La Época Del Orden y El Progreso
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Ángela Giselle García Ruíz.
4820
LA ÉPOCA DEL ORDEN Y EL PROGRESO.
Durante la gestión de Díaz, el país se pacifico, progreso, modernizo y se volvió atractivo a
otras naciones. La economía era estable, el gobierno fuerte y organizado. Los servidores
públicos obedecían al mandato del presidente “orden y progreso”.
Aun así en esta sociedad imperaba la injusticia social; el proletariado era esclavizado, sin
derecho a la educación, se les despojaba de tierras y no había democracia en el país. Todo
esto aunado a las concesiones a los extranjeros llevo a la culminación del porfiriato a 35
años de su inicio en 1910.
A finales del siglo XIX floreció la industria, el comercio, la banca, la minería, los
ferrocarriles y los servicios públicos. Hubo una formación científica alrededor del
presidente, ya sea como asesores o secretarios de estado y aunque no todos lo eran
realmente, el pueblo ignorante se sometió ante ellos. (1)
El primer secretario de Justicia e Instrucción pública fue Protasio Tagle quien estaba contra
el dogmatismo religioso y en favor de la enseñanza objetiva, se introdujeron nuevas
asignaturas para el estudio de las ciencias físicas y la historia natural. Hacia 1901 Justo
Sierra Méndez es asignado subsecretario de instrucción logrando grandes avances como
la fundación de la Escuela de Altos Estudios y la Universidad Nacional. (2)
Esta última albergaba a la Escuela Nacional de Medicina en el antiguo Palacio de la
Inquisición de la Ciudad de México. Contribuyo al desarrollo del proyecto de edcuacion
superior científico, laico y nacionalista, que los liberales forjaron en el siglo XIX. (3)
ENSEÑANZA MÉDICA.
La escuela estaba en contacto permanente con la Secretaria de Relaciones Exteriores, pues
a este ministerio llegaban noticias de cónsules extranjeros acerca de adelantos en ciencias
médicas que comunicaban a la escuela. También había comunicación entre sus maestros
y la Suprema Corte de Justicia pues estaban obligados a ser peritos en juicios criminales.
Tras la Escuela Nacional de Medicina había una extensa red de hospitales, institutos de
investigación y sociedades científicas, que en definitiva dieron forma a la enseñanza e
investigación en ciencias médicas.
La especialización fue otro punto clave en la formación académica de los médicos, hacia
1906 la carrera se redujo a 5 años, con la posibilidad de que los alumnos que pasaran a
cuarto año se especializaran en ginecología, oftalmología, bacteriología, pediatría,
otorrinolaringología, dermatología, anatomía patológica, fisiología experimental
venereología y psiquiatría, al acabar el 5to año debían someterse a un examen profesional
y presentar una tesis relacionada con sus especialidad.
El internado no existió en ese tiempo pero a los maestros de las diferentes clínicas se les
asignaban salas en los hospitales donde los alumnos tenían la obligación de visitar a los
enfermos diariamente y sujetarse al reglamento del nosocomio.
Durante este decenio otros médicos lograron triunfos como Luis Hidalgo Carpio con su
obra Medicina legal, disciplina de la cual fue fundador. Juan María Rodríguez publicò -
Manual de partos- que durante mucho tiempo fue el texto de clínica obstétrica de la
Escuela Nacional de Medicina.
En 1904 se publican de manera mensual los Anales de la Escuela Naconal de Medicina.
En 1905 se inaugura el Hospital General que contaba con todos los adelantos médicos de
la época. Los institutos creados durante el profiriato también ayudaron a la enseñanza
de la medicina, como el Museo Anato-patologico, el Bacteriologico Nacional que buscaron
crear literatura nacional para los médicos nuevos. (3)
En esos años la Escuela Nacional de Medicina, avanzo al mismo tiempo que las ciencias
médicas, promovió la fundación de laboratorios, museos e institutos de investigación.
CONSOLIDACIÓN DEL GREMIO MÉDICO.
El medico era visto como una figura intelectual, jugo un papel importante en las
decisiones políticas del país a inicios del siglo XX, Porfirio Diaz estaba convencido del
poder de la ciencia, si se fomentaba en el país este sería un país desarrollado, esta es la
causa de la cercanía de sus asesores autonombrados “científicos”.
Las organizaciones científicas durante el Porfiriato estaban constituidas en su mayoría
por médicos. La asociacion medica por excelencia fue la Academia Nacional de Medicina ,
donde entre otros, estaban Eduardo Liceaga y José Terres, quienes tomaban las decisiones
medico-cientificas del país. Gracias a esto grandes avances sucedieron en México.
Existieron muchas campañas contra enfermedades prevenibles, se controló la prostitución,
se implementaron medidas sanitarias y aunque se realizaba por médicos eran
orquestadas por el gobierno.
Los médicos liberales del siglo XIX aprendieron la realidad social, su interrelación con la
enfermedad y la ciencia, se incorporaron a la política y por ende al poder. Médicos
presidentes del mismo siglo fueron Valentín Gómez Farias y Anastasio Bustamante.(4)
POLÍTICA SANITARIA.
Durante el Primer Congreso de Médicos Mexicanos —organizado por Eduardo Liceaga y
Rafael Martínez de la Torre, y realizado en 1876— tomó las precauciones acordadas para
combatir la epidemia de tifo, y emitió en 1877 la ley que creó la Dirección de Beneficencia
Pública, dejándola independiente del Ayuntamiento para ponerla en las manos de los
doctores Manuel Alvarado y Manuel Carmona y Valle.
Finalmente, en 1891, después de cuidadosos estudios que tomaron en consideración los
factores legales, los sanitarios y el beneficio común de los habitantes del país, aprobado
por el ejecutivo de la Unión y las cámaras legisladoras, el Consejo Superior de Salubridad
publicó el Código Sanitario para el Distrito Federal y Territorios, el primero en la historia.
Esta ley tuvo también la virtud de unificar criterios sanitarios en la nación, pues gran
parte de los estados de la federación siguieron sus enunciados, adaptándolos a las
peculiaridades de cada zona y así, sin que hubiera una orden expresa, los gobiernos
estatales delegaron su autoridad sanitaria en las autoridades del centro, y poco a poco se
fue estableciendo un criterio médico. Hubo reglamentos para albañales y conductos
desaguadores; para la existencia de establos y las ordeñas; para las parteras, los lazaretos
de la República, la Sanidad Marítima; para los servicios de desinfección (Liceaga trajo de
Europa dos estufas y con ellas se inició el servicio de desinfección de ropas y objetos que
hubiesen estado en contacto con enfermos o lo fueran a estar). Se establecieron
reglamentos para comestibles, para los rastros y mataderos, para las pulquerías, para las
bebidas embriagantes, para los expendios de carne, para la instalación de andamios,
construcción, reparación o pintura de edificios; para la venta de leche, etcétera (5) La
definición de zonas específicas para el ejercicio de la prostituciónera una constante en las
municipalidades en las que se aplican los reglamentos, tratando de mantener un cierto
nivel de segregación. El registro de prostitutas se convierte en el instrumento
fundamental para “vigilar y castigar” el cuerpo de estas mujeres. En él se condensan sus
datos biográficos, sus características físicas, así como los vaivenes de su actividad. Ellas,
altas o bajas, gordas o flacas, blancas o morenas, tienen que sufrir la inspección
obligatoria. Y a pesar de las diferentes opiniones en cuanto al problema, los que polemizan
coinciden en considerar la prostitución como un “mal necesario” o una “mala necesidad”.
A diferencia de las mujeres que ejercen el oficio, los asiduos clientes se encuentran exentos
de la inspección, a pesar de que ello también contagian y propagan la enfermedad. En
realidad das acciones gubernamentales en contra de la enfermedad fueron un pretexto
para el presidio de las mujeres que ejercían el oficio, el escándalo fue una justificación.
Se trataba de ocultar todo aquello que “apesta” y dejar para los honorables y decentes
ciudadanos, una urbe limpia de todo mal visual, una urbe organizada para todo placer
carnal. Los padecimientos venéreos sifilíticos no son tratados como la mayoría de las
enfermedades en las que se declara el mal, se llama al médico y se procede a dar
medicamentos. Los médicos forman parte del secreto, del miedo del paciente y su familia
de que la sociedad conozca el mal y las características que adquiere.
En la última década del siglo XIX los médicos se organizaron, con el fin de formar la
Sociedad Oftalmológica de México.
La reunión para formalizar dicha Sociedad tuvo lugar en el domicilio del doctor José
Ramos, el 18 de febrero de 1893. El acta de instalación fue firmada por siete personas,
aunque por razones desconocidas, en ella aparecen ocho nombres. Ese mismo día fue electa
la primera mesa directiva de la naciente Sociedad, que estuvo constituida de la siguiente
manera:
Presidente José Ramos.
Vicepresidente Fernando López.
Secretario Agustín Chacón.
Tesorero Emilio Montaño.
La Sociedad Oftalmológica Mexicana se convertió en la más antigua de América Latina
en esta especialidad. Hubo muchos otros avancez relacionados con la medicina durante la
dictadura, pero talvez estos son mas conocidos.
La preocupación sanitaria en el porfiriato se hizo parte del tratamiento a la sociedad,
gracias a esto se desarrolla la salud publica en México y permite su desarrollo social para
algunos Diaz fue un tirano, para otros visionario. Yo pertenezco al segundo grupo, a pesar
de las injusticias sociales provocadas por el clasismo; el avance a nivel científico, sanitario,
económico, tecnológico y social no tiene punto de referencia en ningún gobierno o siglo
desde el inicio del país como república.
Con la fundación de la Universidad Nacional en 1910, la Escuela Nacional de Medicina
constituyó uno de sus pilares más sólidos para propugnar por una educación nacional,
pública y de calidad. Ello quedó demostrado con la profesionalización y proliferación, por
todo el país, de instituciones de enseñanza médica. El hecho de que todos los futuros
médicos fueran profesores universitarios comenzó a garantizar una formación científica
de excelencia.(6)
Fotogalería.
Con la fundación de la Universidad Nacional en 1910,
la Escuela Nacional de Medicina constituyó uno de sus
pilares más sólidos para propugnar por una educación
nacional, pública y de calidad.
Bibliografía.
1.- Héctor Barry Sánchez. Historia de México. 3ra ed. Mc Graw Hill. 2005. El Porfiriato
pág. 165-183.
2.- Gloria M. Delgado de Cantú. Historia de México. Legado histórico y pasado reciente,
2004. Pearson Educación de México. El régimen de Porfirio Díaz pág. 210- 266
3.- Ana María Carrillo. La enseñanza de la medicina en la Escuela Nacional durante el
Porfiriato, la casa de Salomón en México pág. 258-282
4.- Ana Cecilia Rodríguez de Romo. Los médicos como gremio de poder en el Porfiriato
Bol Mex His Fil Med 2002; 5 (2) pag. 3-9
5.- Ricardo Orozco Ríos. Temas médicos y sanitarios en el Porfiriato. Bol Mex His Fil
Med 2002; 5 (2) pag. 11
6.- http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloid=948099