La Estrategia Del Ajedrez y La Estrategia Del Go

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La estrategia del Ajedrez y la estrategia del Go El Go es un juego que crea adicción. Lo digo por mí, que llevo un mes enganchado a ese juego de estrategia de los orientales, que se juega en un tablero con piezas que simulan ser dos ejércitos que se enfrentan en una guerra, pero con planteamientos diametralmente opuestos a los del Ajedrez de los occidentales. Por explicarlo de alguna manera en pocas palabras, la diferencia entre el Ajedrez y el Go es como la que hay entre la guerra de movimientos y la guerra de posiciones de Gramsci. En el Ajedrez el objetivo es matar al Rey del adversario; quien intenta tomar directamente el Poder derribando al gobierno, sea mediante un golpe, una huelga o una revuelta, o mediante un resultado electoral totalmente inesperado, sigue la estrategia del Ajedrez. Quien se plantea que hay que ir poco a poco comiéndole el terreno, infiltrándose en sus instituciones y restándole apoyos hasta dejarlo sin base, ganando la complicidad de sectores cada vez más amplios, sigue la estrategia del Go.

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El Go es un juego que crea adicción. Lo digo por mí, que llevo un mes enganchado a ese juego de estrategia de los orientales, que se juega en un tablero con piezas que simulan ser dos ejércitos que se enfrentan en una guerra, pero con planteamientos diametralmente opuestos a los del Ajedrez de los occidentales. Por explicarlo de alguna manera en pocas palabras, la diferencia entre el Ajedrez y el Go es como la que hay entre la guerra de movimientos y la guerra de posiciones de Gramsci.

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La estrategia del Ajedrez y la estrategia del Go

El Go es un juego que crea adicción. Lo digo por mí, que llevo un mes enganchado a ese juego de estrategia de los orientales, que se juega en un tablero con piezas que simulan ser dos ejércitos que se enfrentan en una guerra, pero con planteamientos diametralmente opuestos a los del Ajedrez de los occidentales. Por explicarlo de alguna manera en pocas palabras, la diferencia entre el Ajedrez y el Go es como la que hay entre la guerra de movimientos y la guerra de posiciones de Gramsci.  En el Ajedrez el objetivo es matar al Rey del adversario; quien intenta tomar directamente el Poder derribando al gobierno, sea mediante un golpe, una huelga o una revuelta, o mediante un resultado electoral totalmente inesperado, sigue la estrategia del Ajedrez. Quien se plantea que hay que ir poco a poco comiéndole el terreno, infiltrándose en sus instituciones y restándole apoyos hasta dejarlo sin base, ganando la complicidad de sectores cada vez más amplios, sigue la estrategia del Go.

Las reglas del Go son simples y fáciles de aprender (a diferencia del Ajedrez). Los jugadores van colocando alternativamente piedras negras y blancas en las intersecciones de un tablero de 19x19 casillas, y ya no las mueven más, con el objetivo de ocupar más territorio que el adversario. Es territorio ocupado el que está rodeado por piedras del mismo color. Las piedras que están completamente rodeadas por piedras del color contrario son capturadas, y cuentan como puntos a la hora de hacer el recuento. 

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El desarrollo del juego puede dar lugar a jugadas que no tengan nada que envidiarle en cuanto a complicación al Ajedrez. La mejor forma de impedir que te rodeen es tú mismo rodear desde fuera a quien te intenta cercar, o mejor aún llevar la acción a otra zona del tablero distinta obligando al adversario a dispersar su atención. Aunque parezca que las líneas están estáticas, una paciente labor de zapa piedra a piedra o escaramuza por escaramuza a veces consigue que de repente se derrumbe todo el dispositivo del adversario. 

Los generales que mandan ejércitos coloniales empeñados en guerras asimétricas suelen cometer el error de plantear la estrategia del Ajedrez en lugar dela del Go. Los españoles en el Rif en 1921, o los franceses en Vietnam en 1954, creían que iban a ganar la guerra si ocupaban la que consideraban base principal del enemigo o si capturaban a su principal cabecilla, y entretanto se encontraban cercados en medio de ninguna parte en fortalezas como Annual o Dien-Bien-Phu. Los americanos en tantas y tantas aventuras bélicas como llevan actualmente no obtienen más resultado que acabar encerrados en sus bases, mantenidas a costa de un esfuerzo logístico impresionántemente costoso en energía y en dinero,  mientras que un enemigo cuya potencia de fuego es irrisoria comparada con la de ellos está por todas partes pero en ninguna en concreto.

Sun-Tzu seguramente jugaba al Go, igual que jugaban Mao y sus generales. Los escritos de Mao que tratan sobre la guerra de guerrillas parecen, no inspirados, sino copiados literalmente en muchos de sus párrafos de Sun-Tzu. Mao libró una gigantesca partida de Go de 24 años de duración con la China entera  como tablero, hasta que dejó a su enemigo Chiang arrinconado en Taiwan.

Durante mi fase de aprendiz cometí todos los errores propios de quien siempre ha jugado al Ajedrez: comenzar por el centro del tablero sin advertir que la mayor parte del territorio está por los lados, empecinarme en ocupar cierta zona concreta, o en defender numantinamente del cerco a cierto grupo de piedras, mientras el adversario se expande por el resto del tablero. Así hasta que finalmente he conseguido ganarle a la máquina, en el nivel medio al que la puse (porque todavía no he conocido a ninguna persona que juegue al Go).