La Gualdra 207

12
SUPLEMENTO CULTURAL No. 207 - 20 DE JULIO DE 2015 - AÑO 5 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Fernando García Ponce. X Sobre rojo y verde. 1982. Acrílico/tela. 160 x 150 cm. El pasado 17 de julio se inauguró la exposición Un Impulso Creativo, del pintor mexicano Fernando García Ponce (1933-1987). Este artista perteneció a la generación de finales de los años cincuenta llamada “Generación de la Ruptura”, cuya propuesta marcaba un rompimiento total con la Escuela Mexicana. La muestra se encuentra en exhibición en la Sala Temporales I en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez.

description

La Gualdra 207

Transcript of La Gualdra 207

Page 1: La Gualdra 207

SUPLEMENTO CULTURAL No. 207 - 20 DE JULIO DE 2015 - AÑO 5 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Fernando García Ponce. X Sobre rojo y verde. 1982. Acrílico/tela. 160 x 150 cm.

El pasado 17 de julio se inauguró la exposición Un Impulso Creativo, del pintor mexicano Fernando García Ponce (1933-1987). Este artista perteneció a la generación de finales de los años cincuenta llamada “Generación de la Ruptura”, cuya propuesta marcaba un rompimiento total con la Escuela Mexicana. La muestra se encuentra en exhibición en la Sala Temporales I en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez.

Page 2: La Gualdra 207

2LA GUALDRA NO. 207 / 20 DE JULIO DE 2015 / AÑO 5

. 207

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira SaadeDir. General

Raymundo Cárdenas VargasDir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada LazarínDir. La Gualdra

[email protected]

Roberto Castruita y Enrique MartínezDiseño Editorial

Juan Carlos VillegasIlustraciones

[email protected]

Con la llegada de José Vasconcelos a la Secretaría de Educación, en la década de los años veinte del siglo pasado, se apoyó al Muralismo como un movimiento ar-tístico en México que buscaba exaltar los valores revolucionarios, reivindicar las causas sociales de los menos favorecidos, poner en la mira la lucha de clases, el indigenismo y destacar la identidad del mexicano. Esta corriente artística duró casi cuatro décadas, durante las cuales a nivel mundial, se iban gestando otras, a saber: el surrealismo, el estridentismo, el realismo socialista, el expresionismo abstracto, etc., que coincidieron además con la finalización de la Segunda Guerra Mundial. El fin del Muralismo en Mé-xico, a mediados de la década de los años cincuenta, coincide con el surgimiento de otro gran movimiento artístico en el país que puede visualizarse a partir de corrientes como el de la Ruptura, en la que varios artistas, entre ellos el zacate-cano Manuel Felguérez, desempeñaron un papel protagónico.

La generación de la Ruptura estaba integrada por un grupo de artistas que pretendían romper con el esquema de la Escuela Mexicana de Pintura. Si en la primera mitad del siglo XX la tendencia de los muralistas era abordar temas na-cionalistas desde lo figurativo y con una postura política bien definida, los inte-grantes de la Ruptura decidieron que no era necesario seguir con esta tradición, abonaron al campo de las artes plásticas una nueva forma de abordar la realidad, incorporando el abstracto a su trabajo creativo y deslindándose de los temas políticos. La crítica de arte Teresa del Conde, quien nombró así a esta genera-ción, se ha referido a la Ruptura también como una “apertura”, una nueva forma de concebir el arte -que en México, hasta la década de los cincuenta, estuvo vinculado a los movimientos postrevo-lucionarios-.

Este grupo de ruptura/apertura, es-taba conformado por artistas que sim-plemente consideraban que lo que la Escuela Mexicana de Pintura proponía, debía ser superado. Manuel Felguérez, Pedro Coronel, Arnaldo Coen, José Luis Cuevas, Alberto Gironella, Roger von Gunten, Brian Nissen y Fernando Gar-cía Ponce, entre otros, integraban esta generación.

A más de 50 años de haberse in-tegrado la generación mencionada, la

obra de Fernando García Ponce está en Zacatecas. Un impulso creativo es el nom-bre de la exposición que actualmente se exhibe en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, de este artista plástico nacido en Mérida, Yucatán en 1933. Ésta es una muestra de carácter retrospectivo integrada por piezas en acrílico, óleo, collage y técnicas mixtas; las fechas de creación van desde 1951 a 1986 –un año antes de su muerte-. De hecho, esta colección se reunió para conmemorar hace tres años el 25 aniversario luctuoso del pintor.

De la obra de Fernando García Ponce, Teresa del Conde hizo el si-guiente comentario que bien puede darnos una idea de lo que podremos constatar al visitar la muestra: “Utilizó manchas, chorreadas, pegostes comercia-les, letreros, cartón corrugado, veladuras, arenas, linóleo pintado, siempre cuidando (¿cuidando?) que un elemento encontrara su compensación en otro, que un plano hallara su contrapartida o que un color se hiciera valer al máximo en su efusiva inserción con otros colores. Creo que hizo todo lo que pudo por violar todas las posi-bles armonías y sin embargo ofreció a con-trapelo un rico universo de contradicciones que siempre acabaron por configurar un sonoro y fuerte acorde, como si el impulso improvisado estuviera gobernado por una fuerza extrapersonal que evitara el caos y la confusión”.

Tener una exposición de esta natura-leza en uno de los recintos más bellos de Zacatecas es una oportunidad para cono-cer un poco más de esta generación que se abrió paso “rompiendo” y “abriendo” al mismo tiempo el camino que seguirían posteriormente los artistas plásticos en el siglo XX.

Lo invito a que visite este periodo vacacional el Museo Felguérez. En él encontrará además de las exposiciones temporales recientemente inauguradas, un acervo impresionante de arte abs-tracto, único en América Latina. Los domingos la entrada a éste y todos los museos de Zacatecas es gratis.

Y a propósito de vacaciones… no-sotros también tomamos un descanso. Regresamos el segundo lunes de agosto. Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

Remedios contra el mal de la ceguera mediáticaPor Sigifredo Esquivel Marín

Un acercamiento a Música para destruir una ciudad, de Leonarda RiveraPor Daniel Wence

Las voces que nos habitanPor Eduardo Campech Miranda

Los tesoros detrás del polvoPor Carlos Flores

Desayuno en Tiffany’s, mon kuPor Carlos Belmonte Grey y Evelyne Coutel

Castillo de sal si puedesPor Ester Cárdenas

Apuntes para una novela del

cuadrilátero IIPor Edgar Khonde

El GringoPor Alberto Huerta

RejasPor Pilar Alba

3

9

8

Un Impulso Creativo, de Fernando García Ponceen el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez

Seis siglosPor Mauricio Flores

El PicaportePor Simitrio Quezada

Mauricio Magdaleno, para intrusosPor Conrado J. Arranz

11

Page 3: La Gualdra 207

20 de JULIO DE 2015 3

1. Ver con el sentido interiorEl tercer ojo se define como un chakra (Agna Chakra), un centro energético, curativo, sapiencial. Ojo que no se ve y que tampoco puede ver lo exterior. Ojo de la introspección y sabiduría secreta. Por desgracia, en la sociedad contemporánea estamos atrapados en el panóptico del espectáculo, de la mediación tecnocientífica virtual y su imaginario de imágenes sin ima-ginación. Ya no vemos. No sentimos. Anestesia, indiferencia y narcolepsia. Miles de millones de imágenes que se suceden de forma vertiginosa, vertical, maquínica, demencial. Una avalancha adictiva de textos, imáge-nes, ruidos que nos dejan impávidos, nos sumergen en el hartazgo y la monotonía. El trabajo hoy es desver, desaprender. Desautomatizarnos. Respirar profundamente… Hacer una pausa, espacia-miento temporal y vivencial. Ver con el sentido interior va a contracorriente de la mirada indolente, desatenta; embriagada de cosas, imágenes, mercancías, consumo, adicción, frenesí; más cosas y cosas, más consumo y más frenesí adictivo. Empero, el sentido interior se despliega en la intimidad, el tiempo del ocio creador y la aventura del niño eterno de la ensoñación. A contrapelo de la cul-tura consumista, ya consumida, la apertura de la ensoña-ción y de la intimidad se revela como una forma efectiva y eficaz de resistencia política.

2. Remedios Varo y la potencia surrealista de la enso-ñaciónLa potencia surreal es la revelación del contenido latente e inmanente que habita en el corazón de las cosas. Y que responde a la llama, llamada, eterna de símbolos y mi-tos.1 Abismarse en el reino de lo imaginario es encontrar la realidad en su interior. La búsqueda del modelo inte-rior guía el quehacer poético y pictórico de Remedios Varo. Por eso sus cuadros dan cuenta de un movimiento de metamorfosis, es el momento en que se agencia un devenir singular. Recuperar la llama y llamada de la cos-mogonía conlleva no limitarse a lo que los ojos ven, a la mirada estándar del arte actual. La función simbólica de lo fantástico consiste más bien en revelar un mundo oní-rico y su orden secreto. La abstracción de la realidad co-tidiana no es evasión sino expresión de un orden único, singular, un auténtico y verdadero acontecimiento. Como diría Paz: “no pintó el tiempo sino los instantes en que el tiempo reposa”.2 En la obra “Revelación o el relo-jero”, Remedios Varo, nos expone el mito del eterno presente y su relación con el ser absoluto, absuelto, no limitado, no sujeto. Donde –según Francies Mestries– un relojero meditabundo:

Remonta el curso de los añosarmando máquinas del tiempoque atraviesan los siglosy enloquecen sus péndulos.El tiempo con rueda que gira sobre sí mismase le revela a su mirada asombradacomo la órbita centelleante de las estacionesy la ronda frutal de las estrellas.3

3. Francis Mestries y la poética de la imagen surrealistaPara Francis la poesía no expresa palabras retóricas, se dirige al límite de la experiencia humana, no a la pala-bra, sino al silencio que funda el sentido de las cosas. Su poesía no es fácil, ni siquiera busca agradar, sino ser absorbida, mimetizada, disuelta, conjurada en la palabra que ilumina el corazón interno de las cosas. Por obra de la ensoñación creadora, Poesía y Pintura ascienden y per-miten escapar, al poeta y a la pintora, y con ello a todos los creadores, en la espiral del tiempo recobrado. Levar anclas, surcar el abismo del caos, y levantar, frágiles, pero no menos potentes y poderosas, las velas de la esperanza de los hijos de la diáspora. Remedios Varo y Francis Mes-tries son nómadas, viajeros en tránsito. Poesía y pintura son “tejedoras de sueños que son realidad”. Como bien ha dicho su maestra y guía Dolores Castro: “Por la lectura de Remedios para el mal de ojo. Visiones de Remedios Varo, hemos avanzado hacia la contemplación de la poesía entra-ñable de la gran pintora y por la contemplación poética de Francis Mestries se filtran los sueños del poeta y la pintora y aún adquieren entrañable sentido nuestros propios sueños”.4 La potencia del sueño de la pintora se abre, fielmente, de par en par, abre sus puertas y sus alas, en la potencia de la ensoñación del poeta. Erik Erikson, quien se interesó por aprender de las culturas nativas americanas, en lugar de imponer una visión científica, había descubierto el

poder de los sueños para los indios Lakota, quie-nes tenían la tradición de que los adolescentes se internaran el bosque sin nada en pos de un sueño. Bajo hambre, sed y cansancio, el joven tendría un sueño el cuarto día de su viaje donde se le revela-ría su destino vital, mismo que sería interpretado de acuerdo con una práctica legendaria. Para los Lakota, los sueños no eran individuales, tenían un carácter grupal y una interpretación basada en arquetipos simbólicos profundos.5 Ahora, no todo está perdido, en la poética que emerge del arte y de la escritura, acaso de cierto pensamiento ensayístico, todavía se alberga la esperanza –y la fuerza– para despertar esa comunidad soñante que despliega la imaginación crítica y onírica, justo en tiempos de crisis radical de las significaciones centrales del imaginario capitalista contemporá-neo. Hoy el trabajo creador consiste en despertar

los poderes de la ensoñación crítica, onírica, trans-figuradora, en el corazón de la vida cotidiana. Re-querimos un arte al alcance de todos para no morir

de inanición por la realidad hegemónica gris que todo lo consume. En las antípodas de la imaginación creadora: el vértigo del consumismo autómata. Necesitamos palabras e imágenes que recuperen el sentido interior y descono-cido de las cosas. En la poesía y la pintura todavía, se nos puede revelar, acontecimiento aurático y excepcional, según Francis Mestries: “la llave del camino escarpado / que asciende a la plenitud del ser”.6 La plenitud del ser: he ahí la meta de la creación y la descreación contemporánea. Para crear, para generar las condiciones de la creación, habría que descrear. Y luego abrirse, abismarse, en las profundi-dades de la ensoñación y la mirada interior; ensoñación y mirada interior, a fin de cuentas, son dos potencias del imaginario antropocósmico del ser. En tanto poéticas de la ensoñación, poesía y pintura permiten otra forma de habitar el mundo y encarnar la subjetividad. Gracias a la mirada de Francis podemos volver a contemplarnos en la obra de Remedios Varo, quien nos proporciona un poderoso remedio contra el mal de ojo posmoderno: la ceguera mediática que cree que todo lo puede ver, y para-dójicamente, no logra contemplar nada. A fin de cuentas, el sueño creador es el parto de otros mundos en el seno de este mundo.

1 André Breton, Antología (1913-1966). México, Siglo XXI, 1987, pp. 63-64.2 Octavio Paz, “Apariciones y desapariciones de Remedios Varo”, Corriente alterna, México, Siglo XXI, 1967.3 Francies Mestries, Remedios para el mal de ojo. Visiones de Reme-dios Varo, México, Ediciones del Lirio, 2014, p. 64.4 Dolores Castro, “Al Vuelo de las imágenes y las palabras”, en Remedios para el mal de ojo. Visiones de Remedios Varo, México, Ediciones del Lirio, 2014, p. 14.5 George Boeree. Teorías de la personalidad. Erik Erikson, 2001, consultado el 9 de julio del 2015 en http://webspace.ship.edu/cgboer/eriksonesp.html6 Francis Mestries, op. cit. p. 30.

Remedios contra el mal de la ceguera mediática[Sobre un libro de Francis Mestries]

Por Sigifredo Esquivel Marín Arte

Remedios Varo. Revelación o El relojero. 1955. Óleo sobre masonite. 71 x 84 cm. Colección Hanni Bruder Kafka. México.

Page 4: La Gualdra 207

LA GUALDRA NO. 2074

Leonarda Rivera2 es autora de una de las más recientes publi-caciones del Fondo Editorial Tierra Adentro: Música para des-truir una ciudad, una compila-ción poética que, curiosamente, construye la ciudad como ese gran personaje al que con do-lor se acude y se le asiste en la muerte.

En los poemas que integran este libro, las palabras son pasos que llevan a descubrir, poco a poco, la descomposición de un espacio urbano en el que se amó profundamente y a donde se vuelve en busca de los vestigios del amor (siempre…); no del ser amado, sino del amor, como una cosa metafísica que, después del desmorone de la ciudad, se quedó suspendido en el aire dejando abierta la posibilidad de regresar para nombrarlo, para perdonar lo que pudo haber sido otra destrucción interior:

“Si hubiera tenido el valor suficiente la habría destruido/ Y junto a ella tu nombre de pocas letras […]/ Pero he aquí que este personaje/ ha perdonado a la ciudad y te ha perdonado a ti”, dice al final del poema que sirve para quitar el cerrojo a lo que pronto descubriremos -con cierto horror- sobre la ciudad-protagonista. Y salta la curio-sidad de saber si ese espacio guarda parentesco con alguna ciudad existente, si el edificio Chrysler es un referente verdadero, o si se juega con nosotros –lec-tores- al punto de pensar en otra ciudad-personaje del imaginario colectivo: Gótica.

Sabemos que Gótica está contaminada y que no tiene remedio, por eso en la versión de Cristopher

Nolan, El Joker pretende demostrar que la ciudad se descompone desde el fondo y que lo único que puede sobrevivir dentro de sí es el caos, la destrucción, acusando –incluso- de demente al héroe que intenta salvarla.

El caos y la demencia sólo necesitan un em-pujón para dejar de la ciudad, la ruina, y entonces sí, sobre el escombro empezar de nuevo. En este caso, la voz poética –coprotagonista y antihéroe- posee la misma verdad y la demuestra:

Las palabras me han revelado un secreto:la fuerza que destruirá la ciudad emana de ella misma. Las palabras me han revelado otro secreto:la fuerza que te destruiráya está en ti desde hace tiempo.

La primera revelación equivale a la descom-posición, y la segunda a la locura, tanto como las imágenes se corresponden con el caos. Las metá-foras de Leonarda se van sembrando a lo largo de las calles, a lo largo de los poemas, como pequeños conflictos y como sutiles explosivos que Antihéroe y Ser Amado podrían observar desde lejos, igual que sucede en aquella escena de Nolan, en la que El Caballero Oscuro y El Joker esperan el estallido de los barcos. Pero tampoco ocurre.

Leonarda Rivera escribe con firmeza. El tema central de este libro lo amerita, vamos, lo requiere, porque sólo una voz dura y herida, anómica y proscrita, podría trazar las imágenes que nos per-miten entender la cabalidad de su estructura como una historia con final ambiguo, con un antihéroe con intenciones ambiguas: “Pero he preferido co-lapsar la ciudad/ incendiarla desde el interior de mi derrota”. La música que ríe al último es como la música que suena al final del filme: un suspenso que sugiere que fuimos engañados.

Compuesto por cuatro capítulos, Música para destruir una ciudad¸ cierra agresivamente con La noche del armadillo: un personaje royendo y espul-gando la destrucción, renaciendo. Como el indicio de que habrá una secuela.

El trabajo poético de Leonarda, como su tra-bajo ensayístico, es una muestra de su inteligencia y de su visión de las artes. Sincrético y lleno de referentes, da muestra de un ejercicio concienzudo y humano que pone al conflicto como un aparato de renovación. Su personaje-ciudad, al encontrar las revelaciones sobre la devastación, parece decir: “I’m a dog chasing cars. I wouldn’t know what to do with one if i caught it”.3

1 DANIEL WENCE (Michoacán, 1984). Ha publicado Nada de incrusta-ciones, Astrolabio de Astronauta y Notas de Atar. Textos suyos aparecen en Tierra adentro, Punto de partida, Vozquemadura, Cronopio y Contratiempo, entre otras. 2 LEONARDA RIVERA (Uruapan, Michoacán, 1984) ha publicado en las revistas Crítica, Revista de la Universidad de México, Punto de Partida, Contratiempo-Chicago, entre otras. Ha sido becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Michoacán en las emisiones 2005 y 2011. 3 Los referentes fílmicos corresponden a The Dark Knight (Batman: el caballero de la noche), de Christopher Nolan. Warner Bros Pictures / Legendary Pictures, 2008.

Las metáforas del caos

Un acercamiento a Música para destruir una ciudad, de Leonarda RiveraPor Daniel Wence1

Libr

os

El animal seduce a la luna con el mismo movimiento

en velamen

con el que se incorpora a la noche y reposa con toda su

calma omnívora

sobre la mirada vibratoria del vigía

El animal recorre la ciudad a media noche

lujurioso hambriento

intentando absorber el sueño del vigía

Con mirada pavorosa y la barba desmadejada descifra

el silencio encriptado

bajo la luz mortecina de los hospitales

Se come los pedazos de uña que tiramos a la basura.

[Leonarda Rivera]

Page 5: La Gualdra 207

20 de JULIO DE 2015 5

1519: se escribe la primera carta. Muy altos y muy poderosos, Excelen-tísimos Príncipes, Muy Católicos y Muy Grandes Reyes y Señores… Su autor: Hernán Cortés.

1605: llega a Veracruz, prove-niente de Cádiz, la nao Espíritu Santo. Entre su cargamento desta-can 160 ejemplares del Ingenioso hidalgo Don quixote de la Mancha, el “más sublime de los libros que han escrito los hombres”, de acuerdo a definición de Julián Amo.

1775: Francisco Carabantes hace fila frente a una ventanilla del Nacional Monte de Piedad. Será el primer ciudadano en poner en práctica un verbo extraño: pigno-rar.

1779: tras detectarse un primer caso en el Hospital de San Juan de Dios, el virrey Martín de Mayorga es informado de lo peor: la viruela ha regresado después de veinte años y se propagará sin freno en la ciudad.

1813: luego de veinte años de trabajos, Manuel Tolsá termina la construcción de la Catedral Metro-politana, obra mayor del virreinato.

1845: comienza a circular una cerveza llamada Pila Seca, del suizo Bernhard Bolgard; 25 años después otra conocida como Cruz Blanca. Aun cuando, para ambas fechas, no se hubieran inventado las máquinas que fabricaran hielo.

1872: cierra sus puertas el Pan-teón de San Fernando. Su último inquilino: Juárez.

1891: la colocación de los Indios Verdes, “ridículos y antiestéticos mu-ñecotes”, en la entrada del Paseo de la Reforma desata fuertes manifesta-ciones de repudio.

1911: más de trescientos inmi-grantes (chinos) son asesinados a mansalva en la ciudad de Torreón. Historia que se repetida en 1913 y 1916, en Monterrey y Chihuahua, con seiscientos y doscientos chinos muertos, respectivamente.

1942: se abre en la antigua San Juan de Letrán, con la proyección de “El hijo de la furia”, película de Tyrone Power y Gene Tierney, el cine Teresa.

1957: durante una noche de sábado un terremoto derrumba el Ángel, la Victoria Alada de Enrique Alciati. Quedan sobre la base de la columna, sobre el césped y sobre el pavimento de Reforma, trozos de oro que brillan a la luz de los faro-les. Fue el horror.

1969: Gustavo Díaz Ordaz, Presidente, y Alfonso Corona del Rosal, Regente, inauguran las insta-laciones del Sistema de Transportes Colectivo Metro. La ceremonia inaugural se transmite “a control remoto” por el Canal 2.

1972: Burda, antiestética, des-comunal, se inaugura la Cabeza de Juárez, a convertirse en emblema del burdo, antiestético, descomunal oriente capitalino.

1978: trabajadores de la Com-pañía de Luz y Fuerza reportan el hallazgo de un monolito extraño. Se

Seis siglos*Por Mauricio Flores

Libros

“Revelarse” y “Rebelarse”

Vaya sorpresas que nos dan algunos que optan por la rebeldía… frente a las reglas ortográficas. En redes sociales he quedado boquiabierto ante expresiones como “La gente debe revelarse contra el gobierno”, “Por fin el pueblo se reveló por tanta injusticia”.

No entienden estos confundidos que “revelarse” implica descubrir o manifes-tar algo que estaba oculto o en la oscuridad. Se revela alguien cuya identidad era desconocida, se revela un rollo Kodak o Fuji, se revela el nombre del candidato “tapado” en el PRI.

La palabra que los inconformes deberían utilizar es “rebelarse”, sublevarse u oponer resistencia. Se rebela la clase trabajadora frente al patrón, se rebelan los alumnos ante el profesor mediocre, se rebelan los griegos ante las ventajosas con-diciones de los usureros.

Lo más interesante es la etimología de ambas palabras: revelarse proviene de la palabra latina “velo”; rebelarse, de “bella” (se pronuncia “bela”), las guerras.

* Lo invito a que envíe comentarios y demás inquietudes a:

[email protected]

El PicaportePor Simitrio Quezada

trata, identifica una veintena de arqueólogos, de Coyolxauhqui, diosa de la Luna.

2014: Reforma, palacios del siglo XXI ante los ojos, azorados, de un provinciano del siglo XX, es ya irreconocible.

Crónicas de seis siglos. La ciudad que nos inventa.

* Héctor de Mauleón, La ciudad que nos inventa. Cróni-

cas de seis siglos, Cal y Arena, México, 2015, 400 pp.

Page 6: La Gualdra 207

6 LA GUALDRA NO. 207

Un Impulso Creativo, de Fernando García Ponceen el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez

Arte Fernando García Ponce marcó un hito en la historia

del arte mexicano del siglo XX. Nace en Mérida, Yu-catán en el año de 1933. Pintor mexicano que estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México en Ciudad de México, al mismo tiempo, toma clases privadas de pintura con el pintor español Enrique Climent (1897-1980). En 1956 hace viajes de estudio por Europa, regresa a México después de una estancia de un año. Vuelve a Europa varias veces entre 1956 y 1965. Falleció en la Ciudad de México en 1987.

Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, un espíritu de rebeldía se apoderó de los pintores europeos y norteamericanos. Se propusieron romper con la obligación de la pintura de representar algo en la realidad, esa obligación que negaba el acto de lo que ellos llamaron “pintar pintura”, es decir no tener necesariamente que expresar ideas o ideologías en las obras artísticas. En esa época en México, entre las décadas de los cuarentas y cincuentas, el arte más visto y comentado era el de los muralistas. La obra de nuestro artista no coincidía con esos ideales, en sus cuadros él no buscaba representar una entidad nacio-nal como los muralistas. Otros artistas como Rufino Tamayo y Juan Soriano, también estuvieron a favor de las propuestas de las nuevas generaciones de pintores en relación a dejar los murales atrás. Fernando García Ponce encontró aceptación y espacio para realizar este nuevo tipo de arte a partir de los años sesentas. A esta generación de artistas mexicanos se les conoce como la Generación de la Ruptura, justamente por que abrieron un nuevo campo en la pintura mexicana. Lilia Carrillo, Manuel Felguérez y Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Alberto Gironella, Vlady y Fernando García Ponce formaron e iniciaron este gran movi-miento.

Sus primeras obras muestran el impacto de su formación en arquitectura y del cubismo de Gris, pero luego abandonó todo rastro de figuración en favor de un estilo abstracto que centró la atención en el pro-ceso por el cual se construyó la pintura. Su prolífica producción, que no sólo consistía en pinturas, también collages y grabados, mostró una variedad de influen-cias durante y después de la década de 1960, inclu-yendo la austeridad del minimalismo, pero sobre todo las asociaciones de Kurt Schwitters, en composiciones claramente estructuradas por octogonales atravesadas por elementos de la diagonal y fisuras agresivas.

El universo de la obra de Fernando García Ponce está constituido por elementos como el collage y los es-pacios blancos a manera de proyección simultánea de los estados anímicos, y por lo tanto todo intento de explica-ción resulta inútil pues la obra misma es su explicación.

La obra pictórica y gráfica de Fernando García Ponce es, sin lugar a dudas, la producción abstracta más importante y poderosa, revolucionaria y pro-funda de la tradición del arte mexicano moderno.

Mtro. Miguel Madrid Jaime

Fernando García Ponce. Foto Archivo de La Jornada.

Negro sobre fondo rojo. 1986. Collage sobre cartón. 112 x 85 cm.

Page 7: La Gualdra 207

720 de JULIO DE 2015

Arte

Mancha roja sobre fondo gris. 1986. Collage sobre tela. 122.3 x 64 cm. Verde y negro sobre blanco. 1978. Acrílico sobre tela. 150x195 cm.

Sin título 76-12. 1976. Acrílico sobre tela. 150 x 160 cm.

Sin título. Collage sobre triplay. 1986. 103 x 122 cm.Homenaje a Picasso. 1973. Collage sobre cartulina. 75.9 x 51 cm.

Page 8: La Gualdra 207

LA GUALDRA NO. 2078

La semana pasada referí que nuestra voz se construye a partir de las voces de otros y que esa misma influencia corre en sentido con-trario. Varias de esas voces nos vienen por el lenguaje oral, el resto por el lenguaje escrito. Citaré a Luz María Chapela: “Hablamos del mundo en función de lo que somos y somos lo que leemos”. A continuación, intentando que este ejercicio sea el detonador de evocaciones similares en quien lea estas líneas, referiré los personajes e historias que habitan en mi ser.

En Eduardo Campech viven: un patriarca que fundó un poblado de casas de barro y caña brava, y cuya estirpe alcanzó siete generacio-nes; un joven que en las calles de Tepito nos narra sus aventuras y desventuras (además de ubicar el origen de la palabra teporocho); un gringo que busca hacer negocios a costa de las canastas fabricadas por un indígena mexicano; el hijo de un Mayor que llora su orfandad, la muerte de su tía Chofi y celebra a la Luna; un poeta dispuesto a escribir los versos más tristes esa noche y otro poeta que sabe que “en la calle, y codo a codo, somos mucho más que dos”.

Después llegaron como inquilinos, para nunca irse, un car-tero con aspiraciones de poeta y una feroz suegra; un telegrafista que espera al amor de su vida toda la vida; una noche de locura,

pañuelos blancos en la mano y voces que se perdieron; una rama que por arte de magia, e inocencia infantil, se convierte en la más bella muñeca; una señora tremenda, terrible, pero ingenua; una madre que pierde todo y su hija que no sabe qué regalarle; un chico de secundaria que ve todo con los lentes del sexo y una pintora rusa que escribe cartas a Diego Rivera.

Más tarde arribaron un niño glotón que se con-vierte en niño de dulce o de sal (dependiendo de su dieta); unos bandidos torpes que querían robar el sol; un doctor que, por medio de su ponzoñoso jardín, busca la inmortalidad; un hombre que va a un po-blado de muertos a buscar a su padre; otro desciende a los infiernos para alcanzar la gloria; un adolescente lee literatura clásica a una mujer que le dobla la edad, cambiando besos por lecturas; otro emula a Cyrano de Bergerac, pero en San Miguel de Allende; y un inmigrante, en Estados Unidos, que ve cambiar su suerte al encontrarse un libro.

Pero también hay lugares: una ciudad donde nadie ve; otra donde dos se encuentran sin proponér-selo; otras que son invisibles; un bosque donde apa-recen lobos, cerditos, gatos con botas, brujas y ogros; una París decimonónica que se recorre por callejones, azoteas, calles oscuras; la Sierra de Morones; una Ale-mania Nazi donde se roban las libertades, los libros y la vida; otra ciudad pintada de esmeralda; la Rue Mor-

gue invadida de vecinos curiosos, metiches y la policía.Ellos son algunos de los habitantes, de los espacios, de las pa-

labras, de los ecos que me habitan, que me constituyen. ¿Cuáles son los tuyos, compartimos algunos?

Las voces que nos habitanPor Eduardo Campech Miranda

Hace más de tres años que no limpiaba el estu-dio. El polvo había anidado detrás de los mue-bles, las pelusas del diablo estaban adheridas en las esquinas y los bordes del escritorio y las mesas de trabajo. El ordenador tenía una capa gris que salió huyendo cuando le pasé el soplete de la aspiradora. Al final, luego de pintar las paredes y el techo, la mitad de lo que había sa-cado de la habitación se fue para la basura, y la otra mitad apareció como un tesoro escondido que había permanecido en el olvido cubierto por la fina capa del tiempo desgastado.

Encontré los materiales que leí cuando hice el posgrado como La musa aprende a escribir de Eric A. Havelock, quien sostiene una inte-resante teoría acerca de cómo el hombre fue adquiriendo las habilidades del lenguaje que culminaron con la creación de la escritura, de donde destaca las idea de la mente bicameral. El autor sostiene que el hombre primitivo no tenía conectados los dos hemisferios cerebrales por una membrana como lo está el homínido contemporáneo, y que ésa era la razón por la cual se podía comunicar con los dioses o los seres del más allá, y que en realidad era la voz

de su inconsciente (formado ya por toda una tradición cultural y simbólica) quien le dictaba la voluntad divina.

Lo anterior parece poco aceptable, pero una vez que relacionamos esa teoría con el mundo de La Iliada de Homero podemos comprobar que es muy acertada, pues hay una

escena en donde Aquiles, furioso contra Aga-menón por haberle robado a Briseida, botín de una guerra previa, está a punto de sacar su espada y arremeter contra el atrida, pero su madre, Tetis, se acerca sin que nadie pueda verla ni oírla más que el héroe y le persuade de que no le ataque, bajo la promesa de grandes

recompensas en el futuro. Y es precisamente esa presencia que nadie observa ni escucha la prueba de la teoría mencionada, la comunica-ción entre los dos hemisferios que a falta de la membrana conectora hacen creer al hombre que una deidad le dicta lo que debe hacer.

Asimismo, encontré un dvd de la película animada de El señor de los anillos de 1978 de Ralph Bakshi, a quien Peter Jackson le rinde tri-buto con los filmes de La comunidad del anillo y Las dos torres, pues las escenas de éstos son casi idénticas a las de la versión animada. También encontré una colección de casetes de música clásica, los cuales venían incluidos en una re-vista enciclopédica editada por Salvat que se llamaba Los grandes compositores, así que mien-tras limpiaba escuchaba el Concierto para piano N° 5 en fa mayor de Ludwig Van Beethoven, la Sinfonía N° 9 en do mayor de Franz Schubert, y la Sinfonía N° 3 de Robert Schumann, aunque la calidad no es excelente vale la pena escuchar-los, al igual que las cintas de trabajo y en directo que encontré de las bandas zacatecanas Mala Muerte y Tiempo de Rabia que me traen infini-dad de recuerdos agradables.

En fin, revistas, cómics, libros, estampas, copias, discos, cintas, películas, fotografías, monedas, colguijes, cartas, dibujos, documen-tos, un telescopio y aparatos electrónicos y de-cenas de alimañas forman parte de ese tesoro enterrado bajo el polvo que volveré a enterrar para redescubrirlo, quizá nutrido de otros ob-jetos, dentro de algunos años más.

Los tesoros detrás del polvoPor Carlos Flores

Prom

oció

n de

la le

ctur

a

Eduardo Campech Miranda. Foto tomada de su FB.

Page 9: La Gualdra 207

20 de JULIO DE 2015 9

En las pantallas del auditorio Stravinski del Palacio del Festival de Jazz de Montreux, a las nueve y media de la noche (puntualitos los suizos, justo como estaba previsto en el pro-grama), aparecen las imágenes del mítico video del festival de Woods-tock 1969 con la entrada de Jingo y a Carlos Santana en chaleco negro y barba de chivo junto a sus melenudos percusionistas. Apenas una treintena de segundos del correr de la imagen, se para el video y aparece en el esce-nario el Santana de carne y hueso, con sus clásicos sombreritos, sus caireles colgando, un saco negro, camisa y mocasi-nes blancos (un estilo más acorde con los entre 125 y 325 francos suizos que costaba el ticket de entrada: entre 2,100 y 5,400 pesos mexicanos). Retomó la línea del Jingo de hace 46 años y arrancó el concierto (aunque ya, como se ve, con otro rythme).

Era la decimotercera vez que el guita-rrista pisaba el escenario de Montreux y está por cumplir 68 años (el 20 de julio) pero ni pizca de cansancio. Al contrario, parece que la reciente muerte de BB King (14 de mayo 2015) con quien tocó aquí mismo en 2011 y la de Claude Nobs (muerto en un accidente de sky de fondo el 10 de enero 2013) crea-dor del Festival de Jazz en Montreux, y a quienes recordó en el concierto de este 14

de julio, le han dado un revulsivo. No sólo recuperó las canciones que lo

relanzaron a la fama, a finales de los noventa y principios del siglo XX, con sus los albúmenes Supernatural (las canciones Smooth, María María y Corazón Espinado) y Shaman (Aye aye aye) sino que presentó algunas nuevas de su álbum Corazón con su banda Santana. Si el concierto abrió con Jingo, interrumpido y luego recuperado más o menos a la mitad del concierto para marcar una especie de entreacto, Santana cerró con sus grandes clásicos, Europa, Black Magic Woman y Oye cómo va.

Ya a estas alturas Santana y su banda habían perdido el glamour del principio, se

habían quitado los sacos, y las camisas y playeras dejaban ver las manchas de sudor. Eso sí, contrario a lo que habíamos visto en ediciones anteriores, el público se mantuvo en la sala, serio y muy formal, pero firme en sus sitios y algunos de los que estaban en la fosa sentados en los halls de pantallas para descansar piernas y espalda tras dos horas de brincos.

Al acreditarnos para el Festival de Jazz teníamos la idea de, además de asistir al concierto, entrevistar a Carlos Santana. Las preguntas obligadas serían la política y México, y quizás por eso, su disquera y agentes de prensa, decidieron no acceder a ninguna entrevista para los

medios presentes en el presti-gioso evento.

El Festival de Jazz de MontreuxCreado en 1967 por Nobs, el Fes-tival de Jazz de Montreux no se reduce a los conciertos del Palacio, sino que ofrece talleres de jazz, competición de jóvenes talentos, conciertos gratuitos en los parques de la ciudad, espacios libres para presentaciones espontáneas a lo largo de la costa del espectacular lago Leman, mercados de artesa-nías, actividades de parapente y acuáticas, y montones de cosas más.

Este festival sigue siendo el referente eu-ropeo para los amantes del clásico jazz, blues y rock. Se considera como el segundo festival de jazz más importante tras el de Montreal y sigue combinando a las leyendas con las nuevas generaciones. Esta 49a edición, que empezó el 3 de julio y terminó el 18, además de Santana incluyó en su programa a otros artistas de renombre como Lenny Kravitz o the Kooks. Y estamos contentos porque el trabajo, que generalmente hacemos dedicado al cine, ha sido reconocido por los gerentes de la prensa del festival y han acreditado a La Jornada Zacatecas y a La Gualdra.

Desayuno en Tiffany’s, mon kuCarlos Santana en concierto en MontreuxPor Carlos Belmonte Grey y Evelyne Coutel

Música

Durante el verano les recomendaré mis libros favoritos, leídos en el siglo veinte y el actual. Iniciaré con una lectura muy reciente que me viene a la cabeza por la reciente fuga del Chapo Guzmán. Tal vez si no hubiese leído El poder del perro de Don Winslow no tendría tan claro este hecho. Este libro publicado en 2005, como bien lo dice Rodrigo Fresán, es la gran novela americana del narcotráfico. El héroe de este thriller sangriento es el honesto agente de la DEA Art Ke-ller, que interactúa con una serie de personajes cuyos nombres ficticios apenas ocultan al Señor del los cie-los, Don Neto, los hermanos Arellano,

Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Felix Gallardo, Rubén Zuno Arce, el cardenal Posadas, el gángster Mickey Featherstone, el agente encubierto Enrique Camarena, a Luis Donaldo Colosio, agentes de la DEA y de la CIA y un sinfín de políticos mexicanos de alto rango coludidos con el narco y anónimos policías que en vez de pro-teger a los ciudadanos actuaban bajo las órdenes de los diversos cárteles de la droga. Rodrigo Fresán nos comenta en el prólogo que un crítico estadou-nidense escribió que “si el diez por ciento de El poder del perro fuera ver-dad, sería algo horripilante. Que el no-venta por ciento puede ser cierto resulta

casi insoportable”. A lo que Winslow respondió: “Hay personajes ficticios y en más de una ocasión he mezclado y fundido acontecimientos; pero hay muy poco en el libro que no haya realmente sucedido. Eso es lo que da miedo. Mi editor se la pasaba diciéndome ‘Don, esto es demasiado’, y yo le respondía: De acuerdo, yo pienso lo mismo. Pero es verdad”. También agregó: “El punto de partida, para escribir el libro, me vino luego de leer acerca de una masacre de niños y mujeres, por un asunto de drogas, que tuvo lugar en Baja Califor-nia, en México, en 1988. Me pregunté entonces cómo se podía llegar a ordenar la ejecución de algo así, cómo llega al-

guien a este punto. Supongo que escribí El poder del perro buscando una res-puesta. Y lo cierto es que todavía estoy buscándola. Si alguna vez la encuentro, me encantará poder compartirla con todos ustedes”. El origen de lo que estamos viviendo en este 2015 está en El poder del perro: cabezas cortadas, fusilamientos masivos, Ayotzinapa y un largo etcétera…

Castillo de sal si puedesEl poder del perro

Por Ester Cárdenas

Fotos de la página oficial del Festival de Jazz de Montreux.

Page 10: La Gualdra 207

LA GUALDRA NO. 20710

Programa julio 2015

La proyección de películas se realiza de manera gratuita con fines cultu-rales y educativos, excepto Estrenos. La Cineteca Zacatecas cuenta con dos salas: Sala Mauricio Magda-

leno y Sala Antonio Aguilar.

Miércoles 22, 18:00. HrsWHIPLASHDir. Damien ChazelleEUA/ 2014/ 103 min.El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambi-cioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que

estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, An-drew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Con-servatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cam-bia para siempre la vida del joven.  Miércoles 22, 19:00 Hrs. RELATOS SALVAJESDir. Damián SzifrónArgentina/ 2014/ 119 min.La película consta de seis episodios que alternan la intriga, la comedia y la violencia. Sus personajes se verán empujados hacia el abismo y hacia el innegable placer de per-der el control, cruzando la delgada línea que separa la civilización de la barbarie. Miércoles 22, 20:00 Hrs. LA DICTADURA PERFECTADir. Luis EstradaMéxico/ 2014/ 143 min. Jueves 23, 18:00 Hrs. AMOR ÍNDIGO Dir. Michel Gondry.Francia /2013/ 125 min.La nueva película de Michel Gon-dry narra la romántica y mágica historia de Chloé, una mujer que sufre de una enfermedad poco común, causada por un lirio que crece en sus pulmones. Su enamo-rado, un ingenioso inventor lla-mado Colin (Romain Duris) hará hasta lo imposible por encontrar la cura. Basada en la obra maestra de Boris Vian,  La espuma de los días  L’écume des jours, publicada en 1946. Jueves 23, 20:10 Hrs.$30.00 Estudiantes con credencial, personas con discapacidad y personas 3ª edad $20.00 ESTOCOLMODir. Rodrigo Sorogoyen.España/ 2013/ 90 min.Él está viviendo una noche cual-quiera, una velada de fiesta sin compromisos. Ella está sobrevi-viendo la noche, unas horas que serán decisivas para su futuro. Am-bos se encuentran y, sin saberlo, se involucran en un juego de conver-saciones y confesiones, una noche de verdades y mentiras. Pero la

verdad más grande e importante es la que ninguno de se atreve a decir. Viernes 24, 18:00 Hrs. RELATOS SALVAJESDir. Damián SzifrónArgentina/ 2014/ 119 min. Viernes 24, 20:00 Hrs. 7 DÍAS EN LA HABANADir. Benicio del Toro, Gas-par Noé,  Elia Suleiman, Laurent Cantet,  Julio Medem, Pablo Tra-pero, Juan Carlos TabíoFrancia – España/ 2012/ 125 min.Película dividida en siete cortos. El objetivo de los directores es captar la energía y vitalidad que hace de La Habana una ciudad única. Cada capítulo muestra la vida cotidiana de distintos personajes durante un día de la semana. 

Sábado 25,18:00 Hrs. EXÓTICADir. Atom EgoyanCanadá / 1994/ 103 min.Un solitario inspector de Hacienda acude cada noche al club de strip-tease Exótica, en las afueras de To-ronto, para ver bailar a Christina, una sensual joven que se desnuda para el público masculino ante la mirada de su ex-novio, el disc-jockey del local. Sábado 25, 20:00 Hrs. EL DULCE PORVENIRDir. Atom EgoyanCanadá/ 1997/ 112 min.Adaptación de “El flautista de Ha-melin”. Un autobús escolar se des-peña montaña abajo y se hunde en un lago helado. En el accidente mueren todos los niños del pueblo. El abogado Mitchell Stevens se en-trevista con los padres, reabre sus heridas del pasado y les propone llevar el caso a los tribunales. Domingo 26, 12:00 Hrs. LA PRINCESITADir. Alfonso CuarónEUA/ 1995/ 97 min. Domingo 26, 18:00 Hrs. ARARATDir. Atom EgoyanCanadá/ 2002/ 116 min.Adaptación de “El flautista de Ha-melin”. Un autobús escolar se des-peña montaña abajo y se hunde en un lago helado. En el accidente mueren todos los niños del pueblo. El abogado Mitchell Stevens se en-trevista con los padres, reabre sus

heridas del pasado y les propone llevar el caso a los tribunales. Miércoles 29, 18:00 Hrs.ESTOCOLMODir. Rodrigo SorogoyenEspaña/ 2013/ 90 min.

Miércoles 29, 20:00 Hrs. UNA PROPUESTA ATREVIDA (CHLOE)Dir. Atom EgoyanCanadá/ 2009/ 99 min.Catherine, una doctora de éxito, sospecha que su marido David, un atractivo profesor de música, la engaña. Deseando salir de du-das, contrata a la joven e irre-sistible Chloe para que ponga a prueba la fidelidad de David. Los tórridos relatos de Chloe sobre sus encuentros con David embarcan a Catherine en un con-fuso viaje de redescubrimiento sexual. Jueves 30, 18:00 Hrs.ESTOCOLMODir. Rodrigo Sorogoyen.España/ 2013/ 90 min. Jueves 30, 20:00 Hrs. EL NUDO DEL DIABLO (Devil’s Knot)Dir. Atom EgoyanEUA/ 2013/ 114 min.En 1993, tres niños de 8 años fue-ron brutalmente asesinados en un barrio de Memphis. Las autorida-des locales sufrieron una gran pre-sión popular para que encontraran lo antes posible a los culpables. Una serie de pruebas circunstan-ciales unidas a las habladurías de la gente dieron pie a una auténtica caza de brujas contra tres chicos de indumentaria gótica e interesados por el satanismo. Viernes 31, 18:00 Hrs. EXÓTICADir. Atom EgoyanCanadá / 1994/ 103 min.Un solitario inspector de Hacienda acude cada noche al club de strip-tease Exótica, en las afueras de To-ronto, para ver bailar a Christina, una sensual joven que se desnuda para el público masculino ante la mirada de su ex-novio, el disc-jockey del local. Viernes 31, 20:00 Hrs.ESTOCOLMODir. Rodrigo SorogoyenEspaña/ 2013/ 90 min.

Page 11: La Gualdra 207

20 de JULIO DE 2015 11Literatura

La quinta novela que Mauricio Magdaleno publicó en 1941 supone un grito desgarrado ante la actividad improductiva -desde el punto de vista económico- del creador artís-tico. Es, por tanto, la consecuencia remota de las poco fructíferas guerras ideológicas que asolan al mundo (un primer borrador de la novela está escrito entre 1937 y 1938, cuando España se bate en guerra civil). Éstas, sea cual fuere su resultado, no benefician de manera directa a los pobladores sino a los que tienen la oportunidad de detentar el poder. México, con su Revolución, no se abstrajo de la dinámica global. Ante tal pano-rama, el creador guarda para sí la pureza de su arte, y lucha por no depender de una ac-tividad profesional remunerada para resistir en su progreso individual. Un arte compro-metido que parta de un esfuerzo individual podría suponer a priori una contradicción, pero en última instancia es una resistencia activa ante un mundo que toma una deriva contradictoria.

Por aquellos años, Mauricio Magdaleno recibió los primeros sinsabores de lo que podría haber significado un éxito literario (El resplandor, de 1937), y coqueteó con la tentación de una dedicación completa a la pujante burocracia citadina (aunque fuera cultural), que él mismo había criticado poco tiempo antes en su novela Concha Bretón (1936). Ausculta también la posibilidad de una actividad artística en efervescencia: el cine. Son opciones que estrechan el margen del creador de novelas y cuentos. Por eso en Sonata creemos ver una suerte de bildungsro-man, o novela de formación, que cuenta la historia de Juan Ignacio Ugarte, joven que a los catorce años queda huérfano y emprende el camino de la creación como modo de vida. Los pensamientos y las acciones de este personaje son los que condicionan la narración. El narrador está a su vez estrechamente ligado con el personaje principal, “¡Y los fines no se improvisan, Juan Ignacio, y se es hijo de su tiempo y nada más y se corre la suerte de su tiempo! Emergía de estos soliloquios con valor y poníase a trabajar”. Y, tras este narra-dor, es fácil identificar los sentimientos del propio escritor zacatecano, aunque tampoco sería difícil (o al menos eso nos gustaría) distinguir a una suerte de hombre Revueltas, fusión de las características de cada uno de los hermanos de esta familia: Silvestre, José y Fermín. Muchos de los rasgos propios que identifican a Juan Ignacio Ugarte parecen extraídos de la biografía de esta familia al completo. De cualquier forma, detrás del impulso creador de Ugarte siempre se encuentra el fracaso, lo infructífero:

¿Y qué más daba, después de todo? No era la suya una obra de escándalo ni incitaba a los hombres a la violencia descubriéndoles nuevos caminos, ni emanaba ese soplo de sexualidad enferma y agotada propio del tiempo, ni llamaba al festín del placer, que eran los temas favoritos de la literatura materialista a mitad de la cual aparecía, púdica, honda, íntima, La muerte de Aurelio Esteva.

Por la novela discurren personajes afeminados, aristócratas esteticistas preocupados por marcar las pautas del ambiente cultural; por el contrario, también encontramos otros, como Rubén Gálvez, que intentan convencer al personaje principal de hacer una literatura de masas que mueva a la acción política, frente a otros de una ideología fascista, que tienen su legitimidad en aquella época del gobierno de Ávila Camacho en que México se convirtió en un hervidero de nazis en misión propagandística del régimen del III Reich, el momento precisamente en que Vas-concelos dirigiría la revista Timón.

En Sonata, Magdaleno utiliza un recurso literario peculiar. Hay personajes que tienen el nombre de sus pares en la vida real, destacan Pedro Henríquez y José Vasconcelos; sin embargo, sus rasgos tipológi-cos no encajan del todo en las figuras que aparente representan en la realidad, y sí lo hacen otros perso-najes de la ficción que llevan nombres distintos. Por ejemplo, el personaje de Guillermo Acevedo es el que encaja mejor con el pensamiento y la acción del José Vasconcelos de la realidad, a pesar de que también existe un José Vasconcelos en la ficción.

La novela se convierte en un conglomerado, más bien en un laberinto, en el que a partir de un discurso narrativo donde predomina el “yo” (precisamente para reflexionar en torno a la angustia existencial del creador) queda reflejado el ambiente cultural y polí-tico de la época. Magdaleno lo llama “selva intelectual mexicana”, precisamente cuando intenta defenderse ante César Tiempo de haberse burlado de una anéc-dota que conocía entre la cantante judía-argentina de origen ruso, Berta Singerman, y el mencionado José Vasconcelos:

Veo que hemos malentendido las cosas. Y, desde luego, a usted, mi amigo querido, mi explicación entera. No solamente no tengo ninguna discrepancia en orden al arte o a Berta personalmente, sino que fui uno de aquellos pequeños que en la época de Vas-concelos la aplaudieron fervorosamente. ¿Lo de So-nata? Eso no es de mi responsabilidad, César Tiempo. Quise presentar un macizo de selva intelectual mexi-cana: en ella, una mujer histérica y tonta habla y hace hablar a Vasconcelos: entre otras cosas, de Berta. Efectivamente: Vasconcelos, cambiante, tornadizo -a últimas fechas inclusive racista- anda diciendo todo eso de Berta. No soy yo. Usted me conoce. Rectifique ese juicio que se ha formado sobre mi opinión de Berta. Soy otro mexicano que la quiere, la admira y la respeta.

Sonata, por tanto, supuso para Mauricio Magdaleno la re-flexión en torno a un ambiente cultural en el que iba a ser difícil progresar, en donde iba a ser incapaz de desarrollar su obra, al menos con la suficiente independencia como para convertirse en una voz que influyera en su contexto histórico y literario. Los discursos de la novela son las cuerdas que faltan para hacer sonar la música.

* (Madrid, 1979). Escritor, crítico, e investigador de proyecto en El Colegio de México. Doctor en literatura española e hispanoamericana

por la UNED, con una tesis sobre el universo literario de Mauricio Magdaleno. Sus intereses de investigación son la literatura española e hispanoamericana de los siglos XIX y XX, prestando una especial atención a la narrativa mexicana y a la literatura del exilio español.

Junto a Andrés del Arenal ha coordinado la colección de ensayos El muerto era yo. Aproximaciones a Juan Rulfo (Calygramma / EstoNoEs-

Berlín, 2013) y ha realizado la edición, el estudio preliminar y las notas de la novela El resplandor, de Mauricio Magdaleno (Clásicos his-

panoamericanos, 2013). Actualmente reside en México, DF.

Mauricio Magdaleno, para intrusosXVI. Las cuerdas que faltan. Sonata (1)

Por Conrado J. Arranz*

Para Pablo G. Ascencio, amigo, que me enseña el valor de la música

para el ser humano.

Page 12: La Gualdra 207

El 16 de junio de 1949 Cerdan se rindió en el décimo round y LaMotta se coronó campeón de los medianos en Detroit. Cerdan había caído en el primer episodio, no se pudo recuperar nunca. Días después se comentó en el medio su actitud suicida. Cerdan no había encontrado el modo de conectar un solo golpe veraz durante toda la contienda.

Lejos de ahí, James Ridle y H. Thompson, dos pugilistas aficionados, se batieron hasta los 18 rounds en una arena clandestina. Conté el relato de la pelea en un cuento que titulé “Thompson gladiador”. La narración versaba sobre los últimos dos capítulos que en la reali-dad se desarrollaron gracias a un aguante inve-rosímil de los boxeadores. Ninguno alcanzaba a golpear al otro. Apenas y podían levantar los puños. La pelea había sido pactada hasta que uno de los dos terminara noqueado. Es decir, no podía ser detenida por el réferi, tampoco podían abandonarla. H. Thompson permane-ció de rodillas el último minuto del round final. Y de rodillas y todo, golpeó con las fuerzas que le quedaban a Ridle en el estómago, aunque algunos dijeron que en realidad fue un golpe abajo de la cintura.

Ridle cayó sobre Thompson, de repente los dos estaban tendidos sobre la lona, el réferi contaba. H se logró zafar y se levantó al se-gundo siete. Ridle de verdad estaba noqueado. Su second se lo llevó a la esquina jalándolo

12 LA GUALDRA NO. 207 / 20 DE JULIO 2015

Apuntes para una novela del cuadrilátero IIJake LaMotta pelea contra Marcel Cerdan

Por Edgar Khonde

Otilio El Gringo Briseño siempre está apostado, vigilante, al alba, afue-rita de Los detalles de Cuauhtémoc. Cantina. Se prohíbe la entrada a vende-dores ambulantes, mujeres y uniformados. Especia-lidad de la casa: sotoles, aguardientes, tequilas y mezcales. Botana surtida y variada. Tenemos cer-veza helada. ¡Hey men! El Gringo agita la mano en señal de saludo. ¡Ol raigt! ¡Veri güel! Y se acomoda los anteojos oscuros de aros de plástico blanco,

la gorra de beisbolista con la visera tapándole la nuca, en short amplio, con calcetas blancas hasta las rodillas, impecables, y una playera blanca, impoluta y guanguísima, muchas tallas más grande que la suya. El rosario colgado del cuello, y múltiples pulseras en ambas muñecas. Oh, yes… oh, yes… Oh, yes… Dice y se repite. ¡Qué borlo, broder! Saluda. ¡Qué pa-sitos nuevos, carnalito! ¡Oh, yes! Y sigue en la paciente espera de que

llegue alguien y le haga plática. El verbo. Le gusta hablar de calles, ciudades, mercados, tiendas, de las jainitas, y bares del gaba-cho. Juesai, men. ¡Oh, yes! Para seguir la plática le invitan una espumosa o una cubita, con hielitos y su limón. Y se emociona y sigue con el güiri güiri, dándole a la lengua. ¡Oh, yes! ¡Oh, yes!

Otilio El Gringo Bri-seño nunca ha ido al otro lado. Al gabacho. A Elei. Jamás ha salido del pue-blo. ¡Qué gacho!

El GringoPara Emiliano Pérez Cruz, Arturo Trejo

Villafuerte y Pepe Enciso

Por Alberto Huerta

Río d

e Pal

abra

s

Cuando era niña siempre soñaba con tener una casa que tuviera reja. Me parecían de lo más bonito las casas con su jardín, con sus banquitas y su reja protegiendo la intimidad del hogar. Mu-cho tiempo mi casa duró sin rejas: tenía plantas, hasta un árbol en donde nos arriesgábamos a hacer columpios y sacábamos los banquitos para jugar en las tardes pero, no tenía qué la resguar-dara. Podían entrar al patio los niños groseros que nos pegaban, las vecinas que se robaban los piecitos de las plantas, vendedores de loza y colchas que se sentaba a resguardarse un poco del calor bajo el árbol; y todos los perros del barrio a mear y llenar con su suciedad las plantas. Con una reja, yo pensaba, todo sería distinto. No teníamos intimidad. Luego de un tiempo mi deseo se vio cum-plido: los vecinos de la esquina ampliaron su casa y desocuparon una reja que a precio módico nos vendieron. Yo era muy feliz, me imaginaba abriendo el candado, cerrando el cancel, jugando a la casita, haciendo la tarea bajo el árbol, disfrutando de la intimidad que la falta de reja me había robado. No contaba con que el árbol se secaría, que las plantas se irían poco a poco apagando. Que los amigos, los vecinos y los perros se alejarían de ese lugar, que nos quedaríamos totalmente solos, que la angustia nos obligaría a dejar siempre abierta la reja, a guardar el candado.

RejasPor Pilar Alba

por los pies. Apenas se decretó la victoria, Thompson se derrumbó en la lona, sentado, sonriente. Preguntó el resultado de la pelea

de LaMotta. Alguien del público dijo que Jake era el nuevo campeón. El público estalló en-tonces en júbilo. Asombroso, los dos aficiona-

dos habían logrado mantener en vilo durante los 18 rounds a todos los asistentes, nadie se había acordado de LaMotta y Cerdan.

Pollo sobre una mesa de bambú. Un día como hoy, 20 de julio, pero de 2011, falleció su autor, el pintor británico Lucian Freud.