La Fiesta de La Autoficción en Las Novelas de Manuel Vilas

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    LA FIESTA DE LA AUTOFICCIN EN LAS NOVELAS

    DE MANUEL VILAS

    Salvador Gmez Barranco

    The Graduate Center (CUNY)

    [email protected]

    1. La multiplicacin de Vilas

    En las novelas de Manuel Vilas, al igual que en muchos de sus poemas, encontramos escrito Manuel

    Vilas, un nombre y un apellido que, mediante la asociacin lgica ms simple, vinculamos con la

    identidad del propio autor. Sin embargo, los hechos que se narran son, dependiendo del fragmento,

    ms o menos verosmiles, de modo que nos cabe suponer que el uso del nombre en relacin a lo

    narrado no es siempre de carcter puramente autobiogrfico sino ms bien autoficcional, en los

    momentos ms ambiguos, y en el sentido en que Serge Doubrovsky acu el trmino autoficcin en

    1977 como ficcin de acontecimientos estrictamente reales (Ana Casas en Casas, 9); o directamente

    ficticio (cuando, aunque se d una coincidencia onomstica entre el autor y el personaje, resulta

    imposible establecer identificacin alguna por el grado de inverosimilitud de los hechos narrados).

    Estos distintos grados de aproximacin entre Manuel Vilas (autor) y Manuel Vilas (personaje)

    contribuyen a forjar una estructura fragmentada, polifnica y caleidoscpica, que obliga al lector a

    evaluar constantemente la fiabilidad del narrador, reconsiderando una y otra vez el pacto de lectura

    que ha de determinar la interpretacin de cada pasaje. En un artculo titulado Las novelas del yo,

    Manuel Alberca introduca, entre los tradicionales pacto autobiogrfico y pacto novelesco, un

    pacto ambiguo para la interpretacin lectora de las novelas del yo, un pacto distante de las

    obligaciones de la autobiografa y equidistantemente separado de la libertad para imaginar que

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    consagra el estatuto novelesco para lector y novelista (Alberca, Las novelas del yo en Casas, La

    autoficcin. Reflexiones tericas 127). La paradoja que propone este pacto ambiguo es que en un

    mismo texto puede darse, al mismo tiempo, la frmula Autor = Narrador = Perso naje; Autor

    Narrador; y Autor Personaje (127).

    La manera en que Manuel Vilas se inscribe a s mismo en el texto es particular, incluso en el contexto

    de la ambigua literatura autoficcional y de las novelas del yo, debido a que la mayora de las veces se

    produce alusin en tercera persona a Manuel Vilas, cuando lo ms habitual es que este tipo de

    narraciones estn enunciadas en primera persona. Sin ir ms lejos, en su artculo La autoficcin, un

    gnero poco serio, la profesora Marie Darrieussecq, dando cuenta de la acepcin mayoritaria deautoficcin en el mbito acadmico, empieza diciendo que la autoficcin es una narracin en

    primera persona (Darrieussecq en Casas, 66). Esta eleccin narrativa, emparentada quizs con

    algunos tipos de novelas autobiogrficas en tercera persona, nos hacen replantear las ambigedades

    derivadas de la autoficcin desde otros lugares distintos de los ms habituales.

    En el Captulo Sptimo de la novelaEspaa (2008) uno de los fragmentos comienza con la frase: Un

    medioda del mes de agosto del ao 2002, los escritores ms o menos espaoles Jos Mara Prez

    lvarez y Manuel Vilas pasean por el casco viejo de Santiago de Compostela (156). El lector habitual

    de Vilas adopta rpidamente una actitud escptica, acostumbrado a que el autor refiera en el texto a

    un Manuel Vilas que, a continuacin, se adentra en una serie de aventuras o ancdotas inverosmiles

    o de veracidad dudosa. Sin embargo, resulta inevitable imaginar al propio Vilas paseando por

    Santiago en compaa de otro escritor: ms all de lo que suceda, el referente es tan potente que va a

    ser imposible desvincularlo del hecho narrado, por muy ficticio que este pueda llegar a ser finalmente.

    Ms adelante, en ese mismo fragmento, se dice que Vilas se come las sardinas con las espinas.

    Entiende que comerse las espinas es un acto poltico (159), una accin inverosmil y de la que se

    claramente se desprende un matiz irnico.

    Ejemplos como el recin mencionado, que ilustra el funcionamiento del pacto ambiguo de

    interpretacin, son numerossimos en las novelas de Manuel Vilas, y este trabajo no se propone

    identificar cada caso individualmente. Como tambin veremos ms adelante, la identidad de Manuel

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    Vilas no es la nica que se distorsiona o se vuelve ambigua en sus relatos, sino que a este juego de

    dislocacin identitaria se suman a menudo personajes histricos, reales o no, as como personajes

    ficticios que, por similitudes en el nombre, parecieran emparentados de alguna forma con el propio

    autor.

    A veces, la ruptura en la identificacin autor=personaje viene dada por la enmarcacin del hecho

    narrado en un contexto espacio-temporal que no concuerda con el del propio autor, de manera que a

    veces los hechos narrados se sitan en unas coordenadas espacio-temporales ms prximas a la

    ciencia-ficcin (y que, por supuesto, suelen estar ligadas a unas intenciones claramente humorsticas).

    As, por ejemplo, en un momento deLos inmortalesse lee: Es el ao 2040 y el escritor Manuel Vilastiene setenta y ocho aos (38). En este ejemplo, el tiempo de la narracin se sita en un futuro

    hipottico (ao 2040), en el que el escritor Manuel Vilas (personaje) tiene 78 aos. Sabiendo que el

    autor naci en 1962, es matemticamente lgico que en 2040 tuviese 78, de modo que la correlacin

    entre autor y personaje es pretendidamente exacta, si bien se est hablando del futuro (y, por tanto,

    de una fabulacin). Esta coincidencia, que pudiera resultar anecdtica, se vuelve ms adelante en el

    mismo fragmento un recurso explorado con ms radicalidad, en especial, cuando se alude a otros

    personajes histricos, como el rey Juan Carlos I:

    Va Vilas a una lectura de su poesa, en una institucin cultural muy prestigiosa llamada Juan Carlos

    I. Es una institucin que se fund a la muerte del monarca, ocurrida en 2028. La gente estaba tan

    orgullosa de Juan Carlos I que el gobierno tuvo que hacerle monumentos en todas las ciudades

    espaolas (40)

    Este narrador en tercera persona (cuyo punto de vista no se identifica con ningn personaje) utiliza

    el tiempo presente para enunciar unos hechos futuros (es decir, el tiempo de la enunciacin se sita

    el 2040 y no en 2011). Desde este tiempo de la enunciacin, cabe suponer que el narrador conoce todo

    lo histricamente acontecido anteriormente, como la muerte del rey Juan Carlos I, a los 90 aos de

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    edad (1938-2028). Adems, este peculiar narrador posee una omnisciencia que le permite

    profundizar en la psique de los personajes de la narracin:

    Recuerda Vilas la primera vez que cen con Juan Carlos I. El monarca haba ledo Aire Nuestro. ()

    As que Juan Carlos I quiso conocer a Vilas y lo invit a palacio. Fue una cena caprichosa y delirante.

    Ocurri un da de junio de 2012. Lo primero que dijo Juan Carlos a Vilas fue esto: Vilas, eres la polla,

    pero una polla homrica, me he partido el culo leyendo tu bendita novela. (41)

    Como podemos deducir de los fragmentos aludidos, el cruce de referencias reales con otras inventadas

    desemboca en la constitucin de un relato desquiciado y con altas dosis de humor donde, a fin de

    cuentas, resulta imposible tomar en serio al narrador. Para tratar de entender la cantidad de niveles

    narrativos que se ponen en juego en los textos, conviene aprovechar la ocasin del episodio narrado.

    As, al final de la frase El monarca haba ledo su novelaAire Nuestro* hay una llamada a pie de

    pgina a travs de un asterisco que reza: Manuel Vilas,Aire Nuestro. La primera edicin en la

    editorial Alfaguara es de 2009. Actualmente, esta novela de Vilas lleva, desde su aparicin, ms de

    siete millones de ejemplares vendidos en todo el mundo (41).

    En esta llamada a pie de pgina, no slo vuelven a entrar en juego referentes reales (el ttulo, el ao y

    la editorial de la novela) e inventados (las millonarias ganancias), sino que el propio recurso de la nota

    mediante asterisco complejiza an ms la narracin. Es decir: cabe atribuir la nota al pie al mismo

    narrador que est enunciando los hechos? No es acaso la llamada a pie de pgina un recurso ms

    comn del editor o del que est haciendo revisiones crticas de textos? Por supuesto, el lector no tiene

    duda de que todo lo escrito procede del mismo autor, eso s, y que todas las voces puestas en juego

    proceden de una estructura ideada por Manuel Vilas. En la pgina siguiente, encontramos otra

    llamada a pie de pgina mediante asterisco, de carcter distinto a la anterior:

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    Juan Carlos I ley con retraso la novela de Vilas. La ley casi tres aos despus de su publicacin. Los

    asesores literarios de Juan Carlos I eran en aquella poca muy reacios a recomendar al monarca

    novelas cuyo nico mrito fuese la actualidad. Normalmente, y en casi todos los casos, solan acertar.

    Eso hizo que Juan Carlos tardase tres aos en leer la novela de Vilas (42).

    En este caso, el narrador (que en la nota anterior pareca posible identificar con una suerte de editor)

    retoma un carcter omnisciente, idntico al narrador del resto del captulo. En el captulo aludido, se

    recrea el encuentro de Manuel Vilas con el rey Juan Carlos I en junio de 2012, donde los hechos son

    completamente disparatados, y al que el propio narrador, en un giro lleno de irona, se refiere en un

    momento diciendo que todo aquello era como si alguien hubiera decidido ampliar su novelaAire

    Nuestro. () Pareca un fragmento de una novela vilasiana (45).

    Por ltimo, parece oportuno rescatar para el anlisis de este fragmento el hecho de que, por

    momentos, Vilas-autor se apropie ms fuertemente del narrador en tercera persona elegido, de

    manera que este narrador se vuelve ms subjetivo y ms cercano a lo que cabe suponer los

    sentimientos e idiosincrasia del autor. As pues, encontramos momentos como este:

    Nunca pudo con la estupidez. En justicia, nunca pudo consigo mismo. An le ponen nervioso sus

    propios poemas (). Se acuerda de la mala suerte que significaba para un escritor espaol haber

    nacido en Espaa, de lo bueno que hubiera sido para un escritor espaol nacer en Estados Unidos

    (). Se acuerda de la cultura oficial de entonces, de aquellas tiranas literarias e intelectuales

    (Vilas,Los inmortales 46)

    La narracin en primera persona, donde el autor se asocia con la voz enunciadora, es ms comn en

    sus poemas que en sus novelas, aunque tambin en estas encontramos valiosos ejemplos. Uno de los

    casos ms interesantes lo encontramos enEspaa, en el cuarto fragmento del Captulo Sexto, tituladohttp://manuelvilas.blogspot.com. El ttulo coincide con la direccin web del blog personal de

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    Manuel Vilas, que rene textos del autor y crticas y reseas de otros autores. Adems, el fragmento

    viene ilustrado por una fotografa de un seor en traje de chaqueta, y seguido de un texto breve que

    comienza: Como los dos nos llamamos Manuel Vilas (l se llamaba Manuel Vilas) hoy me han

    telefoneado de Endesa ofrecindome un descuento en la factura del gas. Pero no me buscaban a m.

    Buscaban al de la foto (Vilas,Espaa 139). Y a continuacin se recrea la breve conversacin

    telefnica de Manuel Vilas con Esmeralda, la agente comercial de Endesa.

    La coincidencia onomstica entre padre e hijo, retratada en este fragmento de manera sencilla e

    ilustrativa, se convierte en un smbolo del juego onomstico vilasiano, como si quisiera advertir al

    lector que, del mismo modo que Esmeralda confunde, por una coincidencia en el nombre, al padrecon el hijo, as el Vilas que aparece referido en las pginas no alude siempre a Manuel Vilas autor, o

    al menos no completamente: la ambigedad referencial est siempre. Llama la atencin que el autor

    elija como ttulo para este fragmento la direccin de su blog personal (quizs porque tambin incluye

    el nombre y el apellido en discordia) y una foto del que suponemos es su padre de joven. La misma

    fotografa, que podemos considerar un documento grfico privado, aparece tambin reproducida

    dos veces en la novelaAire Nuestro. La primera vez, en el fragmento VII. The Father, donde el

    protagonista, Csar Vilas suea con su padre.

    Y Csar se qued dormido, en su habitacin, en medio del denso olor a pintura que emanaba de las

    paredes combadas. Vilas so con su padre, que haba muerto dos aos atrs. So con el rostro joven

    de su padre, caminando por la calle, sabiendo que ya no volvera a verlo nunca jams. Y pens si

    realmente lo haba visto alguna vez, porque toda su vida la vida de Vilas hijo era una lucha a

    muerte contra la ficcin que desde antao doblega las entraas de los hombre buenos (Vilas, Aire

    Nuestro 194).

    Csar Vilas, algunas pginas antes, aparece descrito como poeta catlico, socialdemcrata,

    posmoderno y comunista (), uno de los primeros espaoles que disfrut de la lnea de tren de Alta

    Velocidad Madrid-Barcelona (180), y constituye un ejemplo del tipo de personajes que se construyen

    mediante la mezcla de datos reales (en este caso, la profesin de escritor, el apellido Vilas, la foto del

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    padre real del autor) con otros inventados (Csar Vilas naci en Crdoba, en 1966. () Es autor de

    la novela Volviendo de Checoslovaquia, que obtuvo el Premio Planeta en 2006 (180).

    La segunda vez que aparece esa foto enAire Nuestroes en el fragmento titulado Carta al hijo, donde

    se reproduce una supuesta carta que Manuel Vilas padre le escribe a Manuel Vilas hijo, para

    comentarle sus impresiones sobre su novelaEspaa: Cuando enuna de sus pginas vi mi foto, la

    verdad es que no me hizo demasiada gracia (Vilas,Aire Nuestro 249), dice el narrador al comienzo

    de la carta. Ms adelante, contina:

    De modo que tu captulo deEspaaen el que simulabas que te llamaba una tal Esmeralda

    preguntando por m, que soy el de la foto, segn t, estaba inspirado por el amor (). Pego aqu

    abajo en cursiva (para que lo pueda leer el lector y sepa de qu hablan padre e hijo) el citado captulo

    deEspaajunto con la foto que da pie a tus palabras (250).

    Sin darnos cuenta, el esquema de los roles narrativos se han complejizado en el texto: el autor (Manuel

    Vilas) emplea en este fragmento un narrador (Manuel Vilas padre) que se dirige al personaje de Vilas

    hijo, reprochndole el uso de su fotografa bajo una recreacin (es decir, un episodio no real) en su

    anterior novela. Por si fuera poco, ms adelante en la carta, el padre se dirige al hijo diciendo: A ti te

    gustaba fantasear mucho sobre el hecho de que los dos nos llamsemos igual. Como si fuese yo quien

    escribiese tus libros (253).

    Como ya hemos visto, Vilas se permite el juego ficcional con personajes reales, como Juan Carlos I,

    llegando incluso a hablar de la fecha de su muerte. Son recursos pardicos que, sin embargo, el autor

    practica tambin consigo mismo. En las ltimas pginas deEspaa, encontramos reproducida una

    nota en la que se conmemora el segundo aniversario de la muerte de Don Manuel Vilas Vidal, fallecido

    en Zaragoza el 12 de octubre de 2049, a los 87 aos de edad (Figura 1). No pasa por alto la fecha de la

    defuncin: 12 de octubre, fiesta nacional de Espaa, otro de los iconos clave del mundo literario de

    Vilas.

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    Figura 1

    A modo casi anecdtico, cabe aqu revisar el ltimo poema del poemario Gran Vilas (2013), titulado

    The End, en el que el autor recrea sus ltimos momentos de vida: en esa ocasin, la muerte se

    produce en Madrid, en 2051, a los 89 aos; y el momento enLos inmortales en el que se hace

    referencia al escritor espaol Manuel Vilas (1962-2051) (195). Parece que, de libro a libro, la

    esperanza de vida que Vilas se otorga a s mismo vara: su coleccin de vidas no vividas se acompaa,

    as, de unas cuantas muertes no muertas, si nos permitimos el cacofnico juego de palabras.

    El grado de exposicin del autor es siempre cambiante: de momentos en los que, aunque aparezca

    el nombre de Manuel Vilas, la situacin se desarrolla en un marco de ficcin indiscutible, a otrosfragmentos donde, por ejemplo, aparecen documentos muy ntimos y personales. En el captulo sexto

    deEspaaaparece reproducida una nota en la que el propietario Manuel Vilas Vidal, con direccin

    postal Edificio Palace Bis. Avda. Poeta Mara Zambrano, 6. Zaragoza, hace una descripcin de los

    desperfectos estructurales que provocan inundaciones en la vivienda. La nota, al final, aparece

    firmada y acompaada de una fotografa tipo carn de Manuel Vilas (Figura 2).

    http://lljournal.commons.gc.cuny.edu/files/2014/12/Figura-1.jpg
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    Figura 2

    As pues, mientras que el uso de documentos a veces aporta verosimilitud a la narracin (como si

    pretendiese afirmar la correlacin Manuel Vilas autor y Manuel Vilas personaje), otras veces pervierte

    esa asociacin, con una tendencia clara hacia la autoparodia. EnLos inmortalesaparece otra foto del

    autor, esta vez precedida de una identidad falsa, Felipe Gonzlez Mrquez (Figura 3): en estas

    ocasiones, parece que el autor pretende reafirmar el carcter humorstico y ldico de su obra, donde

    nada puede tomarse demasiado en serio.

    Figura 3

    http://lljournal.commons.gc.cuny.edu/files/2014/12/Figura-3.jpghttp://lljournal.commons.gc.cuny.edu/files/2014/12/Figura-2.jpg
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    Esta torsin ldica de la propia identidad alcanza, tal vez, su grado ms surrealista en la novela Aire

    Nuestro, cuando se hace referencia a la escritora espaola Manuela Vilas, directora del Instituto

    Cervantes neoyorquino, fan de Paulina Rubio, y a la que una nota biogrfica a pie de pgina hace

    referencia de esta forma tan delirante:

    Manuela Vilas (antes Manuel Vilas) se hizo clebre en Espaa por protagonizar el primer cambio de

    sexo que se daba en el mbito de las letras espaolas, en el mbito del mundo intelectual. Vase el

    ensayo de Jos Luis Castilla del Pino,Manuela y el travestismo poshispnico, Planeta, Barcelona,

    2005; o el libro de Sergio Gaspar titulado Yo edit a Manuela. La literatura espaola y el nuevo

    vaginismo, DVD Ediciones, Barcelona, 2008 (). Para entender mejor el movimiento literario

    conocido como el Neovaginismo es imprescindible la web www.neovaginismo-poshispnico.com

    (44)

    Si bien Manuel Vilas no siempre se inscribe con nombre y apellidos en la narracin (y, cuando lo hace,

    no siempre desarrolla el mismo personaje ni las mismas funciones narrativas), constantemente

    aparece evocado por otros personajes, cuyos nombres recuerdan al del propio autor, establecindose

    una sensacin de parentesco o disfraz (acaso tambin de alter ego) mediante la que el autor se asoma

    a la narracin sin identificarse completamente. Cuando esto sucede, la ambigedad del planteamiento

    autoficcional se desvanece, adentrndose de manera ms directa en el campo de la ficcin literaria.

    EnAire Nuestroaparecen, en distintos momentos de la narracin, personajes tales como Bobby Vilas,

    uno de los tres novios del personaje Olimpia Reyes (84); Bobby Wilaz, lder del Movimiento Obrero

    Norteamericano (86); John Vidal, la reencarnacin del poeta espaol Luis Cernuda, que muri en

    Mxico, en noviembre de 1963 (151); Richard Vilas, un agente de la CIA () Era un negroguapsimo,

    con una verga descomunal (176); Csar Vilas, poeta catlico, socialdemcrata, posmoderno y

    comunista (184), por citar slo algunos ejemplos. Esto provoca en el lector la sensacin de que

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    Manuel Vilas est siempre sobrevolando el texto, hacindose presente a travs de lo que parecen una

    suerte de cameos literarios, dispersando a travs de las pginas trozos de la propia identidad,

    asomndose en diversas e inesperadas formas: siendo y no siendo, al mismo tiempo. Siendo slo un

    poco Vilas.

    Especialmente enAire Nuestro, la reflexin sobre el nombre propio es un asunto central. En el

    fragmento titulado Historia de Nuela, se narra la relacin de la escritora espaola Ana Manuela

    Carenina con su ltimo novio, un poeta que la haba dejado. Mientas que el nombre de la escritora,

    a la que se refiere el narrador con el apodo Nuela, se mantiene constante, el personaje masculino

    cambia de nombre a lo largo de la narracin, sin explicarse la razn:

    Luis era muy persuasivo. () La verdad es que a Nuela al principio le import muy poco lo que Germn

    fuese diciendo por all. () Al regresar a Espaa, a Agustn se le meti la extraa idea en la cabeza de

    que todos los seres humanos habamos muerto ya. () en realidad, nunca haba ocurrido nada, segn

    Marcelo. () A la maana siguiente, Nuela le dijo a Vctor que deberan formar un grupo terrorista

    (). Hagamos el amor hasta morir, la muerte por amor no compete al estado, le deca Arturo. (224-

    226).

    Exactamente el mismo recurso, utilizado de una manera similar, es usado en el fragmento

    Vacaciones deEspaa, donde un narrador el primera persona va cambiando el nombre al personaje

    femenino sobre el que habla constantemente: Mnica, Julia, Paloma, Virginia, Teresa, Silvia y todas

    son, y no son, la misma. Sin embargo, humorsticamente, la ltima vez que el narrador se refiere a ese

    personaje lo hace con un nombre masculino, Jos Mara. Vilas redunda, una vez ms, en la volatilidad

    de la identidad humana, de la insuficiencia del nombre para representar eficazmente a un individuo,

    o toda su esencia.

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    2. Un mundo ambiguo: fantasa y memoria; realidad y ficcin; las versiones de la

    Historia

    Ya hemos visto cmo la autoficcin, en tanto que se sita en un terreno incierto entre realidad y ficcin

    (o autobiografa y novela), se convierte en una tcnica idnea para construir planteamientos ambiguos

    o para sacar a la superficie la ineficacia de ciertos enfrentamientos binarios en el anlisis literario de

    este tipo de textos. La principal paradoja tal vez sea la ya mencionada inexacta correspondencia entre

    autor, narrador y personaje, que por momentos son asimilables y por momentos no, y en otras

    ocasiones es difcil de discernir la relacin entre dichas figuras.

    Otras de las luchas conceptuales que obsesionan a Manuel Vilas es la de realidad en oposicin a la

    ficcin, en un sentido ms filosfico. En sus novelas, son numerosos los personajes que sacan a

    relucir una preocupacin por la realidad. En la novelaAire Nuestro, Bobby Wilaz, en una entrevista

    concedida a La Tarde Americana (en 2065), el lder de MON (Movimiento Obrero Norteamericano o

    Movimiento Poscomunista Panamericano) explica las reivindicaciones del grupo revolucionario,

    enfrentado ideolgicamente al PAF (Partido de la Ficcin), as:

    Defendemos la recomposicin de la realidad y la vuelta a la sociedad de consumo () Nosotros

    creemos que la realidad s existe, y que sta es de orden poltico. Ya sabe usted que el PAF sostiene

    que la realidad es libre, es decir, es una ficcin que puede ser descrita segn modelos de origen liberal

    o cientfico. All est el tema de si la materia es real. () Precisamente, provengo de una familia que

    se ha caracterizado por luchar contra la ficcin. Mi abuelo, Jerry Walesa, padeci persecucin en

    Zaragoza por decir que su vida no era una ficcin. Vengo de luchadores contra la ficcin (86).

    Predomina, obviamente, el tono humorstico en esta fabulacin sobre futuristas debates ideolgicos

    y, sin embargo, el planteamiento aparentemente elaborado, complejoque se propone sobre las

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    luchas de realidad contra ficcin (que parece venir a sustituir, por ejemplo, a la tradicional lgica de

    izquierda/derecha poltica). Resulta oportuno, de todas formas, que este debate se plantee en las

    pginas de obras de carcter autoficcional, pues este gnero contribuye, con su propia naturaleza, a

    reconsiderar la ficcin en sus trminos tradicionales, y en oposicin a la realidad. No en vano, en el

    poema El ltimo hombre deEl Cielo, Vilas anunciaba a modo de estatuto: No dedicar mi vida al

    servicio de la verdad.

    Hay veces en que el carcter de realidad se confronta con las ideas de materialidad o la corporeidad.

    Obviamente, todas estas ideas pseudofilosficas, pues se plantean en trminos o situaciones

    pardicos, o a veces incluso poticos o retricos, no llegan a ser nunca muy serios ni tampocodirectamente asimilables a la ideologa del autor. EnLos inmortales, el personaje de Leonor Mariscal

    (descendiente de Paulina Rubio, fundadora de la secta Gran Gabriel), les dice a sus seguidoras:

    La ciencia del siglo XXI y XXII dej claro que el cuerpo humano, en cuanto materia, carne y biologa,

    no encerraba ningn misterio. Pero ahora sabemos que incluso la materia es lenguaje simblico. Y

    sabemos algo muy divertido: que lo que la ciencia confirma y descubre es siempre ficcin (199).

    En esa lnea, uno de los momentos ms intensos y visuales lo encontramos enLos inmortales, en un

    momento donde el narrador en tercera persona dice:

    A sus 47 aos de edad, el escritor Manuel Vilas le ha cogido un miedo tan paralizante como debilitante

    a la muerte () Tiene delante de sus ojos los resultados de una resonancia magntica de la regin

    lumbar con una falta de ortografa en su segundo apellido, que le resulta humillante (111).

    Efectivamente, Vidal, su segundo apellido, aparece escrito con b (Figura 4). Partiendo de esta

    sincera confesin ante un documento verdico que parece original, se reproduce a continuacin una

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    imaginativa conversacin entre Vilas y sus propios huesos. En un momento Vilas les dice: Quiero

    veros, quiero miraros a los ojos. Al rato, explica el narrador, comienza a notar movimientos abruptos

    en sus articulaciones. () Se descoyunta la identidad de Vilas. Van saliendo los huesos, hasta formarse

    un esqueleto blanquecino a los pies de la cama en donde yace Vilas.

    Figura 4

    De repente, este elemento fantasioso rompe el momento de verosimilitud alcanzado al comienzo, y

    desarrolla una hermosa alegora sobre la fragmentacin de la propia identidad. Si fueseis reales, si

    fueseis la verdad, dijo Vilas mientras lloraba de impotencia, de terror y de amor (Vilas,Los

    inmortales111), es la frase con la que se cierra este episodio. En Aire Nuestro, en un momento en el

    que el un Elvis Presley se le presenta a Vilas para convencerle de que participe en el asesinato del

    presidente de los Estados Unidos, le dice Presley a Vilas, para ganarse su confianza: Dijo: quieres

    que te ensee mi polla? No, tranquilo, es para que veas algo importante de m, algo real, algo que era

    yo en serio (Vilas,Aire Nuestro 113). Este concepto de realidad asociado a lo material, lo tangible, lo

    perceptible a travs de los sentidos, aparece en otras ocasiones: enAire Nuestro, el narrador concluye

    que la nica verdad son los malos materiales con que est hecha la realidad del ao 2008 en Espaa

    y en el Mundo Occidental (184), y poco ms adelante apunta el personaje Csar Vilas: Tal vez en

    todo ello haya una lucha contra la ficcin. Quiz el odio sea el nico antdoto que nos libre de la ficcin.

    () Porque el odio fue lo que hizo que el Big Bang explotase: el camino que va de la ficcin a la

    realidad, de la ficcin a la materia (192). Y unas pginas ms adelante, en colacin al alzhimer que

    http://lljournal.commons.gc.cuny.edu/files/2014/12/Figura-4.jpg
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    padece Adolfo Surez: El pasado es una ficcin convertida en biologa degenerativa presente, en

    clulas que no procesan ninguna informacin porque no hay ninguna informacin sino

    desvanecimiento, eso es Surez hoy (193).

    Esta recurrente confrontacin (moral, potica o filosfica) de la realidad y la ficcin funciona en

    muchas ocasiones para complejizar, al mismo tiempo, el problema de la Historia, como construccin

    social, como relato (y, como relato, con una carga ineludible de ficcin). Esto tiene que ver, por

    supuesto, con la utilizacin en el relato de personajes histricos a los que se somete a la fabulacin

    delirante de Vilas (como ya hemos visto con los ejemplos de Juan Carlos I o Elvis Presley). Del mismo

    modo que su historia personal es susceptible de ampliarse a travs de la ficcin (el propio Vilas hahablado de su proyecto autoficcional como una suerte de autobiografa ensanchada), tambin es la

    de los otros.

    Uno de los recursos ms imaginativos de Vilas es situarse en un punto temporal del futuro para hablar

    sobre hechos acontecidos atrs, en una especie de Historia futurista. En Los inmortalesaparecen

    personajes tales como Billy II (tercer papa oriental), que sucedi al papa Nueva York I, de origen

    latino (200). EnAire Nuestro, por poner otro ejemplo, la cita que encabeza el libro es Me gusta el

    aire, atribuida a Juan Carlos III (21). Este personaje histrico del futuro es rescatado en el fragmento

    que clausura la novela, donde se reproduce una escena situada en el ao 2398 donde este rey se est

    muriendo. Qu ests viendo, padre? (257), le pregunta John, su hijo heredero (que reinar bajo el

    nombre de Frankenstein I). Juan Carlos III le responde: Lo mismo que han visto todos los reyes de

    Espaa en este momento del adis (). Estoy viendo el asesinato de Julio Csar y la evolucin del

    latn vulgar, todo a la velocidad de la luz (257).

    En este ltimo fragmento se hace tambin una reveladora conclusin a la que llega, en un complejo

    razonamiento, el monarca moribundo: veo que lo que hablamos es ficcin, porque el lenguaje es una

    ficcin (258). De esta idea, que desva la tradicional atribucin de la ficcin a la literatura hacia el

    lenguaje, se deriva que somos entes fonolgicos. () La fonologa, all est la inteligencia cuntica.

    Todo es fonologa (258). Por supuesto, volvemos a enmarcar este episodio en un marco humorstico

    y surrealista y, sin embargo, resulta interesante que haya escogido este debate casi metafsico (sobre

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    la ficcin y el lenguaje) para terminar una novela, dando una vuelta de tuerca a las oposiciones y

    ambigedades que ya nos haba presentado su trama autoficcional.

    La reflexin sobre la Historia se encuentra tambin en el fragmento Selene Trips, enLos inmortales,

    cuando, en el ao 2040 el escritor Manuel Vilas est viendo en la televisin (las nuevas televisiones

    s son realistas, puedes oler la carne de quien te habla desde la pantalla) un canal sobre Historia:

    Una historiadora guapsima sale hablando del franquismo. Vilas la oye, dice algo as como: Ya lo

    sabemos prcticamente todo sobre el franquismo; sabemos que Francisco Franco fue, en trminos de

    realismo histrico, el verdadero fundador de la democracia (); el realismo histrico supera la vieja

    escuela de historiadores en donde la ideologa jugaba un papel determinista (39).

    Vilas, una vez ms, ironiza sobre la Historia de Espaa, problematizando las versiones oficiales (en

    este caso, Franco es visto por una historiadora en 2040 como verdadero fundador de lademocracia).

    Aqu, la perspectiva futurista le permite un distanciamiento humorstico con respecto a temas

    sensibles como el franquismo. Este alejamiento temporal constituye, tanto en prosa como en poesa,

    otro de los recursos habituales en la produccin literaria del autor.

    3. La ciencia-ficcin y el delirio

    Otra de las caractersticas presentes en las tres novelas autoficcionales de Manuel Vilas a las que

    hemos estado haciendo alusin (Espaa,Los inmortalesyAire Nuestro) es la enmarcacin de sus

    narraciones en un marco ficcional, a partir de una premisa que se presenta al comienzo del libro y que

    determina, de algn modo, la interpretacin de las tramas que se exponen a posteriori. As pues, al

    comienzo deAire Nuestroaparece, a modo de prlogo, lo que en el contexto de la novela funciona

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    como un texto promocional que describe y presenta al posible cliente las ventajas y cualidades

    exclusivas de Aene TV, una televisin cuya principal novedad consiste en la convergencia del pasado

    histrico, el presente y el futuro en forma de materiales audiovisuales que pueden ser disfrutados de

    manera simultnea. Es, usando palabras del propio texto, una televisin irracional que otorga

    racionalidad a la Historia (10). El resto de la novela se estructura en once captulos que corresponden

    a los once canales de televisin que conforman la demo (o versin provisional) del proyecto de Aire

    Nuestro Televisin: La Gran Pantalla Americana, Telepurgatorio, Informe Semanal, Teleterrorismo,

    Pressing Catch, Ftbol, Reposiciones (Clsicos del Siglo XX), Reality Shows, MTV, Cine X y

    Teletienda. Los objetivos de esta televisin se explican as:

    Aene TV televisa cosas que no han sucedido ni sucedern jams, pero eso importa poco: tambin la

    televisin del siglo XX emita ficciones y eran ficciones reales. () Aene TV supera el tiempo de la

    realidad. Porque la realidad tal como fue entendida en la pasada centuria slo tena significado

    poltico (). La poltica ha sido superada (11).

    En esas palabras se adelantan algunas bases del juego autoficcional de Vilas: dice que aparecen cosas

    que no han sucedido, pero que eso no importa. Adems, condensa la paradoja cuando se refiere

    como ficciones reales (una anttesis completa) a algunas de las producciones de la televisin del

    siglo XX. Adems de esta introduccin, se adjunta una serie de instrucciones de uso, para el usuario-

    lector deAire NuestroTelevisin: Para el antiguo modo de visionado lineal, tambin llamadovisionado siglo XX (receptores y modelos anteriores a 2014), no presione Esc (19). Es curioso que

    el autor decida, en su narracin, situar el ao 2014 como fin del visionado lineal, que puede

    asociarse, a su vez, con un modo de lectura lineal, quiz distinto al que proponen las novelas de

    Vilas: narraciones fragmentadas (cuyas partes, hasta cierto punto, funcionan de manera

    independiente) y cuyos saltos temporales, espaciales y narrativos son constantes.

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    Partiendo de esta premisa de televisin futurista, enAire Nuestro la lectura queda supuestamente

    condicionada desde el principio a un marco ficcional que, en modo estricto, el lector debiera recordar

    durante todo el libro, para situar todo lo narrado en un plano ficticio. No obstante, como el grado de

    verosimilitud de lo enunciado vara sustancialmente a lo largo de la novela, con momentos que

    parecen incluso plausiblemente autobiogrficos, este marco enunciativo que encontramos al principio

    de la novela resulta insuficiente, y podra ser obviado en la lectura, sin mayores problemas

    interpretativos (es decir, no es una pieza fundamental sin la cual el conjunto perdera sentido).

    Quizs, estas excusas narrativas que Vilas idea y que pertenecen, por su carcter futurista, al mundo

    de la ciencia-ficcin, quedan al final como estructuras ortopdicas, algo forzadas, con las que sepretende dar cierta cohesin a los fragmentos que prosiguen, que a veces podran ser ledos casi como

    una sucesin de relatos cortos. Y en esos fragmentos la cohesin viene dada, ms que por la relacin

    entre los hechos narrados, por la recurrencia de temas, por un estilo autorial muy marcado y por un

    juego autoficcional que sobrevuela todas las pginas. Estos marcos de ciencia-ficcin tambin inciden

    sobre la idea de replantear el grado de verosimilitud de lo narrado, incluso en los momentos en los

    que el autor parece mostrarse ms impudorosamente, de manera ms real.

    Este recurso se repite tambin en el inicio de las novelasEspaa (all el Noevi es un complejsimo

    sistema que mediante escuchas masivas de conversaciones privadas un individuo puede conocer la

    imagen que los dems tienen de l) y tambin enLos inmortales, que se presenta como un manuscrito

    encontrado en el ao 22011 y que est siendo estudiado por un grupo de expertos y hombres de

    ciencia. En esta novela, Aristo Willas, Jefe Supremo de Arqueologa Terrestre y de Inteligencia

    Histrica de los Servicios Especiales de la Galaxia Shakespeare, escribe una especie de circular datada

    en 22011, dirigida a los hombres de ciencia, para darles una serie de instrucciones sobre cmo

    enfrentarse al estudio del manuscrito (que est formado por los fragmentos que aparecen en la

    novela):

    Este manuscrito incendiario es una siniestra novela, por llamarlo de algn modo, porque ms que

    novela, parece un tratado de terror. Vayamos al grano, este manuscrito se titulaLos inmortales. ()

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    Respecto al manuscrito, lo primero que se observa es que no est completa, que lo que nos ha llegado

    es la mnima parte. () contiene historias de diferentes personajes unidos por el fantasma de la

    inmortalidad (11).

    Resulta curiosa la argucia narrativa que justifica la fragmentariedad (que eventualmente podra ser

    percibida como falta de cohesin) de la novela, del mismo modo que se hace referencia a la lnea

    argumental que une a los distintos personajes (el fantasma de la inmortalidad). Asimismo, Aristo

    Willas hace un aviso sobre la condicin ficticia de algunos personajes (como ese sujeto llamado Stalin

    y otro llamado Hitler, de cuyos nombres no hay noticia alguna en ninguna parte), as como los entes

    de ficcin de los que cabe considerar que existieron en alguna realidad remota (Jerry, Dante, Nefta,

    Vrgil, Ponti, etc.). No es casual que Willas se confunda a la hora de separar la entidad de los

    personajes en esta suerte de introduccin, anticipando quizs alertando al lector de que los

    personajes aludidos van a tener siempre cierto halo de ambigedad identitaria.

    Llama especialmente la atencin, la alusin que se hace en esta circular cientfica sobre la identidad

    autoral. Creemos que uno de los personajes que aparece en el manuscrito es el propio autor. Un ser

    ms inmoral que inmortal que perteneca a un pas llamado Espaa (12), advierte Aristo Willas al

    grupo de cientficos. Es la primera vez enLos inmortalesque el propio autor se inscribe a s mismo

    en el texto como personaje, desde un prisma que apunta tanto al recurso autoficcional como al tono

    evidentemente pardico con el que van a construirse los personajes. A esto tambin hace alusin unas

    lneas ms adelante: La risa y la ambigedad, la comedia y la banalidad, se es el vaco de estas

    pginas (13).

    4. El lugar en su lugar: Espaa, Zaragoza y otros barrios de Ciudad Vilas

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    En las novelas de Vilas, los referentes geogrficos son usados, a menudo, de un modo simblico: son

    lugares (como Espaa o Zaragoza) que existen realmente, pero que soportan tantas connotaciones

    (desde emocionales hasta polticas) que se convierten en lugares literarios, con sus propias lgicas y

    caractersticas. El concepto Espaa, por ejemplo, supera la referencia espacial a un pas, evocando

    ms bien, como seala el profesor Mariano Vilar, el concepto de nacin. En especial, la

    novelaEspaaexplora las consecuencias de un concepto tan amplio y tan connotado histricamente.

    La mayor de estas cuestiones parece remitir a una pregunta bsica que el juego con las variaciones de

    los mundos ficcionales apenas alcanza a desplazar: Qu es Espaa? Qu es una nacin, hoy? Existe

    algo como una identidad nacional?: y de existir, es posible alcanzar esa identidad o describirlaen un texto literario?Espaa parece jugar con la tesis de que semejante proyecto es de alguna forma

    todava posible, o mejor dicho, su posibilidad es susceptible de ser ficcionalizada (Vilar, Mundos

    posibles enEspaade Manuel Vilas 4).

    Las referencias geogrficas en las obras de Vilas se mantienen a menudo bajo un halo de ambigedad

    que encaja a la perfeccin con los otros conflictos identitarios planteados por la autoficcin. Al fin y

    al cabo, los lugares son sometidos a la misma lgica a la que se somete el propio autor cuando se

    inscribe a s mismo en el texto: as, cuando leemos Manuel Vilas, sabemos que lo que se refiere es

    una versin sesgada y cambiante del autor; del mismo modo, cuando leemos Espaa o Zaragoza,

    sabemos que lo evocado por esas palabras transciende la propia localizacin geogrfica. A

    continuacin, recogemos dos extractos distintos pertenecientes a la novelaEspaa, en los que se

    alude al pas atribuyndole matices distintos. Espaa, en el primer texto, es referida como pas

    pequeo donde uno puede llegar hasta sentirse vigilado, establecindose una especie de

    miniaturizacin del pas. En el segundo caso adjunto, se refiere a una Espaa que es una empresa de

    sociedad limitada, que pertenece a unos pocos, a una casta social:

    Pero qu dices: seguro que nos volvemos a ver, y sabes por qu. Porque Espaa es un pas pequeo.

    Te encuentras a conocidos en todos sitios, as que ms vale estar siempre preparado, porque en todas

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    partes hay alguien que te reconoce. Ojo con meterte el dedo en la nariz. Ojo con escupir. Ojo con

    rascarte como un animal. Ojo con la polica (220).

    En Espaa slo son ricos los hijos de Franco y los hijos de Felipe Gonzlez (me estoy buscando la

    ruina y la de mis hijos y la de toda la parentela, incluidos mis muertos), juntos aora en esta ESPAA

    S.L. No hay ms formas de ser espaol, te lo juro, no hay ms formas, o comulgas en un sitio o en el

    otro, no hay ms posibilidades, los que dicen que s las hay es porque piensan que en Gonzlez S.L.

    hay un continente, pero yo slo veo un pueblo. Espaa esele (211).

    En muchas ocasiones, las ciudades son referidas de manera deliberadamente imprecisa o inexacta, o

    directamente se confunden o se mezclan unas con otras, como si importase poco. En un pasaje deAire

    Nuestroel personaje comenta, como con desgana u olvido: Soy un escritor espaol que vive o viva

    en una ciudad espaola en medio del desierto. Puede ser Logroo, Soria, Crdoba, Cuenca, Teruel,

    Pamplona, Jan, Zaragoza o Ciudad Real. La imprecisin es tal, que no slo no se sabe de qu ciudad

    mediana es el personaje, sino que incluso duda si vive o viva all.

    En el siguiente fragmento, el narrador habla de su lugar de procedencia, un pueblo al que denomina

    SMALL TOWN (ciudad pequea), empleando el ttulo de una cancin de Lou Reed. En el pie de

    pgina, sin embargo, se aclara que, en el pueblo al que se alude, en el contexto de la novelaEspaa,

    es Barbastro (el pueblo donde naci Manuel Vilas):

    En el pueblo que nac (SMALL TOWN), a finales de los aos setenta los jvenes comenzaron a pasarse

    con el alcohol y las drogas y el sexo, haba quien tena coche y eso le converta en el rey de la fiesta. //

    Nota al pie sobre SMALL TOWN: When youre growing up in a small town/Yo say no one famous

    ever came from here. Es una cancin de Lou Reed en la que habla del nacimiento de Andy Warhol

    en Pittsburgh. Pero en este caso, en el caso deEspaa, el pueblo al que se alude es Barbastro, pueblo

    situado a 50 kilmetros de Huesca. Por siEspaase traduce: Huesca, provincia de Zaragoza, que es

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    provincia de Toledo. Son ciudades vascas, del siglo XV. Ciudades que dieron origen al Reino de

    Murcia. () Bueno, todo son antiguas ciudades-estado de Espaa (201).

    La catica mezcla de referentes parece contribuir a la utilizacin de Espaa como un espacio mitad

    real y mitad ficticio, un contenedor poco preciso de smbolos y connotaciones. Asimismo, la

    localizacin inexacta de Barbastro, el lugar de nacimiento de Manuel Vilas, contribuye a la

    presentacin ambigua y autopardica con la que el autor se inscribe en el texto.

    5. La novela vilasianasin Vilas: el caso deEl regalo luminoso

    En 2013, Alfaguara publicaEl regalo luminoso, una novela de Manuel Vilas que rompe

    significativamente con la lnea que haba marcado con sus novelas anteriores,Magia,Espaa,Los

    inmortales,Aire Nuestro, que por la similitud temtica y estilstica entre ellas podran leerse casi a

    modo de tetraloga.El luminoso regaloes, tal vez, la novela menos fragmentaria de Manuel Vilas, en

    tanto que el hilo argumental es mucho ms slido que en las novelas anteriores: cuenta la historia de

    Vctor Dilan, un escritor adicto al sexo, que al conocer a Ester, apodada la Bruja, perder el equilibrio

    sentimental y personal, movido por una atraccin fortsima con una clara tendencia autodestructiva.

    Aunque es la novela menos fragmentaria, tambin lo es, sobre todo por el empleo de un narrador

    polifnico que asume distintos puntos de vista (de distintos personajes, en distintas personas

    narrativas, en distintos tiempos verbales, etc.), de modo que el lector debe, a su vez, adaptarse

    constantemente a un nuevo lugar de la enunciacin. Este multiperspectivismo nos recuerda, en efecto,

    al cambio constante de voces en sus poemarios y novelas anteriores, con la salvedad de que en este

    caso todos estos puntos de vista estn construyendo una sola historia, no fragmentos aislados con

    sucesos distintos y personajes dispares.

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    A primera vista, tambin cabe considerar que Manuel Vilas deja a un lado la propuesta autoficcional

    que vena desarrollando, y que haba estado caracterizada por la exposicin constante del propio

    autor, sobre todo a nivel nominativo. En este libro, no leemos Manuel Vilas ms que en la portada

    y en las notas autobiogrficas que de l se ofrecen tras el final de la novela. Es decir, Manuel Vilas no

    aparece como personaje, y esto es un cambio significativo con respecto a la narrativa y a la poesa que

    le preceda. Pese a todo, a los lectores habituales de Vilas, no se les va pasar por alto cierta

    identificacin del protagonista (un hombre de mediana edad, escritor), cuyo nombre y apellido, acaso,

    pudiesen fonticamente evocar el de Manuel Vilas (por los sonidos de v y l y la longitud de las

    palabras): Vctor Dilan (un apellido que, adems, parece una adaptacin al espaol de Dylan, como

    Bob Dylan, del que Vilas ya ha dejado constancia numerosas veces de su admiracin profunda).

    As pues, por una serie de sutiles pistas a lo largo del texto, podemos considerar queEl luminoso

    regalo, a fin de cuentas, se trata de una novela autoficcional: una autoficcin, si se quiere, ms sutil,

    menos exhibicionista, e incluso ms elaborada. As pues, el personaje de Vctor Dilan est escribiendo

    una novela sobre sus vaivenes sentimentales y sexuales tituladaEl luminoso regalo (ttulo que

    coincide con el de la novela que firma Manuel Vilas). Si consideramos, por tanto, que Manuel Vilas y

    Vctor Dilan tienen algn grado de conexin entre ellos (aunque la identificacin no sea plena), nos

    encontramos de nuevo con un ejercicio mediante el cual Vilas, en sus textos, se representa (o se evoca

    o transfigura) en personajes cuyas vidas son ms excitantes o interesantes o sorprendentes que la suya

    propia: en este caso, Vctor Dilan, unsex symbol, un atractivo hombre rubio que triunfa con las

    mujeres, que practica sexo salvaje constantemente, que profesionalmente adems es muy popular y

    considerado. En definitiva, podramos hacernos la pregunta: es Vctor Dilan un lter egoexitoso y

    sexy del propio Vilas?

    A la sutil propuesta autoficcional de este libro contribuye tambin el hecho de que, como en libros

    anteriores, Manuel Vilas reproduzca algunas fotografas en el interior: fotografas que, como figura

    en la pgina de los crditos de la editorial y los derechos de autor, pertenecen al archivo personal del

    autor. As pues, en el captulo 6, titulado Desgracia, Elena, la mujer de Vctor, despus de que ste

    le confesase sus continuas infidelidades durante el matrimonio, le dice:

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    Me hiciste el amor despus de haber estado con esas mujeres. Con muchas no usaste preservativo.

    Sabes que tendremos que hacernos las pruebas del VIH. () Vas ahora a tu despacho y me traes varios

    anlisis mdicos de distintos aos, que tenas escondidos; te has estado haciendo las pruebas en

    silencio, dos veces al ao te las hacas, incluida la sfilis, y eso s que me parece encantador, muy

    decimonnico, que pudieras pensar que te estaban pegando la sfilis; me enseas la ltima: (142)

    Las pruebas de los anlisis de sangre para la deteccin de enfermedades de transmisin sexual son

    del archivo personal de Manuel Vilas, y no parece descabellado pensar que pertenezcan al propio

    Manuel Vilas. Es decir, en este caso, aunque sea de una manera algo metafrica, podemos decir que

    Manuel Vilas y Vctor Dilan llevan la misma sangre, son lo mismo. Que la sangre limpia de Vilas, es

    lo que prueba la salud de Dilan. Son elementos que, si bien se introducen en el texto con sutileza, no

    dejan de resultar paradigmticos y relevantes para el anlisis.

    El segundo documento que encontramos y que procede del archivo personal del autor es unafotografa que aparece al comienzo del captulo 12, Vctor Walker, mediante la que el narrador (esta

    vez, un omnisciente que se dirige al personaje de Dilan) ilustra lo que se vea desde la habitacin del

    hotel de Ro de Janeiro donde se alojaba, en diciembre de 2014, con motivo de la participacin en un

    festival internacional de literatura, y que haba tomado el propio Vctor Dilan con su telfono mvil

    Samsung Galaxy a travs de la ventana (figura 5) (213). No sabemos si, efectivamente, la fotografa

    fue tomada en Ro de Janeiro (aunque es plausible pensar que s) o si, en ese caso, sabiendo queprocede del archivo de Vilas, ste estuvo efectivamente en esa ciudad brasilea asistiendo, como el

    personaje de Dilan, a un festival internacional de literatura o si, por el contrario, se tom en unas

    circunstancias distintas (en cualquier caso, la referencia temporal, 2014, sera incompatible).

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    Figura 5

    Hay un momento enEl luminoso regalo en que el autor se autoparodia de una forma que recuerda,

    por el elemento onomstico y autorreferencial, a los habituales en sus anteriores novelas. El narrador

    hace alusin a un poeta espaol cuyo nombre, que no recuerda bien, cree que es Manuel Rivas, del

    que comenta el poema El enamorado (que, efectivamente, aparece enGran Vilas, y se corresponde

    con la descripcin argumental que hace de l). Sin embargo, del mismo modo en que se confunde

    Rivas con Vilas, se confunde el ttulo del poemario, al que se refiere como Gran Rivas en lugar

    de Gran Vilas:

    Hay un poeta espaol, Manuel Rivas, crees que ese es su nombre, que tienen un poema titulado El

    enamorado, que habla de eso, de un hombre de setenta y dos aos que se enamora de una chica de

    veintisiete, y la chica le es infiel y l disfruta de esa infidelidad. S, recuerdas el nombre del libro, se

    titula Gran Rivas, es inolvidable semejante ttulo. No recuerdas bien el poema de Rivas, esa es la

    verdad, pero el tema era ese, el vampirismo. Un vampirismo moderado (62).

    Es curioso, porque, si aceptamos que el narrador est cometiendo efectivamente un error, y se quera

    referir a Manuel Vilas en lugar de a Manuel Rivas, se produce una distancia entre el personaje de

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    Vctor Dilan (que es el que est evocando el poema de Rivas/Vilas) y Manuel Vilas. En cualquier caso,

    como habamos dicho al principio, las conexiones que pueden establecerse entre autor y personaje

    son en esta novela de carcter ms sutil y leve. De hecho, tras finalizar la novela, M.V. adjunta una

    nota titulada Agradecimientos y observaciones en la que da las gracias a varias personas y reconoce

    ciertas deudas o influencias del libro (desde el cine de Lars von Trier al de Kubrick, de la literatura de

    Emily Bront a la msica de Christina Rosenvinge), y donde se hace una aclaracin explcita sobre el

    estatuto ficcional de esta novela: El luminoso regalo es una obra de ficcin pura y cualquier parecido

    con la realidad es una indeseada coincidencia (383). En este caso, parece ser, el autor prefiere

    desambiguar en favor de la ficcin lo que, por momentos, podra parecer una autoficcin que guardase

    cierta relacin con el propio Manuel Vilas.

    Bibliografa

    Casas, Ana (comp.).La autoficcin. Reflexiones tericas.Madrid: Arco Libros, 2012.

    Vilar, Mariano. Mundos posibles enEspaa de Manuel Vilas. Actas VIII Congreso Internacional de

    Teora y Crtica Literaria Orbis Tertius, La Plata. Mayo 2012.http://citclot.fahce.unlp.edu.ar/viii-

    congreso

    Vilas, Manuel.Aire Nuestro. Madrid, Alfaguara, 2009.

    Los inmortales. Madrid: Alfagura, 2012.

    Espaa. Madrid: Punto de Lectura, 2012.

    Amor(Poesa Reunida 1988-2010).Madrid: Visor Libros, 2010.

    Gran Vilas. Madrid: Visor Libros, 2013.

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