIALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 117Acta de la reunión de la Plataforma Galega de Apoio a Pres@s . . . . . . . . .p. 119Acta de la reunión de valoración de la campaña contra las cárceles de menores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 123Dossier de denuncia de torturas en el Estado español, CSPP . . . . . . . . . . . .p. 127Campaña "Ponte en la piel de los inmigrantes", Amnistía Internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 136Denuncia por las condiciones del Centro de Urgencias Socio-sanitarias de las Barranquillas, Asociación Apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 137Informe sobre la problemática de la apertura delC.P. de Zaragoza, ASAPA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 139Crónica de un plante anunciado: la huelga de brazos caídos en Quatre Camins, Joana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 150Observatorio Europeo sobre Condiciones de Encarcelamiento, OSPDH . . .p. 155

DOSSIER MOVIMIENTOS SOCIALES Y CÁRCEL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 159¿Existe un "movimentismo social anticarcelario" en España?, Ástrid Pineda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 161El movimiento anticarcelario: una espinosa perseverancia, un futuro a la fuerza, Pedro Oliver . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 171La calle, Gente A-nónima (desde ex-AAPPEL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 189

LA LUCHA EN LA CÁRCEL EN LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 70 . . . . . . . . . . . . .p. 205Cárcel y movimientos sociales en Barcelona 1969-1979, Centre de Documentació - Col·lectiu Arran . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 207

COMENTARIOS DE LIBROS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .p. 215

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REDACCIÓN:Gabriel Ignacio AnituaMónica Aranda OcañaMarta Monclús MasóIñaki Rivera Beiras

Todos los materiales que deseenenviarse a la revista, deben ser remitidosa las siguientes direcciones:

Apartado de Correos 30070,08080 BARCELONA

C/e: [email protected]

HAN COLABORADOEN EL PRESENTE NÚMERO:José Manuel Ferreira Quintas,Asociación Apoyo; Jorge del Cura, Iván,Josito, Álex González Pérez, APPEL,Juan Carlos Bartolí, Gorka, Molotov,Eduardo García, Jerónimo Castillo,Margarita Martínez Escamilla, RogerMatthews, Alejandro Piombo, EndikaZulueta, Plataforma Galega de Apoio aPres@s, CSSP, Amnistía Internacional,ASAPA, Joana, OSPDH, Ástrid Pineda,Pedro Oliver, Gente A-nónima, Centrede Documentació - Col·lectiu Arran,Contra-infos

EDICIÓN A CARGO DE:VIRUS editorialC/Aurora, 23, baixos08001 BARCELONAT./fax: 93 441 38 14e-mail: [email protected]://www.viruseditorial.net

CUBIERTA Y MAQUETACIÓN:Virus Editorial

LOGOTIPO DE LA REVISTA:Nono Kadáver

IMPRESO EN:Imprenta LUNAMuelle de la Merced, 3, 2º48003 BILBOT.: 94 416 75 18

ISSN: 1135-9838-008Depósito legal:

IMAGEN DE PORTADA: Contra-infosAcción de protesta en un "bus turístic"como apoyo a Benjamí Ramos enBarcelona, 07/07/00.

Los artículos publicados en la revista expresan elsentir de los autores o autoras de los mismos, sin quelos mismos reflejen necesariamente la opinión oposición de quienes hacemos el Panóptico.

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PTICONúm. 4, nueva época 2º semestre 2002

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lo que hay que hacer es decirles que están siendo atacados, y denunciara los que quieren hacer la paz por su falta de patriotismo y por exponeral país al peligro. Funciona igual en todos los países". Si algo no era estepersonaje es estúpido. El miedo efectivamente funciona. Los actuales go-biernos de los Estados Unidos de América y sus más incondicionales alia-dos no han tenido que recurrir a métodos muy elaborados para sostenerla necesidad de bombardear y destruir a la población afgana y, dentro deunos meses, a la iraquí. Igualmente utilizan los fantasmas y las realidadesdel miedo aquellos gobiernos que encontraron al enemigo convenientedentro del propio territorio que deberían limitarse a administrar. Las di-ferencias y disidencias de cualquier tipo darán la excusa para encontrarenemigos. Por eso el enemigo puede ser cualquiera de nosotros.

Las recientes declaraciones del Presidente del gobierno diciendo que"hay que barrer las calles de delincuentes" muestran el talante fascistadel actual equipo de gobierno. Con esta expresión nuestro presidenteestá equiparando a las personas con la basura, que es lo que se barre delas calles, y muestra un nulo respeto por la dignidad humana, lo que espropio de los terribles fascismos que asolaron la Europa de entreguerras—y en España lamentablemente también de posguerra civil y mundial—.A pesar de la derrota militar en Europa y del desgaste cronológico en Es-paña, el fascismo no desapareció tras la Segunda Guerra Mundial y lamuerte natural de Franco. En los últimos años estamos presenciando unnuevo avance de los partidos de ultraderecha, que propugnan ideologíasexcluyentes y xenófobas. Algunos de ellos se presentan como "demócra-tas de toda la vida" tras operaciones estéticas de poca credibilidad.

Lamentablemente, los tradicionales partidos políticos de la "izquierda"—si es que todavía podemos hablar en estos términos— están mostrandouna absoluta incapacidad para hacer frente al avance de la ultraderecha.Por el contrario, y en relación con lo que se venía diciendo, también lospartidos que se definían como progresistas se han sumado al caballo debatalla de la "seguridad ciudadana", temiendo perder votos si no pro-pugnan un discurso de "ley y orden". De este modo, con la asunción deeste tipo de discursos punitivos por parte de casi todos los partidos polí-ticos, parece claro que las voces que defienden una resolución alternati-va —no exclusivamente punitiva— de los problemas sociales no se escu-charán en los Parlamentos.

Pese a ello, hay que decir que esas voces críticas con la "solución" penalde los problemas sociales sí existen, al margen de los partidos políticos. Esla voz de los movimientos sociales que desde hace muchos años luchancontra la cárcel, contra la represión, contra la marginación y contra la ex-clusión social. Esas voces son a las que pretende dar cabida esta revista encada uno de sus números. Pero en especial, este número 4 del PANÓPTICOquiere resaltar la importantísima labor de denuncia y de lucha contra lacultura punitiva que llevan a cabo los movimientos sociales. A ellos se de-dica el dossier monográfico de este número que luego describiremos.

Editorial

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El pasado mes de octubre de 2002 se sobrepasó la cifra de 51.500 per-sonas encarceladas en el Estado español, cifra que seguirá, segura-mente, aumentando en los meses que vienen. Esto constituye un he-

cho alarmante y sin precedentes en la democracia española; cifra sólo su-perada en las cárceles españolas tras la Guerra Civil, con el masivoencarcelamiento de prisioneros políticos. En el último año la poblaciónreclusa se ha incrementado en más de 5.000 personas. Es un incrementoque nos muestra cómo está triunfando un modelo de sociedad basado enla punición y la exclusión social. Las prácticas excluyentes y punitivas hancaracterizado desde siempre el accionar de los Estados modernos, perosin duda se hacen más lesivas de seres humanos cuando se asientan sobrepretendidas justificaciones teóricas que las amparan. Los discursos acercade la inseguridad ciudadana son los que han servido, en los últimos años,para justificar una cada vez mayor represión policial y un uso creciente dela prisión preventiva (a lo que habría que sumar las consecuencias puniti-vas que ahora se van notando desde el estrenado Código Penal "de la de-mocracia"), que constituyen algunos de los aspectos fundamentales quenecesariamente provocan el incremento de la población reclusa. El recur-so de apelar a los "miedos" (reales o imaginarios) es también conocido entodos los totalitarismos y en particular en los fascismos.

El término fascismo proviene de la voz latina "fasces" que representa-ba, en la mitología de los italianos que le dieron la primera expresión ide-ológica, el símbolo del "poder" en la antigua Roma: el haz de bastonesde madera atados del que sobresale, amenazante, un hacha. Lo que rela-ciona a las distintas expresiones de los fascismos que gobernaron en Ita-lia, España, Alemania, Francia, Portugal, Grecia, Hungría y muchos sitiosmás era la forma de asustar a la gente para que se adscribiera a una cul-tura permanente de la guerra. Uno de los principales funcionarios de Hi-tler, Hermann Goering, dijo antes de que lo condenaran a muerte des-pués de la Segunda Guerra Mundial que "naturalmente la gente corrien-te no quiere guerra. Pero, después de todo, son los líderes del país los quedeterminan la política y es siempre algo simple arrastrar a la gente. Todo

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Editorial

[ ]A los/as compañeros/as “de siempre”y a los/as eventuales lectores/as que

se sumen a este proyecto de trabajo.

LA REDACCIÓN

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Editorial

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En esta editorial que introduce el número 4 del PANÓPTICO —y dadoque la revista se coordina desde Cataluña— también queremos hacer refe-rencia a la polémica suscitada a raíz de los motines que tuvieron lugar enla cárcel de Quatre Camins en el mes de mayo pasado. Estos hechos fueronprecedidos por una serie de incidentes de todo tipo que desde hace muchotiempo "calientan" la vida carcelaria, tales como los problemas suscitadospor quebrantamientos de condenas difundidos por los medios de comuni-cación, los cuales sirvieron para azuzar el fuego de la alarma social y justi-ficaron la restricción de los permisos de salida que desde hacía tiempo ve-nía reclamando una parte del funcionariado de prisiones que, "casual-mente", ha fortalecido recientemente sus posiciones más reaccionarias.

El descontento y las reivindicaciones, tanto salariales como de seguri-dad laboral, de los funcionarios es bastante conocido. La Administraciónpenitenciaria de Cataluña ha sido incapaz de frenar el clima de tensiónque ha ido en aumento en los últimos meses en las cárceles catalanas y hadesembocado en la mencionada protesta. Pero su incompetencia ha que-dado más de manifiesto con su reacción frente a la misma, la entrada dela policía en la cárcel para reprimirla.

La "solución" represiva frente a la pretensión de las personas presas dehacerse escuchar muestra el claro desprecio que la Administración peni-tenciaria catalana siente por las personas que tiene bajo su "tutela" y res-pecto a las cuales tiene obligación de facilitar su "reinserción social".Hace ya mucho tiempo que desde diversos ámbitos se denuncia la falta decumplimiento de esta finalidad de las penas privativas de libertad queproclaman tanto la Constitución como la Ley Orgánica General Peniten-ciaria. En la actualidad vemos caer el velo de la resocialización, la Admi-nistración cada vez justifica menos su tarea invocando tal finalidad. Porel contrario, cada vez está más preocupada por "gestionar" la institucióncarcelaria con la mayor eficiencia posible. Es el triunfo del "eficientismopenal" que está penetrando en todos los ámbitos del Sistema Penal: en lapolicía, en los juzgados, en las cárceles… Como se verá en su interior, larevista analiza en un artículo lo sucedido en la cárcel de Quatre Camins,pues constituye un acontecimiento, sin duda, que ha marcado un puntode inflexión en Cataluña.

Queremos iniciar este número 4 del PANÓPTICO rindiendo homenaje aun amigo que ha muerto recientemente y que se destacó por su lucha porlos derechos humanos y en defensa de los desheredados del mundo. Ha-blamos de Alessandro Baratta, a quien le dedicamos unas páginas de es-pecial recuerdo.

Al igual que los anteriores tres números del PANÓPTICO, este númerocuarto se inicia con la sección de correspondencia y denuncias, secciónque pretende recoger la voz de las personas que sufren de forma privile-giada la represión penal: las personas presas.

La sección SEGUNDA, destinada a artículos de fondo, recoge —como yaes costumbre en los números anteriores de la revista— la colaboración de

PANÓPTICO

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un profesor europeo, Roger Matthews, quien relata el debate británico ynorteamericano que ha terminado por instalar los "nuevos" discursos dela llamada política criminal administrativa o managerial o de pura "efi-ciencia". También recoge unas reflexiones de Jerónimo Castillo quien,desde Barcelona, se ocupa del preocupante impulso que la privatizacióncarcelaria está asumiendo en Europa. Y, asimismo, desde Madrid, la com-pañera Margarita Martínez Escamilla narra la vital y profesional expe-riencia de un tiempo carcelario vivido desde su trabajo en la universidad.Por último, el abogado Endika Zulueta nos explica la preoucupante evo-lución de las prácticas policiales y de las legislaciones de control de la di-sidencia en el ámbito de la Unión Europea.

La TERCERA sección, que se ocupa de los movimientos sociales, incluyeen este número, como en los anteriores, las campañas, denuncias, estra-tegias de acción, etc., de aquellos colectivos que se abocan a la promo-ción de los derechos fundamentales de los presos, así como, especial-mente, un importante dossier sobre malos tratos y torturas ahora que elEstado español deberá rendir cuentas por ello ante la Organización de lasNaciones Unidas.

La CUARTA sección está constituida por el dossier monográfico, que eneste número se ocupa de la historia y del presente de los movimientos so-ciales de lucha contra la institución carcelaria y contra la cultura punitiva.Se presentan tres artículos que pretenden "dialogar" entre sí, desde po-siciones, a veces, muy antagónicas. Desde ya queremos señalar que sabe-mos que, en esta ocasión, esta sección puede despertar amplias discusio-nes y esperamos que así sea. Pero también debemos decir que, al no coin-cidir esta Redacción con lo expresado (en la forma y en el contenido) poralguno de esos artículos, en el próximo número publicaremos nuestra res-puesta en aras de abrir el debate y enriquecer una reflexión que nos pa-rece muy importante para ayudar a construir, entre todos y todas, unasensibilidad de rechazo a la cárcel y todo lo que ésta representa.

La QUINTA, como ya es habitual, recupera los hechos vividos durante laépoca llamada "de transición" en el Estado español por quienes fueron ysiguieron siendo los grandes olvidados por la historia oficial, y en estaocasión lo hace intentando reflejar el ambiente en que se vivió la solida-ridad activa con las personas presas desde la calle.

La SEXTA realiza comentarios bibliográficos a obras de reciente apari-ción y diverso contenido, que pueden resultar útiles para analizar el pre-sente número y los hechos que han sucedido en estos seis meses.

Finalmente, queremos anunciar que el próximo número monográfico dePANOPTICO estará dedicado en su dossier central al tema de Cárcel y (Mer-cado de) Trabajo, y a la relación mutua y recíproca entre ambos conceptos.

Esperamos, como siempre, vuestros comentarios, sugerencias, críticas…y todo aquello que suponga seguir construyendo juntos/as este espaciode trabajo, reflexión y lucha ante una realidad que degrada los límites dela racionalidad.

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En recuerdo de Alessandro Baratta

El pasado 25 de mayo falleció en Saarbrücken (Alemania) Ales-sandro Baratta. Su personalidad, su obra, su presencia transconti-nental y su compromiso político y científico son tan amplios queno es sencillo glosarlos en pocas palabras. Su amplísima forma-ción filosófica, sociológica y, a la postre, jurídico-criminológica, lepermitió renovar, desde el cuestionamiento más profundo (es de-cir, desde sus fundamentos epistemológicos), un hegemónico en-foque jurídico-penal de la llamada "cuestión criminal" que seguíaanclado —y anquilosado— en parámetros correccionalistas yapuntalado por períclitas aproximaciones conductistas de una psi-cología positivista. Para quienes no la conozcan, baste citar en re-lación a ello (pues la relación bibliográfica de Baratta es imposi-ble de citar aquí por extensa) su obra Criminología crítica y críti-ca del derecho penal. Introducción a la sociología jurídico penal(publicada en Italia en 1982 y en castellano en 1986 por Siglo XXI,traducción de Álvaro Búnster). A veinte años de su publicaciónoriginal, esta obra conserva la vigencia y profunda solvencia quejustifican que siga todavía hoy sirviendo de herramienta de cono-cimiento para quienes se acercan a conocer en profundidad el dis-currir histórico-político de las ciencias que han hegemonizado elabordaje de la "cuestión criminal". Sandro Baratta las desmitificópara siempre poniendo al descubierto el carácter encubridor y cri-minalizante de unas orientaciones, y de unas prácticas, que ocul-taban la realidad de unos sistemas penales que producían envile-cimiento legal, que añadían dolor al sufrimiento y que escondíanlas auténticas tragedias que se verifican tras los muros de los se-cuestros institucionales. Estas palabras —recordadas aquí expre-samente— le pertenecen a él y a quienes con él conformaron unageneración de intelectuales y activistas comprometidos. Su men-ción en aquellos tiempos le causó graves problemas a muchos deellos. Su recuerdo en la actualidad seguramente moleste a ciertasmentalidades. Pero si recordamos a alguien como Sandro, debe-mos hacerlo llamando a las cosas por su nombre.

Su dimensión profesional y cultural no se agotó en su Italia natal(donde se formó y dejó una estela de recuerdos, libros y revistas),ni en la Alemania posterior (donde trabajó tantos años dirigiendoel Instituto de Filosofía Social y Jurídica de Säarbrucken), ni en laEuropa que transitó permanentemente. La otra gran dimensióngeográfico-cultural de Sandro está presente en América Latina.Sandro viajó, conoció y amó profundamente aquellas hermosas ydepauperadas latitudes. Y no sólo tuvo ocasión de pasar allí mu-chas estancias, conocer a su gente, publicar sus obras y dictar susclases, sino que cuando fue necesario nunca tembló ni dudó a lahora de mostrar su adhesión, apoyo y compromiso frente a quienesfueran víctimas de las tropelías que los regímenes autoritarios lati-noamericanos vienen produciendo desde antaño. Baste recordartan sólo, como meros ejemplos dispersos, su compromiso en la Ar-gentina, Chile, Brasil, El Salvador, Nicaragua o Colombia. Por aque-llas aguas y por aquellas malezas, la memoria de Sandro está másviva tal vez que en ninguna otra parte.

Para nosotros/as, ha sido un verdadero maestro en el sentidomás profundo, respetuoso y amistoso de la palabra. Él, junto aotros intelectuales europeos y latinoamericanos (Louk Hulsman,Jack Young, Roberto Bergalli, Massimo Pavarini y otros/as), haceunos veinte años, nos mostraron por primera vez la "otra cara"del Sistema Penal, la cara oculta, dolorosa y desagradable quesuele maquillarse porque afea y corrompe. En sus clases y en lascharlas mantenidas tantas veces (en Barcelona, en Italia o en Ale-mania), aprendimos a manejar otros textos, a leer otras lenguas ya entender que el objeto de estudio de las preocupaciones críti-cas estaba mudando. Hacía ya algún tiempo que un carácter críti-co y una epistemología interdisciplinar (tanto en sus fuentes ymétodos, cuanto en sus objetos de estudio) venía inspirando porprimera vez, con una mirada diferente, el abordaje de la "cues-tión criminal". La verdadera revolución epistemológica se produ-jo cuando, definitivamente, el objeto de estudio de la tradicio-nalmente denominada "criminología" mudó del delito al controldel mismo. Como señaló para siempre Alessandro Baratta, "conrespecto a objetos definidos por normas y valoraciones socialesno puede ser realizada una investigación etiológica, sino que an-tes tienen que ser investigadas las normas y las valoraciones so-ciales que condicionan la definición de dichos objetos". Ya no eraposible continuar estudiando, escudriñando, etiquetando y crimi-nalizando por más tiempo a sujetos supuestamente desviados odelincuentes. Se debía, ante todo, estudiar al propio Sistema Pe-nal, es decir, a las normas que definen esa delincuencia y/o des-viación y a las agencias de aplicación de aquéllas. Definitivamen-te, la actuación de las policías, los jueces y las instituciones de se-

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gregación pasaban a constituirse en el centro de atención críticade nuevas disciplinas que fueron recibiendo las denominacionesde "criminología crítica" y/o "sociología del control penal".

Sus aportaciones, elaboradas también como consecuencia deimportantes acontecimientos (contra) culturales que tanto en Eu-ropa como en América se venían produciendo desde finales de losaños sesenta y setenta, propiciaron el inicio de esa auténtica co-rriente de pensamiento comprometido y de praxis militante queno dejó —hasta su muerte— de producir críticas y denuncias, perotambién diseños alternativos y propuestas garantistas y respetuo-sas con las necesidades básicas de las personas, es decir, con susderechos fundamentales. A todo ello dedicó Sandro su vida conalegría y optimismo, aspectos que constituyen también importan-tísimos rasgos de su personalidad.

Como en el número anterior de Panóptico, en el que rendimosun homenaje a los también fallecidos Pierre Bordieu y EnriqueMarí, deseamos también aquí recordar a Sandro. Desgraciada-mente, son varias las personas que mostraron un inquebrantablecompromiso en la defensa de los derechos humanos y que recien-temente nos han dejado. Preservar al menos su memoria, su obray ese compromiso es un deber que consideramos imprescindiblemantener desde aquí.

Ciao Sandro (las teclas de tu piano todavía siguen sonando).

La Redacción

1. Correspondenciay denuncias

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Servicio Jurídico

Queridos amigos/as, por su impor-tante trascendencia práctica osacompañamos el Acuerdo de laSala General del Tribunal Supremoque priva de competencia a las Au-diencias Provinciales que estabanentendiendo de los recursos contralas resoluciones de los Juzgados deVigilancia Penitenciaria, para otor-

gársela al Tribunal sentenciador en-cargado de la ejecución de la con-dena. Igualmente, aportamos losantecedentes y reflexiones jurídicasque avalan una interpretación dia-metralmente opuesta a la efectua-da por el Pleno no jurisdiccional dela Sala Segunda del Alto Tribunal.Sin entrar en otras complejidades,el Acuerdo supone minar el dere-cho de defensa en segunda instan-

Denuncias de vejaciones,malos tratos yagresiones

[RECIBIDAS EN ESTA REDACCIÓNDESDE EL ÚLTIMO NÚMERO]

Poema desde Puerto I

Asociación APOYO informa

Quiero ser verdad ante tanta mierday camino solo como erguido.

Busco una esperanza como única salidalucho entre el vacío y las torturas.

Soy un hombre que llora por llorarríe por reír y ama por amar.

Yo, hermano, sólo quiero ser libresin lastres y espejismos que limiten mi ser.

Y sueño, hermano,sueño con hacer realidad mi sueño.

José Manuel Ferreira Quintas

Manifestación en solidaridad con los rebeldes de Cuatre Camins tras elplante de los presos(Barcelona, mayo de 2002)

(Foto: Guille. Fuente: Molotov)

PANÓPTICO

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Vejaciones, malos tratos y agresiones

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cia de las personas presas: el fiscalpodrá recurrir fácilmente progre-siones de grado, etc.; sin embargo,los penados y penadas tendrán muyserias dificultades para recurrir enapelación aquello que les sea desfa-vorable.

Tenemos conocimiento del ma-lestar generado entre los propiosJueces de Vigilancia Penitenciaria yen las secciones de las AudienciasProvinciales hasta ahora compe-tentes. Se ha presentado escritoante el Consejo General del PoderJudicial, suscrito unánimementepor todos los magistrados de Vigi-lancia de Madrid, con una muybuena fundamentación jurídicaque suscribimos. La alarma estámás que justificada y supone un re-troceso de singular gravedad queexige aunar esfuerzos para lograrla modificación de la interpreta-ción efectuada por el Tribunal Su-premo.

Sugerimos la difusión del acuer-do y el comienzo de colectar firmasde letrados, entidades que traba-jan con presos, incluso de particu-lares, que suscriban una interpre-tación alternativa, proclive a man-tener las competencias que hastaahora se venían ejerciendo porparte de las Audiencias Provincia-les. En resumen, solicitamos lavuelta al anterior status quo jurídi-co en esta materia.

Os agradeceríamos que nos ha-cieseis llegar al e-mail de nuestraasociación las muestras de apoyopersonales (filiación y DNI), profe-sionales (filiación y núm. de cole-giado), de entidades y colectivos(nombre y ciudad) para dar trasla-do de las mismas a la Sala II del Tri-

bunal Supremo y al Consejo Gene-ral del Poder Judicial

Texto literal del acuerdo de 28 dejunio de 2002 Sala II Tribunal Su-premo:

"Las resoluciones del Juez de Vigi-lancia Penitenciaria relativas a laclasificación de los penados son re-curribles en apelación (y queja)ante el Tribunal sentenciador en-cargado de la ejecución de la con-dena".

ANTECEDENTESAuto dictado por el Juzgado de Vi-gilancia Penitenciaria de Bilbao,que acordaba la progresión de unmiembro de ETA al tercer grado detratamiento,con informe favorablea la concesión de la libertad condi-cional. El Ministerio Fiscal recurrióen apelación ante la AudienciaProvincial de Vitoria. Esta Sala re-solvió que la decisión de la mismacorrespondía al Tribunal sentencia-dor, en el presente caso, la Au-diencia Nacional.

El interesado recurre en casaciónante el Tribunal Supremo, y ésteconvoca Pleno no jurisdiccionalque resuelve con el acuerdo arribaindicado.

PROBLEMA TÉCNICO-JURÍDICOEl debate reside en la interpretaciónque hay que dar al art. 82.1 3.º de laLey Orgánica del Poder Judicial(LOPJ), en su redacción actual (pro-cedente de la LO 7/1988, de 28 deDiciembre) en relación con la Dispo-sición Adicional 5.ª, apartado 2, dela misma LOPJ y el art. 72.1.º de laLey Orgánica General Penitenciaria.

CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

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En efecto, el conflicto se producepor la aplicabilidad de dos precep-tos contradictorios de igual rango.Resumidamente: la Disposición Adi-cional 5.ª de la Ley Orgánica del Po-der Judicial señala que las resolu-ciones del Juzgado de Vigilancia Pe-nitenciaria serán recurribles enapelación ante el Tribunal senten-ciador (con algunas especialidadesy excepciones), y el art. 82.1 de LOPJexplicita que la Audiencia Provin-cial conocerá de los recursos contralas resoluciones de los Juzgados deVigilancia Penitenciaria en materiade ejecución de penas y del régi-men de su cumplimiento.

Hasta la fecha del acuerdo se ve-nía primando el art. 82.1 de laLOPJ. A partir del 28 de junio de2002 la Sala General del TribunalSupremo cambia de criterio y deci-de aplicar la DA 5.ª.

Con los Jueces de Vigilancia en-tendemos que no es aceptable laescisión entre las nociones de "eje-cución de pena" y "régimen peni-tenciario", pues el contenido esen-cial de éste es precisamente aqué-lla, y aquélla se concreta eindividualiza a través de éste.Igualmente la DA 5.ª que hacecompetentes a los Tribunales sen-tenciadores es una atribución ge-nérica que debe completarse conla atribución expresa que a cadaórgano establece la LOPJ en losarts. 53 a 103, examinados los cua-les únicamente se prevé la compe-tencia de las Audiencias provincia-les tanto en cuestiones de ejecu-ción como de régimen.

Más en concreto, los que suscri-ben, manifestamos nuestra hondapreocupación por la interpretación

dada por el TS, y proponemos ladesarrollada de modo específicopor el art. 82.1 de la LOPJ, hartomás conforme con un enfoque in-tegrador y sistemático de la totali-dad del ordenamiento jurídico.

CONSECUENCIAS NEGATIVASPARA LAS PERSONAS PRESAS

a) El derecho a la defensa y a latutela judicial efectiva queda muyseriamente vulnerados en la prácti-ca, hasta el punto de hacerse invia-bles para la inmensa mayoría delos presos. Un penado que cumplecondena en Villabona (Asturias) di-fícilmente va a poder recurrir unaresolución del juez de Vigilanciaque ha de solventarse finalmenteen apelación ante, p.e., un Juzga-do de lo Penal de Las Palmas deGran Canarias. Las designacionesde abogado y procurador de ofi-cio, así como la inmediación entredefensor y preso (es más que du-doso que el abogado vaya a viajardesde Las Canarias hasta Asturiaspara la entrevista reservada a quetiene derecho el penado), inclusola mínima y elemental comunica-ción, quedan seriamente compro-metidas si no anuladas por comple-to. Lo mismo se diga de la nula po-sibilidad de inmediación entre elpenado y el Tribunal sentenciadorque puede estar alejado cientos omiles de kilómetros. Tampoco po-demos obviar que hasta la fechalas secciones de la Audiencia Pro-vincial competentes han logradouna especialización en derecho pe-nitenciario y un conocimiento de larealidad carcelaria difíciles de ge-neralizar a todos los Tribunales yJuzgados sentenciadores.

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b) Queda gravísimamente afecta-da la propia naturaleza jurídica delrecurso de apelación (concebidocomo recurso ascendente a resolverpor órgano superior colegiado)pues cabe ser resuelto por órganounipersonal de igual categoría o in-cluso por órgano unipersonal e in-ferior. Así podría darse el caso, en-tendiendo que por analogía delart. 988.3 de la Ley de Enjuicia-miento Criminal sea competente elúltimo sentenciador, de que un ór-gano servido por juez (incluso porel juez de paz) resuelva en apela-ción por encima de lo señalado porjuez de Vigilancia Penitenciaria. Unjuez de inferior categoría resuelvecuestiones apeladas de otro supe-rior, uno de competencia territorialnetamente menor sobre otro demayor (p.e., un Juzgado Penal deAlcalá de Henares resuelve comosuperior del Juzgado de VigilanciaPenitenciaria de Barcelona de ám-bito competencial provincial).

c) La redacción del acuerdo pre-supone una realidad que es la me-nos habitual en las apelaciones.Parte de la ecuación: una únicacondena, un único Tribunal sen-tenciador. Sin embargo, siendofrecuente que se trate de penadosque cumplen múltiples condenasde varios Tribunales esparcidos portoda la geografía nacional, ¿a qué"Tribunal encargado de la ejecu-ción" se refiere de modo tan im-preciso la resolución que venimoscomentando?, ¿al último Tribunalsentenciador?, ¿al que está ejecu-tando la condena en ese precisomomento?..

d) La posibilidad de ser un ele-mento facilitador del tratamiento

se hace imposible en la segundainstancia al escindirse en dos, loque resta toda credibilidad al Tri-bunal y hace imposible una políticade clasificación y tratamiento, ge-nerando el riesgo probable de queel permiso se viva como fin en símismo, separado del tratamiento.

e) Se rompe la cierta uniformidadde doctrina que se ha ido logrando,pues incluso para el mismo centropenitenciario y penados con cir-cunstancias similares podrían darseresoluciones absolutamente con-tradictorias de Tribunales incomu-nicados por completo entre sí, loque generaría un auténtico caos ensu jurisprudencia, con el consi-guiente quebranto de la seguridadjurídica y de la igualdad ante la ley.Incluso a nivel provincial se puedengenerar serias disfunciones prácti-cas en materia de tratamiento yreinserción social por la multiplici-dad de orientaciones jurispruden-ciales en materia tan sensible. Todoello se evita devolviendo la compe-tencia a la misma Audiencia Provin-cial correspondiente.

Finalmente, resta cuestionarsecuál es el riesgo potencial que pre-tende conjurarse con este acuerdo,y si realmente el medio elegido esel más idóneo a tal fin, hipotecan-do los derechos de la inmensa ma-yoría de los 50.000 presos que sonprecisamente los que carecen, ensu inmensa mayoría, de asistencialetrada particular y soporte deapoyo.

Por todo ello, SOLICITAMOS:El urgente retorno al criterio an-

terior, harto más garantista para

CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

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con los derechos de las personaspresas, singularmente el derecho ala defensa, a la tutela judicial efec-tiva, a la igualdad ante la ley, a laseguridad jurídica y a un procedi-

miento de apelación con todas lasgarantías y respetuoso con ele-mentales principios procesales.

En ................ a ....... de ...... de 2002

Comparecencia ante Comité de Prevencióncontra la Tortura

Este mes de noviembre, el Estadoespañol compareció ante el ComitéContra la Tortura de las NacionesUnidas para explicar la situaciónde la tortura en los últimos años. Elrelator del Comité presentó un in-forme en el que se recogen 170 ca-sos de tortura en el Estado durantelos años 1999 a 2001; de éstos,unos setenta corresponden a losque figuraban en el informe de laCSSP presentado el pasado año yque le fue remitido (el informesólo recoge los casos en que apare-cen nombres y apellidos del preso,

no cuando aparecen las siglas).La prensa española no ha recogi-

do estos datos y sólo se ha referidoa los casos de torturas a personasdetenidas o presas por pertenenciaa banda armada. La página webdonde puedes encontrar el infor-me del RELATOR CONTRA LA TOR-TURA de la ONU es:www.cpt.coe.int

Jorge Del CuraNota de la redacción: nos encon-tramos a la espera de la obtenciónde los resultados de esta visita.

Denuncian desde Quatre Camins (Barcelona)

Desde el Centro de Exterminio deJóvenes de la Trinitat, 2 de juniode 2002

¡Hola estimados amigos! Me llamoIván y tengo 21 años, actualmenteme hallo privado de libertad en elCP Jóvenes.

El motivo de esta carta es el si-guiente; es para hablaros del mo-tín de los días 29 y 30 del centropenitenciario de Quatre Camins.Yo he vivido ese infierno. El motínempezó el miércoles día 29 en elmódulo 1 y 2. Yo poco puedo con-taros de esos días, pero aquí se ha-llan 5 compañeros que estuvieronen él.

Yo fui testigo y participé en elmotín del jueves día 30 en el mó-dulo 3. Os explicaré desde el prin-cipio lo que pasó. Por la tarde sehabló en el patio de solidaridadcon nuestros compañeros del mó-dulo 1 y 2, que fueron torturados yhumillados. Después de la cena, alsalir al patio, la gente no quería su-bir a las celdas. Éramos pocos, unos30 más o menos. No se cómo em-pezó, pero me vi envuelto en unabatalla entre funcionarios y presos.Consiguieron escapar cerrando lapuerta del patio, echamos a correrpor el patio y me encontré 2 fun-cionarias llorando y asustadas, lasdefendí y les dije que se escondie-

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Soy Ruyman Armas Santana de lasPalmas de Gran Canaria. Vengo adar a conocer los malos tratos yabusos vejatorios a un menor, con-trarios a las normas del propio sis-tema penitenciario. El día 22 de fe-brero de este año, estando yo en elCP de Monterroso (Galicia), móduloC-10, sobre las 7:30 h. de la mañanaaproximadamente, unos 10 funcio-narios (siguientes números 59992,90270, 12922) me abrieron la puer-ta de la celda y, sin mediar palabraalguna, me tiraron a patadas de lacama y, a continuación, con porrasy el detector de metales me pega-ron sin salir del cangrejo. Con el de-tector de metales me cortaron unaoreja que quedó en el suelo, y sincontemplaciones me esposaron. Es-tando en enfermería, el directormédico llamado Mario vio como se-guían pegándome y él sonrió.

Después de darme tal brutal pa-liza, me desperté en el Hospital deLugo cosiéndome la oreja. El médi-co del hospital ha denunciado a losfuncionarios, pero ustedes sabenque la palabra de los presos paraellos no vale. No me dieron ningu-na copia del parte médico. Me lle-varon para aislamiento y me espo-saron. Me vi impotente, creyendoque me iban a matar de una brutalpaliza. Para vengarse me tuvieronuna semana en aislamiento y luegome trasladaron a Puerto I.

En Puerto I siguen habiendo mu-chos abusos y en el módulo 2 esta-mos 5 personas luchando contraello, por el fin del régimen cerradoy para que salgan las personas en-fermas de VIH, como mi compañe-ro César Valderrama.

Un saludo libertario.

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Con este comunicado vengo a de-nunciar la brutal paliza recibidapor mi compañero y amigo JoséLuis Pérez González. Todo empezóel día 23 de julio del presente,cuando éste fue llevado de diligen-cias al juzgado de Guadalajara. An-tes de empezar la vista a la que ba-jaba, y delante de varias personas"libres", entre ellos su propia abo-gada defensora, un picoleto de losque le había tocado custodiarle, ledijo textualmente: "A todos los

que sois como tú, os metía una balaen la cabeza y a tu familia tambiénla ejecutaba". Con lo que mi com-pañero entró en un estado de"shock" al ver amenazada la inte-gridad física de su propia familia.Claro, todo esto acabó con unabrutal agresión, por parte de la pi-coletada allí reunida, hacia mi ami-go, que vino al chabolo con variossíntomas de haber sido agredido.Tenía contusiones en brazos y tó-rax, y golpes en la cabeza y un cos-

CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

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ran en el "tigre" y no las tocaron.Sonó la alarma y entraron los anti-disturbios. Yo, asustado, me dirigíal tejado para evitar las porras ygolpes de los antidisturbios. Conse-guí subir al tejado sin dificultad. Enel tejado me encontré a cinco com-pañeros más. En total éramos seis.Corrimos desesperadamente y ar-mándonos de valor cogimos unospalos que había en el tejado delconflicto del día anterior y recorri-mos todos los módulos.

Al cabo de la hora estabamos ro-deados. Había unos 100 antidistur-bios y unos 50 funcionarios. Ar-mándonos de valor les hicimosfrente y con los gritos y aplausosde los demás internos que observa-ban impotentes desde las ventanasde sus celdas, conseguimos esca-par, al menos por el momento. Nosencontramos a un funcionario solocon una barra de hierro y nosotrosle perdonamos la vida y lo dejamoshuir. Vino la directora de prisionesde Cataluña, la señorita Mercedes,habló con nosotros y bajamos pací-

ficamente después de hablar conella. Nos dio su palabra de que nonos iban a tocar.

Nos esposaron atrás y nos fueronsacando uno a uno. Yo fui el pri-mero. Nada más salir se me tiraronunos 10 funcionarios y me empeza-ron a apalear, me chutaron la ca-beza. Me llevaron al especial abase de golpes de porra y me me-tieron en un cuarto boca abajodonde me golpearon un buenrato. Vino el médico, me dio un parde puntos en la barbilla y se fue.

Me metieron en un cuarto y metuvieron 8 horas a base de golpes einsultos, humillado. A las 5 de la ma-drugada abrieron 7 ó 8 y entraron yme aporrearon. Me sacaron a ingre-sos, me metieron en un furgón delos mossos de escuadra y me traje-ron medio reventado y descalzo.

Aquí estamos 7 en el módulo es-pecial. Pedimos que se publiquenestos hechos y que se denuncien, yaque a nosotros no se nos escucha.Estamos solos y ellos están unidos.

Gracias.

Denuncias de malos tratos Centro Madrid-Aranjuez

Desde Puerto I - módulo II

tado. También me contó que pri-mero le habían sujetado mecánica-mente (con grilletes) con tal fuerzaque cuando vi sus muñecas yo creíaque se las habían partido.

Espero que, tal y como le dijo suabogada, todo esté denunciado enel mismo juzgado de guardia. Puessi no es así, esta señora carecerá detotal dignidad. Ya hemos dichoque ella lo presenció todo y, porello, se convierte en testigo visualde lo allí ocurrido, ya que le dijo ami amigo y compañero que ella ibaa interponer la denuncia.

Para acabar este comunicadoquiero preguntarme por qué nosponen en custodia de unos picole-tos cargados de odio hacia los po-

bres que inundamos estos centrosde represión. ¿Por qué no se les ha-cen estudios psicopatológicos a es-tos "trabajadores del bien" parasaber el grado de odio que nos tie-nen? Y ¿por qué desde que Españaha terminado la presidencia de laUnión Europea se han disparadoalarmantemente casos como éste?Pues puestos a ser mal pensados, alo mejor algo tiene que ver.

En resumidas cuentas, al compa-ñero golpeado antes le llamaba"Bart Simpson" y ahora le llamo"el cebra", pues le han llenado derayas porreras y no de las que colo-can precisamente. SALUD Y PRONTA LIBERTAD.

Josito

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Servicios de dicha cárcel, murió deun "cáncer fulminante". Cualessean las causas, una muerte en lacárcel es siempre un Crimen de Es-tado. No podemos hablar demasia-do sobre el compañero Antonio,pues recientemente establecimoscontacto con él, a través de uncompañero anarquista. Lo que sípodemos decir de Antonio es quese encontraba haciendo, junto acuatro compañeros más, huelgas-ayuno en solidaridad con l@s com-pañer@s pres@s anarkistas griegos,italianos y FIES del Estado español,así como con l@s pres@s turc@sque se encuentran en huelga dehambre en su lucha para evitar quese les confine en las celdas tipo F.

A Antonio Falces Casas le habíasido diagnosticada en prisión unaneumonía y, como tratamiento, lehabían recomendado "que saliesemucho al patio de la prisión". Aho-ra nos dicen que ha muerto de ese"fulminante cáncer", que no esotra cosa que una criminal negli-gencia médica más en prisión, suúnico y verdadero modelo de rein-serción. Y por ello nos pregunta-mos con angustiosa preocupación:¿a qué se dedican los servicios mé-dicos de la prisión?

Esta preocupación también seextiende a la difícil situación en laque se encuentran los otros cuatrocompañeros, uno de ellos en la en-fermería y otro, Jose Antonio Ló-pez Cabrera, confinado por el art.75 del R.P. al aislamiento y la inco-municación, por denunciar y gritaren voz alta que los asesinos de An-tonio Falces Casas son los mismosque dirigen y gobiernan la prisión.Nosotros no sabemos cómo se des-

arrollaron los hechos que desem-bocaron en este fatal desenlace,pero tenemos la certeza de que losmédicos de prisión también juegansu papel cómplice de torturadoresal dejar que las personas presasmueran en una lenta agonía.

J.P.

CP Hombres de Barcelona

Saludos compis! Enviamos una in-formación que hace referencia aunos hechos sucedidos en la Mode-lo, Carcelona.

Resulta que el 9 de Mayo huboun homicidio en la 6.ª galería. Nosé si os habréis enterado por losmedios de comunicación, pues loúnico que hacen es alterar y men-tir, pues la historia va de la si-guiente manera. La víctima era unperturbado mental, un loco que sepasaba el día chillando y haciendoel idiota, aparte de buscarle laboca a la gente. Total que dio conuna persona que no soportó sus ac-titudes. Por lo visto "Víctor", elloco, lo insultó y le dijo que le ibaa pegar y varias cosas más, y el otrofue a los carceleros y les dijo quehicieran algo con ese loco, habíamucha gente molestada con él.

Al día siguiente volvieron lasamenazas por parte de los mismos yalrededor de las 10 AM falleció elloco apuñalado. Seguidamente pa-saron el detector de metales, noschaparon toda la mañana y cachea-ron toda la galería, encontrandovarios cuchillos entre ellos el armahomicida. Por la tarde, nos abrieronpara comer y todo tan normal, peroentre nosotros había algo que noshacía estar mal. Primero, ¿qué hacía

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CP Tenerife

Ante todo os mando un saludo li-bertario. Soy Iván González Gonzá-lez de Tenerife. Vengo a denunciarla muerte de nuestro compañeroFranci Unpierre, conocido como Po-peye. Ha dejado su silla en un rin-cón, con su sincera sonrisa que ya nonos ofrecerá nunca más. Quiero quesepáis que nuestro amigo Popeyesiempre estuvo luchando contra elsistema, y fue el sistema el que lequitó la vida. Sabiendo el directormédico del CP de Las Palmas que te-nía el VIH, ¿cómo podían mandarlede conducción para Tenerife, otrocentro de exterminio sistemático?

Todos nos preguntamos por quésus derechos fueron pisoteados ypor qué le denegaron los JVP de

Las Palmas y Tenerife el Art. 196.2R.P.

Venimos a denunciar la no apli-cación del art. 196.2 R.P. a nuestroscompañeros enfermos: César Val-derrama López, Francisco MayaVelázquez, Fernando Lozano Do-mingo y Carlos Muñoz Vivo. Noqueremos que les suceda lo que lepaso a Popeye en Tenerife. Aquí,nuestro principal objetivo es quenuestro compañero José FajardoBautista no deje otra silla vacía.

CP Quatre Camins

El jueves 14 de febrero, murió An-tonio Falces Casas en el hospital deTerrassa, después de ser trasladadodesde el centro penitenciario deQuatre Camins. Según el Jefe de

Las Provincias (Valencia), 13 de ju-lio de 2002, E. Pérez

Dos funcionarios de la prisión dePicassent acusados de un delito delesiones supuestamente por golpe-ar a un preso enfermo terminal desida señalaron ayer en el juzgadode lo penal número 2 que utiliza-ron "la fuerza justa" para reducir-lo y evitar "que continuara autole-sionándose". Según el procesadoAlfredo P. G., el interno "no queríair a enfermería" y cuando iba a en-trar a la celda "me levantó lamano", dio dos pasos atrás y "selanzó contra la pared".

Entonces, él y Salvador M. M. se"abalanzaron" sobre él para redu-cirle y cayeron al suelo, donde in-tentaron inmovilizarle. Los supues-tos golpes agravaron su estado yfalleció 21 días después.

El fiscal pide que se les condenepor una falta de lesiones a unamulta de 270 euros y las acusacio-nes particular y popular piden 4años

http://www.lasprovincias.es/fra-mes.php?url=http://www.laspro-vincias.es/cgi-bin/show_news.NUE-VO?sec=vas&fecha=13_07_2002&fich=03d13vs15

Dos acusados de pegar a un reo dicen que se golpeó con la pared Los funcionarios se enfrentan a 4 años de cárcel

Muertes en prisión

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CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

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ese loco en una galería consideradacomo muy peligrosa? Pues se veque ese tío se pasaba 3 días en elpsiquiatra y 3 en la 6.ª galería; y laúltima vez el psiquiatra firmó con-forme no lo quería allí, puesto querevolucionaba al personal. Despuéslo trajeron a la 6.ª galería y pasó loque era de esperar. Y aquí no acabatodo. El día 10 de mayo el subdirec-tor fue llamando a declarar a variaspersonas de la 6.ª galería y secues-tró a dos compañeros nuestros y selos llevó al 1er grado por la putacara. Sólo por represalias, pues lagente declaraba la verdad, que delasunto tenía toda la culpa el centro,la Modelo. También hubo algúnque otro chivato que se CHIVÓ de¿cómo?, ¿dónde? y ¿por qué? Perola mayoría declaró la pura verdad,pues que todo era una negligenciadel Centro.

33 personas de la 6.ª galería he-mos hecho un escrito para el JVPdel caso, ya que los carceleros vandetrás nuestro y todas las firmaslas hemos tenido que coger a es-condidas, pues estamos coacciona-dos por los carceleros. Todos losque hemos firmado corremos elriesgo de desaparecer de este pe-nal y demás historias, pues loscompañeros secuestrados en 1ergrado se los han llevado a La Rocay Brians.

Te pedimos que hagas llegar estemensaje a todo el mundo. El cen-tro dice que el homicidio se come-tió con un pincho artesanal y po-demos asegurar que de eso nada,era un estilete de la calle y presun-tamente lo ha podido introduciralgún carcelero, pues ha llegado anuestros oídos que dos carceleros

entran droga y navajas a cambiode dinero y tenemos nombres delos dos. Tras los sucesos comenta-dos y las acciones de Cuatro Cami-nos, allí continúan respondiendo.

El día 1 de junio estuvieron dehuelga de hambre, a la hora de lacomida se hizo un plante y luegopor su propio pie se dejaron cha-par. Y el día 2 se realizó una debrazos caídos. Ya mismo esto ex-plota. Están diciendo que los fanzi-nes de ACOPS son alarmantes so-ciales para los presos y que nos es-tán dando informaciones que nose ajustan a la realidad. Buenoaquí en la Modelo ya mismo explo-ta como en Cuatro Caminos y serágorda.

Álex González Pérez (Apdo 20, O8080 Barcelona)

En 4 meses murieron nuevepresos en las cárceles valencianas

Levante-EMV, 16 de julio de 2002

Durante mayo y junio siete funcio-narios y cuatro presos resultaronheridos en incidentes violentos.

La Agrupación de Cuerpos de laAdministración de Instituciones Pe-nitenciarias (ACAIP) denunció quedurante los meses de mayo y juniode 2002 se han producido en lascárceles de Valencia y Alicante untotal de siete incidentes violentosen los que seis funcionarios y cua-tro presos resultaron heridos. "Laprogresiva saturación y masifica-ción se han convertido en factoresdesencadenantes de homicidios ymuertes violentas en prisión", ma-nifestó ACAIP mediante un comu-

nicado. En cuanto a los falleci-mientos, según el sindicato, en elperíodo comprendido entre el 1 deenero y 30 de abril de 2002, en lasprisiones de la Comunidad Valen-ciana murieron un total de nueveinternos: tres como consecuenciadel SIDA, dos por suicidio, uno pordrogas, uno por agresión, unocomo consecuencia de muerte na-tural y otro por causa a determinarmediante autopsia.

http://www.levante–emv.es/lvhoy02716/comunidad/18comunidad.html

La cárcel de Picassent registra elmayor número de muertes detodas las prisiones españolas

De enero a julio han fallecidosiete internos y uno de cada cincoincidentes se produce en los cen-tros penitenciarios valencianos.

Las Provincias (Valencia), 16 de ju-lio de 2002

Los tres centros penitenciarios deValencia ubicados en Picassent(Cumplimiento, Hospital y Preven-tivos), que se han unificado recien-temente como una sola institución,han registrado este año siete falle-cimientos. Esta prisión registra elmayor número de muertes de to-das las cárceles españolas, por en-cima de la de Aranjuez (Madrid VI),con seis. La Agrupación de Cuerposde la Administración de Institucio-nes Penitenciarias (ACAIP) reiteróque el alto grado de masificaciónes el principal causante de las cons-tantes agresiones y problemas deseguridad en las cárceles valencia-nas. En toda España, según los da-

tos aportados por el Gobierno, enel primer semestre del año se re-gistraron 16 muertes por VIH-sida,14 por sobredosis de drogas, 13por causas naturales, siete por sui-cidio y 10 por origen desconocido.De estos 61 fallecimientos, nuevefueron en cárceles de la Comuni-dad Valenciana: una por suicidioen Alicante Psiquiatría, una porVIH-sida en Castellón, una en Va-lencia Hospital por VIH-sida, tresen Valencia Preventivos (una porsobredosis, una por VIH-sida y otrapor causas desconocidas) y tres enValencia Cumplimiento (una natu-ral, un suicidio y una por agresión).

http://www.lasprovincias.es/fra-mes.php?url=http://www.laspro-vincias.es/cgi-bin/show_news.NUE-VO?sec=val&fecha=16_07_2002&fich=05a16va05

Fallece en El Acebuche el quin-to interno en un plazo de cincomeses

Ideal, 23 de julio de 2002

La causa de la muerte ha sido unaparada cardiorrespiratoria. Loscuatro anteriores fallecieron porsobredosis de droga en tres meses.

CUATRO EN TRES MESES: Ante-riormente a este fallecimiento hansido cuatro los presos de El Acebu-che que han muerto en sus instala-ciones por sobredosis de droga. Enalgo más de tres meses, murieronF.J.L.L., de 32 años; F.H.M., de 47;J.A.M.P., de 29; y J.G.H., de 24años.

A las dos menos cuarto de la tar-de de ayer fallecía en el centro pe-nitenciario de El Acebuche el quin-

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años y para que se abrieran seisnuevos centros penitenciarios en laciudad y sus alrededores. La cons-trucción de estas cárceles tiene uncoste de 120 millones de euros.

La Generalitat y el Ayuntamien-to de Barcelona firmaron entoncesun convenio de sustitución deequipamientos penitenciarios que

recoge estos proyectos, así como eluso para fines públicos de los sola-res que ahora ocupan las cárcelesModelo, Wad-Ras y Trinitat. Guar-dia explicó que a principios de2003, en una finca adyacente a laprisión de Can Brians, se construiráeste nuevo centro penitenciario.

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to interno en lo que va de año. Entan sólo cinco meses han muertoen el interior de la prisión cincopersonas —las cuatro anteriorespor sobredosis de droga—.

H.B., de 30 años, ha fallecido, se-gún el comunicado emitido por laDirección General de InstitucionesPenitenciarias del Ministerio delInterior, por "parada cardiorrespi-ratoria".

http://www.ideal.es/almeria/edi-cion/prensa/noticias/Local_Alme-ria/200207/23/ALM-LOC-011.html

133 presos se han suicidado enlas cárceles españolas en los úl-timos seis años

El País, Domingo, 4 de agosto de2002 (EFE, Madrid)

Más de 1.000 agresiones a funcio-narios de prisiones, 133 suicidios deinternos, más de 6.000 agresionesentre reclusos, 232 evasiones inten-tadas y 32 consumadas y casi 600presos autolesionados son algunosde los incidentes más graves regis-trados en los centros penitenciariosespañoles en los últimos seis años.

Los datos del Gobierno, ofreci-dos en una respuesta parlamenta-ria al diputado socialista JoséQuintana, dicen que entre 1996 y2001 se produjeron también 19muertes violentas, 1.008 amenazasy coacciones a funcionarios, 2.716presos realizaron huelgas de ham-bre o sed —la mayoría de gruposterroristas— y otros 672 causarondaños en las instalaciones.

Respecto a las 1.072 agresiones afuncionarios de prisiones en el ci-tado periodo, 1.045 fueron leves y

27 graves o muy graves, y en cuan-to a las 6.234 contabilizadas entrereclusos, 5.882 fueron de carácterleve y 352 graves.

Los centros penitenciarios espa-ñoles albergaban, a 26 de julio pa-sado, a un total de 50.846 reclusos,según datos facilitados por Institu-ciones Penitenciarias. El sindicatode prisiones ACAIP elaboró el pa-sado mes de junio un informe en elque sostenía que actualmente "sevive el momento más crítico de lasprisiones españolas en los últimos25 años", ya que los medios mate-riales y humanos son "insuficien-tes" para una población reclusaque en los últimos 18 meses ha cre-cido en unas 6.000 personas, lo quesupone un aumento del 13,07%.

Cuatro secuestros

En el mismo periodo, entre 1996 y2001, se registraron cuatro secues-tros o retenciones de funcionariosde centros penitenciarios, dos deellos en 1996 y los otros dos en1999, según los citados datos gu-bernamentales.

Por otro lado, la Generalitat deCataluña, que tiene transferida lacompetencia sobre prisiones, em-pezará a construir un nuevo centropenitenciario en Sant Esteve Sesro-vires (Barcelona), según explicóayer el consejero de Justicia, JosepGuardia. Guardia aseguró a Cata-lunya Ràdio que las obras del pri-mero de los tres nuevos centrosprevistos comenzarán en el año2003. En mayo de 2001 se alcanzóun acuerdo para que las viejas pri-siones de Barcelona cerrarán suspuertas definitivamente en cuatro

Contestación a la carta abierta de la directora general Mercedes Sánchez

La lectura de su carta ha molestadoy ha insultado a muchos presos. Us-ted disfraza la realidad y mientecuando dice que un grupo de in-ternos presentaron una serie de re-clamaciones y demandas utilizan-do para ello la violencia para im-poner su punto de vista, etc. Ustedestuvo en Quatre Camins y sabemuy bien qué ocurrió la noche del29/05/02. Suponemos que el fun-cionario llamado "la Fernanda"también impuso su criterio y supunto de vista metiéndole a unpreso la porra por el culo. ¡Sí,como suena! Y un largo etcéterade brutalidades realizadas por su"gabinete de colaboradores". Us-ted no podía ser una excepción yestá manipulando en política comolos sindicatos sobre lo ocurrido enla Roca del Vallès. Decimos quemiente porque el motín lo provo-caron ustedes, explíqueles a los fa-miliares de Antonio Falces Casas,Manuel Busto Melero, Alberto Do-mínguez, Adolfo Heras, Albert Pe-nedes Soler y un largo etcétera, lomucho que intenta mejorar día adía el sistema penitenciario desdeel diálogo usted. Su equipo de pro-fesionales (habría que establecer

en qué son profesionales) y los sin-dicatos del crimen (como CATAC,etc.) sólo quieren aplicar un únicosistema de rehabilitación, el queestá basado en la cultura de la po-rra y el exterminio. Afortunada-mente no todos nos miramos elombligo y todos aquellos a los queusted denomina "responsables" yque no participaron en la protestadeberían preguntarse: ¿han tenidoque sacrificarse un puñado decompañeros para que nosotros nosbeneficiemos de algo por lo queno hemos luchado?, ¿por qué nocreemos en ello?, ¿si merecemosalgo, por qué no nos lo aplicaronantes? Mientras muchos de nos-otros recogemos los beneficios,nuestros compañeros están hospi-talizados de los palizones que lesdieron.

Allá cada uno con su conciencia. Doña Mercedes, tiene usted

nombre de princesa, pero es tanplebeya como ruin. Los internos noviven de reconocimientos y ustedlo sabe. ¿Acaso está insinuandoque les va a dar concesiones a unospocos para evitar las futuras pro-testas? Porque no le quepa la me-nor duda que las habrá. Está usted

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intentando fomentar lo ruin, lorastrero y la bajeza humana; "prin-cipios" para vivir en sociedad. Sim-plemente aplique su ley, la ley quenos impone la sociedad en la queusted vive, tiene usted los patiosllenos de sida y otras enfermeda-des. Están ustedes obligados acumplir los doce puntos exigidos,pero ocurre que están ustedes enun pedestal y no aceptan otro cri-terio que no esté acorde con susideas represivas. Dice usted mani-festar su reconocimiento a los in-ternos que hacen sus reclamacio-nes y demandas con responsabili-dad, que son la mayoría. ¿Por quéno se deja de retórica y demago-gia? Usted y su gabinete están per-mitiendo que a muchos "ciudada-nos" (como a usted le gusta lla-

marnos), se mueran infectados porel sida en sus podridas cárceles. Us-ted y su gabinete premian a loscarceleros que se emplean a fondocon la porra y tiene usted cientosde reclamaciones sin atender por-que van al cubo de la basura.

Dedicada a todos akellos "res-ponsables" de los ke usted hablaen su carta y que decidieron parti-cipar en la protesta.

"Sonesclavos los que temen ha-blar a favor de los caídos y de losdébiles; son esclavos los que se nie-gan a sufrir el odio, la mofa y la in-juria y prefiren esconderse en si-lencio ante la verdad que les con-viene; son esclavos los ke se niegana escoger el derecho que defiendea otros".

APPEL

CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

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misión Amor de mayo de 1945 rea-firmó fielmente: la pena privativade libertad tiene por fin esencial laenmienda y la readaptación socialdel condenado".

2. Principio de clasificación: losdetenidos deben estar aislados o almenos repartidos según la grave-dad penal de su acto, pero sobretodo según su edad, sus disposicio-nes, las técnicas de corrección quese tiene intención de usar con ellosy las fases de su transformación.Debe tenerse en cuenta, en el em-pleo de los medios modificadores,las grandes diferencias físicas in-morales que implican los organis-mos de los condenados, su gradode perversión y las posibilidadesdesiguales de corrección que pue-den ofrecer. Se reitera por la comi-sión Amor de 1945: "la distribuciónde los centros penitenciarios ten-drá en cuenta como base de distri-bución de los penados el sexo, lapersonalidad y el grado de perver-sión de los delincuentes".

3. Principio de la modulación dela pena: las penas, cuyo desarrollodebe poder modificarse de acuer-do con la individualidad de los de-tenidos, los resultados que se ob-tienen, los progresos, las recaídas."Siendo el objeto principal de lapena la reforma del culpable, seríade desear que se pudiera poner enlibertad a todo condenado cuandosu regeneración moral se halla su-ficientemente garantizada" (Ch.Lucas, 1836). La comisión Amor ra-tifica: "se aplica un régimen pro-gresivo [...] con el fin de adaptar eltratamiento del preso a su actitudy a su grado de enmienda. Este ré-gimen va del enceldamiento a la

semilibertad [...] el beneficio de lalibertad condicional se ha extendi-do a todas las penas temporales".

4. Principio del trabajo comoobligación y como derecho: el tra-bajo debe ser uno de los elementosesenciales de la transformación yde la socialización progresiva delos detenidos. El trabajo penal nodebe ser considerado como el com-plemento ni, por decirlo así, comouna agravación de la pena, sinorealmente como una dulcificacióncuya privación ya no sería posible.Debe permitir aprender y practicarun oficio y procurar recursos al de-tenido y a su familia (Ducpeiaux,1857). "Todo condenado de dere-cho común dispondrá de un traba-jo [...] nadie puede ser obligado apermanecer ocioso" (1949).

5. Principio de la educación peni-tenciaria: la educación del deteni-do es, por parte del poder público,una precaución indispensable eninterés de la sociedad y a la vezque una obligación ante el deteni-do. Sólo la educación puede servirde instrumento penitenciario. Lacuestión del encarcelamiento peni-tenciario es una cuestión de educa-ción (Ch. Lucas, 1838). El trato in-fringido al preso, al margen detoda promiscuidad corruptora,debe tender principalmente a suinstrucción general y profesional ya su mejora (C. A., 1945).

6. Principio del control técnicode la detención: el régimen de laprisión debe ser, por una parte almenos, controlado y tomado a car-go de un personal especializadoque posea la capacidad moral ytécnica para velar por la buenaformación de los individuos. En

REPASEMOS LA HISTORIA

El conservadurismo irrazonable, lafalta de fe en el ser humano inal-terable con el paso del tiempo, lafalta de conocimiento y prepara-ción personal, el engaño de hom-bres y mujeres que se creen en po-sesión de la única verdad, la des-carga de las propias frustracionesen este entorno laboral que pro-porciona siquiera una pizca de po-der, así como otros muchos facto-res que compondrían una lista decircunstancias interminables son larazón que aglutina el fracaso pe-nal y penitenciario, antaño en lasdictaduras hoy en las democracias.

Se podrá culpar al delincuentedel fracaso resocializador —láven-se así conciencias hipócritas—,

pero no nos engañemos, el fracasode las políticas penitenciarias a pe-sar de sus reformas viene de lejosen el tiempo; quien ha leído a Fou-cault puede datar esta evidenciamás allá de un siglo y medio.

Como europeos que ya somos esinevitable rememorar las 7 máxi-mas universales de la buena "con-dición penitenciaria", a saber:

1. Principio de corrección: la de-tención penal debe, por tanto, te-ner como función esencial la trans-formación del comportamiento delindividuo: "la enmienda del con-denado como fin primordial de lapena, es un principio sagrado cuyaapariencia formal en el dominio dela ciencia y sobre todo de la legis-lación, data del Congreso Peniten-ciario de Bruselas en 1847. La co-

Manifiesto

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CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

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poco beneficia a ésta. De hecho nobeneficia nada a la sociedad quelos condenados salgan peor de lacárcel de lo que entraron (reinci-dencia), no beneficia nada a la so-ciedad que un ciudadano que haregularizado su vida durante años,integrado social y laboralmente,tenga que ir a la cárcel a cumpliruna condena añeja y, sin embargo,no son pocos los casos que se dan.

Lo que verdaderamente sería be-neficioso para la sociedad es quecuando un ciudadano cumpla unacondena, éste sea capaz de inte-grarse social y laboralmente, estoes lo ideal, lo utópico de momento,pero sin duda es obligación de laadministración conseguirlo; ¿porqué entonces no se consigue?¿Qué sociedad, qué gobierno de-mocrático, cuyo valor superior es lalibertad y el respeto de los dere-chos fundamentales, son los nues-tros que asumen como algo nor-mal —que no natural— el fracasoabsoluto de la recuperación para lasociedad de los ciudadanos quecumplen una condena tras otra?

Si los ciudadanos vivieran con laconfianza de que cuando una per-sona cumple una condena, nues-tras instituciones lo devolveránapto para integrarse, sin duda sesentirían más seguros, dormiríanmás plácidamente, y con mayorcompromiso se implicarían en elterreno resocializador de los pre-sos incluso habiendo sido víctimas.De hecho, para ello se pagan losimpuestos; o si no, díganme, no es-tarán ustedes pagando las cárcelescuyos costes son millonarios paraque éstas se llenen sin remedio. Siéste es el principio y el fin, por qué

se alarman ustedes después cuan-do alguien salido de esa cárcel,que sólo está sirviendo para pur-gar, arremete contra unos y otroscausando daños irreparables, por-que le da igual 20 que 80 o porquele han convertido en un auténticopsicópata gracias al entorno carce-lario que ha vivido durante años.

No hay duda... esto sigue siendouna espiral, continuamos con lapolítica equivocada que se amparaen la alarma social y en el infundiodel miedo para justificar la escasadisponibilidad y el nulo compromi-so de políticos e instituciones enponer los medios para que la reso-cialización de los condenados seaun hecho mayoritario y no un es-pejismo. La tendencia es evidente,como hace siglo y medio, se hablamucho y se hace poco, se seguirátendiendo a endurecer las penas ya masacrar al reincidente que, iró-nicamente, debió ser reeducado yrehabilitado por la administraciónpenitenciaria. En algún momentorecordaremos una vez más esas 7máximas de lo que debe ser la bue-na condición penitenciaria que,pretendiendo la más humana in-tención, no interesa a casi nadie ymucho menos a la política del go-bierno de turno.

Cada uno es libre de pensar comoquiera, expresar lo que siente o ex-poner sus ideas hoy en día se estáhaciendo peligroso, pero lo ciertoes que no hay compromiso ni res-ponsabilidad y, por tanto, no hayhorizonte de solución, salvo aquellaque cada uno con su propio esfuer-zo y con una buena dosis de buenasuerte encuentre en el tiempo quetranscurre durante su condena y el

todo establecimiento penitencia-rio funcionará un servicio social ymédico-psicológico (C. A., 1945).

7. Principio de las instruccionesanexas: la prisión debe ir seguidade medidas de control y de asisten-cia hasta la readaptación definitivadel ex detenido. Sería preciso nosólo vigilarlo a su salida de la pri-sión, "sino prestarle apoyo y ayu-da" (Boulet y Benauot en la Cáma-ra de París). Se presta asistencia alos presos durante la pena y des-pués con objeto de facilitar su rea-daptación (C. A., 1945).

Quien conoce la prisión por sutrabajo, por el cumplimiento de laspenas, por su colaboración o porotras muchas causas que implicauna observación de campo, pue-den haber oído en algún momentoestos 7 puntos o principios estable-cidos de manera general en Euro-pa (hace ya muchísimos años) asícomo también han podido detec-tar, en esencia, los mínimos cam-bios producidos, respecto a los fi-nes que se han de perseguir; el fra-caso es realmente llamativo.

Se habló en el pasado, y en elpresente, se reactivó nuevamenteel fin de la pena y se volvió a fraca-sar. La reincidencia es inalterable,arrastrando, por ende, al aumentode la delincuencia. Se venden lasactividades penitenciarias como sitodo fuese funcionando en la líneaperseguida de reinserción social delpreso, cuando esta incidencia estan escasa que quienes realmentela conocemos nos indignamos detamaño embuste. La realidad, laauténtica verdad, es que si la pre-tensión resocializadora de los con-

denados no funciona es porque ladisposición política e institucionales nula: tanto jueces como adminis-tración, además de interpretar le-yes y reglamentos a su antojo yconveniencia, no creen en la capa-cidad de evolución y cambio de laque todo ser humano es capaz. Noomitamos tampoco la alegría conque estos organismos fomentan ladesigualdad en la aplicación de lasleyes, la parcialidad innegable queviene a soterrar el principio deigualdad que se supone constitu-cionalmente consagrado y que, enrealidad, todos sabemos que la leyno es igual para cada uno.

Podremos hacernos los ciegos ocomo la estatua justiciera vendar-nos los ojos, pero creo que es unbuen momento para rebobinar ypararse a pensar en qué la socie-dad reclama resultados prácticos yno inducciones al miedo ni a laalarma social.

La palabra poder contiene doblesentido. El primero de ellos se re-fiere a la posesión del poder sobrealguien, a la capacidad de domi-narlo; el otro significado se refiereal poder de hacer algo, de ser po-tente. Este último sentido no tienenada que ver con el hecho de ladominación, expresa dominio en elsentido de capacidad. Ahora bien,la capacidad no sólo se refiere a lacapacidad mental, sino también ala capacidad material; los políticostienen ese conjunto de capacida-des, ya que en sus manos se dele-gan los medios necesarios; los jue-ces y la administración tambiéntienen esa capacidad dual que, sinduda, aplican a su conveniencia se-gún una premisa social que en

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momento de enfrentarse a su liber-tad. Ahora bien, si el preso reinci-dente o no, a base de propio es-fuerzo, consigue por sí mismo su in-corporación social, siempre tendrádispuestos a funcionarios, políticoso medios de comunicación paraapuntarse el tanto, saliendo en lafoto y poniendo de relieve la buenamarcha de la política penitenciaria.Vana esperanza, tremenda menti-ra, pues como hace más de seis dé-cadas, seguimos con los principiosbásicos amputados por la escasa fe,la burocracia, la inoperancia políti-ca y el desinterés de esta nuestra so-ciedad, embargada en aumentar ladiferencia entre clases sociales —eso sí, democráticamente—, y ha-ciendo gala de un conservadurismoañejo que viene rehabilitando esta-dos de ese totalitarismo que ya cre-íamos superado; sin duda olvidan-do que la sociedad en sí misma sefracciona y se compone de distintasformas de pensamientos ideo-lógicos y no tiene que someterse sinmás a esa opinión impuesta por lamayoría absoluta. Esta forma dehacer leyes, de aplicarlas, de impo-sibilitar casi siempre el consenso, noes una forma saludable de gober-nar —en la historia hay muchosejemplos— ya que, por regla gene-ral, este modo de gobernar terminapor volverse contra esa mayoría ybeneficiando invariablemente a losya ricos en detrimento de las capassociales más pobres. En consecuen-cia, se crea el mejor caldo de cultivopara la delincuencia, cerrando sinremedio la reeducación y reinser-ción social de los condenados.

El gobierno como otros gobier-nos, como todos los gobiernos, que

se pueden permitir hacer y desha-cer porque no tienen una oposiciónnumérica para frenarlos en sus pro-yectos, se olvida de que lo quierano no, tarde o temprano, el conde-nado saldará su deuda con la justi-cia y será de nuevo un ciudadano li-bre para hacer lo que le venga engana, le pese a quien le pese. Noestá la solución en el aumento delas penas, sino en la reeducación yrehabilitación de los condenados,pues aunque las penas sean máslargas muchos también saldrán ysaldrán con un gran rencor contraesta sociedad que no les ha con-vencido de que la vida en sociedad,también para ellos, es posible. Con-tra una sociedad que se refleja delmodo más crudo en nuestras prisio-nes y que sin duda habrá limpiadode temores la conciencia de los pre-sos y habrá cambiado negativa-mente sus conceptos de justicia,potenciando el rechazo de éstos alorden establecido y a la autoridad.

Por último, esta política peniten-ciaria actual propicia el fortaleci-miento de los vínculos entre lospresos —único apoyo real en elque se sustentan—, que sólo se so-meterán a esas leyes no escritasque son la base de su supervivenciay su armonía con el entorno en elque viven y vivirán también en li-bertad, porque la sociedad seguirárechazando a toda persona que nocomparta sus conceptos de justiciay seguirá olvidando que hay otrasformas más humanas de acoger asus conciudadanos.

Juan Carlos BartolíLa Moraleja (Dueñas)

Los hechos1 relatados al final deeste escrito, no sucedieron ni porcasualidad, ni accidentalmente. Ri-cardo Calatayud Peris (quien relatalos hechos a la comisión disciplina-ria), preso en la prisión de Ponent(Lleida), redactó una denuncia in-dividual2 contra los abusos y el pé-simo funcionamiento de la prisión.En el sentir de dicha denuncia sevieron identificados varios compa-ñeros presos y decidieron secun-darla individualmente (cada uno lasuya), llegando a enviar 23 cartasal Juzgado de Vigilancia Peniten-ciaria, a la Dirección General deCataluña y a la Consellería de Justi-cia, teniendo previsto hacerlo tam-bién al juzgado de guardia. Talcantidad de escritos (había más de40 personas que pensaban lo mis-mo), llamó la atención de la direc-ción de la prisión, que decidió ac-tuar contra tres de los compañerospresos, a los que hizo responsablesde un supuesto "instigamiento a larevuelta"; y tras interrogarlos, selos llevaron al aislamiento duranteunos 14 días y con la amenaza deingresarlos en primer grado. Al sa-lir del aislamiento y llevárselos aun módulo distinto al que estaban,uno de ellos (Ricardo), junto conotros tres compañeros, se subieronal tejado de los talleres y bajándo-se los pantalones, mostraron las le-tras que se habían escrito en elculo al resto de compañeros y quedecía "M 5 Mierda" (Módulo 5 =Mierda). Después de media horarecorriendo los tejados con esa ac-ción, aparecieron los guardias y loscompañeros se bajaron, entre los

aplausos del resto de presos, obe-deciendo y sin ofrecer resistenciaalguna, tras lo cual, fueron lleva-dos por separado a los aislamien-tos de La Rotonda donde se lesmaltrató y humilló (tal y como ex-plica el texto 1). Posteriormente seles aplicó el primer grado y todassus limitaciones, bajo las acusacio-nes de "Participació o instigació amotins, plant. o desord. col·le."(Participación o instigación a moti-nes, plantes o desórdenes colecti-vos), considerada como una faltamuy grave y alegando que "se re-sistieron en primer momento a lasórdenes de bajar". A los pocos díasde producirse toda esta sucesiónde hechos, la prisión hizo un día depuertas abiertas para los periodis-tas, para evitar que dichas denun-cias trascendieran y tuviesen suefecto en los medios de comunica-ción, y así lavar la imagen del pro-pio centro penitenciario y de susgestores. Quisiera hacer llegar alSíndic de Greuges mi queja en elsentido de los malos tratos y lashumillaciones que sufrió Ricardo(del resto desconozco el tratamien-to), y hacerle notar que las denun-cias individuales dirigidas a los or-ganismos correspondientes no de-berían de constituir motivo desanción ni represalia alguna. La si-tuación de prisión es muy comple-ja como para determinar que Ri-cardo animó o instigó a nadie,pues todos son personas adultasque decidieron utilizar su mismotexto, o bien porque apenas sabenleer y escribir, o bien porque no sa-ben redactar las denuncias o bien

Represalias en Ponent (Lleida)

Vejaciones, malos tratos y agresiones

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NOTAS:1. A la Comisión Disciplinaria:Los hechos no ocurrieron tal y como en el

pliego de cargos se señala. Los hechos fueronlos siguientes: salí del Departamento Especialel día 15 por la noche y me llevaron al mó-dulo n.º 5 de talleres, pero no con el propó-sito de entrar en talleres a trabajar, sino paratenerme en Control Directo, ya que es el mó-dulo en que menos gente hay en el patio alirse los demás internos a trabajar.

Dándonos cuenta de ello tanto Bonifacio,Roberto, Jordi y yo mismo de que con ello, senos estaba denegando el tratamiento indivi-dualizado. Por lo que a mi respecta, ya teníael primer grado solicitado por la Junta de Ré-gimen y Tratamiento, siendo mi ubicación enel módulo n.º 5 una sanción encubierta, sinninguna posibilidad de polideportivo, ni acti-vidades. Entonces, fue en el patio cuando de-cidimos en conjunto subirnos al "tejadillo" detalleres, con el culo pintado con la frase:"Mierda M-5". Dos letras por interno y reco-rrer los módulos bajándonos los pantalones,haciendo una "calvotada" reivindicativa pornuestros derechos y libertades. Cuando vinie-ron las autoridades, nos bajamos sin discutir;éstas fueron alentadas por los aplausos de losdemás internos a raiz de nuestra acción. A

Jordi y a mí nos llevaron al M-9, la famosa Ro-tonda de este centro. No nos vio el médico yse nos trasladó a las celdas 4 y 6; se nos ca-cheó con desnudo integral retirando todasnuestras pertenencias, y se nos dio ropa decama. El Subdirector de Régimen intentó entodo momento, ante mi tranquilidad, que yome rebotase. Cuando había pasado una horadespués de haber hecho la cama y estar enella intentando dormir, vinieron 4 funciona-rios que querían que me pusiera boca abajoen la cama para esposarme de manos y pies.Yo me negué, ya que les dije que en todocaso boca arriba. Me cogieron retorciéndomeel brazo y las piernas y me esposaron bocaabajo, poniéndome un "hule de cuatro pun-tos" en la cama, esposándome pies y manos ycinto en la espalda. Este último cinto llevabauna especie de clavo, que se clava inmovili-zándote en la parte baja de la columna ver-tebral. Los pies aparte de atados también albarrote de la cama; las manos al estar en unaposición más baja que el cuerpo, se hinchanporque toda la sangre se queda estancada enese punto inflamándose cada vez más. Tienesque aguantar la orina, ya que si te meas, alser ácida, te erosiona la piel. Tampoco se pue-de ni comer, ni beber mientras estás en esa si-tuación, ya que nada más acuden a la celda a

las horas del almuerzo o comidas el Jefe deServicios y funcionarios, para desatarte y quehagas tus necesidades fisiológicas. Es esta si-tuación estuvimos más de 18 horas, al día si-guiente tampoco se nos dio ropa de cama; elcolchón estaba sucio de la gente que anteshabía sufrido las mismas torturas democráti-cas. Si por el hecho de hacer una acción pací-fica, el resultado es la venganza con torturaincluida; y por el hecho de haber cursado de-nuncias legales, ya se me había solicitado elprimer grado previamente al tener este JVPn.º 3 resolución de los expedientes disciplina-rios 285 y 286 del 2002; demostrándose conello que la prisión está por encima de la Tu-tela Judicial Efectiva de este Juzgado de Vigi-lancia Penitenciaria, lo cual se traduce en lapérdida de todo derecho, ya que la adminis-tración está por encima de la ley.

2. Escrito de Ricardo Calatayud:- A LA DIRECCIÓ GENERAL DE SERVEIS PENI-TENCIARIS I D'REHABILITACIÓ- JUZGADO DE VIGILANCIA PENITENCIARIAN.º 3 DE LLEIDA- A LA CONSELLERIA DE JUSTICIA- AL JUZGADO DE GUARDIA DE LLEIDASr. Ricardo Calatayud Peris, preso en la cárcelde Lérida y cuyos demás datos ya constan enmi expediente penitenciario, ante este Juz-gado comparezco y como mejor proceda enDerecho DIGO:

Que por medio del presente escrito, vengoa interponer QUEJA contra el modo de pro-ceder del Centro Penitenciario de Lérida, yaque por mi condición de preso estoy siendoobjeto de abusos reiterativos, todo ello enbase a las siguientes ALEGACIONES:

PRIMERA. En el centro hay internos quehan cumplido más de 20 años de prisión efec-tiva, sin que se haga nada al respecto por laautoridad competente, solapándose y encu-briendo una cadena perpetua que no recogela Constitución Española.

Hay un gran número de internos que es-tán en periodo de condicional e incluso prác-ticamente a pocos meses de cumplimiento depenas definitivas, y muchos enfermos cróni-cos con padecimientos incurables.

Se está violando continuamente el artícu-lo 25.2 de la Constitución Española, que otor-ga a los condenados a prisión la protección

de todos los derechos que no están limitadospor el fallo condenatorio.

No soy atendido adecuadamente por elEquipo de Tratamiento y Juntas de Régimen.Desde mi ingreso en el Centro, me he tenidoque buscar la vida para poder hacer algo, ac-tividades, trabajos, deporte, etc.; jamás elEquipo de Tratamiento se ha preocupado deelaborar un programa al respecto. Lo únicoque hacen es preguntar de tanto en tanto siestoy haciendo algo, pero no motivan mi evo-lución; todo encaminado a si tengo partespara en su caso, represivamente, bajar defase. Fase que no vale de nada, ya que aun-que lleves uno o dos años en 3.ª fase, si te po-nen un parte disciplinario, te bajan a 1.ª, ac-tuando en todo momento represivamente ensometimiento al sistema que en todo mo-mento no va encaminado a mi rehabilitación.

La desidia y la falta de ganas de trabajarpor parte de los Equipos de Tratamiento yJunta de Régimen me están llevando a unagrave depresión, y máxime cuando veo quela Audiencia Nacional deja libre a un narco-traficante por este motivo, habiendo aquínumerosos internos en Condicional y verda-deramente enfermos.

Los psicólogos no se preocupan de la aten-ción individualizada, y rellenan formulariossin objetividad y con actividades muy escasasy de baja calidad; siendo muy difícil poderocupar una, ya que apenas hay capacidadpara los internos. La tónica a seguir es el fac-tor común cuando el interno está próximo obien en Condicional y en muchos casos casicumplido, obligando a realizar unos progra-mas según delito (toxicomanías, delitos vio-lentos,...). Pero estos programas más bien seestán realizando no por ganas del Equipo deTratamiento, sino porque están obligados arealizarlos y de este modo justificar su des-idia hacia el interno. ¿Qué sentido puedentener estos programas cuando el interno estápróximo a la libertad, si durante todo el cum-plimiento de la condena ha estado sin unprograma individualizado?; ¿es posible queen unas horas alguien se rehabilite?

Por otro lado, también se hacen contratos,más bien basados en el sometimiento al régi-men del Centro que de rehabilitar al interno,contratos que o bien son incumplidos por elCentro, o bien el JVP no estima, viéndose elinterno en estos casos sometido y engañadoen todo ese tiempo.

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porque se sintieron identificadoscon la denuncia, o bien por otrascausas. En prisiones de otros paísesestá reconocida la figura del abo-gado de prisión, que es un presoque además de escribir y saber re-dactar, entiende un poco sobre de-rechos, deberes y abusos, y es elque hace las denuncias a todas esaspersonas que no pueden hacerlas.En el caso de Catalunya, hay quetener además en cuenta la grancantidad de personas presas que nihablan bien el idioma, ni lo escri-ben y que su estado de indefensiónsería total, de no ser por presoscomo Ricardo, que dedica parte desu tiempo en prisión a formulardentro de una cierta coherencia los

escritos de denuncia. Represaliaren vez de reconocer esta labor, lle-va a situaciones de total indefen-sión y de carta blanca para el abu-so y la desproporción.

Adjunto también a este escrito,la denuncia2 que formuló Ricardoy por la que junto a dos compañe-ros más fue represaliado.

Gorka

(Dispongo de copias de la docu-mentación, partes disciplinarios,recursos, nombres de los compañe-ros presos, etc., y recortes de pren-sa sobre el día de puertas abiertasy sobre la protesta —"intento defuga" para alguna prensa y sindi-catos—.)

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QUINTA. Los criminólogos casi siempre semanifiestan de manera desfavorable hacia losinternos, engañan a estos licenciando causasaun teniendo pendientes otras; distorsionaninformes solicitados por los JVP u otros, de-pendiendo de cómo te quieran entorpecer lostrámites que solicitas, habiendo un montónde errores en los expedientes y no colaboran-do para su reparo. Los beneficios en base alNuevo Código Penal en ningún caso se estánaplicando, violándose el artículo 25.2 de laC.E. La política es saturar con la masificaciónlas cárceles para justificar la "necesidad" denuevas construcciones penitenciarias, métodoque se está manteniendo desde hace años,pues muchos internos ya no deberían de estaren prisión, pero existen claros y evidentes in-tereses para que la gente no salga.

SEXTA. El motivo de todas estas QUEJASno es otro que poner en conocimiento delJVP de que por mi condición de preso estoysiendo objeto de una política penitenciariadirigida en todo momento a mi sometimien-to y no a tener en un futuro una vida socialidónea; por ello democráticamente me veoen la obligación de ponerlo en conocimientode este JVP, ya que la Ley prevé que cuandohaya abuso o algo ilegal lo exprese clara-mente.

Por todo lo expuesto, EN SU VIRTUD SOLI-CITO al Juzgado tenga a bien la admisión deeste escrito y sírvase admitir las QUEJAS atrámite.

En Lleida, a .... de .............. de 2002

Vejaciones, malos tratos y agresiones

SEGUNDA. El economato gestionado porla administración con la peseta, ya estaba co-brando precios abusivos, y con la entrada envigor del Euro el abuso ha tocado techo. Su-biendo los precios con la conversión de mo-neda, en general de 3 a 10 pesetas más.

La lista de precios ha sido confeccionadaredondeando los precios en la unidad de 5céntimos de Euro, dejando el céntimo deEuro anulado, menos en el tabaco, que ya seencargan los internos del economato en ha-cerlo con la frase "orden de administración".La lata de atún la estoy pagando a 150 pese-tas, 10 pesetas más cara, o sea 90 céntimosde Euro. El café que vale 20 céntimos deEuro, en la lista oficial lo estamos pagando aldoble de su precio, 40 céntimos de Euro, yaque de lo contrario, nos ponen, literalmente,agua sucia; los únicos que tienen derecho atomarse un café en condiciones a precio ofi-cial son los funcionarios de la Generalitat. LaPepsi-Cola la estamos pagando 5 céntimos deEuro más cara que en la lista oficial, que son30 céntimos de Euro, alegando los internosdel economato que es orden de DirecciónAdministrativa.

Entre los abusos de la administración y losinternos de economato, ya que la adminis-tración hace la vista gorda mientras le cua-dren las cuentas en los recuentos, los inter-nos, literalmente, nos sentimos atracados.Además, no vemos que los beneficios obteni-dos en el economato reviertan en las activi-dades, pues son inexistentes.

Ya que los indigentes, mientras no tenganun destino vacante no pueden cobrar la indi-gencia y muchos destinos están ocupadospor internos que cobran, esto se convierte enun agravio comparativo por parte de la ad-ministración con respecto a los demás Cen-tros de Catalunya.

TERCERA. La empresa "CIRE" esgrime unlogotipo de "iniciativa para la reinserción"que está muy lejos de ser cierto. En los talle-res productivos no hay garantías que prote-jan a los internos de que consten realmentelas horas trabajadas y la categoría profesionalejercida. Las empresas son las que ponen losprecios a pagar, ya que no se hacen escanda-ños los cuales están legislados, suscitandoque hay intereses personales encubiertos.

Las nóminas no tienen transparencia, ho-ras trabajadas, pago en su razón a la Seguri-

dad Social, etc. Casi todos constan en nóminacon número de Seguridad Social "0" (cero),lo que es muy irregular. Por motivos ajenosal trabajador y que son exclusivos de la em-presa foránea, si no hay trabajo por malagestión de la empresa, el interno no recibeninguna gratificación.

Los extranjeros, en su mayoría musulma-nes, no tienen ningún tipo de apoyo por par-te de los Asistentes Sociales en la tramitaciónde los documentos esenciales para ser legali-zados, aun estando pagando a la SeguridadSocial y llevando algunos años trabajados enlos talleres productivos; estando por este mo-tivo ocupando en porcentaje la mayoría deplazas existentes en el módulo n.º 11 y sec-ción abierta, no pudiendo disfrutar de la li-bertad condicional por no reunir los requisi-tos, ya que éstos no son en ningún caso faci-litados por los Asistentes Sociales. Por lo quelos musulmanes se encuentran trabajando encalidad de esclavos, ya que aunque paguen ala Seguridad Social, no se les facilitan docu-mentos necesarios para su rehabilitación, jus-tificándose en que no tienen arraigo social,una falacia ya que cruzaron el estrecho parapoder tener una oportunidad siendo buenostrabajadores y nuestra población envejecida.

CUARTA. La comida que se nos suministrade manera racionada es nefasta y en muchoscasos perecedera, y aunque en algunos as-pectos está mejorando, sigue siendo un granchollo para la empresa encargada y para loseconomatos gestionados por la administra-ción, pues se infringe el artículo 311 del Re-glamento Penitenciario, ya que hasta el panestá justo, no sobrando la parte de los inter-nos que renuncian a ella. En la subida de latarde nos dan un bocadillo mal preparado ycon lo peor que se pueda elaborar, de estaforma el interno se ve obligado a comprar enel economato a precio de oro los productosbásicos para poder comer, dentro de lo quecabe, dignamente.

Las subidas en un 25% por la mañana y enun 50% por la tarde vienen motivadas espe-cialmente porque la comida que la empresafacilita es de mala calidad y está peor cocina-da, repitiendo mucho los bocadillos de embu-tidos día tras día, dando agua con color pordesayuno; carne de color rosa, pescado malo ymal preparado; fruta perecedera o lentejascon frankfurt sobrante de los bocadillos.

CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

Molotov, n.º 27, septiembre de2002, Ijana

Nada de correspondencia, exceptoaquellas letras que tienen comodestinataria a su anciana madre, yque tiene intervenidas por los car-celeros. Cero llamadas telefónicas.Soledad en la celda. De nuevo ais-lamiento. Una situación que formaparte de la cotidianidad de Ama-deu Casellas desde que hace veinteaños entró en prisión. Siempre enprimera línea de la protesta, siem-pre en la diana de la represión pe-nitenciaria.

El preso de Vic se encuentra ac-tualmente en la prisión de Brians yaún tiene los pies escayolados, porlo que debe utilizar una silla deruedas para desplazarse, lo que noha logrado tumbar su incasableánimo. Según personas cercanas alrecluso, éste se encuentra dispues-to a seguir "dando guerra".

Recordemos que Amadeu, en lamadrugada del 9 de agosto, trashaberse entrevistado con la Direc-tora de Serveis Penitenciaris de Ca-talunya, Mercedes Sánchez Mu-ñoz, quien le comunicó que no sal-dría de la cárcel hasta que dejasede sacar a la luz los trapos suciosde su administración (torturas defuncionarios, abusos...), intentó fu-garse del centro de Figueres, lugardonde se hallaba encerrado. Des-pués de serrar los barrotes de suventana, el preso se encaramó auno de los tejados del penal, desdedonde saltó al perímetro exterior,con tan mala suerte que al caer serompió los dos pies y fue inmedia-tamente detenido por los Mossosd'Esquadra. Éstos le trasladaron alhopsital de Figueres y el 11 deagosto fue conducido a Brians. Sunueva dirección es: C.P. Brians,Apdo. 1000, 08760 Martorell (Bar-celona).

Amadeu Casellas es incomunicado tras suintento de fuga

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Molotov, n.º 27, septiembre de2002, Ijiana

Un grupo de presos de Ponent(Lleida), entre los que se encuen-tran varios represaliados del plantede Quatre Camins del mes demayo, han resuelto recuperar laextinta Asamblea de Personas Pre-sas en Lucha (APPEL) con el fin, se-gún un comunicado que han he-cho público, de "dar continuidad auna lucha [la de los cuatro puntosbásicos] que se inició hace ya casitres años". Para ello, indican: "de-beríamos olvidar diferencias perso-nales entre nosotros [...] APPEL (r)somos todos, en APPEL no tienencabida escalas jerárquicas, cadapropuesta de lucha será debatidapor la comunidad de cada cárcel".*

Y lo primero que hacen es utilizarcomo tabla unitaria de reivindica-ción las doce demandas que se pre-sentaron en Quatre Camins [ver ar-tículo sobre éstos sucesos en el pre-sente número de Panóptico], einiciar un nuevo tipo de huelga: lainsumisión al sistema de fases oprogresiones de grado.

Los presos han enviado una ins-tancia a la dirección de la cárcel y aljuez de Vigilancia Penitenciaria n.º3 de Lleida, en la que se comunicaque, "debido a las circulares repre-sivas que la DGIP ha impuesto a losinternos en la modalidad de vidaarts. 93 y 94 en este mismo instanterenunciamos a todo tipo de clasifi-cación-progresión de grado y defase penitenciaria hasta que no se

aprueben los doce puntos manifes-tados con fecha 28/5/2002". La ini-ciativa, como señala el citado co-municado, tiene como objeto "apo-yar a los compañeros del resto delterritorio español y solidarizarnoscon los compañeros de Quatre Ca-mins que recibieron raciones extrasde palos por reivindicar sus dere-chos".

En el penal leridano, uno de losmás duros del estado, se han pro-ducido nuevos malos tratos y tor-turas a presos rebeldes duranteeste verano, los cuales a su vez hanrespondido con huelgas de patio(una semana en julio), negativas atomar la comida del centro (los fi-nes de semana de ese mes) y ayu-nos de fin de semana. Con anterio-ridad, tres reclusos de esta cárcelsecundaron la huelga de hambre ypatio estatal por los cuatro puntosunitarios que tuvo lugar del 25 al30 del pasado mes de junio.

Huelga de junio

Pasados unos meses, podemos afir-mar que la protesta de junio tuvoun seguimiento bastante escaso enlos penales, donde la convocatoriallegó con dificultades y rodeada deincógnitas sobre su origen. Aun-que seguro que se nos escapan da-tos, hasta el momento sólo tene-mos certeza de que el ayuno fuesecundado por una persona en Fi-gueres, dos en La Moraleja, dos enZuera, una en Córdoba, dos enJaén, una en Daroca, una en Lo-

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Presos de Ponent (Lleida) rechazan las progresiones de grado como medida de presión por la lucha colectiva

groño, una en Picassent y algunasmás en los presidios de la Comuni-dad de Madrid. En Puerto I, dondeuno de los presos más luchadores,Óscar Díaz Manso, ha sido trasla-dado por fin a Aranjuez, variospresos llevaron a cabo un chapeoen celdas que, dados los abusos ymalos tratos que se han producidoen el centro este verano, se ha con-vertido en indefinido. Cinco presosdel Módulo I y cuatro del Módulo IIpermanecen encerrados con carác-ter indefinido desde los días 18 y30 de julio, respectivamente. Enambos casos, el trato digno de loscompañeros con enfermedades in-curables y su excarcelación es unade las exigencias esenciales.

[...]Mientras, con respecto a las ini-

ciativas que se organizaron en lacalle en solidaridad con l@s huel-guistas de junio, además de la mar-cha de Valdemoro (Madrid) y lasjornadas celebradas en Barcelona,se realizaron diversos actos en Ga-liza, Bizkaia y Lleida. El 29 de juniouna manifestación de unas 200personas recorrió el centro deCompostela, para convertirse acontinuación en una caravana decoches hasta las inmediaciones dela macrocárcel de Teixeiro, desdedonde se marchó a pie hasta llegar

a los muros del centro. Después, elCentro Social Mil Luas de Compos-tela acogió un foro sobre la solida-ridad con las personas presas don-de se hizo patente la necesidad deahondar en la coordinación de losgrupos del exterior, algo que enGaliza está dando buenos resulta-dos. Ese mismo día, un grupo depersonas llevó su aliento a l@spres@s en la IV Marcha a la cárcelde Ponent, Lleida. En Santurzi, el28 de junio una veintena de perso-nas realizó un ayuno solidario du-rante unas horas en el centro socialLa Kelo, se proyectó un vídeo sobrela vida de un recluso en FIES y serealizaron una serie de "lecturasdramatizadas" de cartas depres@s.

Por último, volviendo al interiorde los muros, en la cárcel de Bada-joz, Roberto Gómez Fernández,enfermo con VIH y a falta de seismeses para su definitiva puesta enlibertad, se halla desde el 3 deagosto en huelga de hambre y pa-tio indefinida para exigir que éstase produzca de inmediato, o que almenos sea trasladado a un centrode la Comunidad de Madrid, dedonde es oriundo. Puedes escribir-le mostrándole tu apoyo a la direc-ción: CP de Badajoz (Mód. 7), Ctra.de Olivenza, Km 7, 06071, Badajoz.

* Para lograr una coordinación más eficiente proponen utilizar las siguientes di-recciones de Barcelona, donde se podrán comunicar pareceres y propuestas y to-das las acciones que desde dentro o fuera se realicen en el contexto de la lucha:Apdo. 24103, 08080 Barcelona; Apdo. 10007, 08080 Barcelona.

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sos internos que son custodiadospor una plantilla de unos 500 fun-

cionarios, según los últimos datosfacilitados por los sindicatos.

ABC, Córdoba, 8 de septiembre de2002, R. R. / P. G-B.

La detención de un funcionario delcentro penitenciario de Alcoleajunto a su hermano, con 600 gra-mos de cocaína, ha causado estu-por y sorpresa en la Prisión cordo-besa. Una operación de la GuardiaCivil los detuvo el pasado juevestras una entrada y registro en sudomicilio. El juez ha decretado pri-sión para ambos.

Un funcionario de la Prisión Pro-vincial de Córdoba ha sido deteni-do junto a su hermano por laGuardia Civil como presuntos au-tores de un delito contra la saludpública al encontrarle 600 gramosde cocaína en un registro en sudomicilio. La noticia se ha exten-dido como la pólvora en el centropenitenciario de Alcolea, provo-cando la consternación y sorpresaentre sus compañeros, que hanguardado un mutismo y hermetis-mo absolutos.

Según señalaron fuentes oficia-les, la operación la llevaron a caboefectivos de la Benemérita, que enuna "entrada y registro" en el do-micilio de J. R. localizaron 600 gra-mos de cocaína el pasado jueves.

Al día siguiente, ambos deteni-dos fueron puestos a disposiciónjudicial. En este caso, ha sido el juz-gado de instrucción número 7 elencargado de abrir diligencias con-tra estos hermanos por un presun-to delito contra la salud pública. Eltitular de este juzgado, tras pres-tarles declaración, ordenó el ingre-

so inmediato en prisión para am-bos. Según las mismas fuentes, unode ellos pasó al centro penitencia-rio de Alcolea, mientras el otrohermano fue trasladado a Sevilla.

Se trata del primer caso de estascaracterísticas que se registra en elcentro penitenciario cordobés des-de su puesta en funcionamientopor parte del Ministerio de Interiorhace ahora dos años.

Silencio en la prisión

Por su parte, los responsables de lacárcel no han querido hablar deeste tema y se han limitado a guar-dar silencio. Según ha podido sa-ber este periódico, ambos deteni-dos son hermanos del actual admi-nistrador de la prisión cordobesa.Todos los funcionarios consultadospor este periódico han cerrado fi-las en torno al asunto y dicen des-conocer el caso o que sólo hanoído rumores sin confirmar, sinquerer vertir ninguna opinión rela-cionada con su compañero.

Secreto de sumario

Por otra parte, fuentes de la Co-mandancia de la Guardia Civil deCórdoba señalaron que el juez hadecretado secreto de sumario, porlo que no se han facilitado datosacerca de este suceso ni de los de-tenidos. A esto añadieron que lasinvestigaciones iniciadas esta se-mana continúan abiertas. Comodato, en el centro penitenciario deAlcolea son más de 1.300 los reclu-

Detenido un funcionario de la Prisión con 600gramos de cocaína en su casa

Interior reclama siete prisiones ante el fuerteincremento de presosLas 77 cárceles actuales albergan ya a 51.178reclusos, la cifra más alta desde la posguerra

El País, 14 de septiembre de 2002,Jorge A. Rodríguez

Las prisiones españolas van de ré-cord en récord. El viernes pasado,las 77 penitenciarías albergaban a51.178 presos, la cifra más altadesde la posguerra. La avalanchade reclusos por el aumento de ladelincuencia motivó que Institu-ciones Penitenciarias pidiera en fe-brero la construcción de cuatrocentros, además de los tres presu-puestados desde 1993 y que hasido imposible edificar. Si los sietecomenzaran a construirse hoy, noestarían listos hasta 2005, pero,mientras, la situación puede agra-varse con el plan del Gobiernoque, si funciona, barrerá a los de-lincuentes de la calle hasta el reco-gedor de la cárcel.

El aumento galopante del núme-ro de presos comenzó a atisbarseen 2001 y se ha concretado esteaño, que empezó con 47.521 reclu-sos y va ya por 51.178. El incremen-to en estos meses ha sido de 3.657internos, el doble de los que ingre-saron durante todo el año pasadoy los mismos que cabrían en condi-ciones óptimas en tres cárceles tipo(que pueden acoger a 1.200 a ra-zón de uno por celda). El porcenta-je de incremento es del 7,7%, prác-ticamente el mismo que el de cre-cimiento de delitos.

La situación ya pintaba bastos enfebrero, lo que llevó al director ge-neral de Instituciones Penitencia-rias, Ángel Yuste, a elevar al en-tonces ministro de Interior, Maria-no Rajoy, una petición para que seiniciaran los trámites para cons-truir cuatro prisiones en Andalucía(dos), Madrid y la Comunidad Va-lenciana. El asunto está en manosde Hacienda, que debe decidir sihay dinero y cuándo lo dará.

Estas instalaciones tendrían quesumarse a las tres (en Canarias, Na-varra y País Vasco) presupuestadasen 1992 (dentro del plan de cons-trucción de 18 presidios, 15 ya enfuncionamiento, valorado en120.000 millones de pesetas, 721millones de euros) pero que hasido imposible construir porqueningún ayuntamiento cede suelo.

En Canarias, el último alcaldeque accedió se echó para atrás. EnNavarra, el Gobierno regional hadicho que hasta la próxima legisla-tura no hay nada que hacer, y en elPaís Vasco, por sus especiales con-diciones, ni se ha intentado buscarsuelo. No hay ni un proyecto más,salvo en Cataluña, que tiene trans-feridas las competencias y barajaseriamente ampliar las 11 prisionesque gestiona instalando módulosprefabricados.

Los siete centros (cinco "tipo" ograndes, de 1.200 plazas cada uno,

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y dos pequeños, de 400) aportaríanen conjunto 6.800 plazas, segúnInstituciones Penitenciarias, quepermitirían aguantar el ritmo ac-tual de crecimiento de presos. Peroninguna podrá estar lista antes de2005, incluso si el proceso para ha-cerlo comenzara hoy mismo.

El trámite administrativo duracasi seis meses, la ejecución deobra estándar es de 18 meses y lue-go hay que acondicionarla y dotar-la de funcionarios. "Todavía tene-mos un colchón de 3.500 plazas,pero no para de bajar", admite Pri-siones. Otras fuentes precisan: "Sicaber pueden caber todos, dupli-cando el 100% de las plazas, no el50% como puede hacerse ahora; elproblema es si en esas condicionesse puede reeducar y reinsertar o sivamos a poder soportar la conflic-tividad en los centros".

El problema, además, es que en-tran más presos pero salen menos,fundamentalmente porque el Có-digo Penal de 1995 eliminó las re-denciones de condena (por trabajoo buen comportamiento). Y, aun-que Prisiones no se pronuncia, exis-

te el temor de que la situación seagrave si funciona el plan de cho-que contra la delincuencia presen-tado por el Gobierno el jueves.

"Es pronto para saber cómo va ainfluir porque no hay elementosde comparación. Además, el previ-sible incremento de presos por losjuicios rápidos y otras reformas secompensará con la reducción delos extranjeros que ingresan, yaque los de condenas de menos deseis años serán expulsados", afirmaInstituciones Penitenciarias.

El sindicato de prisiones ACAIP lotiene más claro. "La situación se vaa agravar con las medidas de refor-ma y los juicios rápidos. Hay mu-chos presuntos delincuentes en li-bertad provisional, a la espera dejuicio, y si hay que internarlos a to-dos puede ocurrir que cuando searticulen estas medidas no haya es-pacio para albergarlos".

ACAIP sostiene que la tasa deocupación de las cárceles es de155% (es decir, de cada 100 celdas,55 acogen a dos presos), una cifraque Prisiones rebaja al 110%.

Interior tiene 2.220 celdas vacías en seis cárceles por falta de personalPrisiones adelanta su apertura a noviembre ante elaumento de presos

El País, 25 de septiembre de 2002, Jorge A. Rodríguez

El Ministerio del Interior ha decidi-do adelantar la apertura de 30 mó-dulos de 74 celdas cada uno quepermanecen cerrados en seis cárce-les para hacer frente con ellos alcrecimiento galopante de la pobla-ción reclusa. El estreno de las 2.220nuevas celdas hoy día vacías estabaprevisto para el primer cuatrimestredel año a medida que se fueran in-corporando funcionarios de la ofer-ta pública de empleo de 2003, peroésta se ha adelantado para que 465funcionarios y 100 interinos co-miencen a trabajar en esos módulosa partir del 4 de noviembre.

Los módulos que comenzarán ainaugurarse a partir de la primerasemana de noviembre están situa-dos en las prisiones de A Lama (Pon-tevedra), Teixeiro (A Coruña), Man-silla de Mulas (León), Zuera (Zara-goza), Segovia y Villena (Alicante),seis de los 13 penales abiertos des-de 1996 pero programados en elPlan de Infraestructuras Penitencia-rios de 1992.

Los 30 módulos, con un total de2.220 celdas de 10 metros cuadra-dos cada una, permanecían cerra-dos (algunos desde 1998) por faltade personal para atenderlos, en lamayoría de los casos, o porque lasprisiones en las que se ubican sonde reciente creación, como ocurreen Zuera, abierta hace menos deun año (y con siete de sus 14 mó-

dulos cerrados), o Villena, inaugu-rada el pasado 6 de julio (con tresmódulos por abrir).

"Los funcionarios que iban lle-gando en las últimas ofertas públi-cas de empleo se iban distribuyendode forma racional por otros centrosdonde eran más necesarios o dondehabía más población penitenciaria,como ha sido el caso de Huelva, Cór-doba o Albolote (Granada)", asegu-ran fuentes de la Dirección Generalde Instituciones Penitenciarias, queagregan: "Se ha hecho así porquehabía áreas, como Castilla o Galicia,con muchas cárceles y una pobla-ción relativamente baja de presos, yotras, como Andalucía, donde laapertura debía ser más rápida por elmotivo contrario".

Los citados módulos, completa-mente acondicionados, iban a em-pezar a abrirse en el primer cuatri-mestre del año, a medida que losaspirantes a custodio fueran salien-do de la academia penitenciaria deRivas Vaciamadrid (Madrid), dondedeben pasar un mes de formación.Habitualmente, la incorporación alas cárceles para el periodo de prác-ticas (realizan las tareas supervisa-dos por un funcionario veterano)se realizaba entre los meses de fe-brero y abril.

Sin embargo, el incremento depresos registrado en lo que va deaño ha llevado a Instituciones Pe-nitenciarias a adelantar tanto laoferta pública como la incorpora-ción a los presidios. En lo que va de

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año, la población penitenciaria hacrecido en casi 3.600 presos y se hasituado en 51.178 en las 77 prisio-nes españolas, once de ellas gestio-nadas por la Generalitat de Catalu-ña y con una población de 6.902reclusos (a 6 de septiembre). Estealud de presos fue el que aconsejóadelantar la apertura de módulos.

La decisión de adelantar la incor-poración se tomó en marzo, mes enel que también se decidió la contra-tación de 100 interinos que se su-marían a los 465 funcionarios de laoferta de empleo público. Los 565se incorporarán el próximo lunes,30 de septiembre, a la academia deprisiones, donde recibirán un cursode formación de un mes. La llegadaescalonada de los nuevos guardia-nes a las prisiones comenzará el 4de noviembre y, con ellos, comen-zarán a habilitarse módulos.

"La previsión es que los 30 mó-dulos estén abiertos antes de queacabe el año, lo que permitirá nosolamente racionalizar y rentabili-zar los recursos, sino también redis-tribuir a los reclusos para que esténmás cómodos y, además, tener uncolchón ante un posible nuevo au-mento de la población", explicanlas citadas fuentes de prisiones.

Así, podría mantenerse el idealde un preso por celda que consignael artículo 19 de la Ley General Pe-nitenciaria para las situaciones denormalidad. Es lo que se llama elsistema celular (una celda un preso)o pensilvánico, acuñado en EstadosUnidos ante la creencia de que elaislamiento del preso lo llevaba areflexionar, aunque ahora se hacede cara a la preservación de la inti-midad del recluso y facilitar mejo-

res condiciones de rehabilitación."Sí, hay cárceles que tienen algu-

nas celdas con dos presos pero porello no puede hablarse de masifica-ción, como ocurría en los años 80 o90 en prisiones que ya estaban co-chambrosas, como la de Caraban-chel o la antigua de Málaga", agre-ga prisiones. "No se puede hablarde hacinamiento porque, además,se han abierto 13 cárceles nuevasdesde 1996 ni se puede decir, comouna predicción malthusiana, quetodo va a empeorar porque la lle-gada masiva de presos va a seguir".

Un guardián cada 2,2 reclusos

Instituciones Penitenciarias tieneen la actualidad 20.000 funciona-rios trabajando en los 66 centrosbajo su jurisdicción (once depen-den de la Generalitat de Cataluña)y en los llamados centros de inser-ción social. Dado que en esos 66 pe-nales están internados en la actua-lidad casi 44.300 presos, cada fun-cionario tiene que atender a 2,2presos. La mayoría de las celdas es-tán ocupadas por un sólo recluso,pero 8.000 ocupan cubículos do-bles, ya que aunque la legislaciónexige (salvo excepciones de ocupa-ción) uno por chabolo, éstos fueronconstruidos ya con literas. "Salvocasos contados, no tenemos quejasde los presos por tener que com-partir celda", asegura InstitucionesPenitenciarias, "ni ha crecido laconflictividad en las cárceles. ¿Al-guien se acuerda de los últimos 80y primeros 90, cuando había casi unmotín semanal o cuando en Cara-banchel, ya en democracia, llegó ahaber hasta 14 presos por celda?".

Prisión: rabia y tedio*

Cada día, al levantarme, piensoque mi amigo Carlos se estará tam-bién levantando entre los murosde la prisión de Aranjuez. Cuandome ducho sé que José estará ha-ciendo lo mismo en el módulo 2 deValdemoro. A eso de las doce mepregunto si a Olatz o a Concha leshabrá llegado alguna carta solida-ria... No son "otr@s". Son mis com-pas. Son mis amig@s... Cae la no-che y yo espero que Iñaki, Tere,Dani y l@s demás puedan, al me-nos, tener un sueño sin muros nicarceler@s.

Parece ser que las crónicas de lastorturas y el aislamiento no remue-ven ya las neuronas de nadie, asíque quizá una breve descripción deldía a día taleguero que nos puedetocar mañana a cualquiera puedaayudar... A mí ya me tocó, comohoy le toca a 50.000 personas, ma-ñana puedes ser tú... A l@s miltan-tes lo más habitual es que nos to-que soportar el régimen FIES 3 (mássoportable que el 1, sin duda), asíque os contaré un día (uno cual-quiera de los más de 300 que "viví"en Soto del Real) basado en ese ré-gimen y en la "vida" en esa cárcel.

– 7:45 (aprox.). Si aún no estásdespiert@ seguro que el ruido dela puerta metálica hace al entrea-brise te sacará rápidamente delsueño. Escuchas la megafonía de-cir: "Recuento. Estén visibles alpaso del funcionario" y ya sabesque otro día de 1.000 horas estácomenzando. Debes darte prisa

pues como hay el doble de pres@sde l@s que debiera haber el aguacaliente se acaba enseguida. Si lapuerta se cierra y continúas en lacelda te puedes buscar un lío...

– 8:30 (aprox.). Tras una largacola (hay 140 pres@s o más en elmódulo) te sientas a desayunar, elcafé no sabe a nada y ya piensas enqué hacer para pasar la mañanapues, claro, siendo FIES-3 no tienesactividades... Yo sólo tenía un parde horas, los lunes, de "escuela"deportiva (una monitora para 4deportes y presos de 3 módulosdistintos, ¿creéis que eso teníaalgo de "escuela"?).

– 9:00. Segundo café del día en eleconomato. Compra ahora lo quenecesites porque no volverá a abrirhasta las doce, y no te creas que esun jodido supermercado [...] quizáno haya sellos durante 15 días, oquizás tardes otros 10 o 12 días enver jabón allí. Café en mano asisti-rás al grotesco espectáculo de vercómo medio módulo se agolpa enla garita de los funcionarios pararecibir una medicación precaria eincompleta para luego, en algunoscasos, ver cómo la revenden paracomprar otras "medicinas"...

– 9:20. Te buscas una mesa y unassillas en las que apalancarte con unpar de compas y... Nada. La "rein-serción" diaria se basa en jugar alas cartas o al dominó, en pasearsin ganas por el patio, [...] o, en elmejor de los casos, leer un poco ocontestar alguna carta.

* Texto extraído del diario Molotov, n.º 27, septiembre 2002, y que se puede leer completoen: http://www.lahaine.org.

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– 11:20. Ya un poco hart@ deldominó, de las cartas o del libroempiezas a preguntar a qué horallegará el correo o al menos laprensa (si quieres pillar el periódi-co hay que estar al loro... sólo hay2, uno deportivo y uno de infor-mación general para los dos módu-los contiguos: ¡2 periódicos paracasi 280 personas!).

– 12:00. Comienzan a llamar pormegafonía a l@s afortunad@s quetienen correo. Si tienes carta, sien-do FIES 3 con intervención, ya sa-bes que la carta que te pueden darestará abierta, grapada, con un se-llo azul con la palabra "interveni-da" y que, claro, habrá tardado en-tre 2 y 3 meses en llegar a tus ma-nos (¡incluso aunque venga delmódulo de al lado!). Si tienes cartala sonrisa se te borrará prontopues verás la cara que se le quedaa algun@s de l@s compas que nohan recibido nada (algun@s deell@s puede que lleven semanas,meses o años sin recibir ningu-na...). Es difícil que quien no lohaya vivido se imagine lo que sig-nifica recibir correo estando en unzulo estatal, cada línea es un abra-zo, cada párrafo un aliento devida, un recuerdo de que aún estásviv@. A esta hora, si es uno de losdías que toca y has pedido visitacon 24 horas de antelación te veráun médico... si es que le da por ve-nir, pues a veces faltan... y no pre-guntes por qué, el carcelero sólogruñirá.

– 13:30. Llaman por megafonía al@s que tienen "tratamiento demetadona" y medio módulo correhacia la garita a recoger su ración.Se acerca la hora de comer... ¿Os

imagináis cómo es una comida pre-parada para 1.400 personas, con lamateria prima más cutre y barata,preparada con un horario estrictoy restringido por gente sin apenasdotes culinarias? Pues sí, es bastan-te asquerosilla... Sobre todo si eresvegetariano. Asquead@ y aún algohambriento irás a por otro café aleconomato...

– 14:00. "Subida a celdas" gritanpor el megáfono. Subes a la celdaque ocupas en solitario... si eresFIES 3 no sueles tener que compar-tir pues no quieren que "intoxi-ques" a l@s demás con ideas sub-versivas y también porque l@s polí-tic@s la suelen liar si les obligan acompartir celda. El mismo argu-mento en torno a la "intoxicación"política hace que a l@s pres@s so-ciales con l@s que tengas cierta re-lación se les amenace y/o trasladecon cierta asiduidad. En fin... tie-nes por delante dos horas de celday más bien poco que hacer. Nuevorecuento. Pones las noticias y rele-es, por vigésima vez, alguna cartarecién llegada (o de algún otrodía) y si se tercia te pones a contes-tar a alguna. Por la ventana no ve-rás una ciudad en movimiento niun campo sino el módulo de en-frente, donde gente que no cono-ces soporta lo mismo que tú. [...]

– 16:00. Continúa el tedio salvoque sea sábado (esto es, claro, conhorarios del módulo 4) y tengas vi-sita. 45 minutos de comunicación através de un cristal una vez a la se-mana con amig@s que han tardado(si eres FIES) tres meses en conse-guir una autorización para entrar.Si es sábado te habrás vestido unpoco mejor de lo habitual y habrás

Vejaciones, malos tratos y agresiones

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CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

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estado dándole vueltas a la cabezadurante una hora pensando enqué contarás/preguntarás a l@sque vengan a verte (son sólo 45 mi-nutos, ¡hay que ser rápid@s!). Lavisita pasa deprisa y, como siem-pre, has olvidado mil cosas que te-nías que decir (lo mismo pasa aquien visita, claro), tu conversaciónha sido grabada y en cuanto pier-des de vista a l@s que han venido averte la sonrisa desaparece y dejaespacio a la impotencia y la rabia...Ni tan siquiera has podido darlesun abrazo...

– 16:30. La puerta se abre parabajar de nuevo. Date prisa... Otrocafé y más horas huecas por delan-te. [...]

– 19:30. A cenar... Lo dicho sobrela comida. Más café.

– 20:00. "Subida a celdas" dice lamegafonía. Otra vez en "casa";esos pocos metros darán cobijo a

tu amargura durante las próximashoras. Pronto pasará el último re-cuento del día y, si les apetece, lue-go vendrán a revolverte la celda unpoco, o mucho según como esténde humor, y quizás a amenazarte...Cacheo le llaman a eso, prontoperderás la cuenta de cuántos tehan hecho. Minutos y horas pasanlentas sin nada que hacer, quizáshayas tenido suerte y te haya lle-gado algún fanzine o publicacióncon la que matar el tiempo o te en-cuentres de humor para escribirunas líneas. A través de los barro-tes ves la luna pero, claro, desdeahí no te parece la misma. Teacuestas, con la esperanza de so-ñar con lo que fuera haces des-piert@... y las horas pasan paraamanecer otra vez entre el mismotedio y con la misma rabia...

Eduardo García

¿Qué es el movimiento okupa? ¿Porqué surgió y se expandió como lohizo? ¿Qué relaciones mantiene conotros movimientos sociales? ¿Quién locompone? ¿Cómo se organiza y cómoactúa en su entorno urbano ¿Qué tipode conflicto social es el que protagoni-za? ¿En qué se diferencia de otrosmovimientos sociales pasados y pre-sentes?...

OKUPACIONES de viviendas y decentros socialesAutogestión, contracultura y conflictosurbanosMiguel Martínez LópezVirus editorial328 págs., 13 euros

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Editorial

CORRESPONDENCIA Y DENUNCIAS

ARTÍCULOS DE FONDOLa lucha de los presos a favor de la justiciaen Portugal, Antonio Pedro DoresPermisos ordinarios, ¿premios o derechos?,Raúl MaílloEl acontecimiento 11 de Septiembre. Polifemo busca a su enemigo, Santiago López PetitLa subversión del Estado-guerra (2.ª parte),Santiago López Petit

MOVIMIENTOS SOCIALESActa de la reunión de la Coordinadora Estatal de Solidaridad con las Personas Presas (CSPP)Llamamiento de apoyo a la huelga dehambre en las prisiones, CSPPDossier informativo de la Mesa Estatal deMinusvalías VIH sobre el Real Decreto1971/1999, MSM

Información simplificada sobre pensiones no contributivas, Pre-S.O.S.-GalizaEl coste económico, fundamento de la toma de decisiones sobre los cuidados médicos en las prisiones, Asociación pro Derechos Humanos de CórdobaPrimera investigación sobre las cárceles catalanas, Observatorio del Sistema Penal y los Derechos HumanosProyecto de investigación sobre el Centro de Internamiento para Extranjeros dela Verneda, OSPDHCarta-propuesta de la Asociación APOYO, Javi BaezaDerechos humanos y cuerpos de seguridad en España, Amnistía InternacionalAmnistía Internacional denuncia un aumento de torturas por racismo en manosde la policía, Tomás BárbuloCampaña para evitar la deportación de un militante anti-fronteras,Agencia UPAEn recuerdo de Enrique E. Marí, Roberto BergalliPierre Bordieu, un sabio creativo e iconoclasta, Loïc Wacquant

DOSSIER INMIGRACIÓN Y CÁRCELInmigración: ¿Cómo se construyen las identidades individuales y colectivas de losinmigrantes?, Roberto BergalliInmigración e inseguridad: una introducción, Dario Melossi¿La cárcel, racista?, Massimo PavariniLa "gestión" penal de la inmigración: otra excepción al Estado de derecho, Marta Monclús MasóLos Centros de Internamiento de Extranjeros y el futuro del Estado de derecho,Héctor C. Silveira Gorski

LA LUCHA EN LA CÁRCEL EN LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 70Carabanchel- Madrid 1976-1977,Centre de Documentació - Col·lectiu Arran

COMENTARIOS DE LIBROS

Panóptico, 1er semestre 2002, núm. 3, 9 euros

2. Articulos de fondo

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La privatización de las cárcelesparece ser un fenómeno ajenotanto para el sistema punitivo

estatal como para la academia es-pañola. Como pruebas para sus-tentar ésta afirmación se puedenalegar el férreo control sobre laadministración de justicia que laConstitución y las leyes le otorgana las distintas entidades del Estadoy la escasa bibliografía, caracteri-zada por un alto nivel de síntesis,que han producido los académicosespañoles. En esta primera aproxi-mación al fenómeno, se dejan delado los elementos que pueden lle-gar a considerarse "privatizacio-nes" de la ejecución penitenciariaespañola, para abordar los aspec-tos teóricos que podrían llegar aser relevantes para la re-introduc-ción1 de la materia en los ámbitosacadémicos de este país.

La literatura que, en castellano,se ha producido sobre la privatiza-ción de la prisión adolece de dosdefectos. El primero de ellos es eldesinterés que se deduce de la es-casez de publicaciones. Esta faltade curiosidad puede explicarse porla inexistencia de centros de reclu-sión administrados por empresasparticulares en el territorio espa-

ñol. Por otra parte y quizás conmayor fuerza, por el carácter inex-pugnable que se le otorga a la po-testad punitiva, como monopoliodel Estado, en los sistemas jurídicoscontinentales del ámbito europeo.El segundo problema, y quizás másgrave, se refiere a la forma acríticay meramente descriptiva con laque el fenómeno ha sido introduci-do. Tanto los escasos artículos,como el libro de reciente apari-ción, se han limitado a realizar unasimple descripción de la privatiza-ción de la prisión en los EstadosUnidos (Bueno, 1988; Del Rosal,1990; Larrauri, 1991; Sanz, 2000),sin intentar construir un puenteque permita utilizar el marco teóri-co, que se obtiene de la extensa bi-bliografía anglosajona, para crearnuevos conflictos tanto en el cam-po de la ejecución penitenciaria es-pañola, como en el conjunto delsistema penal español.

Redefinir la forma como ha sidointroducido el tema en la acade-mia española es el primer objetivode este trabajo. Lo que se persiguees construir un camino que permi-ta rentabilizar el fenómeno de laprivatización de las cárceles al inte-rior del pensamiento de la sociolo-

La privatizacion de lasprisiones como debatepara Espana

JERÓNIMO CASTILLO

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Concentración frente a la cárcel deSoto del Real por la libertad deEduardo García(Madrid, 31/12/00)

(Foto: Andrea. Fuente: Molotov)

PANÓPTICO

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desarrollo de las prisiones privadasen Inglaterra. Finalmente, PaulMoyle es quien mejor ha presenta-do el debate de la privatización enAustralia desde la década de losnoventa.

Puede decirse que el debate so-bre la privatización de las prisionesen el mundo anglosajón ha sidoplanteado desde dos ámbitos. Elprimero, el ideológico, desde elcual se esgrimen las razones políti-cas y sociales que hacen o no viableel tránsito a las prisiones privadas.Por otro lado, se encuentran las ra-zones de orden pragmático comola sobrepoblación carcelaria o la re-lación costo-beneficio, lo que haconducido a la comparación entrela administración pública y privadade las prisiones (Ryan y Ward,1989b). A pesar, de poder sintetizarel debate bajo estos dos criterios,es necesario resaltar que de los mis-mos se desprenden innumerablesvariables derivadas de los marcospolíticos, económicos, sociales, jurí-dicos o administrativos utilizadospara el estudio del fenómeno. Porotra parte, al convertirse la privati-zación de la prisión en un impor-tante articulador de estas distintasdimensiones, la búsqueda de unoscriterios metodológicos y episte-mológicos adecuados se convierteen una de las principales caracterís-ticas de la bibliografía anglosajona(Ryan y Ward, 1989a; Matthews,1989; James et al., 1997).

Finalmente, como parte para lacomprensión del debate anglosa-jón quisiera dejar sentado algo quede alguna manera refuerza la hipó-tesis de este trabajo, en lo que serefiere a la relevancia del debate

para España. Tradicionalmente, seha señalado que el fenómeno de laprivatización de las prisiones es unevento marginal y es que, para1989, cuando Ryan y Ward publi-can su libro, el porcentaje de la po-blación reclusa en centros privadosera del 1,3%. Sin embargo, para1999 esta población era del ordendel 7,5%.2 Es decir, que existen ele-mentos para pensar que el fenóme-no ha dejado de ser marginal en elmundo anglosajón. Esto teniendoen cuenta que la población reclusade Estados Unidos pasó de1.219.014 en 1991 a 1.934.532 para1999, lo que supuso un crecimientoanual en promedio del 6,4%, encontraposición a que la capacidadde los centros de detención paraadultos pasó de 15.476 para 1990 a145.160 para 1999, es decir un cre-cimiento del 93,1%.

Hacia la búsqueda de un marco teórico adaptable

Cuando Roger Matthews introduceel libro Privatizing Criminal Justice,señala algunos de los elementosque permiten centrar el debate so-bre la privatización en general(Matthews, 1989). A partir de estetexto introductorio y tomando elconjunto de la bibliografía anglo-sajona sobre la privatización de lacárcel, en particular, he considera-do relevantes algunos aspectosque pueden contribuir a desarro-llar la hipótesis del trabajo.

La articulación de la historia de laprivatización de la cárcel es el pri-mero de ellos. Este aspecto ha gira-do en primer lugar en torno a si las

gía jurídico-penal, de acuerdo conel desarrollo que tiene actualmen-te esta disciplina en España. Esteobjetivo no pretende la "nacionali-zación" de la temática, porqueexisten evidentes condiciones ma-teriales que hacen imposible ha-cerlo. Lo que se persigue es apren-der de las experiencias anglosajo-nas sobre el tema y utilizarlas paraencontrar respuestas acerca deltipo de sistema punitivo estatalque se está construyendo. En estesentido, el objetivo perseguido secompadece con las intenciones dellibro escrito por Mick Ryan y TonyWard, texto sobre la temática queresulta determinante en el mundoanglosajón, cuando en las conclu-siones señala la necesidad de esca-par del imperialismo criminológiconorteamericano, abogando por laconstrucción de categorías propias.Éstas tienen que ser acordes con eltrasfondo político y legal de cadacontexto, por no mencionar las evi-dentes diferencias culturales e his-tóricas, diferencias que se aportana lo largo del proceso de privatiza-ción en cada uno de los países(Ryan y Ward, 1989b).

Teniendo en cuenta lo anterior, lahipótesis para éste artículo puedesintetizarse bajo la siguiente pre-gunta: ¿resulta relevante para eldesarrollo epistemológico y meto-dológico de la sociología jurídica es-pañola el debate anglosajón en tor-no a la privatización de la prisión?

El acceso al debateanglosajón

Durante la década de los ochenta yla de los noventa, particularmente

los años comprendidos entre 1985y 1995, se produce en Estados Uni-dos, Inglaterra y Australia un volu-minoso cuerpo bibliográfico sobrelas prisiones privadas. Logan, Tho-mas Charles W., David Schichor,Mick Ryan, Tony Ward, PeterYoung o Paul Moyle son ya autoresclásicos, que han dedicado partede sus esfuerzos académicos a des-cribir los distintos aspectos que ca-racterizan los procesos de privati-zación y de las prisiones privadas.Logan y Charles son calificadoscomo autores partidarios de lasprisiones privadas en Estados Uni-dos, por contraposición a DavidSchichor. Situación que se ha tra-ducido, de alguna manera, en unenfrentamiento entre los centrosde investigación de la University ofFlorida y de la University of Cali-fornia. La bibliografía más recientecontribuye a ilustrar este hecho(Lanza-Kaduce et al., 2000; Geiss etal., 1999). Por otra parte, MickRyan junto a Tony Ward desde fi-nales de los ochenta ha intentadoacercar el debate a Gran Bretaña,resaltando la necesidad de tomarmuy en serio las particularidadesdel sistema punitivo inglés paraenmarcar adecuadamente el fenó-meno. Aunque a estos dos autorespuede clasificárseles como oposito-res de las prisiones privadas, debeprecisarse que son mas bien oposi-tores de la estructura de argumen-tación utilizada por los defensoresde la privatización per se; de de-fensores tan radicales como PeterYoung, quien produjo los principa-les documentos bajo el auspicio yprotección del Adam Smith Institu-te de Londres, y que son la base del

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condiciones del servicio, se consti-tuye finalmente en el eje centraldel debate. El problema de la legi-timidad que se inicia en la capaci-dad del Estado para ejercer su mo-nopolio punitivo, al pasar por elfiltro de los derechos humanos, laconstitucionalidad y legalidad delpaís, termina resumiéndose en unproblema de comparar los costos ybeneficios que ofrecen las alterna-tivas públicas y privadas para lacustodia de los reclusos. Lo que fi-nalmente se revierte al punto departida, en el que la teoría de lapena se desliza por un nuevo de-bate económico en torno a la rela-ción costo-beneficio.

Esta misma situación es la queobliga a que el elemento metodo-lógico de los análisis sobre la prisiónprivada adquiera una relevanciafundamental. La intención de vin-cular las razones pragmáticas conlas razones ideológicas, a favor o encontra de la privatización, surge dela necesidad de evitar que los argu-mentos pragmáticos acaben absor-biendo a las razones ideológicas,construyéndose todo el discurso enunos términos que imposibilitan lacrítica ideológica. Es decir, que lacrítica sobre las prisiones privadasestaría desestructurada porque loselementos ideológicos se han prag-matizado, creando una nueva con-cepción sobre lo punitivo. Una nue-va concepción en donde el términorecluso se transforma en el de con-sumidor, el de prisión en empresa,el de Estado en comprador y el deuna teoría de la pena en una teoríadel costo-beneficio. Es así, como sepuede comprender la mas recientebibliografía sobre las prisiones pri-

vadas, cuyo eje central es el "con-flicto de intereses" del investigadory asesor estatal sobre la política deprivatización.

La historia de la prisión privada

Para poder desarrollar una historiade la prisión privada deben tenersepresentes tres momentos. El prime-ro que se da en el siglo XVIII y XIXcon el nacimiento de la prisión. Elsegundo hito de referencia está es-trechamente ligado con la crisis delos principios rehabilitadores inclui-dos en la teoría de la pena. Crisisque se desarrolla de manera inte-gral y progresiva en Estados Unidosdurante los años sesenta, teniendosu concreción final para la décadade los setenta. Y finalmente el na-cimiento de lo que hoy se conocecomo prisiones privadas, sucedidoen la década de los ochenta en Es-tados Unidos y noventa en Inglate-rra y Australia. Tanto el nacimientode la prisión como el nacimiento ymuerte de los principios de rehabi-litación han tenido una influenciadirecta sobre la evolución del siste-ma penitenciario español. El naci-miento de la prisión privada es unevento, en apariencia, aún muy re-ciente, y sus implicaciones en estecontexto no han sido claramentedefinidas. Estos tres hitos confor-man dos períodos.

Resulta innegable que hoy se dacomo una hipótesis de trabajo elpensar el nacimiento de la prisióncomo un proceso de racionaliza-ción de la pena. El sistema punitivodesarrollado durante la Moderni-dad tiene como aspiración inicial

prisiones privadas suponen un re-torno a los antiguos esquemas. Es-quemas que, por lo general, se ubi-can en el nacimiento de la prisión,como pueden ser las casas de tra-bajo o las condiciones del encierroa partir de la capacidad de pagodel recluso, unidas a una determi-nada racionalización de la pena.Sin embargo, mas allá de intentarencontrar una respuesta a esta pre-gunta, la intención de esta exposi-ción es decantar los elementos queseñalan la clase de sistema punitivoal que, según parece, nos estamosenfrentando. En este sentido, lahistoria sobre la privatización de lacárcel no sólo contribuye a explicarlos orígenes del fenómeno, sinoque a su vez permite descifrar losconceptos que estarían definiendoel nacimiento de un nuevo sistemapunitivo. Para ello, es importantecontar con un elemento añadidoque se concentra en una teoría dela pena que sustenta el esquema dela prisión privada.

Un segundo aspecto, que permi-te desarrollar la hipótesis, se con-centra en los problemas derivadosde la legitimidad de la prisión pri-vada. La forma como este tema hasido tratado en la bibliografía an-glosajona y las consecuencias deesto permiten comprender los con-ceptos que hacia el futuro puedenllegar a articular el análisis sobrelos contextos penitenciarios. Lahistoria de la prisión privada juegaen este contexto un importantepapel. La idea del retorno al pasa-do supone en muchos casos la basepara erigir los esquemas de legiti-mación; en la medida en que con laprisión privada la sociedad recupe-

ra espacios que le son propios yque le habían sido arrebatados porel Estado. En este contexto, el con-cepto de comunidad y los "inter-media treatment" juegan un papelrelevante. Elementos a los que sele suman discursos ideológicos ypolíticos que critican la expansióndel Estado como solución y lotransforman en el centro de la pro-blemática.

Conceptos que ha su vez están li-gados a la teoría de la pena que seencuentra como sustento de la pri-vatización. Y que en la mayoría delos casos se traduce en las disputasen torno a la constitucionalidad ylegalidad de la prisión privada. Eneste contexto, el discurso sobre losderechos humanos se ha converti-do en una pieza fundamental paraaceptar o rechazar la privatizaciónde las prisiones. La "American CivilLiberties Union" junto con la"American Bar Association" hanjugado en este espacio un papelpreponderante en la construccióndel discurso antiprivatización (Tay-lor y Pease, 1989; Don Hutto, 1990;Ryan y Ward, 1989a). Esta distin-ción en el uso sobre los derechoshumanos como discurso es impor-tante, pues una de las principalesrazones para acudir al sector priva-do ha sido la necesidad de obtenerlas condiciones materiales que ga-ranticen la dignidad física y moralde los reclusos. Situación que porotra parte termina haciendo de-cantar el debate de la legitimidadde las prisiones privadas al contex-to de la administración de la pri-sión. La idea de que a partir de lavinculación del mercado económi-co con la prisión se mejoran las

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cia de centros privados para la de-tención de inmigrantes ilegales, decentros de reclusión de menores yde programas de tratamiento in-termedio, especialmente dirigidosa los drogadictos, empezaba a serfrecuente con anterioridad a losaños ochenta y noventa (Mac Do-nald, 1990). Sin embargo, el origende las prisiones privadas es dife-rente en cada uno de los países yobedece a razones diferentes. EnInglaterra por ejemplo, la privati-zación no es producto del afán li-beralizador. Por el contrario, du-rante mucho tiempo se consideróque el control del sistema criminalera monopolio exclusivo del Esta-do. Mientras en Estados Unidos laprivatización se produce, entreotras razones, por la presión ejerci-da por las compañías; en Inglaterrael camino es proporcionado poracadémicos que actúan desde elAdam Smith Institute. Pero tam-bién es cierto que en los dos casosexistía ya un cuestionamiento so-bre la capacidad del Estado parapoder responder a las necesidadesdel sistema punitivo. El desborda-miento de la población carcelaria,originado en el rápido crecimientode la misma y en la ineficiencia enla construcción de cárceles, se con-virtió en un bastión de lucha im-portante para empujar al procesode privatización. Un proceso quese había iniciado, de alguna mane-ra, años atrás con la privatizaciónde algunos centros para la reclu-sión de personas que tradicional-mente han sido sobrestimadas enla composición de la población re-clusa, como son los menores y losinmigrantes.

Esta síntesis del proceso históricodebe entenderse bajo la idea deque no puede ser equiparada exac-tamente para cada uno de los paí-ses. La existencia de los marcos his-tóricos, sociales y políticos paracada uno de los casos es determi-nante en la comprensión del surgi-miento de la prisión privada encada uno de estos lugares (Ryan yWard, 1989b). Pero sí se deben re-saltar esos tres hechos que son coin-cidentes en el desarrollo históricode los dos países. Es decir, la exis-tencia previa de centros privadosque prestaban servicios de reclu-sión. En segundo lugar, la idea queavanzaba en todos los discursos entorno a la ineficacia del Estado parahacer cumplir las penas y para ad-ministrar correctamente los centrosde reclusión de adultos, junto conla constante de que los centros mis-mos de reclusión inicialmente priva-tizados y diferentes a las prisionescorrespondían al tratamiento depersonas que han sido histórica-mente sobrestimadas en la compo-sición de la población reclusa.

Bajo esta perspectiva, el sectorprivado —con el empuje de empre-sas como la Correction Corporationof America— ofrecía una rápidaconstrucción de centros peniten-ciarios y con unas nuevas modali-dades de financiación, especial-mente por medio de la bolsa, quepermitirían expandir el sistema pu-nitivo estatal sin necesidad de re-currir a los contribuyentes. Unoscontribuyentes que veían a su vezal sistema de prisiones como un es-quema incompetente para la ad-ministración de los reclusos; ima-gen que se había construido con

lograr que la pena sea racional;que ésta se ajuste a la conducta.Dentro de este marco conceptualse desarrollan las distintas teoríasde la pena: las teorías absolutas ylas relativas. Este paso supone quese deje de lado el suplicio corporalpara alcanzar una domesticacióndel alma humana. El principio re-habilitador viene a ser en este sen-tido una especie de culminación.La pena como instrumento para larehabilitación del hombre crimi-nal. También es evidente que sondistintas las corrientes que hanabarcado el nacimiento de la pri-sión y que sus conclusiones son di-versas. Los estudios clásicos de Me-lossi y Pavaranni, Foucault, Ruschey Kircheimer han tenido resonan-cia en la construcción de las histo-rias locales sobre la prisión. La in-tención no es seguir desarrollandouna sociología del castigo en esostérminos, sino —muy por el contra-rio— contentarme con aceptar laidea de la pena como instrumentoracionalizado y racionalizador dela conducta de los hombres. Es de-cir, aceptar que las teorías de lapena explican claramente lo que lapena es en nuestra sociedad. Pue-de resultar aberrante, pero es laúnica forma para llegar a mostrarque en la actualidad la pena y lateoría que la sustenta se estántransformando, dando paso a unnuevo esquema penal y desarro-llando, de esta manera, los ele-mentos más relevantes del surgi-miento de la prisión privada a par-tir de la caída del principiorehabilitador.

La subhipótesis de trabajo en estecontexto se resume en el intento

por demostrar que la pena ha deja-do de ser un instrumento para ladesestructuración y estructuraciónde la sociedad o del individuo quedelinque, para transformarse en unconcepto vacío. Un concepto vacíodesarrollado en gran parte por lasteorías de la pena sobre la inhabili-tación que plantean el espacio car-celario como un mero lugar de cus-todia. Esto ha hecho que la teoríade la pena deje de ser una discusiónsobre la relación de los fines y losmedios, y que se convierta en unamera discusión sobre los medios, encuanto a su aspecto económico serefiere. Es decir, la teoría de la penase termina construyendo desde larelación costo-beneficio en cuantoa la prestación de un servicio.

Este análisis pareciera dejar delado la discusión central, que tantaacogida ha tenido en el mundo an-glosajón, sobre la prisión privadacomo un regreso al pasado. Discu-sión que tiene diferentes sentidos:los que utilizan la recurrencia alpasado como legitimación o comoaberración y, por otra parte, quie-nes consideran la prisión privadacomo producto de la estructura so-cial actual (Matthews, 1989; DonHutto, 1990). Y señalo que en apa-riencia se deja de lado, pero queen realidad la subhipótesis persi-gue demostrar también que, sibien no hay un regreso al pasado,sí existe una fuerte conexión con elmismo que permite explicar lo quesucede en la actualidad.

La presencia del sector privadoen la ejecución de la pena es ante-rior al desarrollo mismo de prisio-nes privadas. Tanto en Estados Uni-dos como en Inglaterra la existen-

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con respecto a este punto se gene-ra una antinomia, que es la consti-tucionalidad de que las empresasse encarguen de la ejecución de lapena (Weiss, 1989). En este caso, seproduce una amplia discusión cons-titucional y legal sobre la asigna-ción del castigo y la entrega delcastigo. La asignación sería pública,ejercida pro los jueces, y la entregatendría el carácter de privada. Aun-que la discusión de esta relación Es-tado-castigo ha sido de por sí varia-ble a lo largo de la historia, lo queresulta complejo de mantener des-de el punto de vista metodológico(Ryan y Ward, 1989a).

Desde otro punto de vista, la le-gitimidad no estaría cuestionadapues lo que se daría no sería unadelegación de la responsabilidad.Si bien la entrega del castigo esta-ría en manos privadas, la responsa-bilidad del castigo seguiría siendoresponsabilidad del Estado. Éstetendría que velar y vigilar por laejecución adecuada del castigo,imponiendo una serie de elemen-tos comunes y de garantías míni-mas (Mc Donald, 1994).

Lo que aquí se puede observar esque la legitimidad del castigo hahecho tránsito, simplemente, alacogerse a los presupuestos legalesy constitucionales en particular decada sociedad. El castigo en esa me-dida, como elemento legítimo deuna potestad del Estado, deja delado ese cuestionamiento y se con-centra en la legitimidad de la ejecu-ción en sí misma. Ya lo sostieneSparks cuando señala que la pro-blemática de la legitimidad de laprisión en sí tiende a estar alejadadel debate de la privatización de la

misma (Sparks, 1994). Y en este sen-tido se debe destacar la crisis propiade los problemas penales. Ahorabien el dilema de la legitimidadtiende, por otra parte, a llevarse delnivel macro de las creencias al nivelmicro de la organización del casti-go. Luego la legitimidad en el inte-rior de la cárcel surge como el dis-curso más relevante. Y en este pun-to aparece la idea de la creencia,reemplazando la de coerción, queorigina un nuevo espectro de legiti-midad. Y en este contexto aparecela idea del recluso como consumi-dor (James et al., 1997)

Ahora bien, otro aspecto de lalegitimación del sistema es que elcastigo irá progresivamente en-contrando mas espacio en la con-ciencia colectiva de orden durkhe-miniano, donde el castigo en sí selegitima por todo el aparato cons-truido para la satisfacción y aten-ción de la víctima (Van Swaanin-gen y Jonge, 1995); junto a una va-loración económica del castigo,que hace que la discusión en tornoa la legitimidad se transforme enalgo relacionado con la efectividaddel castigo. La famosa relación cos-to-beneficio.

Es aquí donde adquiere sentidola transformación de la estructurade una penología entendida mejoren términos de costo de adminis-tración y control de poblaciones,más que de transformación social opersonal (Ryan y Sim, 1995: 124).En esta medida, la legitimidad dela participación privada implicaque se dé una mayor rapidez paraobtener los cambios que permitanajustarse a un sistema naturalmen-te en crisis, y que la calidad del ser-

ayuda de los medios de comunica-ción (James et al., 1997). Es decir, elmodelo de la prisión privada ya te-nía un importante antecedente enlo que a administración de centrosde reclusión se refería: centrosorientados a las tradicionales po-blaciones complejas de inmigran-tes, menores y drogadictos; y po-dían ofrecer una expansión del sis-tema penitenciario que el Estadoera incapaz de desarrollar con lamisma efectividad.

Desde esta perspectiva, el deba-te sobre la pena pasa de ser una re-ferencia del sentido mismo de lapena dentro del sistema punitivo yse transforma en un problema dela administración de la pena porparte del Estado. No existe dudasobre la legitimidad en sí misma dela prisión, el tránsito de la nuevalegitimidad se dará en nuevos tér-minos (Sparks, 1994). Y en estesentido, se pueden observar situa-ciones similares en Francia y Holan-da, donde aunque el proceso deprivatización no ha sido marcado,sí se ha pasado de una humanismode la pena a un proceso de admi-nistración de la pena (Van Swaa-ningen, 1994; Gallo, 1994).

Ahora bien, podemos constatarla existencia de una bifurcación enel sistema, en donde se da un tra-tamiento especial a quienes se con-sidera criminales y otro tratamien-to a quienes se considera simplesdelincuentes, unido al poder delprincipio de rehabilitación que per-mitió el tránsito de un modelo éti-co-racional de castigo a una con-cepción de trabajo social y bienes-tar, lo que permitió que se hicierade forma mas partícipe a la comu-

nidad. Y aunque este principiocomo tal decae totalmente a fina-les de los setenta, ha dejado ya suhuella sobre los sistemas y se aplicaentonces un sistema doble con res-pecto al delincuente. La sociedad apartir de este momento comenzó acrear modelos internos de vigilan-cia y castigo mucho mas estrictos(Sim, Ruggiero y Mick, 1995).

El último aspecto en donde con-cluye el punto de la articulación his-tórica se basa en la utilización de laantropología jurídica para legitimarla privatización. El libro de BensonJusticia sin Estado (Benson, 2000),escrito en los ochenta, es un buenejemplo de este proceso. De cómola historia nuevamente va a jugarun papel importante en el intentode crear vínculos con un pasado me-jor. Y en esta tesis tiene especial re-levancia la unión entre el delito y lavíctima; es decir, los procesos en quela víctima tiene algo que decir sobrelo que le ha sucedido y donde el cas-tigo comienza a observarse comoun resarcimiento. Lo que da paso ala transformación de la pena en unelemento negociado que satisface alas partes actuantes.

El problema de lalegitimidad

Para la estructuración de la legiti-midad de la cárcel surge el aspectode los derechos humanos como unelemento articulador. En este senti-do el sector privado se convirtió enuna alternativa para poder prote-ger los derechos humanos de los re-clusos que estaban seriamenteafectados por la crisis de sobrepo-blación carcelaria. Sin embargo,

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ARTÍCULOS DE FONDO

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participación privada para preveniry reprimir las distintas actividadesdelincuenciales es hoy una constan-te social. El Estado no es el únicodepositario de la potestad puniti-va. Los particulares tienen en la ac-tualidad mecanismos que suplenlas fallas del Estado moderno encuanto al ideal de la seguridad.Este hecho implica que los términosde la privatización resulten útilespara la comprensión de nuestrosespacios punitivos.

La existencia de esa dualidad delsistema penal que se ha menciona-do hace necesario revisar las es-tructuras conceptuales sobre lasque se han basado los estudios delmismo. La bicefalía obliga a recu-rrir a los conceptos que ofrece eldebate privatizador para determi-nar los alcances y consecuencias dela actual evolución punitiva. Eltránsito en esta medida de la teo-ría de la pena al ámbito de lo eco-nómico, en lo que se refiere a efec-tividad y costo, hacen necesarioque se revisen los conceptos a laluz de lo privado.

No revisar en el contexto históri-co el valor de la acción privada, enlo que se refiere a lo punitivo, su-pone quedar a la deriva de un es-pacio legitimador que se basa en elpasado. En la construcción de laprivatización el elemento históricojuega un papel determinante. Poreso, una revisión de la historia dela prisión en España, a la luz de loprivado, es una tarea fundamentala realizar. La idea de lo históricocomo un modelo de contraste, des-de el ámbito privatizador, se con-vierte en una buena herramientametodológica que permite afron-

tar las variaciones del sistema pu-nitivo actual, del sistema dual. Enesta medida, se deben acercar lasexperiencias europeas al contextoprivatizador, para comprender elalcance que tal fenómeno puedellegar a tener en nuestra realidadpunitiva.

Para construir ese marco concep-tual de contraste se debe recurriral estudio del impacto que hanproducido tres importantes even-tos en la construcción de nuestrosistema: la Segunda Guerra Mun-dial, los aspectos sobre las sancio-nes comunitarias y la crisis de lasprisiones, que son factores que de-ben valorarse en nuestro contexto,por constituirse en la base de laprivatización actual.

La legitimación ha sido alejadadel ámbito de la privatización. Lostérminos de una justificación ideo-lógica han sido desechados por al-gunos sectores privatizadores. Estehecho atenta contra la tradicióncontinental de las teorías de lapena, algo que difícilmente se pue-de dejar de lado. La valoración so-bre este evento es otro de los hitosque se deben desarrollar para al-canzar una idea de lo que se estáconstruyendo de cara al futuro. Porotro lado, la relación entre el presoy el sistema como un eje legitima-dor plantea dificultades. La preten-sión de lograr una legitimación delespacio carcelario en términos derelaciones parece confusa.

Finalmente, las perspectivas me-todológicas que permite el estudiode la privatización, referidas a lavaloración misma del espacio car-celario actual, deben ser tenidasen cuenta. La exagerada prepon-

vicio prestado se da en función delas leyes de mercado, que obligana que el recluso, en teoría el con-sumidor, tenga el mejor servicio(Schichor, 1993).

El problema metodológico

El análisis de la privatización de laprisión se enfrenta entonces a unaproblemática distinta a la que has-ta ahora había alcanzado el temade la prisión. Incluso los que pue-den llegar a tener una postura crí-tica con respecto a la privatizacióndesarrollan un análisis centrado encriterios de evaluación que debenser estratégicos y contextualizados(Taylor y Pease, 1989). Es entoncescuando el análisis de la prisión pri-vada deja de lado el tema de la re-lación con el tipo de sistema penalque se está generando. Incluso lamisma oposición metodológica in-terés público frente a beneficio pri-vado, como interés, deja de lado laproblemática esencial del tipo dederecho que se está construyendo.

Ahora bien, de hecho el elemen-to central en las comparaciones en-tre las prisiones privadas y las pú-blicas gira alrededor de las venta-jas cuantitativas y cualitativas deunas sobre otras. Y este modelodeja de lado la división público-pri-vado, pues los modelos no depen-derían de estos esquemas de traba-jo (James et al., 1997).

La discusión mas reciente sobrelos aspectos metodológicos ha gi-rado en torno a los posibles con-flictos de intereses que pueden lle-gar a existir entre quienes evalúanlos distintos sistemas privado y pú-

blico (Geiss et al., 1999; Lanza-Ka-duce et al., 2000). Disputa que seda entre miembros de dos grandesuniversidades, una de Florida yotra de California, estados que enla actualidad tienen a su vez unapreponderancia en el espectro dela privatización. La importancia deeste artículo radica en sí en la con-flictividad que supone para el pen-samiento criminológico la vincula-ción con lo privado; es decir, quelos intereses particulares puedenllegar a mezclarse incluso con eldesarrollo y la creación de la políti-ca penitenciaria. Lo que puede serextendido a muchos aspectos: la fi-nanciación de las revistas, el origende las becas, etc. Incluso más quepor el contenido del debate, quese basa en gran parte en ataquesde orden personal especialmentedirigidos contra y en defensa deuno de los más famosos defensoresde la privatización, como lo es Tho-mas. En el centro del debate meto-dológico se está generando unaproblemática ética, en torno acrear mecanismos que permitanvalorar al académico mas allá desus propias declaraciones.

Conclusión

El mito que basaba la confianza enla Administración de justicia se haido desvaneciendo (Garland, 2000).El imaginario colectivo, que se haconstruido en las sociedades con-temporáneas con altas tasas de cri-minalidad y que ha producido unaserie de acciones adaptativas, ge-nera una desestructuración de lapreponderancia estatal en el con-trol del crimen y la delincuencia. La

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derancia de la relación costo-bene-ficio como criterio evaluador de laprisión empobrece la ejecución pe-nitenciaria como estrategia decontrol. La empobrece en cuanto asu perspectiva crítica, sin embargola deja activa en lo que se refiere asu carácter punitivo.

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ARTÍCULOS DE FONDO

NNOOTTAASS:1. Se habla de "re-introducción" porque

tanto el libro de reciente aparción sobre laprivatización de la prisión en relación con Es-paña (Sanz, 2000) así como los distintos artí-culos que lo han precedido han introducidoel debate. El término guarda su correspon-

dencia con el de introducción por su inten-ción de plantear de nuevo el tema pero bajounos criterios distintos.

2. Información obtenida cruzando la capa-cidad de las prisiones privadas para pobla-ción reclusa adulta en EE.UU. con la pobla-ción penitenciaria total.

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–I–

Cuando uno de los responsa-bles de Panóptico me sugiriócontar mi experiencia de

hace un par de años en prisiones,al principio dudé, por tratarse deuna intervención muy simple en laforma y muy modesta en los obje-tivos, lo que parecía restar interésal relato. En segundo lugar, poruna especie de pudor a abandonarlos planteamientos y el lenguajeaséptico y artificial en que solemosparapetarnos los juristas, y pasar aescribir desde el compromiso y laemoción inevitables en un auténti-co acercamiento a la pena de pri-sión.

A la duda siguió la evocación deaquella experiencia y de lo muchoque me aportó, como persona ycomo profesional, y con ello laidea de que, probablemente, algointeresante pueda transmitir al lec-tor. Por otra parte, poner el pudor

como excusa sería tan absurdocomo avergonzarme por haber tra-tado de comprender el problemapor caminos diferentes al del estu-dio de las leyes y de los libros, portratar de averiguar de qué estamoshablando realmente cuando ha-blamos de la prisión. Acepto al finla sugerencia, eso sí, con la inquie-tud de no saber plasmar una reali-dad tan compleja como la peniten-ciaria, una realidad que, profunda-mente, me conmovió.

–II–

Soy profesora de Derecho penal enla universidad y desde hace ya al-gunos años siento un especial inte-rés por el estudio de la pena priva-tiva de libertad. Nuestro CódigoPenal conoce muchos tipos de san-ciones, desde multa a privación delderecho a conducir vehículos demotor, inhabilitaciones, trabajosen beneficio de la comunidad, etc.

“El recuento” un acercamiento a la pena

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"EL RECUENTO"UN ACERCAMIENTO PERSONAL A LA PENADE PRISION

MARGARITA MARTÍNEZ ESCAMILLA*

* Profesora titular de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid.

Pero es precisamente la pena pri-vativa de libertad el "núcleo duro"del Derecho penal, única rama delordenamiento jurídico que puedevalerse de semejante arma. Si no seconoce su significado, el a quién seaplica y el cómo de su ejecución,difícilmente se podrá analizar y va-lorar con corrección nuestro siste-ma de justicia penal. Y puesto quehace algún tiempo descubrí —nome explico cómo tardé tanto—que la mejor perspectiva para elestudio es la que proporciona unacercamiento a la realidad, decidíconocer las prisiones.

Me hubiera gustado implicar a laUniversidad y a los estudiantes deDerecho en la aventura, pero difi-cultades de diversa índole me obli-garon a emprender la travesía ensolitario. Pensé que la forma mássencilla de franquear la entrada se-ría la de ofrecer mis servicios comovoluntaria a alguna asociación queinterviniera en prisiones. Tras algu-nas idas y venidas, contacté conuna pequeña ONG gestionada porreligiosas católicas con quienes, apesar de no compartir creencias,coincidía en algo fundamental: nisu presencia ni la mía en prisiónera para servir a los intereses de laAdministración, sino a los del pre-so; intereses que, por desgracia, nosiempre coinciden. El proyecto quedefinitivamente presentamos aInstituciones Penitenciarias lo de-nominamos Taller Jurídico, y con-sistiría en la impartición a un gru-po reducido de presos de diversoscursos sobre cuestiones penitencia-rias que pudieran resultar de su in-terés, como, por ejemplo, sancio-nes y procedimiento sancionador,

tercer grado, libertad condicional,etc. Su objetivo era no sólo infor-marles, sino fundamentalmenteformarles para la autogestión desus derechos e intereses, por lo quetendría un enfoque eminentemen-te práctico. Su periodicidad seríasemanal, proponiéndose la tardede los jueves, y su duración la de1999.

El proyecto fue aprobado y antesde comenzar insistí en hablar con elsubdirector de Tratamiento delcentro donde se iba a desarrollar elcurso, para conocer las inquietudesde los presos y las dificultades conlas que podría tropezar. De la con-versación me llamaron la atenciónuna serie de cosas. La primera, queno era nada habitual el contactoentre los responsables de la cárcel ylos voluntarios que en ella trabaja-ban y que nuestra conversación seconsideraba innecesaria. En segun-do lugar, la visión que me ofrecíade los presos, a quienes no habíamanera de motivar y con los que nome auguraba ningún éxito. Tam-bién dejó bien claro en qué NO de-bía consistir mi trabajo: en asesorarcasos concretos, pues luego los in-ternos irían diciendo por ahí que"yo había dicho esto, esto y lootro..."; y, además, según el subdi-rector, ellos ya tenían cubierta esanecesidad. Aún hoy me pregunto sise refería al único jurista criminólo-go que había en un centro con másde mil presos y qué pensaba quepodría decir yo sino lo que la ley yel reglamento establecieran. Perolo que más me asombró fue tan ne-gativa predisposición de ánimo enquien, se supone, ha de poner to-dos los medios para que la cárcel

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ller, pues la corta estancia de mu-chos impedía que tuvieran tiempode enterarse e interesarse por él.Recuerdo con humor que el primerdía sólo se aventuró un preso. Úni-camente pretendía curiosear unpoco, aunque evidentemente no ledi la oportunidad de escapar. Po-bre Luis, pero, como ustedes com-prenderán, la perspectiva de vermecompletamente sola con mi mara-villoso taller resultaba bastantefrustrante. Luis aparentaba tenerunos cincuenta años, pero teníatreinta y dos, era heroinómano yestaba en tratamiento de metado-na, a lo que él achacaba una apre-ciable limitación de sus reflejos. Porsupuesto había desarrollado elsida, hallándose en un estado bas-tante avanzado de la enfermedad.Era también reincidente, por lo quelos últimos doce años de su vida loshabía pasando casi íntegramenteen prisión por delitos contra la pro-piedad. Durante el curso tuve oca-sión de conocer a muchos, dema-siados, presos como Luis, atrapadosdesde antiguo por la droga, el siday el sistema penal, para quienes noparecía existir otra alternativa queel encierro en una prisión.

–IV–

Pero sigamos con el taller. Por for-tuna, en las siguientes semanas laasistencia aumentó. A la preguntade sobre qué iba el curso, respon-día que sobre aquellas cuestionespenitenciarias que más les inquie-taran y, como el lector podrá intuir,aquello inevitablemente acabóconvirtiéndose en lo que, según laDirección, no debía ser: una aseso-

ría jurídica. Acudían presos a con-sultar alguna cuestión concreta y,obtenida la respuesta, no volvían aaparecer hasta que no surgían nue-vas preguntas. Otros, por el contra-rio, "se apuntaron" al taller. Conrespecto a los primeros mi laborfue la de responder a sus preguntasy redactar algún que otro escrito.Las consultas, a no ser que reclama-ran privacidad, se desarrollaban enla escuela, delante del resto de losasistentes, que con sus conocimien-tos y opiniones participaban en lasrespuestas y cuya ayuda, sobretodo al principio, fue para mí de ungran valor. Con los segundos enta-blé una relación más personal quedespués comentaré.

Los temas de consulta eran de lomás variado: aspectos sustantivos yprocesales sobre causas pendien-tes, cálculos sobre liquidaciones decondena, problemas de refundi-ción, cuestiones jurídicas relacio-nadas con el sida, clasificaciones,etc.; pero si tengo que señalar losmás tratados, éstos serían las san-ciones disciplinarias y los permisosde salida.

Sin que suene pretencioso diréque, gracias a anteriores experien-cias profesionales, conozco muybien el procedimiento penitencia-rio sancionador, las garantías dedefensa que consagra y cómo ycuándo hacerlas valer. Y dichoesto, añadiré que en ninguno delos procedimientos sancionadoresen los que, desde el Taller, intervi-ne asesorando conseguí que la Ad-ministración, ni una sola vez, aten-diera las peticiones del interno,siempre basadas en el pormenori-zado procedimiento que establece

“El recuento” un acercamiento a la pena

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no sólo no destruya, sino queofrezca al preso herramientas úti-les para construir una futura vidaen libertad. No volví a hablar con elsubdirector de Tratamiento hastael año siguiente, cuando dio el norotundo a un proyecto consistenteen llevar el taller de orientación ju-rídica al régimen cerrado, con el ar-gumento de que los presos de pri-mer grado, por sus características,sólo debían ser tratados por profe-sionales de la institución. Pero éstaes otra historia.

–III–

La mayoría de las actividades ocu-pacionales de la prisión tenían lu-gar en el módulo sociocultural. Sinembargo, mi curso se celebraría enla escuela de uno de los módulosde cumplimiento. Ello significabaque tan sólo tendrían acceso alcurso los presos de dicho módulo,pero permitió una mayor flexibili-dad y espontaneidad en la asisten-cia, pues mientras que para acudiral aula sociocultural era necesariohaberse inscrito previamente y seradmitido en el curso, para partici-par en la escuela en que se cele-braría el taller bastaba llamar a lapuerta y entrar. Esta circunstancia,además, me permitió desarrollarmi trabajo en el espacio donde laspersonas allí encerradas pasan lamayor parte de su tiempo. Y resul-ta realmente asfixiante. Tras acce-der a la prisión y recorrer intermi-nables pasillos se llegaba al módu-lo, custodiado por dos portalonesde rejas. Su planta baja estaba for-mada por la garita —también en-rejada— de los funcionarios, el co-

medor, una sala de estar, la escue-la, el patio y las duchas. En los dospisos superiores estaban las celdas,que sólo se podían utilizar en elperiodo de descanso y cuya dispo-sición interna sorprendía, al escru-tar por la mirilla, con un primerplano del retrete. Con importantesfluctuaciones la media era de no-venta-cien internos. Trabajar en di-cho espacio me permitió percibir lasensación, que llega a ser física, deconfinamiento. En las tardes defrío y de lluvia el espacio habitableencogía aún más y el ambiente sevolvía especialmente denso y eléc-trico. En los días más amables elpatio recobraba protagonismo,pero los rayos de sol que sobre élcaían y atravesaban los barrotes,lejos de reconfortar, parecían uncruel recordatorio de todo lo per-dido. Recuerdo lo inusitadamentepuro que sabía el aire al terminarlas clases y salir al exterior y lo im-ponente que se me antojaba el ári-do paisaje que rodeaba aquellaprisión, levantada en medio deninguna parte.

El módulo que me fue asignadoera de segundo grado, de hombres.Se trataba de un módulo algo pe-culiar, pues estaba dedicado en sumayor parte a tránsitos, es decir,allí eran destinados los reclusosque venían a Madrid para asistir ajuicios pendientes y los que, provi-sionalmente y por diversas razones,esperaban ser mandados a otrocentro u otro módulo, siendo pocoslos presos que vivían en él de ma-nera estable. No sé si la asignaciónde dicho módulo fue casual, peroevidentemente sus característicasinfluyeron en el desarrollo del ta-

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ordinarios es lo automatizado, ypor ello arriesgado, de la toma dedecisión. Como es sabido, la Juntade Tratamiento, tras comprobarque el recluso cumple los requisitosque establece la Ley penitenciaria—estar clasificado en segundo otercer grado, tener cumplida unacuarta parte de la condena y no te-ner mala conducta—, puede dene-gar el permiso si entiende que esprobable que el preso quebrantecondena o cometa nuevos delitos,o bien que la salida será negativaen su preparación para la vida en li-bertad o en su programa de trata-miento. Nótese que esta decisiónconsiste en una predicción de futu-ro sobre cuál será el comporta-miento del preso en libertad y, porsus características, ha de estar basa-da en un conocimiento de la perso-na que ha solicitado la salida. Sinembargo, constituye una queja ge-neralizada el desconocimiento quelos integrantes del Equipo Técnicotienen de la persona presa cuyocomportamiento han de predecir.Según la instrucción que regula eltema, las decisiones sobre permisoshan de estar precedidas de un acer-camiento al interno con el fin deconocer no sólo su historial peni-tenciario, sino también su historiapersonal y sus circunstancias vita-les, su necesidad de salir al exteriory la utilización que va a hacer delpermiso. Pero estas entrevistas nose realizan y, en el caso de produ-cirse, las quejas coinciden en subrevedad y en lo superficial de sucontenido. Ésta es una verdad queprueban no sólo las quejas mencio-nadas, sino el disparatado númerode internos que cada psicólogo,

cada educador o cada mediador so-cial habría de atender, y la ingentecantidad de informes y dictámenesque han de emitir.

Sin embargo y a pesar de ello, lamaquinaria aparentemente fun-ciona. Las decisiones se toman apartir de una serie de circunstan-cias —denominadas variables deriesgo— que, según las estadísti-cas, incrementarían el riesgo demal uso de la salida, como puedenser la lejanía de la fecha de cum-plimiento, la falta de arraigo ennuestro país, la reincidencia, ladrogodependencia, lejanía del lu-gar de disfrute del permiso, la au-sencia de anteriores salidas, etc.;circunstancias objetivas para cuyaconstatación no es necesario ha-blar con el interno, ni saber de susactitudes ni necesidades. Puede sercierto que la concurrencia de di-chas variables incremente el riesgoestadístico de quebrantamiento,pero la ley no exige que analice-mos probabilidades estadísticas,sino que demos respuestas adecua-das a personas concretas, y valorara alguien sin conocerlo no puedeser sino el resultado de muchosprejuicios. A poco que uno refle-xione se dará cuenta de que la for-ma de proceder descrita no es sinouna manifestación más de un siste-ma de exclusión que se retroali-menta —cuantas más etiquetas ne-gativas acompañen al preso, me-nos se invierte en su ayuda— yque, además, aniquila los princi-pios y pilares de la Ley General Pe-nitenciaria, basada en el conoci-miento de la persona presa y de susproblemas como única manera detrabajar en su integración.

el Reglamento Penitenciario. Ja-más admitieron ni una prueba y ja-más motivaron mínimamente ladenegación. Tampoco logré que elpreso tuviera acceso a la instruc-ción, ni que ningún acuerdo san-cionador contestara las cuestionesde hecho y de derecho alegadas endefensa del interno. Resumiendo,fui testigo del sistemático descono-cimiento por parte de la Adminis-tración penitenciaria del derechode defensa del preso en cuestionesde régimen, lo que por desgraciacreo que no es patrimonio exclusi-vo de aquel centro penitenciario.

Pero si en aquel módulo habíaun tema estrella, ése era el de lospermisos de salida. Por todos es sa-bida la importancia de los permi-sos, importancia que, cuando unocapta el significado de estar preso,se convierte en una acuciante ne-cesidad: la de paliar mínimamentela prisionización, los devastadoresy a veces irreparables efectos de laprivación de libertad. Pero es que,además, los permisos constituyenuna pieza clave en un sistema pe-nitenciario en buena medida pro-gresivo como el nuestro. La reglaes que sin permisos no hay tercergrado y sin tercer grado no hay po-sibilidad de acceder a la libertadcondicional, por lo que su conce-sión es la esperanza de un futurocumplimiento menos duro y su de-negación se vive como un drama.

De la importancia de los permi-sos son conscientes los gestores pe-nitenciarios que suelen caer en latentación de utilizarlos como uninstrumento de control sobre elpreso, como una figura al serviciodel orden y la disciplina, cuando su

finalidad es la de servir a la reso-cialización. Esta perniciosa utiliza-ción trae causa en gran medida enla ley penitenciaria, que establececomo uno de los requisitos para eldisfrute de los permisos el no tenermala conducta, requisito que laAdministración identifica con notener sanciones disciplinarias sincancelar. Es indiscutible la necesi-dad de un régimen disciplinarioque garantice la convivencia enprisión, pero basta una lectura delelenco de conductas consideradasfalta para darse cuenta de que mu-chas de ellas —por ejemplo, des-obedecer alguna orden o resistirsepasivamente a su cumplimiento,insultar a algún recluso, formularreclamaciones sin hacer uso de loscauces establecidos reglamentaria-mente, etc.— no implican necesa-riamente que el permiso de salidano pueda cumplir la función quetiene legalmente encomendada oque el recluso infractor no puedahacer un buen uso del mismo. Estosignifica, en definitiva, que piezasclaves de nuestro sistema peniten-ciario, articulado sobre la idea deresocialización, como son los per-misos, el tercer grado o la libertadcondicional dependen, en primertérmino, de la conducta disciplina-ria del interno. La vida en una pri-sión poco tiene que ver con la vidaen libertad; deducir de la dificul-tad de la persona para adaptarse ala cárcel su incapacidad para viviren libertad y negarle las oportuni-dades para que pueda conseguirloes un auténtico error.

Pero, sin duda, el aspecto mássangrante del proceder de la Admi-nistración en materia de permisos

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servicio a quienes encargar quecompleten o contrasten los infor-mes emitidos por la Administra-ción. A estas dificultades se sumala presión a la que están someti-dos. Los beneficios de su buen ha-cer no son fácilmente contrasta-bles, ni tampoco vendibles en tér-minos políticos. Sin embargo, loseventuales sucesos luctuosos co-nectados con sus decisiones tienenasegurado un destacado lugar enlos medios de comunicación, queles presentarán como responsablesy no a los auténticos responsablesde semejante situación.

Esta sucinta enumeración de de-ficiencias puede darnos una ideadel funcionamiento de estos desti-nos tan poco codiciados. Aun reco-nociendo la profesionalidad y laadmirable vocación de algunos,como era el caso del Juez de la cár-cel en que se celebró el taller, nopuede ocultarse que la falta demedios hace que sean la intuición ylas ideas preconcebidas las que enúltimo extremo decidan buenaparte de los asuntos. Las dificulta-des, la responsabilidad y el miedoal escándalo empujan a estos jue-ces a otros destinos más cómodoso, en último extremo, al conserva-durismo entendido como tenden-cia a refrendar lo hecho por la Ad-ministración o, lo que viene a ser lomismo, a primar el sacrosanto inte-rés de la seguridad en detrimentode la resocialización.

–VI–

En lo referente a los funcionariosde régimen, por lo que pude ob-servar, la relación entre éstos y los

presos era también la de ausenciade comunicación. Aquéllos pasa-ban la tarde parapetados en susgaritas, no por cuestiones de segu-ridad, sino porque parecía haberseasumido institucionalmente queun trato más cercano con los inter-nos ni es necesario ni merece lapena. Aunque agravios del pasadoescuché muchos, no detecté en esemódulo de segundo grado casosde maltrato o abuso físico, pero síprepotencia en el ejercicio del po-der cotidiano.

Recuerdo un caso que podría re-sultar hasta gracioso si no fuerapor la situación. Me habían comen-tado los presos que uno de los fun-cionarios, cuando tenía el turno denoche, a eso de las once y media olas doce, cortaba la luz de todas lasceldas. Un día trabé conversacióncon él y, como quien no quiere lacosa, le pregunté por la luz. Meconfesó que nadie la cortaba ex-cepto él:

—¿Y si están viendo la tele? —apunté.

—No hay problema, porque hastaque no termina la película no apa-go la luz —contestó convencido.

Me quedé tan perpleja que tansólo comenté que a mí me gusta-ban más los documentales de laDos, aunque quizá lo procedentehubiera sido preguntar cómo reac-cionaría él si alguien, sin necesidadninguna, le cortara la luz cuandoestaba viendo la tele, leyendo unlibro o escribiendo una carta a sufamilia.

También me contaron varios pre-sos que otro de los funcionarios al-gunas noches llegaba borracho, loque inevitablemente acabaría ge-

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“El recuento” un acercamiento a la penaARTÍCULOS DE FONDO

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Este proceder significa tambiénque la decisión se toma sin la par-ticipación del interno y sin queéste tenga la oportunidad de ale-gar y probar las circunstancias par-ticulares que podrían anular o neu-tralizar ese riesgo estadístico. Du-rante el desarrollo del talleralgunos presos solicitaron el per-miso, alegando, por ejemplo, quequerían conocer, de ser negativo,el contenido del informe del Equi-po Técnico y que deseaban tener laoportunidad de alegar lo que a susintereses conviniera ante la Juntade Tratamiento antes de que éstatomara una decisión. Ante la au-sencia en la legislación penitencia-ria de un cauce para tal interven-ción, se invocó la Ley de RégimenJurídico de las AdministracionesPúblicas y Procedimiento Adminis-trativo Común, normas que, a faltade otras específicas, debería respe-tar la Administración penitenciariaen su actuación. No se trataba condicha invocación legal de añadir ri-gidez y formalismo a las relacio-nes, sino tan sólo de un intentopor salvaguardar el derecho de de-fensa frente a la todopoderosa Ad-ministración, que no puede serlenegado a ningún administrado, nisiquiera cuando está preso. Ni quedecir tiene que la Junta de Trata-miento no se dio por enterada.

La falta de sometimiento de laAdministración penitenciaria a lalegalidad en su actuar diario tieneuna gravedad que no debería sernecesario acentuar. En primer lu-gar convierte en un auténticocuento no sólo el espíritu, sinotambién la letra de nuestra ley pe-nitenciaria, cuyo progresismo se

esgrime como escudo frente acualquier crítica al sistema y reali-dad carcelaria. En segundo lugar,produce en el preso una sensaciónde impotencia frente a la arbitra-riedad y un descreimiento hacia lajusticia, producto de una constata-ción difícil de contradecir: que laimportancia de la ley depende dequien la infringe.

–V–

Los éxitos jurídicos del taller nofueron, la verdad, demasiado nu-merosos. Algún recurso sí gana-mos, si bien siempre en sede de Vi-gilancia Penitenciaria. Aunque hoytengo una relación de reconoci-miento y afecto con el juez de Vi-gilancia de aquel centro, he deconfesar que me irritaba mucho latardanza y escasa motivación de al-gunas de sus resoluciones. Cuandotuve ocasión de conocerle y de co-nocer otros aspectos de su trabajo,también me vi obligada a enjuiciaresos fallos con más condescenden-cia. En la actualidad existen entoda España treinta Juzgados deVigilancia, que han de resolver lasmúltiples y continuas cuestionesque plantea la situación peniten-ciaria de aproximadamente cua-renta y nueve mil reclusos, habien-do Juzgados que tienen bajo su ju-risdicción a más de dos milinternos. La mayoría de estos jue-ces, a quienes no se requiere espe-cialización, tienen competenciaterritorial sobre varios centros pe-nitenciarios, a veces enclavados endiferentes provincias y muy distan-tes entre sí. A ello hay que añadirla carencia de personal técnico a su

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nía treinta y seis años y había in-gresado en prisión a los veinticua-tro con una larguísima condenapor robo con homicidio. Su expe-diente era un auténtico tratado deDerecho penitenciario del que pro-metió nombrarme heredera: hacíaunos meses había salido del primergrado y ya tenía una pequeña co-lección de sanciones, además deuna causa penal pendiente desdehacía un par de años por pelearsecon un funcionario.

Las sanciones son algo que elpreso tiene a toda costa que evitar,pues, como ya comenté, condicio-narán negativamente su trayecto-ria penitenciaria. Pero esquivarlasno siempre es fácil, teniendo encuenta la estricta reglamentación yel ambiente de la cárcel, y se con-vierte en realmente complicado siel preso tiene un carácter difícil dedoblegar. Los partes te pueden ve-nir, como le ocurría a Manuel, porponer una pancarta en el patio pi-diendo la excarcelación de los pre-sos enfermos de sida, por mentirpara poder salir del módulo e ir aver a su hermano —eran varios enaquella prisión— o por contestar aalgún funcionario prescindiendode la buena educación; conductasque Manuel no se esforzaba porevitar y que yo interpretaba comouna forma de mantener su autoes-tima frente a un sistema que élpercibía —y en buena parte loera— de dominación.

Ese historial y esa actitud conver-tían a Manuel en un caso perdidode cara a la obtención de permisos,a pesar de le faltaban pocos mesespara entrar en el periodo de condi-cional. Era uno de esos presos a los

que la Administración calificaría deirrecuperables o, prescindiendo detodo eufemismo, "carne de ca-ñón". Sin embargo, Manuel erauna persona muy curiosa, muy in-quieta y con un gran talento parala expresión artística y manual y,precisamente porque trataba deconservar su autoestima como unpreciado tesoro, siempre me pare-ció alguien muy fácil de motivar.Aun así, la mayor parte de esosdoce años los había pasado en elpatio junto al fantasma de la dro-ga, con quien desde antiguo man-tenía una tormentosa relación.

Me sacaban de mis casillas esoscasos de abandono. Los presos conlos que traté no serían precisamen-te modélicos, pero en todos elloscreí descubrir un importante po-tencial para la recuperación y meparecía imperdonable que los añosde cárcel acabaran echándolo aperder ante la pasividad de la Ad-ministración. He oído a responsa-bles de Instituciones Penitenciariasvanagloriarse de la modernidad denuestros centros penitenciarios, delo amplios y seguros que son. Miconcepto de modernidad atiende,más bien, a lo que sucede dentrode esos muros, y lo que sucede esque nuestra realidad penitenciariano aprueba ni de lejos la asignatu-ra de la resocialización.

En la actualidad la práctica tota-lidad de los esfuerzos en pro de laintegración del preso los lleva acabo el denominado Tercer Sector.Dejando a un lado las múltiples lu-ces y sombras de esta intervención,quisiera incidir en que su labor, re-conociendo lo encomiable que lle-ga a ser la de algunas asociaciones

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nerando un serio altercado. En am-bos casos propuse a los que me co-mentaron la situación el denun-ciarla, pero la mayoría no se ani-mó, en primer lugar por miedo acomplicarse la vida y también —creo yo— porque habían llegado aasumir tales episodios como parte,sin duda irritante, de la vida coti-diana en un régimen ordinario.

Por lo que se refiere a mi rela-ción con los funcionarios de régi-men fue siempre correcta, y con losfuncionarios de tratamiento, total-mente inexistente. Hay que decirque educadores, psicólogos, asis-tentes sociales, etc., suelen tenerhorario de oficina, así que, comoyo iba por las tardes, jamás coinci-dí con ninguno de ellos. Me llamómuchísimo la atención el que na-die, absolutamente nadie de la Ad-ministración del centro se interesa-ra, al menos directamente, por loque yo hacía todos los jueves en laescuela del módulo o por mi opi-nión acerca de los internos con losque tanto tiempo acabé pasando.Por supuesto, la falta de controlsupuso la total ausencia de pre-sión, por lo que trabajé con liber-tad. Sin embargo, tuve la impre-sión de que ello respondía, másque a la tolerancia, al desinterés ytambién en parte al convencimien-to de que las sinrazones del siste-ma diluirían sin esfuerzo la posiblerepercusión de mi trabajo.

–VII–

Como ya he dicho, además de lospresos que esporádicamente seacercaban a consultar algún pro-blema o simplemente a pasar el

rato, hubo otros a quienes el tallerinteresó y acudían todos los jueves.Con respecto a éstos, que no fue-ron más de seis o siete a lo largodel año, el taller adquirió una di-mensión más cercana e intensa. Meimpliqué mucho más en sus proble-mas penitenciarios y con ello ensus historias personales. Quizá por-que era mi primer contacto directocon la marginación, lo que más mesorprendió fue la facilidad para co-municarme con ellos, con las per-sonas a las que me acercaba con elprejuicio de considerarlas muy dis-tintas. Pasamos muchas tardes jun-tos y tuvimos tiempo para hablarde muchas cosas: de la cárcel, de lafamilia, del delito, del amor, de ladroga, del pasado, del pavorosofuturo... Y en semejante recorridoinevitablemente acabé encontran-do a personas a quienes apreciar yen quienes reconocerme, personasque, en otras circunstancias, yotambién hubiera podido ser.

De todos aquellos presos tengomuy buen recuerdo, pero quizáuno de los más cariñosos lo guardode Manuel. Durante las primerassemanas fue un preso duro y dis-tante, que parecía perdonarme lavida cada vez que se dignaba a in-tervenir. Pero esta actitud desapa-reció cuando se convenció de miindependencia de la Administra-ción y dejó de desconfiar; entoncesapareció una persona brillante, di-vertida y muy simpática. Sin em-bargo, había desarrollado una hos-tilidad hacia todo lo que formabaparte de la institución penitencia-ria que, a veces, se me antojabaalgo paranoica y que le hacía viviren constante tensión. Manuel te-

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tra el medio ambiente, ni por deli-tos de prevaricación, ni conocí aningún terrorista, ni a ningún capodel narcotráfico. Ya sé que algunoshay, sólo digo que yo no los traté ypor eso no voy a hablar aquí deellos. Yo conocí a presos como "ElSuso", que la primera atención dela sociedad que en su vida recibiófue a los dieciséis años y consistióen meterle en prisión, o como Héc-tor, condenado a nueve años portraer desde Colombia un kilo decoca en un desesperado intentopor salir de una mísera situación.

No estoy hablando de determi-nismo, ya sé que otros muchos nodelinquen en parecidas condicio-nes. Tampoco es éste un discursovictimista. De hecho siempre memolestó el victimismo de algunospresos que obviaban el daño cau-sado al valorar su situación, y cuan-do surgía la ocasión sugería, sinánimo de pontificar sino sólo deayudar, que se preguntasen cómose sintió la víctima al ser golpeadao cuando le robaron el dinero de lapensión. Evidentemente, cada unoha de asumir sus responsabilida-des, pero lo cierto es que la mayo-ría de los presos que conocí no tu-vieron ni por asomo las mismas po-sibilidades de elección que yo oque quienes dirigen y gestionanlos recursos y el instrumento puni-tivo a menudo con tanta dureza ytan poca equidad.

Basta una mirada a nuestra reali-dad penitenciaria para darse cuen-ta de que las cárceles tienen sucantera en los sectores económica-mente más débiles, lo cual no pue-de ser casual, y que la pena de pri-sión es una enorme piedra, en mu-

chos casos mortal, en esta particu-lar lapidación de la exclusión so-cial. Me dirán que el papel del De-recho penal no es mitigar desigual-dades. No tengo muy claro cuálesson, más allá de los formalmentedeclarados, los auténticos fines delDerecho penal, pero lo cierto esque la determinación e imposicióndel castigo penal viene girando entorno a dos pilares: la cuantifica-ción del daño inferido y la atribu-ción de responsabilidad, y —por loque a este segundo baremo res-pecta— resulta evidente que el re-proche ha de ser menor cuantomenor es la capacidad del indivi-duo para optar entre el someti-miento a la norma o su infracción;capacidad que, nadie podrá negar,no sólo está condicionada por fac-tores psicológicos, sino tambiénculturales, sociales y, fundamental-mente, económicos. Mostrarse re-fractario a esta realidad conlleva ami juicio, en último extremo, lapérdida de legitimidad del Dere-cho penal en el contexto de un Es-tado social obligado a "promoverlas condiciones para que la liber-tad y la igualdad del individuo y delos grupos sociales en que se inte-gra sean reales y efectivas; remo-ver los obstáculos que impidan odificulten su plenitud y facilitar laparticipación de todos los ciudada-nos en la vida política, económica,cultural y social" (art. 9.2 de laConstitución).

Habrá a quien este breve apuntesobre la desigualdad social y el De-recho penal le suene trasnochado.Sin embargo, frente al discurso ofi-cial de "España va bien", de la"justicia infinita", de la "tolerancia

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y ONGs, en modo alguno ha de ser-vir para maquillar la ausencia deauténtica política institucional dereinserción. Ya sé que no se lespuede pedir a los responsables pe-nitenciarios cambiar las estructurasy el mecanismo de la sociedad, deeste "sálvese quien pueda" al quecamina el Estado social que procla-ma nuestra Constitución, pero nocreo que se esté haciendo ni todolo posible ni todo lo necesario parafacilitar la futura integración. Ycuando hablo de carencias no meestoy refiriendo a complejos y cos-tosos programas de intervención,sino a cuestiones tan simples como,por ejemplo, un número de profe-sionales razonable para conocer alpreso sobre quien se decide y encuya resocialización deberían te-ner tiempo para trabajar; o a cues-tiones tan fundamentales comoofrecerle, más allá de actividadesdescoordinadas y meramente ocu-pacionales, el aprendizaje serio yhomologado de una profesión.

Como el lector ya habrá aprecia-do, estoy convencida de la necesi-dad de apostar por la —tan denos-tada por algunos— resocialización,a la que yo preferiría llamar sim-plemente integración. Por muchasrazones. Porque así lo exige el de-recho a la dignidad, que significaque todos deberíamos tener unaoportunidad para rehacer nuestrasvidas y porque un Estado que re-nuncia a integrar no merece el ca-lificativo ni de democrático ni desocial. Pero para quien estos moti-vos no sean suficientes aún se pue-de apelar a la razón con un argu-mento de utilidad: porque la ayu-da es la única manera de evitar

que esas personas, una vez cumpli-do el castigo, vuelvan a delinquir.Esta reivindicación de la idea de in-tegración resultaría obvia si nofuera por la facilidad con que laconstatación de que la cárcel no esun espacio adecuado para resocia-lizar, de que hay unos pocos queno quieren cambiar y otros pocosque no requieren ningún cambio,se traduce en sordera frente a lanecesidad y al mandato constitu-cional de trabajar contra el delito,procurando un sitio a los que al-gún día volverán y poniendo todoslos medios necesarios para impedirque la sanción penal termine dedesbaratar sus vidas.

–VIII–

Bien es cierto que a uno de aquelreducido número de presos del ta-ller, a José, me consta que le vamuy bien. Buscó refugio y salida enel estudio y lo encontró, logró pro-gresar de grado y hoy cumple enuna Unidad Dependiente. Con élse podría decir que los oxidados re-sortes del sistema funcionaron.Aunque el mérito —y grande— dehaberlo conseguido es enteramen-te suyo. José no pertenecía a unentorno marginal y su familia leapoyó de forma constante y eficaz.Me alegro muchísimo por él, perosiento que esos resortes se resistantan tozudamente para aquelloscuya biografía, a diferencia de lade José, está marcada por la exclu-sión. Y son mayoría. Durante eltiempo que estuve yendo a prisiónno conocí a ningún gran estafador,ni a presos condenados por delitoscontra la Hacienda Pública, ni con-

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Introducción

Casi todos los libros y artículosactuales sobre política penalhacen referencia al veloz au-

mento de la población carcelariadurante los últimos años y, en con-creto, mencionan que hoy en día,en los Estados Unidos, ello se tra-duce en que hay dos millones másde personas encarceladas que an-tes. Se han presentado varias expli-caciones que dan cuenta de esteaumento. Una de ellas señala quela razón más importante que expli-ca este notable aumento de la po-blación carcelaria es la crecientedemanda punitiva entre los políti-cos y entre la población en general(Garland, 2001; Simon, 2001). Se haargumentado que gran parte de

esta demanda punitiva ha estadodirigida en forma desproporciona-da hacia ciertos grupos raciales(Mauer, 1999; Wacquant, 2001).Una posterior explicación, peroque se relaciona con la anterior,alude a la aparición de una "nuevapenología", enfocada hacia el con-trol de grupos de personas —pre-dominantemente la underclass1—a través del uso de diferentes for-mas de evaluación del riesgo (Fee-ley y Simon, 1992; 1994). Tambiénse acusa al sistema penal de haber-se polarizado cada vez más y ha-berse desarrollado en un sentidodual o sistema "bifurcado", con laintroducción, por un lado, de ma-croprisiones más severas y, por elotro, con la proliferación de san-ciones en forma de servicios a la

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cero", de la demonización del po-bre y del discrepante..., frente auna política criminal que parece nosaber luchar contra el delito sinomediante la expansión y el endure-cimiento de la pena de prisión, sinpararse siquiera a analizar ni suscausas ni de quién nos estamos de-fendiendo; frente a todo esto, elponer de manifiesto las profundasdesigualdades de nuestra sociedady el preguntarse por el papel quejuega y por el que debería jugar eneste contexto el Derecho penal, le-jos de trasnochada, me parece unareflexión necesaria y de una dra-mática actualidad. Espero podervolver sobre ello con más deteni-miento en otro lugar.

–IX–

Es hora ya de poner el punto finalde este testimonio, a pesar de quemuchas emociones se quedan sinplasmar y otras tantas reflexionessin plantear. Pero no quisiera ter-minar sin reconocer que no todofue fácil en esta inmersión en larealidad de las prisiones; una reali-dad que conmueve, atrapa y de laque en ocasiones uno desearía salirhuyendo. A veces afloraron prejui-cios que no creía tener y seguroque en alguna ocasión pude haberhecho mucho más, pero no resultafácil evitar el vértigo que producedescender, a veces a trompicones,por el lado más oscuro de nuestraflamante sociedad del bienestar.

A pesar de ello, la experienciamereció cien mil veces la pena y nosólo en el terreno profesional, sino,como ya dije, sobre todo en el per-sonal. Quisiera dar las gracias en

primerísimo lugar a los presos queen aquel taller participaron porquecon sus historias y su afecto meayudaron a saltar los muros emo-cionales e intelectuales levantadospara que nuestras conciencias no sevean salpicadas por las desgraciasajenas y por la injusticia social. Asi-mismo, justo es dar cuenta de quedurante este acercamiento a lapena de prisión también he tenidoocasión de conocer a magníficosprofesionales que desde el ámbitode la administración, de la judica-tura, de la abogacía, del compro-miso solidario, e incluso desde launiversidad, a pesar de la cerrazóny sinrazón del panorama descrito,siguen esforzándose porque la jus-ticia y la racionalidad ganen terre-no al dolor inútil y absurdo. Sus re-flexiones y perspectivas tambiénme han sido de una gran utilidad.

He de concluir y quisiera hacerlocon la imagen que cada jueves meacompañaba al abandonar la pri-sión y que siempre me pareció deun simbolismo muy especial. Era laimagen de José, de Manuel, de Fer-nando, de Héctor... y del resto delos presos del módulo en el patio,alineados para el recuento. Desea-ría que estas páginas fueran unapincelada en ese otro recuento,más real y más completo de nues-tra justicia penal; un recuento queotros, con una experiencia más ex-tensa y un compromiso más inten-so, hace tiempo empezaron a na-rrar. Un RECUENTO en el que laspersonas presas y sus circunstanciastambién tengan voz. Que no laahoguen las rejas.

Madrid, junio de 2002

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Reflexiones sobre losrecientes desarrollosde la politica penaldesde la teoria de lossistemas*

ROGER MATTHEWS**

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* Ponencia presentada en Pisa, en abril de 2002, en el marco de la XII Asamblea Nacional dela asociación Antigone, en la mesa redonda "El business penitenciario". Traducción de Ale-jandro Piombo, revisada por Gabriel Ignacio Anitua.** School of Law and Social Science, Middlesex University of London.

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nos en Inglaterra y Gales, una caí-da en el número (y por ende en laproporción) de quienes fueron en-viados a la cárcel por delitos talescomo robos con allanamiento demorada y hurtos. En contraste conla reintroducción de los campos deentrenamiento (los cuales real-mente nunca desaparecieron delReino Unido), existe un crecienteinterés en el desarrollo de respues-tas aparentemente más benignas,como la justicia restaurativa (Daly,2001). En oposición a la implemen-tación de estrategias de sentenciadeterminada y obligatoria, hemosvisto el crecimiento de esquemascon tutores y "de camaradería" di-señados para asistir y favorecer alos delincuentes, al igual que he-mos sido testigos de la expansiónde las soluciones previas al juicio(diversion). Precisamente cuandohan aumentado las penas por deli-tos violentos, las penalidades con-tra algunos delitos "sin-víctima"han decrecido. Junto con el mayorempleo de la pena capital y el en-carcelamiento en los Estados Uni-dos, vemos un masivo aumento enel número de programas basadosen servicios a la comunidad que seorganizan en torno al "monito-reo", la supervisión y la vigilanciade los delincuentes.

Sin embargo, estos cambios nosólo representan una excepción enel continuum de la punitividad,que se mueve desde la severidad,en un extremo, hasta la indulgen-cia, en otro. Más bien, parecen ha-ber constituido un pasaje discerni-ble en el carácter y el propósito delas sanciones penales oficiales. És-tas incluyen el desarrollo de lo que

John Pratt (2001) llamaba castigos"emotivos y ostentosos" que invo-lucran nuevas formas de humilla-ción y degradación, al igual quemuestras públicas de compunción.Ejemplos de tales castigos son laimplementación de cuerdas depresos en los Estados Unidos, aligual que otras medidas que impli-can la obligación de realizar traba-jos humillantes y de usar atuendosestigmatizantes en público. La na-turaleza precapitalista de algunasde estas sanciones ha sido definidapor algunos como la neofeudaliza-ción del castigo (Shearing, 2001).

Otros comentaristas, como PatO'Malley (1999), sugieren que laspolíticas y las prácticas penales con-temporáneas se caracterizan por ungrado inusual de incoherencia y vo-latilidad, lo cual sería consecuenciade la formación de nuevas configu-raciones políticas y no una expre-sión de los límites del Estado sobe-rano. Como ejemplos de estas ten-dencias volátiles en el Reino Unido,se pueden incluir la demanda en unprimer momento de medidas enér-gicas sobre las drogas y, en otro, lavirtual despenalización de determi-nadas drogas ilegales, mientrasotras eran recategorizadas parapermitir la imposición de penas me-nores. Hace unos pocos años habíareclamos para expandir el sistemacarcelario pero, recientemente, loslíderes políticos han insistido en sureducción. Se podrían dar otrosejemplos de los rápidos cambios enel ambiente penal, pero el aspectosignificativo es que estos desarro-llos de políticas contradictorias yopuestas con frecuencia se expre-san a partir de los mismos grupos

Reflexiones sobre los recientes desarrollos

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comunidad (Cavadino y Dignan,1992; Rose, 1999). Finalmente, seha sostenido que el desarrollo de"complejos industriales-carcela-rios" ha producido el aumento dela escala de encarcelamiento, amedida que los inversionistas y lascomunidades regionales han visua-lizado la prisión como una fuentede ingresos y beneficios (Lapido,2001; Parenti, 1999).

Aunque la mayoría de estos ar-gumentos tienen un fondo racio-nal, no suministran, ni solos ni enconjunto, una explicación com-prensiva de los recientes desarro-llos de la política penal, ni un in-forme completo para desentrañarel mencionado aumento de la po-blación en prisión. En algunos ca-sos proveen argumentaciones par-ciales o "ideológicas" que confun-den retórica con realidad, causascontingentes con fundamentales,o apariencias con procesos subya-centes. En este artículo sostendréque hay otros procesos, importan-tes aunque en gran medida nega-dos, que han alimentado la expan-sión del sistema carcelario y dadoforma a los desarrollos de la políti-ca penal durante los últimos años,y que éstos han sido menos cons-cientes y menos deliberados (y porello más difíciles de replicar) de loque sugieren muchas de estas ar-gumentaciones.

¿El vuelco punitivo?

¿Nos estamos convirtiendo en unasociedad más punitiva? La respues-ta a ambos lados del Atlántico esen general afirmativa. La adopcióndel encarcelamiento masivo, el di-

fundido uso de la pena de muerteen los Estados Unidos, la reintro-ducción de los boot camps2, laadopción de la legislación de con-dena a perpetuidad a raíz de lareincidencia de los "tres golpes yestás fuera" (three-strikes), juntocon la sentencia determinada, obli-gatoria y llamada "justa", son as-pectos señalados como indicativosde un extendido crecimiento delnivel de "punitividad". Del mismomodo, en el Reino Unido, el rápidocrecimiento de la población carce-laria desde 1993, el aumento en laduración promedio de las conde-nas de prisión, la "identificación yoprobio" (o pena de infamia) delos pedófilos, y la expansión de lossistemas de vigilancia se conside-ran ejemplos de dicha punitividadmagnificada, tanto dentro comofuera del proceso de justicia crimi-nal. Para muchos de los que acep-tan que estamos experimentandouna marea creciente de "punitivi-dad", el principal problema es siésta representa un cambio en la to-lerancia pública y en las sensibili-dades o si está orquestada por po-líticos manipuladores y por los me-dios de comunicación de masas(Simon, 2001; Mauer, 2001).

No obstante, el aumento de la"punitividad" es sólo una parte dela historia, y apuntar el foco exclu-sivamente hacia la introducción demedidas penales más duras corre elriesgo de perder de vista la mayordiversidad de sanciones penalesque han surgido en los últimosaños. Por ejemplo: en contrastecon el aumento de severidad en lassentencias dictadas a algunos de-lincuentes, se ha producido, al me-

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como el decenio de las sancionesintermedias (Clear y Byrne, 1992).La amplia adopción de distintas op-ciones de pena, incluyendo la con-dena condicional (probation) in-tensiva, el arresto domiciliario, losservicios comunitarios y el encarce-lamiento como shock, tanto en losEstados Unidos como en Gran Bre-taña, ha aumentado el número y laextensión de las opciones de con-dena disponibles. No obstante, elcrecimiento de estas opciones no serelacionó con la producción de in-vestigaciones que demuestren quefuncionan, sino que ha sido engran medida el resultado de la cre-encia asumida por los creadores depolíticas y los profesionales de queexiste la necesidad de un nuevoconjunto de sanciones que se de-ben ubicar "entre la cárcel y la con-dena condicional" (Morris y Tonry,1990). O sea, muchos generadoresde políticas penales fueron recepti-vos ante los argumentos de queexiste un número considerable depersonas que son enviadas cadaaño a prisión, cuando no habría ne-cesidad de que estuvieran allí;mientras que, por otro lado, lasformas existentes de condena con-dicional y otras sanciones basadasen servicios a la comunidad son vis-tas cada vez más como alternativas"blandas", que no sirven como op-ciones creíbles ante la prisión. Enun período de crecimiento de laspoblaciones penitenciarias, costosascendentes y una extendida so-brepoblación, la posibilidad de ma-nejar a los delincuentes con opcio-nes no privativas de la libertad ypor ello ostensiblemente más bara-tas resultó una medida atractiva.

Los primeros estudios realizadosal poco tiempo de la introducciónde programas de supervisión inten-siva, proclamaban que eran másefectivos en relación con los costos,que servían para aliviar la presiónsobre la población carcelaria y queproporcionaban un efectivo meca-nismo de control del delito ya que,a través de una estrecha supervi-sión, se ayudaba a la reducción deldelito al disminuir el nivel de rein-cidencia. A pesar de estas tempra-nas expresiones de éxito, duranteesa década se hizo cada vez másevidente que la mayoría de esasaserciones eran infundadas y se ba-saban en presunciones erróneas o,a menudo, en una mala interpreta-ción de la relación entre la prisión,las "alternativas" existentes a laprisión y las sanciones intermedias.Para la mayoría, las comparacionesque se hicieron entre la eficacia se-gún el costo de la cárcel y de lassanciones intermedias eran irrea-les, pues la mayor parte de aquellosque recibieron sanciones interme-dias no habrían sido enviados a pri-sión en caso contrario, sino que lomás probable era que hubieran re-cibido una condena condicional oalguna otra sanción antes existentede servicios a la comunidad. La in-vestigación que midió las tasas dereincidencia para diversas penas in-termedias mostró una escasa dife-rencia con respecto a las sancionesexistentes con anterioridad. Talcomo admitió uno de los arquitec-tos originales de las sanciones in-termedias:

"Pocos programas han desviadograndes cantidades de delincuen-

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sociales y políticos durante un perí-odo relativamente corto.

A pesar del desarrollo de estemosaico cada vez más complejo desanciones existen signos de cambioen los objetivos, con una desacele-ración en el crecimiento de la po-blación carcelaria de los EstadosUnidos como resultado de una ni-velación de las admisiones a pri-sión (Blumstein y Beck, 1999). Tam-bién existe evidencia, en diferentesEstados, de una reducción en elempleo de condenas mínimas obli-gatorias y un mayor uso de opcio-nes no privativas de la libertadpara delitos relacionados con dro-gas y otras transgresiones, en unintento por reducir la poblacióncarcelaria. En forma similar, en In-glaterra y Gales se ha dado uncambio durante el año pasado olos dos últimos años, con muchospronunciamientos oficiales que ex-presan el deseo de limitar el uso dela cárcel (Butterfield, 2001; HomeOffice, 2001). A menudo ocurreque los políticos que hablan de en-durecer la política penal adoptanluego otras políticas cuando exa-minan las implicaciones financie-ras. Es importante señalar que bajola administración de la "Dama dehierro", Margaret Thatcher, nosólo hubo menos gente enviada aprisión anualmente, sino que ellatambién dirigió dos virtuales am-nistías en las cuales miles de prisio-neros en Inglaterra y Gales fueronliberados de forma anticipada.

Al prestar desproporcionada-mente atención al crecimiento dela población carcelaria se ha des-viado la atención del igualmenterápido incremento de las sanciones

basadas en servicios a la comuni-dad. Así como la población peni-tenciaria de los Estados Unidos seha incrementado tres veces duran-te las últimas dos décadas, del mis-mo modo las sanciones de serviciosa la comunidad aumentaron en lamisma proporción durante el mis-mo período, con la consecuenciade que en la actualidad hay 3,8 mi-llones de personas con condenacondicional (probation) y 725.000con libertad bajo palabra (parole)(Bureau of Justice, 2001).

De este modo, aunque no faltanejemplos de mayor "punitividad",la expansión del sistema penal noes simplemente responsabilidad delas políticas de "mano dura", sinoque más bien es producto de loscrecientes rango y diversidad de lasopciones de condena. Por cierto, sepuede argumentar que una de lasmayores tendencias durante la dé-cada pasada ha sido el repetido in-tento por reducir la población car-celaria mediante la desviación delos delincuentes a la creciente redde alternativas no custodiales. He-mos visto la proliferación de medi-das cuya introducción se ha justifi-cado habitualmente en términos desu capacidad para aliviar presióndel sistema. Durante la década pa-sada, se han desarrollado muchaspenas intermedias, llamadas "smartsentences"3, y a su introducción sele ha dado una explicación racional,precisamente en los términos quedenota su nombre.

Penas intermedias

La década de los años noventa fuedescrita, con cierta justificación,

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tes de la cárcel, ahorrado dineropúblico o camas penitenciarias, oreducido las tasas de reincidencia.Estos hallazgos se repiten en lasevaluaciones del servicio comuni-tario, de la supervisión intensiva,del arresto domiciliario, de los cen-tros de reporte diario y de los cam-pos de entrenamiento. Las fallasprincipales han sido las altas tasasde revocación y el subsiguiente en-carcelamiento (a menudo entre el40 y 50%), y la asignación a ellosde delincuentes menos serios de loque los creadores de los programascontemplaron." (Tonry y Lynch,1996: 99)

De este modo, parecería que másque proporcionar una serie de op-ciones que redujeran presión sobreel sistema carcelario, al suministrarun número de sanciones más apro-piadas y eficaces en relación con elcosto, el impacto de estas opcionesde penas intermedias ha sido el decontribuir involuntariamente a laexpansión del sistema carcelario.Los críticos de las sanciones inter-medias han señalado los efectosamplificadores de la red que habi-tualmente acompañan a la intro-ducción de nuevas "alternativas" ala custodia carcelaria, pero es unproblema mucho más grave el delmodo en que la proliferación deopciones de condena logra crearun sistema autorreferencial o au-topoiético más grande, que reciclaindividuos a través de una red deinstancias del sistema penal másestrechamente ligadas (Brans yRossbach, 1997; Luhmann, 1995).Además, la introducción de las san-ciones intermedias ha aumentado

los lugares de la toma de decisio-nes. De esta forma, cuando Mi-chael Tonry y Mary Lynch (1999) yotros manifiestan que el únicomodo de salvar las sanciones inter-medias es estructurar bien la tomade decisión judicial, se olvidan quemuchas de las decisiones relativasal uso de sanciones tales como lacondena condicional (probation) ola libertad bajo palabra (parole) lastoman en realidad las autoridadespenitenciarias y otros cuerpos nojudiciales. De hecho, la mayor difi-cultad de introducir estas variasopciones de penas es que es extre-madamente difícil controlar paraquién y para qué se usan.

Al mismo tiempo, cada opciónde condena tiende a justificarse notanto en términos de sus méritos,sino más bien en términos del "fra-caso" de las otras opciones. Deesta forma, más que actuar simple-mente como alternativas frente alencarcelamiento, actúan como al-ternativas entre sí. Estos problemasse hicieron evidentes en el "descar-ceration debate" durante las déca-das de los años setenta y ochenta,pero parecería que no se hanaprendido las lecciones (Cohen,1985; Matthews, 1989). Como re-sultado, se ha experimentado conuna extensa red de sanciones congradaciones incluso más finas, quehan hecho que la transición de unaa otra sea todavía más fácil. Peroademás sucede que la respuestaante el fracaso percibido sobre elconjunto de sanciones no es la deracionalizar el número disponiblede ellas, sino más bien desarrollarmás opciones de pena adicionales,con las cuales se espera resolver el

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problema. Por ejemplo, en una re-ciente publicación del Home Office—el Ministerio del Interior británi-co—, que apunta al "fracaso" delas sanciones intermedias, la solu-ción que se propone no es la de re-ducir el número de las mismas sinola de introducir dos nuevas penasintermedias bajo la forma de "pri-sión intermitente" y de "accesoriade condena suspendida"4 (HomeOffice, 2001).

Se debería considerar, entonces,que la sugerencia de que las llama-das sanciones intermedias se sitúan"entre" la prisión y la condenacondicional es inexacta. Mientrasque algunas medidas, como loscampos de entrenamiento, repre-sentan una intensificación y unadiscutible distorsión de las formasde encarcelamiento existentes,otras sanciones intermedias son deun orden diferente, y no son ni in-cluyentes ni excluyentes, ni orien-tadas al bienestar ni estrictamentepunitivas.5 En cambio, ellas se abo-can al "monitoreo", a la vigilanciay observación continuas y al con-trol de la conducta; constituyen loque Stan Cohen (1983) cierta vezrefirió como el "new behavio-rism", que estaría preocupado pormonitorizar a los delincuentes, sinintentar reformarlos, corregirlos orehabilitarlos. Éstas son esencial-mente técnicas "manageriales"(administrativas, actuariales o degestión) diseñadas para restringirla libertad de movimientos de losindividuos. El fracaso de estas es-trategias de "monitoreo" y vigilan-cia permanente para dirigirse a lascausas del delito o intentar refor-mar a los delincuentes ha produci-

do un creciente escepticismo acer-ca del valor de las penas interme-dias. Por ejemplo, uno de los co-mentarios sobresalientes sobre eltema concluye así:

"Aunque la mayoría de los pro-gramas de sanciones intermediasse 'vendió' a los legisladores y a lapoblación en general con funda-mentos en sus componentes de vi-gilancia extrema y ‘monitoreo’, pa-rece que ahora es el componentede tratamiento el que consiguecambios en el subsiguiente com-portamiento delictivo de los trans-gresores. Si los generadores de po-líticas y aquellos que desarrollanprogramas no reconocen este he-cho y suministran recursos tantopara el control de los delincuentescuanto para los programas de tra-tamiento de las sanciones interme-dias, éstas no serán vistas comoejemplos de "smart sentences"; severán simplemente como una pos-terior evidencia de que 'nada fun-ciona'." (Petersilia, Lurigio y Byrne,1992; xiv)

Sin embargo, el reconocimientode las limitaciones y, por cierto, delfracaso de las sanciones interme-dias, no siempre actúa como uncontraestímulo para los generado-res de políticas penales. Incluso en-tre quienes manifiestan trabajarcon la pragmática perspectiva de"¿Qué es lo que funciona?" se havisto que el repetido fracaso, porejemplo, de los programas de "mo-nitoreo" electrónico en Inglaterra yGales no desanimó a los generado-res de políticas. En verdad, parecióque ellos trataran de "demostrar",

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distribución de los delincuentes enun lugar a la vez, o en una serie delugares específicos en el tiempo. Larepresentación de las estadísticasoficiales como una serie de foto-grafías instantáneas tiende a refor-zar esta concepción. Visualizadasde este modo, las respuestas priva-tivas de la libertad o de servicios ala comunidad se ven como "alter-nativas" que abastecen a dos po-blaciones diversas. Sin embargo, siexaminamos el movimiento de de-lincuentes en un período dado,descubriremos que existe un flujocontinuo de individuos entre losdistintos ámbitos, de modo tal queun porcentaje significativo de quie-nes están actualmente en prisiónestará en el futuro sujeto a sancio-nes basadas en servicios a la comu-nidad, y viceversa. La creencia en larealidad de la bifurcación refuerzainvoluntariamente la ideología ofi-cial de que las cárceles están reser-vadas para los delincuentes serios yexcepcionales, en tanto que los ser-vicios a la comunidad se aplican alos delincuentes de menor impor-tancia.

También se da el caso de que lasdivisiones asociadas al concepto debifurcación se basan en una pre-sunción explícita o implícita de quelas formas de castigo privativas dela libertad y excluyentes se preocu-paban por la contención y discipli-na del cuerpo; mientras que lassanciones de servicio comunitarioestaban más abocadas a la mentedel transgresor, a quien se veíacomo capaz de reformarse. Esta de-marcación ideológica entre distin-tos tipos de delincuentes alojadosen diferentes clases de instalacio-

nes se ha mantenido también me-diante la división de distintos gru-pos de profesionales. Estos últimostuvieron que diferenciarse entrequienes se califican para la conten-ción y disciplinamiento del cuerpo,y aquellos que se especializan en lacapacitación, la educación y el des-arrollo personal (Cohen, 1985). Es-tas divisiones que pueden haber te-nido cierta base en el pasado, nosólo se han erosionado dentro delos programas de rehabilitación en-focados a la mente y el cuerpo yque han proliferado en las cárcelesdel Reino Unido, sino que tambiéncualquier aspiración por suminis-trar educación, capacitación o re-habilitación en instalaciones paraservicios comunitarios se ha vistodisminuida firmemente. Al mismotiempo, los límites entre las sancio-nes privativas de libertad y las ba-sadas en servicios a la comunidadse han tornado borrosos, pues estasúltimas se han vuelto más "intensi-vas" con el fin de ganar credibili-dad pública y "clientes" seguros.En muchas jurisdicciones, las san-ciones privativas de libertad y lasde servicios a la comunidad ya nose ven como "alternativas", sinocomo opciones complementariasque se refuerzan mutuamente. Lasupervisión, el toque de queda, el"monitoreo" y medidas similaresse presentan cada vez más comoun complemento necesario al en-carcelemiento. Esta mezcla de di-versas formas de castigo ha venidodesarrollándose durante ciertotiempo, y las recientes discusionesdel Home Office sobre la introduc-ción de las también llamadas seam-less sentencing6, implican un in-

incluso con más fuerza, la viabili-dad de esta opción de condena.Una de las publicaciones más re-ciente de Home Oficce acerca del"monitoreo" electrónico se titulaacertadamente Making the Tag fit(Mortimer y otros, 1999). Pero pa-recería que el objetivo no consistetanto en adoptar el rótulo o la eti-queta porque le acomoda al delin-cuente o al delito, sino porque seajusta a los actuales intereses yprioridades de las políticas penales.

Sin embargo, el problema ya noradica más en los costos y beneficiosde opciones de penas específicas,sino en cómo ellas encajan dentrode la amplia red de las que hay dis-ponibles, que actualmente incluyenuna compleja mezcla de estrategiasincluyentes, excluyentes, de "moni-toreo" y de extrema vigilancia, cadauna tratando de alcanzar objetivosdistintos y antagónicos. Dentro deeste diversificado sistema penal, hayuna tendencia creciente a que losindividuos se reciclen a través de di-ferentes tipos de programas duran-te el transcurso de sus vidas. El sor-prendente porcentaje de aquellosque pasarán cierto tiempo tras lasrejas no obsta a ello, puesto que seconstata que muchos de esos inter-nos también estarán sujetos a otrassanciones penales en otros momen-tos. Ha habido una significativa"confusión de los límites" entre laprisión y las sanciones basadas enservicios a la comunidad, lo cual esprobablemente más evidente en lafusión de los servicios penitenciariosy los servicios de probation en In-glaterra y Gales (Home Office,1998). A su vez, estos sucesos hanpuesto sobre el tapete las críticas de

que el sistema penal se está volvien-do más polarizado o "bifurcado".

Más allá de la bifurcación

El término bifurcación se ha vueltode uso común desde que se formu-ló inicialmente en la década de losaños setenta (Bottoms, 1979). Aun-que este término se ha usado demaneras diferentes durante las dosúltimas décadas, ha denotado unapolítica de "doble vía" que esta-blece una diferencia entre los de-lincuentes de menor importancia o"comunes", que se pueden tratarcon medios incluyentes, orientadosal bienestar, o con servicios a la co-munidad; y los delincuentes serioso "excepcionales", que son objetode medidas más duras, general-mente bajo la forma de confina-miento excluyente. Durante ciertotiempo, ha existido consenso deque este enfoque de "doble vía" esun hecho consumado de la políticapenal, al menos en Inglaterra y Ga-les, y que la brecha entre estos doscaminos se está ensanchando (Ca-vadino y Dignan, 1992; Rose, 1999;Sparks, 1996). Sea cual fuere la ra-zonabilidad que estas distincioneshayan tenido durante la décadadel setenta, la descripción del pro-ceso penal contemporáneo comoun sistema esencialmente bifurca-do es a la vez engañosa e ideológi-ca, pues ni abarca con exactitud ladistribución de los delincuentes nila extensión de las respuestas pe-nales de que se dispone.

Hasta cierto punto, la promocióndel concepto de bifurcación se hasostenido a través del examen de la

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dos (HM Inspectorate of Probation,1998). Se encontró que sólo doceprogramas tenían algún impactosobre nuevas condenas, y apenascuatro resultaron funcionar de unmodo efectivo. Los programas quemostraron cierta efectividad realeran los que empleaban una consi-derable cantidad de tiempo en de-lincuentes de bajo riesgo, en tantoque el principal factor que parecíaestar ligado a evitar la recaída en eldelito era la posibilidad de contarcon un trabajo al momento de la li-beración. De forma significativa, lacondena condicional intensiva pa-recía tener sólo un efecto mínimoen la reducción de la probabilidadde reincidir en el delito.

De este modo, más que hablar debifurcación, probablemente seríamás adecuado ver estos hechoscomo ejemplos de "transcarcela-ción"; es decir, los altos niveles dereincidencia, que se han asociadocon estas diferentes sanciones, im-plican la circulación de individuos através de las distintas instancias einstituciones durante un determina-do período de tiempo. Además, enun creciente porcentaje de casos, losindividuos no son devueltos directa-mente a la comunidad, sino que,por el contrario, son puestos a dis-posición de diferentes instancias einstituciones penales (Lowman yotros, 1987). Esto puede implicar elmovimiento de individuos a travésde una serie de etapas de la justiciacriminal, además del tratamientopor parte de ciertas institucionespenales, algunas de las cuales pue-den estar manejadas por el Estado,en tanto que otras pueden estar re-genteadas en forma privada. El

efecto acumulativo de largo plazode moverse entre estos distintos si-tios rara vez se explora, y los combi-nados costos personales, económi-cos y sociales de este proceso de re-ciclaje tienden a no aparecer en loscálculos de efectividad en relaciónal costo (Arrigo, 2001). Por lo tanto,lo que se requiere no es una instan-tánea de la distribución de los de-lincuentes, sino más bien un segui-miento de los movimientos de losindividuos a través de estas institu-ciones reguladoras. Si se hace esto,es menos probable que veamos lassanciones privativas de libertad y lasde servicios a la comunidad comodos esferas o ámbitos divergentes;en cambio, puede que podamosapreciar la naturaleza colaboradoray mutuamente reforzadora de estassanciones. El desarrollo de esta redmás integrada ha estado tambiéninfluenciado por la aparición de la"nueva penología", que implica eluso de técnicas actuariales para pre-ver y reducir los riesgos.

La nueva penología

Malcolm Feeley y Jonathan Simon(1992) han señalado, en su muy ci-tado artículo sobre la "new peno-logy", que el despliegue de unacreciente red de sanciones y la ex-pansión de la prisión es, en parte,debido al surgimiento de la justiciaactuarial. Ellos argumentan que la"vieja penología", con su énfasisen la rehabilitación de los delin-cuentes, está siendo sustituida porformas de evaluación de riesgoapuntadas al control de grupos depersonas —particularmente la un-derclass— y que han introducido

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tento consciente por combinar va-rios tipos de penas, excluyentes eincluyentes, en un solo paquete(Home Office, 2000).

La noción de que las sancionesbasadas en servicios a la comuni-dad están reservadas predominan-temente para delincuentes de me-nor gravedad fue socavada por laevidencia de que hubo una dupli-cación de los individuos que fueroncondenados por un delito violentoentre 1990 y 2000 a condena condi-cional (probation); en tanto quequienes recibieron sentencia decondena condicional por robo conallanamiento disminuyeron a la mi-tad entre 1998 y 2000, cayendo del12 al 6% (Home Office, 2002). Enlos Estados Unidos el número depersonas a las que se les está otor-gando una condena condicionalestá creciendo firmemente, y con lamisma rapidez aumenta el númerode oficiales de probation, que es-tán cada vez más comprometidoscon prácticas de "monitoreo" bajollave y de vigilancia.

En los Estados Unidos la conexiónentre los distintos tipos de sancio-nes se pone cada vez más de mani-fiesto, particularmente en relacióncon el uso de la libertad bajo pala-bra (parole) como una estrategia deliberación anticipada. Esta estrate-gia se diseñó para regresar a los pri-sioneros a la comunidad bajo super-visión y, por ende, reducir la sobre-población penitenciaria, además dedar a los internos un estímulo parala conformidad. Sin embargo, las úl-timas investigaciones encontraronque aproximadamente un tercio dequienes están actualmente encarce-lados en los Estados Unidos se en-

cuentran en prisión debido a viola-ciones de su libertad bajo palabra.En algunos estados, como Califor-nia, la proporción de personas en-carceladas como resultado de lasmencionadas violaciones alcanzó laalarmante cifra del 60% en la déca-da del noventa (Petersilia, 1999).Cerca del 40% de quienes ingresa-ron a prisión como consecuencia deviolación de la libertad bajo pala-bra, lo hizo por violaciones de lascondiciones técnicas de dicha medi-da, y no por estar condenados porun nuevo delito.

Parecería que las contravencionesy violaciones que han sido siemprefrecuentes, a pesar de haber sido amenudo negadas como característi-ca de ciertos programas de serviciosa la comunidad, están siendo me-nos toleradas por los oficiales deprobation (Worrall, 1997). Lastransgresiones se ven ahora comoalgo menos aceptable y ello puedeser el resultado de mejores méto-dos de detección, nuevos estilos degestión y una creciente insistenciasobre resultados mensurables.

Existen las mismas evidenciasacerca de la falta de efectividad delas actuales prácticas de supervisióny "monitoreo" en Inglaterra y Ga-les. El HM Inspectorate of Proba-tion encontró, en un reciente estu-dio "interno" acerca de la efectivi-dad del transformado servicio deprobation, que la mayoría de los210 programas implementados yestudiados se encontraban pobre-mente diseñados, con una longi-tud, intensidad y métodos emplea-dos variables, y también comprobóque se aplican indiscriminadamen-te y se malinterpretan en los juzga-

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confiables y ambiguas, sigue sien-do la vara principal con la que semiden las intervenciones penales,ya sean aquellas ligadas a la reha-bilitación o bien los análisis de ries-go (Maltz, 1984). Al mismo tiempo,parece existir una creciente brechaentre un cada vez más numerosogrupo de "expertos" penales —particularmente psicólogos peni-tenciarios, quienes no tienen du-das de que mejoraron en gran me-dida su posición a través de lapromoción de los análisis de ries-go— en relación con otros, de den-tro y de fuera del sistema penal,que continúan con su vocabulariode tratamiento individual, necesi-dades, reforma y ajuste (Simon yFeeley, 1995).

No es difícil determinar las basespara el resurgimiento de la rehabi-litación en los diferentes estratos.A pesar de su evidente "fracaso",la rehabilitación continúa conci-tando apoyo entre la población engeneral, que desea que los delin-cuentes no regresen a sus vecinda-rios y sean una carga o una ame-naza igual que antes de ingresar aprisión. Estos vecindarios se carac-terizan por tener muchos proble-mas y no quieren aumentarlos. Ensegundo lugar, las estrategias derehabilitación consiguen un consi-derable apoyo por parte de losfuncionarios penitenciarios, aquienes les gusta sentir que estánhaciendo algo constructivo y consentido; y además la participaciónde los prisioneros en los programasde capacitación y educación facili-ta el proceso sobre el control den-tro de las cárceles. En tercero, y demanera significativa, el principio

de rehabilitación recibe un fuerteapoyo por parte de los políticos,que quieren tranquilizar al pueblodemostrando que hacen algo conrespecto a la delincuencia. Dentrode la lógica del new manageria-lism, es importante mostrar resul-tados y cumplir con los objetivos.En último lugar, muchos internos ysus familias tienen interés en la re-habilitación, puesto que ésta lesayuda a ocuparse de sus propiosproblemas personales, sociales yeconómicos.

De este modo, lo que en realidadse observa es la expansión de losprogramas rehabilitadores y de losde análisis de riesgo, que se estáncombinando en formas nuevas e in-esperadas. Esto ha creado un nue-vo conjunto de tensiones en el sis-tema penal, pues los objetivos y lasestrategias intervencionistas se ha-cen más inestables y contradicto-rias. En muchos casos, los progra-mas de rehabilitación se evalúan entérminos de riesgo, en tanto queaquellos escogidos para tratamien-to se seleccionan con base en eva-luaciones de riesgo. En consecuen-cia, las intervenciones se expresanen el lenguaje de la justicia indivi-dual, el tratamiento y la rehabilita-ción en unos casos y, en otras oca-siones, en términos de riesgo y pro-babilidad.

Feeley y Simon (1992) son pococlaros acerca de la conexión causalentre la aparición de estrategiasde vigilancia extrema y "monito-reo" y los desarrollos que señalande reemplazo del ideal rehabilita-dor por el análisis del riesgo. A pe-sar de que lo indiquen, una revi-sión de las estrategias de vigilancia

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un amplio rango de respuestaspara poder distribuir a los delin-cuentes de forma más efectiva yacorde con el riesgo (Feeley y Si-mon, 1994).

Aunque existen pocas dudas deque las diferentes formas de análisisde riesgo se están convirtiendo en elrasgo central de los sistemas pena-les contemporáneos en varios paí-ses, sí es cuestionable el grado en elcual estos hechos explican la prolife-ración y conformación del actualsurtido de castigos. Los dos ejem-plos que se ofrecen para apoyar esaargumentación son el pasaje haciala incapacitación, como la razónprincipal del encarcelamiento, porel cual los prisioneros llegan a serconsiderados como una "funcióngestora de desecho"; y la difusiónde las técnicas de extrema vigilanciay "monitoreo". El problema con elprimer argumento es que mientrasel énfasis sobre la incapacitaciónpuede que haya aumentado en losEstados Unidos, en el Reino Unidoha tomado un rumbo distinto. Y conel segundo, pues mientras que nohay dudas de una estrecha adecua-ción de las operaciones de vigilanciay "monitoreo" con el análisis deriesgo, existe una cuestión de etio-logía y causalidad, puesto que ladesviación hacia la vigilancia no hasido impulsada tanto por la preocu-pación por el análisis de riesgo, sinoque más bien es el producto de he-chos económicos y sociales asocia-dos con el surgimiento de lo que seha denominado "sociedad de la vi-gilancia" o "sociedad del control"(Boyne, 2000; Deleuze, 1995).

Así como parece que el uso de laprisión en los Estados Unidos se esté

racionalizando cada vez más, du-rante los últimos años en el ReinoUnido se ha dado una notable rea-firmación tanto del principio comode la práctica de la rehabilitación.En Inglaterra y Gales ocurrió unaconsiderable expansión y regenera-ción de los programas de rehabili-tación, particularmente bajo lasformas de tratamientos contra lasdrogas y su supervisión, programasde alfabetización, cursos sobre re-ducción de la violencia, cursos paradelincuentes sexuales y programasde capacidades cognoscitivas, porno mencionar diferentes esquemasde capacitación y programas de ge-neración de empleos. Lo que es sig-nificativo de estos programas esque son nuevos, que están general-mente dirigidos a los delincuentesmás difíciles y "peligrosos", y queestán, en términos penales al me-nos, relativamente bien fundados.Puede que estos programas sean uncombinado conjunto de respuestas,basadas en diferentes concepcionesacerca de la rehabilitación y puedeque sean objeto de dudosas formasde evaluación (Matthews y Pitts,1999). De todas formas, es impor-tante hacer notar que la rehabilita-ción en las cárceles no está siendodesplazada como sugieren Feeley ySimon; sino que más bien el papel yel significado de la "rehabilitación"en sí mismo se está redefiniendodentro del medio ambiente de laprisión, y actualmente combina va-rios objetivos individuales y sociales(Cullen y Gilbert, 1982; Palmer,1992; Rotman, 1990).

En el centro de estos objetivosestá la noción de reincidencia que,si bien a través de mediciones poco

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llos factores asociados con los pro-cedimientos de selección policíacacomo 'predictivos' de delincuen-cia." (Jones, 1996: 45)

De este modo, las medicionesoficiales pueden confundir la con-ducta del individuo con los intere-ses de las instancias de aplicacióndel sistema penal, de forma queuna lógica circular y de realizaciónde los propios deseos se ponga enfuncionamiento, como resultadode introducir inadvertida o acci-dentalmente un sesgo estructuralen las predicciones. Es tambiénmotivo de preocupación que unapersona pueda ser consideradacomo un riesgo a pesar de no ha-ber cometido jamás un hecho de-lictivo bajo un sistema de análisisactuarial, ya que el objetivo deéste es determinar el potencial deriesgo de un individuo no necesa-riamente en relación a su propiohistorial delictivo sino como partede un grupo en particular (Silver yMiller, 2002). De esta manera, lanaturaleza de base grupal de losmétodos de predicción puede estaren conflicto con las nociones popu-lares de justicia, a la vez que pro-mover la continua marginalizaciónde poblaciones que ya se encuen-tran en las orillas del sistema polí-tico y económico (Hudson, 2001).

Existe una creciente preocupa-ción entre los penologistas sobre eldebilitamiento del criterio moral,social y político que la justicia ac-tuarial implica. Las aparentes neu-tralidad y objetividad del análisisde riesgo son cuestionables y, talcomo Hannah Moffat (1999) ha de-mostrado en relación al género y a

la raza, la misma categoría de"riesgo" es enormemente malea-ble. La aplicación, o en algunos ca-sos la no aplicación, de "predicto-res" de riesgo en las prisiones fe-meninas es significativa de ello. Deacuerdo con la lógica del análisisactuarial, debería esperarse quelas mujeres, que en general no sonvistas como peligrosas, no fueranencarceladas y se desviaran a insta-laciones de servicios a la comuni-dad. Sin embargo, el número demujeres en la cárcel se ha triplica-do durante la última década en losEstados Unidos, en tanto que enInglaterra y Gales su número se du-plicó en el mismo período.

Al mismo tiempo, los métodos ac-tuariales de predicción no enfren-tan las causas de la conducta delicti-va y, por lo tanto, es poco probableque sean efectivos para cambiar lascondiciones que alientan el delito.De este modo, práctica y política-mente, son una pobre herramientapara reducir el delito o para prote-ger a la población. Eso es lo que hadicho, por ejemplo, una recienteJunta de Revisión Temática del HMInspectorates of Prison and Proba-tion (2001): "Si no se hace algo paraenfrentar las causas del comporta-miento delictivo, y la exclusión so-cial y económica que de él aflora —y a la cual contribuye— las prisionescontinuarán haciendo girar puertas,y a largo plazo la población no con-tará con protección". El mismo in-forme señalaba que el personal deprobation carece de confianza en lacapacidad de los funcionarios peni-tenciarios para realizar evaluacio-nes de riesgo y que, en la práctica, ya pesar de los muchos casos retóri-

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y "monitoreo" en el Reino Unidoseñala que éstas estaban bien esta-blecidas una década o algo más an-tes de que el análisis de riesgo seincorporara al discurso penal. Ladisminución del trabajo "cara acara" con el delincuente y el creci-miento de las estrategias de "mo-nitoreo" ligadas a enfoques admi-nistrativos y "manageriales" —par-ticularmente para los delincuentesjóvenes— comenzaron a tomarforma a finales de la década del se-tenta y comienzos de la del ochen-ta (Lilly, 1992; Pratt, 1989). Puedeque exista una "afinidad electiva"entre la vigilancia y el análisis deriesgo, pero es perfectamente po-sible desarrollar estrategias de vi-gilancia y "monitoreo" que no ten-gan ningún componente actuarialexplícito. Más aún, no se puedeasumir que sea el surgimiento de lajusticia actuarial lo que ha estimu-lado la proliferación de sancionesno privativas de libertad. Una vezmás, el comienzo de la extensiónde la red de sanciones basadas enservicios a la comunidad ya se en-contraba bien delineado en losaños setenta, dando como resulta-do una extensión general del con-tinuum castigo-welfare (Cohen,1985; Austin y Krisberg, 1981).

La impresión dada en la tesis delartículo sobre "la nueva penolo-gía" de que el análisis de riesgo lle-ga para dominar los discursos y lasprácticas penales, en tanto que lasestrategias rehabilitadoras estándesapareciendo, no cuadra con laevidencia. Desde que se reafirmó yredefinió la rehabilitación, han co-menzado a surgir críticas, tanto enrelación con su presunta objetivi-

dad como con su utilidad. Por lotanto, más que convertirse en unacaracterística permanente e inex-pugnable de los sistemas penalescontemporáneos, parecería que lajusticia actuarial se está volviendocada vez más ella misma en el ob-jeto de preocupación.

Dentro del sistema de justicia cri-minal existen formas antagónicasde conducir los análisis de riesgo yse ha sugerido que la selección devariables, la elección de técnicas dedefinir los modelos y los métodosde cálculo que se emplean paraidentificar y reducir el riesgo soncon frecuencia poco fiables. Estafalta de fiabilidad se relaciona conla inclusión de diferentes formasde prejuicios en esas tareas. Talcomo Peter Jones (1996) apunta ensu revisión bibliográfica sobre lapredicción del riesgo:

"Casi todos los estudios de pre-dicción criminológica usan algunaforma de registro oficial de la de-lincuencia como criterio variable,generalmente el arresto, la conde-na o el encarcelamiento. Esto tienesignificativas implicaciones teóri-cas, pues uno nunca puede desen-marañar hasta qué punto las medi-ciones oficiales confunden la ver-dadera conducta delictiva con eletiquetamiento que hace de la de-lincuencia el sistema de justicia cri-minal. De este modo, si el arrestoes el criterio de medición y las ins-tancias policiales están propensas,actúan con prejuicios o son selecti-vas en sus procedimientos de arres-to —por ejemplo, por raza o pornivel social—, entonces el estudioprobablemente identificará aque-

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Dentro de la propia cárcel se leha dado una importancia mayúscu-la al empleo de los presos, y unaamplia gama de empresas contra-tan trabajo carcelario para confec-cionar diversos productos, que vandesde pantalones vaqueros hastala fabricación de autopartes de li-musinas. Sin embargo, la producti-vidad es notablemente más bajaque la que genera el trabajo en elsector comercial y, por lo tanto,generalmente no es rentable (verMatthews, 1999). Pero incluso conlos bajos niveles de rentabilidadobtenidos, los departamentos deprisiones encargan estos trabajosporque hacen que las cárceles sevean industriosas, enseñan ciertashabilidades provechosas y ayudana que los internos estén ocupadosy bajo control.

Las compañías privadas se estáninvolucrando principalmente en eldiseño, la construcción y el manejode las prisiones. El cincuenta porciento de las cárceles en los EstadosUnidos son regenteadas por la Co-rrectional Corporation of America,y la Wackenut Corporation contro-la una cuarta parte del mercadoprivado de cárceles. Aunque noexiste ningún indicio de que estasprisiones privadas le ahorren a loscontribuyentes dinero del pago deimpuestos (Park, 2000), el pasajehacia la privatización está regido,por una parte, por la creencia deque el mecanismo de mercado es elmodo más eficiente y efectivo paraadjudicar y priorizar recursos mien-tras que, por la otra, la privatiza-ción es vista como un elemento dis-tante para "inyectar" modernasprácticas de gestión, como una es-

trategia para acabar con las viejosesquemas laborales, en un sistemade prisión desgastado. De manerairónica, los trabajadores de las pri-siones estadounidenses han des-arrollado un sindicato activo y bienorganizado, y uno de los principa-les objetivos que tuvieron al hacer-lo fue el de limitar la expansión dela gestión privada de las cárceles.

En cierto modo, no hay una grandiferencia si las prisiones son ma-nejadas por personal público o pri-vado: existen bastantes historias defracasos en ambos lados. Pero loque es importante acerca de la gra-dual privatización de las prisioneses que ésta, por lo general, implicaun pasaje hacia un sistema de con-trol más impersonal y automatiza-do, en el cual los niveles de perso-nal se reducen al máximo, a fin demaximizar los beneficios. Existepoco interés intrínseco entre estasorganizaciones privadas por sumi-nistrar a los internos programasconstructivos y beneficiosos. Loscontratistas privados no tienen mu-cho interés en reducir los niveles dereincidencia, por el contrario, esmás probable que ellos se benefi-cien del reciclaje de prisioneros.

Christian Parenti (1999), en su tra-bajo sobre el complejo industrial-penitenciario, argumenta que la ex-plicación sobre su surgimiento nose puede reducir a los "intereses degrupo" de los políticos, que los des-arrollan al participar de los intere-ses de varios empresarios avaricio-sos. Este autor afirma, que más bieneste fenómeno es una función de laestructura de clases en los EstadosUnidos y de la necesidad de encon-trar "chivos expiatorios" para ab-

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cos, este personal no le otorga nin-guna prioridad a las evaluacionesde riesgo y a sus necesidades, sinoque, por el contrario, se verifica quela intervención está condicionadaprincipalmente por la longitud de lacondena que fue impuesta. Al com-binar el análisis de riesgo con medi-das rehabilitadoras, también se dael caso de que la inseguridad delanálisis de riesgo puede estar impli-cado en el "fracaso" de los esfuer-zos rehabilitadores.

Aunque es difícil encontrar laevidencia que avale el punto devista de que la expansión del siste-ma penal fue "dictada" por la lógi-ca del análisis actuarial, sí es válidoargumentar que el análisis de ries-go ha contribuido indirectamentea incrementar la población carcela-ria a través de su afinidad con la in-capacitación y el "almacenaje" delos delincuentes. Ha contribuido aello también por culpa de sus bajosniveles de predictibilidad, y a tra-vés de su incapacidad para adjudi-car las causas del delito. Sin embar-go, existe el auténtico peligro dedarle demasiada importancia alanálisis de riesgo y considerarlocomo el primordial motor del cam-bio, más que el producto lejano ycontingente de un conjunto mu-cho más amplio de determinantes.

Por ello se ha ofrecido una expli-cación alternativa para responderal aumento del encarcelamiento.Se ha mencionado que este au-mento tiene relación con el des-arrollo del llamado "complejo in-dustrial-penitenciario", que impli-ca el crecimiento de la inversión enla industria carcelaria, la provisióny aumento de empleos asociados a

la construcción de nuevas prisionesy el creciente énfasis en el aprove-chamiento del trabajo carcelario.

El complejo industrial-penitenciario

En los Estados Unidos, las cárcelesse han convertido en un negociomultimillonario en dólares. En di-cha región, el gasto anual fue de32.000 millones de dólares en 1997(Hagan y Dinovitzer, 1999). Comola industria ha crecido, un grupototalmente nuevo de financieros ycontratistas se ha trasladado a estepotencialmente lucrativo negocio,con el objetivo de obtener consi-derables beneficios. Muchas de lasnuevas prisiones se están constru-yendo en áreas deprimidas, dondelas industrias locales han declina-do, y suministran una muy necesa-ria fuente de empleos. Los residen-tes locales, quienes hace alrededorde una década objetaban que seconstruyeran instalaciones correc-cionales en su localidad, están aho-ra procurando con fuerza que seconstruyan cárceles en sus zonasde residencia, pues ven que éstasofrecerán un modo de sustento alas comunidades en las que escaseael trabajo. Las áreas en las que sehan establecido las prisiones se re-generaron, con una extensión delos nuevos empleos que siguierona la edificación de la penitenciaría.En ciertas zonas rurales, la cárcel seha convertido en el principal em-pleador local, a la vez que el surgi-miento de oportunidades de em-pleo ha tendido a elevar los valo-res de la tierra (Parenti, 1999;Wray, 2000).

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Para Wacquant no se trata en pri-mer lugar de una cuestión de clasesino de raza y, aunque menciona —pero sólo de soslayo— a los hispa-nos, son los jóvenes negros quienesconstituyen el núcleo duro de aten-ción en su argumentación. Su suge-rencia de que el gueto se está con-virtiendo en algo similar a la pri-sión se basa en la observación deque las áreas de los guetos presen-tan altos niveles de vigilancia ex-trema y de intervención policial, yademás están sujetas a una severasegregación espacial. Estos ejem-plos no presentan dudas, puestoque los tipos de control a los que élse refiere se pueden encontrar enla mayoría de las zonas de alta de-lincuencia, y la difusión de la extre-ma vigilancia y el control espacialse encuentran ahora, además, entoda la ciudad (Davis, 1998). De he-cho, las áreas residenciales quecada vez se parecen más a una pri-sión son las comunidades atrinche-radas de los ricos. Ello se manifies-ta con sus altos cercos de alambre,ventanas con rejas, puertas con va-rias cerraduras, vigilancia extendi-da y guardias de seguridad patru-llando el perímetro, realizando uncuidadoso escrutinio de todos losque entran y salen. Pero si haceneso, la pregunta que surge es porqué el establishment (blanco) quie-re gastar el tiempo, el dinero y elesfuerzo procesando y reciclando atantos jóvenes negros a través delsistema de justicia criminal. Desdesu posición ventajosa, presumible-mente sería mucho más barato yfácil reducir la intervención a unmínimo y dejar que los residentesde los guetos se arreglasen con sus

propios problemas, y a la vez seprotegieran a sí mismos.

Se hacen muchas investigacionessobre los varios afroamericanosque han sido encarcelados por de-litos relacionados con las drogas,pero se presta mucha menos aten-ción al creciente encarcelamientode jóvenes negros a causa de deli-tos violentos. Sin embargo, en am-bos casos las víctimas (ya sean di-rectas o indirectas) son predomi-nantemente negros, y existe unasignificativa demanda en muchascomunidades negras tanto paratratar el problema de las drogas,particularmente el crack, cuantopara reducir el nivel de victimiza-ción. Wacquant, al igual que Pa-renti, no hace referencia a las pre-ocupaciones que genera el delitoen los vecindarios negros y, en con-secuencia, proporciona un relatoexcesivamente misterioso y funcio-nalista. En los casos en que se co-noce la raza del delincuente, apro-ximadamente tres de cada cuatrodelitos violentos son intrarraciales;y por ello, el hecho de que las tasasde victimización de negros bajaranaproximadamente un 60%, entre1993 y 1998, ha permitido que al-gunos concluyeran que la extraor-dinaria tasa de encarcelamiento denegros podría haber tenido algúnimpacto positivo sobre la tasa de-lictiva en ciertas áreas centrales ymás pobladas de la ciudad (Renni-son, 2001). No es sorprendente quela cultura penitenciaria se haya lle-gado a parecer cada vez más a losguetos del centro de la ciudad,pues la proporción de negros e his-panos que van a prisión continúaen aumento. Aunque la vasta ma-

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sorber el excedente de población.Dice que el capitalismo necesita

manejar a los pobres, ya sea a tra-vés de formas de segregación, re-

presión o contención. Sin embargo,lo que no está claro en el análisis deParenti es por qué la clase capitalis-

ta ha aumentado en los últimosaños su recurso a la cárcel para con-trolar a los pobres, qué es exacta-mente lo que ha cambiado ahora

para que esto sea necesario. El rela-to de Parenti es fundamentalmentedemasiado "conspiratorio" y no ex-plica por qué tantos pobres y obre-ros respaldan —en realidad deman-dan— políticas efectivas de "ley yorden", salvo que uno asuma que

ellos son extremadamente crédulosy están siendo embaucados por lospolíticos manipuladores. Parenti noresponde a la pregunta planteadapor Rusche y Kirchheimer (1968) yluego por Michel Foucault (1982)

de por qué sigue existiendo la nece-sidad de tal mecanismo disciplina-rio en el capitalismo avanzado o la

sociedad de la "vigilancia" (Bot-toms, 1983; Jancovic, 1977).

En una serie de artículos acercadel desarrollo del encarcelamientoen los Estados Unidos, Loic Wac-quant (2001; 2002) ha explicadoque el camino hacia la encarcela-ción masiva en los Estados Unidos

no está impulsado por la emer-gencia del complejo industrial-pe-nitenciario, sino más bien por eldesarrollo de un carceral conti-

nuum que atrapa predominante-mente a jóvenes negros que son

rechazados por el mercado laboral

desregulado. Él apunta a que laascendente proporción de jóvenesafroamericanos en prisión es con-secuencia de la creciente obsoles-cencia del gueto como dispositivopara controlar a esta marginada

población, con el resultado de quelos jóvenes negros se mueven

constantemente del gueto a laprisión. En ese sentido, sugiere

que existe una equivalencia fun-cional, una homología estructuraly una fusión cultural entre la pri-sión y el gueto, tal que la cárcel

tiende a parecer cada vez más ungueto, y al mismo tiempo el guetose asemeja cada vez más a la pri-sión. En la medida que el Estado

benefactor ha disminuido, el siste-ma de castas en los Estados Uni-

dos se está abriendo camino comouna nueva forma de "gobernabili-

dad", que confía en forma cre-ciente en la prisión para asegurar

el control:

"El emergente gobierno de la po-breza, que enlaza la ‘mano invisible’del mercado laboral desreguladocon el ‘puño de hierro’ del intrusivoy omnipresente aparato punitivo,está sujetado no por un ‘complejoindustrial-penitenciario’, como jus-tificación política del mantenimien-to de la encarcelación masiva; sinopor un compejo asistencial-peniten-ciario que cumple su misión de vigi-lar, domar y neutralizar poblacionesrecalcitrantes o superfluas median-te el nuevo régimen económico yracial y de acuerdo con una divisióndel trabajo por géneros: los hom-bres son manejados por su brazo

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ambos sitios. Por ello existe el peli-gro de plantear análisis comparati-vos que le den mucha importancia alas similitudes, pero ignoren las di-ferencias (Young, 2002). En muchosaspectos, por supuesto, los EstadosUnidos y Gran Bretaña son mundosaparte en términos de delincuenciay su control, pero donde se puedendiscernir problemas y tendencias si-milares parecería que algunos co-mentarios son adecuados.

El panorama que surge de esta in-vestigación sumaria está en des-acuerdo con varios de los trabajosactuales sobre los desarrollos de lapolítica penal, y esto se debe par-cialmente a que varias de las pre-sunciones ampliamente comparti-das sobre las cuales se ha fundadogran parte de la sociología del cas-tigo necesitan cierta revisión y mo-dificación. El aspecto que se presen-ta aquí, si bien incompleto, indicaun pasaje general de la naturalezade la política penal hacia un con-junto de estrategias más diverso,volátil y conflictivo que, si bien esincierto en cuanto a sus efectos, haresultado en la construcción de unsistema más elaborado e integrado.Algunas estrategias viejas estánperdiendo credibilidad, en tantoque otras se están reafirmando y re-definiendo. Hay, en este período detransición, una carencia de direc-ción clara y coherente, pero la mul-tiplicidad de las instancias e institu-ciones que ahora están comprome-tidas en el sistema penal estáproduciendo una red de sancionesque se mantienen por sus propiosrecursos, a través de las cuales pasaun gran porcentaje de delincuen-tes, que con frecuencia vuelven.

Puesto que la red de sanciones pe-nales se ha diversificado más, pare-ce haber una mayor incertidumbreacerca de la utilidad no sólo de lascárceles, sino también de las sancio-nes basadas en servicios a la comu-nidad y los castigos intermedios. Laexpansión de cada uno de ellos sejustifica cada vez más en términosdel "fracaso" de los otros.

Se ha argumentado aquí queexiste la necesidad de examinar endetalle el movimiento de indivi-duos y grupos a través de varias ins-tancias e instituciones que confor-man el sistema penal. En algunoscasos, el análisis incluso necesitaextenderse a otros sitios regulato-rios, ya sean públicos o privados, defuera del sistema de justicia crimi-nal. El examen del flujo de delin-cuentes a través del sistema pro-porciona un panorama muy dife-rente acerca de su distribución ydel funcionamiento del sistema pe-nal, que está ahora oculto por"conteos" de cabezas y por una se-rie de instantáneas. La red más in-tegrada de sanciones que se en-cuentra ahora funcionando a am-bos lados del Atlántico implicacrecientes formas de análisis deriesgo, que tienen como objetivo agrupos más que a individuos, e in-cluyen diversas formas de rehabili-tación, una creciente cadena demedidas intermedias, al igual queun expandido sistema de prisión.Gran parte de este desarrollo no seha logrado conscientemente. No esparte de un gran plan o una cons-piración. Es más bien y en gran me-dida el resultado de consecuenciasno queridas de acciones y decisio-nes conflictivas, muchas de las cua-

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yoría de la bibliografía acerca de laraza y el encarcelamiento, desdeambos extremos del espectro polí-tico, se centra abrumadoramenteen la condición de los afroamerica-nos, es interesante notar quemientras el número de internos ne-gros en los Estados Unidos se incre-mentó un 261% entre 1980 y 1996,el número de presos hispanos au-mentó un asombroso 554% duran-te el mismo período.7

En Inglaterra y Gales el nivel dedesproporción racial es ligeramentesimilar al de los Estados Unidos,puesto que los afro-caribeños cons-tituyen aproximadamente el 13%de la población carcelaria, y apenasalgo menos del 2% de la poblacióngeneral (Home Office, 1999). Si bienhan existido una serie de campañasantidrogas en el Reino Unido, su es-cala e impacto no se pueden com-parar con la "Guerra contra las dro-gas" en los Estados Unidos. Tampo-co los afro-caribeños del ReinoUnido viven en el tipo de guetosque se pueden encontrar allá —sibien tienden a residir en las zonaspobres del centro de las ciudades—.Otros países europeos también es-tán experimentando el hecho decontar con un desproporcionadonúmero de minorías étnicas en suscárceles (Tomasevski, 1994), peroesto no se podría explicar a travésde una equivalencia funcional, unahomología estructural o una fusióncultural; sino que es posible queexistan otros procesos que necesita-rían incluirse en un estudio com-prensivo y convincente acerca delincremento de la desproporción ra-cial en las prisiones de los diferentespaíses (Sampson y Lauritsen, 1997).

Sin embargo, por sobre todo, elproblema principal con el análisisde Wacquant y Parenti es que ellospresentan un informe "sin puntosintermedios" acerca de la relaciónentre la comunidad y la prisión,que ven como un proceso esencialde dos vías: encarcelamiento/ex-carcelación y prisión/comunidad.En partes previas de este artículose sugirió que podría ser más escla-recedor estudiar el movimiento dediferentes clases sociales y gruposétnicos a través del sistema penalen un tiempo dado, e identificar sies que existe algo significativo enlas diferencias de clase o raza quepudiera ayudar a explicar la varia-ble población carcelaria. Es decir,podríamos preguntarnos si las ru-tas a través del sistema penal son ono considerablemente distintaspara los diversos grupos, puestoque los diferenciales al momentodel arresto son exacerbados o com-puestos, una vez que los delin-cuentes ingresan al sistema.

Conclusión

Este artículo sobre los recientes des-arrollos de la política penal no pre-tende ser completo. En cambio,ofrece una serie de observaciones yreflexiones críticas sobre temas se-leccionados. El objetivo ha sidocuestionar algunas de las presun-ciones que se dan por seguras acer-ca de la naturaleza variable de lapolítica penal en la sociedad con-temporánea. Se consideraron losdatos registrados, ya sea del ReinoUnido como de los Estados Unidos,en un intento por identificar ten-dencias y problemas reiterados en

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proceso de transcarcelación, y asídeconstruir lo que se ha convertidoen un sistema penal cada vez másautorreferencial o autopoiético.8

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les se diseñaron para reducir la in-tensidad y escala del sistema penal.

A través del examen de estos cam-bios, se ha afirmado en estas pági-nas que la noción de que el sistemapenal se está bifurcando o polari-zando cada vez más es insostenible.Esto no se debe tanto a que las pe-nas intermedias hayan creado unnuevo conjunto de sanciones que seubican entre la cárcel y la condenacondicional, puesto que muchas deesas sanciones operan en un planodiferente, sino a que, por una parte,se han desarrollado en verdad másformas de "condenas que mezclantratamientos diferentes en una mis-ma medida" (seamless sentencing);y, por otra parte, se verifica un con-tinuo flujo de delincuentes a travésde instancias e instituciones privati-vas de la libertad y no privativas.

Al mismo tiempo, existen muchosproblemas que causan preocupa-ción y necesitan ser encarados; elmás importante de ellos es la cre-ciente confianza en las formas deanálisis de riesgo en la esfera penal.A pesar de sus declaraciones de ob-jetividad, el análisis de riesgo es unaherramienta en la que no se puedeconfiar y, además, proporciona unmodo en gran medida ineficientepara identificar, filtrar y juzgar a losdelincuentes. Su subjetividad leve-mente disfrazada no sirve ni paraadjudicar las razones del delito nitampoco hace contribución algunapara proteger a la población. Sinque ello nos sorprenda, durante losúltimos años se ha producido unareafirmación de las estrategias re-habilitadoras pero, debido a que eldespliegue y la evaluación de dichasestrategias se conduce a menudo en

términos de riesgo, existe una incer-tidumbre considerable cerca de estedespliegue y su efectividad. Está cla-ro, sin embargo, que el análisis deriesgo no está desplazando a las no-ciones individualizadas de justicia yreforma entre el personal peniten-ciario, los generadores de políticasni la población en general; en cam-bio, actualmente está circulando unnuevo discurso híbrido, el cual pro-duce una inquietante combinaciónde políticas y objetivos.

El reciclaje de delincuentes a tra-vés de distintas instancias e institu-ciones del sistema penal en un perí-odo dado demuestra su parte másdura en lo que hoy se describe comoel complejo industrial-penitencia-rio, por medio del cual las prisionesse han convertido en un negociomultimillonario, atrayendo inversio-nistas privados, a la vez que sirvencomo empleador local y tambiéncomo fuente de mano de obra ba-rata. Muchos de estos inversionistasy contratistas privados no están par-ticularmente interesados en la re-forma individual o en el desarrollode programas rehabilitadores o enreducir los niveles de reincidencia.Por el contrario, su forma de expan-sión y de generar mayores benefi-cios depende en gran medida deldesarrollo de prisiones de bajos cos-tos y "no ostentosas", que confíencada vez más en los sistemas de con-trol automatizados e impersonales.

Para romper este círculo se re-quiere una forma de análisis basadaen la teoría de los sistemas, quepueda examinar el flujo de delin-cuentes a través del sistema penal eidentificar los modos en los cuales lared de sanciones existente facilita el

ARTÍCULOS DE FONDO

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Page 51: La mayoría de libros de Virus editorial se encuentran bajo … A pesar de la derrota militar en Europa y del desgaste cronológico en Es-paña, el fascismo no desapareció tras la

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ARTÍCULOS DE FONDO

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NOTAS:1. N. T.: Estratos sociales que poseen las

condiciones de vida más desfavorables (po-bres, desempleados, gente marginada, inmi-grantes, etc.).

2. N. T.: Una especie de campos de entre-namiento o capacitación, con disciplina mili-tar, que son considerados como pena "leve"a aplicar en delitos no demasiado graves.

3. N. T.: Algo así como penas lo "suficien-temente graves", que dicen ser aplicadas"con inteligencia".

4. En este artículo, que irónicamente sellama "Making Sentences Work", los autoresrecomiendan la introducción de la "intermit-tent custody", que permitiría al delincuentepasar cierto tiempo fuera de la prisión; y la"suspended sentence plus", que combinaríauna condena de prisión con una pena de ser-vicios comunitarios, de modo que la condenasuspendida se podría activar si el delincuenteincumple con las condiciones de la sentenciano privativa de libertad.

5. N. T: El autor hace referencia, y los dapor conocidos, a los conceptos utilizados enlos debates penológicos anglosajones. Sueleatribuirse un carácter incluyente (porque losdesviados deben ser resocializados, reinte-grados o rehabilitados) a la "penalidad delwelfare", a la de la "modernidad", que pa-rece según algunos autores coincidir con lapostguerra y el Estado de bienestar o tam-

bién con el positivismo y la "nueva penolo-gía" de fines del siglo XIX. Lo estrictamentepunitivo sería excluyente y, en principio, pa-rece adecuarse a la penalidad de la "moder-nidad tardía" aunque ello se intenta proble-matizar, entre otros, en este artículo.

6. N. T: Penas "sin sutura", que quiere in-dicar que no hay un corte entre unas medi-das y otras.

7. Los criminólogos estadounidenses tie-nen problemas para clasificar a los hispanos,pues parece que "hispanos" es "grupo étni-co" (definido por país de origen e idioma),mientras que "blancos" es una "raza" (defi-nida por el color de piel). Incluso los criminó-logos liberales y radicales tienden a trabajarcon distinciones tajantes negro/blanco, talque más que deconstruir la noción de raza ymostrar que es una categoría ideológica yconstruida socialmente, la mayor parte deellos consideran de igual forma a la raza queel color de piel y, por lo tanto, "racializan" elanálisis (ver Matthews, 1999, pp. 208-235).

8. Feeley y Simon (1992) sugieren que exis-te una afinidad entre el análisis de riesgo y lateoría de los sistemas. Sin embargo, el tipode enfoque de los sistemas abordado aquí seconstruye sobre la obra de escritores comoLuhmann (1995), más que sobre las crudasformas de ejecutivismo ("managerialismo")que ven el mundo en términos de costos ybeneficios.

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1. EL TERCER PILAR:EL TRATADO DEMAASTRICHT

El Tratado está basado en trespilares: a) el derecho comuni-tario (la verdadera comunidad

económica), b) el de política exte-rior y de seguridad común, y c) elde justicia y asuntos interiores.Dentro de los dos últimos pilares,

los ministros pueden tomar deci-siones, formular resoluciones y es-tablecer convenciones, si bien losacuerdos deben ser ratificados porlos Parlamentos respectivos. Sinembargo, debemos tener en cuen-ta que toda la política interior dela UE se está creando en un mo-mento en que, tanto a nivel euro-peo, como a nivel de cada Estado,la separación de poderes brilla por

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Politica interior comunde la Union Europea:el llamado espacio delibertad, seguridad y justicia*

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ENDIKA ZULUETA (ABOGADO)

* Nota de la redacción: el presente artículo fue escrito antes del final del semestre de la pre-sidencia española de la Unión Europea, como se notará por algunos comentarios que se ha-cen en el curso del mismo, pero a pesar de eso el análisis que aquí se plantea, en lo funda-mental, no ha perdido nada de su vigencia.

“La propaganda está empleando ´terrorismo´ como sustituto de ´comunismo´,que les ha quedado inservible para fines globales. El anticomunismo del siglo XXno sólo acabó con el comunismo, como era su lógico deseo, sino también con la

cultura occidental, la política libre, el sentido de la democracia y del pensamiento abierto, y en ello estamos hoy. En España el antiterrorismo causaestragos a la libertad de pensamiento y expresión, manejado por un Gobiernoadiestrado en la lucha anticomunista, capaz de mover partidos, pensadores y,

periodistas al disparate y, naturalmente, a una opinión pública dañada: aterrorizada, que es lo que ellos pretendían.”

Eduardo Haro Tecglen

Os recordamos lo importante que resulta para mantener una publica-ción como Panóptico la existencia de suscripciones y, por lo tanto, osanimamos a que os suscribáis, rellenando el formulario adjunto yenviándolo a la dirección de Virus editorial.

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ciembre de 1995 se definieron losobjetivos prioritarios de la UE eneste ámbito: lucha contra el terro-rismo, la droga y la delincuenciaorganizada; mejora de la coopera-ción judicial (tanto penal como ci-vil); lucha contra la inmigración yempleo ilegales, así como en mate-ria de asilo; intensificación de loscontroles en las fronteras exterio-res; lucha contra el racismo y la xe-nofobia, y lucha contra la corrup-ción y el fraude contra los interesesfinancieros de la Comunidad. Peropoco a poco, y especialmente en elúltimo año con el avance del movi-miento antiglobalización y la ma-nida excusa del terrorismo, tantoel trabajo realizado como los pro-yectos en curso están siendo orien-tados en exclusiva a la creación deun ESTADO POLICIAL EUROPEO.

En efecto, desde entonces todaslas reuniones de la JAI (Consejo deMinistros de Justicia e Interior dela UE) tienen como único orden deldía la discusión de la normativaeuropea represiva, comenzando, anivel externo, por el cierre cruel defronteras a los desheredados (dife-renciando seres humanos en lega-les e ilegales) y, a nivel interno, conla creación en 1995 de la Europol(una policía europea impune y or-weliana, que informatiza nuestrasvidas); el acuerdo en la ambiguadefinición de terrorismo (en la quese pueda incluir todo tipo de disi-dencia); la creación de listados depersonas y organizaciones califica-das de terroristas (con arreglo aese criterio); la euroorden (con lasupresión de las garantías de losprocedimientos de extradición); laentrada en vigor este año de la Eu-

rojust (jueces y fiscales encargadosde aplicar toda esta normativa),junto con legislaciones estatales —creadas al toque de corneta esta-dounidense— dirigidas a limitar osuprimir derechos fundamentales.

Para el semestre de presidenciaespañola, se administra un presu-puesto de 8.000 millones de pese-tas para financiar alquileres de se-des y obras de acondicionamiento,desplazamientos, comunicaciones,manutención y alojamiento de losparticipantes. Pero el presupuestode seguridad, que se prevé sustan-cioso, va aparte. Será financiadodirectamente por el Ministerio delInterior, que requerirá fondos adi-cionales para el próximo año 2002.

3. LA EUROPOL

Antecedentes

Tras las líneas de cooperación poli-cial establecidas en los PACTOS DETREVI (1976) y los ACUERDOS DESCHENGEN (1985 y 1990), se llega alTRATADO DE MAASTRICHT (1992),que es el primero que hace referen-cia a la futura Europol.

La firma del Convenio constituti-vo de la UE por parte de los repre-sentantes de los respectivos Esta-dos se materializó el 26 de julio de1995 bajo presidencia española dela Unión, y entró en vigor tras laaprobación y ratificación del Con-venio por parte de los Parlamentosde los respectivos Estados (casisiempre en una semiclandestini-dad, y con nulo debate parlamen-tario, si bien fue publicado en elBO de Las Cortes de 12 de febrerode 1997) el 1 de enero de 1999. La

Política interior común de la Unión Europea

103

su ausencia: el poder se concentraprincipalmente en el ejecutivo, endetrimento del legislativo y el judi-cial. El poder está en manos de losministros y los Gobiernos, que dis-ponen de todos los medios de per-sonal y, especialmente, de la infor-mación. Las estructuras en las quetienen lugar las discusiones sobrela colaboración policial internacio-nal, y su contenido, tienen lugarentre funcionarios ministeriales.Los Parlamentos son colocadosfuera de juego, no existe ningúncontrol parlamentario. Además, nohay ninguna transparencia, todotiene lugar en el secreto más gran-de; mucho de los documentos mástrascendentales son calificadoscomo confidenciales, lo que, evi-dentemente tiene graves conse-cuencias para los ciudadanos y susderechos más elementales.

Por otro lado, la separación en-tre seguridad interna y seguridadexterna ha sido abolida. Las instan-cias militares ejercen gran influen-cia sobre la política interior, esta-bleciéndose un cruce entre seguri-dad militar y seguridad policial.Por ejemplo, en una reunión infor-mal celebrada en Bruselas el 12 deoctubre de 2001 entre los titularesde la cartera de Defensa de los paí-ses de la Unión, se acordó implicarmás a los ejércitos europeos en lallamada lucha antiterrorista en laUE. En el ámbito español, dos díasantes, el 10 de octubre, el jefe delEstado Mayor de la Defensa, Anto-nio Moreno Barberá, señaló encomparecencia realizada ante elCongreso de Diputados que Espa-ña está en un proceso de revisiónestratégica y estudia su participa-

ción no sólo en operaciones milita-res, sino también "hacia el inte-rior" porque "al significar el terro-rismo una amenaza contra la pro-pia supervivencia de nuestro paíscomo nación, las fuerzas armadasdeben comprometerse en esa lu-cha y estamos pensando cómo sepuede evolucionar hacia misionesen el interior de nuestro territorioque no se contemplaban hastaahora". En la Europa en que lospolicías están claramente militari-zados, los militares ejercen funcio-nes policiales.

Por último hay que hacer men-ción especial a la nueva tecnologíadedicada a la obtención de INFOR-MACIÓN. Si sigue siendo indiscuti-ble que quien controla los mediosde producción tiene el poder, de-bemos tener en cuenta que a lostradicionales medios de producciónprimaria: los bienes (muebles e in-muebles), el capital, el carbón, elpetróleo y el trabajo, debemos su-mar actualmente un nuevo modode producción: la información.Quien tiene la información tiene elpoder. De ahí la evidente relaciónentre el desarrollo y utilización delas nuevas tecnologías (videovigi-lancia, móviles y especialmente In-ternet) con la obsesión por obtenerinformación de personas y gruposdisidentes; en definitiva, para po-tenciar el control social.

2. OBJETIVOS PRIORITARIOS DE LAPOLITICA INTERIOREUROPEA

En el Consejo Europeo celebradoen Madrid los días 15 y 16 de di-

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tencia de la Europol, sin necesidadexpresa de que hayan sido conde-nadas por ello", así como a "laspersonas respecto de las cualesexistan hechos graves que justifi-quen la presunción de que comete-rán delitos que sean competenciade la Europol". Al mismo tiempo, laEuropol puede "almacenar, modifi-car y utilizar" también datos referi-dos a "personas que sean conside-radas posibles testigos en investi-gaciones sobre delitos" en los quehay competencia, aunque ni siquie-ra haya una causa penal abierta; aperjudicadas por los delitos, "o res-pecto de las cuales existan motivospara presumir que puedan ser per-judicadas" por tales delitos; "per-sonas intermediarias y acompañan-tes"; así como "personas que pue-dan facilitar información sobre losdelitos considerados", advirtiéndo-se que los datos podrán llegar a losgrupos de análisis de la Europol"por todos los medios".

Datos manejados por la Europol

Los datos informatizados por la Eu-ropol se refieren a los siguienteselementos: nombre, apellidos,alias y nombres utilizados; fecha ylugar de nacimiento; nacionalidad;sexo; delitos, hechos imputados,fecha y lugar de comisión; mediosutilizados "o que puedan serlo";"sospecha de pertenencia a unaorganización delictiva"; y conde-nas, así como "otras característicasútiles para su identificación". Esdecir todo lo que consideren con-veniente.

Si bien el Convenio de Europolprevé que cualquier persona pue-

da ejercer el "derecho de acceso" ala información que sobre ella ma-neje el organismo policial, éstepuede denegar la comunicacióncuando resulte necesario "paraque la Europol pueda cumplir ade-cuadamente sus funciones; paraproteger la seguridad de los Esta-dos miembros y el orden público opara combatir delitos o para prote-ger los derechos y libertades deterceros", en cuyo caso, no se ledarán indicaciones al solicitanteque puedan revelarle si la Europolalmacena o no información sobresu persona. Es decir, las excepcio-nes son tan genéricas que, en lapráctica, no existe forma alguna deejercer el citado derecho de accesoa la información.

Los datos contenidos en los fi-cheros se conservarán en la Euro-pol "durante el tiempo necesariopara que ésta pueda cumplir susfunciones". A los tres años deberáverificarse la necesidad de prolon-gar su almacenamiento por la mis-ma unidad que los introdujo, quepodrá optar por conservar los da-tos hasta la siguiente verificación.En la práctica vemos como nues-tros datos pueden estar siempre enpoder de la Europol, pues puedenconservarse en períodos de 3 añosde forma indefinida.

Obligacion de reservay confidencialidad

Todo el personal de Europol estáobligado a abstenerse "de toda ac-tividad que pueda atentar contrala dignidad de la Europol, o perju-dicar sus actividades" y, en particu-lar, "se abstendrá de toda manifes-

Política interior común de la Unión Europea

105

Europol tiene su sede oficial en LaHaya, que fue inaugurada el 16 defebrero de 1995.

La Europol no es comparable alFBI norteamericano, es algo muchomás peligroso todavía, pues el FBIse sitúa en un contexto político fe-deral, con una legislación federal,una Corte de Justicia federal y unParlamento federal que puedenejercer control. Nada de esto suce-de con la Europol; no es una poli-cía europea porque no existe unaestructura de Estado europea y,por lo tanto, la posibilidad de con-trol es muy limitada.

La Europol es competente encuanto dos o más países se veanafectados por una "estructura de-lictiva organizada", que realice de-terminados delitos. En principio, laEuropol sólo era competente res-pecto a cinco delitos; sin embargo,en poco tiempo ha aumentadoconsiderablemente el listado. Escompetente en delitos de terroris-mo desde su inicio y, desde febrerode 2000, un comisario español, Ma-riano Simancas, preside su unidadantiterrorista.

La Europol está compuesta deunidades nacionales y funcionariosde enlace. Cada Estado miembroha creado una unidad nacional,que es la encargada de ejecutar lasfunciones de la Europol y servir deórgano de enlace entre la Europoly los organismos públicos compe-tentes en materia de delincuenciade cada Estado. Los Estados estánobligados a facilitar a los europoli-cías "los datos nacionales pertinen-tes" para asegurar la ejecución desus funciones. Al mismo tiempo,cada unidad nacional ha enviado a

La Haya un determinado númerode funcionarios de enlace. Así, yaen julio de 1998, en La Haya esta-ban destinados 4 miembros de lasFSE: un comisario, dos inspectoresdel CNP y un comandante de la GC,además de los que trabajan en elgrupo antiterrorista. Las unidadesnacionales, previo requerimiento oa iniciativa propia, remiten infor-mación a los funcionarios de enla-ce, dicha información es recogida,compilada y analizada por los fun-cionarios de enlace en el macroor-denador instalado en La Haya, traslo cual —también por iniciativapropia o previo requerimiento—remiten información a las unida-des nacionales. Así, todas las fun-ciones de la Europol están relacio-nadas con la INFORMACIÓN y losDATOS. Esta policía, de momento,carece de funciones operativas. Nose ve en la calle. En la mano, másque una pistola, maneja el ratóndel ordenador.

La Europol está dotada de perso-nalidad jurídica propia, y actúacomo una empresa, con sus mismosórganos de dirección: un Consejode Administración que nombra aldirector (actualmente, y desde suinicio, el comisario de policía ale-mán Jürgen Storberg), un inter-ventor financiero, un comité pre-supuestario.

Personas investigadas

Vulnerando cualquier presunciónde inocencia, los datos manejadospor la Europol se refieren a "laspersonas que sean sospechosas dehaber cometido, o de haber partici-pado en un delito que sea compe-

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policía europeos firmaron el llama-do "DOCUMENTO MADRID". Es laguía de Europol en la "lucha anti-terrorista" para los próximos años;y en ella se acuerdan, entre otras,la propuesta de apoyar la iniciativade España, Italia, Portugal y Gre-cia, "como nueva experiencia deequipo de investigación conjuntarelativa al terrorismo anarquista".De hecho, España, Italia y Greciahabían llegado a un acuerdo paracrear un "grupo de investigacióncon el fin de combatir el terroris-mo de grupos radicales que actúanen los tres países", siendo ésta laprimera vez que los grupos quedenominan como "radicales" o"anarquistas" entran oficialmentedentro del campo de actuación dela Europol. Y no es casualidad queello se haya producido inmediata-mente después de las luchas anti-globalización llevadas a cabo enPraga y, paralelamente a la Confe-rencia de Madrid, en Davor. En elmismo documento, y al estilo delLejano Oeste puesto de moda des-pués por Bush, se acuerda instar un"plan de recompensas o incentivoseconómicos a percibir por aquellaspersonas que aporten informaciónsobre terroristas". Posteriormente,el 23 de febrero, y a la sombra delDocumento Madrid, los máximosmandatarios policiales españoles eitalianos rubricaron en Italia el"Acuerdo conjunto de investiga-ción sobre terrorismo anarquista yla localización de miembros identi-ficados huidos".

Desde su creación, y siempre apropuesta de España, la Europolha ido aumentando sus dotacionesy competencias, especialmente

desde la cumbre de Tampere enoctubre de 1999; y, pese a su oscu-rantismo, está cerca de convertirseen la gran policía operativa euro-pea. El presupuesto previsto parala Europol en el año 2002 asciendeya a 51.473.000 euros, de los quemás de 3 millones serán sufragadospor España. Dicho presupuesto yaha sido enmendado por el GrupoPopular del Parlamento Europeo,con el objetivo de incrementarloen 14 millones de euros más, dedi-cados en exclusiva a la creación enLa Haya de una célula especializa-da en la lucha contra el terrorismoque estaría compuesta por 30 fun-cionarios policiales con protagonis-mo español.

La Europol ejerce una enorme in-fluencia en todas las decisiones delConsejo. De hecho, su director in-tervino en el Consejo extraordina-rio celebrado los días 27 y 28 deseptiembre de 2001 y estuvo pre-sente en la reunión de jefes de Es-tado en Laeken, habiendo firmadoun convenio de intercambio de in-formación con la Interpol, una ins-titución presidida, desde noviem-bre de 2000, por un comisario es-pañol, Jesús Espigares.

En este semestre la Europol se-guirá asumiendo competencias enel control de la disidencia política.Mientras en la calle la represión sematerializa en policías militariza-dos que se enfrentan con los mani-festantes, el verdadero control delos ciudadanos lo sigue realizandola Europol en la sombra. La reu-nión de la Europol durante la pre-sidencia española está prevista quese celebre en Canarias, participan-do en la misma por primera vez

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tación de opinión". La obligaciónde reserva y confidencialidad per-siste tras el cese de las funcionesdel personal de Europol, y se lesnotificará, por escrito, las "conse-cuencias penales" en caso de in-cumplimiento. El personal de Euro-pol, si no ha sometido la cuestiónal director, "no podrá testimoniar,ni hacer declaraciones en procedi-mientos judiciales ni extrajudicia-les acerca de hechos de los quehaya tenido conocimiento en eldesempeño de sus funciones o desu actividad". Todo ello, aun des-pués del cese en sus funciones. Eldirector de Europol se pondrá encontacto con la autoridad judicial afin de tomar las medidas necesa-rias: a) "para que se definan lascondiciones en que se prestará tes-timonio", o bien, b) "para denegarla comunicación [...] cuando así loexija la protección de intereses pri-mordiales de Europol o de un Esta-do miembro".

Protocolo de inmunidades

Publicado en el BO de las Cortes de3 de julio de 1998 y aprobado sindebate parlamentario. Los miem-bros de los órganos de la Europol,sus directores adjuntos y sus agen-tes, gozan de unos privilegios e in-munidades como, oficialmente, nogoza ninguna policía del mundo.En su clara vocación por la autono-mía, por actuar, en la realidad, almargen de cualquier funciona-miento legal y formalizado, sinque jueces ni autoridades políticas(estatales o comunitarias) tengancontrol alguno sobre ella, es, en lapráctica, una organización incon-

trolada e incontrolable. Pudiendoprotagonizar lo que hasta ahora seha venido denominando guerrasucia contra cualquier tipo de disi-dencia política a la que se va a ca-lificar de terrorista.

Así, los agentes gozan de inmu-nidad frente a procesos judiciales,aun cuando dejen de formar partede la Europol (tanto en relacióncon las manifestaciones orales oescritas, como por todo acto reali-zado en el ejercicio de sus funcio-nes oficiales, así como por la res-ponsabilidad que conlleve los per-juicios causados a las personas conrespecto al tratamiento ilícito o in-correcto de datos). Sus bienes es-tán exentos de registros, incauta-ciones, requisas, confiscaciones ycualquier otra forma de interfe-rencia en su labor. Sus archivos soninviolables. Están exentos de pagarimpuestos. Sus comunicaciones go-zan de los mismos privilegios e in-munidades que los correos y valijasdiplomáticas.

La europol persigue radicales yanarquistas

Los responsables policiales de to-dos los países comunitarios, juntocon 87 responsables de policías deotros países, así como representan-tes de la Comisión Europea, y conescaso eco en los medios de comu-nicación, celebraron en Madrid du-rante los días 29 de enero a 2 defebrero de 2001 la 1.ª ConferenciaEuropea sobre Terrorismo organi-zada por el Ministerio del Interiorespañol y la Europol

Al finalizar la conferencia, todoslos responsables de los cuerpos de

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tener constancia de la presencia demilitantes de organizaciones abert-zales en Génova, nada menos queun mes antes de la celebración dela Cumbre. Todo valía para que elGobierno italiano justificase así lapresencia de más de 20.000 efecti-vos, entre carabineros, policías ymilitares "para controlar a los radi-cales", llegando a instalar una ba-tería de misiles tierra-aire Spada,como los empleados en la guerrade Kosovo para proteger el aero-puerto de la ciudad. Como conse-cuencia de la actuación policialposterior, un joven, Carlo Juliani,resultó muerto a manos de la poli-cía, y cientos de personas resulta-ron heridas y otras tantas deteni-das, que denunciaron malos tratosy torturas tras su paso por las de-pendencias policiales.

La Cepol, la escuela europea depolicía, acordó formar a los funcio-narios policiales de rango superiorde los Estados miembros, en temascomo gestión no militar de crisis;control de fronteras; policía deproximidad, así como "nuevas ten-dencias y experiencia adquiridosen el mando de operaciones poli-ciales durante disturbios y pertur-baciones graves del orden públi-co". En el programa anual de tra-bajo de la Cepol para 2001remitido por el Consejo, y fechadoel 25 de septiembre, se señalabaque "debido los problemas surgi-dos en Gotemburgo y Génova, sesugirió que la Cepol organizara uncurso sobre orden público"; y así secelebró el curso citado en acade-mias de Finlandia, Suecia y PaísesBajos, pero se prevé la celebraciónde cursos similares en el año 2002.

El 4 de agosto de 2001, los minis-tros del Interior de Italia y Alema-nia abogaron por la creación de"una policía europea con adiestra-miento y enrolamiento común y encoordinación con las diversas poli-cías de los Estados, ante la necesi-dad de enfrentarse al fenómenonuevo de la violencia durante lascumbres internacionales" (la poli-cía antidisturbios europea), y re-cordaron la posibilidad debatidaen Bruselas de crear un "ficheroeuropeo de personas capaces dealterar el orden público". Pareceser que los grupos o personas que,dentro de los movimientos antiglo-balización, luchan por un mundomás justo podrían formar parte dellistado de los terroristas europeos.

Los atentados del 11-S como excusa para la nueva legislación

Los atentados del 11 de septiem-bre en EE.UU. supusieron la excusaperfecta para que la UE diera unavance meteórico a la llamada le-gislación antiterrorista en la que,bajo el protagonismo de los diver-sos Gobiernos españoles, venía tra-bajando desde hacía años.

Así, el día 21 de septiembre (diezdías después de los atentados) secelebró un Consejo europeo ex-traordinario "para analizar la si-tuación internacional tras los aten-tados terroristas en los EE.UU. ydar los impulsos necesarios a las ac-ciones de la UE". En las conclusio-nes de dicho Consejo, se calificabala futura respuesta militar esta-dounidense como "legítima", y semostraba la disposición de todos ycada uno de los países de la UE a

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mandatarios policiales de los paí-ses candidatos a la adhesión a laUnión Europea.

4. RESPUESTAS ALAVANCE DEL MOVI-MIENTO ANTIGLOBA-LIZACION EN EUROPA

Tras los sucesos de Gotemburgo(las protestas más numerosas des-de la Guerra del Vietnam y la re-presión policial más brutal jamásconocida en Suecia, con heridos debala incluidos), y previendo lo quese avecinaba en Génova con la reu-nión del G-8, el Consejo de Minis-tros de Justicia e Interior de los paí-ses de la Unión celebró una reu-nión extraordinaria en Bruselas, eldía 13 de julio de 2001, con un solopunto objeto de debate: "Seguri-dad de las reuniones del ConsejoEuropeo y de otros eventos quepuedan tener un impacto compa-rable" (léase reuniones de G-8, FMIy BM o similares). En la citada reu-nión se mostró preocupación porla seguridad de dichos eventos,pero no por la posibilidad de quese lleven a cabo ataques terroris-tas, sino ante quienes, según elConsejo, "llevan a cabo actos deviolencia coincidiendo con las ma-nifestaciones públicas".

En la citada reunión se acorda-ron, entre otras medidas, la "posi-bilidad de aumentar las competen-cias de la Europol en la elaboraciónde un análisis común de los distur-bios" (la europolicía continúa asu-miendo competencias, protagoni-zando la lucha contra la disidencia,mientras sigue permaneciendo enuna cuasi clandestinidad); "refor-

zar y fomentar un intercambio rá-pido y estructurado de datos relati-vos a alborotadores violentos sobrela base de ficheros nacionales" (lailusión de crear el fichero de anti-globalizadores europeos al estilode los listados de judíos que mane-jaban las SS hitlerianas); "medidasde expulsión de manifestantes", asícomo "impedir que las personas re-putadas como autoras de distur-bios del orden entren en el país an-fitrión del acontecimiento de quese trate" (olvidándose así de la pro-clamada a los cuatro vientos Euro-pa sin fronteras); el "intercambiode información sobre las prácticasmás idóneas para mantener diálo-gos constructivos con organizado-res de manifestaciones" (antiguatáctica de los servicios secretos es-tadounidenses de marear a los mo-derados para aniquilar a los indes-tructibles). Medidas que intentaránser llevadas a cabo durante la pre-sidencia española.

Previamente a la cumbre del G-8en Génova, en julio de 2001, losservicios secretos italianos elabora-ron un informe afirmando que gru-pos radicales españoles cooperanmano a mano con los italianos paramalograr la cumbre. En el informese habla de la "amenaza de un ejemediterráneo" formado por Espa-ña, Italia y Grecia, en cuyas redesinvolucran a colectivos "extremis-tas y anarquistas", haciendo espe-cial hincapié tanto en "grupos vas-cos abertzales" como en la figurade Claudio Lavazza (anarquista ita-liano preso en el Estado españoldesde el 18 de diciembre de 1996 einscrito en los ficheros FIES). Por suparte, el CESID afirmaba también

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trónico (que incorpore la firmaelectrónica) así como el nuevo mo-delo de pasaporte.

5. DEFINICIÓN EURO-PEA DE TERRORISMO

El 19 de septiembre de 2001 la Co-misión europea aprobó el primerproyecto legal para que los 15 paí-ses de la Unión Europea adopten lamisma legislación en materia anti-terrorista. Este proyecto encontróun impulso definitivo en la reuniónde presidentes de Gobierno, cele-brada en Laeken los días 6 y 7 dediciembre de 2001, y lo tendrá aúnmayor bajo la presidencia españolade la UE

De forma tradicional, se conside-ra que los actos terroristas son de-litos comunes que se convierten endelitos terroristas por razón de laintencionalidad de su autor. Así, lalegislación europea define la in-tencionalidad que debe tener unapersona, en el momento de reali-zar la acción delictiva, para serconsiderada terrorista. El proyectodefine lo que son delitos terroris-tas y determina cuál debe ser la in-tención del autor para ser conside-rado el hecho como terrorista.

Entre los delitos que pueden sertildados de terroristas se encuen-tran el asesinato, las lesiones, el se-cuestro, el robo... pero también, yaquí comienza la ampliación fuerade lugar, los daños a los medios detransporte público, a las infraes-tructuras públicas, los ataques me-diante interferencias con sistemasde información, la "amenaza decometer cualquier delito de losenumerados anteriormente", así

como el cajón de sastre que supo-ne el "fomento, ayuda o participa-ción en un grupo terrorista" (en elque se incluye la controvertidaapología del terrorismo).

Según el artículo 3 del proyecto,DELITOS TERRORISTAS son "los co-metidos intencionalmente por unindividuo o grupo contra uno omás países, sus instituciones o ciu-dadanos, con el fin de intimidarlosy alterar gravemente o destruir lasestructuras políticas, económicas,medioambientales o sociales de unpaís".

De tal definición pueden desta-carse, entre otras, dos importantesconsecuencias. En primer lugar, lapenalización del llamado TERRO-RISMO INDIVIDUAL. Para ser decla-rado terrorista no es necesario per-tenecer a grupo alguno. La figuradel llamado terrorismo individualestaba desaparecida de la mayoríade las legislaciones y no se aplicabadesde principios de siglo XX en lapersecución de la disidencia anar-quista. El Estado español, pioneroen todos estos asuntos, ya lo inclu-yó en el Código de 1995 a fin depoder calificar como actos terroris-tas los de la llamada "violencia ca-llejera", practicada por personasque orgánicamente no pertenecena grupo alguno.

El segundo aspecto resaltable esla finalidad. El hecho delictivo escalificado de terrorista si el autortiene como FINALIDAD "alterargravemente o destruir las estructu-ras políticas, económicas, me-dioambientales o sociales de unpaís". Pero lo cierto es que cual-quier persona o grupo que practi-que la disidencia política, lo hace,

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participar en dicha respuesta, aunsin haberse concretado los objeti-vos de la misma, mostrando undespreciable servilismo hacia el im-perio USA como nunca se había co-nocido en la historia de la UE. Fi-nalmente, se aprobó que "el Con-sejo de Europa ha decidido que lalucha contra el terrorismo será másque nunca un objetivo prioritariode la UE". Con fecha 19 de octu-bre, el Consejo hizo una nueva de-claración confirmando su "apoyomás firme a las operaciones milita-res iniciadas el 7 de octubre, queson legítimas en virtud de la Cartade la ONU", calificando las accio-nes militares como "selectivas",pese al reconocimiento de la ma-tanza de centenares de civiles porparte de la aviación USA y sin quehaya hecho la más leve crítica a lasmúltiples vulneraciones de los de-rechos humanos y del derecho in-ternacional, así como al terrorcreado por EE.UU. tras el 11-S.

En el marco de ese objetivo, elConsejo manifiesta su acuerdo enimpulsar las dos propuestas legisla-tivas en las que venía trabajandodesde hacía años y por las que sus-piraba el Gobierno español: a) laadopción de una definición comúnde terrorismo, y b) la creación deuna orden de detención europeaque remplazase los vigentes proce-dimientos de extradición. Ambasmedidas recibieron su impulso po-lítico definitivo en la reunión de je-fes de Estado y de Gobierno cele-brada en Laeken, los días 6 y 7 dediciembre. A ello habría que aña-dir el impulso definitivo al Euro-just, el reforzamiento de su coope-ración con la Europol, y de ambos

servicios con los similares deEE.UU; la creación de un "equipode especialistas antiterroristas"dentro de la Europol que colabora-se con el FBI, así como la elabora-ción de la ya famosa "lista comúnde organizaciones terroristas"(que finalmente, y por empeño es-pañol, lo fue de organizaciones ypersonas). Se profundizó en la cre-ación de un visado europeo comúny se acordó reforzar la legislacióneuropea en materia de asilo. Asi-mismo se aprobó la propuesta dereglamento por el que se congelanlos activos de diferentes organiza-ciones y personas que, de motupropio y sin declaración judicial al-guna, la Administración estadouni-dense había declarado "sospecho-sas de apoyar o financiar activida-des terroristas", así como medidastendentes a reforzar la seguridadde los transportes aéreos propues-tas por EE.UU.

El poderío de EE.UU. sobre la UE,especialmente tras el 11-S, y el ser-vilismo de esta última se simboliza,por ejemplo, en la exigencia esta-dounidense a toda Europa respec-to al cambio del sistema de emi-sión de pasaportes, por uno queincluya las señas de identidad bio-métricas del portador (datos comolas huellas digitales o la geometríafacial deberán ir codificados a finde facilitar la labor de verificaciónde los inspectores de aduanas esta-dounidenses), bajo amenaza de re-tirarles el privilegio de viajar sin vi-sado. De hecho, en los presupues-tos para Interior de 2002 estáprevista una partida dotada, enprincipio, con 551 millones de eu-ros para el proyecto de DNI elec-

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tacan la "exclusión del disfrute deventajas o ayudas públicas", la"prohibición temporal o perma-nente del desempeño de activida-des comerciales", "la vigilancia ju-dicial", la "liquidación", así comoel "cierre temporal o permanentedel establecimiento que se hayautilizado para cometer el delito".

Pensemos en lo que puede suce-der con una publicación, por ejem-plo, que mantenga una posturacrítica con el orden establecido.Con el ambiguo concepto de delitoterrorista, el listado de delitos queincluye "fomento de un grupo te-rrorista"; la imposición a las perso-nas jurídicas de mantener un con-trol sobre las actividades de susmiembros (bajo la amenaza de res-ponsabilizarles de sus conductas);así como las sanciones a imponer(que conlleva el cierre de la activi-dad comercial en cuestión).

Listas de terroristas

La Eurojust será el órgano que rea-lizará la propuesta de lista de or-ganizaciones y personas terroris-tas. La Eurojust es una organiza-ción de enlace judicial creada en elseno de la UE para operar en su es-pacio de justicia, y que otorga elcontrapeso legal y teóricamentegarantista a los también nuevosgrupos concertados por la policía(especialmente Europol).

Para seleccionar los nombres dela lista Eurojust se basará en doscriterios complementarios: 1) el en-caje de cada caso particular en ladefinición de terrorismo que ma-neja la UE; y 2) el examen de losprocesos penales abiertos, bastan-

do con que varios miembros deuna asociación sean procesadospor terrorismo para que los juecesde Eurojust la consideren suscepti-ble de entrar en la lista negra. Aeste respecto el Gobierno españolestá protagonizando una cruzadaparticular a fin de que se incluyanen la citada lista a todo tipo degrupos que, aunque sea desde di-ferentes perspectivas, no entren ensu juego, desde asociaciones deapoyo a presos a directores de pu-blicaciones.

6. LA EUROORDEN

Es una antigua ilusión de los dife-rentes Gobiernos españoles hecharealidad, tras el impulso logradopor la borrachera represiva desata-da tras el 11-S: la supresión de losprocedimientos judiciales de extra-dición. El Consejo Europeo extraor-dinario de 21 de septiembre de2001 llegó al acuerdo, que fue rei-terado en Gante el 19 de octubrede 2001. Una vez aprobada por losjefes de Estado y de Gobierno en elConsejo de Laeken, el 6 de diciem-bre, las medidas marco relativas alembargo de bienes y a la orden co-mún de detención y entrega, la"euroorden" debe ser incluida enlas legislaciones nacionales de losEstados miembros en un plazo de 4años. Sin embargo, ya en la prime-ra reunión mantenida por Aznarcon Romano Prodi el 8 de enero de2002 en la Moncloa, éste hizo hin-capié en que la Comisión impulseentre los países miembros de la UEla entrada en vigor "lo antes posi-ble", abogando por una rápidatransposición de estas medidas.

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en mayor o menor medida, con lafinalidad de alterar o destruir lasestructuras políticas o económicasdel poder, precisamente porqueconsidera que las existentes son in-justas. También es un hecho cons-tatado que, últimamente, granparte de las reivindicaciones de losmovimientos sociales que se reali-zan en la calle (concentraciones,manifestaciones...), precisamentepara llamar la atención de la opi-nión pública sobre determinadosproblemas, culminan en desórde-nes públicos protagonizados porlas llamadas Fuerzas del Orden.Pues bien, a partir de esta normati-va, en principio todas estas perso-nas o grupos, que sean acusadosde causar daños a los medios detransporte público o a las infraes-tructuras públicas, o de amenazarcon hacerlo, podrán ser tildados deterroristas en Europa.

De hecho, el "fenómeno terroris-ta" —que según la UE azota Euro-pa en los últimos años— no es elque se practica con armas (no exis-te ningún tipo de organización ar-mada que actúe a nivel europeo; yde forma local sólo ETA tiene unaactividad continuada que afecta aun solo país de la UE), sino másbien los llamados grupos que lapropia Europol define como "radi-cales" o "anarquistas", y que po-drían definirse como antiglobaliza-ción; grupos que han adquirido unfuerte protagonismo en todos losforos convocados por el G-8 (Géno-va), el Banco Mundial (Barcelona) oen las cumbres de la Unión Europea(Gotemburgo). Es de resaltar el he-cho de que el propio Consejo, ensus comentarios al articulado del

proyecto, señala que entre los deli-tos terroristas "pueden incluirse,por ejemplo, los actos de violenciaurbana". Mucho nos tememos que,salvo la represión a la disidenciavasca en el caso del Estado españolque viene de atrás (imputando per-tenencia a banda armada incluso apersonas que mantienen una acti-vidad política pública), a nivel eu-ropeo, la nueva estrategia "antite-rrorista" va a tener a los movimien-tos antiglobalización como uno desus principales objetivos, habiendocreado una definición de terroris-mo en el que éstos puedan tenercabida.

Autores de delitos terroristas:personas y grupos

Según el artículo 8 del proyecto"las personas jurídicas pueden serconsideradas responsables de losdelitos terroristas, cometidos en suprovecho por cualquier persona";"una persona jurídica puede serconsiderada responsable cuando lafalta de vigilancia o control de unapersona que represente haya he-cho posible que una persona some-tida a su autoridad cometa un de-lito terrorista". En los comentariosal articulado, la Comisión señalaque "el término 'responsabilidad'deberá interpretarse de modo queincluya la responsabilidad penal ocivil", rompiendo de esa maneraun principio penal fundamentalcomo es que la responsabilidad pe-nal es personal (de persona física),y nunca puede ser penalmente res-ponsable una persona jurídica.

Respecto a las sanciones previs-tas para las personas jurídicas des-

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bien lleva operativa de manera in-formal desde marzo de 2000, pe-riodo en el cual ha trabajado en130 casos. Al igual que la Europol,tiene su sede en La Haya, y tam-bién goza de personalidad jurídicapropia dentro de la UE.

8. EL CONTROL DELAS CIBERCOMUNICA-CIONES

El control social de la poblacióneuropea abarca también el ámbitode las cibercomunicaciones. Desde1995 (firma de la Agenda Trans-atlántica en Madrid en la cumbreUE-EE.UU.) la UE tiene un plan devigilancia electrónica en ciertomodo similar a la conocida redEchelon (ésta controlada por laNSA-CIA), creado a la sombra deun Convenio UE-FBI para legitimarla vigilancia electrónica global. El17 de febrero de 1995, el Consejoadopta la "Resolución sobre la in-terceptación legal de las telecomu-nicaciones" que insta a las autori-dades de cada Estado a que modi-fiquen su legislación para facilitarla citada interceptación. El planestá rodeado de tal oscurantismoque, de hecho, su núcleo funda-mental se adoptó como punto A(sin debate) en el sorprendenteForo del Consejo de Pesca de 20 dediciembre de 1996, en el que seacordó en secreto la creación de unsistema internacional de interven-ciones telefónicas a través de unared oculta de comités, creados deacuerdo con el tercer pilar del Tra-tado de Maastricht, lo que fue he-cho público el 27 de febrero de1997 por Statewatch (la muy respe-

tada organización de investigacióny defensa de las libertades públicasdel Reino Unido). La iniciativa, pro-cedente de Washington, obligaríaa los suministradores de redes yservicios de la UE a instalar siste-mas interceptables, que puedanponer bajo vigilancia a cualquierpersona o grupo en tiempo real.Statewatch denunció que los cita-dos planes nunca se han transmiti-do para su examen a Gobierno eu-ropeo alguno y, en la práctica, sehan venido desarrollando fueradel tercer pilar. En términos prácti-cos, esto significa que el plan de in-tervención ilícita de las comunica-ciones lo está poniendo en marchaun grupo de 20 países (los 15 de laUE, junto con EE.UU., Australia, Ca-nadá, Noruega y Nueva Zelanda).

Sin embargo, el 24 de abril de1997, el Parlamento europeo adop-tó una Resolución sobre la "comu-nicación de la Comisión relativa alos contenidos ilícitos y nocivos deinternet", en cuyo punto 26 acuer-da "que entre las tareas de la Euro-pol se incluyan las operaciones devigilancia constante y de interven-ción inmediata" en la red. La Euro-pol, como vemos, protagonizandoel control social de la población eu-ropea, también en el ciberespacio.

El 12 de junio de 2001, Bush co-menzó en España su gira europeaen promoción del proyecto de es-cudo antimisiles, a sabiendas deque aquí le iba a ser puesta la al-fombra. Bush se comprometió a fa-cilitar al Gobierno español el acce-so a tecnología relacionada con lossistemas de desencriptación, capa-ces de descifrar tanto comunicacio-nes (especialmente vía Internet),

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Política interior común de la Unión Europea

Existe una lista de 30 infraccio-nes que dan lugar a la entrega depersonas buscadas sobre la base deuna orden de detención europea,la gran mayoría de las cuales figu-ran en el anexo del Convenio Euro-pol. La entrega se prevé sin controlde la doble tipicidad y, en princi-pio, en un plazo máximo de 60días. Sin embargo, el Estado deemisión puede obtener, a partir dela detención de la persona busca-da, la posibilidad de tomar su de-claración en el Estado de ejecucióno de obtener su traslado temporal.

No podíamos ser menos. La Ad-ministración estadounidense exigióa Afganistán la entrega incondicio-nal de Osama Bin Laden al conside-rarle autor por inducción de losatentados cometidos el 11-S. Afga-nistán solicitó previamente las pre-ceptivas pruebas inculpatorias (taly como se realiza hasta ahora porcualquier Estado que quiera tildar-se de democrático), respondiendoEE.UU. con que tenían pruebas,pero que éstas eran secretas, ame-nazando con bombardear el país sino se entregaba al sospechoso. Af-ganistán, en buena lógica jurídica,no procedió a su entrega con el re-sultado por todos conocido

La supresión de los procedimien-tos formales de extradición, esalgo mucho más grave de lo queparece a simple vista. Implica eltriunfo de la arbitrariedad, la poli-cialización, la eliminación de recur-sos y garantías jurídicas y la des-trucción de la noción de delito po-lítico, que había constituido elnúcleo central del derecho liberalcontinental después de la Revolu-ción francesa. Es la producción en

cadena capitalista aplicada a losasuntos judiciales: lo que importaes obtener resultados; se trata deautomatizar y mecanizar; que losasuntos se tramiten rápidamente,no importa ni cómo ni a costa dequé. Se trata de eliminar sus únicosobstáculos en este proceso: las li-bertades básicas, los derechos fun-damentales, los abogados defen-sores, los procesos judiciales garan-tistas, los jueces recalcitrantes. Taly como dijo Mariano Rajoy tras lareunión del Consejo de turno, re-cogiendo el sentir de la UE, "esode los derechos y libertades no sonmás que disquisiciones técnicas".

7. LA EUROJUST

La Eurojust tiene como objetivoformal cooperar en la lucha contralos crímenes organizados (especial-mente el terrorismo) y acelerar laasistencia judicial. Cada país estárepresentado en la Eurojust pordos fiscales, un titular y un suplen-te, pudiendo tener "corresponsa-les nacionales" especializados endiferentes temas en cada país de laUE en contacto permanente con laorganización central. Ya se hacreado la primera red de expertosy, como no podía ser de otra ma-nera, es para delitos de terrorismo.De hecho los representantes espa-ñoles son jueces y fiscales de la Au-diencia Nacional, tribunal especialdonde los haya. Se ha establecidoya una vinculación entre la Europoly la Eurojust, principalmente en elintercambio de información paralas investigaciones. La Eurojust haentrado formalmente en funciona-miento el 1 de enero de 2002, si

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como archivos informáticos, rumo-reándose que puso también la redEchelon a su servicio; a cambio, Az-nar le apoyó en el polémico escudoantimisiles. El 7 de octubre, el dia-rio El Mundo publicaba que, frutode este acuerdo, los servicios de es-cucha vía satélite de la inteligenciade EE.UU., integrados en el sistemaEchelon, empezaron a rastrear lascomunicaciones en Euskadi (evi-dentemente sin ningún tipo deamparo legal ni control judicial).

En la primera reunión, en sep-tiembre de 2001, el Parlamento eu-ropeo debatió la posibilidad deque los Estados realizasen vigilan-cias masivas sobre el correo de losciudadanos, concluyendo que "elParlamento reconoce la posibili-dad de que los mensajes puedanser interceptados cuando esté enpeligro la seguridad del Estado".No es casualidad que en el propiopresupuesto español para el año2002 esté prevista una partida queasciende a 1,8 millones de eurospara la creación de un sistema lla-mado SIITEL (Sistema Integrado deInterceptación de Telecomunica-ciones), fuera de toda coberturalegal.

9. EPÍLOGO-RESUMEN

Con la manida excusa del terroris-mo, la UE pretende, primeramente,criminalizar todo tipo de disidenciapolítica que se oponga, siquiera pa-cíficamente, al pensamiento únicoy al proceso de globalización —ycuyo vertiginoso crecimiento ha co-

gido por sorpresa a nuestros man-datarios con las protestas de Praga,Davor, Barcelona o Génova— para,con la aplicación de una normativacreada al efecto (amplia y ambiguadefinición de terrorismo en la quese incluye todo tipo de disidencia;la anulación de las actuales garan-tías en los procesos de extradición;la creación de un grupo de juecesdomesticado que colabore con laeuropolicía de manos libres), exter-minar la disidencia política, espe-cialmente la antiglobalizadora.

En el semestre de presidencia es-pañola no caben ambigüedades.Así, tras la primera reunión mante-nida por Aznar, en su calidad dePresidente de la UE, con el jefe delEjecutivo comunitario, RomanoProdi, en la Moncloa el día 8 deenero de 2002, el presidente delEjecutivo español explicó a Prodique "la lucha contra el terrorismoserá la prioridad de las prioridadesdurante el semestre que ahora seinicia"; sin perder nunca de vistaque bajo la manida excusa del te-rrorismo, y con el pretexto de velarpor una seguridad que dicen se veamenazada (la de ellos), la nuevalegislación europea nos conduce aun encubierto estado de excepciónpermanente, que conculca dere-chos fundamentales y limita espa-cios de libertad (la nuestra), en elque cualquier opinión disidente vaa poder ser tildada de terroristacon las consecuencias sociales, pe-nológicas e incluso vitales que elloconlleva.

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3. Movimientossociales

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Fecha: 21 de marzo 2002.Lugar: Casa Encantada - Composte-la.Asisten: Ccanvihar-Vilagarcía, Ccan-tisida-Santiago, Pre.S.O.S.-Santiagode Compostela, CNA y Ccantisida-Lugo.

1. CONCENTRACIÓNANTE JVP DE PONTEVEDRA ENPROTESTA POR LAGRAVE SITUACIÓN DEFERNANDO LORENZOGARRIDO

Se concentraron unas 20 perso-nas, y algunos periodistas; sellamó la atención sobre la si-

tuación de Fernando Lorenzo Garri-do. Se utilizaron pancartas así queaún quedó bastante vistosa para lospocos medios que había. Se llamó laatención, aunque no estábamos to-dos por falta de pelas, lo cual plan-tea un debate interno sobre la de-pendencia de los comités de las sub-venciones. Creemos que ha llegadoel momento de que cada uno plan-tee en su asociación la NECESIDADde cambiar la forma de gestión eco-nómica. No podemos depender de

ellos para movilizarnos, hay situa-ciones como la de Fernando queexigen una respuesta INMEDIATA yURGENTE por parte de los comités yno podemos quedarnos en tierraporque la Xunta no paga.

2. AUTOGESTIÓN

Planteado el DEBATE ECONÓMI-CO, por la falta de varios Comités ala concentración por no tener co-bradas las subvenciones, todos losasistentes a la reunión reconoce-mos que no se puede seguir de-pendiendo de las subvencionespara todo, se cree de forma unáni-me que debemos de empezar abuscar pelas por otras vías. Variasideas para ir poniendo en marcha:

2.1. ORGANIZAR UNA RIFA ¡YA!,de aquí al mes de Junio, para ir sa-cando pelas. Haremos un BONO-AYUDA y rifamos cosas inmateria-les como un saco de alegría, un ca-mión de amor, etc, etc. Haremos1.000 papeletas, 200 para cada aso-ciación y las pelas que se vayan sa-cando se acumulan en un bote paratener solvencia cuando surjan movi-lizaciones, sida-cárcel-registro-pnc,

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Acta de la reunion dela Plataforma Galegade Apoio a Pres@s

(INFORMAN DESDE GALICIA)

-

PANÓPTICO

Acción de apoyo a las jornadas delucha en veinte prisiones de todo elestado(Barcelona, marzo de 2000)

(Foto: Guillem Valle. Fuente: Contra-infos)

Page 62: La mayoría de libros de Virus editorial se encuentran bajo … A pesar de la derrota militar en Europa y del desgaste cronológico en Es-paña, el fascismo no desapareció tras la

Iniciar campaña de protesta, con-centraciones, escribir a esta perso-na, llamar a la prisión, etc.

4. CAMPAÑA PNC's

4.1. ENTREVISTA con la Conse-lleira, Corina Porro, para plantear-le los puntos concretados en elacta de la reunión anterior. Solici-tar la entrevista, por teléfono y porescrito con datos de cada uno denosotros, dejando claro que tene-mos que ir un representante decada colectivo; de no ser así no ire-mos ninguno. Exigirle MEDIDASURGENTES para los estragos queestá causando el RD 1971/99.

4.1. MODELO de Ficha RecogidaDatos PNC's. Se entrega un modeloa cada uno de los presentes (man-dar uno a Ourense). Cada colectivorecogerá los datos que ahí apare-cen, no es necesario que se recojantodos. Centralizar DATOS enPre.S.O.S de todos los casos que seestán llevando y ELABORAR un lis-tado de Pnc's suspendidas y/o de-negadas para presentárselo a Cori-na Porro.

4.2. UNIDAD DIDÁCTICA. Enunos días todos dispondremos deella para guiarnos en la tramita-ción de los recursos de PNC's, enqué tipo de documentación tene-mos que conseguir para las recla-maciones previas como, por ejem-plo, la lista de ingresos hospitala-rios de la persona afectada sacadadel ordenador por orden de fe-chas, que tienen obligación de en-tregar, y si no lo hacen les puedenabrir un expediente disciplinario.

Recalcar que han de ser datos fia-bles y que se tratarán de forma to-talmente CONFIDENCIAL, sólo losvamos a manejar nosotros.

4.3. IMPUGNACIÓN del RD1971/99 en RECURSO INDIRECTOante la Audiencia Nacional. Quedapendiente de tratar en la próximareunión. Tener clara ya para ese díanuestra POSICIÓN ante la MEMVIH.

4.4. CONOCER LA EVOLUCIÓNDE LA NEGOCIACIÓN de la MEM-VIH con el Ministerio en relación alRD 1971/99.

4.5. APLICACIÓN de los beneficiosde la LISMI a partir del 33% de mi-nusvalía. INCAPACIDAD LABORAL:no capaz para trabajar. MINUSVA-LÍA: menos válido para trabajar. Ha-bría que estudiar en este contextolas pagas de orfandad y viudedad.

4.6. EDITAR UN LIBRO-GUÍA dederechos sociales derivados de lacondición de minusválido que setendrá a mano en las asociaciones,tríptico para el personal.

4.7. PNC's en el TALEGO. Recla-mar las cantidades adeudadas enaplicación de la CIRCULAR de II.PP.que reconoce el fallo judicial delTribunal Supremo, sin el descuentopor manutención.

5. REGISTRO VIH(ampliar informaciónen el diskete)Se presentó la PROPOSICIÓN PARAPRÁCTICA DE LA PRUEBA, divididaen:

Acta de la reunión de la Plataforma Galega

121

que requieran respuesta inmediatay urgente. Pre.S.O.S se encargará dehacer el boceto de dibujo-texto ypedir presupuestos a la imprentajunto con Ccanvihar. Las papeletasSIN NUMERAR, porque ahorramossi las numeramos nosotros.

2.2. CAJAS DE RESISTENCIA. Bo-tes de pelas recaudadas con actua-ciones, fiestas, venta de manuali-dades, rifas, etc., por cada asocia-ción durante todo el año, y asícuando surja una movilización te-ner fondos para secundarla.

2.3. INVOLUCRAR a los usuariosde las asociaciones, captar genteque nos apoye en las movilizacio-nes con su presencia. Si tienen pe-las, plantearles el pago de la mitaddel viaje de desplazamiento y laotra mitad pagarla los colectivos.Da buen resultado el pago de lamitad del billete porque así el per-sonal se implica más y no falla.

2.4. CALENDARIO 2003. Dedica-do a artistas de la pintura. Contac-tar con artistas para que donen 12obras que se reproducirán en loscalendarios que luego vendere-mos. A ver si conseguimos que 6 delos dibujos sean de personas queestán presas.

3. COMISIÓN SIDA-CÁRCEL. 2 casos eneste momento:

3.1. Fernando Lorenzo Garrido,preso en A Lama, en GRAVE situa-ción. Es IMPRESCINDIBLE que loscomités se vuelquen con esta per-sona escribiéndole a la cárcel, lla-

mando al médico de A Lama parapedirle que nos informe de la si-tuación y en base a qué dice queNO TOMA LA MEDICACIÓN.

Hay un informe médico que ex-presa claramente que Fernandopadece INTOLERANCIA GASTROIN-TESTINAL; nos lo manda Fran porcorreo.

En este momento la situación esla siguiente: se ha vuelto a solicitarel 196.2, nombrando abogado yprocurador de oficio para que elJuez resuelva y tener la opción derecurrir. Se tramita a través de Gui-llermo Presa, abogado de Vigo.

Pregunta Parlamentaria sobreeste caso (Carlos Aymerich).

NUEVA CONCENTRACIÓN. A fina-les de abril. Se encarga Fran de ha-cer el nuevo cartel. FECHAS: 4 deabril en Vigo. 25 de abril en Ponte-vedra a las 18:00 horas. Cacerolada,charangas representando enfermosy enfermedades, cascabeles, batasblancas, etc. CONVOCATORIA en elcartel va en blanco para que cadaasociación decida si convoca o apo-ya. Avisar a Ourense (Marisa) y aVigo (Susi).

3.2. Antonio Celestino VarelaGarcía, preso en Pereiro de Aguiar,GRAVE situación, muy enfermo,VIH C3, tromboembolismo, ambo-lia pulmonar, cuadro ansioso-de-presivo reactivo. Lo están movien-do los abogados de la comisión pe-nitenciaria de Ourense, que noshan mandado un escrito de apoyopara enviar al JVP de Pontevedra.

Solicitud del artículo 196.2 del RPy que no lo trasladen al CP Puerto.

Pregunta Parlamentaria sobre elcaso (Carlos Aymerich).

MOVIMIENTOS SOCIALES

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[email protected].: 981 558 932

(martes y jueves tarde)Apdo. 942 de Compostela

Acta de la reunión contra las cárceles de menores

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• 3 pruebas documentales basa-das en:

- Cuestiones de prevención, as-pectos sociológicos del VIH.

- Cuestiones jurídicas: confiden-cialidad, privacidad, intimidad.

- Cuestiones de seguridad infor-mática, privacidad, confidenciali-dad...

con los INFORMES DOCUMENTA-LES respectivos de las personas ci-tadas en la lista.

• 1 prueba pericial basada en:- Cuestiones de prevención, as-

pectos sociológicos del VIH, aspec-tos sanitarios y seguridad informá-tica...

con los INFORMES respectivos.Estas fase de prueba es para DAR

DATOS A LOS JUECES y DEMOS-TRAR los argumentos de la deman-da. Los miembros de los comitésantisida designados como peritosen la prueba pericial pueden basarel informe en prevención, aspectossociológicos, confidencialidad des-de nuestra experiencia al cabo delos años.

6. COMISIÓN DEDENUNCIASe está iniciando la creación de unaComisión de Denuncia de MALOSTRATOS en prisión desde Pre.S.O.S.Envío de una carta a 2.000 aboga-dos explicándoles lo que está suce-diendo en los talegos, solicitando sucolaboración en los trámites de lasdenuncias, en los juicios. La carta lafirman también Xustiza e Socieda-de. Según respondan, iremos elabo-rando una lista de colaboradores dela que dispondremos todos.

Nuestro papel será el de MEDIA-DORES entre la persona presa y losabogados, cada vez que haya unapaliza ponerlo en su conocimiento.Nuestro trabajo es claro:

1) Buscar la fuente de informa-ción: la persona que es agredida,sus familiares y amigos, sus compa-ñeros, etc.

2) Recoger los DATOS que poda-mos, cuantos más mejor, para pa-sar esta información a los aboga-dos.

3) Elaborar un listado de casos yrealizar un SEGUIMIENTO de cómovan los trámites.

7. INFRAESTRUCTU-RAS DE LA PRISIÓNResponde el Defensor del Pueblosobre las denuncias del agua, la ca-lefacción, etc. de Monterroso, queno pasa nada, que TODO VA BIENy que no es suficiente el óxido delagua para intoxicarla, ni tan nece-saria la botella mineral para los en-fermos de sida, lo mismo que nosdice que se come de vicio.

El Juez de Vigilancia Penitencia-ria correspondiente dice que a élno le llegan quejas de los internosy que, si no llegan quejas, él nopuede quejarse al de más arriba, nipuede investigar, ni tampoco emi-tir resolución... Hay que decir a lospresos que se nos quejen de algoasí que lo hagan POR ESCRITO y DI-RECTAMENTE al JVP.

Comision Sida-Cárcel de la CSPPCoordinadora Estatal De Solida-

ridad Personas PresasAsociación PreS.O.S. GalizaE-mail: [email protected],

MOVIMIENTOS SOCIALES

122

Asistentes: gente de Murcia, CollaXicalla, Colectivo de jóvenes de laComa.

Rueda informativa: informa-ción y valoración de las accio-nes realizadas hasta ahora y

valoración de los grupos:

• Valencia: Enero: Lotería Penaldel niño y de la niña.

Marzo: presentación de la Cam-paña con una charla.

• Murcia: Acción: una chica ence-rrada entre vallas.

Marzo: encierro en "política so-cial" + encierro de un fin de sema-na en una parroquia: reunión conentidades sociales para explicar lacampaña, actividades con chavales,peli + charla-coloquio, chocolatadael domingo, pegada simbólica decarteles en "política social"... Laidea era que se acercasen colectivosnuevos que no apoyan totalmentela campaña para poder hablar y de-batir tranquilamente con ellos.

Otra actividad posible: escenifi-car el cómic.

• Importante: juntar materialgráfico de Murcia y Valencia paracurrarnos un dossier recopilatoriode lo realizado durante la campa-ña.

– FORO SOCIAL DE CÓRDOBA(Plataforma por los Derechos Hu-manos):

¿Qué es la exclusión social de lainfancia?

– ¿excluida según el dinero de sufamilia?

– o ¿excluida como grupo?Instituciones que excluyen a las

nanas (la escuela, la política, SS.SS.,la jurídica/penal...).

– Málaga: Baladre ha formadoun grupo de menores. NO NOS CO-ORDINAMOS!!!

• PROPUESTAS/reflexiones:

- Profundizar en el concepto dela CAMPAÑA Murcia y Valencia.

- Juntar reflexiones para quienquiera unirse a la campaña (tener-lo currado).

- Enfoque realista: Murcia y Va-lencia coordinadas.

(INFORMAN DESDE VALENCIA)

Acta de la reunion de valoracionde la campana contra las carcelesde menoresPaterna, 26, 27 y 28 de abril, 2002

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val@s o somos un colectivo de lu-cha política? L@s chaval@s del tale-go al final sólo tienen contacto conlos funcionarios de las cárceles, conl@s educador@s de los centros...(además de con un discurso de co-legueo).

El ACOMPAÑAMIENTO implicatener relación con abogadas, coneducador@s de medidas en medioabierto...

La cárcel no es sólo el espacio(aunque sea bonita y llena de ta-llercitos...), sino la manera en laque se relaciona la gente dentro.

- Elaborar un discurso global.- Llegar a los sitios donde le co-

men la olla a la gente para ser bue-na educadora (facultades, colegiosde trabajador@s sociales...).

Construimos nuestro discursoNEGÁNDOLO todo (cárceles, inter-venciones, educación...). Buscar undiscurso que afirme a los críos.

• ¿De qué manera planteamosnosotras estar con las chavalas?

¿Deberíamos dar una alternativaal modelo global educativo que seda desde la escuela, la familia, lasinstituciones...? ¿Deberíamos mos-trar otras experiencias de vida y deconvivencia con las nanas? ¿Quéqueremos hacer nosotras con lasniñas desde lo no institucional?

Estaría bien que las gentes maes-tras y que estamos en contacto conla infancia, frente a la crisis brutalque hay respecto al derecho a laeducación, optáramos cada vezmás, por intervenir desde fuera dela escuela.

Respecto a mostrar alternativas:¿alternativa? No hay una, sino tan-tas como maneras de vivir que de-

cidamos las personas.Para estar con las nanas es nece-

saria la INCONDICIONALIDAD, e in-tentar establecer con ellas relacio-nes horizontales de igualdad, dedos direcciones, no sólo de una.

Pero no es nuestra obligacióndar una alternativa (trampa), esta-ríamos buscando soluciones a losproblemas que el sistema genera.Además, la alternativa es por sí sin-gular. Cada chaval es distinto, elrespeto a ellos tiene muchas mane-ras de materializarse.

En el mundo de las relaciones en-tre los individuos no hay un solopatrón. Y si lo hay (como es elcaso), estamos todas fatal. Setransmite un mismo patrón estéti-co, comportamental, de manera devivir, de manera de relacionarnos...

Ser un grupo disidente y de de-nuncia implica no tratar de dar res-puestas en nuestro discurso a losproblemas del sistema.

Podemos decir NO A LAS CÁRCE-LES y sólo plantear como respuestaque exigimos un mundo mejor(esto puede parecer ridículo desdeuna visión capitalista, pero no des-de la nuestra).

SOLUCIONES NI UNA!!! Ni másrecursos ni mejoras en la aplicaciónde las leyes, VAMOS A DENUN-CIARLOS. El discurso radical ante larealidad sangrante.

¿Cómo se trata a los niños y a lasniñas desde el capitalismo?

La edad es clasista, genera unadistinción social. Existe una separa-ción brutal entre adultos y niñ@sque, además el sistema clasificacomo buen@s o mal@s (con dineroo sin dinero, de protección o "nor-males").

Acta de la reunión contra las cárceles de menores

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– Facilitar a la Coordinadora depresas vías de información y canali-zación de la Campaña. ABRIR VÍAS,estamos empezando a crear algo...

• ¿Qué más cosas vamos a hacerdentro de la Campaña?

– Protección/tutela lo dejamospor ahora (ni Murcia ni Valenciavamos a llevarlo seriamente dentrode la campaña).

– Mapa de cárceles de menoresdel Estado + presupuestos con losque cuentan, quén lleva cada una,regímenes internos...

• DEBATE:

Respecto a los objetivos de laCampaña: ¿concienciar a quién?

A la gente "profesional" queestá currando desde ámbitos "ofi-ciales". Utilizar la información queellas manejan.

Importante: ¡¡hablar con genteque deja esos curros !!

Lo que la Administración planteacomo una solución, nosotras lo ve-mos como un problema.

Diagrama está al loro de nuestrodiscurso y luego lo contrarrestanasumiéndolo, fagocitándolo.

Cada vez habrá menos medidascerradas, pero lo abierto va a sercada vez peor.

Importante: transmitir que loque está ocurriendo es un ataquemasivo a la infancia, y que las cár-celes son un factor más, dirigido aun público concreto dentro de lainfancia (un ataque selectivo).

Elaborar un discurso más amplioque salpique a todas: desde la fa-milia, la escuela, las cárceles... demanera que quién escuche se sien-

ta parte de una realidad sangrantecontra las menores.

L@s culpables de la situaciónhostil que sufren l@s nanas: l@sadult@s.

Encuadrar el problema de lascárceles dentro de un discurso dedefensa a las crias, no de ataque alos carceleros, ni a l@s maestr@s, nia los padres y madres. Situarnosjunto a l@s nan@s, y desde ahí de-cir: NO A LAS CÁRCELES, PORQUECONOCEMOS A L@S CHAVAL@S YSABEMOS CÓMO LO VIVEN.

Por eso: no aceptamos cualquierintervención que se haga con lasmenores, cuestionamos a la Admi-nistración.

Este discurso más amplio noscuestiona a todas sin generar acti-tudes de defensa (más bien, depreocupación ante la realidad).

Machacar a la gente (futuras tra-bajadoras sociales...) sin dar opcio-nes; es complicado, pero es proble-ma de la gente que se plantea suprofesión de acuerdo con la Admi-nistración.

Importante: conseguir que lagente cambie su visión horrible ha-cia los menores (conseguir queesto cambie un poco antes de quecoja fuerza...).

TENEMOS QUE CREAR UNA BASESOCIAL QUE NOS DEFIENDA.

Definir y concretar mucho los ob-jetivos de cada charla: diferentesdiscursos con diferentes matices,según a quién vayan dirigidos(scouts, funcionari@s, maestr@s...).

• ¿Hasta qué punto estamosacompañando a l@s chaval@s queestán entrando en las cárceles?

¿Estamos llegando a l@s cha-

MOVIMIENTOS SOCIALES

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Page 65: La mayoría de libros de Virus editorial se encuentran bajo … A pesar de la derrota militar en Europa y del desgaste cronológico en Es-paña, el fascismo no desapareció tras la

Acontinuación se presentauna extensa relación de de-nuncias, investigaciones,

procedimientos judiciales y noti-cias periodísticas vinculadas conla práctica de torturas y malos tra-tos causados a detenidos (en ge-neral) en diversas agencias del sis-tema penal español.

La Coordinadora de Solidaridadcon las Personas Presas (CSPP) pre-sentará a la Organización de las Na-ciones Unidas toda la documenta-ción para la investigación sobre lapráctica de la tortura en el Estadoespañol. Aquí nos limitamos a con-signar un extracto de todo ello y,aunque esta lista sea extensa, he-mos creído que por la importancia ysuma gravedad del tema, se justificaplenamente su inserción completa.

Debido a su extensiòn sólo he-mos incluido los titulares de las no-ticias y la fuente de donde la noti-cia ha sido extraída, tal y como nosha sido suministrada. Como podrácomprobarse, las noticias abarcanla práctica totalidad del abanicoperiodístico de España y, asimismo,su distribución geográfica por latotalidad de las Comunidades Au-tónomas del Estado. Por último, se-ñalar que las noticias se refierensólo a dos meses del año 2002:mayo y junio.

Denuncias de torturas y malostratos:

La Vanguardia (Última Hora)Condenan a un policía a 12 años de pri-sión por agresión sexualhttp://www.lavanguardia.es/Vanguardia/Publica?COMPID=23295817&ID_PAGINA=788&ID_FORMATO=1

Panorama de ActualidadUn detenido fallece en la Jefatura dePolicía de Valencia http:/www.panorama-actual.com/Sucesos/not65685.htm

Las ProvinciasUn detenido fallece en los calabozos dela Policía Nacional http://www.lasprovincias.es/frames.php?url=http://www.lasprovincias.es/cgi-bin/show_news.NUEVO?sec=vas&fecha=01_04_2002&fich=01c01vs10

ABCNuevo enfrentamiento en Granada en-tre policías y Hippies procedentes deÓrgiva http://sevilla.abc.es/andalucia/noticia.asp?id=43348&dia=Hoy#arriba

ABCLos amigos de los hippies detenidosniegan la versión oficial y dice que fue"una auténtica carga policial"http://sevilla.abc.es/andalucia/noticia.asp?id=43416&dia=Hoy#arriba

El PaísOcho detenidos y tres policías heridosen una fiesta hippy en Granada http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020401elpepinac_12&print=1&anchor=elpepinac&type=Tes&d_date=20020401

127

El fracaso parte de la instituciónescolar, pero es el mismo sistemaquién ha creado esta crisis: un tan-to por ciento de la población NOVALE, sobra.

• PROPUESTA: jornadas/espaciopara cuestionarnos nuestro currocon las nanas. A parte de nuestrodiscurso político hacia fuera podría-mos juntarnos y hablar sobre cómollevamos cada una el "estar" con laschavalas y con los chavales. Estaríabien crear un espacio sobre nuestraprivacidad con ellas, una escuelapolítica chula donde también que-pan nanas.

Quien tiene que educarse es lagente adulta, ¿una escuela paradeseducarnos?

• SOBRE LAS JORNADAS DE DI-CIEMBRE:

– Fechas: 6, 7 y 8 de diciembre,2002.

– Organiza: Valencia– Difunde a nivel estatal: Murcia.– Material visual interesante para

exponerlo en la sala. – Posibilidad de acabar con una

acción + fiesta.– Intentar hacerlo en un cole o

en un instituto para solucionar eltema de la dormida.

– Contenido: NO A LA REPRE-SIÓN CONTRA LA INFANCIA + difu-sión e información sobre el temade menores.

– Posibles temas: educación, fa-milia, no a las cárceles (desde un

enfoque global), ¿cómo nos afectalo que ocurre situándonos del ladode las y los niños?, comparar régi-men de los coles y régimen de loscentros cerrados.

– Charlas y talleres simultáneos(para poder profundizar sobre te-mas concretos).

– Posibles intervenciones: chicode Murcia que trabajó para Dia-grama

Reguera, Colla Xicalla (auca...).

• DE AQUÍ A DICIEMBRE: – Transmitir lo que hemos valo-

rado estos días sobre que el restode los grupos no haya asistido aesta reunión (si es porque no hanpodido o porque no les interesa lacampaña) para clarificar si estamossolas en esto.

– Cada grupo a su rollo, con laposibilidad de juntarnos para ha-cer algo (una sesión de juegos connanas...).

– Reunión intermedia en Murciaantes de las Jornadas (espacio parael debate): 5 de octubre de 2002.

– Incidir en el ámbito profesio-nal: charlas en facultades...

– Difundir las jornadas por don-de nos movamos:

– 17-18-19 mayo: encuentro de laCoordinadora de Presas en Moi-xent, Valencia.

– 30-1-2 junio: encuentro de Ba-ladre en Logroño, con espacio demenores.

– 1-2-3 noviembre: encuentro In-ternacional Renta Básica en Málaga.

MOVIMIENTOS SOCIALES

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(INFORMAN DESDE MADRID)

Dossier de denuncia de torturasen el Estado espanol-

Page 66: La mayoría de libros de Virus editorial se encuentran bajo … A pesar de la derrota militar en Europa y del desgaste cronológico en Es-paña, el fascismo no desapareció tras la

Condenan a un policía por golpear a unperiodista durante una manifestaciónantiglobalización en Barcelonahttp://www.estrelladigital.es/020516/articulos/espana/agresion_periodista.asp

El Mundo, 16/5/2002 Condenan a un policía que golpeó a unperiodista en la protesta del 24-Jhttp://www.el-mundo.es/2002/05/16/catalunya/1143362_imp.html

El País, 16/5/2002Condenado un policía por agredir a unperiodista de EL PAÍShttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020516elpepisoc_13&print=1&anchor=elpepisoc&type=Tes&d_date=20020516

El País, 16/5/2002El fiscal pide una multa para dos policí-as por supuestas lesiones en una actua-ción en La Puntahttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020516elpval_19&print=1&anchor=elpval&type=Tes&d_date=20020516

Levante, 16/5/2002 El Fiscal pide que se multe con 270 eu-ros a dos policias por lesiones a un jo-ven de La Puntahttp://www.levante-emv.es/levhoy02516/levante2.html

Gara, 17/5/2002 Revilla y Uriarte denuncian haber sufri-do torturas, padecieron vejaciones se-xuales durante el periodo de detenciónhttp://www.gara.net/orriak/P17052002/art17740.htm

La Vanguardia, 17/5/2002 El juez imputa a veinte Mossos por apa-lear a un detenido en Roses. Tras sufriruna segunda agresión colectiva, al de-tenido se le denegó la presencia de unmédicohttp://www.lavanguardia.es/

Vanguardia/Publica?COMPID=23824926&ID_PAGINA=788&ID_FORMATO=1

La Vanguardia, 18/5/2002 El juez lleva a juicio a veinte mossos poruna paliza en 1998 a un magrebí en Ro-ses El titular del juzgado número 5 deFigueres ve indicios de delitos de tortu-ras, lesiones y contra la libertad en laactuación de los agentes http://www.lavanguardia.es:8000/cgi-bin/noti_print.pl?dia=18_05&link=vb1832a&sec=soc

Diari de Girona, 18/5/2002Imputen vint mossos per una pallissa aun detingut a la comisaria de Roseshttp://www.diaridegirona.es/girhoy02518/girona.html

El Mundo, 18/5/2002 El juez imputa a 20 mossos por la brutalpaliza a un magrebí en 1998 Los agen-tes autonómicos están acusados de unpresunto delito de torturas y lesioneshttp://www.el-mundo.es/2002/05/18/catalunya/1144495_imp.html

El País, 18/5/2002Imputados 20 'mossos d'esquadra' porun apaleamiento en Roseshttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020518elpcat_18&print=1&anchor=elpcat&type=Tes&d_date=20020518

El Periodico de Cataluña, 17/5/2002 Un policia agressor sexual, a la presó http://www.elperiodico.com/online/apuntador.asp?data=ed020517&idioma=CAT&publicacion=catalunya&urlname=http://www.elperiodico.com/EDICION/ED020517/CAT/CARP01/tex038.asp&af=

Yahoo Noticias, 17/5/2002, 18:01 hSevilla.- La Audiencia rechaza la pres-cripción del delito y juzgará a dos policí-as acusados de robar a presuntos narcos

Dossier de denuncia de torturas

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ABCEl Ministerio de Justicia tramita la soli-citud de indulto para Amedo y Domín-guez, condenados por el caso Mareyhttp://www.abc.es/nacional/noticia.asp?id=88906&dia=Hoy#arriba

El PaísGalindo y Vaquero expulsados de laGuardia Civil tras su condena por elcaso "Lasa y Zabala"http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020402elpepunac_5&print=1&anchor=elpepunac&type=Tes&d_date=20020402

La VanguardiaDefensa decreta la baja de Galindo yVaquero en la Guardia Civil http://www.lavanguardia.es/Vanguardia/Publica?COMPID=23305017ID_PAGINA=788&ID_FORMATO=1

EFEEl Abogado de Galindo dice que la bajaen la Guardia Civil en un "golpe moralmuy duro" http://www.efe.es/nacional/detalleautonomia.asp?opcion=1&id=3118373

El País, 10/5/2002Catorce detenidos y varios heridos en-tre los huelguistas del metal de Cádizhttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020510elpand_16&print=1&anchor=elpand&type=Tes&d_date=20020510

El País, Comunidad Valenciana, 10/5/2002

Sagunto se querella contra 5 policíaspor la muerte de un jovenhttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020510elpval_14&print=1&anchor=elpval&type=Tes&d_date=20020510

Gara, 11/5/2002 Denuncian que una presa sufre inasis-

tencia médica en Alcaláhttp://www.gara.net/orriak/P11052002/art17090.htm

La Voz de Galicia, 11/5/2002 El juzgado cita como imputados a dospolicías por lesiones a un militante delBNG http://www.lavozdegalicia.es/ed_vigo/imprimir_noticia.jsp?CAT=111&TEXTO=1081870

Gara, 14/5/2002Nuevo dossier con once testimonio demalos tratoshttp://www.gara.net/orriak/P14052002/art17371.htm

Yahoo Noticias, 14/5/2002, 19:24 hCuatro años de prisión para el policíaque intentó agredir sexualmente a unadetenida en calabozos de Moratalaz(Madrid)http://es.news.yahoo.com/020514/4/1yn5d.html

ABC, 15/5/2002 Condenado un policía que agredió se-xualmente a una peruana detenidahttp://www.abc.es/Madrid/noticia.asp?id=99526&dia=15052002#arriba

El Mundo, 16/5/2002 Condenado un policía por intento deagresión http://www.el-mundo.es/2002/05/16/espana/1143435_imp.html

El Periódico de Aragón, 15/5/2002 Detenido un guardia civil por agresiónsexual a una prostitutahttp://www.elperiodico.com/online/apuntador.asp?data=ed020515&idioma=CAS&publicacion=aragon&urlname=http://www.elperiodico.com/EDARAGON/ED020515/CAS/CARP01/tex014.asp&af=Deten

La Estrella Digital, 16/5/2002

MOVIMIENTOS SOCIALES

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El Correo Español, 30/5/2002 El Supremo decidirá si el crimen de LaSalve debe ser juzgado por militaresLa Sala de Conflictos resolverá si el ho-micidio dentro del cuartel bilbaíno, delque se acusa a un guardia civil, corres-ponde a un juez togadohttp://www.elcorreodigital.com/vizcaya/edicion/prensa/noticias/Otros/200205/30/VIZ-OTR-018.html

Gara, 30/5/2002 Mikel San Argimiro tiene una costillarota http://www.gara.net/orriak/P30052002/art19203.htm

La Rioja, 30/5/2002 La Audiencia absuelve a 5 policías ycondena a seis meses al joven que lesacusaba de torturaEl condenado deberá indemnizará a losagentes locales y pagar las costas delproceso, de más de 6.000 euroshttp://www.larioja.com/edicion/prensa/noticias/Rioja_Logrono/200205/30/RIO-LOG-016.html

Yahoo Noticias, 30/5/2002, 19:53 hEl senegalés que dice haber sido agredi-do por dos municipales les ha denuncia-do por detención ilegal y malos tratos http://es.news.yahoo.com/020530/4/1zt5k.html

Yahoo Noticias, 30/5/2002, 14:43 hLa Coordinadora de Inmigrantes de-nuncia la agresión a un joven senegaléspor parte de cuatro policías municipaleshttp://es.news.yahoo.com/020530/4/1zrxl.html

El Comercio de Gijón, 31/5/2002 El Supremo decidirá qué juez llevará elcrimen del guardia asturiano en Bilbao http://www.elcomerciodigital.com/pg020531/suscr/astur06.htm

Diiario de Arousa, 31/5/2002

La jueza impuso una multa de 150 eu-ros al Guardia Civil que no se presentóSuspendido el juicio contra "Faneca Es-fameada" al no comparecer un testigo http://www.diariodearousa.com/DA20020531/grove/grove001.html

El Mundo, 31/5/2002 "Esto no pasa ni en Senegal" Denuncia. Un inmigrante sin 'papeles'acusa a la policía de presuntos malostratos y robo. La Jefatura ha abiertouna investigación http://www.el-mundo.es/2002/05/31/madrid/1150949_imp.html

El Mundo, 31/5/2002 Vejada en la comisaría Un policía ha sido condenado a cuatroaños de cárcel e inhabilitación por tratarde agredir sexualmente a una detenida http://www.el-mundo.es/2002/05/31/madrid/1150950_imp.html

El País, 31/5/2002Contrainformación http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020531elpmad_3&print=1&anchor=elpmad&type=Tes&d_date=20020531

Foro Social de Sevilla, mayo 2002Maltrato policial a inmigrantes, Feria deJerez http://patalata.net/noticia.php?id=50

El País, 1/6/2002Absuelto un 'ertzaina' de lesionar a unjovenhttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020601elpvas_28&print=1&anchor=elpvas&type=Tes&d_date=20020601

Gara, 1/6/2002 Absuelto un ertzaina acusado de lesio-nes. El tribunal no considera probadoque fuera el autor del pelotazo que hi-rió a un joven que perdió el bazo http://www.gara.net/orriak/P01062002/art19533.htm

Dossier de denuncia de torturas

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http://es.news.yahoo.com/020517/4/1yvo8.html

La Opinión de Málaga, 18/5/2002 Denuncian una paliza a un preso de Al-haurín http://www.laopiniondemalaga.es/maghoy02518/malaga.html

Diario de Las Palmas, 18/5/2002 El trato policial y la Justicia, las quejasmás numerosas ante el Diputado delComún http://www.editorialprensacanaria.es/periodicos/1/2002-05-18/articulo5756.html

La Opinión de Tenerife, 18/5/2002 Los canarios se quejan del trato de lasfuerzas de seguridad y la Policía Local El Diputado del Común tramitó un mi-llar de reclamaciones en 2001http://www.la-opinion.com/periodico/1/2002-05-18/articulo17525.html

Gara, 20/5/2002Miner y San Argimiro denuncian malostratos en su comparecencia ante el juezhttp://www.gara.net/orriak/P20052002/art18137.htm

El País, 25/5/2002El Defensor del Pueblo investiga unacarga policial en Granadahttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020525elpand_24&print=1&anchor=elpand&type=Tes&d_date=20020525

ACP-Sindominio, 26/5/2002Abuso policial en mani antitaurinahttp://acp.sindominio.net/article.pl?op=Print&sid=02/05/26/0433257&mode=thread

La Opinión de Málaga, 26/5/2002 Un repartidor denuncia una presuntaagresión policial http://www.laopiniondemalaga.com/maghoy02526/Marbella/2marbella.html

El País, 27/5/2002La Guardia Civil carga y retiene tres ho-ras a mil jornaleros que protestabanpor la reforma del parohttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020527elpand_2&print=1&anchor=elpand&type=Tes&d_date=20020527

Las Provincias(Gran Canaria), 27/5/2002

El fiscal pide dos años de cárcel para unpolicía local por supuestas torturas http://www.editorialprensacanaria.es/periodicos/1/2002-05-27/articulo6115.html

Diario de Ibiza, 29/5/2002 Denuncia a dos agentes locales por le-siones a un marroquí http://www.diariodeibiza.es/ibihoy02529/local/27Local.html

Diario Vasco, 29/5/2002 Una joven venezolana denuncia a laGuardia Municipal de Donostia porpresunto maltrato http://www.diariovasco.com/290502/suscr/aldian021.htm

La Verdad, 29/5/2002 Herido de bala en una persecución po-licial http://www.la-verdad.com/pg020529/suscr/comar16.htm

El Periódico de Cataluña, 29/5/2002 Juzgado un guardia urbano por agresión http://www.elperiodico.com/online/apuntador.asp?data=ed020529&idioma=CAS&publicacion=catalunya&urlname=http://www.elperiodico.com/EDICION/ED020529/CAS/CARP01/tex042.asp&af=

El Día (Tenerife), 30/5/2002 Multan a dos policías locales de Las Pal-mas por lesionar a un ciudadanohttp://www.eldia.es/2002-05-30/sucesos/sucesos8.htm

MOVIMIENTOS SOCIALES

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Page 68: La mayoría de libros de Virus editorial se encuentran bajo … A pesar de la derrota militar en Europa y del desgaste cronológico en Es-paña, el fascismo no desapareció tras la

http://www.la-verdad.com/pg020608/suscr/alic14.htm

El País, 18/6/2002Los grupos antiglobalización piden quese reabra la querella contra García-Val-decasashttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020618elpcat_16&print=1&anchor=elpcat&type=Tes&d_date=20020618

Ideal, 18/6/2002 La mujer herida por el tiro de un poli-cía presenta una leve mejoría http://www.ideal.es/pg020618/suscr/local21.html

La Verdad, 18/6/2002 Denuncian a la Guardia Civil por agre-siones durante un desahucio. Una fami-lia rusa dice que les han echado de sucasa, que aseguran haber pagado http://www.la-verdad.com/pg020618/suscr/vbaja10.htm

La Opinión de Málaga, 19/6/2002 La Audiencia Provincial fija una fianzapara dos policías locales. Tres ciudada-nos les denunciaron por una presuntaagresión. El Ayuntamiento de Marbellaasumirá el pago de la medida cautelar,cifrada en más de 66.000 euros http://www.laopiniondemalaga.com/maghoy02619/Marbella/3marbella.html

El País (Andalucía), 19/6/2002La huelga general del 20-J y la cumbrede SevillaUna sindicalista de UGT denuncia unaagresión policial durante una pintadaTres mujeres de un piquete acaban encomisaría y en libertad sin cargos http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020619elpand_14&print=1&anchor=elpand&type=Tes&d_date=20020619

Yahoo Noticias, 20/6/2002 El secretario de UGT denuncia en elJuzgado de Guardia la actuación poli-

cial en la Avenida de Américahttp://es.news.yahoo.com/020620/4/21eia.html

Yahoo Noticias, 20/6/2002 CCOO denuncia agresiones a tresmiembros de un piquete en las coche-ras de la EMT de Carabanchel Altohttp://es.news.yahoo.com/020620/4/21ep4.html

Sindominio, 20/6/2002 Incidentes muy graves en el piquete delas cocheras de Fuencarralhttp://acp.sindominio.net/article.pl?op=Print&sid=02/06/20/1311215&mode=thread

La Opinión de Murcia, 21/6/2002 Tres detenidos y al menos tres heridosen una carga policial en Hacienda El desalojo de un grupo de huelguistasradicales que se coló en la Consejeríaacabó con el disparo de pelotas degoma http://www.laopiniondemurcia.es/murhoy02621/local/3local.html

El Correo Gallego, 21/6/2002 Cinco heridos en la batalla campal en-tre piquetes y policías en Alcampo enFerrolhttp://www.elcorreogallego.es/periodico/20020621/Galicia/N117490.asp

Diario de El Ferrol, 22/6/2002 El Ejecutivo presenta denuncia ante "laagresividad demostrada"La Delegación del Gobierno culpa a lospiquetes de los sucesos en Alcampohttp://www.diariodeferrol.com/FE20020622/ferrol/ferrol07.html

El Mundo, 21/6/2002 Las Rozas. Los comerciantes se manifes-taron ayer contra las obras de un túnelen la calle Real. El alcalde no les quisorecibir y la policía los dispersó a golpesBatalla entre policías y comerciantes

Dossier de denuncia de torturas

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Gara, 2/6/2002 Querella policial contra un padre quedenunció el "arresto violento" de suhijo. Solicita que Txuma Gómez indem-nice con 12.000 euros a los agentes queintervinieronhttp://www.gara.net/orriak/P02062002/art19620.htm

Yahoo Noticias, 3/6/2002 La Audiencia de Barcelona vuelve a en-viar a prisión a un guardia civil acusadode triple violación http://es.news.yahoo.com/020603/4/202ep.html

ABC, 4/6/2002 Envían a la cárcel por segunda vez a unguardia civil acusado de triple violaciónhttp://www.abc.es/sociedad/noticia.asp?id=104203&dia=Hoy#arriba

EFE, 5/6/2002 Balza: no existe la práctica de la tortu-ra en la Ertzaintzawww.efe.es/nacional/detallenoticia.asp?opcion=1&id=3428337

Deia, 7/6/2002 Balza niega la práctica de torturas en laPolicía vasca. Balza asegura que las de-nuncias responden a una consigna paraidentificar ertzainashttp://www.deia.com/6-6-2002/06BizkaEuska19B.htm

Gara, 7/6/2002 Balza asegura que la Ertzaintza no hapracticado torturas. Destaca la inexis-tencia de condenas por encima del in-forme del Relator de la ONUhttp://www.gara.net/orriak/P06062002/art20127.htm

La Verdad, 5/6/2002 Juzgan a un Policía Nacional por la de-tención ilegal de un joven http://www.la-verdad.com/pg020605/suscr/alic05.htm

El Periódico de Alicante, 5/6/2002 Alicante: solicitud del fiscal de cincoaños de carcel y ocho de inhabilitacion Juicio a un policía por detención ilegal http://www.elperiodico.com/online/apuntador.asp?data=ed020605&idioma=CAS&publicacion=alicante&urlname=http://www.elperiodico.com/EDALICANTE/ED020605/CAS/CARP01/tex027.asp&af=

Diario de Baleares, 7/6/2002Un marroquí denuncia la Policia Locald'Inca per maltractaments www.diaridebalears.com/segona.shtml?1370+3+78128

Diario Las Palmas, 7/6/2002 Nueve policías figuran como imputadospor supuestas torturas a estudiantes http://www.editorialprensacanaria.es/periodicos/1/2002-06-07/articulo6540.html

Gara, 7/6/2002 Dos fotografías apoyan otra denunciade torturashttp://www.gara.net/orriak/P07062002/art20221.htm

Gara, 7/6/2002 Médicos dudan de una versión policialsobre malos tratos. Juzgan a dos agen-tes por las torturas denunciadas porJon Zalduahttp://www.gara.net/orriak/P06062002/art20129.htm

Gara, 7/6/2002 Un informe descarta "la autoagresión"de Romano http://www.gara.net/orriak/P07062002/art20221.htm

La Verdad, 8/6/2002 El juzgado investiga la presunta palizade dos policías locales a dos jóvenes El Ayuntamiento asegura que la ver-sión de las víctimas es contradictoria

MOVIMIENTOS SOCIALES

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La Guardia Civil cargó contra unos in-controlados al termino de una manifes-tacion Una veintena de heridos en Ubriquetras una protesta 1.500 trabajadores de la marroquineríareclamaban mejoras salariales en la calle http://www.elperiodico.com/online/apuntador.asp?data=ed020627&idioma=CAS&publicacion=cordoba&urlname=http://www.elperiodico.com/EDCORDOBA/ED020627/CAS/CARP01/tex031.asp&af=

El País, 27/6/2002Cuatro detenidos y 25 heridos en unaprotesta laboral en Ubriquehttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020627elpepinac_11&print=1&anchor=elpepinac&type=Tes&d_date=20020627

SUR, 27/6/2002 Una protesta acaba en batalla campalentre vecinos y agentes en Ubrique http://www.diariosur.es/diario/suscr/andaluf02.htm

ABC (Andalucía), 27/6/2002 Ubrique: once guardias civiles y otrostantos manifestantes heridos tras lasprotestas del sector de la pielhttp://sevilla.abc.es/Andalucia/noticia.asp?id=53741&dia=27062002#arriba

La Voz de Asturias, 27/6/2002 Corias ve excesos policiales en las pro-testas contra la depuradora "Mientras nos quede sangre aguanta-remos", dicen los vecinos

La Nueva España, 27/6/2002 Los vecinos consideran "desmesurada ybrutal" la intervención policialLa junta parroquial de Corias afirmaque "seguiremos luchando" y anuncia

encierros en locales públicos y nuevoscortes de carreterahttp://www.lanuevaespana.es/periodico/OC015OCC271.htm

La Nueva España, 27/6/2002 Todos los antidisturbios de la GuardiaCivil de Oviedo, dedicados al conflictoLos enfrentamientos vecinales absor-ben desde el lunes en exclusiva la ac-ción del núcleo de reserva de la Co-mandancia http://www.lanuevaespana.es/periodico/OC015OCC275.htm

La Verdad (Alicante), 28/6/2002 Piden cinco años para el policía acusa-do de detención ilegal El denunciante fue en su propio cochea Comisaría y allí lo arrestaron durante48 horas sin motivos aparenteshttp://servicios.laverdad.es/pg020628/suscr/alic24.htm

El País (C. Valenciana), 28/6/2002Juzgado en Alicante un policía acusadode detención ilegalhttp://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020628elpval_16&print=1&anchor=elpval&type=Tes&d_date=20020628

Gara, 28/6/2002 Juzgan por "amenazas" a guardias civi-les de Leitzahttp://www.gara.net/orriak/P28062002/art23864.htm

Faro de Vigo, 29/6/2002 La plataforma "outro plan de urbanis-mo é posible" espera que el alcalde"pida disculpas al agredido"El octogenario detenido denuncia a unpolicía por supuesta agresiónhttp://www.farodevigo.es/hoy/ourense/4ourense.html

Dossier de denuncia de torturas

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http://www.el-mundo.es/2002/06/21/madrid/1166213_imp.html

El País, Madrid, 21/6/2002La Policía Local de Las Rozas carga con-tra unos comerciantesLos tenderos protestaban por unasobras que dañan sus negocios http://www.elpais.es/articulo.html?xref=20020621elpmad_14&print=1&anchor=elpmad&type=Tes&d_date=20020621

Diario de Las Palmas, 22/6/2002 Tres jóvenes denuncian que siete policí-as de paisano les propinan una palizapor tirar una papelera http://www.editorialprensacanaria.es/laprovincia/articulo7097.html

Levante, 22/6/2002 Un hombre fallece mientras discutíacon la Policía Localhttp://www.levante-emv.es/levhoy02622/levante2.html

Levante, 23/6/2002 La familia del hombre que falleciócuando discutía con un policía presentauna denuncia http://www.levante-emv.es/

Gara, 24/6/2002 "Lo agarraron, tiraron al suelo y golpe-aron"http://www.gara.net/orriak/P24062002/art23432.htmImágenes contra versiones policiales(Editorial)http://www.gara.net/orriak/P24062002/art23420.htm

El Periódico de Aragón, 26/6/2002 La policía golpeó a un funcionario ma-rroquí http://www.elperiodico.com/online/apuntador.asp?data=ed020626&idioma=CAS&publicacion=aragon&urlname=http://www.elperiodico.com/EDARAGON/ED020626/CAS/CARP01/

tex025.asp&af=LaXpo

El Día, 26/6/2002 El Gobierno niega que un magrebí de-tenido sea diplomáticohttp://www.eldia.es/2002-06-26/sucesos/sucesos5.htm

El Mundo. Madrid, 26/6/2002 Condenado por torturar a tres menores http://www.el-mundo.es/2002/06/26/madrid/1169657_imp.html

El Mundo, 21/6/2002 Piden dos años y medio de prisión paraun policía Tribunales. El agente mató a un marro-quí durante una persecución, pero ale-ga legítima defensa porque la víctima,dice, intentó apuñalarlohttp://www.el-mundo.es/2002/06/21/madrid/1166251_imp.html

Diari de Girona, 26/6/2002 Absolen un policia que va matar unjove després d´una persecució http://www.diaridegirona.es/girhoy02626/espanya/14espanya.html

El Mundo, 26/6/2002 Juzgan a un guardia urbano que rom-pió la luna de un coche http://www.el-mundo.es/2002/06/26/catalunya/1169523_imp.html

El Mundo (Cataluña), 27/6/2002 Condenan a un guardia urbano por daruna paliza a un detenido http://www.el-mundo.es/2002/06/27/catalunya/1170670_imp.html

La Vanguardia, 27/6/2002 La justicia condena a los detenidoshace un año en el motín de Trafalgar http://www.lavanguardia.es:8000/cgi-bin/noti_print.pl?dia=27_06&link=rb2707b&sec=bar

El Periódico de Córdoba, 27/6/2002

MOVIMIENTOS SOCIALES

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Un policía visita a una deteni-da en la soledad nocturna desu celda para violarla. Unos

niños de la calle son expulsados deun país abandonándoles en un lu-gar remoto de la frontera. Un ven-dedor ambulante es secuestradopor un grupo de policías que lepropina una brutal paliza. ¿Dóndecrees que ocurrieron estos hechos?¿En Turquía, en Ruanda, en Brasil?

No. Te estoy hablando de lo queocurre en España. Cuesta creerlo,pero es así. Y no son sólo un puña-do de casos aislados. Amnistía In-ternacional ha recopilado 321 enlos últimos años. Probablementesólo sea la punta del iceberg.

Las víctimas son inmigrantes y gi-tanos. Gente vulnerable porque notiene papeles, porque vive en unasituación de marginación o simple-mente porque quienes abusan deella creen que no podrá defenderse.

La gran mayoría de los miembrosde las fuerzas de seguridad espa-ñolas trabajan con profesionali-dad, pero también hay agentes

que llevan a cabo actuaciones ilíci-tas, que se ven favorecidas por po-líticas discriminatorias, por la inde-fensión de las víctimas y por la im-punidad efectiva impulsada otolerada por las autoridades.

Amnistía Internacional está reali-zando una campaña mundial paraque las autoridades nacionales, au-tonómicas y locales españolas notoleren comportamientos racistas ydiscriminatorios en el seno de susrespectivas fuerzas de seguridad ypara eso necesitamos tu ayuda.

Entra en www.PonteensuPiel-.org y firma la petición dirigida alministro del Interior español. Nece-sitamos tu colaboración y tu apor-tación económica para acabar conlos malos tratos a inmigrantes y aminorías étnicas en España. Reen-vía este mensaje a tu lista de direc-ciones electrónicas pidiéndolesque hagan lo mismo. Ponte en suPiel y actúa.

Esteban Beltrán(Director de Amnistía Internacional España)

MOVIMIENTOS SOCIALES

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Excmo. Sr Defensor del Pueblo Ma-drid

Excmo. Sr.JAVIER BAEZA ATIENZA, con

D.N.I. N.º 51.669.677, Presidente dela Asociación Apoyo, con domicilioen Madrid, calle Corregidor Diegode Valderrábano N.º 45 (28030),ante V. E. comparezco y por mediodel presente escrito quiero poner demanifiesto los hechos que a conti-nuación se detallan, instando de V.E., y de la Institución que represen-ta, una pronta y eficaz actuación.

En diciembre de 2001 se abriócon amplia cobertura informativael Centro de Emergencias Sociosa-nitarias Las Barranquillas. La ges-tión de la misma se adjudicó a laempresa de servicios Trama.

Si al alejamiento del núcleo urba-no en un poblado marginal del ex-trarradio, la notoria distancia de lasprincipales redes de comunicacio-nes, las dificultades de acceso a lamisma (casi 5 km desde la estaciónde tren de Vallecas Villa), la separa-ción geográfica de otros dispositi-vos normalizados socio-sanitarios, ya una consiguiente efectiva invisibi-

lización social de un sector de dro-godependientes especialmente ma-chacado, se une el incumplimientopatente del pliego de condicionesbajo las cuales se adjudicó la ges-tión de dicho servicio a la empresareferenciada, estaremos en el casode una inadecuada atención a losdrogodependientes, especialmentea los más marginalizados y exclui-dos, responsabilidad de la que nopuede abdicar la Administraciónpública ex Art. 9.3, 40.1 y 43.2 de laConstitución.

En efecto, tenemos conocimien-to de varias irregularidades quedan lugar a serias deficiencias en laatención a este colectivo de perso-nas tan extremadamente vulnera-ble.

Por razones sanitarias y educati-vas respetables se obliga a losusuarios a ducharse. Sin embargo,paradójicamente, desde hace tiem-po no disponen de agua caliente nide toallas, con lo cual la alternati-va es marcharse después de haberhecho un auténtico calvario de re-corrido, o quedarse incumpliendola norma, o padecer una ducha deagua helada en personas de salud

(INFORMAN DESDE AMNISTÍA INTERNACIONAL)

Campana "ponte en la piel de los inmigrantes"

-(INFORMAN DESDE MADRID)

Denuncia de la asociacion Apoyoal Defensor del Pueblo por lascondiciones del Centro de Urgencias Socio-sanitarias de lasBarranquillas

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precaria y, finalmente, secarse alaire o, en el mejor de los casos, conpapel continuo. Nada que ver conla esponja jabonosa, el jabónchampú, la toalla por persona y elagua caliente, prestaciones básicascon que se inauguró el centro.

Contraviniendo los criterios de laAgencia para programas de bajaexigencia, viene funcionando unsistema de sanciones que pasan in-cluso por la expulsión en casos enque no se guarda proporcionali-dad. Naturalmente dicha normati-va interna se procura que no seaconocida ni publicitada.

En cuanto a la alimentación, delas tres comidas diarias, la única co-cinera en plantilla prepara la comi-da, dejando la preparación de lacena y las comidas de los festivos yfines de semana en manos de edu-cadores, enfermería y personal delimpieza. Al igual que los desayu-nos que son preparados por estemismo personal que hace guardiade noche dedicando a ello horasque deberían tener un contenidosocio-educativo y sanitario.

Un día normal de trabajo los pro-fesionales de la intervención socialy sanitaria tienen que restar 3 ho-ras de su horario laboral para reali-zar ¡labores de cocina! preparandola comida o la cena. Esta muchasveces consiste en bocadillos de em-butido o conservas. Nada que vercon la supuesta "comida caliente"y dieta equilibrada que requierenpersonas con serios déficits nutri-cionales y de salud en general.

Si a la preparación de bocadillosse suma el tiempo dedicado al ser-vicio de peluquería ofertado por elcentro pero efectuado por los mis-

mos profesionales de la interven-ción socio-sanitaria, y el empleadoen traer y llevar a los compañerosen los diferentes turnos (en ausen-cia de conductor) se verificará laescasa atención en cantidad y cali-dad que se presta a los drogode-pendientes en las áreas especificassocial y sanitaria merced a un "plu-riempleo" que busca claramenteminimizar costes en detrimento dela calidad del servicio y maximizarbeneficios a favor de la titularidadde la empresa Trama.

El Ropero pasa periodos de tiem-po inactivo por falta de provisión apesar de la relativa facilidad conque podría lograrse con escaso oningún coste una mínima provisiónde ropa de segunda mano.

En definitiva, se constatan:a) Gravísimas deficiencias en

cuanto a la ubicación e infraestruc-turas del edificio (acometidas deagua y luz).

b) Una deficiente e inadecuadaatención por parte de la empresacentro Trama a los usuarios, ajenapor completo a la que correspondeal Proyecto presentado, aprobadoy subvencionado con dinero públi-co por la Agencia Pública.

c) Inobservancia por parte de laAdministración Pública (AgenciaAntidroga de la CAM) del deber deverificar las condiciones de cumpli-miento del Proyecto y de supervi-sión del recto uso de los fondospúblicos y de la adecuada atencióna los drogodependientes de estric-ta conformidad con las condicionespactadas.

d) Condiciones laborales inade-cuadas (menos plantilla de la quese señala en el Proyecto, ausencia

Denuncia de la asociación Apoyo

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MOVIMIENTOS SOCIALES

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de cualificación adecuada en elpersonal: presumiblemente no dis-ponen del carné de manipuladoresde alimentos los trabajadores quepreparan bocadillos, cortan elpelo, conducen furgoneta), y con-siguiente utilización del personalpara funciones que no son las su-yas en detrimento de la calidadasistencial debida a las personasdrogodependientes.

Por todo ello, solicitamos de V. E.:1.º- Proceda a inspeccionar por

sorpresa el funcionamiento delCentro encomendado a la "Empre-sa Trama" en Las Barranquillas y la

adecuación de las condicionesefectivas de funcionamiento alpliego de condiciones señaladopor la Agencia Antidroga, actuan-do en consecuencia, caso de in-cumplimiento.

2.º- Con independencia de lo an-terior, proceda a revisar la idonei-dad de establecer recursos tan ale-jados de los dispositivos normaliza-dos, en núcleos tan distantes yajenos a la ciudad, de tan alta mar-ginación y con un limitado poten-cial integrador.

Es cuanto deseo poner en su co-nocimiento a los oportunos efectos.

En Madrid a 30 de mayo de 2002

(INFORMAN DESDE ARAGÓN)

Desde la Asociación de Segui-miento y Apoyo a Presos/asde Aragón (ASAPA), se ha

elaborado el Informe sobre la si-tuación penitenciaria de Aragón:Las cárceles no sirven, las macro-cárceles tampoco. Contribución crí-tica sobre la apertura del CentroPenitenciario de Zaragoza.

Presentamos aquí un extractodel mismo que puede ser solicitadoa ASAPA, para dar difusión al mis-mo (índice, presentación y reco-mendaciones alternativas).

El Informe consta de los siguien-tes apartados:

– Para Edu.– Informe que aborda la proble-

mática de la apertura del C.P. deZaragoza.

– Informe sobre el C.P. de Daroca.– Encuesta sobre la percepcion

del estado de salud de las personaspresas en Torrero.

– Informe sobre las condicionesen las que se encontraba la prisionde Huesca.

– Consideraciones sobre el C.P.de Zaragoza.

– Problemas sobre el C.P. de Za-ragoza, y situación actual

– Propuestas alternativas al mo-delo de privacion de libertad.

Informe sobre la problematica dela apertura del C.P. de Zaragoza

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Informe sobre la apertura del C.P. de Zaragoza

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– Acercamiento de presos/as ara-goneses/as.

– Conclusiones– ANEXO 1: Comparecencia cele-

brada el día 10 de junio a solicituddel grupo socialista para informarsobre la muerte de un interno ocu-rrida en el CP de Zuera.

– ANEXO 2: Iniciativas parlamen-tarias presentadas en el Congresode los diputados por la diputadaMercedes Gallizo Llamas, referen-tes al centro penitenciario de Zara-goza.

– ANEXO 3: Reportaje publicadoen Interviu sobre muerte en pri-sión.

– ANEXO 4: Articulos de prensa.– ANEXO 5: Consecuencias de la

prisión por el psicologo Jesús Val-berde Molina.

La apertura del complejo peni-tenciario en Zuera es uno de losmotivos principales para que laASAPA se haya decidido a elaborarun informe crítico sobre el estadoactual de las prisiones de la comu-nidad autónoma de Aragón y delmodelo de política penitenciariaque se está implementando desdeel gobierno del Estado, sin atendera otras formas o alternativas en elabordaje del conflicto social.

Otro de los motivos es el de se-ñalar la dejadez a la que se ha so-metido a cientos de personas enlos últimos años en las prisiones deZaragoza y Huesca, vulnerando deforma sistemática sus derechosmás elementales como pueden ser,por ejemplo, el derecho a la salud,de habitabilidad…

Para ello, nuestro punto de par-tida ha sido la recopilación de in-

formaciones y testimonios a lo lar-go de estos años de personas y gru-pos de afectados por las prisiones ypor las macroprisiones.

Este informe responde a los si-guientes objetivos:

– Proponer una reflexión crítica,a los/as responsables de la Admi-nistración autonómica y a los/asciudadanos/as, desvelando la lógi-ca que indica la actual política pe-nitenciaria.

– Describir las variables sociales ypersonales que se ven afectadaspor la implementación de las polí-ticas actuales basadas en el mode-lo de macrocentros y el impacto enlos distintos grupos humanos.

– Formular desde las organiza-ciones y movimientos sociales for-mas de intervención en el ámbitodel conflicto social recogidas en lalegislación vigente.

– Exponer las quejas que se estánproduciendo con la puesta en mar-cha del nuevo centro penitenciario.

Como marco introductorio a esteinforme vamos a realizar un encua-dre que nos ubique en la realidad,dotándolo de una perspectiva his-tórica para comprender cómo sepone en marcha la macrocárcel.

El Centro Penitenciario de Zara-goza, situado a 16 kilómetros deZuera y a 40 de Zaragoza, es lo queactualmente se conoce como unamacrocárcel y pertenece al Plan deAmortización y Construcción deCentros Penitenciarios que se co-menzó a desarrollar en 1991. Tienecapacidad para un total de 1.050reclusos; su coste total asciende aun total de 9.000 millones de pese-tas; y su distribución del espacio

responde exclusivamente a crite-rios de seguridad y custodia.

En su momento, el gobierno delEstado español, con la intención dereformular la política penitenciariacomienza a definir un nuevo mapade cárceles, comienza a perfilarse laestructura y ubicación de los nuevosmacrocentros donde, como ya he-mos señalado, la seguridad volveráa privilegiarse, tanto a nivel del per-sonal como de instalaciones, sobrecualquier otra labor de reinserciónsocial, cultural y laboral. Esto haceque el discurso legal entre en claracontradicción con la realidad, yaque la ley habla en primer lugar deevitar el desarraigo de los/as pre-sos/as para no apartarlos del grupode pertenencia, y de integrar a lapersona en la red de servicios socia-les para favorecer la reincorpora-ción a la vida en libertad con posi-bilidades reales de reinserción.

En definitiva, desvincula a mu-chos/as presos/as de sus localidadesde origen, interrumpe el procesode reinserción y provoca un corteentre el tercer grado y la libertadcondicional, al crear un cambio deespacio del preso/a entre los dosgrados, descoordina la asistenciasocial al ser diferente en centro decumplimiento y la localidad del do-micilio familiar del preso/a.

El alejamiento de la ciudad supo-ne una dificultad para el trata-miento penitenciario; distancia lasfuentes de actividad cultural y la-boral, a la vez que las hace más cos-tosas. Por razones evidentes, estecentro penitenciario ubicado enZuera es un obstáculo para que laspersonas puedan realizar trabajosen el exterior, aumenta el gasto de

desplazamientos de las precariaseconomías de estas personas.

Para contrarrestar todo ello ASA-PA presenta las siguientes PRO-PUESTAS ALTERNATIVAS AL MO-DELO DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD:

ASAPA, a la hora de plantear laspropuestas en el ámbito de las al-ternativas a la prisión recogidas enel Código Penal, debemos de teneren cuenta las siguientes variables:

– Quiénes son los verdaderos be-neficiarios de las medidas propues-tas.

– El impacto que están teniendoestas medidas para reducir la po-blación penitenciaria.

La respuesta a la primera cues-tión, las alternativas a la cárcel enel Código Penal actual se dirigen ainfractores e infractoras ocasiona-les, a personas que delinquen porprimera vez y son condenadas auna pena leve.

El Código Penal prevé la figurade presos habituales, para quienesno existen las alternativas al encar-celamiento, con lo que las medidasalternativas previstas están veta-das a la mayoría de las personascondenadas en este país.

Por otro lado, las actuales alter-nativas sólo son de aplicación paralos condenados/as a menos de dosaños de prisión, haciendo imposi-ble, por ejemplo, que sean aplica-das a personas condenadas por de-litos contra la salud pública.

Las actuales alternativas a la cár-cel, precisamente por no dirigirse alos/as infractores/as habituales, quees el perfil de la mayoría de la po-blación reclusa, no están teniendoincidencia sobre el volumen de la

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las sufren los familiares y amigos, alas que se suman los gastos de des-plazamientos lejanos que agravanlas precarias economías de los afec-tados/as, en la perdida de tiempo yel riesgo de accidentes en viajes lar-gos. Todo esto, sin olvidar las condi-ciones deplorables en las que seproducen las conducciones de cárcela cárcel, que pueden durar inclusodías, con paradas en centros depaso, pero con trayectos larguísis-mos, enjaulados en los camiones yesposados dentro de las jaulas. Sonalgunos de los castigos adicionalesque se les impone y que no están in-cluidos en sus sentencias condena-torias. Exigimos que se dé la posibi-lidad a estas personas de cumplir suscondenas dentro de la ComunidadAutónoma.

– Combatir el presumible hacina-miento. Otra propuesta muy impor-tante, a la vista de cómo ha evolu-cionado la puesta en marcha delPlan de Macrocárceles, es asegurarpor parte de Instituciones Peniten-ciarias el número previsto de 1.000personas presas, como expresamen-te prevé la normativa vigente.

– Asegurar por parte de Institu-ciones Penitenciarias la dotaciónde medios tanto materiales comohumanos para llevar a cabo los ob-jetivos de las penas recogidos en laConstitución Española, privilegian-do los instrumentos tendentes a lareinserción y reeducación frente alas medidas de seguridad.

– Alternativas reales a los terce-ros grados, asegurando el funcio-namiento de secciones abiertascon espacio suficiente para la po-blación penitenciaria de Aragón.Las secciones abiertas deberán de

ubicarse dentro de los núcleos ur-banos, donde las personas puedanacceder a realizar una formación oun trabajo remunerado.

– Poner a disposición de los fami-liares, amigos y organizaciones so-ciales los medios de transporte pú-blico y gratuito necesarios para lle-gar desde Zaragoza hasta elCentro Penitenciario, para que sualejada ubicación no redunde encontra de estas visitas que tantofavorecen la vinculación familiar ysocial de las personas presas.

Otro tipo de trabajo necesariopara lograr efectividad en la rein-serción social de estas personas esel apoyo a la salida de la cárcel; sinembargo, este ámbito está absolu-tamente descuidado, siendo la úni-ca medida visible la concesión de laprestación por desempleo. La im-portancia de la intervención eneste momento de desarraigo perso-nal y dificultad de inserción laboraldebe ser puesta de relieve y, enconsecuencia, deberían destinarsemuchos más recursos al acompaña-miento postpenitenicario.

Las propuestas que realizamosen este sentido son las siguientes:

– Agilizar la concesión de la pres-tación por desempleo a las perso-nas que salen de la cárcel. Actual-mente este cobro no se produce deforma inmediata, sino que suele de-morarse hasta un mes. Si tenemosen cuenta la gran proporción de expresos/as que no tienen recursoseconómicos con los que mantener-se a la salida de prisión, compren-deremos que arbitrar mecanismospara agilizar el cobro del desem-pleo es una medida prioritaria.

Informe sobre la apertura del C.P. de Zaragoza

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población penitenciaria. Más aún,suponen el aumento del número depersonas sometidas a alguna medi-da de control penal. Además, elalargamiento de las penas, produci-do por el Código Penal, incrementael aumento de la población presa.

Las propuestas que hacemos des-de la ASAPA son las siguientes:

– Revisar la eficacia real de lasmedidas alternativas propuestasen el Código Penal, en estos añosde vigencia. Para ello proponemosuna línea de estudio que tengacomo objetivo contabilizar el nú-mero de personas beneficiarias enla actualidad de dichas medidas ydefinir el perfil de las mismas.

– Promover un debate sobre ladesproporción de las penas previs-tas en el Código Penal, que impulseun cambio legislativo sobre algunosdelitos destinado a reducir la res-puesta punitiva. Es preciso trabajaren la línea propuesta por el Informeemitido por el Consejo General delPoder Judicial en 1999, que pone demanifiesto la desproporción de al-gunos tipos, y la necesidad tanto dereducir las penas como de impulsarla eficacia de los sustitutivos pena-les previstos y rara vez aplicados.

– Potenciar sistemas de media-ción entre víctima e infractor comoalternativa a la cárcel, o como re-ducción de pena.

– Alternativas específicas paraconsumidores/as de drogas.

Recientemente, dos investigacio-nes han detallado la situación ac-tual y las deficiencias en las cárcelesespañolas (Ríos., J.C. y Cabrera., P.Mil Voces Presas; APDH, Informe so-bre la situación de las cárceles espa-

ñolas), que nos sirven para plantearcuestiones que afectan al conjuntode las personas presas y, desde lue-go, consideramos primordial quesus críticas y recomendaciones seantomadas en consideración y sirvanpara impulsar cambios destinados amejorar la situación de las personaspresas. Tras esta referencia a estostrabajos, para cuestiones más gene-rales, desde la ASAPA creemos quela situación de la prisión de Zuerapresenta una especificidad que obli-ga a presentar propuestas más con-cretas para evitar en la medida de loposible la vulneración de los dere-chos humanos dentro de la prisión.

– Reforzar el SOP (Servicio deOrientación Penitenciaria). Cree-mos necesario el compromiso de lasAdministraciones públicas para ase-gurar el funcionamiento de esteservicio dotándolo de medios eco-nómicos suficientes, puesto que lapoblación penitenciaria se va a verincrementada en la provincia de Za-ragoza.

– Cumplimiento en el lugar de ori-gen. Presos/as aragoneses a cumplira Aragón. Existen 260 presos arago-neses cumpliendo fuera de la Co-munidad Autónoma. El alejamientosupone para las personas presas eldesarraigo de su entorno; dificultado imposibilidad de recibir visitas defamiliares y amigos con la frecuen-cia aconsejable y deseada; dificultadde recibir paquetes; encarecimientode las comunicaciones telefónicas;impedimento para disfrutar de per-misos de salida o de las correspon-dientes progresiones de grado, mu-chas veces dependiente del criteriode la vinculación familiar. Las mis-mas dificultades de comunicación

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producen las conducciones de cár-cel a cárcel, que pueden durar in-cluso días, con paradas en centrosde paso, pero con trayectos larguí-simos, enjaulados en los camiones,esposados dentro de las jaulas. Sonalgunos de los castigos adicionalesque se les imponen y que no estánincluidos en sus sentencias conde-natorias.

Esta situación, mantenida en eltiempo, es contraria a la Declara-ción Universal de los Derechos Hu-manos, a los Tratados Internacio-nales y a nuestra legalidad internavigente (Constitución Española,Ley Orgánica Penitenciaria y Regla-mento Penitenciario), puesto quecon esta práctica se está aumen-tando injusta e ilegítimamente elcastigo que ya de por sí supone lacárcel, convirtiéndose así los trasla-dos y el cumplimiento desarraiga-do en formas de control, de castigoy de represalia, indicadores muydistantes de la reinserción y de laresocialización de la que nos ha-blan los mencionados textos.

Efectivamente, la normativa pe-nitenciaria otorga al Ministerio delInterior, a través de su brazo, la Di-rección General de InstitucionesPenitenciarias, competencia exclu-siva en esta materia, de modo quecualquier decisión al respecto seconstituye en un acto administrati-vo que, caso de pretender impug-narse por estar en desacuerdo conél, tendría como jueces competen-tes a los de lo contencioso adminis-trativo y no a los jueces de Vigilan-cia Penitenciaria. Esto significa quecualquier decisión de la Adminis-tración penitenciaria en esta mate-ria es prácticamente impune, pues-

to que no se le ocurrirá a ningúnpreso/a utilizar la vía contencioso-adminstrativa para cuestionar lailegalidad de un traslado y, caso deocurrírsele, la lentitud de esta ju-risdicción resolvería definitivamen-te la cuestión pasados tres o cuatroaños como mínimo. Generalmente,los jueces de Vigilancia están rehu-sando conocer estos asuntos, ale-gando incompetencia.

Justamente porque aceptar el ra-zonamiento anterior nos obliga aaceptar la impunidad de Institucio-nes Penitenciarias, hemos de cues-tionar con fuerza este orden de co-sas. ¿Cómo? La reflexión podría serla siguiente: la práctica de los trasla-dos tiene una relación íntimamenteligada a lo que la ley denomina"tratamiento", en positivo o en ne-gativo. Es decir, cuando se produceun traslado como los que estamoscuestionando, debe motivarse porquien lo propone y lo ejecuta, quérepercusión para el tratamiento tie-ne dicho traslado, considerandoque la falta de motivación encierrauna arbitrariedad o una decisiónaleatoria, contraria, por tanto, a losfines de la prisión. Por consiguiente,al no existir esta mínima motiva-ción, detrás de muchos traslados re-almente encontramos sanciones en-cubiertas, intentos de apartar a de-terminado preso de la jurisdicciónde un juez que debe resolver algúnasunto de su interés, o castigos plu-riformes con el fin de domesticar aquienes son más reivindicativos/asde la cuenta y de amedrentar aquienes hacen uso de sus derechos yaniman a otros/as a ejercitarlos.

O sea, estas prácticas se convier-ten en una extralimitación de fun-

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– Realizar convenios entre la ad-ministración penitenciaria y losservicios sociales para poner enmarcha programas de apoyo post-penitenciario, que ayuden a laspersonas que salen de la cárcel afacilitar el contacto con la sociedaden los distintos ámbitos: trabajo,vivienda, ayuda para problemas dedrogodependencia.

– Destinar fondos a la subven-ción de pisos de acogida a perso-nas que salen de la cárcel y carecende apoyo familiar. Ha surgido en elámbito de la Comunidad Autóno-ma un piso de acogida a personaspresas que está siendo empleadopor las administraciones; y sus es-fuerzos se ven frustrados por la au-sencia de dotaciones económicas,lo que hace peligrar su continui-dad. Por ello, fomentar los lazos delas personas presas con la sociedades fundamental. El coste de estetipo de proyectos casi siempre serámenor que el coste de la estanciaen la cárcel.

Acercamiento de pre-sos/as aragoneses/as

La puesta en marcha de esta campa-ña por parte de la ASAPA estriba enel reconocimiento de una realidadmuy problemática que están vivien-do cientos de personas desde hacevarios años: los presos/as aragone-ses. Nos estamos refiriendo al hechodel encarcelamiento en prisionesalejadas de sus lugares de origen ode vinculación y arraigo familiar.

Es una práctica continua la de lostraslados de presos/as de unas cár-celes a otras, impuesta por las au-toridades de la Administración pe-

nitenciaria. Esta práctica, cuyo fun-damento se pretende explicar porsus responsables desde un puro cri-terio organizativo y de falta de es-pacio en las prisiones, se convierteen uno de los castigos más durosque padecen tanto presos/as comofamiliares.

Las organizaciones de apoyo aestas personas que sufren expe-riencias de prisión siempre se en-cuentran con dificultades para dis-poner de datos claros que permi-tan realizar una valoración real dela magnitud del problema, dada ladinámica común de opacidad detodo aquello que ocurre dentro dela cárcel, lo cual no permite apor-tar datos más rigurosos de los da-dos para conocer el alcance de estadispersión.

Las consecuencias de tal aleja-miento suponen para presos/as eldesarraigo de su entorno, dificultadde recibir visitas de familiares y ami-gos con la frecuencia aconsejable ydeseada; dificultad o imposibilidadde recibir paquetes; encarecimientode las comunicaciones telefónicas;impedimento para disfrutar de per-misos de salida o de las correspon-dientes progresiones de grado, mu-chas veces dependientes del criteriode la vinculación familiar. Las mis-mas dificultades de comunicaciónlas sufren los familiares y amigos, alas que se suman los gastos de des-plazamientos lejanos que repercu-ten en las precarias economías delos más desfavorecidos, la pérdidade tiempo y el riesgo de accidentesen viajes largos, que algunos pagancon su propia vida.

Todo ello, sin olvidar las condi-ciones deplorables en las que se

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cional más íntimo. No sabemos si al-gún día esto se alcanzará, lo que sísabemos es que vamos a hacer todolo que esté en nuestras manos paraconseguirlo.

Conclusiones

Hace un año que se inauguró la ma-crocárcel de Zuera; desde las institu-ciones, Administraciones públicas ypartidos políticos se lanzaba el men-saje de que este macrocentro iba haser la panacea a todos los males dela situación penitenciaria de Ara-gón. En aquellos momentos los CPde Huesca y Torrero padecían unafalta de inversión que se remontabaa los siete años en que estuvo para-lizada la obra de la macrocárcel.

Hoy, 365 días después, las mis-mas personas que durante sieteaños sufrieron la desatención y fal-ta de inversión en las cárceles ara-gonesas son ahora víctimas de laspromesas incumplidas por la Admi-nistración penitenciaria.

Por todo esto, ASAPA quiere ma-nifestar públicamente las deficien-cias que se han detectado y quenos han hecho llegar tanto las per-sonas allí presas como sus familia-res, así como otros colectivos.

La macrocárcel de Zuera actual-mente tiene 710 internos, aproxi-madamente, y la previsión es la deincrementar el numero de pres@s,además de la apertura de otroscuatro módulos más. Frente a estecrecimiento poblacional, la cárcelsólo dispone de cuatro talleres pro-ductivos que emplean a 70 perso-nas aproximadamente, lo que noslleva a pensar que no se han vistocumplidas las expectativas de crea-

ción de empleo que la Ley GeneralPenitenciaria considera en su arti-culado como un derecho y un de-ber, además de un instrumentofundamental para la reinserción.

Por otro lado, según datos delMinisterio de Interior, existen 78destinos remunerados (manteni-miento, cocina, economato y acti-vidades auxiliares), lo que sigue su-poniendo una cifra muy baja conrespecto al volumen de internos.De los anteriores datos se derivandos consecuencias directas: por unlado, un elevado índice de pobla-ción indigente y, además, trescuartas partes de la población re-clusa no tiene ningún tipo de in-gresos propios ni la posibilidad deacceder a ellos. Por otro lado, lafalta de empleo unido a la escasezde talleres ocupacionales se tradu-ce en "horas de patio", con todo loque esto conlleva.

Más quejas recibidas por ASAPAvienen de mano de los familiares,que también han visto cómo la pro-mesa de proporcionar medio detransporte hasta el centro peniten-ciario se ha visto incumplida; esteservicio resultó inadecuado para lasnecesidades reales. El servicio deautobús que se ofrecía obligaba alos familiares a permanecer toda lamañana en la prisión.

Otra de las "supuestas" virtudesde este centro era la mejora encuanto a condiciones de habitabili-dad; pero durante este año hemospodido constatar que, frente a loque dispone la Ley General Peni-tenciaria, un@ pres@ una celda, enla macrocárcel de Zuera, la mayo-ría de la población reclusa compar-te celda. No existen módulos dife-

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ciones por parte de InstitucionesPenitenciarias y es al Juzgado deVigilancia al que corresponde velarpara que esto no se produzca (artí-culo 76 LOGP: "El Juez de Vigilan-cia tendrá atribuciones para salva-guardar los derechos de los inter-nos y corregir los abusos ydesviaciones que en el cumpli-miento de los preceptos del régi-men penitenciario puedan produ-cirse". Por tanto, los jueces de Vigi-lancia y los fiscales de Vigilanciadeben tener conocimiento de to-das estas situaciones, y es necesa-rio exigirles un pronunciamientopor cada uno de los casos de losque tengamos conocimiento. Nootra cosa es lo que se nos dice en eln.º 13 de los Criterios Refundidosde Actuación de los Jueces.

Por otra parte, tratándose de unasunto que implica a órganos de laAdministración, también es impor-tante e imprescindible que man-tengamos un contacto insistentecon aquellas instituciones que sur-gieron precisamente para contro-lar que las respectivas administra-ciones no apartaran nunca sus ac-tuaciones de los objetivos que lesimpone la Constitución. Nos referi-mos a las figuras de los Defensoresdel Pueblo: el de las Cortes Gene-rales, porque Instituciones Peni-tenciarias depende de la Adminis-tración Central, y el de Aragón,porque con esta manera de actuarestán seriamente en juego dere-chos de presos/as aragoneses y desus familiares.

Por último, en cuanto a la Admi-nistración pública, no podemos ol-vidar a aquellas más cercanas a losciudadanos: los Ayuntamientos. Se

nos puede plantear la duda de quépapel otorgarles en una materiaque les alcanza de tan lejos. Noobstante, no podemos obviar queun Ayuntamiento debe procurarservir al bienestar de sus vecinos.Pues bien, los presos son vecinos ylos familiares de los presos son ve-cinos y, normalmente, serán veci-nos con unas condiciones socioeco-nómicas deprimentes. Por tanto, sila legalidad protege a estas perso-nas para que puedan cumplir suscondenas en la cárcel más cercanaa su entorno familiar, un Ayunta-miento debe pronunciarse al res-pecto cuando esa legalidad se estévulnerando y debe exigir a la Ad-ministración competente el cum-plimiento escrupuloso de la legali-dad para con su vecino.

Si limitásemos nuestra actuaciónen este terreno a las reivindicacio-nes hacia las Administraciones oinstituciones públicas, posiblemen-te nos quedaríamos muy cortos enlos objetivos de la campaña. Es ne-cesario, por encima de todo, crearuna conciencia ciudadana, aprove-char la puesta en marcha de accio-nes concretas que lleven a la calle laproblemática que padecen cientosde personas en Aragón. Llevar laopinión a las puertas de las cárcelesy al interior de ellas, aprovechandola entrada de colectivos de volunta-rios con los que se relacionan direc-tamente y diariamente los presos.

En fin, la campaña tiene como ob-jetivo último lograr el cumplimientode la legalidad en este punto, demanera que ningún preso cumplacondena fuera de su provincia, quese respete su derecho al acerca-miento a su entorno familiar o rela-

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salud laboral en las prisiones. Losfines de la Administración peniten-ciaria, continúa el informe, "inter-fieren en ocasiones con una correc-ta relación médico-paciente, y su-peditan en otras el objetivo deadquirir y mantener la salud anteotros fines penitenciarios". En de-finitiva, los Colegios Médicos recla-man la integración de la sanidadpenitenciaria en el sistema nacio-nal de salud, como contempla laLey General de Salud.

Con la nueva competencia ad-quirida en materia de sanidad porparte de la Comunidad Autónoma,instamos al gobierno de Aragón aque asuma la asistencia sanitariaen las prisiones de Aragón.

Desde el gobierno y sus estadísti-cas se ha creado un estado de opi-nión de inseguridad, se nos habla

del aumento de la delincuencia yde cárceles llenas para seguir justi-ficando la apertura de nuevos ma-crocentros. Sin embargo, un añodespués de la apertura de Zuera,constatamos que este modelo pe-nitenciario sólo sirve para alejar losproblemas porque, aunque la cár-cel ya no se encuentre en nuestrosbarrios, sigue habiendo personasdentro que sufren su crueldad.

Se tiende a resolver los conflictossociales únicamente a través del sis-tema penal, y dentro de éste lapena de prisión es la pena reina.Desde ASAPA consideramos que lascárceles se construyen para los po-bres, excluidos y marginados y, enrealidad, no hacen otra cosa queesconder las miserias de esta socie-dad donde los ricos son cada vezmás ricos y l@s pobres más pres@s.

Informe sobre la apertura del C.P. de Zaragoza

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renciados de preventivos, penadosy menores, incumpliéndose así lasnormas establecidas.

Constatamos que la droga formaparte de la cotidianeidad de la cár-cel, porque el 80% de la poblaciónreclusa la consume. El articulo 116del Reglamento Penitenciario se-ñala que "todo interno con depen-dencia de sustancia psicoactivasque lo desee, debe tener a su al-cance la posibilidad de seguir pro-gramas de tratamiento y deshabi-tuación, con independencia de susituación procesal y sus vicisitudespenales y penitenciarias"; perouna cosa son las normativas y lasleyes, y otra la realidad. En el CP deZuera nos encontramos con unalarga lista de espera para accederal GAD (Grupo de Ayuda a Drogo-dependientes), la demora en lapuesta en marcha del modulo librede drogas, la no implantación has-ta la fecha del programa de inter-cambio de jeringuillas, y la escasaaplicación de las alternativas queInstituciones Penitenciarias intro-dujo en su reglamento, como son:cumplimiento de condena en cen-tros de deshabituación para pena-dos clasificados en tercer grado, osalidas para tratamiento en régi-men ambulatorio si se hallan en se-gundo grado, o derivación a cen-tros abiertos o de inserción social…

El VIH se convierte en una auten-tica epidemia dentro de la prisión, yZuera no escapa a las estadísticas.Pese al alto índice de personas sero-positivas, nos encontramos con unaatención inadecuada, donde faltanlos aportes nutricionales necesariosen este tipo de enfermos. El accesoa la red hospitalaria general se re-

serva a los cuadros de gravedad. Porello son abundantes los diagnósti-cos tardíos (neumonías, toxoplas-mosis, tuberculosis) y los continuostraslados de cárcel a hospital y vice-versa. Además, a pesar del elevadonúmero de personas con enferme-dades incurables, el centro peniten-ciario de Zuera no concede las ex-carcelaciones que contempla la ley.

En la ultima década han muerto2.121 pres@s en las cárceles espa-ñolas, cifra que se duplica si tene-mos en cuenta los internos falleci-dos en libertad condicional. Ape-nas ha pasado un año y en el CP deZuera han fallecido varias perso-nas, que unidas a los dos falleci-mientos del CP de Teruel incremen-tan el número de estas estadísticas.

La muerte por suicidio ocurridaeste año en el centro penitenciariode Zuera pone de relieve el fracasode la institución en cuanto a aten-ción psicológica y psiquiatrica, ytambién de un sistema que renun-cia a rehabilitar a las personas quehan cometido delitos.

La asamblea del Consejo Generalde Colegios Médicos aprobó, el pa-sado 24 de mayo, un demoledor in-forme denunciando la situación dela sanidad penitenciaria. De acuer-do con este documento, los enfer-mos en prisión sufren la "imposibi-lidad de acceder en igualdad decondiciones a la atención especiali-zada, cuando así lo precisa su esta-do de salud". Además, parcelasfundamentales de la salud como laatención psiquiátrica están absolu-tamente desatendidas, reducién-dose a la mera prescripción farma-cológica. Los médicos también de-nuncian la ausencia absoluta de

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Las políticas de recortes sociales y de pre-carización de las relaciones laborales quehan puesto en práctica los diferentesgobiernos republicanos y demócratas enEEUU, en las últimas décadas, han lleva-do a crecientes desigualdades y conflictossociales. La respuesta ha sido un endure-cimiento de las leyes penales, el aumentobrutal de la población reclusa, y la bun-querización de las zonas residenciales y elabaandono de los barrios de mayoría depoblación negra o emigrante

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Plante y reivindicaciones

A las 10 de la mañana del martes28 de mayo unos 100 presos delmódulo 1 iniciaron una huelga in-definida de brazos caídos, negán-dose a entrar en los talleres pro-ductivos del Centro de Iniciativaspara la Reinserción y a hacer las ta-reas de mantenimiento y limpiezadiarios. Inmediatamente se creóun comité de huelga para exten-der la protesta a otros módulos ydifundir las 12 reivindicaciones delos huelguistas. Las demandas in-cluían las 4 reivindicaciones básicasde los presos en lucha desde hacemás de 2 años: excarcelación de lospresos con enfermedades termina-les según el art. 60 del antiguo Có-digo Penal; cumplimiento de lascondenas en la provincia de arrai-go; liberación de los presos quehan cumplido más de 20 años decondena o las ¾ partes de la con-dena, según estipula la ley, y abo-lición de los Ficheros de Internosde Especial Seguimiento. Aunqueen Catalunya no se aplica el FIES,los presos denuncian que se estáacondicionando el módulo 5 deQuatre Camins para albergar unmódulo DERT (Departament Espe-cial de Règim Tancat: Departamen-to Especial de Régimen Cerrado)con capacidad para 80 reclusos. Lasreivindicaciones específicas delcentro eran la mejora de las condi-ciones higiénicas y sanitarias y lacalidad de la comida; destinos re-munerados (que los presos cobrenpor su trabajo sin sueldo); fin delos "protocolos especiales" por losque se impide utilizar el polidpor-

tivo, talleres y espacios abiertos apresos calificados de "fuguistas";fin de los maltratos y las torturas;desaparición de las esposas dentrode la prisión (existen celdas con ca-mas que incorporan esposas depies y manos y un cinturón para lainmovilización mecánica del presosobre un hule de plástico); fin delSistema de Evaluación de Motiva-ción Continuada (SAM), un sistemade créditos que da puntos positi-vos a los presos con buena conduc-ta y "motiva acciones rastrerascomo delaciones, acusaciones con-tra otros presos..."; y el fin de lamasificación de la prisión. En lascárceles catalanas la población to-tal ha crecido de 6.049 reclusos enenero de 2001 a 6539 en enero de2002, según datos del Centro deEstudios Jurídicos de Barcelona. Eneste período, el número de presosextranjeros creció de un 22 a un25,9%. Diversos medios de comu-nicación resumieron las reivindica-ciones afirmando que los presospedían "que se les pague por lostrabajos que realizan en prisión,cambios en su situación penal ymodificaciones en la alimenta-ción" (El Mundo, 30/5/02). Por suparte, el secretario sectorial deEjecución Penal, Ramón Parés,negó que la protesta estuviera re-lacionada con la falta de plantillade los funcionarios ni con la masi-ficación o el empeoramiento de lascondiciones de vida de los reos (ElPeriódico, 31/5/02) y la achacó a"la desilusión de los presos con lar-gas condenas por los efectos delCódigo Penal del 95, que alarga yendurece las penas y suprime lasredenciones extraordinarias".

Crónica de un plante anunciado

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El pasado 28 y 29 de junio,unos 250 presos del módulo 1y 2 de la cárcel catalana de

Quatre Camins se declararon enhuelga de brazos caídos en protes-ta por los abusos de poder y vul-neración de derechos fundamen-tales que vienen soportando des-de hace tiempo. Tras un intentofallido de negociar con la Direc-ción de la prisión, la protesta fueviolentamente reprimida por losMossos d'Esquadra y funcionariosde la cárcel de Quatre Camins y dela cárcel Modelo. Serveis Peniten-ciaris trasladó a 64 presos a otrascárceles catalanas como represalia,mientras acusaba a "colectivos an-tisistema", gabinetes de abogadosy miembros del Observatorio delSistema Penal y los Derechos Hu-manos de la Universidad de Barce-lona de instigar la protesta desdeel exterior. A algunos familiaresde los trasladados se les negó lacomunicación para evitar que vie-ran las marcas de las palizas. Losmedios de comunicación disfraza-ron de motín la protesta organiza-da, omitieron las reivindicacionesde los presos en lucha y silenciaronlas represalias de la Dirección de laprisión contra reclusos y colectivosde apoyo.

Condiciones insalubres

Los presos vienen denunciandodesde principios de año que las pé-simas condiciones y los abusos depoder de los funcionarios hacen in-sostenible la convivencia en el cen-tro. En lo que va de año han muer-to 4 reclusos del centro afectadosde enfermedades terminales, debi-do a la falta de asistencia médica ylas deficiencias alimenticias y de hi-giene. Un informe de abogados delDespacho de Asesoramiento Labo-ral y Popular denunciaba que losmédicos "faltan al juramento hipo-crático negándose a practicar elboca a boca presos con SIDA en ca-sos de asfixia" y que hay una "grandejadez en higiene y mantenimien-to: hongos en las duchas, suciedaden el comedor y comida de escasacalidad". El Departament de Justí-cia niega rotundamente esta afir-mación y asegura que los reclusosmurieron fuera de la cárcel. El de-tonante de la protesta pudo seruna paliza indiscriminada de variosfuncionarios a dos presos del mó-dulo 2. Un grupo de reclusos delmódulo 1 anunció a la Dirección dela prisión su intención de plantarsesi continuaban las vulneraciones dederechos fundamentales.

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(INFORMAN DESDE CATALUÑA)

Cronica de un plante anunciado:la huelga de brazos caidos enQuatre Camins

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considerados "cabecillas del mo-tín" a las cárceles de Tarragona (4),Brians (24), al departamento espe-cial de la prisión de jóvenes de Tri-nitat Vella (6), Lleida (20) y la Mo-delo (10). En Ponent (Lleida) tuvie-ron que vaciar el DERT, donde lesencerraron durante 3 días sin dere-cho alguno a productos del econo-mato, y pasado el plazo les conce-dieron 2 horas diarias de patio. Elviernes 31, unos 30 presos de losmódulos 2 y 3 de Quatre Caminsreanudaron el plante, lo que pro-vocó la intervención inmediata deun retén de Mossos d'Esquadra. 6presos consiguieron acceder a lostejados y bajaron con la promesade no sufrir represalias. Fuerongolpeados y trasladados inmedia-tamente a la cárcel Modelo, dondeel día 1 se produjo una manifesta-ción de apoyo dentro de la 5.ª ga-lería que motivó su traslado a laprisión de Ponent. Algunos fami-liares de los presos trasladados aBrians vivieron escenas de tensióncon los Mossos d'Esquadra al ne-gárseles la comunicación con losreclusos. Ante sus quejas reitera-das, los Mossos les obligaron aabandonar el centro a punta demetralleta. Posteriormente hanasegurado que uno de los presospresentaba contusiones en el pe-cho y la espalda y heridas en codosy rodillas debido a las agresiones.

Solidaridad y criminalización

En los días sucesivos se convocaronmanifestaciones de apoyo en variasciudades: el sábado 1 de junio, 50personas protestaron ante la Con-selleria de Justícia, la sede del sin-dicato CATAC y la Generalitat deCatalunya. En Lleida se colocaronvarias pancartas de solidaridad y sehizo una marcha a la prisión paramostrar el apoyo a los presos tras-ladados. Ello provocó varios inten-tos de criminalización por parte derepresentantes de Justícia e Inte-rior. El Secretario sectorial de Eje-cución Penal, Ramón Parés, relacio-nó la protesta con un catedráticode derecho penal del Observatoriodel Sistema Penal y los DerechosHumanos de la Universidad de Bar-celona en un programa de la emi-sora COM Ràdio. Parés le calificó de"ideólogo de los grupos antisiste-ma" y le acusó de estar detrás delestallido de los motines. En los me-ses anteriores el propio Parés habíadenegado la entrada en las cárcelescatalanas al OSPDH para realizaruna investigación enmarcada en elProyecto Europeo de constitucióndel Observatorio Europeo de la Eje-cución Penal. El catedrático ha reci-bido el apoyo explícito del decanodel Colegio de Abogados de Barce-lona, Luis del Castillo.

Joana

Crónica de un plante anunciado

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Negociación fallida

El miércoles 29, el comité de huelgaal que se habían unido los presosdel módulo 2 se reunió con el di-rector y subdirector del centro, quese comprometieron a solucionarcuestiones de carácter interno si lospresos cesaban la protesta. El comi-té se levantó de la mesa negocia-dora reclamando la presencia delconseller de Justícia, Josep DelfíGuàrdia, en calidad de mediadordel conflicto, y de la Cruz Rojacomo observadora. El subdirectoramenazó con ordenar la entradade los Mossos d'Esquadra y se negóa asegurar que no habría represa-lias cuando los presos le reclama-ron garantías. Mientras tanto, unos100 presos reclamaban amnistía ylibertad desde los tejados del cen-tro. Días después del plante, la di-rectora general de Serveis Peniten-ciaris i Rehabilitació, Mercedes Sán-chez, publicó una carta abierta enla que defendía el "pleno derecho"de los presos a mostrar su discon-formidad con lo que no estén deacuerdo y pedir cambios, aunqueaseguraba que los internos de Qua-tre Camins utilizaron "la violencia,las amenazas, las coacciones y laagresión para intentar imponer supunto de vista", y pusieron en peli-gro la "convivencia ordenada" fun-damental para el funcionamientonormal de un centro penitenciario.Sánchez, que expresó su rechazocontundente y su disposición paradefender y garantizar los principiosde legalidad que rigen la vida enprisión, afirmaba que la Adminis-tración tuvo que utilizar la fuerzapara restablecer "el bien que se in-

tentaba destruir: la seguridad y li-bertad de las prisiones".

Represión y represalias

La noche del 29 de mayo los Mos-sos d'Esquadra reprimieron elplante ayudados por funcionariosde Brians y de la Modelo que acu-dieron voluntariamente. Según lospresos, los Mossos dispararon bolasde goma desde distancias menoresa las permitidas por el reglamento,descargaron fuego real contra lospresos que se solidarizaron con losdemás desde sus celdas y le abrie-ron la cabeza a golpes a un reclusocon una barra de hierro. Los Mos-sos aseguraron a varios medios quesólo habían utilizado cartuchos defogueo "para intimidar". Los reclu-sos afirman que el subdirector dela Modelo participó personalmen-te en la operación junto con otrosfuncionarios. Algunos testigos vie-ron cómo un funcionario sodomizóa un preso introduciéndole unaporra por el ano con la ayuda devarios Mossos d'Esquadra. Tras re-ducirles, les obligaban a tirarse enel suelo. Según el relato de los pre-sos, los funcionarios preguntabansi había alguno herido y cuando al-guien levantaba el brazo, le propi-naban una nueva ración de golpes.El secretario sectorial de EjecuciónPenal declaró a los medios de co-municación que dos funcionariosdel centro habían resultado heri-dos leves en los primeros momen-tos del motín y que "los internosamotinados disponían de armasrudimentarias, como pinchos". Ladirección trasladó a los 64 presos

MOVIMIENTOS SOCIALES

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Barcelona Conference On Prison,5 y 6 de julio de 2002

Conclusiones

La Barcelona Conference on Pri-son, organizada por el Obser-vatorio del Sistema Penal y los

Derechos Humanos de la Universi-tat de Barcelona, ha recibido elapoyo y soporte del Grupo Europeopara la Investigación de la Cárcel.

Este Grupo Europeo fue creadoel pasado mes de julio de 2001, enel marco de la anterior Lisbon Con-ference on Prison, en respuesta altrabajo e inquietudes de un nutri-do grupo de investigadores ymiembros de diferentes institucio-nes y asociaciones comprometidascon la promoción de los derechoshumanos. En esta II Conferenciahan participado:

– Prof. Dr. Antonio Pedro Dores,del Instituto de Ciencias Sociales dela Universidad de Lisboa (Portugal).

– El staff de la Asociación contrala Exclusión y por el Desarrollo, deLisboa (Portugal).

– Prof. Dr. Roger Matthews, de laMiddlesex University of London(Reino Unido).

– Dtt. Barbara Del Vecchio, de laUniversidad de Roma "La Sapien-za" (Italia).

– Dtt. Patrizio Gonnella, Coordi-nador Nacional de "Antigone, onlus", Asociacion por la Defensa delas Garantías y los Derechos Huma-nos (Italia).

– Prof. Nikos Koulouris, de laUniversidad de Tracia y funciona-rio del Ministerio de Justicia (Gre-cia).

– Profra. Dra. María Jesús Miran-da, de la Universidad Complutensede Madrid (España).

– El staff de "Surt", Associació deDones per la Inserció laboral (Espa-ña).

– El staff del Observatorio delSistema Penal y los Derechos Hu-manos de la Universitat de Barce-lona (España).

Asimismo, se contó con la espe-cial presencia de la Sra. Claudia Ce-saroni, funcionaria de la Procura-ción Penitenciaria del Ministerio deJusticia de la Rep. Argentina, quienfue especialmente invitada paraexplicar en la Unión Europea la na-turaleza y funciones de este impor-tante organismo que desarrolla sus

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Traslados, maltratos y torturas enel DERT de Ponent

Presos del Departamento de Régi-men Cerrado (DERT) de la cárcel deLleida denuncian vejaciones y mal-tratos de funcionarios a finales dejulio. Las protestas en el DERT porla desatención a un preso que su-fría un cólico nefrítico motivaronel traslado de varios presos a cel-das de aislamiento, mientras el res-to convocó una huelga de patio deuna semana. La Dirección trasladóa 5 presos de módulo y de cárcel; aalgunos les esposaron de pies ymanos con una correa en la cintu-ra. Un preso fue apalizado brutal-mente en la cabeza con porras demadera por protestar golpeandolas puertas de la celda. El detonan-te fue la protesta ruidosa en lasceldas del DERT por la desatenciónde un recluso que sufrió un cóliconefrítico el pasado 20 de julio. Losfuncionarios cambiaron de móduloa varios presos y el resto cursó ins-tancias al director notificando sunegativa a salir al patio duranteuna semana y a recibir comida dela cárcel durante los fines de sema-na. Además de las 4 demandas bá-sicas estatales (fin de la dispersión,

excarcelamiento de enfermos incu-rables o presos con 20 años o 3/4partes de condena cumplida y abo-lición del FIES) los presos reclama-ban más actividades y horas de pa-tio, enchufes de TV, mejor comidae higiene y libertad de informa-ción. La cadena de traslados llevó avarios presos a celdas de aislamien-to y a la Rotonda. Dos de ellos fue-ron aporreados y esposados depies y manos más de 40 horas, nocomieron nada hasta la tarde deldía siguiente y uno de ellos tuvoque orinarse encima por su inmovi-lidad. Otro fue esposado dos veces,en el primer traslado y antes de lle-varlo a la cárcel de Tarragona, per-maneciendo casi 24 horas inmóvil.Todos los presos de la Rotonda se-cundaron la huelga de patio sema-nal. Días después, trasladaron auna mujer y la mantuvieron aisladay esposada hasta que todo el mó-dulo protestó. Los presos denun-cian la especial vigilancia de la Di-rección en el módulo DERT, dondese encuentran algunos de los reclu-sos trasladados tras el plante en lacárcel de Quatre Camins el pasadomes de mayo.

Joana

MOVIMIENTOS SOCIALES

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Conferencia Europea sobrePrisiones de Barcelona y constitucion del "ObservatorioEuropeo sobre Condiciones deEncarcelamiento"

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Tortura en lasCarceles catalanas-

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subjetividades en los países euro-peos pero, muy especialmente,todo ello provoca cambios decisi-vos en la composición demográficade las poblaciones encarceladas.

La II Conferencia Europea sobrePrisiones de Barcelona consideraentonces que deviene necesaria laconstitución del OBSERVATORIOEUROPEO SOBRE CONDICIONES DEENCARCELAMIENTO, en el marcodel proyecto europeo recientemen-te presentado por la asociación"Antigone" de Italia ante la Comi-sión Europea de Bruselas (Bélgica).

En tal sentido, el presente Docu-mento asume así el carácter de ser-vir de protocolo fundacional delaludido organismo internacional,el cual se establece que se desarro-lle en las siguientes tres fases:

1.ª Constitución de un Web Siteen donde, cada Estado europeodeberá remitir, en un plazo de seismeses (segundo semestre de 2002),toda la información que posea vin-culada con los cuatro items ante-riormente señalados (presos en ge-neral y, en particular, situación delos inmigrantes, jóvenes y mujeresencarceladas/os).

2.ª Elaboración del "Informe In-ternacional sobre Condiciones deEncarcelamiento en la UE" (primersemestre de 2003).

3.ª Presentación del "Informe In-ternacional sobre Condiciones deEncarcelamiento en la UE" a las au-toridades de la Unión (ParlamentoEuropeo, Comité de Ministros, Tri-bunal Europeo de Derechos Huma-nos), en el marco de una Conferen-cia Internacional (segundo semes-tre de 2003).

Vinculado especialmente a esteProyecto Europeo de fundacióndel Observatorio Europeo sobreCondiciones de Encarcelamiento,la II Conferencia Europea sobre Pri-siones de Barcelona hace una espe-cial llamada a las AdministracionesPenitenciarias Europeas para quepermitan el acceso de los miem-bros del mismo a las institucionesde privación de la libertad, con elfin de producir investigaciones ypresentar información rigurosa-mente documentada tanto a la so-ciedad civil como a las autoridadescompetentes, en aras a la máximatransparencia administrativa quedebe presidir las actuaciones de lasmismas en los Estados sociales ydemocráticos de derecho.

Finalmente, se asume firmemen-te el compromiso de informar alComité para la Prevención de laTortura del Consejo de Europa, enel caso de que se produzcan reso-luciones negativas de las Adminis-traciones Penitenciarias europeasque, no permitiendo el acceso a loslugares de detención de cualquierade los aquí firmantes y, en conse-cuencia, impidiendo cumplir conlas obligaciones derivadas del pre-sente protocolo fundacional.

Prof. Dr. Antonio Pedro Dores,del Instituto de Ciencias Sociales dela Universidad de Lisboa (Portugal);el staff de la Asociación contra laExclusión y por el Desarrollo, de Lis-boa (Portugal); Prof. Dr. Roger Mat-thews, de la Middlesex University ofLondon (Reino Unido); Dtt. BarbaraDel Vecchio, de la Universidad deRoma "La Sapienza" (Italia); Dtt.Patrizio Gonnella, Coordinador Na-

Conferencia Europea sobre Prisiones de Barcelona

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actividades como Ombudsman enel ámbito penitenciario.

Esta II Conferencia Europea so-bre Prisiones de Barcelona ha des-arrollado los siguientes aspectos:

1.º) Necesidad de realizar investi-gaciones sobre las condiciones deencarcelamiento de personas en lospaíses europeos, haciendo especialhincapié en aquellas situacionesque puedan ser consideradas comomás problemáticas y que puedansuponer indefensión y violacionesde derechos fundamentales reco-nocidos a todos los ciudadanos.

2.º) Necesidad de realizar investi-gaciones sobre las condiciones deencarcelamiento de inmigrantes enlos países europeos. Sobre este pun-to la Conferencia Europea sobrePrisiones desea hacer una especialllamada de atención sobre la situa-ción de la privación de libertad deextranjeros (ciudadanos no comuni-tarios), la cual está adquiriendoproporciones alarmantes en mu-chos países de la UE. Ello se tornaaún más alarmante si se observanlas condiciones de encarcelamientoen los llamados "centros de deten-ción", considerados como auténti-cas "cárceles administrativas" y, enconsecuencia, sin las más elementa-les garantías procesal-penales.

3.º) Necesidad de realizar investi-gaciones sobre las condiciones deencarcelamiento de jóvenes en lospaíses europeos. El incremento enel encarcelamiento de menores yjóvenes en las cárceles europeasmuestra otras situaciones proble-máticas que demandan nuevas res-puestas, encaminadas a la salva-guarda y protección de los dere-

chos fundamentales de un sectorsocial especialmente vulnerable.En tal sentido, se resalta la necesi-dad de desarrollar estudios compa-rativos sobre las diversas realida-des nacionales europeas.

4.º) Necesidad de realizar investi-gaciones sobre las condiciones deencarcelamiento de mujeres en lospaíses europeos. Se presta, asimis-mo, una especial atención a la pro-blemática específica de las mujerespresas en los países de la Unión Eu-ropea, y se concluye la necesidadde investigar su especial situacióndebido al notable incremento desus presencias penitenciarias. Lascaracterísticas sociológicas y demo-gráficas de la población femeninaencarcelada está condicionada porlas nuevas realidades socio-econó-micas que Europa está viviendo enlas dos últimas décadas, las cualesestán afectando directamente aaquellos sectores sociales que es-tán inmersos en procesos de discri-minación y exclusión.

Este proceso de "encarcelamien-to masivo", consecuencia de las in-tensas transformaciones socio-eco-nómicas que Europa experimentaen los últimos años en importantesy estructurales elementos de la so-ciedad (tales como los cambios enla concepción del trabajo y sus pa-trones clásicos, las modificacionesde las consideradas franjas sociales"activas", las que derivan de loscambios en la movilidad territorialy laboral, las que provienen del en-vejecimiento de la población, delos cambios en los estilos de viday/o en las escalas de valores, etc.),provoca la construcción de nuevas

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cional de "Antigone, on lus", Aso-ciacion por la Defensa de las Garan-tías y los Derechos Humanos (Italia);Prof. Nikos Koulouris, de la Univer-sidad de Tracia y funcionario delMinisterio de Justicia (Grecia); Pro-fra. Dra. María Jesús Miranda, de laUniversidad Complutense de Ma-drid (España); el staff de "Surt", As-sociació de Dones per la Inserció la-boral (España); el staff del Observa-torio del Sistema Penal y losDerechos Humanos de la Universi-tat de Barcelona (España).

Barcelona, a 6 de julio de 2002

El proyecto europeo para laconstitución del Observatorio Eu-ropeo sobre Condiciones de Encar-celamiento ha recibido, hasta la fe-cha, formalmente, las siguientesadhesiones:

• del Estado español:– Universidad de Jaén,– Universidad de Vigo,– Universidad del País Vasco,– Universidad de Barcelona,– Universidad de Comillas,– Colegio de Abogados de Barce-

lona,– Colegio de Abogados de Ou-

rense,– Asociación de Seguimiento y

Apoyo a Presos de Aragon (ASAPA),– Associació Catalana de Juristes

Demócrates,

– Associació Per a la Defensa delsDrets Humans,

– Surt, Associació de Dones per ala Reinserció Laboral,

– Salhaketa de Vitoria,– Salhaketa de Bilbao,– Asociación Apoyo,– Asociación Pro Derechos Huma-

nos de España,– Asociación Pro Derechos Huma-

nos de Andalucía,– Asociación PreSOS de Galicia,– Observatorio del Sistema Penal

y los Derechos Humanos de la Uni-versidad de Barcelona;

• de Europa:– Instituto de Ciencias Sociales

de la Universidad de Lisboa (Portu-gal),

– Asociación contra la Exclusión ypor el Desarrollo, de Lisboa (Portu-gal),

– Middlesex University of Lon-don (Reino Unido),

– Universidad de Roma "La Sa-pienza" (Italia),

– "Antigone, on lus", Asociacionpor la Defensa de las Garantías ylos Derechos Humanos (Roma, Ita-lia),

– Ayuntamiento de Roma (Italia),– Univeristà degli Studi di Bolog-

na (Italia),– Universidad de Tracia (Grecia).

MOVIMIENTOS SOCIALES

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4. DossierMOVIMIENTOS

SOCIALES Y CARCEL-

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El presente artículo recoge lasreflexiones a partir de una in-vestigación llevada a cabo en

el marco del master Sistema Penaly Problemas Sociales en la Facultadde Derecho de la Universidad deBarcelona, en la que se pretendióuna descripción panorámica de losmovimientos que desde los añosochenta estaban operando en Es-paña en el ámbito carcelario.

Aunque no se ignora la existen-cia de numerosas asociaciones de-dicadas al apoyo de los presos polí-ticos, por la naturaleza diferentede unos y otros, y por el tiempo ylos recursos de los que se disponíapara llevarla a cabo, la investiga-ción se refirió a aquellos colectivosque están comprometidos con la si-tuación de los presos sociales. Lahipótesis principal apuntaba a laposibilidad de hablar de la existen-cia de un movimentismo social an-ticarcelario en este ámbito espacialy territorial. La conclusión, a pesarde las muchas dificultades a las

que hace frente en su acción coti-diana, era que efectivamente po-día afirmarse su existencia. Másallá de las limitaciones y de los obs-táculos, del sentimiento de frustra-ción que invade en muchas ocasio-nes a los miembros de este movi-miento, y que les hace atisbar unpanorama poco propicio para laconsecución de sus objetivos, sigueabogando por la existencia de unámbito de lucha, de confrontacióny oposición constante a los poderespúblicos, por cuanto a ellos puede,y debe, exigírseles el respeto de losderechos humanos. Ésta puede pa-recer, incluso a algunos de los pro-pios protagonistas de este movi-miento social, una conclusión de-masiado optimista, pero mucho sedesmerecería su labor si fuese otrala conclusión, llevados por la certe-za de que el valor solidaridad estáen quiebra, y de que las adminis-traciones e instituciones públicastienen las herramientas necesariaspara mantener —y hacer desear

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Desnudos de protesta contra la torura.Entrega del informe contra la tortura.II.PP., Madrid. Semana de Lucha social.(Madrid, 26/06/00)

(Foto: Andrea. Fuente: Molotov)

PANÓPTICO

Existe un"movimentismo socialanticarcelario" enEspana?

ÁSTRID PINEDA*

?

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* Miembro del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la Universidad deBarcelona.

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cionales para la participación en lapolítica en las democracias occi-dentales. En este contexto, los mo-vimientos sociales abogarían por labúsqueda de formas alternativasde participación y decisión en losasuntos de interés colectivo más di-rectas y próximas a los individuos.

La acción colectiva, en este senti-do, posibilitaría una sociedad cu-yos ciudadanos se organizan deforma plural para discutir los asun-tos de interés general; una socie-dad que es civil, sobre todo, por-que sus ciudadanos se organizancivilmente para tratar de influir enlas decisiones políticas, expresandosu pluralismo y con pretensionesde llenar de contenido un concep-to de democracia que se revela va-cío, por cuanto ha entendido laparticipación política de los ciuda-danos en términos de concurrenciaa las urnas para la elección de susrepresentantes. Para la democrati-zación de la vida pública, sin em-bargo, no basta con aquella simplemultiplicación de los actores y dediscursos disponibles en un contex-to político determinado. Es necesa-rio además un cambio culturalefectivo, una extensión de los valo-res de la democracia entre la ciu-dadanía. Y esta tarea, como severá, no siempre es de fácil conse-cución.

Así las cosas, y recordando a Me-lucci, como condición necesariapara la democracia, los movimien-tos sociales ocuparían los espaciospúblicos independientes de las ins-tituciones de gobierno, el sistemade partidos y las estructuras de Es-tado. Estos espacios públicos repre-sentarían los puntos de conexión

entre las instituciones políticas y lasdemandas colectivas, entre las fun-ciones de gobierno y la representa-ción de los conflictos, y su principalfunción sería la de traducir a unlenguaje visible y colectivo las cues-tiones reivindicadas por los movi-mientos, sin por ello obligar a lainstitucionalización de los mismos.

Por lo demás, se advierte queeste déficit de legitimación demo-crática se encuentra acompañadode una tendencia en las sociedadesoccidentales caracterizada por: a)la creación de un sentimiento deinseguridad ciudadana y la cons-trucción interesada del propio con-cepto, dejando fuera de él situacio-nes que afectan a los sectores másdeprimidos de la sociedad o contri-buyendo a la marginación social,como el desempleo, las dificultadesde acceso a la vivienda, etc.; b) elprotagonismo de una nueva racio-nalidad, la "razón de Estado", quesustituye las "razones jurídicas"; c)la opción por una "cultura de laemergencia", con la que se intentadar respuesta a las problemáticasderivadas del propio incumplimien-to del Estado de bienestar, y cuyaúnica aspiración es mantener el or-den, privilegiando una seguridadpública malentendida en contradel respeto por los derechos y li-bertades; y, finalmente, d) el recur-so casi exclusivo al derecho penalpara paliar una situación socioeco-nómica profundamente crítica.

Las implicaciones de todo ello enel ámbito penitenciario a partir delos años ochenta en el Estado es-pañol serían, entre otras, la apari-ción de cárceles de máxima seguri-dad, los planes de construcción de

¿Existe un “movimiento social anticarcelario”?

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mantener— una situación pocomenos que vergonzosa en un Esta-do que se proclama social y demo-crático de derecho, permitiéndoseademás el lujo de justificarla in-ventando enemigos y culpables desu propia ineptitud para atenderlas necesidades de sus ciudadanos.

No se pretende aquí un discursovictimizador, ni recurrir a los pos-tulados de un positivismo determi-nista. Sin embargo, no se puedeobviar qué "clientela" acoge lacárcel (en un porcentaje elevado,sectores de la población en situa-ción de marginación social, u obje-to y chivo expiatorio de políticascriminalizadoras en ámbitos querequerirían otro tipo de políticas,como la de drogas, por poner sóloun ejemplo); el reclamo de la tute-la de los derechos fundamentalesno distingue delitos ni "sujetos de-lincuentes". Es un reclamo por elrespeto de unos derechos incues-tionables y la titularidad de todos.Asimismo, el reclamo es tambiénde la creación de alternativas al sis-tema penitenciario, abogando pormedidas menos deshumanizado-ras, menos destructivas y más efec-tivas para la pretendida lucha yprevención del delito.

Movimientos socialesy democracia

En una época de crisis del Estadode bienestar, y en la que estamospresenciando una clara disociaciónentre las instancias de lo político ylo social, donde la relación de am-bas es prácticamente de mera in-formación de las actuaciones quese realizan desde la primera, y

donde las segundas aparecencomo simples receptoras de las de-cisiones que les afectan —con esca-sas posibilidades de respuesta—,los movimientos sociales se perfi-lan como importantes agentes pro-motores de la vida social, por loque merecen una atención nadadesdeñable dada su puesta en es-cena en el universo social como ca-nal por el que fluyen las aspiracio-nes e inquietudes de los sectores alos que representan. Y es que unaverdadera participación democrá-tica acontece cuando los ciudada-nos, todos, participan no ya sólode la elección de aquellos que de-cidirán, sino también de la toma dedecisiones.

Y en la búsqueda por el tan an-helado cambio social esta tareaestá en la agenda diaria de los mo-vimientos sociales. Con su acción deprotesta, de denuncia, de canal porel que encauzar los reclamos de lossectores de la población afectadosdesfavorablemente por unas es-tructuras sociales desigualitarias,estos sujetos colectivos no se limi-tan a la mera constatación de si-tuaciones injustas o conculcadorasde derechos, sino que cada una deestas acciones está traspasada poruna reivindicación, una interpreta-ción de los hechos para sobre éstosplantear las alternativas.

El surgimiento y proliferación delos nuevos movimientos sociales —en España a partir de los añosochenta (momento además en elque se asiste a un escenario de des-legitimación de los principales par-tidos en Europa)— está relaciona-do precisamente con la crisis decredibilidad de los cauces conven-

DOSSIER MOVIMIENTOS SOCIALES Y CÁRCEL

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generadoras de competición, re-presión, etc. No obstante, y dadaslas dificultades de incidir en el sis-tema social de forma global, se venobligados a delimitar el campo deacción y restringirlo a un área con-creta que posibilite ir alcanzandoaquel cambio. Ésta puede ser la ra-zón, como han apuntado los pro-pios miembros de este movimien-to, de que estén asistiendo a uncambio de grandes planteamien-tos ideológicos a un acusado prag-matismo en los últimos años. Estatendencia ha sido definida porellos mismos con la expresión:"pensar globalmente, actuar local-mente". En estas últimas décadas,las pretensiones de transformar loglobal dejarían paso a aquellasque pretenden incidir en transfor-maciones parciales de la vida so-cial, más locales, más temáticas y,por lo tanto, más controlables.

Más allá de los objetivos específi-cos que orientan la acción cotidia-na de estos colectivos, sin embargo,subyace siempre un objetivo gene-ral o último que aboga por un cam-bio no sólo del sistema penal sinotambién de las estructuras socialesy económicas. Ello implica atendera las causas reales o al origen de losproblemas y de las situaciones mar-ginales. Este movimiento planteacambios profundos en la estructurasocial, económica y política en basea valores que necesariamente tras-cienden las reivindicaciones en elámbito penitenciario, como la justi-cia social, la libertad, el bienestarsocial, la solidaridad, los derechosfundamentales, etc.

Podría decirse, entonces, que sibien los movimientos contemporá-

neos se caracterizarían por el frac-cionamiento y la atomización,orientando la acción social haciacampos más específicos y circunscri-biendo sus reclamos a problemáti-cas cada vez más específicas —den-tro incluso del movimiento anticar-celario se inscriben colectivos quecentran su tarea en la situación desectores concretos de la poblacióncarcelaria como las mujeres, los ex-tranjeros, los enfermos de SIDA,etc.—, también son conscientes deque en el interior de los muros dela cárcel se reproduce —de formamucho más trágica, por supuesto—la injusticia y la desigualdad queopera fuera de ella, y de que es ex-tramuros de la cárcel donde está elorigen de aquellas problemáticas.

Los colectivos que operan eneste ámbito se definen como aso-ciaciones de tejido social solidario.Rechazan la figura del voluntaria-do y prefieren hablar de "militan-cia", en tanto que no son un lugarde tiempo libre o de servicio socialsusitutorio. Se trata de organiza-ciones informales de base, de es-tructura horizontal, autónomas ycríticas con el actual estado de co-sas que promueven la movilizaciónsocial en la defensa de los dere-chos humanos y los valores solida-rios. Ante todo, pueden definirsepor lo que no son. No son una en-tidad asistencial, sino que preten-den promover un movimiento lo-cal y de carácter popular para de-nunciar las situaciones de exclusióny marginación social, y lograr quelos propios afectados se organicenpara exigir sus derechos.

Este carácter explica tambiénuno de los grandes logros de los

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macrocárceles, la elaboración delos primeros ficheros especiales, lapráctica de la dispersión geográfi-ca, etc.

Breve descripción delmovimiento anticarcelario

El movimiento de defensa y pro-moción de los derechos fundamen-tales de los reclusos ha puesto entela de juicio no sólo el cumpli-miento del principio constitucionalde la reeducación y la reinserciónsocial sino también la posibilidadde que tan noble principio tengacabida en aquella institución. Estees el primer jaque al intento de jus-tificar la finalidad de la cárcel, re-curriendo a criterios "humanita-rios" o educativos. No es sólo queel tratamiento penitenciario tien-da a mantener la disciplina y el or-den dentro de la cárcel, sino que esimposible pensar en (re)educar o(re)insertar socialmente a nadiemediante el aislamiento. La cárcelse revela, además, con su conculca-ción sistemática de derechos, comolo único a lo que pude aspirar aser: un castigo. Los discursos aca-démicos y tecnócratas que fingenbuenas intenciones resultarían me-nos indecentes si se dignaran a re-conocer qué funciones se esperaque realmente cumplan las institu-ciones de reclusión.

Este fracaso en las funciones de-claradas deja lugar a un desespe-ranzador escenario para la personaprivada de libertad. Al final, porqué no utilizar la socorrida pala-bra, un sujeto "colateralmente"privado del resto de los derechos y

libertades de los que gozan laspersonas que se encuentran en li-bertad. La irracionalidad de las cár-celes es absoluta.

El objetivo último de los colecti-vos que conforman el movimientoes en la mayoría de los casos aboli-cionista. La pena privativa de liber-tad es considerada una de las fun-damentales formas de represión,aislamiento y desintegración con laque se perpetúan las situacionesde marginación y exclusión social.Aún más, se considera que la cárcelcrea estas situaciones y las justificasin ahondar en sus orígenes y sindar alternativas válidas que evitenlas causas reales.

Podría decirse que la meta aboli-cionista es el objetivo "filosófico"de este movimiento. Como quieraque este objetivo requiere largotrecho, para los más optimistas, oes percibido como un ideal inal-canzable por los menos, se encuen-tran obligados a trabajar en base aobjetivos que, teniendo como hori-zonte la abolición del sistema car-celario, sean de consecución másinmediata. Precisamente con la fi-nalidad de no perder de vista esehorizonte más amplio, y sin negarla labor de defensa de derechos in-dividuales, se procura una acciónesencialmente encaminada a la de-fensa de los sociales.

Es necesario señalar que aunquela reivindicación del respeto de losderechos fundamentales de laspersonas presas es la tarea quemarca la agenda diaria de este mo-vimiento, la motivación última esel cambio social a partir de la cons-tatación de la existencia de unasestructuras sociales desigualitarias,

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mandas, así como de un medio departicipación, poniendo de mani-fiesto que los cauces de participa-ción convencionales se revelan in-suficientes a la hora de canalizarlas inquietudes sociales. En el as-pecto más humano de estos colec-tivos, el apoyo personal que ofre-cen a las personas afectadas por larealidad carcelaria se revela esen-cial. El ingreso en prisión implicainevitablemente, y en contra de lospostulados teóricos que se empeci-nan en mantenerla, un aislamientode la sociedad en general. Para al-gunas personas supone además undesarraigo familiar y del entornopersonal más amplio por circuns-tancias diversas (entre ellas, en de-masiadas ocasiones, la lejanía delcentro penitenciario del lugar deresidencia de sus familias, la ausen-cia de vínculos familiares o perso-nales en el momento de ingresaren la cárcel, etc.). Los encuentrospersonales o los contactos por co-rrespondencia con los miembrosde estos colectivos son de vital im-portancia y, a menudo, el únicocontacto con el exterior de la insti-tución penitenciaria. A menudo,entonces, suponen el único espaciode relación personal e, incluso, dereferencia afectiva con el exterior,lo que implica además tener queconsiderarlos valiosos instrumen-tos con los que evitar un total ais-lamiento de la realidad extramu-ros. El encuentro personal es, porlo tanto, la herramienta funda-mental del trabajo cotidiano.

La respuesta que recibe este mo-vimiento no siempre es tan huma-na. Bajo el abrigo de una culturapunitiva que se resiste a no dar

más respuesta al delito que la ven-ganza institucional, basada en elmás absurdo y recurrente binomiode buenos y malos, se dibuja unpanorama nada propicio para losfines de un movimiento que pro-mueve los derechos de los que hanpuesto en peligro un orden socialsupuestamente consensuado. Al-guien atraviesa los muros de la cár-cel, cuestiona los postulados que lasostienen y denuncia la constanteviolación de derechos de la que estestigo. Alguien se atreve a cues-tionar la eficacia de la única "me-dicina" con la que salvar de la ago-nía a una sociedad que considerael delito una enfermedad; al delin-cuente, un enfermo. La pena "rei-na", sacralizada, corre el peligrode no pasar el examen de la "ren-tabilidad social".

Los gobiernos, administracionese instituciones públicas dedican amenudo muchos más esfuerzos enobstaculizar la labor de estos colec-tivos que en atender las demandasque están obligados a atender. Enel aspecto económico, no siemprelas subvenciones públicas cubren lasuma que requiere un proyectopara ser realizado. Denegacionesarbitrarias de informes que arrojanluz sobre lo que acontece en lascárceles; resoluciones judiciales quecalifican de calumnias los resulta-dos de aquellos informes que lle-gan a realizarse; interpretacionesdel órgano garante del cumpli-miento de la Constitución que res-tringen sistemáticamente dere-chos, recurriendo a una discutiblesuperioridad del valor seguridad oinventando conceptos indetermi-nados como la peligrosidad social;

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que pueden vanagloriarse: su inde-pendencia respecto de los poderespúblicos. Independencia no sóloeconómica, al rechazar cualquierpartida presupuestaria que tengacomo objeto la propia asociación,sino también funcional. Se resistena utilizar el lenguaje institucional,así como sus formas organizativas(no está de más señalar que se tra-ta de sujetos colectivos caracteriza-dos por un nivel de institucionali-zación y profesionalización bajo; yuna estructura organizativa difusa,descentralizada y antijerárquica).La filosofía del movimiento, ade-más, no es la de crear él mismo ser-vicios sociales, sino la de incidir enlas instituciones para que éstas —que son las responsables y las quetienen los recursos— no dejen decrear aquellos servicios necesarios.En este sentido, se les recuerda suobligación de dar respuestas con-cretas y adecuadas a los afectados,así como la de llevar a cabo plante-amientos globales sobre la reali-dad. Esto explica que lejos de pre-tender mantener el statu quo deun Estado de bienestar en crisis,derivan lo que les llega a recursosya existentes o promueven la crea-ción de los inexistentes. De estemodo, reivindican constantemente"lo público" como ámbito en elque deben crearse estos recursos.

En la tarea fundamental de de-fender los derechos fundamentalesde los/las reclusos/as y de creación opromoción de alternativas a la penaprivativa de libertad, la acción deeste movimiento se circunscribiría, amuy grandes rasgos, en lo siguiente:la sensibilización y concienciaciónsocial promoviendo la reflexión y el

debate público; el apoyo humano yprofesional a las personas presas, expresas y a sus familiares; y la denun-cia pública o legal. Así, tratan depromover la autoorganización y au-toayuda de los propios afectados,dan a conocer a la población en ge-neral las situaciones de vulneraciónde derechos y la irracionalidad de lainstitución penitenciaria, así comolas situaciones de marginación queconducirían, en muchos casos, al de-lito, y la inutilidad social de la res-puesta punitiva. En otro orden decosas, la identificación de los pode-res públicos como responsables deestas situaciones les mueve constan-temente a reclamar de ellos alterna-tivas y respuestas válidas a las mis-mas, impulsando políticas sociales,económicas, laborales, etc., en el ex-terior; y exigiendo el cumplimientode los derechos y libertades queconstitucional y legalmente perte-necen —sin posibilidades de nego-ciación— a las personas privadas delibertad. La tarea no es fácil. La con-culcación de derechos viene, a me-nudo, no sólo de la práctica e inscri-ta en un espacio "naturalmente"violento como la cárcel, sino que yala norma escrita —y la interpreta-ción que de ésta hacen institucionesgarantes de derechos— contribuiríaa la construcción de un ciudadanode "segunda categoría" con dere-chos de "segunda categoría".

La relevancia fundamental de laacción de estos movimientos no ra-dica únicamente, que no es poco,en posibilitar la aparición en la es-cena pública de un agente de me-diación entre las personas privadasde libertad y las instituciones a tra-vés de la transmisión de sus de-

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existencia de un ámbito de "clarifi-cación ideológica interna", en elque intentar consensuar criterios deactuación y donde las reivindicacio-nes encuentran un espacio supralo-cal, lo que les concedería una ma-yor repercusión pública. La existen-cia de un ámbito de relación estatalpermite que entre los diversos gru-pos que conforman el movimientose mantenga una comunicacióncontinua, un intercambio continuode información y que se realicen ac-tividades conjuntas en las cualesaquellos colectivos aparecen comoun grupo unitario, lo que los con-vertiría en un importante medio depresión ante los poderes públicos, yde creación de un discurso alterna-tivo sobre la cuestión criminal, enun intento de acabar con el mono-polio de las ideas. Por tanto, puedeafirmarse que esta integración esta-tal cumple un papel operativo encuanto a los lazos asociativos, de re-laciones afectivas y de expresión dereivindicaciones comunes.

Como puede intuirse de lo ante-riormente expuesto no puede ne-garse que el contexto en el que sedesenvuelve el movimiento socialanticarcelario en el Estado españolse presenta muchas veces, dema-siadas, de forma hostil. En su ac-ción colectiva, este actor socialdebe hacer frente a unas institu-ciones y a una opinión pública queno está por la labor de cuestionarel delito y pensar las problemáticasque hunden sus raíces en las es-tructuras socio-económicas, sinoque reclama para aquél la vengan-za pública, sin reconocer al sujetoinfractor de la norma penal la titu-laridad de los derechos fundamen-

tales de la que, pese a quien lepese, constitucionalmente gozan;y, que sin atender a las propuestassobre las alternativas a un sistema"desocializador", sigue justifican-do lo injustificable.

Pese a todo ello, y sin ánimo depecar de ingenuidad, no puedetampoco negarse el empeño porconstruir otra democracia, y deaparecerse en el universo socialcomo un "agente socializador", aldar a conocer los problemas de larealidad social. Aún más, se reve-lan como importantes agentes deinfluencia y persuasión a partir dela construcción de un "sentido co-mún alternativo" que desafía losdiscursos dominantes. Mayoresproblemas, sin embargo, comportaafirmar que este discurso alternati-vo sobre la cuestión criminal tengauna influencia relevante sobre la"conciencia colectiva".

Finalmente, participan en laconstrucción de la que ha sido de-nominada por algunos autorescomo "cultura de la resistencia",convirtiéndose la lucha por los de-rechos en un importante "escena-rio" de representación del conflictoque subyace a la reclusión institu-cional. Y aunque no se esté en con-diciones de afirmar las posibilida-des reales que esta "cultura de laresistencia" tiene frente a la "cul-tura de la emergencia" —con laque se caracterizaba al principio deeste artículo las tendencias desdelas cuales se está abordando ac-tualmente el problema de la crimi-nalidad (y no sólo éste)—, no pue-de negarse la importante contribu-ción que en aquel sentido estárealizando el movimentismo social

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jueces de Vigilancia Penitenciariaque no están por la labor de vigilarla actuación de la institución peni-tenciaria; desidia; un exceso de bu-rocracia caracterizada por la lenti-tud y la incoherencia, y un largo et-cétera, vienen a engrosar la largalista de dificultades para el trabajode estos movimientos.

Por su parte, los medios de co-municación, como instrumentofundamental a partir del cual seconstruyen discursos sobre la reali-dad y concepciones del mundo,contribuyen a una tarea de la quelos poderes públicos tampoco sesustraen: la criminalización de laacción colectiva. La prensa es pro-tagonista en este proceso orienta-do por un discurso único y totaliza-dor que no cuestiona (como no po-día ser de otro modo, y dada laescasa independencia respecto delos gobiernos de turno) el sistema,y que discrimina o da un trata-miento sesgado a aquellas mani-festaciones o acontecimientos quevienen a perturbar el "orden" so-cial. Caracteriza de violentas o te-merarias las iniciativas del movi-miento y lo vincula —con muypoca imaginación, por cierto— aorganizaciones armadas, consi-guiendo así una aversión generali-zada por parte de una opinión pú-blica a la que no se le ofrecen lasherramientas necesarias para co-nocer más realidad que la que sevende en los quioscos; o la que seinstala en el sofá de casa y, en lasnoches más apacibles, nos hace du-dar de que estemos a salvo.

De este modo, el espacio públicoes ocupado en su mayor parte por"otros" sujetos colectivos cuya ne-

cesidad de legitimarse les hace creerque todo vale, que todo es manipu-lable. Y manipulan.

Además de estos obstáculos oproblemas que acaban de señalar-se y que le hacen un flaco favor ala tarea de reivindicación del res-peto de los derechos humanos, losmiembros del movimiento anticar-celario señalan estar viviendo unmomento de desideologización so-cial que hace que el relevo genera-cional o la incorporación de perso-nas a este tipo de colectivos sea ac-tualmente más dificultosa que enotros momentos históricos, muchomás proclives a esta forma de en-tender la solidaridad.

Este descenso de colaboradoreses atribuido también muchas vecesal hecho de que formar parte deun movimiento social no aportanada material y, en cambio, exigeuna entrega personal sin condicio-nes. Además, implica un contactodirecto con historias de vida noexentas de dolor, de dificultades,lo que hace que uno mismo debaestar dispuesto a asumir un quan-tum de ese mismo dolor.

Todo ello hace también más difí-cil una integración estatal del mo-vimiento. Los recursos materiales yhumanos son un bien escaso por loque se encuentran a menudo conque el trabajo que cada colectivodesempeña en el ámbito local des-borda por sí mismo la capacidadpara asumirlo. Y esta "incapaci-dad" deriva en ocasiones en unsentimiento de frustración cuandolos objetivos que se plantean sondemasiado ambiciosos.

A pesar de esto, no puede dejarde señalarse la importancia de la

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Así las cosas: ¡apoyasin mirar a quién!

Cuando crece imparable la pobla-ción reclusa española y las condicio-nes de vida carcelaria van empeo-rando, cuando se manipula mediá-ticamente con fines reaccionariosalgunas fugas y quebrantamientode permisos, cuando se viven an-gustiosas situaciones de violenciapunitiva, conflicto y represión deprotestas colectivas como el plantede presos en Quatre Camins a fina-les de mayo de 2002, observamoscon más cólera si cabe la persisten-cia del Estado en su ensañamiento,y la colaboración entusiasta que atal fin le brindan sus operarios y sin-dicatos carcelarios. Es tanta y tanalevosa la violencia institucionalque se ejerce sobre las personas en-carceladas y, particularmente, con-

tra los presos en régimen de primergrado, los FIES-CD, los castigados aaislamiento total, los enfermos des-ahuciados, los desparramados porlo ancho y largo del espacio puniti-vo español, y los que han cumplidoya una larga condena, que bien po-dríamos gritar sin más circunloquiosjustificadores: ¡apoya sin mirar aquién!

De esa aliteración de maldadescometidas sistemáticamente por elsistema penal-penitenciario nace lalegitimidad y la fortaleza moral delmovimiento de presos en lucha, yde sus cuatro puntos reivindicativosmantenidos hasta ahora y de nuevoaireados gracias al enésimo sacrifi-cio que ha supuesto la realizaciónde una nueva huelga de hambre co-lectiva, en junio de 2002, secunda-da por varios centenares de pre-sos/as en más de treinta prisiones

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anticarcelario que existe actual-mente en España.

No hay duda de que el sistematrata de integrar los elementos"disidentes", a menudo inclusocon concesiones bienintencionadasa reivindicaciones "suaves", no de-masiado transgresoras del ordensocial existente. Sin embargo, estemovimiento social pone constante-mente en tela de juicio los referen-tes centrales del sistema, por loque no les pone fácil a los poderespúblicos la tarea de integrarlos ensu lógica. Son una "bestia" a laque hay que combatir. Y cada vezcon mayor violencia: incesantescampañas de criminalización, con-tramanifestaciones policiales, todovale cuando se considera que nohay posibilidad de integración.

Y en este caso no la hay. El movi-miento anticarcelario se sustrae ala dirección y al control de los po-deres públicos arriesgando, inclu-so, la obtención de recursos públi-cos y ejerciendo una clara oposi-ción que reivindica un cambiosustancial de sus políticas de casti-go. Se niegan a trabajar dentro dela institución de reclusión evitandoasí contribuir a su mantenimiento;no participan del lenguaje institu-cional ni pretenden cubrir el vacío

de un Estado de bienestar quehace aguas.

Por todo ello, no puede negarse,como se adelantó al principio, laexistencia de un verdadero movi-mentismo social anticarcelario, conmuchos obstáculos, con muchas li-mitaciones —externas e internas—,pero que ha consolidado importan-tes logros y que no ceja en su em-peño de cuestionar, de denunciar yde alzarse como voz crítica antetanta violencia institucional.

El surgimiento de este nuevomovimentismo, por lo demás —yretomando también algunas ideasdel inicio de este artículo—, estáinsertado en una gran crisis de re-presentatividad, como sustituciónde la representación parlamenta-ria, en un momento en que las ex-pectativas puestas en la tan ansia-da transición a la democracia ad-vierten que, lejos de asistir a unaruptura con el régimen dictatorialanterior, la opción es por un mo-desto reformismo en el ámbito pe-nitenciario. Reforma que acallóademás la voz de quienes más po-dían contar, las personas privadasde libertad, con la consolidaciónde una lógica premial-punitiva y ellema a las puertas de la cárcel re-zando un "sálvese quien pueda".

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El movimiento anticarcelario: unaespinosa perseverancia,un futuro a la fuerza*

PEDRO OLIVER**

* Este artículo es una versión revisada, ampliada y actualizada de otro que, con el título "Elmovimiento anticarcelario", se publicó en la revista Libre Pensamiento (n.º 37/38, otoño2001). ** Profesor de la Universidad de Castilla-La mancha, miembro de Salhaketa de Navarra.

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estructuración de recursos que elmovimiento necesita para la lucha.Pero, obviamente, también digoque no hago mías todas las opinio-nes no radicales y menos aún lasque ni con toda la generosidad delmundo puedo considerar anticar-celarias, aunque salude el espíritude solidaridad que suelen ejercitarcon los presos/as. Ésta es mi mane-ra de contestar a quienes nos in-terpelan de esta guisa: ¿pero que-réis o no queréis destruir el sistemacarcelario?; ¿por qué gritáis "Aba-jo los muros de las prisiones", si loque hacéis apenas le produce pe-queños rasguños en su entramadonormativo?

En los discursos anticarcelarios,bien abolicionistas bien garantistaso simplemente antisistema, el capí-tulo de El Quijote que narra la libe-ración de los galeotes se convierteen una metáfora muy socorrida,normalmente bien traída, que ayu-da a revestir nuestra lucha con do-sis de rabia legítima a la vez quesensiblemente idealista. Lanza enristre, aunque virtual, lo cierto esque estamos enfrente del sistemapenal-penitenciario, si nos apuran,lisa y llanamente porque sentimosuna pulsión de vida frente a la pul-sión de muerte que encarnan guar-dias y carceleros. Porque si nosotrosvemos lo que vio o lo que creyó vernuestro caballero manchego —unacuerda de presos condenados a so-brevivir remando y seguramente amorir en los barcos-galera de SuMajestad—, rápidamente nos vienea la mente la imagen misma de to-dos los entuertos. Y arremetemos.O quisiéramos arremeter, hasta li-berarlos.

Bien, pero no olvidemos que elcapítulo cervantino continúa unpoco más allá de la esplendorosaliberación de los presos condena-dos a galeras tras la arremetida delCaballero de la Triste Figura contralos vigilantes. Recordemos quecuando los presos, llenos de albo-rozo, dan las gracias a su liberta-dor y quieren despedirse con cele-ridad porque temen que acuda allugar de la refriega gente de Ar-mas y de la temible Santa Herman-dad, se encuentran con alguienque desde su estrafalaria altura dejinete encaramado a un caballo ha-rapiento, y siguiendo a rajatablalos cánones que él cree propios dela Orden de Caballería, se interpo-ne cortándoles el camino para exi-gir a los beneficiarios de su acciónjusticiera que, antes de hacer cual-quier otra cosa, fueran corriendo arendir pleitesía al que era su au-téntico objeto de adoración: la ex-celsa Señora Dulcinea del Toboso.Los presos, pensando en no dete-nerse ni un minuto más para salirpor pies hacia la cercana SierraMorena y allí emboscarse o hacerfrente a la Justicia del Rey, ante lacansina insistencia del caballeroque da muestras de no estar en suscabales, acaban apedreando al quehabía sido su benefactor y huyenapresuradamente.

Que cada cual saque la moralejaque más le convenga o inquiete,pero al hilo de esta historia meatrevo a preguntar: ¿es defendi-ble, hoy en día, un quijote cual-quiera ayudando a un preso a dar-se el piro para acto seguido exigir-le que ofrezca público homenaje asu religión o a su doctrina ideoló-

El movimiento anticarcelario

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españolas. Los "cuatro puntos bási-cos e innegociables", acordadoshace tres años (en junio de 2000),aunque a veces se amplían y se es-pecifican en función del territorio ode la realidad de cada prisión (tal esel caso de la citada protesta en lacárcel catalana), son de una justiciaclamorosa: fin del régimen FIES (ydel DERT en Cataluña), excarcela-ción de los enfermos con padeci-mientos incurables, fin de la disper-sión geográfica, y libertad para losque han cumplido 20 años de con-dena. Estos planteamientos unita-rios, además de haber ido ganadoapoyos entre la propia poblaciónreclusa (que no olvidemos está mul-ticlasificada entre otras cosas paraimpedir que florezca el apoyo mu-tuo), con total seguridad son com-prendidos y hasta respaldados pormucha gente, aunque sea poca laque acude a las concentraciones, locual requiere otras explicacionesque dejan a salvo la bondad y la uti-lidad del repertorio reivindicativo.

Esas reclamaciones son tan justasque, si se consigue romper la barre-ra del aislamiento y la criminaliza-ción, podrían acabar generandoríos de solidaridad. Pero tambiénescucho por doquier lo que desea-ría que fuera sólo el sonsonete delos pesimistas: al parecer la unidadentre los grupos es muy quebradi-za. Mala cosa, pues. Porque, a todasluces lo que de verdad nos deberíapreocupar es nuestra debilidad po-lítica, a sabiendas de que la des-unión abundaría en el debilita-miento y eso siempre sería una ca-tástrofe. Sin embargo, y entre otrascosas porque necesariamente hayque acudir a los medios alternativos

y de contrainformación para ente-rarnos de algo (Panóptico, Molo-tov, Sindominio.net, Nodo50.org,etcétera), deducimos que en verdadse respira un aire de desencuentro.

Elogio y refutacióndel "quijotismo" anticarcelario

Como quiera que en el movimien-to anticarcelario hay una más quesignificativa presencia de gruposmuy radicales —a los que me dirijono porque elaboren sus propiosdiscursos anticarcelarios desdepuntos de vista esencialmente an-tiautoritarios, sino porque mues-tran una beligerancia a veces indis-criminada contra otros grupos ypersonas que tildan de "reformis-tas"—, creo conveniente empezareste artículo con una narraciónmás bien anecdótica pero que nossitúa en ese nebuloso e improduc-tivo terreno dialéctico de "las si-tuaciones límite". Curiosamente,cuando es tan urgente como terri-blemente desilusionante enfren-tarse con inteligencia a esa "cultu-ra de la emergencia y la excepcio-nalidad penal" que hoy por hoyreina como nunca en nuestras so-ciedades, hay quien se sigue empe-ñando en discutir de situaciones lí-mite con sus compañeros de viaje.Verdaderamente escribo esto por-que me concierne mucho la exis-tencia misma del movimiento anti-carcelario, porque quiero que seamplíe su capacidad de influenciasocial, y porque lo que más temono es el conflicto ideológico, sinoque aumente el riesgo de divisióninterna y se enquiste el proceso de

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Ahora, con el mes de junio de2002 ha terminado el último episo-dio de la larga lucha colectiva delmovimiento anticarcelario en el Es-tado español: otra huelga de ham-bre unitaria y estatal en torno a lascuatro reivindicaciones que seapuntaban más arriba. En corres-pondencia con la opacidad del mi-crocosmos dictatorial penitencia-rio, poco sabemos todavía del ver-dadero alcance de la protesta,aunque ya podemos barruntar laeventual importancia simbólica dela misma, al menos en orden a se-guir poniendo algo de luz sobre lastinieblas de la indignidad.

Ya se ha comentado la importan-cia que tuvo, acaso poca "haciafuera" pero mucha "hacia dentro"(en el seno del propio movimientoanticarcelario), la huelga de ham-bre "indefinida" que se desarrollóa finales del año 2000. De los efec-tos provocados en las organizacio-nes de este movimiento social ha-blaré más adelante; pero ahora meinteresa resaltar que su importan-cia radicaba en lo que paradójica-mente también podía ser su puntomás vulnerable: el hecho de que ladinamizaran y protagonizaran co-lectivos organizados de presos cla-sificados en régimen FIES, esto es,los que más dura y crudamente vi-ven la privación de libertad y losefectos exterministas de las políti-cas especiales de castigo, control yseguimiento. ¿Qué indica esto?Muchas cosas acaso polémicas;pero hay una que creo indiscutible:buena parte de estos reclusos de-muestran estar muy concienciadosrespecto a su propia situación y ló-gicamente son muy críticos hacia la

propia idea de prisión. Así las co-sas, fue posible que, por aisladosque estuvieran y sigan estando, ylo están mucho, fueran capaces depromover sus propios apoyos ex-ternos y estén siendo el motor quedinamiza la protesta además deprotagonizarla. Con total claridad,se consideran miembros de un au-téntico M.P.L. o Movimiento dePresos en Lucha. Como se especifi-cará al final, mucha gente que dicenavegar en las mismas aguas pro-testatarias discreparon de ellos,pero no creo que a esos disconfor-mes se les escape la importanciahistórica que tiene un fenómenode esas características, una mues-tra inequívoca de resistencia frentea un sistema penitenciario que halanzado contra los que han acaba-do por agitarse un auténtico po-tencial devastador y vengativo abase de arbitrariedades, medidasexcepcionales, ilegalidades mani-fiestas, maniobras siempre menti-rosas y violencias increíbles para lacerrada mollera de la clientelaelectoral que en gran medida sus-tenta este sistema. Aquella huelgade hambre, la de 2000, fue coordi-nada por la Asamblea de Apoyo alas Personas Presas en Lucha (laAAPPEL), una organización cuyosesgo ideológico era claramenteanticarcelario, antiautoritario yanarquista. A través de su boletínconseguían sacar a la calle muchasde las injusticias de las prisiones es-pañolas y, no obstante la radicali-dad de las proclamas, sus reivindi-caciones apelaban al más humani-tario sentido común.

Entre los años 2000 y 2002 hahabido otras luchas e incluso huel-

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gica o, lo que sería incluso peor, auna ideología prisional alternativaque siempre "debe ser" resultadode un sistema penal minimalista?No. Es de suponer que ante la in-iquidad sencillamente ayudamossin mirar a quién. O eso responde-ríamos a una pregunta engañosacomo ésa, o sea, a una situación lí-mite que normalmente nunca ocu-rre. Sin embargo, en lo cotidiano,quizás lo que esté sucediendo real-mente sea eso que no deseamos:en materia de apoyo, solidaridad eincluso lucha a favor de presos queestán tan cruelmente tratadoscomo los FIES-CD —que hoy podía-mos considerar los nuevos galeo-tes—, efectivamente, somos quijo-tescos, porque después de la pul-sión originariamente libertadoraque sentimos al ver las injusticiasatroces que se comenten sobreellos, enseguida les interponemosotras de tipo más simbólico. Y poreso mismo podríamos esperar quenos apedrearan. Otra cosa resultasi en el proceso de ayuda-protestaprimamos el acuerdo y la sintoníacon los presos. Cada cual, cada gru-po, tiene su propia Dulcinea y, di-recta o indirectamente, exige a lospresos que la honren. No lo lamen-temos porque, aunque amarga-mente esto sea una muestra másde nuestra actual debilidad y sobretodo de la fortaleza de toda unacivilización represora, puestos a to-car tierra, quizás nuestra impoten-cia como quijotes nos ayuda a nocometer tristes quijotadas.

A mi juicio, desde dentro y desdefuera de las prisiones, tomando con-ciencia de estar inmersos en una so-ciedad represora, penal y penaliza-

ble, no queda otra opción que nosea la de elaborar o, al menos, noponer trabas al proceso de confor-mación de "marcos culturales anti-punitivos", los cuales, aunque de-ban estar mínimamente definidos,sean suficientemente amplios comopara que, sabiendo que la comodi-dad absoluta es imposible, quepantodas nuestras variopintas alternati-vas anticarcelarias (algo así como ununiverso radical de dulcineas). Atis-bo a ver todos los rasgos positivosde esa intencionalidad cultural enalgunas iniciativas como la de Molo-tov. No obstante, a este respecto, loque hemos visto del transcurso re-ciente de las luchas de presos en elEstado español ofrece un perfil deposibilidades que de momento pa-rece difuminado e incierto.

Las últimas huelga dehambre no serán lasúltimas

Después de la huelga de 2000, se re-construyó la unidad de acción y seacordó realizar otra en marzo de2001 que fue secundada en 38 cár-celes por unos 500 presos/as. Se re-alizaron acciones de solidaridad porlas calles de ciudades como A Coru-ña, Barcelona, Madrid, Pamplona,Granada, Alicante... Ha de conside-rarse, además, que aunque con ca-rácter no coordinado y pese a la du-rísima represión del movimiento,han continuado sucediéndose envarias prisiones huelgas de hambreo protestas de otro tipo hasta ayermismo. No abundaré en datos quehan aparecido en esta revista o enalgunos medios alternativos ya cita-dos, sobre todo en "el Molo".

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completo. En realidad, empezó acambiar radicalmente desde 1979.

No es éste un artículo historiográ-fico pero, aunque sea de forma so-mera, se debe valorar aquí el antesy el después de estas tres últimasdécadas de protesta, para encon-trar sus claves explicativas y razonarel valor de tanto sacrificio. Ahorabien, antes de evocar lo más signifi-cativo del legado de una lucha quefue histórica y suena a legendaria—la de la COPEL—, quisiera quepensáramos por un momento en loque significa "luchar" dentro de lacárcel o, en general, contra la cár-cel. Si no hacemos esta reflexión noentenderemos nada y creeremos es-tar ante una páginas que hablan decosas casi intrascendentes.

Resistir en la cárcel yluchar contra ella

¿Qué se consigue protestando enla cárcel? Alguien podría respon-der: darse un coscorrón tras otrocontra la pared. No es del todo co-rrecta, pero la metáfora describebuena parte de una realidad quenos conviene matizar. En primerlugar, sabemos que hay una di-mensión individual de la lucha quesuele estar motivada por la máspura necesidad de justicia (esta in-dividualización de las demandasmediatiza casi enteramente cual-quier planteamiento de acción co-lectiva). Y en segundo lugar, a na-die se le escapa que la lucha den-tro de la prisión es siempre difícil ymuchas veces peligrosa. Por eso, lalucha de un preso es una manifes-tación de la dignidad humana allídonde todo forma parte de un sis-

tema indigno que debería aver-gonzar a la humanidad. Si se consi-dera que el encarcelado está priva-do de libertad pero también demuchos otros derechos, se enten-derá que detrás de la más pequeñaqueja suele haber una situacióndesesperada.

La frontera entre queja legítimay protesta desestabilizadora del or-den interno es demasiado livianapara los responsables de la custo-dia de los presos y para los técnicosque supervisan su proceso deadaptación: el ejercicio arbitrariode su poder se basa en la dosifica-ción del favoritismo y en la gestiónarbitraria de una situación de "se-cuestro institucional" que, no po-cas veces, amenaza a los presos conun previsible empeoramiento desu situación o con un alargamientoindefinido del tiempo de condena.Esto ocurre porque el marco legalpermite a sus operarios una dobleregimentación de la dosificaciónrepresiva: según conviene, depen-diendo de que se vislumbre o noun eventual ambiente de protestaa la vista, el director y su personalpueden hacer de cada prisión ouna dictadura o un cacicato inde-pendiente, esto es, o un sistema depura y dura disciplina o un régi-men de tedioso y cansino discipli-namiento que gestiona el ordeninterno a través de la prisioniza-ción, la infantilización, la medicali-zación y la psiquiatrización de losinternos. Con todo hay que reco-nocer que, al surgir en un marcocerrado y totalizador que estructu-ralmente es cruel, casi todas lasquejas de los presos tienen algúnsentido protestatario.

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gas de hambre colectivas como laya citada de 2001, pero aquella dediciembre de 2000 ofrecía una ima-gen ambivalente que, a la postre,ha dado no pocas lecciones al pro-pio movimiento: si por un ladodaba muestras de división porqueestaba impulsada al margen de laCoordinadora Estatal que agrupa ala mayoría de organizaciones desolidaridad con las personas pre-sas; por otro, ofrecía un discursoque en buena lógica procuraba ob-tener apoyos sociales importantes,ya que reivindicaba el fin de variassituaciones carcelarias claramenteinhumanas e injustas, a saber: elcese del régimen especial FIES, laexcarcelación de los reclusos y re-clusas con enfermedades incura-bles y el cese de la dispersión. Nadamás comenzar el año 2001 el últi-mo boletín de la AAPPEL comuni-caba la disolución de la misma yanunciaba la creación de otro or-ganismo similar aunque de ámbitocatalán: la ACOP´S o AssembleaContra les Presons (de Barcelona).

Ya veremos más adelante quetodo esto no nos debe provocar es-pejismos. Faltaría más. Han de sa-ber el lego y el acomodado en es-tas materias que estamos hablan-do de cosas muy serias que no semerecen un tratamiento displicen-te, ni ligero ni frívolo ni revestidode fácil revolucionarismo. Habla-mos de un tema que, al menos a míy a otra mucha gente que conozco,nos produce tanta zozobra e inco-modidad como rabia y "ganas deliarla" sin más análisis. Por eso estainformación, además de introdu-cirnos en algunos datos básicos so-bre la historia inmediata y la ac-

tualidad de las acciones colectivasde los presos y de sus apoyos socia-les, nos sirve para preguntarnospor sus significados más profun-dos: ¿en qué medida y por qué selucha dentro de las cárceles y con-tra las cárceles?, ¿se puede hablarde movimiento anticarcelario en elEstado español? A contestar estaspreguntas dedicaré las próximaspáginas, haciendo una valoracióndel valor de esas luchas y un acer-camiento a su historia en nuestrotiempo presente.

En principio, y más aún paraquienes no estén metidos en esaharina, a primera vista se puedeobservar que en la actualidad denuestras prisiones las luchas de lospresos apenas consiguen eco social.Hoy por hoy, las entidades de apo-yo a las personas encarceladas es-tán criminalizadas. Demasiadas ve-ces, cuando las protestas consiguenocupar algún rincón de algunaagenda mediática, sólo alcanzan aver cómo se resaltan y manipulansus vertientes más truculentas.Siempre que aparece alguna noti-cia relacionada con algún presoFIES, las fuentes de informacióndescriben con letras gruesas laatrocidad de sus delitos, como si deesa forma quedara justificada ladesproporcionada violencia puniti-va que se ejerce contra ellos. A ladesesperación de los presos que pi-den un trato más humano se une elderrotismo y la sensación de impo-tencia de quienes desde fuera delas cárceles intentan con poco éxitodenunciar sus injusticias. ¡Qué lejosquedan aquellos tiempos de la CO-PEL! Han pasado más de veinteaños. La situación ha cambiado por

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ticas. Casi ningún juez se pregunta:¿por qué ocurre esto en las prisio-nes?, ¿en qué hemos fallado? De-muestran trabajar poco y mal. Con-denan y olvidan. Se han blindadocontra la responsabilidad que seexige a otros muchos profesionales:hacer un seguimiento de su propialabor e ir introduciendo cambios ymejoras. Lamentablemente, seme-jante negligencia pasa inadvertidaporque va en el sueldo, porque daestatus, porque en cualquier casolos jueces quieren oír noticias queles digan que el castigo funciona,que han obrado bien, que ni su es-fuerzo ni su molicie producenmonstruos, que ellos no son losmonstruos.

El valor de la lucha

Pues bien, a pesar de los logros evi-dentes que las luchas anticarcela-rias han ido consiguiendo (muchasveces impidiendo regresiones nor-mativas), tanto los garantistas anti-carcelarios como los abolicionistasmás radicales nos sentimos con de-masiada frecuencia decepcionadosy desanimados. ¿Por qué ocasional-mente se nos desata la rabia y lasganas de hacer frente a las políticaspenitenciarias de extermino y con-culcación de derechos de los presosy, sin embargo, nos crece la flaque-za y la sensación cierta de estar en-frente de una fortaleza inexpugna-ble, oscura y llena de trampas? Nonos consuela, pero tenemos la con-ciencia de haber nacido y vivido in-mersos en una auténtica era penal-penitenciaria que se ha ido confor-mando a lo largo de varios siglos(sobre todo con las políticas del lla-

mado Estado liberal durante el si-glo XIX y a lo largo del XX). Es de-masiado tiempo de evolución ytransformación acumulativas y, ló-gicamente, al proyectarnos hacia elfuturo, este tipo de penalidad nosparece tan poderosa como inaca-bable. Además, no nos engañemos,el sistema penal-penitenciario esun gigante con los pies de hierro,sólidamente entramado en un sis-tema social que normativiza y dafuerza de ley a la desigualdad y a lainjusticia en las relaciones sociales.Son muy ciertos y están muy conso-lidados los "consensos políticos pu-nitivos", a sabiendas de que danpábulo a una doble moral y ofre-cen legitimidad a una enorme redde intereses bastardos, interesesque chocan con la propia idea deDerecho y hasta con esas mendacesideologías penales que dicen perse-guir objetivos de prevención penal,control social autocorrector, reha-bilitación delincuencial y reinser-ción penitenciaria. Una doble mo-ral social que por doquier pide"cárcel legal" para castigar delitos,transgresiones e ilegalismos y noquiere ver la "cárcel real" que, a finde cuentas, ha edificado e impone,la que en realidad es criminógena yse reproduce a sí misma, la que pri-va de la libertad y de la salud, esacárcel patológica que hoy por hoyes igual a SIDA y muerte. La cárcelactual incumple frecuentemente(más bien estructuralmente) supropia normativa. Se sirve constan-temente de la excepcionalidad y esesencialmente extralegal. Pura in-dustria penal y venganza peniten-ciaria. A la prisión moderna todaidea de Justicia le es ajena.

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En un régimen de vida marcadopor la sumisión, la coacción, la co-rrupción y la delación, luchar en lacárcel es un acto de pura necesidadque exige una enorme carga deconvencimiento y valentía. Lo queespera del preso el sistema pre-mial-punitivo de la prisión es queno pida nada o que si lo hace lecueste un precio: "contaminar" deoprobio su dignidad humana cola-borando con los mecanismos de re-presión interna, sacando de sí mis-mo "al represor que llevamos den-tro", "buscándose la vida" a costade otros internos y a través de suimplicación en la red de clientelas,mafias, chivatos, funcionarios co-rruptos y otro tipo de figuras delmuy variopinto y patético (a vecespintoresco) bestiario carcelario.Por eso, aunque muchos sueños li-bertarios se disipen, luchar en laprisión es un acto diario de puraresistencia y de no-cooperacióncon la infamia. El preso que luchano está preso de todo. Ejerce suprotesta vital de mil maneras calla-das y a todas horas, o a veces conformas más sonadas. Así sustrae supropio ser de una relación de po-der que quiere reducirlo a una con-dición infrahumana.

Casi siempre se lucha de formaindividual. Es ahí donde los valoresdemoliberales de nuestro sistemasocial han colocado los márgenesy, de cuando en cuando, algún queotro hueco que ha ido pasando in-advertido. El marco normativo delsecuestro institucional sólo puedesostenerse cuando ha conseguidoindividualizar los conflictos y lasproblemáticas de los presos. Tal esel dictado de los discursos y las

prácticas penitenciarias después dela reforma penitenciara del ínclitoDon Carlos García Valdés en 1979.

No obstante, entre muchos fraca-sos y algún que otro reconocimien-to que lamentablemente llega mu-chas veces a destiempo, lo cierto esque bastantes presos se quejan. Almenos rellenan instancias con peti-ciones que mayoritariamente noobtienen una contestación satisfac-toria. Ahora bien, cuando las quejasse suman, cuando la lucha se hacecolectiva, entonces, en demasiadasocasiones, el estomagante climacarcelario se enrarece, crece la des-esperación a lomos de coacciones yamenazas, el ambiente se torna vio-lento y los que han dinamizado osimplemente participado en la pro-testa colectiva obtienen por res-puesta castigos indiscriminados ydesproporcionados, seguidos de re-presalias y de venganzas institucio-nales que para la prisión son tan in-confesables como criminales. Entodo caso denunciables, pese a quesuelen quedar impunes porque casisiempre que los presos protestancolectivamente chocan con unosjueces que no se sienten implicadosprofesionalmente con la fase deejecución penal, que no evalúan lasconsecuencias de sus decisiones.Normalmente, antes creen los jue-ces las excusas y hasta las mentirasdel funcionariado de prisiones quela voz previamente "deslegitima-da" de unos penados que han sidodefinidos como "inadaptados". Deesa forma sólo demuestran ser juezy parte del entramado del castigo.Indigna mucho comprobarlo envivo o en diferido, hablando conellos o leyendo sus propias estadís-

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to crítico de autores con renombreinternacional y, sin embargo, des-preciados en las cátedras españolasde Derecho Penal (Pavarini, el re-cientemente fallecido AlessandroBaratta, etcétera). Así nos pode-mos sentir identificados con otros"malditos" de la universidad espa-ñola y ese puñado de especialistasen distintos campos del Derecho, laSociología, la Psicología o la Histo-ria que identifican la pena privati-va de libertad con las viejas formasde los suplicios penales: la cárcel eshoy en día "la moderna pena cor-poral". Así, aunque veamos tam-bién su escasa incidencia, aunquenos tiente el derrotismo o noscueste sortear los placenteros efec-tos de nuestra cultura de satisfac-ción, comprenderemos mejor el va-lor de los activistas anticarcelarios.Así entenderemos su reciente his-toria y el ejemplo de su persisten-cia durante más de veinte años.

La COPEL

Hubo un tiempo en este país, allápor los años 1977 y 1978, en el quelas protestas y reivindicaciones delas personas encarceladas se canali-zaron con mucha valentía y bastan-te inteligencia. Al socaire de laapertura política, se estructuró unambiente de oportunidades. Prue-ba de ello es que cuando los presospolíticos conquistaron la ansiadaamnistía, acto seguido, se desató lamovilización de los presos sociales.No me cabe la menor duda: unos yotros hubieron de aprender juntos,y todos a la vez enseñaron leccionesde libertad a esa otra mucha genteque por aquel entonces la deman-

daba con fuerza y empezaba a sa-borearla. Es una imagen, una más,que retrata aquella época.

Aunque tengamos que reconocerque a veces la fortuna tiene susbuenas horas, no fue casualidadque los presos sociales (los despre-ciados con el eufemismo "presoscomunes") se expresaran de formapolítica, se organizaran y se coordi-naran. El movimiento promovía laacción y el debate para conseguiruna auténtica transformación de larealidad carcelaria. Lo cierto es queconsiguió extenderse desde el pe-nal de Córdoba hasta la Modelo deBarcelona, pasando por Cartagena,Carabanchel y otras prisiones. Flo-recieron las asociaciones, los comi-tés de reclusos y las plataformasreivindicativas. Demostraron desdeel principio que querían ganarse ala opinión pública. Así consiguie-ron que sus quejas y peticionesrompieran el abstruso y tramposohorizonte judicial. De esa maneraobtuvieron un significativo eco so-cial. Y por eso ocuparon un lugarrelevante en las agendas mediáti-cas y políticas. De hecho, durante laprimavera de 1978 llegó a funcio-nar en el Senado una Comisión Es-pecial de Investigación sobre la Si-tuación de los Establecimientos Pe-nitenciarios, cuyo dictamen fue unduro varapalo para las prisiones yun acicate para la reflexión del le-gislador cuando estaba redactandola Constitución. Otra cosa bien dis-tinta es la valoración que nos me-rece tanto la ideología penal cons-titucional como la inmediata refor-ma penitenciaria de 1979. Peroparece que está meridianamenteclaro que en aquellos años, cuando

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Suena ampuloso, lo reconozco.Pero la hinchazón del sonido se co-rresponde con la información queha salido a la luz desde el interioropaco de las cárceles españolascuando alguien ha podido escucharla voz de los encarcelados. JuliánCarlos Ríos y Pedro José Cabrera, ensu obra Mil voces presas (y última-mente en el estudio Mirando elabismo: el régimen cerrado), hanofrecido testimonios y datos empíri-cos que ponen en el campo semán-tico real de las prisiones palabrascomo enfermedad y muerte, ame-nazas, malos tratos, aislamientos,humillaciones, desprotección social,sanciones encubiertas, inseguridadjurídica, dispersión y desarraigo, es-caso bagaje cultural y escolar, obs-táculos para la reinserción, violenciay clasismo. De todas formas, a quie-nes estas gruesas palabras le suenenexageradas sólo les pido que pien-sen que, al menos las personas queno estamos sufriendo la prisión, nosomos víctimas de una violencia pu-nitiva sistematizada ni tenemos queescuchar día a día, año tras año,hora a hora, el rugido del Leviatán,esa voz poderosa y amenazante quemuchos palmeros del orden vigentesiempre intentan embellecer. Nos-otros, fuera de las prisiones, pode-mos aprovechar las ocasiones queevidentemente brinda el caos de sudesarrollo como monstruo, inclusoplantarle una cara civilizada, u ob-viar su existencia, tal vez olvidarlo opensarlo y repensarlo de otra mane-ra y con términos más positivos. Lospresos no. En las cárceles reina el Le-viatán, y nadie dentro de ellas pue-de deconstruir el origen de su vio-lencia fundante.

Un diagnóstico sociohistóricocomo el que aquí se está exponien-do no nos consuela pero es una la-mentable realidad. Es así y podríair a peor: no en vano, si interpreta-mos bien las palabras de algunospenalistas críticos como el profesorIgnacio Muñagorri, tras la reformapenal del PSOE en 1995 incluso lasalternativas a la prisión gravitansobre la propia fuerza de la pri-sión. Pero ya se ha dicho que el en-crestamiento de la pena privativade libertad dentro del universo pe-nal no es flor de un día. La recons-trucción y la lectura crítica de unalarga historia de violencias y ven-ganzas legalizadas nos ayudaría acomprender el éxito histórico de laprisión y el futuro que, si no lo re-mediamos, parece tener largamen-te asegurado. Eso explicaría tam-bién que la situación regimentalde las prisiones de muchos paísesdemocráticos parezca un revivalmoderno de los tormentos más an-tiguos: no me refiero sólo a esasrecientes imágenes televisivas depresos norteamericanos encadena-dos para ir a trabajar en autopistasy en obras públicas —ya sabemosque EE.UU. es un régimen más im-púdico que el nuestro—, estoy re-cordando a los presos españolesclasificados en régimen FIES, mu-chos de ellos hora tras hora tortu-rados psicológicamente, maltrata-dos físicamente, enfermos, a vecesaherrojados a sus catres o enjaula-dos y siempre en total aislamientobajo un manto de impunidad y deescombros normativos.

Así, con perspectiva histórica yojos de indignación inteligente,podemos compartir el pensamien-

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tores del funcionariado, movimien-tos sociales e instancias políticas yjudiciales. Así se tuvo que tomar enconsideración la necesaria reformadel sistema carcelario heredado delfranquismo (una reforma que re-sultó ser quimérica, en palabras delprofesor Bergalli).

El legado de la COPEL

Desde los tiempos de la COPEL hanpasado más de dos décadas. Y des-de entonces, pese a la falta de unrespaldo social mínimamente re-presentativo, aunque muchas vecesninguneados y casi siempre crimi-nalizados, las protestas de los pre-sos nunca han cesado. La reformadel profesor García Valdés, enton-ces director general de Prisiones,fue ideada, entre otras razones depura necesidad adaptativa, paraapagar el fuego encendido por laCOPEL: de hecho, consiguió ence-rrar la voz de los presos en la celdade la falta de legitimación política.

A lo largo de los años ochenta sesucedieron algunos motines, a ve-ces muy cruentos y fuertemente re-presaliados, que sirvieron de pre-texto para la puesta en marcha depolíticas penitenciarias tan inhu-manas como extralegales: junto ala creciente falta de tutela hacialos derechos de los presos en gene-ral, destacan la creación de los FIES(Ficheros de Internos de EspecialSeguimiento) y un rosario de medi-das parajurídicas potenciadorasdel aislamiento o la dispersión. Losdichosos FIES normativizaban elcastigo más duro e inhumano, es-camoteándolo de cualquier con-trol jurisdiccional que ofreciese ga-

rantías. Así las cosas, mientras quelos presos vascos de ETA o delMLNV contaban y cuentan con or-ganizaciones propias y discursos eintereses casi siempre volcados ha-cia su propio mundo, los presos so-ciales —sobre todo los más vigila-dos y represaliados (los que eranobjeto de ese especial seguimientode los FIES, que otorga "carta blan-ca" a los responsables de la vigi-lancia y la custodia)— se encontra-ban acaso más amordazados quenunca y apenas pudieron poner enmarcha algunas pocas iniciativasde protesta e intentos de asocia-cionismo, que casi siempre fueronduramente reprimidos. Asimismo,en la calle funcionaban algunaspocas asociaciones de apoyo, entrelas que cabe destacar a Salhaketa.

Podría añadir más nombres, po-dría hablar de la gente de Zaragozaque tanto ha luchado contra las ma-crocárceles (y sigue convocando ac-ciones a tal fin), o de la AsociaciónPro-Derechos Humanos de Andalu-cía, las Madres contra la Droga deMadrid, PreSOS de Galicia, la Coor-dinadora contra la Marginación deCornellá, etcétera. Pero si cito a Sal-haketa es para homenajear su per-sistente existencia a lo largo de es-tas dos últimas décadas, y para pre-venir a la gente contra los intentosde criminalización y "caza de bru-jas" que han estado llevando a cabocontra ella (y especialmente contrauno de sus militantes, Patxi Zamoro,excarcelado después de dieciochoaños de privación de libertad y des-graciadamente fallecido hace unosmeses). Los ataques están claramen-te alentados por responsables de In-terior y especialmente por ciertos

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ya se habían apagado del todo lasilusiones de "ruptura" y la vida po-lítica discurría por el camino de lareforma y del proceso constituyen-te, los presos sociales influyerondecisivamente y en cierta medidamarcaron el correr de los tiempos.Tampoco es casualidad que la pri-mera ley orgánica aprobada des-pués de la Constitución de 1978fuera la Ley Orgánica General Peni-tenciaria de 1979.

Unas siglas podrían ser el iconolegendario de aquellos esfuerzosesperanzados: la COPEL, la Coordi-nadora de Organizaciones de Pre-sos en Lucha, creada a finales de1976. El espíritu de la COPEL sedesarrolló en un ámbito de apoyosclaros y definidos. También fuemuy importante la labor de la AEP-PE o Asociación para el Estudio delos Problemas de los Presos y laAFAPE o Asociación de Familiares yAmigos de Presos y Ex-Presos. Lasformas de lucha y de respuesta a larepresión que se utilizaron mere-cerían valoraciones de todo tipo,más todavía para quienes —comoyo— prefieren las estrategias depresión no-violenta: en aquel tiem-po hubo violencia e incluso méto-dos de protesta que cabría calificarcomo autodestructivos (fue el casode las autolesiones individuales ycolectivas con las que los presos hi-cieron frente a la violenta repre-sión del sistema). Cierto es que laviolencia marcaba bastante el de-venir del proceso: el punto álgidose alcanzó en la primavera de 1978con el asesinato del preso anar-quista Agustín Rueda y del directorgeneral de Instituciones Peniten-ciarias Jesús Haddad. Pero, con ser

relevante, no fue la lucha violentala palabra clave de aquel movi-miento ni el motor político de larevuelta ni el embalaje de la for-mulación de reivindicaciones. Losignificativo y lo trascendente esque a fines de 1976 y hasta 1978 sepuso en marcha y se desarrolló unauténtico movimiento asociativode presos que dinamizó y multipli-có la agitación y el asociacionismosolidario de la calle.

Aunque existe bibliografía y es-casísimos estudios historiográficos,hay obras muy recomendables quenos ayudan a entender aquel pro-ceso. En el nuevo Panóptico, elCentre de Documentación Col·lec-tiu Arran-Sants viene publicandoun trabajo de investigación sobrela COPEL que, a mi juicio (y esta vezlo digo como historiador), merecetodos los elogios. Igualmente, lla-mo la atención sobre una publica-ción que reflexiona sobre la COPELy, más aún, acerca del fiasco de lareforma penitenciaria democrática:La cárcel en España en el fin del mi-lenio, coordinada por Iñaki Rivera.En el libro se ofrece un balancemuy negativo de lo que ha supues-to la legislación constitucional enmateria penitenciaria. A esas obrasy a la bibliografía que contienenme remito para volver a centrarmeen el asunto del movimiento anti-carcelario, porque lo que no admi-te interpretaciones es, como indicael profesor Rivera, que a mediadosde los setenta se rompió el silenciosobre la "cuestión penitenciaria".Gracias a la lucha de los presospero también a sus familiares, so-brevino un debate controvertido eintenso en el que participaron sec-

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da o en idearios radicales, alterna-tivos y libertarios). Su historia escorta y, aunque apenas ha podidocumplir algunos pocos de sus obje-tivos de coordinación, su meraexistencia ya nos está indicandoque hay grupos anticarcelarios di-seminados por el Estado. A media-dos de los años noventa, las inicia-tivas para crear una coordinadoraconsiguieron ser foros de encuen-tro de un nutrido grupo de activis-tas de distintas provincias españo-las. De esa forma, aunque la coor-dinación se ponga cuesta arriba, seva tejiendo una red de relacionesque considero imprescindible man-tener y cultivar. No han sido mu-chas pero sí muy meritorias sus ac-tuaciones. En la medida de susfuerzas han agitado el debate so-bre la problemática carcelaria. Gra-cias a la Coordinadora se creó unarevista de reflexión y denuncia (Pa-nóptico), que es la más viva expre-sión del prestigio intelectual quetiene el pensamiento crítico y al-ternativo de este movimiento fren-te al oficialismo de algunas revistasuniversitarias y gubernamentales.A veces la Coordinadora ha llama-do la atención con acciones públi-cas que han conseguido algún queotro tratamiento mediático. Asíhan podido denunciar la situaciónlímite de los presos FIES y otras mu-chas tropelías que se viven en lasprisiones. En algunas cuestionestrascendentales la CESPP ha man-tenido un buen nivel de divulga-ción y de protesta (por ejemplo,muy importante está siendo el pa-pel desempeñado por su ComisiónSida-Cárcel). Sin embargo, concampañas de criminalización de

por medio, la dinamización de unmovimiento que pretende ser deámbito estatal es una tarea muydifícil de llevar a cabo. Todo indicaque la idea de coordinación estatalapenas ha dado sus frutos, que seconsigue funcionar según las pre-ferencias temáticas de los grupos,y que ha faltado agilidad paraafrontar los retos que planteanotro tipo de iniciativas más radica-lizadas, como la última huelga dehambre de los presos FIES coordi-nados por la AAPPEL (sobre esahuelga de hambre la CESPP hizouna evaluación y una autocríticaen la reunión del 24 de noviembrede 2001 que aparece publicada enel Panóptico n.º 3).

Las otras iniciativas, las que cree-mos ver empujadas mayormentepor Cruz Negra Anarquista, tomancomo referente ideológico algunasde las interpretaciones del anar-quismo. Entre lo más destacable yreciente, hemos visto a la Cruz Ne-gra Anarquista de Galicia organizaractos importantes de apoyo a la pa-sada huelga de hambre de junio de2002. En todas sus manifestacionesla impugnación que hacen del siste-ma carcelario no admite la posibili-dad de su reforma. Pretenden suabolición (aunque no son, ni muchomenos, abolicionistas de las prisio-nes que se dediquen a proyectar al-ternativas en el campo del sistemapenal). Es frecuente leer proclamasanticarcelarias, anti-Estado y anti-capitalistas. Pero más que la coordi-nación (o el intento de coordinarse)bajo esas señas de identidad anar-quista, lo más importante es com-probar que ese tipo de discursosinspira ciertas luchas de los "presos

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medios de comunicación como LaRazón, ABC y el Grupo Zeta: lo ve-mos ya desde antiguo, pero si ob-servamos la historia más reciente —y más aún cuando ETA implementósus estrategias de militarismo ymuerte—, vemos que la forma másinjusta, irresponsable y facilona decriminalizar a los disidentes es ca-lumniarlos diciendo que están en laórbita del MLNV (y para ello da lomismo que una organización comoSalhaketa, cuya razón de ser es cier-tamente anticarcelaria y sobre todosolidaria con los "presos sociales"más machacados por el sistema pe-nitenciario, reciba subvenciones delgobierno nacionalista vasco y delgobierno UPN-PP de Navarra). Lógi-camente, de esa retorcida políticade confusión no se han salvadootras entidades de apoyo a presos,aunque estén ubicadas en otras zo-nas del Estado, ni tampoco la actualCoordinadora Estatal de Solidaridadcon las Personas Presas. Curiosa-mente, cuando desde ciertas instan-cias se acusa a estas asociaciones deconnivencia con el entorno de ETA,Salhaketa transitaba caminos biendistintos, pues algunos de sus desta-cados militantes (como el abogadoEduardo Santos) colaboran con elgrupo dinamizado por Julián CarlosRíos, que asume el valor transfor-mador de la no-violencia y pretendellevar a cabo todo un programa deacción anticarcelaria en coordina-ción con los presos FIES para acabarcon ese régimen violento, salvaje eirregular, y para solucionar la tristesituación de los que padecen enfer-medades incurables.

Mención aparte del sempiterno(y sin embargo cambiante) rosario

de grupos cristianos que suele acu-dir a las prisiones a expresar solida-ridad con los presos (y fe en la re-forma del sistema), en el paisajemás concretamente anticarcelariode comienzos de siglo puede versecierto movimiento. Un movimientoinnegablemente débil y, lamenta-blemente, también dividido. Ob-viaré las referencias a los presos ylas asociaciones de apoyo a presosde grupos políticos y movimientossociopolíticos que normalmentehan realizado sus actividades anti-carcelarias en función de sus plan-teamientos y objetivos estratégicos(el MLNV, los GRAPO, organizacio-nes anarquistas, movimiento de in-sumisión, etcétera). Está claro quetodos estos que acabo de citar hanparticipado en iniciativas más am-plias o han apoyado acciones coor-dinadas, pero aquí sólo quiero re-ferirme brevemente a las organiza-ciones que expresamente se hanvenido dedicando a la solidaridadcon los "presos sociales". Puesbien, como ya anticipé al comenzareste artículo, simplificando algo lacuestión se pueden ver dos ten-dencias con idearios y estrategiasen cierta medida muy diferentes:por un lado, la Coordinadora Esta-tal de Solidaridad con la PersonasPresas (CESPP), y por otro, la re-cientemente disuelta Asamblea deApoyo a las Personas Presas en Lu-cha (AAPPEL), su continuadora, laACOPS o Assemblea Contra les Pre-sons (de Barcelona), y más aún to-davía, la Cruz Negra Anarquista..

De la primera de las tendenciascabe decir que ideológicamentereúne muchas aportaciones (indu-dablemente situadas en la izquier-

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estas páginas: si consideramos es-tas tres últimas décadas, ¿se puedehablar de un movimiento anticar-celario en el Estado español? Creoque sí. No quiero dar por respuestauna valoración academicista pre-ñada de matices y alejamientoscientifistas. Apenas buscaré en lastipologías que han elaborado lasCiencias Sociales para definir mejorlos fenómenos de conflictividad yacción colectiva o las característi-cas de los movimientos sociales enel mundo actual. Pero hay que ra-zonar mínimamente la respuesta.

Contesto que sí existe un movi-miento anticarcelario, pese a quesoy consciente de los muchos obs-táculos endógenos y exógenos queimpiden romper el estigma de lacriminalización y la generación deuna eficaz estructura de moviliza-ción. Existe, sí, aunque socialmentesu impacto sea muy limitado, yaunque nos parezca muy dificulto-so ir creando un auténtico "marcocultural antipunitivo amplio y plu-ral". Existe ese movimiento, por-que la evidencia empírica nos diceque ha habido y que hay expresio-nes suficientemente significativasde contestación hacia las injusticiasde la prisión y contra la prisión en símisma; y porque, aunque muchasformas de protesta tienen un clarocarácter re-activo (una suerte deactos reflejos por pura autodefen-sa), el legado de la COPEL ha conti-nuado vivo y mortecino al mismotiempo. Siempre hubo grupos or-ganizados. Han existido y existeniniciativas locales y de coordinaciónestatal (y asimismo polémicas inter-nas e incluso divisiones que, a pri-mera vista, hoy parecen irreconci-

liables). Con todo, no pocas veceslos presos han protagonizado susprotestas formulando reivindica-ciones y pretendiendo introducir"ruido" en el sistema, provocandocontradicciones y debates políticoso resoluciones judiciales que cues-tionan la práctica penitenciaria.

Por todo ello no sólo "se puede"sino que "se debe" hablar de unmovimiento anticarcelario en el Es-tado español que, después de laexperiencia exitosa de la COPEL ysiempre recogiendo al menos algu-nas expresiones de aquel modelode lucha, se ha ido desarrollandosobre un marco normativo y admi-nistrativo fuertemente relegitima-do y en un contexto social adversopara las oportunidades políticas yde transformación. Efectivamente,la COPEL para los activistas anticar-celarios no es una curiosidad histo-riográfica; es un referente ineludi-ble y una fuente de enseñanzasque ha ido apareciendo recurren-temente en sus discursos disiden-tes, cada vez que alguien, dentro ofuera de las cárceles españolas, seha planteado resistir a la violenciainstitucional o poner en marcha al-gún tipo de movimiento protesta-tario, reivindicativo y de apoyo alas personas encarceladas.

Por último, no completaría bienmi exposición si no dijera queigualmente ese recuerdo es unatriste sensación de nostalgia paraalgunos presos de hoy que ya estu-vieron encarcelados en aquellostiempos históricos. Yo mismo pudecomprobarlo cuando estuve priva-do de libertad durante 1993 y1994: en algunas cárceles conocí amuy buenos compañeros que estu-

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sociales", como ocurrió con la AAP-PEL (en ese sentido, los actualesmentores de ese activismo anticar-celario y anarquista son histórica-mente coherentes, porque revivenuna tradición siempre presente enel movimiento libertario que se re-monta a los fourieristas, aquellosque, como recuerda Foucault, a me-diados del siglo XIX quisieron agre-gar todo tipo de ilegalismos paraactuar en común contra el Estado yla civilización capitalista). Ahorabien, es notoria la intransigenciaque destila su forma de analizar lalucha de los "otros", los que sobretodo quieren coordinar luchas queconsigan el apoyo social, los que —como la citada Coordinadora esta-tal— pretenden sustraer legitimi-dad a la violencia institucional.

El ejemplo más claro de triste yestéril sectarismo lo ofrecía el bole-tín de la AAPPEL de noviembre-di-ciembre de 2000, cuando tildaba de"reformista" la propuesta a los FIESque en un sentido "no-violento"formuló y ha ido ejecutando concierto éxito el grupo coordinadopor Julián Ríos. Lamentablemente,con anacrónicas e injustas diatribascomo ésa sólo se conseguía ayudara mantener la desunión y el des-aliento. Aquellas personas quequieran acercarse a este tipo de ini-ciativas anticarcelarias se pregunta-rán perplejas: ¿son pocos y encimahay gente que divide con criteriosideológicos a quienes tienen la osa-día de enfrentarse al sistema carce-lario? No faltan razones para la dis-crepancia: cierto es que mucha gen-te no compartía la idea queformulaba la AAPPEL sobre sus"compañeros de viaje", cuando de-

cía que los mejores aliados de la lu-cha de los FIES eran los GRAPO y elMLNV; cierto es que muchas perso-nas, aun participando de los mensa-jes pragmáticos de la acción, no vie-ron "con buenos ojos" la organiza-ción de aquella huelga de hambreindefinida en diciembre de 2000;cierto es que la mayoría de los gru-pos de solidaridad con las personaspresas no ha apoyado ni directa niindirectamente una actuación vio-lenta e irresponsable que, con mon-tajes policiales de por medio, haprovocado una nueva oleada de cri-minalización a diestro y siniestro:me refiero a los "envíos" de paque-tes-bomba a varios periodistas, rei-vindicados por "Los Anarquistas".¿Pero creía en serio la AAPPEL —yya sé que su gente vive un auténti-co calvario dentro de las prisiones—que era justo decir que "ciertos sec-tores" de la Coordinadora hanpuesto al descubierto "su verdade-ra naturaleza, el ser un elementomás de la mecánica social al serviciodel Estado-capital"? Es injusto.¿Quién quiere sembrar esa cizaña?

¿Se puede hablar demovimiento anticarcelario en elEstado español?

No he detallado casi nada. He pa-sado muy por encima de un proce-so histórico reciente que está car-gado de matices y —no lo olvide-mos— también de dolor y devíctimas de la violencia punitiva.Pero con las pinceladas que acabode exponer ya se puede respondera la pregunta que vengo haciéndo-me desde que comencé a escribir

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En un principio nohubo ni luz

Creo que era en el año 96, cuandounos compañeros presos en el régi-men FIES de Jaén, lanzaron a travésde la revista Vis A Vis una llamadaa la solidaridad desde la calle. Enesas fechas, el apoyo a l@s pres@s,desde el exterior, estaba casi en sutotalidad canalizado a través de losdistintos grupos de la Coordinado-ra en Solidadridad con las PersonasPresas (CSPP). Diferentes individua-lidades habían difundido la situa-ción de los compañeros anarquistasitalianos presos y habían puesto aldescubierto la amplia trama de lamafia estatal en el controvertidomontaje del Caso Marini, y en lasdiferentes luchas que se habían lle-vado a cabo en Italia, Grecia y otrospaíses de Europa, desde plantea-mientos con profundas raíces en elinsurreccionalismo. Es a partir deahí, y de la importante campañadesplegada desde Salhaketa (Iru-ña) contra el FIES y, ya desde la li-bertad, de nuestro inolvidablecompañero Patxi Zamoro y la im-prescindible colaboración en formade libro (Huye hombre huye. Diariode un preso FIES, Ed. Virus), denuestro querido amigo y compañe-ro Xosé Tarrío, desde donde se im-pulsa un hondo sentimiento de lu-cha para acabar con este abomina-ble sistema llamado FIES.

Pero no sería hasta el año 99cuando se empezó a articular unarespuesta colectiva y organizadaen el interior de las prisiones. Paraello de nuevo compañeros que ha-bían estado en Jaén y ahora se en-contraban en el FIES de Huelva to-maron la iniciativa y volvieron aenviar otra llamada, en esta oca-sión, para que en el exterior se in-tentase coordinar la solidaridadcon los compañeros que desde losaislamientos iban a iniciar una lu-cha organizada; y para que, a suvez, se informase de todas esas lu-chas y pudiese haber una respues-ta acorde en la calle.

Esta llamada a la solidaridad esdifundida ampliamente por dife-rentes grupos, organizaciones e in-dividualidades, y desde diferentespartes del estado español se van ar-ticulando sucesivas respuestas; tan-to es así, que el estado a través desus medios de desinformación y desus esbirros, los periodistas, empie-za una oleada incriminatoria cons-tante contra la solidaridad. Hay querecordar que, a pesar del importan-te impulso anarquista e insurrecio-nal de esta lucha, en la calle nadahabría sido posible sin la participa-ción de algunos de los grupos queforman la CSPP o de otros que hancolaborado con ella, como es sobretodo el caso de Galiza (PreSOS yCNA Compostela) y Euskadi (Salha-keta Bilbo, AFAPP, ...). También es

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vieron en la COPEL y me decían,evocando El Gatopardo, que todohabía cambiado para que nadacambiara de verdad, que ahora eracasi imposible cultivar el apoyomutuo frente a un sistema que sis-temáticamente divide y enfrenta a

los presos, que los tiempos durospodrían ir para muy largo. Somosnostálgicos de un futuro que nollega, pero los presos no puedenesperar sin defenderse. El movi-miento anticarcelario tiene un difí-cil presente y un futuro a la fuerza.

La CalleGENTE A-NONIMA (DESDE EX-AAPPEL)

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lucha en Euskadi es consecuencia,además del esfuerzo de dichos co-lectivos o personas, de un entornosocial en el que la conciencia sobrela aberrante situación penitencia-ria de l@s compañer@s, la difusiónde publicaciones o contrainforma-ción a través de radios libres o enforma impresa evitaban que la si-tuación de l@s compañer@s pres@s,cayese en el olvido.

Es muy importante la apariciónde múltiples distribuidoras "házte-lo tu mismo" ("do it your self"), deinteresante material de debateque, fotocopiado, se iba multipli-cando y reproduciendo como unarevuelta silenciosa. A causa de ello,y sobre todo por la decepcionantesensación de desengaño en las tra-dicionales organizaciones "anar-quistas", surgen y se compartentoda una serie de inquietudes, quese traducen en dinámicas que sehacen notar allá donde aparececualquier acto de ese anarquismooficial; incomodándolo y obligán-dole a asumir algunos plantea-mientos que se podían entendercomo impensables hasta esos mo-mentos. Otro de los medios quepor un lado ha facilitado la comu-nicación, pero por otro ha movidoun exceso de contrainformaciónque en ocasiones es imposible demantener al día, e incluso desin-formación que ha confundido unpoco a tod@s, son las tecnologíasinformáticas y sus diferentes recur-sos. Como algo interesante, desta-car diversas páginas web(www.nodo50.org/desdedentro/) yuna lista de correo electrónico en<[email protected]>, en laque se difunde la mayor parte de

escritos que llegan desde las prisio-nes o desde la calle.

Madrid, el cisma

Poco a poco, a esta lucha se iban in-corporando pequeños grupitos depersonas que junto con otras a nivelcolectivo, o individual, llevaban acabo iniciativas muy interesantes.En Madrid, por ejemplo, ciudad enla que las diferencias y las disputasllevaron a los diferentes plantea-mientos y sensibilidades a extremosirreconciliables, se hicieron diferen-tes repartos de octavillas entre laspersonas que esperaban en las pa-radas de los autobuses que se diri-gian a las prisiones o en hospitales,en las que se difundía la pésima si-tuación sanitaria y de salud en lasprisiones y los estragos que hacía elSIDA, la hepatitis, la tuberculosis ydemás enfermedades terminales oinfecciosas. Asimismo, se colocabanmesas y paneles informativos enbarrios como el de Campamento,con lo que el contacto con la reali-dad de la calle era constante. Tam-bién la difusión de publicaciones yde comunicados fue bastante cons-tante, así como la emisión de dife-rentes programas que mantenían eldía a día de la lucha. Radios librescomo Carcoma o Radio Elo son unamuestra de espacios desde el quesurge un esfuerzo anónimo y "des-interesado" (hay un interés, perotiene más que ver con la demoliciónde las prisiones o acabar con el es-tado, que con un interés particularde autopromoción o político). Porotro lado, organizaciones supuésta-mente anarquistas, pero más insti-tucionalizadas (no gubernamental-

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conveniente aclarar que la respues-ta solidaria en la calle habría cobra-do una dimensión mucho mayor, siotros grupos de la CSPP hubiesenrenunciado a sus ansias de acapararun protagonismo que no les corres-pondía, así como también si se hu-biesen podido aclarar algunos ma-los entendidos e inoportunas pro-puestas y convocatorias que ibansurgiendo de personas de la CSPP ode la propia CSPP.

Encuentros, desencuentros y definición de losespacios

Ante esta situación, en la que sedescubrieron irreconciliables dife-rencias, se produjo una clara de-nuncia contra algunos de estosgrupos de la CSPP, a los que se acu-só de "reformistas", y que erróne-amente esta idea acabó por exten-derse a la totalidad de dichos gru-pos. De hecho, en el origen de estallamada a la solidaridad hubo dife-rentes formas de relación entre losgrupos anarquistas, las individuali-dades y los diversos grupos de laCSPP. Por ejemplo, en Barcelona,uno de los pocos lugares en los quepudo constituirse una asamblea, laAAPPEL (Asamblea de Apoyo a lasPersonas Presas en Lucha), coinci-dían diferentes planteamientos eincluso participaban personas degrupos de Catalunya que se encon-traban en la CSPP; y, además, semantenían contactos con gruposde dicha coordinadora de diferen-tes puntos del estado. Esta relaciónse mantuvo incondicionalmente yde manera inalterable, e incluso se

editó un boletín conjunto, hastaque en una reunión de la CSPP quese llevó a cabo en Madrid y a laque no pudieron ir todos los gru-pos de dicha coordinadora, se dis-tribuyó entre l@s asistentes un co-municado en el que se despreciabaa los grupos anarquistas y se llama-ba a la no colaboración con ellos,utilizando términos despectivoshacia sus formas organizativas,métodos de lucha, etc. A partir deeste momento, en la AAPPEL novolvió a hacer acto de presencianadie de la CSPP, a excepción del@s compañer@s de Prou Presons!,que siguieron y continúan dandofuerza y vida a esta lucha.

La situación en otras partes delestado era notablemente muchomás minoritaria y con escasos re-cursos, a excepción de Euskadi o deGaliza, en que la colaboración en-tre grupos e individualidades de to-das las tendencias se hacía más co-tidiana y sobre situaciones puntua-les o momentos muy concretos;pese a todo, en algunos de esos lu-gares donde la presencia era míni-ma se dieron momentos álgidos. EnEuskadi los diferentes grupos de laCSPP, las AFAPP, el desaparecidoPATA y otras organizaciones, comoposteriormente el caso de AMAITU,consiguieron dar una más que dig-na continuidad a la lucha, con per-manente presencia en las calles condiferentes acciones, manifestacio-nes, pintadas o colocación de pan-cartas y pegatinas, que hacían pre-sagiar un alentador desarrollo. Apesar de que esos grupos o indivi-dualidades tenían y tienen un nom-bre propio, sería injusto no decirque la fortaleza y coherencia de la

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venientes de esta publicación esque todo te remite a la propia or-ganización que la realiza, como siestuviese involucrada en cada unade las luchas que allí aparecen, cre-ando un espejismo y una falsa rea-lidad, que en muchos casos fascinaa quienes la leen de una maneraingenua.

Hasta esos momentos, las dife-rentes muestras de solidaridad conlos compañeros presos se habíandejado oír, además de en los luga-res ya citados, en Santander, Valen-cia, Palma de Mallorca, Tarragona,Martorell, Asturies, Salamanca, Za-ragoza,... Tras esa primera oleadarepresiva, quedaron en evidencialas graves carencias de esta lucha, yel extraño y perverso concepto dela solidaridad que tienen algunaspersonas y organizaciones cuandoen una lucha aparecen l@s pri-mer@s represaliad@s.

Actualmente, y tras desaparecery aparecer grupos y personas, cua-lidad que ha sido una constante yuna dinámica identificativa de eseentorno insurreccional, informal ydifuso, hay algunas cuestiones quepermanecen inamovibles y sin darun decisivo paso de verdaderocompromiso. La CSPP se mantiene,de la misma manera que las diná-micas asistencialistas que desarro-llan una mayoría de sus grupos,que no son otra cosa que las quedan sentido a su propia supervi-vencia, y en las que una hipotéticadesaparición de las prisiones surti-ría el mismo efecto que el que seprodujo dentro del seno del socia-lismo (falso socialismo) de los paí-ses del este de Europa tras la caídadel muro.

Fundamental dimensión internacional

Otra de las cuestiones que perma-necen y a su vez mantienen el im-pulso de esta lucha con mayor omenor intensidad es el constantetesón de l@s compañer@s que su-fren el encierro, l@s cuales —inde-pendientemente del momento delucha en la calle— siguen y persi-guen sus hasta ahora irrenuncia-bles reivindicaciones. Y con la mis-ma firme convicción se podría decirque esa inagotable resistencia re-belde que surge en los aislamien-tos de las prisiones del estado es-pañol ha sido, en parte, la inspira-ción que ha reproducido otrosfocos rebeldes en prisiones o en lascalles de diversos países. Una de lasdiferencias fundamentales entre elespacio institucional al que estabarelegado la situación de apoyo apres@s y el nuevo espacio de luchaabierto es que ha cobrado una di-mensión "internacional" que, si nola tuviésemos en cuenta, estaríacompletamente huérfana de credi-bilidad y realidad.

A este impulso combativo se hansumado, desde diversos países,grupos e individualidades que hanorganizado a su manera la solidari-dad activa. Compañer@s pres@s enotros países del orbe democráticohan manifestado su apoyo y se hansumado y solidarizado con la luchadesde las prisiones de esos países;porque, en definitiva, sienten queeste nuevo orden, totalitario y glo-balizador, ha hecho de los sistemaspenitenciarios de todas partes unmismo programa de exterminio

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mente), como La CNA de Madrid,llevaban a cabo diferentes actoscomo charlas o marchas a las prisio-nes, en los que colaboraban con al-gunos grupos de la CSPP o con co-ordinadoras de barrio u organiza-ciones sindicales como SolidaridadObrera; pero estas colaboracionesesporádicas se han visto salpicadaspor los continuos encuentros y des-encuentros, sin que llegase nunca acobrar una dimensión seria o tuvie-se una constancia en el tiempo.Aquí se podrían distinguir, clara-mente, diferentes maneras de lle-var a la práctica la lucha: una conun interés más propagandístico delas propias organizaciones convo-cantes, y que dejaba en segundo otercer plano la lucha de l@s pres@sy su situación penitenciaria; y otrasformas de abrir espacios de con-ciencia, que colocaban frente atodo la situación de l@s compa-ñer@s pres@s y la lucha que se lle-vaba a cabo tanto dentro como fue-ra contra las prisiones. Se podríadecir que estos planteamientos sehan convertido en una constantedesde que se inició esta nueva eta-pa de lucha organizada y ha marca-do completamente las diferentes lí-neas de acción y las aportaciones decada cual a este momento de lucha,así como una de las fundamentalesdiferencias entre ambos conceptosde lucha. De una parte, la organiza-ción surge de afuera hacia dentro,procurando evitar que l@s pres@sno lleven a cabo actos de lucha co-lectivos; y, por la otra, los plantea-mientos fluyen de dentro a fuera yde fuera a dentro, sin condicionarsepara nada los unos a los otros, sinointentando complementarse.

El movimiento de apoyo a l@spres@s en Madrid creció tan rápi-damente, como se desintegró pos-teriormente ante el mayor golperepresivo que sufrió este falso mo-vimiento. En noviembre del año2000, numerosos grupos y organi-zaciones del entorno social salíanen estampida tras el montaje poli-cial con el cual acusaron a trescompañer@s de la calle y a trescompañer@s presos de ser los pro-motores, instigadores y autores delenvío de varios paquetes bomba,algunos de ellos simulados, a dife-rentes periodistas o miserables"oenegeros", que con su criminallabor desinformativa, estaban diri-giendo la represión y calificando lasolidaridad activa poco menos quede acto terrorista. Pese a todo, hayiniciativas y proyectos que son unarealidad innegable. El periódicoMolotov es uno de los medios quemás frecuentemente llega a los ta-legos y mantiene de una maneraeficiente el contacto y el intercam-bio de propuestas u opiniones en-tre l@s compañer@s pres@s. Tantoes así que su entrada en los talegosestá siendo prohibida en muchosde ellos. Otra de esas realidades esla publicación de la CNA de la zonade Madrid Obrer* Prisioner*. La-mentablemente, en dicha publica-ción se pueden vislumbrar lasoportunistas y equivocadas diná-micas de CNA Madrid, aunque hayque reconocer el esfuerzo que su-pone llevar a cabo una publicaciónde ese tipo. Además incorporatambién algunas cuestiones sobresituaciones a nivel internacionalque en otros medios están muy ol-vidadas. Uno de los grandes incon-

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han sabido sobrellevar organizán-dose desde las diferentes sensibili-dades; y así, nuevos grupos de CNA(que nada tienen que ver con lasdinámicas de CNA Madrid) se ex-tienden por las diferentes provin-cias galegas, participando, conjun-tamente con otros grupos y ate-neos anarquistas en la XuntanzaLibertaria y creando nuevas inicia-tivas junto a grupos de la CSPP,como PreSOS Galiza, en la Comi-sión de Denuncia Permanente.Dentro de este espacio, es impor-tante no olvidar que en Galiza di-ferentes radios libres participan demanera muy activa en esta lucha.De ellas, sobre todo Radio Kalime-ro o Radio Piratona, entre otras,han llenado las ondas con las de-nuncias contantes y la situación delas prisiones y de l@s compañer@sa los que mantienen secuestrad@sen ellas hasta su casi total extermi-nio. Importante la lucha en la quese pone en evidencia toda la pro-blematica que afecta a las perso-nas enfermas en prisión, y cómoabordar la cuestión de enfermeda-des como el SIDA, cáncer, hepatitis,tuberculosis,...

Tras la desaparición de CNA Gra-nada, zonas como Andalucía ha-bían estado un tanto desasistidas ysin iniciativas que presagiaran con-tinuidad alguna en ese inmenso te-rritorio en el que cualquier movili-zación o iniciativa contra el sistemaes toda una irrenunciable declara-ción de principios. Ante eso, al-gun@s compañer@s decidieron po-ner fin a tanto silencio y de ahí sur-gió la propuesta de Desdedentro,punto de encuentro de ideas y es-pacio para compartir la contrain-

formación y contrastar las opinio-nes. La edición periódica de un mu-ral informativo, que se colocaba ydistribuía incluso fuera de Andalu-cía; una interesante página web,en la que se recogen las diferentespropuestas, movilizaciones, opinio-nes o comunicados que surgen entorno a esta lucha y el contacto di-recto con diferentes compañerospres@s en las tortuosas prisiones"andaluzas", además de algunapublicación, como la interesanterevista Azuza, o la aparición de dis-tribuidoras de material y las dife-rentes convocatorias ante los juz-gados o la prisión de Puerto deSanta María han abierto un nuevoespacio de solidaridad y lucha. Pre-císamente, en Andalucía existe unprograma de radio en una emisorade Radio Nacional que ha sido lavoz de l@s enterrad@s en vida trasaquellos muros. Dicho programa,que se llama "A Pulso" y que tienetambién su emisión a través de In-ternet, así como contestadorespara que l@s pres@s dejen mensa-jes, sirvió además para que compa-ñeros pres@s en Andalucía escucha-ran la desconvocatoria de la huelgade hambre indefinida.

Otro de los lugares en los que deuna manera muy discreta, pero nopor ello menos efectiva, se estádando continuidad a esta lucha esen Asturies. Individualidades, condinámicas insurreccionales, resis-ten dentro de una cierta precarie-dad de medios y recursos que su-plen con la convicción de sus prin-cipios y de su acción. Esta tensiónviene también estimulada por ra-dios libres como Radio Kras, desdela que se emiten los comunicados,

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contra l@s desheredad@s de la tie-rra y contra l@s rebeldes. Tambiénse han reproducido las concentra-ciones ante las embajadas y consu-lados del estado español en variospaíses europeos, de manera queesta lucha ha cobrado una dimen-sión internacional, en la que ya sehan perdido las fronteras. El ger-men de la revuelta se acaba repro-duciendo en prisiones de Francia,Italia, Cerdeña, Portugal, Bélgica,Alemania, Gran Bretaña; y de lamisma manera brota en las callesde ésos y de otros lugares. La luchallega incluso hasta América, desdedonde se reciben numerosas mues-tras de solidaridad incondicional através de diferentes acciones en lacalle o ante instituciones o empre-sas españolas, que son completa-mente silenciadas (México, Chile,Argentina,... ); y llegando, incluso,el eco de la lucha hasta las prisio-nes de los USA, auténtico referen-te en la alta política penitenciariade exterminio genocida de su pro-pia población o de las poblacionesde otros países. Desde el vientre dela bestia del capitalismo yanky seescuchan voces de solidaridad den-tro de las prisiones y algunos com-pañer@s pres@s anarquistas hacensuya esta lucha.

También se tiene constancia deacciones en solidaridad con la lu-cha de l@s pres@s que han sido rei-vindicadas por "Los Anarquistas","Solidaridad Internacional", "Ac-ción Revolucionaria Anarquista","Cooperativa Artesana Fuego yAfines (ocasionalmente espectacu-lar)",... o sin reivindicar; y que hanconsistido en el envío de paquetesexplosivos, en su mayor parte si-

mulados, a medios de información,periodistas, juzgados, locales desindicatos de carceleros, la catedralde Milán, consulados, o sabotajescontra las líneas del tren de altavelocidad y multitud de cajeros au-tomáticos, concesionarios de auto-móviles o vehículos de policía y se-des de partidos políticos, comisa-rías o empresas que se beneficiande la explotación "laboral" de l@spres@s. Este tipo de acciones sonotras de las diferencias entre lasnuevas dinámicas que se reprodu-jeron al principio de esta lucha ylas formas tradicionales e institu-cionalizadas de apoyo a pres@s.

Otros lugares, otrasrealidades, una solalucha

Por lo demás, se ha llegado a unpunto en el que todo se convierteen un ir y devenir, en el que nadase perpetúa, a excepción de laCSPP,... y la CNA de Madrid, puesen su mayor parte los grupos y lasindividualidades que iniciaron estalucha, o l@s que hasta la fechamantienen la tensión del momen-to, no han pretendido proyectarseo erigirse en portavoces, ni enejemplo de lucha alguna; y es poreso que no tiene ningún sentidoenumerar grupos o individualida-des que no sean ya "públic@s",pues no se trata de dar facilidadesa la represión. Se puede decir quela lucha continúa y que en algunoslugares lo hace de una maneramuy activa, como sigue siendo elcaso de Galiza, en el que nuevosgrupos se incorporan a las dinámi-cas de lucha que a primera vista

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nes en las que no existe una míni-ma continuidad o compromiso enla calle, o se encuentran en el másabsoluto "abandono"; o bien in-tentando que brote la resistencia yla lucha de las personas rebeldesque se encuentran diseminadaspor las prisiones de toda la Penín-sula y que —por falta de contactoso de experiencia y por coheren-cia— no han podido plantearse elllevar a cabo iniciativas con unacierta continuidad.

Asimismo, han sido constantes lasmuestras de apoyo, solidaridad ycompromiso incondicional, de com-pañer@s de la FIJL, l@s cuales, cadaun@ desde el lugar en el que se or-ganizan, han mantenido importan-tes espacios de lucha, sin ningúnafán de protagonismo. La publica-ción Ni rejas, ni fronteras ha difun-dido repetida y periódicamente elpulso de la lucha y la situación en laque se encuentran nuestr@s compa-ñer@s declarad@s en rebeldía per-manentemente. Por lo que respectaa Euskadi, Amaitu ha desarrolladouna importante campaña por la li-bertad del compañero LaudelinoIglesias; y en cuanto al resto de gru-pos e individualidades, con diferen-te intensidad, siguen manteniendoel espacio de lucha y solidaridad; yano existen grupos como PATA, peroel espacio que han ido dejando haquedado cubierto por el compromi-so de algunas individualidades o co-lectivos que han surgido a raíz delencarcelamiento de Iñaki GarcíaKoch, el compañero de Solidari@sde Itoiz que permanece confinadoen la prisión de Iruña; o por otrosgrupos que, surgiendo desde otrasiniciativas, como pueden ser las de

la lucha contra el tren de alta velo-cidad, han sabido encontrar la rela-ción entre las luchas sociales y la lu-cha contra la prisión, complemen-tándolas y elaborando campañas deforma autónoma. El mismo compro-miso se podría reconocer en compa-ñeros de CNT en algunos lugares deEuskadi, o la importancia de la lu-cha contrainformativa de radios li-bres como Pititako Irratia, ZintzilikIrratia, o de revistas o distribuidorasde material alternativo o anarquis-ta, que imprimiendo cada cual susparticulares dinámicas han podidoir llenando y manteniendo el espa-cio de solidaridad y lucha, individualo colectivamente.

El caso de Catalunya no es muydiferente al de otras partes. Sobretodo en Barcelona se han produci-do también múltiples encuentros ydesencuentros. Han aparecido ydesaparecido individualidades ygrupos, entre ellos la AAPPEL, quefue disuelta en enero del 2001 sinexplicación alguna. Entre los "gru-pos" que han surgido en Barcelonase podrían enumerar los más espe-cíficos y que se han movido alrede-dor de las diferentes campañas porlos, erróneamente —según mi opi-nión—, llamados "pres@s polí-tic@s" (Rescat, Comités de apoyo aZigor, Laura, Diego, Peru, Lola, ...),o grupos que como Trencamurs,Chigrín o ACOPS (por citar algunosque ya son "conocidos"), mantie-nen las dinámicas que inspiraron elinicio de esta lucha, juntamentecon l@s irreductibles compañer@sde Prou Presons! o, en otras diná-micas, la Coordinadora Contra losAbusos del Poder. Tampoco pode-mos dejar de nombrar al Comité en

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las contrainformaciones o las con-vocatorias y movilizaciones. Tam-bién proliferan diferentes distri-buidoras que hacen que las ideasden entrada a las diversas accionesque en esa zona se han llevado acabo, dentro de diferentes luchas,incluida la que se mantiene contralas prisiones y el estado. En estazona, como en otras de Castilla eincluso la propia Galiza, la colabo-ración entre diferentes realidadesy sensibilidades u opciones políti-cas es una constante; y así, inde-pendentistas y anarquistas com-parten la lucha con cierto respeto yreconocimiento de manera colecti-va o ya más bien individual, sin me-nosprecio de unas dinámicas sobreotras. Habría que considerar queen algunas de estas zonas lasorientaciones libertarias se encon-traban muy dispersas, y precisa-mente este rebrote rebelde hadado un nuevo sentido a los plan-teamientos más anárquicos, pro-duciéndose encuentros que enotras situaciones, cuanto menos,habrían tardado algún tiempo enproducirse.

Otro de esos enclaves de momen-tos álgidos es Lleida, en donde laprisión de Ponent, que se habíaconvertido para la DGIP en bastiondel aislamiento inexpugnable, deun tiempo a esta parte se ha trans-formado rápidamente en una ilu-sión y, actualmente, me atrevería adecir que hasta en una pesadilla,pues las personas que allí se han or-ganizado han llenado ese espaciode lucha que en otros lugares per-manece aún tremendamente vacío.

Para seguir enumerando lugaresen los que se están llevando acabo

interesantes dinámicas, habría queseñalar ciudades como Valencia yPalencia, en los que con ritmos aúnbastante variables se ha desarrolla-do una importante labor de difu-sión y contacto con l@s compa-ñer@s pres@s de esas zonas, asícomo diferentes movilizacionesante los juzgados o la prisión.

Precísamente en la zona de Va-lencia, y tras el "golpe de estado"en Radio Klara, más involucradaahora en las cuestiones que la CGTha adoptado de los diferentesplanteamientos marxistas, se pro-dujo un vacío importante en cuan-to a la difusión por radio. De esanecesidad surgió la propuesta deRadio Quinkalla, que actualmentese ha quedado sin emisión, y desdela cual se difundía la cotidiana rea-lidad penitenciaria. En esta mismazona se está intentando sacar ade-lante una coordinadora en la queparticipan diferentes compañer@simplicad@s en proyectos como ate-neos (Al Margen, El Cabanyal,...),centros sociales (Xaloc, Malas Pul-gas, Pepica la Pilona, el Kau), orga-nizaciones de afinidad anarquista(CNT, JJ.LL.,...), coordinadoras debarrio e individualidades, que a suvez están muy implicados en las lu-chas del barrio contra la especula-ción urbanística, que tan letalmen-te amenaza al conocido barrio deEl Cabanyal.

También habría que destacar elconstante compromiso de diferen-tes compañer@s de diversas partesque, a nivel individual, comoamig@s o como abogados, estánmanteniendo un intenso contactopersonal con compañeros que seencuentran dispersados en prisio-

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formaciones que fuesen llegandodesde dentro de las prisiones y lue-go revertirlas de nuevo, para socia-lizarlas. Cuando se recibió el "bo-rrador", que supuestamente reu-nía todas estas informaciones decómo había ido la huelga de ham-bre, vari@s compañer@s pres@s de-nunciaron la perversa manipula-ción de los datos difundidos; ade-más, al final del documentoaparecía una nueva propuesta deuna semana de huelga de hambrepara el mes de junio, que supues-tamente surgía desde las prisiones.Cuando se le pidieron explicacio-nes al elemento que había difundi-do todo eso, de lo único que setuvo permanente constancia fuede sus continuas evasivas y silen-cios; e incluso, cuando un compa-ñero intentó aclarar esta confusasituación en la lista de correo elec-trónico de que dispone la CSPP, elpropio moderador de la lista "lla-mó al orden" a quien solicitaba losdetalles que podían aportar ciertososiego, acusándole de intentarcrear "malos rollos" e instándole aque desistiera en el empeño, por loque se privó de una nueva oportu-nidad para no repetir pasadoserrores que siguieron ocultos trasel silencio con la posible siniestraintención de perpetuarse.

Para dejar bien claro que estasluchas que se dan la espalda tienenuna naturaleza bien distinta entreellas, quisiera llamar la atenciónsobre el último gran conflicto quese ha producido dentro de las pri-siones de Catalunya: la huelga debrazos caídos del pasado mes dejunio en Quatre Camins, que fuebrutalmente represaliada y crimi-

nalizada desde todos los mediosoficiales de la desinformación.Ante esta situación, la implicaciónde los grupos de la CSPP de Cata-lunya fue casi nula, a excepción delas declaraciones de algunas perso-nas que participan dentro de esacoordinadora con otros proyectoscomo el Observatorio Penal; y aun-que estas declaraciones hubiesenpartido desde la propia coordina-dora, esto en absoluto determinacompromiso alguno, sino másbien, la gran capacidad que tienenpara llamar la atención de los me-dios de comunicación, aunque laconvicción sea nula o preferente-mente reformista. ¿Dónde se que-daron l@s abogad@s o los subven-cionados grupos de apoyo de laCSPP, que tanto proclaman la ne-cesidad del uso de la vía más lega-lista para llevar a cabo las denun-cias por abusos y malos tratos quese produjeron con especial violen-cia y con total naturalidad? Sólolas voces de l@s pres@s y de los fa-miliares de aquellos que aún lostienen se dejaron escuchar en esasdenuncias.

Desde varios grupos de la CSPPno sólo se da la espalda a la solida-ridad activa o espontánea, sinoque además hay una total renunciaa comprender que l@s pres@s y susfamiliares puedan tener un criteriopropio con respecto a la lucha, queno se corresponde con el suyo. Laconcepción dogmática y totalitariaque se desprende desde algunosgrupos y de algunas personas de laCSPP sería asfixiante, si realmentetuviesen la dimensión que ante losmedios de comunicación dicen ohacen creer que tienen. No es ni

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Solidaridad con Juan Ra, que den-tro de las dinámicas de los gruposespecíficos de apoyo a presos polí-ticos, han sabido conjugar la soli-daridad con todos los aspectos deesta lucha contra las prisiones. Deotra parte, la participación de lasindividualidades ha quedado tanausente y dispersa como la de losgrupos de la CSPP en Catalunya; y,en su mayor parte, se han dedica-do a la difusión de críticas sobre lasdinámicas llevadas a cabo hastaahora y, salvo excepciones, su com-promiso ha sido tan difuso comoconfuso. Sobre la CSPP sólo seríainteresante destacar positivamen-te los proyectos que han dado vidaa la campaña de los menores y alObservatorio Penal sobre las Prisio-nes. Por contra, en su aspecto másnegativo, hay que hacer una con-tundente crítica y llamada a laatención sobre la perversa actua-ción de una persona que participaactiva y cotidiánamente en dichaCSPP desde Madrid.

Estrategia perversa

Como ya hemos apuntado, la rela-ción con determinados grupos dela CSPP es bastante difícil por elgrado de conflictividad al que seha llegado entre planteamientosirreconciliables. Coincidiendo conla propuesta de convocatoria deuna huelga de hambre indefinidapara diciembre del 2000, la CSPPdesde Madrid lanzó una propuestaque se entendió como muy inopor-tuna por la capacidad desmoviliza-dora que podría tener. La situaciónse tradujo en tensión y en la per-cepción de una mala jugada o de

un inesperado movimiento reac-cionario contra la lucha y l@s com-pañer@s que la secundaban, puesno partía propiamente de las insti-tuciones del estado, sino que sur-gía de personas de la CSPP que su-puestamente deberían de enten-der el significado y lo que conllevauna propuesta como es una huelgade hambre indefinida. Posiblemen-te, esta propuesta a la que se cali-ficó de "propuesta de pacifica-ción" no pretendiese lo que se lesuponía, y el objetivo inicial de esainoportuna convocatoria tuvieseuna intención muy distinta a la queinicialmente se le entendió; peroahora, con tiempo por medio y conun análisis en la distancia y desdelos resultados, se ha podido de-mostrar que nada era como se de-cía; sino un proyecto "académico"más, que ha tenido muy poco encuenta la necesidad de abrir víasde lucha desde posicionamientosde mayor convicción y con verda-deros deseos de acabar con las pri-siones. El informe Una cárcel den-tro de la cárcel, por el momento,sólo ha servido para llenar páginasde un despreciable diario que hahecho todo el daño posible a l@scompañer@s pres@s y a l@s quehan mostrado su solidaridad deforma más apasionada, y paranada ha producido catarsis alguna.Para añadir un despropósito más aeste tipo de planteamientos quecrean divisiones, desconfianza ycrispación dentro y fuera, en el pa-sado mes de marzo (2002) se con-vocó una semana de huelga dehambre dentro de las prisiones.Una persona de la CSPP de Madridse ofreció para recoger todas la in-

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ron en evidencia la gran preocupa-ción que la DGIP tiene por sofocarese tipo de manifestaciones. Lomismo se podría decir de l@s com-pañer@s de Martorell (KAI) que,entre diversos actos, convocarondos marchas a la prisión de Brians yuna al juzgado de la ciudad, y quehan podido experimentar en lapropia piel el amenazante e intimi-datorio poder de la DGIP, síntomadel miedo y el temor a que hechosde ese tipo se sigan reproducien-do. No quisiera olvidar en este in-completo recordatorio, la "particu-lar" participación de algún "gru-po" de la provincia de Girona,concretamente de la zona de Fi-gueres. En su personal y grotescaversión de la solidaridad, participa-ron en la edición de una publica-ción (A Trenc d'Alba), que fue de-dicada a un compañero preso enlucha, Amadeu Casellas. En estamisma publicación se mezclabanalgunos escritos de presos y de car-celer@s, y se agradecía la colabora-ción del corrupto y fascista direc-tor, del subdirector y administra-dor de dicha prisión. Como suelendecir un@s querid@s compañer@santifascistas de Barcelona: "al ene-migo... ni agua". Triste manera deexpresar la "solidaridad", cuandome consta que estando en dicha lo-calidad, con motivo de la presenta-ción de uno de los números de larevista Panóptico, quedó bien clarala diferencia entre la opción cola-boracionista y reformista de orga-nizaciones como Amnistía Interna-cional, y la solidaridad activa y lalucha contra las prisiones. Es posi-ble que algun@s de l@s que parti-ciparon en esa patética publicación

vieran ciertas ventajas políticas y sedecidieran por una vía en vez de laotra, algo muy normal, siempre ycuando no venga desde plantea-mientos de una supuesta orienta-ción anarquista.

Por lo demás, desde Tarragona ydesde la zona de Castellón se man-tiene, de una de las maneras máscoherentes que se puedan enten-der, el elevado compromiso conl@s compañer@s en lucha; y paraconcluir, dos cuestiones que acaba-rían de situar esta incompleta y lar-ga disertación.

Con otra vieja polémica a cuestas

Por un lado, la compleja, a la vezque ambigua, implicación de laCNT en Barcelona. De una parte, laCNT "federada", con su particularescepticismo y un cierto complejofatalmente no superado de "au-tenticidad", a través del cual pro-yecta los peores fantasmas del to-talitarismo reformista y que va de-jando en la estacada, a la menoroportunidad, a compañer@s que acausa de su elevado compromisoen la lucha tienen serias amenazasde prisión. Y luego la CNT "desfe-derada" que, a pesar de sus múlti-ples problemas y dinámicas, inten-ta, aunque sea de una manera tí-mida o poco consistente, aportarlo que está en cada momento den-tro de sus posibilidades. Éstas sondos actitudes muy diferentes, quesacan a flote la actual situación dela CNT de Barcelona, pero que sepodría extender a otras CNTs que,presionadas desde sus "aparatosde poder", han dejado en la esta-

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más ni menos que otra forma másde manipulación (estas palabras nose refieren en absoluto a aquellaspersonas o grupos de la CSPP que,dentro de su coherencia, están lle-vando a cabo una lucha digna se-gún sus convicciones; aunque éstasno sean las mías). Ahora mismo es-toy convencido de que, si esta lu-cha tuviese algún despreciableavance, algun@s saldrían a la ca-rrera a organizar un reparto depremios. Tan absortos y convenci-dos están de que esto se solucionareformando o cambiando leyes ymás leyes, que ni se dan cuenta deque llevan ya tanto tiempo con lamisma historia, que es el cuento de"nunca acabar" y que, además,desde las instituciones del estado-capital nunca han tenido intenciónde cumplir ley alguna.

Si esto se está demostrando quees así, ¿por qué habrían de hacerlocon las reformadas? ¿Para qué de-dicar tanto esfuerzo, si no hay de-trás de ello algún interés "políti-co" que no beneficia para nada al@s pres@s, ni a sus familiares oamig@s, ni tan siquiera se encami-na a ese hipotético momento en elqué tendrían que desaparecer lasprisiones? Y, en resumidas cuentas,en el mejor y más favorable de loscasos, aunque hipotéticamente setomase ese camino y se desterrase(aunque habría que decir aboliese)la tortura de las prisiones, el aisla-miento, la explotación,... ¿quiénesestarían dispuestos a promulgar le-yes que propiciasen ese caráctermás humanitario del castigo o laprivación de libertad? Pues los mis-mos perros de siempre que, para laocasión, se habrían comprado

otros collares. En esta lucha, nohay concesiones, ni para la galeríani para renunciar a cambiar esteestado de cosas; y eso es tan senci-llo como empezar a decir ¡NO!

Sumando y restando

Intentando superar la gravedad deestos hechos (todavía no aclarados)y siguiendo con esta exposición in-completa, y totalmente subjetiva,habría que destacar la importanciade la recuperación de una publica-ción como el Vis a Vis; la creacióndel boletín A Golpes, que se distri-buye en la casi totalidad del estadoespañol; la reedición en su nuevoformato tipo libro de la revista Pa-nóptico y los diversos programascontrainformativos sobre la situa-ción penitenciaria y la lucha de l@scompañer@s pres@s, que se emitenperiódicamente desde Radio Bron-ka ("¡Basta de hipocresías!", "Jui-cio a la Justicia",...); o la labor derecuperación de la memoria histó-rica del Centro de Documentaciódel Col·lectiu Arrán de Sants.

Por lo que respecta al resto deCatalunya, reflejar la importanciade que surjan grupos o individuali-dades allí donde exista una prisión,entre otras cuestiones para des-arrollar campañas informativas yde concienciación en dichas pobla-ciones, y para mantener la lucha yel contacto con los compañer@spres@s y con sus familiares de unaforma directa. En este sentido, esimportante señalar a los gruposque han surgido en la provincia deLleida, que convocaron diferentesmovilizaciones alrededor de la pri-sión o ante la catedral y que pusie-

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rrientes "turbulentas" y remolinosque, precisamente, con sus equivo-cadas dinámicas de arremeter con-tra todo lo que no son ell@s y sinimplicarse en casi nada impidenque algo llegue a constituirse comouna seria amenaza contra el siste-ma, a la vez que eso les sirve parajustificarse. Pese a todo, en ese in-sondable vacío se abren pequeñitasislas de coherencia anárquica, algu-nas desde la individualidad, algu-nas desde la organización informal,algunas (las menos) desde la insu-rrección, algunas desde espacios in-termitentes pero no menos com-prometidos,... casi todas con preca-riedad de medios y recursos, pero

con la sólida convicción de que nonecesitamos ninguna prisión: nicruel ni humana.

Sería imperdonable concluir estetexto sin expresar un sentido reco-nocimiento a tod@s aquell@s com-pañer@s, de dentro y fuera, que yano están aquí y que nunca dieronla espalda a esta realidad; así comoa aquell@s que aún permanecen yque desde las acciones más anóni-mas han entregado sus más pro-fundos sentimientos de amor revo-lucionario, cuya impronta nos re-cuerda constantemente que elcamino de la solidaridad no es sóloese que ya está tan transitadocomo agotado.*

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cada a grupos pro-pres@s de com-pleta afinidad anarquista; lo quetambién viene a aportar razonesdel porqué de la desaparición desu tradicional comité pro-pres@s ydel agotamiento de sus plantea-mientos ajenos a la realidad quenos ha tocado vivir ("aquel movi-miento que olvida a l@s compa-ñer@s represaliad@s está condena-do a desaparecer").

La segunda cuestión hace refe-rencia a otra de las organizacionessindicales que se reclaman herede-ras del anarcosindicalismo: la CGT.En las recientes jornadas libertariasdel pasado mes de julio (2002), enrecuerdo de los 25 años de los ac-tos del Parc Güell y el Saló Diana,quedó bien patente cuál es la pos-tura de las directrices de dicho sin-dicato: negar que tenga o haya te-nido afiliad@s en alguna ocasiónpertenecientes a los cuerpos repre-sivos del estado, sean estos poli-cias, pistoleros o carceleros. Esaafirmación, a l@s que conocemosun poco dicha organización, sabe-mos que no le hace ningún favor,porque recupera la duda sobre laexistencia todavía de esos misera-bles dentro del sindicato, encu-briendo una realidad innegable. Aquien habló con esas palabras, unhombre de cierta edad, me habríagustado que no se hubiese mar-chado al acabar de pronunciarlas,porque le hubiese explicado que,cuando militaba en dicho sindica-to, fui a solidarizarme con un@s"compañer@s" que luego resulta-ron ser los pistoleros de la Diputa-ción de Barcelona; y esto es sólo unpequeño detalle sin mayor impor-tancia; sabiendo por propia expe-

riencia que hay otros "detalles"que son fundamentales —en cuan-to a la honestidad y la coherenciaen las ideas— y que, afortunada-mente, compañer@s de CGT, entreell@s l@s de Asturies, pusieron so-bre la mesa del último Congreso.En dicha organización los que peormienten más alta posición consi-guen en la jerarquía sindical, y poreso uno de sus secretarios genera-les se atrevió a arremeter contra ladesaparecida CNA de Barcelona,cuando desde esa organización y,de manera confidencial, se puso ensobreaviso a un compañero de CGTsobre la situación de dicho sindica-to en las prisiones.

¿Conclusión?

La conclusión a todo esto es que nohay conclusión..., la lucha continúa.La solidaridad con los compañer@spres@s y la lucha contra las prisio-nes desde las diferentes perspecti-vas autocalificadas como anarquis-tas todavía deja mucho que deseary sigue sin salir aún de su fase lar-varia más incipiente. A la escasezde medios y de recursos, hay quesumar la terrible contradicción querepresenta el tener que apelar a laley, los tribunales, los derechos ytodo ese mundo que se ha creadoel propio sistema para legitimarse yhacerse invulnerable, lo que produ-ce una impresionante sensación deimpotencia. La falsa idea de que enalgún momento esta lucha fue másintensa es algo que sólo existe enlas mentes de algun@s; no debe-mos de olvidar tampoco que en ese"movimiento" anárquico, nada co-hesionado, también existen sus co-

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* Nota de l@s autor@s: en el presente escrito se ha pretendido analizar exclusivamente el es-pacio de lucha contra las prisiones, que se ha abierto a raíz del llamamiento de 1999, y no ana-lizar la labor de otros colectivos, salvo en la parte en que éstas y ese nuevo contexto han inter-accionado.

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Apdo. 24103 08080 Barcelona [email protected]

Apdo. 243 08820 El Prat de Llobregat [email protected]

Edita la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias

Redacción N.R.N.F. Apdo. 25146 08080 Barcelona

Apdo. 5 28091 Getafe Madrid [email protected]@yahoo.es

5. La lucha en lacarcel en la España

de los anos 70

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Hasta ahora hemos colaboradoen tres números de Panópti-co, siendo la fuente utilizada

para confeccionar nuestros artícu-los: cartas, panfletos, entrevistas,recortes de prensa, fotos de la épo-ca. Nos faltaba y nos falta aún mu-cho camino por recorrer para com-pletar un trazo de nuestra memoriacolectiva. Nos faltan testimonios di-rectos, información sobre muchascárceles, vídeos, reportajes o fotossobre los motines y manifestacionesde solidaridad con los y las presas,...pero también hay pequeños rega-los, como en este número, que re-compensan cualquier esfuerzo.

El 26 de julio, entorno a unamesa de l'Arran, en el barrio deSants, nos reunimos con miembrosactivos de los Comités de Apoyo aPresos en la década de los 70-80. Elbar estaba, en teoría, cerrado. A las11 de la mañana hay personal aco-dado en la barra y detrás: los en-trevistados y el entrevistador; unapareja que buscaba a alguien; el

que traía los diarios y la compracon su carrito; las que abrían el bar,dormidas y con voz cazallosa. Atra-vesadas, en la entrada, un batallónde bicicletas. Todos, menos las bi-cis, tomando cafés y fumando.

—¿Pero está abierto o cerrado ellocal? —pregunta un cliente asi-duo desde el quicio de la puerta.

—¡Cerrado! No lo ves, coño, queestá cerrado... —contesta desde labarra una voz ronca y llena de ga-llos.

Dada la dimensión que tomabael asunto de tomarse un café y lascaras, entre somnolientas y de sus-to, de las que abrían ese día el bar,apoyadas por el del carrito llenode lechugas, tomates y pepinos,huimos hacia el fondo del local.

—Esto, que vamos a grabar unaentrevista, hasta luego. El tumultode la entrada va en aumento ytoma un cariz cómico. Cogemos losvasos, los cafés y las cervezas; que-remos hablar del ayer y del hoy,quizás no tan alejados.

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Varias personas encartelan autobusesbarceloneses en apoyo a BenjamíRamos(Barcelona, 07/07/00)

(Foto: Mireia Comas. Fuente: Contra-infos)

PANÓPTICO

Carcel y movimientossociales en Barcelona(1969-1979)

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"Sin mitificar el bandolerismo, ni la delincuencia común,

queríamos entender una palabra del preso común: la Rebeldía."

Comités de Apoyo a Presos, Barcelona 1976

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cia un año que lo estábamos ela-borando, a finales del 75. Lo deCOPEL no lo conocíamos. Quienesera más el fruto de un movimientode barrio, social y de crítica a lasinstituciones; en el colectivo habíavarios que habían salido de dentrode las prisiones.

Íbamos a todas las reuniones defamiliares de presos políticos, paratocar los cojones. Uno dice: hemosde conectar con otra gente, con lagente de Badalona y con gente dela CNT, pues nuestro grupo no pro-cede del anarquismo, sino de unmovimiento crítico al que le gustatodo: Marx, antipsiquiatria, sin filia-ciones, radicales. Empezamos a ha-cer reuniones conjuntas, con LuisAndrés Edo (Juventudes Libertarias)y gente procedente del MIL, nosampliamos con mas gente y nos or-ganizamos un poco, ellos ya lo esta-ban y muchos grupos asambleariosse pasan a CNT. El nuestro no lohizo, pues éramos críticos con elanarcosindicalismo, aunque orbita-mos en su onda, no nos integramos.El trabajo era continuo, se hacenactos, charlas, presentaciones, etc.

Arran.- Al margen o en paralelode lo que conocemos como "transi-ción política". Los grupos de afini-dad, las asambleas de barrio traba-jan fuera de los marcos de la legali-dad democrática representada porel Parlamento e instituciones comolos Ayuntamientos y los partidos.Reclamáis la amnistía para todoslos presos, sin distinciones. ¿Cómose coordinaba la solidaridad con las

cárceles, familiares, abogados oinstituciones públicas desde la ca-lle, desde vuestros barrios?*

A.- En la revista Quienes había unapartado que se llamaba "SociedadCarcelaria" que critica la domina-ción económica del sistema capita-lista, que es lo que había dichoFoucault que se basa en una disci-plina de control y vigilancia. Estounía la lucha de los presos, de lospsiquiátricos, y decíamos que era lacuadrícula, la famosa cuadrícula deEscuela, Cárcel, Fábrica y Ejercito.El panóptico era un símbolo detodo esto, de esta sociedad, el pun-to central que lo controla todo.

Las conexiones que habían en elmovimiento eran muy amplias.Una anécdota que nos paso a losComités de Apoyo a COPEL y queindica que era otra época:

Cuando hubo la campaña por la"Llibertat de expressió", cuando ladetención y prisión de Albert Boa-della y Els Joglars, empezamos a ha-cer pintadas, pegar carteles, etc. Enuna de las reuniones, en el Casal dela Pau, se presenta el Ferran Rañé,este que es tan famoso en la tele yque era de Els Joglars y nos pregun-ta que si queríamos ir a sus reunio-nes. Fuimos a la casa de Joan de Se-garra a tres o cuatro reuniones porla "Llibertat de expressió". Ellos hi-cieron un festival muy grande por lalibertad de los detenidos y, cuandoacabó el festival, viene el FerranRañé al Casal de la Pau con 50.000pelas de la época y nos dice: "por loque nos habéis ayudado". Nos las

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Hoy: Oye,... ¿les preguntamospor el menú?... o nos pegaran unsartenazo.

Ayer...

J.- En esa época estaba en la 7.ªgalería de Carabanchel y en el par-que que hay delante había gentesolidarizándose con los presos, erapoco después de las ejecuciones de1975.

Q.- Hay gente solidarizándosemientras se reivindica la amnistía ytambién antes. ¿Por qué coincidencosas tan raras en aquel momento?No es el fenómeno de la Transi-ción, es una cosa mucho más im-portante de grupos que coincidenen las mismas ideas, en las mismasrebeliones. Aquel momento tanbonito no es la Transición, quepasó. No, esto es en los 60, en los70... hay lecturas que está hacien-do la gente de Foucault, Hooper,antipsiquiatría. Se hace la críticaradical a todo lo que es encerra-miento, cárcel, asilo, psiquiátricos,y desde aquí se hace una crítica alcapitalismo.

Por ejemplo yo estaba en el Besósy había un movimiento social am-plio, de barrio, urbanístico sobretodo. Era de la gente y las ideasque salían eran extrañas; en vez depedir el asfalto, pedíamos árboles,tierra en las plazas o plantar cosas.El movimiento conectaba a gentemuy diversa. Los más jóvenes se en-contraban mejor con este conjuntode ideas que con el típico asocia-cionismo que salía de las fábricas,con CC.OO., o el representado porel postfranquismo y los partidos.En el Besos hubo un movimiento

divertido que estaba en las calles.Dentro de todos estos grupos unoen concreto, que no se explica másque por el azar —azar, con esa baseprevia de lecturas, discusión, comobagaje de fondo—. Dos amigos ve-nían de la prisión de Valencia, otrodel psiquiátrico de Huesca, y estacoincidencia hace que te tomes enserio hablar del aspecto represivoque hay en prisiones. ¿Qué pasaallí? Una primera visión te lleva ahacer una crítica de las cárceles, nopolítica sino radical. Las ideas quecorrían eran las de Hooper, antipri-siones o Foucault. Publicaban enFrancia una cosa que le llamabanGIP, que la recibíamos tambiénnosotros, eran Grupos de Informa-ción sobre Prisiones y era parecidoa lo que hizo Marx, la encuestaobrera, pero en prisiones. Con ellosestábamos conectados e inclusofuimos a su casa en Francia. Era in-sólito. En el barrio el grupo era he-terogéneo, gente salida de la cár-cel, y con los vecinos formamos ungrupo que se dedicaba a este tema:el de la delincuencia. Publicamosun libro y la revista Quienes1, sobreel fenómeno, centrándonos en lacrítica radical de las prisiones.

Cuando se organiza la campañapor la amnistía, ya no era una críti-ca a la misma, sino que el objetivoera el destruir la cárcel. La cárcelno era válida para nada. A partirde aquí conectamos con otros nú-cleos, de Madrid, Francia, y sin dar-te cuenta estas dando voces y coin-cidiendo con gente, creando unmovimiento. Nosotros sacamos a lacalle el primer número de Quienes,en noviembre de 1976, y eso enaquella época quería decir que ha-

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* Las preguntas realizadas como "Arran" lo son a título del colectivo del Centro de Docu-mentación que viene colaborando en esta revista.

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J.- Nosotros nos ocupábamos delos presos de la Modelo, de la Tri-nidad, de Wad Ras. Sabían denuestro apoyo a las familias, difun-díamos sus comunicados, y si habíaalgún problema pues apoyábamossus reivindicaciones.

Recuerdo haber pasado, a raíz deuna muerte ocurrida el mes demayo de 1977, una noche de apoyoa los familiares delante de la Mo-delo. Se los llevaban de conducción(a los presos), con las venas corta-das, y una madre tirándose encimade los furgones para que pararan yno se los llevaran. Había un tras-fondo muy grande de solidaridad.

Q.- Me acuerdo de una manifes-tación, que convocamos, dondeéramos mas de 10.000 personas,que los políticos habían hecho elslogan "Por Navidad todos a casa";y nosotros montamos espontánea-mente una manifestación primeroante la Modelo y luego en la Trini-dad por la amnistía total, con en-frentamientos en la Modelo.

Arran.- Hay unos hechos que sonimportantes: la muerte de dos pre-sos en Zaragoza, la de AgustínRueda en Carabanchel, y el atenta-do contra Haddad, director gene-ral de Instituciones Penitenciarias,entre febrero y el 7 marzo de 1978.Luego viene el nombramiento deCarlos García Valdés como nuevodirector de Prisiones y la progresi-va decadencia de COPEL, cuando elproyecto de indulto tramitado porlos senadores Bandrés y Xirinachs2

fracasa; y desde los medios de co-municación se acusa a COPEL demafia carcelaria y se aprueba el

nuevo Reglamento Penitenciario,en 1979, con el apoyo de todos lospartidos del Parlamento. ¿Cómo sevive esto en la calle?

Q.- Es que yo te diría que esto fueen el marco general. Lo que hubie-ra podido ser un momento de radi-calización del movimiento y llevar-lo a la acción, fue al revés. Los Pac-tos de la Moncloa fueron decisivos,esto se ha acabado. Aquí la políticaes la que dice lo que se va a hacer yla gente... no tiene nada que hacer.

A.- Esta época la explicaba bienLuis Andrés Edo para quien GarcíaValdés, director general de Prisio-nes, vendía la visión de la moderni-zación de las cárceles españolas. Éldecía que Haddad, muerto por losGRAPO, era un poco débil y másasequible; se necesitaba una perso-na más resolutiva, más técnica,como García Valdés, que "anés perfeina". En esta modernización, enesta tecnificación, de la idea de lacárcel, que lleva adelante GarcíaValdés, la COPEL no tiene nada quehacer y queda tocada. Cuando mue-re, este espíritu de libertad muere.

Q.- Es que la muerte de AgustínRueda se ha de mirar desde el pun-to de vista de los funcionarios quelo matan a torturas, un acto parareivindicar su fuerza y su superiori-dad como funcionarios.

Arran.- Para acabar, ¿cómo veisla situación de las cárceles ahora?,¿hay capacidad de movilización?Actualmente asistimos a una de lasmayores racionalizaciones del siste-ma represivo sobre los presos y pre-

Cárcel y movimientos sociales en Barcelona

211

da a los Comités de Apoyo a COPELpara que las gastásemos, sin ningúncontrol, ni pidiendo explicacionesde nada. Entonces sacamos aquellaspegatinas que decían "tú tambiénte autolesionas", que eran azules...Las implicaciones de mundos tan di-ferentes como el de los artistas connosotros, no tenían nada que ver,pero había simpatías comunes.

J.- Planteado desde el barrio o lafábrica no hay relaciones con lasinstituciones. [...] Salgo en libertaden abril del 77 y en mayo salta unmotín en la Modelo. Yo ya iba alAteneo Libertario de la Verneda,donde se hacían reuniones, o a laAsociación de Familiares en la Ron-da de Sant Antoni. Cuando se amo-tinan los presos de la Modelo, ennoviembre de 1977, nosotros hace-mos permanencias en la calle, de-lante de la cárcel, con las familias;también nos juntamos con los fa-miliares en un local que nos dejanen el Casal de la Pau, donde habíaantimilitaristas, antinucleares, eco-logistas, no-violentos, objetores deconciencia, el Xirinachs.

Q.- Había abogados que venían atítulo personal como Jordi Oliveras,Mateo Seguí, Marc Palmés, Lopere-na, etc.; pero vaya, que venían sincobrar, por afinidad con el trabajoque se realizaba. Jordi Oliveras,que hacia la mili en Mallorca, veníaa las reuniones cuando estaba depermiso, venía como uno más.

A.- En cada barrio los Comités deApoyo a Presos tomaban contactocon los familiares y se hacían actos,pancartas,... Si un familiar quería

hacer algo a nivel institucional, lohacia y ya está, pero nunca fuimosa ver a Pujoles ni mandamases.

Los Comités de Apoyo a Presosnos reuníamos cada 15 días en laCoordinadora de Grupos de Apoyoa COPEL en el Casal de la Pau. Es-tábamos organizados por barrios,yo estaba con C. en los comités dela Verneda y Besos. Eran reunionesde los grupos donde las organiza-ciones y los partidos no estaban re-presentados; sólo se permitía asis-tir a nivel individual, nunca comopartido, ni como representante deorganismos o sindicato. En Madridquien lleva el peso es la AsociaciónPara el Estudio de los programasen las Prisiones (APEP).

Arran.- ¿Qué relación tenéis conCOPEL y los diferentes plantea-mientos que dentro de COPEL sesuceden entre su nacimiento en1977, con los motines de Caraban-chel, y su práctica desaparición en1979, tras la aprobación del Regla-mento Penitenciario?

A.- Se funcionaba por simpatía.Gente que salía de la cárcel, que ve-nía a la Asociación de Vecinos de laVerneda o a los Comités de Apoyo,y se les daba acogimiento y solidari-dad individualmente, pero no habíauna relación de consignas o mime-tismo con las luchas que se dabandentro de las cárceles. Nosotros noestábamos de acuerdo con la men-talidad reformista de COPEL. Ellospedían unas mejoras, porque lo es-taban sufriendo. Nosotros entendí-amos que se pidiera una reforma delas prisiones, pero nosotros luchába-mos por la abolición de las cárceles.

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1. Quienes no han tenido jamás el "dere-cho" a la(s) palabra(s) la(s) toman Ya!! Estapublicación, con una tirada de 10.000 a15.000 ejemplares, era distribuida en Barce-lona, Madrid y otras ciudades de manera gra-tuita. Se editaron seis números entre 1976 y1978, dándose por finalizada su andadura alhaber grupos diversos dedicados a la labor

de apoyo a presos. La revista nace con ante-rioridad a la existencia de COPEL.

2. José M.ª Bandres y Lluís M.ª Xirinachs pro-moverán un Proyecto de Ley de Indulto Gene-ral para Presos Sociales que, en un principioapoyado por diversos partidos, acabará siendorechazado por la práctica totalidad del Senadoespañol, incluido el PCE de Carrillo, en 1978.

sas: grados penitenciarios, permi-sos de salida, control y fiscalizaciónde las relaciones de los presos ypresas con el exterior, etc. Tambiénfuncionan grupos y organizacionesde apoyo a presos como Cruz Ne-gra Anarquista, Rescat en Catalun-ya, AFFAP... Unos apoyan a presoscatalanes, otros la lucha de los FIES,etc., es decir, hay gestos de solida-ridad con los presos. ¿Qué pensáis?

J.- La cárcel es parte del sistema yahora a diferencia de los momen-tos que se han mencionado, sebusca más la especialización. Haycomités especializados en tal ocual aspecto, pero es lo que hay.Los comités o el movimiento exis-tente ha de crear su propia diná-mica, parece que los de dentro danlas consignas para que afuera seempiece a trabajar. Está bien, túeres FIES, estás dentro, pero tu lu-cha es tu lucha, no puede ser mi lu-cha en la calle, aunque si en la ca-lle nos movemos ha de ser con elconsentimiento de los de dentro.Tú tienes que crear una dinámica ylo que te viene irlo asumiendo a tumedida.

Q.- Tú no luchabas por el otro,en tu lucha te reconocías con la delotro. La solidaridad era eso, en tulucha reconoces la del otro. Ahora,coges la del otro por que no se tie-nen objetivos claros...

A.- Cuando se hicieron las últi-mas jornadas, del Espai Obert, con-tra la represión, yo participe en lamesa redonda y la charla posterior.Vi una gran pobreza, y no lo digoen plan peyorativo, en la reflexióngeneral. No en lo que dijeron losponentes, sino en el posterior de-bate. Faltaba la vivacidad o laenergía de la crítica que hace vivocualquier movimiento. Estoy con-tra la cárcel, que malos son... eso losabemos desde siempre, hay queampliar esa reflexión a la sociedad.

Centre de Documentació –Col·lectiu Arran, Sants 2002

Documentación:Carteles y dibujos cedidos por la

Fundación RANDAIñaki Rivera Beiras (coord.): La

cárcel en España en el fin del mile-nio, Ed. Bosch, Barcelona, 1999.

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NOTAS:

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Huye, hombre, huye (3ª edición) Xosé TarrioEl caso de Xosé Tarrío destaca por tratarse de unpreso que no se ha resignado a sufrir y observarimpasible las numerosas injusticias de las que senutre la vida de la prisión, lo que le ha costado laacumulación de numerosas condenas y ser objetode una represión constante y obsesiva bajo la eti-queta de FIES (Ficheros Internos de EspecialSeguimiento). Huye, hombre, Huye es muchomás que un diario de prisión, es una denúnciadescarnada, día a día, de los acontecimientosque han marcado la realidad de la prisión,durante el gobierno PSOE, destapando el enga-ño a voces de la cárcel como institución supues-tamente resocializadora.

VIRUS Panóptico, 355 págs., 13 euros

EL ENCARCELAMIENTO DEAMÉRICAUna visión desde el interior de la industria penitenciaria de EE.UU.Daniel Burton-Rose, Dan Pens y Paul Wright

Este libro es una selección de artículos publica-dos en Prison Legal News, una revista inde-pendiente editada íntegramente por personaspresas, en los que se recogen de maneratemática investigaciones y denuncias entorno a los cambios en la legislación penal, lamanipulación mediática, la censura, las tortu-ras y diferentes formas de humillación en lasprisiones, la explotación laboral, el negociode las prisiones privadas, el racismo, los nue-vos modelos de aislamiento para acabar conactitudes rebeldes y también, por supuesto,las formas de resistencia y luchas de las per-sonas presas.

VIRUS Crónica, 376 págs., 15 euros

c/ Aurora 23, baixos

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6. Comentarios de libros

NOVEDAD

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Zero Tolleranza.Strategie e pratichedella società di controlloAlessandro De Giorgi

DeriveApprodi, Roma, 2000, 127páginas.

El libro de Alessandro De Giorgi —con prólogo de Toni Negri— afron-ta las transformaciones de las es-trategias de control que se produ-cen en el paso de un modelo socialfordista, basado en la disciplina fa-bril, a una organización social post-fordista, basada en una enorme ex-plotación y desregulación del mer-cado de trabajo. Es lo que DeGiorgi denomina el paso de la so-ciedad disciplinaria a la sociedad decontrol.

El autor señala que el control yano se ejerce sobre personas indivi-duales consideradas desviadas, sinosobre grupos sociales productoresde riesgos. Se trata de la gestión delos riesgos propia de lo que se de-nomina "actuarialismo" o "controlactuarial", que recurre a métodosde cuantificación (el cálculo estadís-tico y probabilístico) y de trata-miento del riesgo de desviación querecuerda la lógica de las asegurado-ras privadas. El control actuarialconsiste, por tanto, en realizar unagestión eficaz y con reducido costeeconómico de la desviación, contro-lando e incapacitando las categorí-as de individuos de más riesgo.

La aplicación de estos métodos lahemos visto en primer lugar en lapolítica penal de los Estados Uni-dos, que a partir de fines de losaños 70 ha ido abandonando las es-trategias dirigidas a la reinserción

social de los desviados y ha adopta-do estrategias de control de las po-blaciones consideradas peligrosas,como son los programas de Lawand Order y de Zero Tolerance. Setrata de políticas que ya no se inte-resan por si la desviación es expre-sión de conflictos sociales; se tratade mantener el orden y no permitirque las normas sean infringidas, nose debe tolerar ningún tipo de des-viación, por insignificante que pa-rezca. La política de tolerancia cerose basa en la teoría de las "venta-nas rotas" (broken windows), se-gún la cual para hacer frente a lacriminalidad hay que empezar eli-minando las incivilidades y la de-gradación urbanas. Y para ello esnecesario un importante aumentode la plantilla policial y la atribu-ción a la policía de poderes expedi-tivos —de identificación y deten-ción de personas sospechosas—para que pueda controlar a los gru-pos productores de riesgo.

En el ámbito europeo, entre losgrupos productores de riesgo queconstituyen el objeto del controlactuarial tienen un lugar destaca-do los inmigrantes. La identifica-ción entre inmigración y criminali-dad cada vez es más frecuente; y lacuestión migratoria —que en la ac-tualidad deviene cuestión crimi-nal— muestra de forma paradig-mática las nuevas estrategias decontrol de las sociedades postfor-distas, basadas en la exclusión, yasea mediante el encierro carcelarioo mediante la expulsión física de lapersona.

Entre las estrategias de controlaplicadas a los inmigrantes destacala expulsión del territorio. De Gior-

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Cartel por la libertad de BenjamíRamos, en la plaza del Monasterio deMontserrat(Montserrat/Bages, 24/01/00)

(Foto: Elisenda Borràs. Fuente: Contra-infos)

PANÓPTICO

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compuesta por una serie de orga-nismos nacionales y supranaciona-les, unidos por una única lógica dedominio. Esta nueva forma globalde soberanía es lo que llamamos'Imperio'".

Dentro de los nuevos contornosque son propios al Imperio exami-nado, cabe citar, siguiendo el hilode la obra, identidades híbridas, je-rarquías flexibles e intercambiosplurales a través de redes adapta-bles de mando. En ese sentido, losautores emplean imágenes gráficasal destacar que los colores naciona-les distintivos del mapa imperialistadel mundo se han fusionado y mez-clado en el arco iris global imperial.Dentro de la tesis manejada porHardt y Negri, el capital debe aho-ra enfrentarse con un mundo encierta medida "uniforme" o, mejor,definido por nuevos y complejosregímenes de diferenciación y ho-mogeneización, desterritorializa-ción y reterritorialización.

Ahora bien, a fin de evitar equi-vocaciones posibles, se adviertedesde el comienzo al lector que"muchos localizan en los EstadosUnidos la autoridad última que go-bierna todos los procesos de la glo-balización y el nuevo orden mun-dial […]. No obstante […] EstadosUnidos no constituye —y en reali-dad ningún Estado-nación puedehoy constituir el centro de un pro-yecto imperialista". Tras esta ad-vertencia, sentencian que el impe-rialismo ha terminado y ya ningu-na nación será líder mundial comolo fueron las naciones europeasmodernas. Ello no impide que seadmita que "los Estados Unidosocupan una posición privilegiada

en el Imperio". Llegados a este punto, es impres-

cindible señalar qué entienden losautores por "Imperio". En un es-fuerzo de máxima síntesis, tal con-cepto se va a caracterizar por unafalta de fronteras: "el dominio delImperio no tiene límites […], propo-ne un régimen que efectivamenteabarca la totalidad espacial o que,más precisamente, gobierna todo elmundo 'civilizado'". Ahora bien, ysin perjuicio de lo que se dirá poste-riormente, si bien el Imperio descri-to produce enormes poderes deopresión y destrucción, posibilita almismo tiempo —indican los auto-res— nuevas posibilidades a lasfuerzas de liberación, las cualespueden hoy ser capaces de construirun verdadero "contraImperio".

La obra va a seguir una genealo-gía —en el tránsito del imperialis-mo al Imperio— que primero seráeuropea y luego norteamericana.La Primera Parte alude a la "Cons-titución política del presente", entres capítulos que pondrán los ci-mientos: el nuevo orden mundial,la llamada "producción biopolíti-ca" y la existencia de alternativasen el interior del Imperio. A partirde aquí, la Segunda Parte, "Lastransiciones de la soberanía", si-túan al lector en el terreno geo-gráfico. La(s) modernidad(es) euro-pea(s) y el surgimiento del "poderen red", a propósito de la sobera-nía en los Estados Unidos, permi-ten entender la transición aludida.La Tercera Parte, "Los pasajes de laproducción", señala las grietas, loslímites del imperialismo, ciertosepisodios de resistencia y el defini-tivo tránsito a la posmodernidad

Imperio

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gi argumenta que la expulsión esuna práctica actuarial, ya que seaplica a una categoría entera de su-jetos con independencia de que ha-yan o no delinquido, simplementepor considerar que constituyen unriesgo. Se trata de una práctica queprescinde de categorías como laresponsabilidad, la culpa, la volun-tad o la acción individual. Ademásno pretende reeducar ni corregir:por definición no reinserta, sinoque excluye. Finalmente, no cabeduda que reduce los costes del sis-tema, lo cual muestra una vez mássu carácter actuarial.

De Giorgi nos alerta en este librosobre la aplicación de este tipo deestrategias de control actuarial,que en Estados Unidos ya han mos-trado unas consecuencias nefastas,con una gravísima exclusión social,una inquietante violencia policial yun alarmante incremento de la po-blación carcelaria.

Marta Monclús Masó

ImperioMichael Hardt y Toni NegriEd. Paidós ("Estado y Sociedad"),Barcelona, 2002, 432 páginas.

La obra que se comenta constituyeun importantísimo ensayo de difí-cil categorización, aunque podríaseñalarse que supone una decisivacontribución a la filosofía política.Ante todo, debe decirse aquí quela complejidad de Imperio, su ex-tensión, sus diversas partes y los in-trincados caminos que transita im-

piden un comentario exhaustivocomo merecería y que ahora debe-rá recortarse por razones de espa-cio. De modo harto sintético: in-tentar comprender las razones dela globalización y señalar formasde resistencia contra esa nuevaforma de dominio constituyen elobjeto de estudio de la obra. Masla complejidad de la misma obligaa desgranar ese enunciado. Antesde seguir, debe aclararse que laobra ha sido escrita mucho des-pués del fin de la guerra del GolfoPérsico y antes que comenzara laguerra de Kosovo; sin tales preci-siones (sobre todo, por cuanto su-cedería luego), no se comprende-rían muchas reflexiones.

Los autores comienzan su exa-men indicando que el Imperio seestá materializando ante nuestrosojos. En tal sentido, destacan que,en las últimas décadas, y a partirde la caídad de las barreras inter-puestas por los soviéticos al merca-do capitalista mundial, asistimos auna globalización irreversible e im-placable de los intercambios eco-nómicos y culturales. Es en esa di-rección que podrá entenderse que,junto con el mercado global y loscircuitos globales de producción,surgiera un nuevo orden global,una auténtica nueva forma de so-beranía. Textualmente indican que"el imperio es el sujeto políticoque efectivamente regula estos in-tercambios globales, el poder so-berano que gobierna el mundo". Apartir de aquí, los autores van aprecisar exactamente la hipótesisde su trabajo al afirmar que la mis-ma consiste "en que la soberaníaha adquirido una forma nueva,

COMENTARIOS DE LIBROS

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globalizadora: la constitución deuna sociedad global del control, di-buja el escenario del Imperio. LaCuarta Parte y última, "Decadenciay caída del Imperio", abre el espa-cio para examinar la corrupción ylas posiblidades, muy alentadaspor los autores, de edificar "multi-tudes contra el Imperio".

Es en esta última parte donde laobra adquiere un tono distinto enel que se señalan caminos paratransitar contra el Imperio. Desdelas "sendas infinitas" (que buscanel derecho a la ciudadanía global),al examen de las nuevas concepcio-nes sobre el "tiempo y el cuerpo"(que acabarán reivindicando el de-recho a un salario social) y hasta labúsqueda del nuevo telos de unamultitud que, a partir de nuevasformas de lenguaje y de comunica-ción, buscará su (antiguo) derechoa la re-apropiación; se anuncian detal modo posibles formas (nuevas)de rebelión, resistencia y revolu-ción. Las últimas páginas dedicadasexquisitamente a la figura del "mi-litante", cierran una obra que dará(ya está dando, en realidad) muchoque hablar y con la que se polemi-zará y discutirá notablemente. Sitantos buscamos textos lúcidos yreflexiones sólidas acerca de losprofundos cambios políticos, socia-les, económicos y culturales que elplaneta viene experimentando enlas últimas décadas, Imperio consti-tuye un alto obligado en el caminohacia esa compleja comprensión.

Iñaki Rivera Beiras

Mirando al abismo.El régimen cerradoJulián Carlos Ríos Martín,Pedro José Cabrera CabreraUniversidad Pontifica de Comillas. Fundación Santa María, Madrid,2002, 219 páginas

El lector se encuentra ante el resul-tado de una investigación llevada acabo desde el mes de septiembre de2000, como continuación a su ante-rior trabajo, Mil voces presas, reali-zada mediante cuestionarios, car-tas, relatos personales y testimoniosorales y escritos de presos/as, fami-liares, asociaciones, profesionalesdel Derecho y responsables de lasprisiones, referente a la situaciónen la que viven los presos/as que seencuentran clasificados en primergrado de tratamiento en las cárce-les españolas. Evidentemente, traslas últimas publicaciones de ambos,el lector del mismo ya puede supo-ner que no se encontrará con untexto de carácter "plano" ni "neu-tro", sino con un texto empáticocon el dolor ajeno, cuyo contenidorefleja la distopía del sistema peni-tenciario español manifestada ensu máxima dureza, cual es el primergrado de tratamiento.

En esta ocasión, la vocación trans-formadora y de alerta que se en-cuentra en el trasfondo de este in-forme se realiza desde un alto nivelde análisis jurídico, permitiendo, deeste modo, compartir o no las pro-puestas que frente a los resultadosobtenidos se realizan, pero difícil-mente permite cuestionar las inter-pretaciones que de modo jurídica-mente razonado se vierten en esteinforme.

COMENTARIOS DE LIBROS

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En este trabajo se examinaránvariables tan decisivas como unanálisis sociológico del perfil de laspersonas que se encuentran clasifi-cadas en primer grado (sexo, edad,estado civil, nivel de estudios, pro-fesión...); la atención sanitaria reci-bida; examen de las condiciones desalubridad del habitáculo denomi-nado celda en el que viven; lascuestiones regimentales (cacheos yregistros, utilización de medioscoercitivos y malos tratos, los tras-lados...); las comunicaciones; y, fi-nalmente, se examinarán las con-secuencias físicas (las pérdidas ydeficiencias que aparecen en loscinco sentidos de la persona), psí-quicas (los diferentes traumas ymiedos imborrables que se des-arrollan en sus mentes) y de carác-ter social (derivadas precisamentede las secuelas psicológicas que hadejado su "vivir la prisión" en di-cho grado de tratamiento) quecomportan el paso del tiempo noya en términos generales en pri-sión, sino específicamente en laprisión en primer grado de clasifi-cación penitenciaria.

A través de este estudio se denun-cia y se pone en evidencia la renun-cia explícita de Instituciones Peni-tenciarias al mandato constitucionalreferido a las penas privativas de li-bertad; la nula transparencia de laAdministración Penitenciaria, inclu-so su propio desconocimiento acer-ca de las condiciones efectivas en lasque se desarrolla esta forma decumplimiento; la correlación directaque se establece entre la estancia enrégimen cerrado y la posterior rein-cidencia del sujeto; el proceso deanimalización que se percibe en

aquellos/as que lo padecen; especialmención y tratamiento se mereceen este informe el régimen FIES (Fi-chero de Internos de Especial Segui-miento); y, finalmente, se realizauna llamada al protagonismo de lafigura del juez de Vigilancia Peni-tenciaria en este especial ámbito.

Con todo ello, este informe con-cluye destacando que "la cárcel sesupera fundamentalmente fuera yantes de prisión", de ahí que se de-mande en este informe un Plan Es-tatal de Lucha Contra la Exclusión;una modificación del método de re-solución de los conflictos que no sebase más en el binomio "ganador-perdedor"; un aumento en prisiónde profesionales especializados enciencias humanas; una atención clí-nica especializada; una fijación le-gal de limitaciones temporales aeste régimen cerrado, cuya aplica-ción debiera ser excepcionalísima;un verdadero programa de trata-miento individualizado y, finalmen-te, una verdadera voluntad políticade acabar con este "peculiar" régi-men "inhumano, devastador y, a lapostre, criminógeno".

Mónica Aranda Ocaña

Los movimientos anti-globalizaciónJaime PastorRBA Libros, Barcelona, 2002.

Como resultado de una avalanchade producción teórica de desigualcalidad, el término "globalización"ha acabado por ocupar, desde su

Mirando al abismo. El régimen cerrado

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blos bajo el manto ideológico del"choque entre civilizaciones".

En la indignación frente a esas in-justicias, precisamente, es donde elautor sitúa las condiciones de ori-gen y de perdurabilidad de unosmovimientos que, a su vez, consti-tuyen también una continuación yuna innovación respecto de los tra-dicionales movimientos modernos,desde los obreros y campesinoshasta los ecologistas y feministas.En las banderas de estos movimien-tos, presentes, aunque con distintaintensidad, tanto en la "periferia"como en el "centro" del sistema,no sólo vendría inscrito el rechazoa la mercantilización de los dere-chos y de las libertades propiciadapor la "globalización desde arri-ba", sino también la afirmación devalores alternativos como la digni-dad, la autonomía, la autoorgani-zación, la solidaridad internacionale intergeneracional, la coopera-ción, la justicia o la reconciliacióncon la naturaleza dentro de esa"casa común" que es la Tierra.

De ahí la inevitable y en ciertomodo fructífera convivencia, al inte-rior del propio movimiento, de im-pulsos y énfasis tanto "deconstructi-vos" como "constructivos", con lasconsiguientes tensiones estratégicasy programáticas que ello supone.Así, por ejemplo, las que han gira-do, sobre todo tras los sucesos del11 de septiembre y del II Foro dePorto Alegre, en torno a la necesi-dad o no de vínculos con la izquier-

da política y sindical y a los riesgostanto de "institucionalización"como de "aislamiento" por partedel movimiento. O las que atravie-san los debates en torno al papelque debe otorgarse a la coordina-ción local y regional del movimien-to. O a la relación entre investiga-dores y activistas. O a la necesidadde medios de información alternati-va y de formas de movilización lúdi-cas y creativas, que desconcierten al"enemigo". O a la pertinencia de ladesobediencia civil y de las distintasvías de resistencia frente a la repre-sión. O, ya en un plano más progra-mático, las discusiones acerca depropuestas como la tasa Tobin, laeliminación de los paraísos fiscales,la soberanía alimentaria, la anula-ción de la deuda de los países em-pobrecidos o la reforma o aboliciónde las instituciones financieras y co-merciales internacionales.

Se trata, como es evidente, decuestiones abiertas y complejas, delas que el libro de Jaime Pastor ofre-ce, en un lenguaje asequible, unaversión sintética pero altamente su-gerente. Un pequeño mapa, ensuma, útil para navegantes preocu-pados (y ocupados) en la construc-ción de un nuevo imaginario anta-gónico, de un mundo, en suma, enel que como dicen los zapatistas,"tengan cabida todos los mundos".

Gerardo Pisarello

Los movimientos antiglobalización

223

irrupción en la década de los 80, elcentro de los debates políticos, so-ciales y económicos. A pesar de lasimprecisiones y de los dudosos ar-gumentos esgrimidos a favor desus supuestos efectos benéficos,existe uno que parece indiscutible:la generación de condiciones favo-rables para el surgimiento de losmovimientos sociales que hoy seoponen a ella o, si se prefiere, quepropugnan una "globalización al-ternativa".

En un volumen breve y didáctico,Jaime Pastor rastrea los orígenes yperspectivas de esa relación detensión entre globalización y movi-mientos sociales en la que, comonunca, se juega la supervivenciamisma de la especie humana.

Presentada en un tono ajeno tan-to al catastrofismo como al optimis-mo excesivo, la tesis básica del libroes que este nuevo sujeto colectivo yplural, este "movimiento de movi-mientos", a pesar de su relativa de-bilidad organizativa, está aquí paraquedarse, al igual que el procesocontra el que dirige sus críticas.

Ahora bien, contra los mitos neo-liberales que rodean sus caracteri-zaciones dominantes, la "globaliza-ción" es presentada como profun-dización de algunas líneas deexpansión y concentración exhibi-das por el capitalismo al menos des-de 1870, sin perjuicio de la presen-cia de algunos rasgos relativamente"novedosos" vinculados, a partir dela crisis de 1970, al notable creci-miento de los flujos financieros y ala consolidación de un capitalismointernacional de tipo especulativo.

En ese sentido, lejos de contri-buir, como sostienen sus apologis-

tas, a la expansión de las libertadesindividuales y colectivas y a la inter-dependencia entre los pueblos, la"globalización hegemónica" sepresentaría como un proceso selec-tivo, excluyente y jerárquico, asen-tado sobre dos pilares fundamenta-les. De un lado, uno de tipo "priva-do" constituido por las grandesempresas transnacionales, las agen-cias de calificación de deuda o lasprincipales instituciones financierasy comerciales internacionales: elFondo Monetario Internacional, elBanco Mundial y la OrganizaciónMundial del Comercio. De otro, unsoporte si se quiere más "político",conformado por las reuniones delas grandes potencias (el G-7) y, demanera más específica, por la "tría-da" integrada por Japón, la UniónEuropea y Estados Unidos. Tríadaen la que este último, a pesar de suenorme déficit comercial interno,desempeñaría un papel abierta-mente hegemónico, del todo evi-dente en el plano militar.

Así caracterizada, la globalizacióncapitalista operaría, principalmen-te, como fuente permanente de in-justicias de alcance tanto local comointernacional: la mercantilización yconcentración de recursos básicoscomo el agua o los alimentos, la de-vastación ecológica, la militariza-ción del planeta y la degradación delas libertades democráticas, el creci-miento de las desigualdades entreel Norte opulento y el Sur y el Esteempobrecidos, la feminización de lapobreza, el auge de una economíailegal y criminal basada en el co-mercio de armas o la esclavitud in-fantil, o la seria amenaza a la convi-vencia multicultural entre los pue-

COMENTARIOS DE LIBROS

Page 114: La mayoría de libros de Virus editorial se encuentran bajo … A pesar de la derrota militar en Europa y del desgaste cronológico en Es-paña, el fascismo no desapareció tras la

Recopilación de documentos (panfletos,imágenes, análisis, notas de prensa) sobreel movimiento estudiantil de 1986-87 en elEstado español y francés, que constituyehasta hoy el dossier más completo sobreestas movilizaciones. En este libro, que esel resultado de muy diversas colaboracio-nes, se pasa revista a los acontecimientosdesde las diversas perspectivas implicadassin ocultar la simpatía teórica de los com-piladores por el ámbito de la autonomía ylos aspectos de autoorganización.

estudiantes, antiestudiantes,polícia, prensa, podermovimiento estudiantil de 1986-87 enEspaña y FranciaAA.VV.Literatura Gris, Colectivo Maldeojo,traficantes de sueños264 págs., 9.02 euros

Chernobyl, Bhopal, los vertidos de petró-leo, la constante amenaza de destrucción de

la vida humana y de la naturaleza que seciernen sobre el planeta, no son el resulta-do de una aplicación errónea de los apara-tos técnicos, sino fenómenos inherentes alpropio sistema industrial y tecnológico y ala racionalidad instrumental que lo funda-menta. A partir de la problemática distin-

ción entre capital y tecnología, y tomandoprestado del historiador Lewis Mumford elconcepto de megamáquina, Watson revela

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