La gracia del silencio

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Hay que hablar como se debe, donde se debe y cuando se debe. De no ser así, es mejor NO hablar. Tomando esto en cuenta, elevo fervorosamente esta plegaria... (Si, todos sabemos ya lo que hay que hacer, pero no está por demás que alguien nos lo recuerde de vez en cuando)

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Hay que hablar como se debe, donde se debe y cuando se debe.

De no ser así, es mejor NO hablar.

Tomando esto en cuenta, elevo fervorosamente esta plegaria...

(Si, todos sabemos ya lo que hay que hacer,pero no está por demás que alguien nos lo

recuerde de vez en cuando)

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Hazme silencioso y prudente.Hazme silencioso y prudente.Haz que calle cuando otros griten,Haz que calle cuando otros griten,medite cuando los demás vociferenmedite cuando los demás vocifereny enmudezca cuando todos estallen.y enmudezca cuando todos estallen.

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Concédeme la gracia de la discreciónhaciéndome sensato y mesurado.

Enséñame a apreciarel valor supremo del silencio

y a nunca hablar de más.

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Antes bien, permíteme que siempre Antes bien, permíteme que siempre me quede con algo qué decir... por más me quede con algo qué decir... por más

deseos que tenga de decirlo todo, deseos que tenga de decirlo todo,

Humildemente te lo pido, señorHumildemente te lo pido, señor

¡y cierre la boca a tiempo!¡y cierre la boca a tiempo!

Observen el velero

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Tócame ligeramente el hombro, ¡oh Buen Señor! para indicarme que no debo tratar de monopolizar la

conversación en un grupo.

Si, recuérdame con un disimulado codazo, o cualquierotra señal, que los otros también tienen buenas ideas o teorías

interesantes que aportar al tema, quizá mucho más importantes que las mías.

Bahía Concepción con telefoto

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Ayúdame a comprender que no debo platicar con nadie acerca de gentes que no conocen, de temas que no les interesan o de asuntos

que no les atañen.

¡Atiende mi ruego, Señor!

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Y además, ilumina mi inteligencia para reconocer los signos –imperceptibles a veces– y me dé

cuenta de cuándo estoy aburriendo a alguien con mi insulsa plática.

¡Por favor escúchame, Señor, pues ésto es importante!

Atardecer en la Bahía de La Paz

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Sella mis labios para que no relate Sella mis labios para que no relate con profusos detalles mis problemas, con profusos detalles mis problemas,

mis enfermedades ni mis dolores, mis enfermedades ni mis dolores,

¡Concédemelo, señor!

y dame fuerzas para tolerarlos y y dame fuerzas para tolerarlos y aguantarlos con paciencia sin hablar aguantarlos con paciencia sin hablar

de ellos ni aburrir a nadie.de ellos ni aburrir a nadie.

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Ayúdame también a conservar mi mente libre de la necesidad de hablar exageradamente, plagando

mi plática con explicaciones innecesarias, detalles inútilesy palabras de más.

Enséñame a expresar claramente lo que quiero decir sin rodeos ni disfraces, pero sin ofender

con mi reprimida franqueza.

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Ah, y sobre todo...no me permitas que acatarre a los demás con comentarios que no vienen al caso, ni con la

narración detallada de mis experiencias.

¡Eso sólo a mi me interesa!

Y tampoco que atiborre a nadie con las gracias de mis nietos, la lista completa de mis cuitas ni los

detalles clasificados de mis problemas.

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Líbrame también, señor, de la avidez incontroladade tratar de enderezarle la vida a todo el mundo

y de decirles lo que deberían de hacer.

¡Hazme servicial pero no metiche!

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Y algo muy importante: aunque esté ansioso de dar mi opinión, líbrame de la tentación de hacerlo antes

de que me la pregunten.

¡Por favor !

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En efecto, en los asuntos ajenos concédemela facultad de escuchar, de analizar y de

comprender, pero no de juzgar ni de dar consejos... a menos que me los pidan.

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Además, restríngeme severamentela tentación de hablar mal de la gente.

Si voy a caer en esa imperdonable falta,rotundamente ordéname callar.

¡Eso es muy feo!

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O sea que la “locuacidad fluída y abundante” no es tan mala, pero sólo cuando se expresa en forma inteligente

y moderada (¡ah, qué difícil!). Sin embargo, es verdaderamente imperdonable cuando se utiliza para

decir mentiras, herir susceptibilidades, propagar rumoreso chismes, y proferir insultos y aun vulgaridades.

¡No permitas que caiga en esos extremos, aunque esté enojado!

Sierra de La Giganta

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Pero sobre todo, haz que nunca olvide que es mejor un ignorante que calla que un necio que habla, pues es mil veces preferible un mediocre silencioso que un

sonoro estúpido.

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- El primero tiene un atenuante: calla por prudente instinto.

-El segundo tiene un agravante: proclama su necedad.

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- Aquél disimula su ignorancia. - Éste otro la pregona. -El ignorante pasa desapercibido. - El necio fastidia a todo el mundo. - Aquél sólo aburre. - Este otro irrita.

¡Realmente no se sabe cuál es peor!

Por lo tanto...

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Si no es mucho pedir...Si no es mucho pedir...

Y es todo lo que tengo qué decir hoy.

Ni una palabra más. ¡Punto!

no permitas que sea no permitas que sea ni lo uno ni lo otro.ni lo uno ni lo otro.

Amén.Amén.

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Post Data:

Desgraciadamente, y a pesar de todo,con pena tengo algo que confesar...

Lamentablemente parece que todavía,y hasta ahorita, es más lo qué tengo

qué decir que lo que tengo qué callar.¡Qué vergüenza!