CAPITULO VIIILA ESCUELA QUE SURGE DE LA REVOLUCIÓN

(Síntesis elaborada por: Ramírez Jiménez Olga y García Maldonado Mario)

Los cambios más relevantes de la educación corresponden a las transformaciones sociales que emanan de las revoluciones de la ciencia, la técnica, la economía, la política y en los diferentes ámbitos de la cultura. Asimismo, en la evolución de un pueblo todos los aspectos y periodos se conectan horizontal y verticalmente de manera inevitable.El positivismo, como filosofía de la educación, tiende a la formación de la clase dirigente para consolidar el poder político descuidando la preparación de las nuevas generaciones. La revolución, por tanto, busca solucionar los problemas añejos para defender el legado de independencia, libertad y soberanía que todo el pueblo aspira. La ley es el nexo normativo de una sociedad constituida en Estado y la educación es el nexo formativo.

El legado educativo de la República liberal fue la de formar la aristocracia más que una gran alfabetocracia. La época porfiriana sólo tiene de la pobreza un orden; de la patria un fulgor; de la sociedad un ensayo, y del conocimiento un lujo. De ahí que la frase “Tierras y escuelas” será uno de los apotegmas de la Revolución que se expresará concretamente en el Plan de San Luis y el Programa del partido liberal mexicano. Al promoverse la escuela para todos surge el decreto para crear las Escuelas Rudimentarias puestas en cualquier parte de la República donde el analfabetismo sea mayor. El gobierno de Madero no sólo abordará los problemas educativos sino también los agrarios, obreros y de justicia social que individualmente y en conjunto postula la Revolución.

La encuesta nacional realizada en el gobierno Madero para la revisión del Decreto de la Escuelas Rudimentarias, expone claramente la política educativa y la filosofía social. Se despiertan actitudes revolucionarias, precisa ideas y conceptos educativos, y promueve el encauzamiento de una educación popular. Se genera un fervor por una escuela nueva mediante publicaciones y creaciones de escuelas, así como ensayos de tipo social donde la política educativa empieza a institucionalizar la Revolución.

Aún cuando las leyes preconstitucionales representan un avance en la consecución de la educación popular, la Constitución de 1917 parece propiciar un retroceso en materia educativa. Si bien la Constitución extirpa las jefaturas políticas como intermediarias entre los municipios y los gobiernos estatales, las escuelas dejan de funcionar en manos de los ayuntamientos pues la educación primaria en México es y será de carácter federal debido a la estructura social y su trayectoria histórica.

La Secretaría de Educación Pública creada en 1921 revela el impulso educativo que la Revolución trae consigo. La educación es considerada la vía para los problemas agrarios en tiempos de Carranza. Álvaro Obregón restablece la Secretaria de Educación Pública suprimida por el Congreso Constituyente. Su acción es realiza a través de tres departamento: el escolar, las bibliotecas y Archivo y el de Bellas Artes. Se promueve la

creación de un sistema que destine el presupuesto de la educación al sostenimiento de escuelas elementales, secundarias, industriales y agrícolas y, después, a escuelas profesionales. Es así como el fervor revolucionario se traslada de los campos de combate al campo de la educación.

En el proyecto de ley que el Poder Ejecutivo envía a la XXIX Legislatura del Congreso de la Unión para la creación de la Secretaría de Educación Pública Federal, se traza la política educativa de la Revolución. Y desde su nacimiento, dicha Secretaría, empieza por respetar la soberanía del pueblo mediante el establecimiento de una escuela que enseña a vivir en la democracia. Tiene tres etapas sucesivas: la local, la estatal y la federal. Así, desde que Obregón designa a Vasconcelos titular de la Secretaría de Educación Pública, empieza a tomar forma vital y operante la filosofía social que brota del choque de los contrarios: la Dictadura y la Revolución. Poco después surgen las Escuelas rurales dentro del primer Plan de Trabajo con principios concretos para la enseñanza. Dichas escuelas nacen para servir a los grandes y pequeños grupos tradicionalmente marginados en su desarrollo. Las escuelas rurales hacen de la comunidad una escuela y una escuela de la comunidad. Se forma así una sola institución social, con movimiento y dinámica propios y aspiraciones comunes. Así, la escuela queda envestida de una dignidad nueva para esclarecer el nacionalismo y crear un México íntegro.

La Escuela Rural es el eje sobre el cual gira el sistema educativo de la Revolución, mismo que conduce al pueblo mexicano hacia su realización. Las Misiones Culturales son sólo instituciones complementarias de la educación rural. Se crean para preparar maestros y propiciar el desarrollo integral y armónico de las comunidades rurales mediante la acción de la escuela. Operan, sin apegarse a cánones pedagógicos, en el plano escolar vital. Se encauzan las energías latentes de la comunidad entera. Pretenden convertir al maestro en un guía social en pos de la integración y el desarrollo comunal sin didácticas especiales y con programas operantes y vitales para guiar a la comunidad como un todo. Por ello misioneros son los maestros, inspectores, administradores, investigadores y filósofos al mismo tiempo.

Las Misiones Culturales integran una filosofía de la educación rural que tiene que ver con el ambiente natural y social, con la salud y el bienestar, con la vida de hogar y las relaciones domésticas, con la recreación espiritual y física. En fin, las Misiones trata de ayudar a la escuela a formar comunidades con una vida orgánica, y a construir su vida completa.

En 1925, en Oaxaca, la escuela normal rural, surge funcionalmente como institución con un rústico programa que responde a las necesidades de la población mexicana y propiamente con propósitos marcadamente nacionalistas, La Escuela Nacional de Maestros nace de la fusión de las escuelas normales de la dictadura con el propósito de convertirse en un magno laboratorio de pedagogía, basado en los postulados de la ciencia y educación y para orientar las tareas educativas a escala nacional.

Desde el pedestal urbano, la Escuela Nacional de Maestros se propone:

a) formar maestros rurales y urbanos de educación primaria, misioneros, técnicos en educación y educadoras para jardines de niños.

b) fundar la acción formativa en la enseñanza de oficios y pequeñas industrias con base en los estudios de botánica y zoología, física y química, pedagogía y psicología.

c) Hacer de la escuela un verdadero centro de pedagogía nacional para orientar la actividad educativa del país.

Al finalizar el período de 1923-1933, se fusionan las Normales Rurales y las Centrales Agrícolas y se da lugar a las Escuelas Regionales Campesinas que propician la creación del departamento de Enseñanza Agrícola y Normal Rural dentro de la SEP.

En 1929, en palabras de Rafael Ramírez, quien expresa que en estos años la doctrina de la escuela rural apunta a ser una institución socializante. En 1931, Moisés Sáenz, manifiesta que socializar es dividir la labor socializándola, compartirla con responsabilidad, en interés, cobijarla con una empatía colectiva y en un ideal común, enseñar a los hombres a trabajar en colaboración, repartiéndose funciones, participando de las obligaciones, gozando de los resultados Pero al terminar la década los profesionales de la Revolución desconocedores de elementos principales de pedagogía utilizan la escuela como instrumento político de partido.

En cuanto a la educación media superior, la doctrina del positivismo matiza por completo la enseñanza superior, en el curso de la dictadura el esfuerzo liberal declina hasta dar lugar a un neopositivismo que produce entes latifundistas, de los capitales extranjeros y de la oligarquía burocrática del aparato gubernamental. Al iniciarse el gobierno de Plutarco Elías Calles, a la Universidad Nacional de México con facultades tradicionales, se incorporan otras facultades, y en 1928, el departamento de Educación Rural.

El 31 de enero de 1928, aunque la Universidad está estancada en los métodos positivistas, se crea el Departamento de Educación Rural. Este Departamento propone conseguir de un modo efectivo, la incorporación de los indígenas y campesinos al progreso del país mediante:

La preparación de expertos en educación rural. La formación profesional de inspectores de educación rural, debidamente

capacitados, para promover y alcanzar el mejoramiento de las escuelas del campo.

La ayuda a los gobiernos locales para mejorar sus sistemas de organización y administración de su educación rural.

A nivel universitario, se inicia la preparación de técnicos en educación rural y de conductores de la misma.

Con respecto a la educación tecnológica, en 1923, el subsecretario de Educación Pública, refiere que hay un analfabetismo técnico. En el periodo de Álvaro Obregón, en 1924, se considera la enseñanza industrial de más importancia que la literaria y conviene que se

declare obligatoria, en esa época proliferan las escuelas industriales. En 1925, la SEP, establece el Departamento de Enseñanza técnica, para orientar y controlar la apertura de dichas escuelas. La administración del general Calles deja establecidas 27 escuelas técnico-industriales sostenidas por el gobierno federal: 15 en el D.F. y 12 en los estados. Ejemplos el Instituto Técnico Industrial (ITI), las escuelas comerciales propician el paso a la Escuela Superior y Administración. Se impulsa la educación tecnológica a niveles medios y populares.

Ahora bien, la escuela Secundaria en México nace con molde Alemán y postulados democráticos de los Estados Unidos acorde con el sentido democrático, popular y nacionalista de la Revolución cuya doctrina expresa y difunde en todo su territorio nacional la escuela rural de México. Los principios iniciales que le dan vida son: preparar para la vida ciudadana, propiciar la participación en la producción y en el disfrute de las riquezas así como cultivar la personalidad independiente y libre.

Su programa no se haya bajo la potestad eclesiástica pero está teñido por el liberalismo del siglo XIX. Su plan de estudios rígido y uniforme, tiende a obtener una disciplina mental fundada en el orden lógico de las ciencias, ajeno a las diferencias individuales, habilidades y capacidades de los educandos, se aparta de la psicología y de los progresos de la pedagogía ajustándose simplemente a la pragmática de poca política y mucha administración.

Aunque Moisés Sáenz desde 1917 inicia con la tarea la escuela secundaria no nace sino hasta 1926, durante el período presidencial de Plutarco Elías Calles.

Por otro lado, durante los años veinte se crea el Departamento de Psicopedagogía e higiene Escolar con las secciones de Psicopedagogía de higiene escolar, de previsión social y archivo de correspondencia. En 1935, este departamento toma el nombre de Instituto Nacional de Psicopedagogía, de después de Instituto Nacional de Investigación Educativa.

En cuanto a la autonomía de la Universidad. La administración Callista como supremo esfuerzo para dar contenidos democráticos y populares a la educación, separa definitivamente de la Escuela Nacional Preparatoria el ciclo de enseñanza secundaria en 1926. En años posteriores el movimiento estudiantil determina la Autonomía de la Universidad Nacional de México.