La Escuela y La Sociedad de La Información

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La escuela y la sociedad de la información Manuel Área Moreira- Universidad de La Laguna Síntesis 1. La necesidad de repensar la escuela ante las nuevas características de la sociedad dela información El conocido fenómeno de la globalización es una de las señas caracterizadoras del periodo histórico en el que nos encontramos. Éste fenómeno no sólo implica una mundialización de los procesos económicos, sino también atañe a los procesos culturales. La música, la alimentación, la ropa, las noticias o las películas son en gran medida las mismas en todos los países occidentales, y por extensión, en la mayor parte dela geografía mundial. Hoy en día es difícil identificar una economía y una cultura estrictamente nacional ajena y autónoma respecto a las empresas multinacionales o a los organismos políticos transnacionales (ONU, FMI, OTAN, Banco Mundial,...). Otro de los signos de los cambios producidos en estas últimas décadas y que nos aleja del modelo de industrialización del siglo pasado se refiere a la eclosión o revolución científico-técnica que está produciendo en ámbitos tan variopintos como son las telecomunicaciones, la biotecnología, la ingeniería genética, la astrofísica, la nanotecnología, o las ciencias de la computación y el software. Un tercer dato o fenómeno, evidentemente interconectado con los anteriores, se refiere al incremento exponencial que se ha producido de la información llegando ésta a convertirse en la materia prima o eje central alrededor del cual se está construyendo la sociedad actual denominada por Castells (2000) “era de la información”. En el ámbito más cotidiano de nuestra finanzas personales cada vez utilizamos menos el dinero real sea en papel o moneda y más en forma de datos codificados que podemos utilizar a través de una tarjeta de crédito o directamente de nuestra cuenta bancaria gestionada a través de Internet. La información, en definitiva, es un objeto económico que tiene cada vez más un peso muy relevante en el PIB de cada país. Las industrias de la información en sus múltiples formas, como hemos señalado, se están convirtiendo en uno de los ejes estratégicos en la producción de la riqueza de un país. La información, también tiene notorios y profundos efectos de naturaleza sociocultural. La información no es solamente un conjunto de datos neutros, sino que su presencia o ausencia, la forma en que se comunica, y la manipulación de la misma afecta significativamente a la percepción, conocimiento e interpretación que realizamos de la realidad que nos rodea. Dicho en otras palabras, los humanos vemos y pensamos sobre el mundo en función de la información que disponemos y recibimos, por lo que los llamados medios de comunicación (prensa, radio, publicidad, televisión,....) juegan un papel fundamental en la configuración de los valores, actitudes y opiniones de la ciudadanía (McQuail, 1991). El cúmulo y excesiva cantidad de datos genera, inevitablemente, una saturación informacional que provoca que muchos sujetos tengan una visión confusa, ininteligible y de densa opacidad sobre la realidad que les rodea (sea local, nacional o mundial). Pero carecen de los criterios y capacidad para comprenderlos. Aquí reside una de las paradojas culturales más representativas de nuestra época: disponemos de los recursos y medios para la accesibilidad a la información, pero la limitada capacidad de procesamiento de la mente humana provoca que el umbral de comprensibilidad de los acontecimientos se vea sobre pasado por la excesiva cantidad de información que recibimos. Por ello, podemos afirmar que la sociedad

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La escuela y la sociedad de la información - Manuel Área Moreira (Síntesis)

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La escuela y la sociedad de la información Manuel Área Moreira- Universidad de La Laguna

Síntesis

1. La necesidad de repensar la escuela ante las nuevas características de la

sociedad dela información El conocido fenómeno de la globalización es una de las señas caracterizadoras

del periodo histórico en el que nos encontramos. Éste fenómeno no sólo implica una mundialización de los procesos económicos, sino también atañe a los procesos culturales. La música, la alimentación, la ropa, las noticias o las películas son en gran medida las mismas en todos los países occidentales, y por extensión, en la mayor parte dela geografía mundial. Hoy en día es difícil identificar una economía y una cultura estrictamente nacional ajena y autónoma respecto a las empresas multinacionales o a los organismos políticos transnacionales (ONU, FMI, OTAN, Banco Mundial,...).

Otro de los signos de los cambios producidos en estas últimas décadas y que nos aleja del modelo de industrialización del siglo pasado se refiere a la eclosión o revolución científico-técnica que está produciendo en ámbitos tan variopintos como son las telecomunicaciones, la biotecnología, la ingeniería genética, la astrofísica, la nanotecnología, o las ciencias de la computación y el software.

Un tercer dato o fenómeno, evidentemente interconectado con los anteriores, se refiere al incremento exponencial que se ha producido de la información llegando ésta a convertirse en la materia prima o eje central alrededor del cual se está construyendo la sociedad actual denominada por Castells (2000) “era de la información”.

En el ámbito más cotidiano de nuestra finanzas personales cada vez utilizamos menos el dinero real sea en papel o moneda y más en forma de datos codificados que podemos utilizar a través de una tarjeta de crédito o directamente de nuestra cuenta bancaria gestionada a través de Internet.

La información, en definitiva, es un objeto económico que tiene cada vez más un peso muy relevante en el PIB de cada país. Las industrias de la información en sus múltiples formas, como hemos señalado, se están convirtiendo en uno de los ejes estratégicos en la producción de la riqueza de un país.

La información, también tiene notorios y profundos efectos de naturaleza sociocultural. La información no es solamente un conjunto de datos neutros, sino que su presencia o ausencia, la forma en que se comunica, y la manipulación de la misma afecta significativamente a la percepción, conocimiento e interpretación que realizamos de la realidad que nos rodea. Dicho en otras palabras, los humanos vemos y pensamos sobre el mundo en función de la información que disponemos y recibimos, por lo que los llamados medios de comunicación (prensa, radio, publicidad, televisión,....) juegan un papel fundamental en la configuración de los valores, actitudes y opiniones de la ciudadanía (McQuail, 1991).

El cúmulo y excesiva cantidad de datos genera, inevitablemente, una saturación informacional que provoca que muchos sujetos tengan una visión confusa, ininteligible y de densa opacidad sobre la realidad que les rodea (sea local, nacional o mundial). Pero carecen de los criterios y capacidad para comprenderlos. Aquí reside una de las paradojas culturales más representativas de nuestra época: disponemos de los recursos y medios para la accesibilidad a la información, pero la limitada capacidad de procesamiento de la mente humana provoca que el umbral de comprensibilidad de los acontecimientos se vea sobre pasado por la excesiva cantidad de información que recibimos. Por ello, podemos afirmar que la sociedad

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de la información no significa necesariamente una sociedad de mayor conocimiento.

Nos preguntamos, ¿la enseñanza que debe impartirse en las escuelas tienen que

tener unos mismos fines y métodos independientemente del tiempo histórico concreto?, o ¿por el contrario hemos de pensar y reconstruir el modelo de escolaridad adaptándolo a las características contextuales de las necesidades de cada época?

Enunciaremos algunas de las ideas clave en este proceso de reconstrucción de la escuela ante las nuevas demandas formativas de la sociedad de la información.

la superación de una visión restrictiva de la alfabetización tradicionalmente centrada en la lectoescritura de textos para asumir en la escuela la necesidad de alfabetizar al estudiantado en múltiples lenguajes, formas y medios expresivos de forma que la escuela se convierta en garante en la igualdades de oportunidad en el acceso a la cultura y tecnología de nuestra época,

la innovación de los métodos de enseñanza y aprendizaje en el aula de forma que el uso de los computadoras se apoye en los principios del constructivismo social;

el profesorado como protagonista de los procesos de innovación educativa a través del uso pedagógico de las tecnologías.

2. Más allá de la alfabetización en la lectoescritura: la alfabetización múltiple

para la equidad en el acceso a la cultura y la tecnología. La alfabetización, es decir, el proceso de capacitación de un individuo para que

pueda acceder y comprender las formas simbólicas y los contenidos de los medios de comunicación, al menos los de naturaleza impresa, así como expresarse y comunicarse a través de la escritura, ha sido una de las metas sustantivas e irrenunciables de la escolaridad de los dos últimos siglos.

En el último cuarto del siglo XX, con el desarrollo de la tecnología audiovisual e informática han surgido nuevas formas de expresión y difusión de la cultura vehiculada a través de medios o soportes técnicos que no son impresos, sino de naturaleza electrónica. Los hipertextos, los gráficos en 3D, los mundos virtuales, los videoclips, las simulaciones, la comunicación en tiempo real, la videoconferencia, los mensajes y correos escritos a través de telefonía móvil o de Internet, la navegación a través de la WWW y en especial a las redes sociales.

La adquisición de destrezas de uso inteligente de las nuevas tecnologías pasa, al menos, por el dominio instrumental de las mismas junto con la adquisición de competencias relacionadas con la búsqueda, análisis, selección y comunicación de datos e informaciones cara a que el estudiante transforme la información en conocimiento.

Dicho de otro modo, la alfabetización en la cultura digital supone aprender a manejar los aparatos, el software vinculado con los mismos, y el desarrollo de competencias o habilidades cognitivas relacionadas con la obtención, comprensión y elaboración de información. A estos ámbitos formativos habremos de añadir el cultivo y desarrollo de actitudes y valores que otorguen sentido y significado moral, ideológico y político a las acciones desarrolladas con la tecnología. Para ello, requerirá plantear y desarrollar valores y actitudes de naturaleza social y política con relación a las tecnologías.

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En consecuencia, un modelo educativo integral para la alfabetización en el uso de las nuevas tecnologías requiere el desarrollo de cuatro ámbitos o dimensiones formativas:

Dimensión instrumental: relativa al dominio técnico de cada tecnología (conocimiento práctico del harware y del software que emplea cada medio).

Dimensión cognitiva: relativa a la adquisición de los conocimientos y habilidades específicos que permitan buscar, seleccionar, analizar, comprender y recrear la enorme cantidad de información a la que se accede a través de las nuevas tecnologías. Es decir, aprender a utilizar de forma inteligente la información.

Dimensión actitudinal: relativa al desarrollo un conjunto de valores y actitudes hacia la tecnología de modo que no se caiga ni en un posicionamiento tecnofóbico (es decir, que se las rechace sistemáticamente por considerarlas maléficas) ni en una actitud de aceptación acrítica y sumisa de las mismas.

Dimensión política: relativa a la toma de conciencia de que las tecnologías de la información y comunicación no son asépticas ni neutrales desde un punto de vista social, sino que las mismas inciden significativamente en el entorno cultural y político de nuestra sociedad.