La Inutilidad de La Arquitectura

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Tesis de Seminario que desarrollada en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. Consiste en un Análisis crítico al estado de la disciplina desde la Formación Universitaria

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Seminario 5to año de ArquitecturaDepartamento de Urbanismo, Facultad de Arquitectura y Urbanismo

Universidad de ChileMarzo 2005

Estudiante: Patricio Ortega CelisProfesor Guía: Ernesto Calderón Álvarez

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A la memoria de mi abuela María...

quien me regaló el Lego.

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Índice

Disculpas del AutorDesde la necesidad hacia otras arquitecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Sobre la InvestigaciónBuscando causar sentido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Extracto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

ProyectosAntecedentes curriculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

IntroducciónLa Triste Realidad

Evidencia de una CrisisMuchos arquitectos, poca arquitectura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

CasoArquilandia

Yo Confieso:Más que un arquitecto, un simple usuario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

Desorientación y Pudor en la FAULas concepciones tácitas nos evitan cuestionamientos . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

Certezas que DelatanLas premisas en las que descansa nuestra formación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 A CRITERIO DEL LÁPIZ

La comprensión de la realidad limitada por los medios . . . . . . . . . . . . 61

ABSTRACTOS POR CONVENIENCIALa realidad como excusa de diseño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

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UN NEO-TABLA-RASISMOLos prejuicios de la experiencia v/s los arquitectónicos . . . . . . . . . . . . 71

La Arquitecturización de la ArquitecturaLos vicios que perpetúan la enajenación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 LA COSIFICACIÓN

El edificio como fin en sí mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 PENSAMIENTO UMBILICAL

Desde el objeto, para el objeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 EL HIPERDISCURSO

El dialecto que reemplaza la reflexión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 MONOS CON NAVAJA

Pensamiento mutilante, acciones mutilantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 FORMALISMO “SOCIAL”

De la hiperpolitización a la fe en la buena forma . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

Nuestra Burbuja AmarillaMás que transversales, especialistas de boutique . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

Monos con PCLos peligros de “complejizarnos” desde la simplificación . . . . . . . . . . . . . . . 97

ConclusionesRedescubriendo la ArquitecturaEl Primer PasoLiberarnos de los prejuicios arquitectónicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105

“¿Y Cómo lo Sabemos?...”Reubicando el origen y norte del pensamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 “…PORQUE NOSOTROS TAMBIÉN MANEJAMOS”

Pensamiento arquitectónico v/s experiencia cotidiana . . . . . . . . . . . . . 107 RECOBRANDO EL SENTIDO

Sentido común, herramienta para acercarse a la complejidad . . . . . . . 109 ¡PRECAUCIÓN! FANTASMAS MENTALES

La necesidad de una reflexión constante y autocrítica . . . . . . . . . . . . . 112 NOSOTROS TAMBIÉN HABITAMOS

Reflexión y generación del conocimiento desde el habitante . . . . . . . . 115

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Comenzando por el FinRedefiniéndonos en función del objetivo, el habitar . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

Estantes v/s LibrosRedescubriendo la disciplina desde el sujeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 HACIA UN ROL MÁS DIVINO

Ni máquinas ni bichos, la Arquitectura como contexto . . . . . . . . . . . . 128 NUEVAS FORMAS

Horizontes disciplinares más allá de lo formal . . . . . . . . . . . . 131

Un Final de Aquellos…Del mero fetichismo a un amor verdadero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145

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¿Y cómo lo sabemos?... porque nosotros también manejamos.

Esso

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Disculpas del Autor

Pido disculpas a todos los arquitectos que por algún motivo sepueden ver afectados por el contenido de esta investigación, aaquellos que se vean dolidos en el alma, en el ego, o incluso enel bolsillo, por cualquiera de los planteamientos, o “secretosprofesionales” revelados en la presente publicación, créanmeque lo hago sin mala intención, sólo como una forma desobrevivir a un sistema, en el cual me metí por accidente, loque no es difícil de comprender si conocieran mi historia…

Mi llegada al mundo fue distinta, un mes antes de lo normal,por lo que mi contextura era más delgada que la promedio,esto condujo a mi madre a llevarme a un chequeo médico alos 4 años, frente a mi situación el medico respondió, suhijo es de contextura delgada, no se preocupe, eso sí, entréguele muchocariño para que no sufra los típicos complejos del hijo sándwich (yoera el segundo de tres hermanos). Ante este consejo mi madrerespondió educándome bajo una concepción más positiva dela vida, en la cual se preocuparía por destacar mis virtudes ypotencialidades por sobre los defectos; las particularidades porsobre las carencias, por lo que fui formado a través de unasobrevaloración de mis talentos, y un casi cegamiento ante mislimitantes, generándome una gran autoestima.

Todo esto comenzó a verse afectado cuando, más adelante,empezaron a surgir los fantasmas de mis defectos, y a darmecuenta de que en realidad no era bueno para todo, pero comomi autoestima era lo suficientemente fuerte, y siguiendo losconsejos de mi madre, comencé a generar una estrategia queme permitiría salir a delante ante la adversidad. Ésta se basabaen la conciencia de mis particularidades y de reconocerme

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como ser único e irrepetible, o sea no era que yo hicieraalgo mal, si no que lo hacía distinto.

Lo anterior no hubiera tenido ninguna trascendencia paraustedes queridos arquitectos si no hubiera ocurrido un hechoque determinaría mi futuro profesional…

Tenía alrededor de 5 años, y, como todo niño, me gustabadibujar y jugar con el famoso “lego”, lo que no hubiese sidoningún problema si alguien no me hubiera dicho “si te gustadibujar y armar cosas, estudia arquitectura”1, resolviendo de unparaguazo mi futuro. Desde ese momento en adelante cadavez que me preguntaban que quería ser cuando grande, yocontestaba firme y seguro ¡ARQUITECTO!, pero qué sabíayo a los 5 años lo que significaba esto.

Bueno, así trascurrieron los 6, 7, 8, 9 años, y fui notando quedibujaba mejor que el resto de mis pares, ¿pero cómo iba asaber que era parte del curso menos talentoso de mi colegio?Bueno, siguieron los lindos años 10, 11, 12… 16, y yotranquilo, total ya tenía mi futuro definido, un gran arquitecto,así me pilló la prueba de ingreso a la Universidad, marquétranquilamente la opción profetizada: Arquitectura… y como yase imaginan, quedé.

Una vez dentro, y después de haber pasado la etapa deencandilamiento producto de estar en la “carrera de missueños”, empecé a notar que ahora entre mis 179 nuevospares, era de los peores dibujantes, claro, si no practicaba delos 9 años, además, no tenía mucho de eso que llaman “gusto”o “buena mano”, y si bien se me ocurrían buenas ideas, nuncapude llevarlas a proyectos bonitos, a esos que hacían miscompañeros con ideas que yo encontraba bastantecuestionables, ya que en realidad no reflejaban sus verdaderasopiniones sobre tal o cual encargo, si no que sólo les permitíajustificar aquella linda forma que había visto en alguna revista

1 CELIS, María Erica, 1986.

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de moda… pero a mi no me calzaba, ¿de eso se trataba todo?,¿de justificar mis caprichos formales?, y de ser así, no serviríapara ello, ya que no tenía ese “talento” para, con un par derayas, hacer llorar a mi profesor.

Si a esto le suman que de a poco uno comienza a darse cuentaque cualquiera se pone con una escuela de arquitectura, que elmercado está saturado de arquitectos y que seguramente el60% de ellos tienen más pitutos y mejores apellidos que yo, lasituación se torna realmente angustiante.

Entonces ahí me encontraba yo, malo para el dibujo, con“mala mano”, sin aquella “sensibilidad” con la forma, sinpitutos, y Ortega. Pero como ya me había enseñado mi madrea temprana edad, no era que yo dibujara o diseñara mal, si noque lo hacía distinto, o sea no es que fuera un malarquitecto si no que sería un arquitecto distinto,

otro tipo de arquitecto.

Desde este “angustiante” contexto surgen muchas de lasinquietudes y planteamientos que empiezan a mover estainvestigación, la cual no se limita al semestre correspondienteal trabajo de Seminario, si no que ha sido parte de uncuestionamiento constante a lo largo de mi experiencia comoestudiante de arquitectura, en búsqueda de esas otrasarquitecturas .Y si bien la génesis que gatilla mis planteamientos puederesultar poco “heroica”, no por eso es menos importante, yaque de “defectos” o mejor dicho “particularidades” estánsaturados todos estos “otros arquitectos” que año tras añoentran a la Universidad, y que parecieran verse sometidos a unsistema de educación cerrado, donde más que aprovecharestas particularidades en pro de un enriquecimientodisciplinario constante, se busca enseñarles a esos muchosotros, a ser un arquitecto más.

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Sobre la Investigación

Como ya mencioné, los antecedentes expuestos en estainvestigación van más allá del período destinado a Seminario,y son más bien parte de mis experiencias e inquietudesdesarrolladas tanto en el transcurso de mi carrera, a través demis proyectos de taller, como a partir de mi infancia, mistrancas, conversaciones, entrevistas y discusiones conpersonas normales1, compañeros y arquitectos, mi experienciacomo monitor de taller de licenciatura, como trabajadorvoluntario de verano, como dirigente estudiantil, etc., todo esparte de este constructo…

Además, esta tesis, así como quizás muchas de las grandesteorías planteadas en la historia, no ha tenido su origen ensendas investigaciones metodológicas generadas dentro deenormes bibliotecas, sino que en meras reflexiones de micro,de baño, o de copas; intentando acercarme más a la simplelógica de pensamiento de una persona normal, que aprofundos postulados de grandes teóricos de nuestradisciplina. De hecho, no creo referirme ni plantear nada muy“profundo”, si embargo adquiere profundidad en el actualcontexto arquitectónico a través de su simpleza.

De la misma forma, reconozco que más que exhaustivamenteinformado sobre cada una de las ideas, teorías o realidades queaquí serán mencionadas, me encuentro “infectado por lainformación”, por lo que muchas veces podría parecer algoprejuicioso, pero más que eso, simplemente estoy conciente de

1 Cualquier persona que no sea arquitecto, también conocido como usuario, o cualquierarquitecto de civil. 2

2 Cualquier profesional de la arquitectura que esté empleando su sentido común en vez de susentido arquitectónico.

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mi incapacidad de abarcar completamente cualquier tipo deconocimiento, lo que me puede haber llevado a no sabercapturar la esencia del planteamiento de tal o cual autor; perolos problemas de interpretación han afectado desde la Bibliahasta la teoría de la relatividad, y seguirán afectando (aunqueno lo queramos).

La tan anhelada objetividad resulta inalcanzable desde elmismo momento en que el investigador (en este caso yo), es ala vez persona y por ende un ser biológico, psíquico, social, afectivo yracional 3; y que por lo tanto está constantemente expuesto alerror, al involucrar sus experiencias personales, sentimientos,o emociones, en los orígenes mismos y el desarrollo de lainvestigación (cosa de la que está plagada esta publicación), ysi bien se podría creer en la posibilidad de eliminar el riesgo deerror rechazando cualquier afectividad, resultaría ser unintento imposible o por lo menos ingenuo, ya que según loanterior y como explica el pensador francés Edgar Morin“ en el mundo mamífero, y sobre todo en el mundo humano, eldesarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad, es decir dela curiosidad, de la pasión, que son, a su vez, de la competencia de lainvestigación filosófica o científica.”4

Entendiendo lo anterior no tendría sentido la construcción deun discurso que se sustente exclusivamente en una intensivaexposición de infinidad de teorías, en el acopio de un granvolumen de material bibliográfico, o el planteamiento denuevas y rebuscadas evidencias nunca antes conocidas, si noque, muy por el contrario, y como ya mencioné, misexperiencias, malos entendidos o posibles errores deinterpretación, que como en cualquier otra persona inundan elmundo de mis “certezas”, han sido la materia prima a partir dela cual se levanta esta tesis, que en este contexto de

3 MORIN, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro, UNESCO, 1999, p. 13.4 Ídem. p. 4.

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incertidumbres, busca validarse en el simple hecho decausar sentido en quien se detiene a escucharla.

Es, a través de este “causar sentido”, que se fueronseleccionando cada uno de los ejemplos, fragmentos y citasexpuestas en ésta, así como las ideas directrices, y sería estamisma herramienta la que pondría en crisis muchos de lassupuestas “certezas” que han inundado mi formación.

Considerando esto, me parece inapropiado plantear lapresente publicación como un ejercicio “teórico”, ya que engeneral el “teorizar” es comúnmente entendido en función delo que precisamente no es (práctica), por lo que prefierodenominarlo “reflexión”, entendiendo este reflexionarcomo un ejercicio vinculado directamente con laexperiencia, además de tener un carácter activo, en elsentido de presentarse como una acción constantemás que como una ley definitiva y conclusa.

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Extracto

“La Arquitectura atraviesa hoy, como tantos otros quehacereshumanos, por una grave crisis. Si nadie niega su prosapia clásica, sunotorio y bien fundamentado abolengo entre las artes que la envuelvesiempre de un aura de solemnidad y romanticismo, no es menos ciertoque en los tiempos recientes su práctica y su enseñanza, susdesarrollos y perspectivas se achatan y empobrecen a pasosagigantados. Cual atolondrado hijo de rico, la práctica cotidiana dela arquitectura avanza hacia el desastre, dilapidando sus tesorosculturales y sociales, poniéndose al servicio de la voracidadespeculativa vigente. Ser arquitecto es una variable marca de statusclasista, difícilmente refrendada por conocimientos, creatividad y unaauténtica visión de finalidad en lo que se hace.”1

Nunca en la historia hubo tantos profesionales supuestamentepreocupados del “hombre y su hábitat”, y, de la misma forma,nunca tuvimos tan poca incidencia, como hasta ahora, en laconstrucción de éste, y si bien un pequeño grupo podríacontinuar con el “normal desarrollo” de la profesión, para lamayoría de nosotros es imperiosa la generación denuevas alternativas.Pero ninguna nueva alternativa podría construirse sobrenuestra reducida actual concepción de lo que es nuestradisciplina, y la limitada capacidad que tenemos para ver yentender el mundo, basada aún en principios de disyunción,reducción y abstracción, propios de un pensamientocartesiano, y que se evidencian dramáticamente en nuestraformación universitaria.

1 CALDERÓN, David: Habitarse a sí mismo. [s.a.] p.1.

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Es en este proceso de “adoctrinamiento” donde adquirimosherramientas de acción y reflexión que nos han cegado hastael punto de casi llevarnos a la extinción; ciertas máximas o“certezas” del arquitecto, que en el afán de buscar la tananhelada distinción frente al resto de los profesionalesterminan limitando y atrofiando nuestra capacidad reflexiva yde dialogo con la realidad, impidiéndonos ver y entender elmundo más allá de las apariencias.

Esta ceguera nos ha mantenido en una burbuja por muchotiempo, y es producto de ésta donde el arquitecto y suarquitectura se habría “arquitecturizado”, apartándose de larealidad para construir su propio mundo, donde se piensadesde y para la arquitectura; desde y para los arquitectos; laarquitectura deja de ser un medio y se vuelve un fin en símisma.

Es este ejercicio, perpetuado de generación engeneración, el que nos ha distanciado de lacomprensión de la realidad, volviéndonos incapacesde redescubrir y adaptar nuestra disciplina en funciónde los nuevos contextos que enfrentamos.En este panorama, entender los factores que nos tienensumidos en esta ceguera progresiva parece fundamental sipretendemos comenzar a reconstruir nuestro rol, y el rol denuestra arquitectura.

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Proyectos

Como les contaba, padezco de “atrofiamiento de muñeca”,“bajos niveles de delta diseño”, e “inhibición del sentidoestético espacial”, además de una considerable “falta deapellido arquitectónico y contactos”, por lo que al momentode enfrentar mi quehacer universitario solo tenía tresposibilidades: me retiraba de la carrera, ejercitaba misdebilidades hasta superarlas, o simplemente buscaba la manerade sobrevivir buscando otras arquitecturas.

La primera opción quedaba descartada de plano porproblemas económicos, ya que había nacido en la riveraequivocada del río. La segunda me resultaba simplementeabsurda, ya que tendría que esforzarme un 200% para poderrecién pretender estar en igualdad de condiciones paracompetir con otros 179 compañeros en mi escuela, y casi3.000 en todo Chile, y algún día egresar con las mismashabilidades de las que estaba saturada la carrera con máscesantes del país. Por lo tanto, y considerando los consejos demi madre, la tercera opción era la alternativa más viable.

Esta situación me llevó a enfrentar los proyectos evitando losacercamientos netamente formales, ya que partía de la premisaque si sólo se me evaluaba en función de los recursosplásticos, estaba en clara desventaja frente al resto. Esto derivóen que abordara cada uno de los proyectos como pequeñasinvestigaciones en la búsqueda de estas otras arquitecturas.

De aquí que es innegable que muchas de las ideasdesarrolladas en este seminario tienen como origen estamanera de enfrentar mi formación. Y así, como ya les contéparte de mi infancia para acercarlos al contexto en el que se

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inscriben mis reflexiones, les presento como nuevosantecedentes, los tres últimos proyectos de mi carrera: dosdesarrollados en Taller de Licenciatura, y un tercero llevado acabo en el transcurso de mi Práctica Profesional Municipal.

PROYECTO MONTEVIDEO(Ortega, Suazo, + 2)

Este proyecto fue parte de una experiencia realizada enconjunto con la Universidad de la República de Uruguay, enun viaje efectuado en 4° año a Montevideo. La idea eraconformar grupos mixtos, de dos integrantes por país, quienespresentaríamos en tres días una propuesta para recuperar unsector deteriorado del centro de la ciudad.

El encargo se planteó ante la “problemática” situación de doslugares específicos de Montevideo, los cuales correspondían ala zona en que se cruza la trama de la ciudad antigua con la dela nueva, que se encontraba rotada, generando una morfologíairregular en las zonas, las que además poseían sectores semiabandonados y en deterioro.

A primera vista, para los chilenos que participamos delproyecto, no existía ningún problema muy grave con el lugar,más si consideramos que el clima de Montevideo permite queel pasto crezca “por defecto”, por lo que estos supuestos“peladeros” a nosotros nos parecían parques (los cualesabundan en esa ciudad), y el “terrible problema” de ladiscontinuidad de las tramas apenas se percibía (al menos queexistiera una oculta obsesión uruguaya por las perspectivas),siendo uno de los únicos problemas del lugar su desuso y faltade carácter.

Además, no podíamos dejar de considerar que en esosmomentos Uruguay pasaba por una situación de

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estancamiento económico, por lo que la construcción decualquier obra les tomaba cuatro a cinco veces el tiemponormal, quedando muchas de ellas simplemente inconclusas,resultando ser un contexto fértil para propuestas donde eldiseño pasara a segundo plano. Entonces...

¿Qué podíamos hacer con 50.000 m2 y una economía semiestancada?

Al parecer 50.000 m2 no significan mucho para la IntendenciaMunicipal, pudiendo decirse que realmente ese terreno lessobra, pero esta superficie podía ser una cifra espectacular aotra escala. Por lo que se nos ocurrió la brillante idea de…

¡¡¡Regalar el terreno!!!

Entonces, estos 50.000 m2 fueron divididos en predios de 4 x4 metros, que serían regalados a todas las organizacionessociales existentes en Montevideo, las cuales podrían hacer loque quisieran con su espacio (cerrarlo, poner carteles, sillas,juguetes, tumbas, plantas, piedras, banderas, o simplementedejarlo como está). Resultando beneficiados 3.000organizaciones de todo tipo, que representaban, de más deuna forma, a la totalidad de la población de Montevideo,reduciendo la intervención de la Intendencia a la simplecreación de las circulaciones de este nuevo “parque” y laadministración, en primera instancia, de los “lotes”.

Esto permitía que el proyecto pudiera acoger naturalmente lavelocidad con que se llevan a cabo las iniciativas en Uruguay,desarrollarse libremente a través del tiempo.

El proyecto no sólo proponía una solución económica alproblema del desuso, si no que además aportaba a la creaciónde un “nuevo lugar” dentro de la ciudad, donde los ideales deidentificación, apropiación y significancia, cobraban unsentido único.

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Una de las primeras reflexiones que nos entrega estaexperiencia, surge del hecho que la decisión más determinanteen el carácter y la forma de ocupación del lugar (el regalarlo)no es precisamente “arquitectónica”, por lo que en realidad nisiquiera se nos debería haber pasado por la cabeza, peroseguramente ésta tiene un impacto mayor que cualquier otradecisión “material” que podríamos haber tomado, ya queclaramente altera las condiciones del lugar.

Entonces: ¿Cuáles son los límites de nuestras herramientas deintervención?, ¿qué recursos son arquitectónicos y cuáles no?,o… ¿bajo qué criterio fijar las pautas?. Muchas dudas comoéstas surgen producto de que seguramente, ninguna propuestade este tipo podría haber nacido desde “el arte del espacio”.

Una segunda idea surge a raíz de que la “mano del arquitecto”sólo produjo una iniciativa a nivel de gestión, y un simplesendero, mientras que el verdadero proyecto sólo comenzaríaa tomar forma una vez que la gente empezara a interactuarcon él, a intervenirlo, a apropiárselo, a incidir directamente enel futuro y desarrollo del lugar, solo ahí se iría produciendo laarquitectura.

Entonces: ¿cuál es el rol del arquitecto en la conformación delentorno?, ¿hasta dónde llega nuestra participación?,¿podremos seguir viendo la arquitectura como objetosterminados, con funciones fijas?

EDIFICIO ALTO LO LEGUAL(Alegría, Ortega, Rojas, Suazo, Tonacca)

Este proyecto surge ante el encargo de incorporar, de algunamanera, vivienda social en el centro de Santiago, entendiendoque muchos de los factores que inciden en la calidad de vidade estas viviendas, tendrían relación con su ubicación más quecon el diseño en sí mismo.

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Frente a esto quisimos investigar las posibilidades deaprovechar el gran boom de la oferta inmobiliaria en edificiosen altura en el sector de Santa Isabel, para acoger este encargo,más que caer en el diseño de viviendas cápsulas en rinconesdesocupados, parásitos urbanos o situaciones por el estilo.

La primera propuesta fue a nivel normativo, ya que veíamosque sería posible ofrecer viviendas a menor precio si a cambiode esto se permitía aumentar el porcentaje de ocupación,funcionando como una especie de incentivo para lasconstructoras. Pero esto llevaba las problemáticas más allá deun simple ejercicio de taller, por lo que más que revisar laviabilidad económica, nos preocupamos de investigar sobre lasposibilidades que podían surgir de esta mezcla tipológica, yaque mucho de los defectos que veíamos en los edificios dedepartamento actuales, son precisamente la falta de losconceptos que han surgido de la discusión sobre las viviendassociales, como flexibilidad o progresividad, de aquí que nosinteresaba estudiar cuánto podían aprender estasmegaestructuras habitacionales de sus símiles periféricos.

En adelante, el proyecto se desarrolló a través de la mejora delas condiciones que podía ofrecer un edificio tipo, mediante laincorporación de viviendas en duplex, aumentando ladensidad de puertas por pasillo, reduciendo el número desalidas de ascensores, ensanchando los corredores,incorporando luz natural a estos, y terrazas comunes; ademáslos duplex permitían transformar su 1º nivel de acceso entaller, negocio, o subarrendarlo para vivienda, pudiéndoseconformar en cada pasillo verdaderos barrios. La venta enverde, daba la posibilidad de que cada comprador pudieradecidir los niveles de terminación de sus viviendas, que podíanir desde “caseta sanitaria” (zona húmeda + losa vacía), hastafull equipo, esto dependiendo de su presupuesto, o de lasposibilidades de autoconstrucción que estos tuvieran.

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Una vez propuesto este soporte flexible, comenzamos atrabajar sobre las posibilidades de ocupación que ofrecía,imaginando el impacto que podría tener esto en laconformación de los barrios, ejemplificando la situación deledificio en cuatro etapas: la de entrega, en 5, 10 y 15 años.Para esto, cada integrante desarrolló una serie de personajescuyas historias comenzaban a interrelacionarse en eltranscurso del tiempo, propiciadas por las posibilidades queentregaba el edificio como contexto.

Así surgieron historias como:

La familia de gitanos, que acomodó sus carpas y telas no sólo ensu propiedad, si no que con el tiempo se fueron apropiando de losbaldíos espacios comunes multifuncionales…

La del matrimonio con dos hijos que mientras habitaban su felizduplex vivieron en carne propia la cesantía del padre de familia,ante lo cual, la esforzada dueña de casa emprende en el primerpiso de su vivienda un negocio de modista…

El empresario que instaló un lucrativo barrio rojo en un pisocompleto…

La familia que emigró del campo junto con buena parte de sugranja: gallinas, perros…

La Feria de las Pulgas que periódicamente se instaló en el espaciocomún del primer piso…

Cuando se corrió la voz de que el piso 13, que nunca se vendió, yunas 30 familias, se organizaron y ocuparon lo que decían porderecho les correspondía, la vivienda. Naciendo así dentro deledificio la Población Corajuda…

Pero más allá de lo absurdo que podría parecer este proyecto,su valor radica en que más que pretender ser “real” en cuantoa su factibilidad para ser llevado a cabo, enfrenta la “realidad”a través de la incorporación de variables arbitrarias, queexploran posibles relaciones entre un montón de hormigón, ymaneras de usarlo y subvertirlo, que van desde las más

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"Doña Treme"

*pan*com pletos*sopaipillas*mote con huesil los*tortas*comida pa ra llevar** Me nu del día:Guatitas c/ puré **

COCINA INFERNAL

ESTAR MALDITO

BAÑO ESPECTRAL

ESCAPE

INFARTO

ANIMATA

Y AG

RAD

ECIM

IEN

TOPL

ACAS

DE

PETI

CIÓ

N

PASILLO CENTRAL

OLVIDO

ABANDONO

DESOLACIÓN

CAPILLA

ALTAR

BODEGA IGLESIA

PASILLO CENTRAL

ALTAR

5 años

10 años

15 años

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extravagantes, hasta las más simples, y que ocurren encualquier edificio hoy en día, pero que pasan desapercibidasante nuestro ojos de arquitectos. Y he aquí otro puntointeresante, ya que en este ejemplo, el ojo de los proyectistasestá puesto en las posibilidades que ofrece al habitante suarquitectura, más que en las que ésta le ofrece a ellos comoarquitectos.

REHABILITACIÓN TRENTO TRIESTE(Ortega, Tonacca)

Este tercer proyecto, representa el trabajo que realizamos en laIlustre Municipalidad de Recoleta, con motivo de nuestraPráctica Profesional.

Aquí se nos encargó dos trabajos puntuales en torno a lamejora del sector “Fray Andresito”, ubicado en al acceso sur ala comuna: debíamos desarrollar una ordenanza de publicidad,y una propuesta de rehabilitación de un conjunto de viviendascon valor patrimonial.

Este conjunto consistía en tres bloques de edificacióncontinua, que definen tres manzanas, con dos pasajesinteriores, con un primer nivel comercial y los superioresutilizados como bodegas y viviendas, encontrándose varias deéstas quemadas o abandonadas.

A primera vista, el proyecto pudiese parecer un encargo queno dista mucho de los realizados en nuestras aulas, sinembargo, cuando uno se para en el lugar mismo, ve sudeteriorado estado, y al conversar con los vecinos sobre laintención de recuperar el sector a través de una rehabilitacióndel edificio y una ordenanza de publicidad, se da cuenta delcasi nulo impacto que pueden tener iniciativas como estas silas pensamos de manera aislada, y que cualquier intención demejorar o recuperar el valor del conjunto patrimonial, tendría

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que ir acompañado de una serie de iniciativas en otros niveles.Para entender la relación entre algunos de los factores,necesarios de intervenir, he aquí un ejemplo:

La imagen 1, muestra un corte esquemático del conjunto,donde tratamos de involucrar más actores que los“estrictamente arquitectónicos”, para entender la estrecharelación entre los factores físicos (f), humanos (h), de uso (u) yde estado (e) de la edificación. Revisémoslo de derecha aizquierda:

(Img 2) La configuración espacial del Bloque Uno, conunidades definidas horizontalmente (f), permite la ubicaciónde vivienda en el segundo piso (h/u) y comercio mayoristahacia Recoleta (u), ya que éste puede utilizar su parte posterior(f) como bodega (u), lo que genera una fachada ciega (f) haciael pasaje peatonal (h/u), que tiene menor flujo (u), lo quesumado a la existencia de vendedores ambulantes (h/u),transforma este muro en un verdadero baño público (h/u/e),que ahuyenta a los comerciantes (h/u), transformando elpasaje en un callejón solitario (f/u/e), ubicándose en él sóloun comercio marginal de bodegaje (u), lo que sumado a lainexistencia de barreras en el pasaje (f), permite que ingresencamiones de descarga (u), que destruyen las palmetas del piso(f/e), y sobre los que trepan delincuentes (h), para llegar a losbalcones (f) de las viviendas (u) del segundo piso (f),obligando a los residentes a tapiar las ventanas (f/e) o a huirdel lugar (h/u/e).

(Img.3) La unidades verticales de bloque dos (f), dan hacia laderecha (pasaje Trento) con bodegas y viviendas (h/u),mientras que a su izquierda (pasaje Trieste) (f), por tenermejor accesibilidad (f/u), se instala comercio mayorista (u),que ubica sus bodegas (u) en el segundo piso (f), desplazandola vivienda (h/u), tapiando las ventanas (f/e), instalandograndes carteles (f), deteriorando la imagen del sector (e).

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Además, lo angosta de esta calzada (f), produce que loscamiones de descarga (u) estacionen sobre la vereda (f),destruyéndola (e), bloqueando la circulación (u) de lospeatones (h) y produciendo accidentes (h).

El tercer bloque, está conformado por unidades verticales (f),cuyo 2º piso (f) se encuentra quemado (u/e), por lo que en el1º (f) se puede ubicar comercio menor (u) sin bodegaje (u),necesitando menor publicidad (e), como también boliches (u),que producen borrachos (h), que utilizan el otro pasaje (f)como baño público (u/e), etc.…

Entendiendo el lugar más allá de sus variables arquitectónicas,cualquier propuesta aislada parecía insuficiente, por lo quedebimos trabajar en varios campos:

Normativo: (Imagen y usos), generación de ordenanza depublicidad, propuesta de pintura de fachadas, estudio paradeclaración de zona de conservación, propuesta de ocupacióncultural de espacios públicos.

Gestión vecinal: (participación en los procesos), coordinación através de encuestas, conversaciones, y reuniones.

Difusión del valor del Patrimonio Comunal: gestión vecinal,gestión municipal, montaje de exposiciones públicas.

Incorporación de nueva vivienda: Proyecto rehabilitaciónconjunto Trento Trieste.

Este es un claro ejemplo de cómo los contextos en los cualesincidimos como profesionales, presentan complejidades queparecieran ajenas a nuestra disciplina desde el interior de lasaulas, sin embargo, resultan evidentes al sumergirse en larealidad misma, así como evidente parece la necesidad deampliar nuestros saberes y competencias, más allá del“arquitectónicamente aceptado”.

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(Introducción)

La Triste Realidad

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Evidencia de una Crisis

Si bien podría ser considerado un fenómeno urbanopintoresco, la explosiva proliferación de jóvenes croqueandoen nuestra ciudad es un espectáculo sencillamenteescalofriante para muchos; es que realmente da miedo pensarcon la facilidad que han brotado escuelas de arquitectura ennuestro país, hasta el punto de haberse duplicado la cantidadde arquitectos en los últimos diez años, llegando a cerca de10.0001 profesionales; y de continuar el actual ritmo, se esperaque vuelva a duplicarse en diez años más, o sea, y comomuchos ya lo tienen claro, ¡¡¡estamos saturados dearquitectos!!!, y no sólo eso, sino además, según el Ministeriodel Trabajo, estaríamos encabezando la lista de losprofesionales cesantes en nuestro país2, siendo estasituación un fenómeno que va más allá de nuestras fronteras:

“Como han indicado muchos observadores, en este momento existenmás arquitectos practicando su profesión que con anterioridad, y elnúmero de estudiantes universitarios supera tanto el número dearquitectos como la capacidad de empleo que pueda ofrecerles lasociedad, por muy productiva y bien organizada que esté.Inevitablemente, muchos de esos estudiantes nunca practicarán laarquitectura ”3

Sin duda éste resulta un tema de gran importancia sipretendemos comenzar a imaginar algún tipo de futuro paranuestra profesión.

1 9628 según cifras publicadas por el Ministerio de Educación en www.futurolaboral.cl2 Fuente: www.mintrab.gob.cl, página web Ministerio del Trabajo.3 MONTEYS, Xavier / FUERTES, Pere: Casa collage, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2001, p. 9,Citando a Arthur Drexler.

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Para entender mejor las particularidades de este fenómeno de“saturación”, visualicemos a los 1.800 estudiantes que ingresananualmente a la carrera en Santiago, repartidos croqueandosobre los aproximados 600 km2 de superficie urbana denuestra capital; tendría que haber 3 estudiantes por km2, o seaen ningún caso nos daríamos cuenta de esta saturación. Sinembargo, todos sabemos que estos “croqueadores” no seubican homogéneamente en nuestra ciudad, si no que seconcentran en no más de 10 o 15 “puntos arquitectónicos”,como puede ser: la Plaza de Armas, el barrio Paris Londres,barrio Concha y Toro, Bellavista, Santiago Poniente, Lastarria,el Paseo Bulnes, la Plaza de la Constitución, los Benedictinos,etc., o sea que podríamos afirmar que:

Aunque cada vez hay más “croqueadores”, sigue habiendomuy poco “para croquear”

Ahora bien, podríamos reemplazar los términos“croqueadores” y “para croquear” por sus símiles“arquitectos” y “arquitectura”, obteniendo la siguienteparadoja:

Aunque cada vez hay más “arquitectos”, sigue habiendo muypoca “arquitectura”

¡¡¡Pero esto no tiene sentido!!!

Por un lado, este desajuste podría explicarse por el reducidocampo laboral en el que se desenvuelve el arquitecto, lo queno es nada novedoso, pero se vuelve una situación más quecrítica, cuando pensamos en que éste alcanza a casi el 90%de la superficie construida, o sea que en el desarrollo yconformación de casi la totalidad de los asentamientoshumanos no ha sido necesaria la presencia de arquitectos; delo que podríamos desprender que…

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Los arquitectos no proyectan, ni definen, niinfluyen sobre el crecimiento, la evolución y eldestino de la ciudad. 4

Una idea simplemente escalofriante, y que nos hacepreguntarnos a muchos estudiantes ¿para qué hemosdestinado gran parte de nuestra formación a revisar laevolución de las ciudades, su historia y procesos?; ¿para quéhemos proyectado intervenciones a gran escala, derribandomanzanas, expropiando terrenos, propuesto grandessuperficies de espacios públicos, equipamientos comunitarios,etc., si al parecer la ciudad no sería más que un amor platónicopara el arquitecto?.

Pero no se alarmen queridos arquitectos, al parecer algunosvisionarios han generado una salida a esta dramática situación,y ya se encuentra disponible en el mercado, se trata de unrevolucionario “Curso de Marketing Práctico paraArquitectos, Profesionales de la Construcción y del Diseño”,el cual parte de una premisa que seguramente les será familiara muchos, establece que los arquitectos son formados “entodo”; “todo lo creativo, todo lo técnico, todo lo histórico, menos, en lobásico, indispensable y vital que necesita todo profesional,estudio o empresa para poder ganar dinero!, y que es: saber cómohacer para conseguir a los clientes que nos paguen (mucho dinero)por los servicios, proyectos y obras que cada uno de nosotros puedeofrecer.”5 O sea, plantea que la crisis es sólo producto de quelos arquitectos no han sabido cómo “atrapar clientes”6 por faltade herramientas de persuasión, pero, aunque a muchos lepueda sonar tentador, hay quienes no nos convencemos coneste tipo de “soluciones”, y creemos que la salida a nuestraactual situación no es un asunto de aprender a: cobrarle

4 LÓPEZ, Héctor / RICO, Eduardo: Crisis Urbana y Crisis Profesional del Arquitecto, EditorialSerrano, Cochabamba Bolivia, 1992, p. 7.5 y 6 Texto original de la publicidad del curso, www.espainet.com.

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honorarios hasta a sus amigos, familiares yconocidos 7

Dándoles una segunda vuelta a los datos estadísticosplanteados al comienzo, ¿existiría sólo un 10% de arquitecturaen el mundo?. A primera vista podríamos afirmar que no esasí; esto sería como reducir el término arquitectura asimplemente “lo que hace un arquitecto”.

Ahora, tomemos el otro lado de la estadística ypreguntémonos si dentro de este 90% del mundo excluido deltrabajo arquitectónico habría “arquitectura”. Es difícilimaginarse una respuesta negativa, o sea que no hayaarquitectura realizada sin nuestra participación, incluso nos dapara pensar en lo probable que es que esta arquitectura sinarquitectos supere el 10%, lo que nos permite afirmar que nosólo existiría cierta distancia entre el concepto de arquitecturay el de arquitecto, por lo que la primera no perteneceríaexclusivamente a estos profesionales, si no que ademáspareciesen ser estos los menos eficaces para llevar acabo la arquitectura.

¿Pero en qué han estado los arquitectos entonces?

“A través de los siglos, sólo un fragmento del entorno construido harecibido la influencia de la profesión arquitectónica. El requerimientoha venido de clientes que tenían necesidades de edificios especiales,edificios con una disposición y un refinamiento de formas que estabanfuera de lo normal, y que podían permitirse el lujo de pagarlos.Tradicionalmente, por lo tanto, los arquitectos se han relacionadocon los ricos y los poderosos. 8

7 Ídem.8 KOSTOF, Spiro: El arquitecto: Historia de una Profesión, Ed. Madrid: Cátedra, 1984, Primercapítulo, primer párrafo, primera línea.

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Mucho se ha escrito sobre la relación entre arquitectura ypoder, pudiendo afirmarse que desde los comienzos de lascivilizaciones el arquitecto ha servido a éste; desde laconstrucción de las pirámides, los templos griegos, los castillosmedievales, los palacios y catedrales, hasta los rascacielos,edificios corporativos y casas de veraneo ABC1, y que, por lotanto, éste es el rol que nos corresponde. Ahora, si comoplanteábamos anteriormente, partimos de la base de que elconjunto de la arquitectura sería mayor al de los arquitectos, lahistoriografía no habría hecho más que reducir la historia de laarquitectura a la historia de sólo una clase dearquitectura, la “arquitectónica”, la de la práctica de losgrandes arquitectos y sus objetos arquitectónicos.

Y es con este único rol con el que, año tras año, sonadoctrinados los estudiantes al interior de nuestras aulas, sólocomo arquitecto diseñador 9 para llevar a cabo laarquitectura de boutique 10, egresando cada año cerca de800 expertos en fabulosas casas en voladizo en la ladera dealgún cerro o junto a un lago, grandes diseñadores demediatecas, centros culturales, museos, hoteles cinco estrellas,etc.; pero les pregunto a ustedes queridos compañeros deestudio.

¿Donde está toda esa arquitectura?

Esta es una simple pero crucial pregunta para hacerse, y lasrespuestas posibles no son muchas: en las revistas extranjeras,y en uno que otro barrio exclusivo de nuestra capital, ¡ah! ypor supuesto cada dos años en la Bienal. Bueno, revisemosrápidamente los últimos dos casos:

9 MARCHANT, Hernán: Entrevista personal, Diciembre 2004. Respuesta a ¿Cuál es el actualperfil del arquitecto de la Universidad de Chile?10 PIZZI, Marcela: Entrevista personal, Noviembre 2004. Respuesta a ¿Para cuál arquitecturaes la que se nos prepara en la escuela?

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Primero veamos el famoso proyecto “Ochoalcubo”, ésteconsiste en un conjunto de viviendas en Marbella,autodefinido como la mejor expresión de la buena arquitectura enChile, proyectadas por un selecto grupo de profesionales reconocidos yrespetados tanto en nuestro país como en el contexto internacional.”11

Estos proyectan “ocho casas de 270 m2 promedio en sitios de 1500m2, conformando un conjunto armónico dentro de un terreno de 2,5ha.”12, condiciones idílicas no muy distintas a las que sesimulan en el interior de nuestra facultad, siendo estocomprobable por el simple hecho de ser lo más parecido acualquier entrega de taller que hay realmente construido ennuestro país (además de la ciudad empresarial por supuesto),esto, producto que el encargo estaría asumido de la mismaforma, como muy bien explican ellos, “como una oportunidadideal para trabajar con la máxima libertad, y, donde las reglas lasda la misma disciplina de la arquitectura.”13, situacióncuyas consecuencias revisaremos más adelante.

Si bien este ejemplo puede ser catalogado de “caso particular”y que no representa la realidad arquitectónica general denuestro país, echemos una rápida mirada a un segundo caso: laXIV Bienal de Arquitectura, que sí sería una selección a nivelnacional, y nuevamente una de las pocas oportunidades en quese ven obras construidas que tienen una lógica similar a lasproducidas al interior de nuestras aulas (incluso podríamosdecir que sólo quedan seleccionadas las que mantienen estetipo de lógica), pero nuevamente la mayor parte de éstascorresponden a casos excepcionales, con clientes adinerados,o parientes de los mismos arquitectos.

Pero no podríamos referirnos a esta bienal sin dejar pasar unsinnúmero de otros fenómenos que dan cuenta de estasituación crítica de la arquitectura a la que hacíamos mención:lo irrelevante que es un evento como éste para el común de laspersonas; el ya nombrado elitismo de los proyectos; lo banales

11, 12 y 13 Fuente : www.ochoalcubo.cl

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que resultan muchas de las memorias de las obras enexposición; el caótico, confuso y sobre estetizado lenguaje delos proyectos que representaban a las Universidades (Uff!!!); laincapacidad del gremio y de nuestro colegio (por más que lointenten) para abordar seriamente temas que vayan más alládel mero diseño (como la reforma urbana), y, por supuesto,como no mencionar lo aburrido que puede resultar, inclusopara los arquitectos, visitar la exposición; pero ahondaremosen algunos de ellos más adelante.

La elitización de la disciplina va desde el tipo de proyectos,que no varían de grandiosas casas en cerros para familias derimbombantes apellidos, hasta la generación de un discurso, yun lenguaje gráfico lleno de simulaciones intelectuales yvanguardistas, que haría sentir ignorante a cualquiera que osaraentenderlas.

Y es a esto a lo que aspira la mayoría de los estudiantes queingresa a nuestra escuela: a resolver el mismo tipo de“problemas” y de la misma forma, si estamos todoscompitiendo por un par de cupos en la Revista del Domingo,muchos peleándonos por un trabajo para pocosEs para esta “clase” de arquitectura (la arquitectónica), para laque hemos sido formados desde comienzos de nuestraprofesión: arquitectura para grupos exclusivos, con valores ypremisas propias de estos, pero que por ningún motivorepresenta el universo completo de la disciplina; de hecho,sólo entendemos una pequeña porción del tema y delproblema, sobre la cual hemos construido todo nuestropensamiento, competencias, y, por que no decirlo, nuestrapequeña realidad. Dentro de ésta son “problemáticas”, lasproporciones, el espacio, la estética, los estilos, la expresión,etc., pero en realidad parecieran acercarse más a problemas delarquitecto que de la arquitectura, siendo esta condición delujoso accesorio la que nos vuelve a entregar el carácter de

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personajes prescindibles, inútiles o simplemente profesionalesdecorativos.

¿Pero no es esto paradójico?, por un lado ignoramos granparte del desarrollo de los asentamientos humanos, mientrasque por otro nos quejamos de que no tenemos trabajo,¿Dónde está el problema? ¿Qué dicen los arquitectos alrespecto?

Como una de las principales causas planteadas por losarquitectos sobre este fenómeno de elitización - y quesupuestamente sería lo que determinaría nuestro reducidocampo laboral - aparece la idea de que “la arquitectura es muycara”14, y que por lo tanto no todos pueden tener acceso a ella.Bueno, como todos sabemos, la construcción es un rubrocaro, donde la vivienda más sencilla cuesta varios millones depesos, siendo uno de los bienes más necesarios, pero a la vezmás costosos del mercado, esto, claro, hablando de unaconstrucción mínima; ahora, si nos ponemos a pensar en losvalores de lo que conocemos como una “obra dearquitectura”, o sea, con espacios de real “valorarquitectónico”, dobles alturas, voladizos, acristalamientos,curvas y contra curvas, capaces de emocionarte sólo con elhecho de contemplarlos, el costo aumenta significativamente,y si además la casa es “de marca”, mejor ni hablar.

Entonces, ¿es la arquitectura la cara?, porque podríamosargumentar que la construcción es un rubro caro, pero, sinembargo, y como vimos anteriormente, el 90% de losasentamientos humanos no se han dejado de construir, pese alos citados inconvenientes económicos; en realidad, lo queparece caro es esta arquitectura arquitectónica, estospirotécnicos “efectos espaciales”, de los cuales actualmente elarquitecto no puede prescindir, ya que en ellos se sustentatodo el prestigio de su profesión, y aunque muchos no lo

14 TIDY, Albert: Entrevista personal, Octubre 2004. Síntesis respuestas a ¿Por qué laarquitectura es la carrera con más cesantes en Chile?

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quieran reconocer, esta no es más que la producción de“edificios bonitos”, una pequeña porción de lo que realmentepodría abarcar nuestra disciplina.

Porque, volviendo a la pregunta anterior, ¿es comúntoparse con ejemplos de esta clase en nuestraciudad?, ¿cuál es la arquitectura que realmenteconfigura nuestra vida cotidiana?. ¿No es a estaciudad a la que rendimos honores en nuestrosdiscursos, pero que sin embargo obviamos en nuestraenseñanza y en nuestro quehacer?Y, si bien podríamos imaginarnos que en este nichodesatendido por los arquitectos podría estar la salida para estesuperávit de profesionales, la situación resultaría ser bastantecompleja, ya que la indiferencia ante esto, al interior de nuestrafacultad, pareciera ser síntoma de una concepciónextremadamente reducida sobre lo que precisamente “es laarquitectura”, y por ende, sobre qué es lo que hacen losarquitectos, reflejo de lo cual resultaría este “poco paracroquear” del que hablábamos al comienzo.

Antes de poder acercarnos a estos contextos ignorados,tendríamos que partir generando un considerable cambio devisión al interior de nuestra formación.

Recapitulando tendríamos un panorama bastante inquietante:

No sólo estaríamos saturados de arquitectos, sino que elpanorama se pondría mucho peor en un par de años.

Servimos a un grupo extremadamente reducido de lasociedad, mientras la gran mayoría sigue adelante,aparentemente sin necesitarnos y ni siquiera enterarse queexistimos.

Poco y nada contribuimos al desarrollo de nuestras ciudades.

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Pareciera ser que ni siquiera hemos logrado entender losalcances ni el rol que actualmente podría ocupar nuestradisciplina.

Sin duda estos datos nos plantean varias preguntas: ¿Es elarquitecto un profesional “útil” o “necesario”?. ¿Será elestudio de las ciudades y el urbanismo resabios de una épocaen la cual el arquitecto sí tenía alguna incidencia?. ¿Puedenestos 10.000 arquitectos seguir concibiendo la disciplina comoantes lo hicieron unos pocos?. ¿Qué es lo que estamosentendiendo por arquitectura?. ¿Es necesario recontextualizarla formación y el quehacer profesional?. ¿Cuáles son suslímites?, ¿cuál es el actual rol del arquitecto en función deestos?. ¿Es la ciudad nuestro amor platónico?. ¿Estamos apasos de la extinción?...

De cualquier forma, la falta de respuestas pareciera serproducto de una cómoda desorientación profesional, más quede la imposibilidad de su existencia, y que nuestra ridícula,contorsionada y confusa manera de caminar hacia la extinción,sería el resultado de decenas de limitantes, vicios, trancas yprótesis que nos hemos creado (y creído), y que nos hangenerado graves malformaciones, hasta el punto detransformarnos en seres extraños para el resto de las personasnormales, de la misma forma en que estos se han vueltoextraños para nosotros, siendo el mayor conflicto el que eldaño parece tan grave que somos incapaces de darnos cuentay volvernos reflexivamente sobre él.

No podríamos pretender seguir dando respuestas desde elinterior de una disciplina aparentemente enajenada ydesorientada, por lo que cualquier cambio tendría queempezar por detenernos y dar un paso al lado más que seguirtropezándonos.

¡¡¡Y ahora es cuando!!!

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El sistema está produciendo una alta cantidad de “cesantesilustrados”, los cuales son una potencial herramienta de críticay reconstrucción.

Sí, porque lo más interesante de esta angustiante situación, esque en realidad para la mayoría de nosotros no hayalternativa, existiendo una real necesidad de estas otrasarquitecturas, lo que no es menor.

Como nos hace ver Ortega y Gasset en su artículo “Sobre elEstudiar y el Estudiante (La Nación, Buenos Aires, 23 de abrilde 1933), el surgimiento de una disciplina es producto delarduo trabajo de hombres que sintieron real necesidadde un determinado saber, el cual buscaron hasta querealmente lo encontraron.

“Decimos que hemos encontrado una verdad cuando hemos halladoun cierto pensamiento que satisface una necesidad intelectualpreviamente sentida por nosotros. Si no nos sentimos menesterosos deese pensamiento, éste no será para nosotros una verdad. Verdad es,por lo tanto, aquello que inquieta una inquietud de nuestrainteligencia.”15

De aquí que este autor nos hace ver el conflicto que seesconde en la situación que viven los estudiantes al ingresar auna carrera, encontrándose con una ciencia ya hecha, la que enel mejor de los casos les gustará, les parecerá bonita, o lesprometerá triunfos en la vida, ya que es posible que la“deseen”, pero difícilmente tendrán una “necesidad auténtica”de ella, y en cuanto deseo, la disciplina se le presentará comoun saber que quiere adquirir tal cual, sin cuestionamientos,como la pura verdad, ya que el deseo no existe si previamenteno existe la cosa deseada.

15 ORTEGA Y GASSET, José: Sobre el estudiar y el estudiante, La Nación de Buenos Aires, 1933,p. 1.

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En cambio, “la necesidad auténtica existe sin que tenga que preexistirni siquiera en la imaginación aquello que podría satisfacerla”16, de aquíque aquellos que manifiesten real necesidad de unanueva verdad, se acercarán cautelosos al saber ya hecho,lleno de suspicacias, sometiéndolo a crítica, con el prejuicio deque no es verdad lo que se sostiene.

Desde aquí, estas “reflexiones desde la angustia”, pretendenmanifestar nuevos puntos de vista que nos ayuden en elcamino hacia una posible reorientación disciplinaria, a travésde la identificación y el cuestionamiento de las consecuenciasde algunos vicios que inundan nuestra formación, de modo depoder llegar a plantear algunos necesarios primeros pasos adar, si pretendemos recuperar un norte a través del cualrepensar nuestra malograda disciplina.

A partir de la recontextualización de nuestras concepciones,podremos redefinir el rol que jugamos en la actual realidad,tanto como nuestras competencias en ella, y desde aquírepensar el futuro de nuestra disciplina.

16 Ídem. p. 3.

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(Caso)

Arquilandiaperpetuando la ceguera

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Fue en segundo año; como cualquier día el profesor dictaba laclase, y de vez en cuando hacía preguntas simples a losestudiantes, pero parecía que las respuestas no lo satisfacíandel todo, e incluso comenzaban a incomodarlo. De repentedetuvo la clase, nos miró fijamente y preguntó: “alumnos,díganme ¿qué es lo que ven afuera?”, indicando hacia el patioque se veía a través de la ventana; al comienzo nadie se atrevíaa responder, todos guardaban silencio, hasta que de repenteempezaron a brotar las respuestas de los jóvenes aprendices:“espacios semipúblicos”, “tensión”, “contraste”, “relaciónlleno vacío”, “ritmo”, “permeabilidad”, etc.; todo estomientras al profesor se le desfiguraba el rostro, hasta quelanzó la famosa frase ¡¡¡Les han vuelto el cerebro papasfritas!!!. Las palabras habían salido expulsadas enérgicamentede su boca, no lo podía creer, “¡tierra!”, nos decía, “¡plantas,gente, rejas, luz, perros!, pero, ¡qué es lo que les han hecho!”,y, efectivamente, eso era lo que había allá afuera, era tansimple y obvio que nadie lo había visto o no se había atrevidoa decirlo.

En ese momento me daba cuenta de que algo raro nos habíasucedido a mí y a mis compañeros durante el intenso añoanterior, algo había cambiado en nuestra manera de ver ycomprender el mundo, sin darnos cuenta nos habíanarquitecturizado. Y aunque a muchos quizás no les causó másque risa, algunos realmente sentimos que era el momento deavergonzarse de una serie de premisas que nos entregaban esa“sensibilidad particular” que durante algún tiempo nos habíahecho sentir orgullosos, pero que lentamente nos estabacegando.

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NOTA

Así como al comienzo me tomé la molestia de revelarles parteimportante de mi infancia y de algunos de mis proyectos paraque entendieran mejor los orígenes y el contexto en el quesurgen muchos de los planteamientos aquí expresados, meparecería inapropiado exponerles un análisis (siemprepersonal) de la formación del arquitecto en nuestra escuela, sindarles a conocer, como gesto de mínima educación, otrasparticularidades de mi persona que sin duda han influido enmi percepción de ésta, más aún, considerando que quizás amás de alguno de ustedes, queridos lectores, se le ocurrirácalificarme por lo aquí expuesto.

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Yo Confieso:

Señores, confieso que he pecado, que he mentido duranteaños, a vista y paciencia de todos ustedes, de estudiantes yprofesores. Lo siento mucho, no ha sido con mala intención,quizás es algo raro que tengo, alguna enfermedad particularque me impide desarrollar ciertas capacidades propias de losarquitectos; que inhibe ciertos sentidos; por lo que me hevisto en la obligación de fingir durante todo este tiempo parapoder ser aceptado socialmente entre ustedes, pero ya nopuedo más, no soporto tanta hipocresía de mi parte, y deboconfesarles lo siguiente.

1. Se me ocurren los proyectos antes de hacer los análisis, lasimágenes antes de los conceptos.

2. Me gustan los dormitorios oscuros, y los baños grandes.3. He trucado planos de emplazamientos para que quepan

mis proyectos.4. Me gustan los edificios neoclásicos, más que los

modernos.5. Me aburren los Benedictinos.6. Vivo en una casa sin “gesto”.7. Prefiero la entrada de “servicio” de Marcoleta que el

solemne pórtico de Portugal.8. Los espacios no me tensionan ni fugan.9. Ni siquiera entiendo a qué se refieren con estos conceptos.10. Me da calor vestirme de negro en el verano, y frío andar

de camisa en invierno.11. En mi casa me importan más la distribución de los

muebles que el espacio.12. Prefiero la línea peluda a la tiritona.

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13. El cartón me queda corto para proponer “mejorar lasociedad”.

14. He proyectado y construido obras sin dobles alturas, nimuros acristalados ni gestualidad alguna, y me encantan.

15. Prefiero las prácticas profesionales reales a los ilustrestalleres de práctica.

16. Me gustan las luces de colores, las enredaderas en losmuros, los espejos y los enchapes de ladrillo.

17. Prefiero el sentido común al arquitectónico.18. Me gusta decirle “personas” a las personas y no fuerzas o

flujos.19. Necesito más que una curva para sentirme acogido.20. Me gustan las casas con rincones y pasadizos.21. Encuentro “choras” las cosas “choras”, y no interesantes.22. Prefiero explicar a justificar.23. Prefiero las palabras simples a las arquitectónicas.24. He comido en el baño, dormido en el living, reído en el

comedor y estudiado en la cocina.25. Pienso sobre lo que hago más que hacer lo que pienso.26. Prefiero mi experiencia para ustedes “prejuiciosa”, a la

“libertad creadora” de la abstracción.27. Prefiero los alucinógenos convencionales a los

intelectuales.28. Trabajo con simples criterios más que con grandes

fundamentos.29. Pienso con la cabeza más que con el lápiz.30. Prefiero que se entienda lo que hago a que lo encuentren

interesante y complicado.31. Los grandes ventanales me dan frío en el invierno y calor

en el verano.32. Prefiero la reflexión constante a las teorías estancadas.33. Prefiero las cortinas a las celosías, las sillas sueltas a los

muebles empotrados.34. Me importa más la carne que la piedra.

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Sé que lo recién confesado puede ser prueba suficiente paranegarme el tan anhelado título de Arquitecto, ya que jamás lepodría dar un “uso honorable y legítimo”1. No sería dignorepresentante de tan exclusiva raza de hombres capaces dever, sentir y entender lo que ningún otro puede, por lo que mesiento en la obligación de poner mi futuro a su disposición,asumiendo sin reproches mi deleznable condición desimple usuario . Eso si, antes de esto, les pediría que por

favor se tomaran la molestia de dejarse llevar durante algunaspáginas más por esta modesta visión que les confieso, ¿cómosaben si quizás le llegue a causar sentido a aquel reprimidousuario que vive en el interior de sus áureas mentes?.

1 Carta de Ética Profesional de los Arquitectos, Punto 2, titulo II.

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Desorientación y Pudor en la FAU

Coincidirán conmigo en que si intentáramos siquiera pensaren algún posible futuro para nuestra disciplina, tendríamosprimero que tener claro de qué se trata ésta, o qué es lo queestamos entendiendo por “arquitectura”; ya que seguramente,en esta concepción, encontraremos varias claves que nosservirán para entender algunas de las causas de nuestra actualsituación, y a la vez, abrir caminos que nos permitan esbozarposibles salidas.

Definir su profesión es algo que podría parecer simple para unmédico, un abogado o un ingeniero, si embargo, para losarquitectos la definición de lo que “es” la arquitecturapareciera ser un tema bastante “incómodo”; para muestra unbotón:

El viernes 8 de Octubre se montó frente a la biblioteca denuestra Facultad la exposición que todos los años recoge lostres mejores proyectos que cada taller de primero realiza entorno a un tema común, y que este año consistió en un“Pabellón Efímero para la Prevención del SIDA”. Estaexposición estaría montada toda la semana para que el díaviernes 15, y después que cada estudiante expusiera suproyecto, se eligiera al mejor.

Como primer hecho preocupante me gustaría hacer mención aparte de una conversación que se produjo, al momento detomar la decisión de los ganadores, entre algunos de losprofesores de los talleres expuestos, el jurado (Jorge Lobos,profesor de taller de 4º año), las demandantes (dosfuncionarias del Ministerio de Salud), y un par de estudiantesde cursos superiores que rondábamos por el lugar.

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En un momento, la discusión se centró en lo difícil queresultaba distinguir entre cuáles proyectos eran“Arquitectura”, y cuáles eran instalaciones artísticas, o simplesesculturas; cosa que al parecer ninguno de los docentes teníamuy clara. Algunos reconocían la arquitectura en función delrecorrido y el espacio; otros a través del material; otros nosabían si una o la otra; pero había que elegir a un ganador, osea, el proyecto más “arquitectónico” de todos.

El jurado, finalmente, se decidió por el que a él le parecíamejor, éste consistía en un muro ubicado en el PaseoAhumada, conformado por una estructura blanca rellena conhielo, que en su interior dejaría ver imágenes sobre el SIDA.Este pabellón duraría sólo un día, debido a que se iríaderritiendo, formando un espejo de agua a sus pies,relacionando este derretirse con las variables de tiempo ydegradación que afecta a los enfermos terminales. (Img.1)

Pero más allá de cualquier cuestionamiento a esta propuesta,lo más interesante, a mi modo de ver, se produjo cuando unode estos profesores1 (P) descontento por la decisión, pretendió“argumentar” por que éste no correspondía a un proyecto de“arquitectura”, lo que nos llevó a una surrealista discusiónentre ambos:

P – ¿Qué pasa con la cosa arquitectónica entonces?

O – Es que… ¿Cuál es la “cosa arquitectónica”?

P – Desde el punto de vista de generar espacios, ¿te fijas?

O – Pero esa es “una” cosa arquitectónica, y de hecho, generaespacio, porque divide un espacio, Paseo Ahumada, en dos.

1 Arquitecto titulado con Distinción Máxima. Universidad de Chile.03 Abril 1980, Académicocoordinador de Talleres 1er Año. Miembro integrante comisiones de exámenes de Titulación6to año y de Seminarios 5to año. Miembro comisión evaluadora de: “Prueba Especial deSelección de Ingreso a la Carrera”. Co-Investigador de proyecto en desarrollo:”InvestigaciónEvaluativa del Aprendizaje auto construido respecto a la Enseñanza del Proyecto, en Talleresde 1er. y 2do año de la carrera de Arquitectura”. (fuente: www.uchilefau.cl)

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Img. 1

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P – Claro, pero que ayude a involucrar digo yo… en términosde… el ámbito de la… persona dentro de un significadomayor… ¿a?, entonces, ¿cómo se ve eso?, ¿cómo se mide?.

O – Pero eso… ¿tiene que ser con espacios interiores?

P – No, no, no necesariamente un espacio interior, si no quela vinculación… ponte tú… la manera de relación, que tieneen términos de la percepción… ¿qué pasa con la luz?, te fijastú, ¿qué pasa con la estructura?, o sea… hay todo un ámbitoque tiene que ver con la arquitectura.

O – Pero, sin embargo, los niños podrían jugar con el aguaque queda en la pileta, y ahí podría haber una interacción…

P – Podría ser… claro.

O - Pero ésa, ¿no sería una cosa arquitectónica?

P – Es que ¿qué es lo que prevalece?. ¿Qué es lo queprevalece? ( 2 )

Y por suerte fuimos interrumpidos, si no, quién sabe a quéinexplorados rincones de la retórica nos habría llevado nuestroprofesor, por el simple hecho de aparentemente no tenermucha claridad sobre qué “es” y le es propio a la arquitectura,y por lo tanto, qué es lo que hace el arquitecto.

Pero si bien lo anterior podría entenderse como un simpledesliz intelectual del docente, la situación resultaría ser másbien generalizada.

Luego de esa bochornosa escena, manifesté ante el grupo quese encontraba discutiendo en ese minuto, sobre lo normal queme parecía la confusión de los estudiantes en sus proyectos, siconsiderábamos lo que a esa altura ya me tenía bastanteintranquilo, el hecho de que por lo menos en estos cinco añosen la escuela, nunca había escuchado a un profesor

2 Todo el dialogo es una trascripción textual de registro de audio capturado en el momento.

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atreverse a definir lo que era la arquitectura,pareciendo ser éste un gran tema tabú.

Ante esta afirmación todos los docentes se apresuraron enconfirmarme que “no, no, no, no, no hay una definición, no la hay”3,y rápidamente cambiaron el tema a lo urgente que se hacíaelegir un ganador; que el tema estaba súper interesante… perolo podríamos hablar con más calma más adelante, bla blabla… Una reacción sólo comparable a la de unosconservadores padres ante la inquietud de su curioso hijosobre el cómo llegan los niños al mundo, qué es un condón, oalguna pregunta por el estilo.

Esta curiosa “escenita” nos lleva rápidamente a hacernos unpar de simples preguntas:

Si no saben claramente qué es la arquitectura…

¿Qué es lo que nos enseñan?. ¿Cómo nos enseñan lo quenos enseñan?. ¿Cómo saben que es arquitectura lo que

nos enseñan y no otra cosa?. O incluso, ¿bajo quécriterios nos califican?. Y, ¿con qué cara nos reprueban?

Pero prefiero ser optimista y pensar, que al igual que en elcaso de los padres con su hijo, no es que no sepan, sino queen realidad sólo les avergüenza decirlo, y se protegen con subien entrenada retórica para desviar nuestra atención del tema,o para hacerlo parecer demasiado complicado como para quelo entendamos.

- (Pareciera ser que la primera regla del Club de la Arquitectura,es que nadie habla sobre lo que es la arquitectura) -.

Y aquí nos encontramos con una primera pista que nos hablasobre el origen de este estancamiento disciplinario, ya que elsimple hecho de mantener el significado de lo que “es” la

3 Trascripción textual de registro de audio capturado en el momento.

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arquitectura como un tema tabú, resulta una cómodasituación que impide cualquier tipo de discusión odebate al respecto, y, por lo tanto, cualquierredefinición, y como veremos en este capítulo, esta “malacostumbre” inunda gran parte de nuestra formación.

Pero aunque no lo quieran reconocer, existe una claraconcepción de arquitectura y de lo que es o no arquitectónico,en el qué y cómo se nos enseña; qué y cómo se nos evalúa, yes cosa de hacer una simple reflexión sobre los principalesconceptos que mueven nuestra formación para develarla.

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Certezas que Delatan

Si bien podría parecer que el hecho que no exista muchaclaridad sobre lo que “es” la arquitectura o cuál sería su actualrol, haría que fuera imposible llevar a cabo la enseñanza deésta, actualmente, la formación se sustenta, o mejor dicho,descansa , en un conjunto de certezas que durante

años han regido los procesos de formación de arquitectos, yes, a través de estas premisas, que podremos entender, ydevelar, la concepción de arquitectura de la que seavergüenzan algunos, pero que mientras no se haga explícita,seguirá sin discutirse, y por ende, sin reformularse. Lo quecobra mayor importancia cuando veamos que es función deesta concepción, que estas “certezas” se vuelven verdaderosobstáculos que comienzan a limitar nuestra manera de ver,entender y actuar en la realidad.

A CRITERIO DEL LÁPIZ

Sin duda uno de las herramientas estrella de la disciplina, quedesde “tiempos inmemoriales” ha diferenciado a losarquitectos de aquellos que no lo son, o que no serían capacesde serlo, es el prolijo y sensible manejo de la pluma, tambiénconocido como croquis .

El croquis sería para el arquitecto como la raqueta del tenista,la espada del caballero, el cuchillo del Chef; es su principalherramienta de trabajo, de ahí el conocido primer encargo querecibe el aprendiz al ingresar a la carrera: la realización decientos y cientos de estos dibujos, para que vaya “soltando la

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mano” le dicen, y casi para ir detectando quienes realmenteson los arquitectos del grupo.

Pero, pensándolo fríamente, está bien; quizás si tiene algúngrado de importancia tener ciertas síntesis gráficas de laimagen de un determinado lugar, pero… no podemospretender reducir estos lugares a dibujos, estos contextos amonitos, o sea… si contrato a un costoso profesional para queanalice “mi casa” y me entrega dibujitos de ésta, de mi familiay del perro jugando en el patio, le pido que me devuelva laplata, ya que incluso me parecería ofensivo. Esto, claro, vistodesde la perspectiva de una persona común, pero no a ojos deun arquitecto, porque si hay algo que estos se apresuran enaclarar y recalcar, es que el croquis es más que un simpledibujo es “un instrumento, una herramienta de pensamiento, decomprensión”1, y es precisamente esta tremenda fe en laherramienta la que empieza a asustarnos a muchos.

Como explica Hernán Marchant, Director Académico yEstudiantil de nuestra Facultad, lo primero para un estudiantede arquitectura es:

“…aprender a ver… educar el ojo en un sentido bien específico. Elcroquis es una forma de registro que es selectivo, es una manera dedibujar en un papel una abstracción de la realidad. No es hacer undibujo, no es pararse y dibujar todas las ventanas, si lo que te interesaes el juego de la sombra, o la masa, o la escala, el croquis estotalmente distinto. Entonces, es fundamental, porque es laherramienta del ojo, es el recurso que se tiene para poder dejar elregistro de lo que se ve, pero con un sentido de observación.”2

Pero como vimos no es de cualquier ojo del que estamoshablando, es del bien entrenado “ojo del arquitecto”, que,como bien dice el profesor, reducirá cualquier lugar atérminos que el arquitecto comprenda: luces y sombras,

1 Marcela Pizzi, en entrevista personal.2 Hernán Marchant en entrevista personal.

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la escala, la masa, la fuga, el lleno y el vacío; independiente siestá parado en un parque, un Mall o una población. Estoreducirá su capacidad de comprensión de la realidada sólo lo que sea capaz de dibujar (“términosarquitectónicos”), y que por supuesto le entregue un mayorvalor a la imagen final del croquis, porque éste es ante todouna imagen seductora de la realidad, un productoarquitectónico en sí mismo, y como tal no es sólo resultado deuna determinada mirada, sino que se transforma en unanueva realidad a mirar, ahora más bella, clara, y por sobretodo, simple.

Es en este proceso donde el croquis pasa de ser unaherramienta (medio), a un objetivo (fin), por lo que el ojodel arquitecto (lo que éste vea de la realidad), quedarásupeditado a la imagen que tenga esta realidad una vezcroqueada.

“Este privilegio de la imagen ha llevado a un empobrecimiento en elentendimiento del ambiente construido, convirtiendo el espacio socialen un fetiche abstracto...”3

Este fenómeno se transformará en una constante queacompañará en cada momento al arquitecto, cual ReyMidas, todo lo que toque será convertido enfetiche , lo que comenzará a explicarnos su particularmanera de ver, representar y entender la realidad.

Pero para comprender mejor todo esto, hay que seguirindagando en lo que hay detrás de este aparentementeinocente medio de expresión

3 LEACH, Neil: La an-estética de la arquitectura, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1999, p.27.

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ABSTRACTOS POR CONVENIENCIA

Podríamos decir que el problema no es del croquis mismo, deldibujo, sino de lo ambiciosa de la finalidad que se le adjudica,“herramienta para comprender la realidad”, algo que a simplevista parece absurdo, y que sin duda también les parecería alos arquitectos si no contaran con otra herramienta que lespermite sortear cualquier tipo de arranque de sentido común,y que es la monstruosa capacidad de abstracciónfigurativa de estos profesionales, inscrita en cierta lógicaparticular, propia de los conocimientos especializados.

“La especialización abs-trae , en otras palabras, extrae un objetode su contexto y de su conjunto, rechaza los lazos y lasintercomunicaciones con su medio, lo inserta en un sectorconceptual abstracto que es el de la disciplinacompartimentada, cuyas fronteras resquebrajan arbitrariamente lasistemicidad (relación de una parte con el todo) y lamultidimensionalidad de los fenómenos; conduce a una abstracciónmatemática que opera en sí misma una escisión con lo concreto,privilegiando todo cuanto es calculable yformalizable.”1

Bajo estas concepciones, esta abstracción será siempre unareducción, porque como bien explica la profesora M. Pizzi:para que un arquitecto pueda enfrentarse a entender unarealidad, es necesario saber “extraer lo más importante de lasituación”2

¿Pero cómo saber qué es lo más importante?

Para responder esto revisemos algunos de los curiosos análisisarquitectónicos presentados para el proyecto del “Pabellón

1 MORIN, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro, UNESCO, 1999, p.15.2 PIZZI, Marcela: Entrevista personal, Noviembre 2004.

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Efímero para la Prevención del SIDA”, los que resultan unbuen ejemplo, ya que, como dijimos, representarían los tresmejores proyectos de cada taller de primer año; período de lacarrera en el que podríamos decir que existe una mayorinfluencia de los docentes en los estudiantes, ya que son estossu único vinculo con la arquitectura.

Como dice el manual del buen arquitecto, ningún encargopodría ser abordado si un serio análisis previo de éste, lo quees inculcado a los jóvenes como un hecho intransable, cual sifuera parte de algún tipo de carta ética de la arquitectura, peroque, como veremos posteriormente, de serio tiene bastantepoco.

En este caso los estudiantes deberían partir investigando elSIDA como enfermedad, para poder entender realmente elproblema y poder plantear una propuesta arquitectónica alrespecto. Veamos a que se refieren con este “entender” y“sintetizar”.

Análisis Proyecto 1

La enfermedad del VIH (sida) lamentablemente cada año cobra milesde víctimas y otras miles más son contagiadas al no existir una cura paraesta enfermedad

Como buen aprendiz, parte manifestando cierta sensibilidad yconciencia protocolar frente a un tema tan delicado comoéste.

El SIDA ataca a nuestro sistema inmune dejando vulnerablenuestro organismo provocando una muerte segura al portador del virus.Debido a los escasos conocimientos existentes en nuestra sociedad, lageneralidad tiende a aislar a un enfermo de VIH

Hace una breve explicación “científica” sobre el tema,demostrando que como buen arquitecto se dio el tiempo de

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hacer un “estudio serio” y maneja las variables que inciden enla enfermedad, porque, según vimos, sólo una vez que se hayaadentrado y comprendido el tema, podría “extraer lo másimportante”.

Si el lector tiene experiencia en la ejecución de análisisarquitectónico, seguramente ya habrá detectado qué es “lomás importante” del párrafo anterior; pero continuemos conla lectura...

Es por esto que el proyecto pretende demostrar cómo un portador esaislado y se le incomunica con la sociedad…”

Aquí se produce un fenómeno interesante, porque elestudiante inteligentemente selecciona y reduce estesupuestamente “delicado tema” a una palabra clave (oconcepto, como se le conoce comúnmente en la facultad), queen este caso es el “AISLAMIENTO”. En este momento esposible olvidar el origen mismo del concepto, y trabajarexclusivamente sobre esta nueva realidad , ahoraabstracta, y por lo tanto más clara, ordenada y sintética, unarealidad capaz de ser llevada a forma, o sea másútil , transformando este concepto de “aislamiento” no sóloen la materia prima de su proyecto, sino que además en elobjetivo de éste, la “demostración” del aislamiento; lo que enrealidad no demuestra nada, pero sigamos leyendo…

esto se representaría mediante un flujo canalizado por un muro de 6metros de largo donde en el recorrido se encuentra un módulo donde elvisitante se aislaría del flujo debido a los quiebres del módulo, lo cualtambién permitiría el acceso de sólo una persona (Img.1)

En esta etapa, vemos como esta nueva y útil realidad es capazde entregarnos fácilmente herramientas para la materializacióndel proyecto de arquitectura, a través de recursos como la

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analogía; esta condición de aislamiento que producía laenfermedad se transforma en un espacio aislado de otro.

Y si alguien quiere seguir pensando que éste es sólo un casoaislado, revisemos rápidamente otros casos similares dentro deeste mismo proyecto.

los jóvenes no se atreven a romper la corriente y enfrentar lasposibles consecuencias por lo tanto la clave al problema es mostrarla información a la gente de manera que esto genere un quiebre en suquehacer cotidiano un quiebre en la linealidad del recorrido queésta viene haciendo En los paneles inclinados se exhibiránproyecciones (Img.2)

En los parques la gente busca un quiebre de la rutina el nido esen altura con su ensamble perfecto de ramas, no vemos lo efímero quees hasta que se cae y sus fortalezas se vuelven sus debilidades, comouna melodía, dos ritmos son entrelazados, y sus uniones generanquiebres que hacen aparecer la información y lo efímero de laforma (Img.3)

nos remitimos a una característica particular del VIH, supermanente capacidad de mutar , aplicamos una característica delvirus a una capacidad espacial de constante mutabilidad , elpabellón se construirá tal como el virus (Img.4)

atacar al virus de la misma forma que él ataca alorganismo una estructura que ataque el sistema circulatoriopeatonal de Santiago Al estar dentro del módulo esta personatendrá la sensación de estar aislada, y rechazada por la gente delpaseo De esta forma pretendo sensibilizar al usuario con respecto ala soledad y aislamiento que puede sentir un enfermo de SIDA(Img.5)

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Volviendo a la pregunta del comienzo, sobre los criterios queles permitirían a los jóvenes arquitectos saber qué sería lo másimportante, claramente, y como acabamos de ver, cualquierselección se realiza en función de la utilidad quepreste a la realización de un proyecto.

“ elegimos los datos que se adecuan a nuestro paradigma, somos ciegosa los demás ”3

Y esto va más allá del hecho de hacer analogías o metáforas;estos procesos de “síntesis”, como se les denomina, estánpresentes en cada etapa del método de diseño arquitectónico,y corresponden a mecanismos de selección reductiva,que desconoce la multiplicidad de las variables, paraconstruir contextos simplificados.

“En efecto, es una característica del arquitecto del siglo XX seraltamente selectivo al determinar qué problemas solucionar. Mies, porejemplo, hace edificios fabulosos, ya que ignora muchas de lascomponentes de los edificios. Si solucionara más problemas,sus edificios serían mucho menos potentes.”4

Estas nuevas realidades más simples y abstractas, capaces deser controladas y abarcadas por los arquitectos de manera más“objetiva”, pueden ser trabajadas ahora desde la lógica de lostalleres, a través de soluciones físico-espaciales claramentedefinidas y con resultados predecibles y deseables.

Como vimos, la realidad no sería más que una excusa(medio), para el diseño de objetos arquitectónicos(fin), en ese sentido cualquier tipo de análisis,conceptualización o argumentación, es sólo un pretexto parala justificación del objeto arquitectónico.

3 RUBIO, José Vicente: Creatividad, una Nueva Concepción para una Nueva Época, citando a Kunh.4 VENTURI, Robert: Complejidad y Contradicción en la Arquitectura, Ed. Gustavo Gili, Barcelona,1972.

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Pero… un momento; si la realidad no es más que unpretexto… ¿Por qué no se toman otros puntos de partidatambién?, porque si son excusas las que necesitamos,podríamos encontrarlas en cualquier lado: en una disección decerebro, en los sueños, experimentando con alucinógenos, endibujos de esquizofrénicos, en las sopas de letra, en las nubes,etc..

Para entender un poco las razones de esto, volvamos al casodel Proyecto 1 del Pabellón Efímero para el SIDA, y demosuna leída a la frase que venía a continuación de todas lasanteriores, y que nos dará algunas luces sobre lo que aquí estásucediendo:

en el recorrido se encuentra un módulo donde el visitante se aislaríadel flujo debido a los quiebres de éste, lo cual también permitiría el accesode sólo una persona, y de esta manera se informaría del SIDAmediante proyecciones al interior del módulo

En esta sencilla última frase, el buen aprendiz hecha mano alos recursos de la retórica y escribe sabiamente: y de estamanera , queriendo dar a entender una relación decoherencia y lógica causalidad entre la analogía y argumentosplanteados en un comienzo y el hecho de que “se produzca lainformación”, permitiéndole validar todo el proyecto en estearbitrario punto de partida, sólo por que “proviene de laenfermedad”.

Aquí nos topamos con un ingrediente clave de la formacióndel arquitecto, ya que el problema pareciera ser que cualquierade los otros puntos de partida mencionados anteriormente(sueños, nubes, etc.), nos haría parecer personajes “frívolos ysuperficiales”, restándole convicción a nuestras propuestas yméritos a nuestras capacidades como profesionales.

De este modo, la realidad no sólo será una excusa cualquiera,sino que resulta ser una con la capacidad suficiente paravalidar nuestros planteamientos ante el resto.

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Estas son algunas de las premisas que empiezan a construirnuestros mecanismos artificiales de pensamiento, másconocidos como método de diseño arquitectónico

UN NEO-TABLA-RASISMO

Además del rol de reducir y simplificar la realidad, este tipo demecanismos de pensamiento tendría un papel fundamentaldentro de la formación del arquitecto, frente a la constantenecesidad de creación, funcionando como mecanismosinductores de creatividad. Pero pareciese que elarquitecto maneja este concepto de creación o innovación aligual como los políticos y economistas hablan de la idea deprogreso o desarrollo, como si estos implicaran un beneficioen sí mismos. Y al igual que estos últimos dos conceptos, lafalta de claridad respecto al fin último de estos procesoscreativos, más allá de la creación por la creación, hademostrado tener un costo bastante alto.

Un claro ejemplo de esto me tocó presenciar en una visitarealizada con motivo de esta investigación a uno de los talleresde primer año donde el profesor dejó entrever este particularmecanismo de creación mientras planteaba a los estudiantesen qué consistiría el proyecto final. Éste era una “Viviendapara Estudiantes de Intercambio en la FAU”, pero más allá delencargo mismo, lo que me llamó la atención fue algo que dijoel profesor para guiar a los estudiantes en el “procesocreativo”:

esto se trata de una vivienda, pero olvídense de la imagen de lavivienda a dos aguas, olvídense de esos prejuicios para poder crear algo

nuevo

Esta es una idea recurrente en los talleres de todos los niveles,y claro ejemplo de un fenómeno que se esconde detrás de esta

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concepción; porque si nos detenemos a reflexionar sobre loaquí planteado, nos daremos cuenta que el arquitecto llamaprejuicios a lo que las personas normales (estado en

el que se encontraban los estudiantes antes de ingresar a lacarrera), denominarían memoria, recuerdos,experiencia, gustos, intereses, inquietudespersonales, etc., todas variables que innegablementeposeemos por el simple hecho de ser seres humanos, y, por lotanto, individuos multidimensionales (biológico, psíquico, social,afectivo y racional).

¿Pero no les suena familiar la idea de eliminar la experienciapara crear algo nuevo?

¿No es acaso ésta la misma añeja idea de la “tabla rasa” quetanto criticamos todos al movimiento moderno?

Si bien estas estrategias de pensamiento apuntan a “liberar deprejuicios” a los estudiantes antes de enfrentarse a un encargo,se sigue pensando con la misma inocencia de principios desiglo, creyendo que se eliminará todo prejuicionegándolos, para lo cual se generan métodos abstractos depensamiento (MAP), que intencionalmente nos alejan de esta“prejuiciosa realidad”.

El método de diseño arquitectónico, es la materialización deestos MAP, ya que procura alcanzar la tan anheladaobjetividad a través de mecanismos predeterminados, queaseguraría, de alguna forma, al ingresar ordenadamente lasvariables, la obtención de resultados “correctos y objetivos”.Esto, amparado en una fe en la causalidad de las etapas, através de la cual existiría una directa relación entre las causas ylos efectos de cada una de las acciones de esta “línea deproducción” proyectual.

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De esta manera el arquitecto se escudará en que su proyectonace del contexto, y que por lo tanto es el resultado “lógico”(y válido) de y para éste.

Y aunque muchos puedan argumentar que en realidad noexiste “un” método, sino que estos son múltiples y personales,siguen siendo métodos, y por lo tanto, cada una de sus etapasésta prevista de antemano, independiente de la diversidad delos problemas que se pueden enfrentar con él.

Pero seamos sinceros; también podríamos dar otra definiciónde este método, podríamos decir que es… una formaartificial de vestir de coherencia, objetividad y lógicalinealidad, lo vergonzoso de nuestros reales procesosde diseño. Sí, somos todos “chantas”, no porque tengamospensamientos no necesariamente lineales o “desprejuiciados”,y nos cueste de sobre manera impedir que nuestros proyectossean influidos por variables ajenas al “correcto proceso”(caprichos, gustos, traumas infantiles, obsesiones, revisteo,etc.), sino porque nos avergonzamos de ello…

¡¡¡Y el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra!!!

Sí, porque muchas veces se nos da el encargo einmediatamente se nos viene una imagen del proyecto que nosgustaría realizar, que tiene mucho de lo que hemos visto en lasrevistas, de gusto personal y aquellas vergonzosas variables yamencionadas…. Pero ¿qué es lo que hacemos...? le seguimosla corriente al profesor, jugamos su juego y nos aventuramosen el análisis. Pero, como ya vimos, dentro de esta primeraetapa sólo somos capaces de quedarnos con los elementos quenos sirven para la materialización de esa primera imagen quetuvimos, y que por ende nos sirven para justificarla. Luegotransformaremos esto a un par de conceptos, de esosgenéricos, aplicables a un sinnúmero de proyectos; y despuésde un par de semanas de ese tedioso trabajo, por fin podremos

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plasmar nuestra imagen en cartones y micas de colores, la quesi además nos queda bonita, será muy bien calificada pornuestro profesor, porqué demuestra una “excelentecoherencia en el proceso…” - ah no, si no iba a ser coherente,si me llevó dos semanas de trabajo para justificarla…- ¿perode eso se trata todo?, ¿de justificar nuestros deseospersonales…?

Sin embargo, el pensamiento es más complejo que eso,estamos recibiendo información, estímulos, constantemente,y redefiniendo nuestras concepciones. Se ha demostrado queel cerebro funciona como un verdadero fluido en constantemovimiento y agitación, y no como una “coherente” línea deproducción, y sin embargo lo más importante para un jovenarquitecto pareciera ser la capacidad de negar estacomplejidad, para pensar desprejuiciadamente .De esta forma comienza a producirse una especie decastración de la capacidad de constante reflexión másallá de las formas, inherente a todo ser humano, pero alparecer no al arquitecto; se nos ejercita para terminar con lainocencia de aquellos que detectan otro tipo de problemasmás allá de los límites que impone la disciplina, de los“arquitectónicos”, se nos reprueba hasta que nosavergoncemos de no haber “pensado como arquitectos”.

Pero esta multidimensionalidad de la que hablábamos,portadora de nuestros gustos, recuerdos, experiencias,inquietudes, creencias, etc.; es inherente al ser humano, por loque no es algo que se pueda “eliminar”, sólo negar, aflorando,inevitablemente, de manera inconsciente; siendo sóloencubierta a través de constantes justificaciones y excusas“intelectuales”.

De aquí que estos MAP, más que volvernos objetivossólo desvinculan la experiencia cotidiana de lareflexión arquitectónica, nos alejan de la realidad y de un

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pensamiento tan multidimensional como nosotros, paraintroducirnos en una “nueva realidad” igual de prejuiciada,sólo que ahora más reducida, más “arquitectónica”.

En el momento que el estudiante hace tabla rasa de quienesson, de sus experiencias y recuerdos, queda desnudo anteuna disciplina que no conoce, y se ve obligado aechar mano a la imagen realmente prejuiciosa quetiene de lo que es la arquitectura. Como resultadopodremos notar que efectivamente ningún proyecto del tallerresultó con techo a dos aguas, sino que por el contrario, todosfueron con cubierta plana, dobles alturas en el acceso, grandessuperficies acristaladas, ángulos extraños, celosías, etc. (Img.1)

Pero, como veremos con mayor detalle más adelante, más quenegar nuestra complejidad para volvernos menos prejuiciosos,lo importante pareciera ser estar concientes de la inherencia deesta multidimensionalidad, y por ende, de la imposibilidad deser absolutamente desprejuiciados u objetivos, asumiendo lasdebilidades y peligros del conocimiento.

De aquí que como arquitectos debemos tener conciencia denuestros recuerdos, memorias, experiencias, y mirarloscríticamente; estar concientes y alertas de los ¡peligros de lamente!, pero nunca negarlos.

Por lo que no se trata de que se diseñe a partir de nuestrosgustos personales, experiencias, o intereses; si no que elpensamiento arquitectónico sea un acto cotidiano, inmerso enla experiencia diaria del habitar, pero no por esto menoscrítico a esta misma.

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Img.1, proyectos “desprejuiciados”

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La Arquitecturización de la Arquitectura

LA COSIFICACIÓN

Todos estos mecanismos de pensamiento mencionadosanteriormente, apuntan a una clara concepción de la disciplinaimperante en nuestra formación: la arquitectura comoobjeto, el edificio como fin en sí mismo.

“Vista desde el objeto e ignorando las condiciones humanas y elbeneficio social, la proyección arquitectónica y la arquitecturapermanecen en un estado similar al de las Escuelas de Bellas Artesdel siglo XIX y se inscriben en la lógica positivista de la descripcióny la explicación, donde se plantean problemas y se esperan solucionesracionalizables, objetivables, donde la arquitectura es la cosamisma”1

Ahora quizás muchos entiendan el origen de esa famosahabilidad de la que se jactan los arquitectos, y que según ellos,les permite diseñar desde una lámpara o una silla, hasta unacasa o una ciudad. Sin embargo, el problema es que realmentenuestra formación nos capacita para diseñar casascomo si fueran lámparas, y ciudades como si fueransillas, todo es reducido a objetos, envueltos en dudososcriterios, caprichos disfrazados de posturas.

De esta manera se concebirá y estudiará la arquitectura nadamás que como la relación existente entre un arquitectoy su obra, la habilidad de cierto profesional de materializar

1 JIMÉNEZ, Susana: Investigación y pedagogía en la arquitectura, Revista Ciencias HumanasVolumen 5 - No. 2- Julio -Diciembre de 2002, p.17.

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sus ideas; “el arte de proyectar y construir edificios”; unatécnica, y que por lo tanto “acaba” con la materialización de laobra: la arquitectura como fin, como objeto completo,estático, terminado, al que incluso es necesario sacarle laspersonas y muebles al momento de fotografiarlos, y por el quemás de alguna vez los grandes maestros han pensado exigir“derechos de autor”, de modo que éstas no puedan sermodificadas en el futuro.

De aquí la “arquitectura” se transforma en el procesomediante el cual el arquitecto satisface sus necesidadespersonales (expresión plástica, goce formal, ego, etc.), pasandoa ser el llamado “objeto arquitectónico” su único objetivo,privilegiando la investigación de éste por sobre la del sujeto.

PENSAMIENTO UMBILICAL

“Se presupone (en la actual forma de enseñanza), que los objetos sondatos puestos ahí delante , en cuya constitución nada ha tenido quever el sujeto. Desde esta lógica, el sujeto es de menor importancia enla producción del conocimiento y es a partir de los objetosque se genera la información y, por ende, elconocimiento ”1

Este punto comienza a ser crucial a la hora de perpetuar elestancamiento y la enajenación de la disciplina.

Cuando el objeto es el fin, cualquier tipo de reflexión oconstrucción teórica se centrará en el objeto mismo, y a partirde aquí, cualquier tipo de esfuerzo intelectual estaráorientado a la justificación de los proyectos más quea la reflexión sobre las problemáticas que los rodean.

1 JIMÉNEZ, Susana: Investigación y Pedagogía en la Arquitectura, Revista Ciencias HumanasVolumen 5 - No. 2- Julio -Diciembre de 2002, p.12.

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La disciplina se desarrollará desde y para la arquitectura, desdey para los arquitectos.

Esta situación ya la detectaba Venturi en los maestros delmodernismo.

“Ni Mies ni sus seguidores utilizaron simbólicamente las formas paratransmitir significados que no fuesen arquitectónicos ”2

Y podemos seguir haciéndolo hasta el día de hoy en los“maestros” de la arquitectura chilena, que veíamos alcomienzo, y su proyecto “ochoalcubo”.

una oportunidad ideal para trabajar con la máxima libertad y dondelas reglas las da la misma disciplina de la arquitectura ”3

Esta lógica adiestrará rápidamente a los estudiantes y futurosarquitectos a ver con otros ojos el mundo, a través deatrofiantes y figurativos procesos reducción que comenzarán acegarnos.

EL HIPERDISCURSO

A partir de aquí el arquitecto comenzará a mutar, elevándosepor sobre la realidad y las personas normales, hasta conformarsu propio mundo abstracto: una ciudad de tensiones y fuerzas,de flujos y fugas, de planos y volúmenes, verticalidad yhorizontalidad, llenos y vacíos, de ejes y remates,permeabilidad y transparencias, luz y sombra, vistas yabalconamientos.

Y si bien esto les puede sonar algo exagerado, en realidad esteúltimo es un fenómeno bastante habitual en nuestra facultad,

2 VENTURI, Robert: Complejidad y Contradicción en la Arquitectura, Gustavo Gili, Barcelona,1972.3 Fuente: www.ochoalcubo.cl

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pero quizás no lo han notado por lo evidente que es, comodiría alguien por ahí: “lo último que descubriría el pez es elagua”, pero para que se hagan una idea más clara de a lo queme refiero, revisemos rápidamente un proyecto de título conel que me topé hace poco, y que confirmaría mis temores.

Club de Golf La Dehesa.

Dada la condición de club existente, las características de su cancha y laorientación de las actividades y sus flujos, el proyecto se inserta en unespacio ya construido y que conlleva una forma de habitarlo.

Así, el proyecto pretende dar orden a una situación establecida,generando, a partir de una tensión existente, nuevas relaciones espacialescon el entorno.

Acción de implantación: Se establece el pliegue del terreno como el primergesto de implantación en el lugar, se reconoce la pendiente leve y sedramatiza. Aparece el reconocimiento del eje fundante del proyecto, accesogreen hoyo 18. Es a partir de esa tensión que se comienza a desarrollar elproyecto.

Partido General: Una vez establecido el eje fundante del proyectoaparecen las relaciones transversales en el lugar.

Se definen así los volúmenes de recreación y de deporte. El volumencentral acoge la actividad social / integradora / articuladora. Hacia lacancha de golf se establece la actividad deportiva. El tercer volumen seorienta respondiendo a lo creativo.

Luego de entender un lugar en función de flujos, tensiones,pliegues, gestos, pendientes y ejes, se llevan directamente estasideas a esquemas gráficos que terminan por transformarse enel “gesto” del edificio. La idea es dimensionar esta volumetríacon una holgura suficiente para que fácilmente se pueda llevara cabo la distribución funcional del programa en su interior.

¡¡¡Y todo esto aprendido en solo seis años de formaciónUniversitaria!!!

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Si bien hasta antes de este último ejemplo pudimos creer queesta manera de pensar era algo exclusivo de los primeros añosde formación, por lo visto el efecto es prolongado, y daríapara reflexionar sobre que efectivamente este tipo deestructura de pensamiento es algo constante a lo largo de los 6años, pero que pasa desapercibida por el segundo plano quecomienzan a tener los fundamentos a partir de tercero,priorizando las soluciones funcionales del interior de estosmágicos gestos.

Un antecedente que deberíamos considerar para reforzar elplanteamiento anterior lo podríamos encontrar yendo más alláen la vida profesional de los arquitectos, y revisando alguna delas memorias de los proyectos expuestos en la última Bienal deArquitectura.

la fachada de acceso es negra, interrumpida por paños de cristal quesustraen masa y contrastan con la luz

El partido mezcla dos lecturas: la primera que tiene que ver con labajada natural del cerro, que deja una línea zigzagueante hasta llegar al

río. La segunda, la horizontal de los recintos de estar

de la mezcla de ambas lecturas, se deducen dos volumetríasantagónicas pero de igual jerarquía

El espacio exterior atrapado dentro de este volumen es el mediadorcon el paisaje, a través del cual la vivienda establece las distintas escalas

de aproximaciones con el entorno

la envolvente se concibe a partir de la conjugación de dos órdenes: unomonolítico, formado por el zócalo, y dos volúmenes de albañilería que son

el soporte sobre el cual se inserta el segundo orden

Y este discurso no sólo no hace referencia a nada que no seaarquitectónico , sino que genera un hermetismo

abrumador, el cual ha inundado todos los ámbitos de laarquitectura.

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Porque es cosa de haberse dado una vuelta por la bienal, yhaber mirado (ni hablar de tratar de entender), la muestrauniversitaria, donde al parecer “la complejidad y el caos de lametrópolis contemporánea” sirve de excusa para crear lasláminas más confusas de la historia, que hacen sentirignorante a cualquiera que ose entenderlas. Claro quesi preguntamos a algún arquitecto sobre esta muestra, nos diráalgo como: me pareció interesante, o peor aún, creo que las propuestassupieron conjugar las nuevas relaciones entre patrimonio y modernidad,¿me entiendes?, permitiendo a esta nueva variable de innovación en loslugares, agregarle un nuevo valor a esta relación de bla bla bla bla bla ,o algo por el estilo, pero difícilmente recibiremos un “no lasentendí” por respuesta.

“El hecho de hacer de la imagen un fetiche en la culturaarquitectónica descontextualiza esa imagen y atrapa el discurso de laarquitectura en la lógica de la estatización, donde todo se ve despojadode su significado original ”4

Al parecer esto no sería más que otra evidencia de esteparticular “don” de los arquitectos, que los obliga a convertircualquier medio, en un fetiche.

Bajo este filtro, cualquier fenómeno se transformará enobjeto, y por sobre todo un objeto estético; la luz, la gente, lavida cotidiana, la ciudad, la guerra, la complejidad, latecnología, la industria, sus temas de conversación, su formade hablar, de vestir, etc.; todo se estetiza al pasar por manos deun arquitecto, cualquier teoría o filosofía. De aquí que lo quesienta el arquitecto por la abuelita sentada tejiendo en la puertade su casa, por los niños pobres sonriendo con sus carassucias, no distará mucho de lo que le provoque el juego de losvolúmenes bajo la luz del sol, la guerra, las naves espaciales,

4 LEACH, Neil: La an-estética de la arquitectura, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1999, p. 28.

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sus nuevos zapatos, un buen render, la complejidad, los bares,la música minimalista, y las fotos en blanco y negro.

Y aunque estos trastornos puedan parecer inofensivos cuandose trata de proyectar campos de golf o casas lujosas parafamilias ABC1, la situación se puede volver dramática cuandose deben intervenir contextos más complejos, ya que este“ojo” tiene un impacto directo en lo que los arquitectosproponen o dejan de proponer.

MONOS CON NAVAJA

Nuevamente recurriré a una experiencia reciente de modo degraficar claramente la incidencia material de estasmalformaciones.

Conversábamos, un par de amigos, con un estudiante deprimer año sobre su proyecto final de taller; éste consistía enuna cafetería y sala de exposición en el interior de la facultad,específicamente en el sector que actualmente corresponde a“las pircas”.

Cuando nos mostraba su análisis (esquema 1) insistía en hablarde ciertas “fuerzas” del lugar, dentro de las que distinguía dosque según él resultaban ser las más importantes: una era la quese producía entre el parque San Borja y la Fau (F1), y la otra,una que se generaba justo en el acceso por Marcoleta, y queingresaba hacia el patio (F2). Luego nos planteaba que a raízde esto, proponía botar el actual edificio del Centro deEstudiantes, y construir un gran muro curvo que le dieracontinuidad a la F1, una cubierta que siguiera esta mismafuerza, botar la reja para conectar libremente con terrazas lafacultad al parque, de modo de evidenciar aún más esta F2 quetanto le gustaba. (esquema 2)

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Esquema 1

Esquema 2

Esquema 3

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Cuando ya tenía la mitad del patio demolida, las pircasdesaparecidas, y un crítico problema legal y de seguridad por laausencia de rejas, comenzamos a preguntarle por el origen detan impactante fuerza, a qué se refería con esto. Al comienzole costaba encontrar las palabras exactas, pero luego de darlealgunas vueltas al asunto, resultó que la potente F1 en realidadera simplemente la gente que entraba caminando por la puertachica del acceso de Marcoleta, y que en realidad lo hacía endistintas y aleatorias direcciones. De la misma forma F2, erauna mera relación visual, era la posibilidad de mirar hacia elotro lado gracias a que había una reja y no un muro. Una vezclaro este segundo panorama realizamos el esquema 3.

Este nuevo nivel de esquema llevado a cabo con términos mássimples y convencionales, como “gente” o “mirar”,difícilmente podría llegar a justificar proyectos como el delesquema 2.

Como vemos, la manera en que como profesionales leemos larealidad, va conformando un lenguaje particular, pero esteargot1 no es sólo un conjunto de tecnicismos paracomunicarse entre profesionales de la misma disciplina, sinoque en el caso de los arquitectos, es también la manera en queellos se comunican con el mundo, o mejor dicho, la manera enque el mundo se comunica con ellos, y que tiene una directaincidencia en la construcción de los criterios queacompañarán las decisiones de intervenciónarquitectónica en la realidad misma.

Un pensamiento mutilante conducenecesariamente a acciones mutilantes 2

1 “Lenguaje especial entre personas de un mismo oficio o actividad.” (www.rae.es)2 MORIN, Edgar: Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, 1998.

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FORMALISMO “SOCIAL”

Y tan preocupante como el impacto que tienen nuestrasacciones en la realidad, son los objetivos que pretendemosconseguir con cada una de ellas, lo que queda de manifiesto enla extraordinaria y a la vez inocente fe que se le tiene al objetoarquitectónico como herramienta para producir cambiossociales.

Para graficar esta enorme fe de la que hablábamos,retomemos una vez más el proyecto del “Pabellón Efímero”,y leamos algunas frases que estaban al final de los análisis peroque intencionalmente quise reservar para más adelante.

Si reconociéramos estos pequeños proyectos como un simpleejercicio de diseño, a más de alguien le podría parecer que lasituación no es tan grave, si embargo, uno de los puntos másdramáticos es lo que algunos estudiantes manifiestan al finalde su memoria, y que tiene que ver con lo que pretendenque logre su arquitectura.

arquitectura al servicio de la sociedad, es provocador en unespacio temporal unido a una imagen de impacto, es un instalar deconciencia que lleva a formularse preguntas, sugerentes en cuanto aestimular al individuo a continuar impregnándose de temas,facilitando la conversación posterior

La información debe interiorizarse en la gente para que tenga efectopor eso el pabellón debe envolver y aprovechar su dimensión paracausar un efecto multisensorial

de esta forma pretendo sensibilizar al usuario con respecto a lasoledad y aislamiento que puede sentir un enfermo de SIDA

sintiendo además el recogimiento que siente un portador delvirus

Como vemos, muchos proponen como objetivo de suarquitectura, el que sea capaz de reproducir una conducta

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generada por una enfermedad (algo que a cualquier enfermode SIDA le parecería ofensivo), o generar una nueva conductasólo a través de una condición espacial.

Cuánta fe existe aún en la arquitectura y en su capacidad depoder cambiar las conductas sociales a través de laforma, su capacidad de condicionar la conducta humana. Y,si bien se podría decir que es sólo producto de la inocencia deun estudiante de primer año, recordemos que éste está dentrode los tres mejores de su taller, por lo que mucha de laresponsabilidad de lo que aquí se expone recae en losdocentes. Además, resultaría ser una condición constante a lolargo de la carrera, como plantea el profesor J. Lobos.

“Un alumno de sexto comete los mismo errores, cree que con unCentro Cultural en tal lugar va a transformar la sociedad, va atransformar la población y la pobreza va a dejar de existir ”1

Si bien esta sería una situación que normalmente asociaríamosa los ideales del proyecto del movimiento moderno decomienzos del siglo XX, seguiría estando presente entrenosotros, y podríamos encontrar su origen, como manifiestael arquitecto Español Carlos Verdaguer, a principios de losaños 80, producto de una hiperpolitización de la épocaprecedente, que se comenzaría a traducir en una “...femeliflua en el poder redentor de la «buena forma» yasea arquitectónica o urbana, capaz por sí sola de regenerarlos tejidos sociales enfermos, ungiéndolos con elbálsamo de la belleza.”2 De esta forma parecería que elprincipal pecado de las propuestas racionalistas habría sido la“«Homogeneidad Formal», creadora de paisajes monótonos poco

1 LOBOS, Jorge: Fragmento extraído de registro de audio de la discusión sobre la elecciónPabellón ganador.2 VERDAGUER, Carlos: Por un urbanismo de los ciudadanos, Madrid 2002. p. 8.

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estimulantes, un pecado frente al cual el remedio de la diversidad formalaparece como evidente.”3

Claramente este fenómeno de “hiperpolitización” tuvo susparticularidades en nuestro país; durante casi dos décadas lareflexión estuvo prohibida, todo lo construido por lascorrientes humanistas de los 60’ se fue por la borda, ycomenzaríamos a centrar nuestros intereses e investigacionesen temáticas menos “problemáticas”, como el diseño y laconstrucción. Nuestros discursos se fueron moldeando anuestras escasas herramientas, “la forma y el espacio”, yclaramente esto se ha mantenido hasta el presente.

Ahora bien, podríamos hacer otra lectura de este fenómeno deingenua fe en la buena forma, podríamos entenderlo comouna evidencia de cierto vacío que experimentarían losarquitectos, ante lo reducido de sus medios versuscierta vocación que les hace pensar que tienen elpoder de cambiar el mundo.

Porque si creen que analizar y tratar de entender el mundo através de términos “arquitectónicos” y dibujitos es grave,esperen a ver que es lo que hacemos con ellos, nos sentamosen nuestros tablero, pensamos, imaginamos, comprendemos, ytransformamos todo eso en… nuevos dibujitos!!!, o siestamos seguros y nos atrevemos a llevar más allá nuestrascapacidades, las transformamos directamente en… cartón!!!Pobres individuos, presos del lápiz y el papel, del pegamento yel cartón, qué otra cosa les queda a estas brillantes mentes, querecurrir a sus crípticos recursos retóricos, para vestir deintelectuales justificaciones sus objetos.

Pero no nos culpen, ¿que acaso no es frustrante tratar deexpresar cualquier tipo de intención a través del lenguaje delcartón, del hormigón y los cristales?.

3 Ídem. p. 9.

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En esta “murización” se esconden muchos de los factorescausantes de una considerable atrofia del pensamiento delarquitecto; son estas reducidas herramientas de pensamiento yejecución las que no han dejado ver al arquitecto más allá delos objetos y sus formas, más allá de las apariencias.

Todas estas situaciones reproducidas año tras año en elinterior de nuestras aulas, multiplicada por cada escuela dearquitectura existente en nuestro país, han generado unfenómeno que podríamos denominar laArquitecturizacion de la Arquitectura

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¡¡¡ Arquitectos: !!!

Ha comenzando a producirse un fenómeno sin precedentesen la historia de la arquitectura: algunos arquitectos nieganrotundamente que la arquitectura nos permite arquitecturarla arquitecturación arquitectónica, pese a que si no fuerapor esta arquitecturación de la arquitectura, la arquitecturade los arquitectos jamás podría haberse arquitecturizado; dehecho, algunos arquitectos plantean que los arquitectosarquitecturizadores de la arquitectura arquitectónica,arquitecturan la arquitectura con el fin de poder llevar acabo una nueva arquitectura menos arquitecturada y másarquitecturizada , este hecho, que puede parecer curioso,

sería el responsable de la actual arquitecturación no sólo dela arquitectura, sino que también de los arquitectos y susproyectos arquitectónicos.

Entendiendo este particular fenómeno, recién podríamosllegar a comprender la real arquitectura escondida tras lafalsa arquitecturación de la arquitectura supuestamentearquitectónica, que algunos profanos arquitectosarquitecturan dentro de nuestra disciplina arquitectónica,siempre con esta arquitecturación arquitectónica como medioy fin último de nuestra arquitectura Gracias.

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Nuestra Burbuja Amarilla

Podría decirse que cada una de las situaciones que revisamosestá tan arraigada en la naturaleza de estos curiososprofesionales, que funcionan involuntariamente, o mejordicho, que no lo hacen con mala intención, lo que es evidenteal escuchar cualquiera de las preocupaciones “sociales” queconstantemente han repletado los discursos arquitectónicos,porque no es que los arquitectos sean “malas personas” o“frívolos”, simplemente podríamos decir que estas certezas loshan ido cegando y apartando de la realidad, encerrándolosen una burbuja cuya mayor expresión estaría en laformación universitaria.Porque si pensamos en las estadísticas expuestas al comienzode esta tesis, lo dramática que resulta, la cantidad de preguntasque abre, y luego revisamos la certezas de las que estácompuesta la formación de estos profesionales, entendemosinmediatamente como es que nadie a hecho algo al respecto.

Como explica Morin, el conocimiento producido dentro de lasdisciplinas basadas en principios como las disyunción,reducción y abstracción, “está cada vez menos hecho para que puedavolverse reflexivamente sobre sí mismo.”1

Esto explica porqué al interior de nuestra “Burbuja Amarilla”negamos completamente el miserable actual rol de losarquitectos o hacemos como si no existiera, seguimossoñando con nuestros encargos y propuestas ideales, dondetodo se trata de diseño y expresión, de poesía y capacidadesplásticas, pero más allá de eso, con una visión del arquitecto

1 MORIN, Edgar: Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, 1998

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todopoderoso, cuya imaginación y creatividad no es coartadapor absurdas variables económicas, sociales, políticas,culturales, o de ningún estilo; acá adentro nosotros mandamosy ponemos las reglas, nosotros ponemos los encargos ypresupuestos que nos plazcan, en nuestra facultad, elarquitecto es el rey!!!.Se podría decir que abusamos de una diferencia de escala connuestras maquetas que nos permiten fácilmente asumir unaposición autoritaria “como si fuera Gulliver, frente al emplazamientoreal de sus proyectos, distritos enteros pueden ser eliminados por el cortedel escalpelo en un ejercicio que a menudo opera meramente a un nivelestético ”2 y todo para poder instalar nuestro gran Museo delVino, una Mediateca en Recoleta o alguno que otro CentroCultural por ahí.

Pero este fenómeno de enajenación y ensimismamiento, nosería exclusivo de nuestra profesión, como explica Morin en“Sobre la Interdisciplina”, este fenómeno de “cosificación”,con el consiguiente riesgo de hiperespecialización3 delinvestigador, es algo propio de las instituciones disciplinarias,donde las relaciones y solidaridades del objeto con otros,tratados por otras disciplinas, serían dejados de lado, así comotambién las ligazones y solidaridades con el contextodel cual el objeto es parte. El conocimiento del todo seríareducido al de las partes, como si la organización del todo noprodujese cualidades o propiedades nuevas con relación aestas partes, además agrega:

“Las fronteras disciplinarias, su lenguaje y sus conceptos, van a aislara la disciplina en relación a las otras El espíritu hiperdisciplinario

2 LEACH, Neil: La an-estética de la arquitectura, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1999, p. 53.3 Es decir, la especialización que se encierra en sí misma sin permitir su integración en unaproblemática global o una concepción de conjunto del objeto del cual no considera sino unaspecto o una parte. (MORIN, Edgar, Los siete saberes necesarios a la educación del futu, 1999, p.15)

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va a devenir en un espíritu de propietario que prohíbe toda incursiónextranjera en su parcela del saber ”4

Precisamente lo que veíamos en el capítulo anterior, ya quepor mucho que algunos pretendan seguir planteando quesomos formados como profesionales con una gran capacidadde “apertura y de relación con otras disciplinas”5, no somos más queexpertos en la forma, el espacio y el discurso, ya que, seguimossiendo formados bajo la doctrina de el arquitectodiseñador para llevar a cabo la arquitectura deboutique .

Como vemos, este fenómeno tiene sus orígenes a partir de lamisma formación de las Universidades modernas, donde sefragmentó el conocimiento en múltiples parcelasaisladas, estudiando la dimensión biológica del hombre en laescuela de medicina y la social en la escuela de sociología. Sinembargo, el hombre no es un ser biológico, o social, opsíquico, o afectivo, o racional, si no que cada uno de estos,vinculados e interrelacionados en un todo.

Este mismo fenómeno de fragmentación del conocimiento esvisible al interior de nuestra escuela, con ladepartamentación de las áreas de estudio, subparcelasincomunicadas que ayudan a perpetuar este pensamientodisyuntivo, donde por ejemplo se nos hace imposible estudiarel Centro Pompidou de R. Piano y R. Rogers (1978), por serdemasiado técnico para el departamento de diseño, demasiadodiseñado para el de construcción, demasiado moderno para elde historia y demasiado arquitectónico para el de urbanismo.

Y de la misma forma en que nos parece absurdo que lasdecisiones de los economistas se tomen sólo considerando los

4 MORIN, Edgar: Sobre la interdisciplina, [s.a.] p. 1.5 PIZZI, Marcela: Entrevista personal, respuesta a ¿Qué es lo más importante que debeaprender un estudiante de arquitectura?

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¡¡¡ Muy Técnico !!!

¡¡¡ Muy Formal !!!

¡¡¡ Muy Urbano !!!

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aspectos económicos, ya que su impacto involucra a lasociedad en su conjunto; igual de absurdo pareciera seguirpensando en la formación de estos “ArquitectosArquitecturadores de la Arquitectura Arquitectónica”.

“En estas condiciones, las mentes formadas por las disciplinaspierden sus aptitudes naturales para contextualizar los saberestanto como para integrarlos en sus conjuntos naturales.”6

MONOS CON PC

Precisamente esta “Arquitecturización de la Arquitectura” nosha impedido ver el complejo contexto en el que se insertan nosólo nuestros proyectos, sino que fundamentalmente nuestraprofesión. Sin embargo, resulta importante tener presenteciertos riesgos que implica lanzarse a enfrentar lacompleja realidad desde el interior de unadisciplina aún ingenua.Un ilustrador caso de esto último fue expuesto en la XIVBienal de Arquitectura por una joven estudiante que reciénllegaba a nuestro país luego de haber llevado a cabo un exitosoMaster en Holanda sobre Reforma Urbana.

El proyecto consistía en un trabajo de recuperación de unsector deteriorado de San Sebastián, España. Esto, a través deuna serie de pequeñas intervenciones puntuales que laarquitecta definía como “acupuntura urbana”.

Inscrita dentro de algunas premisas propias de pensamientosmás contemporáneos, la joven partía haciendo una fuertecrítica a los actuales planes maestros ya que, considerando lacreciente “complejidad de la metrópolis moderna”, estos

6 MORIN, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro, UNESCO, 1999. p.15.

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resultaban ser impositivos, reduccionistas yabsolutistas. A partir de esto, exponía su proyectoincorporando conceptos más “de vanguardia” como eldesarrollo de estrategias , acupuntura urbana ,flexibilidad , feed back , layers , etc.

El sistema funcionaba a través de la incorporación de unamultiplicidad de variables del lugar a intervenir (peatonalidad 2,distanciamientos, vistas, modulación estructural, asoleamiento,etc.), en un software especialmente diseñado para suprocesamiento.

Una vez realizado esto, se obtenía algo así como un “volumenteórico”, pero resultado de más variables y con mayor gradode detalle; de aquí se pasaba a la etapa de “feed back”, la cualconsistía en “soltar un montón de agentes3”, quienes comienzan arecorrer el proyecto, pudiéndose determinar, a través de unproceso denominado “Space Syntax”, cuales son las zonasmenos “visitadas” por estos, permitiendo modificar lageometría del proyecto, y volver a “soltarlo” hasta conseguirlos niveles de “peatonalidad” deseados. Después de habercalibrado la configuración física en función de supeatonalidad, se comienza a incorporar el programadependiendo de las necesidades de cada uno.

Este es el famoso “feed-back”, a esto le llaman flexibilidad dediseño, o un proyecto menos impositivo, que se retroalimenta,que trabaja con “estrategias flexibles”, que aborda la“complejidad” de la metrópolis moderna, mientras podríamospreguntarnos:

¿Qué hubiera opinado Le Corbusier de este programita?

El creer que la conducta humana es mapeable es tan gravecomo reducir al ser humano a cuatro funciones, de hecho,

2 Cantidad de personas que transita por un lugar y tiempo determinado.3 Agente: Autómata dentro de un computador representando gente.

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sólo se le reduce a la condición de “agente” y su capacidad deacceder, de circular. Planteamientos como los de SpaceSyntax, se plantean como nuevas propuestas para el siglo XXI,donde la tecnología nos permitiría abordar lacomplejidad de la realidad y predecir las conductashumanas. Este pensamiento es alarmante, ya que pretenderser más preciso 4 que los antiguos métodos reduccionistas,porque en vez de cuatro funciones, cuatro variables, puedeincluir 10, o 20, o quizás 400; es pretender tratar de plantearque lo único que dificultó el desarrollo del positivismofuncional del movimiento moderno, habría sido suincapacidad tecnológica para el procesamiento demás variables.

Es como pensar que si los modernistas buscaban hacer unaarquitectura “guante”, o sea de calce perfecto entre forma yfunción, entre los muros y las acciones, ahora con el avancetecnológico no sólo podemos ajustarnos a los dedos, sino quepodríamos abordar la “real complejidad” de la mano, yajustarnos a las venas, a las uñas, a las pequeñas arrugas, latranspiración, la temperatura corporal, etc.…

Todo esto, producto que estos intentos aún se encuentraninscritos en esta concepción de arquitectura como fin en símismo, que veíamos antes, donde cualquier intento porincorporar conceptos como “proceso”, “estrategia” o“flexibilidad” sólo apuntará al proceso de diseño, a larelación entre el arquitecto y “su” obra, donde ahora seríaposible incorporar nuevas variables a cada minuto, pudiendollegar a obtener resultado “online”, de modo que ésta esté“realmente terminada” al momento de construirla,apareciendo como proyectos tan estáticos y absolutos, comolos criticados, incluso peor que las convencionales propuestas,producto que su excesiva fe en las tecnología, los hace creer

4 Concepto con que la arquitecto sintetizó los beneficios del sistema.

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que realmente abarcan la complejidad, y son capaces depredecir lo indeterminable.

Y es contradictorio, pues pareciera ser que ideas como la de“acupuntura urbana”, tuviera de algún modo su origen en unpensamiento con nociones de “caos”, donde una pequeñaintervención podría tener un gran impacto, no habiendo unadirecta relación causa-efecto. Sin embargo pareciera ser que laexcesiva fe en el modelo de simulación computacional, en suaporte a la mayor “precisión” de las intervenciones,desconociera el primer planteamiento, mostrando unaestructura de pensamiento tan o más positivista que las deprincipios del siglo XX, por lo que es este pensamiento el quehay que reformular antes de encandilarnos con las“posibilidades” que nos ofrecen los nuevos medios.

Estos intentos aún están auspiciados por el paradigma de lasimplificación, por lo que pareciera ser que cualquieracercamiento a la recontextualización de nuestradisciplina debería ir de la mano de un vuelco ennuestras concepciones de ella misma, que comienzacon una modificación de nuestro pensamiento, y una nuevamanera de ver y entender que sea capaz de abrirse a lamultidimensionalidad de la realidad en que vivimos.

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Recapitulando…

La simplificación es una de las columnas vertebrales delpensamiento arquitectónico en nuestra escuela, y como buenadisciplina fundada sobre estos conceptos cartesianos, hemosprocurado trabajar desde las certezas de la simulación yrepresentación, en búsqueda de cierta “verdad objetiva”, porlo que tendemos a enfrentar la realidad a través de suparcelación, reducción y abstracción.

Esto nos ha llevado a pretender abordar nuestros procesos de“creación” de manera más objetiva, o “desprejuiciada”,negando la inherente multidimensionalidad tanto delarquitecto como de los contextos en los que ésteinterviene, construyendo mecanismos depensamientos abstractos que apuntan a desvincularla experiencia cotidiana de cualquier reflexiónarquitectónica.Bajo estas premisas, nuestro objeto de estudio perderá todaslas ligazones y solidaridades con el contexto del cual es parte,de la misma forma en que nosotros lo haremos con quienessomos, hiperespecializándose el pensamiento, el discurso y elquehacer del arquitecto, vueltos ahora en sí mismos, con eledificio como fin último de nuestra disciplina.

“La inteligencia parcelada, compartimentada, mecanista, disyuntiva,reduccionista, rompe lo complejo del mundo en fragmentos separados,fracciona los problemas, separa lo que está unido, unidimensionalizalo multidimensional. Es una inteligencia miope que terminanormalmente por enceguecerse. Destruye desde el óvulo lasposibilidades de comprensión y de reflexión; reducelas oportunidades de un juicio correctivo o de una visión a largo plazo.Por ello, entre más multidimensionales se vuelven los problemas másincapacidad hay de pensar su multidimensionalidad; más progresa lacrisis; más progresa la incapacidad para pensar la crisis; entre másplanetarios se vuelven los problemas, más impensables son. Incapaz de

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proyectar el contexto y el complejo planetario, la inteligencia ciega sevuelve inconsciente e irresponsable.”1

A partir de aquí, nuestra vinculación como futurosprofesionales con la realidad será sólo un pretexto para validarel punto de partida de nuestros proyectos, reduciendo nuestracapacidad de comprensión de ésta, exclusivamente, a“términos arquitectónicos”, a través de los cualesconstruiremos simulaciones de ésta, “nuevas realidades”,abstractas, simples y cuantificables, desde las cuales, cualquiertipo de reflexión será remplazada por justificacionesresguardadas en las “reglas de la arquitectura misma”, unabarrera de términos auto referentes y crípticos queperpetuarán nuestra incapacidad para ver, entendery enfrentar la complejidad de los contextos en loscuales intervenimos, y de materializar cualquier tipo deintención más allá de la forma y el espacio.

Podríamos entender que los problemas de nuestra disciplinano son ni técnicos, ni estéticos, ni el manejo de nuevossoftware, ni el estilo de moda, sino que profundamenteepistemológicos, lo que adquiere gran relevancia siconsideramos que según el reglamento de nuestra escuela, elobjetivo de su formación es…

“El desarrollar en los estudiantes, a través de un proceso pedagógicocontinuo, progresivo y sistemático, la capacidad de adquirir losconocimientos y habilidades que la disciplina y el medio les requiera.Permitir el desarrollo de su potencial intelectual y estimular sucapacidad de reflexión, análisis y creatividad.”2

O sea… aprender a pensar como arquitectos.

1 MORIN, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro, 1999, p.162 REGLAMENTO CARRERA DE ARQUITECTURA, Decreto Exento Nº 007959 del 07de julio de 1998, Titulo II, Artículo 3.

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(conclusiones)

Redescubriendo la Arquitectura

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El Primer Paso

Si bien mucho de lo expuesto en esta investigación resultaríabastante evidente para el común de la gente, pareciera que losarquitectos sufren de una extraña enfermedad que durantemucho tiempo les ha impedido notarlo, y que podríamosdenominar Síndrome del Traje del Emperador , lo quesumado a las particularidades que presenta este fenómeno de“Arquitecturización de la Arquitectura”, nos genera uncontexto en que cualquier tipo de apertura disciplinariaparecería una tarea imposible.

Sin embargo, si a alguno de ustedes, queridos lectores, lescausó sentido lo expuesto en los capítulos anteriores o sintiópánico al identificarse con alguno de los puntos “confesados”al comienzo, no se asuste ni avergüence, muy por el contrario,siéntase extremadamente orgulloso, es un primer paso, ya quepareciera ser que si queremos emprender un real proceso deapertura, deberíamos partir por asumir, sin miedos nipudor, nuestras debilidades, carencias y deudas,liberándonos de una vez por todas de los verdaderosprejuicios, los ARQUITECTÓNICOS, y reconocerfinalmente que…

¡¡¡El emperador está desnudo!!!

Y aunque sea algo excepcional, esta capacidad de realizar unejercicio autocrítico como el anterior, sería síntoma de unimportante fenómeno que revisaremos a continuación, y quepodría mostrarnos un camino hacia el cual dirigir nuestramirada en pro de la ya mencionada apertura.

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¿Y cómo lo sabemos?...

“…PORQUE NOSOTROS TAMBIÉN MANEJAMOS.”

¿Qué es lo que se esconde tras este sencillo slogan publicitariode una empresa petrolífera?, bastante simple, se parte de lapremisa que es posible conocer las necesidades, intereses einquietudes de los usuarios, producto de que ¡¡¡ellostambién lo son!!!, y es a partir de esta posición desde la cualdesarrollan y conducen su empresa, así de simple, lo quepuede parecer algo obvio, pero que es extremadamenteremecedor si lo llevamos al ámbito de la arquitectura, dondeluego de haber revisado los orígenes de sus reflexiones, nosasalta una pregunta ¿es el arquitecto usuario ?, aprimera vista pareciera que no.

Este fenómeno sería parte de una clara disociaciónexistente entre el arquitecto y la persona que hay ensu interior, entidades que podríamos denominar el yoarquitecto y el “yo usuario”, o mejor dicho yohabitante . Para entender mejor la dinámica de esta dualidadrecurramos una vez más al fértil caso del Pabellón del SIDA.

Luego de la premiación, me acerqué a conversar con lasfuncionarias del Ministerio de Salud que habían realizado elencargo, para saber qué les habían parecido los resultados, yaque de alguna u otra forma, ellas eran “el cliente”. Pero lointeresante es que más allá de referirse a tal o cual proyecto mecontaron sobre los objetivos de este encargo. Resulta que, alcontrario de lo que pensaban todos los arquitectos, no era queel Ministerio necesitase de nuestra “arquitectónica ayuda” paraque por fin resolviéramos un problema que ellos habían sido

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incapaces de enfrentar, en realidad este encargo se enmarcabadentro de un proyecto del Gobierno denominado Los JóvenesUniversitarios Previenen el VIH , que consiste en ir incorporandoel tema de la prevención de esta enfermedad en el interior delas Universidades para que los jóvenes lo discutan y tomenconciencia de la gravedad del tema. ¿Qué significaba esto?,que los verdaderos clientes habrían sido los arquitectos, sinembargo, en este simple hecho se deja asomar un fenómenocurioso, porque si era la opinión de los jóvenes universitarioslo que andaban buscando, lo peor que pudieron haber hechofue encargarles un proyecto como arquitectos, porque en vistade lo expuesto en el capítulo anterior, claramente cualquierestudio del tema u opinión sobre la enfermedad estuvoabsolutamente sesgada por el ojo del arquitecto, a través delcual estos opinarán sólo lo que mejor les justificara el proyectoque tenían en mente, pudiendo afirmar fácilmente que si se leshubiera preguntado directamente a ellos como “jóvenes”, otrahabría sido la respuesta.

Aunque esto último pueda sonar obvio para algunos, en estadisociación entre el “yo arquitecto” y el “yo habitante” podríaencontrarse el origen de los problemas y la clave del futuro dela disciplina, ya que aparentemente aquellas “certezas” que hangenerado las malformaciones en el arquitecto, no lo habríapodido hacer en la persona o “habitante” que existiría intactaaún en su interior, ya que, como veíamos, intencionalmente elpensamiento arquitectónico ha buscado disociarse de su“prejuiciosa” experiencia cotidiana, llevándolo a desconocergran parte de las problemáticas que rodean el quehacerarquitectónico, por lo que mientras el yo habitantevive en la realidad misma, el yo arquitecto lo hacesólo sobre una monona1 simulación de ésta.

1 Una vez escuche a una señora hablar de “monono” al referirse a la impresión que le causóun típico departamento Paz Froimovich, por lo que me parece adecuada su utilización en estecaso.

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RECOBRANDO EL SENTIDO

Cuando el mismo Morin comienza a referirse a lo necesariaque resulta en este contexto de hiperespecialización de losprofesionales la apertura disciplinaria, hace alusión a un puntoque podríamos relacionar con esta disociación que veíamosrecién. Morin grafica los efectos de la hiperespecializaciónplanteando que “aún una mirada naif de un amateur, ajeno a ladisciplina, aún más a toda disciplina, resuelve un problema cuya soluciónera invisible en el seno de la disciplina, esto, ya que esta mirada noconoce los obstáculos que la teoría existente impone a laelaboración de una nueva visión.”1

Y es precisamente en estos obstáculos en los que está en granmedida basada la formación del arquitecto, porque, como yavimos, cada una de sus “certezas” funcionan como verdaderosfiltros que les “permite” simplificar la realidad, o como ahorapodríamos entender, que le impiden ver más allá desus intereses personales como diseñador.

¿Pero por qué haría Morin hincapié en este ojo ingenuo o“naif”?. ¿En que radica su valor?

Retomando la idea de este curioso síndrome, el “antídoto”pareciera estar oculto en su misma denominación, ¿qué acasono fue la mirada “naif” del niño que se encontraba entre lamultitud la que le permitió ver más allá?; o mejor dicho, ¿másacá y reconocer que “el emperador estaba desnudo”?, y no esque el niño haya sido un gran intelectual o teórico del diseñode vestuario, sino que simplemente tiene una visión menossesgada, menos especializada, incluso podríamos afirmar queel pequeño tenía una visión más COMPLEJA de la realidad.

¡¡¡Pero esto es absurdo!!! ¿Cómo podría ser posible?

1 MORIN, Edgar: Sobre la interdisciplina, [s.a.] p. 2.

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Para entenderlo, recordemos los esfuerzos de programascomo el “Space Syntax” para abarcar la complejidad, ya quenos da algunas luces sobre ciertos aspectos importantes aconsiderar a la hora de renovar nuestras estructuras depensamiento y concepciones.

Si bien muchos plantean el uso de la tecnología actual comorespuesta al “problema de la complejidad”, pareciese que elerror radica precisamente en pensar que la complejidad no esmás que un problema a resolver, una concepción propia delpensamiento cartesiano, el cual siempre ha tenido por misiónla de “disipar la aparente complejidad de los fenómenos, a fin de revelarel orden simple al que obedecen”2, mientras que en realidad uno delos axiomas de la complejidad es “la imposibilidad, incluso teóricade una omnisciencia”3, lo complejo ni siquiera puederesumirse al término complejidad .Sin embargo, los avances en las investigaciones sobreInteligencia Artificial nos han dado algunas claves paraenfrentarnos a este nuevo paradigma de la complejidad, através de una paradoja que resulta extraordinariamentesignificativa.

“Hace tiempo que se ha reconocido que es mucho más fácil escribirun programa que lleve a cabo complicadas operaciones formales, queun programa que refleje el sentido común de un perro.”4

Esto último cobra real trascendencia cuando nos detenemos apensar en que por así decirlo, los mega procesos de las súpercomputadoras podrían compararse con la manifestación másextrema de un racionalismo abstracto yunidimensional, propio de las disciplinas cerradas como lanuestra; a modo de ejemplo Morin plantea que la imagen

2 MORIN, Edgar: Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, 1998.3 Ídem. p.2.4 Copeland, B.J. 1993. Artificial Intelligence: A Philosophical Introduction, Oxford: Blackwell,Citando a Winograd, T.A., Flores, F. 1986.

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futurista propuesta por la ciencia ficción, donde las máquinassubordinan a la raza humana, no sería tan absurda o lejana, yestaría ocurriendo lentamente pero de otra manera, según éste“estamos en vía de una subordinación a las I.A. (Inteligencia Artificial)instaladas profundamente en las mentes en forma de pensamientotecnocrático.”5. Por lo que mientras más nos adentremos en estepensamiento abstracto y unidimensional, más nos estaríamosalejando del sentido común, propio del niño del cuento, deun habitante o incluso un perro.

Y no es casual que ninguno de los intentos de los científicospor producir monstruosas supercomputadoras ha conseguidosiquiera acercarse a nuestro sentido común, ya que al parecerla manera en que este “sentido” opera es tan compleja queresulta irreproducible.

“…el conocimiento de sentido común no tiene fronteras biendefinidas; es muy fuerte la interconexión y la interdependencia entretodos los diferentes conceptos. La red conceptual humana no sólo esmuy extensa, sino también está muy interrelacionada ”6

Al parecer la única máquina tan compleja como la realidadmisma sería el cerebro humano, esto entendiendo que laconciencia de nuestros procesos mentales es limitada, nuestrocerebro es más complejo que nuestro conciente, einfinitamente más que nuestros más poderosos software, porlo que no significa que nuestro pensamiento puede llegar aabarcar la complejidad completamente, pero sí enfrentarla.

“Del mismo modo que la mayor parte de un témpano se ocultadebajo del agua, el sentido común está tan profundamenteentretejido en el inconsciente que el hombre ni siquiera se da

cuenta de cómo lo usa en su vida diaria. Sólo una muy pequeña

5 MORIN, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro, UNESCO, 1999, p.16.6 MORIELLO, Sergio Alejandro: Las próximas máquinas tendrán sentido común, TendenciasCientíficas, Periódico Electrónico de Ciencia y Tecnología, Octubre 30 del 2004.

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fracción del pensamiento humano es consciente; la mayor parte es, enrealidad, pensamiento inconsciente (incluyendo el sentido común)”7

Esto cobra crucial importancia cuando reconocemos que losmecanismos de pensamiento enseñados en nuestra formación,pareciesen alejarse intencionalmente de lo que es elsentido común, pudiendo incluso afirmar que el principalobjetivo de los primeros años de formación sería la pérdidaabsoluta de éste, para reemplazarlo por un pensamiento“arquitectónico”, o acaso ¿no es el sentido común el que nosdice que jamás podríamos reproducir lo que siente un enfermode SIDA, a través de un modulo publicitario?.

¡PRECAUCIÓN!. FANTASMAS MENTALES

Sin embargo, debemos estar concientes que no se trata desimplemente dejarnos llevar por nuestra intuición, apelando alsentido común, ya que este “sentido”, como cualquier formade pensamiento, puede llevarnos a cometer errores, algonatural si consideramos que “Ningún dispositivo cerebralpermite distinguir la alucinación de la percepción, elsueño de la vigilia, lo imaginario de lo real, lo subjetivo de lo objetivo.”1

Aunque esto pueda sonar exagerado, en realidad parece lógicosi vemos que las vías de entrada y de salida del sistemaneurocerebral que conectan el organismo con el mundoexterior representan sólo el 2% de todo el conjunto, mientrasque el 98% implica al funcionamiento interior2, el cual se haconstituido en un mundo psíquico relativamenteindependiente donde se fermentan necesidades,sueños, deseos, ideas, imágenes, fantasmas. Y es este

7 Ídem.1, 2 MORIN, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro, UNESCO, 1999, p.5.

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mundo el que se infiltra en nuestra visión o concepción delmundo exterior, de errores, de ilusiones y de cegueras.

Por esto que resulta extremadamente importante conocer lasdebilidades de nuestra mente y desconfiar de sus ideas através de un control permanente, lo que implica una actividadreflexiva y autocrítica constante, pero por ningún motivopretender eliminarlas a través de su negación.

Como explica Morin, lo que permite la distinción entre vigiliay sueño, imaginario y real, subjetivo y objetivo, es la actividadracional de la mente que apela al control del entorno(resistencia física del medio al deseo y al imaginario), al controlde la práctica (actividad verificadora), al control de la cultura(referencia al saber común), al control del prójimo (¿es queusted ve lo mismo que yo?), al control cerebral (memoria,operaciones lógicas). Dicho de otra manera, es la racionalidadla que corrige.3

Algo parecido a lo que sucedió en nuestro citado cuento delemperador:

-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! dijo su padre; y todoel mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!-¡Pero si no lleva nada! gritó, al fin, el pueblo entero. ( 4 )

Esta racionalidad debe permanecer abierta a la discusión,mostrarse crítica y por sobre todo autocrítica, dialogarconstantemente con la realidad, reconocer el lado del afecto,del arrepentimiento, de la incapacidad de omnisciencia de lamente humana, negociar con lo irracional, considerar el azar,el error, etc.

3 Ídem. p.5.4 ANDERSEN, Hans Christian: El traje nuevo del Emperador. 18--.

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Se reconoce la verdadera racionalidad por lacapacidad de reconocer sus insuficiencias 5

De este modo evitaremos que esta caiga en unaracionalización (cerrada, mecanicista, determinista,abstracta y unidimensional), esta clara diferencia entreracionalidad y racionalización, se nos presenta como una granlección para enfrentar la Arquitecturización de la Arquitectura.

En vista de lo anterior, esta revaloración del sentido comúnno debe ser mal entendida como el simple dejarse llevarpor nuestra intuición, ya que si bien éste tiene sus orígenesen una innata capacidad de reflexión y discernimiento del serhumano, ésta debe ser constantemente ejercitada,alimentada y puesta en conflicto, conformando esteproceso que denominamos “racionalidad”.

No se trata de retomar la ambición delpensamiento simple de controlar y dominar loreal. Se trata de ejercitarse en un pensamientocapaz de tratar de dialogar, de negociar con loreal. 6

El cerebro humano se comporta como un músculo, y en lamedida que más lo ejercitamos con la reflexión constante, máscapacidad para reflexionar adquirimos, de aquí el por qué heutilizado conceptos como el de “atrofia”, al referirme alimpacto que tienen las convencionales maneras de pensar laarquitectura.

5 MORIN, Edgar: Los siete saberes necesarios a la educación del futuro, 1999, p. 66 MORIN, Edgar: Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, 1998. p. 2

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NOSOTROS TAMBIÉN HABITAMOS

Como vimos, el fenómeno de la “Arquitecturización de laArquitectura” sería producto de una formación basada en unpensamiento intencionalmente desvinculado de lamultidimensionalidad de los arquitectos y de la de loscontextos en los cuales interviene, resultando una disciplinaextremadamente abstracta, ensimismada y unidimensional, laque nos ha llevado a la construcción de una extraña entidadque goza de estas mismas características: el “yo arquitecto”, elcual está tan disociado de la rica y compleja experienciacotidiana de su “yo habitante”, que ha perdido casicompletamente una de las armas fundamentales de nuestranaturaleza humana, el ejercicio racional y el sentido común. Apartir de aquí, éste será completamente incapaz deenriquecer, adaptar y redefinir su disciplina, enfunción de las intrincadas problemáticas del actual contextourbano, lo que lo ha limitado en gran medida a incidir sólo enrealidades similares a la idílica situación que experimenta en elinterior de su formación, reduciendo su rol al de meroprofesional decorativo, arquitecto de boutique , o en sudefecto cesante ilustrado .

De lo anterior se desprende que la constante capacidad dereflexión y autocrítica necesaria para la construcción de unpensamiento basado en la racionalidad, no podría ser llevada acabo sin que éste esté directamente vinculado connuestra experiencia diaria, sumergida en la realidadmisma siempre en estrecho diálogo con el sentido común, porlo que pareciera que el camino hacia una apertura disciplinariavendría de la mano de la recuperación del valor de este “yohabitante”, a partir de lo cual, toda reflexión ygeneración del conocimiento sería alimentada yorientada producto que ¡¡¡Nosotros tambiénhabitamos!!!

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Recién ahora como “habitantes”, podremos comenzar aentender cual es el rol que juega la arquitectura ennuestra vida, y desde aquí poder redefinir nuestro quehacer,lo que a primera vista puede sonar difícil, ya que esta inocenteposición implica dejar de lado muchas de las “certezas” quenos han formado, sin embargo les pediré que lo hagan, por lomenos hasta que no tengamos claro para qué las queremos.

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Comenzando por el Fin

Ahora, como habitantes comunes, libres de nuestras limitantes“certezas”, desprovistos de los tradicionales filtros,enfrentados a la “obscena” realidad, saturada de información,de estímulos, de simulaciones, de lógica y ambigüedad, decontradicciones, subjetividades y errores, y sólo provistos denuestro sentido común y de nuestra capacidad reflexiva, ¿dequé manera nos acercamos a enfrentar la tan mencionadarealidad?.

Pareciera que en este contexto una de las herramientas clavesdel arquitecto pasaría a ser la famosa idea de criterio , eluso de esta racionalidad en función de un objetivo, pero sinembargo, este último aún no está claro.

Como constantemente lo están planteando nuestros discursos,podríamos afirmar que el fin último de nuestra profesión seríala mejora de la famosa “Calidad de Vida”, un concepto que alparecer resulta bastante “nebuloso” para los arquitectos y suconstante incapacidad de definición, sin embargo podemosacercarnos a conocer más sobre este concepto de la mano dealgún profesional más “pragmático” como podría ser unEconomista. En este sentido Manfred Max-Neef, en su libro“Desarrollo a Escala Humana” (1993), se pregunta qué es loque determina la calidad de vida de las personas.

“La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan laspersonas de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanasfundamentales”1

1 MAX-NEEF, Manfred: Desarrollo a Escala Humana, Ed. Nordan-Comunidad, Montevideo,1993. P.17

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De lo que nos surge una nueva pregunta, ¿Cuáles son estasnecesidades fundamentales?, Uff!!! dirán algunos, un temainabordable, esto producto de que tradicionalmente se habríacreído que estas necesidades eran infinitas, cambiantes,relativas a cada individuo y cultura.

En respuesta a esto Max-Neef hace tres salvedadesextremadamente importantes:

- Las necesidades son finitas, pocas y clasificables.- Las necesidades son distintas de sus satisfactores- Las necesidades no se satisfacen sino que se

viven constantemente.

En el primer punto nos plantea algo que a primera vistaparece absurdo, pero según Max-Neef, las necesidadeshumanas fundamentales son finitas, por lo que son las mismasen todas las culturas y en todos los períodos históricos, “lo quecambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los mediosutilizados para la satisfacción de las necesidades”2. Y aquí es dondeentra en juego el segundo punto, ya que esta relatividad einfinitud sería un error común, producto de que no se hasabido explicitar la diferencia fundamental entre lo que son las“necesidades” propiamente tales y lo que son los“satisfactores” de éstas.

Max-Neef nos hace ver que las necesidades humanasfundamentales conforman un sistema, es decir, estáninterrelacionadas e interactúan, por lo que descarta la idea deque existe una jerarquía al momento de satisfacerlas, por loque no serían más importantes las comúnmente denominadas“básicas” o de subsistencia, que las de identidad, ocio oparticipación (lo que de alguna manera podría explicarnos elporqué el Papel Higiénico fue inventado recién en 1857).

2 Ídem. p.17.

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A partir de esto, propone en su libro una posible clasificaciónde las necesidades combinando en una matriz dos criterios:según categorías existenciales y según categorías axiológicas3,Esto le permite operar con una clasificación que incluye, poruna parte, las de Ser, Tener, Hacer y Estar; y por la otra, las deSubsistencia, Protección, Afecto, Entendimiento,Participación, Ocio, Creación, Identidad y Libertad. (Tabla 1)

De esta clasificación se desprende por ejemplo que mientrasgeneralmente consideramos que la alimentación y el abrigoson necesidades, éstas en realidad son satisfactores de lanecesidad fundamental de subsistencia.Además agrega que no existe una correspondencia biunívoca4

entre necesidades y satisfactores, pudiendo un determinadosatisfactor contribuir simultáneamente a la satisfacción devarias necesidades o a la inversa, además de no ser estasrelaciones fijas, sino que podrían variar según tiempo, lugar ycircunstancias.El tercer punto, lo explica en función de que cualquier tipo deconcepción de las necesidades, tan sólo como carencias,implica restringir su espectro a lo puramente fisiológico, “quees precisamente el ámbito en que una necesidad asume con mayor fuerza yclaridad la sensación de «falta de algo»”5. Sin embargo, en la medidaque las necesidades comprometen, motivan y movilizan a laspersonas, es posible considerarlas también como potencialidado incluso recursos, “La necesidad de participar es potencial departicipación, tal como la de afecto es potencial de afecto.”6

3 “La axiología es el sistema formal para identificar y medir los valores. Es la estructura devalores de una persona la que le brinda su personalidad, sus percepciones y decisiones.”(Robert S. Hartman Institute, University of Tennessee.)4 “La que existe o se establece entre los elementos de dos conjuntos cuando, además de serunívoca, es recíproca; es decir, cuando a cada elemento del segundo conjunto corresponde,sin ambigüedad, uno del primero.” (www.rae.es)5 y 6 MAX-NEEF, Manfred: Desarrollo a Escala Humana, Ed. Nordan-Comunidad, Montevideo,1993. P.21

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Plasticidad espacio-temporal

Discrepar, optar,diferenciarse, arriesgar,conocerse, asumirse,desobedecer, meditar

Igualdad de derechosAutonomía,autoestima,voluntad, pasión,asertividad,apertura,determinación,audacia, rebeldía,tolerancia

Libertad

Socio-ritmos, entornosde la cotidianeidad,ámbitos depertenencia, etapasmadurativas

Comprometerse,integrarse,confundirse, definirse,conocerse,reconocerse,actualizarse, crecer

Símbolos, lenguaje,hábitos, costumbres,grupos de referencia,sexualidad, valores,normas, roles,memoria histórica,trabajo

Pertenencia,coherencia,diferencia,autoestima,asertividad

Identidad

Ambitos deproducción yretroalimentación,talleres, ateneos,agrupaciones,audiencia, espacias deexpresión, libertadtemporal

Trabajar, inventar,construir, idear,componer, diseñar,interpretar

Habilidades, destrezas,método, trabajo

Pasión, voluntad,intuición,imaginación,audacia,racionalidad,autonomía,inventiva,curiosidad

Creación

Privacidad, intimidad,espacios de encuentro,tiempo libre,ambientes, paisajes

Divagar, abstraerse,soñar, añorar,fantasear, evocar,relajarse, divertirse,jugar

Juegos, espectáculos,fiestas, calma

Curiosidad,receptividad,imaginación,despreocupación,humor,tranquilidad,sensualidad

Ocio

Ambitos deinteracciónparticipativa,cooperativas,asociaciones, iglesias,comunidades,vecindarios, familia

Afiliarse, cooperar,proponer, compartir,discrepar, acatar,dialogar, acortar,opinar

Derechos,responsabilidades,obligaciones,atribuciones, trabajo.

Adaptabilidad,receptividad,solidaridad,disposición,convicción, entrega,respeto, pasión,humor

Participación

Ambitos deinteracción formativa,escuelas,universidades,academias,agrupaciones,comunidades, familia

Investigar, estudiar,experimentar, educar,analizar, meditar,interpretar

Literatura, maestros,método, políticaseducacionales,políticascomunicacionales

Conciencia crítica,receptividad,curiosidad,asombro, disciplina,intuición,racionalidad.

Entendimiento

Privacidad, intimidad,hogar, espacios deencuentro.

Hacer el amor,acariciar, expresaremociones, compartir,cuidar, cultivar,apreciar.

Amistades, parejas,familia, animalesdomésticos, plantas,jardines.

Autoestima,solidaridad, respeto,tolerancia,generosidad,receptividad,pasión, voluntad,sensualidad, humor

Afecto

Contorno vital,contorno social,morada

Cooperar, prevenir,planificar, cuidar,curar, defender

Sistemas de seguros,ahorro, seguridadsocial, sistemas desalud, legislaciones,derechos, familia,trabajo.

Cuidado,adaptabilidad,autonomía,equilibrio,solidaridad

Protección

Entorno vital, entornosocial

Alimentar, procrear,descansar, trabajar

Alimentación, abrigo,trabajo

Salud física, saludmental, equilibrio,solidaridad, humor,adaptabilidad.

Subsistencia

NecesidadesAxiológicas

EstarHacerTenerSerNecesidadesExistenciales

Plasticidad espacio-temporal

Discrepar, optar,diferenciarse, arriesgar,conocerse, asumirse,desobedecer, meditar

Igualdad de derechosAutonomía,autoestima,voluntad, pasión,asertividad,apertura,determinación,audacia, rebeldía,tolerancia

Libertad

Socio-ritmos, entornosde la cotidianeidad,ámbitos depertenencia, etapasmadurativas

Comprometerse,integrarse,confundirse, definirse,conocerse,reconocerse,actualizarse, crecer

Símbolos, lenguaje,hábitos, costumbres,grupos de referencia,sexualidad, valores,normas, roles,memoria histórica,trabajo

Pertenencia,coherencia,diferencia,autoestima,asertividad

Identidad

Ambitos deproducción yretroalimentación,talleres, ateneos,agrupaciones,audiencia, espacias deexpresión, libertadtemporal

Trabajar, inventar,construir, idear,componer, diseñar,interpretar

Habilidades, destrezas,método, trabajo

Pasión, voluntad,intuición,imaginación,audacia,racionalidad,autonomía,inventiva,curiosidad

Creación

Privacidad, intimidad,espacios de encuentro,tiempo libre,ambientes, paisajes

Divagar, abstraerse,soñar, añorar,fantasear, evocar,relajarse, divertirse,jugar

Juegos, espectáculos,fiestas, calma

Curiosidad,receptividad,imaginación,despreocupación,humor,tranquilidad,sensualidad

Ocio

Ambitos deinteracciónparticipativa,cooperativas,asociaciones, iglesias,comunidades,vecindarios, familia

Afiliarse, cooperar,proponer, compartir,discrepar, acatar,dialogar, acortar,opinar

Derechos,responsabilidades,obligaciones,atribuciones, trabajo.

Adaptabilidad,receptividad,solidaridad,disposición,convicción, entrega,respeto, pasión,humor

Participación

Ambitos deinteracción formativa,escuelas,universidades,academias,agrupaciones,comunidades, familia

Investigar, estudiar,experimentar, educar,analizar, meditar,interpretar

Literatura, maestros,método, políticaseducacionales,políticascomunicacionales

Conciencia crítica,receptividad,curiosidad,asombro, disciplina,intuición,racionalidad.

Entendimiento

Privacidad, intimidad,hogar, espacios deencuentro.

Hacer el amor,acariciar, expresaremociones, compartir,cuidar, cultivar,apreciar.

Amistades, parejas,familia, animalesdomésticos, plantas,jardines.

Autoestima,solidaridad, respeto,tolerancia,generosidad,receptividad,pasión, voluntad,sensualidad, humor

Afecto

Contorno vital,contorno social,morada

Cooperar, prevenir,planificar, cuidar,curar, defender

Sistemas de seguros,ahorro, seguridadsocial, sistemas desalud, legislaciones,derechos, familia,trabajo.

Cuidado,adaptabilidad,autonomía,equilibrio,solidaridad

Protección

Entorno vital, entornosocial

Alimentar, procrear,descansar, trabajar

Alimentación, abrigo,trabajo

Salud física, saludmental, equilibrio,solidaridad, humor,adaptabilidad.

Subsistencia

NecesidadesAxiológicas

EstarHacerTenerSerNecesidadesExistenciales

Tabla 1, Matriz de necesidades según categorías, con ejemplos de satisfactores.

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De aquí que resultaría errado hablar de la satisfacción delas necesidades, ya que implicaría entenderlas sólo comocarencia y por lo tanto que se “colman”. Mientras que encuanto carencia y potencia nos hablan de un procesodialéctico, un movimiento incesante. “De allí que quizássea más apropiado hablar de vivir y realizar las necesidad, y devivirlas y realizarlas de manera continua y renovada.”7

Entendiendo esto podríamos afirmar que la arquitectura es,por una parte, un satisfactor de la necesidad de estar,y desde aquí, un satisfactor de todas las necesidadesfundamentales, y no una necesidad en sí misma.Por ejemplo, para la necesidad de protección desde lacategoría existencial del estar, la arquitectura es un satisfactorque provee el albergue, la morada, el abrigo, el cobijo.

“Como satisfactor existencial, la arquitectura es la respuesta alhabitar, es por lo tanto soporte de la vida cotidiana y de la ciudad.”8

Aquí se deja entrever un aspecto bastante significativo parauna nueva orientación disciplinaria. Comenzamos de a poco aentender que en cuanto construir es un medio, el estar ohabitar es el fin, cuyas posibilidades de satisfactores vanmás allá de la mera vivienda, e involucran la totalidad delentorno. Algo que parecía olvidado por nuestra disciplinaencerrada en su objetualización.

“Así como en la medicina se está abriendo campo una sólidacorriente de "intervención mínima", de "tratamientos no invasivos",así la arquitectura no debiera dejar que la edificación prevalezcasobre el habitar.”9

7 Ídem. p. 21.8 JIMÉNEZ, Susana: Investigación y pedagogía en la arquitectura, Revista Ciencias HumanasVolumen 5 - No. 2- Julio -Diciembre de 2002. p.11.9 CALDERÓN, David: Habitarse a sí mismo. [s.a.] p.4.

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Y como bien vimos, este habitar es una necesidadconstante y dialéctica, que en ningún caso terminacon la construcción, y menos se remiteexclusivamente a ella, lo que nos genera dos ideas bastanteinteresantes:

Cualquier intervención que haga un arquitecto, sólo resultaser una etapa de este proceso mayor y constante,por lo que no podríamos pensar en que nosotros diseñamosel hábitat, sino que más bien, participamos en sudiseño.Entender que la capacidad de intervenir en el hábitat va másallá de una etapa exclusiva, ya que resultaría ser unanecesidad constante, que trasciende a la mera construcción.

Entonces, no se trata de dejarnos llevar por nuestra obsesiónconstructiva, de amurallar el mundo, de urbanizar el campo,de modificar todo lugar para poder habitar, si trabajamos enfunción de los reales fines, nos daremos cuenta de la grandiversidad de medios.

“No habitamos porque hemos construido, sino que construimos yhemos construido en la medida en que habitamos, es decir, en cuantoque somos los que habitan.”10

Y es precisamente este olvidado objetivo, el habitar, el que noshace particulares frente a otras disciplinas, más allá de aspectosestéticos o decorativos, al mismo tiempo que nos aclara el porqué seguiríamos siendo profesionales “necesarios” en laparticipación del desarrollo de nuestras ciudades. Sin embargo,nos obliga, a la vez, a entender la importancia de unaformación más allá de la técnica y la estética, yrepensar nuestra disciplina, ya no en función de losobjetos, si no que del sujeto.

10 TARRÍO, José Manuel: Heidegger: Construir, Habitar, Pensar, 1994, p.2. Citando a Heidegger.

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Estante v/s Libros

Este segundo o incluso tercer plano que ocupa actualmente elhombre en la arquitectura, y en especial en su formación,pareciera ser uno de nuestros mayores pecados, si es cosa demirar las imágenes de las obras publicadas, sin muebles nipersonas, como objetos inertes, sin habitar. Es como si yo lesquisiera mostrar mi casa, y antes que vayan le saco todos lomuebles, cuadros, cortinas y echo a mi familia a la calle, paraque ustedes realmente pudieran contemplar la arquitecturamisma . Pero ¿hay arquitectura si no hay un sujetoque la habite? (Img.1)En una ocasión, mientras construíamos una pequeñabiblioteca en el sur de Chile, me tocó trabajar con otros tresestudiantes de arquitectura en el diseño del estante queocuparía todo el muro oriente del primer piso. El diseño serealizó dos días antes del plazo de término de la obra, por loque no contábamos con mucho tiempo. Además este estanteno estaba considerado entre los materiales, así que sólopodríamos utilizar en su construcción retazos de madera ypaneles OSB.Apenas nos reunirnos a discutir sobre el diseño, se generórápidamente un primer esquema de propuesta, que resultaríaser bastante sintomático de la formación que habíamosrecibido; este primer modelo tipo “Mondrián” como lollamábamos (Fig.1), tenía la clásica imagen “dinámica”,“pregnante”, “tensionada”, “azarosa”, “lúdica” y“vanguardista” (o como dirían otros por ahí heroica y

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Img. 1

Fuente: Monteys / Fuertes, “Casa collage”, Barcelona, 2001.

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original 1), que tenía mucho éxito en los talleres de la escuela,sin embargo tenía sólo un problema, la organización de loslibros, ya que resultaba que ésta sólo podría hacerse portamaño, debido a que los compartimientos eran de las másdiversas dimensiones y proporciones. Pero parecía un criterioalgo extraño, a lo que se respondió pensando en que notendrían por qué haber libros en todos los compartimientos, yque sólo se ocuparan los que permitieran el almacenamiento,mientras el resto quedara libre, lo que reducía el área utilizablea un pequeño porcentaje del total. Además, estructural yconstructivamente presentaba ciertas complicaciones, lascuales sólo podrían ser abordadas con soluciones igual decomplicadas. En definitiva, nuestro “arquitectónico” estanteera bello, dinámico, azaroso, casual, proporcionado,tensionado, etc., pero sólo tenía un pequeño inconveniente, leestorbaban los libros.Luego de un buen rato de acalorada discusión y no sininfluencia de algún libro que habíamos leído recientemente(“Aprendiendo en las Vegas”, R. Venturi, 1978) empezamos aentender por donde realmente iba el asunto.El segundo modelo propuesto fue uno radicalmente opuesto(Fig. 2), era de tipo “grilla”, bastante más “rígido”, “estático”,“regular”, “convencional”, también conocido como feo yordinario, el cual claramente hubiese sido reprobado encualquier taller, pero que sin embargo acogía de buena forma alos libros, permitiendo su normal clasificación, siendo el únicoaporte “novedoso”, la simple rotación de la trama, de maneraque los libros pudiesen apoyarse siempre en una de sus caras.Pero lo más interesante de este modelo era la comprensiónque la estantería no estaría completa hasta el momento en querealmente fuese utilizada, o sea al incorporar los libros (Fig.3),

1 Alusión a concepto utilizado por Robert Venturi en “Aprendiendo de las Vegas”, paracalificar el modelo formal propio del Movimiento Modernismo, en contraste a su arquitectura“fea y ordinaria”.

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Fig. 1

Fig. 2

Fig. 3

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los cuales naturalmente son de distintos colores y tamaños,por los que serían estos los que les entregarían esa imagen“dinámica, lúdica y casual” que nos hacía falta en primerainstancia.Nuestra obra sería sólo un soporte capaz de acoger la lógicade ocupación de una estantería, donde su principalprotagonista no sería el estante, sino que los libros ysu manera de habitar.Podríamos ver lo sucedido al comienzo de este ejemplo comoun claro síntoma de lo limitada de una concepción dearquitectura como objeto terminado, tan común en la escuela,y que nos lleva a pensar que son los muros y cubiertas losprincipales protagonistas de nuestra disciplina, mientras que aligual que en el caso del estante, estos sólo son importantes encuanto a su relación con quienes los habitan.Según esto, la famosa interrogante sobre qué es lo quediferencia una verdadera obra de arquitectura de una deconstrucción, pareciera resuelta, porque mientras podríamosdecir que hay construcciones bellas y feas, expresivas ymediocres, de famosos y vernaculares, sólo seráarquitectura en cuanto se habite.Ahora, con nuestro objetivo más claro, seríamos capaces deconstruir una primera definición de lo que podríamosentender por Arquitectura; según lo anterior, ésta no sería ni el“estante” ni el “libro”, sino que la relación dinámica entreel hábitat y el hombre que lo habita.A partir de esta redefinición podemos comenzar a pensaracerca del rol que jugamos como profesionales en esta“relación”, pero es de crucial importancia evitar caer enuna nueva cosificación y simplificación de estosconceptos, que pudiese empezar a tomar forma dearquitectura orgánica, nómade, efímera o algo por el estilo, opensar que es algo propio del urbanismo y no de la

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arquitectura, por lo que parece clave tener presente lasparticularidades de esta relación entre hábitat y habitante, osea, cómo se da el “habitar”.

HACIA UN ROL MÁS DIVINO

Curiosamente los arquitectos han pensado en elcomportamiento de sus edificios recurriendo a analogías“maquinistas”, “biológicas”, “gastronómicas”, sin embargo, yaunque parezca extremadamente obvio (una de las posiblesrazones por las cuales no lo hemos podido ver), nuestrasobras se comportan más bien como lugares, comocontextos, que habitamos según las circunstancias.Para que entiendan a qué me refiero, me atreveré a tomarcomo ejemplo, nada más y nada menos, que el tema de la“existencia de vida en la tierra...”. Si pensamos un poco enesto, nos podemos dar cuenta que todo lo que existenaturalmente en el planeta (desde la temperatura, las distintasespecies animales, minerales y vegetales, hasta el número depiernas y cabezas que tenemos); es producto de una suma decircunstancias, si, una coincidencia de variables: la distancia aque nos encontramos del sol, el tipo de órbita que tiene elplaneta, la velocidad con que se mueve, los elementosquímicos que componen la esfera, la fuerza de gravedad, etc.;que permiten entender porqué somos del planeta Tierra y node Plutón, claramente, si alteráramos una de las variables, osea, si fuesen otras la condiciones que intervienen sobrenuestro planeta, quizá mediríamos cinco centímetros, seríamosverdes y tendríamos tres cabezas, o quizás ninguna.Siguiendo con este curioso ejemplo, pensemos ahora que a“Dios” se le hubiera ocurrido estudiar arquitectura, siendoformado bajo las “certezas” que actualmente guían nuestra

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disciplina, ¿cómo habría diseñado el universo?, ¿cómo lehubiera quedado la tierra?. Quizá la hubiera hecho como ungran cubo blanco, con un par de pequeñas montañas unidaspor un eje de océano que remata en un gran árboltransparente, y, por supuesto, hubiera tenido una granconcavidad en una de sus caras, un espacio que evocaría ungran “nido” (metáfora conceptual con la que respondería alencargo de la formación de la vida), el sol hubiese sido mástenue, quizá de un tono más rojizo, algo sepia, y los díasdurarían máximo 15 minutos, de manera de intensificar eljuego de la luz y sombra que tanto le fascina.Cuando “Dios” diseñó el mundo, nunca se imaginó lo que ibaa pasar en él, por más “Dios” que fuera, en realidad lasdistintas situaciones que suceden, responden a dos grandesfuerzas que han provocado su actual manera de habitar:

Las distintas condiciones que ofrece el planetacomo contexto en un momento y lugardeterminado (climáticas, geográficas, económicas, sociales,políticas, históricas, culturales, etc.)

La voluntad de sus habitantes; de aquí que el hombreha privilegiado vivir en ciertas zonas en determinadomomento, y posteriormente trasladarse en búsqueda denuevas condiciones, fenómeno que podemos llevar acualquier escala.

Ahora, si asumimos que cada una de estas variables delcontexto, tiene relación o son parte de la conformación delhábitat, podríamos decir que cada una de ellas nos incumbecomo arquitectos.De esta manera podríamos pensar que debería existir unarelación equivalente entre el rol de “Dios” y la creación delUniverso, y el del arquitecto con el diseño del hábitat, con loque no pretendo elevar a los arquitectos a la condición de“Dioses”, si no que por el contrario, rebajar a “Dios” a la

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altura de un arquitecto, eliminando la falsa idea del absoluto o“todopoderoso” que determina nuestras vidas (Dios al quehasta ahora hemos tratado de semejarnos), concepto quepasaría a ser inexistente, y que por lo tanto dejaría de ser unobjetivo.De este modo, el acercamiento del arquitecto a la naturalezade un “Dios” no lo hace más poderoso, sino que másresponsable y consciente de su rol, atribuciones yherramientas, pudiendo aprender mucho, de la forma enque universal e históricamente se han desarrollado la relaciónentre contexto y comportamiento, entre circunstanciasexistentes y acontecimientos, entre hábitat y habitantes.Porque, si lo pensamos bien, claramente la subida de un ríopuede afectar los cultivos de los habitantes de sus laderas,modificando la situación económica de esas familias (al verseimposibilitados de cultivar en ese lugar), la situación física(debiendo desplazarse a otro lugar en busca de mejorescondiciones), social (cortando los lazos que tenían con susvecinos), políticas (rompiendo las estructuras de organizaciónexistentes en la comunidad), etc…. Del mismo modo, laconstrucción de una súper carretera puede generar efectossimilares en los habitantes de una ciudad.Bueno, creo que se entiende a lo que me refiero, el habitarestá influenciado en gran medida por circunstanciaso condiciones existentes en un determinadocontexto, la cuales además, van más allá de lascondicionantes físicas.De aquí podríamos empezar a redibujar nuestro rol, ahoracomo participantes de la conformación de contextosque posibiliten la realización de ciertas situaciones através de la intervención de sus condiciones, desdedonde no habría lugar para discusiones sobre gestos, oarranques funcionalistas.

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Además, esta idea de “diseñadores contextuales” asume laexistencia de una realidad compleja, previa a la intervención (osea un contexto existente), ya que, como veíamos, mi manerade dormir se inserta en el contexto de mi dormitorio, dentrodel contexto de mi casa y familia, dentro del de mi calle,barrio, ciudad, sociedad, universo y raza; pudiendo apreciarde esta manera la real magnitud y naturaleza de la intervencióncontextual.De aquí que el diseño de un conjunto de vivienda social,podría ser entendido, bajo esta concepción de la arquitectura,como el diseño de un contexto apropiado para quepueda desarrollarse el hábitat de gente de menoresrecursos, lo que claramente amplía la problemática, y la sacadel sólo diseño de bloques habitacionales.

NUEVAS FORMAS

Al entender nuestra disciplina desde su objetivo, el arquitectono será aquel que proyecta edificios, sino quien vive ypiensa en función del nuestro habitar (dentro de loscuales caben los proyectistas), de aquí se nos abrirá la mente alo que significa una intervención arquitectónica, o sea, unaintervención de “contexto” en el más amplio sentido de lapalabra, pareciendo ser este último concepto una manera“precisa” de referirnos a lo infinito de la complejidad sobre laque actuamos.Desde este punto debemos considerar que el acto de habitarvale para un dormitorio, un patio, una calle, un barrio, unagran ciudad, por lo que podríamos entender este hábitat comoun solo complejo continuo, que presenta distintascondiciones, en el que no caben divisiones artificiales comourbanismo y arquitectura, o lo rural y urbano.

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Bajo la luz del hábitat, cada casa, calle o barrio esun contexto en el cual tiene cabida el arquitecto, claroque es primordial tener conciencia de que estos nuevoscontextos se nos presentan más complejos que los clásicopeladeros, ya que son parte de ellos tanto sus espaciospúblicos y fachadas como su gente, su cultura, suscostumbres, su historia, etc.. Pudiendo de esta forma dejarde buscar el futuro de nuestra profesión en los últimos prediosvacíos de nuestra ciudad, o en la demolición de lo existente, yaque como vimos, la construcción del hábitat es unproceso constante, por lo que resulta absurdo pensarque porque la superficie está construida el hábitatestá resuelto (fig.1).

“La arquitectura no puede verse sólo como una materialidad deobras, edificios, calles y ciudades, pues ella es producto de un procesosocial que implica relaciones históricas, sociológicas, políticas,antropológicas, sicológicas, en otras palabras, culturales”1

Mientras no tengamos plena conciencia de esto, pareceríaabsurdo cualquier intento por actualizarnos e incorporarconceptos “de moda” como el de “sustentabilidad” o“ecología”, ya que difícilmente pasarán más allá de adherirlesinvernaderos a nuestras casitas.

1 JIMÉNEZ, Susana: Investigación y pedagogía en la arquitectura, Revista Ciencias HumanasVolumen 5 - No. 2- Julio -Diciembre de 2002. p.15.

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De todo esto surgen dos ideas importantes:

El concepto de hábitat nos llama a mirar más alláde los muros, cubiertas y celosías, incluso más alláde los físico, hacia una concepción de arquitecturacomo contexto. De aquí que se hace inminente entendernuestro quehacer y competencias como disciplina a través delrol que juega este contexto en el habitante, como una suma decondiciones que le permiten desarrollar ciertas situaciones,idea que reduce cualquier tipo de ambición funcionalista, y queademás, cede en gran parte la responsabilidad por la“experiencia arquitectónica”, a la voluntad y particularidadesde los habitantes (ex usuarios), cuya importancia ahora va másallá de las que llamamos “funciones”, siendo los realesprotagonistas de la arquitectura.Por otro lado, la posibilidad de apertura de una disciplinaesclava por mucho tiempo de la “forma y el espacio”, y queahora sería capaz de redefinirse constantemente a partirde un objetivo claro, el habitar, frente al cual aparececomo inminente la necesidad de reorientar nuestros intereses ydiscursos, incorporar nuevas áreas de conocimiento en nuestraformación, obligándonos a redescubrir aquellos momentos enlos que nuestra disciplina se cruzó con otras del área de lashumanidades, como la antropología, sociología, filosofía,psicología, etc., ya no sólo como respuesta a una arquitecturamás “social” en el sentido “proleta” de la palabra, sino quecomo respuesta al complejo escenario al que nosenfrentamos en la actualidad.

“ las nuevas calamidades sociales se nos revelan, cada día más, yano como problemas específicos, sino como problemáticas complejas queno pueden seguir atacándose satisfactoriamente mediante la aplicación

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exclusiva de políticas convencionales, inspiradas por disciplinasreduccionistas ”2

Recién desde aquí, podremos pensar en hablar de conceptoscomo interdisciplinariedad o transversalidad, ya queresultan ser más que algún tipo de idea hippie o de moda paradarle mayor glamour a nuestro agotado discurso, y pasan atener sentido como una real necesidad, tanto a travésde incorporar nuevas áreas del conocimiento a nuestradisciplina, como de mejorar las relaciones con otro tipo deprofesionales.Y así como en algún momento la medicina amplió su campodel mero “tratamiento” a todo el área de la salud, comenzandoa incorporar conceptos como el de “prevención” y“promoción” de ésta; el quehacer arquitectónico delsiglo XXI ya no puede seguir siendo concebidoexclusivamente desde el objeto, desde la meraconstrucción, debiendo dar paso al estudio del sujeto enfunción de su hábitat, relegando su actual perfil Técnico-Artístico, a solo una área más de una disciplina eminentementeCientífico-Social.Si dejamos de construir nuestro pensamiento en función delos medios y nos planteamos frente al objetivo de participar enla construcción del hábitat del hombre, no nos será difícilver más allá de las formas, más allá de las apariencias,entender realmente la importancia de nuestro rol en lasociedad, y encontrar esas nuevas formas dearquitectura, que se construyen “ desde las acciones humanas,desde los sujetos y sus requerimientos sociales y desde la arquitecturamisma como hecho social ”3

2 MAX-NEEF, Manfred: Desarrollo a Escala Humana, Ed. Nordan-Comunidad, Montevideo,1993, P.123 JIMÉNEZ, Susana: Investigación y pedagogía en la arquitectura, Revista Ciencias HumanasVolumen 5 - No. 2- Julio -Diciembre de 2002. p.17.

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Un Final de Aquellos

Sin duda ni lo más mínimo de todo lo expuesto en estecapítulo, será posible si antes no entendemos una condiciónbásica que deben presentar quienes estén dispuestos aencaminarse en esta nueva “forma” de arquitectura.Conversando con un profesor, me contaba que su sueñocomo arquitecto era “poder llegar a hacer al menos una obra quepudiera considerar que es una obra de arquitectura con A mayúscula.”Extrañado lo miraba, quien con 23 años me enorgullecía decada una de las miserables cuatro obras que había proyectadopara los voluntariados de verano, considerando a cada una deellas una real obra de A R Q U I T E C T U R A. Pero, ¿quésignificaba esto?. ¿Sería yo uno de los arquitectos másprecoces y talentosos de todos los tiempos?. ¿Sería él uno delos peores arquitectos que han existido?. La respuesta,bastante simple, ninguna de las anteriores… simplementetenemos distintos amores, y por lo tanto distintasconcepciones sobre los factores que “mayusculizan” nuestrasobras; para que entiendan a lo que me refiero se los explicaré através de una experiencia que me sucedió recientemente:Santiago Centro, 14:00 hrs., 31º C, 24 de Diciembre, en estecontexto me encontraba buscando regalos para mi familia,pero como buen chico optimista, pensé que más que ser unade las peores decisiones que podría haber tomado en mi vida,podría resultar una excelente oportunidad para vivir unespectáculo urbano único, digno de ser visitado en terreno.Ahí me encontraba, más preocupado de lo que pasaba a mialrededor que de los regalos, llamándome la atención el cómolos músicos generan nuevos “recintos” en el Paseo Ahumada;cómo los chinchineros se colocan a hacer su espectáculo bajo

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la sombra de un gran globo de una multitienda, ubicado muyen las alturas; cómo la gente se reúne y apelotona para ver losespectáculos que ofrece el centro de la capital, desdecantantes, payasos, hasta mujeres desmayadas, delincuentesdetenidos, y cómo cada uno de esos eventos convoca casi conigual interés a las personas.Más allá, en una esquina, un joven vende sus cartones delotería parado sobre los famosos cototos de iluminaciónaprovechando esta mayor altura para captar la atención, y meimpresiono con la creatividad del ser humano para adaptarse yaprovechar las condiciones que muchas veces sin querer leofrece el medio, la capacidad de esos músicos o esosvendedores para hacer arquitectura, para subvertir el espacio,los usos, las normas, y de esta forma robarse la película delespectáculo urbano, y me hago la gran pregunta: ¿de quémanera como arquitectos podríamos responder a esos eventossi sabemos que son impredecibles?, ¿será menester delarquitecto tratar de oficializarlos o reproducirlos?, ¿será cosade construir más cototos como estos para que la gente se subaa vender sus productos, o diseñar unos multifuncionales?,¿llenar de grandes globos para dar sombra a los espectáculoscallejeros?. Seguramente cualquier propuesta en este sentidosería presa de nuevas subversiones, pero entonces…

¿Qué saca el arquitecto con preocuparse de estos fenómenossi no puede reproducirlos, ni controlarlos?

Y más allá de cualquier propuesta que apuntase a encontraralguna utilidad programática a estas preocupaciones, yretomando el primer párrafo, la respuesta parece ser bastantesimple y decidora: Enamorarnos de ellos!!!, maravillarsecon lo impredecible, gozar con la voluntad del habitante paraalterar las reglas del juego, para enriquecer el fenómenourbano más de lo que cualquier intervención arquitectónica

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podría imaginar, para ser los reales protagonistas de nuestradisciplina.Porque pareciese que las frustraciones de mi profesor no sonmás el producto, que al igual que la mayor parte de losarquitectos, durante mucho tiempo ha estado enamorado delobjeto equivocado, de “la arquitectura misma”, la forma yel espacio han sido su fetiche y su prisión, a ellos les harendido culto, y los ha protegido incansablemente de cualquiertipo de perversión “no arquitectónica”, a través de laconstrucción de un “moralismo” escalofriante, esto lo graficamuy bien el arquitecto Argentino Rodolfo Livingston en sulibro “Cirugía de Casas”, al referirse a los clásicos comentariosde los grandes críticos de la arquitectura.

“Zevi desprecia los trabajos del grupo SITE de Nueva York porquese valen de recursos no arquitectónicos para cumplir con susobjetivos: autos cubiertos con asfalto, tierra, plantas, trucos visuales.Si Zevi fuese sexólogo defendería la luz apagada y estaría en contrade la música, del alcohol, de todo lo que no fuera estrictamente elsexo. Pero el sexo estricto es sólo química (con algo de física). Lo queimporta es lo demás, y lo mismo ocurre con la arquitectura.”1

A partir de este nuevo romance con el habitante, es desdedonde los arquitectos podríamos comenzar a entender ydistinguir entre cual es nuestro fin y cual el medio, hecho quesin lugar a duda tendrá un considerable impacto en la formaen que enfrentamos nuestro quehacer.

“Un restaurante chino es silencioso (una doble puerta separainvariablemente el interior de la calle); el bajo nivel de sonido permiteque ocho personas mantengamos un tema único de conversaciónalrededor de una mesa redonda, lo cual sería imposible en otroslugares; la luz es cálida, se escucha una música suave y los mozos

1 LIVINGSTON, Rodolfo: Cirugía de Casas, Ed. Buenos Aires, Argentina, 1990, p. 157.

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parecen moverse también de una manera más silenciosa, no esnecesario levantar la voz gradualmente nos invade la calma. Nosgusta estar allí.

Pero... ¿y los materiales?, ¿O se acusa el hormigón? ¿No seránfalsas esas vigas? ¿Y el Lenguaje de la fachada? ”2

Amar implica ceder parte de nuestra individualidad en pro delotro, ponerse en su lugar; el amor a la carne por sobre lapiedra modifica nuestra estructura valórica, llevándonos a lautilización de nuevos criterios que alimenten nuestrasdecisiones sobre lo que es transable y lo que no, nuevasherramientas que complementen nuestra acción y nuevasinquietudes que conduzcan nuestras investigaciones, todo estocuando redescubramos nuestro objeto de estudio, el hombre ysu habitar.

2 Ídem. p. 158.

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Gracias a todos quienes se han detenido a escuchar, una y otra vez, cadauna de las ideas planteadas en este documento, a quienes me hansoportado durante este período de angustiante introspección y meditación;a mis profesores, a los que me reprobaron alguna vez, al que me sugirióabandonar la carrera, y a los que supieron entenderme, darle cabida a miarquitectura, y me ayudaron a mirar con otros ojos esta disciplina; a misPadres por supuesto; a Francisca por su paciencia y apoyo incondicional; aLeonardo Rojas, por sus comentarios y acotaciones a los borradoresfinales, y especialmente al Prof. Ernesto Calderón, por haberseentusiasmado con esta propuesta, y guiado su desarrollo.

Santiago, Marzo 2005

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Entrevistas

MARCHANT, Hernán:Diciembre 2004 *

TIDY, Albert:Octubre 2004 *

PIZZI, Marcela:Noviembre 2004 *

* Versión digital (PDF) disponible en CD adjunto.