La Efectividad en El Proceso Comunicativo
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TÍTULO: LA EFECTIVIDAD EN EL PROCESO COMUNICATIVO
TUTOR – ESTUDIANTE .
Autor: Lic. Kenia Arias Falcón.
RESUMEN
La Universidad cubana enfrenta actualmente el reto de la municipalización; donde su misión es la de masivizar la cultura en nuestro país. En ella se forma un profesional integral acorde a nuestros principios. Para lograrlo el profesor y el tutor desempeñan un papel de gran importancia. El tutor en este tipo de enseñanza se revaloriza al establecer una comunicación especial con sus alumnos que rebasa las fronteras del aula. En la investigación realizada, sobre el proceso comunicativo tutor-estudiante se constató que el proceso tutoral es una ayuda metodológica para la formación integral del estudiante en la universalización; pero que al no existir una acertada comunicación entre el tutor y el alumno debe existir un programa de comunicación en el proceso tutoral donde exista un encuentro cara a cara entre ambos, además de una adecuada evaluación del mismo. En el trabajo se analizan las formas en que deben relacionarse. En la investigación se demuestra que el tutor debe emplear fundamentalmente dos técnicas cualitativas para lograr efectividad en el acto comunicativo: el Grupo Focal y la Entrevista Abierta, que el diálogo es lo más importante el la comunicación tutor- alumno y que el llenado de una planilla o cuestionario no es lo más adecuado para realizar una correcta caracterización psicopedagógica del alumno y por último se crea un instrumento para medir la efectividad de la comunicación en el proceso tutoral.
INTRODUCCIÓN.
Las instituciones universitarias en Cuba, están llamadas a formar los profesionales
que darán continuidad a la obra social que construimos, son estos centros los
encargados no solo de la formación científica, sino ética y política de las nuevas
generaciones de profesionales.
En la Conferencia Mundial sobre Educación Superior celebrada en 1998, al
abordarse el tema de las transformaciones de la educación y el de la comunicación
interpersonal como herramienta esencial se pronunciaron porque los egresados
sean:
“Flexibles; capaces de contribuir a la innovación y a ser
creativos, capaces de hacer frente a las incertidumbres;
interesados durante el aprendizaje durante toda la vida y
preparado para ello; polifacéticos en capacidad genéricas
que atraviesen diferentes disciplinas y tengan nociones de
campos de conocimientos que constituyan la base de
diversas capacidades profesionales, por ejemplo, las
nuevas tecnologías”. Que, además, “(...) hayan adquirido
sensibilidad social y capacidades de comunicación, estén
animados en un espíritu de empresa, se preparen para la
internacionalización del mercado laboral mediante una
comprensión de diversas culturas “. (Conferencia Mundial
sobre Educación Superior, 1998).
La Universidad cubana enfrenta actualmente el nuevo reto de la municipalización; el
cual obliga a un redimensionamiento de los procesos universitarios, en particular de
la extensión universitaria. Su misión principal es la de promover la cultura, en su
relación con la comunidad, o sea, masivizar la cultura en nuestro país. La
Universidad asume un papel relevante al llevar la cultura a la comunidad y para ello
sus profesores, estudiantes y trabajadores se vuelcan a los municipios no solo a que
se desarrolle un proceso de enseñanza aprendizaje, sino y como cuestión más
importante, para que a través de la instrucción y con los tutores se logre
desencadenar un fuerte movimiento de desarrollo de la cultura, lo que de hecho
debe reafirmar a la institución educativa en su función de centro de promoción
cultural más importante de la comunidad.
De manera que esta es a todas luces una situación muy singular, sin antecedentes al
menos inmediatos y que por tanto exige de la preparación de todos los cuadros en la
institución sobre todo de aquellos que asumen la responsabilidad directa de la
realización del proceso en el municipio y de la preparación a su vez de los tutores
que se incorporan en estos lugares.
Este por ser novedoso, es un proceso de docencia diferente al que todos estábamos
acostumbrados ya que los encuentros no son diarios sino más bien distanciados por
lo que el profesor y el tutor cobran un papel de gran importancia. Aquí el tutor se
revaloriza. Una de sus características es el desarrollo de su competencia
comunicativa (Eneida Matos. Competencia Comunicativa.)
En este campo no han existido muchas investigaciones y al realizar entrevistas a
profesores de experiencia y a otros tutores que realizan sus funciones en la Sede
Universitaria acerca del tema de la comunicación, se constató que no existe una
comunicación acertada entre el tutor y el estudiante en el proceso tutoral.
De esta situación problémica se deriva el siguiente problema científico. ¿Cómo
lograr efectividad en el proceso comunicativo tutor – estudiante? De él se deriva el
objetivo siguiente:
• Elaboración de un modelo contentivo de las relaciones que deben
establecerse entre el tutor y los estudiantes.
De aquí que el campo de acción sea, el desarrollo de una comunicación efectiva
entre el tutor y el estudiante.
La realización de este trabajo se sustentó en los métodos siguientes:
Análisis – Síntesis: Para separar en el objeto de investigación los elementos que lo
forman, aplicando la lógica y luego analizar las cualidades y rasgos de la
comunicación entre el tutor y el alumno.
Histórico lógico: Para conocer el objeto de estudio en su devenir histórico teniendo
en cuenta los antecedentes, desarrollo y perfeccionamiento de la comunicación en el
proceso tutoral.
La población en este trabajo estuvo constituida por estudiantes que cursan la
carrera de Estudios Socioculturales y tutores de los mismos.
La muestra por su parte estuvo formada por 5 estudiantes.
DESARROLLO.
La palabra comunicación, etimológicamente, proviene del latín communicare, que
significa establecer algo en común con alguien, compartir alguna apreciación o
alguna idea. Como podemos observar, de una u otra manera, el término comunicarse
hace referencia al establecimiento de una cierta sintonía entre los sujetos implicados
en el proceso.
Debemos tener en cuenta, como elemento importante que precisamente la
comunicación es un intercambio regulado y que siempre existe una interacción por
parte de los interlocutores. Es, además, un proceso complejo, de carácter social e
interpersonal, en el que se lleva a cabo un intercambio de información, verbal y no
verbal, se ejerce una influencia y se establece un contacto a nivel racional y
emocional entre los participantes.
El lenguaje hablado es uno de los elementos fundamentales de la sociedad humana.
Vivir en sociedad implica comunicación de unos con otros. De una manera general
podría decirse que para participar en la vida social hay que saber comunicarse. De
esto resulta clara una cuestión: todos necesitamos aprender a hablar en público….y
necesitamos hacerlo bien. (Ander Egg, E y María Aguilar. ¿Cómo aprender a Hablar
en público?
La comunicación es un elemento imprescindible en la actividad humana,
transformándose a la par de la sociedad. La comunicación es categoría y ciencia.
Tiene como "objeto cotidiano los procesos de la participación, sus medios y
condiciones”, según Hanno Beth y Harry Pross, en Introducción a la Ciencia de la
Comunicación. (1989:11)
En el desarrollo de esta ciencia, han surgido modelos comunicativos y entre los más
conocidos están los de: Lasswell, Shannon y Weaver, Schramn, Jakobson y
Maletzke.
El modelo comunicativo de Lasswell describe el acto comunicativo y no su proceso,
trabaja a partir de estímulos comunicativos delimitando los componentes del mismo.
Hace énfasis en el mecanismo de estímulo respuesta y opera generalmente en la
comunicación colectiva. Por su parte Shannon considera al ser humano como un
sujeto activo que busca, elige, interpreta, elabora, transforma, almacena y reproduce
la información proveniente del medio ambiente o del interior y de acuerdo con sus
intereses y objetivos planifica, programa, ejecuta y corrige la acción el proceso.
Este es quizás el modelo que ha tenido una mayor influencia en el estudio de la
comunicación a pesar de ser lineal y unidireccional, lo que dificulta su aplicación en
contextos lingüísticos, pues estos operan con campos semióticos y semánticos,
signos extralingüísticos, además los participantes en una situación lingüística
determinada lo hacen en calidad de sujetos participantes en un contexto y
circunstancias determinadas. Se pone énfasis en la transmisión de la comunicación,
entendida esta como la transmisión de un mensaje de un emisor a un receptor.
El modelo comunicativo de Schramn, plantea que comunicar significa establecer una
cierta participación en común con alguien y que estén presentes tres elementos: una
fuente, un mensaje y un destino. Aquí el autor reconoce que el proceso
comunicativo no es lineal, destaca la importancia que en la comunicación humana el
sujeto es fuente y destino. Para que una comunicación tenga éxito hay que tener en
cuenta: la situación en que se recibe la comunicación y el lugar que debe tener la
respuesta si la hay; la personalidad del receptor y las normas y relaciones grupales
del receptor. Schramn no esquematiza la comunicación interpersonal como un
proceso lineal de estímulo- respuesta, sino que reconoce la relación dialógica entre
fuente y destino. Introduce, además, el término de retroalimentación.
Jakobson: se plantea investigar los modelos del lenguaje y para ello establece un
modelo. En este modelo el destinador transmite un mensaje al destinatario. Este
mensaje tiene un contexto de referencia, un referente que el destinatario puede
captar. Destinador y destinatario deben poseer un código común mediante el cual el
primero codifica y el segundo decodifica el mensaje. Cada uno de los factores del
modelo determinan diferentes funciones del lenguaje, entre las que tenemos: emotiva
o expresiva, referencial, poética, fática, metalingüística y conativa. Su gran limitación
es que se circunscribe solamente al lenguaje verbal.
Este modelo constituye un paso de avance al plantear el papel fundamental que
tiene el destinatario en el circuito de comunicación, pero este destinatario al parecer
está destinado a decodificar mensajes solamente verbales y no destaca la
importancia que tiene el lenguaje no verbal.
El modelo de Maletzke: este autor conceptúa la comunicación en su aspecto social
como un sistema dinámico, complicado de dependencias e interdependencias de los
factores concurrentes.
Diferentes han sido las definiciones de comunicación, para Charles H. Coolí (Hanno
Bett y Harry Pross 1989:66) “la comunicación designa el mecanismo mediante el que
existen y brotan las relaciones humanas, todos los símbolos espirituales junto con
los medios para transportarlos en el espacio y conservarlos en el tiempo.
Comprende la expresión del rostro, la postura y el gesto, el timbre de la voz, las
palabras, la escritura…”
Según este autor, siempre estamos comunicando ya sea de forma intencionada o
no. Se entiende por comunicación intencionada la que tiene por objetivo influir y
modificar a un receptor mediante un emisor o comunicador utilizando un canal y un
mensaje adecuado.
B, F. Lomov, considera que la comunicación no es un mero hecho de acción de un
individuo y la reacción de éste, sino que es un proceso interactivo entre dos o más
personas que intervienen en ella como sujetos. La comunicación es un proceso
dinámico, porque se modifican de forma constante los sujetos y objetos que
intervienen en ella.
La comunicación humana, como manifestación superior del desarrollo del lenguaje
ha sido estudiada por diferentes ramas, entre ellas la Filosofía la Psicología, la
Pedagogía, la Lingüística y otras. Esto demuestra la importancia y connotación
que posee para lograr el saber humano en cualquier rama de las ciencias naturales,
exactas o sociales.
Desde el punto de vista filosófico la comunicación establece una relación objetivo –
subjetiva en un proceso recíproco de producción, distribución y consumo engendrado
en la actividad. (Selección de lecturas de Cultura Política. 2001:55). En lo psicológico
podemos decir que la comunicación tiene un lugar especial en la formación de la
personalidad y constituye la vía esencial de su determinación social. (Comunicación
y educación. 2002: 2). Al respecto Fernando González Rey nos dice que el proceso
de comunicación es una vía esencial del desarrollo de la personalidad que tiene su
especificidad con relación a la actividad objetal concreta, tanto por sus características
como por la forma en que el hombre se incluye en calidad del sujeto en uno u otro
proceso. Fernando González Rey. Personalidad y comunicación: su relación teórico y
metodológica. (Comunicación educativa. 2002:2).
El pedagogo español, J. M. Ascencio, concibe la comunicación como: “un tipo de
conducta mediante la cual los individuos de una determinada especie trasmiten
informaciones que afectan de manera probabilística sus respectivos
comportamientos. Se trata de un proceso ínter subjetivo, que para darse requiere la
mutua comprensión de los mensajes que portan las señales intercambiadas entre el
emisor y el receptor "(1991:43). Por su parte, Fernando González Rey, psicólogo
humanista cubano, expone que la misma es " un proceso en extremo activo en el
cual los elementos que participan lo hacen en condiciones de sujetos de ese
proceso " (1989:30).
La definición ofrecida por el pedagogo español no se acepta totalmente porque la
comunicación, no es sólo un proceso ínter subjetivo, sino también un proceso
objetivo y activo. Por ello, se asume lo planteado por Fernando González Rey,
quien argumenta el carácter activo de este proceso, tanto en la emisión como en la
recepción del mensaje.
En estudios realizados se ha podido comprobar que la comunicación verbal y no
verbal, relacionadas muy estrechamente con el pensamiento, se encuentran en la
misma base de la actividad del hombre. El mundo es cognoscible gracias a la
actividad del pensamiento, la cual se incrementa cada vez más en el proceso de
comunicación del hombre.
Esta comunicación puede realizarse por vía verbal y no verbal complementándose
una a la otra. El proceso comunicativo no estaría completo si se prescindiera de una
de ellas. Al respecto, la Licenciada María Isabel Álvarez Hechavarría, manifiesta
que " El lenguaje verbal es una forma especial de relación entre los hombres que
haciendo uso de la lengua o idioma permite la comunicación o influencia mutua "
(1985:26). Ana María Fernández González expresa que " La comunicación
extraverbal consiste en un comportamiento del hombre que trasmite significados sin
palabras (...), puede servir como medio de información en sí misma " (1995:23).
El lenguaje es producto de la vida en sociedad, se desarrolla a partir de la
necesidad de interacción entre los hombres, de ahí que la función originaria de
éste es servir como medio de comunicación a los seres humanos en el conjunto
de relaciones que se establecen en los diferentes procesos de la actividad. Al
comunicarse, los hombres se informan, se autorregulan y establecen lazos
afectivos, es decir, intercambian conocimientos, ideas y sentimientos que influyen
en sus modos de interactuar en situaciones concretas.
En el proceso de comunicación, durante el cual el hombre trasmite o emite, se
apoya tanto en la palabra como en la mímica, los elementos prosódicos, y otros, que
constituyen elementos expresivos cargados de significados, donde se ponen de
manifiesto la naturaleza emocional del hablante. Sin embargo, el que habla no
emite un determinado mensaje desprovisto de una intención, sino que también
espera ejercer mecanismos de regulación - influencia, en los que escuchan, ya
sea en la esfera cognoscitiva como en la afectiva, en lo emocional o conductual.
La comunicación es un tipo especial de actividad, que persigue fines específicos
en situaciones determinadas. Según la Lic. María Victoria Polanco la comunicación
asumida desde el reconocimiento de la diferencia y el conflicto es un espacio
fundamental para que entren en diálogo las heterogeneidades individuales, sociales
y culturales.
La comunicación es una categoría esencial para el estudio de las principales
situaciones en las que se implica el hombre. La actividad de la personalidad ocurre
de forma general por medio de un sistema de relaciones sociales. Es precisamente
en el marco de la realización de sus principales actividades y sus relaciones
interpersonales más significativas que la personalidad se desarrolla; el estudio del
proceso de comunicación tiene importancia no sólo para comprender el
comportamiento de los grupos sociales, sino también de la personalidad individual.
La comunicación juega un papel esencial en el desarrollo del individuo y por medio
de ella se realiza el perfeccionamiento psíquico del hombre, su enriquecimiento
espiritual, así como la formación de la personalidad; con su ayuda tiene lugar la
organización de la interacción adecuada entre las personas en el curso de la
actividad con junta, la transmisión de la experiencia, etc.
La relación con otras personas depende, considerablemente, de los sentimientos que
se provocan mutuamente y las opiniones que se forman sobre la forma de ser
ambos. El modo en que se percibe a la otra persona depende de la relación
emocional con él / ella, que puede ser de aceptación o rechazo.
LA Teoría de la Comunicación Humana.
Es necesario examinar cómo enfoca las definiciones de algunos términos nuestro
diccionario.
Comunicación: Acción de comunicar. Comunicar. Transmitir. Estar en
Relación.
Semántica: Ciencia que trata de la significación de las palabras. Semántico:
. relativo a la significación
Semiología:(Semio = Signo, Logo = Tratado). Semiótica: Parte de la medicina
que estudia los signos de las enfermedades.
Sintaxis (Sum = Con, Taxis = Orden): Parte de la Gramática que estudia las
funciones y el orden de las palabras.
Pragmática: Ley que se diferenciaba, de las reales órdenes, en la fórmula de
su publicación.
Pragmatismo: Juzgar la verdad fundándose en sus efectos prácticos.
Teniendo en cuenta la importancia que le damos en nuestra práctica diaria a la
comunicación, trasladaremos otras definiciones obtenidas de la literatura científica
más actual sobre el tema. Al estudio de la comunicación humana, algunos la
denominan Semiótica, que en tal caso se define como la ciencia general de los
signos y los lenguajes, y se divide en sintaxis, semántica y pragmática. Esta última
parte, la pragmática, se ocupa de la relación entre los signos y los sujetos que los
emplean, que es lo que realmente afecta a la conducta.
La comunicación se encuentra presente en todos los procesos humanos y por
supuesto el proceso tutoral es uno de ellos. En él se adquieren diferentes funciones,
manifiesta un carácter activo – regulador que se observa en la instrumentación
ejecutora de los participantes en este proceso: tutor – estudiantes, entre estos la
escuela y la comunidad, en su decursar; las mismas se integran como un todo único
y se ponen de manifiesto tanto en la comunicación verbal como en la no verbal. El
proceso tutoral, por su carácter comunicativo, prevé nexos interactivos internos y
externos en su propio desarrollo.
El tutor por su encargo social es un comunicador, por lo que debe conocer las
exigencias de la comunicación educativa, su carácter y componentes, para poder
desarrollar habilidades comunicativas, no solo como individuos, sino también dentro
de su profesión. Para ello debe trazarse como meta en la educación de la
personalidad de los alumnos el desarrollo de las habilidades comunicativas para que
sean entes activos en su aprendizaje, en la escuela y fuera de ella.
Desde el punto de vista semántico la palabra Tutor, significa la persona encargada
de la tutela de un menor o un incapacitado. Defensor, protector. Persona encargada
de orientar y aconsejar a los alumnos pertenecientes a un curso, o los que estudian
una asignatura.
Referentes teóricos de la tutoría en la Educación Superior.
La tutoría ha sido definida de diversas maneras, según las fuentes consultadas, en
algunos casos se le considera actividad, método de enseñanza, o una vía para
proporcionar enseñanza compensatoria o complementaria (Diccionario de la Lengua
Española, Real Academia de la Lengua, 1992. Enciclopedia Internacional de la
Educación.), otros autores la definen como una forma de atención educativa
(Acántara Santuario, A. Consideraciones de la tutoría en la Docencia Universitaria.
Perfiles Educativos1990;(40-50)), o una relación pedagógica diferente a la docente
(Latapi Sarré La Enseñanza tutorial: una propuesta orientada a elevar la calidad.
ANUIES, México, 1998. ) en la que el profesor asume un papel de consejero o
compañero mayor. Por su parte, la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior de México (ANUIES) define la tutoría como un
“proceso de acompañamiento durante la formación de los estudiantes, que se
concreta mediante la atención personalizada a un alumno o a un grupo muy reducido
de alumnos, por parte de académicos competentes y formados para esta función,
apoyándose conceptualmente en las teorías del aprendizaje más que en las de
enseñanza”.(Programas Institucionales de Tutorías . ANUIES, MÉXICO, 2000.)
De manera general, las fuentes citadas al considerar la tutoría coinciden en lo
siguiente:
• Es una modalidad de docencia diferente a otras como el asesoramiento
académico de tesis, proyectos de investigación y otros.
• Se sustenta en teorías pedagógicas.
• Es personalizada.
• Provee de orientación sistemática al estudiante.
• Se organiza por medio de la estructuración de objetivos, áreas, programas,
conforme a criterios de monitoreo y control.
El proceso tutoral es el que se desarrolla entre el tutor y tutorado (grupo reducido) es
un proceso integrador en la formación de los estudiantes, con carácter
personalizado, dirigido a la concientización por estos de los recursos para su
formación, es sistemática, de apropiación social y personal de un sistema de saberes
y valores, que determinan la posición vital activa y creativa del estudiante en su
desempeño profesional, y se expresa en las relaciones que establece el estudiante
en los espacios sociales de formación.
La formación integral de los estudiantes es un proceso personalizado, sistemático de
reflexión en la acción de la práctica social y sobre la acción reflexiva de esta práctica.
Se concibe el proceso tutoral como una ayuda pedagógica para la formación
profesional del estudiante en la universalización, que supone la promoción y defensa
de una manera de hacer profesional y de crecer como personas que representa la
autonomía personal y las capacidades del estudiante que le permiten reflexionar
sobre la acción reflexiva que realiza. Esto implica:
• La capacidad para la toma de decisiones y solución de conflicto.
• La anticipación sobre situaciones profesionales.
• Trabajar sobre sí mismo, ser partícipe activo de su propia formación.
El proceso tutoral se sustenta en el Enfoque integral de la formación del profesional
en el cual se fundamenta desde una visión integradora una concepción de flexibilidad
educativa del currículo y sobre su base, el modelo integral de formación ético-
científico del estudiante universitario (Suarez C. Enfoque Integral de la Formacióndel
profesional de cara a los desafíos del siglo XXI. En: CD R Memorias del Evento
Provincial Pedagogía 2005,ISP Frank País García)
Se constituyen en dimensiones de este proceso la orientación educativa, la
investigación educativa y la asistencial. La orientación educativa es una síntesis de
lo instructivo y lo educativo, que se encamina a la identificación de las
contradicciones que emergen en el proceso y se llevan a conflicto para la búsqueda
de alternativas de solución. Esta dimensión se configura a partir de la relación que a
su interior se establece entre lo personal, lo social y lo académico. La orientación
personal permite establecer un contácto positivo con el alumno, identificar sus
problemas, los estilos de enfrentamiento a los problemas, mostrar interés por los
problemas que presenta, motivar al estudiante y promover la reflexión acerca del
proceso de su formación, ante todo se potencia una autovaloración adecuada y
autoestima y la formación de los valores; la responsabilidad y la solidaridad, entre
otros.
La orientación social se dirige a promover la integración social, las relaciones del
estudiante con su entorno, a que aprenda a resolver los problemas en sus relaciones
con los otros en los ámbitos escolar y familiar, a fomentar la participación social y las
habilidades sociales. La orientación académica en particular, orienta al estudiante a
trazar su trayectoria académica, a fomentar hábitos y habilidades de estudio, de
autoaprendizaje y hacia el fortalecimiento de la vocación o su reorientación, sobre
métodos, técnicas y estrategias, cursos de complementación y profundización de su
formación, talleres, bibliografía y otros documentos a los que puede tener acceso
para lograr el nivel de estudios requerido, se incentiva y propicia el uso de las nuevas
tecnologías y la participación en prácticas profesionales, se promueve la toma de
decisiones académicas de acuerdo con su vocación y capacidades.
La dimensión asistencial se encamina a brindar los apoyos necesarios para evitar la
deserción escolar, los problemas de salud y emocionales y canalizar en caso de
necesidad estos problemas para que reciban atención especializada, establecer
relación entre la institución y los sectores productivos y de servicios en los que labora
el estudiante o en los que tiene posibilidades de trabajar.
De esta manera, el tutor es un educador cuyos modos de actuación se identifican
con orientar en los distintos ámbitos de la formación del estudiante, promoviendo el
crecimiento personal, el desarrollo de la autodeterminación y acompañar al mismo
durante la carrera brindándole el apoyo necesario para la toma de desiciones ante
los problemas.
Concepción pedagógica del proceso tutoral.
Cuando en la Universidad hablamos de enseñanza activa, entendemos que la tutoría
cumple un rol importantísimo y, por ello, opinamos que la misma debe concebirse
como la atención y vigilancia permanente de un profesor al desarrollo académico de
los alumnos, desde su ingreso a la institución hasta su egreso, por lo que no
solamente debemos ver su aprovechamiento docente, sino también su desarrollo
integral en todas las facetas del ser humano dentro de la sociedad, ya que las
tendencias en la educación para los profesores y alumnos, exigirán relaciones más
dinámicas, concretas y cercanas entre los diversos sectores que integran una
institución educativa que tiene como misión: “preservar, desarrollar y promover toda
la cultura de la humanidad, a través de sus procesos sustantivos y en estrecho
vínculo con la sociedad, llegando con ella a todo nuestro pueblo y en particular a los
sectores más desfavorecidos de la sociedad”.
Cuando se habla de comunicación social en el proceso de enseñanza aprendizaje
en la educación superior necesariamente hay que referirse a la relación profesor
(tutor) – alumno. Esto implica dotar al alumnado de los medios necesarios para
mejorar su conducta en todos los aspectos de su vida e intentar crear y robustecer
las condiciones que posibiliten la adopción de decisiones maduras ante el estudio,
alentarlos a vivir una vida saludable y hacer del estudio un recurso valioso. La base
del conocimiento y las habilidades que facilitan a la persona, a la familia y a la
comunidad para desplegar conductas adecuadas son fundamentalmente: la
educación y la información. Es por tanto imprescindible capacitar a los tutores para
que logren informar y educar de una forma efectiva, en otras palabras, para que
logren comunicarse.
El mecanismo fundamental para la formación de un clímax de confianza y armonía
entre el tutor y el estudiante es el contacto, el trato, la comunicación, la cual no es
sólo una necesidad, sino también uno de los aspectos más importantes de cualquier
actividad entre las personas.
Para el tutor, comunicarse con eficiencia es una tarea ardua que requiere
aprendizaje, destreza y motivación. El secreto para comunicarse con efectividad
reside en identificar los medios apropiados, el mensaje y los estudiantes a los que se
dirige, para ayudar a resolver un problema específico.
Este proceso de formación de los profesionales en el que interviene de manera
directa el tutor debe siempre cumplir con las funciones: instructiva, educativa y
desarrolladora, como proceso educativo encaminado a la formación de los hombres y
mujeres sobre los que caerá el crecimiento de la sociedad en su más amplio sentido.
Entiéndase que no hablamos solamente del tutor que es profesor del alumno sino
también del profesional que es tutor sin impartir docencia al estudiante, y que
también tiene que cumplir con estas mismas funciones.
Lo instructivo se identifica con la función que tiene el tutor de desarrollar el
pensamiento de los estudiantes.
La función educativa influye en el desarrollo de los sentimientos y las valoraciones,
contribuyendo al establecimiento de compromisos del sujeto con lo que realiza, con
lo cual adquiere para él sentido. Este proceso le desarrolla capacidades para
sensibilizarse con la realidad que está conociendo el estudiante.
La función desarrolladora incrementa las capacidades creativas, con lo que no sólo
se compromete al sujeto que aprende con el propio proceso, sino que desarrolla sus
potencialidades transformadoras en la sociedad en que vive.
En el proceso de enseñanza – aprendizaje el tutor es la persona que posee mayor
responsabilidad, por la relación directa que tiene con el estudiante, de orientarlo en
todo momento para lograr una formación integral del mismo.
El profesor Manuel Calviño muy acertadamente habla de cinco dimensiones que
componen la relación de orientación:
• Dimensión contractual (Relación normativa).
• Dimensión comunicacional (Relacional interactiva).
• Dimensión simbólica (Relacional transferencial).
• Dimensión axiológica cosmovisiva (Relacional valorativa).
• Dimensión real (Relacional comportamental).
Consideramos al analizar el proceso tutoral que la relación entre el tutor y los
estudiantes podemos situarla en estas dimensiones ya que cada uno de ellos en un
momento dado de la comunicación es portador en mayor o menor medida de algo de
cada una de las dimensiones.
En la dimensión contractual se instituye la relación entre ambos. La relación de
orientación del tutor está definida desde un acuerdo o convenio, lo que supone tener
claramente definido el asunto sobre el que se va a tratar. El contrato o acuerdo es
un recurso técnico del tutor. No es una práctica muy común establecer estos
acuerdos; pero hay que luchar por instaurar la comprensión, realización y actuación
de acuerdo a esto ya que un convenio no solo le permite al tutor encuadrar mejor la
tarea, sino que además limita su responsabilidad de manera muy clara para el
estudiante.
El convenio debe permitir que el tutor y el estudiante tengan una idea clara de:
• Los objetivos que se persiguen.
• Las dificultades a las que se enfrentarán y los compromisos que,
necesariamente se asumirán.
• Orientación y clarificación de las expectativas.
• Tipo de relación, o establecimiento de los límites de la relación (Límites
espacios temporales- día, hora, lugar- y también los espacios privados del
tutor).
• Esclarecimiento de los estilos de funcionamiento (Qué se va a hacer, cómo,
cuál debe ser la actitud del alumno).
• Clarificación del problema sobre el que se va a trabajar.
Todo lo anterior deja claro que tanto el tutor como el alumno tienen una gran y
compartida responsabilidad.
Analizando la dimensión comunicacional debo decir que la orientación es sobre
todo comunicación. Y es este el principal reto profesional del tutor. Es difícil pensar
en un buen tutor que no sea un buen comunicador. Y la comunicación es una
habilidad que requiere aprendizaje. La comunicación es una categoría sumamente
compleja. En fin es el sistema de acciones a través del cual el tutor y el estudiante
están intercambiando mensajes. Su forma fundamental es la acción lingüística y su
medio por excelencia es la palabra ya que es el lugar de énfasis de la relación de
orientación. En la comunicación que se establece entre el alumno y el tutor se incluye
el contexto en que tienen lugar, los mensajes verbales, las pautas paralingüísticas y
los movimientos del cuerpo.
Se hace necesario, entonces, enumerar algunas reglas de oro de la comunicación para el tutor:
1. Claridad, síntesis y concreción, adecuando el lenguaje a las posibilidades del
alumno.
2. El tutor debe saber escuchar al estudiante.
3. Tratar de que la comunicación sea abierta, personalizada, lógica, coherente y
democrática.
4. La credibilidad de las palabras está directamente vinculada a la credibilidad
del tutor, y esta última en gran medida depende de su autenticidad, su
empatía, su capacidad de ser una persona profesional en situación.
5. Siempre deben dominar sentimientos positivos.
La dimensión simbólica es de vital importancia para el tutor ya que el simbolismo
es un inevitable acto de comunicación. No hay significado desprovisto de sentido,
incluyendo sentidos operacionales y personales. El alumno expresa sus estilos de
pensar, y actuar propios. Estos estilos y actuaciones se concentran en la figura del
tutor, dando a lugar a situaciones de claro registro simbólico que el tutor aprovecha
como material vivido, en el aquí – ahora, aplicando los instrumentos de trabajo para
poder comunicarse.
La dimensión cosmovisiva es importante para el tutor debido a que es un recurso
central en el encuadre humanista de la relación de orientación entre él y sus
alumnos.
Por lo anterior se deduce que es necesario tener en cuenta:
1. El respeto al derecho del otro.
2. El respeto a la individualidad, a la diferencia.
3. La igualdad en lo esencial y la equidad en lo importante.
4. La aceptación mutua.
5. El reconocimiento de la autoridad sin detrimento de la autonomía y la
independencia personal.
6. La libertad de decisión responsable.
7. La independencia para la independencia.
8. La observancia del interés común.
9. La primacía de los valores universales del ser humano.
10.El compromiso y la solidaridad humana.
En cuanto a la dimensión real podemos decir que la relación tutor-alumno es ante
todo una realidad. Ella existe, así como también existen las dos personas que están
allí interactuando.
El tutor en su relación con el estudiante no debe ser una persona esquemática
siempre debe saber que siempre hay otra alternativa y aquí debe tener en cuenta:
1. Una alternativa posible, realizable, no es algo que no se puede, sino algo que
se puede.
2. Algo es alternativa sólo en relación con otras posibilidades. Las alternativas
responden a la lógica de la multiplicidad.
3. La alternativa es algo positivo, productivo. Al tutor le corresponde ayudar al
estudiante a elaborar, a construir otra alternativa.
4. La alternativa no es la solución, es siempre para hacer, para intentar, para
probar.
En todo el proceso tutoral el profesor debe a través de la comunicación ejercer una
influencia positiva en el tutorado, para ello debe utilizar diferentes tipos de
instrumentos que lo ayuden a lograr esto.
1. Instrumentos de influencia: Se trata de favorecer en el estudiante un
cambio inmediato, directo. Apuntan a la conducta: que haga algo, que siga
adelante. La influencia se sustenta en:
• Apoyo: Dar estabilidad, seguridad, respaldo, simpatía, cordialidad,
receptividad.
• Sugestión: Poner un referente, un contenido en el sistema reflexivo del
alumno; pero sin apelar a la razón.
• Persuasión: Poner en el sistema reflexivo; pero apuntando a la
racionalidad del alumno.- intercambiando ideas, argumentando,
polemizando.
• Guía Directa: Llevar al estudiante a que haga o no haga algo. Puede
ser confundida con un consejo; pero debe ser un compromiso.
2. Instrumentos de información: Su centro es el manejo de la información.
Hacer conocido algo que el alumno desconoce y debería conocer y que lo
puede llevar a cometer un error.
Instrumentos para pedir información:
• Preguntar: (Preguntas cerradas y abiertas): No escuché…, no
entendí…, o quiero conocer…Una de las dificultades al preguntar, es
que en ocasiones la pregunta perturba la asociación libre, la lógica del
alumno. Esto es un error.
• Señalar: (observación): Se llama la atención sobre algo para que la
persona dé más información (fíjese… o note que…), es sobre todo
hacer fijar la atención.
Instrumentos para dar información:
• Replanteo o Repetición: Devolver la posibilidad al estudiante de
encontrarse consigo mismo, con su voz, con su discurso, con el tema
que se está tratando.
• Sumarización: Recapitulación de lo tratado o lo elaborado para que el
estudiante realice una mejor comprensión y aprehensión personal de lo
tratado.
• Esclarecimiento: Reordenar la información, hacer que sea más fácil de
comprender.
• Confirmación: Validar la intervención del alumno.
Es claro que la creatividad del orientador siempre será mayor que cualquier tipología
rudimentaria que aquí podemos ofrecer.
Habilidades comunicativas fundamentales que debe desarrollar el tutor en el proceso de comunicación con los estudiantes universitarios.
1. Habilidades para la expresión: El tutor debe expresarse correctamente,
transmitir mensajes, de naturaleza verbal o extraverbal.
Aspectos que contiene esta habilidad.
• Utilizar un lenguaje claro, fluido, sin interrupciones o repeticiones
innecesarias, tener un vocabulario suficientemente amplio; poseer la
pasibilidad de brindar la información de diferentes maneras; poder
resumir en breves palabras las ideas centrales de un asunto; mantener
contacto visual con su interlocutor mientras le habla; utilizando gestos
que apoyan y no contradicen lo expresado verbalmente.
2. Habilidad para la observación: es la posibilidad que tiene el tutor de
orientarse en la situación de comunicarse a través de cualquier indicador de la
conducta de su interlocutor.
Aspectos que contiene esta habilidad.
• Escuchar atentamente al otro; percibir los estados de anímicos y
sentimentales del otro, pudiendo ser capaz de darse cuenta de si está
cansado, aburrido, interesado, etcétera. En este aspecto es importante
destacar el estudio realizado por el Dr. Alexis Bismark Elías Hernández
en su Tesis para optar por el Grado Científico de Doctor en Ciencias
Pedagógicas, 2004: 49.
“Durante la observación y la escucha, se requiere de la
planificación previa - delimitar el objeto que va a observar y
escuchar y los fines que se persiguen - y de la utilización de
todos los conocimientos acerca de lo observado y
escuchado con los cuales se confrontan constantemente los
datos que resultan de dicho proceso. Esto quiere decir, que
la observación y la escucha están precedidas por la
racionalidad, porque antes de hacerlo existe la formulación
verbal de los objetivos propuestos y durante la actividad los
datos sensoriales que se van acumulando se denominan
con palabras (se identifican) y se interpretan y analizan a la
luz de los conceptos y juicios acerca del fenómeno”.
3. Habilidad para la reacción empática: El tutor es hábil en este
aspecto cuando logra un verdadero acercamiento humano al tutorado.
Aspectos que contiene esta habilidad.
• Cuando conoces bien a la otra persona, propicias su participación en
una
conversación, análisis o debate. Mantienes un comportamiento
democrático y no impositivo, no interrumpes al otro y muestras
aceptación
y apoyo.
Existen tres actitudes que según C. Rogers favorecen la comunicación: La empatía,
la congruencia y la aceptación. La primera supone la capacidad para ponerse en el
lugar del otro, para ver un asunto desde su punto de vista. Esto no implica que se
tenga que aceptar la visión de esta persona, sólo que si tenemos que entender su
posición es necesario tratar de ver el asunto como ella lo ve. La congruencia significa
integridad, es decir, la congruencia que debe existir entre nuestro pensar, sentir y
comportamiento en relación con los demás. La aceptación que significa la tolerancia
y la madurez para aceptar que una persona es como es y no como uno quisiera que
fuera.
El tutor debe estar dispuesto siempre a prestar cualquier ayuda que necesite el
estudiante; y con esto debemos entrar en un aspecto interesante e importante de
toda relación profesional de ayuda. Es imposible que el tutor ayude al estudiante sin
que exista una relación que sustente, de cuerpo, de incluso realidad y credibilidad a
las intervenciones de ayuda que pretende realizar.
Es imprescindible señalar que no toda relación favorece o permite la ayuda. “De
entrada si hablamos de cierta polaridad, estaríamos tentados a decir que solo una
buena relación puede llevar a la ayuda. “. (Manuel Calviño. Orientación Psicológica;
2002:63) Aunque una buena relación puede también no ser una buena ayuda. Todo
depende de qué estamos entendiendo como buena.
Ayudar no es suplantar. Ayudar es facilitar el reconocimiento del problema para el
que alguien necesita ayuda, acompañar a este alguien en la difícil tarea que este
reconocimiento supone y la posterior búsqueda de alternativas de enfrentamiento (o
afrontamiento) y de solución. Ayudar supone un conjunto de operaciones por veces
hasta aparentemente contradictorias con lo que espera el demandante (alumno). Y
es sobre esa base que se estructura la relación de ayuda.
Formas de relacionarse el tutor y el estudiante que favorecen la tarea común de ayuda:
1. Creación de un clímax de seguridad y confianza.
2. La aceptación del alumno tal como es.
3. Comprensión empática.
4. La congruencia, genuinidad.
5. Autenticidad.
6. Incondicionalidad.
Hay que insistir mucho en estas formas bastantes conocidas; pero que
desgraciadamente son poco aplicadas.
Existen Técnicas cualitativas que el tutor debe dominar para lograr efectividad en el
acto comunicativo. Entre las más usadas están la de Grupos Focales y la entrevista
abierta.
Grupo Focal: Sirve para verificar las opiniones pertinentes, adecuadas, verdaderas
o válidas. En el los alumnos hacen uso de lo derecho a hablar – emitir opiniones --.
El tutor no participa en el proceso de discusión; pero lo determina, por lo que se
convierte en un coordinador.
Funciones del coordinador:
• Posibilitar que todos los alumnos hablen.
• Evitar el monopolio de la palabra.
• Alentar el análisis y discusión
• Facilitar que los “rezagados” intervengan.
• Gratificar al grupo con palabras de aliento. (Muy bien, estupendo, correcto,
etc.) Nunca juzgar.
• Cualquier pregunta que se le haga debe devolverla al grupo de alumnos en
lugar de responderla. Es lo que se llama”Servir de espejo”.
• Propiciar que la discusión y el análisis discurran satisfaciendo los objetivos
trazados.
En esta técnica el tutor-coordinador puede asumir diferentes estilos de coordinación:
1. Estilo Democrático. Se caracteriza por:
• Facilitar que permanezcan abiertos los canales de la comunicación.
• Brinda facilidades, garantías y posibilidades para que cada estudiante
se exprese como estime necesario.
• No juzga, no obliga, no hace burlas, ni emplea ironías.
• No impone, más bien alienta a la participación.
2. Estilo autocrático: El coordinador se vale de todos los medios y recursos
psicológicos para que su opinión sea la que prevalezca y la atención esté
centrada en él.
2. Estilo Indolente (laissez faire): Este se caracteriza por el caos y el
desorden. El coordinador no lleva a los estudiantes a las metas propuestas.
Como es lógico el tutor debe emplear el primer estilo por ser el que mejor propicia la
comunicación entre él y sus estudiantes.
Entrevista abierta: La entrevista es un diálogo que se desarrolla según algunos
parámetros, cierto acuerdo, o convención entre ambos participantes; cierta previsión
por parte del tutor acerca de las condiciones que deben cumplirse para que la
entrevista sea válida metodológicamente; cierto diseño previo que incluye marco,
objetivos, y límites de la utilización de este instrumento. La situación dialogística
presenta algunas características que han sido estudiadas por diversos autores.
(Babossi , E. Estratégicas Dialógicas, Universalidad Y Relativismo. En: Nudler y
otros. La Racionalidad en Debate. CEAL, Buenos Aires, 1993.)
La entrevista abierta facilita el acceso a la interacción social vinculada a los hechos
o represtaciones difíciles de ubicar en el marco de la entrevista típica de estudios
cuantitativos. El tipo de información que se produce en ellas depende en gran
medida de las siguientes características:
1. Se plantea ir más allá de la descripción. Busca relaciones para conocer algo
más de los estudiantes.
2. El énfasis está puesto en escuchar para reconstruir la complejidad de los
procesos sociales en que se hallan inmersos los alumnos.
3. Se trata de una instancia constituida a su vez por diferentes procesos, a
veces superpuestos. Se dan procesos de producción de significaciones;
procesos de reproducción con respecto al orden social; procesos de
intersubjetividad en los que se ponen en juego las estrategias específicas de
cada interlocutor.
4. La actitud abierta es la única que puede permitir la incorporación de
modalidades de expresión por parte del estudiante, que quizás quedaban
fuera de la opción teórico-metodológica del tutor por lo que le permite
reflexionar y escuchar con atención; determinar qué es importante.
Esta Técnica supone una situación conversacional cara a cara y de carácter
personal El alumno es situado como portador de una perspectiva elaborada y
desarrollada en forma de “diálogo” con el tutor, donde éste puede incitar para hablar
por medio de preguntas, pero también puede intervenir por medio de la reformulación
y la interpretación de lo que dice el estudiante.
Lo que distingue a una entrevista abierta de cualquier otro tipo de entrevista, es que
en ella no se somete al estudiante a una serie de preguntas preestablecidas,
formales y estructuradas. Más bien se alienta al alumno a que canalice por medio del
proceso, todos sus sentimientos, criterios, ideas, conductas y valoraciones. Se debe
estar muy atento a la conducta extraverbal, las miradas, los silencios, las
repeticiones, las omisiones, la relación espacio-temporal.
Como se puede apreciar según lo que se ha expuesto hasta este momento, el
diálogo es de vital importancia en la comunicación entre el tutor y el estudiante ya
que de esta forma el tutor puede apreciar, sin inhibiciones del alumno, todo lo que
éste puede exteriorizar con el lenguaje verbal y no verbal. Cuando el profesor se
limita a la utilización de una planilla hace que el alumno escriba o le diga solo lo que
se le pide. Si es el profesor el que la escribe no puede percatarse de las expresiones
del rostro, gestos o miradas que tanto dicen al observador acerca de la veracidad de
lo dicho. Si el tutor dialoga con su alumno y luego hace una valoración
psicopedagógica de él, resultaría muy beneficioso para lograr una efectividad en el
proceso tutoral.
Cuando el tutor se relaciona y conoce a los estudiantes siempre tratará de mejorar
su conducta por buena que esta sea para obtener un profesional de una mayor
calidad; para lograrlo el tutor intentará que el tutorado adopte nuevas conductas:
1. Conducta Ideal: Es aquella que se considera la más adecuada desde el punto
de vista del proceso docente educativo. Por lo general es en la primera que
se piensa como “La mejor” y que usualmente es inalcanzable por ser
perfecta.
2. Conducta actual: Es la que viene realizando el estudiante.
3. Conducta factible: Es aquella que es realmente alcanzable.
Factores que influyen en el cambio de conducta.
1. Los resultados que se esperan como resultado del cambio de conducta.
2. El compromiso de adoptar una nueva manera de actuar.
3. La autoimagen, pues el nuevo comportamiento tiene que ser congruente con
la autoestima del sujeto.
4. Conocimientos. Debe tenerse un conjunto de conocimientos imprescindibles
para el cambio.
5. Estar convencido de que se puede adoptar una nueva conducta.
6. Factores afectivos, tanto positivos (placer, entusiasmo) como negativos
(pesimismo, astenia) que se van a producir como resultado de la adopción de
la nueva conducta.
Expectativa social. Asumir una nueva conducta o dejar de hacerlo, implica un
replanteo en cuanto a lo nuevo. Las personas pueden preguntarse: ¿Lo estaremos
haciendo bien? ¿Será esto lo que esperan los demás que hagamos? ¿Será
adecuada y correcta la forma en que hemos cambiado?
Etapas en la adopción de nuevas conductas o comportamientos.
• Reconocimiento del problema. Aceptar que la manera en que se están
haciendo las cosas es incorrecta e insuficiente. (Toma de Conciencia).
• Convencimiento de que la nueva conducta es la correcta.
• Tratar la nueva conducta en profundidad o reflexión.
• Decisión de actuar o acometer la nueva conducta.
• Poner en marcha el nuevo comportamiento o conducta.
• Controlar, evaluar y mantener la conducta.
En el proceso tutoral es importante tener instrumentos que sean capaces de medir
cómo es la comunicación que se establece entre el tutor y el estudiante. Para ello
propongo uno que a pesar de ser muy sencillo logra recoger aspectos de la relación
que hasta ahora no se han medido en el proceso.
Después de analizar bien las ideas antes expuestas podemos decir que en el
proceso comunicativo comunicarse con eficiencia para los tutores consiste también
en saber cómo ubicar un Programa de Comunicación en cada caso. Hay que tomar
en consideración que los programas de comunicación por sí mismos, sin el apoyo
de otros servicios no son suficientes. Por tanto, la comunicación debe ser incluida
como un componente más en el proceso tutoral.
Al criterio de este autor puedo decir que deben existir programas de comunicación en el proceso tutoral donde los tutores deban:
1. Aumentar el conocimiento sobre temas del proceso docente- educativo,
problemas y soluciones.
2. Influir sobre las actitudes positivas que ayuden al estudiante.
3. Demostrar o ejemplificar habilidades.
4. Incrementar la asistencia a los encuentros con el tutor.
5. Reiterar o reforzar conocimientos, actitudes o conductas.
La aceptación de un mensaje o la adopción de una conducta, está en proporción
directa a que la audiencia:
1. Lo valore como positivo y útil.
2. Piense que satisface sus necesidades y valores.
3. Lo encuentre fácil de comprender y de poner en marcha.
4. Sienta que el resultado de su puesta en práctica es aceptada y valorada
positivamente por el colectivo de estudiantes.
Para que esto sea efectivo debe existir una comunicación cara- cara por parte de
los profesores y después, por el tutor. Para evaluar el programa de comunicación
es necesario emplear técnicas objetivas de análisis de datos que posibiliten:
1. Mejorar las técnicas empleadas.
2. Medir el grado en que se produjo el cambio propuesto.
3. Identificar los elementos del programa que no funcionaron.
Los alumnos tutorados deben estar involucrados en el proceso para que realmente
este se produzca ya que no solo deben cumplimentar acciones, sino ser sujetos de
la propia acción.Esto requiere un desarrollo sistematizado sobre la base de una clara
y definida metodología.
Ello reveló tres aspectos claves: los aspectos iniciales que se deben preguntar
para promover la participación; los principios básicos que guiarán la promoción a la
participación y una aproximación inicial.
.
Los aspectos iniciales.
Los tutores para promover un desarrollo participativo deben conocer y examinar el
contexto cultural del estudiante buscando un involucramiento real y auténtico del
mismo.
Los principios básicos que guiarán la promoción a la participación.
• Protagonismo estudiantil: Deben presidir siempre los intereses del estudiante.
• Conocimiento y destreza del estudiante: Si no se toman en cuenta la
comunicación está condenada al fracaso.
• Autonomía: El tutor debe tratar de no ejercer control absoluto para no limitar
la capacidad de creatividad del alumno.
• Acciones locales: Debe alentarse al estudiante a que tome sus propias
decisiones y lleve a cabo acciones en consecuencia, en lugar de dejar guiarse
exclusivamente por el tutor.
• Espontaneidad: El alumno debe asumir sus principales responsabilidades,
más que aceptar pasivamente lo que el tutor desea.
La aproximación inicial.
Uno de los aspectos centrales de cualquier proceso participativo es sentar las bases
para establecer una relación entre el tutor y sus alumnos y para ello debe establecer
lo siguiente:
• Obtener la aprobación del alumno para ser su tutor.
• Despertar en el alumno expectativas en cuanto al trabajo en
conjunto.
• Sentar las bases para la participación del estudiante en el
proceso.
Para poder desarrollar la comunicación entre tutor y tutorado hay que saber cuáles
son sus problemas académicos y personales, sus inquietudes, etc.
INSTRUMENTO PARA MEDIR LA COMUNICACIÓN ALUMNO- TUTOR.
Este instrumento consta de dos cuestionarios, uno para aplicárselo al estudiante y
otro al tutor, para medir las diferencias en la comunicación entre ambos.
CUESTIONARIO PARA MEDIR LA COMUNICACIÓN ALUMNO- TUTOR.
Realizar el cuestionario seleccionando una de las respuestas siguientes,
calificándolo con los puntos correspondientes.
• Marcadamente en desacuerdo, 1 punto.
• Moderadamente en desacuerdo, 2 puntos.
• Ni de acuerdo ni en desacuerdo, 3 puntos.
• Moderadamente de acuerdo, 4 puntos.
• Marcadamente de acuerdo, 5 puntos.
1. Puedo discutir mis criterios con mi tutor sin sentimientos de restricción o de
vergüenza.
2. Algunas veces, tengo problemas para creer todas las cosas que el tutor dice.
3. Mi tutor siempre es un buen oyente.
4. Algunas veces, tengo temor de decirle al tutor lo que realmente quiero o me
pasa.
5. Mi tutor tiene la tendencia a decirme cosas, las cuales hubiera sido mejor que
no las dijera.
6. Estoy muy satisfecho(a) de cómo hablamos el uno con el otro.
7. Si tuviera en problemas, yo podría decírselo a mi tutor.
8. Soy muy cuidadoso(a) acerca de lo que le digo al tutor.
9. Cuando hablo con mi tutor tengo la tendencia a decirle cosas, las cuales
hubiera sido mejor que no las dijera.
10.Recibo respuestas honestas de mi tutor.
11.Mi tutor trata de entender mi punto de vista.
12.Hay tópicos que evito discutir con mi tutor.
13.Es fácil discutir problemas con mi tutor.
14. Mi tutor me importuna- incomoda.
15.No puedo ni pensar decirle a mi tutor cuánto siento, realmente, acerca de
algunas cosas.
CUESTIONARIO PARA MEDIR LA COMUNICACIÓN TUTOR – ALUMNO.
Realizar el cuestionario seleccionando una de las respuestas siguientes,
calificándolo con los puntos correspondientes.
• Marcadamente en desacuerdo, 1 punto.
• Moderadamente en desacuerdo, 2 puntos.
• Ni de acuerdo ni en desacuerdo, 3 puntos.
• Moderadamente de acuerdo, 4 puntos.
• Marcadamente de acuerdo, 5 puntos.
1. Puedo discutir mis criterios con mi alumno sin sentimientos de restricción.
2. Algunas veces, tengo problemas para creer todas las cosas que el alumno
dice.
3. Mi alumno siempre es un buen oyente.
4. Algunas veces, tengo problemas al decirle al alumno lo que realmente quiero.
5. Mi alumno tiene la tendencia a decirme cosas, las cuales hubiera sido mejor
que no las dijera.
6. Estoy muy satisfecho(a) de cómo hablamos el uno con el otro.
7. Si tuviera en problemas, yo podría decírselo a mi alumno.
8. Soy muy cuidadoso(a) acerca de lo que le digo al alumno.
9. Cuando hablo con mi alumno tengo la tendencia a decirle cosas, las cuales
hubiera sido mejor que no las dijera.
10.Recibo respuestas honestas de mi alumno cuando le hago preguntas.
11.Mi alumno trata de entender mi punto de vista.
12.Hay tópicos que evito discutir con mi alumno.
13.Es fácil discutir problemas con mi alumno.
14.Mi alumno me importuna- incomoda.
15. No puedo ni pensar decirle a mi alumno cuánto siento, realmente, acerca de
algunas cosas.
CONCLUSIONES
En la investigación realizada, sobre el proceso comunicativo tutor-estudiante se
constató que el proceso tutoral es una ayuda metodológica para la formación
integral del estudiante en la universalización; pero que no existe una acertada
comunicación entre el tutor y el alumno.
Debe existir un programa de comunicación en el proceso tutoral donde exista un
encuentro cara a cara entre el tutor y el alumno, además de una adecuada
evaluación del mismo.
En el trabajo se analizan las formas en que deben relacionarse el tutor y el
alumno. Y se recomienda mirar el proceso tutoral dentro del modelo de las
Dimensiones empleado en psicología.
En la investigación se demuestra que el tutor debe emplear fundamentalmente
dos técnicas cualitativas para lograr efectividad en el acto comunicativo: el Grupo
Focal y la Entrevista Abierta, que el diálogo es lo más importante en la
comunicación tutor- alumno y que el llenado de una planilla o cuestionario no es
lo más adecuado para realizar una correcta caracterización psicopedagógica del
alumno.
Por último se crea un instrumento para medir la efectividad de la comunicación
en el proceso tutoral.
RECOMENDACIONES
Después de concluida la investigación proponemos que se realicen encuentros
de tutores para analizar el Programa de comunicación expuesto en el trabajo, las
formas en que deben relacionarse el estudiante y el tutor y las técnicas para
lograr efectividad en la comunicación. Aplicar el instrumento para medir la
efectividad de la comunicación en el proceso tutoral y continuar profundizando en
próximas investigaciones en torno a este tema.
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