La irrupción de las sombras.

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121 CAPÍTULO 4. La irrupción de las sombras. El origen se yergue en el flujo del devenir como un remolino… su ritmo es evidente sólo para la doble mirada. Walter Benjamin. Durarante la primera mitad del siglo XX las vanguardias plásticas esbozaron un espacio que constituía una topología de incipiente instalación liminar. La intensificación de la experiencia áptica de esta nueva geografía, así como su dominio fenomenológico, no emanaría de los postulados positivistas y absolutos preconizados por la Ilustración; sino que, coincidente con la situación de entre–mundos (Zwischenwelt) enunciada por Novalis, emanaba de la insólita irrupción de las sombras, lo ilimitado, lo no concreto y lo informe, en el ámbito de la representación. Una paradoja operativa que afrontó el proyecto moderno partiendo de que el caos debía resplandecer en el poema; dualidad en la que las creaciones artísticas basan su fascinación, ostentando una suspensión en la que lo bello, según Rilke, sería el comienzo de lo terrible que todavía se podría soportar. Lo que las concepciones limitativas de lo Bello, elaboradas en el Renacimiento y asumidas por la Ilustración, no se planteaban 1 . La consciencia crítica, en el arte moderno, inhibía la posible instalación en ese precario equilibrio, ante la incertidumbre de apuntar al fraude o aspirar a un imposible. Benjamin señala que la solución, más que armarse como experiencia profunda (Erfahrung), se conformaría desde una vivencia (Erlebnis). Algo que se había experimentado en el teatro del mundo que construyó el Barroco y que estuvo, a su vez, subyacente en las concepciones positivas de lo infinito que, desde la idea de lo Divino de San Agustín, habían ido adentrándose en lo insondable. 1 Para el pensamiento clásico lo ilimitado, lo informe, lo terrible se traducía en la aparición de lo siniestro, categoría opuesta de lo bello Aún para Scheling… “Lo siniestro (das Unheimliche) es aquello que, debiendo permanecer oculto, se ha revelado”.

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CAPÍTULO 4.

La irrupción de las sombras.

El origen se yergue en el flujo deldevenir como un remolino… su ritmo es

evidente sólo para la doble mirada.Walter Benjamin.

Durarante la primera mitad del siglo XX lasvanguardias plásticas esbozaron un espacio queconstituía una topología de incipiente instalaciónliminar. La intensificación de la experiencia áptica deesta nueva geografía, así como su dominiofenomenológico, no emanaría de los postuladospositivistas y absolutos preconizados por la Ilustración;sino que, coincidente con la situación de entre–mundos(Zwischenwelt) enunciada por Novalis, emanaba de lainsólita irrupción de las sombras, lo ilimitado, lo noconcreto y lo informe, en el ámbito de larepresentación. Una paradoja operativa que afrontó elproyecto moderno partiendo de que el caos debíaresplandecer en el poema; dualidad en la que lascreaciones artísticas basan su fascinación, ostentandouna suspensión en la que lo bello, según Rilke, sería elcomienzo de lo terrible que todavía se podría soportar.Lo que las concepciones limitativas de lo Bello,elaboradas en el Renacimiento y asumidas por laIlustración, no se planteaban1 .

La consciencia crítica, en el arte moderno,inhibía la posible instalación en ese precario equilibrio,ante la incertidumbre de apuntar al fraude o aspirar aun imposible. Benjamin señala que la solución, másque armarse como experiencia profunda (Erfahrung),se conformaría desde una vivencia (Erlebnis). Algoque se había experimentado en el teatro del mundoque construyó el Barroco y que estuvo, a su vez,subyacente en las concepciones positivas de lo infinitoque, desde la idea de lo Divino de San Agustín, habíanido adentrándose en lo insondable.

1 Para el pensamiento clásico lo ilimitado, lo informe, loterrible se traducía en la aparición de lo siniestro,categoría opuesta de lo bello Aún para Scheling… “Losiniestro (das Unheimliche) es aquello que, debiendopermanecer oculto, se ha revelado”.

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1. J.M. WILLIAM TURNERRain, Steam, Speed. 1800.Oleo sobre lienzo, 90,8x121,9. National Gallery.Londres

2 TRIAS, Eugenio. [1982]. Lo bello y lo siniestro. 2ª Edic.Nº 81. Ariel: Barcelona (1992). P. 19.

3 Como en las construcciones de El Lissitzky, LàszlóMoholy–Nagy y Max Ernst. Véase a propósitoCORBACHO, Roger. (1998). Formulación del proble-ma de la percepción Espacio/Tiempo en el arte devanguardia. Trabajo de ascenso para optar al grado deProfesor Agregado de la Universidad Simón Bolívar.

4 Sobre la irrupción de lo terrible en los cuadros de Turnery las reacciones que despertaba en los observadores, verTRIAS, Eugenio. (1992) Op. Cit.

5 Si bien los platónicos y neoplatónicos concebían labelleza en una pura esencia luminosa y espiritual, partende la idea grecorromana que la vincula a armonía y justaproporción, lo cual limita el concepto a un simpleprecepto formal.

El Barroco, al confrontar el conceptorenacentista de lo bello –“presentación sensible entérminos de medida y limitación”2 – exploró el ámbitode todo aquello que implicara o sugiriesedesproporción, desorden, infinitud o caos y que habíasido desterrado. Su mayor logro fue dejar de entendera lo infinito como el sinónimo griego de imperfección.En cambio, la experiencia ilustrada supuso el eclipsede lo informe, velado por una construcción positivistadel Tiempo. El proyecto moderno, en susformulaciones iniciales, sería todavía, en la forma enque Goethe lo concibiera, un simbolismo de la huidadel alma desde lo limitado, hacia lo ilimitado mítico,donde la muerte vela su horror.

Determinadas construcciones post–barrocastambién dejaron entrever el valor de lo efímero, de ladiscontinuidad de la vida, de la fragmentación delsujeto y de la aceleración de la historia3 . En ellas, comoen el drama barroco, de la contemplación de localcinado por la muerte y el tiempo, podría brotar unanecesidad de redención, como noción subyacente delo sensible. Lo que, al plasmar lo informe y lo infinitode manera asimilable por el observador4 , traslucíanlos cuadros de Turner (il. 1) y aparecía en la reflexiónsobre lo sublime, donde Kant vislumbró una sensaciónambigua de dolor y placer que transcendía lo bello5 .

Habermas fija el principio de lo moderno en elsoterrado enamoramiento de las sombras que se desvela

1.

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en el concepto de lo sublime, entendido como lainteriorización de los fenómenos externos al sujeto quese produjo en la Ilustración6 . La obra de Habermastraspasa el límite que ciñe a lo sublime como laimposibilidad del espacio y del tiempo accesibles.

“El arte sólo abre el acceso a lodionisiaco al precio del éxtasis, al preciode una dolorosa desdiferenciación, dela pérdida de los límites individuales, dela fusión de la naturaleza amorfa, tantodentro del individuo como fuera”7 .

El doble rostro de Jano.

Baudelaire, Marx y Nietzsche, entre otros,operaron desde formas expresivas que se oponían alas categorías excluyentes de la filosofía convencional,declarando desde el inicio la debilidad del proyectoilustrado. La modernidad fue asimilando con titubeos8

la dualidad del rostro de Jano de las manifestacionesartísticas, desde su instalación, cuando anuncia lafluidificación de lo real (aún sobre basescontradictorias), hasta la vanguardia que asumía lanecesidad de adoptar formas discursivas que notemiesen a la dicotomía.

Benjamin, rozando el spleen de Baudelaire yen sintonía con él –para quien sólo del mal naceríanlas flores– enunció esta dualidad al mismo tiempoque la exploraba como estrategia discursiva. Un hacerque se situó en la frontera entre la esperanza positiva(tal como la articuló Ernst Bloch) y la acidia medieval.Su trabajo filosófico es una operación liminar armadaen una construcción más narrativa que sistémica, en laque busca asir una realidad presentada como mosaicoal estar constituida por fragmentos. Los mismos queRuskin tomaba en cuenta en su diletantismo visual yque, por otra parte, habían sido observados por elperverso mirón poetizado de Las flores del mal.Fragmentos que, en última instancia, habrán de leersecada uno como parte a ser integrada en una complejidad

6 A propósito Habermas señala que: “Lo que Nietzschellama «fenómeno estético» se revela en el descentradotrato consigo mismo de una subjetividad liberada de lasconvenciones cotidianas de la percepción y de la acción.Sólo cuando el sujeto se pierde, cuando se mueve a laderiva de las experiencias pragmáticas que hace en losesquemas habituales de espacio y tiempo, se ve afectadopor el choque de lo súbito, ve cumplida la «añoranza deverdadera presencia» (Octavio Paz)”; HABERMAS,Jürgen (1993) El discurso filosófico de la modernidad.del capítulo 4º: “Entrada en la postmodernidad: Nietzschecomo plataforma giratoria”. Trad. Jiménez Redondo, M.Taurus: Madrid. Trias considera el concepto de lo sublimecomo “la más sólida sustentación del nuevo sentimientode la naturaleza y del paisaje que se dió en ese siglo delas luces”; TRIAS, Eugenio. (1992). Op. Cit. P. 23

7 HABERMAS, J. (1993) Ibidem.

8 Las transformaciones en la concepción y la construccióndel objeto arquitectónico, operadas por la vanguardiadesde los años Veinte, cónsonas con las exploracionesde las artes plásticas, buscaron desmontar el esquemade representaciones renacentista, incapaces de expresarel nuevo sistema de relaciones espacio–temporales quese venía articulando. La disolución de los límitescontentivos, como se ha vista en la primera parte de estetrabajo, comportó el descubrimiento de una geografíaliminar; una nueva topología de difícil aprehensión ysin embargo, especulativamente apta para ser habitada.La exploración positiva del nuevo espacio arquitectónicose llevó a cabo utilizando como herramientas la macla yla colisión entre sus componentes, como medio paraproducir aquella tensión que operase contra lo cerrado ylo definido.

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significante y cuya única entidad será la alegoría.

“Mientras en el símbolo, como latransfiguración de la caducidad quehuye, se revela el rostro transfiguradode la naturaleza a la luz de la redención,en la alegoría se propone a los ojos delespectador la faccies hipocrática de lahistoria como un petrificado paisaje pri-mordial”9 .

En ese umbral del espectro de lo que es y de loque trasciende se instala la arquitectura, entendidacomo una particular construcción espacio–temporal delarte que se materializa como mediación entre Cosmosy Caos. De eludirse la visión fragmentaria, lasignificación del discurso espacial resulta insondablepor ser un ámbito de múltiples posibilidades y sulenguaje deviene inaprehensible, en tanto que es lugarde todas las formas. La arquitectura configura así unarepresentación liminar del mundo articulada a partirde operaciones mnemotécnicas, que permiten habitarlocomo reconstrucción artificiosa desde unaintensificación de la experiencia. Esta representación,consecuencia de una pretensión de dominio de lanaturaleza binaria de lo real, se basa en la organizacióndel espacio por medio de divisiones elaboradas por elsujeto que lo percibe, proyectadas desde su propiaposición como perceptor ante el mundo10

Desde el modelo perspectivo formulado en elRenacimiento, aunque podría decirse con propiedadque el proceso habría comenzado mucho antes, se habíaproducido una sistemática detección de nuevasdimensiones en el hecho espacial, entendido ya comoreconstrucción consciente. La Ilustración, partiendo deuna realidad que se representaba enmarcada en un conoperspectivo (emanado del sujeto) y cuya geometríavisual venía dada por el sistema monocular de laperspectiva, asignó a cada situación sus dos sentidosposibles, desde o hacia el foco perceptor e identificóseis puntos para definir la posición. De ellos indujo unséptimo: el centro, cuya consistencia será asumidaplenamente en el Romanticismo, como reacción a loque consideraba devaneos pluricelulares del Barroco.

9 BENJAMIN, W. (1990) Op. Cit. P. 22

10 “Tomar posesión del espacio, es el primer gesto de loviviente, de los hombres y de las bestias, de las plantas yde las nubes, es manifestación fundamental de equilibrioy de duración. La primera prueba de existencia es ocuparel espacio”, indica Le Corbusier en L’espace indecible(en: Art, nº hors-serie de L’Architecture d’aujour’hui.París [1946, abril]. Versión en castellano: El espacioindecible. Trad. Alvarez, F. DC, nº 1: Barcelona (1998,septiembre). P. 46. Pero no es la simple ocupación loque aquí interesa. Es la intelectualización de ese proceso,lo que lleva a formular los lineamientos de surepresentación; toda ocupación racional es, en definitiva,una reducción a un modelo, al margen de otrasconsideraciones semióticas y sígnicas que aquí nointeresan. Al efecto son significativas las imágenes dela bitácora de trabajo del maestro cantero medievalVillard d´Honnecourt, hacia 1250, en las que buscabareflejar aquello que veía en la catedral de Reims, queconstituyen una incipiente aproximación a la “vista real”y un ejemplo de que los sistemas de representación y lasconvenciones estaban resultando limitadas para lasnecesidades expresivas.

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Una construcción lógica que privilegiaba al sujeto yconstituía la esencia de la topología cartesiana11 ,articulando la visión clásica de la existencia queimplica ubicarse en ese punto determinado para laasimilación del mundo.

La modernidad se enfrentó a la rigidez ypasividad de esta visión homocéntrica adoptandosituaciones de relatividad, múltiples y simultáneas,generando un habitante que buscaba actuardesenvolviéndose en plena ejecución12 en una nuevadimensión, la cuarta. Pero a lo relativo de la posiciónque, en sucesivos instantes, tomaría el observador,sucedió la imprevista circunstancia de descubrir queel observador era un sujeto más, junto a otros y en unmismo campo, inmerso en otras construccionesvariables establecidas por otros observadores. Por ello,la superación del homocentrismo clásico supuso laaniquilación del sujeto, quien en el proceso decaptación del mundo se había transformado en objeto.Una crisis generada en la vanguardia dentro de símisma y que intentó superar, a partir del período deentreguerras, desde su propio topos.

Las señales que apuntarían al establecimientode diferencias en el devenir de lo moderno entre losplanteamientos iniciales y los posteriores a la guerra,residirían en la consideración de la actitud que adoptael observador para con el espacio, en el que se hallainmerso. Se manifestarían en el antagonismo entre elsentido de orientación que se pretendió en los iniciosy el de posición, estructurado en la postguerra, cuandolo moderno pareciera ser ya una cuestión de modos.Sin embargo, la revisión que operó la modernidad trasel conflicto mundial, asumió paralelas dos actitudes.Por un lado se persistió en la visión positiva, progresistay cientificista de confianza ingenua en la razón y laciencia; por otro, se abordó una actitud que estaríaimbricada en una regresión de marcado caráctermitificador.

Se actuó entonces negando las contradiccioneso ignorándolas, o bien rompiendo con el marco teóricoreferencial demostrando, desde el desengaño,descontento con los hechos para refugiarse en pasados

11 Recordemos, por un momento que la esencia delplanteamiento estético de Klee es el punto. Verlo como“centro” no debe resultar difícil.

12 Benjamin denota una condición espacial similar en elBarroco. Las referencias son extensas, pero sirve de clavelo apuntado en su libro El origen del drama barrocoalemán y lo desarrollado por Guilles Deleuze en ElPliegue, Leibniz y el Barroco. Aquí se trabaja sobreaquellos aspectos más directamente relacionados con losconceptos habitables del lugar, como formulación de larelación binomial espacio/tiempo.

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mitificados; precisamente todo contra lo cual luchabadenodadamente la modernidad como proyecto. Lo queaquí particularmente interesa, es que en ese momentohistórico se percibió un espíritu embriagador en lamirada intensa, que reconoció a lo visual como uncampo autónomo. Una doble cualidad de apertura,implícita en el sentido óptico de “lo infinitamentemúltiple, por una parte y lo simultáneamente unificado,por otra”13 .

La percepción del mundo se compondría, apartir de micropercepciones, inconscientes y oscuras,que juntas conformarían una macropercepción,consciente y diáfana, según lo vio Leibniz, distantecon ello de la inducción física cartesiana en la que sebasó la reflexión ilustrada. Lo propio de la percepciónsería pulverizar el mundo desde deducciones hechas apartir de la edificación del cuerpo, aunque tambiénespiritualizar ese polvo14 . Recomponer lo real comoconsciencia posterior del mundo, sería la conformaciónde una relación homogénea entre las partes y el todopor la adición de partes heterogéneas. Al vértigo delas micropercepciones que se agolpan ante el sujeto,consciencia asumida en sus dos formas posibles deexpresión, universal o individual, Leibniz lo denominó“mónada”15 y lo catalogó como una relaciónordinario/relevante16 en la que se trasciende elautomatismo psíquico implicado en la visión.

Desde esta percepción monadológica, ladeterminación del objeto vendría condicionada por lasituación espacio–temporal particular propia del sujeto.Un relativismo del ser, entendido no como variaciónde la verdad según el sujeto, sino como la condiciónbajo la cual la verdad de una variación se presenta alsujeto, que el Barroco asumió. Oponiéndose a laverticalidad hierática del sujeto–observador de laperspectiva italiana renacentista, el Barroco planteólas infinitas posibilidades de las cónicas resultantes porlas inclinaciones del plano de cuadro17 , que seríanentendidas como “escenografías”, operando sobre elcono perspectivo mismo y cuyo resultado fue lavariación del centro, motivada por sudesplazamiento18 . Será en este impulso barroco donde,según Benjamin19 , la modernidad buscará instalarse

13 KRAUSS, R. (1996). The originality of the Avant–Garde and other Modernist Myth. Versión en caste-llano: La originalidad de las vanguardias y otros mi-tos modernos. Trad. Adolfo Gómez Cedillo. Alianza:Madrid.. P. 16

14 TARDE, Gabriel. (1984) Monadologie et sociologie.Essais et mélanges sociologique. Ed. Maloine: París.P. 335

15 Tomado de los neoplatónicos quienes lo utilizaban paradesignar el estado de lo Uno: la unidad en la medida enque envuelve una multiplicidad y en que esta desarrollalo Uno. Leibniz define el espacio barroco como el lugarde un pliegue que se repliega sobre sí mismoinfinitamente. así, la acción de la mónada sería la deexplicar–implicar–complicar.

16 Una percepción consciente se produciría así cuando dosparte heterogéneas, por lo menos, entran en una relacióndiferencial que determina la relación singular.Supongamos –y es el ejemplo que plantea Deleuze– elcolor verde. Por supuesto que los colores amarillos yazul pueden ser percibido cada uno por separado, perosi su percepción individuada desaparece a fuerza dedevenir infinitesimal, entre en una relación diferencialque determina el verde. Lo enigmático empieza cuandosuponemos al amarillo –color primario–, fruto de otrarelación diferencial de colores que se nos escapan.

17 La figuras resultantes de estas intersecciones son:paraboloides, elipsoides y ovoides, curvas que no sonapreciables a simple vista en la naturaleza.

18 “Sin duda, el error de Descartes, que volveremos aencontrar en dominios diferentes, es haber creído que ladistinción real entre partes entrañaba la separatibilidad:un fluido absoluto se define precisamente por la ausenciade coherencia o de cohesión, es decir, la separatibilidadde las partes, que de hecho sólo conviene a una materiaabstracta y pasiva. Según Leibniz, dos partes de materiarealmente distintas pueden ser inseparables”. DELEUZE,

2. MARCEL DUCHAMPEtant donnés: 1º la chute d’eau, 2º le gaz d’eclairage.1946-1966. Exterior. Madera, ladrillo y otros materialesMuseo de Filadelfia

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como experiencia fenomenológica de la mirada desdeuna perspectiva fragmentaria, fundamentando unaalteridad subyacente de lo moderno.

Esta otra mirada había evolucionado a travésde los atisbos de John Ruskin20 , planteados en ModernPainters, cuando reflexionó sobre lo perceptible en elarte y lo inherente a su coherencia estética. Fue allídonde otorgó cohesión y legitimidad a la posibilidadde desvelar el mundo desde relaciones abstractas de lapercepción, reconociendo a lo visual como un campoautónomo y ampliando el espectro de la significaciónartística, como única forma objetiva de aprehender lanueva realidad.

La construcción alegórica Etant Donnés21 deMarcel Duchamp, pondría en evidencia las limitacionesde la óptica cartesiana. Este montaje, situado al fondode un salón del Museo de Filadelfia, únicamentemuestra al espectador un viejo portalón cerrado (il. 2)22

que guarece tras sí un ámbito inaccesible. Sólo lamirada del fisgón ilustrado se aventura a traspasar loscasuales orificios23 , cayendo en una trampa que leenvuelve y atrapa, como en los mejores trompe l’œil

G. (1989). Le Pli. Leibniz et le Baroque. Col. Critique.Les Edition de minuit: París. Versión en castellano: ElPliegue. Leibniz y el Barroco. Trad. Vázquez, J. yLarraceleta, U. Col. Paidos Studio, Básica. Paidos: Bar-celona. P. 14.

19 Como indica Ana Lucas (1992) El trasfondo Barrocode lo Moderno. Estética y crisis de la Modernidad enla filosofía de Walter Benjamin. Cuadernos U.N.E.D.:Madrid. Habermas ni siquiera menciona a Benjamin ensu reflexión sobre el origen y desarrollo de lo moderno.La omisión es significativa, pues el hecho de queHabermas señale que el espíritu y la disciplina de la mo-dernidad estética adquieren sus claros contornos en laobra de Baudelaire, implica, por lo que se refiere a lahistoria de la filosofía, asumir y reconocer como válidoel primer discurso teórico en que se toma conciencia deesto. Y tal discurso coincide con el benjaminiano”. Noobstante, Habermas fija en la Ilustración el origen de lamodernidad, que para Benjamin estaría claramente enel Barroco.

20 A quien Mazzini atribuye “el espíritu más lúcido deEuropa” y quien, sin embargo, escribió ModernPainters, señalado por Krauss como “uno de los tratadospeor estructurados que jamás haya merecido el nombrede literatura”. KRAUSS, Rosalind. (1996). Op. Cit. P. 13.

21 Resultado de un complejo montaje físico/visual, es unaobra iniciada en 1946, aunque concluida y montadapóstumamente en 1966.

22 Que Duchamp había adquirido en Cadaqués

23 Sartre dirá al respecto: “Es la verguenza la que me reve-la la mirada del otro y a mí mismo en cuanto destinata-rio de esa mirada” SARTRE, J.P. [1943] El Ser y laNada. Ensayo de una ontología fenomenológica. Delcapítulo 4º: La mirada. 2ª reimpresión. Alianza/Losada:México. (1989) 2.

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barrocos (il. 3). No se está representando el devenir deun acontecimiento, sino la interrupción de un acto enla instantánea de su clausura. Duchamp exploró aquílos límites expresivos de la construcción del espaciosurrealista, haciendo que el intérprete moderno fuesepoco más que un voyeur24 .

La obra se basa en la perspectiva clásica pero,en una maliciosa literalidad, el plano del cuadro loconstituye un muro de ladrillos perforado por un vanopintoresco donde los puntos de mira y de fuga, cuyahabitual naturaleza antimaterial responde a sucondición de límites geométricos, toman cuerpo de unamanera materialmente obscena (il. 4). El primero es unagujero practicado en la puerta, construcciónmetafórica de la inversión del cono visual practicadapor Lacan25 . El segundo, es el orificio moralmenteimpenetrable de una “novia inmóvil” y abierta depiernas, como alegoría del “alcance” de la visión.

24 Lyotard desvela el intrincado mecanismo de re–presen-tación de esta misse en scène. Ver: LYOTARD, J. F.(1977). Les TRANSformateurs Duchamp. Galilée:París.

25 Lyotard lo denomina “dispositivo en espejo”.LYOTARD, J. F. (1977). Op. Cit.

3. MARCEL DUCHAMPEtant donnés: 1º la chute d’eau, 2º le gaz d’eclairage.1946-1966. Interior. Montaje de prensa mezclada,242,5x178.Museo de Filadelfia.

4. MARCEL DUCHAMPEtant donnés: 1º la chute d’eau, 2º le gaz d’eclairage.1946-1966. Diagrama explicativo de la estructuraespacial de la obra realizado por Lyotard. En:LYOTARD, J.F. (1977) Les TRANSformateursDUchamp.

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Por medio de estas transmutaciones irónicas,la obra revela la consecuencia espacial que subyaceen la substitución del concepto de “centro”, comogenerador de relaciones geométricas o espaciales, por“puntos de vista”. Un nuevo modelo óptico de lageometría pero también de la percepción, al queDeleuze entenderá como una verdad del relativismopor sobre la relatividad de la verdad. Le Corbusier lohabía intentado definir en otros términos:

“Las perspectivas “a la italiana” nadapueden; es otra cosa lo que ocurre. Aesta cosa se le ha bautizado cuartadimensión y ¿por qué no? puesto que essubjetiva, de naturaleza incontestablepero indefinible, no euclidiana”26 .

El centro, punto de vista privilegiado en lacomposición, se había venido abandonando en lamedida en que se iba asimilando la visión copernicanadel universo; lo que supondría cambios fundamentalesen la concepción de la estructuración y de lasignificación del arte. Al sentido “pedagógico”27 delque se había revestido la obra conclusa, unívoca ycerrada del medioevo, como resultante de unaconcepción del cosmos entendido como jerarquía deórdenes claros y prefijados, se opuso el sentido deapertura y dinamismo barrocos, que iría dando cabidaa la nueva filosofía de la impresión y la sensación. Unempirismo que se resolvió en una serie de percepcionesaristotélicas de la realidad a través de la substancia.

Fue un surrealista nuevamente, Max Ernst,quien escenificó el vértigo que suponía la pérdida del

26 LE CORBUSIER. [1946, abril]. L’espace indecible. Nºhors-serie: Art de L’architecture d’aujourd’hui. Versiónen castellano: ALVAREZ, F. (1998, sept.) Dc, nº 1: Bar-celona. (P. 55)

27 ECO, U. [1962]. Obra abierta. Opera aperta. Versiónen castellano: Obra abierta. Trad. Roser Berdagué. 3ªed. Ariel: Barcelona. P. 89

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centro como referencia ante un universo enmovimiento, construido como un espacio poblado deobjetos en continuo devenir. En A little Girl Dreamsof Taking the Veil de 1930 (il. 5), el personaje central esuna mujer desesperada, atrapada en un quinetoscopio28 ,máquina de efectos luminosos, que reproduce unmovimiento conformado tan sólo por apariencias, talcomo en el Light–Prop de Moholy–Nagy. Unaconsciencia del Tiempo que viene dada en realidadesfraccionadas cuyo ritmo y cadencia construye ydestruye la forma misma. Lo real, representado almargen por un ave que se fuga de la composición, notiene cabida en este carrusel de convenciones.

En el nuevo espacio que se construyó en losaños post–bélicos todos los puntos o partes aparecendotados de similar importancia y nivel significativo;así el todo aspirará a dilatarse hasta el infinito, donde“cada ejecución explica, pero no agota; cada ejecuciónrealiza la obra, pero todas son complementarias entresí; cada ejecución, por último, nos da la obra de unmodo completo y satisfactorio, pero al mismo tiemponos la da incompleta”29 . A la mutabilidad operada enlas construcciones que resultaban de la movilidad orelatividad del “punto de vista”, se sumará la movilidado relativismo operado sobre la construcción misma, loque amplía los planteamientos barrocos. Como si alcontemplarse un cuadro, sobre él convergiese una“doble mirada”, como la definiera Benjamin30 . Unanueva construcción, armada por el observador, cuyarelación con el mundo se manifiesta desde la alegoríaepistemológica.

28 Llamado también Proyector praxinoscópico, como el deReynaud, de 1882

29 ECO, U. [1962]. Ibídem

30 Eco traza la línea en los siguientes términos: de lo real alo abstracto, de lo abstracto a lo posible. ECO. [1962].Ibídem.

5. MAX ERNSTA Little Girl Dreams of Taking the Veil. 1930De: “Dans mon colombodrome”. Collage

5.

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Para abarcar en una sola concepción expresivaestos postulados de las muevas concreciones espacio/temporales, fue necesario dar cabida a loindeterminado y a lo informe; conceptos que lossuprematistas, cubistas y surrealistas, noexperimentaron hápticamente al no asumirlosplenamente como experiencia posible, ceñidos comoestaban aún a ciertas limitaciones operativas delconcepto clásico de lo bello. Será Le Corbusier quien,aunque a finales de la década de los Cuarenta se afinque“en un mundo que se transforma para acoger a unasociedad industrial que liquida sus existencias delprimer momento, deseosa de reinstalarse para actuar,para sentir y para reinar”31 , dejando entrever unrevisionismo del debilitado pensamiento ilustrado,enunciará en 1946 la apertura donde se vislumbre el“campo de la posibilidad” de una alteridad espacial enla modernidad, cuya semiología definirá más tardeEco32 .

Le Corbusier: el ámbito tangible de la penumbra.

Acabada la Segunda Guerra Mundial, lanecesidad impuesta tras la devastación implicaba eltriunfo operativo, casi absoluto, del funcionalismo.Europa se reconstruiría con ideas que Le Corbusierhabía expuesto veinte años atrás33 . Sin embargo, exentode entusiasmo por aquello que le caracterizó en losaños de entreguerras, Le Corbusier, casi excusándose,enuncia una búsqueda distinta:

“En las líneas que siguen se habla dealcanzar una perfección absoluta en laocupación del espacio; de las nuevasciudades enteramente preconcebidas,uno se eleva a problemas de plásticadesinteresada, búsquedas que frisan másen lo sagrado que en lo frívolo, pero queen la incomprensión de estos tiempos,podrían ser amargamente tachadas deinadecuadas, hasta de insolentes”34 .

31 LE CORBUSIER. [1946, abril]. Op. Cit. P. 55

32 La noción de campo proviene de la física y supera alconcepto tradicional de espacio al sobreentender unavisión renovada de las relaciones de causa y efectounívoco. Implican en cambio un ámbito de interacciónde fuerzas o acontecimientos en una estructura másdinámica. Por otra parte, la posibilidad es una nociónfilosófica que supone el abandono de una visión estáticay silogística del orden. Así el campo de la posibilidad seestructura como una “apertura a una plasticidad dedecisiones personales y a una circunstancialidad ehistoricidad de valores”. ECO, U. [1962]. Op. Cit. P. 90.

33 Vincent Scully señala al respecto: “Sin embargo,inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundialel tono cambió. La guerra fue un periodo de desilusiónpara Le Corbusier. Sus venerados «empresarios» habíansalido mal parados; la Villa Saboya fue tratadabrutalmente y utilizada como granero. Quizá en partepor esta razón, él mismo se convirtió en «brutalista».Las Maisons Jaoul recogían el tema de la casa de fin desemana y lo dotaron de una masa verdaderamenteimponente. Como si los hubiera hecho en un momentode pesaroso enfado, las finas carpinterías industriales ylas paredes enfoscadas de las obras anteriores se dejande lado despiadadamente. Los materiales e imágenes dela era de la máquina, en los que en su momento tantohabía insistido L. C., se entierran bajo un alud de ladrilloy hormigón”. En: A&V nº 9: Madrid. (1987). P. 20. Comoseñala Fernando Alvarez, a propósito de la traducciónde este artículo y de la actitud del arquitecto tras la gue-rra: “Le Corbusier no oculta las contradicciones entresu búsqueda artística cada vez más solitaria y las necesi-dades solidarias del mundo a la salida del conflicto”-ALVAREZ, F. (1998, septiembre). No dejar solas a lassombras: algunos comentarios sobre L’espaceindicible de Le Corbusier. Dc, nº 1: Barcelona. P. 57

34 LE CORBUSIER. [1946, abril]. Op. Cit. P. 9.

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Estas palabras aparecieron publicadas en suartículo titulado L’Espace Indicible35 , cuya primeralectura resulta desconcertante si se le consideraindiciario de alguna postura revisionista o aún si se leasume como formulación manifiesta de algún nuevomovimiento de la vanguardia. Pareciera ser, incluso,el signo de otra modernidad. La misma frase con laque comienza Le Corbusier, ostenta unaindeterminación anteriormente inconcebible en elespíritu de lo moderno y se erige en una justificación,para dar las pautas de una nueva topología que seráexpuesta desde posiciones ambiguas.

“Ce texte doit être situé par le lecteur àsa juste place”36 .

La aparente renuencia de Le Corbusier aproseguir con la exploración del espacio de lo modernoque se venía realizando, implicaba en realidad laposibilidad cierta de una construcción alternativa. Elmismo señaló que la disposición del espíritu que leembargaba en ese momento “abriría caminos a loshechos plásticos en brega directa con el espacio,capaces tal vez de conducir a lo indecible”37 . LeCorbusier despuntaba la posibilidad de considerar alas figuras expresivas de la modernidad, no ya comometáforas de una utopía irrealizable, sino como lasoperaciones alegóricas 38 de una apertura liminar, dela que ya había hablado Benjamin39 . Una consideraciónque llevaría implícita la superación de la ópticacentralizadora y exacta del pensamiento Cartesiano,en la que se había instalado el siglo XX, para discurrirpor una visión fragmentaria y en devenir, intrínsecadel pensamiento leibniziano.

Los editores de uno de los primeros númerospublicados tras la Segunda Guerra Mundial deL’architecture d’aujourd’hui, en el que apareció elartículo de Le Corbusier, no dudaron en conferirle unpapel protagónico. La portada del número especial fuediseñada por él y a él está dedicado un poema de PierreGuéguen. En la sección de pintura aparece junto aPicasso, Léger y Gris. Su artículo figura en la secciónde arquitectura, a pesar de que termine hablando deuna estatuaria policroma…

35 Concretamente en el número del mes de abril del año1946.

36 “Debe el lector situar este texto en su justo lugar”. LeCorbusier. [1946, abril] Op. Cit. P. 9.

37 LE CORBUSIER. [1946, abril]. Ibídem.

38 La alegoría, construcción hecha a partir de fragmentosde la totalidad que no suponen un ansia unificadora sinoun continuo trasladar del sentido, extrae elementos delo real privándolos de su función y, a diferencia de lametáfora, la relación que plantea se presenta aislada delcontexto originario, sin pretender connotarlo. BÜRGER,Peter (1984). Theory and History of Literature. Vol.4. University of Minnesota Press. P. 69.

39 Ver a propósito: PIA LARA, M. (1991, marzo). Memo-ria Histórica y Responsabilidad Común. La Gacetadel Fondo de Cultura Económica: México. P. 31

6. LE CORBUSIERMoscophore et une tapisserie de Fernand Leger.Fotografía. (Del artículo L’espace indicible) 1946

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“apta para manifestar su poder bajo laforma de un objeto para tener en lamano, tanto como bajo la forma de unmonumento erigido hacia el cielo oactuando sobre los elementos en unaarquitectura combinada para recibir losbeneficios de esos elementos”40 .

Le Corbusier articula un discurso “moderno”,en el que retoma las contingencias expresivas de laprimera década del siglo41 . Es un texto definitivamentepositivista, donde incluso el meta–discurso, constituidopor el montaje paralelo de textos e ilustraciones,reproduce la estrategia expresiva de los primeros tomosde la Ouvre Complète. Sin embargo, falta aquellavisión de la arquitectura en la que lo moderno era unanueva instalación emplazada a un futuro inaccesible42 .Sería más por todo aquello que quedaría sin decir, porlo que el planteamiento de 1946 se percibe bajo lasensación de un esbozo.

L’espace indicible se articula, básicamente, apartir de un despliegue de ilustraciones que “no estándispuestas para una inmediata admiración”43 y sedivide en tres partes. La primera está conformada porun grupo de proyectos no construidos; propuestas que,además, no sólo están “a medio hacer”, sino incluso“a medio expresar”. El siguiente grupo está constituidopor ilustraciones más elaboradas, pero que, así mismo,pertenecen a proyectos de la década de los 30, nollevados a cabo44 . El tercero y último, comienza conuna fotografía, en la que una escultura arcaica griega45 ,a la que Le Corbusier ha pintado de colores, aparececon un cuadro de Léger como fondo (il. 6). Sigue un

40 En realidad son dibujos esquemáticos, borradores de algoque podría ser. Están fechados en Ozón en 1944 ycomprende un largo trabajo realizado desde el año 1944en su refugio de los Pirineos mientras duró su exilio,pues su estudio de la rue de Sèvres había sido cerrado en1940. La serie se titula Ubu, en alusión al personaje deAlfred Jarry.

41 Entre otros temas, reaparece el concepto de cuartadimensión, bajo el siguiente enunciado: “La cuartadimensión, parece ser el momento de evasión ilimitada,provocada por la consonancia excepcionalmente justade los medios plásticos puestos en acción y por ellosmaniobrada”, son las palabra exactas bajo las que retomael debate. Le Corbusier retoma, de alguna manera, lasconsideraciones que al respecto formulara el poetaApollinaire con respecto al cubismo. LE CORBUSIER[1946, abril] Op. Cit., P. 10

42 Le Corbusier recalca este sentido cartesiano de ladefinición del espacio–tiempo, cuando señala que:“Tomar posesión del espacio, es el primer gesto de loviviente, de los hombres y de las bestias, de las plantas yde las nubes, es manifestación fundamental de equilibrioy de duración”. LE CORBUSIER. [1946, abril]. Op. Cit.

43 ALVAREZ, F. (1998, septiembre). Op. Cit. P 58.

44 Son: Le redent de Fort L´Empereur, de Alger de 1931–32; el Museo de Arte Moderno de París (señalado sinfecha), concretamente la fachada que da hacia el muellede los Estado Unidos a orillas del Sena; el Monumentoa la memoria de Vaillant–Couturier, de 1937–38, elMinisterio de la Industria Ligera de Moscú, de 1928, elMinisterio de Educación Nacional y Sanidad Pública deRío de Janeiro, concretamente el despacho ministerial,de 1936 y el Palacio d los Soviets en Moscú, de 1932.

45 Se trata, concretamente, del Moscóphoro, del año 500a.C. Le Corbusier señala a propósito de su intervenciónsobre esta reproducción en yeso: “La imagen delMoscóphoro (año 500 a.C.) arrancada aquí por lapolicromía a su mortaja de yeso de fantasma académicode una sociedad que fue ágil, activa, apasionada (la gestade Homero, la gesta homérica) ésta resplandece con sucuerpo rojo, su manto azul pálido. La vida está afirmadapor el color, la estatua se agita por su policromía”.Precisamente este párrafo añade información interesantea propósito de la actitud de rechazo del arquitecto frenteal Surrealismo, definiéndose como Cubista oponiendoel sentimiento de construcción a una consideración dedifunto. 6.

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imaginario de figuras totémicas, identificadas comoestatuaria polícroma (il. 7).

La primera parte reseña proyectos como laampliación del Plan Macià para Barcelona, los Planesde Argel (il. 8) y Anvers y el formulado para los suburbiosde París. Las imágenes que presenta carecen delesplendor que caracterizó a otras propuestas, como lade la Ville Radieuse (il. 9), aunque estos mismosproyectos, al ser presentados con ilustraciones distintas,en contextos diferentes, también resultendeslumbrantes. Aquí escogió las que presentaban eltrazo más rápido y donde el apunte denota ciertamelancolía en su dinamismo.

7. LE CORBUSIERUbu. 1944. (De la serie Ozón).Carboncillo y guache. Estudio de estatuariapolícroma. Firmado LC 29/44

8. LE CORBUSIERPlan para Alger. 1933. Proyecto “B”Esquema.

9. LE CORBUSIERPlan para una ciudad de tres millones dehabitantes. 1922.Vista de la plaza de la estación

10. LE CORBUSIERAtico de la Rue Porte Molitor. 1933.a: Fotografía de la escalera que accede al estudio.b: Fotografías del interior del estudio.

7.

8.

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135 LA IRRUPCION DE LAS SOMBRAS

46 ALVAREZ, F. (1998, septiembre). Ibídem.

47 LE CORBUSIER. [1946, abril]. Op. Cit. P. 10

Una de las ilustraciones de la segunda partepareciera no concordar con la tónica del artículo. Setrata de una fotografía de la escalera del ático de “PorteMolitor”, (il. 10.a) al que el arquitecto denomina el “Tallerde la Investigación Paciente”. Se trata de una obrarealmente ejecutada, entre los años 1931 y 1934. Noobstante es “justamente aquella que deliberadamenteha sido dejada «a medio hacer» en su interior” 46 , dondeuna pared de mampostería ha quedado en obra vista(il. 10.b), inaugurando lo que será una investigaciónmeticulosa sobre la superficie de los delimitadoresespaciales, a través de dos temas recurrentes, la sombray la textura.

El tercer grupo arroja una acumulación insólitade imágenes que pareciera buscar conformar elensamblaje de un nuevo espacio: “Ignoro el milagrode la fe, pero he visto a menudo el prodigio del «espacioindecible» coronamiento de la emoción plástica”47 . Enfunción de la foto de la escultura griega intervenida,el Moscóphoro, Le Corbusier comenta:

“Daría la medida en este preciso lugar,diciendo: yo soy cubista y no surrealista,queriendo oponer al sentimiento de

9.

10.a

10.b

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construcción, de marcha con la miradahacia adelante, a una consideración dedifunto, de defunción, de recuerdo;queriendo oponer aquí un mañananaciente a un ayer que se esfuma;evocando tras esos dos términos lavirtud de las artes que ellos han ilustradoen su origen; el cubismo, el surrealismo.Por otra parte esos dos términos sonfalsos o atribuidos con ligereza; noimporta, la historia los ha incluido, talcual, en su circuito!”48 .

El ensamblaje discurre a través de dibujos deextraños objetos que operan entre el arte y la realidad,en el límite mismo sobre el que ya trabajara Bretón.Estos objetos, semejantes a máscaras, presentancaracterísticas formales comunes claramentedetectables: un gran lóbulo cóncavo que aparece juntoa otras protuberancias; huecos y formas no definidas;soportes que las mantienen suspendidas aún cuandosean distintos entre sí; o el horizonte apenas insinuado.Las ilustraciones recurren enfáticamente aquí a larepresentación convencional de lo real que supone laperspectiva. En la última de las imágenes, el mundoqueda evidenciado por el horizonte que se vislumbratras el ámbito que pareciera cobijar una figura humanarecostada (il. 11). La misión del pedestal, en otra de ellas,podría no ser otra que separar a la propuesta de esemundo convencionalmente referido, sobre el cual seasienta firmemente como objeto. Del contraste entreel personaje y la máscara surge la idea demonumentalidad.

Por otra parte, la agresividad con que apareceel rostro totémico y pseudo–cubista de esta máscara,el montaje fragmentario de las partes y la idea de cobijoque proporciona el umbral del pedestal, recuerdan aun monumento en particular. El que concibiera para elactivista político Vaillant–Couturier de 1937 y quetambién está reseñado en el artículo (il. 12). En ambosserá significativo, aparte del encuadre estructural demarcos referenciales en el cual aparecen las figuras ylas formas representadas, la frontalidad atávica de laperspectiva monocular. Sin embargo, todo lo que

11. LE CORBUSIERUbu. 1944. (De la serie Ozón).Carboncillo y guache. Estudio de estatuariapolícroma.

12. LE CORBUSIERMonumento a la memoria de Vaillant–Couturier.1937. Perspectiva. Villejuif, París.

13. HANS ARPCollage con cuadrados dispuestos según las leyesdel azar. 1916–1917Collage, 48,6x34,6. MoMA

48 LE CORBUSIER. [1946, abril]. Op. Cit. P. 14

11.

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aparece en forma precisa en el monumento, en las pro-puestas del tercer grupo se desdibuja, quedando másbien desleído.

En la estatuaria policroma, la utilizaciónsubversiva del color atenta contra la convencionesvisuales pictóricas, alzando y deprimiendo zonas demanera ambigua, haciendo ilegible la superficie. Estaintervención resulta más importante aún que laocupación del espacio por la pieza y la sitúaconsiderablemente lejos de la apariencia prístina delos sólidos platónicos de Vers une architecture. Frentea las relaciones perspectivas que planteó en los objetosde los años 20, ahora se trata de “puro juego de formasen tensión”. Al margen de cualquier consideración delespacio referencial tradicional, es una “tensión deambiguas formas que emiten y formas que escuchan,desde el regazo que les ofrece una mano hasta el abrazoal mundo”49 .

De las posibilidades poéticas de lo impredeciblecomo herramienta operativa en la composición habíadado cuenta Arp50 cuando, como ya se ha señalado,fijaba meticulosamente sobre un soporte dereminiscencias suprematistas, trozos rasgados dediferentes materiales que había dejado caerazarosamente sobre la superficie del lienzo (il. 13). LeCorbusier no considera exactamente lo accidental, sinola asimilación del misterio de las presencias oportunas,pues, como diría, “los dioses están dispuestos a echaruna mano”. Sus imágenes tampoco componenconstrucciones hechas a base de los desperdicios deuna sociedad tecnológica, como plantearía Tinguely

49 ALVAREZ, F. (1998, septiembre). Op. Cit.

50 Antes de la Primera Guerra Mundial.

13.

12.

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en sus manifestaciones contra–constructivas de añosposteriores (il. 14), ni de la ironía maquinista expresadapor Picabia (il. 15) ya que ambas propuestas están máspróximas a una evocación del artificio insólito.

Las construcciones de la estatuaria policromason metáforas entrañables, armadas desde sus propiastensiones invisibles o desde sapiencias adquiridas,asimiladas y hasta olvidadas. Vinculadas al ensamblajecaracterístico del tótem (incluso Le Corbusier así lasdenomina) y respondiendo a la misma voluntadhominal de la propuesta para Una anatomía de Picasso,aparecida en 1933 en la revista Minotaure (il. 16), sonfiguras en las que lo más destacable es su evidentevocación tridimensional, así como la necesidad deafincarse al suelo, enfatizada por las sombras queproyectan y la presencia de resquicios uterinos.

Su voluntad de envolver al observadorcomienza con su denominación, al tratarse, en realidad,de evidentes manifestaciones bidimensionales, dondeel color actúa sobre la forma, al mismo tiempo que lohace sobre el observador, poniendo en evidencia undoble juego sobre las figuras y sobre la técnica. Encontraposición a la idea de volumen que crean lasfiguras en Léger (il. 17), en la que color y forma estánindisolublemente ligados, aquí Le Corbusier abandonaincluso la técnica del mariage des contours, de susobras puristas (il. 18), resultando imposible dilucidar sies el dibujo o el coloreado lo que origina la imagen.

Las sombras, afanosamente generadas acontrapelo de las figuras que las soportan, buscan eludir

14. TINGUELYScorpión like form. 1959Hierro,metal en lámina, alambre. Museé G. Popidou.

15. PICABIADesfile Amoroso. 1917

16. PICASSOUne anatomie. 1933Carboncillo. Lámina aparecida en el nº 1 de larevista Minotaure.

17. FERNAN LEGERComposition. 1935Oleo sobre madera. Fundación Joan Miró.

18. LE CORBUSIEREtude pour nature morte puriste avec violon, cafettière,bouteilles, des. 1922.Dibujo.

En esta página: a la izquierda: 14.A la derecha: 15.

Abajo: 16.

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su papel subordinado hasta aparecer autónomas. LeCorbusier utiliza una técnica más propia de la esculturaque de la pintura, en la que “los trazos reservados a lasfiguras o los gestos importantes parecen golpes oraspaduras de gubia o de formón, trazos en negativo,esgrafiados, arabescos”51 . Es una pintura táctil quetransgrede sus límites expresivos, con una imagen quese aleja de lo plano para expresar el volumen. Acabarásiendo una plástica pintada según las exigencias delas dos dimensiones, pero expresando el pleno volumenen un debate–control “según las exigencias delespíritu”, que dura todo el tiempo de la ejecución de laobra.

…“y la obra pintada arrancada de suchatura está dentro de la posibilidad dealcanzar una altura valedera” 52 .

Paralelo a estas concepciones reflejadas enL’espace indicible sus proyectos arquitectónicosexperimentan una mayor densidad del límite, dejandoatrás aquella delgada epidermis blanca de los años 20.Tras abandonar la constricción de la perspectiva, lasparedes de sus construcciones empezarán a tener“corteza”. El espacio pasa de estar entre las formas aestar en las formas y la arquitectura pierde los recortesde una contraposición figura–fondo, para habitar en elespacio infinitesimal de la textura de sus muros; en elantiespacio de las sombras que lo surcan.

“Esta preocupación y esta disposicióndel espíritu abren caminos a los hechosplásticos en brega directa con el espacioy capaces tal vez de conducir a loindecible”53 .

La inflexión en la actitud de Le Corbusierquedó patente en la inclusión de una terminología quealude a lo más irracional en el artista, permitiéndoseen sus textos frases que se hubiera abstenido deenarbolar años atrás. En sus obras intervendrá ahora“azar” en detrimento de “exactitud”; la “inconsciencia”y no “racionalidad”; también lo hará el “misterio”, lo“infinito”, lo “ilimitado”, lo “indecible”. Aún así, nopuede hablarse de que todo ello resulte insólito en el

51 ALVAREZ, F. (1998, septiembre). Op. Cit.

52 LE CORBUSIER. [1946, abril]. Op. Cit. P. 17

53 LE CORBUSIER. [1946, abril]. Ibídem.

17.

18.

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140LA PLAZA CUBIERTA

discurrir de la obra del arquitecto, sino que más bienpareciera estar otorgando espacio discursivo propio alos dibujos, croquis y esquemas de anteriores etapas.Una legitimación de lo instantáneo inmanente alproceso creativo.

Habría comenzado con una observación meti-culosa de la naturaleza, seguida de una reproduccióninconscientes de lo observado y, más tarde, de una me-tamorfosis que operó como soporte de nuevas ideasplásticas. Le Corbusier, en uno de sus Carnets,estableció cómo entendía él el proceso de creación:mirar, observar, anotar, ver (entender), clasificar,imaginar, relacionar, inventar y, finalmente, crear54 .Idea que sintetizó mucho más adelante en una frase:

“Le dessin c’est une sténographie, unsupport symbolique des successives etcompté monteras phases de latransmission de pensée”.55

La secuencia de etapas que le llevó a laformulación y posterior construcción de este nuevoimaginario aparecido en L’espace indicible, habíacomenzado entre los años 30 y 35, recogiendo lo quedenominó objets à réaction poétique: Conchas, yemas,ramas y caracoles que serían dibujados en 1939,realizando después con éstos dibujos una composiciónintencional en la que trabajó particularmente losperfiles56 . Le Corbusier dio indicios, por entonces, deestar indagando sobre la posibilidad operativa de unarelación efectiva entre las diversas artes o mediosexpresivos. En junio de 1935 escribió un artículo parala revista La Bête Noire, titulado Sainte Alliance desArts Majeurs ou le grand art en genèse, en dondeapuntó:

“Avec l’architecture moderne,s’annonce une grande période depeinture. Cette peinture qui est couleurs,lignes et formes, fera sauter nos murs lào nous avons besoin de détruire un murimposé par des raisons autres que cellede la plastique. Ces peintures francheset fortes, apporte use d’espace, ouvriront

54 Concretamente, en el número 4 de los carnets, aparecíaescrito con estas mismas palabras.

55 LE CORBUSIER. (1965). Dessiner.

56 Para un completo seguimiento del proceso pictórico lle-vado a cabo por Le Corbusier véase COLL, Jaime.(1994). Le Corbusier. la forma acústica. UniversidadPolitécnica de Cataluña. Departamento de Proyectos deArquitectura: Barcelona.

19. LE CORBUSIERCapilla de Ronchamp. 1950–1954Fotografía

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des perspectives si indicibles qu’ici peutréapparaître cette quatrième dimensiondont il fut sourient obscurément parlé.Il s’agit non pas d’une évasion de l’œilselon la rigide loi des perspective, maisd’une splendide évasion de l’esprit, lesyeux étant posés sur des faits colores etplastiques excellentes”57 .

En 1936, en la reunión “Volta” celebrada enRoma, resaltó el paralelismo arquitectura/pintura con-siderándolo como una “sinfonía de losacontecimientos” y como una “síntesis delpensamiento”, en una comunicación titulada Lestendances de l’architecture rationaliste en rapport avecla peinture et la sculpture. Paralelismo que se evidenciaa través de la policromía arquitectónica y la pinturamural, como señaló a su vez en Destin de lapeinture58 , artículo aparecido en La Maison de laCulture de París. Durante la guerra consideró elpotencial espacial de los guaches y dibujos que veníarealizando en Vezelay y en Ozón, desde 1939, procesoque se prolongaría hasta 1949. Las primeras pinturasque realizó al respecto recibieron el nombre de SerieUbu, algunos de cuyos esbozos aparecerían enL’espace indicible, donde apunta que pintura,arquitectura y escultura estarían ligadas por serespecíficamente dependientes del espacio, generandoel espacio mismo.

Le Corbusier comenzó, por esa época, aconcebir un nuevo libro, donde desarrollaría estosconceptos; pero, a semejanza del “imposible” deBaudelaire, su espacio indecible no llegará aconcretarse. Sin embargo prosiguió en las mismasreflexiones, acuñando dos nuevos conceptos estéticos:uno, acoustique plastique, para denotar la particularacción que pintura, escultura y arquitectura ejercensobre el entorno y otro, formes acoustiques, para lasformas generadas en aquella. Esta etapa presenta unparticular momento productivo en 1947, cuando elebanista bretón –y desde entonces colaboradorinseparable del arquitecto– Joseph Savina, llevó aescultura el primer Ubu. Proceso que puede darse porclausurado en 1950, con la construcción de la Capillade Ronchamp (il. 19).

57 LE CORBUSIER. Sainte Alliance des Arts Majeursou le grand art en genesine. La Bête Noire, nº 4. París.P. 18.

58 LE CORBUSIER. (1936). Destin de la peinture. LaMaison de la Culture, Transition, nº 25: París.

19.

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Las diferencias básicas que pueden establecerseentre la etapa purista de los años 20–30 y la de la SerieUbu, se determinan en el tratamiento que aplica sobrela forma. Al marcado estudio por el perfil en la primera,se opone el interés, en la segunda, sobre los vanos queel objeto puede “albergar”, diferencias que se expresanen el trazo y la técnica pictórica que Le Corbusieremplea (il. 20). La línea purista es perfecta y consciente,pues, aunque repasarla para engrosarla aparentetosquedad técnica, será el sistema para acentuar elvolumen a través de una sombra insinuada. Estrategiaque retomará posteriormente en la serie Taureau,desarrollada a partir del 1950, tras el epílogo deRonchamp y que se corresponde con las edificacionesque proyectará para Chandigarh.

La serie Ubu es quizá lo más impenetrable deLe Corbusier como pintor. Comenzó como unainvestigación de temas plásticos que no consideróoportuno acometer directamente en la arquitectura. Fuecomo un drenaje de su inspiración hacia unaexploración íntima, derivado de las fuertes críticas querecibiera su obra pictórica, sobre todo tras la exposiciónque hiciera en 192359 . En cuanto a pintura se refiere,esta es su etapa menos estudiada, recayendo el interéssobre todo en la escultura60 . La etapa Purista, queabarca menos de un tercio de la producción pictóricatotal de cerca de 400 obras, recaba la mayor atenciónde los medios especializados61 .

59 Desde entonces, Le Corbusier pintará, de 8 a 13 horas,todos los días, a escondidas del arquitecto. Rutina en laseguirá hasta 1953.

60 La exposición Le Corbusier: Maler og Arkitekt, (“LeCorbusier: pintor o arquitecto”) hecha con el soporte dela Fondation Le Corbusier en el año 1995 y a cargo delNordjyllands Kunstmuseum de Dinamarca., apenascubre esta etapa en su catálogo.

61 Aquí se excluyen esquemas, borradores y apuntes,pinturas murales, tapicería, litografía y grabados,esmaltes, collages y esculturas; si se incluyeran la cifrasería aún más significativa. De hecho, de los número delíndice de la Fondation Le Corbusier se puede inferir elimpacto que la serie Ubu conllevó sobre el total de suobra pictórica.

20. LE CORBUSIERIlustración de la última página del artículoL’espace indicible. 1946. Firmada: LC 45.

20.

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143 LA IRRUPCION DE LAS SOMBRAS

La “forma acústica” que exploró aquí, puedeser, sin embargo, aplicable a cualesquiera de lossoportes expresivos capaces de impactar sobre elespacio o de generarlo. Es el eco de la idea plásticareflejada sobre diferentes expresiones que se yerguecomo la síntesis de la polaridad inmanente en lacreación. Resumirá el equilibrio, pero también latensión y fusión entre geometría y naturaleza; entrerazón e instinto:

“Solidarité pitoyable ou impitoyable. Ilfaut des pôles, il faut des vives. Il fautêtre deux …/… Tout passe entre deux,poules ou opus deux ou les deux”62 .

El espacio indecible es el espacioarquitectónico que responde a estas “formas acústicas”,como coronación de una emoción plástica63 , donde…

“La clave de la emoción estética es unafunción espacial”64 .

Las series y cuadernos que Le Corbusier fuedesarrollando a lo largo de una “recherche patiente”durante toda su vida, no son cronológicamente linealesy las carpetas de trabajo que se van creando yenriqueciendo paulatinamente, se superponen unas aotras. Quizá en un principio una serie no tenga título,pero aún así se “archiva” aparte de aquella que en esemomento centre su atención65 ; es decir, la reconocetácitamente como estructura independiente. Así la serieTaureau puede comenzar a datarse a partir de 1928con un cuadro que concluirá en 195366 y el interéssobre lo que allí está desarrollándose, se dará apenas apartir de 1950. También los precedentes sobre Ubu sedieron en los mismo esquemas y dibujos preliminaresde la etapa purista, pero la reflexión arrancó en uncuadro homónimo, hecho a partir de 1929.67

Por otra parte, los archivos de la Fondation LeCorbusier están desmembrados desde la muerte delarquitecto. Las carpetas de las diferentes series fuerondesarticuladas y los contenidos reagrupados segúncriterios estrictamente cronológicos, haciéndose másdifícil aún, si cabe, la reconstrucción del “texto” queconstituyó esta “investigación paciente”68 . Su

62 LE CORBUSIER. (1957). Entre–Deux.

63 COLL, J. (1994). Ibídem. P. 19.

64 LE CORBUSIER. [1946, abril]. El espacio indecible.(Op. Cit.)

65 COLL, J. (1994).

66 Se trata de Taureau II, óleo sobre lienzo de 162x114cm., bajo el número de catálogo FLC 160.

67 Que lleva por nombre Ubu (Tótem), óleo sobre lienzode 4 x27 cm., nº de catálogo FLC 68.

68 Lo “textual” de la obra pictórica y gráfica de Le Corbusierno responde a una licencia estilística. Los textos paralelosque suponen lo escrito y las ilustraciones de los artículosy libros del arquitecto suponen un mecanismo de“reacción poética” ampliamente reconocido. De hechoesta investigación se apoya en este particular soporteexpresivo en virtud de desvelar y dar sentido a lostérminos aparentemente oscuros de un texto tansignificativo para el desarrollo de las ideas aquí expuestascomo lo es: El espacio indecible. Las pautas para ellose toman de los diferentes niveles narrativos quesupusieron para el Surrealismo las diversasconfrontaciones semánticas que se daban en el cuadro,desde el título hasta las inscripciones, epígrafes ysubtítulos en la obra.

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reestructuración, planteada aquí como hipótesis, seconstituye en investigación aparte, fuera del alcancede este trabajo69 , donde se consideran, únicamente,aquellas obras que directamente llevan por título“Ubu”, haciéndolas corresponder con el desarrollo delconcepto del “espacio indecible”. Su concreción estaríaen concordancia con el descubrimiento de la “formaacústica”, cuya materialización arquitectónica es el“espacio acústico”.

En 1947 se publicó New world of space70 ,donde Le Corbusier señala que la obra de arte organizay humaniza no sólo el espacio que contiene, sino elque la rodea, invadiendo la naturaleza bruta. En estapublicación sus obras aparecen con la característicayuxtaposición de ilustraciones de arquitectura, pinturay escultura. Ese mismo año se preguntará en Unité:“¿Dónde comienza la escultura, dónde la pintura,dónde la arquitectura?”71 . Es un ciclo reflexivo quepretende resolver en un artificio, captado en unafotografía publicada en Ouvre Complète72 en unacomposición donde Le Corbusier aparece retratadoojeando un escrito en su estudio en el 35 rue de Sèvres,delante de una escultura de la serie Ubu (il. 21).

69 Básicamente se retoman aquí los criterios y resultadosde la tesis realizada por Jaime Coll y por aquellas obrasque, directamente, responden, por nomenclatura, a laserie Ubu.

70 New world of space es un libro que precede a la seriede exposiciones de la obra de Le Corbusier en los EE.UU. en 1948. El libro fue publicado por: ReinholdPublishing Corporation: Nueva York, en 1947.

71 El escrito más extenso que dedicará a la Síntesis de lasArtes desde que en 1935 escribiera acerca de la SainteAlliance des Arts Majeurs ou le grand art en genesine.LE CORBUSIER, Op. Cit. Se trata del artículo ya citadode 1936, en la revista La Bête Noire.

72 LE CORBUSIER. Ouvre Complète, vol. 5. P. 185

21. MAYWALDLe Corbusier en su celda de trabajo en el nº 35de la Rue de Sèvres. S/F.(De la Oeuvre Complète, vol. 5). Fotografía

22. LE CORBUSIERCroquis de la de la disposición de la esculturaNº 3, de 1947, en la celda de trabajo delarquitecto.(De la Oeuvre Complète, vol. 5)

23. LE CORBUSIERCroquis de la celda de trabajo del arquitecto.(De la Oeuvre Complète, vol. 5)

21.

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145 LA IRRUPCION DE LAS SOMBRAS

En la publicación, sobre la toma, hay una seriede croquis que aclaran y definen, inequívocamente, lasituación de cada uno de los actuantes, tanto la delarquitecto, como la de los objetos y muebles quepueblan la imagen. En la derecha, dos dibujos detallande frente y de perfil a la escultura, una de suspreferidas73 (il. 22). A la izquierda (il. 23), se ve unaperspectiva y una planta de ese mismo espacio dondeespecifica, con cotas, las dimensiones. En ambasaparecen tres sillas y un escritorio arrimado a una pared,en la que se aprecia lo que parece ser un cuadro depequeñas dimensiones, pero nunca una ventana oabertura al exterior. Es poco probable que Le Corbusierquisiera hacer pasar este pequeño cuadrado como unaventana, pues para él un cuadro no era una aberturaproyectándose sobre una reducida porción de larealidad74 . Su marco no es un límite, sino una superficiecon la que hay que lidiar; así como el vacío no es unresiduo, sino una forma positiva capaz de crearespacio75 .

Todo eso ya lo había estudiado durante superíodo purista y, sin embargo, entonces no habíahablado de un “espacio acústico”, ni de un “espacioindecible”, ni de una “Síntesis de las Artes”. Ladiferencia aquí está, según puede deducirse de lascaracterísticas de sus trabajos, en el descubrimientode la sombra como elemento positivo de la forma.

Las sombras de los dibujos y esculturas de esteperíodo se ubican distantes de aquel juego sabio devolúmenes bajo la luz, donde la sombra –que nosiempre aparece– se limita a ser el elemento oscuroque define los contornos de la forma en todo suesplendor racionalista. La sombra, de ser el resultadodel mariage des contours et des lignes, tajante y sutil,pasa ahora, al igual que el vacío purista, a ser figura.En el Carnet de la recherche patiente, Nº 2, con fecha1957, puede leerse:

“Observer le jeu des ombres,

ho avez le jeu…

Ombres popes, –nettes ou fondues

73 La escultura que en la fotografía se ve decorando elestudio de Le Corbusier es la identificada con el número3, fechada en 1947 en el volumen 5 de la OuvreComplète, y se origina a partir del dibujo nº 2833, segúnel catálogo FLC. Se trata de Ubu Tótem. LECORBUSIER. Op. Cit.

74 Esta y las siguientes puntualizaciones están extraídas delprefacio para el libro Elements de Peinture Muralepour une technique rationnell de la peinture, escritopor Antoine Fasani y publicado por Bordas (París), en1951.

75 Como ocurre en la obra de Matisse, en la serie de Ladance, especialemente en las pinturas de 1930.

22.

23.

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146LA PLAZA CUBIERTA

Ombres portées: aiguës

Ombres portées –rigueur du tracé

Mais arabesque ou dé coupage si

En sorcelant! Contre point

Et fugue Musique

Grand musique!

Essayer de regarder les images

À l’envers, ou tournez –les d‘1/4.

Vous découvrirez le jeu!.

Ronchamp reproduce exactamente el obsesivorasgar la superficie de los elementos que componen yconforman el objeto en Ubu y que revela un espaciointersticial. Es el espacio de las sombras, en el que eljuego de luz y penumbra sería el eco de formasacústicas. La sombra se hace cuerpo autónomo y asícomo el color purista llegó a “dinamitar el muro” queno era “correcto”76 , ella detentará la posibilidad deexplorar el vano, transformando el límite en un espacio.

La clave estará, por tanto, en “edificar” esasombra, característica fundamental de la pintura de laserie Ubu, pero al limitarse a un trabajo táctil sobre lapiel del edificio, como en una escultura enorme, no sepodrá habitar su espacio indecible. Las esculturas deUbu, aptas en principio para estar sobre la mesa o parafuncionar en el paisaje urbano, no constituirán elespacio habitable que se prefiguraba en los dibujos dela “estatuaria polícroma”.

Con la composición de la instantánea delarquitecto en su celda de trabajo del estudio de Sèvrespodría considerarse claudicado el proceso de estasreflexiones. La fotografía contiene todos los elementosde los temas estudiados por Le Corbusier en esta etapacreativa, pero al mismo tiempo constituye una imagenimposible. No por lo que de especulativo tuviera lateoría del espacio indecible, sino por la sombra encontrapicado que jamás podría originarse de vano

76 Le Corbusier “destruía” el muro cuando su presenciaresultaba pesada. La desmaterialización operaba por laconvergencia de colores distintos aplicados sobre su carasadyacentes. Dejábanse blancas cuando sí era la expresióncorrecta.

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147 LA IRRUPCION DE LAS SOMBRAS

alguno. Una sombra que fue “creada” para enfatizar lapotencia volumétrica de las “formas acústicas”. Enrealidad, un artificio para eludir el reto de unahabitabilidad sólo enunciada.

La ciudad como espacio alternativo.

Bajo la herencia de las premisas renacentistasde Alberti, en las que la ciudad no es sino una casagrande y, a la inversa, la casa no es otra cosa que unaciudad a pequeña escala, el urbanismo podía ser elespacio extendido de la utopía ilustrada77 . La ciudadmoderna, materializada en la felicidad de los individuosque la habrían de conformar, resultó ser el campo porantonomasia de las exploraciones vanguardistas. Sinembargo, como se colige a partir de la mayoría de lasproposiciones, la Ciudad, relegando los valores otroraasumidos de la forma estática, vino a ser poco másque el preámbulo de un lugar para el transportemecanizado, aprehensible bajo la tiranía de los flujos.

Las relaciones con lo caduco de la ciudadpervivían sólo como referentes toponímicos y nombresdesnaturalizados, basándose en una nueva topografíade redes y sistemas que atravesaban la ciudad. En lasestrategias de vanguardia, la anónima Metrópolidisolvió lo urbano, como orgánico complejo de lugaresy relegó la cultura ciudadana tras el expansionismo deuna cultura civilizadora. Benjamin llegaría a estructuraruna construcción positiva de lo negado en los nuevosespacios que, formalizando la idea de Metrópoli, elsiglo XX venía edificando. A las decadentes yfalsamente esplendorosas galerías y pasajescomerciales parisinos las consideró como alegorías delhorror, para una redención posible, asumiendo ladualidad como una salida inmanente.

Por otra parte, las propuestas positivistassignificaron también el consumo de una historia quehabría de permanecer en forma de monumentos, aptospara una contemplación anacrónica78 . El tratamientoobjetual que experimentaron en la vanguardia los

77 Después del C.I.A.M. de Francfort de 1929, quedóestablecido, entre los congresantes, que el estudio de laarquitectura moderna estaba ligado a los problemas delurbanismo, siendo imposible trazar ya una línea dedemarcación efectiva, según lo señala el propio JosepLluis Sert en la introducción a las Memorias del VIIIºCongreso celebrado en Hoddesdon, titulada Centrospara la vida colectiva. The heart of city: Towards thehumanisation of urban life. Escritas en colaboración conTorwhitt y Rogers en 1952.

78 Como de hecho se puede apreciar en el croquis del PlanVoisin de 1925 para el centro de París.

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componentes iconográficos de la Ciudad, enajenadosdel texto constituido por el tejido urbano, fue herederode las concepciones topológicas decimonónicas quese reflejaron en las estrategias analíticas de CamiloSitte, publicadas en 188979 .

El discurso romántico encontró un sentidoúltimo en la presencia y permanencia de estoselementos sacralizados; monumentos articulados en suemplazamiento mediante relaciones dialécticas con elespectador. Minusvalorada la masa urbana, que ya Sittepintaba de gris, los monumentos arquitectónicosfueron, finalmente, el paradigma mitificado de lacondición moderna80 .

La situación extrema a la que se enfrentó laexploración liminar de vanguardia, en su confrontacióncon la urbe, pasó por una necesaria tabula rasa de lopreexistente, en la que los monumentos acababan enmero consumo mercantil y fetichista. En las sucesivaspropuestas para la Ciudad, que Le Corbusier iráarticulando, aparecerán desprovistos de su razóntopológica de ser, constituyendo el imaginario de unaCiudad vista como museo de lo metropolitano81 (il. 24).Sin contexto, los monumentos representarían la esenciade su propia historia y en su nueva realidad, ellosmismos se darán a mostrar de forma icónica. Loparadójico es que la nueva idea de ciudad habrá de

79 La referencia es concretamente a Der Städte-Baucnachseinen Künstlerischen Grundsätzen, editado por pri-mera vez en Viena.Versión en castellano: La construc-ción de ciudades según principios artísticos. GustavoGili: Barcelona. (1980)

80 Así, ya en 1910 Le Corbusier reunía, junto a su maestroL’Eplattenier, material para un libro a propósito de laconstrucción de ciudades, tomando como base las ideasde Sitte recogidas en su, ya citado, libro.

81 La tragedia de la guerra impondrá a Europa una fatídicalógica análoga a esa otra lógica de la acción “saneadora”que esta modernidad suponía. Rotterdam se reconstruiríadesde la demolición de los alrededores de losmonumentos elegidos para su restauración, desestimandoasí el parque de viviendas; lo que terminaba siendo elprototipo de actuación para los C.I.A.M.

24. LE CORBUSIERParis attend de l’epoque. 1946(De la Oeuvre Complète, vol. 5)

24.

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149 LA IRRUPCION DE LAS SOMBRAS

convertiste en arquitectura a través de metáforas ur-banísticas, por lo que se concebirá como un parquedonde la arquitectura ha de construirse a partir de estosmonumentos aislados82 .

No obstante, frente al valor de lo monumentalen la reestructuración de la ciudad, la modernidadasumiría otra vertiente mucho más aterradora yfascinante: la masa neutra del tejido transfigurada enmonumento. Hilberseimer explotará en su propuestapara una Ciudad Vertical (coetánea a las de LeCorbusier) la ausencia total de referentes temporales,enfatizando la presencia de aquella masa gris que Sittehabía valorizado tan solo como elemento coral y queLe Corbusier borraba de su propuesta. El edificio quecompone esta masa, aislado e imponente a la manerade Sant Eliá, se presenta como monumento mismo.

El cruce de estrategias proyectuales entre eldiseño de la arquitectura y el de la ciudad, que fue unapauta común entre los maestros de la vanguardia, seretomó, con énfasis, a partir de 1945. Pese a laestupefacción causada por el horror de la IIª GuerraMundial, el ideal de los arquitectos continuaráplenamente vigente tras el conflicto que habíacumplido sus expectativas de un profilácticoallanamiento del terreno, en una dramática semejanzacon la desnudez pretendida. La reconstrucción de losespacios devastados permitió el desarrollo exponencialde la edificación entendida según estas concepciones.

Todavía en los años Cincuenta la febrilconstrucción de aquel sueño se hallaba, sinproponérselo –dada la simplificación de losmecanismos conceptuales a que era sometido lourbano– desdibujando centros y centrifugandoperiferias83 . Ni siquiera la aplicación de la teoría y losmecanismos epistemológicos del arte de proyectar dela arquitectura de vanguardia –la destrucción delcontenedor arquitectónico y la exploración en positivode los límites habitables– llevados al diseño deciudades, impidieron la reducción de lo urbano a unamera relación sistema/imagen. Pese a ello y en unmomento dado, habían ido surgiendo algunos temasmarginales en los nuevamente convocados C.I.A.M.,

82 Como en Chandigarh.

83 Sin embargo, la dualidad monumento/trama de lo coti-diano alcanzará expresiones plásticas significativas,como las reconstrucciones de Leipzig, Praga, Varsovia,San Petesburgo, Dresde –SOLA–MORALES, Ignasi de(1993). Hacer la ciudad, hacer la arquitectura. 1945–1993. Recopilado en: GUIHEUX, Alain / DETHIER,Jean. (1994). Visiones Urbanas. Europa 1870–1993.Electa: Madrid. PP 401-409– Después, este panoramase trasladaría, con renovado ímpetu, a otras latitudes, enun princioio de la mano de arquitectos europeosemigrados por la guerra, que serán relevados, posterior-mente, por arquitectos autóctonos, pero de una marcadaformación eurocéntrica.

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150LA PLAZA CUBIERTA

con un enfoque que llevó al mismo Le Corbusier aexclamar al respecto84 :

¡Por fin entra la imaginación en losC.I.A.M.!

Del VIº C.I.A.M. salieron consideraciones quehubieran estado totalmente fuera de lugar en los debatescaracterísticos de entreguerras, sobre la viviendamínima y la ciudad funcional; temas que habían sidodelineados en consecuencia con la exploración de larelatividad de un espacio que el observador se veíaobligado a compartir. Presidido, por primera vez ydesde entonces hasta la disolución del organismo porJosep Lluis Sert, el Congreso se desarrolló bajo el lemade una “nueva monumentalidad”. Recogía los temasque desde 1943 Sert venía desarrollandoparticularmente, en los que concebía la Ciudad comoámbito donde arquitectura y arte entrarían en unarelación activa. Su reflexión había encontrado un marcoprevio de experimentación en el Pabellón de laRepública Española, de la Exposición Universal deParís, en 193785 .

Este primer contacto con el tema86 habríallevado a Sert, junto a Giedion –entonces secretariode los C.I.A.M.– y al pintor Fernand Léger, a escribirNine points on monumentality87 , en donde sereconoce que en el hombre moderno persiste aún unaescisión entre pensar y sentir. El documento denota,por otra parte, el apego a las concepcionesdecimonónicas en torno a una particular comprensiónde Síntesis de las Artes en relación a la Idea:

7.– La gente quiere que los edificios querepresentan su vida social y colectiva lesofrezcan algo más que una satisfacciónfuncional. Desean satisfacer susaspiraciones de monumentalidad,alegría, orgullo y esperanza. Lasatisfacción de esta demanda puedelograrse mediante los nuevos medios deexpresión que tenemos a nuestroalcance, pero no es una tarea fácil. Lassiguientes condiciones resultan

84 El VI C.I.A.M. fue el primero en celebrarse tras la IIGuerra Mundial, dando por finalizado un intervalo dediez años de inacción. Se llevó a cabo en Bridgewater,Inglaterra, entre el 7 y el 14 de Septiembre de 1947, ytuvo como anfitriones al Grupo Mars, ala británica delC.I.A.M. A partir de este congreso Josep Lluis Sertsucedería a Cornelius van Eesteren como presidente. Lomás destacado de estas jornadas fue, a parte de lasintervenciones críticas de Aldo van Eyck para con elmismo C.I.A.M., la aparición del tema de la arquitecturay su relación con las otras artes, de la mano de S. Giediony del artista Hans Arp. Le Corbusier exclamaría apropósito: “La imaginación ha vuelto al C.I.A.M.”GIEDION, Sigfrid. (1954). A decade of ContemporaryArchitecture. Girsberger,: Zurich. P. 24

85 Diseñado junto con Luis Lacasa. En él se exponían obrasde Picasso, Miró, J González, A. Sánchez y Calder.

86 Sert trabajaba en el estudio de Le Corbusier cuando éstedesarrolló los proyectos para la Sociedad de Naciones yel Palacio de los Soviets, contexto en el cual aparecepara Sert el tema de la monumentalidad por vez primera.

87 Texto que no será publicado sino hasta 1956. Inicialmentedebía aparecer en un número de la nueva revista de laAmerican Abstract Artist, en 1943 y que nunca llegó aver la luz. Giedion decidió finalmente incluirlo en sulibro Architektur und Gemeinschaft. Rowohlt,Hamburgo, publicado en 1956. Versión inglesaArchitecture, you and me: the diary of a development.Harvard University Press: Cambridge. (1958).

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esenciales: Dado que el monumento oel edificio singular aúna el trabajo delurbanista, el arquitecto, el pintor, elescultor y el paisajista, exige unaestrecha colaboración entre todos ellos.En los últimos cien años, estacolaboración no se ha producido88 .

El espacio de actuación que la nuevaarquitectura dejaba a las demás artes para su expresiónpropia, eran amplias superficies planas que los edificioscreaban para ser utilizadas con fines publicitarios ypropagandísticos. Sobre ellas se proyectarían “coloresy formas”, que evidenciaban una concepciónbidimensional del arte, ignorando los descubrimientosplásticos que se venían trabajando89 .

Para la relación expresa entre las diversas artes,Sert desarrolló en un artículo, que publicó en 1944, lanoción del Centro Cívico como el escenario idóneopara ello90 . Por entonces acusaba ya una significativainfluencia del urbanismo pragmático norteamericano,al hacer hincapié en la determinación de la unidadresidencial, dentro de la planificación total, como factorde relaciones entre los ciudadanos91 .

“Man is lost in the vast extension of ourmetropolitan areas as they are today.There is no relationship between theirvastness and the human scale… citieshave fallen short of their main objective,that of fomenting and facilitating humancontacts so as to rise the cultural levelof their population”92 .

Sert retoma aquí algunas de las ideas deGiedion, para quien la monumentalidad estabaíntimamente ligada a la capacidad de la arquitecturade representar la faceta emocional de la colectividad.Los grandes Centros Cívicos, como tareaarquitectónica consciente, constituirían el espacio de“actos colectivos emocionales” y de una nuevamonumentalidad, apartada de la falsa retórica delmonumentalismo. Para él este espacio estaba revestidoaún del espíritu de la Carta de Atenas, pero elevaba la

88 SERT, J.L, LEGER, F. Y GIEDION, S. Nine Points onMonumentality. La versión en castellano aquí utiliza-da aparece en el catálogo de la exposición a cargo deXavier Costa y Guido Hartray: Sert, Arquitecto en Nue-va York. Museu d’Art Contemporani de Barcelona: Bar-celona (1997). P. 16.

89 La Villa Schwob presentaría “la primera fachada provo-cativa de Le Corbusier (un frontispicio liso y una misce-lánea de turbulencias detrás)” –ROWE, Colin (1987,ene–abr) La fachada provocativa: frontalidad ycontrapposto. Arquitectura, nº 264–265. COAM: Ma-drid. P. 21. Sus antecedentes están en la Casa di Palladioen Vicenza y el Caino dello Zucheri en Florencia. Enellas, la característica esencial es un gran panel desnudoal frente que confiere austeridad al campo visual. En laSchwob, que no se publicó en Oeuvre Complète, el pla-no de la fachada se yergue como un gran cartel dispues-to para anunciar algo: la pared como declamación.

90 Se trata de The Human Scale in City Planning que seincluye en el libro de Paul Zucker, titulado NewArchitecture and City Planning –PhilosophicalLibrary: Nueva York. (1944).

91 Estas ideas encontrarán otro marco de actuación en laplanificación de ciudades y núcleos urbanos paraAmérica Latina, que realizará conjuntamente con PaulLester Weiner a través de la sociedad Town PlanningAssociates, cuyo primer encargo fue la Cidade dosMotores de Brasil. A través de esta sociedad, Sertdesarrollaría diversos encargos para Venezuela a partirde 1951, Ciudad Piar, Puerto Ordaz y el núcleoresidencial de Pomona en Maracaibo.

92 La cita está extraída de la edición a cargo de ZUCKER,Paul, (1994). Op. Cit. P. 395.

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funcionalidad de la vivienda, el transporte, el trabajoy el ocio, a consideraciones supraprogramáticas93 .

Estos serán los aspectos presentes enBridgewater y que significaban, por otra parte, partirdel reconocimiento tácito del agotamiento de larevolución arquitectónica que impulsaron los anterioresCongresos. Un punto en particular de la tradicionaldeclaración final, expone la necesidad de un contextoen el que las “artes hermanas” tuvieran significadoactuando unas en las otras, aunque básicamente serefiriera a la pintura y la escultura en arquitectura:

“Satisfacer las necesidades espiritualesy materiales del hombre por la creaciónde un medio conforme a los conceptossociales, éticos, estéticos y científicos delurbanismo y la arquitectura”.

De este Congreso emanó la AssociationSynthèse des arts plastiques, en 1949, cuya sede socialfue la redacción de la revista L’architectured’aujourd’hui, la misma que había dedicado un númeroespecial, en 1946, al arte y al espacio indecible94 . En1951, se celebró el VIIIº Congreso en Hoddesdon95 ,en el que, aún más lejos de los postulados “higienistas”iniciales, la atención se localizó en los centroscomunitarios96 , en los que residiría el “corazón de laciudad” 97 . Definitivamente, la arquitectura estabaasimilando consideraciones sociales, emocionales yeconómicas distintas de las que hasta entonces habíatomado en cuenta.

La ponencia de Josep Luis Sert incidió en elpapel de la pintura y la escultura sobre la arquitecturay sobre la colaboración que los arquitectos, pintores yescultores podrían ofrecer en la conformación delespacio moderno, recalificado como lugar de encuentroy desarrollo de estos temas. El punto séptimo delsumario final incluía una petición que no se consideróinsólita:

“…That in planning the Core thearchitect should employ contemporarymeans of expression and –wheneverpossible– should work in co–operation

93 Las nociones en torno al Centro Cívico que Sert desa-rrolla quedan recogidas en The Human Scale in CityPlanning, del libro ya citado de Paul Zucker, NewArchitecture and City Planning. Aunque un preámbu-lo a estas ideas se había desarrollado en las memorias delos últimos C.I.A.M. de antes de la guerra (en Can ourcities survive) Sería Munford quien en respuesta a Sertescribiría que no creía en los cuatro puntos funcionalesde los C.I.A.M., a los que habría que añadir el político,el educativo y el cultural. El concepto de Centro Cívicose materializaría por vez primera en el proyecto para LaCiudad de los Motores que Sert proyectara para el Brasila través de la sociedad con Lester Weiner Town Planningassociates.

94 La práctica totalidad de los artistas mencionados enL’architecture d’aujourd’hui estaban vinculados a unsubstrato base relacionado con el cubismo, al que, pesea las apariencias, también se adscribía el purismo de LeCorbusier

95 En 1949 se celebró en Bérgamo, Sicilia, el VIIº C.I.A.M.

96 Bajo el título The Heart of City: Towards theHumanisation of Urban Life, Josep Lluis Sert, ErnestoNatan Rogers y Jacqueline Tyrwhitt publican lasmemorias del congreso –Pellegrin and Cudahy: NuevaYork. (1952).

97 Giedion fue co–fundador, junto con Luis Sert, LeCorbusier y Walter Gropius de los CongresosInternacionales de Arquitectura Moderna (C.I.A.M.). Porotra parte, resulta necesario precisar que fue, precisa-mente, durante el congreso de Bridgewater cuandoGiedion publicó A decade of ContemporaryArchitecture, cuyas ideas están en significativo contrastea cuando consideraba “superfluos” a los artistas.

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with painters and sculptors”98 .

En el grupo que sostenía el nuevo tono deldebate en los C.I.A.M. se contaban aquellos creadoreseuropeos que como Sert, Moholy–Nagy, Gropius, MiesVan der Rohe, entre otros muchos, se habían refugiado,durante la guerra, en los Estados Unidos. En este paísse había fraguado soterradamente un giro radical en eldebate de lo moderno, ajeno al sentir de los vencidoso de aquellos que no habían sabido detener el horror99 .A finales de la década de los cuarenta Henry–RusselHitchcock, quien, veinte años atrás, había identificadola modernidad en arquitectura con el cubismo en lapintura, la estética maquinista, la universalidad y laabstracción, defenderá ahora el trabajo de Frank LloydWright, al que anteriormente había criticado por suexcesivo personalismo. Giedion, quien había llegadoa “inventar” la modernidad menospreciando loartístico100 , se suscribió, junto a Munford, a lareivindicación de Hitchcock respecto de Wright.

En 1948, incluso en la misma institución quehabía dado a conocer en 1932 un “estilo internacional”,el Museum of Modern Art de Nueva York, se llevó acabo un encarnizado debate sobre “regionalismo”101 .Cualidad que Munford pretendía “descubrir” y que elpanel insistía en reconocer como una presenciaconstante102 . Meses antes de Bridgewater tuvo lugaren Princeton un simposio titulado: Building forModern Man103 , en el que participaron Gropius,Neutra, Giedion y Wright y al que probablementeasistiera Sert104 .

Los temas de este debate versaron sobre elrespeto por el pasado, la necesidad de una educaciónvisual en la formación del arquitecto y cierta voluntadde recuperar valores estéticos de la arquitectura. Secerraba, significativamente, el debate mecanicista,cuyo último bastión se había centrado en la economíade guerra y las necesidades que su lógica imponía entanto a pragmatismo, prefabricación, economía yoptimización de recursos. Pero, sobre todo, suponíaun prevalecer de nuevas necesidades ciudadanas.

Es importante situar el tono del debate posterior

98 J. Tyrwhitt, J. L. Sert y E. N. Rogers (1952). Op. Cit. P.164.

99 En 1946 se celebra una exposición antológica bastantesonada en Nueva York: Picasso, Fifty years of his Art.Pese a las apariencias, Picasso es elevado al rango demito viviente, colocándosele ya al margen del devenirdel arte contemporáneo.

100 En abril de 1948 la revista Architectural Reviewpublicaba un amplio debate en torno a lamonumentalidad, con artículos de Hitchcock, Gropius,Lucio Costa y Giedion entre otros. Al año siguiente seañade una aportación posterior de Munford, en la queseñala el valor simbólico en la arquitectura y en dondedefine los monumentos como “declaración de amor yadmiración que comparten los hombres asociada a losfines más elevados”

101 Como se puede leer en The M.O.M.A. Bulletin, Vol. XV,número 3. Nueva York. (1948, primavera).

102 El debate construyó una incipiente alineación maniqueaentre “regionalistas” y “maquinistas”. En él intervinieron,además, Hitchcock, Munford (actuando de moderador)Gropius, Breuer, Saarinen y Blake.

103 El simposio se desarrolló entre los días 5 y 6 de Marzode 1949. Las memorias se publicarían dos años después.

104 El dato se desprende de una carta de su amigo Giedion.

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105 Mies van der Rohe resucitaba en una brillante etapaamericana, al igual que Walter Gropius. Wright seencuentra por fin entronizado en su tierra natal y LeCorbusier provocaba nuevamente la admiración de sudesconcertante carrera alimentada por conceptos dedécadas pasadas.

106 Con un simple análisis visual de las fases proyectualescontenidas en los documentos y las fotografías de estacasa (que se encuentran el la Colección Sert de laUniversidad de Hardvard) se desmienten los calificativosque, en muchos casos, esta casa mereció como una meraampliación de un típico establo norteamericano, siendoel proceso un entramado más complejo. El estudio deesta casa queda sintetizado en el artículo de Rovira queaparece en el mencionado catálogo de la exposición, apropósito de la obra de Sert en Norteamérica.

a 1945, que responde a los criterios establecidos porcríticos como Bruno Zevi, Sigfried Giedion o ReynerBanham, para entender la significativa impronta delnuevo rumbo asumido por estos críticos en el panoramacreativo, particularmente en la arquitectura. Loscreadores más representativos de esta etapa habíanparticipado en los momentos heroicos de la vanguardiay se hallaban, ahora, viviendo momentos de plenarealización creativa, realizando nuevas concrecionesy exhibiendo aquella pasión eufórica que lescaracterizó105 . Desde 1947 Sert, por ejemplo, se hallabaenfrascado en la construcción de su casa de LongIsland, en Nueva York, reformando una vieja mansiónsobre la que operó una demolición sistemática (il. 25).

El proyecto arroja como resultado el encuentroabrupto de lo nuevo y lo viejo, dramáticamentearticulado entre sí106 . Particularmente, el cuerpo nuevoretoma, en parte, algunas de las concepciones de lasviviendas que proyectara, conjuntamente con TorresClavé, en los años treinta, en el Garraf (ils. 26): el núcleode la casa se eleva un nivel sobre el suelo, aunque eneste caso es a través de muros portantes y no sobre unpedestal macizo, aún así la reminiscencia es notoria,por la dialéctica tectónica con la que se expresa larelación entre base y piano nobile. Por otra parte, elespacio interior de ambas casas se presenta diáfano,solo alterado por la contraposición entre la elaboradaobra del suelo y la notoria esencialidad del plano deltecho (ils. 27 y 28).

25. JOSEP LLUIS SERTResidencia Sert. 1949.Vista exterior de la casa de Sert en Long Island.Locust Valley, New York.Colección Sert. Hardvard University.

26. JOSEP LLUIS SERT / J. TORRES CLAVECasas de Fin de Semana, Modelos B y C. 1935El Garraf, Barcelona. Exterior

27. JOSEP LLUIS SERT / J. TORRES CLAVEResidencia Sert. 1949.Vista interior de la casa de Sert en Long Island.Locust Valley, New York.Colección Sert. Hardvard University.

28. JOSEP LLUIS SERTCasas de Fin de Semana, Modelo B. 1935El Garraf, Barcelona. Interior

25.A la derecha: 26.

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La desmesura del espacio que estaba armandocomo Salón de Estar en Locust Valley, inscrito en elcuerpo viejo que tenía una configuración prácticamenteclásica, resultaría el paradigma construido de laencrucijada en la que se veía sumido un arquitecto quetambién se desempeñaba como urbanista.

Esta casa contenía una gran cantidad de obrasde arte de vanguardia, junto a pinturas y tapices de losaborígenes americanos y exhibía, además, algunosplanos de las nuevas ciudades que el arquitectoproyectaba para América Latina107 . “Cultura popular,arte de elite y urbanismo funcional…”108 . Constituíaun orgánico complejo de lugares, a medio camino entreuna “casa grande y una ciudad pequeña”109 , queentramaba un espacio de significantes y significados,donde se exploraba una topología alternativa, a la vezdoméstica y cívica. La dualidad fenomenológica ytranspositiva de esta estrategia constructiva, que apuntahacia una situación liminar, aludía al hecho urbanodesde la habitabilidad de sus fragmentos.

La imagen de esta despejada espacialidaddentro del ámbito de lo doméstico, el encuentrodramático de piezas de distintas épocas o culturas yuna significativa presencia de obras de arte devanguardia, conforman un contexto presente tambiénen dos de las casas que Carlos Raúl Villanueva proyectó

107 Sert trabajó en el diseño de Centros Cívicos y en elurbanismo de ciudades para América Latina: Brasil(Ciudad de los Motores, 1945), Colombia (Tumaco,1947), Perú (Chimbote, 1948) y Venezuela (Pomona,1951 y Ciudad Guayana, 1953).

108 ROVIRA, J. M. (1997). Sol y sombra. En: COSTA, X yHARTRAY, G. (1997) Op. Cit. P. 123.

109 Peter Blake uno de los participantes de los debates del47, refiere que en esta casa no veía la necesidad de sacarseel sombrero al entrar, sino de saludar a los viandantescon el gesto de llevarse la mano a la cabeza. En aquella“plaza” que Sert creara, señala Rovira, el campanarioes un móvil de Calder (El corcovado, 1951), el bancoadosado a la pared hacía las veces de café, la cocina, elayuntamiento. ROVIRA, J. M. (1997). Op. Cit. P. 117.

27.

28.a y b

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algunos años después; precisamente en aquellas queconcibió para sí mismo. La amistad entre ambosarquitectos se había reforzado a finales de los Cuarentacuando Villanueva recurrió a Sert para que le pusieseen contacto con Calder. La posible consecución de unaSíntesis de las Artes que el arquitecto venezolanoestaba por entonces concibiendo para el ConjuntoCentral de la Ciudad Universitaria de Caracas, les llevóa tener diversos encuentros en Long Island. Todoparece incidir para que los espacios principales de laCasa Caoma en Caracas (il. 30), de 1953 o Sotavento enCaraballeda (il. 29), de 1958, remitan al de la ResidenciaSert.

29. CARLOS RAUL VILLANUEVACasa de Fin de Semana. 1958Caraballeda, La Guaira. Interior

30. CARLOS RAUL VILLANUEVACasa del arquitecto. 1951Caracas. Interior

31. CARLOS RAUL VILLANUEVACasa de Fin de Semana. 1958Caraballeda, La Guaira. Exterior

32. CARLOS RAUL VILLANUEVACasa del arquitecto. 1951Caracas. Exterior

29.

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Lo más sintomático de todas estas casas es elcontraste entre planos horizontales, que conforman lareferida condición particular del espacio principal.Entre ellos, los muebles buscan afectar lo mínimoposible esta contraposición dialéctica y se retiran a losmárgenes o levitan sobre el espacio, aunque en las casasde Villanueva prevalezca una disposiciónpretendidamente más casual. En ambos casos se apelaa una elementalidad en el mobiliario, pero mientras enla casa de Long Island éste parece rigurosamentediseñado acorde con la idea constructiva, en las casasde Villanueva aparece como objects-trouves, másafines a lo que Sert mismo mostró en 1935 en el Garraf.

La estructura se embona para pasardesapercibida, tanto en la casa de Long Island comoen las de Caracas y Caraballeda. En todas, el espaciose construye desde esta particular primacía de lassuperficies del contenedor; pero hay una diferenciasubstancial: la noción espacial que trasmiten cada unade estas casas queda reflejada en las sutilesescenografías que montan o captan los fotografosrespectivos.

En la casa de Sert, los personajes y el decoradovuelcan sobre si mismos, armando un espacio de unainterioridad total. Los muebles ocupan una posiciónprecisa y estática y el único vano al exterior que semuestra en la fotografía está velado por una cortina.No se fotografia la gran apertura que si se aprecia enlas tomas exteriores.

En las casas de Villanueva, en contraposición,el espacio fuga hacia el exterior o más bien es éste elque irrumpe en el interior. Los «personajes» principalesde la foto de la casa Caoma (las mecedoras estilo LuisXVI y la Chaise-long de Le Corbusier) miran haciaafuera, en espera de que alguien asista al espectáculode la naturaleza. Lo paradógico es que las fotografíasexteriores no captan la existencia de estos vanos, sinoque más bien reflejan unos contenedores en aparienciaherméticos y hoscos (ils. 31 y 32).

La disposición de las mecedoras y la Chaise-long en la casa de Caracas, ubicadas en el umbral del

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espacio doméstico y en las que la presente ausencia deseres humanos no inhibe al observador de percatarsede lo que en breve acontecerá, remite con fuerza a unaimagen particular del Garraf. En esta toma (ils. 33), laúnica en la que aparece una persona de toda la seriede fotografías del artículo de la revista AC., se valorala habitabilidad del límite. Aunque la figura femeninaestá volcada hacia el interior, como más tarde estaránlos pobladores de Locust Island, ésta se ha vistodesplazado del centro, ocupado por una puerta. El vacíofuga por el suelo hacia el horizonte.

El personaje principal en Locust Valley es elpropio arquitecto (ils. 34); impecable en su atuendo yrígido en su postura. sentado en el limes del desarrollode unos acontecimientos que ocurren al margen de símismo. Por su parte, Villanueva aparece en su casa dedescanso en la playa conversando con Sybyl Moholy-Nagy (ils. 35). Está tumbado en una hamaca y descalzo,por lo que el arquitecto pareciera flotar en el aire.Colgado en una situación intersticial entre suelo ytecho, ocupa una topología del limen.

33. Interior de la casa tipo A del Garraf, con personajefemenino sentado en la terraza. Fotografía de 1935publicada en la revista AC, Nº 19.Año, V. (1935, jul-sept ) P. 35

34. Sert posando en su casa de Locust Valley.En la pered se aprecia el plano de Medellín.Col. Sert. Hardvard U.

35. Villanueva posando con Sybyl Moholy-Nagy en su Casade Fin de Semana en Caraballeda.Fotografía de P. Gasparini. De la reedición facsímil de1999 del libro Carlos Raúl Villanueva de SybylMoholy-Nagy (1964).

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